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Gabriela Arroyo Cowie PRESIDENCIALISMO EN BRASIL: EFECTOS EN LA ESTABILIDAD DEMOCRÁTICA Universidad de los Andes 2018

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Page 1: Gabriela Arroyo Cowie

Gabriela Arroyo Cowie

PRESIDENCIALISMO EN BRASIL:

EFECTOS EN LA ESTABILIDAD DEMOCRÁTICA

Universidad de los Andes

2018

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Capítulo 1

Introducción

Inclusive con el inmenso poder regional que Brasil ha logrado amasar los últimos años a nivel

regional, el gigante latino no ha logrado salvarse de la ola de altercados políticos que hoy en día afecta

a casi todos los presidentes de América Latina. Por el contrario, Brasil se encuentra completamente

rodeado de todo tipo de escándalos, desde acusaciones de maquillaje de cifras oficiales al mayor caso

de corrupción en la historia de este país.

Asimismo, se evidencia como Brasil está atravesando un periodo de duros procesos políticos y

legales, en donde miembros de todas las ramas del poder público se encuentran amenazados por los

fantasmas de procesos legales. Inclusive la presidenta Dilma Rousseff, quien en el momento se

encontraba a mitad de su segundo mandato, fue revocada a través de un proceso de Impeachment,

cuyo resultado puso a su vicepresidente del partido de centro PMDB a la cabeza del ejecutivo. Del

mismo modo, se evidencia cómo a pesar de contar con una posición hegemónica, Brasil ha ido

perdiendo su posición regional debido a una desaceleración de los proyectos de política exterior.

Con todos estos factores en consideración, no es difícil catalogar la situación política brasileña como

una inestable o inclusive crítica. Al fin y al cabo, una investigación a más de la mitad de los miembros

de la cámara y el senado por corrupción y una revocatoria de mandato de la presidencia, no es algo

que genere una sensación de estabilidad en la opinión general.

La razón de esta inestabilidad se puede intentar explicar desde los estudios de autores tales como Juan

Linz (Linz, 1990) que en sus textos relaciona la inestabilidad democrática con el sistema

presidencialista como fue diseñado en los estados latinoamericanos. Del mismo modo, se puede

intentar explicar desde autores como Scott Mainwaring (Mainwaring & Shugart, 1997) y Daniel

Chasquetti (Chasquetti, 2001), que han llevado el debate más allá a incluir el sistema multipartidista

dentro de la ecuación. El primero argumentó que la difícil combinación entre presidencialismo y

multipartidismo era la razón de la inestabilidad democrática (Mainwaring, 1997), mientras que el

segundo introdujo el concepto de coaliciones de gobierno como mecanismo para evitar un colapso

democrático en sistemas presidencialistas y multipartidistas (Chasquetti, 2001).

En el caso brasileño, se evidencia la existencia de un sistema presidencialista con un multipartidismo

que ha sido clasificado como extremadamente fragmentado, llevando a que las coaliciones en este

país sean creadas y disueltas con mucha rapidez. A primera vista parecería que este país se va a seguir

sumergiendo en una crisis política sin fin, que acabara con la gran hegemonía regional brasileña. Aun

así, revisando el estado actual del gigante del sur se puede evidenciar que a pesar de la coyuntura

difícil de este país la democracia, sus instituciones y sistema presidencialista, se han mantenido

intactos y en funcionamiento, creando la pregunta sobre la verdadera inestabilidad del sistema

democrático.

Con esto en mente, el principal propósito de esta investigación será analizar el caso brasileño, sus

múltiples contrastes y la forma en que se relacionan el sistema presidencialista, el multipartidista, la

estabilidad democrática. Es por tal motivo, que se centrará en responder a la pregunta, ¿bajo qué

condiciones la combinación entre presidencialismo y multipartidismo ha permitido la estabilidad

democrática?

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Para lograr esto, se buscará estudiar si la política exterior funciona como una herramienta del toolbox

presidencial, para generar acuerdos y coaliciones dentro del sistema multipartidista de Brasil. Del

mismo modo, se buscará entender como esto, junto a factores como la herramienta del impeachment,

una relación de interdependencia entre el ejecutivo y el legislativo y otras peculiaridades del sistema

presidencialista brasileño, pueden ser los que generen las condiciones necesarias para permitir la

estabilidad democrática en este país.

Con esto en cuenta, el presente texto buscará contribuir al estudio del caso brasileño, el cual es de

gran relevancia a las áreas de ciencia política y relaciones exteriores debido a sus peculiaridades.

Entre estas, se encuentra su presidencialismo, clasificado por autores tales como Javier Duque-Daza

como uno de los más fuertes de América Latina. Asimismo, es importante resaltar como este convive

con uno de los sistemas multipartidistas más fragmentados en el continente, convirtiéndolo en un caso

extremo de la difícil combinación descrita por Mainwaring.

Teniendo en cuenta lo anterior, el presente documento se dividirá en 8 capítulos adicionales a esta

introducción que buscarán responder a la pregunta de investigación. Primeramente, el capítulo 2 hará

una revisión de la literatura existente en el tema de presidencialismo para poder entender lo que la

academia ha descubierto sobre la relación entre presidencialismo, multipartidismo y estabilidad

democrática en el continente. Acto seguido, en el capítulo 3 se discutirá las características específicas

de los sistemas presidencialistas en América Latina para entender porque Brasil puede ser considerado

uno de los más fuertes del continente. El capítulo 4 describe los poderes presidenciales del ejecutivo

brasileño. El capítulo 5 mostrará la metodología de investigación que se seguirá para responder la

pregunta de investigación. En seguida el capítulo 6 será un análisis profundo del caso brasileño y su

sistema democrático, presidencialista y multipartidista. El capítulo 7 buscará analizar la política

exterior brasileña, sus orígenes y funcionamiento. El capítulo siete buscará mostrar los resultados de

la investigación y finalmente el capítulo 9 serán las conclusiones.

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Capítulo 2

La literatura sobre presidencialismos

2.1 Introducción

Junto al desarrollo de los presidencialismos latinoamericanos durante la tercera ola de

democratización, vino el desarrollo de la academia sobre los sistemas democráticos en la región.

Autores como Juan Linz empezaron a estudiar los efectos de estos sistemas presidenciales en la

estabilidad de las nuevas democracias latinas comparándolas a los sistemas parlamentarios de Europa.

Dicha comparación, llevó a que en un comienzo se plantee que estos sistemas tienen un efecto

negativo en la democracia, debido a la inmovilidad legislativa que se genera en este tipo de sistemas

(Linz, 1990). Sin embargo, al igual que los presidencialismos latinos evolucionaron de ser una copia

del sistema americano a ser su propio tipo, la academia ha desarrollado nuevas teorías acerca de los

efectos de este tipo de sistema en la estabilidad democrática, incluyendo nuevas variables endógenas

como los poderes presidenciales (Mainwaring & Shugart, 1997) y exógenas como los sistemas

federales (Samuels & Soberg Shugart, 2003).

Con esta inclusión de nuevas variables, se generó un gran interés en los efectos específicos de los

poderes partidarios de los ejecutivos, así como el impacto que pueden llegar a tener en instituciones

esenciales para la estabilidad democrática como lo son los sistemas partidistas, con especial énfasis en

los multipartidismos (Duque-Daza, 2014). Frente a este punto, autores como Scott Mainwaring

argumentaron que la relación entre los sistemas presidencialistas y un contexto multipartidista, es

inestable debido a la dificultad que existe para llegar a un acuerdo que permita gobernabilidad

(Mainwaring, 1997), pero al igual que el estudio de Juan Linz, dicho argumento fue ampliamente

debatido por los nuevos estudios que se empezaban a generar. Ejemplo de esto son los textos de

Daniel Chasquetti, quien llevó el análisis un paso más allá para argumentar que en esta difícil

combinación entre multipartidismo y presidencialismo, las coaliciones se presentan como un

mecanismo que disminuye los problemas que se generan a partir de esta combinación. Asimismo,

argumenta que la verdadera amenaza a la estabilidad democrática son los gobiernos minoritarios sin

coaliciones de gobierno (Chasquetti, 2001).

Teniendo en cuenta lo anterior, el principal propósito del presente capítulo será analizar el desarrollo

que ha tenido la academia frente a los presidencialismos latinoamericanos, para así poder entender la

importancia de variables como el multipartidismo en el estudio de estos regímenes. Para lograr esto,

se comenzará con el análisis de Juan Linz en los años noventa, seguido por el estudio de las tesis de

Mainwaring en el periodo posterior a la implementación de las nuevas constituciones latinas. Acto

seguido, se verán las tesis de Daniel Chasquetti y la inclusión de las coaliciones dentro del estudio de

los presidencialismos. Finalmente se revisarán las nuevas tendencias y paradigmas dentro de la

academia.

2.2 Juan Linz y las variables de la inestabilidad

Al hablar de presidencialismo en la academia se debe resaltar el texto de Juan Linz de 1990, Perils of

Presidentialism. En este texto, el autor busca argumentar que en comparación con los

parlamentarismos, los sistemas presidenciales como se han desarrollado en América Latina y en otras

partes del mundo son más inestables y pueden producir un colapso del régimen democrático. Dicho

argumento se basa en el análisis de tres variables que pueden llegar a afectar la estabilidad del

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sistema: elecciones suma-cero, la legitimidad dual y los términos fijos de gobierno (Linz, 1990). Estas

variables serán explicadas a continuación.

El término suma-cero hace referencia al concepto de “el ganador se lleva todo”, en donde el partido

político que gane las elecciones ejecutivas se queda con el control total de dicha rama. A diferencia

del parlamentarismo, dice Linz, en el presidencialismo no existe la necesidad de crear coaliciones para

poder gobernar debido a la independencia que existe entre ejecutivo y legislativo. Esto produce que

los partidos políticos más pequeños no sean representados en la rama ejecutiva, lo cual puede llegar a

generar conflictos entre diferentes sectores sociales. A esto se le suma la idea de que los

presidencialismos son inflexibles, haciendo que todo el término presidencial sea definido por un

partido ganador con una misma base electoral y sistema de alianzas (Linz, 1990).

La segunda variable que Linz estudia en este artículo es la existencia de una legitimidad dual entre el

congreso y el ejecutivo. Frente a este punto, el autor hace la comparación con el sistema

parlamentarista, haciendo énfasis en la relación de dependencia que existe entre el Primer Ministro y

el Parlamento, en donde el poder del primero emana de la validez que le otorgue el último. En el caso

del presidencialismo, Linz argumenta que la independencia entre ambas ramas causa una legitimidad

dual, en donde existen dos autoridades que pueden reclamar legitimidad como órgano de control

(Linz, 1990).

Este argumento se ve retado por Gary Cox y Scott Morgenstern, quienes hablan de la existencia de

legislaturas reactivas pero funcionales, en donde su labor puede generar un acuerdo entre ambas

ramas a través de concesiones, amedrentando así este peligro de la legitimidad dual. Asimismo,

hablan de su capacidad de reacción a las propuestas del presidente, utilizando como ejemplo el veto

legislativo (Cox, Morgenstern, & Wolfson, 2001). Este poder puede ser una forma de impulsar al

ejecutivo a utilizar técnicas como los favores políticos y el patronazgo para conseguir que su proyecto

de ley sea legitimado por el congreso, consiguiendo validar la legitimidad de ambas ramas sin

necesidad de crear tensiones (Cox, Morgenstern, & Wolfson, 2001).

Finalmente, Juan Linz discute los términos de gobierno de los presidentes. El autor argumenta que la

existencia de un término fijo de gobierno puede producir grandes inestabilidades y tensiones. Primero,

habla sobre la inflexibilidad de las herramientas de Impeachment, en donde el proceso es bloqueado

por múltiples trabas, dificultando así la capacidad del legislativo de sacar a un ejecutivo malo o

impopular. Esto a su vez, hace al régimen más propenso a las acciones violentas para sacar al

ejecutivo y por ende al colapso de la democracia. Segundo, el autor habla sobre la continuidad de las

políticas públicas y como los términos fijos pueden llegar a afectar la continuidad de buenos

proyectos de política pública, generando descontento en la población civil y desconfianza en el

régimen democrático (Linz, 1990).

Ahora bien, frente a este punto se puede ver como autores como Leiv Marsteintredet y Einar Berntzen

(2008) hacen un análisis a profundidad de los procesos de interrupción presidencial, llegando a la

conclusión de que en este continente si existen procesos democráticos y no violentos para interrumpir

el mandato de un ejecutivo, logrando así sacar a un mal gobernante sin afectar la estabilidad del

régimen democrático (Marsteindredet & Berntzen, 2008). Los autores proponen la siguiente gráfica

para demostrar que los mecanismos democráticos sobrepasan a los violentos y que por ende, las

interrupciones presidenciales pueden ser consideradas como un mecanismo efectivo para mantener la

estabilidad democrática:

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Tabla 2.1 Interrupciones gubernamentales

Tabla desarrollada por Leiv Marsteintredet y Einar Berntzen. 2008. Reducing the Perils of Presidentialism in Latin America Through

Presidential Interruptions.

En conclusión, se puede ver como desde la perspectiva de Linz existe una visión negativa frente al

sistema presidencialista y su efecto en los regímenes democráticos en América Latina. Esto se debe a

que variables como la independencia entre ramas, la existencia de términos fijos y la capacidad de un

partido de gobernar como una minoría, puede generar tensiones, desacuerdos y descontentos que

lleven al colapso del régimen democrático. Aun así, existen evidencias y autores recientes que debaten

la argumentación de Linz, demostrando la existencia de mecanismos dentro del sistema presidencial

que pueden amedrentar y reducir los peligros del presidencialismo. Uno de estos es Scott Mainwaring,

que como veremos a continuación, introduce una nueva variable a este debate, brindando una nueva

luz a la compleja relación entre democracia y presidencialismo.

2.3 Scott Mainwaring y los presidencialismos multipartidistas

Luego de la publicación inicial de Perils of Presidentialism, aparecieron múltiples análisis que

buscaban complejizar el argumento de Linz y buscar una combinación de fuentes endógenas y

exógenas que pudieran crear inestabilidad y un posible colapso del sistema democrático. Una de las

tesis más estudiadas y reconocidas es la expuesta por Scott Mainwaring en su estudio sobre el caso

brasileño en el libro que editó junto con Matthew Soberg Shugart en 1997 Presidencialismo y

Democracia en América Latina, en donde se establece que el verdadero factor que puede causar el

colapso del sistema democrático presidencialista, es la existencia de una difícil combinación entre

sistema presidencial y el multipartidismo. Esto se debe a que esta unión es la que evita un acuerdo

entre las diferentes fuerzas políticas así como entre éstas y el ejecutivo, creando la inmovilidad

política que se vuelve crítica para la estabilidad democrática (Mainwaring, 1997).

Frente a los poderes constitucionales Mainwaring hace un detallado análisis sobre la asimetría que

existe entre poderes legislativos y partisanos, describiendo cómo los primeros son más fuertes que los

segundos. Frente a la capacidad legislativa del ejecutivo, el autor hace referencia a la inclusión de

poderes reactivos y proactivos en las constituciones latinoamericanas, brindándole al presidente una

mayor capacidad para reaccionar a las acciones del congreso, pero también para legislar por fuera de

este (Mainwaring, 1997). Con esto en consideración, podemos ver como la teoría de Mainwaring se

ajusta a argumentos más contemporáneos, como es el caso de los textos de Javier Corrales (2009),

quien argumenta la existencia de poderes asimétricos entre ejecutivo y legislativo, y como dicho

desbalance define la fuerza del presidencialismo (Corrales, 2009).

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Ahora bien, Mainwaring discute también la importancia de los poderes partisanos en la estabilidad

democrática. Primeramente, discute los factores constitucionales que llevan a la gran fragmentación

de partidos en este país y cómo afecta la capacidad del presidente de poder tener una bancada

mayoritaria en el congreso. Esto a su vez afecta la capacidad del mismo de legislar de acuerdo a su

agenda política, ya que evita que pueda pasar leyes sin crear las coaliciones que el autor considera son

imposibles de crear (Mainwaring, 1997).

Frente al proceso de creación de coaliciones en el presidencialismo, Mainwaring discute tres

diferencias esenciales con las coaliciones parlamentarias que podrían llegar a afectar la estabilidad y

efectividad de las coaliciones: Primero habla sobre la facilidad del presidente para destituir y

reorganizar su gabinete, lo cual puede llevar a un quebrantamiento y reordenamiento de las

coaliciones entre partidos, volviéndolas más inestables. Segundo, pone sobre la mesa una vez más la

relación entre ejecutivo y legislativo en ambos sistemas, haciendo énfasis en como en el

presidencialismo, el legislativo no necesita estar detrás del ejecutivo y viceversa para mantenerse en el

poder, lo cual puede producir un desacuerdo entre los intereses del presidente y del congreso.

Finalmente, el autor hace mención de cómo en los sistemas parlamentarios los partidos se ven

forzados a cogobernar con el peligro de que una ruptura puede producir nuevas elecciones, cosa que

no acontece con el sistema presidencial y conlleva a una facilidad en la ruptura de coaliciones y

acuerdos (Mainwaring, 1997).

Más adelante se verá como autores como Chasquetti (2014) discuten y argumentan la existencia de

mecanismos que disminuyen estas debilidades que expone Mainwaring, así y como argumentan que

pueden llegar a ser de gran importancia en la estabilidad del sistema presidencial.

Ahora bien, a estas debilidades señaladas por Mainwaring, se le suman las variables de los partidos

atrapa todo, indisciplinados y desleales, en donde se estudia la existencia de sistemas en donde la

práctica del cambio de partido, genera inestabilidad dentro de la bancada de gobierno en el congreso y

por ende inestabilidad en su capacidad de gobernar y de llegar a acuerdos. Esto, según lo establece el

autor, genera imprevisibilidad en la relación ejecutivo-legislativo y por ende en la capacidad de este

último de avanzar su agenda dentro del primero. Aún así, el autor hace referencia al beneficio que esto

puede traer, ya que del mismo modo que un ejecutivo puede perder seguidores dentro del congreso,

puede convencer miembros de otros partidos a unirse a su coalición de gobierno (Mainwaring, 1997).

Este factor de deslealtad e indisciplina, genera la utilización de herramientas como el patronazgo, en

donde el poder del presidente para otorgar y dividir recursos, es utilizado para prometer beneficios a

cambio de lealtad dentro del congreso. Esto se utiliza para ganar más apoyo y socavar a la oposición

parlamentaria. Esta técnica puede ser dañina para la legitimidad democrática y la moralidad pública,

ya que implica la división de los recursos nacionales a favor de la agenda presidencial y no de la

necesidad popular. Otras técnicas incluyen la sobre utilización de los poderes de decreto y la búsqueda

de mecanismos para pasar por encima del legislativo, afectando una vez más la legitimidad de las

instituciones democráticas (Mainwaring, 1997).

En conclusión, se puede ver como el argumento que presenta Mainwaring muestra cómo, a pesar de

las variables descritas por Linz, existe un factor fundamental para determinar la inestabilidad de los

sistemas presidencialistas en el continente latinoamericano, siendo este la existencia de la difícil

combinación entre un sistema multipartidista y el presidencialismo, en donde la posibilidad de

gobernar bajo un control del legislativo minoritario, crea la necesidad de realizar coaliciones que los

presidentes prefieren no tomar debido a los peligros que presenta. Estos peligros, y como lo expuso el

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autor, surgen de la naturaleza de las coaliciones de ser impredecibles y fortalecerse y fragmentarse

con facilidad, estimulando la utilización de mecanismos alternos que pueden afectar la autoridad y

legitimidad de las instituciones democráticas.

2.4 Daniel Chasquetti y la importancia de las coaliciones

Con la inclusión de la variable del multipartidismo, Mainwaring comienza un nuevo debate en la

academia que busca entender las diferentes formas en que los sistemas partidistas, electorales y demás

afectan la estabilidad democrática. Aún así, autores como Daniel Chasquetti encuentran que tan solo

unos años después de la tesis de Mainwaring, los países latinoamericanos pasaron la prueba de la

difícil combinación (Chasquetti, 2001, pág. 321) y lograron crear democracias estables bajo la

coexistencia de presidencialismo y multipartidismo a través de la utilización de coaliciones de

gobierno (Chasquetti, 2001). Con esto en mente, Chasquetti desarrolla textos tales como Democracia,

multipartidismo y coaliciones en América Latina: Evaluando la difícil combinación, en donde

argumenta que la fórmula para esta difícil combinación es el desarrollo de coaliciones y que la

existencia de gobiernos minoritarios es el verdadero causante de inestabilidad democrática

(Chasquetti, 2001).

La argumentación de este autor comienza con un desglose de la tesis de Mainwaring, seguido de un

rápido contrargumento en donde señala que durante los años noventa se presentó en América Latina

una fragmentación generalizada de los sistemas partidarios del continente, sin que esto tuviera como

resultado el colapso del sistema democrático de los presidencialismos latinoamericanos. Dicha

fragmentación, es demostrada por el autor en el siguiente gráfico:

Tabla 2.2 Número Efectivo de Partidos en América Latina

Tabla desarrollada por Daniel Chasquetti. 2001. Democracia, multipartidismo y coaliciones en América Latina: Evaluando la difícil

combinación.

Bajo la tesis de Mainwaring, dicha fragmentación debió significar un colapso de los sistemas latinos

durante la última década del siglo 20, pero como se pudo evidenciar, esto no sucedió y los sistemas

del continente continuaron funcionando con normalidad debido a la existencia de sistemas de

cooperación entre el ejecutivo y diferentes partidos políticos que le permitieron al primero generar un

gobierno mayoritario (Chasquetti, 2001).

Con esta evidencia, Chasquetti concluye que la verdadera fórmula para la inestabilidad democrática

no son las características del presidencialismo como lo describió Linz, ni la combinación

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presidencialismo/multipartidismo descrita por Mainwaring, sino la combinación político-institucional

de presidencialismo con un multipartidismo sin coaliciones (Chasquetti, 2001).

Primeramente, Chasquetti hace la evaluación sobre qué se debe entender por coalición, trayendo a

colación la definición existente en donde se entiende este concepto como gobiernos que presentan un

gabinete multipartidario. Frente a esto, el autor discute como existen casos de ministros que entraron

al gabinete a título personal y no como parte de un gobierno. Es por esto que el autor introduce la

definición desarrollada por Karen Strom en 1990 en donde ve las coaliciones como: un conjunto de

partidos que acuerdan perseguir metas comunes, reuniendo recursos para lograr dichas metas y al

momento de cumplirlas se dividen los beneficios (Chasquetti, 2001, Pág. 329).

Ahora bien, para estudiar este argumento el autor introduce las variables de negociación y mayoría

legislativa, con los cuales estudia la existencia de cinco tipos de modalidades de gobierno que se

pueden generar a partir de la existencia o inexistencia de coaliciones. Cuando el presidente coopera

con un partido se generan dos modalidades de gobierno: Partido mayoritario cuando controla más del

45% del legislativo y partido minoritario cuando hay un control menor al 45% del congreso. Lo

mismo acontece cuando el ejecutivo coopera con dos o más partidos, en donde se generan coaliciones

mayoritarias y minoritarias bajo el mismo estándar de las mayorías partidarias. La última modalidad

es el gobierno a partidario, en donde el presidente no negocia con nadie y por ende termina con una

minoría en el legislativo, ya que una mayoría no es posible (Chasquetti, 2001).

Con esta metodología en consideración, Chasquetti hace un análisis del desempeño de las

democracias latinas teniendo en consideración la utilización de coaliciones como forma de generar

acuerdos entre partidos y legislaciones mayoritarias. Primero, habla sobre los tipos de sistemas

partidarios en América Latina, describiendo 3 tipos específicos: bipartidismo, multipartidismo

moderado y multipartidismo extremo. Esta tipología sale del número efectivo de partidos (NEP), en

donde se puede ver, a partir de la cantidad de partidos con una influencia significativa en el congreso,

el nivel de fragmentación del sistema partidario. Acto seguido, ve como la existencia de

multipartidismo genera gobiernos cada vez más minoritarios y que por ende a mayor fragmentación

del sistema se genera un menor contingente presidencial legislativo (CPL) y viceversa (Chasquetti,

2011).

