gómez díaz, rafael - pueblo mapuche

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La cultura mapuche en su etapa prehispánica

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Pueblos MapuchesRafael Gmez Daz

Wallmapu. Territorio global mapucheEsta cultura se desarrolla entre los aos 600 d.c. hasta nuestros das.

Lengua: Mapudungunmbito: El territorio original mapuche comprende la zona delimitada por los ros Biobo, al norte y Toltn, al sur, en Chile; pero el Wallmapu (gran territorio circundante mapuche) se extiende desde el ro Maule (aunque hay asentamientos al norte de ste hasta el ro Limar), al norte de Chile, hasta la gran isla de Chilo, al sur, todo ello en Chile (zona oeste o Ngulumapu). Al este de la cordillera de los Andes (Puelmapu o Argentina) se extiende, por el norte, desde el ro Diamante en el sur de Mendoza, y el ro Cuarto en el sur de Crdoba; por el oeste, hasta el ro Salado en la provincia de Buenos Aires y el ocano atlntico; y por el sur, hasta el ro Chubut.Delimitacin de territorios y etnias

NGULU MAPU (CHILE)Picunches (Gente del norte). Habitaban el Pikun Mapu (tierra del norte) En el extremo norte del Ngulu, teniendo por lmites: norte, el ro Limar; sur, el ro Biobo; este, la cordillera; oeste, el Fta Lafken (ocano Pacfico). La parte norte, hasta el ro Maipo, estuvo sometida al Imperio Inca. Como tal pueblo desapareci por completo durante la Colonia. Se cree que era un pueblo de etnia y lengua muy diferente a la mapuche, que ya exista en el momento de la irrupcin de los mapuches en Chile (de rechazarse la tesis autoctonista), que se abrieron paso entre picunches, al norte, y huilliches, al sur.

Delimitacin del territorio PicunchePehuenches (Gente de las araucarias o de los piones). Habitan el Pewem Mapu (tierra de las araucarias) o Pire Mapu (tierra de las nieves). Gente de los dos lados de la cordillera, habitantes de la zona del alto Biobo en el Ngulu Mapu; y del suroeste extremo de Mendoza y Noroeste extremo de Neuqun en el Puel Mapu. De hecho, al ser gente de la cordillera no se les puede considerar Puelches (gente del Este, que es como genricamente se denominan los habitantes del Puel Mapu (Argentina). En la zona Mendocina pudo haber bastante relacin con los Huarpe, llegndose a considerar que son una rama de stos.

Delimitacin del territorio PehuencheMapuches (Gente de la tierra). Son los Mapuches propiamente dichos, y estaramos hablando del territorio original mapuche, en el centro de lo que hoy es Chile, entre los ros Biobo y Toltn (prcticamente toda la actual regin de la Araucana y el sur de la regin de Biobo). Suponiendo una irrupcin mapuche en vez de una evolucin autctona, esa irrupcin pudo separar un territorio bastante cohesionado, formado por los picunches al norte y los huilliches al sur, abriendo una cua entre los dos ros ya dichos. Sin embargo, en esta zona original se distinguen varios Butalmapus, aunque hay un cierto confusionismo territorial. Adems creemos que estaramos hablando en este caso de una sola etnia, correspondiendo las denominaciones slo a la ubicacin territorial de la misma.

Los Butalmapus son los siguientes:

Lafkenches (gente del mar). Ocupaban el Lafken Mapu (tierra del mar), o sea todo el territorio costero entre los ros Biobo y Toltn, aunque se extiende ms al sur, hasta las bahas de Mehun y Corral en la provincia de Valdivia.

Nagches (gente de abajo). Habitan el Nag Mapu (tierra de abajo) o Lelfun Mapu (tierra de los llanos). Entre los ros Biobo y Toltn, limitan al oeste con los Lafkenches y al este con los huenteches, aunque entre stos y los Nagches hay un cierto confusionismo y podra tratarse del mismo pueblo con distintos nombres.

Huenteches (Gente de los valles). Habitan el Wente Mapu (tierra de los valles), tambin entre los ros Biobo y Toltn. Aunque pudiera ser el mismo pueblo nagche, limitan con stos al oeste y con los Inapire al este.

Inapire (gente de la precordillera). Habitan el Inapire Mapu (tierra cercana a las nieves). Como el resto de los mapuches originales, se extienden entre el ro Biobo y el Toltn, completamente al oeste del territorio chileno, ocupando las laderas de los Andes previas a las altas cumbres.

La representacin geogrfica aproximada de los Butalmapus del territorio original Mapuche (los autnticos araucanos, aunque los actuales mapuches rechacen este trmino), sera la siguiente:

Huilliches (Gente del sur). Era un pueblo original del sur chileno a la llegada de los mapuches originales, si este fuera el caso. Ya hemos apuntado que stos, al instalarse, abrieron una cua entre los ros Biobo y Toltn, entre picunches y huilliches, que posiblemente constituan una zona cohesionada culturalmente. Tomados en su totalidad se extendan entre el ro Toltn al norte, y la Isla de Chilo y el Seno de Reloncav al sur, teniendo al oeste el Pacfico y al este la cordillera. Pero hay quien distingue el Willi Mapu (tierra del sur) del Futa Willi Mapu (gran territorio del sur) o Chawra kawin (junta de la Chaura); ambos territorios estaban separados por el ro Bueno.

Cuncos. Es una etnia diferente que habita exclusivamente en la Isla de Chilo y en zonas aledaas del continente. Son muy semejantes a los huilliches y muchos autores los consideran mapuches porque hablan sta lengua.

PUEL MAPU (ARGENTINA)

Hay coincidencia en que la expansin mapuche desde Chile hacia Argentina es relativamente reciente, entre los siglos XVII y XIX, en un proceso que llaman de aculturacin.

El Puel Mapu coincide con gran parte del territorio argentino, desde el sur de las provincias de Mendoza, San Lus, Crdoba y Santa Fe, hasta todo el norte de la provincia de Chubut, siendo su extremo sur el curso del ro Chubut. El oeste est delimitado por la cordillera y el este por el curso del Ro Salado en la provincia de Buenos Aires, aunque a mediados del siglo XVIII hubieron de establecerse una serie de fuertes al este de este ro para impedir sus ataques (San Nicols de los Arroyos, San Antonio de Areco, Lujn y Merlo, prcticamente en las puertas de la ciudad de Buenos Aires). Ms al sur, el este est limitado por el Ka Fta Lafken (ocano atlntico).

Los Butalmapus de esta parte oriental argentina son los siguientes:

Mamulches (gente de los montes). Habitaban el Mamll Mapu (tierra de los montes). Comprenda la zona del suroeste de la provincia de Crdoba, el sureste de la provincia de San Lus y el noroeste de la provincia de La Pampa. En el siglo XIX se terminaron amalgamando con los Ranqueles, desapareciendo como pueblo.

Ranqueles (gente de los caaverales). Habitan el Rangkl Mapu (tierra de los caaverales), originalmente al este de los Mamulches. Todo parece indicar que en su expansin hacia el oeste empezaron a aislar y posteriormente a absorber a los Mamulches , que quedaron englobados en ellos. Ocupaban casi toda la provincia de Buenos Aires y se expandieron hacia el sur de las provincias de Santa Fe, Crdoba, San Luis, sureste de Mendoza, la totalidad de la Pampa y norte de Ro Negro. En suma, son los indios pampas, denominados het por los mapuches originales.

Chadiches (gente de las salinas). Habitaban el Chadi Mapu, territorio bastante reducido en torno a la laguna de Urre Lauquen en la provincia de La Pampa. Terminaron aislados y englobados por los ranqueles.

Puelches (gente del este). Habitaban el Puel Willi Mapu (tierra del sureste), coincidente, en el este de la cordillera, con el Ngulu Willi Mapu chileno. Es posible que implicara el principio de la expansin mapuche hacia el este, dada la mayor facilidad geogrfica de penetracin en Argentina desde Chile por canales y lagos. El territorio corresponde con el oeste de la provincia de Chubut y el sur de la de Ro Negro. En la zona hubo una amalgama de Mapuches, Pehuenches y Tehuelches. De hecho, el trmino puelche es un genrico que abarca a toda la gente no mapuche (originalmente) del este (Argentina) y que los mapuches comenzaron aplicando a todos los het (ranqueles o pampas) y a los tsonek (patagones).

Poyuches o Poyas. Se trata de una etnia original del territorio que ocupaban (sur de la provincia de Neuqun y noroeste de la de Ro Negro), invadida por los mapuches; de ah que no tenga un mapu especfico que los identifique, como ocurre igualmente con Inapires y Tehuelches.

Tehuelches. Como los anteriores, se trata de etnias patagnicas, no mapuches, sin mapu reconocido, que habitaban la zona invadida de prcticamente la mitad norte de la provincia de Chubut, limitada por el ro Chubut. Son los Tsonek o Patagones (ste ltimo nombre puesto por los espaoles), a los que los mapuche denominaron tehuelches (gente brava). Pese a que los mapuches actuales rechacen el trmino, tambin los llamaron aucas (irreductibles, indmitos), trmino quechua previamente aplicado a una etnia mapuchizada (quizs la etnia picunche que fue la que tuvo contacto con los Incas). Es difcil considerar mapuches a los tehuelches, dado el historial blico entre ellos y sus diferencias culturales y lingsticas. Origen de la cultura mapuchePersonalmente me sumo a los que opinan que se desconoce. Por mi parte aado que desconcierta. Por eso no nos extraa el debate entre la irrupcin de una etnia fornea, que ha constituido la teora tradicional hasta hace poco y la teora autoctonista que parece ganar cada da ms fuerza.

La razn, como veremos, es que se tienen casi los mismos elementos de juicio para acreditar irrupciones de etnias extraas a las culturas previas (casos de las culturas Aconcagua en Chile Central y de El Vergel en Chile Centro Sur), como para sostener una autoevolucin de dichas culturas previas (casos de las culturas Bato y Llolleo en Chile Central, y de la cultura Pitrn en Chile Centro Sur).

Veremos cosas tan desconcertantes como que la cultura Llolleo, de clara influencia andina, tiene conexiones evidentes con la cultura Pitrn, genuinamente mapuche; mientras que su sistema de enterramientos, bajo el piso de las habitaciones aunque a veces forman pequeos cementerios aislados de sus viviendas, se mantiene posteriormente tan solo en El Vergel, que vendra a ser el contraste andino extranjero con Pitrn. Por su parte la cultura Aconcagua, muy posiblemente fornea, impone un nuevo sistema de enterramiento en tmulos denominados ancuvias que parece un trmino mapudungn (cosa seca y podrida) que vincula el sitio a una entidad protomapuche. Para colmo de desconciertos, en El Vergel son caractersticos los cueles, tmulos de uso ceremonial pblico para diversos usos, incluido el enterramiento de personas importantes, segn Latcham. Influencia Aconcagua?

