__germana c, la racionalidad en las ciencias sociales

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... LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES CÉSAR GERMANÁ C. FONDO EDITORIAL DE LA FACUL TAD DE CIEl\TCIAS SOCIALES UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

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...

LA RACIONALIDADEN LAS CIENCIASSOCIALES

CÉSAR GERMANÁ C.

FONDO EDITORIAL DE LA FACUL TAD DE CIEl\TCIAS SOCIALESUNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

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Portada: Erik Chiri

La Racionalidad en las Ciencias Socialesabril de 2002

Presentación .

Introducción .

íNDICE

9

.......... 11

49535860636567

© Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales _ UNMSM© César Germaná

ISBN: 9972-46-151-3Depósito Legal: 1501012002-1895

AUSPICIADO POR SAVETHE CHILDREN SUECIA

Maestríaen PolíticaSocial,Promociónde la InfanciaFacultadde CienciasSocialesUniversidadNacionalMayor de San Marcos

1. La problemática de la racionalidad en la sociología 17l. Sociología y racionalidad 172. Max Weber y la problemática de la racionalidad 243. Las dos caras de la racionalidad 29

II. Ética y política 35l. La política antigua 362. La política moderna 393. La democracia directa 45

III. Pierre Bourdieu: la sociología del poder y la violenciasimbólica .l. La sociología como ciencia .2. El "estrucruralismo genético" .3. La teoría de los campos4. La noción de habitus ..

5. La reproducción social ..6. Capital simbólico y violencia simbólica

IV. El acercamiento crítico a la investigación de la realidadsocial 73l. La perspectiva del sociólogo 732. Las herramientas del sociólogo 78

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CÉSAR GERMANÁ

v: El campo de la sociología en el Perú .1. Las problemáticas en debate2. El futuro de la sociologl'a.· 1: .....entre a Ingeniería social y

la crítica social ........

8585

94

Apéndice . . . . . . .

II. A favor de la sociología .109

113

1.. 109

Discurso en la ceremonia de graduación de la PromociónCentenario .

Sociología . . 126

o la cuadratura del círculo 14 1

......IV dLasBPlerspectivas de los movimientos sociales en los ensayos

e ondet, Golre y Tanaka ..... . 126V Individuo, Sociedad ,

VI. La utopía del centro

III. Comentarios a "La familia urbanP

. a en la pobreza" de C.Imentel ............ 123

Presentación

En los textos que reúno en este libro he buscado reflexionar sobrela problemática de la racionalidad, núcleo central de la teoría social.Aunque son aproximaciones preliminares, he querido publicados paraincentivar el debate teórico sobre las ciencias sociales, desde la perspec-tiva de la sociología. Considero que la sociología en el Perú necesitadesarrollar una amplia discusión de los enfoques teóricos más importan-tes, tanto clásicos como contemporáneos, con el objeto de construir elmarco conceptual que nos permita comprender la naturaleza específicade la sociedad peruana en los inicios del siglo XXI.

Este conjunto de textos ha servido en parte como sustento teóricoal capítulo del curso 'Teoría Social Clásica que dicté durante los años2000 y 2001. Esta es una asignatura de integración de las maestrías delPostgrado en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de SanMarcos que he coordinado, y en la que también participaron comoprofesores Cristóbal Aljovín, Juan Abugattás y Nicolás Lynch. En elcurso se buscó examinar y discutir las problemáticas teóricas de A. Smith,K. Marx, M. Weber y E. Durkheim, los fundadores de los enfoques másinfluyentes de la tradición clásica que conducen a la construcción de lamoderna teoría social. Consideramos, como señala Anthony Giddens,que "los clásicos son los fundadores de algo que aún se considera per-tinente. No se trata simplemente de anticuadas reliquias, sino que se los

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Ciudad Universitaria, marzo de 2002

puede leer y releer, y constituyen un foco de reflexión sobre los proble-mas y las cuestiones de actualidad".

Además, en estos ensayos examino la situación de la sociologíacomo ciencia y como profesión, problemática que también tiene comofundamento determinadas concepciones de la racionalidad y que guardauna relación de mediación con las preocupaciones teóricas de los funda-dores de la sociología y con la profesionalización del quehacer socioló-gIco.

Esta publicación ha sido posible gracias al apoyo que Save theChildren-Suecia ha brindado a la Maestría en Política Social. La colabo-ración ofrecida a la Unidad de PostGrado de la Facultad de CienciasSociales ha contribuido al fortalecimiento de un espacio académico dondese discuten los problemas de la sociedad peruana y se exploran las pers-pectivas más adecuadas para solucionados.

L

10 CÉSAR GERMANÁ

INTRODUCCIÓN

LA SOCIOLOGíA Y EL"REENCANTAMIENTO DEL MUNDO"

Me parece evidente que Los estudios de co~pLejidad yLosestudios cuLturaLeshan empujado a Las cunctas. na-

la Las humanidades, respectivamente, haeza eLtura es y b . 'dterreno de La ciencia sociaL. Lo que ha la Sl o u~

¡.{, de fiuerzas en eL mundo deL conoez-campo centrz.¡ugo .' _miento se ha convertido en uno centrípeta, y La ezencia sociaL es ahora centraL aL conocimiento. Es:amos eneLproceso de intentar superar Las 'dos cu~turas, de tra-tar de reunir en un soLo ámblto La busqueda de Loverdadero, Lo bueno y Lo beLLo.Esto es una causa pararegocijarse, pero será una tarea ardua de acom~ter. .

lmmanuel Wallerstein, El Legado de La SoclOLogza,Lapromesa de La Ciencia SociaL.

h· " tanto forma de cono-La sociología se construye lstoflcamente, en 945 bcimiento específico de la vida social, entre el siglo XVIII y 1 , ~o re

la base de .~ist~ol~~í~~ la siml2~ión que se ;~s~n~e:c::.drv0-9~o n.:.~o_n~~~o~e ~~re.s:.n~: eterno y en la .filoso ~_=---

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CÉSAR GERMANÁ

teso La sociología hacía parte de las disciplinas que estudiaban el mundomoderno ("civilizado") y, dentro de éstas, se ubicaba entre las ciencias-----~... -----.-del pre·sente, teniendo como objeto específico la socieqªd~il. Así sediferenciaba tajantemente de la antropología (el estudio de las socieda-des I~ "civiJiz;1Qsls"o tradicionales), "(k 'la-historia (el estudio del..easadode las sociedades "civil,izad,i!s"), de la economía (e! estudio de! mercado)--_.~. --..- .. - ....- .~

y de la ciencia política (el estudio de la sociedad política o estado) I .

Además de haberse formado dentro del modelo de la ~ncia social12ositivista, la sociología se caracterizó, en sus diversas orientaciones, comocontinuadora de la Ilustración, desde fines de! siglo XVIII en Europa, porsu pretensión de desarrollar urviiscurso racional sobre la vida social. Másallá del significado concreto que asumía ese discurso, se trataba delc.uestionamiento a las explicaciones míticas y.!e!igiosas d~~ vida social,esto es, IL ()p..Qs)ciónal recurso de las interpretaciones metasociales para~ar c::enta de ~e>.syrocesos de organización y de transfo~;~ción de lasso~ledades humanas. En este sentido, la aparición de la s~ciología haconstituido una parte importante de! proceso de "desencantamiento delmundo" que para Max Weber señaló la emergencia de la modernidadeur~pea. Se trataba de la creciente racionalización formal de la vidasocial, uno de los fenómenos fundamentales de la historia de la civili-zación europea occidental, que originaba una creciente diferenciación delas diferentes esferas de valor. Max Weber lo dijo con toda claridadcuando afirmó que: "si hay algo que nosotros sabemos es que una cosapuede ser santa aún cuando no sea bella y también por e! hecho y enla medida en que no es bella [Oo.] y que una cosa puede ser bella aúncuando no sea buena [Oo.]. y finalmente, es una verdad de todos los días

I Los aspectos centrales de la problemática de la constitución de las cienciassociales ha sido discutida por diez académicos -seis de las ciencias sociales, dosde las humanidades y dos de las ciencias narurales- coordinados por ImmanuelWallerstein que se abocaron a la tarea de reflexionar sobre las cuestiones intelec-tuales y organiza tivas implicadas en el desarrollo de un tipo de ciencia socialcapaz de comprender la cambiante y compleja sociedad actual. El resultado deesos debates se presenta en el Inftrme de la Comisión Gulbenkian para la reestruc-turación de /as cienciassociales,publicado en castellano con el sugestivo título deAbrir /as ciencias sociales (México, Siglo XXI, 1996).

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

~ u_r:_~~~_apuede ser verdadera aún cuando no sea be!la, ni santa, nibuena"2. La sociología fue desde su origen una de las herramientas dela modernidad en la racionalización de las imágenes del mundo social.Pero en ese proceso se fue desencantando a sí misma al separar lo ver-dadero de lo bueno y de lo bello.

El positivismo representó de manera hegemónica esta perspectivaen el conocimiento de la vida social. Pretendía la naturalización de lasrelaciones sociales, pues las consideraba suj~as ~.Ieyes naturales invaria-bles, teniendo para tal efecto como supuestos e istemoló' la objeti-~ciad y la neutral ida va orativa, según el modelo de las ciencias natu-rales. La objetividad se podía lograr mediante la aplicación del método-experimental que permitiría s~arar los juicios de ~cho de los juicios devalor. La tarea del sociólogo debía ser la investigación libre de valores aI;-~anera del físico o del químico. En consecuencia, en esta perspectiva,la decisión sobre los fines últimos no corresponde ni a la sociología, nial conjunto de las ciencias sociales. El problema de los valores se planteaen el nivel de lo irracional, como una "guerra entre diferentes dioses",decía Max Weber, "y sobre esos dioses y sus luchas gobierna el destino,pero no, por cierto, la ciencia". Sin embargo, de hecho, los valores qued...;;oció~ogo )20sitivista había tratado de arrojar con mucho .,$mpeño porla...p..ill:r~, se reintegran subrepticiamente a su trabajo por la ventana.Definitivamente, los valores que el sociólogo positivista aceptaacríticamente son los valores dominantes de la sociedad en la gue Vive.De allí el_carácter profundamente conservador y legitimador del orden~cial que ha tenido la sociología positivista desde sus orígenes.--

La primera gran tradición de la teoría social que desarrolló unavasta crítica del positivismo tuvo su punto de partida en la ~eMarx. Aunque la interpretación dominante del marxismo fue positivista,-en particular el llamando "marxismo-leninismo", que lo mismo que lasociología, tuvo como ambición liberarse, al igual que las ciencias natu-rales, del debate sobre los valores y conformarse con la comprobación delos vínculos causales-, la vertiente más fructífera teóricamente ~bicio-naba el comprqmiso ético de coadyuvar a que los seres humanos pudie- ~

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3 Edgardo Lander, "Ciencias sociales: saberes coloniales y eurocéntricos",en: E. Lander _(ed.), La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales.Perspectzvas latInoamericanas, Buenos Aires, CLACSO, 2000.

ra a autónoma buscar la solución de sus roblemas mási~portal}tes. Además del proyecto teórico de vincular ~ verdadero conlo b~eno, la obra de Marx ofrece la primera gran propuesta epistemológicades~Inada a com render la vida social como un sistema social complejo,temendo como fundamento de esta visión las categorías de totalidad yde historicidad de los fenómenos sociales. Las transformaciones que sevienen produciendo en el mundo contemporáneo han puesto en eviden-cia los límites de la perspectiva positivista y la importancia para elconocimiento de la vida social de los aspectos más creativos de la obrade Marx.

Las ciencias sociales dominadas por el Eositi,,,ismo en sus múltiplesenfoques enfrentan hoy Aesafíos que les plantean una creciente y nece-saria reconstrucción. Por una parte,.la~_~~das m~~nes que handado lugar a la aparición de una nueva estructura de poder mundial: larevolución de las tecnologías de Ía información, la mundialización eco-nómica y una más profunda polarización social. Por otra parte, unav~ta revolución teórica dada por la creciente importancia de las socio-l()gías orientadas en el sentido de~na descolonización del conocimientosocial, fundamentadas en una ep~temología de la complejIdad. Se trata,como ha señalado Edgardo Lander, de "las múltipl~ vertientes de lacrítica feminista, del cuestionamiento de la historia europea comoHis-toria Univer~al, del desentrañamiento de la naturaleza del orie~tali~,de la. exigencia de "abrir las ciencias sociales"; de los aportes de losestudIOS subalternos de la India; de la producción de intelectuales afri-canos [...], y del amplio espectro de la llamada perspectiva postcolonialque encuentra especial vigor en muchos departamentos de estudios cul-turales de universidades norteamericanas y europeas").

. En consecuencia, existen indicaciones precisas de que ~amos vi-vle~do un extendido proce_sº-4.~I~~~~'!g:ur:ªción .Rel conjunto de la ~a~o-c~a!:~~~t<?~~~~.asp~ctos materiales como en sus aspectoslntersubjetlvos, Incluyendo las formas de conocimiento de la vida social

~~_.- ~ '---- -- -= '

1514CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

como la sociología. Nuestra disciplina está atravesando por una profun-da crisis en la medida en que las t~, los. conceptos y los fundamen-taS epistemológicos con los qu~~_ consrruieb y que .continúan actuan-do rácticamente en la investi acióp sociológica domInante, no puedenofrecemos en a actualidad una imagen adecuada de una sociedad pro-fundamente renovada en sus aspectos fundamentales. El tipo de pr~ble-mas planteados y las formas de organizar las respuestas a esas ~uestlOnesno permite elaborar una imagen global y coherente de la. SOCIedad q~edé cuenta de los modos de organización y de las tendenCIas de cambIOde la sociedad contemporánea. En consecuencia, la sociología ha sidoafectada en su núcleo básico: su capacidad para comprender y/o explicarla sociedad. Esta ;ngustiosa comprobación ha planteado la perentoria

~xigencia de reconstruir los supuestos epistemológicos y organizativos deltrabajo de nuestra disciplina.

En la base de esta reconstrucción se encuentra l~ necesaria desco-10nizaciól1 de la sociología de tal manera que puedan pl~nte.arse otrasformas de conoc;::;¡;' vida social. 1;:1racionalismo eurocentnco, en elorigen de nuestra disciplina, estableció fronteras práctic'lme.n~e infran-.9ueables_~m.re l~s diversas ciencias sociales que no le p.ermltler~,n unaadecuada comprensión del mundo social. La compartLmentaCl~n delconocimiento ha limitado nuestro entendimiento de las coll1J:!leJlda1esde los sistemas sociales. Las nuevas perspectivas teóricas al abrir la socio-logía hacia las demás ciencias sociales han perm~ti~~ dar cuenta ~e lacomplejidad del mundo social. Pero, además, pOSIbilitan que la SOCIolo-gía no sólo sea la búsqueda de la verdad, sino que esa verdad se~~rtede un mundo deseable moralm~. Esto es, que desarrolle conoc~ml~-tos comprometidos con la h6eración del ser humano. Una soc.1010gladesvinculada de la lucha por alcanzar formas de sociedad emanCIpadas,como lo quiere la aséptica perspectiva positivista, es incompatible con elauténtico quehacer sociológico. Finalmente, la descol~niza~ión d~l. cono-cimiento sociológico no puede ser indiferente a las eXIgenCIas estetlcas deun orden social nuevo.

La búsqueda de una sociología que reúna lo verdader.o, .10 bu~no):' lo bello es una apuesta qlH' nos permitirá salir del c~noClmlen~o ms-tfllmental del eurocentrismo. La diferenciación de las dIversas esferas de

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16CÉSAR GERMANÁ

valor. ;ue está en l~ .b~se de la modernidad occidental, ha llevado a lacreaClOn de una CIVIlIzación donde el ....consumlsmo y productlvlsmoame:aza~ con la destrucción de nuestro planeta. El reencantamiento delmun o tIene ~~ }a sociología una de sus herramientas más poderosas

IElla nos permlt1ra desvelar los diversos mecanismos de explot ., d .do' . , aClon y e

ml~aclOn y nos capacitará para lograr nuestra plena autonomía como~edres un:anos, esto es, como seres racionales con la disposición de serIn ependlentes.

ILA PROBLEMÁTICA DE LA RACIONALIDAD

EN LA SOCIOLOGíA

1. Sociología y racionalidad*

Para empezar por el principio debemos preguntamos sobre ~~ndemos pOF20ciología.. Ciertamente, la respuesta a esta pregunta hadado lugar a un vasto y complejo debate que tiene más de ciento cin-cuenta años. Para los propósitos de este ensayo solamente quisiera apun-tar unas breves reflexiones sobre dos maneras en las que se ha propuestosaber en qué consiste la sociología. ~I?era"""perspectiva ha estado~or la preo~ión por definir su objeto de estudio. Esta estrate-gia me parece improductiva pues nos llevaría a señalar un interminablelistado de definiciones sobre la delimitación de un ámbito particular dela vida social que sería el dominio propio de la sociología. Este análisis,en su fotma más radical, nos obligaría a discutir, inclusive, la existenciade esos posibles objetos de estudio. Quizás, por eso, tenga razón R. Aroncuando señala que "la sociología parece estar caracterizada por una per-petua búsqueda de sí misma. En un punto y prácticamente en uno soloestán de acuerdo todos los sociólogos: la dificultad de definir la socio-logí~';4. Sucede que los sociólogos al intentar definir su objeto ~u-dio no hacen sino confesar su fracaso pues ninguno parece haberlo

* Primera parte de la conferencia que pronuncié en el III Congreso Nacio-nal de Sociología (Cajamarca, 28-11-1995); fue publicada en Debates en Socio-logía, W 20-21.

4 Citado en: R. Boudon, La crisis de la sociología, Barcelona, Laia, 1971,p. 10.

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18 19CÉSAR GERMANÁ

conseguido ya que no han logrado consenso para sus propuestas en lacomunidad científica. En consecuencia, esta perspectiva para compren-der la naturaleza de la sociología nos lleva necesariamente a un callejónsin salida.

La otra estrategia me parece más fructífera. En este caso, no se hailgentado delimitar e! objeto de la sociolog:ía ~ino, más bien, de entendercuál es l~ particular manera que han tenido los sociólogos de enfrentarsea~ estudIO de la vida social de los seres humanos-:-Desde este punto devista, lo que definiría a la sociología <:suna específica manera de conocer.Como ha señalado F. Ferrarotti, "hoy, después de doscientos años dereflexiones y de investigaciones en e! terreno, podemos solamente decirque la s.ociología es aquello de que se ocupan los sociólogos" 5 • En con-secuenc.la, saber en qué consiste la sociología nos lleva a preguntamospor ~l tipo de conocimientos que producen los sociólogos en su tarea deexplicar-comprender la vida social.

Desde diversas orientaciones -en la mayor parte de casos contra-puestas-, los sociólogos, como continuadores de la Ilustración desdefines de! siglo xv¡¡¡ en Europa, han buscado desarrollar un disc~rso ra-ciona~ sobre la vida soc~al. Más allá de! significa~oncreto que~sumíae~e discurso,. se enc.ontraba e! rechazo a las explicaciones míticas y re!i-glOsas de la Vida SOCial,esto es, la oposición a las pretensiones metasocialesde dar cuenta de los procesos de organización y de transformación de lassocie~a~es humanas. En este sentido, e! surgimiento de la sociología haconstlt~ldo una parte, quizás la más importante, de! proceso de "de~en-_cantamlent~ de! mundo" que para Max Weber señaló la emergen6;de~~ moder~ldad eur<.::e...ea.Como escribió e! sociólogo alemán, "laIllte!ectuallzación racionalización crecientes no si nifican en consecuen-

CI. " . ie t eneral de las condiciones bajo las cuales~ ~.!:. Slgmfica en cambio algo distinto: e! saber o e! creer que si sequzere se puede q h .... ti... ' ue no ay en pnnClplO nlllguna uerza misteriosa eImp~evlSlble que interfiera, que antes bien todas las cosas pueden serdommadas por e! cálculo. Pero esto significa e! desencantamiento de!

5 E Ferrarotti, El pensamiento sociológico de Auguste Comte a Max HorkheimerBarcelona, Península, ]975, p. 260. '

r-1

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

mundo. Nunca más se podrá ya echar mano a los recursos mágicos,como e! salvaje para quien tales poderes existen, para dominar o implo-rar los espíritus, sino que habrá que recurrir a cálculos v recursos técni-COS"6. La sociología continuó con e! proceso de desencantamiento de!

~do iniciado por las ciencias naturales al buscar explicar racionalmen-te -esto es, utilizando conceptos y razones- los mecanismos cr:e ha-cen posible la organización y e! cambio de la vida social.

Por ello, la sociología fue prisionera de ese proceso de racionalización.Así, se puede observar cómo en la tradición sociológica clásica, e! trabajose convirtió en la categoría teórica central. Como ha señalado C. Offe,los sociólogos de! siglo XIX, "construyen la sociedad y su dinámica como'sociedad de! trabajo' "7. Se trata de una sociología que reflexiona entorno a una sociedad donde una forma de trabajo adopta una posiciónclave y dominante. Es una forma de trabajo diferenciado de las accionesdirigidas a la subsistencia y convertido en una actividad no sólo pagadasino situada en un espacio público, apareciendo allí como una prestaciónmedible e intercambiable y que sólo tiene valor para los otros y ya nopara uno mismo. Se trata de lo que Marx denominaba e! "trabajo abs-tracto", e! "trabajo en general", e! "trabajo sans phrase". Sobre este eje sedesarrolla una determinada forma de conocer, un criterio de raciQ!lali-dad, que dominará e! quehacer sociológico. Es ~l predominio de laracionalidad te!eológ~eTdiseño de las teorías de la sociedad. Elanálisis SOCial sigue e! paradigma de la teoría de! conocimiento -~adecuación entre e! pensamiento y las cosas- y desde allí busca dar~enta de la relación medios y fines en la acción social. Lo central parala teoría social ha sido la determinación macrosociológica de! hecho de!trabajo asalariado como núcleo de la vida social y la racionalidad que lo

gobierna.Si tenemos en consideración esta manera de hacer sociología, po-

demos establecer lo específico de la forma sociológica de conocer la vidasocial. Se puede considetar que la novedad de la sociología no se encon-

6 M. Weber, El sabio y la política, Córdoba, EUDOCOR, 1966, p. 16.7 C. Offe, La sociedad del trabajo. Problemas estructurales y perspectivas de

futuro, Madrid, Alianza, 1992, p. ]7.

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8 M. Horkheimer y T. Adorno, La Sociedad. Lecciones de sociología, BuenosAires, Proteo, 1971, pp. 16-17.

9 Ibíd., p. ] 8.

t!3ba en su objeto, ya que en la filosofía antigua se había reflexionadosobre la naturaleza de la sociedad, sino en su tratamiento .

En la tradición griega, la teoría de la sociedad era cnnrpbid;¡ segúnel--modelo de I~tica, en el sentido de vinCllbr el an:ílisis de k vidasoci:¡1 ua búsqueda del bien y la iusticia. En cambio, la pretensión dela sociología -desde fines del siglo XVlII- ha sido desprenderse de todocontenido ético para, según el modelo de las ciencias naturales, re@~aruna interpretación causal de los fenómenos sociales. T. Adorno y M.Horkheimer han precisado esta nueva manera de pensar la vida socialque aportaba la sociología: "La gran tradición filosófica desarrollaba ladoctrina de la sociedad en relación con un ideal extraído de los princi-pios absolutos del ser; en cambio, la sociología, desde que existe sunombre, tuvo una ambición absolutamente contraria: la de liberarse, lomismo que las ciencias naturales, de todas las teleologías y conformarsec<ln la comprobación de los vínculos causales regulares [... ] El impulsode la posible transformación del ser por obra del deber ser, propio de la

JilQ.S.0fb deiaba paso al sobrio celo del que acepta el ser como el d<;berser"8. El ambicionado apego riguroso a los hechos hizo olvidar a lasociología "el compromiso ético de ayudar a los hombres en la soluciónde sus problemas más importantes''').

La consecuencia más saltante de esta manera de reflexionar sobre lavida social ha sido, ya en el siglo xx, la conversión de la teoría social enu a técnica social, en una "ingeniería soci" sto ha significado con-cebir la sociología según e! modelo de la técnica, que se interesa exclu-sivamente en la elección de los medios más adecuados destinados arealizar un determinado fin que no ha sido discutido. Por ello, la socio-logía se desentiende de los valores morales y su aplicación prá~spresentada como una relación técnica; t:ero de una "técnica ambigua",

\

como ha señalado Ferrarotti: "Es esencialmente intercambiable, buenapara todos, indiferente a los objetivos; es, por definición, apolítica, y esutilizada por profesionales que únicamente atienden al servicio de sus

21

p.7.

10 F. Ferraroni, Una sociología alternativa, Barcelona, A. Redondo, 1973,

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

. privados o públicos, poniendo ciertamente un interésdientes, ya sean " "10 E a [1muy especial en los clientes senos, es deCIr los que pag~n . n est

. la sociología pierde su razón de ser al convertlrse en mstru-perspectlva, ..mento de los intereses sOCIalmente dommantes.

Precisamente, esta manera de entender e! quehacer sociológico y la, l'dad social que lo gobierna ha entrado en crisis. Aquí podemos

raCIona I 'd . 1. I rofundo vínculo entre e! pensamiento y la realida SOCIa,apreCIar e p . 1 '1'Las radicales transformaciones que se han venido operand~ en a,s u. tl-mas décadas han dado como resultado que e! orden sOCIal ca~ltalistahaya entrado en crisis y con él las formas de conocer que produJo. ,Puesel conocimiento no es sino un aspecto, un momento, de las re~aClonessociales. Los actuales cambios sociales han implicado necesanamente

cambios en la manera de conocer.Una consecuencia fundamental de la reestructuración de! sistema

mundial del capital se encuentra en la profunda reorga.nizac~ón de! mundode! trabajo. En primer lugar, existen suficientes eVldenCla~ de que lastransformaciones tecnológicas de los últimos dos dec~nI~s expulsanmasivamente a los individuos del mercado del trabajo. SI ble~ ya. ~esdelos años sesenta diversos científicos sociales enunciaban la declmaClon delos empleos directamente productivos, la automatización de ese pe.ríodono ofrecía sino una pálida imagen de las consecuencias que ~~ tenido lainvasión de la microe!ectrónica en la industria y los serVICIOS.En .laactualidad se puede producir cada vez más con cada vez menos ~sa~ana-dos. La primera ola tecnológica (1975-1990) condujo a un creCImiento

.. ' . 'n de empleo A partir de los años noventa, lacuantltatlVO sm creaclO' .generalización de la informatización en la pro~ucc~ón de bienes y serVI-cios demanda una enorme cantidad de matena gns y rechaza una partede la mano de obra, inclusive altamente calificada, que cumplía tar.e~sque ahora se han automatizado. En segundo lugar, agrava la expul.slO

n

de fuerza de trabajo por la racionalización de los procesos product,lvos.Es e! caso de la noción de reengineering surgida en los Estado Unidos.La idea básica de la reingeniería es la identificación en las empresas de

CÉSAR GERMANÁ20

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las actividades fundamentales, eliminando o subcontratando todas lasotras, incrementando espectacularmente la productividad y permitiendosuprimir empleos de manera significativa. En conclusión, una fraccióncada vez más reducida de la fuerza de trabajo puede valorizar y repro-ducir el capital. El desempleo se convierte en una realidad estructural y,a largo plazo, se reformula el propio contenido del trabajo. En defini-tiva, lo que parece estar en juego es el fin del trabajo asalariado tal comolo hemos conocido hasta el día de hoy] I .

Estamos asistiendo, pues, a la crisis de la "sociedad del trabajo".Ello está determinando que los propios fundamentos lógicos y ontológicossobre los que fue construida la sociología comiencen a replantearse ysurjan diversas perspectivas de análisis que muestran que el núcleo de-terminante de la sociología ya no es la racionalidad instrumental basadaen el trabajo asalariado. Así, aparecen nuevos campos de acción y desentido que van más allá del trabajo, con nuevos actores y nuevasracionalidades. Quizás la propuesta más significativa en esta direcciónsea la teoría de la sociedad desarrollada por ]. Habermas alrededor deuna "razón comunicativa" que le permite explicar las razones por las queel trabajo y la producción van perdiendo su capacidad de estructurar lavida social.

En última instancia, se trata de la crisis de la problemática de lateoría del conocimiento y de la objetividad centrada en la relación entreun "sujeto" y un "objeto" y su reemplazo por una problemática cuyonúcleo es la significación de los enunciados. Se ha hablado, en estesentido de un "giro ÚngiiÍstico", según el título del libro de R. Rorry] 2 •

En las ciencias sociales, R. Bernstein ha señalado la existencia deuna "restructuración de la teoría social"I3 basada en paradigmas margi-

11 Sobre este tema véase e] libro de J. Rifkin, The End ofWork. The Declineofthe Global Labor Force and the Down ofthe Post Market Era, Nueva York, 1995.También son importantes para esta discusión los ensayos reunidos en el libro deC. Offe ya citado .

12 R. Rony (ed.), The Linguistic Turn: Recent Essays in Philosophical Method,Chicago, 1972

]3 R. Bernstein, La restructuración de la teoría social y política, México,FCE, 1982.

23LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

nales a las ciencias sociales dominantes: la filosofía lingiiÍstica del últimoWirtgenstein, la hermenéutica de Gadamer y la fenomenologÍa socioló-gica de Schiitz y su desarrollo posterior, la etnometodologÍa.

Esta nueva roblemática e istemoló ica es subra ada or A. Quijanocuando pone en /'1 primer plano del debate la intersubjetivida delconocimiento esto es, "la propuesta de que el conocimiento es un ele-mento de la estructura de las relaciones intersubjetivas de la sociedad yse valida en ella". y agrega: "el conocimiento es un modo de relacióne~tre individuo y realidad sólo en tanto y en cuanto el individuo es sedey agente de una estructura de relaciones materiales e intersubjetivas. Lascategorías o conceptos no tendrían, así, carácter de identificaciones de"propiedades" de los "objetos", sino de significación d~ los mo~os ymomentos que en un dado campo de relaciones se constituyen y dIsuel-ven los fenómenos que hemos llamado 'objetos' "]4. Estos indicios mues-tran bien cómo la sociología está replanteando las bases teóricas ymetodológicas sobre las que surgió hace dos siglos.

El quehacer del sociólogo cuando supera la aceptación acrÍtica dela racionalidad instrumental, se funda en una exi~encia normativa vin-culada a la capacidad de los seres humanos de darse a sí mismos, de~<Jnera libre y reflexiva, sus propias formas de organización social, rom- 11_

'd 'd '~c~ndo con los poderes metasociales que lo han constreñI o a una. VI ahete~noma. Esta exigencia étjsa ha sido la que orientó el pensamIento ~~ieg"o anti~uo .sobre la sociedad y ~u~ la moderna sociolo~~a dejó d,elado -al liberar el saber de la fe relIgIOsa y de la especulaclOn metaft-sica- p;;- reconocer una objetividad que tenía como modelo las cien-cias natllfales y que buscaba la expansión ilimitada del dominio racional(instrumental) sobre la sociedad. Pero, al mismo tiempo,.f.! desarrollo dela sociología también posibilitó la afirmación de otra racionalidad orien-tada porJ~LbAs..qu_e_dª-(k..J.llla....m("i/'rl:J(j jnsta y por "la afir~.ación de la~ibilida~r del_derecho de los individuos y las colectIVIdades para

14 A. Quijano, "Notas sobre los problemas de ]a investigación socia] enAmérica Latina", en Revista de Sociología, Universidad Naciona] Mayor de SanMarcos, N° 7, 1990. p. 17.

.)

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CÉSAR GERMANÁ22

Page 11: __Germana C, La Racionalidad en Las Ciencias Sociales

24cífico y peculiar de la civilización occidental"ls. ¿En qué consiste estetipo particular de racionalismo? Para Weber, e! término racionalismo

recubre dos significaciones diferentes:

Debemos recordar de antemano que e! término racio-nalismo" puede significar cosas muy distintas. Significa unacosa cuando pensamos en el tipo de racionalización que e!pensador sistemático impone a la imagen de! mundo: uncrr..ciente dominio teórico de la realidad por medio de con-ceptos cada vez más precisos y abstractos. "Racionalismo"significa otra cosa si pensamos en la consecución metódicade un fin práctico y definitivamente determinado medianteun cálculo cada vez más preciso de los medios adecuados .Estos tipos de racionalismo son muy distintos, pese al hechode que, en última instancia, deben ir inseparables

19•

A Weber le interesa e! estudio de! segundo tipo de racionalidad, la{ 'raCionalIdad orácticyn este caso los individuos logran controlar, me-

diante el cálculo. SlI medio ambiente. "Acn'¡a racionalmente con arregloa ~ -dice Weber- <¡.uien orienta su acción por eLfin, medios yconsecuencias implicados en ella y para lo cual sopesa racionalmente losmedios con los fines, los fines con bs ronspruencias implicadas y losdiferentes fines posibles"20. Los individuos que actúan racionalmenteorientan su conducta en relación con los fines, valores, medios y c-?nse- Jcuencias los cuales son evaluados y sopesados. En la medida que es la

~ eficiencia lo que determina e! éxito de la acción, esto es, cuando se hane;alua~as consecuencias, los resultados de! comportamiento, se tratade upa racionalidad formal. En última instancia, significa la p..f1r;¡ria-Jelos medios b'etivos; a esta racionalidad

instrumental no le Interesa el tipO de fines q e se elijan; únicamente

25LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

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CÉSAR GERMANÁ

encontrar (o producir) ellos mismos los principios que ordenan sus vi-da~":5. Este post~~ado básico se dife:encia tanto de las concepcionesr,tlIglOsas Y metafIsICas de! mundo sOCIal como de una razón CUyo pro-y~o está centrado en la comprobación rigurosa y exacta delOShechos.En los momentos actuales, donde toda la estructura de poder instituidapor la modernidad europea occidental parece haber entrado en una crisisdefinitiva, una sociología reflexiva y comprometida con laautoco~strucción democrática de la sociedad aparece c~mo una garantíapara .evltar caer en la barbarie a la que parece llevamos la desintegraciónde! sistema histórico capitalista en los próximos decenios -como sobria-~ente I~ha señalado lmmanue! Wallerstein- y que según sus palabrasno. sera u~ momento agradable de vivir. Será un período negro, lleno

de Insegundades personales, incertidumbres de! futuro y odios vicio-SOS"l~. P.a,ra cumplir co~ su papel la sociología no puede ser la simpled~~lIcaclOn de}o, ~eal SinO :ue debe. estar impregnada de un~u~. ~onde cntlca -segun la preCisa afirmación de T. Adorno y M.Horkhelmer- no significa aquí subjetivismo, sino confrontación de la

~ cosa co~ su propio conc~to. Lo dado se ofrece sólo a una visión quelo considere desde e! punto de vista de un verdadero interés: de unasociedad libre, de un Estado justo, de! desarrollo de lo humano. Y e! queno compara las cosas con lo que ellas quieran significar las ve, en defi-nitiva, en forma no sólo superficial, sino, además, falsa"l7. Creo que enesta propuesta se encuentra la tarea y la promesa de la sociología en estaépoca de conformismo generalizado.

2. Max Weber y la problemática de la racionalidad

Para Weber la sociedad occidental moderna surge como consecuen-cia de un proceso de racionalización. Se trata de "un racionafismo espe-

15 C. Castoriadis, Le monde morcelé. Les carrefours du labyrinthe lJI ParísSeuil, 1990, p.18. ' ,

16 1. Wallerstein, "La reestructuración capitalista y el sistema-mundo"Conferencia magistral en el XXo Congreso de la Asociación Latinoamericana d~Sociología, México, 2 al 6 de octubre de 1995.

17 M. Hotkheimer y T. Adorno, op. cit., p. 22.

18 M. Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Madrid, SARPE,

1984, p. 33.19M. Weber, "Psicología social de las grandes religiones", en Ensayos de

sociología contemporánea, México, Artemisa, 1986, t. n, p. 41.20 M. Weber, Economía y sociedad, México, FCE, 1964, t. I, p. 21.

