habitos alimentarios
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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL ROMULO GALLEGOS
Hábitos Alimentarios
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior
Universidad Nacional Experimental "Rómulo Gallegos"
Escuela de Medicina “Dr. José Francisco Torrealba”
Área de ciencias de la salud.
3er Año de Medicina Sección 14
Cátedra: Nutrición
Hábitos Alimentarios
Prof. Carlos Páez
Integrantes:
San Juan de los Morros, Junio de 2015
Bello Yamaly C.I. 19.395.378 Lingstuyl Leafar C.I. 21.582.354
Cartaya Lorena C.I. 21.099.424 Pérez María C.I. 24.614.338
Escalona Wirelys C.I. 23.802.918 Prado Carlos C.I. 23.564.665
Fernandez Manuel C.I. 23.710.536 Reyes Aura C.I.20.613.865
Guevara Stephania C.I.21.461.142 Sánchez María C.I. 24.538.205
Jaspe Franci C.I. 24.239.735 Valles Anastasia C.I. 23.851.941
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.............................................................................................3
LOS HÁBITOS.................................................................................................4
LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS.....................................................................6
FORMACIÓN DE HÁBITOS ALIMENTARIOS.................................................9
FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS.............12
MODELOS PARA CAMBIAR HABITOS........................................................17
CLASIFICACIÓN DE LAS ETAPAS DEL COMPORTAMIENTO RELACIONADO CON LA SALUD.................................................................18
CAMBIAR LA CONDUCTA ALIMENTARIA: INTERVENCIONES SATISFACTORIAS........................................................................................19
ANEXOS........................................................................................................22
CONCLUSIONES..........................................................................................30
BIBLIOGRAFÍA..............................................................................................31
INTRODUCCIÓN
El ser humano es un ser heterótrofo, que necesita alimentarse de
recursos que puede encontrar en su ambiente, con el fin de nutrirse y poder
persistir, mantenerse y crecer.
Para el crecimiento, mantenimiento y fortalecimiento de las funciones
vitales del ser humano se necesita de dos procesos muy importantes, como
lo son la nutrición que comprende el proceso biológico en el que los
organismos asimilan los alimentos y la alimentación que tiene que ver
netamente con el desarrollo físico y psíquico. Este último proceso es
totalmente voluntario, ya que el individuo puede seleccionar o elegir los
alimentos que desea en su ingesta diaria de los mismos. .
Es de mucha importancia que desde temprana edad se emplee el
método de enseñanza a los niños y adolescentes sobre los hábitos, que no
es más que las conductas aprendidas precozmente. Esto tendrá un gran
impacto sobre la salud y bienestar de los mismos. En cuanto a los hábitos
alimenticios se entiende por una serie de conductas y aptitudes que están
presentes en el individuo a la hora de alimentarse y conseguir energía para
llevar a cabo las actividades diarias.
Se debe desarrollar una dieta balanceada nutricionalmente diseñada
particularmente para cada individuo, según sus necesidades para con la
forma de una dieta apetecible y saludable, cuidando de cuatro principios
necesarios para una alimentación sana y en pro de una vida sana.
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LOS HÁBITOS
Según el artículo que desarrolló la UNICEF conjuntamente con el
Ministerio de Educación y Deportes, el Ministerio de Salud y Desarrollo
Social, y el Instituto Nacional de Nutrición, se definen a los Hábitos como “un
mecanismo estable” que es capaz de crear destrezas y/o habilidades,
manteniéndose flexible y pudiendo ser utilizado en diversas situaciones de la
vida diaria.
Hace un cuarto de siglo la psicología del hábito cabía en pocas fórmulas
simples y aparentemente claras. El hábito era una fuerza de inercia, un
mecanismo que, una vez creado, funcionaba en las personas, sin ellas; una
tendencia autónoma que crecía y se hacía cada vez más tiránica a medida
que el acto se repetía con mayor frecuencia, un mecanismo que rige.
Sin duda esas fórmulas todavía conservan un valor, pero ante todo, es
necesario disipar un equívoco, una contradicción inicial en la misma
definición del hábito. Realmente ¿qué es la repetición de un acto? Es
evidente que se deben distinguir dos fases: la fase de formación y la fase de
estado; la adquisición del hábito y el hábito adquirido. En la segunda se
puede hablar de repetición: el acto ha adquirido en ella una forma perfecta o,
en todo caso invariable, estereotipada, mientras que la fase de formación se
define al contrario, por una serie de cambios a través de los cuales, el acto
se encamina de su forma inicial a su forma final.
