geografÍa, geopoÚtica -...

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'-<., POSTGRADO F.N GEOPOLÍ1'ICA GEOGRAFÍA, GEOPOÚTICA Y GEOESTRATEGIA LOS TÉRMINOS DEL CAMBIO (INTERCAMBIO). CHRISTIAN DAUDEl TRADUCCIÓN Y ADAPTACIÓN: IVAN D. RUBIANOGROOT REViSTA GEOESTRATEOIE NO, 50 2/91 GEOGRAPHIE, GEOPOUTIOUE ET GEOESTRATEGIE : TERMES DE t'E'HANGE. G eografía, geopoliúca, geoestratcgia: tres ténnlnos distintos y un mismo prefijo. •geo• del griego ge, la tierra. Un el emento común que nos r emite invaria- bkmen te al espado del pla:neta, pero con connotaciones semánticas diferentes, pero qlle pueden ser complemoe.nt\\rías. Se¡>,(n\ e! común uso, la geografía - cien da por la cual se habla frecuentemente ele cris is y de adap- Asésor de gocpcftico OCEANO ATIANT/(0 Lación- ha sufrido un:1 reJativa desvaloriza- don (descalificación) paro la mayor de los públicos, si bien -t os m¡\s advertidos (perspicaces)- la consideran, entrew!1lo. corno una discir li n;, fundamental pará la compresión del mundo de hoy. En cambio (desquit e), el mli. no -ücsdc ahora beneficiado por c:;ausa de la moda- de empJeo frC<..1Je nte, si no hegemónico. en SANTArt OE BooorA Col. • Votu.v.E.-.. S, No. 2 • Juuo .. DtciEMIIE 1994 - - - - - - - - -

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POSTGRADO F.N GEOPOLÍ1'ICA

GEOGRAFÍA, GEOPOÚTICA Y GEOESTRATEGIA LOS

TÉRMINOS DEL CAMBIO (INTERCAMBIO).

CHRISTIAN DAUDEl

TRADUCCIÓN Y ADAPTACIÓN: IVAN D. RUBIANOGROOT REViSTA GEOESTRATEOIE NO, 50 FEC~A 2/91

GEOGRAPHIE, GEOPOUTIOUE ET GEOESTRATEGIE : l~S TERMES DE t'E'HANGE.

Geografía, geopoliúca, geoestratcgia: tres ténnlnos distintos y un mismo prefijo. •geo• del griego ge, la tierra.

Un e lemento común que nos remite invaria­bkmente al espado del pla:neta, pero con connotaciones semánticas diferentes, pero qlle pueden ser complemoe.nt\\rías. Se¡>,(n\ e! común uso, la geografía - cien d a por la cual se habla frecuentemente ele crisis y de adap-

Asésor de gocpcftico

OCEANO ATIANT/(0

Lación- ha sufrido un:1 reJativa desvaloriza­don (descalificación) paro la mayor p~rtc de los públicos, si bien - tos m¡\s advertidos (perspicaces)- la consideran, entrew!1lo. corno una discir l in;, fundamental pará la compresión del mundo de hoy. En cambio (desquite), el témli.no Ge0po\íli~a -ücsdc ahora beneficiado por c:;ausa de la moda­de empJeo frC<..1Jente, si no hegemónico. en

SANTArt OE BooorA Col. • Votu.v.E.-.. S, No. 2 • Juuo .. DtciEMIIE 1994 - - - - - - - - -

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reempla7.o incluso del término de geogratía para toda referencia (evocación) de las rea­lidades tenitoriaJes, como si éste estuviera demasiado marcado de arcaísmo y de mala tradición sería (la geopolítica) la expresión perfecu del pensamientO moderno aliada a un carácter más (eficaz). Por fin, el ténnino Geoewatcgia, menos mahratado(usado), de uso más parco, descrito, pcrmane<'e todaVÍa oscuro a muchos espírirus. Así, las tres apela­ciones (en) cuanto a su origen, su r:ompren­sión y su uso, fuente de tnuchas confusiones. valoraciones o desptecios djvers<>&.

1. Comprensión de las Terminologías

G~>ografia sígnit.ca, etímológic;unentc, la representación gráfica de la tierra, su formaliZ<!Ción IX>r la escritura cot'l'iente,

la pintw'a, el dibuj<). Como dice Fernand Brau­del: ·La geografía mE! parece en su totalidad, el csrudio espacial de la sociedad, o, para ir más allá de mi pensamiento, 1'.1 Estudio de la Sociedad y Sin el Esp¡tcio. Ciencia inscri.ta en escuelas de pensamiento diferente según Jos pátSes, ha sido. estrecho por esta razón, ha contribuido no poco a conocer su sentido profundo \' a entrever sus aplicaciones más profundas.

En la enseñan?.a • ·disciplina bonachona· según la expresión del geógrafo Yoes Lacos· Le-, SLl conodmient() es LodaVta demasiado golpeado por creer que el cual no habña nada por comprenaer y todo p<)r aprender por el corazón. A pesar ele la carencia de una epist.:rnología prol.>ttda, la denda geo­gr~fic-;1 reivindica. con justicia, una metodo­logía cdtica y un raciocinio propio: una y otro convergen desde ahora en una nueva expresión: Saber-Pensar-El f:spacio.

Al encuentro de la gc.ografia u·adicional, ence­rrada muchas veces ~n su concepción escolar, la geopolítica . y en ruptura con la Geopolitik alemana misma - propOrCiona una_ nucvol vi­sión del mundo. Rama de las Ciencias Socia·

les. •opera \ltla Nueva Síntesis de la Historia, del Espacio 'l'erritorial, de los Recursos Mora­les y Psicológic06 de la comunidad así siru~1da en la jerarquía de las potencias, o mejor, en el lugar que sus méritOs le asignan•.

Interrogante más antiguo de lo que se <::ree habitualmente la Geopolitica tiene en cuema la dimensión política · en el sentido amplio delténnino ·, los territorios y las actividades que allí se ~sarrollan; S<:: concluye definiétl· dolcs generalmente como El Esrudio de las Relaciones i11lernacionales en General y de las Relaciones Diplomática.~ cni'J'e los Estados en Palticolar. Hoy tal como está el mundo, la geopolitica parece triunfar. Esto no pre­juzga de ninguna manera f. u tigor científico, incluso wando numerosos autores conside­ran que se trata de un neologismo pedante, con falsa apariencia de ciencia l' con una ambigüedad terminológk<1 que no es ¡.><:rci· bida siempr~.

La Geoestrategía, por último, en su oligeo tiene una delimitación más estrkt.a , reserván~ dose el concepto a un uso militar escncial­meme en relación con la fuer?.a o la ide~ de su empleo. tos grandes l'.st.~dos. han de~arro· liado después de tanto tiernpo, por antiCipa­ción en d Junúnlo de la :;cgurida<.l y la cid en· s~ las consiguientes reflexiones acerca ele las dinámk<ts espaciales y el saber - pensar- el espacio, con el fin de poder conducir victorio­samente -sobre el terreno, las crisis u olt(>S confliclos- las operaciones mHiLares si la circunsl3ncia de la disposición de fuerzas o las decisiones políticas lo exigen. No obstante, ·la geocstrategia como la geop(lli'tíca . si bien hacen parte ele la guerra , n(l se limita a c;lla•. Hoy dia se ve otras aplicaciones, en el registro de la economía partiru larmente pero tambi~n y conforme a la etimología de. la pah1bra mis­ma a propósitos del de ·obraren conciencia•. En una dimensión espacial, lo que lleva a considerar que la expresión Geoestl'atesia puede ser tma tautología , en la medida en que una estrategia, por definición, se desa­rrolla de manera obligada en un espacio.

136 - - - - - - - - fHvEmOACIÓH y DnuRouo SociAl • UNIVERSI.DA!l M!tiTA~ "'NuEVA GRANAOA."' •

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2. Con lo Evolución del Mundo

En estos tiempos se ha visto una ~ierta forma de acel~raC1ón de grandes fe­nómenos o suce505: demogrnfkos, tec·

nológ•cos. económicos, ecológicos, ideológi­cos. políticos o militares acerca del conjunto del mundo. el cuesuonanllento sobre espado­terrestre, marítimo. a~ reo y cósmico Cestratos­férico). !la ''IJdto a ser ~n tamo que fue mar­ginado si no omitido a veces- un cuestiona­miento importante e incluso vital para nuestra ~p<.>c:a. Y esLo por varias razones dccistva.').

l.a explotación de los recursos naturales de la taerr:1 no ha sido jami< un inteMa (f~bril), haSt.a el pUr!(Q de pon~rCr! jtiCf,'(), ¡'por con­Siguiente en peligro, el nuevo continente de la AntArtida }' ws inmensas riquezas mineras. Los r-ondo-< .\lanno.~ .scr3n 13 lli.Je>·a frometa en el siglo XXI. Desde hO}' los logros el<l'Cp­oonalcs de las tecnologla~ de las comunica­ciones. Todw ~dmwal<•s han reduc•<lo el mundo a la dimensión de una grAn aldea -la aldea pL1netaria (mundial) de ~tac lulun-. aunque en forma diferente.