Tambin condiciona bastante el hecho de que el pueblo mapuche comprenda una gran variedad de etnias diferentes, asentadas en territorios lejansimos unos de otros, que muy bien pudieron tener evoluciones diferentes y orgenes distintos. En suma, por nuestra parte creemos que cada evidencia (irrupcin fornea o autoevolucin) puede ser cierta en s misma y corresponder, quizs, a slo alguna etnia especfica de todas las que componen el pueblo mapuche. Es una problemtica muy cercana a la desconcertante cultura andina aimara, donde una lengua comn puede confundir mucho sobre orgenes, etnias y territorios.Las teoras tradicionales, con algunos matices diferenciales, sostenan un origen amaznico basado en similitudes de raza, que habra migrado a travs de Argentina. En todo caso haba coincidencia entre los autores sobre una proveniencia nortea, ms o menos evolucionada. Segn esta teora, como ya hemos dicho, habra existido una irrupcin mapuche abriendo una cua entre los picunches y los huilliches (hoy da tambin considerados mapuches), forzando su asentamiento en sus territorios originales.

La teora revisionista, que poco a poco se abre paso, est llevando a una tesis autoctonista, de autoevolucin, muy de moda en Amrica por razones nacionalistas. En el caso especfico de los mapuches, creemos muy probable que sea cierta, no slo por las investigaciones de Dillehay y Mostny, sino por la escasa evolucin mostrada por la cultura en comparacin con otras mucho ms evolucionadas (en etapas y pocas comparables). Esta falta de evolucin cultural es coincidente con etnias asentadas en territorios extremos y aislados, de difcil acceso y escasos contactos con otros pueblos, sin perjuicio de la inevitabilidad de los mismos, que es lo que los hace evolucionar ms all de la evolucin inercial propia.

Por eso nos resulta muy sensata la tesis de Bengoa de que en el caso de los mapuches se tratara de grupos antiguos que fueron evolucionando y cambiando. Es probable que tambin establecieran contactos con otros pueblos del norte. La secuencia de los hallazgos arqueolgicos recientes es clara. Existira una relacin, por ejemplo en la cermica entre los grupos alfareros del norte chico del centro de Chile y del sur mapuche. Podramos decir simplificando que las culturas fueron aprendiendo unas de otras de norte a sur, a travs de muchos siglos. Tras todo lo dicho hasta ahora, mi impresin personal es que podramos estar ante un fenmeno poco frecuente, pero no excepcional, en que etnias ms avanzadas que incursionan en un territorio, terminan digeridas por los pueblos locales, ms atrasados pero ms guerreros, que adoptan algunos avances culturales de los inmigrantes (no olvidemos que los mapuches resistieron incluso con los espaoles, adoptando tecnologas de stos). Podra ser perfectamente el caso de inmigrantes andinos que producen la cultura Llolleo en amalgama con el grupo autctono Bato, y que posteriormente introduce en el arcaico sur la cermica que desemboca en Pitrn, para terminar su influencia, extranjera y andina, en El Vergel; pero todo ello sin conquistar o sin imponerse a los locales, sino, antes bien, terminar amalgamados con ellos. En esta impresin personal, fallara estrepitosamente el caso de la cultura Aconcagua, verdadero islote de desconcierto, al que muchos consideran el verdadero precedente mapuche.La mapuche es una cultura muy difcil de datar con rigor. No falta quien pretende que ya sean mapuches los asentamientos prehistricos de las zonas que ocuparon en los llamados periodos ltico y arcaico, y puede parecer exagerado no hablar de mapuches hasta el ao 600 d.c.; pero en realidad es en el siglo VII, como veremos, cuando verdaderamente se aprecian rasgos especficos de esta cultura, con el complejo Pitrn.

No obstante no silenciaremos precedentes culturales que, sin poder llamarse con rigor mapuches, apuntan caractersticas que alientan la tesis de Bengoa sobre una evolucin autctona.

Tambin es necesario apuntar la diferente evolucin y cronologa de la zona comprendida entre el ro Choapa y el Maule (Chile Central, ocupado por los picunches) de la zona entre el ro Biobo y el seno de Reloncav (Chile Centro-Sur, territorio original mapuche y huilliche)

Con estas premisas, nuestras conclusiones sobre los precedentes mapuches (eludiendo el trmino origen) son las siguientes:

Chile Central (entre los ros Choapa y Maule)

En chile central el periodo agroalfarero temprano se extiende entre el 800 a.n.e. hasta el 900 de nuestra era. Segn Carole Sinclaire, no hay claridad respecto del origen de la tecnologa cermica y la hortcola que surgen a la par para definir un nuevo estadio de desarrollo durante este perodo. En la costa se encuentran registros de las primeras cermicas alrededor de 860 a. C, en Punta Curaumilla, asociada a poblaciones pescadoras de tradicin arcaica. Alrededor del 300 a.C. comienzan a aparecer en la costa central una serie de manifestaciones culturales semejantes, que los arquelogos agruparon en una tradicin cultural denominada Bato. Entre el 150 y 900 d.C. se desarrolla el Complejo Llolleo que, por algunas centurias, coexiste con la Tradicin Bato y comparte con ella varios rasgos culturales. Las comunidades Llolleo siguen enterrando a sus muertos bajo el piso de las habitaciones, aunque a veces forman pequeos cementerios aislados de sus viviendas, con un ajuar funerario ms diverso compuesto de vasijas de cermica, adornos corporales, piedras horadadas e instrumentos de molienda. Los prvulos fueron enterrados en urnas de cermica, un patrn de entierro que compartirn con otros desarrollos culturales contemporneos de ms al norte, como El Molle y del centro-oeste argentino. Esta usanza funeraria tan caracterstica de las sociedades formativas andinas, desaparecer en las culturas ms tardas, como en el Complejo Aconcagua y se mantendr en El Vergel, el desarrollo agroalfarero prehispnico tardo de la zona centro-sur mapuche, aunque en este caso destinado a adultos. Tambin practicaron la deformacin intencional de sus cabezas, indicando posiblemente el surgimiento de diferencias sociales o de rango al interior de estas comunidades. Las comunidades Llolleo no tenan una especializacin concreta en un tipo de actividad econmica, ms bien estuvieron adaptados en cuanto al uso eficiente de los recursos que los diversos medioambientes les ofrecan a travs del perfil costa/cordillera. Una de las caractersticas ms notables de estos grupos, es su alfarera. Algunas de estas cermicas guardan estrechas semejanzas, en cuanto formas y tcnicas de fabricacin con aquellas del Complejo Pitrn del centro-sur de Chile, en algunas centurias coexistente. An ms, se ha planteado, incluso, que estos mismos elementos cermicos podran ser indicadores para postular a los grupos Llolleo en relacin con Pitrn, como partcipes del sustrato tnico de los mapuches histricos. Tambin comparten un sistema de asentamiento-subsistencia basado principalmente en actividades de recoleccin y caza y horticultura incipiente, muy semejante a los de los mapuche histricos. Durante el periodo agroalfarero intermedio tardo (900 a 1470 d.c.) se desarrolla en esta zona la cultura Aconcagua. El origen de la poblacin Aconcagua es todava una gran incgnita de la prehistoria regional. Entre las hiptesis ms aceptadas por los investigadores y de acuerdo a las evidencias existentes, est la que plantea que no descenderan de los antiguos grupos del Perodo Agroalfarero Temprano, pues no se aprecian continuidades culturales ni procesos de evolucin local, salvo aquellas que tienen que ver con un modo ms o menos compartido de aproximarse y ocupar un mismo paisaje, recursos y territorios. Por el contrario, muchos de los rasgos culturales que le dan fuerte identidad a este Complejo, como su alfarera y la manera de enterrar a sus difuntos, parecen antagnicos con los de sus antecesores en la regin. Esta situacin, que constata el rompimiento de una tradicin relativamente homognea de alrededor de mil aos de duracin, sera producto del arribo de una nueva poblacin, probablemente procedente del centro oeste argentino y/o altiplano boliviano, mediado o escalado por entidades culturales del Norte Chico. Entre los sitios ms importantes de la cultura Aconcagua se encuentran sus cementerios de tmulos que corresponden, junto a su industria alfarera, a una de sus caractersticas materiales ms identitarias. Se localizan preferentemente en el valle central y rara vez se les registra en la costa, lo que apoya la idea de que el ncleo central de asentamiento de este complejo se encuentra en la primera zona mencionada. Localmente se denomina a los tmulos como ancuvias, que significa segn el Diccionario de la RAE sepulturas de los indios chilenos. Indagando en el trmino, encontramos que para Rodolfo Lenz (1905-1910:132), el concepto podra ser de origen mapudungn, y aludir a la misma sepultura, de acuerdo a su significado si se descompone en anc y va, que quiere decir cosa seca [como un cuerpo humano o rbol] y podrido, respectivamente. Esto no deja de ser sugerente para referirse a una sepultura con momias en este territorio, que sin poca polmica, se ha vinculado reiteradamente a una entidad proto-mapuche. Esta manera de enterrar a sus muertos, en un lugar especial, lejos del rea habitacional y bajo montculos, rompe fuertemente el tipo de entierro bajo el piso de las viviendas que caracterizaba a los anteriores pueblos Bato y Llolleo, sealando una de las ms fuertes oposiciones de esta cultura. El otro aspecto identitario de esta poblacin es su industria alfarera. Ella se caracteriza tambin por romper con los patrones alfareros anteriores, agregando nuevas formas cermicas (especialmente escudillas y platos), tecnologas ms depuradas y estilos decorativos, abandonndose el modelado e incorporando la policroma de diseos geomtricos realizados con pintura negra y blanca sobre una superficie de color anaranjado (salmn) o engobada de rojo. Los resultados de las ltimas investigaciones arqueolgicas acerca de esta cultura en sus diversas manifestaciones regionales y tipos de sitios, permiten reconocerles un sistema econmico agromartimo, con un nfasis agrcola basado en un inicial manejo hidrulico (acequias y canales de regado) para el cultivo de maz, calabazas, porotos, qunoa y zapallo, y con prctica de una incipiente ganadera con guanacos amansados (el chiliweke que describen los registros coloniales). Por ahora, la arqueologa no ha podido demostrar que la gente Aconcagua manejara llamas domsticas. Chile centro sur (entre el ro Maule y el Seno de Reloncav)

El primer problema que tiene la zona es que ni siquiera se puede hablar de un periodo formativo propiamente dicho, a menos que, para respetar el concepto, tuviramos que referirnos a fechas muy recientes. Ximena Navarro dice que la primera pregunta para este perodo es qu sucedi con los pobladores arcaicos, y hasta ahora la hiptesis propuesta que subsiste es una inmigracin de familias afuerinas a la regin provenientes de sectores costeros de la Zona Central, del complejo Llolleo, a travs de los cules irrumpe la cermica. El inicio de este perodo formativo para el sur lo podemos situar alrededor de la primera o segunda centuria despus de Cristo. No hay indicios de que la nueva poblacin alfarera (una etnia?) haya cambiado completamente el patrn preexistente de vida, es decir la recoleccin sigui siendo esencial tanto en los mbitos precordilleranos como costeros y por ende tambin en la vertiente oriental, pero la ingresin de este componente cultural distinto se traduce en la presencia de tipos de cementerios distintos. Pero hay que esperar a Pitrn para poder hablar con propiedad de precedentes serios de la cultura mapuche. Pitrn tiene su expresin espacial entre el Biobo y el Seno de Reloncav como eje norte sur y entre la costa Pacfica y el sector oriental de la cordillera de los Andes: Neuqun y Rio Negro como eje este-oeste. Dataciones por termoluminiscencia para la zona (Adn y Mera....) sitan su ms temprana presencia en 600 d. C. Socialmente el complejo Pitrn se manifiesta en asentamientos familiares reducidos en el mbito precordillerano a modo de bandas (Aldunate, 1989) habitando las riberas de lagos y ros con movilidad residencial. Sus principales actividades econmicas eran la caza y la recoleccin y posiblemente seran los iniciadores de la horticultura y de la domesticacin de animales en estas regiones.

