fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/zweig, stefan - fouche retrato...

397
FOUCHÉ RETRATO DE UN POLÍTICO STEFAN ZWEIG

Upload: doankhanh

Post on 19-Oct-2018

229 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H ÉR E T R A T O D E U N

P O L Í T I C O

S T E F A N Z W E I G

Page 2: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

Libros Tauro

Page 3: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

3

INTRODUCCIÓN

Joseph Fouché fue uno de los hombres más po-derosos de su época y uno de los más extraordina-rios de todos los tiempos. Sin embargo, ni gozó dela simpatía de sus contemporáneos ni se le ha hechojusticia en la posteridad. A Napoleón en Santa Ele-na, a Robespierre entre los jacobinos, a Carnot, Ba-rrás y Talleyrand en sus respectivas Memorias y atodos los historiadores franceses —realistas, repu-blicanos y bonapartistas— la pluma les rezuma hielcuando escriben su nombre. Traidor de nacimiento,miserable, intrigante, de naturaleza escurridiza dereptil, tránsfuga profesional, alma baja de esbirro,abyecto, amoral... No se le escatiman las injurias. Yni Lamartine, ni Michelet, ni Luis Blanc intentanseriamente estudiar su carácter, o, mejor dicho, suadmirable y persistente falta de carácter. Por prime-

Page 4: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

4

ra vez su figura aparece con sus verdaderas propor-ciones en la biografía monumental de Luis Made-lins, al que este estudio, lo mismo que todos los an-teriores, tiene que agradecerle la mayor parte de suinformación. Por lo demás, la Historia arrinconósilenciosamente en la última fila de los comparsassin importancia a un hombre que, en un momentoen que se transformaba el mundo, dirigió todos lospartidos y fue el único en sobrevivirlos, y que en lalucha psicológica venció a Napoleón y a Robespie-rre. De vez en cuando su figura ronda aún por algúndrama o opereta napoleónicos; pero entonces, casisiempre, reducido al papel gastado y esquemático deun astuto ministro de la Policía, de un precursor deSherlock Holmes. La crítica superficial confundesiempre un papel del foro con un papel secundario.

Sólo uno acertó a ver esta figura única en su pro-pia grandeza, y no precisamente el más insignifi-cante: Balzac. Espíritu elevado y sagaz al mismotiempo, sin limitarse a observar lo aparente de laépoca, sabiendo mirar entre bastidores, descubriócon certero instinto en Fouché el carácter más inte-resante de su siglo. Habituado a considerar todas laspasiones —las llamadas heroicas lo mismo que lascalificadas de inferiores— como elementos com-

Page 5: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

5

pletamente equivalentes en su química de los senti-mientos; acostumbrado a mirar igualmente a un cri-minal perfecto —un Vautrin— como a un geniomoral —un Luis Lambert—, buscando (más que ladiferencia entre lo moral y lo inmoral) el valor de lavoluntad y la intensidad de la pasión, sacó de sudestierro intencionado al hombre más desdeñado, almás injuriado de la Revolución y de la época impe-rial. "El único ministro que tuvo Napoleón", lo lla-ma, "singulier génie", "la plus forte tête que je con-naisse", "una de esas figuras que tienen tanta pro-fundidad bajo la superficie y que permanecen impe-netrables en el momento de la acción, y a los quesólo puede comprenderse con el tiempo". Esto yasuena de manera distinta a las depreciaciones mora-listas. Y en medio de su novela "Une ténébreuseaffaire", dedica a este genio grave, hondo y singular,poco conocido, una página especial. "Su genio pe-culiar —escribe—, que causaba a Napoleón una es-pecie de miedo, no se manifestaba de golpe. Estemiembro desconocido de la Convención, uno de loshombres más extraordinarios y al mismo tiempomás falsamente juzgado de su época, inició su per-sonalidad futura en los momentos de crisis. Bajo elDirectorio se elevó a la altura desde la cual los

Page 6: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

6

hombres de espíritu profundo saben prever el futu-ro, juzgando rectamente el pasado; luego —comoesos cómicos mediocres que se convierten en exce-lentes actores por una inspiración instantánea— diopruebas de su habilidad durante el golpe de estadodel 18 Brumario. Este hombre de cara pálida, edu-cado bajo una disciplina conventual, que conocíatodos los secretos del partido de la Montaña, al queperteneció primero, lo mismo que los del partidorealista, en el que ingresó finalmente; que había es-tudiado despacio y sigilosamente a los hombres, lascosas y las prácticas de la escena política, se adueñódel espíritu de Bonaparte, dándole consejos útiles yproporcionándole valiosos informes... Ni sus cole-gas de entonces ni los de antes podían imaginar elvolumen de su genio que era, sobre todo, genio dehombre de Gobierno, que acertaba en sus vaticinioscon increíble perspicacia". Estos elogios de Balzacatrajeron por primera vez mi atención sobre Fou-ché, y desde hace años he considerado ocasional-mente la personalidad a la que Balzac atribuye el"haber tenido más poder sobre los hombres que elmismo Napoleón". Pero Fouché parecía habersepropuesto, lo mismo en la vida que en la historia,ser una figura de segundo orden, un personaje a

Page 7: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

7

quien no le agrada que lo observen cara a cara, quele vean el juego. Casi siempre está sumergido en losacontecimientos, dentro de los partidos, entre laenvoltura impersonal de su cargo, tan invisible yactivo como el mecanismo de un reloj. Y rara vez seconsigue captar, en el tumulto de los sucesos, superfil fugaz en las curvas pronunciadas de su ruta.¡Y más extraño todavía!: ninguno de estos perfilesde Fouché, tomados al vuelo, coinciden entre sí aprimera vista. Cuesta trabajo imaginarse que el mis-mo hombre que fue sacerdote y profesor en 1790saquease iglesias en 1792, fuese comunista en 1793,multimillonario cinco años después y Duque deOtranto algo más tarde. Pero cuanto más audaz loveía en sus transformaciones, tanto más interesantese me revelaba el carácter, o mejor, la carencia decarácter de este tipo maquiavélico, el más perfectode la época moderna. Cada vez me parecía másatractiva su vida política, envuelta toda en lejanía ymisterio, cada vez más extraña, más demoníaca sufigura. Así me decidí a escribir, casi sin proponér-melo, por pura complacencia psicológica, la historiade Joseph Fouché, como aporte a una biología queestaba sin hacer y que era necesaria; la biología deldiplomático, la más peligrosa casta espiritual de

Page 8: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

8

nuestro contorno vital, cuya exploración no ha sidorealizada plenamente.

Me doy cuenta de que no va con el gusto de laépoca una biografía así, de una naturaleza perfecta-mente amoral, aunque sea, como la de Joseph Fou-ché, tan singular y significativa. Nuestra época quie-re biografías heroicas, porque la propia pobreza decabezas políticamente productivas hace que se bus-quen ejemplos más altos en los tiempos pasados.No desconozco de ninguna manera el poder de lasbiografías heroicas, que amplifican el alma, aumen-tan la fuerza y elevan espiritualmente. Son necesa-rias, desde los días de Plutarco, para todas las gene-raciones en fase de crecimiento, para toda juventudnueva. Pero precisamente en lo político albergan elpeligro de una falsificación de la Historia, es decir:es como si siempre hubiesen decidido el destino delmundo las naturalezas verdaderamente dirigentes.Sin duda una naturaleza heroica domina por su solaexistencia, incluso durante décadas y siglos, la vidaespiritual, pero únicamente la espiritual. En la vidareal, verdadera, el radio de acción de la política raravez determinan algo —y esto hay que decirlo comoadvertencia ante cualquier fe política— las figurassuperiores, los hombres de puras ideas; la verdadera

Page 9: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

9

eficacia está en manos de otros hombre inferiores,aunque más hábiles: en las figuras de segundo or-den. De 1914 a 1918 hemos visto cómo las decisio-nes históricas sobre la guerra y la paz no emanaronde la razón y la responsabilidad, sino del poderoculto de hombres anónimos del más equívoco ca-rácter y de la inteligencia más precaria. Y todos losdías vemos de nuevo que en el juego inseguro y aveces insolente de la política, a la que las nacionesconfían aún crédulamente sus hijos y su porvenir,no vencen los hombres de clarividencia moral, deconvicciones inquebrantables, sino que siempre sonderrotados por esos jugadores profesionales quellamamos diplomáticos, esos artistas de manos lige-ras, de palabras vanas y nervios fríos. Si verda-deramente la política, como dijo Napoleón hace yacien años, es "la fatalité moderne", la nueva fatali-dad, vamos a intentar conocer a los hombres quealientan detrás de esas potencias, y de esa manera, elsecreto de su peligroso poder. Que la historia de lavida de Joseph Fouché sea un aporte a la tipologíadel hombre político.

Page 10: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

10

CAPÍTULO I

ASCENSO(1759-1793)

El 31 de mayo de 1759 nace Joseph Fouché —¡ todavía le falta mucho para ser Duque deOtranto!— en el puerto de Nantes. Marineros ycomerciantes sus padres y marineros sus an-tepasados, nada más natural que él continuara latradición familiar; pero bien pronto se vio que estemuchacho delgaducho, alto, anémico, nervioso, feo,carecía de aptitud para un oficio tan duro yverdaderamente heroico en aquel tiempo. A dosmillas de la costa se mareaba, al cuarto de hora decorrer o jugar con los chicos se cansaba. ¿Quéhacer, entonces, con una criatura tan débil?, sepreguntarían los padres no sin inquietud, porque enla Francia de 1770 no hay todavía lugar adecuadopara una burguesía ya despierta y con empuje im-paciente. En los tribunales, en la administración, encada cargo, en cada empleo, las prebendas

Page 11: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

11

substanciosas quedan para la aristocracia; para elservicio de Corte se necesita escudo condal o buenabaronía; hasta en el ejército un burgués con canasapenas llega a sargento. El Tercer Estado no se re-comienda aún en ninguna parte de aquel reino tanmal aconsejado y corrompido; no es extraño, enton-ces, que un cuarto de siglo más tarde exija con lospuños lo que se le negó demasiado tiempo a su ma-no implorante. No queda más que la Iglesia. Estagran potencia milenaria, que supera infinitamente ensabiduría mundana a las dinastías, piensa más pru-dente, más democrática, más generosamente. Siem-pre encuentra sitio para los talentos y recoge al máshumilde en su reino invisible. Como el pequeña Jo-seph se destaca ya, estudiando en el colegio de losoratorianos, le ceden con gusto la cátedra de Mate-mática y Física para que desempeñe en ella los car-gos de inspector y prefecto. A los veinte años ad-quiere en esta Orden —que desde la expulsión delos jesuitas prevalece en toda Francia— la educa-ción católica, honores y cargo. Un cargo pobre, sinmucha esperanza de ascenso; pero siempre una es-cuela en la que él mismo aprende a la vez que ense-ña. Podría llegar más alto: ser fraile un día, tal vezobispo o Eminencia, si profesara. Pero cosa típica

Page 12: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

12

en Joseph Fouché: ya en el escalón inicial, en elprimero y más bajo de su carrera, resalta un rasgocaracterístico de su personalidad: la antipatía a ligar-se completamente, de manera irrevocable, a alguieno a algo. Viste el hábito de clérigo, está tonsurado,comparte la vida monacal de los demás padres espi-rituales, y durante diez años de oratoriano en nadase diferencia, ni exterior ni interiormente, de un sa-cerdote. Pero no toma las órdenes mayores, no hacevoto; como en todas las situaciones de su vida, sedeja abierta la retirada, la posibilidad de variación ycambio. A la Iglesia se entrega temporalmente y nopor entero, lo mismo que más tarde al Consulado, alImperio o al Reino. Ni siquiera con Dios se com-promete Joseph Fouché a ser fiel para siempre.

Durante diez años, de los veinte a los treinta, an-da este pálido y reservado semisacerdote por claus-tros y refectorios silenciosos. Da clase en Niort,Saumur, Vendôme, París, pero casi no siente elcambio de lugar, pues la vida de un profesor de se-minario se desarrolla igual en todas partes: pobre,callada e insignificante, lo mismo en una ciudadcomo en otra, siempre detrás de muros sigilosos,siempre apartado de la vida. Veinte, treinta, cuarentadiscípulos, a los que enseña latín, matemáticas y físi-

Page 13: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

13

ca; muchachos pálidos, vestidos de negro, a los quelleva a misa y a los que vigila en el dormitorio. Lec-tura solitaria en libros científicos, comidas pobres ysueldos mezquinos. Una existencia conventual, hu-milde. Anquilosados, irreales, al margen del tiempoy del espacio, estériles y humillantes parecen estosdiez años silenciosos y sombríos de la vida de Fou-ché. Sin embargo, aprende durante ellos lo que hade ser, más tarde, infinitamente útil al diplomático:el arte de callar, la ciencia magistral de ocultarse a símismo, la maestría para observar y conocer el cora-zón humano. Si este hombre, aun en los momentosde mayor pasión de su vida, llega a dominar hasta elúltimo músculo de su cara; si es imposible percibiruna agitación de ira, de amargura, de emoción en surostro inmóvil, como emparedado en silencio, sicon la misma voz apagada sabe pronunciar lo coti-diano y lo terrible, y si puede cruzar con el mismopaso furtivo los aposentos del Emperador y la fre-nética asamblea popular, eso se debe a la disciplinaincomparable de dominio sobre sí mismo aprendidaen los años de religión; a su voluntad domada en losejercicios de Loyola, y a su expresión educada en lasdiscusiones de la retórica eclesiástica secular. Ese esel aprendizaje de Fouché antes de poner el pie en el

Page 14: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

14

podio de la escena mundial. Quizás no sea casuali-dad que los tres grandes diplomáticos de la revolu-ción francés —Tayllerand, Sieyès y Fouché—, salie-ran de la escuela de la Iglesia convertidos en maes-tros en el arte humano mucho antes de pisar la tri-buna. El mismo lastre religioso imprime un selloespecial a sus caracteres —por lo menos con-tradictorios—, dándole, en los minutos decisivos,un cierto parecido. A esto suma Fouché una auto-disciplina férrea, casi espartana, una resistencia inte-rior extraordinaria contra el lujo y la fastuosidad y elarte sutil de saber ocultar la vida privada y el senti-miento personal. No, estos años de Fouché a lasombra de los claustros no fueron perdidos.Aprendió enseñando.

Detrás de muros de conventos, en aislamientosevero, se educa y desarrolla este espíritu singular-mente elástico e inquieto, llegando a alcanzar unaverdadera maestría psicológica. Durante años ente-ros sólo puede actuar invisiblemente en el círculoespiritual más estrecho; pero ya en 1778 comienzaen Francia esa tempestad social que inunda hasta lasmismas paredes del convento. En las celdas de losoratorianos se discute sobre los derechos del hom-bre igual que en los clubes de los francmasones.

Page 15: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

15

Una extraña curiosidad empuja a estos sacerdotesjóvenes hacia lo burgués, curiosidad que hace deri-var también la atención del profesor de Física yMatemáticas hacia los descubrimientos sorpren-dentes de la época: las primeras aeronaves —losmontgolfiers— y los grandiosos inventos en el te-rreno de la electricidad y la medicina. Los religiososbuscan contacto con los círculos intelectuales, y estecontacto lo facilita en Arras un círculo extraño, lla-mado de los "Rosatis", una especie de "Schlaraffia",en la que los intelectuales de la ciudad se reúnen enanimadas veladas. El ambiente es modesto. Peque-ños burgueses, gente insignificante, recitan poesías opronuncian discursos literarios; los militares semezclan con los paisanos. Joseph Fouché, el profe-sor religioso, es muy bien recibido en estas veladas,porque sabe mucho sobre los nuevos descubri-mientos de la Física. Allí, en amigable reunión, es-cucha, por ejemplo, cómo un capitán de ingenierosllamado Lázaro Carnot, recita versos satíricos com-puestos por él mismo, o atiende el florido discursoque pronuncia el pálido abogado de labios finos,Maximiliano de Robespierre (entonces todavía dabaimportancia a su nobleza) en honor de los "Rosa-tis". Aún disfruta la provincia con los últimos so-

Page 16: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

16

plos del "Dix-huitième" filosofante. Reposadamenteel señor de Robespierre escribe graciosos versos enlugar de sentencias de muerte; el médico suizo Ma-rat, en lugar de crueles manifiestos comunistas, es-cribe una novela dulzona y sentimental, y en algúnrincón de provincia el pequeño teniente Bonaparteintenta imitar al Werther con una novela. Las tem-pestades están todavía invisibles en el horizonte.

Parece un juego del destino: precisamente coneste abogado pálido, nervioso, de orgullo incon-mensurable, llamado Robespierre, hace amistad eltonsurado profesor de seminario, y sus relacionesestán en el mejor camino de transformarse en pa-rentesco, porque Carlota Robespierre, la hermanade Maximiliano, quiere curar al profesor de losoratorianos de sus achaques místicos, y se murmurasobre este noviazgo en todas las mesas. Por qué sedeshace al fin esta relación es algo que no se ha sa-bido nunca; pero quizá se oculte aquí la raíz delodio terrible, histórico, entre estos dos hombres, tanamigos en un principio y que más tarde lucharon avida o muerte. Entonces, nada saben aún de jacobi-nismo y de rencor. Al contrario: cuando mandan aMaximiliano de Robespierre como delegado a losEstados Generales, a Versalles, para trabajar en la

Page 17: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

17

nueva Constitución de Francia, es el tonsurado Jo-seph Fouché quien presta al anémico abogado lasmonedas de oro necesarias para que se pague elviaje y se pueda mandar hacer un traje nuevo. Essimbólico que en esta ocasión, como en tantas otras,tenga los estribos para que otro inicie su carrerahistórica, para ser después también él quien, en elmomento decisivo, traicione y derribe por la espaldaal amigo del comienzo.

Poco después de la partida de Robespierre a laAsamblea de los Estados Generales, que va a hacertemblar los fundamentos de Francia, también losoratorianos tienen su pequeña revolución en Arras.La política ha penetrado hasta los refectorios, y elperspicaz oteador que es Joseph Fouché, hinchasus velas con este viento. Por propuesta suya, man-dan un diputado a la Asamblea Nacional, para de-mostrar al Tercer Estado las simpatías de los cléri-gos. Pero esta vez, el hombre, tan precavido enotras ocasiones obra con indudable precipitaciónporque sus superiores como medida correctora, loenvían a la institución filial de Nantes, al mismopuesto donde aprendió de niño los fundamentos dela ciencia y el arte del conocimiento humano —locual no constituye un verdadero castigo, porque ca-

Page 18: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

18

rece de fuerza para serlo— Pero ya es adulto y ex-perto, y no le seduce enseñar a los muchachosGeometría y Física. El sutil oteador presiente que secierne sobre el país una tempestad social, que la po-lítica domina el mundo... Y a la política se lanza. Degolpe, arroja la sotana, hace desaparecer la tonsura yen lugar de pronunciar sus discursos políticos antelos niños, lo hace ante los buenos burgueses deNantes. Se funda un club —siempre empieza la ca-rrera de los políticos en un escenario, prueba de laelocuencia—; y un par de semanas después ya esFouché presidente de los "Amis de la Constitution"de Nantes. Alaba el progreso, aunque con precau-ción y tolerancia, porque el barómetro de la honestaciudad señala una temperatura moderada. A los ciu-dadanos de Nantes no les gusta el radicalismo, te-men por su crédito; sobre todo quieren hacer bue-nos negocios. Ellos, que obtienen de las coloniasopulentas prebendas, no quieren proyectos tan fan-tásticos como el de la manumisión de los esclavos.Joseph Fouché, certero observador, redacta un do-cumento patético contra la abolición de la trata deesclavos que, aunque le proporciona una severa re-primenda por parte de Brissot, no disminuye su re-putación en el estrecho círculo de los burgueses.

Page 19: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

19

Para asegurar su posición política entre ellos (¡losfuturos electores!), se casa muy pronto con la hija deun rico comerciante, una muchacha fea, pero debuena posición, porque quiere convertirse rápida-mente en un perfecto burgués; es el tiempo en que—bien lo presiente— el Tercer Estado va a tener ensus manos la dirección, el predominio. Estos son yalos preliminares del verdadero fin que se propone.Apenas se convocan elecciones para la Convención,el antiguo profesor de seminario se presenta comocandidato. ¿Y qué es lo que hace todo candidato?;promete, por lo pronto, a sus buenos electores to-dos lo que pueda halagarles. Así jura Fouché prote-ger el comercio, defender la propiedad, respetar lasleyes; como en Nantes sopla más el viento de la de-recha que el de la izquierda, truena con mayor elo-cuencia contra los partidarios del desorden quecontra el viejo régimen. Y, efectivamente, en 1792,es elegido diputado de la Convención, y la cocardatricolor sustituye, para largo tiempo, a la tonsuraoculta y silenciosa.

En la época de su elección, Joseph Fouché tienetreinta y dos años. No tiene presencia agradable, nimucho menos: cuerpo seco, casi espectralmente es-mirriado; cara de huesos finos y líneas aguzadas;

Page 20: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

20

afilada la nariz; afilada y estrecha también la boca,siempre cerrada; ojos fríos de pez, bajo párpadospesados, casi adormecidos, con las pupila de un grisfelino, como de cristal. Todo en esta cara, todo eneste hombre, está, por decirlo así, provisto de unamenguada y fina materia vital. Parece un personajevisto con luz de gas, pálido y verdoso: sin brillo enlos ojos, sin sensualidad en el gesto, sin metal en lavoz, lacio y revuelto el pelo, rojizas y apenas visibleslas cejas, de una palidez grisácea las mejillas. Jamásse colorea ese rostro con un rubor; este hombre te-naz, inauditamente duro para el trabajo, producesiempre el efecto de una persona cansada, enferma,convaleciente. Todos los que lo ven reciben la im-presión de un hombre sin sangre ardiente, roja, pul-sante. Y, efectivamente, también en lo psíquico per-tenece a la raza de los flemáticos, de los tempera-mentos fríos. No conoce pasiones recias, avasalla-doras; no lo tientan las mujeres, ni el juego; no bebevino, no se deja llevar por el despilfarro, no muevesus músculos, no vive más que en su estudio, entredocumentos y papeles. Nunca se enoja de maneraevidente, nunca vibra un nervio en su cara. Sólopara una leve sonrisa, cortés, mordaz, se contraenestos labios afilados, anémicos; bajo esa máscara

Page 21: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

21

gris, terrosa, aparentemente desmadejada, nunca seobserva una verdadera tensión; bajo los párpadospesados los ojos nunca delatan su intención; ni re-vela sus pensamientos un solo gesto.

Esta sangre fría, imperturbable, constituye la ver-dadera fuerza de Fouché. Los nervios no lo domi-nan, los sentidos no lo seducen, toda su pasión secarga y se descarga detrás de su frente impenetrable.Deja jugar las fuerzas y acecha despierto las faltas delos demás. Espera pacientemente que se agote lapasión de los otros o que aparezca en ellos un mo-mento de flaqueza para dar, entonces, el golpe ine-xorable. Esta superioridad de su paciencia sin ner-vios es terrible: el que puede esperar así y ocultarse,bien puede engañar hasta al más sagaz. Obedecerátranquilamente, sin pestañear. Sonriente y helado,soportará las ofensas más duras, las más viles humi-llaciones: ninguna amenaza, ningún gesto de rabiaconmoverá a este monstruo de la frialdad. TantoRobespierre como Napoleón se estrellarán contraesta calma pétrea, como el agua contra la roca. Tresgeneraciones, toda una época, fluyen y refluyen enmareas apasionadas mientras él persiste insensible yglacial.

Page 22: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

22

En esta imperturbable frialdad de su tempera-mento radica el verdadero genio de Fouché. Sucuerpo no le pone trabas, no le arrastra; está casisiempre al margen de todo. Su sangre, sus sentidos,su alma, todos estos elementos que perturban lossentimientos de un hombre normal, están ausentesen este enigmático "hasardeur", cuya pasión es ínte-gramente cerebral. Este seco personaje de escritorioama viciosamente la aventura, la intriga es su únicapasión; pero sólo la sabe gozar en la esfera del espí-ritu, y nada oculta mejor y más genialmente su lúgu-bre placer de lo caótico, del complot, que el disfrazde fiel y honesto burócrata que lleva toda la vida.Tender los hilos desde su aposento, parapetado de-trás de expedientes y documentos; asestar el golpecriminal, inesperado e inadvertido, ésa es su táctica.Hay que mirar profundamente la historia para per-cibir en la ráfaga de la revolución, en el resplandorlegendario de Napoleón, la figura de Fouché, deapariencia humilde y subalterna, pero en realidadomnímoda, definidora de una época. Durante todauna vida actúa en la sombre sobre tres generaciones.Patroclo cayó como cayeron Héctor y Aquiles,mientras prevaleció Ulises, el astuto. Su talento ex-

Page 23: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

23

cede al genio; su sangre fría perdura por encima detodas las pasiones.

La mañana del 12 de setiembre hace su entradaen la sala la Convención recién elegida. El saludo yano es tan solemne y pomposo como hace tres años,en la primera Asamblea Constitucional. Entonces,en el centro, todavía había un magnífico sillón dedamasco bordado con blancas flores de lis: el sitialdel Rey; y cuando entró, la Asamblea se levantó res-petuosamente y recibió al Monarca con vivas y ova-ciones. Ahora están inválidos sus castillos, la Basti-lla y las Tullerías; ya no hay Rey en Francia; hay sóloun hombre gordo, a quien sus duros guardianes yjueces llaman Luis Capeto, que se aburre como im-potente burgués en el Temple y espera su sentencia.En su lugar, mandan ahora en el país los setecientoscincuenta instalados en su propia casa. Tras la mesapresidencial se yerguen, en letras gigantescas, lasnuevas tablas mosaicas de las leyes, el texto originalde la Constitución, y las varas de los lictores y elhacha mortífera ¡símbolo amenazador!, adornan lasparedes del salón.

En las galerías se reúne el pueblo y contempla cu-rioso a sus representantes. Setecientos cincuentamiembros de la Convención entran a paso lento en

Page 24: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

24

la Casa Real, extraña mezcla de todos los estados yprofesiones: abogados cesantes con ilustres filóso-fos, sacerdotes fugitivos con militares célebres,aventureros fracasados con afamados matemáticos ypoetas galantes. Como en un vaso agitado con vio-lencia, en Francia todo se ha mezclado, todo haquedado invertido por la revolución. Es tiempo deaclarar el caos.

Ya la disposición de los asientos indica un primerensayo de orden. En el salón anfiteatral, donde semezclan los alientos y chocan las frases hostiles,abajo, están colocados los tranquilos, los serenos,los cautos: el "marais", el pantano, como llamanirónicamente a los que, en todas las decisiones, ca-recen de pasión. Los turbulentos, los impacientes,los radicales, toman asiento arriba, en los bancosmás altos, en la "montaña", que casi tocan con susúltimas filas las galerías, como para indicar simbóli-camente que a su espalda tienen a la masa, al pueblo,al proletariado.

Estas dos potencias sostienen la balanza. Entreellas se tambalea, en flujo y reflujo, la revolución.Para los ciudadanos, para los moderados, es ya per-fecta la República con la Constitución conquistada,con la aniquilación del Rey y de la nobleza, con el

Page 25: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

25

traspaso de los derechos al Tercer Estado; ahoraquisieran más bien poner diques y retener la marearemovida desde el fondo, retener lo seguro. Con-dorcet, Roland, los girondinos son los cabecillas,representantes del clero y de la clase media. Pero losde la "montaña" quieren seguir empujando la olahasta que arrastre todo lo que permanece de otrostiempos, todo lo anticuado; quieren a Marat, aDanton y a Robespierre como jefes del proletariado,"la révolution intégrale" radical hasta el ateísmo y elcomunismo. Después del Rey quieren echar por tie-rra a las demás potencias viejas del Estado: dinero yDios. Inquieta, la balanza oscila entre los dos par-tidos. Si vencen los girondinos, los moderados, larevolución se debilitará poco a poco con una reac-ción primero liberal y luego conservadora. Si ven-cen los radicales, navegarán por las profundidades ylos torbellinos de la anarquía. Por eso la solemnearmonía de las primeras horas no engaña a ningunode los presentes en el salón predestinado: cada unosabe que aquí comenzará pronto una lucha de vidao muerte, por el espíritu y por el Poder. Y el lugardonde se sienta un diputado, abajo, en el llano, oarriba, en la montaña, indica ya de antemano su de-cisión.

Page 26: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

26

Con los setecientos cincuenta que entran solem-nemente en el salón del Rey destronado entra tam-bién, silencioso, con la banda tricolor de represen-tante del pueblo cruzada sobre el pecho, JosephFouché, el diputado de Nantes. Desaparecida latonsura y olvidado ya el traje de sacerdote, comotodos los demás, usa sencilla ropa de ciudadano.

¿Cónde se sentará Joseph Fouché: entre los radi-cales de la "montaña", o entre los moderados del"llano"? Joseph Fouché no vacila durante muchotiempo. No conoce más que un partido, al que esleal y al que permanecerá fiel hasta el fin: al másfuerte, al de la mayoría. Así pesa y cuenta tambiénesta vez interiormente los votos y ve que el Poder seinclina hacia el lado de los girondinos, los modera-dos. Con ellos están Condorcet, Roland, Servan, loshombres que tienen en sus manos los Ministerios,que influyen en todos los nombramientos y que re-parten las prebendas. Allí puede estar seguro. Y allíse sienta.

Pero cuando casualmente levanta los ojos haciadonde han tomado posiciones los adversarios, losradicales, se cruza su mirada con otra mirada severa,desdeñosa. Su amigo Maximiliano Robespierre, elabogado de Arras, ha reunido allí, a su alrededor, a

Page 27: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

27

sus partidarios. Irónico y glacial, orgullosos de lapropia terquedad, que no perdona en los demás va-cilaciones y flaquezas, observa con crueldad, a tra-vés de sus impertinentes, al oportunista Fouché. Eneste momento se rompe el último lazo de la amistadentre estos dos hombres. Desde entonces, Fouchésiente a su espalda, detrás de sus ademanes y sus ac-tos, la mirada de frío examen y severa observacióndel eterno acusador, del implacable puritano ¡Hayque tener cuidado!

Nadie tiene más cuidado que él. En los protoco-los de las sesiones de los primeros meses, el nombrede Joseph Fouché no aparece jamás. Mientras todosse precipitan con ímpetu y presunción hacia la tri-buna para hacer proposiciones, para declamar lati-guillos, para acusarse y enemistarse, el diputado deNantes nunca pone los pies en el púlpito. La insufi-ciencia de voz (ésa es su excusa ante sus amigos yelectores) le impide hablar públicamente. Y comotodos los demás se quitan ávidamente la palabra dela boca, el silencio de esta aparente modestia sedestaca con simpatía. Pero en realidad no es modes-tia, sino cálculo. El ex-físico estudia primero el pa-ralelogramo de las fuerzas, observa, duda antes deformular su opinión, porque ve oscilar continua-

Page 28: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

28

mente la balanza. Precavido, reserva su voto decisi-vo para el momento en que comience a inclinarsedefinitivamente hacia un lado o hacia el otro. ¡Pornada del mundo gastarse demasiado pronto; pornada del mundo someterse antes de tiempo; pornada del mundo comprometerse para siempre! Aunno se ve con claridad si la revolución va a comenzaro a retroceder y, como buen hijo de marinero, espe-ra que el viento sea favorable para lanzarse al lomode la ola, y mientras tanto mantiene su nave en elpuerto.

Además, ya en Arras, detrás de los muros delconvento, había observado qué pronto en una re-volución se gasta la popularidad, cómo el grito po-pular de "Hossanna" se convierte en el grito de"Crucifige". Todos o casi todos los que durante laépoca de los Estados Generales y de la AsambleaConstitucional se habían destacado, eran víctimasdel olvido o del odio. El cadáver de Mirabeau, to-davía ayer en el panteón, había sido exhumado ver-gonzosamente de aquel lugar; Lafayette, celebradohacía sólo algunas semanas como padre de la Patria,era considerado traidor; Custine, Pethion, ovacio-nados poco antes, se arrastraban en la sombra, lejosde la publicidad. No. No había que salir precipita-

Page 29: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

29

damente a la luz, no había que comprometerse condemasiado ligereza; que se inutilicen, que se gastenlos demás. Una revolución —lo sabe muy bien estehombre de sutileza precoz— nunca pertenece alprimero, al que la inicia, sino al último, al que laculmina aferrándose a ella como a una presa.

Así se agazapa taimada e intencionadamente en laoscuridad. Se acerca a los poderosos, pero evita to-dos los Poderes públicos y visibles. En lugar de es-candalizar en la tribuna y en los periódicos, prefiereser elegido en las Comisiones, donde, en la sombra,conquista conocimiento de la situación e influenciasobre los acontecimientos sin ser visto ni odiado. Yen efecto, su manera tenaz y rápida de trabajar legana simpatías; su invisibilidad lo protege contratoda evidencia. Desde su despacho, puede observarcómo se ensañan los tigres de la "montaña" y laspanteras de la Gironde, cómo los grandes apasiona-dos, las grandes figuras destacadas de un Vergniaud,Condorcet, Desmoulins, Danton, Marat y Robespie-rre se hieren a muerte. Él mira y espera, porque sabeque hasta que no se aniquilen los apasionados, noempieza la época de los que supieron esperar, de losprudentes. Sólo se decidirá cuando vislumbre que labatalla está ganada. Esta espera en la oscuridad es la

Page 30: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

30

actitud de Joseph Fouché durante toda su vida. Noser nunca el objeto visible del Poder y, sin embargo,dominarlo por completo; tirar de todos los hiloseludiendo siempre la responsabilidad. Parapetarsedetrás de una figura importante, empujarla haciaadelante y, en cuanto avance demasiado, en el ins-tante decisivo, traicionarla de manera rotunda. Estees su papel preferido. Lo interpreta como el másperfecto intrigante de la escena política, con veintedisfraces, en innumerables episodios bajo los repu-blicanos, los reyes o los emperadores, siempre conel mismo virtuosismo.

A veces se le presenta la oportunidad y, con ella,la tentación de representar el rol principal, el papelde héroe en el drama mundial. Pero es demasiadoperspicaz para desearlo seriamente. Tiene plenaconciencia de su rostro feo y repulsivo, que no esadecuado para medalla o emblemas, para el lujo y lapopularidad: nada heroico podría ofrecer con unacorona de laurel sobre la frente. Sabe que su vozdelgada y enfermiza sólo puede susurrar, sugerir,insinuar, pero nunca arrastrar a las masas con elo-cuencia inflamada. Sabe que su fuerza reside en elaposento de burócrata, en la habitación cerrada enla sombra. Allí puede acechar y explorar cómoda-

Page 31: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

31

mente, observar y convencer, tirar de los hilos y en-redarlos mientras permanece impenetrable, herméti-co.

Este es el último secreto de la fuerza de JosephFouché, que, aunque anhela el poder, la mayor can-tidad posible de poder, se conforma con la concien-cia de su posición; no necesita sus emblemas ni suinvestidura. Fouché tiene amor propio desmesura-do, pero no anhelo de gloria; es ambicioso sin vani-dad. La vara de lictor, el cetro de rey, la corona deemperador pueden ser de otros; él cede gustoso elbrillo y la dicha dudosa de la popularidad. A él lebasta con enterarse de las cosas, con tener influen-cia, con ser él quien verdaderamente manda sobrequien sólo tiene la apariencia de mando, y sin expo-ner su persona, hacer el juego emocionante, el juegotremendo de la política. Mientras los demás se com-prometen fuertemente con sus convicciones, consus palabras y gestos oficiales, él queda tenebroso yescondido, interiormente libre; es lo que permaneceen el proceso constante de apariciones. Los giron-dinos caen, Fouché queda; los jacobinos son ja-queados, Fouché queda; el Directorio, el Consulado,el Imperio, el Reino y otra vez el Imperio zozobrany desaparecen; pero siempre queda él, el único, Fou-

Page 32: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

32

ché, gracias a su refinado retraimiento y a su valorincomparable para perseverar en la falta absoluta devanidad.

Pero llega un día en el proceso mundial de la re-volución, un día que no admite vacilaciones, un díaen el que cada cual tiene que dar su voto terminante,concreto, con un "sí" o un "no": el 16 de enero de1793. El reloj de la revolución señala mediodía. Lamitad del camino está andado. Palmo a palmo se haarrancado el poder a la Monarquía. Pero aún vive elRey, Luis XVI, aunque ahora está prisionero en elTemple. No ha sido posible dejarle huir, como es-peraban los moderados, ni tampoco se ha consegui-do que encontrara la muerte en aquel asalto al pala-cio llevado adelante por la furia del pueblo, comosecretamente deseaban los radicales. Lo han humi-llado, le han quitado libertad, nombre y rango; perotodavía por su solo aliento, por su sangre heredada,es Rey, es el nieto de Luis XIV, y aunque ahora sólose lo llame desdeñosamente Luis Capeto, siguesiendo un peligro para la joven República., Por esola convención formula la pregunta de vida o muerte.Los indecisos, los cobardes, los cautos, las personasdel carácter de Joseph Fouché habían esperado inú-tilmente poder escapar de emitir su juicio definitivo

Page 33: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

33

a través de una votación secreta. Robespierre exigeterminantemente que cada representante de la na-ción francesa pronuncie su "sí" o "no", su Vida oMuerte, en medio de la Asamblea, para que sepa elpueblo y la posteridad el lugar que a cada uno co-rresponde: a la derecha o a la izquierda, en la baja-mar o en la pleamar de la revolución.

Ya el 15 de enero Fouché ha definido con clari-dad su propósito. Pertenece a los girondinos, y eldeseo de sus electores, netamente moderados, leobliga a pedir clemencia para el Rey. Pregunta a susamigos, sobre todo a Condorcet, y ve que están to-dos dispuestos a evitar una medida tan irrevocablecomo la ejecución del Rey. Y como la mayoría estáen contra de la sentencia, Fouché se pone, natural-mente, de su parte; la noche anterior, la del 15 deenero, lee a un amigo el discurso que piensa pro-nunciar para justificar su deseo de clemencia. Sen-tarse en los bancos de los moderados lo obliga a serasí.

Pero entre aquella noche del 15 de enero y la ma-ñana del 16, transcurre una noche intranquila y agi-tada. Los radicales no han estado ociosos: hanpuesto en marcha la máquina de la rebelión en lasmasas que saben dominar tan magistralmente. En

Page 34: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

34

los arrabales, se escuchan los cañones del escándalo;las secciones llaman con sus tambores a la gente delpueblo; todos los batallones irregulares de la re-vuelta (a los que siempre recurren los terroristasinvisibles, que los mueven para alcanzar por la fuer-za decisiones políticas) se ponen en acción en pocashoras con un gesto del cervecero Santerre. Estos ba-tallones de agitadores de barrio, de pescaderas yaventureros, son conocidos desde la gloriosa con-quista de la Bastilla; se los conoce desde la hora vilde los asesinatos de setiembre. Cuando hay queromper el dique de las leyes, siempre se revuelve a lafuerza esta gigantesca ola del pueblo, que arrastratodo consigo, irresistible, incluso a los que ha hechosurgir de sus bajos fondos.

Ya al mediodía, miles y miles cercan la Escuela deEquitación y las Tullerías; hombres en mangas decamisa, amenazantes con el pecho desnudo y picaen mano; mujeres vociferantes, insultadoras, concaramañolas de rojo fuego; guardia ciudadana ygente callejera. Entre ellos, se multiplican los provo-cadores de la religión: Fournier, el americano;Guzmán, el español; Theroigne de Mericour, esacaricatura histérica de Juana de Arco. Si pasan di-putados sospechosos de votar por la clemencia,

Page 35: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

35

arrojan sobre ellos un diluvio de insolencias comocubos de basura, se alzan puños, se profieren ame-nazas contra los representantes del pueblo. Con to-dos los medios del terrorismo y de la fuerza brutatrabajan los amedrentadores para conseguir que lacabeza del Rey sea puesta bajo la cuchilla.

Y esta intimidación hace su efecto en todos losespíritus apocados. Con miedo los girondinos seaprietan en sus asientos, a la luz oscilante de las ve-las, en esa noche gris de invierno. Los que ayer to-davía esperaban decididos a votar contra la muertedel Rey para evitar la guerra con toda Europa, estánintranquilos y desunidos bajo la enorme presión dela rebelión del pueblo. Por fin, ya bien entrada lanoche, se verifica la primera citación de nombre, y—¡qué ironía!— le toca precisamente al jefe de losgirondinos, a Vergniaud, otras veces orador apasio-nado, cuya voz resuena siempre como un martillosobre la madera vibrante de las paredes. Pero ahorateme no ser considerado suficientemente republica-no, como jefe de la república, si perdona la vida delRey. Y él, que siempre ha sido bravío e iracundo, seacerca a la tribuna lento, pesado, con la cabeza po-derosa vergonzosamente inclinada, y dice en vozbaja: "La mort".

Page 36: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

36

La palabra suena como un diapasón en toda lasala. El primero de los girondinos ha fallado. De losdemás, permanecen firmes la mayor parte: trescien-tos entre setecientos votos se inclinan al perdón, apesar de que saben que una actitud de moderaciónpolítica requiere en este ocasión mil veces más au-dacia que una firmeza aparente. La balanza oscilamucho: un par de votos pueden decidir. Por fin esllamado el diputado de Nantes, Joseph Fouché, elmismo que aseguró ayer a los amigos que defenderíala vida del Rey con palabras inflamadas, el que hacediez horas se manifestaba como el más decididoentre los decididos. Pero mientras tanto, el antiguoprofesor de Matemáticas ha contado los votos y,buen calculador, Fouché ha visto que daría un pasoen falso, ligándose al único partido al que nuncahabría de pertenecer: al partido de la minoría. Ya noduda. Con sus pasos sigilosos sube ligeramente a latribuna, y de sus labios pálidos se escapa, tenues,estas dos palabras: "La mort".

El Duque de Otranto escribirá y pronunciará mástarde cien mil palabras para excusar, como unaequivocación, estas dos palabras que lo estigmatizancomo "régicide", como asesino del Rey. Pero estasdos palabras están dichas públicamente y, anotadas

Page 37: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

37

en el "Moniteur" no se las puede borrar de la histo-ria ni de su vida, en la que serán memorables porquesignifican su primera caída oficial. Ha traicionadoalevosamente a sus dos amigos Condorcet y Dau-nou, se ha burlado de ellos, los ha engañado. Perono tiene que avergonzarse por eso ante la historia:otros más fuertes, como Robespierre y Carnot, La-fayette, Barras y Napoleón, los más poderosos de sutiempo, serán burlados por él en la hora de la des-gracia.

En este momento se descubre por primera vez enel carácter de Joseph Fouché otro rasgo muy mar-cado: su osadía. Si deja a traición un partido, no lohace nunca despacio y con cautela, nunca se deslizade las filas pretendiendo disimularlo. Lo hace a laluz del día, con fría sonrisa. Con asombrosa na-turalidad se pasa directamente al antiguo adversarioy acepta todas sus palabras y argumentos. Lo quecreen y dicen los partidarios anteriores, lo que pien-sa la masa, el público, lo deja completamente frío.Le importa una sola cosa: estar siempre con el ven-cedor, nunca con el vencido. En la rapidez de rayode este cambio, en el cinismo sin medida de sutransmutación, demuestra una dosis de osadía queinvoluntariamente anonada y provoca admiración.

Page 38: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

38

Le bastan veinticuatro horas, a veces una hora sola,a veces un solo minuto, para arrojar la bandera desus convicciones y desplegar con estrépito la con-traria. No va con una idea, va con el tiempo, ymientras más ligero corra, más ligero le seguirá.

Sabe que sus electores de Nantes se indignaráncuando al día siguiente lean en el "Moniteur" suvoto. Entonces, hay que arrollarlos, en lugar deconvencerlos. Y con esa vertiginosa audacia, conesa osadía que, en esos momentos le confiere casiuna aureola de grandeza, no espera la indignación,sino que se adelanta al asalto con un ataque. Al díasiguiente de la votación manda imprimir un mani-fiesto, en el que proclama ruidosamente, como sifuera su convicción más leal y sincera, lo que enrealidad le ha dictado el miedo a caer en desgraciaante el parlamento: no quiere dejar a sus electorestiempo para pensar y calcular, quiere aterrorizarlosdando el golpe con rápida brutalidad.

Ni Marat ni los más acalorados jacobinos son ca-paces de escribir de manera más sangrienta que estehombre, ayer aún tan moderado, a sus bravos, a susbuenos electores burgueses: "Los crímenes del tira-no han sido descubiertos y llenan de indignacióntodos los corazones. Si no cae su cabeza en seguida

Page 39: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

39

bajo la espada, pueden caminar tranquilamente conlas suyas erguidas todos los ladrones y asesinos, y elcaos más terrible nos amenazará. Los tiempos estáncon nosotros y contra todos los reyes de la tierra".Así proclama la ejecución como necesidad inevita-ble la misma persona que, el día anterior, llevabapreparado en el bolsillo un manifiesto contra la eje-cución probablemente tan persuasivo como ése.

Y en efecto, el astuto matemático había calculadobien. Como buen oportunista, conoce la irresistiblegravitación de la cobardía; sabe que en todos losmomentos políticos de la masa, es la audacia el de-nominador decisivo de todo cálculo. Tiene razón:los buenos burgueses conservadores se agachan contimidez ante este manifiesto de inesperado descaro;confundidos y perplejos se apresuran a dar su con-sentimiento para una decisión con la que interior-mente no están conformes en lo más mínimo. Nin-guno se atreve a contradecir. Y desde aquel día Jo-seph Fouché tiene en su mano la dura y fría palancacon la que dominará las crisis más difíciles: el des-precio a la humanidad.

Desde esa fecha memorable, el 16 de enero, Jo-seph Fouché, con su carácter de camaleón elige (porel momento) el color rojo. El moderado se con-

Page 40: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

40

vierte de la noche a la mañana en archirradical yultraterrorista. De un salto se encuentra en medio desus adversarios, y una vez allí decide colocarse en elala extrema de la izquierda, en la más radical. Conuna rapidez fantástica, este espíritu frío, este resecoburócrata, para no quedarse atrás, adopta el lenguajemás sangriento de los terroristas. Hace proposicio-nes rigurosas contra los emigrados, contra los sa-cerdotes; azuza, truena, se enfurece, degüella conpalabras y gestos. Verdaderamente, podría volver ahacerse amigo de Robespierre, volver a sentarse a sulado; pero este hombre de conciencia incorruptible,de rígido espíritu protestante, no quiere a los rene-gados; con doble desconfianza repele ahora al tráns-fuga cuyo expansivo radicalismo le resulta más sos-pechoso que su antigua moderación.

Fouché presiente, con agudo sentido atmosférico,el peligro de esa vigilancia y ve acercarse días críti-cos. Todavía la tormenta amenaza a la Asamblea yse insinúan en el horizonte político las luchas trági-cas entre los jefes de la revolución, entre Dantón yRobespierre, entre Hébert y Desmoulins; habría quedecidirse de nuevo dentro del mismo radicalismo;pero a Fouché no le gusta comprometerse antes deque la declaración esté exenta de peligros y sea pro-

Page 41: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

41

picia a la victoria. Sabe que, en los momentos deci-sivos, hay situaciones que un diplomático dominamás sabiamente, eludiéndolas. Es por eso que pre-fiere ausentarse del ruedo de la Convención durantela lucha y no volver a pisarlo hasta que se hayapronunciado el veredicto. Para justificar su retiraday poder fundamentarla, tiene la suerte de que se lepresente oportunamente una excusa honorable: laConvención elige doscientos delegados de su senopara que mantengan el orden en las provincias.Fouché, que no se encuentra cómodo en la atmósfe-ra volcánica del salón de sesiones, hace todo lo po-sible para ser uno de los enviados y consigue serelegido. Se le concede así una tregua. Puede tomaraliento. ¡Que luchen mientras tanto unos con otros,que se aniquilen entre sí haciendo lugar, haciendositio, con su apasionamiento, para él, soberbio yambicioso! ¡Pero ahora, alejarse, evadirse, no tomarpartido entre los partidos! Unos meses, unas sema-nas son mucho en aquellos tiempos en que el relojdel universo corre frenéticamente. Cuando llegue elmomento de volver, la suerte estará echada, y en-tonces podrá situarse tranquilamente y sin peligro allado del vencedor, en su partido de siempre: el de lamayoría.

Page 42: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

42

Se ha estudiado poco la historia provincial de larevolución francesa. Todas las descripciones con-centran su atención en la esfera del reloj de París,donde sólo es visible el signo de la hora. Pero elpéndulo que regulariza su marcha sostiene su eje enel país y en el ejército. París no es más que la pala-bra, la iniciativa, el motor; pero el país inmenso es laacción, la fuerza decisiva y continua.

Pronto reconoce la Convención que el "tempo"revolucionario de la capital y el del país no coinci-den. Los lugareños, los habitantes de las aldeas y delas montañas no piensan con la misma rapidez quela gente de la capital. Absorben más despacio y conmás cuidado las ideas y se apropian de ellas a sumanera. Lo que en la Convención se convierte enley en una hora, se filtra lentamente, gota a gota, porel país, y casi siempre adulterado y diluido por larealista burocracia provincial, por el clero, por loshombres del antiguo régimen. Por eso hay siempreuna hora de atraso en las regiones respecto de París.Si gobiernan en la Convención los girondinos, laprovincia todavía elige realistas; cuando los jaco-binos triunfan, empieza el acercamiento espiritualde la provincia a la Gironde. Contra esto son inúti-les los decretos patéticos, porque la palabra impresa

Page 43: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

43

sólo se abre paso lenta y tímidamente hasta la Au-vergne y la Vendée.

Por eso, la Convención acuerda desplazarse enpresencia activa a las provincias para avivar el ritmode la revolución en toda Francia, para acelerar el"tempo" vacilante y casi antirrevolucionario de lascomarcas rurales. Elige de su propio seno doscien-tos delegados que deben representar su voluntad yles da poder casi ilimitado. Quien lleva la banda tri-color y el sombrero de pluma rojo tiene derechos dedictador. Puede cobrar contribuciones, pronunciarsentencias, pedir reclutas, destituir generales: ningu-na autoridad puede oponerse al que representa consu persona, santificada simbólicamente, la voluntadde la Convención Nacional íntegra. Su poder es ili-mitado, como antiguamente el de los procónsules deRoma, que llevaron a todos los países sometidos lavoluntad del Senado. Cada uno un dictador, un so-berano, contra cuyo fallo no se puede apelar ni re-currir.

Enorme es el poder de estos embajadores esco-gidos; pero enorme también su responsabilidad.Dentro de la provincia que se les asigna parece cadauno un rey, un emperador, un autócrata. Pero detrásde su nuca manda su destello siniestro la guillotina.

Page 44: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

44

La Comisión de la Salud Pública vigila cada queja ya cada uno pide implacablemente cuentas exactassobre la administración de los fondos. Contra el queno muestre suficiente energía se aplicarán durassanciones; el que, en cambio, se deje arrastrar poruna furia excesiva también deberá esperar un casti-go. Si prevalece el terrorismo, toda medida de estegénero se considerará acertada; si la balanza se in-clina hacia la clemencia se juzgará, en cambio, comoimprocedente. Los que en apariencia son señores detodo un país, son en realidad siervos de la Comisiónde la Salud Pública, sometidos a la tendencia querige la hora. Por eso miran de soslayo, con el oídoatento, las señales que llegan desde París. Mientrasdeciden sobre la vida y la muerte de los demás, de-ben estar atentos para conservar la propia vida. Noes, ni mucho menos, un cargo fácil el que aceptan.Igual que los generales de la revolución ante el ene-migo, saben todos que sólo una cosa los salva de laafilada cuchilla: el éxito.

En el momento en que Fouché es enviado comoprocónsul, la balanza se inclina hacia el lado de losradicales. Por eso, Fouché confiere a su acción en eldepartamento de la "Loire inférieure", en Nantes yNevers y Moulins, un tono rabiosamente radical.

Page 45: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

45

Truena contra los moderados, inunda el país con undiluvio de manifiestos, amenaza de la manera máscruel a los ricos, a los timoratos: pone en pie regi-mientos enteros de voluntarios bajo presión moralo efectiva y los manda contra el enemigo. En fuerzaorganizadora, en rápido conocimiento de la situa-ción iguala, por lo menos, a cada uno de sus compa-ñeros; en audacia verbal, los supera a todos.

Por eso —y esto hay que anotarlo— Joseph Fou-ché no deja un margen de cautela (como los célebrescampeones de la revolución, Robespierre y Danton),ante la cuestión de la propiedad eclesiástica y priva-da, que aquellos declaran aún respetuosamente "in-vulnerables". Fouché se traza decididamente unprograma radical, socialista y comunista. El primermanifiesto comunista claro de la época moderna noes, por cierto, el célebre de Carlos Marx, ni el "Hes-sische Landbote", de Jorge Buechner, sino la des-conocida "Instruction de Lyon", intencionadamenteolvidada por la historiografía socialista, y que aun-que lleva las firmas de Collot d'Herbois y Fouché,sin duda alguna fue redactada sólo por Fouché. Estedocumento enérgico, que por sus postulados seadelanta cien años a su época, —y que es uno de losmás sorprendentes de la revolución— bien merece

Page 46: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

46

la pena que sea sacado de la oscuridad. Aunque mástarde, el Duque de Otranto pretenda atenuar su sig-nificado histórico negando desesperadamente laspalabras escritas como el simple ciudadano JosephFouché, siempre definirán su credo de ese momen-to. Visto como documento de época, Fouché se nospresenta como el primer socialista verdadero, comoel primer comunista de la revolución. Ni Marat, niChaumette han formulado los más audaces postula-dos de la revolución francesa: fue Joseph Fouché.Con mayor claridad y agudeza que la mejor descrip-ción, ilumina su texto el retrato espiritual de Fouché;en otras ocasiones —casi siempre— parece diluirseen una zona de penumbra...

Esta "Instruction" comienza audazmente con unadeclaración de infalibilidad que justifica cualquierosadía: "Todo les está permitido a los que actúan ennombre de la República. Aún quien se excede en elcumplimiento, quien aparentemente atraviesa el lí-mite, no ha llegado al fin ideal. Mientras quede so-bre la tierra un solo desgraciado, debe proseguir elavance de la libertad".

Después de este preludio enérgico, en cierto sen-tido ya maximalista, de Fouché, la siguiente defini-ción del espíritu revolucionario: "La revolución está

Page 47: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

47

hecha para el pueblo; pero no hay que entender porpueblo esa clase privilegiada por su riqueza, que haacaparado todos los goces de la vida y todos losbienes de la sociedad. El pueblo es únicamente latotalidad de los ciudadanos franceses, y sobre todoesa clase social infinita de los proletarios que de-fienden las fronteras de nuestra patria y sustentan ala sociedad con su trabajo. La revolución sería unabsurdo político y moral si no se ocupara más delbienestar de unos cuantos cientos de individuos ydejara perdurar la miseria de veinticuatro millonesde seres. Por eso, sería un engaño insultante para lahumanidad pretender hablar siempre en nombre dela igualdad, mientras separan aún a los hombres de-sigualdades tan tremendas en el bienestar". Despuésde estas palabras introductivas desarrolla Fouché suteoría preferida: que el rico, "mauvais riche", no seránunca un verdadero revolucionario, nunca un repu-blicano leal; que toda revolución, nada más que bur-guesa, que deje persistir las diferencias de bienes,tendría que volver a degenerar inevitablemente enuna nueva tiranía, "porque los ricos se tendríansiempre por otra clase de seres". Por eso exige Fou-ché del pueblo la energía más extremada y completa,la revolución "intégrale". "No os engañéis: para ser

Page 48: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

48

un verdadero republicano, tiene que sufrir cada ciu-dadano en sí mismo una revolución parecida a laque ha cambiado la faz de Francia. No puede que-dar nada en común entre los vasallos de los tiranosy los habitantes de un país libre. Por eso tienen queser completamente nuevas, todas sus obras, sussentimientos y sus costumbres. Estáis oprimidos ydebéis aniquilar a vuestros opresores; habéis sidoesclavos de la superstición eclesiástica, y no debéistener otro culto que el de la Libertad... Todo el quepermanece al margen de este entusiasmo, que cono-ce alegrías y tribulaciones ajenas a la felicidad delpueblo, abre su alma a intereses fríos, calcula lo querentará su honor, su posición y su talento, y seaparta así por un momento del bien general; todoaquél cuya sangre no arde vindicadora ante la opre-sión y la opulencia; todo aquél que tenga una lágri-ma de compasión para un enemigo del pueblo, yaquel no guarda toda la fuerza de su sentimientopara los mártires de la Libertad, todos esos mientensi se atreven a llamarse republicanos. Que abando-nen el país, si no quieren que se les desenmascare yque su sangre impura riegue el suelo de la Libertad.La República no quiere en su seno más que sereslibres, está dispuesta a aniquilar a los demás, y no

Page 49: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

49

reconoce como hijos, sino a los que quieren vivir,luchar y morir por ella. En el tercer párrafo de estainstrucción se convierte la confesión revolucionariaen un manifiesto comunista desnudo y franco (elprimero explícito de 1793): "Todo el que posea másde lo indispensable ha de contribuir con una cuotaigual al exceso a los grandes requerimientos de lapatria. De modo que habéis de averiguar, de maneragenerosa y verdaderamente revolucionaria, cuántotiene que desembolsar cada uno para la causa pú-blica. No se trata aquí de la averiguación matemáti-ca, ni tampoco del método vacilante que en otroscasos se emplea en la repartición de contribuciones;esta medida especial tiene que llevar el carácter delas circunstancias. Obrad, pues, generosamente, ycon audacia: quitadle a cada ciudadano lo que nonecesite, pues lo superfluo es una violación patentede los derechos del pueblo. Todo lo que tiene unindividuo más allá de sus necesidades no lo puedeutilizar de otra manera sino abusando de ello. Nodejadle, pues, sino lo estrictamente necesario; elresto pertenece íntegro durante la guerra, a la Repú-blica y a sus ejércitos".

Expresamente acentúa Fouché en este manifiestoque no hay que darse por satisfecho sólo con el di-

Page 50: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

50

nero. "Todos los objetos —continúa— que se po-seen en exceso y que puedan ser útiles a los defen-sores del país, los pide ahora la patria. Así, haygente que tiene increíble abundancia en telas de hiloy camisas, en pañuelos y zapatos. Todas estas cosastienen que ser objeto de la requisa revolucionaria".Igualmente pide la entrega del oro y de la plata, delos "métaux vils et corrupteurs", que desprecia elverdadero republicano, al tesoro nacional, para queallí "les sea acuñada la efigie de la República, y puri-ficados por el fuego sirvan solamente a la Comuni-dad. No necesitamos sino acero y hierro, y la Repú-blica triunfará". El llamamiento termina con unatremenda apelación a la violencia: "Administrare-mos con todo rigor la autoridad que nos ha sidoencomendada, consideraremos y castigaremos comoactos malvados todo lo que, bajo otra circunstancia,se llame descuido, debilidad y lentitud. Pasó la épo-ca de las decisiones tibias y de las consideraciones.¡Ayudadnos a dar los golpes implacables o estosgolpes caerán sobre vosotros mismos! ¡La libertad ola muerte! Podéis elegir".

La teoría de este documento nos da ya una ideade cómo será el procónsul Joseph Fouché en el de-sempeña de sus funciones. En el departamento de la

Page 51: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

51

"Loire inférieure", en Nantes, Nevers y Moulins, seatreve a la lucha contra las potencias más fuertes deFrancia, ante las cuales se habían retraído pruden-temente el mismo Robespierre y Danton: contra lapropiedad privada y contra la Iglesia. Obra rápida ydecididamente en el sentido de la "Egalisation desfortunes", con la invención del llamado "Comitéfilantrópico", adonde los propietarios debían enviarvoluntariamente sus dádivas, según la fórmula. Peropara evitar confusiones, agrega de antemano la sua-ve encomienda de que "si el rico" no hace uso "desus derechos, mostrándose propicio al régimen de laLibertad, la República tiene por su parte el derechode apoderarse de su fortuna". No tolera el menorexceso en el uso de los bienes, y delimita con ener-gía el concepto de lo "superfluo". "El republicanosólo necesita hierro, pan y cuarenta escudos de ren-ta". Fouché saca los caballos de las cuadras, la hari-na de los sacos: hace responsables con su vida a losmismos arrendatarios, para que no se queden atrásen su prescripción; hace obligatorio el pan de guerra—como en la guerra europea el pan único— yprohibe terminantemente el pan blanco de lujo. Po-ne en pie cinco mil reclutas por semana, equipadoscon caballos, calzado, ropa y fusiles, utiliza la vio-

Page 52: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

52

lencia para poner en marcha las fábricas, y todoobedece a su energía férrea. El dinero afluye con lascontribuciones, impuestos y dádivas, entregas y tri-butos. Después de dos meses de actividad, le escribea la Convención con orgullo: "on rougit ici d'êtreriche". "Aquí da vergüenza ser rico". Pero, en ver-dad, debió decir: "Aquí da miedo ser rico".

