hacia una etica del desarrollo

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David A. Cracker HACIA UNA ETICA DEL DESARROLLO Summary: This is the first of two articles con- cerned with the need [or and nature of an ethics of Third World "development", The present essay describes a convergence of recent interest in the ethical aspects of "development," It then argues that five considerations explain and justify this in- terest: 1) ethical dilemmas in development pro- jects, 2) changes in development theory, 3) the concept of a "development theory-practice," 4) the end of ethical neutrality in science and tech- nology, and 5) the needs of philosophy, Resumen: Este es el primero de dos artículos que tratan la necesidad y la naturaleza de una ética del "desarrollo" del "tercer mundo". El ensayo presente describe la convergencia del interés re- ciente en los aspectos éticos de "desarrollo". Argu- menta luego que hay cinco consideraciones que explican y justifican la necesidad de una ética del desarrollo: 1) cuestiones éticas en proyectos del desarrollo, 2) cambios en la teoría del desarrollo, 3) el concepto de "lo teórico-práctico del desarro- llo". 4) el fin de la neutralidad ética en la ciencia y latecnología y 5) las carencias de la filosofía. I. Introducción Cada vez es más común reconocer que las teo- rías y estilos vigentes del "desarrollo" y "sub- desarrollo" en el "tercer mundo" tienen supuestos éticos o valorativos así como científicos (1). De la misma manera, muchas personas involucradas en proyectos del desarrollo en países pobres se en- frentan a cuestiones éticas que surgen durante sus trabajos. Además unos cuantos han realizado inves- tigaciones dentro del ámbito temático de "ética y desarrollo" . Por tal ética quiero decir la valoración norma- tiva o ética de las metas y medidas de sociedades en vías de "desarrollo". Las cuestiones incluyen lo siguiente: ¿Qué (no) debe ser o (no) debiera haber sido con respecto al desarrollo? ¿Hacia dónde y con qué fin deben los países pobres desarrollarse? ¿Cuáles deben ser sus metas económicas, culturales y políticas fundamentales? ¿Debemos usar el concepto del desarrollo en vez de, por ejemplo, "el progreso", "la liberación" o "la revolución". Si de- bemos continuar usándolo, ¿cómo debemos defi- nir "desarrollo"? ¿Cómo se deben distribuir los beneficios y las cargas del desarrollo? ¿Cuáles res- ponsabilidades morales tienen los países ricos en relación con los países pobres? ¿Quiénes deben decidir estas cuestiones? ¿Los técnicos, los polí ti- cos, el mercado, los filósofos, la gente? ¿Cuál gen- te? ¿Cómo se debe decidir? Mis objetivos en este primero de una serie de dos artículos son dos. Primero, en esta introduc- ción describiré el interés reciente en los aspectos éticos del desarrollo. Segundo, explicaré por qué grupos diversos tienen tal interés y argüiré que este interés es justificado. Necesitamos una ética del desarrollo. En un segundo artículo bosquejaré más sistemáticamente una concepción de una ética del desarrollo como una parte de lo que llamaré "una teoría y una práctica" del desarrollo. Además con- sideraré brevemente cómo este tipo de ética debe ser practicado y qué papel deben desempeñar los filósofos. Ninguno de los dos artículos propondrá una ética específica. Sin embargo, mi modelo gene- ral no será neutral. Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XXV (62), 129-127, 1987

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Page 1: HACIA UNA ETICA DEL DESARROLLO

David A. Cracker

HACIA UNA ETICA DEL DESARROLLO

Summary: This is the first of two articles con-cerned with the need [or and nature of an ethics ofThird World "development", The present essaydescribes a convergence of recent interest in theethical aspects of "development," It then arguesthat five considerations explain and justify this in-terest: 1) ethical dilemmas in development pro-jects, 2) changes in development theory, 3) theconcept of a "development theory-practice,"4) the end of ethical neutrality in science and tech-nology, and 5) the needs of philosophy,

Resumen: Este es el primero de dos artículosque tratan la necesidad y la naturaleza de una éticadel "desarrollo" del "tercer mundo". El ensayopresente describe la convergencia del interés re-ciente en los aspectos éticos de "desarrollo". Argu-menta luego que hay cinco consideraciones queexplican y justifican la necesidad de una ética deldesarrollo: 1) cuestiones éticas en proyectos deldesarrollo, 2) cambios en la teoría del desarrollo,3) el concepto de "lo teórico-práctico del desarro-llo". 4) el fin de la neutralidad ética en la ciencia yla tecnología y 5) las carencias de la filosofía.

I. Introducción

Cada vez es más común reconocer que las teo-rías y estilos vigentes del "desarrollo" y "sub-desarrollo" en el "tercer mundo" tienen supuestoséticos o valorativos así como científicos (1). De lamisma manera, muchas personas involucradas enproyectos del desarrollo en países pobres se en-frentan a cuestiones éticas que surgen durante sustrabajos. Además unos cuantos han realizado inves-

tigaciones dentro del ámbito temático de "ética ydesarrollo" .

Por tal ética quiero decir la valoración norma-tiva o ética de las metas y medidas de sociedadesen vías de "desarrollo". Las cuestiones incluyen losiguiente: ¿Qué (no) debe ser o (no) debiera habersido con respecto al desarrollo? ¿Hacia dónde ycon qué fin deben los países pobres desarrollarse?¿Cuáles deben ser sus metas económicas, culturalesy políticas fundamentales? ¿Debemos usar elconcepto del desarrollo en vez de, por ejemplo, "elprogreso", "la liberación" o "la revolución". Si de-bemos continuar usándolo, ¿cómo debemos defi-nir "desarrollo"? ¿Cómo se deben distribuir losbeneficios y las cargas del desarrollo? ¿Cuáles res-ponsabilidades morales tienen los países ricos enrelación con los países pobres? ¿Quiénes debendecidir estas cuestiones? ¿Los técnicos, los polí ti-cos, el mercado, los filósofos, la gente? ¿Cuál gen-te? ¿Cómo se debe decidir?

Mis objetivos en este primero de una serie dedos artículos son dos. Primero, en esta introduc-ción describiré el interés reciente en los aspectoséticos del desarrollo. Segundo, explicaré por quégrupos diversos tienen tal interés y argüiré que esteinterés es justificado. Necesitamos una ética deldesarrollo. En un segundo artículo bosquejaré mássistemáticamente una concepción de una ética deldesarrollo como una parte de lo que llamaré "unateoría y una práctica" del desarrollo. Además con-sideraré brevemente cómo este tipo de ética debeser practicado y qué papel deben desempeñar losfilósofos. Ninguno de los dos artículos propondráuna ética específica. Sin embargo, mi modelo gene-ral no será neutral.

Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XXV (62), 129-127, 1987

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El trabajo entero está influido por un modelonuevo de la práctica de la filosofía, a saber, elpragmatismo de Richard Rorty, la "teoría social ycrítica" de los yugoslavos Mihailo Markovié ySvestozar Stojanovié, y la idea de un "marco femi-nista" de AlisonJaggar (2).

Denis Goulet ha sido llamado -correctarnente-un iniciador de lo ue ha llegado a ser "una disci-pliñiñue a, la ética del desarrollo" (3). Desde elprincipio de los años sesenta, Goulet, un científicopolítico, ha argüido que "desarrollo" exige ser re-definido, desmitificado, y empujado a la arena deldebate moral" (4). En muchos artículos y librosGoulet ha tratado de contestar "las cuestiones éti-cas y valorativas planteadas por la teoría, planifi-cación y práctica del desarrollo" (5).

Independientemente, el sociólogo Peter Bergerprologó su libro de 1974, Pyramids of Sacrifice:Political Ethics and Social Change, con lo siguien-te:

"Este libro trata de dos temas que son entrelazados com-pletamente. Uno es el desarrollo del Tercer Mundo. Elotro es la ética política aplicada a cambio social. Me pare-ce que estos dos temas deben estar juntos. Una discusiónadecuada y humana de los problemas angustiosos de lapobreza del mundo no puede evitar consideraciones éti-cas. y una ética política digna de tal nombre no puedeevitar el caso importante y central del tercer Mundo" (6)

Pensadores del tercer mundo también estudianel asunto. Por ejemplo, en 1979-80 un grupo decien estudiosos, políticos y profesionales partici-paron en seminarios e investigaciones colectivasque culminaron en el libro, Ethical Dilemmas ofDevelopment in Asia, compilado por Godfrey Gu-natilleke, Neelan Teruchelvam y Radhika Coo-marawamy (7). Los compiladores se asocian conThe Maya Institute, the Sri Lanka Center for Deve-lopment Studies (El Instituto Maya, El Centro deSri Lanka para los Estudios del Desarrollo). La an-tología incluye lo que un compilador llama "unaarmazón normativa ...que ayuda a definir y analizarla naturaleza de los dilemas inherentes en los pro-cesos del desarrollo" (8). Este marco está formadopor innovaciones recientes en la teoría del desarro-llo y por "ideales éticos de las tradiciones cultura-les y religiosas de sociedades asiáticas" (9). Muchosde los ensayistas aplican el marco normativo a so-ciedades específicas tales como La India, Filipinas,Corea, Singapur, y Sri Lanka.