Psicológica y fisiológicamente, habría que decir: no se aprende algo sino
en la medida en que no se repite el mismo acto, en la medida en que cada
acto, orientado hacia un mismo fin, no es una mera repetición del
precedente. Y cuando el hábito ha llegado a su fase de estado, si se admite
que se trata ahora de verdaderas repeticiones, esas repeticiones son en
5
adelante estériles. Ya no se aprende nada, precisamente porque no se hace
más que repetir.
La formación de hábitos se debe basar en la construcción de rutinas,
para lo cual podría mencionarse tres aspectos básicos, los cuales siempre
son recomendados a ser aplicados en un grupo etario preescolar y escolar
más específicamente niños y niñas entre 0 y 6 años de edad; dichos
aspectos a tomar en cuenta son:
Definir cuáles son los hábitos que serán objeto del proceso de
enseñanza-aprendizaje. (Tomando en cuenta las interrogantes:
¿cómo se van a practicar?, ¿Cuándo se van a practicar? Y
¿Dónde se van a practicar?
Estructurar los pasos o secuencias para seguir para su
implementación adecuada y practica constante en la vida diaria.
Dar a conocer la importancia y las ventajas de su práctica
oportuna y constante, por parte de los niños, niñas y la familia.
La promoción, formación y consolidación de los hábitos saludables
contribuyen de forma sistémica a prevenir desde las primeras etapas de vida
la aparición de trastornos y enfermedades vinculadas con la alimentación y
nutrición desde la edad escolar, adolescencia y hasta la edad adulta; valorar
y aprender las pautas de conducta y actitudes que contribuyan a estimular la
protección y cuidado responsable de su salud integral; asi como fomentar el
bienestar integral y ser difusores de información, el ejemplo es una buena
herramienta para difundir hábitos,
LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS
6
La Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) en el año 2008
publicó una guía dedicada a la temática de lo que son los hábitos
alimentarios, definiéndolos como “los hábitos” adquiridos a lo largo de la vida
que influyen en la alimentación de un individuo, proporcionando una formula
muy sencilla de recordar, citando a mencionada guía del CECU (2008) dice:
“Llevar una dieta equilibrada, variada y suficiente acompañada de la práctica
de ejercicio físico es la fórmula perfecta para estar sanos”
Una dieta variada debe incluir alimento de todos los grupos y en
cantidades suficientes para cubrir nuestras necesidades energéticasy
nutritivas.
El objetivo de una buena nutrición es recibir la cantidad y variedad de
sustancias que necesita el organismo para gozar de una óptima salud. Una
nutrición adecuada es la que satisface los requerimientos de energía por
medio de los carbohidratos, proteínas y grasas, además de las vitaminas y
minerales y la correcta hidratación.
La energía es el combustible que utiliza el organismo para desarrollar
sus funciones vitales. La unidad de expresión de la energía es la kilocaloría
(Kcal).
En cuanto a las necesidades nutricionales, son las cantidades de energía
y nutrientes esenciales que cada persona requiere para lograr que su
organismo se mantenga sano y pueda desarrollar sus variadas y complejas
funciones. Las necesidades nutricionales varían según la edad, sexo,
actividad física y estado fisiológico.
7
La cantidad de energía que necesita una persona también depende de
su edad, sexo, estado fisiológico y actividad física (ligera, moderada o
intensa). Las personas que tienen una actividad sedentaria o ligera utilizan
menos energía que aquellas que desarrollan una actividad intensa.
Indiscutiblemente una propuesta excelente, donde la dieta se puede
planificar basándose en la proposición alternativa a la pirámide de los
alimentos que desarrolló el Instituto Nacional de Nutrición: “El Trompo de los
Alimentos” (véase el anexo 1)
Resulta importante saber combinar cada grupo de alimento de manera
balanceada, adecuando las comidas a las necesidades personales de cada
individuo. Existen leyes de la alimentación que pueden ayudar a alcanzar
este objetivo. Las 4 leyes que se presentan a continuación son
fundamentales a la hora planificar comidas saludables:
Ley de la Calidad: La alimentación deberá ser completa en su
composición para mantener el correcto funcionamiento de órganos y
sistemas. En toda dieta deberán estar presentes: hidratos de carbono,
proteínas, lípidos, vitaminas, minerales y agua. De acuerdo a esta ley, las
dietas se clasifican en completas (variadas) e incompletas (monótonas).
