gobernantes, arquitetura y cosmologia en mexico antiguo

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Arquitectura, gobernantes y cosmología Anotaciones sobre ideología maya en los cuadernos de Oxkintok Miguel Rtv¡ RA DoRArlo Universidad Complutense de Madrid ABSTRA(T tu this paper 1 want to interpret Ihe irnplications of the strueturing identity bet- ween the Maya cities and the Mava cosmos. 1 assume lhat in the case of ancient Mava culture (he political institutions develtíped legitimation strategies on the urban de- Igus bases, a modo! strongly supported by the king figure. On the leve! of interaetive systetns. Wc can explain perhaps tIte constantly renewed attempts the part of po- wer institutions (o projeet their ttnetions in buildings and city management as a nece- sary adapí ath ííí al ch anging the external world. l d iscuss th is pattern xvi th recentlv ex— cav~ (cd i nf >rniati oíl of the Y ucatecan Ox k i ntok. Key words: Aíchaeology, religion, maya area, mesoamerícan cosmologv, Oxki rs- tok. Palabras clave: A íq ucología. religión, área maya, cosmol ogia mesoam en catía. (ix— ki tít ok. Las investigaciones recientes qtíc he llevado a cabo sobre la orgatuzacton política dcl espacio urbano en el sitio de Oxkintok (cf Rivera 1991 y 1 9 93a) han ve ni diO a confirmar viejas intuiciones ci ue apreciaban como segtira la continencia díel sistema dic creencias maya del período Clásico con la cstruc— Re t s.s/o /:4<<<1 o/a cíe It, trc> 1>oí <<4¿, A n,ericctiio. 25. 23—4<>. Se. rv i cio <.1 e Pu h i ca ci>> íes. t.Jniversidad Complutetise. Madrid. 995

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  • Arquitectura, gobernantes y cosmologaAnotaciones sobre ideologa maya en los cuadernos

    de Oxkintok

    Miguel Rtv RA DoRArloUniversidad Complutense de Madrid

    ABSTRA(T

    tu this paper 1 want to interpret Ihe irnplications of the strueturing identity bet-ween the Maya cities and the Mava cosmos. 1 assume lhat in the case of ancient Mavaculture (he political institutions develtped legitimation strategies on the urban de-Igus bases, a modo! strongly supported by the king figure. On the leve! of interaetive

    systetns. Wc can explain perhaps tIte constantly renewed attempts u the part of po-wer institutions (o projeet their ttnetions in buildings and city management as a nece-sary adap ath al ch anging the external world. l d iscuss th is pattern xvi th recentlv excav~ (cd i nf >rniati ol of the Y ucatecan Oxk intok.

    Key words: Achaeology, religion, maya area, mesoamercan cosmologv, Oxki rs-tok.

    Palabras clave: A qucologa. religin, rea maya, cosmol ogia mesoam en cata. (ixki tt ok.

    Las investigaciones recientes qtc he llevado a cabo sobre la orgatuzactonpoltica dcl espacio urbano en el sitio de Oxkintok (cf Rivera 1991 y 1 993a)han veni diO a confirmar viejas intuiciones ci ue apreciaban como segtira lacontinencia del sistema dic creencias maya del perodo Clsico con la cstruc

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  • 24 Miguel Rivera I)oralo

    tura de poder, expresada principalmente en la disposicin de las construccio-nes en las ciudades. El rey, ubicado en el pinculo de la jerarqua, era la figu-ra que focalizaba toda la doctrina y las actividades emanadas de esa fusin:era un ser considerado divino y descendiente de dioses, su imagen y su ac-cIn eran fundamentales en las ms importantes manifestaciones religiosas,su naturaleza se proyectaba constantemente al mareo cosmolgico, sus ttu-los y atributos tenan claras resonancias sacras, su biografa entroncaba conel pensamiento religioso, las ideas legitimadoras de la autoridad real eranequivalentes a las ideas legitimadoras del papel de los dioses en el conciertouniversal, sus funciones sacerdotales eran necesarias en todos aquellos ritua-les en que se pona en juego la conservacin del mundo, la armonta cosmicay la renovacin de la vida.

    La teora religiosa oficial de los reinos mayas propugnaba la nocin deque el orden social era reflejo del orden general del universo, y de ah la im-portancia del calendario, donde se manifestaban las tuerzas cosmicas queeran la medida del destino de las comunidades y los individuos. En tal repre-sentacin la personalidad del mximo gobernante era similar a la del sol, esdecir, el lugar que ocupaba era central y su comportamiento daba origen altiempo y al espacio o sea, al equilibrio csmico, al movimiento, a la suce-sin de las estaciones, por lo que era visto como el arquitecto de la realidady el responsable de su mantenimiento. La veneracin a los dioses cosmolgi-cos qued pues homologada muy tempranamente, cuando los estados tnayasse constituyeron en monarquas divinas hereditarias, con el culto a los reyes;es ms, los mismos dioses cosmolgicos fueron asimilados a los antepasadosfundadores de los grupos humanos, de los que descenda en lnea directa ellinaje real y cuyo pariente ms prximo era el propio rey. Desde ese momen-to, la religin maya gir en torno al culto a los antepasados, expresado demanera destacada en la devocin y reverencia a la figura del rey y a sus pa-rtentes cercanos; puede decirse que el gobernante era el dios principal de losmayas porque en verdad asuma las competencias que en otros sistemas so-ciales corresponden a las distintas potencias numinosas. Los templos de losdieses fueron sobre todo en el Mayab los santuarios conmemorativos de losantepasados de los linajes reinantes y las pirmidesmontaa de carcter fu-nerario en donde se enterraba a los seores y a los nobles. Y cuando se vis-lumbran imgenes de otras divinidades, existe casi siempre la seguridad deque se trata de fuerzas estrechamente vinculadas al significado de las tareasdel gobierno o de personajes con los que el rey se identifica por una u otrarazn; es decir, que nunca se perciben unos smbolos religiosos carentes devalor poltico, que la religin maya antigua es literalmente una religin deestado, y que los seores utilizan y manipulan esa forma religiosa compleja