Los filósofos en América Latina también hanempezado a izar la bandera de una ética del desa-rrollo. Ya en 1974, el III Congreso Nacional de

Filosofía costarricense se dedicó al tema "Filoso-fía y desarrollo". Entre las ponencias y conferen-cias, Roberto Murillo advirtió la necesidad de tener"una noción desarrollada del desarrollo" (10).Mientras que ninguno usó el concepto de una "éti-ca del desarrollo", algunos rozaron temas éticos yotros discutieron el papel del filósofo con respectoal desarrollo. Por ejemplo, Claudio Gutiérrez afir-mó los riesgos y las necesidades de la filosofía en eldesarrollo nacional:

"Un maridaje de acción y reflexión, de trabajo y filosofíaparece .. .la precondición de un desarrollo digno de esenombre ... Que la filosofía sea factor positivo en el desa-rrollo de una nación supone y exige que el filósofo entien-de correctamente su misión y no será vehículo de in-fluencias oscurantistas en la vida social, que no será instru-mento de ideologías inmovilistas y fatalistas de clase, niproyectos de la sublimación de deseos colectivos de huma-nidad. Que, en cambio, será testigo de la realidad, de laverdad y de la razón, no entendidas acomodaticiamente si-no en su valor facial" (11).

En 1980, Mario Bunge, el filósofo eminente deArgentina, publicó Ciencia y Desarrollo (12). Eneste libro important Bunge critica conceptos par-ciales del desarrollo y propone un nuevo conceptodel "desarrollo auténtico y sostenido", a saber, "laconcepción integral de desarrollo" (13). En la vi-sión normativa de Bunge el desarrollo integral debeser a la vez biológico, económico, político y cultu-ral.

Más recientemente la influencia de Bunge puedeser vista en el trabajo de dos filósofos costarri-censes que están trabajando dentro del ámbito te-mático de "ética y desarrollo": E. Roy RarnÍrez yLuis Carnacho. Según RarnÍrez, es importante de-sarrollar un concepto nuevo del desarrollo, entreotr, , cosas, "para no confundido con la m oderni-zación " y "porque es preferible decidir por noso-tros mismos a que otros decidan por nosotros"(14). "El gran impacto ético" del tratamiento deBunge es, para RarnÍrez, "la vigilancia constantepara que no se haga pasar formas de opresión porlibertad, la pseudocultura comercial y el consumode fantasías por cultura superior, diversas manifes-taciones de despojo por progreso; que no pase lasuperstición por racionalidad o las desigualdadeseconómicas por justicia o el temor por paz" (15).

En varios artículos Camacho evalúa algunosconceptos diferentes del desarrollo y propone unconcepto nuevo de derechos humanos en que "secubre el problema de las relaciones entre paísesavanzados y países del Tercer Mundo, e incluso

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para atender el problema del desarrollo individualdentro del desarrollo socio-económico" (16).

Dos antologías recientes, con ensayos por auto-res de países varios, suministran más pruebas delaumento de interés en la dimensión de valores enla teoría del desarrollo: The Political Economy o/Development and Underdevelopment (17), compi-lado por el economista Charles K Wilber, y Dialec-tics o/ Third World Development (18), compiladopor los geógrafos Ingolf Vogeler y Anthony De'Souza. Los dos libros contiene'n ensayos que repre-sentan varios "paradigmas" o "perspectivas del de-sarrollo" definidos de manera tal, que las cuestio-nes de los valores y la ética se destacan. Wilbermanifiesta que las lecturas subrayan cuestiones eneconomía política más bien que en economía es-tricta, y que "son radicales en el sentido en queellos quieren pregun tar y evaluar las instituciones yvalores más básicos de la sociedad" (19).

Además en uno de los ensayos de su antología,Wilber y Kenneth P. Jameson argiiyen que cadaparadigma del desarrollo, sea "radical" o no lo sea,presupone alguna concepción del progreso o algu-na otra meta (20). Igualmente, Vogeler y De Souzaseleccionan ensayos que, según advierten, reflejantres perspectivas diferentes: conservadora, liberal yradical. Aún hay más.

"Estos tres paradigmas se basan en supuestos dife-rentes sobre la naturaleza humana, los valores nor-mativos y la autoridad social, y usan conceptosdiferentes para describir la naturaleza y las causasdel subdesarrollo" (21).

Por último y más recientemente, Onora O'Neillexplica el próposito de su libro Faces o/ Hunger:An Essay on Poverty. ]ustice, and Development:

"Este libro no se esfuerza en resolver los debates sobrecómo el hambre y la indigencia pueden terminarse de lamejor manera. Algunos de los desacuerdos más profundossobre el hambre del mundo y la pobreza no son sobre mé-todos, sino sobre sí y por qué aquellos que tienen el poderde hacer cambios fundamentales deben hacerlo. Más alládel acuerdo blando y superficial de que el hambre y la in-digencia deben terminar, son comunes los puntos de vistaque son escépticos y egoístas. Por cierto la pobreza esvista como un problema +para los pobres. Los ricos y po-derosos a menudo no ven por qué ellos deben ayudar aterminar la pobreza distante. Este libro pregunta si y porqué el desarrollo debe ser perseguido no sólo por los po-bres y los vulnerables, sino por los ricos y los poderosos"(22).

Estos autores no dicen la misma cosa. Hay unadiferencia, por ejemplo, entre el reconocimientode que las teorías y las prácticas del desarrollopresuponen compromisos valorativos y, por otrolado, la articulación, defensa y aplicación al "desa-rrollo" de los principios éticos. También estos pen-sadores tienen varias concepciones de la naturalezay variedades de la teoría y la ética del desarrollo.Cuando ellos hacen la ética explícitamente, haydiferencias con respecto de los principios éticos.No obstante, este grupo diverso de académicos yprácticos está unido por el reconocimiento comúnde que las cuestiones éticas existen y son urgentesen este campo. Este reconocimiento es sorpren-dente. en una época todavía dominada por el dog-ma de la neutralidad de la ciencia y la tecnología.

n. LA NECESIDAD DE UNA ETICA DEL DE-SARROLLO

Hay cinco consideraciones que explican y justi-fican una ética del desarrollo.

1. Cuestiones éticas en proyectos del desarrollo

Las personas involucradas en la práctica del de-sarrollo muchas veces se encaran con cuestiones éti-cas. Esto es verdad para los "clientes" y los traba-jadores profesionales, sean ellos miembros de gru-pos locales, nacionales o internacionales. Una cues-tión ética surge cuando se debe tomar una decisiónen torno a cuál acción es éticamente la mejor. Undilema ético ocurre cuando se debe decidir entredos o más valores o principios morales.

Otro tipo de cuestión ética tiene lugar cuandola obligación moral del agente está en pugna con elegoísmo. Entonces, la cuestión no es qué es locorrecto moralmente; la cuestión es: ¿debo hacerlo que es correcto o debo hacer lo que es pruden-te? ¿Puede lo que es moral y lo que es prudentecoincidir? Consideremos algunos ejemplos, amboshipotéticos y verdaderos:

a) Un ingeniero indio inventa y su gobiernosubvenciona la producción y distribución de unatransplantadora de arroz en el estado de Orissa,India. Pero cada transplantadora desplaza veintetrabajadores. ¿La invención o la distribución sejustifica moralmente? ¿Qué se debe hacer despuésdel hecho? ¿Qué se debió hacer antes del hecho siestas consecuencias hubieran sido previstas o pu-

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dieran haber sido previstas? ¿Quién debe hacerqué? (23). ¿Quién debe contestar éstas preguntasy cómo?

b) La Agencia del Desarrollo Internacional(EE.UU.) mantenía a una economista agrícola paraestablecer agencias de créditos en la Nicaragua deSomoza. Si ella empezó a creer que sus logros yaún su presencia aportaban a la legitimación de unrégimen injusto, ¿qué debía hacer? (24). ¿Renun-ciar, continuar su proyecto o unirse a los sandinis-tas? ¿Significaba su renuncia que una importantedel desarrollo rural disminuiría? ¿Y si tenía uncontrato con la AID? ¿Qué sucedería si su rechazoayudaba a echar abajo a Somoza y beneficiaba alos sandinistas? ¿Y si ella creía que sus agencias decréditos eran importantes para los campesinos sintener en cuenta el gobierno en el poder y que la re-volución sandinista se beneficiaría con el tiempode sus innovaciones instituicionales? ¿Y si ella hu-biera sabido lo que sabemos ahora sobre el gobier-no sandinista? (¿Qué es lo que sabemos y cómodebemos evaluarlo?).

