hermes 9: nafarroa: lehiaguneak eta erronkak
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pentsamendu eta historia aldizkaria. revista de pensamiento e historia
© Fundación Sabino Arana Kultur Elkargoa
herm sejunio 2003 ekaina. nº: 9 zbk
pentsamendu eta historia aldizkariarevista de pensamiento e historia
revista trimestral
Nafarroa:lehiaguneaketa erronkak
Juan Cruz AlliJosé Luis Mendoza
Fernando MikelarenaPatxi Tuñón
Milagros Rubio
ElkarrizketaIñaki Perurena
Patxi Zabaletak egiña
Bagdad:La muerte vino del cielo...
Joserra PlazaXabier Lapitz
Aurkibidea / Indice
Las urnas son el filtro básico imprescindible para queen un sistema democrático determine el rumbo polí-tico de la sociedad.
El pasado 25 de mayo , los ciudadanos y ciudadanas vas-cas volvieron a dibujar, a través de su voluntad expresa, el cami-no por el que desean que se gestione su futuro.
La lección que debemos observar de estos comicios es do-ble. Por un lado, el rechazo absoluto a la alternativa de la vio-lencia como instrumento de acción política. Y por, otro, la derro-ta de la estrategia de la tensión y del recorte de libertades.
Todas las elecciones son diferentes y en estas, en las queinicialmente se determinaban la configuración de gobiernosmunicipales y forales, el debate municipal o territorial se ha vis-to anulado prácticamente por la polarización política general,repitiéndose el esquema de “gran conflicto” que atenaza y coar-ta el devenir de la sociedad vasca.
Las medidas judiciales represivas, el recorte de libertadesciviles, so pretexto de una lucha antiterrorista que ha invadidoel plano político, modificó de facto el espacio electoral con el ob-jetivo último de frenar al nacionalismo gobernante en la Comu-nidad Autónoma Vasca.
Sin embargo, esta estrategia de “reconquista” ha vuelto aresultar fallida tanto en el espacio rural, donde el “constitucio-nalismo español” resulta inexistente, como en las metrópolis ur-banas donde el nacionalismo vasco afianza sus posiciones.
Por otro lado, ETA con su control férreo sobre la Izquier-da Abertzale y su apuesta extra institucional ha provocado unnuevo retroceso de su base social, pero pese a su paulatino decli-ve aún mantiene un significativo porcentaje de apoyos de reta-guardia.
La lectura de resultados que puede hacerse es que entrelas trincheras de la violencia y de la regresión democrática sigueexistiendo un amplio espacio que consolida su respaldo popular.
Pero más allá de los guarismos, de los porcentajes o de losganadores y perdedores, el mapa sociopolítico de este país sigue
evidenciando un bloqueo de nudo gordiano que necesita ser superado con urgencia. El desgaste de posiciones inamovibles terminará por pasar factura a todos porque
la política de “choque de trenes” solo lleva implícita la catástrofe, y los vascos y vascas hanvuelto a reclamar con su voto su derecho al diálogo, a los derechos humanos y a decidirlibremente su futuro.
Elecciones 25/V/2003(Cuadro comparativo de los votos a candidaturas de las elecciones forales del 99 y
2003 y las autonómicas de 2001 en la CAV. Los porcentajes de 2003 se obtienen incluyen-do la estimación de boto nulo/AuB en el conjunto de votos a candidaturas).
* Resultado de la resta de los votos nulos del99 (elecciones forales de la CAV), al conjunto de losnulos de las forales de 2003 (131.770). Se ha optadopor las elecciones forales para evitar la casuística lo-cal de las municipales.
** Al no disponer de la cifra exacta de vo-tos nulos "técnicos" (los que no corresponden a AuB),se adoptan como referencia los votos nulos de las elec-ciones forales de 1999.
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© Fundación Sabino Arana Kultur Elkargoa
herm senoviembre 2002 azaroa. nº: 7 zbk
pentsamendu eta historia aldizkariarevista de pensamiento e historia
revista trimestral
Nafarroa:lehiaguneaketa erronkak
Juan Cruz AlliJosé Luis Mendoza
Fernando MikelarenaPatxi Tuñon
Milagros Rubio
ElkarrizketaIñaki Perurena
Patxi Zabaleta eginda
Bagdad:La muerte vino del cielo...
Joserra PlazaXabier Lapitz
Edita:
Fundación Sabino Arana
Directores: Txema Montero,
Koldo Mediavilla.
Coordinadora de Edición:
Olga Sáez Ocáriz.
Consejo de Redacción: Irune
Zuluaga, Iñaki Aldekoa,
Josune Ariztondo, Javier
Balza, Iñigo Camino, Filgi
Claverie, Garbiñe Egibar,
Sebastián García Trujillo, Eli
Garmendia, Mª Karmen
Garmendia, Iñaki
Goikoetxeta, Iñaki
Goirizelaia, José Ignacio
Lacasta- Zabalza, Manu
Legarreta, Emilio Majuelo,
José Luis Mendoza, Teresa
Martínez de Arano, Iñaki
Martínez de Luna, Andoni
Ortuzar, José Antonio
Rodríguez Ranz y Aitor
Bikandi.
Colaboran en este número:
Juan Cruz Alli, José Luis
Mendoza, Fernando
Mikelarena, Patxi Tuñon,
Milagros Rubio, Isabel
Larrañaga, Begoña Arregi,
Patxi Zabaleta, Xabier Gª
Argüello, Iñaki Aguirre
Zabala, Joserra Plaza, Xabier
Lapitz, Joseba Intxausti,
Ramón Saizarbitoria.
Diseño: Logoritmo.
Portada: Alvaro Barrientos.
Obra plástica y contraportada:
Javier Balda Berastegui
Fotocomposición y
Fotomecánica:
Flash Composition.
Imprime: Flash Impresión.
Fundación Sabino Arana.
Ibáñez de Bilbao 16. 48001
Bilbao. Tfno. 94 423 05 28.
Fax 94 423 42 80.
[email protected]. Depósito Legal: BI-986-01
ISSN: 1578-0058
índice
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99
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2001
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uan Cruz Alli, José Luisendoza, Fernando Mikelarena,
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Cuando se habla de Navarra
se puede hacer de dos mo-
dos: considerándola una
abstracción, un ente místico o mítico tota-
lizador y antropomórfico; o bien como
una comunidad sociocultural, integrada
por las personas concretas que la forman,
sin las cuales no existiría la comunidad
político-institucional. Son las personas
quienes, democráticamente, se dotan de
valores, disposiciones sociales, normas e
instituciones para satisfacer sus necesida-
des; son quienes encomiendan el ejercicio
del poder social a personas e instituciones
que lo ejercitan legitimados por los proce-
dimientos democráticos.
Durante los últimos treinta años del
siglo XX se consolidó el proceso de trans-
formación en una sociedad urbana e in-
dustrial, semejante a la de los países in-
dustrializados de Europa, en
sus estructuras sociales, demo-
gráficas y culturales. La comu-
nidad rural, cerrada y autosufi-
ciente anterior dio paso a una
sociedad abierta y condiciona-
da en lo económico, cultural y
social por el exterior, con nue-
vos modelos, valores y normas
de comportamiento, represen-
taciones, costumbres y creen-
cias.
La industrialización y la
urbanización hicieron que la
sociedad navarra superara el
inmovilismo, la endogamia y el
localismo de la sociedad rural
tradicional, así como el predo-
minio de las figuras del orden establecido
basado en la edad, la fuerza, el poder eco-
nómico o el conocimiento. La moderniza-
ción cambió las formas de organización
social, la familia, las conductas y los valo-
res sociales, con una clara secularización
de la sociedad.
I. EL ORDEN IDEOLÓGICO-POLÍ-
TICO
A pesar de las profundas transfor-
maciones de orden socio-económico ex-
perimentadas, en la sociedad navarra se
generan periódicamente debates sobre su
identidad colectiva, sobre su identifica-
ción con la propia historia y cultura y so-
bre la validez de los diversos proyectos
políticos que existen en ella, en una per-
manente introspección y conflicto consigo
misma. Es exponente de que los cambios
sociales y económicos no han producido,
todavía, la repercusión necesaria en las
pautas culturales e ideológicas, quizá por
la excesiva rapidez de aquellos y porque
el bienestar ha consolidado las tradiciona-
les actitudes conservadoras. El marco so-
cio-económico es el propio de la moder-
nidad, pero los actores no la han alcanza-
do ni, mucho menos, asimilado.
Se trata de una actitud propia de las
colectividades humanas que se miran con-
tinuamente en el pasado y tienen miedo a
adivinar y contemplarse en un horizonte
distinto al que conocen y controlan, por-
que, como expuso HALBWACHS “la so-
ciedad antigua no puede distraerse de la
contemplación de la imagen que le refle-
2
JUAN CRUZ ALLIARANGURENDoctor en Derecho y Téc-nico urbanista. Profesor Ti-tular de Derecho Adminis-trativo en la UniversidadPública de Navarra. Ex-pre-sidente del Gobierno deNavarra. Presidente deConvergencia de Demó-cratas de Navarra.
Navarra Siglo XXI.Ideologías e instituciones
ja el espejo del pasado, salvo que en el
mismo aparezcan poco a poco otras imá-
genes, con un contorno menos claro y fa-
miliar, que le descubran más amplias
perspectivas”1. El pasado no se supera por
el cambio socio-económico, la seculariza-
ción y las nuevas pautas de conducta pro-
pias de la modernidad. Las actitudes con-
servadoras han venido utilizando esta
ideología, para equilibrar el cambio y la
tradición, de modo que aquel quede re-
ducido sólo al orden económico, sin con-
taminar el social e ideológico.
El foralcatolicismo es la versión na-
varra del nacionalcatolicismo y del debate
entre las dos esencias transhistóricas de
España. Las dos Españas han sido las dos
Navarras, la de los tradicionalistas y con-
servadores, –vencedores, dominantes, au-
ténticos navarros– y la de los vencidos-
dominados de la antiEspaña y antiNava-
rra, heterodoxa, roja,
marxista y separatista,
que había que hacer de-
saparecer por la muerte,
la persecución, la discri-
minación o la margina-
ción.
A partir del foral-
catolicismo se constru-
yó el navarrismo, cifra-
do en la defensa de la identidad diferen-
ciada y española de la comunidad política
que es Navarra, frente a las pretensiones
del nacionalismo vasco a partir del Estatu-
to de Estella. Con el fin de la dictadura,
este iniciará nuevamente su proyecto de
construcción nacional integrando a Nava-
rra, lo que dará lugar a una nueva reac-
ción navarrista que, si en el momento ini-
cial estuvo en manos de la derecha auto-
ritaria, fue asumida también por la
democrática, por el centrismo y por la iz-
quierda socialista. De este modo se ha
construido un navarrismo democrático y
constitucional, que defiende la identidad
de la comunidad política navarra en el
marco de la Constitución y sus valores,
asume que es el principio democrático el
referente de la identidad colectiva y que
los derechos históricos del pueblo nava-
rro, que aquella reconoce, se actualizan
en las instituciones legitimadas por la vo-
luntad popular, que se plasma, hoy, en el
Amejoramiento.
1. El foralcatolicismo
La ideología conservadora del inte-
grismo religioso-político, tanto en los car-
listas como en los liberales moderados,
fue el sustrato mayoritario de la sociedad
navarra desde el siglo XIX hasta el adve-
nimiento de la democracia. En Navarra el
liberalismo progresista no fue influyente y
las instituciones fueron controladas por
tradicionalistas más o menos integristas,
por liberales moderados de ideología con-
servadora, y, posteriormente, por fran-
quistas, muchos de ellos producto de la
capacidad de adaptación de
quienes controlaron los ámbitos
de poder local y foral desde el
siglo XIX.
El na-
cionalcatoli-
cismo y su hi-
juela foral
const i tuyen
ideologías de
“resistencia al
cambio histó-
rico”, que se
manifestan en una actitud de
frustración frente a la imposibi-
lidad de detenerlo y de fijar el pasado. Es-
te movimiento se ha caracterizado por
considerar consustancial la identidad es-
pañola y la católica, de modo que cuanto
se separe de la ortodoxia y rompa la uni-
dad católica es contrario a España y lo es-
pañol. Por ello no se admiten otras opcio-
nes religiosas o políticas, como el pro-
testantismo, el liberalismo, el
librepensamiento, el positivismo, el anar-
quismo, el socialismo y cualquiera distin-
ta a la del dogma religioso y nacional, que
se configura como un pensamiento único
defendido desde el poder. Organiza la de-
fensa de lo católico-español como una
cruzada contra los enemigos de España y
de sus valores eternos, sea en el orden
dialéctico, político, histórico o militar,
3
hermes nº: 2 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli
La industrialización y la ur-banización hicieron que lasociedad navarra superara elinmovilismo, la endogamia yel localismo de la sociedadrural tradicional
cuando no se logra imponer el dogma ca-
tólico-nacional por otros medios.
El nacionalcatolicismo ha inspirado
las actitudes reaccionarias y
conservadoras de la sociedad
española y, por ende, de la na-
varra, que se adhirió al golpe
militar contra la II República y
apoyó al franquismo. Este re-
fundió diversas corrientes doc-
trinales con el ingrediente del
nacionalcatolicismo común a varias de
ellas. Sus paradigmas fueron:
a) La identidad esencial de la nacio-
nalidad española con el catolicismo.
b) La unidad ideológica frente al
pluralismo ideológico de los partidos po-
líticos y del nacionalismo-separatista.
c) Los valores de la España tradicio-
nal (autoridad, jerarquía, verticalismo,
caudillaje, militarismo,
disciplina, orden, etc.)
frente a los contrava-
lores de la anti-España
(derechos humanos,
libertad-libertinaje, de-
mocracia, igualdad,
ideologías, partidos po-
líticos, etc.).
d) Los derechos
humanos individuales,
liberales y abstractos de
la persona se subordinan a los valores su-
periores de la patria y de su misión histó-
rica interpretada por el caudillo y las jerar-
quías del sistema.
d) En el orden social la exaltación
del modelo católico de familia, el clerica-
lismo, la propiedad privada y el corpora-
tivismo.
e) La unidad e integridad territorial,
que garantizaba el centralismo, sólo admi-
tió algunas pequeñas concesiones al fora-
lismo-regionalista, en cuanto que había si-
do uno de los medios de lucha contra la
revolución liberal, rechazando de plano
cualquier idea de autonomía territorial.
Los fundamentos ideológico-emoti-
vos del franquismo, de origen tradiciona-
lista-integrista-conservador, con algunas
dosis de demagogia fascista-falangista,
son coincidentes con los del navarrismo
originario e influyen en el periodo demo-
crático posterior:
“El nacionalcatolicismo que consti-tuye el núcleo duro del pensamiento polí-tico franquista no proporciona sin embar-go una explicación de la realidad; no esen rigor una ideología, sino un sentimien-to y no ofrece en consecuencia ningún es-quema para la organización de la vidapolítica, aunque sí excluye ciertas fórmu-las [...] parte de la existencia de una ver-
dad absoluta, que no estanto un dogma religio-so como una especie deesencia metafísica en laque lo nacional y lo reli-gioso se confundeninextricablemente. [...]ese sentimiento alientaun decidido rechazo delliberalismo por lo quetiene de relativismo, delos partidos políticos co-
mo proyección del enfrentamiento de ver-dades relativas –y por eso parciales– y, so-bre todo, de las aspiraciones autonomistasde ciertas regiones españolas (Cataluña yel País Vasco, especialmente), cuyos rasgosdiferenciales son entendidos como unaafrenta a la esencia de la España una, ypor eso negados”2.
La versión navarra de la ideología
franquista utilizó el foralismo-navarrismo,
en cuanto sentimiento de pertenencia e
identidad colectivo, como elemento de lu-
cha contra el nacionalismo vasco y sus
proyectos expansionistas sobre Navarra.
El significado de esta actitud fue descrito
en relación con la ideología de uno de sus
constructores, el director del Diario de
Navarra, RAIMUNDO GARCÍA (GARCILA-
SO) (1912-1962), quien
hermes nº: 3 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli
4
El foralcatolicismo es la ver-sión navarra del nacionalca-tolicismo y del debate entrelas dos esencias transhistó-ricas de España
A partir del foralcatolicismo se construyó el navarris-mo, cifrado en la defensa de la identidad diferenciaday española de la comunidad política que es Navarra,frente a las pretensiones del nacionalismo vasco a par-tir del Estatuto de Estella
“defendió siempre loque él creyó mejor: la uni-dad de España, la foralidady la españolidad de Navarra,y un tipo de sociedad occi-dental y cristiana en la quetiene su sitio la familia y lapropiedad, alejada del mar-xismo y no cercana al capi-talismo [...] la mismas cosasen que hoy siguen creyendoun gran número de nava-rros. Los lectores de Garcilaso, como loslectores de Diario de Navarra, no pudie-ron entonces ni pueden hoy equivocarse”.3
Se trata de una ideología que, en su
formulación histórica (PRADERA, GARCI-
LASO, DOUSSINAGUE, ESPARZA, DEL
BURGO TORRES) no aceptó la democra-
cia y al pluralismo que le es inherente, de
modo que veía como “enemigo” todo lo
que no coincidiera con sus conceptos o
dogmas. Su esencialismo historicista se
formuló contra el orden constitucional li-
beral y democrático, porque las esencias y
los dogmas no pueden estar a merced de
la decisión popular, sino que la Historia y
la Tradición muestran el camino. Rechaza-
ba la diversidad ideológica, cultural, lin-
güística, religiosa, étnica, y los cambios,
que veían como riesgos para su orden y
posiciones de ventaja y control social.
Constituye una ideología negativa y victi-
mista, que actúa a la defensiva contra las
ideas que puedan alterar el statu quo y
nuestras esencias, y se manifiesta en acti-
tudes que van desde el moderantismo
hasta el reaccionarismo anti-
democrático4:
“El navarrismo defen-derá la unidad de Españafrente al nacionalismo quela debilita y la hace vulnera-ble a la penetración de lasideas revolucionarias. Porello va más allá de ser unaideología defensora del tra-dicionalismo frente a lasideas progresistas. Se alzafrente a ellas como un todoideológico defensor de los va-
lores tradicionales que son laesencia de Navarra (reli-gión, propiedad, familia, au-toridad). [...] Por lo que enNavarra, las ideas que no co-rresponden a esa esencia se-rán consideradas antifora-les, enfrentando a nuestrasesencias todo aquello que su-ponga transformaciones enlo social, político, religioso,etc. El navarrismo más que
una ideología positiva en cuanto afirma-dora de una realidad se plantea comouna ideología anti o contra aquellas ideasque no interesa que entren en Navarra” 5.
Estas actitudes han demostrado su
capacidad de adaptación a los cambios
económicos y al logro de sus beneficios.
Cuando los principios de la ideología con-
servadora han sido incompatibles con las
transformaciones económicas, se ha inten-
tado conciliarlos con el desarrollo capita-
lista, pero tratando de evitar las conse-
cuencias de transformación social y cultu-
ral que aquel llevaba implícito. Para ello
se ha seguido una política arcaizante en lo
ideológico, cultural y social, tratando de
ignorar los cambios cuando se producen
en desacuerdo con los valores del sistema
establecido, filtrando la modernidad para
depurarla de sus vicios.
Manifestación de ese comporta-
miento fue el diseño de sociedad navarra
que realizó la Diputación Foral por acuer-
do de 3 de octubre de 1974:
“5. El desarrollo socioeconómico noha de significar ruptura conla tradición navarra, enten-dida como respeto a los valo-res que la han caracterizadoa lo largo de la historia (reli-giosidad, foralismo, conside-ración de la familia comoinstitución básica, autono-mía local, espíritu social ycooperativo, defensa denuestro patrimonio cultural,etc.)” 6.
La idea era contradic-
toria en sí misma por cuanto
hermes nº: 4 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli
5
La versión navarra de laideología franquista utili-zó el foralismo-navarris-mo, en cuanto sentimien-to de pertenencia e iden-tidad colectivo, comoelemento de lucha con-tra el nacionalismo vascoy sus proyectos expan-sionistas sobre Navarra
Cuando los principios dela ideología conservado-ra han sido incompati-bles con las transforma-ciones económicas, se haintentado conciliarloscon el desarrollo capita-lista, pero tratando deevitar las consecuenciasde transformación socialy cultural que aquel lleva-ba implícito
pretendía el mantenimiento de los valores
de la sociedad rural en la sociedad indus-
trial, de tal modo que el cambio socioeco-
nómico llevaba, necesariamente, al cam-
bio de los valores religiosos, morales, fa-
miliares, etcétera. Esos valores se
transformaron, porque la filosofía social
que se pretendía mantener era, sencilla-
mente, imposible. Sin embargo constituía
un claro exponente de la actitud conser-
vadora del cambio social, que “prefiere
más el cambio gradual que el abrupto,
con la preservación de la jerarquía de va-
lores sociales que a menudo sufre en la
marcha apresurada hacia el futuro”7.
Reflejó el empeño de hacer compa-
tible la ideología antimoderna del conser-
vadurismo nacional-católico-foral con el
desarrollo capitalista, sin los peligros de
cambio, secularización y modernización
que implicaba. Se pretendió filtrar y sepa-
rar los factores de modernidad en lo eco-
nómico de sus secuelas socioculturales.
Esta era la actitud propia del “tecnocratis-
mo” que gobernaba en España, que pre-
tendió establecer la síntesis entre la mo-
dernización capitalista y los valores del
sistema franquista, tratando de compagi-
nar el liberalismo económico con el na-
cionalcatolicismo, el antiliberalismo políti-
co y los valores de la sociedad tradicional.
Lo que fue concebido como un cambio
del modelo económico para hacer de Na-
varra una sociedad capitalista se convirtió
en una transformación social, aun cuando
la evolución ideológica sigue arrastrando
rémoras del foral-catolicismo.
La secularización implícita en el
proceso de industrialización ha sido más
rápida e intensa en Navarra que en otras
sociedades, porque el factor religioso era
muy importante por efecto de la guerra ci-
vil, del predominio de las ideologías tradi-
cionalista, conservadora y del nacional-ca-
tolicismo. La supresión de la confesionali-
dad del Estado por la Constitución de
1978 y los cambios sociales han hecho
avanzar el laicismo y la libertad de con-
ciencia, superando el nacionalcatolicismo.
El proceso de secularización contribuyó
decisivamente a la crisis de una visión de
la historia de España, de un modelo de
sociedad y de una concepción del Estado
basados en la consubstancialidad de lo es-
pañol con la ortodoxia religiosa católica
que eran propias del nacional y del foral-
catolicismo. Por ello, la modernización
del país tenía que superar, necesariamen-
te, el modelo social y político premoder-
no y antimoderno que aquella ideología
implicaba.
Por otra parte, la propuesta territo-
rial del nacionalismo vasco, incluyendo a
Navarra, alimenta las actitudes esencialis-
tas, tanto de quienes lo apoyan como de
quienes lo rechazan. Navarra es objeto de
la lucha política entre el nacionalismo vas-
co y el nacionalismo español. La presión
terrorista y la coacción social de la intimi-
dación y la violencia callejeras
–actitudes que recuerdan la vio-
lencia fascista de otros tiempos–
legitiman y hacen posible el
mantenimiento de un discurso
obsoleto por alejado de los
principios liberal-democráticos
de la Constitución. Algo eviden-
te si tenemos en cuenta que el
nacionalismo español se legiti-
ma en la defensa de la sociedad
democrática frente al terrorismo
totalitario, lo que le permite rea-
lizar el discurso de la confusión
entre las ideologías y los com-
portamientos y así mantener su lucha con-
tra los nacionalismos periféricos a los que,
de modo directo o subliminal, identifica
con la violencia. De tal modo que se trata
de impedir el progreso de cualquier op-
ción desintegradora de la “indisoluble uni-
dad”, desde una progresiva pérdida de la
identidad navarra para asimilarla plena-
mente a la identidad española. Difícilmen-
te abandonarán unos y otros un debate
que les produce importantes réditos elec-
torales.
2. El navarrismo constitucional
El debate esencialista es anacrónico
a partir del momento en que la idea de
España como nación y su propio naciona-
lismo entraron en crisis con el fin del fran-
hermes nº: 5 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones Juan Cruz Alli
6
quismo y la transformación de la sociedad
española, con la mayor apertura al exte-
rior y la elevación del nivel cultural y po-
lítico. Sin embargo, se ha potenciado por
el Gobierno del Partido Popular y su reac-
ción antinacionalista cuando no ha preci-
sado de sus votos. La Constitución espa-
ñola de 1978 superó la idea esencialista
de España basada en el uniformismo cen-
tralista del liberalismo, en la “unidad de
destino en lo universal” del nacional-sin-
dicalismo, en la unidad católica del nacio-
nalcatolicismo, en la “unidad entre los
hombres y las tierras de España” y en la
uniformidad cultural de la “lengua del Im-
perio” del franquismo.
La nueva identidad española que
aporta la Constitución se fundamenta en
los valores universales y abstractos que
proclama, integrando a personas y comu-
nidades diferenciadas, no a una nación
homogénea, y haciendo posible identida-
des duales. Todo ello con los principios
que eran la antítesis del sistema político
anterior. Se trata de un nuevo factor de in-
tegración y de una forma de autocom-
prensión nacional fundamentada en la
aceptación de un orden político y cultural
plural, que se autolegitima en la democra-
cia, en las formas de participación consti-
tucionalmente delimitadas, en los dere-
chos individuales, en las identidades plu-
rales y en los procedimientos que
garanticen la inclusión social. Este plura-
lismo constitucional se contrapone al fun-
damento étnico o cultural homogéneo y
sustancial del hecho nacional, así como al
exclusivismo de las constituciones políti-
cas, porque asume el pluralismo social.
Supone una importante elevación del ni-
vel de abstracción simbólica desde los he-
chos a los principios y valores constitucio-
nales, a los derechos y libertades, al siste-
ma de garantías, al orden institucional, a
la forma de Estado, etc. Todo ello está su-
perpuesto a los hechos diferenciales y a
las identidades nacionales existentes en el
espacio que gobierna la Constitución.
En el nuevo marco constitucional,
mayoritariamente aceptado por el pueblo
navarro, se ha construido el nuevo nava-
rrismo constitucional, sin el contenido
ideológico del foralcatolicismo conserva-
dor y a pesar suya, porque asume plena-
mente los principios y valores de la Cons-
titución española de 1978. La única coin-
cidencia con aquel se halla en la defensa
de una identidad propia y diferenciada de
Navarra como comunidad política, aun-
que con distintos fundamentos. Si en el
primer caso la identidad se basaba en el
esencialismo historicista, en el segundo lo
hace en la voluntad democrática del pue-
blo navarro, único dueño de sus destinos,
como, por otra parte, reconoce expresa-
mente la Constitución en su Disposición
Transitoria Cuarta. Podemos afirmar que
esta es la actitud hoy mayoritaria en el
pueblo navarro y en las fuerzas democrá-
ticas, con algu-
nos matices que
se exponen.
Para la
mayoría de la
sociedad nava-
rra, que acepta
la Constitución y
el Amejoramien-
to del Fuero, es-
tos configuraron
la Comunidad
Foral como un
espacio público
(HABERMAS )
entre el Estado y la sociedad civil para el
ejercicio del autogobierno de la comuni-
dad socio-política-cultural navarra confor-
me al principio democrático. También es
el lugar de conflicto entre las diversas
concepciones del pasado, del presente y
del futuro propias de una sociedad plural.
En este espacio de experiencia se integran
las percepciones del pasado, que se ha-
cen presente y se abren al futuro como
horizonte de expectativa8. Una de las ca-
racterísticas de la sociedad democrática es
la del progresivo alejamiento de las ex-
pectativas de futuro de las experiencias
del pasado, dando lugar a un tiempo his-
tórico que se caracteriza por la toma de
decisiones por la sociedad y sus institucio-
nes democráticas al margen de los condi-
hermes nº: 6 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones Juan Cruz Alli
7
La propuesta te-rritorial del nacio-nalismo vasco, in-cluyendo a Nava-rra, alimenta lasactitudes esencia-listas, tanto dequienes lo apoyancomo de quieneslo rechazan
cionamientos historicistas, de modo que
la voluntad democrática es el ser.
Frente al espacio público constitu-
cional se han exteriorizado actitudes de
rechazo basadas en el esencialismo histo-
ricista del navarrismo conservador, que tu-
vo una actitud claramente anticonstitucio-
nal de la que quedan resabios. Un expo-
nente es la actitud respecto a la
Disposición Transitoria Cuarta de la Cons-
titución y su rechazo a que el pueblo na-
varro pueda decidir libremente y en refe-
réndum sobre su destino. Curiosa-
mente coinciden en negar la
voluntad popular con quienes,
desde el esencialismo vasquista,
también rechazan que los dogmas
esenciales puedan estar sometidos
a la decisión ciudadana. A pesar
de ello han asumido el marco
constitucional en cuanto que, a
través del Amejoramiento, ha per-
mitido un espacio de identidad
institucional y amplio autogobier-
no. Sin embargo, no parecen muy preocu-
pados por los procesos de involución au-
tonómica, ni por el desarrollo del propio
autogobierno, ni por la potenciación de
los hechos diferenciales propios de Nava-
rra, ni por el progreso de la identidad pro-
pia.
La identificación tradicional del fo-
ralcatolicismo con el nacionalcatolicismo,
el autoritarismo y el nacionalismo espa-
ñol, se han trasladado a la parte de nava-
rrismo constitucional inspirado por aque-
llos, particularmente en cuanto a su carác-
ter de movimiento de resistencia al
nacionalismo vasco. De ahí su actitud de
rechazo a cualquier elemento o aproxima-
ción a lo vasco en general –lengua, cultu-
ra, folklore, etc.–, incluso respecto a los
elementos que forman parte de la propia
identidad de Navarra, como comunidad
pluricultural.
Es paradójico que la actitud de mie-
do se pretenda justificar como una reac-
ción defensiva de la identidad Navarra an-
te el riesgo de “la rápida desaparición de
nuestra memoria nacional”9, que resulta
contradictoria en quienes ni la cultivan ni
la potencian, sino que tratan de diluirla en
otro proyecto nacional. Se trata de un
miedo exacerbado a ser inficionados de
vasquismo, al que consideran contrario a
su percepción del ser y de la identidad de
Navarra, que se pone en peligro incluso
por las relaciones institucionales con la
Comunidad Autónoma Vasca. Bien es
cierto que, en muchas ocasiones, algunos
líderes del nacionalismo vasco les han lle-
nado de argumentos, como ha ocurrido
cada vez que para satisfacer su discurso
han hecho referencia a la integración y a
los procesos para conseguirlo, aunque en
los últimos tiempos se alude a la exclusi-
va voluntad del pueblo navarro, como,
por otra parte, reconoce expresamente el
bloque de la constitucionalidad.
Recientemente uno de los autores
de la adaptación del viejo navarrismo,
que, en su caso, apoyó la Constitución y
el Amejoramiento, el señor URANGA
(OLLARRA), negó la existencia del nava-
rrismo como ideología. Esa negación im-
plica el reconocimiento de su visión tota-
lizadora, porque el “ser navarro”, como él
lo entiende, es la única forma, verdadera
y fiel a la esencia. Rechazó que “su” ser
navarro pueda ser un ismo, como lo es el
de los contrapuestos a su ideología, por-
que otras actitudes distintas son atentados
al único modo posible del ser y, por tan-
to, a la esencia histórica de Navarra10.
Esta actitud de rechazo de la deno-
minación puede ser debida a que, en los
últimos tiempos, se ha vuelto a producir
la identificación del término con el signi-
ficado de sus orígenes preconstituciona-
les. Se ha de observar que las actitudes
hermes nº: 7 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli
8
La Constitución española de 1978 superó la ideaesencialista de España basada en el uniformismocentralista del liberalismo, en la “unidad de destinoen lo universal” del nacional-sindicalismo, en la uni-dad católica del nacionalcatolicismo, en la “unidadentre los hombres y las tierras de España” y en launiformidad cultural de la “lengua del Imperio” delfranquismo.
netamente constitucionales, de izquierda
y centro progresista, ni se autodenominan
ni son calificadas de navarristas, aunque
apoyen la identidad de Navarra como co-
munidad política diferenciada. Sus actitu-
des más democráticas, abiertas, plurales,
respetuosas con los derechos y libertades
les han ido alejando de una denomina-
ción que no precisan como marca de ca-
lidad, en cuanto han acreditado suficien-
temente su compromiso con la Constitu-
ción, el Amejoramiento y lo que ambos
representan. Quizá por ello no necesiten
del ismo, que utilizaron y en el que insis-
tieron en un primer momento, cuando
desde la derecha se pretendía tener la ex-
clusiva de la defensa de un proyecto di-
ferenciado de Navarra frente al naciona-
lismo vasco. Hoy este proyecto institucio-
nal, plasmado en la LORAFNA, es social y
políticamente mayoritario y acredita el
fracaso de la violencia para imponerse a
todo un pueblo que quiere ser libre y vi-
vir en la paz y libertad democráticas.
La sociedad y el resto de las fuerzas
políticas reservan la denominación y la
condición de navarrista exclusivamente
para las actitudes del campo de la dere-
cha, que abarca comportamientos consti-
tucionales, moderados y tolerantes, y
otros que no son tanto y se mueven en el
ámbito de la derecha tradicional y del fo-
ralcatolicismo, aunque utilicen las institu-
ciones democráticas. Estas actitudes se
han incrementado a partir de la progresi-
va implicación de la derecha navarra con
la nacional que representa el Partido Po-
pular, que ha acreditado sus actitudes y
comportamientos autoritarios a partir del
logro de la mayoría absoluta. Por eso no
debe sorprendernos que mientras el señor
URANGA rechaza el término, el señor
DEL BURGO lo reivindique11.
3. Los retos de la comunidad
política navarra
Las personas que integran la socie-
dad navarra tienen el reto permanente de
crear un espacio de convivencia que haga
posible el ejercicio de los derechos perso-
nales y sociales y permita profundizar en
la democracia, desde el compromiso per-
sonal y colectivo con los valores de la li-
bertad, la justicia, la igualdad, la solidari-
dad y el pluralismo político. Sólo en una
sociedad pacífica y pacificada las perso-
nas pueden desarrollar sus capacidades y
proyectos personales y colectivos, así co-
mo garantizar su identidad. El marco para
articular la convivencia es una decisión
colectiva democráticamente tomada desde
la libertad y el pluralismo.
Para conseguirlo es preciso superar
democráticamente los debates
esencialistas para centrar la ener-
gía personal y social en los retos
y proyectos de transformación y
mejora sociales, por medio de:
a) La aceptación del plura-
lismo cultural, lingüístico e ideo-
lógico como valores personales
y colectivos, que enriquecen al
conjunto y reflejan la libertad.
b) Una actitud de respeto y toleran-
cia de todas las opciones que se produz-
can en cualquier orden de la vida perso-
nal y social, sean o no mayoritarias, con
abandono de cualquier maximalismo.
c) La superación de las actitudes
conservadoras e inmovilistas, que sacrali-
zan el statu quo, para configurar una so-
ciedad en constante cambio, único medio
de adecuarse a los procesos de creciente
transformación global.
d) Una actitud abierta y desmitifica-
dora para afrontar el futuro sin miedos,
desde el esfuerzo común y la superación
de los mitos colectivos que coartan la li-
bertad personal y social.
e) La presencia activa de la socie-
dad en los retos institucionales, políticos,
sociales y culturales que contribuyan a
hermes nº: 8 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli
9
En el nuevo marco constitucional, mayoritariamenteaceptado por el pueblo navarro, se ha construido elnuevo navarrismo constitucional, sin el contenidoideológico del foralcatolicismo conservador
configurarla como una realidad plural y
mestiza.
f) Rechazar la violencia en todas sus
manifestaciones, así como las justificacio-
nes de la misma y su utilización como me-
dio en el debate político, social, cultural,
religioso, etc.
g) Incorporar los valores de la ética
democrática, del servicio y prevalencia
del interés general y de la responsabilidad
en todos los comportamientos públicos.
II. EL ORDEN INSTITUCIONAL
Ha sido uno de los ámbitos de cam-
bio como consecuencia directa de la
transformación del modelo político y de la
forma del Estado tras la Constitución de
1978. Hoy Navarra constituye “una Comu-
nidad Foral con régimen, autonomía e ins-
tituciones propias,
indivisible, integra-
da en la nación es-
pañola y solidaria
con todos sus pue-
blos” (Art. 1 LO-
RAFNA).
La Comuni-
dad Foral es la for-
ma histórica actual
de la comunidad
socio-cultural y humana que forma el
pueblo navarro, basada en reglas y prin-
cipios democráticos. Aunque dentro de
una parte de la sociedad navarra puedan
existir, todavía, concepciones transperso-
nalistas y abstractas de Navarra, la con-
cepción democrática atribuye un valor
superior a la voluntad popular, en cuan-
to es el pueblo navarro como comunidad
política quien dispone sobre sí mismo. Es
la comunidad socio-cultural de los ciuda-
danos y las ciudadanas la titular de los
derechos históricos concreción de su de-
recho al autogobierno y a su autodeter-
minación, quien dispone sobre su adap-
tación al marco institucional en que se
encuadra.
Ni la esencia histórica, ni la identi-
dad de la comunidad política, ni su auto-
gobierno, ni su forma histórica están por
encima o al margen de la voluntad demo-
crática del pueblo navarro, que es su titu-
lar y el único con derecho de disposición
sobre los mismos. Así lo ha reconocido la
Disposición Transitoria 4ª de la Constitu-
ción al poner en manos del órgano repre-
sentativo del pueblo navarro –su Parla-
mento (Disposición Adicional 2ª LORAF-
NA)– y de los propios ciudadanos en
referéndum, la decisión sobre el modelo
de su incorporación al nuevo sistema de
organización político y territorial del Esta-
do. De este modo, el derecho de autode-
terminación del pueblo navarro es el que
le permite optar entre permanecer como
comunidad política diferenciada o inte-
grarse como un territorio histórico en la
Comunidad Autónoma Vasca (arts. 2.2 y
47.2 EAPV).
Es la superestructura jurídico-institu-
cional la que ha su-
perado el modelo
del régimen foral
de origen liberal
para convertirlo en
un sistema de auto-
gobierno basado
en el reconoci-
miento de los dere-
chos históricos,
conforme a la dis-
posición adicional primera de la Constitu-
ción. Los sistemas se engarzan por el
mantenimiento para Navarra de la Ley de
25 de octubre de 1839, que establece en
la “unidad constitucional” el límite del
contenido del autogobierno: “Lo dispues-
to en el apartado anterior no afectará a las
instituciones, facultades y competencias
del Estado inherentes a la unidad consti-
tucional” (Art. 2.2.). La LORAFNA ha
adaptado el régimen foral liberal al nuevo
modelo de organización descentralizada
del Estado español, con un reconocimien-
to de los originarios derechos históricos y
una cláusula de reserva de los mismos. El
significado de los citados derechos es el
reconocimiento de la identidad colectiva
de Navarra como comunidad política y
nacionalidad histórica con derecho a su
autogobierno.
hermes nº: 9 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli
10
Frente al espacio público constitucio-nal se han exteriorizado actitudes derechazo basadas en el esencialismohistoricista del navarrismo conserva-dor, que tuvo una actitud claramenteanticonstitucional de la que quedanresabios
En dicha Ley Orgánica se recoge
una concepción hipostática o transperso-
nal de Navarra impropia de un sistema
democrático. No reconoce en su artículo 1
que es el pueblo navarro el que se cons-
tituye en comunidad política foral, o que
es el titular de los derechos históricos.
Además, tiene otros déficits democráticos
al haber dado más importancia al procedi-
miento de pacto como referente de forali-
dad que al principio democrático que de-
be inspirar el modelo organizativo. Aun
cuando fue elaborado y aprobado por ins-
tituciones democráticas, no se acudió a la
democracia directa para su aprobación, tal
y como había ocurrido con los Estatutos
de la Comunidades históricas (Art. 152.2
CE). También se aparta del modelo cons-
titucional en el contenido de la democra-
cia parlamentaria
en cuanto a su re-
forma.
En todo caso,
el viejo sistema de
autogobierno foral
de la comunidad
política navarra re-
cibió el respaldo
constitucional del
reconocimiento de
los derechos histó-
ricos, que le hizo
formar parte del
“bloque de la constitucionalidad”. Hoy la
Comunidad Foral de Navarra tiene un sis-
tema de competencias –plasmación y re-
conocimiento actual de los derechos his-
tóricos–, que es susceptible de ampliación
dentro del espacio de la “unidad constitu-
cional”. Se sitúa dentro de las Comunida-
des con mayor capacidad de autogobier-
no en un claro progreso sobre situaciones
históricas precedentes.
Las instituciones de autogobierno
no son fines sino medios para que la so-
ciedad democrática establezca su organi-
zación, gobierno, atención a sus necesida-
des y participación en la gestión de los in-
tereses comunes. Para cumplir su propia
naturaleza y el mandato constitucional,
deben ser plenamente democráticas en su
organización y funcionamiento, sin servir
a otros intereses que no sean los de la co-
munidad que las instituye y constituye. La
sociedad navarra tiene retos que afrontar
en relación con las instituciones en orden
a:
A) Las instituciones de la propia Co-
munidad:
a) Modificar la LORAFNA a fin de
superar los actuales déficits democráticos
en los siguientes puntos:
- Reconocimiento del pueblo nava-
rro como sujeto directo de la constitución
de la Comunidad Foral, titular de los de-
rechos históricos y de poder de disposi-
ción sobre sus instituciones, estableciendo
la plenitud del principio democrático en
todo el modelo institucional, así como en
su reforma (art. 1).
- Plena ade-
cuación del régi-
men y funciona-
miento institucional
al modelo constitu-
cional de democra-
cia parlamentaria
en cuanto a su re-
forma (art. 71).
- Pleno reco-
nocimiento institu-
cional del Parla-
mento como insti-
tución máxima de
la Comunidad, en cuanto que representa
al pueblo navarro y su soberanía (art.
11).
- Establecimiento y garantía de la
plena y exclusiva competencia del Parla-
mento de Navarra en los procesos inter-
nos de institucionalización, por medio de
Ley Foral, como sobre el régimen de elec-
ción del Presidente por medio de Ley Fo-
ral (art. 29).
- Limitar la permanencia en el cargo
de Presidente de la Comunidad a dos
mandatos consecutivos.
b) Establecer convenios de gestión
y acuerdos de cooperación con las Comu-
nidades Autónomas vecinas, en los térmi-
nos previstos por el ordenamiento consti-
tucional vigente, a fin de mejorar la pres-
hermes nº: 10 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli
11
La sociedad y el resto de las fuerzaspolíticas reservan la denominación yla condición de navarrista exclusiva-mente para las actitudes del campo dela derecha, que abarca comportamien-tos constitucionales, moderados y to-lerantes, y otros que no son tanto y semueven en el ámbito de la derechatradicional y del foralcatolicismo, aun-que utilicen las instituciones demo-cráticas
tación de servicios y desarrollar acciones
de interés común.
B) En relación con la presencia en
las instituciones de la Unión Europea:
a) Participar en todos lo foros de
encuentro de las regiones europeas, sea a
nivel institucional como el Comité de las
Regiones, o en la configuración de espa-
cios de cooperación interregional. En par-
ticular potenciando la cooperación Aqui-
tania-Euskadi-Navarra, así como los con-
venios y protocolos en que participen las
regiones próximas de los Estados español
y francés.
b) Demandar y cooperar en la insti-
tucionalización de la presencia de las Co-
munidades Autónomas en la representa-
ción permanente del Estado ante la Unión
Europea.
C) En relación
con el Estado:
a) Asumir
protagonismo en el
proceso de configu-
ración de la forma
del Estado como fe-
deral asimétrico y
en la ampliación del
autogobierno en
desarrollo de los derechos históricos,
manteniendo como mínimo el nivel de
las comunidades históricas.
b) Exigencia del desarrollo del au-
togobierno, de los derechos históricos y
de los hechos diferenciales, de acuerdo a
la cláusula residual de la Disposición Adi-
cional 1ª LORAFNA, con la plenitud de
las competencias reconocidas en aquella,
así como por las necesarias delegaciones
y transferencias de competencia exclusi-
vas del estado conforme al artículo 150
CE.
c) Sustituir en las relaciones con el
Estado la dinámica de los recursos ante el
Tribunal Constitucional por la de acuer-
dos conforme a lo previsto en la LORAF-
NA y el Convenio.
d) Participación en los órganos de
la Unión Europea en los que se traten las
cuestiones relativas a la armonización fis-
cal, códigos de conductas, etc. que afec-
ten a las competencias de la C. F. de Na-
varra en materia financiera y tributaria.
III. A MODO DE CONCLUSIÓN:
EL HORIZONTE DE EXPECTATIVA
La cuestión sobre las esencias no es
propia de una sociedad evolucionada y
regida por el principio democrático, en la
que los debates de tal naturaleza se susti-
tuyen por la voluntad democráticamente
expresada de los ciudadanos y ciudada-
nas, únicos titulares y definidores de la
identidad colectiva, al margen de los vio-
lentos y los inquisidores. Es una actitud
reaccionaria, propia de las colectividades
humanas que se miran continuamente en
el pasado y tienen miedo a adivinar y
contemplarse en
un horizonte de
distintas perspecti-
vas y riesgos para
aquello que cono-
cen y controlan,
porque, como ex-
puso HALBWACHS
“la sociedad anti-
gua no puede dis-
traerse de la con-
templación de la imagen que le refleja el
espejo del pasado, salvo que en el mismo
aparezcan poco a poco otras imágenes,
con un contorno menos claro y familiar,
que le descubran más amplias perspecti-
vas”12.
Por otra parte, la configuración de
un nuevo espacio de pertenencia y de
identidad como es la Unión Europea plan-
tea nuevos retos institucionales, políticos,
culturales y sociales que, sin renuncia a la
identidad originaria, van a transformar las
realidades nacionales y estatales en una
nueva entidad institucional, cultural y so-
cial. Europa será un continente de plurali-
dades, en el que los Estados, transforma-
dos e irreconocibles en los elementos has-
ta ahora considerados esenciales,
aglutinarán identidades nacionales cada
día más mestizas y diversas.
La cuestión del futuro no está en los
interrogantes sobre el ser de España o de
hermes nº: 11 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli
12
Ni la esencia histórica, ni la identidadde la comunidad política, ni su auto-gobierno, ni su forma histórica estánpor encima o al margen de la volun-tad democrática del pueblo navarro,que es su titular y el único con dere-cho de disposición sobre los mismos
Navarra, ni en si Navarra es sólo españo-
la o vasca, o si se formarán nuevas entida-
des políticas como Cataluña o el País Vas-
co. Se halla en el lugar que a las personas
y a los pueblos les va a corresponder en
la Europa del siglo XXI, formando parte
de una sociedad muy distinta a la actual
en la que los referentes estatales se habrán
eliminado o reducido quedando más co-
mo identidades culturales que como reali-
dades políticas. Tal y como previó ORTE-
GA, si España era el problema, la Europa
democrática e industrial es la solución13.
En las sociedades existe un espacio
de experiencia en el que se integran las
percepciones del pasado, que se hacen
presente y se abren al futuro como hori-
zonte de expectativa. La expectativa “está
ligada a personas, siendo a su vez imper-
sonal [...] se efectúa en el hoy, es futuro
hecho presente, apunta al todavía-no, a lo
no experimentado, a lo que sólo se pue-
de descubrir”14. La expectativa es el futuro
no experimentado y por descubrir, la es-
peranza y el temor, que se busca desde la
razón y el sentimiento, desde la voluntad
y la inquietud de lo desconocido, porque
“el pasado y el futuro no llegan a coinci-
dir nunca, como tampoco se puede dedu-
cir totalmente una expectativa a partir de
la experiencia. Una vez reunida, una ex-
periencia es tan completa como pasados
son sus motivos, mientras que la expe-
riencia futura, la que se va a hacer, antici-
pada como expectativa se descompone
en una infinidad de trayectos temporales
diferentes”15.
Una de las características de la so-
ciedad democrática es la del progresivo
alejamiento de las expectativas de futuro
de las experiencias del pasado, dando lu-
gar a un tiempo histórico que se caracte-
riza por la toma de decisiones al margen
de los condicionamientos historicistas. La
aceleración del cambio y los efectos de la
globalización determinan, además, que
todo o parte de lo previsto suceda de un
modo distinto a como se previó, por lo
que no se puede deducir la expectativa
futura de la experiencia pasada, sino que
aquella está cada vez más alejada de esta.
Hoy, más que nunca, es válida la afirma-
ción de KANT sobre la modernidad, en el
sentido de que “por la experiencia no se
puede solucionar inmediatamente la tarea
del progreso”.
NOTAS1 HALBWACHS M., Les cadres sociaux de la
mémoire, París, 1994, p. 272.2 RUBIO LLORENTE, F., La forma del poder,
Madrid, p. 6.3 URANGA, J. J., “Prólogo” a J. J. SÁNCHEZ
ARANDA Y R. ZAMARBIDE, Garcilaso, periodista
(60 años de historia de Navarra), Pamplona, 1993.4 Esta concepción del navarrismo esencialis-
ta tiene claros componentes antidemocráticos, por-
que el ser y el espíritu de un pueblo no puede es-
tar en manos de un plebiscito, como expuso NA-
GORE YÁRNOZ, J. J. Defensa de la navarridad,
Madrid, 1987, p. 34: “...una nación no nace de un
plebiscito. [...] Navarra no tuvo ni tiene como fun-
damento y base única la sola voluntad de una ge-
neración de navarros. Navarra, en su unidad den-
tro de España, en sus principios de legitimidad ju-
rídica e histórica, en su continuidad y tradición,
Navarra es, antes que tierra y gentes, espíritu”.5 FERNÁNDEZ VIGUERA, S., “Ideología de
Raimundo García Garcilaso en torno al tema foral.
Su evolución: 1903-1931”, I Congreso de Historia
de Navarra. Siglos XVIII, XIX y XX, Príncipe de
Viana, Pamplona, 1986. 6 NAVARRA 2000, coordinado por I. AR-
DAIZ y S. MARTÍNEZ, Gabinete de Estudios y Pla-
nificación de la Diputación Foral de Navarra, Pam-
plona, 1974. El acuerdo pudo ser redactado por el
entonces Director de Coordinación, señor Del Bur-
go Tajadura.7 MERKL, P. H., Political Continuity and
Change, Nueva York, 1967, p. 128.8 KOSELLECK, R., Futuro pasado. Para una
semántica de los tiempos históricos, Barcelona,
1979, p. 338.9 NORA, P. “Présentation”, en Les lieux de
mémoire, I, Gallimard, Paris, 1984, p. VII.10 URANGA (OLLARRA), J. J. “Navarrismo y
navarristas”, Diario de Navarra, 13 de octubre de
2002. 11 Diario de Navarra, 31 de enero de 2003. 12 HALBWACHS, M., Les cadres sociaux de
la mémoire, París, 1994, p. 272.13 ORTEGA Y GASSET, J., “La pedagogía so-
cial como programa político”, Obras completas, I,
Madrid, 1987, p. 521.14 KOSELLECK, R., Futuro pasado. Para una
semántica de los tiempos históricos, Barcelona,
1979, p. 338. 15 KOSELLECK, R. Futuro..., cit., p. 339.
hermes nº: 12 de 12. Navarra Siglo XXI. Ideologías e instituciones. Juan Cruz Alli
13
INTRODUCCIÓN.
El presente trabajo pretender
analizar la política lingüística
de UPN, no sólo sus actuacio-
nes sino también los supuestos ideológi-
cos que la sustentan. Queda pendiente el
análisis del resto de las fuerzas políticas,
sobre todo las nacionalistas vascas, que
excede los límites de espacio de este artí-
culo.
1. - LA LEGISLATURA 1999-2003
En las Elecciones de mayo de 1999,
al conseguir 22 de los 50 escaños del Par-
lamento Foral y en virtud de los automa-
tismos que establecía1 la Ley Orgánica de
Reintegración y Amejoramiento Foral (LO-
RAFNA), UPN continuó en el
gobierno de Navarra.
