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MUSEO FRANCISCO COSSÍOSECRETARÍA DE CULTURA DE SAN LUIS POTOSÍ
MEMORIA DE TRABAJOS
SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P., MÉXICO
13 Y 14 DE SEPTIEMBRE DE 2010
AGRADECIMIENTO
El Museo Francisco Cossío agradece al Lic. Enrique Abud Dip Secretario de
Turismo Estatal, a la Lic. Judith Hernández Ortíz Directora Oficina de Congresos y
Convenciones por su invaluable apoyo.
Así también, nuestra infinita gratitud a todos y cada uno de los ponentes que
incondicionalmente participaron con sus valiosos trabajos para que se llevara a
cabo este Primer Foro Cultural México Ayer y Hoy 1810-2010, con el cual
festejamos los inicios del Bicentenario y Centenario de la Revolución Mexicana, y
a todas aquellas personas que de alguna u otra manera colaboraron para que este
trabajo se realizara, muchas gracias.
INTRODUCCIÓN
El Museo Francisco Cossío en el marco de las fiestas nacionales de los inicios del
Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana,
convoca al Foro Cultural “México, ayer y hoy, 1810-2010”, cumpliendo así con su
objetivo de difundir las manifestaciones culturales y el pasado histórico tanto de
los potosinos como de los mexicanos en general; abordando principalmente desde
una perspectiva local el papel que jugó la ciudad de San Luis Potosí en dos de los
más importantes procesos históricos del país que tuvieron repercusiones en el
ámbito internacional.
La capital potosina cuenta con un pasado histórico extenso y un patrimonio
cultural abundante, fue un punto importante durante las guerras de independencia
y revolución. Fungió como la sede del ejército realista encargado de combatir la
rebelión del cura Miguel Hidalgo, al encontrarse asentado en la ciudad el general
realista Félix María Calleja.
San Luis Potosí, fue escenario de los procesos históricos de la vida nacional,
durante las guerras de Independencia y de Revolución en donde distinguidos
potosinos, tanto liberales como conservadores aportaron sus sueños e ideas,
siendo punta de lanza en la lucha por lograr el cambio hacia una sociedad más
justa e igualitaria.
Entre los héroes e intelectuales potosinos de los últimos dos siglos basta
mencionar a:
- Capitán General Don Mariano Jiménez Jefe del ejército Insurgente de Don
Miguel Hidalgo.
- Ponciano Arriaga, redactor principal de la Constitución de 1857, presento el
proyecto de la Procuraduría de los Pobres en el Congreso de San Luis Potosí.
- El Poeta Francisco González Bocanegra creador de la letra del Himno Nacional.
- Intelectuales Potosinos Anarquistas precursores de la revolución:
- Camilo Arriaga
- Antonio Díaz Soto y Gama
-Juan Sarabia
-Librado Rivera
- Los hermanos Flores Magón, aunque no son potosinos, son precursores de la
revolución mexicana.
- Don Francisco I. Madero redacto y dedico su Plan de San Luis a este estado
con el que inicio la revolución mexicana el 20 de Noviembre de 1910.
-Don Rafael Nieto creador de la primera universidad pública del país la
Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
- Mtro. Julián Carrillo creador del sonido 13,
-Don Jesús Silva Herzog, destacado economista e historiador
- Joaquín Meade Trapaga , estudioso de la Huasteca potosina.
-1El último cuachichil el Gral. Saturnino Cedillo.
- Francisco Eppens Helguera pintor nacionalista quien fue el que modifico el
Escudo Nacional en 1968 por encargo del Presidente de la república Lic. Gustavo
Díaz Ordaz.
- Francisco de la Maza, crítico de arte y escritor fundador del Instituto de
Investigaciones Estéticas de la UNAM.
- Salvador Nava Martínez luchador por la Democracia en México, y tantos
hombres más que son héroes desconocidos...
El Museo Francisco Cossío como promotor cultural ha sido un importante Centro
de manifestaciones de las ideas sociales, coloquios, exposiciones y talleres de
artes visuales, conciertos de música clásica, talleres literarios, entre otros. Cuenta
1 Lic. Primo Feliciano Velásquez. Historia de San Luis Potosí.. Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, 1980. p.321
con un rico acervo de piezas artísticas e históricas, un rico acerbo bibliográfico de
más de 70,000 volúmenes que conforman las tres bibliotecas especializadas:
1. Profesor Ramón Alcorta Guerrero, historia y bibliografía potosina
2. Lic. Antonio Rocha Cordero, en derecho y bibliografía potosina
3. Dr. José Guadalupe Victoria Vicencio, Artes plásticas
Así como su bello jardín en el cual podemos admirar una colección de cactáceas
“Juan Badiano”. El conjunto del edificio y jardín que conforman el Museo Francisco
Cossío destaca por su belleza.
Por todo ello nos sentimos obligados a celebrar nuestra doble fiesta nacional este
año del 2010, conscientes de que nuestro estado ha sido protagonista directo en
los movimientos de lucha por lograr un país mejor, así, después de dos Siglos de
esfuerzos del pueblo mexicano, en donde héroes, caudillos, intelectuales, artistas,
políticos y el pueblo mexicano compuesto por mestizos e indios soñaron y
trabajaron para tener un México más equitativo.
Es importante señalar que México se encuentra en un momento fértil y propicio
para formar y apoyar la diversidad de proyectos culturales, de
divulgación e investigación científica que probablemente serán marcados por las
múltiples conmemoraciones de los bicentenarios en toda Latinoamérica, lo que sin
duda atraerá sobre estos acontecimientos una especial atención del mundo
académico, cultural y de la sociedad en su conjunto.
INDICE
Héroes patrios e invasiones extranjeras en San Luis Potosí las primeras décadas nacionales, 1829-1847. Lic. Andrés Delgadillo Sánchez de la Universitat Jaume I de Castellón en España. 10:30 horas La pintura en México: de la Independencia a la Revolución.Mtro. Alberto Arguello Grunstein, Investigador del Centro Nacional de Investigación Documentación e Información de Artes Plásticas CENIDIAP.11:00 horas Mexquitc durante la guerra de Independencia.Sr. Agustín Zapata Hernández, Cronista de Mexquitic de Carmona S.L.P.12:00 horas El Brigadier: Mi destino la Independencia de MéxicoLic. Jorge Andrés Zarzosa Garza, escritor. 12:30 horas Concierto, El piano en Nuestra Música Bicentenario México 2010. Licenciado en Música Edgardo Landero Espinosa
Entrada libre13:00-14:00 horas Receso para comida libre por cuenta del participante14:00 a 16:00 horas
Mexquitic en la revolución mexicana Lic. Historia Antonia Cerda Martínez, actualmente investiga sobre líderes agrarios de la década 1920 de los municipios de Mexquitic de Carmona y Villa de Reyes y sobre la colonia americana en la fundición ASARCO ubicada en Morales.
16:00 horas
El ferrocarril minero, El Potosí y Río Verde (El Piojito1898-1949)Ing. Geólogo Raúl Palacios García, con una especialidad en Geología Económica.16:30 horas Concierto de música mexicana para piano y guitarraPor niños y jóvenes de la Escuela Estatal de Iniciación Musical Julián Carrillo.Entrada libre17:00-18:00 horas
Martes 14 de Septiembre 2010
MÉXICO ¿Independiente?
Licenciado en Biblioteconomía Salatiel G. Salinas Cuevas
Del Centro de Documentación histórica “Lic. Rafael Montejano y Aguiñaga”
Universidad Autónoma de San Luis Potosí10:00 horas
La importancia de preservar los bienes culturales. Mtra. María Luz González Uribe. Jefe del departamento de Restauración de la Universidad Autónoma del Estado de México, y encargada del área de restauración y conservación del Museo Pedro Coronel en Zacatecas.
10:30 horas
Cien años después, la permanencia de Pancho Villa en la memoria colectiva. Lic. Rosa Helia Villa de Mebius, Egresada de la Facultad de Leyes de la UNAM
Ha ejercido el periodismo desde hace 25 años en diferentes diarios del estado y nacionales. 11:00 horas El pecado de las celebraciones de independencia.Gerardo Morales Jasso, estudiante de la Escuela de Historia de la UASLP, a participado en varias ponencia en varios estados de la república y publicado en la revista Universitarios Potosinos.11:30 horas Entre polkas jarabes: La búsqueda de una identidad musical en México, 1810-2010. Mtro. Luis Fernando Padrón-Briones, Docente-Investigador del IPBA.12:00 horas La Avenida Carlos Díez Gutiérrez en el CentenarioLic. Jorge Borjas Benavente con Doctorado en Biocultura por la Fundación Edward Seller, tiene investigaciones publicadas , actualmente investiga sobre antropología y arte urbano de 2000 a la fecha.
12:30 horas
Concierto con Camerata de San LuisEntrada libre13:00 -14:00 horas
Plataforma Virtual de la Red de Contactos Latinoamericanos de la Corporación Chilena Estudios HistóricosVideo ConferenciaLic. Gonzalo Aravena, de la Universidad de Chile16:00 horas Cine de la revolución mexicana L.C.C. Antonio Meave, docente del Museo Francisco Cossío16:30 horas
PONENCIAS
Héroes patrios e invasiones extranjeras en San Luis Potosí durante las primeras décadas nacionales, 1829-1847.
Lic. Andrés Delgadillo Sánchez
Universitat Jaume I de Castellón en España.
Resumen:
Una de las características de los primeros años de vida independiente de México,
lo fueron las constantes amenazas de invasiones provenientes de naciones
extranjeras que tenían su atención puesta en el recién independiente país. España
en 1829, Francia en 1838 y Estados Unidos de 1846 a 1848 atacaron militarmente
a México; algunos con mejores resultados que otros.
Ante tal situación, algunas de las medidas implementadas para repeler a los
invasores y lograr algo de unidad en una sociedad marcadamente dividida, con
poca o nula conciencia nacional y que aún sufría los estragos económicos y
sociales de una crisis colonial, lo fue el invocar a los héroes que realizaron la
“gesta de la Independencia” para representar esperanzas y valores por los que los
mexicanos debían luchar, fungiendo como símbolos de mexicanos feroces y
combativos ante peligros externos.
Del enaltecimiento de los héroes independentistas destaca el culto a la entonces
figura heroica del general Antonio López de Santa Anna, quien no sólo combatió
durante las tres intervenciones en su respectiva ocasión, sino que fue también
venerado como el héroe de Independencia a quien se le más se le festejó en vida.
Héroes patrios e invasiones extranjeras en San Luis Potosídurante las primeras décadas nacionales, 1829-1847.
Lic. Andrés Delgadillo Sánchez
Universitat Jaume I de Castellón
Cada año, el 15 de septiembre a las once de la noche, en todas
las plazas de México celebramos la Fiesta del Grito; y una
multitud enardecida efectivamente grita por espacio de
una hora, quizá para callar mejor el resto del año.
Octavio Paz
En 2010, los mexicanos, al igual que distintos pueblos latinoamericanos, nos encontramos
ante una serie de eventos, anuncios publicitarios, discursos patrióticos, así como héroes y
mitos nacionales, en los que se nos invita a celebrar nuestra “Independencia”; en el caso
mexicano se añade también la conmemoración del centenario de la Revolución Mexicana.
No obstante, ante estas pretensiones festivas y nacionalistas, han surgido serios
cuestionamientos en nuestro país, el cual atraviesa una serie de crisis sociales, políticas y
económicas, en el que existen más de 45 millones de personas en pobreza extrema, se
cuenta con una notable dependencia económica principalmente hacia los Estados Unidos
imposibilitando la consolidación de un verdadera mercado nacional competitivo en el
exterior, así como la considerable oleada de violencia e inseguridad que atraviesa todo el
país, estos hechos contrastan el discurso nacionalista de ser “200 años orgullosamente
mexicanos”.
Por ello considero que las celebraciones y sus cuestionamientos ofrecen una
excelente oportunidad para la reflexión de la nación, así como de su historia. Ya durante
las primeras décadas de vida independiente, distintas facciones políticas hacían uso de
los festejos y los héroes patrios para propagar o legitimar sus proyectos, y tratar de crear
unión e identidad entre los mexicanos frente las amenazas externas que acechaban al
país.
Durante la primera mitad del siglo XIX, México fue invadido por varias potencias
europeas mientras intentaba consolidarse como nación, en 1829 atacaron los Españoles
intentando recuperar las riquezas que les brindó la Nueva España, en 1838 los franceses,
y en 1846 los estadounidenses. A continuación relataré como los festejos de
Independencia y la alusión a héroes nacionales de esta época sirvieron para crear unidad
frente a los conflictos internacionales que tuvo México en esos años.
Los héroes patrios y sus festejos
No hay nación en el mundo “que no reclame para sí misma sus madres o padres
fundadores, cuyas figuras se integran en el complicado movimiento histórico, siempre
inacabado, en medio del cual se construye la nueva identidad colectiva”.2 De acuerdo con
el teórico Sydney Hook, los estudios sobre los héroes patrios son un elemento muy
importante para entender y acercarse a la llamada “historia oficial” de cualquier país, una
“fuente de interés en el héroe se encuentra en la actitudes que se desarrollan en el curso
de la educación de los jóvenes. La historia de cada nación es presentada a su juventud en
términos de proezas de grandes individuos, míticos o reales”. De ahí la importancia que
tiene el historiador hoy en día en difundir y proponer a la sociedad que la Historia es
mucho más que sólo la historia de los “grandes hombres” y sus hazañas.3
2 Víctor Orozco, ¿Hidalgo o Iturbide? Un viejo dilema y su significado en la construcción del nacionalismo mexicano (1821-1867), Universidad Autónoma de Ciudad Juárez / Instituto Chihuahuense de la Cultura / Doble Hélice Ediciones, México, 2005, p. 9.3 Sidney Hook, El héroe en la historia, Ediciones Galatea-Nueva Visión, Buenos Aires, 1958, p. 14.
Un factor fundamental para la difusión de los héroes patrios fueron las
celebraciones de sus hazañas, “el culto al héroe”, actos realizados por medio “tradiciones
inventadas”. A decir del historiador Eric Hobsbawn, inventar tradiciones “es esencialmente
un proceso de formalización y ritualización, caracterizado por la referencia al pasado,
aunque sólo sea imponer la repetición”. Algunas tradiciones inventadas pueden ser:
[…] los pabellones de los festivales, las estructuras para la exposición de banderas, los templos para las ofrendas, las procesiones, el repique de campanas, los retablos vivientes, los saludos de armas, las delegaciones gubernamentales en honor del festival, las cenas, los brindis y las oraciones.4
Es decir, los “ritos o festejos” de los que somos partícipes en nuestra vida diaria –y
que parecen ser parte inherente al ser humano- aparecen con objetivos distintos que van
desde legitimar y difundir posturas políticas o ideológicas, hasta crear unidad y conciencia
en un pueblo. Considero que es importante ser consciente de este aspecto de las
tradiciones, al menos para saber “qué estoy festejando” o “por qué saludo a la bandera”,
por citar algunos ejemplos.
En estos festejos los héroes fueron presentados “como hombres generosos, de
conducta intachable, clara y firme, desprendidos de cualquier interés personal
uniformados por su destino trágico, la muerte en la lucha”, en éste sentido, la importancia
del culto a los héroes reside en el hecho de que ese culto “se convierte en el cemento que
une las piezas que conforman al país”.5
4 Eric Hobsbawn, “Introducción: La invención de la tradición”, en La invención de la tradición, Editorial Crítica, Barcelona, 2002, p. 10 y 13.5 Alicia Tecuanhuey, “La imagen de las heroínas mexicanas”, en Manuel Chust, y Víctor Mínguez (editores), La construcción del héroe en España y México (1789-1847), Universidad de Valencia, Valencia, 2003, p. 79; Verónica Zárate, “Héroes y fiestas en el México decimonónico: la insistencia de Santa Anna”, La construcción del héroe en España y México (1789-1847), Universidad de Valencia, Valencia, 2003, p. 152.
Invasiones extranjeras y héroes patrios
En 1829, una expedición española desembarcada en Tampico y comandada por el
brigadier Isidro Barradas que tenía por objetivo la reconquista de México, fue derrotada
por un ejército dirigido por el general Antonio Santa Anna, que desde entonces se hizo
llamar El Héroe de Tampico. De este triunfo sucedido en septiembre 11, se decidió incluir
la fecha en el calendario oficial festivo en algunos de los años en que Santa Anna fue
presidente, como en 1843 por ejemplo.6
El historiador Will Fowler expone que “Santa Anna fue el motivo de más fiestas
que Anastasio Bustamante [que estuvo en el poder por más tiempo que el caudillo
veracruzano] o que héroes nacionales como Miguel Hidalgo o Agustín de Iturbide”.
Además, resalta el hecho de haberse colocado como el único héroe de la independencia
vivo durante sus festejos y que la gente había podido conocer en carne propia, era pues,
“un héroe que no había necesitado morir para trascender”.7
La victoria y el culto del “héroe de Tampico” fueron festejados en diversos puntos
del país, en la capital potosina destacan dentro de los festejos septembrinos hechos en
1833, se realizó un discurso del ciudadano Luis Guzmán exponiendo que el nombre de
Santa Anna “será grabado en los agradecidos corazones de los potosinos”, argumentando
que Santa Anna había sostenido muchas veces la libertad, por lo que merecía convertirse
en “el héroe que consolidó para siempre la independencia mexicana en las playas de
Tampico”. Este discurso muy probablemente corresponde a la iniciativa para la expulsión
de los españoles que residían en el estado de San Luis Potosí remitida a finales de 1832,
debido al temor al temor que había suscitado el intento de reconquista española de 1829.8
6 Zarate, “Héroes y fiestas…, pp. 133-134.7 Will Fowler, “Fiestas santanistas: la celebración de Santa Anna en la Villa de Xalapa, 1821-1855”, Historia Mexicana, 206, Vol. LII, No. 2, El Colegio de México, (octubre-diciembre) 2002, p. 392.8 Sergio A. Cañedo Gamboa, Los festejos septembrinos en San Luis Potosí: Protocolo, discurso y transformaciones, 1824-1847, El Colegio de San Luis, México, 2001, p. 76 y 82.
Posteriormente, tras una serie de reclamos por parte de ciudadanos
franceses residentes en México a quienes el gobierno mexicano debía dinero, en
1838 el gobierno francés mandó una expedición que bloqueó a Veracruz y ocupó
la plaza hasta que el daño fuera pagado. Santa Anna tomó las riendas del ejército
y se dirigió a Veracruz donde hizo retroceder a los invasores hasta el muelle, pero
en ese momento los barcos franceses abrieron fuego de artillería contra los
mexicanos y Santa Anna perdió una pierna. Después del evento, el caudillo hizo
que se celebrara toda una ceremonia funeraria en honor a su pierna. En su
momento, la conmovedora gesta del líder mexicano provocó que se le aclamara
como héroe de la Patria. Esto le dio una gran publicidad, lo que le permitió ocupar
la presidencia de nuevo en 1839, 1841 y 1844.
Los festejos septembrinos de 1838 en San Luis Potosí, se vieron marcados por la
invasión gala, tal como lo muestra el discurso cívico del ciudadano Mariano Romero “La
codiciosa Francia fija sus ávidos y torvos ojos en nuestro fértil continente; aguza sus
largos colmillos para enclavarlos en las pacíficas entrañas de la república”, el discurso
continua en un claro llamado a la unión tanto de los potosinos como de los mexicanos, así
como años antes la amenaza exterior era encarnada en los españoles, era entonces turno
de los franceses.9
En el festejo de septiembre se recordó la gesta de Hidalgo, así como la de Iturbide,
ya que a mediados de ese año se tuvo el conocimiento de una disposición del Congreso
General que ordenaba el traslado de las cenizas de Agustín de Iturbide, de Padilla,
Tamaulipas, a la capital de la república. El recorrido de los restos del primer emperador
mexicano pasaba por el estado de San Luis Potosí y su capital.10
9 Ibíd., p. 103.10 Ibíd., p. 98.
La siguiente invasión fue protagonizada en 1846 por los norteamericanos, el
episodio fue uno de los más oscuros para la historia de México, ya que se perdió más de
la mitad de su territorio. Una vez estallada la contienda, los gobernantes mexicanos
decidieron establecer la base de operaciones del ejército encargado de combatir a los
angloamericanos en la ciudad de San Luis Potosí, la cual se vio afectada no sólo por la
invasión extranjera, sino también por el hecho de tener que albergar y sostener a un
ejército de más de 15000 individuos.
Cuando estallaron oficialmente las batallas en mayo de 1846, un artículo del
Periódico Oficial de San Luis Potosí declaraba “los potosinos […] son dignos de
pertenecer a un pueblo libre y de que circula en sus venas la ilustre sangre de Jicotencalt
y de Cuatemotzin, de Hidalgo y de Morelos: colocados en derredor del Pabellón de
Iguala”, se les invitaba a “salvar a la patria [de] esa nación vil, inmoral y sin fe”, que eran
los Estados Unidos. 11
Estas interesantes líneas parecen estar encaminadas a difundir la idea de que los
mexicanos son herederos de una larga tradición de héroes valientes destinados a
combatir “viles e inmorales” amenazas extranjeras, y por ende cualquiera puede llegar a
ser un héroe al servicio de la nación. No sólo las figuras de la Independencia lucharon
contra el yugo español, también las antiguas culturas precolombinas se resistieron
osadamente al dominio de los hispanos; paginas adelante se expresaba “México, raza de
los héroes que prefirieron hundirse entre las murallas de sus escombros, a atender cerviz
al yugo extranjero”. Los elementos anticoloniales y antiimperialistas fungieron entonces
como discursos para crear unidad.12
11 Archivo Histórico del Estado de San Luis Potosí [en adelante AHESLP], Secretaría General de Gobierno (en adelante SGG), Boletín Oficial, Periódico Oficial de San Luis Potosí, Núm. 220, 3 de junio de 1846.12 Ibíd.
Los mexicanos tuvieron entonces, como ejemplos a seguir a los héroes
fundacionales de la nación, que por lo general, habían sido presentados como hombres
que estuvieron firmemente convencidos de los ideales que perseguían, y sobretodo que
tuvieron un final trágico. La muerte en la lucha, lo que conlleva a que posteriormente
representen modelos anhelados por su pueblo tales como la libertad y la independencia.
En la tradición cristiana [...] se considera el más elevado signo de santidad haber sufrido martirio por causa de la fe. En un proceso sustitutivo de la trascendencia religiosa por una trascendencia ética resulta, por lo tanto, una deducción natural la aplicación del mismo carácter de héroes o mártires a quienes morían como consecuencia de haber defendido los nuevos valores de la sociedad [...] Las muertes heroicas se interpretan, pues, como acontecimientos excepcionales, que reúnen las mejores condiciones emotivas para ilustrar la heroicidad en términos abstractos.13
También como parte del festejo septembrino de 1846, el licenciado Vicente Chico
Sein, personaje político que desempeñó múltiples cargos dentro de la administración
pública, pronunció un discurso cívico que evocó también a los héroes independentistas.
Su alocución comenzaba declarando:
¡No estamos reunidos para hacer memoria del día en que el mundo supo, que México iba a ser árbitro y dueño de sus destinos!... ¿Pero, cómo prescindir, de recordar también los riesgos que hoy corre esa independencia, proclamada por el héroe de Dolores, y consumada por el de Iguala?.14
La visión de Chico Sein de concebir los movimientos insurgentes de 1810 y la
proclamación de independencia sucedida más de diez años después en 1821 como
partes complementarias de un mismo proceso, fue un característica del discurso histórico
13 Reyero, Carlos, “¡Salvemos el cadáver! Inmortalidad y contingencia del héroe en la plástica española del siglo XIX”, en La construcción del héroe…, p. 177 y 179; Roberto Castelán Rueda, La fuerza de la palabra impresa. Carlos María de Bustamante y el discurso de la modernidad, 1805-1827, Fondo de Cultura Económica, Universidad de Guadalajara, México, 1997, p. 281.14 Biblioteca Ramón Alcorta Guerrero, del Mueso Francisco Cossío Lagarde, Fondo Ramón Alcorta Guerrero [en adelante, RAG], Discurso cívico que pronunció el Sr. Lic. Vicente Chico Sein, en el portal de la plaza principal de San Luis Potosí, la tarde del día 16 de Septiembre de 1846, Imprenta del Estado en Palacio a cargo de Ventura Carrillo.
de la época; el ya mencionado Carlos María Bustamante –principal promotor del panteón
heroico mexicano- se refirió a las acciones de Iturbide como la conclusión de la “obra de
la libertad, y de la independencia mexicanas”.15
Esta concepción muy probablemente estaba encaminada a limar asperezas entre
las distintas facciones que tenían como estandarte a uno o a otro héroe nacional. Mientras
que los grupos políticos identificados con tendencias liberales o federalistas, difundieron la
imagen de Hidalgo como el “padre de la Independencia”. Los sectores que simpatizaban
con una corriente más europea o monárquica propusieron a Iturbide, la lucha por coronar
como figura principal de la Independencia a uno de estos personajes, fue un importante
debate entre diversas facciones durante las primeras décadas de vida independiente
entorno a la forma política que México debía adoptar. La lógica política exigía que la recta
compresión del “verdadero” (así, entrecomillas) significado de la obra de Hidalgo y sus
seguidores “implicaba necesariamente la condenación de la obra de Iturbide, y
viceversa”.16
La consumación de la independencia el 27 de septiembre de 1821, no siempre fue
celebrada. Sólo entre 1837 y 1854 fue vigente una visión que concibe los movimientos de
Hidalgo e Iturbide como parte integral de un mismo proceso de búsqueda de la
independencia nacional, o bien, para incluir en el calendario oficial el festejo de la derrota
de las huestes de Isidro Barradas a manos de Santa Anna para inmortalizarse como el
“verdadero consumador de la independencia”.17
15 Edmundo O'Gorman, “La aparición histórica de la nación mexicana. Crítica de la idea tradicional y sugerencias para una nueva interpretación”, Dos revoluciones, Fomento Cultural BANAMEX, México, 1976, p. 32.16 Ibíd., p. 17 Enrique Plasencia de la Parra, “Conmemoración de la hazaña épica de los niños héroes: su origen, desarrollo y simbolismos”, Historia Mexicana, 178, vol. XLV núm. 2, El Colegio de México, (octubre-diciembre) 1995, p. 17 y ss.
Fue importante también la insistencia en el culto a Santa Anna, quien volvió a
liderar la defensa contra la nueva invasión, teniendo en un principio su base de
operaciones en la capital potosina. Durante su época, el caudillo veracruzano parece ser
el líder más notable, combatió contra españoles, franceses y estadounidenses. De
acuerdo con el historiador González Navarro:
Cuando se plantea el problema de por qué Santa Anna, pese a sus anteriores fracasos y contradicciones, fue llamado para defender al país en la guerra contra Estados Unidos, cabe pensar que, como organizador, nadie habría podido hacer lo que él hizo, precisamente por la fuerza de su carisma, no sólo en el ejército sino en general en el pueblo, sin que esto contradiga el indiscutible reclutamiento de leva de buena parte de la tropa.18
Los editores del periódico oficial escribieron sobre la llegada del general
Santa Anna:
Recibiremos en San Luis al soldado mexicano que la nación toda por un clamor universal de sus hijos lo llamó hasta su destierro para que viniera a conservar la obra de Hidalgo e Iturbide, esa obra grandiosa que han querido arrebatarnos unos vecinos desleales y pérfidos [...] La independencia; la independencia es la que el ilustre General Santa Anna viene a defender [...] la gloria del benemérito de la patria ilustre general Santa Anna, el héroe que afianzo nuestra independencia en la Riveras del Panuco. Y HOY 5 DE DICIEMBRE es el aniversario de la gloriosa jornada en que hace 8 años con sacrificio heroico, salvó primero a la República de la invasión francesa: ¡gratitud sin límites a NUESTRO TANTAS VECES LIBERTADOR!19
Recordando sus combates contra los franceses y los españoles Santa Anna es
evocado como el prócer de independencia más notable de México.
18 Moisés González Navarro, Anatomía del poder en México 1848-1853, El Colegio de México, México, 1977, p. 27.19 AHESLP, SGG, La Época, Periódico Oficial de San Luis Potosí, Núm. 33, 5 de diciembre de 1846, firman los Editores.
También durante la incursión norteamericana, en la capital potosina se entabló el
debate sobre sí se debía o no celebrar el festejo de independencia, dada la ocupación del
enemigo en buena parte del país y sobre todo en la capital de la República.20
En una de las sesiones de la junta se llegó a promover la suspensión del festejo, a
lo cual respondió el gobernador del estado Ramón Adame con una negativa. A decir de la
historiadora Flor de María Salazar, esta resolución bien pudo originarse debido a que en
un punto de tensión política y militar el festejo septembrino reforzaría la actitud de unidad
y pertenencia, y la de rechazo a la invasión extranjera, de tal manera que “«recordar» a
los libertadores se convirtió en una buena estrategia para mostrar la fuerza de cohesión
que la evocación de los héroes inspiraba”.21
Durante la difícil situación económica por la que atravesaba la ciudad debido a los
gastos por la guerra en 1847 se presentó lo que a simple vista era una paradoja:
[…] mientras buena parte del territorio del país se encontraba bajo dominio extranjero, incluyendo la capital de la república [14 de septiembre de 1847], los habitantes de la ciudad de San Luis Potosí celebraron día a día, como alentando al pueblo, la independencia obtenida, y el 16 de septiembre se festejó un aniversario más del grito de Dolores.22
El festejo de independencia ha sido un excelente medio para propagación de la
identidad nacional, reforzando la memoria colectiva de una forma que se permite sentir
“viva”, gritando o bailando, se recuerdan las gestas heroicas de “los héroes que nos
dieron patria”. No obstante, la historia nos ha enseñado que los festejos nacionales, así
como los héroes y símbolos patrios conllevan un trasfondo de legitimación de poder o
propaganda política que obedece a grupos de poder con proyectos políticos diversos.
20 Ibíd., SGG, 1847, septiembre, los días 10, 11 y 13 de septiembre de 1847.21 Flor de María Salazar, La junta patriótica de la capital potosina: un espacio político de los liberales (1873-1882), Editorial Ponciano Arriaga, San Luis Potosí, 1999, p. 50.22 Cañedo, Los festejos septembrinos..., p. 121.
DATOS PERSONALES
El licenciado Andrés Delgadillo es actualmente estudiante del Máster de Historia
en el mundo hispánico: Las Independencias en el mundo Iberoamericano , de la
Universitat Jaume I de Castellón en España, como becario de la Fundación Carolina, la Fundación MAPFRE y la Universitat Jaume I.
Cuenta con una Licenciatura en Historia cursada en la Coordinación de Ciencias
Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Fue ganador del Premio de Investigación Histórica Francisco Peña en el marco de
la 58° Edición del Certamen 20 de Noviembre, 2009, otorgado por la Secretaría
de Cultura del Gobierno del Estado de San Luis Potosí.
Y ha publicado los textos: “José Mariano Jiménez”, en Flor de María Salazar,
Biografías de 14 intelectuales y actores sociales de San Luis Potosí, protagonistas
de la Independencia y la Revolución mexicanas, México, 2009. E Identidad
Nacional en San Luis Potosí. Símbolos y héroes patrios para una nación dividida
durante la guerra contra Estados Unidos de Norteamérica de 1846 a 1848 [en
prensa].
E-mail andreshistoriaslp hotmail.com
LA PINTURA EN MÉXICO: DE LA INDEPENDENCIA A LA REVOLUCIÓN
Alberto Argüello Grunstein
Investigador del Centro Nacional de Investigación
Documentación e Información de Artes Plásticas CENIDIAP.
La genealogía de la pintura mexicana debe estudiarse como heredera de la plástica
hispánico-colonial., donde confluyen, soterradamente, las prácticas pictóricas
prehispánicas y las de origen europeo. Nos guste o no la idea, lo cierto es que, como
ocurrió en la vida social en su conjunto (político-militar, económica, religiosa, cultural,
gubernamental, etc.), los colonizadores españoles impulsaron con violencia (física y/o
simbólica) la expansión de occidente en y sobre los grupos sociales nativos.
Es lógico suponer, por lo que hoy vemos en la plástica mexicana contemporánea, que la
réplica a la imposición fue sumamente creativa. Es decir, no sólo los pueblos autóctonos
respondieron con la auto marginación o la resistencia, sino con la apropiación, la fusión e
iniciativas innovadoras. Por otra parte, donde se suponía “aculturación” hubo, en realidad
“transculturación”: el colonizador resultó aculturado a su vez.
Así transcurrió gran parte del período colonial, pero a finales del siglo XVIII hubo un
proceso político clave que pretendió reencauzar el colonialismo y restablecer la autoridad
metropolitana en todos los órdenes; me refiero a las llamadas reformas borbónicas.
Ese espíritu modernizador, propio del despotismo ilustrado, con el que llegaron los
sucesores de los Habsburgo al trono español se plasma, en el plano cultural, en la
fundación de la Real Academia de San Carlos de las Nobles Artes en 1781.
Creada, en principio, para mejorar la acuñación de moneda y elevar la calidad y
profesionalismo de la arquitectura, fue también punta de lanza para establecer la
jerarquización de los artífices de la pintura, grabado, escultura y arquitectura en la Nueva
España. La Academia llegó con la novedad del neoclasicismo, mandando al barroco al
basurero de la historia. La belleza clásica se impondría como norma.
Al cierre de la Academia en 1821, una vez consumada la Independencia sobrevino, no el
caos, sino el pluralismo pictórico que toda autoridad central modernizadora anhela
desaparecer: pintores académicos, protoacadémicos y no académicos pudieron producir
sin el tutelaje hispánico.
Pero el convulso siglo XIX también presenció el pulular de pintores europeos, que más
bien operaron como reporteros gráficos en el sentido que esta expresión cobra en el siglo
XX. Por otra parte, a mediados del XIX, se reabre la Academia de San Carlos que regresa
por sus fueros como autoridad visual y constructora occidentalizada.
La reapertura no pudo frenar lo que venían fraguando los sectores criollos desde finales
del período colonial: la conformación de una identidad nacional. Por dentro o por fuera de
la Academia, los intelectuales y artistas mexicanos van incidiendo en la cultura visual
colando aquí y allá eso que de manera simplista se denomina “lo nuestro”: nuestro
paisaje, nuestras costumbres, nuestros tipos humanos, nuestra historia...
Ímpetu innovador que se ve refrenado por la admiración incondicional por lo europeo. En
el Porfiriato se propaló el gusto afrancesado en la moda, las costumbres y la cultura en
general (sobre todo en los sectores de la élite urbana y rural). Y esto, quizás, no fue un
pecado sino efecto de nuestra subsunción en la cultura occidental en la que París, en
esos años, era guía o faro direccional, junto a otras mecas culturales afines, como Roma,
Florencia y Madrid. Allá “terminaban su formación” nuestros más prestigiados estudiantes
de arte.
La guerra civil de 1910, conocida como Revolución Mexicana, significó una nueva
sacudida a nuestras formas de hacer la guerra, política, economía, religión y también
cultura (y me refiero a pintura, grabado, escultura, literatura, música, danza, cine, etc.).
Una nueva sacudida que nos haría tocar piso: “Acá las tortas”, allá les croissants. En ese
tránsito traumático, dos procesos se cruzaron: la revolución en el arte y el arte en la
revolución.
NOTA CURRICULAR
ALBERTO ARGÜELLO GRUNSTEIN
Es pasante del doctorado en Historia de la Cultura de la Universidad Iberoamericana Campus Santa Fe, maestro en Artes Visuales (ENAP-UNAM) y licenciado en Sociología (FCPS-UNAM).
Desde 1990 es investigador en el Centro Nacional de Investigación,
Documentación e Información de Artes Plásticas (CENIDIAP del INBA) del
cual fue su director de 2000 a 2003; durante su gestión diseñó el concepto y
fundó la revista electrónica Discurso Visual que actualmente circula en
Internet en su Segunda Época (http://discursovisual.cenart.gob.mx)
Desde 1990 ha combinado el trabajo de investigación con el de docencia, en la Escuela de Diseño de la Universidad Anáhuac-Norte, el Instituto de Humanidades de la misma Universidad, el Instituto Cultural Helénico y el Posgrado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas.
Ha realizado diversas actividades académicas como: consejero académico, integrante del Comité dictaminador del área de artes plásticas del INBA e integrante de comisiones para la actualización y puesta en marcha de nuevos planes de estudio.
Ha publicado artículos y ensayos sobre artes visuales en prensa, revistas (impresas y electrónicas) y capítulos de libros. Ha coordinado publicaciones colectivas para el INBA.
Destacan, en línea: “Pensamiento y arte en los noventa”, “Redescubriendo la sociología del arte” y “El arte actual en México”
De reciente edición, las conferencias: “El principio del dominio visual: el arte gentilicio en la guerra de las imágenes en México” en las Memorias del Segundo Encuentro de Investigación y Documentación de Artes Visuales, México, CONACULTA-INBA-CENIDIAP, 2007; e Iconoclasia e iconolatría en el México colonial: arte e identidades sociales y territoriales, México, CONACULTA-INBA-CENIDIAP, 2008 (Ensayos Abrevian).
E-mail argrunstejn yahoo.com.mx
Mexquitic durante la guerra de independencia
Agustín Zapata Hernández
Cronista del Municipio de Mexquitic de Carmona S.L.P.
La conmemoración del bicentenario del inicio de la guerra de independencia
respecto del dominio español debe de representar un impulso para proseguir la
búsqueda de acontecimientos históricos locales, que enlazados con los regionales
y estatales aumentan el volumen de la crónica mexicana de uno de los momentos
claves de nuestro acontecer nacional.
Cada rincón, cada pueblo, cada parte de nuestra geografía debe darnos a conocer
su aportación poca o mucha que tuvo para esa lucha que diez años más tarde de
iniciada desembocó en la realización de la plena emancipación política después
de trescientos años de colonialismo español.
A 20 kilómetros hacia el noroeste de la ciudad de San Luis Potosí existe un
pequeño pueblo llamado Mexquitic que desde su fundación, en 1591 tuvo un
destino diferente al de los demás centros de población que por todas partes lo
rodeaban.
Ellos poseían una gran extensión de tierra que era para todos y cada uno de los
habitantes del pueblo, frente a la tierra del derredor que pertenecía a unos pocos
latifundistas.
Este estado de cosas raro en kilómetros y kilómetros hacia los cuatro rumbos, fue
descubierto por el sacerdote potosino José Ignacio Lozano que llegó a ocupar el
curato del pueblo en el año de 1778.
José Ignacio Lozano, después de algunos años de recorrer lo que hoy ocupa casi
todo el municipio de Mexquitic se dio cuenta de que en esa gran extensión había
recursos naturales no explotados y que todos los habitantes diseminados por
todos lados no podían consumir más que una parte demasiado pequeña de ellos,
decidió, hacía la última década del siglo XVIII, explotar tanto esos recursos como
los humanos en beneficio propio y de un sector de la clase gobernante, con quien
se alió.
Los habitantes del pueblo solo tomaban de la naturaleza lo que necesitaban; así
también su tiempo de trabajo era muy poco, pues no ambicionaban más.
El sacerdote hizo toda una, digamos que revolución tecnológica y explotó y
transformó la materia prima que la naturaleza daba, que no era poca pues había
entre otras plantas, magueyes, lechuguillas y palmas en grandes cantidades,
motivo para instalar una empresa productora de cordelería en la que ocupó
muchos trabajadores a quienes impuso largas jornadas de trabajo; abrió algunos
cientos de hectáreas de tierras al cultivo que pertenecían al pueblo y a
particulares, las que sembró por muchos año de maíz alcanzando un volumen de
producción sorprendente; construyó presas y varios cientos de metros de canales
con lo que hizo posible la introducción de riego en tierras otrora de temporal;
instaló cuatrocientos cuarenta telares en los que hizo procesar hilo de lana y
algodón en los que se fabricaban telas que pronto cubrieron la demanda del
mercado local y regional.
Con este cambio tan radical en la vida productiva del pueblo tuvo que darse
necesariamente un cambio en la vida cotidiana. Desde hacía poco menos de dos
siglos todos los habitantes solo utilizaban el tiempo de trabajo necesario para
extraer de la naturaleza los recursos necesarios para subsistir, el resto lo
empleaban en fiestas religiosas y otras actividades. De pronto se creó un estado
de cosas que exigían un tiempo de muchas horas de trabajo para obtener los
mismos medios de vida.
El drástico cambio sembró el desconcierto quizá por varios años, luego vinieron el
descontento y la protesta. Así las cosas, con el apoyo de un sector de la clase
gobernante que no quiso aliarse con el padre Lozano, expusieron sus quejas y
razones ante las autoridades virreinales de la ciudad de México, quienes después
de algunos años, en 1807, fallaron en contra de ellos.
Recibieron la noticia con rabia y tuvieron que seguir trabajando en las mismas
condiciones hasta que se enteraron, tres años más tarde, de la rebelión armada
del pueblo de Dolores dirigida por el párroco don Miguel Hidalgo, con cuyo
ejemplo ellos decidieron también hacer su propia revolución local. Se hicieron de
instrumentos que pudieran utilizar como armas y destituyeron a sus propias
autoridades civiles supliéndolas con líderes rebeldes y apedrearon la casa del
odiado padre Lozano haciéndolo huir y refugiarse en la iglesia de la villa de los
Pozos.