Con estas cifras y tipologías en mente, el autor hace una descripción detallada de los

presidencialismos en la región hasta el año de publicación de su artículo en 2001. Por una parte, nota

que los sistemas bipartidistas son cada vez más raros en el continente, usando el caso de Colombia

que para entonces había evolucionado a un multipartidismo moderado. Asimismo, hace referencia a

las transformaciones rápidas que han sufrido algunos países como Venezuela, quien pasó de

multipartidismo moderado a bipartidismo, y de ahí pasó a ser un multipartidismo extremo. Por último,

el autor nota que la gran mayoría son gobiernos minoritarios y de coalición, a excepción de casos

como el de Fujimori en Perú (Chasquetti, 2001).

Sobre las coaliciones en el continente, el autor hace un estudio empírico de los diferentes sistemas

partidarios, en donde llega a la conclusión que en los casos de multipartidismo extremo existe una

mayor formación de coaliciones que en los multipartidismos moderados y bipartidismos (Chasquetti,

2001). El autor desarrolla la siguiente tabla para mostrar cómo en los 28 casos de estudio en donde

existen presidentes minoritarios, se evidencia una preferencia por la formación de coaliciones de

manera extensa:

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Tabla 2.3 Formación de coaliciones en sistemas multipartidistas

Tabla desarrollada por Daniel Chasquetti. 2001. Democracia, multipartidismo y coaliciones en América Latina: Evaluando la difícil

combinación.

Ahora bien, con esto en consideración, el autor toma estos gobiernos de coalición para estudiar cómo

pueden llegar a afectar la estabilidad democrática. Para lograr esto, hace una revisión de 33 casos

comparando la modalidad de multipartidismo moderado y extremo, así como la estabilidad del

gobierno medido por su capacidad de llegar a término. En la siguiente tabla desarrollada por el autor

se nota como los gobiernos de coalición en ambas modalidades muestran mayor capacidad de

estabilidad que otros tipos de gobierno:

Tabla 2.4 Comparación entre tipo de multipartidismo y estabilidad

Tabla desarrollada por Daniel Chasquetti. 2001. Democracia, multipartidismo y coaliciones en América Latina: Evaluando la difícil

combinación.

En conclusión, se puede ver cómo a través de un estudio cuantitativo de los sistemas presidenciales en

el continente, Daniel Chasquetti logra demostrar que la tesis presentada por Mainwaring sobre la

difícil combinación entre presidencialismo y multipartidismo, se debe entender desde la existencia o

inexistencia de coaliciones de gobierno, ya que es la combinación de estos tres factores lo que

determina la verdadera estabilidad e inestabilidad del régimen democrático.

2.5 La nueva academia

Además de Chasquetti, existen otros autores que buscan argumentar una relación más positiva entre el

presidencialismo latinoamericano y la estabilidad democrática, ahondando en el argumento

multipartidista o analizando otros factores dentro de las variables mencionadas por Linz. Con esto en

mente, esta sección observará dos autores que han buscado enriquecer el debate sobre la estabilidad

del sistema presidencialista.

Un autor de importancia es Antonio Cheibub, cuyo trabajo individual y con otros autores, ha llevado a

importantes conclusiones dentro del estudio de los presidencialismos latinoamericanos. Frente al tema

de los multipartidismos, se puede ver cómo ha sido coautor de textos como Government Coalitions

and Legislative Success under Presidentialism and Parlamentarism (2004), junto con Adam

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Przeworski y Sebastián M. Saiegh. En este texto discute la relación establecida por Chasquetti, la

pone a prueba y concluye que las coaliciones no parecen ser tan importantes en el estudio de la

estabilidad democrática, ya que, (1) los sistemas extremadamente fragmentados encuentran dificultad

en generar coaliciones con un gran número de partidos, (2) haciendo de las coaliciones minoritarias y

gobiernos minoritarios más comunes entre los presidencialismos. Esto, según Cheibub, hace necesario

un nuevo estudio sobre los factores que pueden ser negativos para la estabilidad presidencial y por

ende democrática (Cheibub, Saiegh & Przeworski, 2004).

Ahora bien, según otro autor de gran importancia como lo es Carlos Pereira, en su texto en coautoría

con Marcus André Melo The Surprising Success of Multiparty Presidentialism, establece que la tesis

de Chasquetti es rescatable si se tiene en consideración otras variables. Específicamente, hace

referencia a que el éxito del presidencialismo surge de tres factores: Los poderes del presidente, la

existencia de bienes que hacen de las coaliciones beneficiosas (Patronazgo) y la fuerza del contrapesa

del legislativo al ejecutivo (Pereira & Melo, 2012). Estos elementos, se han incluido dentro del

estudio del presidencialismo como parte del toolbox del ejecutivo para lograr gobernabilidad y una

mayoría legislativa dentro del congreso. Ejemplo de una herramienta del toolbox es el Pork Barrel, en

donde los legisladores se asocian a la coalición de gobierno bajo la promesa de que el ejecutivo los

incluirá a ellos, y/o a sus legislaturas, en diferentes proyectos que puedan beneficiarlos. Algunos

ejemplos son proyectos económicos y de infraestructura.

Como se puede ver, con el paso del tiempo se han desarrollado diferentes aproximaciones que

desacreditan o complementan las teorías desarrolladas por Linz, Mainwaring y Chasquetti, llevando a

la academia a entender mejor los factores que pueden llevar a estabilizar o debilitar los sistemas

presidenciales y por ende el régimen democrático.

2.6 Conclusiones

En conclusión, se puede ver como la academia sobre los sistemas presidencialistas ha evolucionado

con el paso del tiempo y ha buscado adaptarse a las nuevas condiciones establecidas por los sistemas

presidenciales en América Latina después de la tercera ola de democratización.

En primera instancia, se evidencio como Juan Liz argumento en los años noventa la existencia de tres

factores del sistema presidencialista que pueden ser causantes de gran inestabilidad y colapso del

régimen democrático. Los tres factores son: La legitimidad dual entre ejecutivo y legislativo, los

tiempos inflexibles de gobierno y la existencia de una tendencia suma-cero dentro del ejecutivo.

Asimismo, se vio como cada uno de estos argumentos han sido debatidos por autores más recientes y

se ha comprobado que los peligros del presidencialismo establecidos por Linz pueden ser

amedrentados.

Uno de los autores que ve más allá del argumento de Linz es Scott Mainwaring, quien en 1997

argumentó que el verdadero factor de inestabilidad en el continente es la existencia de sistemas

multipartidistas, en donde la formación de coaliciones es desanimada debido a los peligros que puede

traer y a la poca estabilidad de las mismas. Esta problemática se agudiza debido a la existencia de

partidos con altos niveles de desobediencia y un alto grado de deslealtad.

El argumento de Mainwaring es tomado por Daniel Chasquetti, quien argumenta que la Difícil

Combinación entre presidencialismo y multipartidismo es posible si se toma en consideración el uso

de coaliciones y de herramientas de cooptación de otros partidos como el patronazgo. Esto se logra a

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través de un cuidadoso estudio de las democracias latinoamericanas, que demuestran que el verdadero

peligro a la estabilidad democrática es la existencia de sistema presidenciales y multipartidistas en

donde no existen mecanismos, incentivos o voluntad para crear coaliciones.

Finalmente se analizaron las nuevas teorías, en donde se pudo ver la existencia de detractores de la

fórmula de Chasquetti como lo es José Antonio Cheibub, así como autores que buscan complejizar la

teoría de este autor para hacerla más precisa como es el caso de Carlos Pereira.

Como se pudo ver, la academia se ha ido complejizando a la hora de entender los factores y variables

que relacionan la estabilidad democrática, el presidencialismo y los sistemas multipartidistas. Aún así,

esta área tiene mucho más campo para el desarrollo de nuevas teorías y/o la complejización de las ya

existentes.

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Capítulo 3

Presidencialismos en América Latina

3.1 Introducción

Después de un largo periodo de cruentas dictaduras, en su mayoría militares, América Latina empezó

a experimentar un proceso de retorno a la democracia. Con la tercera ola de democratización, vino

también la necesidad de escribir nuevas constituciones que permitieran reconstruir la estructura

democrática. Este fue el caso de Brasil (1988), Argentina (1994) y Chile (1980). Inclusive Colombia

(1991), cuyo proceso constitucional no fue motivado por la caída de una dictadura sino tras un

proceso de negociación con la guerrilla del M19, hizo parte de este proceso de renovación

democrática (Corrales, 2009).

Al igual que en el periodo anterior a las dictaduras, los países latinos buscaron recrear las estructuras

presidencialistas inspiradas en el sistema norteamericano. Sin embargo, dichos sistemas se

desarrollaron de tal forma que permitieron generar características propias de los regímenes

presidencialistas latinoamericanos (Cheibub, Zachary, & Ginsburg, 2011). Dichas características

pueden ser resumidas en cinco puntos clave: la elección separada de ejecutivo y legislativo, y por

ende una separación de poderes y la generación de un sistema de pesos y contrapesos, la existencia de

un término fijo de mandato, la existencia del juicio político, la capacidad de gobernar como una

minoría legislativa y el rol del ejecutivo como cabeza de Estado y gobierno (Mejía-Guinand, 2017).

Ahora bien, la fortaleza o debilidad del sistema presidencial surge de los poderes que tenga el

presidente en comparación a las demás ramas, especialmente el legislativo (Corrales, 2009). En

América Latina, los poderes del ejecutivo para legislar pueden ser resumidos en: iniciativa legislativa,

poder de veto, poder de decreto, poderes de emergencia y establecimiento y control de la agenda

legislativa (Mainwaring, 1997). Asimismo, los presidentes cuentan con poderes no legislativos como

los poderes partisanos, los cuales se relacionan a la cantidad de escaños que controla el partido del

ejecutivo y su capacidad para mantener dicho partido o partidos cohesionados (Henríquez, 2008). A

estos poderes no legislativos se les suma el control que tiene el ejecutivo de la formulación y

ejecución de la política exterior. La fortaleza y estabilidad de dichos poderes determina que tan fuerte

es el sistema presidencialista.

Con esto en mente, el propósito de este capítulo será analizar los poderes presidenciales de los

sistemas latinos para así determinar el nivel de fuerza que tienen los diferentes presidencialismos del

continente. Para lograr esto se comenzará discutiendo los poderes de veto, seguido por los poderes de

decreto y de emergencia para seguir con los poderes de iniciativa legislativa. Luego se discutirán los

poderes no legislativos y finalmente se harán unas cortas conclusiones sobre el impacto de estos

poderes.

3.2 Poderes de veto

El primer poder a estudiar es el poder de veto legislativo. Este poder es considerado como una

herramienta fundamental dentro del sistema de pesos y contra pesos en las democracias latinas, ya que

le permite al ejecutivo bloquear o comentar los proyectos de ley que se aprueben en el legislativo,

dándole la palabra final dentro del proceso de creación de leyes (Alcántara Sáez & Sánchez López,

2001). Este poder se clasifica como reactivo, ya que le permite al presidente reaccionar frente a las

acciones tomadas por el congreso. Esto se hace con el objetivo de mantener el status quo y proteger el

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14

sistema de leyes posiblemente inconstitucionales o inconvenientes para el desarrollo del plan de

gobierno o el orden nacional (Henríquez, 2008).

Estos poderes pueden ser clasificados en dos tipos: Veto completo o veto parcial. En el primer caso el

presidente debe tomar la decisión de vetar o no el proyecto en su totalidad, ya que no puede devolver

al congreso los pedazos del proyecto de ley con las que no esté de acuerdo, mientras que aprueba el

resto. Todas las constituciones latinoamericanas cuentan con el veto total. La diferencia recae en la

capacidad del legislativo de superar dicho veto, ya que, dependiendo del país, se necesitan diferentes

tipos de mayorías para superarlo (Henríquez, 2008).

Teniendo en cuenta lo anterior, es importante distinguir los tres tipos de mayorías existentes para

superar el veto total de un presidente. La primera es la mayoría absoluta, siendo esta el cincuenta por

ciento más uno, el cual es utilizado por países como Brasil, Colombia y Nicaragua. La existencia de

esta mayoría tiende a ser la característica esencial de un veto débil (Mainwaring & Shugart, 1997). El

segundo tipo es la mayoría calificada, la que usualmente se refiere a dos tercios del legislativo. Esta

mayoría se utiliza en países como Bolivia, Chile y Costa Rica. Este tipo de mayorías es el calificativo

de un veto fuerte (Mainwaring & Shugart, 1997). Finalmente, está la mayoría total, utilizado en el

caso de Guatemala y República Dominicana (Henríquez, 2008). Asimismo, es importante notar que

dependiendo de estas mayorías, los legislativos tienen mayor o menor capacidad de insistencia frente

al legislativo (Duque-Daza, 2014). Ahora bien, es importante notar que la capacidad del legislativo de

sobreponer un veto del ejecutivo es un indicativo importante, ya que la existencia de un veto débil o

fuerte, suele ser un factor de relevancia en la fortaleza del ejecutivo.

El segundo tipo de veto es el parcial, en donde el presidente tiene la capacidad de aprobar ciertos

apartes de proyectos de ley mientras que devuelve otros al congreso para revisión. La mayoría de los

países latinos cuenta con esta disposición, pero depende de la constitución si el congreso tiene la

capacidad de pasar o no los apartes objetados por el presidente. Este es el caso de Brasil, Chile,

Ecuador y México, quienes le dan al congreso la posibilidad de publicar las partes no aprobadas

(Henríquez, 2008).

3.3 Poderes de decreto

Los poderes de decreto se refieren a la capacidad del ejecutivo de crear decretos con el mismo peso

que una ley sin necesidad de que sean aprobados por el congreso anteriormente. Este poder se

encuentra en el 95% de las constituciones latinas creadas después de 1980 y se considera un poder

proactivo, ya que, a diferencia de los poderes reactivos, le permiten al presidente cambiar el status

quo según sus intereses y agenda política (Cheibub, Zachary, & Ginsburg, 2011).

El poder de decreto tiene sus limitantes, ya que en la mayoría de países requiere de aprobación del

congreso para que se puedan mantener de forma permanente. Este es el caso de Argentina y Brasil, en

donde el legislativo cuenta con entre 20 y 30 días para aprobar o rechazar el decreto del presidente

(Mejía-Guinand, 2017). Otro limitante con el que cuenta este poder es el del tiempo de validez. En la

mayoría de las constituciones existen ambigüedades frente al tiempo en que un decreto es válido,

debido a figuras como la reexpedición del decreto, en donde este se puede volver a expedir en caso de

no ser revisado por el legislativo. Este es el caso de Brasil y Colombia, en donde pasado el tiempo

estipulado, existe la posibilidad de ser renovado (Pereira, Power, & Rennó, Under What Conditions

Do Presidents Resort to Decree Power? Theory and Evidence from the Brazilian Case , 2005). Aun

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15

así, es importante notar que la coexistencia de poderes de decreto y de veto suelen asegurar que el

presidente pueda tener un legislativo a su favor.

3.4 Poderes de Emergencia

Los poderes de emergencia son aquellos con los que cuenta el ejecutivo en momentos de crisis o

Estados de emergencia o de sitio. Dichos poderes están diseñados para brindarle al presidente más

espacio de acción en caso de una emergencia, en donde acción inmediata es requerida. Este tipo de

poder le permite al ejecutivo decretar regulaciones con el mismo peso de una ley y a diferencia de los

poderes de decreto puede llegar a legislar sobre temas como la reducción o limitación de derechos

civiles en momentos de grandes y violentas protestas civiles (Duque-Daza, 2014).

La fortaleza de este poder proviene de la facilidad que tiene el presidente para declarar dicho estado

de emergencia y la cantidad de limitantes que tienen estos poderes (Cheibub, Zachary, & Ginsburg,

2011). En los casos Boliviano y Chileno, se puede ver como los Estados de Sitio deben ser aprobados

por el legislativo dentro de un marco de tiempo, con la diferencia que en el sistema boliviano dicha

aprobación tiene que venir de forma tácita, mientras que el no pronunciamiento de la asamblea en el

caso chileno puede tomarse como la aprobación del estado de sitio. En estos dos mismos casos, se

puede ver como los límites de tiempo también pueden variar, ya que en Bolivia el estado de sitio no

puede ser renovado y dicha herramienta solo puede usarse un año después de la declaración inicial. En

el caso de Chile dicho estado puede ser renovado por diferentes periodos de tiempo (Constitución

Bolivia, 2009; Constitución Chile, 1980).

Otros casos son el brasileño, en donde existen dos tipos de estados de emergencia, siendo estos el

Estado de Defensa y el Estado de Sitio. En el caso del primero, el presidente puede decretar el estado

de defensa sin ningún limitante salvo el de informar al congreso de la república. Dicha herramienta

busca preservar y restablecer en un periodo breve de tiempo, el orden público y paz social en lugares

concretos del país. El límite de tiempo es dictado por el decreto que declara el estado de defensa y

solo puede limitar ciertos derechos civiles y administrativos. En el caso del Estado de Sitio, el

presidente debe contar con el permiso previo del congreso nacional y se utiliza en casos de grave

conmoción donde el estado de defensa prueba ser ineficiente y en caso de una declaración de guerra.

A diferencia del primero, el Estado de sitio puede ser declarado a nivel nacional y existe mayor

cantidad de derechos que pueden ser limitados. (Constitución de Brasil, 1988)

3.5 Iniciativa Legislativa

Los poderes de iniciativa legislativa son aquellos que le permiten al presidente controlar el trabajo del

legislativo según sus prioridades y objetivos, al poder presentar proyectos de ley sobre diferentes

temas de política pública.

La fuerza de este poder se desprende de la cantidad de áreas en que el presidente puede promover

legislación exclusivamente, así como de la capacidad que tienen los cuerpos legislativos de enmendar

y cambiar apartes de los proyectos de ley presentados por el presidente. Un ejemplo universal en el

continente latinoamericano, es la capacidad del presidente de tener iniciativa presupuestal, en donde

se distingue la capacidad única del presidente de presentar proyectos de presupuesto (Mejía-Guinand,

2017). Otros ejemplos de este poder se pueden ver en Brasil y Chile, en donde el ejecutivo cuenta con

amplias esferas en donde puede legislar de forma exclusiva, con el limitante de que dichos proyectos

pueden ser modificadas por el congreso. El caso opuesto se ve en Perú, Ecuador y Panamá en donde

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el presidente cuenta con el poder de iniciativa legislativa sobre unas pocas áreas más allá de las dos

básicas, siendo estas el presupuesto y firma de tratados internacionales, con el mismo limitante de que

el legislativo puede modificar los proyectos de ley presentados por el ejecutivo (Duque-Daza, 2014).

3.6 Agenda Setting

Ahora bien, a este poder de iniciativa legislativa se le suma el poder de agenda setting, donde los

presidentes tienen la capacidad de hacer que el congreso le dé prioridad a ciertos proyectos de ley.

Este es el caso de Chile, Colombia y Uruguay, en donde los congresos cuentan con 30 días para dar su

veredicto frente a un proyecto de ley después de que el presidente solicite que se de prioridad.

Asimismo es el poder de llamar al congreso de forma extraordinaria para que se discuta cierto

proyecto de ley, un poder que se encuentra en todas las constituciones latinas (Mejía-Guinand, 2017).

Ejemplo de este poder se ve en los proyectos de política exterior, ya que el poder del presidente de

presentar proyectos de ley frente a esta temática y solicitar que se discutan con prioridad le permite

legitimar sus decisiones frente a las relaciones internacionales con facilidad y rapidez (Ribeiro &

Pinheiro, 2016).

3.7 Poderes no legislativos

Finalmente, tenemos los poderes no legislativos de los presidentes los cuales se le otorgan al ejecutivo

para fortalecer su capacidad de gobernabilidad y generar apoyo por parte de los diferentes partidos

políticos. Uno de estos poderes es la capacidad de designar los miembros de su gabinete, que en

países como Brasil, Chile, Colombia y Bolivia puede hacerse sin restricciones, convirtiéndolo en una

herramienta fundamental en la creación de coaliciones de gobierno. Esto le brinda un mayor apoyo

dentro del congreso a ejecutivos con minorías parlamentarias. Estos poderes no legislativos buscan

facilitar la gobernabilidad de los presidentes latinos al ser un mecanismos para generar coaliciones de

gobierno que permitan generar una mayoría dentro del congreso (Cheibub, Saiegh & Przeworki,

2004).

Otro poder no legislativo de gran importancia para entender la relación entre estabilidad democrática

y la fortaleza de los sistemas presidencialistas son los poderes partisanos de los ejecutivos. Dichos

poderes hacen referencia a la cantidad de escaños que el partido del presidente o su coalición

controlan y la capacidad del mismo de controlar su partido y los partidos que hacen parte de su

coalición. En casos de multipartidismo, donde la existencia de una mayor fragmentación partidista

hace más difícil la existencia de un gobierno mayoritario, las coaliciones aparecen como un

mecanismo para lograr los objetivos del ejecutivo en el congreso sin necesidad de utilizar sus poderes

de decreto y han sido ampliamente utilizados por los gobiernos latinoamericanos como un mecanismo

para generar mayorías legislativas. Ahora bien, la facilidad para generar dichas coaliciones depende

del sistema de partidos, ya que dependiendo de la cantidad y la fuerza de los partidos políticos, las

coaliciones pueden llegar a ser más fuertes y consolidadas (Cheibub, Saiegh & Przeworki, 2004).

Dentro de los poderes no legislativos también se encuentra el control sobre la formulación y dirección

de la política exterior. Si bien es cierto que el legislativo en los presidencialismos latinoamericanos

tienen la responsabilidad de revisar y ratificar los tratados y acuerdos firmados por el ejecutivo, el

presidente y su ministerio de relaciones exteriores son los encargados de la negociación, aprobación,

firma e implementación de los mismos, dándole al aparato ejecutivo un control casi total sobre la

política exterior (Ribeiro & Pinheiro, 2016).

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3.8 Conclusiones

En conclusión, se puede ver como los presidencialismos latinoamericanos pueden tener una fortaleza

variante dependiendo de los poderes con los que cuente el ejecutivo para controlar las acciones del

legislativo, impulsar sus propia agenda dentro del congreso y generar mayorías gubernamentales y

legislativas. Esto se puede ver en los niveles de fortaleza que generan cada uno de estos poderes y su

capacidad para crear la asimetría de poder discutida en la introducción de este capítulo.

En el caso del poder de veto, vemos como la dificultad que debe atravesar el legislativo para poder

hacer frente a un veto presidencial depende de la mayoría que se deba tener y la capacidad de

insistencia. En casos como el brasileño, el chileno y el colombiano se ve que la capacidad de

insistencia del legislativo sólo puede alcanzarse con una de estas mayorías en el congreso,

dificultando así el proceso de contrapeso del congreso y fortaleciendo el poder del presidente dentro

del sistema democrático (Duque-Daza, 2014).

Frente al poder de gobernar por decreto se evidencia que los poderes de decreto determinan la

fortaleza o debilidad del sistema presidencialista al permitirle mayor o menor libertad al ejecutivo de

legislar sin necesidad del congreso. Frente a este punto vemos que Brasil es el país con el poder de

decreto más fuerte de América Latina, ya que la capacidad de restringir dichos poderes es casi nula.

En países como Colombia y Chile, los poderes tiene limitaciones de tiempo o deben ser revisados por

el congreso, convirtiéndolos en poderes más débiles frente al poder de decreto de Brasil (Duque-Daza,

2014).

Frente a los poderes de iniciativa legislativa, se puede ver como la fortaleza de estos poderes depende

de la capacidad del congreso de enmendar los proyectos de ley presentados por el ejecutivo. Brasil y

Chile son países en donde el presidente cuenta con la posibilidad de iniciativa legislativa con

enmiendas por parte del congreso. En países como Bolivia y Perú, dichos poderes son más limitados y

el congreso tiene más posibilidad de enmendar los proyectos presentados por el ejecutivo (Duque-

Daza, 2014).

Por otra parte, vemos cómo los poderes no legislativos como los poderes partisanos son esenciales

para entender la relación ejecutivo-legislativo y pueden ser esenciales en la estabilidad democrática

debido a que explican la capacidad de control de los presidentes sobre su partido, la capacidad de

generar coaliciones y finalmente el control del ejecutivo sobre dicha coalición (Duque-Daza, 2014).

Finalmente, el aparato ejecutivo en América Latina tiene un control casi total sobre la política exterior

al ser el encargado de su formulación junto con el ministerio de relaciones exteriores y tener la

capacidad de agilizar la aprobación y ratificación de acuerdos y tratados internacionales por parte del

legislativo a través de sus poderes de agenda.