La amplitud crecicrnc de las migraciones humanas y otros tk;splnamientos de todo orden. mo\•imientos brownianos a escala muncbal, revela el poder (la potencia) de las •ctivkbdcs mundiales y muchos dcseq1•ihbrios en 1as inst:l r~aciones humana"" y en fos nivefe~ de desarrollo de las sociedades. tos OuJ()S, comerciales, fmancierosde información .ndu­cen scria~nte (fuertcnl<!nce) a ma.< l«wra délsenlidodel mundo Por último, la exa>pe­ra~ión d~ lo. problemas de defensa y &;guri­d3d crl el conjumo <k• )~~ naciooes • E$mdos - a la luz de sislL'mas de arma mentes Sl\:mpre más sofistkados y destructores lle,-an a cnn­~i<lerar clcsP<•és de med•o si<:lo. el espccuo del apocalípl1co invierno nuclear, al t~rmino de la guerra de los 100 scgul\dos

En la era Optrónica, el e;pacio planetariO no se mide solamente en distanci.l.S métricas, ,;no tatnbi~n en tiempo." de acceso y, por con.)i-

gu•cme. en veloc•dad de trayectos, el espacio. :-\o se aprecia elcclus1Vamente a partir de lo.~ objetos que OCldta. sino también en función de la percepción que sc tiene, de los usos que se le reserva, de las estra!egi:J.S que le son aplicadas. La simulación en las máquinas • p:tntalla,televisores y otros ordenadores • y fas capacid!!dcs del dlculo informálico, su· &•eren modificaciones sin precedentes en relación con el espacio. su t-omprensión y su uso; ,t"Uártcas canllno$ en la cplslemolowa en gestación con el fin de adaptar el pensa miento humano a la cvolucil\n del rnund<J y de h socied3d1. La dviüzadón tec-nológlca, en todos sus aspectos, multiphca el extremo las combinaciones del espaCIO. las dinimicas territoriales, lns mtcrcambios de Oup. las redes de toda c hLiC. El hombre - habitante, animal-territorial desde los comien1.os de la humanidad. es ASÍ lle,-ado a repcn:.ar incan· sablernente el mundo en elt'ual v;,-e. Se debe vigilar mnstanrementc parn no eternuar teo­óas, métodos, estrategia¡¡, modeles. de he~ho caducos. con el pretexto trágico de que to<los serian probados. atractivos }' eficaces en el pa..,.do, por~ csro pondria en ducb su '11lor universal. La ht,ton'a esu llena de desajt<Sces de tOda especie, que consagr:os ou·as tantas derrotas por causa del a1ra~o. l!sto puede ser el Origen de 1& expresión utl'/al -csrO>r TCU3·

s:tda una guerra-. dicho de otro modo dé un saber. pensar el espacio p prescrito 6 pa­s.?<k> de mod~.

Con la >ugerenda de una nueva apreciación el<- las dimensione> del mundo. de los dife­rente$ SIStem:t" que aUí se aplican y del im· pacto de un cieno número de situaciones anuales. se impone la necesidad de exam•­nar la posibilidad de un progreso decisivo crc3Jldo las condiciones de una renc.x,ón sobre las lógiC:tS espaciales idcnuficables en el mundo. Puede ser 11ecesarío abandonar 1:1; separaciones disciplinarias habiruales con el fin de promovc1 otra~. o, s!mplemcme, d•~nguír cada una de las disciplinas e.x~n­teo. los métodos, razonamiento.\ y otras ma­ner" mtelectllales destat:ados, ;uscep[ibles

SAN:.u! Df 8ooo1;, Ce.. • VOU•"<EN 5, No. 2 • Juuo- DKIIM.U t 1994 - - - - - - - - - 137

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de ser agrupados. a;odados, yuxtapuestos. puestos, al servicio de una investigación perfeccionada.

Preocupación esencia}, jamás la organización espacial sobre el pl~neta ha sido tan com­pleja. Por wnro, la cultura sobre la re31idad m'l)l\ivariacl~ de los terriwrios y la manera de (administrarlos) íMelectuaJmente. pcnna­nece much~s veces mur superficial, hecha <le estereolipos arrai¡pdos (tenaces), hechos de grandes desconodmiemos y de conod­mientos a veces muy dispares, a partir de los cuales es m\\ Y dificil <espet.li el rigor <:ien­tífaco requerido.

Es necesario diseñar el proyecto de una .Ceo­Cultura-, la cual, corlstruida en forma dife­rente- puede ser al precio de rupruras epc~­temológicas importantes qtre concierrtan a la rnanera de pensar Jos objetos en el espacio mismo - pem1itiría reforzar el dominio del cooodmiento sobre i<ts problemáticas !Crrito­riales. M;\s allá de la geografía. de la geopolí­tica y de la geoesrrategia, en sentido esuicro. dortde cada una presema también poJ(lS de inSLificiench:a más- q\le de excelencia. ¿cómo examinar la recuperación y la reducción de los de allá'.

Bn esta bCisqueda de resultados pam el saber· • pensar - el espacio: cu~ les pueden se l:lli cootrib\\cioncs ({P. los" gc(,ll,<afos, di.! los geo­politícos> de los gcoestraregas?; En ramo que una identilk:rci6n particular sea sie1npre posible. Qut método aplicar pam triunfar' Tal es el reto. F.s u na llamada a un paso (gestión) particular. c:tlificacb llabitualrueme de rnrerdisc:ip!inaria. con la exigencia de res­per~r la calidad del intercaml.>io, tanto en el fondo como en la fonna. Es necesario recon­siderar ya las especialidades de Jos unos y de los otros, y comprender las ventajas para todos de aportar una mejol' conuibución a la comtrnidad de los -Pensadores sobre el Espacio de \a \lumanklad•, El paso ha sido dado, pero es reciente; es necesa rio pmscguir sin prejuicios ni pardalizacione:s.

3. El Mapo y el Saber-Pensor·el Espacio

La expresión canográfica es el prinler registro que se debe tener en cuema en la presente renexión, y esto por dos

razones. En teoría, el mapa es la Lranscrip­ción inicial, la escritura g,.,.l.fica por excelen­cia, del espacie> gcogr'Jtico y de todo Jo que alti se produce.

El mapa es hemmienta privilegiada, de mayor e> men('A ca\iood. para la investigación <.\e \os territorios esrudiados. Pero en la práctica el mapa tiene un uso reslringido, muchas vecc.'i llm(tldo, falseado por \?. realidad. \.:a m2y"'< parte de Jos trabajos de geopolítica que han sido desarrollad05 son de una ind iferencia exo·crr>a ¿por qué tal insufir:ienci.1~ tiOS geó­grafos . univer~ilarios o militares - scrJn Jos portadores de 13 expresión canográfica' En Franci~. t's!a tradición se perpetúa en Jos docunlemos a base de nomencl~luras y de Jocali7.acioncs . de nomJ:>res de Jugares - de objetoo ge<>gráflcos idenlificados como irn· portan re~ par::~ ht comprensión de un espacio! y representados por sigl'l()5 y códigos diversos. Heredem del modelo <1<! Cassini, el mapa del •l!stado Mayor-, - la .c;eocm1ogra)1a. por excelencia, es histórk':lmemc el modelo más consagrado, seguidos de curvas de nivel, de sobra:¡ 'i colon:>s, ~-<presa1\ 1-a U1po&rafí>\ para el desplazamiento sobre el terreno, en la esca­la predilecta de 1/20.000, Jo <¡ue no excluye Otrá« e.,«:ah s f~,nOSa!W;,.m<:. ta C\\OíeX\<1 V<!%CV.1\ e hidrografía completan el dispositiv<) natur.~l, con parajes h ~bj¡ados: gr3nja~ ais ladas, caserios, villas. mod:.eli<bdes de circulación: caminos, carretcr:~s, de paso: desfiladeros: puentes y ouno; puntos dc.sracables mir:rdore.s. tajamares espolones rocosos, crestas. En sl!s aplicaciones militares mas delicadas, el m:rpa es~4 lógicamente somewdo a una -cooficlcn­ci~Jidad> variable. :-<o es, por ranco, en este tt>llanuento en donde reside la principal ex­plicación de una utilizaóón insufk:iente ele la c:lrtografia en la mayor parte de Jos trabajos

138 - - - - - - - - INVrsnoAciON Y DtsAa.aouo SoCJAf. • UN!VE~Sd)AD MltiTAR "Nt!!VA ~ANADA• •

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sobre las realidades espaciales. De hecho se eocuenua una do\)le tendencia. Para el neó­fito, el map~ peffill\nece como un documento estático, locali?.ando 1-lguno.; si1ios eventual­mente ilustr:~ndo un texto que le oo.-responda. En esta concepción restringida, el mapa no es un instrumen~o de reflexión sino un elemento de loca.li7.acíón; esro es una ampu· \ación petjudicial de su papel heurístico ela­borado y din~mico.