Ley de la Cantidad: La cantidad de alimentos debe ser suficiente para
cubrir las necesidades calóricas y nutricionales del organismo. Los alimentos
que proveen fundamentalmente calorías (energía) son los hidratos de
carbono y los lípidos. De acuerdo a esta ley, las dietas se clasifican en:
suficiente, insuficiente, generosa o excesiva. Así, los regímenes para
adelgazar que son muy restrictivos se consideran insuficientes, ya que
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ofrecen un descenso de peso a expensas de un contenido calórico que no
cubre las necesidades nutricionales básicas de la persona.
Ley de la Armonía: Las cantidades de los diversos principios que
componen la alimentación deberán guardar una relación de proporción entre
ellos, de manera tal que cada uno aporte una parte del valor calórico total. Se
recomienda que la dieta contenga: proteínas: 12 a 15% del valor calórico
total; grasas: 30 a 35% del valor calórico total; carbohidratos: 50 a 60% del
valor calórico total. De igual manera, si una persona no come en armonía,
difícilmente los alimentos incorporados se digieran de manera óptima para
que nuestro organismo los pueda utilizar. Por este motivo es tan importante
generar un ambiente de serenidad antes y durante el acto de comer.
Ley de la Adecuación: Toda dieta deberá ser la apropiada para cada
individuo en particular, considerando: edad, sexo, actividad, estado de salud,
hábitos culturales y economía. Ello implica una adecuada elección de los
alimentos, así como una adecuada preparación.
Para poder entender esto resulta elemental saber que no existen
“sustancias buenas” y “sustancias malas”, ya que las sustancias en si
mismas no pueden ser ni buenas, ni malas (calidad). Es el uso que se hace
de cada sustancia lo que puede hacer bien o mal (cantidad). Otro aspecto
importante es que dependiendo de la cantidad, la misma sustancia puede
hacer bien o mal (armonía). Además, este es un hecho personal ya que
existen sustancias que a algunas personas les hacen bien y a otras mal
(adecuación).
Como regla general podríamos decir que lo “bueno” es lo más natural en
cantidades moderadas, y lo “malo” es lo menos natural en cantidades
9
exageradas. Con las palabras “bien” y “mal”, queremos decir
respectivamente “constructivo” y “destructivo”.
Para aclarar mejor este asunto tomemos como ejemplo el agua. Esta
sustancia que parece totalmente inofensiva, si se consume exageradamente
(más de 25 litros en 24 horas) produce una intoxicación por agua donde se
altera el balance normal de electrolitos en el cuerpo, que puede causar
graves alteraciones de la función cerebral, derrames, coma, y hasta la
muerte.
FORMACIÓN DE HÁBITOS ALIMENTARIOS
La promoción, formación y consolidación de los hábitos alimentarios y
estilos de vida saludables de forma sistemática contribuye a:
Prevenir desde las primeras etapas de la vida la aparición de
trastornos y enfermedades vinculadas con la alimentación y nutrición,
que se pueden manifestar a corto plazo y posteriormente en la edad
escolar, adolescencia y hasta en la edad adulta.
Lograr que los conocimientos en materia de salud, nutrición y estilos
de vida saludables sean adaptados al nivel de aprendizaje de los
niños, las niñas, docentes y adultos significativos, para su aplicación
en la rutina escolar, familiar y en la comunidad.
Formar rutinas que favorezcan una relación alimentaria sana y
estimulen actitudes positivas de los niños y las niñas hacia una
alimentación saludable.
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Valorar y aprender las pautas de conducta y actitudes que contribuyan
a estimular la protección y cuidado responsable de su salud integral.
Fomentar el bienestar integral y seguridad alimentaria de la familia y
de cada uno de sus integrantes, especialmente los niños y las niñas.
Después del gran milagro de la vida, la lactancia materna es un derecho
que la madre debe garantizar cumplimiento por el bienestar nutricional de su
pequeño por un periodo de 2 años; a partir de los 6 meses de edad la madre
deberá incluir en la dieta de su hijo dos comidas a demás de la lactancia
materna, pudiendo empezar con hortalizas como la auyama, zanahoria,
calabacín e incluso frutas siempre y cuando no sean de carácter cítrico.
