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Clausura Año Jubilar Dominicano 17-12-2016

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1. ROSARIO DOMINICANO…………………..………...…3

2. TESTIMONIO DE VIDA………………………...………..….7

3. ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO…………………7

4. ORACIÓN PARA GANAR LA

INDULGENCIA………………………….….………………………....13

5. VÍSPERAS…………………………………………..…………………..….14

*Durante la ceremonia habrá un

sacerdote confesando


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ROSARIO DOMINICANO

MARÍA MÍRAME María mírame, María mírame, si tú me miras, Él también me mirará. Madre mía mírame, de la mano llévame, muy cerca de Él, que ahí me quiero quedar. María cúbreme con tu manto, que tengo miedo, no sé rezar. Que por tus ojos misericordiosos, tendré la fuerza, tendré la paz. María mírame, María mírame... Madre consuélame de mis penas, es que no quiero ofenderle más. Que por tus ojos misericordiosos, quiero ir al cielo, y verlos ya. María mírame, María mírame…

Breve monición general al acto del Padre Julián de Cos. Introducción El Rosario es para nuestra Orden una plegaria que late al ritmo de nuestro carisma, definido como "contemplar y dar a los demás el fruto de la contemplación".


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La Orden de Predicadores ha querido propagar de modo especial el Santo Rosario a través de los siglos. La piedad popular reconoce en Santo Domingo el "fundador" del Rosario, y el arte cristiano así lo representa desde hace siglos recibiendo el Rosario, de manos de Santa María Virgen. Hoy, en la Clausura de este Año Jubilar, queremos tener presente a María, y, de su mano, dejar que sea Ella la que nos lleve a Jesús. Cada uno de vosotros habéis recibido un Rosario. Antes de empezar su rezo, el Padre Julián de Cos, Prior de Caleruega, cuna de Santo Domingo, bendecirá todos los Rosarios Bendición de los rosarios. El Padre bendice los rosarios: Bendito seas, Señor, fuente y origen de toda bendición, que te complaces en la piedad sincera de tus fieles; te pedimos que atiendas a los deseos de tus servidores y les concedas que, llevando consigo estos Rosarios, se esfuercen por irse transformando en la imagen de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. De la mano de Nuestro Padre Santo Domingo, vamos a contemplar los misterios luminosos; en ellos encontramos la esencia de nuestra vocación. Misterios Luminosos Primer misterio. El Bautismo de Jesús. Se nos dice que, durante el bautismo de Domingo, apareció una estrella en su frente. Por medio de su vida y predicación, Domingo fue como un faro guiando almas hacia Cristo.


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María, te presentamos a toda la Iglesia, para que cada uno de nosotros seamos, al igual que Nuestro Padre Santo Domingo, faro que lleva a Cristo. Segundo misterio. Jesús en las Bodas de Caná. La Orden de Predicadores incorpora a los laicos. Solteros y casados son compañeros en la predicación, llamados a vivir plenamente nuestra vocación cristiana, hermanados con los frailes, las monjas y con toda la Familia Dominicana. María, tú que estuviste en las bodas de Caná junto a Jesús, muestra a tu Hijo las necesidades de nuestros hermanos Terciarios de la Orden, las de sus familias y las de todas las personas cercanas a nuestros monasterios y conventos. Tercer misterio. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión. La Orden de Predicadores ha nacido como familia; una familia que comparte el mismo carisma común de la predicación. Éste fue el proyecto de Domingo. La familia dominicana, familia particular y unida en el seno de la gran familia cristiana, no ha sido creada para ella misma, sino para que esté al servicio de la Iglesia en su misión en el mundo. “Predicar siempre y en todas partes”. María, graba a fuego en el corazón de todos los dominicos y de toda la Iglesia el rostro de tu Hijo. Te presentamos en este misterio al Papa, al Maestro de la Orden y a toda la familia Dominicana.


