fontana joseph_la historia de los hombres

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,&&o~~_~Qued.mrigurosarnenteprohibidas, sinlaautorizacionescriradelostitularesdel copyrigb),bajolassunciones establecidasenlasleyes, lareproducciontotal 0 parcial deesraobraporcualquicrmedic0 procedimiento, cornprendidoslareprografiay el rratumientoinforrn.irico. y 1a distribuciondeejernplaresdeellamediantealquiler0 prestamo publicos.\" .-...-i: ", ..t.. ; joI, r;tU",- -:.-. ;,is" "I{.:.": '3 jt;... 1....J '"h .vt,; c,' ;..,t.... ::L \ .'...,,..2.] ... ....d:.J; Q......_... . ... _.... ' .I ; l: C-!:T 1. ' . {; .." ,c,r-;-". t'" Aero !1. .,.;.1 ..... \ (' L.J\ It.... .... _:.....Disefiodela colecci6n: joanBatalleIlustraciondelacubierta: P. FJonow, Konrposuion(1920)Forocomposicion: puntgroc&associars, s.a,2002: JosepFontana2002dela prcscnteedici6n:EditorialCritic" S.L., Provenca, 260, 08008Barcelonae-mail: [email protected]/www.ed -critica.esISBN: 8484323293Depositolegal: B. 13.9802002lmpreso enEspafia2002. - ROMANyA/\'ALLS, SA, Capellades(Barcelona)(IooooooUQQPR6LOGOLa historia de los hombres:el siglo xxCuando acabe de escribir La historia de los hombres, hace algomasde unaiio, medi cuentade quese trataba enrealidad dedoslibrosdistintos: unensayodebistoriadela historiogra/iadesde los origeneshasta el siglo xx yunandlisis critico de lascorrientes bistoriogrdficas actuales, con algunas propuestas parala reconstruccion de unanuevahistoria economica y social ade-cuada a lasexigenciasya lasnecesidadesdenuestrotiempo.Mepropuseentoncesdesgajar esta segundaparte dellibro,para poderlaofrecer a untipo delectores a quienes tal ueznointeresara la primera. Lohehechotomandola parte queestu-dia la evoluci6n de las corrientes bistoriogrdficas desde elfin dela primera guerra mundial, en1918, basta la actualidad y la healigerado eliminandoel aparato denotasdel original, tal uezdemasiadoextensas, y limitando las re/erencias bibliogrdficas aunalista final enquese seiialan, capituloporcapitulo, los li-bros mas importantes que se hanutilizado para escribirlo.Heprocurado,ademds, revisal' yactualizarel texto(lo queexplica queenla bibliografia figurenalgunoslibros noutiliza-dos anteriormente) y hacerlo mas legible.]osep FontanaEnero de 2002Primers edicion: abril de2002 -,;;......... ;0,,: __..."'l ..'1aj6 ..... , .....-- .. ;", \',," .. ",," ....;il: .. ' "'r"".,"_,,,!",".'...".,)6}.. ~1ELAGOTAMIENTO DEL MODELO ACADEMICOTRADICIONAL(1918-1939)A comienzosdelsiglo xx empezaba a resultar visibleel ago-tamiento de los viejos metodosde la erudici6n hist6ricaaca-dernica del sigloXIX, con sus pretensiones de objetividadcientifica, queenmascaraban el hecho de quesu funci6nrealeraladeservir, por unlado, parala educaci6ndelasclasesdominantesy, por otro, para la producci6ndeunavisi6ndela historia nacional quese pudiera difundir al conjuntode Iapoblaci6n a traves de la escuela. Dos ejemplos nos perrnitiranilustrar esta doble funci6n. Enlas universidades britanicas laensefianzaestaba pensada para reforzare1 consenso en tornoa los valoresmoralesy sociales dominantes. Lagranmayoriade los profesores cornpartian un esquema interpretativo uni-co, quese transmitia a los estudiantescomoverdadero, ade-cuado y razonable, destin ado a exaltar los valores de la ciu-dadania responsable. Por otra parte en Francia, enpalabrasdePaulNizan,el maestrodeescuelacumplia, para la socie-dadburguesa, lamismafunci6nqueelcuraparalafeudal:EI prestigio localdel maestro laico servia para propagarenlasmaspequefiaspoblacionesuna especie deensefianzadeestado de la moral oficial,Estacrisis se agravariadespues de la primera guerra mun-dial, enel periodode1918a 1939, cuandoel mundosufri6unatransformaci6nquedej6desplazadosa los profesionalesdela historiaquese habianformadocone1convencimientode estar siguiendolosmismos caminos que el resto deloscientificos en busca de una verdad objetiva, ~ serviciode unasociedad de fundamentos casi universalmente aceptados .Todoestaba cambiando. Cambiaba la ciencia, queseguialoscaminosde Planck, Einstein y Heisenberg y dejabade ser unaloLahistoria de los hombres: el siglo xxfuentedecertezasinmutables. Y 10 haciatambien, y esoerapeor, lasociedad, donde aparecfannuevos problemas paralos cuales los historiadores academicos parecian tener menosrespuestasque los cultivadores de otrasramasde las cienciassocialesqueregatearianahoraa lahistoriasuutilidadcomoherramienta para analizareficazmente la sociedad.El problemanoerayael delanaturalezadelahistoriacomociencia, queera 10 que