Al mismo tiempo que como radical y comunista,Joseph Fouché (el futuro multimillonario Duque deOtranto, que se casará en segundas nupcias por laiglesia, piadosamente, bajo el patronato de un rey)se revela como el más feroz y fanático enemigo delcristianismo. "Este culto hipócrita tiene que ser re-emplazado por la creencia en la República y en lamoral", proclama en su carta flamante... Y caen co-mo rayos las primeras disposiciones contra las igle-sias y las catedrales. Ley sobre ley, decreto sobredecreto: "Ningún sacerdote podrá llevar los hábitosfuera del lugar destinado al culto", se le quitarántodos los privilegios, pues "ya es tiempo —argu-menta— de que vuelva esta clase altanera a la pure-za del cristianismo primitivo y se reintegre al estadocivil". A Joseph Fouché no le resulta suficiente serla cabeza del poder militar, ser el más alto funcio-nario de la justicia, dictador autónomo de la admi-

Page 53: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

53

nistración; se apodera también de todas las faculta-des eclesiásticas. Suprime el celibato, ordena a lossacerdotes que se casen en el plazo de un mes o queadopten un niño; concierta matrimonios y los di-vorcia en la plaza pública. Sube al púlpito (dondehan sido cuidadosamente retiradas todas las crucesy efigies religiosas) y pronuncia sermones ateos, enlos que niega la inmortalidad y la existencia de Dios.Las ceremonias de entierro cristianas son suprimi-das y como único consuelo se graba en los cemente-rios la inscripción: "La muerte es un sueño eterno".El nuevo Papa introduce en Nevers —dando a suhija el nombre de "Nièvre"—, según la denomina-ción del departamento, por primera vez en el país, elbautismo civil. Hace salir a la guardia nacional contambores y música y en la plaza pública, sin inter-vención eclesiástica, bautiza a la niña y le da nom-bre. En Moulins, precediendo a caballo a un pelo-tón por toda la capital, con un martillo en la mano,va destruyendo cruces y crucifijos, imágenes desantos, símbolos "vergonzosos" del fanatismo. Conlas mitras y los paños de altar forman una hoguera,y mientras están ardiendo, el pueblo baila alrededorde este auto de fe ateo. Pero ensañarse únicamentecon objetos muertos, contra figuras de piedra inde-

Page 54: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

54

fensas o contra frágiles cruces, hubiera sido paraFouché un triunfo a medias. El verdadero triunfo loconsigue cuando con su elocuencia logra que el car-denal François Laurent arroje los hábitos y se pongael gorro frigio, y cuando entusiasmados por esteejemplo lo siguen treinta sacerdotes, alcanzando unéxito que se propaga como reguero de pólvora portodo el país. Así puede vanagloriarse con orgulloante sus colegas ateos de haber acabado con el fa-natismo y de haber aniquilado tanto el cristianismocomo la riqueza en el territorio que le había sidoconfiado.

¡Se diría que se trata de los hechos de un loco,del fanatismo desatado de un ente fantástico! PeroJoseph Fouché, detrás de estos fingidos apasiona-mientos sigue siendo el frío calculador de siempre,el realista impasible. Sabe que debe arreglar cuentascon la Convención, sabe que las frases patrióticas ylas cartas han bajado de valor y que, para suscitaradmiración, hay que hablar con el lenguaje positivode las monedas sonantes. Y mientras los regimien-tos levantados marchan hacia la frontera, envía aParís todo el producto del saqueo de las iglesias.Cajones y cajones son llevados a la Convención lle-nos de custodias de oro, de velones de plata rotos y

Page 55: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

55

fundidos, crucifijos y joyas de metales preciosos ypedrerías. Sabe que la República ante todo necesitadinero, riquezas, y él es el primero, el único que en-vía desde la provincia botín tan elocuente a los di-putados que, al principio, se asombran de esta nue-va energía, y luego lo aplauden frenéticamente. Des-de este momento, el nombre Fouché se conoce en laConvención como el de un hombre férreo, como elmás intrépido, el más violento republicano de laRepública.

Cuando Joseph Fouché vuelve de sus misiones ala Convención, ya no es el pequeño y desconocidodiputado de 1792. A un hombre que levantó diezmil reclutas, que requisó de las provincias cien milmarcos de oro, mil doscientas libras en metálico, milbarras de plata, sin utilizar ni una sola vez el "rasoirnational", la guillotina, la Convención no puede ne-garle verdadera admiración "pour sa vigilance", por"su celo". El ultrajacobino Chaumette publica unhimno a sus hazañas. "El ciudadano Fouché —es-cribe— ha realizado los milagros que acabo decontar. Ha honrado a la vejez, ha ayudado a los dé-biles, respetado la desgracia, destruido el fanatismoy aniquilado el federalismo. Ha vuelto a poner enmarcha la fabricación de hierro, ha arrestado a los

Page 56: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

56

sospechosos, ha castigado ejemplarmente los crí-menes, ha perseguido y encarcelado a los ex-plotadores". Un año después de haberse sentadocauteloso y titubeante en los bancos de los modera-dos, Fouché ha pasado a ser el más radical de losradicales. Y ahora, cuando la sublevación de Lyonrequiere a un hombre sin miramientos ni es-crúpulos, a un hombre capaz de llevar a cabo eledicto más terrible que inventó jamás una revolu-ción, ¿quién más indicado que Fouché? "Los servi-cios que has prestado hasta ahora a la revolución",decreta la Convención en su lenguaje pomposo,"son garantía de los que has de prestar aún. De tidepende volver a encender en la Ville Affranchie(Lyon) el fuego agonizante del espíritu ciudadano.¡ Concluye la revolución, termina la guerra de losaristócratas y que caigan sobre ellos y les aniquilenlas ruinas que pretende levantar aquel Poder des-truido!".

Y bajo esta figura de vengador, como el "Mitrai-lleur de Lyon", Joseph Fouché —que será más tardemultimillonario y Duque de Otranto— entra porprimera vez en la historia.

Page 57: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

57

CAPÍTULO II

EL "MITRAILLEUR DE LYON"(1793)

En los anales de la revolución francesa, rara vezse abre una página tan sangrienta como la de la su-blevación de Lyon y, sin embargo, en ninguna capi-tal, ni aún en París, se ha destacado tan claramenteel contraste social como en esta patria de la fabrica-ción de la seda, primera capital de industria de unaFrancia aún burguesa y agraria. Allí en medio de larevolución de 1792, los obreros por primera vezforman una masa proletaria visible, rígidamente se-parada de los fabricantes, realistas y capitalistas. Noes un milagro que sea precisamente en este sueloardiente donde los conflictos adquieren formas más

Page 58: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

58

sangrientas y fanáticas, tanto en la reacción como enla revolución.

Los partidarios de los jacobinos, las masas de losobreros y de los desocupados, se agrupan alrededorde unos de esos hombres singulares que surgen entodas las transformaciones mundiales, uno de esosseres puros, idealistas y creyentes, que con su fesuelen causar peores males y derramar más sangrecon su idealismo, que los más brutales políticos ylos tiranos más feroces. Siempre será justamente elhombre puro, religioso, extático, el reformador,quien, con la intención más noble, dará lugar a losasesinatos y desgracias que él mismo detesta. EnLyon se llamó Chalier, un sacerdote escapado y an-tiguo comerciante, para quien la revolución significóotra vez el cristianismo auténtico y verdadero, y seentregó a ella con amor desinteresado y supersticio-so. Su filantropía fanática ve en la conflagración ge-neral la aurora de una humanidad nueva y eterna. Esun idealista conmovedor. cuando cae la Bastilla to-ma en sus manos una piedra del baluarte y, cargadocon ella seis día y seis noches, la lleva de París aLyon, donde la utiliza de ara para un altar. Veneracomo a un dios a Marat, a este experto en libelos desangre caliente, fervoroso, en quien ve una nueva

Page 59: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

59

Pythisa. Aprende sus discursos escritos de memoriay con sus sermones, místicos e infantiles, arrebata alos obreros de Lyon. Instintivamente el pueblo veen él una caridad cálida y comprensiva. Por otraparte, los reaccionarios de Lyon comprenden que esmucho más peligroso un hombre poseído con tantapureza por el espíritu revolucionario, que raya enlas fronteras de la locura, más rebosante de amor alprójimo, que los jacobinos más estrepitosos y rebel-des. En él se concentra todo el amor y contra él sedirige todo el odio. Y al primer motín, encierran enla cárcel como presunto caudillo de los revoltosos aeste idealista neurótico y un poco ridículo. Se leachaca una carta falsificada que lo compromete, pa-ra fundamentar una denuncia que permite conde-narlo a muerte, para escarmiento de radicales y co-mo un desafío a la Convención de París. Inútilmentela Convención, indignada, envía mensajero trasmensajero a Lyon para salvar a Chalier y amonesta,exige y amenaza al magistrado insubordinado. Lamunicipalidad de Lyon se rehusa con arrogancia aintervenir, decidida a enseñarles los dientes a losterroristas de París. Hacía tiempo que habían recibi-do con repugnancia la guillotina, el instrumento delterror. Sin usarla, la tuvieron metida en un granero

Page 60: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

60

hasta este momento, cuando se preparan para daruna lección a los paladines del sistema terrorista,estrenando el filantrópico artefacto en la cabeza de unrevolucionario. Y precisamente por la falta de usode la máquina siniestra, y también por la torpeza delverdugo, la ejecución de Chalier se convierte en uncruel e infame suplicio. Tres veces cae el filo romode la cuchilla sin decapitar al reo. El pueblo mirahorrorizado el cuerpo atado y ensangrentado delcaudillo retorciéndose todavía con vida, en mediode una espantosa tortura, hasta que el verdugo,compadecido, remata la obra de la guillotina en-mohecida con un golpe certero de su sable. ¡Peroesta cabeza atormentada, horriblemente lacerada,será Palladium de Vindicta para la revolución y cabezade Medusa para sus asesinos!

En la Convención la noticia de este crimen pro-duce verdadero espanto. ¿Cómo se atreve una ciu-dad francesa, sola, a ejercer franca resistencia contrala Asamblea Nacional? Había que ahogar en sangreesa provocación insolente. Pero el Gobierno deLyon sabe muy bien lo que le espera, y de la resis-tencia pasa abiertamente a la rebelión contra laAsamblea Nacional. Levanta tropas y prepara lasobras defensivas necesarias para oponerse por la

Page 61: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

61

fuerza al ejército republicano. Las armas decidiránentre Lyon y París, entre reacción y revolución.

Es lógico que una guerra civil se considere eneste momento como un verdadero suicidio para lajoven República, porque jamás su situación fue máspeligrosa y más desesperada. Los ingleses habíantomado Tolón, habían saqueado la flota y el arsenaly amenazaban a Dunquerque, mientras que, por otraparte, avanzaban los prusianos y los austríacos en elRhin y la Vendée estaba en llamas. La contienda y larebelión conmueven a la República de una a otrafrontera. Pero son los días heroicos de la Conven-ción francesa. Impulsada por un instinto siniestro,de predestinación decide responder al peligro conel reto como mejor manera de combatirlo, y es asíque los jefes, después de la muerte de Chalier, rehu-san cualquier pacto con sus verdugos. "Potius moriquam foedari", "Mejor sucumbir que pactar", mejorotra guerra sobre las siete guerras que se hacían queuna paz que fuera síntoma de flaqueza. Y este irre-sistible ímpetu de la desesperación, esta pasión iló-gica, furiosa, salvó a la revolución francesa lo mis-mo que a la rusa (amenazada en el exterior por losingleses y los mercenarios de todo el mundo y en elinterior por las legiones de Wrangel, de Denikin y

Page 62: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

62

de Koltschak) en el momento de mayor peligro. Denada les vale a los habitantes de Lyon echarse fran-camente en brazos de los realistas y confiar el man-do de sus tropas a un general del Rey. De las granjasy de los suburbios surgen avalanchas de soldadosproletarios, y el 9 de octubre las tropas republicanasconquistan la segunda capital de Francia. Este día estal vez el más espléndido de la revolución francesa.Cuando en la Convención el Presidente se levantasolemnemente de su asiento y comunica la capitula-ción definitiva de Lyon, los diputados saltan de susasientos y se abrazan de alegría; por un momentoparece terminada toda discordia. La República estásalvada; ha dado un magnífico ejemplo a todo elpaís, a todo el mundo, de la fuerza iracunda, de lapujanza irresistible del ejército popular republicano.Pero fatalmente el orgullo de la propia bravuraarrastra a los vencedores a una soberbia in-contenible, a un trágico deseo de convertir el triunfoen terror. Terrible como el ímpetu de la victoria, vaa ser ahora la venganza contra los vencidos. "Hayque dar un escarmiento ejemplar, hay que hacer verque la República francesa, que la joven revolución,reserva el más duro castigo para los que se levantencontra ella". Y así se rebaja ante el mundo entero la

Page 63: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

63

Convención, defensora de la Humanidad, con undecreto cuya pauta histórica parece dada por los Ca-lifas y por Barbarroja con su vandálica devastaciónde Milán. El 12 de octubre el Presidente de la Con-vención propone el documento tremendo en que sepide nada menos que la destrucción de la segundacapital de Francia. Este decreto, poco conocido,dice textualmente:

"1º La Convención Nacional nombra, a pro-puesta de la Comisión de la Salud pública, un Co-mité especial de cinco miembros para castigar sindemora, militarmente, la contrarrevolución de Lyon.

2º Todos los habitantes de Lyon serán desarma-dos y sus armas entregadas a los defensores de laRepública.

3º Parte de ellas serán entregadas a los patriotasque fueron oprimidos por los ricos y contrarrevolu-cionarios.

4º La ciudad de Lyon será devastada. Toda laparte habitada por los ricos será destruida; quedaránen pie las casas de los pobres, las viviendas de lospatriotas asesinados o proscritos, los edificios in-dustriales y los que sirven para fines benéficos yeducativos.

Page 64: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

64

5º El nombre de Lyon será borrado del índice deciudades de la República. En adelante el conjuntode casas que quede en pie llevará el nombre de VilleAffranchie.

6º Sobre las ruinas de Lyon se erigirá una colum-na que anuncie a la posteridad los crímenes y el cas-tigo de la ciudad realista, y que llevará esta inscrip-ción: Lyon hizo la guerra contra la libertad. Lyon no existe.

Nadie se atreve a protestar contra esta peticióndelirante que pretende convertir a la segunda capitalde Francia en un montón de escombros. Desde quela guillotina brilla como una amenaza sobre la cabe-za de los que se atreven sólo a susurrar palabras declemencia o compasión, se acabó el valor cívico enel seno de la Convención. Atemorizada del propioterror, del terror impuesto por ella misma, la Con-vención aprueba unánimemente el decreto vandáli-co y confía su ejecución a Couthon, el amigo de Ro-bespierre.

Couthon, el antecesor de Fouché, reconoce enseguida el desatino, el suicidio que significa demolervoluntariamente, a través de un gesto amedrentador,la capital industrial de Francia y sus monumentos dearte. Desde el primer momento, está decidido inte-riormente a eludir el cumplimiento de su misión.

Page 65: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

65

Pero para esto es indispensable adoptar una actitudde hipocresía llena de prudencia. Por eso, Couthonoculta su designio secreto de respetar la ciudad elo-giando primero en forma desmesurada el disparata-do decreto de total demolición. "¡Colegas ciudada-nos —exclama— la lectura de vuestro decreto nosha llenado de admiración! Sí; es preciso que la ciu-dad sea devastada para que sirva de ejemplo a losque pudieran llevar su atrevimiento a levantarsecontra la Patria. Entre todas las medidas grandes yfuertes que ha ordenado hasta ahora la ConvenciónNacional, faltaba una, a la que no se había llegado: lade la destrucción total; pero estad tranquilos, cole-gas ciudadanos, y asegurad a la Convención Nacio-nal que los principios son los nuestros y sus decre-tos serán ejecutados al pie de la letra". AunqueCouthon recibe el mandato con palabras de panegí-rico, no piensa, en verdad, llevarlo a cabo. Se con-tenta con preparativos teatrales. Inválido de las dospiernas por una parálisis temprana, pero dotado deun espíritu inquebrantablemente resuelto, se haceconducir en una litera a la plaza de Lyon, designacon un martillo de plata simbólicamente las casasque deberán derribarse y anuncia la institución deterribles tribunales de venganza. Con esto se calman

Page 66: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

66

los espíritus más fogosos. En realidad, bajo el pre-texto de la falta de obreros, se emplean sólo un parde mujeres y niños que, "pro forma", dan algunasindolentes golpes de pico en las casas. Y sólo sellevan a cabo contadas ejecuciones.

La ciudad respira, sorprendida por tan inespera-da clemencia después de decretos tan fulminantes;pero los radicales están alerta, poco a poco se dancuenta de los propósitos benévolos de Couthon einstigan a la Convención a la violencia. La cabezadestrozada y sangrienta de Chalier es llevada a Paríscomo reliquia, se la presenta con gran solemnidad ala Convención y es expuesta en Nôtre Dame paraexcitar al pueblo. Cada vez con mayor impacienciase lanzan nuevos requerimientos contra el "cunctá-tor" Couthon. Se dice de él que es excesivamenteflexible, indolente, demasiado tímido. En fin, que noes el hombre capaz de llevar a cabo una venganzatan ejemplar. Hace falta un revolucionario verdade-ro, dispuesto a todo, digno de la confianza que se leotorga; un hombre que no se asuste de la sangre,que se arriesgue; un hombre de hierro, un hombrede acero. Por fin la Convención cede ante tan rui-dosas demandas y envía, como verdugo de la desdi-chada ciudad en lugar del excesivamente blando

Page 67: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

67

Couthon, a los más decididos de sus tribunos: alvehemente Collot d'Herbois (de quien circula la le-yenda de que, por haber recibido una rechifla comoactor en Lyon, es el verdadero hombre para casti-gar a sus habitantes) y al más radical de los procón-sules, al más calificado de los jacobinos y ultra radi-cales, a Joseph Fouché.

¿En el caso de Fouché, designado de la noche ala mañana para la obra asesina, se trata de un verda-dero verdugo, de un "ebrio de sangre", como sellamaba a los campeones del terror? Si atendemos asus palabras, ciertamente. Ningún procónsul se haconducido en su provincia con mayor energía, conmayor espíritu revolucionario, con mayor radicalis-mo que Joseph Fouché. Nadie ha requisado conmenos miramientos, nadie ha realizado más con-cienzudamente el saqueo de las iglesias ni se ha he-cho desembolsar las fortunas y estrangulado todaresistencia con mayor eficacia. Pero, cosa muy ca-racterística en él: únicamente con palabras, con ór-denes e intimaciones, ha instituido el terror. En lassemanas que duró su poder en Nevers, Clamecy, nocorre ni una gota de sangre. Mientras en París laguillotina se escucha como una máquina de coser,mientras Carrier ahoga en Nantes a centenares de

Page 68: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

68

sospechosos arrojándolos al Loire; mientras quetodo el país tiembla por fusilamientos, crímenes ypersecuciones, Fouché en su distrito no tiene unasola ejecución sobre su conciencia. Conoce muybien —es el "leit-motiv" de su psicología— la co-bardía de la gente; sabe que un gesto feroz y unademán de terror evitan casi siempre el terror mis-mo. Y cuando más tarde, en lo más florido de lareacción, las provincias se levantan contra sus so-juzgadores, el distrito de Fouché no puede formularen su contra ninguna acusación más que la de laamenaza de muerte, pero nadie puede acusarlo deuna ejecución efectiva. Vemos pues que Fouché,designado ahora como verdugo de Lyon, no tieneinclinaciones cruentas. En este hombre frío, ajeno ala sensualidad; en este calculador, en este malaba-rista mental, hay más de zorro que de tigre. No ne-cesita el vino de la sangre para excitar sus nervios.Gesticula rabioso, pero sin fiebre interior, con pala-bras de amenaza. Jamás pedirá ejecuciones por elplacer de asesinar, por monomanía de poder. Obe-deciendo al instinto y a la prudencia —no por hu-manidad— respeta la vida de los demás mientras nopeligre la suya.

Page 69: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

69

Este es uno de los secretos de casi todas las re-voluciones y del destino trágico de sus caudillos: sintener sed de sangre, se ven obligados a derramarla.Desmoulins desde su pupitre burocrático pide fre-néticamente el tribunal para los girondinos. Peromás tarde, en la sala de justicia, cuando oye caer lapalabra "muerte" sobre los veintidós hombre que élmismo ha arrastrado ante los jueces, salta delasiento con palidez mortal, trémulo, y se precipitafuera de la sala colmado por la desesperación: ¡no,eso no es lo que él quería! Robespierre, que puso sufirma bajo miles de decretos fatales, dos años antescombatió en la Asamblea Constitucional la pena demuerte, y condenó la guerra como un crimen. Dan-tón, a pesar de que el terrible tribunal es creaciónsuya, llegó a gritar estas palabras de sufrimiento conel alma atribulada: "Ser guillotinado antes que gui-llotinar". Hasta Marat, que desde su periódico pidepúblicamente trescientas mil cabezas, hace todo loposible por salvar a los que están sentenciados acaer bajo la cuchilla. Todos los que más tarde van aaparecer como bestias sangrientas, como asesinosfrenéticos, ebrios, con el olor de los cadáveres, to-dos en su interior detestan (lo mismo que Lenin ylos jefes de la revolución rusa) las ejecuciones. Em-

Page 70: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

70

piezan por tener a raya a sus adversarios políticoscon la amenaza de muerte; pero la simiente del dra-gón del crimen surge violentamente del con-sentimiento teórico del crimen mismo. La revolu-ción francesa no pecó por embriaguez de sangre,sino por haberse embriagado con palabras san-grientas. Para entusiasmar al pueblo y para justificarel propio radicalismo, se cometió la torpeza de crearun lenguaje cruento; se empezó a hablar constante-mente de traidores y patíbulos. Y después, cuando elpueblo, emborrachado, poseído por estas palabrasbrutales y excitantes, pide efectivamente las "medi-das enérgicas" anunciadas como necesarias, enton-ces a los caudillos les falta el valor de resistir: tienenque guillotinar para no desmentir sus frases deconstante alusión a la guillotina. Los hechos fa-talmente van a seguir a las palabras frenéticas. Así seinicia una desenfrenada carrera, en la que nadie seatreve a quedar atrás en la persecución de la aureolapopular. Siguiendo la irresistible ley de la gravedad,viene una ejecución detrás de otra; lo que empezócomo un sangriento juego de palabras, se convierteen puja feroz de cabezas humanas. Se hacen así mi-les de sacrificios, no por placer, ni siquiera por pa-sión, y mucho menos por energía, sino simplemente

Page 71: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

71

por indecisión de los políticos, de los hombres departido que carecen de coraje para resistir al pueblo;por cobardía, en último término. Por desgracia, lahistoria no es siempre, como nos la cuentan, his-toria del valor humano; es también historia de lacobardía humana. Y tampoco la política (como sequiere hacer creer a todo trance) es guía de la opi-nión pública, sino inclinación humillante de loscaudillos precisamente ante la instancia que ellosmismos han creado e influido. Así nacen siemprelas guerras: de un juego con palabras peligrosas, deuna superexcitación de las pasiones naciones; lomismo que los crímenes políticos; ningún vicio yninguna brutalidad en la tierra han vertido tantasangre como la cobardía humana. Entonces, si Jo-seph Fouché llegar a ser en Lyon el verdugo de lasmasas, no será por pasión republicana (él no conoceninguna pasión) sino únicamente por miedo a caeren desgracia como moderado. Pero en la historia nodeciden los pensamientos, sino los hechos, y aunquese haya defendido mil veces la expresión del "mi-trailleur de Lyon", quedará estigmatizado como tal.Y ni siquiera la capa ducal podrá ocultar la huella desangre de sus manos.

Page 72: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

72

El 7 de noviembre llega Collot d'Herbois a Lyony el 10 llega Joseph Fouché . Inician su trabajo in-mediatamente. Pero antes de la verdadera tragedia,el ex cómico y el ex sacerdote ponen en escena unabreve comedia satánica que constituye tal vez la far-sa más cínica y provocativa de la revolución fran-cesa: una especie de misa negra en pleno día. Losfunerales por Chalier, el mártir de la libertad, sirvende pretexto para esta desenfrenada orgía atea. Comopreludio, a las ocho de la mañana se arrancan de lasiglesias las últimas insignias religiosas; los crucifijoscaen de los altares; se las despoja de paños y casu-llas. Se organiza después una procesión imponentepor toda la ciudad hacia la plaza de Torreaux. Cua-tro jacobinos llegados de París llevan en una litera,cubierta con tapices tricolores, el busto de Chaliermaterialmente cubierto de flores. Al lado, una urnacon sus cenizas y en una pequeña jaula, una palomaque, según se dice, consoló al mártir en la prisión.Solemnes y graves caminan detrás de la litera lostres procónsules, en servicio del culto nuevo quedebe mostrar al pueblo de Lyon pomposamente ladeidad del mártir de la Libertad, Chalier, el "dieusauveur mort pour eux". Pero esta ceremonia paté-tica, de por sí desagradable, se rebaja aún con otros

Page 73: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

73

estúpidos excesos del peor gusto; una horda estre-pitosa arrastra, en triunfo, entre danzas salvajes, cá-lices, custodias e imágenes de santos; detrás trota unburro, al que le han puesto, artísticamente, sobre lasorejas una mitra cardenalicia y que lleva atado alrabo un crucifijo y una Biblia. ¡Así se arrastra elEvangelio, para risa de la chusma alborotada, col-gando de la cola de un asno, por la calle embarrada.

El son de trompetas marciales ordena alto. En lagran Plaza, donde se ha erigido un altar de ramaje,se coloca solemnemente el busto de Chalier y la ur-na, y los tres representantes del pueblo se inclinanrespetuosamente ante el nuevo santo. Primero Co-llot d'Herbois con la rutina del acto hace un dis-curso; luego habla Fouché. Quien supo callar tantenazmente en la Convención, ha recobrado depronto su voz y lanza su declaración desmesuradasobre el busto de yeso: "Chalier, Chalier, no existesya. Los asesinos te han inmolado a ti, mártir de laLibertad; pero sus propias sangres serán el únicosacrificio capaz de apaciguar tu espíritu airado.¡ Chalier, Chalier!: juramos ante tu efigie vengar tumartirio; sangre de aristócratas te servirá de incien-so". El tercer delegado del pueblo, menos elocuenteque el futuro aristócrata, que el futuro Duque de

Page 74: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

74

Otranto, besa la frente del busto y grita estentórea-mente en medio de la Plaza: "¡Muerte a los aristó-cratas!"

Después del triple homenaje se hace una granhoguera. Muy serio Joseph Fouché —hasta hacepoco tiempo todavía tonsurado— con sus dos cole-gas, observa cómo desatan el Evangelio de la coladel burro y lo echan al fuego donde ya se consumenpaños de iglesia, misales, hostias e imágenes santas.Luego el asno es obligado a beber en un cáliz con-sagrado como premio por sus servicios, y como fi-nal de acto, sobre los hombros de los cuatro jacobi-nos, llevan el busto de Chalier a la iglesia, donde escolocado solemnemente en el lugar de Cristo derri-bado. Para eterna memoria del solemne festejo seacuña, en los días sucesivos, una moneda conme-morativa, de la que no se encuentran ejemplares, talvez porque quien se convirtió después en Duque deOtranto adquirió todas las existentes y las hizo de-saparecer, lo mismo que a los libros que describíandemasiado claramente las ferocidades brutales de suépoca ultrajacobina y atea. El tenía buena memoria;pero no quería, sin duda, que los demás pudieranrecordarle la misa negra de Lyon y todos los demásexcesos: hubiera sido demasiado violento y desa-

Page 75: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

75

gradable para "Son Excellence Monseigneur le Sé-nateur Ministre" de un cristianísimo rey.

Por repugnante que sea este primer día de JosephFouché en Lyon, no hay, sin embargo, en él más quefarsa y mascarada banal: la sangre aun no ha corri-do. Pero al día siguiente los cónsules se recluyeninaccesibles en una casa apartada, guardada porcentinelas armados, defendida de intrusos, con lapuerta simbólicamente cerrada a toda clemencia, atodo ruego, a toda tolerancia. Se constituye un tri-bunal revolucionario, y de la tremenda noche de SanBartolomé, que preparan estos monarcas del puebloque se llaman Fouché y Collot, puede darnos unaidea la carta que dirigen a la Convención: "Cumpli-mos —escriben— nuestra misión con la energía derepublicanos puros y no descenderemos de la alturaen que nos ha colocado el pueblo para ocuparnosde los miserables intereses de unas cuantas personasmás o menos culpables. Hemos apartado a todo elmundo de nosotros porque no tenemos tiempo queperder ni favores que otorgar. Sólo tenemos pre-sente a la República, que nos ordena una acciónejemplar, una lección diáfana y evidente. No oímossino el grito del pueblo que pide venganza por lasangre vertida de los patriotas, venganza rápida y

Page 76: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

76

tremenda, para que la humanidad no vuelva a verlacorrer. Convencidos de que en esta ciudad infameno hay más inocentes que los oprimidos por losasesinos, los encerrados por ellos en los calabozos,mantenemos nuestra desconfianza ante las lágrimasdel arrepentimiento. Nada podrá desarmar nuestraseveridad. Hemos de confesarlo, colegas ciuda-danos: consideramos la benevolencia como debili-dad peligrosa, apropiada tan sólo para volver a en-cender esperanzas criminales, en el momento preci-so en que hay que apagarlas para siempre. Tratar aun solo individuo con benevolencia, nos obligaría aseguir la misma conducta con todos, haciendo conello ineficaz el éxito de vuestra justicia. Se trabajademasiado despacio en las demoliciones: la impa-ciencia republicana requiere medios más rápidos,como la explosión de las minas, la acción devasta-dora de las llamas... Medios que pongan en evi-dencia el poder del pueblo. Su voluntad no debe sercontenida como la de los tiranos: ha de producir elefecto de una tempestad."

La tempestad descarga, como anuncia el progra-ma, el 4 de diciembre, y su eco, terrible, ruedapronto por toda Francia. De madrugada, sesentajóvenes son sacados de la prisión atados de dos en

Page 77: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

77

dos. No se les lleva a la guillotina que, según las pa-labras de Fouché, trabaja "demasiado despacio",sino afuera, al llano de Brotteaux, al otro lado delRódano. Dos fosas paralelas, cavadas de prisa, de-jan prever a las víctimas su suerte. Los cañones,colocados a diez pasos de ellos, indican con sinies-tra claridad el método de la matanza colectiva.Amontonan y atan a los prisioneros en un pelotónde desesperación humana que chilla, se estremece,llora, enloquece y resiste inútilmente. Una voz demando y las bocas de los cañones, tan próximas queel aliento los roza, truenan mortíferas, vomitandoplomo sobre la gente sacudida por el miedo. Laprimera descarga no acaba con todas las víctimas: aalgunas sólo les ha sido arrancado un brazo o unapierna, otras enseñan los intestinos y aun queda al-guna ilesa. Y mientras la sangre fluye en fuentes a lasfosas, se oye una nueva orden y carga la caballeríacon sables y pistolas sobre los que quedan, entrandoa tiros y sablazos en medio de este rebaño humanoque se estremece, gime y grita, sin poder huir, hastaque se acaba la última voz agonizante. Como pre-mio por la matanza, se les permite a los verdugosdespojar a los sesenta cadáveres, aun calientes, de

Page 78: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

78

ropas y calzados, antes de enterrarlos desnudos ydestrozados en las fosas.

Esta es la primera de las célebres "mitraillades"de Joseph Fouché, del que fue más tarde ministro deun cristianísimo rey, que se muestra orgulloso de suobra, a la mañana siguiente, en una encendida pro-clama: "Los representantes del pueblo proseguiránfríamente la misión a ellos encomendada. El puebloha puesto en sus manos el rayo de su venganza y nohan de abandonarlo hasta que hayan perecido todoslos enemigos de la Libertad. No les importará pasarsobre hileras interminables de tumbas de conspira-dores para llegar, a través de ruinas, a la felicidad dela nación y a la renovación del mundo". Incluso elmismo día se confirma, criminalmente, este triste"valor" de los cañones de Brotteaux, y con un grupode personas aún más numeroso. Esta vez son dos-cientas diez las víctimas que con las manos atadas ala espalda, quedan tendidas a los pocos minutos porel plomo de la metralla y por las descargas de la in-fantería. La operación es la misma que la primeravez, sólo que se facilita la incómoda tarea de los ver-dugos no obligándolos, después de la matanza, a serademás los sepultureros de sus víctimas. ¿Para quéabrir tumbas? Se les quitan los zapatos ensangrenta-

Page 79: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

79

dos de sus pies rígidos y sencillamente los cadáveresdesnudos se arrojan a las aguas agitadas del Róda-no, que serán su tumba.

Pero pretende Fouché esconder este horror, cuyovaho repugnante se extiende por todo el país, detrásde las palabras de un himno. Que el Ródano se en-venene con estos cadáveres desnudos, le parece unacto político digno de alabanza, porque llegaránflotando a Tolón, y allí darán testimonio palpable dela venganza republicana inflexible y tremenda. "Esnecesario —escribe— que los cadáveres ensan-grentados que hemos arrojado al Ródano naveguena lo largo de sus orillas y lleguen a su desembocadu-ra en el infame Tolón, para que intensifiquen antelos ojos de los cobardes y crueles ingleses la impre-sión de horror y la sensación de poder del pueblo."En Lyon, queda claro, ya no es necesaria una inten-sificación tal, pues las ejecuciones y las matanzassuceden sin interrupción. Para celebrar la conquistade Tolón, que Fouché recibe con "lágrimas de ale-gría", arrastra a "doscientos rebeldes ante los caño-nes". Inútiles son todos los llamados a la clemencia.Dos mujeres, que habían implorado compasión parasus maridos ante el tribunal de sangre, son atadas allado de la guillotina. Nadie puede llegar ni a las cer-

Page 80: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

80

canías de la casa de los delegados para pedir mode-ración. Pero tanto como las detonaciones de losfusiles, se escuchan las palabras de los procónsules:"Si, nos atrevemos a decirlo, hemos vertido muchasangre impura; pero únicamente por humanidad ypor deber... No dejaremos el rayo que habéis puestoen nuestras manos hasta que no lo manifestéis porvuestra voluntad. Hasta entonces seguiremos, sininterrupción, la lucha contra nuestros enemigos dela manera más radical, terrible y rápida, hasta ani-quilarlos.

Mil seiscientas ejecuciones en pocas semanas danfe de que, por una vez, Joseph Fouché dijo la ver-dad.

Con la organización de estas carnicerías y las co-municaciones llenas de auto-alabanzas, no olvidanJoseph Fouché y sus colegas otro triste encargo dela Convención; ya el primer día hicieron llegar a Pa-rís la queja de que la demolición ordenada se llevabaa cabo, bajo su antecesor, "demasiado despacio"."Ahora —escriben— las minas apresurarán su obrade destrucción. Ya han comenzado a trabajar loszapadores y dentro de dos días volarán los edificiosde Bellecourt." Estas fachadas célebres, comenzadasbajo Luis XVI, obra de un discípulo de Mansard,

Page 81: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

81

fueron las primeras condenadas a la demolición porser las más bellas. Con brutalidad se expulsa a loshabitantes de esta hilera de casas y se da ocupacióna centenares de hombres y mujeres sin trabajo que,en unas semanas de insensata destrucción, derrum-ban estas magníficas obras de arte. La desdichadaciudad, está llena de suspiros y de quejas, de caño-nazos y de muros que caen; mientras el comité de"justice" se dedica a tumbar hombres y el comité de"démolition" a derribar casas, el comité "des subs-tances" lleva a cabo una implacable requisa de víve-res, telas y objetos de arte. Se hacen los registroscasa por casa, desde el sótano hasta el tejado, enbusca de personas escondidas y de joyas; nada selibra del terror de Fouché y Collot, los dos hombresque, invisibles e infranqueables, protegidos porcentinelas, viven ocultos en una casa a la que nadieconsigue llegar. Se han demolido los palacios másbellos; están medio vacías las cárceles —aunquevuelven a llenarse constantemente— saqueados loscomercios, regados con la sangre de mil personaslos prados de Brotteaux. Es entonces cuando al fin,algunos ciudadanos arriesgados deciden (aunque sudecisión pueda costarles la cabeza) acudir a París ypresentar a la Convención una solicitud para pedir

Page 82: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

82

que la ciudad no quede totalmente arrasada. Natu-ralmente, el texto de la súplica es muy cauto. Noestán ausentes el tono marcial ni la inclinación co-barde ante el decreto destructor, "que parece dicta-do por el genio del Senado romano", pero luegoruegan "perdón por el franco arrepentimiento, parala debilidad coaccionada; perdón —nos atrevemos adecirlo— para los inocentes a quienes se ha des-conocido".

Sin embargo, los cónsules han sido informados atiempo de la denuncia sigilosa, y Collot d'Herbois, elmás elocuente de los dos, vuela a París en postaacelerada para parar el golpe. Al día siguiente tienela osadía, en la Convención y ante los jacobinos, dedefender la matanza colectiva como una forma de"humanidad". "Queríamos —dice— librar al mun-do del espectáculo tremendo de ejecuciones cons-tantes, ininterrumpidas." Por eso acordaron los co-misarios aniquilar en un mismo día y de una vez atodos los condenados y traidores, debiendo bus-carse el origen de este propósito en una "véritablesensibilité". Ante los jacobinos se entusiasma conmayor fervor aún por el nuevo sistema "humanita-rio". "Sí, hemos tumbado doscientos condenadoscon un sola descarga, y esto es lo que se nos re-

Page 83: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

83

procha. ¡Pero esto es, en realidad, un acto de mo-deración! Si se arrastra a la guillotina a veinte con-denados, puede decirse que los últimos muerenveinte veces. Con nuestro sistema caen veinte trai-dores de una vez. " Y, efectivamente, estas frasesgastadas, sacadas precipitadamente del tintero san-griento de la jerga revolucionaria, hacen su efecto: laConvención y los jacobinos aprueban las declara-ciones de Collot y dan a los procónsules plenos po-deres para continuar las ejecuciones. El mismo díaParís celebra la inhumación de Chalier en el Pan-teón —un honor que hasta entonces sólo se habíaconcedido a Juan Jacobo Rousseau y a Marat—, ysu concubina recibe, como la de Marat, una pensión.Oficialmente es declarado el mártir santo nacional yasí queda tácitamente aprobada, como justa vengan-za, cualquier violencia por parte de Fouché y Collot.

Sin embargo, cierta incertidumbre se apodera deellos, porque la situación empieza a ser peligrosa enla Convención, donde se vacila entre Danton y Ro-bespierre, entre la moderación y el terror. Hay queobrar con cautela entonces, y los dos deciden repar-tirse los papeles: Collot d'Herbois se queda en Paríspara vigilar la opinión en los comités y en la Con-vención, para rechazar cualquier posible ataque con

Page 84: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

84

la fuerza brutal de la elocuencia, mientras que el se-guimiento de las matanzas queda confiado a la"energía" de Fouché. No debemos olvidar que du-rante aquella época Joseph Fouché fue señor únicoy omnipotente, porque después, de manera hábil,intentará cargar sobre su colega —de espíritu másabierto— todas las violencias cometidas. Los he-chos demuestran que en la época en que Fouchémanda solo no trabaja menos mortíferamente laguadaña. Cincuenta y cuatro, sesenta, cien personaspor día caen durante la ausencia de Collot. Y se si-guen derribando muros, saqueando las casas y va-ciando las cárceles con las continuas ejecuciones. Eincluso alardea Joseph Fouché y elogia sus hazañascon sanguinario entusiasmo: "Si las sentencias deeste tribunal infunden pavor a los delincuentes, encambio tranquilizan y consuelan al pueblo, que lespresta oído y las aprueba. Se cree de nosotros, sinrazón, que hemos concedido, en alguna ocasión, aun culpable el honor del indulto: ¡y no hemos con-cedido ni uno solo!

Pero, ¿qué sucede?... Fouché cambia repentina-mente de tono. Con su fino olfato presiente que enla Convención van a soplar los vientos de un cam-bio brusco. Hace algún tiempo que no es el mismo

Page 85: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

85

eco el que responde a la fanfarria estridente de susejecuciones. Sus amigos jacobinos, sus correligio-narios ateos Hébert, Chaumette, Ronsin, han enmu-decido de pronto... y para siempre, porque la garraimplacable de Robespierre les aprieta inesperada-mente la garganta. Con hábiles cambios de postura,pasando del campo de los enardecidos al campo delos tibios, inclinándose a la derecha o a la izquierda,este tigre de la moralidad ha saltado de repente des-de la sombra sobre los ultrarradicales. Han conse-guido que Carrier, que ahogaba en el Nantes a susvíctimas con la misma meticulosidad con que Fou-ché fusilaba a las suyas en Lyon, fuera citado ante laAsamblea para rendir cuentas; ha arrastrado a la gui-llotina, por medio de Sain-Just, en Strasburgo, alferoz Eulogio Schneider; ha calificado oficialmentelos espectáculos ateos populares, como los celebra-dos por Fouché en Lyon, de verdaderas estupidecesy los ha suprimido en París. Y como siempre, losdiputados obedecen temerosos su gesto.

A Fouché le sobrecoge el temor de siempre: eltemor de no estar con la mayoría. Los terroristashan sido desplazados, ¿para qué, entonces, seguir ensus filas? Lo mejor será pasarse pronto a los mode-rados, con Danton y Desmoulins, que piden un

Page 86: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

86

"tribunal de indulgencia"; desplegar sin tardanza lacapa para que la hinche de nuevo el viento. Brusca-mente, el 6 de febrero, manda suspender las "mi-traillades", y sólo la guillotina (de la que decía en suslibelos que trabajaba demasiado despacio) siguecortando, vacilante, dos o tres cabezas miserablespor día. Verdaderamente una pequeñez, comparadacon las antiguas fiestas nacionales sobre el llano deBrotteaux. En cambio, con toda energía, inicia unataque repentino contra los radicales, contra los or-ganizadores de sus fiestas y los ejecutores de susórdenes. Del Saulo revolucionario surge de prontoun humano San Pablo. En forma rotunda se pasa allado contrario. Califica a los amigos de Chalier de"anarquistas y rebeldes"; disuelve bruscamente unao dos docenas de comités revolucionarios, y sucedealgo muy extraordinario: los habitantes de Lyon,amedrentados, mortalmente asustados, ven depronto en el héroe de las "mitraillades", en Fouché,a su salvador. Los revolucionarios de Lyon, encambio, escriben, una tras otra, cartas enfurecidasen las que lo culpan de flojedad, de traición y de"opresión de los patriotas".

Estos cambios audaces, este pasarse osadamente,en pleno día, al campo contrario, estas fugas detrás

Page 87: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

87

del vencedor, son el secreto de Fouché en la lucha,de la que sólo de esta manera ha podido salir convida. Ha hecho juego doble. Y si ahora lo acusan enParís de benevolencia exagerada, puede señalar lasmil tumbas y las fachadas demolidas de Lyon. Si loacusan, en cambio, de sanguinario, puede apoyarseen las acusaciones de los jacobinos que lo culpan desu "moderación exagerada". Según sople el viento,puede sacar del bolsillo derecho una prueba de in-flexibilidad y del izquierdo una prueba de humani-dad; puede presentarse lo mismo como verdugo quecomo salvador de Lyon. Y en efecto, con este trucohábil de prestidigitador consigue, más tarde, echartoda la responsabilidad de las matanzas sobre sucolega, más franco y más recto, sobre Collot d'Her-bois. Pero no a todos consigue engañarlos así: infle-xible, vela en París Robespierre, el enemigo que nole perdona haber suplantado a su amigo Couthon enLyon. Desde la Convención, Robespierre había ad-vertido la duplicidad de este hombre y asiste, inco-rruptible, a todas sus vueltas y cambios, aunqueFouché quiera agazaparse furtivamente ante la tem-pestad. Y la desconfianza tiene en Robespierre ga-rras de hierro: nadie se libra. El 12 de Germinal lo-gra que la Comisión de la Salud pública expida un

Page 88: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

88

decreto amenazante para Fouché, en el que se loobliga a presentarse inmediatamente en París parajustificar los acontecimientos de Lyon. El que du-rante tres meses sentenció cruelmente, tiene ahoraque aparecer ante el tribunal.

Ante el tribunal ¿por qué? ¿Porque hizo degollarcon saña durante tres meses a dos mil franceses,como colega de Carrier y de los otros verdugos co-lectivos? Pero aquí se pone en evidencia la geniali-dad de esta última maniobra, cínica y descarada, deFouché: no, no tiene que justificarse por haber opri-mido a la "société populaire" radical, ni por haberperseguido a los patriotas jacobinos. El "mitrailleurde Lyon", el verdugo de dos mil víctimas, está acu-sado —inolvidable farsa de la historia— de la faltamás noble que conoce la humanidad: de piedad ex-cesiva.

Page 89: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

89

CAPÍTULO III

EL DUELO CON ROBESPIERRE(1794)

El 3 de abril se entera Joseph Fouché de que hasido llamado a París por la Comisión de la Saludpública para justificarse, y el día 5 toma el coche deviaje. Dieciséis golpes sordos acompañan a la parti-da, dieciséis golpes de la guillotina que por últimavez cumple con su siniestro objetivo. E incluso enel último momento se verifican, ese mismo día, dosejecuciones más, hechas a toda prisa; dos, muy ex-trañas. Los dos rezagados de la gran matanza quetienen que "escupir sus cabezas a la cesta", según eldicho jovial de la época, son el verdugo de Lyon ysu ayudante. Los mismos que por orden de la reac-ción guillotinaron a Chalier y a sus amigos, y que

Page 90: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

90

luego, por orden de la revolución, guillotinaronfríamente a los reaccionarios por centenares, tam-bién caen al cabo bajo la cuchilla. ¿Qué clase decrimen se les atribuye? No se adivina ni con la me-jor voluntad. Probablemente, son sacrificados úni-camente para que no cuenten más de lo indispensa-ble a los sucesores de Fouché y a la posteridad: sa-ben demasiadas cosas sobre Lyon. Y nadie sabe ca-llar como los muertos.

El carruaje empieza a andar. Fouché tiene bas-tante en qué pensar durante el viaje a París. Perodebió consolarse: todavía no había perdido nada. Lequedaba más de un amigo influyente en la Conven-ción y quizá consiguiera tener a raya a Robespierre,el terrible contrincante. Pero ¿cómo podría sospe-char Fouché que en esta hora predestinada de larevolución los acontecimientos ruedan con muchamayor rapidez que las ruedas de una diligencia entreLyon y París? ¿Cómo va a pensar que desde hacedos días está encarcelado su íntimo Chaumette; quela enorme cabeza de león de Dantón fue empujadaayer mismo por Robespierre bajo la guillotina; queel mismo día, por las inmediaciones de París, vagahambriento Condorcet, el jefe espiritual de la dere-cha, que al día siguiente se envenenará para evadir a

Page 91: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

91

la justicia? A todos los ha derribado un solo hom-bre, y este hombre es Robespierre, su adversariopolítico más encarnizado. Hasta que no llega, a lasocho de la noche, a París, no se entera en toda sumagnitud del peligro en que se ha metido. Dios sa-brá lo poco que debió dormir el procónsul JosephFouché en esa primera noche en París.

A la mañana siguiente, va Fouché a la Conven-ción y espera impacientemente la apertura de la se-sión. Pero ¡cosa extraña!: el enorme salón no se lle-na; la mitad, más de la mitad de los asientos estánvacíos. Supone que gran cantidad de diputados esta-rán en misiones o ausentes por otras causas. Pero,con todo, ¡qué vacío más llamativo allí, a la derecha,donde antes se sentaban los jefes, los girondinos,los magníficos oradores de la Revolución! ¿Dóndeestarán? Los veintidós más audaces, Vergniaud,Brissot, Pethion... han acabado en el patíbulo o porsuicidio, o fueron destrozados en su fuga por loslobos. Sesenta y tres de sus amigos, que se atrevie-ron a defenderlos, han sido desterrados. De un sologolpe tremendo Robespierre se ha desembarazadode un centenar de sus adversarios de la derecha.Pero no menos enérgicamente ha golpeado su puñoen las propias filas de la "montaña": a Danton,

Page 92: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

92

Desmoulins, Chabot, Hébert, Fabre d'Eglantine,Chaumette y dos docenas más, a todos los que sesublevaban contra su voluntad, contra su presun-ción dogmática, los ha tirado al fondo del abismo.Este hombre de presencia menguada, pequeño, del-gado, de cara pálida y biliosa, de frente obtusa yojos pequeños, acuosos, miopes, este hombre tantotiempo eclipsado por las figuras gigantescas de susantecesores los ha hecho desaparecer a todos. Laguadaña del tiempo le ha dejado el camino libre.Desde que desaparecieron aniquilados de la jovenRepública el tribuno Mirabeau, el rebelde Marat, elcaudillo Danton, el literato Desmoulins, el oradorVergniaud y el pensador Condorcet, Robespierre loes todo: "Pontifex Maximus", dictador y triunfador.Desconcertado, Fouché mira a su adversario. A sualrededor se apiñan con respeto todos los diputadosserviles, cuyo homenaje acepta con impasibilidadinquebrantable, envuelto en su "virtud" como unaarmadura, inaccesible, impenetrable, observando elcampo con su mirada miope, con la orgullosa segu-ridad de que ya nadie se levantará contra su volun-tad.

Sin embargo, hay uno que se atreve a hacerlo.Uno que ya no tiene nada que perder: Joseph Fou-

Page 93: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

93

ché, que pide la palabra para justificar su actuaciónen Lyon. El hecho de justificarse ante la Conven-ción es ya provocar a la Comisión de la Salud públi-ca, porque no fue la Convención, sino la Comisiónla que pidió explicaciones. Pero él acude, como a lamás alta, como a la verdadera última instancia, a laAsamblea de la nación. Y el presidente le concede lapalabra. Ahora bien: Fouché no es un cualquiera,demasiadas veces ha sonado su nombre en esta sala,todavía no han sido olvidados sus méritos, sus re-latos y sus hechos. Fouché sube a la tribuna y lee uninforme complicado. La Asamblea lo escucha sininterrumpirlo, sin una señal de aprobación o de de-sagrado. Pero al final del discurso no se mueve niuna mano. La Convención está atemorizada. Unaño de guillotina ha enervado a todos estos hom-bres. Los que antes se entregaban a sus conviccio-nes apasionadamente, los que se lanzaban a la luchade palabras ruidosos, audaces y francos, no sientenahora deseos de manifestarse. Porque el verdugooprime con su garra en sus propias filas, como Poli-femo, a veces a la izquierda, a veces a la derecha;porque la guillotina se yergue amenazante como unasombra azul detrás de sus palabras. Prefieren callar.Se esconden uno detrás de otro; atisban en todas

Page 94: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

94

direcciones antes de hacer un gesto. Como una nie-bla pesada gravita el miedo gris sobre sus caras. Ynada rebaja tanto al hombre, y particularmente a lamasa, como el miedo de lo que no se ve.

Por eso, tampoco se permite esta vez una opi-nión. ¡No mezclarse por nada del mundo en el do-minio de la Comisión, del Tribunal invisible! Lajustificación de Fouché no es refutada, no es acep-tada, simplemente se la envía a la Comisión para suexamen; es decir, que va a parar a las manos queFouché con tanta precaución quiso evitar. Su prime-ra batalla está perdida.

Ahora sí que a él también lo sobrecoge el miedo.Ve que se ha adelantado demasiado sin conocer elterreno, y le parece mejor una retirada rápida. Antescapitular que luchar solo contra el más poderoso. YFouché, arrepentido, doblega la rodilla y humilla lacabeza. Aquella misma noche va a casa de Ro-bespierre a entrevistarse con él para rogar su per-dón.

Nadie fue testigo de esta entrevista. Únicamentese conoce su desenlace. Se la puede uno imaginarpor analogía con aquella visita que Barras describeen sus Memorias tan terriblemente plásticas. Antesde subir la escalera de madera de la pequeña casa

Page 95: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

95

burguesa de la calle Saint-Honoré, donde Ro-bespierre exhibe su virtud y su pobreza como unescaparate, Fouché tendría también que soportar elexamen de los caseros que vigilan a su dios y hués-ped como a una presa sagrada. También a él lo reci-biría Robespierre, lo mismo que a Barras, en la ha-bitación pequeña y estrecha sólo presuntuosamenteadornada con retratos suyos. Apenas lo invitaría asentarse, erguido y glacial; lo trataría intencionada-mente con insultante altanería, como a un miserablecriminal. Porque este hombre, que ama exaltada-mente la virtud y que está apasionado y pe-caminosamente enamorado de la suya propia, noconoce la indulgencia ni el perdón para quien hayatenido alguna vez una opinión contraria a la suya.Intolerante y fanático, como un Savonarola del ra-cionalismo y de la "virtud", rechaza cualquier pacto,cualquier capitulación ante sus adversarios; inclusoen los momentos en que la política aconsejaba elacuerdo, su odio endurecido y su orgullo dogmáticose resistían. De lo que le puede haber dicho Fouchéa Robespierre en aquella ocasión y de lo que Robes-pierre como juez, le puede haber contestado, nadasabemos. Ciertamente, no debe haberlo recibidobien: sólo reproches duros e inclementes, amenazas

Page 96: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

96

frías, desnudas, como una sentencia de muerte. Ycuando Joseph Fouché, temblando de ira, baja laescalera de la casa de la rue de Sain-Honoré, humi-llado, rechazado, amenazado, sabe que sólo podrásalvar su cabeza si consigue que caiga antes en lacesta la de Robespierre. El duelo a muerte entre Ro-bespierre y Fouché ha comenzado.

Este duelo es, sin duda, uno de los episodios másinteresantes y más emocionantes desde el punto devista psíquico de la historia y de la revolución. Loscontendientes —el que ha desafiado y el que ha su-frido el desafío— son inteligentes y políticos pero,sin embargo, caen ambos en el mismo error: se des-conocen mutuamente porque creen conocerse desdehace tiempo. Para Fouché, Robespierre es todavía elabogado delgaducho y agotado que, en su provincia,en el casino de Arras, junto con él gastaba pequeñasbromas y componía breves poesías dulzonas, a lamanera de Grécourt, y que luego aburría a la Asam-blea de 1789 con sus discursos enfáticos. Fouché nose daba cuenta, o se dio cuenta demasiado tarde, deque con un trabajo duro y tenaz, empujado por elímpetu de su propia obra, el demagogo Robespierrese había transformado en hombre de Estado; elsuave intrigante, en político de inteligencia aguda; el

Page 97: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

97

retórico, en orador. Casi siempre la responsabilidadeleva al hombre a la grandeza; así creció Robes-pierre en la conciencia de su misión. En medio deambiciosos y alborotadores, siente la salvación de laRepública como el problema de su vida impuestopor la Providencia. Como sagrada misión para lahumanidad, experimenta la necesidad de realizar suconcepción de la República, de la revolución, de lamoral, y hasta de la divinidad. Esta rigidez de Ro-bespierre constituye al mismo tiempo la belleza y ladebilidad de su carácter, porque embriagado con supropia incorruptibilidad, apasionado por su durezadogmática, considera cualquier opinión opuesta a lasuya, no sólo como algo diferente, sino como unatraición. Y con el puño frío de un inquisidor, em-puja como a herejes a todos los que piensan de otramanera a la nueva hoguera: la guillotina. Sin dudaalguna, una idea grande y pura anida en el Robespie-rre de 1794. Pero se anquilosa en su espíritu. Ni élcrece con su idea, ni ésta germina en él (es el destinode todas las almas dogmáticas), y esta ausencia decalor comunicativo, de humanidad, priva a su obrade verdadera fuerza creadora. Su fuerza está única-mente en la rigidez, en la dureza de su poder; lodictatorial es para él sentido y forma de su vida. La

Page 98: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

98

revolución va a llevar su imagen o a agrietarse hastavolverse una ruina.

Un hombre así no tolera contradicción ni opi-nión contraria a la suya en las cosas del espíritu Notolera a nadie a su lado y menos frente a él. Sólosoporta a los hombres si reflejan, como espejos, suspropias opiniones; si son sus esclavos espiritualescomo Sain-Just y Couthon; a los demás, los eliminasin clemencia con la terrible corrosión de su tempe-ramento bilioso. Persiguió a los que se apartaron desu criterio, pero sobre todo —y terriblemente— alos que se opusieron a su voluntad, a los que norespetaron su infalibilidad. Y esto es lo que ha he-cho Joseph Fouché. Nunca le pidió consejo, nuncase doblegó ante el amigo de otros tiempos, se sentóen los bancos de sus enemigos; transgredió con au-dacia los límites de un socialismo moderado y razo-nable señalados por Robespierre, predicando elcomunismo y el ateísmo. Pero hasta ahora Ro-bespierre no se había ocupado seriamente de él; leparecía demasiado pequeño. Este diputado no erapara él más que el pequeño profesor de Seminarioque conoció aún con la sotana y luego como pre-tendiente de su hermana; un pequeño y ruin ambi-cioso que traicionó a su Dios, a su novia, y a todas

Page 99: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

99

sus convicciones. Y lo despreciaba con todo el odiode la rigidez contra la flexibilidad, de la convicciónsin reserva contra el afán de éxito; con la descon-fianza de la naturaleza religiosa contra la profana.Pero este odio todavía no se ha concentrado en lapersona de Fouché. Sólo lo incluye en la especie, loconsidera una variedad. Es demasiado altanero parareparar en él. ¿Para qué molestarse con un intrigantede esa calaña, que podría aplastar con el pie siempreque quisiera? Como hacía tanto tiempo que lo des-preciaba, Robespierre sólo se había dignado obser-var a Fouché, pero no lo había combatido seria-mente.

Ahora empiezan a darse cuenta de hasta quépunto era excesivo el mutuo desprecio que se te-nían. Fouché reconoce el poder inmenso que hallegado a tener Robespierre durante su ausencia.Todas las instituciones se le someten: el Ejército, laPolicía, la Justicia, los Comités, la Convención y losjacobinos. Luchar contra él le parece inútil. PeroRobespierre lo ha obligado a la lucha y Fouché sabeque está perdido si no vence. Siempre de una deses-peración surge una última fuerza, y así, a dos pasosdel abismo, Fouché se vuelve repentinamente contrasu perseguidor como un ciervo exhausto que ataca

Page 100: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

100

al cazador desde la última maleza donde se ha refu-giado, sólo con el valor de la desesperación.

Las primeras hostilidades las inicia Robespierre.Por ahora sólo quiere darle una lección al imperti-nente, un aviso, un puntapié. El motivo para ello selo ofrece aquel discurso célebre del 6 de mayo, en elque invita a todos los intelectuales de la República"a reconocer la existencia de un Ser Supremo y de lainmortalidad como potencia conductora del Uni-verso". Nunca ha pronunciado Robespierre un dis-curso más impetuoso, más bello que éste, que escri-bió, según se dice, en la finca de Juan JacoboRousseau. En él el dogmático se convierte casi enpoeta; el idealista turbio, en pensador. Separar lacreencia de la no creencia y también de la supersti-ción:; crear una religión que se eleve, por un lado,sobre el cristianismo corriente, adorador de imáge-nes, e igualmente sobre el puro materialismo y elateísmo; o sea mantenerse en un término medio,como trata de hacerlo siempre en todas las cuestio-nes espirituales, ésa es la idea fundamental de sudiscurso que, a pesar de su retórica rimbombante,demuestra una verdadera ética y una voluntad apa-sionada de humana elevación. Pero ni en esta esferaelevada se puede librar de lo político; incluso en las

Page 101: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

101

ideas eternas se mezclan su rencor y sus ataquespersonales. Con odio recuerda a los muertos que élempujó a la guillotina y se burla de las víctimas desu política, de Danton y de Chaumette, como deejemplos despreciables de inmoralidad y ateísmo. Yde repente, con un golpe que pega en el corazón, sevuelve contra el único de los predicadores ateos queha sobrevivido a su ira, contra Joseph Fouché: "Di-nos, ¿quién te ha encomendado la misión de anun-ciar al pueblo que no hay ninguna deidad? ¿Quéventajas ves en inculcar a los hombres que una fuer-za ciega decide su destino, que castiga por pura ca-sualidad tanto la virtud como el pecado, y que sualma no es más que débil aliento que se apaga en elumbral de la tumba? Desagradable sofista, ¿con quéderecho te atreves a arrancar a la inocencia el cetrode la razón, para ponerlo en manos del pecado? ¿Aecharle encima a la Naturaleza un manto mortuorio,a hacer más desesperante la desgracia, disculpar elcrimen, oscurecer la virtud y rebajar la humani-dad?... Sólo un criminal despreciable ante sí mismo,repugnante a los demás, puede creer que la Natura-leza no nos puede ofrecer nada más bello que lanada".

Page 102: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

102

Inmenso aplauso premia al grandioso discurso deRobespierre. Por una vez, la Convención se sienteelevada sobre las bajezas de la lucha cotidiana yunánimemente acuerda la fiesta propuesta por Ro-bespierre en honor del Ser Supremo. ÚnicamenteJoseph Fouché queda mudo y se muerde los labios.Ante un triunfo así de su adversario es mejor callar.Sabe que no se puede medir públicamente con esteretórico magistral. Sin palabras, pálido, recibe estaderrota en pública asamblea, decidido sólo a ven-garse, a desquitarse.

Durante días, durante semanas no se oye nada deFouché. Robespierre cree que ha acabado con él; elpuntapié parece haber bastado al insolente. Perocuando Fouché no se deja ver, cuando no se oye nise sabe nada de él, es porque trabaja sub-terráneamente, obstinado, metódico, como un topo.Hace visitas a los Comités, busca amistades entrelos diputados, es amable y afectuoso con todo elmundo y a todo el mundo procura atraerse. Se mue-ve intensamente entre los jacobinos, donde la pala-bra hábil y suave vale mucho, donde sus proezas deLyon lo han favorecido bastante. Nadie sabe clara-mente qué quiere, qué proyecta, qué va a hacer este

Page 103: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

103

hombre insignificante y atareado, que urde y tramapor todas partes.

