fútbol: la mirada del conductor

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Entrevista con el técnico de la selección argentina, Alejandro Sabella, a 45 días del Mundial Brasil 2014. Confiesa sus temores y sus sueños y explica su manejo del grupo.

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A 45 DÍAS DEL MUNDIAL DE BRASIL, ALEJANDRO SABELLA CONFIESA SUS TEMORES Y SUS SUEÑOS. SU MANEJO DEL GRUPO. EL ANÁLISIS DE LOS RIVALES. Y LOS PUNTOS DE

CONTACTO CON LA SELECCIÓN DE MARADONA.

Por Cristian H. Savio | Fotos: Juan Ulrich

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ALEJANDRO SABELLA respira fútbol. No porque sea obsesivo o no tenga intereses ajenos a la pelota. Al contrario: la mane-ra en que Sabella concibe y vive el fútbol está atravesada por todas las otras inquie-tudes que ha tenido a lo largo de su vida. Está convencido de aquello de que se juega como se vive, que el fútbol es reflejo de la cultura y de otros condicionamientos in-cluso naturales, como el clima. Está con-vencido, también, de que como juego de conjunto, debe aspirar al bien común por sobre el interés personal; que lo colectivo -funcionamiento y objetivo- debe estar por encima de lo individual. Pero, tam-bién, que los equipos están compuestos por personas, y entonces no se puede tra-tar de la misma manera a todos, prescin-diendo de las subjetividades.

Sabella está recorriendo la recta final hacia Brasil 2014. Y mientras los jugadores, “los verdaderos protagonistas”, dice, están metidos de lleno en sus clubes en instan-cias definitorias de ligas locales y torneos

internacionales, el técnico de la Selección Argentina ultima los detalles para llegar de manera ideal a la Copa del Mundo.

A poco menos de dos meses del debut, el 15 de junio ante Bosnia y Herzegovina en el Maracaná, el entrenador tiene pocas dudas –si es que realmente las tiene–. Has-ta el 13 de mayo, día en que el plantel pre-mundialista –la FIFA exige para esa fecha una lista de 30 convocados, de los que sal-drán los 23 que viajarán a Brasil– se junte en Ezeiza, pasa la mayor parte del tiempo frente a una pantalla, dividido entre estu-diar a los rivales de primera fase y seguir atentamente por TV el desempeño de sus jugadores. O en persona, cuando se trata de los que actúan en el fútbol local, como hizo el 30 de marzo con el Boca-River.

Pero a esta altura, a Sabella poco le preocupa el rendimiento de los jugadores en sus equipos. “Si tienen un buen nivel, mejor. Pero el club y la Selección son si-tuaciones de fútbol muy diferentes, con compañeros distintos. Eso hace que uno lo

mire con cierta relatividad”. “Lo que más importa es que no se lesio-

nen”, asegura. “Que estén sanos. Eso es lo que uno más tiene en la cabeza”. Sabella lo dice con la imagen muy presente del ar-quero de Barcelona Víctor Valdez, fuera del Mundial por una lesión en la rodilla, y la del colombiano Radamel Falcao, quien es-pera una milagrosa recuperación a tiempo. “Pero no se puede hacer nada”, concluye. “Son profesionales que tienen que dar lo mejor para su club. Si uno quiere que den el ciento por ciento en la Selección, tam-bién deben hacerlo en su club, si no, sería un doble discurso”.

Una clara faceta filosófica de Sabella: no atribularse por aquello que está fuera de su alcance. Sabe que tendrá que lidiar, como todos sus antecesores en el cargo, con el clamor por algún nombre que no está –el delantero Carlos Tévez, en este caso- o por alguno que está. Dice que son dos caras de la misma moneda, porque “no hacer una elección es lo mismo que hacer una mala

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elección”, y que equivocarse sí le genera preocupación. “En el sorteo de los grupos del Mundial estaba nervioso, preocupado, pero hasta un límite, porque no dependía de mí”, advierte.

Sin dar nombres, deja en claro que no hay mucho margen para sorpresas a la hora de pensar en el plantel mundialista. Los 23 saldrán de los 26 citados para el úl-timo amistoso que jugó Argentina, el em-pate en cero ante Rumania a comienzos de marzo en Bucarest.

Para entenderlo, hay que remontarse al 6 de agosto de 2011, cuando asumió su cargo. En su primera conferencia de pren-sa, el técnico habló de “generosidad”, “hu-mildad”, “sentido de pertenencia” y “bien común sobre el individual”.