Los aüas, destinados al g¡-an público, h:<n contribuido en poco a fi¡M t!Ste empleo su­mario resumido, en lJl renexión sobre los datos espaciales aunque sean de excelente faclur~ y muy diversificados. Por razones económita~ - Realizar un atiM es costoso • las COtv.Uciot\es <le proo\~<:ci6!> <k tales colec­ciones no favorecen mé\o<los canogrificoc> disponibles. La proyección de Merca~or, -primero que la revolución de Galileo. -quien sobrestimó, sobredimensiOnó las su¡>erficies de \os territorios del hemisferio ttort.e en las -altas !atiU.1des <:n detrimento de los territorios de baja lalit\ld, no ha desaparecido 'omple­tamen(C. Aún c"ando ha ~ido reemp!a1.ado por otril.~ . proyeccione~ de M<)llwei. \\1\nkcl . no se puede negar que Sltbsístc un•t visión inmóvil y monocular del map~, lo que es el mejor medio par~ que el lector acceda a un~ verd.~lleta t·omprensíbn de las dinámica~ e.<­paciale$. ¡l'or <)\IC !oc> atlas C\lalesquiern que sean sus cuaiidade~, están sometidos a 11n~ lógica de compilación cxh;!ustiva, la ler.cura de un documemo cartográfico no se ,:onfina demasiado frecuellletnerlte ~una ('(Jnternpla­cjón beata de signos en un ¡:ran número? Por tanto, esu:> no favorece jamás el menor enunciado imelígib!e el) mnteria de f"OtJie­mati:<:<ción del espacio, e.J«:e.pto ta l)()Sibíl\d<ld de de.sdfra r tal objeto ge.ográfico, rat sür::es<> lú.<tótico, 1~1 fenómeJlo o cualidad ·propia­en un lugar. Tal e.< e! uso habitual del mapa; TarrurJente se usa para entender.

t\J1oro, en el sa!'le.r • !o<:a~'l.ar no \i!nÓT\a j:units lugar el saber · Pensar · ,j &pat.:<o, en el sentido de un~ c~padd~d mc!ltal supedoc

para pens~r en • sobre - con - por el esp\l<:io·, y supoJ1ieJ1do, sm duda unas e.~tructuras cog­noscitivas particulares, dónde (queda) 1~

oecesidad fuerte de un aprendi7.aje profundo. óe una educación ~specializad;t en la gesliM il\te!e<;~Ua! de m hcrr:•mient3 canografJca. tos geógra(os (en la rnateria) son los má$ lngra­dos, incluso si su aptitud pedagógi<:a par;t difundit en tal saber-hacer deja qué desea( (es modesto).

Así pues, es necesario promover el mapa de <W;1. mane(".}. Dccumemo no ilni('(J sino p!t1ral. No un mapa (!;t c.,na) siro I!Xi mapas par~ el esttJdio de un mismo espado; t3nto que es verd~d que este último es tambien plurat por ese<ncia, es necesMio abordarlo con escala diferentes, bajo ángulos, puntos de visr.a dife. temes, según tiempos sucesivos, a panir de críterios divef505. {::00 el objetivo de una visión calidoscópic• ett relieve y en ¡novimiemo: esta e.s la fuente de utl pen.s~n\iento nv~.¡ondo. En este mismo espíritu. es necesario de¡ar de considcr~r que la (mica representación del mvndo e5 el sigtJiente planisferio: el que pone a l'.uropa en el centro, con Africa del .$ur, el Océ:;>no .MI~nlico y el Comjnenre americaJlo al Oe~te y e.t conjunto ~siático al E..<lc. Tal disposición .eurocéntdca· de tos cootinemes y los océanos deforma, IT11is de lo que plen.o;a, la e latJOr:lción men~>l del pJMeta, con una rewhfla de s~tid~s falsas metodoló¡¡it'lls y de d:d•inas ít>comprensiones. En el límite de la car~c".rura. es\o conduce, ~ veces a "'lvid;u· de llecho, ta <'f'.dondeJ<. <k !a lierr<t y 5\l:\ con­secuencias. con el wave prot:>Jen1a d~. saber $i en pequeñJ escala, es decir. p¡'lra un gran espacio, es sUnplementc intposible pen5ar el espacio esférico a pMir de un documento, a subeslirnar las proximidades y las lejanías, a concebir n\a\ t:ier\.a$ cnt)d;~de.c;; cspacialett por .::au;a de divisiones ca•1ográfic.as iMdet\>~d:a5. Así, toda cw1dricub C'Mtográ[ica es sietttpre ~ma frustración parn el espíritu y que pt,ede prol>a rse como una deformación iaral

f.\ informe n)()(rútca la c!lrtografía, su ponicn· do~·~ ad<¡uiSi~ión ele una compe1encia gr~fic~

S•NTAri or B<XlOrÁ COL. • Votu><<N S, No. 2 • Jl>l\0 • l>>tl.,..lU 1994 - - - ------ !39

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- no sobre el modelo sofisticado e inhibtdor de los mapas impresos. sino según 105 mode­los mi$ a~cesibles. el croquis geogrifko csquemaúlado, por ejemplo. Porque (C$tO) conslituyc \IM carencia fundamental~ de •Decir- el espacio, ·Escribirlo- y oo s~bcr. de I\I0<.1o org~nico, ·Ptodadrlo-, -Reptoducirlo­g,f>flc~ y visualmt!nte. En verdad, la tradki6n intelectu~l francesa. esencialmente literaria y racionalista, no ha favorecido jamás la ex• presión grMica q\te sea a la ve>. aproximanv.t esqucmitica y operativa, indu~ ('U~ndo l'rallcia es reput-ada, entre otras cosas. /){Ir la exccleliCia de su u·adición canográf1ca, coo eSlr. org;¡ni~mo (institutión) r~onocitk> que es ~lln.~tituto Geográ[ico Naciomtl. Asi puc~. exi1te una separación entre las dos tradiciones que es nct-csario re(!ucirlo, con el tln de per­feccionar sigmll~aúvameme el •Pen~ar (;('<)­

grMic:t o Gec:x:scratégioo-. ,-\ esw p~X>siro, no puede ser 13n dificil si la fónnula ..Saber­Pens:~r - t'l t:spaci<> ha sido hecha por un gcógrafo, para <:1 cual la expresi()n ca.rtog~­ftea y el tener en cuenta los diferentes Mlencs de tam:~ño en el espa<-io y de los difcrenn:s nt\·eles de análisis del e~pacio, escán en el origen d~ u•m ruer<X!ologi.• complcia y ri8\J · n:><;a p~n\ pr'Omovcr 1Jll3 mejor compren~ión y anMioi• de" l<lll realidades del mundo

4, la Realidad del Espacio y el Estudio de sus Objetos

Cual se~ el oiJjeco del t,><::ógrafo, del seor>o· lí!ico o del geoewarega, roda reflexión acetca del t'SJ)~cio CW. la tierra tiene el )li'Oblctna inici~l d~ saber cuáles objeto-s tener en cttCnta y que r~~Ot\an\ientos pr()mover para las de· 11\ostradoncs hus~adas. Evidentemente, más ~u~ de los proyectos de c:~W! ono, 13:> di(e­runt<:S «:spucsrus se <:sp!ic.ul por 1.1 .<Cbrc51i­madón de su.• pa=Ja.• disciplinarias. CO.n· portamtentos aprendidos en CQmunldad de intere<cs por la. problem1ticas cspadal~s.

Cuando las ~~Hcg<>dao se atl(¡uilo.s.11l y bs re­ladorte-8 se exasperan, cJ g~ógr~fo no consl-

{lera al político con un aí!'C! de guasón y de deSprecio, el cual le despreda $ÍfiQ le ignora

A menudo el ¡¡coe.suareg~. solo, por tener una mejor comprensión de la necesidad de la conver¡¡encia y de la ~omplementariedad del uno y del otro- y tener él misrno solicinad de los r,los - arguye a su ve1. que tales com­pottarnicntO$ son ncf.stos y perjudiciRles para el progreso del pen.53mlento gcocspa­dal. En ••eroad. no se puede negar las tradi· ciOiles y el contel<tO pasado. las EsC\tCias del p<!nsamiento geogmlico francés fueron inStaurad:ts por Paul Vida\ de la manche; se puede echar de men<>5 que no lo ha)'a sido por E\isée Reclus. lgua!owntc, ~& geopo!íci<:ll, m;trginada en !'randa <lcsdc los fines <Id siglo XIX has~ una («11:¡ rccieme. $e de~arroll() y se ananzb al •n~rg~n (por fuera) de una ver­dadera culnara geográfica, más bien CCt\ltada -sin <luda exclusivamente en la ciencia políti­ca de orienl:lción odiplollliúca-con el CQncur­so sobre todo de )IJOS(as. sodókJgos. econo-11\istas, rnili13!'C$, polilkos. algunas VCC't'S bis· rc.riadores. mu)' 1'3fli1Jlcntc de seó.f¡!afos· di­sociados asl de la geografía politica. Para(,\(>. jicamcn\C, son estas tUstintas especialidades, estas demarcaciones, estas tradiciones dilc­r¡¿nt<:s, ~stas evoluci<mcs sc:pamdas · quien son hoy las -rn~ndade•'as• de la.~ a<"3nU<IR< intelect\lales dcd~iv~s. <:o" la condk;tm de admitlisu:>r l>k·n t·l intercambio. La hora pa· rece propicia. Para la geopolítica -no se ttat:t solamente de una nueva atmósfera diploml tica sino del f\n de un ciclo. de cambio de <:,poca•. Para la ~ografia, <;>tra vez enettcn­tra su oponuniclad oi sabe a<laprar.<;é a um si!uad<in y probar un cspifiiu d~J e~pado. .".lentos al hecho M qu~ hl.'l ciencias progre­san habitualmente por sus orillas, not.:~m05 con gran intcre~ que algunos geógrafos se interesan de aquí en adelante pot la geopo­lítica, proponK'ndo sus cap-acidad.."S ... f ntJC. vas dcJinicionc; del C3mpo de e.nudio.

l..a tcmtribuci6n <¡ue la p,cog¡':l!la puede ha~r a la rel1exi6n Sl'<le·'Pacial es má.~ import:•mc de lo qllt: algunos ll1.•dleran pen~ar " priori.