Page 12: __Germana C, La Racionalidad en Las Ciencias Sociales

¿Significa, por ejemplo, que todos los que estamos sentadoshoy en esta sala poseemos mayores conocimientos sobre lascondiciones de vida en que existimos que un indio ameri-cano o un hotentote? Difícilmente. Excepto en e! caso deun físico, los que viajan en un autobús no tienen idea decómo logra moverse e! vehículo. Y no necesitan saberlo; lesbasta saber que pueden "contar" con e! comportamientode! autobús, y orientar su conducta de acuerdo con dichasexpectativas; pero no saben nada de los requisitos necesa-rios para producir dicho vehículo, de la manera que funcio-na. El salvaje sabe muchísimo más sobre sus herramientas.Suponiendo que algunos colegas de economía política seencuentren en la sala, apostaría que cada uno de ellos ofre-

tiene en cuenta la adecuación de los medios a los fines y si la acción escoronada por e! éxito se puede suponer que la elección de los medios hasido apropiada: en suma, constituye una conducta racional.- ~

Como señala Weber en la Introducción a La ética protestante y elespíritu del capitalismo, la racionalidad instrumental se encuentra en labase de la racionalización de la actividad social que dio lugar a lamodernidad europea: en la esfera de la cultura (la ciencia y la técnicasmodernas y e! arte autónomo); en la esfera de la sociedad (la economíacapitalista, e! estado racional-legal y e! derecho formal) y en la esfera dela personalidad (la conducta metódica de vida).

El punto de partida en la investigación de Weber se encuentra enI~ racionalización el" J"f imágóme5 rpli¡sim::1' y metafísicas de! mundo(superación de las concepciones mágicas y e! consiguiente desencanta-miento de! mundo); ello le permite explicar e! surgimiento de I~-turas modernas de conciencia (raciorpli,mn FnrQJ¡ll) y las orientaciones

acción su institucionalización social (economía capitalista y es-tado racional-legal). La ciencia y la tecnología científicamente orientadahan sido elementos decisivos de! proceso de racionalización de la vidasocial en la civilización occidental y su consecuencia práctica fundamen-tal ha sido e! "desencantamiento de! mundo". Weber examina su signi-ficación práctica en e! siguiente texto:

27

21 M. Weber, "La ciencia como vocación", en Ensayos de sociología contem-

poránea, op.cit., pp. 92-93.

El proceso de racionalización de la vida social se manifestará InI-cialmente en la diferenciación de las principales esferas culturales devalor en componentes cognoscitivos, evaluativos y estético-expresivos.Con ello se~n des integrado las tota,lizantes imágenes tradicionales de!mundo y cada esfera autono[11izada tiene su propia legal~dad:

Al menos en la actualidad volvemos a comprender que algopuede ser sagrado no sólo pese a no ser hermoso, sino másbien debido a ello y en la medida en que no lo es. Encon-trarán documentación de ello en e! capítulo cincuenta ytres de! libro de Isaías y en e! salmo veintiuno. Y, desdeNietzsche, comprendemos que algo puede ser hermoso, nosólo pese al aspecto en que no es bueno, sino más bien enese mismo aspecto. Anteriormente ello se halla expresado

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

cerá una respuesta rápida distinta si le pregunto: ¿Cómo esposible que hoy, al comprar algo por dinero, podamos aveces adquirir más y otras veces menos? El salvaje sabe loque hace para obtener sus alimentos cotidianos y qué ins-tituciones le sirven en .esta ~cti~~dad. E.n consec~en.cia, la \ ~~inte!ectualización y raclOnahzaClon creCl~n.te no IndiCa u~ ,mayor conocimiento general de las condiClOnes en que VI-

vimos. Significan algo distinto; a saber, e! conocimiento oconvicción de que, de desearlo, podríamos descubrirlo encualquier momento. Por tanto, significan que, en lo ~en-cj.:J.l,nn inff'rvif'nf'n fllf'r7aS misteriosas incalculables, sinoqlJR. "n rrinririn, podemos controlar todas las cOSllSme-diante e! cálculo. Ello supone un desencantamiento de!mundo. Ya no es necesario recurrir a medios mágicos a finde dominar o implorar los espíritus, como hacía e! salvaje,para quien existían tales poderes misteriosos. Los mediostécnicos y los cálculos cumplen esta función. Este es e!

1 1 1 . 1 1'" 21significado primordi::1 n" ::1tnff' f'cttla IzaClOn .

CÉSAR GERMANÁ26

Page 13: __Germana C, La Racionalidad en Las Ciencias Sociales

28 CÉSAR GERMANÁLA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 29

en Les fleurs du mal, como tituló Baude!aire su libro depoemas. Es corriente observar que algo puede ser verdaderoaunque no sea hermoso, ni sagrado, ni bueno. En realidad,puede ser verdadero precisamente en esos aspectos22.

De! mismo modo que las diversas esferas de la vida social, la ac-tividad política en e! mundo moderno también se racionaliza. En lamedida en que la política es dominada por la racionalidad formal, seconvierte en una ac ividad des ersonalizada re ida exclusivamentt por lalógica de! pode,r, p-ues se actúa "de acuerdo con bs norm;¡s r;¡cionales de!orden estatal", cuyo núcleo último es e! poder. "En último ~tremo-señala A. Giddens- la política tiene por objetivo la lucha por e!poder; no puede haber un final definitivo para las mismas. Resultará,por lo tanto, fútil cualquier enfoque de la política que se base única-mente en apelaciones éticas de carácter universalista (como las ape!acio-nes a la "libertad" o a "la bondad")"23. En este sentido la política seCilllvierte en una técnic~: e! interés por la elección de los medios máseficaces para realizar un fin dado y no discutido. Este nexo entre políticay poder es ptecisado por Weber en e! siguiente texto:

Política significará, pues, para nosotros, la aspiración a pa!-ti.cipar en e! podf'r o a influir en la distribución de!.roderentre los distintos Estados o. dentro de un mismo Estado,entre los distintos grupos de hombres que lo componen24.

Por eso, hacer política se traduce en e! mundo moderno en unaactividad racional orientada a influir "en torno a la distribución, laconservación o la transferencia de! poder"25. El desencantamiento de!mundo político lleva a actuar calculando cada paso a seguir, cada pala-bra que se pronuncia. EIJ2.olítico modf'rno frío y ró>rion,d no ~e.deja

22 Ibíd., pp. 103-104.23A. Giddens, Política y socioLogía en Max Wéber, Madrid, Alianza, 1972,

p.42.24M. Weber, "La política como vocación", en ELpoLítico y eL científico,

Madrid, Alianza, 1967, p. 84.25 Ibíd.

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llevar por las ilusiones de una moral universalista o por la búsqueda deUD cambio radical de! orden existente. "Cualquiera ...que desee interve-nir en la política en este mundo debe estar por encima de todo pespro-visto de ilusiones"; esto es, debe ser un político realista: aceptar los"hechos" y ser ~apaz de influir en ellos de la manera más adecuada cone! propósito de tener éxito. "El que 'desee vivir como hombre moderno',aún si es 'sólo en e! sentido de que cuenta con un periódico todos losdías, con ferrocarriles, con electricidad, etcétera', debe resignarse -e laI2-érdida de los ideales de un cambio revolucionario radical: debe aban-

b"'dad J b' d' h ' "26don;¡r de hecho 'la misma posi III ue conce tr IC a me.ta

En consecuencia, e! objetivo de! político moderno será exclusiva-mente la lucha por e! poder, cualesquiera sean los propósitos que con élbusque alcanzar. "Quien hace política aspira al poder; al poder comomedio para la consecución de otros fines (idealistas o egoístas) o al poder"por e! poder", para gozar de! sentimiento de prestigio que él confie-re"27. Hacer política, por lo tanto, se ha convertido en una técnicadonde e! único criterio de evaluación válido es la eficacia en la consecu-ción de los objetivos que los políticos se propongan y para ello tendránque especializarse -tener "una preparación metódica"- para triunfaren la lucha por e! poder.

3. las dos caras de la racionalidad

¿Es, efectivamente, como Weber plantea, I..:L política como técnica;¡.Qminj<tr;¡tiv;¡b_única formó>mod@rna a@ I;prf'r ~olítica? Desde e! pun-to de vista de la raciopalidó>rl instrlllllintal -la racionalidad de losmedios utilizados- Weber parece tener plena razón. Fn re;¡li(bd sLsebusca la eficacia se tie~ue utilizar los medios más ~ecuados paraalcanzar determi~o fin. Y e! mundo moderno -como conjunto de

~ituciones y significaciones sociales- ha impuesto una forma dete~-minada de racionalidad. Weber en sus estudios de sociología de la relt-gión precisamente examina e! proceso por e! cual se va a instituir e

26A. Giddens, op. cit., p. 72.27M. Weber, "La política como vocación", op. cit., p. 84.

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30 CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 31

imponer en el conjunto de la vida social la racionalidad instrumental. Setrata en este sentido de un factor que actúa históricamente. La sociedadoccidental, como cada una de las sociedades humanas, se de~arrolla a

~ par:ir .de su~ pro.pias significaciones s~ciales, d.e su propio imagi~r~osocIal El raClonalIsmo formal de la sOCIedadoCCIdental moderna ha sidola consecuencia de las sigoiflr"rionF~ sociales que han permitido dar uns~ntido ;:¡ l"lC"lrriQ¡;¡~~ggci;:¡lp~~qllFvinc~dios, fines y consecuen-~. En esta perspectiva, M. Weber, por ejemplo, comprendió-aplicó laracionalidad de la sociedad que estudió -su propia sociedad- desdeesa misma sociedad, sin cuestionada, "desconociendo -como señaló C.Castriadis- el imaginario que la funda y la singulariza"28.

Pero, si nos situamos en una perspectiva diferente al mundo designificaciones instuidas en la sociedad occidental -y por lo tanto de laracionalidad instrumental que impuso- encontraremos la posibilidadde una universalidad -no instrumental- históricamente efectivaqueuunpe con la representaciones instituidas, de manera.- tradicion;1 o au-

...!Q~~E~S~ trata de la exigencia do"nde se vincula una ética í unapolltlca unIversales Que tienen en su base el proyecto de autonomía29,proyecto que es posible "elucidar, pero no 'fundar', pues I?resuporie lamisma intención de fundad030"; esto es, debe ser concebido Como unpensamiento haciéndose prácticamente31. La autonomía es el fin de losseres humanos:

[...] la autonomía de los seres humanos que sólo puedeconcebirse como autonomía de la sociedad tanto como au-tonomía de los individuos -estando los dos insepara-

2R C. Castriadis, Le monde moreelé. Le earrefour du labyrinthe IJI, París,Seuil, 1990, p. 58.

29 Sobre la idea de autonomía, véasede C. Castoriadis: Llnstitution imaginairede la société, Paris, Seuil, 1975, pp. 138-158 Y e! ensayo "L'état du sujetaujourd'hu.i", Le Monde moreelé, op. cit., pp. 189-225.

30 C. Castoriadis, Le monde moreelé, op. cit., p. 65.31 "Llamo elucidación al trabajo por e! cual los hombres tratan de pensar

lo que hacen y de saber lo que piensan", C. Castoriadis, L1nstitution imaginairesde la société, op. cit., p. 8.

blemente ligados, y siendo este vínculo de hecho un juicíoanalítico (una tautología) cuando se ha comprendido loque es un individuo-o Esta autonomía, nosotros la colo-camos como fin para cada uno de nosotros, en relación anosotros mismos y en relación a todos los otros (sin auto-nomía de los otros no hay colectividad autónoma -y fuerade una tal colectividad yo no puedo ser efectivamente au-tónomo. La actividad dirigida hacia esta autonomía, yo lallamo desde 1964 praxis: actividad que considera a los otroscomo sujetos (potencialmente) autónomos y quiere contri-buir a que ellos accedan a su plena autonomía [...] Estaactividad puede tomar una forma intersubjetiva en un sen-

o tido exacto: desplegarse en una relación concreta con seresdefio.idos considerados como tale?2.

Pero la praxis no es sólo intersubjetividad. Una de sus formasmateriales es la política. Castoriadis la considera como "la actividaddirigida a la trans ormación de las instituciones de la sociedad paracon ormar as a las normas de laautonomía de la colectividad (es decir,de tal manera que esas normas permitan la autoinstitución. y elautogobierno explícitos, reflexivos y deliberados)"33. Ciertamente, desde

32 1bíd.33 Ibíd. Los griegos, para Castoriadis, han inventado la política: "Los grie-

gos no han inventado "lo" político, en e! sentido de la dimensión de! poderexplícito siempre presente en toda sociedad; ellos han inventado o mejor, creado,la política, lo que es otra cosa. A veces se discute para saber en qué medida habíapolítica antes de los griegos. Vana querella, términos vagos, pensamiento confu-so. Antes de los griegos (y después) había intrigas y conspiraciones, tráfico deinfluencias, luchas sordas o abiertas para hacerse de! poder explícito, hay un arte(fantásticamente desarrollado en China, por ejemplo) de administrar e! poderexistente, hasta de "mejorado". Ha habido cambios explícitos y decididos deciertas instituciones -lo mismo reinstitucionalizaciones radicales (Moisés o, entodo caso, Mahoma). Pero en estos últimos casos, e! legislador explícito ostentaun poder de instituir que es de derecho divino, bien sea profeta o rey. El invocao produce libros sagrados. Pero si los griegos han podido crear la política, lademocracia, es también porque ellos no tenían ni libro sagrado, ni profetas.

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32 33

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CÉSAR GERMANÁ

esta perspectiva la política no corresponde a la "racionalidad instrumen-tal" sino a una racionalidad liberadora, lo que implica otrQ "ima~inario~"34. La política en esta perspectiva se presenta como la actividadmediante la cual los propios individuos se dan a sí mismos, de maneralibre . sus ro ias normas de lo ue deben hacer sin acep~ark impmirión '¡p I1n poder externo a sus decisiones. Se trata, pues, de laautocreación de la propia sociedad. Existe una esfera comunicativa de lapraxis (Habermas), pero ella no define ni su sentido ni su finalidad. La"intersubjetividad" y la "intercompresión" no son sino "el medio atmos-férico indispensable a la vida y a la creatividad políticas", pero "el fin deesos actos sobrepasa de lejos el establecimiento de una situación decomunicación ideal, que no es sino una parte, y a decir verdad un simplemedio"35. La finalidad última no puede ser sino la autonomía individualy colectiva.

La autonomía es, por tanto, el proyecto -y ahora noso-tros estamos a la vez en el plano anta lógico y político-que apunta, en un sentido amplio, a poner en evidencia elp~r instituyente y su exelicitación reflexiva (que sólopueden ser parciales); y, en un sentido más estrecho, lareabsorción de lo político, como poder explícito, en lapolítica como actividad lúcida y deliberada que tiene porobjeto la institución explícita de la sociedad (por lo tanto,también de todo poder explícito) y su operación co~onomos, diké, télos, -legislación, jurisdicción, gobierno-

Tenían poetas, filósofos, legisladores y politai". "Pouvoir, politique, autonomie",Le monde morcelé, op. cit., p. 126.

34Para Castoriadis, el "imaginario social" no es un reflejo de alguna cosa,esto ~~u~a realidad ficticia, "El imaginario del que hablo no es imagen de. EscreaclOn Incesa~te y esencialmente indeterminada (social-histórica y psíquica) defiguras-formas-Imágenes, sólo a partir de las cuales es posible "cualquier cosa'. Loque llamamos "realidad" y "racionalidad" son sus' obras". Llnstitution imaginairede la société, op. cit., pp. 7-8.' -

35C. Castoriadis, Le monde morcelé, op. cit., p. 67.

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fIí

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

en vista de fines comunes y de obras públicas que la sociedadse ha propuesto de manera deliberada36

He intentando señalar la oposición y la tensión de los dos princi-pios fundadores que marcan el desarrollo moderno de la Euro.pa ~cci-dental: la autonomía individual y social, por un lado; y la raClonal.ldadinstrum~~L por~ otro. La "razón", en cada caso, ha significado cosasmuy diferentes. Para el c~pitalismo, una de las cristalizaciones de laracionalidad instrumental, esa razón expresa la maximización de la ga-nancia a partir del criterio de la expansión sm límite del dominio racio-

nal de la n.uuraleza. Para los movimientos sociales que encarnan elproyecto de autonomía, la razón denota, en palabras de C. Castoriadis,"la afirmación de ~sibilidad y del derecho de los individuos y de la:cJectividad de encont mismos o de roducir los-. rincipios que;;-rc!t>neQsus vi4as"37. En la base de los conflictos políticos, sociales,culturales del período moderno se encuentran, a no dudado, losenfrentamientos entre esos dos principios básicos de la modernidad.

36C. Castoriadis, "Pouvoir, politique, autonomie", op. cit., p. 139.37Cornelius Castoriadis, Le Monde Morcelé. Les carrefoursdu labyrinthe IJJ,

París, Editions du Seuil, 1990, p. 18

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11ÉTICA Y POLíTICA

Nunca como en el Perú de hoy aparece con ranta nitidez el pro-blema de las relaciones entre la ética y la política. Existe una concienciageneralizada de que estamos viviendo un periodo donde los valores moralesparecen haberse desmoronado; en el que "vale todo" cuando de políticase trata. De allí que para una gran mayoría de ciudadanos, la políticase les presente como una actividad turbia, poco transparente; y que laclase política les produzca una gran desconfianza.

Pero, ¿no hay otra manera de hacer política, diferente de aquellabasada en el engaño y la mentira? Han existido y existen los que en lateoría y en la práctica consideran la política no como una técnica amoralque tiene como finalidad la conquista y el ejercicio del poder del estado,sino como una actividad orientada a la búsqueda de la sociedad buena,justa, que se construye mediante el diálogo franco entre iguales. Enconsecuencia, se trata, en este sentido, de una actividad profundamenteenraizada en los valores éticos de la emancipación humana. O paradecido en otros términos: es la diferencia entre la ¡,obernabilidai-, con-cepto acuñado por los politólogos neo liberales, como parte de su ofen-siva ideológica contra la distribución democrática del poder con que sebusca neutralizar o reducir las demandas de los dominados, y el buengobierno, noción que alude a la necesidad del autogobierno democrático~udadanos que buscan una sociedad emancipada.

En realidad, la verdadera cuestión tiene que ver con un antiguo ycélebre problema que ha atravesado el debate sobre la política. Esta

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36 CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 37

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problen:ática ~uede resumirse en las siguientes preguntas: ¿cómo debecondu,cIrse q~I~n actú~ p~l~ticamente? ¿El político puede hacer lo que nole esta permItido al mdIvIduo común y corriente? ¿Existe e! políticohonesto?

. Voy a examinar dos respuestas principales a estas cuestiones. Lapnmera respuesta es antigua; tuvo en los ciudadanos de la Grecia clásicaa sus principal~s defensore~; pero también ha sido sostenida en la épocamodern~: conSIste en co~sIderar la política como parte de la ética, estoes, la busqueda de la SOCIedadbuena y justa. La segunda ha dominadotoda I~ épo~a moderna, señala que al político no se le puede pedirhonestIdad smo eficacia; o como plantea B. Croce: "la honradez políticano es otra cosa que la capacidad política".

1. La política antigua

Para los ~~ieg~~,la política. fue concebida como la activi~d relativa:: la t.om~ de deCISIOnes.explícitas y, al menos en parte, conscientes yreflexivas, y la de~ocracIa como "e! régimen explícitamente fllndado en

.la d~, la opinión, la confrontación de opiniones, la formación de unaop!nión comú~ ..En este r~gimen, la refutación de opiniones de otros esmas que permItida y legítima, es la respiración misma de la vida públi-

"38 L d .ca . a emocraCIa era, por lo tanto, una forma social institucionalizadaque hacía posible la conciliación entre igualdad y libertad, en tantoexpres~ba la capacidad de los individuos para acceder a formas de vidaema~Clpad~s; seres humanos que individual y colectivamente asumían su

ropIO destino, cuestionando cualquier intento de establecer un-;-verdadpor fuera e ellos mismos y con capacidad necesaria para darse suspropias leyes.

~~ca, en este sentido, no tiene por obieto e! poder -co-mo ~erá e! caso de la política moderna: e! interés por la elección de losm~dI~s más efica~e~ para re~li.zar un fin dado y no discutido- sino un¿practICa, .una "actIvI~ad COtidIana orientada a la búsgueda de la "vidabuena y Just~ . Segun J. Habermas, para los griegos "la política estaba

38 C C . d'. astona IS, Le monde morceLé, Paris, Editions du Seuil, 1990, p. 126.

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relacionada en principio a la acción común (praxis) preparada por e!diálogo (/exis) donde los ciudadanos reunidos en la plaza pública (ágora)debatían los mejores fines para la ciudad"39.

De esta manera, e! autogobierno de! pueblo se establecía entanto "república" -en su acepción original- democráticamente políti-~~sto es, un régimen de autoconstitución explícita de la vida social.La política y la democracia griegas eran la expresión or~ánica ~e! pro-

~g9 c1~alltonomía colectiva e inc1ivic1l1ql~n la medjda en que mediantela praxis creaban -como individuos y como sociedad- sus ~iasre!ac0nes sociales y un determinado sentido de! mundo y de la natura-leza. Un actu~~ reflexivo, a la vez individual y colectivo, que se crea yrecrea en un movimiento sin fin; dándose sus propias leyes, se consti-tuían en ese mismo movimiento, como individuos y como sociedad. Porello, la política así entendida -como actividad colectiva reflexiva- erae! medio de autocreación de la sociedad.

La democracia ateniense fue -en la acepción más radical de laafirmación- e! autogobierno de los ciudadanos. Por eso, como lo haseñalado M.r. Finley, se trataba, en sentido estricto, de una d@i>_cr~adirecta: e! ejercicio directo de! poder por los propios individuos. La(;~ma ins;itucional que adoptó permitía que e! desempeño de! poder nofuera m~opolizado por especialistas de la política y de! saber; más bien,posibilitaba que todo ciudadano pudiera pensar y debatir los asuntos dela colectividad. M.r. Finley41 establece dos elementos constitutivos deesta forma de democracia que permitían la socialización de! poder po-lítico: primero, la existencia de una Asamblea soberana, abierta a todoslos ciudadanos y donde se arribaba -;;:-decisiones mediante la discusiónpública y por e! voto mayoritario de los que estaban presentes; segundo,

39 J.-M. Ferry,Habermas. L'éthique de Úl communication, Paris,P.u.F., 1987,

p. 61.40 Este es el sentido que le da J.L. Aranguren a la democracia griega.Véase

su artículo "Ética comunicativa y democracia" en: K. Apel, A. Cortina, J. de Zany D. Michelini (eds.), Ética comunicativa y democracia, Barcelona, Crítica, 1991,

pp. 209-210.41 Véase el capítulo "Dirigentes y dirigidos" del libro de M.I. Finley, Vieja

y nueva democracia, Barcelona, Crítica, 1981.

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38 CÉSAR GERMANÁLA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 39

la existencia de un cuadro administrativo mínimo, donde se presentabaun amplio abanico de puestos anuales, siendo el Consejo de los 500,elegidos al azar, y las comisiones ad hoc, las más importantes; la re-tribución a la que tenían derecho estos funcionarios era menor a la deun albañil.

Ciertamente, este tipo de organización de la vida social, no llegóa constituir un Estado. en el sentido moderno del término esto es~mo un aparato burocrático, separado de la vida social e instit~ido par~asegurar constantemente es:¡ sep:¡r:¡ción. Desde este punto de vista, "la

polis, ~emocrática ?r~~ga no es un "Estado'~, si se considera que el poderexplIclto -la pOSlClOndel nomos, la diké, el telos- pertenecen a todoel cuerpo de ciudadanos"42. El poder se concentraba -~n T~-~anos deldemos ~riego: éste detentaba el derecho de elegibilidad para el desem-peño de cargos públicos, de escoger a los funcionarios, de decidir sobretodos los asuntos de la gestión pública y de juzgar, en cuanto jurado detodos los casos importantes.

Dos elementos adicionales son importantes para tener una cabalcomprensión del significado de la democracia ateniense. En primer lugar,su_base socioeconómica: como lo recordaba Marx, ésta estuvo sustentadapor una ~~munidad de productores independientes, de donde estaban~xcl~uidas las mUjeres y los esdav0-4 En segundo lugar, y este fue unelemento central en la práctica política griega: la educación; la sociedad_democrática griega tuvo un conjunto de institucio~entadas a lae?ucación y autoedu~Tón permanente (le sus ciudadanos, lo que losgriegos denominaban -paideia: familia, grupos de edad, ritos, escuela,costumbres y leyes.

En conclusión, la democracia griega fue el resultado de un movi-miento histórico que implicó una nueva manera de relacionarse con lareal~dad: una manera de pensar y sentir, y una forma de actuar y con_) f

ducme, un ethos centrado en la posibilidad de ser cada vez más autó-no~os individual y colectivamente, articulando los lazos de solidaridadSOCIalde manera reflexiva y deliberada.

42 e e . d'. astona ¡S, op. cit., p. 124.

2. La política moderna

Desde el siglo XVI, empieza a configurarse un tipo de práctica socialque constituirá la política moderna. Esta tendrá en Maquiavelo su puntode partida, pues con él la política aparece como una técnica que seinteresa por determinar los medios más eficaces para alcanzar y ejercerel poder: la política se rige por la razón estratégica. Y esta razón estra-tégica dará sentido a la "razón de Est~"43. Se inicia así la realpolitik,la política que se rige por su propia legalidad, que no es otra que lalógica del poder. La política moderna se presenta, entonces, como la"habilidad desentendida de exigencias extrañas a ella"44.

El establecimiento de la política moderna fue el resultado de laexpansión de lo que M. Weber llamó actividad racional con respecto afines. El sociólogo alemán percibió la modernización de la sociedadeuropea como el producto de un proceso de racionalización, cuyo puntode partida fue la racionalización de las imágenes del mundo (el desen-cantamiento del mundo), proceso que fue expandiéndose hasta abarcartodos los ámbitos de la vida social: sistema cultural, sistema social ysistema de la personalidad. Se racionalizó la cultura (la moderna cienciade la naturaleza, el derecho racional, el arte autónomo), la economía (elcapitalismo), los medios de dominación políticos (el Estado burocrático)y la personalidad (conducta metódica de vida)45. La c~terística cen~l~e_ la racionalización de la política rad~n la eli~ción de todapreocupación por alcanzar fi~ (el bien, la Justicia) y su reempla-zo por el cálculo y la eficacia. La política se vuelve una activida~orien-tada a la conquista del poder y es desemp.eñada por "especialistas", los

. que por detentar un con~.ll!o técnico pueden m~opolizar el poder.

43 Se denomina así al prinCIpIOinvocado por un Estado cuando violadeterminadas reglasmorales con el objeto de alcanzar sus propios fines o asegurarsu integridad.

44 J.L. Aranguren, op. cit.45 Sobre la interpretación de este aspecto del pensamiento de M. Weber,

véase el análisis que hace J. Habermas -la modernización como racionalizaciónde la sociedad- en: Théorie de l'agir communicationnel, Paris, Fayard, 1985, t. 1,cap. n.

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Desde esta perspectiva se comprende el sentido de la crítica queformuló M. Weber a la democracia directa. La cuestionab;-n~olamentepor el hecho de que las sociedades modernas fueran cuantitativamente~ayores por lo que los ciudadanos, aunque lo quisieran, IlQ....Podríanreunirse para debatir y tomar decisiones -~o. ]0 rml tFnd(Ían querecurrir necesariamente a la elecd6n de sus representantes los que loharían a nombre suyo. Insistía, sobre todo, en la incapacidad técnica deesta forma de democracia para resolver los problemas vinculados a lamoderna adminlstración del Estado que precisa de complejos conoci-mientos y habilidades especializadas que sólo los expertos pueden domi-nar y que les están vedadas a los ciudadanos comunes. La actividadpolítica se convirtió, por lo tanto, en una actividad de base administra-tiva, donde la exigencia fundamental es liEabilidad técnica, la estrat~iay la táctic~a política, entonces, para M. Weber se constituye en unaprofesión-vocación (Beruf), yel político en un "horno politicus racional":"el hombre político actúa exactamente del mismo modo que el hombreeconómico, de un modo positivo "sin consideraciones por la persona",sine ira et studio, sin odio, y en consecuencia, sin amor"46.

!--a institucionalización de esta política separada, como una activi-dad social autónoma, se encuentra en la democracia representativa. Cier-tamente, se trata de una forma política alejada del "gobierno del pueblopor el pueblo". Ahora, a nombre del pueblo gobiernan sus representan-tes; de esta mediación resulta un gobierno que actúa más sujeto a lasreglas de la administración, de la tecnología y de la estrategia políticasque en función de las necesidades de los ciudadanos. En la base de lademocracia representativa se encuentra, por consiguiente, la separaci~nentre la esfera de lo político y de lo social. Por ello, no puede ya existirun autogobierno del "pueblo" pues ha surgido un sistema especializadoen la política que se rige por el poder y del cual están excluidos losindividuos en tanto tienen una vida privada.

La crítica de Mane a la democracia representativa estuvo centradaen el cuestionamiento de la sociedad individualista burguesa. En la vi-sión de Mane, la sociedad moderna se configura como una sociedadatomizada -la sociedad civil burguesa-, dividida en clases, por ello suunificación podía lograrse únicamente de manera formal y abstracta enuna esfera separada, la sociedad política. Esta "socialización ficticia de laesfera política" posibilitaba la unificación de lo que en la vida social seencontraba escindido. "La equiparación universal de los hombres formal-mente postulada con la soberanía popular ha de ser así inmediatamentecontradicha por la soberanía real del pueblo, del mismo modo que lafundación del estado moderno sobre la voluntad popular ha de ser

inmediatamente contradicha por su sustancial autonomización en elr-cuerpo delegado para decidir"47. Por ello, la perspectiva política de Manese orientará hacia la búsqueda teórica y práctica de los principios queposibiliten ~ reincorporación de las fu~iones políticas en el seno de la .vida social: "De ello nacerá, para Mane, el modelo de democracia polí-tica directa y de autogestión social politizada que se encarnó en el meteorode la Comuna de París"48.

Evidentemente, la democracia representativa llevaba en su seno estacontradicción la que será determinante en su evolución hasta el siglo xx.Se trata del conflicto entre la creciente autonomización y burocratizacióndel Estado político representativo y la emergencia de instancias desocialización política: entre la "sociedad política abstracta" y la "sociedadpolítica real", entre el reconocimiento de la igualdad política de todoslos hombres y una resolución delegada y representada de esa soberanía.Fueron los movimientos socialistas los que reivindicaron una mayorparticipación en la vida política para asegurar sus demandas económicasy sociales. Así, la historia de la democracia representativa estará jalonadapor la pugna permanente entre el autoritarismo del Estado y las fuerzasque buscaban someterlo a la sociedad. Por eso Mane, al criticar el "Es-tado popular libre" del Programa de Gotha señalaba que "un Estado

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46 M. Weber,Ensayos de sociología contempordnea, México, Artemisa, 1986,t. Il, p. 96. La crítica de Weber a la democracia directa se encuentra en Economíay sociedad, México, F.C.E., t. Ir, 1974.

47 U. Cerroni, La teoría de las crisis sociales en Marx, Madrid, AlbertoCorazón Editor, 1975, p. 210.

48 ¡bid., p. 137.

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libre respecto a sus ciudadanos" es un "Estado con un gobierno despó-tico". En esa conflictiva tensión entre sociedad y política es posiblepercibir el desarrollo de la democracia representativa: desd~l~ democra-cia liberal hasta la democracia particieativa.

El punto de partida de este desarrollo estuvo dado por la "democracialiberal" (la "democracia como protección" según McPherson) quecorresponde al estado democrático de derecho que se configura durantela Revolución Francesa. El poder del Estado es democratizado: los ciu-dadanos, en tanto miembros de una sociedad política, tienen derecho departicipar en la vida pública. Si bien, inicialmente, la mayoría de lapoblación estaba excluida de la participación en el sistema político, laextensión del derecho de voto universal e igual y la necesidad de que lasleyes sólo entren en vigor cuando expresen la voluntad general, traducíael proceso de democratización del poder absolutista. La democracia li-

) beral con sus normas de derecho promulgadas por un parlamento, laIseparación de poderes y la libertad de organizarse en grupos y partidos! políticos constituía una garantía de la libertad civil burguesa.

Con la presencia social y política de la clase obrera y sus presionespara participar en el Estado, l~democracia liberal evolucionará haciauna democracia social. Si la democracia liberal garantizaba la libertadfrente al ejercicio burocrático del poder (poder absolutista), la democra-cia social fue el producto de las luchas del movimiento obrero en suintento por garantizar sus derechos frente al proceso económico de acu-mulación capitalista (poder burgués). La democracia social expresaba,así, las relaciones de poder que se basaban en las relaciones de clase, porejemplo, las conquistas obtenidas por las luchas políticas y económicas(limitación del tiempo de trabajo, protección social, libertad de asocia-ción sindical, protección contra el despido). La democracia social fue laforma política que procuraba proteger a los trabajadores del poder ili-mitado de los propietarios de los medios de producción. Este tipo dedemocracia fue posible sobre la base de un crecimiento económico per-manente que, mediante la intervención del Estado, permitiría la satisfac-ción de las demandas sociales, legitimando así el sistema político. Lademocracia social ha sido, en este sentido, el terreno del compromisoentre las demandas de los trabajadores y el capitalismo, pues posibilitó

conciliar las exigencias de legitimación del sistema político con las ne-cesidades de la acumulación capitalista. Desde este punto de vista, sepuede decir que la democracia social ha sido el sistema más adecuadopara el capitalismo en un período de expansión económica en la medidaen que permitió resolver, al menos temporalmente, la contradicciónfundamental que lo estructura.

Sin embargo, ese compromiso no duró mucho. Hacia los añossetenta la crisis de la democracia social se hace visible y está vinculadacon la crisis y con el proceso de reestructuración del sistema económicocapitalista. En lo fundamental, se presenta como la ruptura entre lanecesidad de acumulación y las exigencias de legitimación que se habíaalcanzado con la democracia social. La crisis se expresará políticamentecomo "crisis de gobernabilidad". Con ello se ha planteado la tesis de queel mantenimiento del orden social sólo es posible por una profundareformulación de las relaciones de poder que implique una reelaboraciónde las relaciones entre Estado y sociedad y, por lo tanto, de la propiademocracia representativa.

Dos han sido las principales sal.id~s políticas que se han planteadopara resolver el impase al que ha llegado en la actualida~ la democrac~arepresentativa: por un lado¿ la orientación a~oritaria, que mtenta garantI-zar las necesidades de la acumulación capitalista desinteresándose por losproblemas de la legitimación del sistema, lo que configura la democr~c~aelitiSta; por otro lado, una orientación democrática, que trata de pnvI-I;g¡; la legitimación sobre la acumll bción, este es el .p~oyecto d~ lademocracia participativa. En ambos casos, aunque por dIstmtos medIOS,;;;; busca salvar la democracia representativa.

Con seguridad, la teoría del elitismo democrático ha sido la que hapercibido con mayor lucidez los límites de la democracia r~presentat~vacomo "autogobierno del pueblo", aunque sus supuestos teóncos y SOCIO-lógicos así como sus consecuencias político-normativas apunten a la le-gitimación teórica del autoritarismo del liberalismo burgués. Tanto ensus primeras formulaciones (Weber, Pareto, Mosca, Shumpeter) com~ ensu desarrollo posterior por la sociología política de los Estados UnIdos(las "teorías pluralistas" de la democracia), el elitismo democrático supo-

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ne que la desigualdad es inherente, constitutiva a los seres humanos y,por ello, en toda relación social habrá una diferencia entre los pocos quemandan, los gobernantes, y los muchos que obedecen, los gobernados;los primeros, desempeñan las funciones políticas y monopolizan el po-der; mientras que a los segundos sólo se les asigna el papel de serdirigidos y administrados por los primeros, de forma más o menosarbitraria o violenta. Los gobernantes constituyen la "clase política", quecomo señalaba G. Mosca, "son indispensables a la vitalidad del organis-mo político". El elistismo es democrático en la mediada en que se cons-tituye en un "método de elección de minorías" o, según la ciencia políti-ca de los Estados Unidos, en un "sistema poliárquico" (Dahl).

