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    GUAYAQUIL UNA Y MLTIPLE: LAS CRISIS URBANAS Y LACIUDADANA EN CIERNES

    Milton Rojas Mosquera*Julio 2000

    1. EL PROCESO DE URBANIZACIN ECUATORIANO EN LA CRISIS INAUGURALDEL NUEVO MILENIO

    Entre 1900 y el ao 2000, la poblacin total del Ecuador creci unas diez veces hastallegar a 12600.000 habitantes1; en ese lapso vari notablemente la distribucin espacialde su poblacin: de un 25% asentada en la Costa en 1900, cambi al 40% en el ao1950, y en el ao 2000, la mitad de la poblacin total del Ecuador vive en la Costa, el 44%en la Sierra y el 6% en el Oriente y Galpagos.

    Sin embargo, hay que anotar que dos provincias (Guayas y Pichincha) concentran casi lamitad de la poblacin nacional: 46.5% en el ao 2000, en una tendencia creciente, ya que

    en 1990 era el 44.6% y en 1982, el 42%.

    El siglo XX fue el siglo de la urbanizacin de nuestro pas: hacia 1900, la poblacin de lasciudades representaba menos del 20% del total nacional, en 1950 el 28% y para el ao2000, el 64% de los habitantes del Ecuador vive en las ciudades.

    En todo ese perodo, la economa del Ecuador ha estado supeditada al mercado externo,de acuerdo a nuestros principales productos de exportacin: cacao, banano y a partir delos aos 70, el petrleo y luego el camarn y otros productos no tradicionales, siempre enuna relacin de intercambio totalmente desigual y dependiente. La fragilidad del modelo,con una incapacidad histrica para generar procesos productivos sustentables y ahorrointerno que posibiliten acometer las tareas del desarrollo, nos ha conducido al crculo

    vicioso del endeudamiento externo, que hacia fines del siglo estrangula las alternativas dedesarrollo tradicionales, habiendo pasado de unos 8.000 millones de dlares hacia 1985hasta unos 16.000 millones en la actualidad, con una declarada incapacidad de pago porparte del Ecuador.

    Los desastrosos efectos del Fenmeno de El Nio de 1997, la inestabilidad poltica en laconduccin del Estado en los ltimos aos, a lo que se suma la debacle bancaria yfinanciera que hizo crisis en el ao 1999 con el congelamiento de depsitos y su secuelatrgica, hasta llegar a la dolarizacin2 en marcha, esfumaron las posibilidades demejoramiento de las condiciones de vida de la poblacin, aumentando el desempleo, ladesnutricin y la pobreza, que hoy alcanza a un 80% de la poblacin del Ecuador3.

    * Arquitecto, Investigador de la Corporacin de Estudios Regionales Guayaquil y Catedrtico de la Facultad

    de Arquitectura de la Universidad Catlica de Santiago de Guayaquil1 http://www4.inec.gov.ec/censo/proyecc/gproy04.htm2 La cotizacin del dlar pas de S/.18 a inicios del perodo petrolero, hasta los S/.25000 en enero de 2000, al

    establecerse la dolarizacin, es decir casi 1400 veces ms.3 . Milagro es que los hombres no renuncien a sus valores cuando el sueldo no les alcanza para dar de

    comer a su familia, milagro es que el amor permanezca y que todava corran los ros cuando hemos talado los

    rboles de la tierra. E. Sbato. La Resistencia, p. 60.

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    Todo este panorama se encuentra inscrito en una declarada marcha hacia laglobalizacin, que en todos los mbitos de la vida ecuatoriana pretende incursionar conel apoyo manifiesto de las clases polticas dirigentes del pas, y cuya primera gran crisisya la estamos viviendo.

    Las reacciones de la poblacin se han canalizado, principalmente, a travs de los

    movimientos sociales indgenas, que sostenidamente avanzan en un proceso dereforzamiento cultural y de identidades, as como de previsin accin sobre formas deorganizacin del territorio y de defensa de la calidad de vida de sus comunidades.

    Diferentes mbitos de la sociedad civil han venido planteando la necesidad impostergablede la descentralizacin y de procesos de autonomas, cuyos resultados en dos plebiscitosprovinciales en la Costa, han sido por dems elocuentes en la demanda de acelerardichos procesos, aunque dista mucho an la construccin solidaria de la diversidaden la unidad nacional.

    Los sectores sociales en su lucha por la sobrevivencia, y debido a la desatencingubernamental recurrente a los sectores rurales del pas, han optado por la migracin

    interna hacia centros urbanos intermedios y metropolitanos, en un repunte del proceso deurbanizacin que se mantiene a inicios del siglo XXI, y adems se ha incrementadosignificativamente la migracin internacional hacia los Estados Unidos y Europa,principalmente, agudizando la desintegracin familiar y social en el pas.

