hijos tiranos o debiles dependientes

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Hijos tiranos o dbiles dependientes. El drama del hijo sobreprotegido. Cmo me duelen los hijos sobreprotegidos!... Porque no slo hacen sufrir, sino que tambin sufren... y mucho! Los hay de toda s edades y todos cargan una gran culpa y autodesprecio. Si que me duelen los hijos sobreprotegidos!; aunque son el resultado de una dinmica familiar, ellos portan la etiqueta de "malos" o "fracasados". Los hijos sobreprotegidos se vuelven tiranos dictadores o dbiles dependiente s, porque sus padres no les pueden decir NO, porque no les ponen lmites, porque l es facilitan y solucionan todo, porque no los dejan vivir las consecuencias de s us actos y hasta les permiten que los maltraten. Y hay tantos de esos hijos en la actualidad! De ninguna manera quiero ser mal interpretada como una de esas personas que consideran que los nios y jvenes de estos tiempos estn "echados a perder" y que la s generaciones pasadas fueron mejores. Todo lo contrario! No slo creo, sino tambin estoy convencida, de que nuestros nios y jvenes son maravillosos y fascinantes y q ue la tendencia que los adultos tenemos a descalificarlos y considerar que se co mportan "mal" slo se debe a la eterna "brecha generacional" que ha existido desde siempre y que consiste en el hecho de que cada generacin de adultos des califica a la nueva generacin de jvenes, para afirmar que "en sus tiempos era mejo r". No obstante, creo tambin que en cada generacin se forman numerosos hijos sobr eprotegidos, debido a que muchos padres de la misma presentan una tremenda falta de autoridad, que es justamente lo que genera esta clase de hijos. Este fenmeno se ha dado sin duda en cada generacin, a lo largo de la historia. Pero resulta que aqu estoy yo, viviendo en esta poca y siendo parte de esta g eneracin de padres; y es por lo tanto, sobre la crisis de autoridad de los padres de sta poca, y de los hijos sobreprotegidos de estos tiempos, de lo que me toca h ablar. Es necesario que tomemos conciencia de los diversos factores y situaciones por los que los padres pasamos actualmente, los cuales nos hacen tan difcil el se r capaces de poner lmites a los hijos, de decirles NO cuando hay que hacerlo y de manejar una autoridad y disciplina sanas y amorosas, porque ni siquiera entende mos la importancia de ellas en la vida. Es indispensable darnos cuenta de todas las consecuencias desastrosas que l a falta de autoridad de los padres y la sobreproteccin hacia los hijos acarrea; n o slo al hijo que se le sobreprotege, sino tambin a las generaciones venideras, co mo lo veremos ms adelante. Yo creo y confo en que cuando un padre comprende la tra scendencia tan destructiva que tiene el hecho de sobreproteger a su hijo, entonc es ese padre despertar sus recursos internos que le permitirn retomar su autoridad cedida al hijo, tal vez sin haberse dado cuenta. Una familia es un sistema, un grupo de individuos de una misma clase y espe cie y como tal requiere una jerarqua que le d balance y orden y le permita existir de manera equilibrada y armoniosa. Las estructuras jerrquicas son necesarias par a la supervivencia en todos los niveles y, en el caso de la familia, implican un orden descendente de acuerdo con criterios de autoridad y poder. Esto significa que lo esperado -porque es lo sano- es que los padres ocupen el primer lugar en ese orden jerrquico. No porque sean mejores, superiores o ms valiosos, sino porque son los mayores, lo s procreadores. A ellos les corresponde tomar ese lugar de acuerdo con la armona y el orden natural de la vida. Observemos a la naturaleza ntegra, que nos confirm a la ineludible realidad de que las estructuras jerrquicas son necesarias para qu e existan el equilibrio, la armona y la vida misma. Cuando en una familia la autoridad y el poder recaen donde no deben estar, es decir en los hijos (uno o todos), el sistema se desequilibra, la dinmica de re lacin entre los miembros se confunde y trastorna, y desarmoniza profundamente a t odos y en todos los niveles. Por otra parte, tener tanto poder en la familia, pr ovoca en el hijo o los hijos que lo llevan, alteraciones de tipo emocional, como

la ansiedad y la angustia. Es demasiado pesado cargar sobre sus espaldas semeja nte paquete -la autoridad y el poder- que est "diseado" para las espaldas de los p rogenitores -los padres- no de los hijos. Un factor que nos hace difcil el poder ejercer esa autoridad es el tener un concepto errneo de ella, que nos conduce a creer que es algo malo, abusivo e inde seable o hasta pasado de moda. No lo es en absoluto! Es un factor indispensable p ara el sano funcionamiento de la familia y ms adelante nos quedar muy claro el por qu. En la medida en que los hijos crecen, la forma en que los padres manejan su a utoridad se deber ajustar a las nuevas circunstancias, pero no desaparecer. Los padres que son capaces de tomar el lugar que les corresponde en su fami lia y ejercer su autoridad con amor, pero tambin con firmeza, estn ofreciendo a su s hijos la mejor herencia, que trascender para el resto de su vida y la de sus de scendientes por venir. Te parece exagerado? No te culpo, pero espero que al termi nar de leer este libro te encuentres convencido de la importancia de este asunto , y te sentirs motivado para hacer los cambios necesarios en el manejo de tu auto ridad, si es que hay algunos por hacer. 1 Lo que ms me impresiona de Amrica es la manera en que los padres obedecen a sus hi jos. En la actualidad, los padres padecemos una monumental "crisis de autoridad". Y a firmo esto sin temor a equivocarme, porque lo veo constantemente en mi interaccin profesional con cientos de padres y madres. A m me preocupa la "crisis de autoridad" que nos aqueja, porque genera mucho s hijos sobreprotegidos y tiranos, cuyos dbiles padres les tienen miedo y tratan a toda costa de evitar decirles que NO para que no se enojen, o incomodarlos de alguna manera. En una reunin, alguien toc el tema de esa hermosa edad, entre los 3 y 5 aos, e n la que los nios tienen mucha curiosidad y hacen preguntas acerca de todo. Un ab ogado que se encontraba ah coment: "cuando mi hija de 3 aos comienza a preguntar, y o simplemente le respondo: 'ay, mi reina, ya no pienses tanto'". Los presentes hicimos toda clase de expresiones de indignacin, a las que l re spondi: jet: " Ya los viera a las 12 de la noche contestando preguntas a la nia!" Yo le ob

"Y qu hace una nia de 3 aos despierta a las 12 de la noche?" "Si la mandamos a dormir antes, hace unos dramas de miedo!", respondi el homb re, satisfecho con su excusa. Eso me record a una mujer que al referirse a su hijita de 3 aos, me dijo: "ay , Martha, le tengo tanto miedo!" Este temor a incomodar a los hijos de cualquier edad, por la reaccin que podran tener, lo he encontrada en muchsimos padres y madre s. El tenerle miedo a sus hijos convierte a los padres en tteres de los mismos y tener un padre ttere, dbil, manipulable e inseguro afecta de manera dramtica la vid a de los hijos, como lo compro-haremos ms adelante. En cierta ciudad donde recientemente impart una conferencia, cinco madres, s umamente preocupadas, me contaron algo por lo que estaban pasando sus hijos e hi jas quinceaeras, compaeros en el colegio. En esa poca, prcticamente todos los jvenes del saln estaban por cumplir 15 aos, por lo que haba fiestas casi cada fin de seman a. Pero una en particular era la que les preocupaba. Resulta que un compaero cele brara su cumpleaos en un rancho que era propiedad de su pap y quedaba a dos horas d e la ciudad. El padre se encargara de llevarlos y "cuidarlos" durante la celebrac in, que durara todo el fin de semana! Pero resulta que el pap era otro quinceaero como ellas. El tipo de hombre con un claro "sndrome de Peter Pan": el adolescente que no quiere crecer; en lugar d e cumplir con sus responsabilidades como padre, se la pasaba en fiestas con sus amigos solteros y muchos aos menores que l. Y este hombre sumamente irresponsable l levara y "cuidara" a ese montn de adolescentes durante el fin de semanal, sin olvid ar, por supuesto, los numerosos "six" de cerveza que no podan faltar. Ms adelante hubo un cambio de planes de ltimo momento, as que el seor "Peter Pan" slo llevara a l

os jvenes al rancho, pero l regre17189458214360 Adems de que soy madre, en mi quehacer profesional estoy en constante y estrecho contacto con cientos de padres de familia;00 Adems de que soy madre, en mi quehacer profesional estoy en constante y estrecho contacto con cientos de padres de familia;sara a la ciudad porque le haba surgido un asunto inesperado para esa fecha. Es claro el porqu esas madres estaban tan preocupadas de que sus hijas e hij os asistieran a la dichosa fiesta. Pero lo que me dej ms impresionada fue que me c ontaron: "Todo el santo da nos llamamos por telfono para hablar de lo preocupadas que estamos, lloramos, se nos va el sueo... estamos tan mortificadas!" Y yo les re spond: "por Dios!... simplemente dganles: hija ma, hijo mo, t no vas a ir a esa fiesta .. explquenles las razones... y punto!" Pero me impresion an ms, casi hasta quedarme sin habla, cuando al unsono, cada una respondi con su propia absurda exclamacin: "a y, se van a enojar!" "Van a creer que no los queremos!" "El mo me va a decir: 'pue s sa es tu opinin mam, yo de todas maneras voy a ir", "No se traumarn porque no los d ejemos ir?'"... Increble! Simple y sencillamente... increble! Cules son los factores que originan esta trgica y peligrosa "crisis de autorid ad" que nos aqueja a los padres hoy en da? Por qu no podemos decir No? Por qu nos cue sta tanto establecer una disciplina dentro del seno familiar? Qu nos lleva a quere r resolverles los problemas a nuestros hijos, darles todo en charola de plata y a manos llenas y facilitarles tanto la vida? Por qu permitimos que nos maltraten? Podramos condensar la respuesta en estos tres factores: Culpa. Ser parte de una "generacin de transicin". Amnesia. CULPA y cmo me impresiona la abrumadora cantidad de culpa que los padres cargamos hoy en da! Experimentamos altos niveles de este sentimiento como una pesada carga, que nos oprime el pecho y hasta nos quita el sueo. La culpa es un sentimiento "peligroso" no slo porque se siente muy feo... o tal vez justamente por eso. Es, en efecto, un sentimiento intenso que a veces no s ahoga, nos rebasa! Y como un mecanismo de compensacin, nuestro inconsciente gene ra toda una estrategia para bajar el nivel de este sentimiento, para "lavar" esa atormentadora culpa. Por supuesto, sta la podemos experimentar en toda clase de relaciones y situaciones, pero en el caso especfico de la relacin padres hijos, la culpa, insisto, es muy "peligrosa". Porque bajo su influencia vamos a cometer l as peores tonteras, como comprarles todo lo que exigen, dejarlos hacer todo lo qu e quieran sin ponerles lmites, solucionarles los problemas que generan y hasta pe rmitirles que nos insulten y maltraten. Los hijos que son "vctimas" de padres cul pgenos se convertirn sin duda en seres dbiles, dependientes, tiranos y ste es justam ente el perfil del hijo sobreprotegido. Veamos cules son las razones por las que los padres experimentamos esta culp a: a) Demasiada informacin Una mujer de ms de 80 aos me dijo hace poco: "ay, Martha, qu complicado es criar hij os hoy en da! En mis tiempos todo consista en esto: si era nia, haba que ensearle a s er buena ama de casa, esposa y madre; si se trataba de un nio, prepararlo para se r capaz de proteger y sostener a una familia; ensearles a ser buenas personas, y si se portaban mal, pegarles! Eso era todo. Pero ahora...!" En efecto, a diferencia de los padres de generaciones anteriores, los de ho y tenemos muchsima informacin acerca de la psicologa de los nios y adolescentes y so bre la educacin de los hijos en general, proveniente de toda clase de fuentes: libros, conferencias, pr ogramas de radio y televisin, prensa y cursos. Saber tanto nos hace conscientes d e los errores que cometemos en la educacin de nuestros hijos, y esa conciencia a su vez nos genera culpa y nos sentimos malos padres cuando los cometemos.

