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  • HILARION ROUX, 1819-1898. AUGE Y DECADENCIADE UN MINERO EMPRENDEDOR

    Miguel ngel Prez De Perceval y Miguel ngel Lpez-Morell

    Resumen: Este artculo analiza la figura histrica de Hilarin Roux. Banquero de Marsella que en 1842 setraslada a Espaa como corresponsal de la casa Rothschild. En Cartagena progresivamente se fue introduciendoen la minera y metalurgia, creando un emporio de propiedades mineras en el sur de la pennsula (especialmenteen la sierra de Cartagena-La Unin y en Mazarrn), Italia, Grecia, norte de frica, Francia y Blgica. Su mejorcreacin fue la C Franaise des Mines et Usines de Escombrera-Bleyberg. Su actuacin es una muestra de lasformas empresariales que se desarrollan alrededor de la minera espaola y, adems, de los problemas que tuvieronlos empresarios y las sociedades extranjeras para penetrar en el intrincado mundo de la pequea minera del su-reste. El estudio de la trayectoria de H. Roux nos sirve para comprender el funcionamiento del mundo mineroespaol del siglo XIX.

    Palabras clave: Minera espaola, siglo XIX, sierra de Cartagena-La Unin, empresas mineras, inversin ex-tranjera.

    Abstract: This article analyzes the historical figure of Hilarin Roux. Banker from Marseille, in 1842 hesettled in Spain as correspondent of the House of Rothschild. In Cartagena he gradually take major interests inmining industry and metallurgy, developing an emporium of mining properties in South Spain (specially in theCartagena-La Unin mountain range and Mazarrn), Italy, Greece, North Africa, France y Belgium. His bestcreation was the C Franaise des Mines et Usines de Escombrera-Bleyberg. His performance is an example ofentrepreneurship in Spanish mining industry and, also, shows the general problems suffered by national and fo-reign societies when they operated in the intricate of little concessions of South East Spain. The study of H.Rouxs trajectory is useful to understand the performance of Spanish mining industry in the XIX century.

    Key Works: Spanish mining industry, XIX century, Cartagena-La Unin mountain range, mining firms, fo-reign investments.

    ARGENTVM 1, LA UNIN, 2009, PP. X-XX

  • INTRODUCCIN

    En este artculo queremos presentar la figurade un personaje clave en la minera murciana delsiglo XIX, que en cierta medida ha cado en el ol-vido. Aunque su trascendencia sobrepasa el marcoregional, vamos tratar sobre todo la actividad quedespleg en la industria minero-metalrgica mur-ciana. Nos encontramos ante un personaje singu-lar no solo por sus intereses e iniciativasempresariales, sino tambin por las dificultades alas que se enfrent, que constituyen un apasio-nante campo de estudio. Su anlisis, por lo tanto,nos permite avanzar en el conocimiento de la ac-tuacin de los inversores extranjeros, que partici-paron activamente en el desenvolvimiento de estaindustria en nuestra pennsula en el siglo mineropor excelencia.

    Procedente de una familia marsellesa, con unalarga tradicin comercial y financiera, se traslada Cartagena en la dcada de 1840 y a partir de allva ampliando un negocio que gira principalmentealrededor de la minera. Adems de Murcia, tuvotambin un papel destacado en el desarrollo de laextraccin en Puertollano (Ciudad Real), partici-pando en el laboreo de concesiones en Badajoz,Jan (Linares) o Crdoba. Su actividad en esteramo se extendi ms all de nuestras fronteras,realizando inversiones en Italia y en Grecia.

    Es suma, fue un prohombre de la actividad mi-nera de las primeras etapas de la industrializacin,fundador de diversas empresas, entre las que des-taca especialmente Compagnie Franaise desMines et Usines dEscombrera (que terminar fu-sionndose con la SMM de Pearroya) y recono-cido por preeminencia social y econmica con elttulo de Marqus de Escombreras. Al final de sucarrera, como ha sucedido con muchos de estosemprendedores, diversas dificultades dieron altraste completamente con su fortuna.

    LOS ORGENES Y SU LLEGADA A CARTA-GENA

    Hilarin Roux naci en Marsella en 18191, enel seno de una familia ligada a la actividad banca-ria y la mtica casa Rothschild, de los que los Rouxde Freissenet eran los principales corresponsalesen su ciudad natal. Nuestro hombre pronto se in-corporara al negocio familiar y en 1842, con tanslo 23 aos, ya se desplaza a Espaa como comi-sionado y representante de los negocios de la men-cionada casa Rothschild, adems de los suyospropios y los de su familia. Su eleccin no habasido aleatoria, sino que estaba muy relacionadacon el papel que hasta entonces haba ocupadoMarsella en el comercio internacional de metales,especialmente del plomo. Esa tradicin tena queservirle para moverse con facilidad en la economaque empezaba a descollar en lugares muy concre-tos del sureste espaol.

    El inters que surge por esta zona estuvo ligadoa varios factores: en primer lugar se estaba produ-ciendo un cambio de localizacin de los centrosde extraccin de plomo en Espaa, por entoncesel primer exportador mundial de este metal. Deltradicional foco productivo de la Sierra de Gdor(Almera), que haba copado la mayor parte delvolumen de la galena obtenida en los cuatro pri-meras dcadas del siglo (especialmente de 1820 a1840), se pasa a nuevas comarcas limtrofes: Li-nares, Almagrera (Almera) y, naturalmente, Mur-cia. No se trata slo de un cambio de ubicacinsino tambin de minerales. Los de Sierra de Gdoreran pobres, es decir, sin apenas contenido enplata, mientras que en los nuevos centros el metalblanco toma un peso mucho mayor, aunque exis-tieran grandes desigualdades entre una y otrascuencas.

    En suma, lo que estaba en juego no era slo eldctil plomo, que haba cobrado una notable im-

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    1 Hemos encontrado una confusin en la fecha de su naci-miento, que se la sitan en 1817 o en 1819. Hemos preferidodejar este ltimo ao.

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    2 Hemos podido consulta la correspondencia de HilarinRoux con los Rothschild en el Centres des Archives duMonde de Travail de Roubaix (Francia), junto con otra do-

    cumentacin. En adelante las citas de la correspondencia deHilarin se refieren a este archivo. La documentacin de losRothschild la citaremos con las siglas ARP.

    portancia debido al crecimiento de su demandaligada al desarrollo urbano (especialmente tube-ras) y a sus usos industriales (afino de cobre yplata). Ahora, junto al anterior se pona en escenaun metal muy especial en esta poca: la plata. Asu destino tradicional en la fabricacin de joyas yalhajas se las cada vez mayores exigencias de lospatrones monetarios de los pases bimetlicos, enlos que oro y plata circulaban por igual. Ambos sedestinaban a la fabricacin de moneda y a surtirlas reservas de los pases, constituyendo el ele-mento principal de su demanda. Era lgico quelos que se dedicaban a negocios bancarios y a tra-ficar con el dinero se interesaran por los centrosproductores (lm. 1).