Con estos ejemplos en consideración, vemos que países como Brasil, Chile y Colombia son naciones

con sistemas presidencialistas fuertes, debido a que le brindan capacidades menos limitadas al

presidente de contrarrestar los poderes del legislativo y a la vez impulsar sus intereses de política

pública dentro del congreso. Asimismo, vemos que países como Perú y Bolivia cuentan con poderes

más reducidos y controlados por el parlamento, haciéndolos presidencialismos más débiles que los

primeros (Duque-Daza, 2014).

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Capítulo 4

Poderes presidenciales en Brasil

4.1 Introducción

Ahora bien, Brasil es uno de los países en donde se evidencia una asimetría de poder positiva entre el

legislativo y el ejecutivo, en donde este último tiene un poder relativamente mayor que el congreso.

Dicha asimetría puede ser perjudicial para la estabilidad democrática debido a las tensiones que puede

generar dentro de ramas como la del congreso en gobiernos minoritarios que no han generado

coaliciones fuertes dentro del mismo (Corrales, 2009).

Con lo anterior en mente, el presente capítulo se dividirá en dos. La primera parte va a estudiar los

poderes legislativos del ejecutivo, en donde se verán los poderes de decreto, de emergencia, de veto,

de agenda setting y finalmente de iniciativa legislativa. La segunda sección hará una revisión de los

poderes partisanos, donde se estudiará la capacidad de nombrar el gabinete, la fuerza partidista dentro

del congreso y su efecto en la creación de coaliciones.

4.2 Poderes legislativos

Como vimos anteriormente, dentro de los poderes legislativos identificamos los poderes de veto, de

decreto, de emergencia, de agenda setting y de Iniciativa Legislativa. Cada uno de estos poderes,

según lo demuestran autores como Fernando Limongi, tienen un efecto único en la asimetría de

poderes entre el ejecutivo y el legislativo que diferencian al sistema brasileño con presidencialismos

como el americano, pero permiten una comparación importante con los sistemas parlamentaristas

como el británico (Figueiredo & Limongi, 2000).

Empezando con el poder de veto, se puede ver cómo Brasil ha contado con poderes de veto desde la

época del imperio, y se creó como un mecanismo en el cual el emperador podía dar su consentimiento

a las leyes aprobadas en el parlamento. Desde entonces, todas las constituciones brasileñas han

incluido el poder de veto. En la constitución de 1988 sin embargo, se prevé el veto parcial y total del

presidente sobre los proyectos de ley aprobados en el congreso federal, como un poder reactivo que le

permite al ejecutivo activar el sistema de pesos y contrapesos establecidos bajo el ideal de tres ramas

del poder público que funcionan de forma independiente y armónica. Dicho poder sólo contiene el

limitante que no puede cambiar el sentido de la ley al agregar nuevos enunciados y no se pueden vetar

palabras específicas sino ideas completas, sí son inconstitucionales o en contra del interés público.

Una vez es vetado el proyecto, este vuelve al legislativo, el cual cuenta con 30 días para discutir la

validez del veto y sus razones, más no el contenido de la ley. Para derogar un veto, se debe contar con

una mayoría absoluta del congreso federal. En el caso del veto parcial, se sigue el mismo

procedimiento pero solo vuelve al senado la parte vetada (Hetsper, 2012). Siguiendo lo estudiado

anteriormente, se ve como este poder de veto se coloca entre los más débiles de América latina debido

a la facilidad para derogar el veto y la capacidad insistencia que tiene el legislativo (Duque Daza,

2014).

Frente a los poderes de decreto se ve como Brasil, a diferencia del poder de veto, no cuenta con una

tradición fuerte de poderes de decreto para sus presidentes a excepción de los periodos de Getulio

Vargas con su política del Estado Nuevo y durante la dictadura militar. En la constitución de 1988, se

incluyó este nuevo poder en donde el presidente puede emitir dichos decretos, mejor conocidas como

Medidas Provisorias (MPs). Una vez emitido, el congreso cuenta con 60 días para aprobarlos,

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rechazarlos o remitirlos. Si al cabo de 60 días no se han pronunciado, se aprueba el MP. El uso de

estas provisiones es ampliamente utilizado por los presidentes brasileños, con Fernando Henrique

Cardoso (FHC) emitiendo 2,609 MPs de los cuales 160 fueron aprobados y 2,449 fueron remitidos

por el congreso. Ahora bien, la capacidad para lograr pasar dichos decretos también depende de las

coaliciones y la fuerza legislativa del presidente. Asimismo, se ve como los presidentes cuentan con la

posibilidad de volver a implementar los decretos que no han sido aprobados (Negretto, 2014). Con

esto en cuenta, se evidencia que el poder de decreto en Brasil es bastante poderoso, debido a la

capacidad de reexpedición por parte del presidente, el hecho de que el congreso solo emite una

opinión sobre el MP después de ser emitido y el límite de tiempo con el que cuentan para tomar una

decisión.

Acto seguido están los poderes de emergencia, que en Brasil pueden ser divididos en dos tipos. Por

una parte se encuentran los poderes de emergencia del Estado de Sitio, el cual solo puede ser

decretado con el permiso del congreso y sólo en casos de extrema emergencia o en declaratorias de

guerra. El presidente en esta situación puede emitir decretos con fuerza de ley, los cuales serán

estudiados después de que termine el estado de sitio. A diferencia de otros países en América Latina,

no existe límite de tiempo para el estado de Sitio, ya que este es establecido por el presidente con

aprobación del congreso. El segundo tipo es el Estado de defensa, el cual puede ser decretado con tan

solo informar al congreso. Con este estado se busca restablecer el orden y seguridad pública y aunque

puede emitir decretos con fuerza de ley, estos no pueden limitar derechos civiles (Asamblea

Constituyente, 1988). La existencia de dos mecanismos para la activación de los poderes de

emergencia, es una prueba evidente de que el presidente cuenta con amplios poderes que le permiten

actuar sobre el legislativo en casos en donde se necesita acción rápida.

Finalmente se encuentran los poderes de iniciativa legislativa y agenda setting. Frente al primero, se

evidencia como Brasil es uno de los únicos países en América latina en donde el presidente puede

contar con iniciativa legislativa exclusiva (Iniciativa privativa) sobre las fuerzas armadas, la creación

de cargos, la organización administrativa y judicial, materia tributaria y de presupuesto, lo

concerniente a servidores públicos, la organización del ministerio público y la defensoría pública, la

creación y extinción de ministerios y el régimen jurídico de los militares en las fuerzas armadas

(Asamblea Constituyente, 1988). Con esto en consideración se ve que el poder de iniciativa legislativa

del presidente en Brasil es bastante amplio y le permite gran poder sobre el legislativo.

Sobre los poderes de agenda setting se evidencian dos factores importantes en el estudio de este

poder. Por una parte, se evidencia la capacidad del presidente de llamar al legislativo a una sesión

extraordinaria para discutir algún proyecto de ley que considere importante. Esto ya demuestra un

gran poder del presidente frente al legislativo debido a su capacidad de convocar a dicha rama cuando

lo necesite (Duque-Daza, 2014). Un segundo aspecto es la capacidad del ejecutivo de pedirle al

legislativo que revise de forma inmediata y con prioridad los proyectos de ley que el presidente

presente, afectando así la capacidad del congreso de aprobar leyes bajo su propia iniciativa

(Nascimento, 2008). Con esto en consideración se evidencia cómo los poderes de agenda setting del

ejecutivo brasileño son bastante fuertes y tienen una verdadera capacidad de afectar el proceso

legislativo.

Los últimos dos poderes son los más importantes al analizar el control que el presidente tiene sobre el

congreso y el proceso legislativo de toma de decisiones. Tomando el texto de Limongi, se evidencia

como la capacidad de iniciativa legislativa y el poder de agenda setting le permiten al presidente

dirigir el trabajo de este aparato hacía sus intereses y programa de gobierno. Ejemplo de esto se

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20

evidencia en el estudio de este autor, en donde se evidencia que en las presidencias después de la

proclamación de la constitución de 1988, no solo existe un alto porcentaje de éxito de los proyectos de

ley del presidente (Siendo este un 70% desde 1992 a 1998), sino que también se presenta una alta tasa

de dominio por parte del ejecutivo de la producción de leyes (Figueiredo & Limongi, 2000).

En pocas palabras, los poderes del presidente en Brasil son bastante fuertes y demuestra la existencia

de una asimetría entre los poderes de las dos ramas. Del mismo modo, es importante notar que el

congreso cuenta con diferentes mecanismos para intervenir y controlar dichos poderes, disminuyendo

dicha asimetría.

4.3 Poderes partisanos

Frente a los poderes partisanos, se pueden evidenciar dos factores de interés. Por una parte, frente a la

capacidad del presidente de nombrar su gabinete, los poderes de iniciativa exclusiva le otorgan el

poder de ser el único que cambia la composición de dicho gabinete. Esto significa que el presidente

puede ajustar los gabinetes y los puestos públicos para que se acomoden a sus necesidades. Esto se

vuelve especialmente útil en un sistema como el de Brasil, donde se diseñó un presidencialismo de

coalición que promueve la creación de alianzas para generar gobernabilidad. Con esto en mente, se

nota que la capacidad única del presidente de generar cargos y ministerios, así como su capacidad de

nombrar a las personas que ocuparan dichos cargos, que junto a un sistema donde las coaliciones son

parte esencial del sistema, le da a este ejecutivo un gran poder de asignación de gabinete que le

facilita la creación de alianzas partidarias utilizando técnicas como el patronazgo.

Frente a los poderes partisanos, se evidencia cómo la concepción del presidencialismo brasileño como

un presidencialismo de coalición, implica que el mismo sistema generará las condiciones para que se

den las alianzas necesarias para poder tener una mayoría en el legislativo a pesar de la gran

fragmentación partidaria que distingue el sistema brasileño.

4.4 Conclusiones

En conclusión se puede ver como el ejecutivo brasileño cuenta con poderes presidenciales que son

más fuertes que aquellos del legislativo, al contar con poderes de decreto que le permiten gran

capacidad legislativa al ejecutivo, poderes de veto que le dan al presidente el poder de controlar las

leyes que salen del congreso, dos tipos de poderes de emergencia que le brindan mayor rango de

acción y poderes partisanos que le dan las herramientas necesarias para crear coaliciones que permitan

gobernabilidad.

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Capítulo 5

Metodología de Investigación

5.1 Introducción

Pensando en la literatura anteriormente descrita, el principal propósito de este capítulo será detallar el

método de investigación que se utilizará para llegar a una respuesta a la pregunta planteada en la

introducción: ¿bajo qué condiciones la combinación entre presidencialismo y multipartidismo ha

permitido la estabilidad democrática en Brasil?

Para describir el método de investigación, se comenzará con una breve descripción del porqué se

eligió el caso brasileño como caso de estudio y su importancia para el desarrollo de la academia sobre

los sistemas presidencialistas. Acto seguido, se verán las técnicas de investigación y se terminará con

una descripción de las instituciones que serán estudiadas.

5.2 El porqué del caso brasileño

El caso brasileño es de gran importancia debido a las características del mismo. Primeramente, se ve

como Brasil es un caso de presidencialismo fuerte, debido a la solidez y contundencia de los poderes

otorgados por la constitución al ejecutivo. Ejemplo de esto, se ve en como este presenta poderes

presidenciales más fuertes que sus contrapartes latinas, al contar con poderes legislativos que le

permiten vetar con mayor facilidad las leyes aprobadas en el congreso, así como poderes de decreto

que, a diferencia de países como Colombia, Paraguay y Uruguay son casi ilimitados y están más

protegidos de un veto o cambio por parte del legislativo (Duque-Daza, 2014).

Del mismo modo, se puede ver como Brasil cuenta con poderes partisanos y no legislativos con una

fuerza superior a la de los demás países latinos, al contar con dos formas de declarar Estado de

emergencia y poderes partisanos de extrema fuerza, en donde las coaliciones son un factor intrínseco

del sistema político debido al concepto constitucional del presidencialismo de coalición.

Frente al sistema multipartidista, se evidencia como Brasil cuenta con uno de los sistemas más

fragmentados del continente, llegando a tener un total de 27 partidos políticos en las elecciones

parlamentarias de 2010 y un Número Efectivo de Partidos (NEP) de 8. Esto, según la literatura

académica, es una fuerte amenaza a la estabilidad democrática debido a las dificultades que se pueden

generar al momento de crear coaliciones sólidas y duraderas, convirtiendo el concepto de

presidencialismo de coalición en un aspecto central en la estabilidad política y la gobernabilidad de

cualquier presidente de Brasil.

Finalmente, es importante resaltar los dos procesos de Impeachment por los cuales ha atravesado la

joven democracia brasileña y cómo, a pesar de que se generaron un desgaste de las coaliciones de

gobierno, no causaron un colapso del régimen democrático a pesar de que se dieron en momentos

críticos. Asimismo, es de gran importancia recalcar que este mecanismo ha sido activado en dos

ocasiones desde el regreso de la democracia en Brasil, haciéndolo el país en donde más veces se ha

activado en el continente, teniendo en consideración que solo ha sido efectivo en Venezuela en 1992

(Duque-Daza, 2014).

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22

5.3 Sobre la investigación

El caso brasileño es interesante, debido a que cuenta con las características que la academia ha

calificado como propicias para un colapso democrático (multipartidismo altamente fragmentado y

asimetría de poder entre el legislativo y el ejecutivo), pero también de cómo está difícil combinación

puede ser manejada y superada. Es por tal motivo, que se buscará entender cuáles son las condiciones

que llevan a que Brasil cuente con estabilidad democrática a pesar de contar con un presidencialismo

fuerte y un multipartidismo extremo, a través del estudio de diferentes instituciones que podrían

explicar dicha estabilidad.

Para lograr este propósito, se eligieron tres coyunturas críticas de la historia reciente brasileña que

permiten ver cómo ha evolucionado el sistema de partidos y el presidencialismo a pesar de cambios

extremos en el contexto político del país. Específicamente, se revisará el Impeachment de Collor de

Melo debido a que fue la primera presidencia directamente electa después del retorno a la democracia.

En esta coyuntura se revisará también como se reconstruye la política exterior a partir del regreso de

la democracia y su utilización por presidentes como Fernando Henrique Cardoso. La segunda

coyuntura crítica es la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, debido a que fue la entrada de un líder

populista y de izquierda que trajo consigo muchos cambios en la política brasileña y en la política

exterior al implementar la cooperación sur-sur como eje central del trabajo del Ministerio de

Relaciones Exteriores. Finalmente, se estudiará el Impeachment de Dilma Rousseff debido a que es el

primer proceso de revocatoria que se lleva a cabo en su totalidad y por el discurso que llevo la

presidente Rousseff durante el proceso, en donde lo declara un golpe. Del mismo modo, es importante

debido a la desaceleración de los procesos de toma de decisiones dentro de la política exterior.

Con esto en mente, se estudiarán las coaliciones, la relación entre el ejecutivo y el legislativo y la

herramienta del Impeachment como mecanismos que explican la estabilidad democrática. Sin

embargo, a estas tres instituciones se le sumará una nueva variable que puede llegar a ser parte del

toolbox presidencial mencionado anteriormente y que no ha sido revisado a fondo como mecanismo

para generar coaliciones, siendo este el uso de la política exterior. Esto se debe, al control total que

tiene el ejecutivo sobre esta herramienta y por ende sobre su posible uso para beneficio del presidente

en temas domésticos.

Con esto en mente, el presente estudio revisará las variables anteriormente mencionadas a través de

tres mecanismos de recolección de datos. La primera herramienta es una revisión de los reportes de la

presidencia sobre el trabajo del senado durante las tres coyunturas mencionadas. Dichos reportes

cuentan con una descripción detallada de las coaliciones (Bloques parlamentares) que se forman en el

congreso y un resumen detallado de las leyes que se pasan, permitiendo comparar las leyes que se

pasan por iniciativa del legislativo frente a las medidas provisorias del ejecutivo.

La segunda herramienta serán entrevistas semi-estructuradas, en donde se buscará de forma

propositiva entrevistar a diferentes personas que puedan brindar aspectos claros de la relación entre

presidencialismo y multipartidismo, y el posible efecto que pueda tener el desarrollo de la política

exterior en la misma. Las entrevistas se realizarán en un periodo de un mes (entre febrero y marzo de

2018), en donde se cuestionarán a cinco personas conectadas con el gobierno brasileño que puedan

brindar una perspectiva interna del funcionamiento del aparato estatal de este país, así como una

posible respuesta a nuestra pregunta de investigación. En el proceso de análisis de estas entrevistas, se

buscará encontrar donde los entrevistados concuerdan, para así establecer la posible relación de las

instituciones mencionadas anteriormente con la estabilidad democrática. Para esta investigación se

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23

eligieron al Embajador del Brasil en Bogotá Julio G. Bitelli, al Ministro Consejero de la misma

embajada Mauricio Favero y al administrativo de cuadro Pedro Farías, debido a su experiencia

trabajando como servidores públicos dentro de una institución controlada por el ejecutivo. Asimismo,

se entrevistó a Rodrigo Janot, ex procurador federal de Brasil, cuyo conocimiento de la rama judicial

permite una visión más amplia de la relación entre las ramas del poder público y su efecto en la

estabilidad democrática. Finalmente, se entrevistó al coronel de la fuerza aérea Luiz Guilherme da

Silva Magaraes, quien nos permitirá entender el aparato del estado brasileño desde afuera de las ramas

del poder público.

Finalmente, se utilizara una revisión de prensa como herramienta para detallar la visión general que se

tenía de la estructura presidencial en las coyunturas críticas anteriormente mencionadas.

Específicamente, se utilizarán periódicos como Folha de Sao Paulo, Globo y Correio Braziliense

como forma de revisar los acontecimientos más relevantes dentro de nuestras coyunturas críticas.

5.4 Instituciones estudiadas

Antes que nada es de vital importancia entender las instituciones a ser estudiadas y que significa cada

una de ellas para verificar si estas características del sistema presidencialista brasileño tienen o no un

efecto en la estabilidad democrática del país.

En primera instancia, y para efectos de esta investigación, se entenderá estabilidad democrática como

la capacidad de generar gobernabilidad. Esto se debe a la clara relación que tienen estos dos factores

en la literatura, utilizando como ejemplo a Chasquetti y su argumento frente a las coaliciones de

gobierno como una forma de generar gobernabilidad y por ende estabilidad democrática. (Chasquetti,

2001).

Para lograr entender la relación que existe entre presidencialismo y multipartidismo, se utilizarán las

instituciones anteriormente mencionadas como categorías de análisis para estudiar las condiciones en

que se da la estabilidad democrática de Brasil a pesar de un presidencialismo fuerte y un sistema

multipartidista fragmentado. Del mismo modo, se utilizarán las entrevistas semi-estructuradas para

distinguir los elementos que podrían llegar a explicar la relación entre presidencialismo,

multipartidismo y estabilidad democrática en Brasil teniendo en cuenta las categorías de análisis de

relación ejecutivo-legislativo, coaliciones e Impeachment. Estas categorías de análisis, su definición y

las preguntas de las entrevistas que les corresponden a cada una se pueden evidenciar en la siguiente

tabla:

Page 24: Gabriela Arroyo Cowie

24

Tabla 5.1 Categorías de entrevista y preguntas

Finalmente, es importante notar que la política exterior será estudiada con los otros dos mecanismos

de recolección de datos junto con un análisis de la literatura existente sobre el tema, y se buscará ver

si es o no una herramienta del presidente para generar coaliciones dentro del legislativo. Para lograr

esto, se entenderá la política exterior como un tipo especial de política pública desarrollada por uno o

más actores gubernamentales capaces de comprometer los recursos de la sociedad, cuya formulación

depende de las demandas nacionales y las oportunidades ofrecidas por el contexto internacional

(Salinas, 2012).

5.5 Conclusiones

En conclusión, esta investigación busca entender y examinar cómo diferentes instituciones como la

política exterior unto con la relación ejecutivo-legislativa, las coaliciones y el Impeachment, pueden

explicar la aparente estabilidad democrática brasileña durante momentos de crisis. Dicho proceso se

realizará a través de un análisis histórico del sistema presidencialista brasileño, así como su

comportamiento durante las coyunturas críticas mencionadas anteriormente. Para esto se hará uso de

entrevistas a miembros del cuerpo diplomático, político y militar de este país, se revisarán los reportes

anuales de la presidencia de la República sobre el trabajo legislativo y la prensa. Finalmente, es

importante recalcar que este proceso se hará analizando tres periodos de gran importancia política en

Brasil, debido a que fueron épocas de gran movimiento en términos políticos, económicos y sociales.

El primer momento es el proceso de revocatoria de Collor de Melo, el segundo es la entrada de Lula

al poder y finalmente vemos el Impeachment de Dilma Rousseff y la entrada de Michel Temer al

poder.

Categoria Operacionalización Preguntas

¿Cómo describiría el ejecutivo?

¿Cómo describiría el legislativo?

¿Cómo describiría el aparato presidencial

brasileño?

¿Existe alguna preferencia por parte del

presidente por el uso de los poderes de

decreto o por seguir el camino legislativo?

¿Cuál es la importancia del sistema

multipartidista en la estabilidad democrática?

¿Cuál diría es la relación entre un sistema

multipartidista y la estructura

presidencialista?

¿Cual es su importancia en la estabilidad del

presidente?

¿Las coaliciones son un mecanismo bastante

utilizado por presidentes brasileños (Rousseff

con PMDB) para poder garantizar una

mayoría en el congreso ¿Cuáles son las

técnicas o herramientas que utilizan para

mantener la coalición unida?¿Cuál es la importancia de las coaliciones en

la estabilidad democrática?

¿y en la estabilidad del presidente?

¿Porque no hubo un colapso de la

democracia brasileña después del proceso de

Collor? Siendo este el primer presidente

electo del Brasil.

¿Cuál diría usted es el uso de la herramienta

del Impeachment por parte de los partidos

políticos? (¿Cuál es el uso del PMDB?)

¿Cuál es el efecto del sistema multipartidista

en el uso de la herramienta del

Impeachment? ¿De las coaliciones?

Impeachment

Las disposiciones de revocatoria o Impeachment como se llama en

Brasil, se entienden como un proceso de interrupción del gobierno

que ocupa el ejecutivo en un sistema presidencial a través de los

mecanismos dispuestos en la constitución (Marsteintredet y Berntzen,

2008).

Relación ejecutivo legislativo

Una relación fuerte entre ejecutivo y legislativo se entiende como

aquella en donde a pesar de los poderes legislativos del presidente, la

legislatura cuenta con la capacidad de reaccionar y crear un verdadero

contrapeso al ejecutivo, generando la necesidad de acuerdo entre

ambas ramas para evitar inestabilidad, siguiendo la ley de Carl

Friedrich sobre las reacciones previstas (Cox, Morgenstern, &

Wolfson, 2001).

Coaliciones de gobierno

Coalición gubernamental se entenderá como el mecanismo por el cual

un partido con aspiraciones al ejecutivo crea una alianza con otros

sectores y partidos políticos para así poder generar una mayoría

dentro del legislativo que le permita gobernabilidad (Cheibub; Saiegh

& Przeworski, 2004).

Page 25: Gabriela Arroyo Cowie

25

Capítulo 6

La democracia Brasileña

6.1 Introducción

El estudio de los presidencialismos latinoamericanos es de gran importancia para entender los

mecanismos con los cuales se ha logrado mantener o no la estabilidad democrática en el continente.

Nos ayudan a entender como siguen en pie democracias como la colombiana y los hechos que

pudieron llevar al colapso venezolano. Con esto en mente, este texto busca hacer un análisis del caso

brasileño y las peculiaridades que han llevado a que, a pesar de las diferentes crisis que han golpeado

a esta nación, su democracia siga intacta.

Con esto en mente, el principal propósito del presente capítulo será presentar los efectos que tiene el

sistema presidencialista en la estabilidad democrática de este país, para entender la relación que existe

entre estos dos factores y así entender el origen de la estabilidad democrática brasileña. Por tal

motivo, este capítulo se dividirá en las tres coyunturas históricas mencionadas durante la metodología,

para así entender los cambios que se produjeron durante estos periodos y sus efectos en la estabilidad

democrática. Pero antes de eso, se verá el desarrollo histórico del sistema presidencialista y

multipartidista brasileño para así entender cómo se llegó hasta la institución de hoy en día y la

importancia que tienen las coaliciones y el proceso de revocatoria en el mismo.