    En este panorama, ha cobrado vigencia el rol de las municipalidades ecuatorianas comoentes con mayor vinculacin y proximidad a los ciudadanos, y que han empezado ademandar una mayor participacin en la distribucin de la renta nacional y de lasresponsabilidades ante el desarrollo local, papel que en el panorama descrito se tornacada vez ms complejo y que exige nuevos replanteamientos a los viejos paradigmas quelimitaban su actuacin a un proveedor de servicios, bsicamente.

    Cabe destacar a este respecto, que el resultado de las ltimas elecciones de dignidadesseccionales a nivel nacional- en el mes de mayo, permiten avizorar una apertura en lastendencias polticas tradicionalmente dominantes, ya que el tablero final ha quedadoreconstituido con un porcentaje representativo de fuerzas sociales que emergen de lacrisis.

    2. GUAYAQUIL EN EL SIGLO XX

    En el transcurso del siglo XX Guayaquil ha estado marcada por mltiples e intensastransformaciones: de una ciudad pequea de unos 70.000 habitantes asentados en algoms de 420 hectreas hacia el ao 1900, actualmente en el rea metropolitana deGuayaquil4residen alrededor de 2800.000 personas ocupando unas 25.000 hectreas, es

    decir, en 100 aos ha multiplicado su poblacin unas 40 veces y su extensin, unas 605

    ,lo cual, hay que sealarlo, guarda relacin proporcional con los crecimientosmetropolitanos en Amrica Latina en el siglo XX: Sao Paulo, Buenos Aires, Lima, etc.

    4 Que comprende varios cantones: Guayaquil, Samborondn (sector de La Puntilla), Durn y Daule.5 Los datos se sustentan en aproximaciones sobre proyecciones de la poblacin tanto del INEC, como del

    Municipio de Guayaquil.

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    Caracterstica comn en la regin ha sido tambin la intensa ocupacin perifrica enzonas no aptas para el desarrollo urbano, donde el precio de la tierra era bajo o nulo(pantanos), y donde la tasa de crecimiento demogrfico, histricamente ha sido muysuperior a las zonas antiguas y consolidadas de la urbe.

    Hay que anotar que si bien los ritmos de crecimiento urbano en Guayaquil han tendido a

    decrecer en los ltimos treinta aos del siglo XX, los efectos naturales y de la crisiseconmica ya reseados, ocasionaron un obligado repunte migratorio hacia losprincipales centros urbanos, lo cual ha hecho variar la tendencia poblacional previa.

    La imagen diagnstica que observamos en Guayaquil, se constituye en el resultado de unproceso patolgico de larga data, en el cual no se han previsto peor provisto loselementos necesarios para un adecuado desarrollo, ni un tratamiento de mediano o largoplazo que permita enfrentar las recurrentes amenazas de enfermedades (lanse crisis)sociales y urbanas cada vez ms agudas.

    3. BREVE SNTESIS DEL PROCESO URBANO DE GUAYAQUIL6

    En el primer cuarto del siglo XX, en medio de los efectos de la Revolucin Liberal,bonanza econmica y celebraciones centenarias, se delinearon acciones de largo alientoque de una y otra forma permitieron la concrecin de obras perdurables que marcaron elprimer momento de la evolucin de la estructura urbana a lo largo del siglo , a pesarde que para la futura expansin de la ciudad no haya existido una planificacinestablecida, salvo ciertos instrumentos orientadores como un plano municipal con la tramaurbana extendida, ordenanzas de arrendamiento de terrenos municipales y sobreregulaciones constructivas, etc., lo cual fue consolidado con la ejecucin de los trabajosde saneamiento realizados por la empresa J. G. White.

    Con la permisividad municipal de fines de la dcada de los treinta, la Sabana Municipal

    fue ocupada aceleradamente hasta saturarla hacia los aos sesenta, y en ese lapso lashaciendas que rodeaban a Guayaquil tuvieron tiempo para retacearse y venderse, lo cualmarcara un segundo momento para definir la orientacin del crecimiento de la ciudad enel siglo XX, al conformarse cuatro ejes viales estructurantes y decisivos en el desarrollode la trama urbana guayaquilea: acceso al puente Rafael Mendoza Avils, avenida alaeropuerto, carretera hacia Quito con un desvo inicial hacia la pennsula -, y carreterahacia el puerto martimo.

    En los amplios espacios vacantes, de propiedad privada, se fueron asentando diverso tipode actividades de acuerdo a la demanda existente, y a la promocin inmobiliaria, as comotambin se mantuvieron terrenos de engorde que entraron al mercado en los aosochenta.