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Cuarto misterio. La Transfiguración del Señor. La Trasfiguración tiene sus efectos en nosotros: cada día, y de modo continuo, hemos de transformarnos en la realidad que confesamos: Jesús, el Hijo Amado del Padre. Esta dinámica, descubierta en el relato de la Transfiguración, la vemos refleja en Santo Domingo de Guzmán, el cual no se guardó nunca nada para sí, dando a los demás lo vivido en su relación con Dios. Contempló y dio de lo contemplado. Domingo transmitió a los demás su vivencia de la gloria de Dios. María te presentamos a todos los enfermos, a las personas que no hayan podido venir o que necesiten de nuestra oración en este momento. Dales el Consuelo que necesitan en las dificultades, mostrándoles el rostro de tu Hijo. Quinto misterio. La Institución de la Eucaristía. Quienes convivieron con Santo Domingo de cerca nos cuentan que, durante la celebración de la Eucaristía, derramaba tal cantidad de lágrimas, sobre todo al pronunciar las palabras del Canon, que “una gota no esperaba a la otra”. Esta emotividad y dramatismo brotaban del asombro y de la tristeza propia de los santos al recordar la incomprensión del amor infinito de Dios por parte de la Humanidad. María, en este misterio te presentamos a cada uno de los que estamos aquí: regálanos el amor profundo que Nuestro Padre tenía por la Eucaristía y por todos los hombres.


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Letanías

“Tu Orden la he confiado a mi Madre. Y en ese mismo momento, María abrió su manto, bajo el que estaban reunidos sus hijos e hijas.”

TESTIMONIO DE VIDA ADORACIÓN

VENGO A ADORARTE (Canto para la Exposición)

Oh Luz del mundo, bajaste a la oscuridad. Mis ojos abriste, pude ver. Belleza que causa que mi ser te adore, esperanza de vida en ti. Vengo a adorarte, vengo a postrarme, vengo a decirte eres mi Dios. Eres simplemente bello, simplemente digno. Tan maravilloso para mí. Oh Rey eterno, tan alto y exaltado, glorioso en el Cielo eres tú. Al mundo que hiciste, humilde viniste, pobre te hiciste por amor. Vengo a adorarte… Nunca sabré cuánto costó, ver mi pecado en la cruz.

(BIS)


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1ª meditación (introducción) Señor Jesús, sé que estás aquí, Vivo, presente, real. Sé que me ves y que me oyes. ¡Eres Tú en Persona! Creo en Ti, Señor. En esta noche te quiero dar gracias por todo este Año Jubilar. Gracias por cada una de las personas que has puesto en mi camino, gracias por cada acontecimiento vivido. Gracias por haberme traído hoy aquí, a celebrarlo juntos. Sé que no es casualidad que hoy esté aquí. Háblame al corazón, ábreme el oído, Señor, para que esta noche pueda escuchar lo que quieres decirme. Toca mi corazón en esta noche. Sólo Tú puedes hacer que salga por esa puerta renovado, sanado, lleno de Tu Amor. Gracias, Señor, gracias por estar aquí. Gracias por este rato de adoración. Quiero entregarte todo mi ser. Quiero entregarte de nuevo las riendas de mi vida. Porque Tú eres el único que puede saciar mi sed, eres el único que das Vida.

VENGO A ADORARTE

Vengo a adorarte, vengo a postrarme, vengo a decirte eres mi Dios. Eres simplemente bello, simplemente digno. Tan maravilloso para mí. Nunca sabré cuánto costó, ver mi pecado en la cruz. 2ª meditación (sobre la Palabra)


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Jesús, tú nos dejaste tu Palabra. Nos dejaste tu Evangelio. ¿Para qué nos lo dejaste, sino para proclamarlo? A Santo Domingo le ardía el corazón por anunciarte, por anunciarte vivo, real, presente hoy en día. Señor, enciende esa llama en mi corazón para hacer viva tu Palabra en mí y luego poder llevar tu Nombre a los que no te conocen. Que tu Espíritu vaya guiándome para decir las palabras que Tú pongas en mi corazón. Te doy gracias por este don que es la Palabra y que Tú usaste dando a conocer el amor que tienes hacia nosotros. Con tu Palabra creaste a los sacerdotes, creaste la Iglesia, creaste los sacramentos. Que tu Palabra me renueve la mente, el corazón y haga de mí una persona nueva. Dame el don de leer tu Palabra como te escucharía a ti: con asombro, entusiasmo, admiración...