“La idea de todo eso”, dice 20 meses más tarde en el mismo lugar, el predio de la AFA en Ezeiza, donde recibe a Newsweek, “es que sea-mos mejores personas, tanto no-sotros como los jugadores. Creo que se ha logrado un buen grupo, una buena conjunción que tiene que ver con eso. Eso es lo im-portante. Después, podés ganar o perder. Pero para dar el ciento por ciento tenés que ser buena persona, sacar lo mejor que tenés para dárselo al de al lado, porque es un juego de equipo. Y las cosas malas, que queden adentro”.

Sabella sabe que la unión del grupo es fundamental en una Copa del Mun-do. Tuvo su experiencia en Francia 1998, como ayudante de campo de Daniel Pas-sarella. La convivencia mundialista no sólo requiere de un lugar de concentración con todas las comodidades y necesidades cubiertas –como lo es Cidade do Galo, el predio en Belo Horizonte del Atlético Mi-neiro que Argentina eligió como búnker–, sino también relaciones cordiales que po-tencien ese sentido de pertenencia y espí-ritu colectivo. Y sabe, también, que su rol es más de seleccionador que de entrena-dor. “Un técnico de Selección debe tratar de elegir bien, conformar un buen grupo”, insiste. “El fútbol es un juego de conjunto, es como un estado de ánimo, es contagio. Entonces también es importante que estén bien contentos, alegres, que se lleven bien

entre ellos”. Antes de viajar a Brasil, Argentina ten-

drá dos amistosos en casa, el 4 de junio ante Trinidad y Tobago, y el 7 frente a Es-lovenia. No es mucho el tiempo que tiene para trabajar con todos sus jugadores. ¿En qué aspectos va a poder ahondar en esas semanas, una vez con los jugadores a su disposición?En primera instancia, tratar de hacer al equipo más compacto, de trabajar el cómo manejamos la pelota para que la pérdida no nos duela. El reposicionamiento defen-sivo. Y alguna variante táctica que poda-mos implementar en distintos partidos o incluso durante el partido.¿Cuál es el porcentaje de influencia que tiene un entrenador en un equipo?Porcentajes, no sé. Pienso que lo más im-

portante son los jugadores, indudable-mente. La técnica, la parte física. Tener a buenos jugadores y tratar de sacarles provecho al máximo. El entrenador, en ge-neral, puede hacer más mal que bien. En general. Porque también podés hacer bue-nas cosas, como el Atlético de Madrid con Simeone, o lo que hizo Guardiola y ahora el “Tata” Martino en Barcelona. Y en cuanto al estado de ánimo, ¿se puede trabajar, como en el sistema de juego, la táctica y la elección de individualidades?Sí, indudablemente. Lo principal es que el jugador esté cómodo, se sienta respaldado y tenido en cuenta. Para eso hay que res-petarlo, y eso se hace demostrándole que uno se preocupa por los trabajos, conoce de los rivales, le da la planificación con tiempo para que pueda organizarse. Hay que tratar de entender al jugador cuando se equivoca, animarlo, alentarlo, ayudarlo,

no caerle en el error.¿Hay que tratarlos a todos por igual?Las reglas generales son las mismas para todos, pero después hay un ser humano que es particular, entonces en el mano a mano el trato es diferente. Hay jugadores que ante la crítica reaccionan bien, y otros que ni siquiera reaccionan. Entonces tenés que conocer al jugador y saber por qué lado llegarle para lograr el máximo de él.

Cuando era ayudante de campo de Passarella, Sabella se ocupaba, entre otras cosas, del estudio de los rivales. “A mí el trabajo de visualización de los rivales nunca me gustó, ni siquiera de jugador”, cuenta el “Káiser” en la biografía de Sabe-lla que escribió el periodista Román Iucht. “Yo le encargaba esa tarea y él me traía

un informe detallado de todas las virtudes y defectos de cada equipo. Lo desmenuzaba de un modo brillante”. Sin la aparente obsesión por los videos que tenía Carlos Bilardo, Sabella también dedica horas a esa tarea. Dice que ha estudiado muy bien a Irán (segundo rival, el 21 de junio en Belo Horizonte) y está comen-zando con Nigeria (el 25 en Porto Alegre). A Bosnia, adversario del debut, “lo tenemos más visto por el amistoso que jugamos el año

pasado en Estados Unidos”, cuenta. ¿Qué puede decir de Irán?Es un equipo muy disciplinado táctica-mente, muy fuerte en lo mental, corredor. Obviamente sin la jerarquía individual de Argentina, pero salió primero en su zona, por delante de Corea del Sur, que siempre es el primero en clasificar. Un equipo con diferentes sistemas tácticos, según el rival. ¿Y Nigeria?Tienen las características de los jugadores africanos, muy atléticos, fuertes física-mente, algunos desequilibrantes. En el amistoso con México del 6 de marzo, en Atlanta, jugaron más bien al contragolpe. Pero son muy peligrosos: el equipo se des-dobla muy rápido al recuperar la pelota.Más allá de lo estrictamente futbolístico, ¿importa conocer los aspectos culturales?Es que a veces la cultura se refleja en el campo de juego. Cuestiones como la indo-