Frente al elitismo o autoritarismo democrático han surgido pro-puestas vinculadas con la idea de "democracia participativa". Constitu-yen los proyectos más significativos para lograr una efectiva democraciarepresentativa, sobre la base de una creciente participación de los ciuda-danos en la discusión de los asuntos públicos. A diferencia del elitismodemocrático, este tipo de democracia busca recomponer la vida políticasobre el autogobierno en las organizaciones de base y la democraciarepresentativa en el conjunto de la vida social, lo que daría lugar a una"democracia mixta": directa en la base, representativa en la sociedadglobal.

El proyecto de la democracia participativa ha tenido una varianteen cuanto a su fundamentación. Se trata del intento de vincular la "éticacomunicativa" con la democracia. En una propuesta, este vínculo setraduce en una "democracia moral" (Aranguren): "...la democracia, en elsentido pleno de la palabra es un concepto moral y no meramente po-lítico, y que se necesita una instancia ética que, en tensión con la ins-tancia política oficie de correctivo de esta última"49. En suma, se tratade mantener la democracia representativa como institución regida por latécnica política y de influir sobre ella a partir de determinadas exigenciaséticas, fundadas en el entendimiento, la práctica comunicativa.

La otra propuesta aparece como un "reformismo democrático radi-cal": "se reconoce un reformismo radical por el hecho de que no formula

49 J. L. Aranguren, art. cit., p. 211.

exigencias claves de carácter concreto sino por la intención que tiene,apuntando a los procedimientos de favorecer una nueva separación depoderes: se trata de hacer de tal suerte que la fuerza de integración socialde la solidaridad pueda afirmarse a través de los espacios públicos demo-cráticos y de las instituciones frente a las dos otras fuerzas: el dinero yel poder administrativo" 50 . En este proyecto de perfeccionamiento de lademocracia representativa, se procura que la democracia tenga en cuentalos intereses de todos los afectados por ella, los que mediante la delibe-ración y el diálogo abierto -el poder engendrado por la comunica-ción- puedan actuar sobre la economía de mercado y sobre el poderadministrativo.

Dos problemas aparecen en relación con estas propuestas: en pri-mer lugar, las críticas del elitismo democrático en cuanto al carácter delconocimiento político técnico, que determinaría la existencia de especia-listas en la política, los que por este hecho tendrían el monopolio delpoder; mientras que los ciudadanos comunes solamente estarían capaci-tados para resolver problemas locales. En segundo lugar, el problemafundamental de estas propuestas reside en que no se pone en cuestiónla estructura de poder vigente en la sociedad y que sólo la participaciónlocal no puede alterar, pues el autogobierno local puede convivir con elgobierno de la "clase política" a nivel nacional.

3. La democracia directa

Ahora bien, el "reformismo radical" -que significa tomar en seriolas potencialidades de la democracia liberal y la democracia social- noes la única conclusión posible de una perspectiva que se funda en eldebate libre -sin presión y sin violencia exterior- de los propios in-dividuos. También se puede pensar -y este punto de vista sería máscoherente con la crítica de toda forma de vida social que escape a lasdecisiones de los interesados- en un proyecto político en el cual losciudadanos libres e iguales decidan sobre su propio destino. Esta esprecisamente la idea que ha estado implicada en todas las experiencias

50 J. Habermas, Ecrits poLitiques, Paris, Les Editions du Cerf, 1990, p. 159.

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históricas -Comuna de París de 1871, los Soviets de 1905 y 1917 enRusia, la Comuna de Barcelona de 1936, entre las más importantes-donde los propios individuos han establecido formas específicas de ejer-cicio directo del poder: la democracia directa.

El impase de la democracia representativa hace necesario poner encuestión el principio sobre el que se funda: la política como actividadseparada y su corolario, la necesidad de establecer formas de representa-ción. La "socialización ficticia de la política" intentada como la demo-cracia representativa tiene que ser resuelta sobre la base de una sociali-zación real. Esto es, el autogobierno de los propios ciudadanos. No setrata de una vuelta a una visión idealizada que remite a la polis griega.S~ intenta con esta propuesta asumir los principios sobre los que seestableció la modernidad, encontrar por la vía de la autocrítica los prin-cipios y las re las de su arantías, ue es el elemento fundamen-ta el espíritu griego en la civilización occidental. En este sentido, conla modernidad se radicaliza el proyecto de autonomía social e individualen los aspectos sociales, políticos e intelectuales, al mismo tiempo quese produce la expansión del "dominio racional" sobre la naturaleza, lasociedad y la política. El capitalismo es una expresión característica deeste hecho, lo mismo que la democracia representativa. El desarrolloconflictivo de estos dos principios de la vida moderna -el proyecto deautonomía y el dominio técnico instrumental- dan cuenta de losmovimientos sociales e históricos y de sus luchas o compromisos. Lacrisis del socialismo real y de la democracia representativa no son sinodos aspectos de la crisis de la racionalidad instrumental. En estas cir-cunstancias reaparece el otro principio de la modernidad: la búsqueda deautonomía social e individual, la dialéctica entre igualdad y libertad.

La democracia directa ha surgido intermitentemente a lo largo dela época moderna como expresión de esta exigencia de autonomía entrelos dominados. En todos esos casos, los dominados han buscado tomaren sus manos las riendas que les permitieran forjar su propio destino. Elelemento clave ha sido un tipo de política donde se llegan a decisionesmediante la discusión pública y la obediencia a tales decisione~ comocondición de la existencia social. No ha sido, por lo tanto, el dominioracional la lógica de la actividad social, sino la búsqueda de autonomía.

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y esta manera de relacionarse con los demás y también de pensar y desentir buscó modificar las relaciones sociales, tanto en sus aspectosmateriales como subjetivos. Quizás la razón de su efímera existenciatuvo que ver con la endeblez de la base material sobre la que quisoasentarse, pues no logró transformar las relaciones sociales de produccióncapitalistas, tratando de convivir con ellas.

En el período actual donde se están transformando profundamentelas formas de producción de bienes y servicios, aparece un espacio paraotro tipo de relaciones materiales y es allí donde puede echar raíces untipo de orden social donde la lógica de la autonomía, y no la del domi-nio instrumental racional, puede convertirse en principio creador. Así elobjetivo de la actividad y de las instituciones políticas será la educaciónde los individuos para que puedan construir democráticamente su socie-

dad.

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11IPIERRE BOURDIEU: LA SOCIOLOGíA DEL

PODER Y LA VIOLENCIA SIMBÓLICA *

En todo caso, pienso que, dado lo que yo era social-mente, dadas las que pueden llamarse mis condicionessociales de producción, la sociología era la mejor cosaque podía hacer, si no para sentirme de acuerdo con lavida, al menos para encontrar más o menos aceptableel mundo en el que estaba condenado a vivir. En estesentido limitado, pienso que he tenido éxito en mitrabajo: he realizado una suerte de auto terapia que,espero, haya producido, al mismo tiempo, herramientasque pueden ser de alguna utilidad para otros.

P. Bourdieu y L. J. D. Wacquant, Réponses, Paris,Ed. du Seuil, 1992, p. 183

A primera vista, la obra de Pierre Bourdieu (1930-2002) se nospresenta paradójica. Por una parte, sus escritos de los años sesenta, se-tenta y ochenta tienen una arraigada preocupación científica: "compren-der el mundo social, empezando por el poder"51. Este "comprender porcomprender" definía a una sociología sin vinculación con la práctica,

* Publicado en Revista de Sociología, N.O 12. UNMSM.

51 P. Bourdieu, Sociologíay cultura, tr. M. Pou, México, Grijalbo, 1990, p.87.

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50 CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 51

pues "pedir que la sociología sirva para algo es una forma de pedirle queesté al servicio del poder"52. Una sociología crítica del poder, pero nocomprometida con la acción política era la justificación académica ne-cesaria para los intelectuales latinoamericanos que salían de los regíme-nes dictatoriales (sobre todo en Argentina). Así se pusieron de moda lasteorías de Bourdieu sobre el campo cultural y el capital simbólico. Era,como señala N. Kohan, "la coartada teórica perfecta para recluirse sinremordimientos ni culpas en la tierna mansedumbre del papel académi-co"53.

Por otra parte, posteriormente, en los años noventa, la sociologíacrítica le sirve a Pierre Bourdieu para comprometerse con la lucha po-lítica dirigida a construir la "resistencia contra la invasión neo-liberal"54* .Así, sus trabajos de la última década, muestran bien al sociólogoreinvindicando el papel de intelectual crítico capaz de comprender elhorror cotidiano de los excluidos por el capitalismo y de comprometersecon la lucha por la construcción de un "movimiento social europeo",pues "la historia social enseña que no hay política social sin un movi-miento social capaz de imponerlo"55. Ya en su discurso a los ferroviariosfranceses en huelga, en diciembre de 1995, Bourdieu delineaba el papelque deben desempeñar los intelectuales para sostener a todos los queluchan "contra la destrucción de una civilización": "Ellos pueden contri-buir a romper el monopolio de la ortodoxia tecnocrática sobre los mediosde difusión. Pero también pueden comprometerse, de manera organiza-da y permanente, y no sólo en los encuentros ocasionales de una coyun-tura de crisis, alIado de los que están en condiciones de orientar eficaz-

52 Ibíd.53 Néstor Kohan, "Combatiendo al capital", en Clarín (Buenos Aires),

Domingo 07 de noviembre de 1999.54 P. Bourdieu, Contre-feux. Propos pour servir ti la résistence contra l'invasion

néo-libérale, Paris, Éditions Raisons d'Agir, 1998. (La versión en castellanoContrajUegos ha sido editada por Anagrama en 1999).

* En adelante la traducción de los textos de Pierre Bourdieu citados enfrancés es mía.

55 P. Bourdieu, "Pour un mouvement social européen", en Le MondeDiplomatique, juin 1999, p. 16.

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mente el porvenir de la sociedad, asociaciones y sindicatos principalmen-te, y de trabajar en la elaboración de los análisis rigurosos y de lasproposiciones creativas sobre las grandes cuestiones que la ortodoxiamediático-política prohíbe colocar [... ]"56. También, en declaraciones a latelevisión, el 28 de abril de 1998, Bourdieu señala que ha dado unnuevo paso: "Más envejezco, más me siento empujado a la transgresión"y agrega que, en la actualidad, "teniendo acumulado mucho prestigio"piensa que debe "aportar en el mundo político los valores que tienenvalidez en el mundo intelectual" 57.

Esta toma de posición a favor de los excluidos por parte de PierreBourdieu, lo puso en el centro de un amplio debate político-académico,principalmente en Francia. El "caso Bourdieu" suscitó odios y pasiones,donde el debate intelectual se vuelve pugilato. Es lo sucedido con ellibro de Jeannine Verdes-Leroux, cuyo subtítulo muestra bien la virulen-cia de la crítica: "Ensayo sobre el terrorismo sociológico de PierreBourdieu"58. O, también, la no menos maligna respuesta de OlivierMongin y Joel Roman, director y redactor jefe, respectivamente, de larevista Esprit al pequeño libro de los colaboradores de Bourdieu LeDécembre des intellectuels, dedicado al movimiento social francés denoviembre-diciembre de 199859.

Sin embargo, si se examina con detenimiento la obra de PierreBourdieu, el compromiso de su sociología con el movimiento social notiene nada de sorprendente. Más bien, aparece como una consecuencia

56 P. Bourdieu, "Contre la destruction d'une civilisation", en: Contre-feux.Propos pour servir ti la résistence contra l'invasion néo-libérale, op. cit., pp. 32-33.

57 Le Monde, 8 de mayo de mayo de 1998.58 Jeannine Verdes-Leroux, Le Savant et la politique, Paris, Grasset, 1998.

Para la autora, P. Bourdieu se beneficia de su notoriedad y de sus trabajos cien-tíficos para transmitir un mensaje político.

59 Esprit, N0 244. Olivier Mongin y Joel Roman denuncian en Bourdieuy sus "esbirros" una práctica deliberada de mentira y de falsificación que dejaatónitos" y agregan que "el populismo político actualmente profesado por PierreBourdieu fue anticipado, de hecho, por un populismo teórico, por la reducciónde la "ciencia" a no ser más que una postura de denuncia, una instancia delegitimación de la demanda que surge del cuerpo social. Es una fuga hacia delantepor un callejón sin salida teórico jamás reconocido como tal".

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60 Scott Lash, Sociología del posmodernismo, Buenos Aires, Amorrortu, 1997,p. 291.

61 Néstor García Canclini, "Introducción: la sociología de la cultura dePierre Bourdieu", en: P. Bourdieu, Sociología y cultura, op. cit., p. ]3. De maneraconvincente, e! autor comenta: "Cabe aplicar a Bourdieu lo que él afirma de lasociología de la religión de Weber: su mérito consiste en haber comprendido quela sociología de la cultura "era un capítulo, y no e! menor de la sociología de!poder", y haber visto en las estructuras simbólicas, más que una forma particularde poder, "una dimensión de todo poder, es decir, otro nombre de la legitimidad,producto de! reconocimiento, de! desconocimiento, de la creencia en virtud dela cual las personas que ejercen la autoridad son dotadas de prestigio" [PierreBourdieu, Le sens pratique, pp. 243-244]" (p. 14)

62Con la dirección de P. Bourdieu, La Misere du monde, Paris, Éditions duSeuil, 1993 (La versión castellana ha sido publicada por e! FCE en 1999).

previsible de su teoría sobre la sociedad y de su diagnóstico del tiempopresente.

Pierre Bourdieu es, por sobre todo, el sociólogo de la cultura,ámbito dominante en los estudios sociales en estos últimos dos decenios.Como señala S. Lash, "el área que más creció en la sociología de comien-zos de esta última década del siglo XX -en EE.UU., Gran Bretaña,Alemania y, sin duda, en otras partes- es la sociología de la cultura. Yel sociólogo de la cultura de mayor influencia y relevancia es PierreBourdieu"60. Ahora bien, en el estudio de la cultura los problemas deBourdieu, como indica con acierto Garda Canclini, no son "cultura-les"61, esto es, se trata de una problemática que tiene como centro lacuestión de la distribución desigual del poder en la sociedad y, en par-ticular, del poder simbólico.

Esta sociología de los mecanismos de funcionamiento del podersimbólico, le permite a Bourdieu elaborar un complejo diagnóstico de lasociedad contemporánea, donde el neoliberalismo ha impuesto una bru-tal reconcentración del poder a escala mundial que ha dado como resul-tado la creciente destrucción de una civilización y la exclusión de unamplio sector de la población de los derechos a la educación, la salud,la cultura, la seguridad social. En La miseria del mundo, Bourdieu y suscolaboradores62 analizan, con la rigurosidad de la sociología empírica, lasdiversas formas de explotación, dominación y exclusión del capitalismo

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contemporáneo('3. Lo novedoso del análisis de Bourdieu radica ~n elseñalamiento de que este orden social se mantiene y llega a ser efiCIentesólo con la complicidad de los propios dominados, esto es, por la vio-lencia simbólica. En efecto, en la mejor síntesis teórica de su sociología,Méditations pascaliennef4, Bourdieu examina el papel central de la vio-lencia simbólica en la preservación de la normalidad social y las formasde acción política capaces de enfrentar el orden simbólico dominante.

1. La sociología como ciencia

Dentro de la sociología francesa de la posguerra, los trabajos dePierre Bourdieu ofrecen una de las perspectivas teóricas y metodológicasmás imaginativas y fructíferas65. En sus inicios, en la línea de la etno-logía, elabora tres estudios sobre la sociedad argelina66. Posterio~mente,se orienta hacia el estudio de tres problemáticas que caracterIzan susociología. El mismo sociólogo señala con claridad el sentido de .s~sestudios: "La sociología de la educación, la sociología de la producclOncultural y la sociología del estado a las cuales me dediqué sucesivamenteconstituyeron para mi tres momentos de una misma ~mpresa .dereapropiación del inconsciente social [... ]"67. En consecuenCIa, s~ So~lO-logía ha buscado, sobre todo, sacar a la luz los misterios de las lllStItu-ciones sociales, los ritos culturales y sus relaciones con el poder. En estesentido, ha intentado ofrecer "instrumentos de expresión y de crítica"capaces de posibilitar una autoreflexión autónoma en los seres humanospara liberarlos de la "violencia simbólica".

(,3 Véanse también los artículos "La pensée Tietmeyer" y "Le néo-liberalisme,uropie (en voie de réalisation) d'une eXploitation sa~s li~ites"" en,: ~ Bourdie~,Contre-fiux. Propos pour servir a la résistence contr~ 1mv~s:on neo-llberale, op. Clt.

64P. Bourdieu, Méditations pascaliennes, Pans, ÉdItlons du SeUlI, 1997.(,5En e! libro de Pierre Ansart, Les sociologies contemporaines, Paris, Éditions

du Seuil, 1990, se examina e! lugar de Bourdieu dentro de! campo de la socio-logía francesa de la posguerra .. ,.

66 Sociologie de 1'Algérie, PUF, 1958; Le Déracinement. La. cme de 1agrlculturetraditionnelle (con A. Sayad), Paris, Minuit, 1964 y Travatl et Travatlleurs enAIgérie (con A. Darbe!, R. Caste! y J.-e. Chamboredon), Paris, Mouton, 1954.

67 P. Bourdieu, Méditations pascaliennes, op. Clf., cap. 1, n. 2, p. 291.

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68P. Bourdieu, Questions de sociologie, Paris, Éditions de Minuit, 1984, p.21 (Esta obra ha sido traducida al castellano con el título de Sociología y cultura,tL M. Pou, México, Grijalbo, 1990)

69La fundamentación epistemológica de una sociología empírica no empi-rista se encuentra en: P. Bourdieu, Le métier de sociologue. Préalables épistémolo-giques (con Jean-Claude Chamboredon y Jean-Claude Passeron), Paris, Mouton/Bordas, 1968. (Hay traducción al castellano).

Una característica fundamental de la postura teórica de Bourdieuha sido la reivindicación del carácter científico de la sociología: consti-tuida como ciencia y diferenciada de las ilusiones y representaciones delsentido común. La sociología tiene las características que implica la ideade la ciencia: sistemas coherentes de hipótesis, conceptos, métodos deverificación68. Sin embargo, esta visión no es la del positivismo, pueséste sólo toma una "caricatura del método de las ciencias exactas sinacordar ipso ficto una epistemología exacta de las ciencias del hombre"69.

En la perspectiva de Bourdieu, esta preocupación por la cientificidadno positivista de la sociología lo lleva a buscar -de manera crítica- enla tradición clásica de la disciplina la integración de los aportes teóricosde Marx, Durkheim y Weber. A pesar de tratarse de enfoques muydiferentes entre sí, le interesa, sobre todo, poner en evidencia los nexosinternos de esas teorías, sus raíces comunes, con el objeto de haceravanzar la ciencia mediante la acumulación de las herramientas concep-tuales. La lógica de la investigación conduce necesariamente a sobrepasarlas oposiciones, logrando una comunicación entre las teorías que se hanconstituido unas contra las otras. "La síntesis -dice Bourdieu- sólo esposible al precio de un cuestionamiento radical". Ello le lleva a encon-trar los límites y las posibilidades de las teorías clásicas: "Por ejemplo,contra la regresión ordinaria del marxismo hacia el economicismo, quesólo conoce la economía en el sentido restringido de economía capita-lista y que explica todo por la economía así definida, Max Weber extien-de el análisis económico (en un sentido generalizado) a terrenos deordinario abandonados por la economía, como la religión. Así, él carac-teriza a la Iglesia por una magnífica fórmula: como detentadora delmonopolio de la manipulación de los bienes de salvación. Invita a unmaterialismo radical que investiga los determinantes económicos (en el

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II

IL

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

sentido más amplio) sobre terrenos donde reina la ideología del "desin-terés", como el arte o la religión"70.

De la tradición de Marx, Bourdieu ha recuperado la propuesta dela distribución de los agentes en clases sociales; pero a éstas no las hareificado, tratándolas como sujetos, sino las considera como una realidadhistórica, como un campo de relaciones de fuerzas. Además, ha conce-dido una importancia central a los aspectos intersubjetivos de las rela-ciones de clase: las relaciones de sentido, la posesión de bienes culturalesy la dominación simbólica. "[oo.] he querido, y no sólo metafóricamente,hacer una economía de los fenómenos simbólicos y estudiar la lógicaespecífica de la producción y de la circulación de los bienes culturales"7!.

De la tradición de Durkheim rescata el tema de la objetividad y lacientificidad de la sociología. Aquí es particularmente importante laexploración orientada a la constitución de la sociología como una dis-ciplina autónoma, frente a las corrientes positivistas y constructivistas:"Establecer, con Bachelard, que el hecho científico se conquista, se cons-truye y se comprueba, implica rechazar a la vez el empirismo que reduceel acto científico a una constatación, y el convencionalismo, que sólo le

l 'b 1 dl""72opone os pream u os e a construcClOn .

De la tradición de Weber se retorna la noción de dominación sim-bólica. Se trata, sobre todo, del énfasis puesto por Bourdieu en la legi-timidad de la representación subjetiva del mundo, lo que funda el podersimbólico, donde el agente social termina siendo el cómplice de su pro-pia dominación. En este sentido, Bourdieu considera que para explicarel poder simbólico y la dimensión propiamente simbólica del poderestatal, a diferencia del pensamiento marxista que es más bien un obs-táculo que una ayuda, Max Weber, en sus escritos de sociología de lareligión ha ofrecido "una contribución decisiva" "a la teoría de los siste-mas simbólicos, reintroduciendo a los agentes especializados y sus inte-reses específicos"73.

70P. Bourdieu, Questions de sociologie, op. cit., p. 25.7! Ibíd., p. 61.72 P. Bourdieu, Le métier de sociologue. Préalables épistémologiques (con Jean-

Claude Chamboredon y Jean-Claude Passeron), op. cit., p. 31.73P. Bourdieu, Méditations pascaliennes, op. cit., p. 212.

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56 CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 57

Pero siendo importantes estas influencias, ciertamente conviene consi-derar la perspectiva estructuralista "como un momento clave y una fuen~te de reflexión fundamental" en la elaboración de la teoría de Bourdieu.Inclusive, se puede afirmar, como lo hace P. Ansart, que en esta corriente"las lecciones de Marx, de Weber y de Durkheim se encuentran repen-sadas y libremente enriquecidas"74. Particularmente en Le Métier desociologue, se explícita y sistema tiza la interpretación sociológica querecurre al modelo estructuralista. Según este punto de vista, la tarea delsociólogo consiste en identificar "sistemas de relaciones" en los que seorganiza el objeto estudiado y no la descripción arbitraria de compor-tamientos sociales fragmentados. Para ello es fundamental un trabajo deruptura con lo que Bourdieu denomina la "sociología espontánea", pun-to de partida para la construcción de un objeto de análisis que aparecerácomo una estructura, es decir, como un sistema de posiciones y derelaciones, donde el sociólogo tratará de desentrañar la lógica del siste-ma. En los estudios posteriores, Bourdieu enfatizará el papel de losagentes en la reproducción de la estructuras sociales mediante la utiliza-ción de la noción de habitus; de esta manera aparecerá el problemaplanteado en términos de génesis y no sólo de determinantes estructu-rales.

Esta propuesta para superar las tesis extremas del estructuralismo yde la fenomenología en un "estructuralismo genético" constituye uno delos elementos de la estrategia teórica desarrollada por Bourdieu para irmás allá de las diversas antinomias que han dividido a la sociología yque han limitado sus posibilidades para constituirse en una verdaderadisciplina científica. En esta misma perspectiva, rechaza también el falsodilema que opone la "teoría" y la "metodología", "sujeto" y "objeto","materialidad" y "representación simbólica" para asumir un "análisisrelacional" .

Bourdieu considera fundamental una postura metodológica querompa con las maneras de pensar "realistas" o "sustancialistas", parapensar la vida social de manera relacional: "Si todo lo real es

74P. Ansan, Les sociologies contemporaines, op. cit., p. 30.

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relacional" ... "es necesario pensar relacionalmente"75. Esta perspectivametodológica implica dejar de lado toda forma de monismo metodológicoque intente afirmar la prioridad ontológica de la estructura o del agente,del sistema o del actor, de lo colectivo o de lo individual, para sostenerel primado de las relaciones. Aunque esta propuesta no es una novedad,lo propio de Bourdieu es el rigor metodológico con el que la aplica.Ejemplo de ello son sus conceptos de campo y de habitus que se definencomo constelaciones de relaciones.

El método comparativo posibilita poner en práctica la forma depensar relaciona!. "El método comparativo permite pensar relacionalmenteun caso particular constituido como caso particular de lo posible, apo-yándose en las homologías estructurales entre dos campos diferentes (elcampo de poder universitario y el campo de poder religioso, a través dela homología de las relaciones profesor-intelectual y obispo-teólogo) oentre estados diferentes del mismo campo (el campo religioso de la EdadMedia y el de hoy)"76.

Una de las dificultades del análisis relacional consiste en el hechode que sólo se puede aprehender los espacios sociales bajo la forma dedistribuciones de propiedades entre individuos. De allí que el sociólogodebe romper con el sentido común y construir el objeto de su estudio.La duda radical es el punto de partida del trabajo científico, pues lasrepresentaciones compartidas por todos, las representaciones oficiales,nos dan un objeto preconstruido. A partir de allí es posible la construc-ción del objeto científico: "La construcción del objeto -al menos en miexperiencia de investigador- no es algo que se opera de un golpe, poruna suerte de acto teórico inaugural; se logra por un programa deobservaciones o de análisis a través del cual lo que se efectúa no es unplan que se diseña con anticipación, a la manera del ingeniero: es untrabajo de largo aliento, que se cumple poco a poco, por retoques su-cesivos, por toda una serie de correcciones, inspiradas en lo que se de-

75P. Bourdieu y L. J. D. Wacquant, Réponses. Pour une anthropologie réflexive,Paris, Ed. du Seuil, 1992, p. 202.

76 Ibíd., p. 205.

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58 CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 59nomina el oficio, es decir ese conjunto de principio prácticos que orien-tan las elecciones a la vez pequeñas y decisivas"77.

Con la construcción del objeto, el sociólogo puede alcanzar una vi-sión relacional de la vida social y con ello lograr una nueva mirada -un"ojo sociológico"-, lo que constituye una verdadera "revolución mental".La "ruptura epistemológica" -"puesta en suspenso de las preconstruccionesordinarias y de los principios de ordenamiento con los que se realizan esasconstrucciones"78 - supone una ruptura con los modos de pensamiento,los conceptos, los métodos del sentido común, "del buen sentido ordina-rio y del buen sentido científico"79.

En consecuencia, el pensamiento sociológico implica: establecer comonorma fundamental de la práctica científica la manera relacional depensar, una revolución de la mirada, la ruptura con los objetospreconstruidos y todo lo que en el orden social -y en el universo de lossabios- lo sostiene.

2. El "estructuralismo genético"

La propuesta de Bourdieu se orienta a superar los límites de unaorientación estrechamente mecanicista del estructuralismo, en donde lasestructuras pueden ser captadas desde el exterior y sus articulacionespueden ser observadas y medidas en su materialidad. Este punto de vistarompe con las representaciones que el sentido común se hace de larealidad social, destruyendo la "ilusión de la transparencia del mundosocial": sólo el observador puede reconstruir las regularidades a las queobedece la acción social. Esta lectura objetivista de la vida social tienecomo límite la imposibilidad de determinar algún principio que puedaexplicar la generación de esas regularidades sociales y la reducción delcomportamiento de los individuos a la realización pasiva de las estruc-turas. "Quiero -dice Bourdieu- reintroducir de alguna manera a losagentes que Lévi-Strauss y los estructuralistas, notablemente Althusser,

77 Ibíd., p. 199.78 Ibíd., p. 222.79 Ibíd.

tendían a abolir, haciendo de ellos simples epifenómenos de la estructura[oo.]. La acción no es la simple ejecución de una regla, la obediencia auna regla"80.

De otro lado, Bourdieu rechaza el punto de vista subjetivista oconstructivista defendido, sobre todo, por la fenomenología -y su va-riante el "positivismo de los ernometodólogos"- y por la "teoría de laelección racional", para el que la realidad social es el producto de lasdecisiones y acciones de actores sociales que construyen continuamentesu mundo social, que se les presenta como algo familiar y significativo.En este caso, los límites de esta perspectiva tienen que ver con la con-cepción de las estructuras sociales como producto de la simple agrega-ción de las estrategias y de los actos individuales sin poder explicar porqué y según qué principios se produce ese trabajo de construcción de larealidad social, reduciéndose a una presentación descriptiva de esa rea-lidad. En el caso específico de la "teoría de la elección racional", Bourdieuseñala que su error consiste en "tomar las cosas de la lógica por la lógicade las cosas": "La teoría de la 'acción racional' sólo reconoce las 'respues-tas racionales' de un agente sin historia, a la vez indeterminado e inter-cambiable. Esta antropología imaginaria busca fundar la acción, que ellasea económica o no, sobre la elección intencional de un actor libre detodo condicionamiento económico y social. Ella ignora la historia indi-vidual y colectiva de los agentes a través de la cual las estructuras depreferencia que las conforman se constituyen, en una dialéctica temporalcompleja con las estructuras colectivas que las producen y que ellastienden a reproducir"81.

Al mismo tiempo que Bourdieu rechaza el objetivismo y elsubjetivismo, se opone al interaccionismo simbólico al considerar que lasinteracciones sociales no pueden por si solas fundamentar los procesossociales, pues los agentes sociales son, finalmente, los portadores dedeterminaciones sociales. No se trata con ello de eliminar el estudio delas interacciones sociales sino de no separadas de su génesis social.

80 P. Bourdieu, Choses dites, Paris, Ed. de Minuit, 1987, p. 19. (Traduccióncastellana: Cosas dichas, Buenos Aires, GEDlSA, 1988).

81 Bourdieu, Réponses, op. cit. pp. 98-99.

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60 CESAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 61

Para superar los límites de esos enfoques sociológicos antagónicos,Bourdieu los considera como momentos complementarios e indisociablesdel análisis, en la medida en que cada uno de ellos permite dar cuentadel doble nivel -objetivo y subjetivo- de la realidad social: "En unprimer movimiento, descarta las representaciones ordinarias con el obje-to de construir las estructuras objetivas (espacio de posiciones), la distri-bución de los recursos socialmente eficientes que definen las constriccionesexteriores que influyen sobre las interacciones y representaciones. En unsegundo momento, reintroduce la experiencia inmediata de los agentesde manera de explicitar las categorías de percepción y de apreciación(disposiciones) que estructuran sus acciones del interior y estructuran susrepresentaciones (tomas de posición). Es necesario resaltar que, si estosdos momentos del análisis son necesarios, ellos no son sin embargoequivalentes: la prioridad epistemológica recae en la ruptura objetivistaen relación a la compresión subjetivista"82.

¿En qué medida Bourdieu ha logrado alcanzar este tipo de análisistotalizador de la vida social? Me parece que la respuesta se puede encon-trar en el análisis de tres conceptos fundamentales de su teoría socioló-gica: campo, habitus y reproducción social.

3. La teoría de los campos

La noción de campo ha sido planteada por Bourdieu para darcuenta del conjunto de relaciones objetivas en las que históricamente seencuentran ubicados los agentes y con la cual intenta sobrepasar las

82L. J. D. Wacquant, "lntroduction", en: P. Bourdieu y L. J. D. Wacquant,Réponses. Pour une anthropologie réflexive, op. cit., pp. 19-20. En MéditationspascaLiennes, op. cit, Bourdieu discute la "doble verdad" de la vida social y lanecesidad de que la ciencia social dé cuenta de ella. La ciencia social no puedequedarse con la visión objetivista, que conduce al fisicalismo, ni con la visiónsubjetivista o marginalista. "La ciencia social no puede reducirse a una objetivaciónincapaz de dar un lugar al esfuerzo de los agentes para construir su representa-ción subjetiva de ellos mismos y del mundo quizás al revés y contra todos losdatos objetivos; ella tampoco puede resumirse en un registro de las sociologíasespontáneas y de las folk theories [... ]" (p. 225).

arbitrarias oposiciones entre estructura e historia, entre conservación ytransformación.

En primer lugar, los campos se presentan como "espacios estruc-turados de posiciones (o de puestos), cuyas propiedades dependen de suposición en esos espacios y pueden ser analizadas independientemente delas características de sus ocupantes"83. Bourdieu ha examinado diversoscampos: el campo intelectual, el campo político, el campo del arte, elcampo de la filosofía, el de la alta costura, el campo religioso. Se tratano de la suma de las personas que se consagran a la política o la produc-ción cultural, sino del sistema de posiciones que ocupan esos agentes enla política o en la cultura. El campo intelectual, por ejemplo, "a lamanera de un campo magnético, constituye un sistema de líneas defuerza: esto es, los agentes o sistemas de agentes que forman parte de élpueden describirse como fuerzas que, al surgir, se oponen y se agregan,confiriéndole su estructura específica en un momento dado del tiem-pO"84.

En segundo lugar se encuentra la cuestión de los límites del campo.Las fronteras entre los campos no pueden determinarse por fuera de loscampos: sólo los "efectos del campo" y no las cualidades intrínsecas delos participantes puede definir el espacio de un campo. En este sentidolos "efectos del campo" sólo pueden ser determinados por la investiga-ción empírica.

En tercer lugar, los campos se mantienen o se transforman por losenfrentamientos entre las fuerzas que constituyen el campo -todo cam-po es un lugar de lucha- con el objeto de alcanzar la autoridad. "Laestructura del campo -dice Bourdieu- es un estado de relaciones defuerza entre los agentes o las instituciones comprometidas en la lucha o,si se prefiere, de la distribución de capital específico que, acumulado enel curso de las luchas anteriores, orienta las estrategias ulteriores. Estaestructura, que está en el principio de las estrategias destinadas a trans-formada, es ella misma un juego: las luchas en las que el campo es el

83 P. Bourdieu, Questions de socioLogie, op. cit. p. 113.84 P. Bourdieu, "Campo intelectual y proyecto creador", en: M.W., Pro-

blemas deL estructuraLismo, México, Siglo XX1, 1969, p. 134.

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85 P. Bourdieu, Questiom de sociologie, op. cit. p. 114.86 P.B d' "C . I.. our leu, ampo Inte ectual y proyecto creador", op..cit. p. 136. Esta

noción de autonomización le permite a S. Lash sostener que Bourdieu tiene unateoría de la modernización que se resume en el "proceso de progresiva diferen-ciación de estos campos a partir de una unidad inicial en las sociedades tradicio-nales". Seott Lash, Sociología del posmodernismo, op. cit., p. 292

87 P. Bourdieu, Réponses, op. cit. p. 80.

lugar tienen por desafío el monopolio de la violencia legítima (autoridadespecífica) que es la característica del campo considerado; es decir, endefinitiva, la conservación o la subversión de la estructura del capitalespecífico"85.

En cuarto lugar, el campo se caracteriza por su autonomía; esto es,se trata de un sistema regido por sus propias leyes. Esta autonomizacióndel campo corresponde al proceso seguido por las sociedades occidentalesque ha dado como resultado la creciente diferenciación de las diversasesferas sociales. En el caso del campo intelectual, Bourdieu señala queese proceso de autonomización tuvo lugar "a medida que los creadoresse liberaron económica y socialmente de la tutela de la aristocracia y dela Iglesia y de sus valores éticos y estéticos"86.

Finalmente, en la propuesta de Bourdieu se encuentran tres mo-mentos necesarios y vinculados entre sí que implica el análisis en térmi-nos de campo: primero, se debe examinar la posición de un campo enrelación al campo del poder; segundo, se debe establecer la estructuraobjetiva de las relaciones entre las posiciones ocupadas por los agentes olas instituciones que se encuentran en lucha en ese campo; y, tercero, "sedeben analizar los habitus de los agentes, los diferentes sistemas de dis-posiciones que ellos han adquirido a través de la interiorización de undeterminado tipo de condiciones económicas y sociales y que encuentranen su actuación en el campo una ocasión más o menos favorable paraactualizada"87.

