gonzalez buelta benjamin - caminar sobre las aguas

103

Upload: ignacio-aranzadi-de-miguel

Post on 16-Oct-2015

65 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    1/103

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    2/103

    C o l ec c i nPRINCIPIO Y FUN DAM ENTO- 2 -

    Benjamn Gonzlez Buelta, SJ

    Caminar sobre las aguasNueva cu l tura, ms t i ca y asct ica

    editorial SasS A L T E R R A EEdicionesf i aMensajero

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    3/103

    Qued a prohib ida, salvo excepc in prevista en la ley, cualquier forma dereproduccin, distribucin, comunicacin pblica y transformacin deesta obra sin contar con la autorizacin de los titulares de la propie dadintelectual. La infraccin de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra dicha propieda d arts. 270 ys.del Cdig o Penal).ECentro Espaol de Derechos Reprogrficos www.cedro.org ) vela porel respeto de los citados derechos.

    Imprimatur* Vicente Jimnez ZamoraObis.po de Santaader05-06-2010Diseo de cubierta:Mara Prez-Aguileramar iap .agu i le ra@gmai l .com Editorial Sal TerraePolgon o d e Raos, PARCELA 14-i39600 Mal iao Cantab r ia)Ap art ado 77 - 39080 Santande rE-mail: [email protected] www.salterrae.esISBN:978-84-293-1877-7 Ediciones Mens ajero, S.A.U.Sancho de Azpetia, 2, Bi lbaoAp art ado 73 - 48014 Bi lbaoE-mail: mensa je ro@mensa je ro .comwww.mensa je ro .comISBN:978-84-271-3130-9

    Depsito Legal: Bl-1685-2010Impreso en Espaa Printed n SpainImpres in y encuademacin :Gra to, S.A. Basauri Vizcaya)

    NDICEI. El desafo del m undo lquido 91. La cultura que respiramo s 92. Cam inar sobre las aguas 113 . Dialogar con la noch e, los vientos y las olas . . 17

    II . La integracin personal 211. El cuerpo : envoltorio o transfiguracin? 27La bondad del cuerpo 27La religin de cuerpo 27La cultura de los sentidos 29El Hijo de Dios en un cuerpo humano 32Transformar el propio cuerpo 33

    La asctica: amar el cuerpo 36La mstica: la transfiguracin del cuerpo . . . . 4 32. El pensamiento:aprobacin meditica o la locura de Dios? . 47

    Unpensamiento propio 47La apertura a las diferencias 48Una cultura de la informacin 49La alucinacin del espectculo 50Jess, la sabidura de Dios 52

    http://www.cedro.org/http://www.cedro.org/mailto:[email protected]:[email protected]://www.salterrae.es/mailto:[email protected]://www.mensajero.com/http://www.mensajero.com/mailto:[email protected]://www.salterrae.es/mailto:[email protected]:[email protected]://www.cedro.org/
  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    4/103

    a g u a s

    La sabidura de Dios se encarnaen cada uno de nosotros 55La asctica del pensamiento 60Mstica: la locura que nos ilumina 64La afectividad:la fruicin del adicto o la pasin cread ora? . . 68El corazn en el centro 68Vanos intentos de reencantar la vida 69La orfandad que respiramos 73En el corazn del Evangelio 75Liberar, centrar y llenar de pasin el corazn . 11La asctica: una afectividad que se libera . . . . 8 2La mstica: la pasin por Dios y por su reino . 87La decisin: fluir en la vida l quidao acoger la novedad de Dios? 90La decisin 90La agitacin permanente 91La tirana de las posibilidades 91Decir s sin decir no 92El yo colonizado 93Decidimos o somos llevados? 94Aqu estoy, Seor, para ha cer tu voluntad . . 95La nueva propuesta de Diospara cada uno de nosotros 97La ascesis: buscar y asumirla nueva propuesta de Dios 101La mstica: unirse a Dios en cada decisin . . . 105

    nd ice

    III . La integ racin en la real idad 1111. El cosm os: can tera para el saqueoo un hoga r sin exclu sione s? 113

    Nuevo acercamiento al cosmos:de mquina a misterio 113Ms responsables de la tierra 114

    Un mundo ms comunicado 115Las heridas que nos desafan 115La tierra prometida 116Ante el universo mundo 118La asctica: un cosmos habitable 120La mstica: un cosmos habitado 122

    2 . El otro: con exion es tileso relacion es fecund as? 131Existimos en relacin 131Ms conectados, pero mejor relacionados? . . 132Encuentro de identidades inciertas 133La pluralidad de los encuentros 136Dios se hace un T en Jess 137En el encuentro con el Otro, me encuentro . . . 13 9Asctica: el encuentro con el otro 140La mstica: la debilidad y la fuerza del O troen el otro 145

    3 . La historia: sucesi n de episo dioso apuesta por lo germ inal? 152La cada de las utopas 152La sociedad desencantada 153El dinamismo ms hondo de la historia 159

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    5/103

    Caminar sob re las aguas

    Servidores de la vida verdadera [EE 139] . . 162La asctica de la historia 164La m stica de la historia 1684 . La comunidad: confluencia de individualismoso un cuerpo sin exclusion es? 172Redefinir la comunidad 172Del yo solo e inseguro a lo comunitario 173El reino crea comunidad y se anuncia desde ella 178Liberar el corazn para vivir la comunidad . . . 181La asctica de la comunidad 182La mstica de la comunidad 185

    IV. Un solo dinamismo inseparable:integracin personale integracin en la realidad 1911 . El Dios de mi intimidad es tambinel Dios de toda la realidad 1912. Buscar el mundo en el corazn de Diosy a Dios en el corazn del mundo 1933 . En la visibilidad del Hijoy la discrecin del Espritu 1944. En relacin: cercana y distancia 1965. El proceso: urgencia y pausa 1976. Ser desde la frontera novedad evang licaen el centro 1997. La poda inevitable: persecucin y bendicin . . 2008. El fuera y el dentro de la alegra necesaria . . . . 203

    El desafo del mundo lquido

    IEl des afo de l mu ndo lquido1. La cultura que respiramosLa cultura nos envuelve como el aire. No podemos respirar sin respirarla. Por todos nuestros sentidos se adentra en nuestra intimidad. Se hace caricia sobre la piel enla suavidad de las telas que vestimos y las cremas quenos ungen; aroma en los perfumes que compram os en losDuty Free de los aeropuertos; sabor en el brandy quehemos visto caer en la pantalla del televisor a cmaralenta girando en la copa de cristal; color seductor en losestantes de los centros comerciales bajo el juego de laluz que embellece la mercanca; msica y voz viajandocon nosotros en los transportes climatizados...

    Sera pretencioso creer que podem os estar todo el dasumergidos en esta atmsfera que respiramos sin que sesiembre en nuestra interioridad ni una sola de las semillas que transporta el aire. Los tcnicos de la comunicacin y del comportamiento humano han estudiado minuciosamente cmo entrar en nuestra casa sin que nos demos cuenta, con estmulos que a veces son subliminares.No es necesario que pretendamos ver nada. Los objetosde consumo nos miran a nosotros y nos persiguen dondequiera que vayamos. Tampoco hace falta que les indiquemos el camino. Ellos saben cmo moverse por nes-

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    6/103

    tras rutas interiores, pues son c omo los m isiles inteligentes,que pueden cambian constantemente de rumbo hasta que impactan contra el objetivo que se desplaza de unsitio para otro. Las sensaciones nos perseguirn adondequiera que vayamos.No todo es consumo y seduccin en la cultura. Tambin hay tragedias que estremecen a los pueblos, comolos terremotos de Hait o de Chile; protestas contra lascumbres en que se renen los jefes de las naciones msricas; reportajes sobre situaciones humanas que urgennuestra solidaridad; alternativas al mundo dominanteque vivimos y propuestas de vida justa que se va abriendo paso cada da desde la audacia de su debilidad germinal. Pero, de alguna manera, todas estas noticias son

    transmitidas dentro del esquema de la sociedad de consumo. Se compran y se venden. Tienen dueo. Compiten. Buscan clientes. Se transmiten de forma que puedanimpactar la sensibilidad del que las consume.En medio de toda esta cultura tan estudiada para hacernos clientes y militantes, tambin alienta el Espritu.Hay vida nueva buscando corazones donde alojarse. ElEspritu tambin encuentra el camino para encarnar supropuesta de vida nueva y hacerla llegar a nuestros sentidos, a veces incluso en las mismas imgenes que pretenden esconderlo. En el brillo de los ojos de un nio enmedio del caos de la guerra en Afganistn, podemos sentir que hay Alguien que empieza a rehacerlo todo.Necesitamos transformar nuestros sentidos para percibir la realidad de otra manera, las dimensiones escondidas que no son presentadas porque no interesan o porque no existen para los tcnicos de la informacin y dela publicidad. La hondura de la realidad, donde Dios trabaja sin descanso, slo es percibida por la sensibilidad

    El desa fo del mu ndo lquld

    que ha sido transformada en la contemplacin. Tambinnecesitamos en determinados momentos buscar otros espacios ecolgicamente sanos, para desintoxicarnos y recrear una intimidad al estilo de Jess. Otras sensacionesllegarn a nuestros sentidos, nos transformarn, y podremos movernos por el mundo como una propuesta de vida alternativa ms humana. Este es nuestro desafo ynuestra vocacin fundamental.La asctica nos hace disponibles para Dios, fsica,psicolgica y espiritualmente disponibles. La msticanos transforma cuando Dios nos abraza en su amor[EE 15]. Las dos dimensiones del encuentro con Diosson necesarias para integrarnos como personas y para situarnos de manera libre y creadora en nuestra cultura.No podemos acercarnos a una poca de cambios profundos con la asctica de otros tiempos, pues estaramosfuera de la realidad donde Dios vive y se comunica hoy;ni podemos tampoco buscar a Dios en los signos de unmundo que ha dejado de existir en gran medida. Buscamos a tientas una nueva asctica que nos haga disponibles para Dios, y esperamos una nueva mstica, una comunicacin de Dios donde antes no podramos ni siquiera imaginarlo. Tal vez, desde nuestra frgil barcaflotando en el mundo lquido, nuestro dedo sorprendido pueda sealar las nuevas orillas de nuestra cotidianidad y decir como Juan: Es el Seor (Jn 21,7).

    2 .Cam inar sobre las aguasEn el mundo lquido slo tenemos una opcin: aprender a caminar sobre las aguas. Los discpulos se habanapartado con Jess a un lugar despoblado para descansar

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    7/103

    y compartir lo que estaban experimentando al anunciarel reino de Dios por las aldeas de Galilea a las que l loshaba enviado (Me 6,7-12). La situacin era especialmente dramtica. Ante esos pequeos inicios del reino,la comunidad haba recibido un golpe muy duro. Hero-des haba mandado degollar a Juan el Bautista (Me 6,14-29). Adems, todos estaban agotados, pues eran tantoslos que iban y venan que no encontraban tiempo ni para comer (Me 6,31). En esta coyuntura de persecucin,de miedo y de cansancio, toman distancia. Se retiran lejos de las calles donde la sinagoga contaba los pasos delos caminantes en sbado, donde las fuerzas de seguridad de Heredes vigilaban cualquier movimiento sospechoso y donde los soldados del imperio controlaban elorden. Atravesaron el lago y se alejaron hacia un lugardespoblado, un espacio de libertad.