Más adelante a partir del séptimo mes puede incorporar verduras o
tubérculos como yuca, ocumo, apio y ñame. En el octavo mes se puede
añadir a la dieta cereales de arroz y maíz; y a partir del noveno mes puede
incorporarse cereal de trigo, avena y cebada, frutas cítricas, granos como
lentejas, caraotas y frijoles, poco a poco hasta que finalmente al cumplir el
año pueda tener 3 comidas diarias a demás de recibir lactancia materna.
En el grupo etario adolescente ya dio tiempo suficiente como para crear
hábitos alimentarios, y no necesariamente hábitos sanos. Los adolescentes
tienen una vida muy ocupada en la escuela, algunos trabajan y/o tienen
actividades deportivas. Por ello nunca esta demás asistir y brindar apoyo en
una planificación diaria, si el adolescente no puede estar en casa a las horas
de comer, siempre se puede buscar la forma de que cumpla con su
alimentación saludable y a tiempo, sea enviando refrigerios saludables o
almuerzos empacados, sin olvidar girar el trompo de los alimentos para una
alimentación completa, de esta forma se evita que el adolescente consuma
alimentos poco saludables; también existe la alternativa de empacar
refrigerios adicionales o de preparado rápido y fáciles de trasladar.
11
Las necesidades nutricionales de los adolescentes promedio respecto a
cantidad de calorías y proteínas van a depender de la edad y el peso. El
médico se basará en una tabla para poder verificar que el joven se encuentra
dentro de los parámetros normales de tamaño y peso ideal. Podrá consultar
a la tabla mencionada en la tabla de Anexo numero 3.
Aproximadamente en cuanto a consumo calorías desde los 12 años de
edad hasta los 14 años el joven debería consumir aproximadamente entre 45
a 55 calorías por cada kilogramo de peso y desde los 15 hasta los 18 años
debe reducir el consumo calórico a aproximadamente de 40 a 45 calorías por
kilogramo.
Respecto al consumo de proteínas en una primera instancia desde los 12
a los 14 años ha de consumir aproximadamente un gramo por cada
kilogramo de peso y posteriormente de 15 años a 18 años de edad debe
limitar el consumo aproximadamente hasta 0,9 gramos por cada kilogramo
que pese el joven.
Cuando de vitaminas y minerales se habla, hay que considerar en que si
el mantiene una dieta balanceada no tendrá la necesidad de tomar esos
suplementos y antes de darle vitaminas o minerales de algún tipo deberá
hablarse la situación con su médico.
Es esencial dialogar con los padres y recalcar en la gran significación
que tienen los ejemplos como difusores de buenos hábitos, así como
reforzamientos positivos a la hora de que se elija buenos alimentos. Durante
esa época es imprescindible explicar que no es correcto criticar su apariencia
pues esas edades son en las que se preocupan con mucha facilidad por su
imagen corporal y si están comiendo mucho o poco puede afectar su
crecimiento y no es la idea crear trastornos alimenticios, a demás de que no
todos los jóvenes tienen un mismo metabolismo.
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FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS
El EUFIC (European Food Information Counsil) en el año 2005 compartió
un informe en su página oficial brindando información sobre los factores
determinantes en la elección de alimentos; entre los cuales han destacado
cinco, como grupos de factores determinantes y que han podido comprobar a
través de herramientas de recolección de datos.
Como primer grupo de factores determinantes se puede hablar de los
determinantes biológicos tales como el hambre, el apetito y el sentido del
gusto. El sistema nervioso central se convierte en participante cuando
interviene en la estimulación del apetito que se busca satisfacer o saciar; e
ingesta de alimentos para responder a las sensaciones de hambre.
Se ha hablado en ese primer grupo de dos conceptos que pueden sonar
iguales como lo son el hambre y el apetito, pero para aclarar su diferencia la
página oficial de Nutridep ha dedicado un articulo llamado “Hambre vs
Apetito” donde usando como fuente bibliográfica “Perspectives in Nutrition”
del autor Wardlaw G. publicado por la famosa editorial McGraw-Hill ha
explicado ambos conceptos:
El hambre es un impulso fisiológico que lleva al individuo a buscar y
consumir alimentos. Siendo controlado por mecanismos corporales
internos. El hígado y el cerebro interactúan con hormonas y el sistema
nervioso para influir en la conducta alimentaria.
