gijon mario martin el ultimo adios desde granada b1

48
E l último adiós desde G ranada Mario Martín Gijón Compact Verlag

Upload: ldsk-lkds

Post on 14-Dec-2015

228 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Spanish transcript

TRANSCRIPT

Page 1: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

E l ú l t i m o a d i ó sd e s d e G r a n a d a

Mario Martín Gijón

Compact Verlag

Page 2: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Capítulo 1: Una agradable coincidenciaEl avión desciende suavemente sobre la p is ta de aterrizaje. Los p a sa ­jeros se desabrochan los cinturones, toman su equipaje de mano y se dirigen hacia las puertas. Una sonriente azafata, junto a la puerta de salida, despide a los viajeros. Nada más salir, el comisario García p e r ­cibe la diferencia de clima respecto a Barcelona: aquí el sol brilla con fuerza y tiene que quitarse la chaqueta. García observa a las personas que han viajado con él en el avión: la mayoría son turistas, llevan pan­talones cortos, gafas de sol e incluso sandalias. Es normal: es verano y Granada está a pocos kilómetros de la costa. Cuando las puertas del avión se abren, los pasajeros se apresuran hacia la sala de recogida de equipaje del aeropuerto Federico García Lorca de Granada. “¿Para qué tanta prisa?”, se pregunta el comisario, “al fin y al cabo las male­tas van a tardar todavía en llegar” piensa, y sonríe, mirando a una mujer rubia que anda muy rápido, casi corriendo. Esa forma de andar... le recuerda a alguien... pero no puede ser.Ya en la sala de recogida de equipajes, el comisario observa a la misma mujer, que espera junto a la cinta por la que deben salir las maletas. Sí, no hay duda, es la comisaria Beate Schramm. Ella y él son viejos conocidos, han trabajado en equipo en la investigación de varios casos, y sin su ayuda no habría podido resolver el caso del caballero negro o el del monje misterioso. A García le extraña que “Bea”, com o a él le gusta llamarla, haya llegado a España sin decir­le nada, pues normalmente ella vive en Hamburgo.Se acerca por detrás y le pone la mano en el hombro:-¡H ola , Bea! ¿Por qué no m e has avisado que venías a España?Bea casi salta por la sorpresa:-¡C om isario García! ¡Qué alegría!Bea prefiere mantener las distancias y por eso llam a de usted al comisario, mientras el la tutea.

5

Page 3: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Am bos se dan un efusivo abrazo.-¿Por qué no me avisaste, Bea?-Q uería decírselo -contesta e lla -. D e hecho, pensaba darle una sorpresa y tomé un vuelo de Hamburgo a Granada con escala en Barcelona. Cuando llegué a Barcelona le llamé por teléfono a la comisaría, pero me dijeron que usted se había ido a Granada.-¿ Y me seguiste hasta aquí?Bea reflexiona, por un momento piensa decir “sí” y g asta r una brom a al comisario, pero prefiere contestar la verdad:-N o . Yo tenía que venir a Granada de todos modos. H ice escala en Barcelona porque el billete era igual de caro y pensé que así podría­m os vernos. Por eso la sorprendida fui yo, cuando supe que usted venía también a esta ciudad.-¿ Y por qué tenías que venir a Granada?-S e trata de la desaparición de una chica alemana, Katia, de 17 años. -¿U n secuestro?-N o se sabe aún, pero no lo parece. Katia vino a Granada para estu­diar español durante dos m eses en una escuela de idiomas. Poco antes de terminar su estancia aquí sus padres recibieron una carta, en la que les decía que había encontrado una “nueva fam ilia”, que real­mente la quería y entendía. Sus padres no lo entienden. Katia nunca les había hablado así. Intentaron hablar con ella, pero el móvil de Katia estaba apagado. Entonces se pusieron en contacto con la poli­cía de Hamburgo. Pensaron que yo, por haber resuelto casos en España, era la más adecuada para encargarme del caso.-S in duda lo eres. N o parece un secuestro, por lo que me has con­tado. Quizás es sólo un acto de rebeldía de una adolescente y vuelva a Alem ania cuando se le acabe el dinero.-E s posible. D e todos m odos, en la carta hay cosas muy extrañas, com o esa “nueva fam ilia” que no sabem os a qué se pueden referir. Pero, a todo esto, ¡creo que ésa es mi maleta!

6

Page 4: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Bea señala a una maleta que se aleja fuera de su alcance. García rápidamente la agarra y la deja en el suelo a los pies de Beate, que se lo agradece :-M uchas gracias, García, no recordaba que tuviera usted tan buenos reflejos. D e no haber sido por usted tendría que haber esperado aún más tiempo.García va a contestar algo, pero en ese momento ve su maleta y se apresura a cogerla:-B u en o , ya tenem os los dos nuestro equipaje. Si quieres podem os ir juntos a Granada.-¡C o n mucho gusto, García! Todavía m e tiene que decir qué le ha traído a usted a esta ciudad.-S í , ahora te lo cuento, mientras vam os de camino. Supongo que no has leído la prensa española, pues de lo contrario ya sabrías de qué se trata.-P u es no, llegué directamente de Hamburgo a Barcelona y poco des­pués tomé el avión a Granada. N o tuve tiempo de leer la prensa... -P u es espera un momento -d ic e García, y entra en un puesto de periódicos en el aeropuerto.Bea echa un vistazo al escaparate: revistas de moda, revistas del corazón, tebeos, p ren sa deportiva, periódicos extranjeros... Poco después, García sale con un periódico que le entrega a Bea y le seña­la un titular: “Sorprendente robo de una valiosa obra de arte”. Bea lee el artículo. Se trata del robo de una de las fam osas estatuas de la fuente del Patio de los Leones, en el Palacio de la Alhambra, realiza­da en el sig lo XIV y una de las pocas estatuas de animales del arte musulmán.La estatua había sido trasladada a un ta ller para su reparación. Una mañana, al llegar al ta ller las personas que la estaban reparando, lo encontraron vacio. La estatua había desaparecido.-¡Q u é extraño! ¿Hay alguna p is ta sobre quién puede ser el ladrón?

7

Page 5: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-N o , Bea, no hay ninguna p is ta . D e todos modos tengo una cita con el comisario de policía de Granada dentro de dos horas. Él me infor­mará de todos los detalles. Pero quizás podamos tomar algo hasta esa hora, para celebrar tu regreso a España...-N o sería mala idea, si no fuera porque yo tengo una cita dentro de m edia hora con los profesores de la escuela donde estudiaba Katia. Aunque, si tiene tiempo, puede acom pañarm e.-S í , claro. M e interesa ver cóm o trabajas sin mi ayuda... -d ice García, sonriendo.García y Bea se dirigen a la salida del aeropuerto y se acercan a un coche blanco con el letrero de “taxi”. Rápidamente, el taxista sale del coche y ayuda a Bea con su maleta.-¿A donde les llevo?- A la escuela de idiomas Alpujarra, por favor.-A h , sí, junto a la Plaza de la Trinidad, ¿verdad, señorita? -pregunta el taxista.Bea saca de su bolso un mapa que im prim ió de internet y, tras mirar un mom ento, le confirm a al taxista:-S í, así es.El aeropuerto de Granada está a varios kilómetros de la ciudad. El comisario García contem pla el paisaje de la Vega de Granada, una rica zona agrícola en el valle del río Genil, donde se cultivan es­párragos, hortalizas, maíz y árboles fru ta les.-O ye , Bea, ¿conoces al poeta Federico García Lorca?Bea sonríe y contesta:-P u es pensaba que se trataba del arquitecto que había construido el aeropuerto...Bea no puede evitar reír a carcajadas cuando ve la cara de García, con la boca abierta y los ojos com o p la to s por la sorpresa. -C om isario, ¿me cree usted tonta? Ya sé que es uno de los mejores poetas de la literatura española, y que nació en Granada.

8

Page 6: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-M en os m al... -d ice García, suspirando con a liv io -. Te lo pregunta­ba porque al ver estos campos con los árboles fru ta les, el río Genil, los cortijos con caballos... m e recuerdan al Rom ancero gitano de Lorca, pero también pienso que él fue asesinado en algún lugar de este paisaje m aravilloso...-¿P reten de usted resolver también ese caso, comisario?García prefiere no hacer caso del comentario irónico de Bea:-N o . Ahora es otro caso el que m e ocupa. Pero siempre me ha lla ­m ado la atención la historia de García Lorca: un hombre tan alegre, que cantaba, tocaba el piano y la guitarra, al que le gustaba el cante flam enco y que tenía m uchísim os am igos, pero cuyos poem as casi siempre tratan sobre la muerte, muertes trágicas de gitanos y gitanas o el presentim iento de la suya propia...Bea escucha interesada:-Q uizás era tan alegre y sociable porque necesitaba la compañía y el cariño de la gente para no pensar en cosas am argas...-E s posible, pero a veces m e pregunto si no hay personas con un des­tino trágico... Pocos días antes de la guerra civil, cuando en España casi todos sabían lo que iba a suceder, Federico, en lugar de quedar­se en Madrid, donde tenía muchos am igos que podían protegerle, tomó el tren a Granada, donde tenía enem igos peligrosos por haber criticado en sus poem as a los guardias civiles y a los terra­tenientes...-C om isario, me sorprende que usted crea en cosas com o el destino. Algunas personas se niegan a ver el peligro , temen enfrentarse con la realidad y no creen que les pueda pasar nada m alo... García Lorca quizás no quería creer que iba a haber una guerra civil y pensaba que en Granada podría pasar unos días de vacaciones tranquilas, com o cuando era niño.-Q uizás tienes razón, Bea, pero tem o que nunca vamos a solucionar esta pregunta... Por cierto, ¿has leído alguno de sus poemas?