    Paralelamente, los sectores populares que se haban venido asentando hacia el sectorconocido como el Suburbio del suroeste, hacia fines de los aos sesenta saturaron taleszonas, pero los flujos migratorios, con sus altibajos, se mantenan, ocasionando las

    primeras tomas masivas de tierras urbanas privadas en el pas, en la zona deMapasingue, hacia fines de los sesenta, donde se dan los primeros desalojos violentos, yque recurrentemente se mantendra en la dcada de los setentas, dcada de las ms

    6 Cfr. Milton Rojas y Gaitn Villavicencio. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870-1980. ILDIS-CERG, 1988

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    fuertes luchas urbanas por la tierra y la vivienda, que se trasladaron tambin hacia el sur,en El Guasmo a partir de 1975, esta vez en terrenos de propiedad privada, deinstituciones del estado y tambin municipal, donde se dio el ms rpido crecimiento desector urbano alguno en el pas, hasta esos momentos.

    En pleno auge del Boom petrolero, el estado a travs de la Junta Nacional de la

    Vivienda, desarroll gran cantidad de programas habitacionales en la ciudad,orientndolos inicialmente hacia el sur (Las Acacias, La Pradera, etc.), y luego seenfocaron hacia el norte (Los Sauces y otros). Adems, la empresa privada tambinfoment el desarrollo de nuevas reas residenciales hacia el norte (La Alborada, a partirde mediados de los aos setenta), y concentr mayormente sus inversiones industrialesen la zona de Mapasingue y La Prosperina, mientras tanto, el estado completaba circuitosviales y ampliaba el puerto martimo.

    Es decir, se iba consolidando la estructura del tejido urbano delimitado hacia fines de losaos cincuenta, y a su paso, el paisaje urbano de Guayaquil sufri irreversibles cambios:los cerros frente al Estero Salado desaparecieron casi en su totalidad, incontables brazosdel propio Estero haban sido rellenados y ste reciba cada vez mayor cantidad de

    desechos industriales que han causado su agona; en el suburbio del suroeste, lamunicipalidad patent el relleno sanitario (basura tapada con tierra o cascajo) comonueva forma de adecentar las vas, el casco central de la ciudad asuma una variedadirreverente e inconexa de estilos arquitectnicos, mientras se apresuraba la destruccinde edificaciones y sectores dignos de mejor suerte, etc.

    En la ltima dcada del siglo XX, Guayaquil ha sufrido importantes transformaciones queposibilitan el surgimiento del actual tercer momento de estructuracin urbana: seconstruye la va perimetral de la ciudad hacia fines de los ochenta, la misma que a ms deconsolidar el anillo de circulacin vial, posibilit (incentiv?) el acceso de grandessectores de pobladores nuevos y tambin viejos, hacia la Isla Trinitaria al suroeste, en laactualidad casi totalmente deforestada y ocupada; se aceler la ocupacin ilegal de tierras

    en el sector de La Prosperina y Pascuales.

    Por otra parte, decreci notablemente el ritmo de implantacin industrial, decrecicuantitativa y cualitativamente la oferta de programas de vivienda del estado, el tejidourbano se expandi en mltiples direcciones, abarcando otras jurisdicciones poltico administrativas (Samborondn y Durn), las actividades comerciales y financieras, otroraconcentradas en el casco central, migraron hacia nuevos centros residenciales, etc.

    A nivel de inversiones pblicas, hay que sealar el mejoramiento del sistema de aguapotable y la expansin de sus redes, ampliaciones parciales del sistema de alcantarillado,aunque es imperioso acometer una solucin integral al respecto; rellenos hidrulicos alsur de la ciudad (que merece algunos cuestionamientos); vas de acceso, etc.

    En los ltimos seis aos, la inversin municipal ha sido considerable en varios tipos deobras, principalmente reconstruccin vial urbana y pasos elevados, mejoramiento de lossistemas de mercados y parques, estudios de los tneles en los cerros Santa Ana y ElCarmen, adems del apoyo decidido a la ejecucin del proyecto Malecn 2000.

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    3. LA SITUACIN ACTUAL DE LA CIUDAD DE GUAYAQUIL

    Encontramos una trama urbana sumamente extendida que, como ya se dijo, abarcavarios cantones, y donde se ubican grandes reas vacantes intermedias, lo cual hace quelas densidades urbanas hayan decrecido constantemente a partir de los aos setenta, y

    que adems encarece notablemente la dotacin de servicios de infraestructura que hantenido que disearse y redisearse en mltiples ocasiones; un espacio urbano dondeimpera una marcada segregacin residencial que excluye de los beneficios urbanos a lamayora de sus habitantes.