Y de pronto en forma inesperada se hace la clari-dad para todo el mundo, y más que para nadie, paraRobespierre. El 18 de Prairial Joseph Fouché porgran mayoría de votos, es elegido presidente delclub de los jacobinos.

Robespierre se estremece; ni él ni nadie esperabaalgo así. Ahora reconoce con qué contrincante as-tuto y audaz tiene que entendérselas. Hacía dos añosque no le pasaba nada parecido: que un hombre ata-cado públicamente por él se atreviera a sostenerse.Todos habían desaparecido rápidamente, apenas sumirada los rozaba. Danton se había fugado a su fin-ca; los girondinos había huido a las provincias;otros, se quedaban en sus casas y no daban señalesde vida. ¡Y este cínico, públicamente señalado porél en la Asamblea Nacional como impuro, se refugiaen el santuario, en el sagrario de la revolución, en elclub de los jacobinos y gana allí subrepticiamente lamás alta dignidad que puede ser otorgada a un pa-triota! No debe olvidarse la fuerza moral gigantescaque tiene en sus manos este club, precisamente en elúltimo año de la revolución. La prueba decisiva, lapiedra de toque del patriota consiste en que el club

Page 104: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

104

de los jacobinos lo honre con su admisión. El quees expulsado de su seno, en cambio, el que quedaexcluido, ése siente la amenaza de la cuchilla sobresu cabeza. Generales, caudillos populares, políticos,todos doblan la cerviz ante este Tribunal en últimainstancia de la ciudadanía. Los miembros de esteclub vienen a ser una especie de pretorianos de larevolución, la Guardia de Corps de la casa sagrada.Y estos pretorianos, los más severos, los más fieles,los más inflexibles de los republicanos, han elegidocomo jefe a Joseph Fouché. La ira de Robespierreno tiene límites. Es demasiado fuerte que este cana-lla entre en sus dominios, se instale precisamente enel sitio adonde él recurre contra sus enemigos, don-de intensifica su propia fuerza, en el círculo de losfieles. ¿Y ahora habrá que pedirle permiso a ese Jo-seph Fouché, cuando quiera pronunciar un discur-so? ¿Tendrá que someterse él, Maximiliano Robes-pierre, al capricho favorable o adverso de un JosephFouché?

Robespierre concentra toda su energía. Esta de-rrota tiene que ser vengada con sangre. ¡Fuera conél inmediatamente, no sólo de la silla presidencial,sino de la sociedad de los patriotas! En seguida, leecha encima a Fouché a unos ciudadanos de Lyon

Page 105: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

105

que se quejan contra él, y cuando Fouché, sorpren-dido, cobarde como siempre en la disputa pública,se defiende con torpeza, Robespierre interviene yadvierte a los jacobinos "que no se dejen engañarpor impostores". Ya con esto casi consigue derribara Fouché al primer golpe. Pero todavía Fouché tienela Presidencia en sus manos y ésa es la manera determinar el debate antes de tiempo. Con poca ga-llardía, corta la discusión y se retira a la oscuridadpara preparar un nuevo ataque.

Sin embargo, Robespierre ya sabe con quién trata.Ha sorprendido el método de lucha de Fouché; sabeque es hombre que no da la cara en el desafío, quese retira siempre para preparar desde la sombra susataques traicioneros. No es suficiente fustigar a unintrigante tan tenaz, hay que perseguirlo hasta suúltima guarida, y aplastarlo con el pie; hay que cor-tarle la respiración, hay que inutilizarlo definitiva-mente y para siempre.

Por eso Robespierre se echa sobre él. Repite suacusación pública contra él ante los jacobinos y pideque aparezca Fouché en la próxima sesión para jus-tificarse. Naturalmente, Fouché no va. Conoce de-masiado bien su lado fuerte y su lado flaco; no quie-re darle a Robespierre la satisfacción de que se

Page 106: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

106

complazca en rebajarlo ante tres mil personas. Me-jor volver a la oscuridad, mejor dejarse vencer ymientras tanto ganar tiempo. Tiempo precioso. Poreso escribe muy amable a los jacobinos que sientetener que renunciar a excusarse públicamente. Hastaque no hayan decidido las dos Comisiones sobre suactitud, ruega sea aplazado el juicio sobre él.

Sobre esta carta se echa Robespierre como sobreuna presa. Ha llegado el momento de atraparlo, deaniquilarlo, definitivamente. El discurso que pro-nunció el 23 de Mesidor (11 de junio) contra JosephFouché es el ataque más encarnizado, el más peli-groso, el más lleno de bilis que Robespierre pro-nunció contra un adversario.

Ya desde las primeras palabras se ve que Robes-pierre no quiere herir a su enemigo: quiere matarlo.No quiere humillarlo, sino aplastarlo. Comienza contranquilidad fingida. La primera declaración suenatodavía muy tibia. El "individuo" Fouché no le inte-resa en absoluto. "Tenía antes con él ciertas cone-xiones, porque lo consideraba patriota; pero si aho-ra acuso aquí es, más que por sus crímenes, porquese esconde para cometer otros y porque lo conside-ro jefe del "complot" que tenemos que deshacer.Ante la carta que acaba de ser leída, digo que ha si-

Page 107: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

107

do escrita por un hombre que, estando acusado, seniega a justificarse ante sus conciudadanos. Estosupone el principio de un sistema de tiranía, porqueel que se niega a justificarse ante la comunidad po-pular a la que pertenece como miembro, ataca a laautoridad de esta organización. Es asombroso queel mismo que antes se esforzaba por alcanzar la be-nevolencia de la sociedad, la desprecie cuando se veacusado, y que se presente implorando, en ciertomodo, la ayuda de la Convención contra los jacobi-nos". Súbitamente surge el odio personal; hasta enla fealdad física de Fouché encuentra motivo paradenigrarlo. "¿Teme acaso —dijo sarcástico— losojos y los oídos del pueblo? ¿Teme que su tristepresencia delate demasiado claramente su crimen?¿Teme que seis mil miradas enfocadas sobre él des-cubran toda su alma en sus pupilas, a pesar de que laNaturaleza las haya dotado de falsía y disimulo?¿Teme que su lengua descubra la confusión y lacontradicción del culpable? Toda persona razonableha de reconocer que el miedo es el único motivo desu actitud, y todo el que teme las miradas de susconciudadanos es culpable. Yo requiero aquí a Fou-ché ante el tribunal. Que se justifique y diga quién hamantenido más dignamente los derechos de la re-

Page 108: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

108

presentación del pueblo, él o nosotros, y quién denosotros aniquiló más bravamente las parcialida-des". Aún lo llama "bajo y despreciable impostor",cuya actitud es la confesión de sus crímenes, y hablacon insinuaciones pérfidas de "hombres cuyas ma-nos están llenas de botín y de crímenes". Terminacon estas palabras amenazadoras: "Fouché se hacaracterizado lo bastante a sí mismo; he hecho estaadvertencia únicamente para que sepan los conspi-radores, para siempre, que no van a escapar a la vi-gilancia del pueblo".

Aunque estas palabras anuncian claramente unasentencia de muerte, la Asamblea obedece a Robes-pierre. Y sin vacilación expulsa, como indigno delclub de los jacobinos, a su antiguo presidente.

Ya está Joseph Fouché predestinado a la guilloti-na como un tronco de árbol que espera el golpe delhacha. La exclusión del club de los jacobinos supo-ne el estigma y la acusación de Robespierre, y tanenconada actitud equivale a una condena segura.Fouché está amortajado en pleno día. Todos espe-ran a cada momento su detención, y él más que na-die. Ya no duerme en su casa, en su propia cama,por miedo de que a media noche lleguen los gen-darmes, como sucedió con Danton y Desmoulins.

Page 109: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

109

Se oculta en casa de unos amigos valerosos, porquehay que tener valor para cobijar a un proscrito ofi-cial, y hasta supone valor hablar públicamente conél. La Policía sigue cada uno de sus pasos, dirigidapor Robespierre, y da cuenta de sus relaciones, desus visitas. Invisiblemente está cercado, atado a cadamovimiento, entregado ya al cuchillo.

De los setecientos diputados es Fouché el másamenazado, y no hay posibilidad de salvación paraél. Ha probado una vez más agarrarse a alguna par-te: a los jacobinos; pero el puño feroz de Robespie-rre le ha arrancada este asidero. En realidad lleva lacabeza prestada sobre sus hombros. Porque ¿quépuede esperar de la Convención, de esta cobarde yamedentrada horda de borregos, que bala parcial-mente un "sí" en cuanto la Comisión pide una víc-tima de su seno para la guillotina? Ha entregado atodos sus antiguos jefes, sin resistencia, al Tribunalde la revolución: a Danton, a Desmoulins, aVergniaud, sólo para no hacerse sospechosa con suresistencia. ¿Y por qué no a Fouché? Mudos, mie-dosos, estupefactos, están en sus bancos los queantiguamente fueron tan bravos y apasionados. Eseveneno horrendo, enervante, que aniquila las almas,el miedo, paraliza su voluntad.

Page 110: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

110

Pero el secreto del veneno siempre ha sido ence-rrar virtud curativa si se lo sabe destilar, si se estru-jan sus fuerzas ocultas. Paradójicamente, tambiénesta vez lo es: y el miedo a Robespierre actúa comola salvación de los que lo temen. No se le perdona aun hombre que durante semanas, durante meses,imponga un miedo que destroza el alma con la in-certidumbre y paraliza la voluntad; nunca ha podidosoportar largo tiempo la humanidad, o una parte dela humanidad por lo menos, la dictadura de un solohombre sin odiarlo. Y este odio de los sometidosfermenta subterráneamente en todos los círculos.Cincuenta, sesenta diputados que, como Fouché, yano se atreven a dormir en su casa, se muerden loslabios cuando Robespierre pasa junto a ellos; mu-chos cierran los puños detrás de la espalda, mientrasvitorean sus discursos. Cuanto más duramente ymás tiempo domina el incorruptible, más crece laantipatía contra la voluntad desmedida. Poco a pocolos ha herido y ofendido a todos: al ala derecha,porque llevó al patíbulo a los girondinos; a la iz-quierda, porque echó al cesto las cabezas de los ex-tremistas; a la Comisión de Salud pública, porque leimpuso su voluntad; a los negociantes, porque ame-nazaba sus negocios; a los ambiciosos, porque obs-

Page 111: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

111

truia su camino; a los envidiosos, porque gobierna, ya los oportunistas, porque no se alía con ellos. Sifuera posible reunir en una sola voluntad y en unsolo puñal el odio de cien cabezas, esta cobardíadispersa en una daga cuyo golpe entrara en el cora-zón de Robespierre, estarían todos salvados: Fou-ché, Barras, Tallien, Carnot, todos sus enemigossecretos. Pero para alcanzas esto habría que llevar amuchas de estas mentes débiles la convicción deque están amenazadas por Robespierre; habría queagrandar aún la esfera de miedo y desconfianza,aumentar artificialmente la tensión. Habría que ha-cer pesar más aún el bochorno angustioso, esa pre-sión de incertidumbre de los discursos tenebrososde Robespierre sobre los nervios de cada uno, elterror más terrible, el miedo más miedoso; entoncesquizá la masa sería lo bastante valiente como paraacometer al solitario.

Aquí comienza la verdadera actividad de Fouché.Desde la madrugada hasta la alta noche se arrastrade un diputado a otro, murmurando acerca de lanuevas listas de conscripción misteriosas que prepa-ra Robespierre, y a cada uno le susurra: "Tú estás enla lista", o "Tú irás con la carga siguiente". Y enefecto, así poco a poco, subterráneamente, se pro-

Page 112: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

112

paga un miedo tremendo. Y es que ante un Catóncomo éste, ante una incorruptibilidad tan ilimitada,la mayor parte de los diputados no tienen la con-ciencia completamente limpia. Uno ha actuado enasuntos financieros; el otro, ha contradicho algunavez a Robespierre; el tercero, se ha ocupado en ex-ceso de mujeres (todos son crímenes a los ojos deeste puritano de la República); el cuarto, ha cultiva-do alguna vez la amistad de Danton o de algún otrode los ciento cincuenta condenados; el quinto, haocultado a un condenado; el sexto, ha recibido unacarta de un emigrado: en fin, todos tiemblan; todostemen su posible ataque; ninguno se siente lo bas-tante puro como para responder por completo a lasexigencia demasiado severas que Robespierre pide ala virtud ciudadana. Fouché va de uno a otro, comolanzadera en el telar, tendiendo siempre nuevos hi-los, anudando nuevos puntos, captando nuevos di-putados en esta tela de araña de desconfianza y sos-pechas. Pero es un juego peligroso, porque es muysutil la tela de araña, y un solo gesto brusco de Ro-bespierre, una sola palabra de traición, puede rom-per su tejido.

Este papel misterioso, desesperado, peligrosos "yde segundo plano" que Fouché desempeña en la

Page 113: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

113

conspiración contra Robespierre, no ha sido sufi-cientemente acentuado en la mayoría de las descrip-ciones. En muchas, en las más superficiales, ni se lonombra. La historia se escribe casi siempre segúnlas apariencias, y los cronistas de aquellos últimosdías emocionantes, sólo señalan el gesto entre dra-mático y patético de Tallien, que maneja en la tribu-na el puñal con que se quiere herir, y la energíabrusca de Barras, que reúne a las tropas, y la acusa-ción de Bourdon; en fin, presentan a los actores delgran drama que se desarrolla el 9 de Termidor y noreparan en Fouché. Él no ha trabajado, en efecto,durante aquellos días sobre el escenario de la Con-vención. Su trabajo se desarrolló entre bastidores;fue el más difícil, el de "regisseur", de director deescena en este juego audaz y peligroso. Ha delinea-do las escenas y entrenado a los actores; ha ensaya-do, invisible, en la oscuridad, y ha dado réplica en laoscuridad también. Ha estado en su verdadero pa-pel. Pero si su actuación pasó inadvertida para loshistoriadores, hubo alguien consciente de su pre-sencia y de su actividad: Robespierre. A la luz deldía lo designó con su verdadero nombre: "Chef de laConspiration".

Page 114: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

114

Que algo se prepara en secreto contra él lo pre-siente muy bien este espíritu desconfiado y receloso,por la resistencia repentina de las Comisiones, y másclaramente quizá por la amabilidad y sumisión ex-trema de algunos diputados que sabe que son susenemigos. Algún golpe, desde la sombra, siente Ro-bespierre que se prepara; conoce también la manoque va a dirigirlo; conoce al "Chef de la Conspiration" yestá sobre aviso. Cautelosamente exploran sus ten-táculos: una policía propia, espías particulares, quele comunican, paso por paso, las gestiones, las reu-niones, las conversaciones de Tallien, de Fouché yde los demás conspiradores. Cartas anónimas loprevienen o lo animan a apropiarse pronto de ladictadura y a derribar enemigos antes de que puedanreunirse. Y para confundirlos y engañarlos a su vez,se pone repentinamente la máscara de la indiferen-cia contra el poder político. No se presenta ya en laConvención, ni en la Comisión. Acompañado porsu gran perro de terranova se lo ve solo, con un li-bro en la mano, los labios apretados, vagando por lacalle o por los cercanos bosques, ocupado, en apa-riencia únicamente, con sus amados filósofos e indi-ferente al poder. Pero cuando regresa de noche a suhabitación trabaja durante horas enteras en su gran

Page 115: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

115

discurso. Infinitamente lo escribe: el manuscritomuestra innumerables correcciones y añadiduras.Porque este discurso decisivo y grande, con el quequiere estrellar a todos sus enemigos de una vez,debe surgir en forma inesperada, afilado como unhacha, lleno de ímpetu retórico, brillante de ingenioy pulido por el odio. Con esta arma quiere atacar re-pentinamente a los sorprendidos antes de que sepuedan entender y reunir. Todo es poco para darlemayor filo a su corte y envenenarlo mortalmente, ysobre este trabajo macabro pasan largos y preciososdías.

Pero no hay que perder más tiempo; cada vez conmás urgencia los espías secretos le comunican con-ciliábulos. El 5 de Termidor cae en manos de Ro-bespierre una carta de Fouché, dirigida a su herma-na, en la que dice misteriosamente: "No tengo quetemer nada de las calumnias de Maximiliano Ro-bespierre... dentro de poco oirás el desenlace de esteasunto, el que espero resulte ventajoso para la Re-pública". "Dentro de poco": Robespierre está pre-venido. Hace venir a su amigo Saint-Just y se encie-rra con él en su estrecha buhardilla de la rue Saint-Honoré. Allí se determina el día y modo del ataque.El 8 de Termidor Robespierre debe sorprender y

Page 116: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

116

paralizar a la Convención con su discurso, y el 9,Saint-Just debe pedir las cabezas de sus enemigos,de los obstinados de la Comisión y, sobre todo, lade Joseph Fouché.

La expectativa es ya casi insoportable. Tambiénlos conspiradores sienten el rayo en las nubes. Peroaún vacilan en atacar al hombre más poderoso deFrancia, que tiene en sus manos todas las potencias:la administración municipal y el ejército, los jacobi-nos y el pueblo, la gloria y la fuerza de un nombreintachable. Aún no se sienten bastante seguros,bastante numerosos, bastante decididos, bastanteaudaces como para atacar a este gigante de la revo-lución en batalla abierta. y se van enfriando algunosy hablan de retirada y reconciliación. La conspira-ción, trabajosamente tramada, amenaza deshacerse.

En este momento, la Providencia, más genial quetodos los poetas, pone un peso decisivo en el plati-llo de la balanza oscilante. Y es precisamente Fou-ché el predestinado que hará explotar la mina. Enestos días a este perseguido hasta la desesperación,amenazado a cada momento por el rayo del cuchi-llo, le ocurre una última y extrema desgracia en suvida privada, más fuertes que las desdichas de susuerte política. Duro, frío, intrigante y poco comu-

Page 117: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

117

nicativo en público y en la política, este hombre sin-gular es, en el hogar, el esposo más afectivo, el pa-dre de familia más tierno. Ama apasionadamente asu mujer, horriblemente fea, y ama sobre todo a suhijita, nacida en los días del preconsulado, bautizadapor su propia mano en la plaza de Nevers, con elnombre de "Nièvre". Este niña, tierna, pálida, suídolo, enferma repentinamente en aquellos días deTermidor, y a las preocupaciones por su propia vidaen peligro se suma la zozobra por la vida de su hi-jita. Prueba cruel: saber que su hija querida, débil,enferma del pecho, está sola con su mujer, y acosa-do por Robespierre, no poder velar junto al lechode su hija moribunda. Debe ocultarse en hogaresextraños, en buhardillas. En lugar de dedicarse a ellay respirar su aliento expirante, debe correr sobrebrasas, ir de un diputado a otro, mentir, implorar,conjurar, defender su propia vida. Con el espírituatribulado, con el corazón roto: así vaga el infeliz enlos días ardientes de julio (el más caluroso desdehace muchos años) incansable, de un lado a otropor el escenario político, sin ver cómo sufre y mueresu niña amada.

El 5 o el 6 de Termidor acaba esta dura prueba.Fouché acompaña un pequeño ataúd al cementerio:

Page 118: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

118

la niña ha muerto. Estas pruebas endurecen. Pre-sente en la imaginación la muerte de su hija, no temepor su propia vida. Una nueva audacia, la audacia dela desesperación, fortalece su voluntad. Y cuandolos conspiradores titubean aún y quieren aplazar lalucha, entonces él, Fouché, que ya no tiene nada queperder más que su vida, dice por fin la frase decisi-va: "Mañana hay que dar el golpe". Y esta frase fuepronunciada el 7 de Termidor.

La mañana del 8 de Termidor comienza. Díahistórico. Desde la madrugada, ya pesa el cielo des-pejado de julio, ardiente, sobre la ciudad despreo-cupada. Y únicamente en la Convención reina,desde muy temprano, una actividad extraña: en losrincones se juntan los diputados y murmuran; nuncase había visto tanta gente extraña y tanto curioso enlos corredores y en las tribunas. El misterio y la ex-pectativa fluyen incorpóreos por el espacio; de ma-nera inexplicable se ha divulgado el rumor de quehoy Robespierre va a ajustar cuentas con sus enemi-gos. Quizás alguien acechó a Saint-Just y observócómo regresaba de noche a la habitación cerrada; enla Convención se conoce bien el efecto de estosconsejos secretos. ¿O es que, Robespierre tiene por

Page 119: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

119

otra parte noticias de los proyectos bélicos de susadversarios?

Todos los conjurados, todos los que saben queestán amenazados, examinan con miedo las caras desus colegas: ¿Habrá revelado alguno —¿quién?— elsecreto peligroso? ¿Se les adelantará Robespierre olo podrán aplastar antes de que tome la palabra?¿Los abandonará o los protegerá la masa insegura ycobarde de la mayoría, "le marais"? Todos vacilan yse sobrecogen. Igual que el bochorno del cielo gris-plomo sobre la ciudad, pesa la inquietud psíquica,amenazante, sobre la Asamblea.

Y efectivamente, apenas se abre la sesión, Robes-pierre hace uso de la palabra. Se ha ataviado solem-nemente, como para la fiesta aquella del Ser Supre-mo. Lleva el ya histórico traje celeste con las mediasblancas de seda, y despacio, con solemnidad inten-cionada, sube a la tribuna. Sólo que esta vez no llevaen la mano una antorcha sino, como los lictores elmango de su hacha, un voluminoso rollo de papel:su discurso. Que alguno sepa que su nombre está enestas hojas cerradas equivale a saber su propia per-dición. Por eso cesan repentinamente, como corta-dos, charlas y murmullos en los bancos. Desde eljardín, desde las tribunas, se apresuran a entrar los

Page 120: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

120

diputados a tomar asiento en sus lugares. Cada unoexamina con temor la expresión de esta cara delga-da, tan conocida. Pero glacial, encerrado en sí mis-mo, impenetrable a toda curiosidad, Robespierredespliega lentamente su discurso en la tribuna. An-tes de empezar a leer con sus ojos miopes, levanta lamirada para aumentar la expectativa, la dirige dederecha a izquierda, de arriba a abajo, de abajo aarriba, despacio, frío, amenazante sobre la Asam-blea casi narcotizada. Allí están sentados sus pocosamigos, la muchedumbre numerosa de los indecisosy el montón cobarde de los conjurados que acechasu perdición. Los mira cara a cara. Pero hay uno aquien no ve. Uno solo de sus enemigos falta en estahora decisiva: Joseph Fouché.

Y cosa extraña: sólo el nombre del ausente, elnombre de Joseph Fouché, se menciona en el de-bate, y en su nombre precisamente se enciende lalucha postrera; la decisiva.

Robespierre habla largo tiempo, extensamente,fatigosamente; según su antigua costumbre, dejagravitar el hacha siempre sobre los innominados,habla de conspiraciones y conjuraciones, de indig-nos y de criminales, de traidores y maquinaciones;pero no pronuncia ningún nombre. Le basta con

Page 121: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

121

hipnotizar a la asamblea: el golpe mortal lo darámañana Saint-Just contra las víctimas paralizadas.Durante tres horas deja alargarse en el vacío su dis-curso vago y retórico. Y cuando, por fin, termina, laAsamblea está más enervada que asustada.

Por lo pronto no se mueve ni una mano. La in-certidumbre pesa sobre todos. Nadie puede decir sieste silencio afirma una derrota o una victoria; ladiscusión habrá de decidirlo.

Por fin uno de sus satélites pide que la Conven-ción acuerde la impresión del discurso y, de esa ma-nera, se dé su aprobación. Nadie se opone. Cobar-de, sumisa y, en cierto modo, satisfecha de que hoyno le hayan pedido nuevas cabezas, nuevas reduc-ciones, la mayoría aprueba. Pero en el último mo-mento se lanza uno de los conspiradores —sunombre pertenece a la historia: Bourdon de l'Oise—y habla contra la impresión del discurso, y esta solavoz desentumece a las demás. Los cobardes seagrupan poco a poco, se agavillan y se unen en unacto de valor desesperado; uno tras otra culpan aRobespierre por haber formulado sus declaracionesy sus amenazas demasiado confusamente: que digade una vez, con claridad, a quién acusa en realidad.En un cuarto de hora ha variado la escena; Robes-

Page 122: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

122

pierre, el agresor, se reduce a defenderse, debilita sudiscurso en vez de reforzarlo, declara no haber acu-sado ni culpado a nadie.

En este momento suena repentinamente una voz,la de un diputado insignificante, que grita: "Et Fou-ché?" —¿Y Fouché?— Se ha pronunciado el nom-bre: el nombre de quien ha sido señalado como jefede la conspiración, como traidor de la revolución.Ahora podría, ahora debiera dar el golpe Robespie-rre. Pero, cosa extraña, inexplicablemente extraña,Robespierre elude la respuesta: "No quiero ocupar-me ahora de él, obedezco solamente la voz de miconciencia".

Esta contestación evasiva de Robespierre perte-nece a los secretos que se llevó a la tumba. ¿Porqué, en este momento de vida o muerte, respeta asu enemigo más cruel? ¿Por qué no lo deshace, porqué no ataca al ausente, al único ausente? ¿Por quéde esa manera no libra de la opresión del miedo atodos los demás que se sienten atemorizados y quesin duda entregarían a Fouché para salvarse ellos?La misma noche —así afirma Saint-Just— Fouchéhabía intentado acercarse nuevamente a Robespie-rre. ¿Es un ardid o es verdad? Varios testigos pre-tenden haberlo visto en esos días sentado en un

Page 123: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

123

banco con Carlota Robespierre, su antigua novia:¿ha intentado verdaderamente una vez más persua-dir a la solterona para que intercediera frente a suhermano? ¿Quiso en realidad el desesperado trai-cionar a los conspiradores para salvar su propia ca-beza? ¿O para que Robespierre se confíe y la cons-piración quede protegida, quiso fingir ante él arre-pentimiento y sumisión? ¿Ha hecho también estavez, como mil veces, doble juego este tahur? ¿Y talvez, con tal de sostenerse, el incorruptible y amena-zado Robespierre estaba dispuesto a respetar enaquella hora a su más odiado enemigo? ¿Fue estanegativa a acusar a Fouché señal de un acuerdo se-creto o fue sólo un recurso?

No se sabe. Alrededor de la figura de Robespie-rre se cierne todavía hoy, al cabo de tantos años,una sombra de misterio. Nunca la historia adivinarápor completo a este hombre impenetrable. Nunca sesabrán sus últimos pensamientos: si quiso verdade-ramente la dictadura para él o la República para to-dos; si quiso salvar la República o heredarla, comoNapoleón. Nadie conoció sus pensamientos mássecretos, los pensamientos de su última noche: del 8al 9 de Termidor.

Page 124: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

124

Porque es, efectivamente, su última noche: en elladecide la suerte. A la luz de la luna de la noche so-focante de julio brilla, pulida, la guillotina. ¿Mañanasu frío helado quebrará las vértebras del triunviratoTallien, Barras y Fouché o caerá sobre Robespierre?Ni uno solo de los seiscientos diputados se acuestaesa noche. Ambos partidos preparan la lucha final.Robespierre ha ido desde la Convención a los jaco-binos; ante velas de cera oscilantes, temblando deemoción, les lee su discurso, rechazado por los di-putados. Un frenético aplauso lo rodea nuevamente,por última vez; pero él, lleno de presentimientoamargo, no se deja engañar por el entusiasmo de lostres mil que lo rodean y califica de testamento a sudiscurso. Mientras tanto, su escudero Saint-Just lu-cha en la Comisión hasta la madrugada, como undesesperado, contra Collot, Carnot y los demásconjurados, al mismo tiempo que se teje en los pasi-llos de la Convención la red que ha de apresar ma-ñana a Robespierre. Dos, tres veces, como la lanza-dera en el telar, van los hilos de derecha a izquierda,del partido de la "montaña" a la vieja reacción; hastaque por fin, al amanecer, se ha tramado, firme,irrompible, el pacto. Aquí aparece repentinamenteFouché, pues la noche es su elemento, la intriga su

Page 125: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

125

verdadero escenario. Su cara color plomo, blan-queada aún más por el miedo, pulula espectralmentepor los salones poco iluminados. Susurra, adula,promete, asusta, amedrenta y amenaza aquí y allá, yno descansa hasta que no cierra el pacto. A las dosde la madrugada, por fin, todos los adversarios es-tán de acuerdo para aniquilar al enemigo común:Robespierre. Fouché ya puede descansar.

También está ausente Fouché de la sesión del 9de Termidor. Pero puede descansar, puede faltar; suobra está hecha, la red anudada, y decidida por fin lamayoría a no dejar escapar con vida al demasiadopeligroso, al demasiado fuerte. Apenas Saint-Just, elescudero de Robespierre, empieza la discusiónmortífera preparada contra los conspiradores, lointerrumpe Tallien, porque han acordado no dejarhablar a ninguno de los oradores peligrosos: niSaint-Just ni Robespierre. Hay que estrangularlosantes de que puedan hablar, antes de que puedanacusar. Y así los oradores se apresuran, hábilmentedirigidos por el propicio presidente, uno tras otro, ala tribuna, y cuando Robespierre quiere defenderse,gritan, chillan y patalean, ahogando su voz. La co-bardía contenida de seiscientas almas inseguras, elodio y la envidia acumulados durante semanas y

Page 126: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

126

meses, se echan ahora contra el hombre ante quientodos temblaron. A las seis de la tarde todo está de-cidido. Robespierre ha sido proscrito y es conduci-do a la cárcel. Es inútil que sus amigos, los verdade-ros revolucionarios que ven en él el alma apasiona-da y dura de la República y lo admiran, quieran li-brarlo y le busquen refugio en el Ayuntamiento: porla noche las tropas de la Convención conquistanesta Acrópolis de la revolución y a las dos de la ma-drugada —veinticuatro horas después de haber se-llado Fouché y los suyos el pacto de su aniquila-ción— Maximiliano Robespierre, el enemigo deFouché y, ayer aún, el hombre más poderoso deFrancia, estaba tendido, ensangrentado, con la man-díbula destrozada, sobre dos sillones de la Conven-ción. Se ha dado caza a la pieza mayor. Fouché estásalvado. A la tarde siguiente rueda el carro caminode la plaza del suplicio. El terror ha terminado; peroel espíritu fogoso de la revolución se ha apagadotambién: pasó la era heroica. Ha llegado la hora dela herencia, la hora de los aventureros, de los ambi-ciosos, de los ansiosos de botín, de las almas equí-vocas, de los generales y de los negociantes; la horade los nuevos gremios. Puede esperarse que hayallegado también la hora de Joseph Fouché.

Page 127: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

127

Mientras el carro conduce lentamente a la guillo-tina a Maximiliano Robespierre y los suyos por larue Saint-Honoré, el camino trágico de Luis XVI, deCantón y Desmoulins, y de seis mil víctimas más, lacuriosidad de la multitud se manifiesta con estrépitoy entusiasmo. Las ejecuciones vuelven a ser fiestaspopulares: banderas y gallardetes ondean sobre lostejados, desde balcones y ventanas salen gritos dealegría, una ola de júbilo brama sobre París. Cuandocae en el cesto la cabeza de Robespierre truena laplaza gigantesca en un grito único, extático, de jú-bilo. Los conjurados se asombran: ¿por qué se ale-gra el pueblo tan apasionadamente con la ejecuciónde este hombre al que París, al que Francia adorabahasta ayer como a un Dios? Y se admiran aún máscuando, a la entrada de la Convención, una multitudalborotada recibe a Talliens y Barras con exclama-ciones y admiración como verdugos del tirano, co-mo vencedores del terror. Y esto los sume en la per-plejidad, porque, al aniquilar a este hombre supe-rior, sólo han querido desembarazarse de un mo-delo de virtud incómodo, que los espiaba demasia-do; pero nadie había pensado en dejar enfriar laguillotina, en terminar con el terror. Pero ante la re-pugnancia que han llegado a inspirar las matanzas

Page 128: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

128

colectivas, y conscientes los conspiradores de lassimpatías que pueden atraerse convirtiendo a poste-riori su impulso íntimo de venganza contra Robes-pierre en un acto de humanidad, deciden, con súbitoacuerdo, aprovechar esta falsa interpretación popu-lar. Sostendrán en adelante que todos los desafuerosde la Revolución los tiene sobre la conciencia úni-camente Robespierre, que desde los fosos de cal nopuede defenderse, y que ellos fueron siempre após-toles de la dulzura, enemigos de toda dureza y exa-geración.

No es la ejecución de Robespierre, sino la actitudcobarde y mentirosa de sus sucesores la que le da al9 de Termidor su sentido histórico, porque hastaaquel día la Revolución había reclamado para sí to-dos los derechos, había tomado sobre sí tranquila-mente toda la responsabilidad... A partir de este día,en cambio, confiesa haber cometido también equi-vocaciones. Sus caudillos comienzan a negarla. Perotodo credo espiritual, toda concepción vital quedarota en sus más íntimas potencias tan pronto comose niega su derecho absoluto, su infalibilidad. Ycuando los tristes vencedores Tallien y Barras ul-trajan los cuerpos sin vida de sus grandes anteceso-res, Danton y Robespierre, como cadáveres de ase-

Page 129: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

129

sinos, y cuando se sientan miedosamente en losbancos de la derecha, de los moderados, con losenemigos secretos de la República, no traicionansolamente la historia y el espíritu de la Revolución,sino a sí mismo.

Todos esperan ver a su lado a Fouché, el conju-rado principal, el enemigo más cruel de Robespie-rre, el más amenazado, el "Chef de la Conspiration",porque bien había ganado el derecho a una sustan-ciosa parte del botín. Pero, cosa extraña, Fouché nose sienta con los otros en los bancos de las dere-chas, sino en su antiguo sitio, en la "montaña", conlos radicales. Y se envuelve en silencio. Por primeravez, es sorprendente, no va con la mayoría.

¿Por qué actúa Fouché con semejante obstina-ción?, se preguntaron muchos entonces, y se hanpreguntado más tarde algunos. La contestación essencilla: porque piensa más razonable y perspicaz-mente que los demás; porque su inteligencia supe-rior de político prevé con más profundidad la si-tuación que la frágil mentalidad de un Tallieu o unBarras, a los que únicamente el peligro confiere unaenergía momentánea. El antiguo profesor de Físicaconoce la ley kinética, según la cual una onda nopuede mantenerse rígida en el aire. Sabe muy bien

Page 130: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

130

que debe seguir un movimiento de flujo o de reflujo.Si ahora comienza, entonces, el reflujo, es porque seinicia una reacción que no podrá detener su impul-so, como no puedo detenerlo antes la revolución;irá, lo mismo que aquélla, hasta lo último, hasta elextremo, hasta la violencia. Pero entonces se rompe-rá inevitablemente este pacto anudado a toda prisa;si vence, pues, la reacción, están perdidos todos lospaladines de la revolución. Con las ideas nuevascambia también peligrosamente la medida del juiciopara los hechos de ayer. Lo que ayer era deber yatributo de virtud republicana —por ejemplo, matara tiros a mil seiscientos hombres y saquear las igle-sias— será entonces necesariamente consideradocomo un crimen; los acusadores de ayer serán losacusados de mañana. Fouché, que tiene bastantesobre su conciencia, no quiere compartir el enormeerror de los demás termidoristas (así se llaman losaniquiladores de Robespierre), que se agarran teme-rosamente a la rueda de la reacción... sabe que denada va a servirles; si la reacción se pone en movi-miento nuevamente, los arrastrará a todos consigo.Únicamente por prudencia y perspicacia permaneceFouché fiel a las izquierdas, a los radicales. Ve muy

Page 131: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

131

claramente que precisamente la cabeza de los másaudaces pronto estará amenazada.

Y Fouché tiene razón. Para hacerse populares,para afirmar una humanidad que no existió nunca,los termidoristas sacrifican a los más enérgicos delos procónsules; hacen ejecutar a Carrier, que ahogóa seis mil personas en el Loire; a Joseph Lebón, eltribuno de Arras, y a Fouquier-Tinville. Hacen vol-ver —para complacer a las derechas— a los setentay tres miembros expulsados de la Gironde y se dancuenta demasiado tarde de que con este refuerzo dela reacción quedan ellos mismos aprisionados porella. Ahora obedientemente tienen que acusar a suspropios coadjutores contra Robespierre, a Billaud-Varenne y a Collot d'Herbois, el colega de Fouchéen Lyon. Cada vez se cierne más amenazadora lasombra de la reacción sobre Fouché. Por esta vezlogra salvarse negando cobardemente toda compli-cidad en lo de Lyon (aunque no había una sola hojaen la que su firma no estuviera junto a la de Collot)y afirmando con igual falsedad haber sido persegui-do sólo por su excesiva benevolencia por el tiranoRobespierre. Con esto en efecto el astuto engaña ala Convención por algún tiempo. Puede permaneceren su sitio sin que lo moleste nadie, mientras Collot

Page 132: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

132

es mandado a la "guillotina seca", es decir, a las islascontaminadas por la fiebre de la India occidental,donde sucumbe a los pocos meses. Pero Fouché esdemasiado listo para sentirse seguro después de esteprimer rechazo; conoce la inflexibilidad de las pa-siones políticas; sabe que una reacción, lo mismoque una revolución, no deja de encarnizarse con loshombres hasta que se les rompen los dientes; queno parará en su deseo de venganza hasta que el úl-timo jacobino sea llevado ante el Tribunal y la Re-pública quede convertida en escombros. De estamanera sólo ve una salvación para la revolución, ala que está ligado indisolublemente con lazos san-grientos: reproducirla. Y sólo ve una salvación paraél: la caída del Gobierno. Otra vez el más amena-zado de todos, lo mismo que hace seis meses, iniciasolo la lucha desesperada por su vida contra fuerzassuperiores.

Cuando hay que luchar por el Poder o por la vidaes cuando Fouché desarrolla fuerzas asombrosas.Ve que por el camino leal ya no se puede impedirque la Convención persiga a los terroristas de otrostiempos; no queda entonces más remedio que el ex-perimentado tantas veces durante la revolución: elterror. Ya una vez, cuando la sentencia de los giron-

Page 133: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

133

dinos, cuando la sentencia del Rey, se intimidó a losdiputados cobardes y vacilantes (entre ellos al en-tonces todavía conservador Joseph Fouché) movili-zando a la muchedumbre de la calle contra el Par-lamento, sacando de los suburbios los batallones detrabajadores con su fuerza proletaria, con su ímpetuirresistible, izando la bandera roja de la rebelión enel Ayuntamiento. ¿Por qué no lanzar nuevamentecontra la Convención acobardada a esta vieja guar-dia de la Revolución, a los conquistadores de laBastilla, a los hombres del 10 de agosto, para quedestrocen su poder con los puños?

Claro que para ir a los arrabales y pronunciar allídiscursos fogosos, revolucionarios o, como Marat,bajo peligro de muerte, arrojar folletos que excitenal pueblo, para eso Fouché es demasiado cauto. Nole gusta exponerse, prefiere evitar la res-ponsabilidad; su maestría no es la del discurso am-puloso y arrebatador, sino la del susurrar y escon-derse detrás de otro. Y también esta vez encuentraal hombre propicio que, adelantándose audaz y de-cididamente, lo cubre con su sombra.

Por París vaga entonces, proscrito y humillado,un verdadero y apasionado republicano: FranciscoBaboeuf, que se llama a sí mismo Graco Baboeuf.

Page 134: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

134

Tiene un corazón desbordante y una inteligenciamediocre. Proletario de las entrañas del pueblo, an-tiguo agrimensor e impresor, tiene pocas ideas yprimitivas; pero las alimenta con pasión varonil y lasenardece con el fuego de la verdadera convicciónrepublicana y social. Los republicanos burgueses yhasta el mismo Robespierre habían eludido concautela las ideas socialistas y a veces comunistas deMarat sobre la nivelación de la propiedad; pero lespareció preferible hablar muchísimo de libertad y defraternidad... y poco de igualdad en cuanto se referíaal dinero y a la propiedad. Baboeuf recoge las ideasde Marat, olvidadas y reprimidas, las aviva con sualiento y las lleva como una antorcha por los barriosproletarios de París. Esta llama puede elevarse derepente, convertir en ceniza en un par de horas atodo París y al país entero, porque poco a poco elpueblo va comprendiendo la traición que cometenlos termidoristas en su propia ventaja contra su Re-volución, contra la Revolución proletaria. Detrás deGraco Baboeuf se oculta Fouché. No se exhibe re-publicanamente como él; pero lo aconseja en se-creto en su tarea de excitar al pueblo. Le hace escri-bir folletos violentos y él mismo corrige las pruebas.Fouché piensa que sólo así, bajo la presión de la

Page 135: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

135

materia proletaria y de las turbas de los barrios consus picas y sus tambores, despertará esa cobardeConvención. Únicamente por terror, por miedo,puede ser salvada la República; sólo un tirón enérgi-co hacia la izquierda podrá eliminar la inclinación ala derecha. Y para este ataque audaz y verdadera-mente peligroso, le sirve de coraza este hombrehonrado, puro, de buena fe, maravillosamente ín-tegro. Tras su ancha espalda de proletario uno sepuede esconder bien. Baboeuf, a su vez, que orgu-llosamente se titula Graco y tribuno del pueblo, sesiente honradísimo de que el célebre diputado Fou-ché lo aconseje. Sí, él es todavía de los últimos yverdaderos republicanos, cree, uno de los que per-manecieron en los bancos de la "montaña", que noha hecho pacto con la "Jeuneusse dorée" y con losproveedores del ejército. De buena gana se dejaaconsejar, e impelido por esta mano hábil, ataca aTallien, a los termidoristas y al Gobierno.Pero Fouché únicamente consigue engañarlo a él, albonachón y recto Baboeuf. El Gobierno reconocepronto la mano que carga el fusil contra él y en pú-blica sesión Tallien culpa a Fouché de ser el conse-jero de Baboeuf. Como siempre, niega Fouché fran-camente a su aliado (lo mismo que a Chaumette

Page 136: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

136

frente a los jacobinos, los mismo que a Collot enLyon). No. no conoce a Baboeuf más que de vista,condena sus exageraciones... Se bate en retirada conla mayor celeridad. Nuevamente cae el golpe sobresu escudero; pronto será detenido Baboeuf y no tar-darán en fusilarlo en el patio de un cuartel. ¡Siemprepaga otro con su sangre por las palabras y la políticade Fouché!

Este golpe audaz de Fouché se ha frustrado, conél sólo ha conseguido atraer la atención sobre supersona, y eso no le conviene, porque le trae el re-cuerdo de Lyon y de los campos regados de sangrede Brotteaux. Nuevamente, y con más energía quenunca, la reacción azuza a los acusadores de lasprovincias en las que mandó. Apenas se ha quitadode encima las imputaciones que le hace Lyon, sepresenta Nevers y Clamecy. Cada vez en voz másalta, cada vez más estrepitosamente, Joseph Fouchées acusado de terrorismo ante el Tribunal de laConvención. Se defiende astutamente, con energía yno sin suerte. El mismo Tallien, su contrincante, seesfuerza en protegerlo, porque empieza a atemori-zarlo la preponderancia de la reacción y a temer porsu propia cabeza. Pero ya es tarde: el 22 de Termi-dor de 1795, un año y doce días después de la caída

Page 137: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

137

de Robespierre, se formula, después de largo debate,la acusación por actos terroristas contra JosephFouché. Y el 23 de Termidor se decide su deten-ción. Igual que sobre Robespierre la sombra deDantón, parece levantarse sobre Fouché, vengativa,la sombra de Robespierre.

Pero estamos —y esto lo ha calculado bien el po-lítico inteligente— en el Termidor del cuarto año dela República y no del tercero. En 1793 la acusaciónequivalía a la orden de detención, y la detención a lamuerte; si se ingresaba por la noche en la "concier-gerie", se era sometido a interrogatorio al día si-guiente, y a la tarde del mismo día ya se estaba en elcarro. Pero en 1794 ya no es el puño férreo del "in-corruptible" el que sostiene las riendas de la justicia;las leyes se han aflojado, uno se puede escapar entreellas si es escurridizo. Y Fouché no sería Fouché sifuera incapaz de pasar (él, que tantas veces estuvoen peligro, acorralado) por tan elásticas redes. Através de pasadizos y escaleras secretas se escurre yconsigue que no lo detengan en seguida, que se ledeje tiempo para preparar una réplica, para unacontestación, para una justificación; y el tiempo estodo. Hay que replegarse en la oscuridad, hay queprocurar que se olviden de uno; hay que permanecer

Page 138: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

138

en silencio, mientras los demás gritan, para pasarinadvertido. Siguiendo la célebre receta de Sièyes,que durante los años del terror asistió a la Conven-ción sin desplegar los labios y que, cuando le pre-guntaron qué había hecho durante todo ese tiempo,dio, sonriente, la contestación genial: "J'ai vécu", Hevivido, Fouché, como algunos animales, se fingemuerto para que no lo maten. Si salva su vida ahora,durante el breve plazo de transición, estará libredefinitivamente, porque el experto oteador presienteque toda la grandeza y toda la fuerza de esta Con-vención no durarán más que un par de semanas, queun par de meses, a lo sumo.

Así Joseph Fouché salva su vida; y esto es muchoen aquel tiempo. Es decir, sólo la vida; pero no sunombre y posición, porque en la nueva Asambleano vuelven a elegirlo. El enorme esfuerzo ha sidoinútil, como lo ha sido el derroche de pasión y deastucia, de audacia y de traición; sólo salva su vida.Ya no es el Joseph Fouché de Nantes, diputado delpueblo; ya no es el profesor del Oratorio; no es sinoun hombre olvidado, despreciado, sin rango, sinfortuna, insignificante: una sombra miserable a laque únicamente protege la oscuridad.

Page 139: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

139

Durante tres años nadie en Francia pronuncia sunombre.

Page 140: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

140

CAPÍTULO IV

MINISTRO DEL DIRECTORIO Y DELCONSULADO

(1799-1802)

¿Se ha compuesto el himno del destierro, esapotencia creadora del Destino, que levanta al hom-bre en su caída y en la dura opresión de la soledad,concentra nuevamente y en un orden nuevo, lasfuerzas conmovidas del alma? Los artistas siempreculparon al destierro de ser un aparente obstáculodel ascenso, un inútil intervalo una interrupcióncruel. Pero el ritmo de la Naturaleza quiere estascensuras forzadas. Porque sólo el que sabe de esacaída conoce íntegra la vida. El impulso de reacciónes lo que comunica al hombre toda la fuerza de supujanza.

Page 141: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

141

El genio creador, sobre todo, necesita por untiempo este aislamiento forzado para medir desde laprofundidad de la desesperación, desde la lejaníadel destierro, el horizonte y la altura de su verdaderamisión. Los mensajes más altos de la humanidad,han llegado desde el destierro; los creadores de lasgrandes religiones, —Moisés, Cristo, Mahoma, Bu-da— tuvieron que entrar en el silencio del desierto,en "no estar entre los hombres" antes de poderpronunciar la palabra decisiva. La ceguera de Mil-ton, la sordera de Beethoven, la cárcel de Dos-toievski, la prisión de Cervantes, el encierro de Lu-tero en la Wartburg, el destierro de Dante y la expa-triación voluntaria de Nietzsche a las zonas heladasde la Engadina, fueron exigencias del propio genio,ordenadas secretamente contra la voluntad despiertadel hombre mismo.

Pero también en el terreno bajo y más firme de lapolítica, una ausencia temporal confiere al hombrede Estado nueva lozanía en la mirada y mayor tran-quilidad para pensar y calcular el juego de las fuer-zas políticas. Nada más propicio para una carreraque su transitoria interrupción, porque el que ve elmundo siempre desde arriba, desde la nube impe-rial, desde la altura de la torre de marfil del poder,

Page 142: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

142

no conoce otra cosa más que la sonrisa de los su-bordinados y su peligrosa complacencia; el quesiempre sostiene en las manos la medida, olvida suverdadero valor. Nada debilita tanto al artista, algeneral, al hombre de poder, como el éxito perma-nente a voluntad y deseos. Es en el fracaso donde elartista conoce su verdadera relación con la obra; enla derrota, el general sus faltas, y en la pérdida delvalor, el hombre de Estado la verdadera perspectivapolítica. La riqueza permanente debilita; el aplausoconstante hace insensible; únicamente la interrup-ción procura al ritmo que trabaja en el vacío nuevatensión y elasticidad creadora. Únicamente la des-gracia provee de mirada profunda y extensa para larealidad del mundo. Enseñanza dura, pero en-señanza y aprendizaje es todo destierro; al débil levertebra de nuevo la voluntad, al indeciso lo haceenérgico; al duro, más duro aún. Para el que es ver-daderamente fuerte el destierro nunca debilita: essiempre un tónico de su fuerza.

El destierro de Joseph Fouché dura más de tresaños, y la isla solitaria e inhóspita adonde es envia-do se llama la pobreza. Ayer procónsul, colaboradoren el destino de la Revolución, para caer desde lostramos más altos del Poder en una oscuridad tal, en

Page 143: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

143

tanta suciedad y tanto lodo, que sus huellas se bo-rran y pierden. El único que entonces pudo verla,Barras, ofrece una descripción conmovedora de lamiserable buhardilla bajo las nubes donde Fouchévive con su fea mujer y sus dos hijos malsanos ypelirrojos, albinos, de fealdad excepcional. En elquinto piso, en un cuarto sucio, sin ventilación, queel sol achicharra de manera horrible, se esconde elcaído ante cuya palabra temblaron miles de seres yque, al cabo de algunos años, va a levantarse nue-vamente como Duque de Otranto y a tener en sumano el timón del destino europeo... El mismo queahora no sabe con qué dinero podrá comprar al díasiguiente la leche para sus hijos, ni cómo pagar elmísero alquiler y menos aún cómo defender su vidadestrozada ante enemigos innumerables e invisibles,ante los vengadores de Lyon.

Nadie, ni su biógrafo más fiel y concienzudo,Madelin, puede realmente decirnos de qué fue vi-viendo en esos años de miseria. Ya no cobra susueldo como diputado: ha perdido su fortuna per-sonal en una rebelión de Santo Domingo; nadie seatreve a colocar públicamente, a dar trabajo al "mi-trailleur de Lyon"; todos los amigos lo han abandona-do; evitan su encuentro. Se ocupa de los negocios

Page 144: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

144

más extraños y oscuros y, según dicen (no es unafábula, sino un hecho verídico), el futuro Duque deOtranto se dedicó por entonces a cebar cerdos.Pero no tarde en ocuparse de un negocio muchomenos limpio: el de espía de Barras, el único de losnuevos poderosos que, con una extraña compasión,sigue recibiendo al desgraciado. Naturalmente, noen la sala de audiencia del Ministerio, sino en cual-quier parte, a oscuras; allí de vez en cuando le echaal pordiosero pertinaz, como si fuera una limosna,un pequeño negocio sucio: un aprovisionamiento alejército, un viaje de inspección; siempre un dimi-nuto beneficio que sostiene a flote durante quincedías al hombre que se ha convertido en un engorro.Pero a través de estas múltiples pruebas descubre enFouché su verdadero talento. Barras tiene ya en-tonces una serie de proyectos políticos, desconfía desus colegas y para eso puede muy bien utilizar a unsoplón que no pertenezca a la política oficial: unaespecie de detective particular. Para eso Fouché sir-ve divinamente. Escucha y espía, entra en las casaspor las escaleras de servicio, obtiene de todos losconocidos el chismorreo del día y con esta babasucia del público, va secretamente adonde está Ba-rras. Y cuanto más ambicioso se va haciendo Ba-

Page 145: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

145

rras, mientras más ávidamente vislumbran sus pro-yectos un golpe de Estado, le resulta más precisoFouché. Hace ya mucho tiempo que lo estorban enel Directorio (el Consejo de los cinco, que dominaahora en Francia) las dos únicas personas honradas—Carnot, sobre todo, el hombre recto de la Revo-lución Francesa— y trata de desembarazarse deellos. Pero quien proyecta un golpe de Estado ytrama conspiraciones necesita, sobre todo, hombres"a tout faire", "bravis" y "bulos", como los llaman lositalianos; personas sin carácter y en quienes, noobstante, se puede confiar; para eso Fouché sirvecomo nadie. El destierro es su escuela para la ca-rrera, y allí desarrolla su talento futuro como maes-tro de la Policía.

Por fin, después de una larga, interminable nochede existencia aterida, de oscuridad, de miseria, Fou-ché otea un aire matinal. Un nuevo señor se instalaen el país, un nuevo poder nace. Fouché decide ser-virle. Este nuevo poder es el dinero. Apenas Ro-bespierre y los suyos reposan sobre las duras tablas,el dinero surge omnipotente, y cuenta nuevamentecon miles de vasallos y esclavos. Magníficos cochescon caballos cuidadosamente estribados y conarreos nuevos, ruedan por las calles otras vez;

Page 146: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

146

adentro, medio desnudas, como diosas griegas, vanencantadoras mujeres, envueltas en preciosas sedasy muselinas. En el "Bois" pasea a caballo la "jeunessedorée", con ceñidos pantalones blancos de nanquin yfracs amarillos, marrones y rojos. En las manos,llenas de sortijas, llevan fustas con puños de oro,que también usan con gusto contra los terroristas deotros tiempos; se hacen buenos negocios en lastiendas de perfumes y en las joyerías; se abren comopor arte de magia quinientos, seiscientos salones debaile y cafés; se construyen chalets y se comprancasas; se va al teatro, se juega a la Bolsa y se hacenapuestas de compra y se vende y se juega por milesdetrás de las cortinas de damasco del Palais Royal.El dinero ha vuelto, soberano, insolente y audaz.

¿Pero dónde estaba el dinero en Francia entre1791 y 1795? En el mismo lugar de siempre... Sóloque escondido. Lo mismo que en Alemania y enAustria durante el período del miedo comunista, en1919; los ricos se fingieron repentinamente muertos;los ricos franceses se escondieron, porque bajo elrégimen de Robespierre cualquiera que tolerara a sualrededor el más mínimo lujo (es más: cualquieraque tan sólo se le acercara) era considerado como"mauvais riche" (para hablar como Fouché) y se lo

Page 147: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

147

miraba como sospechoso; era desagradable que lotomaran a uno por rico. Pero hoy de nuevo sólovale el rico. Afortunadamente, ésta es la época (co-mo siempre en el caos) para hacer dinero. Las for-tunas cambian de dueño; las fincas se venden y asíse gana; se subasta la propiedad de los emigrados, yasí se gana; se les confiscan los bienes a los conde-nados, y así se gana; los asignados bajan diariamen-te; una fiebre frenética de inflación conmueve al pa-ís, y así se gana. En todo se puede ganar, si se tienenmanos hábiles y osadas y relaciones en el Gobierno.Pero sobre todo hay una fuente que mana conabundancia sin igual, magnífica: la guerra. Ya en1791, cuando empezó, unos cuantos habían hechoel descubrimiento (como lo hicieron también unoscuantos en 1914) de que se puede sacar muy buenprovecho de la guerra, que devora a los hombres ydestruye los valores; pero en aquel entonces seecharon con saña al cuello de los "accapareurs" Ro-bespierre y Saint-Just, los incorruptibles. Sin embar-go, ahora, gracias a Dios, esos Catones han sidoliquidados, la guillotina se oxida en el granero y los"accapareurs" y proveedores del ejército ven llegaruna época de oro. Ya se pueden vender tranquila-mente zapatos malos por dinero bueno, ya se pue-

Page 148: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

148

den llenar bien los bolsillos con anticipos y requisas.Naturalmente, bajo la condición de que uno recibalos pedidos. Por eso estos asuntos siempre requie-ren un mediador a propósito, un corredor bienacreditado y sensible a la moneda, que les abra des-de adentro a los especuladores la puerta del establoque conduce al pesebre abundante del Estado y dela guerra.

Para estos negocios sucios Joseph Fouché es elhombre ideal. La miseria le ha arrebatado por com-pleto la conciencia republicana; su odio al dinero yaes una idea arrumbada; se le puede comprar baratoal medio muerto de hambre. Y, por otra parte, tienelas mejores "relaciones", porque entra y sale (comoespía) de la antesala de Barras, el presidente del Di-rectorio. Así, de la noche a la mañana, el comunistaradical de 1793, el que quiso mandar amasar a todacosta el "pan de la igualdad", se convierte en el ín-timo de los nuevos banqueros republicanos, en elque cumple y arregla, por una buena comisión, to-dos sus deseos y asuntos. Por ejemplo, el "accapa-reur" Hinguerlot, uno de los más audaces y desal-mados agiotistas de la República (a quien Napoleónodiaba), es públicamente acusado; ha obrado condemasiada osadía y, como proveedor, ha llenado su

Page 149: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

149

bolsa con excesivo entusiasmo y lo han metido enun pleito que le puede costar mucho dinero y quizála cabeza. ¿Qué hacer en esas circunstancias, enton-ces como ahora? Uno se dirige a alguna persona quetenga buenas relaciones "arriba", que tenga influen-cia política o privada y que pueda "arreglar" el eno-joso asunto. Se dirige, pues, a Fouché, al moscardónde Barras, que en seguida engrasa sus botas y correa casa del omnipotente (la carta se encuentra impre-sa en sus Memorias) y, en efecto, el asunto, pocolimpio, queda ahogado silenciosamente sin dolor. Acambio de esto Hinguerlot lo interesa en las provi-siones del ejército y en los negocios bursátiles."L'appetit vient en mangeant". Fouché descubre en 1797que el dinero huele mucho mejor que la sangre de1793 y gracias a sus nuevas relaciones por una partecon los nuevos grandes financieros, y por la otracon el Gobierno corrupto, funda una nueva compa-ñía de aprovisionamiento para el ejército de Scherer.Los soldados del buen general recibirán un calzadodetestable, pasarán frío con sus abrigos delgados yserán batidos en los llanos de Italia; pero es másimportante que la Compañía Fouché-Hinguerlot, yseguramente que el mismo Barras, obtengan unasustanciosa ganancia. Ha desaparecido el asco ante

Page 150: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

150

el "metal despreciable y nocivo" que proclamabaaún hace tres años con tanta elocuencia el ultrajaco-bino y supercomunista Fouché y han sido olvidadostambién los ataques de odio contra los "malos ri-cos" y aquello de que "el buen republicano sólo ne-cesita al día pan, hierro y cuarenta escudos". Ahorasu lema es ser, al fin, también rico. En el destierroFouché ha conocido el poder del dinero y se rindeante él para servirle, como ante todo poder. Dema-siado tiempo, demasiado dolorosamente ha sufridoel horrible "estar abajo", en la suciedad del despre-cio y de la miseria... Ahora se empina con todas susfuerzas hacia ese mundo donde el poder se compracon dinero, porque desde el poder el dinero se acu-ña nuevamente. El trabajo de zapa ha excavado ya laprimera galería en la más pródiga de las minas; hadado el primer paso en el camino fantástico que vadesde la miserable buhardilla de un quinto piso a laresidencia ducal; desde la nada, a una fortuna deveinte millones de francos.

Desde que Fouché arrojó el desagradable peso delos principios revolucionarios, se ha vuelto muy ágil;súbitamente se encuentra otra vez con el pie en elestribo. Su amigo Barras no sólo hace transaccionesfinancieras oscuras, sino también negocios políticos

Page 151: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

151

sucios. Con toda cautela quiere vender la Repúblicapor un título de Duque y un montón de dinero aLuis XVIII. En esto únicamente le estorba la presen-cia de colegas decentes, republicanos como Carnot,que siguen creyendo en la República y que no quie-ren comprender que los ideales sólo sirven para lu-crar con ellos. Y en el golpe de Estado que dio Ba-rras el 18 de Fructidor, que lo desembaraza de estemolesto vigilante, Fouché sin duda alguna ayudó asu compañero de negocios minando el terreno, por-que apenas su protector Barras se convierte en se-ñor ilimitado del Consejo de los Cinco, del Directo-rio renovado, el enemigo de la luz se abre caminoimpetuosamente y pide su premio. ¡Que Barras loubique en la política, en el ejército, en algún sitio, enalguna misión donde se pueda llenar bien los bolsi-llos y donde se pueda uno reponer de los años demiseria! Barras, que necesita a este hombre, apenaspuede negarse al mediador de sus negocios sucios.Sin embargo, el nombre de Fouché, el "mitrailleurde Lyon" todavía apesta demasiado a sangre comopara comprometerse con él públicamente en París,durante la luna de miel de la reacción. Por eso, Ba-rras por lo pronto lo manda como representante delGobierno a Italia, al ejército, y luego a la República

Page 152: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

152

bátava, a Holanda, para llevar a cabo negociacionessecretas, porque Barras sabe muy bien que es maes-tro en el juego de intrigas subterráneas; pero va asentirlo pronto, intensamente, en carne propia. En1798, Fouché es entonces embajador de la Repú-blica francesa: otra vez tiene el pie en el estribo. Lomismo que antes en su misión sangrienta, desarrollaahora, en la diplomacia, la misma energía glacial;particularmente en Holanda alcanza rápidos éxitos.Envejecido en experiencias trágicas, madurado enépocas tempestuosas, suavizado en la forja dura dela miseria, Fouché demuestra su antigua energíaaliada ahora a una nueva precaución. Pronto ven losde "arriba", los nuevos señores, que es un hombreque se puede utilizar, que baila al son que le tocan ybrinca con el dinero; atento hacia los de arriba, sinmiramientos para los de abajo, es el verdadero yhábil navegante en aguas movidas. Y como la navedel Gobierno se tambalea cada vez con más peligroy amenaza estrellarse en su rumbo inseguro, el Di-rectorio, el 3 de Termidor del año 1799, toma unadecisión inesperada: Joseph Fouché, en misión se-creta en Holanda, es nombrado Ministro de Policíade la República Francesa.