En materia de política
lingüística todo parecía indicar
un programa continuista. Pero
no fue así: la primera sorpresa
fue que la Dirección General
de Política Lingüística pasó del
Departamento de Presidencia e
Interior a estar adscrita al De-
partamento de Educación y
Cultura. El cambio era signifi-
cativo: el Departamento de
Presidencia dirige las políticas
generales y transversales de un
gobierno, imprescindible para
la planificación de cualquier
proceso de normalización lin-
güística. Situarlo en el Departa-
mento de Educación dejaba en
evidencia la voluntad política de reducir
el tema a un asunto educativo.
Se mantuvo al mismo equipo en Po-
lítica Lingüística, que antes de un año pre-
sentó su dimisión debido a los ataques
que desde el propio gobierno se hacían
contra el euskera2.
Se hizo cargo de ella, añadiéndola a
la Dirección del Servicio de Universidades
que ya ostentaba, Pedro Pegenaute, histó-
rico adversario del euskera como ya lo
demostró durante la elaboración de la Ley
del Vascuence.
1.1. - La reestructuración de Po-
lítica Lingüística
Entre junio y setiembre de 2000 el
Gobierno de Navarra aprovechó la dimi-
sión del equipo de Política Lingüística pa-
ra desmantelar una dirección general in-
cómoda. El Negociado de Formación pa-
só a depender del Instituto Navarro de
Administración Pública, la Sección de Tra-
ducción al Servicio de Boletín Oficial de
Navarra (ambos pertenecientes al Depar-
tamento de Presidencia, Justicia e Inte-
rior), mientras que los Servicios de Pro-
gramación e Investigación y el de Norma-
lización y Promoción se unificaban en el
Servicio de Programación, Investigación y
Desarrollo Lingüístico pasando a depen-
der de la Dirección General de Universi-
dades y Política Lingüística (DGUPL).
La propia reestructuración da idea
clara de los fines del Gobierno: desapare-
cen las ideas de normalización y de pro-moción (que implican compromiso acti-
vo) y se pasa a una concepción de la po-
Política lingüística en Navarra (1999-2002):
historia de un desencuentro.
14
JOSÉ LUIS MENDOZA
Licenciado en FilologíaHispánica (1995). Profesorde Lengua y LiteraturaVasca en el Instituto"Askatasuna" de Burlada(Navarra). Presidente de laFundación "Euskara KulturElkargoa".
lítica lingüística respecto al euskera ligada
casi exclusivamente a determinados as-
pectos culturales.
1.2. - Los planes del Gobierno
de Navarra3
El Gobierno de Navarra aprobó, en
diciembre de 2000, un Decreto Foral que
regulaba el uso del vascuence en las Ad-
ministraciones Públicas y, posteriormente,
tres Acuerdos de Gobierno referidos a
planes de actuación sobre el uso del vas-
cuence en las zonas vascófona y mixta y
a la regulación del conocimiento de idio-
mas en los baremos de méritos de la ofer-
ta pública de empleo.
El objetivo era frenar la expansión
del euskara despojando de sus derechos
lingüísticos a los ciudadanos de las zonas
mixta y no-vascófona y limitando la coo-
ficialidad de la zona vascófona. Al mismo
tiempo desaparecía el euskera como re-
quisito para cualquier puesto de trabajo
oficial y en los concursos de méritos, glo-
balmente, podía tener menos valor que el
inglés, el francés o el alemán.4
1.3. - La reacción social
Hasta este momento las respuestas
sociales ante los ataques gubernamentales
al euskera solían ser explosivos y de cor-
ta duración: manifestaciones, pintadas,
comunicados, etc.
Por vez primera se adoptó, además,
la vía judicial: se pusieron once recursos
al Decreto Foral 372/2000 y, a partir de
enero de 2001, se recurrieron ante los tri-
bunales más de cincuenta disposiciones
en materia de derechos lingüísticos, tanto
del Gobierno de Navarra como del Ayun-
tamiento de Pamplona. La mayoría de los
recursos fueron aceptados tanto por el
Tribunal Administrativo de Navarra (TAN)
como por el Tribunal Superior de Justicia
de Navarra (TSJN)5.
1.4. - Una nueva concepción de
la política lingüística
Tras dotarse de unos mecanismos
legales totalmente restrictivos en materia
de euskera, el Gobierno de Navarra em-
prendió una serie de actuaciones tenden-
tes a su desaparición de la vida pública:
imagen corporativa, rotulaciones de vías y
edificios, ofertas públicas de empleo, pu-
blicaciones, etc.
La DGUPL, dado que asumió los
presupuestos de las dos direcciones que
englobaba, aprovechó esta circunstancia
para llevar a cabo proyectos de la prime-
ra (Universidades) con cargo a líneas pre-
supuestarias de la segunda (Política Lin-
güística). Así, 12 millones de pesetas del
presupuesto destinado a "Encuestas socio-
lingüísticas" referidas al euskera se desti-
naron para la realización de una "Encues-
ta sociolingüística sobre las lenguas de
uso mayoritario en la Unión Europea (In-
glés, Francés y Alemán) en la Comunidad
Foral de Navarra"; o 7 millones
de pesetas dirigidos a "ayudas a
la investigación" (al euskera
hasta esa fecha) pasasen a ser
destinados genéricamente a "la
investigación lingüística univer-
sitaria6.
Éstos eran dos ejemplos
del nuevo rumbo que se pre-
tendía dar en Navarra a la "polí-
tica lingüística". El Servicio de
Programación, Investigación y
Desarrollo Lingüístico, que re-
cogía las competencias que
quedaban de la anterior DGPL,
debido a la interpretación sui generis de
su responsable, del director general y del
consejero de Educación y Cultura, pasaba
a diferenciar una doble función: la dirigi-
da a determinadas actuaciones referidas al
vascuence y otras referidas a la política
lingüística en general. Según un informe
de 6 de julio de 2001 del director del ser-
vicio (que tiene el visto bueno del direc-
tor general) nos encontramos, pues, anteuna política lingüística que considera alplurilingüismo como un elemento clavedel desarrollo personal y profesional parael pleno uso de los derechos que entraña laciudadanía europea a la que pertenece-mos, una política lingüística que conside-re la diversidad como fuente de riqueza yvalor cultural y social y que respeta la rea-
15
hermes nº:2 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza
lidad sociolingüística de navarra (sic) yde sus habitantes7. El consejero de Educa-
ción y Cultura sancionó esta interpreta-
ción mediante la Orden Foral 291/2001
que estableció que las funciones sobre
política lingüística, cuando no se refieran
expresa y exclusivamente al vascuence, se
entenderán referidas tanto al vascuence
como a las lenguas oficiales de la Unión
Europea.
Una visión más elaborada (y deli-
rante) de los nuevos planteamientos la
ofreció el propio director general con oca-
sión de la VIII Conferencia Internacional
de Lenguas Minoritarias, celebrada en no-
viembre de 2001 en Santiago de Compos-
tela8. En ella, tras afirmar que el propio Go-bierno de Navarra, que busca lo mejor pa-ra sus ciudadanos, junto a todos estosapoyos a favor del vascuence, viene ha-
ciéndolo tam-bién y cada díamás decidida-mente en pro delaprendizaje, usoy desarrollo porlos navarros delas lenguas ofi-ciales de laUnión Europea,y afirmar que el
objetivo final (de la educación en Nava-rra) consiste en dotar a nuestro alumnadode las competencias lingüísticas necesa-rias que les permitan el uso de lenguas, lasque fueran, pero siempre de uso oficial enla UE, tras ofrecer datos comparativos res-
pecto al uso y conocimiento del vascuen-
ce, inglés, francés y alemán en Navarra,
pasa a definir el concepto de Política Lin-
güística: la atención sistemática, rigurosa,racional y organizada que debe prestar elpropio gobierno de Navarra, como repre-sentante democráticamente elegido de lasociedad navarra, al conjunto de las si-tuaciones y los problemas de los idiomasen esa sociedad, mediante decisiones rela-tivas a su enseñanza, desarrollo, uso y va-loración. Y, como prueba de ello, presen-
ta el Decreto Foral 372/2000 como correc-
tor de una situación de desigualdad que
daña a los monolingües castellanos, y la
introducción temprana del aprendizaje de
una lengua extranjera en el sistema edu-
cativo.
1.5. - Las actuaciones en mate-
ria de política lingüística
A las actuaciones contra el euskera
en materia de administraciones públicas
ya señaladas, las más destacadas en otros
ámbitos clásicos de la normalización lin-
güística son las siguientes:
ENSEÑANZA: Resultaron esperanza-
doras las primeras declaraciones del nue-
vo consejero de Educación y Cultura Jesús
Laguna: las ikastolas para mí no son unproblema, son una opción. Lamentable-
mente, su actuación no ha sido fiel a sus
palabras:
- El proceso de legalización de las
ikastolas "alegales" se ha estancado. Las
subvenciones son otorgadas directamente
por el Parlamento.
- Se ha continuado con la separa-
ción de los centros bilingües contra la opi-
nión de claustros y consejos escolares.
- Se ha suspendido la euskalduniza-
ción voluntaria del profesorado.
- Se crean agravios comparativos:
mientras que se mantienen aulas de caste-
llano con 2 ó 3 alumnos, se mantiene la
exigencia legal (20) para abrir o desdoblar
las aulas de euskera.
- La DGUPL suspendió las campa-
ñas de prematriculación a favor del euske-
ra que el Gobierno de Navarra venía ha-
ciendo desde 1990 (incluso el primer go-
bierno de UPN las hizo)
- Ha disminuido el gasto dedicado
al euskera y, como hemos visto anterior-
mente, se han usado esos fondos para
otros fines.
MEDIOS DE COMUNCIACIÓN:
- Se ha denegado licencia de emi-
sión a Euskalerria Irratia, la única emiso-
ra de radio que emite en euskera para
Pamplona y su Cuenca.
- No se han tomado medidas para
que las concesionarias respeten las cuotas
de emisión en euskera.
hermes nº:3 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza
16
- Las ayudas a medios de comunica-
ción en euskera han disminuido progresi-
vamente. En 2002 se han quedado sin
subvención, además de Euskalerria Irra-tia, Euskaldunon Egunkaria (único perió-
dico en euskera) y Nabarra (única revista
en euskera que se distribuye en toda Na-
varra)
- Han aumentado las ayudas a me-
dios en castellano cuya utilización del
euskera es simbólica. Quien mayor au-
mento ha experimentado ha sido Diariode Navarra.
- Todo ello muestra un empleo po-
lítico de las subvenciones, que se conce-
den sin ningún criterio de normalización.
1.6. - Algunos "fantasmas" en
torno al euskera
No podemos perder de vista que
UPN surgió para hacer frente al naciona-
lismo vasco. Algunos de sus fantasmas
fundacionales han reaparecido con mayor
fuerza en los últimos años.
EUSKAL HERRIA. Cuando parecía
que iba asentándose como una definición
territorial de tipo cultural, UPN nos descu-
bre que es un "término-trampa":
El Gobierno de Navarra tampoco vaa admitir que… se pretenda el logro deningún objetivo político, tampoco el deEuskalherria, que, si en otro tiempo fuepara muchos un concepto cultural y lin-güístico, desde 1979, con la aprobacióndel Estatuto Vasco o de Guernica, estatuta-ria y por tanto jurídicamente pasó a ser,simple y llanamente, la denominación po-lítica de la Comunidad Autónoma Vascaque no es la de Navarra, obviamente. Elvascuence, en fin, nada debiera tener quever con causas políticas. Pero tiene. Poreso el Gobierno de la Comunidad Foral deNavarra rechaza, en nombre de la inmen-sa mayoría de navarros, la utilizaciónque algunos partidos políticos hacen delvascuence y bajo ficticios argumentos lin-güísticos como vehículo para nuestra inte-gración en Euskalerria9.
Víctima de esta visión fue Eusko
Ikaskuntza. En enero de 2001 el Gobierno
de Navarra retuvo una subvención de 12
millones de pesetas y amenazó con rom-
per el convenio. El motivo: la enciclope-
dia Auñamendi, en cuyo proceso de acce-
so vía Internet Eusko Ikaskuntza había
colaborado, mostraba determinadas entra-
das referidas a Navarra que no eran del
agrado de UPN. Ya Jaime Ignacio del Bur-
go, que siendo presidente de la Diputa-
ción Foral de Navarra la había sacado del
patronato en 1980, había dicho, hablando
de la citada enciclopedia que bajo capade cierto pluralismo ideológico y algunoscriterios de cientificidad, todo lo referentea la cultura vasca está secuestrado por elnacionalismo .
De nada sirvió que el resto de par-
tidos y sindicatos apoyasen a Eusko Ikas-
kuntza: su presidente debió presentar ex-
cusas y se suprimió la consulta on-line de
la enciclopedia.
Reciente-
mente le ha to-
cado el turno a
Euskaltzaindia.
En marzo de
2000 el Gobier-
no de Navarra,
el Gobierno Vas-
co y las tres di-
putaciones ha-
bían renovado un acuerdo de financiación
para cinco años. Fue una de las últimas
acciones de la DGPL que había dimitido
en junio de ese año. El nuevo equipo em-
pezó a romper relaciones con la Comuni-
dad Autónoma Vasca, a hacer desaparecer
cualquier mención a Euskal Herria, se sus-
pendió la presencia conjunta en las Ferias
Internacionales de Lenguas, se rechazó la
colaboración en las Encuestas Sociolin-
güísticas y cualquier tipo de relación con
la Viceconsejería de Política Lingüística
del Gobierno Vasco. El Gobierno de Na-
varra habló de la exigencia de libros de
texto que respetasen la identidad y reali-
dad política y cultural de Navarra. En 2001
se suprimió la subvención a la Universi-
dad Vasca de Verano. Quedaba Euskal-
tzaindia, el único organismo de carácter
oficial que actúa en toda Euskal Herria.
hermes nº:4 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza
17
El director general lo dejó claro10: ElGobierno de Navarra desea continuar co-laborando con Euskaltzaindia, pero que-remos establecer nuevas fórmulas, sin cor-tapisas administrativas intermedias queresponden a situaciones del pasado. Que-remos un convenio específico y bilateral,en el que Euskaltzaindia ratificará sucompromiso de respetar en todas sus ac-tuaciones la realidad política, institucio-nal y administrativa de la Comunidad fo-ral. El Gobierno de Navarra financiará losproyectos que le encomiende. Así se esta-blecerá, de hecho, unas relaciones en fa-vor del vascuence en Navarra sin politiza-ciones y sin equívocas interpretaciones…
Aprovechándose de una circunstan-cia histórica la Real Academia, constitui-da por las tres diputaciones vascas y la na-varra, dio un salto hacia adelante inclu-yendo al Gobierno vasco para liderar susactuaciones y situar al Gobierno fo-ral de monaguillo, de finan-ciador. Pues se acabó. Esun órgano consultivo…El acuerdo marco de 1918no se puede mantener. Nohabrá subvención fija. ElGobierno foral pagará las ac-tividades que encargue. Y si nohay encargos, no habrá dinero.Queremos saber dónde se invier-ten nuestras aportaciones…
En junio de 2002 el Gobierno de
Navarra dio por roto el Acuerdo (Euskal-
tzaindia perdió la subvención del año an-
terior) y manifestó su intención de elabo-
rar un nuevo convenio de carácter bilate-
ral, que se firmó en noviembre. En él se
reconoce el control del Gobierno sobre
trabajos y proyectos. El director general
comunicó que no se aceptaría ninguno
que se presentase con el nombre de "Eus-
kal Herria".
EUSKARA BATUA: Si Euskal Herria
es el "nombre-trampa" para designar el te-
rritorio del proyecto nacionalista, el eus-kara batua es uno de los instrumentos
básicos para su construcción. Ésta sería
una lengua "artificial" cuya "imposición"
sobre los dialectos sería el paso previo a
la formación del "artificial" estado vasco:
El batua es el eje fundamental de laconstrucción de la nación euskalherría-ca12.
La historia demuestra que las len-guas minoritarias se han encontradosiempre a la defensiva, a veces no tantopor la influencia de las lenguas mayorita-rias sino por el abandono de sus propioshabitantes. Y este problema se profundizacuando la lengua minoritaria se politiza yse emplea como ariete para destruir unanación existente desde hace siglos, con ob-jeto de crear una nueva basada en la len-gua, si es que no se puede fundar en raza(…)
Error crucial ha habido en la unifi-cación de la lengua vasca, que ha creado
una lengua artificial que no la ha-blaron nuestros antepasados13.
IKASTOLAS: La Ikastola
(raramente se menciona el
modelo D de la enseñanza
pública) es el lugar ideal de
siembra y transmisión de
la ideología nacionalista
vasca y de adoctrina-
miento político:
El actual adoctrinamientodel nacionalismo vasco reviste caracteresdistintos. No hay ninguna asignatura deformación del espíritu nacional, pero lospostulados nacionalistas –somos una na-ción, el euskera es la base de nuestra iden-tidad nacional, nuestro pueblo está dividi-do entre dos Estados opresores, la autode-terminación es un derecho, nunca nadabueno nos vino de España, el castellano esuna lengua impuesta, hemos vivido siem-pre en lucha contra enemigos poderosos–impregnan todas las disciplinas14.
En esta labor son colaboradores ne-
cesarios muchos de los profesores… reclu-tados en Guipúzcoa o en Vizcaya… Buennúmero de ellos milita en las filas delabertzalismo radical y son la avanzadillaen el sector educativo del sedicente Movi-miento Vasco de Liberación Nacional. No
hermes nº:5 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza
18
es de extrañar que en muchos centrossean los profesores los que incitan a losalumnos a participar en la resistencia:huelgas políticas, concentraciones a favorde los "presos políticos", marchas, acampa-das… Cualquier objetivo –con tal de quetenga un lema traducido al euskera– esbueno. El paso siguiente será la "kale bo-rroka", aunque sólo unos pocos… acaba-rán por ingresar en ETA, donde milita lavanguardia de los luchadores por la liber-tad de Euskal Herria. Eso es lo que se siem-bra, se quiera o no, en muchas ikastolas15.
LIBROS DE TEXTO: Para llevar a
cabo la labor política e ideológica, el na-
cionalismo vasco cuenta con una herra-
mienta de capital importancia: los libros
de texto:
Como yo vengo diciendo… hacemuchos años que en algunas ikastolas seenseñaba a odiar a España. (…)
El mero hecho de esta-blecer como punto de es-tudio básico la geografíae historia de Euskal Herriaimplica el estar orientandola educación en una deter-minada dirección política16.
El Gobierno de Navarra
tomó cartas en el asunto y en
junio de 2001 estableció ayudas
por más de 70 mil euros para la
traducción al euskera de libros de texto
en castellano, al tiempo que establecía pa-
ra el curso siguiente un control legal para
los libros de texto.
LA IKURRIÑA: Símbolo del nacio-
nalismo vasco a erradicar en Navarra, a
lo largo de los últimos años la ikurriña
ha sido objeto de los más diversos ata-
ques.
En agosto de 2002 el presidente del
Gobierno de Navarra anunció una nueva
ley de símbolos que penalizaría económi-
camente a aquellas entidades locales que
hiciesen ondear la ikurriña. Dada la opo-
sición del resto de grupos parlamentarios
no parece que la iniciativa vaya a tener
éxito17.
1.7. - La Sentencia del TSJN so-
bre el Decreto Foral 372/2000
Con celeridad inusual (18 meses) el
Tribunal Superior de Justicia de Navarra
con fecha 26 de junio de 2002 dictó una
sentencia que declaró la nulidad radicaldel Decreto Foral (327/2000) impugna-do18.
Sin entrar a analizar su contenido,
la sentencia le achacaba dos errores de
forma: la falta de los informes de la Direc-
ción de la Función Pública y del Consejo
Navarro del Euskera (CNE). Por otra par-
te, además de ofrecer una interesante
doctrina sobre interés directo e interés le-
gítimo, el TSJN echaba por tierra la argu-
mentación del Gobierno respecto a la dis-
criminación que planteaba la valoración
del euskera como requisito o mérito para
optar a puestos de trabajo en las
administraciones públicas. Como
reconoce la sentencia en su
fundamento octavo, esta cues-
tión fue zanjada por el Tribu-
nal Constitucional (TC) es-
pañol, que estableció "queno debe entenderse la exi-gencia (del idioma) comoun requisito "ad extra"
independiente del méritoy capacidad acreditados sino, al
igual que cualquier otro conocimiento ycondición exigida para el acceso a la fun-ción pública, una exigencia con cuyaacreditación ya da satisfacción a dichosprincipios constitucionales en la medidaque se trata de una capacidad y un méri-to que… ha de acreditarse y valorarse enrelación con la función a desempeñar"(Sentencia del Tribunal Supremo27/1991).
Incluso la propia sentencia estable-
ce, en el mismo fundamento octavo, que
"hay una relación directa entre el conoci-miento del idioma y función públicacuando el primero constituye requisito pa-ra el ingreso o provisión de puestos en eseámbito, más aún si esa regulación afectaa los principios constitucionales de méritoy capacidad recogidos en el artículo 103-3 de la Constitución. Así lo ha dicho el Tri-
hermes nº:6 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza
19
bunal Constitucional: el co-nocimiento del idioma se si-túa dentro de esos principios:de suerte que el propio prin-cipio de mérito y capacidad supone la car-ga para quien quiera acceder a una deter-minada función pública de acreditar lascapacidades, conocimientos e idoneidadexigibles para la función a la que aspira,por lo que la exigencia del idioma que esoficial en el territorio donde actúa la Ad-ministración a la que se aspira a servir esperfectamente incluible dentro de los mé-ritos y capacidades requeridas (Sentencia46/1991)19.
1.8. - La reacción del Gobierno
de Navarra
Rápidamente el Gobierno presentó
un recurso de casación ante el Tribunal
Supremo20 y reorganizó el Consejo Nava-
rro del Euskera (CNE) para obtener un in-
forme favorable al nuevo
Decreto, cuyo contenido era
igual al anterior21.
El CNE consta de vein-
te miembros: cuatro altos
cargos del Gobierno, el pre-
sidente de la Academia Vas-
ca, ocho vocales institucionales y siete
"nombrados entre personas de reconocidoprestigio en el ámbito del euskera y la cul-tura vasca" (artículo 2,1.g). En su afán de
controlarlo, el Gobierno nombró a tres
funcionarios de confianza (uno de ellos
confesó que no sabía por qué lo habían
designado), un escritor que ha publicado
un violento folleto contra el euskera y tres
profesores universitarios de los que sólo
uno conoce el euskera. Además, en su
primera reunión el nuevo CNE aprobó un
reglamento que concede al presidente la
potestad de bloquear cualquier debate y
permite un quorum de tan solo tres miem-
bros.
Cualquier Consejo consultivo tiene
como función básica con-
trastar opiniones y pactar
propuestas que posterior-
mente se elevan al gobier-
no. El CNE tiene, por ley, las
siguientes funciones: A) In-formar de los planes genera-les y los proyectos normati-vos relativos a la política lin-
güística, antes de su aprobación. B)Emitir su parecer acerca de las cuestionesque le sean sometidas por el Gobierno so-bre planificación y normalización lin-güística. C) Realizar propuestas al Go-bierno en relación con el uso y fomentodel euskera. D) Cualquier otra funciónque le atribuyan específicamente las dis-posiciones vigentes (artículo 4).
Parece evidente que la intención
del Gobierno de Navarra era absoluta-
mente instrumental: conseguir el informe
favorable a su Decreto para reponerse del
duro revés sufrido al quedar invalidado el
fundamento legal de su Política Lingüísti-
ca22. Con los nuevos nombramientos, el
Gobierno controlaba directamente once
nombramientos. En una sola sesión y sin
apenas debate, el CNE dio
su visto bueno, aunque el
"nuevo" Decreto fue recha-
zado tanto por la Mesa de
los Sindicatos de la Adminis-
tración, como por decenas
de ayuntamientos y entida-
des culturales23.
2. - EL COMPORTAMIENTO DE
LAS ÉLITES NAVARRAS24
A la hora de analizar cualquier ac-
tuación social y/o política tiene gran inte-
rés estudiar el comportamiento de aque-
llas personas que por sus capacidades
personales o por su importancia social se
convierten en creadores de opinión públi-
ca. Su discurso, amplificado por los me-
dios de comunicación, influye decisiva-
mente tanto en el modo en que la ciuda-
danía percibe y crea la realidad en que
vive como en los procesos de transforma-
ción social.
El amor retórico que
los dirigentes de UPN mos-
traban hacia el euskera, ade-
más de contrastar escanda-
losamente con su práctica,
hermes nº:7 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza
20
implicaba una cierta prevención ante un
ataque frontal a la lengua y la cultura vas-
ca que dejase en evidencia sus verdade-
ros sentimientos y convicciones.
Además de la política gubernamen-
tal, resulta llamativa la confluencia de
tres polos de opinión en la labor de dar
cobertura ideológica a la política antivas-
ca:
1º. Diario de Navarra-Jaime Ignacio
del Burgo25. Repiten el discurso histórico
de la derecha tradicional navarra. Este dis-
curso, de gran valor ideológico para hacer
frente las doctrinas izquierdistas y/o no-
confesionales durante el primer tercio del
siglo XX, pierde posteriormente este valor
funcional quedando reducido a mero ele-
mento retórico.
2º. Más llamativo resulta que el pro-
pio Gobierno de Navarra salga a los me-
dios de comunicación para defender/justi-
ficar su actuación en materia
de política lingüística (hasta
entonces le bastaba con in-
cumplir la ley sin necesidad
de ningún tipo de justifica-
ción). Como ya hemos visto,
el propio gobierno, a través
del Sr. Pulido y del Director General de
Universidades y Política Lingüística, tomó
la iniciativa de justificar su política en ma-
teria de euskera26.
3º. El último polo y el más novedo-
so supone la incorporación al discurso an-
tivasco de un grupo de personas ligadas a
la universidad y a lo que podríamos deno-
minar la facción más derechista de la UGT
y del Partido Socialista de Navarra (PSN-
PSOE). En el contexto de un PSN destro-
zado por los casos de corrupción (Urral-
buru, Roldán, Otano,...), dirigido inicial-
mente por una gestora derechizante27, sin
un proyecto de partido definido y sin un
liderazgo claro, algunos militantes y sim-
patizantes socialistas van a salir a la opi-
nión pública con un discurso que mezcla
los rancios argumentos de la derecha na-
varra con otros más modernos teñidos de
una ideología liberal e incluso progresis-
ta28.
La figura más relevante es Aurelio
Arteta, catedrático de Filosofía Moral y Po-
lítica de la Universidad del País Vasco,
quien desde 1997 salta a la opinión públi-
ca con un discurso novedoso cuyos pun-
tos básicos, en sus últimas formulaciones29
son:
- El concepto y la tarea de la norma-
lización lingüística deben dirigirse a los
navarros de lengua materna vasca, que-
dando al margen el resto de ciudadanos
incluyendo los euskaldunberris, dado que
los deseos no se convierten per se en de-
rechos.
- Tan sólo a los hablantes reales les
compete el derecho a su propia lengua.
La política lingüística es justa cuando re-
gula sus normas sobre la lengua real de
sus ciudadanos y no sobre otra imaginada
o añorada.
- El derecho a la lengua no es un
derecho natural ni un derecho de un ha-
blante potencial y abstracto
sino de los hablantes actua-
les y concretos.
- Como criterio secun-
dario y debido a su valor
imaginario o sentimental ca-
bría admitir un principio deprotección con vistas a conservar el lega-
do del euskera y a no contrariar tales sen-
timientos.
- La cooficialidad del euskera en
Navarra además de un sinsentido sería
una profunda injusticia, una pura ficción y
una ilegalidad. Además degradaría nuestra
ciudadanía por conceder un privilegio co-
mo si fuera un derecho y por aceptar la
impostura como si fuera verdad.
- Los nuevos derechos generarían
nuevos gastos que se detraerían de los
fondos públicos que deberían estar desti-
nados a ejercer verdaderos derechos y a
cubrir necesidades colectivas más indiscu-
tibles (trabajo, vivienda, etc.)
- Se generaría gran tensión social: el
fracaso de tal política no se achacaría a su
encontronazo con la dura realidad, sino a
la mala voluntad del gobierno de turno.
- Se favorecería la causa nacionalis-
ta (vasca) y su plan de secesión.
hermes nº:8 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza
21
- Hasta el presente, la política lin-
güística ha unificado, protegido y subven-
cionado el euskera, ha promovido una
política educativa que lo impulsa y una
política laboral que le da puestos de tra-
bajo y ventajas.
3. - A MODO DE CONCLUSIÓN
Técnicamente no habría ningún
problema para declarar la cooficialidad
del euskera en Navarra30. La Sentencia
82/1986 del Tribunal Constitucional esta-
bleció que es oficial una lengua, indepen-dientemente de su realidad y peso comofenómeno social, cuando es reconocidapor los poderes públicos como medio nor-mal de comunicación en y entre ellos y ensu relación con los sujetos privados, conplena validez y efectos jurídicos…31. Com-
parativamente hablando, encontramos un
posible referente en la Comunidad Autó-
noma del País Valenciano, en donde hoy
los dos espacios territoriales están lingüís-
ticamente muy definidos32. A pesar de
ello, la Ley de Uso y Enseñanza del Valen-
ciano establece que el valenciano es la
lengua propia y oficial de las administra-
ciones públicas.
En cualquier caso, no parece que
ninguno de los partidos mayoritarios na-
varros esté por la cooficialidad del euske-
ra en Navarra. En las actuales circunstan-
cias incluso hasta podría ser perjudicial,
dada la tensión política y social (real y/o
inducida) que podría generar.
Los discursos contra la normaliza-
ción del euskera en Navarra han tenido
indiscutible éxito político y social al tiem-
po que aumentaban el riesgo de una frac-
tura social. Hoy en día las tesis favorables
al euskera apenas tienen eco más allá de
sus propios ámbitos. Es necesario romper
este cerco de silencio. Pero también resul-
ta urgente la reflexión sobre el discurso
favorable a la normalización del euskera.
De las grandes esperanzas (y no só-
lo culturales) que muchos ciudadanos na-
varros habíamos depositado en el Gobier-
no Tripartito (1995-1996) hemos pasado al
desencanto y al desencuentro social con
alto grado de crispación y riesgo de frac-
tura social en un escenario distorsionado
y condicionado por ETA. En esta situación
el tema del euskera y la cultura vasca, no
resuelto durante la Transición, va a condi-
cionar en los próximos años el modelo de
futuro que pretendamos establecer para
Navarra.
NOTAS1 La LORAFNA ha sido reformada en este
punto durante la actual Legislatura: ya no goberna-
rá el partido más votado sino el que más apoyos
parlamentarios obtenga.
2 Los dimisionarios indicaron que era impo-
sible continuar con su labor en un ambiente de
agrias descalificaciones (en referencia a las opinio-
nes e informes de UPN y PSN sobre su labor) y
maniobras políticas. Además consideraban que la
finalidad de la dirección general de promover el
vascuence no tenía sentido dentro de la política
que desarrollaba el Gobierno, quien no tenía en
cuenta sus opiniones. Ver DIARIO DE NOTICIAS
14-1-2001.
3 Para una valoración del Decreto ver mis
artículos El euskera en Navarra, HERMES 2 (julio
2001) y UPN ataca de nuevo, EL PAÍS (País Vasco)
14-12-2000
4 En distintas convocatorias de oferta públi-
ca de empleo para el 2001 aparecen en los corres-
pondientes baremos 2 puntos para el inglés, el
francés o el alemán y 2,2 puntos para el euskera,
pero en este caso sólo para puestos de trabajo de
la Zona Vascófona.
5 Para conocer un buen compedio de las ra-
zones contra el Decreto Foral 372/2000 ver IÑAKI
AGIRREAZKUENAGA ZIGORRAGA Nafarroako
Administrazio Publikoetan Euskararen Erabilera
Arautzen duen abenduaren 11ko 372/2000 Foru
Dekretuaren legaltasunari buruzko Irizpidena, en
ELERIA 8, 65-91.
6 Para una detallada crónica de este expe-
diente ver mi artículo La política lingüística de Pe-
jenaute: una chapuza y algo más (GARA 11-11-
2001).
hermes nº:9 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza
22
7 Esta interpretación había sido previamen-
te rechazada por el letrado de la propia DGUPL
quien, en un informe de 8 de marzo, concluía que
todas las funciones correspondientes al Servicio
…deben ser interpretadas y vinculadas a la aplica-
ción de la Ley Foral del Vascuence y de los objeti-
vos definidos por la misma en relación a esta len-
gua, sin que pueda interpretarse que la "política
lingüística" a abordar desde el referido Servicio
pueda referirse al campo de las lenguas, en gene-
ral, o al de algunas de ellas (lenguas europeas,…)
en particular.
8 Ver PEDRO PEGENAUTE GARDE Política
lingüística y educativa en Navarra in Actas da VIII
Conferencia Internacional de Linguas Minoritarias,
pp 277-283, Xunta de Galicia 2002.
9 PEDRO PEGENAUTE GARDE, loc. cit.
p.283
10 DIARIO DE NOTICIAS 14-1-2001
11 Entrevista en DIARIO DE NAVARRA (5-5-
2002)
12 JAIME IGNACIO DEL BURGO, El ocaso
de los falsarios, 2000, pág. 84.
13 FCO. JAVIER OCTAVIO DE TOLEDO, La
lengua compañera del imeorio y Euzkadi, DDN 9-
3-99.
14 DEL BURGO, op. cit., pág 109.
15 DEL BURGO, op. cit, pág 92.
16 DEL BURGO, DDN 30-6-00.
17 Ver mi artículo Señas (sueños) de identi-
dad GARA 5-9-2002
18 Posteriores sentencias del propio TSJN
declararon nulos también el resto de Decretos Fo-
rales que desarrollaban el DF 372/2000 por los
mismos defectos de forma.
19 Tal es así que una sentencia reciente (no-
viembre 2002) obliga al gobierno español a reha-
cer una convocatoria de puesto de trabajo en San-
testeban por no valorar el conocimiento del
euskera.
20 Recurso que aún no ha sido resuelto.
21 El Consejo Asesor del Euskera vigente no
podía conseguir el quorum necesario desde que en
enero de 1999, 12 de sus 20 miembros habían pre-
sentado su dimisión al entender que el citado Con-
sejo había perdido sus funciones ya que el Gobier-
no foral no sólo no tiene en cuenta sus propuestas
y solicitudes sino que las elude y, además, actúa
en sentido contrario (Ver DIARIO DE NOTICIAS
14-1-2001).
22 Pueba de ello es que hasta la fecha (17-
2-03) no se ha vuelto a reunir.
23 A pesar de todo, el Gobierno de Navarra
aprobó el nuevo Decreto Foral el 10 de febrero de
2003.
24 Para un análisis de los discursos sobre la
normalización del euskera en Navarra: X. ERIZE, El
discurso contrario a la "normalización" de la lengua
vasca en Navarra (1997-2002), in RIEV, 15 AÑOS
DE LA LEY FORAL DEL VACUENCE EN NAVARRA,
MARZO 2003.
25 Anteriormente ya he expuesto algunas de
sus oponiones que aparecen sistematizadas en su
libro EL OCASO DE LOS FALSARIOS.
26 El 15-10-02 el Gobierno de Navarra emi-
tió una nota de prensa en la que reprochaba a la
fundación Euskara Kultur Elkargoa entorpecer su
política lingüística mediante la contínua interposi-
ción de recursos ante los tribunales.
27 Algunos de cuyos dirigentes (como Víctor
Manuel Arbeloa o Lola Eguren) ya han abandona-
do el PSN.
28 Uno de los análisis más exhaustivos lo
ofrece JOAN MARI TORREALDAI, Hizkuntz politi-
karen auzia, in JAKIN 123/124, martxoa-ekaina
2001, pp. 11-164.
29 Elaborados a partir de sus artículos publi-
cados en DDN POR UN HERMOSO DEBATE (11-
11-02), A CADA CUAL, SEGÚN SU LENGUA, (23-
11-02), SIN MORDERSE LA LENGUA (26-11-02) y
LA GRAN EVASIÓN (15-12-02), en el marco de una
polémica con el autor de este artículo.
30 De hecho una declaración oficial del Par-
lamento de Navarra estableció que, Primero: El
castellano y el euskera serán las lenguas oficiales
de Navarra. Segundo. Dicho principio se incorpo-
rará a las Bases de Reintegración Foral y Amejora-
miento del Régimen Foral de Navarra, así como la
competencia plena del Parlamento Foral para su
regulación por medio de una Ley (Boletín Parla-
mento de Navarra nº 34, 18-10-1980). Como es sa-
bido, la LORAFNA recogió sólo la oficialidad del
euskera para la Zona Vascófona.
31 Fundamento Jurídico 2.
32 La franja litoral norte y centro, más el nor-
te interior son catalanoparlantes; la franja litoral sur
y el centro y el sur interior, castellanoparlantes.
hermes nº:10 de 10. Política lingüística en Navarra (1999-2002): historia de un desencuentro. J. L. Mendoza
23
0. EL NAVARRISMO, UN OBJETO
COMPLEJO DE ESTUDIO
Gracias a algunas aportacio-
nes publicadas en los últi-
mos años ha mejorado
nuestro conocimiento en relación con el
navarrismo, sobre todo en relación con
su historia con anterioridad a 1936 y con
su evolución política en las últimas déca-
das1. Con todo, creo que no es desmesu-
rado afirmar que el grado de éxito del na-
varrismo como práctica política, en espe-
cial el de su versión upenista actual, la
que corremos el riesgo de percibir como
el único navarrismo existente, convive
con una excesiva poca atención mostrada
por historiadores y sociólogos
de cara a desentrañar las cla-
ves de aquél. Sobre todo, si te-
nemos en cuenta que, a poco
que ahondemos, el navarrismo
es un fenómeno polifacético y
complejo. En los apartados
que siguen haremos un repaso
de las características del nava-
rrismo como proyecto político
e ideología identitaria, así co-
mo de los diversos navarris-
mos que pueden constatarse a
lo largo del siglo XX. Conside-
ramos necesario retroceder
hasta el primer tercio del siglo
XX a causa de poderse así va-
lorar mejor las continuidades y
rupturas acaecidas en el tema
que nos ocupa.
1. EL NAVARRISMO: PROYECTO
POLÍTICO E IDEOLOGÍA IDENTITARIA
Como es sabido, las ideologías
identitarias suelen referirse a comunida-
des imaginadas, a menudo consideradas
inherentemente soberanas y por lo gene-
ral definidas territorialmente, integradas
por un colectivo de individuos que se
sienten vinculados entre sí en función de
factores muy variables (voluntad, territo-
rialidad, historia común, etnicidad, etc.
que definen una conciencia social y pre-
política de la diferencia) con la finalidad
de ser el basamento de propuestas de di-
mensiones políticas referidas a aquéllas,
interpretadas como sujeto de derechos
políticos colectivos.
La propuesta de dimensión política
del navarrismo es la de interpretar Nava-
rra como un proyecto político diferencia-
do de otras regiones limítrofes, firmemen-
te engarzado en España y fundamentado
en la foralidad, entendida ésta entre 1900
y 1983 según el marco de la Ley de Mo-
dificación de Fueros de 1841 y entre 1983
y la actualidad según el marco del Ame-
joramiento del Fuero. En su esencia, el
navarrismo sería un regionalismo reactivo
por cuanto participa del proyecto del Es-
tado español y por cuanto el núcleo de
sus proyectos se asienta en el rechazo a
la unión vasconavarra, es decir, a la arti-
culación de un espacio político-institucio-
nal junto con los demás territorios históri-
cos considerados vascos por el naciona-
lismo vasco.
Identidad e ideología en Navarra. Losnavarrismos en el siglo XX.
24
FERNANDO MIKELARE-NA (Bera, 1962), profesortitular de la Universidad deZaragoza y doctor en His-toria, es autor de numero-sas publicaciones sobre te-mas relacionados con lahistoria de la población, lahistoria agraria, la historiasocial y la antropología his-tórica de la Navarra de lossiglos XVIII, XIX y XX. Escoautor del libro Historiadel navarrismo (1841-1936). Sus relaciones con elvasquismo (Pamplona,2002).
Además de propugnar un proyecto
político, el navarrismo también se articula
como ideología identitaria en la medida en
que conlleva un mensaje de identidad co-
lectiva y de diferencialidad de los nava-
rros. El navarrismo basa la identidad co-
lectiva y la diferencialidad de los navarros
principalmente en dos elementos: en la
historia, pero, sobre todo, en la medida en
que constituye el eje de su propuesta po-
lítica, en la foralidad. El pasado de Nava-
rra es recreado míticamente, al igual que
sucede con las demás ideologías identita-
rias, tratando de transmitir un continuum
de territorialidad a lo largo del tiempo y
reinterpretando la conquista de Navarra a
la monarquía hispánica en 1512 y la pos-
terior relación con ella hasta 1841 en tér-
minos de pacto entre iguales. Por lo que
respecta a la foralidad surgida tras 1841
hasta 1983, actuante como sostén del na-
varrismo en su propuesta de relación con
el Estado, podría decirse que el navarris-
mo anima a los navarros a sentirse diferen-
tes en relación con otras comunidades au-
tónomas del Estado español, e incluso en
cierta medida respecto del propio Estado,
en virtud de la pervivencia en Navarra de
las instituciones forales. La foralidad con-
forma a tal ideología identitaria con un ca-
rácter “sui generis” en virtud de la natura-
leza ciertamente abstracta de aquélla, na-
turaleza fácilmente comprobable en el
hecho empírico de que la mayoría de los
navarros, reconociendo que son los fueros
nuestro elemento distintivo y de configu-
ración comunitaria, tengan grandes dificul-
tades para definirlos con una precisión mí-
nima. Hay que llamar la atención sobre la
circunstancia de que el discurso identitario
navarrista sería un caso excepcional den-
tro del conjunto de los discursos identita-
rios referidos a comunidades no estatales
porque no abundan los ejemplos en que
un elemento abstracto como la foralidad
sea el núcleo del mensaje. Por lo común,
tales elementos nucleares suelen ser de
naturaleza lingüística o cultural o religiosa.
La fundamentación de la diferencia-
lidad navarra en la foralidad es, a nuestro
juicio, el elemento clave de cara a enten-
der el éxito teórico y práctico del navarris-
mo por varias razones: a) la foralidad es
un elemento diferencial muy cómodo de
asumir y de llevar por parte de los ciuda-
danos navarros por cuanto llega de forma
automática y no compromete en ningún
sentido ni a ningún esfuerzo; b) hay que
remarcar su transversalidad geográfica: la
foralidad es válida para toda Navarra, con-
figurando a Navarra como una realidad
única que trasciende las diversidades in-
ternas; c) es preciso remarcar la capacidad
del navarrismo para explotar la indetermi-
nación competencial de la ley de 1841
que favoreció a Navarra a la hora de asu-
mir competencias ya desde el siglo XIX2 y
que dio lugar a una administración cerca-
na al ciudadano y competente
en muchas cuestiones; d) la uti-
lización del “argumento carlista”
en el siglo XIX (es decir, la ex-
plotación de que exigencias fis-
cales e intromisiones en el ám-
bito competencial por parte del
Gobierno central podían con-
ducir a levantamientos carlistas
que enarbolaran la bandera de
los fueros) y el trato de favor
que Navarra ha recibido desde
Madrid en el siglo XX para se-
guir manteniéndose como di-
que frente al nacionalismo vas-
co han servido al navarrismo para conse-
guir un mayor bienestar de la ciudadanía;
e) la ratificación del éxito téorico del na-
varrismo vino de la mano de la incorpora-
ción de la foralidad a la Constitución de
1978.
En la práctica, el éxito del navarris-
mo, fundamentado en tales argumentos
identitarios, es incontestable. El naciona-
lismo vasco en Navarra en la Segunda Re-
pública no sobrepasó el 9 por ciento. En
las elecciones posteriores a 1982, las op-
ciones navarristas3 han obtenido el apoyo
de más de tres de cada cuatro votantes en
la mayoría de las convocatorias, llegando
a conseguir en algunas de ellas más del
80 por ciento de los votos. El porcentaje
25
hermes nº:2 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena
de votos de las formaciones navarristas
en las elecciones ha ido progresivamente
en aumento a lo largo del periodo, bene-
ficiándose en especial el navarrismo de
derechas.
Por otra parte, la marginación de los
elementos idiomáticos y culturales del
mensaje identitario navarro tiene varias
lecturas.
Por un lado, parte de la refutación
de las tesis del nacionalismo vasco más
ortodoxo, es decir, del mensaje identitario
rival, de que Navarra sea, desde el punto
de vista cultural, exclusivamente vasca, de
manera que, para los navarristas, lo vasco
es uno de los componentes de lo navarro
en cuanto que sólo unas zonas del territo-
rio navarro serían o habrían sido vascas.
Con todo, no hay que olvi-
dar que el navarrismo, al su-
brayar la pluralidad cultural
del territorio navarro, lo ha-
ce más en sentido negativo
que positivo, en cuanto que
no ha impulsado un reco-
nocimiento activo y dinámi-
co de los componentes vas-
cos de partes de Navarra.
Una segunda lectura apunta a que,
precisamente, la marginación de los ele-
mentos culturales vascos tiene que ver
con la desconfianza del navarrismo acerca
del “fomento del euskera y de las ikasto-
las como factores de extensión de las
ideas nacionalistas, y se siente obligado a
defender el castellano como lengua nacio-
nal española”, lo que “ha llevado a algu-
nos de los navarristas más intransigentes a
predicar el rechazo del euskera batua, la
lengua unificada por Euskaltzaindia, y a
propugnar el cultivo de los «dialectos vas-
cos propios de Navarra»”4.
En tercer lugar, la no consideración
de la diferencialidad navarra sobre ele-
mentos idiomáticos o culturales es otro
elemento de salvaguarda de la extensibili-
dad del navarrismo entre la ciudadanía
navarra. Apostar por el euskara como ele-
mento de base de la diferencialidad nava-
rra supondría para el navarrismo una pér-
dida de apoyos en aquellas zonas que
contemplan a la lengua vasca como algo
ajeno5, toda vez que, además, durante el
siglo XX el número de vascohablantes ha
sido pequeño6, estando concentrado en
áreas rurales hasta 19707. Además, hasta
las últimas décadas del siglo XX los vasco-
parlantes navarros no constituían una co-
munidad lingüística articulada en el senti-
do pleno, en el sentido de exigir la satis-
facción de sus derechos lingüísticos y de
autorreconocerse como comunidad políti-
ca al identificarse con unas formaciones
políticas determinadas de signo naciona-
lista. Asimismo, no hay que olvidar que,
para ser reivindicado de forma plena co-
mo elemento identitario, el euskara se en-
frentaba con el inconvenien-
te de su no estandarización y
de su fragmentación dialectal
hasta fechas bien tardías. En
este sentido, el navarrismo
ha hecho y hace gala de
pragmatismo al indicar que
el euskara en Navarra es una
seña de identidad de segun-
do orden, siendo lengua pro-
pia en exclusiva de las zonas
vascófonas de la Montaña, prescindiendo
de que en el pasado era lengua mayorita-
ria en otras zonas de Navarra y de que in-
cluso en la actualidad los datos de matrí-
culas escolares y las encuestas dicen que
muchos ciudadanos de las zonas mixta y
no vascófona están a favor de su fomen-
to.
De cualquier forma, como veremos
en el apartado siguiente la problemática
derivada de la introducción de los ele-
mentos idiomáticos y culturales en los
mensajes navarristas, la principal cuestión
irresuelta del navarrismo, da pie a hablar
de diferentes tendencias dentro de él en
su evolución histórica, tanto durante el
periodo 1900-1936 como con posteriori-
dad a 1977. Por otra parte, no hay que ol-
vidar que la asunción de esos elementos
hermes nº:3 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena
26
ha tenido a lo largo del tiempo una signi-
ficación completamente diferente. Hasta
hace cuarenta años la reivindicación del
euskara solía ser puramente retórica de
labios de personas, por lo general no vas-
coparlantes, y convivía con el hecho de
que la lengua vasca, al no estar estandari-
zada y no tener una comunidad lingüísti-
ca detrás que exigiera sus derechos idio-
máticos, no planteaba ninguna fricción en
el campo político porque no se planteaba
su empleo en la enseñanza o en la admi-
nistración. Es a partir de que se produzca
esa estandarización y de que creciente-
mente los vascoparlantes y los no vasco-
parlantes adviertan de su posible uso nor-
malizado en todas las instancias, confor-
mándose los primeros en comunidad que,
además, participa en grado elevado de los
postulados nacionalistas, que el euskara
pierde su categoría de objeto relativamen-
te consensuado y se convierte en elemen-
to de discusión, habiendo quienes desde
sectores del navarrismo traten de obstacu-
lizar su desarrollo. De hecho, personali-
dades, por lo general no euskaldunes, ca-
racterizadas por su navarrismo y su recha-
zo a la unión vasconavarra se han
caracterizado, en especial con anteriori-
dad a la guerra civil, por una profunda
vascofilia, si bien, por lo general, de índo-
le retórica. Con posterioridad a 1977, los
políticos navarristas, en especial los de
derecha, han sido ajenos, salvo contadas
excepciones, a aquel vasquismo cultural.
Por su parte, también el mundo de la cul-
tura vasca ha permanecido fuera de las te-
sis navarristas. Llegados a este punto, qui-
zás sería oportuno en este punto reflexio-
nar a modo de interrogante si el creciente
abandono del vasquismo cultural por par-
te de los navarristas no ha surgido sólo de
su pragmatismo político o de su visión de
que puede ser un instrumento de mani-
pulación por parte de los nacionalistas.
Tal y como ha comentado algún político
navarrista8, otro elemento actuante ha si-
do la patrimonialización del vasquismo
por parte del nacionalismo, en especial
del radical, que es, recordémoslo, el ma-
yoritario en Navarra.
2. LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA
DEL NAVARRISMO
A pesar de que hoy en día existe
una tendencia, entre la opinión pública e
incluso entre los expertos9, a identificar el
navarrismo con la teoría y la práctica po-
lítica de UPN, consideramos que ese enfo-
que no es acertado. Históricamente y en
la actualidad, el navarrismo, entendido
como la ideología que propugna a Nava-
rra como un proyecto político diferencia-
do de otras regiones limítrofes, firmemen-
te engarzado en España según el marco
de la foralidad y que, por tanto, rechaza la
conformación de Esuskal Herria como su-
jeto político soberano, ha convivido con
ideologías conservadoras e ideologías
progresistas en lo social. Tal y como que-
dó apuntado en el apartado anterior, la
aceptación en
cierta medida
de los com-
ponentes cul-
turales vascos
ha originado
diversas ten-
dencias o di-
versos tipos
de navarris-
mos. Como
veremos, en la República esos matices se
daban en el interior de la mayoría de los
partidos de casi todo el espectro político
no nacionalista. En las últimas décadas, se
constatan en el PSN, en Izquierda Unida y
en el CDN, pero son prácticamente inexis-
tentes en UPN. Hemos considerado tam-
bién navarristas al PSN, IU (a partir de
1990) y CDN, por creer que sus progra-
mas políticos coinciden a grandes rasgos
con aquella definición del concepto de
navarrismo.
2.1. El navarrismo entre 1900 y
193610
Entre 1900 y 1923 coexistieron di-
versas formulaciones de navarrismo. El
navarrismo fue, en principio, patrimonio
ideológico exclusivo de los liberales de
“El Navarro” y de “El Liberal Navarro” de
hermes nº:4 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena
27
los años ochenta y noventa
del siglo XIX. Ese navarris-
mo entroncó con las postu-
ras de “El Demócrata Nava-
rro”, órgano de los liberales
demócratas entre 1904 y 1913, si bien en
este caso añadiéndose un feroz antinacio-
nalismo. Otros liberales, en cambio, como
los de “El Pueblo Navarro” se caracteriza-
ron durante la segunda década del siglo
XX por un navarrismo no excluyente en la
medida en que asumían el vasquismo cul-
tural y en que estaban abiertos a la cola-
boración con el incipiente nacionalismo
vasco. Asimismo, los republicanos y los
socialistas se significaron, por lo general,
por unos enfoques opuestos a los del na-
cionalismo vasco.
Por su parte, el navarrismo de dere-
chas surge en la coyuntura autonomista
de 1917-1918. Hasta entonces, tradiciona-
listas e integristas habían hecho gala del
vasquismo cultural y del fuerismo reinte-
gracionista como argumentos en contra
del liberalismo, acompañados en ocasio-
nes de mensajes de simpatía por el nacio-
nalismo vasco. Los conservadores del
Diario de Navarra también participaron
de aquellas posturas culturalmente pro-
vasquistas.