“SOY DE ESCUCHAR, Y CONSEGUIR UNA IDEA SUPERADORA ENTRE LO QUE UNO PIENSA Y

LO QUE SACA DE LOS DEMÁS”.

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lencia o la falta de concentración pueden formar parte de la cultura de los pueblos y pueden ser entonces rasgos que aparez-can en los 90 minutos. No voy a dar nom-bres particulares de una selección, pero eso pasa. Y aunque en general ahora se ha globalizado, no es lo mismo la manera de jugar, por ejemplo, del brasilero del norte y el brasilero del sur. Viven de otra mane-ra y no juegan de la misma manera. O el español de Bilbao que el de Málaga, tienen otra manera de vivir la vida, y eso normal-mente mucho tiene que ver con el clima. El clima es determinante en la manera de vivir de los pueblos. En países grandes sue-le haber una parte más industrial, más de trabajadores, y otra más turística, entonces se vive de diferente manera, y eso se puede ver reflejado en el campo de juego.¿En los argentinos se puede ver esas diferencias?Creo que somos más homogéneos. Se ha homogeneizado todo, insisto, con la globa-lización, si bien hay diferencias de estilo. El fútbol británico hoy no se juega como hace diez años, porque hay muchos jugadores de todo el mundo. Fíjese la revolución que hubo en el fútbol alemán, que tiene que ver con una manera de jugar distinta pero también una legislación que ahora permi-te a los hijos de extranjeros tener la nacio-nalidad alemana.En Alemania se da una apertura de ex-tranjeros pero también un proyecto de cambiar el estilo, desde las divisiones me-nores de los clubes hasta la Selección.Sí, y pasó en España también. Se habla-ba mucho tiempo de “la Furia española”, y en esa época no ganó nada. Y empezó, creo que a partir de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, un cambio, una for-mación deportiva a nivel nacional, y espe-cíficamente en el fútbol, y mas allá de La Masía en particular. Entonces aparecieron jugadores como Busquets, Iniesta, Silva, Iago Aspas, Mata, Cazorla. Jugadores típi-camente sudamericanos, por así decirlo, con esa visión de juego, esa manera de or-ganizar al equipo y de hacer juego asocia-do. Con creatividad, chispa. Y formó parte de una política.¿A los argentinos qué nos condiciona a ese nivel de “etiqueta”? Que nos creemos los mejores del mundo

por haber ganado dos mundiales, mientras que Brasil tiene cinco, Italia cuatro, Alema-nia tres y es de los que más finales y semi-finales jugaron. Pero bueno, forma parte de nuestra idiosincrasia. O sos de un estilo de juego o sos del otro. Sos actor cómico o dramático. Te encasillan y parece que no podés hacer lo otro. Tal idea es lo único y lo demás no sirve, no vale o no lo podes hacer. Argentina es una potencia mundial de fútbol, indudablemente, y eso tiene que ver con la riqueza de los jugadores. Pero de ahí a sentirnos favoritos a ganar un Mun-dial hay una distancia bárbara.

Alejandro Sabella respira fútbol. Se le nota. Lo vive, lo estudia, lo desmenuza. Piensa ante cada pregunta, no responde de manera automática. Pero si no se tra-ta de fútbol, dice, es un hombre callado. Como lo era su padre, Luis, quien murió en 2009 en la víspera de un clásico platen-se que el Estudiantes de Alejandro ganaría 3-0. “Creo que me parezco más a mi papá que a mi mamá, en el sentido que soy más bien introvertido”, dice el técnico de la Se-lección. “Salvo cuando hay que hablar de fútbol, soy callado. De escuchar más bien la opinión de los demás y, más allá de tener

En el predio de Ezeiza, con la pelota bajo la zurda, como cuando jugaba.