9

Page 7: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-L a verdad es que no. Hasta ahora no he leído ninguno de sus libros. -¡P u es hágalo usted, señorita! ¡Es el mejor poeta del mundo!García y Bea miran sorprendidos al taxista, que se discu lpa : -Perdonen que escuchara su conversación, pero me parecía muy interesante...-¿ L ee usted mucha poesía?-M m m m ... la verdad es que no, señor, pero a Lorca lo hem os leído todos, ¿no? Aunque sea en el instituto... Pero miren, ya hem os llega­do. Ésta es la Plaza Trinidad. La escuela de idiomas Alpujarra es ese edificio con las banderas de España y de la Unión Europea.-¡O h , qué rápido! Con la conversación se ha hecho corto el trayecto. -C laro que sí, señorita. Voy a aparcar enfrente. Por cierto, m e llamo Antonio, Antonio Martín. Encantado de conocerles, y que disfruten ustedes de su estancia en Granada.García quiere pagar la cuenta, pero Bea insiste para que paguen cada uno la mitad. Tras despedirse del taxista se dirigen hacia la escuela. En el patio los profesores están esperando a Bea, y se sorprenden al ver que no llega sola, pero contestan muy amablemente a sus preguntas. José Antonio Jiménez, director de la escuela, les cuenta que Katia era una chica muy estudiosa y que había aprendido español con mucha facilidad. Sin embargo era algo tím ida, y apenas hablaba con sus compañeros y compañeras de clase. Tanto el señor Jiménez com o el resto de profesores están muy preocupados por la desapari­ción de Katia.-E s una desgracia, todos esperamos que no le haya pasado nada malo... Nuestra escuela tiene mucho p restig io en el extranjero, y una noticia así nos perju dica -exp lica el señor Jiménez.A Bea este comentario le parece algo cínico, pero prefiere ignorarlo y pregunta si podría hablar con alguna de las compañeras de clase de Katia. El señor Jiménez acepta y, poco después, los lleva al patio de la escuela, donde esperan tres chicas:

10

Page 8: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-L es presento a Chiara, Betty y Héléne. Eran compañeras de clase de Katia. Chicas, os presento a la comisaria Beate Schramm. Ella investiga la desaparición de Katia. Y este señor es... perdone, ¿cómo se llamaba usted?-J o sé García, ayudante de Bea... de la comisaria Beate Schramm - s e apresura a contestar el comisario.Chiara, estudiante italiana, Betty, irlandesa, y Héléne, belga, saludan a Bea y García. Parecen algo im presionadas por la situación, y Bea intenta tranquilizarlas:-A n te todo, quiero deciros que no os preocupéis. N o hay ninguna p is ta que indique que a Katia le haya pasado algo malo. Quizás huyó voluntariamente. Por eso, m e gustaría saber qué podéis decirme sobre el comportamiento de Katia, si notásteis algo raro...Héléne se decide a contestar la primera:-N o la conocíam os mucho. Ella no hablaba con nadie.-¿Era m uy tím ida?-C reo que sí -responde H éléne-. O quizás no nos encontraba sim ­páticas...Betty, una chica con melena pelirro ja y p eca s , no está de acuerdo con Héléne:-N o era tím ida... Ella me dijo que había venido a aprender español, y que primero era el deber y luego el p lacer... Por eso no quería venir a las fiestas de la escuela.“Vaya, esa manera de pensar me resulta familiar”, piensa García mientras mira a Bea, pero prefiere no decir nada. Entonces Chiara toma la palabra:-B etty tiene razón. Ella sólo hablaba con españoles. Cuando estaba con gente de Granada no era tan tím ida...Yo la vi alguna noche rien­do y hablando muy alegre...-E so es interesante. ¿Conocéis a algún am igo o amiga de Katia fuera de la escuela de idiomas?

Page 9: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Chiara piensa un mom ento, intentando recordar:-N o , creo que no... ¡Ah, sí! Una vez la vi con un chico que la lleva­ba de la mano, creo que era español, pero ella no me dijo nada y yo no sé quién era él.Bea toma notas sobre lo que dicen las chicas y les agradece su ayuda. García empieza a im pacientarse, pues tiene una cita con el je fe de la policía m unicipal de Granada, que le espera cerca de la Alhambra. García entonces mira el reloj y descubre que es más tarde de lo que creía. Como excusa para irse, dice que tiene que asistir a una visita guiada en la Alhambra y que va a llegar tarde.

D isculpad , pero tengo que irme a una visita gu iada en la Alhambra. Ya llego tarde, y me han dicho que siempre hay colas.Entonces una voz interrum pe de repente a García:-¿Puedo ir con usted?Quien pregunta es un hombre alto, rubio y de unos 50 años, que habla con ligero acento británico.García y Bea, que no se habían dado cuenta de que alguien les esta­ba escuchando, le miran sorprendidos.-D iscu lpen que no me haya presentado antes. Soy Henry Williams, profesor de la escuela. M e ocupo de los estudiantes anglosajones que todavía saben poco español. M e gustaría acom pañarles a la Alhambra.García le mira con desconfianza y pregunta:-¿ N o conoce usted aún la Alhambra, viviendo en Granada?-C laro que la conozco, pero nunca me canso de contem plar esa maravilla. Siempre descubro algo nuevo, un detalle lleno de belle­za... Pero si le m olesto, no quiero insistir...Entonces interviene Bea:-G arcía, creo que puede venir con nosotros... Yo ya no necesito estar más tiempo en la escuela, y m e gustaría ir a la Alhambra. Si tenemos un guía, aún mejor.

12

Page 10: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

García, aunque no está muy convencido, acepta, y salen los tres jun­tos de la escuela.

Übung I: Kreuzen Sie d ie richtige Variante an!

1. El comisario García y la comisaria Beate Schramm se encuentran...

a) en el centro de Granada. 11b) en el aeropuerto de Granada. j jc) en el aeropuerto de Barcelona. i j

2. Beate Schramm ha venido a Granada...a) para investigar la desaparición de una estudiante alemana. [ ]b) para visitar a García. í 1c) para investigar la desaparición de una estatua. J j

3. El comisario García ha de resolver el caso de la desaparición...a) de una estudiante alemana. ib) de un profesor inglés.c) de una estatua famosa.

4. Katia estaba haciendo...a) una visita guiada. j j

b) un curso de español. i jc) un curso de baile flamenco. ; j

5. Henry W illiams es un profesor en la escuela de idiomas...a) Albaicín. j i

b) Alhambra. 1 jc) Alpujarra. j>ó]

Page 11: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Übung 2: Ordnen Sie d ie W örter zu einem sinnvollen Satz!

1. llegó a Hamburgo avisar Bea sin de García

2. chica una es diecisiete Katia años de alemana

3. robada la durante estatua fue noche la

4. cita con Granada García je fe el de tiene de una policía

5. Granada cerca aeropuerto el de la está no de ciudad

6. fue durante civil Lorca guerra la asesinado española

Übung 3: Welches Wort ist das „schw arze Schaf“? Unterstreichen Sie das nicht in d ie Reihe passen de Wort!

1. bermudas, bikini, gafas de sol, champú, sandalias2. espárrago, leche, lechuga, cebolla, tomate3. policía, guardia civil, azafata, comisario, detective4. decir, contestar, preguntar, suspirar, responder5. guitarra, cante, piano, violín, trompeta6. alegre, simpático, amable, divertido, poeta7. belga, francés, italiano, granadino, argentino

14

Page 12: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Capítulo 2: Leyendas de la AlhambraHenry, Bea y García salen de la escuela de idiomas y caminan por las anim adas calles del centro de Granada. A l pasar por la Plaza de Mariana Pineda, Henry exclama:-¡Federico! ¡Tu nombre está en todas partes!-¿Por qué dice usted eso? -pregunta Bea, mientras que García sonríe y mira con interés a Henry.-¿ N o conoce usted la historia de Mariana Pineda? Yo se la contaré: A principios del siglo diecinueve, mientras los españoles luchaban en la guerra de la Independencia contra los franceses con nuestra ayuda, la de los ingleses, se reunieron en Cádiz un grupo de ju rista s, militares, clérigos y hombres de otras profesiones, y redactaron la primera constitución española, la Constitución de 1812. Cuando finalmente los franceses fueron derrotados, el rey Fernando VII regresó a España y juró la constitución. Pero dos años después, en 1814, anuló la constitución y com enzó a persegu ir a los liberales españoles...-M u y interesante lección de historia, señor W illiam s, pero, ¿qué tiene que ver todo esto con Mariana Pineda y con García Lorca?El comisario García sonríe:- D isculpe a la comisaria Schramm, Mr. W illiams, es un poco im pa­ciente.-N o , la señorita tiene razón, iré a l grano. Mariana Pineda era una joven granadina, viuda de un militar liberal. En Granada había muchas personas que querían que España tuviera una constitución y una monarquía liberal, no absolutista com o la de Fernando VII. Mariana ayudaba a los políticos liberales. Un día llegaron los solda­dos del rey y registraron su casa. Encontraron una bandera española con la inscripción “Libertad, igualdad y ley”, y Mariana fue deteni­da y llevada a la cárcel. Le dijeron que, si confesaba quiénes eran sus

15

Page 13: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

cóm plices en la oposición a Femando VII, quedaría libre. Pero ella no habló y fue condenada a muerte, ejecutándola mediante garrote vil.-¡Q u é historia tan trágica! ¿Pero qué tiene que ver García Lorca en todo esto?-Federico García Lorca había nacido y vivido mucho tiempo en Gra­nada, por lo que conocía bien esta historia, y escribió en 1925 una tragedia titulada “Mariana Pineda”. Fue representada en 1927 en Barcelona, con decorados del pintor Salvador Dalí, y a partir de entonces Lorca com enzó a ser un poeta célebre en toda España. A de­más, por aquel entonces había en España una dictadura, dirigida por el general Primo de Rivera y apoyada por el rey A lfonso XIII, y muchas personas vieron en la obra una denuncia de la dictadura. -M r. W illiams, veo que es usted un especialista en la cultura espa­ñola -d ic e García, im presionado.-P uede llamarme Henry, comisario o, si lo prefiere, Enrique.-É se es un nombre demasiado español, y usted con su piel tan p á li­da y su pelo rubio está claro que no lo es... Creo que mejor le llama­mos “Henry” .-D e acuerdo. Creo que ya estam os m u y cerca de la Alhambra.En efecto, ya desde la Plaza Nueva, Bea, García y Henry pueden ver las murallas de la Alhambra. A l entrar en la Cuesta Gomérez se m ez­clan con un grupo de turistas japoneses, visiblem ente agotados por el calor.-¡O h , no! ¡Miren ustedes qué cola\Henry señala un gran grupo de gente que espera a la entrada de la Alhambra. M uchos se abanican, y algunos han traído una silla y leen libros o periódicos. Entonces, García saca su m óvil y marca un número.-S í, M enéndez, ya estamos aquí.-¿Q u é ocurre? -pregunta Bea al comisario.