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    como instrumento de su poder, mejor dicho, funden en ella sus identidades ysus funciones. No se trata, sin embargo, de un sistema teocrtico, porque noes la inspiracin religiosa la que invade el quehacer poltico, sino justamentelo contrario, la accin poltica la que se apropia de las ideas, las metforas,los mitos, los iconos y la puesta en escena de la religin, la que se introduceen las doctrinas que explican el mundo para teir esas explicaciones de ideo-logia poltica, desvirtuando los fines ltimos de ese sistema de pensamientocuya parte frW todava pervive en el rea maya que es acaparado por lasjustificaciones de la realeza y de la estructura de poder.

    FItISJRA 1.Mapa de Oxkintok.

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    El poder, los sistemas de poder, la capacidad y el ejercicio del poder, sehan simbolizado de muy diversas maneras a lo largo de los siglos. Frecuente-mente ha sido por medio de la lengua y la escritura, a travs de las normassuntuarias, de los atuendos rituales, las comidas y los comportamientos pro-tocolarios. Pero tal vez el smbolo que se erige en culminacin perfecta de lagrandeza y majestad de los poderosos es el arquitectnico, segn parece pa-tente en numerosas civilizaciones arcaicas de todos los continentes. Me gus-tana, pues, poner de manifiesto la importancia de los smbolos arquitectni-cos para la investigacin de las relaciones dc poder, es decir. de lassituaciones relativas de rango, de jerarqua, de sumisin y dominacin, y desus justificaciones ideolgicas.

    Una primera cuestin es que las unidades arquitectnicas o grupos ar-qucolgicos que son agrupaciones intencionales de edificios y otros ele-mentos culturales que se distinguen entre s y cuentan con lmites claros ybien definidos pueden ser entendidos como algo lejanamente semejante alas parcialidades de la poca colonial, en las que se ha reconocido un ciertoascendiente prehispnico: pseudociudades dentro de las ciudades, con su or-gantzacion interna y un gobernador o jefe, con sus santos/dioses patronos ysus cultos particulares. La jerarqua existente entre las parcialidades colonia-les puede reflejar la que haba entre los grupos urbanos dc las ciudades pre-colombinas, y quiz incluso la naturaleza del tejido que vinculaba a diferen-tes ciudades entre sien una entidad poltica y territorial concreta, al igual quesus frmulas de integracin en unidades mayores pueden ser un vestigio mso menos deformado de las que funcionaron en el pasado.

    Por otro lado, tomando como base la idea de que la unidad territorialmayor prehispnica posea un conjunto de dioses asimilados a los grupos so-ciales, por ende a los asentamientos donde esos grupos sociales se localiza-ban, y que precisamente por razn de ese nexo, ya que los grupos socialesestaban ordenados jerrquicamente, las propias deidades se estratificaban si-guiendo la escala del prestigio y del poder de los linajes y los clanes, es posi-ble concluir que las fronteras de las subsecuentes unidades espaciales debenhallarse donde cambien los objetos de veneracin y sus particulares expre-siones plsticas, y que, en una u otra medida, la mayora de las agrupacionessociales de inferior jerarqua deben participar en el culto de los dioses carac-tersticos de las agrupaciones de superior jerarqua, dada la representatividaduniversal que es necesario atribuir en las colectividades centralizadas y so-metidas a poderes despticos a sus mximos gobernantes y a los dioses quelos respaldan polticamente. Es decir, que todo grupo social maya preferen-temente si era emparentado y corporativo, a mi modo de ver gozaba de cul-tos autnomos conectados con la figura del antepasado fundador, pero que

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    los dioses patronos dc los linajes de ms alto rango eran tambin objeto deveneracin por el resto de las unidades, pues constituan la esencia de la re-ligin dc estado y su reconocimiento ideolgico y litrgico implicaba auto-mticamente el reconocimiento poltico de las minoras que detentaban elpodier.

    la ciudad antigua es arquitectura combinada armnicamente en el espa-cio. Pero en las civilizaciones arqueolgicas el espacio que el hombre vivoocupa es inseparable de la extensin del universo todo. Y ese universo no estn agregadio de partes, sino la reiteracion en sucesivas secciones especializa-das de ciertos modelos de organizacin. Partiendo de las unidades socialescelulares se proyecta su orden en los distintos niveles de organizacin cos-molowca, dando a esos nuevos modelos el valor simblico y el aspecto for-mal adecuados. Ms tarde, los arquetipos organizativos (que podemos llamartambin estructurales) de los mbitos del cosmos privilegiados ideolgicamente los que sirven para legitimar o explicar el sistema de poder o las rela-ciones sociales en su conjunto se proyectan a su vez sobre la estructura so-cial conformndola y determinndola.