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Si esta disciplina se ha visto descalificada por el tiempo • por no poder ~daptar sus problemáliC:IS a los avalares del mundo-, si ella padece una mala reputación (con que se le di~fl"~zó), ella emerge de nuevo y VtJelvc a ser creíble por sus pasos (maneras-imelcc­tuales, sus métOdos tle investigación, su raciocinio; en una palabra, por su larga ex­periencia del espacio. Su validez cienúfica está en t'llmino de resrablcccr, allérmino de un verdadero "'agg.iotnamento tli~dplinario", lo que la conduciña a evolucion~r e incluso cambiar la geogra~Jil en Francia en un dece­nio más que en el medio siglo pasado.

Los geógrafos francc,;cs - en vista de la grave crisis de la escuela ·Vidaliana· - ha sacado pmvecho de los aportes de las escuelas ex­tranjeras, pani~·ularmenre de lá que se llamó ·La 1'\uev~ Geografia·. de influeo<:.a angJo­sa'¡ona. con sus cuarro apones decisivos: la cuantificación de los datos. b) la teorización. e) la concepwalización. d) la •modeli?.adón• (elaboración de modelos). Después de nu­merosos debates internos y bien que Jos cuestionamienlos epislemológic<>S no han terminado la asimiladón se ha llccho bien que mal: esto lleva a pensar que la geogralla fran•::es?., COl\ una fuerte tradición por re ­dcs<:ubrir y dotada de modernidad, llegue a ser, w n10 a p>incipio~ de s1glo. una de las más sobresalientes del rnundo.

Cuando el reproche q<Je se le ha hed1o siem­pre de h<ti'Jerse encen·ado en una concep­ción demasiado natural ista. la gcogmfía es la (mica ciencia que ha procedido con rigor y exhaustividad en el inventario de las reali­dades terrestres nalurales y de los sist<:mas explicativos que In apoy;m son pasos indis­pensables que justifican, ellos solos, la gran utilidad de los geógrafos - ob,<ervadores es­crupulosos. Nuestro platlcta no puede ser dejado en la indiferen<:ia como una bola de billar. Los regisuos habituales del esl\•dio de \odas las regiones (Topografía, Geodesia, Geología, Morfología, climatolog!a, hidrolo­gía, biogcografía y ot,·os). no ~on manejados

en catcgo>í:IS d istintas como antes - lo que sin duda fue la causa de su rechazo. Hoy en día. su tralamienro según los Ecosistemas, en el seno de los cuales Ca(t\ dato f\sico es abordado en relación, en combinación con todos los demás, -con el sesgo de una aproxi­madón sistemática global • permite compren­der mejor los fenómenos que en su gran complejidad, afeclan los espacios de los hombres. Conocimientos indispensables para evitar hablar del espacio 1crrcstre de cual­quier mane.ra. con la mayor Jigere7.a, de una manera aproximada~ inconsecuente, en vista de los sucesos que allí se producen; ¡usta­mente ahora, la roma de conciencia reciente de los desequilib•i os ewlógicos de roda clase que amenazan a la humanidad misma. con­ducen a pensar que la dinámica física parti­cipa largamente -a su manera - en todas las problemálicas espaciales. Medios naturales a considerar entonces - discerniendo sin emb-~rgo - teniendo en cuenta la multiplici­<L1d de hechos y las .:sea las de Jos datos, ni al mismo tiempo, ni en rodo lugar.

El suelo, empero, es1á con la atmósfera siem­pre, omnipresente en un lugar. semejame o di ferente al suelo )' a la atmósfera de OI.J'O

\ug\\r. <:onslames de um' lien a que ¡::erduTi'l y se ,nueve a la ve%, y qut> en un pensa­miento geoesp~cblno puede descuidar.

Con excepción de los mediOS n:tLLtrales, la geogr~fía sobresale siempre en el estudio de los es¡ablc.címiemos hum;tnos sobre el pla­neta sin poder, adem~s. sacar el mejor pro­vecho. ¿Qué relaciones mantienen Lts socie­dades humanas, las ci\~l izaclones, con los tcnit()rios?Cuestión difícil y fundamental, en tanto que es necesario guard:trse muy b ien de todo determinismo geogrtlfico wmo de UO:l g.enera1i7..aCión abUSIVaS. fStO puede Ser para evitar es1c doble defecto que la cscuel¡¡ de Vida! ha desarrollado des<le su origen y de igual manera la apropiación a la itliosin­crasia para el esLudio de lo particular (geo­,gmfia region<tl) y Ja (nommética) par~ la b(•squcd1 de leyes de (gcografia general).

SANYA>roe &ooorÁ Cot. • Vo<UM!N S, No. 2 • Juuo • DI<IEMU< 1994 ---- - - - - - 141

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Estos son los dos ejes de la invesligación, esenciales ¡x>r tanto y sobre todo beMficia­dos por el reconodmie nto universitario de los geógrafos mismos - a través de 1~ pro­moción del .Pai5.3je· y la supremada de J;~ ·Región•. Paisa~ y región, dos con~-eptos fundamentales que resumen eUos solos la especificidad francesa. Muchas bellas des­cripciones literarias; hasta el exceso sin em­bargo, son los dos polos a rcner en cuenta, en consideraciótl del tiempo.

Espacio y tiempo - pare¡a inseparable, los geógrafos franceses son siempre historiado­res, en tanto que la reeíproca no es verda­dera. La geografía francesa es por esencia geo-histórica ¿Paul Vida! de la Blanche, no era historiador e l mismo? ·El hecho es hijo de otro hecho. ;·es necesario no olvidar ra­más, o lvidar la genealogía•. Así •se anuda· el espíritu geográfico, inquie!Ud por la dura­ción, atemo a la arqueología de los an'Cglos sucesivos, sen.~ible a las solidaridades entn: los hombres y los terruños, vigilante de las relaciones, las combinaciones. las propor­ciones y las escalas e n el espado, inquieto por la introducción de desequilibrios de toda natmaleza, sea en la ciudad, con la coovic· ción de que lo aleatorio es irreductible y que para el ho•nbre la libertad de escoger, el libre arbitrio, pemlanecen en toda circuns­tancia, ¡x>r encima de toda presión (violen­cia). ·Juez del mundo, la geografía no debe cre.er en ~ituadooes dadas, y eso da la rne­dida de su gran utilidad. Nuestra tierra es buena esperanza. no por generosidad (ljvina, sino porque ella ofrece un apoyo a las em­presas humana:;. Los fracasos no son lmpu­ubles a umts maléficas conclidones naturales: los éxitos de la civiUzadón no nacen de la varita de las hadaS».

Seguido a la reorganización de la ge<.rgrafia fwncesa - ciencia de los territorios, de la re­organización y de la diferenciación de los lugares, en e l cam¡x> de las ciencias sociales - un cieno número de mejoras epistemoló­gicas, metodológicas y técnicas están por

último, a disposición de los investigadores del espacio, con conceptos e instrumentos renovados, por la expresión espacial de los fenómenos. De hecho, la geografía tiene siempre C(>m(> particularidad poner adelante el concepto de situación de lugar, del espacio del fenómeno cuya distribución espacial es estudiada, (con relación a los otros, al meclio, en los carnpos que estructuran e l mundo), es que le permite clisponer de un proceso deductivo y de asentar su capacidad de veri­ficación, y por tanto, de una manera de cxpc­~nenwdón; incluso, ella d>J una 8l'an impor­tancia a la gestión de los concept<.>S de centro de los fenómenos, atenta a la relatividad de los mecanismos, leyes y determinaciones.