Podemos llegar a tener tormentosos y recriminatorios dilogos internos como st os: Le mand ese mensaje negativo a su identidad! Deb haberle dicho "te comportas egosta" , en lugar de "eres" egosta le voy a afectar su autoestima! Otra vez le grit! Voy a provocar que deje de escucharme para protegerse. Deb haber usado el "mensaje yo" y haberle dicho: "yo me pongo nervioso cuando t gri tas" en lugar de: "me pones nervioso con tus gritos!" Le cargu la responsabilidad y la culpa por mis sentimientos." Qu gran error comet!" Hoy no tuve tiempo de convivir con mis hijos, van a sentir que no me importan! Hice esto en lugar de aquello... Lo voy a traumar! Y la lista podra seguir... inte rminable... apabullante... No tiene nada de malo el que tengamos toda esa informacin que nos hace consc ientes de nuestros errores. Al contrario, saber es una bendicin y es tambin la fue nte de todos nuestros aciertos. De lo que hay que tener cuidado en este punto es de no hacernos a nosotros mismos ese juego condenatorio y cruel que puede resul tar devastador. No hay que perder de vista todos nuestros aciertos y virtudes co mo padres; hay que ser pacientes y compasivos con nosotros mismos y recordar sie mpre que estamos haciendo lo mejor que podemos. No nos preocupemos, la vida acaba de educar a nuestros hijos; y no importa cunto nos esforcemos, seguiremos cometiendo errores... muchos!; as es la naturaleza humana... iy est bien! Pasar poco tiempo con sus hijos sta es otra de las razones por las que los padres nos sentimos culpables. En la a ctualidad, algunas veces por necesidad y otras por puro gusto, muchos padres y m adres pasan casi todo el da fuera de casa. Este hecho por lo general causa eri el los un fuerte conflicto interno; un padre que trabaja muchas horas al da me dijo una vez que constantemente tiene una molesta vocecita interior que le dice: "deb eras pasar ms tiempo con tus hijos, ellos te necesitan, esta semana no has convivi do nada con ellos..." Para las madres, por lo general ese conflicto interno es peor, sobre lo cua l redundar ms adelante en la seccin titulada: "ser parte de una generacin de transic in". Rechazo y agobio Para una revisin profunda de este tema, te recomiendo que consultes los captulos 4 y 5 de mi libro Tu hijo, tu espejo, en el que encontrars un desarrollo ms amplio de estos dos aspectos. En este espacio lo presentar de manera muy concisa. Es un hecho que ser padre es una experiencia maravillosa y sagrada, pero ta mbin difcil. Es una tarea de 24 horas que dura muchos aos. Debido a eso, es normal entonces que nos sintamos agobiados y cansados a veces o a ratos, durante cierta s etapas o constantemente. No es enjuiciable ni condenable este sentimiento, por que es natural que suceda. Tambin es un hecho que los padres podemos sentir rechazo hacia un hijo o a t odos, que un hijo nos desagrade ms que los otros, que nos sea ms difcil aceptarlo y quererlo. Estos sentimientos de agobio y rechazo nos ca usan una de las mayores culpa s que se pueden tolerar. El solo hecho de reconocerlo en secreto, para nosotros mismos, nos hace sentir realmente malos y avergonzados. Es muy importante compre nder que estos sentimientos son normales y que, en lugar de reprimirlos o negarlos, encontremos maneras sanas de lidiar con ellos. Respecto al sentimiento de agobio, por ejemplo, yo recomiendo mucho que los padres, como pareja y como individuos, realicen actividades en las que no estn p resentes los hijos. Las parejas deberan salir sin hijos, cada semana o cuando se pueda: a cenar, al cine, a visitar amigos. Y de vez en cuando tomar unas vacacio nes sin hijos, aunque sea slo durante un par de das, es muy recomendable tambin. Es to no slo ayudar a mantener un bajo nivel de agobio que nuestro quehacer como padr es nos genera, sino tambin reforzar la relacin de t a t con la pareja, lo cual siempr e resultar sumamente til, y de manera particular, para cuando deba enfrentarse el

momento del "nido vaco" y los hijos se vayan. Por lo general, las madres pasan ms tiempo lidiando con sus hijos que los pa dres, ya que normalmente stos salen a trabajar fuera de casa; esto es ya de por s una actividad personal en la que los hijos no estn presentes. Pero aquellas madre s cuyo nico sentido de vida es cuidar y atender a sus hijos pueden llegar a desar rollar tremendos niveles de agobio, con todas las consecuencias que ste acarrea. Nadie duda de que su prioridad como madre siempre sern sus hijos y su hogar, eso es hermoso. Pero es importante que encuentren alguna actividad personal, como un deporte o pasatiempo, un curso, un grupo de apoyo, una labor de beneficencia, q ue les permita tener un espacio para s mismas, lo cual contribuir a que se sientan menos agobiadas. Los momentos ms viables para llevar a cabo este tipo de actividades sern cuan do los hijos estn en el colegio, porque no habr pendiente de que se queden solos; pero tambin existe la posibilidad de pedir apoyo a familiares o amigos confiables , para que en algunos momentos puedan cuidar a los nios y la madre disponga de un espacio para s misma. As tambin, en todos lados existen instituciones gubernamenta les o privadas que ofrecen todo tipo de opciones, como cursos, deportes, pasatie mpos y muchas otras actividades, en las que tambin proporcionan cuidado e interes antes actividades para los hijos, mientras mam hace lo suyo. Cuando se experimenta rechazo hacia un hijo, es necesario reconocerlo, porque ha y eficaces alternativas para sanarlo y transformarlo, las cuales presento en mi citado libro, que realmente te recomiendo que consultes. Ese rechazo reprimido y negado de los padres hacia un hijo puede deberse a muchos factores: lleg cuando no lo deseaban, es del sexo que no queran, o sencilla mente no les gusta porque se sale de manera radical de los parmetros que los padr es consideran como algo "adecuado o bonito". Rechazar a un hijo, como previament e mencion, genera en los padres altos niveles de este insoportable sentimiento qu e es la culpa. Entonces, para disminuirla lo sobreprotegen, permitindole ser y ha cer todo lo que quiera y hasta maltratarlos. Asimismo, cuando los padres son agresivos con sus hijos, experimentan enorm es niveles de culpa; sienten que no son buenos padres, lo cual los conducir tambin a esas patolgicas conductas de sobreproteccin con el fin de "lavar" su culpa y di sminuir la dolorosa sensacin que sta les causa. d) La creencia de ser "malos" padres Debido a que los padres tendemos a ser muy exigentes y condenatorios con nosotro s mismos, es fcil caer en la trampa de sentirnos malos; digmoslo de otra forma, es tamos convencidos de que podramos hacerlo mucho mejor. Desde un punto de vista es to es cierto, siempre puede haber mejor y tambin peor, lo cual depende de con quin nos comparemos. Pero si nos comparamos cada uno consigo mismo -que es lo adecua do y sano-, no hay nada que juzgar. Cada uno hacemos lo mejor que podemos de acu erdo con quienes somos. Con todos nuestros defectos y virtudes, limitaciones y r ecursos, ponemos sin duda nuestro 100% en esta labor de ser padres. Estoy conven cida de que ningn padre o madre hace algo intencionalmente para daar a sus hijos y arruinarles la vida. Tambin debemos estar conscientes de que siempre existe la bendita posibilida d de buscar ayuda profesional para sanar nuestras heridas emocionales y conflict os de personalidad; es importante, adems, que tomemos la responsabilidad de nuest ra vida para crearnos situaciones que nos permitan ser felices, porque un padre sano y feliz ser sin lugar a dudas un buen padre. Cuando un padre lleva mucho dol or emocional, frustracin y amargura, muy probablemente ser agresivo y cruel con su s hijos, lo cual de seguro le generar una enorme culpa, y despus... A "lavarla"! Y a dejar que ellos lo maltraten cumplindoles todas sus demandas. Algunos padres se sienten culpables y malos porque no pueden responder a la s exigencias de sus hijos en el aspecto acadmico. Hace poco una pareja me coment q ue estaban muy tristes y preocupados porque no podan dar a su hija de 19 aos lo qu e peda. Ella quera ir a estudiar su carrera en el extranjero. Cuando les present a sus padres el presupuesto de lo que eso costara, casi se desmayan de la impresin. E ra demasiado para ellos! Simplemente no podan! La desconsiderada hija reaccion muy enojada porque "no la apoyaban" y le est aba exigiendo al pap que vendiera el coche, as como una maquinaria que tena para un