e) Una agencia de planificación tiene que esco-ger entre dos políticas. La primera sería establecerun parque nacional en una selva virgen con flora yfauna exóticas y puestas en peligro. La segunda po-lítica permitiría a los campesinos pequeños que-darse sus parcelas y vender sus árboles a los aserra-deros. Supongamos que esta segunda política con-tribuiría al crecimiento económico de la región ysalvaría a estos campesinos de la pobreza severa.¿Cuál política es mejor éticamente? Entonces, su-pongamos que el planificador fracase en conseguirla política mejor adaptada a menos que soborne yengañe a otros oficiales. ¿Sería injusto o malo siuna agencia exterior o internacional tratara de in-fluir en la decisión del planificador con condicio-nes al apoyo económico? (25).

d) En Costa Rica más de 1.000 trabajadoresbananeros sufren esterilidad total a causa de la ab-sorción de un principio activo (DBCP), contenidoen las nematicidas Fumazone y Nemagón. A pesarde los informes de la organización Mundial de Sa-lud y los científicos del Gobierno de los EstadosUnidos en el sentido de que la substancia es "ex-tremadamente tóxica", las empresas fabricantes es-tadounidenses siguieron exportando el producto aotras naciones, aunque estas empresas suspendie-ron su producción y alertaron a los consumidores

estadounidenses. Las empresas multinacionales enCosta Rica usaron la substancia por seis años, entre1972 y 1978, sin medidas adecuadas de salvaguar-dia. El gobierno de Costa Rica sabía del problema,pero ni impidió la importanción de la substancia, nierradicó su uso (26). ¿ Por qué es' esta "transgre-sión transnacional" mala moralmente? (27).¿Quién es responsable, hasta qué grado y por qué?¿Qué indemnizaciones deben recibir los trabaja-dores y quién debe pagar?

f) El Presidente de Costa Rica, Dr. OscarArias Sánchez, decretó la suspensión del presidenteejecutivo, Dr. Roger Churnside, y de los directivosde la Junta de Administración Portuaria y de Desa-rrollo Económico de la Vertiente Atlántica (JAP-DEVA). El decreto declaró que JAPDEVA no halogrado un desarrollo integral de la región. Estasmetas del desarrollo habían incluido, según el Dr.Churnside, la descentralización de "las decisionesdel sector público, para responder a las realidadesy aspiraciones de las regiones y comunidades espe-cíficas" y la "importancia de la pequeña empresa yla organización popular, como instrumentos paraimpulsar el empleo y la democracia económica."(28) Churnside cree que los "nuevos rumbos deldesarrollo" requieren que JAPDEVA tenga repre-sentantes de los sindicatos, de las cooperativas ylas asociaciones de desarrollo comunal de la regiónatlántica. Churnside había manifestado que algu-nos directores "presentan incompatibilidades entresus funciones públicas y cargos en empresas priva-das". Un director respondió que la entidad no te-nía problemas graves y que la cuestión era simple-mente un asunto de "una diferencia de criterios"(29). Este episodio plantea algunas preguntas:¿Quién debe decidir las metas y la estrategia deldesarrollo? ¿Qué papel desempeñan el estado, lasorganizaciones populares y decentralizadas, los re-presentantes de las empresas privadas? ¿Es posibley deseable un "diálogo moral y racional" sobre loscriterios del desarrollo cuando existe una distribu-ción desigual del poder?

g) Quizás la cuestión ética más fundamentalen la práctica del desarrollo trata la identidad cul-tural de los grupos, poblaciones o sociedades en lavía del desarrollo. En todo el (tercer) mundo see ncuentran grupos culturalmen te diferenciadosque hoy tienen que decidir cómo ellos deben com-binar el crecimiento económico y la moderniza-ción con su identidad tradicional. Como la profe-sora y escritora Paula Palmer dice,

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sora y escritora Paula Palrner dice, "las exigenciasdel 'desarrollo' compiten con las tradiciones y losconceptos etnoculturales de la 'buena vida'" (30).

Una opción que un vecino de Palmer, AlphaeusBuchanan, llama "sentimentalismo absurdo" (31),sería rechazar la vida moderna y regresar al pasado(pues el cambio ya ha empezado). Otra opción se-ría abrazar lo nuevo y borrar o suprimir 100 viejo.

La gente negra que vive en el cantón de Tala-manca en la costa Atlántica de Costa Rica buscauna tercera alternativa. Según Palmer, que ha vivi-do y enseñado en Talamanca por catorce años:

"Los afrocaribeños de las costa no quieren volver alaislamien to del pasado que proveía suelo fértil para lacultura pero no para la economía. Tampoco quieren se-guir a ciegas el clásico modelo de desarrollo que le quita-ría a Talamanca su carácter cultural y único. Los talaman-queños buscan una alternativa creativa, de acuerdo consus valores comunales, e insisten en que deben ser ellosquienes establezcan el modelo a seguir" (32)."La gente ... desea disfrutar plenamente los derechos de laciudadanía costarricense, los medios de comunicación, losservicios públicos y el desarrollo económico de sus cornu-nidades. A la vez desea conservar las características únicasde su herencia afrocaribeña: el idioma inglés y el creole, laidentidad antillana, la gastronomía,la música, la unión co-munal, las costumbres religiosas y étnicas; en fin, su mane-ra de vivir. Quiere progresar, pero no a costa de su identi-dad cultural" (33).

Dentro de esta tercera perspectiva permanecencuestiones urgentes. Por ejemplo, ¿Cuál balancedebe escoger un grupo en la integración del pasadoy presente? ¿Debe ser modificado el sentido de"desarrollo" (económico) o la identidad tradicio-nal (o los dos)? ¿En cuál manera? ¿Cuál criteriose debe emplear? ¿Quién debe decidir? ¿Comodebe estar relacionado la autonomía de un grupoculturalmente diferenciado con el desarrollo nacio-nal? ¿Cuándo son las violaciones de los derechosde las minorías un obstáculo al desarrollo auténti-co de la sociedad?

Esta muestra de cuestiones morales refleja he-chos y discusiones actuales. Muchas veces, la genteen sus proyectos se da cuenta de las ambigüedadesmorales que circundan su trabajo. Muchas personasexpresan, a veces privadamente, sus dudas y susluchas para hacer lo que es éticamente correcto ojusto. Unos cuantos han construido por sí mismoso sus empresas códigos morales para guiar sus deci-siones difíciles (34). Pero ya hay un consenso en elsentido de que necesitamos más. En vez de restrin-gir los juicios morales a una esfera privada o un

código inflexible mucha gente reconoce el papelpositivo que debe ser desempeñado por la re-flexión ética que es pública, explícita y en curso.Tal ética suministraría una guía en la resolucióndel dilema. Identificaría los rasgos relevantes de lasituación y proveería el apoyo con respecto al pesorelativo de valores varios en contextos diferentes.

Por supuesto, no toda persona involucrada se dacuenta de la necesidad de una ética del desarrollo.Son obstáculos los dogmas como la neutralidad devalores en la ciencia y tecnología, escepticismo éti-co, realismo político y algunas versiones del relati-vismo moral. Además, algunas críticas se preocu-pan de que una ética explícita y pública empeora-ría el mundo del desarrollo con demasiado énfasisen las buenas intenciones y la negligencia en lasacciones que llevan a malas consecuencias. Una éti-ca del desarrollo puede contribuir al engaño de símismo con el resultado de que la gente -especial-mente los privilegiados- se sienta bien con cosasmalas. Una ética, como instrumento de las socieda-des y las clases dominantes, puede justificar en vezde condenar las prácticas injustas. Las críticasmarxistas y no marxistas del "moralismo" y deuna ética global son motivadas por esta preocupa-ción (35).

En mi opinión se pueden evitar estos obstáculosy peligros con el tipo adecuado de la reflexiónética. Entonces la gente involucrada en el desarro-llo tendrá más claridad con respecto a la necesidadde una ética cuando entiende y práctica "este mode-lo.

2. Cambios en las teorías del desarrollo

Tanto la teoría como la práctica del desarrollonos muestran la necesidad de una ética. Después dela Segunda Guerra Mundial los economistas trata-ban de describir y explicar las causas del llamado"desarrollo" " ubdesarrollo" económico en elTercer Mun o. Stages of Economic Growth, porW W. Rostow 96), es el ejemplo definitivo de losaños CIncuenta y sesenta. Aiden Foster-Carteridentifica algunos supuestos que los teóricos orto-doxos compartieron en este período:

a) El desarrollo no involucra intereses irre-conciables - entre países desarrollados y subdesa-rrollados o entre grupos sociales en estos últimos.

b) No existe una conexión estructural entreel desarrollo y el subdesarrollo.