    Pero el pueblo se enter y sali de todas partes a buscar a Jess; y l se sinti conmovido por la bsqueda tenaz y esperanzada del pueblo abandonado, como ovejas sin pastor, y se puso a ensearles largamente. Eltiempo pas rpido. Se hizo tarde, y la gente no haba comido. Los discpulos le sugieren a Jess: Despdelospara que vayan a los campos y a los pueblos vecinos acomprar algo para comer (Me 6,36). Pero Jess les respondi con claridad. Dadles vosotros de comer (6,37).Trajeron a Jess cinco panes y dos p eces. Algo insignificante para tanta gente. Jess los bendijo y empezaron acompartirlos. El gran milagro consisti en que una multitud desorganizada de desconocidos, despus de escuchar a Jess, fuese capaz de sentarse de manera ordenada, en grupos, y que todos compartiesen los panes de latierra y los peces del mar, sin que nadie acaparase ni negociase con el pan. Este signo anu ncia que los bienes ne-

    El desa fo del mu ndo lquido))

    cesarios para v ivir son para tod os, y que la tierra debe serdevuelta a los hambrientos, a los pobres.Leyendo la misma escena en el evangelio de Juan,vemo s que los discpulos , junto con la gente, queran hacer rey a Jess (Jn 6,15). Un pueblo reunido compartiendo el pan y la palabra en paz sobre la hierba verde alfinal del da, era un claro signo m esinico. Pero Jess saba que eso era slo un signo que sealaba hacia dndecaminar, qu era lo que el reino de D ios ofreca. P ero noera en despoblado, al margen de las calles y casas cotidianas, como se iba a realizar esa utopa hacindolo a lrey, que era el sueo compartido por el pueblo. El reinode Dios no se realiza en despoblado, en un momento deentusiasmo compartido, sino que hay que construirlo enla vida cotidiana, en medio de los trabajos y encuentrosde siempre, entre alegras, dolores y amenazas. Por esoJess oblig (M e 6,45) a los discpulos a embarcarse ynavegar hasta la otra orilla, hacia los poblados donde haban experimentado los inicios del reino, pero donde pesaba ahora la amenaza de Heredes, que haba sido capazde asesinar al Bautista, tan querido por todo el pueblo.

    El lago siempre causaba temor. Era culturalmente unespacio de malos espritus que hacan dao a los navegantes. En el lago, como en su habitat natural, se precipitaron los cerdos destructores en los que haban entradolos malos espritus que salieron del hombre de Gerasacuando fue curado por Jess (Me 5,13). Los discpulosestaban confusos y desencantados. No entendan a Jess(Me 6,52). Se le haba presentado una ocasin magnfica para un xito contundente, y l la desaprovech. Enmedio del lago los sorprende la noche; hay viento fuerte ;reman , pero no avanzan; se esfuerzan con toda su pericia de pescadores, pero estn siempre en el mismo si-

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    8/103

    Caminar sob re las aguas -

    tio. Jess aparece, pero ellos tienen miedo, creen que esuno de los fantasmas del lago. Se tranquilizan cuando re conocen a Jess. En el evangelio de Mateo, Pedro le dice a Jess que le mande caminar p or el agua hasta l. Pedro empieza a caminar, da algunos pasos..., pero cuandosopla el viento fuerte, siente temor y empieza a hundirse . Pedro era un experto nadador, pero se asusta porqueya no puede caminar sobre el agua. Lo hunde el miedo,la poca fe. Jess extendi la mano y lo sostuvo (Mt14,28-31). Con Jess en la barca, la tempestad se calmay pueden llegar a tierra.Podemos leer esta escena como una parbola denuestro mundo. Nos desencantamos porque hemos confundido los signos del reino que encontramos en tantasreuniones del pueblo sencillo, en comunidades de diferentes estilos, en congresos teolgicos inspiradores, conla realizacin prxima y triunfal del reino de Dios. Ahoravivimos en unmundo lquido,don de todo fluye, no sabemos dnde hacer pie, y el Seor nos obliga a embarcarnos, porque hay que atravesar esas aguas profundas yturbulentas para llegar a la tierra donde se realiza el reinode Dios. Algunos prefieren quedarse en la costa, separados del pueblo, cantando y pidindole a Dios que dividalas aguas por el medio, como hizo en el mar Rojo ante losruegos de Moiss. Pero Jess nos obliga a caminar sobre las aguas hacia la tierra cotidiana, atravesando la noche, los vientos en contra y el desconcierto. Tal vez, como Pedro, podamos dar algunos pasos sobre el agua enmomentos excepcionales, pero normalmente atravesaremos el lago en la pequea barca de la comunidad.

    No todo es l quido en nuestro mundo. Hay muchosque han construido la casa sobre la roca firme, alentadospor el Espritu de Jess (Mt 7,24-27). Mientras las aguas

    El des afio de l mun do lquido)

    corren rpidas y turbulentas, hay personas, grupos, comunidades y familias que estn bien construidos. Perono podemos quedarnos aislados en nuestras seguridades.Hay que moverse por las fronteras de nuestro mundo,donde la vida se precipita con incertidumbre, y hay quesaber navegar sobre las aguas. Tan importante es la destreza para manejar los remos y la pequea vela como tener nimo en el corazn para n o mirar hacia atrs, presosde la nostalgia del prodigio vivido en la tierra firme deldescampado. Tan necesario es poner con total disponibilidad nuestras habilidades y destrezas al servicio de estatravesa como sentir en el corazn la esperanza que nosregala Jess y la certeza de que ms all del mundo lquido hay tierra firme donde brotan las nuevas manifestaciones del reino de Dios entre nosotros. Pero ahora nostoca caminar sobre las aguas alentados por la presenciade Jess en medio de nosotros.

    Necesitamos una asctica de navegantes en el mundo lquido y la mstica que experimenta a Dios caminado en medio de la noche sobre las olas encrespadas. Enel pasado, la asctica tuvo acentos que la deformaron:voluntarismo; exaltacin del dolor para merecer graciasde Dios; considerar al cuerpo como malo y acosador delalma; sospecha y recelo de los bienes de este mundo queDios nos ha dado para nuestro disfrute; la imagen de unDios con el ceo fruncido, juez implacable y minuciosoen sus contabilidades ante nuestras limitaciones y pecados.. . Hoy comprendemos mejor la necesidad de una asctica propia de nuestro con texto cultural. La falta de asctica es un engao. Consideramos la asctica como estar disponibles para Dios, fsica, psicolgica y espiri-tualmente disponibles. Lleva consigo algunas prcticasconcretas, como la oracin, el examen, el dilogo con un

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    9/103

    acompaante, etc. que ayudan a vertebrar la vida. Perova mucho ms all, pues va creando en la persona entera una actitud de disponibilidad y de acogida, de ninguna manera acartonada, sino ungida por la gracia de lamstica que se refleja en la cordialidad y la esperanzacon que se acerca a los encuentros y tareas.

    El elogio de laespontaneidady la naturalidad enuna cultura en que la espontaneidad est colonizaday la naturalidad sigue unos patrones de comportamientos socialmente inducidos, tambin est llena depeligros. Lo que se pretende que nos haga libres ynos abra a la gracia nos deja encerrados en nosotrosmismos y a merced de los vientos que soplan (J.A.GUERRERO ALVES,Hacia unaespiritualidadparanuestro tiempo,Idatz, San Sebastin 2 007, p. 92).Consideramos la mstica como experiencia profundade Dios. Tambin la mstica ha tenido acentos nada sanos: desentendernos del mundo para experimentar aDios; conceder excesiva importancia a las manifestaciones corporales extraordinarias; buscar visiones y no tanto tener una visin nueva de la realidad; considerarla co

    mo un don de algunas personas excepcionales y no como una dimensin de toda persona... Tambin hoy sebusca a veces una experiencia de Dios que fuerza laafectividad, se sita al margen de la comunidad eclesialo no es discernida a la luz del encuentro con los ltimosde este mundo, donde Dios se nos revela de manera privilegiada. Necesitamos la asctica de los remeros, susentido de orientacin en medio de la noche de la historia, su esfuerzo, su conocimiento del mar y su destrezapara lidiar con los vientos y las olas. Necesitamos tam-

    El desafo de mundo lquid

    bien la mstica, que sabe discernir a Dios entre las sombras, lo invita a subir a nuestra pequea barca y llenanuestra vida de sentido.

    3 . Dialogar con la noche los vientos y las olasLos vientos no son necesariamente un obstculo insalvable. Si sabemos dialogar con ellos sin temor, orientandode manera adecuada nuestra vela, pueden impulsarnos.Imgenes de la noche que aparecen como fantasmasamenazantes en un primer momento, pueden revelarnosla presencia de Jess, que no se queda solo en tierra firme mientras nosotros sentimos la angustia del naufragio.Las oleadas diferentes que llegan hasta nuestra barcapueden ahogarnos, pero tambin nos permiten avanzarsobre las aguas.

    Necesitamos inculturar el evangelio en nuestra realidad, ser signos de integracin en m edio de la fragmentacin y creadores apasionados del futuro consistente enmedio del mun do lquido. Podemo s definir la cultura como un sistema de creencias (sobre Dios, la realidad,etc.) ,devalores(bueno, bello, verdadero) e instituciones(Iglesia, familia, escuela). (J.M. FERNNDEZ-MARTOS,Ser Sacerdote en la cultura actual, Sal Terrae, Santander2010, p. 89). Ya deca Pablo VI que la ruptura entreevangelio y cultura es, sin duda alguna, el drama denuestro tiempo (Evangelii nuntiandi, n. 20, 1975). Lasntesis entre fe y cultura no es slo una exigencia de lacultura, sino de la fe. Una fe que no llega a convertirse encultura es una fe no plenamente acogida, no totalmentepensada y no fielmente vivida (JUAN PABLO II , En laUniversidad Complutense, 3 de diciembre de 1982).

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    10/103

    Caminar sob re las aguas -

    El dilogo respetuoso con nuestra cultura slo podemos realizarlo siendo personas de nuestro tiempo, respirando den tro de las estructuras que la configuran y en lacercana de los encuentros. Somos invitados a vivir y difundir el evangelio en este mundo, que fluye sin detenerse y al que Dios ama con una creatividad infinita. Porun lado, tenemos que vivir desde Dios y, por otro, viviren medio de esta cultura, con su atesmo y su indiferencia hacia Dios. Si no vivimos intensamente la relacincon el Dios de la intimidad que nos unifica por dentro ycon el Dios de la historia que nos propone crear el futuro de la vida verdadera juntamente con l, seremospoco a poco invadidos por la cultura de los sentidos yasimilados a ella desde dentro. Nuestra propia identidadser lquida, derramada, agua del lago agitada por latempestad.