    Junto a lo anterior, se viva un momento decambio en el panorama y las necesidades de losminerales en la economa internacional. Comonos relata G. Chastagnaret (1986), Gran Bretaa,el tradicional centro productivo, hasta entonces sehaba autoabastecido en su mayor parte con laproduccin nacional. Sin embargo, en el ecuadordel siglo va a pasa progresivamente a demandarminerales extranjeros, interesndose progresiva-mente por dominar el mercado internacional deeste metal. Hasta entonces el comercio del plomohaba funcionado sin muchos problemas, contro-lado por comerciantes e industriales espaoles yde Marsella. Ahora, con el nuevo papel del mine-ral espaol y los cambios en la demanda interna-cional, los intereses de las grandes potenciaseuropeas que van a moverse detrs de este negociovan a ser mucho ms complejos.

    Otro factor a sealar es el especulativo. El des-cubrimiento de los yacimientos de Sierra Alma-grera (Almera), en 1838, haba actuado comorevulsivo de la industria minera. Las llamadasminas ricas del Jaroso en dicha sierra, con una ex-traordinaria riqueza en plomo y, sobre todo, en

    plata, haban despertado un inusitado inters porlas acciones de este tipo de empresas y por la po-sibilidad que ofrecan de obtener beneficios ex-traordinarios. La dcada de 1840 conoci elprimer fenmeno especulativo de acciones mine-ras, que se cotizaran en la Bolsa de Madrid, y quepotenciaron la bsqueda de recursos en nuestrosubsuelo. No hay que olvidar que la nueva puestaen valor de los yacimientos murcianos a comien-zos de los aos cuarenta del XIX se produjo porese furor minero que desataron los cercanos yaci-mientos almerienses.

    Visto lo anterior, la llegada de H. Roux se pro-duce en un momento crucial de los negocios deestos metales. En 1842 lleg a Alicante, pero r-pidamente se traslad a Cartagena. De hecho, laprimera carta suya que hemos podido consultarprocede de esta localidad y est fechada el 24 deabril de 18432. En un primer momento la funcinque le haba sido encomendada era la de fiscalizarlos negocios que haban iniciado los Rothschilden esta zona. Concretamente, se trataba de entraren contacto con los fundidores que estaban fueradel rea de influencia de Heredia, propietario dela mayor fundicin de plomo y plata del mo-mento, la San Andrs, en el municipio almeriensede Adra.

    Era un momento complejo, como hemos te-nido ocasin de describir. El problema estribabasobre todo en la incertidumbre y las dificultadespara controlar este negocio. Se desconocan las po-sibilidades reales de los nuevos centros producto-res y, especialmente, cul podra ser la ubicacinms idnea de los centros de fundicin y de co-mercializacin de sus productos. Hasta entoncesel punto neurlgico de los circuitos espaoles delplomo se situaba en Adra, municipio de la costade poniente almeriense. All destacaba la figura deManuel Agustn Heredia, que junto con varios

  • emigrantes espaoles en Marsella (Jos MaraGuerrero y, en especial, Ignacio Figueroa), con losque incluso llega a realizar una acuerdo temporal,bajo la denominacin Casa Fundicin San An-drs, que apenas dur tres aos, de 1838 a 1840.Pero Adra quedaba algo lejos de las nuevas cuencasemergentes, mientras que su tradicional zona pro-ductora, la Sierra de Gdor, iniciaba un lento yprolongando declive.

    Para poder influir sobre este negocio la alter-nativa ms viable era intentar controlar la fundi-cin. Por ello, salvo en el caso de Linares (dondela disposicin de los minerales y su tenor tieneunas caractersticas particulares), en el resto nohubo una participacin extranjera en el laboreodel sureste. La razn ltima resida en la legisla-cin minera espaola, que slo permita la demar-cacin de una minscula concesin. Los distritosmineros de la poca se poblaron de infinidad deestas concesiones, en las que apenas se poda rea-lizar de una manera organizada la extraccin. Lafundicin tena, en cambio, a su favor legislacin,puesto que en estos aos prohiba exportar los mi-nerales de plomo sin fundir. Pero, adems, si con-tenan plata era necesario extraer la que contenan.Por lo tanto, los mineros estaban obligados a ven-der sus productos a los fundidores locales, los ni-cos que podan beneficiarlos.

    Para estas fbricas u oficinas de beneficio(como se las denominaba entonces) estas normastenan su vertiente positiva y negativa. Les vena

    bien que los mineros tuvieran que venderles susproductos. Pero, en cambio, extraer la plata era enocasiones costoso, por el elevado consumo de car-bn, gravado con elevados impuestos a su impor-tacin. Adems, el empobrecimiento progresivode las menas de Almagrera fue obligando a mez-clarlas con otras de mayor porcentaje de plomo ycomplic el tratamiento para obtener la plata. Portodas estas razones, durante toda la dcada de1840 los fundidores demandaron continuamenteal gobierno que les permitiera exportar los plomossin tener que desplatarlos.

    Con las nuevas perspectivas industriales, la via-bilidad pasaba por salir de la influencia de los an-tiguos fundidores, especialmente de Heredia. Y,adems, por encontrar un lugar con unas infraes-tructuras mejores que las que en aquella poca seencontraban en Sierra Almagrera. Por ello, el des-pegue de la actividad en esas montaas almerien-ses va a fomentar el nacimiento de un rosario defundiciones en la costa murciana (guilas, Maza-rrn, Lorca, Cartagena, Escombreras y Portmn),que incluso llegarn a Alicante. Aqu se levantarondiversos establecimientos, dos de ellos ligados alos intereses de los Rothschild: las fundicionesAlicantina y La Britnica3.

    Esa fue la razn de que el primer destino deHilarin Roux fuera Alicante. En noviembre de1842 Daniel Weisweiler haba aceptado en nom-bre de los Rothschild financiar a la fundicin Ali-cantina a cambio de enviar la plata obtenida aRoux Fraissinet. Con La Britnica tambinfirm por esas fechas un contrato de entrega deplata a cambio de otro adelanto de dinero (Prezde Perceval y Lpez-Morell, 2008). Hilarin Rouxtena la misin de girar las letras sobre los fundi-dores a los que se financiaba, recoger su plata yenviarla hacia Marsella, para surtir a las fbricasde moneda que los Rothschild tenan en Francia.

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    3 La Alicantina estaba ligada a los Campos, que eran repre-sentantes de Weisweiler, quien a su vez era el agente de losRothschild en Madrid. La Britnica, por su parte, perteneca

    a Rodrigues, casa de banca de Marsella, que tambin estaba re-lacionada con los Rothschild (Lopez-Morell, 2005; Chastag-naret, 2005, p. 272).

    Lmina 1. Firma de Hilarin Roux en una carta a Rothschild Frresen Pars, remitida desde Cartagena en 1851.

  • Para conocer las peculiaridades del negocio, H.Roux visitara diferentes zonas del sureste. Pero suresidencia la fijara desde 1843 en Cartagena.Aqu destacaba la fundicin Franco-Espaola,situada en el barrio de Santa Luca, que instalaronen 1842 los hermanos Pillet, de Lyon. Cerca, enla rada de Escombreras se encontraba la fundicinSan Jorge, perteneciente a una sociedad brit-nica y que hizo sus primeras copelaciones de plataen junio de 1843.

    La eleccin de Cartagena por parte de nuestropersonaje no sera aleatoria sino que estara rela-cionado con las posibilidades que vio en este lugarpara controlar los negocios de la plata. A la larga,la minera y metalurgia tomaron diferentes giros,pero esta zona se mostrar como el mejor enclavepara la industria de fundicin de los mineralesplomizos nacionales.