El 14 de noviembre de 1810, cuatro días después de que los independentistas
potosinos arrebataran la ciudad de manos de las autoridades novohispanas, los
rebeldes de Mexquitic se unieron al contingente comandado por Rafael Iriarte, que
procedente de Zacatecas, se dirigía a nuestra ciudad. Ya aquí participaron en los
saqueos de casa y comercios que ordenara el propio Iriarte, después de haber
puesto en prisión a los confiados revolucionarios potosinos.
Días después el revolucionario saqueador tomó el rumbo de San Felipe Torres
Mochas y sus ocasionales acompañantes regresaron a su pueblo hasta que
Francisco Lanzagorta los anexó nuevamente a su contingente con el que se
dirigía a la ciudad de Saltillo para engrosar el ejército del potosino don Mariano
Jiménez.
La rebelión armada iniciada por don Miguel Hidalgo, en franco descenso después
de los descalabros sufridos en Aculco y Guanajuato recibió el golpe de muerte en
Puente de Calderón, a partir de cuya derrota decidieron los pocos insurgentes que
quedaron huir hacia el vecino país del norte.
Nuestros historiados, en Saltillo, integrados ya al ejército de don Mariano Jiménez
se dedicaron a saquear, entre otros, a españoles prisioneros de guerra
resguardados en un campamento fuera de la ciudad. El general en jefe, que ni
entonces ni antes permitió desmanes de este tipo dentro de su ejército, después
de obligarlos a que regresaran a sus propietarios lo que les habían robado, les
impuso como castigo que se volvieran a su pueblo, lo que hicieron después de
haber exigido y recibido la cantidad de dos mil pesos como pago por el tiempo que
estuvieron dentro del ejército rebelde.
En San Luis Potosí y la región ya habían sido restablecidas las autoridades
novohispanas. En Mexquitic tanto las autoridades civiles como el padre Lozano ya
habían sido restablecidos en sus puestos y su acción prioritaria era castigar a los
revoltosos de noviembre de 1810. Así de entre los miembros del depuesto cabildo
rebelde y de los regresados de Saltillo fueron puestos en prisión los que eran
indios principales para imponerles castigos como destierro y muerte. A insistencia
del padre Lozano fueron colgados siete de ellos en diferentes puntos del pueblo.
Después de haber sido restituido el padre Lozano, seguiría en el curato por veinte
años más, hasta su muerte, que sucedió en el propio pueblo en el año de 1832.
Es conveniente llamar la atención en los hechos siguientes: Mexquitic fue el único
pueblo que aportó hombres a la revolución de independencia, pues los hechos
que propiciaron el levantamiento solamente ahí se dieron.
Durante la década de 1800 el exceso de trabajo a que los había sometido el padre
Lozano, así como la baja remuneración que recibían creaban una situación social
que no coincidía con la que existía en derredor. Todo el territorio que
posteriormente llegaría a ser el estado de San Luis Potosí estaba ocupado por
cerca de doscientas haciendas cuya situación económica era de prosperidad, a
diferencia de las que existían donde se gestó y creció el levantamiento armado (lo
que después serían los estados de Guanajuato y Jalisco, entre otros), que estaban
en una crisis que se alargaba demasiado. El inconformismo del de pueblo de esas
partes del país era producto de la falta de los medios para subsistir, lo que no
sucedía en las haciendas potosinas donde había suficientes alimentos, lo que
hacía que, hasta los peones peor pagados estuvieran contentos. Siendo los
mexquitenses los únicos sometidos a condiciones de opresión fueron los únicos
también que vieron una alternativa de liberación si se unían a la insurgencia.
Cuando don Félix María Calleja convocó a los hacendados para que contribuyeran
con el gobierno para combatir a los rebeldes, ellos a la vez convocaron a todos
sus peones, quienes bajo las órdenes de los propios administradores, fueron a
todos los campos de batalla a batir y exterminar a los enemigos de sus amos. Ahí
se distinguieron entre otros los “Fieles del Potosí” y los “Tamarindos”, estos
últimos procedentes de la hacienda de Bocas que iban bajo las órdenes de su
administrador Don Juan Nepomuceno Oviedo.
DATOS PERSONALES
Agustín Zapata Hernández
Nacido el 28 de agosto de 1952 en la comunidad de Rincón de San José del
municipio de Mexquitic de Carmona, S. L. P.
Actividades culturales realizadas:
28 y 29 de septiembre de 1998- Exposición fotográfica de lugares turísticos del
municipio de Mexquitic de Carmona y exposición de textos de la historia del mismo
municipio copiados de diversos textos, durante las fiestas patronales.
De octubre del año 2002 a diciembre del año 2003- Desempeño como cronista
municipal de Mexquitic de Carmona.
Durante ese lapso me dediqué a buscar las evidencias históricas del municipio en
libros, documentos, edificios y monumentos históricos con lo que elaboré
pequeñas historias del municipio, del santuario del desierto y de las haciendas de
Parada y Cerro Prieto.
Del 15 al 30 de junio de 2003 - Exposición fotográfica de lugares turísticos de
Mexquitic (33 fotografías) en la casa de la cultura del municipio.
Durante los meses que van de febrero a julio de 2007 elaboré un periódico mural
que colocaba en el interior de la presidencia municipal de Mexquitic de Carmona
con información histórica del municipio y fotografías de personajes ilustres y
monumentos y edificios históricos también de municipio.
Del 15 de septiembre de 2008 al 31 de agosto de 2009 elaboré una publicación
quincenal denominada TEPETÍCPAC con información histórica, antropológica,
turística, literaria costumbrista y hasta estadística del municipio.
Del período que va de agosto de 2007 a septiembre de 2009 presenté dos
exposiciones fotográficas de personajes ilustres del municipio, impartí tres
conferencias sobre la participación del estado de San Luis Potosí en la guerra de
independencia en escuelas preparatorias, monté en la casa de la cultura de
Mexquitic una exposición museográfica de aparatos relacionados con la historia de
la fotografía y el cine, como cámaras, exposímetros, proyectores, películas, etc.,
con un total de 34 piezas.
En el mes de febrero de 2009 presenté una exposición de fotografías turísticas,
de monumentos y edificios históricos y de personajes ilustres del municipio en la
fiesta patronal de la comunidad de Maravillas, Mexquitic.
De enero de 2007 a septiembre de 2009 solicité en donación libros con la finalidad
de aumentar el acervo de la biblioteca que ya existe en el municipio y de las
bibliotecas de las preparatorias del municipio, a particulares e instituciones como
la facultad de economía y la escuela de psicología de la UASLP, el Colegio de San
Luis y la biblioteca del estado, logrando un total de 5500 unidades que distribuí
equitativamente entre las bibliotecas ya existentes de Estanzuela y cabecera
municipal de Mexquitic, de la cabecera municipal de Villa de Ramos y de las
escuelas preparatorias de las comunidades de Puerto de Providencia, Tapona,
Estanzuela, Maravillas y Corte, todas del municipio de Mexquitic de Carmona.
EL BRIGADIER : MÍ DESTINO LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO.
Lic. Jorge Andrés Zarzosa Garza
Es una novela histórica sobre la vida de Pedro Joseph Zarzosa de Oviedo
brigadier potosino que dejo las filas realistas el día que estuvo bien cierto que la
Independencia era lo mejor para su entrañable San Luis Potosí. Se sumo al
Ejército Trigarante obedeciendo su pasión por la verdad y su férreo sentido de
justicia. Fue reconocido por Agustín de Iturbide y por Nicolás Bravo.
Su carrera militar la forjo por Félix María Calleja del Rey y fundador del Escuadrón
Fieles del Potosí; que el generalísimo Iturbide nombró Dragones Imperiales de la
Libertad. Después por órdenes del propio Iturbide se convirtió en el primer
escuadrón que sitió la ciudad de México, para concretar el triunfo militar que
consumó la Independencia Nacional. Sirvio a las filas realistas más tarde se
combatio al Ejército Trigarante.
La obra surge de documentos originales que datan del siglo XIX, los cuales
estuvieron en manos de la familia Zarzosa, pasando de generación en generación
hasta que llegaron a las manos de su autor el Sr Jorge Andrés Zarzosa Garza.
El brigadier Pedro Joseph Zarzosa de Oviedo, fue originario de la hacienda de
Bocas, San Luis Potosí, descendía en línea directa de una familia sevillana muy
católica que emigró a San Luis Potosí en el siglo XVIII. En este lugar sus
ancestros acercaron la imagen de España y revelaron el rostro humano de la
civilización occidental.
Don Nicolás Fernando de Torres tío-abuelo de Pedro Joseph Zarzosa consagro su
EL PIANO EN NUESTRA MÚSICA, BICENTENARIO MÉXICO 2010
Edgardo Landero Espinosa
Licenciado en Piano por la Escuela de Música de la UNAM
PROGRAMA
Vals Carmen Juventino Rosas
(1868-1894)
El Canto de la Aniceto Ortega
(1825-1875)
Reverie Julián Carrillo
(1875-1965)
-Tres piezas para piano José Pablo
Moncayo
-Allegro (1912-1958)
-Lento
-Allegro Molto
(INTERMEDIO)
Muros Verdes José Pablo Moncayo
Andante – poco piú – Lento - Alegro (1912-1958)
Sonata para piano Federico Ibarra Groth
Nervioso – Calmado – Nervioso (1946- )
Vals “Sobre las olas” (versión a cuatro manos) Juventino Rosas
(1868-1894)
Piano Primero: Ulises Marcelo Hernández
Piano Secondo: Edgardo Landero Espinosa
Edgardo Landero Espinosa
Licenciado en Piano por la Escuela de Música de la UNAM
E-mail:edgardolanderoyahoo.com.mx
ESTUDIOS
PRIMARIA: Salesiano IMTE (1993) Querétaro, Qro.
SECUNDARI: Sistema abierto (1995) Querétaro, Qro.
PREPARATORIA: Sistema Abierto (2004) México D.F.
TÉCNICO PROFESIONAL EN PIANO: Escuela Nacional de Música de la UNAM
(2006) México D.F.
LICENCIADO EN PIANO (Titulado): Escuela Nacional de Música de la UNAM
(2008) México D.F.
ACTIVIDADES ARTÍSTICAS
Comenzó sus estudios musicales en el Conservatorio “José Guadalupe
Velásquez” de la ciudad de Querétaro.
A la edad de 11 años comenzó sus estudios de piano con el maestro Jesús
Almansa.
A los 13 años participo como solista en la primera Temporada de Ópera de la
Filarmónica de Querétaro cantando el papel del pastorcillo de la ópera Tosca de
G. Puccini bajo la dirección del maestro Sergio Cárdenas.
En 1992, 1993 y 1994 obtuvo el primer lugar del concurso estatal para jóvenes
pianistas “Esperanza Cabrera” realizada en la ciudad de Querétaro.
En 1997 se traslada a la ciudad de México para continuar con sus estudios
musicales en la Escuela Nacional de Música de la UNAM y en la Escuela de
Perfeccionamiento Musical “Vida y Movimiento”.
A la edad de 18 años comenzó sus estudios de Dirección Orquestal con el
maestro Juan Carlos Lomónaco.
A los 19 años hizo su debut como director con la Orquesta de Cámara “Vida y
Movimiento” dirigiendo la Suite St. Paul de G. Holst.
A los 20 años se presentó en el Palacio de Bellas Artes de ciudad de México
Dirigiendo la Orquesta Sinfónica “Ollín Yoliztli”
En agosto de 2001 participo en el curso de piano y música de cámara en la
prestigiosa “Internationale Somerakademie Universitat Mozarteum Salzburg” en
Salzburgo, Austria.
En el 2003 obtuvo una beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de San
Luis Potosí en la categoría de “Desarrollo Artístico Individual”
En marzo de 2005 fue seleccionado para realizar una audición en “Indiana
University School of Music” en los Estados Unidos de Norteamérica, para dirigir la
Orquesta Sinfónica de dicha Universidad dirigiendo “El Moldavia” de B. Smetana
y la Sinfonía No.4 de L.V. Beethoven.
Como pianista se ha presentado en prestigiosos foros de la ciudad de México tales
como el Palacio de ex - arzobispado, El Alcázar del castillo de Chapultepec,
Museo José Luis Cuevas, Museo Diego Rivera “Anahuacalli”, Sala Xochipilli de la
ENM, entre otros.
Recientemente concluyó sus estudios de Licenciado en Piano en la Escuela
Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Mexquitic en la Revolución Mexicana
Autores: Antonia Cerda Martínez y Agustín Zapata Hernández
San Luis Potosí, agosto de 2010
MEXQUITIC EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA
Los sucesos que enlazan a Mexquitic con el movimiento social armado que
posteriormente se denominó Revolución Mexicana no trascienden más allá de sus
límites al no estar en conexión estrecha con lo que pasó en el país. Fue un lugar
más envuelto en el gran movimiento, como lo fueron incluso las más recónditas
poblaciones.
Lo que si fue de trascendental importancia tanto en este municipio como en
el estado fue el logro, temprano si se quiere, de una de las demandas sociales
más apremiantes: el fin del latifundio y el consecuente reparto agrario a los
campesinos en una fecha como 1923, quince años antes de los repartos agrarios
históricos que hiciera el presidente general Lázaro Cárdenas alrededor de 1938.
La participación de los mexquitenses en el proceso revolucionario se dio de tres
maneras, a saber:
A) Aquellos cuya lucha se circunscribió a la región
B) los que siendo originarios del municipio fueron ganados para la causa en la
región lagunera y regresaron a luchar con las armas en la mano a su
región de origen
C) los que siendo originarios de aquí destacaron en la lucha revolucionaria,
pero en frentes situados en otras partes del país.
Con el estallido del movimiento armado a consecuencia del llamado que hiciera
don Francisco I. Madero a toda la nación, en una pequeña población de Mexquitic
que había adquirido importancia a consecuencia de haber quedado como estación
ferroviaria del tren que iba de San Luis Potosí a Aguascalientes, llamado Justino,
había una familia de clase media cuyo jefe era don Anastacio García, padre de
varios hijos, uno de los cuales se unió a la revolución y que fue Pedro García.
Pedro García con un grupo de hombres, entre los que destacaban los
hermanos Balderas, Florentino Flores y Crescencio Ortiz se levantó en armas, en
1911, quizás sin bandera política pero adherido al maderismo triunfante, a cuya
política de desarme se replegó. Como recompensa a la adhesión, el gobernador
maderista de San Luis Potosí, lo premio con la presidencia municipal en 1912.
Pedro volvió a las armas en 1913 bajo la bandera del carrancismo, cuando
el ejército federal comandaba pequeños grupos armados que, unidos a otros más
grandes y procedentes del norte del país, combatían por la región de General
Cepeda, en el sur de Coahuila. En esta período ya lo acompañaba su hermano
menor, el adolescente Pilar García. Por esta época es también cuando realizó los
asaltos a las haciendas de Guanamé, Cruces y La Parada, en los municipios de
Venado, Moctezuma y Ahualulco, en el altiplano potosino. Paralelo a esto se
manejó como cacique de Mexquitic, pues es él quien puso y quitó presidentes
municipales entre 1914 y 1916. El suceso de su muerte no queda claro, pues en
las memorias de Pilar García, éste dice que Pedro murió en un enfrentamiento
militar en 1917 en Concepción del Oro Zacatecas y en las entrevistas que realizó
David Frye, que el suceso ocurrió en 1915.
Otros sucesos tienen nexos con la región lagunera, en el sentido de que
varios rebeldes llegaron de allá para formar sus grupos armados aquí; es el caso
de José Moreno, bandido social que incursionaba por el rumbo de la hacienda de
Cerro Prieto y que el 14 de marzo de 1914 fue muerto al intentar uno de tantos
asaltos. En la comunidad de la Tapona actualmente se le recuerda como uno de
los agraristas a cuya actividad revolucionaria le deben la tierra ejidal que ahora
poseen. Originarios de la región, también procedentes de la Laguna fueron jefes
de pequeñas bandas armadas como Baldomero Zarazúa que fue perseguido
hasta darle muerte por la misma guardia de la hacienda de Cerro Prieto.
Dionicio Zarazúa, que nacido en la comunidad de Rincón de San José de
este municipio, desde muy pequeño emigró también a La Laguna donde se enroló
en 1910 al movimiento armado revolucionario, llegando a ser jefe de la artillería
villista al mando del general Tomás Urbina, bajo cuyas órdenes combatió en
Ébano San Luis Potosí contra las tropas carrancistas, donde murió.
Un caso similar fue, y con mucho, el de Emiliano Z. López que habiendo
nacido en la comunidad del Corte del municipio de Mexquitic, desarrolló su obra
revolucionaria en el estado de Sinaloa, donde se integró desde 1909 a los grupos
maderistas, llegando a ser, identificado como carrancista, presidente municipal de
la villa de Sinaloa (hoy Sinaloa de Leyva), diputado local y diputado federal.
Con la ocupación que hizo don Venustiano Carranza de la silla presidencial,
la vida de Mexquitic volvió a la normalidad, esto es, la estructura en el campo
siguió siendo dominada por la hacienda; los peones siguieron acasillados aunque
ya mínimamente protegidos por ciertas leyes, como el pago de un salario mínimo,
la libertad de ya no comprar en la tienda de raya y otras.
Las haciendas que rodeaban al municipio como Parada, San Francisco,
Peñasco y Valle Umbroso, así como las que estaban dentro, como parte de la
propia Parada, San José del Corte y Bellavista, retornaban a una etapa de
recuperación cuando se dieron sucesos a nivel nacional que en un mediano plazo
vinieron a cambiar toda esa estructura.
Después de la muerte de Emiliano Zapata y como consecuencia de la
oposición de Venustiano Carranza a la candidatura a la presidencia de la república
del general Álvaro Obregón, este buscó apoyos en todas las fuerzas políticas que
existían en el país, y el zapatismo, vivo en las personas de Antonio Díaz Soto y
Gama, Gildardo Magaña, Genovevo de la O y otros no era una de ellas que se
pudiera despreciar. A cambio del apoyo que recibiera de ellos, el candidato se
comprometió, si no a realizar, si a apoyar la promoción del reparto de tierras a los
campesinos del país. Una vez en la presidencia, El general Álvaro Obregón no se
opuso a la promoción agraria que hicieron los herederos de don Emiliano Zapata y
entre los que se encontraba el licenciado potosino Antonio Díaz Soto y Gama.
Éste último, primero como candidato y luego ya como diputado federal se dedico a
promover en todo el estado la entrega de tierras a los campesinos.
Quizás exagere al sugerir que la lucha empezó de cero, pues en casi cinco
años de relativa paz carrancista, los hacendados estaban en un momento de
confianza, después de haber tomado las riendas de la producción, y contando con
el apoyo de los gobernadores Juan Barragán y Severino Martínez que habían
reducido el peligro que representaban los líderes agraristas en el estado.
Así el líder agrarista zapatista se puso en contacto con todos aquellos
hombres de antecedentes revolucionarios que habían participado de alguna
manera en el movimiento armado desde la primera mitad de la década de 1910.
En Mexquitic el zapatista potosino Antonio Díaz Soto y Gama se puso en contacto
con don Anastacio García habitante, como ya se dijo, de la estación de Justino.
Don Anastacio ya era viejo, pero al agradarle la idea de que los campesinos
tuvieran tierra, cedió la encomienda a su hijo Pilar.
Después de Soto y Gama, fue don Pilar quien primero aglutinó a todos los
posibles líderes agrarios regados por el municipio y después los puso a promover
entre toda la población la idea de luchar, no ya contra el gobierno, sino
únicamente contra el hacendado, para quitarles las tierras de sus respectivos
latifundios. Líderes locales coordinados y subordinados a don Pilar García fueron
entre otros:
Pedro V. López y Pablo H. Balderas, de Corte Primero
Hipólito Rivera y Mateo Palacios, de Ranchería de Guadalupe
Eulogio Rodríguez, de Carrizal
Timoteo Patena, Maravillas
Victoriano Blanco y Felipe Ramírez de Estanzuela
Albino Quirino de Jaral
N. Domínguez, de San Marcos
José María Hernández y Serapio Escandón, de Picacho
Andres Martínez, de Tapona
Hilario Ramírez y Pedro Martínez, de Corte Primero
Urbano Ávila, de San Pedro Ojo Zarco
Juan y Luis Hernández, de Palmar Primero
Perfecto Milán y de Rincón
Barbarito Palomo de, Valle Umbroso
Antonino Serrano de, Palmar Segundo
Jacinto Hernández de, Mexquitic
Juan Martínez de Cerro Prieto
Las primeras solicitudes de tierras que se hicieron de Mexquitic a la
Comisión Local Agraria datan de mediados de 1921. Puede considerarse que el
gobierno federal estaba, por lo menos en nuestro estado, a favor del reparto
agrario, porque nunca hubo trabas insalvables durante el proceso solicitud-
entrega; además que no es mucho tiempo el que corre desde la primera solicitud
hasta el día de la entrega provisional de tierras a los campesinos mexquitenses,
que fue el 13 de septiembre de 1923, durante el periodo de gobierno estatal del
licenciado Rafael Nieto. A partir de ese año cambió totalmente la faz de nuestro
estado; incluido Mexquitic. Las haciendas que desde su proceso de formación
durante el siglo XVII hasta su afianzamiento y encumbramiento durante el
porfirismo habían formado la estructura agraria del estado, ya no existían. Así, en
Mexquitic la hacienda de la Parada, cuya historia está entrelazada con la del
estado y del país, a lo largo de más de tres siglos, inició su agonía en 1923 para
morir por completo con los saqueos que hicieron los campesinos a su centenario
casco o casa grande en 1929. Igualmente son solo ruinas los cascos de El Corte,
Valle Umbroso, Bella Vista y Peñasco. Ya no se oye decir el amo Encarnación o la
niña o la amita Petronila, sino el señor comisariado ejidal fulano de tal.
Tampoco se habla de los campesinos armados por los hacendados para ir
a combatir a los rebeldes como sucedió durante la guerra de independencia, sino
del deber que tienen los ejidatarios de apoyar al gobierno que les dio la tierra. Así
sucedió en el año de 1924 que el gobierno del propio Álvaro Obregón reclutó a
todos los nuevos poseedores de tierra en el estado para llevarlos como soldados a
enfrentarlos contra las balas de los rebeldes que encabezó don Adolfo de la
Huerta. En Mexquitic buena parte de los ejidatarios pagaron su cuota yendo a
pelear bajo las órdenes del profesor Graciano Sánchez Romo. También en 1929,
cuando fueron nuevamente reclutados por el gobierno federal para ir al estado de
Jalisco a combatir contra los cristeros, periodo en que iban como oficiales del
ejército campesino los propios líderes locales agrarios que lo habían sido desde
1920, encabezados todos por el principal, Pilar García.
La justicia de la Revolución hacia los campesinos mexquitenses se sella
con la entrega definitiva de tierras que hace el presidente Emilio Portes Gil
acompañado de todo el gabinete presidencial en el propio pueblo de Mexquitic el
22 de septiembre de 1929.
Como ya dije antes, San Luis Potosí fue uno de sólo 4 estados que en la
década de 1920 fueron dotados de tierras los campesinos como consecuencia de
la destrucción de los centenarios latifundios.
Consideraciones finales
El crecimiento de de la hacienda del Corte, que se estaba dando a fines del XIX y
principios del XX, se hacía afectando las tierras de medianos propietarios entre
los que se contaba don Anastacio García, su hijo Pedro y la mayoría del grupo que
se le unió en la lucha. Probablemente el motivo por el que el grupo armado al
mando de Pedro García tomó las armas fue que la hacienda estaba haciendo
desaparecer ese pequeño sector que formaba la pequeña clase media campesina
de la región.
San Luis Potosí fue uno de los pocos estados del país en el que hubo entrega de
tierras a campesinos en una fecha tan temprana como 1923, después de la
inevitable desaparición de las haciendas. En el caso de Mexquitic se fraccionaron
y repartieron las haciendas de Parada, Cerro Prieto y Corte y parcialmente Valle
Umbroso, San Francisco y Peñasco. Los cascos o “casa grande” de ellas eran ya
ruinas cuando todavía florecía en la mayor parte del país la vida de hacienda.
Retomando el hecho de que la mayor parte de la vida rural mexicana seguía
girando en torno a la hacienda, en el estado de San Luis Potosí la vida cotidiana
en los ejidos había cambiado totalmente en el sentido de que la preocupación de
los campesinos estaba diversificada en la intención de satisfacer muchas
expectativas, como la educación para niños y adultos, la importancia del aseo
personal la formación y mantenimiento de cooperativas de consumo y la
celebración de fechas del calendario cívico nacional. Es significativo el hecho de
que en 1925 los ejidatarios de Corte Segundo del municipio de Mexquitic hicieron
una “excitativa” a todos los ejidos que existían en el país para que dé entre sus
diversas actividades, dieran prioridad a la educación de niños y adultos, misma en
la que ellos estaban obteniendo excelentes resultados.
DATOS PERSONALES
Antonia Cerda Martínez, originaria de Rincón de San José, Mexquitic de
Carmona, San Luis Potosí.
Formación académica
En 2002 inicié la carrera de Licenciatura en Historia, en la Coordinación de
Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis
Potosí, terminando en diciembre de 2006, fecha en la cual se me entregó carta de
pasante, formando parte de un grupo de nueve alumnos de la primera generación
en esta disciplina. En marzo de 2008 presenté mi examen profesional con el tema
de tesis “Reparto Agrario en Ahualulco y Mexquitic, S.L.P. El caso de la
Hacienda La Parada, 1921-1940” siendo aprobada por unanimidad de votos. En
el mismo año el trabajo se envió al Certamen 20 de Noviembre que organiza el
Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Cultura para que participara,
obteniendo el premio de Investigación Histórica “Francisco Peña” por unanimidad
de votos sobre trabajos de maestría y doctorado.
En octubre de 2008 participé en un seminario titulado “Tierras de Haciendas siglo
XIX Y XX”, organizado por el Colegio de San Luis y coordinado por los Drs.
Antonio Escobar Ohmstede y José Alfredo Rangel Silva con el trabajo titulado
“De Mexquitic el Bajo a San José del Corte”.
Elaboración de un trabajo sobre la comunidad de Rincón de San José titulado
“Un Rincón con mucha historia” donde se reúnen datos sobre actividades
productivas, educación, viviendas, servicios, participación en movimientos
armados y la búsqueda de la genealogía algunas familias desde 100 hasta 200
años.
Actualmente investigó sobre líderes agrarios de la década 1920 de los municipios
de Mexquitic de Carmona y Villa de Reyes y sobre la colonia americana en la
fundición ASARCO ubicada en Morales.
Experiencia Laboral
Desde septiembre de 2005 hasta la fecha, estoy colaborado en un proyecto que
coordina y dirige la Dra. Isabel Monroy Castillo en IMMSA de C.V. Mi labor
consiste en, ordenar, clasificar, capturar y codificar documentos.
Agosto de 2010, San Luis Potosí, S.L.P.
El FERROCARRIL MINERO EL POTOSÍ Y RÍO VERDE (EL PIOJITO) 1898-1949
Ing. Geólogo RAÚL PALACIOS GARCÍA
Especialidad: Geología Económica
Agosto de 2010
ÍNDICE
BOSQUEJO HISTÓRICO 3
VÍAS DE COMUNICACIÓN 5
EL FERROCARRIL EN MÉXICO 7
COMPAÑÍA METALÚRGICA MEXICANA (CMM) 8
EL FERROCARRIL EL POTOSÍ Y RÍO VERDE 10
ARQUEOLOGIA INDUSTRIAL 15
Bibliografía 20
BOSQUEJO HISTÓRICO
Como resultado de la pacificación de la Gran Chichimeca, se fundó primero el
asentamiento guachichil de San Luis y en el año de 1592 se descubrieron las
minas del Cerro de San Pedro, en donde se encontraban las vetas, no había agua
y esa fue la razón por la que los españoles tuvieron que establecer el pueblo de
San Luis a unas cuatro leguas del lugar.
Todas las alcaldías mayores y corregimientos novohispanos contaron con un
centro administrativo, en el caso de los reales mineros, estos generalmente
estuvieron ubicados en el centro productor de los metales. Tales fueron los casos
de Zacatecas y Guanajuato. A diferencia de ellos, el pueblo español y sede de la
Alcaldía mayor de San Luis Potosí hubo de ser fundado a cuatro leguas del cerro
de San Pedro, a ello se debe que aunque el cerro estuvo habitado sobre todo por
los operarios de las minas, en este residía un teniente del alcalde mayor y contaba
con parroquia, la mayor parte de la población de la alcaldía se asentó en los
alrededores de dicho pueblo. La mayoría de los mineros residían en el pueblo de
San Luis, principal centro comercial de la alcaldía, además de centro
administrativo. La minería permitió no solo el surgimiento de los asentamientos
sino determinó la estructura económica y territorial, por lo que vimos emerger un
centro de población con actividades no eminentemente agro ganaderas sino de
servicios y equipamientos, como es el pueblo de San Luis Potosí, constituyendo el
centro económico y de desarrollo regional denominado Eje Cerro de San Pedro-
San Luis, que se quedo expresado en la denominación Real y Minas de San Luis
Geográficamente la región estudio denominada Eje San Pedro-San Luis se ubica
en la porción centro-suroeste del estado de San Luis Potosí, queda comprendida
entre las coordenadas geográficas 22° 01´00´´ y 22° 15´00´´ de latitud norte y
101° 02´ 00´´ y 100° 35´ 00´´ de longitud al oeste de Greenwich y cubre una
superficie aproximada de 1,204 km2 . Políticamente se ubica en los municipios de:
San Luis Potosí, Cerro de San Pedro, Soledad de Graciano Sánchez, San Nicolás
Tolentino y Villa de Zaragoza. Es conformada en la porción occidental por las
sierra de Álvarez y en la oriental por la Sierra de San Miguelito, la parte central la
constituye una planicie denominada Valle de San Luis, donde prevalece un clima
templado y seco.
El poblado de Cerro de San Pedro ante estas circunstancias, requería que los
mineros hicieran erogaciones extraordinarias, por el transporte del metal y para
llevar bastimentos para la producción al Cerro, así como para abastecer de
víveres a la gente que laboraba en las minas y que vivía allí. Para facilitar esta
actividad y para llevar los metales a las haciendas de beneficio, se requirió de la
construcción de un camino que permitiera el transito tanto de gente, como de
animales y carretas.
Dicho camino comenzó a construirse en 1593, por instancia del primer alcalde
mayor de San Luis Potosí, Juan de Oñate y los diputados de la minería, quienes
establecieron un contrato con Cristóbal Sánchez para ese fin. El camino partiría de
San Luis, pasaría por San Pedro y llegaría hasta donde tenía sus ranchos, casas y
cuadrillas el capitán Miguel Caldera, es decir hasta el Monte Caldera, se
terminaría de construir en enero de 1594 y se esperara que circularan por él,
carretas con cuarenta quintales de metal. 1
Los caminos, eran fundamentales para la distribución de los bienes e insumos,
cuya eficiencia dependía de su protección ante los chichimecos y asaltantes, de
sus condiciones materiales en temporada de lluvias. La Ordenanza de Minería
pide que los caminos reales y comunes de las minas o a otras minas se fabriquen
y se aseguren a “costa de los dueños de las minas y haciendas, de los arrieros y
pasajeros si fuese justo”.2
Vías de Comunicación
Para la teoría económica, el desarrollo de un economía de mercado resulta de
fundamental importancia la existencia de un sistema de transportes, en un sentido
metafórico podemos decir que los transportes acortan distancias, pues agilizan el
flujo de personas, materias primas y productos manufacturados
Los mineros trataban de asegurar el transporte constante de sus metales a las
haciendas de beneficio, así que establecían contratos mediante los cuales los
dueños de las recuas se comprometían por un buen tiempo a acarrearlos. Un
ejemplo es el de Alfonso Fernández de la Vega quien en 1598 contrato a Domingo
Rodríguez para que con su recua llevara los metales a una hacienda situada en el
pueblo de san Luis, a cuatro tomines y medio la carga de tres quintales durante el
año. Para el minero eran más provechosos los contratos con los arrieros por un
tiempo determinado que regularmente eran por año. También se hacían con los
rancheros quienes los abastecían de carbón.3
A fines del año 1690-92, el alcalde mayor de San Luis Potosí, don Alfonso Muñoz
de Castilblanque, con objeto de impulsar la minería, por su cuenta arregló el
camino desde el descargadero hasta las primeras casas del Cerro de San Pedro,
para poder transportar la madera para la obra del tiro junto a la mina de San
Cristóbal del Tajo.4
México aparecía en la primera mitad del siglo XIX como un estado
excepcionalmente urgido de buenas comunicaciones. Este enorme retraso se
reflejaba particularmente en el estancamiento del comercio cuyos artículos no
podían circular sino a base de vencer, con trabajos a veces inauditos, las ásperas
barreras de las alcabalas y las enormes distancias del territorio nacional.
Uno de los constructores del México moderno y liberal, don Benito Juárez,
advertía con suficiente nitidez la apremiante necesidad que existía de hacer
circular la riqueza económica, estancada o de difícil movimiento. En su exposición
al Congreso de Oaxaca en 1848 siendo gobernador del Estado, afirmaba: “Yo veo
que es fácil destruir las causas de esta miseria. Facilitemos nuestra comunicación
con el extranjero y con las demás Estados de la República, abriendo nuestros
puertos y nuestros caminos; dejemos que los efectos y frutos de primera
necesidad, de utilidad y aun los de lujo, se introduzcan sin gravámenes ni trabas, y
entonces lo habremos logrado todo.5
Los medios de transporte.- del latín trans, a través, y portare, llevar- sirven para el
traslado material de las cosas y de las personas. El trasporte implica dos factores:
un vehículo o unidad de transporte y un medio en el cual o sobre el cual moverse.
Así las vías se clasifican en: vías terrestres: carreteras, ferrocarriles, vías
subterráneas, túneles para peatones, etc.
El trasporte puede definirse como el acarreo de personas y objetos de los lugares
en que son menos útiles a los lugares en que son más útiles. En el caso de los
productos, el último de estos lugares es, generalmente, aquel en que se
consumen o se trasforman por algún proceso de manufactura. Con las personas
es el lugar en el cual sus servicios personales pueden prestarse con la mayor
ventaja, o donde el placer se obtiene con mayor facilidad.
El Ferrocarril en México
Los mayores progresos en esta ciencia dinámica se han realizado a partir de la
revolución industrial. La llamada era de vapor ha sido testigo del triunfo de los
ferrocarriles sobre los vehículos de tracción animal.
Trasportando una tonelada de mineral de la mina al consumidor se realiza el
último paso en el proceso productivo. Se admite que el minero el agente
productivo; él encuentra el mineral y lo lleva a la superficie lo limpia hasta cierto
grado y su función. Es el ferrocarril el que completa la función de producción. Aquí
está la relación que existe entre la producción y el trasporte.6
Respecto al inicio del ferrocarril en México, citaremos lo que dice el Proyecto del
General Alberto Pike, con relación John W. Staar Jr. En su obra “Cien años de
Ferrocarriles Americanos” publicada en Nueva York en 1928, dice que el General
fue el primero en proponer la convención para el ferrocarril al Pacifico, y logro que
se expidiera una concesión para un ferrocarril que tuviera como terminales la
costa del Pacifico en San Francisco y Guaymas. De lo anterior se desprende que
antes de 1836 en Estados Unidos se pensaba en llegar a un puerto Mexicano del
Pacifico, como terminal de su primer sistema transcontinental. En México no se
daba aún la primera concesión para construir un ferrocarril, ya que el Gobierno de
don Antonio Bustamante dio a don Francisco de Arriaga para construir un camino
del hierro de México a Veracruz, tiene fecha 22 de agosto de 1837.
Los inversionistas norteamericanos veían con recelo la intervención del capital
ingles en la construcción del ferrocarril de México a Veracruz. Además les
sorprendía la actitud del gobierno mexicano que se mostraba reacio a abrir las
puertas al capital norteamericano y no simpatizaban, en forma alguna, con el
proyecto de construir un ferrocarril de México a la frontera del Norte.7
En 1880 fue el año de las grandes concesiones haciendo un lado los temores y
desconfianzas por el capital norteamericano firmó las dos más grandes
concesiones en nuestra historia ferroviaria. El 8 septiembre se otorgo a la
Compañía del Ferrocarril Central Mexicano para construir una línea de anchura
normal de México a El Paso, tocando Querétaro, Celaya, Salamanca, Irapuato,
Guanajuato, Sílao, León, Aguascalientes, Zacatecas, y Chihuahua, así como un
ramal pasando por Guadalajara. Seis días después el 13 de septiembre, la
Compañía Constructora Nacional Mexicana obtuvo concesión para construir una
línea de vía angosta de México a Manzanillo, tocando Toluca, Maravatío,
Acámbaro, Morelia, Zamora y la Piedad; y otra a Laredo tocando San Luis Potosí,
Saltillo y Monterrey.8 Entre 1880 y 1890 se construyeron dos líneas más hacia la
frontera norte del país; la de México a Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez), del
Ferrocarril Central Mexicano; y la que llego a Piedras Negras del Ferrocarril
Internacional Mexicano. Vinieron a constituir la columna vertebral del ferrocarril en
México.
La Compañía Metalúrgica Mexicana (CMM)
Con las modificaciones durante el Porfiriato, al marco institucional mexicano, se
preparo un terreno favorable para la promoción del sector minero, la modificación
del código de comercio en 1987, se estableció la reducción de impuestos a la
minería de plata a las plantas de superficie y otras propiedades, así como al
transporte de minerales. Esta oportunidad no paso desapercibida para Robert S.
Towne inversionista norteamericano y solicita al gobierno mexicano la concesión
para construir fundidoras en México. En mayo obtuvo la concesión para construir
cinco plantas metalúrgicas en el país, y un ferrocarril de 128 km con ruta de
Escalón a Sierra Mojada (Coahuila), de las cinco autorizadas, solo dos fueron
construidas; una en San Luis Potosí y la otra en Puebla. El 3 de julio de 1890
formó la sociedad denominada Compañía Metalúrgica Mexicana (CMM), con la
finalidad de realizar transacciones necesarias para instalar y desarrollar su
proyecto y convertirlo en un centro empresarial.9
En 1890 Towne celebro un contrato con el gobierno federal para establecer una
metalúrgica en San Luis Potosí.10 Esta compañía eligió la ciudad de San Luis
Potosí, por su situación geográfica, buenas vías de comunicación sobre todo las
ferroviarias y su cercanía con las minas de Cerro de San Pedro. La vía férrea fue
vital en la conformación del área minera y metalúrgica manejada por la CMM, el
enlace de la empresa con el país y el extranjero se logro gracias a la unión de una
vía férrea hasta la línea del Ferrocarril Nacional Mexicano y quedo enlazado con
las ciudades de México y Laredo. Por otro lado quedo enlazada con las ciudades
de Aguascalientes y Tampico por la línea del Ferrocarril Central Mexicano.
La hacienda comenzó sus trabajos de beneficio en marzo 1892, funcionando con
cinco hornos. Los impactos positivos del establecimiento de la CMM registraron en
la acuñación y exportación de plata, un millón trescientos mil pesos para la
primera y la segunda tres millones cuatrocientos mil. El objetivo de la hacienda
inicialmente fue el procesamiento de minerales de cobre procedente de Coahuila,
Chihuahua, Nuevo León y Zacatecas de minas propiedad de la CMM. De la mina
Veta Rica Sierra Mojada enviaban alrededor de 2,500 ton mensuales de mineral a
San Luis. También llegaba mineral esporádicamente de minas de San Pedro y
Pablo N, L.
En el año de 1897, Towne constituye la empresa subsidiaria denominada Álvarez
Land & Timber Company, sus principales accionistas George Foster Peabody,
Charles J. Nourse Jr. y Robert S. Towne con sede en Nueva York, por medio de
la cual compra el rancho Los Álvarez 2930 ha11 de donde obtenía leña y carbón
para la fundición y minas propiedad de la CMM.
El Ferrocarril El Potosí y Río Verde
El antecedente del ferrocarril El Potosí y Río Verde, se encuentra en la sección de
Concesiones 11 de junio de 1883, para una ruta entre Potrero y Cedral.
Posteriormente la concesión del ferrocarril de Cedral, Matehuala y Río Verde se
dio a don Pedro Diez Gutiérrez en 20 de octubre de 1886, por 99 años a partir de
esta fecha.12
Para el 13 de abril de 1898 Robert S. Towne obtiene la concesión para la
construcción y explotación del ferrocarril Vanegas al Cedral, Matehuala y Río
Verde, que después de varias modificaciones quedo como El Ferrocarril Potosí y
Río Verde.13 Estipulado en el articulo 15 concesión No. 190, sin impuestos, vía
angosta, con locomotoras de vapor o eléctricas, derecho de vía de 7.50 m por
lado, de servicio público, longitud de 66 millas, no hay obligación del pago de
impuestos los primeros 15 años. La línea partiría de la ciudad de San Luis Potosí y
terminaría en un punto conveniente del Distrito de Río Verde, para uso exclusivo
del ferrocarril se construirá un telégrafo o teléfono, la duración de este contrato
será de noventa y nueve años, contados desde el 4 de noviembre de 1886.
Towne solicito y le fue otorgada la exención de impuestos para el establecimiento
del ferrocarril Potosí Rio Verde14 La construcción, mantenimiento y manejo de este
ferrocarril estará a cargo de The Potosí and Río Verde Railway Company,
empresa subsidiaria constituida en 1899 con sede en Nueva York, con una capital
de 200,000 dólares, dividida en 2, 000 acciones de 100 dólares cada una, y tendrá
una longitud de 66 millas de vía angosta y operada con locomotoras de vapor o
eléctricas. Los principales accionistas; Robert S. Towne, George Foster Peabody,
Edward M. Shepard, A. Foster Higgins, Charles J. Nourse Jr. Herbert H. Dean,
Donald C. Brown, Samuel H. Ordway y Francis N. Holbrook.