El a pone de la geopoUtica, en la p roblemática del cambio, es de una naturaleza distinta del de la geogral\a: no menos decisivo, sino di fe· reme. 1tquí, no hay e.s..-ue/3 fundadora ~.e,;e­mónica - bien constituida como a.meriom•en­te (la geogratla), con un orden epistemoló­gico estricto; más bien, tendcndas di.<pcrsas, corrientes de pensamiento plurales y hetero­géneos según los países (escuelas alemanas, anglosajonas, y fran,-csa, particularmente), según la c;llidad inte lectual de d¡¡rtos autore.s a través de mtílup!es especialidades, de visio­nes del mundo (lleartl.:mcl de Ji. J, Mackinder, el Rimla nd de NJ. Spykman, el Norte frente d sur). de eventos y fenómenos mundiales notables Oa descolonización, la imcrnacio­nalización de los cambios )' la supremacía económica de Alemania y del j apón, la gue­rra fría y la lógica de lo,, ]) loque~ f.ste-Oesre, fa presión demográfica en Africa y el Sub· desarrollo, los narcodólares y el SIDA, e l estallido del impc1io soviético), en un mO· mento dado (lo~ sucesivos imperialismos, el capitaliSJilo y el comunismo, el terccrmu o­dismo). Una rea 1 diversidad, enwnces, para los trabajos s iempre de calidad, pero que pecan frecuentemente por una rellexión es­pacia l t.nmcada, cie rtamente estropeada: des<le entonces. la gcopolltica d~llnida como •Tcotía de la acción en el espacio Político-, se preocupa muy poco por la dimensión

142 - - - - - - - - INVUTIOACtON y DuAuouo Socw. • UN!YUSIOAD M UTAii: ·NuEVA GR.aNI\DA" •

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gcogralica de los t<:rrilonOl', ¡y .. rucularmcme "n gmt1 es'"'·' (<:spacios de dirrn.'nsiiNl pe­qucr1a)

C.onuanamcnte a !a gcQgr.~fia )'sus aproxinu­cioocs f<SI<':I.~ tmdic-.on:¡Jes (el m3Ti'O na1Ut3J\ nmlics Ce\ o rden e terno de los campos) y p;tswrilcs Ce\ culto al paisaje bello) - dicho de Otro 01000. hÍStOrizanlC,terreno y estéUco-

b geopolltica se hare ac~rC:I de las pt()OJe­mas m~s actuales y de amplitud mundial ordmanam~mc; no cuhiv:tdos por los gc6grl­fos mismo~: é~tos traun fa pofítiCl de !e-• EstadO$ r su inlluenda reCiproe~. 3) derec·ho int<::rnacional. a las relaciones diplom>ucas. a la seguridad y a la defcl\53 , a reladone> de Poder en e! Mundo.

Se tuta t:tmhi~n de estud•ar la ac66n de los diferentes nrganismos tntetnadonale) tales corno la OT.\~ . la OllA. 1 AS!;.A:o<. la <;r:;e, l.t t'i'>ESCO, );¡ O.M.S. y mu~Jm.~ otras s<)br~ el plMet:l. tcnkndo en C\tenw lo que se poclrb 1\:u'nar •UlS Reglas del jue¡;o.. aplicadas al espacio. en sus ospecto.. cualirati'tlS y <'\IJnri­t3lJ\"'()5:' pnWJ!"ó()J)E".S inu.·rn:~cionalcs. dclimt· tactón de soberanía territOrio\, o el te ma per­n13ncnte d~ 1~ lrontera, m()cbli<hdes de ¡r(ln­sicc, ó dl! dr' ·ubd6n ets el mundo {cslrechos, MChip;~\a_..us ><'>u•t:vudu <le territorios). e,·enrualmcntc reglamentaciones diver,as ac~a de 1~< opiníone,, acutudes de c<Jmpor­t~mierJro r p:rc!()~ <le no a¡;rcslón, uawdo5 de asiFtena~. acuerdos •TUht.trcs. :tlian1<tS dtplo­máticas. wstri<'done.; de dcspbzamicnto. di· ferenci.1s hontcrizas. conucndas histórica\) .. J.a apro.~m~ción ffl(.l<:f'()('6.fmial lielle 3 su

favor al gcopolitico. Cll t:ll\tO que el geógrafo h• prelcrido s iempre lo mbocósmico. La promoctón de !a acción de los hombres. de Jos org;miMlOS de la.• .>O<'W<l4des roncictnl' 1 los proccdunientos de de~ción (pohtk·a, tdcológico, económica. militar) . a los a~tr>res de !~ deci~ión (gobiernos. Eswd<'IS M:t)'O!\!S. itlSI31l.."13S lfliCrnJlciortllr$. k>bbys), a I<>S lt\qa­res y tiempc>' de apli<:ación. según un ci~rto número de características de la relación. del derecho y1o de f:t fuer~.a. ()e csr~ suert<', se

aprovechan ta~dmámicas terr\toriaf~s - ti~rra. JlfC. m~r - wn un;¡ ap!1)xjrn;Jci6n itnern:t· don~! y en ttrmtnos de pc.xl~r. tal C()mo IJS estudian habitualmente 1.()5 geopolíucos.

fu d mismo orden d~ ideas, e~ lamhtén por ca racteñsticas de F.~cuela. qllc la geografia. en Francia, hasta una fecha reCiente, no había comatlo jamás en cu.:nra el MAR. Porque la c!'C\tCia gc·ogr;lfica franceo;a es, históncamen­te, ciencia de los espacios tell'C'tfC~ y no de los ('Spacios mañhm<lS, v-acío, lamentable de parrc de ros gc6gr.1fos. quienes no /13rl co­laborado de la m"jor m:u~er~ ¡»ra la gcslión complementaria - 1 pes.'lt de todo muy inte­rc•antc de los ¡;copolitic<Js

l•t scorolítica. se d~ de esta manero el obje­uvo de tener en cuenta todo lo que organiza. prtn"pohnentc en una jcrarquia ti<: p<xler politroo r mil11ar. t-conómico r etrlrur.Jl, !ru \:.st¡tdos y sus aliaws - su desUno\' su proyec· to • en lo.s regc~tre-< de la fuerza y su evolu­ción del derecho y su aplicación Punto de <'1.'>l~ lntc~esancc. para d e.,!Udl() Ck'nlifiro de la• -Grande, acl<·mane, de los dtferente!> lmpc1ios· o rnirat.b :t la histoJia, c:on el and:.t, ntiaje de teorí;~ de! espacio. 'crd:tdero' conlulger¡¡es. ¡• herTamícnl3.• conn'ptuaJe~ fundamenl31<:s. a t-ondictón de no tdealizar. 1:~, Todo est() p:~r:t sugerir que una teoría a fa que no se re ron cede crédito. c:s ncco::smiu ¡:II,!J'Cbrw de ·l'ellchi>:lfla·, <.'ll~rnor de Q\1\:

el pcnsan,icnto ¡;coc<pacial no .\ea Ltl<;e:<do e:n un proceso de alineación determini ... u. A manera de e,empfo. la teoña muy atrlC1i<'l

pero demasi;alo c.•qncm;hica, del ·E¡~ geográfico mundial· (Mackindcl') quien ha alimrntado. sin <\Ltda. lll\lchos fant:tsmas. () 1.1 n:l:tdón un fl<J-"0 simplisc~ <lll<' ,\lahan c~~ahlece entre b \l<.:rra y el mar. según la nul l!~tc puede intCIVcn.ir c()ntra ella y no a la inversa, lo qtte ~:onsagro ría s1<•n1pre la superioridad del ~K.·gando sohre la primera

Al encuentro del tal dogmatismo. entre orro.­muchoo., el alnwantc Caste~ d~>arroftét un pcn~.1mi<:n1o ¡(C(lpu!itic<> m;Ís complc¡o. con

s .... tA<( ()( lk>:>Ori. Co. • VO.<"EN .S, No. 2 • Jvuo - D>cl'-""' '994 ---- - - --- 113

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un:! diJ.Ié<:tica de la tiem y del mar, enun­ciada por cierto en un ,·erdadero teorema: •la influenCia del poder del mar en las gran­de~ crisis de este mundo es función de la fuer<a 1\ero<ctTesue (\'.le ~s cap:<"L Oc des· plegar y la potencia de 1~ tierra se rnicle al mismo tiempo, con la fuerza .~eronaval que ella ¡)l.¡edc ~rrojar en 1~ balaMI<•. l'<>•· imerc. sante que sea la fórmula, se puede 1-dmitir que, en este punto. rel;lti•iz• su interé$. ¿Esta nota no testimonia una cieru anlbigOedad de ~ e.~1u<lio geopolíticos en cuanto a la calidad de las reflexiones geoespac:t~les. 1\

pes:ar de la petllnencia de las prol.llcmáucas que abordan, de la originali<bd de los IJ1é. todos de iffl~tigación que adoptan, • y b<en que cll~s al ientan una .Yocaci6n Universal•, · su lectura del mtmdo no pcm1ancce de­masi:tdo mOnoHLkil si no $Upcrfidnl

De un l~do, la geopolítica, auwri>.:J un o'de· na miento concep¡ual imeresame de las rea­lidades geoes¡xaciaJes y del 01r0 ·y de modo e<m<:om<t:~>n\e - las cancaturi?.a si no se pone ruidaclo.