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una idea propia, ir sacando cosas de lo que uno escucha para conseguir una opinión superadora entre lo que uno piensa y lo que va rescatando de los demás”. ¿Cuál considera que ha sido el logro más importante de su vida?Mi mujer, mis hijos, haber tenido una fa-milia, una buena formación por parte de mis padres. Tener cerca a gente que me ayudó a mejorar, no sólo los compañeros, también los adversarios lo obligan a uno a mejorar. Me refiero a compañeros que, además, son competidores. El rival te obli-ga a ganarle, el compañero a mejorar para jugar vos. La competencia te hace mejorar. Y en ese crecimiento, uno es la genética, la familia y todos los que te rodean. ¿Hay algo de lo que se arrepienta?

radigmático es el de Lionel Messi, la gran figura del equipo, quien cumplirá 27 en Brasil, la víspera del partido ante Nigeria.

Con Sabella, Messi logró brillar en la Selección. El técnico armó un equipo que fomenta el lucimiento de su estrella en be-neficio colectivo, pero que al mismo tiem-po no es dependiente de su figura. ¿Siente que logró que los jugadores crean en su sistema?Las cosas salieron bien en cuanto a resul-tados, pero esa pregunta la tienen que res-ponder los jugadores. ¿Hay alguna verdad absoluta en el fútbol?Hay vaivenes históricos. Primero fue la pelota, después la parte física, después la táctica. Uno tiene que estar preparado para todo. Es importante lo físico, tener altura

última revolución táctica en la historia, el 3-5-2 de México ‘86. El legado que quiere dejar Sabella en su paso por la Selección es “un buen recuerdo en los jugadores. Ob-viamente, el resultado hoy tiene una pre-ponderancia enorme. Pero al técnico se lo mide por dos cosas: por el resultado, pero también con el tiempo se mide la imagen que les dejó a los jugadores. Eso para mí es lo más importante”.¿Cuesta imponer ese sentido colectivo en una era tan individualista?Acá las cosas fueron bien, pero sí, hemos perdido un poco ese sentido de comuni-dad. Es medio contradictorio lo que ocurre: con toda la tecnología que hay, uno puede estar comunicado con quince personas a la vez, pero a través de una herramienta tec-

De tantas cosas… Muchas. Sí. Pero me las guardo. Pero no las volvería a hacer…Así es.

Si uno repasa los nombres y el esque-ma táctico, no ve muchas diferencias en-tre la Selección que jugará en Brasil y la que jugó en Sudáfrica 2010, bajo la direc-ción técnica de Diego Maradona. Sobre todo, del medio de campo para arriba. Sabella no tiene empacho en reconocer-lo. “En general el sistema es el mismo, el 4-3-3. En ese Mundial jugaba Maxi Rodríguez y con nosotros juega Gago, lo demás es bastante parecido en líneas ge-nerales”, acepta. Pero aunque los nom-bres sean los mismos, indudablemente los jugadores no lo son. “Algunos llegan a Brasil alrededor de los 26 años, que es la mejor edad”, dice el técnico. El caso pa-

para una pelota parada, tener resistencia, velocidad. Pero me parece que el amor por la pelota, saber manejarla, buscar el juego asociado, ha vuelto con fuerza. Muchos equipos tratan de hacerlo. Se está globa-lizando la idea de tratar de jugar, tener la pelota, de progresar por abajo, y creo que eso es bueno. Pero la verdad absoluta es que el fútbol es una suma de todos esos conceptos. Pero usted tiene su preferencia… A mí me gusta tener el balón, pero depen-de de los jugadores que tengas. Ahora, en cuanto a la formación del jugador, sí me parece que hay que darle mucha impor-tancia a la técnica y al juego asociado, para que lleguen mejor preparados.

Carlos Bilardo, que fue campeón y sub-campeón del Mundo como entrenador, destaca que, más allá de los resultados, su gran legado al fútbol fue haber generado la

nológica y no mano a mano, mirándolos a los ojos. Es una comunicación más masiva y menos humana.¿Y usted cómo se lleva con las nuevas tecnologías?Y… de a poco. Me llevo, pero obligado. No muy bien. Bueno, me he hecho un adicto a la tablet para buscar información. Así que por lo general estoy con el diario, la televi-sión o la tablet. Y mirando un partido.

Y allí se va Sabella, a mirar otro partido por TV: el Inter de Rodrigo Palacio y Ricky Álvarez frente a Livorno, por el torneo ita-liano. A seguir a sus elegidos. Los protago-nistas verdaderos, dice. Lo más importante del fútbol. Los que personifican el renova-do sueño eterno de los argentinos de ser campeones del mundo.

Un sueño que también desvela a Ale-jandro Sabella. Al fin y al cabo, el hombre encargado de elegir.

DETRÁS DE LA LÍNEA

Con Sabella, Messi logró brillar en la Selección. El técnico dice que lo más importante es el jugador, y que no son todos iguales.

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