    En Mesoamrica, y de manera particular en el rea niaya, el estrato pre-dilecto del cosmos para su utilizacin como pauta social es el cielo, all haymultitud de puntos luminosos de diferentes tamaos, intensidades, ubicacio-nes y movimientos. Todos ellos, sin embargo, estn sometidos a la grandeza yfuerza del sol. Cuando el sol despunta por el este, los cuerpos del firmamentopierden gran parte de su luz, y slo en la noche, habitada por el sueo, que escomo la muerte., en el momento en que el astro rey atraviesa las duras prue-bas del inframundo y su brillo es el de la plida luna, los restantes seres lidnos y aqu hay que advertir que una estrella equivala probablemente a unaunidad social y a su antepasado fundador deificado, como las ramas o lashojas de un rbol dle la vida o genealgico, trasunto imaginario y particulardel rbol csmico o axis ntundi que en el espacio sideral poda ser la VaLctea (vase Freidel, Schele y Parker 1993: 76 y ss.) pueden mostrarsecon bastante viveza. El orden celeste fue, entonces, la inspiracin y el modelode la organizacin social clsica, modelo que se constituy. no hay que olvi-darlo, a partir de la idea que la sociedad tena sobre s misma desde que seinicio el proceso civilizatorio en el Formativo Tardo, compleja concepcinque estaba sin duda implcita ya en el urbanismo y la iconografa de sitioscomo Cerros. Tikal y El Mirado-. Esa es la razn de que Xihalb, el infiernomaya, un lugar nunca concebido con el temor y la repugnancia tpicos de latradicin cristiana, tenga tanta importancia en la mentalidad y en la vida so-cial antiguas, y que est siempre presente en el arte. El rey se convirti en elsol y quiz espordicamente en Venus y los restantes cabezas de linaje se

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    tdentificaron con dioses que estaban en las estrellas. Un circulo dialctico deconceptos y doctrinas que fue operando de modo casi independiente una vezque la civilizacin clsica estableci el poder desptico de las monarquas di-vinas como el instrumento ms adaptativo para afrontar las rgidas limitacio-nes medioambientales.

    Creo, consecuentemente con lo anterior, que en el cielo diurno y sobretodo en el nocturno (que es, poco ms o menos, como si se viera el inframun-do reflejado en un lejano espejo), podemos atisbar el prototipo abstracto decmo la sociedad maya se pensaba, cmo estaba organizada. Pero no es la as-tronoma occidental moderna la que permite acceder a ese conocimiento,por ms que a menudo resulte indispensable para orientar las pesquisas, sinola astronoma maya, que est en las inscripciones, en los mitos, en la icono-grafa, en los rituales religiosos, y, lo que ahora me interesa destacar, en el ur-banismo y en la arquitectura. No me refiero a los edificios llamados de con-memoracin astronmica, o a los que pudieron ser observatorios, aunquecon frecuencia tambin proporcionan indicios de valor sobre la estructurasocial, pues son demasiado obvios en su funcin primaria y tal vez su signifi-cado se reduzca en ocasiones a la instrumentalizacin tcnica y bsica del pa-radigma celeste, es decir, a mostrar con qu regularidad y certeza los cuerpossiderales se comportan segn las expectativas tericas. Al igual que el estudiode un reloj no aporta casi nada al descubrimiento de la filosofa del tiempode cualquier civilizacin humana, as las construcciones verdaderamente as-tronmicas de los mayas no dicen mucho de las implicaciones sociales eideolgicas del modelo cosmolgico. Me refiero, por tanto, a un urbanismoque fue la proyeccin de la sociedad en el paisaje natural, un urbanismo queencierra en su sentido intrnseco el orden social, pues cada elemento situadoen el espacio de la ciudad existe porque est relacionado con partes diferen-tes y estructuradas de la sociedad, con la conducta de los grupos sociales, consu identidad y la aportacin que deben hacer al mantenimiento de la estabili-dad global. Si el nivel cosmolgico elegido por los mayas para representar laprofunda diversificacin de su sociedad y el lugar ocupado en ella por lasinstituciones de poder fue el cielo, y si la ciudad clsica obedece a un diseodeterminado por la necesidad de expresar la composicin y las relaciones vi-gentes en esa sociedad, entonces es posible deducir que la urbe maya enteraes una imagen cosmolgica en la que se amalgaman las nociones religiosas ysociales. Puesto que es evidente que la maystica ha obtenido escasos resulta-dos en la investigacin arqueolgica de las formas polticas antiguas, del sis-tema de gobierno, del ejercicio del poder y de sus legitimaciones, salvo losque muy lentamente hau ido surgiendo de las interpretaciones epigrficas eiconogrficas, cabe sugerir una va alternativa, la de considerar a la arquitee-

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    tura monumental y al urbanismo una fuente primordial de informacin sobrelas tipologas polticas y los modelos de poder.

    En la tradicin del Viejo Mundo la casa del dios es un trasunto de la casade los hombres, o sea, el dios se incorpora a la sociedad ocupando su lugaren un orden jerarquizado, habitando la casa que le corresponde por su rango,la ms grande y lujosa, la que se levanta con materiales duraderos y se sitaen el centro del asentamiento. En el rea maya Los hombres y el dios se em-parentan y. aunque rige igualmente una severa organizacin jerrquica. la ca-sa del dios es sobre todo la del padre de los seres humanos, y su figura estindisolublemente unida a la estructura social como fundador o progenitorancestral. Por eso da la impresin de que los edificios que llamamos templosestuvieron dedicados preferentemente al culto dc los reyes y de los linajes re-ales; sin embargo, deben ser a la vez autnticos templos a los dioses. y Lun-bin a sus lneas de descendencia en las que se integran los gobernantes ydignatarios. Y no puede ser de otra manera porque la nica va de legitima-cion del orden jerrquico de la sociedad era el supuesto tipo de estratifica-cion vigente en cl otro mundo, el de los antepasados deificados, modeloejemplar de la organizacin comunal y gua de comportamiento en la diariarealidad de los vivientes. Puesto que la huella perceptible del orden ideal so-brenatutal de los dioses se encontraba en el firmamento, lleno, armnico,misterioso, enorme, profundo. terrible a veces, inalcanzable, no es inadecua-do calificar el sistema poltico territorial maya de sec:uencia de constelacionesy la disposicin de los grupos o unidades arquiteanieas en las ciudades deconstelacin misma. Yo pienso que el sol del da (el Cielo Alto) era el rey ensu capital, y que el sol de la noche (el Cielo Bajo) era el rey como centro desu grupo parental de referencia y de sus dependencias urbanas, estrellas a sualrededor.