    Los circuitos viales principales han llegado a la saturacin, sin permitir un flujo continuo dela circulacin y la transportacin pblica y privada. Esta situacin se presenta agravada enlos sectores urbanos comerciales, con la escasez de estacionamientos.

    Ms de la mitad del rea urbana actual ha sido ocupada mediante tomas ilegales y ungran porcentaje de familias an no logra formalizar la tenencia de la tierra.

    La distribucin del agua potable en la ciudad no alcanza a cubrir el 65% de las reasocupadas, y en alcantarillado, la situacin es mucho ms deficitaria ya que la recoleccinde aguas servidas no llega al 55%7.

    La recoleccin de los desechos slidos no brinda servicio a amplios sectores de losbarrios populares perifricos, ahondndose la penuria de tales zonas.

    Los niveles de contaminacin ambiental son sumamente crticos: el Estero Salado aloeste - agoniza sin que se arbitren medidas al respecto, los cerros que rodeaban laciudad han sido destruidos, en el centro de la ciudad los niveles de smog y decontaminacin acstica son excesivos y peligrosos, el ro Guayas al este - tiene unelevado nivel de contaminacin y su cauce se reduce paulatinamente.

    Adems, la casi inexistencia de reas verdes en la ciudad8 no permite una renovacinmayor del aire, siendo Guayaquil una de las ciudades mayormente deficitarias enLatinoamrica, lo que se torna ms crtico al analizar las diversas zonas de la ciudad, yaque en los sectores populares y perifricos no existen tales espacios.

    El volumen de desempleo est sobre el 20% de la PEA, y el subempleo ha superado el65%, agravando el panorama de pobreza urbana y la secuela de violencia y delincuencia.Producto de lo anterior, la escolaridad infantil est disminuyendo, as como tambin losniveles preventivos de salud, habiendo retrocedido hasta los niveles de los aos cincuentaen educacin y de los aos sesenta en salud.

    Tenemos as, la convivencia de dos realidades, de dos ciudades: la ciudad legal y laciudad real, que a su vez son susceptibles de desdoblarse de acuerdo a procesosparticulares que conforman mundos diferentes en lo cultural, en lo cotidiano, en laviolencia, en la exclusin, en la formalidad e informalidad, que acaban por generar una

    7 INEC, 1990 Banco Mundial. Encuesta de condiciones de vida, 1995, en Tablas Dinmicas del

    INFOPLAN, 19998 En la ciudad existe menos de un metro cuadrado de reas verdes por habitante, segn las propias

    estimaciones de la Municipalidad de Guayaquil.

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    desintegracin social cuya nueva figura colectiva es una condicin de subciudadanaque lacera a la mayor parte de la poblacin.

    La actual presencia de una ciudad gigantesca que involucra circunscripcionesterritoriales y polticas diferentes, multiplicidad de grupos sociales heterogneos, un tejidourbano desarticulado que obedece a la fuerza de los mercados inmobiliarios, dficits

    inmensos en la dotacin de servicios de infraestructura y equipamientos urbanos, falta defuentes de trabajo y polticas colaterales, precaria situacin de salud y educacin, nivelesde pobreza en constante crecimiento y la secuela de violencia cotidiana y criminalidad ,merece una atencin urgente, concertada y coordinada por parte de los organismosdel estado, municipalidad y sociedad civil, con miras a encontrar mecanismos factiblesde interaccin y de accin ante los diversos problemas urbanos, como parte del procesode (re)construir la ciudad en la que podamos desarrollar una mejor calidad de vida, dondela persona sea la prioridad ms importante y a sta se supediten las decisiones futuras.

    4. EL ROL DEL MUNICIPIO EN LA ACTUALIDAD

    Con el antecedente histrico de un ejercicio totalmente irregular de la administracinmunicipal en Guayaquil, que se refleja en un promedio de menos de un ao poradministracin en el perodo de fines del siglo XIX hasta inicios de la dcada de 1990,donde el inmediatismo y la gestin clientelar fueron caractersticas comunes, arribamos ala actual administracin prxima a completar ocho aos y remozada para cuatro aosms.

    En la presente administracin municipal, por fenecer en su segundo perodo, seconformaron sendas reas u oficinas destinadas a la planificacin urbana y cantonal, y enestos aos se han producido instrumentos parciales, va ordenanzas, que intentanordenar y orientar el mbito urbano, principalmente. Sin embargo, no se conoceoficialmente la definicin de una Planificacin integral que involucre a la variedad de

    actores y escenarios actuales y futuros, y que la vincule regionalmente hacia un desarrollosostenible, donde la municipalidad se transforme en un ente que fomente la participacinciudadana y promueva el desarrollo local.