Page 153: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

153

¡Joseph Fouché, ministro! París se estremece co-mo si escuchara un tiro de cañón. ¿Comienza otravez el terror, para que suelten de la cadena a esteperro de presa, al "mitrailleur de Lyon", al profana-dor de hostias y saqueador de iglesias, al amigo delanarquista Baboeuf? ¿Traerán ahora también —¡Dios nos libre!— a Collot d'Herbois y a Billaud delas islas infectas de las Guayanas y volverán ainstalar la guillotina en la Plaza de la República? ¿Seamasará, por último, otra vez el "pan de la igualdad?¿Volverán a instituirse los "comités filantrópicos"que le sacan el dinero a la gente rica? París, que llevaya algún tiempo tranquilo, con sus mil quinientossalones de baile, con sus magníficas tiendas y su"jeunesse dorée" se asusta. Los ricos y los burguesestiemblan de nuevo como en 1792. Sólo losjacobinos están contentos, los últimos republicanos.¡Por fin se pondrá en jaque a la reacción, y laRepública quedará limpia de realistas yconspiradores!Pero ¡cosa extraña! unos y otros se preguntan alos pocos días: ¿se llama este Ministro de Policíaverdaderamente Joseph Fouché? Otra vez la expe-riencia prueba la máxima de Mirabeau (aún hoy vá-lida para los socialistas) que los jacobinos, comoministros, dejan de ser jacobinos. Y así, los labios

Page 154: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

154

que en otra época goteaban sangre, ahora expresanun bálsamo de palabras conciliadoras. Orden, cal-ma, seguridad; estas palabras se repiten constante-mente en las proclamas políticas del ex terrorista.Combatir el anarquismo es su principal divisa. Lalibertad de la prensa tiene que ser limitada, hay queterminar con los eternos discursos de excitación.Orden, orden, calma y seguridad... Ni Metternich, niSeldnitzki, ni el mayor archirreaccionario del Impe-rio austríaco, han escrito decretos más con-servadores que Joseph Fouché, el "mitrailleur deLyon".

Los burgueses respiran: ¡qué "Paulus" ha salidode este "Saulus"! Pero los verdaderos republicanoshierven de indignación en sus juntas. Han aprendi-do poco en estos años, todavía pronuncian discur-sos y más discursos enfurecidos, amenazan al Di-rectorio, a los ministros y a la Constitución con fra-ses de Plutarco. Se manifiestan con los mismos fe-roces ademanes que harían si vivieran aún Dantón yMarat, como si igual que entonces pudieran agrupar,tocando a rebato, a cientos de miles de hombres delos arrabales. Sin embargo, sus enredos molestosfinalmente consiguen intranquilizar al Directorio.

Page 155: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

155

¿Qué se puede hacer contra ellos?, preguntan suscolegas al recién elegido Ministro de Policía.

—"Cerrar el club" —contesta Fouché, impávido.Incrédulos, los demás lo miran y le preguntan cuán-do va a tomar esta medida audaz. "Mañana", con-testa tranquilamente Fouché.

Y efectivamente, a la noche siguiente Fouché, quefue presidente de los jacobinos, se dirige al club ra-dical de la rue du Bac. En este círculo durante todosestos años ha latido el corazón de la revolución.Son los mismos hombres antes quienes Robespie-rre, Danton y Marat, ante los que él mismo pronun-ciaron discursos apasionados. Después de la caídade Robespierre, después de la derrota de Baboeuf,en el club de Manège sólo vive el recuerdo de losdías tumultuosos de la revolución.

Pero el sentimentalismo no es cosa de Fouché;cuando quiere puede olvidar su pasado de manerafantásticamente rápida. El antiguo profesor de Ma-temáticas del Oratorio mide siempre únicamente elparalelogramo de las fuerzas reales. Sabe que la idearepublicana está aniquilada; los mejores caudillos,los hombres de acción, están bajo tierra: así se hanido degradando todos los clubes desde hace tiempohasta convertirse en casinos de charlatanes, que se

Page 156: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

156

quitan la palabra de la boca. En 1799 ya se han de-valuado las frases de Plutarco y las palabras patrióti-cas, lo mismo que los asignados. Se ha hablado de-masiado y se han impreso demasiados billetes.Francia está harta (¿quién va a saberlo mejor que elMinistro de Policía?) de abogados, oradores y reno-vadores, cansada de decretos y leyes; no quiere másque tranquilidad, orden, paz y una clara situacióneconómica; igual que después de unos años de gue-rra, después de unos años de revolución y de éxtasiscolectivo, el egoísmo irresistible del individuo, de lafamilia, reclama su derecho.

En el momento preciso en que uno de esos repu-blicanos pronuncia un discurso fogoso, se abre lapuerta y, con su uniforme de ministro, entra Fouchéacompañado por los gendarmes. Con mirada fríaobserva asombrado la reunión; todos se apresuran alevantarse de sus asientos: ¡qué adversarios tan mi-serables! Hace tiempo sucumbieron los hombres deacción, los hombres de espíritu de la Revolución,sus héroes y sus fanáticos; únicamente quedaron loscharlatanes, y contra los charlatanes basta un gestoenérgico. Sin vacilar sube a la tribuna; por primeravez, al cabo de seis años, los jacobinos oyen su vozfría y sobria, pero esta vez no para excitar, en nom-

Page 157: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

157

bre de la Libertad, el odio contra los déspotas: elhombrecito desmedrado declara sencillamente ladisolución del club. La sorpresa es tan grande quenadie opone resistencia. No se indignan ni se arro-jan con los puñales contra el aniquilador de la Li-bertad, como siempre juraron. Balbucean nada más,se repliegan y desalojan estupefactos el salón. Fou-ché calculó bien: contra hombres hay que luchar; alos charlatanes se les derriba con un gesto.

Ahora que está desalojado el salón avanza despa-cio hacia la puerta, la cierra y se mete la llave en elbolsillo. Y con esta vuelta de llave termina, efecti-vamente, la Revolución francesa.

Un cargo cambia según quien sea el hombre quelo desempeña. Cuando Joseph Fouché toma pose-sión del ministerio de Policía, admite con esto eldesempeño de una función absolutamente subalter-na, una especie de subprefectura del Ministerio delInterior. Debe vigilar e informar, recoger el materialpara la política exterior e interior, con el que luegooperan, como reyes, los señores del Directorio. Peroapenas Fouché tiene tres meses el poder en sus ma-nos, sus protectores, advierten asustados, asombra-dos y ya indefensos, que no vigila solamente haciaabajo, sino también hacia arriba; que el Ministro de

Page 158: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

158

Policía vigila a los demás ministros, al Directorio, alos generales y a toda la política. Su red se extiendesobre todos los cargos y funciones, a sus manosllegan todas las noticias, hace política al margen dela política, guerra al margen de la guerra y ensanchaen todas direcciones los límites de su poder. Hastaque por fin Talleyrand define, con enojo, el cargo deMinistro de Policía: "El ministro de policía es unhombre que se ocupa, en primera línea, de todos losasuntos que le importan, y en segundo lugar, de to-dos los que no le importan".

Esta máquina complicada, este aparato de vigi-lancia de todo un país está magníficamente monta-do. Mil noticias llegan todos los días a la casa delQuai Voltaire. Al cabo de un par de meses ha llena-do el país de espías, de agentes secretos y mos-cardones. Pero no hay que imaginar a sus espíascomo detectives burgueses corrientes y vulgares queatisban el chismorreo del día con los porteros, enlos tabernas, en los burdeles y en las iglesias. Losagentes de Fouché llevan galones de oro, levita dediplomático y sutiles trajes de encaje; charlan en lossalones del Faubourg Saint-Germain y también seintroducen disfrazados de patriotas en las sesionessecretas de los jacobinos. En la lista de sus merce-

Page 159: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

159

narios se encuentran marqueses y duquesas con losnombres más ilustres de Francia. Y hasta puedealardear (caso fantástico) de tener a su servicio a lamujer más preeminente del país, a Josefina Bona-parte, la futura Emperatriz. En el despacho de suseñor y futuro Emperador está, vendido a Fouché,el secretario; en Hartwell ha sobornado al cocinerodel Rey Luis XVIII. No hay charla de la que no tengareferencia, no hay carta que no se abra para él.

En el ejército, entre los comerciantes, entre losdiputados, en las tabernas y en las asambleas, a to-das partes llega el oído vigilante del Ministro de Po-licía, invisible, y cada día todas esas noticias van aparar a su mesa de burócrata. Allí se examinan lasdenuncias, en parte auténticas y transcendentes, enparte insignificantes, y se estudian y comparan hastaque surge, entre mil claves, la noticia clara.

La información lo es todo, en la guerra y en lapaz, en la política y en la economía. El poder en laFrancia de 1799 no se funda en el terror, sino en lainformación. La información en torno de estostristes termidoristas, para saber cuánto dineroacepta cada uno, por quién es sobornado, porcuánto se le compra. Así se lo puede tener a raya, enuna situación de dependencia respecto del superior;

Page 160: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

160

la información sobre las conspiraciones, en partepara derrotarlas y en parte para acelerarlas, permiteguiar la maniobra política siempre hacia el lado fa-vorable. Saber, por adelantado, las noticias del tea-tro de la guerra y de la negociaciones de la paz,permite operar en la Bolsa con financieros compla-cientes y, finalmente, hacernos de un capital. Así,esta máquina de noticias en manos de Fouché, pro-duce constantemente dinero, y el dinero, a su vez,sirve como lubricante para mantenerla rodando si-lenciosamente. Desde las casas de juego, desde losburdeles, desde las casas de banca, fluyen contribu-ciones discretas que ascienden a millones, que van aparar a las manos de Fouché para transformarse allíen soborno; el soborno, a su vez, trae nuevas in-formaciones... Así no se detiene ni falla jamás estamaquinaria enorme y refinada de la Policía, que unsolo hombre creó de la nada en pocos meses, gra-cias a su inmensa energía y a su genio psicológico.

Pero lo más genial de esta maquinaria incompa-rable de Fouché es que sólo funciona regida por sumano. En algún sitio tiene un tornillo secreto que,en caso de ser retirado, hace que se detenga súbita-mente la rotación vertiginosa. Fouché lo previenetodo desde el primer momento, por si algún día ca-

Page 161: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

161

yera en desgracia. Sabe que, si lo despiden, bastauna simple manipulación para paralizar en seguidala máquina construida por él. Porque no ha creadoel servicio para el Estado, ni para el Directorio, nipara Napoleón. Este déspota crea su obra úni-camente para su propia utilidad. No piensa darcuenta, como es su deber, del resultado de todas lasinformaciones que sedimenta químicamente en suretorta policíaca; sólo comunica lo que quiere co-municar, con egoísmo, sin miramientos; ¿para quévolver más listos a los imbéciles del Directorio ydejarles ver sus cartas? De su laboratorio sólo salelo que le es útil, lo que es imprescindiblemente ne-cesario para su propia ventaja; los dardos y los ve-nenos eficaces los guarda cuidadosamente en suarsenal particular para su venganza personal, parasus asesinatos políticos. Siempre Fouché sabe másde lo que creen que sabe en el Directorio, y por esoes peligroso e imprescindible a la vez para todos.Conoce las negociaciones de Barras con los realis-tas, las pretensiones a la corona de Bonaparte, lasmaquinaciones de los jacobinos o de los reacciona-rios; pero nunca descubre esos secretos cuando seacerca a ellos, sino cuando le parece ventajoso des-cubrirlos. A veces acelera las conspiraciones, a ve-

Page 162: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

162

ces las refrena, a veces las provoca artificialmente, aveces las descubre ruidosamente (y al mismo tiempoavisa a los interesados para que se pongan a salvo atiempo); siempre hace doble, triple, cuádruple juego,y engañar y burlarse en todas direcciones se con-vierte poco a poco en una pasión. Para eso se nece-sita, naturalmente, total consagración de fuerzas ytiempo: esto no lo escatima Fouché, cuya jornada detrabajo es de diez horas. Antes de permitir que otroeche una ojeada en sus secretos policíacos, prefiereestar sentado desde la mañana hasta la noche en sudespacho. Examina todos los papeles y despachacada acta personalmente. A cada acusado impor-tante le toma declaraciones solo en su gabinete, conlas puertas cerradas, para que nadie se entere —nisiquiera sus subalternos— de los pormenores de-cisivos; y así, poco a poco, como confesor volunta-rio de todo el país, tiene los secretos de todos en susmanos. Otra vez reina por terrorismo, como antesen Lyon; pero ya no utiliza la tosca hacha mortífera,sino el veneno psíquico del miedo, de la concienciaintranquila, de sentirse espiado y saberse descu-bierto. Así, les corta la respiración a millares de se-res. La máquina de 1792, la guillotina inventada pa-ra suprimir toda resistencia contra el Estado, es una

Page 163: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

163

herramienta torpe comparada con la maquinariapolicíaca refinada que funciona inspirada en la supe-rioridad espiritual del Joseph Fouché de 1799.

Este instrumento, que él mismo se ha construidoa la medida de su mano, Joseph Fouché lo usa comoartista consumado. Conoce el más alto secreto delpoder, que consiste en disfrutar su posición secre-tamente, y utilizarlo con tacto administrador. Ya hanpasado los tiempos de Lyon en los que feroces guar-dias de la Revolución con bayonetas desenvainadasprohibían la entrada a las habitaciones del omnipo-tente. Ahora se reúnen en su antesala las señoras delFaubourg Saint-Germain y él las recibe con gusto.Sabe lo que quieren: una le ruega que tachen de lalista de emigrados a un pariente, otra quiere con-seguir una colocación buena para un primo, la ter-cera, acallar un pleito fatal. Con todas Fouché semuestra igualmente amable. ¿Para qué volverse po-co grato a cualquiera de los partidos, los jacobinos olos realistas, los moderados o los bonapartistas, sino se sabe quién va a gobernar mañana? Así, el quefue terrorista temido se muestra como el hombremás suave y conciliador. Públicamente ruge en susdiscursos y se indigna contra realistas y anarquistas;pero, en secreto, bajo la manga, les avisa o los so-

Page 164: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

164

borna. Evita procesos ruidosos, sentencias demuerte crueles; a él le basta el ademán de la vio-lencia, en lugar de la violencia misma; el verdaderopoder subterráneo en el Estado, en lugar de lossímbolos vanos que Barras y sus colegas ostentanen sus sombreros de plumas.

De manera que, a los pocos meses, el demonio deFouché se ha convertido en el ídolo de todos; por-que ¿qué ministro o estadista será en cualquiertiempo y en todas partes el más estimado, sino elque deja que hablen con él, el que vea tranqui-lamente cómo se gana dinero o incluso ayuda a ga-narlo, o a alcanzar cargos, el que haga concesiones atodos y que cierre benévolamente los ojos severos,siempre que uno no meta demasiado la nariz en po-lítica o que no lo estorbe en sus propios proyectos?¿No es mejor comprar las convicciones o conse-guirlas por adulación, que sacar los cañones a la ca-lle? ¿No es mejor llamar a los intranquilos al gabi-nete secreto y mostrarles allí, en un cajón, su sen-tencia a muerte firmada, antes que hacerla ejecutarverdaderamente? Claro que sin contemplaciones,sabe ejercitar la mano dura cuando advierte verda-dera rebelión. Pero para el que está quieto y no selevanta contra el mando, el viejo terrorista desarro-

Page 165: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

165

lla su tolerancia sacerdotal, más vieja todavía. Cono-ce la debilidad de la gente por el dinero, por el lujo,por los pequeños vicios, por lo placeres íntimos...Bueno, "¡habeant!" Pero que se queden quietos... Losgrandes banqueros, perseguidos a muerte hasta estemomento bajo la República, pueden ahora acaparary ganar dinero tranquilamente; Fouché les propor-ciona noticias y ellos a él, parte de la ganancia. Laprensa, que bajo Marat y Desmoulins era una fierarabiosa y sanguinaria, ¡qué solícita le lame los pies!También ella prefiere las golosinas al látigo. En po-co tiempo, a la gritería de los patriotas privilegiados,sigue un reposo bienhechor; Fouché le ha tirado acada uno un hueso o los ha ahuyentado, con un parde azotes fuertes, a un rincón. Y ya saben sus cole-gas, ya saben todos los partidos que es tan agradabley fructífero tener a Fouché como amigo, como desa-gradable es hacerle sacar las uñas de las zarpas deterciopelo, y aunque es el hombre más despreciadode todos, por lo mismo que todas están agradecidospor su silencio, tiene, por esta misma razón, un sinfin de buenos amigos. Aun no se ha reedificado laciudad destruida del Ródano, y ya se han olvidadolas "mitraillades" de Lyon, ya Joseph Fouché es unhombre bien querido.

Page 166: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

166

Sobre todo lo que ocurre en el país tiene JosephFouché las primeras, las mejores noticias. Nadieconoce tan detalladamente, gracias a una vigilanciade mil cabezas y de dos mil oídos, hasta los últimospliegues de los acontecimientos; nadie conoce lafuerza o la fragilidad de los partidos y de las perso-nas mejor que este observador de nervios fríos, através de su aparato registrador, que marca las máspequeñas oscilaciones de la política.

De esta manera, bien pronto Joseph Fouché ad-vierte claramente que el Directorio está perdido. Suscinco miembros están en desacuerdo; uno actúa aespaldas del otro y sólo espera el momento de qui-tarlo del medio. Los ejércitos vencidos, la economíarevuelta, el país intranquilo... Así no se puede seguir.Fouché husmea que pronto cambiará el viento. Susagentes le informan que Barras ya negocia secreta-mente con Luis XVIII para vender por una coronaducal la República a la dinastía de los Borbones. Suscolegas, en cambio, coquetean con el Duque de Or-leáns o sueñan con la reconstitución de la Conven-ción. Pero todos, todos saben que así no se puedeseguir. La nación está conmovida por rebelionesinteriores, los asignados se deshojan en papeles sinvalor, los soldados niegan ya el servicio. Si no se

Page 167: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

167

reúnen en una fuerza nueva las energías dispersas,se derrumbará la República.

Sólo un dictador puede salvar la situación, y to-das las miradas se pierden en el vacío en busca deuno. "Necesitamos una cabeza y un sable", le diceBarras a Fouché, considerándose a sí mismo secre-tamente la cabeza y buscando un sable a propósito.Pero Hoche y Joubert, los victoriosos, murieronmuy a destiempo para su carrera; Bernadotte toda-vía es jacobino, y el único del que todos saben quesería las dos cosas al mismo tiempo, el sable y lacabeza, Bonaparte, el héroe de Arcole y Rivoli, deése se han desembarazado por miedo, mandándolobien lejos, a hacer maniobras infructuosas en la are-na del desierto egipcio. Con él, separado por tantasmillas de distancia, no hay que contar.

De todos los ministros, Fouché es el único que yasabe entonces que el general Bonaparte, al que losdemás creen a la sombra de las pirámides, no estátan lejos, y que pronto desembarcará en Francia. Lohabían destinado a Egipto porque era demasiadoambicioso, demasiado popular y dominante; lo ha-bían destinado a algunos miles de millas de París.Quizás alguno respiró secretamente cuando Nelsondestruyó la flota en Abukir, porque ¿qué les importa

Page 168: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

168

a los intrigantes y políticos un par de miles demuertos, si así se quitaban de encima a un contrin-cante? Ahora duermen tranquilos; saben que estáatado al ejército y se cuidan bien de no volverle allamar. Ni por un momento suponen que pudieratener la osadía de entregar arbitrariamente el mandoa otro general y venir a sacarlos a ellos de sus blan-dos divanes; cuentan con todas las posibilidades,menos con Bonaparte.

Pero Fouché sabe más y de la mejor fuente. Por-que quien le confía todo y le lleva la carta, cada me-dida, su mejor espía pago, el más informado, el másleal, es nada menos que... la propia mujer de Bona-parte, Josefina Beauharnais. Corromper a esta crio-lla frívola no significa de por sí un acto grande, por-que despilfarradora y loca como es, está constante-mente en una situación económica difícil, y aunqueNapoleón espléndidamente le da cientos de miles delos fondos del Estado, se filtran como gotas de aguaen los gastos de una mujer que se compra en un añotrescientos sombreros y setecientos vestidos, que nosabe ahorrar ni su dinero, ni su cuerpo, ni su buenareputación, y que, además, en este momento estábastante apesadumbrada. Mientras el pequeño gene-ral fogoso estaba en su campaña en el aburrido país

Page 169: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

169

de los mamelucos —adonde se la quiso llevar— seha dedicado a dormir con un Charles guapo y en-cantador, y quizá con algún otro más; pro-bablemente con su antiguo amante Barras. José yLuciano, los hermanos estúpidos e intrigantes, sehan tomado esto a mal y no han vacilado en comu-nicárselo al marido, vehemente y celoso como unturco. Necesita, entonces, alguien que la ayude, ycontrole a los hermanos espías, vigilando toda la co-rrespondencia. Por eso, y además por un rollo deducados —él mismo dice claramente en sus Memo-rias: "mil luises de oro",— la futura emperatriz en-trega a Fouché todos los secretos, y sobre todo, elmás importante y más peligroso: el del próximo re-greso de Napoleón.

A Fouché le basta estar informado. Naturalmen-te, el ciudadano Ministro de Policía no piensa in-formar a sus superiores. Por lo pronto, no hace másque estrechar su amistad con la esposa del preten-diente, utiliza las noticias silenciosamente y aguardalos acontecimientos que, como ahora sabe, no van adejarse esperar mucho tiempo.

El 11 de octubre de 1799 el Directorio mandallamar apresuradamente a Fouché. El heliógrafoanuncia una novedad increíble: Bonaparte ha regre-

Page 170: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

170

sado de Egipto y ha desembarcado en Fréjus arbi-trariamente, sin haber recibido orden de regresar.¿Qué van a hacer ahora? ¿Detener en seguida algeneral, que abandonó su ejército sin permiso, co-mo un desertor, o recibirlo amablemente? Fouché,que se finge más sorprendido de lo que en realidadestá. aconseja condescendencia. ¡Esperar, esperar!Aún no ha decidido si estará en pro o en contra deBonaparte; por lo tanto, quiere esperar a que se de-sarrollen tranquilamente los hechos. Pero mientraslas cinco cabezas descabezadas del Directorio dis-cuten acaloradamente si se debe detener a Bona-parte o perdonarlo a pesar de su deserción, la vozdel pueblo decidió. Evignon, Lyon, París, lo recibencomo triunfador; en su camino todas las ciudadesestán iluminadas; desde el escenario de los teatros secomunica la noticia al público jubiloso; no regresaun subalterno, sino un señor, una gran potencia.Apenas llega a París, en su casa de la rue Chanterei-ne (pronto se llamará, en su honor, rue Victoire), lovisitan todos los amigos y también aquellos quecomprenden que es útil hacerse pasar pronto poramigos. Generales, diputados, ministros, hasta Ta-lleyrand, ofrecen al hombre del sable sus respetos. Yno tarda mucho el Ministro de Policía, que se enca-

Page 171: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

171

mina personalmente hacia la rue Chantereine. Sepresenta en casa de Bonaparte. Pero a Napoleóneste señor Fouché le parece una visita bastante indi-ferente e insignificante, y lo deja esperar una horalarga en la antesala como a un suplicante molesto.Fouché: este nombre no le dice mucho; no lo cono-ce personalmente; recuerda quizá que un hombrellamado así jugó un papel triste en los años de terroren Lyon; quizá lo encontró también como pequeñoespía de Policía, mal vestido y hambriento, en laantesala de su amigo Barras. De todas maneras, na-die de importancia; algún pequeño comerciante queha conseguido ahora un Ministerio sin importancia.A gente de esta clase se la hace esperar en la ante-cámara. Y en efecto Joseph Fouché espera pacien-temente durante una hora en la antecámara del ge-neral, y habría esperado dos e inclusive tres allí,sentado en el sillón que le llevó un criado com-pasivo, si uno de los conjurados de Bonaparte en elfuturo golpe de Estado real no hubiera descubiertopor casualidad en esa situación desdichada al omni-potente, al que todo París pide audiencia. Asustadopor el descuido involuntario, corre a la habitacióndel general y le explica, exaltado, la enorme falta dehaber hecho esperar de manera tan ofensiva preci-

Page 172: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

172

samente a este hombre que, con un solo movi-miento de su mano, puede hacer volar como unabomba todo el complot. Bonaparte se apresura asalir, y ruega muy amable e insistentemente queFouché pase con él, se excusa y se entrevistan du-rante dos horas sin testigos.

Por primera vez están cara a cara los dos; cuida-dosamente uno y otro se examinan y se miden y cal-culan si podrán ser mutuamente útiles para su finespersonales. Las personalidades superiores se identi-fican al vuelo. En seguida Fouché reconoce en lainaudita dinámica de este hombre de poder, el genioinvencible del dominio; en seguida Bonaparte reco-noce en Fouché, con su mirada aguda de fiera, alayudante utilísimo que comprende todo con rapidezy lo convierte enérgicamente en hechos. Nadie —cuenta en Santa Elena— le informó entonces tanprecisa y claramente toda la situación de Francia ydel Directorio como Fouché en esta conversaciónde dos horas. Y que Fouché, entre cuyas virtudes nosuele brillar la franqueza, le diga en seguida la ver-dad al pretendiente de la corona, muestra que tam-bién él estaba dispuesto a ponerse a su disposición.Inmediatamente, en la primera hora, se reparten lospapeles de señor y de criado, de reformador del

Page 173: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

173

mundo y de político de la época; puede empezar eljuego.

Fouché se confía a Bonaparte con extraordinariasolicitud desde su primer encuentro; pero no se po-ne en sus manos. No toma parte públicamente en laconspiración que hace caer al Directorio y conviertea Bonaparte en dictador; él es demasiado precavido.Para eso está atado demasiado fuerte, demasiadofielmente a su norma de vida: no decidirse nunca demanera definitiva mientras la victoria no esté deci-dida. Sólo le pasa algo extraño. En las siguientessemanas, al Ministro de Policía de Francia, siemprede oído tan fino y de vista tan aguda, lo ataca undefecto fatal: se queda ciego y sordo. No oye nadade los rumores que se murmuran por la ciudad so-bre un inminente golpe de Estado; no ve nada en lascartas que se deslizan entre sus manos. Todas susinformaciones, que siempre funcionaban con segu-ridad intachable, parecen fallar de manera mágica y,mientras de los cinco miembros del Directorio yados están en el complot y el tercero ganado a me-dias, el Ministro de Policía no sospecha en lo másmínimo la existencia de una conspiración militar. Omejor dicho, finge no sospecharlo. Sus comunica-ciones diarias al Directorio no contienen una línea

Page 174: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

174

sobre el general Bonaparte ni sobre la "clique" queagita con impaciencia los sables. Pero desde luego,tampoco envía una línea, ni una palabra escrita desu mano al otro lado, a Bonaparte. Únicamente consilencio traiciona al Directorio; únicamente con si-lencio se empeña con Bonaparte y espera, espera.En esos momentos de expectativa, dos minutos an-tes de la hora decisiva, su naturaleza anfibia sesiente en su elemento. Ser temido por dos partidos,lisonjeado por ambos y mientras sentir que en lapropia mano vacila el fiel de la balanza: para esteintrigante apasionado esto constituye el goce de losgoces. Es el más maravilloso de todos los juegos,incomparable en emoción con el tapete verde o conel de Eros, cuando se ve llegar a su desenlace la granpantomima de la fuerza. Saber en esos minutos quese pueden acelerar o retardar los acontecimientos yque precisamente este conocimiento lo obliga a do-minarse, y aunque le queme las manos el deseo deintervenir, no hacer nada, sólo observar con la cu-riosidad cosquilleante, alborozada, casi viciosa delpsicólogo... Sólo un placer así enardece a este geniofrío; le excita esta sangre turbia, débil, casi aguada.Sólo esta clase de placer, psicológicamente perverso,espiritualmente voluptuoso, puede embriagar al

Page 175: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

175

hombre seco, sin nervios, que es Joseph Fouché. Yen esos momentos de alta tensión, antes del tiro de-cisivo, da alas a su siempre hosca severidad, unaespecie de deleite cruel y cínico. Porque, ¿cómo sepuede resolver un placer del espíritu mejor que conla alegría de una broma inocente o cruel? Y así bro-mea Fouché, precisamente cuando otros se sientenmás amenazados por el peligro; bromea como eljuez de Raskolnikow, de manera ingeniosa y verda-deramente diabólica, en el mismo momento en queal culpable le corre un escalofrío por la espalda. Enesos momentos es cuando le gusta la mixtificación, yasí esta vez, en el instante de más peligro, arreglauna comedia amable, cuyas bambalinas están colo-cadas, como quien dice, sobre barriles de pólvora.Pocos días antes del golpe de Estado, cuya fechanaturalmente conoce, organiza una pequeña reu-nión. Bonaparte, Real y los demás conspiradoresson invitados a esta soirée íntima, y cuando ya estánsentados a la mesa, se dan cuenta de que toda sulista está completa y de que el Ministro de Policíadel Directorio ha invitado a su casa a toda la cama-rilla que conspira contra el Directorio, precisamente.¿Qué significa esto? Intranquilos, Bonaparte y lossuyos se miran. ¿Tal vez los gendarmes están ya

Page 176: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

176

ante la puerta para apresar de una vez a los conspi-radores? Quizá alguno recuerde la historia del ban-quete terrible que dio Pedro el Grande a los "Stréli-zes", cuyas cabezas el verdugo sirvió de postre. Peronada cruel sucede en casa de Fouché... Al contrario:cuando, por fin, para mayor sorpresa de los conju-rados entra otro invitado, nada menos (la bromaestá ideada, en verdad con imaginación diabólica)que precisamente aquel presidente Gohier, contraquien se dirige la conspiración, todos son testigosestupefactos de un diálogo asombroso. El presi-dente pregunta al Ministro de Policía por los acon-tecimientos más recientes: "Bah, siempre lo mismo",contesta Fouché subiendo cansado los párpados,para mirar a nadie. "Siempre los rumores de conspi-ración; pero bien sé yo el caso que hay que hacerles.Si hubiese verdaderamente alguna, pronto tendría-mos la prueba en la plaza de la Revolución".

Esta alusión suave a la guillotina los conspirado-res asustados la sienten como un cuchillo frío por laespalda. ¿Con cuál de ellos bromea? ¿A quién enga-ña? No lo saben; probablemente no lo sabe el mis-mo Fouché, porque sólo una cosa en la tierra le hacefalta: el deleite de la duplicidad, el encanto ardiente yel peligro punzante del doble juego.

Page 177: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

177

Después de esta bromita animada el Ministro dePolicía, hasta la hora de dar el golpe, vuelve a caeren un extraño letargo; permanece ciego y sordomientras está sobornada la mitad del senado, gana-do el ejército. Y ¡cosa rara!, conocido como madru-gador, como primero en su despacho, Joseph Fou-ché, precisamente el 18 de Brumario, precisamenteel día del golpe de Estado de Napoleón, tiene unsueño profundo. Hubiera querido dormir todo eldía; pero dos mensajeros del Directorio lo sacudende la cama y le participan al hombre asombrosa-mente asombrado los acontecimientos extraños delSenado, la acumulación de las tropas y el golpe deEstado que ya se ha hecho público. Joseph Fouchése frota los ojos sorprendido por completo (aunquela noche antes había conferenciado durante largorato con Bonaparte). Pero, por desgracia, ya nopuede dormir más ni fingir que duerme. El Ministrode Policía debe vestirse e ir al Directorio, donde elpresidente Gohier le recibe con brusquedad, sindejarlo representar por más tiempo la comedia de lasorpresa. "Usted tenía el deber —le grita— de dar-nos cuenta de un complot semejante: muy bien pu-do haberse enterado de él la policía". Fouché se tra-ga con calma la grosería y pide órdenes, como si

Page 178: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

178

fuese el servidor más fiel. Pero Gohier rehusa conaspereza: "Si el Directorio tiene que dar órdenes, selas trasmitirá a quienes sean dignos de su con-fianza". Fouché se sonríe por dentro: "¡Este imbécilno sabe aun que su Directorio no tiene ya nada quemandar, que dos de los cinco lo han abandonado yque el tercero se ha vendido!" Pero, ¿para qué ense-ñar a los imbéciles? Se inclina con frialdad y va a supuesto.

¿Dónde está su puesto? Eso es lo que Fouché nosabe con certeza; no sabe si es Ministro de Policíadel viejo o del nuevo Gobierno. Eso dependerá deque la victoria sea de uno o de otro. Las próximasveinticuatro horas decidirán entre el Directorio oBonaparte. El primer día se presenta propicio paraBonaparte; el Senado fuertemente espoleado conpromesas y sobornado mejor aún con dinero, cum-ple todos los deseos de Bonaparte, lo hace jefe delas tropas y traslada la sesión de la Cámara de losComunes, desde el Consejo de los Quinientos aSaint-Cloud, donde no hay batallones de trabajado-res, ni opinión pública, ni "pueblo", sino única-mente un hermoso parque que se puede cerrar her-méticamente con dos compañías de granaderos. Pe-ro con esto no está ganada aún la partida, porque

Page 179: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

179

entre estos quinientos hombres hay todavía unasdocenas de personas molestas que no se dejan so-bornar ni intimidar; quizás alguno, ¿quién lo sabe?que defenderá la República con puñal o pistolacontra el pretendiente a la corona. Hay que dominarlos nervios y no hay que dejarse llevar por simpatíashacia una parte ni hacia otra, ni por pequeñeces co-mo un juramente, sino permanecer quieto, esperar,estar sobre aviso hasta que llegue la decisión.

Y Fouché domina sus nervios. Apenas Bonaparteha salido a la cabeza de su caballería en dirección aSaint-Cloud, apenas lo han seguido en carrozas losgrandes conjurados Talleyrand, Sieyès y un par dedocenas más, cuando de pronto, por orden del Mi-nistro de Policía, se cierran las barreras de la perife-ria de París. Nadie puede alejarse de la capital y na-die puede entrar en ella, excepto los mensajeros delMinistro de Policía. Ninguna de las ochocientas milpersonas podrá saber, entonces, si el golpe tieneéxito o ha fracasado; únicamente este hombre deci-dido. Cada media hora un mensajero le trae noticiassobre el desarrollo del golpe de Estado. Pero tardaen decidirse. Si vence Bonaparte, entonces natural-mente, Fouché será su ministro y fiel servidor; sifracasa, seguirá siendo fiel servidor del Directorio;

Page 180: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

180

estará dispuesto a detener al "rebelde" con ademánfrío y complaciente. Las noticias que recibe sonbastante contradictorias. Mientras Fouché domina ala perfección sus nervios, Bonaparte, el más fuertede los dos, pierde los suyos por completo; este 18de Brumario, que le da a Bonaparte el dominio detoda Europa es, por extraña ironía quizá el día másdébil en la vida personal de este gran hombre. De-cidido ante los cañones, Bonaparte se desconciertasiempre que debe ganar a la gente con palabras.Acostumbrado a mandar durante años enteros, haolvidado el arte de pedir. Puede agarrar una banderay montar a la cabeza de sus granaderos; puede ani-quilar ejércitos; pero lo que este soldado férreo noconsigue, en cambio, es amedrentar desde la tribunaa un par de abogados republicanos. Muchas vecesha sido descrita la escena de cómo el invencible ge-neral, nervioso por las interrupciones de los diputa-dos, balbucía frases estúpidas y vacías como "Eldios de las batallas está conmigo...", y se equivocabatanto cuando hablaba que sus amigos tienen quebajarlo apresurado de la tribuna. Sólo las bayonetasy sus soldados salvan al héroe de Arcole y Rívoli deuna derrota vergonzosa ante un par de abogadetesestrepitosos. Pero cuando vuelve a montar en su ca-

Page 181: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

181

ballo, señor y dictador, ordena a sus soldados de-salojar por asalto el salón, desde la empuñadura delsable fluye otra vez la fuerza a sus sentidos aturdi-dos.

A las siete de la tarde todo está decidido: Bona-parte es cónsul y autócrata de Francia. Si hubierasido vencido o desbordado en el acto, Fouché hu-biera mandado pegar en todos los muros de Parísuna proclama patética: "Una conspiración infame hasido descubierta", etc. Pero como venció Bonaparte,se apropia rápidamente de la victoria. Y no es Bona-parte, sino el señor Ministro de Policía, Fouché,quien al día siguiente informa a París del final efec-tivo de la República y del comienzo de la dictaduranapoleónica. "El Ministro de Policía comunica a susconciudadanos —dice el relato falaz— que el Con-sejo estuvo reunido en Saint-Cloud para resolversobre los intereses de la República, cuando el gene-ral Bonaparte, quien se había presentado en el Con-sejo de los Quinientos para descubrir las maquina-ciones revolucionarias, estuvo a punto de ser vícti-ma de un asesino. Pero el genio de la República sal-vó al general. Todos los republicanos pueden tran-quilizarse... pues sus deseos se cumplirán ahora...Los débiles pueden estar tranquilos: están con los

Page 182: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

182

fuertes... y únicamente tienen que temer los que pro-vocan disturbios, introducen la confusión en la opi-nión pública y preparan el desorden. Han sido to-madas todas las medidas para impedirlo".

Una vez más Fouché ha desplegado las velas afavor del viento. Y la deserción al campo del vence-dor tiene lugar con tanta audacia, con tal ausencia dereserva, tan a plena luz del día que, poco a poco, enlos círculos más alejados se empieza a conocer aFouché. Unas semanas más tarde se representa enun teatro de barrio de París una comedia graciosa:La veleta de Saint-Cloud; para que todos entiendan yaplaudan, con nombre apenas disimulados, se paro-dia lo más graciosamente su comportamiento volu-ble; Fouché, como censor, hubiera podido prohibiruna parodia de su persona; pero poseía bastante in-genio como para no hacerlo. No oculta de ningunamanera su carácter, o mejor: que no tiene carácter.Todo lo contrario: recalca incluso su veleidad e in-constancia, porque esto le crea una aureola especial.Que se rían de él, siempre que lo obedezcan y loteman.

Bonaparte es el héroe del día; Fouché, el colabo-rador secreto, el tránsfuga; la víctima efectiva, Ba-rras, el amo del Directorio, que este día recibe una

Page 183: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

183

lección, ya histórica, sobre la ingratitud. Porque es-tos dos hombres que lo derriban y lo despachan conuna propina de varios millones, como a un pordio-sero molesto, fueron hace dos años sus criaturas,sus deudores rescatados de la nada. Bonachón, lige-ro, un bon homme al que le gusta disfrutar, a quiengusta dejarle a cada uno su parte, ha recogido lite-ralmente de la calle a Bonaparte, a este oficial pe-queño y cetrino expulsado y casi desterrado y en lacasaca militar, todavía sin pagar y remendada le haprendido los galones de general; de la noche a lamañana lo ha nombrado por encima de todos co-mandante de París; le ha cedido su propia amante; leha llenado los bolsillos de dinero: ha conseguidoque le dieran el mando sobre el ejército de Italia; leha tendido, en fin, el puente de la inmortalidad. Dela misma manera ha sacado a Fouché de su buhar-dilla sucia del quinto piso, lo ha salvado de la gui-llotina, ha sido el único que lo ha ayudado en laépoca del hambre, cuando todos se apartaban de él,y por fin, lo ha colocado en el sitial y le ha llenadolos bolsillos de oro. Y los dos —que le deben lavida— dos años más tarde se unen y lo empujan almismo barro de donde él los sacó... La historia, queno es precisamente un código de moral, no conoce

Page 184: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

184

un ejemplo más claro de perfecta ingratitud que laactitud de Napoleón y Fouché frente a Barras el 18de Brumario.

Pero la ingratitud de Napoleón contra su pro-tector tiene al menos la justificación del genio. Sufuerza le da derecho especial, porque el camino delgenio, de cara a las estrellas, si es necesario puedepasar sobre vidas humanas, puede utilizar con he-roísmo los fenómenos más diversos, obedeciendosólo al sentido profundo, al imperativo invisible dela historia. La ingratitud de Fouché, en cambio, essólo la ingratitud vulgar del amoral perfecto que,con la mayor ingenuidad, busca únicamente la pro-pia ventaja. Si quiere, Fouché puede olvidar todo supasado de manera asombrosa y vertiginosamenterápida, y de esta maestría singular dará pruebas sor-prendentes en su carrera futura. Quince días des-pués le manda a Barras, al hombre que lo libró de la"guillotina seca" y que lo salvó del destierro, la or-den formal de expatriación y le hace quitar todos lospapeles: es probable que entre ellos se encontraransus propias cartas implorantes y sus mensajes deespía. Barras mortalmente ofendido, aprieta losdientes, que todavía hoy parecen rechinar en sumemoria cuando nombra a Bonaparte y a Fouché. Y

Page 185: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

185

sólo lo consuela que Bonaparte se lleve a Fouché.Como una profecía, presiente que uno de ellos lovengará en el otro y que no serán amigos por mu-cho tiempo.

Por lo pronto, claro, en los primeros meses de suconspiración, el ciudadano Ministro de Policía sepone devotamente al servicio del ciudadano cónsul,porque la palabra "ciudadano" se imponer aún enlos documentos oficiales. Todavía al amor propiode Napoleón le alcanza con ser el primer ciudadanode una República. Frente a una misión gigantescaque superaría la fuerza de todos los demás, de-muestra en aquellos años la magnitud y multiplici-dad de su genio juvenil; nunca la figura de Bona-parte nos parece más grandiosa, creadora y humanaque en aquella época del nuevo régimen. Establecerla Revolución, mantener sus resultados y reducir almismo tiempo su hipertrofia; terminar la guerravictoriosamente y, fiel al auténtico sentido de esavictoria, cerrarla con una paz consistente y verdade-ra, constituye la idea sublime a la que se consagra elnuevo héroe, con la clarividencia aguda del genio ycon la energía recia y laboriosa de un trabajadorapasionado de diez horas diarias. No son precisa-mente los años que siempre celebra la leyenda, para

Page 186: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

186

la que no hay hechos más altos que los ataques decaballería, ni resultados más evidentes que los paísesconquistados; no son Austerliz, Eylau y Valladolidlos verdaderos trabajos hercúleos de Napoleón Bo-naparte, sino los años en que se vuelve a estructurarla Francia desordenada, desgarrada por los partidos,dentro de un Estado con fuerza vital, en el que losasignados desvalorizados son substituidos por ver-daderos valores, los años en que el nuevo Códigonapoleónico da forma severa y humana al mismotiempo, al derecho y a las costumbres; años en losque este alto genio político impone su acción salu-dable en todos los terrenos de la administración delEstado y apacigua a Europa. No son los años gue-rreros, sino estos otros, los verdaderamente creado-res y nunca trabajaron sus ministros más concien-zudamente, con mayor intensidad y fidelidad a sulado que en esa época. También en Fouché encuen-tra un servidor perfecto, completamente conformecon él en la convicción de que es preferible terminarla guerra civil con negociaciones y condescen-dencias que por la fuerza y con ejecuciones. En po-cos meses, Fouché restablece la tranquilidad com-pleta en el país, desaloja los últimos nidos de terro-ristas y realistas, limpia las calles de asaltos, y su

Page 187: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

187

energía burocrática, tan exacta en los pormenores,se subordina solícitamente a los grandes proyectospolíticos de Bonaparte. Las obras grandes y útilesunen siempre a los hombres: el criado ha encontra-do a su amo y el amo a su criado.

El momento en que se inicia la desconfianza deBonaparte hacia Fouché puede precisarse con exac-titud —cosa rara— hasta en el día y la hora, aunqueel episodio quedó casi oculto en medio de la abun-dancia de acontecimientos de aquellos años tan ac-tivos. Sólo la agudísima mirada psicológica de Bal-zac, acostumbrada a reconocer en lo insignificantelo esencial, en el "petit detail" el golpe que lo impul-sa, ha podido advertirlo (aunque adornándolo unpoco poéticamente). La pequeña escena se desarro-lla durante la campaña italiana que va a decidir entreAustria y Francia. El 20 de enero de 1800 están reu-nidos en París los ministros y consejeros, con un ex-traño estado de ánimo. Desde el campo de batallade Marengo ha llegado un mensajero con malas no-ticias; trae el mensaje de que Bonaparte ha sido de-rrotado y el ejército francés se encuentra en plenaretirada. Todos los reunidos piensan secretamentelo mismo: es imposible que un general derrotadosiga como primer cónsul; y piensan enseguida en un

Page 188: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

188

sucesor. Hasta qué punto declararon todos esta ne-cesidad, no se ha sabido nunca; pero hubo prepara-tivos para una subversión y hubo, sin duda, consul-tas en voz baja. Los hermanos de Napoleón se die-ron cuenta. Carnot fue seguramente quien más seadelantó, quien quiso restaurar con más rapidez elviejo comité de seguridad. De Fouché se puede su-poner, conociendo su carácter, que en lugar de po-nerse de parte del cónsul derrotado, según las últi-mas noticias, permanecía cautelosamente mudo, pa-ra volver con el antiguo amo si fuera preciso, o paraquedarse con el nuevo, según el caso. Pero al díasiguiente, llega una segunda estafeta y anuncia preci-samente lo contrario: trae noticias de la victoria bri-llante de Marengo; a última hora, el general Desaix,con genial intuición militar, llegó en ayuda de Bona-parte, convirtiendo la derrota en triunfo. Cien vecesmás fuerte de lo que se fue, y completamente segurode su poder, a los pocos días regresa Bonaparte, elprimer Cónsul. Sin duda alguna supo en seguida quetodos sus ministros y confidentes, a la primera noti-cia, estaban dispuestos a dejarlo de lado. Comoprimera víctima paga Carnot, que fue quien más seprecipitó, y pierde el ministerio. Los demás, inclusoFouché, permanecen en sus puestos: a éste, siempre

Page 189: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

189

cauto, no se le puede probar su infidelidad, aunque,por supuesto, tampoco su fidelidad. No se ha com-prometido, pero tampoco se ha destacado en elcumplimiento de su deber; ha demostrado una vezmás lo que siempre fue: fiel en el éxito, infiel en elfracasado. Bonaparte no lo despide, ni le hace re-proches ni lo castiga. Pero desde ese momentopierde la confianza en él.

Este pequeño episodio, casi envuelto en olvidoen la historia de la época es, por otra parte, de unanotable evidencia psicológica. Porque nos recuerdamuy claramente que una República basada sólo enlas bayonetas y la victoria bélica, se derrumba a laprimera derrota, y que todo Soberano a quien lefalta la legitimidad natural de la sangre y de los an-tepasados, ha de crearse imprescindiblemente y contiempo una nueva. Bonaparte mismo, con plenaconciencia de su fuerza, lleno de ese optimismo in-flexible que siempre poseen las naturalezas geniales,en su época ascendente puede llegar a olvidar estaadmonición tácita; pero no sus hermanos. Napoleón—esto suele olvidarse con mucha frecuencia— nollegó solo a Francia: llega rodeado de un clan fami-liar hambriento, ambicioso de poder. Al principio, ala madre y a los cuatro hermanos desocupados, les

Page 190: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

190

hubiera bastado con que Napoleón, el protector detodos ellos, se casara con la hija de un fabricanterico para poder vestir a sus hermanas. Pero ahora,que inesperadamente ha llegado a un nivel tan altode poder, todos se aferran a él, con súbito impulso,para que eleve con él a toda su familia; tambiénquieren ascender al esplendor, quieren hacer de todaFrancia, y luego de todo el mundo, un usufructofamiliar de los Bonaparte, y la piratería sucia, insa-ciable, de todos ellos, sin la excusa del resplandordel genio, acosa al hermano para que tome la reso-lución de transformar su poder, comprometido conla voluntad popular, en un poder independiente yduradero, en una monarquía hereditaria. Le piden lainstitución de una dinastía familiar, le piden que seproclame Rey o Emperador; quieren que se divorciede Josefina para casarse con una princesa de Bade(aún nadie se atreve a pensar en la hermana del Zaro en la hija del Habsburgo). Y con sus intrigas cons-tantes lo separan cada vez más de sus antiguos ca-maradas, de sus viejas ideas, lo apartan de la Re-pública y de la Libertad: lo empujan a la reacción yal despotismo.

Frente a este clan instigador, insaciable y antipáti-co, Josefina, la esposa del Cónsul, se encuentra

Page 191: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

191

bastante sola y desamparada. Sabe que cada paso deBonaparte hacia la altura, hacia la soberanía, lo se-para de ella, porque ella no puede darle al Rey oEmperador lo que la idea dinástica pide como pri-mer y único requisito: un heredero del trono y, conél, la perpetuidad de la dinastía. Pocos de los con-sejeros de Napoleón están de su parte (porque ellano tiene dinero para repartir, sino que, por el con-trario, está llena de deudas), y el más fiel, en estemomento, es Fouché. Con desconfianza, Fouchéobserva desde hace tiempo que el orgullo de Napo-león se hincha con los éxitos inesperados en pro-porciones igualmente inesperadas; advierte con quéobstinación elimina y hace perseguir como anar-quistas y terroristas a todos los que tienen ideasverdaderamente republicanas. Con su mirada agua-da y suspicaz, ve con claridad que, como decía Víc-tor Hugo; "déja Napoleón perçait sous Bonaparte",surgía amenazante el Emperador detrás del general,el Monarca detrás del ciudadano. Pero a Fouché,ligado a vida o muerte a la República por su votocontra el Rey, sólo le interesa la prosperidad de laRepública y de la forma de estado republicana. Poreso teme a todo lo monárquico, por eso lucha se-creta y abiertamente del lado de Josefina.

Page 192: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

192

Esto el clan no se lo perdona. Con odio corsoespían todos sus pasos, dispuestos a hacer a un ladoen la primera ocasión al hombre molesto que lesestorba los negocios.

Esperan, impacientes, mucho tiempo. Hasta que,al fin, se presenta la ocasión de echarle la zancadillaa Fouché. El 24 de diciembre de 1800 Bonaparte vaa la Opera para asistir a la primera representaciónen París de la "Schoepfung", de Haydn; de prontoen la estrecha rue Nicaise, inmediatamente detrás desu coche, estalla un géiser de explosivos de pólvoray plomo, con tanta violencia que la explosión arrojaescombros hasta por encima de las casas: se trata deun atentado, la famosa y temida máquina infernal.Sólo la marcha vertiginosa que lleva su cochero —borracho, según dicen— salvó al primer Cónsul;pero cuarenta víctimas se revuelcan con los cuerposdestrozados llenando la calle de sangre, y el cochese alza, como un animal herido, levantado por la pre-sión del aire. Pálido, con la cara como mármol, Bo-naparte sigue camino a la Ópera para demostrar susangre fría al público entusiasmado. Mientras Jose-fina a su lado es víctima de un ataque de nervios yno puede ocultar sus lágrimas, Bonaparte, con aireglacial, escucha las suaves melodías del padre Ha-

Page 193: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

193

ydn y agradece con rígida indiferencia las aclama-ciones frenéticas.

Pero muy pronto sus ministros y sus consejerosde estado, en las Tullerías —a la vuelta de la Ópe-ra— advierten que esta sangre fría era sólo ficción.Contra Fouché, sobre todo, se desencadena su ira;se lanza como un loco contra el hombre pálido einmóvil; él, como Ministro de Policía, estaba en laobligación de descubrir el complot con muchotiempo de anticipación, pero en lugar de esto ampa-ra con una benevolencia criminal a sus amigos, a susantiguos cómplices, los jacobinos. Con serenidad,Fouché da su opinión de que no puede probarseque el atentado proceda de los jacobinos; él, perso-nalmente, está convencido de que aquí representanel principal papel los conspiradores realistas y eldinero inglés. Pero la calma con que Fouché locontradice enfurece más al primer Cónsul: —"Sonlos jacobinos, los terroristas, esos canallas en rebe-lión permanente, en masa compacta contra todoslos Gobiernos. Son los mismos malvados que, paraasesinarme, no repararon en sacrificar miles de víc-timas. Pero quiero hacer con ellos una justicia ejem-plar". Fouché se atreve a manifestar, por segundavez, sus dudas. Entonces, el corso de sangre ar-

Page 194: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

194

diente se arroja casi sobre el ministro; tanto, quetiene que intervenir Josefina y tomar el brazo de sumarido, con además apaciguador. Pero Bonaparte,como un torrente, se desata en palabras y le echa encara a Fouché todos los crímenes y asesinatos de losjacobinos, los días de diciembre en París, las bodasrepublicanas de Nantes, las matanzas de los presosen Versalles... Clara alusión para que el "mitrailleurde Lyon" se dé cuenta de que se acuerda perfecta-mente de su pasado. Pero mientras más grita Bona-parte, más tenazmente se calla Fouché. Ni un mús-culo se estremece en su máscara de piedra, mientraslas acusaciones se sacan chispa en presencia de loshermanos de Napoleón y de los cortesanos, queobservan con miradas sarcásticas al Ministro de Po-licía que, por fin, ha dado un mal paso. Frío comouna piedra rechaza Fouché todas las sospechas, fríocomo la piedra abandona las Tullerías.

Su caída parece inevitable, porque Napoleón secierra a toda intervención de Josefina en favor deFouché. "¿Pero no ha sido él mismo uno de suscaudillos? ¿Ignoro yo acaso lo que hizo en Lyon yen el Loire? Sólo Lyon y el Loire me explican laconducta de Fouché" —grita enfurecido. Y en se-guida comienzan las conjeturas en torno del nom-

Page 195: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

195

bre del futuro Ministro de Policía. Los cortesanos yavuelven la espalda al caído; como tantas veces pare-ce ya que Joseph Fouché está definitivamente ani-quilado.

En los días siguientes la situación no mejora. Bo-naparte no cambia su opinión de que los jacobinosprepararon el atentado; exige que se tomen medidas,que se impongan castigos severos. Y cuando Fou-ché insinúa ante él o ante otros que sigue otra pista,lo tratan con ironía y desprecio. Todos los imbécilesse ríen y se burlan del ingenuo Ministro de Policíaque no quiere poner al descubierto un asunto tanclaro; todos sus enemigos lo miran con aire detriunfo porque insiste tenazmente en su error. Fou-ché no le contesta a nadie. No discute, se calla. Secalla durante quince días, se calla y obedece sin ré-plica cuando le ordenan hacer una lista de cientotreinta radicales y antiguos jacobinos destinados a ladeportación a Guayana, a la "guillotina seca". Sinpestañear, despacha el decreto que acaba con losúltimos "montagnards", los últimos de la "monta-ña", con los apóstoles de su amigo Baboeuf, con To-pino y Arena, que no cometieron otro delito másque decir públicamente que Napoleón había robadoen Italia un par de millones para comprarse con

Page 196: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

196

ellos la autocracia. Contra su convicción ve queunos son deportados y los otros ejecutados. Se callacomo un sacerdote que, obligado por secreto deconfesión, asiste a la ejecución de un inocente conlos labios sellados. Hace ya mucho tiempo que Fou-ché está sobre la pista, y mientras los otros se burlande él, mientras el mismo Bonaparte se echa en carairónicamente su ridícula obstinación en su gabineteinfranqueable se reúnen pruebas definitivas de que,en efecto, el atentado estaba preparado porChouans, del partido realista. Y mientras en el Con-sejo de Estado y en las antesalas de las Tulleríasmuestra una fría, displicente indiferencia frente atodas las alusiones, en su gabinete secreto trabajafebrilmente con los mejores agentes. Se ofrecen re-compensas de dinero en enormes cantidades; todoslos espías y esbirros de Francia trabajan activamen-te; se obliga a la ciudad entera a declarar como testi-go. Ya se sabe la procedencia de la yegua que estabaenganchada a la máquina infernal y que fue destro-zada en cien pedazos, y ha sido encontrado su anti-guo dueño; ya se tiene la descripción exacta de loshombres que la compraron; ya se han averiguado,gracias a la magistral "biographie chouannique" (eselexicón inventado por Fouché, con los datos perso-

Page 197: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

197

nales de los emigrados realistas, de todos los"chouans"), los nombres de los autores del atenta-do... y Fouché se sigue callando. Todavía heroi-camente deja que se rían de él y que triunfen susenemigos. Cada vez con mayor rapidez se tejen losúltimos hilos hasta formar una red irrompible. Unpar de días más y la araña venenosa estará presa enella. ¡Sólo por un par de días! Fouché excitado en suamor propio, humillado en su orgullo, no se con-forma con una victoria pequeña y mediocre sobreBonaparte y sobre todos los que les reprochan ca-rencia de información... También él quiere un Ma-rengo, un triunfo completo, arrollador.

Quince días después, de repente, da el golpe. Elcomplot ha sido completamente aclarado, todas laspistas fueron comprobadas. Como lo había previstoFouché, había sido el jefe, el más temido de todoslos "chouans", Cadoudal. Sus ejecutores habían sidorealistas juramentados, comprados con dinero in-glés. La noticia cae como un trueno sobre sus ene-migos, porque ven qué inútil e injustamente han si-do sentenciadas ciento treinta personas. Se apresu-raron demasiado, con osadía excesiva, a reírse delhombre impenetrable. Y más fuerte, más estimado,más temido que nunca aparece ante el público el in-

Page 198: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

198

falible Ministro de Policía. Con una mezcla de ira yadmiración, Bonaparte mira al calculador férreo,que una vez más se lleva la razón con sus deduccio-nes de sangre fría. Contra su voluntad tiene queconfesar: "Fouché ha juzgado mejor que muchosotros. Tiene razón. Hay que estar alerta con losemigrados, con los repatriados, con los «chouans» ycon todas las gentes de ese partido." Pero con esteasunto Fouché gana sólo en consideración ante Na-poleón, no en afecto, porque los autócratas nuncaagradecen que se les llame la atención sobre unafalta o error. Es inmoral la historia de Plutarco delsoldado que en la batalla salvó la vida amenazadadel Rey, y en lugar de huir en seguida, como leaconsejó un sabio, contó con la gratitud del Rey yasí perdió la cabeza. Los reyes no quieren bien a laspersonas que los vieron en un momento de debili-dad, y a las naturalezas despóticas no les gustan losconsejeros que hayan demostrado ser más sabiosque ellos, aunque sea una sola vez.

En un círculo tan estrecho como el de la Policía,Fouché ha logrado el mayor triunfo que es posiblealcanzar. Pero ¡qué pequeño es en comparación conlos triunfos alcanzados por Bonaparte en los dosúltimos años del Consulado! El dictador ha corona-

Page 199: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

199

do una serie de victorias con la más hermosa, con lapaz definitiva con Inglaterra, con el concordato conla Iglesia: las dos potencias más poderosas delmundo, gracias a su energía y a la superioridad fe-cunda de su genio, ya no son enemigas de Francia.El país tranquilizado, ordenada la economía, termi-nada la discordia de los partidos, suavizadas lasoposiciones, la riqueza vuelve a florecer, la industriase desarrolla de nuevo, las artes despiertan; comien-za una época gloriosa, y no está lejana la hora enque Augusto también podrá llamarse César. Fouché,que conoce cada nervio, cada pensamiento de Bo-naparte, advierte perfectamente hacia dónde se diri-ge la ambición del corso: ya no le basta con repre-sentar el papel en la República, sino que quiere to-mar posesión vitalicia y eterna, para él y su familia,del país salvado por él. Claro que quien es cónsul dela República oficialmente no demuestra ambicionestan poco republicanas; pero bajo cuerda deja traslu-cir a sus confidentes su deseo de que el Senado leexprese su gratitud con un acto especial de confian-za, con un témoignage éclatant. En lo más recóndito desu corazón desea un Marco Antonio, un servidorfiel y seguro que pida para él la corona imperial. Y

Page 200: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

200

Fouché, rico en astucia, flexible, podría asegurarseahora para siempre su gratitud.

Pero Fouché se niega a ese papel. Mejor dicho,no es que se niegue con franqueza, sino que desde lasombra, con complacencia aparente, trata de opo-nerse a estas intenciones. Está contra los hermanos,contra el clan de los Bonaparte y del lado de Josefi-na, que tiembla de miedo e intranquilidad ante esteúltimo paso de su esposo hacia la Monarquía, por-que sabe que entonces no será mucho tiempo suesposa. Fouché le aconseja no demostrar franca re-sistencia: "Manténgase tranquila —le dice— se atra-viesa usted inútilmente en el camino de su esposo.Sus temores lo aburren, mis consejos lo molesta-rían." Prefiere entonces, fiel a su estilo, deshacer enforma subterránea los deseos ambiciosos y cuandoBonaparte, con falsa modestia, no quiere franquear-se y, por otra parte, quiere efectivamente proponerleal Senado un témoignage éclatant, Fouché es de los quesusurran a los senadores que el gran hombre, comofiel republicano, sólo desea que le sea prolongado elpuesto de primer Cónsul por diez años. Los sena-dores, convencidos de honrar y satisfacer a Bona-parte, toman solemnemente esta resolución. PeroBonaparte, penetrando en este juego de intrigas,

Page 201: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

201

reconoce claramente a los autores y hierve de iracuando le entregan este regalo de pordiosero. Conpalabras frías despacha a la Comisión. Cuando sesiente trémulo, áurea sobre las sienes una coronaimperial, son diez años miserables una nuez vanaque se aplasta despectivamente con el pie.