Desde principios de los años diez,
coincidiendo con la primera expansión
del PNV por tierras navarras, de dimensio-
nes ciertamente modestas, todo hay que
decirlo, entre la prensa carlista coexistie-
ron los virulentos ataques al nacionalismo
vasco, la profesión expresa de españolis-
mo y foralismo y la reivindicación del vas-
quismo cultural.
El proceso autonomista del 1917-
1918 desembocará en la asunción explíci-
ta y rotunda de las posiciones cuarentaiu-
nistas por parte de las derechas navarras,
en especial de los conservadores y del
sector praderista del tradicio-
nalismo, así como en un
progresivo alejamiento de
esos sectores de las manifes-
taciones vasquistas. La inter-
vención de Pradera en la
Asamblea de Pamplona de
1918 y los comentarios de
Raimundo García “Garcila-
so”, director del Diario de Navarra, a lo
largo de los años 1917 a 1923 en contra
del nacionalismo vasco y el socialismo y
en defensa del orden social y de la espa-
ñolidad de Navarra y en los que las ala-
banzas a Euskal Herria y al euskara se ha-
cen cada vez más excepcionales y tibias,
son los ejes de la conformación final de
ese navarrismo conservador.
La pervivencia entre 1918 y 1931 del
poso vasquista en las filas carlistas tomará
cuerpo en la línea política mayoritaria del
jaimismo, de los “jaimistas nacionalizan-
tes” en expresión de Pradera, que se man-
tuvo en posturas reintegracionistas y favo-
rables a una interpretación radical de la
doctrina social de la iglesia y que en 1921
pactará con los nacionalistas la Alianza
Foral.
Una de las características más llama-
tivas de las formaciones políticas navarras
de la Segunda República es la de que en
la mayoría de los partidos no nacionalis-
tas existían diferentes sensibilidades en re-
lación con la cuestión de la configuración
de un espacio institucional común con las
Provincias Vascongadas. A pesar de que
algunas actitudes podían estar motivadas
por razones estratégicas, este aspecto hay
que remarcarlo en la medida en que tras
1980 en los principales partidos no nacio-
nalistas, PP, UPN y PSN, no se detectarán
disensiones de alcance en relación con la
consideración de Navarra como proyecto
político diferenciado.
Entre los tradicionalistas, por ejem-
plo, durante la coyuntura autonomista de
1931-1932 existían importantes diferen-
cias de pareceres entre sus líderes. Marce-
lino Oreja y Joaquín Beúnza
estaban a favor del Estatuto.
Otros, con apoyos entre los
integristas y, en general, los
hermes nº:5 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena
28
más próximos a Víctor Pradera, en contra.
Por su parte, el conde de Rodezno y José
Luis Oriol, mostraron sus reticencias, pe-
ro no llegaron a manifestar abiertamente
su oposición. Así se explica que la Junta
Vasco-Navarra de ese partido llegara a
conceder, tras una reunión celebrada en
Vitoria en mayo de 1932, libertad de voto
a sus afiliados con cargos en ayuntamien-
tos.
El sector de la derecha no naciona-
lista que aglutinaba a los católicos inde-
pendientes no carlistas (que daría lugar en
1933 a Unión Navarra) también mantuvo
posturas ambivalentes. Sus dos figuras
más destacadas, Rafael Aizpún Santafé,
coautor del proyecto de las gestoras, y Mi-
guel Gortari Errea, se manifestaron favora-
bles al Estatuto Vasco, aún cuando remar-
caron sus reservas. Con todo, posterior-
mente, tanto Rafael Aizpún como Unión
Navarra, el partido que lideró, se situaron
enteramente en la línea del navarrismo
político, expresado en la de-
fensa del marco instaurado
por la Ley de 1841.
Por otra parte, en
cuanto a la prensa de la de-
recha, El Pensamiento Nava-
rro evolucionó de forma similar a como lo
hicieron los carlistas, haciéndose eco de la
sintonía estatutaria o antiestaturia del par-
tido, según el momento o el influjo de sus
dirigentes. Diario de Navarra, por el con-
trario, siempre se significó por situarse en
contra del Estatuto común ya desde la pri-
mavera de 1931. Los artículos de opinión
del canónigo Hilario Yaben y los editoria-
les de Raimundo García (“Garcilaso”) y de
Eladio Esparza entroncaron con la veta
navarrista foral del segundo de ellos (y de
Víctor Pradera) surgida en la coyuntura
autonomista de 1917-1918. Sus argumen-
tos iban dirigidos una y otra vez en con-
tra de la conformación de un marco insti-
tucional común entre Navarra y las Vas-
congadas y posteriormente a poner
obstáculos a la posibilidad de concreción
de un Estatuto Navarro uniprovincial.
Con todo, también hay que tener
presente que, en términos generales, el
vasquismo de algunos sectores de la dere-
cha no nacionalista de los años 1931 y
1932 disminuyó en los años siguientes, a
la vez que fue creciendo el discurso fora-
lista españolista tanto en elaboración (ahí
están los ejemplos de las obras de Eladio
Esparza y Solana12) como en simbología13,
capacidad de asimilación y socialización14
y audiencia en la práctica.
Las formaciones políticas republica-
nas también se caracterizaron por la diver-
sidad de puntos de vista acerca de la ma-
teria autonómica. Entre las filas del Parti-
do Republicano Radical Socialista
convivían sectores contrarios al estatuto
vasco, como los representados por Luis
Soriano en Tudela, por Azarola, alcalde de
Santesteban, o por la mayoría de la Agru-
pación de Pamplona del partido, con
otros proautonomistas como los encabe-
zados por diversos concejales pamplone-
ses que terminaron por
abandonar la militancia a
causa de discrepar de la lí-
nea mayoritaria. En cambio,
Acción Republicana fue una
formación política republica-
na en la que sus líderes (Ma-
riano Ansó, David Jaime) hicieron múlti-
ples gestiones a favor del estatuto común.
Entre los republicanos estatutistas sobre-
salió Rufino García Larrache por sus des-
velos por vencer las reticencias de las iz-
quierdas de la Ribera, materializadas en el
articulado del Estatuto de 1932 que reco-
gía las peculiaridades de todo tipo de esa
zona, así como reivindicaciones agraristas
de signo progresista. También algunos
sectores y líderes del PSOE navarro se
mostraron favorables al estatuto común,
discrepando de la opinión mayoritaria,
entre ellos Constantino Salinas o Salvador
Goñi. De hecho, es sintomático que el 12
de mayo de 1932, la agrupación de Pam-
plona rechazara el Estatuto con sólo dos
votos en contra. Con todo, hay que seña-
lar asimismo que, al igual que sucedió en
la derecha, en la izquierda también hubo
hermes nº:6 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena
29
una evolución en lo que
se refiere al estatuto común
ya que en 1936, tras perder
republicanos y socialistas el
poder provincial, impulsaron
la incorporación de Navarra al
estatuto vasconavarro con el fin,
según su argumentación, de de-
bilitar el dominio de la derecha.
Precisamente, el hecho de que no
progresara la opción del estatuto unipro-
vincial sirve como indicador de la medida
auténtica del navarrismo de derechas du-
rante la Segunda República. En relación
con esto, hay que hablar de las caracterís-
ticas del Estatuto Navarro diseñado por las
Gestoras Provinciales. El Estatuto Navarro
era idéntico al vasconavarro, pero obvia-
mente limitado a Navarra, residiendo con-
secuentemente el poder legislativo en las
Cortes navarras y el ejecutivo en la Dipu-
tación. Respecto al euskara, tenía el mis-
mo tratamiento que en el vasconavarro. Y
lo mismo sucedía con el cupo de 1927.
Por último, se reconocía la posibilidad de
unión de Navarra al Estado Vasco-Nava-
rro. Con tales características, el navarrismo
de derechas tenía la oportunidad que, por
diversas razones no aprovechó, de confi-
gurar un nuevo marco de autogobierno
en positivo para Navarra, que iba más allá
del marco competencial dispuesto por la
Ley Paccionada de 1841 y que, además, le
permitiría controlar los resortes del poder
provincial, dado que contaba con el apo-
yo del 70 por ciento del electorado.
2.2. El navarrismo entre 1977 y
2003
Las notas características del nava-
rrismo durante los últimos años setenta y
primeros años ochenta son muy diferen-
tes a las de la Segunda República debido
a que el contexto es muy distinto y distin-
tas también las actuaciones a resolver.
En primer lugar, en virtud del giro
navarrista del PSN en 1979, que huye del
vasquismo político de los años anteriores
en el que se había sumergido por varias
razones durante el franquis-
mo, los socialistas y la de-
recha navarrista acometen
el desarrollo de una co-
munidad autónoma di-
ferenciada en el marco
de la adecuación de la fora-
lidad a la organización autonómica
surgida de la Constitución de 1978, no de-
batiéndose por lo tanto Estatuto común
alguno con las Provincias Vascongadas.
Como es obvio, el desarrollo de una co-
munidad autónoma ha obligado a esas
fuerzas navarristas a enfrentarse con la
pluralidad sociocultural navarra y a impul-
sar políticas acorde con la misma.
En segundo lugar, ni en el PSN ni
en la derecha navarrista han habido des-
de 1979 sectores partidarios significativos
de un estatuto común o de una integra-
ción de Navarra en una Comunidad única
junto con los territorios que actualmente
componen la Comunidad Autónoma Vas-
ca, posibilidad ésta legalmente abierta por
la Disposición Transitoria Cuarta de la
Constitución. Esto hace que el debate so-
bre la asunción de los elementos cultura-
les e idiomáticos vascos en el seno de
esas fuerzas políticas, así como entre ellas
y con los nacionalistas, deba realizarse en
la práctica política cotidiana relativa a as-
pectos educativos y de política lingüística
de la propia comunidad foral navarra y
no, en cambio, desde enfoques ligados a
la construcción o no de entidades políti-
cas vasconavarras. Ese debate relacionado
con la aceptación por parte de la adminis-
tración de aspectos ligados al desarrollo
de la lengua vasca ha dado lugar a posi-
ciones navarristas más o menos excluyen-
tes o más o menos integradoras, según el
momento, como líneas políticas matrices
de la derecha navarrista y del PSN.
En tercer lugar, la actividad política
del navarrismo se ha desarrollado en un
contexto marcado por la actividad terro-
rista de ETA y el hecho de que el sector
mayoritario del nacionalismo en Navarra
sea el radical, lo que, a su vez, a nuestro
hermes nº:7 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena
30
juicio han creado condicionantes de peso
para la expansión del nacionalismo y pa-
ra su confrontación con aquél.
Por otra parte, la ideología navarris-
ta registró una actualización a finales de
los años setenta en consonancia con la
configuración autonómica del Estado.
2.3.1. El navarrismo de dere-
chas de UPN-PP.
En el navarrismo de derechas, con-
cretado en la acción de diversos partidos,
de los que los más destacados han sido la
UCD hasta 1982 y UPN y PP, fusionados
en la práctica éstos últimos desde 1991,
las aportaciones principales fueron las de
Jaime Ignacio Del Burgo quien desde los
años sesenta confeccionará “un programa
de reforma del régimen foral dentro de las
coordenadas del fuerismo cuarentaiu-
nista” que “en lo sustancial re-
coge las ideas de Pradera
y Esparza, aunque las ali-
gera de integrismo religioso
y de tradicionalismo corpo-
rativo” que ya no son adecua-
das para una sociedad que es-
tá transitando a gran velocidad
hacia la modernidad15. Del Burgo
será quien diseñará el engarce del
navarrismo foral con la organiza-
ción del Estado autonómico mediante la
vía del “Amejoramiento del Fuero”. El
programa de este nuevo navarrismo de
derechas se explicitó en 1980, refiriéndo-
se al proyecto político diferenciado nava-
rro, basado en la foralidad pactada duran-
te la Edad Moderna y Contemporánea con
el Estado y en la readecuación de la mis-
ma al marco autonómico conformado en
la Constitución de 197816. En la esfera de
lo cultural el navarrismo reivindica la exis-
tencia “de una unidad histórica y espiri-
tual de España que se sobrepone a cual-
quier intento de separación”17.
Otros autores importantes en la rea-
decuación del navarrismo de derechas a
los nuevos tiempos, en el plano teórico y
práctico, en la arena política y en el de-
bate en los medios, son Jesús Aizpun,
fundador de UPN al mostrarse en desa-
cuerdo con UCD por la Disposición Tran-
sitoria Cuarta, y José Javier Uranga, direc-
tor del Diario de Navarra desde 1962, el
periódico, con diferencia, de mayor tira-
da y lectura.
Quizás la nota más distintiva del na-
varrismo de derechas posterior a 1977 ha
sido su profundo antinacionalismo vasco
que ha llevado consigo en el plano políti-
co la imposibilidad de alianzas entre las
formaciones políticas situadas en esas
coordenadas y el nacionalismo moderado.
De hecho, el único intento de comunica-
ción política entre esas fuerzas fue el apo-
yo pactado entre la dirección del PNV y
AP al candidato de este partido
al Gobierno de Navarra en 1984
y se saldó con la práctica desa-
parición del primer partido en
suelo navarro. Eso supone
una total ruptura con la po-
lítica de alianzas manteni-
da entre el nacionalismo
vasco y el bloque de de-
rechas en el primer bie-
nio republicano y, a la
vez, incita a que nos interrogue-
mos sobre las razones de fondo por las
que la derecha españolista vasconavarra
nunca ha desarrollado la posibilidad de
contemplar un escenario que reuniera las
cuatro provincias y en el que, tanto en la
República como en los decenios finales
del siglo XX, tendría un protagonismo
acentuado.
Por su parte, el antinacionalismo
político del navarrismo de derechas ha
dado lugar durante las décadas finales del
siglo XX a un desapego con respecto al
euskara que rompe con los moldes de la
preguerra, de forma que han desapareci-
do los navarristas que, como Eladio Es-
parza, Víctor Pradera o el Conde de Ro-
dezno, antes de la guerra civil, incluso en
los años siguientes, proclamaban la perte-
nencia de Navarra a una comunidad cul-
tural vasca18.
hermes nº:8 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena
31
Si en los primeros años noventa,
con la presencia de Juan Cruz Alli, el go-
bierno de UPN aceptó el proceso de nor-
malización de la lengua vasca según los
parámetros de la Ley del Euskara de 1986,
ley que no fue apoyada por el navarrismo
de derechas en su momento, en la segun-
da mitad de la década y en los años ini-
ciales del siglo XXI, el gobierno de Miguel
Sanz se ha caracterizado por una ofensiva
desmedida contra los elementos idiomáti-
cos y culturales vascos. Esa es una res-
puesta reactiva al reto nacionalista que
plantea el Pacto de Lizarra-Garazi y al te-
rrorismo de ETA, respuesta espoleada por
el fracaso durante la segunda mitad de los
noventa de la alternativa de CDN, partido
que cosechó un importante éxito en su
primera aparición en 1995 para después
desinflarse progresivamente.19
Las actuaciones en contra de la len-
gua y de la cultura vasca de los gobiernos
de UPN, progresivamente más radicales,
constituyen el último episodio de la evo-
lución ideológica de la derecha navarrista,
evolución hecha a base de impulsos reac-
tivos frente al nacionalismo. No hay que
más que recordar el nacimiento de ese na-
varrismo de derechas en la coyuntura au-
tonomista de 1917-1918, su desarrollo
durante la Segunda República
en paralelo al debate so-
bre el estatuto vascona-
varro y su reformulación
en la Transición con la
campaña en contra de la in-
tegración en Euskadi.
Ahora bien, creo que
puede pensarse que la radicali-
dad de esas actuaciones está in-
centivada por la victoria de UPN
frente a las tesis de Alli. Esa victoria ha de-
mostrado la escasa operatividad de los in-
tentos de formulación de un navarrismo
no excluyente que apueste inequívoca-
mente por la posibilidad de identidades
duales. De cualquier forma, la derrota del
Allismo no se ha escenificado tan sólo en
el transcurso de los años 1995-2003. Des-
de nuestro punto de vista, estaba en ger-
men ya desde el mismo año 1995, podía
advertirse ya en los resultados de las elec-
ciones autonómicas de aquel año analiza-
dos desde un enfoque comarcal. La recep-
ción del navarrismo no excluyente de Alli
sólo se dio en la Montaña, en Pamplona y
en las dos Cuencas Prepirenaicas.20 Pue-
den juzgarse las limitaciones del CDN co-
mo las limitaciones de un mensaje com-
plejo que pretenda abarcar y reivindicar la
pluralidad interna navarra.
2.3.2. El navarrismo de izquier-
das
La configuración del navarrismo de
izquierda21 encarnado por el PSN a partir
de 1979, tras un coqueteo con el vasquis-
mo político en los años setenta, fruto de la
confluencia con los nacionalistas vascos
en la lucha antifranquista, fue resultado de
la labor teórica de Víctor Manuel Arbeloa
y de un enfoque pragmático fundamenta-
do en la realidad del electorado.22
De cualquier forma, creo que es
equivocado interpretar al navarrismo de
izquierda del PSN durante los años 80 co-
mo un navarrismo excluyente. A pesar de
sus posibles limitaciones para al-
gunos sectores, la promulgación
de la Ley del Euskera en 1986,
impulsada por el gobierno so-
cialista de entonces, constitu-
yó un hito histórico en lo re-
lativo a la incorporación
institucionalizada de la
lengua vasca en la ense-
ñanza, en la administra-
ción y en el ámbito de lo sim-
bólico. También como resultado de
aquella ley se pusieron las bases de una
política lingüística que, guste más o me-
nos, ha vehiculizado las relaciones entre
administración y lengua en los diferentes
gobiernos habidos desde entonces, algu-
nos aceptándolo con relativamente mayor
intensidad que otros.
Por otra parte, a la hora de valorar
las actuaciones del PSN en lo tocante al
euskara o a las relaciones con la CAV
hermes nº:9 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena
32
siempre hay que tener en
cuenta la actitud en todo
momento vigilante del nava-
rrismo de derechas, tanto en
la arena política como en la
prensa. Las posturas integradoras del PSN
referidas a aquellas cuestiones en los
ochenta o en la breve experiencia del go-
bierno tripartito en 1995-1996 siempre
han sido atacadas desde la derecha y des-
de el Diario de Navarra, teniendo esos
ataques, al menos en los años noventa,
una considerable capacidad de crear tur-
bulencias y confrontaciones en las filas
socialistas. Un ejemplo de ello fue la vola-
dura controlada del gobierno tripartito y
de la dirección socialista en 1996 con mo-
tivo del “Órgano Permanente de Encuen-
tro”, un organismo éste que, según re-
cuerda Izu23, era planteado en el PSN des-
de principios de los años ochenta, pero
que nunca había sido llevado a la prácti-
ca.
En los años noventa el gobierno tri-
partito conformado por PSN, CDN y EA
pudo haber normalizado la incorporación
de los elementos culturales vascos y haber
dado lugar a un navarrismo no excluyen-
te que integrara, además, en la acción de
gobierno al nacionalismo moderado. El
fracaso traumático de aquella opción dio
lugar a unas estrategias erráticas en el so-
cialismo navarro. Hasta hace un año el
PSN ha esgrimido unas posturas navarris-
tas excluyentes de apoyo total al gobierno
de UPN e incluso de impulso de las me-
didas antieuskéricas de éste. Esa estrategia
ha sido seguida por diversas direcciones
del PSN, incluso por la actual, y se radica-
lizó por el ambiente de confrontación en-
tre el PP y el
nacionalismo
vasco surgido
tras el Pacto
de Estella y
por la violen-
cia ejercida
por ETA y la
lucha calleje-
ra contra po-
líticos no nacionalistas, espe-
cialmente socialistas. Desde
hace un año, como resultado
de la valoración de un hipo-
tético trasvase de votos del
electorado de Herri Batasuna hacia parti-
dos nacionalistas que condenan la violen-
cia de ETA que le permitirían encabezar
un gobierno de coalición, el PSN parece
regresar a posturas de una mayor concilia-
ción, aunque no en exceso, en relación
con la lengua vasca. Sea como sea, no hay
que olvidar que desde los años de Lizarra-
Garazi han sido teóricos procedentes de
las filas socialistas (como Arbeloa, Arteta o
Zabala Urra) los que han mostrado mayor
beligerancia contra el euskara y el nacio-
nalismo en las páginas del Diario de Na-
varra, proporcionando argumentos a las
actuaciones del gobierno de UPN o legiti-
mándolas.
NOTAS1 Ángel García-Sanz Marcotegui, Iñaki Iriar-
te López y Fernando Mikelarena Peña, Historia del
Navarrismo (1841-1936). Sus relaciones con el vas-
quismo. Pamplona, Universidad Pública de Nava-
rra, 2002; Miguel Izu Belloso, Navarra como pro-
blema. Nación y nacionalismo en Navarra, Madrid,
Biblioteca Nueva, 2001.2 María Sagrario Martínez Beloqui, Navarra,
el Estado y la Ley de Modificación de Fueros de
1841, Pamplona, Institución Príncipe de Viana,
1999, pp. 68-71 y 351-353; José Antonio Razquin
Lizarraga, Fundamentos jurídicos del Amejora-
miento del Fuero. Derechos Históricos y Régimen
Foral de Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra,
1989, pp. 168-172.3 De acuerdo con nuestra definición de na-
varrismo, hemos considerado como opciones na-
varristas a aquellas formaciones políticas de dere-
cha e izquierda en cuyos programas electorales se
propugna a Navarra como un proyecto político di-
ferenciado de otras regiones limítrofes, firmemen-
te engarzado en España según el marco del Ame-
joramiento del Fuero de 1983 y que, por tanto,
hermes nº:10 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena
33
discrepan de la conformación de un sujeto político
soberano que aglutine a los territorios considera-
dos vascos por el nacionalismo vasco. Así pues,
además de a los partidos de derecha navarrista,
considerados tradicionalmente como el navarrismo
por excelencia, incluyo también como navarristas a
formaciones de izquierda como el PSN. Con arre-
glo a los comentarios de Izu (op. cit., 332-333) so-
bre las posturas políticamente vasquistas del PCE
en los años ochenta y las resoluciones tomadas en
la II y III Asambleas de IU de 1990 y 1992, he con-
siderado como navarrista de izquierdas también a
IU a partir de 1990. Sobre el CDN, a nuestro juicio,
el programa “nacionalista navarro, pero no sobera-
nista” del partido de Alli también sería, al igual que
los del PSN e IU, otra modalidad de navarrismo, di-
ferente en diversos aspectos del de UPN, pero si-
milar en su esencia en lo que se refiere a la articu-
lación de Navarra con el Estado y con el proyecto
nacionalista vasco. En otro apartado del texto vol-
veremos sobre esta cuestión. 4 Miguel Izu, op. cit., p. 302.5 El voto nacionalista se sitúa en porcenta-
jes de 50-60 por ciento en la Navarra vascoparlan-
te, en proporciones de entre el 18 y el 25 por cien-
to en la Navarra que durante la Edad Moderna fue
vascoparlante (Cuencas Prepirenaicas y Zona Me-
dia) y en porcentajes inferiores al 10 por ciento en
la Ribera donde el euskara nunca ha sido lengua
de uso social extendido. 6 El número de vascoparlantes en Navarra
era de unos 90.000 en 1863 (el 30 por ciento de la
población total) y de unos 61.000 en 1936 (el 17
por ciento de la población total). En 1991 los vas-
cohablantes eran unos 51.000 (el 10 por ciento de
la población total). Cfr. Xavier Erize Etxegarai, Vas-
cohablantes y castellanohablantes en la historia del
euskera en Navarra, Pamplona, Gobierno de Nava-
rra, 1999, p. 88.7 Durante la primera mitad del siglo XX la
mayoría de los vascoparlantes se concentraban en
los valles del noroeste. Hoy en día la situación es
distinta. En 1991 mientras el 47 por ciento de los
vascoparlantes navarros habitaba en la Zona Vas-
cófona, en especial en aquellos valles, otro 47 por
ciento reside en la Zona Mixta, sobre todo en Pam-
plona y su Cuenca. El 7 por ciento restante reside
en la Zona No Vascófona. La población vascopar-
lante constituye el 73 por ciento de total de la po-
blación en la Zona Vascófona, el 14,6 en la Zona
Mixta y el 2,8 en la Zona No Vascófona. Cfr. F. Za-
baleta Zabaleta, Mapa Sociolingüístico de Navarra
1991. Dinámica y evolución de la ponlación vascó-
fona, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1997, p.
2918 Por ejemplo, Juan Cruz Alli en las conver-
saciones mantenidas con Iñaki Petxarromán en
Iñaki Petxarromán, Nafarroa: iragana eta geroa, Ta-
falla, Txalaparta, 2000, pp. 154-1559 Por ejemplo, en el libro de Miguel Izu se
circunscribe el navarrismo al navarrismo de dere-
chas, reservándose al PSN y a IU un espacio pro-
pio entre las posiciones críticas frente al naciona-
lismo vasco y al nacionalismo español concretado
en el navarrismo de derechas. Igualmente, se otor-
ga al CDN otro capítulo separado titulado “El na-
cionalismo navarro”.10 Todo este apartado se fundamenta en
Ángel García-Sanz Marcotegui, Iñaki Iriarte López
y Fernando Mikelarena, op. cit., pp. 141-167 y 181-
309.11 Eladio Esparza, Discurso sobre el Fuero
de Navarra, Pamplona, Ediciones Príncipe de Via-
na, 1935; Eladio Esparza, Pequeña historia del Rei-
no de Navarra, Madrid, Ediciones Españolas, 1940.12 Marcial Solana, Tradicionalismo igual a
Navarrismo, Pamplona, 1934, 13 Los componentes españolistas y el carác-
ter reaccionario del navarrismo foral de derechas
fueron acompañados de un mensaje que mezclaba
elementos del viejo tradicionalismo español de Do-
noso Cortés y Menéndez y Pelayo con otros del au-
toritarismo fascista o parafascista europeo de los
años veinte y treinta por el que Navarra y su hom-
bre agrario aparecían como “la nueva Covadonga
que devolverían a España a su destino original” de
país católico (Javier Ugarte Tellería, La nueva Co-
vadonga insurgente, Madrid, Biblioteca Nueva,
1998, p. 231.14 Todos esos mensajes fueron socializados
entre la población navarra durante la coyuntura re-
publicana gracias al caldo de cultivo que suminis-
traba el carlismo, como fuerza intensamente movi-
lizadora y con una densa capacidad de
penetración en el territorio15 Miguel Izu, op. cit., pp. 275-276.16 Jaime Ignacio Del Burgo, La alternativa
foral, Pamplona, 1980.17 Miguel Izu, op. cit., p. 287.18 Miguel Izu, op. cit., 274-275.19 De conseguir el apoyo de unos 55.000
votantes, el 18,5 por ciento del electorado en las
elecciones autonómicas de 1995, el CDN pasó a al-
go menos de 21.000 en las de 1999, el 6,9 por cien-
to del total. En las elecciones generales de 1996
consiguió 17.000 votos, un 5,3 por ciento del total
y en las del 2000 su cuota no llegó al 3 por cien-
to.20 Esa misma debilidad de penetración de
los mensajes que reivindiquen la pluralidad y la
complejidad internas de Navarra se da en el caso
de los medios de comunicación. Diario de Noti-
cias, por ejemplo, vende mucho menos en térmi-
nos relativos en la Ribera que en las demás zonas.21 Precisamente, éste es el concepto que
Juan José Lizarbe pretende difundir como uno de
los ejes centrales de su propuesta electoral en su
libro Mi compromiso con Navarra, Madrid, Funda-
ción Ramón Rubial, 2003.22 Miguel Izu, op. cit., 324-325.23 Miguel Izu, op. cit., pp. 324-325.
hermes nº:11 de 12. Identidad e ideología en Navarra. Los navarrismos en el siglo XX. Fernando Mikelarena
34
JAVIER BALDA BERASTEGUI Pamplona-Iruña, 1958Exposiciones individuales: 1998 ARCO. Stand Galería Altxerri.Madrid.Galería Altxerri. San Sebastián.Galería Salvador Díaz.Madrid.Area dos.Sala Rekalde.Bilbao.2001 Galeria Altxerri. San Sebastián.Suite siete toros.Galería Moisés Pérez de Albéniz.Pamplona. Pinturas. Galería Moisés Pérez de Albéniz. Pamplona. Exposiciones colectivas: 2000 Four Artists from the BasqueRegion of Spain. California State University, Chico. FOUR PAINTERS, FOUR VISIONS. Sheppard Gallery, University ofNevada, Reno. Basque Art Exhibit in the U.S. Visual Arts Center, Boise State University. FOUR PAINTERS, FOUR VISIONS.Prichard Art Gallery, University of Idaho, Moscow. 2002 ARCO. Stand Galería Moisés Pérez de Albéniz. Madrid.ABSTRACCIONES. Sala de Armas, Ciudadela de Pamplona. Pamplona. ABSTRACCIONES. Le Carré, Musée Bonnat.Bayonne. III Trienal de Arte Gráfico. La estampa contemporánea. Centro cultural CAJASTUR, Palacio Revillagigedo. Gijón.La Realidad y el Deseo. Homenaje a Luis Cernuda. Galería Opera. Sitges. BASQUE ABSTRACTION. Instituto Cervantes.Chicago.2003 ARCO.Stand Galería Moisés Pérez de Albéniz.Madrid.20 AÑOS Galería Altxerri. San Sebastián.LA CIUDADRECREADA - HIRI BIRSORTUA. Sala conde de rodezno. Pamplona. LA CIUDAD COLLAGE. Ciudadela.Ayuntamiento dePamplona EN CONSTRUCCIÓN. Exponer / Exponerse. Depósito de Aguas,Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
DATOS BÁSICOS.INTRODUCCIÓN
Navarra dispone de un amplio terri-
torio, un 50% superior al de la Comunidad
Autónoma del País Vasco (CAPV), muy po-
co poblado, con algo más de la cuarta par-
te de población que la CAPV, y una densi-
dad casi seis veces menor que ésta.
Estos parámetros indican que el te-
rritorio foral es un espacio eminentemente
rural, repartido en 272 municipios y unos
800 núcleos de población.
Sin embargo, Navarra en
lo que se refiere a su actividad
económica se cataloga como
una región industrial, muy vin-
culada a la industria de la auto-
moción.
El primer rasgo definito-
rio de la Comunidad Foral será
un territorio poco poblado, ru-
ral, que tiene un alto compo-
nente de economía industrial.
El origen de esta indus-
trialización se remonta a los
años sesenta con la aprobación
del Programa de Promoción In-
dustrial (PPI), que aprovechó el
régimen foral tributario de Na-
varra para atraer todo tipo de
industrias. Como nombres ilus-
tres promotores del cambio fi-
guran Huarte y Urmeneta. El éxito del Plan
posibilitó una industria inducida, no autóc-
tona. La sociedad en pocos años pasó de
una sociedad rural a una sociedad indus-
trial, sin el tránsito necesario de una bur-
guesía que produjera esta transformación
tan acelerada.
Hoy Navarra presume de una clase
ejecutiva preparada, de primer orden don-
de confluyen culturas de dirección empre-
sarial de varios continentes por la interna-
cionalización de las empresas ubicadas en
la Comunidad.
En conjunto el cambio de modelo
producido en los años sesenta desde la óp-
tica actual, en los inicios del siglo XXI, ca-
si cincuenta años después, puede evaluar-
se como positivo.
Las referencias e indicadores econó-
micos y de bienestar nos sitúan siempre
por encima de la media del Estado Espa-
ñol, en parámetros europeos, con una po-
blación que manifiesta un alto grado de
autosatisfacción y autocomplacencia. Des-
de esta visión se plantea nuestro futuro.
CARACTERÍSTICAS DE LA ECO-
NOMÍA NAVARRA
La estructura productiva de Navarra
nos indica:
Economía navarra.Presente y futuro.
36
PATXI TUÑÓN SANMARTÍN, Licenciado enCiencias Económicas y De-recho por la Universidadde Deusto. Ha desarrolladosu actividad profesional enel campo de la asesoría yconsultoría empresarial, asícomo en el sector público,Presidente de la Cámara deComptos años 1992-1997.Actualmente es socio-di-rector de la empresa TuñónAsociados S.L.
Navarra Comunidad Autónomadel País Vasco
Territorio 10.520 km2
7.100 km2
Población 556.000 habs. 2.100.000 habs.
Densidad 53,5 hab/km2
300 hab/km2
NAVARRA ESPAÑA
VAB Empleo VAB Empleo
Agricultura 3,9 4,7 4,1 7,5
Industria 33,0 32,9 20,5 19,2
Construcción 8,1 10,1 9,5 10,6
Servicios 55,1 52,3 65,8 62,7
TOTAL 100 100 100 100
Fuente: INE, FUNCAS.
• Un mayor peso del sector indus-
trial, 12,5 puntos por encima de la media
estatal.
• Un menor peso del sector servi-
cios, 10,7 puntos por debajo de la media
estatal.
Sector primario.
El sector primario ha sido el sector
básico y tradicional de la economía nava-
rra. Un sector que actualmente sólo aporta
el 4% del VAB de la Comunidad, pero que
sigue teniendo un carácter estratégico para
el futuro de Navarra. Son varias razones las
que avalan este juicio.
- La agricultura, la ganadería y el sec-
tor forestal siguen siendo una importante
fuente de riqueza en determinadas zonas
de Navarra, principalmente en el Pirineo
navarro y en la Ribera Alta.
- La calidad de los productos de la
huerta, que ha dado paso a una importan-
te industria agroalimentaria.
- La calidad de la ganadería, que ha
potenciado determinadas denominaciones
de origen.
- Los agricultores y ganaderos man-
tienen el rico y variado paisaje, uno de los
elementos más atractivos de la marca "Na-
varra".
- La apuesta por el Canal de Navarra,
una incógnita por despejar, que debe pro-
piciar el regadío de casi 58.000 hectáreas
del campo navarro.
Ganadería de calidad en el Pirineo,
cultivos cerealistas y forrajeros, girasol, col-
za y vid en la zona media, vid y huerta en
la Ribera; productos de calidad con varias
denominaciones de origen de reconocido
prestigio: Idiazábal, Roncal, Espárragos de
Navarra, Pimientos del Piquillo, Vino de
Navarra, Ternera de Navarra, pacharán;
más de 300.000 hectáreas cultivadas, con
40.000 explotaciones de cereales, viñedos,
frutas y hortalizas, una industria agroali-
mentaria relevante; y la apuesta por poner
en regadío 58.000 hectáreas en el conjunto
de Navarra.
En cualquier caso el sector primario
depende de las políticas europeas. En el
año 2000, el 22% de las rentas agrarias na-
varras provinieron de las subvenciones eu-
ropeas, el doble que diez años antes.
El futuro pasa por despejar las incer-
tidumbres de las políticas europeas.
Industria.
La Comunidad Foral es la región más
industrializada del Estado. La actividad in-
dustrial se concentra en pocas ramas: Au-
tomóvil, alimentación, metalurgia y mate-
rial de transporte (construcción de maqui-
naria y equipos mecánicos). Estos cuatro
sectores representan el 60% del total de la
industria navarra.
Predominan las Pymes, pero la intro-
ducción de la inversión extranjera es muy
significativa en las empresas de tamaño
medio y grande. En el año 2002 había 130
empresas con capital multinacional. Estas
empresas han contribuido a la dinamiza-
ción y modernización de la in-
dustria, así como a la capacidad
exportadora de la Comunidad.
De las más de 2.700 empre-
sas industriales censadas por la
Cámara Navarra de Comercio e
Industria, más del 50% tienen me-
nos de 5 trabajadores. Solamente
8 empresas tienen más de 500 tra-
bajadores.
Las empresas con capital
extranjero se concentran en los
sectores de automoción y alimen-
tación y corresponden mayorita-
riamente a capital de Alemania y
Francia. La mitad de los empleos
de la industria navarra depende de las
multinacionales.
Año 2001. 2.739 empresas industriales
Por sectores en Navarra tiene una
planta Aceralia grupo Acelor, primer pro-
ductor mundial de acero.
El sector agroalimentario supone
más del 15% del empleo industrial, un 5%
37
hermes nº:2 de 6. Economía navarra.Presente y futuro. Patxi Tuñon
Empresas (%) Trabajadores
1-5 54,0% 5,4
6-50 37,8% 28,6
51-100 3,9% 12,0
101-500 4,0% 35,3
+ de 500 0,3% 18,7
Fuente: Elaboración propia a partir del Censo Industrial
de la Cámara de Comercio e Industria de Navarra.
del empleo navarro, y ocupa a casi 10.000
personas, con una media de 16 trabajado-
res.
La automoción es el sector industrial
más importante, con una tercera parte del
total de la producción industrial.
Espacialmente la industria se con-
centra en los ejes Pamplona-Alsasua; Pam-
plona-Tudela; Ribera del Ebro; y Cinco Vi-
llas y Leizarán.
Responde a unas características de
industria tradicional, con capacidad de in-
novación y modernización, pero Navarra
adolece, tiene un bajo índice de empresas
de alta tecnología, relacionadas con las te-
lecomunicaciones e Investigación y Desa-
rrollo.
Construcción
Este sector se sitúa ligeramente por
debajo de participación en el VAB de Na-
varra que la media del Estado. En cual-
quier caso es un sector con fuerte dinamis-
mo y desarrollo.
La vivienda alcanza uno de los pre-
cios más altos del Estado Español, con un
elevado precio del suelo. Se configura co-
mo un factor especulativo, que necesita la
intervención de las políticas públicas.
Algunos proyectos de inversiones
públicas pueden contribuir al manteni-
miento de las obras públicas: Autovía Lo-
groño, Jaca, Medinaceli; el Canal de Nava-
rra; la construcción del T.A.V.; y el Palacio
de Congresos que se inaugurará en el año
2003.
Servicios
Este sector se caracteriza por su es-
tabilidad y crecimiento sostenido.
El crecimiento de los servicios es
propio de las economías desarrolladas,
propiciado por el peso del sector público,
una mayor externalización de actividades
de las empresas industriales y una crecien-
te demanda de servicios de los ciudada-
nos.
En el año 2001, el 40% del empleo
sectorial depende de los servicios públicos
y sociales. Navarra no ha dado el paso de-
finitivo a una economía de servicios. A pe-
sar de la alta dotación de equipamientos y
servicios que ha promocionado a Navarra
como una Comunidad con un alto grado
de bienestar y calidad de vida, la existen-
cia de dos Universidades con más de
22.000 alumnos, el sector servicios sigue
siendo un tema pendiente. El poco desa-
rrollo del sector turístico y de ocio explica
en parte esta realidad, aunque no del todo.
Desde la poca consideración de este
sector por la Administración y la falta de un
planteamiento estratégico, como corres-
ponde a las sociedades post-industriales,
en Navarra se está dando un crecimiento
de este sector: servicios a empresas, servi-
cios públicos, comercio y hostelería, Inter-
net/nuevas tecnologías, empresas de infor-
mática y telecomunicaciones.
Se señalan algunos parámetros refe-
renciales de la economía navarra.
- Valor añadido bruto por habitante:
25,7% por encima de la media estatal.
- PIB por habitante: 26% por encima
de la media estatal.
- Cuarta comunidad del Estado espa-
ñol en PIB per cápita.
- Tercera comunidad del Estado es-
pañol en renta familiar.
- Renta per cápita superior a la me-
dia de las regiones de la Unión Europea.
- La economía navarra es un 15%
más productiva que la estatal.
- Productividad global más alta que
el Estado.
- Los costes laborales son un 13%
más altos que la media estatal, la tercera
comunidad en costes salariales más altos
del Estado español.
- Navarra se sitúa a la cabeza en el
mejor índice de bienestar del Estado espa-
ñol, junto con Madrid y Cataluña.
POBLACIÓN Y DESEQUILIBRIO
TERRITORIAL
El modelo de desarrollo ha origina-
do fuertes desequilibrios territoriales con-
centrándose la población en Pamplona y
su comarca y, en menor medida, en la Ri-
bera y el eje del Ebro.
Pamplona y comarca concentran ca-
si el 53% de la población de la Comunidad
y junto a la Ribera absorben el 72% de la
población. Mientras tanto, el Pirineo se es-
hermes nº:3 de 6. Economía navarra.Presente y futuro. Patxi Tuñon
38
tá despoblado de forma preocupante. El
63% de la población reside en municipios
con más de 5.000 habitantes.
La evolución de la población, según
el último Censo de Población de 2001, re-
fuerza esta tendencia. Se ha producido un
aumento de la población en los últimos
cinco años, concentrada en las ciudades,
comarca de Pamplona el 11,1% y en la Ri-
bera el 3,1%. En contraposición se da un
retroceso en el Pirineo y Noroeste, con un
descenso del 3,6%, mientras se mantiene
estable en Tierra Estella y Navarra Media
Oriental.
La inmigración ha surgido con fuer-
za. Son ya 36.000 personas censadas naci-
das fuera de las fronteras españolas, lo que
ha revitalizado los datos poblacionales de
la Comunidad Foral. Sólo en 34 municipios
no vive ningún extranjero.
El caso más llamativo es Tudela, en
donde de los 3.000 nuevos habitantes de la
ciudad respecto a 1996, más de 2.700 son
extranjeros.
Corregir estos desequilibrios territo-
riales e integrar a la población inmigrante
son dos retos importantes en el futuro de
Navarra.
EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA
NAVARRA
Los índices de crecimiento del PIB y
el empleo demuestran cierta fortaleza de la
economía navarra, si bien se dan signos de
desaceleración en los años 2001 y 2002.
Lógicamente la evolución de la economía
internacional y española afecta directa-
mente a nuestra economía, dependiente y
con reducida dimensión.Tasa variación anual.
En el año 2002 el Valor Añadido Bru-
to de la Comunidad se incrementó un
2,8%, ocho décimas por encima del incre-
mento estatal.
El balance más positivo de la econo-
mía navarra en 2002 se ha producido en la
actividad industrial.
Igualmente han crecido los otros
sectores, pero se ha producido cierta desa-
celeración en la rama de la construcción y
una ralentización en el sector servicios.
La tasa de paro, en el cuarto trimes-
tre del 2002, según la Encuesta de Pobla-
ción Activa, era del 5,2%, una de las más
bajas del Estado español y menos de la mi-
tad que la media española.
Las exportaciones navarras han cre-
cido el 1% en el año 2002 respecto al 2001,
gracias al buen comportamiento de éstas
en el último trimestre del año.
ALGUNOS DATOS SOBRE EL SEC-
TOR PÚBLICO
El sector público de la Administra-
ción Foral ocupa a más de 25.000 perso-
nas, unas 18.000 pertenecientes a la Admi-
nistración de la Comunidad Foral y 7.000 a
los Entes locales.
Es la segunda comunidad del Estado
español con mayor peso del sector públi-
co y del empleo en su economía.
La Administración de la Comunidad
Foral la conforman la Administración Ge-
neral en 10 departamentos y la Administra-
ción Institucional, con 9 órganos autóno-
mos, 28 sociedades públicas, 6 fundacio-
nes públicas y 3 entres públicos.
A partir del año 1990, con la firma
del Convenio Económico, Navarra tuvo
que endeudarse de forma importante para
cubrir los déficits presupuestarios. Esta si-
tuación se estabilizó en la segunda mitad
de esa década y ha retrocedido en los últi-
mos años. Actualmente supone algo más
del 5% del PIB.
El Convenio Económico, a semejan-
za del Concierto Económico de la Comuni-
dad Autónoma del País Vasco, es la norma
que regula las relaciones tributarias y finan-
cieras entre Navarra y el Estado, determi-
nando la capacidad de ingresos y gastos de
la Comunidad Foral.
Mediante el procedimiento paccio-
nado, el convenio establece las normas pa-
ra la fijación de Navarra a las cargas gene-
rales del Estado.
El primer quinquenio de vigencia
del Convenio correspondió a los años
1990-1994 y se actualiza cada cinco años.
hermes nº:4 de 6. Economía navarra.Presente y futuro. Patxi Tuñon
39
1997 1998 1999 2000 2001
PIB 3,8 5,6 3,4 4,4 2,8
Empleo 5,9 1,2 0,9 5,6 2,2
Finalmente, a modo de sumario, se
presentan las incertidumbres y los princi-
pales retos y propuestas del futuro de Na-
varra.
INCERTIDUMBRES
- Alta dependencia del sector de la
automoción.
- Indice elevado del IPC, con una se-
rie de mecanismos inflacionistas sin con-
trolar.
- Disponibilidad de recursos de la
Hacienda Foral para el mantenimiento fu-
turo del Estado de Bienestar.
- Falta de empresas innovadoras y
de alta tecnología.
- Dificultades presupuestarias para
acometer obras de inversión en infraes-
tructuras. Necesidad de acudir a su finan-
ciación mediante técnicas extrapresupues-
tarias.
- Acomodarse a los cambios produ-
cidos por la llegada de inmigrantes.
- Poca transparencia y falta de de-
mocratización de la Caja de Ahorros de
Navarra.
RETOS Y PROPUESTAS
Reequilibrio territorial
- Plan de infraestructuras básicas: ac-
cesos, abastecimiento y saneamiento, resi-
duos sólidos urbanos, telecomunicaciones.
- Plan de equipamientos y servicios:
educación, sanidad, comercio.
- Planes generadores de empleo:
sector agroalimentario y servicios.
Sector primario.
- Apoyo a las economías comple-
mentarias de la actividad agropecuaria.
- Apoyo a las Denominaciones de
Origen.
- Mantenimiento del paisaje.
- Apuesta decidida a la producción
ecológica.
- Mantener los mecanismos para la
puesta en marcha de 58.000 hectáreas de
regadío por el Canal de Navarra. Faltan
agricultores y financiación.
Industria
- Apoyo tejido Pymes.
- Apostar por la innovación y las in-
dustrias de alta tecnología.
- Mantener el posicionamiento desta-
cado en la producción de energías renova-
bles.
- Reforzar el espíritu emprendedor
de los navarros.
- Integrar los Centros tecnológicos y
las Universidades.
Servicios
- Apostar por la sociedad y gestión
del conocimiento.
- Impulsar las empresas de servicios
relacionadas con las nuevas tecnologías.
- Planes integrales de mantenimiento
y recuperación del patrimonio natural y ar-
quitectónico.
- Apuesta decidida por el sector del
ocio y el turismo.
Infraestructuras y transportes
- Reforzar la posición estratégica de
Navarra. Paso entre la Península Ibérica y
Europa a través del eje transpirenaico Ma-
drid-París.
- Dificultades en acometer ciertas
obras de infraestructuras y necesidad de
recurrir a técnicas extrapresupuestarias.
Cohesión social
- Asegurar la renta básica y disminuir
las desigualdades sociales.
- Integración de las minorías.
Redefinir el papel del sector pú-
blico- Apoyo a sectores productivos. Fa-
vorecer la diversificación de la actividadeconómica.
- Inversiones e infraestructuras en re-troceso.
- Equipamientos y mantenimientodel Estado de Bienestar.
- Audenasa. Privatización o controlpúblico.
- Democratización de la Caja deAhorros de Navarra.
- Suelo público para vivienda.
Imagen de marca- Calidad de alimentos, productos y
servicios.- Calidad de vida.- Energías renovables.
hermes nº:5 de 6. Economía navarra.Presente y futuro. Patxi Tuñon
40
42
Quizás una parte sustancial
de los problemas de Nava-
rra se puedan concentrar
en el llamado conflicto vasco, en la cali-
dad democrática y en las cuestiones socia-
les más lacerantes. Como en este artículo
me voy a centrar en el primero, enuncia-
ré brevemente los otros dos.
En primer lugar, creemos necesario
un avance en cuanto a la calidad de la de-
mocracia, un ensanchamiento de las re-
glas democráticas en definitiva, que debe-
ría desarrollarse en varias di-
recciones:
1.- En sus cimientos ha
de estar el reconocimiento de
la viabilidad legal de cualquier
proyecto para el futuro del País
Vasco-navarro si es respaldado
democráticamente por la ma-
yoría.
2.- Poder disponer de
una ley de consultas, que dé
potestad a Navarra para esta-
blecer las relaciones que desee
con la CAV y en otro plano
con el País Vasco-francés.
3.- El reconocimiento de
los derechos políticos plenos
para los inmigrantes con resi-
dencia estable.
4.- Habilitar mecanismos
democráticos directos para la
toma de decisiones por la ciu-
dadanía, por cierto algo habi-
tual en otros países, cuya ne-
cesidad ha puesto de relieve
el conflicto de la Plaza del
Castillo.
5.- Superar las rigideces
del sistema actual que provo-
can discriminaciones antide-
mocráticas como los topes del
5% y del 3% en las elecciones municipa-
les y forales, la falta de libertad para ele-
gir a las personas que cada ciudadano
desee (listas cerradas) y una reglamenta-
ción de los grupos municipales o parla-
mentarios que prima absolutamente los
derechos del grupo sobre los derechos
de la persona elegida imponiendo un
monolitismo que no refleja la pluralidad
existente.
En cuanto a las situaciones sociales
más lacerantes, a nadie se le oculta que a
estas alturas resultan escandalosas las de-
sigualdades persistentes en una comuni-
dad tan próspera como la nuestra. Me re-
fiero, claro está, a la situación de las per-
sonas incluidas en la exclusión social. Me
refiero también a los inmigrantes, que son
discriminados en el trabajo y en la vivien-
da, aparte de estar insuficientemente inte-
grados en la comunidad. Incluyo asimis-
mo, a una parte de las personas mayores
(la tercera edad), que malvive en condi-
ciones infrahumanas el ocaso de su vida.
Y me refiero, por supuesto, al creciente
deterioro de los derechos adquiridos en
décadas anteriores para una parte de la
población trabajadora: jóvenes (con dis-
criminación salarial por el mismo trabajo
realizado, con una gama de contratos en
precariedad sin justificación, bajo los cár-
teles sindicales de empleo repartiéndolo a
su capricho y fomentando una nueva afi-
liación obligatoria), mujeres (en una posi-
ción de subalternidad y de discriminación
salarial); y, en términos más generales, me
refiero a una organización del trabajo ca-
da vez más autoritaria y productivista (rit-
mos, anulación de tiempo para unas rela-
ciones humanas satisfactorias durante el
trabajo), a un incremento de gente fuera
de convenio para fraccionar el colectivo
Elementos para un vasquismo navarro.Acogedor, crítico y autocrítico
MILAGROS RUBIO Nacida en Tudela el 11-06-52. Participa en movimien-tos vecinales, juveniles ysindicales durante el fran-quismo, incorporándose alEMK a principios de los se-tenta. Forma parte del pri-mer movimiento feministay antimilitarista también enla década de los setenta. Enlas primeras eleccionesmunicipales (1979) es elegi-da concejala en el Ayunta-miento de Tudela, corpora-ción de la que viene siendoedil ininterrumpidamentedesde entonces hasta la ac-tualidad. Cofundadora deBatzarre y de la AsambleaAntipolígono de las Barde-nas, ha sido parlamentariade las Cortes de Navarradurante la legislatura queacaba de finalizar (1999-2003), primero comomiembro de EH (por la uni-dad de HB y Batzarre du-rante la tregua) y, tras laruptura de la tregua, sedesvincula de EH pasando aformar parte del grupomixto como parlamentariade Batzarre.
43
trabajador y a las dificultades añadidas pa-
ra quienes se “caen” del trabajo estable o
no llegan a los requisitos exigidos para la
jubilación.
Dicho esto, me referiré a la llamada
cuestión “vasca” en Navarra, que hoy por
hoy condiciona y solapa, por múltiples ra-
zones, estos y otros asuntos
PRINCIPALES RASGOS DE LA SI-
TUACIÓN ACTUAL
Para empezar a hablar del tema,
apuntemos de modo resumido los princi-
pales rasgos de la Navarra actual en su
vertiente identitaria:
1.- La insatisfacción de la comuni-
dad vasquista con el actual status y que,
en claves culturales, abarca a más de un
30% de la población navarra.
2.- La Navarra actual en su rostro
nacional viene determinada por: a) la
existencia de una personalidad propia
muy acusada y muy extendida entre la
población; b) esta identidad se bifurca en
una doble dirección: por un lado quienes
se sienten navarros y españoles y por otro
quienes nos sentimos navarros y vascos.