negocio futuro que planeaba emprender y que adems sacara sus escasos ahorros par a que ella pudiera realizar su sueo. Llevar a cabo estas "ideas geniales" que la hija propona llenaba al padre de dudas y miedo; y aun cuando hiciera todo eso, lo ms probable sera que de todas maneras no le iba a alcanzar el dinero. Los padres me pidieron mi opinin al respecto y sta fue mi respuesta: "Dganle NO... y punto! Simplemente no pueden darle eso que pide. Dganle que es tn totalmente dispuestos a proporcionarle una carrera y apoyarla con todo su amor para que la realice de la mejor manera posible, pero en su pas, porque eso es lo que pueden darle. Una vez que ella la termine -o desde antes, como muchos jvenes lo hacen-, puede ponerse a trabajar y ahorrar el dinero necesario para que se p ague a s misma un posgrado en el extranjero. As de simple". En una ocasin, una pareja de amigos organiz una reunin en su casa de la playa, a la cual invitaron a otras cinco parejas. La hermosa casa quedaba a tres horas de la ciudad donde vivamos y la idea era que pasramos el fin de semana all, de vie rnes a domingo; todos los invitados fuimos preparados para ello. El sbado en la tarde son el celular de uno de los presentes: era su hijo de 2 1 aos. El pap manifest una gran inquietud durante todo el tiempo de la llamada y su tono de voz era dbil y bajo, como si estuviera asustado, avergonzado o ambas cos as. Todos lo observbamos atentos y sobre todo su esposa, que esperaba ansiosa el momento en que l colgara, para saber de qu se trataba el asunto. Por fin termin la llamada, y ante las miradas expectantes de todos se dirigi a su esposa para comunicarle: "dice que no ha comido en todo el da y preguntaba s i bamos a llegar hoy mismo o hasta maana". A la esposa se le solt en automtico una f uerte reaccin de preocupacin porque su hijito de 21 aos no haba comido. "Mejor vmonos ya" le dijo a su esposo. Todos reaccionamos e intentamos hacerles ver que era u na tontera que se tuvieran que ir por esa razn, como si su hijo no pudiera comer s i ellos no se encontraban ah para alimentarlo. La pareja trat de volverse a integr ar al resto del grupo y seguir platicando y disfrutando, pero se les notaba real mente preocupados e incmodos. Al fin ya no aguantaron ms y anunciaron su inmediata partida. No era de buen os padres el estarse divirtiendo, mientras su hijito se mora de hambre, y esa con viccin los llen de culpa. "Ya no vamos a poder disfrutar sabiendo que Alex no ha c omi do", dijo la esposa, casi orgullosa de ser tan buena madre. Algunos de los amigo s trataron de convencerlos de quedarse hasta el da siguiente como era el plan ini cial y de hacerles ver que no era correcto que consintieran as a su hijo. Pero na da los convenci. Y aunque parezca increble, empacaron sus cosas y se fueron, a pes ar de que ya eran alrededor de las 6 de la tarde. Cuidado con la culpa! Rajo sus efectos podemos volvernos tontos tteres de nuestros hijos y estupidizarnos a tal punto que podemos caer fcilmente en todos los chant ajes y manipulaciones imaginables; porque quien se siente culpable es sumamente manipulable. Tambin observo con frecuencia a muchas madres en la playa, en la alberca del hote l o del club, o en cualquier lugar de recreo o vacaciones. Parece que cuanto men os disfrutan y se ocupan ms de atender a sus hijos, dndoles la toalla en la mano, llevndoles un refresco, mejores madres son. Parece que si se dieran el permiso de tirarse al sol (o a la sombra) por un buen rato a leer, escuchar msica o simplem ente descansar, no son buenas madres. Las buenas son las que se pasan las vacaci ones cocinando y atendiendo a los hijos y a todo el resto del clan, sin tomarse. unas horas para su propia diversin y descanso. sas son las buenas! Si no lo hacen as, se sienten malas y culpables. No se trata de no atender y cuidar a los nios, sino de buscar la manera y la ayud a de otros adultos que les acompaan -comenzando por el padre- para que la madre p ueda tambin tener sus momentos de descanso y diversin. Incluso, muchos hoteles cue ntan con un "club de nios" donde los cuidan perfectamente, adems de que conocern a otros nios y realizarn fascinantes y divertidas actividades con sus nuevos amigos; mientras tanto, la madre tendr unas horas para s misma, como bien merecido se lo tiene. Y sigue siendo buena madre! Con frecuencia muchos padres me comentan situaciones que les causan culpa, que s

on verdaderamente absurdas, insignificantes e inofensivas. No obstante, a ellos les carcomen las entraas con esa tormentosa sensacin que la culpa genera, porque las consideran verdaderas tragedias. Un padre me cont que una noche, mientras se estaba lavando los dientes y pre parndose para dormir, su hijo de 8 aos le grit desde su recmara: "pap, ven! ", a lo qu e l respondi con un: "ahorita voy", y se tom unos breves minutos para terminar lo q ue estaba haciendo. Acto seguido, fue a la recmara de su hijo para ver qu se le of reca, pero lo encontr ya profundamente dormido y decidi no despertarlo. Le cost much o trabajo conciliar el sueo por la culpa que senta de no haber atendido de inmediat o! el llamado de su hijo, considerndose un mal padre por ello. Una madre, por su parte, me platic llorando que la tarde anterior su hija de 12 aos le pidi que le hiciera un morralito de mezclilla. Fue a la tienda a compra r la tela y los adornos que le pondra y regres a casa con toda la intencin de hacer lo durante la tarde, para que su hija lo estrenara al siguiente da. Pero las cosa s no sucedieron as; llegaron visitas, despus el hijo menor se sinti mal y tuvo que llevarlo al doctor, atendi una cantidad de llamadas y luego se hizo de noche y ll eg la hora de hacer la cena. La agobiada madre simplemente no tuvo tiempo de sent arse en paz a hacer el famoso morralito, el cual tuvo que esperar su turno para el da siguiente. Eso la hizo sentirse realmente culpable. Creme, por favor! Esas cosas no trauman a los hijos! Detengamos ya por Dios ese juego ridculo de estarnos sintiendo culpables todo el tiempo, a veces por nimied ades como stas! Tus hijos no necesitan una madre o un padre llenos de culpa y por consiguiente manipulables y dbiles. Necesitan padres maduros, adultos fuertes y con dignidad... con mucha dignidad! Y qu es la dignidad sino el respeto por uno mis mo? La dignidad me encanta!; significa reconocer tus errores, pero tambin perdonar te por ellos, porque no pudiste hacerlo mejor; y saber con toda certeza que, aun as, sigues siendo valioso, maravilloso y digno de todo lo bueno que la vida tien e para darnos. Una madre me coment hace poco en una conferencia que su hija de 32 aos continuamen te le reclamaba lo mala madre que haba sido y cmo le haba arruinado la vida. Me dij o con voz entrecortada por el llanto: "yo ya me perdon, pero ella no me perdona". Le dije que me daba la impresin de que tal vez ella misma no se haba perdonado co mo pensaba, sino que en realidad todava estaba cargada de culpa, porque segua sien do vulnerable a la manipulacin de su hija a travs de esos reclamos. Le dije que ta mbin me daba la impresin de que, por la misma razn, acceda a todas las exigencias de la hija, le daba dinero, le compraba coche, haca todo por ella como si fuera una nia chiquita. La madre me respondi que, en efecto, todo eso haca por su hija. Yo le contest entonces, con ese tono de voz y lenguaje corporal que inevitable y espontneamente me surge cuando me indigno: "basta?... basta ya! Ya le has pedido pe rdn y has tenido la humildad de reconocer tus errores. Ella ahora es un adulto y es responsable de buscar ayuda profesional para sanar los efectos de tu supuesta 'mala' actuacin como madre. Basta ya de que ella se est haciendo la vctima y reclamn dote para hacerte sentir culpable y obtener todo eso que obtiene de ti; todo lo que haces por ella para compensar tu culpa! Y en todo caso: qu est haciendo una muj er de 32 aos viviendo todava en tu casa como si fuera una niita?" En cuanto termin de hablar, los mil cuatrocientos padres de familia que estaban p resentes aplaudieron estrepitosamente y lanzaron toda clase de expresiones de jbi lo. Al parecer, el saco les haba quedado a todos. Termin la conferencia afirmando que me siento satisfecha y en paz con mi funcin co mo madre, porque he puesto en ello mi cien por ciento; y lo que no hice mejor o no hice en absoluto es simplemente porque no pude... porque hasta ah me dio mi cap acidad! Me llam la atencin que al terminar la conferencia, muchos padres y madres se me acercaron para darme las gracias por haberlos "liberado" de su culpa; y durante los das posteriores recib n umerosos correos electrnicos de quienes estuvieron presentes en la conferencia, h acindome el mismo tipo de comentario. Debido a que consider que este caso -que esa madre me ofreci-, me sera de gran util

idad para los fines de este libro, cuando ella se acerc a m al final de la confere ncia le coment que lo estaba escribiendo, y adems le ped su permiso para hacerle al gunas preguntas sobre la relacin con su hija, que, le expliqu, me ayudaran a confir mar mis hiptesis sobre la parte ms profunda de esto. Ella acept con mucho entusiasm o y cario. Analicemos, pues, este caso con mayor profundidad, porque hay mucho ms que aprend er y descubrir en l. Para que haya baile se necesitan dos. Para que se d una dinmica en una relacin como la mencionada, es porque las dos partes, en este caso la madre y la hija, tiene n "ganancias secundarias" derivadas de esa dinmica; es decir, ambas obtienen algo que necesitan y les conviene. La hija, dinero y comodidades, y la madre, compaa. Si la madre realmente se saliera de ese juego patolgico de culpa/manipulacin, gene rara la dignidad y las agallas necesarias, para poder decirle a su hija: "es tiem po de que vueles con tus propias alas". Pero eso no es lo que la madre quiere, p orque la necesita para que le haga compaa y le llene los espacios vacos de su vida carente de propsito y sentido. Entonces la bija "le cobra" el estar ah, el tener q ue truncar su propio proceso de desarrollo y cortar sus alas, para quedarse a ac ompaarla. Y odio decirlo, pero, a menos que una de las dos tome conciencia de est o y se involucre en un proceso -cualquiera que sea de crecimiento personal y cur acin-, seguirn atrapadas en ese juego patolgico, pero conveniente y cmodo para ambas , tal vez por el resto de su vida... con toda la infelicidad y el dolor que esta situacin les pueda acarrear. Independientemente de que el mantener a los hijos adultos en una situacin de nios dependientes tenga en algunos casos el propsito de que se queden en casa para hac erles compaa a sus padres, tambin puede ser otra de las manifestaciones de la culpa de los padres, que los sobreprotegen para compensarla. Y ah los tienen... treint ones, cuarentones y hasta cincuentones mantenindolos, dndoles todo en charola de p lata, impidindoles convertirse en adultos para que se rasquen con sus propias uas. Los padres del reino animal saben exactamente cundo es momento de que sus hijos s e vayan de la guarida o del nido. Saben que quedarse ms tiempo ser malo para ellos . Y si no se van por voluntad propia, sus padres los corren: los atacan, los emp ujan, les gruen, como diciendo: "ya te ense a cazar, a volar, a vivir; es tiempo de que te vayas y sigas por tu cuenta". Los padres del reino vegetal saben exactam ente cundo botar de la rama a sus hijos, los frutos, porque si los dejan ms tiempo , se echan a perder, se pudren. Muchos padres, humanos, en cambio, retienen a su s hijos, dependientes y mantenidos, porque quieren hacerles la vida fcil... pobre citos... no se vayan a cansar!... Esta situacin genera dramticas consecuencias en su vida, como veremos ms adelante. SER PARTE DE UNA "GENERACIN DE TRANSICIN" El concepto "generacin" fue desarrollado por el filsofo espaol Jos Ortega y Gasset e n 1930. A l se le reconoce ser el creador de la primera teora sobre las generacion es. Ortega lo define as: "una generacin no es un puado de hombres ilustres, ni simp lemente una masa: es como un nuevo cuerpo social, que ha sido lanzado sobre el mb ito de la existencia con una trayectoria vital determinada. La generacin es el co ncepto ms importante de la historia y, por decirlo as, el gozne sobre el que sta ej ecuta sus movimientos" .2 A las personas nacidas entre 1952 y 1976 -aunque pueden considerarse como dos ge neraciones- las englobo en lo que llamo una "generacin de transicin", debido a que , de alguna manera, estamos en medio de las generaciones anteriores, en las que los cambios de todo tipo se daban de una forma muy lenta, casi imperceptible, y las generaciones futuras, a las que les tocar vivir en todo su esplendor las cons ecuencias desastrosas o benficas de lo que los seres humanos hemos creado hasta h oy. Somos la generacin que ha sido y sigue siendo testigo de impresionantes cambi os en todas las reas de la vida humana. Algunos para bien y otros para mal, pero tan gigantescos que a veces hasta resulta difcil adaptarse a ellos. En generaciones anteriores haba modelos a seguir, bien establecidos y claros. Per o en muchas formas, esos modelos que para las generaciones anteriores funcionaba n a la perfeccin no son funcionales para la vida actual. Por esta razn nosotros, l os adultos de hoy, estamos abriendo nuevos caminos por territorios nunca antes t ransitados, a veces errando y a veces acertando, llenos del entusiasmo que da el