Un poco de hiStOria. un p¡>eo de geograli«, un p<l~Q <k: ac\ua\idades dh•ersas--; <le rd"e­rcndas imt:lectuales variadas, pero siempre Jas rni5ruas: (ale~ son Jt,s JuHredic.;nh:~ Uc:: la lilerol\lr:> ¡¡eopolítka. ¿esto es <llfooenw para proi110\"Cr el s•mtido de 1;~. hi.<;lona ~ un modo sallSfactorio? ,Ha)" que contentarse t"On at\1111ular experiencias históric:Js múltiples, C:Om'enir en loo grandes dcsenvoh"uruemos en la evoludón de lll política de los t'.bC1do6. (le ws doctrma> militares y de .~us " ' t:tctc· ríslicas del pt>der . por ellas mi>mas? ¿dónde es0. la <'?Í:<Icmolog\a en lodo c~l o?. l.os es· critos ¡¡copolíticos. por cierro '"'"Y divcr~os, desi¿¡ualt:s p¡>r c:onsigweme, no ceden muy frecuenwmcnte lÜn petjudican el cspínn1 de sisle!U:l, c:on un;t rebti'>idad mal e&ab\Cdda de Jos hechos )"de los fenómenos. una pon· cleraCJón muy poco marcada de análi.>is, una con.~idcr:tci6n insuficiente de lo aleatorio de las sitt<actow.:s por «enir, si 1:1 compilación tiene lugar, ;<lgunas veces .. ele c:ompuw.ciót1

el remedio se impone; el anatema, por tanto, no tiene razón de ser.

De hc<:ho, la 8<-'0pOiírica tiene Jo.< defee1os y \a$ rualid.ldeS invcrs~s de la geograFía. llna oporttmidad para el [tllercambio. la comple. mema1iedad de 1~ UJ1a y la otra es evid<!ntc.

Lc6 gco)XliÍiicOC! -demasiado jurista· y •hombres de acción y de poder·, administran la per&­pecti<'ll c-on talento creciente, la que no les pone :ti abrigo de la falla de discem.míelllo.

Los geógrafos • muy humaoos y homb<es de consejo • ~ presentan ellos mismos t-omo demiu rgos y odCptos de una verdadera ·~eosofi\\• . lnst~lnuos ~n el presente y en relación con el pasado, Jo que los fija en d conservatisrno y la in~cción. ¿Los geógrafos no sedn m~s qu~.: •mirones·'· El proce.~>o ha sido ínsuuido ya. Por umo. el desatrt)\lo de u o pensa micoto gco-espacial progresivo supone tarnbi(ln la ltUrctn pn:>5pccti,•a en el rigor científico y la duda crítica, el c:onoci· miento ex\\auS\Í\'0 de ~a herencia hi~lóti<a y la ges(ión lúcida del mundo cotidi:¡.no. El geopolítico c><prcsa ~u volunwd de anticipa­ción del funcitll1alfllento del mundo en una ciena. ló¡¡,u;a, el geógrafo ¡¡o&<:\u<::e su pre\)C\l·

J.l"<.'ióu de rc:-~rit\.h .. •Óil del c:.suclo del .nund<> en otra lógica: notable doble distinci6n. En 'isra & es1as <los aclltuóes diferencc, el problema de la inVCSt<g;tci6n SCOCSpacial SC

escribe cnconccs m.is dararneme, rechaun­do los regis!to; del método. de las epiS!CrnO· logí~. del co)i<tO, de la fin~ikhtd. l\l espacio del planeta, e11 tc>da., SLLS dimensiones. !'.e

considera como un produao complejo, un agregado de m(<lt.iples fat'el.as, en movími~n­to y no <X>mO \\f\ b:n'\al c;,\Jperfide, un simple soporte. plano. inmóvil, neutro: ecuación con varús iocógnitJS. ,·ariablcs según Jos tiempos y los medios; en el ongen de combinaCiones mmplkadas en el e<den de los datos natura· les, de la acdón pasada, presente y en el pon•enir de la~ oociedaJcs, del petl.~arrnento lltunano en evulución. indi,'idual y colectivo, cienllfico o de ~entido común, y de )U

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interrerend~. m geógr.lfo ) el geopolídl'Q tienen intl't~ comunes que ~ jtlntan en la elaboración de sus uava~, nús aJIS de las évoludone.< disciplinarlas que I<:S han separado. Oponer geografiJ y geopolitica es 1.10 falso y v·,¡no dcbat'". S<? ~dmite Que. en ~del~me, el cnm(J.n dcnomi<\ador NSidc en ".n" gestión lnteleclv<tl ·<:bmplicc• del esra· ci<> y de sus múltiple!' a.<!)él'O$·. enseguida que l:os tr~dici<>nes difc~ntcs constituyen Qlr:IS tanta~ ruemes de riqut'zas de Ideas. de u>ttod<Js. de r:uonam1en1o 'i de c:<>mprC<>­s.;oncs, ron la condición de considerar Jos me10re$ dcmemos r anicularlos ~n: en 1\n. que 13 gt.:~v<'dad de l<>s prolllcmas mundiales y la u.gcncia por resoh-erlos. lolicilen de man<:ra irn1x:rativ¡¡, DS!<I apn:•xiln~dón plural, en don(!c t'l ejemplo ma!\i$Cf\tl podtí~ ser encamado por l':lfseo Hcdt>8, lisura Ctl\lll<.:· márica político, hl<toríaúor, scógr&fo y/o 8Copolltico ge<>pett:>ador segur.~mcnte, ~in <lud.l. en toda !a acep!leién óe la palabra

;La ¡;eoestt:llegia en este de$.'lrrollol ¿Ser ne· wsario sul!erir d<' manera data de ci!J debe $Ct objeto de un tratamiento dr.stinto. con h rela<:i6n a 1.< g<."<if::mll;! l' 3 la geopolít!o?. <:iert~mc:nre lo que no ím•alida (f\! ningttn4 m.~nNa la problemática eemral de csrc p ro­pó~ito. Mis, la geo e;WJUt>gia, ant~s que l<ts dOii clit<~ípllnas antes anQ!adJs, wrtl en un cambio completo. dc~pv(·s de un clespla'lll· r-1110 m58 o menos lento ~n b superfo:ie del mar por las car.tbelas, g<>k'tas )' otros cru~'l!ro.' lo que hal>ía y~ romtibUido 1 es· trcdl~r el nt\lnd<>- en 1329 ha podld<> !arwu h Ellola (;ay sobre Hiroshun~ y m~s rccicn· <ememc, los misiles balístko~ lntcrcontil\en· t:Jlcs, de lnllchas calx;z-as nudcare.l, pueden surgir de t<.ldas parles. del fondo de \os o<:Ca· nos. de silos subtcmoeos. de mmpa$ <err<:s­tre~ m6,.iles y alcanzar sus b!anc"" ¡,n alsu­oa:; decenas ~ mlnuH~?. La prolifcmción muiva del arma del terror erwíJ ~ un último enr:ogimíento de la 11crr3 En 1~ era nuclear, la gcoeS!mre¡¡ia cambiad~ h•to~ y de nawra­l~n. de Ct:'\l~cione.s y<;!~ t:'\rlttrm. L~.S rro} ec­cioncs re<'cl;w qt•e la c·,·olllción no está

aCll>:.cla: para un~ prueba deftttitiva, ·1.2 mi· dali"a de Ocfcl'l$3 Estratégica• y el de~p(a­zamrento de! cam(XI de batalla al cs¡»cio inze!llidéral según una ab\JSiVa mcwfora, • •l.a (;uerra de !l& Emel!as-. Ya, los Slt<!lítes ·~en· rodo o C"as• lodo. en ~·ualquier escala l' ~Jl rod() momento, <!n ('tt:tk10iet ,sjHo¡ ·~o 20,30.~() años· lo.• submarinos, o NA<> SNI.e. nó serán detl!('lados de.~le e! espacio? nueva rcvoltlCión <:opcmic:~na en la cultura ge~~· tmegica mundi:U. La tierra, mundo finito, es l>oy dla una emid3d esmtcé¡;iCl sJoO:II, para la cual los daro.• del e~6C> . t~rta aire, mar- son ~d<.'SC\Ibiertos, re,·a!orir.ados. rc­pcns;~.oos y ·rcartu:u!~dos-.