    Ha estado ausente tambin la perspectiva metropolitana en el tratamiento de lo territorial,lo cual se hace necesario y permitira nuevas formas de afrontar desconcentrada ydescentralizadamente diversas problemticas del distrito, que en la actualidad no puedenser acometidas individualmente por cada uno de los cantones integrantes de la granconurbacin guayaquilea.

    En sntesis, la Municipalidad de Guayaquil no ha contado con instrumentos tecno polticos ni legales que hubieran permitido de alguna manera adoptar medidas preventivas

    como adecuacin de reas de expansin y determinacin de diferentes usos de suelo,colaboracin con otros entes del estado en aplicacin de programas de vivienda deinters social, concertacin con estamentos de la sociedad civil en la bsqueda de nuevasalternativas laborales y de oportunidades, etc., ni tampoco ha logrado tornar efectivasciertas medidas curativas, como facilitar la accesibilidad a los sectores populares,reorganizar ciertos trazados de los asentamientos, dotar de infraestructura bsica y derecoleccin de desechos, favorecer el acceso a los productos vitales y a programas desalud y educacin, etc.

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    Es entonces imperioso, que el renovado Concejo Municipal con su nuevo Alcalde a lacabeza, afronte esta realidad, y proceda a otorgar el impulso que se merece laplanificacin9, no solo urbana, sino metropolitana y cantonal, vinculada a lo regional ynacional en el marco de los actuales procesos de descentralizacin y autonomas.

    Ello no debe implicar un crecimiento burocrtico local e incluso forneo en las reas

    tcnicas, sino a partir de la decisin poltica de impulsar el proceso, convocarampliamente la participacin ciudadana, mediante diversos mecanismos a disearsepara Guayaquil y el cantn-, por una parte para informar de este giro de timn sobre elmanejo del cantn, y por otra, intentar a travs de diferente tipo de mesas de dilogo, ladefinicin de una agenda mnima de trabajoque sobre la base de establecer los objetivosa mediano y largo plazo del Guayaquil Futuro, vayan diseando las formas de vinculacinde los diferentes actores sociales a lo largo de este camino, y en ese sentido, seclarificarn las demandas de mejoramiento de servicios, nuevo tipo de proyectos yprogramas, niveles de competencias y co- responsabilidades, todo ello en el marco deconseguir una ciudad sostenible, es decir, no solo una ciudad para vivir hoy, sino queadems, vaya definiendo un mejor panorama para las generaciones futuras.

    Bajo esta ptica, la planificacin deber concertar y coordinar diferente tipo de accionesentre instituciones gubernamentales, municipales, no gubernamentales, empresariales,cvicas, mixtas, de pobladores, etc., reduciendo paulatinamente el lugar para lasexcusas, como el afirmar que tal o cual servicio no est a cargo del Municipio, por lotanto le compete a otra instancia, y en cambio, encarar los problemas de una vez confirmeza, sabiendo que una comunidad informada adecuadamente estar dispuesta aapoyar en mayor grado las iniciativas que redunden en beneficio colectivo, ya que es ellaquien asumir finalmente, los diversos costos que se generen.

    Por tanto, si bien el espectro de obras requeridas podra ser enumeradointerminablemente, hoy la palabra y las decisiones deben acercarse tanto al habitanteurbano como al de las reas rurales del cantn, en un proceso que no es fcil y que

    tendr tropiezos y oposiciones de diversa naturaleza, pero que se vuelve imprescindible siqueremos entrar de lleno en una real modernidad de la gestin urbana y regional, dondelos proyectos y programas tendrn que apuntar hacia la sostenibilidad de los procesos dedesarrollo que aseguren un mejor porvenir a la colectividad.

    5. SOBRE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES URBANOS

    Definitivamente, las grandes movilizaciones urbanas por el acceso a la tierra y a lavivienda en Guayaquil, entre los aos sesentas y ochentas constituyen el referente mayoren cuanto a las posibilidades de ejercer sus derechos en el ambiente urbano, y en esacoyuntura significaron incluso la posibilidad de apuntar hacia transformaciones ms

    radicales en la cuestin urbana, pero el pujante populismo municipal y estatal en esteperodo termin por desmovilizar en gran medida estos movimientos a cambio de ciertas

    9Una planificacin como proceso que construya un sistema que rompe con los conceptos de planlibro u oficina del plan.que busca la concertacin de mltiples voluntades sociales hacia laconsecucin de un futuro deseadoDentro de este esquema general de pensamiento, el objetivoes el ciudadano.y la recuperacin de la polis como expresin de una ciudad democrtica.Fernando Carrin. Ciudades y polticas urbanas. Quito. CODEL, 1992; Introduccin, pp. X y XI

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    dotaciones de servicios (vas, agua, rellenos, etc.) y legalizaciones de la propiedad delsuelo; adems de proteger a ciertos caciques promotores de ocupaciones ilegales tanto alsur como al norte de la ciudad, que convirtieron al trfico de tierras en apeteciblesempresas, que en pocas eleccionarias estaban dispuestas al mejor postor.