6.2 Histórico

La existencia de un presidencialismo fuerte en Brasil no es algo que surgió de la constitución de 1988,

ya que en los intentos anteriores se evidenciaba la existencia de ejecutivos con demasiado poder.

Ejemplo de esto se ve en la publicación de textos como Su Majestad Presidente de Brasil, en donde se

hace un estudio de la estructura presidencial hasta 1943 y cuyo mismo autor explicó: “Existe un factor

común en el derecho constitucional de las repúblicas del continente americano, siendo esta, la

autocracia del jefe de Estado.” (Hambloch, pg. I del prefacio, 2000). Con esto en consideración, no es

sorpresa que la nueva constitución brasileña fuera diseñada para otorgarle grandes poderes y

capacidades al presidente (Hambloch, 2000).

Asimismo, se puede ver como factores importantes del estudio como lo son la relación entre las ramas

y las coaliciones también han sido siempre una parte importante de la política brasileña. Ejemplo de

esto se puede ver en acuerdos y sistema políticos como la política de los gobernantes y el sistema de

Café-com Leite fueron los rasgos característicos de la república vieja de Brasil hasta la llegada de

Getulio Vargas en 1930. En el caso del primero, se ve como existe una relación estrecha y co-

dependiente de forma indirecta entre el legislativo y el ejecutivo debido a que las personas que elegían

a los senadores eran los gobernadores de cada Estado, quienes, a cambio de completa autonomía y

posibilidad de que gobernaran las elites de cada región sin intervención federal, garantizaban que sus

senadores y representantes votarán a favor de los proyectos del presidente, generando gobernabilidad.

Al mismo tiempo, vemos como las coaliciones fueron un factor esencial en la política de esa época

debido al sistema del café con leche, en donde los dos Estados más poderosos, siendo estos Sao Paulo

(que producía café) y Minas Gerais (Que producía ganadería) se alternaban el poder presidencial,

garantizando así que ambas oligarquías tuvieran acceso al poder (Câmara dos Deputados do Brasil,

2009).

Page 26: Gabriela Arroyo Cowie

26

La relación entre el legislativo y el ejecutivo se mantuvo estrecha pero tensa debido a la entrada de

Getulio Vargas y su República Nueva, en donde el presidente era la fuente central de poder, y a los

debates para instaurar un parlamentarismo y la dictadura militar en donde el congreso se mantuvo en

funcionamiento. Asimismo, las coaliciones tuvieron gran importancia debido al papel fundamental

que jugaron en la presidencia que hubo entre los dos períodos de Vargas y la dictadura militar, tanto

como apoyo al gobierno en el caso del primero y de oposición en la época militar (Câmara dos

Deputados do Brasil, 2009).

Es importante notar que el nuevo presidencialismo brasileño generó un efecto diferente en la

conformación política del país, llegando a fortalecer el vínculo existente entre variables como el

presidencialismo, el multipartidismo y la estabilidad democrática. Específicamente, y como se verá a

continuación, la nueva constitución afecto el proceso de conformación de coaliciones y partidos

políticos de diferentes formas, y trajo consigo también la introducción de una herramienta de gran

importancia política, el Impeachment.

6.2.1 Coaliciones

Comenzando con las coaliciones, se evidencia como desde la constituyente de 1986, estas han sido

esenciales para la gobernabilidad de un ejecutivo. Inclusive en la constituyente, la coalición del

presidente Sarney llamada Centrão, compuesta por los partidos de centro izquierda como el Partido da

frente liberal (PFL), el Partido del movimiento democrático brasileño (PMDB), el Partido

democrático social (PDS) y el Partido democrata cristão (PDC), fue esencial para el desarrollo de las

propuestas del mismo durante la construcción de la constitución de 1988, logrando implementar

medidas de gran importancia para el desarrollo del sistema presidencialista como lo son los periodos

de cinco años del ejecutivo y el ideal de un sistema con tres ramas independientes y armónicas entre sí

(Carvalho, 2017).

Ahora bien, aún con la caída del Centrão después de la constituyente, desde 1990 existen registros de

la existencia de Blocos Parlamentares como son conocidos en Brasil, en donde diferentes partidos

realizan una coalición parlamentaria para así votar en bloque cualquier propuesta que sea puesta en

votación en el congreso. Debido a la gran fragmentación partidista en este país, estos blocos toman

especial relevancia, ya que dichas coaliciones tienen un gran efecto en la toma de decisiones y deben

ser consideradas en los procesos de negociación de un presidente que busque avanzar su agenda

legislativa. Es importante notar que estas coaliciones son coyunturales, ya que se forman dependiendo

del contexto político, económico y social y pueden aparecer y desaparecer de un año al otro (Cheibub,

José Antonio; Saiegh, Sebastian M.; Przeworski, Adam, 2004). Esto se puede evidenciar en el 2016,

cuando el contexto político de la revocatoria de Dilma Rousseff provocó múltiples cambios dentro de

las coaliciones del senado, como lo fueron el cambio de nombre de la coalición de apoyo al gobierno

a la coalición de resistencia democrática, la entrada del Partido verde (PV) en la coalición de

oposición y del Partido laborista cristiano (PTC) en la coalición Unión y fuerza (Presidencia, 2016).

Por otra parte, y como se menciona anteriormente, el sistema brasileño es un presidencialismo de

coalición. Esta idea, sin embargo, no es una creación de la constitución de 1988, ya que desde antes

de la dictadura militar se ven ejemplos de coaliciones de gobierno. Ejemplos de esto se ven en los

gobiernos posteriores a la dictadura de Vargas, con coaliciones de gobierno de hasta seis partidos

(Mainwaring, 1997), seguidos de casos más recientes como el de Dilma Rousseff, que incluyó 5

partidos.

Page 27: Gabriela Arroyo Cowie

27

Es importante notar que la mayoría de estos dos tipos de coaliciones parecen ser generadas por los

partidos tradicionales brasileños resaltando el MDB. Utilizando los datos de Mainwaring en su

estudio de 1997, se ve como todos los presidentes hasta FHC hicieron una alianza de gobierno con

este partido (Mainwaring, 1997). Asimismo, se ve que aunque en su primer mandato Lula no incluyo

a este partido, en su segunda elección fueron esenciales para generarle una mayoría gubernamental

(Colon, 2006), además de que la presidencia de Temer se ha visto facilitada por la reencarnación del

Centrão con los nuevos movimientos que existen en Brasil (Calgaro, 2016).

En la siguiente tabla se pueden ver las coaliciones de gobierno que se formaron durante los gobiernos

brasileños desde el restablecimiento de la democracia en este país. En cada una de estas, se evidencia

como las coaliciones de gobierno se van transformando a partir de diferentes contextos políticos, así

como la capacidad de estas de generar una mayoría en el congreso:

Tabla 6.1 Coaliciones de gobierno en Brasil

PRESIDENTE PARTIDO COALICIÓN HECHO

QUE

COMENZÓ

LA

COALICIÓN

% DE

ESCAÑOS

DEL

PARTIDO

DEL

PRESIDENTE

% DE

ESCAÑOS

DE LA

COALICIÓN

Collor 1 PRN PRN-PFL Elección

presidencial

5,1 33,9

Collor 2 PRN PRN-PFL-

PDS

Entrada PSD 6,1 -

Collor 3 PRN PRN-PFL-

PDS

Elección

legislativa

8 34.59

Collor 4 PRN PRN-PFL-

PDS-PTB-PL

Entrada de

PTB y PL

6.2 43.5

Franco 1 Sem partido PFL-PTB-

PMDB-

PSDB-PSB

Revocatoria

Collor

- 60

Franco 2 Sem partido PFL-PTB-

PMDB-

PSDB-PP

Salida PSB y

entrada del PP

- 59.64

Franco 3 Sem partido PFL-PMDB-

PSDB-PP

Salida PTB - 55.27

Cardoso 1 PSDB PSDB-PFL

PMDB-PTB Elección

presidencial y

legislativa

12,5 56,14

Cardoso 2 PSDB PSDB-PFL

PMDB-PTB-

PPB

Entrada PPB 16,6 77,19

Cardoso – II 1 PSDB PSDB–PFL –

PMDB PPB Elección

presidencial y

legislativa

18,3 73,88

Cardoso – II 2 PSDB PMDB–PSDB-

PPB Salida PFL 18,2 45,22

Lula – I 1 PT PT- PTB–PDT

– PPS–PV

Elección

presidencial y

legislativa

18,0 42,88

Lula – I 2 PT PT-PL-PCdoB

PSB-PTB-PPS

PV-PMDB

Entrada

PMDB y

17,7 62,38

Page 28: Gabriela Arroyo Cowie

28

salida PDT

Lula – I 3 PT PT-PL-PCdoB -

PSB-PTB-PV –

PMDB

Salida PPS 17,7 57,7

Lula – I 4 PT PT-PL-PCdoB-

PSB-PTB-

PMDB

Salida PV 17,7 58,28

Lula – I 5 PT PT-PL-

PCdoB-PSB-

PTB-PMDB-

PP

Entrada PP 17,7 69.59

Lula – II 1 PT PT-PCdoB-

PSB-PTB-PP-

PMDB-PDT

Elección

legislativa y

presidencial

16.1 58.2

Lula – II 2 PT PCdoB-PDT-

PMDB-PP-

PRB-PSB-PT-

PTB-PV

Entrada PV,

PRB y PSB

16.1 61

Lula – II 3 PT PCdoB-PDT-

PMDB-PP-PR-

PRB-PSB-PT-

PTB

Salida PV 16.1 58.4

Dilma – I 1 PT PT- PR-PSB-

PRB-PCdoB-

PMDB-PP

Elección

legislativa y

presidencial

16,1 59

Dilma - I 2 PT PT-PR-PDT-

PSB-PRB-

PCdoB-

PMDB-PP

Entrada PDT 16,1 64,7

Dilma – I 3 PT PT-PDT-PSB-

PRB-PCdoB-

PMDB-PP

Salida PR 16,1 56,7

Dilma – II 1 PT PT-PDT-PSB-

PCdoB-

PSOL-

PMDB-PP-

PSD-PV

Elección

legislativa y

presidencial

13,2 55,3

Dilma –II 2 PT PT-PDT-PP-

PSD-PMDB

Saida PCdoB,

PSB, PSOL e

PV

13,2 44,2

Dilma – II 3 PT PT-PDT Impeachment

presidente y

salida de

PMDB, PSD y

PP

13,2 17,1

Tabla desarrollada con información de la Camara de deputados y el texto Coaliciones de gobierno en la democracia brasileña de Argelina

Cheibub Figueiredo en: Revista Primeiros Estudos, Sao Paulo, No. 3, Pg. 159-196, 2012.

En resumen, se ve como las coaliciones son un aspecto característico del presidencialismo brasileño y

hace parte del diseño institucional del sistema democrático del Brasil. No solo se identifica la

necesidad de crear coaliciones para poder generar gobernabilidad sino además se ve el uso estratégico

de las coaliciones por parte de los partidos para conseguir una fuerza mayor dentro del legislativo al

negociar y votar en bloque.

Page 29: Gabriela Arroyo Cowie

29

6.6.2 Interrupciones presidenciales

El Impeachment en Brasil es una figura que se introdujo en 1988 como el mecanismo utilizado para

revocar el mandato del presidente de forma legal y pacífica en caso de que este haya incumplido las

leyes federales o haya cometido un crimen de responsabilidad. Esta, se ha convertido en una

herramienta controversial debido a las acusaciones por presidentes revocados como Dilma Rousseff

de que dicha medida fue utilizada como una forma de Golpe de Estado por parte de su vicepresidente

Michel Temer y el MDB.

Este proceso, según lo establece la constitución, empieza con una acusación formal hecha por el

tribunal federal superior, el cual debe presentar todas las pruebas a la cámara de representantes, junto

con un pedido formal de Impeachment. Una vez enviada, la cámara decide si acepta o no las pruebas.

Una vez se aceptan, se crea una comisión especial para discutir la petición y las pruebas. Una vez se

acaben las discusiones, la cámara pasa a votar si comienza el proceso de Impeachment, en donde se

envían todas las pruebas al senado para que este comience formalmente la investigación. Para que el

proceso siga se necesitan 2/3 de los votos a favor. Una vez se aprueba el senado debe aceptar el caso.

Si este lo acepta el presidente es suspendido por los 180 días que dura el juicio. Durante este tiempo

asume el vicepresidente. Al final de los 180 días se hace la votación. Si 2/3 del senado votan culpable,

el presidente es formalmente revocado (Lissardy, 2016).

Al día de hoy, Brasil ha experimentado dos procesos de revocatoria, el primero de estos contra el

Presidente Collor de Melo en 1992, el cual renuncio antes de que acabará el proceso, y el segundo en

el 2016 durante la presidencia de Dilma Rousseff, quien no renuncio a su cargo y fue apartada de su

cargo. Es importante notar, que el en segundo caso, Rousseff acusó el proceso como un intento de

golpe de estado, intentando deslegitimar la herramienta.

6.2.3 Los años 90 y la fragmentación partidista

Finalmente, vemos como la nueva constitución brasileña trajo consigo otra importante consecuencia

al régimen político brasileño, siendo esta la fragmentación del sistema de partidos brasileño. Aún con

las nuevas implementaciones, Mainwaring en 1997 identifica tres aspectos del sistema de los 90 que

se asimilan con el período democrático anterior a la dictadura, siendo estos la existencia de fuertes

poderes presidenciales, un sistema de partidos altamente fragmentado y una disciplina partidista débil.

Son estos tres aspectos los que parecen describir el sistema democrático brasileño durante su historia

entrecortada por sistemas oligárquicos y dictaduras civiles y militares (Mainwaring, 1997).

Frente al problema de la alta fragmentación, es importante notar cómo desde antes de la caída de la

dictadura, Brasil contaba con más de 10 partidos políticos de diferentes corrientes ideológicas. Entre

estos se encuentran partidos que siguen existiendo hoy en día y que son de gran importancia en el

legislativo brasileño como lo son el Movimiento Democrático Brasileño (MDB luego PMDB y en

2018 regresó a su nombre original), el Partido Trabalhista Brasileiro (Creado por Getúlio Vargas) y el

Partido Democrático Social (PDS). Estos partidos surgieron antes de la implementación de la

constitución de 1988 en el marco de la dictadura militar, en donde a pesar de las políticas e

instituciones autoritarias, se mantuvo una estructura de representación democrática que permitió que

este tipo de partidos pudieran hacer una oposición moderada al régimen militar (Braga, Ribeiro, & Do

Amaral, 2016)

Page 30: Gabriela Arroyo Cowie

30

Ahora bien, dicha fragmentación tuvo su pico en las elecciones de 1991 y 1995, en donde el Número

Efectivo de Partidos (NEP) se mantuvo cercano a 8, uno de los más altos de América Latina

(Mainwaring, 1997). En las elecciones de 1991, por ejemplo, se evidenciaron 11 partidos políticos

dentro del Senado, con la mayoría de las curules controladas por el PMDB y el PDS, dos partidos que

ya contaban con un alto nivel de institucionalidad y poder local (Presidência, 1991). Viendo los

reportes de la presidencia de la república, se puede evidenciar como en las elecciones de 1995 y 1999

el senado estaba compuesto por 11 partidos, con la diferencia de que los más pequeños como el

Partido de Movilización Nacional (PMN) desaparecieron de un año al otro mientras que nuevos

movimientos entraron al legislativo ( (Prêsidencia, Relatório da, 1995) y (Prêsidencia, 1999)). Esto

demuestra que durante los años 90 se desarrolló un sistema altamente fragmentado que se mantuvo así

durante la primera década del nuevo sistema democrático brasileño. Se destacan la existencia de

múltiples partidos con tan solo una curul dentro del senado y que entre elecciones desaparecen y

reaparecen retomando el ejemplo del PMN. Asimismo es importante notar la gran fuerza con la que

cuentan partidos como el PMDB y el PSD, que lograron sobrevivir el cambio de régimen, un proceso

de Impeachment y tres elecciones, sin perder su estatus como mayoría dentro del congreso.

Asimismo, es importante notar el alto nivel de intercambio de partidos que se generó durante los años

noventa y que al día de hoy se sigue presentando aunque a un nivel menor. Ejemplo de esto se ve el

intercambio de senadores entre los años 1989 y 1990, año de la primera legislatura directamente electa

desde la proclamación de la constitución de 1988, en donde en un solo año, 29 de los 81 senadores en

el congreso se salieron y/o se afiliaron a otros partidos políticos. Durante este periodo en particular, es

importante notar que el partido con mayor movimiento es el MDB, en donde se evidencia la

desafiliación de 13 senadores del partido quienes se mudaron a otros movimientos, en su mayoría al

PSDB y al Partido Demócrata Cristiano (PDC), partidos de centro y centro derecha respectivamente

(Prêsidencia, 1990).

Aunque la aparición de múltiples de los partidos mencionados anteriormente puede ser atribuida a la

caída del Centrão, conocida como la coalición de centro derecha que logró impulsar propuestas como

el periodo presidencial de 5 años durante la constituyente y que fue liderada especialmente por el

MDB y su líder Ulysses Guimãraes (Carvalho, 2017) se ve como este último partido recupera fuerza

durante los siguientes años al ser el partido mayoritario dentro del legislativo (Prêsidencia, 1995

y1999), así como el mayor aliado de los partidos que ganaron la presidencia hasta la llegada de Lula

en 2002 (Prêsidencia, 1999 y 2002).

Cabe resaltar, que los años 90 fueron un periodo de gran movimiento y deslealtad partidaria que

llevaron a la desaparición de nuevos y viejos partidos políticos como el PDC. Los partidos más fuertes

y consolidados como el PMDB y el PSDB parecen ser los partidos que, a pesar de tener gran

movimiento de parlamentares, mantuvieron su fuerza y lograron consolidar una base partidaria sólida

que los convirtió en un jugador clave en los procesos electorales y legislativos.

En pocas palabras, se puede ver cómo los años 90 en Brasil fueron un periodo crucial para la

formalización de poderosos partidos políticos como el MDB y PSDB pero también fueron una época

en donde se mantuvo la cultura de fragmentación y lealtad partidaria débil que creó un sistema de

fácil creación, desaparición e intercambio entre movimientos que se mantiene hasta el día de hoy.

Ahora bien, teniendo en cuenta o anterior se seguirá al análisis de la primera coyuntura crítica y su

efecto en el presidencialismo brasileño y su relación con la estabilidad democrática.

Page 31: Gabriela Arroyo Cowie

31

6.3 El colapso de Collor

Después de 21 años de dictadura militar y 5 años de transición hacia la democracia, Brasil eligió a su

primer presidente popularmente electo en 1991. Con un 53% de los votos en la segunda vuelta,

Fernando Collor de Mello vence a su contrincante Luiz Inácio Lula da Silva y se convierte en el

primer presidente del nuevo régimen democrático brasileño. Esta presidencia no llegaría a su fin, ya

que en 1992 sería también el primer presidente en enfrentar proceso de Impeachment y verse forzado

a renunciar a su cargo.

Collor de Mello nació en un estado bastante pobre del nordeste brasileño. Entró a la política desde

muy joven y fue un importante participante del proceso constituyente en Brasil. Al momento de su

elección, fue una gran sorpresa que un personaje que era relativamente desconocido unos años antes,

resultará siendo el candidato más votado en la historia de Brasil hasta el momento. Su base política

fue el nuevo partido político Partido de renovación nacional (PRN), donde logró rápidamente

consolidarse como líder y candidato presidencial a pesar de su historial como miembro del partido de

la dictadura militar (Alianza para la reconstrucción nacional - ARENA). Al igual que la mayoría de

políticos en Brasil, Collor cambio múltiples veces de partido, llegando a ocupar importantes cargos

políticos bajo la bandera del ARENA, el PDS e inclusive el MDB (Valença, 2002).

Al principio del ruedo electoral, Collor parecía tener mejores posibilidades como candidato

vicepresidencial, pero después de una entrevista en donde criticó fuertemente el proyecto de gobierno

del entonces presidente Sarney, logró generar un sentimiento negativo hacia los políticos tradicionales

que le permitió saltar a la cima de las encuestas y finalmente ganar la presidencia a pesar de sus

probabilidades iniciales (Valença, 2002).

Durante su gobierno, Collor se convirtió en un personaje polémico, debido al constante uso de los

MPs que eran considerados por el congreso como algo inconstitucional y al constante aislamiento que

genero con la rama legislativa. Esto, sumado a la naturaleza del sistema brasileño como un

presidencialismo de coalición, generó que su incapacidad de crear una coalición fuerte y duradera

promoviera grandes tensiones entre el legislativo y el ejecutivo y gran dificultad en términos de

gobernabilidad (Valença, 2002). Esto se evidencia en la siguiente tabla, en donde se compara el

número de proyectos de ley del legislativo frente a los del ejecutivo y su capacidad para ser

aprobados:

Tabla 6.2 Medidas Provisorias vs. Proyectos de ley del legislativo Collor de Mello

AÑO MEDIDAS

PROVISORIAS

APROBADAS DENEGADAS PROYECTOS

DE LEY

APROBADAS RETIRADAS

1990 163 40 88 54 52 2

1991 9 6 3 124 30 4 Tabla desarrollada con la información de los reportes de la presidencia de la república del Brasil frente al trabajo del congreso.

Además de las tensiones generadas por su frágil relación con el legislativo, Collor causó controversia

debido a la implementación de políticas neo-populistas, donde se instaló un discurso anti-sistema

considerado peligroso para la nueva democracia. Asimismo, es importante notar como políticas de

reforma económica como el plan de estabilización del cruzeiro y los proyectos de privatización,

llevaron a una crisis económica profunda (Panizza, 2000).

Page 32: Gabriela Arroyo Cowie

32

La crisis económica y política generada por las difíciles condiciones de gobernabilidad,

eventualmente dieron paso a un escándalo de corrupción que terminó afectando la estabilidad del

presidente Collor de Melo. Según diferentes investigaciones, Collor había diseñado un intrínseco

sistema de corrupción donde recibía dineros de empresas privadas a cambio de sobornos y tráfico de

influencias. Collor fue formalmente acusado de crímenes corrupción y fraude, que llevaron a su

renuncia en diciembre de 1992, después de que la cámara de representantes votará por seguir el

proceso de Impeachment en su contra. Su vicepresidente Itamar Franco del PMDB, tomó la

presidencia de la república después de la renuncia. Eventualmente, Collor fue hallado inocente por el

senado, pero la combinación de crisis política y corrupción, fueron suficientes para desacreditar y

convertirlo en un paria político.

6.4 El giro a la izquierda con Lula

Después de los años 90, el sistema brasileño seguía evidenciando la consolidación de grandes partidos

políticos como el MDB y la fragmentación partidaria seguía siendo un factor diferencial del

presidencialismo brasileño. El sistema democrático de este país había resistido un proceso de

Impeachment a su primer presidente electo y otros dos períodos presidenciales en donde se produjo

una política de cambio y renovación política bajo el programa de gobierno de FHC. Bajo este

contexto, Luiz Inácio Lula da Silva aparece múltiples veces como opositor, crítico y ministro de

gobierno, dándole la oportunidad de hacerse conocer y ganar la popularidad necesaria para llegar a la

presidencia como el ejecutivo más votado en el mundo desde de Ronald Reagan en enero de 2003,

después de tres intentos fallidos. La llegada de esta figura al ejecutivo brasileño fue un giro

inesperado en el proceso de formalización brasileña y desde su primer mandato cambio la arena

política, al establecer su Partido de los Trabajadores (PT) como un jugador de importancia dentro del

sistema partidista brasileño.

Ahora bien, es de vital importancia entender las raíces de este personaje central en la política brasileña

para así entender su relevancia en la consolidación del sistema político y democrático de este país.