    SU BODA CON PIEDAD AGUIRRE

    La relacin de Hilarin Roux con Murcia noser circunstancial sino que pronto tom visos decontinuidad. En 1844 se cas con Mara PiedadAguirre Aldayturriaga (que no Trinidad, su hija,como algunos han escrito errneamente), hija deun oficial de la marina retirado. Su enlace no slova a tener consecuencias nicamente sentimenta-les. Gracias a esa unin va a desarrollar una largarelacin econmica con sus cuados, Eduardo ySimn. Con ellos va a compartir una parte de suactividad empresarial y los lazos de confianza vana permitir que pueda delegar el control de sus ne-gocios en la regin en determinados momentos enlos que ciertas circunstancias le obliguen a volvera su Marsella natal.

    Conforme avance la dcada de 1840 se va pro-ducir importantes cambios en el panorama mi-nero-metalrgico. Lo primero vendrn impuestospro las nuevas y progresivas posibilidades que vaofreciendo la minera en la sierra de Cartagena-LaUnin. No es necesario describir en estas lneas eldespegue de la extraccin en estas montaas, queva pasando de los escoriales romanos, por los car-

    bonatos superficiales para ir poniendo en explo-tacin los minerales complejos que encierra en susentraas. Este avance minero, a pesar de sus difi-cultades, fue proporcionando nuevas perspectivas,lo que naturalmente fue reconociendo nuestroempresario como una oportunidad de negocio.

    El problema radicaba en cmo participar en elboom minero con unas mnimas garantas y posi-bilidades de organizar de manera adecuada el la-boreo. Como hemos mencionado, la legislacinespaola limitaba la extensin de las concesiones,por lo que oblig a trabajar en un minifundio ex-tractivo. Sin un tamao mnimo que permitiera enla mayora de los casos llevar un laboreo organi-zado (con una cubicacin y un planteamiento es-tructurado de labores), la participacin en estaactividad tena unas elevadas dosis de aleatoriedad.Adems, las concesiones con posibilidades fueroncopadas por empresas locales, que se encargaronde demarcar buena parte de la sierra, especialmentelas zonas ms productivas, que se asemejan a unenorme puzle de minsculas minas y demasas.

    Como hemos tenido ocasin de sealar enotros trabajos (Prez de Perceval y Lpez-Morell,2008), la participacin en el negocio minero enMurcia era muy complicada y sujeta a muchosdesafos. Estos inconvenientes haban desanimadola participacin de empresas extranjeras en el la-boreo, al igual que sucede en otras cuencas que seexplotan en esa poca. Haba que conocer muybien las caractersticas de estos yacimientos, susempresas y sus empresarios para poder adentrarseen este mundo, en el que slo lentamente y conmucha prudencia se poda encontrar una plazacon posibilidades interesantes de beneficio. Estalabor paciente fue la que desarroll Hilarin Rouxa lo largo de varios lustros.

    Se trataba de ampliar el campo de actuacinque le haba trado a estas tierras. El cambio ven-dra, en primer lugar, por la fundicin, con la querealiz su primer contacto al desembarcar en la pe-nnsula.

    Los problemas que hemos mencionado fueronahogando progresivamente a las fbricas desplata-

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  • doras, que fueron reduciendo su nmero en estadcada. El foco alicantino pas por dificultades,que oblig a aglutinar en la Compaa Anglo-Es-paola a las seis fundiciones que se haban insta-lado en esta provincia. Al final, terminarn pordesaparecer debido a la poca viabilidad que tenaa la larga este tipo de empresas en Alicante, queslo ofreca las posibilidades de su puerto ya quecarece prcticamente de actividad minera.

    En Murcia los apuros de los fundidores fueronremodelando el mapa de los establecimientos me-talrgicos. Un caso significativo fue el de la socie-dad Pillet Frres, que tena un contrato con losRothschild, firmado a travs de Roux, por el queles haba adelantado 570.000 reales al 6% de in-ters, con una comisin del 1%, para la entregade 20.000 onzas de plata al mes. Dicha sociedadfue cumpliendo los compromisos, pero en enerode 1844 Roux les informa que los Rothschild noestn dispuestos a aumentar su crdito y que pien-san saldar su cuenta cuanto antes. A partir de ah,Pillet Frres van incumpliendo los compromisoshasta el punto de que en abril de 1845 Roux losdenuncia judicialmente y propuso a sus jefes laopcin de quedarse con la fundicin y sus accio-nes mineras. Pero las pretensiones de los Roths-child no pasaban por inmiscuirse por ahora en estecomplejo mundo del beneficio de los mineralesdel sureste, por lo que desistieron. La fundicinde los Pillet, denominada San Ignacio, pasar a laCompaa General de Crdito de Espaa paraal final terminar en manos de la familia Figueroa,apellido que hemos mencionado y del que habla-remos ms adelante. La fundicin de Cartagena,que ms tarde se conocer con el nombre del ba-rrio donde estaba ubicada, Santa Luca, se con-vertir en la fundicin ms longeva de lasexistentes en la regin de Murcia.

    Hilarin Roux no desaprovechar otras ocasio-nes para conectarse con la metalurgia murciana,promocionando dos pequeas fundiciones dedi-cadas al tratamiento de escoriales (el beneficio pre-dominante en esta sierra alrededor de 1845): lafbrica de Montserrat, situada en la pedana car-tagenera de San Flix, y los cuatro Santos en lade Rincn de San Gins. Ambas comenzaron afundir entre julio y septiembre de 1844. Pero suapuesta ms importante fue la adquisicin de lafundicin San Isidoro, situada en la rada de Es-combreras y propiedad de Isidore Brun et C(de ah su nombre). En 1843, al poco de instalarseen Cartagena, H. Roux le hace un prstamo de60.000 francos a cambio de la plata que obtuviera.Nuevamente, incapaz de cumplir con sus obliga-ciones, Brun se declara en quiebra en 1846, que-dndose en este caso H. Roux con elestablecimiento (Chastagnaret, 2005, p. 274-275). Las dimensiones de esta fundicin eran im-portantes y el propio Hilarin se encargar de irmodernizndolas progresivamente, convirtindoseen una de las ms importantes de la regin.

    La situacin apurada de los establecimientosmetalrgicos del sureste, cada vez ms agobiadoscon las dificultades de la desplatacin (lo quehaba llevado al cierre de un gran nmero de ellos)cambi drsticamente a comienzos de la dcadade 1850. Entre 1850 y 1852 se promulgaron sen-dos decretos que liberalizaron la exportacin deplomos argentferos4. Al fin se le quit el cors queahogaba esta industria, comenzando un cambioen la metalurgia. La obtencin de plata se fueabandonando progresivamente en esta dcada, apesar de que la Administracin rebaj los derechosque tena que pagar el carbn destinado a estosprocesos. Slo quedar en estas funciones la anti-gua fundicin de San Andrs de Adra, que imper-

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    4 La R.O. de 14 de junio de 1850 permiti la exportacin degalenas y plomos que contuvieran menos de 24 adarmes de platapor quintal (939 gramos por tonelada). El R.D. de 27 de agosto

    de 1852 permitir la libre exportacin de plomos cualquiera quefuera su contenido argentfero, teniendo que contribuir con el5% del valor de la plata a partir de los 24 adarmes/quintal.