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c) Lo que es moderno es bueno y lo que estradicional es malo.

d) El desarrollo significa que un país se hacecomo el Occidente (37).

Como peces inconscientes del agua en que na-dan, los teóricos ortodoxos tendían a no percatar-se de estas creencias básicas -especialmente de lossupuestos normativos. Sólo con la aparición de unparadigma rival, estos compromisos se hicieron vi-sibles y fueron temas de la discusión. El nuevo

aradigma, la teoría de dependencia, egó cadauna de los supuestos anteriores (38). F. H. Cardosoy Enzo Faletto en América Latina y André GunderFrank (38) en los Estados Unidos proponían que

a) Hay ganadores y perdedores en el desarro-llo porque hay intereses irreconcilables entre lospaíses desarrollados y subdesarrollados y entre gru-pos dentro de estos últimos.

b) Existe una conexión estructural entre eldesarrollo y el subdesarrollo. Los países del centrose han desarrollado al hacer que los países periféri-cos se hayan subdesarrollado. Los grupos indígenasse han hecho ricos empobreciendo a otros grupos.Fue un desarrollo del subdesarrollo.

c) Lo que es moderno no es (necesariamente)bueno y lo que es tradicional no es (necesariamen-te) malo.

d) El desarrollo no significa o no debe signifi-car la modernización como en el Occidente.

Las teorías actuales del desarrollo están en unacondición de disputa y controversia. No importa laversión que se suministre, todo el mundo académi-co reconoce que hay una pluralidad de puntos devista generales y una variedad de perspectivas den-tro de cada marca. A diferencia de la teoría deThomas Kuhn, ninguna teoría ha ganado la hege-monía. Además una parte de esta variedad consisteen diferencias con respecto a los supuestos valora-tivos. Cada vez es más claro que los conceptos deldesarr.ollo-.y. subdesarrollo están inherentementecargados de valor~ y que cada teoría tiene algunaconcepción de metas deseables para los países po-bres. Peter J. Henriot, por ejemplo, notó en 1967que "el campo entero del desarrollo ha estado endesorden considerable" y que tenemos que hablarde maneras distintas "que definen los problemas

del desarrollo", ponen las estrategias enfrentandoen el desarrollo" y "especifican los valores guiandoel desarrollo" (39). Ya hemos visto que algunasantologías recientes indican cómo las teorías se di-ferencian con respecto a sus valores básicos. Loque es verdad de las teorías en general es tambiénverdad de los tratamientos de los modelos o estilosdel desarrollo en países o regiones específicos.Considérense, por ejemplo, las normas explícitasen la crítica siguiente del desarrollo costarricense:

"El modelo del desarrollo vigente en el país presenta, apesar de algunos avances innegables en el campo social,económico y político, enormes limitaciones para lograr undesarrollo más autónomo y autosostenido, que satisfagalas necesidades básicas de todos los costarricense, que ge-nere una adecuada distribución del ingreso y absorción dela mano de obra que se va 'incorporando' todo los años ymás importante, que ese desarrollo pueda mantener y me-jorar el actual régimen democrático del país" (40).

Hagamos una pausa para considerar una obje-ción. Alguien podría decir que "desarrollo" essimplemente una palabra que significa que las co-sas cambian, que los estados o rasgos de una cusase siguen en orden cronológico. Más específica-mente, "desarrollo" se usa para referirse a creci-miento económico. Como cambio, el desarrollo /'puede ser bueno o malo. Se puede describir unpaís como desarrollado y también decir que es ma-lo que sea desarrollado.

Concedería que hay un empleo de "desarrollo"que es relativamente neutral respecto de los valo-res. A veces, por ejemplo, se pregunta si es mejorser o no ser "desarrollado" o se juzga que "el desa-rrollo" ha sido malo para un país. En este sentido,"desarrollo" significa crecimiento económico, in-dustrialización o modernización. Y es posible eva-luar tales metas o condiciones sociales de manerasvarias. Una persona propondrá usar "desarrollo" yotra lo rechazará en favor de las metas sociales de"liberación" o "revolución" (41). Aquí yo diríaque una perspectiva sobre el desarrollo ha captadoel sentido total de la palabra. Y un concepto quefue éticamente positivo para Adam Smith y Ros-tow es ahora o neutral o negativo.

Pero hay un segundo sentido del "desarrollo"que Jerold Segal ha explicado bien (42). El origendel concepto, dice Segal, no es meramente el cam-bio de rasgos o el crecimiento del tamaño de algu-na cosa. Una cosa viva se desarrolla cuando cambiay este cambio 1) proviene más o menos de dentrode sí mismo y 2) realiza o logra sus metas interio-res o sus potencialidades inherentes. Usar la pala-bra "desarrollo" en este segundo sentido es apro-

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bar las metas interiores y sus realización. Con res-pecto a las teorías del desarrollo, la cuestión im-portante llega a ser, entonces, cuáles metas debetratar de realizar un país (u otra cosa). Varias teo-rías del desarrollo tiene respuestas diferentes. Da-do que el primer sentido del desarrollo puede serconfundido con el segundo, es a veces mejor hablardel desa.trollo "auténtico" o "bueno".

Con esta comprenSlOn de la ambigüedad de "de-sarrollo", regresemos a nuestro argumento princi-pal. Es un paso hacia adelante darse cuenta de laimportancia de aclarar los supuestos normativos denuestras teorías. Pero necesitamos algo más. Tene-mos que metemos en un "diálogo moral" explicitoen que cada teórico social articule, defienda y apli-que sus valores y principios éticos. Esto es verdad,no sólo porque estos conceptos normativos a me-nudo están implicitos en las categorías descriptivasde una teoría, sino porque una teoría social tam-bién debe ser crítica y normativa. Una teoría deldesarrollo debe prescribir así como describir, expli-car y pronosticar. Debe defender las metas buenasasí como los vínculos causales. Pero si las dimen-siones de los valores están implicitos en teorías deldesarrollo, estos valores funcionarían como comp-romisos no examinados. Si queremos mejorar estascreencias, debemos aclararlas y tratar de defender-las de maneras apropiadas a las creencias básicascon un diálogo critico (43). Una ética del desarro-llo haría precisamente eso.

Entonces, una ética del desarrollo iría más allade muchas teorías actuales, Pero tal ética no sebasta a sí misma. Una objeción a una ética deldesarrollo es que prescribiría un sueño imposibleque proyecta deseos sublimados o estimula espe-ranzas fantásticas. El resultado sería la frustracióny parálisis cuando el sueño choca con la realidad.Por consiguiente, se argiiye a veces que tenemosque rechazar una ética social porque haría más malque bien.

Es necesario que consideremos seriamente esteargumento. Pero la respuesta apropiada no es re-ehazar todas las éticas en este campo sino sólo lareflexión moral aislada de las. ciencias y políticasdel desarrollo. La ética debe ser hecha conjunta-mente con la teoría y la práctica del desarrollo.¡Las ciencias describen y explican lo que es, era ypuede ser. Averiguar lo que debe ser es una metade la ética. Pero, para saber lo que debe ser, necesi-tamos saber primero lo que EJlede Sel:. Porque, co-mo Kant dijo, "debe implica puede". Hay que re-nunciar a una ética utópica a favor de una éticaque explique, justifique y aplique ideales realiza-

bles (44). Así como los practIcos necesitan unaética, también la ética necesita las lecciones con-cretas para evitar la impertinencia.

3. El concepto de "lo teórico-práctico" del desa-rrollo

Puede proponerse un argumento más funda-mental para una ética del desarrollo; a saber, nece-sitaremos tal ética cuando entendamos el campodel desarrollo mediante el modelo de lo que llamo"una teoría y una práctica" o, mejor, "lo teórico-práctico".

Un viraje reciente e interesante en la historia yla filosofía de la ciencia es el reconocimiento deque las investigaciones reales superan las dicoto-mías de la teoría y la práctico, alternamente , de laciencia pura, la ciencia a licada y la tecnología.

Es muy común encontrar una distinción agudaentre estas tres actividades. Por ejemplo, MarioBunge considera la ciencia pura o fundamentalcomo una actividad motivada sólo por la búsquedade la verdad sobre el mundo natural o social (45).El producto de la ciencia pura es conocimientocientífico valioso por sí mismo. La ciencia aplicadao práctica, para Bunge, es motivada por un propó-sito de cambiar el mundo para satisfacer las necesi-dades humanas. El producto es conocimiento di-señado como una solución posible o real de unproblema social. La técnica emplea la ciencia apli-cada para "diseñar artefactos y planear cursos deacción que tengan algún valor práctico para algúngrupo social" (46). Finalmente, los artefactos sonconstruidos y los planes del desarrollo son realiza-dos por prácticos de varios tipos.