Lula nació en el seno de una familia extremadamente pobre del nordeste brasileño. A una temprana

edad se muda al litoral de São Paulo y trabaja en los muelles de la ciudad de Santos cerca de la capital

de este Estado. Poco a poco fue construyendo su camino al entrar a trabajar en la industria

metalúrgica, la cual vio un gran desarrollo durante la dictadura, y fue donde comenzó su interés por la

vida política al convertirse en líder del sindicato de trabajadores después de perder un dedo en un

accidente. Su importancia dentro del movimiento sindical fue aumentando hasta convertirse en un

vocero de las clases trabajadoras durante la dictadura militar. Su deseo de lucha fue alimentado por la

trágica muerte de su esposa embarazada de ocho meses a causa de una enfermedad que fue

negligentemente ignorada por el sistema de salud brasileño (Instituto Lula, 2017). Del sindicato salto

a la política hasta convertirse en el representante oficial del Partido de los Trabajadores en la

Asamblea Constituyente de 1986 a 1988. Lula no fue bien recibido por las clases políticas brasileñas y

se convirtió en una fuerza de oposición dentro del legislativo brasileño hasta la presidencia de FHC,

donde fue incluido en el ejecutivo como ministro de gobierno (Carvalho, 2017).

Durante su periodo constituyente, Lula fue un vocal opositor de las políticas que quería impulsar el

entonces presidente Interino José Sarney, quien en entrevista con Luiz Maklouf Carvalho declaró que

Lula no fue un verdadero partícipe de la constituyente sino el representante de un partido (PT) cuya

política era contestar todo lo que se proponía incluyendo la misma constitución final. Asimismo, el

ex-presidente Sarney habla sobre como los logros de su gobierno llevaron a una reducción del

desempleo y por ende a la consolidación de una clase trabajadora que permitió el fortalecimiento del

Page 33: Gabriela Arroyo Cowie

33

PT, creando una base electoral que validará la presidencia de un candidato a la presidencia fuerte

después de la constituyente (Carvalho, pg. 61).

Finalmente, y después de tres intentos fallidos, Lula llega a Planalto en Enero de 2003 con una

victoria contundente frente a su contrincante José Serra (Instituto Lula, 2017). Aunque para muchos

Lula llegó a la presidencia debido a la promesa de cambio radical y mayor inclusión de las clases

populares brasileñas, se evidencia como académicos como Francisco Panizza hablan sobre el

verdadero factor que pudo llevar a este polémico personaje a la presidencia, siendo este un plan de

gobierno que entendía el cambio como una continuidad y no como una ruptura del sistema ya

establecido.

Como se mencionó anteriormente, la época de FHC fue un periodo de fuertes cambios y una política

de renovación que buscaba fortalecer la economía brasileña. Dichas políticas fueron apoyadas y

criticadas por diferentes sectores de la sociedad. Entre los críticos se evidencia a Lula como un

opositor de una política en pro al neoliberalismo. Sin embargo, sirvió como ministro dentro del

segundo periodo de Cardoso y comenzó un discurso más amable hacía las políticas de este gobierno.

Es con esto en mente que Panizza argumenta que la victoria de Lula después de tres intentos, fue

debido a un discurso en donde se prometía un cambio diferente, en donde no se promocionaría una

ruptura completa con el plan de gobierno anterior y el sistema económico, político y social ya

impuesto, sino que entendería el cambio como una continuidad con iteración, en donde se continúa

con las políticas ya implementadas pero se le agregan nuevos factores que permiten mayor inclusión

social y desarrollo de las masas trabajadoras (Panizza, Brazil needs to Change: Change as Iteration

and the Iteration of Change in Brazil´s 2002 Presidential Election, 2004).

Además de una base electoral mayor, este cambio de discurso le permitió a Lula un acercamiento con

partidos tradicionales que le otorgaron la capacidad de gobernar sin necesidad de utilizar sus poderes

presidenciales legislativos a sobremanera. Ejemplo de esto se ve en la alianza que eventualmente se

entrelazo con el MDB. En su primera elección, el entonces PMDB se encontraba aliada con José

Serra, el primer candidato en ser apoyado por este importante partido y no ser capaz de ganar la

elección. No obstante, y como resultado de un discurso cada vez menos radical por parte del partido

de Lula, el PMDB fue acercándose al PT, y aunque dicha alianza generó grandes divisiones dentro del

liderazgo del partido, para el segundo mandato de Lula el PMDB voto de forma unánime a favor de la

inclusión de este partido en la coalición de gobierno del PT (Colon, 2006).

Esta capacidad de generar una coalición amplia y con distintos sectores políticos le facilito a Lula da

Silva introducir importantes proyectos como lo fueron Bolsa Familia y otras reformas económicas a

través de medidas provisorias y proyectos de ley que tuvieron en su mayoría gran facilidad para ser

aprobadas. Esto se evidencia en la siguiente tabla:

Tabla 6.3 Medidas provisorias y proyectos de ley Lula da Silva

AÑO MEDIDAS

PROVISORIAS

APROBADAS RECHAZADAS PROYECTOS

DE LEY

APROBADOS RECHAZADOS

2003 131 54 3 22 10 6

2007 63 61 1 127 52 3

2010 21 21 0 186 122 12 Tabla desarrollada con la información de los reportes de la presidencia de la república del Brasil frente al trabajo del congreso.

Page 34: Gabriela Arroyo Cowie

34

En resumidas cuentas, podemos ver como Luiz Inácio Lula da Silva es una figura de gran relevancia

en la política brasileña, no solo por su historia personal y su estatus de outsider dentro del sistema

partidista de este país, sino también por la nueva forma de política que trajo consigo, en donde el

cambio de una política más de derecha a una de izquierda se generó gracias a la idea del cambio como

continuidad y no como ruptura, permitiendo que el PT entrará a formar parte del club de partidos

fuertes como el PMDB, dándole la oportunidad a la izquierda brasileña de tener un espacio en el

sistema presidencialista.

6.5 La escalada y descenso de Dilma Rousseff

El gobierno de Lula da Silva trajo consigo un periodo de gran crecimiento económico e inclusión

política y social de nuevas facciones de la sociedad brasileña. Fue con una popularidad del 84%, que

Lula designa a Dilma Rousseff como su sucesora oficial, llevándola a ganar las elecciones de 2010 y

tomar posesión en enero de 2011. Sin embargo, la presidencia de Dilma Rousseff no logró los mismo

resultados y optimismo social que logró Lula da Silva (Instituto Lula, 2017).

Dilma Rousseff es también un importante símbolo de la izquierda en Brasil, debido a su lucha dentro

del movimiento de resistencia en contra de la dictadura militar, lucha por la cual fue encarcelada y

torturada en los años 70. Antes de ocupar la presidencia, Rousseff jamás había ocupado un cargo de

elección popular, pero fue ganando visibilidad por su trabajo gubernamental desde 1986. La ahora ex-

presidenta comenzó a acercarse a Lula desde la constituyente, en donde participó como miembro del

PT y desde 2002 ocupó cargos de gran importancia como el Ministerio de Minas y Energía y jefe de

personal del presidente. Al ser electa en 2010, Rousseff hizo historia al ser la primer mujer presidente

de la economía más grande de la región latinoamericana (CNN En Español, 2016).

Durante su primer gobierno, Rousseff busco crear más programas sociales parecidos a Bolsa Familia,

un programa desarrollado durante el gobierno Lula y que buscaba apoyar a familias de bajos recursos

a través de diferentes subsidios. Se destaca especialmente el programas Luz para todos, en donde

Rousseff consiguió aumentar el acceso a energía eléctrica a las zonas más rurales de Brasil (CNN En

Español, 2016). Es importante notar como el primer gobierno de la primer mujer presidente de

Brasil,s no fue tan positivo como el primer periodo de su antecesor, ya que se vio manchada por altos

niveles de inflación, escándalos de corrupción, luchas contra partidos de gran importancia como el

PSB, una crisis carcelaria que llevó al escape de peligrosos criminales y desaceleración económica

(Falcao, 2014). Aún con estos problemas, Rousseff terminó su presidencia con un mundial de fútbol

que trajo nuevos capitales y desarrollo en infraestructura, a pesar de múltiples críticas por los grandes

gastos que acarreó la preparación para el evento, así como la promesa de crecimiento debido a los

Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016.

Aún con los problemas del primer gobierno, Rousseff es relecta en 2014. Sin embargo, el segundo

mandato de Rousseff se vio fuertemente afectado por la investigación de Lava Jato, cuyo nombre se

acuña del método de lavado de los activos robados de Petrobras. Dentro de esta investigación se han

visto implicados más de la mitad del congreso, incluidos el ahora ex-presidente de la cámara de

diputados Eduardo Cunha y el ahora presidente de la República Michel Temer (Folha de Sao Paulo,

2016).

Este escándalo empieza con la empresa de petróleos brasileña, encargada de la explotación de

petróleo en todo Brasil. Petrobras, la cual es manejada por el gobierno federal, funciona mediante una

junta directiva que dirige y aprueba los contratos de explotación del crudo. Ahora bien, según lo que

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35

esta operación ha logrado determinar, varios funcionarios de Petrobras aceptaron sobornos de

empresas como Odebrecht para que les entregaran dichos contratos. Una vez otorgados, estas firmas

inflan los números dentro de estos documentos oficiales para así poder robar dineros de la tesorería de

la petrolera, los cuales son considerados como dineros públicos. Después de esto, se utilizaban doleros

para lavar el dinero robado a través de inversiones en lavados de carro (Lava Jato en portugués)

(Folha de Sao Paulo, 2016).

Aun así, el factor que más influenció en el escalamiento de este escándalo fue la utilización que se le

dio a los fondos robados de Petrobras. Según lo estableció la comisión de Lava Jato, gran parte de los

fondos robados fueron destinados para apoyar campañas políticas de varios partidos que ahora se

encuentran representados en el congreso. Entre los primeros reportes del 2010, se logró identificar a

53 representantes, senadores y gobernadores involucrados en el esquema de corrupción (Folha de Sao

Paulo, 2016).

Debido a la importancia que tomó esta investigación, diferentes figuras políticas buscaron formas de

desasociarse y/o controlar el efecto del escándalo, entre estos miembros del PT de Rousseff. Es bajo

este contexto, que se comienza una erosión de la base parlamentaria de la presidente, que a su vez

hizo posible que se comenzará el proceso de Impeachment en su contra (Janot, 2018). El proceso de

Rousseff tomó seis meses y al final de agosto de 2016, Michel Temer del PMDB remplazó a Rousseff

como presidente de la república después de una mayoría absoluta, en donde se incluyen una mayoría

de la antigua base de gobierno liderada por el PMDB, votará a favor de la revocatoria. El proceso de

Impeachment y los específicos del caso serán discutidos más adelante (Folha de São Paulo, 2016).

En pocas palabras, se ve como la entrada de Dilma Rousseff fue el comienzo del fin del proyecto de

izquierda en Brasil instaurado por Lula da Silva en 2002 y como resultado trajo un nivel de

inestabilidad política que pudo llegar a ser una amenaza a la estabilidad democrática, debido a las

acusaciones hechas por el PT de que el proceso de Impeachment fue equivalente a un golpe de Estado.

6.5.1 El golpe de Temer a Rousseff

El segundo proceso de Impeachment que se desarrolló en Brasil fue el de la presidenta Dilma

Rousseff quien al igual que Collor de Mello se vio rodeada de escándalos de corrupción y desgaste de

la coalición de gobierno.

Como se mencionó anteriormente, la crisis de legitimidad generada por la investigación de Lava Jato,

llevó a diferentes partidos políticos a buscar ser desligados de dicha investigación en caso de tener

pocos miembros involucrados, o a encontrar una cortina de humo que permitiera detener la

investigación en el caso de miembros de partidos políticos investigados y con cargos importantes en el

congreso como fue el caso del presidente de la cámara Eduardo Cunha del PMDB. Todo esto conllevo

a la fragmentación de las coaliciones parlamentarias y la del gobierno, generando grandes tensiones

entre la presidenta Dilma Rousseff y su vicepresidente Michel Temer, a quien acusó de utilizar el

Impeachment como herramienta para lograr un golpe de estado en su contra (Lissardy, 2016).

Debido a esta tensión entre el PT y el PMDB, la coalición que se generó al comienzo del segundo

mandato de Rousseff permitió que se formara una segunda coalición parlamentar que dejó al PT por

fuera y creó una base sólida a favor del partido de Temer, dándole espacio para introducir y pasar el

proceso de revocatoria en el congreso (Janot, 2018).

Page 36: Gabriela Arroyo Cowie

36

A diferencia de Collor, la presidente Rousseff no fue juzgada por el escándalo de Petrobras y Lava

Jato, sino por pedir dineros prestados de los bancos federales para cubrir un déficit en el presupuesto

nacional. Según regulaciones brasileñas, el presidente está autorizado para hacer estos movimientos,

pero necesita la aprobación de la cámara para realizar esta transacción. Por lo tanto, sin la autorización

de la cámara, Rousseff ahora enfrenta un cargo de crimen de responsabilidad, en donde se le acusa de

Violentar la constitución política Brasileña. Es importante notar, que este tipo de movimientos sin

consultar a la cámara son una práctica utilizada por todos sus sucesores, lo cual fue utilizado por

Rousseff para argumentar la inexistencia de un crimen de responsabilidad y la utilización del

Impeachment como mecanismo legal de golpe de estado (Lissardy, 2016).

Otra diferencia del proceso de Collor, fue que Rousseff no renunció, sino que buscó defenderse hasta

que fue formalmente retirada del cargo en agosto de 2016. Este proceso generó grandes divisiones

políticas dentro Brasil, ya que comenzó un debate entre quienes estaban a favor del proceso de

revocatoria y quienes creen que la presidencia de Temer es un gobierno golpista.

6.6 Conclusiones

En conclusión, se puede ver como el caso brasileño es uno lleno de contrastes. El establecimiento de

un presidencialismo de coalición bajo la constitución de 1998, creó un vínculo necesario entre el

ejecutivo y legislativo en donde las coaliciones entre partidos se volvieron necesarias para poder

generar gobernabilidad. Del mismo modo, la constitución creó uno de los sistemas presidenciales más

fuertes de América Latina al otorgarle poderes amplios y contundentes que le permiten actuar sobre el

legislativo, generando una asimetría de poderes entre las ramas.

Todos estos aspectos de la constitución, más la tradición democrática brasileña, llevaron a que en los

años noventa se generará una gran fragmentación partidista que permitió que Brasil tuviera un NEP de

8, uno de los más altos de América Latina. Este proceso de fragmentación, también permitió que se

consolidarán los grandes partidos tradicionales como el MDB y que a la vez se convirtieran en

jugadores esenciales para la arena política brasileña, al ser estos los más capaces de generar una

coalición sólida dentro del sistema fragmentado de Brasil.

Asimismo, es importante notar cómo el proceso de Impeachment se convirtió en una herramienta

política parecida al voto de no confianza en los parlamentarismos, debido a estrecha relación que se

ve entre la capacidad de coalición de un presidente y la facilidad de interponer un proceso de

revocatoria.

En resumen, podemos ver que Brasil es un sistema presidencialista con muchos factores que pueden

incidir en la forma en que se desarrolla el juego político, creando así múltiples posibilidades que

podrían llegar a explicar la continúa estabilidad democrática de este régimen a pesar de los constantes

cambios ideológicos y crisis políticas que atingen esta nación.

Page 37: Gabriela Arroyo Cowie

37

Capítulo 7

La Política Exterior Brasileña

7.1 Introducción

En el 2001, el entonces presidente Fernando Henrique Cardoso (Conocido como FHC) escribió un

artículo para la Revista Brasileira de Política Internacional llamado “La política exterior de Brasil al

inicio de un nuevo siglo: Un mensaje del Presidente de la República”. En él, describe como se ha

transformado la política exterior desde la caída del régimen militar y como se ha acomodado a

“representar lo que sucede al interior del país”. Específicamente, habla de tres puntos claves de esta

acomodación: La primera es la democratización de la política exterior, la segunda es la apertura del

mercado y finalmente habla de la estabilización de la moneda después de años de inflación

descontrolada. Asimismo, habla sobre como Brasil no actúa a la defensiva frente a temas como los

derechos humanos y el medio ambiente, sino que ahora los discute a la par de sus aliados de la

comunidad internacional (Cardoso F. H., 2001).

Aunque este cuadro de la política exterior muestra la importante transformación que vivió Brasil

después de la dictadura militar, la imagen pintada por Henrique Cardoso no incluye un aspecto central

dentro de este proceso, siendo esta la influencia del presidente dentro del sistema de toma de

decisiones que llevan a transformar el discurso internacional de un país. Esto se puede ver en el

mismo artículo de FHC, ya que las tres transformaciones que resalta de la política exterior brasileña,

no solo se generaron por la consolidación de un sistema democrático en este país, sino también porque

la democratización, la apertura económica y la estabilidad del Real fueron los pilares centrales del

controversial paquete de reformas adelantado por este presidente durante su gobierno.

No es un secreto entonces, que la política exterior brasileña tiene una fuerte conexión con el ejecutivo

y su programa de gobierno, ya que de este último depende la línea que se toma para exponer al país en

el exterior. Sin embargo, se puede ver en los escritos de autores como José Honorio Rodríguez, quien

estudió los orígenes de la política exterior de este país, como a pesar de la existencia de diferentes

visiones de la política exterior, existe una misma línea base dentro de la política exterior, defendida

por el ministerio de relaciones exteriores del Brasil (Itamaraty), en donde la nación brasileña ha

buscado proyectarse como un país obediente a los tratados y acuerdos internacionales, a la búsqueda

por una salida negociada y a la protección de su territorio por medio de herramientas legales como el

Uti Possidetis, sobre un método militar (Rodriguez, 1962).

Dos pilares fundamentales de esta base de la política exterior son, en primera instancia, la idea de un

Brasil que busca crear relaciones fuertes con sus vecinos, para así evitar una confrontación militar que

pueda llevar a la pérdida de territorio o una guerra sangrienta. En otras palabras, es una política

exterior que busca mantener el status quo y el balance de poder en el continente para evitar un

conflicto (Rodriguez, 1962). Por otra parte, se evidencia que el segundo pilar de la política exterior se

generó con la entrada de presidentes como Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inácio Lula da Silva,

quienes impulsaron la idea de crear un principio regional de una América del Sur unida sobre una

Latinoamérica que excluye a Brasil de su proceso de toma de decisiones y juego de balance de poder,

llevando a que Brasil se convirtiera en un promotor de importantes organismos regionales como lo es

MERCOSUR y que se convirtiera en un líder regional en la búsqueda de unidad (Malamud, A Leader

Without Followers? The Growing Divergence Between the Regional and global Performance of

Brazilian Foreign Policy, 2011).

Page 38: Gabriela Arroyo Cowie

38

Pero a esta imagen del proceso de toma de decisiones sobre la política exterior le hace falta un actor

fundamental que ha empezado a tomar relevancia dentro de la academia sobre el tema, siendo este el

congreso de la república. Autores como Pedro Feliú Ribeiro y Flávio Pinheiro hablan sobre la

relevancia de la institución legislativa en la dirección que toma la política exterior y muestran su

importante papel en la toma de decisiones controversiales como lo fue, por ejemplo, la inclusión de

Venezuela en MERCOSUR. Asimismo, agregan un factor poco estudiado y relacionado con la

política exterior, siendo esta la importancia de las coaliciones legislativas y su efecto en las decisiones

que toma el presidente frente a esta temática (Ribeiro & Pinheiro, 2016).

Teniendo en cuenta lo anterior, se evidencia cómo la política exterior brasileña, a pesar de estar bajo

el control del presidente, puede llegar a ser afectada por el congreso y viceversa, levantando la

posibilidad de que esta pueda ser utilizada por el ejecutivo como una forma de afectar el proceso de

toma de decisiones dentro del legislativo. Es por tal motivo, que el principal propósito de este capítulo

será analizar cómo los poderes del presidente frente a la política exterior de Brasil, pueden ser

utilizados como parte del toolbox del ejecutivo para generar acuerdos y coaliciones con diferentes

sectores del congreso. Para lograr esto, se utilizará el caso de MERCOSUR para estudiar la influencia

que tiene tanto el presidente como el congreso sobre este aspecto de la política exterior. Esto se debe,

a la importancia que tiene esta organización como mecanismo no solo de integración regional sino de

fortalecimiento de las relaciones con América Latina. Por tal motivo, se comenzará por analizar los

poderes que tiene el presidente sobre la política exterior. Acto seguido, se realizará el mismo proceso

pero con el congreso de la república. Finalmente se verán como estas dos influencias afectan el

desarrollo de la política exterior frente a MERCOSUR. Se terminará con las conclusiones.

7.2 Actores de la Política Exterior

Kenneth Waltz (1969) introdujo la noción al estudio de las relaciones internacionales de que las

acciones de un país en el espectro internacional debían ser estudiadas desde tres niveles. El primero es

el aspecto internacional, la forma en que el contexto internacional afecta como una nación se

comporta. El segundo nivel es el nacional, en donde se mira como la política doméstica afecta la

forma en que la política exterior se desarrolla. Finalmente, está el aspecto individual, en donde se

puede evidenciar como ciertos individuos como el presidente o un ministro pueden afectar el proceso

de toma de decisiones frente a la forma en que un país se relaciona con el sistema internacional

(Waltz, 1969).

Estos tres niveles son de gran importancia para entender cómo surgió Brasil como un líder de la

región y los efectos del sistema presidencialista en el proceso de toma de decisiones de la política

exterior del Brasil. Según Cason y Power (2009), Itamaraty antes de la década de los 90 era

reconocida como uno de los misterios de relaciones exteriores con mayor autonomía en América

Latina, con los diplomáticos más preparados y profesionales del continente y el mundo. Antes de la

dictadura militar, se veía al Itamaraty como el único ente encargado de la política exterior del Brasil y

gozaba de total control de las relaciones entre este país y los diferentes actores del sistema

internacional. Cuando los presidentes realizaban una visita, se veía más como un acto para concretar

un acuerdo previamente negociado y firmado por el ministerio y no como un acto de diplomacia en sí

mismo (Cason & Power, 2009). Esto cambió con el fin de la guerra fría, en donde Brasil comienza a

preguntarse el papel que debe tomar el continente sur-americano. Con esto en mente, se crearon

organización como MERCOSUR para generar mayor integración en la región y se comenzó a mirar a

América Latina como un importante aliado para el desarrollo (Malamud, A Leader Without

Page 39: Gabriela Arroyo Cowie

39

Followers? The Growing Divergence Between the Regional and global Performance of Brazilian

Foreign Policy, 2011).

7.2.1 Poderes presidenciales sobre la Política Exterior

El fin de la guerra fría y la democratización del Brasil trajeron consigo otra consecuencia importante

en el proceso de toma de decisiones sobre política exterior y esta fue la democratización del mismo

Itamaraty. Con la entrada de un sistema democrático abierto a toda la sociedad brasileña, Itamaraty

fue foco de críticas debido a su carácter autónomo y cerrado, obligándolo a abrir el proceso de toma

de decisiones a la sociedad e incluir nuevos actores en el desarrollo de la política externa, incluyendo

al presidente y su programa de gobierno (Cason & Power, 2009).

Este último punto se puede evidenciar en las presidencias de Cardoso y Lula, los cuales comenzaron a

presidencializar la política exterior brasileña en búsqueda de una nueva forma de fortalecer los

programas de gobierno frente al desarrollo y apertura económica, sin perder la autonomía que había

ganado Brasil en el mundo (Malamud, A Leader Without Followers? The Growing Divergence

Between the Regional and global Performance of Brazilian Foreign Policy, 2011). Bajo esta nueva

presencia presidencial, Itamaraty comenzó a enfocarse en los intereses externos del ejecutivo, como

en el caso de Cardoso quien impulsó el fortalecimiento de las relaciones comerciales con América

Latina, Estados Unidos y Europa como forma de generar el desarrollo que sacaría a Brasil del tercer

mundo. Asimismo, se ve como Lula también se involucró más a fondo con el trabajo del Ministerio de

Relaciones Exteriores al promover los procesos de integración regional y cooperación sur-sur, como

medio que le permitiría a Brasil tomar una posición de liderazgo en el continente y en mundo (Cason

& Power, 2009).

Bajo este nuevo sistema presidencialista de toma de decisiones, Brasil vio una época de oro en

términos de su posición mundial al convertirse en un poder regional y símbolo de las economías en

desarrollo durante la época de Lula. Durante este tiempo Brasil se convirtió en uno de los pilares de

los BRICS y MERCOSUR tomó un papel central en las relaciones comerciales de este país con el

continente (Cason & Power, 2009). Dicho poder fue lentamente desapareciendo con la entrada de

Dilma Rousseff al poder. Bajo su gobierno, el ministerio volvió a recuperar un poco de la autonomía

que había perdido pero la presidencia seguía teniendo una gran incidencia en el poder de toma de

decisiones del órgano. Con los escándalos de Odebrecht y PETROBRAS, Brasil también perdió su

buena imagen internacional y comenzó a reducir su papel dentro del sistema internacional al reducir

su apoyo en misiones internacionales, tendencia que siguió con Temer (Malamud, 2017).