Page 14: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-H e llamado a Rafael M enéndez, jefe de la policía local de Granada. Poco después aparece un hombre alto, muy moreno de piel y con pelo negro rizado , que recibe a García con una gran sonrisa y lo saluda dándole un abrazo y varias pa lm adas en la espalda.-G arcía, ¡cuánto tiem po sin vem os! ¡Un poco tarde has llegado, com o siempre!-N o s conocem os desde hace m uchos años. El comisario M enéndez trabajó durante un tiem po en Barcelona antes de regresar a Granada -a c la ra García.-Q u é tiem pos aquéllos, ¿verdad? Pero dime, ¿quiénes son estos dos guiris que vienen contigo?-E lla es la comisaria Beate Schramm, y éste es el señor Henry W illiams, profesor de la escuela de idiomas Alpujarra.M enéndez da la mano a Henry W illiam s y a Beate Schramm.-Y a sé que en Alem ania se saluda así también a las mujeres... -b ro ­mea M enéndez.-N o se preocupe. Ella ya ha estado muchas veces en España.-¿A h , sí? Si es así... -d ic e M enéndez, y saluda otra vez a Bea, esta vez con dos besos en las mejillas.-Pero, si no les importa, m e gustaría hablar con ustedes a solas. Henry, disim ulando su decepción, se despide con una sonrisa:-N o se preocupen, yo voy a visitar la Alhambra.-L o siento por su amigo, va a tener que esperar bastante en la cola, pero nosotros no tenem os tiempo que perder.Bea y García siguen a M enéndez y entran por la entrada reservada a visitas especiales.-¿C onoce usted ya la Alhambra, señorita?-H e oído y leído sobre ella, pero nunca estuve aquí.-E stoy seguro de que le va a gustar. Era el palacio de los reyes de Granada. Como usted sabrá, los árabes ocuparon casi toda la penín­sula ibérica, y luego fueron perdiendo terreno frente a los reinos

Page 15: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

cristianos de Castilla y Aragón. A l principio la ciudad más impor­tante era Córdoba, y los árabes tenían un reino unido, el Califato de Córdoba. Luego se dividieron en pequeños reinos. El último de ellos fue el Reino de Granada.-¿H asta qué año estuvieron los árabes en España?-H asta 1492, cuando se rindió el último rey de Granada, Boabdil. Sobre este rey hay muchas leyendas... Pero ahora no hay tiempo para hablar de eso. Les llevaré al Patio de los Leones, donde estaba la estatua que ha sido robada...García, Bea y M enéndez atraviesan varias habitaciones del palacio. Cruzan el Patio de los Arrayanes. El verde de estas plantas contras­ta con el blanco de las 124 columnas de mármol, que se reflejan en el estanque que hay en el centro del patio. Bea está im presionada. -¡Q u é belleza! ¡La verdad es que en Alem ania no tenem os nada parecido!M enéndez sonríe, orgu lloso :-A q u í hay un refrán que dice: “Quien no ha visto Granada, no ha visto nada”.García ríe:-N o hay que exagerar, M enéndez. En otras ciudades también tene­m os monumentos de gran belleza. ¿Qué me dices de la Sagrada Familia?-¿ Y qué hay del Ayuntamiento de Hamburgo? Y no es porque sea mi ciudad... - interviene Bea.- A mí me gustaría ir a Munich -com enta M enéndez.-L a verdad es que también tiene sitios muy bonitos, com o el Jardín Inglés, Marienplatz, con el ayuntamiento y la Frauenkirche, los m useos...-B u en o , yo lo decía por la Oktoberfest...García no puede evitar reír a carcajadas'.-¡T ú y tu afición por la cerveza alemana! ¡Veo que no has cambiado!

18

Page 16: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-A lgu n a pasión hay que tener, ¿no? Eso sí, nunca en acto de serv i­cio... Pero no vamos a discutir, mejor adm iren esta maravilla, que algo así no se ve todos los días. Vengan por aquí.Bea, García y M enéndez llegan al Patio de los Leones.En el centro del patio, rodeado de m agníficos arcos y columnas, hay una fuente rodeada por varias estatuas de leones. Entre dos de ellas hay un hueco, donde falta la escultura robada.García se acerca a la fuente y se agacha. Sobre la taza de la fuente hay una inscripción en árabe.-¿Q u é dice aquí?- Supongo que estás de broma, García. Soy andaluz, no árabe.-¿ N o conoces a nadie que sepa esta lengua?-D esgraciadam ente no. Pero no creo que sea importante, ¿verdad? Espera, ¡claro que conozco a alguien! Enseguida vuelvo.M enéndez desaparece y vuelve un par de minutos después. Le acom paña un hombre de unos cincuenta años, de piel oscura y ves­tido con una chilaba.-G arcía, comisaria Schramm, les presento a Abdel, el jard in ero de la Alhambra y probablemente el mejor jard in ero de todo Al-Andalus. -M en os bromas, M enéndez. Si viviéram os en Al-Andalus, quizás sería usted mi jard inero , y yo el señor de este palacio...-¿Q u é es Al-Andalus? -pregunta Bea al oído de García.-E ra el nombre que recibían los territorios islám icos durante la dom inación árabe de España. D e ahí proviene el nombre de Andalu­cía, por ser la región que más tiempo estuvo habitada por los árabes. M enéndez le explica a Abdel la razón por la que le ha llamado:-E l comisario García investiga la desaparición de la estatua, y quie­re saber qué dice la inscripción de la fuente.-M e la sé casi de memoria... Es un poem a de gran belleza, podría recitarlo verso por verso, pero creo que traducido al castellano no sonaría tan bien... N o soy un poeta, ¿sabe usted? La única poesía que

19

Page 17: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

conozco bien es la de las flores y las plantas...-¿Podría decirme usted, al m enos, de qué trata el poema?-C on mucho gusto, se trata de un poem a sobre los leones de la fuen­te. Habla de cómo, del m ism o modo que la fuente vierte el agua sobre ellos, así el califa otorga sus favores a los “leones de la guerra” que le son fie les .-¿ S ó lo eso? -pregunta, algo decepcionado, García.- “Eso” es más de lo que parece. N o sé si conoce usted la leyenda de los Abencerrajes... por su gesto veo que no. Los Abencerrajes eran una de las familias nobles más poderosas de Granada y habían ayu­dado a Boabdil a convertirse en rey de Granada. Pero Boabdil des­cubrió un día que uno de los Abencerrajes era amante de su herma­na. Según dice la leyenda, Boabdil, que era un hombre cruel, convocó a una reunión a toda la familia de los Abencerrajes y los hizo asesinar por sus guardias. Según dice la leyenda, durante varios días de la Fuente de los Leones no salía agua, sino sólo la sangre de los Abencerrajes.-¡Parece una película de terror! -com enta Bea.-E s una leyenda. Boabdil, de todos m odos, tiene muy m ala fam a entre los árabes. A l fin y al cabo, él entregó las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos. Para nosotros, los musulmanes, es un traidor. Dicen que cuando marchó al exilio con su madre se giró para mirar por última vez a Granada, y se sintió tan triste que los ojos se le lle­naron de lágrimas. Su madre le reprochó : “ ¡Llora com o mujer lo que no supiste defender com o hombre!”. En cambio, los Abencerrajes son considerados com o héroes. En su honor, una de las salas más hermosas de la Alhambra se llama “Sala de los Abencerrajes”.Bea escucha muy interesada la exótica leyenda de los últimos habi­tantes del palacio, pero García, de repente, interrum pe a Abdel: -T od o eso es muy interesante, pero quiero p ed ir le un favor. ¿Puede escribirme el poema de la fuente? Aquí tiene un cuaderno.