No quiero negar que estas distinciones tienenalguna razón y utilidad. Una distinción entre laciencia relativamente pura y la ciencia relativa-mente aplicada es posible y a veces deseable. Elcientífico puro necesita estar libre del dominio deotros. El científico aplicado y el tecnólogo puedenestar innecesariamente sobrecargados de la teoría.

Pero necesitamos ablandar estas distinciones yverlas como momentos en una realidad más com-prehensiva, a saber, "la teoría y la práctica" deldesarrollo. En vez de entender la ciencia, pura yaplicada, como un producto de conocimiento pu-blicado en libros, la entendemos como una activi-dad humana integrada con otras actividades. Laciencia pura no es motivada sólo por un interés enconocimiento en sí mismo sino también por asun-tos prácticos. La gente busca la verdad sobre susambientes naturales y sociales para saber y poder

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lidiar (los pragmatistas dicen "cope") mejor conellos. Además la utilidad social a largo plazo exigeprecisamente la ciencia motivada por la búsquedade la verdad y caracterizada por la libertad de in-vestigación. Por otro lado, como Luis Camacho havisto, "si definimos, como aplicada aquella cienciaque busca satisfacer una necesidad, e incluimos eldeseo de conocer dentro de las necesidades huma-nas -quizá la más propiamente humana - enton-ces resulta que todas las ciencias son aplicadas, ytanto más cuanto más orientadas al conocimientoen sí mismo, es decir, cuanto más puras" (47).

El contexto práctico muchas veces motiva y daforma a la teoría. La teoría normalmente informala práctica: nos da lo que es, puede ser y cómollegar al mejor futuro desde el presente real. Lateoría y la práctica relativamente puras son posi-bles. Pero es más importante concebirlas como enuna relación dialéctica de teorico-práctica.

Lo que encontramos en el mundo real es unavariedad profusa de "las teorías y las prácticas" enesos campos que llamamos la medicina, los depor-tes, la educación, la agricultura y la política. Elentrenador de fútbol, por ejemplo, destacará lameta del fútbol excelente pero puede aplicar cono-cimiento científico de áreas tales como la nutri-ción así como normas éticas tales como el juegojusto. Por otro lado, él puede contribuir teórica-mente con un nuevo conocimiento sobre la exce-lencia y la táctica en el fútbol, el sentido de ladeportividad y la naturaleza de las lesiones.

Otro ejemplo: en su libro Feminist Politics andRuman Nature ", Alison J aggar examina algunostratamientos feministas de la naturaleza, la causa yla cura de la opresión de las mujeres. Se constru-yen estas teorías para entender así como para ter-minar con la opresión. Además el conocimiento esnecesario (pero insuficiente) para la terminación yviceversa. La diagnosis y la prognosis conducen a laprescripción de una cura. La cura incluye la visiónde una meta deseable así como algunas recomenda-ciones para alcanzarla. La teoría normativa y nonormativa guía y es revisada por la práctica. Laciencia pura y aplicada, la ética, la general y laaplicada, la tecnología y la política no son autóno-mas. Ellas se compenetran de maneras varias y suti-les (48).

También es útil iluminar el campo del desarro-llo del tercer mundo por medio de esta noción de"una teoría y una práctica". Es raro que alguieninvolucrado en el desarrollo sea meramente un teó-rico o meramente un práctico. Lo que encontra-mos con mucha frecuencia son personas que hacen

la teoría tan buena como la práctica. Por supuestohacen los dos en proporciones, maneras y calidadesvariadas. Quieren efectuar el desarrollo auténticocomo una meta, como una cura para el subdesarro-llo. Por eso investigan cuáles factores causan elsubdesarrollo y cuáles harían posible·el desarrollo.Esta es la parte científica de "la teoría y la prácti-ca" del desarrollo. Pero la reflexión debe incluirtambién la reflexión ética. Para identificar y eva-luar las metas de una perspectiva sobre el desarro-llo, debemos preguntar: ¿hacia dónde y con quéfin deben las sociedades pobres desarrollarse?, Y¿quién debe decidir?

Si nuestro enfoque es en el desarrollo como"una teoría y una práctica", necesitamos pensar enlas medidas y las estrategias. Necesitamos una éticade las medidas así como una de las metas. Debe-mos valorar cuáles medidas son permisibles, prohi-bidas y obligatorias éticamente así como cuálesmedio son eficaces y cuáles metas son buenas.¿Justifica la meta las medidas? ¿Cuándo y porqué? ¿Cuánto peso debemos dar al valor de laeficiencia o productividad económica, especial-mente cuando ellas pugnan con otros valores?

Una ética en el contexto de "una teoría y unapráctica" del desarrollo pone y contesta explícita-mente estas preguntas en un nivel general comotambién en cuanto a problemas específicos. Nece-sitamos tener la habilidad y el éxito en los aspectoséticos así como en los aspectos científicos y técni-cos del desarrollo.

4. El fin de la neutralidad ética

El dogma de la neutralidad ética de la ciencia yla tecnología ha sido una razón principal para quela gente que trata el desarrollo se haya sentidoincómoda con una ética del desarrollo. El dogma,como creencia no crítica, dice que la ciencia ha deser objetiva en el sentido que el científico debeinformar acerca de los hechos y las leyes y nopermitir la intrusión de sus valores sujetivos. Ladescripción, la interpretación, la explicación, lapronosticación, y la aplicación de la ciencia debeestar libre de todo valor y especialmente de losvalores éticos. Igualmente, afirma que los objetostecnológicos son neutrales éticamente. Es decir losseres humanos los usan para bien o para.mal, peroen sí mismos estos objetos o procesos son neutra-les.

El valor de la neutralidad de los valores ha im-pedido y ahora amenaza con romper la relacióndialéctica y fructuosa entre la teoría y la práctica

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del desarrollo. Hay presión para poner las cienciaspuras y aplicadas y aún la técnica del desarrollo enel lado objetivo y los valores en el lado subjetivo.Incluso Charles Wilber muestra un residuo de estaneutralidad cuando confiesa sus compromisos éti-cos en contraposición con su meta de compilarobjetivamente las opciones en la teoría:

"Mientras espero que el trabajo presentado aquí sea abje-tivo, no hay una postura postiza de neutralidad. Estoycomprometido con valores definidos que sin duda influ-yen en la elección de las preguntas y en el alcance de lasvariables consideradas para la selección. En general, mi sisotema de valores postula el progreso material (por 10 menoshasta un nivel mínimo), la igualdad, el cooperativismo, elcontrol democrafico de las instituciones económicas asícomo políticas y la libertad como bienes positivos. Debenotarse que hay contradicciones entre estos criterios y,por 10 tanto, la sociedad se enfrenta con decisiones. Conestos valores en mente, el lector puede juzgar el grado deobjetividad alcanzado" (49).

Es interesante en este texto que la objetividadestá separada agudamente de los valores y que losvalores son asuntos del compromiso personal o ladecisión social. Wilber aclara pero se abstiene dejustificar o aplicar sus propios valores a las metas ylas medidas del desarrollo. Esto es precisamenteuna dificultad del dogma de la neutralidad de losvalores. Incomoda a la gente involucrada en el de-sarrollo la actividad de la reflexión moral. O, porlo menos, esta gente se siente molesta cuando estátrabajando. Después del trabajo, tomando una co-pa, el debate moral se pone acalorado. Pero duran-te la jornada, el trabajador del desarrollo a menudove las decisiones éticas como algo que otro debetomar. El científico como científico y el profesio-nal como profesional no tienen la responsabilidadética.

Esta actitud es justificada hasta cierto puntopues algunas decisiones básicas deben ser tomadasdemocráticamente por los ciudadanos. Y yo quisie-ra defender la tesis de que los ciudadanos tienen elderecho de participar en las decisiones con respec-o al desarrollo nacional. Pero el científico o el

técnico del desarrollo son más que un empleado dela sociedad. El también tiene una responsabilidadética como científico o técnico así como en cuan-to ciudadano y como ser humano. Aunque yo noharía una dicotomía aguda se pudiera argüir, comoManuel Formoso, que la ciencia social es distintade la ciencia natural al llegar a este punto:

"Al que investiga la Naturaleza le basta conocerel ser de la Naturaleza, para dominada y utilizarsus fuerzas. Pero al científico social no le puede

bastar el conocimiento del ser social, sobre todocuando e.sarealidad es éticamente inaceptable. Nopodrá haber dignidad en las tareas del científicosocial si se detiene ante el simple dato de que en elTercer Mundo todos los años son millones los ni-ños que mueren de hambre.