En pocas palabras, se ve como la política exterior brasileña era manejada de forma completamente

independiente por el Itamaraty sin presiones del ejecutivo, pero con la democratización del gobierno

vino la democratización de la política exterior, obligando a este ministerio a abrir sus puertas a

nuevos actores. Entre los actores más fuertes en comenzar a apoderarse del proceso de toma de

decisiones fue el presidente, quien aprovechó su poder sobre la política exterior para encaminarla

hacia una más favorable a su plan de gobierno. Esto llevó a que Brasil contará con una mayor

presencia regional y mundial hasta la entrada de Rousseff al palacio de Planalto, donde el poder

amansado en años anteriores fue reducido a causa de los múltiples escándalos de corrupción y la

desconfianza internacional generada por el Impeachment.

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40

7.2.2 El Congreso y la Política Exterior

La constitución de 1988 es considerada innovadora al ser la única en la historia de Brasil en establecer

los parámetros de la política exterior, siendo estos la protección de los derechos humanos, la búsqueda

por la unión latinoamericana, la no intervención, entre otros. Sin embargo, la constitución falla en

establecer quién es el responsable por la formulación de esta política y sólo dicta las diferentes tareas

que debe cumplir cada órgano, permitiendo que el presidente, a través del decreto regulador del

Ministerio de Relaciones Exteriores, se declarará como el único encargado de la formulación con

ayuda del ministerio. No obstante, el Congreso tiene la responsabilidad constitucional de ratificar los

acuerdos firmados por el presidente, autorizar su declaratoria de guerra o paz y confirma los

diplomáticos enviados al exterior en representación de Brasil. Asimismo, cuenta con comités

especializados para diferentes temas de relaciones internacionales y puede exigir al Ministerio una

prestación de cuentas frente al Estado de la política Exterior (Cardoso E. L., 2006).

La posición real del congreso frente a la política exterior es discutida ampliamente por diferentes

autores tales como Leany Lemos, quien en su texto Brazilian Congress and Foreign Policy, establece

que la relación entre ejecutivo y legislativo en temas de política exterior, se basa en la delegación por

parte del congreso de su control sobre este aspecto al presidente y al Ministerio de Relaciones

Exteriores. Bajo este principio, el congreso toma un papel reactivo, al solo encargarse de la

ratificación de las decisiones tomadas por el presidente según es su responsabilidad bajo la

constitución. Lemos comprueba este punto al presentar varios indicadores que demuestran que el

congreso no discute de forma constante los temas de política exterior y que no es usual que niegue

alguna de las propuestas enviadas por el presidente frente a esta temática.

En adición a lo anterior, se evidencia como autores llevan su análisis frente a la posición que toma el

congreso brasileño un paso más allá, al revisar como su comportamiento alejado se genera desde

adentro. Este es el caso de Feliú Ribeiro y Flávio Pinheiro que en su texto Presidents legislators and

Foreign Policy in Latin America, revisan el papel de las coaliciones en los procesos de toma de

decisiones frente a la política exterior de los países de América Latina. Frente a este punto, los autores

llegan a la conclusión de que en un sistema de coaliciones, en donde el presidente cuenta con una

coalición mayoritaria, es muy difícil para la oposición revertir cualquier decisión frente a este punto.

Con esto en mente, los autores toman como ejemplo la decisión de dejar entrar a Venezuela a

MERCOSUR para entender cómo las coaliciones de oposición actúan frente a este escenario. En este

ejemplo, los autores demuestran que la oposición utiliza las votaciones como una forma de mostrar su

oposición al gobierno sin generar consecuencias, al mostrar cómo los senadores del partido de

oposición Demócratas que representaban a los Estados del Norte de Brasil (Que se verían

beneficiados con la entrada de Venezuela a MERCOSUR) votaron en contra de la propuesta como

forma de mostrar su oposición al gobierno (Ribeiro & Pinheiro, 2016).

En resumidas cuentas, se evidencia como el congreso de la república, a pesar de contar con

responsabilidades constitucionales frente a la política exterior, ha delegado dicho poder sobre las

relaciones internacionales al presidente, dándole un control casi total al ejecutivo sobre este tema.

Asimismo, se ve como esta delegación surge también de la incapacidad de las coaliciones minoritarias

de oposición de evitar que no se pasen los proyectos de política exterior del ejecutivo, convirtiendo su

voto en contra en un simple voto de opinión en contra del gobierno. Bajo este contexto, se evidencia

poca interacción entre el legislativo y la política exterior, evitando comprobar la utilización de la

política exterior como una herramienta del presidente para afectar el comportamiento del legislativo.

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41

7.3 La Política Exterior Brasil hacia América Latina

Con el proceso de presidencialización de itamaraty, vino una búsqueda por el fortalecimiento del

principio base de la política exterior frente a la buena relación con los vecinos. Tanto Fernando

Henrique Cardoso como Lula da Silva utilizaron este principio para adelantar su propia agenda

política. En el caso de FHC esto se vio en la necesidad de una mayor apertura económica para

posicionar a Brasil como un competidor de importancia en el mercado global, llevando a la creación

de MERCOSUR y el cierre de múltiples acuerdos comerciales con los países latinos. Por otra parte, se

puede ver cómo este principio de una buena relación con los vecinos sufrió una segunda

reinterpretación con la entrada de la política de Lula da Silva, quien buscó generar un mayor

acercamiento con América Latina para así no depender de aliados tradicionales como lo eran Estados

Unidos y Europa, visión que se mantuvo con Rousseff y que eventualmente se reverso con la entrada

de Michel Temer a Planalto (Malamud, 2017). Asimismo, es importante ver cómo el congreso de la

república funcionó como un catalizador para que se generen estos procesos.

7.3.1 Mercosur y el liderazgo brasileño

Como se vio anteriormente, el fin de la guerra fría significó para Brasil una oportunidad para reclamar

una nueva posición en el sistema internacional como una fuerza económica importante y como un

líder regional. Para esto, la política exterior se concentró en la integración regional como mecanismo

para generar un liderazgo en el continente, que permitiera que américa del sur tuviera autonomía

frente a los Estados Unidos sin dejar de lado las fuertes relaciones comerciales con este país y el

continente europeo. A este principio se le sumó el principio de Autonomía mediante diversificación de

Lula, en donde además de fortalecer las relaciones con vecinos y el norte, se debía diversificar la

presencia brasileña en el sistema internacional, impulsando la cooperación sur-sur y la creación de

importantes bloques económicos como los BRIC y el G3 (Vigevani & Cepaluni, 2007)

Sin embargo, y a pesar de la diversificación, América latina siempre fue un foco de gran importancia

para Brasil, quien procuró generar buenas relaciones con sus vecinos como mecanismo para fortalecer

su presencia internacional y conseguir el desarrollo que tanto se soñaba a través de la apertura

económica. De este principio nace MERCOSUR como una forma de terminar la rivalidad entre

Argentina y Brasil, y un intento de crear un acuerdo que uniera al cono sur latinoamericano y generará

un bloque económico fuerte que pudiera posicionarse junto a Europa y Estados Unidos en la

comunidad internacional (Soares de Lima & Hirst, 2006).

Bajo la presidencia de Henrique Cardoso (FHC), se usó este rencontrado poder presidencial para

organizar múltiples viajes alrededor de América Latina con el objetivo de unificar y fortalecer

MERCOSUR, así como organizar y crear nuevas cumbres con sus naciones vecinas para posicionarse

como líder del nuevo bloque suramericano. Esto, según múltiples estudios, se vio como un intento por

parte de Cardoso de latinizar a Brasil y convertirlo en la cabeza natural del continente, algo que en el

pasado no se habría hecho (Soares de Lima & Hirst, 2006).

Igualmente, es importante notar como la importancia que tomó MERCOSUR en la política exterior

brasileña tuvo un gran respaldo del congreso nacional, el cual buscó apoyar en su totalidad lo

acordado en el tratado constitutivo de este organismo, a través de la creación de un comité

especializado para discutir los temas de MERCOSUR en el legislativo desde 1991, así como el

constante envío de miembros del Senado a las reuniones de esta organización (Presidência, 1991).

Page 42: Gabriela Arroyo Cowie

42

7.3.2 Lula y la integración regional

Anteriormente mencionamos la política de Lula de Autonomía mediante diversificación, en donde la

autonomía internacional adquirida por Brasil debía mantenerse pero los aliados estratégicos debían

incrementarse. Es aquí cuando Lula utiliza el poder presidencial sobre la política exterior para

direccionar el país hacia nuevas alianzas con el sur global, permitiéndole mayor presencia

internacional y por ende un liderazgo más global. A pesar de esto, Lula da Silva siguió el trabajo de

Cardoso al fortalecer cada vez más las alianzas con el continente latinoamericano, continuando con el

proceso de consolidación del bloque suramericano. Bajo Lula, Brasil se terminó de posicionar como

hegemonía regional que mediaba la relación entre el norte y el sur global (Bethell, 2010).

En efecto, dicha consolidación como hegemonía se generó también gracias a la introducción del

partido PT al proceso de toma de decisiones. Como menciona Cason y Power (2009), Lula durante su

gobierno logró promover Brasil como un país que había electo un gobierno de izquierda basado en los

intereses de los trabajadores. Bajo esta imagen, Lula promovió su partido político como el encargado

de llevar adelante esta nueva coalición de naciones hacía la autonomía del norte y hacia el desarrollo.

A este factor se le suma el uso del PT como un actor dentro del proceso de toma de decisiones de

Política Exterior, al ser este partido el que decidió el apoyo al gobierno cubano y al movimiento

Frente Amplio en Uruguay y el gobierno chavista en Venezuela, demostrando que el poder que tiene

el presidente sobre la política exterior se extiende a los partidos políticos.

Del mismo modo, es importante notar como con la entrada de Lula al poder también impulsó al

congreso a tomar mayor acción frente a MERCOSUR. Esto se evidencia en los reportes de

presidencia de 2004, en donde se puede ver cómo, por primera vez, se le solicita al congreso aprobar

con celeridad el aumento de presupuesto a la misión brasileña a MERCOSUR, pagar las cuotas

atrasadas y facilitar la aprobación de viajes por parte de los senadores miembros del comité de

MERCOSUR del congreso, para visitar la sede y trabajar junto a la misión brasileña en temas como

Derechos Humanos e integración económica (Relâtorios da Prêsidencia, 2004).

Con esto en mente, se puede ver cómo el poder del presidente sobre la política exterior le permitió a

Brasil expandir su visión de mundo y buscar consolidarse como un líder mundial junto a otras

naciones en desarrollo. Del mismo modo, se ve cómo este proceso también promovió que el congreso

trabajara de forma más conjunta con el presidente para facilitar la implementación de la política

exterior formulada por el ejecutivo.

7.3.3 El paso de Dilma a Temer

Aun con todos estos logros, se ve como esta fuerte conexión entre presidente y política exterior

terminó llevando a Brasil a caer de su posición elevada dentro del sistema internacional. Como se vio

anteriormente, la entrada de Rousseff al poder y el desarrollo de las investigaciones de lava jato

produjeron un retroceso en los procesos de integración regional y un enfoque por parte del ejecutivo

en el manejo de la estabilidad doméstica. Esto evitó un desarrollo de la política exterior a los niveles

anteriores a Rousseff y detuvo el trabajo de Itamaraty (Malamud, 2017).

Este aspecto se continuó durante el gobierno de Temer, quien al entrar al poder redujo la cantidad de

embajadas alrededor del mundo, así como el apoyo de Brasil en misiones internacionales (Malamud,

2017). Posiblemente, uno de los puntos más importantes de la entrada de Temer al poder es la forma

en que se detuvo la búsqueda por fortalecer MERCOSUR, para buscar un acercamiento con el nuevo

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43

proyecto de integración regional que surgió a partir de la caída de Brasil como poder regional, siendo

esta la Alianza del Pacífico, la cual fue un punto central en la visita de Temer a Chile para la posesión

del nuevo presidente (Itamaraty, 2018). Finalmente, es importante resaltar como, a pesar de una

desaceleración de la política exterior esta sigue en funcionamiento y permite el acercamiento entre

Brasil y otros países de la región.

7.4 Conclusiones

En conclusión se puede ver como la política exterior del Brasil es fuertemente dirigida por los

intereses del ejecutivo, quien tiene un amplio poder sobre este aspecto del Estado brasileño. Esto se

generó debido a la democratización del proceso de toma de decisiones que le pertenecía

exclusivamente a Itamaraty. Esto le permitió a Brasil fortalecer el principio de una política exterior

basada en una idea de un bloque sudamericano liderado por esta nación.

Al contrario, se ve como a pesar del papel que tiene el Congreso de la república en Brasil en la

formulación de la política exterior, este se ha convertido en un facilitador de la presidencialización al

delegar sus poderes sobre las relaciones internacionales al presidente, el cual puede fácilmente

aprobar sus proyectos de política exterior a través de su coalición mayoritaria en el congreso, dejando

que el voto de la oposición se transforme en un simple voto de opinión. Esto a su vez, permite

también mostrar que en contravía a lo que inicialmente se había planteado en la introducción de este

capítulo y en la metodología, la política exterior no hace parte del toolbox presidencial, ya que el

congreso no parece tener un mayor interés en involucrarse de forma activa en este proceso de toma de

decisiones ni parece beneficiarse del mismo.

Todo esto se evidenció con la creación de MERCOSUR en los años 90, así como con la búsqueda por

parte de la administración Cardoso por concretar esta organización y generar acuerdos comerciales y

económicos fuertes entre los países latinoamericanos, y finalmente con Lula al buscar diversificar las

alianzas brasileñas para convertir al gigante suramericano en un líder mundial. Finalmente se vio

como a pesar de que con la entrada de Michel Temer se genero una desaceleración de la política

exterior, esta sigue en funcionamiento y continua buscando fortalecer las relaciones entre Brasil y el

resto del mundo.

Page 44: Gabriela Arroyo Cowie

44

Capítulo 8

Análisis

8.1 Introducción

Después de dos procesos de Impeachment, extremos cambios de política pública, el quebrantamiento

de coaliciones de gobierno, una desaceleración de la política exterior con efectos en su poder regional

y una constante crisis de legitimidad generada por escándalos de corrupción, es difícil entender la

estabilidad democrática de la nación brasileña. A esto se le suma la existencia de un sistema

multipartidista extremadamente fragmentado, la fuerza de los poderes presidenciales, la dificultad de

generar coaliciones concisas y sólidas debido a la poca lealtad y disciplina de los miembros de los

partidos y la pérdida paulatina de la posición de Brasil como hegemonía regional.

A pesar de todo, el sistema presidencialista brasileño se ha mantenido, la estabilidad de la democracia

no se encuentra amenazada. Es por tal motivo que la presente investigación buscó entender cómo la

combinación de un sistema presidencialista en un multipartidismo altamente fragmentado no ha

producido el colapso democrático en este país. Del mismo modo, buscó analizar cómo la política

exterior podría ser una herramienta no explorada del toolbox presidencial para generar acuerdos con

el congreso y por ende garantizar mayor estabilidad el régimen.

Después de varias semanas de entrevistas e investigación, los resultados que se mostrarán a

continuación, lograron relevar la posibilidad de que más de uno de estos factores pueda ser la razón

detrás de la estabilidad democrática brasileña a pesar de las coyunturas críticas. Asimismo, se vio

como las coaliciones y la relación ejecutivo-legislativo, le han permitido al presidente total libertad

frente a la formulación y dirección de las relaciones internacionales y que el congreso no parece

beneficiarse de la formulación de la política exterior y no tiene mayor interés en la misma. Es por tal

motivo que el principal propósito de este capítulo será detallar los resultados de la investigación sobre

cada una de las instituciones descritas anteriormente.

Para lograr este objetivo se comenzará discutiendo los resultados generales de la investigación,

seguido de un análisis de la relación ejecutivo legislativo, con una rápida mirada al constante debate

con el parlamentarismo. Asimismo se verá la importancia de las coaliciones de gobierno en la

estructura presidencialista y como la política exterior puede ser utilizada como herramienta para

formarlas, haciendo un énfasis especial en el papel del PMDB en la historia reciente de Brasil y

finalmente se verá la figura del Impeachment.

8.2 Resultados generales

En términos generales, se evidencia cómo el régimen presidencialista en Brasil parece tener un diseño

parecido al sistema antisísmico de un edificio, en donde el sistema logra proteger la estructura

democrática de grandes choques como el Impeachment, las reformas de izquierda de Lula, la

investigación de Lava Jato y demás. Es bajo esta idea que aparecen la relación ejecutivo-legislativo,

las coaliciones y su relación con la política exterior y el proceso de revocatoria como las diferentes

secciones y partes del sistema antisísmico de la estructura democrática brasileña.

Comenzando con la relación ejecutivo-legislativa, se evidencia cómo existe una relación sólida debido

a la fortaleza del legislativo y a pesar de la asimetría de poderes con el ejecutivo. Dicha solidez se

genera de los aspectos que el sistema brasileño adoptó del sistema parlamentario a pesar de los varios

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intentos fallidos de implementar el sistema parlamentarista en su totalidad. Ejemplo de esto es el

control total que tiene el legislativo sobre el proceso de Impeachment de un presidente. Asimismo, se

ve una similitud en la concepción de Brasil como presidencialismo de coalición, en donde, como su

nombre sugiere, existe la necesidad de que se genere una relación fuerte entre el presidente y los

partidos políticos para así poder tener gobernabilidad y estabilidad. A este factor se le suma la

evidencia empírica de los procesos de revocatoria, los cuales a pesar de ser a causa de crímenes

legales y de responsabilidad y no por votos de desconfianza como en el parlamentarismo, también se

dieron debido al desgastamiento político de las bases de coalición legislativas que terminaron

apoyando la revocatoria.

Frente a la política exterior brasileña, se ve como la relación entre el ejecutivo y el legislativo es aún

más amigable, al existir un acuerdo no escrito entre las ramas en donde el congreso solo sirve de

apoyo en el proceso de ratificación de los acuerdos firmados por el presidente. Como se vio

anteriormente, el congreso delego su control sobre la política exterior para otorgarle un control casi

total al presidente sobre esta temática, convirtiéndose en un apoyo y legitimador de las decisiones del

presidente y no en un actor activo en la formulación de esta (Lemos, 2010).

Ahora bien, frente a las coaliciones de gobierno, se vio cómo estas han sido parte esencial de la corta

tradición democrática brasileña desde antes de la dictadura militar. Haciendo una revisión a los

archivos digitales del gobierno brasileño y las declaraciones durante las entrevistas, se evidenció la

gran importancia que tuvo la coalición del PMDB en la construcción del proceso constituyente, así

como en los dos procesos de Impeachment. En el caso de la política exterior, se evidencia cómo la

literatura ha aceptado que las coaliciones de gobierno permiten que el presidente pueda manejar las

relaciones internacionales con completa libertad, debido al apoyo de los partidos de la coalición de

gobierno y la poca capacidad de las coaliciones de oposición de afectar las votaciones en el congreso

sobre las decisiones del ejecutivo frente a la política exterior, como se vio en el caso de MERCOSUR

y la inclusión de Venezuela en el capítulo y (Ribeiro & Pinheiro, 2016).

Por último, se ve el proceso de Impeachment, el cual es controlado casi en su totalidad por el congreso

y parece ser facilitado por el desgaste y rápida formación de coaliciones parlamentarias y de gobierno.

Esta herramienta, cuyo propósito es de control, parece ser utilizada por partidos como el PMDB con

intereses políticos, convirtiéndola en algo parecido al voto de no confianza en el parlamentarismo y

un arma política contundente en contra de un presidente con poderes legislativos y partisanos fuertes.

En resumen, se evidencian dos resultados generales frente a las instituciones políticas estatales y uno

frente a la política exterior. En el caso de la estabilidad democrática: el primer resultado es que parece

existir una fuerte presencia de características parlamentaristas que permiten mayor flexibilidad en los

momentos de crisis. Segundo, se evidencia que este diseño constitucional se ha convertido en un

sistema antisísmico que protege la estructura democrática al permitir una flexibilidad que evita

colapsos, al facilitar el reagrupamiento de nuevas coaliciones de forma rápida en contra de un

presidente cuya base se desgasta y a favor del vicepresidente, o para crear una base parlamentar sólida

a través de la división de cargos en el gabinete que pueda permitir gobernabilidad y legitimidad del

proyecto de gobierno. Finalmente, es importante notar como la academia nos permite observar como

la política exterior no es una herramienta utilizada por el ejecutivo para generar estabilidad, aún

cuando este tenga control sobre la formulación de la misma, ya que el legislativo y los partidos

políticos no parecen contar con un interés real, así como no reciben mayor beneficio, en el desarrollo

de las relaciones internacionales.

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46

8.3 Relación ejecutivo - legislativo

Frente a la relación ejecutivo-legislativa, se evidenció durante toda la investigación la idea de que

Brasil es un país con un sistema presidencial bastante fuerte, en donde el ejecutivo cuenta con amplios

poderes legislativos que le permiten una mayor libertad sobre el congreso. Sin embargo, esto no

significa que el congreso este completamente subyugado al poder del presidente, ni que exista una

tensión entre ambas ramas.

Con esto en mente, es importante entender que la base de la relación entre ejecutivo y congreso se

encuentra en el sistema multipartidista, ya que es a través de las alianzas entre los diferentes partidos y

los acuerdos que se lleguen para armar una coalición, los que permiten que el presidente obtenga una

mayoría dentro del congreso y facilidad para gobernar. Lo que se evidencia de la recolección de datos

en entrevistas y revisiones de archivo, es que a pesar de tener un sistema altamente fragmentado, las

coaliciones han jugado un papel central en la creación de bases legislativas que le permiten al

ejecutivo tener gobernabilidad como se demostró en la tabla 6.1. Sin embargo, dichas coaliciones son

delicadas y pueden cambiar rápidamente, lo que, históricamente, puede facilitar el desarrollo de un

proceso de Impeachment.

Ahora bien, en entrevista con el Ministro Favero se mencionó una tradición legislativa más fuerte que

la presidencial, debido a la constante presencia del aparato parlamentar en la historia política de este

país, incluyendo el periodo de la dictadura militar (Favero, 2018). Dicha tradición, según el ex-

procurador Janot, ha llevado a la creación de un legislativo bastante influyente en el proceso de toma

de decisiones a pesar de la asimetría de poder con el presidente. Específicamente, Janot hizo

referencia a los poderes que tienen los partidos y el legislativo sobre el manejo de empresas del

Estado como PETROBRAS, así como sobre su funcionamiento y presupuesto. Asimismo, se nota la

respuesta del administrativo Pedro Farías, quien habla de la relación tan cercana que se tiene entre el

legislativo y el ejecutivo debido a la misma concepción de Presidencialismo de coalición, y como esta

obliga al presidente a generar alianzas para poder asegurar su gobernabilidad. Todos estos factores,

llevan a la conclusión de que el legislativo brasileño no es tan débil como parece frente a los amplios

poderes presidenciales que tiene el ejecutivo y que, a pesar de que exista la noción constitucional de

tres ramas independientes y armónicas entre sí, la armonía solo parece ser posible en un contexto de

cercanía e interdependencia entre estas dos ramas (Farias, 2018).

Ejemplo de esto se ve en los reportes de trabajo del congreso, en donde se evidencia cómo, a pesar de

los poderes presidenciales, toda iniciativa del ejecutivo debe tener el buen visto del legislativo. Esto se

presenta durante la época de Collor, en donde la construcción de nuevas instituciones económicas,

políticas y sociales tomaron gran parte del trabajo legislativo de la época. Específicamente, se

evidencia como la creación de cargos como el Consejo deliberativo del desarrollo del Amazonas

fueron aprobados con celeridad, pero la regulación presentada por el presidente para el servicio civil

no pudo ser aprobada en el mismo año (Presidência, 1991). Esto demuestra cómo, a pesar del poder

de iniciativa legislativa del presidente, el congreso cuenta con la palabra final a la hora de aprobar o

no los proyectos en la agenda política del presidente.