13
Mientras que, el apetito es un impulso psicológico que lleva al
individuo a comer, a menudo en ausencia de hambre; siendo influido
por factores externos, tales como ver un postre tentador.
Los macronutrientes tales como los carbohidratos, las proteínas y las
grasas generan señales de saciedad de intensidad variable. Sopesando las
evidencias el EUFIC menciona que le parece claro que las grasas son las
que tienen la menor capacidad saciante, mientras que los carbohidratos
tienen una capacidad saciante intermedia; colocando a las proteínas como
las que tienen la mayor capacidad saciante, basando su argumento en el
trabajo de Stubbs y otros publicado en el año 1996.
Otro factor dentro de los determinantes biológicos es la palatabilidad, la
cual es proporcional al placer que una persona experimenta cuando ingiere
un alimento concreto. Dependiendo de las características organolépticas, los
alimentos dulces y ricos en grasas tienen un innegable atractivo sensorial.
Por eso se puede decir que no solo se consumen los alimentos como fuente
de nutrición sino que también por el placer que aportan.
Entre las características organolépticas o “los aspectos sensoriales” el
sabor resulta ser uno de los factores que más influyen en la conducta
alimentaria. En realidad “el sabor” viene siendo la suma de toda estimulación
sensorial que se produce al ingerir un alimento. En dicha estimulación
sensorial está englobado no solo el sabor en sí, pero también el aroma, el
aspecto y la textura de los alimentos. Se cree que estos aspectos sensoriales
influyen en particular sobre las elecciones espontaneas de alimentos.
Como segundo grupo determinante se encuentran los determinantes económicos y físicos de la elección de alimentos; entre los determinantes
económicos se puede hablar del coste y accesibilidad, siendo sin duda el
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coste uno de los principales factores que determinan la elección de
alimentos, segun Irala-Estevez y otros en su obra publicada en el año 2000,
los grupos de población con ingresos bajos muestran una mayor tendencia a
seguir una alimentación no equilibrada, con ingesta de poca fruta y pocas
verduras.
No obstante, el hecho de disponer de acceso a mayores cantidades de
dinero. No se traduce por sí mismo en una alimentación de mayor calidad,
aunque la variedad de entre los que se pueden elegir si debería aumentar.
La educación alimentaria puede influir en la conducta durante la edad
adulta, no obstante los conocimientos en materia de nutrición y los buenos
habitos alimentarios no están fuertemente correlacionados. Eso se debe a
que los conocimientos en materia de salud no conducen a acciones directas
cuando los individuos no saben a ciencia cierta cómo aplicar sus
conocimientos.
El tercer grupo de determinantes es el de determinantes sociales de la elección de alimentos, donde se puede destacar la influencia de la
pertenencia a una clase social u otra, donde lo que la gente come se ve
conformado y limitado por circunstancias sociales y culturales, así como los
judíos que no comen cochino o los de religión hindú que no comen carne de
vaca o hasta la religión católica que se priva del consumo de carnes en
semana santa o incluso pueden saltarse comidas por mantener el ayuno de
viernes y sábado santo.
Una alimentación deficiente puede provocar tanto una nutrición
insuficiente (deficiencia de micronutrientes) como un exceso de alimentación
(consumo excesivo de energía que ocasiona sobrepeso y obesidad); se trata
de problemas a los que se enfrentan diferentes sectores de la sociedad.
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Otro determinante dentro de este grupo son las influencias culturales que
conducen a diferencias en el consumo habitual de determinados alimentos y
en las costumbres de preparación de los mismos; en ciertos casos, pueden
conducir a restricciones tales como la exclusión de la carne y de la leche en
la alimentación.
También el contexto social puede ejercer un efecto beneficioso sobre las
elecciones de alimentos e impulsar un cambio hacia una alimentación
saludable manifiesta el EUFIC basándose en Devine y otros en su
publicación del 2003; sea conscientemente como aceptar una
transculturización alimentaria o subconscientemente cuando un individuo
está comiendo solo y elije algo que ya ha adoptado de la influencia social
más sin embargo el entorno social.