Por su parte El Vergel aparece entre el 1100 d. C. y 1500 d. C. (Adn y Mera 1997), entre Angol y la Zona de Huilo, inmediatamente al sur de Toltn. Estaramos hablando por tanto de Huilliches. El sitio de Alboyanco en las cercanas de El Vergel y del rio Hueque pese a ser una sola urna cermica pero de una excepcional conservacin que entrega la posibilidad de recuperacin del contexto completo, nos ha permitido entender la complejidad del ajuar funerario, el que refleja varios aspectos destacables y formativos compartidos con las culturas andinas: tcnicas textileras complejas de torcedura y de diseo, tratamiento de lana de llama, morfologa craneal emparentada a la actual poblacin mapuche con presencia de deformacin craneana por cuna (kupkwe) y el trabajo de la madera en una cuchara antropomorfa cuyo estilo se relaciona con otra encontrada en la zona de Neuqun. El Vergel genera una batera de interrogantes, algunas de las cules pueden irse al menos ordenando mediante una analoga de rasgos culturales externos con algunos locales que nos parece pertinente al menos enunciar, para encontrar las derivaciones u origen que puede estar explicando procesos que comenzaron a plasmarse mucho tiempo antes que la presencia de El Vergel en la zona y es justamente su fuerte raigambre andina (Navarro y Aldunate, 2002), .. se sugiere que esta zona debi ser un laboratorio para el estudio de procesos transicionales.... Alboyanco es un ejemplo de un proceso de andinizacin en el sur de Chile por sus textiles, la cuchara de madera... etc. Los textiles recuperados que evidencian el dominio de tecnologas caractersticas de tejidos formativos de los Andes, el manejo de la llama (Lama glama), las vestimentas, la presencia de cucharas elaboradas de madera, el probable hallazgo de semillas de zapallo y quinoa en un contexto de innovaciones agrcolas, la inhumacin en urnas, y los contextos cermicos que tienen evidente relacin con la cermica formativa de la zona central de Chile, son indicios claros que por el 1300 d. C. las sociedades del sur del ro Bio Bio estn dando un paso ms en el camino hacia un proceso cultural de nivel continental (Navarro y Aldunate, 2002:219).

Y sin embargo, tambin tiene El Vergel rasgos aparentemente exclusivos de la cultura mapuche, como los cueles, colinas de tamao mediano considerados por Dillehay como un espacio pblico, desde al menos 1200 d. C. Se trata de un tipo de arquitectura religiosa, con funcin simblica ceremonial, entre otras el uso fumatorio. Westfall sostiene que hay una larga tradicin fumatoria en la zona centro sur desde el 600 d. C que perdura hasta ahora. El uso de pipas est documentado en los cronistas que destacan que se hacan con ella invocaciones a los antepasados y a los espritus protectores.

Hay constancia de convivencia entre cermica Pitrn muy tarda y del complejo El Vergel lo que confirma la coexistencia, despus del 1000 d.C., de diferentes grupos alfareros formativos, pero que compartieron espacios comunes al menos en ciertas pocas del ao y posiblemente expresando un modo de vida igualmente distinto. Asimismo, la presencia de cermica con pintura negativa rojo-negro, caracterstico del Complejo Pitrn en el sitio histrico temprano de Santa Sylvia en Caburgua, avala la idea de la marcada tradicionalidad de los habitantes de estos sectores en su manera de producir alfarera. Como podemos observar, concluimos el anlisis del origen de los mapuches con el mismo desconcierto que lo empezamos. Estamos con Ximena Navarro cuando concluye: lo fundamental sera plantear tal vez que no existieron fronteras tnicas, al menos el registro no lo permite en momentos anteriores a la conquista hispnica, sino espacios conformados por la expresin de distintas colectividades culturales, complejos o sociedades, llammoslas como sea posible, tanto en la costa, valle y andes, los cules desde muy temprano experimentaron el proceso de colonizacin conectados en una lgica de percepcin espacial, cultural y simblica relacionada a la trashumancia estacional o tal vez a la ocupacin dinmica de los territorios donde los recursos de los bosques de notofagus y de araucarias, los de los lagos, de los volcanes y los del mar pudieron ser apropiados. La permanencia de los grupos en el valle, cerca de la Cordillera de Nahuelbuta, y cerca de los grandes ros aport a las condiciones para un cambio cualitativo hacia otras actividades y formas de vida que se fueron diversificando con la introduccin de prcticas hortcolas y agrcolas, nuclendose ms y significando sus espacios territoriales tal vez mediante una arquitectura o monumentalidad del paisaje como es el caso de los cueles. Extincin

La cultura ha sobrevivido hasta nuestros das, aunque obviamente contaminada por todo tipo de influencias y conmociones, desde las conquistas Inca, en el norte, y la espaola en todo Chile, hasta los intentos de erradicacin de los Estados independientes de Chile y Argentina, particularmente la del general Roca, en ste pas.

En el largo camino de supervivencia se extinguieron varias etnias especficas, como los picunches, los mamulches y los chadiches, algunas de ellas por confusin o amalgamiento con otras etnias vecinas (ranqueles).

Actualmente existe un fuerte movimiento reivindicativo mapuche en Chile y Argentina que est logrando, al menos, la preservacin de las etnias y de diversos aspectos culturales de ellas.Lengua y escritura

Parece haber unanimidad, con muchos matices propios del tema, en un origen andino del mapudungun. Louisa Stark la relaciona con un protomaya que sera origen de las lenguas yungas peruanas y de la uru-chipaya del Titicaca. Mary Key, adems de relacionarla con otras lenguas chilenas como el kawsgar, el yagan y las lenguas Chon de la Patagonia, concluye en el parentesco con las lenguas pano-tacanas de Bolivia. La clasificacin de Joseph Greeberg la incluye entre las leguas andinas del grupo meridional como el patagn y el yagn. Para l, el "araucano" no era una lengua individual, sino un subgrupo compuesto de cuatro idiomas: el araucano, el mapuche, el moluche y el pehuenche (ignoramos el motivo de que separe el araucano del mapuche). Crese plante la posibilidad de parentesco con las lenguas de la familia arawak.

Como ancdota podemos comentar que el nufrago ingls John Byron seal que los espaoles preferan usar la lengua indgena porque la consideraban "ms bonita" y por la misma poca el gobernador Narciso de Santa Mara se quej de que los espaoles se expresaban mal en castellano y bien en veliche y que la segunda lengua se usaba ms.

EscrituraEl Mapudungun no es un lenguaje escrito. Los primeros en intentar escribirlo fueron los misioneros, quienes trataron de adaptar su pronunciacin a idiomas Europeos. Cada autor intent crear una adaptacin del alfabeto Mapudungun. Por esta razn hoy en da existen textos escritos en diferentes alfabetos. Curiosamente, como ocurre con la lengua vasca, actualmente hay un alfabeto unificado, que ha sido adoptado por la mayora de los expertos.Religin y culto a los muertos

Sin olvidar que hablamos de los mapuches prehispnicos y no de los actuales, me han resultado sorprendentes dos cuestiones: la de los diferentes nombres del dios supremo en la poca prehispnica (Pilln) y la actual (Nguenechen) (es muy extrao que un dios cambie de nombre a lo largo de la historia sin que haya cambio de lengua) y el gran contraste entre la ptica de los cronistas y la de los autores modernos sobre la religiosidad mapuche y sus ritos.La ptica de los cronistas

Rolf Foerster, a travs de una serie de citas de misioneros cronistas, nos aporta una serie de detalles que nos permiten conocer prcticas concretas. No deja de ser curiosa la unanimidad de todos esos cronistas en identificar el ser superior mapuche, Pillan, con el demonio.

Comienza citando a Gernimo de Bibar, que se extraaba de que los indios de esta provincia (Mapocho) no tienen casa de adoracin ni dolos, afirmando que adoraban al sol y a la luna. Tienen con el demonio su pacto y stos son sealados entre ellos y aun temidos. El espacio privilegiado para ese vinculo era la fiesta: all realizan sus placeres, se regocijan juntndose a ...beber, y tienen gran cantidad de vino ayuntando para aquella fiesta, y taen un tambor con un palo y en la cabeza de l tienen un pao revuelto, y todos asidos de las manos cantan y bailan. Llvanlo tan a son que suben y caen con las voces a son del tambor. Para estas fiestas sacan todas las mujeres y ms ricas ropas que tienen y cosas preciadas entre ellos, embjanse los rostros cada uno la color que quiere ... Aqu se embriagan y no le tienen en nada; antes, lo tienen por grandeza. El vinculo con el demonio se efectuaba a travs de la sangre de los hechiceros: estando en las fiestas, stos se levantan y, apartados un poco de la gente, hablan como si tuviesen al demonio...Estando en esta habla, saca una quisca que ellos llaman, que es una manera de huso hecho de palo y, en presencia, de toda la gente, se pasa con ella la lengua dos o tres veces y, por el consiguiente, hace los mesmo a su natura, y aquella sangre que saca, lo escupe y lo ofrece al demonio, que esto lo tiene encestidos. Los enterramientos eran otro momento donde se combinaba la fiesta y la alianza con el demonio: ...murindose un seor u otra cualquiera persona, ayntanse todos los parientes y amigos del muerto y tienen muy gran cantidad de su vino, y ponen el difunto en el cuerpo de la casa. Juntos todos hacen su llanto y sus oraciones dedicadas al demonio, nuestro adversario, y all lo ven. La costumbre de enterrar al difunto con semillas, para que coma y siembre all a donde fuere era causa de que los tiene ciegos el demonio.

Cita luego a Alonso de Ovalle, que ratifica plenamente a Bibar: jams he odo decir que se hayan visto entre estos indios templos, que adoren dolo. Tienen algn conocimiento, aunque imperfecto y confuso, de alguna deidad que despus de esta vida premia y castiga en la otra, a la cual tienen por cierto han de pasar y pasan despus de la muerte. Es muy claro argumento de esto el cuidado que tienen de poner a los muertos en las sepulturas comida y bebida, y tambin vestidos, que es como darles vitico y hacerles el matolaje, para el largo camino que han de hacer; de lo cual tambin se colige que suponen la inmortalidad del alma. El poder de los hechiceros, no se reduce a provocar la enfermedad y a la muerte. Tambin consultan al demonio: ...reciben de l sus orculos y respuestas; y as suelen amenazar con tempestades, truenos, lluvias o secas, y de hecho se suelen ver algunos efectos de estas amenazas, y por esta causa vienen a dar los indios al demonio este modo de culto, ms de temor que le tienen que de amor o reconocimiento de alguna deidad que en l reconocen.