3.- Una derecha absolutamente in-
transigente y partidaria de excluir cuanto
puede a la comunidad vasquista de Nava-
rra, plenamente respaldada por el Estado.
4.- ETA, cuyo proyecto consiste en
tratar de imponer una Euskadi uniforme y
para más inri en base a un código etnicis-
ta muy minoritario en Navarra y presio-
nando mediante la muerte del otro y del
adversario político.
5.- La existencia de diversas fuerzas
políticas y sociales en el campo navarrista
y vasquista, que teórica y potencialmente
podrían establecer un acuerdo de convi-
vencia y unas reglas reguladoras de la di-
ferencia profunda existente en el área
identitaria en nuestra tierra.
DIAGNÓSTICO DEL LLAMADO
PROBLEMA VASCO EN NAVARRA
Ante esta realidad, lo cierto es que
llevamos veinte años en un enfrentamien-
to sin salida, sin aportar nada de positivo
a la sociedad en valores de calidad demo-
crática, de satisfacción para la convivencia
de sus diferentes identidades o para las
generaciones futuras, sin aportar nada al
arreglo del conflicto o a la constitución de
un marco negociador para dirimir las as-
piraciones legítimas, a veces contrapues-
tas, de ambas sensibilidades. El enfrenta-
miento viene alimentado principalmente
por los gobiernos de UPN-PP y por ETA.
¿Seguir así? ¿Para qué? Aparte de por
lo doloroso y costoso, no tiene sentido se-
guir así. No es nada racional ni inteligen-
te. Las premisas sobre las que nos asenta-
mos para afrontar una salida a esta situa-
ción, son las siguientes.
Rechazamos de plano la
acción de ETA por su contribu-
ción a un enfrentamiento absur-
do, por sus fines anti-pluralistas
y exclusivistas, por su preten-
sión de conducirnos a una Eus-
kadi uniforme. Y también lo ha-
cemos por su método: la ejecu-
ción sumaria “del otro” por ser
adversario político, por pensar
diferente o por haber sido elegi-
do tan democráticamente como
cualquier cargo público vas-
quista o abertzale. ¿Qué aportan
de positivo este proyecto y estos métodos
en valores de justicia, libertad, respeto
mutuo y calidad democrática? ¿Qué auto-
ridad moral se puede tener ante la socie-
dad con semejantes actuaciones? La insu-
misión y la disidencia civil practicadas con
tanta coherencia ético-política y con tanto
éxito social por el movimiento de insumi-
sos trazan otro camino incomparablemen-
te mejor y, además, más adecuado a so-
ciedades como la nuestra. La pregunta
que debemos formularnos a este respecto
las diferentes corrientes de izquierdas, es
si es que cabe construir una disidencia só-
lida y de futuro sin partir de la crítica ra-
dical hacia ETA. Y esto conviene plantear-
lo al margen de su eficacia o de que la
violencia política consiga muchos o pocos
hermes nº:2 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio
44
votos. El problema es pre-
vio. Puede haber políticas
que sean “eficaces” o rindan
electoralmente, pero que
sean absolutamente inacep-
tables para una fuerza que
se presenta ante la sociedad
con una vocación de eman-
cipación y liberación. Y este
es el caso de ETA, que con-
tradice profundamente los valores huma-
nitarios más elementales y que carece de
justificación moral o política en la realidad
política concreta en que vivimos.
Rechazamos la política del gobierno
central y del navarro porque favorece asi-
mismo el enfrentamiento y porque aboga
por una línea sin diálogo, sin distensión.
La rechazamos porque no reconocen la
legitimidad legal y democrática de todos
los proyectos, incluido el independentista.
La rechazamos porque no se comprome-
ten a superar la precariedad de la singula-
ridad lingüístico-cultural del euskara, tarea
esta que nos corresponde a todos los ha-
bitantes de Euskal Herria. Al contrario las
instituciones navarras adoptan una línea
provocadora; si tomamos como ejemplo
las declaraciones de la Sra. Alcaldesa de
Iruña al quitar la rotulación bilingüe “lo
hago para que la gente no se confunda
con los letreros en las dos lenguas, cuan-
do acude al Ayuntamiento”.
En el mismo sentido la ilegalización
de Batasuna y el encarcelamiento –más
que probable– de varios miembros de la
dirección de Batasuna ni guarda coheren-
cia con los criterios incluyentes y no res-
trictivos del tipo de democracia que de-
fendemos desde Batzarre ni convence ni
resta apoyos a quienes optan por vías mi-
litaristas. Aparte de entrar como un elefan-
te en una tienda de porcelana y de mez-
clarlo todo y de no separar
el grano de la paja y de vul-
nerar derechos fundamenta-
les de muchas personas, no
tiene en cuenta la descon-
fianza existente entre am-
plios sectores de la pobla-
ción respecto del centralis-
mo español y el poso exis-
tente a raíz de las humilla-
ciones y barbaridades
sufridas en el 36, durante la
dictadura y en la transición.
Los sucesos de Montejurra
en 1976, la muerte del sindi-
calista José Luis Cano en
1977, la provocación fascista-policial de
sanfermines de 1978 con la muerte de
Germán, el asesinato de Gladys en Tude-
la en 1979, las continuas prohibiciones ar-
bitrarias a las izquierdas de actos políticos
o sociales hasta 1982, el posterior GAL
han hecho por ETA en Navarra más que
todos los propagandistas juntos.
Otro tanto cabe decir del cierre de
Egunkaria. Se trata de un ataque directo a
la libertad de expresión y un golpe fron-
tal al tiempo que una provocación al
mundo euskalzale.
A este capítulo hay que añadir la ce-
rrazón absoluta del gobierno de UPN an-
te las legítimas reivindicaciones de la co-
munidad vasquista en Navarra. Por el con-
trario pretende anular o reducir al
máximo la identidad de quienes nos sen-
timos vascos y navarros.
Y tenemos así, por paradójico que
parezca, los dos polos opuestos –ETA y
UPN– que se alimentan mutuamente, que
buscan el enfrentamiento entre ambas
identidades y la derrota completa o la ex-
clusión de la otra parte en lugar de propi-
ciar una convivencia satisfactoria.
NECESIDAD DE UN NUEVO PAC-
TO “PREPOLÍTICO” PARA NAVARRA
Tras veinticinco años de democracia
confluyen varias necesidades
para plantearse un cambio
de envergadura: salir del en-
frentamiento liderado por
ETA y mal afrontado por el
Estado y la derecha navarris-
hermes nº:3 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio
45
ta; superar las adherencias
franquistas de la Constitu-
ción y de algunas actitudes
del poder; adecuar la auto-
nomía actual a la UE; mejo-
rar la calidad democrática y
acoger a los nuevos residen-
tes, a los inmigrantes; impul-
sar reformas sociales de hon-
dura; avanzar en la convi-
vencia de identidades.
Desde Batzarre hablamos de la ne-
cesidad de un pacto “prepolítico”. Esto
es, un pacto para una perspectiva larga:
de una o dos generaciones, alejado de los
intereses político-partidistas, implicando
a la sociedad y haciéndola co-responsa-
ble de sí misma. Y, quizás lo más impor-
tante, liderado por las fuerzas dialogantes
y tolerantes del navarrismo y del vasquis-
mo sin renunciar a sus idearios y a sus di-
ferencias. Su resultado no puede excluir a
los dos polos antes mencionados, esto es,
a UPN-PP o a ETA, que son la referencia
de una buena parte de nuestra sociedad.
Siempre es mala vía la exclusión y no so-
bra nadie. Pero, es evidente que no habrá
pacto si esas dos corrientes no se ven
obligadas a cambiar.
Un pacto así debería sustentarse so-
bre unos valores que impliquen el reco-
nocimiento de la pluralidad de identida-
des, la legitimidad de las mismas, el res-
peto mutuo, la aceptación de la regla de
la mayoría y simultáneamente los dere-
chos de la minoría, un marco comúnmen-
te concertado para dirimir las diferencias.
Igualmente debería auspiciar un re-
equilibrio más justo para la comunidad
vasquista en lo que hace a la regulación
conforme a la voluntad ciudadana de los
símbolos vascos, de la doble pertenencia
para quienes nos sentimos
vascos y navarros, de un po-
sible asociacionismo común
vasco-navarro entre entida-
des de ambos territorios, a la
constitución de un espacio
político común con la CAV
(y en otro plano lógicamen-
te inferior con el País Vasco-
francés), a la cooficialidad
del euskara y a su regula-
ción de acuerdo a la realidad
existente y a la voluntad po-
pular, etcétera.
Una reforma constitu-
cional que elimine las adherencias fran-
quistas (injerencia del ejército, garantías
plenas para el autogobierno y mayores
competencias), o que simplemente permi-
ta unas relaciones libres entre Navarra y la
CAV entre otros temas. Una declaración
del parlamento navarro exigiendo la par-
ticipación de las instituciones navarras en
la elaboración de la política española en
la UE y su presencia en la misma en todo
lo que afecte a sus intereses específicos.
Sirvan estas anotaciones como ejemplo de
la orientación deseada.
UN MODELO DE INTEGRACIÓN
COMPLEJA PARA NAVARRA
Los diversos análisis sociológicos
inciden una y otra vez en remarcar la di-
versidad de sentimientos identitarios que
forjan la realidad navarra: Solamente vas-
cos, vascos y navarros, sólo navarros, na-
varros y españoles y sólo españoles. Bue-
na parte de estas autoafirmaciones se
consolidan en clara confrontación con las
demás y en no pocas ocasiones las autoa-
firmaciones más extremas, se cimentan
en un sentimiento de antagonismo que
espoleado por unos y otros persigue la
negación del contrario y de sus derechos
más elementales.
Cierto que no es algo desconocido
en la historia. Cabe recordar los modelos
empleados ante realidades plurales en
identidad o cultura. En las
sociedades antiguas se ha
combinado la eliminación fí-
sica del otro con su exclu-
sión; posteriormente se han
planteado la asimilación en
hermes nº:4 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio
46
sus dos variantes –forzada o voluntaria–
cuestionada en los últimos tiempos por
quienes impulsan con mirada positiva va-
lores de la diferencia y del multiculturalis-
mo.
Las gentes de Batzarre en los últi-
mos años venimos planteando nuestras
propuestas en base a lo que podría deno-
minarse un modelo de integración com-
pleja: esto es, acordar unas bases identita-
rias comunes entre las diversas identida-
des, construir una identidad compleja
plural y mestiza, y situarse en la perspec-
tiva de regular el conflicto en una perma-
nente negociación de las bases integrado-
ras más que en (el imposible) el arreglo
definitivo.
Las realidades o criterios de los que
deberíamos partir a la altura del año 2003,
tras veinticinco años de ejercicio demo-
crático a pesar de importantes lagunas
existentes, tras veinticuatro consultas
electores (legislativas, europeas, forales,
municipales), teniendo en cuenta las ma-
yorías y minorías actualmente constitui-
das o las legítimas aspiraciones de unos y
otros, serían a nuestro juicio las siguien-
tes: partir de la comunidad política nava-
rra existente; aceptar el ámbito navarro
de decisión; defender y desarrollar una
identidad común, que integre a las demás
identidades particulares; aceptar la regla
de la mayoría y simultáneamente recono-
cer los derechos de las minorías.
Por otra parte hay que partir de que
la actual correlación de fuerzas no es
eterna y que puede variar en el futuro.
Tenemos que reconocer el hecho del plu-
ralismo identitario así como el valor de su
plena legitimidad y el respeto mutuo; y
quizás lo más importante en el plano más
práctico establecer un re-equilibrio más
justo para la comunidad
vasquista permitiéndole un
buen acomodo en su pro-
pia casa y aceptando aque-
llas aspiraciones inherentes
a cualquier identidad en si-
tuación de minoría y que no implican
ningún perjuicio –antes al contrario re-
dundaría en una mejora notable de cali-
dad en la convivencia– a la mayoría y
consistente en: reconocimiento de la
identidad vasquista y de sus símbolos; re-
gulación de las relaciones de Navarra con
los otros países vascos desde el respeto
integro a la soberanía de Navarra, de con-
formidad con la voluntad de todas las
partes afectadas y teniendo en cuenta la
diferente afinidad existente con cada una
de ellas (CAV y País Vasco-francés) y ba-
jo el criterio de obtener beneficios mu-
tuos de la colaboración en las áreas que
se practique; oficialidad del euskara, jun-
to con el castellano, como lenguas de Na-
varra, regulándola en función de su im-
plantación en cada zona y teniendo en
cuenta la voluntad de la población; posi-
ble establecimiento de un asociacionismo
común vasco-navarro; estudio de la posi-
bilidad de una doble pertenencia para
quienes nos sentimos vascos y navarros.
Desarrollar criterios o estilos
opuestos a los actualmente hegemó-
nicos
Una propuesta así requiere un giro
copernicano de los criterios y estilos im-
perantes en los dos campos durante el pa-
sado más reciente y en la actualidad. Es
preciso favorecer un clima basado en la
expansión de derechos, en la protección
de las minorías, y en aumentar la igualdad
de estas. Se trata de repartir los inconve-
nientes e incomodidades derivados de la
diferencia de identidades. Habría que re-
forzar los vínculos comunes de la comu-
nidad política y los valores compartidos,
ganarse la confianza mutua y considerar a
Navarra como un espacio de decisiones
reconocido con naturalidad. Habría que
pactar la necesidad de mayorías muy cua-
lificadas para legitimar los
cambios que alteren el acuer-
do establecido entre ambas
identidades; acuerdo que, en
su plano más general, debe
contemplar todas las posibili-
hermes nº:5 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio
47
dades: el marco actual u otro diferente
que pudiera darse en el futuro si así lo de-
sea democráticamente la ciudadanía nava-
rra; a estos efectos sería conveniente su-
perar formalmente la situación actual del
Amejorameinto carente de un refrendo
popular expreso.
UNA RECTIFICACIÓN A FONDO
DE LAS FUERZAS ACTUANTES
Sin una rectificación a fondo de las
fuerzas políticas (o de una parte sustanti-
va de las mismas incluidas en ambos ban-
dos) y seguramente sin un cambio de la
sociedad –que constituye el suelo de las
fuerzas políticas y sociales– en pos de
una cultura pública pluralista será difícil,
por no decir imposible, cambiar el rumbo
en esta cuestión.
Haría falta otro rumbo del navarris-
mo bajo valores más integradores, más
respetuoso con la identidad vasquista,
más tolerante con la otra sensibilidad
mostrando una actitud más favorable ha-
cia el euskara y una actitud más abierta
hacia la formación de unas institucio-
nes comunes con los (otros) países
vascos y un respeto más activo hacia
quienes poseemos una identidad vas-
co-navarra. El navarrismo, o mejor el na-
varrismo centrista o de izquierdas y dialo-
gante encarnado en fuerzas como PSN,
CDN o desde una posición diferente IU,
deberían reflexionar, a nuestro juicio,
acerca de la conveniencia de impulsar un
plan de estas características para lograr
un buen pacto de convivencia. Deberían
encabezar una línea expresamente dife-
rente de la que representan los sectores
más retrógrados y actualmente hegemóni-
cos en UPN.
Es necesario igualmente otro rum-
bo, del vasquismo navarro en claves inte-
gradoras, respetuoso con la identidad na-
varra sin falsos atajos nominalistas que di-
fícilmente cambiarán las cosas.
Rompiendo con la intolerancia hacia
quienes desean mantener un lazo común
estatal y una identidad navarro-española
o vasco-navarra-española. Con un centro
de operaciones eminentemente navarro,
pues ha de actuar en dicho espacio am-
pliamente legitimado por la mayoría de la
población; en un esfuerzo continuo por
hacer compatible lo navarro y lo vasco.
Con un talante más realista y más humil-
de, ya que hemos de defender la opción
vasquista desde nuestra actual situación
de minoría. También a las personas vas-
quistas nos interesa poner nuestro grano
de arena al servicio de una buena convi-
vencia de identidades: por convencimien-
to (¿qué coherencia guardaría con nues-
tros valores, el doblegar a la fuerza a la
otra parte?) y por calidad de vida, que
queda seriamente quebrantada cuando se
opta por vías de enfrentamiento entre
sensibilidades diferentes.
De igual forma conviene extraer
enseñanzas de la experiencia del vasquis-
mo respecto a Navarra en la última cen-
turia: comprobado
el fracaso del vas-
quismo hegemo-
nizado por ETA,
y antes, del vas-
quismo del
PNV, está por
ver lo que
puede dar
de sí un
vasquismo po-
lítico de los rasgos
aquí planteados. A este res-
pecto conviene rescatar los momentos
más prósperos del vasquismo en la déca-
da de los setenta y reflexionar sobre sus
características más integradoras y toleran-
tes. Alguien tan poco sospechoso de vas-
cófilo como J.J. Uranga ratificaba este éxi-
to hace unas pocas semanas al manifes-
tar: “Es verdad que hemos pasado
tiempos difíciles, como los años de tran-
sición política, en los que peligró nuestra
autonomía” ... “no fueron solamente los
partidos nacionalistas vascos los que pre-
tendían la incorporación de Navarra a
Euzcadi (sic), sino todos los partidos de
hermes nº:6 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio
48
izquierda, entonces sopa de siglas, e in-
cluso el PSOE que en las primeras elec-
ciones democráticas se alió con el PNV
para el Congreso (sic)”. Nada peor que
“el ambiente políticamente hostil de
aquellos años. Diario de Navarra, como
ante el Estatuto vasco del 34 (sic), mantu-
vo una firme postura de rechazo a toda
injerencia en nuestra autonomía”.
En el caso de ETA a la razón prác-
tica de la eficacia hay que añadirle la pér-
dida de la razón moral tanto por sus fines
exclusivistas y anti-pluralistas en una so-
ciedad eminentemente plural como por
los medios empleados con la muerte del
otro y del adversario político. Es difícil
hacerse una idea exacta de los costos po-
litico-morales que a va a tener a corto y
largo plazo la acción de ETA para el vas-
quismo en general y para el navarro en
particular. Las gentes que políticamente le
apoyan, aunque esgriman
con razón la vulneración de
derechos que implica la tor-
tura, el ensañamiento con
los presos, la ilegalización y
la intransigencia provocado-
ra de UPN, deberían sopesar
que el camino de ETA carece de sentido
en la actualidad para unos valores de iz-
quierda y humanistas.
Empeñarnos en cambiar de rumbo
es decisivo para la convivencia de identi-
dades, para que emerja una Navarra más
de izquierdas, progresista, de avance so-
cial, de calidad y ensanchamiento demo-
crático. El enfrentamiento ETA-Estado ac-
túa como una camisa de fuerza sobre la
sociedad propiciando una Navarra institu-
cional más a la derecha de lo que es y fa-
voreciendo claramente a la UPN antivasca
y conservadora. Si no afrontamos un cam-
bio profundo, seguiremos instalados en
este empantanamiento estéril: sea bajo la
gestión de UPN o sea bajo la gestión de
un gobierno diferente. Lo aquí expuesto
sería una parte del horizonte de las próxi-
mas décadas. Debería completarse con la
articulación de las diferentes organizacio-
nes de la izquierda navarra, que tendría-
mos que combinar un cierto denominador
común con los importantes y creativos
acentos especificas, que posee cada una
de ellas.
Finalmente, tengo que confesar que
soy consciente de las enormes dificulta-
des de los caminos aquí postulados. De-
masiados cambios, demasiadas simulta-
neidades requeridas, demasiada templan-
za necesaria para no responder desde
uno y otro bando a las provocaciones
continuamente practicadas por sectores
de los dos bandos. Pero al menos quie-
nes llevamos en estas lides impulsando el
vasquismo desde finales de los años se-
senta tenemos el deber de interrogarnos
si la senda seguida en las dos últimas dé-
cadas es positiva o negativa en claves de
valores de justicia libertad e igualdad y de
avance del vasquismo político. Mi res-
puesta de modo claro es
que debemos tomar otro
rumbo en los dos aspectos:
valores de convivencia y
probar otro camino para
que avance el vasquismo
navarro. A ello habría que
añadir la necesaria adecuación a los gran-
des cambios operados en los últimos
veinte años tanto en Navarra como en la
CAV: el gran motor del nacionalismo vas-
co y del vasquismo en la segunda parte
del siglo pasado –el antifranquismo– for-
ma parte de la historia y requiere una
profunda revisión. Ermua dixit. No creo
que la solución sustitutoria sea Lizarra.
Pero entrar en este apartado requeriría
abrir un nuevo capítulo y lo dejo para
otra ocasión.
hermes nº:7 de 8. Elementos para un vasquismo navarro. Acogedor, crítico y autocrítico. Milagros Rubio
50
INTRODUCCIÓN
La actual realidad demográfica
de los países industrializados,
fundamentalmente de los
países de la Unión Europea, se caracteri-
za por niveles de fecundidad que no ga-
rantizan el reemplazo generacional, a la
vez que una creciente capacidad de su-
pervivencia de sus poblaciones. Ante es-
te comportamiento regresivo, gobiernos
de diversos países han mostrado su preo-
cupación. Según la encuesta sobre políti-
cas de población llevada a cabo periódi-
camente por la ONU, en 1999 un total de
28 países consideraron que su nivel de fe-
cundidad era demasiado bajo. En los últi-
mos años, siete países europeos (Austria,
Chequia, Armenia, Italia, Lituania, Polo-
nia y España) han modificado su percep-
ción acerca del comportamiento repro-
ductivo, y si en 1996 consideraban satis-
factorio su nivel de fecundidad, tan solo
tres años después lo definen como muy
bajo (McDonald, 2002).
También desde la vertiente econó-
mica, social y demográfica se han intensi-
ficado las manifestaciones de preocupa-
ción y pesimismo en relación al actual
comportamiento reproductivo. La drástica
caída de la fecundidad y su estancamien-
to a niveles inferiores al reemplazo, junto
al envejecimiento demográfico, han sido
los dos fenómenos demográficos que han
generado mayor ofensiva mediática, enfa-
tizando los efectos catastróficos que tales
cambios pueden acarrear en el futuro de
la población.
Los datos más recientes del com-
portamiento demográfico en algunas re-
giones europeas no parecen ayudar a di-
suadir la preocupación. Según las proyec-
ciones de población de las Naciones
Unidas (1997) la población de la mayoría
de los países de Europa del año 2050 ten-
derá a disminuir como resultante de un
largo proceso previo de muy baja fecun-
didad, aun asumiendo un aumento mo-
derado de la fecundidad (1,7 hijos por
mujer como media Las estimaciones al
año 2050 (Tabla 1), indican los casos ex-
tremos de disminución de la población
(Alemania, disminuyendo su población
en 16 millones de personas) y de enveje-
cimiento (España e Italia, donde las per-
sonas mayores representarán más del
40% de sus poblaciones).
El modelo de “muy baja fecundidad”
en la comunidad autónoma de Euskadi
LARRAÑAGA PADILLA, Isabel(Bilbao, 1954) es licenciada enSociología en la especialidad dePoblación y Ecología Humana, por laUniversidad Complutense (Madrid).Ha realizado estudios de postgradoen la Universidad de Northumbria enNewcastle (Master of Philosophy-MPhil) y de Epidemiología y SaludPública (IDS-Habana). Actualmentecompatibiliza la docencia en el áreademográfica en el Departamento deSociología 2 (UPV-EHU) y el trabajoen el ámbito de la epidemiología(Subdirección de Salud Pública deGipuzkoa
ARREGI GOROSPE, Begoña (Bilbao,1948) es licenciada en CienciasSociales por la Univ. de Birmingham(B.Soc.Sc.1974) y en Sociología(Urbana y Población, 1980) por laUniversidad Complutense de Madrid.Se especializa en Población yDemografía en la London School ofEconomics (M.Sc. 1986) y en laUniversidad de Southampton (Ph,D.1989) donde lee su tesis doctoralsobre la evolución de la fecundidaden el País Vasco. Es profesora titularde universidad en el Departamentode Sociología 2 de la UPV-EHUdonde imparte docencia sobreTeorías de la Población, AnálisisDemográfico y Sociología de laFamilia.
hermes nº:2 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe
Tabla 1. Estimación de la población
europea al año 2050, por grandes grupos
de edad.
Primero, el modelo restrictivo de re-
producción no parece ser un fenómeno
circunscrito exclusivamente a los países
desarrollados, sino que alcanza también a
los menos desarrollados y, previsiblemen-
te, en los próximos diez años la mayoría
de la población del planeta residirá en
países que no garantizarán el reemplazo
generacional (Bongaarts y Bulato, 2000;
Wilson, 2001). El acelerado descenso de
la fecundidad que están experimentando
los países con tradición de alta fecundi-
dad pone de manifiesto que la convergen-
cia en los indicadores de fecundidad está
siendo más rápida e intensa que la obser-
vada en los indicadores sociales y econó-
micos a nivel mundial. Segundo, la asun-
ción postulada por la Teoría de la Transi-
ción Demográfica1 de que la fecundidad
se estabilizaría en niveles cercanos al
reemplazo se ha disipado. A finales de la
década de los 90, catorce países situados
en el sur, centro y este de Europa presen-
taban una fecundidad que ha sido clasifi-
cada como “muy baja”2, muy
por debajo y cada vez más ale-
jado del mencionado nivel de
reemplazo (Tabla 2). Tercero,
las tendencias demográficas re-
cientes de Europa y Norteamérica indican
diferencias en el comportamiento repro-
ductivo entre países, que varía desde In-
dices Sintéticos de Fecundidad (ISF)3 cer-
canos a 2,1 hijos por mujer en USA, al 1,7
que muestran Francia y Dinamarca, hasta
los niveles de muy baja fecundidad que
presentan países como Italia y España u
otros que, como Austria y Alemania, tie-
nen una gran probabilidad de incorporar-
se a este último grupo.
Tabla 2. Índice Sintético de Fecun-
didad en países con muy baja fecundi-
dad.
La emergencia del modelo de muybaja fecundidad en Europa es un fenó-
meno nuevo que solo en periodos de
51
1995Población Estructura de edad
(x mil) 0-19 20-59 60 + 80 +
Europa-Sur 143377 24,4 55,4 20,9 3,1
España 39627 24,5 55,0 20,5 3,2
Italia 57204 21,4 56,7 21,8 3,6
Europa Occid. 180998 23,5 56,4 20,1 3,8
Alemania 81594 21,6 57,8 20,6 3,9
2050Población Estructura de edad
(x mil) 0-19 20-59 60 + 80 +
Europa-Sur 119887 19,5 43,3 37,2 10,6
España 31755 17,6 41,7 40,7 11,9
Italia 42092 16,7 41,3 42,0 13,9
Europa Occid. 167550 21,0 44,7 34,2 10,1
Alemania 69542 19,0 44,5 36,5 10,5
Fuente: UNFPA (1998)
52
corta duración estuvo presente en Francia
(I Guerra Mundial), o en la República Fe-
deral Alemana (1984-85) y en la Alemania
unificada (1993-1995). Tanto el factor no-
vedad, como las causas y las consecuen-
cias derivadas de este modelo reproducti-
vo (envejecimiento acelerado, reducción
sustancial en el tamaño de las sucesivas
generaciones), de su difusión y de su evo-
lución, constituyen en la actualidad obje-
to de estudio para numerosos analistas.
La di-
námica de-
mográfica ac-
tual de la Co-
m u n i d a d
Autónoma de
E u s k a d i
(CAE) se in-
serta en los
patrones del
modelo de
muy baja fecundidad, registrando niveles
reproductivos mínimos, incluso inferiores
al umbral establecido por el modelo. Es-
te artículo analiza las características del
modelo reproductivo vasco en el pasado
y en el presente, los factores que favore-
cen el origen del modelo, así como algu-
nas razones que explica su mantenimien-
to.
FACTORES PRECURSORES DEL
MODELO DE MUY BAJA FECUNDI-
DAD EN LA POBLACIÓN VASCA
Según el Censo de Población y Vi-
vienda de 2001, la población de la C.A.E
ha sobrepasado ligeramente los dos mi-
llones de habitantes y mantiene la diná-
mica de reducción de efectivos de los
años precedentes. A lo largo del siglo XX
la población vasca ha triplicado sus efec-
tivos, en un proceso que no ha sido ni es-
table ni homogéneo, sino que ha estado
sujeto a los sobresaltos sociales, políticos
y económicos que repercutieron en la di-
námica poblacional generando fases de
expansión y recesión demográfica. Los
datos aportados por la tabla 3 son un
buen reflejo de los puntos de inflexión y
crisis demográficas a lo largo del siglo. La
evolución del crecimiento de la pobla-
ción vasca desde 1900 indica la importan-
cia específica del crecimiento vegetativo
(saldo entre nacimientos y muertes) y del
saldo migratorio (entre emigrantes e in-
migrantes) en cada momento histórico.
Durante la primera mitad de siglo,
la población vasca crece a un ritmo mo-
derado, crecimiento que fue motivado
fundamentalmente por saldos favorables
de la natalidad respecto de la mortalidad.
Esta tenden-
cia se modifi-
ca a partir de
los años 1950
y en las tres
décadas si-
guientes el ritmo de crecimiento se acele-
ra, siendo particularmente intenso en los
60 y los 70. En este periodo, las circuns-
tancias de bonanza económica acompa-
ñaron y empujaron el dinamismo demo-
gráfico, dando lugar al fenómeno de babyboom, que provocó incrementos de po-
blación superiores al 3% anual. Al au-
hermes nº: 3 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe
Letonia 2.09 2.01 1.18 1991 1995
Rumanía 2.32 1.84 1.30 1990 1999
Eslovenia 1.71 1.46 1.21 1981 1995
Armenia 2.56 2.63 1.20 1993 1999
Bielorusia 2.08 1.90 1.29 1990 1997
Rusia 2.05 1.90 1.17 1990 1996
Ucrania 2.02 1.89 1.19 1989 1997
Indice Sintético deFecundidad (ISF) Año con ISF
1985 1990 1999 ≤ 2 ≤ 1.3
Grecia 1.67 1.39 1.28 1983 1998
Italia 1.42 1.33 1.23 1977 1993
España 1.64 1.36 1.20 1982 1993
Bulgaria 1.98 1.82 1.23 1987 1995
Chequia 1.96 1.90 1.13 1983 1995
Estonia 2.12 2.04 1.24 1991 1996
Hungría 1.85 1.87 1.29 1980 1999
Fuente: Kohler et al, 2002
53
mento poblacional de dichos años contri-
buyeron tanto las altas tasas de fecundi-
dad como los intensos flujos inmigrato-
rios, que incorporaron a la población vas-
ca más de un cuarto de millón de
personas en los años 60 (Tabla 3).
Tabla 3. Evolución de la población
de la CAE. 1900-2001
El crecimiento demográfico genera-
do por la alta natalidad y la intensidad del
movimiento inmigratorio entre 1950-1970,
fue el elemento singular que marcó el
comportamiento demográfico en el pasa-
do y, también, el que va a dominar la evo-
lución demográfica presente y futura de la
CAE. La inmigración de adultos jóvenes
de ambos sexos tuvo su efecto inmediato,
aumentando de forma espectacular el ta-
maño de las generaciones en edad de
procrear4. Así, las mujeres nacidas en
1936-40 eran un 80 por ciento más nume-
rosas en 1975 (pasando de 35 mil mujeres
a 63 mil); y los hombres nacidos en 1946-
50, duplicaron sus efectivos en veinticinco
años, pasando de 40,5 mil en 1950 a ser
81,3 en 1975 (Arregi y Larrañaga, 2000).
Tampoco resulta desdeñable la contribu-
ción del factor ideológico al dinamismo
demográfico de la época. La grandeza y
valor patriótico concedido a las familias
numerosas justificaban la defensa de polí-
ticas profamilista y pronatalista vigentes
durante dichos años.
Los resultados provocados por el
aumento de población joven en una co-
yuntura de bonanza económica, fueron
manifiestos: aumento del número de naci-
mientos (los nacimientos registrados en
1976 duplicaron los de 1950), duplicidad
de los matrimonios, a la vez que descen-
sos en la edad media a las primeras nup-
cias y al primer hijo y reducción del inter-
valo intergenésico, aspectos todos ellos
que caracterizaron al baby boom vasco.
En 1975 finaliza el proceso alcista
que había caracterizado la demografía vas-
ca de la segunda mitad del siglo XX. Des-
de el comienzo de los 80, la dinámica de-
mográfica adopta un nuevo rumbo, carac-
terizada por tasas de crecimiento cercanas
al crecimiento nulo o negativo, que se tra-
duce en una pérdida de efectivos, y una
estabilización del contingente poblacional
en torno a los dos millones de personas.
Entre 1981 y 2001 el número de nacimien-
tos disminuye casi un 40 por ciento, a pe-
sar de que el grupo de mujeres en edad
de procrear (de 15 a 49 años) se mantiene
prácticamente invariable (de 534 mil mu-
jeres en 1981 a 539 mil en 2001).
Año Población Crecimiento Crecimiento Nacidos Muertos Saldointercensal Vegetativo Migratorio
1900 603.596 87.830 71.536 213.966 142.430 16.294
1910 691.426 75.349 73.134 213.764 140.630 2.215
1920 766.775 124.935 99.037 229.790 130.753 25.897
1930 891.710 64.054 52.784 183.027 130.243 11.270
1940 955.764 105.476 79.718 191.088 111.370 25.758
1950 1.061.240 105.476 158.188 262.783 104.595 152.226
1960 1.371.654 310.414 250.884 375.819 124.935 256.098
1970 1.878.636 506.982 232.918 377.400 144.482 23.413
1981 2.134.967 256.331 58.689 210.219 151.530 -89.715
1991 2.104.041 -30.926 -11.549 163.203 174.752 -9.905
2001 2.082.587 -21.454
hermes nº:4 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe
Fuentes: Arregi y Larrañaga, 2000.
54
CAMBIOS EN EL CALENDARIO E
INTENSIDAD DE LA FECUNDIDAD
El final de la década de los 70 mar-
ca el inicio de la transición de la fecundi-
dad vasca. La tendencia descendente que
comienza en 1976, continúa con una rápi-
da disminución en los años sucesivos, y
cruza en 1980 el umbral del reemplazo
(fecundidad inferior a 2,1 hijos por mu-
jer), permaneciendo por debajo de dicho
nivel hasta el presente. En 1994 la pobla-
ción vasca presenta el Indice Sintético de
Fecundidad (ISF) más bajo de los registra-
dos hasta la fecha (0,9 hijos/mujer), con
valores muy inferiores a los establecidos
como criterio de definición de muy baja
fecundidad para los países europeos (1,3
hijos/mujer). Solo recientemente (1999)
parece haberse iniciado un tímido repun-
te reproductivo, y en 2001 la fecundidad
alcanza el nivel más alto de la década,
atribuida en buena parte a la fecundidad
de la población inmigrante. Sin embargo,
a pesar del incremento observado, la fe-
cundidad vasca continúa siendo una de
las más bajas de Europa, e inferiores a la
media española.
Los datos expuestos en la tabla 4
evidencian claramente cambios, no solo
en la intensidad de la fecundidad –una
reducción del 62% en el número de hijos
por mujer en el periodo 1975-2001– sino
también transformaciones en la estructura
y calendario reproductivo. La edad media
a la maternidad ha experimentado un re-
traso de 3,4 años en el último cuarto del
siglo XX, retraso que se ha acentuado a
partir de los 90, al tiempo que la fecundi-
dad experimentaba mínimos históricos en
la población vasca.
Está bien documentado que los
cambios intensos en el calendario repro-
ductivo provocan una infraestimación de
la fecundidad cuando ésta es medida a
través del índice coyuntural (ISF) como es
habitual, y no mediante índices que mi-
den la descendencia final de una genera-
ción (Bongaarts, 1998; 2002; Kohler y Or-
tega, 2002b)5. Pero en la fecundidad vas-
ca no cabe albergar esperanzas de que la
escasez reproductiva sea atribuible única-
mente a la distorsión de los indicadores
utilizados. Es obvio que el retraso en la
edad a la maternidad no impide a una ge-
neración la recuperación de su fecundi-
dad en edades más tardías. Sin embargo,
dicha recuperación tropieza con los lími-
tes biológicos cuando la edad al primer
nacimiento se retrasa por encima de los
30 años, como en el caso de las mujeres
vascas. Los datos empíricos disponi-
bles de los países del sur europeo confir-
man la negativa asociación entre las dos
variables, así, a medida que se eleva la
edad al primer nacimiento en una genera-
ción, disminuye la descendencia final al-
canzada por dicha generación. En conse-
cuencia, en tanto la edad media al primer
hijo siga retrasándose en la población vas-
ca, aumentarán las dificultades para supe-
rar el bajo nivel reproductivo que le carac-
teriza.
Tabla 4.- Evolución de los indicado-
res de fecundidad y nupcialidad. CAE
Además de los cambios en el calen-
dario y la intensidad, también la composi-
ción de la fecundidad ha experimentado
importantes modificaciones. El descenso
en el número de nacimientos registra dife-
rente intensidad dependiendo de su or-
den o rango. En el periodo 1975-1996 el
ISF de primer rango (primer nacimiento)
descendió un 50%, el de segundo un 60%,
pero el de tercero o superior prácticamen-
te desaparece del patrón reproductivo,
experimentando una reducción superior
al 90% (Tabla 5). Estos datos ponen de
manifiesto que el descenso de los naci-
mientos de segundo y tercer orden está
contribuyendo de forma muy directa a la
emergencia del modelo de muy baja fe-
cundidad en la población vasca, de modo
que muchas mujeres o parejas deciden te-
ner un hijo/a pero muy pocos incremen-
tan la familia con segundos o terceros hi-
jos/as, lo que se traduce en una reducción
del tamaño familiar medio.
hermes nº: 5 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe
55
Tabla 5.- ISF y edad media a la ma-
ternidad según rango de nacimiento.
1975-1996
Los cambios experimentados en el
calendario de la fecundidad, también, di-
fieren dependiendo del orden de naci-
miento. En el periodo señalado (1975-
1996) la edad media de las mujeres que
tuvieron un tercer hijo/a se retrasó 1,6
años, mientras que el retraso fue de 2,7
años en la edad media al primer naci-
miento. Los datos de la tabla 5 sugieren
que las mujeres vascas han reducido el
periodo dedicado a la procreación, a la
vez que el periodo intergenésico, provo-
cando una “rectangularización” de la fe-
cundidad, caracterizado por una concen-
tración del tiempo dedicado a la crianza
en un reducido intervalo de edad (Kohler
y Ortega, 2002b).
Tabla 6.- Indice Sintético de Fecun-
didad y Nacimientos en países de la
Unión Europea
La idea de unidad familiar basada
en la ‘pareja’ de hijos y la pérdida de pe-
so específico de los terceros nacimientos
constituye uno de los rasgos característi-
cos del fin de la Transición Demográfica
Clásica. En los países del sur europeo,
que actualmente presentan el modelo de
muy baja fecundidad, la importancia de
los nacimientos de tercer orden o supe-
riores, es todavía considerablemente me-
nor a la que del resto de Europa. En el
caso de la CAE, esta representación es ín-
fima y no alcanza ni la media de España
o Italia (Tabla 6).
Años ISF % nacidos Edad Media Tasa de* Edad Mediafuera Maternidad Nupcialidad al 1º Matrimonio
matrim. Mujeres Hombres
1975 2.77 1.5 28.8 8.71 24.2 26.7
1980 1.86 3.1 28.6 5.78 23.7 26.1
1985 1.29 6.0 29.0 4.39 24.6 26.9
1990 0.99 8.0 29.7 4.75 25.5 27.7
1995 0.91 10.0 31.6 4.62 27.1 29.2
1996 0.95 10.5 31.5 4.53 27.4 29.5
1997 0.98 12.3 31.7 4.61 27.6 29.7
1998 0.96 12.9 31.9 4.87 27.8 29.9
1999 1.01 13.8 32.1 4.75 28.0 30.0
2000 1.03 15.2 32.2 5.10 28.1 30.1
2001 1.06 4.81
1975/1976 1980/1981 1985/1986 1990/1991 1995/1996ISF Edad ISF Edad ISF Edad ISF Edad ISF Edad
media media media media mediaC.AEuskadi 2,67 28,6 1,81 28,6 1,24 29,1 0,97 30,0 0,92 31,3
Rango 1º 1,05 25,4 0,82 25,9 0,60 26,9 0,51 28,4 0,52 30,1
Rango 2º 0,84 28,6 0,61 29,2 0,46 30,0 0,38 31,2 0,33 32,5
Rango 3º 0,78 33,0 0,39 33,3 0,19 34,1 0,08 34,2 0,06 34,6
hermes nº:6 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe
Fuente: Eustat (Vitoria-Gasteiz), INE (Madrid) * tasa por mil habitantes
Fuente: Eustat (Vitoria-Gasteiz)
56
ESTRUCTURA DE-
MOGRÁFICOS DEL MO-
DELO DE MUY BAJA FE-
CUNDIDAD
El descenso de los in-
dicadores de fecundidad ha
ido acompañado de cam-
bios o inversión en la ten-
dencia de otros indicadores
demográficos que tradicionalmente se
han asociado a la reproducción. La reduc-
ción de la fecundidad ha ido en paralelo
al descenso de la nupcialidad, cuya tasa
ha disminuido un 45% en los últimos 25
años en la población vasca. Los cambios
en la nupcialidad afectan tanto el calen-
dario como la organización de las unio-
nes, que se manifiestan en retrasos en la
edad media al casarse, y una progresión
al alza de la soltería. Así, tanto hombres
como mujeres se casan menos y más tar-
de. En 1975, mujeres y hombres se casa-
ban como media cuatro y tres años antes
que en el presente (Arregi y Larrañaga,
2000). La edad es uno de los factores más
importantes en la definición de las expe-
riencias y acceso a similares recursos
educacionales y sociales. El acercamiento
en la edad de los cónyuges genera rela-
ciones más simétricas e igualitarias en
la pareja: edades similares implican ex-
periencias y conocimientos similares, y
pautas de socialización comunes. Para-
dójicamente, este acercamiento a la
vez que posibilita un mayor grado de
comprensión y entendimiento entre la
pareja, incrementa el riesgo de conflic-
to. Las parejas basadas en relaciones
más igualitarias son también más frági-
les, al equipararse la situación de am-
bos cónyuges ante los derechos y res-
ponsabilidades individuales y comunes
a la vida familiar y de pareja, hecho
que se traduce en un incremento de las
tasas de separación y divorcio. Según
datos del Eustat, las separaciones ma-
trimoniales y divorcios aumentaron
más de un 200% entre 1986 y 1996, pa-
sando de 11.700 desuniones a 39.000 en
dicha década. Al analizar es-
tas estadísticas hay que te-
ner en cuenta, además de
los cambios en el significa-
do del matrimonio, las trans-
formaciones en las relacio-
nes de género y la inciden-
cia de la aprobación de la
Ley del divorcio en 1981,
cuyo efecto se materializa
en los años posteriores.
La sucesión de estos nuevos fenó-
menos da lugar a situaciones personales
que configuran un nuevo marco de refe-
rencia, con nuevos valores y aptitudes
respecto a la formación familiar y a la re-
constitución de núcleos familiares. La co-
habitación, como unión consensuada,
fuera de toda norma civil o religiosa, no
alcanza en la CAE la relevancia social y
demográfica que pueda tener en los paí-
ses nórdicos, pero es un fenómeno que
incrementa año tras año (en el periodo
1986-1996 aumenta de 9.600 a 38.000 per-
sonas). La reconstitución de uniones es
más frecuente en la cohabitación. Según
los datos del Eustat, en 1996 un tercio de
las rupturas de uniones de cohabitación
rehicieron su núcleo familiar con otra
unión no matrimonial, mientras que en
las rupturas matrimoniales esta propor-
hermes nº: 7 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe
ISF* Nacidos Orden de Nacimientofuera del (%)matrim.(%) 1º 2º 3º y+
Alemania 1.3 23.0 44.8 37.7 17.6
Austria 1.3 31.3 45.4 35.7 18.9
Bélgica 1.6 20.1 47.3 32.8 19.9
Dinamarca 1.7 44.9 45.4 35.9 18.7
España 1.2 14.1 51.2 36.5 12.8
Finlandia 1.7 39.2 40.3 33.1 26.7
Francia 1.9 40.7 44.0 34.9 21.2
Grecia 1.3 4.0 47.0 37.7 15.2rlanda 1.9 31.8 40.4 30.0 29.3
Italia 1.3 9.2 51.1 36.0 12.9
Luxemburgo 1.7 21.9 41.2 38.1 19.8
Países Bajos 1.7 25.1 46.8 35.6 17.6
Portugal 1.5 22.2 53.5 32.7 13.8
Reino Unido 1.7 39.5 40.1 36.8 23.1
Suecia 1.5 55.3 42.0 36.3 21.5
Euskadi 1.1 15.2 57.4 36.8 5.7
Fuente: *Population Reference Bureau.
Population Data Sheet, 2002. Eurostat, 2001
57
ción sólo alcanzó al 1% (Eustat, 1996;
1997).
La proporción de nacidos fuera del
matrimonio, también, crece de forma mo-
derada pero mantenida, y ha pasado de
ser un fenómeno absolutamente marginal
en 1975 a representar el 15% del total de
los nacimientos en 2000 (Tabla 4). A pe-
sar del moderado impacto de la natalidad
fuera del matrimonio, se advierten cam-
bios significativos en su estructura. En el
pasado fue un fenómeno centrado en
mujeres muy jóvenes y frecuentemente
resultado no deseado de relaciones se-
xuales sin control (en 1981 el 56% de los
nacimientos se daban en mujeres meno-
res de 25 años), mientras que en la actua-
lidad su presencia se da en edades más
tardías (en 1995 el 52% de los nacidos
procedían de madres mayo-
res de 30 años). La madurez
de las madres es un claro in-
dicador de fecundidad de-
seada y el efecto sorpresa
asociado en el pasado a la
extramaritalidad ha dado
paso a nuevos modelos que
cuestionan la tradicional li-
gazón entre matrimonio y
descendencia.
FACTORES ASOCIADOS A LA
EMERGENCIA DEL MODELO DE MUY
BAJA FECUNDIDAD
Los cambios en el comportamiento
demográfico están relacionados con ca-
racterísticas de índole social y económi-
co, así como, determinantes individuales,
que favorecen diferentes respuestas en
ámbitos de decisiones tan privadas y per-
sonales como la cantidad y el momento
de la descendencia deseada. Tanto el ca-
lendario como la intensidad de la fecun-
didad están directamente relacionadas a
las circunstancias socioeconómicas en las
que se reproduce dicha población. La so-
ciedad vasca al tiempo que ha experi-
mentado importantes cambios en el mo-
delo reproductivo ha experimentado
cambios en las expectativas y sistema de
valores, a la vez que ha transformado la
estructura productiva y de empleo, fenó-
menos todos ellos que han interactuado,
modificándose mutuamente.
Uno de los aspectos más llamativos
de la evolución de la sociedad vasca en
último cuarto de siglo ha sido la incorpo-
ración de la mujer a la población activa.
Tal como refleja la tabla 6, es apreciable
el incremento de la participación femeni-
na en el trabajo remunerado, con un au-
mento en las tasas de ocupación en las
mujeres de 25-54 años cercano al 150%.
Pero, los valores de estas variables no al-
canzan en la población vasca la intensi-
dad observada en otros países europeos,
ni tampoco su dinamismo reproductivo.
Tradicionalmente se ha con-
siderado que el empleo fe-
menino actuaba como ele-
mento disuasorio de la re-
producción. Recientes
estudios comparativos entre
diversos países europeos
han puesto en entredicho la
asociación negativa entre
estas dos variables. Engel-
hardt, Kögel y Prskawetz
(2001) indican que en los países de la
OCDE la correlación entre empleo y fe-
cundidad fue negativa con anterioridad a
1980, pero pasó a ser positiva con poste-
rioridad a dicha fecha. De modo que en
la actualidad los países que presentan
elevadas tasas de ocupación femenina,
registran a su vez pautas reproductivas
más dinámicas. Los países nórdicos pro-
porcionan un ejemplo de asociación al
respecto, con tasas de empleo femenino
que superan el 70% (Dinamarca: 71,4%;
Suecia: 73,5%; Noruega: 73,8%) y una fe-
cundidad en torno a 1,7 hijos por mujer.
Como factor explicativo de este
cambio entre fecundidad y empleo se se-
ñalan las respuestas sociales e institucio-
nales dirigidas a reducir la incompatibili-
dad entre empleo femenino y materni-
hermes nº:8 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe
58
dad. Particular importancia se les conce-
de a las políticas que fomentan la oferta
de empleo a tiempo parcial como estrate-
gia favorecedora de la conciliación de la
vida familiar y laboral. La presencia en la
CAE de esta modalidad de empleo es in-
ferior que la observada en los países del
norte y centro de Europa y ligeramente
superior a los países del sur (Tabla 7).
Tabla 7.- Empleo a tiempo parcial
en mujeres y servicios infantiles públicos
en países de la U.E.
El trabajo a tiempo parcial se consi-
dera una de las soluciones más efectivas
a corto plazo para compatibilizar familia
y empleo, sin embargo, en la medica que
continúa siendo una alternativa casi ex-
clusiva para las mujeres, a medio y largo
plazo tiene otros efectos no deseados, co-
mo la limitación de la carrera profesional,
y limitada
presencia de
la mujer en la
vida pública
y en los ám-
bitos de deci-
sión política
y económica.
Además, el
tiempo par-
cial se ha convertido, por el uso que le
han dado las empresas, en el instrumen-
to de ajuste de sus plantillas a la deman-
da de los consumidores. En torno al 21%
de las mujeres activas ocupadas lo están
a tiempo parcial en la CAE en el año
2000, frente al 2,3% de los hombres, y la
cantidad de mujeres empleadas a tiempo
parcial explica en gran medida la sobre-
rrepresentación de las mujeres en las ca-
tegorías de salarios más bajos.
Tabla 8.- Evolución de los indicado-
res de actividad laboral y formación uni-
versitaria (%)
Recientes estudios (Billari et al,
2002; Billari y Kohler, 2002) plantean que
el nivel de desempleo juvenil emerge co-
mo uno de los factores explicativos del
modelo de muy baja fecundidad en todo
el sur europeo y su capacidad de deter-
minar el rumbo en la fecundidad es ma-
yor que el del nivel de empleo femenino.
En el caso de la CA de Euskadi, el desem-
pleo en edades jóvenes presenta un ca-
rácter crónico, y aunque su evolución ha
sido descendente en los últimos años, en
el 2002 aún alcanza tasas de 21,7% (Tabla
8). La estabilidad de elevadas tasas de de-
sempleo juvenil, se complementa con
hermes nº: 9 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe
Fuente: Artazcoz et al. (2002) Informe SESPAS; INE, 2000
* Cobertura de los servicios públicos de atención infantil < 6 años
una oferta de empleo precario y mal re-
tribuido, panorama que conduce a los jó-
venes al alargamiento de los estudios. Las
escasas posibilidades de empleo, junto
con una escasa solvencia económica,
provocan un alargamiento en la depen-
dencia del hogar paterno hasta edades
tardías y un aumento en la inversión del
capital humano mediante el alargamiento
de los ciclos formativos, especialmente
por parte de las mujeres, con la expecta-
tiva de mejorar las capacidades para en-
frentarse a las dificultades del mercado de
empleo.
La incertidumbre económica que
provocan las altas tasas de desempleo ju-
venil se deriva hacia un aumento en la
participación de los ciclos superiores de
estudios, o en la participación en em-
pleos precarios y mal pagados. En cual-
quier caso el resultado será el retraso del
momento de la maternidad-paternidad y
reducción de la descendencia, entre los
primeros por el incremento
del coste oportunidad de los
hijos, entre los segundos,
por la precariedad económi-
ca para afrontar los costes
de la crianza.
Al igual que el desem-
pleo y el alargamiento de
los ciclos de estudios, la di-
ficultad de acceso de los jóvenes a la
vivienda es otro elemento que interfiere
en las pautas y calendario reproductivo
de la población vasca. El elevado precio,
el predominio de un mercado en que
prevalece la adquisición en propiedad,
junto con una limitada oferta de viviendas
en alquiler, induce a la gente joven a per-
manecer en el hogar paterno hasta que
sus recursos financieros le permiten la
compra de este bien, situación que suce-
de con posterioridad a su incorporación
al empleo.
