guía textil de los altos de chiapas

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Walter F. Morris Jr. Con fotografías de Alfredo Martínez y Janet Schwartz. En inglés, francés y español. Recorrido de la tradición textil de 18 comunidades de los Altos de Chiapas, sus cambios y moda.

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Page 1: Guía Textil de los Altos de Chiapas
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G U Í A T E X T I L D E L O S A L T O S D E C H I A P A SA T E X T I L G U I D E T O T H E H I G H L A N D S O F C H I A P A S

U N G U I D E D E T E X T I L E V E R S L E S H A U T E S T E R R E S D U C H I A P A S

Page 3: Guía Textil de los Altos de Chiapas
Page 4: Guía Textil de los Altos de Chiapas

Primera edición, 2009Morris Jr. Walter F.Guía textil de los Altos de Chiapas1a Edición, Asociación Cultural Na Bolom, 2009144 pp.: ilus.; 32 x 22.5 cm.

ISBN 978-607-95391-0-8

D.R. 2009, Asociación Cultural Na Bolom A.C. Vicente Guerrero núm. 33, Barrio del CerrilloSan Cristóbal de Las Casas, ChiapasMéxico, 29220Tel. (52 967) 678 1418Comentarios: [email protected]

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra incluido el diseño tipográfico y de portada , sea cual fuere el medio, electrónico o mecánico, sin el consentimiento por escrito del editor. Impreso en México • Printed in Mexico

G U Í A T E X T I L D E L O S A L T O S D E C H I A P A SA T E X T I L G U I D E T O T H E H I G H L A N D S O F C H I A P A S

U N G U I D E D E T E X T I L E V E R S L E S H A U T E S T E R R E S D U C H I A P A S

W A L T E R F . M O R R I S J R .

Page 5: Guía Textil de los Altos de Chiapas

Las culturas vivas de Chiapas se mueven en su propio entorno mágico y a su pro-pio ritmo.

Rescatar ese espíritu, valorar sus manifestaciones culturales y los elementos na-turales que les rodean, fue el eje temático de la edición del libro que usted tiene ahora en sus manos.

Su edición a cargo del escritor Walter Morris, fue coordinada por la Secretaría de Turismo y Relaciones Internacionales. En ese esfuerzo nos acompaña la sociedad civil organizada sancristobalense, con especial énfasis la Fundación Cultural Na Bolom que ha hecho suya la tarea de comunicar y ser símbolo de la toma de conciencia del patrimonio, propiedad colectiva que debemos transmitir y conservar para las genera-ciones futuras.

Walter Chip Morris, experto en textiles chiapanecos recoge elementos manifies-tos de la riqueza cultural presente en el mundo indígena, a lo largo de un primer re-corrido por 18 municipios a los que nos acerca a través de su texto y de las extraordi-narias imágenes, captadas en el presente pero que nos remontan a tiempos distantes; Chip nos muestra que lo mejor de la expresión humana de los pueblos de Chiapas permanece intacto.

Voces diferentes a la luz de la creación, la información sobre la obra textil que aquí se entrega representa materia ineludible para la comprensión y valoración de nuestro devenir y sustento.

Juan Sabines GuerreroGobernador Constitucional del Estado de Chiapas

Page 6: Guía Textil de los Altos de Chiapas

Les cultures vives du Chiapas se meuvent dans leur propre environnement ma-gique et à leur propre rythme. Retrouver cet esprit, valoriser leurs manifestations culturelles et les éléments naturels qui les entourent, tel est l’axe thématique de l’édition du livre que vous tenez en ce moment entre les mains.

Son édition, confiée au soin de l’écrivain Walter Morris, a été coordonnée par le secrétariat du Tourisme et des Relations internationales. Nous avons été épaulés dans notre effort par des organisations de la société civile de San Cristobal, et tout particulièrement par la fondation culturelle Na Bolom, qui a fait sienne la tâche de communiquer et de se poser en symbole de la prise de conscience du patri-moine, cette propriété collective que nous devons conserver et transmettre aux générations futures.

Walter Chip Morris, expert en textiles du Chiapas, collecte d’indubitables té-moignages de la richesse culturelle qui règne dans le monde indigène, au long d’un premier parcours qui nous mène tour à tour dans 18 communes, que nous découvrons portés par son texte, ainsi que par d’extraordinaires images qui, pour contemporaines qu’elles soient, nous renvoient à de lointains passés ; Chip nous le montre : ce que l’expression humaine des populations du Chiapas possède de meilleur est resté intact.

Voix singulières à la lumière de la création, l’information sur l’œuvre textile livrée ici constitue une pièce incontournable pour la compréhension et la valori-sation de notre devenir et de ce qui nous fonde.

Juan Sabines GuerreroGouverneur constitutionnel de l’ État du Chiapas

Las culturas vivas de Chiapas se mueven en su propio entorno mágico y a su pro-pio ritmo.

Rescatar ese espíritu, valorar sus manifestaciones culturales y los elementos na-turales que les rodean, fue el eje temático de la edición del libro que usted tiene ahora en sus manos.

Su edición a cargo del escritor William Morris, fue coordinada por la Secretaría de Turismo y Relaciones Internacionales. En ese esfuerzo nos acompaña la sociedad civil organizada sancristobalense, con especial énfasis la Fundación Cultural Na Bo-lom que ha hecho suya la tarea de comunicar y ser símbolo de la toma de conciencia del patrimonio, propiedad colectiva que debemos transmitir y conservar para las generaciones futuras.

William Chip Morris, experto en textiles chiapanecos recoge elementos mani-fiestos de la riqueza cultural presente en el mundo indígena, a lo largo de un prim-er recorrido por 18 municipios a los que nos acerca a través de su texto y de las ex-traordinarias imágenes, captadas en el presente pero que nos remontan a tiempos distantes; Chip nos muestra que lo mejor de la expresión humana de los pueblos de Chiapas permanece intacto.

Voces diferentes a la luz de la creación, la información sobre la obra textil que aquí se entrega representa materia ineludible para la comprensión y valoración de nuestro devenir y sustento.

Juan Sabines GuerreroGobernador Constitucional del Estado de Chiapas

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Para la Asociación Cultural Na Bolom es una enorme satisfacción publicar este nuevo libro de Walter F. Morris Jr (Chip), quien ha escrito un gran número de libros y artículos que han puesto el arte textil maya en perspectiva. Cada uno de estos ha contribuido de manera práctica y secuencial a la comprensión de la tradición textil en la zona maya de Chiapas, desde la antigüedad hasta nuestros días. En cada uno de sus textos Chip nos presenta un nuevo paradigma: así, Un milenio de tejido en Chiapas publica-do hace casi 20 años, planteaba la tesis de que la tradición textil era tan antigua como los mayas de Yaxchilán, Palenque y Bonampak. El más laureado y difundido de sus libros ha sido Presencia Maya, cuyo título en inglés Living Maya es más revelador pues desde el enunciado mismo nos aleja de la visión arqueológica y antropológica de estudiar a los indígenas como el último rastro de una civilización perdida.

Podríamos asegurar que este libro sería un tercer eslabón de los otros dos: no sólo Chip da por sentado que la cultura maya continúa viva, sino que expresa los rasgos de modernidad que los caracteriza. La férrea preservación de sus tradiciones y cos-tumbres es la urdimbre sobre la que se teje una nueva aportación de las artesanas modernas: la moda indígena.

Y es que Chip, como tantos otros, estuvo preocupado muchos años por que se preservara la más alta tradición del tejido de los antiguos mayas. Con esta preocupa-ción integró la Colección Pellizzi que sirvió luego para fundar, con Pedro Meza, la Cooperativa Sna Jolobil y hoy podemos estar tranquilos de que las antiguas técnicas son la base de la economía de miles de familias que bordan, tejen, tiñen y brocan piezas bellísimas de mejor calidad de las que se hacían antes.

La documentación fotográfica de Janet Schwartz fortalece y enriquece el texto; las fotografías de Alfredo Martínez abrevan en la rica tradición de Gertrude Duby y enriquecen el acervo de la casa.

Las aportaciones de Chip siempre son novedosas, porque comprende mejor que ningún occidental el mundo indígena de los Altos de Chiapas: habla tzotzil, tiene grandes amigos en las comunidades, bebe posh y convive con los indígenas en fiestas y carnavales como uno más.

Esto nos ha permitido, como Na Bolom, promover iniciativas desde la compren-sión de lo indígena que raramente son entendidas: por eso valoramos y agradecemos tanto el apoyo que el Gobernador Juan Sabines Guerrero, a través de la Secretaría de Turismo y Relaciones Internacionales ha brindado a Na Bolom para publicar este libro que es la introducción al traje indígena de las comunidades de los Altos de Chiapas y, por lo tanto, la primera parte de este trabajo. El segundo libro documentará la tradi-ción textil de las 41 comunidades mayas y será publicado el próximo año. Será por lo tanto un trabajo extenso que documentará los usos y costumbres de la que sin duda es una tradición que se enriquece y revitaliza cada año: muestra en fin, de la presencia maya, nuestro mayor patrimonio.

María Luisa ArmendárizPresidenta del ConsejoAsociación Cultural Na Bolom

Page 8: Guía Textil de los Altos de Chiapas

C’est une énorme satisfaction pour l’association culturelle Na Bolom, de publier ce nouveau livre de Walter F. Morris Jr (Chip), qui a écrit un grand nombre d’ou-vrages et d’articles mettant l’art textile maya en perspective. Chacun d’entre eux a en effet contribué de façon pratique et séquentielle à la compréhension de la tradition textile dans la zone maya du Chiapas, depuis l’antiquité jusqu’à nos jours. Dans chacun de ses textes, Chip nous présente un nouveau paradigme : ainsi, Un milenio de tejido en Chiapas [Mille ans de tissage au Chiapas], publié voici bientôt 20 ans, présentait la thèse que la tradition textile est aussi ancienne que les Mayas de Yaxchilán, de Palenque et de Bonampak. Le plus récompensé et le plus diffusé de ses livres est Presencia Maya, dont le titre anglais Living Maya est plus parlant, car son énoncé même nous éloigne d’une vision archéologique et anthropologique qui consisterait à s’intéresser aux Indigènes comme au der-nier vestige d’une civilisation perdue.

Ce livre apparait donc comme un troisième maillon qui vient se rattacher aux précédents : non seulement Chip ne laisse aucun doute sur la vitalité actuelle de la culture maya, mais il met également au jour les traits de la modernité qui la ca-ractérisent. La préservation opiniâtre de ses traditions et de ses coutumes constitue la chaine sur laquelle peut se tisser cet apport nouveau des artisanes modernes : la mode indigène.

Et c’est que Chip, à l’instar de tant d’autres, s’est attaché pendant de nom-breuses années à la préservation de la plus haute tradition du tissage des anciens Mayas. Ce souci l’a amené à constituer la collection Pellizzi, qui a permis plus tard de fonder, avec Pedro Meza, la coopérative Sna Jolobil. Nous pouvons aujourd’hui être tranquilles : ces techniques ancestrales sont la base de l’économie de milliers de familles qui brodent, tissent, teignent et brochent des pièces magnifiques, de meilleure qualité que celles qui se faisaient précédemment.

Les documents photographiques de Janet Schwartz étayent et enrichissent le texte ; les photographies d’Alfredo Martínez s’inscrivent dans la riche tradition de Gertrude Duby et viennent accroitre le patrimoine de la maison. Nous avons eu le bonheur que le maitre Ramón Valdiosera s’enthousiasme pour notre pro-jet et l’illustre.

Les apports de Chip sont toujours innovateurs parce qu’il comprend mieux que tout autre occidental le monde indigène des hautes terres du Chiapas : il parle tzotzil, il a de grands amis dans les communautés, il boit du posh et passe du bon temps avec les Indigènes, comme l’un des leurs, à l’occasion des fêtes et des carnavals.

Cela nous a permis à nous, Na Bolom, de promouvoir des initiatives reposant sur l’appréhension du fait indigène, lesquelles initiatives sont si rarement com-prises. C’est pourquoi nous apprécions tellement le soutien que le gouverneur Juan Sabines Guerrero a prodigué à Na Bolom, par l’intermédiaire du secrétariat du Tourisme et des Relations internationales, pour publier ce livre, introduction au costume indigène des communautés des hautes terres du Chiapas et donc, première partie de ce travail. Le second livre exposera la tradition textile des 41 communautés mayas et sera publié l’année prochaine. Ce sera donc un travail considérable, détaillant les us et coutumes issus d’une tradition qui, sans l’ombre d’un doute croît et se revitalise d’année en année. Un aperçu de la présence maya, notre plus important patrimoine.

María Luisa ArmendárizPrésidente du ConseilAssociation Culturelle Na Bolom

Asociación Cultural Na Bolom is delighted to present this latest book by Walter “Chip” F. Morris Jr., who is author already of a number of books and articles that contextualize Maya textile art. Each of his books is a practical and chronological guide of the Maya region of Chiapas that helps us understand its textile traditions from antiquity to the present. In each of his texts, Chip supplies us with a new para-digm. In Un milenio de tejido en Chiapas (A Millenium of Weaving in Chiapas), published almost twenty years ago, he puts forward the idea that the textile tradi-tions in Chiapas are as old as the Maya peoples from Yaxchilan, Palenque and Bonampak. His most well-received and widespread book is Presencia Maya. Its title in English – Living Maya – is even more enlightening, steering us away from an archaeological and anthropological view of indigenous peoples as the last trace of a lost civilization.

We could say that this book links together his previous two. Not only does Chip take for granted that the Maya culture is still alive, but he articulates the features of modernity that characterize it. The steady preservation of Maya craftswomen’s traditions and customs, becomes the warp on which they weave their newest contribution: indigenous fashions.

For many years, Chip, along with many others, had been preoccupied with preserving the ancient Maya’s highest weaving tradition. This concern led him to create the Colección Pellizzi (Pellizzi Collection), which, in turn, helped him found, along with Pedro Meza, the Sna Jolobil Cooperative. We can rest assured that the economy of the thousands of families that embroider, weave, dye, and brocade beau-tiful pieces is indeed based on ancient techniques, and that the quality of these newer works is much better than that of those previously created.

Photographic documentation by Janet Schwartz illustrates and enriches the text. The photographs by Alfredo Martínez, which follow in the footsteps of the Gertrude Duby tradition, strengthen our own Collection.

Chip’s contributions are always innovative because better than any other Westerner, he understands the indigenous world in the Chiapas Highlands. He speaks tzotzil, he has great friends in the communities, he drinks posh, and he joins the fiestas and carnivals of the indigenous peoples as one of their own. This has al-lowed Na Bolom to promote initiatives that are rarely understood from an indige-nous perspective.

We greatly value and appreciate the support that Governor Juan Sabines Guerrero, through the Department of Tourism and External Affairs, has graciously provided Na Bolom in the publication of this book. It is an introduction to indige-nous dress in the communities of the Chiapas Highlands, and therefore, the first part of our assignment. A second book that will describe the textile tradition of the 41 Maya communities will be published next year, so that together, these two books will grow into an extensive work documenting the uses and customs of what is, undoubtedly, a tradition that is enhanced and revitalized each year: A sample of Maya presence, our greatest legacy.

Maria Luisa ArmendárizPresident of the BoardAsociación Cultural Na Bolom

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Magdalenas

Santa Marta

Santiago

San Andrés

El Bosque

Chalchihuitan

Pantelho

Chenalho

Tenejapa

Cancuc

Oxchuc

Abasolo

Huistan

Chanal

Amatenango

Aguacatenango

Carranza

Chamula

Zinacantán

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Í N D I C E I N D E X

T A B L E D E S M A T I È R E S

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Las mujeres mayas, imbuidas del espíritu y de las habilidades de sus ancestros, están creando una nueva visión de ellas mismas y del mundo. Con ésta, están afir-mando la tradición a través de algo nuevo, resistente y esperanzador. Preparadas para el cambio, las tejedoras mayas están transformando su cultura en nuestra presencia….

The changing colors and designs of contemporary Maya costume reflect the changes that have occurred in Chiapas over the last decade. The slow climb up the ladder of poverty, the move toward better education and greater equality, can be seen in the vigorous patterns of women’s clothes. With 3000 years of pa-tience, every woman makes elaborate brocades and embroidery that tell us where she is from, reveal the customs she grew up with, and express her creative spirit. Every season, women produce new visions of themselves and the world, visions that are affirmations of tradition translated into something new, resi-lient, and hopeful. Dressed for change, Maya weavers are visibly designing and transforming their culture before our very eyes.

The changing colors and designs of contemporary Maya costume reflect the chang-es that have occurred in Chiapas over the last decade. The slow climb up the ladder of poverty, the move toward better education and greater equality, can be seen in the vigorous patterns of women’s clothes. With 3000 years of patience, every woman makes elaborate brocades and embroidery that tell us where she is from, reveal the customs she grew up with, and express her creative spirit. Every sea-son, women produce new visions of themselves and the world, visions that are affirmations of tradition translated into something new, resilient, and hopeful. Dressed for change, Maya weavers are visibly designing and transforming their culture before our very eyes.

I N T R O D U C C I Ó N I N T R O D U C T I O N

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Al principio del mundo, cuando los santos recorrían la tierra, San Andrés encontró un buen lugar donde viviera su gente; se hallaba al borde de una alta montaña desde la que se divisaba un hermoso valle. Ahí, su gente prosperaría, y él, como su santo pa-trón, sería adorado, alimentado y vestido con los mantos más finos.

Sin embargo, había un pequeño detalle sin resolver: la tierra estaba inundada de agua; Tzojaats’ c’ob, monstruo de manos peludas, había tapado todas las coladeras y los desagües naturales. San Andrés obligó al monstruo de manos peludas a salir del fondo del lago donde se encontraba y peleó con él con uñas y dientes. El cielo tronaba y la tierra temblaba cuando, por fin, San Andrés venció a Mano Peluda y lo desterró, junto con sus temibles aguas crecidas, al profundo mar Caribe.— ¡Ay! ¿Qué será de mí? —se lamentaba Mano Peluda.— Bueno —le dijo San Andrés con piedad a la horrenda criatura—, tal vez puedas regresar de visita cuando mi gente celebre mi festividad.—¡Sería un placer! —contestó rugiendo Mano Peluda.

Y, efectivamente, cada año, a fines de noviembre, durante el Festival de San Andrés, soplan desde el Caribe tormentas monstruosas, y la lluvia cae a cántaros sobre los devotos reunidos en la iglesia.

At the beginning of the world, when the saints walked the earth, San Andrés found a good place for his people to live. It was on a high mountain rim overlooking a beautiful valley. There the people would prosper and praise him as their holy patron, feed him and dress him in the finest robes.

The trouble was, the land lay under water. A Tzojaats’ C’ob, a hairyhanded mon-ster, had plugged up all the natural drains and sink holes. SanAndrés summoned the monster from the bottom of the lake and fought himtooth and nail. The sky thun-dered and the earth quaked, but at last San Andrésdefeated Hairy Hand and banished the monster and his terrible floodwaters tothe deep Caribbean Sea.

“Oh, what will become of me?” wailed Hairy Hand.“Well, perhaps you can come back for a visit when my people celebrate my feast

day,” said San Andrés, taking pity on the awful creature.“With pleasure!” bellowed Hairy Hand. And sure enough, during the Festival of

San Andrés in late November, monstrous storms blow in from the Caribbean and rain down upon the worshippers gathered at the church.

Aux origines du monde, lorsque les saints arpentaient la terre, san Andrés décou-vrit un endroit agréable où son peuple pourrait vivre. Situé au pied d’une haute montagne, il s’ouvrait sur une magnifique vallée. Là, les habitants trouveraient la prospérité et lui, leur saint patron, serait vénéré, nourri et vêtu des plus fins tissus.

Il y avait cependant un léger problème : la terre en était immergée. Tzojaats’ c’ob, un monstre aux pattes velues avait en effet bouché toutes les rigoles et voies d’écoulement naturelles. San Andrés contraignit le monstre à remonter du fond du lac où il reposait. La lutte fut homérique, le ciel gronda et la terre trembla mais finalement, san Andrés fut victorieux et il exila Patte Velue et ses terribles crues au plus profond des Caraïbes.— Hou ! Que vais-je devenir ? gémissait Patte Velue.— Bon, répondit le miséricordieux san Andrés à l’abominable créature, peut-être pourrais-tu revenir en visite quand les habitants célébreront ma fête ?— Ce sera avec plaisir, rugit Patte Velue. Et, de fait, chaque année, fin novembre, lors du festival de San Andrés, des tempêtes titanesques soufflent depuis les Caraïbes et des trombes d’eau s’abattent sur l’église où sont réunis les fidèles.

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Con un sol radiante, los santos patronos, protectores de los demás pueblos del valle, disfrutan visitándose unos a otros. Sólo Santiago, el “hermano menor” de San Andrés, tiene que desafiar con valentía el mal tiempo para asistir a la festividad de su hermano mayor. Acompañados del sonido de las campanas matutinas, los hombres y mujeres guardianes del santo, los martomas, colocan la imagen de Santiago en un arca de madera; luego, con música de tambor y de flauta, lo llevan a cuestas durante una larga hora, desde Santiago El Pinar hasta San Andrés Larráinzar. Cuando, por fin, alcanzan la última colina, ponen a Santiago sobre un anda repleta de flores donde aguarda la alegre llegada de su hermano.

Mientras tanto, los martomas y mayordomos que diariamente atienden a San Andrés pasean la imagen de su santo patrón por las calles, sumándose a la gloriosa procesión docenas de mujeres que van perfumando el aire con oloroso incienso. El estallido de los cohetes y la música de los diferentes instrumentos producen una ale-gre algarabía que no deja de agradar a los santos. Las nubes se arremolinan y en lo alto se escucha un estruendo lejano. Los santos patronos de los pueblos vecinos, María Magdalena Aldama y Santa Marta, prefieren ir de visita en temporada seca.

The patron saints who bless the other towns around the valley delight invisiting one another any time the sun shines. But only Santiago, San Andrés’“little brother,” will brave the miserable weather to attend his older brother’s feast day. As morning bells ring out, the saint’s guardians, the majordomos and martomas, lay the image of Santiago in a wooden coffer and, to the music ofdrum and flute, bear him on their backs from the town of Santiago El Pinar to San Andrés Larráinzar, a heavy hour’s walk away. When they reach the last hill, they place Santiago on a flower-laden palanquin where he awaits the glad arrival of his brother.

Meanwhile, the majordomos and martomas who dailyserve San Andrés are pa-rading the image of their patron saint through thestreets. Swelling the glorious procession, dozens of women perfume the air with fragrant incense smoke. Sky-rockets blast and musicians play, creating ajoyful cacophony pleasing to the saints. The clouds swirl, and overhead there is a distant rumble.

Pour peu que le soleil brille, les saints patrons protecteurs des autres villages de la vallée ne dédaignent pas se faire la visite les uns aux autres. Mais seul Santiago, le « petit frère » de san Andrés brave courageusement le mauvais temps pour assister aux festivités en l’honneur de son grand frère. Tandis que sonnent les cloches matinales, les hommes et les femmes qui protègent le saint, les martomas, placent l’image de Santiago sur une arche de bois et, au son de la flute et du tambour, pendant une heure, ils le mènent, hissé sur leurs épaules, de Santiago El Pinar jusqu’à San Andrés Larráinzar. Une fois arrivés sur la der-nière colline, ils installent Santiago sur une litière fleurie où il attend la joyeuse entrée de son frère.

Pendant ce temps, les martomas et majordomes, qui s’occupent quotidien-nement du saint patron, en promènent l’image dans les rues. Se joignent à la glorieuse procession des dizaines de femmes qui répandent dans l’atmosphère de l’encens parfumé. L’explosion de pétards et la musique des différents instru-ments produisent une joyeuse cacophonie qui agrée aux saints. Les nuages tournoient et on entend au loin un grondement aérien.

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Este encuentro divino, como tantas fiestas celebradas por los pueblos mayas, es a la vez sagrado y escandaloso. La víspera del cuarto viernes de Cuaresma —época de sacrificios según el calendario católico— las santas, mientras esperan el saludo de San Andrés, son vestidas con los ropajes más espléndidos. Acompañadas de música, fuegos artificiales y nubes de incienso, las tres santas son introducidas, en un am-biente de silencio, en la iglesia iluminada por la luz de las velas. En circunstancias normales, los santos y santas son colocados en lados opuestos del santuario, pero en esta ocasión excepcional San Andrés toma su lugar entre Santa Magdalena y Santa Marta. Y al caer la noche, una vez que se cierran las puertas de la iglesia, la gente co-

mienza con sus cuchicheos: “¿Qué estarán haciendo?”, dicen. Y del pueblo surge todo tipo de rumores sobre la relación entre San Andrés y las dos mujeres, cuya fidelidad las hizo dignas del favor de Nuestro Señor.

En cuanto a los asuntos celestiales, ¿quién sabe? En sba balumil —el lugar de la tierra donde viven los hombres y las mujeres cuando no están soñando— la gente de estas cuatro comunidades está en contacto constante, unida a través de los rituales, el comercio y las tareas de la vida diaria. Y sin embargo, permanece sorprendente-mente alejada. Los matrimonios entre personas de distintos pueblos son poco comunes; cada comunidad habla un dialecto particular del tzotzil maya y se viste de manera diferente. Cómo vivir en paz con tus vecinos sin perder tu identidad cultural: he aquí un dilema antiguo y universal que se ha tratado y debatido entre las comunidades mayas durante miles de años.