Considerada desde esta perspectiva la noción de campo, se puedecomprender por qué Bourdieu puede diferenciada del concepto de "apa-rato", en el sentido de Althusser; o del de "sistema", tal como lo concibeLuhmann. Al primero opone la consideración del campo como un espacio

63

4. La noción de habitus

El concepto de habitus le permite a Bourdieu escapar tanto de lafilosofía del sujeto, pero sin sacrificar al individuo, como de la filosofíade las estructuras, pero sin renunciar a las determinaciones que ejercensobre el individuo. El habitus aparece como un "sistema socialmenteconstituido de disposiciones estructuradas y estructurantes que es adqui-

88 Ibíd., p. 78.89 Ibíd., p. 79.90 P. Bourdieu, Méditations pascaliennes, op. cit., p. 16l.91 Ibíd.

donde hay luchas y por lo tanto historia, lo que no ocurre con unaparato: "Soy muy hostil a la noción de aparato -dice Bourdieu- quees para mi el caballo de Troya del peor funcionalismo: un aparato es unamáquina infernal, programada para alcanzar ciertos objetivos"88. Aunqueconsidera que en determinadas condiciones, que deben ser estudiadas deforma empírica, existen casos límites donde los campos pueden funcio-nar como aparatos, tal el caso de instituciones totalitarias como lascárceles, los asilos, los campos de concentración. Del segundo lo separauna concepción que pone el acento en el cambio permanente del campo,como consecuencia de las relaciones de fuerza y de lucha dirigidas atransformado. "Los productos de un campo dado pueden ser sistemáti-cos sin ser los productos de un sistema y, en particular, de un sistemacaracterizado por funciones comunes, una cohesión interna y unaauto regulación -postulados de la teoría de los sistemas que deben ser

rechazados"89.Los campos existen dentro del espacio social. Este concepto, para

Bourdieu, "es definido por la exclusión mutua, o la distinción, de lasposiciones que lo constituyen, es decir, como estructuras de yuxtaposi-ción de posiciones sociales"90. Los agentes sociales están situados en elespacio social "lugar distinto y distintivo que puede ser caracterizado porla posición relativa que ocupa en relación a otros lugares (arriba, abajo,entre, etc.) y por la distancia (llamada a veces "respetuosa": e longinquoreverentia) que los separa de ellos"91.

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALESCÉSAR GERMANÁ62

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92 P. Bourdieu, Réponses, op. cit. p.9793 Ibíd., p. 101.94 P. Bourdieu, Questions de socioLogie,op. cit. p. 134.

rido en la práctica y constantemente orientado hacia las funciones prác-. "92 El h b'tIcas. a ttus es, por lo tanto, el conjunto de los esquemas de

percepción, de apreciación y de acción inculcados por el medio social enun momento y en un lugar determinado; es decir, es un conjunto dedisposiciones socialmente adquiridas mediante el aprendizaje. Aparececomo la mediación entre las condiciones objetivas y los comportamien-tos individuales. "Hablar de habitus es colocar al individuo, y del mismomodo, lo personal, lo subjetivo, como social, colectivo. El habitus es unasubjetividad socializada"93.

Desde esta perspectiva el habitus aparece como nOClOn histórica-mente determinada: tanto en el sentido del proceso de socialización(internalización de las estructuras sociales) como en el sentido de queesas estructuras han sido recreadas por las generaciones anteriores. Pero,por otro lado, el habitus es algo "potentemente creador": "El habitus es,para decido rápidamente, un producto de los condicionamientos perohaciéndole sufrir una transformación; es una especie de máquinatransformadora que hace que 'reproduzcamos' las condiciones sociales denuestra propia producción, pero de una forma relativamente imprevisi-ble, de una forma tal que no se puede pasar simple y mecánicamentedel conocimiento de las condiciones de producción al conocimiento delos productos"94. Así, el habitus funciona como un concepto a priori,trascen~ental, de la historicidad; pero que está situado en el tiempo,produCldo por la actividad práctica en el mismo acto en que ella seproduce a sí misma, por lo que no es algo que se sitúa fuera de lahistoria, sino que es un concepto trascendental histórico. En conclusión,el concepto de habitus tiene un doble aspecto: de un lado, reproduce loscondicionamientos sociales; pero al mismo tiempo constituye un pro-ductor de prácticas sociales, "una gramática generadoras de prácticas".

Habitus y campo son dos caras de un mismo proceso, de allí lacorrespondencia que se puede observar empíricamente entre las posicio-nes y 1 d . " Ea toma e poslClon. sta armonía preestablecida entre habitus y

95 P. Bourdieu, Méditations pascaLiennes, op. cit., p.179.96 P. Bourdieu, Questions de socioLogie, op. cit. p. 61.

65LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

campo sólo se explica por el "principio de la acción": este "reside en lacomplicidad entre dos estados de lo social, entre la historia hecha cuerpoy la historia hecha cosa, o, más precisamente, entre la historia objetivadaen las cosas, bajo la forma de estructuras y mecanismos (los del espaciosocial o de los campos) y la historia encarnada en los cuerpos, bajo laforma de habitus, complicidad que funda una relación de participacióncuasi mágica entre esas dos realizaciones de la historia"95.

5. La reproducción social

Se trata fundamentalmente de la reproducción de las relaciones declase. Si el análisis de Marx se dirigía al examen de la reproduccióneconómica de las clases, Bourdieu enfatizará los hechos vinculados a lareproducción cultural: "He querido, y no solamente de manera metafórica,hacer una economía de los fenómenos simbólicos y estudiar la lógicaespecífica de la producción y de la circulación de los bienes culturales"96.En esta perspectiva ha buscado no transponer de manera acrítica losconceptos económicos a los dominios de la cultura.

En consecuencia, para Bourdieu existen relaciones sociales no reduci-bles a las relaciones económicas. Ha puesto énfasis en esas prácticassimbólicas, las que han sido estudiadas en sus diferentes campos: laescuela, las prácticas artísticas, la distinción, la universidad. Tres elemen-tos orientan esos análisis: 1) que las relaciones de clase no son sólorelaciones económicas sino que surgen simultáneamente como relacionesde fuerza y relaciones de sentido (los diversos tipos de capital); 2) queel análisis de las relaciones simbólicas hace aparecer los lazos constituti-vos que posibilitan la renovación de las relaciones de clase (la violenciasimbólica); y 3) que los agentes no tienen necesariamente conciencia desus prácticas (las estrategias de la reproducción).

Para Bourdieu, el capital no se reduce sólo a su significacióneconómica, pues dejaría de lado todo un conjunto de "propiedades" que

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CÉSAR GERMANÁ64

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97P. Ansart, Les sociologies contemporaines, op. cit. p. 101.98P. Bourdieu, Réponses, op. cit. p. 135.99 Ibíd., p. 170.

los agentes utilizan en su lucha por el poder. Como señala P. Ansart, "sise entiende por "capital" toda energía social susceptible de producirefectos, se deberá considerar toda energía susceptible de ser utilizada(consciente o inconscientemente) como instrumento en la competenciasocial, como capital"97. En este sentido se puede hablar de diversas for-mas de capital: capital económico (recursos materiales), capital cultural(lenguaje, conocimientos, títulos escolares) y capital social ("conjunto derelaciones sociales que se posee por los orígenes sociales y que se puedeutilizar como capital").

La idea de "capital cultural" ha estado vinculada a las investigacio-nes de Bourdieu sobre la escuela: "Los fundamentos de una herramientacomo la noción de capital cultural, por ejemplo, que propuse en losaños sesenta para dar cuenta del hecho de que, después de haber con-trolado las características económicas, los estudiantes salidos de familiasmás cultivadas tienen no sólo tasas de éxito escolar más elevadas sinomanifiestan modos de consumo y de expresión cultural diferentes[..]"98.Así como el capital económico se produce y circula en el merca-do, el capital cultural tiene su lugar de producción en el "campo deproducción simbólica"; esto es, "el conjunto de los agentes productores(por ejemplo, artistas y escritores para el campo de bienes artísticos) entanto que ellos están colocados en un sistema relativamente autónomode lugares, de relaciones y de competencia, y en tanto que ellos estáncomprometidos en una misma competencia por la conquista del presti-gio y de la autoridad"99. Un bien simbólico (una novela o una pintura)en la medida que tiene un valor como mercancía y como valor simbólicose rige por las leyes del mercado económico y por las exigencias relati-vamente autónomas del campo artístico, donde se produce para serreconocido como artista y para conquistar prestigio.

100P. Bourdieu, Méditations pascaliennes, op. cit., p. 280.101 Ibíd., p. 286.102 Ibíd., p. 283.103 Ibíd., p. 282.104 Ibíd., pp. 262-265.

67LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

6. Capital simbólico y violencia simbólica

Para Bourdieu, la realidad social no es solamente un conjunto derelaciones de fuerza entre agentes sociales (espacio social y campos); estambién, fundamentalmente, un conjunto de relaciones de sentido, queconstituyen la dimensión simbólica del orden social. El capital simbólicoes la energía social basada en esas relaciones de sentido. Este capital sefunda en la necesidad que tienen los seres humanos de justificar suexistencia social, de encontrar una razón de existir socialmente. Este esel problema sociológico central para Bourdieu: "La cuestión de la legi-timidad de una existencia, del derecho de un individuo a sentirse justi-ficado de existir como existe" 100.De allí la seducción que ejercen sobre losseres humanos los "ritos de institución" ("actos de magia performativa"),que aseguran su existencia como miembro ordinario o extraordinario deun determinado grupo, es decir, esa "ficción social" que los hace "asumirla imagen o la esencia social que le es conferida bajo la forma de nom-bres, de títulos, de diplomas, de puestos o de honores"IOl; y también los"actos de consagración", "capaces de arrancar el sentimiento de la insig-nificancia y de la contingencia de una existencia sin necesidad, confirién-dole una función social conocida y reconocida"102. Por eso, la falta dereconocimiento social lleva a la pérdida de la identidad social, a "lamiseria propiamente metafísica de los hombres y mujeres sin razón deser social, abandonados a la insignificancia de una existencia sin necesi-dad, abandonados a lo absurdo"103; el mejor ejemplo de esta ausencia desentido de la existencia social, Bourdieu lo encuentra en la experienciasocial de "los hombres sin porvenir" 104,los subproletarios, los excluidosdel mundo económico, con "una desorganización generalizada y durablede la conducta y del pensamiento vinculada al hundimiento de cualquiervisión coherente del porvenir". En consecuencia, el capital social estáhecho de todas las formas de reconocimiento social: "todas las formas de

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105 Ibíd., p. 284.106 Ibíd., p. 265.

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107 Ibíd., p. 166.108 Ibíd., p. 171.109 Ibíd., p. 186.110 Ibíd., p. 220.

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

actúa de manera libre y consciente y, como dicen ciertos utilitaristas,with full understanding, siendo la acción el producto de un cálculo deosibilidades y de beneficios"107. Y considera la acción guiada p~r una

rógica práctica, que es la lógica del sentido práctico, "una lóglCa .e?,acción", que es lo que al agente le permite "actuar co~o es nece~anoy le posibilita un conocimiento práctico del mundo sOCial. De alh quelos agentes se encuentren cómodos en el mundo pues les resulta natu-ralmente familiar.

Para Bourdieu, la acclOn del sentido práctico posibilita la coinci-dencia entre el habitus y el espacio social (o los campos). En la medidaen que el habitus incorpora "el principio de"visión .~ de división, c~ns-titutivo de un orden social o de un campo, tambien genera practicasajustadas a ese orden. En consecuencia, las prácticas son "percib~das yapreciadas, por el que las cumple, y también por los otros, como Justas,correctas, adecuadas, sin ser de ninguna manera el producto de la obe-diencia a un orden en un sentido imperativo, a unas normas o a lasreglas del derecho" 108.

La "intencionalidad práctica" surge de un habitus, "entendido co~oun individuo o un cuerpo biológico socializado o como lo social

• I "109 Ebiológicamente individualizado por la encarnaclOn en un cuerpo . nefecto, el cuerpo es moldeado por las estructuras del espac!o social 50 delcampo) al inculcarle las estructuras cognitivas q~~ orgalllzan el. sistemade disposiciones del habitus. De esta ma~~r,a, cada agen.te tle~e"l~~conocimiento práctico, corporal, de su poslClOn en el espacIO SOCi~ .'lo que constituye su "consciencia de posición", más que una conCienCiade clase, que es una conciencia intelectualista.

Si volvemos al concepto de poder simbólico, vamos a encontrarque la dimensión simbólica de las relaciones de dominación se.~ncuen-tran inscritas en el cuerpo como habitus, de allí la gran estabilidad deun orden social al haber alcanzado la sumisión inmediata, casi natural,

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ser percibido que hacen al ser social conocido, visible (dotado de visibility),célebre (o celebrado), admirado, citado, invitado, amado, etc., son diver-sas manifestaciones de la gracia (charisma) que saca a los (o a las) quetoca de la miseria de la existencia sin justificación y que les confiere nosolamente una 'teodicea de su privilegio', como la religión según Weber-lo que no sería gran cosa-, sino también una teodicea de su existen-

. "105cia .

Si los diferentes tipos de capital (económico, social, cultural) fun-cionan como capital simbólico, aunque en grados diferentes, entoncesBourdieu puede hablar de los "efectos simbólicos del capital"l06, pues noes, en sentido estricto, un tipo de capital . En efecto, todas las formasde capital "existen y actúan como capital simbólico", en la medida enque son reconocidos como legítimos. Pero también se trata de la formade capital más desigualmente distribuido, pues las jerarquías que generason más soportables que las jerarquías producidas por las otras formasde capital y, más aún, son aceptadas como naturales.

El capital simbólico constituye la base del poder simbólico. Enrealidad, toda forma de dominación (la desigual distribución de capitalentre individuos y grupos), aún la que se basa en la fuerza desnuda,tiene una dimensión simbólica. Si los "actos de sumisión, de obediencia,son actos de conocimiento y de reconocimiento", se tiene que la domi-nación siempre pone en juego estructuras cognitivas que, aplicadas a lasestructuras sociales, establecen relaciones de sentido. Así, las relacionesde dominación deben ser legitimadas, reconocidas como legítimas, demanera que los dominados se adhieran naturalmente, sin saberlo, alorden dominante.

Sin embargo, en la base de esta concepción se encuentra una teoríano intelectualista de la acción, donde el conocimiento del mundo resultade una relación de exterioridad. Bourdieu nos recuerda que es necesariodejar de lado tanto el mecanicismo -que considera la acción como elresultado de las constricciones de causas externas- como el finalismo,en particular la teoría de la ación racional, que sostiene que "el agente

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L _

111P. Bourdieu, La distinción. Criterio y bases sociales del gusto, Tr. M. Ruiz,Madrid, Taurus, 1988.

lI2 P. B d' R' .. our Ieu, epomes, op. elf. p. 129.113 P. Bourdieu y J.-e. Passeron, La reproduetion. Eléments pour une théorie

du systeme d'enseignement, Paris, Ed. de Minuit, 1970, p. 19.114 Ibíd., p. 22.

de los dominados. La violencia simbólica, más que la violencia física ocualquier otra forma de coacción mecánica, constituye el mecanismoprincipal de la reproducción social, el medio más potente del manteni-miento del orden. Bourdieu observa que el núcleo de la violencia sim-bólica se encuentra en la "doble naturalización" que es la consecuenciade la "inscripción de lo social en las cosas y en el cuerpo".

En el ámbito de la cultura es donde mejor se puede sacar a luz losmecanismos de la violencia simbólica. Para Bourdieu el estudio de lacultura se sitúa en el polo opuesto a las propuestas filosóficas que im-p.licaban un interés por la dimensión estética. En La Distinctionlll, porejemplo, no se trata de una crítica de la cultura, como de los usossociales de la cultura "como capital e instrumento de dominación sim-b'l' "112 O d .o ICa . tro campo onde BourdIeu ha estudiado los mecanismos dela violencia simbólica es el sistema de enseñanza. Este no se le presentacomo un lugar donde se transmiten conocimientos de manera neutrasino un ámbito donde se impone la cultura socialmente legítima: 'Toda~cción'p'ecjagógica es objetivame~te ~na violencia simbólica en tanto queImposlClOn, por un poder arbItrano, de un arbitrario cultural"!I3. Untrabajo pedagógico prolongado de inculcación dará como resultado lainteriorización de un arbitrario cultural bajo la forma de un habitusduradero. La cultura, que el sistema de enseñanza inculca, seleccionasignificaciones no universales, arbitrarias: "La selección de significacionesque define objetivamente la cultura de un grupo o de una clase comosistema simbólico es arbitraria en tanto que la estructura y las funcionesde esta cultura no pueden ser deducidos de ningún principio universal,físico, biológico o espiritual, no estando unidas por ninguna especie derelación interna a la "naturaleza de las cosas" o a una naturaleza huma-

"114na .

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115P. Bpourdieu, La domínation maseuline, Paris, Seuil, 1998.116P. Bourdieu, Réponses, op. cit. p. 143.117P. Bourdieu, Médítations pasealiennes, op. cit., p.222.

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

También el estudio de las relaciones de género le ha permitido aBourdieu poner en evidencia los mecanismos de la violencia simb~lic~I:5.El problema que se propone analizar no es tanto que haya dommaCIónde un sexo sobre otro sino que ésta sea aceptada o tolerada por losdominados, aunque en ello no encuentren sino sufrimiento y humilla-ción. Para ello se propone desarrollar una "sociología genética del incons-ciente sexual" que explique el hecho de la constante transhistórica de ladominación masculina. La elucidación del problema tiene que ver conla violencia simbólica, relaciones de dominación invisibles que estáninscritas en los cuerpos en la forma de disposiciones, es decir, en esque-mas de percepción, de apreciación y de acción.

Así la violencia simbólica se define como una violencia que seejerce sobre los individuos con su propia. comp.lici~ad. ,~xiste una diver-sidad de formas en las que se ejerce la VIOlenCIasImbohca: cada campoes un lugar de ejercicio de la violencia social. Los esquemas m~ntales. yculturales que funcionan como una matriz simbólica de la práctica s~cIalse convierten en el verdadero fundamento de una teoría de la domma-ción y de la política: "de todas las formas de "persuasión clandestina",la más implacable es la que se ejerce simplemente por el orden de lascosas"116.

La reproducción de las relaciones de clase pasa por una c~mbi~a-CIon compleja de estrategias en diversos campos y en el espacIO .socI.aldonde los agentes y las colectividades luchan para asegurar. lo arbIt~anode la dominación como dominación legítima. Los conflICtos SOCIalesobedecen a diversas estrategias donde se pone en juego diferentes capi-tales. Esta es una lucha política, cuyo objetivo principal es el estado, enparticular su dimensión simbólica, pues es la institución que "detenta elmonopolio de la violencia simbólica legítima"II?

¿Por qué el estado es uno de los mayores desafíos de .la lu~ha porel poder simbólico? Bourdieu sostiene que el estado está mvestldo. delpoder absoluto de decir la verdad y de hacer existir a los agentes SOCIales

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CÉSAR GERMANÁ70

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al nombrados y distinguidos. "El estado es el lugar por excelencia de laimposición del nomos, principio oficial y eficiente de construcción delmundo, con, por ejemplo, todos los actos de consagración y de homo-logación que ratifican, legalizan, legitiman, 'regularizan' las situaciones oactos de unión (matrimonio, contratos diversos, etc.) o de separación(divorcio, ruptura de contrato) [...]"118.

En consecuencia, la lucha política es una lucha por imponer unavisión legítima del mundo social, por mantener o subvertir el ordensimbólico representado por el estado; sobre todo por establecer el cono-cimiento práctico legítimo, esto es, los esquemas de percepción y deapreciación del mundo social y los principios de división y clasificaciónque determinan la construcción del mundo social, su significación actualy futura. Este trabajo político que se ejerce en la vida cotidiana y en losdiversos campos de la producción cultural para socavar la ortodoxia delos "guardianes del orden simbólico" requiere de "la intervención de losprofesionales del trabajo de eXplicitación que, en ciertas coyunturas his-tóricas pueden convertirse en portavoces de los dominados sobre la basede solidaridades parciales y de alianzas fundadas de hecho sobre lahomología entre una posición dominada en tal o cual campo de laproducción cultural y la posición de los dominados en el espacio so-cial"119. Ciertamente, se trata de un programa ambicioso para incorpo-rar a los intelectuales en el movimiento social de resistencia contra lainvasión neoliberal.

72 CÉSAR GERMANÁ

IVEl ACERCAMIENTO CRíTICO A LA INVESTIGACiÓN

DE LA REALIDAD SOCIAL

Este ensayo tiene como objeto examinar los problemas epistemo-lógicos y metodológicos implicados en un ace.rcamien~o dialécti~o, y, ~orlo tanto, crítico a la investigación de la realidad SOCial.La teSIS baslCaque voy a argumentar se refiere a la defensa de una investigación :mpí-rica no empirista de la vida social. Reflexiono sobre el caso de la Inves-tigación sociológica, aunque creo posible la generalización de esta pers-pectiva a otros ámbitos de las ciencias sociales. Con el fin de f~ndamen-tar estas ideas, voy a examinar dos áreas de problemas: pnmero, laperspectiva que adopta el científico social cuando examina. la soc~edad,y, segundo, las herramientas que utiliza para conocer la VIda SOCIal.

118 Ibíd.119 Ibíd., p. 224.

1. La perspectiva del sociólogo

La competencia que desarrolla el sociólogo en su oficio está impli-cada en el carácter específico de la realidad social y en la naturaleza delconocimiento sociológico. La sociología no se constituyó ni como una"ingeniería social" -técnica para ordenar o reordenar las relacione.s so-ciales- ni como un procedimiento para recoger, ordenar y claSIficardatos. Al contrario de los usos tecnocráticos de la sociología, esta disci-plina se establece al asumir como tarea la elucidación de los mecanismospor los cuales la sociedad se produce a sí misma. Esta ~area y e~~apromesa han caracterizado la práctica más fructífera del OfiClOde SOClO-logo: la búsqueda de un conocimiento reflexivo sobre la vida social.

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120 G. Lukács, Historia y conciencia de clase, México, SARPE, 1984, t. 2, pp.129-130.

Desde este punto de vista, se puede considerar al oficio de soció-logo como un oficio intelectual. Una actividad por la cual el sociólogobusca pensar lo que los seres humanos hacen y saber lo que ellos pien-san. Para ello desarrollan una manera particular de mirar la vida socialque no es la del tecnócrata -llámese "ingeniero social", "técnico enencuestas" o "productor de imágenes"- sino del que adopta una pers-pectiva, que no ofrece réditos en el mercado, la del pensamiento crítico.Ello configura una verdadera revolución mental en la forma de ver larealidad social y constituye lo que podría denominarse un "ojo socioló-gico": una perspectiva alejada del sentido común (incluyendo el sentidocomún de los sociólogos), que cristaliza, legitima y oculta el poderprevaleciente en la sociedad, y que el sociólogo, precisamente, buscadesvelar.

Esta perspectiva que pone en evidencia las características básicas delos modos de organización y de transformación de la sociedad -esto es,del problema de la constitución, articulación y transformación de lasestructuras del poder social-, implica una ruptura radical con las tra-diciones del "empirismo abstracto" -dominante en la práctica socioló-gica- y de la "gran teoría".

Si el núcleo de la reflexión sociológica se encuentra en el estudio delos mecanismos que hacen posible la integración y la transformación dela vida social, una teoría de la sociedad debe ser capaz de dar cuenta delhecho social fundamental: la naturaleza temporal de lo social-histórico."El devenir -dice G. Lukács- se manifiesta como el verdadero ser, elproceso como la verdad de las cosas, eso significa que las tendencias dedesarrollo de la historia tienen una realidad superior que los "hechos" dela mera "empiria"120.El sociólogo debe ser capaz, por lo tanto, de mos-trar cómo las relaciones sociales se estructuran siempre de manera provisio-nal, constituyéndose y reconstituyéndose según una dinámica social es-pecífica. Esta estrategia teórica implica una determinada problemáticasociológica que permita descubrir los dinamismos sociales. Se trata,entonces, de desarrollar una sociología del cambio social, delimitando

sus objetos de estudio y desarrollando las herramientas conceptuales ymetodológicas adecuadas a la comprensión de esos objetos.

En consecuencia, el sociólogo debe reconocer la radical historicidadde los fenómenos sociales y debe ser capaz de disolver lo que inmedia-tamente se le presenta como "cosas" -esto es, "hechos" estáticos, inmó-viles- en procesos, admitiendo de este modo el carácter cambiante delos fenómenos sociales. Al aceptar que el devenir es el verdadero ser dela realidad social, el sociólogo puede aprehender la realidad como ten-dencias de desarrollo. Por ello, los "hechos", los "datos" -el principioy el fin de la sociología para el "empirismo abstracto"-, vistos en unaperspectiva histórica aparecen como parte de un proceso, de una tenden-cia, de la que no pueden ser desprendidos ni aislados artificialmente,pues, de lo contrario, se convertirían en entidades absolutas, eternas.

Para llevar adelante este proyecto teórico, es fundamental una pos-tura metodológica que rompa con las maneras de pensar "realistas" o"sustancialistas", para examinar la vida social de manera relacional: "Sitodo lo real es relaciona!", es necesario pensar lo social relacionalmente.Esta perspectiva metodológica implica dejar de lado toda forma demonismo metodológico que intente afirmar la prioridad ontológica dela estructura o del agente, del sistema o del actor, de lo colectivo o delo individual, para sostener el primado de las relaciones.

Si el sociólogo piensa la realidad social históricamente descubriráque los objetos sociales no son cosas sino un complejo tramado derelaciones entre seres humanos. Con ello abandonará la imagensustancialista de la vida social y podrá captarla como una realidadrelacional. Para comprender la naturaleza relacional de la vida social nole servirá ni el sentido común ni el "empirismo abstracto". Más biendeberá analizar los fenómenos sociales como cristalizaciones de relacio-nes. Esto quiere decir que tendrá que disolver y reconstruir los fenóme-nos sociales para constituir su verdadero objeto de estudio.

La ambición de una reflexión sociológica de esta naturaleza implicala superación de los estudios parciales y las divisiones institucionalesentre las ciencias sociales particulares. El estudio de los procesos socialesexige considerar como posible una totalización del conocimien:o de lavida social porque estos procesos se realizan a través de las dIferentes

75LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALESCÉSAR GERMANÁ74

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formas que asume el poder: económico, social, político, simbólico. Setrata, en lo fundamental, de una concepción de la ciencia social comode una ciencia total con capacidad para comprender tanto las relacionessociales particulares al interior de un conjunto de relaciones sociales,como la propia totalidad social.

¿En qué medida se puede alcanzar este tipo de análisis totalizadorde la vida social? Me parece que la respuesta se puede encontrar en lamedida en. que se logre delimitar una nueva problemática sociológica ylas ~e~ramIentas metodológicas necesarias para alcanzar ese tipo de co-nOCImIento.

Esta problemática tiene como núcleo la noción de relación socialque ha sido propuesta para dar cuenta del conjunto de relaciones en lasque históricamente se encuentran ubicados los individuos.

... En la base de las relaciones sociales se encuentra la praxis de losIndIVIduos como actividad total. La praxis puede ser reducida a conduc-tas previsibles, bien sea como una simple actividad refleja, independientede la ~oluntad, o bien como una actividad instrumental, convertida enuna activi.d~d autónoma. Pero en este caso la praxis queda restringida,~ ~na actlVIdad deshumanizada. La praxis humana no puede reducirseumcamente a una relación de medios en función de fines (la racionali-dad con arreglo a fines de Weber); ella es mucho más, pues se trata deuna actividad considerada como un fin en sí misma. En este caso, lapraxis apare~e c~mo indeterminanción esencial de la vida social: proyec-to de emanCIpacIón. Como escribe Castoriadis al examinar la naturalezadel pr~yecto revolucionario: "Queremos mostrar la posibilidad y explicitarel sentIdo del proyecto revolucionario como proyecto de transformaciónde la sociedad presente en una sociedad organizada y orientada hacia laaut~nomía de todos, siendo esta transformación hecha por la acciónauto noma de los hombres tal como ellos son producidos por la sociedad

"121 Spresen~e . e resume en este texto una concepción activista de la praxisemanCI.padora cuya expresión definida será la política. Esta ya no esentendIda como una técnica de manipulación que trata a los seres hu-

manos como cosas, sino como una "praxis que tiene por objeto la or-ganización y la orientación de la sociedad cuyo fin es la autonomía detodos y reconoce que esta presupone una transformación radical de lasociedad que, a su vez, no será posible sino por el despliegue de laactividad autónoma de los seres humanos"122

En tanto praxis reducida a una organización racional de medios enfunción de fines, las relaciones sociales se presentan como espaciosestructurado s de posiciones sociales, cuyas propiedades dependen de laposición en esos espacios y, por tanto, pueden ser analizadas indepen-dientemente de las características de sus ocupantes.

En primer lugar, la esfera de las relaciones sociales de producciónque en el mundo moderno tienden a estructurarse en sistemas de rela-ciones abstractas y cuantificables que, a partir de la apropiación de losmedios de producción, determina la formación, el cambio y el repartode valores. El capitalismo -fundado en la oposición entre trabajo muertoy trabajo vivo- "sólo puede funcionar poniendo constantemente a suservicio la actividad propiamente humana de sus subordinados y tratan-do, al mismo tiempo, de reducirlos y deshumanizarlos lo más posi-ble"123.Si bien, con el capitalismo las relaciones sociales de produccióntienden a autonomizarse en un sistema cuyo funcionamiento estaríaregido por sus propias leyes, este proceso no iría hasta el extremo deindependizarse de las otras relaciones sociales para convertirse en unaesfera autónoma de actividad social. Se trata más bien de un complejotramado de relaciones sociales que solamente la investigación social desituaciones históricas específicas puede poner en evidencia.

Una segunda esfera de relaciones sociales se articula alrededor de lopolítico. Esta dimensión de lo social puede ser entendida como "instan-cia que puede emitir órdenes sancionables". Las relaciones sociales polí-ticas tienen que ver con el poder del Estado, por lo menos en las socie-dades donde una instancia política se ha separado del conjunto de lacolectividad y se organiza de tal manera que puede asegurar constante-mente esa separación. Se trata de relaciones entre dominantes y domi-

77LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALESCÉSAR GERMANÁ76

121C. Castoriadis, Llnstitution imaginaire de Id société, Paris, Seuil 1975,pp. 107-108. '

122 ¡bid., p. 106.123 ¡bid., p. 23

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124C. Castoriadis, Le monde morceLé. Les carrefours du Labyrinthe 111, Paris,Seuil, 1990, p. 118.

2. Las herramientas del sociólogo

En primer lugar, la abstracción sociológica que es la herramientafundamental del quehacer sociológico. El conocimiento sociológico im-

nadas que luchan por el "monopolio de la significación válida" funda-mento último de todo "monopolio de la violencia legítima".

Una tercera dimensión de la vida social está dada por la existenciade un mundo simbólicamente estructurado y compartido intersubje-tivamente. Se trata de un conjunto de normas, reglas y valores, de unsaber considerado socialmente válido y de procesos de socialización. Entodos estos niveles, nos encontramos con un conjunto de símbolos cuyossentidos sólo pueden ser intersubjetivamente comprendidos, aunque nose encuentren mostrados de manera explícita.

Podemos considerar estos diversos niveles de la vida social como lasdiversas esferas en las que se expresa el poder social. Por poder entende-mos "la capacidad, de una instancia cualquiera (personal o interpersonal)de conducir a alguien (o a algunos) a hacer (o a no hacer) lo que porsí mismos, no habrían necesariamente hecho (o tal vez habrían he-cho)"124. Se trata de un poder absoluto, anterior a todas las formasespecíficas de dominación, capaz de modelar de manera radical la vidasocial. Es la dimensión más clara de la capacidad de la propia vida socialpara autocrearse y autoalterarse. Por ello mismo, ese poder radical no seencuentra localizable en un "lugar" social determinado (individual oinstitucional), aunque es ejercido en todos los ámbitos y niveles de losocial. En este sentido, el poder es un elemento constitutivo de la vidasocial. Las relaciones sociales son, por eso, relaciones de poder: interacciónentre individuos inmediatamente enfrentados y que constituyen una reddescentrada de confrontaciones inmediatas. Afectan las relaciones deproducción, las relaciones políticas y las relaciones intersubjetivas. Elpoder produce y constituye lo social y, por ello, lo organiza y estructura:lo "instituye".

79

plica, como primer momento, el aislamiento de ciertos aspectos delmundo social real con el objeto de construir su objeto de estudio comoun sistema de relaciones distinto de otros sistemas de relaciones. En unsegundo momento, esos sistemas de relaciones que han sido abstraídosson integrados en sistemas de relaciones más amplios, en totalidades.

Marx señaló este proceso de la investigación social de manera pre-cisa refiriéndose a la distinción entre el "método de la investigación" yel "método de la exposición".

En cuanto a lo primero, "la investigación ha de tender a asimilaren detalle la materia investigada, a analizar sus diversas formas de desa-rrollo y a descubrir sus nexos internos". En este momento es fundamen-talla operación intelectual denominada abstracción. Refiriéndose al análisiseconómico Marx señaló el papel de esta herramienta en la investigaciónde la vida social: "En el análisis de las formas económicas de nada sirvenel microscopio ni los reactivos químicos. El único medio de que dispo-nemos, en este terreno, es la capacidad de ábstracción".

En cuanto a lo segundo, se trata de la operación intelectual que sedesarrolla cuando se ha completado la labor de la investigación. A partirde ese momento, "el investigador procede a exponer adecuadamente elmovimiento real. Y si sabe hacerla y consigue reflejar idealmente en laexposición la vida de la materia, cabe siempre la posibilidad de que setenga la impresión de estar ante una construcción a priori".

En la Introducción a La crítica de La economía política, Marx exa-mina las líneas básicas del método consistente en apropiarse de lo realpor el pensamiento: "lo material traducido y traspuesto a la cabeza delhombre". Lo que denomina el "método científico correcto" significa"elevarse de lo abstracto a lo concreto" y es el único método científicocapaz de "apropiarse de lo concreto, de reproducirlo como espiritualconcreto". El pensamiento sólo puede concebir lo concreto como sínte-sis, por la vía de la reconstrucción de lo concreto a partir de las deter-minaciones más sencillas. De esta manera, "lo concreto es concreto porquees la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad de lo

diverso" .En consecuencia, la abstracción es la herramienta que posibilita

pasar del objeto real al objeto científico, verdadero punto de partida del

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80 CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 81

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trabajo de reconstrucción de la realidad. Para que cumpla esta función,la abstracción debe ser metódica y no arbitraria. Esto es, debe poner enevidencia regularidades derivadas de la propia naturaleza de los materia-les en estudio. En caso contrario, las abstracciones hechas sin estar refe-ridas a una problemática específica se convierten necesariamente en cons-trucciones arbitrarias, imaginarias. Este es el caso de las abstracciones delsentido común. Éstas se construyen de manera caprichosa, sin que pue-dan establecerse los sistemas de relaciones que las organizan. La abstrac-ción se cosifica, adquiriendo una existencia propia, independiente de losfenómenos de la vida real cuyos caracteres ha separado. Por el contrario,la abstracción sociológica implica la reconstrucción de totalidades con-cretas.

En segundo lugar, el experimento social como herramienta de lainvestigación. La tradición positivista ha centrado los problemasmetodológicos en las técnicas empíricas de la investigación social. Estapostura ha tenido como consecuencia la creación de situaciones experi-mentales ficticias. La imitación servil de las ciencias naturales ha llevadoal sociólogo cientificista a un simulacro de experimentación. Como enla vida social no es posible la manipulación de las relaciones sociales conel objeto de simplificadas, desembarazándolas de sus caracteres secunda-rios, el investigador se ha visto obligado a controlar variables simulandouna situación experimental. De esta manera, al manipular las variables,se le escapa la complejidad de la realidad social.

Sin embargo, el sociólogo no puede renunciar ni a la comprensiónde la realidad social como unidad de lo diverso ni a la necesidad deutilizar situaciones experimentales. Por ello deberá seguir una estrategiametodológica que deje de lado el experimento ficticio y coloque en elcentro de sus preocupaciones lo que se podría denominar experimentossociales. En este caso, se trata de situaciones no creadas artificialmentepor el sociólogo, sino producto de la propia vida social. El sociólogodebe ser capaz de identificar aquellos casos privilegiados donde se pre-sentan con toda nitidez rasgos característicos de una tendencia social.Marx, en el Prólogo de El Capital, señalaba un procedimiento de estanaturaleza que le permitiría aprehender las tendencias fundamentales dela producción capitalista:

El físico observa los procesos naturales allí donde estos sepresentan en la forma más ostensible y menos velados porinfluencias perturbadoras, o procura realizar, en lo posible,sus experimentos en condiciones que garanticen el desarro-llo del proceso investigado en toda su pureza. En la presen-te obra nos proponemos investigar el régimen capitalista deproducción y las relaciones de producción y circulación quea él corresponden. El hogar clásico de este régimen es, hastaahora, Inglaterra. Por eso tomamos a este país como prin-cipal ejemplo de nuestras investigaciones teóricas. Pero ellector alemán no debe alzarse farisaicamente de hombrosante la situación de los obreros industriales y agrícolas in-gleses, ni tranquilizarse optimistamente, pensando que enAlemania las cosas no están tan mal, ni mucho menos. Porsi acaso, bueno será que le advirtamos: de te fabula narratur!