Además de la incertidumbre econó-
mica y la rigidez del mercado laboral,
existe un consenso sobre el papel de las
instituciones públicas en la emergencia y
mantenimiento del modelo de muy bajafecundidad. La escasez de servicios insti-
tucionales dirigidos al cuidado de los ni-
ños y al apoyo a la crianza es un rasgo
característico que comparten las pobla-
ciones que actualmente conforman la
geografía del modelo de
muy baja fecundidad. Tam-
poco las políticas de protec-
ción a la familia han sido
desarrolladas con la misma
intensidad ni alcance que en
los países europeos que hoy
presentan pautas reproduc-
tivas más dinámicas. En
nuestro contexto estas ca-
59
hermes nº:10 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe
Fuente: Eustat (Vitoria-Gasteiz) & INE (Madrid)
60
rencias son subsanadas y
compensadas por la red fa-
miliar, pero el apoyo proce-
dente de la familia es insu-
ficiente para atender las
exigencias crecientes de la
sociedad contemporánea.
La lenta adaptación
de la institución familiar a
los nuevos roles que la mujer desempeña
en la vida pública es otro rasgo que pre-
domina en las poblaciones de muy bajafecundidad. La asimétrica distribución del
trabajo doméstico, que se acentúa tras el
nacimiento del primer hijo, aún perdura
en los hogares de las parejas vascas, co-
mo un lastre que impide a las mujeres
participar en plano de igualdad con los
hombres en las esferas privada y pública.
La desigual distribución del trabajo do-
méstico actúa como elemento disuasorio
de la formación familiar y de la natalidad,
por los costes añadidos en
tiempo y esfuerzo que supo-
ne a las mujeres la convi-
vencia en pareja y la crianza
de los hijos. Según la Cuen-
ta Satélite de la Producción
Doméstica (Eustat, 2000), en la CAE el
74% del trabajo familiar está realizada por
mujeres y sólo el 26% por hombres, e in-
cluso cuando las mujeres tienen un traba-
jo remunerado dedican 1,40 horas más
diariamente a las tareas del hogar que los
varones ocupados. El 64% del trabajo y la
dedicación al cuidado de los hijos recae
en las mujeres y sólo el 36% lo asumen
los varones. El resultado es que las muje-
res trabajan más que los hombres y como
contrapartida, el tiempo que disponen
para dedicarlo a actividades de ocio es
menor que el de los hombres (2:45 y 3:03
horas respectivamente), y los hombres
tienen 1 hora y 50 minutos diarios más
para dedicar al trabajo y a
su formación que las muje-
res. McDonald (2002) sugie-
re que el modelo de muybaja fecundidad tiene ma-
yor presencia en socieda-
des, como la vasca, que han
ganado terreno en la igual-
dad de género en las institu-
ciones de orientación indivi-
dual (mercado laboral, edu-
cación, etc.) pero conviven
con importantes niveles de
desigualdad en las institucio-
nes de orientación familiar
(familia u otros modelos de
convivencia), desequilibrio que potencia
una posición abstencionista de las muje-
res en la formación familiar y la natalidad.
CONCLUSIONES
La sociedad vasca comparte con las
poblaciones en las que actualmente se
asienta el modelo de extrema restricción
reproductiva, no solo las bajas t
sas de fecundidad, sino otro con-
junto de características sociales, económi-
cas, culturales y demográficas, que dejan
fuera de dudas la inclusión de la pobla-
ción vasca dentro de la geografía de la
muy baja fecundidad que hoy se extien-
de por el sur europeo.
Ninguno de los factores señalados
hasta aquí, sean del ámbito público o pri-
vado, tengan carácter funcional, estructu-
ral o ideológico, explican
cada uno por si mismo la di-
námica restrictiva y de míni-
mos que venimos observan-
do desde hace años en la
población vasca. El compor-
hermes nº: 11 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe
61
tamiento demográfico se ca-
racteriza por actuar de for-
ma homeostática con su en-
torno. De modo que, la in-
certidumbre económica, los
vaivenes del mercado laboral, las insufi-
ciencias institucionales en la implementa-
ción de servicios y de políticas, las desi-
gualdades de género en el ámbito domés-
tico, generarán cambios en el calendario
y en la intensidad de los fenómenos de-
mográficos. A la vez que los cambios en
el comportamiento demográfico modifi-
can aspectos de la vida privada y pública
de una sociedad. En consecuencia, solo
cabe anticipar que la fecundidad vasca
permanecerá dentro del modelo de muy
baja fecundidad en tanto el conjunto de
factores analizados hasta aquí permanez-
ca sin variaciones sustanciales.
Para que la fecundidad adquiera un
nuevo dinamismo parece obvio que se ha
de intervenir sobre los facto-
res que de manera más o
menos directa la limitan: po-
tenciando la ruptura de la
dimensión jerárquica de las
relaciones de género y fo-
mentando políticas que estimulen una
mayor equidad social e individual entre
ambos sexos; desprivatizando ciertas res-
ponsabilidades familiares, para que el
coste económico y afectivo de tener hijos
y criarlos no sea más elevado que el que
se asume en sociedades más igualitarias;
cuidando que este tipo de políticas no re-
fuerce los vínculos tradicionales de las
mujeres al espacio doméstico sino que
potencien una nueva dimensión de parti-
cipación, interés y responsabilidad iguali-
taria entre sexos en la esfera familiar;
ofertando servicios desde la
esfera pública que ayuden
a las parejas a la crianza de
sus hijos; fomentando la fle-
xibilidad del trabajo asala-
riado, los permisos de ma-
ternidad y paternidad y de
cuidado de la infancia
cuando lo precise, impi-
diendo que el proceso de
maternidad-paternidad difi-
culte la evolución profesio-
nal de las personas interesa-
das o su reciclaje laboral.
Los cambios en estos factores cons-
tituyen condición necesaria pero no sufi-
ciente para que la fecundidad adquiera
un mayor dinamismo, ya que en las deci-
siones de la formación familiar siempre
prevalecerán la voluntad individual y de
la pareja. En cualquier caso, la exigencia
de los cambios está legitimada y ampara-
da porque antes que políticas de fomen-
to de la fecundidad, constituyen derechos
ciudadanos que persiguen la equidad so-
cial.
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hermes nº: 13 de 14. El modelo de “muy baja fecundidad” en la comunidad autónoma de euskadiIsabel Larrañaga Padilla y Begoña Arregi Gorospe
64
Gizon handia dugu Iñaki Pe-
rurena, gorpuzkeraz nahiz
pentsaeraz. Harrijasotzen
lortu dituen marka guztiei esker, Guinness
Libururaino eraman du euskal herriko ki-
rola. Baina Leitzako harakin ospetsuaren
bizitzan badira beste alderdi batzuk, kirol-
zale askok ezagutzen ez dituztenak. Luzaz
plazaz plaza ibili izanak eta azken urteo-
tako Goenkale telesaileko aktore lanak ez
dute behin ere apartatu mundu honetako
kezka eta arazoetatik. Aitzitik ere, Iñaki
Perurena inguruko gora-beherez arduratu-
ta bizi den gizona dugu, saldukerien are-
rio eta egiaren zale amorratua.
Bizitza guztia daramazu herri ki-
roletan. Nola eta zergatik sartu zinen
mundu honetan?
Iñaki Perurena.
Hamasei urterekin hasi nintzen herri
kirola egiten, hasieran aizkolari bezala.
Etxean ez zuten nahi nik harriak jasotze-
rik. Txikitan aitak istorio hau kontatzen zi-
dan: Behin ba omen zen gizon indartsu
bat harri handi bat bizkarrean hartu zue-
na, eta egindako indarkadagaz odola gal-
du eta hil egin zen. Joakin Caballerok, ni-
re aitaren aitona zenak –hargina zela uste
dut– harria Urbitako zubiaren azpian sar-
tu zuen esanez “harri honek ez dezala
beste inor elbarri”. Horixe kontatzen zidan
aitak. Orduan, harriak jasotzeko ilusioa
izanagatik, aizkolari bezala hasi nintzen,
eta dagoeneko 30 urte daramatzat herri ki-
rolean.
Egia esan, ez daukat bat ere penarik
egindako ibilbideaz, ibilbide honek gauza
asko eman dizkidalako, gure herriaren
historia ezagutzeko aukera, esate batera-
ko. Orain dela urte batzuk, muga pasatzea
abentura bat zen. Nik 16 urterekin pasatu
nuen lehendabiziko aldiz, eta Donibane
Garazira heldu ginenean, Navarre irakurri
nuen taberna batean. Emozioa sentitu
nuen esanez “hona nafarren bat etorri iza-
nen da eta, hemen, Frantziaraino nava-
rre”. Noski, orduko historia liburuetan,
Nafarroako historia piska bat leienda mo-
duan saldu izan digute. Batzuentzat, beti
komeni izan da benetako historia tapatuta
edukitzea, eta horrexen ondorioak paira-
tzen ari gara gaur egun.
Patxi Zabaleta, Xabier Gª Argüelloren laguntzarekin
“Erreflexio serio bat egiten badugu, denokkonturatzen gara disparate handi batean
bizi garela”
Iñaki Perurena
hermes nº:2 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta
Inork ez digu ondo azaldu, esate
baterako, nola gertatu zen Nafarroa-
ren konkista...
Batzuek justifikatu egiten dute kon-
kista hori, baina nafarrek ez zuten onartu,
ez konkista izan zen garaian, eta ez geroa-
go ere. Beraz, nik ezin diot barkatu Del
Burgori, ondo baitaki nola izan zen histo-
ria hori, jendeari beste mezu bat saltzea.
“El pirineo Navarro” izeneko bere li-
buruan, Nafarroaren konkistaz mintzatzen
denean, guerras fratricidas esaten du, ez-
ta aipamen bat ere Errege Katolikoei bu-
ruz. Eta banderen gerraz hitzegitean, Lei-
tzako argazki bat agertzen da, nik 12 urte
nituenekoa. Balkoian bandera bakarra
agertzen da. Orduan ez zegoen banderen
gerrarik, baina bandera hark besteari le-
kua kendu zion. Gainera, bandera bakarra
nahi badute, nafarra izan dadila, Nafarroa-
ren bandera.
Puntu honetan, nik faltan sentitzen
dut konklusio serio bat ateratzea, denok
elkarrekin, zer izan ginen, zer garen eta
zer izan behar dugun. Euskaldunok gu-
txienez hori esatea izango dugu azke-
nean, ezta? Eta gure herria Euskal Herria
dela ere bai. Eta ez dela terrorismoa Eus-
kal Herri aske bat izan nahi dugula esatea.
Eta zer sentitzen duzu oraingo
egoera politikoak marrazten digun
etorkizunaren aurrean?
Bi gauza: kezka, ez dudalako segu-
ru ikusten, eta beldurra, egurra ematen ari
direlako. Baina gure jarrerak ere kezka eta
beldurra sortarazten dizkit. Nik galdetzen
dut: Zer gertatuko litzateke, Batasuna eta
AuBren ondoren, beste euskal partidu
abertzale guztiak ere ilegalizatu-
ko balira? Eta benetan ba al da-
kigu zer gertatu zen Lizarra-Ga-
razi hausteko?
Esan nahi dut, hemen
gaudela denak bi izkinetan, bi
mutur daudela herri honetan.
Geure aldetik, ez al dugu ezer
egin behar elkarrekin kontrako
postura bat hartzeko?
Orduan, gure arazoak ez
dira ETA eta Madrilgo Gober-
nuaren jarrera. Beste arazo bat
ere badugu, eta igual hirugarren
65
arazo hau da handiena, elkarrekin adosta-
sun batetara ezin ailegatzea.
“Egunkaria” itxi eta, handik bi egu-
nera, sekulako burrunda he-
rri osoan, baina berotasun
hori guztia epeldu eta hoztu
egin da sekulan baino azka-
rrago. Bai, “Egunero” hortxe
dago, aurrera ezin tiratuz.
“Egunero” kalean izatea oso
inportantea da, baina ez al da
inportanteagoa “Egunkaria”
irekita egotea?
“Egin” itxi eta “Gara”
sortu zen, “Egunkaria”
itxi eta “Egunero” atera
zen... Badaukagu zerbait,
kimu berriak sortzeko
ahalmena, alegia, baina
bestea tapatuta. Hortik ez
dago aurrera egiterik.
Esan beharrik ere
ez dago, zu zeu, lehe-
nik eta behin, nafarra
sentitzen zarela, ezta?
Bai, eta gainera us-
te dut nire nafar senti-
mendua orain ari dela be-
netako neurri batera etor-
tzen. Miguel Sanzek
esaten du “contra esto deconseguir la independen-cia, más España, másFueros”. Baina garbi dago
zein den benetako me-
zua, Errege Katolikoek
hasitako lanari segida
ematea. Tomas Urtxegik
deitzen dio gaurko Nafa-
rroari “la Navarra reduci-da”. Oso liburu interes-
garria da, historiari begi-
ratzera gonbidatzen
gaituena. Baina, zoritxa-
rrez, historiari begira-
tzean komeni zaiguna
besterik ez dugu ikusiko,
historiaren irakurketa
nork bere erara egiten baitu.
Nafarra ez ezik,
euskalduna ere senti-
tzen zara.
Jakina, baina gauza
bat esplikatu nahi dut. Ni-
re ustez, lehendabizi dago
Jainkoa, gure ulermenak
gehiegi entenditzen ez
duen eta gauza guztien
gainetik dagoena. Ondo-
66
hermes nº:3 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta
“Nafarroako historialeienda moduan sal-du digute. Batzuen-tzat, beti komeni izanda historia tapatutaedukitzea, eta horrenondorioak pairatzenari gara”
hermes nº:4 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta
ren dago pertsona. Pertsonek daukate hi-
tza, hitzak ekartzen du hizkuntza, hizkun-
tzak ekartzen du euskara, eta euskarak
ekartzen du euskalduna. Beraz, euskaldu-
na hitzaren ondorea da, eta hitz horren
hizkuntzak markatzen du euskalduna.
Euskal Herria euskaldunok osatzen
dugun herria da, eta euskaldunon herri
honek Nafarroa zuen estruktura bezala.
Gaur egun, estruktura hori reduzitu edo
murriztu delako, Euskal Herri osoa estruk-
tura bihurtu nahi dugu. Seguru aski, Nafa-
rroari benetako tokia kendu zitzaiolako,
orain dela ehun urte Euskadi izen berria
ere sartu zen jokoan.
Euskararen aldeko jarrera ho-
rretan ere, korronte nagusiaren kon-
tra jokatu duzula esan genezake...
Amak beti esaten zuen –eta ez ba-
karrik nire amak– “ondo ikasi erdaraz, ez
dakizula gerta niri gertatu zaidana”. Nor-
bait ate joka etortzen zenean, lotsa ema-
ten zien atera joateak erdaraz ez zekitela-
ko. Euskaldunei euskarak ez duela balio
saldu izan zaie, eta antzeko zerbait gerta-
tu da herri kirolean ere.
Ni harrijasotzailea izan naiz, eta
naiz, eta markak egin ditut. Baina, zoritxa-
rrez, Euskal Herria Euskal Herri izateari
uzten hasi zaio, eta horrek ekarri du herri
kirola ere gauza sinple bihurtzea, euskara
garai hartan gauza sinple bihurtu zen be-
zala.
Zer dira zuretzat kirola eta eus-
kal kirolak?
Gaurko gizartean, ki-
rola montaje bat besterik ez
da, espektakulu entreteni-
garri bat, jende eta diru as-
ko mugitzen dituen feno-
meno bat. Horixe da gaur
egun kirolaz ulertzen dugu-
na. Euskal kirolak ere badu
horretatik zerbait, baina
oso murriztu eta mugatua,
eta murrizketa horrek ekartzen dio eus-
kal kirolari afizioz ere murritza izatea.
Dena den, niretzat, euskal kirola
beste zerbait da, gure aurrekoen
omenezko zerbait. Aizkolari bat, ha-
rrijasotzaile bat edo idi-proba bat
ikusten dugun bakoitzean zera
ikusten ari gara, jendeak bere bi-
zimodua aurrera ateratzeko
egiten zuen lanaren adieraz-
garri bat.
Eta gaur egun,
herri kiroletik ba al
dago bizimodua ate-
ratzerik?
Behin hartu
nuen errenta ai-
torpena egiteko
eskuliburua eta
hauxe irakurri
nuen: kirola-
riek Olinpiadan Espainia errepresentatzen
badute, ADO planari esker, bost milioi ar-
te ez dutela deus ere deklaratu behar. Ho-
riek horrela dabiltza eta gu, berriz, ezin bi-
ziz, prentsan ignoratuta. Nire semeak, esa-
te baterako, lehengo hilean marka bat
egin zuen, eta nik jakin nahiko nuke Na-
farroan zenbat jende enteratu den horre-
taz. Ni neu, ogibidez harrijasotzaile senti-
tzen naiz, baina horretatik bizimodua ate-
ratzerik ez dagoenez, beste gauza batzuk
ere egin behar ditut harakindegian. Herri
honek berezko nortasuna balu, nik ha-
rriak jasotzetik bizitzeko eskubidea izan
nezake, ziur nago.
Lehen, historia ai-
patu dugunez, zer da zu-
retzat historia? Ba al du
zer ikusirik egunerokoa-
rekin? Historiarik gabe
herririk egon daitekeela
uste al duzu?
Ez dago historiarik
gabeko herririk. Motzagoa
67
Iñak
i Pe
rure
na
“Gure arazoak ez di-ra soilik ETA eta Ma-drilgo Gobernuarenjarrera. Beste arazobat ere badugu, elka-rrekin adostasun ba-tetara ezin ailega-tzea”
edo luzeagoa izan daiteke, baina denok
dugu historia. Basarrik esaten zuen, atzo
jaiotako haurra ere gaur zaharragoa dela.
Mundua sortu zenetik, toki guztiek dute
beren historia, ezkutukoa bada ere. Ipar
Ameriketan, adibidez, badirudi historia
orain dela 200 urte hasi zela, aurretik ze-
gon guztia ezkutuan geratu delako edo ta-
patu egin delako.
Abioi batek istripua duenean, tekni-
koak kaxa beltzaren bila abiatzen dira zer
gertatu den jakiteko. Historiarekin ez da
berdin gertatzen. Historiara jotzen dugu
beti komeni zaigunaren bi-
la.
Michel Labegueriek
“Nafarra, oi Nafarra, Eus-
kadin lehena, ederra zen
ametsa zure erregeena”
kantatu zuen, eta Letek
“Nafarroa arragoa”. Ge-
ro, Benito Lertxundik
Erribera eta Baldorbako
harri landuei kantatu die historiaren
aztarnen bila. Zer ekartzen dizute bu-
rura hiru ideia horiek?
Behin, bilera bat izan nuen Miguel
Sanzekin, eta esan zidan konbentzituta da-
goela Nafarroa Espainiak konkistatu izan
ez balu Frantziak konkistatuko zukeela.
Orduan esan nion: “zer esan nahi duzu,
sortu zenetik Nafarroa ez existitzera kon-
denatuta zegoela?”. Hemen gizaki batzuk
bizi ziren, eta momentu batean, kanpoko
jendea toki horren bila ere hasiko ziren
–godoak, arabiarrak, erro-
matarrak...–. Horren au-
rrean konturatuko ziren in-
darrak bildu behar zituzte-
la, eta horrelaxe sortu ziren
lehendabiziko erreinuak.
Gorabehera horietan guz-
tietan, estruktura hori hau-
tsi egin zen. Hori legitimatu
ala ez legitimatu, hortxe da-
go gakoa. Eta hortxe daude
bi koloreak. Gaur, zoritxa-
68
hermes nº:5 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta
“Euskal Herria EuskalHerri izateari uztenhasi zaio, eta horrekdakar herri kirolagauza sinple bihur-tzea, euskara garaibatean gauza sinplebihurtu zen bezala”
hermes nº:6 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta
rrez, bi kolore horietako batean haustura
handia ikusten da. Gero eta sigla gehiago
ikusten dira. Aurkari handi baten kontra
bildu beharrean, sekula baino sigla gehia-
go daude, eta denak salbatzaile datoz.
Nik badakit beste koloreak, espai-
nolismoak, nola jokatuko duen. Gaur, ETA
da espainolismoaren jarrera justifikatzen
duena, baina ETA desagertuko balitz ere,
badakit espainolistek gutxi gora-behera
gauza berdin-berdinak egingo lituzketela,
ETAren aurretik gauza berdinak egin zi-
tuztelako.
Gure artean, aldiz, bakoitzak bere
bidea hartzen du. Beste he-
rri batzuetan, liderra ager-
tzen denean, denak bere
atzetik, baina euskaldunak
esango du “bai, zuk segi
hortik, ni hemendik joango
naiz”. Izaera kontua izanen
da, baina puntu batzuetara
ailegatzen ez saiatzea bes-
teei indarra ematea dela
iruditzen zait.
Bada hitz bat Leitzan, norberak
bere haragitan sufritu duen gauza bat
ikasteko esperientzia adierazten due-
na: gaizpentsua. Munduak gaizpentsu
horretatik ikasi duela uste al duzu, ala
historia behin eta berriro errepika-
tzen da?
Beharbada, historia ez entenditzeak
edo ez jakiteak errepikatzen du behin eta
berriz ere errorea. Inguruari begiratuz ge-
ro, ikusten da historia behin eta berriz
errepikatzen dela, eta badirudi ez diogula
kasurik egiten. Gazte bati kontuz ibiltzeko
esaten zaio, baina azke-
nean utzi egin behar zaio
bere kabuz ikas dezan. Ba-
dirudi historiak ere zahartu
egin behar duela akats ber-
dinetan ez erortzeko.
Bestela ere, mundua
aurrera doala ematen du,
baina norantz? Gaur saltzen
da bizitza honetako triunfo
bezala posizio batzuetan
69
“Gizarteak badu de-segindakoa konpon-tzeko kapazitatea,baina bere kapazitatehori desarroilatzekoaurrena desegin eginbehar du”
aurrena egitea, postu bat lortzea, pisurik
garestiena izatea, kotxerik onena izatea,
exekutiborik altuena izatea. Horixe da
triunfatzea bizitza honetan, baina zer
triunfo klase da hori? Triunfo materiala
besterik ez.
Itxuraz, gizartea aurrera doa. Hobe-
to esanda, gizarteak badu desegindakoa
konpontzeko kapazitatea, baina bere ka-
pazitate hori desarroilatzeko aurrena de-
segin egin behar du, gero berreskuratzeko
kapazitatea daukala esateko.
Edozein kasutan,
gauza batean behintzat,
oraingo mundua dife-
rentea da. Orain arte, gi-
zakiek ezin zuten mun-
dua desegin, eta orain
desegin dezakete bat-ba-
tean, suntsiketa atomi-
koaren bitartez, edo epe
luzean, desoreka ekologikoare-
kin. Zer eragin ekarriko du ho-
rrek gizaki eta gizartearen kon-
tzientzian?
Horrek ekarriko du askotan
ekarri duena. Adibidez, Irakeko gerra
horretan bota den hori ez bada bota-
tzen, Amerikak Amerika izateari utzi
egingo dio. Horrez gainera, Amerika
horrek eta gaurko gizarteak horrela
segitzeko, ezinbestekoa da egun ba-
tean ez dakit zenbat pertsona gosez
hiltzea. Nik ez dakit gizartean zein bi-
detan goazen, baina erreflexio serio
bat egiten hasten bagara, denok kon-
turatzen gara disparate handi batean
bizi garela.
Gizakiak berdinak garela
esaten da, gutxienez duintasunari
dagokionean. Zer iritizi duzu ho-
netaz?
Ideia guztiak errespetagarriak
direla esaten dugunean, hor badago
berdintasun bat ideietan. Baina ideia
horien aurretik gertakari batzuk dau-
de. Adibide bat jarriko dizut. Etxe batean
lapurreta bat egiten da, eta gero, epaiketa
bat antolatzen da, abokatu eta guzti. Bati
entzuten diozu, eta bai, sinetsi eta arrazoia
ematen diozu, baina gero besteari entzun
eta berdin gertatzen zaizu.
Beraz, ideien pluraltasunari dago-
kionez, gauza bat da esaten diren gauzak,
eta beste bat gertatutakoak eta gertatutako
horien inguruan sortzen diren ideiak.
Askatasuna omen
da gizakiok animalieta-
tik bereizten gaituena.
Zer da zuretzat askatasu-
na?
Bizitzen dudan egoe-
ra honetan zer naizen izate-
ko aukera. Hau da, nik us-
te dot hau naizela, eta hori-
xe izan nahi dut, hori
izateko aukera.
70
hermes nº:7 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta
“Abioi batek istripuaduenean, teknikoekkaxa beltza bilatzendute zer gertatu denjakiteko. Historiare-kin ez da berdin ger-tatzen. Historiara jo-tzen dugu beti kome-ni zaigunaren bila”
hermes nº:8 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta
Eta egia al da denborak gau-
zak aldatzen dituela?
Bai, ikuspegiak aldatzen ditu,
zalantzarik gabe. Nik, nire aitona Ina-
ziorekin, aizkora beti aldean erama-
ten nuen, eta egur bat ikusten nuen
bakoitzean, aizkora pasatzen nion.
Baina adinarekin aldatu egiten gara.
Aitonarekin bizitzeak markatu egin
ninduen, baserri giro horrekin lotu,
alegia.
Bizitza Tourra bezalakoa da.
Aurrena egiten duzu etapa txiki bat
berotzeko, gero kilometroen kontra
zeinek dituen indar handienak, gero
mendiko etapa handi batzuk, gero
trantsizioko etapa batzuk eta atzene-
ko etapa izaten da omenaldi bat ira-
bazi duenarentzat. Bizitza piska bat
horretan gelditzen da.
Kultura kontuetara itzuliz,
urteetan euskararen gordeleku
izan ziren baserri eta arrantza gi-
ro horien azkentzearen aurrean,
zer egin behar dugu garai berri
hauetan ere euskarak bizirik jarrai de-
zan?
Gaur, Orioko portuan izan gara
Goenkale grabatzen, eta barkuetan bel-
tzak eta magrebiak ikusten ziren lanean.
Lehenago, euskaldunak ziren beste toki
batzuetara emigratzen zirenak, baina
orain emigrazioa honantz dator. Egoera
honen aurrean, nortasun baten jabe izatea
behar-beharrezkoa dela uste dut, jende
berri horiei gure kulturarekiko interesa
sortu nahi badiegu.
Euskara omen da Europako hiz-
kuntzik zaharrena, eta hala ere, ez du
onarpen ofizial osorik. Eskakizunen
bat egin beharko litzateke Europaren
aurrean ofizialtasun oso hori berma-
tzeko?
Bai, zientifikoki badirudi demostra-
tzen ari direla euskara Europako hizkun-
tza zaharrena dela. Baina, zoritxarrez, Eus-
kal Herrian argi piska bat ikusten den ba-
koitzean, berehala itzali egiten da. Behin
baino gehiagotan gertatu zaigu historian
zehar. Badirudi gure betiko kondena dela.
Europaren aurreko eskakizun horri
buruz, nik uste dut, Espainiak Irakeko ge-
rran parte hartzeak pisua izan dezakeela
eskakizun horri ateak ixteko.
Paralelismo bat eginez, IX. men-
deaz geroztik Nafarroa estatu baten ja-
be izan zenez gero, egia historiko hau
instrumentu bat izan liteke Europan
Euskal Herriaren nortasuna erreibin-
dikatzeko?
Benetako pisua horrek izan behar
luke. Savaterrek eta esaten dute abertzale-
tasuna pisurik gabeko mugimendu etni-
71
koa besterik ez dela. Baina mugimendu
etniko bat ez dela esateko, hor dago errei-
nu bat, bere monetarekin, bere legeekin,
bere inprentekin, bere estruktura guztiare-
kin. Horrek pisua ez badu, gainerako bes-
te guztiak gutxiago.
Bukatzeko, zer da zuretzat Euro-
pa?
Nik, orain arte, merkatu batu hau
sortu aurretik, Europa ikusten nuen Nafa-
rroako Erreinu zaharra bezala. Baina badi-
rudi gaur Europa zahar horrek beste zen-
tzu bat hartu duela, eta nahi ez badugu
ere, eragin zuzen-zuzena duela gure egu-
neroko bizitzan.
Abeltzaintzan ikusten dut, esate
baterako, Europako arauek zer pisua du-
ten, lau orri diferente bete behar direla,
askotan zentzurik gabekoak. Alde horre-
tatik, esan daiteke Europa urrutiko joku
handi bat dela, dena argitzen duena, edo
urrutiko harresi handi bat, dena ixten
duena.
Nolanahi ere, Europak guregan izan
dezakeen eragin horren gainetik, behar-
bada, Espainiak beti eragin handiagoa
izango du. Kontua da lasterka horretan
zeinek hartzen duen aurrena. Ez gara ge-
hiegi konturatzen lasterketa horrek ga-
rrantzi handia izan dezakeela.
72
hermes nº:9 de 10. elkarrizketa Iñaki Perurena. Patxi Zabaleta
“Los mejores hombres de Euro-
pa”.
Muchas son las formas de
participar en la construc-
ción de Europa. Han sido
muchas las personas que han tomado par-
te a lo largo de medio siglo en la construc-
ción de Europa. Gracias a estas personas
Europa es hoy el proyecto
común de los europeos. Pe-
ro, en sus inicios, la cons-
trucción de Europa fue obra
de unas pocas personas con
visión de futuro, convenci-
das por su propia experien-
cia y por la generosidad in-
telectual y política que las
inspiraba que Europa tenía
que unirse más allá de su
heterogeneidad –en razón
inversa de su historia fratri-
cida– si quería paz y liber-
tad, progreso y justicia. Los
artífices de la construcción
de las primeras Comunida-
des Europeas fueron testi-
gos directos y al fin, vícti-
mas de la destrucción siste-
mática, física y moral de
Europa propiciada por el
delirio totalitario que se
apoderó del continente en
los años treinta y cuarenta.
A estos hombres que no se
dejaron convencer por la
propaganda ni doblegar por
la fuerza, a muchos de los
cuales él conoció personal-
mente, José Antonio Aguirre
los llamaba “los mejores hombres de Eu-
ropa”.
Hoy nos inclinamos a pensar en la
construcción europea como si se tratara
de un edificio casi acabado. La impresio-
nante arquitectura institucional de la ac-
tual Unión Europea está ahí para hacér-
noslo creer. Aguirre no conoció lo que
hoy conocemos por Unión Europea por-
que murió en 1960. Como otros de los
pioneros de la construcción de la Europa
actual, conoció los comienzos de la em-
presa y las ideas fundamentales que la
inspiraron. Y vivió, en parte protagonizó,
algunas de las circunstancias que están en
los cimientos de la construcción europea.
Por ello, quisiera llevar a cabo un
ejercicio de rememoración y de interpre-
tación política. No voy a tratar de todo en
detalle porque el tema desborda el espa-
cio de este ensayo. No voy a extenderme
en la participación de Aguirre, junto con
otros vascos de diversas filiaciones políti-
cas, en las iniciativas que desembocarían
en la fundación de los movimientos euro-
peístas posteriores a la Segunda Guerra
Mundial. Este periodo ha sido estudiado
en distintos trabajos1. Voy a recordar, en
cambio, circunstancias y tomas de postu-
ra, algunas conocidas, otras menos, re-
montando atrás en el tiempo, sin excluir
del examen peripecias personales de José
Antonio Aguirre que no se suelen relacio-
nar habitualmente con la construcción de
Europa. Por tanto voy a seleccionar algu-
nos momentos de la historia de este siglo
que se despide de nosotros en los que la
acción, en momentos incluso la simple
circunstancia vital de José Antonio Agui-
74
José Antonio de Aguirre y laConstrucción de Europa
Iñaki Aguirre ZabalaCatedrático de RelacionesInternacionales de la EuskalHerriko Unibertsitatea/Universidad del País Vasco.Licenciado en Filosofía porla Facultad Libre de Filoso-fía de Chantilly (Francia).Diplomado del Institutd'Études Politiques de París.Doctor en Ciencias Políti-cas por la UniversidadComplutense de Madrid.Ha impartido docencia du-rante veinticinco años en laEuskal Herriko Unibertsita-tea/Universidad del PaísVasco, impartiendo las asig-naturas de Historia delPensamiento Político, Rela-ciones Internacionales,Teo-ría de las Relaciones Inter-nacionales e IntegraciónEuropea, en euskara y cas-tellano. En la actualidad, escodirector de los Cursosde Derecho Internacional yRelaciones Internacionalesde Vitoria-Gasteiz. Entreotros temas, ha publicadodiversos trabajos sobre ladoctrina nacionalista vascay sobre la ética de las rela-ciones internacionales.
rre, coinciden de manera a veces paradó-
jica con la idea y el proyecto de la cons-
trucción de Europa. Con el anhelo de una
Europa futura en paz, en justicia y en li-
bertad. Con una Europa en la que el pue-
blo vasco podría lograr su reconocimien-
to pleno como pueblo europeo con voz
política propia.
En consecuencia, quisiera recordar,
como si de sucesivas instantáneas foto-
gráficas se tratara, algunos hitos de la tra-
yectoria, primero europea, después ame-
ricana y, por último, propiamente “euro-
peísta”, de José Antonio Aguirre. Estas
instantáneas ilustran distintas coyunturas
de la historia europea y mundial a partir
de las cuales es posible interpretar el sig-
nificado del compromiso del nacionalis-
mo vasco con la construcción de Europa.
Un compromiso colectivo personificado
en este ensayo por José Antonio Aguirre
en tanto que fue él, también, uno de “los
mejores hombres de Europa”. Uno más
de aquellos que vivieron la noche más
oscura de Europa y tuvieron el coraje de
vislumbrar el alba de un futuro mejor pa-
ra sus hijos. La secuencia completa de las
instantáneas que vamos a recordar, pues-
tas en movimiento como los fotogramas
de una película revela, sobre el telón de
fondo de la Europa desgarrada de media-
dos del siglo XX, no sólo el drama de la
lucha de un hombre, Aguirre, y de una
familia política perseguida entonces den-
tro y fuera de su casa, el nacionalismo
vasco, sino también la trama compleja de
una conspiración más amplia que la vas-
ca en la que esta se integra decididamen-
te desde el inicio aunque sin cosechar
siempre el reconocimiento debido. Me
refiero a la lucha antifascista común, in-
sensible al desaliento en el momento
más siniestro de la historia europea, a la
conspiración diseminada de los demó-
cratas de todo el continente por la liber-
tad, la justicia y la unión de Europa de la
que fue parte constitutiva la historia que
sigue.
Estas son las cinco instantáneas his-
tóricas enfocadas en José Antonio Aguirre
que quisiera rememorar para entender
mejor cual fue la razón de su compromi-
so con y a favor de Europa.
Primera instantánea: El nacionalis-
mo vasco, la generación de 1930 y la idea
de Europa (1930-1936).
Segunda instantánea: La constitu-
ción del primer Gobierno Vasco y el naci-
miento del “caso vasco” (1936-1939).
Tercera instantánea: De Guernica a
Nueva York pasando por Berlín (1940-
1941).
Cuarta instantánea: Imaginando Eu-
ropa en paz y libertad desde el
Nuevo Mundo (1942-1945).
Quinta instantánea: Cons-
truyendo Europa desde el exilio
y en la Guerra Fría (1946-1960).
Primera instantánea:
La generación de 1930 y la
idea de Europa (1930-1936)
Cuando José Antonio
Aguirre entra en política el año
1930 –tenía entonces 26 años–
el nacionalismo vasco estaba
escindido entre las dos ramas
de Aberri y Comunión. Aguirre participa-
rá en el proceso de reunificación del que
surgiría, en vísperas de la República, el
nuevo Partido Nacionalista Vasco que rea-
firmaría los principios doctrinales de su
fundador Sabino Arana Goiri pero que he-
redaría, también, el aporte intelectual de
Comunión en el que estaba presente, ade-
más del interés por el tema de las nacio-
nalidades en Europa, el interés por el eu-
ropeísmo2.
En efecto, es preciso recordar el eu-
ropeísmo manifestado desde la década de
los años 10 por escritores nacionalistas co-
mo Luis de Eleizalde (Axe) quien contra-
pondrá en clave de esperanza para las na-
cionalidades europeas la “Europa futura”
a la “Europa presente” y, posteriormente,
por Engrazio de Aranzadi (Kizkitza) y Ani-
ceto de Rezola (Erreka), quienes, en la dé-
cada de los 20, acogerían con entusiasmo
las ideas paneuropeístas del conde Cou-
denhove-Kalergi, uno de los promotores
de la “idea de Europa”, es decir del pro-
75
hermes nº:2 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
yecto de los Estados Unidos de Europa.
Con el Memorandum Briand (1930) que
abre la perspectiva de una Unión Europea
de corte confederal3 y es favorablemente
comentado por Kizkitza y Erreka en las
páginas del diario Euzkadi, entramos ya
en la época política que iba a vivir Agui-
rre. Estos precursores, vasquistas y euro-
peístas a la vez, habían formulado y argu-
mentado claramente una posición favora-
ble del nacionalismo vasco ante el
europeísmo democrático y federalizante
de algunos pensadores y políticos euro-
peos de la época de entreguerras. Posi-
ción doctrinal que sería asumida intelec-
tualmente y promovida políticamente por
la “generación de 1930”4, la generación de
José Antonio Aguirre.
En la coyuntura internacional de
aquellas primeras décadas del siglo XX la
“cuestión de las nacionalida-
des” era considerada como
uno de los problemas funda-
mentales de Europa. Lo sería
así antes, durante y después
de la Primera Guerra Mun-
dial. Esa “Gran Guerra”,
principalmente europea, na-
cía, según la interpretación
del Presidente estadouni-
dense Woodrow Wilson, de
los problemas nacionales no resueltos de
Europa tal como lo dejaría expresado en
su famoso “programa de los 14 puntos” de
19185, entrados ya en la guerra los Estados
Unidos. Wilson proponía –no fue el úni-
co– un principio revolucionario heredado
del siglo XIX, que se convertiría en el si-
glo XX en un método para la resolución
de conflictos heredados de la coloniza-
ción europea pero que fue pensado en
origen para Europa: la “libre determina-
ción de los pueblos”, es decir la autode-
terminación. De hecho, al término de la
“Gran Guerra” y a raíz de los Tratados de
Paz de 1919, van a surgir nuevos Estados
en Europa. Este hecho no pasaría desa-
percibido dentro de las filas del naciona-
lismo vasco de la época.
No nos olvidemos tampoco que pa-
ra las generaciones que nacían a la vida
intelectual y política en las primeras déca-
das del siglo –esos serían los años de for-
mación de José Antonio Aguirre– Europa
era el continente entero. Europa era la
“gran Europa” (o sea, la Europa Occiden-
tal pero también la Europa Central y
Oriental “hasta los Urales”). Precisamente,
esa Europa completa a la que ahora esta-
mos volviendo a acostumbrarnos. En
efecto, la “gran Europa” de entonces se
parecía más a la Europa de hoy –es decir
a la “nueva” Europa que ha vuelto surgir
después de la caída del muro de Berlín y
de la desaparición de la Unión Soviética
(y que es, de nuevo, una “Europa de las
nacionalidades”)– que a la Europa esqui-
zofrénica de los grises años de la “Guerra
Fría”. Como consecuencia de esta trágica
partición política e ideológica del conti-
nente –producto del desenlace ambiguo
de la Segunda Guerra Mun-
dial– la construcción euro-
pea daría sus primeros pa-
sos, durante la década de los
50, solamente en algunos
países de la parte más occi-
dental del continente. Sería
por tanto la “pequeña Euro-
pa” –como la llamará Agui-
rre– la que pondría en co-
mún, mediante los instru-
mentos jurídicos internacionales que
serían los Tratados fundacionales de las
primeras Comunidades Europeas, algunos
de sus recursos económicos y más funda-
mentalmente, si cabe, su voluntad política
de unión cada día más estrecha entre los
pueblos europeos.
Es importante comprender este
punto para situarnos en el contexto inter-
nacional y europeo en el que Aguirre ini-
cia su carrera política. Además, en esos
años que van de 1931 a 1936, la acción de
Aguirre estaría volcada principalmente en
el logro de un objetivo político prioritario
e inmediato para los nacionalistas vascos:
la consecución para Euskadi del Estatuto
de Autonomía dentro del marco constitu-
cional de la Segunda República Española
recién estrenada. En la mente de José An-
tonio Aguirre, pero sobre todo en su ac-
76
hermes nº:3 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
ción, los temas internacionales y más par-
ticularmente los temas europeos no ocu-
paban todavía el lugar que ocuparían
unos años más tarde. Sin embargo, en la
Europa de los años treinta era imposible
abstraerse totalmente de la gigantesca lu-
cha ideológica que se estaba librando en
el continente preludio de la Segunda Gue-
rra Mundial con su antesala, la guerra ci-
vil española. Era la época del auge de los
fascismos. Como síntoma de la pujanza
popular de estos movimientos, Hitler lle-
garía al poder en Alemania, en 1933, por
la vía de las urnas. Ese mismo año, el Par-
tido Nacionalista Vasco organizaba en San
Sebastián un Aberri Eguna que quedaría
en los anales por su lema premonitorio:
“Euzkadi-Europa”, señal viva del euro-
peísmo heredado de la anterior genera-
ción europeísta y vasquista presente en la
mente y en la acción de la
“generación de 1930”.
Pero la política inter-
nacional y más particular-
mente, dentro de ese vasto
campo de acción todavía en
gran parte inédito para el
nacionalismo vasco, los
asuntos de Europa, tenían
–entonces como hoy– sus
propias reglas, su propio có-
digo no siempre comprensible para los
novatos. Lo tendría que aprender Aguirre
en los años más duros de la historia euro-
pea. José Antonio Aguirre, que era dipu-
tado en las Cortes de la República desde
las constituyentes de 1931, viviría, en ese
terreno, la frustrante experiencia de la de-
legación de dirigentes y diputados nacio-
nalistas vascos enviada al Vaticano en
1936, para explicar sin éxito su postura en
vísperas de la tragedia española.
Sin embargo previamente a esta du-
ra experiencia, y esto nos puede interesar
aun más hoy si cabe, Aguirre tendría la
ocasión de estrenarse no sólo como dele-
gado político sino como analista en ese
mundo internacional y europeo con oca-
sión del Congreso de las Nacionalidades y
Minorías de 1935 en Ginebra al que sería
enviado por su Partido en compañía de
Irazusta6. De esa participación quedaría
un extenso informe al Euzkadi Buru Ba-
tzar del Partido Nacionalista Vasco, obra
de los dos delegados vascos Aguirre e Ira-
zusta. Aguirre guardaría un recuerdo im-
borrable –ciertamente no satisfactorio– de
este Congreso y de la visita que realiza-
rían a continuación a la sede de la Socie-
dad de Naciones, puesto que años más
tarde en el exilio de Nueva York, a la ho-
ra de proyectar en plena guerra mundial
la organización futura de la Europa de la
postguerra7 haría una ácida mención a la
atmósfera de estas reuniones internacio-
nales marcadas por la pusilanimidad de
las delegaciones nacionales, el formalismo
hipócrita de las cancillerías y los compro-
misos secretos de la Realpolitik. Esta será
por tanto la primera de nuestras instantá-
neas.
En efecto, lo que
Aguirre e Irazusta descubren
en el Congreso de las Nacio-
nalidades y Minorías de Gi-
nebra es la larga sombra del
nazismo en Europa y más
concretamente en Europa
Central. En consecuencia, la
conclusión no puede ser
muy alentadora para el na-
cionalismo vasco. El nazis-
mo, interesado en el problema de las mi-
norías (especialmente germánicas) en Eu-
ropa influye poderosamente en una
institución cuyo origen se debe, sin em-
bargo, a los servicios secretos y a la diplo-
macia francesa de la primera postguerra
mundial. De forma llamativa, pero lógica
si entendemos lo anterior, las recomenda-
ciones del Informe de Aguirre e Irazusta
se dirigirán a potenciar en el futuro las re-
laciones con las nacionalidades de Europa
Occidental (bretones, corsos, flamencos,
irlandeses, etc.) más que con las naciona-
lidades de Europa Central. De forma lla-
mativa, porque será precisamente de este
extremo occidental de Europa que nace-
rán después de la Segunda Guerra Mun-
dial las primeras Comunidades Europeas
o lo que Aguirre llamará en sus escritos
políticos contemporáneos la “pequeña
77
hermes nº:4 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
Europa” (no sólo porque no
podrá incluir, evidentemen-
te, al conjunto de la penín-
sula ibérica –España y Portu-
gal– entonces hipotecada
por sus dictaduras, sino por-
que estarán también ausen-
tes de ella los países de Eu-
ropa Central y Oriental se-
cuestrados detrás del “telón
de hierro”).
La visita a la sede de la Sociedad de
Naciones no va a ser más alentadora para
Aguirre e Irazusta. Y es que los delegados
vascos llevan a estas dos reuniones una
preocupación de moralidad y de legalidad
internacional característica de la manera
en que la generación nacionalista vasca
de 1930 encaraba los asuntos internacio-
nales. Es el problema de Abisinia. Un cla-
ro caso de agresión por parte de una po-
tencia europea –en este caso la Italia fas-
cista de Mussolini– a un pueblo africano
independiente y, además, inmemorial: el
Imperio cristiano de Etiopía que era, a su
vez, miembro de la Sociedad de Naciones.
La violación de los principios del derecho
internacional por el fascismo y el que-
branto en razón de la pasividad de las Po-
tencias del sistema de seguridad colectiva
promovido en su origen por la Sociedad
de Naciones son en este caso patentes.
De forma premonitoria, el asunto
de Abisinia significará también para el fi-
lósofo católico francés Jacques Maritain,
como para el escritor François Mauriac,
uno de esos escándalos éticos que dan
que pensar sobre la naturaleza de las re-
laciones internacionales y que exigen una
denuncia política clara y un compromiso
activo a favor del pueblo agredido y de la
justicia internacional.
Aguirre e Irazusta plantean este ca-
so en el Congreso de las Nacionalidades y
Minorías sugiriendo la oportunidad de
una moción de condena de la agresión
italiana. Los delegados vascos constatan
pronto con sorpresa y disgusto que la ma-
yoría de las delegaciones no
tiene ningún interés en to-
mar posición ante el proble-
ma de Abisinia por no dis-
gustar a Mussolini, detrás del
cual se perfila la larga som-
bra de Hitler. A continua-
ción, en su visita a la sede
de la Sociedad de Naciones,
Aguirre e Irazusta constatan
que la organización ginebri-
na, más allá de la retórica de
los discursos, no tiene un in-
terés real en defender a uno de sus miem-
bros ante una agresión de un Estado ter-
cero (una potencia europea) violadora de
sus derechos más elementales a la exis-
tencia como Estado independiente. El
mundo -Europa sobre todo-ha empezado
a bascular de nuevo del lado de la políti-
ca de fuerza. Aguirre, como hemos dicho,
no olvidaría nunca esta primera lección
de hipocresía y de cinismo internacional.
Segunda instantánea: La consti-
tución del primer Gobierno Vasco y
el nacimiento del “caso vasco” (1936-
1939)
La constitución del primer Gobierno
Vasco, el 7 de octubre de 1936, es el mo-
mento histórico decisivo para la genera-
ción de Aguirre porque es el primer gran
logro político del nacionalismo vasco.
Convierte institucionalmente a Euskadi
por primera vez en la historia –en circuns-
tancias ciertamente excepcionales y en un
territorio menguado por la sublevación
militar pero, aun así, a través de unas ins-
tituciones democráticamente constituidas–
en sujeto político autónomo y, dadas las
circunstancias, en dueño de hecho de su
propio destino político. La constitución de
un Gobierno Autónomo Vasco, dentro del
marco constitucional de la Segunda Repú-
blica española, supondría así un salto cua-
litativo en muchos ordenes pero muy par-
ticularmente en cuanto a la proyección
política internacional efectiva de la reali-
dad vasca porque confería a ésta el instru-
mento democráticamente le-
gitimado de una representa-
ción gubernamental
78
hermes nº:5 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
reconocida internamente en
el marco de la legalidad re-
publicana y, en consecuen-
cia, internacionalmente por los gobiernos
antifascistas.
Este hecho institucional decisivo
ayudará a que sean percibidas muy pron-
to por la opinión internacional –y en par-
ticular por algunos intelectuales católicos
europeos– las circunstancias excepciona-
les, tanto ideológicas como humanitarias,
de la primera guerra internacional en la
que se verá, en razón de las circunstan-
cias, envuelto el primer Gobierno Vasco.
En efecto, la guerra civil española, fue en
realidad una guerra internacional, la an-
tesala de la Segunda Guerra Mundial co-
mo a menudo se ha dicho. El campo de
batalla en el que se representó sangrien-
tamente la gran pugna ideológica del si-
glo: totalitarismo contra democracia. El
laboratorio en el que se estrenaron las
nuevas técnicas de la guerra. Es la razón
por la que la guerra civil española fue vi-
vida como propia en Europa y fuera de
Europa y la razón por la que el bombar-
deo de Gernika por la Legión Condor
alemana en abril de 1937 se convirtió rá-
pidamente para los antifascistas en un
símbolo del asesinato de la democracia,
es decir en la matanza de un pueblo iner-
me pero políticamente institucionalizado.
El hecho fundacional de la constitu-
ción democrática del primer Gobierno
Vasco –gobierno de coalición de fuerzas
democráticas (nacionalistas, republica-
nos, socialistas y comunistas), vertebrado
en torno a un partido católico (el Partido
Nacionalista Vasco)– unido al escándalo y
a la polémica que provocó el bombardeo
de Gernika, ataque a una población civil
indefensa, van a propulsar
en el escenario internacio-
nal y en la conciencia euro-
pea, en particular en la con-
ciencia de algunos de los in-
telectuales católicos más
relevantes de la época, lo
que empezará a llamarse el
“caso vasco”. El filósofo
francés Jacques Maritain,
junto a otros como el futuro
Premio Nobel de Literatura
François Mauriac, tomará partido a favor
del pueblo vasco como ejemplo de de-
mocracia injustamente perseguida. A las
tomas de posición personales y a los ma-
nifiestos sucedería en Francia la funda-
ción de la Ligue Internationale des Amis
des Basques (L.I.A.B.)8. La mayoría de los
políticos, intelectuales, escritores o perio-
distas que formarán, junto a alguna auto-
ridad eclesiástica, la sección francesa de
la L.I.A.B. son católicos, aunque no todos.
Maritain redactará, por su cuenta un den-
so estudio sobre la guerra civil española
y “el caso vasco”9. Texto cuya tesis con-
siste en rebatir sistemáticamente el carác-
ter de “cruzada” que algunos católicos
europeos (y la parte más influyente de la
jerarquía eclesiástica española) pretendie-
ron dar a la sublevación de los militares.
Pero si el “caso vasco” se convierte, en
vísperas de la hecatombe mundial, en un
paradigma de la injusticia para algunos
intelectuales católicos, ¿no será porque el
llamado “caso vasco” no es sino una par-
ticular escenificación trágica del “caso eu-
ropeo”? El escándalo de una Europa que
se encamina a su destrucción sistemática,
material y moral. Destrucción de Europa
afanosamente propiciada, en los distintos
países, por fuerzas políticas conservado-
ras y jerarquías eclesiásticas abrazadas sin
escrúpulos al fascismo. Como hemos vis-
to, sin embargo, algunos católicos, en Eu-
ropa y en el mundo, se acordarán de Ger-
nika 1937 de la misma manera que los
delegados vascos al Congreso de las Na-
cionalidades y de las Minorías de Ginebra
se acordaron –ante la indiferencia casi ge-
neral– de Abisinia 1935. Abisinia, precisa-
mente, uno de los lugares
del mundo en donde se
inauguró el mismo método
de bombardeo terrorista
contra la población civil que
fue aplicado en Gernika.
Todo esto tendría que
ver –una vez pasado el ven-
daval de la Segunda Guerra
79
hermes nº:6 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
Mundial– con la construcción futura de
Europa. Influiría en la gestación de la
democracia cristiana de posguerra, es
decir, de un movimiento de ideas con-
vertido después de la guerra en fuerza
política pujante en algunos países euro-
peos que participaría de forma decisiva
en la construcción de la “pequeña Euro-
pa” democrática de la postguerra. En
efecto, ¿que era, en los años treinta, la
democracia cristiana en Europa? Unos
partidos pioneros pero testimoniales co-
mo el Partido Popular fundado por Luigi
Sturzo en Italia, unos círculos prestigio-
sos e influyentes pero con escasa pre-
sencia electoral como el fundado por
Marc Sangnier en Francia, unos impor-
tantes Partidos Católicos que acceden al
gobierno pero no han adquirido todavía
todos sus rasgos demócrata cristianos de
postguerra, como en la Bél-
gica que gobernará Paul
Van Zeeland10.