Cita tambin a Diego de Rosales, que reconoce, al igual que los autores ya citados, la ausencia de idolatras, por ser estos indios los ms brbaros de las Indias, porque ni conocen al verdadero Dios, ni tienen otros dioses falsos ni dolos que adorar, y as no saben de religin, culto ni adoracin, ni tienen sacrificios, ni ofrendas, ni invocaciones. Slo invocan al Pilln, y ni saben si es el demonio ni quien es; mas, como se les aparece a los hechiceros y les habla, les da a entender que alguno de sus parientes o caciques difuntos, y como a tal le hablan, sin hacerle adoracin. Tambin dice que lo que ms que ensean a sus hijos y a sus hijas es a ser hechiceros y mdicos, que curan por arte del diablo.

El padre Juan Ignacio Molina, tambin citado, dice que Ellos reconocen un Ente supremo, autor de todas las cosas, a el cual dan el nombre de pillan: esta voz deriva de pulli o pilli (la alma) y denota el espritu por excelencia. Lo llaman tambin guenu-pillan, el espritu del Cielo; butagen, el gran Ser; thalcave, el Tonante; vilvemvoe, el Creador de todo; vilpepilvoe, el Omnipotente; mollgelu, el Eterno; avnolu, el infinito, etc.. Acerca de esto ltimo Foerster nos previene: sin embargo, hay que tener cuidado porque Carvallo y Goyeneche seala con justeza el carcter arbitrario o novedoso de este sistema: butangen, vilpepilvo, gran ser, creador de todo, vilvembe, mogigelu, aunolu, omnipotente, eterno, infinito, que se hallan en su idioma, son combinaciones inventadas por los misioneros para hacerles comprender los atributos divinos, y hacerles entrar por los principios de nuestra religin.

Tambin pone de manifiesto Foerster el contraste entre las deducciones de los jesuitas, a quienes pertenecen todas las citas anteriores, salvo la primera, de Bibar, y los franciscanos. Dice que al principio la opinin de stos era muy negativa y pone como ejemplo la frase, sin firma, de que creen que hay un diablo no ms, al cual dan el nombre de Pilln, tenindolo por un seor muy poderoso y cruel y autor de los rayos, de los volcanes y temblores. Se persuaden que les cra y conserva sus sementeras y ganados y as cuando experimentan alguna calamidad en ellos o en las personas acuden a el por medio de los adivinos, genhuenes, genpirus u otros formando juntas de rogativa y sacrificando animales, chicha y otras cosas. Le llaman arrojando al cielo humo de un cigarro o escupiendo hacia arriba la sangre chupada de el corazn de el carnero sacrificado clamando al mismo tiempo que baje en remolino negro o azul para su remedio asegurando algunos que se le aparece en varias figuras y les dice el motivo de su enojo y el modo de aplacarle.Citando a Sors dice que otra manifestacin de su gentilidad era el papel que desempeaban los machis, que mantenan un pacto explcito con el demonio, con el Pilln: ...cuando tienen o padecen alguna epidemia la atribuyen a enojo del Pilln, y por esto consultan a sus adivinos o machis que llaman, que son unos hombres que visten en la misma conformidad que las indias, los cuales con signos, visajes, brincos y saltos, les dicen lo que quiere el Pilln... Asimismo estos son los mdicos que curan al mismo tono sus enfermedades. Sors remata diciendo que ...no he visto otra nacin que use menos de la noble parte racional que tiene: todos sus ritos y costumbres son bestiales ... en todo se gobiernan por los sentidos del cuerpo.

Foerster remarca el contraste entre la evangelizacin de los franciscanos y la de los jesuitas, a quienes haban sustituido tras la expulsin de stos. Los franciscanos estaban prcticamente escandalizados de la inutilidad de los esfuerzos de los primeros y Foerster nos deja la siguiente perla de Sors: ...es necesario para la debida inteligencia, saber que los indios, como brbaros y sin instruccin, hacan tan poco caso de estas correras (las efectuadas por los padres jesuitas), que segn me han asegurado personas fidedignas, testigos de vista y odas, tuvieron el atrevimiento de decir a los padres jesuitas, en varias ocasiones, que para qu emprendan tanto trabajo en bautizar a tantos chiquillos, que bastara les bautizasen sus miembros viriles, con lo cual saldran todos sus hijos bautizados y con esto excusaban cansarse en ir a sus tierras todos los aos a bautizarles sus chiquillos. Quin ha odo jams semejante insolencia? Quin ha visto tan sacrlego pensar?.

La ptica de los autores modernos

Se puede afirmar que la religin mapuche comparte tres caractersticas con la mayora de religiones indgenas. Es una religin csmica, es animista y es chamnica. Lo primero, que se refiere a la bsqueda de un fundamento, es caracterstico de cualquier religin y concierne a las referencias del mundo profano al poder divino que lo sustenta; lo segundo quiere decir que esta religin percibe a la naturaleza como animada por poderes ocultos en los distintos elementos, poderes que pueden ser favorables o no, y que se subordinan a un poder supremo; finalmente, para controlar estos poderes en la naturaleza existen los chamanes o machis cuya funcin principal es la restauracin del equilibrio.

Foerster destaca que posiblemente en Chile sean pocos los grupos o sectores que manifiesten con tanta claridad como los mapuches, que su identidad, su ser (inseparable de las condiciones de vida: de la tierra (Mapu), los animales, la naturaleza), se liga, hasta confundirse, con lo sagrado (las divinidades, los antepasados). Es una certeza ritual, por decirlo as, porque son los ritos tradicionales los que hasta el da de hoy convocan y unen a los mapuches.Para Latcham las dos claves de la religiosidad mapuche estn en el totemismo y en el culto a los antepasados. Para l el Pilln entonces era el espritu del antepasado, el fundador de la tribu. No era un ser nico, sino mltiple y cuya personalidad variaba segn el grupo y el ttem. Era protector y auxiliador. No tena los atributos de una divinidad, ni fue deificado, aunque a veces se le mitificaba. Considera, as, que al Pilln no se le adoraba; empero, se le hacan rogativas. Latcham distingui en el culto de los espritus dos fases distintas, una destinada a apaciguar las almas de los muertos recientes, a quienes deban contentar para impedir que volviesen o que les hiciesen algn dao, la que podemos llamar preventiva, y la otra el verdadero culto a los antepasados. Este culto se diriga a todos los espritus de los antepasados que haban descendido del fundador clan o la tribu; pero en especial a ste o ms bien a su espritu (Pulli), quien, como padre de todos, gobernaba y dominaba a los dems. Los araucanos reconocan, adems de los espritus de los antepasados, otras clases de espritus casi siempre malvolos, muchos de ellos convertidos en seres mitolgicos; a stos no se le ofrecan cultos, ni tenan parte en sus proyecciones de la otra vida. Este es, a grandes rasgos, el cuadro que nos presenta Latcham de las creencias de los mapuches a la llegada de los espaoles. Los cambios que se produjeron en ellas fueron provocados tanto por factores internos (la transformacin del matriarcado) como externos (influencia del cristianismo). El totemismo y su culto se relacionaban con el sistema de filiaci6n matrilineal; al declinar ste y predominar el patriarcado, el totemismo fue desapareciendo, y con ello tambin se fue borrando la nocin concreta de Pillan, hasta convertirse en una especie de antepasado nacional nico, cuyos atributos tambin se modificaron por las nuevas ideas inculcadas por un contacto ms directo y cercano con los europeos. La voz nguenechen es aprehendida de los europeos dndole todos los atributos de su antiguo Pillan a quien ha reemplazado. Y si los Ngillatunes eran antes rogativas dirigidas al Pilln, hoy lo son a nguenechen, nguenemapu o Dios, siendo seguro que bajo estas nuevas denominaciones sigue el mismo culto de los antepasados.Toms Guevara, tambin citado por Foerster, aporta un par de datos claves para entender la religiosidad mapuche. Acerca de Pilln nos dice que la teogona indgena colocaba en el espacio otros espritus o genios potentes, con voluntad propia, que obraban tambin directamente en los destinos humanos. Figuraba como primera categora y poder el que los araucanos han llamado Pilln. Sus manifestaciones visibles eran el trueno, el rayo, los relmpagos; era el dueo de las nubes, lluvia y el viento; las erupciones volcnicas expresaban su nimo, siendo reverenciado de un modo que sobrepasaba en mucho a la veneracin que discerna a los otros espritus.Tras leerlo detenidamente, nos ha parecido imprescindible citar tambin a Aukanaw, pese a ser conscientes de la lacra de esoterismo que arrastra este cientfico, cosa que a nosotros nos parece mucho ms producto de unos seguidores sectarios e iluminados, que lo han interpretado interesadamente. Creemos que sin sus explicaciones de iniciado nos es difcil entender el mundo de los machis (chamanes) y los ritos mapuches.Aukanaw nos advierte de que para captar los significados de los sistemas, estructuras, y elementos religiosos que se presentan en una cultura chamnica, como la mapuche, se los debe abordar aplicando las leyes de la lgica del smbolo. Como mapuche, iniciado y heredero de la mxima autoridad religiosa, el ren, es muy crtico con la mayora de los autores que escriben sobre la cosmovisin mapuche, aunque, recprocamente, recibe acusaciones de pertenecer ms al mundo de la hermenutica que al de la ciencia, como ya dijimos.

La religin mapuche tiene una jerarquizacin bien perfilada, que comienza con dios mismo, en el que Aucanaw pretende ver un total paralelismo con el dios principal de muchas otras culturas americanas. Si vamos a la representacin grfica de ese dios, dicho paralelismo es incuestionable:

Segn l, dios es representado en una postura semejante a aquella de los batracios o a la de una mujer parturienta, pero a pesar de esto no surge de ellas, sino del misterio de la cruz. sta surge de la conjuncin de las dos serpientes csmicas, una activa y otra pasiva, ellas en su entrecruzamiento (sntesis) forman una cruz.

El recepcionario directo de su sabidura, algo as como el sumo pontfice, es el ren que conoce el sentido de los ritos y mitos, el estudioso de la metafsica, de la astronoma, de los ciclos y estructura del cosmos, de la escritura, el practicante de una disciplina especial fsica y mental, y el buscador incansable de la realizacin metafsica o liberacin.

Por debajo de ellos estn los machis o chamanes propiamente dichos, mezcla de sacerdote y mdico. Para ser iniciado en su sacerdocio debe pasar por una serie de pruebas rituales que, de aprobarlas, lo cualificarn para la funcin. Estas pruebas se hallan presentes a lo largo de un viaje mstico, e implican sin excepcin un descenso al mundo inferior y la muerte simblica del candidato, para ascender posteriormente a la regin celestial o superior con un segundo nacimiento en un estado trascendente del ser, volviendo finalmente al Mundo Medio, el de los humanos. El viaje de descenso y la muerte simblica son los preliminares de la iniciacin, su camino, y no la iniciacin misma .