Por fin, Bonaparte arroja la careta de la modestiay hace saber claramente su voluntad: ¡Consulado depor vida! Y bajo el fino envoltorio de estas palabras,reluce con claridad para los perspicaces la futuracorona de Emperador. Y tan fuerte es ya entoncesBonaparte que el pueblo, por mayoría de millones,hace ley su deseo y lo elige soberano (tanto él comoel pueblo así lo esperan) para toda su vida. La Re-pública ha terminado: empieza la Monarquía.

Que Joseph Fouché se atreviera a poner trabas alos deseos del pretendiente a la corona en su propó-sito decisivo, es algo que no olvida la prole de her-manos y hermanas, es algo que no olvida el clanfamiliar corso. Asedian con impaciencia a Bona-parte. ¿Qué sentido tiene mantener el molesto obs-táculo cuando él ya está firme en su silla? ¿Para qué,cuando el país ha demostrado de forma unánime suconformidad con el Consulado perpetuo, cuando laoposición se ha allanado felizmente y se han elimi-

Page 202: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

202

nado las discordias? ¿Para qué tener a un lado a unvigilante implacable que vigilará no sólo al país, sinosus propias y oscuras maquinaciones? ¡Fuera con él!¡Hay que aniquilar, hay que sustituir a este eternoforjador de enredos, a este intrigante! Sin descanso,impacientes, tenaces, asedian al hermano, todavíaindeciso.

Bonaparte, en el fondo, comparte su opinión.También a él le estorba este hombre que sabe dema-siado y que quiere saber siempre más; esta sombragris, que se arrastra detrás de su luz. Pero precisa-mente para despedir al ministro que ganó tantosméritos, que disfruta en el país de respeto ilimitado,se necesitaría un pretexto. Y además, este hombre seha hecho fuerte con él; más vale, pues, no provocarsu franca enemistad. Tiene en sus manos todos lossecretos y está fatalmente familiarizado con todaslas intimidades, no muy limpias, del clan corso; poreso no se lo puede agraviar tan bruscamente. Poreso se inventa una salida hábil, diplomática, que noevidencia ante el mundo que se despide a Fouchécon malevolencia; y no se lo despide como ministro,sino que se declara que ha cumplido tan magistral-mente su deber, que resulta completamente super-flua una vigilancia de los ciudadanos, un ministerio

Page 203: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

203

de Policía. No se despide, entonces, al ministro, si-no que suprimiendo el ministerio de Policía, almismo tiempo se desembarazan de él disimulada-mente.

Para ahorrar a este hombre susceptible el durogolpe con que lo ponen en la puerta de calle, le en-dulzan en lo posible la despedida, lo indemnizanpor la pérdida de su puesto con un asiento en el Se-nado, y en una carta con la que Bonaparte le anunciaeste ascenso, dice textualmente: "El ciudadano Fou-ché, Ministro de Policía, durante las situaciones másdifíciles, ha cumplido siempre, por su talento y suenergía, por su fidelidad al Gobierno, con los debe-res que le imponían los acontecimientos. Y dándoleun puesto en el Senado, sabe el Gobierno que, si enuna nueva época tuviera necesidad de un Ministrode Policía, no encontraría otro que fuera más dignode su confianza." Además Bonaparte, que ha vistohasta qué punto el antiguo comunista se ha reconci-liado con su viejo enemigo, el dinero, le facilita laretirada tendiéndole un magnífico puente de oro.Cuando el ministro, en el momento de hacer la li-quidación, le entrega dos millones cuatrocientos milfrancos como resto del capital liquidado de la Poli-cía, Napoleón le regala sencillamente la mitad, o sea

Page 204: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

204

un millón doscientos mil francos. Además el "ene-migo converso del dinero" —que hace apenas undecenio tronaba furioso contra "el metal sucio ycorruptor"—, recibe con su título de senador, laposesión de Aix, un pequeño principado que se ex-tiende desde Marsella a Tolón, y cuyo valor se cal-cula en diez millones de francos. Bonaparte lo co-noce; sabe que Fouché tiene manos de intrigante,inquietas y ávidas, y como no se las puede atar, selas carga de oro. Por eso es difícil encontrar en eltranscurso de la historia el caso de un ministro aquien se haya despedido con más honores y, sobretodo, con más precauciones que a Joseph Fouché.

Page 205: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

205

CAPÍTULO V

MINISTRO DEL EMPERADOR(1804-1811)

En 1802, Joseph Fouché —es decir, su Excelen-cia el señor senador Joseph Fouché— obedeciendoa la presión suave y obstinada del primer Cónsul, seretira a la vida privada, de la que había salido diezaños antes. Década increíble, predestinada y cruen-ta, siniestra y fecunda. Pero ha sabido aprovecharbien este tiempo. No se refugia, como en 1794, enuna buhardilla miserable, fría: se compra una her-mosa casa, bien equipada, en la rue Cerutti, una casaque debió pertenecer a un "aristócrata ruin" o a un"infame rico". En Ferrières, la residencia futura delos Rothschild, instala la más preciosa finca de ve-

Page 206: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

206

rano, y su principado en la Provenza, la senaduríade Aix le envía buenas rentas. Por lo demás, tam-bién ejerce con maestría el noble arte del alquimista,el de convertirlo todo en oro. Sus protegidos en laBolsa le dan participación en sus negocios y au-menta ventajosamente sus posesiones; al cabo de unpar de años, el hombre del primer manifiesto co-munista será el segundo capitalista de Francia y elprimer terrateniente del país. El tigre de Lyon se haconvertido en roedor paciente, capitalista cauto,prestidigitador del tanto por ciento. Pero esta enor-me riqueza del parvenu político no cambia en nada suinnata sobriedad, cultivada con tenacidad en la dis-ciplina conventual. Con quince millones de capitalJoseph Fouché no vive de manera muy distinta quecuando buscaba trabajosamente los quince sous dia-rios que necesitaba en su buhardilla; no bebe, nofuma, no juega, no gasta dinero en mujeres ni enpresunciones. Como un buen hidalgo provinciano,pasea con sus hijos (le nacieron tres después deperder dos en la miseria) por sus prados silenciosos,ocasionalmente ofrece pequeñas reuniones, escuchacuando los amigos de su mujer hacen música, leelibros y se recrea en conversaciones intelectuales;profundamente, de manera inaccesible, en este bur-

Page 207: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

207

gués frío y seco se oculta el placer demoníaco por eljuego de azar de la política, por las tensiones y peli-gros del drama mundial. Sus vecinos no ven nadade todo esto; sólo ven al buen administrador, al ex-celente padre de familia, al esposo cariñoso. Y nadieque no lo conozca de antes sospecha la pasióncontenida, cada vez con menos tranquilidad detrásde su calma aparente, su ansia de volver a situarseen primera fila, de volver a intervenir en los asuntosde la política.

¡Oh, mirada de Medusa del poder! Quien una vezfijó la vista en su rostro, jamás la puede apartar:queda encantado y hechizado. Quien una vez dis-frutó el placer embriagador de dominar y mandar,ya no puede renunciar a él. Hojeemos la historia enbusca de algún ejemplo de renuncia voluntaria; ex-cepto Sila y Carlos V, entre millares y decenas demillares de figuras se encuentra apenas una docenaque, con el corazón satisfecho y el sentido claro,renuncien al deleite casi pecaminoso de representara la Providencia ante millones de seres. Como eljugador no puede dejar el juego; el bebedor la be-bida o el cazador furtivo la caza, Joseph Fouché nopuede dejar la política. El reposo lo martiriza, ymientras tranquilamente, con bien fingida indiferen-

Page 208: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

208

cia hace de Cincinato en el arado, le cosquillean losdedos y le vibran los nervios para volver a tener ensus manos los naipes de la política. Aunque está se-parado del servicio activo, continúa voluntariamentela tarea policíaca, y para ejercitar la pluma y no caercompletamente en el olvido, semanalmente mandaal primer Cónsul informaciones secretas. Con estose divierte y entretiene, sin compromiso, su geniointrigante; pero no le satisface plenamente. En reali-dad, su aparente aislamiento no es más que una es-pera febril, dominada por el deseo de volver a to-mar las riendas, de tener poder sobre las vidas hu-manas, sobre el destino del mundo. ¡Poder!

Bonaparte advierte síntomas evidentes de la vi-brante impaciencia de Fouché, pero decide no ha-cerle caso. Mientras pueda tener apartado a estehombre fantásticamente inteligente, fantásticamentetrabajador, lo dejará en la sombra. Como se conocela fuerza obstinada de este hombre subterráneo,nadie lo toma a su servicio si no lo necesita absolu-tamente en el trance del mayor peligro. El Cónsul ledemuestra considerable protección: lo utiliza paradiversos negocios; le agradece las buenas informa-ciones; lo invita, de cuando en cuando, al Consejode Ministros y, sobre todo, lo deja ganar, deja que se

Page 209: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

209

enriquezca para que se mantenga tranquilo; sin em-bargo, sólo a una cosa se niega con tenacidad todoel tiempo que puede: a restituirlo en su puesto y avolver a crear el ministerio de Policía. Mientras Bo-naparte es poderoso, mientras no comete faltas, nonecesita un criado tan equívoco, tan excesivamenteinteligente.

Pero afortunadamente para Fouché, Bonapartecomete faltas. Sobre todo la gran falta histórica, im-perdonable; ya no le alcanza ser Bonaparte; ademásde la seguridad de sí mismo, además del triunfo desu personalidad única, pretende el brillo pálido de lalegitimidad, la fastuosidad de un título. El que notemió a nadie, precisamente por su fuerza, por supersonalidad poderosa, se atemoriza ante las som-bras del pasado, ante la aureola impotente de losBorbones proscritos. Se deja convencer por Taylle-rand y, enfrentando la ruptura del Derecho in-ternacional, manda traer entre gendarmes al Duquede Enghien desde territorio neutral y lo hace fusilar.Para este hecho Fouché tuvo la frase ya célebre:"Fue peor que un crimen: fue una equivocación."Esta ejecución crea alrededor de Bonaparte un va-cío de miedo y de terror, de protesta y odio, ypronto le parecerá aconsejable volver a ponerse

Page 210: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

210

bajo la protección del Argos de mil ojos, bajo laprotección de la Policía.

Además, y sobre todo en 1804, el cónsul Bona-parte necesita nuevamente un ayudante hábil y sinescrúpulos para su ascensión postrera. Necesita otravez alguien que le sostenga el estribo. Lo que dosaños antes le parecía el colmo de su ambición, elconsulado vitalicio, ya no le parece suficiente, eleva-do como se siente por todas las alas del éxito. Ya noquiere ser el primer ciudadano entre los ciudadanos,ambiciona ser señor y soberano sobre sus súbditos,desea calmar el calor febril de su frente con el anillaáureo de una corona imperial. Pero el futuro Césarnecesita un Antonio; y aunque Fouché hizo durantelargo tiempo el papel de Bruto (y antes también elde Catilina), está hambriento después de dos añosde ayuno político. Y está dispuesto a tender el an-zuelo para pescar la corona imperial en el lodo delSenado. De cebo sirven el dinero y las buenas pro-mesas; y así, el mundo asiste al espectáculo curiosodel antiguo presidente del club de los jacobinos, hoyExcelencia, por los pasillos del Senado dandoapretones de mano sospechosos, asediando a intri-gantes hasta conseguir que, por fin, un par de bi-zantinos complacientes propongan que "se cree una

Page 211: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

211

institución que destruya para siempre las esperanzasde los conspiradores, garantizando la permanenciadel Gobierno más allá de la vida de su jefe". Si seelimina la hinchazón tumoral de esta frase, aparece-rá, como contenido, la intención de transformar alcónsul vitalicio Bonaparte en el emperador di-nástico Napoleón. Y probablemente de la pluma deFouché (que lo mismo escribe con bálsamo que consangre) procede la petición vil y sumisa del Senadocon que se invita a Bonaparte "a completar su obra,dándole forma inmortal". Pocos habrán cavado máslaboriosamente la tumba definitiva de la Repúblicaque Joseph Fouché, el de Nantes, el ex diputado dela Convención, el ex presidente de los jacobinos, el"mitrailleur de Lyon", el enemigo de los tiranos, enotra época el más republicano de todos los republi-canos.

El premio no se hace esperar. Así como el ciuda-dano Fouché fue nombrado ministro por el ciuda-dano cónsul Bonaparte, ahora, en 1804, después dedos años de destierro dorado, otra vez su Excelen-cia el señor senador Fouché vuelve a ser nombradopor Su Majestad el Emperador Napoleón. Porquinta vez, Joseph Fouché presta juramente —elprimero lo prestó al gobierno realista; el segundo, a

Page 212: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

212

la República; el tercero, al Directorio; el cuatro, alConsulado— Pero Fouché sólo tiene cuarenta ycinco años. ¡Cuánto tiempo todavía para nuevosjuramentos, nuevas fidelidades e infidelidades! Confuerza acumulada se arroja nuevamente al viento ylas olas, obligado por juramento al nuevo Empera-dor, pero impulsado, en realidad, sólo por el deleiteque le produce la inquietud.

Durante una década sobre la escena mundial —mejor dicho, entre bastidores— las figuras de Napo-león y Fouché se enfrentan, ligadas por el destino, apesar de una evidente resistencia mutua. Napoléonno quiere a Fouché, ni Fouché quiere a Napoleón.Llenos de antipatía secreta, cada uno utiliza al otro,únicamente por la fuerza de atracción de polosopuestos. Fouché conoce a la perfección la potenciademoníaca, la fuerza magnífica de Napoleón; sabeque el mundo no creará un genio superior a él endécadas, que no tendrá un amo tan digno de serservido. Napoleón, en cambio, siente que nadie locomprende con tan vertiginosa rapidez como Fou-ché con su mirada sobria, clara, luminosa y perspi-caz, talento político, laborioso, que puede utilizarsede la misma manera para lo mejor y para lo peor, a

Page 213: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

213

quien sólo le falta una cosa para ser el perfecto ser-vidor: la consagración incondicional, la fidelidad.

Porque Fouché no será jamás servidor de nada nide nadie, y mucho menos lacayo. Jamás sacrificarátotalmente su independencia espiritual, su propiavoluntad a una causa ajena. Al contrario, cuantomás se atan los antiguos republicanos, disfrazadosde nuevos aristócratas, a la gloria del Emperador,cuanto más se rebajan, convirtiéndose en sus con-sejeros y aduladores, más se endereza y se yergue laespalda de Fouché. Claro que en contradicciónabierta, en franca oposición, ya no se puede sacarnada del Emperador, cada vez más en el papel delCésar. En el palacio de las Tullerías ya no existe laconfraternidad franca, el debate libre entre ciudada-no y ciudadano; el Emperador Napoleón, que sehace llamar Sire por sus viejos compañeros de gue-rra y hasta por sus propios hermanos (cómo debenreírse todos) y a quien nadie tutea, excepto su mujer,no quiere que sus ministros lo aconsejen. El ciuda-dano ministro Fouché ya no entra, como antes, en elgabinete del ciudadano cónsul Bonaparte con el li-viano jabot de cuello escotado y paso ligero y sigilo-so, sino con el cuello alto y tieso, bordado en oro yceñido a la garganta, envuelto en el pomposo uni-

Page 214: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

214

forme de Corte, con medias negras de seda y zapa-tos deslumbrantes, con el pecho cuajado de conde-coraciones, sombrero en mano. Ahora el ministroJoseph Fouché es recibido en una especie de au-diencia por el Emperador. Napoleón. El "señor"Fouché primero tiene que inclinarse respetuosa-mente ante su antiguo conjurado y camarada, y nohablar sin haber obtenido licencia de "Su Majestad".Debe hacer una reverencia cuando entra y otracuando se despide; debe recibir sin contradecirlo lasórdenes que se le dan bruscamente, en lugar de en-tablar una conversación íntima. Contra la opinióntempestuosa de este hombre de férrea voluntad, nohay resistencia posible.

Por lo menos resistencia franca, abierta. Fouchéconoce a Napoleón demasiado bien para quererpersuadirlo, cuando sus opiniones son distintas.Deja que le ordene, que le mande como hace contodos los demás aduladores y ministros serviles delImperio; pero con la pequeña diferencia de que nosiempre obedece las órdenes recibidas. Si le mandahacer detenciones que él no aprueba, hace avisarsecretamente a los amenazados y, cuando tiene quecastigar, no deja de insinuar en todas partes que lohace por orden expresa del Emperador, no por su

Page 215: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

215

propia voluntad. Los favores y las amabilidades, encambio, los hace valer siempre como benevolenciaspropias. Cuanto más dominante se muestra Napo-león —y es verdaderamente sorprendente cómo sutemperamento, siempre voluntarioso, se va hacien-do cada vez más libre y autocrático a medida quecrece su poder— más amable y más conciliador esFouché. Y así, sin una palabra contra el Emperador,únicamente con pequeño gestos, sonrisas y silen-cios, él solo forma una oposición visible, pero in-corpórea, contra el nuevo amo "por la gracia deDios". Hace ya tiempo que no se toma la molestiapeligrosa de decirle las verdades, sabe que reyes oemperadores, aunque antes se hayan llamado Bona-parte, no lo quieren a uno para eso. Sólo disimula-damente introduce a veces, con mala intención, al-gunas verdades de contrabando en sus comunica-dos cotidianos. En lugar de decir "creo" o "me pa-rece" y hacerse reprender por su opinión y su pen-samiento propios, escribe en sus reportes: "secuenta" o "un embajador ha dicho". De esta maneracasi siempre en el pastel de frutas cotidiano de lasnovedades picantes mete un par de granos de pi-mienta sobre la familia imperial. Con labios pálidosNapoleón tiene que leer toda la suciedad, toda la

Page 216: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

216

deshonra de sus hermanas, como rumores malignos,y a veces, conceptos mordaces sobre él mismo, no-ticias agudas, con las que la mano hábil de Fouchéadereza intencionadamente el boletín. Sin pronun-ciar una palabra, el taimado servidor ofrece de vezen cuando a Bonaparte verdades desagradables yantipáticas y, amable e indiferente, advierte que,cuando escucha la lectura, el duro señor las tragacon dificultades. Esa es la venganza que se tomaFouché con el teniente Bonaparte que, desde que sepuso la levita imperial, sólo quiere ver ante él a susantiguos consejeros temblando, con la espalda cur-vada.

Es evidente que entre estos dos hombres no serespira un clima amable. Ni Fouché es un servidoragradable para Napoleón, ni Napoleón un amoagradable para Fouché. Ni una sola vez se deja po-ner sobre la mesa, displicente y confiado, un in-forme de Policía. Examina cada línea con su miradade halcón en busca de la más pequeña falta, del máspequeño descuido; si lo encuentra, descarga la tor-menta, le hace reproches a su ministro como a uncolegial, se entrega por completo a su temperamentocorso. Los ujieres, los que acechan, los colegas delMinisterio manifiestan con unanimidad que preci-

Page 217: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

217

samente lo que enfurecía al Emperador era la indife-rencia con que Fouché se le resistía. Pero tambiénsin su testimonio (porque todas las memorias deaquella época deben leerse con lupa) nos podríamosdar cuenta de la situación, porque hasta en las cartasse oye resonar la voz de mando dura y aguda. "Creoque la Policía no lleva a cabo la vigilancia sobre laPrensa con la severidad necesaria", le reprocha alviejo, al experto maestro, o lo amonesta: "Se podríacreer que nadie sabe leer en el ministerio de Policía;allí no se ocupan de nada en absoluto". O, "le acon-sejo mantenerse dentro del margen de su campo deacción y no mezclarse en asuntos ajenos". Napoleón—es cosa sabida— lo agravia sin compasión antetestigos, ante sus ayudantes y ante el Consejo deMinistros, y cuando la ira le contrae la boca, no va-cila en recordarle Lyon y su época terrorista, en lla-marlo regicida y traidor. Pero Fouché, el observadorfrío como el cristal, después de diez años conoceperfectamente los matices de estas explosiones deira (que si a veces como un producto de la sangre,son hijas del carácter violento de este hombre inca-paz de dominarse, otras, las administra él sabia yteatralmente, buscando el efecto y con clara con-ciencia de su histrionismo), Fouché no se deja inti-

Page 218: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

218

midar ni por las tormentas auténticas ni por las tea-trales, y permanece igualmente impasible ante la irafalsa como ante el verdadero enojo del Emperador;con su rostro blanquecino, incoloro, de careta,aguarda tranquilamente sin pestañear, sin demostrarcon un solo nervio emoción alguna bajo el diluviode palabras encendidas. Recién cuando sale del ga-binete quizás asoma a sus labios delgados una son-risa irónica o maligna. Ni siquiera tiembla cuando elEmperador grita: "Es usted un traidor, debería ha-cerlo fusilar". Ante eso, contesta sin balbucear: "Nosoy de esa opinión, Sire". Cien veces se deja despe-dir, amenazar con el destierro y la sustitución en elcargo, y sin embargo, sale tranquilo de la habitación,completamente seguro de que el Emperador lo lla-mará al día siguiente. Y siempre tiene razón. Porquea pesar de su desconfianza, de su ira y de su odiosecreto, Napoleón no se puede desembarazar deltodo de Fouché, durante una década, hasta últimomomento.

Este poder de Fouché sobre Napoleón, que re-sulta un enigma para todos los contemporáneos, notiene nada de mágico o de hipnótico. Es un poderadquirido con laboriosidad, habilidad y observaciónsistemáticas, un poder calculado. Fouché sabe mu-

Page 219: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

219

cho, sabe demasiado. Conoce, gracias a las comuni-caciones del Emperador, y aun en contra de la vo-luntad imperial, todos los secretos imperiales y así,tiene en jaque al Imperio entero y también a su se-ñor. Por la propia esposa del Emperador, por Jose-fina, conoce los detalles más íntimos del lecho nup-cial; por Barras, cada paso dado en la escalera decaracol de su ascensión. Gracias a sus propias rela-ciones con hombres de dinero, vigila la situacióneconómica particular del Emperador. No le pasainadvertido ni uno solo de los cien asuntos suciosde la familia Bonaparte: los asuntos de juego de sushermanos, las aventuras escabrosas de Paulina.Tampoco se le ocultan los desvíos matrimoniales desu amo. Si Napoleón sale a las once de la noche en-vuelto en un abrigo extraño y completamente em-bozado por una puerta secreta de las Tullerías paravisitar a una amante, Fouché, a la mañana siguiente,sabe adónde se dirigió el coche, cuanto tiempo per-maneció el Emperador en aquella casa, y cuándoregresó; incluso una vez consigue avergonzar al So-berano del mundo con el informe de que una favo-rita lo engañaba a él, a Napoleón, con un coristacualquiera de teatro. De cada escrito importante delgabinete del Emperador, Fouché recibe directa-

Page 220: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

220

mente una copia a través de un secretario soborna-do; y varios lacayos, de alto y bajo rango, cobran unsuplemento mensual de la caja secreta del Ministrode Policía, como recompensa por el soplo de todoslos chismorreos de Palacio. De día y de noche, en lamesa y en la cama, Napoleón está vigilado por suextremado servidor. Imposible ocultarle un secreto;y de esa manera el Emperador está obligado a con-fiárselo todo, quiera o no. Y ese conocimiento detodo y de todos constituye el único poder de Fou-ché sobre los hombres que Balzac tanto admira.

Pero con el mismo cuidado con que Fouché vi-gila todos los asuntos, los proyectos, pensamientosy palabras del Emperador, se esfuerza en ocultarlelos suyos propios. Fouché no confía jamás, ni alEmperador ni a nadie, sus verdaderas intenciones ysus trabajos. De su enorme arsenal de noticias sólocomunica lo que quiere. Todo lo demás, queda en-cerrado en el cajón del escritorio del Ministro dePolicía: en este último reducto Fouché no deja queentre ninguna mirada. Pone su pasión, la única quelo domina por completo, en el deleite magnífico deser hermético, impenetrable, algo de lo que nadiepuede alardear. Por eso es inútil que Napoleón lohaga seguir por un par de espías: Fouché se burla de

Page 221: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

221

ellos e incluso los utiliza para reenviar al engañadoremitente relatos completamente falsos y absurdos.Con los años, este juego de espionaje y contraes-pionaje entre los dos, cada vez más odioso y tai-mado, vuelve su relación totalmente falaz... No: nose respira un ambiente puro y transparente entreestos dos hombres; uno quiere en exceso ser el amoy el otro quiere demasiado poco ser servidor.Cuanto más fuerte se hace Napoleón, más molestose le va volviendo Fouché. Cuanto más fuerte sehace Fouché, más odioso le resulta Napoleón. De-trás de esta enemistad particular de espíritusopuestos, poco a poco se introduce la tensión de laépoca, que crece hasta volverse gigantesca. Porquede año en año se evidencia cada vez más clara-mente, dentro de Francia, dos voluntades encontra-das: el país al fin quiere la paz, y Napoleón quieresiempre, y siempre de nuevo, la guerra. El Bona-parte de 1800, heredero y ordenador de la Revolu-ción, estaba aún completamente identificado con supaís, con su pueblo y con sus ministros; el Napo-león de 1804, el Emperador de la nueva década, yano piensa en su país, ni en su pueblo, sólo piensa enEuropa, en el mundo, en la inmortalidad. Despuésde haber cumplido magistralmente la misión que le

Page 222: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

222

confiaron, por la misma opulencia de su fuerza, secrea nuevos problemas cada vez más difíciles y así,el que pudo transformar el caos en orden, arrastrade nuevo violentamente al caos la propia obra, elorden propio. No queremos decir que se hubieraturbado su inteligencia clara y aguda como un dia-mante; nada de eso: el intelecto matemáticamenteexacto de Napoleón —a pesar de su componentedemoníaco— permanece siempre por completodespierto, hasta el último momento cuando, mori-bundo, escribe con mano temblorosa su testamento,esa obra entre sus obras. Pero este intelecto suyollegó a perder la noción de la medida terrestre, ¡ycómo podría ser de otra manera después del logromaldito de lo inverosímil! Hasta en sus aventurasmás locas, Napoleón está tan poco perturbado co-mo Alejandro, Carlos XII y Cortés. Como ellos, sóloperdió la medida real de lo posible por victorias ex-cepcionalmente extraordinarias, y este furor, unido asu inteligencia clarísima, produjo el grandioso fe-nómeno del espíritu, magnífico como un "mistral"bajo el cielo limpio —esas hazañas que son críme-nes de un solo hombre entre cientos de miles y que,sin embargo, enriquecen legendariamente a la hu-manidad. La marcha de Alejandro desde Grecia a la

Page 223: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

223

India —aún hoy fantástica, si se la sigue en el ma-pa— la expedición de Cortés, la ruta de Carlos XII

desde Estocolmo a Poltava, la caravana de seis-cientos mil hombres que arrastra Napoleón desdeEspaña a Moscú. Estas hazañas del valor y de latemeridad equivalen en nuestra historia moderna alas luchas de Prometeo y de los titanes contra losdioses en la mitología griega: hybris y heroísmo, entodo caso el máximo, temerario ya, de lo humana-mente accesible. Y hacia ese límite extremo tiendeNapoleón, de manera irresistible, apenas siente susien ceñida por la corona imperial. Con lo éxitoscrecen sus designios; con las victorias, su atrevi-miento, con los triunfos sobre el destino, el deseode provocarlo cada vez con mayor audacia. Nadamás natural, entonces, que el hecho de que las per-sonas que lo rodean, cuando no están aturdidas porla fanfarria de los boletines victoriosos o cegadaspor los éxitos, sobre todo los inteligentes, los cautoscomo Tayllerand y Fouché, comiencen a estreme-cerse. Tienen el pensamiento puesto en el tiempo enque viven, en el presente, en Francia... Napoleónsólo piensa en la posteridad, en la leyenda, en lahistoria.

Page 224: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

224

Este contraste entre razón y pasión, entre los ca-racteres lógicos y los demoníacos, que se repitesiempre en la historia, aparece en Francia poco des-pués del cambio de siglo, detrás de las grandes figu-ras. La guerra ha hecho grande a Napoleón, lo haelevado desde la nada a un trono imperial. ¿No esnatural, entonces, que desee siempre nuevas guerrasy siempre mayores y más poderosos contrincantes?Reducidas a cifras, sus empresas se elevan a núme-ros fantásticos. En Marengo, en 1800, venció contreinta mil hombres; cinco años más tarde pone enel campo de batalla trescientos mil hombres, y cincoaños después arranca un millón de soldados al paísdesangrado y hastiado de guerras. Al último com-batiente de su ejército, al más torpe gañan se le po-dría demostrar con los cinco dedos de la mano queesa afición a la guerra "courromanía" (Sthendal creóesta palabra) iba a conducirlo finalmente a la catás-trofe. Con espíritu profético, Fouché dice una vezdurante un diálogo con Metternich, cinco años antesde Moscú: "Cuando os haya vencido, no queda másque Rusia y China". Sólo hay uno que no compren-de esto... o que se cubre los ojos con la mano: Na-poleón. El hombre que vivió los días de Austerlitz,de Marengo y de Eylau, ya no podrá sentir la menor

Page 225: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

225

emoción, la más mínima satisfacción, recibiendo enlos bailes de corte a los palatinos uniformados, osentado en la Ópera en una velada de gala, oyendohablar a los aburridos diputados... No, él sólo sientevibrar sus nervios cuando va a la cabeza de sus tro-pas, a marcha forzada, y arrolla países enteros;cuando destruye ejércitos; cuando quita o pone re-yes con gesto displicente, como si fueran figuras deajedrez; cuando el templo de los Inválidos se con-vierte en un bosque de rumores y banderas, y cuan-do la Tesorería recién fundada, se colma con el bo-tín del saqueo de Europa entera., No piensa másque en regimientos, en divisiones, en ejércitos; yaconsidera a Francia, a todo el país, a todo el mundo,como campo de presa, como pertenencia, comopropiedad suya ("La France c'est moi"). Pero en laintimidad algunos de los suyos persisten en la opi-nión de que Francia se pertenece a sí misma sobretodas las cosas y que sus hombres, sus ciudadanos,no van a servir para sacar reyes del clan corso yconvertir a Europa en fondo bonapartista. Con cre-ciente indignación año tras año ven cómo se fijanlistas de conscripción en las puertas de las ciudades,cómo los jóvenes de dieciocho y diecinueve añosson arrancados de sus casas para que mueran en las

Page 226: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

226

fronteras de Portugal o en los desiertos nevados dePolonia y de Rusia, sin ningún sentido o al menoscon un sentido inconcebible. Pero entonces, entre elhombre que mira las estrellas y los hombres clarivi-dentes que advierten el cansancio y la impacienciadel país entero, surge una incompatibilidad cada vezmás enconada. Y como su genio, cada día más do-minante y autocrático ya no se deja aconsejar ni porlos más íntimos, éstos, en secreto, empiezan a pen-sar cómo se puede parar la marcha vertiginosa deesta rueda sin eje, cómo se la puede librar de la caí-da inevitable en el abismo. Y entonces llegará elmomento en que la razón y la pasión se dividan y secombatan abiertamente, y se desencadenará la luchaentre Napoleón y sus servidores más prudentes.

Esta resistencia secreta contra la pasión bélica yel desenfreno de Napoleón, consigue unir a los másencarnizados enemigos entre sus consejeros: Fou-ché y Talleyrand. Estos dos ministros, los más capa-ces de Napoleón, las figuras psicológicamente másinteresantes de la época, no se quieren, tal vez por-que se parecen demasiado. Los dos pasaron por laescuela de la Iglesia, por la escuela ardiente de laRevolución; los dos se conducen con la misma san-gre fría, con igual desenvoltura en materia de dinero

Page 227: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

227

y de honor; los dos sirven con la misma frialdad,con la misma falta de escrúpulos a la República, alDirectorio, al Consulado, al Imperio y al Rey...Constantemente encontramos a estos dos persona-jes veleidosos sobre el mismo escenario históricodisfrazados de revolucionarios, de senadores, deministros o de servidores del Rey. Y precisamentepor ser de la misma raza espiritual y por desempe-ñar los mismos papeles diplomáticos, se odian conel conocimiento frío y el buen despecho de rivales.

Los dos pertenecen a la misma clase moral; perosi su semejanza procede del carácter, su diferencianace del origen. Talleyrand, Duque de Périgord, ar-zobispo de Autun, príncipe de rancia estirpe aristo-crática, ya viste la toga violeta del señorío eclesiásti-co de toda una provincia francesa, cuando el hijodel pequeño mercader, el pobre Joseph Fouché, estodavía un ínfimo participante del seminario quepugna por enseñar matemáticas y latín a su docenade discípulos conventuales por un par de sous almes. Talleyrand es ya Embajador de la RepúblicaFrancesa en Londres y orador afamado en los Esta-dos Generales, cuando Fouché anda todavía por losclubes con trabajos y adulaciones a la pesca de sumandato. Talleyrand llega a la Revolución desde

Page 228: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

228

arriba; desciende, como un soberano de su carroza,es saludado con júbilo respetuoso, baja un par deescalones para entrar en el Tercer Estado, mientrasque Fouché asciende hasta él trabajosamente y afuerza de intrigas. Esta diferencia de origen da a susdotes esenciales un matiz particular. Talleyrand sir-ve como hombre de gran prestancia, tiene la elegan-cia indiferente y fría de un grand seigneur; Fouché, lalaboriosidad celosa y astuta del burócrata ambicio-so. Incluso en las mismas cosas en que se parecenson distintos; si los dos aman el dinero, por ejem-plo, Talleyrand lo quiere a la manera aristocrática:para despilfarrarlo, para dejar que el oro corra enabundancia en la mesa de juego o con mujeres; Fou-ché, el hijo del mercader, para capitalizarlo y amon-tonarlo cuidadosamente. Para Tayllerand el poder essólo un medio para el placer, algo que el provee laoportunidad más propicia y noble de apoderarse detodas las cosas sensuales de la tierra, el lujo, las mu-jeres, el arte, la buena mesa; mientras que Fouché,en cambio, como multimillonario sigue siendo unahorrativo espartano y conventual. Ninguno de losdos podrá desprenderse nunca por completo de suorigen social: nunca, ni en los días más feroces delterror, el príncipe de Perigord, Talleyrand, será un

Page 229: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

229

verdadero hombre de pueblo, un republicano; nun-ca, ni aun cuando lo nombren Duque de Otranto,Joseph Fouché, a pesar de su uniforme con galonesde oro, será un verdadero aristócrata.

El más brillante, el más encantador, quizá tam-bién el más considerable de los dos es Talleyrand.Espíritu formado en una tradición refinada de cultu-ra, pulido por la gracia del siglo XVIII, ama el juegodiplomático como uno de los muchos juegos intere-santes de la vida, pero odia el trabajo. De mala ganaescribe él mismo una carta; lo que más le gusta aeste auténtico vividor, a este catador refinado, esdejar que otro haga el trabajo pesado, para luegorecoger él los resultados y resumirlos con su manofina, llena de sortijas. Le basta siempre su intuición,que despeja con la rapidez del rayo las situacionesmás enredadas. Psicólogo por nacimiento y por ex-periencia, penetra, como dice Napoleón, todos lospensamientos y sin titubear afirma, a cada uno, ensu deseo más recóndito. Audaces virajes mentales,concepciones rápidas, rodeos elegantes en los mo-mentos peligrosos: ésa es su fuerza. Desdeña pro-fundamente el trabajo en cuanto exige de él el máspequeño esfuerzo. De su tendencia a lo mínimo, a laforma concentrada de las resoluciones espirituales,

Page 230: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

230

procede su talento especial para los juegos de pala-bras más brillantes, para el aforismo. No escribeextensos relatos: con una sola palabra cortante defi-ne una situación, a una persona. Fouché, en cambio,carece en absoluto de esta virtud de la rápida visióntotalizadora. Trajina como una hormiga, teje pa-cientemente su malla laboriosa con puntos inconta-bles en un constante ir y venir a través de mil y milobservaciones que, sumadas y combinadas luego,dan resultados concienzudos, irrebatibles. Su méto-do es analítico; el de Talleyrand, visionario. Su ta-lento es el trabajo; el de Talleyrand, la agilidadmental. Ningún artista podría inventar una parejamás contrapuesta y perfecta que la personificada porla historia de estas dos figuras, en ese improvisadorvago y genial que es Talleyrand, y en Fouché, avizordespierto de mil ojos vigilantes para situarlos juntoa Napoleón, el genio perfecto que reúne en sí lasfacultades de los dos: la mirada para el conjunto ypara el detalle, la pasión y la laboriosidad, el saber yla visión universales. Pero en ninguna parte surgenodios más crueles que entre las especies distintas dela misma casta. Por eso se detestan, desde lo máshondo de su intimidad, instintivamente, con con-ciencia exacta, biológica, Talleyrand y Fouché. Des-

Page 231: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

231

de el primer día al "gran seigneur" le resulta anti-pático el celoso y pedante acumulador de mensajes,el moscardón, el frío espía que es Fouché; y Fouché,por su parte, se enfurece ante la frivolidad, el despil-farro y la negligencia aristocrática y despectiva, in-dolente y afeminada de Talleyrand. Por eso, uno delotro hablan con palabras que son flechazos envene-nados. Talleyrand dice, sonriente: "Fouché despre-cia tanto a la humanidad porque se conoce dema-siado bien a sí mismo". Fouché, en cambio, cuandoTalleyrand es nombrado vicecanciller, dice sarcásti-

camente: "Il ne lui manqueait que ce vice-la"1 Conla mayor dedicación, procuran molestarse todo loposible, y con obstinación no pierden la menoroportunidad de hacerse daño. El hecho de que am-bos, el ágil y el laborioso, se completen así en susfacultades, vuelve útiles a Napoleón como minis-tros, y le conviene igualmente que se odien contanto ahínco, porque gracias a ese odio se vigilanmutuamente mejor que cien espías. Fouché se apre-sura a comunicar las corrupciones, las bacanales, lasnegligencias de Talleyrand; en cambio, da cada nue-

1 Juego de palabras con vice, que en francés significa tambiénvicio (N. del T.)

Page 232: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

232

va maquinación, de cada nueva martingala de Fou-ché, Talleyrand da cuenta rápidamente. De esta ma-nera, Napoleón se siente a la vez servido y protegi-do por esta pareja singular. Como psicólogo estu-pendo, Napoleón utiliza la rivalidad de sus minis-tros de la manera acertada para estimularlos y almismo tiempo para tenerlos a raya.

Con esta enemistad perpetua de los dos rivales,Fouché y Talleyrand, durante años se deleita todoParís. Como en una escena de Molière pueden con-templar las variaciones constantes de esta comediarepresentada en los escalones del trono, y regocijar-se viendo cómo de nuevo se pinchan y se persiguencon bromas mordaces los dos servidores del Sobe-rano, mientras su amo observa con superioridadolímpica esta pelea tan ventajosa para él. Pero cuan-do él —y todos— esperan que entre ellos continúeel juego del perro y el gato, los dos refinados actorescambian repentinamente los papeles e inician unjuego serio. Por primera vez puede más el disgustocomún contra Bonaparte, que su rivalidad. En 1808Napoleón empieza una nueva guerra, la más inútil yabsurda de sus guerras: la campaña contra España.En 1805 venció a Austria y Rusia; en 1807 aniquilóa Prusia y sometió a los Estados alemanes e ita-

Page 233: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

233

lianos; y no existe el menor motivo de enemistadcontra España. Pero José, el hermano ingenuo (al-gunos años después el mismo Napoleón confesaráque "se había sacrificado para tontos"), tambiénquiere una corona; y como no hay ninguna vacantese decide arrebatársela a la dinastía española, vio-lando el derecho internacional. Otra vez suenan lostambores, otra vez marchan los batallones y el dine-ro reunido con tanto trabajo en las cajas corre araudales y otra vez se embriaga Napoleón con elplacer peligroso de las victorias. Esta indomablefuria guerrera a la larga comienza a fatigar hasta alos más indiferentes. Tanto Fouché como Talle-yrand desaprueban esta guerra inmotivada, en la queFrancia va a desangrarse durante siete años; y comoel Emperador no escucha ni a uno ni a otro, entreellos tiene lugar una aproximación tácita. Saben muybien que el Emperador no acepta sus consejos y tiraenfurecido sus cartas a un rincón; hace tiempo yaque los hombres de Estado se sienten aplastadosfrente a mariscales, generales y espadones y, sobretodo, frente al clan corso, cuyos miembros estánansiosos por esconder un pasado miserable detrásdel manto de armiño. Por eso intenta una protestapública y como no pueden hablar libremente,

Page 234: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

234

acuerdan poner en escena una pantomima política,un verdadero y auténtico golpe teatral: aliarse osten-siblemente.

Quién dirige la escena con esta admirable dra-maturgia, si Talleyrand o Fouché, es algo que no sesabe. Se desenvuelve de esta manera: mientras Na-poleón lucha en España, París se divierte con fiestasy banquetes continuos; ya está acostumbrado a laguerra anual, como a la nieve del invierno y a latormenta del verano... En la rue Saint-Florentin, enla mansión del gran canciller, una noche de diciem-bre de 1808 oscilan mil velas y suena la música.(Mientras, Napoleón en cualquier sucio alojamientode Valladolid, escribe la orden del día). Bellas muje-res, de las que tanto gusta Talleyrand; una sociedaddeslumbrante de altos funcionarios de Estado, deEmbajadores extranjeros, charla animadamente; sebaila y se goza. De repente surge un susurro, un cu-chicheo tenue en todos los rincones; el baile se inte-rrumpe, los invitados se agrupan asombrados; acabade entrar un hombre a quien jamás se hubiera espe-rado allí. Es Fouché, el Casio desmedrado, a quien,como todo el mundo sabe, Talleyrand odia y des-precia con encono y que jamás puso los pies en sucasa. Pero lo inaudito es que, con cortesía afectada,

Page 235: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

235

acude, cojeando, el ministro de Negocios Extranje-ros al encuentro del Ministro de Policía, lo saludacon cariño, como a un querido invitado y amigo, ylo toma amistosamente del brazo. Lo trata conafecto ostensible, y los dos entran en un gabinetecontiguo, donde se sientan en un diván y conversanen voz baja... La curiosidad que se despierta entrelos presentes es enorme. A la mañana siguiente todoParís sabe la sensacional novedad. En todas partes,sólo se habla de esta reconciliación repentina, exhi-bida tan llamativamente, y todo el mundo compren-de su sentido. Si el perro y el gato se unen con tantapasión, no puede ser más que contra el cocinero: laamistad entre Fouché y Talleyrand equivale a lafranca desaprobación de los ministros contra suseñor, contra Napoleón. En seguida todos los es-pías se ponen en movimiento para averiguar lo queverdaderamente se intenta con este complot. Entodas las Embajadas rasguean las plumas sobremensajes urgentes; Metternich manda un correoespecial a Viena diciendo "que esta unión interpretalos deseos de una nación demasiado cansada"; perotambién los hermanos y hermanas de Napoleón sealarman y por su parte envían el mensajero más rá-pido al Emperador con la noticia inaudita.

Page 236: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

236

En un correo especial y urgente la noticia llegarápida a España; pero más ligero, si cabe, vuela Na-poleón camino a París, como herido por un latiga-zo, cuando recibe la carta. Se muerde los labios y daórdenes inmediatas para el regreso. La aproxima-ción entre Talleyrand y Fouché lo afecta más queuna batalla perdida. Casi vertiginoso es el "tempo"de su viaje: el 17 parte de Valladolid, el 18 está enBurgos; el 19 en Bayona; no hace alto en ningúnsitio; en todas partes se cambian rápidamente loscaballos cansados; el día 22 irrumpe como una tem-pestad en las Tullerías y el 23 da la réplica a la inge-niosa comedia de Talleyrand con una escena igual-mente teatral. Toda la multitud engalonada de corte-sanos, ministros y generales es cuidadosamente ubi-cada como comparsa; debe verse públicamente có-mo el Emperador aniquila, con puño férreo, hasta lamás insignificante oposición a su voluntad. A Fou-ché lo ha llamado el día antes y a puerta cerrada loha fustigado con enorme dureza; pero Fouché,acostumbrado a esta clase de luchas, ha respondidocon su inmutable impavidez habitual, excusándosecon palabras suaves y hábiles y escurriéndose atiempo. El Emperador cree que para este hombreservil basta un puntapié al pasar. Pero Talleyrand,

Page 237: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

237

precisamente porque se considera el más fuerte, elmás poderoso, debe pagar la cuenta en público. Laescena, que ha sido narrada muchas veces, es una delas mejores del teatro de la historia. Primero, el Em-perador expresa su descontento por la deslealtad dealgunos en su ausencia con frases generales; peroluego, irritado por la fría indiferencia de Talleyrand,lo enfrenta con brusquedad mientras él, inmóvil,con actitud displicente, apoya el brazo sobre la cor-nisa de la chimenea. Y las frases, que sólo iban a serburlescas, irónicas, se convierten de repente, antelos ojos de toda la corte, en un torrente de ira. ElEmperador vuelca sobre el hombre mayor en edady experiencia las injurias más bajas: lo llama ladrón,perjuro, renegado, mercenario; le dice que venderíapor dinero a su propio padre; le echa la culpa delasesinato del Duque de Enghien y de la guerra deEspaña. Ni una lavandera insultaría tan soezmente asu enemiga en pleno patio de un conventillo, comoNapoleón insulta al Duque de Perigord, al veteranode la Revolución, al primer diplomático de Francia.

Todas las personas que ven y escuchan la escenaestán anonadadas, molestas; comprenden que elEmperador está haciendo un mal papel. ÚnicamenteTayllerand, que tiene piel de elefante para semejan-

Page 238: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

238

tes agresiones (se cuenta que una vez se durmió le-yendo un libelo contra él) no contrae el rostro, de-masiado orgulloso como para sentirse ofendido portales injurias. Cuando termina la tormenta, sale si-lencioso, renqueando sobre el parquet brillante y alpasar por la antesala deja caer un de esas pequeñasfrases envenenadas que hieren con filo mortal: "Quélástima que un hombre tan grande esté tal mal edu-cado", dice tranquilamente, mientras el criado loayuda a ponerse el paletó.

La misma noche Talleyrand es destituido de sudignidad de gentilhombre de cámara. Con curiosi-dad, durante los días siguientes los envidiosos des-pliegan el Moniteur para leer también, entre las noti-cias de Estado, el comunicado con la destitución deFouché. Pero se equivocan. Fouché se queda. Comosiempre, en su ataque se ha puesto detrás de alguienque le sirvió de escudo. Se recordará que Collot, sucómplice de Lyon, es deportado a las islas infectas, yque Fouché se queda; que Baboeuf, su cómplice enla lucha contra el Directorio, es fusilado y que Fou-ché se queda. Y también esta vez cae únicamente elque va adelante, Talleyrand; Fouché se queda. LosGobiernos, los sistemas, las opiniones, los hombrescambian; todo cae y desaparece en este torbellino

Page 239: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

239

vertiginoso del camino del siglo; sólo uno permane-ce siempre en el mismo sitio, en todos los cargos,bajo todas las ideas: Joseph Fouché.

Fouché queda en el poder, como siempre e inclu-so mejor que siempre. Además de haber desapare-cido con Talleyrand el más peligroso de sus enemi-gos y de haber sido sustituido por un mero sacristándestinado a decir a todo que sí, Napoleón, el amomolesto, en 1809, como todos los años, hace unanueva guerra; esta vez con Austria.

La ausencia de Napoleón de París y de los nego-cios es lo mejor que puede ocurrirle a Fouché; ycuanto más lejos y por más tiempo (en Austria, enEspaña, en Polonia), mejor. Fouché quisiera verlopartir nuevamente hacia Egipto... Su luz, demasiadopotente, desplaza a todos hacia la sombra; su pre-sencia, sobresaliente y creadora, con su superioridaddominante paraliza toda voluntad extraña.

Pero cuando está a cien leguas de distancia, diri-giendo batallas y planeando campañas, Fouché pue-de actuar de vez en cuando como gran señor provi-dencial y no conformarse con ser únicamente ma-rioneta de la mano dura y enérgica.

Para esto ¡por fin por primera vez! se le ofrece aFouché una ocasión. El 1809 es un año fatal para

Page 240: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

240

Napoleón. Su situación militar nunca estuvo másamenazada, a pesar de los indudables éxitos exterio-res. En la Prusia subyugada, en la Alemania maldominada, en ciertas zonas, miles de franceses estáncasi indefensos, vigilando a cientos de miles quesólo esperan el llamado a las armas. Sería suficienteuna nueva victoria de los austríacos como la de As-pern, para que desde el Elba hasta el Ródano se de-sencadenara la rebelión, el levantamiento de unanación entera. Tampoco en Italia es mejor la situa-ción: el ultraje brutal al Papa ha indignado a todaItalia, como la humillación de Prusia a toda Alema-nia; y Francia misma está cansada. Si se lograra unnuevo golpe contra el poderío militar imperial ex-tendido sobre Europa, desde el Ebro hasta el Vís-tula, ¡quién sabe si resistiría el coloso estremecido...!Este golpe lo proyectan los ingleses, enemigos jura-dos de Napoleón. Y deciden avanzar directamentehacia el corazón de Francia mientras las tropas delEmperador están repartidas en Aspern, en Italia, enLisboa; pero tratarán de apoderarse de los puertos,de Dunquerque, de conquistar Amberes y de obligara los belgas a sublevarse. Napoleón —así calculanellos— está lejos con las tropas más aguerridas, con

Page 241: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

241

sus mariscales y sus cañones; el país está indefensoante ellos.

Pero Fouché está en su puesto; el mismo Fouché,que en 1793, bajo la Convención, aprendió a levan-tar diez mil reclutas en un par de semanas. Su ener-gía no ha disminuido desde entonces; pero sólo po-día utilizarla en la sombra, en pequeñas maquina-ciones y ardides sin importancia. Apasionadamentese impone la tarea de enseñar al mundo y a la na-ción entera que Joseph Fouché no es sólo un pelelede Napoleón y que, si es necesario, puede actuarcon la misma energía y decisión que el Emperador.Por fin ha llegado el momento de demostrar cla-ramente —ocasión maravillosa, como caída delcielo— que no todo el destino moral y militar de-pende de este hombre único. Con provocativa au-dacia recalca en sus proclamas que, en efecto, Na-poleón no es indispensable. "Demostremos a Euro-pa que, aunque el genio de Napoleón presta brillo aFrancia, su presencia no es necesaria para rechazaral enemigo", escribe a los alcaldes. Y confirma estaspalabras ambiciosas y atrevidas con los hechos. El31 de agosto, apenas se entera del desembarco delos ingleses en la isla Walcheren, pide, como Minis-tro de Policía del Interior (puesto que ocupa provi-

Page 242: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

242

sionalmente), la incorporación a filas de los guardiasnacionales que, desde los días de la revolución, sedesempeñan en sus pueblos tranquilamente comosastres, herreros, zapateros o simples vagos. Losdemás ministros de asustan. ¿Cómo, sin permiso delEmperador, bajo la propia responsabilidad, emitiruna disposición de alcance tan enorme? En parti-cular, el ministro de la Guerra está indignado de queun paisano se mezcle en el ámbito sagrado de sucompetencia, y se opone con toda su fuerza. Habríaque acudir antes a Schoenbrunn a pedir permisopara la movilización. Habría que esperar las dis-posiciones del Emperador y no intranquilizar al pa-ís. Pero el Emperador, como de costumbre, estáausente; serían necesarios quince días de posta parallevar la pregunta y traer la respuesta. Y Fouché notiene miedo de intranquilizar al país ¿No lo hacetambién Napoleón? En lo más íntimo quiere la in-tranquilidad, quiere la alarma. Y así actúa decidida-mente por su cuenta. Tambores y órdenes llaman atodos los hombres de las provincias amenazadaspara la defensa inmediata; en nombre del Empera-dor, que no sabe nada de estas disposiciones y deesta nueva audacia. Fouché nombra jefe de este im-provisado ejército del Norte a Bernadotte, precisa-

Page 243: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

243

mente de todos los generales el hombre que másodia Napoleón a pesar de ser cuñado de su herma-no; al hombre enjuiciado y desterrado por el Empe-rador. Fouché lo saca de su destierro haciendo casoomiso de Napoleón, de los ministros y de todos susenemigos; le es indiferente que el Emperador noaprueba sus disposiciones; lo único que le importaes que el éxito le dé la razón contra todos.

Esta audacia en momentos decisivos confiere aFouché algo de verdadera grandeza. Intranquilo,este genio nervioso y trabajador se consume porcumplir grandes misiones condenado como está alas pequeñas empresas, que son para él cosa de jue-go. Es natural que su energía restante busque de-sahogo y libertad en intrigas, casi siempre inútiles.Pero en el momento en que este hombre se encuen-tra ante una verdadera misión histórica, adecuada asu fuerza —lo mismo en Lyon que más tarde, des-pués de la caída de Napoleón, en París— sabe cum-plirla magistralmente. La ciudad de Flesinga, queNapoleón en sus cartas calificaba de inexpugnablecae, tal como lo preveía Fouché, tras pocos días enmanos de los ingreses. Pero mientras tanto, el ejér-cito formado sin permiso ha tenido tiempo de forti-ficar Amberes, deteniendo la invasión con una de-

Page 244: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

244

rrota completa y muy costosa para los ingleses. Porprimera vez desde que manda Napoleón, un minis-tro se ha atrevido a levantar solo la bandera en elpaís, a desplegar la vela, a sostener un rumbo propioy, con esa misma independencia, a salvar a Franciaen un momento crítico. Desde ese día, Fouché ad-quiere un nuevo rango y una nueva conciencia de supropio valor.

Entretanto, han llegado a Schoenbrunn las cartasacusadoras del canciller y del ministro de Guerra, yen forma de quejas reiteradas, el relato de las osa-días que se permite ese ministro civil, que llamó afilas a la guardia nacional y puso en pie de guerra alpaís. Todos desean que Napoleón castigue estaarrogancia y despida a Fouché. Pero —¡cosa ex-traordinaria!— aún antes de saber el resultado bri-llante que dieron las disposiciones de Fouché, elEmperador le da la razón a su energía decidida yagresiva; se pone de su parte contra todos. El canci-ller recibe una fuerte admonición: "Estoy indignadode lo poco que ha sabido servirse de sus poderes encircunstancias tan extraordinarias. Debió usted, a laprimera noticia, levantar enseguida veinte, cuarentao cincuenta mil guardias nacionales. Y textualmenteescribe al ministro de Guerra: "Veo que sólo el se-

Page 245: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

245

ñor Fouché hizo lo que pudo y que es el único queha comprendido lo impropio de permanecer en unainactividad peligrosa y deshonrosa." De esta mane-ra, Fouché no sólo ha derrotado a sus colegas mie-dosos, cautos e impotentes, sino que después sesienten intimidados por la aprobación de Napoleón.Y por encima de Talleyrand y del canciller, Fouchése encuentra en el primer puesto de Francia. Es elúnico que ha demostrado no sólo que sabe obede-cer, sino que también sabe mandar. Fouché nos de-muestra reiteradamente sus excelentes cualidadespara proceder en los momentos de peligro. Enfren-tado a la más difícil situación, la dominará con suenergía activa y clara. El nudo más enredado, él sa-brá desenredarlo. Pero si conoce magníficamente elmomento de poner su mano y actuar, desconoce enabsoluto el mayor arte de todas las artes políticas: lade retirarse, la de abandonar a tiempo. No puedequitar su mano de donde la ha puesto una vez. Yjusto cuando ha desenredado el nudo, se sientearrastrado por el placer diabólico del juego y vuelvea enredarlo artificialmente. Así sucede ahora. Gra-cias a su rapidez, a su fuerza organizadora y pujante,se ha rechazado el ataque alevoso en el flanco. Contremenda pérdida de hombres y material y con ma-

Page 246: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

246

yor pérdida aún de prestigio, los ingleses volvierona meter su ejército en los bosques y se retiraron.Ahora Fouché se puede llamar tranquilamente a re-tirada y mandar a casa a las guardias nacionales le-vantadas, con gracias y legiones de honor. Pero elamor propio de Fouché ha olido la sangre. Resultódemasiado tentador y magnífico eso de hacer deEmperador, convocar a tres provincias a golpe detambor, dar órdenes, redactar proclamas, pro-nunciar discursos y enseñar los dientes a sus apoca-dos colegas. ¿Y han de terminar tan pronto esosmomentos deliciosos? ¿Justo cuando voluptuosa-mente siente crecer su energía a cada momento, acada día? No, Fouché no piensa en semejante cosa.Es preferible jugar a la guerra y a la defensa, aunquepara eso haya que inventar al enemigo. Hay que se-guir con los tambores, levantar el país, producir in-quietud, movimiento tempestuoso. Así un supuestodesembarco proyectado por los ingleses junto aMarsella le sirve como pretexto para ordenar unanueva movilización. Se hace el llamamiento a filasde la guardia nacional de Piamonte, de la Provenzay hasta de París, aunque ni cerca, ni lejos, ni en elinterior del país, ni en la costa, se vea un solo ene-migo. Pero Fouché está poseído por el vértigo del

Page 247: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

247

placer de organizar y movilizar, de que el hombreactivo tanto tiempo refrenado y contenido que hayen él pueda manifestarse libremente gracias a la au-sencia del soberano del mundo.

¿Pero contra quién se dirigen todas estas tropas?,se pregunta el país asombrado. Los ingleses no sedejan ver. Poco a poco hasta los más benévolos desus colegas van desconfiando. ¿Qué quiere el hom-bre impenetrable con sus movilizaciones frenéticas?No comprenden que Fouché se embriaga sólo conel placer secreto de jugar con la propia energía. Ycomo no ven, ni cerca ni lejos, la punta de la bayo-neta de un enemigo contra el que pudieran dirigirseestos formidables alardes bélicos diariamente refor-zados, empiezan a atribuir a Fouché proyectos equí-vocos. Unos suponen que prepara una rebelión;otros, que si el Emperador sufre un segundo As-pern, se propone proclamar en seguida la antiguaRepública. Y al cuartel general de Schoenbrunn lle-gan carta tras carta diciendo que Fouché se havuelto loco o conspira. A pesar de su benevolencia,Napoleón acaba por desconcertarse. Comprendeque Fouché ha sacado los pies del plato y hay quellamarlo al orden. El tono de las cartas cambia brus-camente. Lo amonesta y lo llama "un Don Quijote

Page 248: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

248

que combate con molinos de viento" y escribe consu antiguo tono áspero: "Todas las noticias que re-cibo me hablan de guardias nacionales movilizadosen Piamonte, en Languedoc, en la Provenza, en elDelfinado. ¿Qué diablos se pretende con todo esto,cuando no hay necesidad, y por qué se hace sin misórdenes? Fouché, con el corazón amargado, tieneque renunciar a su peligroso juego, renunciar al Mi-nisterio del Interior y, contra sus mejores deseos,volver al rincón, a su papel de Ministro de Policíadel amo, que —demasiado pronto para él— regresalleno de gloria.

Sin embargo, aunque Fouché se excedió, fue elúnico que hizo algo en medio del pavor de los de-más ministros; en el momento de mayor peligro pa-ra la Patria hizo lo oportuno y lo justo. Por eso Na-poleón no puede negarle por más tiempo el honorque ya le concedió a tantos. En el instante en quesurge una nueva aristocracia en la tierra de Franciafertilizada con sangre; en el momento en que seconceden títulos de nobleza a los generales, a losministros y a los peones de albañil, no se puede ol-vidar a Fouché, al viejo enemigo de los aristócratas.También para él llega la hora de convertirse en

Page 249: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

249

aristócrata. Ya se le había concedido el título deConde sin la menor pompa. Pero el viejo jacobinova a subir más alto por la escala vacía de los nom-bres. El 15 de agosto de 1809, en el Palacio de SuMajestad Apostólica el Emperador de Austria, en elaposento regio de Schoenbrunn, el antiguo tenien-tito de Córcega firma y sella para el antiguo comu-nista y ex profesor de Seminario, el pergamino —una paciente piel de asno— gracias al cual —¡respe-to!— queda nombrado Duque de Otranto. Aunquenunca se batió en Otranto, aunque sus ojos jamásvieron ese paisaje del sur de Italia, precisamenteviene bien un nombre noble de resonancia exótica yrotunda para enmascarar al antiguo ar-chirepublicano, porque la pronunciación pomposahace olvidar que detrás de ese Duque se oculta elverdugo de Lyon, el viejo Fouché del "pan único" yde las requisas. Y para que pueda alardear como unverdadero caballero, se le otorga además la insigniade su Ducado: un blasón flamante.

Pero, cosa curiosa; ¿intentó el mismo Napoleónla peligrosa y característica alusión, o el rey de armasse permitió una bromita psicológica? Sea como sea,el escudo del Duque de Otranto muestra en el cen-tro una columna áurea apropiada para este enamo-

Page 250: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

250

rado del oro. Y alrededor de la columna se enroscauna serpiente, probable y tácita alusión a la flexibili-dad diplomática del nuevo Duque. VerdaderamenteNapoleón debió poner a su servicio sutiles heráldi-cos, porque no podía inventarse un blasón másapropiado para Joseph Fouché.