  • trrita sigui en solitario concentrando y cope-lando plata5.

    Se estaba consumando el cambio en la mineray metalurgia espaola del plomo. Al traslado delos centros de la extraccin y de la metalurgia y ala aparicin de nuevas sociedades, con alguna par-ticipacin fornea, se le una el relevo generacionalde los que haban participado en el primer enviteminero, que tendrn una suerte desigual. La anti-gua saga de los grandes empresarios de la Sierra deGdor fue cambiando a mediados de siglo. Ma-nuel Agustn Heredia muri en 1846, conti-nuando el negocio sus hijos con menos fortuna.Siguieron al frente de San Andrs e intentaronacercarse ms a las nuevas cuencas con la instala-cin en Almera de la fundicin Santo Toms en1854. Pero no lograron mantener su antiguo pro-tagonismo y su actividad ir languideciendo en lasegunda mitad del siglo XIX. Diferente fortunatuvo el apellido Figueroa. En 1853 falleci LuisFigueroa Cassaus, al que suceder Ignacio Figue-roa (padre del futuro conde de Romanones). Asu-mi el liderazgo de las fundiciones de Marsella yen la dcada de 1860 fijar su residencia en Es-paa. La adquisicin ms significativa en nuestrazona es la que hemos mencionado de la fundicinSan Ignacio de Cartagena, a la que uni en1869 la compra de la vecina fbrica de desplata-cin Lozana Primera, convirtindose en uno losms importantes metalrgicos del sureste. En estecaso, los Figueroa continuaron mantuvieron unaposicin en la produccin, fundicin y comercia-lizacin de los plomos espaoles.

    En este panorama emerge la figura de HilarinRoux, que paulatinamente se va adentrando en elnegocio minero en una coyuntura muy compleja,con grandes dificultades para ubicarse, pero conimportantes posibilidades a la larga, en un mo-

    mento en el que se estaba reconfigurando tanto elmapa peninsular como internacional de estos me-tales.

    MURCIA, UNA MINERA EN CONTINUOAUGE

    Esta potencialidad de la minera murciana fuemostrndose progresivamente y a su descubri-miento contribuy en gran medida la actuacinde Hilarin Roux.

    Como hemos visto, de su funcin de comisio-nado de los casa Rothschild fue pasando progre-sivamente a empresario minero-metalrgico. Dehecho, la relacin con la casa de banca fue cadavez menor, debido a la liberalizacin de la expor-tacin de plomo argentfero. Ahora fue ms sen-cillo exportar los plomos sin desplatar para lasempresas metalrgicas y sobrarn algunos inter-mediarios. Habr que esperar a comienzos del XX,medio siglo despus, para que de nuevo se vuelvaa obtener plata en las fbricas murcianas. Ensuma, esta debi ser la razn fundamental paraque a partir de 1854 cesara la correspondencia quereciben los Rothschild de nuestro personaje desdeCartagena, mostrando el cambio de rumbo queestaban tomando los acontecimientos. Adems,en la pugna con franceses e ingleses por el controldel mercado del plomo y de la plata en los aossiguiente la Casa Rothschild no saldr bien pa-rada, al verse prcticamente expulsada del mer-cado por otros intermediarios mejor relacionados,como la casa Lemm et C y las pujantes fundi-ciones marsellesas, encabezadas por los menciona-dos Figueroa. Este repliegue de los Rothschild nosignifica que abandonaran el control de estos me-tales sino, por el contrario, de reorganizacin desu estrategia.

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    5 En este caso se dedicar a las de baja ley. La R.O. de 9 demarzo de 1851 exima de pago de derechos a los plomos quecontenan menos de 23 adarmes de plata por quintal, lo quese haca extensivo a la plata que se obtuviera de dichos plomos.

    Para acogerse a este derecho y evitar la posible defraudacin,las fbricas que lo realizan debera desplatar nicamente estetipo de plomo. Para ello se especializ la fbrica de San An-drs.

  • Esta situacin pudo dejar las manos ms libresa Hilarin Roux para profundizar en los negociosmineros espaoles por su cuenta. Paulatinamente,se fue haciendo con un enorme patrimonio mi-nero propio. Como el problema radicaba en la ex-trema divisin de la propiedad minera, se vioobligado a seguir una labor paciente de adquisi-cin de concesiones y de demarcacin de nuevasexplotaciones que le llev aos. Pero, sobre todo,opt por participar en una gran cantidad de so-ciedades donde, como vemos en la figura 1, tenaun nmero variable de acciones. Era, en definitiva,la nica manera de entrar en el intrincado mundode la minera del plomo del sureste. Otras empre-sas tendrn que realizar el mismo periplo. Incluso,la poderosa SMM Pearroya tuvo que compartirhasta el final de su actividad en la regin, no hacemuchos aos, el laboreo de sus propiedades/con-cesiones con la participacin en una interminablelista de sociedades.

    Para introducirse en este mbito era necesariocomprender bien los entresijos del negocio minero,conocer algo de las caractersticas de los diferentesyacimientos y, especialmente, saber aconsejarseconvenientemente sobre las posibilidades que ofre-can algunos lugares para la explotacin de deter-minados minerales. Hilarin Roux careca deformacin geolgica y minera, por lo que su saga-cidad econmica hubo de complementarla en estecaso con el asesoramiento de personal facultativo.As, procedente de una saga de banqueros y comer-ciantes, nuestro personaje aparece incluso con elpaso de los aos como descubridor de yacimientosmineros destacados. Un ejemplo es lo que sucedicon las calaminas de la sierra de Cartagena-LaUnin, que en 1863 conocieron un aumento no-table de su extraccin gracias a las explotacionesque puso en marcha Hilarin Roux. Ms destacadaser, por otro lado, su participacin en el laboreode los carbones de Puertollano (Ciudad Real),donde ser pionero, anticipando las grandes posi-bilidades que ofreca esta cuenca (fig. 1).

    Como podemos observar en la figura 1, el n-mero de concesiones sobre las que tena algn de-

    recho Hilarin Roux en Murcia era muy elevadoy se concentraban fundamentalmente en la sierrade Cartagena-La Unin. Su ubicacin no sigue unorden determinado sino que se distribuyen por di-ferentes zonas de estas montaas. Como dijimos,el acceso a este patrimonio minero estuvo deter-minado por las posibilidades de adquisicin de ac-ciones o de promocin de sociedades concretas.Algunas las conseguira a travs de su actividadbancaria, por incumplimiento de contratos (comosucedi en el caso mencionado de la fundicinSan Isidoro), y otras se las comprara directa-mente a sus propietarios. No obstante, lo quedebi guiar la acumulacin de este patrimoniodebi ser ante todo las posibilidades individualesde cada una de las concesiones. Como podemosobservar en el Mapa 1, dentro de la dispersin enla sierra de Cartagena-La Unin se puede observarcierta concentracin de los derechos mineros endeterminadas franjas, en las que demostraron serlos emplazamientos con mayor potencial de lacuenca. En suma, representan un cierto controlde las zonas ms productivas de estas montaas,lo que le permitir situarse como el principal mi-nero de Murcia por muchos aos.