La Compañía Metalúrgica Mexicana tenia contratos en el año 1904 con la
Compañía Minera Victoria y San José de Cocinera, para explotar las minas de
Begoña y Cocinera, una de ellas incluida en un contrato celebrado entre la
Compañía Minera San José de Cocinera y la CMM a través de Brown, en el que
se estipulo que el 16% de los beneficios le pertenecerían a la Cocinera durante los
primeros dos años, los siguientes siete años el 20%, y los restantes el 25% libre
de todo gasto de labores, extracción y entrega 52 La primera cedió los derechos
para explotar la mina por el termino de 16 años; la CMM se obligo a emprender los
trabajos en dos meses.15
El Ferrocarril El Potosí y Río Verde inician sus operaciones en 1901, dando
servicio de carga primero y posteriormente en 1904 también de pasajeros (mixto),
contaba con tres maquinas de las denominadas grandes, cinco chicas, cuarenta
furgones, cincuenta góndolas y tres cabuses. La ruta de este ferrocarril
corresponde a una serie de elementos estratégicos, funcionales, geográficos y
económicos de la CMM, como veremos a continuación; cabe mencionar que
nunca llego a Río Verde como se había planeado, con la ubicación de la fundición
de Morales a 6 km al poniente de la ciudad, conectada por un empalme desde su
fundación a las líneas ferroviarias del Central Mexicano y Nacional Mexicano,
denominada estación Santiago (km 0) ubicada al norte de la ciudad ya dentro de
la mancha urbana, donde inicia su recorrido al oriente hasta la estación Hacienda
El Carmen (km. 8) también propiedad de la CMM, continua a estación El
Portezuelo (km.14), de aquí sale un ramal al noreste de (7 km) a Cerro de San
Pedro donde estaba la Unidad Minera San Pedro propiedad de la CMM. La línea
prosigue en el (km 14) al oriente a escape Calderón (km. 18), y seguir a escape El
Divisadero (km. 21), continuar a escape La Morena (km. 24) y llegar a estación
San José de Gómez (km 29), donde continua a estación Puerto de la Huerta (km
37), ya en plena sierra de Álvarez y sigue hasta estación El Cuarenta y cinco (km
45) propiedad de la CMM depósito de agua y continuar subiendo a estación Los
Álvarez (km 53) donde la compañía CMM tenía un banco de cal y tres hornos ,
llegar finalmente a estación El Aguacatal (km.58) donde estaba ubicado el Rancho
Los Álvarez propiedad de la CMM y donde se tenía un aserradero , punto final de
la ruta y de aquí se regresaba a San Luis.
Los martes, jueves y sábados salía de Estación San Santiago rumbo a Cerro de
San Pedro las 7.00 am, el servicio era solo de carga, con veinticinco góndolas y un
cabus, regresando a las 17.00 de Cerro de San Pedro y llegar nuevamente a
Estación Santiago cargado de mineral a las 19.00 horas. Los días miércoles y
viernes iniciaba el recorrido a Estación Aguacatal (km 58) a las 6.00 am, para ello
vagones vacios, vagón de pasajeros y llevaba un carro tienda con personal de la
compañía que iba vendiendo o haciendo trueque en el camino, llegando a su
destino aproximadamente a las 11.00 horas, con la presencia del tren sobre todo
los miércoles se hacia un tianguis importante( la Álvarez Land & Timber Company
pagaba a sus empleados el miércoles) , porque bajaba gente de la sierra con sus
mercancías, más tarde el tren regresaba cargado de toda clase de mercancía
(arena, cal, carbón, leña, madera, quiote, maguey, gallinas, puercos, becerros,
vacas, caballos, mármol, piedra caliza, agua (tiempo de secas), maíz, frijol,
arbolitos (en época navideña), nopal, pieles y todo lo que pudiera ( se dice que por
esta razón le decían El Piojito, porque chupaba todo y su lentitud en la subida)
llegaba a Estación Santiago aproximadamente a las 19.30 horas. Realmente era
una fuente de suministro de todos estos materiales para mesones, negocios,
ranchos ganaderos, y en el ramo de la construcción.
El funcionamiento del ferrocarril estuvo estrechamente ligado al desarrollo y
dinámica de la Compañía Metalúrgica Mexicana. En 1905, la CMM era
considerada la empresa más grande de San Luis Potosí, tenia doce hornos de
fundición para oro, plata y plomo principalmente y un departamento especial para
producción de cobre, su capacidad de fundición era de 1,000 ton por día
empleando alrededor de 1,300 trabajadores sin contar los administrativos. Para el
año fiscal 1903-04 fundió 198,138 ton de mineral, respecto a la línea ferroviaria
obtuvo un total de 179,928.10 pesos por concepto de fletes y pasaje durante los
años fiscales 1904-1905.
En 1906 el Ferrocarril contaba con tres locomotoras, 130 carros de carga y uno de
pasajeros, que había trasportado desde su inicio 11 635 pasajeros y 149 616
toneladas de mineral. El tren realizaba dos viajes por semana, llevando un
promedio de 40 pasajeros por viaje. Respecto a la carga el tren realizaba tres
viajes por semana a Cerro de San Pedro, 144 viajes por año por seis años con un
promedio por viaje de 173 toneladas.16
En 1909 informe del gobierno de José Espinosa y Cuevas del 15 de septiembre
funcionaba el ferrocarril sin explotación de una manera satisfactoria y que no
aumento su recorrido ni sus equipos.17
Uno de los problemas que enfrento la CMM fue el surgimiento del movimiento
revolucionario, también intervino la muerte de Towne hacia 1916, hecho que trajo
como consecuencia que su socio Donald. D. Brown se quedara con el control de la
CMM. Hacia 1921 se había paralizado parte de sus actividades de extracción a
causa de la baja en el precio de los minerales.18 La inestabilidad política nacional y
las cada vez más fuertes protestas sociales influyeron en su desarrollo, como la
manifestación de inconformidad de los trabajadores por su deplorable nivel de
vida. Esto contribuyo a que ASARCO absorbiera a la CMM. En 1923. Junio, así
como un 30% de las acciones de la CMM, de esa manera ASARCO incremento su
capital social de 10 a 20.5 millones de dólares. Divididos en 205,000 acciones al
portador con valor de 100 pesos cada una.
La nueva compañía nombró oficiales con excepción del antiguo administrador
general Donald D. Brown, a quien conservo como vicepresidente. Se creó la
Towne Mines Corporation (TMC), con las subsidiarias Ferrocarril El Potosí y Río
Verde y la Álvarez Land and Timber Company el control quedo en manos de
ASARCO.
Otro dato importante el 10 junio al 15 de septiembre de 1917 permaneció cerrado,
porque había paro de labores en la fundición de Morales propiedad de la CMM.
En 1923 el ferrocarril fue adquirido por la compañía ASARCO misma que
construyó las plantas de arsénico y al año siguiente la de plomo.19
En el año 1926 según reportes del Ing. José Martínez la producción del primer
semestre del año fue de 34,468 ton con leyes de 8 gr/ ton de oro, 363 gr/ton de
plata y 5.5 % de plomo, el número de trabajadores en la mina era de 580 y el
jornal medio de $ 1.87 jornada de 8 horas. Podemos deducir que el ferrocarril El
Potosí y Río Verde funcionaba normalmente. Otro informe de 1935 Ernesto W.
Frenks dice que la Unidad San Pedro de ASARCO extrae 1000 ton por día, con un
valor arriba de 400 millones de dólares.
Al inicio de los años 30´ y parte de los 40´s, el ferrocarril dio servicio tipo turístico
los domingos, en las temporadas de primavera verano, el costo del pasaje era de
$ 2.50, las giras se programaban maestros y alumnos de la universidad, así como
distinguidos caballeros entre los que podemos mencionar; Gonzalo Benavente,
Luis Aguilar, Los Zamanillo, Antonio Pacheco, los Acebo, Antonio Lozano y otros
de las sritas. Sapian, Navarro, Mancilla, Páramo, Garibay, Bashis, etc.20
La mayor producción fue de 1930 a 1948, desafortunadamente, también hubo
contratiempos, en 1941 se presenta un incendio en el nivel 425, en 1946 otro entre
los niveles 425 y 450 aislado con tapones de madera y mampostería, el tercer
incendio 1947 en el nivel 400 y el quinto y último en el nivel 425.
El Ferrocarril El Potosí y Río Verde dejo de funcionar el 10 de enero de 1949 por
incosteable para sus propietarios. Uno de los factores de mayor peso fue el cierre
de la Unidad Minera San Pedro, debido a los incendios en el nivel 425.
Arqueología Industrial
Es necesario recuperar, conservar y divulgar todos aquellos elementos propios de
la actividad extractiva que ha tenido un protagonismo en el desarrollo del estado.
Particularmente en lo referente a la herencia histórica, cultural y tecnológica
generada por el Ferrocarril Minero El Potosí y Río Verde así como su integración
al patrimonio cultural del Estado.
Por ello uno de los objetivos de este trabajo, hacer un inventario de las maquinas y
herramientas, que en su momento fueron protagónicas de esta ferrocarril tan
dinámico. Se afortunadamente se logro ubicar cuatro maquinas de la
denominadas grandes y tres de las chicas Porter Light.
Esta línea ferroviaria contaba con 5 maquinas denominadas chicas de vía
angosta, construidas por H.K. Porter Company, las maquinas No. 4 y 5 Light
fueron utilizadas principalmente para hacer maniobras por su versatilidad en la
fundición de Morales, todavía en los años 60´s, la No. 4 estaba en operación y se
utilizaba para transportar y vaciar la grasa por las noches, era realmente un
espectáculo. La maquina No. 1 Porter light se utilizo principalmente en la Sierra de
Álvarez, se tendía su vía angosta para un lado y para otro dentro del bosque para
el acarreo de madera y leña para el aserradero. Las maquinas No. 2 y 3 fueron
utilizadas en la Unidad San Pedro para el acarreo de mineral de los diferentes
puntos de explotación a la zona de carga del Ferrocarril El Potosí y Río Verde.
La Mtra. Guadalupe Salazar González da una referencia importante al considerar
los espacios arquitectónicos como memoria histórica, como monumentos, donde
la arquitectura ha sido uno de de los elementos que nos proporcionan información
sobre la cotidianidad de las personas, la visión del mundo, sus actividades y su
concepto sobre la habitabilidad y espacialidad.21
Estos conceptos tienen aplicación en las construcciones del Ferrocarril El Potosí y
Río Verde, y me llevaron a elaborar varias hipótesis, para reconstruir sus
espacios y morfología, al preguntarme cómo funcionaba, que faltaba que les
sobraba. Se menciona solo una descripción, como ejemplo de cada una de ellas.
Estación Santiago Km. 0:
Localización y datos generales:
Se ubica en el municipio de San Luis Potosí, S.L.P., al norte de la ciudad, en el
antiguo barrio de Santiago actualmente está rodeada por la mancha urbana.
Relación funcional regional:
Uno de los puntos importantes del Ferrocarril El Potosí y Río Verde, donde salían
y llegaban los pasajeros además se realizaban las maniobras de descarga,
reabastecimiento y mantenimiento a todo el equipo rodante. Otro dato no menos
relevante aquí se realizaba el enganche de los vagones de carga con mineral
procedente de Cerro de San Pedro, para llevarlos con otra máquina hasta la
fundición Los Morales.
Descripción general del conjunto:
El lugar sigue siendo tan pintoresco y colorido como años anteriores, con una
construcción a base de muros de mampostería, enmarcamientos y esquinas de
piedra volcánica, con techos de madera y lamina a dos aguas, en sus pasillos
existen dos las bancas de madera para los pasajeros, otra construcción importante
es la casa del Superintendente ahora rodeados de frondosos árboles, existe
también el tinaco para agua circular sobre una base metálica. El Ferrocarril Central
construyo una estación denominada Los Morales, esta se encuentra perpendicular
a la vía del ferrocarril y a escasos 200 m de la Estación Santiago. El inmueble
tiene forma rectangular, fue construido a base de muros de mampostería,
enmarcamientos y esquinas de piedra volcánica, los techos son planos de bóveda
escarzada. Se realizo la descripción de cada una de las estaciones intermedias,
pero considero importante mencionar algunos testimonios orales de personas que
tuvieron la oportunidad subirse a este tren en particular.
Con este trabajo se pretende despertar el interés para el proyecto de construcción
de una ciclo pista turística, que comprende el rescate del bordo o terraplén y
estaciones del Ferrocarril Minero El Potosí y Río Verde, que tuvo una importante
presencia económica –minera de 1898 a 1949.
Tomando en cuenta su excelente ubicación geográfica y el desnivel topográfico
(600m) de esta ruta ferrocarrilera, se pretende construir; una ciclo pista
especialmente para caminantes y ciclistas; aprovechando las estaciones originales
del ferrocarril que se ubican en parte del bosque de confieras de la Sierra de
Álvarez, que ahora serán nuevamente centros de descanso, esparcimiento y
abastecimiento. Dentro de un marco que valore el medio ambiente y la calidad de
vida. Somos conscientes de la magnitud de la obra y en ese sentido estamos
haciendo nuestro mejor esfuerzo por lograr que cada día se sumen más personas
e instituciones a este gran sueño por salvar y estudiar nuestro patrimonio industrial
con la esperanza de contribuir al enriquecimiento del conocimiento histórico,
Otro de los resultados, es la obtención de una serie de testimonios orales de
personas que tuvieron la oportunidad subirse al tren como comúnmente se dice,
pero en esta ocasión de daremos oportunidad al Sr. Benito Rangel Tristán de que
nos platique su experiencia. Menciona que la primera vez que vio al Piojito tenía 6
años, sus familiares trabajaban en el ferrocarril, incluso que había nacido en la
estación El 58 y su padre y abuelo; Nemesio Rangel y Ricardo Rangel Pérez
respectivamente, el primero junto con su tío fue Cabo de Vía del Ferrocarril El
Potosí y Río Verde, en el tramo de vía de la Estación El 37 hasta la estación El 29
recuerdos precisamente la estación El 29, cuando pasaba el Tren, por cierto
despacio pues es pura subida, y eso permitía echarse una mocolita, bueno el tren
estaba conformado por una máquina de vapor que jalaba los vagones de;
pasajeros, y carga (animales menores gallina, puerco, vacas, caballos, etc.),
vagón tienda- paquetería, góndolas (arena) y cabus. El vagón tienda propiedad de
la compañía adonde acudían los pobladores del lugar y puntos aledaños a realizar
sus compras de mandado, más bien trueque ya que en ocasiones no ajustaban
con dinero y se completaba con especie. El recuerdo de más impacto que tiene el
niño Benito era el de poder dulces en el tren (primero tener dinero) y luego tiempo-
espacio porque el que compro, compro; el tren se detenía poco tiempo y luego iba
avanzando poco a poco, si no lo alcanzabas había que esperarse hasta el otro
miércoles que subía el tren para poder comprar el dulce anhelado por el niño
Benito. También Don Benito nos platico sobre don Cacahuate y precisamente
sucedió en la estación El 37, le dijo a Doña Cacahuata yo te voy a detener el tren
para que puedas subí, así que ponte lista, Doña Cacahuate ni tarde ni perezosa
que echa el brinco y se sube, pero don Cacahuate no alcanzo a subirse así que se
fue colgando hasta la estación El 29 y dónde lo ve Doña Cacahuata y le dice que
paso no te pudiste subir, como que no, lo que pasa que tu no me avisaste que ya
estabas arriba
Bibliografía
1 Camino de San Luis a las minas del Potosí, en Velásquez, Colección de
documentos 1, 258 y 259.a
2 Ordenanzas de Minería, óp. cit., art. 9 Titulo XIII, pp. 136-137.
3 AHESLP. Escritura en la que Domingo Rodríguez se compromete acarrear
metales de Alfonso Fernández de la Vega desde el Cerro del Potosí a la hacienda
de sacar metales del pueblo de San Luis. 1598, A 43, 6, F, I.
4 Primo F. Velázquez, Historia. óp., cit., vol. 2 p. 284
5 Alfredo B. Cuellar, La situación financiera de los ferrocarriles nacionales de
México. Tesis de Licenciatura en Economía, UNAM. 1935. pag.6 y7.
6 Alfredo B. Cuellar, La situación financiera de los ferrocarriles nacionales de
México. Con relación al trabajo. Pág. 8 y 9.
7 Relaciones económicas entre México y Estados Unidos. 1870-1910. Jorge
Espinosa de los Reyes. Nacional Financiera 1951.
8 Alfredo B. Cuellar, La situación financiera de los ferrocarriles nacionales de
México. Tesis de Licenciatura en Economía, UNAM. 1935. Pág. 85 Ferrocarriles.
9 James E. Fell Jr. Robert S.Towne y la Compañía Metalúrgica Mexicana; Un
estudio de caso en empresa internacional. Vetas, año III, núm.7, enero-abril,
2001.pp. 101.
10 AHESLP, SGG Manuscritos, Leg. 1890, agosto, 1 “Contrato celebrado entre el
C. General Carlos Pacheco, Secretario de Estado y del Despacho de Fomento, en
representación del Ejecutivo Federal, en uso de las facultadas concedidas a éste
por la ley de 6 de Junio de 1887, y el Sr. Leigh H. Rouzer, en representación del
Sr. Roberto S. Towne, para exploración y explotación de minas de toda especie y
construcción de cinco haciendas metalúrgicas”. 20 de marzo de 1890.
11 según Registro Público de la Propiedad Acta 203.
12, Vicente Fuentes Díaz 1951, Libro El problema ferrocarrilero de México, edición
del autor, pp. 29.
13 Contrato siendo el representante del Ejecutivo de la Unión el Gral. Francisco E.
Mena Secretario de Estado y del Despacho de Comunicaciones y Obras Publicas
y el Sr. Leigh H. Rouzer representante legal de de la “Potosí and Ríoverde
Construction Company” (Compañía Constructora de Potosí y Río Verde),
publicado en el Diario Oficial del 12 abril de 1898.
14 AHESLP, SGG. Leg. 1897, junio 2, “Representante de la D.C. Brown solicita se
decretada la exención de contribuciones y algunas franquicias para el FF CC, que
hará Robert S. Towne de esta ciudad a Rio verde”, que construyo 1898 y 99.
15 AHESLP, RPPC, Jesús Hernández soto, p, JHS-IV, 1904, 24 “Contrato
celebrado entre la Compañía Minera San José de Cocinera y la CMM para la explotación
del fundo minero de San José de Cocinera” 15 julio de 1904.
16 El Estandarte, volumen julio-diciembre 1906, 22 de septiembre 1906.
17 El Estandarte volumen julio-diciembre 1909 24 de septiembre 1909.
18 74 AGN, DT, c. 256, exp. 219 “sección estadísticas. Paros varios estado”, 5 de
mayo de 1921.
19 Pedraza Montes J Francisco, Entrevista diciembre de 1998.
20 Arturo Reyes Estrada, El Piojito el Tren de la Sierra, El Heraldo 18 mayo de.
21 Guadalupe Salazar González, Las haciendas en el siglo XVII en la región
minera de San Luis Potosí.
DATOS PERSONALES
Ing. Geólogo Raúl Palacios
Especialidad: Geología Económica
Experiencia Profesional
*1976-1978 Compañía Minera y Refinadora, Mexicana S.A., llevando a
cabo exploración minera en los estados de Chihuahua, Jalisco, Guerrero y
Chiapas.
*1979-2006 Servicio Geológico Mexicano, realizando exploración minera
aplicando métodos geofísicos y geoquímicos en diferentes proyectos ubicados en
los estados de Guanajuato, Durango, Zacatecas, Jalisco, Sinaloa y San Luis
Potosí.
2007-2008-2009 Geólogo de apoyo en los proyectos; Pinos de la compañía
Romarco Inc. e Inventarios Mineros en el SGM.
Actualmente desempeño funciones de asesoría en el ramo minero, socio
de la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México,
A.C., Distrito San Luis.
MUSICA MEXICANA PARA PIANO Y GUITARRA
Interpretada por niños y jóvenes de la Escuela Estatal de Iniciación Musical Julián Carrillo
La Valentina Dominio Público
La Barca de Oro Popular Mexicana
Elisa Gallegos Salazar, guitarra
Cielito Lindo Arr. Manuel M. Ponce
José Antonio Haro Echevarria, piano
Minueto Mario Ruiz Armengol
Adrián Alfaro Aguilar, piano
Adiós mi Chaparrita Ignacio Fernández Esperón (Tata Nacho)
La Pajarera Manuel M. Ponce
Federico Adolfo Velasco Hernández, guitarra
Minueto de la Suite Mignonne Julián Carrillo
Alejandra Alfaro Aguilar, piano
Adiós Mariquita Linda Marcos Jiménez
Mi Ciudad Alfonso Ontiveros y Eduardo Salamonovitz
Juan Sebastián Castro Barrón, guitarra
Viejo Vals Mario Ruiz Armengol
David Alejandro Martínez Tristán, piano
Dios Nunca Muere, Vals Macedonio Alcalá
Abigail González Melgarejo, piano
Aire Istmeño Gerardo Tamez
La Negra Silvestre Vargas y Rubén Fuentes
Carlos Iván de León Santoyo, guitarra
3 piezas para piano (tercera pieza) J. Pablo Moncayo
Vals Capricho Ricardo Castro
José María Espinosa Zuñiga, piano
Tifeu Tradicional Mexicana
Ensamble de Guitarras
Maestra de piano Malkuth Zavala Díaz de León
Maestro de guitarra: Emmanuel Mendoza Lara
ESCUELA ESTATAL DE INICIACION MUSICAL “JULIAN CARRILLO”
La Escuela Estatal de Iniciación Musical – Julián Carrillo – se funda en el año de
1995, como parte del Programa de Orquestas y Coros Juveniles de San Luis
Potosí, bajo el patrocinio de DIF Estatal, Secretaria de Educación de Gobierno del
Estado, Instituto de Cultura de San Luis Potosí hoy Secretaria de Cultura, además
del Sistema Nacional de Fomento Musical del CONACULTA.
En cuanto a la Orquesta Sinfónica Juvenil – Julián Carrillo – formada por niños y
jóvenes, ha dado muestras de calidad sonoro artística lo que ha ido en aumento
desde su fundación, gracias a la seriedad y disciplina que muestran sus
integrantes y del trabajo comprometido de sus maestros, lo que ha hecho posible
el surgimiento y formalización de esta escuela que ofrece estudios musicales de
nivel básico y medio en las áreas instrumentales de: violín, viola, violoncello,
contrabajo, flauta transversal, oboe, fagot, clarinete, saxofón, trompeta, corno
francés, trombón, tuba, percusiones arpa, piano, guitarra y en el área vocal. Canto.
Los grupos representativos de esta escuela son: La Orquesta Sinfónica Juvenil e
infantil, la Banda Sinfónica Juvenil, el Ensamble de Percusiones, Orquesta de
Cámara Juvenil e Infantil y el Coro Juvenil e Infantil, así como solistas en los
diferentes instrumentos y canto.
La Orquesta Sinfónica Juvenil –Julián Carrillo ha presentado numerosos
conciertos en los principales foros de esta capital y municipios del Estado, así
como, en las ciudades de Zacatecas, Jalisco y Colima. Sus integrantes más
sobresalientes desde 1993 a la fecha participan cada año en los Encuentros
Regionales, nacionales e internacionales de Orquestas Infantiles y Juveniles que
se organizan en nuestro país y en el extranjero. Cabe destacar que formamos
parte de la Orquesta Sinfónica Infantil de México que recientemente realizo una
exitosa gira por los Estados Unidos de Norteamérica.
La Orquesta Sinfónica Juvenil –Julián Carrillo – fue base para la formación de la
Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí, en la actualidad 25 ex alumnos son
miembros de esta prestigiada agrupación.
MEXICO ¿Independiente?
L.B. Salatiel G. Salinas Cuevas Centro de Documentación histórica “Lic. Rafael Montejano y Aguiñaga”
Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
1. Causas que antecedieron a las disidencias en los inicios del siglo XIX2. El inicio de la guerra que pretendió liberarse del yugo peninsular
a. ¿Caudillos?b. Líderes naturales, improvisados y/o utilizadosc. Desorganización que lleva a la debacled. Continuación del conflicto
3. Los arreglos para lograr la consumación oficial de independenciaa. Vicente Guerrero (insurgencia [¿popular]?b. Agustín de Iturbide (fuerzas realistas en un mismo objetivo con
insurgentes)4. Los escarceos internos para entender el ser independiente
a. Radicalismoi. Conservadoresii. puros
b. Mesura5. La ambición de nuestros vecinos
a. Expansión del emigrante de las 13 colonias del norteb. Gobiernos con tendencias de apropiaciónc. Doctrina MONROE
6. La defensa infructuosa de nuestro territorioa. Esfuerzos de defensa a partir de los gobiernos en turnob. Diferencias de visión de los actores de la tragediac. Sacrificios de un pueblo utilizado por intereses diversos
7. Anécdota curiosa que nos da una semblanza de nuestra identidad sociala. Santa Anna en San Luis Potosíb. Rivalidades entre batallonesc. Reacción de un pueblo de guachichiles
8. Proyección de nuestro ser en una lucha intestina por mejorar la condición del pueblo llano
9. En un mundo globalizado, ¿Qué grado de independencia conservamos? ¿se ha mutado nuestra personalidad y nuestra visión?
10. Conclusión
México ¿Independiente?
Como una introducción veremos que este trabajo, tiene la finalidad de meditar si
realmente nuestra nación ha sido y permanece independiente o a través de los
medios indirectos de que se valen los poderosos de la tierra, estamos en una real
dependencia de los poderes fácticos sustentados en la economía, la política, la
cultura y una filosofía muy ad hoc para el nuevo dominio de las conciencias por los
medios de que dispone la modernidad en cuanto a las telecomunicaciones.
Se hará un recuento de los acontecimientos nacionales durante el siglo XIX para
ver en ellos las monumentales doctrinas que nos ha trasmitido la historia oficial o
bien, que tales sucesos fueron simplemente producto de las circunstancias, del
afán de poder, de una auténtica lucha por la soberanía, o colmada de errores y
malas intenciones de los actores de los conflictos que marcaron el derrotero del
desarrollo de una nación, que algunos suponemos aún en franco aprendizaje,
derivado de sus condiciones extrañas en cuanto a la amalgama de diferentes
pueblos y conformada por el corto período de tal crecimiento.
En el continente occidental, habitado por los pueblos originarios, la situación de
dominio sobre todo ya en el siglo XV, previo al descubrimiento de Cristóbal Colón,
era cosa cotidiana. El pueblo chichimeca que había emigrado del norte y había
llegado al altiplano central de Mesoamérica, específicamente al valle de Anáhuac,
se había enfrentado a los pueblos que circundaban dicho valle y a base de tesón
llegó a ser superior militarmente a sus vecinos, por lo que su dominio no quedó
solo en esa porción territorial, sino que su influencia fue extendida a la mayor parte
de Mesoamérica, en donde los diferentes pueblos pagaban tributo en especie y en
sujetos destinados al sacrificio ritual.
Cuando la aventura de Hernán Cortés se inicia en el territorio continental, algunos
de esos pueblos aprovechan la oportunidad de zafarse del dominio mexica, por lo
que la supuesta conquista española entre 1519 y 1521, fue meramente
nominativa, ya que si tomamos en cuenta la participación del pueblo tlaxcalteca,
fue realmente un rompimiento del dominio mexica para caer en la sujeción del
dominio ibérico.
Con el transcurrir del tiempo esa conquista se trocó en la institución del Reino de
la Nueva España, con una palpable dependencia de la metrópoli española, tanto
en lo político, en lo administrativo, en lo económico y parcialmente en lo cultural.
Después de tres siglos de dominio europeo en el que las razas se fueron
aglutinando hasta formar una importante población mestiza, con el consiguiente
cambio cultural, la transformación de las instituciones de gobierno, religiosas,
económicas y sociales, surgen discrepancias entre los diversos actores
distribuidos en las castas que se habían generado, sea por su poder económico,
político o social, entre otras, los españoles, los criollos, los mestizos, indígenas,
negros, mulatos y demás mezclas surgidas en la población.
Se pueden considerar varios motivos por los cuales el descontento derivó en
luchas fratricidas, mismas que perduraron a través de una terrible década. Entre
las causas que antecedieron a las disidencias en los inicios del siglo XIX,
podemos mencionar las siguientes:
a. Afectación a los indígenas en 1753 por la secularización de las parroquias.
b. Creación de un ejército regular de la Nueva España, 1764-65c. Restricción de los monopolios del tabaco, de la pólvora, de los
naipes, del azogue, etc., con la administración de la Corona española.
d. Expulsión de los jesuitas en 1767e. Ataque al altar, 1795, supresión de la inmunidad eclesiástica.f. Golpe a la industria novohispana por la apertura del comercio neutral
en 1797.g. Las deudas a la Iglesia se pagarían a la Corona, 1804-1809.h. Préstamos forzosos y donativos debido a la invasión francesa en
España, 1808-1810.i. Administración borbónicaj. Debilidad de los integrantes de la corona españolak. Napoleón y su injerencia en la España
Ello condujo al levantamiento popular en el seno de la Junta patriótica de San
Miguel el Grande, Guanajuato en la madrugada del día 16 de septiembre de 1810
en la parroquia del pueblo de Dolores, liderada por Ignacio Allende, el Lic. Aldama
y el cura Hidalgo, entre varios.
Como algo que surgió espontáneo con fuerzas improvisadas, indisciplinadas,
carentes de orden y de consideración para el oponente, creció como una plaga
que destrozaba a su paso propiedades y vidas, tenía que llegar el momento de su
declive, sobre todo cuando empezaron las discrepancias y desavenencias entre
los dirigentes, sobre todo Allende, disciplinado y con objetivos precisos, que ve
que a quién habían nombrado como generalísimo de tales fuerzas de asalto,
comete errores dejando que sus huestes se dediquen al saqueo y demás vicios
producto de tal situación y como culminación la indecisión de Hidalgo que ante la
imagen del valle de México, decide no penetrar en ella y así tomar el gobierno, y
que opta por retirarse.
Todo el proceso estuvo plagado de diferencias de opinión y de acción como la
tendencia de José María Morelos por una independencia sin condición y por el
otro Ignacio López Rayón con su proclive a conservar parte del sistema hasta
entonces vigente.
Por el lado de los realistas también hubo posturas diferentes tanto en el seno de la
Nueva España como todas las iniciativas y las apatías de los involucrados en el
gobierno español, presa del dominio bonapartista y la ignorancia o atraso de
noticias provenientes del nuevo mundo.
Después de una terrible década en la cual se había paralizado la economía, el
pueblo en sus diversas categorías había sufrido las consecuencias, Agustín de
Iturbide, que por años había combatido a los insurgentes, ve la posibilidad de
llegar a un acuerdo que termine con el estado de cosas; es comisionado para
combatir el reducto de insurgencia en el sur, comandado por el gran insurgente
Vicente Guerrero. Iturbide habiendo así traicionado las indicaciones del virrey
Apodaca, solicita y obtiene una entrevista con Guerrero, ante el cual expone la
conveniencia de detener una lucha inútil y que se someta al gobierno, a lo cual
Guerrero responde que para él “solo había independencia o muerte”. Iturbide
insiste, por lo que Guerrero estuvo persuadido de que se lograba la
independencia, por lo que ya convenidos los caudillos, el 21 de febrero de 1821 se
proclamó el Plan de Iguala y con el juramento de dicho plan por las fuerzas de
Guerrero y de Iturbide unidas, todo se transformó en regocijo popular, que
aclamaba a Iturbide como a su padre y libertador, al que Guerrero contribuía con
desprendimiento y nobleza, con su cooperación a todo lo que pudiera realzar y
engrandecer al caudillo.
Cuando el país reconocía a Iturbide, apareció D. Juan O’Donojú con el carácter de
Virrey, con el cual Iturbide tiene algunas entrevistas que dan por resultado los
tratados que no son sino el Plan de Iguala con insignificantes variaciones.
Por fin, el 24 de septiembre entró Filisola en la capital, y el 27 de septiembre de
1821 hizo su entrada magnífica Iturbide, señalándose tal día como el de la
consumación de la independencia y como resultado del grande movimiento de
Dolores de 1810.
En las fuerzas que se reunieron para el inicio de la insurrección, variaban y se
componían del bajo pueblo, hubo división, poco orden administrativo, lo que
redundó en una relajación que propició un campo de batalla generalizado, que se
prolongó por una década y que al triunfo y obtención de la independencia, se
diferenciaron las clases, por un lado los que querían conservar ciertos privilegios,
y por el otro, los mestizos, cuyas aspiraciones mantenían una revolución
permanente y fructuosa contra los privilegios; tenían la intuición de que era suyo el
porvenir.
En los hechos, tales aspiraciones se convirtieron en vitales, por lo que la cuestión
política fue absorbente, produciendo agitaciones perpetuas.
Al instalarse el Congreso constituyente en febrero de 1822, su finalidad era el
elegir un soberano para la nueva nación, motivo de discordia entre los diferentes
partidos; aliados republicanos y borbonistas contra los iturbidistas no había punto
de acuerdo, destituyen a los miembros de la Regencia y nombran a D.Nicolás
Bravo y otros para tal fin.
En las fuerzas militares los partidos beligerantes eran representados por G.
Victoria, V. Guerrero, N. Bravo y antiguos insurgentes por el partido republicano;
en el partido iturbidista sobresalían los generales Bustamante, Cortázar, Filisola y
otros que se habían distinguido como enemigos de los insurgentes.
Al ser proclamado Iturbide como soberano de los territorios emancipados, envía a
D. Manuel Zosaya como ministro del nuevo gobierno a los EU, mismos que
retardaron el reconocimiento de la independencia hasta la caída de Iturbide.
El primer imperio mejicano fue incapaz de seguir al frente del gobierno por la
efervescencia que aún perduraba después de una década de lucha fratricida.
Así las cosas, la Gran Logia Escocesa de México, había logrado introducir
la discordia entre los jefes del ejército y como resultado de ello fue el plan
conocido con el nombre de Casa Mata que se redujo a la convocación de
una Representación Nacional, y al que se adhirieron el ejército y las
provincias.
Iturbide trató de resistir la insurrección que le amenazaba pero fue en vano;
convocó y reunió a la Asamblea disuelta y ante ella abdicó la corona, se
desterraba y dejaba el Poder Ejecutivo en manos del Congreso.
Aunque aparente, esta caída se debió a los militares firmantes del Plan de
Casa Mata, se puede asegurar que la produjo el partido de españoles y
criollos enemigos de la independencia que quedaron furiosos por el
desconocimiento del Plan de Iguala y los tratados de Córdoba.
El Congreso, a la desaparición de Iturbide de la escena nombró un nuevo
poder Ejecutivo, compuesto por los generales Bravo, Victoria y Negrete, en
un ambiente de desorden por los trastornos que el país había atravesado,
lo que producía confusión y barullo. En donde se hacían más sensibles
estos efectos, era el estado que guardaban las rentas en todos sus ramos;
unos aniquilados, como la importación, el tributo, los estancos, etc., por la
fuerza de la revolución, por la falta de tráfico y la paralización del trabajo.
Se proyectó desde luego un empréstito en el extranjero (Mayo de 1823), y
se permitió la venta de un millón de existencias de tabaco, abriendo así una
serie de negocios de agio que ha llegado hasta lo estupendo y lo
inverosímil.
Ante la desaparición de Iturbide, sus seguidores se refugiaron en los
partidos que representaban ideas, el partido republicano federalista que
traía su tradición de Morelos y el Congreso de Chilpancingo, y el español, el
centralista, de clases y fueros. La prensa agitaba las intensas pasiones que
se exacerbaban en esos centros revolucionarios. Santa Ana proclamó la
federación en San Luis, y de hecho las provincias comenzaron a fungir
como Estados soberanos.
Un nuevo Congreso, convocado por el anterior, se instaló en 1823 con
diputados como Ramos Arizpe y Valentín Gómez Farías y que junto con el
pleno redactaron el Acta Constitutiva, con las bases de la federación y que
declaraba la soberanía nacional, la independencia de los Estados, la
organización de los Poderes Supremos, la independencia del Poder
Judicial, etc.
Inglaterra y EU entablaban sus negociaciones con México. El 7 de febrero
D. Francisco de P. Migoni, agente del gobierno mexicano en Londres,
contrató con la Casa de Goldsmith y Compañía un préstamo de 3,200,000
libras esterlinas, de las que se debía pagar a la Casa de Staples un millón
de pesos, y este es el origen de la deuda inglesa, o sea de la deuda
contraída en Londres.
Iturbide desembarcó en Soto la Marina y fue fusilado por el decreto que dio
triste celebridad de injusto y de bárbaro al Congreso de Tamaulipas. La
noticia se esparció por todos los ámbitos de la República. La impresión del
pueblo fue de profunda tristeza; el Gobierno y la prensa guardaron noble
circunspección.
Por la convocatoria de elecciones para los Poderes supremos, resultó
electo Presidente de la República D. Guadalupe Victoria y Vicepresidente el
general D. Nicolás Bravo. La Constitución federal se proclamó el 4 de
octubre de 1824.
Si se examina profundamente el estado de los espíritus que inspiraron la
Constitución de 1824, se verá que había un muy corto número que,
empapados en la civilización del siglo, en las ideas dominantes, en la
revolución francesa, doctos en las ciencias sociales, predicaban doctrinas
que muy pocos comprendían, algunos se referían a la Constitución de
1812, y los más, en plena ignorancia, apoyaban transacciones que nada
decidían y depositaban en la Constitución los gérmenes de la anarquía
futura.
La Inglaterra y los EU reconocieron la independencia de México. Los
españoles desocuparon Ulúa.
El partido centralista organizó el rito escocés, y Guerrero, inspirado o
auxiliado por el ministro estadounidense Poinset, fundó el rito yorkino,
insurgente o liberal exaltado.
Negrete y Echávarri se pusieron a la cabeza del partido antiespañol y
produjeron el decreto de diciembre de 1827 sobre la expulsión de los
españoles, que enconó los odios, dio por resultado cuantiosa emigración de
caudales, y puede considerarse como medida bárbara e impolítica bajo
todos sus aspectos.
En el pronunciamiento que hubo en Otumba, en que se pedía el
cumplimiento de la Constitución y la expulsión del ministro Poinset, a quién
se llamaba fundador de las logias yorkinas; los generales Bravo y Barragán,
del rito escocés, se pusieron en movimiento, pero fueron vencidos por el
general Guerrero en Tulancingo, en enero de 1828.
Las elecciones para el nuevo presidente se aproximaban; el Gobierno
falseaba el voto público, influido por Pedraza. El partido liberal exaltado
puro quería a Guerrero, pero el triunfo fue de Pedraza y el partido de
Guerrero apoyaba su descontento en la parcialidad oficial. Posteriormente
se desconoce el gobierno de Pedraza y se proclama a Guerrero, bajo una
encarnizada lucha en Palacio con desmanes y desenfreno con el saqueo
del Parián en la Plaza Mayor. Mismo Guerrero fue derribado posteriormente
bajo el pretexto que estaba imposibilitado para gobernar a la nación.
Anastasio Bustamante al sustituir en el gobierno a Guerrero, mejoró de
alguna manera la situación de la administración pública, con un corto
período de paz, la que se rompió por su intolerancia al tratar a los
disidentes políticos con el seguimiento de una política de terror, cuya
culminación se dio por la traición del ministro Facio que acordó con
Francisco Picaluga traicionar a V. Guerrero al invitarlo a comer a su
bergantín y él ignorante de todo acepta para ser aprehendido, llevado a
Oaxaca y fusilado en Cuilapa el 14 de febrero de 1831, misma suerte del
otro consumador de la independencia, lo que dio pábulo para nuevas
revueltas. En el corto periodo de D. Manuel Gómez Pedraza se expidió la
convocatoria para elecciones y que dio por resultado la elección de
Presidente de D. Antonio López de Santa Ana y Vicepresidente, Valentín
Gómez Farías.
Con estos personajes, nuevamente aparecen las disidencias ya que en su
tortuosa administración, en la que se alternaban la responsabilidad y
aprovechada por Gómez Farías en cuanto al inicio de hostilidades con la
población, al decretar medidas en contra del clero, la instrucción pública,
supresión de la universidad y de los colegios, la desamortización de bienes
eclesiásticos, abolición de fueros, etc., en suma, el inicio de una reforma de
la administración pública, la cual es suprimida por el mismo Santa Ana, ya
que había levantamientos en varias partes del territorio en defensa de lo
que la reforma pretendía cambiar.
En el aspecto económico, la administración sólo dependía del pago de las
alcabalas y por otro lado sus responsabilidades en cuanto a la deuda y la
responsabilidad de pagar, no había otro recurso que hacerse de los bienes
particulares, ya que dicha deuda ascendía a 60 millones de los cuales 40
habían sido contraídos por los gobiernos coloniales y 20 por los jefes
independientes. Urgido el gobierno, invadía a los Estados y estos se
resistían por lo que se recurría a los préstamos.