ser pioneros, pero tambin de la confusin y las dudas que surgen del transitar por territorios desconocidos. La evolucin es inevitable y cada generacin presenta nuevos retos. Los nios y jvenes de ahora sin duda alguna cuentan con recursos que sus padres no tienen. As fue ta mbin cuando nosotros ramos nios y jvenes. No obstante, es un hecho incuestionable qu e en esta generacin y en todos los aspectos las cosas han cambiado... y mucho! Par ece ser -como ya mencion- que en generaciones anteriores los cambios entre una y otra no se daban de manera tan rpida, radical y gigantesca como sucede en la actu alidad. Hace poco platicaba con un grupo de personas acerca de este tema. Alguien coment aba cmo antiguamente los avances tecnolgicos se daban de una manera muy lenta, y p untuaba una interesante lista de los tremendos adelantos que se han dado simplem ente en los ltimos SO aos; deca: "si nuestros bisabuelos y abuelos hubieran visto e l fax, el internet, los telfonos celulares, los vuelos espaciales, etc., no lo hu bieran podido creer". Y yo pienso que tampoco hubieran podido creer la inteligen cia creativa y aguda de los nios y jvenes de la actualidad, su ingenio para entend er esa tecnologa con la que casi todos los adultos batallamos, su tremenda y a ve ces apabullante pasin por la vida y su fuerza transformadora. Es un hecho que a n uestros bisabuelos y abuelos no les toc lidiar con hijos as... a nosotros s. En cuanto al tema de la crianza de los hijos, los padres de generaciones anterio res ejercan una completa autoridad sobre los suyos. He escuchado a muchos adultos decir cosas como: "cuando yo era nio, mi padre nos controlaba con la sola mirada "; "si yo le hubiera respondido a mis padres como mis hijos nos responden a noso tros, me hubiera quedado sin dientes a la primera"; "cuando mis padres decan NO, haba que obedecer sin cuestionar"... y una larga lista de situaciones como stas. En la actualidad, con la idea de no ser tan autoritarios como lo fueron nuestros padres y abuelos y debido a todo lo que sabemos sobre psicologa infantil y adole scente, sobre la educacin de los hijos, los derechos de los menores, los efectos negativos de la represin y el control excesivo, entre otras cosas, los padres nos hemos ido hacia el otro extremo: "no le digas NO porque lo reprimes; no le pong as lmites porque le destrozas su autoestima; no le digas eso porque lo traumas; dj alo hacer todo lo que quiera para que no trunques su desarrollo", y otra cantida d de creencias como estas que no s quin las invent, pero que no tienen nada que ver con la realidad. El hecho es que nos hemos credo todos esos mitos como si fueran verdad, lo cual h a contribuido a que nos vayamos al extremo opuesto con respecto a las generacion es anteriores: stas ejercan la autoridad absoluta... nosotros no ejercemos autorid ad alguna. El reconocido socilogo y escritor William H. Whyte Jr. expresa: "en nuestra actual atmsfera permisiva, la idea de que el individuo debera ser responsabilizado por la manera en que se comporta es, por supuesto, algo pasada de moda... Un ar tculo en la revista American Magazine, de forma humorstica pero aprobatoria, acons eja: 'si tu hijo te saca la lengua y te llama anticuada y repulsiva bomba ftida', slo ignora el insulto y regocjate en secreto de que tienes un hijo normal. l simpl emente est canalizando sus sentimientos agresivos de manera inofensiva, a travs de la proyeccin verbal".3 sta es una preocupante manifestacin de esa confusin y de una peligrosa crisis de autoridad. Pero es sana la autoridad? Cmo y hasta dnde hay que ejercerla? Hay que establece r una disciplina en nuestro hogar? Para qu sirve en la vida? En el siguiente captul o tratar ampliamente estos temas, porque comprenderlos y actuar en funcin de ellos ser la salvacin no slo de nuestros amados hijos, sino tambin de las generaciones po r venir. Por otra parte, muchos individuos estn convencidos de que para ser buenos pa dres, hay que ser amigos de sus hijos. Tus hijos ya tienen amigos! De su edad! Tus hijos necesitan que sus padres sean sus padres, no sus amigos. Padres amigables , por supuesto, pero padres! Esta creencia de que hay que ser amigos de los hijos es, en mi opinin, una de las situaciones que contribuyen a reforzar esta "crisis

de autoridad" que nos aqueja. 1871980816546500Otro asunto que se deriva de esta confusin que los padres ex perimentamos actualmente es el relacionado con las tareas escolares. Los padres de generaciones anteriores por lo general dejaban esa responsabilidad en las man os de sus hijos, que es justo donde debe estar. Pero los de esta generacin, por a lguna razn, suponemos que es nuestra responsabilidad sentarnos cada da al lado de nuestros hijos a hacerla. Y yo me pregunto: para quin es la tarea? Para el nio o par a mam y pap? Aun cuando en muchas instituciones escolares los directores y maestros aconsejan con insistencia a los padres que deben sentarse a hacer la tarea con sus hijos, mi opinin es que hacer esto es un error. No es sano que los padres tengan sobre sus espaldas esa responsabilidad que le corresponde al hijo, el cual llega a con vencerse de que en realidad es de sus padres; y de esta manera es comn que suceda que si la mam sale de casa en la tarde, el hijo no empieza su tarea hasta que el la llega y lo sienta a su lado para comenzar a trabajar. Otros nios toman de plan o una actitud totalmente pasiva y actan como simples espectadores, mientras que l a mam busca en el libro, borra los nmeros equivocados, dibuja el margen, hace el r esumen, le dicta lo que debe escribir, etctera. Una agobiada madre que tiene que trabajar para mantener a sus dos hijos regresa a casa alrededor de las 7 de la noche. "Y todava tengo que llegar a hacer tareas!" , me expres abrumada ea una ocasin. "A hacer, o a revisar?", le pregunt. "A hacer!, m is hijos esperan hasta que yo llego para comenzar" Y qu hacen durante toda la tard e mientras t ests en el trabajo?", le cuestion. "Pues juegan y ven televisin", me re spondi resignada. Quin nos convenci a los padres de que la tarea que la maestra deja cada da es para n osotros? Dnde se nos perdi la delgada lnea que divide el apoyar a nuestros hijos y e l quitarles una responsabilidad que a ellos les corresponde, para asumida como n uestra? Cuidado con esta actitud! Porque el mensaje que con ella le damos a nuestros hijo s no les ayuda para la vida, no les conduce a desarrollar su capacidad de tomar sus propios compromisos y responder a ellos; por el contrario, les ensea a desent enderse de ellos y esperar a que otros los asuman y los resuelvan, tal como los padres lo hacen con su tarea. Todos sabemos lo que una actitud como sta puede est orbar y afectar en todas las reas de la vida. Nuestra funcin corno padres en este asunto de la tarea es tan simple como es to: estar ah por si realmente necesitan nuestra ayuda, sugerirles dnde investigar, revisar lo que sea necesario y dejar el resto en sus manos. T no estars a su lado toda la vida para hacer las cosas por tus hijos, por eso es tan importante que les ayudes a desarrollar su capacidad para asumir sus propios compromisos o prob lemas y responder a ellos. sa es, sin duda alguna, una de las ms valiosas herencia s que un padre puede dejar a sus hijos. Otra faceta de esta "generacin de transicin" de la que quiero hablar es la gr an confusin y conflicto interno que las mujeres actualmente experimentamos. Las d e generaciones anteriores, nuestras madres y abuelas -quienes han sido nuestros modelos femeninos-, no hacan las cosas que las madres de ahora hacemos, como estu diar, trabajar o salir con amigas. Llevar a cabo estas actividades fuera de casa a la mayora de las madres les genera un gran conflicto interno entre el "debo" y el "quiero". Se preguntan en secreto, con una voz bajita y titubeante que surge desde lo ms profundo de su ser: "estar bien que haga esto o ser puro egosmo? Les va a afectar a mis hijos? Tengo derecho a realizar mis sueos?" Si, claro que tienes der echo! Pero es muy importante saber cundo y cmo, porque a veces nos perdemos entre concedernos el derecho y confundir las prioridades de la vida. Hace poco platicaba con una joven madre primeriza; me cont que cuando su beb cumpliera un mes, lo llevara a la guardera y ella regresara a trabajar, porque su c arrera es importantsima. Tal vez mi silencio le dijo ms que las palabras que me hu biera gustado pronunciar, porque de inmediato comenz a darme toda clase de razone s para fundamentar su decisin. Me dijo: "eso ser muy bueno para que aprenda a socializar!" Y ante mi silencio, qu e se hizo an ms solemne, sigui fundamentando el asunto con otros comentarios tan ab

surdos como el primero; pareca empeada en convencerme y obtener mi aprobacin. Creo que mi silencio se le hizo insoportable, hasta que de plano me dijo: "Martha, dam e tu opinin por favor!" Me dio gusto que me la pidiera, porque pude expresarle lo siguiente: "Uno, cinco o veinticuatro meses de edad no es el momento de socializar! Es el mo mento para estar con mam y establecer la `confianza bsica', que es la tarea que co rresponde a esa etapa de la vida. Se traduce en confianza en s mismo, en la vida, en otros, y crea lazos saludables que hacen al nio sentirse amado, protegido y s eguro, todo lo cual lo beneficiar para el resto de su vida". Me duele cuando escucho a las madres jvenes que han decidido dejar a su beb para i rse a trabajar. Algunas madres TIENEN que hacerlo, porque el irresponsable padre de sus hijos les ha dejado toda la carga de su manutencin; y si ellas no trabaja n, sus hijos simplemente no comen. Ante esas madres, que no tienen otra alternat iva ms que dejar a sus nios para irse a trabajar, me quito el sombrero. Aqu me esto y refiriendo las mams "modernas", que no entienden las prioridades de la vida, qu e no conocen el significado de la palabra "postergar", que suponen que su empleo o su carrera es ms importante que cuidar a sus bebs. Y yo me pregunto: para qu tien en bebs si no quieren cuidarlos? Por fortuna no todas las madres jvenes toman esta clase de decisiones, pero s much as de ellas. Yo he llegado a pensar que quiz esta "desconexin" con su rol maternal sea uno de los factores que influya en el hecho de que en la actualidad muchas madres tengan que someterse a una cesrea para tener a sus bebs. Dicho de otra form a: dar a luz es un acto natural y espontneo que el cuerpo femenino, movido por el instinto materno, sabe hacer muy bien, a menos que la mujer no est en armona con su parte maternal. Mis queridas y hermosas madres jvenes: qudense al lado de sus bebs en lugar de irse a trabajar! Concdanles la insustituible dicha de pasar los primeros aos de su vida con ustedes, que son irremplazables! Escrbanle una carta a su "parte profesi onista", explicndole que tendr que esperar a que sea su momento para desarrollarse , porque lo ms importante en el presente es su beb. Comprendan el significado de l a mgica palabra postergar, que cuando se aplica a las realidades de la existencia , genera la paz y aceptacin que da el entender que HAY UN TIEMPO PARA CADA PROPSITO EN LA VIDA! Y a las miles de madres que TIENEN que trabajar para mantener a sus hijos, con el profundo respeto que les tengo quiero sugerirles algo: escrbanle una carta a sus hijos o dganles directamente que se van a trabajar porque necesitan hacerl o, no porque no desean estar con ellos; que ellos son lo ms importante para usted es, que los valoran y aman ms que a nada en el mundo. No importa la edad que sus nios tengan, aun si son bebs, recibirn este mensaje que les beneficiar ms all de lo im aginable. Y durante su jornada de trabajo, cada vez que sea posible, visualcense a s mismas abrazando y besando a sus hijos, confiando en que ellos reciben este a moroso y sanador abrazo que fortalece los lazos emocionales entre ustedes... y mu cho ms! AMNESIA Haber olvidado lo que somos es la tragedia ms grande que nos ha sucedido a los se res humanos. La amnesia existencial que padecemos, en el tema de la paternidad, se manifiesta con el olvido de esta gran verdad: los padres podemos mucho ms de l o que suponemos y sabemos mucho ms de lo que creemos... Pero lo hemos olvidado. N o recordamos que dentro de nosotros hay un mago/maga, un sabio/sabia, un soberan o/soberana y un corazn lleno de amor, que juntos nos dan la capacidad de saber cmo, y no slo eso, sino ta mbin de ser capaces de llevarlo a cabo. Es impresionante la falta de confianza en nuestro propio criterio, sabidura y capacidad, que nos lleva a andar siempre buscando las respuestas afuera, que a lguien nos diga cmo, que los dems nos den su opinin sobre qu hacer con nuestro hijo. Y quin podra saber mejor que t, que lo concebiste, lo llevaste en tus entraas y has vivido con l por X cantidad de aos? Por qu supones que otros saben ms y mejor que t lo que es conveniente decir o hacer con tus hijos?