Respecto de la concepcin de la muerte, son asombrosas las coincidencias con la mitologa griega: El mundo inferior (Ng'llchemaiwe) es donde moran las almas de los muertos y los daemones productores de las enfermedades; all no estarn ni los nobles (lmen) ni los machi, como tampoco los muertos heroica y fulgurantemente. Para llegar all es preciso, luego de un largo y obstaculizado viaje cruzar un oscuro y peligroso ro (Kllenleuf) a bordo de un fantasmagrico navo (Kaleuche), previa entrega de un "pase" (Llangkas) a una vieja guardiana y gua (Trempulkalwe), caso contrario el alma ser condenada a vagar penando, y si el imprudente es un ser vivo ser atrapado y morir por prdida del alma (salvo que un machi logre rescatarla a tiempo). El mundo inferior est situado simblicamente en el interior de la Tierra, pero no en su centro, y para las tradiciones chamnicas las entraas de la tierra son "entraas" propiamente dichas, intestinos, Kllche, con el sentido implcito de tero, matriz o seno materno. Estas con sus innumerables circunvoluciones son las que recorre el machi en su descenso. Ese sendero est lleno de obstculos: pasos difciles, bosques ardientes, ros hirvientes, monstruos guardianes, vientos helados, etc. Despus de todas estas pruebas recin ser capaz de rescatar las almas de otros y recin ser digno de ostentar el "sol" sobre su cabeza, que solo otros machis pueden ver. Los ritos

Ritos funerarios

Cuando acontece la muerte, el destino del alma del difunto es incierto: puede ser capturada por los brujos y transformada en un wekufe. El rito tiene como fin asegurar que el alma tenga un viaje sin dificultad a la tierra de arriba o al kulchenmayeu. En la ceremonia juegan un rol destacado los weupines, parientes del difunto que cumplen la funcin de alabar al muerto, establecer una relacin genealgica de su status respecto a su linaje y del que est unido por matrimonio y rogar a los antepasados del linaje para que lo ayuden a escapar de las fuerzas del mal

Ritos de imposicin del nombreLa ceremonia de imposicin del nombre (ci) de los recin nacidos se llama lakutun y cuando se nombra a una mujer, katankawn (festejo de la perforacin de las orejas). Se hacen ofrendas para que los dioses ayuden al nuevo vstago en su vida futura y se ruega, tambin, para que los atributos espirituales del donador sean igualmente posedos por el receptor. Gracias al nombre comn se establece entre ellos una identidad nominal, la que deber traducirse a lo largo de su vida en colaboracin reciproca (identidad sustantiva). Incluso cuando muere uno de ellos, el que sobrevive adquiere el status de doliente: participa en la propiciacin de la partida del muerto al mundo de los antepasados y proporciona vveres para los gastos del entierro. A su vez, el laku fallecido es proclive a favorecer al vivo a travs de sueos (peuma) donde le proporciona avisos y consejos e intercede por l ante las divinidades. El NguillatnEs un rito relativamente moderno, de principios del siglo XX, cuyo precedente, ya lo dijimos, es el pillantn, coincidiendo con la transformacin de Pilln en Nguenechen. Los antecedentes histricos del rito son poco precisos. Las fuentes posibles parecen ser dos. La primera, constituida por ritos propiciatorios para el bienestar general, realizados por linajes y agrupaciones locales de tipo antiguo (lofche), que an perduran en algunas zonas, como rituales de linajes, segmentos de linajes o familias extensas patrilocales. La segunda, son las asambleas regionales y parlamentos con el objetivo de tratar asuntos de guerras, incursiones allende la cordillera, alianzas polticas, etc., que en el pasado contemplaban la propiciacin a los dioses para el xito de acuerdos e iniciativas colectivas. Tienen lugar en un lepun, un sitio especialmente dispuesto con este fin, y en cuya periferia se distribuyen los concurrentes. En su centro y, a veces, tambin en el sector oriental del campo se ubican un altar principal (rewe) y un altar secundario (llangi-llan- gi). El objetivo del Rewe (o rehue) es crear condiciones apropiadas para la comunicacin y comunin con lo divino.

Un Nguillatun dura un mnimo de dos das y un mximo de cuatro. Se compone de una sucesin de actos rituales, en su mayora repetidos varias veces, que en conjunto entregan una imagen de marcada simetra.

La palabra nguillatun se descompone en nguillatu = pedir y N = accin de. Nguillatun es entonces la peticin, el ruego. Estos momentos estn asociados al sacrificio, que tiene lugar por lo comn inmediatamente antes, durante o despus de la manipulacin de animales y de otras diversas ofrendas. Hay una referencia explcita, en un registro lingstico, de aquello que se solicita en forma de contrapartida a las potencias divinas. Como se puede comprobar en las oraciones, se pide por el clima, por la siembra, por las cosechas, para que no haya enfermedades, por la abundancia de alimentos, por fortaleza y vitalidad espiritual.

Un esquema resumido es el siguiente. Un ngenpin, ngendungu o nguillatufe (directores del rito) en persona o delegando atribuciones a ayudantes, dan muerte a una o ms victimas ubicadas en las inmediaciones del altar, de los que se extraen corazones y sangre. Los ngenpin manipulan los corazones durante las oraciones; la sangre se reparte a los congregados, para ser asperjada o simplemente vertida en un recipiente en el llangi-llangi (un altar secundario). Despus de la muerte del animal, se hacen ofrendas de bebida ritual, mudai o chavid, y una segunda serie de oraciones. Es comn tambin que estos momentos estn acompaados de bailes. El cuerpo de las vctimas puede ser ntegramente quemado en un fogn, especialmente dispuesto para ello al oriente del altar. Tambin la victima puede ser parcial o totalmente consumida y los restos quemados y enterrados. El humo del fogn ritual, cuando lo hay, hace las veces de vehculo hacia lo alto (wenumapu).

El wetripantu

Se trata del ao nuevo mapuche, que se celebra el da ms corto del ao (24 de junio en el hemisferio sur; lo cual huele un poco a influencia religiosa catlica). Cuando se acercaba el cambio de ao cada lonko o cacique enviaba a sus werkenes (mensajeros) a invitar a mucha gente. Era costumbre que se incluyera a las hijas casadas, sus maridos y parientes polticos as como tambin a otros parientes y amigos personales. Los sirvientes del jefe preparaban grandes cantidades de comidas y bebidas favoritas y se esperaba que los invitados trajeran mucho pan y carne fresca, pero nunca bebidas. Inmediatamente antes de la llegada de los visitantes, el lonko sacrificaba una oveja y oraba por paz y felicidad. Mientras rezaba, miraba el cielo, dirigindose al buen dios ngenechen. Cada cierto tiempo soplaba el pimuntuwe, un disco de piedra perforado, que los mapuches reverenciaban mucho y de vez en cuando desde un plato de madera salpicaba sangre de la oveja sacrificada. Para las machis es tambin una fecha muy especial porque ese da renuevan ritualmente sus poderes.

El machitn

Se trata del rito de sanacin o ritual chamnico, que ha logrado sobrevivir pese a la dura represin del mismo desde el siglo XVII.

En el rito chamnico cabe distinguir tres fases: a) diagnstico del mal; b) expulsin del mal y c) revelacin sobrenatural sobre la sanacin. En cada una intervienen agentes sobrenaturales.

a) Diagnstico del mal. La machi se vale de distintos medios para conocer el mal que aqueja a una persona. Lo puede hacer a travs del examen de la orina del paciente, la que se le entrega en un frasco de vidrio transparente. Ella agita el liquido y observa la forma que toma el remolino. El color, la consistencia, incluso el olor, ayudan a la machi a formarse un cuadro clnico exacto del paciente en consulta. El mal tambin puede ser reconocido por los signos misteriosos o extraordinarios que hayan observado el enfermo o sus parientes: quebradura de las extremidades en un animal, llamaradas de fuego observadas por los vecinos en el techo de la ruca, una gallina que se mueve dibujando crculos concntricos, la prdida de animales, el descubrimiento de huevos podridos enterrados cerca de la casa, etc.. Otro medio utilizado es por contagio del mal a los animales. Por ejemplo, un cordero es colocado encima del aquejado, posteriormente se mata el animal examinndosele sus entraas; se hace sudar un caballo; el aliento del animal y del enfermo se conjuntan; la machi auscultar el primero para reconocer las causas que aquejan al segundo. Asimismo, el mal se reconoce por revelaciones del ms all. Esto es posible por un rito llamado pewutun, donde interviene la machi con todos sus instrumentos para comunicarse con las divinidades. Con una prenda del enfermo -generalmente una blusa o una prenda intima- realiza una serie de cantos y oraciones para terminar en un trance; su ayudante interpretar sus mensajes. Se le considera con el ms complejo e infalible pronstico respecto de las causas que han producido la enfermedad.

b) Expulsin del mal. Los ritos que se desarrollan en esta fase pueden ser caracterizados de exorcismo. El ritual de renovacin del rehue tiene como nombre ngeikurewen. Ya frente al enfermo la machi comienza con una plegaria inicial, dirigida a las divinidades principales. Tambin se dirige a la familia y parientes del enfermo para sealarles que he llegado hasta aqu con el mayor respeto, no me gusta atropellar como tambin que su eleccin como machi fue hecha por vosotros, Padre y Madre. Concluida esta plegaria se da inicio a la curacin propiamente tal con una oracin-cancin llamada ngillathurmankuthran, la que tiene distintos momentos: oracin de fricciones; oracin de exorcismo, donde se conjura al diablo para que abandone el cuerpo de la criatura de Dios; invocacin a Dim, para pedirle mis refuerzos y la accin directa de la mano de Dios; impetracin a Dios para que le mande el espritu de fortaleza para recibir sus inspiraciones y su revelacin de lo que motiva la enfermedad ... y le revele los remedios virtuosos; intervencin del dungumachife y de los lanceros armados de lanzas o escopetas y sables. En este momento juegan un rol destacado los parientes y vecinos del enfermo. Todos estn en pie de guerra para expulsar al wekufe del enfermo; el dungumachife y la machi dialogan para hacer intervenir activamente a los parientes en la lucha contra el mal; la oracin concluye con una recitacin de conjuros, acompaada de fricciones del cuerpo de la enferma con hierbas medicinales deshojadas.

c) Revelaciones sobrenaturales sobre la sanacin. Terminada la fase anterior comienza el kuimin, o xtasis de la machi, el que tiene, segn Alonqueo, dos partes: 1. konpapellun, posesin del espritu del fileu, en cuya conjuncin a la machi se le hacen revelaciones saludables; 2. wuldunuthun, transmisin de las revelaciones del fileu a la familia del enfermo (comprende tambin la desposesin de la machi del espritu del fileu). En esta fase la machi hace uso de su rewe, al subir en l explicita el viaje de su alma a la tierra de arriba, su comunicacin con ese otro mundo: su cuerpo humano es el vehculo de lo sagrado, los dioses se encarnan, cabalgan al fiel, le imprimen estremecimientos y brincos, le prestan su voz.