    Los reyes del periodo Clsico Tardo mo)mento de maxmo apogeo dela doctrina de la monarqua sagrada eran los representantes actuales de losdioses, considerados sus padres, y por esa razn el edilicio se llena con im-genes de tales seores. Un caso tpico es el de los templos de Palenque, peroalgo parecido sucede tambin en Tikal y en otros lugares. Adems, puestoque el culto popular se realizaba en buena medida al aire libre, hay que pen-sar que templo, en cuanto residencia del dios o recinto sagrado, es el grupode construcciones, tal vez la ciudad toda. La divisin del cosmos que prevale-ca en Mesoamrica reconoca un papel celestial al mbito en el que vivanlos seres humanos, generalmente porque la inferior de las capas intermediasen las que tena lugar el movimiento de los astros y de las nubes, donde se di-bujaban el tiempo y el cambio, donde soplaban los vientos, era la que corres-ponda a los que pisaban la tierra. Por ello la superficie rugosa y slida sobre

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    la que se alzaban las urbes dcl Mayab una planicie de la textura de la pieldel coco)drilo y con la apariencia de las escamas verdosas de la corteza de laceiba, para el pensamiento simblico estaba revestida categricamente delos valores de las otras dimensiones de la realidad, el cielo y el inframundo,incluso ms, ya que ah justamente se produca el contacto, la conexin entreambas regiones a travs de las propias pirmides, o de las tumbas, vasos co-municantes por los que circulaba la sustancia vital que permita la permanen-te renovaein, la recreacin del universo, como la savia en los troncos de losarboles mitolgicos, que si bien fueron colocados en los rumbos para separarcielo y tierra eran a la vez el camino por el que se comunicaban las fuerzas dearriba y las de abajo. Esa era la grandeza y la responsabilidad de los gober-nantes mayas: construir y ordenar un piso del cielo que era eslabn interme-dio del paradigma csmico, reproducir el esquema del mundo superior enuna ineludible sntesis con el inferior, dirigir la armona de su mbito espec-fico, por tanto, con semejantes poderes a los que detentaban los astros, losdioses de las tormentas, del viento o de la muerte.

    En Oxkintok los principales grupos de edificios, levantados frecuente-mente sobre una gran plataforma basal, suelen tener una o ms pimides delas que habitualmente son consideradas templos, y asimismo existen obviasasociaciones entre grupos y estelas, de modo que parece que esos monumen-tos hacen referencia a personajes y acontecimientos vinculados a los conjun-tos arquitectnicos concretos. Mi opinin es que la ubicacin relativa di-reccin en la ciudad y distancia al centro , dimensiones, nmero deedificios, cantidad y calidad de las esculturas, y, por supuesto, las caractersti-cas y el uso de determinados objetos que all se encuentran, son los factoresque diferencian a unos grupos de otros, por ende a las unidades sociales enellos representadas. Los grupos se organizan en un sistema de rangos que esfiel reflejo del sistema de rangos de la sociedad urbana toda, es decir, deaquellos linajes que ocupan los papeles de especialistas funcionales, dedica-dos al gobierno, la administracin, la religin, el comercio, la guerra, linajesque se estratifican tomando como> pauta y gua la distancia a los antepasadosfundadores, a los progenitores mticos.

    En Oxkintok hay cinco grupos principales con pirmides destacadas.Existen varios ms, pero son demasiado perifricos o de poca tard ja. Losconjuntos arquitectnicos clsicos (entre 350 y 750 aproximadamente) conbasamentos piramidales han sido denominados Donato Dzul, Dzih, May.Xanpol y Ah Canul. Se distinguen tambin algunas pirmides aisladas, rela-cionadas con extensas plataformas (grupo Chi), con cuevas, o verdaderamen-te solas en apariencia, tipo de construccin que supongo representativa de launidad social global, tanto a causa del complejo religioso particular en el que

  • Arquitectura, Gobernantes y (osmologa 3.1

    pudieron estar implicadas (cultos cosmolgicos ms genricos, corno pue-de ser el caso del binomio pirmide-cueva en el grupo Actun Caah, y uno decuyos mejores ejemplos sera el Satunsat o Laberinto en el suroeste del sitio)o por ser monumentos conmemorativos de carcter astronomico-cronolgico O) incluso histrico. Un edilicio que tal vez merezca el calificativo de socialpor antonomasia pudo ser el juego de pelota, rito en el que seguramenteestaban comprometidos los distintos segmentos de la lie de poder, pero su-cede que mientras en otras ciudades esa construccin tan singular est relati-vamenle aislada de los conjuntos arquitectnicos con templos piramidales.en Oxkintok se halla precisamente dentro de uno de los grupos, el D,ib, loque hace pensar en una suerte de monopolio de la ceremonia por parte deuno de los linajes corporativos, el que en nuestro caso creo que se ha identifi-cado acertadamente como el del gobernante Walas, quien, a principios del si-glo viii, debi fundir en una sola unidad las que previamente estaban conec-tadas con los grupos Dzib y Ah Canul (vanse los cuatro volmenes de laserie Oxkintok, publicados en Madrid por la Misin Arqueolgica de Espaaen Mxico y el Ministerio de Cultura entre 1988 y 1992, y tambin Rivera etal] 99 1).