Bajo el influjo de esta lamentable amnesia existencial, nos sentimos perdid os, solos y sumamente temerosos, da a da, en la realizacin de nuestro quehacer como padres. Pero es posible reactivar esa memoria perdida, despertar a esos persona jes dormidos para que comiencen a trabajar por nosotros y nos hagan ms fcil la vid a. Cmo?: quedndonos quietos para sentir los latidos de nuestro corazn, respirar prof undo, hacer silencios, meditar o simplemente convocar su ayuda. Estos personajes son partes de ti mismo, facetas de tu propia naturaleza superior, y siempre res ponden. Entonces, cuando el sabio despierta, sabemos cmo!, cuando el soberano despier ta, tenemos el poder y la autoridad para hacer que suceda! Cuando el mago despier ta, activamos las leyes de la vida que hacen que todo fluya fcil y armoniosamente! y cuando el corazn despierta, el amor es la fuerza que inspira e integra a todos los dems! Qu perfecta combinacin! Esto es en serio, cuando despertamos e integramos a todos nuestros personajes/ recursos dormidos, comienzan a trabajar para nosotr os como un equipo; no tenemos que hacer nada, slo hay que dejarlos actuar. Ellos saben muy bien cundo es el momento para que intervenga el soberano o el sabio, el mago o el corazn y de qu manera debe intervenir. Si lo deseas y para facilitar el proceso de despertarlos y activarlos, haz contacto con cada uno, visualizndolo, dndole una forma, conocindolo, hablndole y hasta ponindole un nombre. Te sorprender el darte cu enta de que, en efecto, esas partes de ti existen y trabajan para ayudarte. Tambin tenemos amnesia con respecto a la infinidad de fuerzas, leyes, seres mgicos o seres espirituales -como t quieras llamarles- que nos asisten constanteme nte en la vida, que nos protegen y nos guan tanto a nosotros como a nuestros hijo s. Hay tantos recursos invisibles a nuestro servicio!... Pero lo hemos olvidado.. . 2 Disciplina? Para qu?! Algunas personas consideran la disciplina como algo pasado de moda. Como una mon serga que se aplicaba en la Antigedad, con el nico fin de hacerles la vida incmoda a quienes eran vctimas de ella. La verdad es que la pobre disciplina ha sido dist orsionada, devaluada, desacreditada, malinterpretada y difamada a lo largo de lo s aos, a tal punto que la sola palabreja nos des Le agrada. Pero yo quiero reivindicarla, mostrar su belleza y su poder y as motivar a los padres a comprenderla e invitarla a vivir n su hogar... si as lo deciden. . "La disciplina es una misteriosa cara del amor." Pido perdn al autor de esta s abia y hermosa afirmacin, porque no recuerdo su nombre. La le hace aos y me fascin. Q u perfecta manera de expresar esa gran verdad! En efecto, la disciplina tiene tod o que ver con el amor, aunque a veces no lo parezca. No parece amor dejar llorar a un nio porque le dijimos NO a algo, o a un adolescente 'sufrir' porque no le dam os un permiso o porque tiene que esperar un mes para que le podamos comprar lo q ue nos pide. No parece amor, pero lo es! Empecemos por entender qu es en verdad esta valiosa e incomprendida amiga de los seres humanos que llamamos disciplina, y que ms tarde -as lo espero- de esa compre nsin pueda surgir la conviccin de que es necesaria y que har la vida de nuestros hi jos ms fcil, exitosa, productiva, sana y feliz. Me encanta la manera en que la Enciclopedia de la Vida, de Bruguera Mexicana de Ediciones, define a la disciplina: "la disciplina es la cap acidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir un bien. Exige unos lineamientos para poder lograr los objetivos deseados, soportando las molestias que esto ocasiona. Para adquirir este valor se necesita la capacidad de pedimos i nosotros mismos [...1". ti, efecto y sin lugar a dudas, para lograr cualquier cosa en la vida tenemos qu e ser capaces de aguantar, postergar, esperar, esforzarnos, aceptar, lucha; busc

ar, perseverar, tomar y dejar ir. Es por eso que sin disciplina es imposible rea lizar sueos. As pues, la disciplina va mucho ms all del hecho simple de establecer normas y segu irlas; es en su sentido ms profundo un nimo interior, una actitud ante la vida, co n base en la cual somos capaces de establecer y cumplir compromisos no slo con ot ros, sino tambin con nosotros mismos y con la vida. En este espacio yo hablar del "para qu" de la disciplina, y en el captulo 5, en la seccin "Cmo dejar de sobreprote ger a un hijo", presentar algunas recomendaciones concretas acerca del "cmo", aunq ue slo de manera condensada y breve, debido a que ste no es el tema cardinal del p resente libro. Para tener una amplsima y completa informacin, as como una gua acerca de los "cmos" r especto a establecer reglas, negociar y solucionar conflictos con tus hijos, te recomiendo que leas algunos de los maravillosos libros que ya existen sobre el t ema y que dedican cada una de sus pginas a presentar esos tiles y efectivos "cmos". Entre esos buenos libros se encuentra el P.E.T.,' que sigue siendo mi favorito y recomiendo ampliamente. Ojal todos los padres lo puedan leer. 1880870829056000As pues, si comprendemos el "para qu" de la disciplina en la vida, podemos darle la importancia que merece. Y urge que se la demos! LA DISCIPLINA DESARROLLA LA "TOLERANCIAA LA FRUSTRACIN" Frustracin es el sentimiento de impotencia, desilusin, decepcin, tristeza e ira, qu e se origina cuando queremos y no podemos; cuando lo queremos YA y tenemos que e sperar; cuando queremos que la realidad sea verde y sabor chocolate, pero es roj a y sabor vainilla. La "tolerancia a la frustracin" es la fuerza de carcter, la fo rtaleza interior que nos permite soportar y sobrevivir a las tormentas de la vid a, lograr metas, superar obstculos, realizar sueos, ser productivos, independiente s y capaces de resolver problemas. Una persona que no la tiene es dependiente, db il de carcter y no puede hacerse responsable ni de su propia vida. Quien no tiene tolerancia a la frustracin sufre ms, porque cuando la vida no es como la desea o no suceden las cosas como las espera, no puede soportarlo. Y vaya que con mucha f recuencia las cosas no suceden como queremos! Una madre me cont que su hija de 13 aos azota puertas, avienta objetos, llora a gr itos y la "castiga" a ella encerrndose en su cuarto sin comer, cada vez que cocin a algo que no le gusta. La madre, preocupada porque su princesa no coma, va a to carle la puerta y a rogarle que salga para cocinarle lo que s le gusta. Yo le cue stion: qu va a ser de tu hija cuando le suceda algo de veras difcil en la vida, si n o es siquiera capaz de soportar que haya algo de comer que no le gusta, porque c asi se muere de sufrimiento? Le dije que su hija est en todo su derecho a que no le guste la comida, pero que en lugar de responder a su berrinche de la manera c omo lo hace, sera bueno decirle: "ests en todo tu derecho a que no te guste lo que cocin y a no comrtelo; preprate algo que s te guste". Y si un hijo en esta situacin sigue con su berrinche y amenaza con no comer, no debemos entrar a su juego; ya le dar hambre y comer; ningn hijo es tan tonto como para morir de hambre por puro g usto. Hace un par de aos presenci una escena que me impresion: un nio de unos 7 aos estaba con su pap en el sper mercado. El nio estaba haciendo tremendo berrinche porque que ra un juguete; su padre le deca con un tono de voz tan incongruente y dbil que nadi e se lo creera: "ya te dije que no te voy a comprar ningn juguete hoy". El nio resp ondi: "si no me lo compras no respiro" y acto seguido tom una gran bocanada de air e y se tap nariz y boca. Aunque parezca increble, el padre cay en la trampa!, asusta do, rpidamente tom el juguete y se lo dio, al mismo tiempo que le suplicaba a grit os: "respira, respira!" y luchaba por quitarle la mano de la nariz. Yo me qued imp actada por la debilidad e ingenuidad (por no decir estupidez) de ese padre, que se deja manipular de esa manera, que no sabe que ningn nio es tan tonto como para morirse asfixiado por puro gusto. Otro caso: una mam lleg a terapia por un tema relacionado con su hija de 9 aos. "Tie ne 186 borradores y 67 bolsitas Martha! Cada vez que vamos a alguna tienda ha de salir con al menos uno de cada uno!", se quej ante m como si la nia fuera la culpab le de eso. "Y por qu se los compras?", le cuestion; "pues... s..." me respondi con un leve tono de voz, como sorprendida de darse cuenta de eso.