    El gran desafo para nosotros es aprender a descubrira Jess en medio de la cultura que nos envuelve con unasensibilidad nueva, diferente de la propuesta por la cultura de los sentidos, de tal manera que se nos revele laaccin de Dios en el mundo como la ltima verdad de loreal. El camino no es mirar primero a Dios, por un lado,en los espacios religiosos, y al mundo, por otro, viendoslo su inconsistencia y su pecado, sino mirar con amornuestra cultura y descubrir con la misma mirada a Diosen el fondo de ella. Puede que a veces la figura de Jessslo sea al principio una claridad amenazante entre lassombras de la noche. Pero si lo reconocemos y le permitimos subir a nuestra pequea barca, podremos navegarsobre las aguas sin diluir la consistencia de la vida evanglica, sin quedar paralizados por el miedo y sin perderel rumbo por el que nos impulsa hoy el viento delEspritu.

    El desa fo del mun do lquido

    VIDA CONTAMINADARespiramos la culturaque nos envuelve a todos,el oxgeno que nos da viday los virus que nos socavan.Bebemos las relacionesque llegan a nuestro rostro,la sonrisa que nos hidratay las bacterias que nos minan.No podemos andar por la callecon una mscara en la caraque nos aparte del pueblopara filtrar los cantos y los beso s.No podemos huir al vacode la soledad y la asepsia,donde no hay vida ni muerteluchando por el futuro.Al acoger en nosotrosla vida contaminada,te acogemos a ti,que ests dentro de la viday la purificas con tu alientoen el horno ardientede nuestra intimidad.

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    11/103

    IILa in teg rac in persona lEn la cultura fragmentada en la que vivimos, que tambin est dentro de nosotros fragmentndonos por dentro, nos inspiramos en la transfiguracin (Me 9,2), en laque Jess aparece integrado plenamente en su decisinde ir a Jerusaln, en el encuentro con el Padre que lo confirma en su camino, precisamente en el momento en queest sometido a fuerzas desintegradoras que lo presionandesde fuera. Ha tomado la decisin de subir a Jerusalnpara anunciar el reino de Dios, decepcionando las expectativas del pueblo, superando la incomprensin de losdiscpulos, que intentan disuadirlo de realizar ese viaje,y la amenaza de las instituciones judas, que buscan laoportunidad de eliminarlo. Ir a Jerusaln era meterse enla boca del lobo (cf. B. GONZLEZ BUELTA, Orar en unmundo roto, Sal Terrae, Santander 2002).

    Respiramos constantemente una cultura que tienemuchos elementos desintegradores que actan en nosotros casi sin que nos demos cuenta y nos erosionan pordentro. Pero tambin en esta cultura acta el Esprituque nos habita y que nos puede integrar plenamente, sanndonos de nuestros desgarros y proponindonos la novedad de Dios en la historia que l busca realizar juntamente con nosotros.

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    12/103

    La verdadera experiencia de Dios es integradora dela persona (cuerpo, pensamiento, afectividad, decisin)y nos integra en la realidad (cosmos, otro, historia, comunidad), donde Dios trabaja construyendo el reino quenos anunci Jess. Buscamos definir la experiencia mstica y asctica que experimentamos en el encuentro conDios en nuestra realidad, como Jess se encontr con elPadre en la suya, ayudados de manera especial por lapropuesta mistaggica que nos propone Ignacio de Lo-yola en los Ejercicios Espirituales.Para iniciar este camino retomamos la trayectoriaque sigue la realidad que se adentra en nosotros pornuestros sentidos, nos recorre por dentro y regresa a larealidad en nuestra accin como respuesta.

    Los sentidos originan la sensacin; sta, la percepcin; sta, el pensamiento, que a su vez causa el sentimiento y la emocin, los cuales producen la cualidad del ser, y ste la cualidad del hacer, del obrar. O,de otro modo: obramos como somos, somos lo quesentimos, sentimos como p ensamos, pensamos comopercibimos, de acuerdo con nuestras percepciones; ystas dependen de los objetos que pueblan nuestroambiente. Tal es el flujo espontneamente evolutivode la vida mental del hombre (P. FLINKER,Comprenderse a smismoyentendera los dems, Paulinas,Madrid 1982).Sin embargo, este esquema tradicional no nos describe plenamente nuestro proceso interior. La investigacin actual de la neurociencia nos muestra que no slotenemos una inteligencia racionalque piensa y procesa las sensaciones que llegan a nuestros sentidos. Tene

    mos tambin una inteligencia emocional que tiene un

    peso muy importante en nuestra vida y que puede actuarcon independencia de nuestro pensamiento. En algunasocasiones, ante determinados estmulos, podemos tomardecisiones y actuar con gran rapidez, de tal manera queno hemos podido pensar nuestra respuesta. En ese momento se produce un verdadero secuestro emocional.Podemos tomar decisiones que no son acordes con nuestros valores y opciones conscientes. Esto puede sucederen grandes tragedias, como un asesinato repentino, enuna accin sorpresiva que salva una vida, o en las pequeas reacciones de cada da que pueden deteriorar lacalidad de la existencia.Es importante detenernos es este punto para ver cmo se realiza este proceso interior. Los estmulos quellegan a nuestros sentidos son enviados al tlamo, y desde aqu sale una conexin al neocrtex, a la inteligenciaracional, pero sale tambin otra conexin a la amgdala,que es una especie de archivo emocional y que, en unmom ento de gran impacto emocional, puede dar rdenesinstantneas a todo el organismo para actuar sin dilaciones,antes de que haya habido tiempo de pensar. Esta reaccin nos puede salvar la vida en un momento de peligro inminente, o puede perdernos si actuamos contraotra persona arrastrados por la ira o por el pnico. La importancia de tener bien configurado nuestro mundo emocional es decisiva.

    Cuanto ms intensa es la activacin de la amgdala,tanto ms profunda es la impronta y ms indeleble la huella que dejan en nosotros las experiencias que nos hanasustado o nos han emocionado (D. GOLEMAN, Inteligencia emocional,K airs, Barcelona2008,p.59). De ninguna manera se trata de suprimir el universo emocional.Lo im portante es que la inteligencia emocional y la in-

    Caminar sob re las aguas - La in teg rac in personal

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    13/103

    teligencia racional dialoguen constantemente para orientar nuestra vida con dinamismo (cf. ibid., pp. 23-70).Nuestra cultura ha trabajado con xito la manera deentrar dentro de nosotros a travs de los sentidos. La comunicacin es hoy menos racional y ms emocional,corporal, narrativa e imaginativa. Los estmulos que llegan a nuestros sentidos tienen una gran fuerza para impactar nuestra inteligencia emocional y configurar nuestras reacciones, creando en muchos casos conductas aditivas y compulsivas.

    No hace falta insistir en laimportanciaque toda lapsicologacontempornea haacordado dar al concepto de "estmulo". Una importancia que algunosno dudan en calificar incluso de mtica. En cualquiercaso,lo que est ciertamente probado es que nuestraconducta es ms interdependiente de los estmulosexternos de lo que nuestro narcisismo quisiera suponer. Nuestra tonalidad interior cambia una y otra vezen funcin de los campos estimulares en los que estamos inmersos (C.DOMNGUEZ,LaPsicodinmicade losEjerciciosgnacianos,Mensajero / Sal Terrae,Bilbao / Santander 2003,p. 63).

    El encuentro con Dios, la mstica, se experimenta noslo en nuestra razn, sino tambin en nuestro mundoemocional, resuena en nuestro cuerpo, nos unifica en ladecisin y se expresa en nuestra accin en una vida llena de dinamismo y creatividad.La experiencia msticade Ignacio de Loyola junto alro Cardoner nos puede inspirar para comprender cmola experiencia de Dios nos unifica por dentro y nos abreal futuro. Para Ignacio cierra una etapa que haba empe-

    zado en Loyola. Desde la experiencia primera de su conversin durante la convalecencia, y despus de atravesarlas intensas experiencias de Manresa, profundas consolaciones y desolaciones con escrpulos y depresin quelo llevaron a tener pensamientos suicidas, inesperadamente, al lado del ro Cardoner, Dios llega hasta Ignaciocuando estaba sentado al borde del camino contemplando la corriente del ro. Se le empezaron a abrir los ojosdel entendimiento; y no que viese alguna visin, sino entendiendo y conociendo muchas cosas, tanto de cosas espirituales como de las cosas de la fe y de letras; y estocon una ilustracin tan grande que le parecan todas lascosas nuevas {Autobiografa, 30) .

    Lanez, comentando esta experiencia de Ignacio, dir: fue especialmente ayudado, informado e ilustradointeriormente de su divina Majestad, de tal manera quecomenz a ver con otros ojos todas las cosas,y a discernir y probar espritus buenos y malos, y a gustar de lascosas del Seor (Carta a Polanco de 1547,FN 1,8)Dir Nadal que as le qued una actuacin de contemplacin y unin con Dios, que senta devocin en todas las cosas y en todas partes muy fcilmente (FN11,153). Todo indica que Ignacio propuso esta experiencia del Cardoner en la Contemplacin para alcanzaram or, donde nos invita a mirar toda la realidad para vera Dios trabajando en ella por m. Es la transparencia, ladiafana de la realidad.Toda la persona y la historia de Ignacio quedan integradas de tal manera que le pareca com o si fuese otrohombre y tuviese otro intelecto que tena antes (Autobiografa, 30). Nace un hombre nue vo, el que se fue gestando lentamente desde Loyola. Ignacio qued profundamente marcado por esta experiencia fundante. Nos

    Caminar sob re las aguas -

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    14/103

    evoca las palabras de Jess a Nicodemo: Si uno no na ce de nuevo, no puede ve r el reino de Dios (Jn 3,3).A partir de la iluminacin interior (mstica de ojoscerrados), Ignacio empieza a verlo todo de otra manera(mstica de ojos abiertos). Ve la accin de Dios en elmundo, no slo los elementos destructores. Es la miradadel que ya comienza a orientar su vida para encontrarsecon Dios en la realidad, en una misin apostlica enla que se une a la accin de Dios con su propio trabajocreador. Pero tendr que recorrer un largo camino personal para poder realizar el proyecto p ara el que D ios lo irpreparando.

    En el centro de la espiritualidad ignaciana estarsiempre ese mirar todas las cosas de tal manera que podamos descubrir en ellas al Dios que est presente trabajando, en una intensa relacin creadora con nosotros.Las cosas ms sencillas son palabras que nos dirige elDios que nos sirve, que est en toda la realidad ad mo-dum laborantis, como el campesino que labora la tierracon el sudor de su frente.Nosotros estamos ante el desafo de crear una sensibilidad nueva, para no dejarnos configurar por la imagende este mundo, sino por la Imagen de Dios encarnada entre nosotros, que es Jess , y por su constante encarnacinen cada una de las situaciones humanas en las que nosdebatimos y en las que es posible encontrarlo a l. Tambin nosotros estamos destinados a ser imagen de Diosen la cultura de la imagen.

    1. El cuerpo: envoltorio o transfiguracin?La bondad del cuerpoLa nueva cultura enfatiza que el cuerpo no es malo y queno hay que castigarlo ni esconderlo. No es un cuerpo separado del alma: cuerpo malo, origen de nuestros instintos debocados, y alma buena que lucha contra el cuerpo.Nos influy el dualismo platnico, que conceba el cuerpo como la crcel del alma, del mismo modo que los barrotes de una jaula apresan una paloma que desea volar.Hoy comprendemos que debemos cuidar el cuerpo parael trabajo, el amor, la alegra, el gozo y la eternidad.El cuerpo es honrado, no miente. En l se expresanuestra interioridad. Si lo escuchamos, nos dir muchode nosotros mismos, de nuestro presente y de nuestrahistoria. El desafo es amarlo como regalo de Dios inseparable del espritu. Si lo separam os del espritu y lo cuidamos en exceso, olvidndonos de nuestra interioridad,entonces estaremos reduciendo el cuerpo a un cascarnvaco que maquillamos, pero que no se puede iluminardesde d entro. El cuerpo no es un envoltorio ms d e la sociedad de consumo. Si atendemos slo al espritu, olvidndonos del cuerpo, tampoco caminamos hacia unaverdadera integracin personal.