    Dentro de su patrimonio se incluan tambincontratos de arrendamiento. El ms sustanciosofue, sin duda, el que disfrutaba sobre las minasSan Juan y Santa Ana en Mazarrn, que fueron delas ms productivas de esta cuenca. A su vez, al-gunas de las minas propiedad de H. Roux estabanarrendada a terceros cuando as convena. Estaprctica de explotar directamente o se dejar su la-boreo a otras empresas, en funcin de las peculia-ridades de cada mina, era una prctica comn querealizaban los principales mineros y sociedades dela Regin. Lo cual, haca ms complejo el puzzledel mapa minero y el panorama empresarial de lasierra.

    Lo ms notable desde una perspectiva empre-sarial fue que el control de este intrincado negociominero lo llevar a cabo desde muy pronto H.Roux desde el extranjero. En 1858 fallece su padrey tiene que volver a Marsella para ponerse a la ca-

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  • Concesiones mineras murcianas sobre las que Hilarin Roux tenan algn derecho y que transfiri en 1877 a la C Franaise des

    Mines et Usines dEscombrera

    Sociedad Nombre de las minasSuperficie

    m2Situacin

    Accionesde

    H. Roux

    Total

    acciones

    %

    acciones

    Amigos y Espaoles Cuatro Santos 41.924 Algar 3,5 60 5,8

    San Agustn Braguelona 41.924 Collado del Pino (Garbanzal) 11 82 13,4

    Buena fe Elosa (alias) El Corcho 18.634 Cabezo de los Pedernales (la Unin) 32,25 145 22,2

    Cuatro AmigosPronta Lomo de la Avellana (Cartagena)

    8,25 47 17,6Virgen del Carmen Lomo de la Avellana (Cartagena)

    CartagenerosJpiter y sus demasas 24.200 Cumbre Santi-Spiritu (Garbanzal)

    4,5 49 9,2Porvenir o Anticipada 33.540 Barranco de Aguas Amargas

    Consuelo IncgnitaLucera 47.716 Monte Santi Spiritu (Garbanzal)

    4 38 10,5Calatrava Monte Santi Spiritu (Garbanzal)

    El Carmen El Angel de la Guarda Los Quemados de Mula (Alumbreo) (sic) 4 30 13,3

    El CarmeloSanta Teresa Portmn

    3 52 5,8Salvadora Portmn

    Dichosa Dichosa Cuesta del Pino (Garbanzal) 2 66 3,0

    Emilia Emilia 16.769 Collado de D. Juan (Garbanzal) 54,75 60 91,3

    San Fulgencio

    Catn 39.828 Collado de D. Juan ???? (Cartagena)

    20 40 50

    Constancia de un amigo 31.666 Los Pedernales (Cartagena)

    Colmenera 45.640 Barrranco de las Colmenas (Algar)

    Encontrada y su ampliacin 80.000 Cabezo del Beal

    Grandeza y su demasa 44.198 Barranco de los Cazadores (Algar)

    San Jos (1) 31.024 Monte de los Lobos (Garbanzal)

    Len Negro 41.924 Cabezo de Don Juan (Cartagena)

    Crescencia 2 13.974 Cabezo de Don Juan (Cartagena)

    Mara Dolores 41.924 Cabezo de Don Juan (Cartagena)

    La Loca del Capelln 16.718 La Pilica (Algar)

    Rmulo 41.155 Cabezo de Don Juan (Cartagena)

    San Rafael 120.000 Cabezo de Don Juan (Cartagena)

    Reserva 41.924 Alto del Santi-Spititu (Garbanzal)

    Reforma 41.924 Barranco del Infierno (Algar)

    Virgen del Pilar 42.965 Collado de las Colmenas (Cartagena)

    P. Hilarin 41.924 Barranco del Pajarillo

    Zurbano 50.154 Barranco de la Caldera (Algar)

    Grupo y su ampliacin 132.696 Cabezo de los Perules (Mazarrn)

    Pobrecita (investigacin) Estrecho de San Gins (Cartagena)

    Fraternidad Amigos consecuentes Estrecho de San Gins (Garbanzal) 53,5 88,5 60,5

    San Hilarin Pablo y Virginia 41.924 Alto del Santi-Spititu (Algar) sic 30 40 75,0

    Hermosa Judit Previsin 41.924 Cabezo de Barcelona (Algar) 3 50,5 5,9

    Santa Filomena Cabezo de Barcelona (Algar)

    San Juan y Santa Ana Santa Ana y San Juan (2) Cabezo de San Cristbal (Mazarrn) 1,75 51,875 3,4

    Legos Francos Observacin Quemados de Mula (Garbanzal) 3 95 3,2

    Nunca Vista Quemados de Mula (Garbanzal)

    La Nocturna Isabel la Catlica y Ampliacin Lomo de los Lobos 7,5 58,5 12,8

    Providencia Isabelita 60.000 Algameca Chica (San Antn) 21 43 48,8

    La PazVirgen de las Mercedes 21.574

    17 108 15,7Cocotazos 13.974

  • Sociedad Nombre de las minasSuperficie

    m2Situacin

    Accionesde

    H. Roux

    Total

    acciones

    %

    acciones

    La Reunida Iberia 27.976 Lomo de las Narices (Garbanzal) 25,5 84 30,4

    La RabiosaOriolana Rincn de San Gins (Cartagena)

    12,5 84 14,9Torremendo Rincn de San Gins (Cartagena)

    El Ramo Violeta 28.852 Cabezo de los Ermitaos (Algar)

    San Simn San Simn 120.000 Cabezo del Escobar (Alumbres) 22 30 73,3

    ConstanciaSan Joaqun (investigacin) Cabezo del Escobar (Alumbres)

    4,5 50 9,0San Jos y su Ampliacin 13.947 Herreras (Garbanzal)

    Las Chapinas Las Chapinas (Terrero) 23.071 Pozos Hondos (Alumbres) todo 100,0

    Trinidad No te escapars Los Perules (Mazarrn) 55 100 55,0

    Tutores de Isabel II

    Sin duda 16.718 Cabezo de los Lobos (Garbanzal)

    92 96 95,8Por si acaso 16.718 Cabezo de los Lobos (Garbanzal)

    Torrente 35.777 Cabezo de los Lobos (Garbanzal)

    El Tbano El Tbano Cabezo del Mosquito (Garbanzal) 4 24 16,7

    La Tutelar San Jos Cabezo de San Cristbal (Mazarrn) 2 57 3,5

    La UninRevolucin Barranco Francs (Garbanzal)

    27,5 44,5 61,8San Joaqun 16.718 Cerro de Don Juan (Algar)

    Virgen de los ngeles Virgen de los ngeles Cabezo del Mosquito (Algar) 16 35 45,7

    Ventura Perdida y su Demasa 17.191 Cucones de Mascinignel (Garbanzal) 3 13 23,1

    San Pedro Abanto

    San Simn 80.000 Lomo de la Casa Dorada (Lorca)

    50 100 50,0San Agustn 80.000 Llano de la vina (sic) (Lorca)

    San Ramn 80.000 Cabezo de Benavente (Lorca)

    DescubridoraSan Eloy 60.000 Alumbres

    todo 100,0San Manuel 120.000 Sierra Gordal (Cartagena)