La razn por la que decidi ir a terapia era porque la nia ya estaba presentando comp ortamientos que la tenan muy preocupada: cuando la mam se negaba a comprarle un bo rrador o una bolsita, ella los tomaba de todas maneras, y se sala corriendo de la tienda con ellos. La mam terminaba pagndolos, sintindose sumamente avergonzada por la conducta de su hija, quien simplemente no poda soportar el NO. Decidimos generar un plan de accin para manejar esto, que entre otras cosas consi stira en que ella le explicara a su hija, firme y claramente, que ya no le comprara ms borradores ni bolsitas porque ya tena ms que suficientes para usar. Le explic ta mbin muy claro que si los tomaba y se sala corriendo de la tienda, como lo haba est ado haciendo ltimamente, por supuesto que ella los pagara porque de ninguna manera permitira que se los robara, pero le descontara ese dinero de su domingo. Acordamos que lo probara por unas dos semanas, y si aun as la nia continuaba con esa conducta, gener aramos unas consecuencias ms fuertes. A las dos semanas, la mam lleg a su cita. Me dijo que la estrategia estaba funcion ando. Aunque la nia se pona furiosa -lo cual era de esperarse-cada vez que iban a una tienda y no le compraba borradores ni bolsitas, ya no los tomaba y se sala co rriendo. Pero lo que me impact en grado superlativo fue que de pronto la mam puso cara de compungida y me dijo: "ay, Martha, siento tan feo verle su 'carita de tri steza' cuando llegamos a la casa sin sus borradores y bolsitas!" Cuando escuch es to me dieron ganas de darle unas nalgadas a la mam, pero en lugar de ello le dije : "es mejor que le veas ahora esa 'carita de tristeza' porque no le compraste un borrador o una bolsita, que la 'carototota de sufrimiento' que le vers cuando te nga que enfrentarse a cosas realmente difciles en la vida y a las consecuencias q ue inevitablemente le traer la conducta que est desarrollando. Si tu hija no puede soportar el NO a un borrador o a una bolsita, cmo va a poder soportar otras cosas ?" De veras que a veces los padres estamos tremendos! Parecemos casos perdidos en el tema de manejo de autoridad y disciplina. No tenemos ni la ms remota idea del pa ra qu y el por qu y hacemos cada cosa! Insisto una vez ms: esos hijos que no soportan un NO, un "tienes que esperar", un a realidad diferente de la que deseaban, es porque no tienen tolerancia a la fru stracin y esto les afectar ms all de lo que imaginamos, en todas las reas de su vida. El hijo siempre est en su derecho a enojarse o frustrarse cuando no obtiene lo q ue quiere y sus sentimientos son muy respetables, pero eso no debe ser motivo pa ra dejarnos manipular por esos sentimientos y las reacciones que generan. Podramo s decirle: "hijo, ests en tu derecho a enojarte porque tienes que hacer esto, te entiendo, pero de todas maneras lo vas a hacer", "estoy consciente de que esto t e molesta, pero mi respuesta sigue siendo NO". Cuando satisfacemos las necesidades de nuestros hijos aun antes de que las tenga n, cuando no les podemos poner lmites y decir que NO, si es necesario, cuando les allanamos el camino para que no se incomoden, cuando les damos todo lo que exig en y en el momento en que lo demandan, ellos no desarrollarn la "tolerancia a la frustracin", que es muy importante en la vida. No tiene nada de malo que tu hijo llore o se enoje porque le dijiste NO; ese "sufrimiento" no le hace dao; no tiene nada de malo que "sufra" porque las cosas se pusieron difciles o incmodas; no pasa nada! No los conviertas en seres dbiles, con almas y corazones de cristal, que n o aguantan ni una corriente de aire porque a la primera se quiebran. Recientemente platicaba con una pareja, cuyo hijo de 20 aos est estudiando en una universidad fuera de la localidad donde ellos viven. La mam me cont que a veces ll ora al abrir el refrigerador de su casa y verlo lleno de comida, porque piensa q ue tal vez el del departamento de su hijo, que comparte con otros tres compaeros, est semivaco. Me coment que en alguna ocasin no pudo comer de slo saber que el da ant erior su hijo y sus amigos haban desayunado, comido y cenado solamente pan tostad o, porque no tenan nada ms en el refrigerador. Mientras la escuchaba, su marido ta mbin haca pucheros y se le llenaban los ojos de lgrimas. "Por Dios, seores!", les dije con toda la intencin de llevarlos a ver esa "tragedia " desde otra perspectiva. "Para los muchachos eso es una aventura! Por aos la van a contar a sus amigos y hasta a sus nietos!, no pasa nada!" Y rescatando un dato d

e lo que me haban platicado, agregu: "adems, son las consecuencias de una decisin qu e ellos tomaron, porque seguramente se gastaron el dinero que sus padres les dan cada mes, destinado para la comida, en irse de fiesta"... As es la vida... decis iones y consecuencias, causas y efectos... y est bien! LA DISCIPLINA AYUDA A LOGRAR METASY A REALIZAR SUEOS "La disciplina es la parte ms importante del xito", afirma Truman Capote. En efect o, para lograr metas y realizar sueos es indispensable la disciplina, porque, com o ya establecimos con anterioridad, sta conlleva la capacidad de soportar molesti as y de pedirnos a nosotros mismos, condiciones indispensables para obtener logr os de todo tipo en la vida. No existe un sueo realizado ni una meta lograda en los que el dueo de los mismos n o haya tenido que esperar, perseverar, caer y levantarse, equivocarse una o mil veces, fracasar otras tantas, intentar y no poder y, aun as, seguir adelante hast a llegar a la meta y ver el sueo realizado. Eso slo se puede lograr con disciplina y con la fortaleza que nos da la tolerancia a la frustracin, que ella nos ayuda a desarrollar. En lo personal, siento un profundo respeto por todas las personas, famosas o no, de nuestros tiempos o de pocas pasadas, que realizan un sueo, porque s por lo que han tenido que pasar y el material del que estn hechos para haber podido lograrlo . En toda realizacin de un sueo o cumplimiento de una meta hay una parte que es fasci nante! y otra que es fastidiosa o incmoda, pero tenemos que lidiar con ella tambin y eso definitivamente exige tolerancia a la frustracin y disciplina... mucho de a mbas! A m, por ejemplo, me encanta y me apasiona escribir libros, pero no me gusta lidi ar con contratos y asuntos administrativos con mi casa editorial. Para lo primer o no necesito ninguna clase de motivacin o esfuerzo, la motivacin la tengo en las entraas e inunda todo mi ser; escribir me apasiona, y mientras lo hago me encuent ro inmersa en estados maravillosos de xtasis y gozo. Lo mismo me sucede cuando im parto cursos o conferencias. Pero la otra parte: papeles, nmeros, contratos, empa car, desempacar, pasar horas en aviones y aeropuertos, me desagrada. Yo sera la persona ms feliz si pudiera teletransportarme a los lugares a donde voy a impartir una conferencia. Sera la ms feliz si viviera en un mundo donde todos p udiramos actuar con honestidad, todos tuviramos palabra y, por tanto, no tendramos la necesidad de firmar contratos ni hacer todo el papeleo que en la vida hacemos , slo porque no confiamos los unos en los otros. Y no confiamos porque, lamentabl emente, hay mucha deshonestidad en este mundo. Yo lo nico que quiero es escribir y dar conferencias y cursos! No quiero lidiar con asuntos administrativos de ningn tipo! Pero... resulta que vivo en esta realidad y me queda clarsimo que no puede existir una parte sin la otra; si quiero impart ir conferencias y escribir libros que sean publicados, necesito lidiar con la pa rte que no me gusta. Entonces, la asumo, la abrazo, la acepto y hago lo mejor qu e puedo para que, en lugar de sufrirla, simplemente la tome como parte de la vid a y a veces hasta la pueda disfrutar. La disciplina y la tolerancia a la frustra cin sirven para lograr esto. Tengo un querido amigo que es diseador y fabricante de muebles muy finos. Su trab ajo es reconocido y buscado por importantes diseadores tanto mexicanos como extra njeros. En una ocasin que yo comentaba este asunto de la parte agradable y desagr adable en todo sueo logrado, l me dijo que siente exactamente lo mismo que yo: "me fascina imaginar, disear, crear, construir los muebles; pero tambin tengo que lid iar con los proveedores de mis materiales que no me cumplen, con obreros que con frecuencia no hacen bien su trabajo, con la informalidad de muchas personas en el proceso de venta, entre otras cosas, yo slo quiero disear y crear mis muebles! P ero si quiero todo lo dems que esto me da, tengo que lidiar con la parte que no m e gusta". Hay otra faceta de esta realidad que es todava ms difcil y requiere una verdadera f ortaleza interior: para realizar sueos, por lo general se tienen que tocar muchas puertas hasta que por

fin una se abre, se tiene que pasar por estrecheces econmicas, intentos fallidos, esfuerzos que parecen no dar resultado, sobreponerse a la desaprobacin de quiene s no creen en uno, esperar ms tiempo del que quisiramos, invertir dinero que a vec es se pierde o tarda mucho en regresar, trabajar duro en la siembra sin ver la c osecha y ser capaces de sobreponerse a todas esas cosas y seguir adelante. Por esta razn, cuando no se tiene disciplina en la vida y por lo tanto no se ha d esarrollado la tolerancia a la frustracin, generalmente se dejan los proyectos y planes a medias, ya que cuando viene la parte incmoda y difcil, la persona mejor s e da la media vuelta y elude el proyecto, dando como resultado retos no superado s, riesgos no corridos y, a fin de cuentas, sueos no realizados. Yo estoy cada da ms convencida de que para ser feliz, realizar nuestros sueos y cre ar la vida que queremos tener, hay una condicin prioritaria, sin la cual no es po sible lograrlo: la valenta. No se trata de tener mucho dinero o grandes y espectaculares posesiones o habili dades, sino de ser valiente para correr los riesgos necesarios, para confiar en la bondad de la vida, para seguir caminando aun llenos de miedo, para vencer nue stras creencias limitantes y para hacer frente a los retos y obstculos que invari ablemente aparecen en el proceso de crear la vida que uno desea tener. Ser valie nte tambin para emprender la accin, la cual es indispensable para que las cosas su cedan. Yo me paso la vida dicindole a una querida amiga que siempre est suspirando por lo que quisiera tener y no tiene, lo que quisiera hacer y no hace: "accin mi reinal... la accin es la que hace que las cosas sucedan. Haz esa llamada Ya! Ahora mismo toma el telfono y hazla. Pon el letrero de "Se vende" en tu departamento ya ! Organiza tu currculum yal... Accin, mi reina?... accin!" Hace alrededor de dos aos, en un hermoso, tibio y soleado da de diciembre, caminab a por el malecn de Puerto Vallarta, Mxico, con una amiga y un amigo canadienses, q uienes cada ao durante el invierno hacen un parntesis en su prctica profesional y se van a pasar cuatro meses a ese hermoso puerto. Los tres estbamos fascinados disfrutando de la hermosa vista, la temperatura perfecta y la maravillosa conver sacin que estbamos llevando, as como del gran cario que nos tenemos y la alegra de es tar juntos. Uno de ellos dijo: "por qu somos tan afortunados de poder crear la vida que querem os tener y disfrutarla tanto?" Mi amiga respondi: "Porque hemos trabajado muy dur o". Yo les dije: "No creo que sea esa la razn, porque mucha gente trabaja muy dur o, y no tiene la vida que desea". "Porque somos buenas personas", agreg mi amigo, a lo que yo respond: "Hay muchsimas personas buenas en el mundo y, aun as, no tien en la vida que desearan tener". Es cierto, dijeron ambos, y la pregunta inicial r eson de nuevo en el aire: "por qu somos tan afortunados de poder crear la vida que queremos tener y disfrutarla tanto?" "Porque somos valientes!", respond yo casi a gritos con una total certeza. Y luego los tres, convencidos de ello y con todo e l entusiasmo del mundo, comenzamos a filosofar al respecto compartiendo los "act os de valenta" que cada uno hemos realizado, para haber creado la clase de vida q ue tenemos, que es justamente la que queremos. Pues bien, para desarrollar esa valenta y para ser capaces de generar accin, se ne cesita tolerancia a la frustracin, que es consecuencia directa de la disciplina, que, como ya mencionamos, "[...] Exige unos lineamientos para poder lograr los o bjetivos deseados, soportando las molestias que esto ocasiona. Para adquirir est e valor se necesita la capacidad de pedirnos a nosotros mismos". Ms claro? Imposibl e! LA DISCIPLINA PROPORCIONA SEGURIDAD Y CONFIANZA La disciplina implica ciertos lmites y lineamientos, que en otras palabras son co mpromisos con uno mismo y con otros. Esos lmites, lineamientos, reglas, normas, a cuerdos o como t prefieras llamarles son necesarios en la vida. En el aspecto soc ial, por ejemplo, imaginemos el caos que reinara si no existieran reglas que nos ayudaran a vivir bien organizados en aspectos como el trfico vehicular y el areo, los asunt