    La religin del cuerpoUn modelo de cuerpo pretende imponerse: el icono delas pasarelas. Para conseguirlo muchas personas se someten a penitencias dietticas de ayunos y ejercicios fsicos que yo no me atrevera a imponer por una transgresin m oral. El culto al cuerpo tiene sus iconos , sus sa-

    La in teg rac in personal

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    15/103

    cerdotes y sus rituales. Hay ocasiones puntuales en quelas modelos peregrinan a los santuarios de la moda paradesfilar sobre la alfombra roja y cumplir el ritual de mirar y ser mirados. El bistur, las cremas, las dietas y losejercicios hacen los milagros.Los transgresores pagan costosas penitencias de descalificacin pblica por no adaptarse a los cnones establecidos. Esta tirana produce enfermedades culturalescomo la anorexia o la bulimia. Las apariencias, la exterioridad, son trabajadas hasta el escrpu lo. El espejo y labscula emiten un juicio implacable. El narcisismo es elmejor cliente de los departamentos de perfumera y cosmtica de los grandes centros comerciales. El hedonismocultiva pieles climatizadas, ungidas, perfumadas, maqui

    lladas, satisfechas.En esta valoracin de la exterioridad hay una presin meditica hacia el culto narcisista al lookpersonal,un lookque no es otra cosa que la imposicin de una ficcin embellecedora a una existencia personal insatisfac-toria. La realidad virtual es la expresin ms congruente de una cultura hipericnica que tiende avalorarms el parecer que elser, el look que la identidad (R.GRUBE R, Del bisonte a la realidad virtual. Anagrama,Barcelona 1996, pp. 176-177).Para poderescalar un puesto enlapirmide social esnecesario entrar en el ritmo exigente de la sociedad deconsumo. Existe toda una industria para quitar el estrs,para energizar el cuerpo y para poder disfrutar de formacompulsiva de la sociedad del bienestar. Una publicidadte incita a disfrutar y com er los mejores m anjares, y otrate ofrece rebajar el exceso de peso de forma milagrosa.Se multiplican las enfermedades que provienen de un ritmo de trabajo que desconoce el propio cuerpo. Se ex-

    tiende cada vez ms una industria farmacutica para m edicar la existencia en exceso, que alivia los sntomas sintocar las causas en el estilo de vida personal y en la organizacin social.Los cuerpos modelo, y los cuerpos famlicos delos excluidos en las mismas pantallas revelan la esquizofrenia de nuestro mundo consumista globalizado.Cmo pueden existir juntos?

    La cultura de los sentidosVivimos en una cultura de los sentidos. Cultura audiovisual. Priman en ella el sentido de la vista y del odo, queson los sentidos de la distancia. Despus vienen los otrostres,que son los sentidos de la cercana, de la intimidad.En la Edad Media, la importancia la tena el tacto, despus el odo y la vista. Esa cultura era artesan al, y con lasmano s se acariciaba, se unga, se elaboraban los cuadros,las esculturas, la comida, los tapices, los instrumentosmusicales, las armas... No haba mquinas computerizadas. La vista y el odo pueden ser aliados de relacionesvirtuales de escasa profundidad humana.

    Las salas de edicin de revistas ilustradas y de lasemisoras de televisin y los laboratorios de la industriaestn creando constantemente sensaciones seductorasnuevas que impacten la afectividad de manera irresistible.El envoltorio s importa. Su misin seductora estan importante como la de los perfumes y cremas. Frascos y embalajes se cuidan cada vez ms para que, de unvistazo, sepamos qu esperar de lo que con tienen. Porqu tomarse tantas molestias en algo que est destinado aacabar sus das en la basura? (Ana Fernndez Parrilla).

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    16/103

    El consumidor experimenta el envoltorio antes incluso que el producto, es su primer contacto con lamarca. Los elementos del diseo del cartn, la textura y el tacto del papel, la calidad de la impresin...:todo deja presagiar la eficacia y el lujo que el producto puede proporcionar (Este LAUDER).Si un anuncio de televisin de un perfume, que tieneque transmitir con elementos visuales algo intangible,crea un impulso irresistible de comprar, es que el embalaje ha jugado su papel a la hora de seducir.Al mostrar lo que significa visitar la ciudad de SaintLouis,le en un artculo para promocionar la ciudad: Elresultado es una experiencia multicultural para la que

    hacen falta los cinco sentidos. Saint Louis se ve, se escucha, se saborea, se huele, se toca (Jos Lozano).Esta cultura trastoca nuestra interioridad, pues lassensaciones son a veces tan intensas, refinadas y continuas que incluso pueden entrar dentro de nosotros sinhacerse percepciones conscientes, y mucho menos trabajadas con un pensamiento propio. Hay un riesgo de vivirpermanentemente en el flujo continuo de las sensacionesque llegan a nuestros sentidos.Las sensaciones seductoras empiezan a circular dentrode nosotros, convertidas ya en sensaciones seducidas, formando parte de nuestro universo interior. Se siembran enlos surcos de nuestras hambres naturales y en las artificiales provocadas por el mismo me rcado. Se pueden ir adue-ando de nuestros sentimientos y de n uestras decisiones.Esta manera de vivir provoca una dificultad para enfrentarse a lo real y elaborar los desafos que nos plantea. Se van generando en nosotros conductas aditivas y

    compulsivas.

    El efecto esencial de los medios consiste en promover y desarrollar una cultura desensacionespor laestimulaciny controlar la alternancia entre capacidad de atencin y de no atencin. Por su modo defuncionamiento, losmedios provocanyaumentan lano atencin de cada uno a travs de solicitacionesvisuales y auditivas diversas que no requieren reflexin: sta necesita tiempo y, en consecuencia, es susceptible de aumentar la distancia, de suscitar la crtica, de abrigar la resistencia, de fortalecer el rechazo.Las dificultades de percibir tienen que ver con lasensacin continua, la prdida de lmites, el desvanecimiento de puntos de apoyo slidos y duraderos:nosotros estamos envueltos por un flujo constante anivel de la percepcin, y discontinuo a nivel psquico ,favoreciendo lo efmero y, por ello, lo indistinto.Lo smedios ofrecen sensacionesqueincitana la bsqueda de sensacionesrenovadas, siempre ms sensaciones,siemprem s fuertes einditas (C .HARO-CHE,L'Avenirdusensible. Les sens et lessentimentsen question, PUF, Paris 2008, p. 225).

    Nuestras vidas se hacen lquidas, fluyen sin detenerse en el torrente de las sensaciones que invaden y aturden,que nunca se detienen, sin el espacio ni el tiempo para lareflexin personal, para las decisiones m aduras y prop ias,para la bsqueda de sentido. Sin darnos cuenta, incorporamos modos nuevos de vivir a nuestra propia identidad,que se va haciendo tambin lquida, inconsistente.El misterio de la encarnacin del Hijo en un cuerpohumano viene a liberarnos tanto del vaciamiento de lainterioridad, como de una intimidad que se desentiendedel cuerpo.

    Caminar sob re las aguas La in teg rac in personal

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    17/103

    El Hijo de Dios en un cuerpo humanoEn el Evangelio nos encontramos con laencarnacin, elHijo de Dios hecho carne frgil que ha entrado en nuestro tiempo y en nuestro espacio. El que me v e, ve al queme envi (Jn 12,45). Dignidad mxima del cuerpo human o, que le ofrece un rostro a Dios y se nos revela destinado a entrar en la vida trinitaria por la resurreccin.

    Contemplamos aJess accesible a nuestros sentidos(1 Jn1,1-4).Jess es la imagen del P adre y la palabra delPadre. Al mismo tiempo, es tambin la sabidura delPadre (1 Co1,25-30 , que hoy cuestiona las modas superficiales y camb iantes de ser persona com o desafi lasde su tiempo.En Jess encontramos una gran sensibilidad parapercibir los ms pequeos detalles de la vida de las personas, de la naturaleza y los signos de la historia. Al mismo tiempo, lo vemos alejarse hacia el silencio y la soledad, para enfrentarse a lo real buscando respuestas originales, apartadas de unos gestos rituales que se haban vaciado en gran medida de sentido y en los que ya no caba la vida nueva del reino que Jess perciba llegando asus sentidos por todas partes. Jess sabe moverse en una

    alternancia entre el hundirse en la muchedumbre delpueblo que lo acosa y el apartarse a la soledad y quietud de la oracin.En Jess, el cuerpose trabaja desde dentro,se transfigura desde su experiencia interior, desde el fuego, desde la pasin que lo llena y lo mueve, desde la apertura ycomunin con el Padre que lo impulsa al servicio del reino . Por eso la cercana de este cuerpo que toca y es tocado en los encuentros produce vida nueva y amistad,salud recobrada y alegra. Los impuros leprosos, aleja-

    dos de la comu nidad, del beso y del abrazo fam iliar, acogen estremecidos la mano de Jess sobre su hombro quelos sana. Las mujeres sienten su intimidad transformadapor una dignidad que han recobrado en el encuentro coneste hombre que mira de una manera diferente en aquella sociedad patriarcal que las denigra y empequeece.Su cuerpo crucificado hace accesible a nuestros sentidos la verdad de este mundo, que mata y aleja a quienes inquietan a los instalados con su pobreza o con susexigencias de justicia, y la verdad del Dios que es Amorms fuerte que el pecado y que la muerte, enquistada enlas estructuras y en las instituciones que estn a su servicio. El cuerpo resucitado del Hijo nos revela la vocacin ltima del cuerpo y de toda la creacin incorporadaen el cuerpo de cada persona.El cuerpo de Jess nos dice que hay espacio para lasensibilidad ante los bienes de este mundo que nos permiten gozar y alegrarnos, para la cercana de los cuerposen el abrazo y la caricia; pero tambin hay vida para elamor comprometido hasta la muerte y la resurreccin.Los cuerpos despojados de este mundo tienen una esperanza cierta.

    Transformar el propio cuerpoEl que hace los Ejercicios Es pirituales de San Ignacio, esinvitado a trasladarse a otra casa donde lleguen a los sentidos estmulos diferentes a los habituales. Entra en otroespacio, otro tiempo, apartado de los trabajos y relaciones que configuran su vida cotidiana. Estos estmulosexternos se unirn a los internos para que el yo se trabaje en el encuentro con Dios [EE 19, 79].