Con tantos problemas encima, se presenta una insurrección en Zacatecas,
que Santa Ana acude a combatir y que la vence, para de allí trasladarse al
frente del ejército que iba a emprender la campaña de Tejas, porque los
colonos establecidos allí desde 1819, bajo el pretexto de la dictadura de
Santa Ana, se declaran independientes y se erigen en república, bajo la
presidencia de Samuel Houston, movimientos protegidos solapadamente
por los EU, e instigados por Lorenzo de Zavala, que aliándose con los
tejanos mancho su honra y traicionó vilmente a su patria.
Después de todo ello, hubo cambios en el tipo de administración, que se
convirtió en centralista con medidas que cambio el aspecto administrativo
de la nación. Por esas fechas, el 28 de abril de 1836, España reconoció la
independencia de la nación mejicana.
El poder siguió de mal en peor, unos sucedían a otros y cada quién con su
visión de nación, sus ideas y pareceres, casi siempre encontrados e
imprácticos. Con todo ello, ante la debilidad, ignorancia o sumisión del
gobierno de Anastasio Bustamante, la Francia reclama una deuda de un
ciudadano francés afectado por alguna de las revueltas y la nación tuvo que
pagar sus demandas, ya que ante el ataque de San Juan de Ulúa y la
invasión del puerto de Veracruz por la armada francesa, a la cual vence el
Gral. Santa Ana apoyado por el general Mariano Arista, repudian tal
amenaza. Otro revés se presentó cuando Tejas declaró que formaba parte
de la unión americana. Se confió al general Paredes un ejército para que
contuviera los avances de aquellos rebeldes, pero lejos de cumplir su
honrosa misión, se pronunció contra el gobierno del general Herrera en la
hacienda de la Pila, cercana a San Luis Potosí, avanzando a México y
nombrar a una junta de notables que lo eligió Presidente.
Ante la debilidad política, las luchas intestinas, la falta de recursos de los
cambiantes gobiernos nacionales, se presenta la más terrible de las
tragedias, la ambición de los yanquis esclavistas que sin mediar honor,
vecindad, ideas afines o no, mueve sus fuerzas militares con la intención de
invadir el territorio mejicano y buscar su asentamiento y anexión a través de
la fuerza bruta y el robo, pretendiendo sostener que lo hacían para repeler
la supuesta invasión mejicana al defender el estado dizque independiente
de Tejas.
Las fuerzas yanquis se presentan en los territorios del norte, en California
con Fremont, Nuevo México por Kearny, la ocupación del Paso del Norte
por Doniphan y más al sur, hasta la Angostura, cerca de Saltillo, en donde
se libra la batalla, con el general Taylor al frente de las fuerzas yanquis y
las mejicanas comandadas por el general Santa Ana. Se pierde la batalla
de la Angostura, las fuerzas mejicanas se repliegan a San Luis Potosí, y
con ellas Santa Ana se dirige a apoyar la repulsa ante la invasión del puerto
de Veracruz, dirigida por el general Scott la cual no se puede evitar,
logrando los yanquis penetrar a Puebla y de ahí a la ciudad de México, en
donde el general Twigs y sus militares no vencen sino hasta que los
valientes defensores se quedan sin un cartucho y 400 hombres yacían
cadáveres, a lo cual el valiente defensor, el general Anaya, cuando el
invasor le pregunta donde estaba el parque, le contestó: “Si hubiera parque
no estaría usted aquí”.
A estas jornadas descritas siguió un armisticio, durante el cual se
entablaron pláticas de paz; los yanquis insistieron tiránicamente en que se
les diera Tejas, Nuevo Méjico y la Alta California, pretensión a que se negó
el Gobierno, diciendo que era inaudito que a un país se le hiciera la guerra
porque no consentía en su desmembración.
Las batallas continuaron como la del Molino del Rey y la del Castillo de
Chapultepec, en que a pesar del heroísmo de los defensores, hubo el
descuido de una táctica apropiada por parte de Santa Ana, lo que
desembocó que el general Scott entró en la capital el 14 de septiembre de
1847, precisamente dos días antes de la fecha que recordaba la revuelta de
Dolores.
Con la vergüenza de la invasión y la derrota de los ejércitos nacionales, se
abrieron negociaciones, lo que derivó en el tratado de Guadalupe Hidalgo,
firmado el 2 de febrero de 1848, por el cual Méjico cedía a los EU Tejas, la
Alta California, Nuevo Méjico y la parte septentrional de los estados de
Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas; Méjico recibió en cambio 15 millones
de pesos, en un auténtico negocio leonino por la fuerza bruta y las insidias
y ambiciones de un gobierno expansionista y desleal.
En esta guerra, Méjico perdió la 3ª parte de su territorio. La rica adquisición
de los EU no les quita la mancha de iniquidad que cayó por esta invasión
en las páginas de su historia.
Posterior a toda esta amarga situación y en los gobiernos moderados de los
generales Herrera y M. Arista, se tuvo cierto período de paz en el cual se
reorganizó la administración pública con toda probidad y juicio, al eliminar la
corrupción sobre todo en el ejército, pero también en las finanzas, lo que
permitió cumplir algunos compromisos contraídos y mejorar la situación
general del país.
Como dato interesante para San Luis Potosí, D. Mariano Arista, aunque
carecía de educación literaria y científica, poseía rectísimo juicio, un espíritu
de probidad íntimo, e intransigente con todo lo indigno y deshonroso; como
soldado, fue esclavo de la ley, valiente hasta la indiferencia con el peligro,
humano y caballero. Arista es uno de los gobernantes más honrados y
dignos que ha tenido nuestra patria.
Después de estos representantes se hizo del poder nuevamente Santa
Ana, y al suscitarse otros levantamientos, deja el poder y marcha fuera de
la República, queda el país en manos de actores con dos tendencias:
Ignacio Comonfort, que representaba a los moderados y Juan Álvarez como
liberal puro y exaltado.
Ante la penosa situación de haber sido ultrajado el país por las fuerzas
extranjeras y extrañas a su identidad, el camino que tuvo que seguir fue en
cierta forma parecida ya que las luchas intestinas perduraron entre los dos
partidos beligerantes, el del liberalismo puro, el conservador y en cierta
manera, los moderados de uno y de otro; pero si revisamos las épocas que
siguieron, se puede observar que en la imposición de las leyes de reforma
que había iniciado Gómez Farías, provoca nuevamente el derrame de
sangre entre republicanos y monárquicos, lo que crece en grado sumo,
cuando el poder se le otorga a un príncipe europeo, Maximiliano de
Habsburgo, el que es rechazado de facto por los republicanos
representados por B. Juárez y tras él la influencia de las logias yanquis y
del gobierno de EU, interesado en que no hubiera presencia europea en
América, para así cumplir la máxima de la doctrina Monroe, lo que nos da
una idea de la influencia norteña en las decisiones internas de nuestro país.
Porfirio Díaz, con su Plan de la Noria, pretendió evitar la reelección de B.
Juárez o de alguno de sus seguidores, sin considerar que el propio Porfirio
Díaz era un liberal de la misma camarilla de Juárez, Ocampo y Lerdo de
Tejada y que en cambio él si perduró en el poder durante 30 años,
promoviendo un avance del país en los órdenes económicos, culturales, no
así en lo social y lo político, con injerencia de una cultura proclive a la
Francia y la no aplicación de las leyes de reforma, que era tolerada por los
yanquis, los ingleses y los españoles a cambio de concesiones en los
negocios del ferrocarril, el petróleo, la generación de electricidad, las
haciendas ganaderas y agrícolas, etc.
Al estallar la revolución mejicana, las cosas no cambiaron mucho: más
muertes, pobreza, hambre, destrucción y sobre todo más desavenencias
entre los diversos actores de tal gesta, en sus distintos años que duró y aún
cuando se dio una aparente paz, la lucha por el poder era encarnizada y
con la aplicación de la ley Calles, se desató nuevamente la violencia en el
centro del país, tan innecesaria como infructuosa.
Con los gobiernos posrevolucionarios se dio una paz casi parecida a la de
la época porfirista, de simulación, con componendas políticas y acuerdos no
muy éticos, permaneciendo muchos años la oligarquía en el poder a través
de una aparente y vergonzosa democracia electoral, la que hasta la fecha
ha cambiado un tanto, no así la verdadera democracia, la de que el pueblo
en general tenga una vida digna, con respeto a la ley y a la justicia, con las
finanzas necesarias para su sustento y sobre todo que todos los sectores
de la población realmente tengan una educación y cultura que propicie
elegir correctamente a sus autoridades, que se preocupen por el bienestar
de sus gobernados a través del trabajo y las oportunidades para una vida
mejor.
Conclusión
La independencia debe venir de adentro del individuo, no en forma de una
autonomía soez y egoísta, sino en cuanto a la integridad de la persona, en
su auto respeto y por ende el respeto que debe guiar sus interrelaciones
con otros individuos también íntegros, dignos, respetables, pero todos
encaminados al logro de objetivos comunes: la justicia, la democracia, la
verdadera, la encaminada al bien común, la comunión de ideas y sobre
todo el respeto a la manifestación de las mismas, con el debido decoro y
autenticidad siempre considerando el derecho del otro.
BIBLIOGRAFIA
COSTELOE, Michael P. La respuesta a la Independencia. La España imperial y las revoluciones hispanoamericanas, 1810-1840. México : Fondo de Culeuta Económica, 1989. 297 p.
LADD, Doris M. La nobleza mexicana en la época de la Independencia, 1780-1826. México : Fondo de Cultura Económica, 1984. 353 p.
LIVERMORE, Abiel A. Revisión de la guerra entre México y los Estados Unidos. 2ª.ed. México : Fondo de Cultura Económica, 1989. 360 p.
MARTINEZ CISNEROS, Miguel. México a través de sus dirigentes…Lo que no se dijo. México : El autor, 2005. 287 p.
PRIETO, Guillermo. Lecciones de historia patria. México : INBA. SEP. SG., 1986. 515 p.
La importancia de preservar los bienes culturales
Mtra. María Luz González Uribe.
Jefe del departamento de Restauración de la Universidad Autónoma del Estado de México, y encargada del área de restauración y conservación del Museo Pedro Coronel
en Zacatecas.
La preservación de los bienes culturales es una tarea que actualmente ha tomado
gran importancia, debido a la valoración que se le está dando a los
testimonios que fundamentan nuestro quehacer y devenir histórico. Pero
¿que entendemos por bienes culturales?
“Los bienes culturales son el resultado del perfeccionamiento de la actividad del hombre a partir del pensamiento y raciocinio que hace de las cosas que le rodean, testimonios que lo representan, lo definen y lo distinguen de otros”
Manifestaciones materiales o inmateriales, que evidencian su capacidad de
observación y destreza, para transformar su entorno ya sea por necesidad
de adaptación o regidas por formas propias de integración social,
testimonios que dan vida a sus ideas y reflexiones en relación con el mundo
que lo rodea.
Y es precisamente a través de su obra que el ser humano puede comprenderse,
por medio de creaciones surgidas de la realidad que habita,
De todo aquello que cuestiona y tiene un significado para él; es decir que, de la
naturaleza no sólo toma y transforma lo necesario para sobrevivir, sino que
además es el único ser capaz de analizarla y moldearla para él, como si en
realidad se estuviera separando de ella, para crear la suya propia.
Una vez que el hombre se hace consciente de su propia condición, observa y se asombra de todo lo que le rodea. En este asombro está la raíz de todo
conocimiento humano. Al buscar explicar los objetos del mundo, el hombre intenta explicarse así mismo, y
este conjunto de respuestas constituyen su aportación particular a su cultura. 23
El idioma, las costumbres, la música, las expresiones literarias o plásticas, son el
resultado de esta reflexión, que lo sitúa como el único ser capaz de
materializar su intelecto a fin de perpetuarse y trascender a futuro.
El entorno social ha logrado sustituir esas carencias por el aprendizaje. A través de éste somos capaces de desarrollar diversas capacidades que nos permiten defendernos del entorno.24
Pero cuando estos testimonios empiezan a ser reconocidos por otros, advirtiendo
en ellos, aspectos que los identifican en un mismo pensamiento,
sentimiento o creencia, se convierten en símbolos que los unen como
grupo y los diferencian de otros.
Imágenes, monumentos, tradiciones, testimonios escritos, son ejemplos que
independientemente de su calidad plástica, valor, tamaño o antigüedad,
adquieren valor por su significado; ejemplo de ello es la Virgen de Guadalupe que
por sus características como el color de piel o la historia que la envuelve, hacen
que los mexicanos la identifiquen, como un símbolo de identidad nacional, aún y
cuando muchos no pertenezcan a esa religión, provocando incluso sentimientos
de emoción y nacionalismo cuando se está en otros lugares.
Es por ello que dichos testimonios deben ser apreciados en todo su contexto,
sobre todo por su significado, ya que aun y cuando la materia pueda sufrir
23 GARCIA Aguilar Idalia, “Miradas aisladas, visiones conjuntas: defensa del patrimonio documental mexicano p.624 ibid pag. 7
alteraciones, la imagen tiene un valor intrínseco dado por el reconocimiento
que ha hecho de ellos el colectivo, convirtiéndolo en único, insubstituible,
atemporal e incluso anónimo, y que le pertenece a todos.
El ser humano es cuidado y enseñado de acuerdo con los valores culturales del grupo al que pertenece, reemplaza paulatinamente a los animales por los hábitos, se socializa dentro de su grupo. Al humanizase se libera de la dependencia del medio ambiente y sobrevive, se desarrolla, se transforma y produce conocimientos.25
Con base en esto debemos de considerar que estos bienes, no solamente han
sido creados para cumplir una función utilitaria o satisfacer una necesidad
inmediata; en ellos encontraremos aspectos de la evolución del
pensamiento humano, y es por ello que en la medida en que seamos
capaces de reconocer esto, que está implícito en ellos, podremos valorar
mejor la destreza creativa, el lugar, el tiempo y el motivo para lo que fueron
creados.
Por ello el patrimonio cultural sea cualesquiera su reconocimiento, a veces
universal, a veces nacional, o para una comunidad determinada, no tiene un
dueño en particular o precio, su pertenencia es del colectivo y por ello el
derecho o la posesión de alguno de estos bienes, no puede o debe ser
particular; es como si alguien quisiera comprar las pirámides de
Teotihuacán, o el Ángel de la Independencia, o llevarse a su casa los
murales de Palacio Nacional... siendo que son objetos que son simbólicos
para nuestra nación y por ende son propiedad de todos los mexicanos.
A partir de estas reflexiones es que surge entonces la necesidad y la obligación de
preservar y mantener este patrimonio considerado como parte fundamental
de la historia y sustento social.
25 ibid pag11
Desafortunadamente muchos de estos testimonios han sufrido alteraciones tanto
en su imagen como en los materiales con los que fueron elaborados: el
paso del tiempo, los fenómenos naturales, o alteraciones provocadas por el
hombre mismo, que quizá sean las más graves, las cuales muchas veces
se han dado por actitudes irreflexivas o de sometimiento, ya por conquistas
y transculturaciones, ya por efectos de renovación catártica, ya por
ideologías o discrepancias sociales; las cuales han llegado s provocar el
detrimento o la pérdida parcial o total de muchos testimonios; casos como
el tesoro del pescador en Veracruz o la edificación de templos católicos
sobre estructuras prehispánicas o peor aún la quema de testimonios
escritos, con el fin de imponer costumbres, ideología y religión de los
conquistadores, provocaron que se perdiera gran parte de nuestra historia.
Parte importante y digna de tomarse en cuenta es la pérdida por descuido,
abandono o ignorancia, factores que también han ocasionado pérdidas
irreparables; y en consecuencia han despojado al hombre de una parte
indispensable de su desarrollo cognitivo, una parte del ser “de su ser” la Identidad.... pues el desconocimiento de la importancia, de su significado y
su papel en la historia, ha provocado que muchos de estos testimonios
sean considerados como objetos viejos o inservibles, exentándolos de ser
parte del sustento de nuestra historia bajo criterios subjetivos o personales,
suscitando a veces su desecho de manera indiscriminada.
Estos acervos pueden verse afectados por distintos factores, entre ellos la naturaleza misma de los
materiales, las alteraciones del medio ambiente, el manejo inadecuado o simplemente abandono;
provocando cambios en su apariencia que al ser intervenidos no siempre son analizados en su real
dimensión.26
26 Ciencia y Restauración, método de investigación MATTEINI Mauro- Arcanuelo Mole . Edit. Nerea, S.A., 2001 Guipuzcoa, España Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico “Los métodos de estudio científico y las obras de arte p.19/26.
Los casos son innumerables y es a partir de que el hombre se concientiza de esta
pérdida, que surge a principios de siglo XX la necesidad de conservar y
legislar su custodia y salvaguarda. Organismos internacionales como la
UNESCO, o nacionales como CONACULTA, el Instituto Nacional de
Antropología e Historia, y el Instituto Nacional de Bellas Artes, además de
institutos de cultura estatales y municipales, o instituciones de educación
superior y fundaciones, emprenden cada vez más, labores que permitan
rescatar en la medida de lo posible el aspecto original y parte de su esencia
a fin de fomentar y difundir el fundamento histórico que nos define como
nación.
Muchas han sido las leyes que a nivel internacional, nacional27 o estatal se han
generado al respecto, tratando de establecer normas y conductas que
garanticen cada vez más el respeto a estos testimonios, y por ello
afortunadamente esta tarea, hoy en día se ha vuelto cada vez más
importante para instituciones que tienen a su cargo su custodia y
salvaguarda, adquiriendo el compromiso, investigar sobre ellas y difundir su
grandeza, para lograr el fortalecimiento de la identidad y los valores que
caracterizan a nuestra sociedad.
Es por ello que la responsabilidad de preservar y difundir estos bienes no sólo
debe de enfocarse a recuperar su aspecto, sino también a rescatar la
información que poseen, desde el momento de su creación, hasta lo que
hoy tenemos de ellas, recuperando en la medida de lo posible su verdadera
esencia.
Para ello se han venido implementando mejores metodologías, y materiales más
adecuados, que permitan de la mejor manera restablecer y mantener estos
testimonios como evidencias tangibles del desarrollo cultural.
No obstante esta tarea requiere de estudio y profundización en aspectos como la
naturaleza de los materiales, las técnicas de manufactura, los periodos de
creación,
27 Ley Federal de monumento sitos y zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, México 1972.
Para ello ha sido necesario involucrar disciplinas como la Historia, la Arqueología,
la Química, la Física o la Biología entre otras, que nos ayuden a descifrar su
procedencia, su motivo creativo, su naturaleza y las posibles causas que
provocaron su transformación, aportando datos indispensables que le
permitan al especialista reconocer más ampliamente al bien cultural en toda
su dimensión respondiendo a las preguntas de ¿Qué es?, ¿cómo es? Y
¿cómo está?, conjuntado esfuerzos que nos permitan encontrar la historia
más cercana a la verdad para conservar no sólo la materia sino su esencia.
Pero hoy día, conservar sigue siendo polémico, ya no en su existencia como
disciplina, sino en su “¿Cómo?”. Es decir, siendo ahora _la polémica_ el modo
de atacar el rescate de la pieza, con tal o cual técnica, de tal modo que al final
del trabajo se obtenga una lectura estética, ética, semántica, histórica o
científica.
La materia, y con ella el aspecto de una obra, están sujetos a continuas
transformaciones. Desde el punto de vista artístico esto provoca una
modificación en sus valores estéticos respecto a los originales; desde el
físico-químico, se produce una alteración de los materiales, en particular de
aquellos que se encuentran en contacto directo con el medio ambiente, y
desde el punto de vista histórico, todos aquellos eventos que ha tenido que
librar para llegar hasta nuestros días; es por eso que el conocimiento de
estas transformaciones y de sus causas, deberá ser la base de cualquier
intervención de mantenimiento, restauración y conservación, la cual deberá
tomar en cuenta no sólo la naturaleza de éstos, sino también su trayectoria
en el tiempo, ya que mientras esta naturaleza se mantenga en buenas
condiciones o por lo menos estable, la obra estará en disposición de
transmitir su verdadera esencia simbólico- plástica.
El unificar criterios, hacer diagnósticos colegiados, elegir materiales y métodos
que garanticen una mayor estabilidad, y sobre todo con respeto de la
información que cada uno de estos bienes posee, es ahora una
responsabilidad compartida, y que cada vez más es tomada en cuenta, con
el objetivo de garantizar que su unidad potencial, imagen-esencia se
difundan de manera real y respetuosa, permitiendo sin duda que sean
apreciadas en su justa y verdadera dimensión y no con criterios subjetivos o
juicios de valor personales.
Mucho es lo que falta hacer todavía al respecto, pero definitivamente en los
criterios que actualmente se están planteando para conseguir este objetivo,
es importante tomar en cuenta tres aspectos que a continuación se
detallan:
-La mínima intervención: es decir que en procesos tanto preventivos como
correctivos, deberán de orientarse únicamente a observar todas las
características que posee una pieza, independientemente de nuestro
criterio personal, si pensamos que cada una fue creada en un tiempo,
espacio y para un propósito, que obedece a características y circunstancias
propias de una época.
La reversibilidad: con la que se busca que tanto los materiales empleados en
cualquier intervención como los métodos, puedan revertirse en el caso de
descubrir que no son la mejor alternativa, ya por el comportamiento de los
materiales originales o por avances tecnológicos que ofrezcan mejores
alternativas de tratamiento.
La compatibilidad, procurando emplear materiales y técnicas que se acerquen lo
más posible a las características originales de la pieza tanto en los
materiales constitutivos, como en las técnicas de manufactura, a fin de no
provocar reacciones internas de rechazo en los materiales.
Pero la necesidad de realizar un riguroso control sistemático del
comportamiento de los materiales empleados en la conservación atendiendo
sobre todo a las posibles interacciones que pudieran producirse, deberá de ser
una tarea conjunta y permanente que nos permita trascender de manera real y
digna en la historia de la humanidad.
DATOS PERSONALES
María Luz González Uribe
Egresada de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía
Manuel del Castillo Negrete, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Maestro de los talleres de restauración de metales, de escultura policromada y
carpintería en la ENCRM (Churubusco).
Restaurador de los talleres de pintura mural y pintura de caballete en el Centro
Nacional de Conservación de obras artísticas del Instituto Nacional de Bellas
Artes.
Fungió el cargo de Jefe de la Unidad de Conservación y Restauración de Bienes
Muebles en el Instituto Mexiquense de Cultura.
Fundó el taller de conservación, encuadernación y reprografía de la Facultad de
Humanidades de la UAEM, el taller de restauración de la UAEM, y el taller de
Restauración de Museo Pedro Coronel.
Ha realizado publicaciones conjuntamente con el Colegio Mexiquense y el Instituto
Nacional de Investigaciones Nucleares y algunos artículos en la revista Expresión
Antropológica del Instituto Mexiquense de Cultura.
Ha participado en diversos proyectos en el Estado de México, como la
restauración de los monumentos, así como en el montaje de museos como El
Museo José María Velasco, El museo de la Acuarela, El Centro Cultural Sor Juana
Inés de la Cruz en Nepantla, el Museo Luis Mario Schneider en Malinalco, y el
Museo Universitario Leopoldo Flores entre otros.
Ha estado a cargo de la restauración en zonas arqueológicas del Estado de
México como San Miguel Ixpata, Tlalpizáuac, Apaxco, Valle de Bravo, Tenango y
Malinalco entre otros y monumentos coloniales como Zinacantepec y Ocuilan
también en el Estado de México.
Entre las piezas más importantes restauradas se cuentan Códices, gráficas de
Picasso, Miró y Goya entre otros, esculturas romanas, pieza arqueológicas,
documentos, colecciones de numismática, pinturas de caballete y esculturas
policromadas coloniales, colecciones de instrumentos científicos y médicos, así
como de artesanías y material etnográfico.
Actualmente es Jefe del departamento de Restauración de la Universidad
Autónoma del Estado de México, y encargada del área de restauración y
conservación del Museo Pedro Coronel en Zacatecas.
CIEN AÑOS DESPUÉSLa permanencia de Pancho Villa en la memoria colectiva
Lic. Rosa Helia Villa de Mebius, Egresada de la Facultad de Leyes de la UNAM, Ha ejercido el periodismo desde hace 25 años en diferentes diarios del estado y nacionales.
El principio
Cuando nació en Durango, en la hacienda de Gogojito, aquel niño que llevó por
nombre Doroteo, hijo de Micaela Arámbula y Agustín Arango, “en la extrema
pobreza que rodeó su cuna”, nunca nadie imaginó que veía la luz un nuevo
Pigmalión, capaz, en un corto lapso de 45 años, de inimaginables
transformaciones que lo convertirían en un ser inmortal.
¿Cómo se dieron esos veloces, enormes saltos que llevaron al perseguido
jovencito Doroteo Arango, obligado por las circunstancias, a unirse a una banda
de abigeos, y convertirse en un roba vacas, para transformarse luego en Pancho
Villa, metamorfosis definitiva en su vida que lo lleva a transitar de forajido a
albañil, a custodio de valores de empresas norteamericanas, a pequeño
empresario introductor de ganado, y poco después en protagonista de la etapa
maderista de la Revolución? A partir de entonces creció, libró batallas, toda clase
de obstáculos, traiciones, y avanzó a contracorriente impulsado por una fuerza
interior que lo colocó en el lugar que se encuentra a cien años de su surgimiento
como revolucionario.
Fue en sus días de forajido cuando Villa se convirtió en ídolo de los campesinos
de Chihuahua y en el terror de los Terrazas, afirma John Reed, el corresponsal
norteamericano que se unió a las filas villistas durante un año y uno de los más
entusiastas promotores de Villa en el extranjero. Tanto, que el mismo presidente
norteamericano Woodrow Wilson, en conversación con el embajador británico, lo
describió como “una especie de Robin Hood que le quita a los ricos para darlo a
los pobres”
El espectacular ascenso de Villa en 1910-1911 parece sorprendente a primera
vista si se toma en cuenta su falta de bases políticas o sociales antes de esa
fecha. Con frecuencia se ha supuesto que lo que compensó con creces esa
desventaja fue su carisma, y su inmensa reputación entre los hombres del campo
chihuahuense que acudían en masa a su llamado.
De todas formas resulta tremendamente difícil separar la verdad de la leyenda y
entender el medio en que Villa tuvo que desenvolverse antes de su ingreso a la
Revolución, y es preciso no perder de vista el hecho de que la frontera norte y,
sobre todo, el estado de Chihuahua, fue en muchos aspectos una región diferente
al resto de México.
De su niñez no existen fotos, tampoco de su adolescencia. La única foto de Villa
por la época en que dejó la sierra para trabajar en Chihuahua, fue posada en un
estudio, a la edad de 25 años, donde se ve de pie, bien vestido, con traje oscuro,
esbelto, pulcro y bien parecido. No existe ninguna otra fotografía de esa época.
Cuando se unió al maderismo tenía 32 años, y así de joven, su nombre y sus
triunfos, su ejército creciente, sus batallas, su fama de vencedor se esparcieron
rápidamente por todas partes. Quienes habían sido testigos de algo, comunicaban
asombrados todo lo que veían y escuchaban, y lo que se sabía de él volaba de
pueblo en pueblo, de boca en boca.
Muy pronto fue el presidente Madero –a cargo del gobierno Provisional- uno de
los primeros en destacar los méritos de Villa y ponerlo ante la opinión pública
extranjera al declarar en una carta enviada a “El Paso Morning Times” fechada el
24 de abril de 1911:
“Al coronel Francisco Villa equivocadamente se le atribuye haber sido un bandido
en los tiempos pasados. Lo que pasó fue que uno de los hombres ricos de esta
región, quien, por consiguiente, era uno de los favoritos de estas tierras, intentó la
violación de una de las hermanas de Villa y éste la defendió hiriendo al individuo
en una pierna. Como en México no existe la justicia para los pobres, aunque en
cualquier otro país del mundo las autoridades no hubieran hecho nada contra
Pancho Villa, en nuestro país éste fue perseguido por ellas y tuvo que huir y en
muchas ocasiones tuvo que defenderse de los rurales que lo atacaron y fue en
legítima defensa de sí mismo, como él mató a alguno de ellos. (…)
Pancho Villa ha sido muy perseguido por las autoridades, por su independencia de
criterio y porque no se le ha permitido trabajar en paz, habiendo sido víctima, en
muchos casos, del monopolio ganadero en Chihuahua, que está constituido por la
famita Terrazas, quienes emplearon los métodos más ruines para privarlo de las
pequeñas ganancias que él tenía explotando los mismos negocios.
La mejor prueba de que Pancho Villa es estimado por todos los habitantes de
Chihuahua, en donde él ha vivido, es que en muy poco tiempo, él ha organizado
un ejército de más de 500 hombres, a los cuales él ha disciplinado perfectamente.
Todos sus soldados lo quieren y respetan.
El gobierno provisional le ha conferido el grado de Coronel, no porque haya tenido
absoluta necesidad de sus servicios, pues el Gobierno Provisional nunca ha
utilizado en ningún caso, personas indignas. Por lo tanto, si se le ha expedido el
nombramiento de Coronel, es porque ha sido considerado digno de él.”
A partir de entonces, la prensa norteamericana y, por ende, las agencias
noticiosas del mundo, tuvieron noticias de que en la Revolución encabezada por
Madero había un joven combatiente de características excepcionales.
El grito popular ¡Viva Villa!, se escuchó desde muy temprano, cuando sus
primeros triunfos en 1911. Y luego fue creciendo conforme las fuerzas a su mando
tomaban pueblos y rancherías persiguiendo a Pascual Orozco.
Vertiginosamente, se convirtió en personaje destacado en las filas de aquella
primera División del Norte maderista encabezada por Victoriano Huerta. Su sólo
nombre ya causaba un tremendo impacto psicológico en el enemigo y una
confianza en el triunfo entre la tropa bajo sus órdenes.
Todo ello obró a su favor para volverse, en un par de años de campañas
victoriosas, en el revolucionario más fotografiado. Existía además el hecho de que
la cercanía de los estados fronterizos con los Estados Unidos facilitaba a la prensa
y fotógrafos norteamericanos el paso hacia las filas villistas para llenar sus planas
con las historias de mayor interés en esta sorprendente guerra.
Afirma Miguel Ángel Berumen que
La suma de todas esas historias y su nueva realidad política y militar convirtieron a
Villa en un mito vivo, en el que la realidad y fantasía se confundían. Ésa era tal vez
la explicación a tantos y tan rápidos éxitos.
Un claro indicador de cómo el pueblo advierte instintivamente el peso real de
cuanto ocurre, es que nadie nunca gritó viva Huerta o viva Obregón o Carranza (el
neologismo “carrancear”, sinónimo de robar, nos muestra lo que percibía la gente)
Si acaso se escribían corridos, era para denostarlos. O se llegaban a cantar,
escritos por quienes alquilaban su pluma con tal fin.
“Si ha habido en México un caudillo que por encima de todos los demás haya
logrado atraer y cautivar a las multitudes, ese es Pancho Villa. Si estas hubieran
podido votar para elegir uno entre los diversos caudillos de la Revolución, Villa
hubiera sido el triunfador. Pero nunca fue el poder la razón de su lucha, ni aún en
los momentos de mayor gloria, porque conocía sus limitaciones y porque
desconfiaba y sentía aversión profunda por los políticos,
Aspiró, eso sí, en todo momento, con auténtico y profundo amor por los que
llamaba “sus hermanos de raza y sangre” a lograr justicia por tantos oprimidos. Le
preocupó siempre la educación de la niñez en la que cifraba esperanzas de una
patria mejor. Es bien sabido que envió a un buen número de niños humildes a los
Estados Unidos para que se educaran, y en su afán de elevar la vida de los
campesinos, fue un sincero agrarista: su Ley Agraria promulgada en León,
Guanajuato, en mayo de 1915, fue una ley de verdadero carácter revolucionario,
donde dejaba en claro el deseo de ver en los campesinos mexicanos, no
solamente sembradores de grano para sobrevivir, sino verdaderos empresarios
agrícolas, prósperos, capaces de crear para sí un capital que les proporcionara
una vida digna”, afirma el general Federico Cervantes, subalterno en la División
del Norte y uno de sus más devotos biógrafos.
Muchos hombres íntegros, revolucionarios, intelectuales, escritores, poetas
creyeron en Villa y se encargaron también de difundir las hazañas de éste en los
ámbitos de su influencia: Abraham González, gobernador de Chihuahua, fue el
primero. Al saber que se hallaba establecido en la ciudad un joven de
características excepcionales, lo invitó a unirse a la causa maderista. Después de
Francisco I. Madero, quien ya vimos como dio a conocer lo que de él opinaba a la
prensa norteamericana, el general Felipe Ángeles, el doctor Miguel Silva, el
ingeniero Manuel Bonilla, José María Maytorena y muchos otros revolucionario e
intelectuales también creyeron en él y se sorprendieron de las hazañas que un
hombre con el historial que precedía a Villa iba siendo capaz de llevar a cabo a
cada paso que daba.
Y, a pesar de su difundida fama de bandolero por aquellos malquerientes que no
le reconocieron sus enormes méritos, nada pudieron agregar cuando el oro corrió
en abundancia por manos de Villa. Cuando hubiera podido enriquecerse, no lo
intentó siquiera, como lo han demostrado sobradamente sus biógrafos –más
recientemente el Dr. Friedrich Katz en su enorme obra Life and Times of Pancho
Villa, que respalda parte de estas notas - No eran ni el dinero ni el poder lo que
movió su portentosa presencia en la Revolución. Todo lo que los triunfos le
acarreaban, todas las exacciones de impuestos, todas los bienes incautados y lo
que éstos producían; el papel moneda emitido durante su período breve como
gobernador del estado de Chihuahua, eran para el sostenimiento de la causa y
para repartirlo entre sus soldados y el pueblo miserable.
“Nada me importa perder la vida, que es cosa de hombres morir por él”, cantó un
corrido compuesto en su honor, porque así era.
Todo eso lo observaba la gente, y pasaban sus hazañas de pueblo en pueblo, y
corrían como río desbordado por todo el país y más allá de las fronteras. Y pese al
temor que sus arrebatos o sus represalias inspiraban, el pueblo lo admiraba, lo
amaba, acudía a él y consideraba un privilegio engrosar sus filas. Con muchos de
esos hombres se conformó en 1913, en la hacienda de La Loma, en Ciudad
Lerdo, Durango, la famosa División del Norte, el mayor ejército de la Revolución,
que para 1914 contaba con una cantidad de efectivos que iban, de acuerdo con
sus biógrafos, de 40 a cien mil hombres. El mayor ejército de la Revolución.
La espectacular toma de Ciudad Juárez en noviembre de ese año, planeada con
increíble rapidez, precisión matemática y bajo una estricta disciplina, tuvo
trascendencia internacional y colocó a Villa de la noche a la mañana en la posición
más envidiable que pudiera darse en la guerra contra Victoriano Huerta. A partir
de ese hecho, que el general Hugo Scott, jefe de Estado Mayor del ejército
norteamericano comparó con el caballo de Troya, algunos periódicos de Estados
Unidos empezaron a llamar a Villa Centauro. Su don de mando, su fama de buen
jinete y la efectividad de sus cargas de caballería así lo justificaban.
Es importante destacar que las fuerzas chihuahuenses tuvieron un papel estelar
en la Revolución porque libraron las batallas más importantes y cambiaron desde
el primer momento el curso de la nación. La actuación de estos hombres difiere de
los movimientos de otras regiones al menos en cinco aspectos:
1. Su fuerza militar. En 1910 fue el movimiento que se dio en Chihuahua
el único a gran escala en contra del régimen porfirista. Villa participó desde
ese primer momento. Después surgieron las revueltas masivas en otras
partes del país. En 1913-1914 de nuevo los revolucionarios
chihuahuenses, con Villa al frente, derrocaron al régimen de Huerta aún en
contra de la voluntad de Carranza.
2. Fue este movimiento único en su composición social ya que incluyó a
miembros de todas las clases sociales, pero excluyó a los hacendados. En
ese aspecto fueron diferentes los combatientes de Coahuila y Sonora, por
un lado, y en Morelos por el otro. Fueron hacendados quienes encabezaron
a los revolucionarios en aquellas entidades.
3. Ningún otro movimiento tuvo relaciones con el gobierno de los
Estados Unidos y los empresarios estadounidenses.
4. La historia personal del líder chihuahuense fue muy distinta a la de
cualquier otro. Entre las mayores figuras revolucionarias de México, sólo
Villa había sido peón y forajido antes de la Revolución.
5. Finalmente, la Revolución en Chihuahua fue la única en su género en
la controversia, y radicalmente distinta en las interpretaciones que de ella
emanaron.
Era, asimismo, un caso singular el que Villa no aspirara al poder político ni a la
riqueza, y en esto ninguno de los caudillos de la Revolución podían igualarlo. Y
estos hechos sorprendían a la gente que no había conocido jamás hombre igual.
Era enemigo de las autocracias y por no respaldar una nueva dictadura
desconoció con los convencionistas de Aguascalientes al carrancismo. Y a pesar
de su derrota en el Bajío como jefe del ejército convencionista, y cuando todos
creyeron aniquilada la gran División del Norte y a su jefe destruido para siempre,
surgió como rebelde guerrillero en contra de quien siempre consideró una
desgracia para el país, y mantuvo al gobierno de Carranza en constante penuria
por sus victorias consecutivas. Y la gente le seguía el paso y se sorprendía de sus
tácticas guerrilleras, y permanecían a su lado.
Su imagen apareció en diarios, revistas, noticieros cinematográficos y
radiofónicos de todo el mundo. Era la mexicana la primera revolución del siglo XX
y Villa era, ante el mundo, la imagen personificada de esa guerra.
Tuvo la osadía de desafiar y exhibir ante el mundo al poder de los Estados Unidos,
sin que, aún perseguido, herido, maltrecho en una cueva protectora y acosado por
el ejército federal de Carranza unido a las fuerzas del invasor norteamericano,
pensara en rendirse y dejara de encontrar en las comunidades indígenas, en los
ranchos, en los pueblos y ciudades brazos que lo auxiliaran. Y no hubo un solo
norteño que lo denunciara. De haber sido Villa la bestia maligna que quería
Carranza, la oportunidad para librarse de él estuvo presente durante todo el año
en que lo buscaron afanosamente norteamericanos y carrancistas. Y ocurrió lo
contrario, lo cuidaron, lo escondieron, lo arroparon y se gozaban dando pistas
falsas a los invasores. La prensa de todo el mundo acudió de nuevo a México en
su búsqueda.
“En nuestra táctica militar tan pobre de ejemplos, las marchas de Villa por el
desierto de Coahuila para sorprender a Cuatro Ciénagas, y sus escapatorias, sus
sorpresas a los de la punitiva son pepitas de oro…” afirma José Vasconcelos en el
prólogo al libro “Pancho Villa” en la intimidad escrito por su viuda, Luz Corral.
Pancho Villa, “El Napoleón mexicano”, como le llamó el general norteamericano
Hugo Scott, el “bandido fuera de la ley”, como luego lo llamaron sus enemigos,
fue un rebelde que con el alma profundamente herida por los que deseaban su
aniquilamiento, libró las más notables batallas que dieron el triunfo a la Revolución
y eso, por más que la historia oficial trató de soslayarlo, quedó para siempre en la
historia. Era demasiado grande para poder ocultarlo.
Pobres de los federales
Que defendieron Torreón
Contra las fuerzas de Villa,
¡Era parar un ciclón!
El adiós a las armas de ese ciclón que era Villa –que no rendición-; la firma del
convenio de paz concertado entre el presidente provisional Adolfo de la Huerta y el
General Villa, en Sabinas, Coahuila, donde año con año, cada 28 de julio se
conmemora ese hecho como un timbre de orgullo local, dice claramente:
“Hemos llegado a un convenio cordial y satisfactorio. El general Villa depone las
armas para retirarse a la vida privada…”
Pero la vida privada de semejante guerrero no podía cimentarse en paz; los
aspirantes al poder veían en él una amenaza latente a sus ambiciones y lo
mataron.
Mucho hay que investigar aún sobre esos años. Por esas razones también seguirá
su historia vigente en el mundo académico.
La portentosa lucha de este guerrero fue gigantesca, como la de ningún otro, por
defender los derechos de los de abajo, de su gente. Nada logró, finalmente, pero
dejó la vida en el intento. Y eso es lo que la gente no ha olvidado, y su historia
perdura y pasa de generación en generación por siempre, como las historias de
los grandes hombres que ha dado la humanidad.
Para documentar la leyenda
Villología se ha llamado a la obsesión de aquellos que han dedicado ya una gran
parte de su vida a hurgar por todas partes, ir al fin del mundo, con tal de encontrar
un dato más, una imagen nunca vista, una foto, un papel o un archivo. Escudriñar,
aguzar los sentidos a ver que saben, a ver que escuchan. Porque Villa es
propiedad exclusiva de cada uno de aquellos que acaban de escribir el último
libro, de descubrir el último archivo, de encabezar la última cabalgata, de cantar el
corrido que acaban de componer. Nadie sabrá más que ellos ni aceptarán lo
contrario.
En ese sentido, pueden encontrarse hechos sorprendentes, inverosímiles, como la
intensa búsqueda emprendida por Miguel Ángel Berumen, quien siguiendo pistas,
llegó hasta Harlem, en Nueva York, para encontrar un archivo fotográfico de la
Revolución mexicana en el Schomburg Center for Research in Black Culture.
Impensable parecería encontrar huellas de la Revolución en un instituto de
investigación sobre cultura negra.