os financieros, los temas relacionados con todo tipo de operaciones de compraven ta, etc. Si vivimos en una sociedad, tenemos que observar esas reglas o nos ir mu y mal. Qu miedo me dara estar en un avin en el cual el capitn no respetara las regla s y slo porque ya le da la gana despegar o aterrizar lo hiciera, sin esperar la a utorizacin de la torre de control. Tampoco me gustara toparme en la calle con un c onductor que ha decidido no respetar las normas de trnsito. Las reglas, pues, nos dan seguridad y confianza. Dentro del seno familiar, la disciplina se expresa en la vida cotidiana a travs d e ciertos lineamientos o reglas que los padres han de establecer cuando los nios son pequeos y negociar cuando ya son adolescentes. Cuando un nio o adolescente no tiene ninguna clase de reglas en la vida, o cuando las mismas dependen de si el pap se tom un par de cervezas, o tuvo un pesado da de trabajo, o anda de buen o mal humor, o de si la mam est estresada, contenta o experimenta en ese momento el sndr ome premenstrual, entonces el hijo se siente perdido y confundido. Un hijo con r eglas inconsistentes, o sin ellas, es como un barquito en alta mar, sin un timn: se sentir inseguro, desprotegido y extraviado. Un hijo con reglas bien claras y c onsistentes se sentir, en cambio, seguro, protegido y confiado; sabe dnde est parad o, sabe qu esperar, y eso le proporciona seguridad y confianza. Tanto en la familia como en la sociedad en general existen reglas que son funcio nales y muy tiles para la vida y que promueven el desarrollo de los integrantes. Pero, a su vez, existen otras que retienen el desarrollo y en realidad no son til es para la vida, sino que son el resultado del estrecho cdigo de tica o punto de v ista de alguien o de un grupo de personas que las inventaron. Por paradjico que p arezca, una persona que es capaz de reconocer y respetar reglas y observar una d isciplina en la vida desde que es pequeo ser capaz de discernir de manera sabia cun do una regla debe ser obedecida y cundo estorba a su desarrollo o su bienestar y, po r lo tanto, no debe ser obedecida. Hace algunos meses, un amigo que tiene un par de gatos (macho y hembra) me cont u n incidente que me hizo pensar mucho en esta idea que he expresado en el prrafo a nterior. Resulta que mi amigo limpi el arenero en donde los gatos hacen sus neces idades y por un tremendo descuido dej la puerta del arenero pegada contra la pare d, lo que haca imposible el acceso para los gatos. As se qued dos das sin que mi ami go se percatara de ello. En un momento dado, la gatita comenz a hacer toda clase de sonidos extraos, a estremecerse y a mostrar claros signos de dolor abdominal q ue le impedan caminar y siquiera moverse. Mi amigo fue a revisar el arenero para ver si haba vomitado o algo as, y entonces fue cuando se dio cuenta de que el acce so estaba bloqueado y la pobre gatita no haba hecho sus necesidades durante dos da s. Corri al veterinario justo a tiempo, porque, segn el diagnstico del doctor, la m inina estaba a punto de presentar una peritonitis y su vejiga estaba peligrosame nte inflamada. Afortunadamente todo result bien. Debido a que el gato macho se encontraba en perfectas condiciones, al regresar a casa mi amigo comenz a buscar por todos lados, seguro de que haba hecho sus neces idades en algn rincn. En efecto, encontr claros signos de que eso haba sucedido. Mi amigo me dijo: "qu buena es la gatita, a pesar de todo no rompi las reglas y se agu ant durante dos das! Se merece una medalla!" Yo le respond: "para m el que se la mere ce es el macho, porque rompi una regla que pona en peligro su vida. La pobre gatit a casi se muere por obedecer la regla". Muchos padres, al igual que mi amigo, aplauden al hijo que obedece ciegamente, a un a costa de poner en riesgo su desarrollo y su vida interior. Lo que sucedi con los gatos de mi amigo tambin pasa en la vida real, en el mundo d e los humanos. Muchas personas son incapaces de distinguir entre las reglas func ionales y tiles y las disfuncionales e intiles; y simplemente no observan ninguna o las observan todas, sin llevar a cabo ningn proceso de discernimiento, el cual es un signo de madure z y responsabilidad. Y como ya mencion, paradjicamente, los que son capaces de obe decer reglas y observar una disciplina desde pequeos sern capaces de desobedecer l

as que deben ser desobedecidas. Aquellos que rechazan toda clase de reglas y dis ciplina no es porque sean libres, sino simplemente tienen una fijacin en la edad de los dos y medio a tres aos, que se traduce en un fuerte conflicto con la autor idad. Ms adelante, en la seccin "Cmo dejar de sobreproteger a un hijo", hablar de manera ms concreta sobre la forma de establecer reglas en el hogar. LA DISCIPLINA ES UN FACTOR QUE INCREMENTALA AUTOESTIMA La autoestima, al igual que la disciplina, es una palabra y un concepto malinter pretado, mal definido y distorsionado; por lo tanto, no nos interesamos en traba jar para adquirirla o reconstruirla cuando as es necesario. Es la autoestima una virtud o es simple y puro egosmo? Es dspota y presumida la gen te con una alta autoestima? Comienzan a volverse agresivos y desconsiderados los que trabajan para mejorar su autoestima? Estas dudas asaltan a muchas personas y llegan a la conclusin de que autoestima es igual a arrogancia y egocentrismo y de que es mejor irnos con cuidado. Recuerdo una ocasin hace aos, cuando mis hijos cursaban la escuela primaria: duran te una junta de padres de familia, una madre comenz a hacer muchas preguntas a la maestra y a confrontar todas y cada una de las respuestas que ella le daba, de una manera en verdad hostil y agresiva. Esa mujer sigui hablando sobre toda clase de temas y con el mismo tono de superioridad y arrogancia. Al terminar la junta , varios padres nos quedamos platicando fuera del colegio y alguien toc el tema de la seora agresiva. Una de la s presentes coment: "ella es as porque tiene su autoestima muy alta". Nada ms lejos de la verdad! Eso no es autoestima sino agresividad y amargura interior que se v ierte sobre los dems cada vez que la ocasin lo permite. Esas actitudes de superioridad, que no tienen nada que ver con la autoestima, en realidad manifiestan un gran complejo de inferioridad que lleva a la persona a comportarse de la manera mencionada, como un intento inconsciente de compensar s u sentimiento de inferioridad. Una persona con alta autoestima es amorosa, compr ensiva, capaz de reconocer sus errores y de valorar y respetar a los dems, tal co mo se valora y respeta a s misma. Esa mala interpretacin de la autoestima es lo que conduce a mucha gente a despres tigiara y mantenerla tan lejos de su vida como sea posible. De hecho, la escritor a Jane Haddam expres: "en mis tiempos no tenamos autoestima, sino auto-respeto, y no ms del que nos habamos ganado". Pero eso es justamente de lo que se trata la aut oestima!, tal como Carl R. Rogers lo manifest: "la autoestima es un silencioso re speto por uno mismo". Cmo es que la disciplina es un factor que incrementa la autoestima? Con todo lo qu e ya comentamos sobre los beneficios de la disciplina, es fcil comprender el porq u: la disciplina nos ayuda a desarrollar nuestros recursos internos, a volvernos responsables, seguros, fuertes y maduros, que son condiciones necesarias para se r exitosos en todas las reas de la vida. El poder realizar sueos, el sabernos fuer tes y capaces para hacernos cargo de nuestra propia vida, el salir airosos de la s etapas difciles, el superar obstculos, el saber que somos seres maduros y seguro s incide sin duda alguna en el concepto que tenemos de nosotros mismos, el cual representa la materia prima que conforma la autoestima. Si quieres fortalecer la autoestima de tus hijos, la disciplina y todo lo que ella conlleva y desarrolla , ser un recurso necesario que te ayudar a conseguirlo. Un hijo sobreprotegido no tiene disciplina y, por lo tanto, se pierde de todos l os regalos que ella proporciona. Deja los proyectos a medias, le resuelven y fac ilitan todo, no lo dejan correr riesgos ni enfrentar retos. Entonces, su concept o de s mismo ser pobre y desagradable. sa es la ms destructiva de las herencias que podemos dejar a nuestros hijos. "La peor desgracia que le puede suceder a un ser humano es pensar mal de s mismo" , afirm Goethe. LA DISCIPLINA EVITA CONFLICTOS ENTRE LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA Es necesario que en las diversas reas de la vida, los padres establezcamos normas bien claras, de acuerdo con nuestra realidad, nuestras costumbres, creencias, c

onvicciones y la edad en que se encuentran nuestros hijos, tales como: no se com en golosinas antes de los alimentos; cada uno se encarga de lavar los trastes un da por semana; en el curso de la semana, los nios se van a dormir a tal hora; no se enciende la televisin hasta haber terminado la tarea; la hora de llegar del "a ntro" es tal, etctera. Lo anterior ser diferente y de acuerdo con la edad de los nios o adolescentes. Sin embargo, en ambos casos es muy importante que establezcas normas nicamente en la s situaciones que consideras que son fuente de conflicto, es decir, esas por las cuales peleas con ellos. No se trata de que conviertas tu hogar en un colegio m ilitar donde todo est reglamentado. "Vndeles la idea" dicindoles algo as como: "Ya n o quiero que peleemos ni quiero gritarte; por eso desde hoy vamos a hacer las co sas de esta manera". En el captulo S, tal como anunci previamente, hablaremos acerca de cmo establecer n ormas para los nios y cmo negociar con los adolescentes, de una manera sana y muy efectiva. Esas sencillas herramientas pueden evitar gritos y conflictos. Quin no desea eso e n su hogar? LA DISCIPLINA NOS PREVIENE DE SENTIR CULPA Y, POR LO TANTO, DE GENERAR LAS DINMIC AS DISFUNCIONALES DE CULPA/MANIPULACIN Cuando no existe disciplina y por lo tanto normas ni lineamientos, los padres te ndrn distintas reacciones al "mal" comportamiento de su hijo, de manera por dems d iferente cada vez. El mismo comportamiento del hijo a veces se ignorar, a veces s e castigar levemente y a veces casi con la pena de muerte, dependiendo del estado de nimo de los padres. Cuando no existen normas y acuerdos en el hogar, ni se han establecido previamen te las consecuencias que se generarn si se infringen (por ejemplo, qu pasar si no c umples con llegar del "antro" a una determinada hora), los padres ms de alguna ve z estarn muy enojados y entonces van a reaccionar de manera exagerada, poniendo u n castigo enorme y quiz hasta absurdo, como: "no vuelves a salir por el resto de t u vida!"; cuando baje el coraje, esto desde luego les causar culpa y, adems, de se guro no van a cumplir, perdiendo as toda credibilidad y autoridad ante sus hijos. O quiz lo que suceder bajo el influjo de su enojo es que los padres reaccionarn de manera agresiva, ofendiendo horriblemente a su hijo o golpendolo. Y qu viene despus? La culpa! Y con ella las acciones inadecuadas para "lavarla", de las que ya habl amos ampliamente en el captulo anterior. As pues, la disciplina trae muchas cosas buenas; y a fin de cuentas, el esfuerzo y el tiempo que tenemos que invertir para establecerla en nuestro hogar es muchsi mo menor del que invertimos en gritar, batallar y lidiar da a da con nuestros hijo s, cuando en nuestro hogar no hay disciplina. Ella, por todas las razones plante adas, es una verdadera bendicin en la vida. Afortunados los padres que la entienden y aplican!... Afortunados los hijos de eso s padres! 3 Hijos sobreprotegidos: Tiranos dictadores o Dbiles dependientes Hay ciertos rasgos de personalidad que son comunes en los hijos sobreprotegidos, los cuales ir presentando a lo largo del captulo. Sin embargo, la combinacin de di versos factores -algunos propios del individuo como temperamento y carcter, y otr os que tienen que ver con el tipo de dinmicas manejadas por los padres- modificar el resultado de la sobreproteccin, convirtiendo al hijo en dbil y dependiente o en un tirano dictador. En el fondo ambos sufren, tienen una bajsima autoestima y si enten enormes cantidades de culpa y autodesprecio. Despus de todo lo que ya hemos analizado, no es difcil entender el porqu. 0Uno de esos rasg'os comunes de los hijos sobreprotegidos, que a m me entrist ece sobremanera, es la ingratitud. Los hijos sobreprotegidos estn enfermos de ing ratitud, la cual, ms que un rasgo de personalidad, es una enfermedad del alma. No valoran lo que se les da y se hace por ellos, nunca es suficiente y siempre fal