    Lo in teg rac in personal

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    18/103

    En los Ejercicios Espirituales, el cuerpo se trabajadesde dentro. El cuerpo es expresin de la interioridadde la persona con su postura corporal. Orar de rodillas,de pie, con la espalda pegada a la tierra, o de cualquiermanera en que pueda expresarle a Dios y a s mismo loque siente dentro [EE 75, 76]. Al permanecer en la oracin el tiempo sealado, aunque sienta desolacin, expresa su deseo de encuentro con Dios y su espera confiada, con el alma a la intemperie desabrida [EE 12]. Enel cuerpo tambin resuena la experiencia interior de lacercana de Dios, que nos unifica por dentro en la consolacin que l nos regala. De esta forma, la gracia deDios, al ser gustada, se va encarnando en nosotros[EE2, 124] .

    Tambin el cuerpose trabaja desde fuera. La fidelidad corporal a los horarios y a los espacios de oracin,la resistencia a los cansancios y a los malestares fsicosde la desolacin, e incluso el ayuno en algunos momentos, son expresin de nuestra disponibilidad para el encuentro con Dios. La relacin de libertad con la comidaes la expresin de un cuerpo que se va liberando de lascompulsiones interiores y de los estmulos de nuestracultura en la relacin con los bienes de este mundo [EE216-217] . Comienza una actitud nueva, no devoradora,frente al consumismo depredador que se abalanza sobrela creacin para la fruicin del instante en el que vive,sin pensar en las generaciones futuras ni en los que sehallan sumidos en la miseria [EE 83, 210].

    En med io de la cultura de los sentidos, tan superficiala veces, los sentidos de la imaginacin y los del cuerpoaparecen como modo privilegiado de acceso a las dimensiones ms profundas de la realidad, donde nos encontramos con las personas y situaciones de manera nue-

    va y, ms hond amente todava, con la presencia activa deDios asumiendo la realidad de este mundo con discrecin infinita, desde dentro de las situaciones y las personas y desde lo ms bajo y hundido [EE 47, 101-126]. Elejercitante aprende a acercarse a la realidad con sus sentidos de la misma manera en que Jess lo haca. l percibi la salvacin que corra por las entraas de la realidad, la acogi y la brind a los dems.En la sociedad hedonista y narcisista, el cuerpo quebusca ser configurado al de Jess experimenta el dolor.Sufre por sus pecados y por los pecados del mundo enlos que l mismo est implicado [EE 55,65-70]. Sufre encompaa de Jess, en su pasin y en la pasin de la humanidad [EE 19 3, 195]. Este dolor sana el corazn y leda consistencia y fortaleza para hacer frente en la vida almal de este mundo [EE 147, 157, 167].La penitencia que nos propone Ignacio es tambinhoy necesaria. La pen itencia interna nos llega desde eldolor de los pecados propios que destruyen la vida y desde el dolor de acompaar la pasin de Jess y de la humanidad. La penitencia externa, que significa privacin de comodidades y sensaciones placenteras, tambinnos puede ayudar. Es muy difcil tener nuestros sentidosacostumbrados a lo cmodo y agradable y, al mismotiempo, ver, or, saborear... la pobreza y la humillacinde Jess, para seguirlo en su mismo estilo de servicio.

    En la cultura del gozo disponible a ritmo de clic, detarjeta, que resbala sobre la piel como un perfume, aparece un gozo ms profundo, que es don que hay que esperar humildemente y que surge desde las dimensionesms hondas de cada persona. En el cuerpo tambin resuena a lo largo de todos los Ejercicios la alegra quenos llega como consolacin, directamente de Dios (sin

    Caminar sob re las aguas -

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    19/103

    causa precedente) [EE 316, 330] o a travs de sus ngeles, de sus mediaciones [EE 331].Este cuerpo transformado se unir a Dios para realizar en este mundo su obra de salvacin a travs de la accin y la pasin, en seguim iento de Jes s, en su servicio.Crear algo nuevo que no tiene n ada que ver con las conductas adictivas y compulsivas del consumismo ni conlas fijadas por los linderos intocables de las leyes.Los Ejercicios nos van transformando en la contemplacin de Jess, que cambia nuestra sensibilidad, lacual va afinndose hasta que podamos percibir la accinde Dios en el mundo sin que tengamos que ponernos apensar directamente: Dios est aqu. Al pasar por lascalles, Dios llega a nuestros sentidos incluso sin que loadvirtamos, entra dentro de nosotros y configura nuestrainterioridad. La contemplacin para alcanzar amornos introduce en el camino con templativo en m edio de larealidad.La asctica: amar el cuerpoEl mundo siempre ha trabajado las apariencias. Eltexto de Ignacio de Loyola que recogemos aqu no puede ser ms elocuente. Todava no se haba inventado laciruga esttica, pero ya nos encontramos con la determinacin firme de Ignacio de m ejorar su apariencia en elsiglo XVI, cuando la medicina era rudimentaria, no haba ni anestsicos ni antibiticos, e Ignacio se jugaba lavida con semejante intervencin.

    Y viniendo ya los huesos a soldarse unos con otros,le qued debajo de la rodilla un hueso encabalgadosobre otro, por lo cual la pierna le quedaba ms corta; y quedaba all el hueso tan levantado, que era co

    sa fea; lo cual lno pudiendosufrir,porquedeterminabaseguiral mundo, y juzgaba queaquellole afeara, se inform de los cirujanos si se poda aquellocortar... Y todava l se determinmartirizarseporsupropio gusto{Autobiografa, 4).Somo s, en cuerpo y alma, un don de Dios. Debemosamar nuestro cuerpotal como es: belleza y fealdad, fuerza y debilidad, vitalidad y apagamiento, juventud y vejez, crecimiento y deterioro. En todo mom ento debemoscuidarlo para el mayor servicio de nuestros hermanos,como le dice Ignacio a Francisco de Borja, que en esetiempo era el Duque de Ganda:Deseo mucho que Vuestra Seora imprimiese ensu nima, que siendo ellayel cuerpo de su Criador ySeor, que de todo le diese buena cuenta, y para ellono dejaseenflaquecerla naturacorprea, que siendo ella flaca, la que es interna no podr hacer susoperaciones.

    Al cuerpo tanto debemos querer yamar, cuantoobedece y ayuda al nima, y ella con la tal ayuda yobediencia se dispone ms al servicio y alabanza denuestro Criador y Seor.Y as, cuando el cuerpo por los demasiados trabajos se pone en peligro, es lo ms sano, por actosdel entendimiento y con otros mediocres Ejercicios,buscarlos [los dones espirituales]; porque no solamente el nima sea sana,mas la menteseyendosanaencuerposano,todo ser ms sano y ms dispuestopara mayor servicio divino (Carta de Ignacio aFranciscod eBorja,20 de septiembre de 1548).

    El conocimiento del cuerpo nos ayuda hoy a encontrar el modo de cuidarlo mejor para el servicio de los de-

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    20/103

    ms, para el trabajo honrado con que debemos ganarnosla vida, para expresar y acoger el amor en las relacionespblicas y en la intimidad. La alimentacin adecuada esuna ascesis que resiste a una publicidad que exacerba lavoracidad de comer sin necesidad, produciendo una obesidad que produce enfermedades. Ella misma es ya unaenfermedad. Tambin se libra de sentir que slo el modelo de cuerpo qu e desfila por las pasarelas es el que vale la pena. Esta dictadura del cuerpo ideal crea frecuentemente trastornos psicolgicos serios en adolescentes yjvenes que no pueden perfilar su silueta dentro de esoscnones que se consideran estelares. El ejercicio necesario,la gimnasia para qu itar el estrs o llenar el cuerpo d eenerga positiva para enfrentar las duras exigencias de lasociedad actual, es tambin una ascesis. Muchos cuidansu cuerpo para alcanzar reconocimiento social y paracompetir por los mejores puestos. Otros lo ejercitan para prestar un mayor servicio.

    El cuerpo es honrado.Para saber quines somos y loque nos pasa, tenemos que escuchar a nuestro cuerpo,pues es una caja de resonancia que nos revela en muchasocasiones con sus dolores y enfermedades lo que no queremos ver de nosotros mismos, de nuestras intimidadesinvadidas por ritmos locos, por angustias nunca procesadas, por recuerdos que no han sido escuchados y sanados. Nuestro cuerpo nos est hablando constantementedel pasado que viaja con nosotros, de nuestro presente yde los deseos que van configurando nuestro futuro.

    El ayuno siempre ha tenido un sentido especial en lahistoria de la espiritualidad cristiana e incluso de otrasreligiones. Ciertamente, no tiene el sentido de merecergracia, de obtener beneficios que Dios slo nos otorga

    cuando sufrimos. La gracia es gratuita, y Dios no tieneasignadas cuotas altas de dolor a las gracias importantesque necesitamos. Dios no tiene tarifas, ni el dolor quenos imponemos arbitrariamente conquista su decisin.El ayuno es una forma de oracin. Con el cuerpo en ayunas expresamos ante Dios lo mismo que con nuestro espritu vaco de suficiencia y necesitado del don de Dios.Estamos en alma y cuerpo delante del Seor, disponiblespara acoger su don. Dios responder a su manera y en sutiempo. Nosotros nos disponemos. A la palabra que expresa su necesidad ante Dios se une el cuerpo con sussensaciones de carencia y de fragilidad, pero tambin dehambre de encuentro con un T inagotable.

    El ayuno es una tierra rida para las compulsionesdel consumo. Las compulsiones son como los ciclonestropicales: cuando estn en el mar, aumentan su fuerza;pero cuando entran en tierra firme, empiezan a debilitarse y a morir.

    En la Biblia, el ayuno tiene tambin otro significado.Va unido a unadisposicin de conversin,a una relacinsana con Dios y con las personas. Con actitud de conversin ayuna el rey de Nnive, junto con todos los habitantes y ganados, ante la predicacin proftica de Jons(3,8). La conversin conlleva no slo una relacin verdadera con Dios, sino tambin el compartir con los pobres nuestras habilidades y recursos para que puedan vivir con dignidad.El ayuno que yo quiero es este:abrir las prisiones injustas,hacer saltar los cerrojos de los cepos,dejar libres a los oprimidos,romper todos los cepos;