Page 251: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

251

CAPÍTULO VI

LA LUCHA CONTRA EL EMPERADOR(1810)

Un gran ejemplo hunde o levanta siempre a todauna generación. El ingreso en la época de una figuracomo la de Napoleón Bonaparte obliga a las perso-nas que están a su alrededor a elegir entre empeque-ñecerse ante él o desaparecer sin dejar rastro ante sugrandeza, o seguir su ejemplo, poniendo en juegouna enorme tensión de energía. Los hombres pró-ximos a Napoleón sólo pueden ser dos cosas: susesclavos o sus rivales. Una presencia de tal magni-tud no tolera, a la larga, el término medio.

Fouché es uno de aquellos a quienes Napoleónarrancó la estabilidad de su equilibrio. Le envenenóel alma con el ejemplo peligroso de su ambición

Page 252: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

252

insaciable, con la presión demoníaca de superarsesiempre: también él quiere como su amo, extender yexpandir los límites de su poder de manera cons-tante; también él es un hombre perdido para la pug-na obstinada y tranquila, para el bienestar domésti-co. Por eso ¡qué decepción la suya el día en que Na-poleón vuelve triunfante desde Schoenbrunn paravolver a tomar las riendas! ¡qué días grandes los deaquellos meses en que podía actuar de acuerdo consu propio parecer, levantar ejércitos, redactar pro-clamas, emitir disposiciones audaces ante el asom-bro de sus colegas miedosos, sentirse, por fin, unavez en la vida, dueño y señor de un país, jugador enel gran tapete verde de los destinos universales! Yahora ya no va a ser Joseph Fouché sino Ministrode Policía para vigilar a los descontentos y controlarcharlas de Redacción, armar diariamente, con losmensajes de sus espías su aburrido boletín, ocuparsede insignificancias como quién es la nueva amiga deTayllerand o quién tuvo ayer la culpa de la baja delas Rentas en la Bolsa. No, desde que puso las ma-nos en las cuestiones mundiales, en el timón de laalta política, todo lo demás para su espíritu inquietoy ávido de acontecimientos, son futilezas y papeleosdespreciables. Quien una vez ha hecho juego de

Page 253: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

253

tanta altura no se contenta ya con pequeñeces. Espreferible demostrar otra vez que todavía quedaespacio al lado de Napoleón para nuevas hazañas, Yde este pensamiento ya no logrará desprenderse.

Pero, ¿qué podría intentarse frente a quien lo al-canzó todo; frente al hombre que sometió a Rusia, aAlemania, a Austria, a España y a Italia; el hombre aquien el Emperador de la dinastía más antigua deEuropa entrega por esposa a una archiduquesa; quese impuso al Papa y abatió el predominio milenariode Roma; el hombre que desde París puso los fun-damentos de un imperio europeo universal? Ner-vioso, febril, suspicaz, el amor propio de Fouchéacecha por todos lados en busca de una misión. Yefectivamente: en el edificio del predominio mun-dial no falta más que la última cúpula, la más alta: lapaz con Inglaterra. Así, quedaría terminada la obra.Y esta última hazaña europea la quiere llevar a cabosolo: sin Napoleón y contra Napoleón.

Inglaterra es —en 1809 tanto como en 1725— elenemigo mortal, el contrincante peligroso de Fran-cia. Ante las puertas de Akkon, ante los fuertes deLisboa, en todos los extremos del mundo, la volun-tad de Napoleón tropezó contra la fuerza fría, cal-culada y metódica de los anglosajones y mientras él

Page 254: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

254

conquistaba toda la tierra de Europa, ellos le arre-bataban la otra mitad del mundo: el mar. No lospuede atrapar ni ellos pueden atraparlo a él; desdehace casi veinte años, con esfuerzo siempre renova-do ambos trabajan para aniquilarse. Los dos se de-bilitan horriblemente en esta lucha insensata que,aunque no quieren confesarlo, los tiene un pococansados. Los Bonaparte se declaran en quiebra enFrancia, Amberes y Hamburgo porque los inglesesles imposibilitan las transacciones; en el Támesis,los barcos están abarrotados de mercaderías sinvender; cada día bajan las rentas, tanto la inglesacomo la francesa. Y en los dos países los comer-ciantes, los banqueros, la gente razonable, aconsejanun acuerdo y muy cuidadosamente se inician las ne-gociaciones. Pero a Napoleón le parece más impor-tante que el inútil de su hermano José se quede conla corona real de España y su hermana Carolina conla de Nápoles. Y rompe las conferencias de paz ini-ciadas trabajosamente a través de Holanda, y golpeacon su puño de acero a sus aliados, para que les cie-rren la entrada a los barcos ingleses y arrojen al marsus mercancías. También se envían a Rusia cartasigualmente amenazadoras exigiendo la sumisión alsistema continental. Otra vez la pasión ahoga al ra-

Page 255: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

255

zonamiento, y la guerra amenaza eternizarse si elpartido de la paz no se anima en el último momentoy poner manos a la obra.

En estas negociaciones con Inglaterra, rotas antesde tiempo, también Fouché tuvo su intervención.Fue el quien indicó al Emperador y al Rey de Ho-landa a un financiero francés como mediador; éste,a su vez, proporcionó la mediación de un financieroholandés, y éste, por su parte la de uno inglés. Sobreel bien acreditado puente de oro —así sucede entodas las guerras y en todos los tiempos— iban lossecretos de inteligencia de Gobierno a Gobierno.Pero el Emperador bruscamente ordena interrumpirlas negociaciones. Eso no le conviene a Fouché.¿Por qué no seguir negociando? Negociar, regatear,prometer y engañar: su pasión preferida. Entonces,concibe un proyecto audaz. Toma la resolución deseguir negociando por su cuenta, aunque, desde lue-go, aparenta que lo hace por encargo del Empera-dor; es decir, les hace creer tanto a sus propiosagentes como al Gabinete inglés, que es el Em-perador quien procura a través de su mediaciónconseguir la paz, mientras que, en verdad, el únicoque maneja los hilos es el Duque de Otranto. Em-presa temeraria, abuso descarado del nombre impe-

Page 256: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

256

rial y de su propio cargo de ministro, osadía his-tórica sin igual. Pero estos secretos, estas maniobraslaberínticas y equívocas, y no una, sino tres o cuatroal mismo tiempo son, como se sabe, la verdaderapasión del intrigante nato que es Fouché. Como unchico de la escuela que hace muecas cuando elmaestro vuelve la espalda, le gusta maniobrar enausencia del Emperador; y se expone complacido, lomismo que el chico atrevido, a que lo castiguen oreprendan por la simple alegría de la travesura y laburla. Cien veces hemos visto cómo se deleita enestas audaces maniobras políticas; pero jamás sepermitió hazaña más peligrosa, más atrevida y arbi-traria que ésta de negociar —aparentemente ennombre del Emperador, y en realidad, contra suvoluntad— con el Ministerio inglés del Exteriorsobre la paz entre Francia e Inglaterra.

La maquinación está genialmente preparada. Uti-liza a uno de sus equívocos financieros, el banqueroOuvrard, que ya algunas veces dio con sus huesosen la cárcel. Napoleón detesta a este mal sujeto porsus pésimos antecedentes; pero eso le preocupa po-co a Fouché, que opera con él en la Bolsa. Con estehombre se siente seguro, porque más de una vez loha sacado de situaciones difíciles, y por eso lo tiene

Page 257: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

257

completamente en sus manos. A Ouvrard lo envía aver al banquero holandés de Labouchere, hombrede gran prestigio, que de buena fe se dirige a su sue-gro, el banquero Baring, en Londres, quien a su vezlo pone en contacto con el Gabinete inglés. Y así sedesarrolla un fantástico juego de equívocos: Ou-vrard desde luego cree que Fouché actúa por encar-go del Emperador y transmite su mensaje como ofi-cial al Gobierno holandés; esta garantía a su vezbasta a los ingleses para tomar completamente enserio las negociaciones. Inglaterra cree que negociacon Napoleón , y en realidad negocia solo con Fou-ché, quien naturalmente se cuida muy bien de que elEmperador no se entere de la continuación secretade las negociaciones. Quiere que el asunto madureprimero bien, que se eliminen las dificultades parapresentarse de repente ante el Emperador y ante elpueblo francés como el deux ex machina y decir orgu-lloso: "Aquí está la paz con Inglaterra! Lo que qui-sieron y desearon todos, lo que no consiguió ningu-no de vuestros diplomáticos, lo ha llevado a cabosólo el Duque de Otranto."

¡Lástima! Un pequeño incidente estropea estapartida de ajedrez magnífica y emocionante. Napo-león ha ido con su joven esposa María Luisa a Ho-

Page 258: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

258

landa para visitar a su hermano Luis. El brillanterecibimiento lo hace olvidar la política. Pero un día,el Rey Luis, su hermano, suponiendo naturalmente,como todos los demás, que las negociaciones se-cretas con Inglaterra se llevaban a cabo con el con-sentimiento del Emperador, se interesa, en una con-versación casual, por la marcha del asunto. Napo-león se extraña. De repente recuerda haberse en-contrado en Amberes precisamente con ese odiadoOuvrard. ¿Qué se trama allí? ¿Qué significa ese ir yvenir entre Inglaterra y Holanda? Pero no deja evi-denciar su sorpresa; con gran indiferencia le pide asu hermano que le entregue cuando pueda la co-rrespondencia del banquero holandés. Se la entre-gan en seguida, y durante el regreso de Holanda aParís, Napoleón tiene tiempo de leerla. Se trata, enefecto, de unas negociaciones de las que no teníaidea. Con inmensa ira presiente en seguida las hue-llas de cazador furtivo del Duque de Otranto, que seha introducido nuevamente en el coto vedado. PeroNapoleón ha aprendido a ser astuto como el astutoFouché: por lo pronto esconde su sospecha bajouna capa de falsa amabilidad para no ponerlo sobreaviso y darle ocasión de escurrirse y escapar. Úni-camente se confía al comandante de su gendarmería,

Page 259: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

259

Savary, Duque de Rovigo, y le ordena detener en elacto y sin llamar la atención al banquero Ouvrard yapoderarse de todos sus papeles.

Tres horas después de esa orden, el 2 de junio,llama a su ministro a Saint-Cloud, y le preguntabruscamente y sin rodeos al Duque de Otrantohasta dónde tiene conocimiento de ciertos viajes delbanquero Ouvrard, o si acaso lo ha invitado élmismo a Amberes. Fouché, sorprendido, pero sinsospechar la trampa en que ha caído, actúa como decostumbre cuanto se lo tiene agarrado de las sola-pas, lo mismo que bajo la revolución con Chaumettey bajo el Directorio con Baboeuf: trata de librarsedescargándose en su cómplice. ¡Ah, sí! Ouvrard, unentrometido que le gusta mezclarse en todo; ade-más, toda la cuestión es tan insignificante que, en elfondo, sólo se trata de una niñería, de una bagatela.Pero Napoleón tiene la mano dura y no suelta tanfácilmente la presa. "Estas maquinaciones no soncosa insignificante —ruge Napoleón— Es una des-lealtad incalificable atreverse a negociar a espaldasde su soberano con el enemigo, sobre condicionesque él ignora y que seguramente jamás autorizará.Es una deslealtad que no toleraría ni el gobiernomás débil. Ouvrard debe ser detenido inmedia-

Page 260: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

260

tamente." Fouché empieza a intranquilizarse. ¡Era loúnico que faltaba: detener a Ouvrard, que iba acantar todo! Y trata de disuadir al Emperador. Peroel Emperador, que sabe que en esos momentos elbanquero ya está detenido por su propia policía,escucha irónicamente a su ministro desenmascara-do; ya conoce al verdadero autor de la maniobra ylos papeles confiscados en casa de Ouvrard descu-bren muy pronto el juego de Fouché.

Y descarga el rayo de la desconfianza acumuladacomo una tormenta. Al día siguiente, domingo, des-pués de misa Napoleón (como yerno de Su Majes-tad Apostólica, es otra vez buen cristiano, aunqueun par de años antes metiera en la cárcel al Papa)invita a todos sus ministros y dignatarios de la Cortepara la recepción matutina. Uno solo falta: el Duquede Otranto. Aunque es ministro, no ha sido invita-do. El Emperador hace tomar asiento a su Consejoalrededor de la mesa y lanza inmediatamente la pre-gunta: ¿Qué piensan ustedes de un ministro que,abusando de su posición y sin que lo sepa su sobe-rano, tiene tratos con una potencia extranjera? ¿Deun ministro que lleva estas negociaciones sobre ba-ses establecidas por él mismo y que de esa manerapone en grave riesgo la vida política de todo el país?

Page 261: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

261

¿Qué castigo señalan nuestros códigos para seme-jante deslealtad? Después de estas preguntas severasel Emperador mira a su alrededor esperando, sinduda, que sus consejeros se apresurarían a proponerel destierro o cualquier otra medida deshonrosa.Pero los ministros, aunque en el acto se han dadocuenta contra quién se dirige la flecha, se envuelvenen un silencio azorado. En el fondo todos le dan larazón a Fouché por haberse ocupado enérgicamentede la cuestión de la paz, y como verdaderos y legí-timos criados, se alegran de la trastada que le hizo alamo autócrata. Talleyrand (que aunque ya no es mi-nistro ha sido llamado como dignatario ante la im-portancia del asunto) se ríe para sus adentros; re-cuerda su propia humillación de hace dos años y lodivierten la perplejidad de Napoleón y la situacióncomprometida de Fouché; no quiere a ninguno delos dos. Por fin rompe el silencio el gran cancillerCambaceres y dice conciliador: "Sin duda alguna esun desliz que merece castigo severo, aunque el cul-pable se haya dejado llevar por un exceso de celo".,"Exceso de celo", grita Napoleón furioso. La con-testación no le gusta porque no quiere excusas sinoun castigo severo, castigo ejemplar para quien actuópor cuenta propia. Con gran excitación narra todo

Page 262: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

262

lo sucedido e invita a los presentes a proponerle unsucesor.

Pero ninguno de los ministros se apura para emi-tir su opinión en una cuestión tan comprometida; elmiedo a Fouché sigue al miedo a Napoleón. Por finTalleyrand como siempre en ocasiones difíciles, re-curre a una hábil ironía. Se dirige a un vecino y ledice en voz baja: "Sin duda ha cometido el señorFouché una falta, pero si yo tuviera que encontrarleun sucesor —y se lo daría— no sería otro que elseñor Fouché". Descontento de sus ministros, a losque él mismo había convertido en autómatas y títe-res sin valor, Napoleón levanta la sesión y llama alcanciller a su gabinete. "Verdaderamente, no vale lapena preguntar a estos señores. Vea usted qué pro-posiciones tan útiles pueden esperarse de ellos. Perono supondrá que yo pensé en preguntarles antes deestar de acuerdo conmigo mismo. He decidido ya: elDuque de Roviga será Ministro de Policía." Y antesde que pudiera declarar si tiene vocación para unasucesión tan desagradable, aquella misma noche elEmperador lo saluda con la orden brusca: "Es ustedMinistro de Policía. Preste juramento y vaya a sutrabajo".

Page 263: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

263

El despido de Fouché es el tema del día; de gol-pe, todo el mundo se pone de su parte. Nada le ha-bía ganado más simpatías a este ministro, a estehombre lleno de doblez, como su resistencia contrael zarismo desenfrenado, insoportable ya para losfranceses acostumbrados a la libertad, de un hom-bre elevado por la Revolución. Y además, nadiequiere oír que sea un delito que merezca un castigohaber buscado, aun contra la voluntad del belicosocaudillo, la paz con Inglaterra., Todos los partidos:realistas, republicanos y jacobinos, igual que los em-bajadores extranjeros, ven con sentimiento unánimeen la caída del último ministro de Napoleón conpersonalidad propia, la derrota visible de la idea dela paz, y hasta en el mismo palacio, en el propio le-cho nupcial, Napoleón, igual que en su primera es-posa Josefina, encuentra en la segunda, María Luisa,un abogado defensor de Joseph Fouché. El únicohombre a su alrededor que su padre, el Emperadorde Austria, le había indicado que era digno de con-fianza ha sido despedido, declara perpleja. Nadaexpresa mejor la verdadera opinión de la Francia deentonces que el hecho de que el disfavor del Em-perador aumente el prestigio oficial de un hombre.El nuevo Ministro de Policía, Savary, condensa la

Page 264: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

264

opinión desastrosa producida por la salida de Fou-ché con estas palabras características: "Creo que lanoticia de una epidemia de peste no hubiera podidoinfundir más terror que la de mi nombramiento co-mo Ministro de Policía". Verdaderamente JosephFouché se ha fortalecido en estos diez años al ladode Emperador.

No se sabe por qué camino llegó hasta Napoleónla reacción de este efecto. Porque apenas le da aFouché el empujón, enguanta rápidamente otra vezla mano dura. Igual que en 1802. Y disfraza el des-pido con un cambio de empleo. Para compensarlopor la pérdida del ministerio de Policía le otorga alDuque de Otranto el título honorífico de consejerode Estado y lo nombra embajador del Imperio enRoma. Y nada caracteriza mejor el estado de ánimovacilante, entre el temor y la ira, entre el reproche yla gratitud, entre la irritación y la actitud conciliado-ra del Emperador, que la carta de despedida que pri-vadamente le envía: "Señor Duque de Otranto: sequé servicios me ha prestado y confío en su lealtad ami persona y creo en el celo que ha puesto en ser-virme. Sin embargo, me es imposible conservarlo enel cargo de ministro: me expondría demasiado. Elcargo de Ministro de Policía requiere confianza ple-

Page 265: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

265

na e ilimitada, y esta confianza no puede persistirdesde el momento que en una cuestión importanteexpuso mi tranquilidad y la del Estado, lo que a misojos no se puede excusar ni con motivos loables. Suopinión extraña de los deberes de un Ministro dePolicía no está de acuerdo con el bien del Estado.Sin dudar de su lealtad y fidelidad, tendría que so-meterlo, a pesar de eso, a una vigilancia constante ymolesta que no se me puede exigir. Sería necesariovigilarlo por las muchas cosas que usted hace por supropia cuenta, sin saber si corresponden a mi vo-luntad e intención... no puedo esperar que vaya acambiar usted de actitud, ya que desde hace añosmis observaciones ostensibles de descontento noconsiguieron en usted ningún cambio. Basado en lapureza de sus propósitos, no ha querido compren-der cuánto mal se puede originar con la intención dehacer el bien. Mi confianza en su talento y en su fi-delidad es inquebrantable. Espero tener pronto oca-sión para demostrar lo primero y utilizar lo segundoen mi servicio." Esta carta nos descubre como unaclave secreta lo más íntimo de las relaciones entreNapoleón y Fouché; tómese la molestia de releeresta pequeña obra maestra para sentir cómo se cru-zan en cada frase deseo y rechazo, simpatía y anti-

Page 266: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

266

patía, temor y estimación secreta. El autócrata quiereun esclavo y se irrita al chocar con el hombre inde-pendiente. Quiere desembarazarse de él y, sin em-bargo, teme perderlo como enemigo. Siente per-derlo y, al mismo tiempo, está contento de habersequitado de encima al hombre peligroso.

Pero mientras en Napoleón aumenta la concien-cia de sí mismo, aumenta también de manera gigan-tesca la de su ministro. Y la simpatía general ayuda aenderezar más todavía la espalda de Joseph Fouché.No se puede despedir al Duque de Otranto tan fá-cilmente. Napoleón debe ver qué aspecto ofrece suministerio de Policía cuando se le cierran las puertasa Joseph Fouché; y su sucesor debe creer que sesienta en un nido de avispas y no en un sillón mi-nisterial, si se tiene la osadía de querer reemplazarlo.No ha estado afinando durante diez años este ins-trumento maravilloso para que un soldadote tosco,un novato de la diplomacia, un chapucero, venga amanejarlo torpemente y muestre como obra propialo que inventó su antecesor en días y noches traba-josos. No, su despido no va a ser tan fácil comopiensan. Tanto Napoleón como Savary tienen quedarse cuenta de que un Joseph Fouché no sólomuestra la espalda doblada como los demás, sino

Page 267: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

267

que sabe enseñar también los dientes. Fouché estádecidido a no marcharse con la cabeza baja. Noquiere una paz ambigua, una capitulación displicen-te. No es tan torpe como para decidirse a presentarfranca resistencia; eso no va de acuerdo con su ca-rácter. Sólo quiere permitirse una bromita, unabromita pequeña, ingeniosa, divertida, con la que vaa deleitarse París y a aprender Savary que existentrampas famosas en los dominios del Duque deOtranto. Siempre hay que volver a recordar ese ran-go diabólico y extraño en el carácter de Joseph Fou-ché que hace que precisamente la indignación másextremada estimule en él un deseo maligno de bro-mear; que su valor, cuando crece, no se haga varo-nil, sino que se convierta en temeridad grotesca ypeligrosa. Cuando, lo atropellan, nunca pega con elpuño, sino con la vara del bufón, cruelmente, bur-lando al contrario. Todo lo que se esconde en estehombre hermético y frío, de instintos apasionados,aparece en estas ocasiones, sale al exterior; y esosmomentos de alegría aparente en la ira son, al mis-mo tiempo, los que descubren mejor su naturalezasubterránea y fogosa, mágica y diabólica.

¡Una bromita aguda, entonces para su sucesor!No será difícil de inventar, sobre todo tratándose de

Page 268: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

268

un imbécil confiado. El Duque de Otranto se poneuniforme de gala y elige un semblante extraordina-riamente amable para recibir a su sucesor en la visitaoficial. Y en efecto, apenas aparece Savary, Duquede Rovigo, lo confunde, lo colma de amabilidades.No solo lo felicita por el elección tan honrosa delEmperador, sino que casi le da las gracias por ha-berlo librado del puesto que tanto lo fatigaba, quepenaba desde hacía demasiado tiempo sobre sushombros. ¡Ah, qué feliz y qué contento se sentía depoder descansar un poco de este trabajo inmenso!Porque es un trabajo extraordinario, más aún: untrabajo ingrato el que exige este Ministerio desorde-nado, porque la despedida lo había sorprendido unpoco. Claro, para eso se necesitaban unos días; perosi el Duque de Rovigo está conforme, con muchogusto se encargaría él, Fouché, de este pequeño tra-bajo; y mientras tanto su mujer, la Duquesa deOtranto, podría también hacer la mudanza con todacomodidad. El buen Savary, Duque de Rovigo, noadvierte la pimienta en la miel. Se siente agrada-blemente sorprendido por tanta amabilidad en unhombre a quien todos describen como malévolo yastuto; incluso le da las gracias más afectuosas portan extraordinaria complacencia. Naturalmente,

Page 269: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

269

puede quedarse todo el tiempo que le parezca bien;se inclina y estrecha conmovido la mano al buenFouché, tan calumniado... ¡Lástima no haber visto ydibujado la cara de Joseph Fouché en el momentoen que se cerraba la puerta detrás de su incauto su-cesor! ¡Imbécil! ¿Pero de verdad crees que voy aponer orden y a presentarte los más incógnitos se-cretos que he ido juntando en diez años de penosotrabajo, en carpetas ordenadas, para que te apropiesde ellos con tus manos torpes? ¿Que además voy aengrasarte y limpiarte la máquina tan maravillosaque yo inventé, que funciona tan silenciosamentecon sus ruedas y engranajes, y que aspira y elaborainvisiblemente las noticias de todo el Imperio?¡Idiota, ya vas a abrir los ojos!

En el acto comienza una actividad febril. Unamigo íntimo está avisado para ayudarlo. Con cui-dado se cierra el cerrojo de la puerta del gabinete yrápidamente se sacan todos los papeles secretos delas carpetas. Los que le puede servir algún día comoarmas, los acusadores y comprometedores, se loslleva Joseph Fouché para su uso particular; los de-más se queman sin miramientos. ¿Para qué necesitasaber el señor Savary quién presta servicio de espíaen el barrio elegante del Faubourg Saint Germain,

Page 270: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

270

en el Ejército o en la corte? Podría hacerle el trabajodemasiado fácil. ¡Al fuego con las listas! Úni-camente los nombres de los moscardones y soplo-nes, de los porteros y de las prostitutas, de los quede todas maneras nunca se obtiene nada importante;con esos puede quedarse. Con rapidez vertiginosase vacían los cajones. Los registros valiosos con losnombres de los realistas extranjeros, de los co-rresponsales secretos, desaparecen; artificialmenteponen desorden en todas partes, destruyen el índicey se proveen de actas con números falsos; se cam-bian las claves. Y al mismo tiempo toma para supropio servicio secreto, como espías, a los emplea-dos más importantes del futuro ministro para quesigan comunicándose en forma clandestina con elantiguo y verdadero señor. Tornillo por tornillo, vaaflojando Fouché la maquinaria gigantesca para queya no ajusten los engranajes y su rotación se detengacompletamente en las manos del sucesor. Como losrusos quemaron ante Napoleón la ciudad sagrada,Moscú, para que no encontrase refugio, así destruyóFouché la obra tan amada de su vida. Durante cua-tro días y cuatro noches sale humo de la chimenea:cuatro días y cuatro noches dura esta tarea diabólica.Y sin que se dé cuenta nadie a su alrededor, los se-

Page 271: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

271

cretos del Impero, como materia incorpórea salenpor la chimenea, o van a parar a los archivos parti-culares de Fouché en Ferrières.

Luego, otra inclinación, extraordinariamenteamable y cortés, ante el sucesor incauto: "¡Tenga labondad de tomar asiento!". Un apretón de mano yun "¡gracias!", recibido con aire socarrón. Ahora elDuque de Otranto debería dirigirse con urgencia asu embajada de Roma; pero por ahora prefiere mar-char a Ferrières, a su palacio. Y allí, temblando inte-riormente de impaciencia y de placer, espera el pri-mer grito de ira de su sucesor engañado, en cuantoadvierta la bromita que le ha gastado Joseph Fou-ché.

¿No es cierto que está bien pensado el númeroque acaba de representar con audacia Fouché? Perodesgraciadamente Joseph Fouché ha incurrido enuna pequeña falta al idear esta divertida farsa, por-que cree gastarle la bromita al Duque recién nom-brado e inexperto, a ese ministro venido del limbo.Pero olvida que este aristócrata ha sido nombradoministro por un señor que no tolera que se burlende él. De todos modos, Napoleón ya venía obser-vando con mirada desconfiada la actitud de Fouché.No le gustó nada ese largo titubeo para entregar el

Page 272: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

272

puesto, ese aplazamiento interminable del viaje aRoma. Además, la instrucción contra Ouvrard, elcómplice de Fouché, ha dado un resultado inespe-rado: averiguar que Fouché ya había entregado antesa otro intermediario notas oficiales para el Gabineteinglés. Burlarse de Napoleón no le había hecho biena nadie hasta entonces. De repente, el 17 de junio,como un latigazo, sale un billete brusco camino deFerrières: "Señor Duque de Otranto: lo invito a en-viarme aquel comunicado que entregó usted, parasondear a lord Wellesley, a un señor Fagan, quien letrajo una contestación del lord que jamás me ha si-do presentada." Este duro trompetazo podría des-pertar a un muerto. Pero Fouché, completamenteembriagado por su hazaña reciente, no se apura acontestar. Mientras tanto, ha caído pólvora en elfuego de las Tullerías. Savary ha descubierto el sa-queo del Ministerio de Policía y se lo ha comuni-cado, estupefacto, al Emperador. En seguida recibeFouché un segundo billete, y un tercero, con la or-den de entregar de inmediato "toda la cartera mi-nisterial". El secretario de Gabinete transmite la or-den personalmente, con el encargo de exigir al Du-que de Otranto los papeles escamoteados. La bromaha terminado, comienza la lucha.

Page 273: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

273

La broma ha terminado de verdad. Fouché debe-ría darse cuenta. Pero parece que el demonio leaconseja medirse seriamente con Napoleón, elhombre más poderoso del mundo, porque le dice alsecretario rotundamente, contra la verdad, que losiente infinito, pero que no tiene ninguna carta, quelas ha quemado todas. Eso naturalmente no se locree nadie a Fouché y menos Napoleón. Por segun-da vez lo amonesta con mayor urgencia, más dura-mente; es conocida su impaciencia. Pero la irrefle-xión se convierte en terquedad; la terquedad en osa-día; la osadía, en provocación, porque Fouché siguerepitiendo que no tiene ni una hoja, y explica estasupuesta destrucción de los documentos particula-res del Emperador de manera casi comprometedo-ra. "Su Majestad —dice con cinismo— me honrócon tal confianza que, cuando uno de sus hermanoscausaba su enojo, me encargaba de hacerle recordarsu deber. Y como cada uno de los hermanos le co-municaba, por su parte, sus quejas, había creído sudeber no guardas esas cartas. Tampoco las herma-nas de Su Majestad se habían podido librar siemprede calumnias, y el Emperador mismo se ha dignadocomunicarle aquellos rumores y le había encargadoaveriguar qué imprudencia les había dado motivo."

Page 274: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

274

Esto es claro y más claro: Fouché da a entender alEmperador lo mucho que sabe y que no se deja tra-tar como lacayo. El mensajero comprende y advierteel chantaje en esta amenaza, y piensa en el trabajoque le costará transmitir una contestación tan atre-vida a su señor en forma correcta, mesurada. AlEmperador lo asfixia la ira, se apodera de él un fu-ror tal que tiene que tranquilizarlo el Duque deMassa, y para arreglar el enojoso asunto, se ofrecepara pedir personalmente al obstinado ex ministrolos papeles escamoteados. Una segunda amonesta-ción le llega del nuevo Ministro de Policía, el Duquede Rovigo. Pero a todo contesta Fouché con lamisma cortesía y decisión: lo lamento, pero por unexceso de discreción quemó los papeles. Por prime-ra vez en Francia un hombre le hace franca opo-sición al Emperador.

Esto es demasiado. Así como Napoleón no apre-ció debidamente durante diez años la categoría deFouché, ahora Fouché desconoce a Napoleón sicree poder intimidarlo con un par de inscripciones.¡Desafiar ante todos los ministros al hombre aquien han ofrecidos sus hijas el Zar Alejandro, elEmperador de Austria, el Rey de Sajonia; al hombreante quien tiemblan, como chicos de la escuela, to-

Page 275: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

275

dos los reyes de Europa! ¿Al hombre a quien nopudieron resistir todos los ejércitos de Europa quie-re negarle obediencia esta momia escuálida, este in-trigante espectral con su capa de Duque recién es-trenada? No, nadie se burla de un Napoleón. Inme-diatamente llama al jefe de Policía particular, Du-bois, y se desahoga ante él con expresiones furibun-das contra el "miserable, el infame Fouché". Conpasos furiosos va de arriba abajo y grita de pronto:"Pero que no espere poder hacer conmigo lo quehizo con su Dios, con la Convención y con el Di-rectorio, a los que miserablemente traicionó y ven-dió. Tengo mejor vista que Barras; conmigo el juegono será tan fácil; pero le aconsejo que tenga cuida-do. Sé que tiene notas e instrucciones mías y exijoque me las devuelva. Si se niega, lo entrega usted enseguida a diez gendarmes y lo hace conducir a lacárcel. ¡Por Dios, que voy a enseñarle qué rápido sepuede terminar un proceso!"Ahora la cosa empieza a ponerse seria. Fouché seintranquiliza. Cuando aparece Dubois tiene quepermitir que su propio antiguo subalterno selle a él,al Duque de Otranto, anterior Ministro de Policíatoda su correspondencia, cosa que podría haber si-do peligrosa si no hubiera quitado de en medio

Page 276: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

276

cautamente, desde hace tiempo, la verdaderamenteimportante. Pero, de todas maneras, va reconocien-do que ha ido demasiado lejos. Rápidamente escribecarta tras carta: una al Emperador; otra, a los minis-tros, para quejarse de la desconfianza que se tienehacia él., el más fiel, el más franco, el más firme, elmás entero de los ministros; y en una de esas cartasresulta deliciosamente divertido encontrar esta fraseencantadora: "Il n'est pas dans mon caractère dechanger" (así como suena, de puño y letra del ca-maleón Fouché). Y lo mismo que hace quince añoscon Robespierre, espera salir del peligro que loamenaza con una reconciliación súbita. Toma uncoche y va a París para dar explicaciones al Empe-rador, o excusas, si fuera necesario.

Pero es tarde. Ha jugado y bromeado demasiado;ahora ya no hay ni reconciliación ni arreglo; quienprovocó públicamente a Napoleón, ha de ser humi-llado públicamente. Se le dirige una carta tan dura ycortante, como nunca antes le había escrito Napo-león a un ministro. Es muy corta esta carta, estepuntapié: "Señor Duque de Otranto: sus serviciosno me pueden ser ya deseables. Debe usted partirpara su senaduría en el término de veinticuatro ho-ras." Ni una palabra del nombramiento de Embaja-

Page 277: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

277

dor en Roma: despido desnudo y brutal, y además,destierro. Al mismo tiempo el Ministro de Policíarecibe la orden de velar sobre el inmediato cumpli-miento del edicto.

La tensión ha sido demasiado grande, el juegodemasiado atrevido, y ahora sucede lo inesperado:Fouché se desploma como un sonámbulo que, ga-teando inconscientemente por los tejados, es des-pertado bruscamente por una voz dura y, asustadopor lo expuesto de su situación, cae a la calle. Elmismo hombre que permaneció frío e imperturba-ble a dos pasos de la guillotina, se desploma mise-rablemente bajo el latigazo de Napoleón.

Este 3 de julio de 1810 es el Waterloo de JosephFouché. Los nervios se le desbocan, corre al minis-tro por un pasaporte para el extranjero, vuela, cam-biando los caballos en cada estación, sin descansarhasta Italia. Allí, como una rata furiosa sobre unfogón caliente, corre en zigzag, de lugar en lugar. Depronto está en Parma, como en Florencia, en Pisa, oen Livorno, en lugar de acudir a su senaduría, comole está ordenado. Pero el pánico lo sacude con fuer-za. ¡Hay que ponerse fuera del alcance de Napo-león, fuera de esa mano tremenda! Ni siquiera Italiale parece bastante segura; es Europa, y toda Europa

Page 278: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

278

está sometida a este hombre terrible. Por eso fletaen Livorno un barco para ir a América, país de se-guridad, país de libertad; pero la tempestad, el ma-reo y el miedo a los cruceros ingleses lo obligan aregresar al puerto y vuelve a correr como un loco,en coche, de un puerto a otro, de ciudad en ciudad.Implora la ayuda de las hermanas de Napoleón, delos príncipes. Desaparece, vuelve a aparecer, paraobsesión de los policías que buscan su rastro y lovuelven a perder siempre... En fin, se porta como unloco, completamente enajenado por el miedo; y porprimera vez él, el hombre sin nervios, ofrece unejemplo de evidencia clínica, de una verdadera ruinanerviosa. Nunca con un solo gesto, con un sologolpe, aniquiló Napoleón a un adversario más radi-calmente que a éste, el de mayor audacia y sangrefría de sus servidores.

Se esconde y reaparece, va y viene febrilmentedurante días y semanas, sin que se haya podido ave-riguar lo que quería e intentaba (ni su magistral bió-grafo Madelin lo sabe, ni seguramente lo sabía élmismo). Parece que únicamente en el coche en mar-cha se siente seguro ante la venganza imaginaria deNapoleón que, sin duda, ya no piensa en castigarseveramente a su servidor. Napoleón no quiso más

Page 279: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

279

que hacer prevalecer su voluntad, rescatar sus pa-peles, y eso lo consigue. Porque mientras él, loco,histérico, reviente por toda Italia los caballos deposta, su esposa en París actúa con bastante másprudencia. Capitula por él. No puede haber duda deque, para salvar a su marido, la Duquesa de Otrantole entregó directamente a Napoleón los papeles re-tenidos con malicia, porque jamás se vio ninguna deaquellas hojas íntimas a las que Fouché había aludi-do amenazante. Lo mismo sucedió con Barras, aquien el Emperador compró los papeles, y con losdemás confidentes molestos por su ascenso, desa-parecieron los escritos de Fouché, en cuanto se refe-rían a Napoleón. O los hizo desaparecer el mismoNapoleón, o Napoleón III destruyó todos los docu-mentos que no convenían a la idea napoleónica.

Por fin Fouché recibe la gracia de poder retirarsea su senaduría en Aix. La gran tormenta se ha disi-pado; el rayo no hizo más que sacudirle los nervios,pero no lo hirió. El 25 de setiembre el hombre aco-sado llega a su finca, "pálido y cansado, delatando,por la incoherencia de sus pensamientos y de suspalabras, una completa perturbación". Pero tendrátiempo suficiente para reponer sus nervios, porquequien se ha rebelado una vez contra Napoleón

Page 280: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

280

puede considerarse alejado por mucho tiempo detodos los cargos oficiales. El ambicioso tiene quepagar su broma. Otra vez la ola lo arrastra al fondo.Tres años permanece Joseph Fouché sin honores ysin cargo: comienza su tercer destierro.

Page 281: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

281

CAPÍTULO VII

"INTERMEZZO" INVOLUNTARIO(1810-1815)

Ha comenzado el tercer destierro de Joseph Fou-ché. En su magnífico palacio de Aix reside como unpríncipe soberano el ministro de Estado destituido:el Duque de Otranto. Tiene cincuenta y dos años;ha experimentado la tensión enorme que producentodos los juegos, todos los éxitos y todas las contra-riedades de la vida política, el cambio eterno deflujo y reflujo en las ondas del destino, hasta el fon-do mismo. Ha conocido el favor de los poderosos yla desesperación de la soledad; ha sido pobre hastasentir la angustia de la falta del pan cotidiano, y aho-ra es inmensamente rico; ha sido estimado y odiado,celebrado y despreciado... Ya puede descansar en su

Page 282: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

282

buen retiro como Duque, Senador, Excelencia, Mi-nistro del Estado, Consejero de Estado, multimillo-nario, dependiendo únicamente de su propia vo-luntad. Pasea cómodamente en su carroza de librea,visita las casas aristocráticas, recibe homenajes de suprovincia y percibe el eco susurrado de las simpatíasecretas de París. Está libre de la molestia enojosade trajinar diariamente con empleados estúpidosbajo el dominio de un déspota. A juzgar por sucomportamiento y su aire satisfecho, el Duque deOtranto se siente a las mil maravillas, "procul Ne-gotiis". Pero ese pasaje (sin duda auténtico) de susMemorias (por lo demás muy poco dignas de cré-dito) delata hasta qué punto es engañosa su satisfac-

ción:2 "Me perseguía la costumbre arraigada de sa-berlo todo, más imperiosa en el aburrimiento de undestierro; desde luego muy agradable, pero monóto-

2 Nota del autor: En este ensayo no me he referido casi nuncaa las Memorias del Duque de Otranto, publicadas en París en1824, pues están compuestas, sin duda, por mano extraña,aunque con material en parte auténtico. Hasta qué punto estehombre, todo doblez, pusos sus manos en su preparatorio,es cosa que ocupa en vano a la ciencia histpórica hoy mismo;hata este momento conserva su validez la graciosa expresiónde Enrique Heine al referirse a Fouché, el "hombre bien co-

Page 283: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

283

no". Y la "charme de sa retraite" no la constituye,según propia confesión, el paisaje suave de la Pro-venza, sino una red de espionajes y comunicadoscon la capital. "Con ayuda de amigos seguros ymensajeros fieles organicé una correspondencia se-creta, a la que se añadían varios mensajes que recibíacon regularidad de París, que la completaban. Enuna palabra: tenía en Aix mi policía particular." Loque se le prohibe como cargo, este hombre inquietolo ejerce como deporte, y si no se le permite ya pe-netrar en los Ministerios, procura mirar, al menos,con ojos extraños por las cerraduras; tomar parte enlos Consejos con oídos ajenos y sobre todo espiar,si no se presenta al fin una ocasión de ofrecerse denuevo para volver a sentarse a la mesa de juego dela Historia.

Pero el Duque de Otranto deberá esperar muchotodavía en la segregación; Napoleón ya no lo nece-sita. Está en la cumbre de su poder; ha dominado aEuropa; es yerno del Emperador de Austria; es —¡cumplido deseo de sus deseos!— padre del Rey deRoma. Humildes se inclinan ante el todos los prín-cipes alemanes e italianos, agradecidos de que se

nocido como falso", "que ha llevado su falsedad hasta el

Page 284: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

284

dignara concederles la gracia de conservarles su co-rona. Y ya vacila y se tambalea el último y únicoenemigo: Inglaterra. Este hombre se ha hecho tanfuerte que puede renunciar, sonriente, a ayudantestan hábiles y tan poco leales como Joseph Fouché.Ahora que le sobra tiempo para meditar tranquila yreposadamente, reconocerá el señor Duque qué locofue el engreimiento que lo empujó a medirse con elmás poderoso de los hombres. Ni siquiera el honorde su odio le concede el Emperador; desde la in-mensa altura donde lo ha colocado el destino noadvierte ya el zumbido del pequeño insecto malignoque voló una vez a su alrededor y que sacudió conun solo ademán enérgico. No se da cuenta de suausencia: Fouché está liquidado para él. Y nada de-muestra tan claramente al caído lo poco que lo esti-ma y le teme Napoleón, como el hecho de que, porfin, se le permita regresar a su palacio de Ferrières, ados horas de París. Pero no deja que se acerquemás: París y las Tullerías permanecen cerradas parael hombre que se atrevió a hacerle resistencia.

Una sola vez Joseph Fouché es llamado a Palaciodurante esos dos años de vacío. Napoleón prepara

punto de publicar, después de muerto, Memorias falsas".

Page 285: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

285

la guerra contra Rusia y desea conocer la opinión deFouché, ya que los demás se manifiestan en su con-tra. Fouché se declara apasionadamente contra estaguerra, e incluso entrega (si no lo falsificó post festum)el memorándum que se encuentra en sus Memorias;pero Napoleón sólo quiere escuchar su propia vo-luntad confirmada; no desea otra cosa más que cie-go asentimiento a sus palabras. Quien lo aconseja encontra de la guerra, parece dudar de su grandeza. Demodo que Fouché es enviado fríamente de nuevo asu castillo, a su destierro, inactivo, mientras el Em-perador parte con seiscientos mil hombres para lamás loca y audaz de sus empresas camino a Moscú.

Un extraño ritmo da la pauta a la vida rara ycambiante de Joseph Fouché. Si asciende, lo consi-gue todo; si cae, el Destino se vuelve contra él. Aho-ra, que tiene que aguardar amargado, apenado, en lasombra, caído en desgracia en su alejado palacio,fuera de la escena de los acontecimientos; precisa-mente ahora, cuando su desengaño está necesitadode ayuda espiritual, de leal consejo, de consuelo ca-riñoso; precisamente ahora, pierde a la única perso-na que lo acompañó durante veinte años con amor,constancia y fuerza de ánimo por todos los caminospeligrosos: su mujer. En aquella buhardilla del pri-

Page 286: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

286

mer destierro se le murieron los dos primeros hijos,a los que amaba sobre todo; en el tercer destierro lodeja su compañera. Esta pérdida hiere al hombreaparentemente insensible en lo más profundo de sualma. Desleal y veleidoso en cuanto se refiere a par-tidos e ideas, este hombre impenetrable era para suesposa fea el marido más cariñoso, más leal y atento;para sus hijos, el padre más ejemplar; igual que de-trás de la máscara del burócrata seco se esconde eljugador espiritual nervioso e intrigante, así se es-conde, tímido e invisible, detrás del hombre peli-groso y desleal, el marido burgués, enamorado y fiel,el hombre solitario, que sólo se siente seguro y bienen el círculo íntimo del hogar. Lo que había debondad y sinceridad ocultas en este diplomáticoastuto, se le brindó en un cariño silencioso a sucompañera, que solo vivía para él; que jamás se pre-sentaba en las fiestas de la Corte, en banquetes orecepciones; que nunca se mezcló en sus juegos pe-ligrosos. En el fondo inaccesible de su vida privadagravitaba algo que sobrepasaba lo relajado, capri-choso y veleidoso de su existencia política; y eseapoyo se derrumba precisamente cuando más lonecesita. Por primera vez se siente en este hombremarmóreo una conmoción verdadera; por primera

Page 287: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

287

vez trasciende de sus cartas un tono cálido, sincero,humano. Cuando los amigos lo instigan para quetrate de obtener nuevamente el Ministerio de Poli-cía, después de la enorme estupidez de su sucesor, elDuque de Rovigo (que ante la risa de todo París sedejó apresar sin resistencia en el complot ridículo deun medio loco) rehusa volver al mundo político:"Mi corazón se ha cerrado a todas esas tonteríashumanas. El poder ya no tiene atracción para mí, elreposo no es solamente un estado adecuado a misituación actual, sino el único necesario. Los nego-cios oficiales me presentan el cuadro de un tumultode perturbaciones y de peligros." Por primera vezparece haberse vuelto verdaderamente prudente elhombre prudente en el aprendizaje del dolor. Undeseo profundo de tranquilidad, de sosiego internodespués de la época de eternas, insensatas ambicio-nes, se apodera del hombre envejecido desde quevio morir a su lado a la compañera de veinte añosde tremendas pruebas. Todo el placer de la intrigaparece apagado en él para siempre, laxa por fin laambición de poder en este espíritu inquieto e insa-ciable.

¡Ironía trágica! La primera y única vez que Fou-ché, el espíritu siempre inquieto, quiere verdadera-

Page 288: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

288

mente reposo y no desea ningún cargo, su adversa-rio Napoleón se lo impone a la fuerza.

No por amor, ni por simpatía, ni por confianzatoma Napoleón otra vez a Fouché a su servicio, si-no por desconfianza, por un sentimiento repentinode inseguridad. Por primera vez el Emperador haregresado como vencido. No atraviesa a caballo elArco de Triunfo de París a la cabeza de un ejército,rodeado de banderas; regresa con el cuello de piellevantado para no ser reconocido, fugitivo en la no-che. El ejército más espléndido que creó jamás yacehelado en la nieve rusa; y junto con su aureola deinvencibilidad huyeron todos los amigos. Todos losemperadores y reyes que ayer todavía se doblegabanante él se acuerdan, de pronto, ante el Emperadorvencido, de su propia dignidad. Un mundo armadose levanta contra el duro amo. Desde Rusia avanzanlos cosacos; desde Suecia presiona el viejo rivalBernadotte como enemigo; su propio suegro, elEmperador Francisco, moviliza las tropas en Bo-hemia; la Prusia saqueada y sometida, se levanta conel ardor de la venganza; la simiente terrible de in-numerables guerras brota de la tierra quemada, sur-cada, atormentada de Europa, y madurará en el oto-ño en los campos de Leipzig. En todas partes vacila

Page 289: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

289

y cruje el edificio gigantesco que erigió en diez añosesta voluntad grandiosa y única. Arrojados de Es-paña, de Westfalia, de Holanda y de Italia huyen loshermanos Bonaparte.

Ahora Napoleón debe desplegar la energía másextrema. Con mirada mágica y clarividente, con vi-gor duplicado, lo prepara todo para la última luchadecisiva. Todo el que pueda llevar una mochila, elque es capaz de sostenerse a caballo, es sacado deFrancia; de todas partes, de España, de Italia, sonretiradas las tropas veteranas para sustituir a las quetrituró el invierno ruso con sus mandíbulas heladas.Día y noche miles de hombres trabajan en las fábri-cas de sables y cañones, se acuña oro de tesorosocultos, se sacan los ahorros de las cámaras secretasde las Tullerías, los fuertes son repasados, y mien-tras desde el Este y el Oeste avanzan las tropas conpaso lento hacia Leipzig, se echan las redes diplo-máticas en todas las direcciones. En ninguna partedebe quedar un puesto débil o inseguro, por ningu-na parte un hueco en esta alambrada que tiene queencerrar a Francia; toda posibilidad debe prevenirse,y lo mismo que el frente debe quedar asegurada laretaguardia. Porque ningún loco, ningún malignodebe enredar por segunda vez, como durante la

Page 290: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

290

campaña rusa, la confianza del pueblo hacia Napo-león. Ningún sospechoso puede quedar atrás, nin-gún peligro sin vigilancia.

El Emperador piensa en cada factor de poder, encada eventualidad, en cada peligro posible frente aesta última lucha decisiva. También piensa en al-guien que podría ser peligroso: en Joseph Fouché, aquien no ha olvidado. Lo despreció mientras élmismo se sentía fuerte; pero ahora, que empieza asentirse inseguro, tiene que afianzarse nuevamente.No puede dejar en París, a su espalda, a ningúnenemigo eventual. Y como no cuenta a Fouché entresus amigos, decide que se ausente de París.

Claro que para mandarlo preso a un castillo, im-potente para tramar ninguna intriga, no hay motivoevidente. Pero tampoco debe quedar en libertad.Por eso, se decide a atarle las manos inquietas a uncargo y, de ser posible, bien lejos de París. Inútil-mente se busca, en medio del tumulto de los ne-gocios y de los preparativos bélicos en el cuartelgeneral de Dresde, un cargo que parezca honroso yofrezca al mismo tiempo, seguridad; no se encuentratan rápidamente. Napoleón anhela ver fuera de Pa-rís al sombrío personaje. Y como no se ha halladotodavía un cargo para él, se inventa uno que es una

Page 291: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

291

utopía: la administración de los territorios ocupadosde Prusia. Un cargo magnífico, honroso, un cargode primera clase, que sólo tiene un pequeño defecto,que todavía existe: que esta administración no puedecomenzar hasta que Napoleón no haya conquistadoPrusia, y de esto dan pocas esperanzas los aconte-cimientos bélicos, ya que Bluecher ataca seriamenteal Emperador en su flanco sajón. De modo que, enrealidad, sólo se trata de un reparto de opereta, consu puesto imaginario, cuando el Emperador escribe,el 10 de mayo, al Duque de Otranto: "He mandadoque le comuniquen que es mi intención llamarlo ami lado tan pronto como yo entre en el territorio delRey de Prusia, para ponerlo al frente del Gobiernode dicho país. Nada de esto debe saberse en París.Se supondrá que se dirige usted a su finca, aunqueen realidad estará usted ya aquí mientras todo elmundo lo creerá en su casa. Únicamente la Empe-ratriz tiene conocimiento de su partida. Me serágrato ofrecerle ocasión próxima de brindarme nue-vos servicios y nuevas pruebas de su lealtad". Asíescribe el Emperador a Joseph Fouché, precisa-mente porque no se fía en absoluto de su "lealtad".Y de mala gana, desconfiado, dándose cuenta en se-guida de las verdaderas intenciones de su amo, Fou-

Page 292: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

292

ché se pone en camino para Dresde. "En seguidame di cuenta —dice en sus Memorias— que el Em-perador me llamaba a su lado en calidad de rehénpor miedo de dejarme en París". Por eso el futuroregente de Prusia no se apura demasiado para llegaral Consejo de Estado de Dresde, demasiado sabeque lo que en realidad se quiere no es su consejo enel Estado, sino atarle las manos. No llega hasta el 29de mayo, y el Emperador lo recibe con estas pala-bras: "Llega usted tarde, Duque".

Del pretexto de farsa de darle la Regencia de Pru-sia naturalmente no se habla en Dresde ni una pala-bra: el momento es demasiado serio para tales bro-mas. Sin embargo, se lo tiene sujeto y por suerte seencuentra en otro puesto magnífico para alejarlo delteatro de los acontecimientos, no ya, como antes, enun puesto utópico, en la luna, sino en uno auténtico:en la Gobernación de Iliria, a varios cientos de ki-lómetros de París. El viejo camarada de Napoleón,que gobernaba esta provincia, general Junot, se havuelto loco de repente, y ha dejado libre su puesto:una celda para espíritus inquietos. Así entrega elEmperador, con ironía mal disimulada, esta Regen-cia de tan corta vida a Joseph Fouché, que como

Page 293: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

293

siempre, no contradice, se inclina obediente y decla-ra estar dispuesto a partir de inmediato.

Iliria... el nombre suena a opereta, y efectivamen-te: ¡qué estado multicolor se ha compuesto en laúltima paz forzosa con pedazos de Friul, Carintia,Dalmacia, Istria y Trieste! Un Estado sin idea co-mún, sin sentido, sin motivo; y como residencia, unacapital diminuta de provincia pueblerina: Laibach.Una monstruosidad sin fuerza vital, creada por laobcecación de un soberano y por una diplomaciaciega. Fouché se encuentra las cajas del Tesoro me-dio vacías, un par de docenas de empleados aburri-dos, muy pocos soldados y unos habitantes descon-fiados que no esperan otra cosa que la retirada delos franceses. Por todas partes crujen ya los sopor-tes de este Estado artificial, construido tan rápido.Con unos cuantos cañonazos se derrumbará el edi-ficio vacilante. Estos cañonazos los dispara bienpronto el propio suegro de Napoleón, el Empera-dor Francisco. Fouché no puede pensar en una re-sistencia seria, considerando los pocos regimientoscon los que cuenta, compuestos en su mayor parte,por croatas dispuestos a pasarse, al primer tiro, asus antiguos camaradas. Así que desde el primer día,solo prepara la retirada; y para disfrazarla hábil-

Page 294: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

294

mente, mantiene un gesto magnífico de Soberanodescuidado: da bailes y reuniones, hace desfilar or-gullosamente, en pleno día, a las tropas, mientraspor la noche ordena que secretamente sean llevadasde Trieste las cajas y los documentos del Gobierno.Todas sus proezas, como señor y soberano, tienenque limitarse a evacuar cautelosamente, paso a paso,el país, reduciendo las pérdidas a un mínimo. Y enesta retirada estratégica se prueba otra vez la sangrefría de Fouché, su energía decidida, su maestría in-superable de siempre. Paso a paso se retira, sin pér-didas, de Laibach a Goricia, de Goricia a Trieste, deTrieste a Venecia, llevando consigo casi todos losempleados, la caja y mucho material de valor de suIliria... Pero ¡qué importa la pérdida de esa provin-cia ridícula! En esos mismos días Napoleón pierdela más importante y la última de sus grandes batallasen esta guerra: la batalla de Leipzig, y con ella, eldominio del mundo.

Fouché se ha desembarazado de su misión, y porcierto de una manera intachable y honrosa. Ahoraque ya no hay que administrar ninguna Iliria, sesiente libre y quiere regresar, naturalmente, a París.Pero no es ése, ni mucho menos, el propósito deNapoleón. "Fouché es un hombre que de ninguna

Page 295: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

295

manera debe estar ahora en París". Estas palabras,pronunciadas por el Emperador en Dresde, tienen,después de la batalla de Leipzig, doble valor. Hayque alejarlo y bien lejos, cueste lo que cueste. Enmedio de la tarea formidable de defenderse de unenemigo que lo supera cinco veces en número, Na-poleón piensa principalmente en otra misión para elhombre peligroso que le ate también las manos du-rante el tiempo de la campaña. ¡Que no ponga susmanos en alguna maniobra diplomática, que puedaintrigar; pero que no alargue la mano inquieta haciaParís! Que marche inmediatamente, por lo pronto, aNápoles (Nápoles está lejos) para recordarle su de-ber a Murat, Rey de Nápoles, cuñado de Napoleón,que teme más por su propio Reino que por el Impe-rio, para convencerlo de que debe ir en ayuda delEmperador con un ejército. Cómo cumplió Fouchécon este encargo —si quiso persuadir verdadera-mente al viejo general de caballería de Napoleónpara que se mantuviera fiel, o si lo apoya en la de-serción— es cosa que no ha podido aclarar la histo-ria. Desde luego, el fin principal del Emperador seha conseguido: retener a Fouché durante cuatro me-ses más allá de los Alpes, a mil leguas, en negocia-ciones incesantes. Mientras marchan sobre París los

Page 296: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

296

austríacos, los prusianos y los ingleses, él debe ir yvenir de Roma a Florencia y Nápoles, de Luca aGénova, derrochar otra vez su tiempo y su energíaen una misión insoluble. Lo mismo que Iliria sepierde Italia, el segundo país que se le ha designado,y por fin, a principios de marzo, no tiene Napoleónpaís donde enviarlo, porque ni en la propia Franciapuede ya prohibir ni mandar. Así, el 11 de marzo,regresa Joseph Fouché a su patria a través de losAlpes, después de estar cuatro meses alejado deFrancia, por la genial perspicacia del Emperadorque lo mantuvo, así, al margen de toda maquinaciónpolítica. Y cuando por fin rompe las cadenas, ve quellega con cuatro días de retraso.

En Lyon se entera de que marchan sobre Paríslas tropas de los tres Emperadores. En pocos días,entonces, habrá caído Napoleón y se habrá formadoun nuevo gobierno. Naturalmente su amor propiose consume de impaciencia, d'avoir la main dans lapâte, de tener las manos en la masa, para poder sa-car el mejor partido. Pero el camino directo a Parísya está cortado por las tropas y tiene que dar un lar-go rodeo por Tolosa y Limoges. Por fin, el 8 deabril, atraviesa en su coche de posta las puertas deParís,. A primera vista reconoce que ha llegado de-

Page 297: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

297

masiado tarde. Y el que llega tarde, pierde la oca-sión. Todos sus juegos secretos y sus trastadas se lasha pagado Napoleón de nuevo con la magistral ma-niobra de tenerlo alejado mientras había oportuni-dad de pescar a río revuelto. Ahora se encuentracon que París ha capitulado. Napoleón ha sido des-tronado. Luis XVIII erigido Rey y el Gobierno hasido formado, íntegro, por Talleyrand. Este malditocojo estuvo a tiempo en su puesto y produjo elcambio de frente más pronto de lo que le fue posi-ble a él, a Fouché, el hombre previsor. El Zar deRusia vive en casa de Talleyrand, el nuevo Rey lomima con pruebas de confianza, ha repartido a suarbitrio todos los cargos de ministro, y ladinamenteno ha reservado ninguno para el Duque de Otranto,que administraba sin sentido y sin provecho Iliria yandaba metido en maniobras políticas por Italia.Nadie lo ha esperado, nadie se ocupa de él, nadiedesea de él consejo o ayuda. Otra vez es JosephFouché, como tantas otras veces en su vida, unhombre liquidado. Tarda mucho tiempo en con-vencerse de que no le hacen caso: a él, el gran ad-versario de Napoleón. Entonces se ofrece abierta-mente: se lo ve en todas partes, en la antecámara deTalleyrand, con el hermano del Rey, con el Embaja-

Page 298: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

298

dor inglés, en las salas del Senado... Y, sin embargo,nadie lo escucha. Escribe cartas, una a Napoleón, alque le da el consejo de emigrar a América, mandan-do al mismo tiempo una copia de ella al Rey LuisXVIII, para ganar así su simpatía; pero no recibecontestación. Les pide a los ministros un cargo dig-no, y éstos lo reciben fríos y corteses, pero no loprotegen. Se hace recomendar por mujeres y porantiguos protegidos, pero es inútil. Ha cometido lafalta más imperdonable en política: ha llegado tarde.Todas las plazas están ocupadas y ningún dignatariopiensa levantarse voluntariamente para dejarle supuesto al Duque de Otranto. Al ambicioso no lequeda otro remedio que volver a hacer las valijas yretirarse a su castillo de Ferrières. Muerta su mujer,sólo tiene un compañero: el Tiempo. Hasta ahorasiempre lo ha ayudado. Y esta vez también lo ayuda-rá.

En efecto: Fouché advierte pronto que el airevuelve a oler a pólvora. Si se tienen oídos finos,también se oye desde Ferrières como cruje y rechinaun trono. El nuevo amo, Luis XVIII, comete unafalta tras otra. Le complace ignorar la Revolución yolvidar que después de veinte años de ciudadanía,Francia no quiere humillarse otra vez ante veinte

Page 299: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

299

generaciones de nobles. Desprecia además el peligrode la camarilla pretoriana de los oficiales y generalesque, reducidos a media paga, protestan desconten-tos sobre esta avaricia infame del "Rey-pepino".¡Ah, si Napoleón volviera habría en seguida unaguerra magnífica! Entonces volvería a marchar so-bre los países, saqueándolos, se harían carreras y setendrían nuevamente las riendas en la mano. Ya secruzan mensajes sospechosos de una zona a otra, ypoco a poco, en el ejército se prepara una conspira-ción. Fouché, que nunca cortó por completo el cor-dón umbilical entre él y su criatura, la Policía, escu-cha muchas cosas que le dan que pensar. Silencio-samente sonríe para sus adentros: el buen Rey sehabría enterado de todo si hubiera tomado comoMinistro de Policía al Duque de Otranto. Pero, ¿pa-ra qué prevenir a esos cortesanos estúpidos? Hastahora Fouché siempre ha aprovechado todas lassubversiones para elevarse, todos los cambios deviento. Por eso, está quieto, se esconde, no se mue-ve y contiene el aliento como un luchador antes delcombate.

El 5 de marzo de 1815 se precipita en las Tulle-rías un mensajero con la impresionante noticia deque Napoleón se evadió de la isla de Elba y el 1º de

Page 300: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

300

marzo desembarcó en Fréjus con seiscientos hom-bres. Sonrientes y despectivos, los cortesanos realesacogen la noticia. Naturalmente, ellos siempre ha-bían dicho que este Napoleón Bonaparte, en cuyonombre se hacen tantos aspavientos, no debe estaren sus cabales. ¡Con seiscientos hombres, parbleu,vale la pena reírse! ¿Así quiere luchar este loco con-tra el Rey, detrás de quien está todo el ejército y todaEuropa? Porque no hay motivo para intranquilizar-se: con un puñado de gendarmes este aventureromiserable va a quedar domado. El mariscal Ney, elantiguo compañero de armas de Napoleón, recibe laorden de apoderarse de él. Vanidosamente prometeal Rey no sólo capturar al perturbador, sino "pa-searlo por el país metido en una jaula de hierro".Luis XVIII y sus secuaces exhiben su despreocupa-ción por París, al menos durante los primeros ochodías; el Moniteur da cuenta del asunto en tono dechanza. Pero pronto aumentan las noticias desagra-dables. Napoleón no ha encontrado resistencia enninguna parte, cada regimiento que sale a lucharcontra él engrosa su diminuto ejército en lugar decerrarle el paso, y el mismo mariscal Ney, que lo ibaa capturar y a pasearlo en una jaula de hierro, se pa-sa con las banderas desplegadas al lado de su an-

Page 301: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

301

tiguo señor. Ya ha entrado Napoleón en Grenoble yen Lyon. Una semana más y queda cumplida su pro-fecía: el águila imperial se posa sobre las torres deNotre-Dame.