ta algo para que sea lo "adecuado"; con frecuencia se sentirn vctimas del mundo qu e "abusa" de ellos o no les ofrece lo que quieren y merecen, como si el mundo en tero tuviera la obligacin de satisfacerlos, solucionarles y darles. Permtaseme llamarle a la ingratitud "enfermedad", considerando que sta es la ausencia de armona y equilibrio, y tal condicin, sin duda, est presente en todo aqu el que no comprende la importancia de la gratitud y, por lo tanto, no la ha inte grado como parte fundamental de su vida. He visto tantos actos de ingratitud de parte de hijos sobre-protegidos! Me impres iona muchsimo el de una mujer que toda su vida ha sido sobreprotegida por sus pad res y hermanos, quienes le han solucionado todo y dado a manos llenas en el aspe cto econmico y en otros. Su hermana la ha invitado en mltiples ocasiones a viajes nacionales e internacion ales, con todo pagado por supuesto, incluyendo la ropa y cosas que compran en el viaje. Le ha dado fuertes cantidades de dinero, porque: pobrecita, siempre est s in un peso y le pag una buena parte de un hermoso coche. La ha incluido en sus ne gocios dndole altas utilidades por sus servicios, mucho mayores de lo que en la v ida real se pagan. Debido a que la hermana "dadivosa" vive en otra ciudad, la so breprotegida ha sido invitada a visitarla varias veces, con todos los gastos pag ados por supuesto, adems de invitaciones a hermosos restaurantes, a lugares de lo s alrededores y a realizar las "compras" que nunca pueden faltar, y casi todo pa gado por ella. Hace poco, la hermana "dadivosa" me platic que estaba sumamente triste, dolida y molesta con su hermana (la sobreprotegida), la cual unos das antes, y frente a un as amigas, como para hacer ms dramtica la situacin, comenz a reclamarle cosas y a de cirle que abusaba de ella: "Cada vez que vienes de fin de semana a esta ciudad, te hospedas en mi casa y yo ni te invito; y adems me traes corno tu chofer llevndo te de aqu para all". La hermana "dadivosa" no poda creer lo que escuchaba, porque e so que su hermana llamaba "traerla de chofer", ella lo llamaba "andar paseando". Entonces le respondi: "Dile tambin a tus amigas que con frecuencia te dejo dinero por haberme llevado a esos lugares durante el fin de semana" (hasta con eso!). L a hermana sobreprotegida no coment nada sobre este punto y sigui diciendo que ya n o le permitira que abusara de ella. Yo me quedo sin palabras para expresar lo que este relato provoca en m. Simplemen te no me cabe en la cabeza. Cualquier otra persona estara profunda y eternamente agradecida por tanto apoyo y por todo lo que su hermana le ha dado! Pero los hijo s sobreprotegidos no lo ven as; en su egocntrico concepto de la vida no hay nada q ue agradecer: "lo que haces por m es lo que tienes que hacer, no es nada especial , es tu obligacin... me lo debes!... Y deberas hacer ms!" En vsperas de la Navidad pasada, fui invitada a comer con una pareja de amigos y sus familiares. Ellos acostumbran darse los regalos en esa comida que celebran e l da 23 de diciembre en casa de sus padres. En un momento dado, despus de la comid a y la entrega de regalos, el hermano de mi amiga, un hombre de 47 aos (soltero p orque "no ha encontrado a la mujer adecuada"), le dijo muy molesto a su pap: "Est oy muy desconcertado porque slo me diste un regalo. No entiendo el porqu, ya que c ada ao me das varios". El pap estaba muy apenado y no pudo responder ni una palabr a. El hermano mayor lo hizo por l: "mi pap te ha dado dinero a lo largo de todo el ao, $70000.00 para ser exactos, porque le has pedido 'prestado', aunque sabes qu e nunca en la vida le pagas tus famosos 'prstamos'. Este ao decidi que se sera tu reg alo de Navidad. Entonces, entindelo as: ya te lo dio por adelantado". El hombre le lanz una mirada de rabia a cada uno (a m no porque yo era "la visita"), luego se levant furioso e indignado y sin despedirse de nadie se dirigi a la puerta, mascul lando entre dientes una cantidad de cosas ininteligibles, dio un tremendo portaz o y se fue. Impresionante!, pero no sorprendente, viniendo de un hijo super sobreprotegido co mo lo es l. Pero eso no fue lo peor, sino que el padre, acongojado, comenz a lamen tarse arrepentido por no haber dado ms regalos de Navidad a su hijito... pobrecit o... Y luego los otros hijos lanzaron una serie de regaos hacia el padre, porque "cmo lo ha echado a perder". Y enseguida las ochenta mil disculpas hacia m porque

me haba tocado presenciar todo eso... Como si no hubiera yo presenciado "de todo" cuando de familias se trata! Como si no supiera yo que con tanta frecuencia en la s reuniones familiares navideas explotan las verdades reprimidas y negadas y surg en resentimientos y reclamos, convirtiendo la reunin que se esperaba maravillosa en uno de los momentos ms desagradables y dolorosos del ao! En este caso vemos de nuevo la ingratitud de otro hijo sobre-protegido, la cual, como ya mencion, si traducimos en palabras habla as: "Lo que haces por m es lo que tienes que hacer, no es nada especial, es tu obligacin... me lo debes?... Y deberas hacer ms!" Y esta actitud no slo se manifiesta en temas relacionados con dinero o con cosas materiales, sino en favores que se les proporcionan o apoyo de cualqu ier tipo. Por qu es tan importante la gratitud? En primer lugar, porque se siente bien. Date cuenta del bienestar fsico, emocional, mental y espiritual que experimentas cuan do agradeces algo. En segundo lugar, porque la gratitud es no slo un lindo y dese able valor que tiene que ver con la buena educacin, sino es tambin una poderosa fu erza que abre puertas y caminos. Cada vez que agradeces creas un camino para que por ah venga ms de lo mismo. Cada vez que agradeces, emites una alabanza con la c ual pones una gran cantidad de poderosa energa en eso que ests apreciando y "notan do", y donde pones tu atencin, crece y se multiplica. Te des cuenta de ello o no, eso sucede cuando agradeces. Pero tambin cuando la gr atitud viene en la direccin contraria, es decir, cuando es a ti a quien agradecen ; puedes experimentar de manera clara los hermosos efectos de esta poderosa fuer za sanadora y armonizadora. Date cuenta cmo cuando te agradecen quieres seguir da ndo, seguir haciendo, seguir apoyando. Los hijos sobreprotegidos, enfermos de ingratitud, se pierden de todas las bendi ciones que resultan de la gratitud. Desde mi punto de vista, sa es una de las raz ones -entre otras que presentar ms adelante-por las cuales generalmente no les va bien en la mayora de las reas de la vida. Otro rasgo de personalidad muy marcado y comn de los hijos sobreprotegidos es la tendencia a ponerse en el papel de vctimas cuando se les confronta, reclaman algo o se les pide que cumplan con algn compromiso que hicieron. Su reaccin ante estas situaciones no es por lo general la de reconocer su parte de responsabilidad en el asunto, sino de ofenderse e indignarse. Una hija sobreprotegida de 30 aos tom prestado el coche de su to. Le pusieron una i nfraccin por pasarse un alto. Ni la pag, ni le inform a su to, quien se enter varios das despus, cuando encontr la boleta tirada por ah en el piso del auto. Su to la llam para decirle que debi haberse responsabilizado de pagarla, o por lo menos de habe rle informado para que l pudiera hacerlo y as ahorrarse el 50% del monto de la mul ta por pago oportuno. La sobrina, indignada y ofendida, se sinti la vctima de su h orrendo to. Aunque en este libro hablar de manera diferenciada del hijo dbil/dependiente y del hijo tirano/dictador, con el fin de dejar ms claras las ideas que deseo presenta r, no significa que en la vida real la diferencia entre uno y otro sea muy radic al. Es decir, el hijo tirano/dictador puede ser tambin dbil/dependiente, as como I h ijo dbil/dependiente tambin podr ser tirano/dictador. De hecho, cada uno tiene algo del otro, pero lo manifiestan de manera diferente. Se trata entonces de que en el hijo dbil/dependiente predomina esta actitud, as como en el hijo tirano/dictado r esta actitud es la predominante. No obstante, como ya mencion, voy a presentarl os de manera diferenciada, con el fin de dejar muy claras las actitudes y rasgos de personalidad de uno y otro. En mi prctica profesional estoy en contacto con cientos de padres de familia, y debido al hecho de que constantemente viajo a muchas ciuda des de la Repblica Mexicana y a algunas del extranjero, en las que imparto confer encias y cursos para padres, tengo la fortuna de conocer innumerables casos de a qu y all, que enriquecen mi experiencia y me ayudan a comprobar una y otra vez mis hiptesis sobre muchos aspectos de la vida y, especficamente, de la re lacin padres e hijos. Considero de gran utilidad mostrar en este espacio varios casos de hijos so

breprotegidos tanto en su faceta de tiranos/dictadores como en la que correspond e a la de dbiles/dependientes, pues encuentro que revisar las situaciones de la v ida real, que llamamos "casos", ayuda en gran medida a ejemplificar, aclarar y c omprender los conceptos que estamos tratando. LOS HIJOS TIRANOS/DICTADORES Antes de entrar en materia en torno a este tema, quiero hacer una aclaracin impor tante: no confundamos a un nio que est en "la edad de los berrinches" con un hijo tirano. Cualquier madre o padre con hijos de un ao y medio a tres, en promedio, sabe que los berrinches son agobiantes y desconcertantes y que a veces nos morimos d e vergenza cuando parece que no hay poder humano ni divino que aquie