!.:r scoe.'ilrM~gia lo ha ~ornprendido mul' bien. primero por necesidad operacional y dcopués pOr exigencia teórica Porque IQ.< rie$&05 de la defensa y la .o;eguridad .~e>n ele \lna in1port.tncra crucill, se tJene una cot1S1· ~rac>6n l>icn pan1cular para las drnlltlliQS

tcrntori:lles 1.0. tie<npos l>.1n c:llllbiMio. 1.:1.s re(erenou lr3!>iJUaks - cb~>sewitt, ~f;tlun . <\dE:r y OIJ'OS mucha.< · )•! no son m~~ t.'l úniCO hor;¿00\1.! Jel (X'OS<ll'llÍCf!IO C~tra\él¡iCO. !lny11n d!a, mt>dl~ de los paradigmaol,atJi. rua\e, h:tn s\óo n\odl!k~dos pan! qu;¡ no se t<:ngan <cn wcn1a 1~.~ princip~les t1.1p\l•ras epistem..,lógiCa$, ll'l<!lcxlológicas, te<.·n<:JI<igi<'<I.S, polí\\c;LS, en la IOgk> polémk'a • ·p<lll'l'll<l\6-gi~"ll· · prcpar;¡ci/ln y cooducti6n de guerr.LS. dL<u ... sión. cqu1hbrto del c~rror. re..<J!•J<:>ón de <.'risi.~ y con0~t1<JS dh·erso.i. ~ neresa.no. <>11':1

'"'~- rt:Ur2r toda~ \a.~ cn..<cñan~.as. l.:a gcve.-tr:t· lcgia ~e ~mpl~;l, en lo su<:esí'>O, en pcnsM •espcd:tlmeme• el hecho milil.ar; m~~ Q\le ame.~ pu~<lc ser. desde encon~~s. que l~.i cl r;lctcr(so'c:thi d&:l arcn:2 nudcar p.<lrtk\ll:tl' .. lllC<Jic • r !:!$ mod!\hdades de su cvcncu31 U$t>- impon¡¡an una en:rethn;:;¡ superior de datos (v~riables) mul!i>wi~das del c'pati<> de lo61u¡¡M!•S. ele los ol~t<JS, r.te las a,-dOt><'.t, de la. 1n\C1'1SiOO<!S. de 13..; rel3óoné.s df' ruer/.01

¿Cu~lr< ><:>n ~~~ prc<>t'Upaciones ¡,,s priori· daóes y las "''mp<~!l.'tKi:>s tlcl geocslratc¡r,al Cn lo.t P"<X'''ílimlcm<>s de la dden.~.t r la

S•NW( ot Be-...".:"• C.::>t. • Yctv>>EN 5, No. 2 • Juuo • Or<rtMt<t 1994 --------- 1 ! S

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seguridad, el esludío de las re:tlidaóes seoes-­pactale~ h:tllegado a ser dectsh•o, en peque­th y gran esc~l~. Las amettu.as <:<l!llemporá· rv.:as, en todos stJs a~pecros requieren, " lltt de llHccrlct.s freme, 11na cxu·erna previsión en la lc>e~liz:tción de los lu¡;-¡rcs, las ~aracte­tistica.s de la superlkie, las lincalJdades, (e~. flujo.,), l:ts •-enia~s. Ha llegad<> a ser cscndal c-.>kular esrricumcncc bs ooorden~­das geográficas, medir 1()(1 :mgulos, evaluar la C'lllt:nsión de los fcnócncnos en e! a~ua y en el ~ice (tempet~mras, corrientes .marittas, balance.i bídricos d'! la (\\tl4fem, nubosi<l1d), apreci~r las discoolinuld~des esp-~cia!es Uc tcxla clase, <:<>tllprcnder el conjunto de 11 dínirnia~ cerresue. sin olvidar !os tllOVinúen· tos de los nstros que la afooan. (Xo es indife· renrc <1ue 1:. uerta -<~ire- de Oe.sre a Esre !' q11c la circulación atmmf<!ri<:a se efectúe en sentido CO\)\r~rio según lus lati[tJdes, <:On relación a la repartición de los conlinenres, ~ la e:)Cpresión de las amcnat.a.~ y a las estrl· rc~~s que se le oponen a c~us CJltimas.

As\, los milit.'IICs se rew-l~n siempre geóg.-~­(0$ adver!iclus, mis r~~mentc ¡;eopolidcos. !,a diManci;~ a proxim~dón c11 <ünlproba(l¡, Esto valida la fórmula del geógrafo Yvcs lacosre: rrltt gi!OJI.rafl<t sirve primer() pnr11 bocer /L1guerra.>. I.<'S c~it<.<> deben renec en <."erua mis bien el <'Olljllrtto d~ <.-;traclcl'isócas del medio en el .:ual está pre· visto ev~luar los hombre< y Jos mareriales SC.!,'Íill una e.w:~u:gia, en !:1 esp¡>r• de la t~c­tica y ele los fines preciso$.

1'.1 medio, consubsmnci:.ll a l~ acci<m, en t<>c:b C>;C".lb, e$ la principal preO<:upJción de los f:srados-.\fayores: es 1:< )')fnlleT'.l prioridad. Es1o no ha sido siempre el ca;o. Para recQf­dar, la derrQ\~ de i'ran.:l3 en l870 l'n gerleral, en el recinto de IR N>lmblea N~cioMl no reccnoda que la mejof de h1s ca.tta.s, era la que llevab~ siempre o $US cosrados. blan· dicndo su sal>le. Er1 e.<t:J ÓJ'<l'~. !os o!lci<lles (t:l.O(~'<!S habían fall~cto an1e sus homólogos pn¡s1anoo: los primeros no sahl~n utílit~r los doaunemo; c-.>nogi"Jficos $Obre el let<eOO •

ademáS, o poco menos, no !us letli~n. en t:ml<l que 106 5cgondos sabían utiltz:ul<l$. ;Piferen~ia de disposkión intclet1ual rn.1yor1 se sacó l.lna !e<:ciOn. La gcogr.1fí:t ¡;e cotwiri>O (Ueg<í "ser) en u o a causa nacional •F.I/s(//111· mo.s- ff'<~Ilcia a nue.wos runos, conocléndol:t bien, ellos 1~ amor.ln primero y después la defendecitt mejor. T:ll era el conrcnido del prefacio de un mu)' <:élctxe litJr<l de le~tur:>, también roorol, tle tmwria, de geogi"Jfi:• de tr\SintCción c:i•••aJ. ·!:1 Tour de fmmhl de dos niños> ~on c)cstíno a IOdos los pequel\<:>s f<"'\1)· ceses en la cswcl~ de la República. t:t>.O cspce1acular emre urt c:an•po disdplio:mo cu~ü(kado, ~suido ele uno anodino. ¡· su uso ckico dedsi,·o f."1ooces, los fines de la geografía estab:ln luetleS, lo que oo su.:ed~ hoy en e! sis1em:1 cdutalivo franc~s.

tn otra aproximación, la e.<fcra de 1« d<lfenr;:~ y sus pensadore~ • 8~t·,e:<\rategas pOI' dcfifli· d(m - disponen, por necesidades "''idt..'1\IC• de ,;eguridad y eficacia. de las ~ecnologilS mJs av:trtzad.a.~ de b itwesliS:'ción de las re:~.!id~des geocspaCI~Ies - p:uti<:uhrmenle bs celad•<aS al uso n>tÜI:tr de los esp3ciOS. en el con¡unro de su.~ r.:ua!idades itttrlnsec~s. SI.IS mrt\e!\SÍOfiCS, SUS volúmenes, SUS irWUc\C· cione.s, SU$ <fe-<;envol•timienlo.<,. Los resollados del anMisis, del t·alculc>, de re!\\ituck'ln, csllln a l' <&IIU.ra dc: lo;. nwdie-• empleados· d<• la ·1elederecciófl· en l" •masen nun>C:riu, <fn el trammicnto inforrnjtico de los dato' "'' los modelos sintu!ad<:». Conocimienros pro· c~¡¡iosos del eo..sp~cio de IR tier-ca, sientpr<.' Confiden<.:i-.•lcs. a!¡¡un;os ''~ces secretos. inron­lescnblemenre e.•t:Jbler.klos con sacionalid~d y cientificic.lad

Por tanlo, es siempre posible semir qu.: d desarrollo de los trabJ]OS de investig¡~cio<ICl> geocspaciales t<Can in:.ufkicmes. en \'isra de l;ts nccesí<l~dc.• y del csr;¡do del saber cfcc­tlv,.mcnte adq,\ltldo.

Si el ge._-.esmtc¡p cst.'l ,,ic:mpre próximo <lcl get'>grafo - porque e>lli Sti!ntpre obnul>ilJdo por el resollado de la confroma.:ión de

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fuer:z:as sobre el terreno. puede esperar que le a pone una cul!Ura de la relatividad, de lo ~lenoric., de lo humano en alguna medida. Si los geógrafos son -muy humanos-, los geoestr,hega.'> pueden ser muy ·c::a~egórico~ ·. las categonas, en verdad, son útiles. pero en el dls~mimienLO - porque,~ hecho todo el pensamiento geoesp•cial <.le unos y o1ros esti en búsqueda de orden, di¡ ¡erarquí;a.s, de d:lSincactón: lo que no debe slgnific:tr nunca rigidez, encerramíeruo, inmovilismo. Hay que, rerumr al pensarruen1o complejo que E'dgar Morín imenm establecer, para enseñar esta <.'Oml>i~atoria fundamental y dificil de una gestión dinámica del espacoo mismo, siempre en movimiemo. Sin duda proyecro cscru:ial l• geoe>trategja puede beneficiarse de la capacidad de la gcognof'ía en compren<.ler 1• complejidad del mundo de 105 hombres; a $U ve7., ella propone te<>­•i:ls, mOdelos, wmo nd$ .ad lllX> cuanto ell­tén bien ebborados. La viaoria no requiere, en primer lugar, la efiocia, si no con¡ugar en 1:1 doble 16gica de b e n.señ• n <a del orúlm y de la cullum (en el sentido de las dv,hz.a­ciones en panicular y de la humanidad en general). Concepción matemática de un lado, la geoesuaregia es siempre calculadora y atústica del otro, la geow·•fía se definió en orTo li,.mpo romo un arte: ~e enlnlh:un. Lo miación común esti bien alli. Los prunero.~ geógrofos • 1eóflC'Oe · no erJn ntatemá1kos, tales como E.n.lóstenes, Anaxiaandro. Esa:!· b6n. De hecho, la COISinOgr.tfía, la orograJ'ia, no fueron elaborodos ~ panír del espaCIO Interplanetario (cálculos ~stronómicos) y dentro de una pura tradición geoméuica: recomo a 1:~.~ fuenres, •1 esp-•c•o origma!.