    Conciliadora Si puede ser (terrero) 19.620 Rambla de Abenque (Cartagena) todo 100,0

    Dos Amigos Vigilante 43.968 Paraje de Ponce (Algar) 20 40 50,0

    La Paloma La Paloma 57.600 Barranco de Ponce (Algar) 10 40 25,0

    En toda propiedad

    San Aniceto 27.900 Barranco Jimnez (Cartagena) 100,0

    Atenas 12.000 Barranco de los Arrieros (guilas) 100,0

    Cometa Donati 60.000 Cumbre de Ponce (Cartagena) 100,0

    Ceferina 60.000 Cabezo de San Cristbal (Mazarrn) 100,0

    El Espaol 60.000 Lomo de los Cazadores (Cartagena) 100,0

    Edetana 41.924 La Caldera (Algar) 100,0

    Inocente 60.000 El Abenque (Cartagena) 100,0

    Santa Isabel 120.000 Pedreras Viejas (Mazarrn) 100,0

    Impensada 40.753 Barranco de la Totanera (Mazarrn) 100,0

    Santa Justina 150.000 Cabezo Negro del Portichuelo (Mazarrn) 100,0

    Ledna y su Ampliacin 31.777 Los Perules (Mazarrn) 100,0

    Plutn 50.154 Cordillera de Ponce (Cartagena) 100,0

    Precaucin (3) Cabezo del Estrecho (Beal) 100,0

    Recuperada 50.154 Los Perules (Mazarrn) 100,0

    La Suerte Cabezo de Ponce (Algar) 100,0

    Tbal 41.924 Cabezo de San Cristbal (Mazarrn) 100,0

    Vulcano 15.000 Cabezo, son nombre 100,0

    San Bruno (escorial) Gorguel (Cartagena) 100,0

    Ebraldo 50.000 Abenque (Cartagena) 100,0

    Africana 2 120.000 Cabezo de San Gins (San Gins) 100,0

  • beza de la banca Roux de Fraissinet. A ello se leunir el puesto de administrador de la sucursal deMarsella de la Banque de France, que ocup de1865 a 1877 (Chastagnaret, 2005, p. 282). Parael control de su vasto patrimonio se servir de sufamilia poltica. En el Rapport des Commissairesde C F.M. et U. dEscombreras de 1877 se men-ciona expresamente la colaboracin de Simn deAguirre, que junto con H. Roux a consacrnombre dannes la cration de cette affaire(fig. 2).

    OTROS NEGOCIOS EN ESPAA Y EL EX-TRANJERO

    A partir de sus contactos en tierras murcianascon el mundo de la minera, Hilarin Roux fue

    desarrollando un negocio que fue creciendo comouna vasta tela de araa. En principio, sus contac-tos se centraron en la minera y metalurgia delplomo y de la plata. Tenemos constancia de querealiz algunos viajes por la costa murciana y al-meriense, donde se situaba los centros productivosde las galenas argentferas, el punto de inters enun primer momento del joven Hilarin, aunquefinalmente sus propiedades mineras en el surestese concentraran nicamente en Murcia. Almeraresultaba ser un campo demasiado complejo paradesplegar inversiones, lo cual hara desistir a nues-tro personaje de participar en su actividad extrac-tiva. Por lo tanto, su inters prioritario se centren otras cuencas plomferas, una vez que habaasentado su patrimonio en Murcia, abriendo unasegunda etapa en sus inversiones.

    HILARION ROUX, 1819-1898. AUGE Y DECADENCIA DE UN MINERO EMPRENDEDOR

    197

    (1) De la mina San Jos: 2/3 pertenecen la Soc. San Fulgencio y el otro a H. Roux

    (2) La mina est en alquiler por 23 meses todava

    (3) Contrato de arrendamiento

    Fuente: Compagnie Franaise des Mines et Usines dEscombrera. Rapport des Commissaires. Paris, 1877.

    Sociedad Nombre de las minasSuperficie

    m2Situacin

    Accionesde

    H. Roux

    Total

    acciones

    %

    acciones

    En toda propiedad

    San Jos 120.000 Pedreras Viejas (Mazarrn) 100,0

    Olvidada 80.000 Gorguel (Alumbres) 100,0

    Marinera 60.000 Gorguel, Cala del Caballo (Alumbres) 100,0

    Las Cenizas 240.000 Portmaur (sic) (Garbanzal) 100,0

    La Favorita 100.000 Portmaur (sic) (Lorca) (sic) 100,0

    Los Hugonotes 100.000 Portmaur (sic) (Lorca) (sic) 100,0

    Herculano 80.000 Cabezo del Hoano (Cartagena) 100,0

    Pompey 80.000 Terreros de San Marte y Tidal (Cartagena) 100,0

    San Alfredo 60.000 Pea del Agula (Mazarrn) 100,0

    Semiramis y Cleopatra 1.950.000 Entre Santa Isabel y Grupo (Mazarrn) 100,0

    Jardinera Cabezo Colorao (Mazarrn) 100,0

    Saint Gins 60.000 Cabezo Colorao (San Gins) 100,0

    Inocente (demasa) El Abenque (Cartagena) 100,0

    Emma 60.000Cerca de la Mina Inocente en El Abenque

    (Cartagena)100,0

    Jess 120.000 Pozas Coloradas (Lorca) 100,0

    El Romero 160.000 Lomo de Bas (guilas) 100,0

    Figura 1. Concesiones mineras murcianas sobre las que Hilarin Roux tenan algn derecho y que transfiri en 1877 a la C Franaise desMines et Usines dEscombrera

  • Figura 2. Concesiones m

    ineras de la Sierra de Cartagena-La U

    nin sobre las que Hilarin R

    oux tena algn derecho en 1877 (resaltadas en negro).

  • La bsqueda del dctil metal le llevar a ad-quirir concesiones en Badajoz en los grupos de LaHiguera y de Castuera. Aunque no se trate de unazona con una gran produccin, fue proporcio-nando algunas cantidades de mineral que inclusose llevar posteriormente a Murcia para su fundi-cin. En Ciudad Real explot algunas minas deplomo de la cuenca del Horcajo, junto con otrasde hierro y de carbn en el yacimiento de Puerto-llano. El mapa de sus concesiones peninsulares secompletaba, finalmente, con algunas minas en laprovincia de Crdoba. Destaca una pequea par-ticipacin en la mina de plomo Casiano delPrado, una explotacin sobre la que encontramosdiversa literatura de la poca en la prensa nacionaly murciana. Ms adelante se incorporar a la CFranaise de M. et U. de Escombrera-Bleybergdentro de sus concesiones en Linares, en concretoel Coto la Luz.

    Pero la vocacin minera de Hilarin sobrepaspronto las fronteras nacionales. Como en el casodel plomo de la pennsula, sus inversiones parecenresponder a oportunidades de negocio que vansurgiendo progresivamente para nuestro Hilarinminero-metalrgico. En 1860 crea una sociedadpara la explotacin de yacimientos de metales pre-ciosos en Costa Rica (esta inversiones y las si-guientes tomadas de Chastagnaret, 2005, p. 277).Poco tiempo, un empresario sardo, Serpieri, lepropone realizar unas inversiones en Laurin(Grecia) para el aprovechamiento de antiguos es-coriales (sobre los que tena la experiencia de losque se explotaron en Cartagena). Para esta em-presa constituy una primera sociedad en 1864,que tuvo unos problemas jurdicos, con lo que fi-nalmente se refundara en 1875 como C Fran-aise des mines du Larium.