El Kultrun de la MachiEl Kultrun (tambor) o Kawn-Kurra (fiesta de piedras, aludiendo con ello el choque de los objetos interiores del kultrum) es el principal instrumento de la Machi. Para Armando Marileo el kultrun dara cuenta del particular esquema de la divinidad y del cosmos de los mapuches: los cuatro componentes de la familia creadora (fcha chau, Kuse Ruke, weche wentru y ulcha domo) se encuentran graficadas en la superficie del kultrun y representado por un pequeo crculo y en su alrededor por cuatro semicrculos, es decir, por el sol y cuatro medias lunas. El kultrun, manejado por la machi, tiene poder curativo: se asusta el wekufe con ellos. Se asusta dentro del enfermo. Se va corriendo el wekufe a otra parte. Con canto y kultrun se va el kutran (enfermedad) y wekufe (Grebe 1973: 31). Tambin se le asignan propiedades diagnsticas y profilcticas. En el pewutun (ritual de diagnstico), se aplica el toque de kultrun sobre alguna prenda interior blanca del enfermo colocada al sol. Mediante este acto, se cree que el instrumento contribuye a captar e identificar la etiologa y sntomas de la enfermedad, facilitndose as su diagnstico. Se utiliza, asimismo, su toque para prevenir la llegada de la enfermedad a un hogar o a un posible enfermo, evitndose que el espritu maligno tome posesin del enfermo (Grebe op. cit.: 31).

El Kalku (brujo)No es un ritual en s mismo, sino la consecuencia de determinar el culpable (kalku; brujo) causante de la enfermedad, cosa que por regla general haca la Machi. En el pueblo mapuche la muerte jams es natural; siempre tiene como culpable a un mortal. Se trata, en suma, del sacrificio de ese culpable. Este ritual, lgicamente, ha desaparecido.

La venganza de las familias afectadas era mortal, desencadenndose as la violencia. No obstante, una junta, encabezada por uno o ms lonkos, practicaban un rito donde el acusado asuma su papel de vctima sacrificable y era inmolado por toda la comunidad. Foerster rescata la descripcin de uno de estos sacrificios hecha por un Capitn de Misin el que asisti al juicio de una mujer acusada de haber dado muerte al hijo de un cacique: El da que me indic el padre misionero, me dirig a1 lugar donde se deba realizar el juicio. Se haban reunido all ms de quinientos indgenas. Unos estaban sentados en el suelo sobre sus piernas cruzadas y los dems echados a lo largo sobre la tierra. Despus de un rato se alz la voz. Era el cacique Antipn que, segn las costumbres, mandaba a todos los presentes formar un gran crculo en cuyo centro deba llevarse a cabo la feroz ceremonia. Hecho el crculo, el cacique se dirigi a todos para decirles que la adivinacin del adivino haba descubierto al autor de la muerte... y que la culpable se hallaba presente. Por esto crea necesario hacerlo venir delante de l para interrogarlo. Enseguida, llamando a una muchacha de 16 aos, le pregunt si era cierto que ella haba envenenado al hijo del cacique. Si, respondi ella con simplicidad. Y t, sabas que merecas la muerte por este crimen? S, lo saba, contest ella con igual simplicidad, aadiendo que su propia madre la haba inducido a cometer ese crimen. Se hizo venir a la madre. Esta se disculp con astucia, conservando una admirable sangre fra, lo que le vali quedar absuelta por sus brbaros jueces. Terminadas estas breves interrogaciones se hicieron los preparativos para el suplicio. Se plantaron dos postes en medio del crculo, que en su extrema superior tena una especie de abertura. Encendieron cuatro fuegos cerca de esos postes. Desnudaron la vctima y la ataron de pies y manos a un palo que acomodaron sobre la abertura de los postes. AI calor del fuego bailaban y saltaban los indgenas, gritando desaforadamente. Entre tanto se iba quemando la piel de la muchacha...La infeliz exhal su ltimo suspiro, y sin un solo gemido... Ya estaba terminando aquella terrible tragedia, y algunos indios ya se iban a retirar, cuando la madre de la vctima, plida y temblorosa se present delante de aquel brbaro juez y con palabras entrecortadas y en voz baja y trmula le dijo al juez estas palabras: Escucha, la culpable soy yo...fui yo la que prepar el veneno; mi hija era inocente. Fui yo quien la induje al crimen y ella no saba lo que estaba haciendo. T me la has arrebatado, t me la has convertido en un carbn... El cacique llam nuevamente a la gente. La ejecucin se hizo en medio de tremendos aullidos de los presentes.Organizacin poltica. Gobierno

"Por esta mesma causa no slo resistieron al seoro del Inga, pero no quisieron jams admitir rey de su propria nacin ni de la ajena, porque el amor y estima de la propria libertad prevaleci siempre contra todas las razones de estado con que la poltica pudiera persuadir lo contrario, ni tampoco usaron del gobierno de repblica, porque su nimo impaciente y guerrero no pudo ajustarse con las esperas y atenciones necesarias para el acuerdo y unin de muchos pareceres; por esto tir cada uno por su camino, o por mejor decir, cada familia y parentela, eligiendo cada una entre todos uno que los gobernase, a cuyo orden estaban todos los dems, y de aqu tuvieron origen los caciques, que son los prncipes y seores de vasallos, que despus se fueron heredando y sucedindose de padres a hijos, entre los cuales el primognito sucede a su padre en el derecho del seoro y cacicazgo. La organizacin social se basaba en la familia, tomada en sentido extenso de parientes prximos (levo, lof o lov). El conjunto de dichas familias formaba un clan (rewe o rehue, que por otro lado significa altar). Y puede decirse que ah conclua todo puesto que la figura superior del lonko (cacique, pero tambin cacicazgo), parece ser de carcter eventual, para hacer frente exclusivamente a amenazas externas.

Solo ay Caciques y Toquis, que son dignidades y personas de respeto, a quienes reconossen; pero sin superioridad ni dominio para castigar, ni reconocimiento alguno para pagarles tributos ni feudo.....los caciques son las cabezas de las familias y linajes, de modo que no tiene un cacique que le reconozca mas de los de su linage, y a esos ordena las cosas de la paz y de la guerra con mucha paz y amor, y como rogando, porque si se muestra imperioso no haze caso de l el subalterno y se sale con lo que quiere. Y assi el modo de ordenar alguna cosa cobveniente para la paz o para la guerra, es juntando en su casa a los de su parentela y convidndolos a beber chicha y a comer: trtales de las conveniencia de la paz o de la guerra, y con gusto de todos y buena conformidad disponelo que cada uno ha de hazer....Porque todas las materias de paz y de guerra se han de tratar comiendo y bebiendo, proponiendo las coveniencias y rogando a los inferiores que acudan con sus personas a las coveniencias del bien comun, y assi se reparten las ocupaciones por todas las provincias, conviniendo primero los caciques en lo que se ha de hazer en su consejo de paz y guerra, y luego repartiendo cada uno a sus vasallos el trabaxo y cuidado que ha de tener.

El lder primitivo no toma jams la decisin de su propio jefe (si se quiere) para imponerla seguidamente a la comunidad. La estrategia de alianza que desarrolla, la tctica militar que proyecta, jams son las suyas propias, sino aquellas que responden exactamente al deseo o la voluntad explcita de la tribu.la intencin de hacer la guerra no se proclama hasta que la comunidad as lo quiere. Y, naturalmente, no puede ser de otro modo, ya que si un lder tiene la intencin de llevar por su cuenta una poltica de alianza u hostilidad con sus vecinos no puede imponerla por ningn medio a la sociedad puesto que, como sabemos, est desprovisto de poder.Son discutidas las figuras territoriales de los ayllarehue y los butanmapus (o utamapus, vutamapus, butalmapus, futanmapus o futalmapus). Los primeros seran un conjunto (hasta nueve) de rehues (rewes) y los segundos un territorio completo dentro del territorio original de la etnia mapuche. Pero ambos trminos parecen ser estrictamente geogrficos y asumidos por los mapuches tardamente a partir de una acuacin espaola, aunque escuchados por los espaoles a los propios indgenas. En concreto, los butanmapus parecen ser consecuencia de una mayor necesidad de conexin mutua entre clanes o linajes distintos ante la amenaza espaola y, en definitiva, parece tratarse de alianzas territoriales eventuales, de mayor o menor magnitud territorial, que es lo que hace variar la semntica del trmino.Los clanes o rehues se pasaban la vida peleando unos con otros, siempre buscando tierras y lugares de asentamiento ms ventajosos; aunque se buscaba tambin una complicada red de alianzas en base al intercambio de mujeres, verdaderas bisagras que articulaban una intrincada red de alianzas que mostraban su fuerza cooperativa en el mbito blico y/o econmico.Sergio Villalobos, sostiene que es una sociedad catica porque no hay gobierno central (Estado): la sociedad araucana no contaba con una organizacin superior. Permaneca en el nivel de los clanes, denominados levos o rehues en su idioma.

En pocas prehispnicas, la base de la autoridad dentro de la extendida familia que compona el grupo local, era el lonko o cabeza, representado por el miembro masculino de ms prestigio y, generalmente, el ms rico - Ulmn- de la comunidad. La autoridad y ascendiente de este personaje entre los dems miembros del grupo se basaba en su riqueza, buen criterio y elocuencia.

Aparte de su mejor nivel econmico, que se refleja en la ruka de grandes proporciones y un mayor nmero de mujeres que los dems miembros, llevaba una vida en todo semejante a stos. La prudencia del jefe en su relacin con los subordinados era fundamental. Para toda resolucin que afectara a la comunidad deba consultar con los dems jefes de familia y no se le aceptaban actitudes de autcrata.

En la siembra y cosecha de sus campos y la construccin de su casa, era ayudado por todo el grupo, mediante la institucin del lofkudau, ocasin que aprovechaba para festejar esplndidamente a su gente, reafirmando de esta forma su prestigio dentro del grupo y redistribuyendo sus riquezas.

La cohesin social, en consecuencia, no giraba solamente en torno a este jefe, sino, principalmente, a los estrechos vnculos de parentesco que unan a los miembros del grupo y a las relaciones de solidaridad y cooperacin que all se producan. El patrn disperso de poblamiento, la gran movilidad de los grupos y la posibilidad de que los que disentan de la autoridad del jefe formaran otro grupo y se establecieran en otro lugar, cooperaban a la debilidad del vnculo de subordinacin al lonko.Para Eugenio Alcamn esta debilidad es slo aparente: l asume totalmente las tesis de Sahlins sobre las sociedades de linajes segmentarios, coincidiendo con Sergio Villalobos (del que es muy crtico) en la aplicacin de dicho concepto a los mapuche. Tras explicarnos la estructura societaria mapuche (ncleo primario o lof, encabezado por un lmen; ncleo secundario o rewe, compuesto por hasta nueve lofs ; y linaje completo compuesto por varios rewes, encabezados por un lonko), sostiene que el estado catico y de permanente estado de conflictos entre rewes forma parte de la naturaleza de este tipo de organizaciones y cesa de inmediato ante una amenaza externa comn, nico momento en que, de modo natural, las relaciones discretas entre los segmentos del linaje se transforman en sistemas estables donde emerge la autoridad y jurisdiccin efectiva del lonko. El grado de consolidacin poltica depende de circunstancias externas a los mismos en cuanto existan oportunidades de depredacin sobre extranjeros o grupos accesibles que den mpetu a la confederacin.Sea como fuere, nadie parece discutir los hechos concretos, sino explicarlos: se trataba de una sociedad primitiva, violenta y poco desarrollada, muy parangonable al mismo tipo de tribus existentes en territorios extremos y ridos de escasos recursos, que slo se una eventualmente ante una amenaza externa; ocasin en la que probaba la misma fiereza conjunta que internamente aplicaban en sus malones contra clanes vecinos.Economa

A la llegada de los espaoles, los mapuches se encontraban en un estado de desarrollo proto-agrario, esto es, conocan la produccin de ciertas especies vegetales en pequea escala, pero no haban desarrollado an una agricultura propiamente tal. La llegada de los espaoles encontr al mapuche en una situacin muy especial en comparacin con la evolucin de otros pueblos aborgenes invadidos por los europeos. Era una sociedad que an no haba sufrido en plenitud la revolucin agrcola, por lo tanto, no se haban asentado todava en comunidades productoras sedentarias. Los mapuches costeros (Lafkenches) vivan bsicamente de la pesca y los del interior de la caza y la recoleccin, aunque tambin de la pesca, dado el contexto excepcional de ros y lagos en su territorio. Respecto de esta ltima actividad es notable que uno de los sistemas de pesca fuera por narcotizacin de los peces con corteza machacada de canelo (foye), que les haca flotar y poderse coger con las simples manos.