The patron saints of the nearby towns of María Magdalena Aldama and Santa Marta prefer to visit during the dry season. Like so many Maya celebrations, this divine meeting is both sacred and scandalous. The day before the fourth Friday of Lent —a sacrificial period in the church calendar— the female saints are dressed in the most lavish robes as they wait for San Andrés to greet them. Accompanied by music, fireworks, and clouds of incense, the three saints are carried into the hushed, candlelit church. Under normal circumstances, male and female saints are con-signed to opposite sides of the sanctuary, but on this rare occasion San Andrés takes his place between Santa Magdalena and Santa Marta. After the church doors

are closed at night, people begin to whisper. “What could they be doing in there?” they say. And the town drifts into all sorts of speculations about the relationship between San Andrés and the two humble women who won Our Lord’s favor.

Who knows of heavenly affairs? Here on Sba Balumil, the surface of the earth where men and women live when they are not dreaming, the people of these four communities are in constant contact, drawn together through rituals, commerce, and the commonality of their daily lives. And yet they remain remarkably sepa-rate. Intermarriage is rare; each community speaks a distinct dialect of Tzotzil Maya; and each wears a different style of dress. How to live peaceably with your neighbors without losing your cultural identity is an ageold, universal quandary, one that has been debated among Maya communities for millennia.

Les saints patrons des villages voisins, María Magdalena Aldama et Santa Marta, préfèrent venir en visite durant la saison sèche. Cette rencontre divine, comme tant d’autres fêtes célébrées par les populations mayas est tout à la fois sacrée et bruyante. La veille du quatrième vendredi de carême – une période de sacrifices selon le calendrier catholique – les saintes revêtent leurs plus ma-gnifiques atours pour recevoir les salutations de san Andrés. Escortés par la musique, les feux d’artifice et les nuages d’encens, les trois saints pénètrent dans le silence de l’église illuminée par les cierges. En temps normal, les saints et les saintes se font face de part et d’autre du sanctuaire, mais pour l’occasion San Andrés prend place entre entre Santa Magdalena et Santa Marta. À la nuit tombée, une

fois les portes de l’église refermées, les gens commencent à chuchoter : « mais que seront-ils donc en train de faire ? », s’interrogent-ils. Et, dans le village, des ru-meurs commencent à circuler sur la nature des relations que san Andrés entre-tient avec deux femmes qui avaient pourtant accédé à la faveur de Notre Seigneur en vertu de leur fidélité.

Qui peut se targuer d’y voir clair dans les affaires du ciel ? Ici, sur sba balumil – la surface de la terre où vivent les hommes et les femmes quand ils ne sont pas en train de rêver – les membres de ces quatre communautés sont en contact per-manent, unis dans les rituels, dans le commerce et dans la routine de leur vie quotidienne. Et cependant, ils demeurent étonnamment éloignés. Les mariages entre les habitants de ces différents villages sont rares. Chacune de ces commu-nautés parle un dialecte propre du zotzil maya et on s’habille de façon distincte dans chacune d’elle. Comment vivre en paix avec ses voisins sans perdre pour autant son identité culturelle ? Tel est le dilemme immémorial et universel dont les communautés mayas ont débattu durant des millénaires.

INTERCAMBIO DE LOS SANTOS EN EL VALLE DE MAGDALENAS

SAINTS EXCHANGE IN MAGDALENAS VALLEY

ÉCHANGE DES SAINTS DANS LA VALLÉE DE MAGDALENAS

San Andrés | Magdalenas 21 Jul.Jul. 21th

21 Juil.

Santa Marta | Magdalenas 21 Jul.Jul. 21th

21 Juil.

San Andrés | Santa Marta 24 Jul.Jul. 24th

24 Juil.

Magdalenas | Santa Marta 24 Jul.Jul. 24th

24 Juil.

San Andrés | Santiago 28 Jul.Jul. 28th

28 Juil.

Santa Marta | San Andrés 29 Nov.Nov. 29th

29 Nov.

Magdalenas | San Andrés 29 Nov.Nov. 29th

29 Nov.

San Andrés | Magdalenas 4º Viernes4th Friday

4e Vendredi

Santa Marta | Magdalenas 4º Viernes4th Friday

4e Vendredi

Santiago | San Andrés 8 Dic.Dec. 8th

8 Déc.

1600m

1600m

1800m

2000m

2000m

2000m

2000m

1800m

1800m

1800m

1400

m

SANTIAGO

SAN ANDRÉS SAN CRISTÓBAL25 KMS.

SANTA MARTA

MAGDALENAS

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Los cuatro pueblos que rodean el valle donde se encuentra Magdalenas son un microcosmos del antiguo sistema político maya. A través de su larga historia, la civilización maya nunca formó un centro imperial. En cambio, muchas de sus pode-rosas ciudades-estado, como Palenque y Yaxchilán, compartían básicamente las mismas creencias, que quedaban representadas en los estilos locales de arte defini-dos. La conquista española no puso fin a las alianzas, a las guerras y a dos mil años de debate. El territorio en que se levantan actualmente los poblados de San Andrés Larráinzar, Santiago el Pinar, María Magdalena Aldama y Santa Marta es-taba ocupado mucho antes de que llegaran los españoles a estos lugares. A lo largo de los siglos, estos pueblos han expresado sus diferencias entre sí y con los extranje-ros mediante levantamientos políticos, concepciones religiosas y los tejidos.

The four towns that surround the valley of Magdalenas are a microcosm of the ancient Maya political system. Throughout its long history, Maya civilization never formed a unified imperial center. Instead, many powerful citystates such as Palenque and Yaxchilan shared basic beliefs that were represented in distinct local styles of art. Alliances, wars, and two thousand years of debate did not end with the Spanish Conquest. San Andrés Larráinzar, Santiago El Pinar, María Magdalena Aldama, and Santa Marta existed long before the arrival of the Spaniards. Over the centuries, their differences with one another and with foreigners have been ex-pressed in political uprisings, in religious visions, and in weaving.

Les quatre villages qui entourent la vallée où se trouve Magdalenas sont un microcosme de l’ancien système politique maya. Au fil de sa longue histoire, la civilisation maya ne s’est jamais concentrée autour d’un centre impérial. Au contraire, bon nombre de ses puissantes cités-états, telles que Palenque et Yaxchilán, partageaient les croyances fondamentales qui se sont retrouvées représentées dans différents styles artistiques locaux. La conquête espagnole ne mettra pas fin aux alliances ni aux guerres, ni à deux mille ans de débats. Le ter-ritoire actuellement occupé par les bourgades de San Andrés Larráinzar, Santiago el Pinar, María Magdalena Aldama et Santa Marta, était peuplé bien avant l’arri-vée des Espagnols sur place. Tout au long des siècles, ces populations ont exprimé ce qui les différenciait entre elles et des étrangers, en recourant à des soulèvements politiques, à des visions religieuses et au tissage.

CLASSIC AND MODERN

The huipil worn by Lady K’ab’al Xook in 709 A.C. is the direct ancestor of the ceremonial huipils of Highland Chiapas. The central de-sign of repeated diamonds on both ancient and modern huipils mark the four directions. The Classic double step frets on each side are embellished into double curls in the modern weave.

Living Maya de W. F. Morris, Jr. y Jeffrey J. Foxx, Harry N. Abrahms Inc., NYC, 1978

CLASSIQUE ET MODÈRNE

The huipil worn by Lady K’ab’al Xook in 709 A.C. is the direct ancestor of the ceremo-nial huipils of Highland Chiapas. The cen-tral design of repeated diamonds on both ancient and modern huipils mark the four directions. The Classic double step frets on each side are embellished into double curls in the modern weave.

Living Maya de W. F. Morris, Jr. et Jeffrey J. Foxx, Harry N. Abrahms Inc., NYC, 1978

CLÁSICO Y MODERNO

El huipil usado por la señora K’ab’al Xook de Yaxchilán en 709 A.D. es ascendiente directo de los huipiles ceremoniales de los Altos de Chiapas. En los huipiles antiguos y moder-nos, el diseño central a rombos representa los cuatro puntos cardinales. Las grecas clá-sicas escalonadas que se encuentran en los costados, en el tejido moderno se convier-ten en espirales dobles.

Living Maya by W. F. Morris, Jr. and Jeffrey J. Foxx, Harry N. Abrahms Inc., NYC, 1978

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CHENALHÓ

ZINACANTÁN

LARRÁINZAR

SAN CRISTÓBALDE LAS CASAS

M A G D A L E N A S

· Fiesta de Santa María Magdalena, del 22 al 24 de julio· Fiesta del 4to Viernes de Cuaresma

· Santa María Magdalena feast, July 22nd to 24th· 4th Friday of Lentfeast

· Fête de Santa María Magdalena, du 22 au 24 juillet· Fête du 4e Vendredi de Carême

Para los mayas modernos, los textiles son la expresión más dinámica del arte visual, y la comunidad de Magdalenas produce algunos de los ejemplares más hermosos. Los mejores se los ofrecen a Santa María Magdalena, Santa Marta y la Virgen María, cuyas representaciones están cubiertas con huipiles de suntuosos brocados que se superponen en capas y son tejidos por las fieles del lugar. Cuenta la leyenda que, al principio del mundo, María Magdalena les enseñó a las mujeres cómo tejer estas elaboradas telas. Efectivamente, los diseños principales que se aprecian en los huipi-les de los santos contemporáneos se pueden rastrear hasta el periodo Maya Clásico (A.D. 200-900).

Textiles are the most dynamic visual art among the modern Maya, and the com-munity of Magdalenas produces some of the most beautiful examples. The finest are offered to the saints, Mary Magdalene, Saint Martha, and the Virgin Mary, whose statues are draped in layers of richly brocaded huipils woven for them by the faithful. Legend has it that Mary Magdalene taught women how to weave these elaborate brocaded fabrics at the beginning of the world. Indeed, the principal de-signs seen on modern saint’s huipils can be traced back to the Maya Classic period (A.D. 200-900).

L’élaboration de textiles est la forme d’art visuel la plus dynamique des Mayas mo-dernes et la communauté de Magdalenas en fournit quelques-uns des plus magni-fiques exemples. Les plus fins d’entre eux sont offerts à santa María Magdalena, à santa Marta et à la Vierge Marie, dont les statues sont revêtues de plusieurs huipils superposés, somptueusement brochés et tissés par les fidèles de la localité. La légende raconte que c’est María Magdalena elle-même qui, aux origines du monde, apprit aux femmes comment tisser ces brocarts ouvragés. Et effective-ment, les principaux motifs que l’on peut admirer dans les huipils des saints contemporains remontent à la période maya classique (A.D. 200-900), même si un espace y a été préservé pour l’expression personnelle.

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Sin embargo, se conserva alguna parte del huipil para la expresión personal: las mangas y las orillas inferiores muestran las innovaciones personales de cada tejedo-ra (incluidas las variaciones de los diseños que les fueron enseñados por las mujeres de San Andrés). Con los huipiles de las santas, la comunidad devota rinde homenaje a la tradición antigua, además de ser un testimonio de la creatividad de las tejedoras. Son los repositorios de diseños sagrados que datan del mundo maya temprano —un pasado más allá de la memoria, desconocido por la mayoría de las tejedoras—. Se trata de trabajos verdaderamente visionarios, inspirados por sueños y otras inspi-raciones espirituales.

El traje cotidiano permite que las mujeres jueguen en los límites de la tradición. Los huipiles de diario, creados de manta comercial, han sido usados por más de una generación, lo cual, en una cultura de miles de años, es un periodo de tiempo relati-vamente corto. En Magdalenas, las tejedoras dicen recordar a sus abuelas vestirse con este tipo de blusa, y estos recuerdos son los que les ayudan a medir el tiempo y la tradición. Los mayas no son los únicos que usan esta medida. Por todo el mundo, la gente tiende a definir la tradición de acuerdo a las actividades de sus abuelos. Santificado por el tiempo, el huipil de diario se considera como parte de una tradición clásica y venerable que vale la pena preservar. Como resultado, entre los martomas encargados de cuidar a los santos, las mujeres, copiando religiosamente los patrones de sus abuelas, hacen bordados únicamente alrededor del cuello y de las mangas. Quizá sea posible encontrar un poco más de bordado, unas discretas flores en un es-tilo más antiguo, pero nada tan llamativo como las radiantes flores y estrellas que adornan las blusas de las jóvenes mujeres que se pasean por la plaza, mientras que los santos son acompañados por sus martomas.

Yet there is still room for self expression; the sleeves and lower edges of the huipil display each weaver’s personal innovations (including variations on designs learned from the women of San Andrés). The saint’s huipils are a tribute to the com-munity’s devotion to ancient tradition, as well as a testament to the weaver’s cre-ativity. As repositories of sacred designs that date back to the early Maya world —a past beyond memory and unknown to most weavers— the saint’s huipils are truly visionary works inspired by dreams and spiritual revelation.

Everyday dress gives women the chance to stretch the bounds of custom. Daily huipils, made of store-bought white cotton (manta), have been worn for more than a generation, which, in a millennial culture, is a relatively short period of time. Weavers in Magdalenas say they remember their grandmothers in such a blouse, and these are the memories that serve as the measure of time and tradition. The Maya are not unique in this: throughout the world, people tend to define tradition in terms of what their grandparents did. Sanctified by time, the daily huipil is re-garded as part of an ageless, venerable tradition worth preserving. As a result, the martomas who care for the saints faithfully copy their grandmothers and only embroider around the neck and sleeves. Well, perhaps a little embroidery, some discreet flowers in an older style, but nothing so flamboyant as the bright flowers and stars that adorn the blouses of young women who stroll through the plaza while the martomas accompany the saints.

Ainsi, les manches et les lisières inférieures des huipils montrent-elles les innovations personnelles de chaque tisseuse (de même que les variantes portées sur les motifs qui leur ont été enseignés par les femmes de San Andrés). Ces huipils permettent donc à la communauté des dévots d’honorer les traditions an-ciennes et de témoigner de la créativité des tisseuses. Dépositaires de motifs sacrés remontant aux époques les plus reculées du monde maya – un passé im-mémorial, dont la majorité des tisseuses n’ont pas connaissance – les huipils des saintes constituent véritablement des œuvres visionnaires, inspirées par les rêves et par d’autres révélations spirituelles.

Les vêtements de tous les jours permettent aux femmes de s’affranchir quelque peu des limites de la tradition. Le huipils d’usage quotidien réalisés dans un tissu commercial ont été portés par plus d’une génération, ce qui, au regard d’une culture millénaire, représente une période de temps relativement courte. Or, à Magdalenas, les tisseuses disent se souvenir de leurs grands-mères vêtues d’un type de blouse, et ce genre de souvenir les aide à prendre la mesure du temps et de la tradition. Les Mayas ne sont d’ailleurs pas les seuls à utiliser ce type de référence. Dans le monde entier, les gens tendent à définir la tradition en fonc-tion des activités de leurs grands-parents. Consacré par le temps, le huipil de tous les jours est considéré comme faisant partie d’une tradition classique et véné-rable, qu’il vaut la peine de préserver.

En conséquence de quoi, parmi les martomas chargés de prendre soin des saints, les femmes, copiant religieusement les patrons établis par leurs grands-mères, ajoutent des broderies uniquement autour du cou et des manches. Peut-être sera-t-il possible de trouver quelques autres motifs brodés, des fleurs discrètes d’un style plus ancien, mais rien d’aussi voyant que les fleurs et les étoiles écla-tantes ornant les blouses des jeunes femmes qui se promènent sur la place tandis que les martomas accompagnent les saints.

En este huipil el diseño debajo de los sapos es la firma de la tejedora. Dentro de cada comunidad las mujeres pueden identificar a la tejedora de cada prenda por su estilo indi-vidual, pero un rápido vistazo al dibujo de la firma verifica su identidad. La mayoría de las tejedoras prefieren permanecer anónimas fuera de su comunidad; por lo tanto, aten-diendo a sus deseos, estas artistas se identi-fican no por su nombre, sino por sus diseños.

En este huipil el diseño debajo de los sapos es la firma de la tejedora. Dentro de cada comunidad las mujeres pueden identificar a la tejedora de cada prenda por su estilo indi-vidual, pero un rápido vistazo al dibujo de la firma verifica su identidad. La mayoría de las tejedoras prefieren permanecer anóni-mas fuera de su comunidad; por lo tanto, atendiendo a sus deseos, estas artistas se identifican no por su nombre, sino por sus diseños.

En este huipil el diseño debajo de los sapos es la firma de la tejedora. Dentro de cada comunidad las mujeres pueden identificar a la tejedora de cada prenda por su estilo indi-vidual, pero un rápido vistazo al dibujo de la firma verifica su identidad. La mayoría de las tejedoras prefieren permanecer anóni-mas fuera de su comunidad; por lo tanto, atendiendo a sus deseos, estas artistas se identifican no por su nombre, sino por sus diseños.

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El huipil de diario a franjas rojas, de tela tejida a mano, tiene una ascendencia más larga, ya que está basado en un huipil de ligero brocado que se usaba ceremo-nialmente en la década de los treinta. Este estilo, sin embargo, fue poco común hasta la década de los noventa, cuando las mujeres empezaron a tejer tela a franjas rojas que bordaban ligeramente alrededor del cuello y de las mangas, como la blusa de manta. Con las innovaciones de la moda que surgieron en el año 2000 en los Altos de Chiapas, se incluyó una tira de brocado que recorría la espalda, el pecho y los hom-bros; un adorno que recordaba el de prendas ceremoniales del pasado. Más tarde, la tira que rodeaba los hombros fue reemplazada por un rectángulo de brocado alrededor del cuello y un retoque en las mangas, imitando el huipil de diario del pueblo de San Andrés. Con este brocado, las tejedoras pueden crear una versión más pequeña y sencilla del huipil ceremonial, que lleva símbolos sagrados como el muk ta luch, o el “gran diseño”, sin tener que trabajar seis meses y gastar demasiado dinero para duplicar el original. Ahora todas las mujeres de Magdalenas, incluidas las martomas, usan los diseños antiguos.

The daily huipil made of handwoven red-striped cloth has a longer pedigree, based as it is on a lightly brocaded huipil worn ceremonially in the 1930’s. However, this style was uncommon until the 1990’s when women began weaving a red-striped cloth that was sparsely embroidered around the neck and sleeves, like the manta blouse. With the fashion innovations that sprang up in Highland Chiapas in 2000, a strip of brocade was added across the back, breast, and shoulders, an em-bellishment that resembled the old ceremonial garment. Later the strip across the shoulders was replaced with a brocaded rectangle around the neck and a patch on the sleeves, in imitation of the San Andrés daily huipil. By adding brocade, weavers can create a smaller, simpler version of the ceremonial huipil, containing such sacred symbols as the Muk ta Luch, or “Grand Design,” without having to spend six months, and a great deal of money, replicating the original. Now all Magdalenas women, including the martomas, are wearing the ancient designs.

Le huipil de tous les jours à bandes rouges, tissé à la main, est d’ascendance plus ancienne, étant donné qu’il est basé sur un huipil légèrement broché qui était utilisé à l’occasion de cérémonies dans les années trente. Toutefois, ce style resta peu utilisé jusque dans les années quatre-vingt-dix, quand les femmes commencèrent à travailler des étoffes à rayures rouges, qu’elles brodaient légè-rement autour du cou et des manches, comme la blouse de cotonnade. Avec les innovations de la mode qui apparurent en l’an 2000 dans les hautes terres du Chiapas, une bande de brocart fut rajoutée sur le dos, la poitrine et les épaules, décoration qui rappelait celle des vêtements des cérémonies passées. Par la suite, la bande des épaules fut remplacée par un rectangle broché autour du cou et une pièce sur les manches imitant en cela le huipil de tous les jours de san Andrés. En ajoutant le brocart, les tisseuses peuvent créer une version plus petite et simple du huipil de cérémonie, qui comprend des symboles sacrés tels que le muk ta luch, ou « le grand motif », sans devoir consacrer six mois et une somme importante d’argent à la reproduction de l’original. Maintenant, toutes les femmes de Magdalenas, y compris les martomas, utilisent les motifs anciens.

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de Magdalenas cómo tejer los brocados desaparecidos de El Bosque y de Bochil. Las mujeres que están usando estos diseños recientemente descubiertos son ejemplo del increíble intercambio de ideas que está ocurriendo en las comunidades de los Altos.

Algunas mujeres audaces están aplicando el brocado azul tejido. Aunque popular en San Andrés y en Santa Marta, el color no está bien considerado por las mujeres de Magdalenas, que no recuerdan haber visto nunca a sus abuelas en azul. (Sus tatara-buelas probablemente sí lo usaban, pero ésa es otra historia.) La controversia que rodea al tema de los colores es sintomática de las preguntas más importantes relati-vas a la tradición y el cambio social.

Al mismo tiempo, muchas mujeres están haciendo innovaciones notables en téc-nica y diseño. Por ejemplo, las tejedoras incorporan patrones brocados al huipil de manta, ya sea cosiéndole un retoque tejido con diseños, o imitando el brocado con punto de pespunte.

Otras mujeres están haciendo experimentos con diseños brocados que apren-dieron de las integrantes de Sna Jolobil. Las tejedoras que pertenecen a esta gran cooperativa están comprometidas con la preservación y el restablecimiento de los diseños antiguos. Después de largos meses de estudio, les enseñaron a las mujeres

At the same time, many women are making notable innovations in technique and design. For example, weavers are adding brocaded patterns to the cotton huipil by either sewing a woven patch of designs onto the cloth or applying a running stitch that imitates brocade.

Others are experimenting with brocaded designs they learned from members of Sna Jolobil. The weavers who belong to this large cooperative are committed to preserving and reviving antique designs. After months of study, they taught Magdalenas women how to weave the extinct brocades from El Bosque and Bochil.

The women who are wearing these newly discovered designs exemplify the incred-ible exchange of ideas now taking place among Highland communities.

A few daring women are applying brocade woven in blue. Though popular in San Andrés and Santa Marta, the color is frowned upon by Magdalenas women who cannot remember their grandmothers ever wearing blue. (Their great-great-grandmothers probably did wear blue, but that is another story.) The controversy over color is symptomatic of the larger questions related to tradition and social change.

En même temps, beaucoup de femmes apportent des innovations remar-quables aussi bien dans la technique que dans le dessin. Par exemple, les tis-seuses incorporent au huipil de cotonnade des patrons brochés, que ce soit en y cousant une pièce tissée avec différents motifs, soit en appliquant un point avant créant une impression de broché.

D’autres femmes s’essaient aux motifs brochés qu’elles ont appris des membres de Sna Jolobil. Les tisseuses appartenant à cette vaste coopérative ont pour vocation de préserver et de rétablir les anciennes créations. Après de longs mois d’études, elles ont appris aux femmes de Magdalenas comment tisser les brocarts disparus d’El Bosque et de Bochil. Les femmes qui ont recours à ces mo-

tifs récemment découverts sont un exemple de l’extraordinaire échange d’idées qui s’opère dans les communautés des Hautes Terres.

Certaines femmes audacieuses travaillent le brocart tissé en bleu. Quoique populaire à San Andrés et à Santa Marta, cette couleur n’est pas bien vue par les femmes de Magdalenas qui ne se rappellent pas avoir jamais vu leurs grands-mères en bleu (leurs arrière-arrière-grands-mères quant à elles l’utilisaient pro-bablement, mais c’est une autre histoire). Ces controverses qui se développent au sujet des couleurs sont symptomatiques de questions plus vastes relatives à la tradition et au changement social.

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En un cuento de Chenalhó, un sapo llamado Antonia espera en la puerta y cuida la casa del Señor de la Tierra. En una versión chol del mismo mito el sapo es la esposa del Señor de la Tierra. Y en el mito zinacanteco el sapo es el músico del Señor de la Tierra que canta en las bocas de las cuevas. De acuerdo con Anselmo Pérez, un cha-mán zinacanteco, el sapo es el chamán del Señor de la Tierra. Ese batracio, llamado jenjen en tzotzil y Bufus marinus por los biólogos, secreta, de las glándulas de su piel, como medio de defensa, una veintena de sustancias muchas de ellas mortales; una es un anestésico cincuenta veces más fuerte que la cocaína; otra, un poderoso aluci-nógeno. Alguien que bese a este sapo , y sobreviva, fácilmente podría ver a un príncipe.

En un cuento de Chenalhó, un sapo llamado Antonia espera en la puerta y cuida la casa del Señor de la Tierra. En una versión chol del mismo mito el sapo es la esposa del Señor de la Tierra. Y en el mito zinacanteco el sapo es el músico del Señor de la Tierra que canta en las bocas de las cuevas. De acuerdo con Anselmo Pérez, un chamán zinacanteco, el sapo es el chamán del Señor de la Tierra. Ese batracio, lla-mado jenjen en tzotzil y Bufus marinus por los biólogos, secreta, de las glándulas de su piel, como medio de defensa, una veintena de sustancias muchas de ellas mor-tales; una es un anestésico cincuenta veces más fuerte que la cocaína; otra, un poderoso alucinógeno. Alguien que bese a este sapo , y sobreviva, fácilmente podría ver a un príncipe.