    Al iniciar este nuevo siglo, cuando se constata la retirada del Estado Nacional en muchos

    aspectos de atencin popular y el debilitamiento de los movimientos sociales urbanos,pareciera mostrarse un horizonte sin certezas, sin embargo, los pobladores, poco a pocohan ido restituyendo y regenerando sus propias posibilidades, han surgido nuevos actoreslocales con nuevas relaciones intra e interurbanas, se dan nuevos fenmenos yproblemas urbanos y han hecho suya la descentralizacin como propuesta posible paraenfrentar los efectos de las crisis urbanas y sociales.

    En algunos de estos procesos en construccin, ha sido importante el papel jugado porciertas ONGs, ya sea en la difusin de los derechos del ciudadano, de la mujer, de losnios, etc., en el asesoramiento para el mejoramiento de condiciones de vida (saludpreventiva, alternativas de escolaridad, saneamiento bsico, vivienda), conservacin delambiente, discusin sobre procesos de descentralizacin y autonomas en el marco del

    desarrollo sostenible, etc.

    Corresponde entonces involucrar estos esfuerzos en una orientacin de futuro quepermita un espacio de discusin abierto hacia los diferentes estamentos de la sociedadcivil y del estado, sea gobierno local o nacional, y sobretodo difundir ampliamente lasposibilidades que se avizoran, con miras a poder sostener el proceso en el tiempo.

    6. LA CUESTIN AMBIENTAL EN LA COYUNTURA

    El tema de la proteccin ambiental en el pas tom impulso hace unas tres dcadas antela arremetida de la llamada modernizacin de la economa: bosques devastados,implantacin industrial contaminante, explotacin petrolera, contaminacin hdrica por la

    utilizacin indiscriminada de pesticidas en honor a la mejor productividad del suelo,alteraciones del paisaje y de los suelos que rodeaban las ciudades mayores,contaminacin del aire en las ciudades por los automviles y las industrias, etc.

    El impacto de este modelo de desarrollo ha alterado definitivamente el ambiente naturaldel Ecuador, lo que ha provocado diversas reacciones de los diferentes actores de lasociedad civil, hasta conseguir algunos elementos fundamentales que regulen y controlenesta vorgine destructora, los mismos que se plasman principalmente en la Constitucinde la Repblica vigente desde 1998 y en la Ley de Gestin Ambiental de julio de 1999,cuya difusin se hace necesaria para conocer los derechos que nos asisten y quepodran, por lo menos desacelerar las actuales tendencias.

    En esta perspectiva, el crecimiento de las ciudades, y particularmente de Guayaquil, nopuede ser abordado con las tcnicas tradicionales de la planificacin, hace falta uncambio radical en las disciplinas urbansticas para analizar con xito los problemasinslitos que plantea la concepcin de la ciudad como ecosistema, de ah que se hablasostenidamente de un ecodesarrollo urbano, que implica la consideracin fundamental

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    del hombre y la mujer, con sus culturas e identidades, construyendo un ambiente propiciopara el desarrollo sostenible de la comunidad en su conjunto10.

    A inicios del presente siglo, la cuestin ambiental debe ser abordada desde mltiplesperspectivas: recursos naturales, economa, ecologa humana y urbana, cultura eidentidad, destruccin y contaminacin, etc., lo cual conlleva el involucramiento y

    participacin activa de los habitantes del entorno en diferentes niveles.

    De esta manera juega un papel importante el rescate de la memoria histrica de la ciudady su contexto, pues permite cimentar el desarrollo de las identidades locales y suvinculacin con otros contextos, ya que en el caso de Guayaquil, la mayor parte de susactuales habitantes tienen orgenes forneos, an como migrantes de segunda o tercerageneracin, procedentes de ciudades pequeas, donde su espacio de accin era uncontinuum, donde las funciones ms diversas se enlazaban y confundan, fomentandoestmulos de diferente tipo para los ciudadanos y creando condiciones continuas para elintercambio y el encuentro, lo cual en la metrpoli moderna se ha ido perdiendo ennombre de la racionalidad de las funciones urbanas y la segregacin residencial cada vezms evidente y excluyente11.

    Es fundamental recuperar la conciencia y el derecho a una ciudadana activa que incidaen la conformacin sucesiva del entorno, romper con el mundo presente de lasubciudadana que maniata y excluye al habitante urbano ante una realidad compleja yaparentemente invencible, buscando comunal y creativamente alternativas posibles paraun desarrollo humano digno y sostenible.