En trminos generales, y con posterioridad a la llegada de los espaoles, fue un pueblo agricultor, principalmente del maz, la papa, el frijol, la qunoa, entre otros. Tenan abundante ganado de llamas, de las cuales aprovechaban la carne y la lana, tambin coman y utilizaban otros animales domsticos. Tambin fueron fuente de subsistencia y recursos sus habilidades artesanales.

Despus de la llegada de los espaoles, una importante fuente de recursos fue el arreo de ganado. A fines del siglo XVIII, los Mapuche controlaban los arreos de ganado que, partiendo de la pampa hmeda, trasladaban por los pasos neuquinos, para comerciar en Chile. La desaparicin de los animales sueltos y la expansin de la frontera blanca, obligaron a los indgenas a apropiarse por la fuerza del ganado de las estancias, convirtiendo estos "malones" en su principal fuente de recursos. En lo poltico, tanto la guerra como la ganadera y la agricultura, incidieron en el fortalecimiento de los caciques locales. No obstante, nada de eso oblig a los mapuches a adoptar la propiedad privada sobre los medios de produccin. En lo esencial, la estructura econmica mapuche continu siendo igualitaria, con fuertes tendencias colectivistas.Ejercito

Y si es punto de guerra defensiva o ofensiva, eligen por capitn general y cabo del ejrcito, no al cacique o al ms poderoso o ms noble por serlo, sino al ms valeroso y que mejor ha probado su intencin en las batallas y combates contra el enemigo. A ste eligen, y a ste obedecen todos los dems, y de este modo se han conservado tantos aos sin que ninguna fuerza haya podido prevalecer contra ellos...

Puede decirse sin reparos que hacerse y hacer la guerra forma parte de la identidad de este pueblo. Antes de la amenaza externa, constituida primeramente por los incas y ms tarde por los espaoles, se pasaban la vida pelendose unos clanes contra otros.

Pierre Clastres apunta que la guerra no es efecto de la fragmentacin, sino que la fragmentacin es efecto de la guerra. Y no solo su efecto sino su finalidad. La guerra es a un tiempo causa y medio de un efecto y una finalidad buscados: la fragmentacin de la sociedad primitiva. En su ser, la sociedad primitiva quiere la dispersin. Ese deseo de fragmentacin pertenece al ser social primitivo.En el terreno guerrero la organizacin era muy diferente a la poltica o administrativa: Pero aunque cada uno gobierna su jurisdiccin, sin ninguna dependencia, ni subordinacin a otro. Con todo: cuando se ofrece tratar materias de guerra, y en que les va la conservacin de su libertad, y de sus tierras toma la mano, como dijimos el Toqui general, y los convoca..."

Seala Rosales que el Toqui general convocaba a los dems caciques para reunirse en cierto da en la casa del primero, donde "conciertan la jornada, tratan las conveniencias de ella, dan sus arbitrios y trazas, ofrece cada uno los indios que tiene con armas, y caballos, y eligen el Capitn general, que ha de gobernar el exercito". En esta reunin, que Rosales llama "el consexo de guerra de los caciques", se concierta realizar una asamblea general con participacin de los conas o guerreros.El abate Molina explica cmo funcionaba la confederacin militar de la Araucana. Seala el ilustre jesuita que, en el siglo XVII, las autoridades de las tierras aliadas y de los aillaregua resida en los toquis y apo-ulmenes respectivamente. Los levos o rewes reconocan al lmen. La fuente del poder militar resida en el Gran Consejo Araucano, butacoyaq, constituido por la asamblea de guerreros.Elegan al Jefe Supremo del ejrcito. Poda ser seleccionado entre Toquis, Ulmenes, o un cona (guerrero) de acreditada fama. Al asumir el mando tomaba tambin el nombre de Toqui, y permaneca en su cargo hasta que duraba el conflicto.

El caudillo militar sealaba a los Toquis vitalicios el nmero de soldados que deban aportar. Estos, a su vez, pedan a los Apo-ulmenes, que les mandasen la proporcin correspondiente de guerreros. Otro tanto aconteca con los Ulmenes, requeridos por el jefe del aillaregua.

Un nuevo dato del primitivismo de la cultura y de sus paralelismos con tribus de otras latitudes americanas es la simbologa guerrera:

Por una parte, los mapuches comparten el smbolo del hacha de guerra, llamada toqui precisamente. tienen sealado y dispuesto un lugar conocido en cada parcialidad para sus parlamentos y consejos de guerra, que llaman lepum, y cuando se ofrece alguna consulta o cojao (que as llaman estas juntas) para refinar sus toques, insignias, como queda dicho, a modo de una hacha: esta es de piedra y est en poder de los caciques mas principales, que llaman toques. Por su parte, el jesuita Diego de Rosales confirma el dato: Y la nobleza de Toqui general les proviene a los que lo son de tener un toqui, que es un acha de piedra con que mataron a algun gobernador o general por su mano o por su industria. Y este toqui con quen hizo esta hazaa queda por armas de su linage y le van heredando sus hixos como un mayorazgo, y a los que les tienen les llaman Gentoqui, que significa seor, gobernador y general de la guerra por herencia; y quando ay un alzamiento el Toqui general le dispone con los demas caciques, y para esso saca el acha de piedras,que es como levantar bandera.Por otra, mucho ms llamativa, los mapuches compartan tambin la prctica de alimentarse de los guerreros ejecutados para asumir su bravura y conseguir el man que deba ostentar todo toqui. Tanto la descripcin de los sistemas de ejecucin, como el posterior proceso con el cadver no son aptos para gente sensible, por lo que eludiremos la cita directa de los cronistas Diego de Rosales y Pineda que coinciden exactamente en su descripcin, para resumir simplemente que el ritual consista en mantener en el centro de un crculo de guerreros al prisionero de pie con las manos atadas a la espalda, recibiendo todo tipo de reconvenciones e insultos, hasta que reciba un fortsimo mazazo en la cerviz que lo tiraba de espaldas totalmente atontado. Todos los guerreros del cerco blandan sus lanzas en ese momento, golpeando fuertemente la tierra con los pies como para simular que la tierra temblaba; uno de ellos abra en canal a la vctima, de la garganta al pecho, con un cuchillo y le sacaban el corazn con cuya sangre untaban hachas y flechas, y luego chupaban dicha sangre. Finalmente troceaban en pequeos bocados a la vctima e iban repartindolos para ser comidos entre todos, segn un cierto orden jerrquico, en el que se inclua la posibilidad de elegir el trozo favorito a quien hubiera hecho ms mritos (por regla general apresar a la vctima o ganar la batalla).La muerte en estas circunstancias del conquistador y gobernador de la zona Pedro de Valdivia es estremecedora. A todo lo ya dicho, Diego de Rosales aade: Cortaronle luego la cabeza y hicieron flautas de sus canillas, y puestas sobre una pica cantaron con ella victoria, y gastaron mucho tiempo en celebrarla con grandes brindis, fiestas y regocijos, por ver ya libertad a la patria. Como estandarte y pendn de victoria, dejndole el cuerpo arrojado para que le comiesen las aves y las fieras, llevaron la cabeza y la clavaron a la puerta de la casa del gran Caupolicn, principal autor deste trofeo, y alrededor pusieron la de algunos espaoles, repartiendo las otras por diferentes provincias para convocarlas a su devocin. Y hasta las cabezas de los caballos levantaron por trofeo. Y ltimamente cocieron la cabeza de Valdivia, y en una borrachera que hicieron muy solemne la sac Caupolicn y beba chicha en el casco y brindaba a los caciques de mayor nombre en l. Y esta cabeza la guarda su casa como por vnculo de un mayorazgo, y la van heredando los descendientes. Y aunque algunas veces han dado la paz, la han tenido oculta, sin querrsela dar a los espaoles por ms pagas que le han ofrecido. Y cuando de haber un alzamiento la sacan, para provocarse unos a otros a rebelarse.Pero los rasgos de extrema crueldad los narra Gngora Marmolejo refirindose a la muerte del yacaona (guerrero) compaero de Valdivia, al que mataron momentos antes que a l: hicieron los indios un fuego delante de l, y con una cscara de almejas de la mar, que ellos llaman pello en su lengua, le cortaron los lagartos de los brazos desde el codo a la mueca [al yanacona que le acompaaba]; teniendo espadas, dagas y cuchillos con que podello hacer, no quisieron por dalle mayor martirio, y los comieron asados en su presencia. Hechos muchos otros vituperios lo mataron a l [se refiere a Valdivia]

La medicina

Si bien el rito del machitn est muy vinculado a la medicina, el concepto y tratamiento de la enfermedad en s merece captulo aparte.

Aukanaw nos ilustra mucho dicindonos que la medicina chamnica, como la mapuche, es una medicina eminentemente energtica y hablndonos del concepto de wekufe (o huecufu o wekuf) desde el punto de vista estrictamente patgeno, como energa wekufe, esto es, como energa disolvente, destructiva, perturbadora que, al penetrar en un organismo biolgico cuyo estado orgnico y funcional es armnico, es decir sano, provocar obviamente una ruptura de esa armona, es decir que provocar la enfermedad. Es por eso que otros muchos autores intentan definir el trmino wekufe yendo desde "el diablo (el flechazo del demonio bajo la forma de algn pequeo fragmento de madera, de una paja o de un reptil que la machi finge extraer del cuerpo del enfermo") hasta cierto elemento imaginativo que dicen es la causa de las muertes, enfermedades y desgracias. Las flechitas y las astillas de madera que las machi dicen extraer de los enfermos al succionarles las heridas"

Por todo lo dicho, el rito teraputico es nico dado que para el mapuche la causa de la enfermedad es nica. Y la terapia se limitar, por tanto, a la extraccin (entun) por la machi. Las tcnicas de extraccin son variadas:

- Por succin de la regin enferma, lo que en mapuche se designa como lun, lutun o fotrarn. - Por mesoterapia: sobando la zona enferma.