En este archipiélago
democristiano europeo en
gestación de los años trein-
ta, el caso de los católicos
demócratas vascos llamaría
poderosamente la atención.
En efecto, el Partido Nacio-
nalista Vasco era ya por en-
tonces (contrariamente a algunos de los
grupos demócrata cristianos contemporá-
neos en formación como sucedía, por
ejemplo, en Cataluña), un partido de ma-
sas con vocación de gobierno que había
concurrido en varias ocasiones a las elec-
ciones con éxito. Era, desde varias déca-
das, un partido nacionalista, confesional
y democrático. Por último, aunque no
fuera el primer partido de la difusa fami-
lia de inspiración demócrata cristiana eu-
ropea de la época que accedería en esos
años al poder, lo haría –circunstancia his-
tórica singular– vertebrando un Gobierno
de amplia coalición democrática antifas-
cista en el que participarían no sólo par-
tidos laicos o socialistas sino incluso los
comunistas. Esta última circunstancia sig-
nificó una primicia de considerable im-
pacto doctrinal y político en el campo de
la democracia cristiana europea de pre-
guerra.
Pero la ruptura más profunda que
representaría el “caso vasco” para esta fa-
milia política demócrata cristiana euro-
pea en gestación sería la autonomía que
demostrarían los dirigentes del Partido
Nacionalista Vasco en materia de deci-
sión política frente a las presiones que
sobre ellos se ejercerían por parte de las
jerarquías eclesiásticas. Esta autonomía
de conciencia se ejercería, además, en
una situación de excepción particular-
mente cruel: la guerra, en la que la deci-
sión es de vida o muerte. A favor o en
contra del régimen republicano legal-
mente constituido, a favor o en contra de
la sublevación militar, a favor o en con-
tra de la democracia y de la libertad vas-
ca.
Ello es, sin duda, lo
que, al final de la Segunda
Guerra Mundial en 1945,
querrá expresar concisa-
mente François Mauriac
cuando en un banquete de
celebración de la reconstitu-
ción de la Liga Internacional
de Amigos de los Vascos,
dirigiéndose directamente al
Presidente Aguirre, le diría: “Vous avez
marqué le tournant de la démocratie
chrétienne en Europe” (“Ustedes han
protagonizado el giro de la democracia
cristiana en Europa”)11.
Este reconocimiento sería de im-
portancia política considerable para los
nacionalistas vascos. Da idea, en pala-
bras de un prestigioso escritor e intelec-
tual católico de la época, de la autoridad
moral con la que tanto Aguirre como el
Partido Nacionalista Vasco participarán
en los círculos democráticos cristianos de
postguerra. Esos círculos a partir de los
cuales se reorganizaría la nueva demo-
cracia cristiana europea, círculos con los
cuales (y no sin los cuales) se gestaría la
construcción europea de postguerra. Los
dos fenómenos –refundación de la de-
mocracia cristiana europea y construc-
80
hermes nº:7 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
ción europea– serán, por entonces, histó-
ricamente concomitantes. Pero volvamos
a la secuencia de nuestras instantáneas
de antes del alba de Europa.
Tercera instantánea: De Guerni-
ca a Nueva York pasando por Berlín
(1940-1941)
Ahora, en razón del estallido de la
guerra europea bruscamente desencade-
nada por los alemanes en junio de 1940
después de una tensa espera, la acción
política se convertirá de la noche a la ma-
ñana, para el Presidente vasco en el exi-
lio, salido momentáneamente de París,
atrapado con su familia en la ratonera de
Dunkerque camino a Lovaina donde está
el resto de la familia, en una aventura
clandestina12. El verdadero José Antonio
Aguirre para sobrevivir en la Europa nazi-
ficada tiene que desaparecer. Aguirre se
convierte, por tanto, en otro.
Merced a la audacia de un
cónsul centroamericano13,
será posible la aparición, por
las calles de Amberes, en la
Bélgica ocupada por los ale-
manes, de un ciudadano pa-
nameño, hombre de leyes y
de negocios con bigote y ga-
fas que, sorprendido por la
guerra en tierra extraña, tie-
ne necesidad urgente de salir de Europa
para retornar a América y a sus asuntos.
Es el Doctor José Andrés Alvarez Lastra, es
decir José Antonio Aguirre Lekube.
Jamás vivirá Aguirre más íntima-
mente la cruda tragedia de Europa. Es la
experiencia de lo que más tarde, ya libre
en América, llamaría de forma desgarrada,
el “exilio dentro del exilio”. En los largos
años de la Segunda Guerra Mundial, les
tocará a muchos europeos, a muchos de
“los mejores hombres de Europa” (entre
ellos a algunos de los fundadores de las
futuras Comunidades Europeas que ha-
bían desempeñados cargos representati-
vos antes del ocaso de la democracia co-
mo, por citar sólo un caso, Konrad Ade-
nauer, alcalde electo de Colonia durante
la República de Weimar, destituido y per-
seguido por los nazis) vivir de una mane-
ra u otra la misma experiencia de pérdida
de la identidad personal y ciudadana en la
destitución, en la persecución, en la cár-
cel, en los campos de concentración y de
exterminio, en la resistencia, en la clan-
destinad. Como Aguirre. De entre los que
sobrevivirán a algunas de estas experien-
cias extremas surgirían los futuros cons-
tructores de Europa. En la tragedia vivida
y sobre todo en el empeño por superarla
para siempre encontrarían sus mejores
credenciales democráticas y su más po-
tente impulso europeísta. Como Aguirre.
Aguirre, primero en solitario, y des-
pués de unos largos meses de espera con
su mujer y sus dos hijos mayores, vivirá
una odisea. Odisea que, comenzada insti-
tucionalmente en medio de los cañonazos
de la guerra civil que se escuchaban des-
de Gernika, seguiría de una forma difícil-
mente imaginable unos años
antes por el exiliado Presi-
dente vasco, ahora despoja-
do de su identidad personal,
en el mismísimo epicentro
de la Europa en guerra, en
Berlín, la gran ciudad cos-
mopolita convertida por Hit-
ler en capital del Tercer
Reich (es decir, para muchos
europeos de entonces, en el
corazón de la Bestia nazi) para proseguir,
cruzando desde Suecia, país neutral, el
Océano Atlántico de significado tan hon-
do para un pueblo marinero y emigrante
como el vasco, arribar por fin a América
(Brasil primero, Uruguay después y la Ar-
gentina…) y, por último, fondear en Nue-
va York, la pujante metrópoli del Nuevo
Mundo en la que nacería el último de sus
hijos.
De toda esta odisea la etapa más
asombrosa para mí es, sin duda, la de Ber-
lín. Porque, a través del deambular del
Doctor Alvarez Lastra por las calles de la
gran ciudad alemana, el conocimiento de
la Europa real y de la vida cotidiana de
sus gentes en guerra se hace de repente
más inmediata, más intima, para Aguirre.
Penetra esta vivencia europea, por así de-
cirlo, por la suela rota de sus zapatos (y lo
81
hermes nº:8 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
que digo no es metáfora). Y el Doctor Al-
varez observa. Las falsas gafas del falso
Doctor Alvarez deben de ser muy especia-
les porque lo que ve es muy distinto de lo
que la propaganda nazi pregona. Aguirre,
habituado a la guerra y a su dimensión
psicológica, no ve por las calles del Berlín
del crudo invierno de 1941, el inconfundi-
ble pose arrogante de los vencedores si-
no, más bien, la preocupación, la duda, la
desconfianza, el cansancio, el escepticis-
mo y el desánimo, característicos de los
perdedores. Lo repetirá después en múlti-
ples ocasiones: esta impresión, esta intui-
ción sorprendente le convencerá definiti-
vamente, en plena catástrofe europea y
personal, de la ineluctable victoria final de
las democracias y por tanto, también, la
victoria de la “Europa futura” con la que
soñaba ya Axpe a comienzos de siglo.
Después de una de-
sesperante espera de casi
cinco meses en busca de los
indispensables visados y de
las innumerables gestiones
realizadas por sus protecto-
res los diplomáticos latinoa-
mericanos, el falso Doctor
Alvarez junto a su verdadera
pequeña familia, por fin reu-
nida, saldría de Alemania y
lograría embarcar desde Suecia rumbo a
América. Seguirían largas semanas de na-
vegación por el Atlántico. Un buen día, en
medio del Atlántico, una noticia captada
por radio sacude a los pasajeros del Vasa-
holm, el buque sueco en el que navegan,
junto a refugiados europeos escapados de
la Europa nazi, el Doctor Alvarez y la Se-
ñora viuda de Guerra (Mari Zabala, su
mujer): se trata de la firma de la Carta del
Atlántico por Churchill y Roosevelt, en
agosto de 1941.
Escuchemos el relato que hará
Aguirre de este episodio histórico en De
Guernica a Nueva York pasando por Ber-
lín:
Al anochecer del 14 de agosto meencontraba en la cabina de mis hijos, aquienes narraba un cuento vasco comoacostumbraba hacerlo todas las noches,
después de haber rezado con ellos unassencillas oraciones. La narración fue inte-rrumpida por uno de nuestros compañe-ros que llamaba a la puerta del camarote.
-Doctor Alvarez, venga pronto a laradio. Anuncian una importante noticia:Roosevelt y Churchill se han reunido en elAtlántico.
Para mi tenia una particular emo-ción escuchar un acuerdo y unas conclu-siones elaboradas en bien del mundo ennuestro mismo mar, y subí a la radio. Ade-más, para los perseguidos, para quienesveníamos de dejar tierras queridas sujetasa la opresión, significaban aquellas pala-bras algo así como un saludo que se nosdirigía en pleno océano para que siguiéra-mos tranquilos nuestra marcha porquenuestra esperanza no era vana. Con nues-tros oídos pegados a la rejilla del altavoz
fuimos oyendo en silencio losocho puntos de la Carta delAtlántico.
Mis compañeros israe-litas y yo éramos nacionalesde países agredidos, de pue-blos con sus gobiernos en elexilio, con las familias expo-liadas y en la ruina, testigosde páginas horrorosas de re-presión y de crueldad. El len-
guaje de los ocho puntos sonaba a repara-ción, a justicia, a paz.
-Ya era hora de que se hiciera unadeclaración así -exclamó el polaco con en-tusiasmo.
-Magnífica declaración -le contesté.Tiene un sentido universal que difícilmen-te puede darse si no es entre hombres de latalla moral de un Roosevelt o de un Chur-chill que se dan perfecta cuenta de queson mandatarios, no sólo de sus países res-pectivos, sino del mundo entero. No olvi-daremos fácilmente esta declaración oídaen el mar, desde el mismo mar en que hasido proclamada.14
Y es así como a partir de estas pri-
meras reacciones a la noticia histórica de
la Conferencia del Atlántico se entablaría
entre el verdadero judío polaco y el falso
hombre de negocios panameño un diálo-
82
hermes nº:9 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
go de altos vuelos. Pareciera como si es-
tos dos hombres, tan distintos pero igual-
mente perseguidos, quisieran improvisar,
en medio del océano, una réplica modes-
ta pero no sin grandeza humana de la
Conferencia del Atlántico: “El problema
principal, como sucede siempre [comien-
za el Doctor Alvarez], es su aplicación
práctica. Los programas suelen ser gene-
ralmente muy atractivos. La dificultad co-
mienza cuando es preciso ponerlos en
marcha. Vamos a discurrir un poco basán-
donos en hechos reales. Por ejemplo so-
bre su país, Polonia…”. El extenso dialo-
go relatado por Aguirre versa sobre el fu-
turo del mundo y los principios sobre los
que debería construirse la paz en Europa.
El tema de la libertad y de la dignidad hu-
mana, de la democracia y de los derechos
de los pueblos esta en el centro de la con-
versación.
Pero para Aguirre y su
pequeña familia la travesía
del Atlántico tocaba a su fin.
“Llevábamos 24 días de na-
vegación cuando divisamos
las costas del Brasil inmen-
so. Ya veíamos América. Lle-
gábamos a la tierra de pro-
misión” escribe Aguirre en
De Guernica a Nueva York
pasando por Berlín15. No son, por supues-
to, los únicos europeos que han llegado a
América escapando del nazismo. Por citar
solo un ejemplo, la misma travesía del At-
lántico pero en avión esta vez y de Lisboa
a Nueva York, la había realizado ya, en
agosto de 1940, el conde Richard Couden-
hove-Kalergi, el fundador del movimiento
paneuropeo con quien José Antonio Agui-
rre se encontraría como veremos en nues-
tra siguiente instantánea, en Nueva York16.
Cuarta instantánea: Imaginando
Europa en paz y libertad desde el
Nuevo Mundo (1942-1945)
José Antonio Aguirre va a acometer
a partir de diciembre de 1941, fecha de su
llegada a Nueva York en la que retoma el
mando de la lucha de los vascos contra el
fascismo y al lado de los Aliados, la tarea
intelectual y política de proyectar el futu-
ro de Europa en paz y en libertad junto
con otros demócratas europeos, también
exiliados en los Estados Unidos. La con-
centración de personalidades democráti-
cas europeas en los Estados Unidos es, en
esos años de guerra, impresionante. Mu-
chos de los personajes que han ido apare-
ciendo a lo largo de nuestras instantáneas
históricas se encuentran allí: Coudenhove-
Kalergi, Maritain, Luigi Sturzo, Van Zee-
land, y muchos más17. Nueva York se con-
vierte en un laboratorio de ideas. En efec-
to, sobre todo a partir de la entrada de los
Estados Unidos en la guerra –ahora si au-
ténticamente mundial– precipitada por el
ataque japonés a Pearl Harbour en di-
ciembre de 1941, las iniciativas orientadas
a preparar en medio del esfuerzo de gue-
rra aliado la reconstrucción futura de la
Europa devastada por el na-
zismo se van a multiplicar
rápidamente en suelo ameri-
cano. Aguirre participará,
como veremos, en algunas
de las más importantes.
Al poco tiempo de su
llegada a Nueva York Agui-
rre es nombrado profesor de
la ya entonces prestigiosa
Universidad de Columbia. El
tema que le será encargado para su do-
cencia es la Historia de la Europa contem-
poránea. Entretanto, en febrero de 1942
se inauguraría bajo la dirección de Cou-
denhove-Kalergi y en el marco, esta vez,
de la Universidad de Nueva York (“la uni-
versidad más grande de Occidente”, se-
gún se decía entonces) un Instituto de In-
vestigaciones para una Federación Euro-
pea de postguerra, cuyos trabajos darían
lugar en 1943, a una publicación colectiva
intitulada Post War European Federation.
Aguirre participará en las actividades del
Instituto de Coudenhove-Kalergi aportan-
do, como contribución intelectual y políti-
ca propia a la publicación de Post War Eu-
ropean Federation, un extenso estudio
doctrinal y programático de singular im-
portancia en cuanto a la organización
continental de la Europa de postguerra y
83
hermes nº:10 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
al método aplicable para el
reconocimiento político gra-
dual en su seno de las nacio-
nalidades sin Estado “atrapa-
das” en las redes estatales
existentes. Este texto se inti-
tulará: “Coordinación de na-
cionalidades europeas”18.
En noviembre de
1942, se publicaba en los
Estados Unidos un manifiesto intitulado
“Frente a la crisis mundial” que firmarían
42 personalidades católicas europeas,
eclesiásticas, intelectuales y políticas. En-
tre los religiosos firmantes destacaba Lui-
gi Sturzo. Entre los intelectuales, Jacques
Maritain y su esposa Raissa. Entre los li-
teratos, la Premio Nobel de Literatura no-
ruega Sigrid Undset. Los políticos que fir-
marían el manifiesto serían Paul Van Zee-
land (antiguo Primer
Ministro Belga), Franz Van
Cauwalaert, George Theu-
nis y José Antonio Aguirre.
El documento “Frente a la
crisis mundial” estaba divi-
dido en dos partes: “La
amenaza del totalitarismo
contra la civilización” y “Los
principios orientadores de
las instituciones futuras”. Se
trataba pues, además, de una toma de
postura intelectual y moral de demócra-
tas europeos de confesión cristiana sobre
la coyuntura mundial y la amenaza del
totalitarismo, de una reflexión política
sobre el futuro de Europa y de sus insti-
tuciones19.
En marzo de 1943 se constituiría en
Nueva York la Oficina de Ayudas y Res-
tauración de Europa después de la Gue-
rra. Al frente de este organismo se encon-
traba el ex gobernador del Estado de Nue-
va York, Lehmans, hombre de confianza
del presidente Franklin Delano Roosevelt.
Su finalidad era la de preparar técnicos
para la reconstrucción europea. Las uni-
versidades principales fueron encargadas
de esa misión, y con ese objetivo se con-
sultó a todos aquellos técnicos o persona-
lidades que podían orientar sobre los pro-
blemas europeos. Uno de
estos gabinetes técnicos fun-
cionaba en la Universidad
de Columbia, bajo la deno-
minación de “International
Administration”. El 11 de
marzo de 1943, Aguirre sería
invitado a pronunciar una
conferencia ante este gabi-
nete técnico sobre el tema:
“Los problemas benéficos y religiosos en
Europa con relación a las ideas totalitarias
y los diferentes problemas nacionales en
el Viejo Continente” (hoy hablaríamos de
problemas humanitarios o de derechos
humanos y de derechos individuales y co-
lectivos, incluidos los de las nacionalida-
des). Lógicamente, la intervención de
Aguirre causaría impacto en un auditorio
altamente especializado y cualificado pe-
ro poco acostumbrado a oír
hablar de tales temas con un
conocimiento de causa tan
directo y preciso20.
A iniciativa de Cou-
denhove-Kalergi, con motivo
del aniversario del falleci-
miento del ministro de asun-
tos exteriores francés y gran
europeísta, Aristide Briand,
que fue Presidente de Honor
de Paneuropa, se organizaría en la Univer-
sidad de Nueva York, el 25 de marzo de
1943, el quinto Congreso Paneuropeo, es-
ta vez en el exilio, que dará lugar a la
constitución de un “Consejo de Europa en
América” integrado por estadistas y perso-
nalidades europeas.
Esto es lo que escribe en sus memo-
rias su promotor, el conde Richard Cou-
denhove-Kalergi, el precursor de la idea
de los Estados Unidos de Europa, el fun-
dador del Movimiento Paneuropa, creado
por él en 1923:
En el momento mismo en que el dis-curso de Churchill concentraba la aten-ción general de la política mundial [se tra-ta del discurso radiofónico encendida-mente europeísta que Churchill pronuncióel 21 de marzo de 1943 en respuesta a lainvitación de Coudenhove-Kalergi y en el
84
hermes nº:11 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
que propugnaba la constitución de un“Consejo de Europa”], el quinto congresopaneuropeo se abría bajo los auspicios dela Universidad de Nueva York.
Eminentes europeos de mi elecciónformaron el Comité bajo la presidencia deFernando de los Rios, antiguo ministro deAsuntos Exteriores de la República españo-la, de Louis Marlio y de yo mismo.
De este “Consejo de Europa en Amé-rica” formaban parte, entre otros, los dosantiguos primeros ministros Paul Van Zee-land y Milan Hodza; los ministros RudolfHolsti (Finlandia) y Radu Irimescu (Ru-manía); el jefe de Sección austriaco, Ri-chard Schüller; el secretario general delgobierno luxemburgués, Léon Schaus; Só-focles Venizelos, que pronto sería primerministro griego y que mantuvo la tradi-ción paneuropea de su inolvidable padre;el profesor Oscar Halecki, di-rector del Instituto polaco deNueva York; el sabio suizoRaymond de Saussure y elantiguo primer ministro dela República vasca, [José] An-tonio de Aguirre.
La guerra ya había cru-
zado su meridiano. La balan-
za a partir del año 1943 se
inclinaría del lado de las
“Naciones Unidas” (como se denomina-
rían a partir de entonces las potencias
aliadas contra Eje).
El 10 de diciembre de 1944, en la
recta final de la Segunda Guerra Mundial,
se reunía en el Hotel Waldorf Astoria,
“The American Nobel Comitee”, es decir,
la representación en los Estados Unidos
de la institución sueca del Premio Nobel
imposibilitada en su normal funciona-
miento en razón de la gue-
rra, para celebrar solemne-
mente su cuarto aniversario.
En esta ocasión, José Anto-
nio Aguirre intervendrá en el
acto, ante 1.500 comensales,
compartiendo la mesa de
oradores con siete premios
Nobel así como varios políti-
cos, editores y cineastas nor-
teamericanos. El tema de las intervencio-
nes, obligatorio para todos los oradores,
es sumamente interesante incluso desde
nuestra perspectiva de hoy, más de medio
siglo después, como lo era evidentemen-
te entonces puesto que se trataba de la
“Educación para la paz en el mundo de la
postguerra”22. Asignatura aun pendiente a
finales del siglo que ahora acaba.
Quinta instantánea: Constru-
yendo Europa desde el exilio y en la
Guerra Fría (1946-1960)
Es la hora del retorno para José An-
tonio Aguirre. Es la hora tanto tiempo so-
ñada y tanto tiempo preparada. El objeti-
vo del Gobierno Vasco es claro: el retor-
no a Euskadi, el retorno a una Euskadi
liberada del franquismo como lo es Euro-
pa del nazismo y del fascis-
mo. El retorno significaría
para Aguirre el restableci-
miento de las instituciones
legítimas que se dio demo-
cráticamente el pueblo vas-
co en 1936. Significaría, tam-
bién, el encaje institucional
definitivo de Euskadi, como
nación capaz de autogober-
narse, en el gran marco su-
praestatal continental de la Federación o
Confederación Europea que tantos decían
querer construir.
Pero las cosas no serán así. Llegaría
muy pronto, en unos pocos años, la hora
más amarga de todas para Aguirre cuando
los hechos de la postguerra revelarían en
toda su crudeza el abandono y la traición
de aquellos junto a los que se había lu-
chado con lealtad y generosidad en la
guerra por una Europa en
paz, en justicia y en libertad.
Primero, el paulatino reco-
nocimiento del régimen de
Franco por las restauradas
democracias europeas que
lo habían condenado en el
momento de la liberación de
Europa. Después, la pesada
losa que supondría la Gue-
85
hermes nº:12 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
rra Fría para tantas aspiraciones de liber-
tad en el mundo a causa del miedo a la
utilización del arsenal nuclear del que dis-
pondrían pronto las dos nuevas “superpo-
tencias” –los Estados Unidos y la Unión
Soviética– y por la desconfianza mutua
que engendraría esta amenaza. Como
consecuencia de ello, el acercamiento di-
plomático y militar de los Estados Unidos
a Franco y el apoyo a su régimen por ra-
zones oficialmente estratégicas y oficiosa-
mente políticas. A continuación, la paula-
tina entrada de la España franquista en las
organizaciones internacionales. Y, por úl-
timo, la revancha de los Estados europeos
–reafirmados incluso en sus posesiones
coloniales de preguerra– frente a las colo-
nias fuera y a las demandas de autogo-
bierno de las nacionalidades sin Estado
dentro. Nacionalidades que existían tam-
bién en el seno de la “pe-
queña Europa” que empieza
a construirse en los años cin-
cuenta, a partir de la históri-
ca declaración de Robert
Schuman, entonces Ministro
de Asuntos Extranjeros de
Francia, el 9 de mayo de
1950 y que dará nacimiento
un año después a la primera
de las Comunidades euro-
peas: la Comunidad del Carbón y del Ace-
ro (C.E.C.A).
No será porque no existían condi-
ciones para la esperanza en el momento
en que regresa Aguirre a Europa en ene-
ro de 1945 primero y, definitivamente, en
1946. No será tampoco porque los vascos
no participarían en todas las iniciativas
políticas que pusieron en marcha el pro-
yecto de la Unión Europea. Como escribe
Jean-Claude Larronde: “Después de la
caída del Tercer Reich, los vascos van a
estar en todos los combates por la cons-
trucción política de una Europa democrá-
tica”23. Como han estado, también, junto a
los Aliados, los combatientes vascos de la
libertad en todos los grandes teatros de
operaciones de la Segunda Guerra Mun-
dial desde el Atlántico al Pacífico, desde
Europa entera hasta Africa y América.
El combate por una nueva Europa
democrática y unida sería también, duran-
te los años de la postguerra, el de esos eu-
ropeístas en acción, políticos o sindicalis-
tas nacionalistas vascos –algunos vetera-
nos otros noveles– que, en colaboración
directa con Aguirre, fueron Irujo, Leizaola,
Lasarte, Nardiz, Basterra y algunos jóve-
nes del exilio (como, entre otros, Duraño-
na, Renteria, Agesta y los propios herma-
nos de José Antonio Aguirre, Iñaki y Teo-
doro) y, de forma muy excepcional, Javier
Landaburu, al que Larronde califica de
“principal ideólogo en la materia”24.
Sería la historia de la constitución
en 1947 de las Nouvelles Equipes Inter-
nationales (N.E.I.), núcleo europeo de la
futura organización internacional de la
democracia cristiana, de las que son co-
fundadores los nacionalistas vascos y
que se constituiría en motor
de la democracia cristiana
europea de postguerra y,
también, en motor de la
construcción europea. Sería
la historia del Movimiento
Europeo y del Movimiento
Federalista Europeo. Del
Congreso de Europa de La
Haya en 1948. De los Con-
gresos de las Comunidades
y de las Regiones Europeas en 1949. Ini-
ciativas todas en las que están los vascos
y a su cabeza, en la mayor parte de ellas,
ostentando cargos de honor en razón de
su rango y en razón de la historia, José
Antonio Aguirre.
El sentido político de esta acción es-
taba claro en vista a todo lo que había
precedido históricamente: también se lu-
chaba por una Euskadi unida, reconstrui-
da en justicia, en paz y en libertad luchan-
do por una Europa unida, reconstruida en
justicia, en paz y en libertad. Esa sería la
idea nuclear de Aguirre, ya formulada en
Nueva York en 1943: construir Europa es
construir Euskadi, los dos procesos son
concomitantes e indisociables y –como lo
dejaría plasmado en muchos de sus escri-
tos contemporáneos– el método político
propuesto para ello es el mismo tanto
86
hermes nº:13 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
dentro de los Estados europeos existentes
como a escala continental: la Federación o
la Confederación25.
Pero, como he dicho al comienzo
de este ensayo, no voy a desarrollar aquí
esta parte de la historia, la última de la se-
rie de instantáneas históricas que he traí-
do a la memoria, no sólo porque es qui-
zás la más conocida, sino sobre todo por-
que no se puede entender sin tener
presentes las anteriores que la iluminan
explicándola por la historia europea del
siglo XX y por la experiencia política vas-
ca de la generación de 1930. Quisiera úni-
camente, a modo de resumen y conclu-
sión, hacer presente en este ensayo, ya no
sólo el rastro histórico sino la voz política
propia de José Antonio Aguirre citando
largamente un extracto del mensaje de
Gabon de 1958 difundido desde París –el
anteúltimo del Lehendakari
Aguirre– porque en él se
condensan los hechos y las
ideas que he intentado ex-
poner por medio de sucesi-
vas instantáneas.
En este texto, a la vez
retrospectivo (“nacimos a la
vida libre en una época tur-
bada”) y programático (“hoy
nos interesa el presente y el
futuro”), estrictamente contemporáneo de
los comienzos de la integración europea,
se expresa el pensamiento auténtico de
José Antonio Aguirre. Primero, sobre la
trayectoria democrática del Gobierno Vas-
co constituido en 1936 y sobre el derecho
inderogable que asiste a los vascos a re-
girse por sí mismos en libertad (“porque
somos hombres y somos pueblo”); des-
pués sobre los procesos de integración
continental entonces en marcha y –en tan-
to que primer mandatario del pueblo vas-
co– sobre su firme posición doctrinal y
política en favor de la unión de Europa
(“nuestra posición ha sido en todo mo-
mento decididamente favorable a la inte-
gración europea”); y por último, sobre su
confianza en el reconocimiento de las na-
cionalidades europeas, como la vasca,
dentro del proyecto común, tal y como
está expresado en los Tratados originarios
de las Comunidades Europeas, de una
“unión cada vez más estrecha entre [los]
pueblos” europeos (“una Europa en la
que se garantice la libertad general y sirva
de amplia base para la reorganización de
todas las libertades, desde la del hombre
hasta la del Estado, pasando por las colec-
tividades naturales y las nacionalidades”).
Nacimos a la vida libre en una épo-ca turbada envolviéndonos primero laguerra fratricida desencadenada en Espa-ña por el militarismo y la antilibertad e,inmediatamente, arrojados ya de la Pa-tria, la contienda mundial provocada porel totalitarismo hitleriano. En ambos con-flictos nos situamos en el campo de la li-bertad sin que alterara nuestra decisión labrutalidad repelente de la guerra civil consu sangrienta estela de venganzas y de
odios, ni la hipocresía delmundo internacional, rápi-do en el prometer como en elolvidar. No nos arrepentimosde nuestra opción, ni perde-mos memoria de aquello, he-chos aun cuando sean episo-dios que pertenecen ya al pa-sado.
Hoy nos interesa elpresente y el futuro. Y ante
ellos nos presentamos enarbolando la mis-ma bandera, la de la libertad, exigenciaideológica permanente porque somoshombres y somos pueblo. Dicen algunosque la era de los pueblos y sus reclamacio-nes de libertad, sobre todo si se trata depueblos pequeños, pertenecen a una épocapasada. Sin embargo nunca se han pro-clamado más independencias que en lostiempos que vivimos…
Por eso podemos proclamar sin re-paros que nuestra reivindicación de liber-tad, la nuestra, la de nuestro pueblo vascoconstituye un problema vivo, que lejos deperder actualidad corresponde a las exi-gencias de nuestro tiempo. Conforme aellas, el viejo problema de la conjugaciónde la libertad y la autoridad ha cobradoun volumen excepcional porque ha pasa-do del área nacional al campo internacio-
87
hermes nº:14 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
nal. Superado el concepto es-tatal por inadecuado a lascircunstancias modernas, seha impuesto la necesidad de organizar es-pacios geográficos más amplios, dotándo-los de formas políticas superiores y comu-nes aplicables a diversos pueblos y Estados.Estas integraciones político-económicas deenvergadura casi continental obedecen aexigencias muy variadas de la vida mo-derna que reclama un orden en la pazque ninguno de los pueblos integrantespuede por si mismo garantizar. Estas or-ganizaciones de carácter más universalson tanto más necesarias cuanto más de-sarrollados sean los pueblos que las com-ponen. Este es el caso de Europa.
Pero si es necesaria una autoridadsuperior que defienda el orden y el interésde todos, no menos necesario es el respetoa la libertad nacional de ca-da uno de los miembros quecomponen la organizaciónsupranacional. Sobre estasbases que quieren armoni-zar la autoridad con la li-bertad se han edificado for-maciones políticas de alcan-ce intercontinental…
…Tan fuerte es la exi-gencia de la hora presenteque, a pesar de cuantos obstáculos colo-can en su camino viejos prejuicios patrió-ticos o intereses anquilosados, ha llegadoel momento de poner en marcha a Euro-pa… pueblos adelantados y progresivosque no ven otra solución para su salud yseguridad futuras que la de su unión enuna organización común y supranacio-nal. Supone esta marcha hacia la unidaduna obligada cesión de determinadas fa-cultades correspondientes a la soberaníade cada Estado. Esta cesión encuentra vio-lenta oposición en aquellos sectores que vi-ven del recuerdo de las glorias pasadas co-mo si la historia se hubiera detenido enaquellas edades. Superando estas dificul-tades surgió a la vida una pequeña Euro-pa, así llamada a pesar decontar ciento setenta millo-nes de habitantes, núcleo
inicial y perfectible que creóla Comunidad del Carbón yel Acero, la Comunidad de
la Energía Atómica, el Euratom y la Co-munidad Económica o Mercado Común.La Comunidad del Carbón y del Acero lle-va varios años de progresiva existencia y elMercado Común comenzará su vida elpróximo 1 de enero. El control de sus acti-vidades está a cargo de la Asamblea par-lamentaria europea, hoy con jurisdicciónsobre la Comunidad del Carbón y del Ace-ro y, a partir del 1 de enero, sobre el restode las Comunidades aprobadas.
Todas estas creaciones del ingeniohumano, aunque tengan por el momentoun carácter predominantemente econó-mico, tienen por finalidad suprema la sal-vaguardia de una sociedad trabajadora yprogresiva regida por hombres libres. Por
eso la temen los Estados dic-tatoriales de todo color, quehan suprimido la opinión li-bre y la competencia espiri-tual sin las cuales no se con-cibe la Europa futura. Nues-tra posición ha sido en todomomento decididamente fa-vorable a la integración eu-ropea y, dentro de nuestramodestia, hemos colaborado
desde el principio en los organismos crea-dos para favorecerla. Esta postura está deacuerdo con nuestras convicciones demo-cráticas y con la visión de una Europa enla que se garantice la libertad general ysirva de amplia base para la reorganiza-ción de todas las libertades, desde la delhombre hasta la del Estado, pasando porlas colectividades naturales y las naciona-lidades.26
88
hermes nº:15 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
NOTAS AL TEXTO
1 Existen hoy distintos tra-
bajos historiográficos sobre la acción exterior del
nacionalismo vasco. Destacaría por su carácter sis-
temático relacionado con el tema de este ensayo,
el último trabajo de Alexander Ugalde Zubiri, “La
participación vasca en el movimiento europeísta y
federalista”, en la obra colectiva Los vascos y Eu-
ropa, Vitoria-Gasteiz, Fundación Sancho el Sabio,
2000.
2 Sobre los precursores del europeísmo ver
Alexander Ugalde Zubiri, La acción exterior del na-
cionalismo vasco (1890-1939): historia, pensamien-
to y relaciones internacionales, Presentación de
Francisco Aldecoa Luzarraga, Instituto Vasco de
Administración Pública, Oñati, 1996.
3 Sobre este documento histórico como
otros documentos iniciadores de la “idea de Euro-
pa”, como los manifiestos y escritos del conde
Coudenhove-Kalergi, conviene referirse a la rica
compilación realizada por Antonio Truyol y Serra,
La integración europea. Análisis histórico-institu-
cional con textos y documentos, I. Génesis y desa-
rrollo de la Comunidad Europea (1951-1979, Ma-
drid, Tecnos, 1999, pp. 153ss.
4 Me inclino por la expresión “generación
de 1930” –que era la expresión que utilizaba con
precisión Jesús María de Leizaola– de preferencia a
la de “generación de 1936”, habitualmente utiliza-
da por algunos historiadores del nacionalismo vas-
co en referencia a la constitución del primer go-
bierno vasco y a la guerra civil, porque la primera
fecha (que coincide con la reunificación del Parti-
do Nacionalista Vasco y la fundación de Acción
Nacionalista Vasca en vísperas de la proclamación
de la Segunda República española) es la que mar-
ca realmente la entrada en la acción política de
una nueva generación de políticos nacionalistas
vascos, con sus consecuencias posteriores.
5 Este programa fue formulado por el Presi-
dente estadounidense el 8 de enero de 1918, en
una solemne intervención ante el Congreso de los
Estados Unidos por la que declaraba la entrada en
la guerra de los Estados Unidos contra de las Po-
tencias de la Alianza liderada por el Imperio Ale-
mán.
6 Alexander Ugalde analiza en detalle esta
gestión de los delegados vascos a Ginebra en La
acción exterior del nacionalismo vasco (1890-
1939), pp. 501-509.
7 Entre otro lugares, en su estudio de 1943
intitulado “Coordinación de nacionalidades euro-
peas”, reproducido en José Antonio de Aguirre y
Lecube, Obras Completas, tomo II, Compilación a
cargo de Martín Ugalde, Sendoa, Donostia, 1981,
pp. 477-478. Trabajo al que nos re-
feriremos más adelante.
8 Sobre la Ligue Internatio-
nale des Amis des Basques
(L.I.A.B.) disponemos ahora del
estudio historiográfico extenso y
bien documentado de Jean-Claude
Larronde, Exilio y Solidaridad. La
Liga Internacional de Amigos de los Vascos, Prefa-
cio de José Antonio Ardanza, Lehendakari de Eus-
kadi, Traducción de Rafael Aparicio Martín, Bida-
soa, Instituto de Historia Contemporánea, Bilbao,
1998. Sobre los antecedentes y la génesis de la
L.I.A.B, es imprescindible remontarse a la figura
generosa de Manuel de Ynchausti cuya trayectoria
vital demuestra que no es imprescindible ostentar
mandato político alguno ni figurar en puestos ho-
noríficos de las organizaciones creadas de su pro-
pia mano para influenciar poderosa y decisivamen-
te en la historia. Sin él, la peripecia europea de Jo-
sé Antonio de Aguirre hubiera acabado
probablemente en Berlín. Sobre Manuel de
Ynchausti ver el trabajo historiográfico de Jean-
Claude Larronde, Manuel de Ynchausti (1900-
1961). Un mecenas inspirado, Bidasoa, Instituto de
Historia Contemporánea, 1998.
9 Prefacio a la obra de M. A. Mendizabal,
Aux origines d’une tragédie, Desclée de Brouwer,
París, 1938. Por la importancia de su autor en la
historia del pensamiento político católico y por su
influencia en la doctrina de la democracia cristia-
na merece recordar este texto que hoy podrá sor-
prender a más de uno pero que refleja bien el es-
píritu de la época y la forma de razonar de los ca-
tólicos demócratas: “Atacados… en tanto que
nacionalistas, con la misma violencia que el Fren-
te Popular (al que nunca han adherido) en tanto
que “marxista”, y que el gobierno legal en tanto
que surgido del Frente Popular, bruscamente colo-
cados de ese modo ante los problemas de cons-
ciencia más angustiosos, lo que se han propuesto
y lo que ha motivado su conducta, ha sido defen-
der su propia existencia nacional y cultural, y man-
tenerse fieles a una comunidad temporal (el Esta-
do republicano), del que sin duda los comunistas
formaban parte…, pero en el que precisamente,
habían combatido siempre al comunismo, y que
les había reconocido el acceso a la autonomía rei-
vindicada por ellos. Han considerado estar en la si-
tuación en la que un Estado que está sometido a
una agresión que lo amenaza en su existencia, las
faltas, aunque fuesen las más graves, cometidas
por él, no autorizan a uno de sus miembros a
abandonarlo ante el enemigo. Y en el orden espi-
ritual, esperaban depositar así para el porvenir de
España entera, un germen de reconciliación de la
masa irreligiosa a su fe.” (pp. 26-29).
10 Alexander Ugalde, en “La participación
vasca en el movimiento europeísta y federalista”,
menciona como antecedente remoto de las Nouve-
lles Equipes Internationales, la creación, en 1928,
de un Secretariado Internacional de Partidos De-
mócratas Cristianos.
11 Citado por Jean-Claude
Larronde en “François Mauriac y
89
hermes nº:16 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
los Vascos”, en Homenaje. José
Antonio de Aguirre. Omenaldia,
Bidasoa, Instituto de Historia Con-
temporánea, Bilbao, 1999, p. 86.
Por su parte, José Antonio de Aguirre, recordando
la frase pronunciada por Mauriac en 1945, la glo-
saría de la siguiente manera en 1953: “Es decir que
el ejemplo vasco de 1936 constituye el viraje, el
punto de partida de una posición nueva y decisiva
que los movimientos democráticos europeos de
inspiración cristiana habrían de adoptar en lo suce-
sivo cuando la libertad individual y la nacional fue-
ran atacadas por quien fuera. Si hasta entonces ha-
bía habido coaliciones civiles en tiempos de paz
con fuerzas de ideología diferente, ahora se trata-
ba de la defensa de la libertad con las armas en la
mano. Y esto, aun cuando enfrente se pusieran las
clases conservadoras, aunque objetaran los filóso-
fos de ocasión, más o menos al servicio de un cris-
tianismo acomodaticio, aunque se invocara el or-
den social como pretexto, aunque los aires de cru-
zada ganaran la adhesión de las autoridades
eclesiásticas. Esta conducta marcó una indepen-
dencia de criterio en materia civil opuesta a la su-
premacía y al capricho del César, así como a la
confusión entre las cosas del César y las cosas de
Dios. Más tarde, en el conflicto mundial vimos por
los campos de Europa a hombres de la misma sig-
nificación, mezclados en todos los movimientos
populares y resistentes, que combatían la agresión
del totalitarismo nazi y fascista. Y como esta posi-
ción fluye de firmes principios les veremos en el
futuro enfrente de todo totalitarismo y de toda dic-
tadura negadora de la libertad, sea de la derecha o
de la izquierda. Este rompimiento trascendental
con las fuerzas reaccionarias, amigas por lo gene-
ral de todos los cesarismos, fue estudiada con in-
terés por los más eminentes pensadores católicos
de nuestro siglo. Así Jacques Maritain llamaba “el
caso vasco” a la posición adoptada por los vascos
no sólo porque defendían su libertad nacional, si-
no todos los principios de la libertad humana, y
François Mauriac trasladaba esta apreciación doc-
trinal al campo de la política europea calificando a
los vascos como precursores de la nueva y defini-
tiva etapa y posición de la democracia cristiana
continental.” (Prólogo a Pedro de Basaldua, El Li-
bertador vasco. Sabino de Arana Goiri, Biografía
histórica, Ekin, Buenos Aires, 1953, pp. 5-6).
12 Como es sabido, los detalles de esta aven-
tura fuera de lo común son relatados en la parte
autobiográfica del libro de José Antonio de Agui-
rre, De Guernica a Nueva York pasando por Ber-
lín, Ekin, Buenos Aires, 1944 (1ª edición).
13 El Cónsul de Panamá en Amberes, Guar-
dia Jaén.
14 De Guernica a Nueva York pasando por
Berlín, Ekin, Buenos Aires, pp.
321-322. José Antonio de Aguirre y
Lecube, Obras Completas, tomo II,
p. 387.
15 José Antonio de Aguirre y
Lecube, Obras Completas, tomo II,
p. 389.
16 En un escrito autobiográ-
fico intitulado J’ai choisi l’Europe (“Yo he elegido
a Europa”) Richard Coudenhove-Kalergi describiría
de la siguiente manera –con su peculiar estilo líri-
co que nos restituye de paso el espíritu de una
época– su vuelo hacia América: “El 3 de agosto [de
1940], muy de mañana, subimos a bordo del Yan-
kee Clipper. El día era claro y bello. Veíamos desa-
parecer la ciudad [de Lisboa], después la costa co-
ronada de colinas de Cintra, nuestro último asilo
europeo, que se desvanecía ante nuestros ojos co-
mo un paraíso perdido… Ahora volábamos hacia
el sol poniente. La travesía por encima del Atlánti-
co fue de una belleza indescriptible… Salidos de la
Europa hitleriana y dirigiéndonos hacia el nuevo
mundo, lancé una mirada hacia atrás sobre nuestra
vida, sobre los dieciocho años de nuestra lucha
por la paz. La mayor guerra de la historia interrum-
pía de forma provisional nuestra tarea. Un inmen-
so pájaro fabuloso había venido a rescatarnos, de
la punta más extrema de Europa donde nos había
impelido el avance hitleriano, expulsándonos por
dos veces de nuestro hogar, para llevarnos a un
país libre y pacífico. Detrás nuestro yacía vencida,
reducida a servidumbre, la Europa rota. Y sin em-
bargo, yo guardaba la convicción de que volvería-
mos a verla un día, emergiendo de la guerra y de
la esclavitud para una era de libertad y de unidad.
Con un sentimiento más fuerte que toda lógica, yo
creía en la victoria de Churchill sobre Hitler… Me
desperté tras una noche tranquila, mientras el sol
se levantaba por encima del mar. Delante nuestro
se extendía el vasto imperio de Occidente de
quien dependía, en fin de cuentas, el desenlace de
la guerra. El nuevo mundo decidiría en una gran
medida la suerte del viejo mundo, su unificación o
su despedazamiento. Por tanto se trataba de ganar
para la causa de Paneuropa América entera: su go-
bierno, el congreso y la opinión pública. Todo mi
pensamiento se tensaba en adelante hacia esa me-
ta. Nuestra travesía del océano no debía ser un fin,
sino un comienzo. De repente la tierra apareció:
era América!… En unos minutos más aterrizába-
mos en La Guardia, veintiséis horas después de
nuestra salida de Lisboa. El océano atlántico que
habíamos cruzado en un día y una noche, me pa-
reció un ancho río que unía las dos orillas de nues-
tra común civilización; vasto mar mediterráneo de
los nuevos tiempos, este océano es la cuna de una
unión entre Panamérica y Paneuropa, que un día
verá nacer una era mejor.” (Richard Coudenhove-
Kalergi, J'ai choisi l'Europe, Prólogo de Winston S.
Churchill, Plon, Paris, 1952, pp. 261-263 passim)
17 Entre tanto, el discreto Jean Monnet, futu-
ro inspirador de las primeras Comunidades Euro-
peas y personaje ausente de esta
historia particular, era enviado ofi-
ciosamente por Churchill acerca
de la administración Roosevelt pa-
90
hermes nº:17 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
ra convertirse, entre agosto 1940 y
febrero 1943, en el cerebro en la
sombra del Victory Program, la
planificación del esfuerzo de gue-
rra industrial de los aliados en los Estados-Unidos
(Jean Monnet, Mémoires, Fayard, Paris, 1976, pp.
215-257)
18 “La coordinación de nacionalidades euro-
peas”, estudio publicado primero en Post War Eu-
ropean Federation, Nueva York, diciembre 1943 y,
posteriormente, en la revista Euzkadi de Caracas
en 1944. Una versión reducida de este escrito será
publicada en París, en la revista Corps diplomati-
que. Revue internationale, ju1io 1948, pp. 19-20,
bajo el título: ”Le problème des nationalités devant
la Fédération Européenne”. Tanto la versión origi-
nal en castellano como la versión francesa están re-
producidas en la compilación de Martín Ugalde,
José Antonio de Aguirre y Lecube, Obras comple-
tas, tomo II, pp. 473-479 y 791-793, respectivamen-
te. Puede leerse un análisis de este texto revelador
(contemporáneo, por lo demás, de algunos de los
primeros manifiestos europeístas clandestinos de la
resistencia democrática europea), en mi trabajo
“Nacionalismo vasco y relaciones transnacionales
en el contexto de la frontera hispano-francesa: cua-
tro modelos históricos”, en Celestino del Arenal
(Coordinador), Las relaciones de vecindad, IX Jor-
nadas de la Asociación Española de Profesores de
Derecho Internacional y Relaciones Internaciona-
les, San Sebastián, junio de 1985, Universidad del
País Vaco/Euskal Herriko Unibertsitatea, Bilbao,
1987, pp. 93-101.
19 Euzko Deya, nº 129, Buenos Aires, 30 de
noviembre de 1942. Citado en Koldo San Sebas-
tián, El exilio vasco en América. 1936-1946. La ac-
ción del Gobierno: política, organización, propa-
ganda, economía, cultura, diplomacia. Txertoa, San
Sebastián, 1988, p. 41.
20 Conversaciones sobre José Antonio Agui-
rre, Presentación de Iñaki Anasagasti, Idatz Ekin-
tza, Bilbao, 1983, pp. 238-239. Koldo San Sebas-
tián, El exilio vasco en América. 1936-1946, pp. 41-
42.
21 Richard Coudenhove-Kalergi, J'ai choisi
l'Europe, p. 27.
22 Conversaciones sobre José Antonio Agui-
rre, Idatz Ekintza, Bilbao, 1983, pp. 240-243 y 245-
248.
23 Jean-Claude Larronde, Exílio y solidari-
dad. La Liga Internacional de Amigos de los Vas-
cos, p. 289.
24 No le falta razón a Jean-Claude Larronde
si al incansable activismo europeísta de F. Javier de
Landaburu, desempeñando innumerables funcio-
nes representativas y ejecutivas en los movimien-
tos federalistas y europeístas, uni-
mos su aportación intelectual y
política más conocida –aportación
doctrinal más que ideológica– a la
reinterpretación demócrata-cristia-
na, federalista y europeísta del na-
cionalismo vasco: La causa del
pueblo vasco, texto escrito en el
exilio de Paris, en estrecha comunión de ideas con
José Antonio de Aguirre, que será publicado en
1956 y del que existen numerosas reediciones.
25 Por ejemplo, en un texto poco conocido,
contemporáneo de la constitución en 1949 del
Consejo de Europa, con sede en Estrasburgo, al
que José Antonio de Aguirre se refiere como
“Congreso o Asamblea de Strasburgo”, principal
logro político del “Congreso de Europa” celebrado
en la Haya un año antes en el que él mismo par-
ticipó como lo hizo ese mismo año –enlazando
con la historia de preguerra que hemos recorda-
do– en el Congreso de las Nacionalidades y Regio-
nes Europeas de París: “Lo que hace medio siglo
aparecía como una utopía, hoy va camino de ser
realidad: el caso de Europa lo demuestra. No hay
sino fijar la atención en el Congreso de Strasbur-
go. Ha bastado que se hayan reunido un centenar
de representantes de los diferentes pueblos libres
de Europa, para que haya dado un avance nota-
ble, en extensión y en profundidad, la idea de la
Federación de Europa. Lógicamente los pasos son
lentos, pero ha surgido desde las primeras sesio-
nes el acuerdo creador y revolucionario que esta-
blece la necesidad de una autoridad política sobre
Europa. En consecuencia, la Comisión Política de
la Asamblea de Strasburgo, ha recibido la instruc-
ción de estudiar las Bases de la futura Constitu-
ción de Europa aplicando los principios federati-
vos. Sólo este hecho constituye un gran triunfo
democrático porque tan importantes acuerdos han
abierto una nueva era de relación entre los pue-
blos. Paralelamente a este movimiento, ha surgido
otro que no tiene la espectacularidad del repre-
sentado en la Asamblea de Strasburgo. Me refiero
al Congreso de las Nacionalidades y Regiones Eu-
ropeas, que se reunió en París en la Primavera pa-
sada y ha vuelto a reunirse en Versalles los 16 y
17 de este mismo mes de noviembre. Suscitado el
problema federativo en Europa, no puede dete-
nerse en las construcciones estatales actuales y re-
ferirse sólo a ellas. La Federación podría encubrir
en esta forma métodos de tiranía y opresión en ca-
da uno de los estados federados. La conciencia
europea, al compás del pensamiento americano,
se alza contra todas las opresiones y por lo tanto
abre las vías de la libertad en profundidad, es de-
cir, que no se conciben miembros federados que
a su vez no respeten, no ya sólo al hombre sino a
las entidades naturales que albergan en su seno.
De aquí que el Congreso de Nacionalidades y Re-
giones Europeas viene a recordar que la Federa-
ción de Europa no será viable mientras el princi-
pio federador no penetre en las bases sociales de
cada uno de los Estados: Lo con-
trario sería un contrasentido la-
mentable. Así hemos visto en este
Congreso todo lo que la Europa
91
hermes nº:18 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
actual encierra de histórico, de di-
ferenciado y de autóctono. Al lado
de las pequeñas organizaciones
de carácter autónomo, como el
Valle de Aosta en Italia y algunos
cantones suizos de la Confedera-
ción Helvética, estaban presentes
los Frisones y los Bretones, los
Flamencos y los Wallones, Escoce-
ses y Galeses, Bávaros y Sarren-
ses, además de representaciones
de los pueblos que en el este de
Europa, han sido privados de su
libertad. No podían faltar y tam-
bién participaron en el Congreso
los Vascos y los Catalanes. Estos
Congreso, cuya importancia ha si-
do admitida en Europa, significan
la advertencia de los elementos
naturales del Continente, de los
pueblos con historia, tradición y
personalidad nacional, que no
han perdido su conciencia y creen
que la Europa que hoy se crea de-
be articularse armoniosamente,
haciendo compatible la unidad
con la variedad, es decir, de todas
las variedades. El perfecciona-
miento del proceso democrático
que significa la Asamblea de Stras-
burgo no será completo sino a tra-
vés del propio perfeccionamiento
de cada una o de los miembros
competentes hasta que llegue in-
cluso el momento en que se sien-
tan europeos e integren su organi-
zación todos los pueblos que sin-
tiéndose tales, lo obtengan por un
proceso de su voluntad desarrolla-
da en la paz y en la libertad y res-
petado por la comunidad euro-
pea. Tiene tal importancia el ensa-
yo federativo de Europa, que sólo
él será capaz de impedir para
siempre que surjan en el ámbito
de Europa, nuevos ensayos dicta-
toriales. La opresión que se produzca en uno de
sus miembros, debe en expresión de Goethe con-
movernos e importarnos como si se tratara de
nuestro propio país, acabando con la hipócrita
“no intervención” que ha consentido tantos críme-
nes, dolores y sangre. Lógico es
que se opongan a las ideas fede-
rales, aquellos que tienen un con-
cepto absoluto del poder o sim-
ples aficiones dictatoriales. Pero la
Humanidad, que desea la paz y la
mayoría de los hombres que creen
en la Libertad, estiman que sólo
en el progresivo perfeccionamien-
to de la convivencia democrática
residen los fundamentos de una
pacífica solución de problemas
tan profundamente humanos. A
fuerza de tiempo, de paciencia, de
luchas y de sangre, Europa va rec-
tificando sus errores pasados,
errores basados en un imperialis-
mo sin entrañas, en una concep-
ción absoluta del Poder, en un
sentido reaccionario y opresor de
la vida.” (Prólogo a Juan José Gua-
resti (hijo), País Vasco y Estado Es-
pañol. La solución argentina, Ekin,
Buenos Aires, 1951, pp. 17-19).