En un cuento de Chenalhó, un sapo llamado Antonia espera en la puerta y cuida la casa del Señor de la Tierra. En una versión chol del mismo mito el sapo es la esposa del Señor de la Tierra. Y en el mito zinacanteco el sapo es el músico del Señor de la Tierra que canta en las bocas de las cuevas. De acuerdo con Anselmo Pérez, un chamán zinacanteco, el sapo es el chamán del Señor de la Tierra. Ese batracio, llamado jenjen en tzotzil y Bufus marinus por los biólogos, secreta, de las glándulas de su piel, como medio de defensa, una veintena de sustancias mu-chas de ellas mortales; una es un anestésico cincuenta veces más fuerte que la cocaína; otra, un poderoso alucinógeno. Alguien que bese a este sapo , y sobreviva, fácilmente podría ver a un príncipe.

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· Fiesta de Santa Marta, del 27 al 29 de julio

· Santa Marta feast, July 24th to 26th

· Fête de Santa Marta, du 24 au 26 juillet

Justo al otro lado del valle, el azul domina en los trajes de Santa Marta: huipiles de manta bordados en azul, fajas azules con grandes borlas azules, faldas bordadas en azul y chales en franjas azules. Hace veinte años, la indumentaria era totalmente roja. Por supuesto que las martomas más conservadoras todavía bordan sus blusas blancas con puntos triples de hilo escarlata que se repiten horizontalmente de hombro a hombro y luego verticalmente a lo largo de la espalda. El estilo moderno expandido, bordado en azul, se caracteriza por una pechera rectangular repleta de diseños a rombos. Se colocan de dos, a cuatro, a seis rombos que flotan también so-bre el pecho o descansan sobre una delgada línea bordada. Algunas mujeres agregan múltiples líneas verticales, una moda que está cobrando fuerza en San Andrés.

Right across the valley, blue dominates Santa Marta dress —blue embroidered huipils, blue belts with giant blue tassels, blue embroidered skirts, and blue striped shawls. Twenty years ago, the costume was completely red. Of course, the more conservative martomas still embroider their white cotton blouses with triple points of scarlet thread repeated across the shoulder and down the center. The expanded modern style, embroidered in blue, features a rectangular yoke filled with diamond designs. Two, four, or six diamonds also float above the breast or rest on a thin line of embroidery. A few women add multiple vertical lines, a fashion that is now catching on in San Andrés.

Juste de l’autre côté de la vallée, le bleu domine dans les costumes de Santa Marta – huipils de cotonnade brodés de bleu, ceintures bleues assorties de grands pom-pons bleus, jupes brodées de bleu et châles à rayures bleues. Il y a vingt ans, les vêtements étaient totalement rouges. Bien entendu, les martomas les plus conservatrices continuent à broder leur blouses blanches de triples points écarlates qui se répètent horizontalement d’une épaule à l’autre et verticalement le long du dos. Le style moderne élargi, brodé de bleu, se caractérise par un plastron rectangulaire rempli de motifs losangés. Deux, quatre ou six losanges peuvent également apparaitre sur la poitrine ou orner une mince bande brodée. Certaines femmes ajoutent différentes lignes verticales, une mode qui commence à prendre de l’ampleur à San Andrés.

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El rombo de Santa Marta es una variación del diseño yok tz’i’ o “pata de perro”, inventado en Tenejapa alrededor del año 1930. El diseño “pata de perro” evolucionó a partir de un diseño Maya Clásico, un patrón a rombos representado en los antiguos huipiles ceremoniales de Yaxchilán. Después de incontables generaciones, las muje-res de Tenejapa extirparon del diseño un símbolo que se encontraba en el centro de un marco, y lo que alguna vez había representado el majestuoso movimiento del sol se identificó como las modestas huellas de un enmarañado perro de orejas juguetonas. Casi un siglo después, a través de sus vecinas de Chenalhó, las mujeres de Santa Marta tomaron prestado el diseño y lo convirtieron en una figura puramente geométrica con un sinfín de variaciones. Es un diseño importante, al que regresaremos más adelante.

The Santa Marta diamond is a variation of the Yok Tz’I’, or “Dog’s Paw” design, invented in Tenejapa around 1930. The “Dog’s Paw” design evolved from the Classic Maya diamond-shaped pattern depicted on ancient ceremonial huipils from Yax-chilan. After countless generations, the women of Tenejapa pulled the center of the symbol out of its frame, and what once represented the lofty movement of the sun was identified as the lowly paw prints of a rambling, floppy-eared dog. Nearly a century later, the women of Santa Marta borrowed this design, via neighboring Chenalhó, and turned it into a pure geometric form with endless variations. It is an important design and we will return to it.

Le losange de Santa Marta est une variation du dessin yok tz’i’ ou « patte de chien » créé à Tenejapa aux alentours de l’année 1930. La création « patte de chien » a évolué à partir d’un dessin maya classique, un patron de losanges qu’on retrou-vait sur les antiques huipils cérémoniels de Yaxchilán. Après d’innombrables gé-nérations, les femmes de Tenejapa ont extrait du dessin un symbole qui se trouvait au centre de son cadre, et ce qui avait un jour représenté le mouvement majes-tueux du soleil a dès lors été identifié comme les modestes empreintes d’un chien enchevêtré aux oreilles flasques. Près d’un siècle plus tard, les femmes de Santa Marta empruntèrent le dessin par l’intermédiaire de leurs voisines de Chenalhó, et le convertirent en une figure purement géométrique avec d’infinies variations. C’est un motif important, sur lequel nous reviendrons.

En el dibujo del Universo, el camino del sol de un lado a otro del cielo es mostrado por una ligera línea amarilla que concreta los pequeños rombos del Este y el Oeste con un gran rombo central. Este rombo inte-rior tiene rizos sobre cada lado que representan alas; se le llama pepen (“mariposa”), símbolo del sol de día entre las tejedoras. La mariposa es utilizada como metáfora del sol porque también se convierte en habi-tante del inframundo cuando el día cambia a noche. Las mariposas y los murciélagos – habitantes de las cuevas, consideradas puertas hacia el inframundo – se nutren de las mismas flores en los Altos de Chiapas. En la tenue luz del atardecer uno puede ver a una mariposa aleteando entre los arbustos a lo largo de las milpas y, después, sorprender un murciéla-go que se aleja volando a partir del mismo punto.

En el dibujo del Universo, el camino del sol de un lado a otro del cielo es mostrado por una ligera línea amarilla que concreta los pequeños rombos del Este y el Oeste con un gran rombo central. Este rombo inte-rior tiene rizos sobre cada lado que representan alas; se le llama pepen (“mariposa”), símbolo del sol de día entre las tejedoras. La mariposa es utilizada como metáfora del sol porque también se convierte en ha-bitante del inframundo cuando el día cambia a noche. Las mariposas y los murciélagos – habitantes de las cuevas, consideradas puertas hacia el inframundo – se nutren de las mismas flores en los Altos de Chiapas.

En el dibujo del Universo, el camino del sol de un lado a otro del cielo es mostrado por una ligera línea amarilla que concreta los pequeños rombos del Este y el Oeste con un gran rombo central. Este rombo interior tiene rizos sobre cada lado que representan alas; se le llama pepen (“mariposa”), símbolo del sol de día entre las tejedoras. La ma-riposa es utilizada como metáfora del sol porque también se convierte en habitante del inframundo cuando el día cambia a noche. Las maripo-sas y los murciélagos – habitantes de las cuevas, consideradas puertas hacia el inframundo – se nutren de las mismas flores en los Altos de Chiapas. En la tenue luz del atardecer uno puede ver a una mariposa aleteando entre los arbustos a lo largo de las milpas y, después, sor-prender un murciélago que se aleja volando a partir del mismo punto.

Yok Tz’i

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SANTIAGOEL PINAR

SAN CRISTÓBALDE LAS CASAS

En los días de fiesta y en los mercados dominicales, la gente de Santiago se reúne con los aldeanos de Magdalenas y Santa Marta, pero el espíritu creativo de sus vecinos no ha tenido influencia visible. Por más de un siglo, la indumentaria tradicional de Santiago no ha cambiado.

Las fajas de hombre, con franjas anchas en rojo, azul y blanco, se parecen a las fajas utilizadas en San Andrés alrededor del año 1890. A través del tiempo, las franjas de San Andrés han adelgazado y se han hecho más complejas, lo cual no sucedió en Santiago.

El huipil de diario de las mujeres es el modelo de la simplicidad: dos piezas de tela blanca, unidas y ribeteadas en punto de ojal con azul y rojo. El chal marrón a franjas, tejido con el único algodón de los Altos teñido con tintes naturales, es pura elegancia discreta.

Santiago es un ejemplo extraordinario de lo que esperamos, y a veces exigimos, de las poblaciones tradicionales: para nada cambian. Desde luego que esta postura es noble, pero también peculiarmente misteriosa. De las cuatro comunidades, Santiago es la que tiene el porcentaje más bajo de mujeres que utilizan todavía el traje tradi-cional. ¿Sus tejedoras están abandonando la elaboración de éste? Como desafío a otra moda pasajera, en el Festival de Santiago de 2009 las ropas tradicionales fueron usadas por un mayor número de hombres que de mujeres.

On feast days and at Sunday markets, the people of Santiago meet villagers from Magdalenas and Santa Marta, but the creative spirit of their neighbors has had no visible influence. The traditional costume of Santiago has not changed in over a century.

The men’s belts, with their wide red, blue, and white stripes, are reminiscent of San Andrés belts worn in the 1890’s. Over time, San Andrés stripes have become nar-rower and more complex. Not in Santiago.

The women’s daily huipil is the standard of simplicity: two panels of white cloth joined and edged with a blue and red buttonhole stitch. The brown striped shawl, woven with the only natural dyed cotton still used in the Highlands, is pure, under-stated elegance.

Santiago is an outstanding example of what we expect, and sometimes demand, of traditional peoples —they don’t change at all. Certainly there is nobility in this stance, but also a peculiar mystery. Of the four communities, Santiago has the low-est percentage of women wearing traditional dress. Are weavers abandoning their costume altogether? In defiance of another trend, more men than women wore tra-ditional clothes during the Festival of Santiago in 2009.

Les jours de fête et sur les marchés dominicaux, les habitants de Santiago se réu-nissent avec les villageois de Magdalenas et de Santa Marta, mais l’esprit créatif de leurs voisins n’a pas eu sur eux d’influence visible. Le style vestimentaire traditionnel de Santiago n’a en effet pas évolué depuis plus d’un siècle.

Les ceintures masculines, à larges bandes rouges, bleues et blanches ressem-blent aux ceintures utilisées à San Andrés aux alentours de 1890. Au fil du temps, à San Andrés, ces bandes se sont amincies et sont devenues plus complexes, ce qui ne s’est pas produit à Santiago.

Le huipil que les femmes portent quotidiennement est la simplicité même : deux pièces de tissu blanc unies et bordées d’un point de boutonnière en bleu et rouge. Le châle marron à rayures, tissé avec le seul coton des hautes terres encore teint naturellement est d’une parfaite et discrète élégance.

Santiago est un exemple extraordinaire de ce que nous espérons, et parfois exigeons des populations traditionnelles : qu’elles ne changent rien. Il y a bien sûr de la noblesse dans cette position, mais également un mystère certain. Des quatre communautés, Santiago a le plus faible pourcentage de femmes utilisant encore les vêtements traditionnels. Ses tisseuses sont-elles en train d’abandon-ner leur élaboration ? En contradiction avec une autre tendance, on a vu plus d’hommes que de femmes porter les costumes traditionnels lors du festival de Santiago de 2009.

S A N T I A G O

· Fiesta de Santiago Apóstol, del 23 al 25 de julio

· Santiago Apóstol feast, July 23rd to 25th

· Fête de Santiago Apóstol, du 23 au 25 juillet

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SAN CRISTÓBALDE LAS CASAS

Por el contrario, en San Andrés se ha promovido la experimentación, y más antes que ahora, demasiado influidos por la moda. En la década de los setenta, había por lo menos tres tipos característicos de huipiles ceremoniales y nueve tipos de huipiles de diario. Actualmente, los pocos huipiles ceremoniales que existen coinciden en un es-tilo complicado que ha sido preservado de la generación anterior. Los huipiles de diario se clasifican en tres estilos, y todos tienen la misma distribución: un rectángulo pequeño en las mangas y uno más grande alrededor del cuello, con una abertura hilvanada al frente para ampliar el cuadrado del cuello.

S A N A N D R É S

In contrast, the atmosphere of San Andrés has encouraged experimentation, even more so in yesteryears than in today’s inspired fashion climate. During the 1970’s, there were at least three distinct types of ceremonial huipils and nine types of daily huipils. Today, the few ceremonial huipils that exist conform to one elaborate type preserved from the previous generation. The daily huipils have settled into three styles, all with the same layout: a small rectangle at the sleeves and a larger one around the neck, with a basted slit in the front to enlarge the square neck hole.

L’atmosphère de San Andrés semble en revanche avoir encouragé les expériences, plus encore durant les époques révolues que dans notre contexte actuel inspiré par la mode. Durant les années 70, il y avait au moins trois types caractéristiques de huipils cérémoniels et neuf sortes de huipils d’usage quotidien. Actuellement, les rares huipils existants ont en commun un style compliqué hérité de la génération précédente. Les huipils de tous le jours se divisent en trois styles et correspondent tous à une même distribution : un petit rectangle sur les manches et un plus grand autour du cou.

· Fiesta de San Andrés, del 28 al 30 de noviembre· Fiesta de la Virgen de Guadalupe, 12 de diciembre· Fiesta del 5to viernes de Cuaresma

· Feast of San Andrés, november 28th to 30th· Virgen de Guadalupe Feast, december 12th· Feast of 5th Friday of Lent

· Fête de San Andrés, du 28 au 30 novembre· Fête de la Virgen de Guadalupe, 12 décembre· Fête du 4e Vendredi de Carême

25 kms.

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El estilo más antiguo consiste en un patrón brocado a rombos pequeños con puntos de color al centro, formando filas diagonales en amarillo, turquesa y rosa. Las blusas con un retoque de brocado alterable, o con un retoque alterable en punto de cruz (los patrones de ambos son iguales), son cada vez más populares. Para los no entendidos, lo que distingue a estos tres huipiles es el color, el cual es indicador de los distintos momentos. El rojo, que prevalecía en la década de los setenta, fue reempla-zado por el color granate en los años noventa; seguido por el azul marino, el celeste y el marrón. En el mercado de San Andrés, todos estos tonos pueden ser vistos al mis-mo tiempo. Hace una generación, las mujeres utilizaban el mismo tono de rojo y, sin embargo, demostraron más audacia al cambiar la distribución de sus huipiles de diario.

Los cambios más atrevidos han ocurrido en el bordado. Alguna vez las tejedoras de San Andrés les enseñaron a las mujeres de Magdalenas varios diseños brocados esenciales. Recientemente, han recogido vitales recomendaciones de moda de sus ve-cinas de Magdalenas y Santa Marta. Trazando un camino poco directo, los nuevos diseños y las nuevas técnicas llegaron de la comunidad de El Bosque, ubicado en el valle siguiente.

The oldest style consists of a brocaded pattern of small diamonds with central dots of color forming diagonal rows of yellow, turquoise, and pink. Growing in pop-ularity are blouses with either a removable patch of brocade or a removable patch of cross-stitch embroidery; the patterns are the same. To the untrained eye, what distinguishes these three huipils is the color, and the color, in turn, is indicative of dif-ferent time periods. Red, which prevailed in the 1970’s, was replaced with maroon in the 1990’s. Then followed navy blue, clear blue, and brown. All of these hues may be seen at once in the San Andrés market. A generation ago, women wore the same tone of red, and yet they were more audacious in changing the layout of their daily huipils.

The boldest changes have occurred in embroidery. Once upon a time, the weav-ers of San Andrés taught the women of Magdalenas several essential brocaded designs. Recently they have picked up some vital fashion tips from their neighbors in Magdalenas and Santa Marta. By a roundabout route, the new designs and tech-niques came from the community of El Bosque, over in the next valley.

Le style le plus ancien consiste en un patron broché de petits losanges conte-nant des points de couleur en leur centre et disposés en rangs diagonaux jaunes, turquoise et rose. Les blouses agrémentées d’une pièce de brocart ou d’une pièce en point de croix, l’une et l’autre amovibles et sur le même patron, sont chaque fois plus populaires. Pour le profane, ce qui distingue ces trois huipils est la cou-leur, celle-ci dénotant à son tour différentes époques. Le rouge, qui dominait dans les années 70 s’est vu remplacé par la couleur bordeaux dans les années 90, puis par le bleu marine, le bleu ciel et la couleur marron. On peut voir toutes ces couleurs en même temps sur le marché de San Andrés. Il y a une génération, les femmes utilisaient toutes la même nuance de rouge ; les modifications qu’elles apportaient alors dans les motifs et l’agencement des huipils de tous les jours témoignaient cependant d’une plus grande audace.

Les changements les plus hardis concernent la broderie. À un moment donné, les tisseuses de San Andrés ont appris aux femmes de Magdalenas plusieurs créa-tions brochées essentielles. Plus récemment, elles ont recueilli auprès de leurs voisines de Magdalenas et de Santa Marta certaines recommandations fonda-mentales à propose de la mode. Par des chemins détournés, les nouvelles créations et les nouvelles techniques sont parvenues en provenance de la communauté d’El Bosque, située une vallée plus loin.

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Cruz Obispo

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SANTIAGOEL PINAR

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SAN CRISTÓBALDE LAS CASAS

Después de la Guerra de Castas de 1869, los refugiados chamulas levantaron el pueblo de San Juan El Bosque, que fue donde se originó el bordado en punto de cruz que ha florecido durante esta última década en San Andrés. Y como sus trajes de lana eran inadecuados para el clima caluroso de El Bosque, poco a poco las mujeres chamulas adoptaron la falda azul de algodón que se usaba en la región, aunque mantuvieron la distribución del huipil chamula. Las franjas originales de la urdim-bre, prácticamente invisibles debajo de la trama de lana, en algodón puro se volvieron prominentes, y crecieron lentamente hasta convertirse en anchas franjas verticales rojas. En la década de los treinta, las monjas misioneras ya estaban instaladas en esta región y, según cuenta la leyenda, les enseñaron a las chamulas la manera de embellecer sus prendas con el bordado en punto de cruz.

E L B O S Q U E

Cross-stitch embroidery, which has blossomed in San Andrés during the last de-cade, originated in San Juan El Bosque, a town settled by refugees from Chamula after the Caste War of 1869. Because Chamulan woolen dress was unsuitable to the warm climate of El Bosque, Chamulan women gradually adopted the blue cotton skirt worn in the region, although they preserved the layout of the Chamulan huipil. The original warp stripes, practically invisible under the wool weft, became promi-nent in pure cotton and slowly grew into wide, vertical, red stripes. By the 1930’s, missionary nuns had moved into the region and, as the story goes, taught the Chamulans how to embellish their garments using cross-stitch embroidery.

La broderie en point de croix qui a prospéré à San Andrés ces dix dernières années a vu le jour à San Juan El Bosque, village fondé par des réfugiés chamulas après la guerre des Castes de 1869. Leurs costumes de laine s’avérant inadaptés au climat chaud d’El Bosque, les femmes chamulas adoptèrent la jupe de coton en usage dans la région, tout en conservant la présentation du huipil chamula. La trame à rayures originale, pratiquement invisible sous la trame de laine, prit de l’impor-tance avec le coton pur et se transforma peu à peu en larges bandes rouges verti-cales. Selon ce qui se raconte, dans les années 30, les religieuses missionnaires qui s’étaient installées dans la région enseignèrent aux Chamulas la manière d’embellir leurs vêtements en les brodant au point de croix.

· Fiesta de San juan Bautista, del 22 al 24 de junio

· San Juan Bautista feast, June 22nd to 24th

· Fête de San Juan Bautista, du 22 au 24 juin

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Actualmente, la mayoría de las mujeres de El Bosque hace sus bordados en manta blanca, y algunas de ellas prefieren la tela a franjas rojas, hecha en San Andrés con telar de pie. Las pequeñas fábricas de San Andrés proveen no sólo la tela para hacer faldas sino las faldas ya bordadas, además de los chales tejidos según los patrones a franjas tradicionales de El Bosque. A cambio, las mujeres de San Andrés compran el bordado de El Bosque, o lo copian en diseños propios.

Una excepción a esta regla se encuentra en el paraje de Plátanos, muy cerca de El Bosque, donde se estableció una colonia de San Andrés. Ahí, las mujeres bordan la manta azul, y no la blanca, lo que las distingue tanto de San Andrés como de El Bosque. Esa particularidad podría ser temporal, ya que el uso de la manta de colores repenti-namente está cobrando popularidad en todo los Altos.

Aun más sorprendente es que casi el cincuenta por ciento de las mujeres de San Andrés usan actualmente el bordado de El Bosque. Éste domina además la mitad superior de los huipiles de Chalchihuitán.

Today, most women of El Bosque embroider on white manta. Some prefer the red-striped cloth that is manufactured on foot looms in San Andrés. Small factories in San Andrés also supply skirt cloth, embroidered skirts, and shawls woven in the tra-ditional striped patterns of El Bosque. In return, San Andrés women buy El Bosque embroidery or copy the designs on their own.

One exception to the rule is the San Andrés colony of Platanos, near El Bosque. There, women apply cross-stitch embroidery to blue rather than white manta, which distinguishes them from both San Andrés and El Bosque. That distinction may be short-lived, because the use of colored manta is suddenly growing popular throughout the Highlands.

Even more surprising, El Bosque-style embroidery is now worn by almost fifty percent of San Andrés women. It also dominates the upper half of Chalchihuitán huipils.

Actuellement, la majorité des femmes d’El Bosque réalisent leurs broderies sur des tissus de coton blanc et certaines d’entre elles préfèrent le tissu rayé de rouge élaboré à San Andrés avec un métier à tisser sur pied. Les petites fabriques de San Andrés fournissent non seulement l’étoffe pour faire des jupes, mais éga-lement des jupes déjà brodées et des châles tissés conformément aux patrons à rayures traditionnels d’El Bosque. Pour leur part, les femmes de San Andrés achè-tent les broderies d’El Bosque ou en copient les créations dans leurs propres travaux.

On trouve une exception à cette règle à Plátanos, tout près d’El Bosque, où s’est établie une colonie de San Andrés. En effet, les femmes y brodent la coton-nade bleue et non la blanche, ce qui les distingue aussi bien de San Andrés que d’El Bosque. Cette particularité pourrait n’être que temporaire, vu que l’utilisa-tion de cotonnade de couleur gagne rapidement en popularité partout dans les hautes terres.

Plus surprenant encore, pratiquement 50% des femmes de San Andrés por-tent actuellement des habits brodés façon El Bosque. Ce style s’impose en outre dans la moitié supérieure des huipils de Chalchihuitán.

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Unión YashemelChojolhó

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Chalchihuitán, “lugar del jade”, fue nombrado por la cantidad abundante de jade y serpentina que ahí se descubrió en tiempos prehispánicos. Supuestamente, existen ruinas mayas en la cima del empinado escarpe a la orilla del pueblo, aunque son po-cas las personas que han tenido el valor de escalarlo. Un líder religioso afirma que las hermosas plumas de quetzal que decoran su cayado son de las alturas de aquella cresta mágica. “¿Cómo encontraste ese excepcional pájaro?”, le pregunté. “Mmmm… ¡Delicioso!”, dijo sonriendo.

C H A L C H I H U I T A N

Chalchihuitán, the “Place of Jade”, is named for the abundant jade and serpentine discovered in the area during pre-Columbian times. Supposedly, Maya ruins sit atop the steep escarpment at the edge of town, though few have had the nerve to scale it. One religious official claims that the beautiful quetzal feathers decorating his staff came from the heights of that magical ridge.

“How did you find the rare bird?” I asked. “Mmm,” he beamed. “Delicious!”

Chalchihuitán, « site du jade », doit son nom à l’abondante quantité de jade et de serpentine qu’on y a découvert durant l’époque précolombienne. On y trouverait également des ruines mayas au sommet de la falaise qui s’élève aux limites du village, encore que peu d’individus aient eu le courage de l’escalader. Un chef re-ligieux affirme que les belles plumes de quetzal qui ornent son bâton provien-nent du point le plus élevé de cette crête magique.— Comment as-tu trouvé cet oiseau exceptionnel ?, lui ai-je demandé.— Mmmmm..., a-t-il répondu dans un sourire, délicieux !

· Fiesta de San Pablo, del 27 al 29 de junio· Fiesta de la Virgen de Guadalupe, 12 de diciembre

· San Pablo feast, june 27th to 29th· Virgen de Guadalupe feast, december 12th

· Fête de San Pablo, du 27 au 29 juin· Fête de la Virgen de Guadalupe, 12 décembre

42 kms.

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La comunidad remota de Chalchihuitán está frente al valle de Chenalhó, pero la mayoría de la población vive al otro lado de la cresta, con vistas a El Bosque; ambas perspectivas se distinguen en sus textiles. Las mujeres de Chalchihuitán tejían huipi-les brocados en estilos similares a los de Chenalhó y Pantelhó hasta el final de la década de los setenta, cuando llegaron los nuevos caminos y el alumbrado eléctrico a áreas rurales para facilitar el bordado en lugar del tejido. Por muchos años, conti-nuaron usando el bordado para copiar diseños antiguos. Pero, en la década de los noventa, unas cuantas mujeres decidieron incorporar alrededor del cuello los patrones en punto de cruz de El Bosque. En el año 2000, el huipil de Chalchihuitán reflejaba los dos lados de la montaña, la mitad superior en punto de cruz, y la parte inferior, en versiones bordadas de diseños brocados tradicionales.