5. Herromientm, Bosquejos, Planos.

Geogra!ia. geopolilíca, geoesuategia; tres campos disciplinarios dlstimos · q\te se super­poMo idealmente a ve~"'> · per() tres cuiCU· ru p.amcu!are.s, ues uJdiciones que no con­viene Of'<)ner 'ru confundir la ptoblemái.Ít." del inte=mbio llega en su hora, en el ~

mento mi.mlo en que el eo<:<!rnUnlefiiO disci­plinario llega • ser petjudicial a lodo progreso fundame013 en m:uen• de espacio. El análisis del espacio !lempo y de los fenómenos que alll se desarrollan pide un.a apro~unación de las tres disciplinas, una ósmosis de sus mejo­res tt'tét~ y por:W.igmas. •Se Ira~> mis bien de escablecer cclaclones diplorn1ricas y comerciales enlre las disciplinas, en donde cada una se <Onforme en su sobennia, se lr.l.ta de poner en cueHíón <:1 principio que un objeiD complejo, el cual estJi consutuido esen~íafmente por fas ÍOieTTefacione5, laS in· tervenciones, lu onU!rferencias, ~~~ comple­men~iones: las oposiCiones o:ntre elementos constlcuú•'O<! cl(lnde cada uno es pri>ionero de una discipUna pat1lCUb.r para QUé exoSlll una verdadera ínterdisciplinariedad es nece­sano que las dJsciplina.s tengan una mt'tc)(.lo·

logia, ~rticulada y ~bterra Ad Hoc acerca de fenólnefl06 complejos. & rl«'eS:lri:l •urta IOO·

ña, un peosatnicnto inll!rdí:.clplinario- (;l:ómo con.>ideror 1..., deconst.rucciones y las recons­trucciones necesan:IS? ~-uil es 111 posiCión epi$«,mo16gica común?. l..a p<lmacú del espa­óo, a traves de so realinrrJción reciente en los C$rudJos de 12> reahdade$ del mundo, es p~tcnte. Tres procesos de reesw~IUratión ínterdependoen~ erlsen la s.eocspacialidad ~n un psradi¡¡ma fundador eomún. J,t rees· truccur.a.ci6n c)ntológica <:t)n un~ nut'",. Cormu· lacOÓI) de las comple¡a.~ n·laciones entre el "·''P"<:io, k.lo IH!mpos y los 6eres: la r~esuuc­ruradón económica, polllica y social, en nn, la reestructuración civili~da según 1 11.~ tdco­log.ía$ y las t·ultur~. F.l muncto es tal como es, en proceso, y tal como lo.• .ndividu~ y las sc.cíedades fe píeosen y expenmenren. Geoculrura inmensa, sin límite$. como la rmaginadón. El t:!>pacío, lugar del poder del llC'>mbre: los uempos. signo de Sto impotencia. la cu~Stíón perm:w~nlf:' ronsoste en ••l>er sí, como lo .o;ostcnía Kant, el cspacto no es m~s que una forma a priori de la sensibihdad . ·1:!1 l'~pacio es al acto por el C\oal me aproximo a un mvndoe.:mulo f futldamerual de <.ll'l.l ~«"Z, e.ua ex~tañela, esta eX\erioridad, matriz de LOdo conocinticnro de bs COGa.~; el precede

SANIAFI OE BooorA COl. • VOWMEN ~.No. 2 • luuo- DICif.M'U 1994 --- - - ---- 117

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a IO<b pe«:epclón real, matril de la. expe­rierri2, e& como una il'l!Uitión pura que deter­mina los obje(os y las rclacíones que $E! esta­blecen entre ellos·. El espacio: un aeto, una acción con muchas dime nsiones oculras, según Peter Hall Especies de espacios segíin Georges Pérec:, espado concreto de la per­cepción voluminosidad d<:l ser vivo en su extensi6n, Ue.ide Merleau-Pomy haSI:I la poé­Lica de Gastón 8ac helard.

En la figurA de Fr.tser, el espacio esd ;allá, omruprel!etlte, con ~ncs mayores que los órdenes. Desafio al ca~: pan avaruar

' hay que teorizar.

lll es pacto es un -edilicio en consaucción·. que vive de la circulación de los fenómenos, los objeiOS, la~ Clisi~, las ideas • Una renexión sobre el espaoo es igualmeOfe un an~lisis de b vida•. Esp-Acio de la vida y tiempo de la muen.e.

Fórmula ind;visiule cuyo segundo ~múnu • en detrimento d~l pnmero úone mi~ !.olieirud de p3.11e dellbstori3clor. cJ fii&Ofo. el teólogo, Al encuentro del pa.<:~do. el porvenir debe ser el hombre espactal, IX"' m par d~~:urol1:1 r del Romo Saplcns. El geógrafo. el geopoU· lioo, el seoestrateg;¡ son t:>I.J<:«.ll!S del hombtc espacial, parientes pero dl;umos, bensibles a rodas la$ realidades geoe¡,-paciales, artesa­nos, pro<iut.'tores, pensadores del Es¡x¡cio, sus disciplinas constiruyen ooos tant<lll <:.Jrp6

de méllt~r·, gremioo<orpor:ación de oficio si se quieo-e llevar adelante la meúCora, ¡x¡ra compre~r, realizar, tlcslfior la arqui<ectura espada! mundial, en todos los niveles y en lodos lo6 sectores de su uso. Todavía, par~ uabajar, hay que disponer herrarnleolas, bosque¡OII, planos. J:llos ~xi&en •1 omerior de cada ciencia y debe ser u ti! izados con­¡uruament~ l' de modo t~mplememario. Es necesario lambién creer en los Oll()S Esto s.upone un conoclmíemo m(Jiuo de especia­lisias Y de sus disciplinas, hJslóricas, episle­rnológicas, métodos y fines, y una voluntad inteleC\uol con,-erseme, con el fin <~<: ua1ar

el espado en absoiuco, y crear una nueva malrit, una geociencia, campo de investiga­ción de la espcáalicbd y para b cual habrln de h.1rerun tralndo de ·geoesp:lciologia· libre de loda contingencia ~pliMria, más ~U1 de los -eocastiUamieruos. habilllales, segón una sr:osofu que podria 1ener como resulta­do uru verdadera .geopraxis-, porque consta La ex)srenda en lo que roca a Sabt:r-Pensar· el Eapcldo, revelada de numero--u careoci:ts epi&emológica.~. Leónas, merodolósicas, re· lauvas a las cosas del espado. Con el primeo· objeü>"O de ~"peras too horizontes <lisápfina­riO!l, la finalidad principlll reside más bien en la bú.<queda de nuevos axiomas de las realidades del mundo JX>ben promoverse e.modioo esenciales acel(;l de: loos pñn<ip<os de cantidad, de o.ganización de movimientO, del senudo, de lo alea1orio, el espacio en un uldeno desarrollo, el paaocinio de los pro­)"eCIOS, la necesaria e hípQtética p<ospectiva.. Si !os objeliv01 principales de la interrogación geoe~padal son forrnubbles en ti!rmíno.~ de teotla, de concepros y de modelO), en un~ geopraxis defirud.1 como el resul~do oialeo­tlco que el geupen.sador y/o geoautor est.a· blece ron el e5pacio; 1• vl8ihnci~ ptimer2 -cOI'lSUtuliva del Saber-Pensar-el l!!pacio, tal romo e~ta disposición inrelecrual ha sido definida, er; evodeoteml!'nrP. ~ or~n ~piS!e· mológíco cuando lodo cambi1, lodo muda, lodo se uansforma · t:lles son la~ realid~des ,geoespaciales -. la geooeocia que las eS!Udia, esli cunbi<m lnevitablememe en ll'lOVimremo, en rnes•abilidad, en rurbulenc.a, en busca de 6H propia identidad c.enáfica, de su utib· dad en la soded.~d <'i\·ol y mi!Mar.

De una compie)iclad infioh.a y carnbiame, los lugares de los que 5e ha pododo dectr que h•n rcnido genio, se Encuemran permanen­LCmeme vtrclro.~ a pel'lSar. prueba magistral para el genio llUmano. más allá eJe los endausmmieruos, loo decerminismos y los sectarismos de 1oda clase, de la problem~úca de 1~ imerfase de la conmni01ción y de la consideración de lo 01ro-, el porvenir e&.i en el ímercaml.>ro.

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