- Por operacin quirrgica de la zona en cuestin: puncin, sajadura, escarificacin, trepanacin, ablacin, etc.

- Por transferencia de la enfermedad al cuerpo de un mineral, vegetal o animal. Como consecuencia de esto el viajero adquiere la enfermedad y el enfermo sana. Esta prctica tambin se us como arma mgica contra los invasores hispanos y criollos.

- Por ligadura simptica de la enfermedad. Se toma un mechn de pelos del paciente junto con alguna secrecin orgnica del mismo, ambas cosas colocadas en un soporte fsico, rito mediante, y depositadas posteriormente en un lugar rewe (puro, sagrado).De todas ellas, es obvio que llama la atencin el lutun, o extraccin por succin. En este sentido, Aukanaw es muy crtico de quienes rescatan tan slo el machitn en su vertiente de musicoterapia o confunden el lutun con el rito musical y destinado a enfermedades leves e incipientes". En realidad el lutun es una parte del machitn que hemos visto en el apartado de religin, y slo en la medida en que la terapia se practique mediante succin.Para poder efectuar el lutun -extraccin por succin del wekuf endoparsito- es requisito previo y sine qua non que el machi en su iniciacin o a lo largo de su carrera, haya incorporado en su cuerpo o tenga a su servicio espritus auxiliares (kellu o kelluwen) del tipo especfico del endoparsito a extraer, si as no ocurriese el machi se arriesga a contraer la enfermedad o, en el mejor de los casos, a no poder extraerla. En tal caso remitir al paciente a otro machi mejor cualificado. Es regla general que cuanto mayor nivel jerrquico tenga el machi, mayor ser la variedad de espritus auxiliares o kellu que posea y, por tanto, mayor la capacidad curativa de que disponga.Slo los machis pueden tener auxiliares vegetales. Estas plantas ayudantes tienen dos realidades, una ordinaria, su aspecto normal, y otra no-ordinaria, por ejemplo, una serpiente alada. All donde el mapuche comn ve un rbol de foye (canelo), el machi ver en cambio un kumpiwichen, es decir un piwichen colorado. Del mismo modo los likan y las llangka, as como las wirnlil de los mapuches son algo mucho ms importante que simples piedritas o adornos. Ese aspecto no-ordinario de una planta puede tener figura de animales, de insectos, de cosas inanimadas como un palito, una piedra, etc.

Los machi suelen llevar sus objetos de poder en una bolsa o saco que se denomina en mapuche wallka, trmino que interpretamos como una antigua traduccin al mapuche de la voz quechua wallki que designa idntico objeto, tambin llamado en esa lengua nortea chuspa.Respecto de la operacin concreta de succin (lutun), esta ceremonia se efecta siempre al atardecer o por la noche, con unas preparaciones rituales previas, como abstinencia de determinados alimentos; oraciones; abluciones; ofrendas de humo de tabaco, etc. Se deben alejar los perros pues sus ladridos pueden hacer que el machi se ahogue durante la operacin. Luego el machi har ciertas operaciones de llamada a su wichankulli (espritu guardin animal) que es siempre un animal no domstico. EL wichankulli es un aspecto no-ordinario del ser humano, es parte de nuestro ser. Seguirn ejecuciones de wada y kultrun para llamar a los kellu o "espritus ayudantes" luego bailar el machi la danza ritual, kimitun, que le permitir transformarse en uno con su wichankulli, o animal aliado, y entonar la cancin del citado "aliado". Luego cuando este "aliado" se rena con el machi, penetrando por su fontanela (wiyolongko) alojndose en su pecho, el chamn entrar en un estado de conciencia chamnico muy elevado (kimin), durante el que es muy difcil tenerse en pie y, por tanto, se deber sentar o acostar. Este estado es llamado kimink'ln. En esta posicin el machi proseguir su ejecucin de wada y kultrun. Efectuar, segn el caso, algn viaje por los niveles del cosmos y ya estar listo para practicar el lutun.

Colocado el paciente recostado junto al machi, ste ltimo pedir la ayuda a dos de sus espritus ayudantes, kellu, a fin de extraer los wekuf endoparsitos, entonando machil (cantos chamnicos medicinales). El machi agitando la wada recorre el cuerpo de su paciente, operacin denominada wadatuln. Los testigos se unen, cantando a la invocacin, accin llamada kellulkatun. Luego ubicar la localizacin especfica de los endoparsitos mediante distintos medios de diagnosis, por ejemplo usando su visin; viendo en su lilpu (cristal de roca) o en una jofaina con agua; sea por su tacto especial sensible a la realidad no-ordinaria, sea ya observando la orina del paciente, los movimientos del humo del fuego sagrado, sus pulsos locales, etc., sea ya mirando en su bruido tupu (prendedor de plata, de uso femenino) etc., etc.

Logrado esto el machi introducir en su boca los objetos-trampa (Kt, impropiamente denominados katr). Llamar entonces a sus espritus ayudantes y los introducir tambin en su boca para que ayuden en la operacin. El machi los vivir con su aspecto no-ordinario, por ejemplo, como serpientes aladas, aguiluchos, etc., revoloteando en su torno y dispuestos al ataque de los endoparsitos.

Quitar la ropa, aunque no es estrictamente necesario, a la parte afectada y succionar fsicamente con su boca dicha rea. Esta tarea es muy peligrosa y altamente repugnante. Para que el lector nos comprenda figrese que tuviera que tragar araas, gusanos peludos o babosas. En otras civilizaciones nativas americanas se emplea un pequeo tubo, a travs del cual se realiza la operacin de succin. Succionar el machi los asquerosos endoparsitos hasta que lleguen a la superficie de la piel, de all a su boca, donde con la ayuda de los espritus auxiliares quedarn prisioneros en los objetos trampa. Luego los escupir en un recipiente en forma violenta, casi vomitando (chafonentun). Actuar del mismo modo hasta sacar toda la inmundicia, "bichos", del paciente. Finalmente podr purificar con tabaco el entorno del enfermo y alejar a las entidades sutiles wekuf que anden merodeando por all. Y si el estado del convaleciente es de cuidar, podr descender al Mundo Inferior y traer el animal de poder (wichankulli o animal aliado) del paciente. Una vez trado a este mundo el wichankulli, el machi lo introducir en el cuerpo del paciente soplndolo por la coronilla (wiyolongko) de ste. As el convaleciente restaurar su newen (energa vital, y "poder"), y quedar inmunizado contra cualquier otra intrusin wekuf.

Los Kt u objetos trampaLa mayora de los autores coinciden en que se trata de una ficcin o truco del machi, ya que se mete en la boca previamente esos objetos que pretende haber extrado del paciente, dando a entender que todo es falso. Aukanaw, que no discute el hecho de que se meta en la boca previamente los objetos, discrepa radicalmente sobre la finalidad del hecho, que en modo alguno es mentir: En realidad nadie se engaa respecto a ello. El objeto extrado no es ms que la materializacin o el substrato de materializacin, suministrado al quid maligno para que tome cuerpo, facilitando la expulsin, pues de otro modo la energa intrusiva de la enfermedad no saldra".

Es fundamental volver a recordar que el machi tiene plena conciencia de la existencia de dos tipos de realidad: la Ordinaria y la No-Ordinaria. El machi sabe que el wekuf adopta en el estado de realidad No-Ordinaria el aspecto de un ser particular: gusano, araa, etc. Que esa energa es el aspecto No-Ordinario o naturaleza oculta de una planta animal o mineral. Que dicho animal, vegetal o mineral es su receptculo natural en este mundo. Cuando el machi absorbe al endoparsito, lo captura en un trozo de substancia que previamente introdujo en su boca. Ese trozo tiene que ser necesariamente de la misma substancia que compone al receptculo material de esa "energa" en la realidad Ordinaria, es decir su "cuerpo". A ese trozo de substancia lo denominamos para mayor claridad "objeto trampa", pues es un objeto que atrapa al endoparsito como una trampa, y al mismo tiempo le sirve de jaula o prisin.

Se suelen usar dos o ms objetos-trampa, segn los distintos tipos de "energa" que compongan a los endoparsitos. Nunca es recomendable usar uno slo, pues en caso que la "energa" no fuera atrapada completamente por el objeto-trampa el machi correr riesgo de tragarla y en consecuencia enfermar. Esto ltimo, y no otro es el motivo por el cual el machi carraspea violentamente y escupe en forma estentrea (chafonentun).Posteriormente el objeto-trampa ser depositado, luego de mostrarlo al paciente, -sino es directamente escupido- en un recipiente. Este recipiente hay que alejarlo rpidamente pues en caso de que la "energa" patgena se liberase, se introducira en los seres vivos ms cercanos. Si algn imprudente tocase un objeto-trampa o un k't irremisiblemente contraer el mal por transferencia. Esta es la razn por la que se deben llevar a un lugar alejado de las casas y del paso, como tambin se lo puede quemar (lo ms habitual), arrojar en una corriente de agua, enterrarlos a cierta proximidad, o colgarlos de un rbol consagrado.

Las plantas medicinales

Hay unanimidad de todos los cronistas espaoles y de todos los estudiosos del pueblo mapuche sobre el gran dominio que tuvieron de la herboristera medicinal.

Diego de Rosales, en el siglo XVII resalta que los secretos de las admirables virtudes de las muchas yerbas que produce este fertilsimo Reyno de Chile, en que se aventaja a muchos otros,... en tanto grado que habiendo venido... un mdico francs, grande herbolario y docto en su facultad, se admiraba de ver a cada paso tan excelentes yerbas medicinales, y deca: que no haban menester los que habitaban en esta tierra boticas ni medicinas, porque en las hierbas, si las conocieran, tenan cuanto pudieran desear.

Quizs la planta ms importante para los mapuches sea el foye (canelo) que adems de muchas propiedades teraputicas era un rbol sagrado que preside los Ngillatunes, altar del sacrificio mapuche; emblema del Machi, presente en los machitun. Un pacto hecho a su sombra era inviolable, y llevar ramas en una embajada era seal inequvoca de que lo que se decidiera iba a ser respetado. Una propiedad poco conocida de una de sus variedades, de rbol comn no sagrada, era la narctica para pescar: se arroja en aguas tranquilas su corteza machacada, lo que narcotiza a los peces hacindolos flotar, y de este modo son muy fciles de agarrar, an con las manos (lo hemos comentado en el apartado de economa).

Tambin es notable el pange que, aparte de sus propiedades medicinales, dispone de grandes hojas apropiadas para vestimenta (abrigos, sombrillas o paraguas).

Ingeniera pblica

No cabe hablar de ingeniera pblica donde no hay ni siquiera urbanismo (en apariencia, como veremos al hablar de arquitectura). No existen rastros de obras hidrulicas, ni de transportes, ni tan siquiera de navegacin, aunque obviamente es un hecho la existencia de canoas para la actividad pesquera.

No obstante, se hace preciso citar a Carole Sinclaire cuando estudia la cultura Aconcagua, considerada protomapuche: los resultados de las ltimas investigaciones arqueolgicas acerca de esta cultura en sus diversas manifestaciones regionales y tipos de sitios, permiten reconocerles un sistema econmico aeromartimo, con un