La distribución del huipil integra el modelo de El Bosque: en cada manga, un pe-queño rectángulo con diseños, y alrededor del cuello, una gran zona rectangular tam-bién con diseños. Pero la distribución se organiza de manera tradicional chalchihuita; esto es, filas de diseños grandes que flotan en tela blanca, separadas por filas más pequeñas de rombos enmarcados, que atraviesan horizontalmente los hombros, el talle y la bastilla del huipil. A toda cuenta, tal es el modelo para este huipil largo. La mayoría de las mujeres elimina las dos filas superiores de rombos, otras colocan un pequeño retoque que atraviesa los hombros, y otras todavía bordan sólo una fila, y no varias, del diseño grande.

The remote community of Chalchihuitán faces the valley of Chenalhó, but most of the population lives on the other side of the ridge looking out on El Bosque. The two perspectives are apparent in their textiles. The women of Chalchihuitán wove brocaded huipils similar in style to those of Chenalhó and Pantelhó until the late 1970’s when new roads and rural electrification made it easier to embroider than to weave. For years they continued to copy the ancient designs using embroi-dery. Then, in the 1990’s, a few women decided to add El Bosque cross-stitch patterns around the neck. By 2000, the Chalchihuitán huipil reflected both sides of the mountain, with the top half of the huipil in cross-stitch and the lower half, embroi-dered versions of traditional brocaded designs.

The layout of the huipil incorporates the El Bosque form – a small rectangle of designs at the sleeves and a large rectangular area of designs around the neck. But the layout is organized in the traditional Chalchihuitán manner; that is, rows of large designs floating on white cloth, separated by smaller rows of framed diamonds that run across the shoulders, middle, and hem of the huipil. That, at any rate, is the standard for this long huipil. Most women drop the upper two rows of diamonds, others place a small patch across the shoulders, and still others embroider just one row of the large design.

La communauté isolée de Chalchihuitán se trouve en face de la vallée de Chenalhó, mais la majorité de la population vit au-delà de la crête, d’où on peut voir El Bosque. Cette double perspective est visible dans leurs textiles. Les femmes de Chalchihuitán ont tissé des huipils brochés dans des style proches de ceux de Chenalhó et de Pantelhó jusque vers la fin des années 70, quand la construction de nouvelles routes et l’électrification des zones rurales ont rendu la broderie plus facile que le tissage. Durant de nombreuses années, elles ont continué à imi-ter les anciens modèles dans leurs broderies. Mais au cours des années 90, un certain nombre d’entre elles ont décidé d’incorporer autour du cou les patrons en point de croix d’El Bosque. En 2000, le huipil de Chalchihuitán incarnait les deux côtés de la montagne, la moitié supérieure en point de croix et la partie inférieure en versions brodées de motifs brochés traditionnels.

La présentation du huipil inclut le modèle d’El Bosque, à savoir sur chaque manche un petit rectangle constitué de certains motifs et, autour du cou, un grand espace rectangulaire lui aussi composé de différentes figures. Mais la distribution correspond à la manière traditionnelle chalchihuita : des rangées de grands motifs disposés sur le tissu blanc, séparés par des rangs plus étroits de lo-sanges encadrés qui suivent horizontalement les épaules, la taille et l’ourlet du huipil. Tel est en tout cas le modèle de ce huipil long. La majorité des femmes éliminent les deux rangées supérieures de losanges tandis que d’autres introdui-sent une petite pièce sur les épaules, et d’autres encore brodent une seule rangée, et non plusieurs, de motifs de grande taille.

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La mayor parte de los huipiles se confecciona en rojo, aunque unos cuantos se bordan con una exuberante gama tutti frutti. Algunas mujeres, mientras siguen la moda de El Bosque, usan sus propios colores, escogiendo, por tanto, el azul oscuro y el marrón.

Aunque todas las mujeres han adoptado la nueva distribución, no todas utilizan los diseños en punto de cruz de El Bosque. Algunas han rellenado la pechera y las mangas con filas concéntricas en tonos rojos, otras han copiado cuidadosamente los diseños de Chenalhó, e incluso una mujer ha bordado su huipil en pequeños cua-drados de radiantes colores.

Most huipils are done in red, although a few are embroidered with an exuber-ant tutti frutti palette. Some women follow El Bosque fashions in their choice of colors, thus choosing dark blue and brown.

Although all the women have adopted the new layout, not everyone uses El Bosque cross-stitch designs. A few have filled the yoke and sleeves with concentric rows of red hues, others have carefully copied Chenalhó designs, and one woman has embroi-dered her huipil in small squares of bright colors.

La majorité des huipils sont confectionnés en rouge, encore que quelques-uns soient brodés dans une exubérante palette chamarrée. Certaines femmes, tout en suivant la mode d’El Bosque, utilisent leurs propres couleurs et optent alors pour un bleu foncé et un marron.

Bien que toutes les femmes aient adopté la nouvelle distribution, elles n’uti-lisent pas toutes pour autant les créations en point de croix d’El Bosque. Cer-taines ont garni le plastron et les manches de lignes concentriques dans les tons rouges, d’autres ont soigneusement copié les dessins de Chenalhó et une femme a brodé son huipil de petits carrés aux couleurs vives.

En la parte inferior del huipil, las tejedoras emplean variaciones del mismo dise-ño. Hace una generación, las mujeres de Chalchihuitán hacían en brocado docenas de motivos antiguos, pero cuando cambiaron al bordado, sólo sobrevivió un motivo: yok tz’i’, o “pata de perro”, el diseño que rápidamente se hizo clásico en Santa Marta, Chenalhó y Pantelhó. Este diseño ha soportado tantos cambios que a estas alturas debería tener un nombre más digno, pero lugar donde aparece, lugar en el que perdura.

For the lower half of the huipil, weavers employ variations of the same design. A generation ago, Chalchihuitán women brocaded dozens of ancient motifs, but when they shifted to embroidery, only one motif survived: Yok Tz’i’, or “Dog’s Paw,” the design that is rapidly becoming a classic in Santa Marta, Chenalhó, and Pantelhó. This design, which has gone through so many permutations, should have a more dignified name by now, but wherever it appears, the name has stuck.

Dans la partie inférieure du huipil, les tisseuses emploient des variations du même dessin. Il y a une génération, les femmes de Chalchihuitán brochaient des dizaines de motifs anciens. Mais lorsqu’elles sont passées à la broderie, seul a survécu un motif : yok tz’i’ ou la « patte de chien », qui est en passe de devenir un classique à Santa Marta, à Chenalhó et à Pantelhó. Ce motif, qui a subi tellement de modifications, mériterait à ce stade de porter un nom plus digne, mais où qu’elle apparaisse, l’appellation se maintient.

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En Pantelhó, el diseño se llama yok tz’i’, desde luego, pero aquí las mujeres no están aperreadas en un sólo motivo. Guardan también muchos de sus diseños antiguos, incluyendo “pata de jaguar”, “santo”, “sapo” y “estrella”.

P A N T E L H O

In Pantelhó, the design is called Yok Tz’i’, of course, but here the woman are not dogged by a single motif. They also preserve many other ancient designs, including “Jaguar’s Paw,” “Saint,” “Toad,” and “Star.”

À Pantelhó, le dessin s’appelle yok tz’i’, bien entendu, mais ici les femmes ne se limitent pas à un seul motif. Elles conservent également nombre de leurs anciens modèles tels que la « patte de jaguar », le « saint », le « crapaud » et l’« étoile ».

· Fiesta de Santa Catarina, del 22 al 25 de noviembre· Fiesta de Jesús de la Buena Esperanza, del 2 al 6 de agosto

· Santa Catarina feast, November 22nd to 25th· Jesús de la Buena Esperanza feast, August 2nd to 6th

· Fête de Santa Catarina, du 22 au 25 novembre· Fête de Jesús de la Buena Esperanza, du 2 au 6 août

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Hoy en día, la misma mujer podría darse la vuelta y producir un huipil espectacu-lar para ponérselo en los festivales, tejiendo los antiguos diseños en radiantes colores de moda que no son los tradicionales. Este huipil nuevo, nunca ganaría un concurso, pero realmente les causa muy buena impresión a las mujeres de la comunidad. En Pantelhó, donde las mujeres, desde hace una década, dejaron de utilizar los huipiles brocados, la tradición se ha formalizado para los trajes de gala. Las maestras tejedo-ras, junto con los líderes religiosos, utilizan esta ropa especial en días festivos.

El huipil de diario de Pantelhó es un rectángulo sencillo de satín con un hoyo cir-cular para el cuello, hilvanado en hilo azul y rojo, con una tira de trenzado plano en las mangas. Actualmente, la trenza, que es ahora parte del traje tradicional, proviene de un producto comercial.

Nowadays, the same woman may turn around and produce a spectacular huipil to wear at festivals, weaving the old designs in fashionably bright, non-traditional colors. This new huipil would never win a contest but certainly impresses the wom-en of the community. In Pantelhó, where women stopped wearing brocaded huipils a decade ago, the tradition has been formalized in gala wear. Master weavers as well as religious officials wear these special clothes on feast days.

The daily huipil of Pantelhó is a rectangle of plain white satin with a circular neck hole basted with blue and red thread and a strip of flat braid at the sleeves. The braid, now a part of traditional dress, actually derives from a commercial product.

Maintenant, cette même femme peut faire un autre choix et produire un huipil spectaculaire pour le porter lors d’un festival, cela en tissant d’ancien mo-dèles dans des couleurs éclatantes, non traditionnelles mais au gout du jour. Ce nouveau huipil ne gagnera jamais de concours, mais il impressionne positive-ment les femmes de la communauté. À Pantelhó, où les femmes ont cessé de porter les huipils brochés depuis dix ans, la tradition s’est concentrée sur les vêtements de gala. Les maitresses-tisseuses, ainsi que les chefs religieux, portent ces habits d’exception les jours de fêtes.

Le huipil de tous les jours de Pantelhó est un rectangle de simple satin blanc avec un trou circulaire pour le cou, bâti de fil bleu et rouge, avec une bande de galon plat sur les manches. Aujourd’hui, ce galon, qui fait désormais partie du cos-tume traditionnel, est de fabrication commerciale.

Los diseños de Pantelhó podrían haber desaparecido de no haber sido por la pre-sencia de Sna Jolobil en la comunidad. En los Altos, Sna Jolobil ha apoyado a las fami-lias de las maestras tejedoras, comercializando sus tradicionales textiles finos a precios más altos. Con los recursos suficientes, una maestra tejedora puede pasar meses tejiendo extraordinarias piezas para la venta en concursos de arte folclórico estatales y nacionales. Estos concursos ayudan a preservar la cultura y mejoran sus-tancialmente los ingresos de la tejedora.

Pantelhó designs may have disappeared if it had not been for Sna Jolobil’s pres-ence in the community. Throughout the Highlands, Sna Jolobil has supported families of master weavers by marketing their fine traditional textiles at a high price. With sufficient financial resources, a master weaver is able to spend months weaving extraordinary pieces for sale at state and national folk art contests. These competitions help preserve the culture and substantially improve the weaver’s income.

Sans la présence de Sna Jolobil dans la communauté, les dessins de Pantelhó auraient bien pu disparaitre. Sur tout le territoire des hautes terres, Sna Jolobil a aidé les familles des maitresses-tisseuses en négociant leurs textiles tradition-nels de qualité à des prix plus élevés. Si elle dispose de ressources suffisantes, une maitresse-tisseuse peut passer des mois à élaborer des pièces extraordinaires desti-nées à la vente dans des concours d’art folklorique d’État ou nationaux. Ces concours contribuent à préserver la culture et augmentent de façon substantielle les revenus de la tisseuse.

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Zinacantán usaban las pulseritas para hacer cordón con borla, pero luego desarrolla-ron técnicas de trenzado más complejas y hermosas. Las chamulas, a su vez, las transformaron en ligas de pelo. Sólo Pantelhó, una de las comunidades tzotziles más distante, adoptó la pulsera original para sus trajes. Pero donde las pulseras de oferta al turismo son de todos colores, sólo se usa la trenza roja para decorar los huipiles de diario en Pantelhó. Ahora que se ha hecho tradicional, el estilo probablemente se des-viará aún más del producto comercial.

as tassel cord but then developed more complex and beautiful braiding techniques. Around the same time, Chamulas transformed them into hair ties. Only Pantelhó, one of the most distant Tzotzil communities, adopted the original pulsera into their dress. But whereas the bracelets sold to tourists come in all colors, only red braid is used to decorate the daily huipils of Pantelhó. Now that it has become traditional, the style will probably diverge even further from the commercial product.

utilisé les petits bracelets pour élaborer des cordelières à pompon, mais elles ont développé par la suite des techniques de tressage plus complexes et plus belles. Les Chamulas, à leur tour, en ont fait des élastiques à cheveux. Seule Pantelhó, l’une des communautés tzotziles les plus distantes, a adopté le bracelet original pour ses costumes. Mais tandis que les bracelets offerts aux touristes sont multi-colores, seule la tresse rouge est utilisées à Pantelhó pour orner les huipils d’usage quotidien. Maintenant que son usage est devenu traditionnel, il est probable que son style s’éloignera de plus en plus de celui du produit commercial.

La pulsera trenzada, el omnipresente souvenir vendido en Chamula y en San Cristóbal, apareció por primera vez en 1982, en el mercado artesanal frente a Santo Domingo, cuando un viajero italiano se sentó en el mercado y se puso a hacer y a vender pequeñas pulseras multicolores. Por lo visto, los artesanos chamulas estaban fascinados, pues en pocos días ya estaban haciendo las pulseras. Con el paso de una generación, se hicieron y vendieron un millón de pulseras, y la técnica se fue difun-diendo por los Altos. Durante unos cuantos años (del 2003 al 2007), las tejedoras de

The braided pulsera (“wrist bracelet”), a ubiquitous souvenir sold in Chamula and San Cristóbal, first appeared in the artisan market in front of Santo Domingo in 1982 when an Italian traveler sat down in the market and proceeded to make and sell little multi-colored bracelets. The Chamulan artisans apparently found it fasci-nating, because within a few days they were also making pulseras. A generation later, a million pulseras were made and sold and the technique diffused through-out the Highlands. For a few years (2003-2007), weavers in Zinacantán used them

Le bracelet tressé, l’omniprésent souvenir vendu à Chamula et à San Cristobal, est apparu pour la première fois en 1982 sur le marché artisanal face à Santo Domingo, lorsqu’un voyageur italien, s’y étant assis, s’est mis à fabriquer et à vendre de petits bracelets multicolores. Selon toute apparence, cela fasciné les artisans chamulas car, quelques jours plus tard, ils se consacraient eux aussi à l’élaboration de ces bracelets. En une génération, un million de ceux-ci ont été confectionnés et vendus, et la technique en a été diffusée partout dans les hautes terres. Pendant quelques années (de 2003 à 2007), les tisseuses de Zinacantán ont

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M E S E T A C E N T R A L

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Unión Yashemel

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CandelariaLas Piedritas

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SanNicolás

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Pasté Elambo

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LagunaPetey

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Chenalhó presenta una tradición textil igualmente rica. En su momento, las tejedo-ras creaban los huipiles ceremoniales más finos al estilo de San Andrés y Magdalenas, pero con una fila adicional de figuras zoomorfas brocadas en la bastilla. En los festi-vales todavía aparecen antiguos ejemplos de estos huipiles brocados, pero se ven con mayor prominencia durante el Carnaval en el travestismo ritual que acompaña a la Pasión. Este huipil ceremonial sólo saben tejerlo unas cuantas mujeres.

C H E N A L H O

Chenalhó exhibits an equally rich textile tradition. At one time, weavers wove in-credibly fine ceremonial huipils in the style of San Andrés and Magdalenas but with an added row of brocaded zoomorphic figures along the hem. Old examples of these brocaded huipils still appear in festivals, most prominently on the ritual transves-tites who accompany the Pasión during Carnival. Only a few women know how to weave this ceremonial huipil.

La tradition textile de Chenalhó est également florissante. Il y eut un temps où les tisseuses créaient des huipils cérémoniels d’une finesse extraordinaire dans le style de San Andrés et de Magdalenas, mais avec une rangée supplémentaire de figures zoomorphes brochées le long de l’ourlet. On peut encore voir d’anciens exemplaires de ces huipils brochés lors des festivals, mais ils sont surtout fré-quents lors du travestissement rituel qui accompagne la passion pendant le car-naval. Rares sont les femmes qui savent comment tisser ce huipil de cérémonie.

· Fiesta de San Pedro Apóstol, del 27 al 29 de junio · Fiesta de Carnaval

· San Pedro Apóstol feast, June 27th to 29th· Carnaval feast

· Fête de San Pedro Apóstol, du 27 au 29 juin · Fête de Carnaval

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Durante un siglo, Chenalhó ha estado en el centro de la innovación. Sus vecinos en Mitontic, por ejemplo, alguna vez utilizaron un traje ligeramente distinto, pero se vieron completamente abrumados por las modas de Chenalhó. Hoy día, la única dife-rencia entre las dos comunidades es un retoque brocado en las mangas de las cami-sas de hombre de Mitontic.

El huipil de diario de Chenalhó consiste en una base de tela tejida a franjas, cuida-dosamente bordada al último hilo, para duplicar los antiguos diseños brocados. A pesar de esta exactitud, el bordado permite más libertad que el brocado. Como una ilustración de esta libertad recientemente descubierta, algunas mujeres han adaptado en sus bordados el diseño “árbol que crece” para crear ¡una enredadera de corazones! Aunque encantadora, de ninguna manera es prehispánica, el punto que tal vez estén planteando estas mujeres.

En los años setenta, el huipil de diario era a franjas rojas, en los años ochenta ad-quirió colores, en los noventa se hizo tutti frutti, y alrededor del año 2000 cambió, como en San Andrés, por tonos granates y azules. Aunque todavía se hacen y usan muchas variaciones y estilos más antiguos, el huipil actual tiene una base a franjas rojas o azules, con bordado azul oscuro o negro. El chal, usado como la tilma antigua de los aztecas, está decorado con grandes diseños esparcidos en su superficie, como flores en un campo abierto. La “flor” es una versión local del diseño yok tz’i’.

El diseño “pata de perro” es mucho más importante de lo que podría sugerir su nombre. Se originó hace un siglo, cuando las tejedoras de Chenalhó conocieron a las soñadoras de Tenejapa.

Chenalhó has been a center of innovation for a century. Their neighbors in Mitontic, for example, once wore a slightly different dress but have been complete-ly overwhelmed by Chenalhó fashions. Today, the only distinction between the two communities is a patch of brocade woven on the sleeve of Mitontic men’s shirts.

Chenalhó’s daily huipil consists of a woven base of striped cloth that is carefully embroidered, down to the precise thread count, to duplicate the old brocaded designs. Despite this exactness, embroidery encourages more freedom than bro-cade. As a blatant illustration of newfound liberty, some embroiderers have adapted the “Growing Tree” design into a vine of hearts! Though charming, it is definitely not pre-Columbian, which is perhaps the point the women are making.

The daily huipil was striped in red during the1970’s, acquired colors in the 1980’s, became tutti frutti in the 1990’s, and then shifted, like San Andrés, to ma-roons and blues around 2000. Although many variations and older styles are still made and worn, the current huipil has a red- or blue-striped base with dark blue or black embroidery. The shawl, worn like the ancient tilma (“cape”) of the Aztecs, is decorated with large designs spaced across the expanse like flowers in an open field. The “flower” is a local version of the Yok Tz’i’ design.

The “Dog’s Paw” design, clearly more important than its name suggests, origi-nated a century ago when the weavers of Chenalhó met the dreamers of Tenejapa.

Pendant un siècle, Chenalhó s’est trouvée au cœur de l’innovation. Ses voisins de Mitontic par exemple ont porté un temps un costume légèrement différent mais ils ont été totalement séduits par les modes de Chenalhó. Aujourd’hui, la seule différence entre les deux communautés réside en une pièce brochée sur les manches des chemises pour hommes à Mitontic.

Le huipil de tous les jours de Chenalhó consiste en une base tissée d’étoffe à rayures, soigneusement brodée au fil près, afin de reproduire les anciens modèles brochés. Malgré cette exactitude, la broderie permet plus de liberté que le broché. On trouve une éclatante illustration de cette liberté récemment découverte dans le fait que certaines femmes ont adapté dans leurs broderies le motif de « l’arbre qui croît » pour créer... un lierre de cœurs ! Pour charmant qu’il soit, ce dessin n’a absolument rien de précolombien, ce qui est peut-être d’ailleurs l’intention que ces femmes souhaitent afficher.

Dans les années 70, le huipil de tous les jours était à rayures rouges ; il a pris des couleurs dans les années 80, s’est fait chamarré durant la décennie suivante et vers l’année 2000, il a opté, à l’instar de San Andrés, pour les tons bordeaux et bleus. Bien que de nombreuses variations et des styles anciens soient encore uti-lisés et portés, le huipil actuel a pour base des bandes rouges ou bleues brodées de bleu marine ou de noir. Le châle, que l’on porte comme l’ancienne tilma (cape) des Aztèques, est décoré de grands dessins répartis sur sa surface, comme des fleurs dans une prairie. La « fleur » est une version locale du motif yok tz’i’.

Le motif « patte de chien » est beaucoup plus important de ce que pourrait laisser entendre son nom. Il a été créé il y a un siècle, lorsque les tisseuses de Chenalhó ont rencontré les rêveuses de Tenejapa.

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Una noche, en la aislada aldea de Tenejapa, un grupo de mujeres tuvo el mismo sueño. Se les apareció Santa Lucía y les dijo que quería ponerse un huipil brocado. Las diez mujeres que tuvieron este sueño no sabían qué hacer. El brocado había desapa-recido por completo en Tenejapa en el siglo xix, la “Era de la Esclavitud”, y ni siquiera quedaban retazos de tela para vestir a los santos de la iglesia. Algunas mujeres valientes decidieron viajar a San Andrés y a Chenalhó, donde las tejedoras todavía sabían cómo hacer el brocado. Después de varios años de estudio, las mujeres de Tenejapa aprendieron a tejer el huipil ceremonial de Chenalhó. Hicieron el huipil aún más largo y se lo llevaron a Santa Lucía para que se lo pusiera. Una vez complacida la santa, las mujeres se hicieron huipiles y luego ayudaron a recrear los festivales y ofi-cios religiosos que habían sido devastados por la Revolución Mexicana, la “Era del Hambre”.

T E N E J A P A

· Fiesta de San Ildefonso, del 21 al 23 de enero· Fiesta de Santiago Apóstol,del 23 al 25 de julio· Fiesta de Carnaval

· San Ildefonso feast, January 21st to 23rd· Santiago Apóstol feast, July 23rd to 25th. Carnaval feast

· Fête de San Ildefonso, du 21 au 23 janvier · Fête de Santiago Apóstol, du 23 au 25 juillet· Fête du Carnaval

One night, in the isolated hamlets of Tenejapa, a number of women had the same dream. Santa Lucia appeared to the women and told them she wanted to wear a brocaded huipil. The ten women who received this dream didn’t know what to do. Brocading had completely disappeared in Tenejapa during the 19th century, “the Time of Slavery,” and not even scraps of fabric were left to clothe the saints in the church. A few brave women decided to travel to San Andrés and Chenalhó where the weavers still knew how to brocade. After years of study, the Tenejapa women learned how to weave the ceremonial huipil of Chenalhó. They made the huipil even longer and brought it back for Santa Lucia to wear. Once the saint was satisfied, the women made huipils for themselves and then helped recreate the fes-tivals and religious offices that had been devastated by the Mexican Revolution, “the Time of Starvation.”

Une nuit, dans la bourgade isolée de Tenejapa, un groupe de femmes fit le même rêve. Santa Lucía leur apparut et leur déclara qu’elle voulait porter un huipil bro-ché. Les dix femmes dépositaires de ce rêve ne savaient que faire. L’art de brocher avait totalement disparu de Tenejapa au xixe siècle, l’« Ère de l’Esclavage », et il ne restait pas le moindre bout de tissu pour habiller les saints de l’église. Quelques femmes courageuses décidèrent de voyager à San Andrés et à Chenalhó, où les tisseuses savaient encore comment brocher. Après plusieurs années d’études, les femmes de Tenejapa apprirent à tisser le huipil de cérémonie de Chenalhó. Elle réalisèrent un huipil plus long encore et l’apportèrent à santa Lucía pour qu’elle s’en vêtît. Une fois la sainte satisfaite, les femmes créèrent des huipils à leur propre usage et collaborèrent ensuite à la recréation des festivals et offices religieux qui avaient été mis à mal par la Révolution mexicaine, l’« Ère de la Famine ».