La búsqueda obsesiva Gregorio Carlos Rocha Valverde, de los rollos perdidos de
películas tomadas a Villa durante sus campañas, es un testimonio más de lo que
ocurre en tantos investigadores, escritores, novelistas, poetas, músicos poseídos
-no es exageración afirmarlo así- por el espíritu del Centauro.
También obsesionados por la pasión “villológica” hay no pocos investigadores que
encuentran mucha tela de donde cortar en archivos recién “desclasificados” en los
Estados Unidos, o abiertos en el país a quienes deseen hurgar en ellos.
Así pues, a las nuevas corrientes de interpretación histórica de la Revolución que
se han abierto paso en contraposición a la antigua ortodoxia de la historia escrita
por encargo de quienes triunfaron, seguirán sumándose, como hasta ahora, obras
con enfoques interpretativos claros y contundentes que arrojan luz sobre muchas
cuestiones de la historia, leyenda y mito de Villa y terminan por colocar en el cesto
de las cosas inútiles, de una vez y para siempre, toda una época de publicaciones
horrendas donde Villa aparecía sistemáticamente como la béte noir, siempre como
caso aislado y marginal de una historia oficial maniquea.
A Villa, el invisible e inexistente por decreto, se le tomaba en cuenta
ocasionalmente en el discurso oficial y, en consecuencia, se le analizaba con los
criterios utilizados para hablar del antihéroe. Se le recluía en espacios “privados”
y, desde luego y por fortuna, se le mantuvo alejado de las rituales invocaciones
oficiales de la Revolución. Paradójicamente y no obstante la invisibilidad oficial de
Villa, su imagen iba apareciendo en sentido inverso, más visible conforme
pasaban los años gracias al empeño de aquellos obsesionados por
desenmascarar y desmitificar a los oficialmente impecables protagonistas de la
Revolución sacralizada-.
En ese sentido, grandes y abundantes obras reivindicatorias nacionales y
extranjeras, que sirvieron de contrapeso a las obras detractoras, se inscribieron
en la historiografía de Villa. La cantidad y volumen de su producción, que cualquier
iniciado supondría abundante, se muestra inverosímil al conocer todo el material
consultado por Friedrich Katz, el más reciente y más importante biógrafo de Villa,
como ya se dijo, en archivos privados y públicos, nacionales y extranjeros,
bibliotecas, hemerotecas, memorias, estudios, monografías, disertaciones. Más
de 2000 artículos tan sólo en periódicos y revistas nacionales.
En una cuidadosa disección del personaje y con la fría objetividad del
investigador no comprometido, va mostrando claramente, con una dirección
definida las razones profundas del hombre biografiado para mostrarlo, en su
ambivalencia oscura y luminosa, como el máximo protagonista de la Revolución
mexicana.
De la famosa División el Norte, afirman sus biógrafos, era un ejército
revolucionario imbuido, por encima de todo, en un sentido de misión, compuesto
en su mayoría de hombres jóvenes, frecuentemente dueños de tierras, que por
lo general sabían leer y escribir .
Era un ejército estrictamente disciplinado que evadió siempre el robo y el pillaje y
formado por individuos que habían acudido a formar filas por su propia y libre
voluntad. Gran parte del espíritu, ideología y organización del ejército maderista
estaban presentes en la División del Norte.
Las cualidades que convirtieron a Villa en caudillo, fueron audacia, valor,
disposición para afrontar riesgos personales; habilidad con las armas y una
calidad extraordinaria de jinete. Pero quizá más importante que todo lo anterior,
fue su genuina dedicación a sus hombres, por cuyo bienestar parece haber
tenido mucha más preocupación que la mayoría de los otros líderes militares.
Su cuidado por las viudas y los huérfanos, las dádivas frecuentes con que
obsequiaba a sus soldados y el hospital rodante que instaló en su tren, son una
clara muestra de su actitud humanitaria. La disciplina de hierro impuesta a su
ejército desde el momento en que se hizo cargo del mando, significa que ningún
recurso sería desperdiciado en saqueos y destrucción sin sentido.
Otra esencial característica de Villa era su habilidad para identificarse personal,
material e ideológicamente con sus hombres. No solamente compartía con ellos
su comida, se sentaba con ellos en torno a las fogatas y recordaba sus caras.
Paradójicamente el miedo que inspiraba acrecentaba su imagen de macho y su
popularidad.
Durante los años 1913-1914, el semi iletrado y antiguo peón demostró ser un
soberbio organizador de recursos, un extremadamente eficiente administrador y
un hábil creador de consensos.
Por sus manos pasaron millones de pesos en oro cuya rigurosa administración
encomendó a gente capacitada bajo sus órdenes, y logró conseguir con eficacia
transformar un grupo guerrillero en una poderosa fuerza de combate, tan
eficiente, que fue capaz de derrotar y dar el triunfo a la Revolución en Zacatecas,
al ejército profesional de México bajo la presidencia de Victoriano Huerta.
Sostuvo e incrementó el apoyo popular en Chihuahua alimentando a los pobres
y los desempleados y restableciendo la precaria unidad de las clases media y
baja que sirvieron de apoyo a la Revolución. Y no menos éxito tuvo en ganar
para sí el apoyo de importantes sectores de la población y la élite en el poder en
Estados Unidos.
¿Era Villa –se pregunta Katz- como sus enemigos lo quisieron hacer creer, nada
más que un bandido interesado en el poder y el saqueo? De haber sido eso –
responde- hubiera obrado en consecuencia, igual que los corruptos políticos de
América Latina, tales como Batista en Cuba, Trujillo en República Dominicana o
Somoza en Nicaragua lo hicieron. Una vez derrotados, tomaron todo cuanto
pudieron de sus respectivas tesorerías nacionales y se marcharon a vivir la gran
vida en el exilio. Villa tuvo igual oportunidad. Durante un largo periodo controló
los vastos recursos de la División del Norte. Wilson le ofreció asilo en Estados
Unidos, y en vez de pensar siquiera en marcharse a vivir tranquilamente y sin
problemas lejos de México, optó por regresar a la vida dura, salvaje y
extremadamente peligrosa de guerrillero.
Después de la primera ocupación de Chihuahua, Villa se resistió a aceptar la
sugerencia de ejecutar a los adictos a Huerta y Orozco. En el campo decretó una
amnistía general a quienes depusieran las armas. Y una vez pacificado, hizo
preguntas que, planteadas antes por los enemigos de Villa, recibían de ellos
mismos una respuesta supuestamente veraz y lógica, de cartabón, como el
catecismo: ¿Qué tan cruel era Villa? ¿Era su ferocidad parte del mito, o estaba
fundada en la realidad?
El movimiento villista no era más feroz que cualquier otro movimiento
revolucionario. De hecho lo fue menos. El gobierno de Huerta ejecutó
rutinariamente a todos los prisioneros, y fue Carranza quien ordenó a las
facciones revolucionarias ejecutar a sus prisioneros. (Revivió la sangrienta Ley
Juárez de enero de 1862). De hecho Villa fue reprimido por el Primer Jefe por
haber decretado amnistía parcial a algunos de sus prisioneros. La diferencia
entre Villa y los otros jefes revolucionarios estriba en que Villa pensaba que no
había razón para esconder los hechos.
Una vez pacificado, hizo algo en su hacienda que ningún hacendado tradicional
jamás hubiera tolerado en su territorio: puso en marcha la escuela “Felipe
Ángeles” en Canutillo una de las mejores escuelas de México, tanto para sus
hijos como para todos los trabajadores de la hacienda. Anhelante de educar al
pueblo, tan pronto firmó su pacificación, puso en marcha su plan educativo para
todos los habitantes de la hacienda. En una carta dirigida a José Vasconcelos,
secretario de educación dijo categórico:
“No estoy de acuerdo con los sueldos que ganan los profesores que atienden la
escuela; el día que un maestro gane más que un general, entonces se salvará
México. En consecuencia, quiero que le subas el sueldo a los maestros que
atienden la escuela Felipe Ángeles.”
Villa de Bronce Quince años después de su muerte fue dedicado el primer monumento a Pancho
Villa. Se trata de un busto sencillo, colocado sobre una alta columna en una
esquina del parque central de Ciudad Lerdo, Durango.
Fue pagado con fondos privados, según reza la placa, por “El pueblo y los ex
combatientes a su Digno Jefe General de División Francisco Villa” Noviembre 20
de 1938.
Cuenta el general Federico Cervantes en su libro “Francisco Villa y la Revolución”
que en el año de 1956, el gobernador de Chihuahua, general Jesús Lozoya Solís,
presionado un tanto por el fervor popular y con la anuencia de las autoridades
superiores, pidió al escultor chihuahuense Ignacio Asúnsolo que esculpiera en
bronce la estatua ecuestre del general Francisco Villa como un homenaje a la
División del Norte.
Al ser terminada la obra, el señor Gobernador transmitió al escultor la sorpresiva
consigna de la “alta autoridad de Monumentos Nacionales” prohibiendo enaltecer
a Villa “por especiales razones de particular consideración”, y con ese eufemismo
incomprensible, se consumó el atentado de desfigurar el rostro del general Villa,
en el bigote y seño.
“Periodistas de Chihuahua comentaron irónicamente que a Villa se le cortaba la
cabeza por segunda vez, y nosotros protestamos posteriormente en el Universal
(8 de octubre de 1956) por esa vergonzosa consigna que lesionó la dignidad del
pueblo y la del artista…precisamente en los días en que, en un “Congreso por la
Libertad de la Cultura” se afirmaba que en México “Era respetada la libertad del
pensamiento”. afirma irónicamente el general Cervantes
“El día 23 de septiembre de 1956 en que fue inaugurado el monumento, el C.
gobernador de Chihuahua declaró: “El Guerrillero que esta escultura representa
puede ser -¿Cómo el soldado desconocido?- cualquiera de aquellos hombres del
campo que en Juárez, Ojinaga, Tierra Blanca o en Zacatecas, escribieron páginas
de heroísmo e hicieron triunfar la Revolución” Y para perfeccionar (¿) la sumisión
a la consigna, el orador Rafael Muñoz, autor de “Se llevaron el cañón para
Bachimba” y “Vámonos con Pancho Villa”, haciéndose un nudo en la garganta
para no pronunciar ese nombre famoso, mistificó el desatinado eufemismo al
referirse a “La estatua ecuestre de la División del Norte”…
De doña Luz Corral Vda. de Villa que concurrió a esa inauguración, se comentó
“Con esa francota sonrisa que lo abarca todo, solo dice filosóficamente:…yo sé
que es Pancho o debiera ser, pero si es un Dorado, es como si él mismo fuera.
Apoco una estatua cambia la verdad…”
La presión popular iba en aumento y, como consecuencia, se encomendó al
escultor Julián Martínez la elaboración de una escultura ecuestre de Villa que,
como todo en torno al Centauro, fue motivo de enconadas discusiones. Se
concluyó por colocarla en la antigua Glorieta del Riviera, donde confluía la
Avenida División del Norte con otras más. Posteriormente, al desaparecer la
glorieta, la escultura fue trasladada al Parque de los Venados. La imagen que
eligió el escultor fue la de la fotografía más famosa de Villa, tomada antes de la
batalla de Ojinaga y fue muy criticada porque presenta a Villa con la rienda en la
mano derecha. A partir de entonces, los monumentos a Villa empezaron a
levantarse por muchas ciudades del país y de los Estados Unidos. Ecuestres, la
mayoría de ellos, de pie sólo tres o cuatro. Uno, sobre una pequeña loma en la
Coyotada, municipio de San Juan del Río, Durango, donde nació, y del cual se
han hecho miles de reproducciones pequeñas en bronce, madera, cerámica, yeso.
Otro se encuentra en Gómez Palacio, Durango. Dos más hay en la abandonada
ex hacienda de Canutillo. Un busto y otro alto, delgado y de pie, muy lejos de
parecerse a Villa, parece ser el que estaba destinado a ubicarse en Chicago por
el año 2,000, como donativo del gobierno del estado de Durango.
En el mes de junio de 1981, en la ciudad de Arizona, Nuevo México se instaló una
estatua ecuestre del General en el parque Veinte de Agosto, donada por el
gobierno de México y la Asociación mexicana de periodistas. Desde entonces,
muchos bustos y monumentos han ido apareciendo por todo el país. Uno, de
características peculiares, es el bronce que representa a Villa, por primera vez,
como centauro. Se encuentra ubicado en el estado de Durango.
Monumentos recientes a Villa han sido también los libros que, como “Life and
times of Pancho Villa” de Friedrich Katz, antes mencionado, salió a la luz pública
luego de más de 25 años de investigaciones exhaustivas en archivos y bibliotecas
del mundo entero. O el “Pancho Villa”, de Paco Ignacio Taibo II, entre otros
muchos de reciente publicación.
Santo de mi devoción Pese a los grandes esfuerzos de ciertos sectores del mundo oficial para
desmitificar la figura de Villa, no han logrado mantenerlo invisible, pero bien han
intentado ignorarlo dejando en el abandono y olvido sus monumentos, su
hacienda, sus museos. Sólo que no puede hacerse desaparecer un mito porque el
mito es real, es historia viva.
Afirma Enrique Florescano en su obra “Mitos mexicanos” que
“La verdad del mito no está en su contenido, sino en el hecho de ser una creencia
aceptada por vastos sectores sociales. Es una creencia social compartida, no una
verdad sujeta a verificación. Su validez y eficacia residen en su credibilidad.”
Es inútil, por tanto, tratar de enfrentarse a una creencia colectiva y desentrañar
las razones de la metamorfosis de una figura que tiene indudablemente un estatus
legendario, más si como en el caso de Villa, el personaje ha mantenido y
acrecentado su actualidad y se nos presenta a cien años de su gesta no sólo
como un ser legendario, como un mito contemporáneo, sino como un santo.
Pancho Villa es el reivindicador de los oprimidos de todos los tiempos, y es, por lo
mismo, objeto de la devoción de un pueblo que se resiste a dejar ir al hombre que
perdió la vida en el intento de darles la oportunidad de acceder a una existencia
humana y feliz.
Pancho Villa es un protector de su pueblo que les habla y aconseja. Es el amuleto
sanador, Es la imagen tatuada en el cuerpo y en el alma. Es la sombra que se
aparece al lado del hombre que lo invoca para aconsejarle como conquistar a las
mujeres. Es el líder legendario que no huyó con los dineros lejos de su patria.
Es el hombre que quisieran ser muchos hombres. Es el santo vengador de la
raza que se enfrenta primero al patrón que atenta contra el pudor de su hermana.
Se rebela después ante la traición de Victoriano Huerta, asesino de Madero y
Abraham González y lo persigue hasta vengar el crimen y derrotarlo en la “madre
de las batallas” que da el triunfo a la Revolución en Zacatecas. Y si Antonio López
de Santa Anna entrega el territorio nacional a los norteamericanos, Villa ataca el
territorio de los Estados Unidos en Columbus, única incursión armada al territorio
estadounidense en el siglo XX.
Y si la invasión norteamericana tolerada y reforzada por Carranza penetra en el
territorio nacional con 10 mil hombres y buscan a Villa durante todo un año sin
poderlo encontrar, es porque lo protegieron desde las comunidades indígenas y
mormonas de la Sierra, hasta los habitantes de las rancherías y las ciudades
norteñas. De haber sido Villa el bandido sanguinario que afirmaban los
carrancistas, la oportunidad para denunciarlo y entregarlo al invasor estuvo ahí
presente durante doce meses. Y no hubo un solo norteño que lo hiciera.
Muchas voces se alzaron a su favor por todo el mundo en contra de la injusta
guerra, eran casi 20,000 soldados –a los norteamericanos se unieron soldados
carrancistas- en contra de un solo hombre.
A favor de Villa se da una rebelión ciudadana en Parral cuando todo el pueblo,
encabezado por una joven, Elisa Griensen, impide que los soldados
norteamericanos entren al pueblo a buscar a Villa. Y es en Parral donde Villa
sigue siendo objeto del fervor colectivo año tras año. Villolatría, se ha dado en
llamar a este fenómeno.
“Con perdón de usted, pero Pancho Villa no es nomás de los norteños. El es
como la Virgen de Guadalupe, un símbolo de la nación”. Con estas palabras nos
respondió un miembro del grupo de unos 20 chiapanecos asistentes al desfile
inaugural de las Jornadas Villistas que año con año se llevan a cabo en la ciudad
minera de Parral y recién llegaban desde el lejano estado sureño.
La manta que portaban llamaba la atención porque en ella se presentaban varios
ejidos y ranchos que proclamban: ¡Presentes, mi General!
Pero, ¿cómo es esto? Si ustedes son hijos de su líder encapuchado, el
subcomandante Marcos, ¿qué andan haciendo acá tan lejos de su tierra?
Entonces respondieron como se anotó al principio…”Como la Virgen de
Guadalupe…”
Vaya cosa, villismo chiapaneco. Así es, baste recordar que fue precisamente el
subcomandante Marcos quien lo declaró:
“Nosotros agarramos lo que hizo un señor que se llamaba Francisco Villa cuando
atacó Ciudad Juárez, Chihuahua. Si se acuerdan ustedes, fingió el ataque a
Chihuahua y luego le cayó a Juárez. Nosotros amagamos con el ataque a
Ocosingo y si revisas la prensa, tres días antes, tres días antes se supo en todo el
país que un grupo de guerrilleros estaba en San Miguel, cercano a Ocosingo, y
todo mundo se hizo pato.
Entonces allí fue donde el enemigo pensó que íbamos sobre Ocosingo y nosotros
empezamos a mover tropa y media hacia San Cristóbal. Cuando ellos se dan
cuenta, pues esperan el ataque a Ocosingo, les dimos la sorpresa en San
Cristóbal… (Tal como lo hizo el general Villa en Juárez)
Hay in intelectual que dirige una revista que dice que la prueba de que en el
Ejército de Liberación Nacional hay influencia centroamericana, es que: uno,
retirábamos a nuestros heridos y a nuestros muertos; que eso lo habíamos
tomado del FMLN (El Salvador)
Y dos: el ataque a las ciudades, que eso lo habíamos tomado del FSLN
(Nicaragua). Y las dos cosas nosotros las tomamos de Francisco Villa: él tenía
trenes para evacuar los heridos; nosotros lo que hicimos fue secuestrar camiones
para ir sacando a nuestros muertos y heridos hacia nuestros poblados y hospitales
de campaña”
Allá mismo en Parral, en la cabecera del sepulcro donde estuvieron los restos de
Villa y ante una especie de altar lleno de fotografías, exvotos y testimonios de
gratitud por los favores recibidos al encomendarse al General, un hombre joven,
vestido de Dorado de Villa y asumiendo su papel de tal, en posición de firmes se
cuadra solemne y permanece en silencio unos diez minutos, meditando. Su
esposa se acerca a nosotras, saluda, nos explica que su esposo es médium y
Villa habla a través de su voz. Pide entonces que extendamos las manos para
rociarlas con el agua de una botella que fue bendecida por el mismísimo General,
“para que le traiga suerte” –afirma la mujer-.
Esta pareja es integrante del grupo “Misiones villistas”, un movimiento espiritista-
religioso que se ha extendido por Tamaulipas, Nuevo León y el sur de Texas y
cuenta con miles de afiliados, los cuales, bajo la protección espiritual de Villa, lo
han tomado como su protector. Nos muestra un medallón con la imagen del
General y extrae de una bolsa pequeña una piedra y un papel con una oración
encabezada por estas palabras:
Amuleto Piedra Imán Espiritual
Oración
Al espíritu mártir de Pancho Villa, Gran General Revolucionario
En el nombre de dios Nuestro Señor
Para que me ayudes. Así como ayudaste en el mundo terrenal
A los Necesitados, así como Vencistes a los poderosos, así te pido tu protección
espiritual, par que me libres de todo mal y me des el ánimo necesario y el valor
suficiente para enfrentarme a lo más difícil que se me presente en la vida. Amén
Unos cuantos casos, de los muchos que, en efecto, bien podrían llamarse
villolatría, se presentan en los Estados Unidos y en diversos estados del país,
algunos de los cuales ni siquiera fueron territorios villistas.
En el Valle de Texas, luego de la presentación de una novela sobre Villa, se
acerca a la autora una mujer con un niño en brazos para decirle: Mire usted, este
niño es ahijadito de mi general Villa.
A la expresión de sorpresa con que se le responde, agrega: “No se sorprenda, el
General nos visita en nuestra comunidad aquí en la ciudad de Roma. Cuando
estaba por nacer mi niño, nos visitó. Sí, por ésta, se lo juro –dijo, haciendo la señal
de la cruz- Él nos visita cuando lo invocamos para salir de algún apuro. Se veía re
guapo, con su traje de charro blanco y su caballo blanco también. Clarito lo vi, y
antes de despedirse nos dijo que quería ser el padrino del primer niño que naciera
luego de su visita, y, pos mi niño fue el primero que nació, entonces, él es su
padrino”
En una casa del barrio del Montecillo, en la ciudad de San Luis Potosí, existe un
salón donde un altar con veladoras y una gran foto del general Villa es visitado
durante todo el día por aquellos que desean rendirle culto.
La afanadora de un club deportivo de esa misma ciudad, porta siempre en el
bolsillo de su uniforme una oración –enmicada, “para que no se me maltrate”- a
Pancho Villa, y aclara: cuando me casé, mi mamá me dijo: mira mijita, cuando
tengas un apuro muy gordo, rézale esta oración a Pancho Villa, verás que te
ayuda, a mí nunca me ha fallado…
En un pueblo del mismo estado potosino, afirma la antropóloga Ruth Behar que
se lleva a cabo una ceremonia en que un médium asume la personalidad de
Pancho Villa y frente a los asistentes, bendice la comida que tomarán y les
promete: “No morirán de hambre, porque no es mi deseo”. Al final de la
ceremonia, los participantes gritan ¡Viva Villa!
Luego de la ceremonia que para conmemorar la muerte de Villa se celebra en La
Coyotada, municipio de San Juan del Río, Durango, cada 20 de julio, por la noche,
se reúne nuevamente la multitud que acudió al mediodía al acto oficial que preside
el gobernador del estado para presenciar un conmovedor acto espiritista,
alumbrado por miles de veladoras, donde los médiums convocan la presencia del
espíritu del General, quien habla por la boca de aquellos.
Es bien sabido que el pueblo está siempre del lado de la justicia y del que es
víctima del abuso, de traición o del desvío de poder. Por ello, Villa ganó para sí
aún más la voluntad de la gente cuando, luego de tres días tremendos de combate
librando la batalla definitiva de la Revolución en Zacatecas y haber derrotado a
Victoriano Huerta, una vez rendido el parte del triunfo al Primer Jefe, éste, lejos de
felicitarlos, destituyó al artillero y hombre de confianza de Villa, el general Felipe
Ángeles, del cargo de Secretario de Guerra y Marina que le había otorgado tiempo
antes. Y aunque este dejó el despacho en manos del subsecretario para irse con
Villa con la anuencia del Primer Jefe, el disgusto que ello le causó encontró aquí la
oportunidad del desquite. “Por insurrección”, fue la razón aducida por el señor
Carranza, (es decir, por haber marchado sobre Zacatecas contra su voluntad).
La ira del Primer Jefe al ver que la gloria era para la División del Norte y no para
él, lo llevó a cometer el error de ignorar a Villa e invitar al general Álvaro Obregón
a marchar a su lado en la entrada triunfal a la capital del país. Villa, sabiendo que
eso ocurriría, se había marchado a Chihuahua inmediatamente después del triunfo
en Zacatecas.
¡Pancho Villa, el autor del triunfo no desfilaba al lado del Primer Jefe! La gente,
consciente de la injusticia, se puso de su lado, compuso de inmediato el corrido de
la batalla de Zacatecas enalteciendo a Villa, y despreciando a Carranza.
Sin desearlo en absoluto, fue el mismo Carranza quien contribuyó al aumento del
fervor villista por todo el país.
La fuerza del Centauro, pues, radica en un cúmulo de situaciones como la
anterior, en ese poder, en esa fascinación que ejerció desde sus primeras
incursiones militares. La figura de este hombre, mezcla de estratega militar,
guerrillero y redentor, rebelde y revolucionario, ha alcanzado –es preciso
subrayarlo- y ha consolidado una enorme dimensión en el imaginario colectivo y
en la memoria que alberga la nostalgia popular.
Lluvia de orquídeas En el mes de julio de 1961, la mañana cercana al día en que se cumplían 38 años
del asesinato del general Francisco Villa, volaron sobre el cielo de la ciudad
minera de Parral, Chihuahua 50 avionetas de matrícula estadounidense: Se
trataba de The Western States Sheriff´s Air Squadrons y cien pasajeros de la
misma nacionalidad, los cuales dejaron caer diez mil orquídeas hawaianas desde
el lugar donde fue acribillado hasta el panteón de la ciudad. Caso único en la
Historia Universal: el agredido rinde un homenaje singular y conmovedor al
agresor. El reportero Stanton Delaplane, del periódico San Francisco Chronicle vuela con la expedición y envía sus reportajes que comienzan el 16 de julio de
1961. La noticia de la lluvia de orquídeas aparece en el número correspondiente al
día 17
Villología, ya lo dijimos, han llamado algunos a esta manía de aquellos que han
dedicado ya una gran parte de su vida a hurgar por todas partes, ir al fin del
mundo, con tal de encontrar un dato más, una imagen nunca vista, una foto, un
papel o un archivo. Escudriñar, aguzar los sentidos a ver que saben, a ver que
escuchan. Porque Villa es propiedad exclusiva de cada uno de aquellos que
acaban de escribir el último libro, de descubrir el último archivo, de encabezar la
última cabalgata, de cantar el corrido que acaba de componer. Nadie sabrá más
que ellos ni aceptarán lo contrario.
Año con año, en la semana correspondiente al 20 de julio, se llevan a cabo las
Jornadas Villistas y se dan cita en la ciudad minera de Parral, Chihuahua todos
aquellos fieles. Llegan desde el primer día para no perderse ninguno de los
eventos culturales que se ofrecen, o días después, a caballo, con la cabalgata,
para presenciar la muerte de Villa, su velorio, y al día 21 siguiente, su entierro.
Este año del 2010, Parral vio llegar a seis mil jinetes. O bien llegan cientos de
visitantes de a pie en autos, autobuses, caravanas, carretas, de todas partes del
país. Nada les impide estar presentes en la fiesta singular. Es una especie de
semana santa laica, cívica. Testimonio de admiración y fidelidad al Centauro al
que se suman los estados de Durango, Coahuila y Zacatecas.
Sin las ficciones políticas de la división territorial, Villa es así recordado en el Norte
porque es tan chihuahuense como durangueño. Igualmente se le dedican
celebraciones conmemorativas en Sabinas, Coahuila, donde cada 28 de julio –
fecha que Villa eligió para despedirse de las armas- se lleva a cabo una ceremonia
solemne en la Plaza de Armas, ante su monumento, a cielo abierto, con asistencia
de los habitantes de la zona carbonífera. Hay una cabalgata más de tres días que
sale de la ciudad de Durango hacia La Coyotada. A Sabinas llega también una
cabalgata conmemorativa del último tremendo recorrido de Villa desde Chihuahua
hasta Sabinas, por el desierto, para despedirse de la guerra. Durante la marcha,
los cabalgantes hacen un alto en Paredón para descansar y conmemorar la batalla
en la que Villa derrotó, en un santiamén a cinco mil federales que huían en
estampida por aquel desierto. Y se abre en esa ocasión, y sólo una vez al año, el
museo-cantina que el luchador “Sangre Chicana” mantiene como un monumento
conmemorativo a Villa.
A cien años de su aparición en la historia, el nombre de Villa se encuentra por
todos lados, y si un índice de periódicos y revistas registra cerca de dos mil
escritos sólo en México para 1978 –como consigna Katz- mas unos cien libros,
para el 2010 la cantidad, sin duda se habrá duplicado.
Como no cabía en ningún molde conveniente y ha sido reclamado como propio
por facciones heterogéneas y situadas frecuentemente en extremos de ideas
políticas, es fácil encontrar a Villa entre quienes sostienen posiciones
contradictorias. A cien años de distancia, el más venerado, el más amado, el más
visible es él, Francisco Villa, mi abuelo.
DATOS PERSONALES
Lic. Rosa Helia Villa de Mebius.
Lugar de nacimiento: La Paz, B.C.
Egresada de la Facultad de Leyes de la UNAM (1958 – 62)
Ha ejercido el periodismo desde hace 25 años en diferentes diarios del estado y nacionales.
Fundadora del grupo de entrevistas “Algo de él…”, para el diario Momento, fue su redactora durante los diez años que duró su publicación y posteriormente se hizo cargo del Suplemento Cultural del mismo diario. Ha publicado como articulista y editorialista en los diarios Pulso, El Sol de San Luis y El Heraldo de San Luis, así como en el suplemento cultural El Búho, de Excélsior.
Obtuvo el Premio Estatal de Periodismo en el renglón Entrevista, 1982
Ha sido maestra de Literatura e Historia Mundial Contemporánea (Tec de Monterrey, Campus San Luis,) y ha prestado sus servicios en el sector público (Directora del DIF estatal. Directora de Relaciones Públicas Universidad Autónoma de SLP) Subdelegada de Servicios Culturales del ISSTE)
En 1985 fundó la asociación Pro San Luis Monumental en busca de la preservación del patrimonio histórico, artístico y monumental del estado. Su esfuerzo en busca de la Declaratoria de Zona Monumental fructificó al ser declarado San Luis zona de monumentos por el INAH:
Obtuvo el Premio Nacional que otorga la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México en abril de 1991 por haber sido precursoras en el país del proyecto de restauración de pintura religiosa “Adopte un Cuadro”.
Autora en publicaciones del Instituto José María Luis Mora y articulista de su revista Secuencia.
Esta institución le publicó:
San Luis Potosí, una historia compartida y, como coautora,
Durango en la historia.
En busca de la preservación de los valores potosinos, ha publicado, como autora y coautora:
Tres siglos de pintura religiosa en San Luis Potosí;
San Luis Potosí, vetas de su historia;
El San Luis que se fue;
Los textos respectivos al Estado y la ciudad de San Luis Potosí en la Enciclopedia de México; México, piedra y oro (la parte correspondiente a San Luis Potosí) para la Cía. de Seguros Tepeyac; Guía del Estado de San Luis Potosí; para el Gobierno del Estado, y diversos artículos sobre Historia Regional en revistas y diarios.
En noviembre de 1999 se presentó en el Monumento a la Revolución, en el D.F. y publicada por la editorial Plaza y Janés su primera novela, prologada por el Dr. Fridrich Katz, el gran biógrafo de Francisco Villa: Itinerario de una pasión, presentada en 32 ciudades en el país y el extranjero que incluyen: Jornadas Villistas en Parral, Chih., Jornadas Villistas en Durango, Dgo, etc.
La Feria Internacional de libro de Barcelona, España; Long Beach, California y las ciudades de MacAllen, San Antonio y Roma Texas, en los Estados Unidos.
En julio del 2001 fue Invitada por la Embajada de Cuba en México al II Congreso Internacional de Cultura y Desarrollo para presentar la novela dentro de este evento. El mes de diciembre del mismo año estuvo en Salt Lake City, Utah, invitada por la Universidad del estado, por el grupo chicano “La Raza” y por el Consulado de México en aquel estado, para presentar la obra de referencia, que se distribuye en español en varias ciudades los Estados Unidos.
Acudió como invitada al Congreso Internacional de Historia ( AHILA, Asociación de la que es miembro ) en las Islas Azores para hacer una presentación de la tercera edición de su novela el mes de Septiembre del 2002.
En mes de septiembre del 2003 presentó un libro más: Imagen y Presencia de la Mujer Potosina, para el Instituto de las Mujeres en San Luis Potosí.
El 18 de diciembre del mismo año se presentó en el Instituto Nacional de estudios de la Revolución Mexicana (INERM) el libro “Pancho Villa, retrato autobiográfico”. Con un prólogo del Rector de la UNAM, textos de la Dra. Guadalupe Villa y suyos, y editado por Taurus-UNAM, es éste un libro de Memorias del general Francisco Villa, nunca antes publicado. Los comentarios estuvieron a cargo de Lorenzo Meyer, del colegio de México, Javier Garciadiego, director del INERM y Santiago Portilla, director del Instituto Mora. La primera edición de 15,000 ejemplares se terminó antes de un mes. La segunda –de diez mil-, se presentó en el Colegio de San Luis en la capital en el mes de febrero, y la tercera, también de diez mil, en Querétaro a principios de abril. Se mantuvo todo el año dentro de la lista de los libros más vendidos.
En octubre del 2004 se presentó en Madrid la edición en rústica del libro mencionado para el público extranjero, de la cual se han agotado ya tres ediciones.
En septiembre del 2009 presentó la nueva edición de su ensayo Imagen y presencia de la mujer potosina
Es ciudadana honoraria de las ciudades de Austin, capital de Texas, de Athens y Roma en el mismo estado norteamericano.
En el mes de septiembre acudió como profesora y conferencista invitada de las universidades Webster, St. Louis University y St. Louis Community College de San Louis Missouri, adonde ha seguido acudiendo cada año desde entonces.
El 29 de marzo del 2001 y junto con otras cuatro potosinas (una de la zona Huasteca, otra de la Zona Media, otra del Altiplano y una más de la Capital), recibió el Premio Trayectoria de Éxito que por primera vez otorga el Gobierno del Estado, a través del Instituto Estatal de las Mujeres, por su contribución al engrandecimiento de San Luis Potosí.
El gobierno de Francia la ha distinguido nombrándola Cónsul Honoraria de aquél país en San Luis Potosí desde el 2001.
Miembro del capítulo México de la asociación francesa Femmes Liders
El pecado de las celebraciones de independencia
Gerardo Morales Jasso estudiante de la Escuela de Historia de la UASLP, a participado en varias ponencia en varios estados de la república y publicado en la revista Universitarios Potosinos.
Resumen
Esta ponencia trata de la compleja “independencia”, un proceso con diversos
momentos y circunstancias dónde los hechos de los hombres e instituciones
responden a un momento demasiado particular que solo era antes hipotético (la
falta del rey).
El objetivo de esta ponencia es mostrar “el pecado” que no sólo se existe en
las celebraciones de independencia, pues abunda en la mentalidad de las
personas, por lo que tanto historiadores como la población en general debemos
cuidarnos de éste.
Se pretende explicar cuál es este pecado y reflexionar sobre las
conmemoraciones y celebraciones a través de una breve mirada a la crisis de
continuidad y ruptura que estremeció todos los territorios españoles,
concentrándonos en algunos elementos comunes a las posteriores repúblicas
americanas y especialmente en lo que ahora es México.
Se dice que hace doscientos años se independizó México, si es así, ¿por qué esta
frase convive con otras similares, pero de significado distinto como es la del
bicentenario del inicio de la independencia?
Para empezar debemos entender la “independencia de México” como una
frase conceptual y hay que reconocer que existe una bibliografía académica y no
académica que no encuentra dificultad alguna en esta idea. No dudo de la realidad
histórica de los acontecimientos que dan base a esta idea, más bien pretendo
criticar este concepto desde los hechos y procesos que permitieron que se lograra
la Independencia.28 Sin embargo, en el caso de los profesionales de la historia
¿conmemoraremos el hecho histórico, en este caso, que Hidalgo haya levantado
en armas al pueblo del bajío novohispano?, o ¿conmemoraremos el proceso de la
independencia novohispana tanto de la metrópoli como del Rey, proceso que
desencadenó la posterior creación de una nación nueva, así como su cimentación
ideológica, legal, diplomática, etc.?
Seamos o no académicos, formemos parte de ellas o no, las
conmemoraciones y celebraciones forman parte de nuestro calendario. La
conmemoración es un fenómeno del ingenio humano en el que, entre otras cosas,
se reúnen los conocimientos disponibles sobre lo conmemorado, se presta
atención a la memoria, se indaga y se revisa. Sin embargo, en estas
conmemoraciones ¿debemos celebrar o conmemorar el bicentenario?
Remitámonos a los significados de los sememas que corresponden a esta
reflexión.
28 Hay que rescatar lo que la memoria social ha olvidado pues esta memoria no presta tanto interés al momento en que se alcanzó la independencia como cuando comenzó, ensalza a Hidalgo, pero le reconoce poco a Iturbide y a Santa Anna.
La Real Academia de la Lengua Española define conmemorar como “Hacer
memoria o conmemoración”, mientras que la palabra celebrar tiene varios
significados.29 Del análisis de estas palabras se desprende que conmemorar no
necesariamente es festejar, puesto que podemos recordar la muerte de un ser
querido, recordar el terruño; pero eso no siempre se festeja. Entonces hay
conmemoraciones que no se celebran, pero incluso a veces las celebraciones
calendáricas adolecen de elementos conmemorativos que sean a su vez
reflexivos.
Preguntémonos, ¿las celebraciones van acompañadas de recuerdo o se
celebran sólo por costumbre? Y me refiero a cualquier celebración: cumpleaños,
navidad, día de la madre, de la bandera, de la Constitución, del trabajo, del albañil,
del maestro y un largo etcétera. El festejo acrítico forma parte de una cultura
aletargada, por lo que es necesaria la reflexión en sus propios ritos, mitos y
celebraciones.
Mientras en las calles y plazas se festeja con verde, blanco y rojo (y con
partidos de futbol) el mundo académico ve los ciclos de las celebraciones con
29 1) Conmemorar, festejar una fecha, un acontecimiento, 2) alabar, aplaudir algo, 3) reverenciar, venerar solemnemente con culto público los misterios de la religión y la memoria de sus santos, 4) realizar un acto, una reunión, un espectáculo, etc.,5) decir misa (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, disponible en http://www.rae.es/rae.html consultado el martes 27 de julio del 2010.).
Si sólo tomáramos en cuenta la primera acepción de celebrar, las tres palabras serían casi sinónimos. No obstante, los siguientes cuatro sentidos de la palabra celebrar implican un ritual. Ahora bien, ¿qué es ritual? Lo ritual está impuesto por la costumbre, de hecho el ritual es una ceremonia. El rito, que tiene mucho que ver con la tradición no implica sólo a la misa. Estrechar las manos, la costumbre de decir “salud” tras un estornudo, ceremonias como esta que tienen significado para la sociedad son rituales. La celebración de la independencia que se acostumbra hacer es el vitoreo, la alabanza de los héroes, el espectáculo. Así que este tipo de celebración que tiene mucho de ceremonia ritual y tradición es también un festejo.
cierto matiz conmemorativo. No obstante, los académicos no son un mundo aparte
y tienen la facultad de contagiar este matiz a parte de la población (y viceversa).
Tal es la razón por la cual, la poca o mucha influencia que puedan tener los
académicos en la población debe estar exenta (entre otras cosas) de lo que
Aguirre Rojas llama los pecados del mal historiador.
Algunos pecados del historiador
Sabemos que
La mala historia es mil veces más fácil de hacer y de enseñar que la buena
historia, que la historia crítica. Por eso, entre otras razones, ha proliferado
tanto y se ha mantenido viva en nuestro país y en muchas otras partes del
mundo, durante tanto y tanto tiempo.30
Teniendo en cuenta que la historia científica profesional ha tratado de
distanciarse de la historia realizada por aficionados, llamada también “historia
tradicional”, la historia profesional debe ser crítica, “abierta a la vida, a las
30 Carlos Antonio Aguirre Rojas, “Los siete (y más) pecados capitales del mal historiador”, Ibíd., p. 35. Por eso debemos evitar los pecados de: 1) El positivismo, que margina la explicación histórica. 2) El anacronismo. 3) La noción del tiempo lineal pues el tiempo de la historia es social, “heterogéneo y variable, haciéndose más denso o más laxo, más corto o más amplio, y siempre diferente, según los acontecimientos, coyunturas o estructuras históricas a las que se refiera”. 4) La idea limitada de progreso, “una ineluctable acumulación de avances y conquistas”, determinadas fatalmente por el simple transcurrir temporal”. Tal idea parece afirmar que inevitablemente, todo hoy es mejor que ayer, y todo mañana será mejor que hoy. 5) La actitud pasiva frente a los testimonios y a los documentos, frente a los resultados y a los hechos históricos, o la incapacidad para realizar la “lectura involuntaria” de los textos (Marc Bloch). 6) El mito de la objetividad y la neutralidad: No podemos dejar de apasionarnos por una temática o personaje, es imposible no involucrarnos de ninguna manera, manteniendo desinterés, distancia e indiferencia hacia lo que examinamos. Lo que sí podemos realizar es “una historia científicamente objetiva”, que no esté “falseada conscientemente con ciertos fines de legitimizar tal o cual interés mezquino o particular”, que no silencie “aquellos hechos o fenómenos que no concuerdan con una interpretación preestablecida”. 7) El posmodernismo en la historia (Carlos Antonio Aguirre Rojas, “Los siete (y más) pecados capitales del mal historiador”, Ibíd., pp. 35, 36, 38, 40, 41-48).
creaciones y a las resistencias populares, lo mismo que a todos los procesos que
le dan centralidad a las expresiones humanas más esenciales”.31
Esta ansiada historia científica, a diferencia de la que no lo es, rompe con el
limitado marco nacional incorporando el rol de la historia universal dentro “de cada
una de las historias regionales, continentales, nacionales y hasta locales de
cualquier espacio o rincón de nuestro planeta”. Y no lo hace de forma secundaria
(como factores externos), “sino como dimensión fundamental subyacente a los
procesos más locales, sin la cual es imposible la adecuada comprensión de los
problemas estudiados”,32 pues tiene en cuenta lo que escribió Gaos, que primero
somos occidentales y luego hispanoamericanos.