"El científico social está obligado a saltar delconocimiento del ser social a la formulación deldeber. Está obligado a elaborar propuestas alterna-tivas de cambio, de transformación, para que elreino de 10 social pueda ser éticamente aceptable"(50). .

No podemos argumentar más contra el dogmade la neutralidad de la ciencia y la tecnología. Esaha sido hecha en otra parte (51). El grano de laverdad en el dogma es que no debemos permitirque nuestras "esperanzas y miedos" (52) deformennuestro conocimiento de lo que era, es, y será.Pero en vez de implicar la neutralidad, esta prohi-bición nos muestra que a ciencia supone su propiaética, por ejemplo, los valores de la honradez y labúsqueda de la verdad (53). De igual manera, latecnología, como un producto de la actividad hu-mana, no es neutral. El empleo del tiempo y losrecursos para producir una tecnología en vez deusada para otros propósitos, debe ser objeto deuna decisión ética. El juicio ético debe dirigirse a laproducción de un objeto tecnológico porque lasconsecuencias probables de lo bueno y lo malodeben ser evaluadas en contraste con las conse-cuencias de la ausencia del objeto. En este sentidola política de los armamentos nucleares incluye irn-plicaciones éticas.

Hemos visto que los valores y la ética entran en"una teoría y una práctica" del desarrollo de mu-chas maneras. Cada vez más se reconoce que estoes valioso y aún obligatorio. Puesto que se eliminael obstáculo de la neutralidad, los profesionales deldesarrollo tienen ahora la oportunidad así como laresponsabilidad de poner atención cuidadosamentea los aspectos normativos de sus empresas, sea enla teoría o la práctica.

5. Las carencias de la filosofía

Hasta ahora hemos explicado y justificado lanecesidad de una ética del desarrollo en cuantoa la teoría, la práctica y "la teoría y la práctica" deldesarrollo. La necesidad de tal ética también puedeser enlazada con algunos cambios beneficiosos enla filosofía anglosajona. Dejaremos abierta la pre-

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gunta sobre el enfoque actual de la filosofía deAmérica Latina y otras regiones.

Recientemente, cierta filosofía anglosajona seha vuelto práctica. Siguiendo lo dicho y el ejemplode John Dewey, no pocos filósofos se han aparta-do de los problemas tradicionales de los filósofos yse han encargado de los problemas de seres huma-nos. Renunciando al análisis neutral del lenguajemoral e insatisfecho con la construcción de la teo-ría abstracta, muchos filósofos anglosajones hanaplicado la reflexión ética a las prácticas, los pro-blemas y las políticas humanas y sociales. Los re-sultados -llamados "la filosofía aplicada", "~aplicada", "la ética práctica" y "la fiolosofía de lapolitica pública"- han proliferado en cursos, pro-gramas de posgrado, congresos, artículos, revistas ylibros. Los filósofos se involucran en la ética de lamedicina, la ética ambiental, la justicia económica,la ética de la disuasión nuclear, la ética agríc-ola yasí sucesivamente (54).

Quiero argumentar que un tratamiento tiloso-fico de las cuestiones éticas en el desarrollo mejo-raría tanto a la filosofía anglosajona como a laética del desarrollo. La ética del desarrollo sacaríaprovecho del papel que los filósofos pueden de-sempeñar en la crítica de los mitos, la identifica-ción de las cuestiones éticas, la aclaración de lossupuestos fundamentales y la construcción, la jus-tificación y la aplicación de los principios morales.

No es que los filósofos sean expertos morales otengan una pericia única en la reflexión ética. Ne-cesitamos abandonar el modelo platónico del reyfilósofo y el modelo Kantiano del adjudicadortranscendental de disputas básicas y jurisdiccio-nales. En cambio, los filósofos son participantes ycríticos en el diálogo moral y facilitadores de laética práctica. Especialmente en una sociedad de-mocrática es menester que la habilidad de la re-flexión moral sea compartida ampliamente (55).

La filosofía anglosajona puede mejorarse por-que una ética del desarrollo internacional reduciríael etnocentrismo en otras áreas de la ética aplicada.Por ejemplo, tenemos que pensar otra vez en laética ambiental si la preservación de una selva estáen pugna con la disminución de la mortalidad in-fantil. Necesitamos cuestionar el sentido de losprecios justos por los productos agrícolas estado-unidenses cuando las exportaciones de la carne detercer mundo son demasiado caras, debido al pro-teccionismo, y las importaciones de los comes-tibles al tercer mundo aumentan los precios localeso debilitan la producción local. Nos preguntaremos

sobre el mejoramiento del tratamiento de nuestrosanimales domésticos cuando ellos comen más ymejor que mucha gente del tercer mundo. Debe-mos cuestionar el empleo de los equipos médicoscostosísimos en los Estados Unidos y Canadá cuan-do mucha gente en América Latina no tiene lasalud mínima. Impugnaremos nuestras nocionestradicionales de la justicia económica cuando tra-bajadores del norte reciben sueldos más altos (conriesgos más bajos) que los obreros del tercer mun-do por el mismo trabajo (y aún en la misma empre-sa). No debemos hacer "la ética en (y para) un paíssólo". Si la hacemos, nuestra ética puede servircomo un camuflaje del egoísmo de nuestro grupoy una forma nueva del imperialismo.

Se debe señalar que la filosofía anglosajona estáamarrada por algunas cuestiones éticas que surgenen las relaciones entre los países "desarrollados" yel tercer mundo (56). A principios de los años se-tenta el filósofo Peter Singer y el biólogo GarrettHardin plantearon un debate sobre la ética de laayuda contra hambre catastrófica en países comoBangla Desh (57). El esfuerzo de Michael Walzer(58) de revivir y modificar la teoría tradicional dela guerra justa también ha estimulado una discu-sión vigorosa sobre la ética de las intervencionesmilitares (y no militares) que cruzan las fronterasnacionales. The Center for Philosophy and PublicPolicy (El Centro para la Filosofía y la PolíticaPública) ha escudriñado los aspectos éticos involu-crados en las políticas estadounidenses sobre el ali-mento, sobre las relaciones exteriores, y sobre lainmigración, especialmente con respecto a losmexicanos sin pasaportes (59). Charles Beitz haescrito un libro importante que extiende el méto-do y la concepción de la justicia de John Rawls ala arena global (60). The Carnegie Council onEthics and International Relations (El Consejo deCarnegie sobre la Etica y las Relaciones Internatio-nales) en Washington, D.C. patrocina congresos ypublica un noticiario y una serie de libros sobre laética de la política exterior y de las relaciones in-ternacionales (61).

Todavía esta internacionalización saludable dela ética aplicada no es bastante. Necesitamos unaética del desarrollo del tercer mundo. Primero, unaética de relaciones exteriores y internacionales,que si es realizada por anglosajones, requiere en-tender el tercer mundo. Por ejemplo, la ética de laayuda contra el hambre y la ayuda para el desarro-llo demanda conocimiento Íntimo de la historia,los problemas, los estilos del desarrollo, los valores,y las esperanzas de una región o sociedad especí-

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fica. La ética del desarrollo, como una parte de "loteórico-práctico" del desarrollo, trataría estas cues-tiones no normativas, el filósofo estaría mejor in-formado sobre el contexto concreto de la decisiónmoral. Por eso, la ética del desarrollo también apo-yaría al filósofo anglosajón en el cumplimiento dela propia obligación moral de en tender la situacióndel que recibe la ayuda. Como Gunatilleke ha di-cho:

"Unaevaluación de cómo los países en desarrollo manejansu transición es en. sí misma una tarea moral exigente...hay que ser un entendido profundo en los procesos histó-ricos de estas sociedades, tener una habilidad para ver lacuestión ética en relación con estos procesos y una sensi-bilidad para comprender la lucha interna de una sociedaden medio de una transición inaudita" (62).

Segundo, la ética del apoyo debe estar enlazadadialécticamente con la ética del desarrollo, porquela pregunta sobre cuál tipo de ayuda, si la hay,deben dar los Estados Unidos depende de la res-puesta a la pregunta sobre hacia dónde y cómodebe un país desarrollarse. La ayuda a ccrto plazodebe promover el desarrollo auténtico a largo pla-zo.

Tercero, la ética anglosajona se aprovecharía dela ética del desarrollo porque la participación enesta tarea extendería la discusión moral del Nortey del Occidente para trasladar el diálogo del Sur ydel Este. De ahí que se pueda fomentar un verda-dero diálogo global. Los defectos en las visionesmorales del primero y segundo mundos serán iden-tificados y corregidos mejor cuando los pensadoresanglosajones y otros entren en un toma y dacamoral con los filósofos éticos que trabajan en otrastradiciones morales. Por ejemplo, mucha gente enel Norte y en el Occidente trata hoy de redefinir elconcepto de "la vida buena" y la sociedad óptimapara que se restrinja en un lugar apropiado el lujomaterial. Además, el carácter teleológico de mu-chas de las éticas del desarrollo con su énfasis enlas metas nacionales y en el florecimiento humanoo la vida óptima -contribuirá a la búsqueda de unaética con un fuerte componente teleológico no uti-litario.