20

Page 18: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-S í, por supuesto, ningún problema.Abdel toma el cuaderno que le ofrece García y com ienza a escribir en carácteres arábigos. Cuando se lo entrega a García, éste le mira con cara de sorpresa. Abdel se da cuenta de su error:-¡O h , perdone! ¡Qué desp istado soy! Se lo escribiré en su lengua, aunque así el poem a pierda su belleza.Abdel toma de nuevo el cuaderno y, parándose a reflexionar de vez en cuando, escribe el poem a en castellano.Mientras Abdel escribe en el cuaderno, Bea presien te que hay alguien escuchándolos. Sin decir nada, se aleja discretam ente. Detrás de unas m atas, un hombre está escondido. A l acercarse Bea, sale corriendo.-¡E h , oiga, espere!Bea se sorprende al reconocer a Henry W illiam s com o el hombre que estaba escuchando. ¿Por qué lo habría hecho?Cuando Bea regresa j unto a García y M enéndez, el jard in ero ya se ha ido. Preguntan a Bea dónde ha estado, pero Bea no quiere decir nada antes de confirm ar sus sospech as:-Q uería ver una vez más el Patio de los Arrayanes. ¡Esas columnas de mármol son m agníficas!M enéndez sonríe:-Y a se lo dije, quien no ha visto Granada...-D e acuerdo, señor M enéndez. Quiero hablar con usted de otro asunto. Según m e dijeron en Hamburgo, la policía de Granada ha reunido ya algunas informaciones sobre Katia, ¿verdad?-S í, aunque no hem os averiguado mucho, lamentablemente. Según hem os sabido, esa chica salía con un joven cantaor gitano, José Heredia, más conocido com o “El Lagartijo”. Sin embargo, según parece, él no tuvo nada que ver en la desaparición.-¿Sabe dónde puedo encontrar a este joven?-E so es fácil. El Lagartijo canta todas las noches en el tablao que

21

Page 19: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

tiene su madre, la Elvira, en el Albaicín.-¿Q ué es un tab la o l -pregunta Bea.-E s un bar donde hay conciertos de cante flamenco. En Granada hay m uchos, sobre todo en el barrio del Albaicín, donde vive la mayoría de los gitanos de Granada. Además, se está convirtiendo en un barrio muy de moda, y a los tablaos van m uchos turistas.-¿C óm o puedo llegar hasta allí?-Y o puedo acom pañarla, con mucho gusto, si quiere...-¿P or qué no? Y usted, ¿viene también, comisario? -pregunta Bea a García.-P u es no sé... A llí no creo que pueda encontrar ningún sospechoso relacionado con el robo de la estatua del león...-¡V enga, comisario, anímese! -d ic e Bea.-D e acuerdo, iré.-E ntonces creo que está usted en buenas manos, y no es necesario que yo vaya -d ice Menéndez.D espués de despedirse de M enéndez, Beate le comenta a García, algo molesta, que parece que M enéndez piensa que ella necesita pro­tección. García se ríe. Él piensa que, en realidad, M enéndez se sien­te atraído p o r Bea, pero, al saber que García vendría también y no podría quedarse con ella a solas, se sintió decepcionado y ha renun­ciado a ir. Bea se sorprende, pero piensa que es mejor así. Ella está aquí para resolver el caso de la desaparición de Katia, ¡no para tener aventuras!

Übung 4: Lesen Sie a u f den Seiten 17 und 18 nach und bringen Sie die geschichtlichen Ereignisse in d ie korrekte Reihenfolge!

a) El último de ellos fue el Reino de Granada.b) Luego se dividieron en pequeños reinos.c) En 1492, cuando se rindió Boabdil, el último rey de Granada,

22

Page 20: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

terminó el reinado de los árabes en España.d) Luego fueron perdiendo terreno frente a los reinos cristianos de

Castilla y Aragón.e) Los árabes ocuparon casi toda la península ibérica.f) A l principio la ciudad más importante era Córdoba, y los árabes

tenían un reino unido, el Califato de Córdoba.

Reihenfolge: , , , , ,

Übung 5: Beantworten Sie d ie Fragen zum Text m it einer K urzant­wort!

1. ¿Quién es M enéndez?

2. ¿Qué es Al-Andalus?

3. ¿Quiénes eran los Abencerrajes?

4. ¿Quién fue Boabdil?

5. ¿Cuándo fue la rendición de Granada?

6. ¿Qué es un tablao?

Page 21: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Übung 6: Welche W örter gehören zusam m en? Setzen Sie den ent­sprechenden Buchstaben in das Kästchen ein!

l . í | cante a) mármol2. r ]! arrayán b) cruel3. [ ] columna c) baile4 - 1... J poema d) lágrimas5. í" j asesino e) planta6 -L j triste f) verso

Capítulo 3: Una noche mágicaTras despedirse de M enéndez, García y Bea quedan para esa noche a las diez en el m irador de San N icolás. Bea se dirige a su hotel. García tiene que seguir buscando p is ta s sobre el robo del león, pero ya son las tres de la tarde, una buena hora para almorzar, y Garda tiene bastante hambre. En la Plaza Nueva ve un restaurante que ofre­ce un menú exquisito: gazpacho, sardinas malagueñas a la plancha, ensalada, vino y postre. Pero por desgracia el restaurante está lleno de gente, y García tiene mucha hambre y no quiere esperar. El comisario sigue su camino, llegando a la Plaza Isabel la Católica, junto a la catedral de estilo renacentista; un bello ed ificio aunque, según le parece a García, no puede compararse con la Alhambra. Cerca de la catedral ve un lugar que le puede interesar: un pequeño bar donde se anuncian “bocadillos para llevar”. García se acerca y entra en el bar:-¿Q ué desea, caballero? - l e pregunta una joven camarera, de largos cabellos negros y rizados.-P ues... quisiera comer un bocadillo.

24

Page 22: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-¿ D e qué lo quiere? Tenemos de tortilla, chorizo, queso, jamón, lom o a la p lancha y calamares.-U n bocadillo de calamares, por favor.Tras pagar su bocadillo, García sale del bar y decide calle jear un poco por el centro de Granada. A estas horas en las calles com ienza a haber m enos gente, pues entre las tres y media y las cinco muchas personas suelen dormir la siesta.“Entiendo que haya tantas personas en Andalucía que duerman la siesta. Este calor es insoportable”, piensa García. Quizás debería ir a la habitación del hotel que ha reservado, pero sabe que no podría descansar, pues el no tener ninguna p is ta sobre el robo de la estatua le pone de m uy m al humor.A l m enos, pasear por las callejuelas de Granada le puede calmar un poco. En algunas calles estrechas, donde sólo hay casas de paredes blancas con m acetas de geranios en las ventanas, las casas y algunos naranjos dan sombra y la temperatura es algo más agradable.García observa con mirada distraída el escaparate de una tienda de recuerdos o “souvenirs”. D e repente, se fija en algo que le llam a la atención: junto a las camisetas de Granada, los trajes de bailaora f la ­m enca y las numerosas postales de la Alhambra y otros monumentos de la ciudad, hay unos collares con miniaturas de la estatua del Patio de los Leones. “Qué curioso”, piensa García. “Y no hay sólo uno de estos collares, sino cinco o seis”. García piensa que le gustaría hablar con el responsable de la tienda, pero ésta está cerrada y no abrirá hasta mucho más tarde.García llega a la Plaza Trinidad, una de las numerosas plazas de Gra­nada, con una fuente en el centro y varios árboles que dan sombra; se sienta en un banco a la sombra de un árbol y saca su bocadillo. D es­pués de com érselo con tranquilidad, saca de su cartera una lista con las direcciones de varios anticuarios de Granada, con las horas de apertura. “Ah, aquí hay uno que no duerme la siesta”, piensa al leer

>25

Page 23: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

“Anticuario Guillermo de Peñaranda. Abierto de 8 a 21 horas”. Gar­cía sonríe: “Con ese nombre no m e extraña que se dedique a las anti­güedades, parece un nombre de caballero m edievaF . El nombre de la calle donde está la tienda también es original, calle Corazones. García echa a andar en dirección al anticuariado y va fijándose en los nombres de las calles. Camina por la calle Silencio y piensa que a esa hora de la tarde todas las calles pueden llamarse así. Sigue luego por calles con nombres muy originales: calle N iños Luchando y calle M ano de Hierro. García está muy sorprendido por nombres tan poéticos. “Parece que García Lorca no fue el único poeta de Gra­nada, y que m uchos granadinos tienen también cierto don poético, al m enos quienes pusieron los nombres a las calles”, reflexiona. Finalmente, García encuentra la calle Corazones, y en ella una pequeña puerta con el letrero : “Anticuario Don Guillermo de Peña­randa. Antigüedades auténticas. M uebles, esculturas, cuadros” . Gar­cía em puja la puerta y entra. En la tienda hay poca luz, y García se sobresalta un poco cuando oye una voz cavernosa diciéndole: -¡B uen as tardes! ¿En qué puedo servirle, caballero?García tarda en reconocer a un hombre bastante alto, calvo y con bigote gris, sentado en un sillón de terciopelo.-B uen as tardes. ¿Es usted el señor de Peñaranda?-E l m ism o. ¿Me conoce usted?-N o , pero me han hablado de su tienda. Me gustaría ver sus antigüe­dades.-¿Q u é es lo que está buscando? ¿M uebles, cuadros?-P ues... más bien esculturas...-¿Q u é tipo de escultura? Pero venga por aquí... le enseñaré lo que tengo.García sigue al dueño de la tienda, que le guía por detrás de una cor­tina hacia un almacén mucho más grande que la parte visible de la tienda. García contem pla sillones, armarios, relojes de maderas

Page 24: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

nobles, y, en un grupo, varias esculturas religiosas: crucifijos, esta­tuas de santos y de vírgenes...D e Peñaranda com ienza a hablar:-V am os a ver, usted tiene cara de ser un experto, y yo no le voy a engañar... Yo no tengo aquí ninguna escultura gótica, porque además eso sería ilegal. Pero mire: este crucifijo es del siglo XVII, hecho por un discípulo de A lonso Cano, el mejor escultor de Granada, com o usted sabe. Yo lo tengo porque m e lo vendió una señorita, una hija de la Marquesa de Mondéjar. Ella estaba en apuros, necesitaba dinero... Yo no le voy a decir que no, ¿verdad? Si le interesa, yo le puedo hacer a usted un precio especial, aunque teniendo en cuenta el valor de esta obra...García observa con interés, siente cierta cu riosidad por conocer el precio que le va a pedir, pero prefiere preguntar lo que le interesa. -N o , en realidad yo...Pero Peñaranda no le deja seguir:-Q u izás es usted devoto de la Virgen de las Angustias, com o buen granadino... En ese caso, tengo esta escultura del siglo XVIII. La hija de la Marquesa de Mondéjar, que quería irse de vacaciones... Una vergüenza, pero yo no voy a decir que no, ¿verdad?-E n realidad, señor de Peñaranda, lo que yo busco no son esculturas religiosas, al m enos no cristianas sino... musulmanas.El señor de Peñaranda calla de repente y mira muy serio a García. -C aballero, yo le tenía por un hombre serio. ¿Quiere usted tom arm e el p e lo l-E n absoluto, señor de Peñaranda. ¿Por qué pregunta usted eso? -Cualquiera sabe que la religión de esos infieles les prohíbe repre­sentar personas en pintura o escultura.-L o sé. N o pueden representar personas, pero sí animales.-A h , ya veo. Pues lo siento, pero yo no tengo nada de eso.D e repente, el señor de Peñaranda sonríe:

27

Page 25: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-O iga , ¿no pensará usted que yo tengo esa estatua que han robado? El comisario García tarda en responder. Se da cuenta de que no ha sido demasiado sutil.-E n realidad, señor de Peñaranda, no lo creo. Pero me gustaría cono­cer su opinión. ¿Qué precio podría costar esa estatua en el mercado negro?-P u es no lo sé. En realidad, esas famosas estatuas, en mi opinión, tienen poco valor artístico. Puede usted ver lo toscas que son, en comparación con la arquitectura de la Alhambra. Son algo cu rioso , y casi único en el mundo. Creo que ningún com erciante de arte se atrevería a comprar eso.-E so he pensado yo... Por cierto, he visto en algunas tiendas de recuerdos unos collares con miniaturas de la estatua. Parece que para alguna gente sí tienen valor artístico.D e Peñaranda hace una m ueca de disgusto:-Y a he visto a algunos muchachos y muchachas con esos ridículos collares. En m is tiem pos lo normal era llevar una cadena con una cruz, con un Cristo o con una imagen de la Virgen... Ahora parece que eso ya no es lo suficientem ente moderno. En fin, por mí pueden colgarse esos jóvenes lo que quieran, un co llar con un león o una pulsera con una jirafa, a mí no me importa.-¿ Y ha visto usted a muchos jóvenes con esos collares?-P u es sí, unos cuantos, pero, ¿qué importa? Es una moda pasajera , com o la de ponerse una cresta o un pendien te en la nariz o llevar el pelo largo com o hacían muchos cuando yo era joven... Pero ya se les pasará la tontería. Como la hija de la Marquesa de Mondéjar, ya se arrepentirá de haberme vendido su crucifijo. ¿A quién se le ocurre? Es com o si yo vendiera mi anillo de casado. Quizás algún día quie­ra recuperarlo... Lástima que usted no lo quiera.-¿Cuánto cuesta?-P oco , sólo unos 3.000 euros.

28

Page 26: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Ahora es García quien se queda mudo de sorpresa, hasta que dice: -E s demasiado caro para mí. Probablemente la hija de la señora mar­quesa, o la marquesa en persona, se lo compren a usted de nuevo. En todo caso muchas gracias por su información.-N o hay de qué. Pierde usted una gran oportunidad.A lo largo de la tarde, García visita otras tiendas de anticuario y galerías de arte. N o consigue encontrar ninguna p is ta fia b le . Ya al a tardecer se dirige al hotel, para cenar antes de reunirse con Bea. Cuando llega al hotel se lleva una agradable sorpresa: en el menú del restaurante hay sardinas a la plancha.

Cuando García llega al m irador de San N icolás, desde el que se ve una m agnífica vista de la Alhambra bañada por la luz rojiza del atardecer, Bea ya está allí, contem plando la Alhambra, pensativa. En la mano tiene un libro: una edición del Rom ancero gitano, de García Lorca, que se había comprado esa m ism a tarde.-V aya, parece que Granada te ha em brujado. ¿Te has olvidado ya de Katia?Bea reacciona algo ofendida :-¡P or supuesto que no! Por eso vam os esta noche a ver al Lagartijo, ¿no?-E stoy de broma, Bea. Hay que tomarse las cosas con tranquilidad. Si no, uno se vuelve loco. Lo decía porque te veía muy soñadora. -E stu ve leyendo los poem as de Lorca, tenía ganas de hacerlo, pues­to que aquí todo el mundo habla de él.-M e alegro. Leer poesía siempre es bueno. Pero creo que el concier­to del Lagartijo va a empezar pronto. Tenemos que darnos prisa.Bea y García se dirigen al tablao. A estas horas ya no hace calor en Granada y hay una temperatura muy agradable, con una ligera brisa con olor a flores. En las calles hay muchas pare ja s y grupos de ami­gos que van a los numerosos bares, pubs y tablaos del Albaicín.

29

Page 27: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Pronto oyen música de guitarras y castañuelas.-C reo que estam os cerca.En efecto, García y Bea entran en un local en el que un pequeño letrero anuncia: “Tablao de Elvira. Hoy, concierto del Lagartijo”. El local está lleno de gente, que hablan bastante alto.Al fondo del bar hay un estrado de tablas de madera. D e repente, se hace el silencio. Un joven de unos veinte años, vestido de negro, con piel oscura y pelo moreno peinado hacia atrás sube al estrado y com ienza a cantar con voz desgarradora, y después baila un zapa ­teado. A su alrededor hay un grupo de jóvenes de pie con largas faldas de colores, que tocan las pa lm as acom pañando el baile del Lagartijo.Cuando termina, la gente le aplaude y grita:-¡O lé ! ¡Viva el Lagartijo, el mejor cantaor de Granada!El Lagartijo se sienta junto a la barra del bar, donde la dueña del bar, doña Elvira, una mujer gitana algo gruesa de unos cincuenta años, lo abraza efusivam ente y le sirve un vaso de vino. En ese momento Bea ve a Henry W illiams, que está junto al Lagartijo, y se acerca a él: -H ola , Mr. W illiams. D esapareció usted de la Alhambra.Henry se sonroja y no sabe qué decir. En esto interviene el Lagartijo: -¿Q uién es esta guiri, Henry?-A h , Lagartijo, perdona que no te la haya presentado. Es Beate Schramm, una amiga alemana. Y éste es su am igo García.El Lagartijo da la mano con una sonrisa a Beate y Garcia.- S i son ustedes am igos de Henry, son ustedes también mis amigos. Bea sonríe:-M e alegro, así podem os hablar con confianza. Usted conocía a una chica alemana llamada Katia, ¿verdad?El Lagartijo, al oír el nombre de Katia, sufre un cambio sorprenden­te. Su rostro se pone tenso y, en voz muy alta, grita a Bea:- ¡N o me hable usted de esa mujer! ¡No quiero saber nada de ella!

Page 28: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-D e acuerdo, cálm ese. Sólo quiero saber si usted sabe dónde puede estar ella.- ¡N o ! Y es mejor así pues, si lo supiera... ¡Les cortaba el cuello, a ella y al León!Para dem ostrar que no bromea, el Lagartijo se levanta un poco la camisa y muestra una enorme navaja que lleva junto al cinturón. Pero García, que no está asustado, pregunta:-¿C óm o? ¿De qué león habla?-¿ D e qué león, de qué león? ¡Mira Henry, el tipo este quiere burlar­se de mí! A ver si voy a tener que sacar la navaja...En esto interviene Elvira, con voz fuerte:-¡Tranquilo, Lagartijo, hijo! ¡No pierdas los nervios por esa niña tonta! ¡Ese León no vale nada comparado contigo, seguro!Elvira agarra del brazo a su hijo y le dice algo al oído. El Lagartijo discute con ella en voz baja pero, finalmente, baja la cabeza y se marcha, saliendo del tablao.Tras calmar al Lagartijo, Elvira se dirige a García y Bea: -D iscú lpen lo , por favor, está algo dolido todavía. Quédense aquí con nosotros. Les invito a una ronda de vino de Málaga.García acepta, aunque Bea pon e m ala cara. García le dice al oído: -Y a sé que estamos de servicio, pero tenem os que disim ular. A de­más, en este bar creo que despertaríam os sospechas si bebem os coca-cola.-D e acuerdo, com o quiera.Elvira saca una botella de m anzanilla y llena dos vasos para García y Bea.-N o piensen mal de mi hijo... Estaba muy enamorado de esa chica pero, com o yo le digo, tiene que aprender a tomarse las cosas con calma. Él es joven, tiene mucho talento, pero es demasiado impul­sivo. Por favor, no se lo tengan en cuenta.-¿C onocía usted a Katia?

31

Page 29: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Elvira se queda callada un rato, mirando fijamente a Bea, antes de contestar:-N o , no la conocía. Pero mi hijo m e hablaba mucho de ella. Por cier­to, ¿saben por qué le llaman “El Lagartijo”?Bea piensa que Elvira quiere desviar su atención, pero fin g e sentir mucho interés:-N o me lo había preguntado. ¿Por qué?-P u es el nombre se lo puso mi madre, o sea su abuela. Cuando era chico, con cinco o seis años, oía una guitarra y se ponía a bailar. Mi madre decía que se movía com o una lagartija. D esde entonces le llamamos “Lagartijo”, y com o a él le gustó también ese nombre... -M u y interesante...Elvira interrum pe a Bea:-O igan, si me disculpan, tengo que seguir trabajando. Miren, allí ha quedado una m esa libre. Pueden sentarse allí, estarán más cóm odos. Bea y García se sientan. En el bar, com ienza a escucharse la música de una guitarra. D e repente, Bea em pieza a reírse.García le observa algo extrañado:-¿ D e qué te ríes, Bea?-U sted creía que el Lagartijo se refería a su león, ¿verdad? Vaya, comisario, pensaba que esas confusiones sólo me pasaban a mí.- A veces uno percibe lo que desea. La verdad es que este caso me tiene perp lejo . ¿Por qué robaron esa estatua? Yo estoy acostumbrado a investigar el robo de cuadros. Un cuadro se puede vender, ¡pero una estatua de un león, y además tan conocida! N o puedo entenderlo.-N o se preocupe, comisario. Tarde o temprano dará usted con la p is ta , estoy segura. Ahora, si no le importa, voy un momento al aseo. -D e acuerdo, Bea. ¿Te pido otra m anzanilla?Bea mira a García algo enfadada. García echa a reír:-E s broma, Bea. Ya veo que casi no has bebido.Bea se dirige a la barra. El Lagartijo ha vuelto y está hablando con

32

Page 30: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

su madre. Cuando Elvira ve a Bea, dice algo al Lagartijo y ambos se quedan callados. Luego dirige una gran sonrisa a Bea:-¡H ola , guapa! ¿Otro vaso de m anzanilla?Bea sonríe también:-N o , gracias. Quería preguntarle dónde están los aseos.Elvira señala una escalera a la izquierda:-M ire, tiene que bajar esa escalera y ahí están.