Estas situaciones históricas experimentales constituyen verdaderoscasos privilegiados de un tipo particular de fenómenos sociales de lamisma clase y permiten al investigador observados de una manera casitransparente. De esta manera, el sociólogo se encontrará en situación deexaminar las características fundamentales que el análisis de un casoextremo le ha revelado: todo una compleja red de relaciones que en losfenómenos menos definidos se mantendrían ocultas.

Estos "casos privilegiados" producto de la propia vida social no sonlas construcciones típico-ideales de Weber. Puesto que en la perspectivadel sociólogo alemán se trata de un concepto genérico obtenido por "laacentuación unilateral de uno o varios puntos de vista y vinculando unamultitud de fenómenos, dados aisladamente, difusos o discretos, que seencuentran en gran número o en ninguna parte, que se ordenan segúnlos puntos de vista unilaterales previamente elegidos, para formar uncuadro de pensamiento homogéneo". Como una construcción de estanaturaleza no se encuentra empíricamente en toda su pureza conceptualse trata, entonces, de una "utopía". Los experimentos sociales, por elcontrario, no son construcciones mentales, puesto que existen en la rea-lidad.

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Particularmente es el caso de la entrevista con cuestionario, consi-derado como el instrumento más importante para la recolección dedatos por la metodología positivista. El sociólogo que la utiliza da porsentado su capacidad para aprehender la realidad social, sin cuestionarselos límites y las distorsiones que produce. La relación entre el entrevis-

De otro lado, tampoco son generalizaciones empíricas. Un experi-mento social no constituye el promedio estadísticamente establecido decasos particulares. Un promedio puede vincular entre sí situaciones so-ciales totalmente diferentes sin por ello mostramos como se organizauna institución social ni, menos aún, las relaciones que la constituyen.En una variante algo distinta de esta forma de construir conceptos apa-rece la elección de un caso representativo de un conjunto. De igualmodo, también aquí nos encontramos con la imposibilidad de establecertendencias de desarrollo, pues la elección de un caso sólo puede señalarlos elementos comunes con otros casos; pero no las relaciones que loconstituyen ni las relaciones con los otros sistemas de relaciones.

Los experimentos sociales, en consecuencia, nos ofrecen grandesposibilidades para comprender la sociedad como un complejo de relacio-nes en constante transformación. Además, constituyen una herramientafundamental para la construcción de las hipótesis y para sugerimos laspreguntas que debemos formular a la realidad social. En la medida enque allí encontramos en toda su desnudez relaciones y tendencias, po-demos explicar y comprender los vínculos capaces de dar cuenta de larealidad como producto de múltiples determinaciones, como una tota-lidad compleja.

Finalmente, en tercer lugar, es necesario establecer una críticaepistemológica de todas las técnicas y los métodos que por sí mismos nopueden garantizar una verdadera construcción del objeto sociológico.Existe un sentido común de los sociólogos que considera la cientificidadde la investigación social según los moldes del positivismo. Sin embargo,para escapar de la trampa de la experimentación esencialmente ficticiaque propone es necesario rechazar la falsa neutralidad de las técnicas.Estas deben ser sometidas a una constante crítica con el objeto de seña-lar sus verdaderas posibilidades y límites en el conocimiento de la vidasocial.

tador y el entrevistado tiene un carácter esencialmente arbitrario -porestar completamente alejada de la vida cotidiana- y su artificialidaddará lugar a intercambios linguísticos distorsionados según las expecta-tivas que el entrevistado percibe en el entrevistador. Los datos que recogeel entrevistador corresponden a opiniones del entrevistado según la maneracomo haya definido en esa relación su situación social. Por eso, lasventajas de las entrevistas con cuestionario -capacidad para reunir datoshomogéneos que pueden tener un tratamiento estadístico- no debenhacemos olvidar sus límites en cuanto al fraccionamiento de las conduc-tas y a las distorsiones que introduce en la vida social, cuestionando laobjetividad de los datos que busca reunir.

83LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALESCÉSAR GERMANÁ82

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l... .

V

El CAMPO DE LA SOCIOLOGíA EN El PERÚ

1. Las problemáticas en debate

El campo de la sociología, como todo campo social, es un espaciode lucha. En nuestro campo lo que está en juego, la razón por la quese enfrentan determinados agentes o instituciones, para lo cual utilizantodos los recursos a su alcance125, es el control del conocimiento legíti-mo; la forma de conocimiento hegemónico dentro del campo. En con-secuencia, se puede advertir la presencia de determinados debates, unosmás definidos o explícitos que otros. Voy a examinar las polémicas con-cernientes a tres problemáticas básicas: la profesión del sociólogo, lossupuestos epistemológicos y los enfoques teóricos; en este último casosolamente me ocuparé de la cuestión de la democracia.

a. Profesión o vocaciónEn el ejercicio de la sociología, se han opuesto, a veces de manera

radical y abusiva, dos posturas: por un lado, el quehacer dirigido por larazón instrumental en función de las exigencias del mercado de trabajo(funcionario público, experto en marketing, asesor político, entre otrasocupaciones); y por otro lado, la actividad desinteresada, no directamen-te productiva, preocupada por la ampliación de nuestro conocimiento de

la vida social.

125 Como se trata de un campo poco institucionalizado, normalmente seutilizan recursos que no son solamente los propios de la ciencia y están vincu-lados más bien al poder político, económico o social.

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Sin embargo, si se examina bien e! problema, encontramos que estees un falso dilema. En efecto, la sociología aplicada no puede desarro-llarse sin la sociología científica. Para resolver problemas concretos einmediatos, e! "ingeniero social" requiere un amplio manejo de los co-nocimiento alcanzados por la sociología científica; solamente con esedominio teórico podrá obtener de manera eficiente y eficaz los objetivospropuestos. La dificultad radica en otro lado: se trata de! problema dela utilización de! conocimiento científico. En este caso, nos enfrentamosa un problema ético. Una valiosa propuesta que merece ser meditada hasido planteada por Pierre Bourdieu cuando afirma: "Infe!izmente, siem-pre se puede hacer dos usos diferentes de los análisis sociológicos y, másespecialmente, de! mundo inte!ectual: los usos que se pueden llamarclínicos tales los que yo evocaría hablando de! psicoanálisis, en los quese busca, en las adquisiciones de la ciencia, los instrumentos de unacomprensión de sí sin complacencia; y los usos que se pueden llamar

En e! primer caso, se trata de la "ingeniería social", de la sociologíade conocimientos técnicos que permite formular diagnósticos y elaborarproyectos en áreas muy diferentes entre sí (reducción de la pobreza,relaciones laborales, discriminación étnica o de género, violencia familiar,etc.) y que se realiza en instituciones también muy diversas (administra-ción pública, iglesias, fuerzas armadas, medios de comunicación, empre-sas privadas). La característica principal de actividades tan variadas es lapreocupación por alcanzar productos rápidamente beneficiosos para lasinstituciones en cuestión. Por esta razón, no es un quehacer interesadoen determinar las causas generales de los fenómenos que estudia; sólo sepreocupa por los motivos cercanos sobre los que puede intervenir conmayor comodidad, sin poner en cuestión e! conjunto de! orden social.

En e! segundo caso, se trata de la sociología de vocación científicacuyo interés radica en ampliar e! conocimiento de la vida social. Ycuanto más cabalmente cumple su función científica, tiene mayores po-sibilidades de poner en evidencia los diferentes mecanismos de domina-ción social, materiales y simbólicos. Se intenta desarrollar, en este caso,un trabajo reflexivo destinado a elucidar los mecanismos que garantizany legitiman e! poder. Por esta razón, la sociología asume un caráctercrítico.

126 P.Bourdieu, Réponses. Pour une anthropofogie réflexive, Paris, Seuil, 1992,p. 182.

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b. Teoría o investigación empírica

Otra controversia que parece marcar de manera permanente e! ac-tual debate sociológico es la oposición entre teoría e investigación em-pírica. Esta dicotomía tiene como trasfondo una concepción de teoríacomo dominio separado, cuyo fin se agota en sí misma, y de la inves-tigación como la manipulación técnica de los datos. Entre e! fetichismode! concepto y e! fetichismo de los datos existe una característica común:la arbitraria separación entre razón y empiria. Sin embargo, bien mira-das las cosas, toda investigación, en la medida en que busca superar lamera especulación y la copia impresionista de la realidad, debe utilizara la vez categorías teóricas y datos empíricos. En este sentido, todapráctica de investigación es al mismo tiempo un proceso teórico yempírico. La teoría sin datos es vacía, especulativa; los datos sin teoríason opacos. Desde esta perspectiva, los conceptos pueden ser utilizadoscomo una caja de herramientas que sirven para apropiarse de los datosde la vida social.

En la práctica de la investigación, la teoría tiene e! papel de posi-bilitar la formulación de preguntas a la realidad y de ofrecer los e!emen-tos conceptuales para ordenar de manera coherente las respuestas. Eneste sentido, la teoría se incorpora y desaparece en e! proceso mismo dela investigación, al cumplir su tarea productiva. El resultado será unconjunto de proposiciones sistemáticamente articuladas que permitenreconstruir la realidad en e! pensamiento. Se cierra e! círculo de la prác-

cínicos, y que consisten en buscar en e! análisis los mecanismos socialesde los instrumentos para "triunfar" en e! mundo social [...] o para

.. Id' l 1"126 T l f,' ,onentar sus estrategIas en e mun o lnte ectua . anto a pro eSlOn,guiada por e! ethos instrumentalista de! mercado, como la vocaciónorientada por e! ethos científico desinteresado, están comprometidas condeterminadas orientaciones valorativas y que e! sociólogo tiene que asu-mir críticamente.

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALESCÉSAR GERMANÁ86

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tica de la investigación: partiendo del disperso material empírico se arri-ba a su reconstrucción como totalidad teórica.

Desde esta perspectiva, la teoría no es la síntesis de las grandesteorías sociológicas del pasado, ni el discurso sociológico que se oponea lo empírico. La teoría, más bien, constituye una herramienta del pen-samiento cuya productividad se hace visible solamente en los resultados.Estos resultados constituyen una realidad que se ha recompuesto en elpensamiento. Por eso, la realidad puede parecer una construcción a priori;pero esta percepción no es sino una ilusión idealista, la "ilusión deHegel" quien considera -según Mane- "lo real como resultado delpensamiento que se reabsorbe en sí mismo". Pero, de otro lado, tampococonstituye la desnuda constatación de "lo real y concreto", pues ésta nosería sino la ingenua identificación positivista de lo real con las abstrac-ciones del sentido común. El trabajo teórico arriba finalmente, despuésde haber dominado mediante el análisis los datos y hechos del sentidocomún -percepciones y representaciones- a las abstracciones histórica-mente determinadas cuya síntesis posibilita apropiarse de lo concreto entanto que "concreto pensado" o "totalidad pensada". Lejos del empirismoy del racionalismo, la teoría da cuenta de esa totalidad construida: "Loconcreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones,por tanto, unidad de lo diverso. Por eso lo concreto aparece en el pen-samiento como proceso de síntesis, como resultado y no como punto departida, aunque sea el verdadero punto de partida, y por consecuencia,el punto de partida de la intuición y de la representación" (Mane).

Desde este punto de vista, la teoría no constituye un sistema deproposiciones, exhaustivo y exento de contradicciones, que pueda serverificado por la vía de la experimentación. La productividad de la teoríano dependerá de que sea verdadera o falsa sino de su capacidad paraexplicar-comprender determinados fenómenos sociales. Una teoría puedeser más o menos apropiada o más o menos comprensiva por su potencialpara dar cuenta de un conjunto de fenómenos sociales.

Por esta misma razón, las teorías no proceden jamás de los hechos.La teoría proviene del trabajo de análisis -exploración de conexionesgenerales fundamentales que se desprenden de la división analítica delmaterial empírico- y del trabajo de síntesis de las categorías más abs-

tractas y generales que se haya podido establecer. Esto no quiere decir,evidentemente, que la teoría sea la síntesis de teorías anteriores: unareelaboración de categorías extraídas de enfoques de los clásicos de laSociología. Una teoría clasificatoria y formalista de carácter ahistóricaimplicada en esta perspectiva sería incapaz de dar cuenta de la realidadsocial como alteración permanente. Su resultado finalmente sería lareificación de las abstracciones que utiliza, generalizando arbitrariamenteconceptos y categorías que sólo podrían aplicarse a épocas históricas

específicas.En consecuencia, contrariamente al modelo dominante en la prác-

tica sociológica, teoría e investigación constituyen dos niveles insepara-bles del trabajo sociológico. La investigación sin teoría es una incomple-ta y ciega apropiación de la empiria; la teoría sin investigación es unavacía especulación sobre la realidad. En consecuencia, el reto de la So-ciología consiste en alcanzar un mayor rigor teórico y una mayor exigen-

cia del trabajo empírico.

c. Democracia liberal o democracia participativaFinalmente quisiera referirme al debate de la problemática teórica

que atraviesa el campo de la sociología. De ella, trataremos la discusiónsobre la democracia. En este caso encontramos enfoques y supuestosepistemológicos que muestran bien las orientaciones que cruzan el cam-

po sociológico.Es casi un lugar común señalar que desde los años ochenta la

democracia se ha constituido en un valor general tanto para los cientí-ficos sociales como para las fuerzas sociales y políticas dominantes en elPerú y en América Latina. Ciertamente, no es la primera vez que estoocurre127. En períodos anteriores, particularmente en los años posterioresa la Segunda Guerra Mundial, la democracia también se convirtió en elvalor fundamental de la cultura política de la época. Sin embargo, en laactualidad, el tema de la democracia se impone en condiciones diferen-

127Lo ha indicado, entre otros, A. Cueva en su ensayo "La cuestión de-mocrática: algunos temas y problemas", Estudos Avanzados, vol. 2, N°1, enero-

marzo 1988.

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tes: en el mundo de hoy, la democracia parecería haber alcanzado unpredominio indiscutible al haberse hundido el socialismo burocrático, sucompetidor político e ideológico más temido. En estas condiciones esposible comprender que se haya podido sostener la idea del fin de lahistoria, puesto que, según los defensores de esta tesis, se estaría ini-ciando el milenio de la democracia y del capitalismo.

En el análisis sociológico, la democracia como valor universal hareemplazado a la noción de revolución, dOr1inante en los años sesentay setenta, como concepto-límite en el análisis de la realidad político-social. Este giro fundamental en las ciencias sociales -y en la política-refleja la práctica derrota y la dispersión del movimiento político de lasclases dominadas que se produjo en América Latina en la década delsetenta. La esperanza en una transformación profunda de la sociedad ydel Estado -que parecía orientar las diversas formas de organización delas fuerzas sociales y políticas de los dominados- se deja de lado pararendir culto al orden vigente. Por ello, la idea del "pacto democrático"o la "estrategia de la concertación" se constituyen en las nociones clavesdel análisis de los fenómenos políticos y, en este sentido, tanto la críticacomo las propuestas de solución al funcionamiento de las institucionespolíticas no pueden ir más allá de la institución examinada. Los proyec-tos que apuntan al cambio radical de la sociedad son considerados utó-picos e irreales; lo posible se identifica C0n el modelo ideal de la demo-..craCla representativa.

En realidad, esta reorientación de la Sociología, y en general de lasciencias sociales, significa un verdadero abandono del pensamiento críti-co. En efecto, se puede percibir cómo, en el trabajo teórico, la realidadsocial es concebida como algo ya dado, supuesto in modificable de laciencia social. Se tiene la impresión de que el cuestionamiento de larealidad social vigente podría conducir a la disolución del objeto deestudio y, con ello, de la propia ciencia social. Nunca como hoy -y másallá de las protestas preliminares de algunos científicos sociales- se hadesarrollado semejante voluntad de objetivación, de querer considerar ala sociedad como un objeto de simple reconocimiento, de buscar subordi-narse a los hechos, de tratados como realidad absoluta. Allí radica, enmi opinión, el conformismo de gran parte del pensamiento científico

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128 Teoría desarrollada por G. O'Donnell y P. Schmitter. Véase los trabajosincluidos en e! libro: G. O'Donnell y P. Schmitter (comp.), Transiciones desde ungobierno autoritario, Buenos Aires, Paidós, 1988 (4 t.).

129 El siguiente texto de O'Donnell y Schmitter es característico ~~lpragmatismo de! análisis político de la "teoría de la transición a la democraCia:"Ante todo las transiciones conocidas hacia la democracia política han observadoen todos los casos una restricción básica: está prohibido cobrar e! rey de uno delos jugadores, e incluso darle jaque mate. En otras palabras, du~an.te la transiciónlos derechos de propiedad de la burguesía deben mantenerse InvlOlables. A estejugador puede obligárse!e a entregar algunos peones, y aún privárse!e de sustorres (...), pero no puede colocarse en peligro directo a su rey. ~sta es unarestricción fundamental que los partidos izquierdistas deben aceptar SI pretenden

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

social actual. En los casos donde se supera la descripción de los hechos,los conceptos y categorías que se elaboran no son sino la descarnadareproducción de esa realidad y su justificación. Así por ejemplo, la lla-mada "teoría de la transición hacia la democracia" 128, en su aspectodescriptivo, presenta los procesos de tránsito de las dictaduras militaresa los regímenes democráticos operados en el último decenio en AméricaLatina, y, en su aspecto normativo, recurre a una forma determinada dedemocracia a la que se le considera como la única forma política quepuede ser realizada: elecciones, sistema de partidos políticos, corporacio-nes, y, sobre todo, el respeto a los "actores sociales" que permita laalternancia pacífica del poderl29•

Sin embargo, el problema puede verse en una perspectiva distinta.Considero -a diferencia de los análisis en boga- que el examen delproblema de la democracia en la actualidad debe significar preguntarsepor el tipo de democracia del que se habla. Cuestionar de raíz esteconcepto lleva, por eso, a la búsqueda de su explicación histórica con elobjeto de sacado del ámbito de la abstracción indeterminada en el quese le ha situado y mostrado como parte de desarrollos históricos espe-cíficos; en síntesis, historizado. Esto significará salir del nivel de la cien-cia política o la sociología política dominantes, pues éstas parten de lasupresión de estas preguntas, ya que tienen en la política y en la "de-mocracia realmente existentes" sus elementos fundadores: la política comoactividad separada de la vida social.

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que se les permita jugar en el centro del tablero; de lo contrario corren el riesgode ser eliminados, dejados al margen o reducidos al carácter de meros espectado-res. La segunda restricción es un corolario de la primera, aunque tiene su baseautónoma: está prohibido cobrar la "reina" del régimen de transición, o aúncircunscribir demasiado sus movimientos. En otros términos, en la medida enque las fuerzas armadas son la institución protectora por excelencia de los dere-chos y privilegios a que se refiere la primera restricción, su existencia, sus bienesy su jerarquía no pueden ser eliminados, ni siquiera seriamente amenazados".

130Con mucho acierto la traducción francesa del libro de Finley ha sidotitulada L'invention de la politique, Paris, Flammarion, 1985.

En esta perspectiva, considero que es de fundamental importanciareferirse al sentido que tenían para la civilización griega clásica la políticay la democracia. No en vano el historiador M. 1. Finley ha señalado quefueron los griegos los que inventaron la política y la democracia 130.Asomarnos, aunque sea brevemente, al mundo político griego puedepermitir comprender mejor -casi de manera experimental- una formade vida social donde fue posible el "autogobierno del pueblo". Asípodremos despojar a la "utopía" de su contenido irreal, de aquello que"no tiene lugar" en el mundo histórico, para situada en un momentodeterminado de la evolución de la humanidad: con la democracia griegalas posibilidades utópicas se encarnan en la historia.

Por otra parte, ir más allá de la política y de la democracia liberalesnos permitirá descubrir las alternativas democráticas distintas que sehallan implicadas en el profundo proceso de reorganización social queviven las sociedades actuales, tanto las centrales como las periféricas. Endiversos lugares, como consecuencia de estos cambios, está emergiendoun nuevo tipo de relaciones sociales. Sostengo la hipótesis de que en elorigen de estas nuevas relaciones sociales -que tienen un carácter bási-camente comunitario y cooperativo- se encuentra una racionalidad dife-rente a la que permitió el surgimiento de la moderna civilización occi-dental; se trata, más bien, de una racionalidad que no es de carácterinstrumental o formal sino que aparece como otro sentido de la existen-cia social, otra manera de articular la solidaridad social, esto es, labúsqueda de una armoniosa convergencia entre la igualdad y la libertad.Ello implicaría una relación diferente de los seres humanos entre sí y de

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131C. Castoriadis estableció bien la crítica de la representación como laalienación de la soberanía de los representados hacia los representantes: "Sobre lacuestión de la representación política, Jean-Jacques Rousseau decía que los ingle-ses, en el siglo XVIII, creían que ellos eran libres porque elegían sus repr.esenta~tescada cinco años. Efectivamente, ellos eran libres, pero un día cada CInco anos.Diciendo esto, Rousseau, indudablemente, sobreestimaba el caso. Porque se tieneque votar por candidatos presentados por los partidos. No se pue~e votar porcualquiera. Y se tiene que optar a partir de una situación ~eal.fabncada por elParlamento precedente, quien propone los problemas y.los te~mInos en los cu~esesos problemas pueden ser discutidos y que, por lo mismo, Impon~ ~ass~luclO-nes al menos las alternativas de solución, que no corresponden casI ¡amas a losverdaderos problemas". "De la autonomía en política", en Le Monde Diplomatique,febrero 1998, p. 23.

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

estoS con la naturaleza: la aparición de nuevas significaciones, insti-tuciones y representaciones. Así, pues, estaríamos frente a un proceso decreación de nuevas formas sociales, cuya característica principal estaríadada por la creciente reintegración de las funciones políticas, separadasy autonomizadas, en el seno de la vida social. Es allí don~e se podríaencontrar un sentido distinto de la democracia: la democraCIa como unaforma de vida social donde los individuos opinan, confrontan sus ideasy toman decisiones. La democracia como forma política :ep~rada de lavida social perdería su razón de ser, pues serían los propIOS Interesadoslos que sin la intermediación de una clase de especialistas en la políti~apodrían decidir y aplicar las leyes que consideren buenas para la colecti-

vidad.Teniendo en cuenta estas consideraciones, se puede mostrar cómo

la democracia representativa, en tanto forma histórica de organizaciónpolítica, ha buscado resolver el problema de la gestión "abstra~t~ y ~,e-legada de una sociedad atomizada y privatista, esto es, la sOCla!IzaclOnficticia de la vida política" (U. Cerroni)13I. A partir de allí, se comprendeel papel que han tenido los movimientos sociales y políticos de las clasesoprimidas en la búsqueda de formas más efectivas de gestión comu-nitaria de la política, dinámica que, en la actualidad, ha llegado a unimpase. Dos vías parecerían ser las fundamentales p.ara sup~~ad~:, por unlado, desde una perspectiva conservadora, una creciente elItlzaclOn de la

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2. El futuro de la Sociología:entre la ingeniería social y la crítica social

Aunque parezca paradójico, a la sociología, y por tanto a lossociólogos, se les pide demasiado o demasiado poco. Los que pidenmucho, quisieran que los sociólogos resolvamos todos los problemassociales que aquejan a los seres humanos: desde las dificultades inheren-tes a la vida cotidiana hasta las cuestiones estructurales vinculadas alpoder social global. Los que piden poco, menosprecian nuestro trabajo

95LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

y lo consideran un ejercicio inútil, incompetente para solucionar losmúltiples inconvenientes que padece nuestra sociedad.

A pesar de que estas imágenes extremas del quehacer del sociólogoestán ampliamente difundidas, inclusive dentro de nuestra propia profe-sión, creo que nuestras tareas como profesionales son más modestas quelos excesivos reclamos maximalistas; pero mucho más fructíferas que lasdel desencantado escepticismo. No somos los hechiceros que ofrecemosla sociología como la panacea para curar todos los males sociales; nisomos los técnicos que con sofisticados instrumentos conceptuales,metodológicos y estadísticos elaboramos complejos informes sobre loque es obvio para todos. Los sociólogos, más bien, hemos ejercido di-versas labores en diversos ámbitos de la vida social que se pueden resu-mir en dos tareas esenciales: primero, nuestra contribución al entendi-miento de los diferentes mecanismos de organización y transformaciónde la vida social; y, segundo, la utilización de esos conocimientos parainfluir en el mantenimiento o el cambio de las relaciones sociales. Laprimera es una tarea cognoscitiva y nos permite ampliar nuestra com-prensión de la vida social; la segunda es una tarea técnica y posibilitamanipular las relaciones sociales.

La importancia y las modalidades que han tenido ambas tareas ennuestro país, desde el establecimiento de la sociología como una carrerauniversitaria en los años sesenta, han variado de acuerdo a dos factores.Por un lado, los cambios que se han producido en nuestra sociedad,modificando las demandas sociales a la sociología; y, por otro, el nivelde autonomía que el campo de la sociología ha ido alcanzando enrelación a otros ámbitos de la producción simbólica y que determina laposibilidad de filtrar esas demandas y proponer sus propios cometidos,basados en el debate interno a la disciplina. Esta interacción entre lasdemandas sociales y el campo de la sociología nos puede permitir hacerun balance de lo que han sido y son las tareas del sociólogo en lasociedad peruana y señalar las perspectivas que se le abren a nuestraprofesión en los próximos años.

La sociología como ciencia sólo ha podido aparecer cuando se hancumplido condiciones históricas propicias. En lo fundamental, lo quehizo posible el análisis racional de la vida social fue el retroceso del

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democracia; por otro, desde una perspectiva radical, una profundizaciónde la democracia que haga posible una mayor participación de los ciu-dadanos.

Tengo la impresión de que la llamada "crisis del Estado" (o elconcepto más ambiguo de "crisis de representación", que no es sino unode sus componentes) constituye un síntoma bastante preciso de los pro-fundos cambios que están ocurriendo en el Perú y América Latina. Lacrisis del Estado vista desde el ángulo del segmento dominante de lasociedad aparece, por ejemplo, como la parálisis del parlamento, la inefi-ciencia de la administración pública o la corrupción del poder judicial,pues se trata, en estos casos, de la incapacidad del Estado para garantizareficazmente las nuevas condiciones externas de los mecanismos queposibiliten la reproducción y permanencia de la inserción dependiente enel sistema económico y de poder mundial. Las "clases políticas" tradicio-nales han fracasado ante este reto; las nuevas "clases políticas" buscanlegitimarse cumpliendo con el objetivo de la "modernización del Esta-do". Pero si, por otro lado, vemos la "crisis del Estado" desde el ángulode la nueva sociedad que emerge ante nuestro ojos, aquélla no se nospresenta ya como la "modernización del Estado" sino como su disolu-ción, pues para las capas sociales más pobres, el Estado ya no existe-ni siquiera como esperanza- para la satisfacción de sus necesidadescolectivas. El autogobierno no es ya una posibilidad utópica; constituyela única realidad para que vastos sectores sociales puedan seguir existien-do como seres humanos. Dos son, pues, las salidas a la "crisis del Esta-do": o bien su modernización para lograr su internacionalización; o bienel establecimiento de una nueva institucionalidad política alternativa.

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dogmatismo de las concepciones religiosas y metafísicas del mundo. Lasociología se constituye como un producto central del proceso de desen-cantamiento del mundo que dio lugar a la aparición de la sociedadmoderna, Por eso, la sociología aparece en Europa en los inicios del sigloXIX, cuando la autoridad y la tradición empezaron a ser expulsadas dela investigación de la vida social, fenómeno que ya se había producidoen el estudio de la naturaleza.

El proceso de la sociología en el Perú es muy ilustrativo con res-pecto a las relaciones entre ciencia social y sociedad. La sociología hacesu aparición en nuestro país hacia fines del siglo XIX, momento dondese inicia tímidamente el desarrollo de una conciencia social moderna. Lallamada "generación del novecientos" propone una reflexión sociológicaque intenta ir más allá de las concepciones metafísicas y religiosas. Perosu optimismo positivista no le permitirá comprender la estructura pro-funda sobre la que se organiza la sociedad peruana. Fue con la "nuevageneración" (la de la Reforma Universitaria) cuando aparecen las basespara una comprensión integral de nuestra sociedad, particularmente,aunque no únicamente, con José Carlos Mariátegui. Después del augedel análisis social de los años veinte, la sociología prácticamente desapa-rece desde 1930 como forma de investigación social en los tres deceniossiguientes, anulada por el oscurantismo impuesto por los regímenesdictatoriales, oligárquico-militares vigentes durante esa larga y sombríaépoca de nuestra historia, Recién en los años sesenta reaparecen tímida-mente los primeros intentos sistemáticos orientados al desarrollo de lasociología cuando se institucionaliza como disciplina académica. Esosensayos iniciales darán sus frutos en los años setenta y ochenta cuandose consolida un importante e influyente pensamiento sociológico.

En los años sesenta y setenta, las demandas sociales a la sociologíaestuvieron centradas en los problemas inherentes a la creciente democra-tización de la sociedad peruana en el contexto de un casi inexistentecampo sociológico. En ese período, la sociología traduce bien la subor-dinación a la racionalidad instrumental de la modernidad europea. Losparadigmas empirista y estructural funcionalista así como el marxismopositivista fueron una buena muestra de esa dependencia. Sin embargo,un pequeño núcleo de profesionales de la sociología buscó desarrollar

97LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

una forma de análisis que pudiera dar cuenta del carácter específico dela formación social peruana y, en esa medida, se entronca~a con latradición mariateguiana de la investigación social. Los estudIOs de esemomento estuvieron centrados en el examen de las base~, la e~tru~turay los cambios del poder en el Perú. El transfondo ~e, e~as investIgacIOnesfue el problema de la revolución social. Desde los iniciales debat~s sobrela oligarquía y los grupos de poder econ~m,ico hasta, l,os estudl~s, quebuscaban examinar las bases sociales, economlcas y polltlcas del r~glI~~nvelasquista y sus consecuencias en relación a la crisis de la domlnaclOn

oligárquica

La estructura social del país, en este período, se caracterizó por u~arelativa democratización del ejercicio del poder. De un lado, se prodUjOuna expansión de los derechos políticos (desde el derecho de voto de lamujer en los años cincuenta hasta el derecho de voto de los analfabetosy los mayores de 18 años que estableció la Constitu~ión de ,1979); deotro lado, se ampliaron los derechos sociales (segundad s~~lal, salud,educación, garantías laborales para los trabajadores, ,la ~stabll1dad en elempleo y el reconocimiento de las organizaciones Sindicales). ~~tensossectores sociales que habían estado excluidos de los dere~hos baslc~s enla sociedad oligárquica comienzan a participar en el sistema soc~al ypolítico y éste busca incorporarlos, aunque de manera fragmentana.

La constitución y vigencia de esta estructura de poder f~e el r~sul-tado de dos procesos convergentes. De un lado, la, presenCIa sOCl~lypolítica de amplias capas sociales anteriormente exclUidas: el campesina-do, una nueva clase obrera y un vasto conglomerado de grupos ~rbanoscon empleo inestable e ingresos insuficientes (las masas marginales osemiproletariado), De otro lado, la incorporación dentro del bloq~e enel poder de una nueva burguesía urbano-in~ustrial y la presencia denuevas capas sociales medias urbanas y profeSIOnales. " ,

En la base de esos procesos se encuentra la creciente urbanlzaClonde la sociedad (económica, social, política y cultural) producto de, ,laintegración de la sociedad peruana en la nueva fase de la ac~mulaclOlndel capital a escala mundial que se inicia en los años que Siguen a ,aSegunda Guerra Mundial. En esta nueva onda larga de desarroll~ capl-

, . l' , , d 1 ital lo que traera comotalista se produce la InternaClona IzaClon e cap

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consecuencia un crecimiento y expansión del capital en el Perú como enotros países periféricos. De esta manera se fue homogeneizando en unsentido capitalista la estructura económica y social del país, proceso queconcluiría con la erradicación de las formas de explotación señorialistasvigentes desde la colonia y, además, daría como resultado la emergenciade una estructura de clases vinculada al capital: una burguesía urbano-industrial y una clase obrera con un extenso ejército industrial de reser-va.

En este contexto, se demandaba a la sociología la búsqueda desoluciones a los problemas sociales del país para que contribuyera así ala democratización de la sociedad peruana. Sin embargo, estas demandasfueron interpretadas y procesadas en el campo de la sociología de variasmaneras que se pueden resumir en dos propuestas básicas.

La primera, que fue la dominante, le asignaba al sociólogo el papelde técnico capaz de realizar estudios especiales para solucionar problemassociales "prácticos". Estos se habían estado multiplicando debido a lacreciente y acelerada irrupción de las masas en las ciudades y a losapremiantes cambios en las zonas rurales. La necesidad de elaborar pla-nes sectoriales, regionales o nacionales, así como el incremento de lastensiones y conflictos sociales, llevaron a los responsables estatales yempresariales a estimular la formación de técnicos en asuntos sociales. Lacreación, en 1961, del Departamento de sociología en la UniversidadNacional Mayor de San Marcos y, posteriormente, en 1964, de la Facul-tad de Ciencias Sociales, en la Universidad Católica, buscaron llenar esevacío y su objetivo era formar profesionales "capacitados para resolver losproblemas sociales". El modelo de esta propuesta fue la Facultad Lati-noamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), creada por la UNESCOen 1957 con el declarado propósito de "constituir rápidamente unareserva de especialistas en ciencias sociales calificados y aptos para em-prender las investigaciones que son las únicas que pueden fundar laacción sobre el conocimiento".

La segunda corriente fue la de la sociología crítica. Le asignaba alsociólogo la tarea de convertir en problemática teórica las preocupacio-nes centrales de las clases explotadas y la búsqueda de las vías para lograruna transformación radical de la sociedad. Aníbal Quijano resume bien

esta postura en la conferencia Imagen y tareas del sociólogo en la sociedadperuana, en julio de 1965. Allí señalaba que el sociólogo no es untécnico, sino un intelectual capaz de mantener una actitud crítica, cuyatarea era "la clarificación permanente de la conciencia social de los gru-pos humanos", donde el sociólogo como intelectual "debe otorgar a loshombres la posibilidad de replantearse en cada momento el sentido desu historia, la posibilidad de intervenir de manera racional y conscienteen la creación y recreación incesante de las condiciones concretas de su

existencia social".

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En los años setenta, durante el régimen militar del general VelascoAlvarado (1968-1975), estas dos perspectivas frente al quehacer delsociólogo se precisaron aún más. Por un lado, teniendo como base teó-rica la sociología de la modernización, una sociología técnica impuso trestareas para los sociólogos. La primera estuvo vinculada al trabajo deelaboración ideológica del modelo político del velasquismo que tuvocomo núcleo la idea de una "democracia de participación plena"; lasegunda, buscó desarrollar una investigación administrativa, en el senti-do de establecer hechos, organizados y ponedos a disposición de algunadependencia gubernamental; y, la tercera, estuvo relacionada con untrabajo de organización y de promoción. Por otro lado, la sociologíacrítica se radical izó en un análisis drástico del velasquismo y en la bús-queda de formas de vida emancipadas. La revista Sociedad y Políticareflejó bien este papel asignado a la sociología.

Desde fines de los años setenta se va a ir produciendo una profun-da reorganización de la sociedad peruana que trae consigo una redefiniciónde las tareas del sociólogo, y que condiciona su estado de ánimo: unasensación de confusión, incertidumbre e impotencia. Confusión en rela-ción con los enfoques teóricos, los conceptos y las metodologías queutilizan en su práctica científica; incertidumbre frente a un mercado detrabajo crecientemente esquivo; impotencia para afrontar los retos impli-cados en la comprensión y explicación la sociedad peruana de este con-

vulso fin de siglo.