    7. REFLEXIONES PARA ABRIR UNA DISCUSIN QUE FAVOREZCA LAPARTICIPACIN EN LA GESTIN URBANA: EN BUSCA DE LA CIUDADANA

    PERDIDA

    Ante la realidad que la planificacin urbana repite metodologas y postulados caducos,dada la falta de algo mejor que sustituya a estos recursos (J. Franciscone), parecenecesario generar un espacio de discusin abierto, no excluyente, cuya primera tareasera disear los mecanismos que favorezcan la difusin de ideas fuerza sobre elderecho ciudadano, la descentralizacin y las autonomas, posibilidades de laparticipacin y seguimiento del proceso, canalizacin de demandas populares (salud,educacin, empleo, etc.), vinculacin con el poder local, etc.; convocarlo y llevarloadelante requiere un liderazgo de concertacin, donde las ONGs jugarn inicialmente-un rol decisivo de coordinacin, ya que a medida que avance el proceso, dicho liderazgodeber pasar a sus verdaderos y directos protagonistas.

    10un tipo de desarrollo orientado a fortalecer espacios locales, microorganizaciones y la multiplicidad de

    matices culturales dispersos en la Sociedad Civil, no puede eludir la tarea de consolidar prcticas y

    mecanismos que comuniquen, socialicen y rescaten las diversas identidades colectivas que conforman el

    cuerpo social (CEPAUR, 1986, p. 17), citado por L. Agar. Individuo y sociedad en la gnesis de una

    metrocultura comunicacional. Chile, 1992, en Marina Heck, coordinadora. Grandes metrpolis de Amrica

    Latina. Sao Paulo: MEMORIAL-Fondo de Cultura Econmica, 1993, p. 114

    11Son importantes estas consideraciones como parte de la necesidad de recuperar espacios urbanos humanos

    que favorezcan la integracin social y no su dispersin y desintegracin.

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    En ese camino se requerir conseguir aliados estratgicos, sean de la sociedad civil o elestado central o local, para hacer viables los mecanismos de difusin, y que de serposible puedan masificarse, con amplia cobertura poblacional.

    Deber conseguirse la participacin de los municipios involucrados en el manejo del

    territorio metropolitano, desde los momentos iniciales del proceso, para generar ymantener canales de comunicacin con los sectores ciudadanos que participen.

    El manejo metropolitano y distrital se constituye en una alternativa a discutir, acercandolas decisiones a sus protagonistas. Atender problemas que tienen una vinculacin directacon la gestin del territorio: contaminacin, transporte, recursos compartidos, problemasde sectores populares: suelo urbano, vivienda, agua.

    La participacin de agentes econmicos de diferentes esferas de actuacin esnecesariamente requerida y debern canalizarse esfuerzos directos para conseguirla,sabiendo que en una mesa de concertacin, habr intereses contrapuestos que podrantrastocar posibles acuerdos y que mientras la vida de los trabajadores dependa de las

    decisiones que tomen los inversores, no habr muchas posibilidades de una concertacindemocrtica. 12

    Si se consigue desarrollar este espacio de intercambio y dilogo en el lapso del primertrimestre de gestin de los nuevos gobiernos municipales, podra considerarse que lasposibilidades de llegar a concertar ejes temticos o lneas estratgicas fundamentalespueden darse, cumpliendo una primera fase del camino hacia la participacin en lagestin del rea metropolitana.

    Ello conlleva la necesidad de establecer formalmente, acuerdos iniciales y emprender unproceso consistente de manejo de conflictos, que posibilite tomar correctivos a tiempo, yde ser el caso, evitarlos.

    Las lneas estratgicas indicadas anteriormente definiran campos de actuacin ydesarrollo, ya sea por temticas comunes (salubridad, empleo, etc.), mbitos de gestin(municipios, Consejo Provincial, Cmaras de Produccin, etc.), y otros, permitiendodesarrollos particulares de acuerdo a los ritmos propios de trabajo e inters de losactores, pero con el compromiso de mantener canales de comunicacin e informacinabiertos, que posibiliten monitorear el proceso.

    De esta manera, este foro ciudadano tendra la posibilidad de comunicar sus demandas ypropuestas ante los agentes municipales, provinciales o del gobierno central, sin lapesada maquinaria burocrtica actual.