Ahora bien, otro factor de interés dentro de esta relación ejecutivo-legislativo, es la herramienta del

Impeachment de la que se discutirá más a fondo en una sección más adelante. Frente a esta, es

importante notar que el control casi total del legislativo sobre dicho proceso, lo ha convertido en un

verdadero contrapeso contra un ejecutivo que ha dejado erosionar sus bases legislativas. Del mismo

modo, es importante mencionar la visión general entre los entrevistados de que existe un uso político

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de esta herramienta, para sacar a aquellos ejecutivos que se han alejado de las bases mayoritarias del

congreso, generando un quiebre entre las dos ramas. Específicamente, se ve cómo en entrevista con el

coronel Luiz Guilherme da Silva de la aeronáutica brasileña, se describe la articulación política entre

el ejecutivo y las diferentes fuerzas del congreso como algo fundamental en la estabilidad del

presidente y sus políticas, ya que un quiebre puede llevar a un Impeachment (Silva, 2018).

Lo anterior se puede evidenciar en el caso de Rousseff, en donde los bloques parlamentarios dentro

del legislativo entre los años 2015 y 2016 cambiaron dramáticamente, al punto que de los 8 partidos

que conformaban el bloque de apoyo al gobierno en 2015, entre esos el bloque mayoritario del

PMDB, solo quedaron 2 a mediados de 2016, siendo estos el PT y el PDT, quienes cambiaron el

nombre de la coalición a Resistencia Democrática cuando se empezó a generar el proceso de

Impeachment. Esto evidencia la necesidad que tiene el ejecutivo de contar con una buena relación con

las fuerzas que conforman el legislativo, ya que su estabilidad en el cargo dependerá de una base

sólida y feliz.

En el caso de la política exterior, existen múltiples estudios que demuestran una relación menos tensa

frente a este tema entre ambas ramas, en donde el congreso funciona como un apoyo a las decisiones

del ejecutivo. Específicamente, se evidencia como autores como Simone Diniz y Cláudio Oliveira

Ribeiro en su texto El rol del congreso brasileño en la política exterior (2008), compilaron datos de

1988 a 2006 que demuestran que un 89% de los proyectos de política exterior pasados por el

presidente son aprobados por el congreso (Diniz & Oliveira Ribeiro, 2008) como se evidencia a

continuación en la siguiente tabla:

Tabla 8.1 Proyectos de Política exterior presentados por el presidente

Tabla desarrollada por Simone Diniz y Cláudio Oliveira Ribeiro. 2008. The Role of the Brazilian Congress in Foreign Policy.

En resumidas cuentas, se ve como la relación ejecutivo-legislativo en Brasil es una bastante fuerte, ya

que la aparente interdependencia entre estas dos ramas, que se genera por el sistema multipartidista y

la visión de un presidencialismo de coalición, ha llevado a que el presidente deba construir una

relación sólida con el legislativo para así poder generar gobernabilidad y garantizar su estabilidad en

el cargo. Dicha interdependencia puede también ser asociada a la constante presencia del congreso en

la historia brasileña, el cual le ha otorgado una posición de poder dentro de la estructura del Estado

brasileño. Del mismo modo, se evidencia como en materia de política exterior, existe una relación

menos tensa entre estas ramas debido a que el congreso brinda apoyo a la gran mayoría de las

propuestas del presidente.

Page 48: Gabriela Arroyo Cowie

48

8.3.1 Sobre el Parlamentarismo

El debate entre el presidencialismo y parlamentarismo no es ajeno a Brasil. A pesar de una tradición

más que todo presidencialista en los cortos periodos de democracia abierta que Brasil ha

experimentado, se han evidenciado múltiples intentos por hacer una transición hacia el

parlamentarismo. El más reciente de ellos fue el 1993 después de la caída del primer presidente electo

en Brasil acusado de corrupción y crímenes de responsabilidad. Con 37,1 millones de votos, el pueblo

brasileño mostró que no tenía interés por formar un gobierno parlamentarista y que a pesar de los

contratiempos que atravesó el sistema vigente, era preferido por la mayoría de la ciudadanía brasileña

(Noticias Globo, 2016).

Otro caso importante fue la elección de 1962, en donde la rama legislativa fue esencial para traer de

vuelta el sistema parlamentarista que se implementó en 1960 de manera experimental como forma de

gobierno. Esto se debe a que esta rama fue la que continuamente discutió la necesidad de que el

pueblo decidiera cuál método de gobierno preferían, logrando así una elección en donde el

presidencialismo ganó con un 82% de favorabilidad (Westin, 2018).

Es con esto en mente que declaraciones como la del ex-procurador Janot, en donde establece en su

entrevista que el sistema brasileño fue diseñado como un parlamentarismo, parecen sorprendentes y

únicas teniendo en consideración que el resto de entrevistados hicieron mención a cómo el sistema

parlamentarista fue rechazado en varias ocasiones, al punto de convertirse en un momento de crisis

durante la constituyente después de que el sistema se haya desarrollado como un parlamentarismo y el

Centrão logrará votar a favor del presidencialismo (Carvalho, 2017). A pesar de esto, en vez de sacar

las declaraciones del ex-procurador Janot como outliers, se evidencia que sus declaraciones pueden

ser ciertas y que en efecto durante las demás entrevistas se presentaron respuestas que pueden

comprobar la existencia de factores parlamentarios en el presidencialismo brasileño.

El primer aspecto en donde se presentan similitudes es en la concepción de Presidencialismo de

Coalición. Como se mencionó anteriormente, autores tales como Cox han hablado sobre los diferentes

incentivos que existen dentro de un presidencialismo para armar coaliciones, desvirtuando la idea de

que estas son más posibles en un parlamentarismo (Cox, Morgenstern, & Wolfson, 2001). No

obstante, Brasil no es un caso en donde simplemente se presenten coaliciones sino que en efecto son

necesarias para generar gobernabilidad y la estabilidad del mismo ejecutivo. Como se mencionó

anteriormente, la creación de un estado donde el presidencialismo es concebido bajo la idea de

coalición, comienza a generar una relación estrecha entre el ejecutivo y las diferentes fuerzas políticas

del legislativo, ya que a pesar de los amplios poderes del presidente, existe una necesidad de tener una

coalición de gobierno que apoye las propuestas del gobierno y en casos en donde se utilicen dichos

MPs, que sean aprobados.

Esto se evidencia en la entrevista del administrativo Pedro Farías quien discute sobre la

interdependencia entre ambas ramas y el interés del ejecutivo por mantener una relación estrecha con

el legislativo, ya que la cercanía entre ambos poderes puede generar estabilidad en los casos donde

existe articulación política cómo lo llama el coronel Da Silva e inestabilidad como es mencionado por

el Ministro Favero y el Embajador Bitelli, en donde el ejecutivo actúa de forma solitaria y afecta la

estabilidad de su coalición ( (Favero, 2018), (Farias, 2018), (Bitelli, 2018) y (Silva, 2018)).

Empíricamente, se evidencia como en 2002 durante el primer año de la presidencia Lula, se enviaron

27 MPs al congreso para aprobación y todas fueron eventualmente convertidas en leyes. La mayoría

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49

de estas provisiones incluían la creación de puestos dentro y fuera de la presidencia, la creación de

nuevas direcciones para el desarrollo de los Estados, provisiones donde se buscaba generar más apoyo

desde el Estado federal a los estados y en su mayoría habían decretos sobre a destinación de recursos

para invertir en infraestructura de transporte, tecnología y deporte. Asimismo, se evidencia que la

coalición de apoyo al gobierno para ese año contaba con 4 partidos políticos que juntos controlaban

24 curules de las 81 en el congreso, siendo eso un 30% de la cámara superior y una mayoría

parlamentaria. Esta relación demuestra que a pesar de la utilización de los poderes presidenciales, la

existencia de un bloque parlamentario y de gobierno fuerte, permite que exista mayor facilidad a la

hora de implementar el plan de gobierno del ejecutivo (Prêsidencia, Relatório da, 2002).

Teniendo en cuenta lo anterior, se evidencia cómo, al igual que un parlamentarismo, la idea de

coalición parece ser parte esencial de la estructura presidencialista brasileña, ya que es el mecanismo

que le permite al ejecutivo mayor gobernabilidad y facilidad para desarrollar sus planes de gobierno.

Sin dicha mayoría, existiría una gran dificultad para mantener en pie los proyectos de ley e inclusive

los MPs planteados por el presidente, generando tensiones entre ambas ramas que pueden llevar a

momentos de crisis estatal.

Por otra parte, se evidencia una similitud entre el proceso de Impeachment y el voto de no confianza

del sistema parlamentarista. Según se vio en todas las entrevistas, este proceso de revocatoria es un

conjunto de leyes que buscan tener un control político pero pueden ser utilizados para avanzar

agendas específicas como fue argumentado por el Embajador Bitelli. Como ya se ha mencionado

múltiples veces, el Impeachment parece generarse en momentos donde el presidente ha perdido

control de su base legislativa, logrando que esta colapse y desequilibre la rama ejecutiva al permitir la

entrada de un proceso de revocatoria por parte de facciones sociales infelices con la gestión

presidencial. En otras palabras, cuando el presidente pierde la confianza de su coalición, esta se divide

y facilita la entrada de un proceso de revocatoria de la misma forma que en un parlamentarismo se

genera un voto de no confianza (Bitelli, 2018).

En resumen, se puede ver cómo, a pesar de que el parlamentarismo en Brasil ha sido rechazado

múltiples veces por el pueblo brasileño, existen similitudes importantes que han permitido mayor

flexibilidad dentro del sistema brasileño. Específicamente, vemos, primeramente, como la

construcción del presidencialismo como un presidencialismo de coalición crea la necesidad de una

relación estrecha entre el ejecutivo y el legislativo para generar efectividad y segundo, como el control

total que tiene el legislativo sobre el proceso de revocatoria y su utilización como método de control

por parte de los partidos políticos lo han convertido en una herramienta parecida al voto de no

confianza.

8.4 Las coaliciones de gobierno

El tema que más fuerza tomó durante la investigación debido a su recurrente aparición en las

entrevistas y en las revisiones de archivo, fue el tema de las coaliciones y su importancia en la

estabilidad del Estado. Con esto en mente, el principal propósito de esta sección es revisar cómo se

forman dichas coaliciones en el contexto del multipartidismo extremo de Brasil, su fortaleza y su

efecto en el ejecutivo y el desarrollo de su plan de gobierno.

Como fue mencionado anteriormente, las coaliciones de gobierno tienen una tradición histórica en

Brasil desde antes de la dictadura militar y su efecto en el proceso de toma de decisiones es

fundamental para entender el Estado brasileño. Ejemplo de esto es la creación de la coalición del

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Centrão del MDB y su efecto en la constituyente. Por una parte se ve cómo fue esta coalición la que

logró que se implementaran los periodos de 5 años para el ejecutivo a pesar de la polémica que causó

en su momento. Asimismo, se ve como dicha coalición fue esencial para revertir la decisión sobre la

implementación del parlamentarismo en la constitución tomada el 3 de diciembre de 1987, al llegar el

10 de diciembre del mismo año con las 314 firmas necesarias para revertir la decisión e implementar

el sistema presidencialista en una movida descrita por varios constituyentes como un golpe de

derecha (Carvalho, 2017).

Por otra parte, se nota como las coaliciones de gobierno brasileñas, que nacen dentro de un sistema

multipartidista de fragmentación extrema, siguiendo lo dicho por el Embajador Bitelli, han permitido

la entrada de movimientos oportunistas y sin una ideología clara (Bitelli, 2018). Esto a su vez,

también ha permitido el fortalecimiento de partidos heterogéneos que pueden ajustarse a diferentes

ideales cómo es el caso del PMDB según el Ministro Favero (Favero, 2018). Es bajo este contexto de

fragmentación extrema y movimientos en búsqueda de beneficios que aparecen las coaliciones como

un mecanismo de articulación política entre los diferentes sectores políticos y por ende hacen

plausible un proyecto de ley, una política de gobierno y hasta un presidente en palabras del coronel

Da Silva (Silva, 2018). Por otro lado, y volviendo a la entrevista del embajador, es importante

recordar que este contexto también es un generador de coaliciones poco estables debido a la

naturaleza cambiante de los intereses de los partidos, su fuerza e inclusive su existencia.

Esta necesidad de articulación y cohesión en un sistema con más de 30 partidos políticos lleva a que

se genere una necesidad por parte del ejecutivo de ser parte de una coalición como mecanismo para

lograr apoyo dentro del legislativo, ya que sin esto, un ejecutivo se enfrenta a un gobierno minoritario

en donde se debe hacer todo bajo MPs que deben ser renovados cada 60 días debido a la

desaprobación del congreso, creando mayor descontento y tensión entre las dos ramas que puede

llevar a inestabilidad en el gobierno. Esto, en palabras del administrativo Farías hace que se generé

una relación de interdependencia entre ambas ramas, ya que el presidente necesita mantener a su

coalición contenta para evitar quiebres que pueden llevar a que se dificulte la gobernabilidad y que se

facilite una votación a favor de un proceso de Impeachment (Asamblea Constituyente, 1988).

Ahora bien, frente a la política exterior, se evidencia la importancia de las coaliciones a través de la

forma en que estas votan por los proyectos del presidente. Específicamente, se puede ver estudios

como el de Pedro Feliú y Flávio Pinheiro, quienes en su recolección de datos lograron demostrar que

las coaliciones de gobierno son bastante fuertes en términos de política exterior y que estas en su

mayoría apoyan al presidente en sus propuestas, dejando a la oposición sin posibilidad de afectar el

proceso de toma de decisiones frente a este punto. Esto permite que el presidente actúe con mayor

libertad en esta temática (Ribeiro & Pinheiro, 2016). Esta relación entre política exterior y las

coaliciones de gobierno se puede evidenciar en la siguiente tabla desarrollada por los autores:

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Tabla 8.2 Coaliciones de gobierno y aprobación de iniciativas de política exterior

Gráfica desarrollada por Pedro Feliú y Flávio Pinheiro. 2010. Presidents, Legislators, and Foreign Policy in Latin America.

Sin embargo, y como se vio anteriormente en el capitulo 7, la relación no es inversa, ya que la

formulación de política exterior no es utilizada para generar las colaciones de gobierno que el

presidente necesita para gobernar. Por tal motivo, se concluye que, a pesar de que las coaliciones son

necesarias para que un presidente pueda tener control sobre la política exterior, esta misma no es útil

como mecanismo para generar coaliciones.

En pocas palabras se evidencia como las coaliciones tanto parlamentarias como de gobierno son

esenciales para la estabilidad y gobernabilidad del Estado de Brasil, ya que son el mecanismo de

articulación política que permite que se llegue a un acuerdo. Sin embargo, debido a la existencia de

movimientos sin ideologías claras y con intereses más oportunistas, dichas coaliciones son delicadas y

deben ser constantemente renovadas y fortalecidas a través de herramientas como las del toolbox

presidencial. Por otra parte, se puede ver como en términos de política exterior las coaliciones son

fuertes y permiten que el presidente pueda pasar sus propuestas de política exterior sin mayor

obstáculo, pero esta no es útil en la construcción de coaliciones dentro del congreso.

8.4.1 Presidencialismo de Coalición

Teniendo en cuenta lo anterior, es importante ver cómo la concepción del presidencialismo como uno

de coalición crea la necesidad de una buena relación entre el legislativo y el ejecutivo, así como

genera la pregunta sobre el impacto de una relación fuerte en la gobernabilidad del Estado brasileño.

Al ver el presidencialismo como uno en donde el ejecutivo depende de las coaliciones que forma, se

ve como la constitución creó un sistema de interdependencia en donde el ejecutivo depende de las

coaliciones como única forma de crear una base legislativa fuerte dentro de un sistema

extremadamente fragmentado, que permita que su agenda de gobierno pueda avanzar a través de

proyectos de ley o los MPs, permitiendo así que el ejecutivo pueda gobernar con mayor facilidad.

Teniendo esto en cuenta, se evidencia como la constitución ha facilitado diferentes herramientas que

le permiten al ejecutivo crear una base sólida en un sistema donde las coaliciones son inestables. Esto

se ha discutido anteriormente en los poderes presidenciales y fue confirmado en todas las entrevistas,

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en donde se habló de la utilización de los cargos del gabinete, como ministerios y direcciones

importantes, como mecanismo para mantener a los partidos dentro de la coalición. Ahora bien, la

capacidad del presidente de tener iniciativa legislativa exclusiva para la creación de cargos en el

gabinete, le ha facilitado al ejecutivo la creación de posiciones estratégicas para mantener a los

partidos aliados contentos. Esto, en palabras del ex-procurador Janot, son las concesiones que hace el

presidente para lograr gobernabilidad. Dichas concesiones se ven el segundo gobierno de Dilma

Rousseff, donde la mayor parte de su gabinete fue compuesto por miembros de partidos diferentes al

PT, reduciendo la capacidad de influencia de Lula en el gabinete (Folha de Sao Paulo, 2014) y

facilitando el primer año de gobierno en un contexto de amplia desconfianza en la democracia debido

al escándalo de Lava Jato.

Un segundo aspecto de importancia que fue resaltado en todas las entrevistas fue la existencia de

partidos sin ideología y con intereses privados. Frente a este aspecto, el Embajador Julio Bitelli hizo

mención a la poca lealtad y disciplina dentro de los partidos políticos, lo cual lleva a que existan

múltiples cambios de partido y creación de nuevos movimientos que persiguen agendas individuales y

no el interés general de la población brasileña (Bitelli, 2018). Frente a este punto, el administrativo

Pedro Farías hizo referencia al daño que esto puede generar para la democracia, ya que la política bajo

un sistema fragmentado que permite la supervivencia de estos partidos, funciona más por intereses

privados que por intereses públicos (Farias, 2018). Esta visión es ampliamente compartida por los

encuestados, quienes reiteraron la necesidad de reformar el sistema multipartidista de tal forma que se

pueda reducir el número de partidos políticos y asegurarse que los partidos realmente representativos

tomen fuerza dentro del legislativo. Bajo este contexto, el ejecutivo se ve forzado a buscar avanzar

agendas privadas de los partidos para evitar un quebrantamiento con la base legislativa.

En pocas palabras, se evidencia como el presidencialismo de coalición que se implementó durante el

proceso constituyente es una búsqueda por generar interdependencia entre el ejecutivo y el legislativo

al ver la creación de coaliciones como el mecanismo esencial para generar gobernabilidad. Asimismo,

se ve como la constitución creó mecanismos y herramientas para facilitar dicho proceso, tales como la

capacidad de nombrar el gabinete y crear cargos. No obstante, en un sistema tan fragmentado como el

brasileño aparecen partidos oportunistas en búsqueda de avanzar agendas personales y no nacionales,

creando un distanciamiento con el pueblo brasileño que puede ser la razón de los bajos niveles de

confianza en la democracia.

8.4.2 PMDB

Al describir el papel del PMDB en el sistema presidencialista brasileño, la descripción que mejor

puede resumir lo encontrado es la metáfora hecha por Rodrigo Janot en su entrevista: El sistema

brasileño es como un barco de vela que navega por el mar. Eventualmente, el barco tendrá que atracar

en un puerto a cambiar de pasajeros, de tripulación, de capitán y de recursos. No obstante, existen dos

tripulantes que nunca cambian, el navegante encargado del timón, quien es responsable de llevar al

barco a la dirección correcta y el encargado de máquinas, quien tiene el deber de mantener el barco en

movimiento y funcionando. Según Janot, durante toda la democracia brasileña, el PMDB ha ocupado

uno de los dos cargos o inclusive ambos en presidencias como la de Rousseff (Janot, 2018).

Este papel del PMDB como un constante poder dentro del presidencialismo brasileño no solo se vio

en la entrevista de Janot sino en las respuestas de todos los entrevistados. El Ministro Consejero de la

Embajada del Brasil en Colombia Mauricio Favero, hizo especial énfasis en el papel que jugó el

PMDB en la construcción del sistema presidencialista brasileño, al ser el partido encargado de crear el

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53

Centrão, la coalición que facilitó la implementación de las medidas propuestas por Sarney (Favero,

2018).

Sumando a la facilidad ajustarse a diferentes corrientes políticas debido a su posición de centro, se

evidencia que a diferencia de los otros partidos políticos en Brasil, el PMDB cuenta con un gran poder

dentro del congreso que le permite generar cohesión y bloques parlamentarios que facilitan la

votación y negociación en bloque. No es una sorpresa entonces que todos los presidentes brasileños

desde la constitución de 1988, a excepción del primer periodo de Lula, hayan hecho una coalición con

este partido político, el cuál puede garantizar una mayoría legislativa que permita gobernabilidad.

Asimismo, es importante notar como el quebrantamiento con el PMDB, fue lo que eventualmente

llevó a que tanto Collor de Melo y Rousseff perdieran su base en el legislativo, facilitando la

introducción y éxito del proceso de Impeachment en contra de ambos gobiernos.

En resumen, se ve cómo, el MDB es un partido legislativo, debido a que su fuerza e importancia en el

juego político brasileño recae en su poder dentro del legislativo y en ser el movimiento capaz de

generar cohesión en un sistema extremadamente fragmentado.

8.5 El Impeachment como herramienta de política

Por último se encuentra la herramienta del Impeachment y su relación con la estabilidad democrática.

Como se explicó anteriormente, este proceso se ha adelantado dos veces en los 30 años de régimen

democrático en Brasil, convirtiéndolo en un aspecto importante que se debe investigar.

Específicamente, parece importante ver los causantes de dichos procesos y su uso por parte de los

partidos políticos en esos dos momentos históricos.

En entrevista con el Embajador Bitelli, se describió al Impeachment como un sistema de reglas y

normas que buscan generar un control sobre el ejecutivo en caso de que incumpla sus deberes como

presidente (Bitelli, 2018). A pesar de esto, y como se vio en todas las entrevistas, este proceso de

revocatoria ha sido utilizado en múltiples ocasiones de forma política y no de control, al ser tomado

por partidos políticos como un mecanismo para controlar a un ejecutivo que está permitiendo una

erosión de sus bases legislativas al incumplir con acuerdos interpartidistas o no trabajar con los

liderazgos de los partidos que conforman la coalición, en palabras de los representantes de la

embajada. Como se pudo ver en la descripción del caso de estudio, los dos Impeachment vinieron

después de choques entre el ejecutivo y los partidos de la coalición de gobierno, permitiendo una

ruptura en épocas de escándalos de corrupción que facilitaron el avance de los proceso de revocatoria.

Específicamente, se ve como en el caso de Rousseff, en donde el caso Lava Jato llevó a tensiones

entre ella y el MDB y sus partidos aliados, el uso de una táctica utilizada en presidencias anteriores

llevó al Impeachment por crimen de responsabilidad. Sin embargo, es importante notar cómo después

de que termina este proceso traumático para la política brasileña, el sistema implementado de

revocatoria permite el ascenso del vicepresidente y el reordenamiento de las bases legislativas para

restaurar la relación ejecutivo-legislativo.

Con esto en mente, es fácil ver como el Impeachment funciona también como un mecanismo que

amortigua las crisis generadas por las tensiones entre ejecutivo y legislativo, al permitir una salida del

presidente sin causar un colapso del régimen democrático. Ejemplo de esto se ve en el periodo Collor,

en donde la combinación de un escándalo de corrupción que dividió las clases políticas, con un

gobierno que buscaba avanzar una agenda política de reforma a la recién proclamada constitución a

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54

pesar de las negativas del congreso, generaron una tensión que pudo ser aliviada y controlada por un

sistema que permitió la salida del presidente sin causar un colapso democrático.

En resumidas cuentas y como se ha explicado en ocasiones anteriores, el Impeachment es una

importante herramienta de control del legislativo sobre el ejecutivo debido al control total que tiene el

congreso. Asimismo, se ve cómo a pesar de ser una forma de control se ha transformado en una

institución de uso político parecido al voto de no confianza dentro del parlamentarismo, al ser

utilizado por partidos políticos que se sienten insatisfechos con la gestión de un presidente que no

cumple o no trabaja en conjunto con los partidos políticos para avanzar el programa de gobierno,

permitiendo una erosión de la base legislativa que termina permitiendo la entrada y desarrollo del

proceso de revocatoria al debate político.