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Las tejedoras se convirtieron en jueces y presidieron todos los festivales hasta que envejecieron y murieron. Entonces, las demás mujeres del pueblo se encontraron ante un dilema. Los diseños y la distribución de Chenalhó fueron creados para un huipil de tres paneles, con una pieza central y dos piezas laterales para las mangas; mientras que las mujeres de Tenejapa usaban un huipil de dos paneles, y así los diseños simplemente no funcionaban para el huipil de diario. Así que separaron los diseños y los acomodaron en filas que cruzaban los dos paneles para lograr un efecto satisfactorio. Pero quedaban espacios entre las filas continuas de brocado, y había que arreglarlo de alguna manera. Las tejedoras separaron el “gran diseño” (conocido en Tenejapa como “hilo azul”, por el algodón azul índigo que se usaba para enmarcar el rombo grande) y descartaron el hilo azul junto con los rombos pequeños de las cuatro esquinas. El diseño simplificado parecía la huella de un perro. Esta inno-vación y otras posteriores fueron muy admiradas y rápidamente adaptadas por las antiguas maestras de Chenalhó; y así siguieron difundiéndose hasta la actualidad.

A lo largo del siglo xx, Tenejapa fue realizando una serie de cambios en su indu-mentaria. El huipil ya no se teje en lana, ni en algodón con brocado de lana, sino que se hace de manta con bordado de estambre acrílico. En la década de los sesenta, a la señora Frances Méndez, esposa del Presidente, le disgustaba usar lana rasposa en contacto con la piel, y se le ocurrió usar un suéter de cuello de tortuga debajo del huipil. Esto causó furor. Ahora, en lugar de usar los huipiles como atavío cotidiano, todas las mujeres de Tenejapa usan cuellos de tortuga. Por fin, las tenejapanecas hicieron algo excepcional con los diseños antiguos que sus tatarabuelas se habían esforzado tanto por aprender: tradujeron los patrones brocados a diseños tejidos a gancho. Actualmente, todas, tengan o no huipil, usan una bolsa de mano embelleci-da con los antiguos diseños.

The weavers became judges and presided over all the festivals until they grew old and died. The other women of the town faced a dilemma. The Chenalhó designs and layout were created for a three-web huipil —a central panel with two side pan-els as sleeves— whereas Tenejapa women wore a two-web huipil, and the designs just didn’t work for their daily huipil. And so, they took the designs apart and made them fit into rows that would cross the two webs to pleasing effect. But now there were spaces in between the solid rows of brocade, and something had to be done with those spaces. The weavers took apart the “Grand Design” (called “Blue Thread” in Tenejapa because indigo blue cotton was used to frame the large dia-mond) and omitted the blue thread and the small diamonds in the four corners. The simplified design looked like a dog’s paw print. These and other innovations were greatly admired and quickly adapted by their former teachers in Chenalhó, and they continue to spread today.

Tenejapa has made a number of changes in costume over the last century. The huipil is no longer woven in wool or wool-brocaded cotton but in acrylic yarn em-broidered on manta. In the 1960’s, the president’s wife, Frances Mendez, objected to wearing scratchy wool against her skin and began wearing a turtleneck sweater under her huipil. This became the rage. All Tenejapa women now wear turtlenecks instead of huipils for everyday wear. Finally, the Tenejapans did something re-markable with the ancient designs their greatgreat-grandmothers strove so hard to learn; they transferred the brocaded patterns into crochet designs. Today everyone, whether they own a huipil or not, owns a handbag embellished with the ancient designs.

Les tisseuses devinrent juges et présidèrent tous les festivals jusqu’au mo-ment où, devenues vieilles, elles moururent. Les autres femmes du village se trouvaient face à un dilemme : les motifs et la distribution de Chenalhó ont été créés pour un huipil de trois pièces, une pièce centrale et deux pièces latérales pour les manches, alors que les femmes de Tenejapa portaient un huipil deux pièces. Aussi, les motifs ne s’accordaient-ils tout simplement pas avec leur huipil de tous les jours. Elles les désassemblèrent donc et les organisèrent en rangs qui traver-saient les deux pièces pour obtenir un effet satisfaisant. Mais elles avaient de ce fait créé un espace vide entre les deux rangs brochés et il fallait y remédier. Les tisseuses démantelèrent le « grand motif » (connu à Tenejapa sous le nom de « fil bleu » en raison du coton bleu indigo qui était utilisé pour encadrer le grand lo-sange) et en ôtèrent le fil bleu ainsi que les petits losanges des quatre coins. Le dessin simplifié ressemblait à l’empreinte d’un chien. Cette innovation et d’autres encore furent très appréciées par leurs anciennes professeurs de Chenalhó, qui s’empressèrent de les adapter. Leur diffusion s’est poursuivie jusqu’à nos jours.

Au fil du temps, Tenejapa a réalisé une série de modifications vestimentaires. Le huipil ne se tisse plus en laine ni en coton broché de laine, mais bien en coton-nade brodée de fil de laine acrylique. Durant les années 60, goutant peu le contact râpeux de la laine contre sa peau, Mme Frances Mendez, épouse du maire, com-mença à porter un pull à col roulé sous son huipil. Cela fit fureur. Aujourd’hui, toutes les femmes de Tenejapa portent un col roulé au lieu d’un huipil comme vêtement de tous les jours. Finalement, les habitantes de Tenejapa ont réalisé quelque chose de remarquable avec les anciens modèles que leurs arrière-arrière-grands-mères s’étaient tellement efforcées de maitriser : elles ont traduit les patrons brochés en créations au crochet. Aujourd’hui, indépendamment du fait qu’elles possèdent ou non un huipil, toutes ont un sac à main embelli par l’ajout de motifs anciens.

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Esas bolsas tejidas a gancho aparecen también en Cancuc, lo cual no es sorprendente, ya que Tenejapa y Cancuc no sólo tienen en común el idioma, el tzeltal, sino también el antiguo mercado, cuya frontera compartida se encuentra sobre la cueva de Yochib. Lo que resulta aún más sorprendente es el poco influjo que Tenejapa ha tenido sobre Cancuc. La indumentaria de Cancuc es completamente diferente de la de Tenejapa.

C A N C U C

These crocheted bags also appear in Cancuc, which is not so surprising since Tenejapa and Cancuc share a common language, Tzeltal, and an ancient market-place, located on their mutual border, above the cave of Yochib. What is more surprising is how little Tenejapa has influenced Cancuc. The costume of Cancuc is completely different from that of Tenejapa.

On retrouve également ces sacs faits au crochet à Cancuc, ce qui n’a rien de sur-prenant dans la mesure où Tenejapa et Cancuc n’ont pas seulement en commun une langue, le tzeltal, mais également un ancien marché situé à la frontière du territoire des deux villages, au-dessus de la grotte de Yochib. Ce qui est plus surprenant, c’est le peu d’influence que Tenejapa a eu sur Cancuc, les costumes de l’un et de l’autre étant totalement différents.

· Fiesta de San Juan Evangelista,

del 25 al 27 de diciembre· Fiesta de San Lorenzo, del 8 a 10 de Agosto

·San Juan Evangelista feast, December 25th to 27th· San Lorenzo feast, August 8th to 10th

· Fête de San Juan Evangelista, du 25 au 27 décembre· Fête de San Lorenzo, du 8 au 10 Août

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Rodeado por un agreste paisaje de montañas, Cancuc ha desarrollado una moda propia asombrosa. Al parecer, la comunidad sólo acepta sugerencias de Oxchuc, que comparte un traje similar. El huipil de las mujeres es largo, sobrepasando la rodilla, y se teje en tres paneles. Hace un siglo, el huipil probablemente era sencillo, el hilvana-do y el escote elaborados con hilo de colores. El bordado alrededor del cuello tiene cuatro pinzas, dos al frente y dos al reverso, motivo que guarda semejanza con un diseño maya antiguo. Los rectángulos de brocado en malla, que se encontraban al frente y en las mangas de las camisas de hombre y en el canesú de los huipiles de mu-jer, habían sido más escasos; pero los tiempos han cambiado y el brocado de Cancuc florece.

Los dos estilos de brocado en malla, un rectángulo de color liso, y filas de colores que se alternan con cortas franjas verticales de otros colores, suelen combinarse para formar un complejo tablero ajedrezado, casi alucinógeno, de alternancias precisas de color en un patrón demasiado complejo para ser captado a simple vista. Los colores de moda, al principio rojos y luego rosas, se han cambiado por el celeste. Dado el for-mato básico a cuadros, las mujeres todavía pueden utilizar el rosa y el granate, y des-pués agregar sencillamente unos cuadrados azules para mostrar que su huipil está al día. Las franjas de la orilla, hilo de colores en las partes laterales del tejido, se han hecho tan populares que se están expandiendo, igualando casi las franjas anchas que se observan en el no tan lejano Oxchuc. A diferencia de Oxchuc, las franjas no son lisas, sino con una compleja serie de verticales angostas en azul o rojo, además de otros colores secundarios. Algunas mujeres de Cancuc han adoptado la franja central de Oxchuc, aunque a la fecha permanece angosta y discreta.

En contraste con la mayoría de las comunidades de hoy en día, los hombres de Cancuc utilizan todavía camisas tradicionales y pantalones cortos blancos. Las man-gas de la camisa son ajustadas y abrigadas, y cuando hace mucho calor, los hombres sacan los brazos de las mangas, los extienden a través de las anchas aberturas a los costados de la camisa, y así las mangas caen libremente, como si fueran apéndices.

Surrounded by a dramatic mountain landscape, Cancuc has developed its own astonishing fashion. Apparently the community only takes pointers from Oxchuc, which shares a similar dress. The women’s huipil is long, extending below the knee, and is woven in three webs. A century ago, the huipil was probably plain, with col-ored thread used for the join stitch and the neckline. The embroidery around the neck features four darts, two on the front and two on the back, a motif reminiscent of an ancient Maya design. The rectangles of heddle brocade on the front and sleeves of the men’s shirt and the bodice of the women’s huipils used to be sparser, but times have improved and Cancuc brocade is flourishing. The two styles of heddle brocade —a rectangle of solid color and rows of color

with alternating colors in short vertical stripes— are often combined to form a complex, almost hallucinogenic, checkerboard of precise alternations of colors in a pattern too complex to grasp at first sight. The fashionable colors, once red, then pink, have turned to clear blue. Given the basic checkerboard format, women can still use pink and maroon and simply add some blue squares to show that their huipil is up to date. Selvage stripes – colored threads placed at the side edges of the weave – have become so popular that they are expanding in size, almost equaling the wide stripes seen in nearby Oxchuc. Unlike Oxchuc, these stripes are not solid but a complex set of thin verticals of blue or red along with secondary colors. A few Cancuc women have adopted the central stripe of Oxchuc, although to date, it re-mains narrow and discrete.

In contrast to most communities nowadays, Cancuc men still wear traditional shirts and short white pants. The sleeves of the shirt are tight and warm; as the sun grows hotter, the men pull their arms out of the sleeves, extend them through the wide slits along the sides of the shirt, and let the sleeves flap free like vestigial appendages.

Situé au cœur d’un spectaculaire paysage de montagnes, Cancuc a développé une mode propre impressionnante. Apparemment, la communauté n’accepte de suggestions qu’en provenance d’Oxchuc, qui possède un costume semblable. Le huipil des femmes est long, tombant plus bas que le genou, et se tisse en trois pièces. Il y a un siècle, le huipil était probablement simple, avec un bâti et une encolure réalisés en fils de couleurs. La broderie autour du cou inclut quatre pinces, deux devant et deux derrière, rappelant un ancien modèle maya. Les rec-tangles de brocart tissés qui se trouvaient sur le devant et sur les manches des chemises masculines, ainsi que sur le corsage des huipils des femmes s’étaient raréfiés, mais les temps sont plus cléments et les brocarts de Cancuc refleurissent.

Les deux styles de brocart tissé – un rectangle de couleur unie et des bandes de couleurs qui alternent avec de courtes rayures verticales d’autres couleurs – s’unissent souvent pour former un damier complexe quasiment hallucinogène, alternant les couleurs de façon précise mais dans un patron trop complexe pour être perçu à première vue. Les couleurs à la mode, initialement les rouges et les roses, sont passées au bleu ciel. Étant donné le format de base en damier, les femmes ont toujours le loisir d’utiliser le rose et le bordeaux, quitte à simplement y ajouter ensuite quelques carrés bleus pour montrer que leur huipil est à la page. Les rayures en lisière, fils de couleur situés sur les parties latérales de l’étoffe, sont devenues si populaire qu’elles s’élargissent et égalent presque les larges bandes qu’on observe dans le très proche village d’Oxchuc. À la différence d’Oxchuc, ces bandes ne sont pas unies mais se divisent verticalement en minces rayures bleues ou rouges auxquelles se mêlent d’autres couleurs secondaires. Quelques femmes de Cancuc ont adopté la bande centrale d’Oxchuc, même si elle reste au-jourd’hui étroite et discrète.

Contrairement à ce qui se passe dans la majorité des communautés aujourd’hui, les hommes de Cancuc continuent à porter des chemises traditionnelles et des culottes courtes et blanches. Les manches de la chemise sont ajustées et longues. Lorsque le soleil se fait plus chaud, les hommes sortent leurs bras des manches en les faisant passer par de larges ouvertures sur les côtés de la chemise et lais-sent leurs manches flotter librement comme des organes résiduels.

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La mayoría de los hombres de Oxchuc utilizan las camisas tradicionales sólo en oca-siones formales. En los últimos veinte años, el centro de ceremonias ha sufrido una intensa urbanización, invasiones de sectas evangélicas y ataques serios de discordia social. Sin embargo, en el fondo, las tradiciones perduran. Cuenta la leyenda que Oxchuc guarda una serie de libros antiguos, entre los que se encuentran las ordenan-zas españolas de 1687.

O X C H U C

Most Oxchuc men wear their traditional shirts only for formal occasions. In the past twenty years, their ceremonial center has undergone intense urbanization, invasions of evangelical sects, and serious bouts of social unrest. Nevertheless, tra-ditions endure beneath the surface. According to legend, Oxchuc harbors a number of ancient books, including the Spanish Ordinances of 1687.

La majorité des hommes d’Oxchuc portent leurs chemises traditionnelles seule-ment pour les occasions formelles. Durant les vingt dernières années, leur centre de cérémonie a subi une forte urbanisation, l’invasion de sectes évangéliques et des dommages causés suite à des troubles sociaux. Néanmoins, sous la surface, les traditions perdurent. Selon la légende, Oxchuc recèle bon nombre de livres anciens, dont les ordonnances espagnoles de 1687.

· Fiesta de Santo Tomás, del 19 al 21 de julio· Fiesta del Kajwaltik, comienza el 31 de diciembre a las 12 de la noche y dura 13 días

· Santo Tomás feast, July 19th to 21st· Kajwaltik feast, starts on december 31st at 12 PM and lasts 13 days

· Fête de Santo Tomás, du 19 au 21 juillet· Fête du Kajwaltik, commence le 31 décembre à 24 heures et dure 13 jours

Don Manuel traductor del kajwaltik

Don Manuel traductor del kajwaltik

Don Manuel traductor del kajwaltik

43 kms.

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Cuando la vida era menos próspera, el huipil de Oxchuc era más sencillo. Ahora que las mujeres pueden comprar el hilo de colores más caro, las originales franjas rojas han sido reemplazadas por franjas anchas que cubren casi completamente el huipil en rojo intenso y, más recientemente, en morado. Alrededor del cuello se bor-dan cuatro rayos, que se observan en Cancuc. El frente del huipil está decorado con bloques de brocado en malla, aunque en menor medida que el huipil de Cancuc, donde el brocado cubre el centro y se extiende hasta atravesar los hombros. El bro-cado de Oxchuc aparece sólo en el frente, a menudo en bloques intercalados con espacios. Algunas mujeres han acomodado los puntos de color para formar rombos y arcos geométricos. Utilizando esta técnica, es posible recrear los brocados de Tenejapa, o inclusive algunos diseños del tapizado europeo (como hicieron los zinacantecos en los años noventa); pero es probable que las mujeres no se desprendan de sus com-plejos bloques de colores.

Mientras que el huipil de Oxchuc se apega a una larga tradición local, la nueva blusa de mujer refleja una tendencia de la moda que se extiende por toda la región. La blusa de diario, con mangas infladas y tiras de bordado en punto de cruz que deco-ran el escote cuadrado, es una variación de un estilo que usan las mujeres de Abasolo, donde actualmente el punto de cruz es el último grito de la moda.

When life was less prosperous, the Oxchuc huipil was plainer. Now that women can afford expensive colored thread, the original stripes of red have been replaced with wide stripes of deep red or, more recently, purple, which almost fill the entire huipil. Embroidered around the neck are the same four rays seen in Cancuc. The front of the huipil is decorated with blocks of heddle brocade, although less than the Cancuc huipil, where brocade covers the center and spreads across the shoul-ders. Oxchuc brocade appears only on the front, often in blocks with spaces be-tween them. A few women have arranged the color points to form geometric dia-monds and arcs. Using this technique, it is possible to recreate Tenejapa brocades or even European tapestry designs (as the Zinacantecs did in the 1990’s), but it is likely that the women will keep their complex blocks of color.

While the Oxchuc huipil adheres to a long local tradition, the new women’s blouse reflects a fashion trend that is spreading throughout the region. This every-day blouse, with its puffed sleeves and strips of cross-stitch embroidery decorating the square neck line, is a variation on a style worn by the women of Abasolo, where cross-stitch embroidery is now the rage.

Quand la vie était plus difficile, le huipil d’Oxchuc était plus simple. Mainte-nant que les femmes peuvent se permettre d’acheter du fil de couleur plus cher, les rayures rouges originales ont cédé la place à de larges bandes qui couvrent la quasi totalité du huipil de rouge vif ou, plus récemment, de violet. Quatre lignes sont brodées autour du cou, telles qu’on peut aussi les observer à Cancuc. Le de-vant du huipil est orné de blocs de brocarts tissés, quoiqu’en moindre quantité que sur le huipil de Cancuc, où le brocart couvre tout le centre et s’étend jusqu’aux épaules. Celui d’Oxchuc n’apparait que sur le devant, le plus souvent en blocs séparés par des espaces. Un certain nombre de femmes ont aménagé les points de couleur pour former des losanges et des arcs géométriques. En recourant à cette technique, il est possible de recréer les brocarts de Tenejapa, voire même certains motifs de la tapisserie européenne (comme l’ont fait les habitants de Zinacantán dans les années 90) mais les femmes préféreront sans doute conserver leurs complexes ensembles de couleurs.

Alors que le huipil d’Oxchuc s’inscrit dans une longue tradition locale, la nou-velle blouse des femmes reflète une tendance de la mode qui se répand dans toute la région. Avec ses manches bouffantes et des bandes brodées au point de croix pour orner son encolure carrée, la blouse de tous les jours est une va-riante du style porté par les femmes d’Abasolo, où, en ce moment, le point de croix est de dernier cri de la mode.

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El CruceroMonte Bonito

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Independencia

Veinte deNoviembre

La Libertad

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San AndrésPuerto Rico

BuenavistaLos Pozos

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Los Llanos

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El Carmen Siberia

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San Pedro PedernalCarmenYalchuch

YalcucBalhuitzBelén

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JatatealEl Cura

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Unión Yashemel

TzajalchénChojolhó Yabeteclum

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Más adelante de Oxchuc, en el pueblo tzeltal de Abasolo, no habían aparecido seña-les del brocado ni del bordado sino hasta muy recientemente. La blusa antigua de Abasolo se ribeteaba sencillamente con listones. Ahora las mujeres están adoptando una blusa con un escote redondo y ancho, rodeado por una tira de bordado en pun-to de cruz y de encaje de adorno. La blusa define lo que podría llamarse el “estilo de los alrededores tzeltales”, que se usa en una inmensa área del norte y del este de Chiapas. Mientras que la mayoría de las mujeres de Abasolo están aprendiendo patrones en punto de cruz de sus vecinas tzeltales del norte, algunas también están estudiando el estilo diferente de sus vecinos tzotziles en Huixtán. Actualmente están inmersas en un diálogo más amplio de la moda, ya que, en un sentido, el traje de Huixtán es una respuesta clara al “estilo de los alrededores tzeltales”, y es interesante observar la manera en que ha evolucionado.

In the Tzeltal town of Abasolo, just up the road from Oxchuc, there was no sign of brocading or embroidery until very recently. The old Abasolo blouse was simply trimmed with ribbons. Now women are adopting a blouse with a wide round neck-line surrounded by a strip of cross-stitch embroidery and a lacy frill. This blouse defines what may be called the Greater Tzeltal Style, which is worn over an im-mense area of eastern and northern Chiapas.

While most Abasolo women are learning cross-stitch patterns from their Tzeltal neighbors to the north, a few are also studying the very different style of their Tzotzil neighbors in Huixtán. At the moment, the women are caught in the mid-dle of a larger fashion dialogue. For in a sense, Huixtán dress is a clear response to the Greater Tzeltal Style, and it is interesting how it evolved.

Un peu plus loin qu’Oxchuc, dans le village tzeltal d’Abasolo, ce n’est que tout ré-cemment que sont apparus le brocart et la broderie. L’ancienne blouse d’Abasolo était tout simplement ornée de rubans. Les femmes optent désormais pour une blouse d’encolure ronde et ample cerclée d’une bande brodée en point de croix et d’un volant de dentelle. Cette blouse définit ce que nous pourrions appeler le style du « grand Tzeltal », qui est adopté dans une immense région du nord et de l’est du Chiapas.

Tandis que la majorité des femmes d’Abasolo se consacrent à l’apprentis-sage du point de croix auprès de leurs voisines tzeltales au nord, certaines autres étudient le style très différent de leurs voisines tzotziles de Huixtán. Elles se trouvent donc actuellement impliquées dans un dialogue plus large, car dans un certain sens, le costume de Huixtán constitue une option claire face au style du grand Tzeltal, et il est intéressant de voir comment il a évolué.

A B A S O L O

· Fiesta de San Martín, del 9 al 11 de noviembre

· San Martín feast, November 9th to 11th

· Fête de San Martín, du 19 au 11 novembre

61 kms.

Sastre de Bachajon usando y creando el traje “estilo de los alrededores tzeltales”

Bachajon tailor wearing and creating the ‘Greater Tzeltal’ style of dress

Couturière de Bachajón portant et confectionnant un costume dans le style du « grand Tzeltal ».

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Al principio, la indumentaria del hombre de Huixtán era tan exagerada que había perdido en belleza. En 1975, el atuendo sencillo se había convertido en un enorme despliegue de tela: los pantalones se habían ensanchado un metro por pierna, la faja roja medía cinco metros de largo por un metro de ancho, y el bolso de red estaba tejido de manera tan apretada que hasta era posible bordarlo. Gracias a estas increí-bles hazañas del telar, el traje cotidiano sufrió una condena de la indumentaria cere-monial. Reservado para fiestas, la indumentaria se mantiene como una muestra ostentosa de tela. Con el frente de los pantalones remangado para mostrar el frente del muslo, el estilo recuerda a la indumentaria que se ve en los murales de Bonampak, donde los taparrabos enmarcan la parte superior de la pierna.

H U I S T A N

First the Huixtán men’s costume, a classic case of taking a good thing too far. By 1975 a simple outfit had ballooned into an enormous display of cloth. The pants had expanded to a meter’s width for each leg, the red belt was five meters long and a meter wide, and the net bag was woven so tightly it could be embroidered. These astounding feats of the loom immediately doomed traditional daily wear to cere-monial attire. Reserved for fiestas, the costume remains an ostentatious display of cloth. With the front of the pant legs pulled up to display the front of the thigh, the style is reminiscent of costumes seen in the Bonampak murals where the loincloth and hipcloth frame the upper leg.

Au début, le style vestimentaire masculin de Huixtán était si exagéré, qu’il avait perdu en beauté. En 1975, ce qui était auparavant un vêtement simple s’était boursouflé en une énorme débauche de tissu. Les pantalons s’étaient élargis d’un mètre par jambe, la ceinture rouge mesurait cinq mètres de long sur un mètre de large, le sac filet était tissé si serré qu’il était possible de le broder. Ces admirables prouesses au métier à tisser condamnèrent le costume de tous les jours à n’être utilisé que pour les cérémonies. Réservé pour les fêtes, ce costume demeure un étalage ostentatoire de tissu. Avec le devant du pantalon retroussé pour laisser voir le devant de la cuisse, ce style rappelle les pièces vestimentaires visibles sur les fresques de Bonampak, où des cache-sexes et des pagnes couvrent la partie supérieure de la jambe.

· Fiesta de San Miguel Arcángel, del 27 al 29 de septiembre · Fiesta de la Santa Cruz, 3 de mayo· Fiesta de San Isidoro Labrador, del 3 al 15 de mayo

· San Miguel Arcángel feast, September 27th to 29th· Santa Cruz feast, May 3rd· San Isidoro Labrador feast, May 3rd to 15th

· Fête de San Miguel Arcángel, du 27 au 29 séptembre· Fête de Santa Cruz, 3 mai· Fête de San Isidoro Labrador, du 3 au 15 mai

28 kms.

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En Nuevo Huixtán, una colonia joven de la selva tropical lacandona, los colonos se aferran ferozmente a las tradiciones huixtecas. Las mujeres todavía usan el huipil antiguo que consta de dos paneles de tela, y, una vez puesto, el cuello adquiere forma de v. Las flores de puntos satinados brotan del hilvanado con más abundancia que cuando la gente migró por primera vez a la selva; pero la distribución del huipil no ha cambiado. Casi nadie usa ya ese modelo en Huixtán.