Cuarto y último, una ética del desarrollo inter-nacional sería una fuente adicional para forjar unamoralidad internacional y una ética transnacional(63). Dada la interdependencia mundial cada vezmayor, necesitamos un "consenso ético" así comouna ley internacional para regular las interaccionesde las naciones, las agencias internacionales (talescomo el Banco Mundial y el Fondo Monetario In-

ternacional), las corporaciones multinacionales y eltratamiento de los extranjeros y los refugiados.

En resumen, la comunidad filosófica anglosajo-na (e internacional) se beneficiaría con un diálogodel Norte y del Sur sobre la ética del desarrollo, yla sociedad global se aprovecharía de un diálogoglobal que la ética del desarrollo aportaría.

NOTAS

( 1) Empleo comillas para indicar que el sentido y laevaluación de "desarrollo" "subdesarrollo" y "tercer

mundo" son temas de discusión.( 2) Véanse especialmente David. A. Crocker: Praxis

and Democratic Socialism: The Critical Social Theory ofMarlovié and Stojanovié (Atlantic Highlands, N.J.: Humani-ties Press; Sussex: Harvester Press, 1983); Richard Rorty:Philosophy and the Mirror of Nature (Princeton, N.J.:Princeton University Press, 1979) y Consequences of Prag-matism (Minneapolis: University of Minnesota Press,1982); Mihailo Markovié: Democratic Socialism: Theoryand Practice (Sussex: Harvester Press, 1983); and Jaggar:Feminist Politics and Human Nature (Totowa, N.J.: Row-man & A1lanheld; Sussex: Harvester Press, 1983). Tam-bién son relevantes Richard J. Bernstein: The Restructu-ring of Social and Political Theory (New York and Lon-don: Harcourt Brace Jovanovich, 1976) Y Beyond andRelativism (Philadelphia: University of PennsylvaniaPress,1983); y William Frankena, "Introduction", en Philoso-phy ofEducation, 1965.

( 3) "About the Author and The Overseas Develop-ment Council", en Denis Goule : The Uncertain Promise:Value Conflicts in Technology Transfer (New York: IDO-C/North America, 1977), p. 319. He traducido este yotros textos del inglés. Louis-] oseph Lebret también mere-ce el crédito como uno de los fundadores de la disciplina.En diálogo con Goulet, Lebret escribió en un libro publi-cado en francés en 1961 y raducido al español en 1966:"Nos parece que, desde el momento en que se trata dehacer progresar al hombre, estas consideraciones no pue-den estar fuera de nuestro objeto y que la ética del desa-rrollo merecería ella sola una obra entera". Luis-JosephLebret: Dinámica Concreta del Desarrollo (Barcelona:Editorial Herder, 1966), (p). 35.

( 4) The Cruel Choice: A New Concep t in the Theoryof Development (New York: Atheneum,1971),p.(XIX).Véanse otras obras tempranas de Goulet que tratan estetema: "Pour une ethique moderne du developpement", enDeveloppement et Civilisations 3 (1960) pp. 10-24; Eticadel Desarrollo (Barcelona: Editorial Estela, 1965);" t -ica Issues in Development", en Revieui o] Social Econo·my 26(2) (1968), pp. 97-117.

( 5) The Uncertain Promise, p. 5. Véanse también al-gunos de los escritos más recientes de Goulet: "WorldHunger: Putting Development Ethics to the Test", enChristianity and Crisis 35(9) (1975), pp. 125-32; "On theEthics of Development Planning", en Studies in Compara·rtive Intemational Developmen t 11(1) (1976), pp.35-43:"Beyond Moralism: Ethical Strategies in Global Devel-opment", en Thomas M. McFadden, editor, TheologyConfronts a Changing World (West Mystic, CT: Twenty-third Publications, 1977), pp. 12-39; "Suffic1ency for All:

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The Basic Mandate of Development and Social Econo-mies", en Review of Social Economy 36(3) (1978), pp.243-6; "In Defense ofCultural Rights: Technology, Tradi-tion and Conflicting Models of Rationality", en Forumfor Correspondence and Contact 12(2) (1981), pp. 43-53;México: Development Strategies for the Future (NotreDame: University ofNotre Dame Press, 1983); "Obstaclesto World Development: An Ethical Reflection", en WorldDevelopmen t 11(7) (1983), pp. 609-24; "DevelopmentImages and Strategies: the Values at Stake ", en Proceed-ings of the Cori[erence on Ethics in International Devel-opment (Ithaca, N.Y.: International Association ofCamelBreeders, 1984), pp. 9-24, 46-49.

( 6) (New York: Basic Books, 1974), p.(vii). Gouletreseña el libro de Berger en "The High Price of SocialChange --on Peter Berger's Pyramids of Sacrifice ", enChristianity and Crisis 35(16) (13 octubre 1975), pp.231-37. Berger, ahora más conservador, regresa a estostemas y defiende un modelo capitalista en "Underdevel-opment Revisted", en Commentary (Julio 1984), pp.41-44. Franz J. Hinkelamment hace objeciones importan-tes contra Berger en Critica a la razón utópica (San José:Departamento Ecuménico de Investigaciones, 1984), pp.33-52.

( 7) (Lexington, Mass.: Lexington Books, 1983).( 8) Ibid., p. 1.( 9) [bid.(10) "Noción Desarrollada del Desarrollo", en Revista

de Pilosojia de la Universidad de Costa Rica 12(35)(1974), pp. 65-69.

(11) "Papel del Filósofo en una Nación en Desarro-llo", en Revista de Filosofía de la Universidad de CostaRica 12 (35) (1974), p. 171.

(12) (Buenos Aires: Ediciones Siglo Veinte).(13) [bid. p.23.(14) "Desarrollo y ética", en Revista Comunicación

2(2) (mayo 1986), p. 23.(15) [bid. p. 25.(16) "Ciencia, tecnología y desarrollo desde el punto

de vista de los derechos humanos", en E. Roy Ramírez,compilador, Ciencia, Responsabilidad y Valores (Cartago:Editorial Tecnológica de Costa Rica, 1985), p. 26. Véansetambién "Desarrollo y cultura: enfoques y desenfoques",en Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica22(55-56) (1982), pp. 31-38; "Cuando se habla de cien-cia, tencología y desarrollo ¿ de qué se está hablando? , enTecnología en Marcha 7 (9) (enero-marzo 1985), pp. 3-6;"La ciencia pura en el subdesarrollo", en Desarrollo 3-4(marzo 1986), pp. 40-45; "Desarrollo y tecnología" enCiclo de Conferencias sobre Ciencia y Tecnología (eO-NICIT, Agosto-Octubre 1986).

(17) (New York: Random House, 1984). En el prólo-go a la tercera edición, Wilber indica que la primera edi-ción (1973) reflejó desilusión con el optimismo [de losaños sesenta] que la pobreza mundial puede ser vencidocon el crecimiento económico" y que la segunda edición(1979) "apretó los principios" de un optimismo nuevofundado en el paradigma del desarrollo "del crecimientocon equidad" o "las necesidades básicas y humanas". [bid.p. v.

(18) (Montclair: Allanheld, Osmun,1980).(19) Political Economy of Development and Under-

development (1984), p. viii.(20) "Paradigms of Economic Development and Be-

yond", en Ibid., pp. 6-7.

(21) Dialectics ofThird World Develpment, p. 7.(22) Faces of Hunger: An Essay on Poverty. [ustice.

and Developmen t (London: Allen 1. Unwin, 1986), p. xi.(23) El presidente estadounidense Teddy Roosevelt

miraba una excavadora (tecnología nueva al principio delsiglo veinte) cuando alguién comentó cuántos obreros es-taba echando la máchina del trabajo: "¡Imagínese cuan-tos obreros podemos contratar para hacer eso con palas!".Roosevelt respondió: "¡Imagínese cuantos podemos con-tratar para hacerlo con cucharas! ". Debo esto ejemplo ami colega de Colorado State University, Dr. Holmes Rols-ton. También el ensayo presente debe mucho a causa desus comentarios detallados.

(24) Véanse la preocupación del filósofo Thomas Na-gel sobre su presencia como conferencista en Africa delSur en "A Month in the Country", en New Republic (14marzo 1983), pp. 16-21.