Sin embargo entra también el Entorno Social, que por desgracia en
muchos entornos de trabajo o escolares, el acceso a opiniones alimenticias
saludables es escaso. Hay que considerar el hecho que la mayoría de los
hombres y mujeres adultos tienen trabajo, por lo que la influencia del trabajo
sobre las conductas que afectan a la salud, como las elecciones de
alimentos y los que tienen horarios irregulares de trabajo (directamente
proporcional tienen un horario irregular de alimentación)
Otros determinantes que están incluidos son el patrón de comidas y los factores psicológicos como el estrés y el estado de ánimo. En cuanto al
patrón de comidas difiere en cada persona y de hecho se pueden tener
varias oportunidades de comer entre horas, sin embargo depende de la
disponibilidad de alimentos tipo aperitivo y de mecanismos compensatorios
posteriores a las comidas principales.
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Respecto al estrés en la vida moderna es cada vez más frecuente y es
incluso capaz de modificar conductas que afectan a la salud, tal y como el
aumento del consumo del café, tabaquismo; el estado de ánimo también
ejerce una gran influencia en la elección de alimentos. Incluso hasta un
individuo puede según las actitudes vinculadas al estado de ánimo ir a elegir
alimentos concretos.
Otro grupo determinante es el de los trastornos alimentarios tales
como la anorexia, bulimia, exceso de ejercicio, entre otros; por lo general
estos trastornos están vinculados a una imagen distorsionada que la persona
afectada tiene de sí misma; un nivel bajo de autoestima, ansiedad no
especifica, obsesiones e infelicidad según tal y como la EUFIC extrajo del
trabajo Mac Evilly y Kelly del 2001.
Las actitudes, creencias y conocimientos de los consumidores en materia
de alimentación así como el sesgo debido al optimismo conforman el cuarto
grupo de determinantes. Las actitudes y las creencias pueden variar y de
hecho varían; la actitud hacia las grasas que se ingieren con los alimentos ha
cambiado a lo largo de los últimos 50 años (tomando en cuenta que el
artículo de la EUFIC fue publicado en el 2005) y consecuentemente se ha
producido una disminución en la cantidad absoluta de grasas ingeridas y un
cambio en la proporción entre grasas saturadas e insaturadas ingeridas.
Respecto al sesgo debido al optimismo, esto se refiere a el hecho de que
algunas personas sin antecedentes familiares mantienen una alimentación
bajo la creencia de no tener ningún factor de riesgo o subestiman la
posibilidad de que estén mal-alimentándose y por ende mantienen una
alimentación rica en grasas en comparación con otras personas, así como
17
hay personas que ingiriendo pocas frutas afirman ser grandes consumidores
de frutas y verduras.
Como quinto grupo de determinantes se tienen los obstáculos al cambio de alimentación y de estilo de vida, haciendo hincapié en el coste
de alimentos, los cuales representan un factor muy importante que afecta la
elección de alimentos cuando se contrasta con los ingresos de una unidad
familiar u hogar, en especial cuando es de bajos ingresos. La posibilidad de
que se malgasten alimentos conduce a una reticencia a probar alimentos
“nuevos” por miedo a que los miembros de la familia los rechacen y también
la carencia de conocimientos y la pérdida de habilidades culinarias pueden
inhibir la compra y preparación de comidas a partir de ingredientes básicos.
Otro obstáculo representativo es tener el tiempo muy limitado como para
seguir consejos nutricionales, especialmente la gente joven y personas con
un nivel educativo alto; quienes viven solos o cocinan únicamente para si
mismos buscan en el mercado platos precocinados y alimentos que se
pueden comer de manera fácil y rápida en vez de cocinar a partir de
ingredientes básicos. Y este obstáculo se vuelve grande cuando el mercado
vende comida precocinada, empaquetada, o lista para cocinar.
MODELOS PARA CAMBIAR HABITOS
Es necesaria la influencia de la sociopsicología y de los modelos
basados en teorías asociadas a la misma pues desempeñan una función
importante, así como explicar el comportamiento humano , y a entender
porqué las personas toman decisiones sobre su salud.
El Modelo de Creencias sobre la Salud, HBM por sus siglas en
ingles (Health Belief Model) propuesto por Rosenstock en el año
18
1966 y posteriormente modificado por Becker en el año 1974 y se
ha empleado para predecir al comportamiento en cuanto a
protección de la salud, en asuntos tales como los análisis, las
vacunaciones y el grado de cumplimiento, por parte de los
pacientes, de los consejos de los médicos. Ese modelo expresa
que para plantearse una persona a cambiar sus conductas, estas
deben haberse sentido personalmente amenazadas por una
enfermedad o dolencia; solo entonces estas se realizarían un
análisis del coste de lo que les supone a nivel personal el cambio
y de los beneficios que obtendrían.