31 Cifuentes Medina Edeliberto, “Prólogo”, Carlos Antonio Aguirre Rojas, Antimanual del mal historiador O ¿cómo hacer hoy una buena historia crítica?, México, Los libros de Contrahistorias. La otra mirada de Clío, 2004 (2002), p. 11. Lo que implica alejarse de la historia tradicional que es acartonada, subjetiva y elaborada para consagrar ciertos nudos historiográficos y los objetivos relacionados con ella (Alexander Betancourt M. “El problema de la historia tradicional. A propósito de la reedición de dos obras clásicas de la historia local”, Renzo Ramírez Bacca y Álvaro Acevedo Tarazona (comps.), Identidades, Localidades y regiones. Hacia una mirada micro e interdisciplinaria, Medellín, Universidad de Caldas / Universidad Tecnológica de Pereira / Universidad Pontificia Bolivariana / Universidad Autónoma de San Luis Potosí / Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín / La Carreta Editores, p. 43). La historia profesional también se va renovando respecto a la historia oficial a la cual no reviste, sino que vincula la historia a “los movimientos sociales actuales y a las urgencias y demandas principales del presente”. Esta historia contribuye y colabora “en la medida de lo posible, en la construcción de un futuro diferente” (Carlos Antonio Aguirre Rojas, “Introducción”, Ibíd., pp. 18. 19). Otra característica de la historia profesional es que no pretende estudiar sólo el pasado, lo que significaría rehuir al “compromiso social del historiador con su propio presente”, y que colaboraría en que se confunda nuestro oficio, con la simple tarea del anticuario o del coleccionista de antigüedades. Porque son estos los que se ocupan “sólo del pasado”,” puesto que cualquier ‘presente’ –y por ende, también cualquier pasado–, no es más que una compleja articulación estratificada de distintos “pasados todavía presentes”, es decir de diversos hechos y fenómenos históricos que remontan su origen y su vigencia a muy diferentes líneas y magnitudes temporales, magnitudes que incluyen desde el estricto ayer de unos días, semanas o meses, hasta los varios pasados de lustros, décadas, siglos o hasta milenios (Carlos Antonio Aguirre Rojas, “De antimanuales y antidefiniciones de la historia”, Ibíd., pp. 25, 26.).
32 Carlos Antonio Aguirre Rojas, “De antimanuales y antidefiniciones de la historia”, Ibíd., pp. 27, 28.
Por lo que hay que recordar que
los movimientos y los procesos complejos de las Independencias de
México, o de Colombia, o de toda América Latina como conjunto, no
pueden entenderse adecuadamente, sin tomar también en cuenta los
elementos fundamentales que aporta la existencia de la crisis profunda que
entonces vive Europa, y que determina el sentido de los profundos
reacomodos internos europeos de esos mismos tiempos, que serán factor
decisivo para la irrupción de dichas Independencias.33
Aunado a esto la historia profesional (la que se quiere generar) debe salir de
los lugares comunes y criticarlos. Que el concepto de la “independencia de
México” sea un “lugar común” o no, lo sabremos tras analizar la historia
relacionada con este suceso histórico para llegar al pecado que nos compete en
estas celebraciones.
Recorrido por el proceso de continuidad y ruptura
Primeramente hay que tener en cuenta que la historia la hacen los hombres de
manera más o menos consciente por lo que los resultados de los acontecimientos
y procesos históricos “han sido siempre el fruto de la confrontación y el combate
entre distintos proyectos de futuro”, lo que significa que “la historia que hemos
vivido y construido no era la única posible que podía desarrollarse, y solo (sic) se
ha afirmado sobre la derrota y el sometimiento de las varias historias alternativas,
33 Carlos Antonio Aguirre Rojas, “De antimanuales y antidefiniciones de la historia”, Ibíd., p. 28.
vencidas pero igualmente factibles”, que se traduce en que “el bicentenario”
marque el triunfo de un proyecto de nación sobre otros tantos que no vencieron.34
Partiremos de lo que menciona David Bushnell: “en general, los americanos
de habla hispana parecen considerar que su respectivo Estado-nación existe
como algo totalmente natural, resultado de un proceso inelectible”.35 Bushnell
añade que el proceso que condujo a la desintegración del Imperio español y diera
origen en América a “un número tan elevado de entidades políticas [primero once
y luego dieciocho] ha sido objeto de una atención historiográfica
sorprendentemente escasa” a partir de las visiones sesgadas que se limitan al
nivel patrio. Al superar el nivel patrio resalta que esta desintegración se haya
llevado a cabo a pesar de “una historia común de conquista, colonización y
gobierno imperial”,
la existencia de una lengua y un patrimonio cultural comunes, al menos
entre las clases dominantes y los miembros más hispanizados de los
demás estratos sociales. Las nuevas unidades políticas no constituyeron
“naciones” en el mismo sentido que las viejas naciones europeas como
Francia, Inglaterra y la propia España, con sus lenguas y tradiciones
particulares. Los límites de las nuevas naciones americanas los habían
trazado las autoridades coloniales por razones administrativas, teniendo en
cuenta las vías de comunicación y los obstáculos topográficos. Con
frecuencia surgió una república independiente en el territorio administrado 34 Carlos Antonio Aguirre Rojas, “Los siete (y más) pecados capitales del mal historiador”, Óp. Cit., p. 45.35 David Bushnell, “Unidad política y conflictos regionales”, en Josefina Zoraida Vázquez y Manuel Mino (Coords), Historia General de América Latina. La construcción de las naciones latinoamericanas, 1820-1870, vol. VI, Madrid, Ediciones UNESCO/Editorial Trotta, 2003, pp. 63, 64.
por una audiencia colonial; las excepciones transformaron simples
provincias en Estados independientes y son casi tan numerosas como los
casos “típicos”.36
Germán Carrera Damas indica que “El tránsito entre las dos modalidades del
Estado constituyó un proceso muy rico en signos de continuidad y ruptura, en
diversos niveles y áreas.” Además, postula que “El factor principal y fundamental
en el proceso de continuidad y ruptura –como hecho diferenciador entre las dos
modalidades del Estado– no fue el logro de la independencia sino la
desintegración del imperio”.37
Del imperio único a su quiebre
Tras la abdicación de Bayona se creó la Junta Suprema Central Gubernativa del
Reino (septiembre de 1808), este órgano reconoció los derechos de las provincias
españolas y que los reinos americanos no eran colonias por lo que tenían derecho
a la representación en el gobierno nacional. Sin embargo la representación en la
Junta no fue equitativa para peninsulares y americanos por lo que muchos
americanos “protestaron por no contar con una representación igual”.38
36 “Los territorios americanos que habían estado sometidos a la Corona española para 1830 estaban divididos en once naciones número que en 1930 (con la desintegración final de América Central, la independencia de la República Dominicana y Cuba y la creación de Panamá por escisión de Colombia) se incrementaría a dieciocho. Este resultado contrasta marcadamente con la unidad preservada en la América portuguesa y con la próspera unión federal que establecieron las colonias inglesas de América, que habían conquistado su independencia a finales del siglo XVIII.” (David Bushnell, Ibíd., p. 63).37 Germán Carrera Damas, “Del Estado Colonial al Estado Independiente Nacional”, en Josefina Zoraida Vázquez y Manuel Mino (Coords.), Historia General de América Latina. La construcción de las naciones latinoamericanas, 1820-1870, vol. VI, Madrid, Ediciones UNESCO/Editorial Trotta, 2003, pp. 44, 51 (Cursivas mías).38 La Junta Central se autodisolvió (1810) debido a las victorias francesas (1809), por lo que designó un Consejo de Regencia. Jaime E. Rodríguez O., “La organización política de los Estados”, en Josefina Zoraida Vázquez y Manuel Mino (Coords.), Historia General de América Latina. La construcción de las naciones latinoamericanas, 1820-1870, vol. VI, Madrid, Ediciones UNESCO/Editorial Trotta, 2003, pp. 88, 89.
Tras la desintegración de la Monarquía, en la península las provincias
proclamaron su autonomía, insistiendo que, debido a las circunstancias, ellas eran
“las titulares de la soberanía”. Mientras tanto, “los reinos americanos se
enfrentaron a la oposición de los funcionarios reales, los europeos en ellas
residentes, y sus aliados del Nuevo Mundo”.39 Además, en estos reinos “las
instituciones representativas modernas eran inexistentes y sus primeras versiones
carecían de solidez”. En tales circunstancias fue el caudillo, figura heredada de la
península, quien con frecuencia se impuso.40
La aparición de los caudillos precedió a la independencia; estuvieran a favor
de la independencia o en contra, “unos y otros caudillos brotaron al calor del inicio
y el desenvolvimiento bélico primario de la disputa de la independencia.” Las
lealtades que surgieron en torno al caudillo compensaron la dispersión del poder
social, siendo en muchos casos el principio de la unidad nacional.41
Base ideológica
De variada índole fueron las bases ideológicas que fomentaron la fractura del
Imperio español. Primeramente las ideas de los teóricos españoles se
reinterpretaron en las universidades y colegios de España y de América. Tales
ideas “constituyeron la base del pensamiento político hispánico” de finales del
39 Jaime E. Rodríguez O., Ibíd., p. 88.40 José Carlos Chiaramonte, “Estado y poder regional: Constitución y naturaleza de los poderes regionales”, en Josefina Zoraida Vázquez y Manuel Mino (Coords.), Historia General de América Latina. La construcción de las naciones latinoamericanas, 1820-1870, vol. VI, Madrid, Ediciones UNESCO/Editorial Trotta, p. 150.41 El caudillo “fue una forma emergente de concentración del poder que suplió la falta del Estado independiente constituido, compensó la debilidad de la estructura de poder interna y suplió la ya demostrada incapacidad de los ayuntamientos para mantener el orden social” (Germán Carrera Damas, Óp. Cit., pp. 37, 58).
siglo XVIII y principios del XIX. Algunas ideas que adquirieron importancia para
este tiempo fueron las ideas de soberanía popular y del pacto entre el pueblo y el
rey, formuladas por comentaristas jurídicos de los siglos XVI y XVII, como
Vázquez de Menchaca y Suárez. La historia también se reinterpretó, tanto en la
Península como en América.
Respecto a América, ésta basó el núcleo de los reinos del Nuevo Mundo en
los Estados prehispánicos. Sus derechos los basó en dos fuentes: la de “sus
progenitores indios”, y la de “sus antepasados españoles”, lo que les otorgaría
privilegios de origen además de privilegios brindados por la Corona como el
derecho de reunir Cortes propias. Los criollos también comenzaron a recalcar que
el acuerdo inicial de la Corona “no había sido pactado entre América y España,
sino entre cada reino del Nuevo Mundo y el monarca”.42
Conforme la formulación de los proyectos nacionales iban avanzando, los
liberales hispanoamericanos iban desplazando el eje de la conciencia histórica
“hacia la exaltación de la nación, como principio legitimador de la restablecida
estructura de poder interna, lo que conllevó el absoluto desdén del pasado
monárquico”.43
42 Además “las Leyes de Indias afirmaban la situación especial de las Américas dentro de la Monarquía española” (Jaime E. Rodríguez O., Óp. Cit., pp. 86-88). Así, Mier y otros americanos reclamaron que el rey era el único vínculo entre los reinos americanos y España.43 Brian R. Hamnett, “Ideologías, partidos y otras organizaciones políticas, 1820-1870”, en Josefina Zoraida Vázquez y Manuel Mino (Coords), Historia General de América Latina. La construcción de las naciones latinoamericanas, 1820-1870, vol. VI, Madrid, Ediciones UNESCO/Editorial Trotta, 2003, p. 126. “La enseñanza catequística de la historia estuvo relacionada con los primeros intentos de definición del carácter nacional, y con el temprano asomo de la aspiración de una literatura nacional. La aparición de esta última era esperada como el signo anunciador de la consolidación de la conciencia nacional.” En todo caso la construcción de la nación siguió hasta muy adentrado el siglo XIX (Germán Carrera Damas, Óp. Cit., p. 59).
Por su parte, en Nueva España los letrados Francisco Primo de Verdad y
Francisco de Azcárate, intentaban formar un gobierno local con representación
criolla durante los sucesos de 1808. La postura del Ayuntamiento de México ante
las abdicaciones de Bayona fue expuesta por Francisco Primo de Verdad, quien
invoca la ley de las Partidas, que disponía que
En caso de minoría de edad del heredero del trono al fallecer el rey, sin
haberle éste designado tutor, correspondía a los principales del reino,
prelados y “ricos hombres buenos e honrados de las villas” reunirse y elegir
a quienes ejercerían la tutela hasta la mayoría de edad del príncipe. Pero es
de notar que, previamente, invoca el pacto de sujeción en la siguiente
forma: “Los soberanos son autorizados por Dios, de donde emana su
suprema potestad, y el pueblo el instrumento por donde se les confiere”.
[Además,] invoca la doctrina de la reasunción de la soberanía, arguyendo
que las autoridades nombradas por el monarca para secundarlo “… son
autoridades muy dignas de respeto por el pueblo, más no son el pueblo
mismo, en quien faltando natural o civilmente por algún impedimento el
soberano está depositada la soberanía como se explicó la real isla de león
en su proclama del dos de junio próximo”.44
Debido a la influencia de la Junta Central, de las Cortes de Cádiz, de los
diputados americanos que en ellas estaban y a la influencia de hombres de letras
como Primo de Verdad se llegó a decir: “Ya nadie ignora que en las actuales 44 Chiaramonte observa que “a diferencia de otros casos, la convocatoria no se reduce a los “pueblos”, pues incluye también a la nobleza y a autoridades civiles y eclesiásticas. Pero a lo largo de toda Hispanoamérica, la doctrina de reasunción del poder por “los pueblos”, no por “el pueblo” de la soberanía moderna, será fundamentalmente doctrinario de la constitución de los llamados poderes locales” (José Carlos Chiaramonte, Óp. Cit., p. 153).
circunstancias, reside la Soberanía en los Pueblos. Así lo enseñan infinitos
impresos que nos vienen de la Península”.45
Sin embargo, la legitimidad de la estructura de poder interna de la sociedad
necesitaba ser restaurado, como respuesta a esta necesidad surgieron las
propuestas y planes de los nuevos proyectos nacionales.46
-Conformaciones nacionales y estatales
Chiaramonte menciona que “en las primeras etapas del movimiento
independentista no existía un todo nacional”, por lo que el uso del término implica
el anacronismo “de proyectar sobre las primeras etapas de los movimientos de
independencia” realidades posteriores. Como no existía la nación, “el objetivo al
cual se encaminaban las negociaciones de [las provincias] cuando consideraban
imposible o inconveniente su persistencia como entidades estatales
independientes” fue la conformación nacional. La antigua preocupación de la
historiografía de definir nacionalidades en el momento de la independencia nos
ciega a ver que “el concepto de las nacionalidades como fundamentos de Estados
nacionales era algo inexistente antes de la difusión del Romanticismo”. Debido a
que las naciones de la América hispánica no son anteriores ni contemporáneas a
las independencias, no ha sido bien enfocado ni enseñado que la nacionalidad y la
nación fueron resultado de un generalmente largo proceso abierto por la
independencia, “la formación de los nuevos Estados en las primeras décadas del
siglo XIX se formulaban en términos contractualistas, [no los] propios del
45 Así lo declaró el licenciado Julián Castillejos, abogado de la Audiencia de México. (Jaime E. Rodríguez O., Óp. Cit., p. 91) Cursivas mías.46 Germán Carrera Damas, Óp. Cit., p. 41.
racionalismo heredado de la Ilustración sino de corrientes de pensamiento más
antiguas”.47
Chiaramonte resalta que “al filo de las independencias, en caso alguno
existía una economía nacional ni un mercado interno unificado entre lo que serían
las futuras naciones iberoamericanas”.48
Completada la fase bélica primaria de tal disputa (1821-1824) era
fundamental restablecer el orden social desquiciado. Se volvió necesaria la
existencia “de un principio legitimador que reemplazase al rey” para que la
estructura interna de la sociedad se restableciera. Para lograr lo anterior era
necesario formar el Estado; a su vez las ex colonias también aspiraban a
conformarse como naciones.49
Parte del proceso de configurarse como naciones fue existieran nociones de
pertenencia nacional, tal como existía la pertenencia local. Se invocó el uti
47 Los términos contractualitas a los que se refiere son los de Vázquez de Menchaca y Suárez (José Carlos Chiaramonte, Óp. Cit., pp. 145, 147; José Carlos Chiaramonte, “Estado y poder regional: Las expresiones del poder regional, análisis de casos”, en Josefina Zoraida Vázquez y Manuel Mino (Coords.), Historia General de América Latina. La construcción de las naciones latinoamericanas, 1820-1870, vol. VI, Madrid, Ediciones UNESCO/Editorial Trotta, 2003, p. 146.). La historiografía iberoamericana aunque “advierta que la nación es un resultado y no un punto de partida del proceso de las independencias, no deja de calificar así las posturas autonomistas de ciudades y provincias hispanas y lusoamericanas, pues mal se puede pensar en fuga de un centro si se ha partido de la inexistencia de éste” (José Carlos Chiaramonte, “Estado y poder regional: Constitución y naturaleza de los poderes regionales”, Ibíd., p. 148).48 Existían espacios económicos reducidos, “generalmente compuestos por una ciudad dominante, sede de un grupo de mercaderes que controlaban el comercio y la producción, y su hinterland rural, y una vida social de similares dimensiones”. A su vez, existían flujos comerciales significativos, pero principalmente “los lazos de dominación económica y social se tejían en el ámbito local”, lo que “se correspondería con la emergencia de las autonomías locales que produjo en proceso de la independencia” Chiaramonte es muy insistente al respecto, pues recalca que en estos tiempos no “existía un espacio nacional en ninguno de sus planos, ni económico, ni social, ni político”, puesto que no habían mercados, clases sociales ni partidos políticos de dimensión nacional. En su lugar, “la pretensión de autonomía local –traducida inicialmente a través del crecido papel político del ayuntamiento– es expresión de una vida económica, social y política de esas limitadas dimensiones.” (José Carlos Chiaramonte, Ibíd., pp. 150, 151, 158, 159). 49 Germán Carrera Damas, Óp. Cit., pp. 32, 38.
possidetis juris (cuanto poseías poseerás) “como criterio de delimitación política y
administrativa al desintegrarse el imperio”. Si el sentimiento nacional estaba en
formación y “se mantuvo durante mucho tiempo más cercan[o] de los criterios de
ubicación fundamentados en lo local y lo provincial que en lo propiamente
nacional” podríamos hablar más bien de protonacionalismos.50
-Autonomías locales
Los nuevos Estados se preocuparon por “propiciar la recuperación y el
fortalecimiento de la diezmada y diseminada “clase dominante” que en parte había
sido lanzada al exilio por las guerras. En algunos casos se apoyaron en los
antiguos órganos administrativos coloniales mientras que en otros los modificaron.
Carrera Damas y Chiaramonte enfatizan de entre estos órganos el papel del
ayuntamiento o cabildo.51
Las ciudades, estados y provincias buscaron “afirmar su independencia o,
en caso de considerar esto inviable, unirse a los pueblos vecinos en una
organización política nueva”.
50 Germán Carrera Damas, Ibíd., pp. 57, 58. “pero también a las que enfrentaron a Quito con Perú y a las que condujeron a la fundación de la República de Bolivar, hoy Bolivia, y de la República Oriental de Uruguay, por mencionar las más sobresalientes. Pero cabe tener en cuenta igualmente las pugnas interprovinciales que marcaron, en el seno de cada Estado, la formación de la respectiva conciencia nacional, en un juego muchas veces cruento con los dominados regionalismos.”51 “nunca fue absoluta la distinción entre americanos y peninsulares radicados, mediante el retorno de los exiliados, se vio contrariada por las disposiciones legales sobre la expulsión de los desafectos al nuevo régimen y los españoles.” (Germán Carrera Damas, Ibíd., p. 36). El papel jugado por ayuntamiento “en los pasos previos y en las etapas iníciales de los movimientos de independencia fue de tal trascendencia que dio lugar a lo que, como hemos visto, se llamó equivocadamente “ámbito municipal” de la génesis de la independencia.” (José Carlos Chiaramonte, “Estado y poder regional: Constitución y naturaleza de los poderes regionales”, Óp. Cit., pp. 153, 154). Las Juntas de gobierno (órganos transitorios de poder), cuyos diputados, tenían la “calidad de apoderados de las ciudades soberanas” serían otra institución relacionada con las ciudades (José Carlos Chiaramonte, “Estado y poder regional: Constitución y naturaleza de los poderes regionales”, Ibíd., p. 154).
Pero al estallar el conflicto de la independencia será común encontrar en
realidad que la mayoría de esas ciudades o provincias prefieran la unión
confederal, como una forma de salvaguardar su capacidad soberana frente
a las ciudades principales del territorio, que o bien o tendían simplemente a
reivindicar su calidad de antigua “capital del Reino” para subordinar a las
otras, o bien, apelando a las más recientes concepciones políticas,
sostenían el dogma de la indivisibilidad de la soberanía y estigmatizaban el
“federalismo” por implicar una escisión de la misma considerada sinónimo
de anarquía.52
Temerosos de que España fuese sometida por los franceses, en algunas
regiones de América se formaron juntas autónomas que gobernarían en nombre
de Fernando VII.53 Mientras tanto las Cortes transformaban el mundo hispánico
mediante sus debates difundidos en la prensa y la Constitución de Cádiz, lo que
repercutió en que las elecciones que se efectuaron entre 1812-1813 fueron más
populares y democráticas que las de 1809 (para la Junta Central) y las de 1810
(para las Cortes).54
52 José Carlos Chiaramonte, “Estado y poder regional: Constitución y naturaleza de los poderes regionales”, Óp. Cit., pp. 149, 150.53 “Entre 1810 y 1814, Caracas, Buenos Aires, Chile, Quito, las provincias de Nueva Granada, y ciertos grupos de Nueva España autoproclamada América mexicana, formaron gobiernos autónomos”. La zona en la que se instauraron la mayoría de los regímenes autónomos fue en América meridional. Las primeras constituciones de la América española se dieron en Venezuela (1811), Cundinamarca (1811), Provincias Unidas de Nueva Granada (1811), Quito (1812) y la América mexicana (1814). “Venezuela (1811), Cundinamarca (1812), Paraguay (1813) y la América mexicana (1814) fueron los primeros territorios en declararse independientes y se convirtieron en repúblicas, pero todas las regiones, incluso las que reconocían a Fernando VII como rey, insistieron en el autogobierno.” (Jaime E. Rodríguez O., “La organización política de los Estados”, Óp. Cit., pp. 92, 93).54 “Irónicamente, el nuevo régimen político español parece haber sido más “popular” y “democrático” que la mayor parte de los gobiernos insurgentes que por entonces pugnaban por el poder en el Nuevo Mundo. En las zonas dominadas por los realistas se celebraron elecciones relativamente libres: Nueva España, Guatemala, Cuba, Puerto Rico, Quito, Perú y Alto Perú. Los insurgentes, en cambio, o no convocaron elecciones o no las celebraron de una forma
Al regreso de Fernando VII en 1814, los criollos estaban preocupados por la
nación, que debía cristalizar a la brevedad mediante una fórmula ideológico-
política que permitiera procurar la legitimación “de la nueva modalidad de la
estructura de poder interna” (esta preocupación siguió cuando el vínculo
monárquico se rompió y permitió la creación de nuevas naciones). La Constitución
se volvió la expresión primaria del proyecto nacional y transitoriamente se volvió la
fuente del poder cuando se restauró la monarquía, pues esta no podía valerse ya
de invocar un origen divino. La restauración constitucional del gobierno creó
distintas respuestas en Hispanoamérica. Nueva España y el reino de Guatemala
restablecieron el régimen constitucional.55
Debido a la inestabilidad que habían pasado en Nueva España se consideró
prudente buscar formas de gobierno autónomos dentro de la Constitución de
Cádiz y con el respaldo de la Corona. Posteriormente, la represión de parte de la
Corona indujo a quienes estaban “a favor de la independencia a actuar de forma
decisiva”: En el cono sur y Venezuela se reanudó la lucha y para 1819 “estaba
claro que Fernando VII tendría que enviar más tropas si deseaba mantener el
control de América”. Respecto a las peticiones realizadas por nueva España, la
mayoría peninsular de las Cortes “rechazó su propuesta de crear reinos
autónomos en América”, por tal razón, los dirigentes de Nueva España decidieron
separarse. América Central también declaró la independencia y se unió al imperio
mexicano”.56
“democrática” o “popular”.” (Jaime E. Rodríguez O., “La organización política de los Estados”, Ibíd., pp. 89, 90).55 Germán Carrera Damas, Óp. Cit., p. 41; Jaime E. Rodríguez O., Óp. Cit., pp. 90.
Parte de los conflictos desatados por la independencia derivan “de la
conciencia y práctica de la autonomía local, frecuentemente asociada a la
pretensión soberana proveniente de la inicial doctrina de la “reasunción” del
poder por los “pueblos”.”57 Una vez que se establecieron las nuevas repúblicas, en
todas existieron graves pugnas interprovinciales que “generalmente tuvieron como
foco la resistencia a la pretensión hegemónica de la capital”, por ejemplo el cabildo
de Caracas, la ciudad más antigua de Venezuela no podía someterse a ninguna
otra, a su vez; existían ciudades que no querían subordinarse a las capitales de
provincias o de los reinos.58
56 Jaime E. Rodríguez O., “La organización política de los Estados”, Ibíd., pp. 90, 91; Germán Carrera Damas, Óp. Cit., p. 41. Al respecto fueron “Los éxitos de Agustín de Iturbide (una figura nueva que logró unir a viejos y nuevos patriotas mexicanos en un momento incontenible)” que encontraron respuesta primeramente “en el territorio de Chiapas, geográficamente vecino y estrechamente relacionado con el resto de Nueva España”. En las ciudades de Centroamérica hubo distintas opiniones sobre la anexión a México, pero con el deseo de no tener tanta influencia de Guatemala también decidieron unirse al nuevo Imperio. Ejemplo de esto es que, aunque Chiapas tenía una estructura socioeconómica similar a la de Guatemala, “sus habitantes se habían sentido abandonados y maltratados por las autoridades” de esta ciudad por lo que “no pudieron escapar a la atracción de México”. Al finalizar el Primer Imperio, “América Central no intentó evitar por la fuerza la secesión de Chiapas” y mediante su propia asamblea nacional constituyente (junio de 1823) dio a conocer (noviembre de 1824) la constitución de las Provincias unidas del Centro de América. “América Central no se opuso a la separación de Chiapas, pero el distrito de Soconusco, […] quedó como objeto de litigio con México.” (David Bushnell, Ibíd., pp. 71-73). Sobre Centroamérica véase Jaime E. Rodríguez O., “La organización política de los Estados”, Óp. Cit., p. 98; Brian R. Hamnett, Óp. Cit., pp. 112, 113, 142; David Bushnell, Óp. Cit., pp. 70, ss.57 Ha sido lo común que esta sustancia de la vida política de la época resulte deformada, o pase inadvertida, cubierta por los ropajes del “caudillismo”, del regionalismo”, de los “particularismos”, de la “anarquía” o de la lucha facciosa, así como por la excluyente preocupación por establecer un nexo inmediatamente entre clases sociales, o grupos étnicos, y actores políticos.” (José Carlos Chiaramonte, “Estado y poder regional: Constitución y naturaleza de los poderes regionales”, Ibíd., p. 158).58 Germán Carrera Damas, Óp. Cit., p. 39, José Carlos Chiaramonte, “Estado y poder regional: Constitución y naturaleza de los poderes regionales”, Óp. Cit., p. 149. En Iberoamérica las cuestiones conflictivas relacionadas con el autonomismo son: “legitimidad del nuevo poder, conflicto entre la principal ciudad del territorio y las demás, argumento a favor de las segundas proveniente del partido español, conciencia del cabildo de la ciudad capital del problema de la legitimidad que implicaba su actuación, e intentos de afrontarlo convocando al resto de las ciudades” (José Carlos Chiaramonte, “Estado y poder regional: Constitución y naturaleza de los poderes regionales”, Ibíd., p. 160). En Venezuela se oponían, por ejemplo, la ciudad de Coro y la provincia de Caracas, en Argentina varias provincias pugnaban con la de Buenos Aires. Había rivalidades entre Cartagena y Bogotá, entre Quito y Guayaquil, entre Lima y el altiplano y en México pugnas como estas alcanzaron niveles de secesión. “Estas rivalidades estuvieron
Nueva España
Las fuerzas centrífugas y centrípetas que existieron en la América hispánica
también se notan en la América Septentrional y permanecen más allá de la
primera mitad del siglo XIX.59 En esta zona tras diversos conflictos los estados se
alinearon al proyecto estatal México (país con la población más numerosa de
Iberoamérica) mediante la Constitución mexicana de 1824 (que era confederal y
no federal), ésta no sólo otorgó poder a los estados, también a los pueblos
campesinos y a las antiguas repúblicas de indios. Consecuencia de tal ampliación
del derecho de voto, “las elites nacionales se encontraron en pugna no sólo con
las elites de las provincias sino también con los campesinos que desafiaban su
autoridad en el campo”. El creciente número de ayuntamientos (debido a la
Constitución española de 1812) “complicó la lucha a nivel local y amenazó a las
elites regionales”. Por lo que las elites nacionales y provinciales vieron la
necesidad de acordar la limitación de “la participación política a un pequeño grupo
de habitantes de las capitales nacional y regionales”.60
La soberanía estaba dividida entre estados y federación por lo que existieron
variados debates entre las primeras diputaciones para establecer algún arreglo.61
orgánicamente vinculadas con el caudillismo resultante de la desintegración del poder político colonial, y han sido vistas como formas de transición hacia la definitiva conformación del nuevo estado”. Estas pugnas ya estaban presentes “en la segunda mitad del siglo XVIII, como consecuencia de las reformas borbónicas y de los intereses comerciales encontrados, por ejemplo, entre las zonas interiores y los puertos; y entre los centros mineros y los agrícolas”. (Germán Carrera Damas, Óp. Cit., pp. 48, 49.
59 Brian R. Hamnett, Ibíd., pp. 112, 113.60 Jaime E. Rodríguez O., Óp. Cit., pp. 106, 107. Sobre el confederalismo véase Jaime E. Rodríguez O., Ibíd., p. 97 y José Carlos Chiaramonte, “Estado y poder regional: Constitución y naturaleza de los poderes regionales”, Óp. Cit., pp. 146, 147.61 Jaime E. Rodríguez O., Óp. Cit., pp. 96, 97.
No obstante, en México existieron presiones externas (distintas a las de otras
nuevas repúblicas iberoamericanas) que los obligaron a cambiar de prioridades y
que resultarían en la pérdida de territorios que se habían añadido al proyecto
nacional debido al uti possidetis juris. La expansión de Estados Unidos y su
presión territorial sobre México estimularon el movimiento anexionista. En 1836,
México perdió Texas y con el Tratado de Guadalupe Hidalgo puso fin a la guerra
de 1846-1847, con lo que perdió la mitad de su territorio (1848). Sin embargo, el
compromiso federal perduró.62
El pecado
Como vimos a lo largo de esta revisión los proyectos monárquicos fracasaron en
las antiguas colonias españolas no por “falta de arraigo de la monarquía en la
sociedad colonial”, sino por “la reacción cerradamente absolutista de las coronas
continentales europeas, al demorar el reconocimiento de la Independencia, la que
terminó de disipar los vestigios de la conciencia monárquica”.63
En cada territorio existían distintos proyectos, pero la coyuntura interna y
externa colaboró con la independencia de cada territorio y con la creación de cada
nuevo Estado. En el caso de los territorios que conformarían México, se alcanzó la
independencia no porque fuese derrotada militarmente sino porque los
novohispanos habían dejado de respaldar políticamente a la Monarquía. A
diferencia de la América Septentrional, en la América Meridional los insurgentes sí
derrotaron militarmente al régimen español. Jaime E. Rodríguez ve esto como
62 Brian R. Hamnett, Óp. Cit., p. 111.
63 Germán Carrera Damas, Óp. Cit., p. 49.
“Dos movimientos en forma de tenaza, uno desde el Sur y otro desde el Norte,
[que] acabaron por convergir en Perú, poniendo término al poder español en
América en 1825.”64
Esto nos indica la importancia de los movimientos autonomistas e
independentistas en toda Hispanoamérica para la realización de cada una de las
independencias y la creación de cada nuevo Estado-nación.65
Los hombres que habitaron el territorio que hoy conforma la República
Mexicana no se durmieron el 15 de Septiembre como españoles y se despertaron
como mexicanos, la creación de México (Estado-nación) es posterior al inicio y
conclusión de la independencia del gobierno ibérico.
François-Javier Guerra menciona también que “las interpretaciones de los
procesos revolucionarios caen fácilmente en explicaciones teleológicas que
reconstruyen el pasado en función del punto de llegada”.66 Esto implica un
anacronismo.67
64 Jaime E. Rodríguez O., Óp. Cit., pp. 91.65 Aunque faltaría dedicarle más importancia a esta cuestión para contestar preguntas como: ¿Cuántos activos realistas hubieron en América de 1809 a 1825?, ¿cuántos eran americanos y cuántos peninsulares?, ¿en qué reinos y provincias hubo más concentración de soldados?, ¿en dónde hubo más bajas? Al contestar estas preguntas sabremos si incluso Bolívar contribuyó a la liberación de América, si la península no pudo enviar más activos al norte o no envió porque todo estaba “bajo control”, etc.
66 F-X Guerra, “El ocaso de la monarquía hispánica: revolución y desintegración”, en F-X Guerra y Antonio Annino, Inventando la nación. Iberoamérica. Siglo XIX, México, Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 119. 67 Aplicar características de un tiempo a otro tiempo, mala localización temporal de uno o varios elementos (como una mala ubicación geográfica da lugar a errores, así también los errores de fechas, hablar de alguien para un tiempo en el que aún no nacía o ya había muerto; lo mismo para una institución hablar de esta cuando no existe como si existiera.
Resultado del análisis que acabamos de realizar sabemos que sí hubo
Independencia como también hubo México, pero debido a que existen tres
conceptos de México debemos ver bajo que “tipo” de México la frase es
históricamente correcta. El Estado México no se independizó, la nación México
tampoco pues no existía la nación mexicana y sólo podemos hablar de
protonacionalismos. Sólo un México se independizó de España y este no fue
nación ni Estado, más bien fue la Ciudad de México (capital de Nueva España).
Por lo que hablar de la Independencia de México es correcto si hablamos de esta
localidad, de otra manera será hablar de un homónimo y no del sujeto al que nos
referimos.
Conclusión
México fue una nación resultado de una multiplicidad de procesos externos e
internos apenas atisbados en esta breve ponencia, pero queda claro que a pesar
de que la Independencia fue de suma importancia en la historia de las naciones
americanas, asumirla como el meollo del patriotismo y el fundamento de la
comunidad nacional es una visión estrecha de la Nación.68
Interpretar el punto de salida a partir del punto de llegada es claramente un
error que no debemos cometer ni en la investigación ni en la enseñanza. Además
de que debemos considerar los otros territorios Hispano-Americanos, no sólo el
territorio que configura el actual México. Ver México como el resultado de la
interacción de distintos proyectos nacionales es más acercado a la realidad que
verlo como el resultado directo y deseado por Hidalgo.
68 Alexander Betancourt M., Historia y Nación. Tentativas de la escritura de la historia en Colombia, Colombia, La Carreta Editores E. U./Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2007, p. 79
Respecto a las preguntas que hicimos al inicio69 aún queda mucho por
conmemorar, pues apenas se cumplen 200 años de lo que sucedió en 1810 y
pronto habrá que conmemorar lo que sucedió en 1811, 1819, 1821, 1824, etc., es
decir todo el proceso de continuidad y ruptura.
Habremos de difundir entre los transmisores de cultura (profesores,
radiodifusores, poetas, periodistas) lo que los historiadores profesionales van
rescatando, lo que es sencillo si aprovechamos las conmemoraciones, el espacio
público brindado estas y nuestras credenciales como profesionales de la historia y
así, generamos proyectos locales, regionales o nacionales para explicar mediante
talleres o conferencias dirigidas al público en general y especialmente a
profesores de historia, radiodifusores, periodistas, etc. los procesos que se van
celebrando. Sin duda alguna, hablar del pecado de las celebraciones contribuirá a
evitarlo en un futuro, especialmente ahora que apenas se cumplen 200 años de lo
que pasó en 1810 y que habrá bicentenario del proceso de Independencia de
Nueva España y de la conformación de México para varios años más.
Bibliografía
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http://www.rae.es/rae.html
Aguirre Rojas, Carlos Antonio. “De antimanuales y anti definiciones de la
historia”, Antimanual del mal historiador O ¿cómo hacer hoy una buena historia
69 ¿conmemoraremos el hecho histórico, en este caso, que Hidalgo haya levantado en armas al pueblo del bajío novohispano?, o ¿conmemoraremos el proceso de la independencia novohispana tanto de la metrópoli como del Rey, proceso que desencadenó la posterior creación de una nación nueva, así como su cimentación ideológica, legal, diplomática, etc.?
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DATOS PERSONALES
Gerardo Morales Jasso
Estudiante de 9° semestre de la Licenciatura en Historia en la UASLP, Coordinación de Ciencias Sociales y Humanidades.
1) Publicaciones
-“Repensar el Ambiente, la Historia y el Desarrollo”, artículo publicado en la sección Sinapsis de la edición del mes de mayo del 2010 de la revista de difusión Universitarios Potosinos (ISSN 1970-1698) http://revista.uaslp.mx/Default.htm
3) Ponencias
-Enseñanza y difusión de la Historia. Una breve reflexión, Primer Encuentro de Investigadores y Estudiantes de Humanidades y Ciencias Sociales –Rafael Montejano y Aguiñaga- “estudios de ayer y hoy”, San Luis Potosí, S.L.P., Noviembre del 2009.
-De la “Independencia de México” a la Independencia de la “América Española”. Análisis de un discurso y su enseñanza, VIII Encuentro Regional de Estudiantes de Historia del Norte y Occidente de México “Bicentenario: Rememorando 200 años de Identidad Nacional”, Guanajuato, Gto., Abril del 2010.
-Reflexión sobre la enseñanza y la difusión de la historia, XI Encuentro de Estudiantes de Historia del Altiplano Central “El Bicentenario y el Centenario Una reflexión sobre la Historia que se quiere generar y la Historia que estamos creando”, Toluca, Estado de México, 17 al 21 de Mayo del 2010,.
-De la “Independencia de México” a la Independencia de la “América Española”. Análisis de un discurso y de su enseñanza, Coloquio “¿Ideas visionarias o resentimiento social? Los albores de la Independencia y la Revolución en México”, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México, D. F., 14-16 de junio del 2010.
-Reflexiones sobre la enseñanza de la idea "de la independencia de México". Aprovechemos los impulsos conmemorativos, Ponencia aceptada para el XII Encuentro Internacional de la Historia de la Educación revolución y educación. Historia e historiografía de la educación en los centenarios que se llevará a cabo del 10 al 12 de Noviembre de 2010 en Morelia, Michoacán.
“Entre Polkas y Jarabes: La búsqueda de una identidad musical en México 1810-2010”
Mtro. Luis Fernando Padrón-BrionesDocente-Investigador del IPBA.
I.- Introducción.
El siglo XIX es a nivel mundial el de las rupturas, los cambios sociales que se
gestaran y consolidaran a lo largo de la centuria marcaran de manera definitiva los
derroteros de los años siguientes en una vorágine difícil de resumir en un breve
espacio pues afectara a todas las esferas de la convivencia humana, que dejará
de lado las jerarquías, los estratos para elevar un postulado igualitario, la
supresión de castas o grupos dominantes y dominados.
En el ate estas teorías igualitarias serán la principal inspiración, la sublimación
visual en los cuadros de un Delacroix o Friedrich solo como mención ociosa o la
fuerza poética de un Rimbaud o un Manzoni inspiraron los deseos de libertad de
casi cualquier rincón europeo, que obviamente encontraran su resultante lógica en
las “colonias” que cansadas de casi tres siglos de dominación encaminaran sus
esfuerzos a la independencia, la emancipación de las fuerzas externas para tomar
el control sobre tierras y gentes. Pero los postulados artísticos iban más allá,
primero se propusieron la hermandad como eje constructor, el anhelado sueño
beethoveniano de la conjunción de todos los seres humanos, lo que con el paso
de los años desencadenó una búsqueda en los materiales autóctonos para
entender la raza humana como un ente total y totalizador.
La música será el arte que más recienta estos cambios estilísticos, el
romanticismo que marcara la creación de autores cómo: Beethoven. Schubert o
Schumann, pronto mudará a un sentido patriótico exacerbado, serán los
materiales autóctonos la inspiración melódica. Más no era una mera inspiración
en el papel, era una trascendencia mayor, era el encuentro con las fuentes más
primarias de la música de cada autor, recorrer hasta los más pequeños caseríos
en busca de danzas y cantos que recordaran los orígenes más antiguos, primitivos
quizá. Solo que en esta labor de encuentro el resultado fue uno: la Música
provenía prácticamente de un origen común afín a todos los pueblos, solo fue
tomando por decirlo coloquialmente “colores” que la distinguían una de otra en
cada pueblo o región. La riqueza armónica que trajo este patrimonio universal se
reflejará en una cantidad asombrosa de obras que si bien se sitúan en primer lugar
en el centro de Europa, la región bohemia principalmente, pronto las
encontraremos en el sur y norte, este y oeste del continente, desde Portugal hasta
Rusia y de Noruega a Hungría y más aun pues como lo demostrará la
etnomusicología ejercida por Bela Bartok nos llevará hasta el cercano y lejano
oriente y aún África.