    Las excavacones rectentes en Oxkintok abarcaron tres de esos grupos y,aunque no se liberaron por completo de la tierra y los escombros, ahont sonbastante bien conocidos. De los otros dos slo caben en este momento conje-turas. En todos ellos la pirmide ocupa un lugar preeminente y focal, rara vezsupera los 2

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    nul; las inscripciones jeroglficas y Series Iniciales ms antiguas se encontra-ron igualmente en el grupo Ah Canul. Parece claro que la ciudad estuvo divi-dida, quiz en dos fracciones, y que la mitad del sur fue ms importanteque la del norte. Un fenmeno que en principio resulta curioso puesto quelos mayas apreciaban la direccin norte como beneficiosa cuando el solestaba en el norte caan las lluvias y creca el maz, por ejemplo y la direc-cin sur la relacionaban con el inframundo y la muerte.

    El grupo Ah Canul, del que no cabe duda que era el principal de la ciu-dad, es el de mayor valor simblico. En l hay un pequeo edificio situado enel lado norte de la plaza septentrional, en la que se encuentran las pirmides,clasificado con la sigla CA-3 y fechado por su estilo arquitectnico y por lacermica asociada entre los siglos y y vi, que contena un pavimento pintadocon el diseo de una estera o pop. La estera es un smbolo de la realeza maya,y su presencia en CA-3 indica con claridad la relacin del edificio con el sis-tema de poder, con los gobernantes de Oxkintok en el perodo Clsico Tem-prano y aun despus. Y todava puede aducirse otro dato muy significativo, lamscara de mosaico de jade hallada en la tumbaS de esa construccin carecede nariz y tocado (incluyendo la parte superior de la frente), dos elementoscaractersticos en la identificacin del dios K por medio de sus atributos sin-guIares. Puesto que el dios K es tambin emblema de los reyes y de su legiti-midad para reinar, supuesto antecesor divino de los linajes de los que proce-dan los dinastas imperantes en muchas ciudades de las tierras bajas, ademsde una entidad sobrenatural con la que se confundan los seores difuntosel caso ms obvo es el de Pacal en el relieve de la lpida que tapaba su sa-crfago en Palenque, no parece irrelevante sealar la posibilidad de que losfragmentos faltantes de la mscara de la tumba 5 sean los que daban a esapieza la identidad del dios K, que hubieran sido conservados ritualmente porlos deudos del muerto o por los sacerdotes de la ciudad para su veneracion ocomo recuerdo del personaje all enterrado. Claro es que cabe igualmente su-gerir que esos elementos fueron hechos de madera u otro material perecede-ro que ha desaparecido con el tiempo, aunque tal cosa no se aviene del todocon la informacin que existe sobre las restantes mascaras mortuorias descu-biertas, pues en ellas el rostro fue ejecutado con piedras y conchas, a juzgarpor las pacientes reconstrucciones efectuadas con los componentes de losrespectivos mosaicos. Los dioses G y K parecen ser los predominantes en elproceso de transfiguracin de los gobernantes mayas, y ambos tienen un in-dudable valor cosmolgico, el dios O es el Sol, Kinich Ahau, y el dios K es elcielo de las tormentas y los rayos, el fuego de origen celestial, Kauil: acabo demencionar la homologacin de Paca1 con el dios K segtin la interpretacin dela lpida del Templo de las Inscripciones, al menos en lo que el dios 1< repre-

  • Arquitectura, Gc,bernantes yC?os,rologa 33

    senta ah de origen de los linajes reales por ser una de las potencias cosmog-nicas bsicas, equivalente al Gucumatz del Popol Vuh, y del dios O basta condecir que numerosos autores aceptan hoy que la imagen del difunto rey NarizRizada en la parte superior de la estela 31 de Tikal es su apoteosis solar (Mi-ller y Tauhe 1993. 106). Por ello, siguiendo con mi hipottica argumenta-cin, puedo sugerir que el edificio CA-3 fue una especie de panten para al-gunos miembros del linaje real de Oxkintok, los jefes o decanos genealgicosdel cual debieron ser depositados igualmente, a partir del siglo vi, en la pir-mide que se alza justamente enfrente, al otro lado) de la plaza, de acuerdomas o menos con la patita que se manifiesta en la estructura piramidal MAldel grupo May, levantada en la misma poca (cf Fernndez 1993). Jade, con-cha y espina (vegetal o de mantarraya) son insignias del poder, el triple sm-bolo persistente cii las ofrendas y la iconografa, y esas ti-es cosas estn pre-sentes en el modesto CA-3 junto a la mscara funeraria de mosaico y elpavimento de estuco con la pintura pop. Podemos concluir que en se sectorce csegrupo Ah Canul iniciaban ld)S gobernantes su viaje de ultratumba y quetal viaje se desarrollaba en un eje norte-sur (o sea, arriba-abajo segn el mo-delo maya de correlaciones direccionales), puesto que CA-3 est en el ladonorte de la plaza septentrional y la pirmide CA- 12 en el lado sur. Un eje,por cierto, desviado ms de 15< al este durante la fase lehpa del ClsicoTemprano (300-530 d.C. aproximadamente), a juzgar por las crujas de CA-3, y que se endereza bastante hacia el norte magntico en la fase siguienteNoheb 1(530-bM> aproximadamente; sobre las fases de la secuencia arqueo-lgica de xkintok vase Rivera 1993e), que es cuando se erigen en la plazaseptentrional los templos sobre grandes basamentos piramidales, aunqueesos cambios direccionales no ocurren en otros grupos de la ciudad como elMay, donde todos los edificios representativos del Clsico Temprano alineansus muros, casi sin desviacion. con el norte magntico, verdadero patrn delos arquitectos que disearon sucesivamente el espacio construido ah, pues-to que se mantiene casi sin diferencias para las ampliaciones, remodelacionesy nuevas estructuras hasta el siglo ix. En el plano general del sitio, no obstan-te, los grupos que sc inclinan ms hacia el este en su conjunto son el DonatoD,ul y el Xanpol. ambos presumiblemente trazados en la fase lchpa. si bienlas reformas sufridas por las construcciones han sido tantas y tan variadasque es casi imposible hacer observaciones seguras de esta clase. Recordemos,adems. que el grupo Ah Canul se encuentra localizado en la parte surde laciudad, con la mayora de las fachadas de sus construcciones datables entrelos siglos iv y vt abiertas al norte o al sur. Con la ligera modificacin del ejenorte-sur hacia el oeste en e] grupo Ah Canul, mejor dicho, en el sector dedi-cado al culto dinstico del grupo Ah Canul. si es que las mediciones de los