    En Marsella construy una fundicin para eltratamiento de los minerales complejos proceden-tes de los yacimientos griegos. Adems, invirti endiversas minas en Cerdea, islas griegas y en elMagreb. Tuvo tambin intereses en Europa, ad-quiriendo la sociedad belga de Bleyberg, que sefusionar con su gran creacin como empresa mi-

    nera, que pasar a denominarse C Franaise desMines dEscombrera-Bleyberg, que analizaremosen el apartado siguiente. H. Roux no se qued es-tancado en estos negocios y en 1881 crea una so-ciedad de explosivos, denominada La Forcite, aimitacin de las fbricas de dinamita de Nobel. Setrataba de un producto en auge con el desarrollode los nuevos explosivos, que est adems muy li-gado a la explotacin minera.

    Como podemos observar, tras su profesin debanquero, que llevaba en la sangre, va apareciendopoco a poco una personalidad netamente empren-dedora en el mundo de la minera, que se plasmaen la formacin paulatina de un emporio mineroy metalrgico. La administracin de todo ese pa-trimonio ser cada vez ms compleja, teniendoque recurrir a la formacin de sociedades para ges-tionarlo con solvencia. Ello le llevar a la forma-cin de la sociedad que tratamos a continuacin,encargada de gestionar sus propiedades y derechosen la pennsula.

    C FRANAISE DES MINES DESCOM-BRERA

    En los aos setenta Hilarin Roux en un mo-mento de apogeo y de buenas relaciones con lospoderes locales y nacionales. En 1875 fue recom-pensado por D. Alfonso XIII con el ttulo de mar-qus de Escombreras. El nombre de este lugar,donde se ubicaba su fundicin adquirida casitreinta aos antes, ser el que tambin utilizarpara denominar a su nueva sociedad (ahora en sin-gular). Constituida el 14 de agosto de 1877, seform en base casi exclusivamente a las aportacio-nes de nuestro personaje. En el primer acciona-riado, en el que Roux representa la prcticatotalidad del capital, se constata el nivel de loscontactos internacionales alcanzado por Roux,que logra incorporar a prohombres de la industriacomo los Alsacianos Henri y Robert de Wendel,al banquero ateniense Jean Baptiste Serpieri (men-cionado anteriomente) y los ingenieros mile-Charles Collin y Remi Paquot, Junto a los

    HILARION ROUX, 1819-1898. AUGE Y DECADENCIA DE UN MINERO EMPRENDEDOR

    199

  • banqueros Jules Baccuet y milien Baccuet y loscomerciantes Eugne Fraissinet y Alphonse Baux,todos de Marsella. Para completar el cuadro se in-cluye, cmo no, a sus cuados, Eduardo y Simnde Aguirre.

    Hilarin se reserva aproximadamente el 79%de las 19.000 acciones de 500 (un monto total de9,5 millones de francos) con que se constituye.Esta capital se ampli en 1881 hasta 14.500.000francos, por la absorcin de la Compagnie desMines et Fonderies du Bleyberg, de la que RemiPaquot eran director, lo que motiv el cambio dedenominacin de la sociedad por CompagnieFranaise de Mines et Usines dEscombrera-Bley-berg (en adelante la denominaremos simple-mente Escombrera). Sobre la marcha se volvi asubir a 20.000.000 francos el ao siguiente, paracompletar las instalaciones de Bleyberg, donde seconstruy una moderna fundicin para el trata-miento de plomo, zinc y plata, as como para lacompra de ms concesiones mineras en Blgica(fig. 3).

    A veces se ha confundido esta sociedad comosi constituyera una iniciativa de la casa Rothschild.Como hemos descrito, responde a la iniciativa yla acumulacin de propiedades mineras durantevarios lustros de H. Roux. Su relacin con la men-cionada casa de banca (y el posible origen delerror) se limit a un contrato firmado en 1877,por el que se comprometa a entregarles al menos500 t al mes de plomo fundido durante los cincoaos siguientes6.

    El desarrollo de la Sociedad iba viento en popay cumpla con las expectativas que se haba pro-puesto. Frente a otras sociedades similares, que notuvieron mucha fortuna al intentar introducirseen el complejo mundo de la minera de sur penin-sular, Escombrera tena una ventaja: era el resul-tado de aos de paciente trabajo de informacin,

    de relaciones personales y de lenta adquisicin deminas y ttulos de sociedades. Slo con una basefuerte se poda penetrar con esperanzas en estemundo empresarial. Tenemos el caso de otra so-ciedades, como la Compagnie dAguilas, que sefund unos pocos aos ms tarde (1881) y queparta con un vasto proyecto de actividad mineraintegrada verticalmente, que inclua la extraccin,fundicin, trasporte y comercializacin de los mi-nerales. Poco tard en replegarse y tener que pagarsu audacia con sucesivos recortes en su capital, pa-sando de 30 millones en su fundacin a 15 en1887 y 7,5 en 1904. Otro tanto le sucedi a laSMM Pearroya, que en 1885 intent tambinpenetrar en el sureste, teniendo que abandonar susintereses en esta zona. Al final, ya en el siglo XX,con una estrategia diferente se introducir en laminera murciana. Lo lograr apoyndose en la ex-periencia y propiedades de otras sociedades, en es-pecial de la propia Escombrera, con la que sefusiona en 19127 (lm. 2).

    La actuacin de Escombrera fue ejemplar.Tuvo que enfrentarse a nuevos problemas que pro-venan de las dificultades por las que atraves laeconoma a finales de siglo XIX y, en especial, lasituacin del mercado de metales. La crisis finise-cular, como se le conoce a la coyuntura de estosaos, vino marcada por una bajada de los preciosde los metales. El descenso fue ms acusado en elcaso de la plata, ya que por esos aos la mayorade los pases desarrollados se suma a la causa delpatrn oro. La demanda de este metal con finesmonetarios baj, incrementando las dificultadesde los minerales del sureste. Pero, adems, paguna factura especial, que veremos a continuacin:la quiebra de la casa de banca Roux. A pesar detodo ello, sufriendo un cierto revs y retroceso na-turalmente, consigui mantener su actividad y se-guir siendo exponente de la minera de la Regin.

    M. . PREZ DE PERCEVAL M. . LPEZ-MORELL

    200

    6 El contrato (firmado el 1-8-1877 y ampliado luego hasta1885) estableca un crdito 500.000 francos, ARP 132AQ116y Carta de Weil a los Rothschild de 14-11-1879, ARP132AQ6208. Vase tambin Lpez-Morell, 2005, cap. 8.

    7 Sobre los avatares de la C dAguilas y de Pearroya, sus pro-blemas y evolucin vase: Prez de Perceval y Lpez-Morell,2008.

  • Como muestra de ello, Escombrera estar a la ca-beza de la produccin de la sierra de Cartagena-La Unin, llegando a tener ms de 30% del valordeclarado por las empresas mineras a principiosdel siglo XX (Prez de Perceval y Snchez Picn,2001, p. 58).