La crisis del capital a escala mundial que se inicia hacia 1970,erosiona las bases sobre las que se había organizado la estructura depoder del periodo anterior. Si en lo fundamental, toda crisis significa

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reorganización y transición, en este caso, se reestructura el modelo deacumulación de capital dominante desde la postguerra, básicamente porla caída radical de las tasas de ganancia, y se inicia el tránsito hacia otromodelo de acumulación, sostenido por una nueva manera de producirbienes y servicios basada en la reciente revolución de las tecnologías dela información, cuyas manifestaciones más importantes son la micro-electrónica, la ingeniería genética y los nuevos materiales.

Así, se produce una radical mutación del sistema mundial, cuyossignos más visibles son la globalización de la economía (el surgimientode un espacio de explotación y dominación a escala mundial) y la ra-dical reconcentración del poder a escala planetaria en manos del capitalfinanciero internacional (que premunido, cual nuevos conquistadores, desu evangelio, el pensamiento único neoliberal, busca colonizar y catequi-zar a los infieles del mundo entero).

La inserción de la sociedad peruana, sobretodo en los años noven-ta, en el nuevo orden mundial en proceso de consolidación ha dadocomo consecuencia una profunda recomposición de la estructura de po-der. Las nuevas bases sobre las que ésta se organiza van a determinar laconcentración del poder en un sector cada vez más pequeño de la socie-dad peruana y la exclusión de sectores sociales cada vez más extensos.Este hecho le ha permitido señalar con bastante acierto a Aníbal Quijanoque estamos asistiendo a la reprivatización del poder, esto es, una formade ejercicio del poder estructural mente semejante al que se dio en lasociedad oligárquica.

En la esfera económica, ha surgido una nueva heterogeneidad es-tructural. Esto significa que solamente un segmento minoritario de lasociedad peruana logra incorporarse a la economía mundializada. Eneste sector, donde se utilizan las tecnologías más avanzadas para producirbienes y servicios, el capital tiene la más alta productividad y rentabi-lidad y está constituido fundamentalmente por el capital bancario yfinanciero y la economía primario exportadora. En el resto de la econo-mía se mantienen o han surgido diversas relaciones sociales de produc-ción: eL pequeño o mediano capital, formal o informal, la pequeñaproducción mercantil simple, formas de explotación semiesclavista y unaeconomía de la reciprocidad, donde se intercambian bienes y servicios

por fuera del mercado y que ha permitido la supervivencia de la pobla-ción más pobre de nuestro país.

En la esfera específicamente social, aliado de la estructura de clasesdel capital, que se ha reducido considerablemente, han surgido nuevasformas de agrupamiento social y nuevas identidades vinculadas a lasnuevas relaciones sociales y a intereses religiosos, étnicos y culturales. Asíha ido surgiendo un abigarrado conglomerado de grupos y clases socialesque han configurando la nueva trama de la estructura social peruana.

La heterogeneidad también alcanza al sistema político. Al lado deun estado que abandona radicalmente la satisfacción de las necesidadescolectivas de la población (salud, seguridad social, educación) y la pro-tección de los derechos de los trabajadores (flexibilización del mercadolaboral), y que concentra todos sus esfuerzos en extraer recursos parapagar la deuda externa, aparece otra institucionalidad social y política,enfrentada o simplemente al margen del Estado, donde se busca orga-nizar los intereses de amplios sectores de la población. Se trata de unavasta red de organizaciones populares vinculadas a la supervivencia, dondese van generando nuevas formas de relaciones sociales.

Pero lo más característico del actual orden social es el predominiode una cultura de la desesperanza en las clases y grupos sociales oprimi-dos y explotados. La cultura de la desesperanza se expresa en la incapaci-dad para pensar o para creer en formas de organización social alterna-tivas a las actualmente existentes. Se trata de la absolutización de lopresente y su aceptación como lo único posible. Pueden señalarse tresconsecuencias importantes de esta forma de representación de la vidasocial para los sectores mayoritarios de la población excluida. En primerlugar, el desmoronamiento de las relaciones sociales, pues desaparecen lasrepresentaciones colectivas capaces de mantener la cohesión social. Lasorganizaciones colectivas tienden a desintegrarse y predominan las acti-tudes individualistas. La afirmación de que "nadie cree en nadie" parecehaberse convertido en la voz de orden de aquéllos que quieren salir desu actual situación y buscan los resquicios de la estructura social pordonde podrían escapar de la miseria y la opresión. En segundo lugar,el recurso a la violencia -que es uno de los signos más brutales de estacultura- se impone en la lucha por la sobrevivencia. Sin objetivos

101LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALESCÉSAR GERMANÁ100

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definidos en qué creer, se busca en la violencia una manera de prevalecersobre los otros. La violencia aparece como la otra cara de la desespera-ción. En tercer lugar, la cultura de la desesperanza se ha convertido enel mecanismo por el cual la nueva estructura de poder, incapaz delegitimizarse por la vía de un mito, de una propuesta positiva de unorden social alternativo, busca obtener el sometimiento de los domina-dos. La falta de alternativas y la indiferencia son los componentes delimaginario de los sectores populares que se entregan como víctimas-pues pasivamente aceptan sus culpas- al nuevo poder.

Ciertamente, esta profunda reorganización de la sociedad peruanaha ejercido una vasta influencia sobre el quehacer del sociólogo. Enefecto, estamos viviendo el proceso de restructuración del país no sola-mente en sus aspectos materiales sino también, y, de manera significa-tiva, en sus aspectos intersubjetivos, incluyendo las formas de conoci-miento de la vida social, como la sociología. Aquí encontramos las raícesde la crisis que atraviesa a nuestra disciplina y su ejercicio profesional.La sociología no está en condiciones de ofrecernos una imagen adecuadade una sociedad extremadamente renovada en sus aspectos fundamenta-les. El tipo de problemas planteados y las formas de organizar las res-puestas a esas cuestiones no permite elaborar una imagen global y co-herente de la sociedad que de cuenta de los modos de organización y delas tendencias de cambio de la sociedad peruana. En consecuencia, lasociología ha sido afectada en su núcleo básico: su capacidad para com-prender y/o explicar la sociedad peruana. Esta angustiosa comprobaciónha planteado la perentoria exigencia de reconstruir sus supuestosepistemológicos, organizativos y profesionales.

En cuanto a los supuestos epistemológicos de la sociología lo queestá en juego son dos problemas. Por un lado, la superación de unaespistemología de la simplicidad, sustentada en el modelo newtonianode un presente eterno y en la filosofía de Descartes, sobre la que seconstruyó nuestra disciplina; y la recuperación de una epistemología dela complejidad, que permita comprender los sistemas complejos comoson los sistemas sociales y la elucidación de las cuestiones intelectualesbásicas implicadas en la reestructuración de las ciencias sociales (la rela-ción entre los seres humanos y la naturaleza, la relación entre lo univer-

sal y lo particular y el problema de la objetividad); y, por otro lado, elcuestionamiento radical de la razón eurocéntrica, una de las bases sobrelas que se había establecido el conocimiento científico social y la nece-sidad de una "descolonización de las ciencias sociales", para permitir darcuenta de la especificidad de nuestra formación social.

En cuanto a los aspectos organizativos del trabajo sociológico esfácil constatar que su rasgo distintivo es su muy débil institucionalización.Si bien en los tres últimos decenios ha ido logrando una creciente au-tonomía -la creación de las Escuelas de Sociología, del Colegio deSociólogos, entre otras formas de trabajo sociológico colectivo-, la so-ciología no consigue todavía independizarse completamente -como yaha ocurrido con la economía, entre las ciencias sociales, y con lasciencias naturales- de las diversas maneras de producción de bienessimbólicos, como por ejemplo el periodismo, el arte y la literatura, lapolítica, etc. En la lucha por el monopolio del conocim~ento. ~egítim~ dela sociedad, los sociólogos nos encontramos en una SltUaClOnrelatIva-mente marginal, con muchas dificultades para obtener un adecuadoreconocimiento social de los resultados de nuestras investigaciones.

De otro lado, es necesario tener en cuenta la creciente deslegitimaciónde la sociología como disciplina capaz de ofrecer un conocimiento racio-nal y científico de la vida social. El espacio de la investigación científico-social ha empezado a ser ocupado por un nuevo dogmatismo: el pensa-miento único neoliberal que se atribuye unilateralmente la interpreta-ción correcta de la vida social, rechazando cualquier otra visión comoideológica y por lo tanto equivocada y hasta perniciosa. Este enfoquefundamentalista que erosiona la importancia y el interés por incrementarnuestro conocimiento de la vida social, se traduce en el campo intelec-tual y profesional en la reducción de la importancia de la sociologíacomo disciplina científica institucionalizada (como Escuelas o Facu~ta-des) o como cursos complementarios en diversas especialidades. EXisteuna disminución alarmante de la demanda de los postulantes a lasuniversidades por esta disciplina. Este fenómeno es ~isible~ so~re. tod~,en las nuevas universidades particulares donde no eXiste nmgun mteresen establecer ni la carrera ni cursos de sociología.

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Además, e! dominante pensamiento neoliberal ha logrado imponerla insólita creencia de que sólo es valioso e! conocimiento técnicamenteutilizable. En e! caso de la vida social, desde esta perspectiva, las cienciassociales deberían reducirse a tecnologías sociales. Así, existen claras evi-dencias que muestran cómo, en la sociología se está produciendo unacreciente reconversión de la disciplina hacia una ambigua ingeniería social.Ya no se considera que su objetivo fundamental sea incrementar nuestroconocimiento sobre la vida social, sino e! de acrecentar e! dominio sobrela sociedad. Pero, como es característico de las tecnologías, éstas nodebaten sobre los fines (que son impuestos por la empresa privada o porlos organismos gubernamentales), sino únicamente sobre los medios máseficaces para alcanzar esos fines. La sociología como ingeniería social esambigua puesto que tiene varios ámbitos de acción no integrados entresí. Éstos van desde la investigación de mercado y de opinión hasta e!trabajo social y la promoción y la planificación social. Se pretende jus-tificar esta reorientación como consecuencia de las exigencias de! merca-do de trabajo. Ciertamente, se trata de un intento manifiestamenteinconsistente puesto que e! posible mercado de los "ingenieros sociales"es prácticamente inexistente ya que sus ámbitos más rentables han sidocasi monopolizados por nuevas especialidades: mercadotecnia, relacionespúblicas, trabajo social, administración de empresas. El problema, a nodudado, reside en otro lugar. Lo que está en juego es la pretensión delograr e! sometimiento de la sociología al discurso dominante que des-carta todo aspiración al análisis racional, esto es, no tecnocrático, de lavida social.

Sin embargo, a pesar de todos los obstáculos a los que se enfrentae! quehacer de! sociólogo, nuestra disciplina sigue resistiendo y luchandopor ser reconocida socialmente como una forma de conocimiento racio-nal de la vida social. Sucede que existe en algunos sectores sociales unanecesidad de la sociología para alcanzar una visión de la sociedad que lespermita ir más allá de las interpretaciones de la realidad social que danlos medios de comunicación, en particular la televisión, principal instru-mento de la dominación simbólica. En esta exigencia social de un co-nocimiento liberado de las tentaciones de la magia, encontramos e! mejoracicate para la renovación de la sociología. Como ha indicado P. Bourdieu,

105

134 Le Monde, 8 de mayo de 1998.

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

al explicar e! éxito de venta de sus últimos libros en Francia, "las per-sonas tienen necesidad de sociología y, tal vez, de esta sociología, porqueella les da instrumentos de comprensión de! mundo social, pero tambiénde ellos mismos" 132. Quizás aquí resida la explicación de la perseveranciaen e! trabajo científico en las antiguas y de las nuevas generaciones desociólogos. No se comprendería de otra manera la tenacidad con la quemuchos sociólogos mantienen su vocación por la sociología o e! crecientecompromiso de muchos alumnos con nuestra disciplina.

La existencia de revistas de sociología como las de las universidadesde San Marcos, Católica de Lima, Arequipa, Chiclayo, entre otras, muestrala supervivencia de! debate sociológico. En esta misma línea tiene queconsiderarse la continuidad de los Congresos Nacionales de Sociología yla de los Encuentros Nacionales de Estudiantes de Sociología, y de losEncuentros organizados por e! Colegio de Sociólogos. A pesar de laescasez de recursos y de apoyos institucionales importantes, estos espa-cios de debate sociológico muestran que todavía permanece la seducciónpor una actividad mal comprendida en nuestra sociedad.

El establecimiento de los estudios de postgrado en sociología cons-tituye otro signo visible de! interés por e! desarrollo de nuestra discipli-na. Las vocaciones atraídas por estos estudios buscan perfeccionarse enla teoría sociológica y en los métodos y las técnicas de la investigacióny especializarse en algunas de las ramas de! trabajo sociológico. Así, porejemplo, la maestría y e! doctorado en sociología creados en Sa~ Marcosha atraído a profesionales preocupados por comprender y explICar pro-blemas significativos de nuestro país. De mantenerse esta experiencia,podremos mirar con cierto optimismo e! futuro de la sociología.

En las condiciones tan críticas y dramáticas que atraviesan nuestropaís y e! mundo, ¿cuáles son la tareas que se le presentan a los sociólogoscuando nuestra disciplina, que surgió con una civilización que pareceestar llegando a su fin, también está sufriendo una radical reconstruc-

ción?En primer lugar, la sociología tiene que contribuir a alcanzar una

comprensión racional de un nuevo mundo social que está emergiendo

CÉSAR GERMANÁ104

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magmáticamente delante de nosotros. En este sentido, estará en condi-ciones de hacer retroceder la tentación de la magia (que no es sinoexpresión de la ignorancia) que ha sido expulsada de nuestra compren-sión del mundo natural pero que todavía se mantiene viva -comofuente de poder- en la vida social. Frente al ascenso del irracionalismo,necesitamos desarrollar una explicación coherente de los cambios en elcarácter de las relaciones sociales y de las nuevas instituciones socialesque se han venido cristalizando en nuestro país en los últimos tresdecenios: sus bases materiales, sus formas de organización social, losnuevos imaginarios sociales, la crisis de la representación política estataly las nuevas formas de autoridad surgidas fuera del estado. Esto es, lasociología debe ser capaz de elucidar la nueva estructura del poder socialque se ha ido configurando en el Perú actual.

En segundo lugar, la sociología debe desarrollar nuevas herramien-tas teóricas y metodológicas que, superando la noción eurocéntrica de larazón, permitan explorar otros espacios, historias y sujetos que no hantenido cabida en el proyecto occidental universalizante de la sociología.Responder a este desafío epistemológico nuevo tiene como punto departida la descolonización del conocimiento sociológico.

En tercer lugar, la sociología puede ayudar a esclarecer la existenciasocial de los seres humanos. Con la sociología seremos capaces de com-prender nuestro lugar en la historia y en la sociedad, pues la sociologíase constituye en uno de los instrumentos más poderosos del conocimien-to de nosotros mismos al hacemos capaces de acceder a la libertad queel conocimiento de los determinismos sociales permite alcanzar.

En cuarto lugar, la sociología puede participar eficazmente en elmejoramiento de las relaciones sociales al intervenir en la solución de losproblemas que el actual orden social viene generando. En este caso, a lossociólogos se les presenta de manera aguda problemas éticos y de con-ciencia que sólo pueden resolverse considerando a la sociedad no comoun objeto que, en esta condición, puede ser manipulado, sino como unsujeto, con capacidad de auto reflexión y por lo tanto competente parafijarse sus propios fines y objetivos para la acción, que el sociólogotecnocráticamente no puede sustituir.

Finalmente, en quinto lugar, la sociología puede concurrir a larealización de una acción política realmente democrática al desarrollar laposibilidad y el derecho de los individuos y de las colectividades deencontrar ellos mismos (o de producir) los principios que ordenan susvidas. Cuando la sociología desvela los mecanismos de dominación yopresión que mantienen el orden social, está contribuyendo a que todosseamos capaces de participar en la autoconstrucción democrática de lasociedad.

Éstas son las tareas que nos permmran enfrentar con éxito losdesafíos y la promesa de la sociología en los próximos años.

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APÉNDICE

Discurso en la Ceremonia de Graduación de la Promoción"Centenario de la Sociología en San Marcos"*

Asistimos con mucha alegría a la "ceremonia de graduación" de losalumnos de la promoción que con mucho acierto ha decidido denominar-se Centenario de La Sociología en San Marcos. Los profesores de la Escue!ade Sociología sentimos una viva complacencia al observar que un ampliogrupo de alumnos concluye satisfactoriamente sus estudios en un momen-to en que son cada vez más escasas las vocaciones por nuestra disciplina.En lo que a mí se refiere, debo expresarles e! enorme contentamiento dehaber contribuido a formarlos en e! oficio de sociólogos desde e! momentode su ingreso a nuestra universidad en 1992. Primero, en e! curso Intro-ducción a La sociología -donde intenté ponerlos en contacto con los e!e-mentos básicos de! análisis social- y, posteriormente, en los tres Semina-rios de Investigación, donde procuré transmitirles --espero que de maneraexitosa- valores y habilidades necesarios para la investigación sociológica.Los resultados de los trabajos realizados en los Seminarios podrán serapreciados en un libro que saldrá a luz en las próximas semanas, graciasal apoyo de la Facultad de Ciencias Sociales. Durante estos cinco años deenseñanza he encontrado receptividad para e! debate de las ideas y unadecidida voluntad en e! aprendizaje de! oficio de sociólogo. Por esta pre-ocupación intelectual de los alumnos que ahora egresan acepté ser e! pa-drino de la promoción. Les agradezco que me hayan confiado esta respon-sabilidad. Más aún, por tratarse de la promoción que egresa cuando secumplen cien años desde que Mariano H. Cornejo estableció la primeracátedra de sociología en e! Perú, en la Universidad de San Marcos. Laconmemoración de este centenario tiene una especial significación para

* Discurso pronunciado el 8 de marzo de 1997.

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110 CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 111

todos nosotros: nos exige realizar un balance de lo que hemos hecho y nosobliga a señalar las perspectivas del desarrollo de la sociología en el sigloXXI. Ciertamente, éste no es el momento apropiado para elaborar unanecesaria sociología de la sociología en San Marcos. Más bien, quisieracontribuir en mi calidad de padrino -que es quien "favorece y ayuda aotro en la vida", como lo define un diccionario- a una indispensablereflexión sobre el sentido de profesar la sociología.

Evidentemente, en esta "ceremonia de graduación" nos encontramoscon un ritual -y como todo ritual constituye la institucionalización, porsu eficacia casi mágica, de la vida social. Pero, contrariamente a lo queharían otros profesionales, nosotros los sociólogos, no sólo constatamoslos hechos; también reflexionamos sobre sus significados. Si escudriñamoscon ojo sociológico el contenido oculto de la ceremonia en la que estamosparticipando, descubriremos la existencia de un verdadero rito de admisióny de investidura de los ex alumnos. A partir de esta interpretación, esposible preguntar: ¿a qué son admitidos? y ¿de qué se les inviste? Desdeluego que las autoridades y los profesores que hoy nos hemos reunidosomos los garantes de la entrada silenciosa e invisible, de los que han sidoalumnos durante cinco años, a la comunidad de los sociólogos y, además,los investimos de la capacidad para ejercer de manera legítima -esto es,socialmente aceptada- la profesión de sociólogo. De este acto simbólicoson testigos los familiares y amigos de los ex alumnos que han tenido lagentileza de acompañamos.

Sin embargo, este ritual, que parece tan simple y tan claro, no dejade planteamos algunas importantes cuestiones. Pues si examinamos conalgún detenimiento el sentido que tiene la profesión de sociólogo, vamosa encontrar que esta actividad está revestida de imágenes y significacionesdiferentes y hasta contradictorias. Éstas van desde la imagen del sociólogocomo una suerte de ingeniero social, con la específica tarea de ofrecerrecetas a las instituciones públicas y privadas; hasta aquella imagen delsociólogo como profeta capaz de revelar con claridad el incierto futuro.Ante tan gran confusión tenemos el derecho de preguntamos ¿cuál de estasimágenes es la del verdadero sociólogo? Sin embargo, me parece que siplanteamos de esta manera el problema no seremos capaces de encontraruna respuesta fructífera. Para tener una perspectiva más adecuada, por elcontrario, debemos examinar lo que significa ser profesional. En breve,podemos decir que una profesión consiste en el ejercicio de una determi-nada actividad. En nuestro caso, la profesión de sociólogo significa el

ejercicio, la práctica, de una específica actividad científica: la sociología.En consecuencia, preguntamos por la profesión de sociólogo nos lleva, enúltimo análisis, a preguntamos por la sociología.

'Qué es la sociología? Debo recordar, frente a aquellos que la con-e . d d" dsideran una forma -quizás la menos lllteresante- e pro ucclon e

ideologías sobre la sociedad, que la sociología es una ciencia rigurosa. Estaafirmación tiene una doble implicancia. De un lado, la sociología se pro-pone producir conocimientos; de otro, la sociología se estruct~ra c~~o unsistema coherente de hipótesis, conceptos y métodos de venficaclOn. Esdecir, reúne todos los requisitos que se suelen exigir a una ciencia; perocon objetivos y características específicos: busca producir conocim~ent~ssobre la vida del ser humano en sociedad. En este sentido, es una cienciaautónoma de la vida social.

Si la profesión de sociólogo es la práctica de la sociología, entoncesconcluiremos que su tarea profesional consiste en producir conocimientospara la comprensión del mundo social. Para algunos -quizás muchos~esta concepción de la función del sociólogo puede aparecer como excesI-vamente intelectualista, poco práctica. Conocer por conocer parece unatarea inútil, desprovista de todo provecho. Sobre este punto quisiera de-tenerme brevemente, porque lo considero central para la delimitación delámbito profesional del sociólogo. ¿Es acaso cierto que la profesión desociólogo, como investigador de la vida social, tiene un escaso o nulo valorpráctico?

La cuestión fundamental que es necesario examinar se refiere, demanera general, al uso práctico del conocimiento científico y, de ~aneraespecífica, a la importancia del conocimiento social para nuestra Vida ensociedad. Si examinamos la historia de las ciencias encontraremos que labúsqueda del conocimiento científico ha sido invariablemente just.i~cadaen términos de razones vinculadas con el mejoramiento de las condiCIOnesde la vida humana y con la emancipación de los seres humanos de lasfuerzas irracionales tanto de la conducta humana como de la naturaleza.La sociología, más allá de sus diferentes enfoques teóricos, se ha planteadola promesa de contribuir a la emancipación de los se~es.humanos de !osmecanismos que nos impiden tener un pleno conOCimiento ~e. la Vidasocial. La sociología busca revelar las cosas ocultas y a veces repnml~a.s. queocurren en la sociedad. En esta actitud reflexiva encontramos la poslblltdadde desvelar los secretos de los fenómenos sociales que, de otro modo, sólo

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unos pocos iniciados detentadores del poder, son capaces de conocer ymanejar. De esta manera, la sociología contribuye a que los seres humanosseamos capaces de actuar, individual y colectivamente, de manera libre yautónoma y nos da la posibilidad de encontrar, en tanto individuos ysociedades, los principios ordenadores de nuestras vidas. En consecuencia,el valor práctico de la sociología consiste en hacer retroceder la irraciona-lidad que todavía se mantiene en la comprensión del mundo social.

Desde luego que si aceptamos estas tareas para la sociología, nopodemos considerar que se trate de una empresa sin riesgos. Los másinsidiosos se encuentran en la intención de marginada, de desvalorizada yde deslegitimada. Se le margina cuando no se le toma en cuenta en eldebate de los grandes problemas nacionales. Se le desvaloriza cuando se leniega su carácter científico y se le arroja en el saco de las ideologíassociales. Se le deslegitima cuando se le impide desarrollar un discursoracional, socialmente aceptado, sobre los seres humanos en sociedad.

A pesar de estos riesgos, creo que bien vale lanzarse a la aventuraintelectual de comprender la vida social. Quizás no tengamos las gratifi-caciones materiales o simbólicas de otras profesiones. Pero estaremos encondiciones de ver realizada nuestra vocación, es decir, esa fuerza éticabasada en la búsqueda de la verdad, capaz de hacemos sobrellevar laspenurias que esta disciplina, a veces tan poco aceptada, nos pueda aca-rrear. Creo que ustedes han aceptado ese reto. A pesar de las dificultadesque puedan presentárseles -que serán muchas- si tienen la vocación delcientífico social estarán en condiciones de superadas y de contribuir alograr un mejor conocimiento de nuestro país.

Queridos alumnos: ahora que ingresan a la comunidad de los soció-logos les deseo que tengan el mayor éxito profesional. Para lograr esteobjetivo, en esta convulsionada época que nos ha tocado vivir, tienen quedesarrollar la imaginación sociológica. En este momento de incertidumbre,desencanto y desesperanza, pero también de la existencia de una abundan-te información sobre la vida social, los intelectuales y, en particular lossociólogos, necesitan de esa "cualidad mental que les ayude a usar la in-formación y a desarrollar la razón para conseguir recapitulaciones lúcidasde lo que ocurre en el mundo y de lo que quizás está ocurriendo dentrode ellos", tal como lo demandaba el gran sociólogo norteamericano C.Wright Milis. Esta es la tarea y la promesa de la sociología a la que estánllamados ustedes como nuevos sociólogos.

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112 CÉSAR GERMANÁT,

I

IL

11A favor de la sociología; aunque sea

una ciencia que moleste*

Cuando acepté la invitación de los organizador~s del III Congreso

N· I de Sociología para desarrollar una conferenCIa sobre el enmara-aClona f, ., doble

- ado tema de la Sociología como ciencia y pro eSlOn, tuve unan . , Por un lado el escaso tiempo del que disponía para prepararaprenslOn., .c. Id·

Ponencia lo suficientemente madura. Por otro, las dlllcu ta es propiasuna c. .. , taba consd asunto donde no tengo opiniones dellnltlvas aunque SI es -.e utn de que algunas de mis convicciones discrepaban en puntos funda-

cien e h . '1mentales con el sano sentido común de muc os soCIOogos.

Sin embargo, por el debate suscitado alrededor de las ideas que pro-

Puse tanto entre los participantes del Congreso como en c~lega~l~~e han, di· ., puedo S1l10le ICltarmeleído posteriormente el texto e a exposlclon, no .

or haberme lanzado a esta audaz empresa. Al examinar los come~tanosPd . , . 'alla' de lo acertado o injustificado de las tesIs quee mis cntlcos, mas . ,

d II arten conmigo la preocupaclOn porsostienen creo que to os e os comp 1 . ,, . I bren a os SOCIO-dilucidar la situación actual y las perspectivas que se e a d ..

c. . t el obJ·etivo e mi exposl-I a la sociología. Este lUe, preclsamen e,ogos y . 'F 1 b ntido de numerososción· problematizar la SOCIOlogia. rente a uen se. bl.d

.. I . I ' disciplina bien esta eCI a, ensociólogos para qUienes a SoCIOogla es una 1 1: I '. 1 'd nte y a la que e la tanaI ue los estudiantes pueden 1I1staarse como ame

s~l~ el espaldarazo del establishment (para lo cual tendría que lle~daradcablo." . t locutor reconOCI o e ala inviable proeza de convertirse en un 111er . d

. d d del Estado", como dice Guillermo Rochabrún), he Intenta osOCle a y . , I lementos que

I z -y en este sentido poner en cuestlon-, os esacar a u . n De estaconstituyen la ciencia y la profesión del SOCiólogopara su exame .

• J ' N o 20 21 respuesta a los comen-* Publicado en Debates en SoclOlogla, . - en .... , R G Id G Re na, R. Soto y T. ROjaSa mi ponencia

tanos de G. Rochabrun, . Ira o, . y.,,, ada en el II Congreso"La sociología como ciencia y como profeslOn present. la mismaNacional de Sociología (28-11-1995). Estos textos se publIcaron en

.• ¡eyista.

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114

puede escapar. De allí su desmedido "ajuste de cuentas", más propio de lassectas que de! debate intelectual. Pero antes de hacer un balance de losargumentos de Guillermo Rochabrún, me gustaría examinar dos líneastemáticas que se encuentran en e! centro de las preocupaciones de miscríticos.

115

1. Sociología, profesión, éticaEn primer lugar, se trata de! problema de la relación entre lo acadé-

mico y lo profesional en e! ejercicio de la sociología. En los comentarios,e! punto de vista dominante sostiene que la sociología para ser una dis-ciplina respetada debe ser aplicada, esto es, convertirse en una ingenieríasocial. Te!mo Rojas formula de manera tajante esta tesis: "la sociologíadevendrá en ciencia castrada si no se aplica y desarrolla como tecnologíasocial". Rosario Giraldo establece la eficacia de la sociología en la medidaen que es capaz de "ser útil en la resolución de los problemas sociales" que,en su perspectiva, abarcan: "la promoción social, diseño, implementacióny evaluación de proyectos, políticas sociales, gobiernos locales o regionales,entre otros"; y, situada en este terreno tecnocrático, anatematiza a lossociólogos: éstos, de no asumir e! carácter aplicado de su disciplina seconvertirían en "teóricos, puros, asépticos, de gabinete" o, también, para-dójicamente, en "políticos". Para Gustavo Reyna y Ricardo Soto la natu-raleza instrumental de la sociología se justifica porque "toda técnica es unmedio a través de! cual se objetivan las contribuciones de la ciencia". Unpoco más sofisticada es la tesis de Guillermo Rochabrún, aunque su argu-mento coincide con los otros comentaristas. Sostiene que la sociología alconvertirse en una disciplina autónoma se constituye en una carrera pro-fesional, con lo cual se maniataría al sociólogo para dedicarse de maneraprioritaria al trabajo intelectual. Si así fuese, ocurriría que e! sociólogo-como le sucede a algunos animales que se mutilan espontáneamente alencontrarse en pe!igro- recurriría a una verdadera autotomía, automar-ginándose de! análisis crítico .

En las ideas planteadas percibo una confusión entre la profesión, ala que se le atribuye un contenido técnico, práctico, éticamente neutro, sinningún otro compromiso que no sea la competencia; y e! trabajo acadé-mico, considerado como teórico, reflexivo, éticamente comprometido. Setrata, evidentemente, de una excesiva concesión al dominante buen senti-do común para e! que los "técnicos" son los únicos capaces de resolver

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALESCÉSAR GERMANÁ

manera, me he esforzado por abandonar la difundida imagen de unapretendida "neutralidad" y "objetividad" de nuestra disciplina. En breve, heprocurado contribuir al desencantamiento de la sociología con la esperanzade que e! debate sobre su actual situación posibilite e! surgimiento deperspectivas capaces de afrontar las rudas realidades de! presente.

De entrada, me gustaría disipar un equívoco subyacente en los co-mentarios de algunos de mis críticos. Se trata de la errónea impresión dever en la firme defensa de mis puntos de vista e! rechazo dogmático a ideaso propuestas diferentes de las mías. Nada más alejado de mi manera depensar, por ejemplo, la suposición de Te!mo Rojas de que "sólo las ideasque defendemos son correctas" o la afirmación de Guillermo Rochabrúncuando so~tiene que para mí "puede y debe haber una sola forma legítimade conceblf y de practicar la sociología". Una actitud de esta índole meparece no sólo la expresión de una soberbia y de una petulancia inte!ec-tuales ajenas a la práctica científica sino, también, la traducción de unaperspectiva cognoscitiva incompatible con e! punto de vista defendido en~i exposición. En efe~to, la consideración de una verdad absoluta, a la quesolo uno~ pocos e!egldos tendrían acceso, se opone a la posibilidad de!examen hbre de los problemas donde e! criterio determinante de la verdado falsedad de una idea no sea la tiranía ni de los datos ("la comprobaciónempírica c~n:~ e! único criterio de validez científica" como nos proponee! sano posltlvlsmo de Te!mo Rojas) ni de ningún tipo de autoridad. Pore! contrario, considero necesario -en oposición a todo absolutismoepistemológico- a.rribar a una verdad "discursiva" o "argumentativa" pro-ducto de! debate hbre de coacciones al interior de una comunidad cien-tífica donde se imponga e! mejor argumento. En esta línea de pensamien-to, en mi exposición, defiendo con firmeza mis convicciones sólo con e!o.bjeto de contribuir al indispensable debate sobre la sociología y los so-clólo~os y no ~ara repartir premios o castigos críticos a los que se acerqueno alejen de mIs puntos de vista.

. Por eso me parece excesivo e injustificado e! tono arrebatado con queGUllle~m~ R~chabr~n expresa sus críticas, arrogándose la prerrogativa deser la ultima instanCIa de! debate sociológico. No obstante estar de acuerdocon varias de sus apreciaciones, no me parece productiva la orientacióng~neral de sus planteamientos, pues a pesar de no quererlo termina per-dlé~dose en una obsesiva e infructuosa "criticabilidad exacerbada', cuyospehgros reconoce al inicio de su artículo y de la que lastimosamente no

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todos los problemas, desdeñando a los "teóricos" y a los "políticos". Sinembargo, si miramos bien las cosas, en e! centro de! problema encontra-mos que está en juego la cuestión crucial de los fines y de los medios ene! ejercicio de una determinada actividad, especializada o no, O bien setrata de una actividad eminentemente técnica, donde e! profesional notiene que interesarse por los fines de su acción sino únicamente por e!éxito de los resultados (la "competencia" profesional señalada por GuillermoRochabrún); o bien, se trata de una actividad reflexiva donde al profesio-nal le conciernen imperiosamente los fines de su actividad y los valoresque pueda realizar. En consecuencia, e! carácter técnico o teórico-reflexivode una profesión atañe básicamente a la naturaleza de la actividad, inde-pendientemente de la ética de las personas.

Así tenemos que si se define la función científica de la sociología porla producción de conocimientos sobre e! mundo social, entonces la socio-logía se configura como un oficio intelectual. Al tener. como fin la e!uci-dación de las relaciones sociales, la sociología sólo puede operar poniendoen cuestión de manera radical los mecanismos de explotación y domina-ción que funcionan en la vida social. En consecuencia, la actividad de lossociólogos profesionales se constituye en un oficio eminentemente inte!ec-tual: poner en evidencia los mecanismos por los cuales las relaciones so-ciales se organizan, se reproducen y se transforman. Por e! contrario, si sedefine e! fin de la sociología como un conjunto de técnicas que permitanla manipulación de! mundo social, se coloca la sociología al servicio de!orden establecido. El sociólogo aparece, en este caso, como e! "ingenierosocial" capaz de ofrecer recetas para reforzar los mecanismos que asegurenla dominación y su legitimación. Si éste fuera e! caso, como viene ocu-rriendo de manera generalizada, e! sociólogo no sólo ha renunciado atransformar e! mundo, sino también a interpretarlo.

Señalar estas opciones contrapuestas que se le presentan al sociólogono significa que esté "obsesionado por uniformizar la sociología". Antesbien, creo en la necesaria pluralidad de enfoques teóricos y en la búsquedade puntos de contacto entre ellos, comunicándolos lógicamente, con e!objetivo de lograr una comprensión racional de la vida social. Pero ello nosignifica que cerremos los ojos ante las consecuencias de la aceptación deuna determinada opción para la ciencia, para la sociedad y para e! propiosociólogo. Porque, finalmente, se trata de una elección y en toda elecciónes necesario reflexionar, evaluar las diferentes opciones y proceder de manera

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2. Sociología crítica, investigación empírica, "empirismo abstracto"

En segundo lugar, la cuestión de la relación entre la soci~logía "teó-rica" y la sociología "empírica". La propu.esta más clara la, sostIenen ,Gus-tavo Reyna y Ricardo Soto, quienes conSIderan q.ue"en mI ?lantea~I1lento"e! sociólogo debe ser una especie de filósofo SOCIal. TambIén, Gu¡jler~oRochabrún nos enseña que la obra de los clásicos no se hubl~se podl~oelaborar sin una ingente masa de materiales empíricos (estad~stIcas ofiCIa-les, datos etnográficos, documentos de diversa índole). EVld~~temente,pretenden atribuirme una concepción "teoricista" de la teoría. SI este fu.e,rae! caso, la sociología únicamente sería capaz de llevar a cabo una reflex~~nespeculativa sobre la vida social. Pero aq~í ap,a:ece una clara" confuslO,nentre la investigación social empírica y e! empmsmo abstracto que senabueno despejar.