ENVUELTO EN SOMBRÍA NOCHE

Envuelto en sombría noche, el mundo sin paz no ve; sin paz no ve. Buscando va una esperanza, buscando, Señor, su fe. Buscando, Señor, su fe. El sí de las promesas ha llegado, la Alianza se cumple entregada, el Verbo Eterno de los cielos con nuestra débil carne se desposa. Envuelto… Misterio que sólo la fe alcanza, María es nuevo templo de la gloria,


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rocío matinal, nube que pasa, luz nueva en presencia misteriosa. Envuelto… A Dios sea la gloria eternamente, y al Hijo suyo amado, Jesucristo, que quiso nacer para nosotros y darnos su Espíritu divino. Envuelto… 3ª meditación (sobre la cruz)

Señor, esta cruz Dominicana que representa a Santo Domingo está formada por los colores blanco y negro intercalados, pero el blanco siempre va primero que el negro. El banco representa la misericordia y el negro la justicia. Que, como Cristo en la cruz, pueda ser misericordioso antes que justo, que siempre pueda tender una mano y alejar de mí los juicios para poder amar libremente. Como tú, que en la cruz perdonaste a los que te crucificaban. Aparta de mi vocabulario la frase "se lo merece", dame la gracia de mirarte a ti antes de actuar. Y que esta cruz, cada vez que la vea, me recuerde que, como dijo el apóstol: "La misericordia se ríe del juicio".

EN MI DEBILIDAD

En mi debilidad me haces fuerte, en mi debilidad me haces fuerte. Sólo en tu amor me haces fuerte, sólo en tu vida me haces fuerte. En mi debilidad te haces fuerte en mí.

(BIS)


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Sólo en tu amor me haces fuerte, sólo en tu vida me haces fuerte. En mi debilidad te haces fuerte en mí. 4ª meditación (sobre el Santo Rosario) Señor, tú diste a Domingo de Guzmán el Rosario a través de María, tu Madre. Concédeme la gracia de gozar los misterios de tu vida, de saborear, como hizo María, tu presencia: cada paso que diste por esta tierra, la anunciación, tu nacimiento, tu bautismo, tus milagros, tu agonía, tu amor, tu resurrección... Jesús, hazme consciente del amor con que nos diste a María, ayúdame a amarla como Madre, a acogerla en mi casa como hizo Juan. Que cada cuenta que pase del Rosario sea una invitación a que entre en mi corazón, para que Ella, que te tuvo en su vientre, me enseñe todo acerca de ti, y, sobre todo, me enseñe a amarte como lo hizo Ella. María, que cada cuenta que pase me acerque más a tu Hijo, para que, al final, pueda encontrarle esperándome con los brazos abiertos para regalarme toda la eternidad.

NO TEMAS

Si aún no lo ves, pronto lo verás:

todo un Dios enamorado de ti.

Habla bien de Él, que no mentirás,

todo lo hizo para hacerte feliz.

Lo que pasa es que el mundo no quiere escuchar,

no vaya a ser que vea, que entienda y se empape

de esta alegría que nos quiere regalar.


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No vaya a ser que entienda, se convierta y se sane.

No temas a la Luz, no temas a la Paz,

no temas a la Alegría, no tengas miedo a ser

feliz.

Porque Él es el Camino que se ha abierto para ti.

Porque Él es “El que Es”, ahora puedes ser feliz.

5ª meditación (final) Señor Jesús, gracias por este rato de adoración. Eres asombroso porque, aunque te estoy alabando a ti, Señor, en realidad eres Tú quien me hace bien a mí. Gracias por la Paz, gracias por la Alegría que me regalas. ¡Quédate siempre con nosotros! ¡Quédate a mi lado! Sé que siempre permaneces junto a mí, pero dame la gracia de percibirte, concédeme poder experimentar cada día cómo cuidas de mí. Quédate, Señor, y hazte grande en mí. Que nada ni nadie me separe de Ti. ¡Todo menos perderte! Señor mío y Dios mío, yo te amo, yo te adoro.

QUÉDATE JUNTO A NOSOTROS

Quédate junto a nosotros que la tarde está cayendo, pues sin Ti a nuestro lado nada hay justo, nada hay bueno. Caminamos solos por nuestro camino cuando vemos a la vera un peregrino nuestros ojos ciegos de tanto penar


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se nos llenan de vida, se nos llenan de paz. Quédate… Buen amigo quédate a nuestro lado, pues el día ya sin luces se ha quedado con nosotros quédate para cenar y comparte mi mesa y comparte mi pan. Quédate… Tus palabras fueron la luz de mi espera y nos diste una fe más verdadera al sentarnos junto a ti para cenar conocimos quién eras, al partirnos el pan. Quédate…

ORACIÓN PARA GANAR LA INDULGENCIA

Dios Padre de misericordia, que llamaste a tu servidor Domingo de Guzmán a ponerse en camino en la fe, como peregrino itinerante y predicador de la gracia, al clausurar el Jubileo de la Orden, te pedimos que infundas de nuevo en nosotros el Espíritu de Cristo Resucitado, para que podamos proclamar con fidelidad y alegría el Evangelio de la paz, por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.