(25) Para un punto de vista que rechaza la ayuda bajociertas condiciones ("strings attached"), véanse la aplica-ción de Onora O' Neill de una versión de la ética Kantianaa la ayuda contra el hambre en "The Moral Perplexities ofFamine and World Hunger", en Tom Regan, compilador,Matters of Life and Death : New Introductory Essays inMoral Philosophy, Znd.,ed. (New York: Random House,1986), pp. 319-31. Para una justificación de condicionesen ciertas situaciones de la ayuda, véanse Peter Singer,"Postscripr", en William Aiken y Hugh LaFollette, compi-ladores, World Hunger and Moral Obligation (EnglewoodCliffs, N.J.: Prentice-Hall, 1977), pp. 34-36.

(26) "Lecciones de una tragedia", en La Nación (23septiembre 1986), p.14A. Véanse también los reportajes deEdgar Espinoza y Gina Polini en La Nación (14-16 sep-tiembre 1986).

(27) Henry Shue trata brillantemente esta cuestión en"Transnational Transgressions", en Tom Regan, compila-dor, Just Business: New Introductory Essays in BusinessEthics (New York: Random House, 1984), pp. 271-84.

(28) Roger Churnside, "JAPDEVA y los nuevos rum-bos", en La Nación (22 octubre 1986), p. 16A.

(29) Véanse también "Gobierno intervino JAPDE-VA", en La Nación (23 octubre 1986), pp. lA, 4A; yRoger Churnside, "Más, allá del salario". en La Nación)(16 septiembre 1986) p. 16 A; "Los principios del pue-blo", en La nación (4 enero 1987), p. lsA.

(30) "Wa'apin man": la historia de la costa talaman-queña de Costa Rica, según sus protagonistas (San José:Instituto del Libro, 1986), p. 19. Para un estudio muy im-portante que discute el proyecto de Palmer y otros pro-yectos de "desarrollo de base", véanse Ariel Dorfman,"Arroz quemado y pan: cultura y supervivencia economi-ca en América Latina", en Desarrollo de Base: Revista dela Fundación [nteramericana 8(2) (1984), pp. 3-25. Elnovelista chileno examina las relaciones entre la cultura yel desarrollo (en el sentido de la supervivencia económica).

(31) [bid. p. 373.(32) [bid. p. 383.(33) [bid. p. 14.(34) Por ejemplo, "los principios de Sullivan (the Su-

llivan Principies) son un conjunto de seis principios dise-ñados para servir como directivas de corporaciones quetrabajan en Africa del Sur". Lee Elbinger, "Are Sullivan'sPrincipIes Folly in South Africa'? ", en Business and 50-ciety Review 30 (Summer 1979), p. 36.

(35) Véanse, por ejemplo, Kal Nielsen y Steven C.Patten, compiladores, Marx and Morality (Guelph, ON:

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Canadian Association for Publishing in Philosophy, 1981);Rafael Angel Herra, "Crítica de la filosofía global" enFranz Wimmer, compilador, Philosophie = Europe. Wassonsti (Verlag Bohlau: Austria. 1987).

(36) (New York: Cambridge University Press, 1960).(37) "From Rostow to Gunder Frank: Conflicting Pa-

radigms in the Analysis of Underdevelopment", en WorldDevelopment 4 (1976), pp. 167-80. Veánse también Osva-do Sunkel y Pedro Paz, El subdesarrollo latinoamericanoy la teoría del desarrollo, 20 ed. (México: Siglo Veinti-uno Editores. 1986), pp. 15-40.

(38) André Gunde Frank: Capitalism and Underdeve-lopment in Latin America (New York: Month1y ReviewPress, 1969); F. H. Cardoso y Enzo Faletto: Dependenciay desarrollo en América Latina lliiexico: Siglo XXI Edito-res, f969). Véanse también, el estructuralismo de RaulPrebisch: Capitalismo periférico (Fondo de Cultura eco-nómica, 1981); Octavio Rodríquez: La teoría del subdesa-rrollo de la cepal (Mexico: Siglo Veintiuno Editores,1980).

(39) "Development Alternatives, Problems, Strategies,and Values", en Charles K. Wilber, compilador, The Politi-ea Economy of Development and Underdevelopmen t,2nd., ed. (New York: Random House, 1979), p. 5.

(40) Hellio Fallas: Crisis económica en Costa Rica(San José: Editorial Nueva Decada, 1981), p. 115.

(41) Para una discusión de algunas de estas cuestiones

[

y la decisión de mantener la palabra y cambiar el concep-to del desarrollo, véanse Denis Goulet, "Development ... orLiberation? ", en Internationai Development Review13(1971-73), pp. 6-10.

(42) "What is Development? "Working Paper (Centerfor Philosophy and Public Policy: octubre 1986), pp. 1-3.

(43) Véanse Praxis and Democratic Socialism, pp.23-32, 145-88 Y 189-224.

(44) Para un tratamiento más completo, véanse [bid,pp. 179-88.

(45) Ciencia y desarrollo, pp. 27-38.(46) [bid. p. 36.(47) "la ciencia pura en el subdesarrollo": en Desarro-

llo 3-4 (mayo 1986), p. 43.(48) Véanse Jaggar: Feminist Politics and Hum an Na-

ture pp. 15-21 y 353-89.(49) "Preface to the First Edition", en The Po/itical

Economy of Developmen t and Underdevelopment, p.VID.

(50) "El imperativo de las ciencias sociales", en Semi-nario Universidad 748 (17-23 octubre 1986), p. 5.

(51) Por ejemplo, véanse las obras señaladas en nota(3) y, también. E. Roy RamÍrez. "Responsabilidad y neu-tralidad" y "Entre ética y ciencia", en E. Roy Ramírez,compilador, Ciencia, responsabilidad y valores, pp. 9-24,39-54; y los ensayos en E. Roy Ramírez y Mario Alfaro,compiladores, Etica, ciencia y tecnología (Cartago: Edito-rial Tecnológica de Costa Rica, 1983).

(52) Peter Berger, Pyramids of Sacrifice, p. 24.

(53) Mario Bunge, "La Ciencia ¿es éticamente neu-tral? ", en Etica, ciencia y tecnología, pp. 11-20; Cienciay Desarrollo, pp. 122-24.

(54) Las dos obras más importantes en el debate an-gloamericano de la ética social y normativa en general y lajusticia económica en particular son sin duda John Rawls:A Theory of justice (Cambridge, Mass.: Belnap Press ofHarvard University Press, 1971) and Robert Nozick:Anarchy, State, and Utopia (New York:, Basic Books,1974).

(55) Véanse, por ejemplo las obras por Rorty, citadasanteriormente, y Peter G. Brown, "Ethics and Public Poli-cy", en Policy Studies [ournal 7(1978), pp. 132-37;"Applied Ethics: A 'Strategy for Fostering ProfessionalResponsibility", en Camegie Quarterly 28(2-3) (1980),pp. 1-7; Dennis Thompson "Philosophy and Policy", enPhilosophy and Public Affairs 14(2) (1985), pp. 205-18.

(56) La obra más importante es, en mi opinión, HenryShue: Basic Rights: Subsistence, Affluence and U.S. For-eign Policy (Princeton, N.J.: Princeton University Press,1980).

(57) Véanse WilIiam Aiken y Hugh LaFollette, compi-ladores, World Hunger and Moral Obligation; y Peter G.Brown y Henry Shue, compiladores, Food Po/icy: TheResp onsability of the United States in the Lije and DeathChoices (New YorkrThe Free Press,'1977).

(58) just and Unjust Wars: A Moral Argument WithHistorical Illustrations (New York: Basic Books, 1977).

(59) Peter G. Brown y Henry Shue, compiladores,Food Policy; Peter G. Brown y Douglas MacLean, compi-ladores, Human Rights and U.S. Foreign Policy (Lexing-ton, Mass.: Lexington Books, 1979); Peter G. Brown yHenry Shue, compiladores, Boundaries: National Autono·my and its Limits (Totowa, N.J.: Roman and Littlefield,1981); and Peter G. Brown y Henry Shue, cofnpiladores,The Border that [oins: Mexican Migrants mld U.S. Res-ponsability (Totowa, N.J.: Rowman and Littlefield,1983).

(60) Political Theory and International Relations(Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1979). Véan-se tambén Virginia Held, Sidney Morgenbesser y ThomasNagel, compiladores, Philosophy , Morality , and Interna-tional Affairs (New York: Oxford University Press, 1974).

(61) Kenneth W. Thompson, compilador, Moral Di-mensions of American Foreign Policy (New Brunswick,N.J.: Transaction Press, 1984) y Ethics and InternationalRelations (New Brunswick, N.J.: Transaction Press,1985).

(62) Ethical Dilemmas, p. 8.(63) Véanse mi "Moral Relativism and International

Affairs", en Technos 8 (1979), pp. 19-38.

David CrockerColorado State UniversityFort.Collins, Colorado 80523U.S.A.