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    21/103

    compartir tu pan con el hambriento,hospedar a los pobres sin techo,vestir al que ves desnudoy no despreocuparte de tu hermano (Is 58,6-7).San Ignacio nos dice que debemosguardar las puertas de los sentidos de todo desorden. De la misma manera que cuidamos la puerta de nuestra casa para que noentren los ladrones en el momento ms inesperado,mientras dormimos o estamos ausentes, tambin debemos cuidar las puertas de los sentidos para que no entrenen nuestra intimidad sensaciones que nos hacen dao,que van robando poco a poco lo mejor de nosotros mismos, la finura de nuestra sensibilidad. Hay sensaciones

    excesivas de violencia, de sangre, de sexo y de destruccin que embotan la sensibilidad y exacerban los umbrales de la percepcin de tal manera que ya nada normal nos llama la atencin.Por higiene psquica y sensibilidad moral, deberamos poner los filtros al alcance de nuestra mano paraevitar esta invasin envilecedora(Mons.J.M.URIAR-TE, Se rsacerdoteen la cu ltura actual, Sal Terrae,Santander 2010, p. 31).Los sentidos son la puerta por donde la realidad entra en nosotros. Como estamos sumergidos en la culturade los sentidos, necesitamos acercarnos con ms cuidado a esas puertas para ver quin entra y quin sale. Podemos abrirlas de par en par a sensaciones que nos construyen o que nos destruyen. Hay amigos que llaman anuestra puerta con respeto, y hay ladrones que conocennuestro cdigo secreto para entrar en nosotros mientras

    dormitamos, se instalan en lugares escondidos de nues

    tra interioridad y desde ah empiezan a robarnos la vidasin que nos demos cuenta.De dos maneras se sitan mal los sentidos ante larealidad: o con la codicia que quiere apoderarse de loque percibimos como bueno y agradable, aunque sea daino,o con el rechazo de lo que percibimos como negativo, aunque pudiera recrearnos la existencia si lo acogiramos. En la seductora cultura actual, podemos confundir a los amigos, que se presentan en toda su verdadsin artificio, con los enemig os, que se disfrazan d e ngeles que vienen a colmarnos de felicidad y de sentido siseguimos la estela brillante e inagotable de las ofertasque nos proponen consumir.En el sentido del gusto podemos verlo con claridad.La gula es el desorden de quien come de manera compulsiva, sin tener en cuenta que est engullendo vorazmente la enfermedad y sin la sensibilidad necesaria parapercibir que se est comiendo lo que pertenece a otraspersonas que en ese momento miran al mundo rico conel estmago vaco. La anorexia y la bulimia son el desorden co ntrario: se rechaza de mane ra instintiva lo que elorganismo necesita para mantenerse saludable. Por falsas razones introyectadas en las dimensiones afectivasms h ondas sobre el peso y la figura ideal, se est rechazando la salud y la vida.El sentido del tacto puede apoderarse de sensacionesplacenteras de telas y cremas, de muestras fsicas deafecto, forzando la relacin con la imposicin o con laastucia, y crear pieles climatizadas sin capacidad de exponerse a la intemperie en los espacios abiertos donde sedebate la vida de la mayora de la gente. Tambin es posible mantener a distancia de nuestro espacio vital a personas que sentimos com o am enaza, precisamente porque

    Caminar sob re las aguas -

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    22/103

    tienden la mano a tientas buscando otras manos dondeasir su existencia, que va fluyendo hacia el naufragio.Podemos huir de las sensaciones que experimentamos alrealizar trabajos comunes, como curar una herida o barrer una casa.Hay miradasque se mueven con codicia por el deseode aduearse de cuerpos bellos, automviles lujosos,mansion es m illonarias... y que slo se sienten bien en espacios decorados por la belleza de las formas y colores.Para algunos ojos hay muchas personas sencillas que noexisten, aunque pasen todos los das a su lado, porquepiensan que no les reportan nada, y mantienen alrededorde s mismos un blindaje invisible contra el que chocanquienes desean acercarse pero no exhiben el control de

    calidad requerido.Muchos odos andan buscando las palabras halagadoras que les gustan, y tratan de conseguirlas medianteastucias y manipulaciones; o los relatos que denigran asus enemigos y cuentan los fracasos de los dems, porque se complacen en la negatividad de la existencia delos otros para aliviar el escozor de las propias frustraciones,nunca reconocidas y curadas. Otros odos se cierran

    a los gritos de los que sufren, a las quejas justas que reclaman sus derechos, a las historias de dolor que buscanun t donde aliviarse y a las palabras crticas que m ellanel propio narcisismo.El olfatoa veces anda a la caza de aromas exquisitosen vinos y perfumes, en pieles y jardines, pero se cierraante el hedor de las heridas a las que hay que acercarsepara curarlas con paciencia, ante el olor de la miseria odel sudor honrado sobre la frente con el que se gana el

    pan de cada da.

    La profundidad del amor exige la pasin. Pero amarcon pasin conlleva actuar en la realidad de tal maneraque, en muchas ocasiones, provoca la oposicin e incluso la muerte de quien se compromete porque ama. Elamor crea novedad, no se recrea en girar en una espiralde egosmo en torno a un instante de dicha. Hay muchoscuerpos confinados en crceles, clavados en cruces omutilados para siempre porque tienen un profundo sentido de compromiso por las exigencias sociales del amor.Tambin experimentamos la pasin de la enfermedad, del lmite fsico, en cuerpos que enferman, se deterioran y mueren. Maquillando, anestesiando y negandono se consigue gran cosa. Solo la aceptacin humilde denuestro cuerpo que sufre y muere nos permitir experimentarlo de manera reconciliada como propio y no como un fardo insoportable con el que tenemos que cargarhasta la cumbre de la montaa.La asctica es estar disponibles para Dios.Fsica, psicolgica y espiritualmente disponibles.Ese es nuestro trabajo:disponernos. La asctica del cuerpo nos dispone paraacoger el don de Dios, que transformar nuestros cuerposdesde dentro en las diferentes circunstancias de la vida.La mstica: la transfiguracin del cuerpoSan Ignacio expresa en los Ejercicios en trminos muycorporales la experiencia de Dios que nos puede cambiarla vida; se trata de una bella expresin que asume nuestra realidad de seres encarnados. Cuando Dios llega hasta cada persona, abrazndola en su amor [EE 15], noslo toca nuestra alma, sino tambin nuestro cuerpo. Este abrazo nos hace disponibles para seguir el camino queDios nos proponga.

    a g u a s - La in teg rac in persona l

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    23/103

    TodoS experimentamos que al sentir el amor de Dios-y el verdadero amor es siempre de Dios-, toda nuestrapersona cambia. Se ilumina nuestro pensamiento, se enciende nuestra afectividad, nuestro cuerpo no siente elcansancio y se llena de vida para el trabajo, la fiesta y elencuentro humano. El cuerpo no solo est hecho paraalimentarse con todas las sensaciones q ue ofrecen los supermercados. Por qu gastis dinero en lo que no alimenta, y el salario en lo que no da hartura? (Is 55,2).

    El texto de la transfiguracin de Jess (Me 9,2) nosdice quesu rostro se transfigur.T odos hemos visto rostros transfigurados de manera ocasional por el brillo enlos ojos, la sonrisa sin trampa, la acogida sin rechazos...Tambin conocemos rostros que llevan una luz tenue detransfiguracin de manera perm anente. Cuando los contemplam os, nos sentimos ante otra dimensin de la vidaque enciende lo mejor de nosotros mismos.La experiencia profunda de Dios resuena en el cuerpo . Ya en el xodo se dice que, cuando M oiss regresaba del encuentro con Dios, su rostro brillaba de tal manera que tena que cubrirlo con un lienzo. San Pablo nosdir que nosotros andamos con el rostro descubierto re

    flejando la gloria de Dios . Utiliza la imagen d e la luz quellevamos dentro y que es capaz de hacer transparentenuestro barro (2 Co 4,6-7). Y nosotros todos, reflejando con el rostro descubierto la gloria del Seor, nos vamos transformando en su imagen con esplendor creciente (2 Co 3,18).El Salmista expresa su propia experiencia cuandoafirma:Consult al Seor,y me respondi librndome de todas mis ansias.

    Contempladlo yquedarisradiantes,vuestro rostro no se sonrojar (3 4,6).Tengo siempre presente al Seor,con l a mi derechano vacilar.Por eso se me alegra el corazny gozan mis entraas,y m icarne descansa serena (16,8-9).Al sentir y gustar internamente en nosotros la presencia de Dios, las luces que nos regala en el reposo contemplativo, las gracias de Dios, se van haciendo carne ennosotros, se van encarnando.Con resonancias corporales diferentes, msticos ymsticas experimentan la presencia de Dios. Algunas

    pueden parecemos desmesuradas. No son lo ms importante. Pueden darse o no. Dios mantiene con nosotrosuna relacin de justa cercana. Ni se ausenta de tal manera que nos cong elemos, ni se acerca tanto que ardamosal instante como lea seca. Lo importante es la unificacin de la persona en la paz que impregna el cuerpo y elespritu, la apertura a los dems con una acogida clidaque nos recuerda la de Dios mismo, y la entrega a la misin de servir a los dems con un cuerpo disponible y dichoso, tanto en las empresas importantes como en lospequeos gestos de la cotidianidad.Las experiencias de transfiguracin nos recuerdanque nuestro cuerpo tiene vocacin de resurreccin. Losverdaderos msticos tienen cuerpos sensibles a los crucificados de este mundo, a los que merodean constantemente los linderos de la muerte. No pueden apartar susojos y su carne de esos crucificados. Tambin saben veren ellos la imagen de Dios, el cuerpo profanado del Hijoy al Padre a su lado. Getseman y el calvario no son un

    La in teg rac in persona l

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    24/103

    retroceso despus de la transfiguracin en el Tabor, sinosu dinamismo hacia la resurreccin tomand o de la man oa los crucificados de la historia. La transfiguracin noslo se vive en la quietud de la oracin, sino tambin enmedio de los trabajos del servicio al reino de Dios.Callejones marginados de miseria, salas de hospital, aulas y oficinas... pueden ser espacios que nos hablen deDios con ms fuerza que un claustro gtico.El cuerpo transformado por el abrazo de Dios, esenviado aevangelizar.Q u dice a los dems de Dios y dem mismo mi propio cuerpo? Esta es una pregunta necesaria. Las palabras que pronunciamos pueden decir algode Dios, pero la autntica Palabra de Dios encarnada en uncuerpo hum ano, habl del Padre y de su reino en la cercana, en el abrazo, en el amor comprometido y servicial alos ltimos de este mundo hasta la muerte y la resurreccin. La pascua, muerte y resurreccin de nuestro cuerpoen el servicio amoroso a los dems, dir la verdad sobreDios en una cultura de adicciones y compulsiones.

    E L LMITE DE DIOSEn los lmitesdonde yo acabocrece tu presenciacomo el ms allde m mismo.Slo puedo ser ilimitadoal adentrarme en ti.En los lmitesdonde t acabascrece mi presenciacomo el ms allde ti mismo.

    Slo puedes ser ilimitadoal adentrarte en m.Tu ser infinitoes mi frontera,y nada me detiene.Mi yo limitadoes tu frontera,y yo te detengo.Humilde Amorque tanto te limitaspara que en tiyo sea plenamente

    2. 1 pensamiento:aprobacin meditica o la locura de Dios?