El huipil huixteco ha sido reemplazado por una blusa. El huipil no se arma; para confeccionarlo, se hilvanan dos o tres piezas, o paneles rectangulares. La blusa es una confección europea; la tela se corta para que se ajuste al cuerpo, y se le agrega una pieza adicional para las mangas, posiblemente con una entretela bajo el brazo

para facilitar el movimiento. La blusa, por modesta que sea su confección, es concep-tualmente distinta del huipil maya, que consta de una pieza única de tela tejida en telar. La blusa moderna de Huixtán se hace a partir del mismo patrón de la blusa tzeltal: un escote ancho rodeado por una tira de bordado y adornos de encaje. Como en los hui-piles antiguos, las flores están bordadas en punto satinado y no en punto de cruz. Es la blusa tzeltal expresada en tzotzil.

Otros cambios han sido innovadores. El chal se borda ahora con grandes ramos de flores, y de las costuras de las faldas, que al principio eran sencillas, brotan pequeñas flores exquisitas que algunas veces crecen en espléndidos arreglos flora-les. En conjunto, el traje huixteco es una expresión alegre de los nuevos tiempos, gracias a los caminos que han facilitado la comunicación con los vecinos tzeltales más al norte y al sur, y no con otros tzotziles situados en la zona más occidental.

In Nuevo Huixtán, a young colony in the Lacandon rainforest, settlers fiercely cling to Huixtecan traditions. Women retain the old-style huipil, with its two webs of cloth forming a v-neck when worn. Flowers in satin stitch burst out of the join stitch with far more profusion than when they first migrated to the jungle, but the layout of the huipil is the same as before. Almost no one in Huixtán wears that style anymore.

In Huixtán, the huipil has been replaced with a blouse. A huipil has no tailoring; it has two or three rectangular panels, or “webs,” of cloth sewn together along the edges. A blouse follows European tailoring; the cloth is cut to fit the body, and a

separate piece of fabric is added for the sleeves with perhaps a gusset below the arm for easier movement. Although the tailoring may be modest, a blouse is a dif-ferent concept from a Maya huipil, which consists of the whole cloth woven on the loom. The modern Huixtán blouse follows the same pattern as the Tzeltal blouse: a wide neckline surrounded by a strip of embroidery and a lace frill. Instead of cross-stitch, the embroidered flowers are done in satin stitch, just like the old huipils. It is the Tzeltal blouse expressed in Tzotzil.

Other changes have been evolutionary. The shawl is now embroidered with large bouquets of flowers, and the skirt seams, once plain, now blossom with exqui-site little flowers that sometimes grow into lavish floral arrangements. As a whole, the Huixtán woman’s dress is a joyful expression of new times when roads have made it easier for people to communicate with Tzeltal neighbors to the north and south rather than with other Tzotziles to the west.

Dans Nuevo Huixtán, une jeune colonie située dans la forêt tropicale lacando-nienne, les colons s’accrochent farouchement aux traditions huixtèques. Les femmes portent toujours l’ancien huipil constitué de deux pièces d’étoffe qui for-ment un col en v. Les fleurs en point de satin jaillissent de modestes points d’as-semblage avec plus d’abondance encore que lorsque les villageois ont émigré pour la première fois dans la forêt, mais la distribution du huipil n’a pas changé. Or, pratiquement plus personne n’utilise ce style à Huixtán.

Le huipil a été remplacé par une blouse. Un huipil n’est pas coupé sur mesure ; il est fait de deux ou trois pièces rectangulaires dont les bords sont cousus en-semble. La blouse correspond à une coupe européenne; l’étoffe est coupée pour

s’ajuster au corps et on lui ajoute une pièce supplémentaire pour les manches, peut-être avec un soufflet aux emmanchures pour faciliter le mouvement. La blouse, quelque modeste que soit sa confection, est conceptuellement différente du huipil maya, qui est constitué d’une unique pièce d’étoffe tissée sur un métier. La blouse moderne de Huixtán est confectionnée sur base du même patron que la blouse tzeltal : une large encolure bordée d’un liseré brodé et d’un volant de den-telle. De même que dans les anciens huipils, les fleurs sont brodées en point de satin et non en point de croix. C’est la blouse tzeltal exprimée en tzotzil.

D’autres modifications ont été innovantes. Le châle est à présent brodé de grands bouquets de fleurs et, dans les coutures des jupes, qui étaient dans un premier temps très simples, on voit apparaitre de petites fleurs qui, à l’occasion, s’épanouissent en de magnifiques arrangements floraux. Dans l’ensemble, le cos-tume huixtèque est une expression joyeuse des temps nouveaux, grâce aux voies de communications qui ont facilité les contacts avec leurs voisins tzeltals du nord et du sud, plutôt qu’avec les autres Tzotzils situés dans la zone occidentale.

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BuenavistaLos Pozos

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TzajaláBelén

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El CarmenSiberia

Chishté

San PedroPedernal

CarmenYalchuch

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BalhuitzBelén

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Buenavista

Campo Santiago

San Isidro Chijilté La Piedra La Merced

NapiteLas Casas

RanchoNuevo

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CandelariaLas Piedritas Nichinantic

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Al sur de Huixtán se encuentra la comunidad tzeltal de Chanal. Hace una generación, las mujeres usaban una blusa sencilla con filas de diseños triangulares bordados en la pechera. Actualmente, la blusa chanal está decorada sencillamente con listo-nes. La falda también está decorada con listones de color y encaje, un híbrido de los estilos tzeltal y tojolabal maya. Esta falda, sin embargo, se usa poco. Chanal es una de las pocas comunidades de Chiapas donde el traje tradicional está en declive. Es un giro de los hechos lamentable, especialmente cuando se considera que Chanal en su momento fue la fuente de inspiración de dos importantes comunidades tzeltales, Amatenango y Aguacatenango.

South of Huixtán lies the Tzeltal community of Chanal. A generation ago, women wore a plain blouse with rows of triangular designs embroidered on the yoke. Today, the Chanal blouse is simply decorated with ribbons. The skirt is also deco-rated with colored ribbons and lace – a hybrid of Tzeltal and Tojolabal Maya styles. But this skirt is seldom worn. Chanal is one of the few communities in Chiapas where traditional dress is in decline. This is a sorry turn of events, especially in view of the fact that Chanal was once the source and inspiration for two important Tzeltal communities, Amatenango and Aguacatenango.

Au sud de Huixtán se trouve la communauté tzeltale de Chanal. Il y a une géné-ration, les femmes portaient une simple blouse avec des rangées de motifs trian-gulaires brodés sur le plastron. Actuellement, la blouse chanal est décorée très simplement à l’aide de rubans. La jupe aussi est ornée de rubans de couleur et de dentelle, un hybride des styles tzeltal et tojolabal maya. Cependant, cette jupe se porte peu. Chanal est une des rares communautés du Chiapas où le cos-tume traditionnel est en déclin. Le fait est d’autant plus lamentable si l’on pense qu’à un moment donné, Chanal a été la source d’inspiration de deux communautés tzeltales importantes, Amatenango et Aguacatenango.

C H A N A L

· Fiesta de San Pedro Mártir, del 27 al 29 de abril· Fiesta de la Virgen Candelaria, del 31 de enero al 2 de febrero

· San Pedro Mártir feast, April 27th to 29th· Virgen Candelaria feast, January 31st to Februrary 2nd

· Fête de San Pedro Mártir, du 27 au 29 avril· Fête de la Virgen de Candelaria, du 31 janvier, au 2 février

56 kms.

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San Isidro Chijilté

RanchoNuevo Chilil

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A M A T E N A N G O

Las mujeres de Amatenango son alfareras, no tejedoras. Hace años, compraban las blusas en Chanal. Actualmente, la tela proviene, en gran medida, de Guatemala y de la ciudad de Comitán. Hay tejidos especiales que se les envían sobre pedido desde Carranza, una comunidad tzotzil hacia el sur.

The women of Amatenango are potters, not weavers. Years ago, they acquired their blouses in Chanal. Today, most of their cloth comes from Guatemala and the city of Comitán. Special weaves are ordered from Carranza, a Tzotzil community to the south.

Les femmes d’Amatenango sont potières et pas tisseuses. Il y a des années, elles achetaient leurs blouses à Chanal. Aujourd’hui, leur tissu provient en grande par-tie du Guatémala et de la ville de Comitán. Certains tissages leur sont envoyés spécialement sur commande depuis Carranza, une communauté tzotzil située dans le sud.

· Fiestas de San Francisco de Asís, del 2 al 4 de octubre· Fiesta de la Virgen Candelaria, del 31 de enero al 2 de febrero· Fiestas de Santa Lucía, del 11 al 13 de diciembre

· San Francisco de Asís feasts, October 2nd to 4th· Virgen de la Candelaria feast, January 31st to February 2nd· Santa Lucía feasts, December 11th to 13th

· Fêtes de San Francisco de Asís, du 2 au 4 octobre· Fête de la Virgen de la Candelaria, du 31 janvier au 2 février· Fêtes de Santa Lucía, du 11 au 13 décembre

41 kms.

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El huipil amatenanguero es único, tiene una radiante zona decorativa rectangular que se extiende hacia la orilla externa de la tela y cubre el pecho y la espalda. Una banda ancha en rojo rodea el escote, seguida por una banda en amarillo, a menudo intercalada cada ancho de mano con franjas angostas de colores. Las bandas de colo-res se cosen en punto Chevron, pero las presillas son tan largas que es necesario hil-vanarlas con una máquina de coser. Hay triángulos bordados alrededor de las orillas de las bandas concéntricas, y aparece otra banda en rojo en la sección del talle que forma una u. Esta forma en u no se encuentra en ningún otro lugar de Chiapas, aunque es común en Guatemala, donde se dice que es símbolo de la luna.

El característico huipil de Amatenango podría no ser maya sino africano. El gran número de esclavos africanos que fueron llevados a Chiapas por los españoles tuvo un impacto decidido en el arte y en la cultura colonial; la marimba, derivada de la mibira de África occidental, es el mejor ejemplo. Aunque difícil de demostrar, es posi-ble que hasta cierto punto la población africana haya influido en los textiles mayas. Según una autoridad en el tema, los colores y el estilo del huipil de Amatenango tie-nen definitivamente un “aire africano”.

Por otra parte, las blusas de diario de Amatenango se parecen a las de Huixtán, si bien las llamativas flores en punto satinado que decoran las blusas de Amatenango se ven siempre de frente y no en perspectiva. Aun cuando se cosen a máquina, las flores bordadas demuestran gran habilidad; después de todo, el trabajo a máquina es un complicado proceso artesanal que requiere gran coordinación de ojos y manos. Algunas blusas se decoran con una tira de listón doblado y trenzado alrededor del cuello. Aunque el escote es más angosto que el de la blusa de la región tzeltal más hacia el norte, que cuelga sensualmente de los hombros, el estilo de Amatenango posee un carácter indómito.

The Amatenango huipil is unique, displaying a bright rectangular area of deco-ration that extends toward the outer edge of the cloth and covers the breast and back. A wide band of red runs around the neck, followed by a band of yellow that is often broken up every hand width with narrow bands of color. The bands of color are sewn in herringbone stitch, but the loops are so long they need to be tacked down with a sewing machine. Around the edge of the concentric bands are em-broidered triangles. Another band of red appears at the midriff and forms a u. This u shape does not occur elsewhere in Chiapas although it is common in Guatemala, where it is said to signify the moon.

The distinctive Amatenango huipil may not be Maya at all but African. The large numbers of African slaves brought to Chiapas by the Spanish had a decided impact on colonial arts and culture; the marimba, which is derived from the West African mibira, is the best example. Although hard to prove, it is possible that the Afri-can population influenced Maya textiles to some degree. The colors and style of the Amatenango huipil, according to one authority, definitely have an “African look.”

On the other hand, the everyday blouses worn in Amatenango resemble those of Huixtán, except that the bold satin-stitch flowers adorning Amatenango blouses are always seen head-on rather than in perspective. Even when sewn on a machine, the embroidered flowers show great skill; after all, machine work is still an intricate artisanal process that requires great hand-eye coordination. Some blouses are dec-orated with a strip of folded and braided ribbon that circles the neck. Although the neckline is narrower than the northern Tzeltal blouse, which sensuously drapes the shoulder, the Amatenango style possesses an indomitable flair.

Le huipil d’Amatenango est unique. Il possède une éclatante partie décorative rectangulaire qui s’étend vers les lisières extérieures du tissu et qui couvre le dos et la poitrine. Une large bande rouge cerne l’encolure, suivie d’une autre, jaune, dans laquelle s’intercalent souvent, à intervalles correspondant à la largeur d’une main, d’étroites rayures colorées. Les bandes de couleur sont cousues en point de chevron, mais les brides sont si longues, qu’il est nécessaire de les fixer avec une machine à coudre. Il y a des triangles brodés le long des bords des bandes concentriques et on trouve une autre bande rouge à hauteur de la taille, qui forme un u. Cette forme u ne se retrouve nulle part ailleurs au Chiapas, bien qu’elle soit commune au Guatémala, où on dit qu’elle est le symbole de la lune.

Le huipil caractéristique d’Amatenango pourrait ne pas être maya mais afri-cain. Le grand nombre d’esclaves africains qui ont été amenés au Chiapas par les Espagnols a eu un impact déterminant sur l’art et la culture coloniale ; la marimba, qui tire son origine de la mibira d’Afrique occidentale, en est le meilleur exemple. Bien que ce soit difficile à démontrer, il est possible que jusqu’à un cer-tain point, la population africaine ait eu une influence sur les textiles mayas. Se-lon une autorité en la matière, les couleurs et le style du huipil d’Amatenango ont sans l’ombre d’un doute un « air africain ».

D’autre part, les blouses d’usage quotidien d’Amatenango ressemblent à celles de Huixtán, sauf que les fleurs voyantes en point de satin qui ornent les blouses d’Amatenango, sont toujours présentées de face et non en perspective. Même cousues à la machine, les fleurs brodées laissent transparaitre une grande habileté ; après tout, le travail à la machine est un processus artisanal compliqué qui exige une grande coordination entre les yeux et les mains. Certaines blouses sont ornées d’une bande de ruban plié et tressé autour du cou. Bien que l’enco-lure soit plus étroite que celle de la blouse de la région tzeltal située plus au nord, qui drape sensuellement l’épaule, le style d’Amatenango traduit un génie brut.

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Río La Mesill

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Río Chiminal

Río San Rafael

Bazom Independencia

Veinte deNoviembre

TzaSan AndrésPuerto Rico

Buenavista

Los Pozos

Chigtón

Los Llanos

Flores Magón

TzajaláBelén

San Isidro

El Carmen

San PedroPedernal

CarmenYalchuch

Yalcuc

Balhuitz

Belén

Campo Santiago

San Isidro Chijilté

La Merced

San VicenteLa Piedra

Nuevo LeónMatamoros

SanCaralampio

Tulanca

MarcosBecerra

UniónBuenavista

La Merced

NapiteLas Casas

RanchoNuevo Chilil

San Pedro

La Era

CandelariaLas PiedritasNichinantic

El Chivero

Pederna

MaríaAuxiliadora

HUIXTÁN

AMATENANGODEL VALLE

AGUACATENANGO

SAN CRISTÓBALDE LAS CASAS

Teopisca

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La blusa floral usada en Aguacatenango es casi idéntica a la de Amatenango. La dife-rencia principal se encuentra en la sencillez de las blusas de esta humilde aldea ubicada a tan sólo cinco kilómetros de distancia. Aguacatenango tiende a utilizar un solo color en sus blusas bordadas, mientras que en Amatenango las flores brotan en muchos colores. Esto es porque Amatenango es una próspera comunidad alfarera, y puede permitirse el lujo de ser más ostentosa. Las mujeres adultas de Amatenango suelen usar huipil, mientras que en Aguacatenango todas las mujeres usan blusas.

Lo que verdaderamente distingue a las dos comunidades es el chal. Las mujeres de Amatenango usan tela ajedrezada adquirida en Comitán. En un festival reciente de Aguacatenango, las mujeres llevaban chales nuevos en el color pastel preferido.

The floral blouse worn in Aguacatenango is almost identical to that of Amat-enango. The main difference is that the blouses of this humble village, only five ki-lometers away, are simpler. Aguacatenango tends to use a single color for its em-broidered blouses while Amatenango flowers bloom in many colors. The fact is, Amatenango is a prosperous pottery community that can afford to be more osten-tatious. Mature women of Amatenango often wear a huipil while everyone in Aguacatenango wears a blouse.

What really distinguishes the two communities is the shawl. Amatenango wom-en wear checkered cloth bought in Comitán. At a recent festival in Aguacatenango, the women wore new shawls in their favorite pastel color.

La blouse florale portée à Aguacatenango est pratiquement identique à celle d’Amatenango. La différence principale réside dans la simplicité des blouses de cette humble bourgade située à quelque cinq kilomètres de distance. Aguacatenango tend à n’utiliser qu’une seule couleur pour ses blouses brodées tandis que qu’à Amatenango, les fleurs s’épanouissent en de nombreuses couleurs. Cela vient du fait qu’Amatenango est une communauté de potiers prospères qui peut s’offirir le luxe de l’ostentation. Les femmes adultes d’Amatenango portent souvent le huipil, tandis qu’à Aguacatenango, toutes les femmes portent la blouse.

Ce qui distingue véritablement les deux communautés est le châle. Les femmes d’Amatenango utilisent un tissu en damier qu’elles se procurent à Comitán. Lors d’un récent festival, à Aguacatenango, les femmes arboraient de nouveaux châles de leur couleur pastel favorite.

A G U A C A T E N A N G O

· Fiestas de la Virgen de la Natividad, del 6 al 8 de septiembre

· Virgen de la Natividad feast, September 6th to 8th

· Fête de la Virgen de la Natividad, du 6 au 8 séptembre

48 kms.

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M E S E T A C E N T R A LCHIS

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CHIS

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CHIS

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A. Q

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Río La Mesill

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Río Ceibo

Río Frío

Río Chiminal

Río San Rafael

PuenteSan Cristóbal

LlanoLargo

La Hormiga

Joigelito Potosí

MonteBonito

BazomIndependencia

Veinte deNoviembre

La Libertad

Tza San AndrésPuerto Rico

Buenavista

Los Pozos

Chigtón

Los Llanos

Flores Magón

TzajaláBelén

San IsidroEl Carmen

SiberiaChishté

CarmenYalchuch

Yalcuc

BalhuitzBelén

Villaflores

Vicente Guerrero

Flores Magón

Miguel Hidalgo

BelisarioDomínguez

Luis EcheverríaÁlvarez

Presidente Echeverría(Laja Tendida)

El Amate

Sto. Tomás

La Lagunita

Ojo de Agua

LázaroCárdenas

Chiapilla Campo SantiagoSan Isidro Chijilté

La Merced

Nuevo LeónMatamoros

Nicolás Ruiz

SanCaralampio

Tulanca

MarcosBecerra

PalmiraEl PuertoSan Lázaro

UniónBuenavista

La Floresta

La Merced

Gpe.Victoria

PozoColorado

Los CorralitosRanchoNuevo

Chilil

La Era

SanNicolás

Navenchauc

Pasté Elambo

Garrapata

San Lucas(El Zapotal)

San FranciscoLas Palmas

Ixtapilla

Río Blanco

SoyatitánZacualpa

San Sebastián

San Francisco

Rancho Nuevo Linda

El Chivero

López Mateos

Pederna

UniónBuenavista

Totolapa

San Fco.Pujiltic

MaríaAuxiliadora

HUIXTÁN

AMATENANGODEL VALLE

AGUACATENANGO

VENUSTIANOCARRANZA

SAN CRISTÓBALDE LAS CASAS

Acala

Teopisca

Las Rosas

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El camino de Aguacatenango conduce hacia el Valle Grijalva y hacia la única comu-nidad de tejedoras tzotziles en la tierra baja tropical, San Bartolomé de los Llanos Venustiano Carranza. El tejido de ahí es exquisito, fino como el encaje, y Maya Clásico en técnica y diseño. Las mujeres se pasean por las calles con huipiles que podían ha-ber sido usados por las reinas de Bonampak. Algunas mujeres están usando estilos nuevos que encajarían perfectamente en los boulevards de París.

The road from Aguacatenango leads down to the Grijalva Valley and to the only Tzotzil weaving community in the tropical lowlands, San Bartolomé de los Llanos Venustiano Carranza. The weaving there is exquisite, sheer as lace, Classic Maya in technique and design. Women saunter through the streets in huipils that could have been worn by the queens of Bonampak. Some are wearing new styles that would look fashionable on the boulevards of Paris.

Le chemin d’Aguacatenango mène vers la vallée Grijalva et vers la seule commu-nauté de tisseuses tzotziles des basses terres tropicales, San Bartolomé de los Llanos Venustiano Carranza. Le tissage y est exquis, fin comme la dentelle, d’une tech-nique et d’un dessin mayas classiques. Les femmes se promènent dans la rue avec des huipils qui auraient pu être portés par les reines de Bonampak. Et certaines arborent de nouveaux styles qui ne dépareraient pas les boulevards parisiens.

S A N B A R T O L O M É D E L O S L L A N O S V E N U S T I A N O C A R R A N Z A

· Fiesta de San Bartolomé Apóstol, del 22 al 24 de agosto · Fiesta de San Sebastián, del 18 al 20 de enero· Fiesta del 3º viernes de Cuaresma

· San Bartomolé Apóstol feast, August 22nd to 24th· San Sebastián feast, January 18th to 20th· 3rd Friday of Lent feast

· Fête de San Bartolomé Apóstol, du 22 au 24 août· Fête de San Sébastián, du 18 au 20 janvier· Fête du 3e vendredi de Carême

89 kms.

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Hasta la década de los cuarenta, el huipil de Carranza se teñía en índigo, en su momento una de las exportaciones más importantes del Valle Grijalva. De hecho, toda la ropa, tanto de hombre como de mujer, era azul. Es muy posible que, en reali-dad, el cambio generalizado del rojo al azul que ocurrió en los Altos haya sido un regreso. De los cuatro huipiles que he visto del siglo xix, los tres de Chamula eran azules; el cuarto, de San Andrés, era rojo. Es posible que el rojo, como color dominan-te, sólo haya sido una moda pasajera del siglo xx, cuando los tintes económicos de anilina permitieron que el rojo fuera asequible. Ahora que todos los colores son de valor equivalente, la gente está usando de nuevo el color preferido por sus bisabuelos. Carranza fue la última comunidad que renunció al azul, y cuando lo hizo, usó el color blanco hasta el final de siglo.

El color se introdujo gradualmente; alrededor del año 1960, se le agregó a las mangas un diseño rectangular, y luego, en la década de los setenta, se hizo brocado en radiantes estambres acrílicos. El huipil que ganó un concurso de tejido en 1975 era blanco con una banda doble en rojo que atravesaba el pecho, y que al mismo tiempo enmarcaba una fila de estrellas; éste es el huipil que ahora se considera como el tra-dicional de Carranza. En décadas posteriores, se hicieron huipiles en múltiples colores para la venta, y con el nuevo milenio, las mujeres decidieron probarse colores propios. El azul es, con diferencia, el color más popular, seguido por el blanco, y luego el blanco con bandas rojas horizontales. El negro, el amarillo y los colores pastel pueden verse en los festivales. Los hombres, con pocas excepciones, usan el blanco.

Until the 1940’s, the Carranza huipil was dyed in indigo, once a major export of the Grijalva Valley. In fact, all their clothes, men’s and women’s, were blue. It is quite possible that the widespread shift from red to blue that has occurred in the Highlands is actually a reversion. Of the four 19th-century huipils that I have seen, three of them, from Chamula, were blue; the fourth, from San Andrés, was red. It may be that red as a dominant color was just a passing fad of the 20th century, when inexpensive aniline dyes finally made red affordable. Now that all colors are equal in value, people are wearing the color preferred by their great-grandparents once again. Carranza was the last community to forsake blue, and when they did, they wore white for the rest of the century.

Color crept in gradually; a rectangular design on the sleeves was added around 1960 and later brocaded in bright acrylic yarns during the 1970’s. A white huipil with a double band of red framing a row of stars across the breast won a weaving contest in 1975; that huipil is now considered the traditional style of Carranza. Huipils in a multitude of colors were made for sale over the next few decades, and with the new millennium, women decided to try on some colors of their own. Blue is by far the most popular, followed by white and white with red horizontal bands. Black, yellow, and pastels can be seen at festivals. Men, with few exceptions, wear white.

Jusque dans les années 40, le huipil de Carranza se teignait en indigo, qui fut un temps l’une des exportations les plus importantes de la vallée de Grijalva. De fait, tous les vêtements, des hommes comme des femmes, étaient bleus. Il est très possible que le changement généralisé du rouge vers le bleu qui s’est produit dans toutes les terres hautes, soit en réalité un retour à un état antérieur. Sur les quatre huipils du xixe siècle qu’il m’a été donné de voir, les trois de Chamula étaient bleus et le quatrième, de San Andrés, rouge. Il est possible que le statut de couleur dominante dont a bénéficié le rouge n’ait été qu’une mode passagère du xxe siècle, quand les teintures bon marché d’aniline ont enfin rendu le rouge accessible. Maintenant que toutes les couleurs ont la même valeur, les gens utili-sent à nouveau la couleur que leurs bisaïeuls préféraient. Carranza est la dernière communauté à avoir renoncé au bleu. Et quand elle l’a fait, elle a utilisé la couleur blanche jusqu’à la fin du siècle.