Hoy, en el umbral del nuevo siglo,
ha vuelto a revivir de forma ines-
perada (como ha sucedido de for-
ma recurrente en la larga historia
de la construcción europea) el
viejo debate doctrinal entre fede-
ralismo y intergubernamentalidad
–métodos aplicados conjunta, su-
cesiva y, a veces, antagónicamen-
te– en la integración europea. Se
olvida con frecuencia la estrecha
relación que este debate guarda
con el reconocimiento institucio-
nal de los pueblos –de todos los
pueblos– de Europa, incluidas las
naciones sin Estado. Sobre el tema
del federalismo europeo, de sus
orígenes y desarrollos actuales,
considerado desde esta óptica eu-
ropea de conjunto, ver José Luis
de Castro Ruano, La emergente
participación política de las regio-
nes en el proceso de construcción europea, Pre-
sentación de Francisco Aldecoa Luzarraga, Institu-
to Vasco de Administración Pública, Oñati, 1994.
26 José Antonio de Aguirre y Lecube, Obras
Completas, tomo II, pp. 1002-1004.
92
hermes nº:19 de 20. José Antonio de Aguirre y la Construcción de Europa. Iñaki Aguirre Zabala
La fotografía está sacada en mar-
cha, desde el autobús que el Ministerio
de Información iraquí ponía a disposición
de la prensa extranjera para captar imáge-
nes de la normalidad con la que la ciuda-
danía se preparaba para la guerra. Falta-
ban ochenta horas para que el cielo se
llenara de bombas, de armas de destruc-
ción masiva que nunca han sido someti-
das a la inspección de la ONU porque es-
tán en manos del poderoso. Los merca-
dos aún se veían bien abastecidos y
convivían con las casamatas de sacos te-
rreros levantadas en las amplias avenidas.
Defensas que, llegada la hora de la bata-
lla, fueron abandonadas precipitadamen-
te. El instinto de supervivencia primó so-
bre la lealtad jurada al cruel y omnipre-
sente dictador.
Estábamos en los días en los que
Bagdad, tres veces bombardeada en una
docena de años, repetía casi como una
sola voz un viejo proverbio árabe: “hom-
bre mojado no teme la lluvia”. Era la con-
signa del régimen para evitar lo inevita-
ble: el pánico ante la superioridad militar
de los invasores.
94
Bagdad: La muerte vino del cielo...
1. ANTES DEL BOMBARDEO
Fotografías: Joserra Plaza. Texto: Xabier Lapitz
Pero mientras el miedo y la muerte
se acercaban aún había tiempo para las
bravuconadas, para los fusiles AK 47 en
manos infantiles, para las demostraciones
de fuerza y para las compras en los pues-
tos callejeros. Bagdad es una gran huerta
de tierra fértil bañada por el Eufrates que
surge imponente en medio del desierto.
Y sus productos se venden en los cientos
de mercados que inundan sus calles y
abastecen a los cinco millones de habi-
tantes que la pueblan. El bazar de Bag-
dad es uno de los mayores del mundo y
aún en pleno embargo, con el programa
“Petróleo por alimentos” paralizado, re-
bosaba actividad comercial. Sortear sus
puestos, oler las más sugerentes espe-
cias, contagiarse de los gritos de los bu-
honeros, admirar viejos oficios ya perdi-
dos en otras latitudes, degustar el té con
cardamomo y canela era viajar en el
tiempo y sentirse parte de un escenario
propio de los cuentos de las mil y una
noches. Esa explosión de vida perenne y
la inminente muerte que se acerca se dan
la mano en esta foto robada desde un au-
tobús.
¿Qué es lo más importante que al-
berga una ciudad que está siendo bom-
bardeada? ¿Sus edificios? ¿Sus centrales
eléctricas? ¿Por qué entonces ese empeño
en mostrar cemento destrozado y ocultar
que bajo la lluvia de misiles y demás arti-
lugios mortíferos hay personas?
Se llaman Sahara y Ali y la cámara
de Joserra Plaza captó sus miradas de an-
gustia en el Hospital Al Kindi, uno de los
cuarenta centros sanitarios de la capital
iraquí. “Su director, el doctor Osama, de
natural afable y bonachón, estaba indig-
nado aquella mañana por lo ocurrido con
la familia Smain”, rememora Plaza.
Alí Smain se ha convertido en un
símbolo porque ocupó la portada de pe-
riódicos de todo el mundo (excepto en
95
hermes nº: 2 de 6. Bagdad: La muerte vino del cielo... Fotografías: Joserra Plaza.Texto: Xabier Lapitz
2. LAS VICTIMAS
EE.UU.) y porque su historia es conmove-
dora. Terror en estado puro. El treinta de
marzo, a las doce del mediodía, una lluvia
de misiles norteamericanos cayó sobre el
populoso suburbio de Safarina, al sur de
la ciudad. Alí perdió a su padre, un taxis-
ta sin licencia, a su madre, a tres de sus
seis hermanas y a uno de sus tres herma-
nos. La lista de familiares muertos se com-
pleta con una tía y tres primos fallecidos
en el mismo bombardeo. Alí perdió, ade-
más, brazos y piernas. Y la sonrisa. Hoy
se recupera en un hospital kuwaití, a don-
de fue evacuado por los mismos que le
bombardearon. Alí ha perdido casi todo,
pero no el sentido común. Cuentan las
crónicas que cuando le propusieron ser
evacuado lanzó a sus benefactores una
frase de lógica aplastante: “Era mejor que
no nos hubieran bombardeado. Así no
tendría que ir a curarme fuera de Bag-
dad”.
De Sahara sólo sabemos su nombre
y la edad que figuraba en la etiqueta ado-
sada a la cama: nueve años. También te-
nemos la certeza de que llegó ese fatídico
treinta de marzo al hospital y que los ata-
cantes y sus cómplices le han puesta otra
etiqueta: “daño colateral”. Un eufemismo
que suena a insulto. A Joserra Plaza le lla-
mó la atención “su débil llanto, estaba lla-
mando entre sollozos a su padre... me im-
presionó mucho”. A nosotros, en la dis-
tancia, también.
Es imposible saber cuántos niños y
niñas se encuentran en la situación de Alí
o Sahara tras los bombardeos. Ni siquiera
ha habido un recuento de víctimas. Sólo
sus deudos conocen quiénes han sido los
tocados por la muerte que llegó del cielo.
Pero por si sirve de algo la expe-
riencia de anteriores guerras, ahí van unos
cuantos datos facilitados por Unicef. Por
favor, antes de seguir, acuérdense de que
detrás de cada guarismo hay un Alí o una
Sahara: un millón de menores de cinco
años sufren desnutrición crónica; la mor-
talidad infantil, 107 muertes por cada
1.000 nacidos vivos, se ha duplicado con
respecto 1991, año de la anterior Guerra
del Golfo; Las enfermedades que se pue-
den evitar, como la diarrea y las infeccio-
nes de las vías respiratorias, provocan un
70% de las muertes infantiles; los casos de
leucemia infantil desde 1991 se han cua-
driplicado a causa del empleo de uranio
empobrecido en las bombas.
96
hermes nº: 3 de 6. Bagdad: La muerte vino del cielo... Fotografías: Joserra Plaza.Texto: Xabier Lapitz
Se preveía una guerra “rápida”. Y
así fue, aunque no tan rápida como espe-
raban los estrategas del Pentágono. Con
3.000 toneladas de bombas lanzadas so-
bre Irak en menos de cien horas, de la
madrugada del 20 marzo al amanecer del
24, parecía que la llegada de las tropas
norteamericanas a Bagdad iba a ser un
paseo. Pero la entrada en la capital, que
ha sido más capital que nunca, no se pro-
dujo hasta el nueve de abril. Esta demora
y los mapas de televisiones y periódicos
nos han permitido conocer al dedillo las
principales ciudades del sur de Irak: Baso-
ra, Nasiriya, Kerbala, Nayaf y Bagdad.
Además de situar sobre el mapa los archi-
nombrados ríos Tigris y Eúfrates. Por sus
valles penetró el grueso de las tropas an-
glonorteamericanas.
Para los 30.000 soldados británicos,
la gloria de conquistar Basora. Para los
270.000 norteamericanos, el bocado de
Bagdad. Cuentan los periodistas “enca-
mados” con las tropas de EE.UU. que en
los días previos al desmoronamiento de
las defensas iraquíes, la Primera Fuerza
de los Marines, la Tercera División de In-
fantería y el Séptimo de Caballería rivali-
zaban por ser los primeros en entrar en la
capital.
Parece evidente que una columna
de blindados del 64 Regimiento de la Ter-
cera División llegó antes que los marines,
abrió fuego contra el Hotel Palestine, ase-
sinó a un par de periodistas y se fueron
por donde habían llegado. Pero la gloria,
los minutos de TV en el “prime time” nor-
teamericano, se la llevaron los marines. Al
más puro estilo Hollywood entraron en la
plaza Al Ferdaous ante la mirada incrédu-
la de los corresponsales que aún secaban
las lágrimas por el asesinato de sus cole-
gas. Colocaron una bandera con las barras
y las estrellas en el rostro de la enorme es-
tatua de Sadam, recibieron una pitada, la
sustituyeron por la bandera iraquí, engan-
charon la estructura a un blindado y cayó
la estatua. Y con ella, el régimen. Llegaba
el momento de relajarse, leer el periódico,
fumarse un cigarro y beber cerveza. “¿Ha
terminado la guerra?”, preguntaron los
soldados al fotógrafo.
97
hermes nº: 4 de 6. Bagdad: La muerte vino del cielo... Fotografías: Joserra Plaza.Texto: Xabier Lapitz
3. LOS INVASORES
La embajada de España en Bagdad
está en el elegante barrio de Al Mansur.
Hasta allí llegaron brigadistas de todo el
Estado español. También esta asturiana
de 68 años, maestra y abuela, que llevó la
voz cantante y las manos embadurnadas
en esta acción de protesta. Era la denun-
cia por la complicidad del Gobierno es-
pañol en el ataque contra Irak.
¿Ha estado España en guerra? Téc-
nicamente hay pocas dudas: no. Política-
mente aún hay menos dudas: sí. Declarar
la guerra hubiera obligado a los atacantes
a cumplir los tratados internacionales re-
dactados al efecto, el más
conocido de ellos, la
Convención de Ginebra.
Pero los que se reunieron
en las Islas Azores el do-
mingo 16 de marzo, cua-
tro días antes del inicio
de los bombardeos, ya
mostraron allí su poca
disposición a cumplir lo
que estipula el Derecho
Internacional y, de paso,
evitaron una declaración
de guerra.
Desde el punto de
vista estrictamente políti-
co, la sucesión de decla-
raciones de José María
Aznar apoyando la inter-
vención militar en Irak ha
convertido a España en
un “aliado” de EE.UU en
la invasión iaquí. Un “so-
cio” para lo mejor, el de-
rrocamiento de Sadam
Husein; y para lo peor, la
masacre de civiles. Un
socio que, a pesar de la
foto de las Azores, es me-
nor. Por detrás de Polo-
nia y Australia, que tie-
nen en la postguerra su
propia área de adminis-
tración exclusiva por ha-
ber participado activa-
mente en misiones de
guerra. El barco hospital puntúa menos
que las tropas de infantería en el macabro
juego de la guerra y España tendrá que
conformarse con la pedrea que le adjudi-
quen los británicos.
Ignacio Ramonet, director de “Le
Monde Diplomatique”, diría que Aznar ha
sido un “vasallo” y no un “aliado” porque
los imperios sólo admiten relación de va-
sallaje y no de alianza.
98
hermes nº: 5 de 6. Bagdad: La muerte vino del cielo... Fotografías: Joserra Plaza.Texto: Xabier Lapitz
4. LOS COMPLICES
Si hubiera un sistema para medir el
grado de infantilismo de las dictaduras,
allí debería incluirse una fórmula que re-
cogiera el número de retratos del dictador
de turno por metro cuadrado del territo-
rio gobernado por él. Les aseguro que Sa-
dam Husein ocuparía un lugar destacado
en esa peculiar clasificación. Caminar por
Bagdad era, hasta el nueve de abril, pa-
sear bajo la atenta mirada de este mega-
lómano cruel. Porque el infantilismo de
ese Sadam al que le gusta verse en todas
las poses, saludando a niños, cazando,
dejándose besar a la altura de los sobacos
o hablando por teléfono (en la foto, un
centro de comunicaciones
bombardeado), no evita que
estemos hablando de un perso-
naje cruel. Y misterioso.
Los periodistas franceses
Georges Malbrunot y Christian
Chesnot, correponsales de Ra-
dio Francia Internacional (RFI)
en Jerusalén y Jordania respec-
tivamente, han publicado la
que se considera biografía más
completa del depuesto presi-
dente: “L´Irak de Saddam Hu-
sein. Portrait Total” (Editions 1,
enero 2003, París). Allí se des-
cubre a un Sadam Hussein que
le gusta el whisky escocés
(prueba de su laicismo que le
alejaría de Osama Ben Laden),
que se ha recuperado de un
cáncer linfático (es un hombre
fuerte que, aunque herido,
puede haber sobrevivido a los
bombardeos), que se cree un
segundo Saladino (mesiánico)
y que hasta su caída sólo con-
fiaba a tres personas su lugar
de descanso nocturno (sus hi-
jos Qusay y Uday y su secreta-
rio Abed Hmud). Un tipo extra-
ño al que todos temían, que
llegó al poder apoyado en el
movimiento panárabe y socia-
lista Baaz, que con 22 años tra-
tó de asesinar al entonces pre-
sidente Kasser, que se tuvo que
exiliar en Siria y Egipto, que su-
po esperar cuando se convirtió en vice-
presidente bajo la sombra del general Ah-
med Hassan al-Bakr para, finalmente, en
1979, convertirse en presidente.
A partir de ahí, Husein inicia un
progresivo alejamiento de lo que un día
fue su ideología, acepta el juego que le
propone Estados Unidos para frenar a
Irán, guerra incluida, hasta que rompe la
baraja... hoy ocupa el as de picas. Quizás
le guste saber que sigue estando en un
retrato que llevan en el bolsillo todos los
soldados que le buscan. La vanidad es
otro de sus rasgos.
99
hermes nº: 6 de 6. Bagdad: La muerte vino del cielo... Fotografías: Joserra Plaza.Texto: Xabier Lapitz
5. CAE EL TIRANO
La prensa estaba a un lado y otro
de la trinchera. Por un lado, los “embed-
ded”, la mayoría profesionales norteame-
ricanos, alistados tras previo entrena-
miento, que avanzaban con las tropas
ocupantes desde Kuwait hasta Bagdad.
Román Gubern, catedrático de Comuni-
cación Audiovisual de la Universidad Au-
tónoma de Barcelona, los llamó “encama-
dos”, tomando la literalidad de la traduc-
ción del inglés al castellano. Otros, más
comedidos, prefirieron hablar de “incrus-
tados” o “empotrados”. Su libertad de ex-
presión estaba limitada por su libertad de
movimientos, ciertamente escasa. Con al-
guna excepción, contaron lo que querían
los oficiales de las unidades a los que
fueron asignados. A las excepciones, las
expulsaron. Castigados sin rancho infor-
mativo.
Y mientras unos viajaban con los
invasores, otros veían llover bombas.
Veinte días con sus veinte noches aguan-
taron el mortífero chaparrón junto a los
millones de ciudadanos bagdadíes en los
que iban apareciendo las ojeras. Tampo-
co gozaban de libertad de movimientos y,
con alguna excepción, contaron lo que
deseaba el régimen iraquí. A las excep-
ciones, también las expulsaron.
La “tribu” es, desde esta guerra, un
poco menos numerosa. Nueve periodistas
fallecieron en veinte días de tiros. Las
modalidades de encontrarse con la muer-
te fueron bien distintas, Fallecieron “dos
encamados”, entre ellos Julio Anguita Pa-
rrado. Y la “tribu” lo asumió con resigna-
ción porque quien con soldados viaja... a
los misiles se expone. Más difícil fue en-
cajar otras muertes que huelen a “preme-
ditadas”. El ocho de abril fue un día trá-
gico. La aviación norteamericana lanzaba
un misil contra la delegación de la cade-
na Al Jazzera en Bagdad y asesinaba a Ta-
rek Ayoub, jefe de la corresponsalía. Cua-
tro horas más tarde, un blindado de la
Tercera División de Infantería abría fuego
contra el Hotel Palestine y asesinaba al
cámara de Tele 5, José Couso, y al cáma-
ra de la agencia Reuters Taras Protsyuk.
La explicación de estos ataques
puede estar en las palabras que ha pro-
nunciado otra “víctima” de esta guerra, el
premio Pulitzer de Periodismo, el vetera-
no Peter Arnett, expulsado de la NBC por
conceder una entrevista a la TV pública
iraquí: “El Gobierno de EE.UU. es alta-
mente sensible a los informes periodísti-
cos provenientes desde Bagdad porque le
plantean enormes problemas”. En la ima-
gen, Joserra Plaza, autor del resto de las
fotografías, trabaja en una calle de Bag-
dad.
100
6. LOS TESTIGOS
PD: Los autores de este reportaje destinan los honorarios
que les corresponden por su elaboración a la ONG “Mé-
dicos del Mundo” que mantiene diversos proyectos de
ayuda a las víctimas de la guerra en Irak. Desde el 21 de
abril, un equipo quirúrgico de Médicos del Mundo reali-
za intervenciones de emergencia en el Hospital "Al
Khark" de Bagdad, donde la situación que se vive es la-
mentable y muy precaria desde el punto de vista sanita-
rio e higiénico. Los dos cirujanos, un traumatólogo y una
anestesista de Médicos del Mundo están operando lesio-
nes graves –fracturas, traumatismos, heridas de bala– que
son consecuencia de los bombardeos y combates, mu-
chas de ellas en niños y adolescentes.
Hilabete gutxitan (2002-aza-
roa/2003-martxoa) obra za-
baleko bi ikertzaile galdu
ditu Nafarroak: Jose Mari
Jimeno Jurio eta Jose Mari
Satrustegi Zubeldia. Hura
gaixorik zegoen aspaldi-
txotik, Satrustegi kasik
bat-batean joan zaigu.
Bizitzak ez ezik he-
riotzak ere elkartuta era-
man ditu biak; baieztapen
honek frogarik behar ba-
lu, horra Euskaltzaindia-
ren martxoko bilera-deial-
diak bere egitarauan zer
zioen: “Jose Maria Jimeno
Jurio. Euskaltzain ohorez-
koa. (Artaxoa, 1927-2002).
Omenezko txostena, Jose
Maria Satrustegi euskal-
tzainak egina”. Adiskidea-
ri prestaturiko txostena
ezin izan zuen irakurri
adiskideak, bilera-arratsal-
dean Satrustegi jaunaren
hiletak ospatu behar izan
baikenituen Arruazun.
Horrela galdu ditu-
gu Nafarroako euskara,
kultura eta herritasunaren
lekuko leinargi bi, hainbat
langai bildu eta aztertu di-
gutenak, langile asperrezi-
nak. Lerro hauen bidez
haien lana eta emana go-
gorarazi nahi dizkiogu ira-
kurleari1.
Bizitzako zertzeladak
Biak nafarrak genituen, sortzez: Ji-
meno Jurio Artaxoan jaio zitzaigun, Nafa-
rroako Erdialdean; Satrustegi, ostera,
Arruazun, Mendialdeko Sakanan. Urtez ez
zuten alde handirik, lehena 1927an jaioa;
bestea, 1930ekoa. Gerra Zibila lehertzera-
ko ume koskorturik ziren biak ere, baina
artean apenas bizitzari ohartuki begiratzen
hasteko lain.
Gerraoste hertsian egin ziren gizon
Jimeno eta Satrustegi (1940-1960), eta ga-
rai berean beren bizitzetako obra burutze-
ko prestatu, jakitatez ez ezik borondatez
eta adorez. Ondoko hamabost urteetan
edo (1960-1975) ikaslanekin batera ingu-
ruko gizarteko aldakuntzek ere gidatu zi-
tuzten, gero bizitzako azken hogeita bost
urteetan (1975-2002/3) utzi diguten kultur
lana burutzeko.
JOSE MARI JIMENO JURIO muti-
koari Artaxoa sorterriak berak erakutsi ziz-
kion Nafarroako gizartearen aurpegi ez-
berdinak: nekazal herri tradizionala, alda-
kuntza sozialen beharrean ageri zena;
gaztetxo zela, lehertu zen Gerra Zibila, eta
Artaxoatik arreta biziz entzun eta sufritu
zituen mutikoak fronteko albisteak. Ha-
mabi urte zituela, Mallorkako Lluc-en ja-
rraitu zituen jaioterrian hasitako ikasketak.
Handik itzultzean, Iruñean hasi zituen Ma-
gisteritzakoak, eta bertan Maisu titulua lor-
tu (1947). Bizitza zibilerako prestatuta ze-
goen, bada, gure gizona: Noain (1947) eta
Lergan (1947-1949) eman zioten lehenen-
goz maisu-lana.
Oposaketetarako paperak egiten ari
zela, beste bide bat hartzea erabaki zuen,
azkenik: 1950eko udazkenean Iruñeko
Seminariora joan zen, apaizetarako presta-
102
J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi:Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean
JOSEBA INTXAUSTI 1957azgeroztik euskal kultur mun-duan jardun du lanean, aldizka-rien zuzendari gisara, hainbatargitalpenetan parte hartuz,eta ikerlan historikoak argitaraemanez. Bartzelonako Uniber-tsitatean egin zituen bere His-toria ikasketak (1964-1969, etadenbora batez bertan jardunzuen irakasle eginkizunetan).Historia Moderno eta Garaiki-dean berezitu zen. Historian bieremu landu ditu berezikiago:EHko historia erlijiosoa etaHizkuntzen Historia Soziala(HHS). UZEI terminologi iker-tegiaren sortzaile eta zuzenda-ri izan zen (1977-1982).Talde-laneko argitalpen zabalei emandie leku: Euskal Herria (Euska-diko Kutxarekin, 1984-1985),Arantzazu (Santutegiarekin,2001), etab. Kongresu eta Ikas-taroak zuzendu ditu (EHU,Arantzazu). Euskararen LiburuZuria-n (1976) historia politi-koari buruzko sarrera-lana ida-tzi zuen (79-142. or.). Euskara-ren bizitza eta historiaz argita-ra emanak aipa daitezkehemen berezikiago: Euskara,euskaldunon hizkuntza (Jaurla-ritza, 1990; gaztelania eta fran-tsesera itzulia), eta zuzendarigisara gidatuak beste hauek:Hizkuntzen aldeko mugimendusozialak (EHU. 1993) eta Eus-kararen aldeko motibazioak(EHU, 1994).
tzeko asmoz. 1956an egin zen apaiz, ho-
geita hamar urte betetzera zihoala. Gotzai-
nak Zangozara bidali zuen lehenik (1956-
1958), eta Altsasuko Lanbide Institutura
gero (1958-1960). Hilabete batzuk Uxuen
emanda (1960), Bearin-a bidali zuten
(1960-1963). Herri honetatik Lizarrako
mundu kulturala ezagutzeko aukera izan
zuen: Santiago-Bideko historiak eta isto-
rioek eztenkatuta hasi zen bere lehen
idazlanak argitaratzen (Ruta Jacobea eta
Príncipe de Viana aldizkarietan). 1963az
geroztik Asiain eta Artetan aurkituko dugu
apaiz-lanetan.
1960etako hamarkada izan zen Ji-
meno Jurio ikerkuntza mundura iritsi ze-
na, batez ere Artaxoari buruzko lehen
idazlanekin. Geroxeago, Irantzuko Libro
Rubro delakoa eman zuen argitara (1970),
eta Navarra. TCP argitalpen-sailean lanki-
detza zabala eskaini. Bien bitartean, apaiz
gaztea inguru sozial, kultural eta politi-
koarekin ere harreman hertsian zegoen,
eta barnetik bide berriren baten bila. Ho-
rrela, ibilbide pertsonal isil baten ondo-
ren, 1970ean sekulartu zen Jimeno Jurio.
1972an ezkondu zen Elena Aranguren-
ekin, eta Iruñean bizitzen jarri; 1973an jaio
zen senar-emazteon seme bakarra.
Harez gero, kultur jardunean eman-
go zuen osorik bere bizitza, Nafarroari be-
gira, Euskal Herriari so, kultur tradizioa
arakatuz (herrietako etnografia), gaurkota-
sun-eskeei ihardetsiz (Amaiur sinbolikoa,
1982) eta jakitearen alde kritikoa bizkor-
tuz (Iruñeko historia, 1974). Batetik beste-
ra, Nafarroa osoa zeharkatuko du orduan
eta gero: “Jimeno Jurío es increíble. Nadie
sabe cómo puede llegar a tanto rincón, a
tanto papel antiguo, a tanta persona guar-
dadora de consejas” (M. J. Urmeneta).
Frankismoaren azken urteetako
egoera urduriak ere barrutik hunkitu zuen
Jimeno Jurio, eta herritarren jakin-mina
asetzen saiatuko da San Pedro auzoko Li-
burutegitik ez ezik (1970-1983), herrietan
emango dituen hitzaldien bidez ere: Aro
Garaikidea, Errepublika, Gerratea… Kaze-
ta, aldizkari eta mintzalditako lanak ez du
ateririk ezagutuko (1976…), betiere iker-
lan zainduagoa ahantzi gabe.
1980-1990.etako bi hamarkadetan
Nafarroako euskararen ahots galdua be-
rreskuratzen ahalegindu zen, herrietako
artxibategietan bezala (Agoitz, Zaraitzu,
Galipentzu, etab.) Erreinu Zaharreko lur-
lurrean (leku-izendegia). Lan erraldoia
izango da hau, bere gisara egina eta/edo
taldeetan landua, azkenik bere fruitu
umotua emateraino (1997). Urte bertsue-
tan, Erakunde eta Elkarteetan ere lanean
aurkituko dugu Jimeno Jurio: Eusko Ikas-
kuntza berrituan, Euskaltzaindian, Medi-
kuntza Historiako Euskal Lagunartean
(1984), Instituto Gerónimo de Uztáriz-en
(1985), Ateneo Navarro-n (1985). Bereziki,
Nafarroako Gobernuarentzat (1990,
1992…) eta Euskaltzaindiarentzat (1986-
1994) lan erraldoiak egin eta zuzendu di-
tu toponimia arloan. Hauek di-
ra, zalantzarik gabe, lan ugarien
eta emankorrenak utzi dituzten
urteak. Euskal gizarteak ezagu-
tu du Jimeno Jurioren lanaren
balioa, eta garaiz eskertu dio
egindakoa: Euskal Dantzarien
Biltzarrak Ohorezko Lehenda-
kari izendatu zuen, eta Euskal-
tzaindiak Ohorezko Euskaltzain
(1991), Nafarroako Kultur Era-
kunde eta Elkarteek omenaldi
herritarra egin zioten (1995), Sa-
bin Arana Fundazioak “Bizitza
osoko Lanari” Saria eman zion
(1998), eta Eusko Ikaskuntzak, berriz,
“Manuel Lekuona Saria” (1998).
Hilabetetako osasun maskal-aldi ba-
ten ondoren, 2002ko urriaren 3an, utzi
gaitu Jose Mari Jimeno Juriok, beste Jose
Mari adiskideari aurrea hartuta.
JOSE MARI SATRUSTEGI ZUBEL-
DIA, esan bezala, Arruazun jaio zen, eta
artaxoarra baino hiru urte gazteagoa zen,
1930eko azaroaren 15ean sortua. Herriko
lehen ikasketen ondoren, apaizetarako
bidea hartu zuen Satrustegi gazteak eta
Iruñeko Seminariora joan zen (1943); he-
mengo ikasketak burutzean, 1955ean
apaiztu zen. Iruñeko Elizbarrutian ez dira
anitz izan Satrustegiren bizitoki eta eliz
zereginak, baina izendatutakoetan luzaro
103
hermes nº: 2 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi: Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti
jardun du: Madotzeko Erretore (1955),
Luzaideko Bikario (1955-1964) eta Ur-
diaingo Erretore (1964-1995). Azken herri
honetan bete du, bada, bizialdirik luzee-
na (31 urte), eta bertan eta bertatik ikusi
dugu, aldi berean apaizaren eliz zerbitzua
eta ikertzailearen euskal lana betetzen,
herrian bertan eta Euskal Herri osoan.
Satrustegi idazlea garaiz hasi zen
bere luma-zeregina zaintzen, euskaraz eta
erdaraz (1956); Euskaltzaindiak 1957an
izendatu zuen urgazle, eta sei urteren bu-
ruan Euskaltzain oso, 32 urte zituela (Lu-
zaiden egin zuen sarrera-hitzaldia, 1963).
Laster aitortu zitzaion, bada, bere kultur
lekua euskal munduan; hamarkada be-
rean, antzeko zerbait gertatu zen Nafa-
rroan, bereziki 1969aren inguruan Foru
Aldundiko kultur sailean.
Ordurako, Satrustegi sa-
rri agertzen da hainbat kazeta
herritar nahiz kultur aldizkari-
tan. Nafarroako hainbat herri-
tan euskarazko irakaskuntzari
leku ematen ahaleginik franko
egin zuen hasierako hamarka-
da hartan. Azpimarratzekoa
da, aipatu urte horretan, Nafa-
rroako bi kultur aldizkari sor-
tzean izan zuen eskua: FontesLinguae Vasconum eta Cuadernos de Et-nología y Etnografía de Navarra (lehe-
nengoaren zuzendari izan da hil den ar-
te). Literaturako ele ederra ere maite
zuen: horrela, Iruñeko Udal Kutxaren Sa-
ria irabazi zuen 1972an Ekaitza eleberria-
rekin (Jakin, 1975).
Aldizkari horiekiko harremanaz
gain, Euskaltzaindikoak izango dira har-
tuko dituen erakunde-ardurarik ezagune-
nak. Akademiako Idazkari (1978-1992),
Nafarroako Ordezkaritza-Buru (1979-
1997); Euskaltzaindiko Batzordeetan ere
eskurik izan zuen, Onomastikakoan batez
ere, eta pertsona-izenen lehen argitalpen
bide-urratzaile haren bidez balio sozial
handiko eta luzaroko zeregina bete zuen
(1972-2001: Euskal izendegia). Oinarri
horren gain egin da, azkenik, Euskalizendegia. Ponte-izendegia deritzan argi-
talpena, Satrustegiren “Pertsona izenen
historia” izenburua duen lanarekin dato-
rrena (Gorrotxategi/Salaberri eta Batzor-
de akademikoa, 2001).
Herri-Erakundeetan hizkuntzareki-
ko politika birbideratu zenean, Eusko
Gobernuko Euskararen Aholku Batzor-
deko kidea izan zen (1988-1993), Nafa-
rroan, berriz, Kultura Aholku Batzordean
jardun zuen (1990a arte) eta baita Euska-
raren Legearen garapenerakoan ere.
Hainbat Unibertsitatek eman zion hitza,
ikastaro, mintegi eta hitzaldietan (EHU,
Deustua, Iruñeko CSET, Waseda-Japonia,
Sta. Fe-Argentina, Erevan-Armenia), eta
Nafarroako euskal mende-laurdena aur-
keztera deitu zuten UEUtik (2001). Az-
ken urteetan jaso ditu bere aitorpen so-
zial eta akademikoak: Bizkaiko Ikastolen
Elkartearena (2001: toponimia eta ono-
mastikako lanengatik), “Larre-
ko Saria” eman zion Euskale-
rria Irratiak, “Manuel Irujo Sa-
ria” Lizarran (2002), eta EIZE
itzultzaile elkarteak ohorezko
bazkide izendatu zuen urte
berean.
Horra, bada, antzeko bi
ibilera intelektual eta kultur-
tzale, elkarrekin alderatuta ge-
ro beren obretan zehar zehaz-
kiago marraztu nahi ditugunak.
Antzeko soslaia ezberdinak
Jimeno Jurio eta Satrustegi Zubeldia
jaunek antzeko soslaia izan dute, aurreko
lerroetan ikusi ahal izan dugunez, eta ja-
kite-alor berak ere ukitu dituzte (etnogra-
fia eta euskara bereziki).
Nafarroako testuinguru sozial edo
harrobi kultural ezberdinetan eta aski
kontrajarrietatik sortu zitzaizkigun bi na-
farrok, bata Erdialdean eta bestea Men-
dialdean. Arruazuko herria baserri-landa
guztiz irekia izan da gaur arte; Artaxoa,
aitzitik, betidanik hiri-moldeko herri-ar-
tea, bere hiritasunean (murru-barnean bil-
duta), biztanlerian eta herri- eta eliz era-
kunde ongi gorpuztuetan mamitua (ka-
lonjeen priorgoa, eliz kabildoa). Artaxoa
elebidunak XVIII.ean edo galdu zuen era-
104
hermes nº: 3 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi:Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti
bat euskara eta geroztik ez du honek ber-
tan burua altxa; alderantziz, Arruazuk eu-
tsi egin ahal izan dio gaur arte bere eus-
kaltasun betikoari.
Ondorioz, Satrustegi euskaldun
“jaio” zen bitartean, eta laster elebidun bi-
lakatu, Jimeno sendiz eta herriz erdaldun
elebakarra zen. Hori horrela, Artaxoako
(1969…) eta Nafarroako euskal leku-ize-
nekin egin zuen topo, lurralde horretako
kultur erro zaharrak non zeuzkan ohar-
tzeko moduan. Jimeno Juriok ez zuen lor-
tu euskara mintzatuaz guztiz jabetzea,
baina amestutako euskara sasi-trabatua
hurrengo belaunean segurtatu ahal izan
du bere sendian. Nahiz eta idatzi ere ez
duen euskaraz idatzi, Nafarroako lurrare-
kin batera bertan txertatutako hizkuntza
isildua ere maitatzen ikasi zuenetik, Nafa-
rroako hizkuntz oroimen toponomastikoa
egun-argitan jartzen ahalegindu da, mai-
su-lan erraldoia burutuz berak eta bere
inguruan gidatu dituen taldeek. Horrega-
tik izendatu zuen Euskaltzaindiak Oho-
rezko Euskaltzain Jimeno Jurio.
Hizkuntzarenaren ondoan, deskri-
bapen etnografikoa segurtatu dute Jime-
no Juriok zein Satrustegi Zubeldiak, hil-
tzear ageri zen gizarte zaharreko leku-
koak bilduz. Neurri batean elkar osatu
dutela esan daiteke: Satrustegik Mendial-
deari arreta gehiago jarriz (Luzaide, Ur-
diain), eta Jimenok berezikiago Erdialde
eta Erriberako langai etnografikoak jasoz
(Kortes, Tutera, Tafalla, Lizarra).
Bien jarduera intelektuala ogibidez-
ko iker-erakunderen babesik gabea izan
da, Unibertsitate edo Ikertegi jakin batean
profesiozko lan-posturik gabea esan nahi
dut. Hala ere, biak gotorki atxiki zaizkio
iker-lanari, beren barneko grinari jarraiki.
Jimeno Juriok hamabosten bat urte egin
zituen apaizgoa eta kultur lana elkartuz;
Satrustegik, berriz, bizitza osoa, eta ho-
rren ondorioz Elizak eman zion babes
ekonomiko segurtatua, nahiz eta bestal-
de, bistan da, eginbehar kulturala neke
pertsonalik gabea ez zen izan. Jimeno Ju-
rio-k, Elizatik sekulartzean, liburuzain ar-
dura hartu ahal izan zuen ogibide bezala
(1970-1983), eta hori uztean larriago zela-
rik, ordura arte egin eta irabazitako lana-
ren sona onak eta proiektu berriek lagun-
du zioten egoerari gaina hartzen. Dena
ere, dedikazio pertsonal handiz egindako
obra da biena. Eta horretan ez ziren bate-
re aberastu, jakitez, harremanez eta zerbi-
tzutan ez bada.
Baina ez zaie falta izan jakintza-la-
gunarterik, beren hautapenetan. Alor ho-
netan bi erakunde handi ditugu geure he-
rri-erakundeetatik jaioak, eta sortzetik
bertatik eta berariaz Euskal Herri osoko
ezagumendua zaindu eta ikertzeko era-
tuak: Euskaltzaindia eta Eusko Ikaskun-
tza. Bietan izan dira Jimeno Jurio eta Sa-
trustegi partaide nabarmenak. Satrustegik
Euskaltzaindian jardun du berrogei eta
gehiago urtetan (1957, 1963-2003), eta Ji-
meno Jurio-k berorren inguruan toponimi
eskola sortu duela esango luke batek
(1983-2002); Eusko Ikaskuntza izan da Ji-
menoren beste lantegi maitea, Nafarroan
eta Nafarroatik: lehendakari-orde izan
zen hemen, eta Erakundearen kaierretan
saiatu zen parte hartzen (1985…). Zalan-
tzarik gabe, pasaera politikoaren garaie-
tan inork baino hobeki lagundu zuen
Eusko Ikaskuntzari ekarpen nafar berritu
bat ematen.
Izan ere, Nafarroak, kalitatez eta
kopuruz, toki nagusiena izan du bi idazle
hauen lanetan. Nafarrak ziren, eta Nafa-
rroatik eta Nafarroaz hitz egin digute ba-
tik bat. Euskal nafartasun hau behar ge-
nuen, eta etorkizunerako funtsezko obra
utzi digute, iragana eta oraina elkarrekin
lotuz.
Frankismoaren garaian, Foru Al-
dundiak abian jarritako baliozko ekime-
netan –aldizkariak, bestelako argitalpe-
nak– esku zuzena izan zuten, batez ere
Satrustegik, eta kasik hogeita hamar urte-
ko leialtasuna izan da arruazuarraren ho-
ri, idatz-lankidetzan ez ezik Aldundiko
Kontseiluetan ere presente egonez. Jime-
nok 1968an Arataxoari buruzko agiritegia
Aldundiarekin argitara zuenetik, 45 libu-
ruxka idatzi zituen haren Navarra. Temas
de Cultura Popular sailerako, hamar-ha-
maika urtetan: benetako altxorra (1969-
1979). Baina batez ere Foru Aldundiaren
105
hermes nº: 4 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi: Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti
eskez landu eta elkarlanean gidatutako ai-
patu obra paregabea da erakunde-lanki-
detza honen erakuskaririk onena, Toponi-mia y Cartografía de Navarra-NafarroakoToponimia eta Mapagintza, bere 59 alere-
kin (1992-1999).
Bakoitzak bere gisara, Jimenok eta
Satrustegik Nafarroako kulturaren eta
euskarazko ondarearen lekukotasuna
arrunt goiti eraman dute, gerra-aurreko
belaun handiari jarraitasuna emanez (“Los
Eúskaros” haiengandik gerraraino iritsi zi-
renei, alegia: Iturralde eta Suit, Campión,
Altadill…). Hori, Nafarroako etxetik ber-
tatik egin izana eskertzekoa da zinez.
Euskararen munduan nabaria izan da Sa-
trustegiren belaun-zeregina, eta Jimeno
azken urteetan benetako sinbolo bilakatu
zen, euskal nafartasun honen aldetik, gi-
zartean oro har eta lagunarte akademi-
koagoetan.
Horiek horrela, biek, Ji-
menok eta Satrustegik, beteki-
zun herritarragorik ere izan
dute: herrietan, herriz herri,
herri xumearen artean ehunka
mintzaldi eman dituzte, tokian
tokiko albiste, historia eta isto-
rioak azalduz sarritan, eta Na-
farroa eta Euskal Herri osoko
berriak ereinez. Isil arazitako
iraganari eta orainaldi ezkutatuari jakitu-
naren ahots duina eman zieten, inondik
ere.
Batez ere Nafarroan egindako lana-
ren ondorioz, Euskal Herri osoan irabazi
zuten izen ona ongi aitortua izan da azken
hamarkadan, bereziki Jimenoren kasuan
(aipatu ditugun omenaldiak), eta beste gi-
sa batean Satrustegirenean (hitzalditarako
zenbat dei jaso duen beste Herrialdeetatik
ere!). Azken orduan ere, “Nafarroa eta
euskara” deritzan Jakin-en zenbakian, adi-
bidez, eman berri digu honek “Euskara
Nafarroan atzo eta gaur” idazlana. Nafa-
rroako kultur ondarea guztiontzat dauka-
gunok esker onez begiratu izan dugu bi
gizon hauen ekarpena.
Burututakoa bertatik bertara beha-
tuz bakarrik ohartu ahal izango gara bion
obraren tamaina eta esanahiaz.
Jimeno Jurio-ren obra
Ia berrogei urteko ibilera izan du Ji-
meno Jurio-ren idazketa-lan argitaratu eta
katalogatuak (1963-2002), baina, espero
daitekeenez, erritmo ezberdinak izan ditu
guzti horren ekoizpenak, eta ukitu dituen
alorrak gehienetan ez dira denak batera
garatu. Bestalde, bi argitalpen-molde be-
reizi behar dira, liburuen bidezkoa eta al-
dizkarietan eman eta sakabanatua; biak
izan dira garrantzizkoak. Azkenik, idazla-
nek ere ez dute beti balio eta maila bera
gorde, hedapen-lan xume ugariren on-
doan eskakizun handiko ikerlanak ere
egin ditu; jeneralean, azken molde hone-
takoak izan dira liburuak.
Jimeno Jurio 28 libururen egilea da;
horietako sei, beste lankideren batekin el-
kartuta burutu zituen. Toponimia eta ma-pagintza-rena kontutan hartzeke, kalkula-
tu ahal izan dugunez, autore
bakar bezala ageri den liburue-
tan 6.000 orrialdetik gora argi-
tara zuen, elkarlaneko beste
bostetakoa gehitu gabe. Hor-
taz, materialki ere lan gaitza
izan da Jimeno Juriorena.
Berak zuzendaritza era-
man gabeko talde-lanetan edo
inoren liburuetan sarritan hartu
zuen parte Jimenok: 47 horre-
lako zenbatu ahal izan dizkiogu. Jenera-
lean, idazlan laburrak, eta inoiz edo bes-
tetan liburu-hitzaurreak.
Liburuetara iritsi gabe (“liburu” kon-
tzeptua, gutxienez 50 orrialde dituzten ar-
gitalpenei egotzi ohi zaie), Navarra. Te-mas de Cultura Popular sailean agertuta-
ko Jimeno-ren 45 liburuxka daude.
Hogeita hamar orrialdeko testu trinkoa ja-
so ohi zen bakoitzean: hortaz, egin kontu
hauek bakarrik orotara 1.350 orrialdeko
testu-masa direla. Batez ere 1969tik 1974a
arteko lana izan zen hau, urtero liburux-
ka-multzo ederra emanez (1971n, adibi-
dez, 9 ale).
Zailagoa da aldizkarietakoa osorik
bildu eta kalkuluak zehazki egitea, baina
aipa dezagun bederen presente egon zen
aldizkarien zerrenda, lankidetzako urte
nagusienak ere gogoraraziz eta bakoi-
106
hermes nº: 5 de 10 J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi:Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti
tzean utzitako lan-kopurua zenbatuz: Ru-ta Jacobea (1963-1965: 6 idazlan), El Milia-rio (1966: 2), Príncipe de Viana (1965-
1997: 23), Fontes Linguae Vasconum(1969-1998: 26), Cuadernos de Etnología yEtnografía de Navarra (1970-1997: 16),
Punto y Hora (1977-1978: emanaldi ugari,
17 gai ezberdinekin), Jakin (1978: 1),
Dantzariak (1979-1994: 7), Herria 2000Eliza (1982: 1), Langaiak (1982-1984: 2),
RIEV (1983-1997: 3), Euskera (1985-1988:
4), Cuadernos de Sección (EI: Hizkuntza,
Zuzenbidea, Historia, Folklorea. 1985-
1998: 5), Concejo (1986: 1), Anuario deEusko Folklore (1986-1987: 1), Narria(1987: 1), Noticias del Agua (1987: 1), Ohi-tura (1987: 1), Instituto Gerónimo de Uz-táriz (1988: 1), Cuadernos de Cultura Ta-fallesa (1991: 1), La Ondarra (1995: 1).
Ikus daitekeenez, 21 dira aldizkari
hauek, baina lankidetza oso ezberdinekin
ageri dira. Nafarroako aldizkari zientifiko
ofizialak dira nabariki nagusi: Fontes dator
lehenengo, 26 idazlanekin, Príncipe deViana hurrena 23rekin, eta Cuadernos deEtnografía 16rekin. Hauetako lana
1965etik 1998a arte luzatu zuen Jimenok.
Ohartzekoa da bi urte giltzarritan (1977-
1978) Punto y Hora de Euskal Herria aste-
rokoan egin zuen hedapen-eginahala,
80tik gora lan labur argitara emanez (ge-
ro, partez behinik behin, liburutan ere ja-
soa). Berezilarientzako ikerlanen ondoan,
bada, herritar xumeari ere eskaini nahi
izan zion bere ekarria, Autonomiaren al-
deko ahaleginak (1917-1919), Nafarroako
lurretako borroka soziala, II. Errepublika
eta gerrateko gertaerak gogoraraziz.
Izan ere, alor ezberdinak aztertzea
izan baita Jimeno Jurio-ren grina: historia
eta etnografia, tokian tokiko ohiturak, per-
tsonaia handiak bezala herri apala, eliza,
ermita eta ospitaleak, bideak eta herriak,
hiriak eta landa-herriak, gaztelania eta
euskara, geografia eta artea, etab. Histo-
rian iturriak bilatzea maite izan du, ba-
tzuetan testuen edizioak eginez: Artaxoa
(1968), Irantzu (1970), Tafalla (2000),
etab.
Historiako Aro ezberdinak ukitu di-
tu: Antzinatea bere erromatarren bide
(1966) eta ara-ekin (1975), eta Erdi Aroa
zer esanik ez, Nafarroako Erreinuaren so-
rrera-urteak arakatuz (Orreaga: 1969,
1973, 1974), Santiago-Bideak begiratuz
(1963-1965, 1969, 1971, 1973), Bide horre-
tako zerbitzuak ikertuz (ospitale, ermita,
ostatu, etab.: 1965, 1971, 1993, 1995,
1997), garaiko gizarte nafarra aurkeztuz
(Zangoza, Iruñeko Nafarreria, Erriberri,
Artaxoa, Tafalla, edo herri hustuak eta
merkatuak: 1966, 1970, 1971, 1976, 1986),
Koroaren presentzia erakutsiz (Karlos
III.a, Jauregiak: 1971), nafar erlijiotasuna-
ren adierazpen instituzionalak ikertuz (pa-
rrokiak: Asiain, Izkue; monasterioak: La
Oliva, Aralar: 1969, 1970, 1975, 1982,
1986). Gaiok batzuetan Aro Modernora
ere luzatzen dira; maite du berritasun kul-
turalak erakustea: inprimategiaren Nafa-
rroako iragana (1974), edo medikuntzako
albisteak (1985). Frankismoa bukatzean,
Aro Garaikidera etorriko da: Nafarroako
histori sintesi berrietan parte hartuko du
(1980-1982), eta Nafarroa Euskal Herri
osoarekin lotzen duten une eta arazo la-
rrien historia idatziko (1977…).
Historiaren funtsarekin zerikusia
duten bi alorretan saiatu zen luzaz Jime-
no Jurio: egunerokotasunaren historia ere
erakuts dezakeen etnografian eta hiz-
kuntz iraganaren lekuko iraunkor berdin-
gabea den toponimian. Landa-lana oso
maite zuen Jimenok, jendearekin harre-
man beroan, arrunt gogoko zuen lana eta
aisia, sendia eta herria, mundu hau eta
bestea, dena elkar-trabatzen duten pen-
tsamolde eta ohiturak biltzea. Lan etno-
grafikoak ugari ageri dira lanen zerren-
dan: Bideko legendak (1969), Artaxoa,
Altsasu, Zentroniko, Tafalla eta Elo etno-
grafikoak (1970, 1974, 1975, 1989, 1996),
Eguberri, Aste Santu, udaberri eta lau ur-
taroetako folklorea (1971, 1973, 1976),
neguko jai-ospakizunez liburu oso bat
(1988), goiz-kantak (1973), inauterien his-
toria (1979, 1980), Lizarraldeko Gorpuzti
Jaia (1987), Erriberako dantzak (1974,
1982, 1987, 1990, 1993), sineskizunak
(1976), pertsonaia herritarrak ahaztu gabe
(1975). Ikusten da, bada, 1970.etan jarri
zuela arreta berezia lan etnografiko haue-
107
hermes nº: 6 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi: Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti.
tan. Horren ostean, ondoko urteetan eto-
rri zen, bere uholde handian behintzat,
toponimia.
Zalantzarik gabe, 1969ko “El euske-
ra en la toponimia de Artajona” hura aur-
kikuntza suspergarri gertatu zitzaion iker-
tzaileari, zenbait urte geroago bereziki
arakatu zuen aztergairako (1987an berriro
azpimarratu zuen Artaxoaren euskaltasun
historikoa, bertsolariak eta aipatuz). Non,
eta bere erdal sorterrian, nola zegoen lu-
rretan hainbeste euskara? Toponimiaren
honek bere bakarrean eta taldean eginda-
ko lan gotorrak ekarri zituen: Iruñerria
(1984, 1985, 1994), Zendea ezberdinak
(Zizur, 1986; Galar, 1987; Oltza, 1989, An-
tsoain, 1992), Elortzibarra (1990), Burlata
(1991), Lizarra (1998), etab.
Lekuari lotutako izendegi xeheare-
kin batera, Nafarroako herrien izen nagu-
siak eta euskal izendegiak ja-
sandako aldakuntza gutxi-as-
ko bortxatuek ere arduratu
zuten Jimeno Jurio: santu-ize-
nak leku-izen bilakatu zirene-
koa eta, alderantziz, ermiten
euskal izenena (1985), euska-
razko eta erromantzezko herri-
izen nafarrak (1986), edo -ain
atzizkidunak (1986), zenbait
herri-izen jakini buruzko txos-
tenak (Lizarra eta Atarrabia, 1988; Arque-
ta/Los Arcos, 1990, 1994). Interesgarriak
izan dira, eta gida-eginkizuna izan dute,
gainera, leku-izendegi inkestarako oha-
rrek (1988) edo alor honetan abian ziren
edo burututako lanen berriemateek
(1991).
Horrekin guztiarekin batera, eus-
kararen presentzia toponimikotik harago
joan nahi izan du Jimenoren ikerkun-
tzak: hizkuntzaren erabilpen historiko
mintzatuak ere atzeman nahi izan ditu,
herri, eskualde eta Nafarroa osoan. Aha-
legin horren emaitza eta sintesiak izan
ziren, alde batetik, Iruñeri buruzko obra,
Historia de Pamplona y de sus lenguas(1995), eta, bestetik, Navarra. Historiadel Euskera (1997). Biak ere aurreko ur-
teetakoen fruitu zirenak, izan ere hain-
bat eskualde eta herri azterturik bai-
tzeuzkan lehendik: Artaxoa (1969, 1987),
Urraul Goiti (1991), Galipentzu, Aibar
eta Agoitz (1992), Zaraitzu (1993), Allin
Ibarra (1994), Eguesibarra (1996) eta be-
rezikiago behin eta berriz Iruñea bera
(1994, 1995, 1996). Euskararekin loturiko
zenbait pertsonaia ere gogoan izan du:
Juan de Amendux, c. 1540-1580 (1996),
Juan de Beriain, 1566-1633 (1988), Aita
Jose Moret (1993).