Con esta revolución sonora no es de extrañar que lo conseguido por los autores
del XIX repercutiera de manera directa en las búsquedas particulares de cada
pueblo de América, que veía entonces aparece frente a sí, un raigambre, que en la
lejanía era cercano, al final de cuentas los modos pentáfonos y microtonales se
encontraran por igual en la música americana, desde la Patagonia hasta México.
Este patrimonio sonoro generará una atracción aun para los extranjeros que en
muchos casos tomaran inspiración de todas las danzas americanas para “vestir”
sus creaciones de frescura, de novedad, en una síntesis perfecta de lo antiguo con
lo moderno.
Solo como colofón a esta idea general es justo abundar, que la musicología
contemporánea nos está enseñando que estos entrecruces sonoros no son
nuevos, pues desde que los dos mundos se encontraron en 1492 (¿o fue hacia el
900 con la llegada de los escandinavos?), las danzas fueron llevadas a Europea y
terminaron enriqueciendo las elaboradas suites de finales del Renacimiento y el
Barroco, nutriendo su clásico contraste de rápido-lento o debo decir claro-oscuro.
Con lo anterior no puedo más que afirmar que el siglo XIX es un caldo de cultivo
riquísimo, prácticamente todos los cambios armónicos y compositivos que sufrirá
la música se gestan en el 800 y se consolidaran brillantemente en el siguiente
siglo, en una vorágine que se antoja trepidante, alocada sin medida y que será la
clara resultante de estos años revolucionarios.
II.- Un Tradicionalismo a ultranza: La Música en la Nueva España.
Para iniciar el periplo que significa abordar la búsqueda de un nacionalismo
musical en México, es necesario realizar una breve síntesis sobre la situación de
la composición en los años previos a la Independencia. Por espacio de tres siglos,
la composición del virreinato de la Nueva España estuvo centrada en las obras
religiosas, la música de consumo de las grandes catedrales, que de este modo
contribuían al lujo de los edificios sobredorados y monumentales, ya en los
infaltables órganos tubulares, ya en los coros polifónicos que hacían eco de la
tradición franco-flamenca imperante en España, en el gigantesco imperio donde
“no se ponía el sol”, como lo describió el monarca más emblemático de estas
tierras Carlos I.
Solo que esta música padeció un desfase cronológico, las “novedades” llegaban
con casi 50 años de atraso, así cuando ya Europa veía morir el Barroco en 1750,
los novohispanos estaban inmersos en esta riqueza contrapuntístico. Otro factor a
tomar en cuenta en el crecimiento musical de estos años es la cantidad de
prohibición que tenía el cabildo catedralicio metropolitano y que se extendía a
todas las iglesias grandes y pequeñas las cuales incluían la casi ausencia de
músicos nacionales, la limitada construcción de instrumentos y quizá lo más
importante la total prohibición de entrada de ritmos vernáculos a las obras de
culto, por considerar que las danzas, lo mismo de indígenas que de negros, eran
lascivas, eróticas y propicias para la concupiscencia y la falta de decoro. Solo
encontramos en villancicos y pequeñas piezas de enseñanza religiosa el uso de
lenguas nativas –náhuatl, negrito- y algunas inflexiones a ritmos vivos.
Con esto era difícil que hubiera búsquedas nacionales en la música, pues en
general eran obras de ocasión que tenían más bien una función utilitaria que una
autentica función estética, era por decirlo de alguna forma música cotidiana, en la
que importaba cumplir con la forma, con la estructura y las más antiguas reglas de
la composición, pero no había en ella originalidad era un producto que obedecía
más a la copia eficiente que a la audacia experimental. Aunque no toda la música
del México virreinal obedece a este esquema, la fatua tradición fue rota por
algunos nombres señalados cómo: Francisco López y Capillas, Antonio de Salazar
o Manuel de Sumaya, que supieron elevarse sobre sus contemporáneos y crear
obras que están marcadas por lo autentico son verdaderas creaciones, no
composiciones sobre algo preexistente, en ellas podemos percibir algunos atisbos
de personalidad, aunque claro hay que buscar en los complejos tejidos polifónicos
que las conforman, ya que n lo exterior tienen que cumplir con la reglamentación,
atenerse a lo establecido, quizá aquí allá algún elemento nacional, más seria
menester conocer toda la música popular de aquellos para saber si subsiste en
ella algo de ese material.
La creación profana adolece de fuentes para consulta, si bien las investigaciones
recientes han permitido el acceso a nuevos documentos, no tenemos tanta
información como quisiéramos por lo cual, esta vertiente de la música se limita a
obras de ocasión, algunos sainetes y entreactos documentados o bien una ópera
compuesta por Manuel de Sumaya en 1700 a petición del virrey titulada
“Partenope”, pero todo esto son casi citas marginales, no se conoce a profundidad
lo que el pueblo utilizaba en sus diversiones y que seguramente quedo asimilada
en las danzas autóctonas y algunas formas tradicionales como el son, más todo
esto son meras especulaciones teóricas, tendremos que esperar el siguiente
cambio social para hablar de música nacionalista o nacional.
III.- De la convulsión al amateurismo.
Los años que transcurren de 1825 a 1860 son política y militarmente convulsos,
desgastantes, los gobiernos se suceden en vorágine embriagadora, en lo artístico
las osas son más complejas, son momentos de franca anemia compositiva, a las
iglesias les es prácticamente imposible mantener sus escuelas de formación
musical y los laicos se pueden dedicar poco a la enseñanza, bien por la ausencia
de remuneración o de apoyos oficiales que en ese momento ni se estilaban y
mucho menos se aplicaban a la enseñanza artística. Los autores entonces se
convierten en una generación de músicos apoyados en el gusto imperante y una
afición a toda prueba, pero la ausencia total de la academia, la ortodoxia del
estudio, solo asimilan tardíamente los estilos y contenidos del romanticismo
europeo, las escuelas: alemana, italiana y francesa, lo moderno de la dialéctica
compositiva en una lucha por dominar un oficio que no podemos olvidar es
también una ciencia, que requiere del conocimiento histórico sobre el contrapunto
y la armonía, sus evoluciones cronológicas, pues no es una generación
espontanea es una evolución sistémica que debe ser conocida en todas sus
dimensiones. Por lógica la ampliación del contenido tonal fue de difícil asimilación
y el uso de las formas sinfónico-instrumentales crecientes no fue dominado en
toda su extensión, por la ausencia de grandes orquestas y cuando existían la poca
profesionalización de las mismas, que eran más bien reuniones de ocasión que un
trabajo continuo y ascendente a lo que había que sumar lo deficiente de los
materiales a tratar, copias manuscritas de dudosa autenticidad y cuando eran
originales si existía la partitura faltaban las particellas.
Entonces se ha dado en llamar a esta generación “amateur profesional”, los que
escriben composiciones híbridas de inspiración fácil, melodismo puro, pero
ausentes de composición formal. Existe en estos autores un espíritu de búsqueda
que es innegable, ansias de novedad, de superación que se encamina entonces a
un viejo postulado del clasicismo vienés, lo “exótico”, cubrir las composiciones con
destellos de obras orientales (chinerias o danzas seudo árabes) que fueron muy
del gusto de los públicos consumidores de finales del XVIII y las cuales
obviamente llegaron a la Nueva España o al naciente México con un desfase de
tres o cuatro décadas. Los músicos nacionales voltearon sus oídos a las danzas
populares, lo que bailaba el pueblo en sus fiestas, pero le darán ese mismo uso de
notas exóticas, pinceladas de color que alimentaran lo ortodoxo de su
conocimiento en busca de un refresco para las caducas formas, como la Variación
o el Minueto, que a la composición continental ya le resultaban arcaicas.
En este punto iniciaremos la búsqueda de una identidad musical nacional, un
proceso que sirva para tener un rostro mexicano, un rostro mestizo, de fusión en el
que confluyan todas las raíces conformantes de este mosaico multiétnico que hoy
llamamos México, lo indígena, lo hispano, lo africano en una perfecta sumatoria o
resultante. En un hilo cronológico el primer autor en utilizar material autóctono es
José Antonio Gómez (21-IV-1805 Cd. de México/¿?-¿?-1870 Tulancingo, Hgo) el
precoz niño de coro que pronto dio muestras de talento compositivo. En su
catálogo encontramos piezas costumbristas cómo: el Waltz de las señoritas
mexicanas o las Cuadrillas mexicanas, pero la pieza que nos interesa son las
Variaciones sobre el tema del Jarabe Mexicano, pieza híbrida que se queda a
medio camino entre las tradición clásica vienesa y lo exótico decimonónico, en
donde el Jarabe aparece citado como material extraño a la tradición europea, una
breve cita que sin embargo da motivo para una serie de variaciones canónicas
sostenidas por armonías arcaizantes y de poca manufactura, que son elevadas a
pieza de carácter por la simpleza del jarabe.
Continuando en esta misma línea de inspirados diletantti situaré al médico, poeta y
músico Aniceto Ortega (17-IV-1825 Tulancingo, Hgo/17-XI-1875 Cd. de México),
personalidad por demás interesante y fundamental en los cambios musicales
operados en esos años en México. Su labor de divulgación en el arte sonoro
mexicano lo llevó a fundar la Sociedad Filarmónica que con el paso de los años se
convertirá en el Conservatorio Nacional. En su obra encontramos la primera ópera
con citas al pasado nacional: “Guatimotzin”, drama estrenado en 1871 por la
eximia Ángela Peralta acompañada por el tenor Enrico Tamberlick, que si bien es
un romántico argumento que tiende más hacia la ópera italiana y sus clásicos
dramas estereotipados de: heroína-héroe-villano, más en lo musical toma
importantes citas a danzas autóctonas y música del pueblo, por desgracia la
ausencia de difusión de esta obra no permite disfrutar al máximo de estos
elementos. Así la obra en que podemos apoyarnos para entender el naciente
nacionalismo musical mexicano es el “Vals-Jarabe”, que si bien obedece al
esquema citado en el de Gómez, aquí ya encontramos un sustento filológico más
amplio, sería temerario decir que es nuestra primera danza nacional, más si
representa ya un avance en cuanto a trabajos de ese tipo en México. En el punto
medio exacto de los cambios estilísticos musicales podemos situar a Ángela
Peralta (6-VII-1845 Cd. de México/30-VIII-1883 Mazatlán) ya citada como
cantante, pero que también desarrolló una importante labor composicional, en la
mayoría de sus obras se inclino por el gusto imperante, más encontramos ya
ciertos giros armónicos fruto seguramente de sus estancias europeas, lo que
podemos constatar en danzas de un vernaculismo insinuado cómo: la danza “Un
recuerdo de mi patria” o la galopa “México”. Aunque es un tema que merece trato
aparte debo de situar en este momento el estreno del Himno Nacional, el 16 de
septiembre de 1854, obra del vate potosino Francisco González Bocanegra y
musicalizado por el catalán Jaime Nunó, luego de una función del Attila de Verdi,
por los cantantes Ignacio Marini, Balbina Steffennone y Lorenzo Salvi, bajo la
dirección del maestro Giovanni Bottesini. No solo era el estreno de un canto
patriótico o nacional, era la creación de una identidad, un símbolo que manifestaba
el verdadero rostro mestizo de México, esa dualidad en la que confluyen todos los
elementos conformantes de la mexicanidad.
IV.- Y la Reforma puso de manifiesto la tradición popular.
La composición musical que fue casi abandonada durante las primeras décadas
del México independiente o bien se manifestó en un trabajo aficionado y
desfasado en tiempo encontrará un punto de inflexión importante en la creación
folclórica, ya que cuando menos tres de las “canciones” que ahora consideramos
del Dominio Popular, fueron compuestas en estas décadas. La primera de estas
piezas es considerada una de las obras musicales más importantes del folclor
mexicano: La Sandunga. Está inspirada canción fue compuesta por Máximo
Ramón Ortíz (24-VI-1816 Tehuantepec, Oax/13-X-1855 Cerro Machorro Id),
músico hijo del español Juan Ortíz y de la mestiza tehuana Delfina Isabel
Zabaleta. Hombre inquieto no se conformó con practicar y estudiar música sino
que participó activamente en el gobierno de su región, llegando a ser gobernador
del Istmo, luchando fieramente contra los invasores norteamericanos. Se dice que
la canción la compuso producto del dolor que le ocasionó la muerte de su madre
momentos antes que él llegara para poder verla, por lo que abrazado al cadáver
solo expresó el conocido “Ay mamá: ay por Dios…”. La pieza fue instrumentada
luego por Cándido Jiménez, creador de la primera banda de música de
Tehuantepec y luego fue ampliamente difundida por el célebre director de bandas
Amado Chiñas. Ortíz fue ejecutado en Cerro Machorro por hombres del general
José Duarte a las órdenes del general Ignacio Mejía.
Durante este periodo artístico se gestará también las célebres “Golondrinas”,
compuestas por el mestizo Narciso Serradell Sevilla (25-I-1843 Alvarado, Ver/25-
X-1910 Cd. de México), espíritu inquieto que se dedicó a múltiples y variados
oficios, incluso se titulo como médico. En su juventud participó en la Batalla del 5
de Mayo y fue tomado cautivo, cuando lo embarcaron prisionero con rumbo al
presidio de Clermont-Ferrand, sus amigos le cantaron su ya célebre composición,
iniciando así la tradición de cantarla como despedida. Serradell regresó a México
luego de la Intervención para seguir dedicándose a la música y a la medicina.
El otro elemento de esta triada popular es uno de los valses más conocidos y
difundidos de la música mexicana y prácticamente el himno del pueblo oaxaqueño:
“Dios nunca muere”, obra de Macedonio Alcalá (1831-1869), el “Tío Macedas”,
destacado músico oaxaqueño, que en un estado de salud deficiente y complicada
situación económica compuso este inspirado vals que pronto se insertó en el
folclor de México.
La Intervención francesa traerá también otra fusión interesante a la música
mexicana, danzas populares que interpretaba el ejército que acompañó a
Maximiliano I y entre las que se contaban: Polkas, Redowas, Mazurkas y Waltz,
las cuales se fueron asimilando a las danzas autóctonas hasta formar parte del
folclor de algunas regiones del país. Múltiples compositores recurrieron a ellas en
sus catálogos creativos y ni que decir las que se volvieron populares olvidando el
nombre de su autor y que hoy las tenemos por decenas en el prolifero: Autor
Anónimo.
V.- Todo venía de París…
Luego de casi décadas de convulsión y luchas México pudo acceder a un periodo
de estabilidad, conocido popularmente como Porfiriato, por ser el lapso de
gobierno del general Porfirio Díaz Mori (1876-1911), en el cual si bien las
diferencias sociales se marcaron de manera absoluta, no se puede negar que la
presencia de México en el mundo se elevó al grado de ser llamado como árbitro u
observador de varios procesos internacionales, su incursión a la órbita mundial le
permitió conocer lo que se estaba gestando por aquellos años en Europa,
principalmente en París que se había convertido en el centro creativo, todos los
estilos emanaban de aquí. Entonces México importó un gusto afrancesado, la
música no se vio libre de este influjo y la creación nacional se centró en las danzas
que eran del gusto burgués: Valses y Fantasías sobre temas vocales enfocados
principalmente en el piano, instrumento musical que se había convertido en el más
cultivado en Europa. Casi toda la creación va a estar reída por un gusto de salón,
un dandismo alejado de una búsqueda al patrimonio nacional, las piezas eran
prácticamente copias al carbón de lo que se escuchaba en los salones de la alta
sociedad, consumidora primaria del arte sonoro. Aunque como es lógico en todo
proceso humano habrá excepciones que rompan la regla, autores que recurran al
patrimonio musical para nutrir sus obras de un sentido mexicano.
La primera excepción de esta regla es: Julio Ituarte (15-V-1845 Cd. de México/¿?-
¿?-1905 Id), algunos lo han clasificado como folclorista, pero en realidad es uno
de los primeros autores nacionalistas, pianista consumado de sólida técnica y
compositor oficioso, fue el primero en introducir sones completos como material
generador en u creaciones, así es posible encontrar en sus obras sones como: el
Guajito, el Palomo o las Mañanitas, el Butaquito o el Perico, así como jarabes de
diversas regiones en perfecta simbiosis con el pianismo más extremo, todas estas
obras las reunió en un interesante álbum al que título “Ecos de México”, que
representa el principio de un nacionalismo que si no consiente si emotivo, vivencia
de un material autóctono. Su alumno Gustavo Campa (8-IX-1863 Cd. de
México/29-X-1934 Id) quizá fue un poco influido por Ituarte para que explorara los
materiales autóctonos, solo que pronto se decantó por la música de Wagner que
recién se conocía en México y entonces tomo esa bandera ultrarromantica. Aun
con ello el 9 de noviembre de 1901 se estrenó su ópera “Rey Poeta” con
Netzahualcóyotl como figura central la cual se apoya en una sólida estructura
romántica, pero es fácil encontrar cierta inflexiones hacia ritmos y melodías
populares que seguramente escuchaba en su entorno y las cuales reflejaban
aunque pálidamente al gusto imperante del naciente siglo XX en México.
Un autor interesante aunque menos conocido que los anteriores es Alberto
Alvarado (1-XII-1864 Durango, Dgo/18-VII-1939 Id) quien quizá por haber
desarrollado la mayor parte de su trabajo fuera de la capital tuvo mayor acceso a
crear música inspirada y no meras piezas de consumo que demandaba un público
ávido de diversión. Su producción es variada y abundante entre las obras que
podemos mencionar en las cuales halla citas al material nacional están: la Danza
Yaqui –quizá primer mención sinfónica a danzas de este pueblo-, la zarzuela
“Malitzin” que lleva como personaje central a doña Marina, la célebre Malinche.
Sin embargo lo más representativo en este apartado son sus Fantasías: “Iris
Mexicano”, “Floración Tepehuana” o “Aires Nacionales Mexicanos”.
Cronológicamente debemos situar aquí a Rafael J. Tello (5-IX-1872 Cd. de
México/17-VII-1946 Id) autor dentro de un costumbrismo vernáculo que quedara
en pálido intento de nacionalismo en la ópera: “Nicolás Bravo”, estrenada el 27 de
agosto de 1910, y la cual llevó en el papel principal femenino, María, a la eximia
soprano potosina Consuelo Escobar de Castro, quien debuta así en el Teatro
Arbeu, convirtiéndose luego en una consumada soprano, casi la Lucia di
Lamermoor obligatoria de las primeras décadas del siglo XX, alternando escenario
con artistas internacionales como: Tita Ruffo o Rosa Raisa. La obra si bien no
representa un punto importante dentro del nacionalismo musical debe ser
mencionada por las citas sonoras que aparecen en ella y con las cuales el autor
quiso ejemplificar el trabajo musical de 1800.
Aunque aun no pertenezca a los postulados nacionalistas que comentare en breve
aquí podemos ubicar la figura de José Rolón (21-VI-1877? Zapoptlan Jal/¿?-¿?-
1945 Cd. de México) el primero de los autores en alejarse del costumbrismo
imperante para irse a estudiar a París y asimilar las novedades que estaban
sucediendo en aquel momento, esto aunado a una sensibilidad prodigiosa le
permitió crear obras en las que ya encontramos la verdadera búsqueda
nacionalista europea, ya no son meras citas textuales, es la reconversión de los
materiales nacionales en obras de muy alto nivel. Así el 10 de marzo de 1930
estrenó su poema sinfónico “Cuauhtémoc” y dos años después la suite “Zapotlan”,
para crear una importante trilogía de obras nacionales con las “Danzas
Jaliscienses” para piano, en estas obras el material sonoro ya es trabajado con
gran gusto y sapiencia composicional por lo que más bien entroncarán con los
postulados nacionalistas fruto de la educación porfiriano.
Cómo dignísima conclusión a este momento transitivo de la creación nacional
mencionaré a Arnulfo Miramontes (18-VII-1882 Tala Jal/ ¿?-¿?-1960
Aguascalientes, Ags)) uno de los pianistas más interesantes de su generación, en
sus obras encontramos ecos de Liszt pues no en balde estudio con el alumno más
aventajado de este autor: Martin Krause. De su catalogo nacional destaca la ópera
“Anáhuac”, estrenada n 1918, con la primera tiple María Gay en el papel de Mextli
y Giovanni Zenatello en el de Leonil. Aquí las búsquedas son más profundas, el
autor regresa al pasado en búsqueda de materiales autóctonos sublimados que
permitieran conocer el verdadero sentido musical mexicano; igual camino sigue en
su ópera “Cíhuatl”. Y en un verdadero caudal de conocimientos musicales del
pasado cito a Concha Michel (1899-¿?) la aguerrida hija de un hacendado que
rompió con todos los esquemas de la época hasta convertirse prácticamente con
un hijo a la espalda y una guitarra como compañeros. En 1925 el Ministro de
Educación José Manuel Puig, le comisionó la búsqueda del folclor en todas las
comunidades del país, recogiendo cantos y danzas de diferentes regiones (sobre
algunas de ellas Simón Tapia Colman elaboró su Trío Prehispánico), se inició así
la labor etnomusicología
VI.- La Construcción de una identidad nacional.
Hablar de una identidad nacional en México es quizá el punto más complejo en la
sociología continental, pues desde siempre el territorio que denominamos de esa
forma ha sido un conglomerado de pueblos o etnias disímbolas en grado extremo,
ya en el periodo prehispánico se vivía ese fenómeno, lo conseguido por los
monarcas tenochcas fue un sometimiento, un vasallaje que si bien asimiló algunas
de las formas preexistentes de sociedad, desechó otras. La colonización fue casi
absoluta y lo que conocemos como virreinato fue una aclimatación a los usos y
costumbres de otro continente, aunque es justo decirlo en el pueblo, en los
estratos inferiores, se preservaron las costumbres antiguas en una perfecta
conjunción con lo hispano. Las luchas independentistas consiguieron sacar a flote
esta parte “popular” y convertirla en un discurso casi general que tomará forma
con el paso de las décadas hasta obligar a un estudio sistemático de los mismos.
Será el Porfiriato el depositario de estas ideas, que alimentado por el liberalismo
europeo que llegaba tamizado a través de las ideas masónicas y las lecturas de
autores contemporáneos permitirán crear una idea de nación mexicana.
Los liberales en el poder impulsaran la consolidación de una conciencia nacional y
una necesidad de unificación, la cual no solo implicaba a la política y a lo militar,
sino a la educación y muy destacadamente a los artistas, así Guillermo Prieto
habla de un reconocimiento de nuestros valores e Ignacio Manuel Altamirano
abogaba por el estudio de las lenguas aborígenes y en la necesidad de que los
artistas “exploren las riquezas no tocadas aun de nuestra vida antigua y moderna”.
No obstante este primer intento nacionalista no se consolidará por la falta de un
sustento plural y una visión ultranacionalista de las ideas como bien lo cita David
Brading: “suspendió su desarrollo porque siguió siendo más criollo que mexicano,
atado al pasado, colonial e indígena, que los ideólogos liberales y sus adherentes
populistas rechazaban instintivamente”. En el mismo tenor se expresa Guillermo
Bonfil Batalla: “De ahí que la intención de todos los bandos que disputaban el
poder haya sido la de consolidar la nación entendiendo por esto la incorporación
paulatina de las grandes mayorías al modelo cultural que había sido adoptado
como proyecto nacional”.
Desgraciadamente este proyecto de identidad nacional se movía solo en dos
direcciones, el de las altas esferas que pugnaban por una “modernidad” tomada
de modelos europeos y el de las clases populares que buscaban su
reconocimiento y validación dentro del mapa humano que se estaba formando.
Solo que el grueso del pueblo: los indígenas, conformaban un grupo aparte –o
debo decir un conjunto de subgrupos aparte- desintegrado de esas dos fuerzas
conformadoras, ya que criollos, mulatos y mestizos, adoptaban, a su manera las
formas culturales europeas. En la música este fenómeno es palpable, los sones y
jarabes mexicanos se basaron en las formas del ballet hispano, con su viveza y
movimiento, a esto se aderezó el elemento negro. Así nacieron formas híbridas,
con raíces en: “zapateos”, “fandangos”, “canarios” y “mudanzas” – que no
podemos olvidar ya eran desde el siglo XVI danzas de ida y vuelta -, estas danzas
pronto formaron parte de la “identidad nacional” y se bailaban en todos los eventos
públicos y aun en las funciones de teatro u ópera, como lo podemos constatar en:
“Un paseo en Santa Anita”, obra escrita por José Casanova y Víctor Landaluce,
musicalizada por Antonio Barillli y dirigida por Sabas Contla, en la cual los jarabes,
sones y otras danzas nacionales se suceden acompañadas por conjuntos de
jaranas y bandolones.
VII.- De lo Pintoresco a lo nacional.
La revolución de 1910 redefinió los caminos de la sociedad mexicana, es obvio
que el arte sonoro se vio afectado por este proceso, el afrancesamiento que
impero en las décadas anteriores fue roto de manera abrupta por ideas
renovadoras y fortalecimiento de la “popular” que se reflejó entonces en
espectáculos musicales en que el personaje principal fue el albur y las versiones
estereotipadas del mexicano campirano populista como reflexiona Carlos
Monsiváis en su “Escenas de pudor y liviandad”. En la música de concierto surge
la figura del primer autor preocupado por hacer música mexicana, no nacionalista,
no europea, mexicana, con todas sus aristas y colores: Manuel María Ponce (8-
XII-1886 Fresnillo, Zac/24-IV-1948 Cd. de México). Es Ponce el primer gran punto
de inflexión en la creación nacional, es cierto que su obra obedece a los diferentes
momentos creativos, podemos percibir en él una evolución lógica y constante,
pasa de un romanticismo arcaico a la francesa en sus primeros años, al
modernismo más extremo de los 40’s que se mueve ya en un neoclasicismo
continental. En medio de estos parámetros tenemos su obra más personal, en la
que podemos escuchar a México, hacia 1910-1920 centró su búsqueda de lo
mexicano en la canción popular, musicalizando varias de las más conocidas (La
Pajarera, Que Lejos ando, etc.) para llevar luego esas ideas a sus composiciones
pianísticas, guitarrísticas y aun las concertísticas, como sus emblemáticos
conciertos para Piano y Violín donde el espíritu mexicano, nacional que no
nacionalista se percibe en toda su magnitud.
En una dimensión similar a Ponce debemos situar a Miguel Bernal Jiménez (16-II-
1910 Morelia Mich/26-VII-1956 León Gto) aunque muy enfocado a la producción
sacra, el maestro Bernal supo encontrar toda la esencia de la mexicanidad, la cual
puso de manifiesto en muchas de sus obras, pero no se conformó con una
búsqueda del patrimonio reciente de la música, fue al pasado, a los pocos
vestigios prehispánicos y coloniales para mostrar un rostro mestizo, de fusión,
mexicano pues, quizá como ejemplo tácito de su creación, la ópera “Tata Vasco”.
La resultante del movimiento armado de 1910 fue la emancipación del pueblo que
había permanecido socavado a lo largo de las décadas anteriores e manifestaba
ahora en toda su magnificencia, como lo cita Luis Villoro en su obra En México
entre libros: “El pueblo se explaya, se actualiza de pronto, todo lo llena con su
presencia”.
Entonces los artistas se identifican con el pueblo, lo usan como fuente de
inspiración, revaloran las melodías tradicionales y las funden con técnicas
universales, el postulado nacionalista de finales del XIX europeo se manifiesta en
todo su esplendor en un México, que desangrado y dividido trata de cerrar sus
heridas recientes con Arte, ya que un postulado humanistas de integración
artística se pone en práctica. Se acortan las distancias entre los creadores de
diferente manifestación estética, para generar seres atentos a todas las
manifestaciones del pensamiento, el músico pinta, el bailarín esculpe y el literato
es arquitecto de una concepción espacial de todo lo que este regido por lo bello.
Así el naciente Estado mexicano en voz de José Vasconcelos auspicia la creación
de un arte original en donde lo indígena sea el eje conductor, el protagonista,
como lo manifiesta Guillermo Bonfil: “A diferencia del nacionalismo criollo, el
nacionalismo de la Revolución no puede ignorar al indio vivo. Los rostros de los
indios invaden los grandes paños de la escuela mexicana de pintura (…) El arte
popular y las artesanías se valorizan y sirven como signo para afirmar la
particularidad del mexicano. El México profundo mostró por un momento su
presencia real, no fue posible cerrar los ojos ante él…” Claro que estos postulados
pronto se moverán al extremo y se convertirán en manifiesto socialista de igualdad
y proletariado. La música asimilará esta corriente y encabezados en primer lugar
por Carlos Chávez (13-VII-1899 Popotla, Mex/1978 México D.F.) iniciaran la
composición de obras nacionalistas, creaciones que apoyadas en materiales
sonoros autóctonos dibujaran un rostro nacional, un primera atisbo a música
mexicana, música de fusión, mestiza.
El grupo reunido en torno a la figura de Chávez centrará su creación en revalorar
el pasado prehispánico y la lucha revolucionaria, para crear una música mexicana
o continental con presencia propia, en su propias palabras “dentada y angular” en
respuesta a la europea “tersa y refinada como su tradición”. Es indudable que la
visión cosmopolita imperante en el medio artístico nacional en la década de los
veintes permitió una creación homogénea alejada de la “dicotomía ponciana” que
Yolanda Moreno Rivas encuentra en la obra de Manuel M. Ponce y que dice es
desconocida para Chávez y su grupo.
Entre 1920 y 1940 la música mexicana influida por el nacionalismo generalizado
producirá algunas de las obras que ahora nosotros llamamos nacionales y que
consideramos lo más representativo de la producción sonora mexicana. En 1940
el Museo de Arte Moderno de Nueva York organizó una serie de eventos sobre el
arte mexicano, las piezas musicales fueron: Sones de Mariachi de Blas Galindo,
Corridos Mexicanos de Michoacán para coro y orquesta de Vicente T. Mendoza,
Huapangos de Veracruz de Baqueiro Foster, Música Yaqui de Sonora de Luis
Sandi y la Obertura Republicana de Carlos Chávez, todas ellas muestras de
idiosincrasias sonoro-regionales. De todas destaca Sones de Mariachi, Galindo
supo despojar la pieza de toda individualidad y la convirtió en una pieza sonora
colectiva que si bien muestra una parte del folclor nacional, puede ser llevada a
una exacerbación que se antoja fatua o desprovista de realidad, solo la buena
inventiva de don Blas y su profundo sentido de la orquestación la colocan en su
justo sitio. Mismo comentario podemos hacer a otra pieza emblemática que surgirá
en estos años: el Huapango de José Pablo Moncayo de 1941, en la cual la
concepción creativa del autor y el dominio de la escritura sinfónica la colocan a la
altura de un Bolero de Ravel o una Jota aragonesa de Glinka.
Aquí es necesario citar un evento que sin duda marcará el cambio compositivo en
México. En 1941 Rodolfo Halffter (1900-1987), el estupendo músico español
afincado en México se rodea de un grupo de artistas, que logran crear una
compañía de danza independiente apoyada en lo financiero por Adela Formoso
de Obregón Santacilia, denominado La Paloma Azul, la cual en octubre de ese
año presentó en temporada sendas obras nacionales que no nacionalistas:
Antígona de Chávez, La Madrugada del Panadero de Halffter y el Renacuajo
Paseador de Silvestre Revueltas (1899-1940) –que se convertirá en su obra
póstuma-, todas ellas estarán marcadas por lo cosmopolita, son obras plurales,
multifacéticas, mexicanas.
Las décadas siguientes serán de búsquedas y rupturas, la llegada de nuevas
escuelas compositivas alejaran los postulados nacionalistas para llevar la música
hacia otros caminos, que sin duda la colocaran en la órbita musical pero dejará de
lado lo nacional, aquella identificación con los sujetos nativos, con la esencia
redescubierta de lo prehispánico y lo colonial. Las generaciones nacidas entre los
40’s y 50´s rechazaron casi de manera sistemática los postulados de la escuela
nacionalista de música, se alejaron de sones y jarabes para experimentar con lo
electrónico, lo aleatorio, lo atonal, en fin todo lo que tuviera que ver con el grupo
de Carlos Chávez y sus alumnos o seguidores, aunque también es justo decir que
muchos del grupo chavista también se enrolaron en esta cruzada modernizadora y
llevaron sus postulados creativos a las antípodas del género, en muchos casos
con resultados sorprendentes, como Blas Galindo, quien fiel a su espíritu inquieto
no se detuvo nunca en un solo discurso, experimento en todos prácticamente
hasta su muerte en 1993. Mismo caso el de Manuel Enríquez (1926-1994) quien
se convertirá en el adalid de la música contemporánea en México a través de
seminarios, festivales y foros donde autores nacionales y extranjeros presentaran
sus novedades a un público fiel a los cambios compositivos mundiales.
Será la década de los 90´s la que vea aparecer nuevamente las composiciones
nacionales marcadas por un sentido popular -algunas veces popularizarte- , las
danzas que son afines a todos los pobladores del complejo geográfico conocido
como República Mexicana, tal es el caso de Jesús Echevarría (1951) y su Suite
Huasteca o Canasta de Frutas Mexicanas; mismo caso el de Arturo Márquez
(1950) y el ya emblemático Danzón No 2, que se ha convertido en pieza obligada
de las orquestas sinfónicas nacionales y muchas extranjeras.
VIII.- Fine y Da capo.
Es indudable que la composición musical mexicana es una de las más difíciles de
abordar, ya por lo exiguo de las fuentes antiguas, ya por el desapego de muchos a
lo nacional por considerarlo menor en relación a lo generado en otras latitudes. La
presente disertación no tiene como objetivo agotar el tema, por el contrario
representa un breve asomo a un patrimonio sonoro que es inmenso y que en una
conmemoración como la celebrada en 2010, que trata de sublimar los valores de
la mexicanidad y la identificación como miembros de una comunidad plural,
merece mayor atención, pero no solo en el papel, en el dicho, mejor en el hecho,
en la ejecución de los cientos o quizás miles de obras compuestas a lo largo de
estas dos centurias de historia mexicana y las cuales sin duda son el más claro
ejemplo de logros y conquistas de los que nos antecedieron, son la huella palpable
del paso histórico de un pueblo que si bien tiene poco de que enorgullecerse, pues
los avances conseguidos en muchos casos son sofocados por los retrocesos, la
discursiva en contra de la acción que no per mite dimensionar el trabajo realizado
en común. Al grado que de la cantidad antes citada de obras, sean ejecutadas de
manera popular unas diez o veinte, es el momento de legislar para que los entes
musicales subvencionados con recursos públicos tengan por decreto que
interpretar obras nacionales en la misma proporción que interpretan las recicladas
obras mundiales que suenan una y mil veces, pero a la par de ello la legislación
debe encaminarse por igual a la impresión de dichas obras, pues en la mayoría de
los casos permanecen en forma autógrafa o bien en archivos inaccesibles en
carácter de piezas arqueológicas o de museo que no deben ser tocadas o
profanadas olvidando que la verdadera dimensión del hecho sonoro es su
ejecución, pues la partitura es letra muerta, una mera mnemotecnia para no
olvidar una idea, que solo se convierte en presente al ser interpretada por los
músicos.
A manera de conclusión solo puedo decir que la identidad musical mexicana es
compleja, multifacética, ya que en ella deben de confluir una profusión de ideas
abrumadora, la esencia de los cuatro puntos cardinales de una geografía
contrastada, pluriétnica, que tiene, es indiscutible, como principal punto de
contacto el ritmo, la viveza de este, heredada seguramente de nuestro pasado
prehispánico, del que según refieren las crónicas hispanas practicaba la música en
todas sus actividades bélicas o pacíficas, cotidianas o extraordinarias, pero que
seguramente también proviene de nuestro pasado africano, de la danza que
acompañaba a los eslavos en sus pocos momentos de solaz y distracción,
igualmente de aquí puede provenir la languidez, la melancolía, llamada
musicalmente romanticismo que se refleja en las largas líneas melódicas con que
construimos nuestros cantos de amor, que transmiten los sentimientos al ser
amado en grado de sublimación, aunque este sentimiento lo encontramos
igualmente en la poesía mexica, cantos de vida y amor.
En síntesis la música nacional es: colorida, plural, ecléctica dirán los
contemporáneos, barroca los estetas del XIX, rica y variada pues se nutre de la
costa y la montaña, del sol y de la lluvia en una perfecta sinergia que consigue la
especialización de los múltiples sentidos que da el territorio nacional, una música
de asociaciones que puede ser definida con una sola palabra: Mexicana.
DATOS PERSONALES
Luis Fernando Padrón-Briones.
Nació en San Luis Potosí, México en 1975.
Realizó estudios de Musicología en la Accademia Nazionale di Santa Cecilia en Roma, Italia de 1990 a 1996 (Licenza) y de 1999 a 2003 (Maestría). Actualmente es candidato a la Lauda Superios en la misma institución. Tiene estudios de Historia de la Ópera y Entrenamiento Vocal en la Accademia di Bulgaria en Roma, Italia bajo la guía del bajo Boris Christoff y el pianista Plamen Kartaloff. Se ha especializado en el estudio de la Música Antigua y Barroca por lo que ha tomado clases magistrales y cursos de verano con maestros como: Denis Raisin-Dadre o Helmut Rilling.
Ha sido promotor cultural desde 1992 en las diferentes instancias culturales de San Luis Potosí (Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, Instituto de Cultura, Secretaria de Cultura). Articulista y columnista del suplemento cultural Entropía del periódico Sol de San Luis (1993-1999), y en los periódicos Pulso y San Luis Hoy. Cómo conferencista ha dictado alrededor de 500 charlas con diferentes temas musicales en foros locales, nacionales e internacionales. Escribe habitualmente para el Boletino de Informazione Musicale desde l999 a la fecha.
Actualmente se desempeña como Catedrático-Investigador del Instituto Potosino de Bellas Artes, es miembro de Cima y Sima Musicología en Acción, Consejero-Fundador de la Fondazione Boris Christoff-Onlus y miembro de la Marilyn Horne Foundation. Tiene en preparación un par de textos sobre los temas musicales nacionales.
LA AVENIDA CARLOS DIEZ GUTIERREZ EN EL CENTENARIO
Licenciado en Economía Jorge Borjas Benavente tiene un Doctorado en Biocultura por la Fundación Edward Seler, tiene investigaciones publicadas , actualmente investiga sobre antropología y arte urbano de 2000 a la fecha.
Introducción
Para el año de 1910, nuestra ciudad tenía una categoría cultura, económica y
demográfica. En cuanto a cultura, podemos utilizar un indicador generalmente
aceptado que es la existencia y funcionamiento del Instituto Científico y Literario;
por otro lado el número de teatros existente que en ese entonces ya contábamos
con tres y éstos con buena capacidad relativa, de acuerdo al potencial
demográfico: el Alarcón, el de La Paz y el Arista, al final de la Avenida Libertad,
hoy Damián Carmona.
En lo económico contábamos con las vías de comunicación modernas, es decir ya
contábamos con comunicación ferroviaria, incluso dos empresas operaban en el
Estado y en la ciudad estaban sus respectivas estaciones. Por esas fechas
también dio inicio la venta de automóviles norteamericanos y con ello se inicia
también el mejoramiento de los caminos. Contábamos con almacenes comerciales
que distribuían mercancías tanto producción nacional como de importación. Esto
se efectuaba en las calles de Hidalgo, Zaragoza, Morelos y en la periferia de los
tres mercados públicos ya existentes (Porfirio Díaz, Juárez y Colón. La industria
iniciaba su despegue, particularmente en la industria minera y de fundición, así
como de fabricación de equipos de bombeo para pozos, independientemente de
las tradicionales alimenticias, dentro de las que se incluían las bebidas
espirituosas y la cervecera. Las pastas y por otro lado la industria de la confección
de ropa y algunos accesorios funcionaban plenamente en la ciudad.
Esta dinámica necesariamente tenía su repercusión en el ámbito demográfico.
Para probarlo tomemos los datos que nos proporciona el Consejo Nacional de
Población en su publicación. “Evolución de las ciudades de México 1900-1990”, en
la cual encontramos que San Luis Potosí ocupaba el 6° lugar en cuanto número de
habitantes en el año de 1900. Esto significaba que la ciudad tenía 61,019
habitantes.
Una década después, es decir en 1910 año del Centenario, mejoramos nuestra
posición relativa al mejorar un puesto en la tabla de posiciones de la misma
fuente, es decir ocupamos la 5ª posición al incrementar el número de habitantes a
68,022 habitantes. Esta mejora no podía ser otra cosa que el fiel reflejo de que
nuestra ciudad tenía una dinámica progresista digna de tomarse en cuenta.
En buena medida esta evolución fue influida tanto por su localización geográfica,
su clima y los volúmenes de capital que se habían acumulado como consecuencia
de una prolongada etapa de paz debida a la férrea dictadura de Porfirio Díaz, que
desde 1877, en su presidencia provisional hasta 1910, con excepción del
cuatrienio de su compadre Manuel González ( 1880-1884), la cual fue respaldada
por el general Carlos Díaz Gutiérrez que a imagen y semejanza de su tutor , salvo
un intermedio en el que su hermano Pedro cubrió la apariencia democrática,
permaneció en el poder hasta su muerte el 21 de agosto de 1897.