En mi exposición he sostenido que la sociología es fundamentalmen-te una ciencia puesto que reúne todos los requi,sitos .que la definen c~motal: conceptos, métodos, procedimientos de venficaclón. En e~te sentIdo,hace mucho tiempo que se ha separado de la filosofía s.oclal, aunquetodavía existen sociólogos y profanos que frecuentemen~e tIenden ~ con-fundirlas. La sociología busca explicar las relaciones SOCIales,matenales eintersubjetivas, y para ello maneja datos, informaciones. Per~ estos dat~sno están dados como elementos claros y distintos de la reahdad. Es masbien e! trabajo científico e! que permite construirlos -ord~narl~s,clasificarlos- según las necesidades de la teoría. En una pe~spectIva ~Ia~metralmente opuesta se encuentra lo que de manera ta~ precI.sa C. .Wr~ghM'll d minó el "empirismo abstracto". En este estIlo de InveStIgaCIón,

I seno b' "fi eslos "datos" se constituyen en el principio y fin del tra aJo cI~ntI ICO;puun "dato" observable empíricamente se ofrece con la pretensIÓ,? de ,~ons-tituir una categoría teórica y a partir de allí expli~ar otros datos. ~utilización de datos empíricos no puede ser confundIda, en consecuenCIa,con el chato "empirismo abstracto".

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coherente. Todos tenemos que optar. Sólo planteo que esa elección seahecha reflexivamente, esto es, con conocimiento de causa. Lo peor quenos puede ocurrir -no ya sólo como soci~logos sino como seres, huma-

os en esta época de conformismo generahzado- es sentamos comoda-:e~te en e! balcón para esperar que se abran las cien flores de nuestrohermoso jardín sociológico,'

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3. Sobre el ''ajuste de cuentas"

Finalmente, veamos cuánto de razón tiene el exaltado "ajuste decuentas" de Guillermo Rochabrún con el cual quiere descalificar los funda-mentos de mi propuesta para comprender los problemas de la sociología.

En primer lugar, ¿es cierto que existe una contradicción entre lasociología como actividad crítica y la sociología como actividad académicauniversitaria? Pienso que no; pues ella, en muchos casos, ha podido hacer

Quizás, por eso, no sea sorprendente la propuesta de GuillermoRochabrún de establecer una división del trabajo al interior de la investi-gación sociológica entre "estudiantes y egresados jóvenes" e "investigadoresy analistas más experimentados", donde los primeros realizarían el trabajode campo y los segundos el trabajo teórico. Peor aún, este argumento esllevado todavía más lejos. Sugiere, además, otra división del trabajo, estavez en las universidades: entre aquellas que realicen investigaciones pararecoger "datos" -básicamente las universidades nacionales- y aquellasdonde se realice el trabajo teórico, propiamente sociológico. Si siguiéramoseste planteamiento, sólo lograríamos consolidar la actual situación de lainvestigación social donde predomina la fractura entre teoría e investiga-ción empírica. Cuando el "dato" es concebido como una entidad conexistencia propia, se convierte en el punto de partida de la investigacióny el punto de llegada de la teoría. Por el contrario, creo que la investiga-ción social fructífera es aquella donde lo teórico y lo empírico seinterpenetran formando una unidad.

Pero el problema no termina allí. Si se objeta mi propuesta de so-ciología no es tanto por su cientificidad sino por su posición crítica.Quizás sea esto lo que molesta. Existen muchos sociólogos que trabajanpor destruida, no abiertamente sino de manera subrepticia, apoyando portodos los medios una "sociología" constructiva, práctica, capaz de hacerserespetable frente al poder. Pero, ciertamente, la sociología no sería cientí-fica si no pusiera en evidencia los problemas; si no develara las cosasocultas; si no desencantara el mundo social; si no se enfrentara a losintereses sociales dominantes. La crítica para ser eficaz debe ser científica,esto es, rigurosa. En este sentido, no existe ninguna oposición entre lasociología crítica y la investigación empírica, antes bien, la investigación essu base y soporte.

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buen uso de la autonomía académica de la universidad para producirconocimientos sobre las relaciones sociales que nadie le demandaba explí-citamente, esto es, la verdad sobre el mundo social. Esta evidente consta-tación es soslayada, sin embargo, por Guillermo Rochabrún. Pareceríadesconocer que el Estado no es una cosa sino una relación social. Pues silo examinamos desde este punto de vista, nos encontraremos cómo, deacuerdo a las relaciones de fuerza que se establezcan en cada periodohistórico, es posible determinar una mayor o una menor autonomía uni-versitaria y, por ende, diversos niveles de libertad académica. En la actua-lidad, por ejemplo, el fenómeno del fujimorismo ~parece como ~esultadode la derrota de las fuerzas políticas y sociales dommadas y del triunfo deuna nueva coalición de poder. En estas condiciones, al régimen le ha sidorelativamente fácil avasallar la autonomía universitaria e iniciar una políticade conculcamiento de la libertad académica.

Merece subrayarse, además, la políticamente peligrosa relación queestablece Guillermo Rochabrún entre San Marcos, la sociología y el pen-samiento subversivo". En las circunstancias actuales, esa relación es utili-zada por los grupos más reaccionarios del país para tratar de limitar el libredebate académico en nuestra primera universidad. Evidentemente, nuestrocrítico se refiere a la preocupación central en la sociología de San ~arcospor desarrollar una teoría del cambio social. Sin embargo, el sentido co-mún dominante -y no por casualidad- nos juega una mala pasada:confundir cualquier teoría de la transformación social con las prácticas del"senderismo" o con un anquilosado "marxismo-leninismo".

Otro es el problema de la producción académica de la sociología enSan Marcos. La tajante afirmación de Guill~rmo Rochab.rún ~obre "[,,:] laesterilidad y del casi nulo impacto académICO de la soclOlogla d~ UnIver-sidades como San Marcos, desde los años setenta en adelante es unafórmula impactante pero que se ajusta muy poco a una re~li~ad demasia~ocompleja. De un lado, no puede negarse que en l~ espeCla~l,dad de SOCIO-logía de San Marcos han enseñado y han estudl~do soclOlogo~ que seencuentran entre los más calificados del país; que tienen una valIosa pro-ducción académica y que han generado esfuerzos importantes por com-prender, desde diversas perspectivas teóricas y metodológicas, la soc!e~adperuana. De otro lado, tampoco puede desconocer~e .que .han eXIstidoactivos grupos políticos -que aglutinaron sectores sl?nIficatlvos_ de estu-diantes y profesores- que se consideraban ellos ~~smos duenos de laverdad sobre la sociedad peruana y sobre todo lo dlVlno y lo humano; y

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que hicieron todo lo indecible para impedir e! desarrollo de una sociologíacrítica. A esta estrategia marxista-leninista orientada a la destrucción de launiversidad habría que agregarle e! permanente desinterés de! Estado porlas universidades nacionales; abandono más vinculado a los requerimientosde la política fiscal que al desarrollo de un "pensamiento subversivo" comopiensa Guillermo Rochabrún. Entonces, frente a estos hechos, tendríamosque preguntarnos, más bien, cómo fue posible que, en condiciones acadé-micas tan poco favorables, un grupo de profesores y de estudiantes pudie-ran persistir en un trabajo sociológico productivo en la Universidad de SanMarcos.

En segundo lugar, la cuestión de las relaciones entre la sociología yla modernidad. En mi exposición he intentado, quizás sin e! éxito espe-rado, al menos por la interpretación de Guillermo Rochabrún, de señalarla oposición y la tensión en e! "periodo moderno" de Europa Occidentalentre dos principios fundadores: la autonomía individual y social, por unlado; y la expansión ilimitada de la racionalidad instrumental, por otro. La"razón", en cada caso, ha significado cosas muy diferentes. Para e! capita-lismo, una de las cristalizaciones de la racionalidad instrumental, esa razónexpresaba la maximización de la ganancia a partir de! criterio de la expan-sión sin límite de! dominio racional de la naturaleza. Para los movimientossociales que encarnaban e! proyecto de autonomía, la razón denotaba, enpalabras de C. Castoriadis, "la afirmación de la posibilidad y de! derechode los individuos y de la colectividad de encontrar ellos mismos (o deproducir) los principios que ordenen sus vidas". En la base de los conflic-tos políticos, sociales, culturales de! periodo moderno se encuentran, a nodudarlo, los enfrentamientos entre esos dos principios básicos de la mo-dernidad. La sociología, como toda la creación intelectual y espiritual dela época moderna ha estado atravesada, también, por esa oposición y esatensión. Así, hemos tenido una sociología vinculada a la racionalidad ins-trumental que ve su traducción en una "ingeniería social" y una sociologíavinculada a la emancipación de los seres humanos. A esos conflictos tam-poco escaparon los clásicos de! pensamientos social, tal e! caso paradigmá-tico de la obra de Marx, como se ha podido ver en la utilización que deella hicieron e! leninismo y e! stalinismo.

En tercer lugar, e! problema de! poder. Creo que a GuillermoRochabrún se le escapa la idea de que e! poder es también una relaciónsocial. En su crítica me atribuye arbitrariamente una concepción de! poder

como concepto histórico-metafísico -"demiurgo de la sociedad"- cuan-do explícitamente señalo que es la praxis humana la fuente de la vidasocial, incluyendo e! poder. Ahora bien, esas relaciones sociales se estructurancomo relaciones de poder en las sociedades donde unos grupos dominana otros. En esas sociedades organizadas en torno al poder, e! estudio de lasrelaciones sociales exige poner en evidencia, en primer lugar, ese fenómenooculto, que no es visible para e! sentido común. Sacar a luz las relacionesde dominación, examinar los mecanismos mediante los cuales se ejerce e!poder y se controla la vida social no creo que defina una "concepciónconspiracionista de la sociedad". Con la racionalización de la vida social,en la sociedad moderna se racionaliza e! ejercicio de! poder político. Esteno aparece "cínico" sino con una clara preocupación por la eficacia. ¿Cuáles la forma más eficiente de ejercer e! poder? ¿Cuáles son las líneas demenor resistencia? Más allá de los buenos deseos de Guillermo Rochabrún,la política de la época moderna aparece desembozadamente maquiavélicay regida por la ética de la responsabilidad como señalaba Weber. Nos gusteo no nos guste, e! problema sociológico fundamental sigue siendo, enconsecuencia, e! examen de cómo se distribuye e! poder en la sociedad. Yla sociología no puede dejarlo de lado a menos que renuncie a la tarea quele es propia: conocer la vida social.

En cuarto lugar, la función de la sociología. Nada más alejado de miexposición que la imagen de una misión mesiánica para la sociología. Unasociología que merezca ser llamada tal tiene necesariamente que rompercon e! proyecto profético de la filosofía social y sus preocupaciones por lascuestiones últimas tales como e! sentido de la historia o de! progreso ybuscar convertir los "problemas de la vida o de la muerte" de la filosofíaen cuestiones que puedan ser tratadas científicamente. Y al cumplir susfunciones propiamente científicas cumple su misión. No se trata de servira alguien o a algo. Su función científica es la elucidación de las relacionessociales, tanto en sus aspectos materiales como intersubjetivos. Si lograhacerlo, creo que cumplirá con una función social fundamental; porque laeficacia de! poder se debe en gran medida al desconocimiento de losmecanismos que posibilitan su ejercicio. En este sentido, la función de lasociología que he intentando exponer en mi conferencia se refiere funda-mentalmente a la diseminación, a la divulgación, de un modo de razonarlos problemas sociales antes que la de dar recetas que le digan a losindividuos lo que tengan que pensar o hacer. En mi propuesta no existeningún mesianismo sociológico vanguardista y, por ende, político; me

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atengo, más bien, a la necesidad de lograr que sean los propios interesadoslos que decidan de manera libre y autónoma sus formas de organizaciónsocial. Por eso me parece tan riesgoso pensar en un discurso sociológicoque pueda decide a "la gente cómo entender y manejar sus vidas". A lomás, la sociología les servirá para asumir una mirada, una forma de pensar,capaz de dar cuenta de las relaciones sociales en las que están involucradosa partir de lo cual puedan debatir y decidir qué hacer con ellas.

11IComentarios a "La familia urbana en la pobreza"

de Carmen Pimentel *

Creo que el ensayo de Carmen Pimentel tiene muchos méritos en suanálisis de los problemas de las familias pobres de las zonas urbanas margi-nalizadas. Quisiera comentar tres de ellos que me parecen los más relevan-tes.

El primero se refiere al señalamiento de la pobreza como una relaciónde poder. Desde esta perspectiva, la pobreza no es vista como la ausenciade recursos para satisfacer las necesidades individuales y colectivas de losindividuos, esto es, como un hecho que puede ser identificado y cuantifica-do, sino como un proceso de relaciones entre grupos y clases sociales queocurre en el conjunto de la sociedad. Estas relaciones sociales forman partede un patrón de organización de la vida social donde el poder se distribuyede manera profundamente desigual. En consecuencia, preguntarse por lapobreza no significa únicamente hacer un recuento de las carencias indivi-duales y sociales de un conjunto de la población; se trata, más bien, deexaminar las formas de explotación y de dominación que determinan laexistencia de una población que no tiene los recursos necesarios parasatisfacer sus necesidades básicas. Así, la noción de pobreza pierde sucarácter casi natural -incluso vinculado al destino o a los designios divi-nos- que tiene para muchos, incluyendo a los propios interesados, paraubicarse en el centro mismo de la organización del poder de la sociedad.

Por tanto, al referirse a la pobreza, Carmen Pimentel tiene en cuentala profunda reorganización de la sociedad peruana que se ha venido ope-rando en estos últimos veinte años, producto de la reestructuraci6n delcapital a escala mundial. Esta referencia macro social le sirve de telón defondo para el examen de la situación de las familias pobres. Los excluidosy marginados por el proceso de reordenamiento del capital desarrollan un

* Publicado en: Carmen Pimentel (ed.), La familia y susproblemas en lossectoresurbanos pobres, Lima, CECOSAM, 1996.

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complejo de características que definen lo que denomina el "síndrome dela pobreza urbana", el que está delimitado por carencias materiales, de unlado; y de otro, por un modo particular de constitución de la subjetividad,donde lo central radica en el sentimiento de marginación y la ausencia deuna definida identidad personal y social. Si consideramos, entonces, lapobreza como una relación social, los pobres aparecen como una conse-cuencia necesaria de la acumulación de la riqueza y del poder social. Elincremento de la pobreza es la otra cara del incremento de la riqueza.

El segundo punto que quisiera comentar se refiere a la relación entreftmilia y sociedad. Creo que es un acierto examinar la familia no como unainstitución aislada sino como parte del conjunto de relaciones sociales queconstituyen la sociedad. La familia no es una isla -y mucho menos unaisla feliz-. Más bien, se puede pensar, a partir del texto, que las tenden-cias dominantes en la sociedad atraviesan la vida familiar, que las repro-duce y las consolida. En este contexto, las observaciones de Carmen sobrela cara oculta de la familia son contundentes: el abuso sexual de los niñosy la violencia física sobre algún miembro de la familia (donde los niñosy las mujeres son los mayoritariamente afectados) nos muestra hasta quépunto el ejercicio del poder adquiere toda su ferocidad cuando no encuen-tra la oposición de una fuerza equivalente. Por la intensidad emocional ypor la intimidad de las relaciones familiares nos encontramos en un espa-cio social donde el despotismo de uno de los miembros de la familia escasi ilimitado. En este sentido, la familia reproduce patrones de compor-tamientos dominantes en la sociedad, pero ampliados y convertidos enuna experiencia más degradante. Este tipo de familia se constituye, de estemodo, en una "correa de transmisión" de las orientaciones autoritarias dela sociedad en la búsqueda de conformidad social.

En tercer lugar, quisiera resaltar la idea de que la familia popular estáen crisis. Tengo la impresión de que esta crisis está vinculada a la maneracómo se ha formado la familia popular urbana, por un lado, y, por otro,a las consecuencias que tiene sobre ella el proceso de reorganización de lasociedad peruana. La familia popular se organiza a partir de la ruptura delas formas de familia vinculadas a la comunidad andina. La migraciónrompió con un patrón de organización familiar que tenía como eje lacomunidad andina donde cumplía funciones económicas y de socializaciónde los niños. La familia urbana popular se estructurará sobre la base de laprivacidad doméstica y del "individualismo afectivo". Ese proceso no se

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compaginaba con las tradiciones culturales de. recipr~~idad y de ~oli~ari~~dandina y dio como resultado una profunda mestabllIdad de .Ia 1~,StltUclO.nfamiliar. En el caso específico de Villa El Salvador, la constlt.uclOn, h~CI.afines de lo años setenta, de una estructura comunal de autoridad, pOSibi-litó la aparición de importantes indicios de cómo podía articularse lafamilia nuclear cerrada en una estructura comunitaria. Sería valioso explo-rar las consecuencias de esa estructura de poder sobre las relaciones fami-liares. Probablemente, como sugiere Carmen, se logró una mayor autono-mía individual y una reducción del autoritarismo en las relaciones degénero y de edades. Sin embargo, ese proceso se interrumpió y d~ él sóloqueda, como se señala en el texto, "una marca muy. f~erte en la vida. y enla memoria de la población". En las nuevas condICIOnes de la SOCiedadperuana que sale de la crisis, ese tipo de fam~~iat~~nde a ~xpl~;ar .y seencamina hacia lo que Carmen denomina una familIa atomlzada . Sm elsoporte de una estructura comunal de autoridad -tradicional, como en lacomunidad andina; moderna, como el caso de CUAVES- asistimos alproceso de desintegración de la vida fami.liar, cuyos ~~sgosprincipales noslo describe el trabajo que comento. Un tipO de familIa. que ya no es .unaunidad de producción pero que tampoco se ha .c~nvertldo e~ una ull1~adde consumo; una familia que no es capaz de aliViar las tensIOnes emoCio-nales de sus miembros sino que las incrementa; una familia que no escapaz de educar a los niños, pues esta función va siendo a~~~ida por losmedios de comunicación de masas, en particular la televlSlon. En estascondiciones, ¿qué futuro tiene la familia popular urbana?

Quisiera señalar, finalmente, el esbozo de u~a hipótesis. ~ntes queuna respuesta a esta pregunta. Ciertamente, este tipO de familIa es unainstitución represiva. Su larga agonía hará que se acentúe este rasgo. Dosfactores podrían alterar esta perspectiva. De un lado, lo que Carmen plan-tea como la superación de los aspectos subjetivos d~1 "síndrome de lapobreza": "Una parte de sus elementos subjetivos cambia y la pob~~zap.asaa ser vista no como una característica de la persona o de la familia, smocomo una situación en las relaciones sociales, o sea modificable". E~ estesentido, existe la posibilidad de que los individuos deci.dan por sí mismoslas formas de organización social más adecuadas a sus mtereses. Pero, porotro lado, esa autonomía individual requiere una forma comunal ~e orga-nización del poder donde se rescate la solidaridad, la igualdad y la libertad.Sólo en una colectividad de esta naturaleza, la familia perdería sus aspectosrepresivos y adoptaría la forma de vida doméstica comunal.

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V

las perspectivas de los movimientos sociales en los en-sayos de C. Blondet, J. Golte y M. lanaka*

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En los tres ensayos que comentamos esta tarde, a partir de unaconstatación común sobre el papel predominante que asume el mercadocomo mecanismo regulador de la sociedad peruana de los años noventa,creo percibir dos maneras de ver las actuales perspectivas de los movimien-tos sociales. Una primera es la propuesta optimista de J. Golte. Para él, los"actores nuevos" -los migrantes andinos- han dejado atrás la "jerarqui-zación étnica" a la que habían estado sometidos durante siglos para consti-tuirse en sujetos sociales que, por su número y por su tradición cultural,"tienen una serie de características que parecen ser ventajosas en la cons-trucción del capitalismo". En consecuencia, sostiene, la población peruana-mayoritariamente constituida por los "actores nuevos"-, "liberada delos lastres de la jerarquización étnica tiene una oportunidad para lareubicación en una sociedad globalizada, siempre y cuando logre utilizar lasculturas acumuladas en su pasado largo para la construcción de su futuro".

En cambio, en C. Blondet y M. Tanaka encuentro, más bien, unapercepción pesimista sobre el porvenir de los movimientos sociales. ParaCecilia Blondet, el movimiento de mujeres tuvo su momento de auge enlos años ochenta por la "confluencia de intereses y necesidades que surgencon la pobreza, con la política y con el feminismo", coyuntura en dondelos diversos grupos que lo constituían se convirtieron en "interlocutoresreconocidos por el Estado y los partidos políticos". Por el contrario, en losaños noventa, percibe que el movimiento de mujeres se desarticula comoconsecuencia de "la crisis del Estado y de los partidos políticos, el impactode la violencia terrorista y las medidas de ajuste estructural". Se abre asíun período donde, según la autora, las organizaciones populares buscanconvertirse en empresas y las mujeres dirigentes en empresarias; tareas para

* Publicado en: ]. Coder Ced.),Perú 1964-1994, Lima, IEP, 1995.

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

las que, evidentemente, el movimiento de mujeres no ha estado preparadoy cuyos resultados parecen inciertos.

Por su parte, Martín Tanaka sostiene la tesis de que los jóvenes,constituidos en importantes actores sociales entre 1965-1985, han abandona-do progresivamente -por la "desarticulación de los actores y las organiza-ciones juveniles"- la acción colectiva y su participación en "lo público ypolítico" para refugiarse en el terreno de lo "privado y social". Por ello,piensa que, en un futuro inmediato, los jóvenes difícilmente tendrían unpapel político importante en cuanto "actores sociales organizados"; ese rolsería asumido por las élites. "Pasamos así -concluye-, luego de un largorecorrido, de las expectativas puestas en los jóvenes como renovadores perse, al papel que deben cumplir las élites y su responsabilidad en la cons-trucción de alternativas".

II

¿Qué ha ocurrido en la sociedad peruana y en el Estado para quesurgieran esos movimientos sociales? Más allá de las apreciaciones sobre eldestino de los movimientos sociales en los próximos años, los tres autorescomparten la misma percepción sobre los cambios producidos en la socie-dad peruana y en el Estado en estos últimos decenios y sobre las consecuen-cias de esos procesos en la constitución del movimiento de mujeres, de losjóvenes y de los migrantes andinos. C. Blondet precisa bien la idea decómo la reorganización de la sociedad peruana estuvo en la base de laemergencia de un movimiento de mujeres. En este sentido, sostiene que"en las últimas décadas, el proceso de modernización y la crisis económicafueron los factores estructurales que promovieron el surgimiento del mo-vimiento de mujeres en el Perú. La quiebra del orden tradicional y elcolapso del modelo "estatista" de desarrollo propiciaron la flexibilización dela división sexual del trabajo y el cambio en la ubicación de las mujeres".Por otro lado, J. Golte, más bien, pone énfasis en la crisis del Estado. Esteque "había sido el mecanismo central para mantener la jerarquía étnicasurgida en la colonia, entró en una crisis sin precedentes". La deslegitimacióndel Estado la vincula a su sobredimensionamiento y a la endémica crisis

fiscal.En consecuencia, tenemos a mujeres, jóvenes y migrantes andinos

emergiendo en una sociedad fracturada y en un Estado incapaz de mante-

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III

Si tenemos en cuenta los profundos cambios que se están operandoen el Perú de hoy, se hace evidente la importancia de preguntar por eldestino de los movimientos sociales. Lo que esos movimientos muestranconstituyen indicaciones útiles para tratar de descubrir hacia dónde va lasociedad peruana. Precisamente, los ensayos que comentamos son valiososporque nos señalan algunas pistas de las tendencias principales del procesode reestructuración que se está produciendo en nuestra sociedad. Las dosperspectivas en las que se ubican ponen de manifiesto dos vías -opues-tas pero complementarias- por las que parece orientarse la reorganización

del país.Por un lado, el proceso de reconstitución de un polo dominante en

la sociedad peruana que se integra de manera dependiente en la economíamundializada. Ello implica, por un lado, la reconversión económica que seorienta a la expansión de la capacidad exportadora -materias primas,alimentos, productos manufacturados- y al desarrollo de actividades especu-lativas y de intermediación financiera. Y, por otro lado, la existencia de

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trataría de un sector socialmente homogéneo. Sin embargo, si se examinacon detalle su composición se encuentra una gran diversidad social. Así,se puede distinguir, al interior de los "migrantes andinos", tres tipos bá-sicos de relaciones sociales. En primer lugar, aquellos que han logradoestablecerse como empresarios; esto es, los que explotan mano de obraasalariada. En segundo lugar, aquellos que se encuentran en la pequeñaproducción mercantil simple. En tercer lugar, aquellos que intercambianfuerza de trabajo y productos por fuera del mercado. En cada uno de esoscasos, sus formas materiales de articulación tienen características distinti-vas, aunque desde un punto de vista cultural o étnico se les puede con-siderar como agrupamientos con identidades relativamente homogéneas.Además, se debe problematizar la continuidad que establece Golte entre la"cultura antigua" y los "actores nuevos". A partir de la evidencia existentese puede conjeturar que las relaciones sociales que establecen los "migrantesandinos" en la ciudad constituyen una realidad nueva pues las formassociales antiguas cuando se configuran en nuevos espacios sociales asumencaracterísticas diferentes a las de su situación original. Las relaciones socia-les son realidades específicas, pero perderían este rasgo si se las sacara delcontexto histórico que las define.

LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALESCÉSAR GERMANÁ

ner su autoridad sobre el conjunto de capas y clases sociales dominadas.En ~se contexto, se redefinen los roles sociales tradicionales de la .del Joven di' A mUJer,d y. e ~s mIgrant~s. partir de allí se puede advertir la existenciae nuevas Identidades soCIales y su cristalización en sujetos colectivos.

Sin ~m.bargo, las observaciones hechas en los trabajos comentadosmuestran UnIcamente los aspectos exteriores de procesos mucho más [0-

fundos que están ocurriendo en las entrañas de la socI'edad p EP.fi . " eruana. XIS-

~en. su IClentes eVIdenCIas de que los movimientos sociales constitu enIndICadores de la reestructuración de la sociedad peruana E b' yh Id' n cam 10, nose a ac ara o de. manera precisa el papel de los mecanismos actuantes enese proceso. Para Intentar elucidados la hipótesis ma's Lru t'L11 ' L cuera me pareceaque a que señala que se ha estado produciendo una radical recomposiciónde la estructura de poder global en el país En I ti d II ... o un amenta se trata dea CflSISy de la re~rganización del poder del capital. La estruct~ra de poder

que se fue constituyendo desde los años cincuenta estalló en los añsetenta como consecuencia de la crisis mundial del capital. Se abri' o,sdesde ,. o aSI,I 'd ese ~omento, ~n penodo de Inestabilidad en todos los órdenes deda VIIa .s~cIa~.,En pa.rtIcular, es posible percibir cómo los antiguos criteriose caSI IcaclOn SOCIalya no eran capaces de establecer agru amientos

estables y. con ~ontornos definidos. Se produjo, entonces, la eros~ón de lasclases SOCIalesVinculadas a las relaciones de prod . , . l'I '. UCClOncapIta Istas y, en suugar, surgIeron agrupamIentos sociales con individuos que pert '

más de l' , . I eneClan auna re aClOn SOCIade trabajo y/o cultural.

Había oc~rrido que el proceso de modernización de la sociedadperuana producido desde los años cincuenta no logró la h " ,. r di' .. omogeneIzaClOnc~pIta Ista e paIs. 51 bIen prácticamente eliminó las Lormas d 1, . r 11 e exp ota-Clon precapIta Istas, la crisis qu~ aparece en los años setenta no permitióque se alcanzara el ~Ieno dominio del capital. En esas condiciones, losratron:s d: a~~upamI.en~osocial entraron en crisis y las clases sociales quea mo ernIZaClOncapItalIsta había establecido comenzaron a dey em smoronarse

fipezaron a emerger nuevas relaciones sociales sobre cuya base se irían~on Igurando ot~os espacios sociales con sus específicos agrupamientoson ren~vad?s dISC.urs~s:Los amplios sectores de la población que perdi:

;on su efimda .ub~caclOnen la sociedad serán absorbidos y reubicados enos nuevos mOVImIentos sociales: de mujeres, de J'óvenes de pobl d

entre otros. ' a ores,

Un buen ejemplo de lo - I ddr' . , . que vengo sena an o se encuentra en lae ImItaclOn del mIgrante andino. Según la presentación de J. Golte, se

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un comportamiento cada vez más corporativo y pragmático de la burguesíay de sus capas medias aliadas. La creciente modernización del Estadomuestra bien cómo se está reorganizando la estructura de poder en el paíscon el objeto de institucionalizar el nuevo orden social del capital. En esteámbito puede advertirse cómo una parte importante de las capas socialesdominadas buscan incorporarse -social y/o culturalmente- a los nuevospatrones de poder, abandonando sus anteriores identificaciones con losmovimientos colectivos.

Por otro lado, van surgiendo, de manera todavía difusa e incipiente,formas sociales que corresponden a nuevas prácticas sociales basadas en lasolidaridad, donde el poder administrativo y el dinero -los ejes queestructuran el segmento dominante- tienden a perd~F su fuerza deter-minante. Aunque su nivel de diferenciación social es muy incipiente y lasformas de vida en las que se desenvuelve no han logrado un grado elevadode institucionalización, pues en gran medida corresponden a estrategiaspara sobrevivir en un período de crisis, se puede ver en ellas un patrónalternativo de organización social. La persistencia de estas prácticas socialesdependerá de su capacidad para cristalizarse en relaciones sociales de pro-ducción basadas en la reciprocidad y en organizaciones de autogobiernodonde el poder tienda a socializarse. Precisamente, en este espacio sociales en donde otra parte de los sectores sociales, que se constituyeron enmovimientos sociales en los años ochenta, parecería estar transitando haciaformas nuevas de institucionalización social, económica y política.

Finalmente, se puede señalar que ser pesimista u optimista en cuantoal futuro de los movimientos sociales dependerá de la perspectiva queadoptemos para examinar los procesos que se están operando en la socie-dad peruana. Ubicados en el espacio social dominante, la articulación-real o ideológica- de amplios sectores dominados en ese polo de poderpodría dar una impresión favorable e, inclusive, podría considerársele comola única alternativa viable para e! reordenamiento de la sociedad peruanaen un período de creciente mundialización de las relaciones sociales. Perosi nos ubicamos en e! ámbito en donde se estarían desarrollando nuevasrelaciones sociales basadas en la solidaridad y en donde estaría surgiendouna racionalidad alternativa a la establecida por e! capital, la consolidaciónde ese polo internacionalizado sería e! obstáculo mayor para alcanzar for-mas de vida emancipadas de! poder administrativo y de! dinero.

L

130 CÉSAR GERMANÁ

V

Individuo, Sociedad, Sociología*

Quisiera presentar brevemente algunas ideas alrededor de! libro ~eGuillermo Rochabrún Socialidad e individualidad. Matertales para una 50(10-

1 '(L' PUe 1993). Se trata de una propuesta cuyo desarrollo puedeog¡a lma, , .. 'fi dser fructífero para impulsar, en e! momento actual: la práctica Cle,ntllca. e

1 . l' 1 Peru' La importancia de! trabajO de Rochabrun radICa,a SOCIOogla en e .. 'a mi entender, en e! hecho de ir contra la cornente domlllante en e!sentido común de los sociólogos de hoy en día. En prim~r lug~r, porquesus reflexiones constituyen una clara oposición al pragmatlsmo lmperante

1 'lologl'a Y esto por lo menos en dos sentidos. Por un lado, porqueen a soc . l' . 1busca superar la imagen de la sociología como una mera tecno ogla s~cla ,una especie de herramienta con la que se pretende influir en la:' re!~clonessociales; por otro, porque rechaza la subordinación de la. sOCl~loglaa l~práctica política. Rochabrún propone un examen de .l,a soclOlog~a.que estamás allá de la "ingeniería social" y de la preocupaclOn por legmmar unadeterminada práctica política y reflexiona teóricamente sobre algunos delos problemas fundamentales de la sociología ..

En segundo lugar, porque e! libro de Rochabrún propugna vlll~ularla reflexión sociológica con la preocupación por comprender la realIdadsocial. En este sentido, su objetivo no es la soci~logía, .en tanto quesociología, sino la realidad social. Pero, la realidad s~c¡al es vIsta de maneracrítica, reflexiva y no de manera tecnocrática. TambIén desde esta pe~spec-tiva e! libro de Rochabrún es un libro que va en contra de la corn~nte,pues abandona los lugares comunes, conformistas y bana~~s de ~a.SOCIOlo-gía para adentrarse en los difíciles terrenos de la reflexlOn teonca .. ,

El libro de Rochabrún está orientado a recuperar para la so.clO~ogla"un espacio autónomo para la reflexión teórica". Esta propuesta slg~lfica,en lo fundamental, oponerse al pragmatismo vigente. En este sentido se

* Publicado en: Debates en Sociología, N.O 18.

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puede comprender la siguiente afirmación: "En e! transcurrir de estos añose! mundo académico no ha logrado, e incluso diríamos que no se hapropuesto, constituir un espacio autónomo frente a la práctica profesionaly a la práctica política" (p.169). Creo que esta afirmación permite penetraren e! sentido de! trabajo de Rochabrún. Porque, por un lado, se trata deuna búsqueda teórica y en esta perspectiva es una apuesta por ir más alláde las orientaciones tecnocráticas que buscan reducir la sociología a unaingeniería social. Y, por otro lado, porque se trata de una reflexión crítica,en la medida en que cuestiona las categorías aceptadas tanto por e! sentidocomún, incluyendo e! sentido común de los propios científicos.

Para orientarse en la comprensión de! libro de Rochabrún me pareceindispensable referirse al ensayo que aparece como apéndice: "La políticade la sociología. Para una apreciación de! caso peruano" pues, a mi modode ver, allí se encuentra e! verdadero punto de partida y de llegada de!trabajo. En efecto, la preocupación principal de Rochabrún está dada porla búsqueda de salidas a la crisis de la sociología. Esta es percibida comoe! resultado de un desencuentro entre le realidad social y e! conocimientode esa realidad. La realidad "aparentemente ha 'desbordado' su instrumen-tal teórico" (p. 170); con ello quiere indicar cómo la imagen que lasociología nos ofrece de! país ha devenido en una imagen obsoleta, puesno es capaz de dar cuenta de los nuevos fenómenos sociales que aparecenen e! Perú de los dos últimos decenios.

Frente a las incertidumbres de la sociología, Rochabrún propone laree!aboración de las categorías y los conceptos capaces de dar cuenta de lanueva realidad que ha ido emergiendo en e! Perú postve!asquista. La es-trategia teórica seguida por Rochabrún consiste en reexaminar la tradiciónsociológica en función de la nuevas preguntas que nos plantea la actualrealidad social. Como dice Rochabrún, se trata de "confrontar una y otravez las nuevas y las antiguas respuestas y preguntas y definir nuevos pro-blemas a condición de recolocar y resignificar los antiguos en vez deproceder a su clausura sigilosa' (p. 180).

En este sentido, e! libro intenta examinar nuevas orientaciones teó-ricas con capacidad para replantear la imagen que la sociología ha desarro-llado sobre la sociedad peruana. Rochabrún para ello se enfrenta a uno delos problemas centrales de la tradición sociológica: la relación entre indi-viduo y sociedad. "Un problema otrora muy importante -y hoy segura-mente démodé-, como la relación individuo-sociedad, ha terminado

constituyéndose en e! eje que mejor articula e! conjunto de capítulos ...".Ahora bien, Rochabrún busca escapar a la reificación de estas dos catego-rías evitando considerarlas como momentos cronológicamente indepen-dientes -esto es, deja de lado e! falso problema de quién es primero: e!individuo o la sociedad. Más bien, busca aprehenderlos como dos aspectosde un mismo fenómeno, De allí la utilización de los términos "socialidad"e "individualidad", con los cuales procura precisar la manera en la que seproducen e! individuo y la sociedad.

Para abordar e! estudio de las relaciones entre individuo y sociedad,Rochabrún recurre a la tradición clásica -Durkheim, Weber y Marx- ycontemporánea -el estructural-funcionalismo y e! individualismo meto-dológico- de la sociología. En ambos casos considera que e! pr~bl~ma fueplanteado desde una perspectiva parcial ~ues enf~tiza~an la e~te~l~nda~ de!individuo y de la sociedad: las perspectivas soclOloglstas e mdlvlduahstas.