Cuando Bea vuelve del servicio se queda un momento en la esca­lera y presta atención. D esde ahí puede escuchar la conversación de Elvira con su hijo.-...¡T e he dicho que te olvides de esa m uchacha! ¿Es que no me entiendes?-Pero madre, yo...-¡Parece que eres tonto, hijo! ¡Te he dicho que no la vas a ver nunca más! ¡Que la perdiste para siempre!-Pero, madre, ¿por qué...?-¡Porque yo lo digo y basta! Además, ella se iría de todos modos a Alemania. ¿Y entonces qué? ¿Te irías también con ella?Bea escucha atentamente. Al parecer, el Lagartijo no contesta. Entonces, espera un momento y luego sube la escalera. Cuando Elvi­ra la ve, le sonríe. El Lagartijo está a su lado y mira al suelo.Bea regresa junto al comisario y le cuenta lo que ha oído.-E so es muy interesante, Bea. Quizás Elvira no veía con buenos ojos la relación de su hijo con Katia, y temía que él se fuera con ella a Alemania. Y eso que ha dicho de que Lagartijo perdió a Katia “para siempre” parece un poco extraño. ¿Acaso tuvo ella algo que ver en la desaparición?-Q uizás, pero, ¿cóm o podría averiguarlo? ¿Debo acaso llevarla a comisaría?-C reo que ese debe ser el último paso. Quizás deberíamos preguntar

Page 31: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

a nuestro am igo Henry...-O iga , comisario, ¿dónde está Henry?-¡E s cierto! ¡Ha desaparecido de nuevo!Bea se dirige a Elvira:-D iscu lpe , señora, ¿sabe dónde está Henry?-A h , ese inglés. Supongo que se fue a otro tablao donde haya cante todavía. El suele ir de tablao en tablao toda la noche. ¡Le gusta mucho la fiesta a ese guiri!Bea vuelve decepcionada junto a García.-G arcía, no sé qué hacer. Quizás debería detener a Elvira e interro­garla. O al Lagartijo.-N o te lo aconsejo, al m enos no por el momento. Si esta gente des­cubre que eres policía perderá la confianza y no te ayudará.En ese mom ento, un muchacho de unos quince años se acerca a la mesa.-Señorita, he oído que usted quiere saber dónde está el inglés, ¿ver­dad?-¡S í, claro! ¿Tú lo sabes?-S í, yo puedo llevarla. Venga conm igo.-M u y bien. Vamos, García, en marcha.El muchacho entonces se pone serio:-¡E spere! Usted puede venir, pero este señor... ¡tiene que dem ostrar que sabe cantar!El joven em pieza a cantar un romance. García reconoce en seguida el Rom ance de la Guardia C ivil de Federico García Lorca, y com ien­za a cantarlo con él. Bea se tapa los oídos, pues le parece que García canta realmente mal.Pero las personas que están en el tablao y que han escuchado a Gar­cía parece que no piensan lo m ism o, pues em piezan a aplaudir a Gar­cía y gritan con entusiasmo:-¡O lé la gracia! ¡Así se hace, maestro!

34

Page 32: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

García, en cambio, está encantado y sonríe ante el éxito que ha teni­do en el tablao, pero el muchacho interrum pe el cante, diciendo: -B u en o , ya está bien, que si no se va a poner celoso el Lagartijo. García deja de cantar.Algunas personas protestan, pero García da la razón al muchacho. Entonces, éste les indica a García y Bea que le sigan.

Übung 7; M arkieren Sie m it richtig / oder fa lsch - !

1. García almorzó gazpacho y sardinas a la plancha. I ]2. La gente duerme la siesta porque hace mucho calor en

la calle. [ J3. En Granada no hay catedral, aunque sí hay mezquita. T ]4. Guillermo de Peñaranda fue un fam oso caballero medieval. [ J5. Un tablao es un bar con conciertos de flam enco en directo. [ ]6. Henry es am igo del cantaor Lagartijo. [ ]7. El Lagartijo amenazó a García. [ ]8. El A lbaicín es parte del Palacio de la Alhambra. I ]

Übung 8: Verbinden Sie d ie W örter zu sinnvollen Ausdrücken!

M" ¡echarse a) lleno2 1 ! ponerse b) valor3 i cantar c) el pelo a alguien4 ! í tener d) prisa5 ! i tomar e) colorado6. i i empezar f) a reír7 . r )estar g) a aplaudir8. [ ] darse h) un romance

35

Page 33: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Übung 9: Welches Wort ist das „schw arze S ch af“?

1. armario, sillón, sofá, estatua, mesa, cóm oda2. sobrina, abuela, madre, amiga, hermana, prima3. jamón, queso, chorizo, cerveza, calamares4. pendiente, collar, pulsera, anillo, vestido5. alegre, triste, serio, enfadado, alto, pensativo

Übung 10: Unterstreichen Sie d ie richtige Variante!

El Lagartijo es (1.) uno/el de los cantaores más fam osos de Granada. Normalmente canta en (2.) un/el tablao de doña Elvira. Un grupo de muchachas tocan las (3.) faldas/palm as mientras el Lagartijo canta y (4.) baila/toca un zapateado. D espués, un guitarrista (5.) juega/toca la guitarra. En el tablao de doña Elvira, la gente habla muy (6.) alto/fuerte. Doña Elvira ofrece un (7.) vaso/jarro de vino a García y Bea. A Bea no le parece bien beber vino durante el trabajo, pero García la (8.) convence!derrota y Bea (9.) acepta/acoge. Bea luego se alegra, es un (10.) buen/bueno vino.

Capítulo 4: En las cuevas del SacromonteGarcía y Bea salen con el muchacho, que les guía por las calles del Albaicín.-¿ Y cóm o te llamas, chaval?-M e llamo Antonio, señor. Pero m is am igos me llaman “Antoñito”, y también “Antoñito el Camborio” o sólo “Camborio”, por un rom ance de Lorca.-¿ N o eres algo joven para estar en un tablao a estas horas?

36

Page 34: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-¡P ero si yo vivo allí! Soy sobrino de Elvira, la dueña.-¿A h , sí? ¿Y dónde están tus padres?Camborio mira al suelo y su cara de pronto refleja tristeza. Final­mente contesta:-M urieron en un accidente de tráfico, señor.García siente haber preguntado:-L o siento mucho, chaval. Yo me llamo José García. M e alegro de conocerte.- Y yo soy Beate Schramm.-Y a m e parecía que era usted extranjera, aunque habla muy bien español. ¿De dónde es usted?-D e Hamburgo, en Alemania.Camborio parece sorprenderse por la respuesta de Bea:-¡P arece que las alemanas entienden de flamenco!-¿Por qué lo dices?-¡P or nada! Pero no es usted la primera alemana interesada por el flam enco que conozco.-¿ A quién más conociste?Pero Camborio parece arrepentirse de lo que ha dicho y contesta evasivamente:-M uchas, sabe usted, cada vez hay más turistas en Granada... ale­manes, americanos, ingleses com o su am igo... Por cierto, ¿cóm o se llamaba él?-H enry. Henry W illiams.-¡A h , sí, Henry! Bueno, vengan por esta calle, ya estamos cerca. García, Bea y Camborio caminan ahora por unas calles estrechas a las afueras de Granada. Están en la ladera de una montaña. Según les explica Camborio, esta zona se llama el Sacromonte. Este “monte sagrado” se llama así porque en él se encontraron los restos de San C ecilio, discípulo del Apóstol Santiago, que en la época de los roma­nos llegó a España para predicar la religión cristiana y fue asesinado

37

Page 35: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

por el emperador Nerón. En el lugar donde se encontraron sus restos fue construida una abadía.-P or eso San C ecilio es el patrón de Granada, y en el m es de febre­ro hay una rom ería a la abadía -exp lica Camborio.Bea escucha atentamente, pero piensa que Camborio, por alguna razón, ha querido cambiar de tema de conversación, por lo que deci­de interrumpirle'.-¿ Y nos vas a llevar a esa abadía?-¡N o , eso está muy lejos! Les llevaré a la cueva donde está Henry. -¿H enry está en una cueva? -pregunta García, muy sorprendido. -S í , aqui vivim os en cuevas, com o los hombres de la prehistoria... N o m e miren así, estoy bromeando. Pero es verdad que, antigua­mente, en las cuevas vivían las gentes más pobres de Granada, los que no tenían dinero para comprar o alqu ilar una casa. Ahora se han puesto de moda, y en muchas cuevas viven comunas de hippies, m uchos de ellos extranjeros. Otras las han convertido en tablaos flamencos.-¿ Y a una de esas nos llevas, no?Camborio se queda mirando fijamente a García, com o si le sorpren­diera su pregunta, pero finalm ente se echa a reír:-¡S í, claro que sí! -exclam a, y guiña el ojo.