L’introduction de la couleur fut progressive. Vers 1960, un motif rectangulaire fut rajouté sur les manches et plus tard, au cours des années 70, celui-ci fut bro-ché d’éclatants fils de laine acrylique. Le huipil qui remporta un concours de tissage en 1975 était blanc avec une double bande rouge qui traversait la poitrine et qui enserrait en même temps une rangée d’étoiles ; c’est ce huipil qui est désor-mais considéré comme le huipil traditionnel de Carranza. Dans les décennies qui suivirent, de nombreux huipils colorés furent confectionnés et mis en vente, et avec l’arrivée du nouveau millénaire, les femmes décidèrent d’essayer leurs propres couleurs. Le bleu est de loin le plus populaire, suivi du blanc, puis du blanc avec des bandes rouges horizontales. On peut voir du noir, du jaune et des cou-leurs pastel à l’occasion de festivals. À de rares exceptions près, les hommes portent le blanc.

Page 63: Guía Textil de los Altos de Chiapas

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Para ajustarse a los gustos del siglo xxi, las faldas se han modificado drásticamen-te. La falda original, usada todavía por algunas mujeres, era un tubo de seis metros de circunferencia y dos metros de largo. La parte superior se remangaba, y lo que sobraba del lado se doblaba y amarraba, no sólo para sostener a la falda sino para crear tam-bién una útil bolsa. No era necesario utilizar faja, ya que no fue sino hasta después de la Conquista cuando se empezó a usar para la falda de mujer. Los últimos modelos de las faldas prehispánicas en Chiapas han experimentado recientemente un cambio radical: han sido reemplazadas por las faldas largas y ajustadas, y por las minifaldas tejidas en brocado. A los estilos modernos les puede faltar una historia venerable, pero indudablemente son más atractivas y de mejor forma. No obstante, las nuevas faldas se hacen con la antigua combinación de colores: una base de tela azul índigo, adornada de radiantes diseños serpenteados de árboles y pájaros. Estos antiguos diseños prehispánicos se bordaban en largos puntos de presilla. Asombrosamente, las faldas contemporáneas todavía llevan los tradicionales diseños brocados.

Algunas mujeres han roto completamente con la tradición: tejen la falda con una base en blanco o en color pastel, usan colores suaves, y acomodan los diseños en filas, como en el huipil de Carranza. Con esta falda, las mujeres usan un huipil tradicional, o tejen una blusa a juego.

Carranza es la única comunidad maya donde se hace el corte y confección de teji-dos hechos a mano. Los aniletik, que son quienes montan a caballo en las fiestas, se visten con chaquetas hábilmente cortadas de tela roja brocada. En la generación anterior, este atuendo se habría hecho de fieltro comercial. Los suéteres brocados de hombre son ahora camisas vaqueras confeccionadas. Los pantalones de hombre, una vez bombachos, ahora se hacen a la medida en blanco sobre brocado blanco. Las mujeres, por supuesto, han llevado más allá esta moda, produciendo vestidos brocados de gala, suéteres ajustados y espléndidos vestidos de fiesta, especialmente dise-ñados, que consisten en una falda, un corsé y un saco tejido.

Skirts have been dramatically modified to meet 21st-century tastes. The original skirt, still worn by a few women, was a tube six meters in circumference and two meters long. The top was folded down and the excess on the side folded and knotted to hold up the skirt and form a handy bag. No belt was needed, because no belts were used for women’s skirts until after the Conquest. The last pre-Columbian-style skirts in Chiapas have recently undergone a radical change. They have been replaced with long fitted skirts and mini-skirts woven in brocade. The modern styles may lack a venerable history, but they are certainly more attractive and shapely. Nevertheless, the new skirts follow the old color scheme: an indigo blue base cloth adorned with bright, swirling designs of trees and birds. These antique pre-Columbian designs used to be embroidered in long, looping stitches. Surprisingly, the contem-porary skirts still display the traditional brocaded designs.

Some women have broken with tradition entirely. They weave the skirt with a white or pastel base, use soft colors, and arrange the designs in rows, like the Carranza huipil. Over the skirt, women wear either a traditional huipil or a specially woven matching top.

Carranza is the only Maya community that tailors its handwoven textiles. The horseback riders who race during fiestas, the Aniletik, are clad in frock coats expertly cut from red brocaded cloth. A generation ago, this outfit would have been made from store-bought felt. Men’s white brocaded smocks are now tailored cowboy shirts. Men’s pants, once baggy, are now custom-fitted out of white on white bro-cade. Women, of course, have taken this trend even further, producing brocaded ball gowns, tight-fitting jumpers, and lavish party dresses with matching skirt, cor-set, and jacket made from specially designed woven fabric.

Pour s’adapter au gout du xxie siècle, la jupe a subi des modifications radi-cales. La jupe originale, que certaines femmes portent encore, était un tube de six mètres de circonférence et de deux mètres de long. La partie supérieure se rabat-tait et la partie excédentaire était repliée et nouée sur le côté, non seulement pour soutenir la jupe mais aussi pour créer un sac utile. Il n’y avait aucune cein-ture et ce n’est qu’après la conquête que celles-ci sont entrées dans l’usage pour les jupes des femmes. Les derniers modèles de jupes précolombiennes au Chiapas ont connu il y a peu un changement considérable. Elles ont été remplacées par des jupes longues et ajustées, et par des minijupes tissées en brocart. Il est possible qu’il manque à ces styles modernes une histoire vénérable mais leur forme est réussie et elles sont indubitablement plus attrayantes. Toutefois, les nouvelles jupes continuent à être réalisées avec une combinaison des anciennes couleurs : une base d’étoffe bleu indigo, embellie par d’éclatants motifs ondulants d’arbres et d’oiseaux. Ces créations précolombiennes anciennes étaient brodées en longs points de bride. Incroyablement, les jupes contemporaines conservent les motifs brochés traditionnels.

Certaines femmes ont totalement bouleversé la tradition. Elles tissent la jupe avec une base blanche ou de couleur pastel ; elles utilisent des couleurs pâles et alignent les motifs en rangs comme sur le huipil de Carranza. Avec cette jupe, les femmes portent un huipil traditionnel ou alors, elle tissent spécialement une blouse qui aille avec.

Carranza est la seule communauté maya où on coupe on confectionne sur mesure des étoffes faites main. Les aniletik, qui montent les chevaux lors des fêtes, portent des vestes habilement coupées en étoffe rouge brochée. Au cours de la génération précédente, ce vêtement aurait été réalisé en feutre commercial. Les tricots brochés masculins sont maintenant devenus des chemises de cow-boys coupées sur mesure. Les pantalons masculins, après avoir été un temps des culottes bouffantes, se font maintenant sur mesure, en blanc sur brocart blanc. Les femmes ont évidemment poussé cette mode plus loin, en produisant des robes brochées de gala, des pulls moulants et de splendides robes de fêtes, spé-cialement dessinées pour l’occasion et qui incluent une jupe, un corset et un tailleur tissé.

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M E S E T A C E N T R A L

Yalvante

Jomalhó

La Hormiga

LosPozos

Chieviltenal

Nichén

CorralitoMitontic

Narváez

Tierra Blanca

Potosí

PozoColorado

Las Piedritas

Pinal

SanNicolás

Navenchauc

PastéElambo

BautistaGrande

LagunaPetey

Jolbon

Macuiljo

MaríaAuxiliadora

Cruz Quemada

CHAMULA

ZINACANTÁN

SAN CRISTÓBALDE LAS CASAS

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Si Carranza es la comunidad tzotzil de más alta temperatura, Chamula, a sólo cincuen-ta kilómetros “a vuelo de pájaro”, es la más fría. A dos mil doscientos sesenta metros sobre el nivel del mar, esta comunidad montañosa, justo al norte de San Cristóbal de Las Casas, es un lugar de abundantes heladas y de lanas gruesas.

La Conquista trajo nuevas del Cordero de Dios y de la salvación de las almas, pero fue el vellón de la oveja española, la oveja merina, la que salvó los cuerpos de los chamulas recién convertidos. Los edredones de algodón y las tiras tejidas de piel de conejo protegían del frío, pero la lana de oveja —una novedad para los mayas, como lo fue el algodón para los españoles— demostró ser un material muy superior para la ropa.

C H A M U L A

If Carranza is the hottest of Tzotzil communities, Chamula, only 50 km. away as the crow flies, is the coldest. At 2260 meters above sea level, this mountain community, just north of San Cristóbal de Las Casas, is a world of frost and heavy wool.

The Conquest brought word of the Lamb of God and of the salvation of souls, but it was the fleece of Spanish merino sheep that saved the bodies of the new-ly converted Chamulas. Cotton quilts and woven strips of rabbit fur warded off the chill, but sheep’s wool —as much of a novelty to the Maya as cotton was to the Spaniards— proved to be a far superior material for clothing.

Si Carranza est la commune tzotzil jouissant du climat le plus chaud, Chamula, située à 50 km à vol d’oiseau à peine, est la plus froide. Dans ce village de mon-tagne, situé juste au nord de San Cristóbal de las Casas, à une altitude de 2 260 mètres, les gelées sont fréquentes et les lainages, épais.

Si la conquête a annoncé l’avènement de l’Agneau de Dieu et la rédemption des âmes, c’est la toison du mouton espagnol, le mouton mérinos, qui a sauvé les corps des Chamulas fraichement convertis. Les édredons de coton et les bandes tissées de peau de lapin protégeaient du froid mais la laine de mouton, une nou-veauté pour les Mayas comme le fut le coton pour les Espagnols, démontra son indiscutable supériorité vestimentaire.

· Fiesta de San Juan Bautista, del 22 al 24 de junio· Fiesta de San Mateo, del 19 al 21 de septiembre· Fiesta de Carnaval

· San Juan Bautista feast, June 22nd to 24th· San Mateo feast, September 19th to 21st· Carnaval feast

· Fête de San Juan Bautista, du 22 au 24 juin· Fête de San Mateo, du 19 au 21 séptembre· Fête du Carnaval

11 kms.

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128 129

La lana es abrigadora aun con ambiente húmedo, y Chamula es húmeda casi todo el año. Después de que los frailes dominicos convirtieran a la población chamula, los hombres adoptaron una versión austera de las casullas blancas y mantos negros de los monjes dominicos. La casulla chamula blanca se llama jerkoil (de “jerga”, o, sarga), y el manto de mangas negro se llama chuj, por los mayas chuj de Guatemala, quienes hacían y vendían estas prendas en Chiapas. Las mujeres, además de tejer faldas de lana (tzequil) que requerían una faja (chuquil), tejían un huipil (chilil) y un chal (mochebal), ambos también de lana. Los hombres usaban pantalones cortos de algo-dón (vexal), pero es poco probable que las mujeres hayan usado prendas de algodón, a excepción de los huipiles ceremoniales, antes del siglo xx.

El huipil de mujer, con su nudo de borlas trenzadas, estaba hecho a partir de un diseño presentado por los aztecas que acompañaban a los españoles durante la conquista de Chiapas. La moda azteca duró cuatro siglos. Hacia finales del siglo xx, las mujeres chamulas, deseosas de un cambio, comenzaron a usar blusas de algodón debajo de los huipiles. Posteriormente, en la década de los noventa, Chamula fue in-vadido por nuevas fuerzas religiosas que, por alguna extraña razón, tuvieron una influencia importante en la moda. Los misioneros evangélicos que hacían proselitismo en Chiapas comenzaron a entregarles suéteres cárdigan a sus cada vez más abun-dantes rebaños. Las mujeres chamulas, tanto las evangélicas como las tradicionales, abandonaron sus huipiles para ponerse los suéteres sobre blusas de satén. Al mis-mo tiempo, encontraron una manera de preservar la tradición: el huipil antiguo se transformó en una complicada indumentaria ceremonial, y el bordado que alguna vez adornó este huipil fue transferido a la blusa.

Wool will stay warm even when it is wet, and it is wet most of the year in Cham-ula. After the Dominican friars converted Chamula, the men adopted an austere version of the Dominicans’ white chasuble and black monk’s robe. The Chamulan white tunic is called jerkoil (from the Spanish jerga, or twill weave), and the black, sleeved robe is called a chuj, named after the Chuj Maya of Guatemala, who used to manufacture and sell these garments in Chiapas. The women wove wool skirts (tzequil), which required a belt (chuquil), along with a wool huipil (chilil) and wool shawl (mochebal). Men wore short cotton pants (vexal), but it is doubtful that wom-en dressed in cotton garments, except for ceremonial huipils, prior to the 20th century.

The woman’s huipil, with its knot of braided tassels, was based on a design intro-duced by the Aztecs who accompanied the Spaniards during the conquest of Chiapas. The Aztec fashion lasted for four centuries. By the late 20th century, Chamulan wom-en were itching to change, and they began by wearing a cotton blouse under their huipils. Then, in the 1990’s, Chamula was struck by new religious forces, which, strangely enough, had a powerful effect on fashion. The evangelical missionaries who were proselytizing throughout Chiapas started handing out cardigan sweat-ers to their burgeoning flocks. Chamulan women, both evangelists and traditional-ists, retired their huipils in favor of sweaters worn over a satin blouse. At the same time, they found a way to preserve tradition: the old huipil was transformed into an elaborate ceremonial costume, and the embroidery that once adorned this huipil was transferred to the blouse.

La laine reste chaude même quand l’atmosphère est humide et Chamula est humide pratiquement toute l’année. Après que le moines dominicains eurent converti la population chamula, les hommes adoptèrent une version austère de leurs chasubles blanches et de leurs soutanes noires. La chasuble chamula blanche s’appelle jerkoil ( de jerga « toile » ou sarga « serge »), tandis que la sou-tane noire à manche longues s’appelle chuj, du nom des Mayas Chuj du Guatémala, qui confectionnaient et vendaient ce vêtement au Chiapas. En plus de jupes de laine (tzequil), auxquelles il fallait adjoindre une ceinture (chuquil), les femmes tissaient un huipil (chilil) et un châle (mochebal), l’un et l’autre en laine. Les hommes portaient des pantalons courts de coton (vexal), mais il est peu probable que les femmes aient porté des vêtements de coton, sauf des huipils cérémoniels, avant le xxe siècle.

Le huipil de femmes, avec son nœud de pompons tressés, se basait sur un modèle introduit par les Aztèques qui accompagnèrent les Espagnols durant la conquête du Chiapas. La mode aztèque dura quatre siècles. Vers la fin du xxe siècle, les femmes chamulas, désireuse d’innover, commencèrent à porter de blouses de coton sous leurs huipils. Par la suite, dans les années 90, Chamula fut envahi par de nouvelles forces religieuses qui, étrangement, eurent une influence considérable sur la mode. Les missionnaires évangéliques qui faisaient du prosé-lytisme au Chiapas commencèrent à distribuer des cardigans à leurs fidèles chaque fois plus nombreux. Dès lors, les femmes chamulas, tant les évangéliques que celles qui ne l’étaient pas, abandonnèrent leurs huipils pour porter le cardi-gan par-dessus les blouses de satin. Elles trouvèrent parallèlement moyen de préserver la tradition : l’ancien huipil se transforma en un vêtement de cérémonie compliqué et la broderie qui l’avait un jour décoré devint un ornement de la blouse.

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La blusa bordada, que comienza con unas cuantas filas de punto de cadeneta al-rededor del cuello, se convirtió rápidamente en ejemplo de habilidad y dedicación, con docenas de filas de minúsculas puntadas que tardaban en producirse uno o dos meses de esfuerzo. Hace algunos años, empresarios del cercano pueblo de Zinacantán empezaron a bordar a máquina flores zinacantecas en el canesú de las blusas chamulas. Fue una moda pasajera. Ahora, para las mujeres sin tiempo ni dinero para bordar a mano una blusa es una posibilidad utilizar modelos de múltiples colores, gracias a que las chamulas que se dedican al bordado con la máquina de coser se las han ingeniado para imitar el punto de cadeneta.

Beginning with a few rows of chain stitch around the neck, the embroidered blouse quickly became a tour de force of skill and dedication, with dozens of rows of miniscule stitchery that took a month or two of effort to produce. A few years ago, entrepreneurs from the nearby town of Zinacantán started machine-embroidering the bodices of Chamulan blouses with flowers in Zinacantec style. It was a pass-ing fad. Now that Chamulan embroiderers have figured out how to imitate chain stitch on a sewing machine, women with neither the time nor money to make a hand-embroidered blouse are wearing the new tops in a multitude of colors.

La blouse brodée, qui commence par quelques rangs de point de chainette au-tour du cou, est rapidement devenue un exemple d’habileté et de constance dans l’effort, avec ses dizaines de rangs de points minuscules, dont la réalisation deman-dait un ou deux mois de travail. Il y a quelques années, des entrepreneurs du village voisin de Zinacantán commencèrent à broder à la machine des fleurs zinacantèques sur le corsage des blouses chamulas. Ce fut une mode passagère. Mais maintenant que les couseurs ont compris comment imiter le point de chai-nette avec une machine à coudre, les femmes qui n’ont ni le temps ni les moyens de broder une blouse à la main, peuvent tout de même arborer des modèles dans un grand choix de couleurs.

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Los cambios en la falda chamula son aún más impactantes. La falda tradicional se hacía de sarga tejida para crear una prenda robusta, resistente al agua. Se decía que era blindada. Lo mismo se decía de las mujeres chamulas, consideradas tan “canden-tes” que podían derretir balas. Desafortunadamente, esto quedó desmentido cuando las tropas de las mujeres chamulas se enfrentaron con los soldados enemigos duran-te la Guerra de Castas de 1869.

Esta nueva falda, creada por las mujeres en el Centro Chamula en 2003, es ex-cepcional por otras razones. Usando una trama con fibras extremadamente largas, la lana se teje, se tiñe y se encoge, se fieltra, y luego se peina para extraer las he-bras largas de lana. El resultado es una extraordinaria falda con una pelusa afelpada de cinco a siete centímetros de largo. El proceso es increíblemente costoso en tiempo y dinero; en el mercado de Chamula, la lana de fibras largas cuesta más de cincuenta dólares el kilo. Toda mujer que usa este estilo sabe, al igual que todas las demás mujeres chamulas que la rodean, que su falda comprende una fortuna en lana.

Esta falda, que se parece tanto a una piel de animal que podría comercializarse como una fuente orgánica de piel sintética, podría contener otro mensaje. La piel no es de oso, porque en Chiapas no los hay. Más probablemente, las faldas se hacen a imitación de las pieles de los monos aulladores, que cada vez se encuentran menos en la selva chiapaneca. Los chamulas utilizan la piel de mono aullador para hacer los sombreros cónicos usados por los max, los “monos” rituales que retozan en el Carnaval. La piel de mono aullador puede parecer una elección extraña, pero en tzotzil, el mono aullador es batz’; y batz’i, es la palabra que significa “verdadero”, “correcto” y “autén-tico”. En el Popol Vuh, el libro donde se narra la antigua historia épica de la creación de los mayas quichés, los incorregibles hermanos mayores de los Héroes Gemelos son convertidos en Mono Aullador y en Mono Araña (Max), mecenas divinos de las artes. Naturalmente, estos traviesos hermanos aparecen representados en el Carnaval con sombreros de piel de mono aullador. La piel, entonces, tiene asociaciones anti-guas y poderosas. La mujer que decide crear una batz’i tzec, una “falda verdadera”, ¡podría, muy posiblemente, estar imitando a batz’!

Changes in the Chamulan skirt are even more striking. The traditional skirt was a twill weave woven into a sturdy, water-resistant garment. It was said to be bullet proof. The same was said about Chamulan women, who were considered so “hot” they could melt bullets. Unfortunately, neither proved to be true when troops of Chamulan women faced enemy soldiers during the Caste War of 1869.

The new skirt, created by women in Chamula Center In 2003, is exceptional in other ways. Using a weft with extremely long fibers, the wool is woven, dyed, shrunk, felted, and then combed to draw out the long wool strands. The result is an extraordinary skirt with a two- to three-inch furry nap. The entire process is incred-ibly time-consuming and expensive; longhaired wool costs more than fifty dollars a kilo in the Chamula market. The woman who wears this style knows, as do all the Chamulan women around her, that she is wearing a fortune in wool.

There may be another message in this skirt, which so closely resembles an ani-mal pelt it could be marketed as an organic source of fake fur. The fur is not bear, because there are no bears in Chiapas. Most likely, the skirts are made to imitate the skins of howler monkeys, which are found in ever decreasing numbers in the Chiapas rainforests. Chamulans use howler monkey fur for the conical hats worn by the Max —the ritual “monkeys” who cavort during Carnival. Howler monkey fur may seem an odd choice, but in Tzotzil, the word for howler monkey is batz’, and batz’i is the word for “true,” “right,” and “real.” In the Popol Vuh, the ancient creation epic of the Quiché Maya, the incorrigible older brothers of the Hero Twins are turned into Howler Monkey and Spider Monkey (Max), divine patrons of the arts. Naturally, these mischievous brothers make an appearance during Carnival dressed in howler monkey fur hats. The fur, then, has ancient and powerful associations. The woman who chooses to create a batz’i tzec, a “true skirt,” may well be imitating a batz’!Les modifications apportées à la jupe chamula sont plus frappants encore.

La jupe traditionnelle était confectionnée en serge tissée pour obtenir un vête-ment robuste et imperméable. On le disait à l’épreuve des balles. On disait d’ailleurs la même chose des femmes chamulas, si ardentes qu’elles pouvaient faire fondre ces mêmes balles. L’histoire ne le confirmera malheureusement pas lorsque les bataillons de femmes chamulas affronteront les soldats ennemis du-rant la guerre des Castes de 1869.

La nouvelle jupe, créée par les femmes du Centre Chamula en 2003, est excep-tionnelle pour d’autres raisons. Utilisant une trame aux fibres extrêmement longues, la laine, tissée et teinte, rétrécit et feutre. Elle est ensuite peignée pour en ôter les brins les plus longs. Le résultat est une jupe extraordinaire toute d’un duvet pelucheux de cinq à sept centimètres de long. Le processus est extrême-ment long et couteux ; sur le marché de Chamula, la laine à fibres longues coute plus de cinquante dollars le kilo. Toutes les femmes qui adoptent ce style savent, aussi bien d’ailleurs que toutes les autres femmes de son entourage, qu’elle porte sur elle une fortune en laine.

Il y a peut-être un autre message dans cette jupe, qui ressemble tellement au pelage d’un animal qu’elle pourrait être commercialisée comme une source orga-nique de fausse fourrure. Elle n’évoque pas la fourrure d’ours, car il n’y a pas d’ours au Chiapas ; mais plus probablement, ces jupes sont confectionnées pour imiter la fourrure des singes hurleurs, qu’on trouve chaque fois en moindre quan-tité dans la jungle du Chiapas. Les Chamulas utilisent la fourrure du singe hurleur pour fabriquer les chapeaux coniques portés par les max, les « singes » rituels qui s’ébattent durant le carnaval. La fourrure du singe hurleur peut sembler un choix étrange, mais en tzotzil, le singe hurleur s’appelle batz’; et batz’i est un mot qui signifie « vrai », « correct » et « authentique ». Dans le Popol Vuh, le livre où est racontée l’antique histoire épique de la création des Mayas Quichés, les incorri-gibles frères ainés des Héros Jumeaux sont transformés en singe hurleur et en singe araignée (Max), mécènes divins des arts. Bien évidemment, ces frères espiègles sont représentés durant le carnaval avec des chapeaux en fourrure de singe hurleur. Celle-ci se trouve donc associée à des éléments anciens et puissants. La femme qui décide de créer une batz’i tzec, une « jupe véritable » pourrait fort bien se trouver imiter un batz’ !

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M E S E T A C E N T R A L

Yalvante

Jomalhó

La Hormiga

Chieviltenal

Nichén

Tzontehuitz

Mitontic

Narváez

Tierra Blanca

Potosí

PozoColorado

Los Corralitos

Las Piedritas

Pinal

SanNicolás

Navenchauc

PastéElambo

BautistaGrande Laguna

Petey

JolbonMacuiljo

MaríaAuxiliadora

Cruz Quemada

CHAMULA

ZINACANTÁN

SAN CRISTÓBALDE LAS CASAS

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Mientras que Chamula se esfuerza por incorporar cada cambio a la tradición antigua, el municipio vecino de Zinacantán se ve sumergido en un frenesí por la moda, que en una sola generación ha transformado un atuendo sencillo en un exuberante y versátil ramo de flores. Esta extraordinaria florescencia podría ser una consecuencia artística de la exitosa industria local: el cultivo de flores. Es además un reflejo de la manera en que los zinacantecas han manejado las influencias exteriores.

As Chamula strives to integrate every new change into ancient tradition, the neighboring township of Zinacantán is caught up in a fashion frenzy that has transformed, in a single generation, a plain outfit into an exuberant, everchanging bouquet of flowers. This remarkable florescence may be an artistic byproduct of the community’s successful local industry —flower-raising. It is also a reflection of how Zinacantecs have dealt with outside influences.