    Un pensamiento propioNuestros sentidos originan la sensacin; sta, la percepcin; y sta, el pensamiento. Con ideas y con im genesvamos elaborando nuestro pensamiento, analizamos larealidad, discernimos lo que nos hace dao y lo que nosrealiza, lo que es razonable y lo que no es hum ano.La modernidad ha pretendido crear un mundo mshumano por medio de la razn cientfica y tcnica, superando la visin mgica y religiosa de la premodernidad.Pero en gran medida no ha sido as. La ciencia ha creado una m ejor calidad de vida, pero en m uchas o casionesha servido para controlar, reprimir y extirpar de la tierraa millones de personas. Hemos creado una brecha digital con los pueblos ms pob res. Con las tecnologas m savanzadas en el mercado, nunca hemos podido contem-

    a g u a s La in teg rac in persona l

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    25/103

    piar en nuestros televisores tantos millones de personasmal alimentadas deslizndose hacia la muerte. Cerradala existencia al m isterio, a la trascendencia, se em pobrece la vida humana.Existimos en una contradiccin. Por una p arte, tenemos delante todas las diversidades y, por otra, constantemente somos seducidos o conminados a pensar de unanica manera como pertenecientes a alguien que noscompra o que nos da rdenes. Mientras caminamos porlas calles, llevamos consignas militantes en la cabezay marcas comerciales en las costuras de la ropa.La apertura a las diferenciasLos medios de informacin y de comunicacin nos hacen presentes una multiplicidad de diferencias. Es unadicha para la familia humana. Por nuestras calles y pornuestras pantallas desfilan razas, religiones, modos degobierno y culturas extendidas por toda la tierra. Cadauna lanza su propia lgica al torrente meditico. Estepluralismo ensancha nuestros horizontes y expresa la humanidad comn que todos compartimos en el mismoplaneta, convertido en aldea global.Por nuestras oficinas, escuelas y pantallas desfila unamultiplicidad de respuestas ante las grandes preguntasde la vida: si existe Dios y cul es su verdadera imagen;cul es el sentido de la vida y de la muerte, de la sexualidad, de la familia y los modos de organizar la vida econmica y poltica.Las diferencias no son slo exticas muestras a lasque permitimos crecer a nuestro lado , porque todos estamos inevitablemente plantados en la misma tierra, sinoque debe darse una interaccin que nos enriquezca a to-

    dos y nos permita ser plenamente hum anos. Pero constatamos que hay rboles grandes que extienden sus raceshasta los subsuelos donde crecen los ms pobres paraapoderarse de sus recursos naturales, y su sombra globa-lizada no deja a los ms pequeos un espacio al sol, quesale para todos.No basta con la tolerancia del que permite que otrosexistan, sino que es necesario el respeto, por el que buscamos y ofrecemos en el encuentro lo que todos necesitamos para ser plenamente no sotros mismos en una casa comn, en una sola mesa compartida (Is 25,6-8; Le 14,15).Una cultura de la informacinPodremos digerir tanta informacin como llega hastanosotros, o vivimos indigestados? Es necesario estar informados. El cono cimiento, la dominacin y la solidaridad entre personas y pueblos tienen hoy arterias paramoverse por el cuerpo de la humanidad. Segn los clculos de Ignacio Ramonet...

    ...durante los ltimos treinta aos, en el mundo seha producido ms informacin que durante los cincomil aos anteriores, mientras que un solo ejemplar dela edicin dominical del New York Timescontienems informacin que la que una persona culta del siglo XIX consuma durante toda su vida (I. RAMONET,La tyranniede la communication, Galile, Paris1999, p. 184 [trad. cast.:La tirana de la comunicacin,Debate, Madrid 1999 ]).Nuestro pensamiento puede parecerse a una mesa detrabajo a la que llegan muchos documentos con informaciones diferentes, artculos interesantes a los que seecha un vistazo y se dejan para leerlos ms tarde, en un

    a g u a s La in teg rac in persona l

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    26/103

    momento ms tranquilo que nunca llegar. Hasta que secorrompen como comida vieja y se tiran, o se les da sepultura en archivos que nunca ms se volvern a abrir.Estas informaciones son vistas, en gran medida, atravs del ojo del que paga y vende la informacin. Tiene nuna entraa de negocio o de militancia.Por otro lado, las diferentes culturas y situacioneshuman as son presentadas en muchas ocasiones a rfagassuperficiales, con grandes brochazos, de tal manera quepuedan im pactar la sensibilidad del consumidor y asegurar la clientela, sin cuidar el rigor de su contenido.Informaciones tan contradictorias unas de otras sobre regmenes polticos, sexualidad, biotica, corrupcin, narcotrfico... pueden crear la impresin de que todo vale, creando unrelativismo permisivo que erosionala propia identidad. Pero si todo vale, nada vale; nada estan importante que justifique apostar la vida, la reputacin, el tiempo y los recursos. En algunos provoca unfundamentalismo defensivo o impositivo que se blindacontra lo diferente y lo excluy e, o pretende impon er po rlos medios ms manipuladores y violentos su propia visin y organizacin de la vida.

    Para alguno s, esta primaca de los medios es tan im portante que slo se imaginan existir realmente cuandopueden aparecer por un solo instante, un da cualquiera,en cualquiera de los innumerables programas (realityshows) que pretenden mostrar la realidad de la gentedesnudando su vida ante millones de personas.La alucinacin del espectculoEl espectculo necesita e impone im genes y ritmos quesorprendan y alucinen. Las sensaciones constantes y ca-

    da da ms intensas nos dificultan pensar, elaborar un autntico yo.Las sensacionesomnipresentese intensas, los flujossensoriales continuos, tendrn como efecto suprimirla alternancia entre continuidad y discontinuidad,condicin de la capacidad de pensar; inmovilizan elpensamiento, mientras que incitaran o, mejor, im pondranelmovimiento.El carcter, en otros tiemposdiscontinuo, de las percepciones sera actualmentecontinuo; las sensaciones habran sustituido a laspercepciones,descartando la alternancia entre el movimiento y la pausa -condicin del pensamiento-,imponiendo el movimiento continuo a la persona, poniendo trabas al pensamiento, obstruyendo el movimientode la persona en elpensamiento (C .HARO-CHE,L'Avenirdusensible,cit., p. 2).Fluyendo en la modernidad lquida, expuesta a todas las diferencias, saturada de informaciones contradictorias, con los sentidos invadidos por sensaciones constantes que no la dejan pensar de manera propia, con lareferencia debilitada de las instituciones tradicionales,cmo encontrar la persona su propia originalidad y c

    mo podr expresarla en un discurso claro y consistentesin dejarse diluir en el relativismo? Todos, con mayor omenor intensidad, estamos expu esto a este desafo.Este contexto cultural contribuye a crear identidades inciertas que tienen que construirse en medio detantas visiones diferentes de la vida y fluyendo con angustia en el vrtigo de los cam bios. Estamos ya m uy lejos de la m odernidad, donde las visiones de la sociedad,de la religin, de la escuela y de la familia creaban unmarco estable de referencia.

    a g u a s La in teg rac in persona l

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    27/103

    Se desarrollan identidades auto-referenciadas, sinapertura a la trascendencia ni a valores slidos y aceptado s,con un alto componente de confusin, inseguridad y miedo (cf. H. BJAR,Identidades inciertas: Zigmunt B auman,Herder, Barcelona 2007,p .98).Entre los que pueden con struirse su identidad a voluntad , a la carta, porque tienen recursos y poder, y los que viven soportando su ausencia porque no pueden competir en esta sociedad y forman una infraclase, muchos viven

    Desgarrados por laambivalencia culturalde la modernidadlquida, que ordena a la vez construirse unaidentidad y no terminarla nun ca, porque las identidades estables se ven como equivalentes de la rigidezpsicolgica, la intransigencia moral y el anquilosa-miento laboral, por citar algunos de los enemigos dela triunfante cultura de la flexibilidad (H. BJAR,op .cit.,p. 188).En nuestra cultura no parece tan importante la autonoma y consistencia de un pensamiento propio como laflexibilidad sin estructura interna que permite irse amoldando a las circunstancias siempre cambiantes en las quefluye la vida. La flexibilidad puede ser un gran valorcuando expresa la capacidad de adaptarse a las circunstancias cambiantes desde una consistencia interior bienconstruida, pero con frecuencia no es ms que un fluirgelatinoso sin columna vertebral.

    Jess, la sabidura de DiosJess no es slo la imagen de Dios encarnada en uncuerpo y la palabra de Dios articulada en un lenguajeconcreto. Jess es tambin la sabidura de Dios en

    una existencia humana situada en un tiempo y en un espacio, pero ofrecida a todos los tiempos y espacios (1 Co1,30 .Tambin es ofrecida hoy a nosotros, a quienes braceamos en las aguas rpidas de la modernidad lquida.Las palabras y signos de Jess explicitan su propio misterio, la lgica de Dios enteramente orientada hacia nosotros, para que tengamos vida en abun dancia.Esta sabidura nunca se impone a nadie, como pretenda el tentador en el desierto, ni con la reduccin delo humano a las necesidades inmediatas e insoslayablesdel alimento, como esperaban las muchedumbres hambrientas de Galilea, ni con la seduccin de los prodigios,como queran los dirigentes judos en las calles y en eltemplo, ni mediante el uso de la fuerza para asegurarseel poder, como pretendan algunos grupos armados (Mt4,1-11). Jess ofrece lasabidura expuesta, no impuesta,en encuentros humanos de m xima calidad y respeto hacia las personas, en su propia situacin, all donde tienensus races existenciales y son consistentes.

    Esta sabidura del Padre no hemos podido encerrarlaen nuestros conceptos y en seanzas. El Espritu nos ensea constantemente a comprender todo lo que Jess nosdijo con su vida, porque es una palabra siempre nueva(Jn 16,13). Jess trajo toda la novedad trayndose a smismo (San Ireneo).Jess viene a iluminar a todos (Jn 1,9), y su Esprituacta en todas las personas, situaciones y culturas. Comovemos en Pentecosts, el lenguaje del Espritu lo entienden todos los pueblos (Hch 2,9-11), porque es el lenguaje del amor y no necesita traduccin para ser com prendido . Cuando nosotros nos acercamos a Jess desde otrassituaciones humanas -las que viven los excluidos, lasnaciones hundidas en la miseria, las culturas fragmenta-

    sob re las aguas- La in teg rac in persona l

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    28/103

    das por los impactos agresivos de la globalizacin, lasreligiones que han surgido en otros contextos distintosde los nuestros-, entonces nosotros vamos a descubrirnuevas dimensiones de la sabidura de Dios que se nosrevela en Jess de Nazaret.Jess no es la existencia virtual de uno de los iconosmodernos de la sociedad de consu mo , que, tal como nosson presentados para nuestra admiracin, slo existen enel universo meditico de las celebridades, de los famosos.Jess es una palabra universal precisamente porqu e,al estar plenamente enraizada en una tierra pequea,despreciada, alcanza la plenitud de lo humano con unacreatividad sorprendente, abrindose paso en medio delomnipotente im perio romano y de la sinagoga juda, queregulaba hasta el nmero de pasos que se podan dar enun sbado.Jess se convierte as en una novedad inagotable,fuente de inspiracin para todos, especialmente para losque no figuran ni existen ms que como noticia trgicaque venden por su exigencia de justicia, por sus heridasy por su sangre derramada, porque volaron al aire en pedazos por una carga de dinamita, sed ven amenazados

    por la desertizacin o han sido barridos de la tierra porun tsunami. La cotidianidad sencilla de los millones depersonas que no figuran se alimenta de la misma sabidura que se nos revela en Jess de Nazaret.La sabidura de Dios se nos revela en la fragilidad.Muchos desinstalados y dbiles de este mundo se reconocen en ella y la beben com o una fuente permanente defortaleza, de dignidad, de sentido y de futuro.Las diferencias son un desafo para la contemplacin, que busca descubrir ah la presencia de Jes s, y para la accin, que se comprom ete en su seguimiento para

    unirse de manera creadora con l, para conducir toda diferencia verdaderamente humana, desarrollando plenamente su originalidad, a la reconciliacin definitiva conDios.La sabidura de Diosse encarna en cada uno de nosotrosEn los Ejercicios Espirituales entramos en un proceso deencuentro con Dios, con el totalmente Otro, que se nosha revelado en Jess. Aunque el centro de los Ejercicioses remover las afecciones desordenadas para ordenarlas[EE 1], la afectividad y la razn van unidas en un dilogo constante. Los Ejercicios no nos pierden en una experiencia afectiva de fusin acrtica con Dios, desconociendo y desentendindonos de nuestra propia identidadpersonal y del mundo en el que vivimos. A travs denuestra razn, vamos comprendiendo, discerniendo yelaborando el don de la sabidura de Dios, la que lnos regala y que afecta a toda nuestra persona. No siempre es fcil comprenderla y acogerla, pues en muchasocasiones aparece como locura inaceptable para la lgica que rige nuestro mundo.