García, Bea y Camborio se internan por un camino que sube por la montaña, donde ya no hay alum brado. Afortunadam ente, com o hay luna llena, pueden ver por donde caminan.D e pronto les sale al paso un hombre de gran estatura'.- \A lto \ Por aquí no se puede pasar. \P ropiedad privada!-Tranquilo, Califa, ¿no me conoces?-H ola , Camborio, no te había visto. ¿Quiénes son estos dos?-S o n unos am igos...El hombre interrum pe con brusquedad a Camborio:

38

Page 36: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-¡T e he dicho que no traigas a nadie!-S o n buena gente, Califa, de verdad.- ¡N o basta que sean buena gente! ¿Conocen al León?Antes que Bea pueda contestar, el comisario toma la palabra. García dice con decisión'.-Y o sí lo conozco.Califa mira desafiante a García:-N o le creo. Dem uéstrelo.-¿C óm o quiere que se lo dem uestre?Entonces, “El Califa” com ienza a recitar lo que parece ser un poema: - “Es un amante cuyos párpados rebosan de lágrimas, lágrimas que esconde por m iedo a un delator. ¿No es en realidad, cual blanca nube...”García continúa la recitación:- “...que vierte en los leones sus acequias y parece la mano del cali­fa, que, de mañana, da a los leones de la guerra sus favo res!" .El Califa mira sorprendido a García, y luego a Camborio:-¿C óm o lo conoce?Camborio contesta sonriendo:-¡Y o soy un brujo, Califa! ¡Le miré a los ojos y supe que era de los nuestros!El Califa mira entonces fijamente a García, com o queriendo adivi­nar sus pensam ientos, pero finalm ente acepta:-E stá bien, tú puedes entrar, pero ella no.García entonces fin g e ponerse furioso:-¡E lla es mía, y viene conmigo!El Califa y Camborio se sorprenden. Camborio parece algo decep­cionado.Finalmente, el Califa acepta:-D e acuerdo, pueden entrar.Bea, que ha estado callada todo el tiempo, sonríe.

39

Page 37: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Übung 11: Übersetzen Sie d ie fo lgenden Aussagen!

1. M is am igos me llaman Camborio.

2. Mi hermano entiende de flamenco.

3. Las cuevas se han puesto de moda.

4. El Califa permitió que ellos entraran en la cueva.

5. Garcia recitó un poem a de memoria.

6. Camborio se arrepiente de lo que ha dicho.

Übung 12: Markieren Sie m it richtig oder fa lsch - !

1. San C ecilio fue asesinado por el rey de Granada.2. En la zona de Sacromonte sólo viven las familias más pobres.3. Califa deja entrar a García por conocer un poema.4. Los padres de Camborio murieron asesinados.5. Camborio ayuda a García y Bea a llegar a la cueva.6. En el Sacromonte hay un festival hippy en febrero.

40

Page 38: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Übung 13: Ordnen Sie d ie W örter zu einem sinnvollen Satz!

1. ir que camino un difícil por tienen

2. ayudó cueva Camborio les en la a entrar

3. Cecilio Granada es de el patrón San

4. entiende Camborio Bea que de flam enco cree

5. el enfadó Camborio Califa con se

Capítulo 5: Una aparición inesperadaAl entrar se encuentran en un estrecho pasillo. García y Bea no saben a dónde les ha llevado Camborio, pero prefieren no decir nada, para no despertar sospechas.-E sperad un momento aquí.García y Bea se quedan esperando.-O y e , Bea, ¿no te parece un sitio un poco extraño com o tablao fla­menco?-N o sé, comisario. Todo parece muy raro en esta ciudad. Por cierto, actuó usted muy bien hace un momento.García mira a su colega y sonríe:

41

Page 39: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-Y a ves que aún puedo sorprenderte, Bea.- ¡Y que lo diga! Aunque más me sorprendió verle cantando... -S ilen cio ... parece que viene alguien.En efecto, se acerca una joven gitana, vestida con una túnica blanca: -B uen as noches, hermanos. Os traigo vuestros hábitos. Podéis cam ­biaros en los vestuarios.La gitana entrega a García y Bea dos túnicas iguales a la que lleva ella y les señala dos habitaciones:-D ejad ahí vuestras ropas y pertenencias.Bea y García le siguen y entran cada uno en una habitación. García duda si dejar su revólver con su ropa en el vestuario, pero finalm en­te lo hace.Una vez que salen vestidos con las túnicas, la muchacha les está esperando y les pide que la sigan. Cuando llegan al final del pasillo García abre los ojos com o p la to s , no puede creer lo que ve. Bajo una gran bóveda, encima de un p e d e s ta l sobre un lago, está la estatua del león de la Alhambra. Alrededor del lago, sentados sobre lujosas alfom bras, decenas de personas, en su mayoría jóvenes, todos vesti­dos con ligeras túnicas blancas, conversan animadamente entre sí o están sum idos en la meditación.Bea entonces ve a una chica que llam a la atención por sus largos cabellos rubios y se dirige a ella rápidamente:-K atia, ¿eres tú?-S í. ¿Y tú quién eres?-Ich bin die Kommissarin Beate Schramm. Was machst du hier, Katia?-L o siento, no entiendo lo que usted me dice.Bea se sorprende. ¿Cómo es posible que Katia no entienda su lengua m atern a l Porque la chica sentada frente a ella con una larga túnica blanca, es, sin duda, Katia. Pero quizás sea mejor hablarle en espa­ñol. Bea lo intenta otra vez:

42

Page 40: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-K atia, tus padres están preocupados, no saben nada de ti.-¡Y o no tengo padres!-K atia, tus padres sólo quieren que seas feliz, pero quieren saber que estás bien.-¡D éjem e en paz!Entonces, Bea la agarra del brazo e intenta llevarla.-V ám onos de aquí, Katia.-¡Suéltem e! \Socorro\El grito de Katia llam a la atención de la gente.Bea oye una voz cavernosa a su espalda:-D eje en paz a la hermana Katia.Bea se da la vuelta. Frente a ella está Henry, vestido con una túnica de color violeta:-¿Q u é hace usted aquí?-E so a usted no le importa. Estamos en un lugar sagrado en el que usted no debería haber entrado.-¿Lugar sagrado? N o sabía que lo fuera, aunque me parece un lugar agradable, con piscina y bella decoración.Entonces interviene García:-H enry, será mejor que nos explique qué hace esta gente aquí y sobre todo qué hace ahí esa estatua, que debería estar en la Alham ­bra. Hay aquí muchas cosas que no entiendo y sería mejor que usted m e ayudase a comprenderlas.Entonces, Henry alza la voz y pregunta:-¿H abéis oído? ¡Quiere que devolvam os al León!García ve cóm o los rostros de los hombres y las mujeres que están en la cueva le miran con odio.-¡ Traidor, blasfem o ! ¡El León acabará contigo!

D os hombres se acercan por detrás a García y le agarran, inm ovili­zándolo. U no de ellos es el Califa. Entonces, Henry señala a Bea: - ¡A ella, también! ¡No dejéis que se escapel

43

Page 41: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Dos mujeres corpulentas se acercan y agarran a Bea. Todas las per­sonas en el templo miran a Bea y García llenas de ira. Un muchacho grita:- ¡A l agua con ellos! ¡Tienen que morir, so n paganos\-M aestro Henry, ¿qué hacem os con los blasfem os?Entonces Henry declam a con voz potente:-¡Recordad, hermanos, lo que os dije! ¡Unos extraños vendrán para repetir el crimen, pero el crimen se volverá contra ellos! ¡Su sangre vengará la sangre de los Abencerrajes, vertida por el traidor Boabdil! ¡Se acabó la mentira! Nosotros, Caballeros del León, descendientes de los Abencerrajes, restauramos el reino de nuestra verdadera reli­gión. El mismo Dios es el nuestro que el de los Abencerrajes y que el de San Cecilio, discípulo de Santiago, m ártir en este Sacro Monte de Granada! ¡Sólo hay un mismo Dios, lo llamemos Dios, Alá o León! García y Bea no pueden creer lo que ven sus ojos al ver cóm o algu­nas personas se arrodillan, otras adoran al estilo musulmán y algu­nas simplemente lloran de emoción.Bea y García son llevados por sus guardianes bajo la estatua y les hacen entrar en el agua, que les llega a la cintura.Entonces, Henry llama a Katia:-H erm ana Katia, acércate.Henry entrega a Katia una pistola.-T om a este arm a y haz justicia.Katia, tem blorosa, toma la pistola y apunta a Bea.D e repente, un grito suena en la sala:-¡K atia!Es el Lagartijo, que ha entrado en la cueva y ha visto a Katia. Ella, asustada, le apunta a él.-¿Q u é quieres? ¡Yo no tengo ya nada que ver contigo!-K atia, ¿qué haces con estos locos? ¿Quiénes son todos estos tipos vestidos de blanco?

44

Page 42: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

El Lagartijo hace un gesto con la mano que incluye a todas las personas reunidas. Cuando ve a Henry, su cara muestra sorpresa. Pero no le da tiempo de reaccionar. Henry se enfurece al ver al Lagartijo:-¿C óm o lo habéis dejado entrar?El Califa, que está junto a él, contesta:-¡H a debido de ser el im bécil de Camborio! \M aldito m uchacho!El Lagartijo se acerca a Katia:-¡K atia, dime dónde está ese León, que lo mato!Entonces, el Califa, exaltado, le quita la pistola a Katia y le dispara al Lagartijo. Katia grita:-¡E stá herido, llamen a una ambulancia!El Lagartijo se lleva la mano a la pierna, en la que se ve una mancha de sangre.Katia entonces se lanza contra el Califa y lo em puja sobre Henry, que cae al suelo. García, rápidamente, aprovecha la ocasión para quitarle la pistola. Pero está rodeado de personas que lo miran con hostilidad. Entonces apunta a Henry:-H enry, dile a esta gente que se tranquilice, si no quieres que haga uso de este arma.-¡P u edes hacerlo! A los de nuestra religión nunca nos dio m iedo dar nuestra sangre.-¿Q u é religión? ¡Tú lo que querías es robar esa estatua!Henry le mira entonces con una sonrisa de desprecio :-P ien sa lo que quieras. Si me matas, los Caballeros del León me vengarán. N o tendrás balas para todos ellos.Entonces, García apunta a la estatua del león. Un grito sale entonces de las bocas de todas las personas en el templo:-¡N o ! ¡Por favor, no dispare al León!Henry, m uy nervioso, corre a ponerse frente al león:-¡D ispárem e a mí, pero no al León!