    Ante el gobierno central:

    En un espacio de la magnitud de Guayaquil Metropolitano, evidentemente se definirnrequerimientos ante el gobierno central, en cuanto a aspectos que en el camino de laautonoma y descentralizacin, todava rebasan las posibilidades de los gobiernos locales,

    12 Jos Luis Coraggio. Consideraciones sobre la planificacin urbana posible en los 90, en F. Carrin, op. Cit.,

    p. 9

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    entre ellos, aplicacin efectiva de polticas de salud, educacin y vivienda en funcin deuna demanda no solvente, exenciones tributarias a nuevas empresas generadoras deempleo, que los recursos del Fondo de Solidaridad se canalicen directamente al apoyo ala produccin y a la generacin de puestos de trabajo, etc., todo ello en el marco de unapoltica social general que apunte a la sostenibilidad de una vida digna.

    En este mismo mbito, es imperiosa la exigencia para que los ministerios e institucionespblicas homogenicen y coordinen sus polticas y acciones en funcin de las demandasdel conjunto de la ciudadana; y ante los retos de la globalizacin econmica y lademocratizacin, la reforma del estado debe ser ms gil e involucrar tambin los niveleslocales.

    Ante los gobiernos locales:

    Aunque repetitivo, el aspecto de coordinacin entre entes seccionales es un imperativoque apunta a la atencin oportuna de las demandas sociales.

    El desafo de los gobiernos locales a escala metropolitana es el disear una nueva polticapara la ciudad orientada a obtener una mejor calidad de vida para el conjunto de laciudadana, a conseguir grandes recursos (sin esperanzarse en el gobierno central), adisear y construir mancomunadamente nuevas formas de participacin ciudadana, y ademocratizar la gestin poltica municipal.

    En el plano operativo, se requerir proponer modificaciones a las actuales polticasurbanas legalizadas o de hecho-, en cuanto a la transportacin pblica, lacontaminacin ambiental, generacin de oferta de suelo barato para vivienda popular,comunicacin y cultura, derecho ciudadano, y generar polticas urbanas referidas acuestin social y consumo colectivo, etc.

    Un aspecto importante, a ratos desdeado, es la participacin del ciudadano que tributaen cuanto al destino de las aportaciones realizadas, lo cual demanda un cambio en elmodelo de administracin urbana tradicional, que involucre al contribuyente con la obramunicipal13.

    Los instrumentos tcnicos diseados como parte de la planificacin urbana por parte delos municipios particularmente de Guayaquil- deben ser conocidos por la ciudadana ydebatidos en su real posibilidad de aplicacin, para evitar el divorcio actual y prevenirhechos que trastoquen completamente aquellas previsiones con sabor a predicciones.

    13 En Curitiba existe un buen ejemplo de la democratizacin en el rea tributaria: al recibo de pago de

    impuestos se anex un cuestionario sobre las prioridades que el contribuyente asigna a su barrio. Elcompromiso del gobierno local es aplicar como mnimo un 50% del total que se recaude en cada lugar paraatender las prioridades del barrio en cuestin. Los recursos restantes sern aplicados en gastos e inversionesgenerales. Jorge Franciscone. La cuestin econmica y cultural en las grandes metrpolis, en Marina Heck,op. Cit., p. 164

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    Ante la sociedad civil:

    Debemos tener presente que la cuestin de la ciudadana, concepto que abarcaaspectos econmicos y culturales (Francesconi, p. 147) se vincula a cada uno de losmbitos de la vida urbana.

    En este espectro, y en parte explicable por los efectos de las mltiples crisis vigentes, enel ciudadano comn se estn fijando peligrosamente convencimientos negativos querestan aceleradamente los valores ciudadanos, as: falta de orgullo por la nacionalidad,falta de cuidado con la cosa pblica, el inters individual supera el inters por la cosapblica, el servicio pblico remarca esquemas centralistas y permite reproduccin deprcticas clientelares que lindan con la corrupcin, etc., etc.

    Surge aqu una demanda compleja y mltiple, no tangible, y que se relaciona con lagestacin colectiva de una visin de futuro, no solo de la ciudad, sino del pas, y en la queel movimiento ciudadano debe aportar desde sus propias esferas de actuacin, y laconstitucin del foro de discusin indicado previamente, debe ser parte de ese proceso deconstruccin de esfuerzos comunes, donde su continuidad y crecimiento correspondern

    a sus propios actores y a la capacidad de moverse en los escenarios cambiantes eincluso riesgosos que significan la poltica, las economas locales y regionales, lastecnocracias y las culturas propias y ajenas.

    Esta segunda fase de participacin ciudadana es mayormente susceptible devariaciones tcticas e incluso estratgicas y temporales, por lo cual es imperativoestablecer con antelacin mecanismos viables de seguimiento que permitan implementarun sistema de rendicin de cuentas por parte de todos los agentes participantes y tomaracciones que posibiliten continuar en una tercera o cuarta fase, a disearse por losciudadanos en el redescubrimiento de sus potencialidades para conformar un futuro condignidad para nuestros hijos.

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