  • 34 Mig /el Rivera Dorado

    topgrafos en los enormes montculos todava sin excavar pueden conside-rarse correctas, modificacin coincidente con la inauguracin de la faseNoheb 1 en los comienzos del siglo vi, se expresa uno de los cambios introdu-cidos por las gentes que gobiernan el sitio en esa fase, aunque la innovacinprincipal ser precisamente la construccin de las pirmides para sustituir alos mucho ms reducidos templos anteriores. No obstante, la verdaderatransformacin en los vnculos cosmolgicos de las lites de la ciudad se pro-ducir ya en el siglo vtj cuando empiece a darse la misma importancia al ejeeste-oeste en Ja orientacion de las fachadas de acceso a los edificios, lo queir acompaado de la interrupcin definitiva de la costumbre de levantarsantuarios en la cima de empinados basamentos escalonados de hasta 20 me-tros de altura.

    Con respecto a la significacin de las direcciones de los ejes de los edifi-cios, y el valor que ese rasgo tiene para el estudio de las implicaciones cos-molgicas de la traza urbana, no resulta ocioso sugerir que los distintos gru-pos sociales pudieron dar preferencia a las orientaciones de los gruposarquitectnicos en los que estaban representados que mejor reflejaran susvnculo)s estelares y las ideas cosmolgicas que afectaban a la parcialidad.Tambin creemos fundamental mencionar los mitos y creencias que hoy con-servan los indgenas de la regin en cuanto se refieren a la posicin de los es-pacios particularmente sagrados en Oxkintok (vase, por ejemplo. Amador1989 y 1993; y Rivera 1 993b). La conexin del sol con el Satunsat tiene quever con las ideas en torno a la muerte y el renacimiento, y ese sol es por tantoel del inframundo, el sol que penetra en el interior de la tierra por el oeste, yconsecuentemente la fachada del Satunsat est orientada al oeste, lo mismoque los tragaluces por los que entran los rayos del sol hasta lo ms recnditodel edificio en los equinoccios; el mito etnogrfico del origen de la antiguaciudad pone en evidencia tales relaciones. En el mito narrado) por el sabiomaya Donato Ozul, que habita la comunidad de Maxcan en las cercanas deOxkintok, el hroe protagonista, que personitica al astro luminoso, hace unitinerario que le lleva del grupo arqueolgico) Entzil al Satunsat O) Laberinto,es decir, una lnea que coincide bastante bien con el eje norte-sur en la va-riante de la inclinacin al este tpica del Clsico Temprano. Puede decirseque por Entzil casi sale el sol en los perodos equinocciales., y que en el Sa-tunsat entran profundamente sus rayos durante ese mismo tiempo. lo que talvez deba interpretarse como una referencia mitolgica moderna a la trayec-toria solar en la poca inmediatamente anterior a la estacin de las lluvias,cuando se produce el renacimiento de la vida natural en la pennsula de Yu-catn. Es mi opinin que el papel representado por el humilde Cham Tzimen el mito de Maxcan (Amador 1989) es muy semejante al que cumplan

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    los gobernantes prehispnicos, que tambin recorran el Laberinto, como eldios Sol, para extraer de su vuelta a la vida el poder gensico que se traduci-ra en las aguas fecundadoras y en las abundantes cosechas. El eje norte-sures el que sigue Kinich Ahau para marcar convenientemente y a su debidotiempo el trnsito de una estacin a otra, es el eje de los equinoccios y dc lossolsticios, de los inviernos y de Io)s veranos, de la poca de secas y de la po-ca de lluvias, de la muerte y de la vida.

    Adems, los masas contemporneos piensan que en cierto momento dela primavera, no lejos dcl equinoccio, en el da de Viernes Santo, para serexactois. ocurren extraos fenmenos en las ruinas de Oxkintok. Se aparecenlos antiguos>. se oven muscas x ruidos, y gritos animales, en ciertos gruposde edilicios: Ascensin Amador ha interpretado) esois sucesos como la conse-cuencia de la mtertc del Sol-Jesucristo, que est en el inframunclo, en los in-fiernos en el interior del Satunsat,dira yo, hasta el amanecer del siguienteda. Pero lo que ahora llama nuestra atencin es que los extraos prodigiosacaecen principalmente en dos puntos de la ciudad, los grupos Fnt il y Xan-po. que junto con el Satunsat constituyen los lugares con mas carga de sacra-1 idad del sitio para los nativos. Pues bien, ce nuevo Entzil y Xanpol estn enfrentados en el eje norte-sur caracterstico) de los primeros siglos de lahistoria clsica de. Oxkintok. Otros acontecmie.ntos sorprendentes ocurrenp~ la noche, O) cuandio) el sol est situado en el cenit o> en el nadiir. es decir,en los instantes en que el astro rey pasa por el mundo inferior u ocupa los ex-Iremos del eje arribaabajo. La importancia de la dreccion solar anual pareceevidente, por tanto, lo mismo en el diseo prehispnico de la urbe que en lastradliciones relgiosas relacionadlas co>n las reas de ruinas que an mantienenlo>s mayas de la zona, y puede decirse seguramente que las segundas son leja-no> resultado del primero y de lo que ese plan ce construecion y urbanzacionsignific en su momento>.