En e! primer caso examina las propuestas de Durkheim y de! estruc-tural-funcionalismo. En la presentación de las ideas de! sociólogo francés,pone e! énfasis en la tesis fundamental de considerar los ~en~~enos socia-les como cosas; esto es, como fenómenos externos a los mdlvlduos y quelos constriñen a comportarse de una determinada manera: fuera. de lasociedad no existe ningún fenómeno social. Desde esta perspectiva, secomprende bien cómo para Durkheim e! problema de la relación entre e~individuo y la sociedad se resuelve por la primacía de la segunda. SIconsideramos que para Durkheim la vida social no es más ~ue "~l m.edi~moral que rodea al individuo", podemos comprender que e! mteres prmcI-pal de su reflexión apuntaba a desarrollar. una ciencia. de la moral, pu~s lamoral en tanto "conjunto de reglas definidas y espeCialesque determl~animperativamente la conducta", constituía e! elemento ~entral de ,la Vidasocial. De ello resulta que e! individuo, en tanto ser social, n~ es sm~ unacreación de la sociedad. Teniendo en cuenta estas consl-deraclOnes,Guillermo Rochabrún llega a establecer las relaciones entre individ~o ysociedad en Durkheim y las compara con las que tenía el pensamientoliberal clásico: "Para el liberalismo e! individuo es e! agente fundador dela sociedad; Durkheim en cambio tiene de él una concepción dual: creat~rade la sociedad, e instancia independiente de ella", Ahora bien, si la SOCIe-dad constituye al individuo, éste aparece "carente de eficacia real paratransformar la sociedad" (p. 14).

En el caso de! estructural-funcionalismo, esta perspectiva se extrema,

¡

132 CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 133

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134CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES

135

pues la vida social se reduce a las OSICIO ... p nes sociales que . Isistema social y que los individ . constituyen euos tienen que desempeñar En ·dse puede afirmar que la sociedad lo es todo l· d· .d· este sentI otamente absorbido en e!la C ~ y e In IVI uo queda comple-al individuo "hasta haced; re~m~ senala Rocha~rún, la sociedad absorbeEn e! exam ,un ante ? convertido en un epifenómeno".

en de la teona de la estratIficación social de D .;~estra bien la perspectiva teórica de! estructural-funcionalis:I~. ~a~o~re

a aparece como un mecanismo dotado de .... oCle-

::: :~n~ó:i;~::.mplimiento por parte de! i:~:~~:n~~ f~~~~~e;~::::I::

Desde ambos puntos de vista se dI·brún que " I . d· 'd . pue e conc UIr, como señala Rocha-, e In IVI uo termina ddad" En I . por esaparecer, absorbido por la socie-. e pnmer caso, es la estructura n . Id·

social; allí e! individuo sólo d 10rmatIva a que omIna la vidapue e tener e papel p. d .roles que la sociedad le p E I asIVo e ejecutante deropo ne. n e segundo la . d dun sistema ' sOCle a aparece como.. que se autoregula, anulando la capacidad de! i d· ·dintervenIr de manera efectiva en el.L· . d n IVI uo paraunClOnamlento 1 . d dconsecuencia, en e! enfoque estructural funcionalista ~;o sOCle a '. Enmente en e! de Durkhei 1 . d d . mo antenor-duo. m- a socle a tIene la primacía sobre e! indivi-

En una dirección inversa a la de!" . l' "dera los enfoques "individualistas". I .SOCl~oglsmo , ~ochabrún consi-

Ye! "l' d··d l· . a soclOlogla comprensiva de M Weber

n IVI ua Ismo metodoló ico" E b .cía de! individuo sobre la soci:d d" 1 n am os casos se sostiene la prima-los desarrolla en e! capítulo 7 dae'suo~i~~~ument~s sobre esta perspectivapunto de partida de esta orientación . Considera a Weber como e!por Hayek y Popper A ' que fue desarrollada posteriormente"sociologismo" pue~ e;Ul tnos encolntram?s con la visión opuesta a la de!

, es e caso a sociedad co r d despecífica desaparece, manteniéndose ' . ~o .r~a I a ontológicason individuos los fenóme I u~ICamente e! individuo: lo que existe. ' nos co ectIvos no so' .Individuos. n SinO agrupacIOnes de

b' En la. amPllia presentación de! "individualismo metodológico" R hmn examina as propuestas de F. Ha ek d K .' oc a-

para e! primero, e! punto de partida d~ la ~idaeso~i~opper .C~n~ldera que,los fenómenos supra-individuales no ' . a es e indIVIduo y queindividuales "En . b· I senan SinO resultado de esas acciones

. suma, SI len e mundo s . Ir·duos, para todo eftcto teórico y práctico loso~: nbose dlmblta a los indivi-

m res e en comportarse

como si así fuera". En este sentido, comprender los fenómenos sociales novendría a ser sino comprender acciones individuales. Las "formas sociales"de Weber terminan por perder toda realidad objetiva para convertirse en"teorías", "construcciones mentales" de los propios individuos. Para Rocha-brún, Popper desarrolla los planteamientos de Hayek en dos direcciones:por una parte considera que la ciencia social debe analizar la vida social entérminos de los individuos y no como fenómenos "colectivos"; por otra,propone para e! análisis de la conducta social e! "método de! análisissituacional" o la "lógica de la situación". Las consecuencias de este enfoquemetodológico para la sociología las examina Rochabrún alrededor de la"sociología individualista" de 1. Jarvie y de! "racionalismo metodológico"de R. Boudon. La conclusión que se puede derivar de este análisis es la"insuficiencia de la reflexión de esta filosofía sobre qué es, a fin de cuen-tas, e! individuo" (p. 134). Pues se trataría de un enfoque donde e! indi-viduo es un sujeto restringido, limitado por circunstancias que lo tras-cienden, por un lado, y por otro, se muestra incapaz de entender cómoesos individuos aislados pueden establecer relaciones con otros individuos.Por ello la realidad social es aceptada como algo ya dado, la que no esanalizada teóricamente: "la vida social es aceptada como un dato de larealidad, y en consecuencia no le interesa cerciorarse 'cómo será que son'los nexos entre los individuos -y cómo serán los individuos mismos-que la hacen posible, si no necesaria" (p. 134).

Rochabrún critica los enfoques "sociologistas" e "individualistas" se-ñalando la exterioridad con que ambos consideran al individuo y a lasociedad, donde el supuesto básico que comparten sería "el postular parala sociedad y el individuo conjuntos de rasgos independientes y excluyentes"(p. 141). De esta manera, aparece en el primer plano de la reflexiónteórica el problema de la primacía de la sociedad o del individuo: ¿o bienes la sociedad la que produce al individuo, o bien es el individuo el queproduce la sociedad? Para Guillermo Rochabrún, planteado de esta mane-ra, el problema es insoluble, pues se les considera como entidades inde-pendientes, como "cosas", con realidad propia, lo que evidentemente nosucede en e! mundo histórico-social efectivo.

Para salir de este entrampamiento teórico, Rochabrún sustenta latesis de que "el individuo es absolutamente social y la sociedad es absoluta-mente individual" (p. 151). Si bien enfatiza la indisoluble unidad de estosdos aspectos de la vida social, no pierde de vista la especificidad de cada

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136CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 137

u~o de ellos: "esta identidad entre lo individual y l 'al 'eXIstan, de un lado los individuos con su d' , ,o SO~I n? n~ega que

dI' ImenSlOn eXlstenClalIncluiday e otro, espacIOsde socialidad más " 'lizados" ( 153) E " o menos cnstalIzados o instituciona-

1, ~', ' n SIntesIS, se trata de la propuesta de un ", d' 'dIsmo socIOlógICo". In IVI ua-

"i d' ~chabr~n" parte ~e la distinción entre "individuo psico-físico" en IVI uo sOCIal El pnmero darí I '1" b

del ser individual;'; el segundo ser;a :; ~~~v~dsuomás

,álsicodsy elementales" " socIa Iza o cuya car

tenstIca pnnclpal sería estar implicado en una tram dI.' ac-Es precisamente este vínculo social lo q d ' a e re aCl?n~s sociales.

I' ue etermIna su espeCIfiCIdad "L

re aClOnesson pues rasgos " " . asduos" (p 148) L ' fi "constitUtIVOS, pnmanos, internos a los indivi-

. o a a IrmaClOnde Marx citada po R h b ' '.esta perspectiva' "el h b ' r oc a run precIsa bIen148) .. om re solo puede individualizarse en sociedad" (p.

El "individuo psico-físico" sería el "individuo "" Ique individualista d ' mlmmo que e enfo-'d . lE' ~ manera umlateral, ha convertido en la base de I

VI a sOCIa. n cambIO, la sociología d fi d anacer la dimensión psico-bi l' ' q~de e len e Rochabrún, sin desco-r' o oglCa, consl era que esta dimensión dexp Icar la Instancia socio-cultural "como lo revela I l' n~ pue elas sociedades no guarde rel " I e que a dIversIdad deaClOna guna con la h 'd d b'de la especie humana" (p, 145) P II 'domogenel ,a lO-psíquicado , .. or e o, entIen e a la SOCll' IIsclplIna que trata del "e t d' d I l' o ogla como a. s u 10 e as re aClOnessociales" (p, 149).

Las relacIOnes sociales se presentan en cons odonde aparece lo indl'vI'd I 'o I ecuenCla, como el ámbitoua como socIa y I ' I "Aunqu,e Guillermo Rochabrún señala el peligro °q~;~:ist:o:o Indlvid~al.lo SOCIalen esta perspectiva ello no ' e ~utonomlZarsiempr d ' ' sena una consecuenCIa necesariasociale;" ~s~~ae: ~ r conSIdere la, "textura individual de los fenómenos

l . ¿, '¿ , e, I~pacto que dIversas características humanas asentadasen os m /VI uos, y umcamente en 11 do,social" (p, 149), A uí I o d' 0deos, ejan sentir su efecto en el mundo. q os In IVI uos no se presentan °d d

aIsladas sino como seres" '1 ' . como entI a essocIa mente constituIdo" I Ice una dialéctica entre ' d' 'd ' s , con o cua se estable-institu " ,In IVI UO y SOCIedaddonde a la vez ambos se

yen y son InstItUIdos como realidades indi I bl .den su especificidad como I so u es, aunque no pler-

, o muestra para Rochabr' I ' 'dtiempo social y d ' " , un, a eXIstenCia e une un tIempo IndlVldual' "t" ' d' 'd .

social, o histórico se imbri o I . lempo In IVI ual y tIempo, can e InCuso puede parecer ti '

pero no se confunden" (po 159). que se USlOnan,

Un aspecto importante en la propuesta de Rochabrún proviene de susugestiva interpretación de la obra de Marxo En su análisis, dos temas meparecen directamente vinculados al problema de las relaciones entre indi-viduo y sociedad. En primer lugar, Marx analiza el capitalismo en un doblemovimiento de pensamiento: por un lado, como un proceso "natural"donde los individuos aparecen como personificaciones de categoríaseconómicas; "capitalista" y "obrero" se presentan como la encarnación del"capital" y del "trabajo asalariado", En este nivel, el análisis reproduce elmundo cosificado de la sociedad capitalista donde los individuos estánmovidos por fuerzas ajenas a su voluntad, por las "leyes naturales de laproducción capitalista", leyes "que actúan y se imponen con férrea nece-sidad" (c. Marx). Pero, por otro lado, existe un nivel de análisis diferenteal anterior, en donde el énfasis es puesto en el ámbito en el que sedesarrolla la vida cotidiana de los individuos. "Esto es lo que damos enllamar (o..) la estructuración social del tiempo, entrada clave para describir yanalizar todas las manifestaciones personales y colectivas, de la vida social:no hay actividad que no se realice en el tiempo, sea compartiéndolo o enaislamiento, pero siempre bajo formas sociales reconocidas" (p. 69). Eneste plano del análisis se va más allá del mundo cosificado del capitalismoy es posible encontrar la praxis concreta de los individuos.

Este doble movimiento del pensamiento de Marx, que es bien esta-blecido por Rochabrún, permite acceder a un análisis que simultáneamentevincula la comprensión del capitalismo como sistema auto-regulado y comovida cotidiana de los individuos; se trata, por lo tanto, de una estrategiateórico-metodológica que Marx había denominado "abstracciones reales",Ello le permite describir la sociedad capitalista a la vez desde el punto devista del observador del proceso económico, como el proceso crítico deautovaloración del capital, y desde el punto de vista histórico del individuoimplicado en los conflictos de clase. Rochabrún describe esta doble perspec-tiva del análisis de la siguiente manera: "¿Cómo se constituye una socie-dad?, ¿cómo se produce o se sigue reproduciendo? A partir de sus catego-rías teóricas El Capital nos ofrece un edificio que puede parecer intangible,inmodificable, pero esa arquitectónica no es sino la reificación del máximogrado posible de estructuración del capitalismo, grado que en el mundoreal no es sino un caso límite. Salimos de esta ilusión cuando reinserta-mas las categorías teóricas en el movimiento histórico real" (p. 75).

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El segundo tema en el análisis de Marx que hace Rochabrún no estáexplícitamente desarrollado, pero constituye, a no dudado, el soporte teó-rico de su manera de comprender El Capital y también de su concepcióndel individualismo sociológico. Se trata de la radical historicidad de lasrelaciones sociales: el capitalismo es una formación social históricamentedeterminada y tanto las categorías que lo expresan como la "estructuraciónsocial del tiempo" donde se desenvuelve la vida social (individual y colec-tiva) tienen esa impronta: el capitalismo ha creado una forma específica devida cotidiana. Desde este punto de vista, el individuo no constituye unaentidad abstracta e indeterminada: "es, en su realidad, el conjunto de lasrelaciones sociales" (Marx, Sexta tesis sobre Feuerbach).

Este tema Rochabrún lo examina alrededor de la relación entre psico-análisis y marxismo, tal como aparece en el capítulo 6, y tiene por objetodelimitar el ámbito de lo subjetivo. Considera que el "psicoanálisis crítico"(Reich, Marcuse, Caruso) a diferencia de Freud no teorizó sobre "la socia-lidad humana en general" sino sólo en relación "a las formas de organi-zación social"; por ejemplo sobre el carácter represivo de la sociedad in-dustrial (p. 105). Sin embargo, tanto el psicoanálisis "crítico" como el"ortodoxo" comparten una concepción dualista de las relaciones entre in-dividuo y sociedad. Rochabrún señala que para el psicoanalista Joel Kovel"el pensamiento de Marx es inherentemente refractario a lo subjetivo" (p.109), Y después de examinar las diferencias entre Marx y Freud, concluyecon Kovel: "la confluencia entre Marx y Freud es tan indispensable comoimposible. Desde este punto de vista, y a diferencia del 'psicoanálisiscrítico', tanto en la sociedad como en el individuo laten fuerzas irracional esde signo ambiguo (...)" (p. 112).

Después de esta discusión sobre las relaciones entre el marxismo y elpsicoanálisis se tiene la impresión de que la subjetividad humana, tal comoRochabrún la concibe, tendría una constitución pre-social o a-social, puesno aparecería vinculada a las relaciones sociales. Por el contrario, la imagendel proceso de formación de la subjetividad que aparece en el capítulo 7del libro, corresponde a la de un individuo que se constituye como sersocial únicamente enla medida que ha sufrido un proceso de socialización.En tanto ser psico-biológico tiene un complejo mecanismo biológico ypsíquico, rígido en ciertos aspectos y sumamente moldeable en otros; peroque no lo hacen un ser social. Como lo ha señalado C. Castoriadis, laexploración psicoanalítica en todos los estratos de la subjetividad muestra,

139

"f

138 CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN l.AS CIENCIAS SOCIALES

por el contrario, hasta qué punto el proceso de socialización ha modeladola subjetividad del individuo desde que éste llega al mundo.

El "individualismo sociológico" sostenido por Rochabrún constituyeuna perspectiva teórico-metodológica capaz de dar cue~ta a la vez .~elproceso de constitución del individuo como el de la SOCIedad.La nOClOnde individuo social se convierte en el núcleo de esta reflexión orientada ala constitución de una sociología no reificante de las relaciones sociales.Ciertamente, siendo importante la vía teórica que sigue Rochabrún, meparece que debe ser completada para que pueda cumplir con el interésemancipatorio que la anima. Para ello es necesario introducir un temaadicional situado en esa misma línea de reflexión. El individuo no sólo esun individuo social (socializado) sino que también es un individuo reflexi-vo, en este sentido, un "sujeto humano", un individuo con "capacidad deactividad deliberada" (reflexividad y voluntad). La reflexividad no puede serconfundida con la razón calculante (instrumental) sino que se define nosólo por la autoreferencia ("saber que se sabe") sino por la"posibilidad deque la propia actividad del "sujeto" devenga "objet~", la explicit~c.i~nde símismo como un objeto no objetivo, o como objeto por poslclOn y nopor naturaleza" (c. Castoriadis). Ahora bien, es a partir de esta reflexividadque es posible comprender la subjetividad humana corr:o el resu~tado deun proceso de autocreación, pues ella se crea a sí mIsma medIante sucapacidad de "acción deliberada".

Sobre esta base es posible comprender la posibilidad de definir unproyecto de autonomía del sujeto humano, pues con él "surge un eid~snuevo en la historia del ser: un tipo de ser que se da a sí mismo, refleXI-vamente, sus leyes de ser" (Castoriadis). Este individuo puede ser autóno-mo en dos sentidos: en un sentido interno, como una liberación de su serpsico-biológico, de su historia y las instituciones q~e lo han formado; enun sentido externo, como participación en una SOCIedadque puede darsesus leyes por sí misma. Por eso, la autonomía puede ser co.ns~derada.como"la acción reflexiva de una razón que se crea en un movImIento sm fin,de manera a la vez individual y social" (Castoriadis). En esta perspecti~a,la sociedad no se reduce a la intersubjetividad, sino que reconoce la eXIS-tencia de instituciones vinculadas al trabajo y a la dominación. Sin embar-go, intersubjetividad, trabajo y dominación son el resultado del ~roceso deautocreación, y por ello también existe la posibilidad y la capaCIdad de s~auto-alteración. Es cierto que el individuo es modelado por una determI-

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140 CÉSAR GERMANÁ

n.ada sociedad; pero también es verdad que este individuo tiene la capa-c.ldad de reproducida o de transformada. En conclusión, desde esta perspec-tiva, se trata de la autocreación de la sociedad.

VI

La utopía del centro ola cuadratura del círculo*

Augusto Ruiz Zevallos, en e! libro ganador de! Premio de Ensayo1997 otorgado por la Universidad Nacional Federico VillarreaJ133,se hapropuesto la audaz tarea de hacer cuadrar las amplias posibilidades de laemancipación de los seres humanos en e! estrecho círculo de las necesida-des de! capital de una explotación sin límites. Empresa ciertamente auspiciosaen una época donde e! socialismo burocrático y estatista se ha hundidodefinitivamente y donde e! neoliberalismo aparece cada vez más cuestiona-do por extensos sectores sociales considerados superfluos para los interesesde! capital y que son brutalmente excluidos de! acceso a los bienes impres-cindibles para una vida humana. En estas condiciones, acometer la tareade compatibilizar e! bienestar económico con la libertad y la solidaridaddentro de! marco de la economía capitalista requiere de mucha intrepidezinte!ectual y de un amplio conoci!lliento de las principales tendencias dedesarrollo de la sociedad peruana. En muchos aspectos, Augusto Ruizcumple cómodamente con ambos requerimientos. Sin embargo, las herra-mientas conceptuales y metodológicas que utiliza limitan su propósito derealizar una crítica radical de las concepciones de! pasado e incurre en laaceptación complaciente de planteamientos que son inviables en un mun-do que ha sufrido una profunda reorganización. Necesitamos nuevos ins-trumentos para pensar una nueva realidad social y su transformación. Estaes la exigencia principal de las ciencias sociales en la hora actual.

* Publicado en: Yachaywasi. Revista de la Universidad Nacional FedericoVillarreal, N.O6.

133Augusto Ruiz Zevallos, Buscando un centro. La crisis de la modernidady el discurso histórico en el Perú, Lima, Editorial Universitaria de la UniversidadNacional Federico Villarreal, 1998.

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142 CÉSAR GERMANÁ LA RACIONALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES 143

Las cunctas sociales y la política

Uno de los méritos principales de la obra de Augusto Ruiz consisteen asumir las ciencias sociales como herramienta clave para comprender lascaracterísticas centrales de la sociedad peruana y para, a partir de esediagnóstico, pensar las líneas principales que nos permitan "mirar e! ma-ñ.ana'> Se t~ata de recuperar la tarea y la promesa con la que surgen lasCIenCIassocIales. El autor se coloca en e! cauce de la tradición más crea-dora de! pensamiento social: examina los cambios ocurridos en nuestropaís desde una perspectiva histórica para realizar un análisis crítico de!actual orden social, indagación que le permitirá explorar las líneas básicasde un nuevo proyecto para e! Perú.

Frente a unas ciencias sociales esterilizadas por sus estrechecesmetodológicas y su esnobismo temático y, sobre todo, por su indiferenciapolítica, Augusto Ruiz intenta investigar e! pasado motivado por interesesde! presente; fundamentalmente está preocupado por encontrar solucionesa I,o~actuales .problemas nacionales. Pero en su ensayo rechaza las proble-~atlcas examInadas por los "inte!ectuales de izquierda", sobre todo lasvInc~l.adas ~ las e.structuras económicas y sociales, pues considera que "talestematlcas SIntOnIzan cada vez menos con los problemas cotidianos de~ombres ~ mujeres de nuestros días" (p. 20). En su lugar, enfatiza laImportancl~ de las relaciones de los seres humanos con la naturaleza (Cap.1), e! estudIO de la vida cotidiana (Cap. Ir) y las investigaciones de género(Cap. IV). Este rechazo a las grandes interpretaciones totalizadoras lo llevaa la ~ú.squeda de "un discurso que destierre por fin las aproximacionesesenCla]¡stas, que vaya al encuentro de múltiples identidades", es decir, sepropone una interpretación de la realidad social basada en la categoría de"totalidad abierta".

Desde este punto de vista, enjuicia tanto las posiciones antimodernistasde! "uropismo campesinista" como la propuesta neoliberal en relación a losproblemas ecológicos y apunta al señalamiento de cómo de la concienciaambiental surge la tesis de! "desarrollo sustentable". Una idea semejanteencuentra en los estudios de las relaciones entre hombres y mujeres. Es-taríamos, según e! autor, superando sus enfrentamientos y conflictos: "lapers?~ctiva deja de estar marcada por e! sesgo egoísta implícito en e!femInIsmo para asumir e! tema desde e! enfoque de las relaciones degénero" (p. 65). En ambos casos, A. Ruiz encuentra una orientación de lasciencias sociales "en busca de la conciliación", perspectiva que considera

dominante. Parecería como si en la propia realidad social los conflictospasaran a un segundo plano y estuvieran surgiendo relaciones consensua-les. La consecuencia de este punto de vista es clara. Vivimos en unasociedad desgarrada por enfrentamientos y conflictos de todo orden, unasociedad fragmentada y los peruanos estaríamos buscando acuerdos pararemontar nuestra situación de "sociedad sin centro".

La base de esta visión de nuestra sociedad se encuentra en la tesis dela "crisis de! proyecto moderno" en el Perú. Para Augusto Ruiz, si bien la"la modernidad en e! Perú sigue siendo un proyecto incumplido", en laactualidad estamos atravesando un periodo donde existe un "desencantogeneralizado" de los "mitos modernos". "Hoy acontece una crisis de! pro-yecto de modernidad. Crisis de valores, crisis de! Estado-Nación, crisis delos grandes ideales que los modernistas han prometido a los peruanos a lolargo de la república, especialmente en e! siglo xx" (p. 132). Aún más,existe una franca desilusión frente a uno de los elementos centrales de lamodernidad: la política. "La crisis de la política es e! síntoma más exten-dido de la crisis de la modernidad (00.)" (p. 15). Se trata de la desconfianzade los ciudadanos en los "grandes discursos" que finalmente no han expre-sado sus aspiraciones ni sus necesidades cotidianas. Por ello ni la izquierdamarxista, ni e! conservadurismo neo liberal son capaces de remontar lasincertidumbres de nuestra época. La primera, porque sus "ideales imposi-bles" fueron desmentidos por una realidad terrible como lo mostró e!hundimiento de! socialismo realmente existente en la URSS y otros paísesde Europa de! Este. El segundo porque banaliza la vida de los ciudadanos,los excluye y los margina.

Un nuevo proyecto para el Perú

Este diagnóstico de! tiempo presente le sirve a Augusto Ruiz desustento para reflexionar sobre las líneas principales de una propuesta-que constituye e! núcleo de su ensayo- destinada a dar repuesta a lapregunta de "¿cómo encontrar un centro en un país pluricultural?". Suplanteamiento es político. Gira en torno a la necesidad de elaborar un"nuevo proyecto para e! Perú" que permita superar la crisis de la política,de tal manera que e! Perú deje de ser una sociedad sin centro: "Pero lacrisis de la política manifestación de la crisis de la modernidad en e! Perú,no es algo irreversible, ni mucho menos digno de celebrarse. Revertir estasituación implica refundar la política, re!anzar los ideales de la moderni-dad" (p. 132).

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Los medios para refundar la política en e! ensayo de Augusto Ruizpueden esquematizarse en los siguientes elementos: la identificación deuna base social, la constitución de un nuevo pacto nacional, e! re!egamien-to de! voluntarismo y la integración de lo individual con lo colectivo. Aquíencontramos e! contenido de! nuevo proyecto para e! Perú, que constitui-ría una tercera vía entre e! socialismo y liberalismo y que debería conver-tirse en "un nuevo mito nacional".

Juzga que e! punto de partida de una nueva política no puede encon-trarse en las clases sociales, pues se trata de una visión ontológica yesencialista de los grupos sociales, sino en los sujetos "en sus múltiplesidentidades", en "hombres y mujeres en principio como individuos, consus reclamos, sus derechos diferentes" (p. 20). Sin embargo, repara queestos individuos están atravesados por múltiples identidades étnicas. Citan-do a M. Hernández, considera que "el mundo interno de los peruanosestá dividido en cuatro: dos partes son blancas y dos partes son indias".Ni la parte india resentida, ni la parte blanca dominadora podrían cons-tituirse en la base social de un nuevo proyecto nacional. Solamente lapoblación "mestiza y moderna" - "una parte india ni servil ni resentiday tal vez una parte blanca ni culpable ni despectiva"- podrían asumir latarea de "refundar el proyecto moderno en el Perú".

Para ello advierte la necesidad de establecer un "nuevo pacto nacio-nal". Este tendría la finalidad de superar las diferencias por "vías consen-suales". Los sectores populares y las élites deberían ceder mutuamente yllegar a un entendimiento. "Los primeros al rechazar la violencia y optarpor e! trabajo sin esperanzarse en el paternalismo. Las segundas, mediantela evaporación -paulatina- de los prejuicios raciales, una realidad quizásoriginada en la convicción de que lo que se necesita es la eficiencia y noe! prejuicio, pero una realidad al fin y al cabo" (p. 57). Para consolidar estepacto nacional las ciencias sociales necesitan dejar de lado la problemáticade! conflicto y recuperar la temática de! consenso. En e! caso de lahistoriografía, por ejemplo, "un discurso histórico con este ingrediente sinduda colabora a situarnos en la construcción de un mañana donde puedangenerarse los consensos" (p.19).

Luchar por un "nuevo pacto nacional" significa también e! recono-cimiento de que "e! reinado de siete décadas de voluntarismo que inauguróla Revolución de Octubre" ha concluido. Ninguna fuerza social o políticatiene una opción privilegiada para imponer sus propias orientaciones a la

historia. Ni epistemológica ni políticamente se puede adjudicar a una clasesocial o un partido la capacidad de dirigir e! proceso social en un deter-minado sentido. Esta tarea corresponde únicamente a los individuos consus múltiples identidades, esto es, a los diversos sujetos sociales. Ni J. C.Mariátegui, ni V R. Haya de la Torre, ni la "izquierda marxista" de losaños 60, escaparon a la fascinación por e! mito voluntarista de la revolu-ción. Hoy sus propuestas aparecen desfasadas de las exigencias actuales decambio social. En consecuencia, "toca e! turno a las concepciones novoluntaristas en la lucha por una gran transformación" (p. 72).

En la búsqueda de las concepciones consensuales y no voluntaristasde! cambio, Augusto Ruiz analiza diversos planteamientos (e! liberalismosocial arequipeño, Manue! de los Ríos, Luciano Castillo, e! Haya de laTorre socialdemócrata, Basadre, e! Movimiento Social Progresista, CarlosDe!gado) elaborados en e! Perú para definir una tercera vía entre e! socia-lismo y e! liberalismo. Después de esta indagación concluye que en e! sigloxx, en e! Perú, se han producido avances importantes destinados a de!imi-tar una tercera vía política. Esta perspectiva, e! socialismo liberal, tienecomo núcleo principal la incorporación de los aspectos más prometedoresde la tradición socialista -la igualdad y la solidaridad- y de la tradiciónliberal -e! individualismo y la libertad. En los años noventa, Ruiz juzgaque estarían dadas las bases para "la difusión de la tradición liberal socia-lista".

Augusto Ruiz fundamenta su propuesta de socialismo liberal en unainterpretación de la acción humana donde lo individual y lo colectivo nose excluyen -como en e! caso de! liberalismo y de! socialismo- sino quese integran. Si bien considera que e! "individualismo natural de los hom-bres y mujeres" determina la acción social, éstos pueden alcanzar la soli-daridad -"que no está en la esencia de! ser humano"- luchando por esteideal. Apoyado en la teoría de la elección racional, sostiene que son losindividuos racionales, los que evalúan costos y beneficios, los que puedenincorporar la solidaridad para incrementar la riqueza. En este caso, se tratade una "solidaridad libre y constructiva. Libre porque no es lo colectivo,la dimensión supraindividual, ni entelequia alguna la que organiza lasestrategias de los individuos, sino que son los individuos los queconsensualmente elaboran la estrategia colectiva (oO.). Y constructiva, por-que a diferencia de! corporativismo -de patrones o de trabajadores- lasrelaciones de solidaridad interna no afectan a la sociedad mayor" (pp. 120-121).

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Finalmente, Augusto Ruiz se da cuenta de que no basta la elecciónracional de los individuos para lograr una transformación social. De laacción de ciudadanos aislados no va a surgir una voluntad capaz de mo-vilizar al conjunto de la sociedad para superar la "incertidumbre de nuestraépoca". Para ello hace falta un centro: "un mito movilizador, de manera talque los individuos que habitamos e! país tengamos obligaciones moralescon una comunidad mayor, que es la Nación y no sólo con nuestrasfamilias y con nuestras localidades" (p. 14). Pero e! mito no puede ser e!mito colectivo de la revolución, ni la "utopía andina". Estos no lograríanexpresar "los problemas cotidianos de hombres y mujeres de nuestrosdías". El mito tiene que ser e! resultado de los intereses racionales de losindividuos y expresar la complejidad de las identidades sociales: "Si losmitos, los ideales, no son rentables o no representan las asplraClOnes pro-fundas, e! grueso de las gentes no lo sigue" (p. 137).

La in viabilidad politica del proyecto posmoderno

¿Es viable la propuesta de Augusto Ruiz para refundar la política?Empecemos por e! pensamiento posmodernista, en e! cual de maneraentusiasta se inscribe nuestro autor. Esta es una corriente que abarca unagama muy amplia de perspectivas, métodos y sensibilidades que tienencomo común denominador e! cuestionamiento de la modernidad. En granmedida, corresponde al desencanto de muchos intelectuales frente al mar-xismo. El hundimiento teórico y práctico de! socialismo burocrático los haconvertido en escépticos de todo movimiento colectivo y se presentan nocomprometidos, evitando expresar su indignación frente a la injusticia yexhiben una enorme incapacidad epistemológica para pensar las relacionesmateriales de la vida social, excluyendo de sus análisis las nociones deexplotación y de dominación. El poder social se diluye en lo individual ylo parcial soslayando la reflexión sobre la preponderancia en la sociedadglobalizada de pequeñas minorías que gobiernan e! mundo.

Ocurre que para los posmodernistas la crisis de la modernidad no essino la crisis de una de sus dimensiones constitutivas: la razón histórica.Porque e! otro aspecto de la modernidad, la razón instrumental, es acep-tada de manera condescendiente: ni el pensamiento tecnocrático, ni lalógica del mercado provocan sus iras como los "grandes discursos"emancipatorios. Si se considera que el periodo moderno, como ha seña-lado C. Castoriadis, puede ser definido "como la lucha, pero también la

contaminación mutua de dos significaciones imaginarias: la autonomía deun lado, la expansión ilimitada de! 'dominio racional' de! otro"13\ para losposmodernistas solamente lo primero está en cuestión, lo segundo, lalógica productivista sin límite, no merece ninguna crítica.

Por otro lado, una propuesta para refundar la política requiere ir másallá de la "teoría de la elección racional". En la perspectiva defendida porAugusto Ruiz, la realidad social es e! producto de las decisiones y accionesde los individuos que construyen continuamente su mundo social, e! cualse les presenta como algo familiar y significativo. En este caso, los límitesde esta perspectiva tienen que ver con la concepción de las estructurassociales como producto de la simple agregación de las estrategias y de losactos individuales sin poder explicar por qué y según qué principios seproduce ese trabajo de construcción de la realidad social, reduciéndose auna presentación descriptiva de esa realidad. Como ha señalado PierreBourdieu, su error consiste en "tomar las cosas de la lógica por la lógicade las cosas": "La teoría de la 'acción racional' sólo reconoce las 'respuestasracionales' de un agente sin historia, a la vez indeterminado e intercam-biable. Esta antropología imaginaria busca fundar la acción, sea ésta eco-nómica o no, sobre la elección intencional de un actor libre de todocondicionamiento económico y social. Ignora la historia individual y co-lectiva de los agentes a través de la cual se constituyen las estructuras depreferencias que los conforman, en una dialéctica temporal compleja entrelas estructuras colectivas que los producen y que ellos tienden a reprodu-cir"135. ¿Cuál es, por ejemplo, la posibilidad de que un trabajador elijaracionalmente su empleo frente a la precariedad y a la amenaza de! des-pido? La violencia estructural de! desempleo, la existencia de un ejército dereserva de desempleados, es determinante para que e! trabajador acepte unempleo inseguro y de muy bajo salario.

Para refundar la política, la teoría de la elección racional no nosofrece las herramientas necesarias para imaginar e! socialismo de! porvenir,para pensar la transformación de la sociedad, para cambiar la vida política.La propuesta de un "socialismo liberal" no ofrece bases sólidas para e!

134C. Castoriadis, Le monde morcelé. Les carrefours du labyrinthe 111, Paris,Seuil, 1990, p. 19.

135P. Bourdieu, Réponses. Pour une anthropologie réflexive, Paris, Seuil, 1992,p.99.

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establecimiento de otro tipo de política. Pues ésta sigue siendo la mismapolítica de la modernidad, una actividad regida por la razón instrumental.La política tiene que ser refundada pero sobre bases diferentes de las quepropone Augusto Ruiz, pues al no criticada de manera radical y quedarseen una cosmética puesta a la moda filosófica ético-subjetiva del idealismomoral kantiano, que acompaña y justifica el capitalismo, queda atrapadoen la jaula de hierro de la acción estratégica. La crítica radical de la políticatiene que poner en evidencia su surgimiento en el mundo moderno y suslímites para alcanzar el proyecto de autonomía individual y social, talcomo sostuvo C. Castoriadis. En suma, "una reconciliación entre la po-lítica y los individuos" (p. 142), tesis central para refundar la política, nopuede pasar por una "democracia radical, cuyas herramientas conceptualesvan en auxilio de los ideales liberales y socialistas" (p. 138). Para que estareconciliación sea real y no ficticia constituye un requisito indispensable lasocialización del poder político, esto es, el establecimiento de la democra-cia directa. Este proyecto está lejos de ser utópico: existen en germen y demanera embrionaria en la sociedad actual los elementos que apuntan enesta dirección.

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