    Dios creador sustenta de manera original todas lasdiferencias como expresiones distintas de s mismo. Cada persona revela un rasgo de Dios que slo ella puedeexpresar. Toda persona, sea quien sea, es creada paraalabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Seor y,mediante esto, salvar su alma [EE23 ] .Aqu se expresael mismo origen de todas las identidades, el mismo dinamismo desde el que se construyen y el mismo destinoal que estn intrnsecamente orientadas. Toda personaesta dinamizada por el Espritu para la alabanza que con-

    sob re las aguas- La in teg rac in persona l

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    29/103

    templa la bondad radical de este mund o, tanto en las m sbellas y justas realizaciones humanas como entre losfragmentos que la amenazan y la esconden. Desde esacontemplacin se relanza la creatividad que recrea laexistencia de todos.Al encontrarnos con la historia del mal, debemos re flexionar y nombrar con la mayor claridad posible el pecado en nuestra sociedad actual y en nuestra propia persona. No podemos q uedarnos slo en sentimientos, abrumados por lo pecadores que somos o lo mal que est elmun do. No nos quedamo s atrapados en la cultura de laqueja ni en la culpa m alsana. Al meditar el pecado , noslo somos invitados a do lemo s, a llorar, sino tambin atraer a la memoria [EE 56] , ponderar [EE 57], mirar [EE 58 ], considerar [EE 59] , discurrir [EE 60 ],razonar [EE 61]. Pedimos conocimiento de mis pecados y conocimiento del mundo [EE 63]. Ignaciohaba vivido en el impulso ascendente del m undo que losedujo, y saba muy bien la importancia que tiene con ocerlo con toda su lgica, capaz de encandilar los sueosde cualquiera.En la encarnacincontemplamos todas las diversida

    des de razas y culturas sobre la redondez de la tierra. Esuna visin universal. Slo as se sita bien la contemplacin del lugar concreto de Nazaret donde se encarna elHijo. Esa concrecin lleva dentro un alcance universal,pues Jess es la Palabra para todos, enraizada en el humus concreto de la tierra de todos [EE 102-109]. Al contemplar el mundo hoy,constatamosq ue las diferencias nose viven como complementarias, en una relacin de comunin, segn el deseo de Dios, sino divididas, confrontadas hasta las heridas, la exclusin y la muerte. De estamanera se crean los infiernos de la existencia humana.

    No slo pensamos con ideas; tambin lo hacemoscon imgenes. La mayor parte de los Ejercicios se centraen la contemplacin de Jess. Al final del da nos sumergimos con todos nuestros sentidos abiertos en el misterio que contemp lamos. De esta manera se nos va transmitiendo un conocimiento interno del Seor que vams all de las ideas que reflexionamos. Con respecto ala tradicin espiritual, Ignacio presenta la novedad deluso de la imaginacin en la oracin. Oramos con lossentidos de la imaginacin [EE 47]. Ignacio, comootros autores espirituales de su tiempo, pone de relievela importancia del afecto y su origen en el pensamiento.Hay pensamientos fros y pensamientos con pasin.

    Despus de cada pun to de la contemplacin, Ignacionos invita a reflectir para sacar algn provecho [EE106].Esa palabra tiene un doble significado: reflexionar,constatar, darse cuenta y, al mismo tiempo, reflejar ennosotros al contemplado. La repeticin de las contemplaciones se hace notando siempre algunas partes msprincipales donde haya sentido la persona algn conocimiento, consolacin o desolacin [EE 118].En la meditacin de las banderas encontramos la lgica de Jess y la del enemigo, que estn confrontadascomo caminos contradictorios en nuestra sociedad y ennuestra interioridad. Es una meditacin de lucidez evanglica que va ms directamente dirigida a la claridad denuestro pensamiento. Pedimos conocimiento de los engaos del mal caudillo y conocimiento de la vida verdadera [EE 139].En la contemplacin para alcanzar amor, al contemplar cmo Dios me da todo y se da l mismo en cadadon, yo soy invitado a reflectir en m mismo, considerando con mucha razn y justicia lo que yo debo de mi

    a g u a s racin

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    30/103

    parte ofrecer y dar a su divina majestad [EE 234]. Pedimos y deseamos en todo amar y servir, como Diosmismo no s ama y nos sirve a nosotros, en todo.A travs de lasmeditaciones, las de la primera semana y las de la segunda, vamos reflexionando, razonan do.Este razonar no es abstracto, fro y calculador, sino queest marcado por el afecto que conlleva el encontrarsecon Dios encarnado en el Hijo [EE 45] .Por ejemplo, podemos fijarnos en el coloquio del primer ejercicio sobreel pecado: Y as, vindole tal, y as colgado en la cruz,discurrir p or lo que se offresciere [EE 53 ]. Ese discurrir est empapado de sentimientos muy hondos sobrenuestra fragilidad pecadora y sobre la bondad inimaginable de Dios.

    Despus de cada hora de oracin debo preguntarmecmo m e ha ido, para darme cuenta de lo que ha sucedido y formularlo en un pensamiento claro. Aconseja Ignacio anotar, escribir lo vivido. En cuanto a las repeticiones,recomienda hacerlas notando siempre algunas partesms principales, donde haya sentido la persona algn conocimiento, consolacin o desolacin [EE 118].Todo este esfuerzo por clarificar lo que va sucediendo dentro de nosotros est orientado a vivir un autnticoproceso de discernimiento espiritual. El proceso del en cuentro con Dios y su resonancia dentro de nosotros esmuy complejo.En nosotros actan Dios y sus ngeles para transformarnos en Jess, pero tambin acta el ngelmalo, disfrazado de bueno [EE 33 2]. Para orientarnos enlas mociones que sentimos nos ofrece las Reglas de Discernimiento, que nos ayudan a llamar por su nombre loque vivimos, lo que viene de Dios y nos construye, y loque viene del mal espritu y nos destruye. No se trata denadar en un ocano d e sentimientos e ideas sin linderos ni

    direccin. Son reglas para en alguna manera sentir y conocerlas varias mociones que en el nima se causan [EE313-336], y as dejarnos configurar por el Espritu.El pensamiento no es inocente. En algunos momentos,el pensamiento es precisamente el disfraz que usa elmal espritu para engaarnos. Por eso dice Ignacio quedebemos mucho advertir el discurso de los pensamientos [EE 33 3, 33 4]. Afecciones desordenadas inconscientes buscan aduearse de nosotros, pero para ello necesitan esconder su desorden en pensamientos razonables que parecen evanglicos. As nacen muchas racionalizaciones y justificaciones que enmascaran nuestraverdad. El ejercitante engaado se encamina hacia el deterioro personal, hacia la desazn interior y hacia una accin menos perfecta que la novedad propuesta por Dios.Por eso es necesario mucho examinar [EE 336].El momento apropiado para hacer bien la eleccindel estado de vida que Dios nos propone es cuando el alma est en paz, sin grandes consolaciones ni desolaciones, en tiempo tranquilo [EE 177]. Entonces el discernimiento se realiza discurriendo bien y fielmente conmi entendimiento y eligiendo conforme a su santsima ybeneplcita voluntad [EE 180]. Para ello es menesterconsiderar, raciocinando [EE 181] para mirar dndems la razn se inclina,y as, segn la mayor mocin racional, y no mocin alguna sensual, se debe hacer deliberacin sobre la cosa propuesta [EE 182].En suma, nuestro pensamiento y nuestro corazn sevan configurando segn la sabidura de Dios. Para queesto sea posible unimos la contemplacin y la meditacin; el dilogo con Dios y el dilogo con el que da losEjercicios; el abandono confiado en Dios y la lucidez sobre los pensamientos y sentimientos que se mueven den-

    Caminar sob re las aguas- La in teg rac in persona l

  • 5/26/2018 Gonzalez Buelta Benjamin - Caminar Sobre Las Aguas

    31/103

    tro de nosotros; la apertura confiada a la propuesta deDios y la bsqueda incesante de su voluntad, formuladaen una propuesta clara que polarice con pasin creadoratoda nuestra vida.La asctica del pensamientoLa lgica de Dios atraviesa la realidad. No es tan evidente. Hay que descubrirla, tiene que sernos revelada.Pero entra por nuestros sentidos, pues se ha encarnadoen Jess. No es una racionalidad pura, una elaboracinde ideas aspticas. En Jess, la sabidura de Dios es imagen, narracin, cuerpo, sentimiento, conceptos. Re, sangra, huye, abraza y tiene sed. Ofrece y mendiga, iluminay confunde. Pero este es precisamente el camino delacercamiento a la realidad que esta cultura actual entiende,distancindose de la racionalidad cientfica y tcnica,que nos ha trado grandes progresos, pero tambin nosha llevado a los grandes descalabros de las ideologas yde la sociedad de consum o tal como est organizada hoyen el mundo globalizado. Constantemente tenemos quevolver a la persona de Jess para que su racionalidad seatambin la nuestra.La intensidad y permanencia de los estmulos quellegan a nuestros sentidos nos hacen difcil crear los espacios y los tiempos para elaborar un pensamiento propio que sea nuestra columna vertebral. Hemos de desacelerar el ritmo de nuestra vida y sacarla a intervalosposibles de los espacios contaminados por las sensaciones seductoras que no cesan de llegar hasta nosotros. Cada da, cada semana, cada ao, necesitamos esos espacios descontaminantes y disponibles para acoger la propuesta de Dios.

    Estamos expuestos a un exceso de informacin sesgada, pues las noticias son objeto de consumo y de competencia. Tienen precio y estn orientadas por interesesocultos. Seducir y captar el inters del consumidor esclave. Se presentan las noticias ms trgicas sobre guerras y terremotos tratndolas y dndoles seguimiento como si fuesen captulos de una telenovela. El terremoto enHait deja de ser noticia cuando ya han pasado los impactos brutales del desastre y empieza el dilogo lento ytortuoso sobre la manera de reconstruir el pas. Podemosser arrastrados por el torrente meditico para vivir sloen las sensaciones de los grandes desastres o de los espectculos ms alucinantes.

    La informacin vendida a rfagas, sin matices, tambin nos dificulta conocer realmente la realidad en la queDios est presente y acta. Esta presencia no entra dentro de los umbrales de la sensibilidad consciente de loscamargrafos y reporteros, pero ah estn expuestas lasimgenesdonde el ojo contemplativo puede descubrir laaccin del Espritu, all donde aparentemente no puedeestar y slo se constata su ausencia. Necesitamos ejercitarnos encrear otra mirada, la que descubre el fondode la realidad y es capaz de decir lo que ha visto, la accin de Dios asumiendo cada historia personal