    La intcrpretacion de otro rasgo fundamental viene a sumarse a los i nclicmos que he ven idIO discutiendo. En el centro de la ciudad apro)ximadlamcnte.en med o del tan citado eje nortesur que ordiena la distribucin dc las edifi-caciones, se halla el juego de pelota, cuya cancha est disptiesta para due unequipo dic jugadores ocupara la parte norte y o)tro la parte sur. Por eso me in-clino a creer que aqu el juego, adems del sentido ritual de conservacin deluniverso, es expresin y mecanismo regulador dc las interacciones socialesbsicas de una sociedad dualista organizada en mitades. Tanto si sc relacionael juego de pelota con Venus, que se desdobla en estrella de la maana y es-trella dc la tarde, como si se vincula a las dos partes del cosmos, el cielo y elinframundo, o al so.d en sus manifestaciones diurna y nocturna., la pugna dedos mitades o)puestas es obvia. y cl valor social de tales asignaciones tambin.

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    Algunos vasos de estilo Chochol muestran a uno de los gobernantes de Oxkin-tok, el llamado Walas, con atuendo de jugador de pelota, lo que no es nada nue-yo porque en muchos lugares de las Tierras Bajas mayas los reyes fueron repre-sentados con tan honorable vestimenta; es decir, en el enfrentamiento entreaquellas fuerzas cosmolgicas, del que los mitos extraen la sagrada energa ne-cesaria para la recreacin y renovacin o mantenimiento del mundo, los seo-res que rigen la colectividad son participantes de pleno derecho, actores insusti-tuibles. El drama original de la creacin se actualiza en el rito del juego depelota, y los reyes son los mximos oficiantes, en ellos descansa pues la perdu-rabilidad de la vida: son las ceibas que separan y enlazan el cielo y la tierra, se-gun se nos muestra en las estelas (tetan, los rboles de piedra) donde son re-presentados en majestad, o en tantas otras escenas del arte escultrico (LindaSehele 1992: 154-155, ha mostrado) convincentemente la conexin entre los re-yes y las ceibas), son a la vez y por eso mismo la potencia y el impulso de launin de esas regiones cosmcas en una lucha que, como el acto sexual, produceel perpetuo nacimiento, la prolongacin de lo creado.

    En resumen, la mitad sur de la ciudad de Oxkntok es, por el anlisis desus construcciones y el valor simblico que se les atribuye, predominante so-bre la mitad norte. No cabe duda que los reyes pertenecieron durante casitodo el perodo Clsico a la mitad sur y que estuvieron ntimamente ligadosal grupo Ab Canul >. Pero la direccion sur es la del inframundo y uno puedeesperar que los gobernantes del sitio exhibieran entonces una relacin privi-legiada con los dioses de esa regin csmica. En efecto, tambin en los vasosChochol donde se represent al rey Wa]as (cf Garca 1992) se ve a estepersonaje con el tocado o sombrero de plumas que porta habitualmente eldios L. a quien todos los autores reconocen como uno de los seores delmundo de abajo. Aunque el reinado de Walas pertenece muy probablementea los comienzos de la fase Ukmul (ca. 71

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    asociado simblica y cultualmente al inframundo y a las divinidades de esaregin csmica, con las cuales mantuvieron los gobernantes una relacin es-pecfica. Si bien de fecha probablemente posterior a la fase Ukmul, debe te-nerse en cuenta asimismo el hecho) de que en un cuarto de CA-Y se descu-bri una estatuilla de la diosa de la tierra Ix Chel. con atributos de muertemuy parecidos a los que muestran en sus atavios las estremecedoras matro-nas nahuas que presiden el abismo telrico (Rivera 1989). En cualquier caso,to)do ello no se podr verificar convenientemente hasta que se realicen exca-vaciones en el grupo Donato Dzul y en otros puntos cruciales de la ciudad.

    A finales del periodo Clsico se construyeron varias calzadas en Oxkintok,una de ellas co>nectaba directamente el grupo Ah Canul con el grupo Dzib, loque yo interpreto como la expresin de que los gobernantes estaban directa-mente implicados en el ritual del juego de pelota. Las orientaciones por las quese dirigen las calzadas entre conjuntos arquitectnicos, generalmente con lige-ras desviaciones de los rumbos cardinales, hacen pensar de nuevo en la impor-tancia dic1 patrn de movimiento solar como inspiracin de lo que tal vez sepudiera llamar geomancia poltica. Es claro que si el rey sala del grupo Ah Ca-nul para dirigirse por el sach a la plaza noreste del grupo Dzib, donde tal veziba a jugar a la pelota, segua una trayectoria este-oeste semejante a la del solpor el firmamento, para penetrar quiz finalmente en un terreno de juego quelos mitos del Popol Vuh sitan precisamente en el inframundo, o sea, en eloeste por cuyo rumbo el astro se zambulle cada atardecer en Xibalb. Ese es-pacio sagrado es colindante en Oxkintok con el Laberinto, del que no tengoninguna duda de que representa tambin, aunque seguramente de otra maneray con otras finalidades, el reino de las tinieblas y de la muerte.