La administración del Gral. Diez Gutiérrez se caracterizó por generar una
economía expansiva a través de fuertes inversiones en las que participaron los
capitales tanto públicos como privados, nacionales como extranjeros, aunque para
nuestros fines su rasgo más destacado fue el de ser un visionario del desarrollo
urbano de una manera integral.
Bajo su mandato se otorgaron las concesiones para las diferentes rutas de
tranvías, se concesiona la utilización de aguas negras, se construyen importantes
edificios públicos, llega el ferrocarril y el telégrafo, se desarrolla la ganadería,
particularmente la de ganado menor y el estado se vuelve exportador en gran
escala de cueros y lanas, se abrieron y ampliaron calles, siendo este el punto toral
de este intercambio de información con ustedes.
EL CAMINO REAL A TEQUISQUIAPAN
El tema que nos ocupa, que es la apertura de la más importante avenida de
nuestra ciudad, la cual debería estar “lista” para la conmemoración del
Centenario, y habría de convertirse en una de las más bellas del país e
indiscutiblemente la mejor de todo el centro y norte de la República, en las cuatro
décadas posteriores.
ANTECEDENTES
Desde la fundación de la ciudad, casi un siglo después del descubrimiento del
Continente por Cristóbal Colón, en su traza original el nuevo poblado comprendía
los mismos siete Barrios que hasta la fecha tenemos, aunque ahora de manera
difusa, existen. Sabemos todos que existían Barrios contiguos al pueblo de
españoles o centro como le llamaríamos ahora, como era el caso de San
Miguelito, San Sebastián y San Cristóbal del Montecillo y otros, en ese entonces
distantes: Santiago, Tlaxcalilla o Tlaxcala, San Juán de Guadalupe y
Tequisquiapan. Para desplazarse a los Barrios o puntos distantes se crearon
caminos denominados Reales. Estos no solo eran la vía de comunicación con los
Barrios, sino con lugares más distantes. Dentro de estos últimos, la nomenclatura
permaneció hasta muy avanzado el siglo XX.(podemos mencionar a la actual calle
de Santos Degollado que hasta los años sesenta se le denominaba Camino Real a
la Garita de Jalisco.(aunque no oficialmente)
El camino Real a Tequisquiapan en un principio era un simple vereda con las
irregularidades que le eran propias (estrecha y sinuosa). Habrá que imaginarnos
las dimensiones del poblado en 1746, según nos lo describe Primo Feliciano
Velázquez no era nada especial: “su Barrio estaba habitado por veinte familias de
mestizos y mulatos y setenta de indios, versados en la lengua castellana todos los
cuales se dedicaban al cultivo de las huerta”. Es posible imaginar que con la falta
de presencia de españoles las características de las viviendas que existían no
podían ser muy destacadas.
Por otro lado, con la excavación de la zanja por el señor Bernardo Iñiguez del
Bayo a la que se denominó Corriente o Corriente Seca en 1688, a la cual se le
dio una longitud de 2,000 varas, por 6 de ancho y 2 ½ de profundidad (la Vara era
una medida de longitud con varias subdivisiones: 3 pies que a su vez de
subdividían en tercias, cuartas y sésimas, equivalente a 80 centímetros con 035
milímetros), la cual a fines de la década de los años cuarenta del pasado siglo
pasó a llamarse avenida Reforma. Con ello de alguna manera el Barrio de
Tequisquiapan se confinaba, como también le sucedió a los Barrios de Santiago y
Tlaxcala. Aunque se construyeron puentes para evitar el aislamiento, dentro del
perímetro urbano sólo hubo tres de ellos. De uno de ellos, que es el que
comunicaba al centro con el barrio de Tequisquiapan, aún hay fragmentos del
original en la confluencia de las calles de Iturbide y la Avenida Reforma.
La actual Avenida Venustiano Carranza a mediados del siglo XIX, en su parte
primigenia, es decir la del Centro Histórico se caracterizó por varios puntos
1.- Era de diferentes anchos
2.- En su trayecto había 3 nodos urbanos
3.- Tenía diferentes nombres cada una de las cuadras
4.- En los años cuarenta del siglo antepasado había huertas
El tramo nuevo, que como vemos y sabemos es bastante más amplio, aunque
tenía y tiene semejanza en tres puntos con el segmento anterior (1, 2 y 4)
Tocante al primer punto de los que señalamos para el primer segmento, hasta la
década de los años sesenta tenía dos cuadras estrechas (7.13 Mts.), es decir
desde la Plaza de Armas a Díaz de León, al día de hoy sólo es una. Con mejor
visión del futuro, a las tres cuadras restantes se les proporcionó mayor anchura
(10.85 Mts.), la cual tampoco era, ni es constante, pues esta anchura corresponde
a la Plaza de la Compañía hoy de los Fundadores. Y en la esquina de la avenida
Reforma su anchura es mayor en más de tres metros, pues tiene 14.16 Mts.
En el segmento nuevo que es el ms amplio vemos exactamente lo mismo:
En el cruce con la calle de Uresti tiene 29.79 Mts.; en el cruce con la calle de
Avanzada sube a 32.40 Mts. Y en la glorieta de Bocanegra llega a 37.74 Mts.
Sin embargo no profundizaremos más en el tema porque se escapa de la etapa
cronológica que estamos tratando de desarrollar.
En cuanto al segundo punto, los tres nodos estaban constituidos, en primer lugar
por la Plaza de Armas, en segundo lugar por la Plaza de la Compañía y en tercer
lugar por la confluencia con la Corriente lo cual permanece invariable. Esto ahora
sigue siendo válido. Aún con la adición del nuevo tramo, esto siguió siendo válido
Y para la fecha del Centenario se agregó un cuarto que corresponde al Jardín
Morelos o de Tequis
Por lo que respecta al tercer punto tenía las siguientes denominaciones: la primer
cuadra era la de la Cárcel, por estar ésta en la ahora esquina de Carranza y
Aldama, es decir en la parte posterior del actual Palacio de Gobierno. De la
segunda a la cuarta, es decir hasta Bolívar se le denominaba Maltos. El nombre le
provenía del nombre de último caudillo Guachichil que defendió estos territorios, al
cual cuando se pacifico se le otorgó en propiedad perpetua una huerta en el Barrio
de Santiago que luego le fue permutada por el espacio ahora comprendido entre
las calles de Carranza al sur, Arista al norte, Independencia al oriente y Bolívar al
poniente. A la quinta cuadra se le denominaba primero de la Alameda y después
del Elefante hasta la Corriente.
Y por último, el último descendiente de la Familia Maltos todavía heredó huerta, no
casas, de donde lo que debió de haber habido eran cercas o bardas y no fincas.
Por lo que respecta al segundo tramo, que es el que actualmente es lo
suficientemente amplio como para dar espacio a un camellón o mejor dicho
parterre equivalente a una banqueta normal, es decir de 80 centímetros, como ya
mencionamos por espacio de tres siglos fue una simple vereda irregular, bordeada
de huertas, establos y alguna que otra pequeña vivienda. Esto no tendrá cambios
hasta 1882 año en el cual el Gobernador Gral. Carlos Diez Gutiérrez dispuso la
nueva traza, la cual consistía en abrir nuevas y amplias avenidas y por supuesto
arboladas. Dentro de ese plan maestro se consideró la comunicación con el Barrio
de Tequisquiapan, al igual que con los otros Barrios distantes del centro como lo
fueron Santiago y Tlaxcala. Al primero de ellos con la actual Damián Carmona
antes Libertad y el Eje Vial, antes Ponciano Arriaga, antes Xicoténcatl y antes
Camino Real a Tlaxcala. Incluso la comunicación con Soledad de los Ranchos
mediante la actual Veinte de Noviembre, antes Porfirio Díaz
LA TRAZA
Nuestra calle objeto de ésta plática es particularmente interesante ya que no fue
prolongada, como lo fueron la otras, es decir en línea recta, ya que ésta tiene
desviación de tres grados con respecto a la planta primitiva, ignoramos cual fue la
razón, aunque podemos especular que fue por razones de corregir la orientación
de ese nuevo trayecto de acuerdo al polo magnético, y con ello dar más confort a
las viviendas en el futuro.
Para realizar la obra, el Gral. Diez Gutiérrez, contrató los servicios de Carlos
Suárez Fiallo, dentro de los cuales estaba diseñar no sólo la traza de la calle sino
además hacer una planeación integral de fachadas, predio por predio hasta la
actual calle de Mariano Otero, ya que tapaba la calle el templo de Nuestra señora
del Remedios (Tequis) por lo que tendría cinco cuadras en condiciones de
orientación, largo de las cuadras y amplitud diferente.
ARQUITECTURA
Es muy importante destacar que la época porfiriana no solo fue constructiva, pues,
evidentemente también implicaba una fase destructiva de elementos que es muy
posible que se eliminaran fincas del período virreinal. Como desafortunadamente
no hay constancia fotográfica de nada de ello, en la mayoría de los casos, es
imposible ser detractores o defensores de lo que sucedió, excepto casos de los
que hay tanto constancia fotográfica o profundo sentido histórico, como el de la
antigua Casa de Moneda, que no estaba por supuesto en nuestra avenida Diez
Gutiérrez, o de las que había enfrente de la misma, antes de que se ampliara La
Lonja, sin embargo veremos que en el lapso previo al Centenario de la
Independencia, que es lo que veremos , por lo que respecta a ésta avenida si hay
los suficientes testimonios gráficos de la transformación que se dio.
Indudablemente la destrucción de elementos de antigüedad relativamente
importante la hubo, pero no fue así en todos los casos, incluso podemos considera
que en algunos casos aunque se dio, en verdad la ciudad ganó definitivamente.
Por fines meramente metodológicos seguiremos en nuestra presentación un
derrotero que va de acuerdo a la orientación este-oeste, el cual guarda correlato
con la serie numérica predial que siempre ha tenido, ya que desde siempre el
punto más importante en lo urbano y en lo político ha sido nuestra Plaza de
Armas. Aunque antiguamente tenía continuidad serial la numeración en todo el
trayecto de la calle, a mediados de la década de los años cincuenta fue cambiada
a la que tenemos, es decir cada cuadra implica una centena.
Hay que insistir en cuanto a que la Avenida Carlos Diez Gutiérrez básicamente
comprendía solamente el tramo que va de Uresti a Mariano Otero, sin embargo,
sabemos que será lo mismo que en la porción del Centro Histórico, que en
conjunto, para los festejos del centenario como un todo se unificará bajo el nombre
de Avenida del Centenario.
CARACTERÍSTICAS DE LA VIVIENDA
1.- En la esquina con la Plaza de armas tenemos un par de construcciones de
origen virreinal: 1) el Palacio de Gobierno y 2) la propiedad que ostenta en su
parte pinacular una figura escultórica del dios griego Mercurio. Esta última ha
sufrido transformaciones sobre una misma base, incluso de ello hay un mal
testimonio fotográfico, pero lo hay, el cual difería un poco de cómo lo podemos ver
en la actualidad.
2.- Sabemos que el Palacio de Gobierno casi siempre ha ocupado toda la acera
sur de esa primera cuadra. Pero, el lado norte no, originalmente había cinco
predios, de los cuales los vecinos inmediatos eran totalmente de data virreinal, de
los cuales el inmediato a la esquina se conservó íntegramente luciendo su fachada
sus hermosos balcones. La siguiente conservó la fachada, mas no su interior, ya
que el propietario mandó hacer al Ing. Octaviano Cabrera un cine, sin embargo
respetó la fachada, con lo que seguíamos conservando ese patrimonio. El edificio
que le sigue, definitivamente no es de data colonial, puede ser de mediados o en
todo caso de la segunda mitad del siglo XIX. Su fachada se conservo hasta
mediados del siglo XX y por último la finca de la esquina era una construcción de
un piso de fecha semejante a la anterior pero de una pobreza arquitectónica muy
acusada.
3.- En la siguiente cuadra, en la acera norte hubo una casa que era colonial, la
cual no debió de haber tenido muchos méritos. Se dice que fue habitada por el
Brigadier Calleja y posteriormente se cambió a algo más digno en la calle de La
Concepción, hoy Zaragoza. Esta finca fue suplida a fines del siglo XIX por la que
fuera casa, bajo la modalidad de plato y tasa de Tomás Olavarría. Abarcaba toda
la cuadra y dos tercios de la manzana, después la conocimos como Hotel Nicoux.
La acera sur tenía sólo dos fincas. De la ubicada en la esquina con Aldama que
tampoco era colonial, pero si muy buena arquitectura proveniente también de
mediados del siglo XIX, propiedad del cuarto Obispo, Ignacio Montes de Oca y
tenía por vecina otra casa de data similar que fuera propiedad de la familia
Cabrera. Su fachada era de lo que podemos denominar “tradicional” resuelta,
como se dijo, en una planta. Esta se encontraba en la esquina de la calle de Díaz
de León.
4.- En siguiente cuadra (de Díaz de León a Independencia), en la acera norte
había tres fincas del tipo que denominamos “tradicional”, muy sencillas, cuya única
riqueza arquitectónica estaba en los marcos de puertas y ventanas realizados en
cantera oscura, muy elementales. Estas eran propiedad de la familia Ipiña y como
sabemos fueron suplidas por el monumental Edificio Ipiña que abarca toda la
cuadra. Por la acera sur había ocho fincas, para esas fechas (el Centenario)
ninguna era virreinal, todas procedían de la segunda mitad del siglo XIX.
La de la esquina con Díaz de León era muy simple y la que le seguía era similar,
completamente tradicionales. Sin embargo, la siguiente era realidad digna de
considerar y por supuesto reservar, proveniente de fecha similar (segunda mitad
del siglo XIX) mandada hacer por Matilde Manrique y posteriormente fuera de
José Deutz. Contaba con bello patio y de esa forma la recibió el Centenario.
Le seguía una magnífica residencia de un solo piso, que mandara hacer Irineo
López, contaba con salida en la actual calle de Madero. Su fachada tenía una
importante dignidad, que como sabemos, fue la primera gran agresión a nuestra
calle con la construcción de un edificio que obviamente manifiesta poder, pero no
belleza.
Le seguía una finca pequeña, tanto en su frente como en su profundidad, que
fuera de Eulogio Fernández Gómez, también del corte tradicional aunque resuelta
e dos plantas. Le seguía la casa de Darío González que posteriormente fuera de
la Familia Zapata, su fachada ecléctica y elegante, con un hermoso patio cuyos
arcos nos remite a los años setenta del siglo XIX
A continuación había dos fincas verdaderamente dignas cuyas fachadas fueron
homologadas aunque con pequeñas variantes distintivas. Ambas recubiertas con
cantera oscura. También del mismo período que las anteriores, que fueran de la
familia Espinoza y Cuevas, concretamente de Javier. La de más amplia fachada
tenía un primer patio muy bello con una arcada muy interesante y un segundo
patio completamente utilitario.
Por último, en la esquina de Independencia había un gran edificio, muy
posiblemente más antiguo que los anteriores, con elementos eclécticos, pero con
algo de descuido. De ninguna manera desentonaba con los del resto de la cuadra.
5.- El cuarta cuadra, que es la que está en entre Independencia y Simón Bolívar,
en su acera norte había 15 construcciones de las cuales podemos decir que la
primera, es decir la de la esquina era una construcción sin relevancia, que
realmente era un pequeño local, que fuera propiedad de don Enrique Anaya, su
construcción lo más posible es que fuera también de mediados del siglo XIX. Le
seguía una finca de aproximadamente la misma data, aunque esta con más
elementos labrados en piedra tanto en su puerta como en sus ventanas.
A continuación aún podemos ver dos casas con fachada idéntica, que alguna vez
fueran de Matías Hernández Soberón (por supuesto en otras condiciones) y
posteriormente de Casimiro Verástegui, que fue quien las construyó como las
podemos ver ahora. Vecina de éstas hay una finca de meritoria fachada y mejor
interior, la cual fue mandada hacer por Joaquín Cabrera al Ing. Octaviano Cabrera,
su pariente. En seguida estaba la casa que fuera de Santiago Mancilla, que tenía
por completo el diseño tradicional, incluyendo su patio. Sus dimensiones eran las
del promedio normal de las casas habitación, con mas fondo que frente. Luego
estaban tres casas en todo desiguales. La finca vecina a la del Sr. Mancilla
contaba con dos Pisos, las otras con uno. Su estilo del clásico tradicional.
A estas le seguía una amplia casa con amplio patio que tenía su terreno forma de
cruz, llegando de este modo por detrás a la calle de Arista y por su lado poniente a
la de Bolívar. Era muy Buena casa aunque su fachada fuera de corte tradicional.
Se dice que fue en ese lugar donde vivió la Familia Maltos. Le seguía una serie de
casas muy sencillas de tipo también tradicional, las cuales fueron siendo
remplazadas antes de la conmemoración del Centenario. Es el caso de la que
transformara la familia Garfias en 1910 la que ahora cuenta con el número
económico 450 y por último las la esquina, que fueran una sola según se ve en su
fachada y luego se dividieron y le fue añadido un piso a que tiene número 470,
pero esto sería hasta la década de los cuarenta.
La misma cuadra, pero por la acera sur nunca ha tenido casas que pudiéramos
considerar relevantes. Sin embargo, había algunas casas que tenían sus ventanas
en forma de balcón, el cual en forma semicircular invadían discretamente las
aceras, con lo que se le otorgaba gracia al conjunto. A la fecha que estamos
tomando como referencia, sólo la finca de la esquina con la calle de Bolívar tenía
elementos y volumen dignos de consideración. Dentro de ellos podemos citar el
hecho de estar recubierta con cantera oscura y estar resuelta en dos plantas. Por
supuesto contaba con patio central.
En la quinta cuadra, la acera norte era una serie de casitas de fachadas
tradicionales, como todavía podemos ver dos (la 540 y 550). Hasta poco antes del
Centenario fue levantada la que aún podemos ver en la esquina con Reforma por
el Sr. Miguel Cashad y después habitara Pedro Hernández, quien fuera alcalde en
la década de los años veinte, después fuera de Filiberto Herrera de la Rosa y
ahora el Restaurante La Gran Vía.
La misma quinta cuadra, pero por la acera sur no contenía nada digno de mención
y de ello no queda absolutamente nada. Quizá por la misma razón no hay
constancia fotográfica.
La denominada Corriente o sea el canalón que se mencionó anteriormente,
mandado hacer por el Sr. Bernardo Iñiguez del Bayo, se comenzó a invadir hasta
1923 por construcciones más o menos estables, aunque en realidad solían
ubicarse vendedores de frutas de temporada. A este tramo se le asignó
posteriormente el reconocimiento de sexta cuadra, aunque sólo contó con una
finca en cada una de las aceras.
En la séptima cuadra, la moderna calle planeada por Carlos Suárez Fiallo en 1882
dio inicio, en su lado norte, con una excelente finca construida en 1886 según
consta en la placa adosada a la fachada, por Tomás Gutiérrez Sola. Esta sigue el
modelo que muchas fincas del centro tuvieron: la misma fachada para dos casas.
La de la esquina cuenta aún con un plácido patio con columnas aunque sin la
clásica arcada y por supuesto su fuente central. Pero volviendo al estilo de la
fachada, podemos ver que este no solo comprende al frente de la Avenida Carlos
Diez Gutiérrez, sino que se extiende por la calle de Uresti, incluso afecta, dando
otra vuelta, a dos casas por la calle Arista. Le seguía una casa completamente
tradicional que fuera de Petra Mares de Espinoza (1906) y posteriormente, por un
tiempo de las madres de la Cruz.
Le seguía una Huerta de Joaquina Trápaga de Meade, después de la familia
Gómez Santamaría. Enseguida el Hospital Para Pobres del Doctor Gustavo
Pagenstecher, de fachada tradicional sencilla. Luego la cobrería de Domingo
Bueno y Hermanos que cuenta, porque todavía existe buena parte de la misma,
con elementos en cantera mas enriquecedores que la anterior. A continuación aún
existen dos casas que alguna vez fuera una sola en el número 750 del Sr.
Baldomero Sánchez Verástegui en cuya fachada se le incorporaron almohadillas
en los muros y en la cornisa elementos gravados en piedra, con que se aleja de lo
convencional. Luego estaba un terreno del Sr. José Inés Regalado quien comenzó
una finca que vino a terminar otra persona, (Molina) pero con fecha posterior al
Centenario. Le seguía la Huerta del Señor Carlos Almanza. La esquina de esa
cuadra era la huerta de Juana Verástegui. (Después Cine Avenida)
La misma cuadra, pero en su acera sur tuvo alguna vez un impresionante
uniformidad, peso a su prolongada longitud. La gran mayoría de ellas era del tipo
tradicional con algunas pocas excepciones diferenciarías, serán hasta después de
los años veinte cuando se hagan algunas construcciones que romperán esa
homogeneidad. Sin embargo, para el centenario ya existían algunas fincas de
frente amplio que afortunadamente aún se conservan, al menos sus fachadas,
como son los casos de la actualmente tienen los números 747, 749 y 773.
En la octava cuadra, para 1910, en su acera norte tenía en la esquina un baldío; le
seguía y sigue, una importante finca de Federico Solario, construida por el
ingeniero Manuel Lara Misoten, hoy restaurante La Virreina. A continuación había
dos casas completamente tradicionales de Miguel Mejía, con poco frente pero
mucha profundidad. Terminaba la cuadra con una importante finca de Julián
Gordoa y después de la familia Peña (hoy Hotel Real Plaza)
Esta misma octava cuadra, en su acera sur, se iniciaba con la propiedad del Dr.
Jurado, que tenía la característica antes señalada: una fachada, dos casas, estas
en recíproco, siguiéndole una serie de casitas de pobre factura que ocultaban la
Huerta La Palestina de Felipe Muriedas, por mucho tiempo llamada del “chale”,
por arrendarla un individuo de origen Chino. Al fraccionarse la Huerta se abrieron
las calles de Braulio Romero, hoy Tresguerras y Francisco de P. Mariel
Con la apertura de la calle mencionada (Tresguerras-Gral. Rocha) se inicia la
novena cuadra, que en su acera norte, había una serie de casitas tradicionales de
poca relevancia, excepto en la esquina con la calle de Benigno Arriaga, donde
construyó su casa Antonio Hernández Soberón y hoy es el edificio “EME”
En la acera de enfrente (sur) fue dividida (como se dijo) con la apertura de la calle
de Mariel. Sólo en la esquina con Benigno Arriaga había una casa más o menos
importante, ya que contaba con patio, aunque también era de arquitectura
tradicional. Mucho más modesta que la de enfrente.
La décima cuadra, que inicia en Benigno Arriaga y termina en la de Anáhuac,
también tenía a esas fechas del Centenario una serie de casitas, sencillas y
tradicionales, aunque hubo tres muy interesantes. Se iniciaba con la finca que aún
existe y donde por muchos años estuvo una tienda denominada “El Rocío”. Estaba
como ahora. Quedan de ese tiempo la fachada y su interior con algunas
modificaciones, las que actualmente tiene los números 1080 y 1090, Aunque
hasta hace muy poco tiempo todavía estaba en su estado original otra (1070). La
primera de estas que consideramos importantes eran de los señores José Ortega,
rico comerciante de su época y la que donara Felipe Muriedas a la “Sociedad
Española de Beneficencia”
Esa misma décima cuadra, en su acera sur iniciaba con una verdadera mansión,
propiedad de Francisco Manuel Coghlan, construida por Antonio Prieto Trillo a
fines del siglo XIX. El resto de la cuadra estaba compuesta por casas
completamente tradicionales a excepción de la de los hermanos Lozano Muriedas
y la Quinta Brown.
La undécima cuadra a esas fechas aún tenía en la esquina con Anáhuac, en acera
norte un baldío muy amplio de la familia Otahegui. Con este colindaba la finca de
Antonio Chirinos, comerciante tampiqueño que posteriormente vendiera a la
familia Valle y ahora está el edificio que ocupa el “INEGI”, de seguían un par de
feas construcciones de un Sr. Navarro que apodaban “el burro de oro”. Cerraba la
cuadra la muy buena casa de la familia Labastida que en buena medida aún se
conserva.
La acera de enfrente de la misma cuadra iniciaba con la Huerta del Cármen o
Quinta Muriel de María del Refugio Muriel. Construida por Octaviano Cabrera a
principios del siglo XX. Era muy extensa, con tres secciones definidas: a) en la
esquina había un salón de juegos con fachada de ladrillo expuesto y dos torres
puntiagudas, b) la casa propiamente dicha que tenía un patio posterior con arcada
y una alberca y por último c) un espacio de huerta. En la parte posterior se
construyó una gruta en la cual se entronizó una imagen de la Virgen. Esta finca
remontaba la actual calle de Justo Sierra, la cual fue abierta posteriormente. Sin
embargo, Había un par de construcciones con fachada de piedra oscura que
destacaba sobre las tradicionales que había hasta la esquina, las que actualmente
ostentan los números 1135 y 1145.
La décima segunda cuadra, por el lado norte tenía y tiene el jardín oficialmente
llamado Morelos y coloquialmente el de “Tequis”, que es nombre por el cual se le
conoce por toda la población metropolitana. En la acera opuesta, a partir de las
esquina había cuatro casas, también del tipo tradicional, pero, a partir de ahí ésta
la importante quinta de Tomás Olavarría, construida también a principios del siglo
XX, se ignora el ingeniero o arquitecto que la proyectara.
Al término de la cuadra recién referida tapaba la calle el antiguo templo de Nuestra
Señora de los Remedios o de “Tequis”, el cual apenas libró el centenario, ya que
fue derrumbado por órdenes de Eulalio Gutiérrez en 1914.
Como el proyecto a largo plazo incluía su prolongación hasta el camino a la presa
de San José, el paramento de la calle se trazó, de tal forma que hubo
construcciones importantes previas a la celebración del Centenario. Dentro de
ellas podemos mencionar la Quinta Guadalupe del Padre Manuel Córdoba Rincón,
que aún existe en la esquina de Capitán Caldera, otra es la casa de Joaquín
Meade- Saiz Trápaga ahora Museo, que si bien sólo existía la parte que construyó
Gregorio de la Maza, que es la parte poniente de la misma, el proyecto final
atinadamente se desarrolló sobre esa base; enfrente estaba la Quinta
Barrenechea de Pedro Barrenechea diseñada por Rafael Guastavino Moreno. En
los espacios tanto intermedios como finales sólo había huertas y establos, los
cuales lentamente se fueron transformando, pero no será hasta 2006, cuando se
construya sobre el último terreno originalmente baldío de esta importante avenida.
CONCLUSIÓN
A través de interés y paciencia es posible reconstruir la historia urbana de nuestra
ciudad. Ello implica observar la traza urbana, la arquitectura que le bordea y quizá
lo más importante los actores vivos que hicieron posible esos espacios, que como
hemos visto aún conservamos algunos de ellos, quizá suficientes para darnos
cuenta de de lo que fue una ciudad tan porfiriana como lo fue San Luis Potosí.
El nombre que se le dio a este trabajo obedece a que la fecha en que estamos
celebrando el bicentenario del Inicio de la Revolución y el bicentenario de
Independencia, coincide con los propósitos que ilustres ciudadanos quisieron
conmemorar el primer Centenario a través de obra pública que quedara a la
posteridad, eliminando el nombre del ilustre gobernante que dio su nombre por
más de diez años.
Indudablemente nuestra antigua avenida Carlos Diez Gutiérrez, hoy avenida
Venustiano Carranza, de acuerdo a su proyecto original, logró su propósito, el cual
no podía ser otro que llegar a ser la arteria más emblemática de esta ciudad. No
cabe duda que una relatoría de esta naturaleza, sin el debido respaldo gráfico muy
poco nos diría, afortunadamente ha sido posible avanzar en el rescate de mucho
material de época, aunque aún falta algo, con lo que indudablemente nos
sentiríamos más satisfechos. A través de 134 fotografías no nos puede quedar
duda con respecto a la situación que guardaba esta importante arteria hace cien
años y quienes hicieron esto y con ello podemos valorar algunos puntos
importantes.
Sabemos que a través del tiempo esta calle ha recibido muchas denominaciones:
Camino Real a Tequisquiapan, Calle Nacional, Avenida Carlos Diez Gutiérrez y
para conmemorar el Centenario se asignó precisamente ese nombre
CENTENARIO. Al imponérsele este nombre sucedió otro hecho importante, se
unificó la nomenclatura desde la Plaza de Armas hasta la calle de Mariano Otero,
sitio donde terminaba en esa época, por estar el templo tapando justo en el centro
de la calle, aunque ya estuviera concebido el proyecto de su ampliación en
extensión hasta el Camino a Morales, en el que un segmento coincidía con el de la
Presa de San José.
En esa época en nuestra ciudad se empezó a desarrollar un estilo ecléctico muy
propio, con lo que las calles le daban genuinidad. En varias fotografías
panorámicas que pudimos ver, es posible apreciar la uniformidad de estilos, por
supuesto con sus variantes muy propias y además una altura cuya uniformidad
nos deja claro que había quién se preocupara de esos aspectos estéticos, que en
conjunto se procuraba que la ciudad se embelleciera, que la anarquía no hiciera
presencia. Había reglas de juego y se respetaban o se hacían respetar. Mucho se
ha destruido, pero no siempre fue para mal, en varias ocasiones la ciudad ganó
como ejemplo ilustrativo tenemos el caso del derrumbe de las casa de los
hermanos Ipiña y cambio se construyó el Edificio o Palacio Ipiña. Lo mismo
sucedió con las casas que debió haber en la tercera cuadra, en donde construyera
Javier Espinoza y Cuevas esa dignísima casona. Si bien no tenemos testimonio de
muchos cambios, podemos estar seguros que durante el período que va de 1882
a 1910 la calle y la ciudad tuvieron una metamorfosis digna y merecedora de
haber tenido mucho más cuidado con su conservación.
En las siguientes décadas se fueron cerrando muchos espacios que eran huertas
o establos y obviamente se fueron imponiendo estilos arquitectónicos hasta que
finalmente en la década de los años sesenta se fueron desdibujando mediante la
imposición de la línea recta. En ese tiempo también se perdió el sentido histórico y
se le aplicaron nuevos nombres a la avenida, aunque no fueran del gusto de los
vecinos.
DATOS PERSONALES
Jorge Borjas Benavente
EXPERIENCIA ACADEMICA
- Licenciado en Economía por la Universidad Autómata de San Luis Potosí.
- Diplomado en teoría de las restricciones por el Tecnológico de Monterrey
- Diplomado en mercadotecnia del comercio exterior por el Instituto Mexicano de Comercio Exterior (D.F.)
- Maestría en Antropología Cultural por la Fundación Seler
-Maestría en Historia del Arte Urbano por la Fundación Eduard Seler
- Estudios de Doctorado en Biocultura por la Fundación Eeduard Seler
LABORAL
- Funcionario de dirección en BANAMEX (1971-1980)
- Director de mercadotecnia en Filanbanco en la República de Ecuador (1981)
- Funcionario en el área de crédito al consumo de BANAMEX (1982)
-Director de comercio interior en CONCANACO (Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio Servicios y Turismo (1983-1990)
-Subdirector ejecutivo de mercadotecnia de Banca Cremi (1991)
- Tesorero Municipal, H. Ayuntamiento de S.L.P. (1992-1994)
- Director del módulo de atención ciudadana H. Ayuntamiento de S.L:P. (1998-2000)
- Investigación particular sobre antropología y arte urbano de 2000 a la fecha
PUBLICACIONES
- “Patios e interiores del Centro histórico potosino” (H. Ayuntamiento de S.L.P.) (2009)
- “Memoria de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de S.L.P. (1960-2010)”
- por editar “Transformaciones de la avenida Venustiano Carranza de S.L.P.”
CAMERATA DE SAN LUIS
Programa:
Cuarteto Virreinal Miguel Bernal Jiménez
Ocho Tientos (op.35) Rodolfo Halffter
Tres piezas Mario Kuri – Aldana
Para orquesta de cuerdas y oboe
Poema de Neruda* Blas Galindo
ENTRADA LIBRE
*De los 20 poemas de amor y una canción desesperada, el poema numero 15:
15
ME gustas cuando callas porque estás como ausente,y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.Parece que los ojos se te hubieran voladoy parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi almaemerges de las cosas, llena del alma mía.Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.Me gustas cuando callas y estás como distante.Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.Una palabra entonces, una sonrisa basta.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
La última pieza está inspirada en este poema, si fuera posible ponerlo al reverso del programa. Gracias!!!
Plataforma Virtual de la Red de Contactos Latinoamericanos de la Corporación Chilena Estudios HistóricosVideo Conferencia
Gonzalo Aravena
begin_of_the_skype_highlighting end_of_the_skype_highlightingHermosilla
Es tesista del Máster de Historia del món Hispànic: les Independències en el Món
Iberoamericà del Centre d’Estudis de Postgrau de la Universitat Jaume I de
Castelló, España, el cual cursó siendo Becario de la Fundación Carolina y la
Fundación Mapfre. Posee, por otra parte, dos Postítulos relacionados con
estudios árabes (Cultura árabe e islámica y Los árabes y el Islam en la Era
Global) realizados en el Centro de Estudios Árabes y el Instituto de Estudios
Internacionales respectivamente, en la Universidad de Chile.
Sus estudios de pregrado los realizó en esta misma Universidad, obteniendo con
distinción el grado de Licenciado en Historia tras defender su tesis titulada
“Nacionalismo y memorias de una guerra que no fue. Patagonia, 1978”. Paralelo a
la licenciatura cursó el diplomado en “Ciencias de la Religión con mención en
Islam” en el Centro de Estudios Judaicos de la Universidad.
Entre sus publicaciones destacan: “Nacionalismo, Identidad Nacional y Nación” en
Revista Raíces de Expresión, n°6, 2do semestre 2008 (ISSN: 0718-5146) y
“Memorias de una guerra que no fue” en Los usos de la memoria y la historia oral
en III Congreso Internacional de Historia Oral de la República Argentina (ISBN:
978-987-1642-02-1).
El cine en la revolución mexicana
Lic.Antonio Meave
ANEXOS
REGLAMENTO DE PONENCIAS
1. El contenido de cada ponencia ha de concretarse al desarrollo del tema, a fin
de facilitar el programa de los trabajos.
2. Los trabajos deberán señalar nombre del autor, profesión e institución que
acrediten oficialmente a los ponentes.
3. La ponencia deberá presentarse en letra 20 cuartillas (Arial) a doble espacio de
12 puntos de tamaño.
4. Los ponentes deberán anexar a los trabajos un breve currículum Vitae a fin de
enriquecer la memoria del foro.
5. Los trabajos deberán exponerse en un tiempo de 20 minutos incluyendo
conclusiones y deberán ser entregadas antes del 1 de septiembre, en las
oficinas del museo, Av. Venustiano Carranza #1815 Colonia del Valle, San Luis
Potosí, S.L.P. o bien vía E-mail [email protected]
6. La mesa estará integrada por los ponentes, asistentes y el moderador.
7. El moderador estará facultado para dirigir los trabajos de la Mesa en la forma
que considere más adecuada para los fines del foro.
8. Todos los aspectos no previstos en el presente Reglamento serán resueltos
por el Consejo Organizador del Foro Cultural México Ayer y Hoy, del Museo
Francisco Cossío.
FICHA DE REGISTROAl llenar esta ficha tome en cuenta lo siguiente:
Escriba nombre y apellidos completos, tome en cuenta que como los proporcione,
estos aparecerían en su constancia de participación en el foro.
Datos generales.
Profesionista ( ) Estudiante ( ) Visitante ( ) Ponente ( ) Expositor Otros ( )
Nombre: __________________________________________________________
Calle y Número:
___________________________C.P.___________________________
Colonia:
__________________________________________________________
Teléfono:
_______________________Extensión:__________________________
Celular: _____________________________E-mail__________________________
Ciudad:
_____________________________Estado:_________________________
Empresa / Institución: ________________________________________________
Cargo: _________________________________________________________
Las constancias solo se entregaran al participante cuando cubra un
Mínimo de asistencia al foro del 80%.
Fecha límite para el registro de ponencias: del 1 de Junio al 31 de Agosto de 2010
Fecha de registro de asistentes: del 1 de Junio al día del evento.
FORO CULTURAL “MÉXICO AYER Y HOY 1810 Y 1910” PROGRAMA Lunes 13 de Septiembre 2010 Registro 9:00 horas Ceremonia de Inauguración.C. Gobernador Dr. Fernando Toranzo FernándezC. Ing. Fernando Carrillo, Secretario de Cultura, Gobierno del EstadoC. Lic. Xaviera Esther Acosta Esquivel, Directora Museo Francisco Cossío 10:00 horas Héroes patrios e invasiones extranjeras en San Luis Potosí las primeras décadas nacionales, 1829-1847. Lic. Andrés Delgadillo Sánchez de la Universitat Jaume I de Castellón en España. 10:30 horas La pintura en México: de la Independencia a la Revolución.Mtro. Alberto Arguello Grunstein, Investigador del Centro Nacional de Investigación Documentación e Información de Artes Plásticas CENIDIAP.11:00 horas Mexquitc durante la guerra de Independencia.Sr. Agustín Zapata Hernández, Cronista de Mexquitic de Carmona S.L.P.12:00 horas El Brigadier: Mi destino la Independencia de MéxicoLic. Jorge Andrés Zarzosa Garza, escritor. 12:30 horas
Concierto, El piano en Nuestra Música Bicentenario México 2010. Licenciado en Música Edgardo Landero Espinosa
Entrada libre13:00-14:00 horas Receso para comida libre por cuenta del participante14:00 a 16:00 horas
Mexquitic en la revolución mexicana Lic. Historia Antonia Cerda Martínez, actualmente investiga sobre líderes agrarios de la década 1920 de los municipios de Mexquitic de Carmona y Villa de Reyes y sobre la colonia americana en la fundición ASARCO ubicada en Morales.
16:00 horas
El ferrocarril minero, El Potosí y Río Verde (El Piojito1898-1949)Ing. Geólogo Raúl Palacios García, con una especialidad en Geología Económica.16:30 horas Concierto de música mexicana para piano y guitarraPor niños y jóvenes de la Escuela Estatal de Iniciación Musical Julián Carrillo.Entrada libre17:00-18:00 horas
Visita Guiada en turibus al Centro Histórico, (OPCIONAL)visitando los principales puntos que fueron escenarios de los movimientos revolucionarios en la ciudad de San Luis Potosí. Costo $ 50.00 pesos18:30 horas
Martes 14 de Septiembre 2010
MÉXICO ¿Independiente?
Licenciado en Biblioteconomía Salatiel G. Salinas Cuevas
Del Centro de Documentación histórica “Lic. Rafael Montejano y Aguiñaga”
Universidad Autónoma de San Luis Potosí10:00 horas
La importancia de preservar los bienes culturales. Mtra. María Luz González Uribe. Jefe del departamento de Restauración de la Universidad Autónoma del Estado de México, y encargada del área de restauración y conservación del Museo Pedro Coronel en Zacatecas.
10:30 horas
Cien años después, la permanencia de Pancho Villa en la memoria colectiva. Lic. Rosa Helia Villa de Mebius, Egresada de la Facultad de Leyes de la UNAM
Ha ejercido el periodismo desde hace 25 años en diferentes diarios del estado y nacionales. 11:00 horas El pecado de las celebraciones de independencia.Gerardo Morales Jasso, estudiante de la Escuela de Historia de la UASLP, a participado en varias ponencia en varios estados de la república y publicado en la revista Universitarios Potosinos.11:30 horas Entre polkas jarabes: La búsqueda de una identidad musical en México, 1810-2010. Mtro. Luis Fernando Padrón-Briones, Docente-Investigador del IPBA.12:00 horas
La Avenida Carlos Díez Gutiérrez en el CentenarioLic. Jorge Borjas Benavente con Doctorado en Biocultura por la Fundación Edward Seller, tiene investigaciones publicadas , actualmente investiga sobre antropología y arte urbano de 2000 a la fecha.
12:30 horas Concierto con Camerata de San LuisEntrada libre13:00 -14:00 horas
Receso para comida libre, por cuenta del participante14:00 a 16:00 horas
Plataforma Virtual de la Red de Contactos Latinoamericanos de la Corporación Chilena Estudios HistóricosVideo ConferenciaLic. Gonzalo Aravena, de la Universidad de Chile16:00 horas Cine de la revolución mexicana L.C.C. Antonio Meave, docente del Museo Francisco Cossío16:30 horas
17:00 horas Visita a una hacienda potosina, pendientePunto de reunión entrada del Museo Francisco Cossío
Exposición abierta al público -Carpeta Gráfica, tema” Don Benito Juárez” colección del Instituto Cultural de Aguascalientes-Colección de fotografías del Ferrocarril época revolucionaria, colección de Ing. Eduardo Nales-Vida Social y costumbres a finales del siglo XIX y principios siglo XX, colección deI Ing. Eduardo Nales Sala del rebozo MFC
Cena mexicana, Música de mariachi en vivo Favor de confirmar su asistencia realizando el pago al momento de registrarse. Costo $ 250.0021:00 horas
MAYORES INFORMES E INSCRIPCIONES
MUSEO FRANCISCO COSSIOAV. VENUSTIANO CARRANZA 1815COLONIA JARDÍNSAN LUIS POTOSÍ, SLP, MÉXICOCP 78270TEL 444 813 22 47TEL 444 817 74 49Correo electrónico: [email protected] http//foroculturalmexicoayeryhoy.com Costo de inscripción al foro: $ 25.00 pesos por día