    LA QUIEBRA DE LOS NEGOCIOS DE HI-LARIN ROUX

    En el momento en el que todo pareca marcharpor buen camino y cuando se haba consolidadoy organizado un conglomerado minero alrededorde nuestro protagonista, se produjo en 1883 unainesperada suspensin de pagos de la Banca Rouxde Fraissinet et Compagnie. Se pona al descu-bierto con ella una serie de irregularidades en losmovimientos de efectivo por los metales que re-coga Hilarin Roux de la fundicin de Escom-brera. Estas irregularidades parecen estarrelacionadas con los problemas de la economa de

    finales del siglo XIX, a los que se enfrenta nuestropersonaje ya con cierta edad, en concreto con 64aos. El desfalco deja en suspenso el abono de1.391.161 francos, como se desprende de los in-formes que realiza la propia Escombrera-Bleyberg.Como hemos mencionado, el momento era muycrtico, por los problemas internacionales en elmercado de los metales, lo que provoca que golpeeduramente a dicha sociedad.

    H. Roux, hasta entonces presidente de Escom-brera-Bleyberg, tiene que retirarse de la gestin dela empresa, siendo sustituido a la cabeza de la so-ciedad por Remy Paquot. As mismo, desaparecentambin como miembros del Consejo de Admi-nistracin sus dos cuados. El nuevo presidentetuvo que iniciar un proceso de reestructuracin,que provoca que durante cuatro aos se deje deabonar dividendos. Adems hubo de ceder en1884 del arrendamiento de su mina ms preciada,San Juan y Santa Ana de Mazarrn, a la CdAguilas por 5 millones de francos, pagables en

    HILARION ROUX, 1819-1898. AUGE Y DECADENCIA DE UN MINERO EMPRENDEDOR

    201

    Distribucin de las acciones de la Cie des Mines et Usines dEscombrera en 1877

    Hilarion Roux 15.000

    E. Collin 200

    Henri de Wendel 500

    Robert de Wendel 500

    J.-B. Serpieri 400

    Remi Paquot 200

    Eduardo de Aguirre 400

    Simn de Aguirre 400

    Jules Baccuet 800

    milien Baccuet 200

    Eugne Fraissinet 200

    Alphonse Baux 200

    Total 19.000

    Fuente: Prez de Perceval y Lpez-Morell, 2008, p. 10.

    Figura 3. Distribucin de las acciones de la Cie des Mines et Usines dEscombrera en 1877.

  • Lmina 2. Portada del informe anual de la C Franaise des Mines et Usines d Escombrera de 1879.

  • anualidades y garantizado por una hipoteca. Estaltima sociedad basara su negocio en adelante enla explotacin de esta concesin. El saneamientose complet con un proceso de amortizaciones. Ladireccin prefiri seguir una actitud de cautela eco-nmica, conteniendo cualquier alegra financieray recortando el capital social. Ello no impidi quela sociedad mantuviera un ritmo de produccincreciente, ampliando el campo de actuacin y losacuerdos con otras empresas mineras.

    Por su parte, Hilarin Roux desaparece com-pletamente de la escena de los negocios minerosquedando en el anonimato. Al final, falleci enjulio de 1898, en Pars, cuando contaba con 79aos de edad. Despus de haber llegado a amasarun emporio bancario, minero e industrial que sedistribua entre varios pases, la vida haba dadocompletamente la vuelta, quedando en la miseria.En estos aos finales su importante papel en eldesarrollo de la minera espaola fue cayendo enel olvido. En la prensa murciana apenas encontra-mos eco de su muerte, simplemente unas peque-as apuntes de prensa. Quien le dedic msatencin fue la Gaceta Minera y Comercial deCartagena, que public una nota necrolgica quevolver publicar por la Revista Minera y que nos-otros reproducimos en la Ilustracin 3.

    En la memoria de la sociedad Escombrera-Bleyberg, su ms importante creacin minera, slose incluy una sucinta informacin en la que seda cuenta del fallecimiento de Hilarin Roux, se-alando solamente su papel de fundador de la so-ciedad (lm. 3).

    CONCLUSIONES

    La personalidad de Hilarin Roux es un expo-nente sealado de varios aspectos de la realidadsocial y econmica del siglo XIX. Desde su papelde corresponsal de la importante casa de bancaRothschild fue construyendo un complejo nego-cio que gira alrededor de la actividad minera, engeneral, y de la explotacin de las galenas argent-feras, en particular. No dej nunca su condicin

    de banquero, que fue la que le proporcion unprimer protagonismo, la que le encumbr en lasociedad de Marsella y la que, a la postre, acabdinamitando toda su fortuna.

    En nuestro caso, en relacin con el desenvol-vimiento de la actividad minera murciana, Rouxconstituye un campo de estudio excepcional de losavatares de este negocio. Slo a partir de un lentoy paciente trabajo se pudo ir introduciendo en laintrincada red que se teji alrededor de la activi-dad extractiva de la Regin. Tuvo que sortear lasdiferentes coyunturas productivas y tecnolgicas,enfrentarse a los problemas polticos, adaptndosea los cambios que se fueron produciendo en la le-gislacin de minas.

    Tuvo, por aadidura, que proporcionar unacierta lgica a su entramado de propiedades y de-rechos de arrendamiento mineros, que difcil-mente se podan organizar dadas las caractersticasque tena el laboreo en estas tierras. La extremasubdivisin de la propiedad en una infinidad deconcesiones que, a su vez, se distribuan en socie-dades repartidas entre una cantidad variable de ac-cionistas, a los que hay que unir las empresaspartidarias, proporciona un mapa catico de la ex-plotacin de los yacimientos de las sierra de Car-tagena-La Unin. Pero detrs de todo ello, comonos muestra la actuacin de Hilarin, hay que des-tacar la figura de determinados personajes, queson los que proporcionan cierta estructura en laque se poda sustentar el conjunto del negocio mi-nero de estas montaas.

    Hilarin Roux, a partir de este ncleo mur-ciano y una vez que estuvo afianzado en su lide-razgo a nivel regional, fue ampliando el campo deactuacin a otras zonas de la pennsula y a otrospases. Tambin, en este caso, las inversiones te-nan cierta relacin y coherencia con su centro ini-cial. El problema era mantener controladas todasestas actividades dados los medios de transporte yde comunicacin de la poca, amn de la dedica-cin a su profesin principal, la banca. Para ellotuvo que apoyarse en personas de su confianza, es-pecialmente con los que mantena una relacin fa-

    HILARION ROUX, 1819-1898. AUGE Y DECADENCIA DE UN MINERO EMPRENDEDOR

    203

  • Lmina 3. Nota necrolgica de Hilarin Roux publicada en la Revista Minera.

  • miliar. Este papel lo asumieron sus cuados. Msadelante, tuvo que reorganizar sus inversiones ensociedades, para que se gestionaran de la formams adecuada.

    Hilarin Roux, en suma, representa una figuradestacada de la historia murciana del siglo XIXque es preciso rescatar. Para ello sera necesario unestudio ms detallado de su actuacin, de sus re-laciones econmicas, sociales y polticas. Su an-lisis, en definitiva nos podra proporcionarmuchos elementos para comprender mejor el fun-cionamiento y el papel econmico y empresarialde la actividad minero-metalrgica en la economade Murcia del siglo minero por excelencia.

    BIBLIOGRAFA

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