    Siguiendo> con el argumento. pues, habra que reconocer que del grupoDzib, que contiene cl juego de pelota, hacia el sur todo era considerado terri-torit> del inframundo. Que los grupos de personas vinculados a los grupos ar-quitectoncos Ah Canul, May y Xanpol tenan alguna clase de identificacinsociorreligiosa con poderes sobrenaturales ligados a su vez a esa regin delcosmos y a sus consecuentes significaciones. Por desgracia, el registro ar-queolgico>, considerado a la manera tradicional, no aporta informacion sus-tanflva al respecto. Slo con datos indirectos podemos apuntalar dificultosa-mente esa hiptesis: la ubicacin del Satunsat en una encrucijada entreXanpol, l).ib y May: el que la subestructura de MA-l en el grupo> May enla cual, por cierto>, se encontr un jeroglfico que se interpreta como el ttuloprincipal de los gobernantes tenga tambin aparentemente cacter labern-tico; los hallazgos en CA-Y, entre ellos los relieves que vinculan a este edifi-cio con el linaje real, y el aire de alta especializacin funeraria de CA-3z lapro>l)ia simbologa cosmolgica del juego ole pelota, etctera.

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    En resumen, mi opinin es que la ciudad maya, aunque quiz nicamenteen ciertas zonas del Mayab y en determinadas pocas, fue trazada segn un mo-delo de los cielos (diurno y nocturno, es decir, de arriba y de abajo) que des-cansaba en las elaboraciones ideolgicas de los practicadores religiosos, y quevariaba en funcin de las filiaciones particulares de las unidades sociales predo-minantes. Ancestros de los linajes gobernantes, antepasados fundadores de lacomunidad toda, dioses patronos de grupos corporativos emparentados, y vie-jos y grandes demiurgos procedentes del tronco de la tradicin mesoamericanay que explicaban en el ms elevado grado de abstraccin los procesos creadoresy renovadores del mundo y de la vida. eran el objeto de los cultos que las distin-tas unidades sociales llevaban a cabo> en sus respectivos espacios sagrados urba-nos en los que se encontraban representados, espacios que reproducan simb-licamente, insisto, el cosmos donde aquellas potencias se desenvolvan yactuaban. Esa es la va interpretativa que creo coherente con los materiales delas excavaciones arqueolgicas y con el sistema de creencias que se infiere par-cialmente de ellos, esas creencias que recogen con bastante desorden y graveslagunas las fuentes coloniales, y que atesoran an, fragmentadas y muy adultera-das, los ancianos, los rezadores, los brujos y los menes de los pueblos.

    FI rey que sostiene en los relieves la barra ceremonial, emblema del cie-lo, es el sol que se muestra en la ciudad celestial a travs de sus obras, queson el tiempo y el espacio (es decir, el mundo), la vida y la fertilidad, la muer-te y el renacimiento. Direcciones, ejes, volmenes, ubicaciones, vanos de losedificios, estn pensados a partir del esquema de comportamiento del sol,por tanto) hablan del rey y de su naturaleza, y de la naturaleza y legitimidaddel poder que ejerce. El grupo de estructuras de Oxkintok donde mejor secomprueban esas posibilidades de proyeccin soilar y cosmolgica es el AhCanul. All, y en los alrededores, arquitectura y escultura se combinan paraofrecer la imagen de la magnificencia universal del gobernante, de sus nexoscon los dioses sol del das sol de la noche.

    La ciudad maya, y por supuesto Oxkintok, estaba en permanente remo-delacin. Los mayas eran algo ms que buenos constructores, estaban obse-sionados con la construccin. Junto a los edificios recin levantados se er-guan pronto otros, y se emprendan constantemente trabajos de ampliacin,reforma o demolicin. Muy pocos investigadores se han preguntado la causade lo> que se antoja una tensin permanente, compulsiva incluso, en la edifi-cacin de ciudades. Y no parece que exista respuesta convincente a estacuestin fundamental si no es reconociendo que en esas obras se pona enjuego la supervivencia de la sociedad y la viabilidad del tipo de organizacinsocial vigente desde finales del periodo Formativo, Integracin, cohesin,identidad, estabilidad, esos son los conceptos que tienen que estar en el ori-

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    gen de los motivos de tan febril actividad constructiva. Y dado que poseemosnumerosas pruebas de que el punto de polarizacin de las acciones condu-centes a tan necesarios objetivos se encontraba en la figura del rey, que erarepresentado. glo.rificado. albergado y enterradio en las ms impresionantesde esas construcciones, no queda otro camino que reconocer que la ideologamava trabajaba para que cl rey tuviera toca la cobertura religiosa que las circunstancias exigan. [dleolo)gay religin estuvieron centradias. pues, en el msexpeditivo ce lo >s procedimientos de sacralizacin o deificacin de la perso-na y cl empleo dcl gobernante, el de hacerle centro del cosmos y motor de sudevenir. Cadia ey, entonces, una vez entronizado tena que actuar como loscreadores y formadores, haciendo nuevamente la ciudad, que era su mundo),el reflejo diel universo), la proycccion del cosmos. Levantaba un templomon-tana, es decir, un universo en s, con fines preferentemente fnebres, porqueall se encerraba con la forma de una tumba el destino csmico ce su esp-ritu. y para hablar comn los poderes de arriba y de abajo entre los que estabansus anco-st ros, pero tambin palacios, casas cue eran microcosmos, plata for-mas, trazaba plazas (otra representacin del inundo), y dejaba su huella en eljuego> ce pelota. un espacio nuevamente universal en el que se cli rima la co>ntinuacin cje lo creado. El rey era la ceiba que sostena los cielos, el sol viaje-ro, el rbol ce pcci ra> que jalonaba el tiempo y extenda su sombra alargadasobre la tierra. el axis rnundi. el habitante de la no>che del inframundo en laoscuridad de las lujosas sepulturas. Poltica, arquitectura y religin confluyenen su persona. Todo remite en l al cosmos en que la sociedad se mira.

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