La teoría de la acción razonada y la teoría del comportamiento
planificado. Se han empleado como ayuda para explicar y predecir
la intención o finalidad de un comportamiento dado. Estos
modelos se basan en la hipótesis de que el mejor factor de
predicción del comportamiento es la intención o finalidad del
mismo.
CLASIFICACIÓN DE LAS ETAPAS DEL COMPORTAMIENTO RELACIONADO CON LA SALUD
Del Modelo de las etapas del cambio, se desprende que el
comportamiento relacionado con la salud tiene lugar mediante cinco etapas
diferenciadas. Dichas etapas son: precontemplación, contemplación,
preparación, acción y mantenimiento. En este modelo se parte de la base de
que si hay diversos factores que tienen influencia sobre las transiciones en
etapas diferentes, los individuos deberían responder mejor a las
intervenciones concebidas para ajustarse a su etapa del cambio.
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Se ha sugerido que un modelo de etapas puede resultar más adecuado
para conductas más simples y concretas, como comer cinco raciones de
fruta y verdura al día o beber leche desnatada (objetivos basados en los
alimentos), que para cambios alimentarios más complejos, tales como una
alimentación baja en grasas (objetivo basado en un nutriente)
En la actualidad, ninguna de las teorías o de los modelos, por sí solos,
explica y predice en un grado suficiente la gama completa de conductas en
cuestión de elección de alimentos (Nestle et al. 1998). En general se debe
considerar que los modelos son una herramienta que ayuda a entender qué
factores influyen en las decisiones y la conducta de los individuos.
CAMBIAR LA CONDUCTA ALIMENTARIA: INTERVENCIONES SATISFACTORIAS
Los cambios de alimentación no resultan fáciles, ya que hay que modificar
hábitos adquiridos y mantenidos a lo largo de toda la vida.
Las intervenciones que se realizan en el entorno de los supermercados son
populares, ya que es en dicho entorno donde la mayoría de la gente compra
la mayor parte de sus alimentos. Se ha constatado que tales intervenciones
sirven para concienciar a la gente y para brindarles conocimientos en materia
de nutrición, pero actualmente no está claro que resulten eficaces para lograr
cambios conductuales reales y duraderos.
Los colegios o escuelas constituyen otro entorno obvio en el que efectuar
intervenciones, dado que con éstas se llega no sólo a los alumnos sino,
además, a sus progenitores y al personal que trabaja allí.
Se ha logrado el aumento de la ingesta de frutas y verduras en los niños
con la colaboración de las tiendas cercanas y empleando materiales
20
multimedia e Internet, así como implicando a los niños en el cultivo, la
preparación y el cocinado de los alimentos que comen según la EUFIC
basándose en los estudios de Anderson y colegas del 2003, Lowe y colegas
del 2004 y Baranowski y otros del 2003.
La EUFIC también expresa que Snyder y colegas de 1992 en su estudio
narra que en escuelas se cambiaron incógnitamente los platos por platos
más sanos bajos en grasas logrando que tuviesen una alimentación más
sana y sin dejar de usar el comedor.
También las intervenciones en los lugares de trabajo pueden llegar a gran
cantidad de personas, y resulta factible orientar dichas intervenciones hacia
quienes están en situación de riesgo.
La combinación de educación en materia de nutrición y de cambios en el
lugar de trabajo tiene mayor probabilidad de resultar exitosa, especialmente
si se emplean actividades interactivas y si dichas actividades se mantienen
durante largos períodos de tiempo.
La fundación BENGOA en el año 2002 publicó unas guías nacientes como
una necesidad, que si es cumplida por gran parte de la población se lograría
alcanzar metas de comunidades venezolanas nutricionalmente saludables
sin importar condición social o económica con el propósito de mantener las
tradiciones y contribuir con una mejor calidad de vida. (Anexo 5)
En Caracas el 15 de mayo del 2015 se celebró por primera vez en
Venezuela el “Food Revolution Day” organizado por KanoboSur y Juan
Antonio Garcia Pineda, quien es embajador local de la organización fundada
por el chef británico, Jamie Oliver.
21
La campaña Food Revolution logro que 196 paises se unieran en
actividades con el fin de promover educación alimentaria en el programa
escolar, se llevo a cabo en los espacios de PDVSA La Estancia dos días
para el aprendizaje y difusión gastronómica dirigida a niños y sus padres.