45

Page 43: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

-E ntonces, acom páñam e.-D e acuerdo. Ya todo está perdido. Pero he de despedirme de mis hermanos.-C om o quiera.Henry entonces se dirige a sus “hermanos”:- ¡N o olvidéis el sacrificio de vuestro Maestro! ¡Cuidad siempre del León!Los hombres y mujeres, que poco antes estaban enfurecidos, obser­van a Henry sin decir nada. García se lleva a Henry apuntándole con la pistola mientras Bea toma del brazo a Katia, que se deja conducir fuera de la cueva, mientras insiste en que hay que llamar a una ambu­lancia para el Lagartijo, que queda en el suelo.

Poco después llegan una ambulancia y un coche de policía. Se llevan detenido a Henry y la ambulancia se lleva al Lagartijo.Katia al fin acepta hablar con sus padres por teléfono, aunque no puede decidirse a regresar a Alem ania antes de ver de nuevo al Lagartijo.

A l día siguiente, todos los periódicos españoles traen una noticia en p o r ta d a :

“EL LEÓN DESAPARECIDO, DE NUEVO EN LA ALH AM BRA. UNA EXTRAÑA SECTA DESCUBIERTA. ESTUDIANTE ALE­M ANA SECUESTRADA CUENTA SU HISTORIA.Rara vez el robo de una obra de arte ha supuesto una tram a tan com ­plicada. Tim McCarthy, coleccionista de arte de nacionalidad britá­nica, conocido por el nombre de “Henry W illiam s”, ha sido desen­m ascarado com o el líder de una extraña secta , sobre la que desde hacía tiempo había ciertos rum ores en Granada.El señor McCarthy, que trabajaba com o profesor visitante en la

46

Page 44: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

escuela de idiomas Alpujarra, era especialista en las tradiciones reli­giosas de los gitanos y utilizó sus conocim ientos para fu n dar una secta. Según les decía McCarthy, durante la época árabe una her­m andad de gitanos mantuvo la religión cristiana, haciéndose llamar los Caballeros del León. Estos caballeros, aunque eran cristianos, defendían el Reino de Granada. Según McCarthy, los Abencerrajes fueron asesinados por Boabdil por ser cristianos, y en castigo p o r ello, Boabdil perdió el Reino de Granada.En la secta de McCarthy se adoraba a un único D ios que podía tener muchos nombres, y cuyo sím bolo era un león. Aprovechando que una de las estatuas del Patio de los Leones estaba siendo restaurada, McCarthy convenció a un estudiante de Bellas A rtes, miem bro de la secta , para que robara el león por la noche y lo llevara a una cueva en el Sacromonte, que McCarthy había alquilado y convertido en una especie de templo, donde los nuevos m iem bros de la secta eran bau­tizados en un estanque bajo la estatua del león. Por otra parte, los m iem bros de la secta donaban grandes cantidades de dinero a McCarthy, con el fin de construir el templo.Aunque la mayoría de los m iem bros de la secta eran gitanos, también se aceptaba a los payos. La estudiante alemana Katia S., que por su afición al flam enco se había integrado en su ambiente, entró también en la secta.Según ha confesado, McCarthy tenía pensado llevarse esta estatua a Gran Bretaña, aunque aún no se sabe qué intención tenía respecto a los m iem bros de la secta de los Caballeros del León. El trabajo en equipo del comisario José García, especialista en la recuperación de obras de arte, y de la comisaria Beate Schramm, que investigaba la desaparición de su compatriota Katia S., les permitió encontrar el templo de la secta. A l ser descubierto, McCarthy produjo un tumul­to en el que resultó herido, en circunstancias aún no aclaradas, el fam oso cantaor Lagartijo.”

47

Page 45: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

Übung 14: Kreuzen Sie d ie richtige Variante an!

1. A l entrar en la cueva, Bea y García encontraron...a) una piscina. i ib) una secta. i ¡c) un tablao. } j

2. Cuando vio a Bea, Katia reaccionó de manera...a) encantada. [ jb) decepcionada. j ]c) enfurecida. j j

3. Henry quería que Katia...a) matara a Bea y García. { jb) regresara con su familia. | Jc) matara al Lagartijo. [ j

4. ¿Quién llegó a la cueva de manera inesperada?a) Camborio i ib) Henry i ic) Lagartijo j i

5. ¿Quién robó la estatua del león?a) un estudiante de la escuela de idiomas } ]b) un estudiante de Bellas Artesc) el jardinero de la Alhambra

Übung 15: Markieren Sie m it richtig oder fa lsch - !

1. Henry era el “Maestro” de una secta.

48

Page 46: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

2. La secta se llamaba “Los Caballeros del León”.3. Henry robó la estatua del león.4. En la secta, salvo Henry y Katia, sólo había gitanos.5. Henry utilizaba el dinero de los miembros de la secta.6. El Lagartijo era miembro de la secta.7. El Califa asesinó al Lagartijo.

Übung 16: Welche Synonyme gehören zusam m en?

1. j ira a) escultura2. matar b) volver3. restaurar c) descubrir4. derrotar d) reparar5. chaval e) dar6. conducir f) furia7. averiguar g) comprender8. entregar h) vencer9- regresar i) muchacho10. estatua j) guiar11. entender k) asesinar

Übung 17: Testen Sie Ihren Wortschatz! Unterstreichen Sie im fol­genden Text d ie richtige Variante!

José García y Beate Schramm se (1.) encuentran/reúnen en el aero­puerto de Granada. García (2.) investiga!averigua el robo de una estatua de la fuente del (3.) Patio/Palacio de los (4.) Leones/Aben- cerrajes. Bea investiga la (5.) t/evapar/c/ó«/reaparición de una estu­diante alemana llamada Katia. García (6.) acom paña!guía a Bea a la

49

Page 47: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

escuela de idiomas donde Katia estudiaba. A llí (7.) conocen/reco­nocen al profesor Henry W illiams. W illiams va con Bea y García a la Alhambra, donde García tiene una (8.) cita!com ida con Rafael M enéndez, comisario de policía de Granada. A García le (9.) des­p ierta! llam a la atención una inscripción. Abdel, jard inero árabe, se la traduce. Esa noche García y Bea van a un tablao flam enco, donde canta el Lagartijo, que era el (10.) novio/am igo de Katia. La (11.) madre/tía de Lagartijo se comporta de una manera extraña y por ello Bea y García em piezan a sospechar de ella. Entonces, un (12.) muchacho!hombre al que llaman “Camborio” pregunta a Bea si quiere (13.) ir/seguir donde está Henry. García, Bea y Camborio lle­gan a una cueva convertida en un (14.) templo/palacio de una secta que ha (15.) restaurado!fundado Henry. A llí está Katia, que no (16.) quiere/puede irse con Bea. García y Bea son apresados, y Henry da una pistola a Katia para que los (17.) matdderro te . En ese momento llega el Lagartijo, que ha (18.) seguido/guiado a escondidas a Bea y García. El Lagartijo (19.) pregunta/ordena a Katia qué hace con esos locos. El Califa, ofendido, (20.) dispone/dispara al Lagartijo, aunque no lo mata. Katia, fu rio sa , em puja al Califa, que (21.) cae/calla sobre Henry. García aprovecha para tomar la pistola y (22.) detien e/ detenga a Henry.

v\ \ i

Page 48: Gijon Mario Martin El Ultimo Adios Desde Granada b1

LösungenÜbung 1:1. b 2. a 3. c 4. b 5. cÜbung2:1. Bea llegó de Hamburgo sin av isara García. 2. Katia es una chica alemana de d iecisiete años. 3. La estatua fue robada durante la noche.4. García tiene una cita con el jefe de policía de Granada. 5. El aeropuerto de Granada no está cerca de la ciudad. 6. Lorca fue asesinado durante la gue­rra civil española.Übung 3 :1. champú 2. leche 3. azafata 4. suspirar 5. cante 6. poeta 7. grana­dinoÜbung 4: Reihenfolge: e, d, f, b, a, cÜbung 5: 1. El jefe de la policía municipal de Granada. 2. El nombre de los territorios islám icos durante la dominación árabe de España. 3. Una familia de nobles árabes granadinos, asesinados por Boabdil. 4. El último rey de Granada. 5. En 1492.6. Un bar donde hay conciertos de cante flamenco. Übung 6:1. c 2. e 3. a 4. f 5. b 6. dÜbung 7: 1. falsch 2. richtig 3. falsch 4. falsch 5. richtig 6. richtig 7. richtig8. falschÜbung 8 :1. f 2. e 3. h 4. b 5. c 6. g 7. a 8. dÜbung 9:1. estatua 2. amiga 3. cerveza 4. vestido 5. altoÜbung 10:1. uno 2. el 3. palmas 4. baila 5. toca 6. alto 7. vaso 8. convence9. acepta 10. buenÜbung 11:1. Meine Freunde nennen mich Camborio. 2. Mein Bruder kennt sich mit Flamenco aus. 3. Die Höhlen sind in Mode gekommen. 4. (Der) Califa ließ sie in die Höhle eintreten. 5. García trug ein Gedicht auswendig vor.6. Camborio bedauert das, w as er gesagt hat.Übung 12:1. falsch 2. falsch 3. richtig 4. falsch 5. richtig 6. falsch Übung 13: 1. Tienen que ir por un camino difícil. 2. Camborio les ayudó a entrar en la cueva. 3. San Cecilio es el patrón de Granada. 4. Camborio cree que Bea entiende de flamenco. 5. El Califa se enfadó con Camborio.Ubung 14:1. b 2. c 3. a 4. c. 5. bÜbung 15:1. richtig 2. richtig 3. falsch 4. falsch 5. richtig 6. falsch 7. falsch Übung 16:1. f 2. k 3. d 4. h 5. i 6. j 7. c 8. e 9. b 10. a 11. g Übung 17: 1. encuentran 2. investiga 3. Patio 4. Leones 5. desaparición6. acompaña 7. conocen 8. cita 9. llama 10. novio 11. madre 12. muchacho 13. ir 14. templo 15. fundado 16. quiere 17. mate 18. seguido 19. pregunta 20. dispara 21. cae 22. detiene

51