8.6 Conclusión

En conclusión, se puede ver como existen varios resultados interesantes que se evidenciaron durante

el desarrollo de la investigación. Existen dos conclusiones generales que permiten agrupar los

diferentes factores de relevancia encontrados en las entrevistas y revisiones de archivo y prensa. Por

una parte se evidencia que a pesar de que la constitución contempló un presidencialismo, los varios

intentos por implementar un sistema parlamentarista llevaron a que ciertos aspectos de este sistema se

insertaran dentro de la estructura presidencial. El primer aspecto es la idea de un presidencialismo de

coalición, en donde las coaliciones no son una condición que se genera debido a la existencia de un

sistema multipartidista, sino que son parte de la concepción constitucional de lo que debe ser parte del

Estado y de un gobierno que quiera gobernabilidad. Este aspecto se une a la fuerza que tiene el

legislativo en Brasil a pesar de la existencia de un presidencialismo fuerte, ya que el uso constante e

indiscriminado de MPs puede llevar al descontento del congreso, fracturando las coaliciones y por

ende debilitando la estabilidad del ejecutivo, como fue mencionado por el ex procurador, el ministro y

el embajador.

El segundo aspecto parlamentarista dentro del presidencialismo es la existencia del proceso de

Impeachment completamente controlado por el legislativo. Este control permite que esta herramienta

se asimile al voto de no confianza ya que, como se ha visto en los dos casos de revocatoria, le permite

a los partidos políticos tener un contrapeso en contra de un ejecutivo que no trabaje con su base

legislativa y que no llegue a acuerdos con los partidos que componen la coalición.

Asimismo, se ve como los resultados demostraron la existencia de una relación estrecha entre el

presidente y el congreso, que se basa en este ideal de presidencialismo de coalición y en la necesidad

de tener una base fuerte dentro del legislativo que le dé al ejecutivo la gobernabilidad necesaria para

poder avanzar con su proyecto de gobierno. Es esta relación tan estrecha la que ha llevado a la

creación de una interdependencia entre las ramas en donde el desacuerdo entre ambas puede llevar a

inestabilidad.

Por otra parte, se ve como las coaliciones son un mecanismo central en el presidencialismo brasileño

al ser parte de la concepción del Estado presidencialista y factor decisivo en la gobernabilidad de un

ejecutivo. Dichas coaliciones son difíciles de mantener debido al sistema multipartidista brasileño, en

donde hay un nivel extremo de fragmentación, deslealtad e indisciplina que lleva a que las coaliciones

puedan armarse y quebrarse fácilmente. Este importante factor es controlado por los poderes

presidenciales como la designación de gabinete y la iniciativa exclusiva sobre temas como la creación

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55

de cargos públicos, lo que le permite más campo de acción al presidente para generar y mantener

dichas alianzas.

La segunda conclusión a la que se llegó en este trabajo es que los aspectos mencionados

anteriormente parecen funcionar como un sistema antisísmico, ya que la posibilidad de sacar a un

presidente que ha perdido la confianza del congreso, así como la forma rápida en que se pueden crear

y reorganizar las coaliciones parlamentarias y de gobierno, llevan a que el sistema pueda sobrevivir

escándalos de corrupción y procesos traumáticos como una revocatoria del mandato.

Finalmente, se evidencia como a pesar de que la política exterior es manejada por el presidente, este

no la utiliza como una herramienta para generar nuevas alianzas dentro del congreso, ya que el

legislativo delega su responsabilidad sobre las relaciones internacionales al presidente y funciona más

como un facilitador de las decisiones que toma este sin ganar beneficios de esta política.

En resumen, se evidencia en el caso brasileño un presidencialismo con estructuras parecidas al

parlamentarismo como lo son las coaliciones que generan gobernabilidad y un Impeachment

controlado por el congreso. Asimismo, se ve como la implementación de estos aspectos han creado un

sistema antisísmico, en donde los momentos de crisis pueden ser resistidos, evitando así un colapso

del sistema democrático.

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Capítulo 9

Conclusiones

9.1 Introducción

La presente investigación buscó resolver a la pregunta ¿bajo qué condiciones la combinación entre

presidencialismo y multipartidismo ha permitido la estabilidad democrática? Revisando el caso

brasileño y sus peculiaridades. Fue con esto en mente, que se buscó entender como instituciones del

presidencialismo tales como la relación ejecutivo-legislativa, las coaliciones y el Impeachment,

pueden afectar la estabilidad democrática en Brasil e inclusive ser los factores explicativos de la

misma. Por otra parte, se buscó verificar si la política exterior del Brasil podría ser considerada una

nueva herramienta del ejecutivo para genera acuerdos con los partidos políticos y el legislativo en

general.

Frente a lo anterior, se resalta como durante la investigación y el análisis de datos se evidencio una

estrecha relación entre los factores mencionados anteriormente. En síntesis, se llegó a la gran

conclusión de que la existencia de una relación interdependiente entre el ejecutivo y el legislativo, de

coaliciones como mecanismo primordial para genera interdependencia y de una herramienta de

Impeachment que permite controlar las acciones del presidente y obligarlo a ser fiel a su base

legislativa, son las condiciones que explican la estabilidad democrática del Brasil. La política exterior,

por otro lado, demostró que no es una herramienta del toolbox presidencial para genera

gobernabilidad dentro del congreso, debido a que el legislativo no tiene mayor interés en la

formulación de esta.

Esta conclusión surge de dos grandes hallazgos que se realizaron durante el análisis de datos. El

primer hallazgo, fue que la presencia de elementos parlamentaristas en el presidencialismo brasileño

podría facilitar la asimilación de momentos de crisis, evitando un colapso del sistema. Frente a este

punto, se ve cómo a pesar de múltiples intentos por implementar un sistema parlamentario, el pueblo

brasileño y las instituciones democráticas como el congreso han evitado esta transición en varias

ocasiones. A pesar de lo anterior, se evidencia como la creación de un sistema presidencialista en la

constituyente 1988, debido a la sorpresiva movida de la coalición del PMDB, no evito que ciertas

características del sistema parlamentario se mantuvieran, creando principios constituyentes como el

presidencialismo de coalición.

El segundo gran hallazgo, es que la introducción de factores del sistema parlamentarista hicieron del

presidencialismo brasileño una estructura parecida al sistema antisísmico de un edificio, en donde los

momentos de crisis, los cuales se asimilan a un movimiento brusco y posiblemente destructor, no son

capaces de colapsar el régimen democrático debido a la implementación de mecanismos que retienen

la crisis y evitan consecuencias devastadoras.

Ahora bien, frente a la influencia que puede tener la política exterior en la estabilidad democrática, se

evidenció una apatía por parte del congreso a la formulación de la misma, al descubrir que este ha

delegado su poder sobre las relaciones internacionales al ejecutivo, convirtiéndose más en un

facilitador que en un actor activo. Del mismo modo, la academia al respecto revelo que a pesar de que

los legisladores puedan recibir beneficios de la política exterior de la nación, estos deciden votar a

favor de las medidas impuestas por el presidente si son parte de la coalición de gobierno o en contra

como mecanismo de protesta así sus estados se vean afectados de forma positiva por la misma. Esto

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57

se demostró con el caso de la entrada de Venezuela a MERCOSUR y el voto en contra de los Estados

del norte.

En consecuencia a lo anterior, el principal propósito de este capítulo es mostrar de forma resumida

cómo se llegó a estas conclusiones que ayudan a explicar la estabilidad democrática en momentos de

crisis como los que se evidenciaron durante los últimos años. Para lograr esto, se hará una breve

descripción del sistema presidencialista brasileño y de los factores que lo convierten en un sistema

antisísmico. Luego se discutirán los factores parlamentaristas que se mantienen en el sistema

brasileño, luego se buscará ver cómo todos estos factores crean el sistema antisísmico brasileño y

finalmente se discutirá el papel de la política exterior.

9.2 Sobre el Presidencialismo brasileño

Frente al sistema presidencialista como tal, se evidencia como la primera conclusión a la que se debe

llegar es que el ejecutivo brasileño es de los más fuertes de América Latina debido a la gran cantidad

de poder que se le da al ejecutivo a través de los poderes presidenciales. Por una parte, se ve como los

poderes legislativos le otorgan la capacidad al presidente de crear decretos con poder de ley sin la

previa autorización del congreso, el cual tiene solo 60 días para aprobar, rescribir o negar las Medidas

Provisorias (decretos) implementadas por el presidente. Asimismo, se ve cómo a diferencia de los

demás sistemas presidencialistas en América Latina, el ejecutivo brasileño cuenta con dos

mecanismos para activar los poderes de emergencia, en donde el estado de defensa no necesita la

aprobación del congreso para ser activada. Asimismo, se ve como el presidente tiene el poder de

iniciativa legislativa en temas de gran importancia como la creación de ministerios, de direcciones

federales y estatales y de presupuesto, logrando utilizar estos temas para avanzar su agenda política a

través del patronazgo. Asimismo, el presidente cuenta con poderes no legislativos como los poderes

partisanos y los de gabinete, en donde el ejecutivo cuenta con poder sobre su bancada dentro del

congreso, dándole una fuerza política dentro del mismo y la capacidad de otorgar ministerios como

una forma de generar alianzas. Bajo estas condiciones, se ve como el presidencialismo brasileño es

uno con bastante fuerza, generando lo que Correales caracteriza como una asimetría de poderes entre

la rama ejecutiva y las demás instituciones democráticas.

Aun así, el legislativo brasileño no se queda atrás y a pesar de la asimetría entre estas dos ramas, el

congreso detenta el suficiente poder para ser un contrapeso efectivo en contra del presidente. Por un

lado, se ve como esta legislatura puede clasificarse como una reactiva, utilizando el concepto de Cox,

debido a que a pesar de los grandes poderes del ejecutivo, el miedo a un veto legislativo que afecte la

agenda política del presidente, lleva a esta institución a tener mayor importancia dentro del sistema

presidencialista. Esto, en el caso brasileño, se puede ver en cómo, a pesar de que el presidente puede

decretar Medidas Provisorias y el poco tiempo que tiene para revisarlas, puede negar y modificar los

MPs, haciendo que el presidente necesite asegurar una base legislativa que vote a favor para evitar un

veto legislativo. Asimismo, se ve como el congreso aún tiene control sobre uno de los mecanismos de

estado de emergencia y su declaración. Con esto en mente, se ve cómo a pesar de la asimetría de

poderes, la capacidad de contrapeso legislativo, como lo detalla Cox y sus colaboradores en su texto,

permite que esta tenga cierto poder sobre la forma en que el presidente toma decisiones y desarrolla su

agenda.

Asimismo, es importante notar un aspecto único del caso brasileño que le otorga mayor poder al

legislativo sobre el ejecutivo, siendo este el control total del proceso de revocatoria del ejecutivo, en

donde el congreso es el encargado de acusar, revisar las evidencias y juzgar al presidente. A este

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58

factor se le suma la obligación que tiene el mismo legislativo de suspender a un ejecutivo investigado

por un delito o un crimen de responsabilidad, dándole entonces una capacidad de frenar las acciones

de un presidente. En pocas palabras, se ve como en el caso brasileño el proceso de Impeachment es un

efectivo contrapeso que tiene el congreso contra el ejecutivo, permitiendo que este controle dicha

herramienta y evite retrasos a causa de una burocracia inefectiva. Esto, en resumidas cuentas, genera

una relación de interdependencia entre ambas ramas, en donde el presidente debe mantener al

legislativo feliz para garantizar gobernabilidad y estabilidad.

Finalmente, se debe ver el lugar especial que tienen las coaliciones dentro del sistema presidencialista.

Como se mencionó anteriormente, uno de los factores de mayor interés en el sistema brasileño es la

existencia de un sistema multipartidista extremadamente fragmentado, en donde coexisten más de 30

partidos políticos. A este factor se le suma el poco control que se tiene sobre la afiliación política de

los miembros del gobierno, en donde los partidos pueden crearse y desaparecer de elección a elección

debido a la facilidad que tienen dichos políticos para cambiar de partido. Una consecuencia de esto es

la creación de partidos sin una ideología clara y que sirven sólo a los intereses oportunistas de sus

miembros. Asimismo, crea partidos que se pueden acomodar a cualquier ideología facilitando su

alianza con diferentes fuerzas políticas. Todo esto causa, por una parte, la necesidad de crear

coaliciones para generar la fuerza dentro del legislativo que le dará gobernabilidad al presidente, pero

además crea coaliciones débiles que, debido a la poca disciplina partidista y la falta de una ideología

clara, pueden quebrarse con facilidad para acomodarse a las necesidades de los partidos políticos.

Esta relación entre las ramas, así como las coaliciones que se forman dentro del legislativo a favor del

ejecutivo, son manejadas a través del toolbox presidencial que incluye el pork-barrel y la división de

gabinete. Durante la investigación se intento definir si la política exterior y su formulación podían ser

consideradas parte de esta caja de herramientas, pero como fue confirmado anteriormente, esta

hipótesis no es comprobable.

A forma de conclusión, se puede ver cómo, a pesar de que en Brasil se evidencie un sistema

presidencialista muy fuerte, el legislativo tiene mecanismos efectivos para controlar al ejecutivo a

través de herramientas como el Impeachment. Del mismo modo, se evidencia como el miedo a un

veto legislativo y a la tensión que esto puede generar para futuros proyectos, se genera una

interdependencia entre ambas ramas en donde se necesitan mutuamente para poder tener

gobernabilidad. A este factor se le suma el sistema altamente fragmentado de partidos que causa una

mayor dificultad de lograr una mayoría legislativa que permita dicha gobernabilidad, creando la

necesidad de generar coaliciones que a su vez, por el contexto, son frágiles y difíciles de mantener.

9.3 El parlamentarismo en el presidencialismo brasileño

Ahora bien, como se mencionó en una sección anterior, durante la constituyente que creó la

constitución de 1988, se presentó una vez más la posibilidad de convertir a Brasil en un sistema

parlamentarista. El 3 de Diciembre de 1986 la constituyente había decidido implantar este sistema,

debido a que fue este debate entre sistemas el que llevó a la dictadura militar. A pesar de esto, la

coalición del Centrão, liderada en ese momento por el partido del presidente, llevó a que el 10 de

diciembre de ese mismo año se presentarán las 314 firmas necesarias para revertir una decisión final

de la constituyente, logrando que Brasil volviera al presidencialismo (Carvalho, 2017). Sin embargo,

y como lo mencionó el ex procurador Janot en su entrevista, las estructuras ya estaban desarrolladas

para el sistema parlamentarista, creando la necesidad de desarrollar conceptos como el

presidencialismo de coalición para adaptar la estructura al presidencialismo (Janot, 2018).

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59

Este concepto de Presidencialismo de coalición se presentó múltiples veces en las entrevistas y tomó

un papel central en el análisis de la estabilidad política del Brasil. Particularmente, se ve cómo este

principio se implantó desde la constituyente, convirtiéndose en un factor esencial del sistema y no una

simple consecuencia del mismo. Es esta concepción de las coaliciones como un factor característico

del sistema, lo que hace ver una vez más la idea de una interdependencia entre la rama legislativa y

ejecutiva para poder generar gobernabilidad y estabilidad dentro del régimen de la misma forma que

en el parlamentarismo, en donde la estabilidad de estos dos poderes depende de una buena relación

entre ellos.

Ahora bien, teniendo en consideración las características del sistema multipartidista brasileño, se

puede ver cómo esta concepción constitucional de las coaliciones genera diferentes características que

hacen del sistema brasileño uno bastante único. La primera de estas características está ampliamente

ligada al PMDB y su característica como un partido que se puede adaptar a cualquier ideología. Como

se evidencia en secciones anteriores, este partido parece ser uno de los más fuertes y consolidados

dentro del sistema, dándole una gran importancia dentro del espectro político a pesar de no poder

subir un presidente propio a la rama ejecutiva. Esto se debe a su capacidad para generar coaliciones

fuertes y duraderas con partidos políticos de diferentes sectores e ideologías que pueden garantizar

una mayoría en el congreso y por ende gobernabilidad. Bajo este contexto se ve que en Brasil se dan

las condiciones para que existan partidos legislativos, cuya fuerza y poder no recae en su poder

electoral sino en su capacidad de generar la fuerza necesaria para que un presidente pueda tener

gobernabilidad y por ende necesario como una aliado del ejecutivo.

Ahora bien, el segundo aspecto que permite relacionar el sistema presidencialista brasileño al

parlamentarismo es el control que tiene el legislativo sobre el proceso de revocatoria del presidente.

Como se vio anteriormente, la denuncia se hace al congreso, quien toma la decisión sobre la

suspensión del presidente, mientras el mismo cuerpo lleva la investigación de los crímenes por los que

se acusa al presidente y toma la decisión final. Esto, sumado a la gran importancia de las coaliciones

en Brasil, han llevado a que el quebrantamiento con las bases legislativas permita que se genere algo

parecido al voto de no confianza en el parlamentarismo, en donde el congreso tiene la capacidad de

afectar la estabilidad de un dirigente que ha cortado relaciones con el legislativo.

En resumidas cuentas, se ve cómo a pesar de las múltiples veces en que el pueblo brasileño se ha

resistido a la implementación de un sistema parlamentario, ciertos aspectos del mismo se han

mantenido dentro del orden legal y burocrático de este país, permitiendo una relación de

interdependencia entre el legislativo y el ejecutivo a causa de la noción de presidencialismo de

coalición y un proceso de Impeachment completamente controlado por el legislativo.

9.4. El sistema antisísmico

Ahora bien, como se vio anteriormente, las herramientas que le proporcionó el parlamentarismo al

sistema presidencialista brasileño ha permitido que, a pesar de los momentos de crisis como los son

las revocatorias de mandato y el colapso económico, existan mecanismos que evitan un colapso del

sistema democrático en estas coyunturas críticas. En este texto, dichos mecanismos se denominan

sistemas antisísmicos y su deber, al igual que en los edificios, es contener los grandes y violentos

movimientos que produce una crisis.

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60

El primer mecanismo antisísmico del sistema presidencialista, es la herramienta de la revocatoria y el

control total que tiene el legislativo sobre la misma. Bajo estas condiciones, el Impeachment se

convirtió en el mecanismo más contundente de control del congreso en contra del ejecutivo,

permitiendo que en momentos de crisis y de gran desconfianza hacia las estructuras democráticas el

presidente pueda ser revocado y remplazado con facilidad, evitando un trauma mayor en la estructura.

Ejemplo de esto se ve en el caso Collor, en donde una coyuntura de escándalos de corrupción,

instituciones democráticas en construcción y grandes tensiones entre el ejecutivo y el legislativo,

llevaron a que el mismo congreso pudiera presionar una renuncia y remplazar al presidente con uno

que pudo armar coaliciones de forma rápida para continuar con el trabajo de formalización de las

instituciones democráticas.

Este aspecto de las coaliciones, son otro mecanismo antisísmico que evita el colapso democrático ya

que la concepción constitucional del presidencialismo de coalición ha permitido que se vuelvan un

aspecto central del juego político brasileño. Ahora bien, en el caso de este país donde se ve una

extrema fragmentación del sistema multipartidista, dichas coaliciones se caracterizan por su debilidad

y facilidad de colapso. Esto se evidencio en el caso de la presidenta Rousseff, quien al dejar erosionar

sus bases políticas al quebrar con el partido del vicepresidente Temer, permitió la entrada del proceso

de revocatoria al congreso y su eventual salida de Planalto. Sin embargo, parece que dichas

coaliciones tienen la misma facilidad de armarse que de quebrarse, dándole la posibilidad al nuevo

presidente de entrar con una nueva coalición de gobierno que le permite gobernabilidad. Sin embargo,

es importante notar que la existencia de fuertes partidos dentro del legislativo, o lo que se denomina

en este texto como partidos legislativos, como es el caso del MDB, permiten cohesionar y articular las

diferentes fuerzas políticas y generar bases sólidas a favor del ejecutivo que los favorezca.

En pocas palabras, se ve como el sistema presidencialista brasileño fue diseñado con varios

mecanismos que le permiten al régimen democrático sobrevivir coyunturas críticas como lo son las

procesos de Impeachment, al permitir la fácil disolución y creación de coaliciones de gobierno que

evitan grandes tensiones entre ambos cuerpos, así como la capacidad de retirar un presidente

desfavorable e inestable del poder, sin causar un trauma mayor a la estructura democrática.

9.5 Sobre la política exterior

Frente a la política exterior del Brasil, se evidenció como esta es fuertemente dirigida por los intereses

del ejecutivo. Esto se genero debido a la presidencialización que se dio con la constitución de 1988 de

la política exterior y con la entrada de los presidentes FHC y Lula, quienes terminaron de consolidar

el poder del ejecutivo sobre las relaciones exteriores.

Sin embrago, es importante notar también el papel del Congreso de la república, el cual funciona más

como un facilitador al delegar sus poderes sobre la política exterior al presidente, el cual no tiene que

afrontar grandes obstáculos para aprobar sus proyectos de política exterior a través de su coalición

mayoritaria en el congreso, dejando que el voto de la oposición se transforme en un simple voto de

opinión.

En síntesis, la hipótesis planteada al comienzo del texto en donde la política exterior puede ser

utilizada por el presidente como herramienta para generar coaliciones no es correcta, debido a que el

legislativo no toma parte activa del proceso de toma de decisiones y no parece involucrarse de forma

directa en el proceso de toma de decisiones.

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61

9.6 Resumen

En conclusión, se puede ver como el presidencialismo brasileño es un caso único y lleno de

contrastes. En el contexto de este país, existe una relación profunda entre el presidencialismo, el

multipartidismo y la estabilidad democrática a través de diferentes mecanismos y estructuras que

permiten que la difícil combinación de Mainwaring sea posible bajo un modelo de presidencialismo

de coalición.

A través del uso de entrevistas y revisión de archivo, se pudo evidenciar el constante debate que ha

existido dentro de la sociedad brasileña frente a los beneficios de un sistema presidencialista sobre

uno parlamentarista, permitiendo que características de este último se filtren y se conviertan en

aspectos centrales de la estructura presidencialista de este país. Asimismo, se evidenció cómo estos

factores se han convertido en el sistema antisísmico brasileño, al ser las principales herramientas de la

democracia para mantenerse estable en coyunturas críticas.

Estos dos hallazgos, hacen referencia a los dos aspectos más relevantes de la relación entre el sistema

presidencialista, el multipartidismo y la estabilidad democrática del Brasil, siendo estos la existencia

de una concepción constitucional del presidencialismo como uno de coalición y la herramienta del

Impeachment completamente controlada por el legislativo.

A esto se le suma la existencia de partidos legislativos como es el caso del MDB, en donde el

verdadero poder de este movimiento no recae en su capacidad electoral o capacidad de introducir

miembros propios en el ejecutivo, sino en su poder dentro del legislativo, al ser uno de los partidos

con mayor poder de cohesión y articulación política con otros sectores que le permiten garantizar una

mayoría legislativa fuerte en el congreso. Esto, convierte al MDB en un partido esencial para

garantizar la gobernabilidad de un presidente en Brasil.

Es importante notar también, que a pesar de esta estabilidad de las instituciones democráticas en

Brasil, las coyunturas críticas como lo fue el Impeachment de Rousseff han causado un gran

descontento en la población brasileña y una gran polarización de la misma. A pesar de que la

democracia brasileña parece haber resistido las pruebas más duras, y en palabras del coronel da Silva

y el Ministro Favero, esta todavía es una democracia muy nueva y en desarrollo, que necesita más

tiempo para poder comprobar su verdadera estabilidad.

Finalmente, se reveló que a pesar del gran poder que tiene el ejecutivo sobre la formulación de la

política exterior, esta no parece ser utilizada como forma de generar coaliciones dentro del congreso

para poder generar gobernabilidad, ya que el congreso ha generado una relación de apatía con la

política exterior al delegarle sus poderes sobre esta al presidente.

Existen múltiples retos que debe enfrentar esta nación para poder estabilizar la crítica situación

económica y política que está viviendo. Se deben terminar de desarrollar las investigaciones de lava

jato y se debe purgar un sistema cuyo mecanismo de funcionamiento se encuentra fuertemente

vinculado con tácticas corruptas. Aun así, si algo se pudo evidenciar durante la investigación, es que

el pueblo brasileño es uno luchador y persistente, el cual ha demostrado su capacidad de seguir

adelante a pesar de las dificultades.

Page 62: Gabriela Arroyo Cowie

62

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