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VÍSPERAS

V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

HIMNO Ven, Señor, a libertarnos ven tu pueblo a redimir purifica nuestras vidas y no tardes en venir. El rocío de los cielos sobre el mundo va a caer, el Mesías prometido, hecho niño, va a nacer. De los montes la dulzura, de los ríos leche y miel, de la noche será aurora la venida de Enmanuel. Consolaos y alegraos, desterrados de Sión, que ya viene, ya está cerca, él es nuestra salvación.

SALMODIA

Ant. 1. Mirad: vendrá el Deseado de todos los pueblos y se llenará de gloria la casa del Señor. Aleluya.


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Salmo 121

LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN ¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor"! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén: "Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios". Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: "La paz contigo". Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien. Ant. Mirad: vendrá el Deseado de todos los pueblos y se llenará de gloria la casa del Señor. Aleluya.


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Ant. 2. Ven, Señor, no tardes, perdona los pecados de tu pueblo, Israel.

Salmo 129 DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR

Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos. Ant. Ven, Señor, no tardes, perdona los pecados de tu pueblo, Israel. Ant. 3. Mirad: se cumple ya el tiempo en el que Dios envía a su Hijo al mundo.


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Cántico: Flp 2, 6-11 CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL

R/. Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios, al contrario, se anonadó a sí mismo, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. R/. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz. R/. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo y toda lengua proclame: R/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén R/. Ant. Mirad: se cumple ya el tiempo en el que Dios envía a su Hijo al mundo.


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LECTURA BREVE 1 Ts 5, 23-24 Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas. Homilía del Padre Julián de Cos

RESPONSORIO BREVE

V/. Muéstranos, Señor, tu misericordia. R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia. V/. Danos tu salvación. R/. Tu misericordia. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.

CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el camino de la salvación.

Cántico de María. Lc 1, 46-55

ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Proclama mi alma la grandeza del Señor,


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se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el camino de la salvación.


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PRECES Oremos, hermanos, a Cristo, el Señor, que nació de la Virgen María, y digámosle: Ven, Señor Jesús - Hijo unigénito de Dios, que has de venir al mundo como mensajero de la alianza, haz que el mundo te reciba y te reconozca. Ven, Señor Jesús - Tú que, engendrado en el seno del Padre, quisiste hacerte hombre en el seno de María, líbranos de la corrupción de la carne. Ven, Señor Jesús - Tú que, siendo la vida, quisiste experimentar la muerte, no permitas que la muerte pueda dañar a tu pueblo. Ven, Señor Jesús - Tú que, en el día del juicio, traerás contigo la recompensa, haz que tu amor sea entonces nuestro premio. Ven, Señor Jesús Se pueden añadir algunas intenciones libres. - Señor Jesucristo, que por tu muerte socorriste a los muertos, escucha las súplicas que te dirigimos por nuestros difuntos. Ven, Señor Jesús Padre nuestro.


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ORACIÓN Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.

NADIE TE AMA COMO YO (Canto para la Reserva del

Santísimo) ¡Cuánto he esperado este momento! ¡Cuánto he esperado que estuvieras así! ¡Cuánto he esperado que me hablaras! ¡Cuánto he esperado que vinieras a mí! Yo sé bien lo que has vivido. Yo sé bien por qué has llorado. Yo se bien lo que has sufrido, pues de tu lado no me he ido. Pues nadie te ama como yo. Pues nadie te ama como yo. Mira la cruz, ésa es mi más grande prueba.


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Nadie te ama como yo. Pues nadie te ama como yo, pues nadie te ama como yo. Mira la cruz, fue por ti, fue porque te amo. Nadie te ama como yo. Yo sé bien lo que me dices, aunque a veces no me hablas; yo sé bien lo que en ti sientes, aunque nunca lo compartas. Yo a tu lado he caminado, junto a ti yo siempre he ido; tantas veces te he cargado. Yo he sido tu mejor amigo. Pues nadie te ama como yo. Pues nadie te ama como yo. Mira la cruz, ésa es mi más grande prueba. Nadie te ama como yo. Pues nadie te ama como yo, pues nadie te ama como yo. Mira la cruz, fue por ti, fue porque te amo. Nadie te ama como yo.


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MM. DOMINICAS

Monasterio de San Blas, plaza de San

Blas, 2

09340 Lerma (Burgos)

Tlf: 947 17 02 31

www.dominicaslerma.es

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