Alors que Chamula s’efforce d’inscrire chaque changement dans l’antique tradi-tion, le village voisin de Zinacantán se trouve submergé par un enthousiasme frénétique pour la mode qui, en l’espace d’une seule génération, a transformé un vêtement tout simple en un exubérant et fantasque bouquet de fleurs. Cette ex-traordinaire efflorescence pourrait bien être la conséquence artistique du succès de l’industrie locale, la culture de fleurs. C’est en outre un reflet de la manière dont les habitants de Zinacantán ont traité les influences extérieures.

Z I N A C A N T Á N

· Fiesta de San Lorenzo, del 8 al 10 de agosto· Fiesta de San Sebastián, del 18 al 20 de enero· Fiesta de todos los Santos, 1º y 2 de noviembre

· San Lorenzo feast, Agust 8th to 10th· San Sebastián feast, January 18th to 20th· Todos los Santos feast, November 1st and 2nd

· Fête de San Lorenzo, du 8 au 10 août· Fête de San Sebastián, du 18 au 20 janvier· Fête de Todos los Santos, 1er et 2 novembre

10 kms.

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La indumentaria zinacanteca era sencilla antes de 1975, que fue cuando una maestra enseñó a bordar a las mujeres que vivían en la aldea de Nabenchauk. Las zinacantecas probablemente habían estudiado antes el bordado, pero ahora ya dis-ponían de algún de dinero para comprar estambre y, gracias a las nuevas líneas eléctricas, contaban además con suficiente luz para poder bordar en las noches. Algunos años después, las refugiadas guatemaltecas que migraban por los Altos les enseñaron a las zinacantecas la manera de expandir sus diseños: de sencillos rectán-gulos de colores brocados en malla de telar, similares a los de Cancuc u Oxchuc, a tapices de animales y flores que se podían copiar de los muestrarios de punto de cruz.

Para la década de los noventa, la indumentaria de Zinacantán era una ilustración des-lumbrante de distintas técnicas de bordado y de complicado brocado. Como se espe-raba que en cada hogar zinacanteca respetable se usara ropa nueva para cada uno de los dos festivales principales —San Sebastián en enero y San Lorenzo en agosto—, las esposas tenían que diseñar una túnica nueva para los esposos, una tela para cargar a los bebés y un conjunto nuevo consistente en falda, blusa y chal para ellas mismas; todas éstas, brocadas y bordadas en colores combinados. El intenso trabajo se convirtió en un problema.

Zinacantec costume was unadorned prior to 1975, when a schoolteacher intro-duced embroidery to women living in the hamlet of Nabenchauk. Zinacantecs had probably studied embroidery before, but now they had a little more money to buy yarns and, thanks to new electric lines, enough light to embroider in the evenings. A few years later, Guatemalan refugees moving through the Highlands showed Zinacantecs how to expand their heddlebrocaded designs from simple colored rect-angles, similar to those seen in Cancuc and Oxchuc, to animal and floral tapestries that could be copied from cross-stitch samplers.

By the 1990’s, Zinacantec costume was a dazzling illustration of varied embroi-dery techniques and elaborate brocading. Since every upstanding Zinacantec household was expected to wear new clothes for their two principal festivals, San Sebastián in January and San Lorenzo in August, wives had to make a new tunic for their husbands, a new carrying cloth for the baby, and a new skirt, blouse, and shawl for themselves, all with colorcoordinated brocades and embroidery. The in-tense amount of labor became a problem.

Le style vestimentaire de Zinacantán était simple avant 1975, année où une en-seignante apprit à broder aux femmes qui vivaient dans le village de Nabenchauk. Il est probable que les villageoises de Zinacantán avaient déjà étudié la broderie avant cela, mais elles disposaient à présent d’un peu d’argent leur permettant d’acheter de la laine et, grâce à l’installation des nouvelles lignes électriques, elles avaient la lumière suffisante pour broder durant la soirée. Quelques an-nées plus tard, les réfugiées guatémaltèques qui migraient dans la région des hautes terres leur apprirent comment développer leurs dessins brochés, et passer des simples rectangles de couleur semblables à ceux de Cancuc ou d’Oxchuc, à des tapisseries animalières ou florales qu’il était possible de copier à partir d’échan-tillons au point de croix.

Durant les années 90, les vêtements de Zinacantec étaient une illustration éblouissante de différentes techniques de broderies et de brocarts compliqués. Dans la mesure où on attentait que chaque foyer de Zinacantec qui se respecte étrenne un costume neuf pour chacun des principaux festivals – San Sebastián en janvier et San Lorenzo en août – les épouses devaient créer une nouvelle tu-nique pour leur mari, un tissu pour porter leur bébé et un nouvel ensemble constitué d’une jupe, une blouse et un châle pour elles-mêmes, le tout broché et brodé dans des couleurs harmonieuses. La quantité de travail ne tarda pas à poser problème.

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Las mujeres zinacantecas que acompañaban a sus esposos a vender flores en Mérida encontraron la solución. Descubrieron que las mujeres mayas yucatecas usa-ban antiguas máquinas de coser Singer para bordar flores en los huipiles. Impactadas por este proceso ahorrativo de labor, compraron las mejores máquinas de coser que encontraron, y comenzaron a bordar sus propias prendas y a ofrecer sus servi-cios a las vecinas. Gracias al bordado a máquina, las mujeres ahora pueden tejer la tela de la base para las faldas y chales, y luego esperar para escoger los colores y el diseño adecuados para la siguiente fiesta. Dos semanas antes de los festivales de invierno y verano, todas las máquinas de coser en Zinacantán están a tope, mien-tras tanto, la dueña de la tienda de bordado escucha a sus clientas, dibuja los diseños, selecciona la paleta; luego les pasa el trabajo a los jóvenes muchachos que se encuentran esclavizados ante sus máquinas de coser para terminar a tiempo las piezas. ¡Hasta unas diez mil prendas nuevas pueden producirse para un festival!

Zinacantec women who accompanied their husbands on flower-selling expedi-tions to Merida came up with a solution. They discovered that Yucatec Maya women used antique Singer sewing machines to embroider flowers onto their huipils. Im-pressed by this laborsaving process, they bought the best sewing machines they could find and started embroidering their own garments and offering this service to their neighbors. Thanks to machine embroidery, women can now weave the base cloth for skirts and shawls and then wait before choosing the appropriate embroidery colors and designs for the next fiesta. Two weeks before the winter and summer festivals, all the sewing machines in Zinacantán are running full out as the matron of the embroidery shop listens to her clients, draws the designs, selects the color palette, and then hands over the work to young men who slave over the sewing ma-chines to get the pieces out in time. As many as ten thousand new garments may be produced for a festival!

Les femmes de la communauté qui accompagnaient leurs maris pour vendre des fleurs trouvèrent la solution. Elles découvrirent que les femmes mayas du Yucatán utilisaient de vieilles machines à coudre Singer pour broder les fleurs sur leurs huipils. Impressionnées par la réduction de travail que supposait cette tech-nique, elles achetèrent les meilleures machines à coudre qu’elles purent trouver, et commencèrent à broder leurs propres vêtements et à offrir leurs services à leurs voisines. Grâce à quoi, les femmes peuvent à présent tisser l’étoffe de base pour les jupes et les châles, et attendre ensuite pour choisir les couleurs et les motifs appropriés pour la prochaine fête. Deux semaines avant les festivals d’hi-ver et d’été, toutes les machines à coudre de Zinacantán fonctionnent à plein ré-gime, tandis que les propriétaires des magasins de couture écoutent leurs clientes, créent les motifs et sélectionnent la palette, avant passer le travail aux jeunes gens cloués devant leurs machines à coudre pour terminer à temps les pièces commandées. On peut en produire jusqu’à dix mille pour un festival.

BORDADO A MÁQUINA

El diseño es dibujado a mano en la tela y despúes se borda a máuina en 3 pasos; pri-mero para seguir la línea con un color des-pués se rellena con varios colores y al final se utilizan los colores contrastantes.

MACHINE EMBROIDERY

El diseño es dibujado a mano en la tela y despúes se borda a máuina en 3 pasos; primero para seguir la línea con un color después se rellena con varios colores y al final se utilizan los colores contrastantes.

BRODERIE À LA MACHINE

El diseño es dibujado a mano en la tela y despúes se borda a máuina en 3 pasos; primero para seguir la línea con un color después se rellena con varios colores y al final se utilizan los colores contrastantes.

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1998

2000

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Los colores de la temporada actual pueden aparecer en las orillas de los chales, pero el tono central es el rojo clavel, en solidaridad con una tradición más antigua. Algunas mujeres se rehúsan a usar diseños hechos a máquina, por lo que prefieren bordar a mano, en punto de cruz, sus prendas. Una elección curiosa, ya que, de todas las técnicas de bordado, el punto de cruz nunca había sido previamente utilizado. Mientras tanto, frente a las máquinas de coser, las mujeres han atenuado sus colo-res. A lo largo de ocho años, el negro se ha ido aclarando para aterrizar en el verde oliva, y el azul marino en el azul pálido y el aguamarina. En el festival de San Sebastián en el invierno de 2009, en la ropa el color floral más importante fue el rojo. Para el verano de ese mismo año se tornó en rosas. El próximo año, podrían dominar el rojo, el amarillo y el blanco; al menos éstos son los colores que se usan actualmente en los talleres para producir las piezas fuera de temporada para familiares y amigos.

The colors of the current season may appear on the edges of their shawls, but the central hue is carnation red, in solidarity with an older tradition. Some wom-en refuse to wear machine-made designs and instead hand-embroider their ap-parel in cross-stitch, a curious choice since, out of all the embroidery techniques, cross-stitch has never been used before. Meanwhile, the women at their machines have tempered their colors. Over the course of eight years, black brightened to olive green, to navy blue, pale blue, and aquamarine. At the Festival of San Sebastián in the winter of 2009, red was the major floral color. By summer, everything was coming up roses. Next year, red, yellow, and white may predominate; at least these are the colors being used in the workshops now producing off-season pieces for family and friends.

Ainsi, les couleurs de la saison peuvent apparaitre aux lisières des châles, mais la teinte centrale est le rouge œillet, en solidarité avec une tradition plus ancienne. Certaines femmes refusent d’ailleurs de porter des créations faites à la machine et préfèrent donc broder leurs habits à la main, au point de croix. D’autre part, les couseuse à la machine ont atténué les couleurs. Au fil de ces huit ans, le noir s’est adouci peu à peu pour aboutir à un vert olive, un bleu marine, un bleu pâle et un aigue-marine. Lors du festival de San Sebastián en hiver 2009, la cou-leur florale la plus représentée sur les vêtements était le rouge, rouge qui a évolué vers les roses durant l’été de la même année. Il se pourrait qu’en 2010, on voie dominer le rouge, le jaune et le blanc. Du moins, ce sont là les couleurs actuelle-ment utilisées dans les ateliers pour confectionner les pièces de l’entre-saison destinées aux familles et aux amis.

Este continuo cambio en atavíos a la moda no está exento de problemas. Desde el principio, una disputa sobre los colores casi dividió en dos a la comunidad. En la medida que el trabajo artesanal se hacía cada vez más complejo y los colores más radiantes, las mujeres que gestionaban las nuevas tiendas de máquinas de coser de-cidieron, de alguna manera, o alguien les dijo (nadie acepta haber tomado la iniciati-va), que en la temporada 2000 los colores serían el negro con tonos verde olivo y gris. “El negro lo rompió [la tradición]”, se quejaron los críticos; y las más apegadas a la tradición impulsaron un movimiento retro donde destacaban los rojos encendidos.

This continual shift in fashionable apparel is not without its conflicts. From the very beginning, a dispute over color almost split the community. As handwork be-came more complex and colors more radiant, the women running the new sewing machine shops somehow decided, or were told (no one will admit to the decision), that black with shades of olive green and gray were to be the colors of the 2000 season. “Black has broken it [tradition],” critics complained, and immediately the stalwarts started a retro movement featuring blazing reds.

Ces changements continuels dans la mode vestimentaire ne vont pas sans poser quelques problèmes. Dès le début, une dispute sur les couleurs provoqua presque la rupture dans la communauté. Comme le travail artisanal se faisait chaque fois plus complexe et les couleurs plus vives, les femmes qui géraient les nouveaux magasins disposant de machines à coudre décidèrent d’une façon ou d’une autre – à moins que quelqu’un le leur ait suggéré (personne n’avoue avoir pris cette décision) – que pour la saison 2000, les couleurs seraient le noir, le vert olive et le gris. Les critiques fusèrent : « le noir casse la tradition ! » et les plus chauds défenseurs de ladite tradition lancèrent immédiatement un mouvement rétro où les rouges flamboyants se trouvaient à l’honneur.

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Les tisseuses font des expériences permanentes, essayant des idées nouvelles pour voir comment elles seront reçues par le public, celui-ci pouvant les accepter ou les rejeter. Il y a beaucoup de chefs de file de la mode, mais toutes n’ont pas un grand nombre de disciples. Parallèlement au processus de création, il y a quantité de discussions sérieuses sur « cette femme qui est apparue vêtue de rouge cra-moisi », avant qu’on ne décide si finalement le changement est une bonne chose ou non pour la population.

Ce que nous pouvons observer à Zinacantán, où les fleurs brodées sont parti-culièrement grandes, les couleurs spécialement originales et les styles variés ré-pétés à l’envi, c’est une discussion intense sur la couleur, la forme et la tradition qui a lieu sur toute l’étendue de hautes terres du Chiapas. En prêtant attention à ce que font ses voisins, chaque communauté crée son style propre, ignorant tota-lement l’opinion que peuvent avoir sur la mode les gens qui ne sont pas mayas. Carranza est l’exception. Là, les femmes portent leur regard sur la mode occiden-tale, tout en trouvant des expressions originales de ce que signifie être Maya au xxie siècle.

Weavers are constantly experimenting, trying out new ideas and testing them out in public, where they may or may not gain popular acceptance. There are many fashion leaders, but not all of them gather a large following. Mixed in with the cre-ative process is a great deal of serious talk about that woman who appeared in crimson before it is generally decided whether the change is a good thing for the community after all.

What we see in Zinacantán, where the embroidered flowers are so large, the colors so distinctive, and the ever-changing styles repeated en masse, is an intense discussion of color, form, and tradition that is happening everywhere in Highland Chiapas. Each community is creating its own new style with more than a passing glance at their neighbors but with complete disregard for what non-Maya may think is fashionable. Carranza is the exception. There, women are looking at Western fashions but are coming up with their own expressions of what it is to be Maya in the 21st century.

Las tejedoras experimentan constantemente, probando ideas nuevas para ver cómo las recibe el público, que pueden o no ser acogidas. Hay muchas líderes de la moda, pero no todas tienen un gran número de seguidoras. Antes de que se decida que un cambio pueda ser positivo para la comunidad, se establece, junto con el pro-ceso creativo, una importante y seria discusión particularmente en torno a la mujer que aparece en carmesí.

En Zinacantán, donde las flores bordadas son especialmente grandes, los colores especialmente distintivos, y los estilos versátiles, duplicados a granel, asistimos a una intensa discusión sobre el color, la forma y la tradición que se está dando en los Altos de Chiapas. Prestando atención a lo que hacen sus vecinos, cada comunidad está creando su estilo propio, ignorando por completo la opinión sobre la moda de las personas que no son mayas. Carranza es la excepción. Ahí, las mujeres miran hacia la moda occidental mientras encuentran sus propias expresiones de lo que significa ser maya en el siglo xxi.

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Zinacantán está a sólo diez kilómetros de San Cristóbal de Las Casas, la ciudad colo-nial en el centro de los Altos, donde los mayas han ido siempre a intercambiar mer-cancías, o a tratar con las autoridades gubernamentales y eclesiásticas. En las últi-mas décadas, esta ciudad se ha convertido en un lugar al que se va para buscar trabajo, para visitar a parientes a la orilla del pueblo, y donde se envía a los hijos mayores a la preparatoria y a la universidad. Los tiempos han cambiado. Los mayas siempre han sido parte vital de la economía de San Cristóbal; pero ahora que se han convertido en parte esencial de la sociedad urbana, han dejado de usar su peor ropa en la ciudad. Si por un periodo de tiempo lo suficientemente largo te paras en una esquina transitada, probablemente podrás observar todas las vivaces modas des-critas en este libro.

Zinacantán is only ten km. from San Cristóbal de Las Casas, the colonial city in the center of the Highlands where the Maya have always gone to market or to deal with government and ecclesiastical authorities. In the last few decades, the city has be-come a place to find work, to visit relatives who live on the edge of town, and to send older children to high school and university. Times have changed. The Maya have always been vital to San Cristóbal’s economy, but now that they are becoming an integral part of urban society, they no longer wear their worst clothes in town. If you stand on any busy street corner long enough, you will probably see all the vivid fashions described in this book walking past.

Zinacantán se trouve à seulement dix kilomètres de San Cristóbal de Las Casas, la ville coloniale au cœur des hautes terres, où les Mayas ont toujours dû se rendre pour négocier des marchandises, ou traiter avec les autorités gouvernementales et ecclésiastiques. Durant les dernières décennies, la ville est devenu l’endroit où l’on va chercher du travail, où l’on rend visite à des proches qui vivent en périphé-rie, où l’on envoie ses ainés au lycée ou à l’université. Les temps ont changé. Les Mayas ont toujours été une composante vitale de l’économie de San Cristóbal ; mais maintenant qu’ils sont devenus une partie essentielle de la société urbaine, ils ont cessé de porter leurs pires vêtements en ville. Si vous restez posté un temps suffisamment long au coin d’une rue passante, vous pourrez probablement ob-server toutes les modes vivantes décrites dans ce livre.

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Visita las comunidades mayas en tiempo de fiestas, cuando los santos son transpor-tados desde la iglesia hasta la plaza para que puedan contemplar a su gente honran-do devotamente la tradición. Sólo los fuegos artificiales son capaces de competir con las espirituales muestras de fe y creatividad labradas en su indumentaria. Visita las comunidades mayas en días de mercado. Entre los coloridos puestos de frutas y verduras, cubetas de plástico y discos compactos, probablemente advertirás a una tejedora chamula ensalzando las virtudes de sus túnicas a un joven que busca el traje ceremonial perfecto; a una dama zinacanteca, vestida de pies a cabeza en flores deslumbrantes azules, que se pasea serenamente por la muchedumbre, seguida por sus hijas adolescentes, también de azul, para indicar que son de la misma familia; a una mujer de San Andrés que vende husos, que mira a los nuevos patrones, y que luego voltea hacia su pequeña que lleva puesto un huipil en miniatura, con el diseño rojo más tradicional. Pues es, justamente, en la tradición donde comienza la explosión del color y el concepto. Entre festivales y bulliciosos mercados, presenciarás segura-mente una multitud de expresiones individuales de lo que significa actualmente la tradición maya. Este brillante discurso de lo que es hermoso, verdadero y correcto, fluye en lustrosas oleadas de arte.

Go to Maya communities during festivals when the saints are carried in procession out of the church and through the plaza, there to behold their people devoutly hon-oring tradition. Only the fireworks will rival the spirited display of faith and creativity woven into the costumes. Go to Maya communities on market days, and amid the colorful stalls of fruits, vegetables, plastic buckets, and cds, a Chamulan wool weaver may be extolling the virtues of her tunics to a young man searching for the prop-er ceremonial dress. A Zinacantec matron dressed from head to toe in bright blue flowers strolls serenely through the crowd, followed by her teenage daughters wearing matching blue, to indicate they are from the same family. A San Andrés woman selling spindles looks up at the new patterns and then turns to her little girl, who is wearing a miniature huipil in the most traditional red design. For it is in tradition that the explosion of color and concept begins. In the midst of festivals and bustling markets, you are sure to witness a multitude of individual expressions of what Maya tradition means today. It flows in shining waves of artistry, this brilliant discourse on what is beautiful, true, and right.

Allez voir les communautés mayas en période de fête, lorsque les saints sont es-cortés de l’église sur la place pour qu’ils puissent contempler leur peuple honorer la tradition avec dévotion. Seuls les feux d’artifices peuvent rivaliser avec les ar-dentes démonstrations de foi et de créativité dont les costumes sont tout entiers tissés. Allez voir les communautés mayas les jours de marché. Entre les échoppes bigarrées de fruits et de légumes, celles des seaux en plastique et des cd, vous pourrez sans doute apercevoir une tisseuse chamula porter aux nues les vertus de ses tuniques à un jeune homme à la recherche d’un costume de cérémonie idéal ; ou une dame de Zinacantán, habillée de pied en cap dans d’éblouissantes fleurs bleues, en train de se promener tranquillement dans la foule, suivie de ses filles adolescentes, en bleu elles aussi pour indiquer leur appartenance à la même famille ; ou encore une vendeuse de fuseaux de San Andrés jetant un coup d’œil sur de nouveaux patrons avant de se retourner vers sa petite fille qui porte un huipil miniature, orné d’un motif rouge plus traditionnel. Or, c’est justement dans la tradition que prend naissance l’explosion de couleurs et de concepts. Dans les festivals et sur les bruyants marchés, vous serez certainement témoin d’une multitude d’expressions individuelles de ce que signifie aujourd’hui la tradition maya. Et ce brillant discours de ce qui est beau, vrai et correct, déferle en vagues renouvelées d’un incontestable talent artistique.

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C R É D I T O SC R E D I T S

C R É D I T S

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M A T R I Z D E L O S D I S E Ñ O S T E X T I L E S M A Y A S D E C H I A P A SM A T R I X O F M A Y A T E X T I L E D E S I G N S I N C H I A P A S

M A T R I Z D E L O S D I S E Ñ O S T E X T I L E S M A Y A S D E C H I A P A S

IV 1. Pies

Feet

Pieds

2. Manos hacia abajo

Hands Downward

Mains en bas

3. Manos hacia arriba

Hands Upward

Mains en haut

4.Manos y codoshacia arriba

Hands and Elbows Upward

Mains et épaules en haut

5. Manos y codoshacia abajo

Hands and ElbowsDownward

Mains et épaules en bas

1

2

3

4

5

I 1. Solitario

Solitary

Solitaire

2. En un campo

In a Field

In a Field

3. Horizontal 4. Vertical

1

2

3

4

5

6

II 1. Solitario

Solitary

Solitaire

2. En un campo

In a Field

En un campo

3. Horizontal 4. Vertical

1

2

3

4

5

6

7

III 1. Una línea

One line

Une ligne

2. Tres líneas (Mono/Bosque)

Three lines (Monkey/Forest)

Trois lignes (Monkey/Forest)

3. Diseño 2 ampliado(Antepasados)

Design 2 Expanded (Ancestors)

Diseño 2 ampliado(Antepasados)

4. Diseño 3 boca abajo (Muerte)Design 3 Upside Down (Death)

Design 3 Upside Down (Death)

Los diseños cuadrados – simbolizan el cielo y la tierraSquare designs – symbols of earth and skyLos diseños cuadrados – simbolizan el cielo y la tierra

Los diseños ondulados – representan serpientes y plantas en florUndulating designs – symbols of serpents and plants in bloom Los diseños ondulados – representan serpientes y plantas en flor

Los diseños con líneas verticales – simbolizan a la comunidad o a los antepasadosDesigns with central vertical lines – symbols of community or ancestorsLos diseños con líneas verticales – simbolizan a la comunidad o a los antepasados

Diseños zoomorfos y antropomorfos – las formas sencillas representan a los sapos y las complejas, a los santosZoomorphic and anthropomorphic designs – simple forms represent toads and complicated forms, saintsDiseños zoomorfos y antropomorfos – las formas sencillas representan a los sapos y las complejas, a los santos

Esta matriz está dividida en cuatro partes y pretende organizar a lo largo de dos ejes, los diseños de Chiapas. De manera horizontal, se muestran las formas de variación de los diseños, y de manera vertical, la complejidad de éstos, que aumenta de menor a mayor medida.

This matrix consists of four parts, with the motifs organized along two lines. Hori-zontally, the designs are placed according to each of their variations; vertically, from top to bottom, they are arranged from least to most complex.

Esta matriz está dividida en cuatro partes y pretende organizar a lo largo de dos ejes, los diseños de Chiapas. De manera horizontal, se muestran las formas de variación de los diseños, y de manera vertical, la complejidad de éstos, que au-menta de menor a mayor medida.

I.

II.

III.

IV.

Las cuatro secciones de la matriz se presentan en tres dimensiones, las cuales se re-únen en los siguientes puntos: I. 4.1, II. 4.1, III. 1.1, IV. 1.3

Las ilustraciones de estos cuatro motivos, son variantes de un mismo diseño. El diseño central se llama schak xpokok “trasero de sapo”, y todos los demás diseños se derivan geométricamente de éste.

The four parts of the matrix are presented in three dimensions, which join at these points: I. 4.1, II. 4.1, III. 1.1, IV. 1.3

These four illustrated motifs are variations of the same design. The central de-sign is called schak xpokok “toad’s rear,” and all other designs can be geometrically derived from it.

Las cuatro secciones de la matriz se presentan en tres dimensiones, las cuales se reúnen en los siguientes puntos: I. 4.1, II. 4.1, III. 1.1, IV. 1.3

Las ilustraciones de estos cuatro motivos, son variantes de un mismo diseño. El diseño central se llama schak xpokok “trasero de sapo”, y todos los demás di-seños se derivan geométricamente de éste. I.

III.

IV.

II.

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