En Venezuela actualmente se vive una problemática en lo que nutrición
compete, cada vez hay más gente obesa y como lo manifiesta la nutricionista
Maria Antonieta Ciancia en un artículo publicado por bancaynegocios.com “la
obesidad es solo la punta del iceberg” y es así pues la obesidad en si no es
más que otro factor de riesgo para sufrir de enfermedades coronarias,
hipertensión arterial, diabetes entre otras enfermedades.
La explicación a esta problemática ella refiere es a que las personas no se
alimentan bien pues en vez de combinar las franjas del trompo de los
alimentos, las sustituyen “si antes se comían proteínas todos los días como
el pollo, la carne o el queso, en estos momentos no por dos razones: el costo
o que no se consiguen y se sustituyen por arroz o harinas que rinden más y
son más económicos”
La especialista en el área de nutrición indica también una realidad, como
es que a pesar de la escasez o encarecimiento de los alimentos aun se
puede comer sano, haciendo rodar el trompo y sustituyendo por
componentes de una misma franja de color y combinando con las otras
franjas para tener una alimentación completa.
22
ANEXOS
Anexo 1.
“El trompo de los Alimentos”
Alternativa Venezolana a la Pirámide de los Alimentos (en la imagen faltaría
la cuerda que simboliza el agua y el ejercicio permitiendo que ruede el
trompo y se mantenga una vida sana)
23
En encuestas realizadas sobre Actitudes del consumidor hacia los alimentos,
la nutrición y la salud se halló que los cinco principales factores que tienen
mayor influencia sobre la elección de alimentos son: "calidad/frescura" (74%),
"precio" (43%), "sabor" (38%), "intentar comer alimentos saludables" (32%) y
"qué es lo que mi familia desea comer" (29%); dichos resultados diferían
notablemente de un país a otro. las mujeres, los ancianos y las personas
con mayor nivel educativo consideraron que los "aspectos relacionados con
la salud" eran especialmente importantes. Los hombres señalaron con mayor
frecuencia, como principales determinantes de sus elecciones de alimentos,
el "sabor" y los "hábitos alimentarios". El "precio" pareció ser el factor más
importante para las personas desempleadas y jubiladas.
Anexo 2.
Encuesta Publicada en EUFIC 2005
24
Anexo 3.
25
Tabla Referencial Indice de Masa Corporal Niños y Adolescentes (se calcula con el peso en kg entre altura en metros al
cuadrado y tiene que estar entre las ondas de las imágenes guiándose por la edad en la franja horizontal inferior)
26
Anexo 4.
(Hemeroteca – El Universal 4 de noviembre de 2013)
Situación del año 2013, no muy ajena a la realidad actual (2015) pero
agravada por la escasez y encarecimiento general.
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Anexo 5.
Guías de Alimentación para Venezuela publicada por la Fundación BENGOA
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CONCLUSIONES
Un hábito se basa en la construcción de rutinas en las cuales es
importante estructurar pasos y secuencias a seguir para su adecuada
implementación, destinado a crear destrezas, siendo flexible y adaptado a la
vida diaria hasta adquirirse y ya volverse una mera repetición
La promoción, formación y consolidación previene en las primeras etapas
de la vida trastornos y enfermedades vinculadas con la alimentación y
desnutrición desde la edad escolar, pasando por la adolescencia, hasta la
edad adulta.
Las necesidades nutricionales de cada grupo etario, respecto a cantidad
de calorías y proteínas van a depender de la edad y el peso siguiendo la ley
de Adecuación.
Para poder tener una vida saludable, es necesario estar dispuestos a
crear un hábito, para esto se puede empezar realizando actividades como
incluir platillos sanos al menú, hacer ejercicio diariamente, dormir las horas
necesarias, evitar el consumo de bebidas alcohólicas, drogas y tabaco.
En Venezuela existe un grave problema nutricional, debido a múltiples
factores, pero educar y promover hábitos alimentarios saludables son la
clave para superarse, recordando que un hábito saludable no es solo una
cosa que debe de hacerse por cierto tiempo sino que se debe convertirse en
un estilo de vida. Y saber que no existen sustancias buenas ni malas
dependerá del uso (o abuso) que se haga de cada sustancia, y de la fuente
de donde provenga
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