El pánico se apodera de la corte. ¿Qué hacer?¿Qué diques oponer a este alud? Demasiado tarde elRey y sus aristocráticos y principescos consejerosreconocen la enorme falta que habían cometido di-vorciándose del pueblo, pretendiendo olvidar fal-samente que entre 1792 y 1810 hubo en Francia al-go así como una Revolución. ¡Hay que tratar, en-tonces, de atraerse rápidamente las simpatías! ¡Hayque mostrar de alguna manera al pueblo imbécil quese lo ama de verdad, que se respetan sus deseos yderechos, hay que apurarse a gobernar de manerarepublicana, de manera democrática! Cuando ya estarde, los emperadores y los reyes suelen descubrirsiempre que late en sus pechos un corazón demo-crático. Pero ¿cómo ganarse a los republicanos?Muy sencillo: concediéndole a cada uno de ellos, auno de los más radicales, un ministerio; ¡a uno quesea capaz de poner en la bandera de la flor de lisuna alegoría roja! Pero, ¿dónde encontrarlo? Ha-ciendo memoria, de pronto se acuerdan de un talJoseph Fouché, que un par de semanas antes pre-

Page 302: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

302

sentaba sus respetos en todas las antecámaras yagobiaba las mesas del Rey y de sus ministros conproposiciones. Si, éste es el único, el que siempre sepuede utilizar para todo; ¡hay que sacarlo entoncescuanto antes del ostracismo! Siempre que un Go-bierno se encuentra en situación difícil, ya sea el Di-rectorio, el Consulado, el Imperio o el Reino, siem-pre que se necesita un mediador, un hombre buenoque restablezca el orden, hay que recurrir al hombrede la bandera roja, al carácter más desleal y al másleal de los diplomáticos, a Joseph Fouché.

De esta manera el Duque de Otranto tiene la sa-tisfacción de que los mismos condes y duques quelo despachaban con frialdad algunas semanas antes,y le daban la espalda, se dirijan a él con urgenciarespetuosa y le ofrezcan una cartera de ministro;incluso quieren hacer que la acepte a la fuerza. Peroel antiguo Ministro de Policía conoce demasiadobien la verdadera situación política como para com-prometerse a última hora con los Borbones. Com-prende que el período agónico debe haber empeza-do ya cuando lo convocan con tanta urgencia comomédico. Y rehusa cortésmente, bajo varios pretex-tos, dejando entrever que bien se podían haberacordado de él un poco antes. Cuanto más se acer-

Page 303: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

303

can las tropas de Napoleón, más se derrite la reservaen la Corte. Cada vez con más insistencia se amo-nesta y se ruega a Fouché para que se haga cargo delGobierno; hasta el propio hermano de Luis XVIII loinvita a una conferencia secreta. Pero esta vez Fou-ché permanece firme, no por convicción de carácter,sino porque lo entusiasman poco los desperdiciosque le ofrecen y porque se siente muy a sus anchasen el columpio oscilante entre Luis XVIII y Napo-león. Ya es tarde —de momento— le dice tranquili-zador al hermano del Rey, y le aconseja que se pon-ga a salvo, porque la aventura napoleónica no va aser demasiado larga; y él, por su parte, entretantohará todo lo posible por ofrecerse al Emperador.¡Que tenga confianza en él! Así se gana simpatías ysi quedan los Borbones victoriosos, puede llamarsesu fiel servidor. Y si en cambio vence Napoleón,puede demostrar con orgullo que rechazó la propo-sición de los Borbones. Ya ha probado tantas vecesel viejo sistema de cubrir la retirada, ¿por qué no vaa probarlo nuevamente y a pasar por fiel servidor dedos amos al mismo tiempo: del Emperador y delRey?

Pero esta vez va a hacerlo con más gracia. Siem-pre se convierte, precisamente en el momento del

Page 304: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

304

cambio decisivo, la escena trágica en cómica en lavida de Joseph Fouché. Mientras tanto algo hanaprendido los Borbones de Napoleón: que no sedebe dejar atrás a un hombre como Fouché entiempos peligrosos. Tres días antes de la partida delRey, mientras Napoleón ya está muy cerca de París,la policía recibe la orden de detener en seguida aFouché (como sospechoso porque se negó a serministro del Rey) y conducirlo lejos de la ciudad.

El Ministro de Policía a quien le corresponde lle-var a cabo esta detención desagradable se llama —lahistoria se complace verdaderamente en las sorpre-sas originales— Bourrienne. Es el amigo de la in-fancia de Napoleón, su más íntimo camarada de laescuela de guerra, su compañero de Egipto, su se-cretario durante muchos años; conoció, por lo tan-to, a todos sus confidentes; conoce, por lo tanto,muy a fondo a Fouché. Por eso se asusta un pococuando el Rey le da la orden de detener al Duque deOtranto. Se permite observar "si se considera ladetención verdaderamente conveniente". Y cuandoel Rey repite la orden con energía, mueve otra vez lacabeza: no va a ser cosa fácil. Sabe muy bien queeste viejo zorro tiene demasiada experiencia en evi-tar trampas, como para caer en el lazo en pleno día.

Page 305: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

305

Para llevar a cabo semejante caza del hombre senecesita más tiempo y medidas llenas de habilidad;pero, de todas maneras, transmite la orden. Y, efec-tivamente, el 16 de marzo de 1815, a las once de lamañana, los policías, en pleno Boulevard, cercan elcoche del Duque de Otranto y lo declaran detenidopor orden de Bourrienne. Fouché, que nunca pierdesu sangre fría, sonríe despectivo: "No se detiene aun antiguo senador en plena calle". Y antes de quelos agentes que tanto tiempo fueron sus subalternosse puedan rehacer, grita al cochero que fustigue a loscaballos y la carroza vuela a su palacio. Estupefac-tos, los policías se quedan con la boca abierta y tra-gan el polvo que levanta la carroza en su huida.Bourrienne tenía razón: no es empresa fácil atraparal hombre que se le había escapado indemne a Ro-bespierre, a una orden de la Convención y a Napo-león mismo.

Cuando los policías engañados le comunican a suministro que se les escapó Fouché, éste toma medi-das más enérgicas: ahora se trata de su autoridad; nopuede consentir que se burlen de él, de esta manera.De inmediato manda cercar la casa de la rue Cerutti

y vigilar el portal, mientras policías bien armadossuben por la escalera para aprisionar al fugitivo. Pe-

Page 306: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

306

ro Fouché les tiene preparada una segunda broma,una de esas trastadas magníficas y únicas, magistra-les, que sólo es capaz de llevar a cabo en las situa-ciones más difíciles y angustiosas. Precisamente en

los momentos de peligro, como hemos visto, escuando lo acucia un deseo insensato de bromear yde burlar a la gente. El astuto mistificador recibe

con mucha cortesía a los agentes que vienen a dete-nerlo y examina la orden de detención. "Sí, es váli-da... Y naturalmente —dice— no pienso hacer re-sistencia contra una orden de Su Majestad el Rey.

Que tomen asiento los señores aquí en el salón: de-bo ordenar aún algunas pequeñeces y en seguida lossigo." Así lo asegura Fouché con cortesía y entra enla habitación vecina. Los agentes esperan respetuo-samente a que haya terminado su toilette: al fin y alcabo no se puede tratar a un senador, a un antiguoministro y dignatario de la Corte, como a un cual-quiera y apresarlo como a un ratero. Esperan con

respeto... esperan durante cierto tiempo; hasta que latardanza les parece sospechosa. Como demora envolver, entran a la otra habitación y descubren —verdadera escena cómica en medio del tumulto

político— que Fouché se les ha escapado. A los cin-cuenta y seis años este hombre se anticipa a inter-

Page 307: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

307

pretar una verdadera escena cinematográfica: tiendeuna escala al jardín que luego apoya en la pared, ymientras los policías lo esperan en el salón, gatea

con agilidad sorprendente para sus años y desciendeal vecino parque de la reina Hortensia, donde sepone a salvo. Por la noche todo París se ríe del

chasco tan bien planteado. Claro que no puede du-rar mucho tiempo una broma semejante: el Duquede Otranto es demasiado conocido en la capitalcomo para poderse ocultar mucho tiempo. PeroFouché había demostrado nuevamente que sabía

calcular bien, y que su situación no iba a durar másde una hora. Efectivamente, el Rey y sus secuaces

deben preocuparse muy pronto de que la caballeríade Napoleón no los aprisione a ellos mismos. Con

premura, se hacen las valijas en las Tullerías. Con sugrave orden de detención Luis XVIII sólo ha logrado

dar a Fouché testimonio público de una lealtad alEmperador que nunca existió: lealtad en la que, porotra parte, Napoleón no creerá. Pero cuando se en-tera de la jugarreta llevada a cabo con tanta graciapor este artista de la política, no tiene más remedio

que reírse y dice con una especie de admiraciónbrusca: "Il est décidément plus malin qu'eux tous" "Deci-didamente es más astuto que todos ellos juntos!"

Page 308: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

308

CAPÍTULO VIII

LA LUCHA FINAL CONTRA NAPOLEÓN(1815, Los cien días)

El 19 de marzo de 1815 a media noche —la pla-za gigantesca está a oscuras y solitaria— entran do-ce coches en el patio del Palacio de las Tullerías. Seabre una puerta disimulada, de donde sale, antorchaen mano, un lacayo, y detrás de él, arrastrándosepenosamente, apoyado por dos nobles adictos, unhombre obeso, jadeante de asma: Luis XVIII. Viendoal Rey achacoso que, apenas repatriado después desu destierro de quince años, tiene que volver a huirprotegido por la noche, un profundo sentimiento decompasión se apodera de todos los presentes. Lamayoría dobla la rodilla, mientras suben a la carrozaa ese hombre a quien los achaques quitan dignidad ycuyo destino trágico lo envuelve en una aureola de

Page 309: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

309

piedad. Los caballos se ponen en marcha, los demáscoches lo siguen; durante algunos minutos suenasobre las duras piedras la cabalgata de la escolta.Luego la plaza gigantesca vuelve a quedar en silen-cio hasta el amanecer, hasta la mañana del 20 demarzo: el primero de los cien días del Emperadorque escapó de la Isla de Elba.

Con curiosidad se desliza la gente, se acerca vo-luntariamente, olfatea ante el palacio para averiguarsi huyó ya, espantado, el Rey; pululan los comer-ciantes, los holgazanes, los ociosos. Temerosos ocontentos, según el carácter y la manera de pensar,se comunican las noticias en voz baja. A las diez yaacude el pueblo en masa. Y como siempre, el hom-bre recibe coraje por el contacto con la muchedum-bre; se aventuran los primeros gritos: "¡Vive l'Em-pereur!" "¡A bas le Roi!" Pronto se acerca la caballe-ría con los oficiales que estaban a media paga bajo elrégimen realista; con el retorno del Emperador gue-rrero vuelven a oler la guerra, ocupación, paga ente-ra, legiones de honor y ascensos; y con júbilo reno-vado al mando de Exelmann ocupan las Tullerías(Como el traspaso de mano a mano tiene lugar contanta tranquilidad, tan sin sangre, sube la renta de laBolsa en algunos puntos). Al medio día se iza de

Page 310: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

310

nuevo la bandera tricolor en el viejo Palacio Real,sin que hubiera sonado un tiro.

Y ya se presentan cien cortesanos, los "fieles" dela Corte Imperial, damas de Palacio, criados, trin-chantes, mariscales de cocina, viejos consejeros deEstado, maestros de ceremonia, todos los que nopudieron ganar y servir bajo la flor de lis, toda lanobleza nueva que Napoleón llevó a la vida corte-sana desde las ruinas de la Revolución. Todos degala: los generales, los oficiales, las damas... se venotra vez brillar con el lujo de los diamantes, los es-padones y las condecoraciones. Se abren las habita-ciones y se prepara el recibimiento del nuevo señor.Rápidamente se hacen desaparecer los emblemasreales y pronto brilla de nuevo en la seda de los si-llones en lugar de la lis real, la abeja napoleónica.Todos se apuran para estar a tiempo en su sitio, pa-ra que se los vea y se los cuente desde un principioentre los "fieles". Mientras tanto, se va haciendo denoche. Como en los bailes y las grandes recepcio-nes, los lacayos engalonados encienden todos loscandelabros y las velas; hasta el mismo Arco deTriunfo; lucen las ventanas del Palacio, otra vez Im-perial, y atraen inmensas muchedumbres de curio-sos a los jardines de las Tullerías.

Page 311: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

311

Por fin, a las nueve de la noche entra a galope uncoche flanqueado y protegido a derecha e izquierda,precedido y seguido por jinetes de todos los gradosy rangos, que agitan entusiasmados sus sables(¡pronto podrán utilizarlos contra los ejércitos deEuropa!). Como una explosión estalla la aclamaciónde júbilo: "¡Vive l'Empereur!" en la masa compacta,resonando en el cuadro vasto de las ventanas sacu-didas. Como una ola única y frenética el mar en-crespado de la muchedumbre se abalanza sobre elcoche, y los sables de los soldados tienen que de-fender al Emperador de esta alud de entusiasmopeligroso. Luego ellos mismos lo levantan y lo su-ben como una presa sagrada, como un dios de laguerra, respetuosamente, por las escaleras del viejoPalacio, entre el huracán de los vítores. Sobre loshombros de sus soldados, los ojos cerrados en unexceso de delicia, con una sonrisa extraña, casi es-pectral en los labios: así vuelve a escalar el tronoImperial de Francia el hombre que veinte días antesabandonó fugitivo la isla de Elba. Es el último triun-fo de Napoleón Bonaparte. Por última vez siente elplacer de una ascensión inverosímil: el salto fan-tástico desde las tinieblas hasta las más altas cum-bres del Poder. Por última vez llega a sus oídos,

Page 312: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

312

como el zumbido de una tempestad, el clamor delos vítores. Durante unos minutos aspira, con losojos cerrados y el corazón anhelante, el elixir em-briagador del Poder. Después manda cerrar laspuertas de Palacio, ordena a los oficiales que se reti-ren y hace llamar a los ministros; comienza el tra-bajo. El hombre de carne debe defender lo que elDestino puso en sus manos.

Los salones atestados aguardan al recién llegado.Pero la primera impresión ya le ofrece desengaños:los que han permanecido fieles no son los mejores,los más inteligentes, los más importantes. Ve a mu-chos cortesanos y a muchos hombres corteses, amuchos curiosos y ávidos de empleo... muchos uni-formes y pocas cabezas. Casi todos los grandes ma-riscales faltan, sin excusa; los verdaderos camaradasde su ascensión se han quedado en sus castillos o sehan pasado al partido realista; en el mejor caso,permanecen neutrales; la mayoría son ya sus enemi-gos. De los ministros está ausente el más inteligente,el más experto: Talleyrand; están ausentes sus pro-pios hermanos —reyes nuevos— sus propias her-manas y, sobre todo, su propia mujer y su propiohijo. Ve en la multitud muchos ambiciosos y pocoshombres dignos. Todavía vibran en sus oídos los

Page 313: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

313

gritos de miles de bocas y siente en la sangre suclamor cuando ya el genio clarividente empieza asentir el primer escalofrío de peligro en el triunfo.De repente en las antesalas se oye un runrún desorpresa y alegría en crescendo... Y entre los uni-formes y levitas bordadas se abre respetuosamenteun paso. Aunque ha tardado, un coche se ha deteni-do ante el Palacio —no está esperando; llega, seofrece, pero no con insistencia de pequeño cortesa-no— y de él sale la figura pálida, delgada y bien co-nocida del Duque de Otranto. Lento, indiferente,con sus ojos enigmáticos, impenetrables, avanza sindar las gracias por el paso que se le abre; y precisa-mente esa tranquilidad suya, tan conocida y natural,despierta entusiasmo. "¡Paso a Fouché! ¡Es el hom-bre que necesita el Emperador!" Ya se lo consideraelegido, designado, exigido por la opinión públicaantes de la decisión del Emperador. No viene comosolicitante: llega poderoso, grave, majestuoso; y enefecto, Napoleón no lo hace esperar; llama inme-diatamente al más antiguo de sus ministros, al másfiel de sus enemigos. De su entrevista se sabe tanpoco como aquella primera en que Fouché prestó suayuda al general desertado de Egipto, ayudando a suelevación al Consulado y aliándose a él en infiel fi-

Page 314: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

314

delidad. Cuando, al cabo de una hora, Fouché saledel gabinete, es otra vez ministro: Ministro de Poli-cía, por tercera vez.

Todavía están húmedas las prensas del Moniteur,que publica el nombramiento de ministro de Napo-león del Duque de Otranto, cuando tanto el Empe-rador como su ministro ya se arrepienten secreta-mente de haberse vuelto a aliar. Fouché está desen-gañado; había esperado más. Hace tiempo que suamor propio exaltado ya no se contenta con el cargoinferior de Ministro de Policía. Lo que en 1796 su-ponía salvación y honor para el muerto de hambre,para el proscrito y despreciado ex jacobino JosephFouché, al multimillonario, al bien amado Duque deOtranto, en 1815, le parece una prebenda miserable.Con el éxito ha ido creciendo su propia estimación:sólo le atraen los grandes papeles de la escena mun-dial, el emocionante azar de la diplomacia europea,el continente como mesa de juego y el destino depaíses enteros como puesta. Durante diez años seatravesó en su camino Talleyrand, el único que se lepuede equiparar; ahora, cuando este competidorpeligroso abandona a Napoleón, reuniendo en Vie-na las bayonetas de toda Europa contra el Empera-dor, Fouché se cree el único capacitado para de-

Page 315: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

315

sempeñar el Ministerio del Exterior. Pero Na-poleón, desconfiado y con razón, se niega a ponercartera tan importante en sus manos hábiles, dema-siado hábiles y desleales. Únicamente le endosa demala gana el Ministerio de Policía, sabe que a suambición peligrosa hay que echarle por lo menosuna miga de poder para que no muerda; pero aún eneste reducto estrecho le pone un espía, nombrandoal más enconado adversario de Fouché, el Duque deRovigo, jefe de la gendarmería. Así desde el primerdía de su renovada alianza, se reanuda el viejo jue-go. Napoleón dispone de una policía propia paravigilar a su Ministro de Policía. Y Fouché, por suparte, hace política al margen y a espaldas de la po-lítica imperial. Los dos se engañan, los dos se miranlas caras... De nuevo habrá de decidirse quién va amantener, al final, la primacía; si el más fuerte o elmás hábil, el hombre de sangre cálida o el hombrede sangre fría.

De mala gana, Fouché acepta el Ministerio, perolo acepta. Este magnífico y apasionado jugador es-piritual tiene un defecto trágico: no puede estarinactivo, no puede permanecer, ni siquiera una hora,como espectador del gran juego histórico mundial.Sabe tener siempre los naipes en la mano, jugar, ba-

Page 316: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

316

rajar, engañar, embaucar, hacer trampas y jugartriunfos. Por fuerza tiene que estar sentado siemprea una mesa... es indiferente a cuál, si la mesa del Rey,o la Imperial, o la de la República; pero tiene queestar presente, avoir la main dans la pâte, tiene que po-ner las manos en la masa caliente, no importa encuál; lo importante es ser ministro; de las derechas,de las izquierdas, del Emperador, del Rey: le es indi-ferente con tal de roer el hueso del mando. Nuncatendrá la fuerza moral y ética, ni siquiera la finura denervios o el orgullo de rechazar un mendrugo dePoder. Siempre estará dispuesto a ofrecer sus servi-cios. El hombre o la causa no significan nada: eljuego es todo para él.

Con la misma repugnancia vuelve Napoleón atomar a su servicio a Fouché. Hace diez años queconoce a este carácter de reptil y sabe que no sirve anadie en el fondo y que sólo se deja arrastrar por supasión del juego político. Sabe que este hombre loverá caer con la más glacial indiferencia y lo aban-donará en el momento más peligroso, exactamentede la misma manera como abandonó a los girondi-nos, a los terroristas, a Robespierre y a los termido-ristas; exactamente de la misma manera como aban-donó y traicionó a Barras —su salvador—, al Di-

Page 317: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

317

rectorio, a la República y al Consulado. Pero lo ne-cesita, o cree necesitarlo. Así como Napoleón fasci-na a Fouché con su genio, de igual forma, reitera-damente, Fouché fascina a Napoleón con su actitud.Rechazarlo sería peligroso; en un momento tan crí-tico Napoleón no se atreve tener a Fouché comoenemigo. Por lo tanto se decide por el menor de losmales, ocupándolo, distrayéndolo con puestos yempleos, dejándose servir infielmente. "Sólo lostraidores me hicieron saber la verdad", dice mástarde recordando a Fouché en Santa Elena. Hasta ensus momentos de ira más extremada se transparentarespeto hacia las dotes extraordinarias de este hom-bre mefistofélico, porque nada soporta el genio conmayor impaciencia que la mediocridad; engañado asabiendas, al menos Napoleón se siente comprendi-do por Fouché. Como un sediento que bebe el aguaque sabe que está envenenada, prefiere tomar a suservicio a este hombre inteligente y desleal, antesque a los fieles e incapaces. Diez años de enemistadenconada a veces une a los hombres con mayor in-tensidad que una amistad mediocre.

Durante más de diez años Fouché ha servido aNapoleón, en la actitud del ministro ante su señor,como un espíritu al servicio del genio; y siempre

Page 318: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

318

durante esos diez años como subalterno, como infe-rior. En 1815, en la lucha final, es Napoleón, enverdad, desde un principio el más débil. Una vezmás —la última— ha saboreado la embriaguez de lagloria; como en alas de águila inesperadamente lo hatraído el Destino desde la isla lejana al trono impe-rial. Regimientos enviados contra él con superiori-dad numérica centuplicada, rinden las armas encuando ven su casaca. En veinte días el desterradoque llegó con seiscientos hombres consigue entrar ala cabeza de un ejército en París. Y acariciando susoídos el trueno de júbilo de millares de voces,duerme nuevamente en el lecho de los reyes deFrancia. Pero ¡qué despertar el de los días siguien-tes! ¡Qué pronto palidece el sueño fantástico en ladesnudez de la realidad! Es otra vez Emperador,pero sólo de nombre; el mundo, que veía esclaviza-do a sus pies, ya no reconoce a su señor. Escribecartas y proclamas, hace promesas apasionadas depaz que son recibidas con una sonrisa de indiferen-cia pero que ni siquiera reciben el honor de una res-puesta. Los mensajeros enviados por el emperadora los reyes y príncipes son detenidos en las fronterascomo contrabandistas y quitados de en medio sinmiramientos. Una sola carta llega, dando rodeos, a

Page 319: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

319

Viena; Metternich la arroja, sin abrir, sobre la mesade conferencias. A su alrededor empieza a notar elvacío; los antiguos amigos y compañeros están dis-persos por todas partes: Berthier, Bourrienne, Mu-rat, Eugène Beauharnais, Bernadotte, Augerau, Ta-lleyrand, permanecen en sus fincas o se unen a susenemigos. Inéditamente quiere engañarse a sí mismoy a los demás; manda decorar fastuosamente losaposentos de la Emperatriz y del Rey de Roma, co-mo si fueran a volver a su lado mañana mismo; peroen realidad María Luisa flirtea con su conde de Nei-pperg, y su hijo juego en Schoenbrunn con soldadosaustríacos de plomo, bajo la mirada vigilante delEmperador Francisco. Ni el propio país reconoce labandera tricolor. Sublevaciones en el Sur y en elOeste: los campesinos están hartos de los eternosreclutamientos y disparan sobre los gendarmes quequieren llevarse sus caballos para los cañones. Enlas calles se leen carteles satíricos que decretan, porejemplo, en nombre de Napoleón: "Art. 1º Anual-mente me han de ser entregadas trescientas mil víc-timas. Art. 2º Bajo ciertas circunstancias aumentaréel número a tres millones. Art 3º Todas estas vícti-mas serán enviadas por correo a la gran matanza."No cabe duda, el mundo quiere paz y todos los es-

Page 320: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

320

píritus razonables están dispuestos a mandar al dia-blo al indeseado si no garantiza la paz. Y así ¡trágicodestino!, cuando el Emperador soldado por primeravez quiere tranquilidad, tranquilidad para él y para elmundo, con tal de que se le deje en el poder, elmundo ya no le cree. Los buenos burgueses, llenosde miedo por sus rentas, no comparten el entusias-mo de los oficiales a media paga y de los profesio-nales de la guerra a quienes la paz les viene a estro-pear el negocio. Y apenas Napoleón —obligado porlas circunstancias— les da el derecho electoral, lejuegan la mala partida de elegir precisamente a quie-nes persiguió durante quince años, a los que obligóa permanecer en la oscuridad, a los revolucionariosde 1792, Lafayette y Lanjuinais. Ningún aliado, po-cos verdaderos partidarios en la misma Francia:apenas una persona con quien puede cambiar im-presiones en la intimidad. Descorazonado y confu-so el Emperador vaga por el Palacio vacío. Una ex-trema laxitud se apodera de sus nervios y de suenergía; tan pronto vocifera, perdido el dominio desí mismo, como cae insensible en un verdadero le-targo. Muchas veces se acuesta en pleno día paradormir: un cansancio interior, no del cuerpo, sinodel alma, lo derriba horas enteras como golpeado

Page 321: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

321

por una maza de plomo. Una vez Carnot lo en-cuentra en sus aposentos con lágrimas en los ojos,contemplando fijamente un retrato del Rey de Ro-ma, su hijo; sus confidentes lo oyen lamentarse deque su buena estrella lo ha abandonado. El imáninterior siente que se ha traspasado el cenit del éxito,por eso tiemble y oscila, inestable, la aguja de suvoluntad de polo a polo. De mala gana, sin verdade-ra esperanza, dispuesto a cualquier concesión, al finparte a la guerra el mimado de la victoria. Pero Nikénunca vuela sobre una cabeza humillada.

Napoleón en 1815; señor y Emperador en apa-riencia, fantasma a merced del destino, revestidocon una sombra de Poder. Pero el hombre que tienea su lado, Fouché, se encuentra en aquellos años enla plenitud de su fuerza. El razonamiento acerado ypujante, oculto en la vaina de la astucia, no se gastatanto como la pasión en rotación constante. Jamásse ha sentido Fouché espiritualmente más hábil,más intrigante, más flexible, más audaz que durantelos cien días transcurridos entre la restauración y elderrumbamiento del Imperio. Esperando la salva-ción, las miradas no se dirigen hacia Napoleón, sinohacia él. Todos los partidos —fenómeno fantásti-co— tienen más confianza en el ministro del Em-

Page 322: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

322

perador que en el Emperador mismo. Luis XVIII, losrepublicanos, los realistas, Londres, Viena, todosven en Fouché al único hombre con quien se puedenegociar; su prudencia fría y calculadora da más es-peranzas a un mundo extenuado y necesitado depaz que el genio de Napoleón, oscilante, inquieto enel mar de la confusión. Y los que niegan el título deEmperador al "General Bonaparte", respetan el cré-dito personal de Fouché. Las mismas fronteras,donde los agentes de Estado de la Francia Imperialson apresados sin miramientos, se abren como to-cadas por la llave mágica, a los mensajeros secretosdel Duque de Otranto. Wellington, Metternich, Ta-yllerand, Orleáns, el Zar y los reyes, todos recibencon gusto y con la mayor cortesía a sus emisarios;de pronto, el que siempre había engañado a todos,resulta el único jugador leal en este juego cosmopo-lita. No tiene más que mover un dedo y se cumplesu voluntad. La Vendée se subleva, una lucha san-grienta amenaza al país; basta que Fouché mande unmensajero para que se evite, con una sola entrevista,la guerra civil. "¿Para qué —dice, calculando consinceridad— derramar aún sangre francesa? En unpar de meses el Emperador o habrá vencido o esta-rá perdido irremisiblemente. ¿Para qué, pues, luchar

Page 323: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

323

por algo que con toda probabilidad tendréis mástarde sin lucha? ¡Guardad las armas y esperad!" Yen el acto los generales realistas —convencidos porestas explicaciones frías y lógicas— cierran el pactoaconsejado. Todo el Extranjero, todo el país se diri-ge en primer lugar a Fouché; no se toma ningunaresolución en el Parlamento sin él. Impotente Na-poleón tiene que ver cómo su criado le paraliza elbrazo cuando él quiere atacar; cómo dirige las elec-ciones del país contra él y pone trabas en el caminode su voluntad despótica con un Parlamento deideas republicanas. En vano quisiera librarse ahorade él: la época autocrática pasó, pasaron los tiemposen que se mandaba al Duque de Otranto como a uncriado molesto al retiro con un par de millones; hoypuede arrojar con más facilidad del trono el minis-tro al Emperador, que el Emperador de su cargoministerial al Duque de Otranto.

Estas semanas de política obstinada, pero razo-nable; multiforme, pero clara, puede situarse entre lomás perfecto de la historia mundial de la diploma-cia. Ni siquiera un adversario personal, como elidealista Lamartine, puede negar su tributo de admi-ración al genio maquiavélico de Fouché. "Hay quereconocer —escribe— que demostró una audacia

Page 324: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

324

extraordinaria y un valor enérgico en el desempeñode su misión. Se jugaba diariamente la cabeza, quepodía caer a la primera reacción de vergüenza o deira que estallara en el pecho de Napoleón. De todoslos sobrevivientes de la época de la Convención, erael único que no se mostraba desgastado ni dismi-nuido en su audacia.

"La audacia de sus maniobras lo había colocadoen una situación angustiosamente comprometida,atrapado por una parte, entre la tiranía que resurgía,y la Libertad, que intentaba revivir; entre Napoleón,que sacrificaba la patria a sus intereses, y Francia,que no quería dejarse desangrar por un solo hom-bre. Y Fouché contenía al Emperador, adulaba a losrepublicanos, tranquilizaba a Francia, insinuabacorteses ademanes a Europa, sonreía a Luis XVIII,negociaba con las Cortes extranjeras, se entendíapor medio de gestos tácitos con el señor de Talle-yrand y con su actitud lograba mantener el equili-brio en todo. El suyo era un papel multiforme, difí-cil, bajo y sublime al mismo tiempo, pero enormesiempre, y al que la historia no ha prestado hastahoy la debida atención. Un papel sin nobleza dealma, pero no carente de amor a la patria ni de va-lentía, y que ponía al súbdito a la altura de su Sobe-

Page 325: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

325

rano, al ministro sobre su Emperador, haciéndoloárbitro entre el Imperio, la Restauración y la Liber-tad, aunque árbitro por su doble personalidad. Lahistoria mientras condena a Fouché, no podrá ne-garle audacia en su actitud durante el período de loscien días, altura política en su táctica con los parti-dos y grandeza en la intriga. Todo esto lo colocaríaal lado de los grandes estadistas del siglo si existie-ran verdaderos hombres de Estado sin virtud y sindignidad de carácter".

Con esa clarividencia juzga Lamartine, el poeta, elhombre de Estado, al contemporáneo en la reso-nancia del ámbito inmediato. La leyenda napoleóni-ca, que comienza cincuenta años más tarde, cuandoya se han podrido los diez millones de muertos,cuando ya están enterrados todos los inválidos y ali-viada Europa de las devastaciones, juzga, natural-mente, con más severidad e injusticia a Fouché. Lasleyendas históricas son siempre una especia de"Hinterland" espiritual de la historia y exigen, comotodo "Hinterland", gratuitamente las virtudes queellas mismas no tienen que compartir: sacrificiosilimitados de vidas humanas, consagración absolutaa la locura heroica, a la muerte heroica por causaextraña a la que ha de tributar una absurda fidelidad.

Page 326: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

326

La leyenda napoleónica, con su sistema de contrasteviolento, sólo conoce "Leales" y "Traidores" a suhéroe; no distingue entre el primer Napoleón, elCónsul que devolvió a su país la paz y el orden, através de su inteligencia y de su energía, y el Napo-león de la locura cesárea, el monomaníaco de la gue-rra, que empujaba al mundo constantemente, sinmiramientos, a aventuras asesinas sólo por su vo-luntad, por el deleite del Poder, y que le dijo a Met-ternich aquellas palabras dignas de Tamerlán: "A unhombre como yo lo tiene sin cuidado la vida de unmillón de seres". A todo francés prudente que quisooponerse con ideas moderadas a esta ambición fre-nética del genio diabólico corriendo detrás de supropia perdición, a todo el que no quiso encade-narse a vida o muerte como un perro o un esclavo asu carro de triunfo, a Talleyrand, a Bourrienne, aMurat, a todos la Leyenda los arroja a su infiernocon furor dantesco. Y sobre todo, Fouché es paraellos el traidor de los traidores, el architraidor, eladvocatus diaboli. Según su punto de vista, Fouchéentró en 1815 en el ministerio únicamente para estarcerca del Emperador y poder asestarle la puñaladaen el momento oportuno, vendido de antemano aLuis XVIII y a Europa. Se pretende que ya el 20 de

Page 327: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

327

marzo les mandó decir a los monárquicos: "Salvenustedes al Rey, yo me comprometo a salvar la Mo-narquía". Igualmente se pretende que el día que re-cibió la cartera le dijo confidencialmente a su San-cho Panza: "Mi primera obligación es obstruir todoslos proyectos del Emperador; dentro de tres mesesseré más fuerte que él y si, hasta entonces, no me hamandado fusilar, tendrá que arrodillarse ante mí."Esta profecía es demasiado exacta en los datos co-mo para no haber sido inventada a posteriori.

Pero pretender que Fouché entrara en el ministe-rio de Napoleón pagado de antemano como espíade Luis XVIII es despreciarlo miserablemente, y so-bre todo, supone un absoluto desconocimiento desu magnífica complicación psicológica, de lo miste-rioso y demoníaco de su carácter. No es que Fou-ché, amoral y maquiavélico perfecto, hubiera sidoincapaz, en un momento dado, de esta traición (co-mo de cualquier otra); pero semejante bajeza erademasiado simple, demasiado poco atractiva para sugenio de jugador audaz. Engañar burdamente a unhombre, aunque sea un Napoleón, no va bien consu estilo. Su único placer es engañar a todo el mun-do, no dar seguridad a nadie y atraerlos a todos, ju-gar con todos y contra todos a la vez, no actuar

Page 328: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

328

nunca de acuerdo con premeditados proyectos, sinosiguiendo el impulso de sus nervios, ser un Proteo,Dios de la metamorfosis, no un Franz Moor, unRicardo III, un intrigante consecuente; sólo el papelbrillante lleno de sorpresas entusiasma a su natura-leza apasionada de diplomático. Ama las dificulta-des por las dificultades mismas, y las aumenta artifi-cialmente a un grado doble, cuádruple; no es el sim-ple traidor: es múltiple, universal, es el traidor nato.Por eso, quien más a fondo lo conocía, Napoleón,pudo decir de él en Santa Elena, con palabra pro-funda: "¡Sólo he conocido un traidor verdadero,perfecto: Fouché!" Traidor acabado, no ocasional;un verdadero genio de la traición, eso era él, porquela traición está menos en su intención, en su táctica,que en su naturaleza íntima. Quizá se comprenderámejor su carácter por analogía con los dobles es-pías, tan conocidos en la guerra, que llevan secretosa potencias extranjeras para poder atisbar, de paso,otros secretos más valiosos, y que con tanto traer yllevar, al cabo, en realidad ya no saben a qué poten-cia sirven. Pagados por unos y por otros, sin serfieles a nadie, están entregados en verdad a un solojuego, al doble juego de traer y llevar, de introducir-se en los secretos: un placer, por otra parte, casi in-

Page 329: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

329

material, una voluptuosidad mortal y diabólica. Sólocuando la balanza se inclina definitivamente de unlado entra otra vez en acción el razonamiento, de-jando la pasión del juego para cobrar la ganancia:cuando la victoria se ha decidido, entonces Fouchése decide... Así lo hizo en la Convención, bajo elDirectorio, bajo el Consulado y bajo el Imperio.Mientras dura la lucha no está con nadie, para estarsiempre al final con el vencedor. Si Grouchy hu-biera llegado a tiempo, Fouché hubiera sido (al me-nos por una temporada) ministro convencido deNapoleón. Como éste pierde la batalla, lo abandona.Sin pretender defenderse, ha dicho él mismo, con sucinismo acostumbrado, las palabras que definen suactitud durante los cien días: "No he sido yo quienha traicionado a Napoleón, ha sido Waterloo."

Pero sin embargo, es muy comprensible que Na-poleón se enfurezca con este doble juego de su mi-nistro. Porque ahora le va la cabeza en el juego. To-das las mañanas como desde hace un decenio, estehombre enjuto, delgado, pálido y sin sangre en lacara, entra en su aposento con su levita bordada y leda cuenta de la situación con palabras pulcras, clarase irreprochables. Nadie abarca mejor los aconteci-mientos, nadie sabe presentar más claramente la

Page 330: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

330

situación de los países; todo lo penetra y todo lo ve.Así lo comprende Napoleón con la superioridad delgenio y sin embargo nota, al mismo tiempo, queFouché no le dice todo o que sabe. Tiene conoci-miento de que el Duque de Otranto recibe mensaje-ros de las potencias extranjeras; sabe que por la ma-ñana, por la tarde, por la noche, su propio ministrode Gabinete recibe agentes realistas sospechosos;que a puerta cerrada tiene conferencias con ellos;que tiene relaciones sobre las que no le da ni unasola referencia a él, su Emperador. Pero ¿sucedeesto verdaderamente, como Fouché lo quiere hacercreer, sólo para obtener informaciones, o se urdenallí intrigas secretas? Horrible incertidumbre paraun acosado cercado por cien enemigos! Es en vanoque le pregunte con amabilidad, que lo amoneste,que lo agobie con sospechas graves: los labios del-gados permanecen cerrados, inalterables; los ojos,insensibles como el cristal. No se puede penetrar aFouché, no se le puede arrancar un secreto. Napo-león piensa cómo atraparlo. ¿Cómo saber, al fin decuentas, si el hombre a quien deja mirar todas suscartas lo traiciona o traiciona a sus enemigos? ¿Có-mo asir al inasible, cómo penetrar al impenetrable?

Page 331: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

331

Finalmente, la casualidad parece brindar una so-lución, por lo menos una huella, un vestigio, casiuna prueba. En abril la policía secreta —esa policíaque el Emperador sostiene expresamente para vigi-lar a su Ministro de Policía— descubre la llegada aParís de un supuesto empleado de una casa de ban-ca de Viena que de inmediato se dirige al encuentrodel Duque de Otranto. Siguen al mensajero, lo de-tienen y —naturalmente sin que lo sepa el Ministrode Policía Fouché— lo trasladan a un pabellón delElíseo, ante la presencia de Napoleón. Así lo ame-nazan con fusilarlo de inmediato, y tanto lo asustanque, por fin, confiesa haber entregado a Fouché unacarta de Metternich escrita con tinta simpática; cartaque anuncia y prepara una conferencia de enviadosconfidenciales en Basilea. Napoleón relampaguea deira: cartas así, con maquinaciones que el ministro desus enemigos dirige a su propio ministro, son undelito de alta traición. Y es natural que su primerpensamiento sea detener en seguida al servidor in-fiel y confiscar sus papeles. Pero sus confidentes leaconsejan no hacerlo; le dicen que aún no se tieneuna prueba decisiva y que, sin duda, —dada la cau-tela característica del Duque de Otranto— no esencontraría en sus papeles ningún indicio de sus

Page 332: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

332

maquinaciones. Por lo pronto, el Emperador decideponer a prueba la lealtad de Fouché. Lo manda lla-mar y le habla con un disimulo no acostumbrado enél —en realidad aprendido de su propio ministro.sondeando la situación. "¿No sería posible —insi-núa— entrar en relaciones con Austria?" Fouché,sin sospechar que el mensajero había contado todala historia, no dice ni una palabra de la carta deMetternich. Indiferente, aparentemente indiferente,el Emperador lo despide plenamente ahora con-vencido de la canallada de su ministro. Pero paratener una prueba completa —en momentos en quesu estado de ánimo rebosa amargura— pone en es-cena una farsa refinada con todo el quid pro quo deuna comedia de Molière. Por el agente se conoce lacontraseña para la entrevista con el confidente deMetternich. Y el Emperador envía un emisario quedebe presentarse como confidente de Fouché: sinduda, el agente austríaco le hará todas las revelacio-nes y al fin sabrá el Emperador, además de esto, nosolamente si Fouché lo traicionó, sino hasta quépunto. Esa misma noche parte el mensajero de Na-poleón: dos días después Fouché estará desenmas-carado, habrá caído en su propia trampa.

Page 333: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

333

Pero a un águila o a una serpiente, a un animal desangre fría, no se lo puede atrapar con la mano pormucho que se apriete. La comedia que pone en es-cena el Emperador tiene también, como toda come-dia perfecta, una acción refleja, casi un doble fondo.Si Napoleón tiene a espaldas de Fouché a su policíasecreta, también Fouché tiene a espaldas de Napo-león, a sus escribientes sobornados, a sus confi-dentes secretos, y sus espías no trabajan con menosrapidez que los del Emperador. El mismo día enque parte el agente de Napoleón para la mascaradadel hotel de los "Tres Reyes", de Basilea, Fouchédescubre el pastel: uno de los "confidentes" de Na-poleón le ha contado el "argumento" de la comedia.Y el que debía ser sorprendido, sorprende a su pro-pio señor, a la mañana siguiente, en el informe dia-rio. En medio de la conversación, se pasa la manopor la frente, con el aire distraído de quien acaba deacordarse de alguna bagatela sin importancia: "¡Ah,sire! Había olvidado decir que he recibido una cartade Metternich; como uno está ocupado con asuntosmás importantes... Además, su mensajero no meentregó los polvos para hacer inteligible la escrituray sospeché una mistificación. Por eso no he podidoreferirme a eso hasta hoy."

Page 334: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

334

El Emperador no puede dominarse. "Es usted untraidor, Fouché —grita— debería mandarlo al patí-bulo."

"No soy de esa opinión, Majestad" —contestaimpávido el ministro, con la mayor sangre fría.

Napoleón tiembla de ira. Otra vez se le ha escu-rrido el Fra Diavolo con esta confesión indeseada,hecha antes de tiempo. Y el agente, que dos díasdespués le trae el relato de la entrevista de Basilea,tiene poco decisivo que comunicar y mucho desa-gradable. Poco decisivo, porque de la actitud delagente austríaco se deduce que Fouché fue demasia-do astuto como para ponerse en evidencia, limitán-dose a poner en práctica, a espaldas de su señor, sumaniobra favorita de tener todas las posibilidadesen una mano. Pero también el mensajero trae mu-chas noticias desagradables: las potencias están con-formes con todas las formas de Gobierno en Fran-cia, con todas excepto el Imperio, con NapoleónBonaparte. Furioso el Emperador se muerde loslabios. Su potencial ha quedado paralizado. Quisosorprender por la espalda a esa hombre tenebroso yen este duelo recibió una herida mortal desde lasombra.

Page 335: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

335

La maniobra de Fouché ha hecho fallar el mo-mento preciso del ataque. Pero Napoleón se dacuenta exacta: "Es evidente que me traiciona —lesdice a sus confidentes— Y siento no haberlo echa-do antes de que me comunicara sus relaciones conMetternich. Ahora ha pasado el momento y falta unpretexto. Divulgaría por todas partes que soy untirano que todo lo sacrifica a su suspicacia." Conabsoluta clarividencia reconoce el Emperador lasuperioridad de Fouché; pero sigue luchando hastael último momento, intentando la posibilidad deatraerse este espíritu todo doblez o sorprenderlo,por lo menos, y eliminarlo. Utiliza todos los medios,hace la prueba con confianza, con amabilidad, conbenevolencia, con prudencia. Pero su voluntad re-bota impotente contra esta piedra labrada en todassus facetas, en todas igualmente fría y reluciente; alos diamantes se los puede machacar o tirar, pero nopenetrarlos. Por fin pierde la calma, atormentadopor la desconfianza. Carnot cuenta la escena en quese descubre dramáticamente la impotencia del Em-perador: "Me traiciona usted, Duque de Otranto,tengo pruebas de ello", grita Napoleón una vez enpleno Consejo de Ministros al hombre impávido; yañade, tomando un cuchillo de marfil que está sobre

Page 336: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

336

la mesa: "Tome este cuchillo y clávemelo en el pe-cho; eso sería más leal que lo que usted hace. Estaríaen mis manos mandarlo fusilar y todo el mundoaprobaría este acto. Pero si usted me pregunta porqué no lo hago, le diré que porque lo desprecio,porque no pesa usted una onza en mi balanza."Puede advertirse que su desconfianza se ha conver-tido en ira; su sufrimiento, en odio. Nunca le per-donará a este hombre haberlo provocado de esamanera; y eso lo sabe muy bien Fouché. Pero calculacon claridad mental las escasas posibilidades de po-der que le restan al Emperador. "Dentro de cuatrosemanas todo habrá terminado con este loco", diceprofético y despreciativo a un amigo. Por eso nopiensa pactar, ni mucho menos. Uno de los dos de-be abandonar el campo después de la batalla decisi-va: Napoleón o él. Sabe que Napoleón ha anunciadoque el primer mensajero del campo de batalla victo-rioso llevará a París la orden de su destitución, quizála orden de detención.

El reloj del tiempo retrocede veinte años de ungolpe: 1793. El hombre más poderoso de su época,Robespierre, anuncia con igual decisión que quincedías después iba a caer una cabeza: la de Fouché o lasuya. Pero el Duque de Otranto ahora tiene la con-

Page 337: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

337

ciencia de su propio valor. Y con aire de superiori-dad le recuerda a uno de sus amigos (que le aconsejaque se guarde de la ira de Napoleón) aquella antiguaamenaza del puritano revolucionario. Y agrega son-riendo: "Pero cayó la suya".

El 18 de junio de repente comienzan a rugir loscañones frente al templo de los Inválidos. Los ha-bitantes de París se estremecen con entusiasmo. Ha-ce quince años que conocen esta voz de bronce. Seha logrado una victoria; se ha logrado una batalla.El Moniteur anuncia la derrota completa de Bluechery de Wellington. El pueblo acude entusiasmado alos bulevares con animación dominical. La tenden-cia general de opinión, que pocos días antes vacila-ba, se convierte de pronto en simpatía y entusiasmopor el Emperador. Únicamente el más fino baró-metro, la Bolsa, baja cuatro puntos, porque cadavictoria de Napoleón significa la prolongación de laguerra. Un solo hombre tal vez tiembla interna-mente cuando oye las detonaciones del bronce:Fouché. La victoria del déspota puede costarle lacabeza.

Pero trágica ironía: a la misma hora en que dispa-ran sus salvas los cañones franceses en París, loscañones ingleses destruyen en Waterloo las colum-

Page 338: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

338

nas de infantería y de la guardia; y mientras la capitalmal informada se ilumina, huyen los últimos restosdel ejército disperso ante las nubes de polvo quelevanta el galope de la caballería prusiana.

Todavía le queda un segundo día de confianza aParís despreocupado. El día 20 comienzan a cono-cerse las noticias funestas. Pálida, con los labiostemblorosos, susurra la gente los rumores inquie-tantes. En las casas, en las calles, en la Bolsa, en loscuarteles, en todas partes se cuchichea y se habla deuna catástrofe, a pesar de que los periódicos callan,como paralizados. Todos hablan, titubean, gruñen,se quejan y esperan en la capital, súbitamente asus-tada.

Uno solo actúa: Fouché. Apenas recibe (por su-puesto antes que nadie) la noticia de Waterloo, yaconsidera a Napoleón como un cadáver gravosoque hay que hacer desaparecer rápidamente. Y en elacto pone su mano en la pala para cavar la fosa. Enseguida le escribe al Duque de Wellington para estarde antemano en contacto con el vencedor; al mismotiempo advierte a los diputados, con una clarividen-cia psicológica sin igual, que Napoleón intentará,ante todo, mandarlos a sus casas: "Volverá más fu-rioso que nunca y pedirá en el acto la dictadura."

Page 339: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

339

¡Hay que anticiparse, atravesarse en su camino! Esamisma noche ya está preparado el Parlamento, yaestá ganado el Consejo de Ministros en contra delEmperador; se le ha quitado a Napoleón la últimaposibilidad de tomar nuevamente las riendas delmando. Y todo antes de que haya puesto su pie enParís. El señor, el hombre del momento no es yaNapoleón Bonaparte, sino al fin —¡al fin!— JosephFouché.

Poco antes del amanecer, envuelto en la capa ne-gro de la noche como en un paño mortuorio, unacarroza vieja (la suya, con el tesoro del Trono, laespada y los papeles se la llevó Bluecher como bo-tín) atraviesa las puertas de París, camino del Elíseo.El que seis días antes escribió en su orden del día,patéticamente: "Para cada francés que tenga valor,ha llegado el momento de vencer o morir", ni havencido ni ha muerto; pero en Waterloo y en Lignysesenta mil hombres han muerto por él. Ahoravuelve rápidamente como desde Egipto, como des-de Rusia, para salvar el Poder. Deliberadamente hamandado retardar la marcha del coche para llegar ensecreto, cubierto por la oscuridad., Y en lugar de irdirectamente a las Tullerías, para entrar con los re-presentantes del pueblo francés en su Palacio Impe-

Page 340: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

340

rial, esconde su abatimiento en el Elíseo, más pe-queño y apartado.

Un hombre cansado, maltrecho, se apea del co-che, balbuceando palabras incoherentes, perturba-das, buscando, demasiado tarde, explicaciones yexcusas para lo inevitable. Un baño caliente lo re-pone; después reúne a su Consejo. Inquietos, vaci-lando entre la ira y la compasión, respetuosos sin elsentimiento íntimo del respeto, escuchan las frasesperturbadas y febriles del vencido, que fantasea denuevo sobre cien mil hombres que quiere levantar,acerca de la requisa de los caballos de lujo; y les ex-plica (a ellos, que saben perfectamente que no sepueden sacar ni cien hombres más del país agotado)cómo en quince días puede volver a atacar otra veza los aliados con doscientos mil hombres. Los mi-nistros, entre ellos Fouché, permanecen con lafrente humillada. Saben que estas alucinaciones defiebre sólo son las últimas convulsiones de la gi-gantesca voluntad de poder que no quiere morir eneste titán. Exige precisamente lo que Fouché previó:la dictadura, la unión de todo el poder militar y po-lítico en una sola mano, en la suya. Tal vez pide estosólo para que los ministros se lo nieguen; para en-

Page 341: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

341

dosarles más tarde, ante la historia, la culpa de ha-berle arrebatado la última posibilidad de victoria.

Pero los ministros se manifiestan con muchacautela, con el pudor de herir con una palabra a estehombre atormentado, delirante. Sólo Fouché nonecesita hablar. Calla, porque es el único que se haanticipado a actuar tomando todas las medidas paraimpedir este último ataque de Napoleón al poder.Con la curiosidad objetiva del médico que observafríamente las últimas convulsiones agitadas de unmoribundo y calcula de antemano cuándo se deten-drá el pulso, cuándo se quebrará la resistencia, escu-cha sin compasión las frases vanas, frenéticas; niuna palabra sale de sus labios delgados, sin sangre.Moribundus: un extraviado, un desposeído ¡Para qué,además, sus palabras desesperadas! Sabe que mien-tras el Emperador se alucina para embriagar a losdemás con fantasías forzadas, a mil pasos de allí, enlas Tullerías, los diputados deciden con lógica des-piadada y de acuerdo con las órdenes y los deseos—finalmente libres— de Joseph Fouché.

Igual que el 9 de Termidor, él no se presenta el21 de junio en la Asamblea de diputados. Ha em-plazado —eso le basta— sus baterías en la sombra,ha planeado la batalla, ha elegido el momento y ha

Page 342: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

342

elegido el hombre propicio para el ataque: la contra-figura trágica, casi grotesca de Napoleón: Lafayette.Repatriado hace un cuarto de siglo como héroe dela guerra de la Independencia norteamericana, sien-do un aristócrata casi adolescente y coronado, sinembargo, con la gloria de dos mundos, portaestan-darte de la Revolución, paladín de la nueva idea,ídolo de su pueblo, Lafayette ha conocido tempra-no, demasiado temprano, todos los éxtasis del po-der. Y de pronto surge de la nada, del dormitorio deBarras, un pequeño corso, un teniente de casaca raí-da y tacones torcidos, y se apropia, en dos años, detodo lo que él construyó y empezó robándole el lu-gar y la gloria. ¡Eso no se olvida! Despechado, elnoble ofendido permanece en su finca mientras elotro, envuelto en la capa imperial bordada, recibe alos príncipes de Europa, que vienen a sus pies, ysustituye con el nuevo y duro despotismo del genioel antiguo despotismo de la nobleza. Ni un trazo debenevolencia llega de este sol naciente a la finca le-jana; y cuando el marqués de Lafayette va una vez aParís con su traje sencillo, el parvenu no le hace caso;las levitas bordadas en oro de los generales, los uni-formes de los mariscales que surgieron de los cam-pos de sangre, ensombrecen su gloria ya ajada. La-

Page 343: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

343

fayette ha sido olvidado; nadie pronuncia su nom-bre en veinte años. Le blanquea el cabello; la figuraaudaz enflaquece y se seca, y nadie lo llama ni alEjército ni al Senado. Ignorado, lo dejan plantarrosas y papas en "La Grange". No, eso no lo olvidaun hombre de su ambición. Y cuando el pueblo, en1815, acordándose de la Revolución, elige comorepresentante a su antiguo ídolo, y Napoleón se veobligado a dirigirle la palabra, Lafayette contestacon frialdad hostil... Es demasiado orgulloso, dema-siado honrado, demasiado sincero como para ocul-tar su enemistad.

Pero ahora se adelanta al primer plano, empujadopor Fouché; y el odio acumulado en él, produce casiun efecto de prudencia y de fuerza. Por primera vezse vuelve a oír la voz del antiguo paladín en la tri-buna: "Al volver a levantar, al cabo de tantos años,por primera vez mi voz, que reconocerán los anti-guos amigos de la Libertad, me siento impulsado ahablaros de los peligros que amenazan a la Patria,cuya salvación sólo depende ahora de vuestra fuer-za". Por primera vez ha vuelto a pronunciarse lapalabra Libertad, y eso quiere decir, en este mo-mento, liberación de Napoleón. La proposición deLafayette obstruye de antemano cualquier intento de

Page 344: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

344

disolver la Cámara, de repetir un golpe de Estado.Con entusiasmo se decide declarar en sesión per-manente la representación del pueblo y que se cali-fique como traidor a la Patria a todo el que se hagaculpable del intento de disolverla.

No hay duda de a quién se dirige el duro mensaje;apenas lo recibe, Napoleón siente el puñetazo enmedio de la cara. "Debí echar a esa gente antes demi partida; ahora ya es tarde", dice iracundo. Enrealidad, no es demasiado tarde. Con el plumazo dela abdicación oportuna aún podría salvar la coronaimperial para su hijo; salvar para sí mismo la liber-tad; y por otra parte aún podría dar personalmentelos mil pasos que separan el Elíseo de la Asamblea eimponerse con su sola presencia y su voluntad aaquel rebaño de ovejas titubeantes; pero siempre,reiteradas veces, la historia nos muestra el mismofenómeno increíble que observamos precisamenteen las figuras más enérgicas y en el momento máscrítico: una extraña indecisión, como una parálisisdel alma. Wallenstein, antes de la defección; Robes-pierre, la noche del 9 de Termidor, todos muestranuna fatal indecisión en el momento en que la mismaprecipitación hubiera sido un mal menor, una equi-vocación venial. Napoleón parlamenta, discute ante

Page 345: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

345

los ministros que lo escuchan con indiferencia, justoen el momento en que debe decidir su porvenir, ha-bla infructuosamente sobre las faltas del pasado,acusa, fantasea, hace alarde de un énfasis verdaderoo teatral, pero carece de valor. Habla, pero no actúa.Y como si fuera posible que la historia se repitieradentro del círculo de una misma vida, como si laanalogía no fuera la falta ideológica más peligrosaen política, igual que el 18 de Brumario, envía a suhermano Luciano como tribuno en su lugar paraganar a los diputados. Pero para su desgracia, enaquel momento Luciano tenía como abogado máselocuente la victoria de su hermano, y tenía porcómplices granaderos de manos duras y generalesdecididos. Y además Napoleón olvidó esto: entreesos quince años yacen diez millones de muertos. Ycuando Luciano sube a la tribuna y acusa al pueblofrancés de abandono e ingratitud hacia la causa desu hermano, se desborda de repente en Lafayette laira acumulada de la nación contra su verdugo, enpalabras inolvidables que como chispas en la pólvo-ra, deshacen de un golpe la última esperanza de Na-poleón: "¿Cómo —truena contra Luciano— seatreve a reprocharnos no haber hecho bastante porsu hermano? ¿Ha olvidado que los huesos de nues-

Page 346: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

346

tros hijos, de nuestros hermanos, dan testimonio entodas partes de nuestra fidelidad? ¡En los desiertosde África, en las riberas del Guadalquivir y del Tajo,en las orillas del Vístula, en los campos de hielo deMoscú han perecido en diez años más de tres mi-llones de franceses por un solo hombre! Por unhombre que aun hoy quiere luchar contra Europacon nuestra sangre. ¡Es suficiente, más que sufi-ciente por un hombre! Por un hombre que aún hoyquisiera luchar contra Europa con nuestra sangre.¡Es suficiente, más que suficiente por un hombre!Ahora nuestro deber es salvar a la Patria". El aplau-so torrencial de todos podría hacer comprender aNapoleón que había llegado el momento de abdicarvoluntariamente. Pero nada parece más difícil en latierra que renunciar al poder. Napoleón vacila. Yesta vacilación le cuesta el Imperio a su hijo y a élmismo, la libertad.

Pero a Fouché se le acaba la paciencia. Si Napo-león cuya presencia lo ha vuelto incómodo no quie-re marcharse por su propia voluntad, habrá queecharlo... En todo caso hay que apoyar la palancabien y pronto, porque logrado esto se derrumba laaureola más colosal. Por la noche trabaja a los dipu-tados adictos a él para que, a la mañana siguiente, la

Page 347: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

347

Cámara exija, puntual e imperiosamente, la abdica-ción. Pero ni esto siquiera parece lo bastante claropara quien siente que la ola del poder fluye en susangre. Todavía Napoleón sigue parlamentando deun lado para otro. Al final, inducido por un gesto deFouché, Lafayette pronuncia las palabras decisivas:"Si vacila en abdicar, propondré el destronamiento".

Al dueño del mundo le dan una hora de tiempopara una abdicación honrosa; una hora, al hombrenacido para ejercer el poder, en la que debe renun-ciar a él definitivamente; pero lo mismo que en1814, sólo la utiliza ante sus generales en Fon-tainebleau con un fin teatral, en lugar de utilizarlacon un fin político. "¡Cómo!, —exclama indigna-do— ¿Por la fuerza? Si es así no abdicaré. La Cáma-ra no es más que un pelotón de jacobinos y ambi-ciosos que debí denunciar a la nación y dispersar.Pero el tiempo que perdí puede recuperarse". Enrealidad, lo que quiere es que le rueguen con másinsistencia para hacer el sacrificio mayor; y en efec-to, de la misma manera que en 1814 lo hicieron susgenerales, ahora lo animan respetuosamente sus mi-nistros. Sólo Fouché calla. Llegan noticias tras noti-cias; la aguja del reloj sigue corriendo sin piedadsobre la esfera. Por fin el Emperador pone su mira-

Page 348: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

348

da en Fouché: una mirada, según cuentan los testi-gos presenciales, llena de ironía y al mismo tiempode un odio profundo. "Escriba a los señores —leordena despectivo— que se mantengan tranquilos,que yo les contestaré". En el acto Fouché escribecon lápiz un par de líneas en un papel dirigido a susamigos de la Cámara, diciendo que ya no era necesa-ria la fuerza. Napoleón se dirige a un gabinete apar-tado para dictar a su hermano Luciano la abdica-ción.

Al cabo de algunos minutos vuelve al gabineteprincipal. ¿A quién va a entregar la hoja decisiva?Terrible ironía, precisamente a quien lo obligó aescribirla, que espera, inmóvil, como Hermes, elmensajero inexorable. Sin una palabra, el Empera-dor se la entrega. Sin una palabra, Fouché recibe eldocumento tan difícilmente conseguido. Se inclina.