Ez da, noski, agortzen hor Jimeno
Jurio-ren obra, baina iradokitzen dute
esandakoek haren interes nagusienak
nondik nora joan ziren. Obra osoak ez du
balio bera, eta ez dira parekatu behar he-
dapen-gogoz egindako zenbait artikulu
eta aldizkari edo liburu jasoagoetarako
idatzitakoa. Zein berritasun ekarri digu
autoreak bere obran, ikertutakoa erabat
berria duelako nahiz ikuspuntu berriren
batetik begiratu delako?
Lehen mailan jarri be-
harko genuke Nafarroako to-
ponimian egindako ikerkun-
tza, eta horren paretsuan, oro
har, Herrialde horretako eus-
kararen historia sozio-geogra-
fikoari eskaini diona. Ondo-
ren datoz, Erreinu Zaharreko
historia orokorrari eta gai mo-
nografiko batzuei eskainita-
koak (Orreaga, Amaiur, etab.). Nafarroa
bere gizon-emakumeekin maite izan du
Jimenok, eta bere ibilera etnografikoetan
jaso zizkigun hainbat izengabeko jende-
ren bizitza eta berauen herriak, banan-
banan (tokiko historia eta izaera); agian,
batez ere lekukotasunaren balioak ditu
sail etnografikoan bildutakoak, eta bildu-
ma hain zabala izaki, inork gutxik era-
kuts lezake Nafarroan halako aberastasu-
nik.
Euskaraz ez du idatzi, baina, zer
esanik ez, hizkuntza honen alde eginda-
koak miresmena eta esker ona merezi di-
tu, eta hau esatean hizkuntza baldintza
pertsonal bertsuetan jardundako beste
nafar bat gogoratuko nuke: Arturo Cam-
pión. Azken buruan, Nafarroako hizkun-
tzekiko oroimen berri batez jantzi gaitu Ji-
meno Juriok.
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hermes nº: 7 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi:Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti
Satrustegi-ren obra
Eskura ditudan albisteen arabera,
Jose Mari Satrustegi eta Jimeno Jurio data
oso hurbiletan hasi ziren idazten: Satrus-
tegi (1956: Boletín RSBAP), Jimeno (1963:
Ruta Jacobea). Testuinguru kultural be-
rean, hortaz.
Lau hamarkada ongi pasatuak bete
ditu Satrustegik bere kultur lanean (1955-
2003); gehienbat euskaraz eta hainbatetan
erdaraz ere. Ikusi dugu gazterik heldu ze-
la kultur Erakundeetan lekua irabaztera;
bestalde, berehala aitortu zitzaion euskal
munduan Nafarroaren ordezkaritza mora-
la ere (1957, 1963, 1969…). Geroztik, tes-
tuinguru horretan beraietan zegozkion
eginbeharrak betetzen saiatu zen, eta be-
re baitako zaletasunek eskatzen zizkioten
ekimen eta ikerlanak garatzen (euskalari-
tza, etnografia, literatura). Etenik gabe
idatzi zuen, urte guztietan eman zuen ar-
gitara zerbait (1976tik aitzina bi hilabete-
tik behin ikerlanen bat?).
Oro har, nabaria da nola erakunde-
antolamenduetako erantzukizunen ardura
eman ohi zitzaion, hautatuta (Euskaltzain-
dia) edo izendaturik (Foru Aldundia).
Bestalde, saiatu zen harreman sozio-kul-
turalak zaintzen eta komunitate zientifi-
koan ezaupideak egiten eta adiskidetasu-
nak zaintzen.
Liburu-liburuxkatan 22 obra zenba-
tu dizkiogu Satrustegiri: horietako bost
gaztelaniaz daude (kasu batean bere jato-
rrizko euskarazkotik itzulita); gainera-
koak, euskaraz. Liburuok ez dira beti
ikerlanak izan, eta badaude literatur idaz-
kiak direnak ere (Ekaitza eleberria, esate-
rako: 1975), edo haurrentzako pentsatuak
(esateko, Ipui miresgarriak, 1980; Axelkoeta Otsoko, 1983). Oro har, liburuak ez di-
ra argitalpen mardulak izan, eta badira
batzuk dibulgazio-asmoa izan dutenak.
Argitalpen hauetan Satrustegiren
beste interes bat ere ageri da, baliozko
agiri edo idazki zahar argitaragabeak be-
rreskuratzearena alegia. Horrela egin
zuen Bordel bertsolariaren liburua paratu
zuenean (1965), eta kezka bera ageri da
ondoko urteetako lan solte askotan: Tapia
Perurena (1985), Olasagarre (1989), edo
testu zaharragoekin: 1619ko bertsoak
(1960), nexka gerlariaren erromantzea
(1972), Juan de Amendux-en erosta
(1975), Burundako Ordenantzak (1982),
Goizuetako Udalarenak (1996), Olaibarko
bertso paperak (2000). Zaletasun honek
jota, Euskal testu zaharrak deritzan
proiektua aipatu behar da batik bat he-
men: lehen liburuki aberatsa atera zion
Euskaltzaindiak, hain zuzen izenburu ho-
rrekintxe (1987: 364 or.).
Aldizkarietako Satrustegirena ere,
Jimenoren kasuan bezala, bi mailatakoa
izan da: hedapen-lanari zegokiona (Zeru-ko Argia, Diario de Navarra: hiru urtez
asteroko lan bat; edo Príncipe de Viana-
ren euskal orrian, adibidez) eta ikerkun-
tzako aldizkariena. Azken hauetara gato-
zela, zerrenda zabala osatzen dute Satrus-
tegiren lanen bat jaso zutenek;
hamabosten bat aldizkari, behintzat, kon-
tatu ditugu, eta dagoeneko zenbatu diz-
kiogun lanak 148 dira (ez, noski, denak,
baina bai aldizkari berezituetako gehie-
nak bederen): Euskera da lehena, 45 la-
nekin gutxienez (1961-2000), Fontes Lin-guae Vasconum 31 (1969-1998), Cuader-nos de Etnología y Etnografía de Navarra21 (1969-1992), Egan 18 (1983-2000), Bo-letín RSBAP 10 (1956-1992), ASJU 8 (1977-
1993), Príncipe de Viana 5 (1960-1993),
Jakin 5 (1972-2003), RIEV 2 (1984-1986),
Senez 2 (1994-1996), Oihenart 1 (1985),
eta begiratu ezin izan ditugunak: Luzai-de, Gaceta Médica de Bilbao, etab. Aldiz-
kari berezituetako artikulugintza honen
albisterik zabalenak Sancho el Sabio Fun-
dazioko eta KMren katalogoetan topa dai-
tezke: lehenengoan, adibidez, 199 idazlan
ezberdin ageri dira Satrustegirenak, eta
segurua da zenbait jaso gabe dagoela
oraindik. Aldizkari bakoitzaren nortasu-
nak eta berariazko gai-alorrak iradokitzen
digute zertaz ari zen Satrustegi haien
orrialdeetan, eta gehienetan baita egin
behar zuen hizkuntza hautapena zein
izan zitekeen. Euskera edo Jakin-en eus-
karaz idatzi zuen, noski, eta Cuadernosde Etnología-n (1996), e.b., gaztelaniaz,
nahiz eta ezagutzen dugun azken hone-
tan euskaraz idatzitako lan bat ere (1996).
109
hermes nº: 8 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi: Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti
Euskera aldizkariaren orrialdeetan
testu anitz bada Satrustegik Akademiako
Idazkari gisara emandakoa. Ageri denez,
horrelakoak gogoan hartu gabe, 45 lan
zenbatu ahal izan dizkiogu aldizkari ofi-
zial horretan, lehenengoa 1961ean eman
zuenetik heriotza arte. Bistan da, denak
ere euskararen inguruko gaiez oratuak
eta, berezikiago, kide zen Euskaltzaindi-
ko Batzordeetako azterkizunak landuz:
bertsolariak, hiztegi herritarra, ziza eta
ahaide eta pertsona-izenak, dialektologia
(zenbait herritako euskara: Luzaide, Ara-
kil), kultur pertsonaiak. ASJU aldizkarian
ere euskara izan zuen aztergaitzat, noski,
testu zahar argitaragabeak kaleratuz
(1977-1993), edo herriren bateko euskara
aurkeztuz (Zugarramurdi, Luzaide).
Gai etnografikoak, ia osorik, Iruñe-
ko aldizkari handietan eman zituen, Prín-
cipe de Viana-n eta ugariago,
aipatutako Cuadernos-en. Era-
bilitako gaiak hauek izan zi-
ren: bertsoak (1619), mugalde-
ko historia erlijiosoa (Luzaide),
Urdiaingo deskribapen etno-
grafikoa, Von Schack Kondea-
ren bidaia (1858), Manezaun-
diren biografia kristau-aurreko
tradizioak, estelak, betidaniko
teknologiak, medikuntza he-
rritarra, erritoak, etab.
Donostiako bi aldizkaritan utzi du
Satrustegik bere lan-multzo bat, Boletínde la RSBAP-en eta Egan-en. Lehen urra-
tsak ematen ari zelarik aurkitu zuen ater-
pea lehenengo horretan (1956-1967), eta
buletinean emandako hamar lanen artean
daude Bordelen biografia, 1564eko eros-
ta, Luzaideri buruzko oharrak, etab.
Egan-era literaturari buruzkoak bidali zi-
tuen: azken urteetakoak gogoratuz aipa-
garriak dira ipuinei dagozkienak (1985,
1995) eta Miranderen gutunak (1984).
Satrustegiren idazle-bidean gogora-
raztekoa da, iragan urrunagokoen azter-
keta biografikoen ondoan (Pedro Atondo
exorzista, 1984; Juan de Amendux, 1975;
Esteban Adoain, 1980; Pedro Agramont,
1996; J. Frantzisko Aizkibel, 1979, 1998),
nolako arreta jarri zuen hilberrien albis-
teak ematen; jeneralean, lan laburrak dira
baina sarritan ia bakarrak ere bai beroriei
buruz. Honelakoen artean eman behar di-
tugu ondokoen berriemateok: Juan Goi-
koetxea Zabalo (1973), Pedro Diez de Ul-
tzurrun apaiza (1977), Aingeru Irigarai
(1983, 1999), Norbert Tauer (1983), Aita
Damaso Intzakoa (1986), Bonaventura
Oieregikoa (1986), Jose Estornes Lasa
(1987), Jose Agerre (1989), Migel J. Urme-
neta (1988, 1989), Martzelino Garde
(1990), Pedro Diez de Ultzurrun sendagi-
lea (1994), Jose Maria Azpiroz (1998),
Bernardo Estornes Lasa (1999), Alexander
Tapia (2000). Ikusten denez, ia denak ere
idazle nafarrak eta gehienak Euskaltzain-
diarekin zerikusirik zutenak. Jakitun eza-
gun batzuen berriemaile ere izan zen Sa-
trustegi gure Akademian, hala nola: Nils
M. Holmer (1994), Julio Caro
Baroja (1995). Bestalde, K. Mi-
txelenaren paperetatik Fontes-
en jasotakoak baliozkoak iza-
nen dira euskalaritzaren histo-
ria osatzeko.
Bizien arteko harrema-
netan aipa ditzagun bi euskal-
tzain berriren sarrera-hitzaldiei
egindako harrera-agurra eta
erantzuna: Henrike Knörr-ena
(1978) eta Frantzisko Ondarrarena (1981).
Aipatutako datuetatik ondoriorik
ere atera daiteke: Satrustegi batez ere eus-
kararen corpus-az arduratu zen, histori-
koaz eta oraingoaz, ia beti testuen eta bil-
dutakoen barne-analisi filologikoak egi-
ten ibili gabe, gehiago aztergaiak salbatu
eta ikertzaileen eskueran jartzen. Inoiz le-
kuko zaharren artean pitxi preziaturik ere
aurkeztu zigun. Ugariak izan dira etno-
antropologiatik egin digun ekarria, eta
ematen du horixe izan zela bereagotzat
zeukan alorra. Inoiz testu literariorik ere
ekoizten saiatu zen, baina badirudi ez de-
la hori izango utzi digun herentziarik es-
timatuena. Euskalgintzako aldizkari eta
Erakundeetan betetako zerbitzuek hain-
bat ordu lapurtu zioten, betiere ikertzaile-
komunitatearen mesedetan, eta gure es-
ker ona ongi irabazita du Satrustegik.
110
hermes nº: 9 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi:Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti
111
Azken begiratua
Aztertu ditugun bi kasu intelektual
hauetan, nabaria da ekoitzitakoaren kon-
plexutasuna, eta bi obra osoekiko juzku
kritikoa ez dago nornahiren esku; kritika-
riek alor ezberdinetako adituak izan be-
harko lukete. Bestalde, idazleon lan buru-
tu berria premiazko perspektiba histori-
koan behatu ahal izateko denbora
beharko da oraindik, azken buruan bizi
izan duten garaiko historia kulturalaren
barruan begiratu beharko baitira bien la-
nak (1960-2000), testuinguruko baldintza
eta eskueran izandako baliabideak go-
goan ditugula, ukitutako alorretan lehen-
dik genekarrena eta ondoren jaiotzen ari
dena, biak, aintzakotzat hartuta. Bego,
bada, bere sasoirako analisi kritiko hori.
Nafarroako XX. mendeko bigarren
erdi-aldiko kulturaren ezagumendua na-
hitaez ageri zaigu lotuta bi ikertzaile
hauen historia pertsonalari, eta Jimeno-
ren kasuan ezagutza-berritasun zabalago
batekin, esango nuke. Satrustegik, berriz,
garai zail eta hobeagoetan Nafarroako
euskararen bandera bere gaurkotasunean
goraki erakutsi du (frankismoan zirriki-
tuak zabalduz, lehen frankismo-ondoko
aldakuntzan parte hartuz, geroago pre-
miazko protesta-hitza esanez).
Bete duten jarduera, luzaro aterpe
instituzional eskasekoa izan da, eta sakri-
fizio pertsonal handikoa. Lehenago ba-
tean, Unibertsitaterik gabe, euskal komu-
nitate zientifikoak bizi izandako egoera
bertsuan aritu dira, kasik erretiroa hartze-
ko ordua iritsi zitzaien arte. Eta horra pa-
radoxa: azken heldutasun horretantxe ze-
la gidatu ahal izan du Jimenok bere obra-
multzorik emankorrena, eta, uste
dudanez, iraunkorrena ere.
Zalantzarik gabe, politika arin et ur-
duriaren aldarteen ondoan, kulturaren
iraupen-indarra erakutsi digute bi iker-
tzaile nafar hauek, eta gerorako itxaro-
pen-harrobi berria sortu eta erakutsi dute
Nafarroan. Ez da gutxi.
Lana, parte on batez, oso barreiatu-
ta geratu zaie biei. Aldizkarietan sakaba-
natutako hori ez da izango dena balio be-
rekoa, baina idazlanen antologia egoki
baten edizioa ongi etorriko litzaieke gaur-
ko Nafarroa eta Euskal Herri osoari. Justi-
ziazkoa izango litzateke halako bizi-opa-
ria egin diguten Jose Mari Jimeno Jurio
eta Jose Mari Satrustegi-rekin dugun zorra
nolabait kitatzen hasteko.
NOTAS 1 Iturriak. Lan honetarako erabilita-
ko iturriak bizpahiru gisatakoak izan dira:
a) Lehendik argitara emanak, b) Internet-
en bidez lor zitezkeenak, eta c) Familiar-
tekoen lekukotasunak. Lehenengoen ar-
tean dago Jimeno Jurio-ri buruzkoa: JIME-
NO ARANGUREN, R. (1998): José MaríaJimeno Jurío. Manuel Lekuona Saria. Do-
nostia: Eusko Ikaskuntza. Jimeno-ren ka-
suan, oinarrizko argibide guztiak hor dau-
de, bio-bibliografia oso batekin, eta falta
zirenak Jimeno Aranguren berak (hilbe-
rriaren semeak) osatu dizkit. Eskerrak,
bada, erraztasun horregatik. Satrustegi
Zubeldiaz, ordea, ez dago horrelakorik
argitara emanda, eta kasu honetan Inter-
net-era eta Euskal Herriko liburuzainen-
gana jo behar izan dut, batez ere Euskal-
tzaindiko Azkue Bibliotekara (Josune
Olabarria andrea) eta Sancho el Sabio
Fundazioko Liburutegira (Carmen Gómez
andrea), ahal zena saretik jasoz eta beste-
lakoa harremanen bidez osatuz. Xeheta-
sun pertsonal batzuetarako Euskaltzaindi-
ko Amaia Okariz eta Gema Insausti ere
tartean izan ditut, laguntzen. Azkenik, Sa-
trustegi-ren familiartean ere jaso dut albis-
terik (Pilar Satrustegi arreba eta Marivi
Betelu iloba). Denei nire esker beroa, ho-
ri guztia gabe ezingo bainuen burutu al-
biste biografiko hau. Internet-en begira
bitez: Azkue Bibliotekako katalogoa
(www.euskaltzaindia.net), Sancho el Sa-
bio Fundaziokoa (www.fsancho-sabio.es)
eta UEU-ren zerbitzua gogoan hartzekoa
da, euskal lan zientifiko guztiak bildu na-
hi dituelako (www.inguma.org). Beste bi-
bliografiarik ere egon da tartean, baina
oraingoz bego horretan adierazi beharre-
ko hau.
hermes nº: 10 de 10. J. M. Jimeno Jurio eta J. M. Satrustegi: Euskal Herriko bi nafar ahalegin bat berean. Joseba Intxausti
La verdad es que me alegro de que
Ander Gurutxaga dejara Lakua porque,
como dice Zweig –este interesante escri-
tor que el mismo capricho editorial que le
silenció durante años ha vuelto a poner
de moda–, lo mejor que le puede suceder
a un hombre de espíritu es que se le ex-
cluya de la vida pública. En cualquier ca-
so, una feliz consecuencia de aquella de-
cisión es este libro que presentamos hoy.
Siempre se ha dicho, y quizá última-
mente más, que el nacionalismo ha pro-
ducido poco pensamiento; que se ha ex-
plicado poco, que ha desarrollado muy
poca literatura política y sí mu-
cha de la otra. Literatura barata,
se suele decir. También se sue-
le decir que el nacionalismo se
cura viajando o leyendo, que es
lo mismo que decía el naciona-
lismo del carlismo cuando yo
era niño.
Sin embargo, el naciona-
lismo hoy en día, o los naciona-
listas, bastantes nacionalistas,
en cualquier caso, tratan de ex-
plicarse, y de explicar su mun-
do con rigor intelectual, yo
creo. Muchos se cuestionan a sí
mismos y, como dice Gurrutxa-
ga, “tratan de abrir ventanas y
de mirar al horizonte que se
presenta ante los ojos para cap-
tar las sutilezas del cambio que
todo lo invade y al que el na-
cionalismo vasco no es inmu-
ne”.
Lo que ocurre es que la
producción de esa gente, la de
mucha gente adscrita al mundo
nacionalista, no se considera
muy nacionalista, al menos no
muy ortodoxamente nacionalis-
ta, posiblemente porque dicen
cosas que no se esperan de un
buen nacionalista.
Porque vamos a ver, concluida la
lectura de “La mirada difusa”, cabe pre-
guntarse si este hombre, a quien un parti-
do nacionalista ofreció un puesto de res-
ponsabilidad que él aceptó, que se autoa-
firma en su vasquidad con un Gurrutxaga
escrito con tx, y tantas cosas más, cabe
preguntarse, digo, si es verdaderamente
un nacionalista.
Yo me permito hacer estas pregun-
tas desde la posición de novelista que me
he decidido a asumir tardíamente, más
que nada porque ese estatus me permite
contar historias y decir lo que se me pasa
por la cabeza, puesto que nadie espera de
uno que, como novelista, vaya a decir al-
112
Ramon Saizarbitoria
go serio. Bueno, pues digo que Gurrutxa-
ga es nacionalista dependiendo de lo que
se entienda por tal.
Hace unos años La Revista de Occi-
dente tuvo la idea de solicitar a dos per-
sonas situadas en órbitas nacionalistas di-
gamos que opuestas, la vasca y la españo-
la, que criticaran “El bucle melancólico”
para que luego Jon Juaristi les diera cum-
plida respuesta en las mismas páginas. Yo
acepté el reto por simpatía hacia el autor
consciente de que, pluma en mano, no le
daba ni para medio asalto, y sin sentirme
muy legitimado, la verdad, para defender
ninguna posición nacionalista, aunque
fuera la vasca.
En fin, escribí lo que pude, que no
me quiero ni acordar, y me vino a respon-
der que mi nacionalismo es, por encima
de todo, un sentimiento, y que él renun-
ciaba a discutir sobre sentimientos, máxi-
me cuando son legítimos. Y añadía algo
muy bonito que cito textualmente: “Si por
sentimiento nacionalista entiende Saizar-
bitoria el cariño a nuestra tierra común, al
eusquera y a sus clásicos, a las canciones
y a las tradiciones del país y un respeto
afectuoso por nuestros padres nacionalis-
tas, debo tranquilizarle: salvo la muy per-
versa y guipuzcoana afición a las sidrerías,
comparto todo lo demás”.
No he tenido ocasión de decirle a
Jon, porque nuestra desgraciada circuns-
tancia, y algo más también, supongo, nos
tiene más y más alejados, que aunque ten-
go apellido de sidrería guipuzcoana tam-
poco me gusta la sidra y que a nadie exi-
jo mucho más de lo que él cita en mate-
ria de lealtades nacionales.
Y no es mucho más, creo, lo que
nos define como nacionalistas a los ojos
de muchos conciudadanos que se dicen
no nacionalistas, para quienes es un rama-
lazo llevar boina. Porque ¿qué es ser na-
cionalista? Tengo un amigo que sabe mu-
cho más que yo, que es sensato, que se
conoce a los clásicos, que ha estudiado al
menos en cuatro países europeos de dis-
tinta lengua, que lo lee todo, incluso a
Habermas, y que escribe sesudos artículos
sobre nuestra situación política y sobre el
papel del nacionalismo, y cuando come-
mos juntos y, llegados los cafés, le pre-
gunto qué es ser nacionalista vasco, me
responde que no lo sabe muy bien. “Qué
quieres que te diga”, me dice.
Si nacionalismo es creer que uno es
más fiel a lo que siente que es su nación,
que a los principios internacionales o a
los intereses individuales, ni mi amigo, ni
yo, ni otros muchos nacionalistas vascos,
somos nacionalistas. Mitxelena, que era
muy nacionalista, al menos en algunas si-
tuaciones, decía que antes que nacionalis-
ta era demócrata. Desde luego que no es-
tamos por lo de “wrong or right, my
country”. Ni tan siquiera en tiempo de
guerra, porque, a parte de que, probable-
mente, desertaríamos, ni en una situación
límite aceptaríamos eso tan te-
rrible de que “toda concesión a
la humanidad es un robo a la
patria”.
Eso me dijo mi amigo un
día: “Ramon igual resulta que ni
somos nacionalistas”. En cual-
quier caso, lo que es seguro es
que si hubiésemos nacido en
otro sitio, en Madrid por ejem-
plo, –ya sé que es difícil de ima-
ginar– no seríamos nacionalistas
en absoluto. Pero aquí es otra
cosa. Es algo muy duro para mí
decir aquí que igual no soy na-
cionalista, porque en las últimas eleccio-
nes autonómicas, mi madre, –algo me no-
tó o algo se chivó alguien– me dijo que si
me veía en la órbita de los “otros”, ella se
iría a Zaragoza. No sé por qué a Zarago-
za precisamente, debe ser algo atávico,
pero, en cualquier caso, no es plan, por-
que la mujer tiene casi noventa años.
Hablamos de esto, de ser o no ser
nacionalista, en la intimidad, casi como si
estuviéramos en la clandestinidad; me
siento como deben sentirse quienes tie-
nen dudas sobre su identidad sexual y va-
cilan y miran a su alrededor con envidia a
quienes se muestran firmes en lo suyo,
bien machos o totalmente salidos del ar-
mario, condenados a mostrar su incerti-
dumbre sólo en algunos ámbitos muy ín-
113
timos. A veces pienso que es el problema
de muchos, y eso me consuela.
Gurrutxaga dice que este es un país
plural desde siempre. Hoy se habla mu-
cho de nuestra pluralidad pero parece
querer decirse que la mitad somos rojos,
bueno, digamos que verdes, y la otra mi-
tad blancos, y no es así. Muchos de noso-
tros llevamos conjuntamente cuando me-
nos algo de verde y algo de blanco, algo
que proviene de esos colores.
Aquí hay gente que solo se siente
vasca y que no soporta que la consideren
española, sí, y al revés, y hay socios del
Athletic que sólo aceptan a vascos en el
equipo, incluyendo a navarros y laborta-
nos, y se sienten muy españoles, y otros
muchos que se consideran sobre todo
vascos y que lo de ser español tampoco
les repugna pero lo consideran como algo
que les da acceso a unos derechos de ciu-
dadanía, porque el mundo funciona así,
pero no le dan más importancia que a ser
de Mapfre o de Seguros Bilbao para la
cuestión de riesgos y accidentes.
Además, algunos tenemos proble-
mas psicológicos, y Dios me libre de caer
en psicologismos precisamente en presen-
cia de Ander Gurrutxaga, pero me sentí
muy identificado con el artículo que pu-
blicó Havel el presidente de la república
checa en El País, el otro día, donde decía
“cada vez tengo más dudas, incluso de mí
mismo. Y cuantos más enemigos tengo,
más me pongo de su lado mentalmente,
con lo que me convierto en mi peor ene-
migo”.
A eso hay que añadirle que, en ma-
yor o menor medida, muchos nacionalis-
tas sufrimos el síndrome del sobrevivien-
te, del que creo que hablaba Freud, en el
sentido de que cuando vemos a personas,
entre ellas muchas que aman el euskera,
lo cultivan, que están orgullosas de perte-
necer a un colectivo que reconocen como
el pueblo vasco –que aunque no lo reco-
nocieran sería igual, pero lo reconocen–,
digo que, cuando se ve a esas personas
amenazadas de muerte por quienes se di-
cen nacionalistas vascos, nos pregunta-
mos qué de malo hemos hecho para no
estar amenazados; nos preguntamos cuál
es nuestra culpa.
Unamuno, a quien muy acertada-
mente Juaristi, en su estupendo análisis de
Oroit gutaz, tilda de nacionalista –a ver si
se enteran quienes la tienen tramada con
su busto–, en una memorable charla a es-
tudiantes, les decía “yo, estudiantes, os
ofrezco todo, menos un partido. Partido
no. Entero. Algo más que un partido sig-
nifica esto, porque creo que más que un
hombre, soy un pueblo, dentro del cual
luchan varios partidos entre sí. Mi niñez
ha transcurrido entre contiendas civiles,
las de los carlistas y liberales, que se me
metieron dentro, y he llevado siempre en
el pecho un carlista y un liberal. Siempre
he vivido un duelo íntimo, alimentando
contradictorias posiciones y sintiendo la
necesidad de disentir de cualquiera que
defendiese una de ellas”.
A mi amigo, él, que es un serio in-
telectual, le pasa eso, y supongo que algo
de eso le pasa también a Ander Gurrutxa-
ga, que según la noticia con la que le des-
pierta la radio, el artículo de opinión con
el que se ha desayunado, la tertulia que le
ha tocado en el coche camino de la Facul-
tad, nota que se le sube a tope o que se
le baja a cero la tasa de nacionalismo en
sangre.
A veces, pienso que soy más nacio-
nalista que nadie. Me siento, salvando las
distancias, como la madre verdadera ante
Salomón, dispuesto a renunciar a la cria-
tura para que no la partan. El único que
siente que no hace nada quedándose con
la mitad de la criatura, porque, queriéndo-
la de verdad, la quiere entera.
“La construcción de la idea de na-
ción que tiene el nacionalismo vasco”, di-
ce Gurrutxaga, “es un motivo de cohesión
para la comunidad nacionalista, pero su
dificultad estriba en que no consigue atra-
vesar sus límites referenciales para trans-
formarse en el referente unívoco, incon-
testado de toda la sociedad”.
Nuestro nacionalismo, un naciona-
lismo cultural más que político, siempre
ha aspirado a ofrecer referentes que resul-
taran atractivos al conjunto de la sociedad,
114
que sirvieran para darle más cohesión,
más riqueza. Es mucho lo que el naciona-
lismo ha hecho por este país, ha fortaleci-
do sus rasgos de identidad, le ha dado
unos símbolos, una historia de la que sen-
tirse, en líneas generales, orgulloso. Es
mucho todo lo que le ha dado el naciona-
lismo a la sociedad vasca. Si no fuera por
el nacionalismo, seríamos como los bear-
neses, que tienen que vender postales con
ikurriña y pimientos de Espelette a los tu-
ristas. Pero también es cierto que la parte
de sociedad no nacionalista ha sido gene-
rosa, al aceptar esos elementos, esos ras-
gos de identidad, que han pasado a con-
vertirse en elementos comunes.
La estrategia no ha sido de imposi-
ción. Estoy convencido que el éxito del
modelo D de enseñanza se debe en gran
medida, a la entrega de varias generacio-
nes de enseñantes que trabajaron duro y
en condiciones difíciles, para que las ikas-
tolas pudieran impartir una enseñanza de
calidad y se constituyeran en una alterna-
tiva de progreso a la escuela española.
Cualquier otro tipo de estrategia se-
ría simplemente suicida. Eso es lo que es-
tamos diciendo algunas personas que ve-
nimos del nacionalismo y que no sabe-
mos si seguimos en él, no porque
hayamos cambiado, que tampoco hemos
cambiado tanto, aunque mi madre crea
que sí, sino porque, a veces, el nacionalis-
mo político nos mira raro.
El nacionalismo cultural se ha senti-
do protegido por el nacionalismo político,
pero yo creo que empieza a ver que, con
el camino que están tomando las cosas,
esa asociación puede resultarle perjudicial.
No hay que darle vueltas al “no hablaré la
lengua de los asesinos” que si no dijo un
conocido profesor en el Kursaal, –no estu-
ve para oírlo– pudo decirlo, pero sirve pa-
ra ilustrar lo que puede ocurrir si se sigue
asociando cultura vasca y nacionalismo,
euskera y nacionalismo, y creo que ese
mundo de la cultura vasca, concretamen-
te, está haciendo un esfuerzo para trans-
cender el espacio político nacionalista.
No sé, a veces me parece estar en el
juego de las cuatro esquinas; ustedes se
acuerdan: quieres irte de la que estás y no
sabes si la mano que te invita a pasar a la
suya no va a engañarte y te quedarás fi-
nalmente con el culo al aire. Por eso, por
una desconfianza, que también tiene bas-
tante justificación pienso, a muchos agen-
tes culturales del mundo nacionalista, a
todos no, como es bien evidente, les in-
quieta que su discurso sea aplaudido por
los no nacionalistas –por los no naciona-
listas vascos–, porque intuyen que mu-
chos lo hacen simplemente porque mo-
lesta a su enemigo.
Lo dijo muy bien el bueno de Una-
muno cuando tras haber soltado su terri-
ble discurso sobre el euskera –contra si
quieren–, en los Juegos Florales de Bil-
bao, señaló: “…en los elogios que por
aquél acto se me han prodigado hay un
fondo repugnante, hediondamente repug-
nante. No me alaban lo que se llama pa-
triotismo, no el decir serena y tranquila-
mente la verdad, no; les regocijó el ver
que se sintió herido en vitales sentimien-
tos un pueblo, mi pueblo vasco al que
aborrecen. Fui sin quererlo, un instrumen-
to de sus mezquinas pasiones”.
De ese mundo hemos recelado
siempre y algunos estamos vacunados,
hasta ahí podíamos llegar –nos basta ver
lo que le ayuda Sanz al euskera en Nava-
rra– pero también existen motivos para
recelar del nacionalismo político vasco.
En lo que hace referencia a la cues-
tión lingüística, concretamente, es obvio
que el euskera ha necesitado del naciona-
lismo. Pero también es cierto que el na-
cionalismo ha utilizado el euskera como
un elemento principal de legitimación de
sus reivindicaciones políticas. El naciona-
lismo político hace una utilización incon-
veniente de la lengua, creo, cuando trata
de establecer, implícita o explícitamente,
que su supervivencia está ligada a la inde-
pendencia política de Euskadi. Este tipo
de aseveraciones, por otra parte, ni tan si-
quiera favorecen al propio nacionalismo,
en la medida en que determinados secto-
res de la población podrían interpretar
que la pretensión de dicha opción políti-
ca consiste, precisamente, en lograr la in-
115
dependencia para imponer el euskera por
narices.
Pero, al margen de esa cuestión,
vincular la solución de los problemas del
euskera al logro de los objetivos políticos
del nacionalismo, al menos del más radi-
cal, resulta en sí mismo discutible. En
efecto, no digo que tenga que ser necesa-
riamente así, pero cabe plantearse la hipó-
tesis de que, el nacionalismo, una vez lo-
grado su objetivo y colmadas por tanto las
necesidades identitarias a base de elemen-
tos más poderosos –como una selección
de fútbol de verdad y una embajada en el
Paseo del Prado, por ejemplo– perdiese
su interés por sostener un rasgo que, a fin
de cuentas, igual que para el nacionalis-
mo español hoy día, podría representar
simplemente un engorro. Puedo estar
confundido, desde luego, pero me parece
que es algo así lo que ha venido ocurrien-
do con el gaélico en Irlanda; que el nacio-
nalismo lo reivindicó, y mucho, mientras
iba de camino, pero no quiso, o no pudo
continuar cargando con él cuando logró la
independencia.
Por todo eso, pensamos algunos, in-
genuamente quizá, que, como mal menor,
deberíamos tolerarnos en un espacio in-
termedio sin dejarnos llevar a los extre-
mos a los que algunos pretenden condu-
cirnos, pensando quizá, pobres benditos,
que tirar cada uno la cuerda de su lado es
la forma de que el pañuelo quede en me-
dio sin caer en la cuenta de que, al mar-
gen de otros posibles avatares, la soga po-
dría romperse. Hay que “encontrar for-
mas, métodos, espacios, complicidades y
lugares comunes para el discurso político
del pluralismo” nos dice Gurrutxaga ad-
virtiéndonos que no es tarea ni fácil ni
sencilla, sino todo lo contrario porque,
añade en otro lugar, “el problema del plu-
ralismo se mueve en la esfera política, es-
pecialmente en las tácticas y en las estra-
tegias de las fuerzas políticas” y, por gra-
cia o por desgracia “el juego político casi
nunca acepta matices y sí pronunciamien-
tos fuertes, poco adecuados para llevar el
ritmo del pluralismo social al espacio po-
lítico”.
Podemos ser ingenuos, pero no es-
túpidos. Cada convocatoria electoral nos
muestra lo difícil que resulta para los po-
líticos sostener discursos matizados sin
arriesgarse a perder sus nichos electora-
les, porque el gesto de tender la mano no
parece mover a ningún adversario de su
posición en un contexto que, unos más
que otros, todos hemos propiciado. Lo
que se puede entender en los políticos,
por tanto, aunque no sé hasta qué punto
se puede admitir, no es comprensible en
el caso de los llamados intelectuales, de
los universitarios que, cada vez que com-
parecen ante la sociedad, es para echar le-
ña al fuego, cuando lo razonable sería
que contribuyesen a ese “frente de tibie-
za” que preconiza Gurrutxaga, “que haga
posible el consenso político sobre cuestio-
nes claves del país” sin permitir que nos
confronten defendiendo proyectos incom-
patibles. No deberíamos aceptar ese reto
de nuestros políticos; deberíamos recor-
darles que es a ellos a quienes correspon-
de pactar las bases que sigan haciendo
posible la convivencia; una convivencia
que la mayoría de la sociedad vasca nun-
ca ha puesto en cuestión. Eso es lo que
plantea sensatamente Ander Gurrutxaga
con sumo rigor sociológico en las páginas
de este libro cuya publicación celebra-
mos. Espero que lo lean y seguro que les
aprovechará.
116
118
Hitzaldi sorta Gasteizenazken ehun urteetakoEuskal historiari buruz
Iaz abiarazitako ekimenari jarraiki,
joan den otsailean Sabino Arana Kultur
Elkargoak Xabier Landaburu Lurralde
Iraskundearen bitartez hitzaldi-sorta bat
antolatu zuen Gasteizen; hitzaldion hel-
buru nagusia, euskal herriaren iraganaz,
zehazki azken ehun urteetakoaz, gogoeta
egitera dei egitea eta entzuleei euren he-
rrialdearen oraina ulertzeko oinarri, argu-
dio eta ideiak eskaintzea izan zen.
Zikloaren egitura hiru hitzaldik osa-
tu zuten, bakoitza aldi kronologiko baten
gainekoa. Topaketa hauek Eusko Ikas-
kuntzaren Gasteizko egoitzan, (Pando
Etxea, San Antonio/k, 41) izan ziren,
otsailaren 11, 18 eta 25ean, hurrenez hu-
rren.
Lehenengo hitzaldia, “Ereintza eta
uzta: XX. mende berria Euskal Herrian”
izenburukoa, Josu Chueca Euskal Herriko
Unibertsitateko Gaur egungo Historiako
irakasleak eman zuen, eta XX. mendea-
ren lehenengo herenari (1901-1939) bu-
ruz mintzatu zen.
Hurrengo hitzaldia, “Garai ilunak
119
(eta orduko argiak). Diktadura frankista,
1939-1975”, Pedro Ibarra EHUko Politika
eta Administrazio Zientzietako katedradu-
nak eman zuen.
Hirugarren eta azken hitzaldiak XX.
mendearen azken aldia, oraingo Estatu-
buruaren, Juan Carlos I.aren, erregealdia-
ren lehenengo hogeita bost urteei dago-
kiena, izango du mintzagai, eta Francisco
Letamendia, EHUko Politika eta Adminis-
trazio Zientzietako irakasle titularrak
eman zuen.
Exposición de Bay Sala en Artea hasta el 3 de agosto
El Museo del Nacionalismo Vasco
de la Fundación Sabino Arana presentó el
20 de febrero, en la Sala Manu Egileor
"Ikasle" Aretoa de Artea-Arratia, la exposi-
ción "Bay Sala. Arte pintzelkadak. Pincela-
das de arte" del pintor impresionista vas-
co Juan Bayon Salado "Bay Sala". Este ar-
tista, nacido en Logroño en 1913, pero de
adopción bilbaína desde los cinco años,
está considerado como uno de los máxi-
mos representantes del paisajismo estatal
y Pisarro renovado. Críticos de arte han
afirmado que si Bay Sala hubiera nacido
un siglo antes, hoy estaría por derecho
propio poblando los Museos de todo el
mundo, engrosando la reducida nómina
de los auténticos maestros del impresio-
nismo.
La muestra, que puede contemplar-
se hasta el 3 de agosto, está compuesta
por 24 óleos, 14 de ellos donados por la
familia de Bay Sala al Museo del Nacio-
nalismo Vasco y 10 más cedidos para la
ocasión, algunos de ellos inéditos; docu-
mentos y ob-
jetos persona-
les del artista
(cert i f icados
del Gobierno
vasco sobre
acciones be-
néficas que
realizaba, pin-
celes, paleta,
caballete, su
último cuadro
inacabado, fo-
t o g r a f í a s ,
etc.); y varios
paneles con
sus datos biográficos.
Pero además, esta exposición con-
lleva un proyecto pedagógico, con dife-
rentes centros de enseñanza, destinado a
introducir a niños y niñas de entre 3 y 12
años en el mundo de la pintura, al estilo
de los concursos que Bay Sala organizaba
en los años 70 en Orozko.
"La Avenida de la Ópera de París",
"Casas del Rastro de Madrid", "Campos de
Orduña", "Los Horreos" o "Rochefort Sur
Terre Bretaña" son los títulos de algunas
de estas piezas artísticas en las que el pin-
tor descubre el encanto de ciudades, ca-
lles, plazas pueblos, etc.
120
Junto a los cuadros, varias vitrinas
con documentos y objetos personales del
autor y sus útiles de trabajo. Todo ello
contextualizado con varios paneles expli-
cativos sobre su vida y su obra.
Un recorrido que abarca los años de
su estancia en París, su trayectoria en Eus-
kadi y su faceta social.
"Batzokis de Bizkaia.Txori Herri-Uribe Kosta"liburuaren aurkezpena
Joan den martxoaren 18an Alberto
Gorospe kazetari eta ikertzaileak bere
azken liburua, “Batzokis de Bizkaia. Txo-
ri Herri - Uribe Kosta” aurkeztu zuen Biz-
kaiko Batzar Nagusien egoitzan (Hurtado
de Amezaga, 6. Bilbo) egindako ekitaldi
batean, zeinen buru EAJ-PNVren Bizkai
Buru Batzarreko lehendakari. Iñigo Urku-
llu izan baitzen.
Sabino Arana Kultur Elkargoak argi-
taratutako lan hau orain dela urte batzuk
Bizkaiko batzokien historiari buruz hasi-
tako ikerketa-lan bat osatzera dator. Ha-
ren emaitza oraintsu arte beste liburu bi-
ren argitalpena izan zen; zehazki, bata
Bilboko batzokien gainekoa eta Ezkerral-
dea-Enkarterrikoei buruzkoa, bestea.
Oraingoan Alberto Gorospe izan da
euskal abertzaletasunaren iragana, Txori
Herriari eta Uribe Kostari dagokien zatia,
zorroztasunez berreskuratu duena.
Lan honen orrialdeetan barrena,
irakurleak ikusiko ditu, bai euskal aber-
tzaleek mende batean zehar euren He-
rriaren eskubideak aldezteko borrokan
bizi izan zituzten denetariko gorabehe-
rak, bai ahanzturatik ateratako irudi asko
eta asko. Euren Aberriaren defentsan
hainbeste ahalegin eta sakrifizio egin zi-
tuzten emakume eta gizonak, asko ezeza-
gunak. Ezta ez dira falta biztanleen eta
batzoki haiek egin zituzten langileen eta
bultzatu zituzten sustatzaileen lekukota-
sunak ere, liburuari halako ikuspegi giza-
tiarragoa ematen dizkiotena, ezbairik ga-
be.
Hain zuzen ere, liburu honen hel-
buruetako bat, isilean eta ospe barik lan
egin zuten gizon eta emakume haiei go-
razarre egitea da, eskuzabaltasun eskerga
erakutsiz euren bizitza eskaini baitzioten
abertzaletasunaren ideologiari.
Antón Reixa presenta enBilbao su primer largometraje
En el marco de actividades conjun-
tas que la Fundación Sabino Arana y la
121
plataforma ciudadana "Sekula ez berriro"
–delegación vasca de Nunca Máis– están
realizando en solidaridad con el pueblo
gallego tras el hundimiento del Prestige,
presentaron en un pase especial, en los
cines Mikeldi de Bilbao, el pasado 28 de
abril, el primer largometraje de Antón
Reixa, "El lápiz del carpintero", una adap-
tación de la excepcional novela de Ma-
nuel Rivas sobre la represión en Galicia
tras el golpe de Estado de Franco.
Reixa y el actor Tristán Ulloa asis-
tieron a este pase especial, cuya recauda-
ción se destinó a para sufragar los gastos
de las actividades que la plataforma ciu-
dadana Nunca Máis promueve en defen-
sa de los derechos de los damnificados
por la catástrofe.
La obra de Reixa cuenta un emoti-
vo relato de amor en tiempos de la Gue-
rra Civil, en la Galicia de 1936. Protago-
nizada por Tristán Ulloa, María Adanez y
Luis Tosar, relata la historia de un extra-
ño triángulo que se forma entre el guar-
dia civil (Herbal) y una pareja de enamo-
rados, el doctor Daniel Da Barca (Ulloa)
y Marisa Zallo (Adánez). Cuando Da Bar-
ca es detenido y llevado a la cárcel co-
mienza la lucha de su prometida por lo-
grar que salga de prisión. Les acompa-
ñan en los papeles secundarios Manuel
Manquiña, Nancho Novo,
María Pujalte, Carlos Sobe-
ra y Ane Igartiburu, entre
otros.
Interés por elAutogobiernoVasco
A finales del pasado
mes de febrero, un grupo
de dieciséis personas de la
escuela italiana de Sassari
(Cerdeña) visitaron el Mu-
seo del Nacionalismo Vasco, en Artea-
Arratia, donde asistieron a un encuentro
con el director de Juventud y Acción Co-
munitaria del Gobierno vasco, Javier Ma-
drazo, para profundizar en el conoci-
miento del Estatuto vasco. El interés de
este grupo por la organización de la Co-
munidad Autónoma del País Vasco se
fundamentó en que los sardos se rigen
también por un estatuto de autonomía.
Bandera republicanapara la Fundación Sabino Arana
Con motivo de la celebración del
Día de la República, el 14 de abril, el gru-
po parlamentario Vasco en el Congreso de
los Diputados donó al Museo del Naciona-
lismo Vasco de la Fundación Sabino Arana
una bandera republicana que con el re-
cuerdo del recién fallecido consejero del
Gobierno de Euzkadi en el exilio, Jesús
Ausín, recibió pocos días antes de manos
de la Asociación Republicana Española.
122
Homenaje a los gudarisdel batallón "GERNIKA"
Durante el viaje que la Fundación
Sabino Arana organizó la Semana de Pas-
cua a la Bretaña francesa se realizó una
escala en Point de Grave para rendir un
homenaje a todos los gudaris del batallón
Gernika que en abril de 1945 prestaron
su ayuda a la Resistencia durante la Se-
gunda Guerra Mundial y colaboraron en
la liberación de los territorios que ocupa-
ban las tropas alemanas junto al puerto
de Burdeos. Por este motivo, el batallón
vasco y la ikurriña que portaban fueron
condecorados en las calles de París.
El viaje, de siete días de duración,
recorrió las cuatro regiones en que está
dividida administrativamente la Bretaña
francesa: Morbihan, Finisterre, Côtes de
Nord y Ille et Vilaine.
Para los amantes de la historia de
las civilizaciones el viaje tuvo gran interés
por las visitas a los castillos, y a menhires
y dólmenes levantados por el hombre en
esta región situada al noroeste de Francia
y cuna de asentamientos desde los oríge-
nes de la humanidad.
Los presidentes de lasfundaciones SabinoArana y Ramón TriasFargas fijan en Bilbaosus actividades conjuntas anuales
El ex-conseller de Sanidad y Seguri-
dad Social de la Generalitat de Catalunya
y recientemente nombrado presidente de
la Fundación Ramón Trias Fargas, el doc-
tor Eduard Rius, se entrevistó el 11 de
abril en Bilbao con el presidente de la
Fundación Sabino Arana, Andoni Olaba-
rri, para establecer y coordinar las activi-
dades conjuntas que anualmente realizan
las dos fundaciones.
Estas actividades entre la Fundación
Sabino Arana y Fundació Ramon Trias
Fargas, fortalecidas tras la devolución a la
Generalitat de los documentos originales
que sobre la actividad del Gobierno cata-
lán entre 1937 y 1940 se custodiaban en el
Archivo Histórico del Nacionalismo Vasco,
irán encaminadas a difundir la relación
histórica que existió entre los gobiernos
de Euskadi y Catalunya durante los años
de la Guerra Civil y el exilio.
Txema Montero Koldo Mediavilla
Nafarroa arragoa; Navarra crisol, cantába-
mos hace treinta años con Xabier Lete y al tiem-
po que así mostrábamos nuestros sentimientos
de comunión con la matriz de lo vasco que el
Viejo Reyno idealizadamente representaba, reco-
nocíamos que en el crisol navarro, se habían fun-
dido hasta solidificarse lo vasco, lo franco y arro-
manzado, consistiendo el producto final en algo
singularísimo del que no cabía separar la parte
del todo sin riesgo de dejarlo irreconocible.
Pasado este tiempo, la Fundación Sabino
Arana organiza un seminario en Iruña del que
damos cuenta en el presente número y que se
concreta en una reflexión sustentada en datos,
testimonios, análisis y propuestas de nivel inha-
bitual por lo certero, si bien tamizadas por un ha-
lo de melancolía hija de la desesperanza fruto de
la desunión.
Resulta que en Navarra, ese “Japón con
boina roja” en memorable definición de La Ac-
tualidad Económica, comienzan a detectarse pro-
blemas de financiación pública derivados de la
dificultad de mantener un “estado de bienestar”
en el que la escasa población para tamaña super-
ficie produce desequilibrios territoriales notables.
El territorio otra vez, y la infraestructura de co-
municaciones necesaria para afrontar los retos de
futuro, obligan al gobierno navarro a la adopción
de técnicas extra-presupuestarias cada vez más
dependientes del gobierno central. La reducida
clase empresarial navarra parece más dirigida al
negocio inmobiliario que a la economía propia-
mente productiva la cual queda en manos de la
inversión extranjera y de capital migratorio. El
cuadro final resulta un tanto inquietante y anun-
cia el inicio de la crisis de un modelo cuyos pri-
meros síntomas son el incremento del paro, en
cifras hasta ahora insignificantes, y el endeuda-
miento familiar y publico. El “Japón navarro” pa-
rece destinado a coincidir con el “Japón-Japón”
en la hora del desfallecimiento.
Resulta que en Navarra la clase funciona-
rial es importante en número y en influencia y en
las centrales sindicales con representación pode-
mos encontrar alguno de los porqué de las posi-
ciones políticamente encontradas. De entrada, el
antisistémico sindicato LAB es, sin embargo, uno
de los más votados y hace del euskara bandera
de su identidad. Posición contraria mantiene
UGT cuya simbiosis con el Partido Socialista al-
canza en Navarra el grado de confusión, hasta el
punto de que no se sabe bien si es el sindicato
quien orienta al partido, y cuya reactiva posición
frente al euskara tiene mucho que ver con una
afiliación de servidores públicos poco predis-
puesta al esfuerzo por conocer esta lengua. ELA
se singulariza de esta polarización con pretensio-
nes de alcanzar la mayoría, si bien sometida a
constante tensión entre un obligado sindicalismo
de reivindicación en el que se sitúa cómoda y
una intervención metapolítica hasta el momento
aceptada sin rechazo por su creciente afiliación.
Resulta que Navarra es después de Gali-
cia la Comunidad Autónoma con población
abrumadoramente autóctona lo que convierte” la
cuestión navarra” en asunto entre navarros; polí-
tico antes que identitario, puesto que las diferen-
tes identidades que conforman la navarridad
coexistieron hasta que la extensión del conoci-
miento y uso del euskara y la demanda de per-
tenencia a instituciones comunes con los vascos
pusieron en cuestión la situación precedente, sin
otra reacción por parte del gobierno, ya en de-
mocracia, que la de tratar de imponer la homo-
geneización.
Resulta que en Navarra lo tradicional y lo
moderno conviven en el desajuste y la respuesta
institucional a unos estados de opinión progre-
sistas en el ámbito de la moral privada y relacio-
nes personales no pude ser más reaccionaria.
Resulta que el todopoderoso Diario de
Navarra, a la manera de intelectual orgánico, de-
termina las posiciones políticas del PSN y sobre
todo de UPN, hasta el punto de resultar su línea
editorial obligada hoja de ruta en el deambular
de los partidos constitucionalistas, lo cual genera
una intimidad entre medio de comunicación y
poder que es políticamente insalubre.
De ahí que hablemos de crisis, entendien-
do como tal la situación de un modelo de dudo-
sa continuidad. De ahí los síntomas de cambio
político, previsiblemente lentos pero inexorables
que acreditarán las próximas elecciones; siempre
y cuando la segura intervención del Gobierno es-
pañol al privar a gran numero de ciudadanos de
su opción electoral y la siempre esperable acción
criminal de ETA no distorsionen, una vez más, la
realidad, convirtiendo Navarra en Campo de
Marte en detrimento de su historia y vocación de
crisol de culturas y gentes.
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Navarra: Crisol y crisis
Javier Balda