Es su última reverencia ante Napoleón.En la sesión de la Cámara Fouché, el Duque de

Otranto, ha faltado; pero ahora, decidida la victoria,entra despacio y sube los escalones, llevando en lamano el papel histórico. Tal vez le tiembla de orgu-llo la mano dura y fina de intrigante en estos mo-mentos; por segunda vez ha vencido al hombre másfuerte de Francia. Este 22 de junio repite en su re-

Page 349: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

349

cuerdo el 9 de Termidor. Ante un silencio conmo-vido pronuncia, frío y sin emoción, un par de pala-bras de despedida para su antiguo señor: flores depapel sobre una tumba recién cavada. ¡Pero se aca-baron los sentimentalismos! No se le ha arrancadoel poder a este titán para dejarlo rodar por el suelo,para que sea la presa de la primera mano hábil quese arroje sobre él; no hay que soltar el botín: hay queaprovechar el momento tantos años anhelado. Poreso propone la elección inmediata de un Gobiernoprovisional, de un Directorio de cinco hombres, se-guro de ser elegido. Pero una vez más amenaza es-capársele de las manos la independencia tanto tiem-po deseada; por cierto, consigue eliminar a su peli-groso competidor Lafayette y echar la zancadilla demanera traicionera al hombre que le sirvió de ins-trumento y le prestó, con su rectitud y su convicciónrepublicana, tan preciosos servicios; pero en la pri-mera elección tiene Carnot 324 votos y Fouché, sólo293. No hay duda entonces de que la Presidenciadel nuevo Gobierno provisional le corresponde aCarnot.

Pero en este instante decisivo, a una pulgada de lameta, Fouché hace la más hábil jugada de tahur, lamás deliciosa e infame de sus piruetas. Según el nú-

Page 350: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

350

mero de votos, la Presidencia, naturalmente le per-tenece a Carnot. De esa manera Fouché sería en esteGobierno, como en otros anteriores, la segunda fi-gura, justo cuando espera, por fin, ser la primera: elamo omnipotente. Se vale entonces de un ardidperverso: apenas se reúne el Consejo de los Cinco, ycuando Carnot se dispone a tomar asiento en el si-llón presidencial, según le corresponde, Fouché,como la cosa más natural del mundo, les dice a suscolegas que "ha llegado el momento de constituir-se". "¿Qué entiende usted por constituirse'", pre-gunta Carnot asombrado. "Elegir a nuestro secreta-rio y a nuestro presidente", contesta Fouché con lamayor ingenuidad. Y añade con falsa modestia: "Yole doy, desde luego, mi voto para la Presidencia".Carnot muerde el anzuelo y replica muy fino: "Y yoa usted el mío". Y como dos de los miembros estánen secreto ganados por Fouché, logra tres votoscontra dos, y antes de que Carnot pueda darsecuenta de cómo le han birlado el puesto, se sientaFouché en el asiento presidencial. Después de bur-lar a Napoleón y a Lafayette, burla también con todafelicidad a Carnot. El más popular de los dos, subs-tituido por el más astuto, por Joseph Fouché, pararegir los destinos de Francia. En el espacio de cinco

Page 351: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

351

días —del 13 al 18 de junio— el poder cae de lasmanos del Emperador; en el espacio de cinco días—del 17 al 22 de junio— se apodera de él —¡porfin!— Joseph Fouché. Ya no será criado, sino señor;será por primera vez dueño absoluto de Francia;será libre, divinamente libre, para el juego amado yperturbador de la política y de la historia.

Su primera medida promueve el alejamiento delEmperador. Aunque sólo sea la sombra de Napo-león, Fouché se siente agobiado. Así como Napo-león no se sentía tranquilo como soberano mientraspermaneciera en París el hombre inasible, tampocoFouché respira con comodidad mientras no lo sepa-ren dos mil leguas del paletó gris del Emperador.Evita hablar personalmente con él, porque a nadaconducen los sentimentalismos. Sólo le envía men-sajes envueltos todavía en el papel rosa de la bene-volencia. Pero también esa pálida y cortés envoltura,desgarra pronto Fouché para mostrarle sin compa-sión al vencido su impotencia. Arroja al cesto de lospapeles con la mayor naturalidad una proclama pa-tética de despedida que dirige Napoleón al ejército.A la mañana siguiente, estupefacto, busca inútil-mente sus palabras imperiales en el Moniteur. Fouchéha prohibido su aparición. ¡Fouché prohibiendo al

Page 352: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

352

Emperador! Se resiste a creer en la inaudita osadíacon que lo trata su antiguo servidor. Pero obstina-damente, de hora en hora, siente la presión de estadura mano con tanta fuerza que, por fin, se trasladaa Malmaison. Pero allí se planta y no cede. No quie-re alejarse más, aunque ya se acercan los dragonesdel ejército de Bluecher y Fouché le advierte, cadavez con mayor insistencia, para que entienda razo-nes y ponga tierra por medio. Pero cuanto más sesiente caer, más convulsivamente se aferra Napo-león al poder. En el último instante, cuando ya espe-ra en el jardín al coche, tiene todavía un gran gesto:ofrece ponerse a la cabeza de las tropas como sim-ple general para vencer una vez más o morir. Pero elsobrio Fouché no toma en serio esos ofrecimientosrománticos: "¿Se burla de nosotros ese hombre? —exclama irritado— Su presencia a la cabeza del ejér-cito sería una nueva provocación a Europa; y el ca-rácter de Napoleón no nos permite esperar quepermanezca indiferente al poder".

Ahora Fouché ya es libre: ha llegado a la meta.Después de haber eliminado a Napoleón, a los cin-cuenta y seis años, se encuentra solo, sin que nadieponga vallas a su voluntad, en la cumbre del poder.Infinito rodeo por el laberinto de un cuarto de siglo:

Page 353: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

353

de pequeño y pálido hijo de comerciante a triste ytonsurado profesor de seminario. Luego, en pugnahacia arriba: tribuno del pueblo y procónsul. Duquede Otranto al servicio de un Emperador y, al fin,árbitro y señor de Francia. La intriga ha triunfadosobre la idea, la habilidad sobre el genio. Una gene-ración de inmortales se derrumbó en torno suyo:Mirabeau, muerto; Marat, asesinado; Robespierre,Desmoulins, Danton, guillotinados; su compañerodel consulado, Collot, desterrado a los penales in-fectos de Guayana; Lafayette, eliminado; todos, to-dos sus camaradas de la Revolución, desapare-cieron. Mientras ahora en Francia decide él, elegidolibremente por la confianza de la Cámara, Napo-león, el señor del mundo, con un pobre disfraz, conun pasaporte falso, haciéndose pasar por secretariode un pequeño general huye hacia la costa; Murat yNey sólo esperan el momento de ser fusilados, y losreyezuelos familiares por gracia de Napoleón vagansin reino, con los bolsillos vacíos, escondiéndose.Toda la gloriosa generación de este momento únicode la historia se hunde implacablemente mientrasFouché, solo, asciende con su paciencia tenaz, consu actividad en la sombra. El Ministerio, el Senado yla Asamblea se amoldan ahora como cera a su mano

Page 354: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

354

maestra; los generales, otras veces tan altaneros,tiemblan por sus pensiones, y humildes como cor-deros, se subordinan al nuevo Presidente; la burgue-sía y el pueblo de todo un país esperan sus decisio-nes. Le envía mensajeros Luis XVIII; Talleyrand, sa-ludos; Wellington, el vencedor de Waterloo, comu-nicados confidenciales. Por primera vez los hilosdel destino histórico pasan libre y deliciosamentepor su mano.

Lo espera una inmensa misión: defender a unpaís devastado, vencido, contra los enemigos que seacercan, evitar una resistencia patética e inútil, con-seguir condiciones ventajosas, buscar la mejor for-ma de Estado y el jefe más adecuado, hacer surgirdel caos una nueva forma y un orden estable. Estorequiere maestría, extrema flexibilidad de espíritu. Yen efecto, en el momento en que todos parecenperturbarse y pierden la cabeza, la disposición deFouché evidencia la mayor energía; sus planes múl-tiples, una seguridad asombrosa. Es amigo de todos,para engañarlos a todos y hacer sólo lo que le pare-ce útil y conveniente. Simula apoyar ante el Parla-mento al hijo de Napoleón; ante Carnot, defender laRepública; ante los aliados, al Duque de Orleáns;pero en realidad ofrece secretamente el timón al an-

Page 355: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

355

tiguo Rey Luis XVIII. Imperceptiblemente, con vira-jes silenciosos y hábiles, sin que se enteren del ver-dadero rumbo ni sus camaradas más próximos, na-vega por un pantano de sobornos hacia los realistasy negocia con los Borbones el traspaso del Gobier-no confiado a él, mientras hace de bonapartista y derepublicano en el Consejo de Ministros y en la Cá-mara. Desde el punto de vista psicológico, su solu-ción es la única acertada. Sólo una rápida capitula-ción frente al Rey podía asegurarle al país, desan-grado y destruido, inundado de tropas extranjeras,la tranquilidad necesaria y un tránsito sin asperezas.Sólo Fouché con su sentido de la realidad, com-prende esta necesidad evidente, y la cumple ante laresistencia del Consejo, del pueblo, del ejército, dela Cámara y del Senado: por propia voluntad y porpropia fuerza.

En estos días, a Fouché le sobran inteligencia yhabilidad para todo... menos para una cosa (¡ésta essu tragedia!), para la suprema, para la más alta, parala más pura: para olvidarse de sí mismo y de su pro-pia ventaja y entregarse a la causa. Carece en últimainstancia de esa voluntad de renunciamiento necesa-ria, después de la hazaña magistral, que a los cin-cuenta y seis años de edad lo hubiera llevado a la

Page 356: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

356

cumbre del éxito. multimillonario, estimado y res-petado por sus contemporáneos y por la historia.Pero quien se consumió veinte años para llegar alpoder, quien vivió veinte años a su costa, sin poder-se saciar nunca, ya es incapaz de renunciar. Igualque Napoleón, Fouché no acierta a renunciar ni unminuto antes de recibir el empujón. Y como no tie-ne ya un amo a quien traicionar, no le queda otrorecurso que traicionarse a sí mismo, a su propio pa-sado. Devolver a su antiguo Soberano la Franciavencida hubiera sido, en ese momento, una verda-dera hazaña política, acertada y audaz. Pero hacersepagar esta acción con la propina de un puesto deministro del Rey fue una vileza y fue algo peor queun crimen: fue una estupidez. Y esta estupidez lacomete arrastrado por la vanidad rabiosa que lo im-pulsó a avoir la main dans la pâte, "a tener las manosen la masa" durante apenas un par de horas históri-cas más. Esta fue su primera estupidez, la mayor, lairreparable, la que lo rebaja para siempre ante lahistoria. Sube mil peldaños con habilidad, paciente yflexible, y un solo desliz innecesario y torpe lo hacecaer estúpidamente en el abismo.

Sabemos cómo se verifica la venta del Gobiernoa Luis XVIII por el precio de un puesto de ministro

Page 357: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

357

porque poseemos, por fortuna, un documento ca-racterístico, uno de los pocos que reproduce, pala-bra por palabra, una entrevista diplomática de Fou-ché. otras veces tan cauto. Durante los cien días, unpartidario decidido del Rey, el barón de Vitrolles,reunió un ejército en Tolosa y atacó a Napoleón asu regreso. Hecho prisionero y llevado a París, elEmperador quería hacerlo fusilar en el acto; peroFouché intercedió aconsejando clemencia, comohacía siempre, particularmente con enemigos quepodían ser útiles en ciertos casos. Se conformaroncon encerrar en prisión militar al barón de Vitrolleshasta que el Consejo de Guerra pronunciara el fallo.Pero el 23 de junio, apenas se entera la mujer delamenazado de que Fouché es dueño de Francia, seapresura a visitarlo para pedir la libertad de Vitro-lles, cosa que Fouché concede en seguida, porquetiene el mayor interés en granjearse la simpatía delos Borbones. Y al día siguiente, el Barón de Vitro-lles, el jefe realista liberado, se presenta ante el Du-que de Otranto para darle las gracias.

Entonces es cuando tiene lugar el siguiente diálo-go político-amistoso entre el caudillo elegido porlos republicanos y el archirealista juramentado. Fou-ché le dice:

Page 358: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

358

"—Bueno, y ahora ¿qué piensa usted hacer?—Tengo la intención de trasladarme a Gante; la

silla de posta espera en la puerta.—Es lo más acertado que puede hacer, porque

aquí no está usted seguro.—¿No tiene usted nada para el Rey?—¡Ah! por Dios, nada. Absolutamente nada. Dí-

gale únicamente a Su Majestad que cuente con midevoción y que, desgraciadamente, no depende demí que pueda volver pronto a las Tullerías.

—Pues yo creo que sí, que depende exclusiva-mente de usted que esto suceda pronto.

—Menos de lo que usted supone. Las dificultadesson grandes. Aunque la Cámara ha simplificado lasituación, usted ya sabe (y aquí sonríe Fouché) queha proclamado a Napoleón II.

—¡Cómo! ¿Napoleón II?—Naturalmente, así había que empezar.—Pero supongo que esto no hay que tomarlo en

serio.—Dice usted bien. Mientras más lo pienso más

me convenzo de que este nombramiento es com-pletamente absurdo. Pero no puede imaginarsecuántos partidarios tiene todavía este hombre. Al-gunos de mis colegas, sobre todo Carnot, están

Page 359: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

359

convencidos de que todo se salvaría con NapoleónII.

—¿Y cuánto tiempo va a durar esta broma?—Probablemente el tiempo que tardemos en li-

brarnos de Napoleón I.—Y luego, ¿qué sucederá luego?—¿Cómo saberlo? En momentos como éstos es

difícil prever los acontecimientos con un día de an-ticipación.

—Pero si el señor Carnot, su colega, profesatanta lealtad a Napoleón, tal vez sea difícil para us-ted evitar esa combinación.

—¡Bah, usted no conoce a Carnot! Para quitarleesa idea de la cabeza basta proclamar el Gobiernodel "pueblo francés". "¡Pueblo francés!"; cuando éloye esto, figúrese...

Y los dos ríen: el Duque de Otranto, elegido porlos republicanos, burlándose de su colega, y elagente realista, empiezan a entenderse.

—Así está bien, así se arreglará —dice el barónde Vitrolles, reanudando el diálogo— pero esperoque después de Napoleón II y del "pueblo francés"usted pensará, por fin, en los Borbones.

—Naturalmente —contesta Fouché— entonceshabrá llegado el momento del Duque de Orleáns.

Page 360: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

360

—¡Cómo!, ¿el Duque de Orleáns? —exclama elbarón de Vitrolles sorprendido— ¿el Duque deOrleáns? ¿Pero cree usted que el Rey aceptará jamásuna corona tan traída y llevada?

Fouché calla y sonríe. Pero el barón de Vitrollesha comprendido. Con este diálogo astuto, irónico,displicente en apariencia, Fouché le ha descubiertosus intenciones. Le ha dejado ver claramente que siél quiere existen dificultades... Que en lugar del ReyLuis XVIII se podría proclamar a Napoleón II, o alGobierno del pueblo francés, o al Duque de Or-leáns. Pero que él, Fouché, no tiene personalmenteespecial interés en ninguna de estas soluciones y queestá dispuesto a excluir las tres en favor de LuisXVIII, si.,.. Este "si" condicional Fouché no lo hapronunciado; pero el barón de Vitrolles lo ha adivi-nado quizás en una sonrisa, en una mirada, en ungesto tal vez, y de repente decide suspender su viajey quedarse en París cerca de Fouché. Claro que bajola condición de poder mantener correspondencialibremente con el Rey. Pone sus condiciones: por depronto, veinticinco pasaportes para que sus agentespuedan ir al Cuartel General del Rey a Gante. "Cin-cuenta, cien, todos los que usted quiera", contesta debuen humor el Ministro de Policía republicano al

Page 361: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

361

representante de los enemigos de la República. "Esademás mi deseo poder mantener una conferenciacon usted una vez al día". El Duque contesta ale-gremente: "¡Una vez es poco! Dos veces: una vezpor la mañana y otra por la noche". El barón deVitrolles ya puede quedarse tranquilo en París,mantener negociaciones con el Rey protegido por elDuque de Otranto, y hacerle saber que las puertasde París están abiertas para él si... si Luis XVIII estádispuesto a nombrar ministro del nuevo gobierno alDuque de Otranto.

Cuando le proponen a Luis XVIII dejar que Fou-ché le abra cómodamente las puertas de París acambio de la propina de un puesto de ministro, elBorbón, por lo general tan flemático se enfurece:"¡Jamás!" grita a los primeros que le proponen in-cluir en la lista este nombre odiado. Y ¿no es, enefecto, una pretensión absurda introducir en la pro-pia casa a un regicida, a uno de los que firmaron lasentencia de muerte de su hermano, a un sacerdotetránsfuga, un feroz ateo, un servidor de Napoleón?"¡Jamás!", grita indignado. Pero ya sabemos por laHistoria que ese "jamás" de los reyes, de los políti-cos y de los generales casi siempre suele ser el pre-ludio de una capitulación. ¿París no vale una misa?

Page 362: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

362

¿Acaso desde Enrique IV, sus antepasados, los re-yes, no han hecho parecidos sacrifici dell'intetto, seme-jantes sacrificios del espíritu y de la conciencia porla Soberanía? Asediado por todas partes, por loscortesanos, por los generales, por Wellington y porel mismo Talleyrand, Luis XVIII empieza a cederpoco a poco. Todos le aseguran que sólo un hom-bre le puede abrir las puertas de París sin resis-tencia: Fouché. Sólo él, que es el hombre de todoslos partidos y de todas las ideas, servidor insupera-ble y eterno, el hombre que sujeta el estribo de to-dos los pretendientes de la corona, evitaría el de-rramamiento de sangre. Y además: el viejo jacobinohacía tiempo que se había convertido en un buenconservador, estaba arrepentido y había traicionadoperfectamente a Napoleón. El Rey, por fin, se con-fiesa par descargar su conciencia. "¡Pobre hermano,si pudieras verme!, dicen que exclamó. Y declaróestar dispuesto a recibir secretamente a Fouché enNeully. Secretamente, porque en París nadie debesospechar que un caudillo elegido por el pueblovende por un puesto de ministro a su país, y que unpretendiente a la corona vende su honor por un arode oro... En la oscuridad, secretamente, se lleva acabo (el ex obispo como único testigo) este negocio,

Page 363: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

363

el más desvergonzado de la historia del siglo pasa-do, entre el antiguo jacobino y el futuro Rey.

Allí, en Neuilly, tiene lugar aquella escena lúgubrey fantástica, al mismo tiempo digna de Shakespearey de Aretino: el Rey Luis XVIII, el descendiente deSan Luis, recibe al cómplice del asesinato de suhermano, al siete veces perjuro Fouché, al ministrode la Convención, del Emperador y de la República,para tomarle juramento, el octavo juramento de fi-delidad. Y Tayllerand, que fue obispo, luego repu-blicano, luego servidor del Emperador, introduce asu compañero frente al Rey. El rengo apoya su bra-zo sobre el hombro de Fouché, para andar mejor —"el vicio apoyado en la traición", según observa conironía Chateaubriand— y así se acercan fraternal-mente al heredero de San Luis los dos ateos yoportunistas. ¡Primero, una profunda inclinación!Luego, Talleyrand cumple con el espinoso deber deproponerle al Rey como ministro al asesino de suhermano. El hombre enjuto está más pálido que decostumbre: cuando dobla la rodilla frente al "tira-no", frente al "déspota" para prestar juramento, ycuando besa la mano, por la que corre la mismasangre que ayudó a derramar, y cuando juran ennombre del mismo Dios cuyas iglesias saqueó y pro-

Page 364: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

364

fanó con sus hordas en Lyon. Sin duda, un acto unpoco fuerte hasta para un Fouché.

Por eso está aún muy pálido el Duque de Otrantocuando sale del gabinete del Rey. Ahora es más bienel cojo Talleyrand el que tiene que sostenerlo a él.No habla ni una palabra. Ni siquiera las observacio-nes irónicas del depravado obispo cínico, que ensus tiempos decía misa como si jugara a las cartas, lopueden sacar de su mutismo y de su turbación. Esanoche regresa a París con el decreto ministerial fir-mado en el bolsillo, para reunirse en las Tulleríascon sus colegas, que no sospechan nada, a los queechará mañana y proscribirá pasado mañana. Hayque suponer que no se encontraría muy cómodo en-tre ellos. Por una vez, finalmente, había logrado serel más desleal de los servidores. Pero —¡maravillo-sa réplica del destino!— las almas subalternas nuncapueden soportar la libertad. Instintivamente huyende ella para refugiarse siempre en una nueva escla-vitud. Y así vuelve a humillarse Fouché, ayer todavíafuerte y dominante, ante un nuevo señor, encade-nando otra vez sus manos libres en las galeras delpoder. Pero pronto llegará también la señal de lasgaleras, el estigma.

Page 365: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

365

Al día siguiente entran las tropas de los aliados.Según el acuerdo secreto, ocupan las Tullerías ysencillamente les cierran las puertas a los diputados.Esto le da a Fouché, en apariencia sorprendido, unmotivo propicio para proponer a sus colegas dimitircomo protesta contra las bayonetas. Éstos, en-gañados, caen en la trampa del gesto patético. Deeste modo, tal como se había acordado, queda inu-sitadamente disponible el sillón del trono, porquedurante un día no hay Gobierno en París. Y LuisXVIII sólo tendrá que acercarse a las puertas de lacapital ante las manifestaciones de júbilo preparadascon dinero por su nuevo Ministro de Policía y serárecibido con entusiasmo como un salvador: ¡Fran-cia es otra vez un reino!

Sólo entonces se dan cuenta los colegas de Fou-ché del estilo tan refinado con que han sido burla-dos. Se enteran también por el Moniteur a qué preciolos ha vendido Fouché.

Entonces, a Carnot, al hombre decente, leal, inta-chable aunque tal vez un poco torpe, la ira se le subea la cabeza. "¿Adónde voy a ir ahora, traidor?", legrita entonces a la cara, con desprecio al nuevo mi-nistro realista de Policía.

Page 366: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

366

Pero con el mismo desprecio, le contesta Fouché:"A donde quieras, imbécil".

Y con este diálogo característico y lacónico de losdos antiguos jacobinos, los últimos del 9 de Termi-dor, termina el drama más asombroso de la épocamoderna: la Revolución y la fantasmagoría rutilantedel paso de Napoleón por la historia. Se ha extin-guido la época de la aventura heroica, comienza laépoca de la burguesía.

Page 367: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

367

CAPÍTULO IX

CAÍDA Y MUERTE(1815-1820)

El 28 de julio de 1815 —han pasado los cien díasdel intermezzo napoleónico— Luis XVIII vuelve a en-trar en París, en una carroza magnífica tirada porcaballos blancos. El recibimiento es grandioso:Fouché ha trabajado bien. Masas jubilosas rodean elcoche, en las casas ondean banderas blancas, y don-de no había banderas, se han amarrado en palos,como si fueran astas, toallas y manteles que ahoraflamean en las ventanas. Esa noche, toda la ciudadbrilla alumbrada por miles de luces, y en el éxtasisde la alegría se baila con los oficiales de las tropasinglesas y prusianas. No se oye un solo grito hostil.La gendarmería, colocada por precaución en todas

Page 368: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

368

partes, resulta innecesaria. El nuevo Ministro dePolicía del Cristianísimo Rey, Joseph Fouché, lo haarreglado todo a las mil maravillas para su nuevoSoberano. En las Tullerías, en el mismo Palaciodonde un mes atrás se mostraba ante su emperadorNapoleón como el vasallo más fiel, el Duque deOtranto espera al Rey Luis XVIII, hermano del tira-no a quien veintidós años antes condenó a muerteaquí, en esta misma casa. Ahora se inclina profun-damente, con gran respeto, ante el vástago de SanLuis y en sus cartas firma "con reverencia de Vues-tra Majestad, el más fiel y humilde vasallo" (lo quepuede leerse, textualmente, bajo una docena de co-municados, escritos de su puño y letra). De todoslos saltos insensatos de este personaje funambules-co sobre la cuerda floja de la política éste ha sido elmás temerario, pero también será el último. Claroque por el momento todo parece marchar magnífi-camente. Mientras el Rey se siente inseguro en eltrono, no desdeña aferrarse al señor Fouché. Yademás, todavía necesita a este Fígaro, que tambiénsabe hacer de malabarista para las elecciones, por-que la Corte desea una mayoría segura en el Parla-mento, y para esto es único el republicano "proba-do", el hombre del pueblo, como organizador insu-

Page 369: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

369

perable. Y además todavía hay que arreglar algunosasuntos desagradables y sangrientos y ¿por qué noutilizar este guante usado? Después se lo puede ti-rar, para que no manche las manos reales.

Un asunto tan sucio hay que resolverlo cuantoantes, en los primeros días. El Rey prometió solem-nemente conceder una amnistía y no perseguir a losque hubieran servido durante los cien días al usur-pador. Pero post festum, cambia el viento. Rara vez losreyes se creen obligados a cumplir lo que prome-tieron como pretendientes de una Corona. Los rea-listas, rencorosos con la soberbia de su propia fide-lidad, ahora que el Rey está seguro en el trono, exi-gen que sean castigados todos los que abandonaronla flor de lis durante los cien días. Asediado, enton-ces, duramente por los realistas —que siempre sonmás realistas que el Rey— Luis XVIII cede por fin. Yle toca al ministro de policía llevar a cabo la desa-gradable tarea de componer la lista de proscripción.

Al Duque de Otranto no le gusta este encargo.¿Será necesario, verdaderamente, imponer castigospor semejante bagatela, por haber hecho lo más ra-zonable, por pasarse al más fuerte, al vencedor?Además el Ministro de Policía del Cristianísimo Reyno olvida que, como primer nombre en la lista de

Page 370: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

370

proscripción, debería figurar con derecho y en justi-cia el Duque de Otranto, Ministro de Policía bajoNapoleón: su propio nombre. ¡Situación violenta lasuya! Como primera medida Fouché trata de librarsecon un ardid del odioso encargo. En lugar de unalista que, según se deseaba, tuviera los nombres detreinta o cuarenta de los principales culpables, anteel asombro de todos, presenta varios folios contrescientos o cuatrocientos —algunos aseguran quemil— nombres, y pide que se castigue a todos o aninguno. Espera que el Rey no tenga tanto valor, asíse termina la enojosa cuestión; pero, desgra-ciadamente, preside el Ministerio un zorro de sumismo calibre: Talleyrand. Y Talleyrand se dacuenta en seguida de que para su amigo Fouché éstees un trago amargo; razón suficiente para exigir quese lo trague. Sin compasión, manda borrar nombresde la lista hasta que no quedan más que cuatro do-cenas, y endosa a Fouché el encargo de firmar consu nombre estas sentencias de muerte y de destierro.En ese momento, lo más prudente para Fouché hu-biera sido tomar el sombrero y cerrar la puerta delPalacio desde afuera. Pero ya hemos aludido variasveces a su flaqueza; su vanidad conoce todas lashabilidades, menos la de renunciar a tiempo. Fou-

Page 371: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

371

ché prefiere sobrellevar la envidia, el odio y la ira,antes de abandonar voluntariamente un sillón mi-nisterial. Entonces, ante la indignación general, apa-rece una lista de proscripción que contiene losnombres más famosos e ilustre de Francia, re-frendada con la firma del antiguo jacobino. Figuranen ella Carnot, l'organisateur de la victoire, el creador dela República; el mariscal Ney, vencedor de innume-rables batallas; el salvador de los restos del ejércitode Rusia, todos sus compañeros del Gobierno pro-visional, los últimos de sus camaradas en la Con-vención, sus camaradas de la Revolución. Todos susnombres se encuentran en esta lista terrible queamenaza con la muerte o el destierro, todos losnombres que dieron gloria a Francia con sus haza-ñas de los últimos decenios. Un solo nombre faltaen ella: el de Joseph Fouché, Duque de Otranto.

O mejor dicho: no falta. También el nombre delDuque de Otranto figura en esta lista. Pero no en eltexto, como uno de los acusados y proscritos mi-nistros napoleónicos, sino como el de ministro delRey que envía a todos sus compañeros a la muerte oal destierro: como el del verdugo.

Por haberse rebajado tanto ante su conciencia,ante sí mismo, el Rey no puede negarle cierta grati-

Page 372: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

372

tud al antiguo Jacobino. A Joseph Fouché, Duquede Otranto, se le otorga un honor, el último y másalto. Viudo desde hace cinco años, ha decidido vol-ver a casarse, y el hombre que en otra época per-seguía con tanto encono la "sangre de los aristócra-tas", piensa unirse en matrimonio con una personade sangre azul; piensa casarse con una condesa deCastellane, una rancia aristócrata; es decir, miembrode "aquella bandada criminal que ha de caer bajo laespada de la Justicia" según la expresión de uno desus señores revolucionarios de Nevers. Pero desdeentonces ha pasado por muchas pruebas; el antiguojacobino, el sanguinario Joseph Fouché ha cambia-do a fondo sus ideas. Si ahora, el día 1º de agosto de1815, entra en la iglesia, no lo hace como en 1793,para destrozar con el martillo "los emblemas ver-gonzosos del fanatismo", los crucifijos y los altares,sino para recibir devotamente, junto con su noviaaristócrata, las bendiciones de un hombre tocadocon aquella mitra que alguna vez encasquetó sobrelas orejas de un burro. Según antigua costumbrenoble —un Duque de Otranto sabe lo que le corres-ponde, cuando se casa con una condesa de Caste-llane— firman también el contrato de matrimoniolas primeras familias de la Corte y de la nobleza. Y

Page 373: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

373

como primer testigo Luis XVIII firma "manu pro-pria" este documento, seguramente único en la his-toria, como testigo más digno y más indigno del ase-sino de su hermano.

Esto ya es mucho, es algo inaudito. Es demasia-do, porque precisamente esta osadía inconcebibledel regicida de invitar como testigo al hermano delRey guillotinado, provoca en los círculos de la aris-tocracia verdadera indignación. Ese miserable tráns-fuga, ese realista de antes de ayer —murmuran— seconduce como si verdaderamente perteneciera a laCorte y a la nobleza. ¿Para qué se necesita ya a estehombre, le plus dégoutant reste de la Révolution, últimodetritus de la Revolución que mancha con su pre-sencia repugnante el Ministerio? Claro que ha ayu-dado al regreso de Rey a París y ha prestado su ma-no sobornable para firmar la proscripción de losmejores hombres de Francia. Pero ahora ¡basta! Losmismos aristócratas que mientras el Rey esperabaimpaciente en las puertas de París lo asediaban paraque nombrara ministro al Duque de Otranto, asípudiera entrar en la capital sin verter sangre, estosmismos señores no saben, de pronto, nada de esetal Duque de Otranto; se acuerdan sólo tenazmentede un cierto Joseph Fouché que hizo matar en Lyon

Page 374: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

374

a cañonazos a cientos de nobles y sacerdotes y quepidió la muerte de Luis XVI. Un día cuando atravie-sa la antecámara del Rey el Duque de Otranto ad-vierte que muchos nobles ya no le saludan, o que lemuestran la espalda con desprecio provocativo. Derepente, aparecen libelos contra el mitrailleur de Lyonque pasan de mano en mano; y una nueva Sociedadpatriótica, los Francs régénérés (abuelos de los camelotsdu roi) organizan reuniones y piden con toda clari-dad que se limpie de una vez a la flor de lis de estamancha deshonrosa.

Pero Fouché no se rinde tan fácilmente cuandose trata del poder; se agarra a él con todas sus fuer-zas. En la información secreta de un espía que teníaencargado vigilarlo en aquellos días, puede versecómo trata de aferrarse por todos lados. Al fin y alcabo aún están en el país los soberanos enemigos;ellos lo pueden defender contra el celo excesivo delos realistas servidores del Rey. Visita al Emperadorde Rusia; todos los días se entrevista durante horasenteras con Wellington y con el embajador inglés;hace explotar todas las minas diplomáticas in-tentando, por un lado, ganar al pueblo con quejascontra las tropas extranjeras, y al mismo tiempoatemorizar al Rey con relatos exagerados. Hace que

Page 375: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

375

el vencedor de Waterloo se presente como interce-sor ante el Rey Luis XVIII; moviliza a los financieros;busca la mediación de mujeres y recurre a sus úl-timos amigos. No, no quiere ceder, demasiado caropagó su conciencia el rango logrado como para nodefenderlo como un desesperado. Y efectivamente,durante algunas semanas logra sostenerse a flote enlas aguas políticas, luchando como un nadador há-bil, de costado o de espaldas. Durante todo estetiempo, según relata el espía mencionado, muestrauna seguridad grande que sin duda tendría, porquedurante veinticinco años se lo vio siempre recobrar-se fácilmente de todos los golpes. Y si venció a Na-poleón y a Robespierre, ¿por qué va a preocuparsepor un par de simples aristócratas? Acostumbrado adespreciar a los hombres, está curado de espanto yya no lo asustan ¿Cómo, a él, que desplazó y sobre-vivió a los más grandes de la historia...?

Pero una cosa no ha aprendido este viejo condottie-re, este refinado psicólogo; una cosa que nadie po-drá aprender: a luchar con espectros. Ha olvidadoque por la Corte vaga un fantasma del pasado, comouna Erinnia vengadora: la Duquesa de Angulema, lahija de Luis XVI y María Antonieta, la única de lafamilia que pudo escapar a la gran matanza. El Rey

Page 376: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

376

Luis XVIII quizá puede gobernar a Fouché; al fin y alcabo, tiene que agradecerle su trono a este jacobino;y una herencia así suaviza a veces, aún en las másaltas esferas (la historia da testimonio), el dolor fra-ternal. Para él también es más fácil perdonar, porqueno ha presenciado en persona aquella época de ho-rror. La Duquesa de Angulema, en cambio, la hijade Luis XVI y de María Antonieta, tiene en la sangrelas visiones espantosas de su niñez. Tiene reminis-cencias inolvidables, sentimientos de odio que no sedejan apaciguar por nada. Ha sufrido demasiado ensu propia carne, en su propia alma, como para po-der perdonar a uno de aquellos jacobinos, aquelloshombres del terror. Presenció de niña, en el palaciode Saint-Cloud, la noche horrible en que masas desans-culottes asesinaron a los ujieres y se presentaron,con los zapatos chorreando sangre, ante su madre ysu padre. Luego, la noche en que, prensados loscuatro en el coche, padre, madre y hermanos —"panadero, panadera y panaderitos"— en medio dela multitud que gritaba y se burlaba, esperaba lamuerte a cada instante, mientras eran arrastrados devuelta a París, a las Tullerías. El 10 de agosto hapresenciado el asalto del pueblo, derribando ahachazos la puerta de las habitaciones de su madre;poniéndole a su padre, entre burlas, el gorro rojo en

Page 377: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

377

padre, entre burlas, el gorro rojo en la cabeza y unapica en el pecho. Ha sufrido días espeluznantes enla prisión del Temple, momentos espantosos comocuando subieron a la ventana, sobre la punta de unapica, la cabeza ensangrentada de su amiga maternalla Duquesa de Lamballe, con el pelo suelto empapa-do en sangre. ¿Cómo podrá olvidar la noche en quese despidió de su padre arrastrado a la guillotina; ladespedida de su pequeño hermano, al que dejaronsucumbir lleno de miseria en un estrecho desván?¿Cómo no acordarse de los compañeros de Fouché,tocados por el gorro rojo, que la hicieron declarar yla atormentaron durante días enteros para que con-fesara el supuesto incesto de su madre, María Anto-nieta con su pequeño hijo, en el proceso contra laReina? ¿Y cómo borrar de su sangre y de su memo-ria el momento de arrancarse de los brazos de sumadre y de oír rodar allá abajo, sobre las piedras, elcarro que la arrastraba a la guillotina? No, ella, lahija de Luis XVI y de María Antonieta, la prisioneradel Temple, no ha leído estos horrores en los perió-dicos, como Luis XVIII, ni se los ha hecho contarpor un tercero: los lleva como un estigma inextin-guible en su alma infantil espantada, atormentada,martirizada. Y en su odio contra los asesinos de su

Page 378: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

378

padre, contra los verdugos de su madre, contra lasvisiones de horror de su infancia, contra todos losjacobinos y revolucionarios, aún no se ha aplacado,aún no se ha vengado.

Esos recuerdos no se olvidan. Por eso ha juradono darle jamás la mano al ministro de su tío, al ase-sino de su padre, a Fouché; y no respirar el mismoaire permaneciendo cerca de él. Franca y provocati-vamente le testimonia ante toda la Corte su despre-cio y su odio. No va a ninguna de las fiestas, a nin-guna de las reuniones a las que asiste este regicida,este traidor de sus propias ideas. Y su despreciocontra el tránsfuga, ostentado con franqueza, condesdén y fanatismo, excita poco a poco el senti-miento de los demás. Por fin, todos los miembrosde la familia real de Luis XVIII exigen por unanimi-dad que, ya que su poder está asegurado, expulsecon oprobio de las Tullerías al asesino de su her-mano.

Como se recordará, de mala gana, y sólo porquelo necesitaba imprescindiblemente, había accedidoLuis XVIII a admitir como ministro a Fouché. Congusto, con alegría casi, lo despide cuando no lo ne-cesita. "La pobre Duquesa no debe estar expuesta aencontrarse con esta cara repugnante", dice son-

Page 379: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

379

riente, refiriéndose al hombre que sigue firmando,sin sospechar nada, su "más fiel servidor". Y Talle-yrand, el otro tránsfuga, recibe el real encargo deexplicar a su compañero en la Convención y en laépoca napoleónica, que su presencia en las Tulleríasya no es deseable.

Talleyrand acepta encantado este encargo. De to-das maneras, ya le va siendo difícil hinchar sus velascon el fuerte viento realista. Por eso espera sostenermejor su nave sobre el agua tirando lastre. Y el las-tre más pesado en su Ministerio es este regicida, suantiguo compinche: Fouché. Y echar por la bordaen un encargo en apariencia embarazoso que él llevaa cabo con su habilidad encantadora de hombre demundo. No le anuncia su despido ni con brusque-dad ni solemnemente; como viejo maestro de lasformas, como verdadero hombre mundano, buscaun modo delicioso de hacerle comprender que "pa-ra el señor Fouché ha sonado la hora". Ya se sabeque este último aristócrata del dixhuitième elige siem-pre un salón para poner en escena sus comedias eintrigas. Esta vez también acierta a disfrazar el des-pido brutal con las formas más delicada. El 14 dediciembre se encuentran Talleyrand y Fouché enuna soirée. Se come, se habla, se charla... Particular-

Page 380: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

380

mente Talleyrand parece estar de muy buen humor.A su alrededor se reúnen mujeres bellas, dignatariosy gente joven. Todos se acercan con curiosidad paraescuchar a este maestro de la palabra. Y efectiva-mente, hoy cuenta con especial encanto. Cuenta delos días lejanos, en que tuvo que huir a América antela orden de detención de la Convención, y alaba,entusiasmado, a este país grandioso. "¡Ah, qué biense está allí: bosques impenetrables, habitados por laraza primitiva de los pieles rojas, ríos enormes sinexplorar, el Potomac, potente, y el gigantesco lagoErie, y en medio de ese mundo heroico y romántico,una raza nueva, fuerte, trabajadora y férrea, probadaen la lucha, entrega a la idea de libertad, ejemplar ensus leyes, ilimitada en sus posibilidades! Allí sí quese puede aprender, allí se presiente un porvenirnuevo y mejor, mil veces más intenso que en nuestraEuropa gastada. Allí se debía vivir, allí debía teneruno su campo de acción, exclama entusiasmado, yningún cargo le parecía más lleno de atractivo que elde embajador en los Estados Unidos..."

Y de repente se interrumpe en su entusiasmo,aparentemente casual, y se dirige a Fouché: "¿No leagradaría, Duque de Otranto, un cargo así?"

Page 381: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

381

Fouché se pone pálido. Ha comprendido. Inte-riormente tiembla de ira por la habilidad y la astuciacon que el viejo zorro lo ha puesto en evidenciaante todo el mundo, ante toda la Corte, invitándoloclaramente a abandonar el sillón ministerial. Nocontesta. Pero al poco tiempo se despide. Va a casay escribe la dimisión. Talleyrand sigue muy animadocon sus amigos, y ya de regreso, por el camino, lesconfía con sonrisa maligna: "Esta vez le torcí elcuello definitivamente".

Para velar ante el público esta despedida bruscade Fouché, se ofrece al antiguo ministro "pro for-ma" un pequeño puesto. Así no dice el Moniteur queel regicida Fouché ha sido privado de su puesto deMinistro de Policía, sino que Su Majestad el ReyLuis XVIII se ha dignado nombrar a su Excelencia elDuque de Otranto embajador en la Corte de Dres-de. Naturalmente, se espera que rehuse este cargoinsignificante, que no corresponde ni a su rango ni asu posición ya histórica. Pero nada de eso. Con unmínimo de sentido común, Fouché debería com-prender que para él, como regicida, no hay salvaciónposible al servicio de un gobierno reaccionario; yque a los pocos meses le quitarían también ese mise-rable hueso de entre los dientes. Pero su hambre

Page 382: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

382

insaciable de poder ha convertido a este lobo audazen un perro cobarde. Así como Napoleón se aferróhasta el último momento, no sólo a su posición, si-no al mero nombre de su dignidad imperial, así, pe-ro con menos decoro, se cuelga Fouché del títuloinsignificante de un Ministerio aparente. Tenaz co-mo una sanguijuela se pega al poder; y obedece —¡criado eterno lleno de amargura!— también estavez a su señor. "Sire, acepto con gratitud laEmbajada que Vuestra Majestad se ha dignadoofrecerme", le escribe humildemente este hombrede cincuenta y siete años que posee veinte millonesal hombre que hace seis meses volvió a ser Rey porla gracia de su ministro. Hace sus maletas y setraslada, con toda su familia, a la pequeña Corte deDresde. Se instala espléndidamente, como siquisiera permanecer allí como embajador del Reyhasta el fin de su vida.Pero pronto va a cumplirse lo que hace muchotiempo temía. Casi durante veinticinco años Fouchéha luchado como un desesperado contra la vuelta delos Borbones. Certeramente, su instinto le decía queal fin le pedirían cuentas por aquellas dos palabras:"La mort", con las que empujó a Luis XVI a la gui-llotina. Pero con cierto grado de insensatez habíaesperado poder engañarlos deslizándose entre sus

Page 383: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

383

filas, disfrazado de bravo servidor realista. Esta vezno engañó a nadie: se engañó a sí mismo. Apenas hamandado empapelar de nuevo su habitación deDresde, apenas ha instalado cama y mesa, cuandose desata la tormenta en el Parlamento francés. Na-die pronuncia ya el nombre del Duque de Otranto,todos han olvidado que un dignatario de este nom-bre llevó en triunfo a su Rey Luis XVIII a París. Sólose habla de un tal señor Fouché, "del regicida Jo-seph Fouché", de Nantes, que en 1792 condenó alRey. Sólo se habla ya del "mitrailleur de Lyon". Y conla inmensa mayoría de 334 votos contra 32, se ex-cluye de toda amnistía al hombre "que levantó lamano contra el ungido del Señor" y se decreta, depor vida, su destierro de Francia. Naturalmente, eldestierro supone también la destitución ignominiosade su Embajada. Sin compasión, con desprecio, conescarnio, ponen en la calle de una patada "al señorFouché", que ya no es ni Excelencia, ni caballero dela Legión de Honor, ni senador, ni ministro, ni dig-natario; y al mismo tiempo se indica oficialmente alRey de Sajonia que ya no es deseable la estancia enDresde del individuo Fouché. El que envió a milesal destierro sigue ahora, veinte años después, a loscompañeros de la Convención. Como ahora es im-

Page 384: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

384

potente y está desterrado, se arroja sobre el caído elodio de todos los partidos con la misma unanimi-dad con que en otra época sus simpatías lisonjeabanal poderoso. Ya no le valen ardides, ni protestas, nijuramentos; un poderoso sin poder, un político li-quidado, un intrigante gastado es siempre lo másmiserable del mundo. Tarde, pero con usura, Fou-ché paga su deuda, su pecado de no haber servidonunca a una idea, a un sentimiento moral de la hu-manidad; su culpa de haber sido siempre esclavo delprovecho mezquino del momento y del favor de loshombres.

¿Adónde dirigirse? El Duque de Otranto, deste-rrado de Francia al principio no se preocupa. ¿Noes el protegido del Zar, el confidente de Wellington,del vencedor de Waterloo, el amigo del omnipo-tente ministro austríaco Metternich? ¿No le debengratitud los Bernadottes, a quienes él ayudó en suascensión al trono de Suecia, y los príncipes báva-ros? ¿No conoce desde hace largos años instintiva-mente a todos los diplomáticos? ¿No solicitarontodos los príncipes y Reyes de Europa apasionada-mente su favor? No necesita más —eso cree el caí-do— que hacer una suave alusión y todos los paísesse disputarán el honor de poder albergar al Arísti-

Page 385: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

385

des expulsado. ¡Pero la historia no actúa de la mis-ma manera con el caído que con el poderoso! A pe-sar de varias indicaciones, de la Corte zarista nollega ninguna invitación; tampoco de Wellington;Bélgica rehusa, allí le sobran jacobinos; Baviera seinhibe con cautela, y hasta su antiguo amigo el prín-cipe de Metternich demuestra una extraña frialdad:"Que en caso de quererlo y desearlo con insistencia—le dice— el Duque de Otranto podría trasladarsea territorio austríaco, que estaba dispuesto a nooponerse a sus deseos. Pero de ninguna manera po-día ir a Viena; no, allí no se lo podía tolerar, y tam-poco podía entrar en Italia, bajo ninguna condición.Sólo en una pequeña capital de provincia bien aleja-da de Viena podría (contando con un buen com-portamiento) fijar su estancia". En realidad el anti-guo buen amigo Metternich no insiste mucho yaunque el multimillonario Duque de Otranto ofreceemplear toda su fortuna en tierras o valores del Es-tado austríaco y promete hacer servir en el ejércitoimperial a su hijo, el ministro austríaco no abandonasu reserva. Cuando el Duque de Otranto anunciauna visita a Viena, rehusa con amabilidad; no, quese traslade en silencio, como un particular cualquie-ra, a Praga.

Page 386: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

386

Así Joseph Fouché se escabulle de Dresde sinninguna invitación, sin honores, sólo tolerado, nodeseado, y va a Praga para fijar allí su residencia. Sucuarto destierro, el último y el más cruel ha comen-zado.

Tampoco en Praga están demasiado encantadoscon un huésped de tanta alcurnia, aunque ya bas-tante disminuido de su antigua altura. Sobre todo, larancia aristocracia vuelve la espalda al intruso inde-seado, porque los nobles bohemios siguen leyendoperiódicos franceses, y llegan repletos de los ataquesmás vengativos y rabiosos contra el "señor" Fouché.Describen muy detenidamente cómo este jacobinosaqueó en 1739 las iglesias de Lyon y cómo vaciólas cajas de Nevers. Todos los pequeños escribien-tes que alguna vez temblaron ante el puño duro delMinistro de Policía y que se veían obligados a conte-ner su ira, la escupen ahora con saña sobre el inde-fenso. Con velocidad vertiginosa cambian los pa-peles. El que una vez vigiló a medio mundo, ahoraes vigilado por los demás. Todos los métodos poli-cíacos que creó su genio de inventor los empleanahora sus discípulos y sus antiguos subalternoscontra el propio maestro. Todas las cartas que reci-be o envía el Duque de Otranto pasan por el gabi-

Page 387: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

387

nete negro y son abiertas y copiadas. Agentes dePolicía atisban e informan sobre sus conver-saciones, espían sus relaciones, vigilan cada uno desus pasos. En todas partes se siente cercado, con-trolado, espiado. Su propia sabiduría, su propio artese prueba con la habilidad más cruel en el más hábilde los hábiles. En vano busca un remedio contraestas humillaciones. Le escribe al Rey Luis XVIII pe-ro éste no contesta al destituido, como hizo Fouchécon Napoleón al día siguiente de su destronamiento.Le escribe al príncipe Metternich que, en el mejor delos casos, le manda contestar por un subalterno conun "no" o un "si" bruscos. Que se aguante con lapaliza que todo el mundo le desea; que termine deuna vez de inquietar y de intrigar. El, a quien todosestimaron únicamente por miedo, es despreciadopor todos desde que no lo temen. El más grande delos jugadores políticos ya lo ha jugado todo y haperdido.

Durante veinticinco años este espíritu escurridizojugó con el Destino, escapándose mil veces de sugarra amenazante; ahora que está definitivamentecaído, es el Destino el que juega con él, golpeándolocon crueldad. En Praga tiene que sufrir su Canosamás lamentable como hombre particular, después

Page 388: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

388

de haberla sufrido como político. Ningún novelistapodría inventar un símbolo más ingenioso para suhumillación moral que el pequeño episodio que sedesarrolló allí en 1817 porque a los trágico se sumaahora la caricatura más terrible de cualquier desgra-cia: la ridiculez. No sólo se humilla al hombre po-lítico, sino también al esposo. Se puede suponer, sinmiedo a equivocarse, que no fue el amor lo que ligóa la aristócrata bellísima, de veintiséis años, con esteviudo de cincuenta y seis, de cara pálida y flaca co-mo la de un muerto. Pero este pretendiente pocoatractivo en 1815 era el segundo capitalista de Fran-cia, multimillonario, Excelencia, Duque y Ministrorespetado de su Cristianísima Majestad, y todo estoofrecía a la condesa de la provincia venida a menosla esperanza de poder brillar como una de las muje-res más distinguidas de Francia en todas las fiestasde la Corte y en el Faubourg Saint-Germain. Efecti-vamente, los primeros indicios parecían cumplir susdeseos: Su Majestad se dignó firmar en persona suacta de casamiento; la Corte y la nobleza se apresu-raron a felicitarla; un palacio magnífico en París, dosfincas y un castillo en la Provenza se disputaban elhonor de albergar como dueña a la Duquesa deOtranto. Por tales lujos y honores y por veinte mi-

Page 389: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

389

llones una mujer ambiciosa es capaz de soportar aun marido frío, calvo, amarillo como un pergamino,de cincuenta y seis años. Pero la condesa vendiócon demasiado rapidez su alegre juventud al oro deldiablo, porque apenas pasada la luna de miel, des-cubre que no es la esposa de un respetable ministrodel Estado, sino la mujer del hombre más despre-ciado y odiado de Francia, del expulsado, del deste-rrado, de un tal Fouché desdeñado por todo elmundo. El Duque con todas sus riquezas se haeclipsado y queda un anciano gastado, amargo y bi-lioso. Por eso, no sorprende en Praga que entre estamujer de veintiséis años y el joven Thibaudeau, hijode un republicano igualmente desterrado, se inicieuna amitié amoureuse de la que no se sabe con certezahasta qué punto fue amitié y hasta qué punto amoureu-se. Pero con este motivo se desarrollan escenas muytormentosas. Fouché prohibe al joven Thibaudeaula entrada en su casa, y desgraciadamente esta dis-cordia matrimonial no queda en secreto. Los perió-dicos realistas, que acechan toda ocasión de hostigaral hombre ante quien temblaron durante tantosaños, publican noticias mordaces sobre sus desen-gaños familiares y propagan, para regocijo de loslectores, la mentira burda de que la joven Duquesa

Page 390: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

390

de Otranto ha abandonado al viejo cornudo huyen-do de Praga con su amante. Pronto el Duque deOtranto, cuando va a alguna reunión en Praga, ad-vierte que las señoras reprimen a duras penas unaleve sonrisa y que con miradas irónicas comparan laprestancia y la esbelta juventud de su mujer con supropia figura, tan poco seductora. Ahora el viejomurmurador, el eterno cazador de rumores y escán-dalos siente en carne propia qué poco agradable esser víctima de una calumnia maligna, y ve que sóloes posible luchar contra esas injurias escapándose.En la desgracia ve toda la profundidad de su caída ysu destierro en Praga se convierte en un infierno.De nuevo se dirige al príncipe Metternich para quese le conceda el permiso de dejar la ciudad inso-portable y poder elegir otra dentro de Austria. Se lohace esperar. Por fin Metternich, magnánimo, lepermite trasladarse a Linz, adonde se retira, entre elodio y la burla de las gentes que en otra época teníaa sus pies, desilusionado, cansado, humillado.

Linz... En Austria siempre se sonríe al pronunciareste nombre, porque se piensa instintivamente en suconsonancia con Provinz (provincia). Provincianosde la pequeña burguesía y de origen campesino,banqueros, artesanos, casi siempre gente pobre, y

Page 391: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

391

sólo unas cuantas casas de rancia nobleza austríaca.No encuentra allí una tradición grande y gloriosacomo en Praga. No hay Ópera, ni biblioteca, ni tea-tro, ni brillantes bailes aristocráticos, ni fiestas. Unaverdadera y auténtica ciudad provinciana, somno-liente: un asilo de veteranos. Allí se instala el ancia-no con las dos mujeres jóvenes, de casi la mismaedad, una su esposa y la otra su hija. Alquila unacasa magnífica, la manda decorar con elegancia, paraalegría de los comerciantes de Linz, que no estabanacostumbrados a clientes millonarios. Algunas fa-milias se apresuran a relacionarse con el extranjerointeresante y distinguido gracias a su dinero; pero lanobleza manifiesta ostensiblemente su preferenciapor la nacida condesa Castellane, desdeñando alhijo del comerciante burgués, a ese "señor" Fouchéa quien Napoleón (también un aventurero a susojos) puso la capa de Duque sobre los hombros fla-cos. Los funcionarios tienen orden secreta de Vienade tratarse lo menos posible con él. Así vive quienantes era tan apasionadamente activo: en completoaislamiento, casi rechazado por los demás. Un con-temporáneo cuenta en sus Memorias con muchaplasticidad su situación en un baile: "Llamaba laatención cómo festejaban a la Duquesa y desa-

Page 392: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

392

tendían a Fouché. Era él de estatura mediana, fuertesin ser grueso y de rostro feo. En los bailes se pre-sentaba siempre de frac azul con botones de oro,pantalón blanco y medias blancas. Llevaba la granCruz austríaca de Leopoldo. Generalmente perma-necía solo cerca de la chimenea, contemplando elbaile. Observando a quien fue ministro omnipotentedel Imperio francés, viendo lo triste y solo que esta-ba allí, advirtiendo cómo se alegraba si cualquierempleado iniciaba una conversación con él o leproponía una partida de ajedrez, uno tenía que pen-sar, instintivamente, en la veleidad de todo poder yde toda grandeza terrenales".

Un solo sentimiento sostiene, hasta el últimoinstante, a este hombre de espíritu apasionado: laesperanza de recobrarse y de ascender una últimavez en la carrera política. Cansado, gastado, un pocotorpe y hasta algo obeso, no se puede separar de laidea de que por fuerza tendrían que volver a lla-marlo para un cargo en el que hizo tantos méritos;que otra vez el destino iba a sacarlo de la oscuridady a volver a mezclarlo en el divino juego universalde la historia y la política. Sin cesar se escribe se-cretamente con sus amigos en Francia: la vieja arañasigue tejiendo sus redes ocultas; pero allí quedan,

Page 393: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

393

inútiles e ignoradas, en el rincón de Linz. Publicacon nombre falso las Observaciones de un contemporáneosobre el Duque de Otranto, un himno anónimo, quepinta en colores vivos, casi líricos, sus talentos y sucarácter. Al mismo tiempo divulga en sus cartasparticulares, para amedrentar a sus enemigos, que elDuque de Otranto trabaja en sus Memorias, y hastaque aparecerían pronto en la casa Brockhaus, dedi-cadas al Rey Luis XVIII. Con esto quiere hacer re-cordar a los demasiado audaces que el antiguo Mi-nistro de Policía, Fouché, conserva aún unas cuan-tas flechas en el carcaj, flechas envenenadas, mortí-feras. Pero, cosa extraña, nadie le teme ya, nada lolibra de Linz, nadie piensa en llamarlo, nadie quieresu consejo, su ayuda. Y cuando se discute en la Cá-mara francesa, por otro motivo, la cuestión de larepatriación de los desterrados, lo recuerdan sinodio y sin interés. Los tres años que han transcurri-do desde que abandonó la escena mundial han bas-tado para olvidar al gran actor que brillaba en todoslos papeles. El silencio se aboveda sobre él como uncatafalco de cristal. Ya no existe para el mundo unDuque de Otranto, sólo existe un anciano que sepasea por las calles aburridas de Linz, cansado,irritado y solitario. De vez en cuando se quita el

Page 394: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

394

sombrero ante él, achacoso y doblegado, algún co-merciante. Por lo demás, ya no lo conoce nadie en elmundo y nadie piensa en él. La historia, ese aboga-do de la Eternidad, ha tomado la venganza máscruel en el hombre que sólo pensó siempre en elmomento presente y fugitivo: lo ha enterrado envida.

El Duque de Otranto está tan olvidado, que nadiese da cuenta, excepto algunos policías austríacos, deque por fin Metternich, en 1819, le permite trasla-darse a Trieste, y esto únicamente porque sabe defuente segura que esta pequeña merced se la estáconcediendo a un moribundo. La inactividad hacansado y perjudicado más a este hombre inquieto,a este trabajador fanático, que treinta años de activi-dad febril. Sus pulmones empiezan a funcionar mal,no puede soportar la rudeza del clima; y Metternichle concede un sitio más soleado para morir: Trieste.Allí se ve, a veces, a un hombre rendido ir a misacon pasos inseguros y arrodillarse ante los bancoscon las manos juntas. Este resto de hombre es Jo-seph Fouché. El que un cuarto de siglo antes des-trozaba con sus propias manos los crucifijos en losaltares, se arrodilla ahora, con la cabeza blanca hu-millada, ante los "emblemas ridículos de la su-

Page 395: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

395

perstición "... Quizá se apoderó de él en esos mo-mentos la nostalgia de los claustros silenciosos enlos antiguos conventos.

Algo se ha transformado por completo en él: elviejo ambicioso y luchador quiere paz con todos susenemigos. Las hermanas y los hermanos de Napo-león, su gran adversario —ellos también humilladosy olvidados por el mundo— vienen a visitarlo,charlan con él, en confianza, sobre el tiempo pasadoy se admiran de cómo el cansancio lo ha vuelto tanapacible. Nada en esta pobre sombra recuerda ya alhombre temido y peligroso que perturbó al mundodurante dos décadas y que obligó a doblegarse anteél a los hombres más poderosos de su época; sóloquiere paz y bien morir. Y efectivamente: en sus úl-timas horas hace las paces con su Dios y con loshombres. Paz con Dios: el viejo ateo, el rebelde, elperseguidor del cristianismo, el destructor de alta-res, el iconoclasta, en los últimos días de diciembrehace llamar a uno de esos "embusteros infames"(como él los llamaba en el mayo florido de su jaco-binismo), aun sacerdote y con las manos devota-mente cruzadas recibe los Santos Sacramentos. Ypaz con los hombres: pocos días antes de morir or-dena a su hijo abrir su escritorio y sacar los papeles.

Page 396: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

S T E F A N Z W E I G

396

Se enciende una gran hoguera; cientos, miles decartas se arrojan al fuego; probablemente tambiénlas Memorias temidas, ante las que tantas personastemblaron ¿Fue una debilidad del moribundo o unaúltima bondad; fue temor ante la posteridad o burdaindiferencia? En todo caso, destruyó en su lecho demuerte todo lo que podía haber comprometido aotros, cuanto podía ser arma de venganza contra susenemigos. Y eso fue en un arranque de benevolencianueva y casi religiosa cansado de los hombres y dela vida, buscando por primera vez, en lugar de glo-ria y poder, otra dicha: el olvido.

El 26 de diciembre de 1820 termina esta vida ex-traña y multiforme en la meridional ribera triestina,esta vida que comenzó en un puerto de mar septen-trional de Francia. Y el 28 de diciembre llevan alúltimo reposo los restos mortales del eterno in-quieto, del proscrito. La noticia de la muerte del fa-moso Duque de Otranto no despierta, de momento,gran curiosidad en el mundo. Sólo un humo delga-do y pálido de recuerdo se levanta fugazmente de sunombre extinguido y se deshace, casi sin dejar ras-tro, en el cielo apacible del tiempo.

Pero cuatro años más tarde surge una nueva in-quietud. Se divulga el rumor de que están a punto de

Page 397: Fouché, retrato de un político - vburgos.netvburgos.net/filosofia/Zweig, Stefan - Fouche Retrato De Un Politico... · sin importancia a un hombre que, en un momento en que se transformaba

F O U C H É , R E T R A T O D E U N P O L Í T I C O

397

aparecer las Memorias del hombre temido; y a más deuno de los poderosos, de los ambiciosos que gol-pearon con excesiva temeridad al caído, los ataca unextraño temblor: ¿volverá a hablar verdaderamentedesde la tumba esta boca peligrosa? ¿Saldrán, porfin, a la luz del día los documentos escamoteados delos cajones de la Policía, las cartas demasiado ínti-mas y las pruebas comprometedoras para asentar ungolpe asesino a ciertos prestigios? Pero Fouchépermanece fiel a sí mismo más allá de la muerte.

Las Memorias, que un librero hábil publica enParís en 1824, son tan dudosas como él mismo.Ni desde la tumba delata el tenaz silencioso todala verdad. A la tierra fría se lleva celosamente to-dos sus secretos, para subsistir él mismo comoun secreto hecho de crepúsculo y oscuridad, figu-ra siempre hermética, impenetrable. Pero preci-samente por eso seduce e incita al juego inquisiti-vo, que él mismo ejercía, para intentar descubrir,en la huella fugaz, todo el rumbo laberíntico desu vida y adivinar en su destino lleno de vicisitu-des la estirpe espiritual de quien fue el más ex-cepcional de los hombres políticos.