habfan discutido hasta entonceslos filosofos, sinoeldesuutilidad. Unodelosfactoresquehabramin adolarelevanciadel viejo saberacademico, y quehabria deobligara sureforma, erala aparicionde las masasen la vidacolectiva. No se trataba solamente del granmiedolejano de la revolucion rusa, sino del cambio de actitud de loshombresque, al volverdeunaguerra insensata y sangrienta,exigian su derecho a una sociedad rnejor y mas justa, comoseles habraprometido en los afios de la lucha en las trincheras.Unobservador tanagudocomoKeynes decla, a poco de aca-bar la guerra, queel crecimientocapitalista se habiabasadohastaentoncesenel engafio, peroque, unavez descubiertoeste, las clasestrabajadoras puedeque no quieranseguirmastiempoenestaampliarenuncia. Sin estetrasfondonose entenderia larepercusion enel terrenode lascienciasso-ciales delainquietudqueseextendioporEuropaenestosafios: huelgasen Francia, huelga general inglesa, ocupacionesdefabricas enItalia, crecimientodel partidocomunistaenAlemania ...Ortegay Gasset -queen1922habiadadomuestrasdehastaquepunto el panico puede producir la suspensiondelsentido cornun, al sostener que el comunismo ruso solo se en-tendia en relacion con la religiosidad oriental y que para com-prenderlonosedebia leera Marx, sinolosviejos librossa-grados de China, los Upanishads y las ensefianzasde Buda-expres ariaen 1929lainquietuddel conservadurismoeuro-peoen La rebelion de las masas. El gran problema en ese rno-mentoenEuropaerael advenimientodelasmasasal plenodominio social: comolas masas, por definicion, nodeben nipuedendirigirsupropiaexistencia, y menos regentar laso-EI agotam/ento del modelo academ/co trad/donal 0918-1939) I Iciedad, Europaestabasufriendolamas gravedelascrisisimaginables.La historiografia tradicional, que se ocupaba de losreyesy los dirigentes,y quesoloconsiderabaa las masascomounfactor de perturbacionque irrumpiasubitamente, y fugaz-mente, en la evolucionnormaldelassociedades, notenianada quedecirsobre estascuestiones. Buena parte de los re-presentantesdel ordenestablecidoacadernicose encerraronen su torre de marfil, predicando la vieja moral, incapaces deencontrar respuestas adecuadas a los cambiosquese estabanproduciendo a su alrededor.En esta situacion se entienden mejor las crfticas que la his-toria academica comenzaba a recibir desde otrasdisciplinas,comola sociologfa y la antropologia, que habian iniciado a fi-nes del siglo XIX su renovacion: una reaccion contra los exce-sosdel evolucionismo -contralaideadequeloshechossociales pudieran estudiarse a travesde su genesis y su evolu-cion-s-, con unapropuesta para analizarglobalmente la socie-dad, considerada como un sistema dentro del cual era necesa-rio examinar la funcion que ejercia cada uno de los fenornenosestudiados. Con ello se querfa llegar a una imagen de la socie-dadcomounsistema enequilibrioestatico, cuyasreglas de-bian estudiarse con el fin de saber como habra que actuar pararestablecerlo en los casos en que fueraperturbado.Enel campodela sociologfalosgrandescambios proce-derfansobre todo de Durkheim (1858-1917), Tonnies (1855-1936)YMaxWeber(1864-1920). Durkheim seiialabaquelaprimeraregIadel metodosociologicoeraladeconsiderarlos hechos sociales como cosas que debfan estudiarse almargende susmanifestaciones individuales, examinandola funcionquecadauno de ellos cumple en su propio medio.Tonnies, por su lado, se basoen la dicotomia entre comuni-dady asociacion0 sociedad -Gemeinscha/t y Gesells-cbaft-queservirfademodeloa todounjuegodeotras di-cotomfas que se utilizarian para la interpretacion de losfenomenos sociales -tradicional y rncderno, etc.Mayorseria, a la Iarga,la influenciadeMaxWeber, pro-fit..fitttfittitn(,,.,()"' .''''",()o()e()()t"..' ~()")'t\)o\Jaa~\If%p..."'..',."1'&t'".',eeIf.1,...;-&,. , ~.fi.," ~I 2 La historia de los hombres: el siglo xxfesor de econornia, liberal preocupadopor encontrar enlapclitica alemana una tercera via entre el conservadurismoprusianoyel marxismo -asustado, comotantosotros, porlos movimientos revolucionariosque se habian producido enAlemania en 1918-, quien, para enfrentarse alacritica neo-kantiana que queria reducir las ciencias sociales al estudio de10 individual y 10 concreto, defini6el metododelos tiposideales, conceptos que se construyen sintetizando rasgosque extraemos de larealidadconla finalidad de poderlos es-tudiar, y que presentaba no como unnuevo sistema detraba-jo, sinocomo la practicahabituale inconsciente deloscien-tfficos sociales, que el sehabialimitadoa desvelar. Weberquisoresolvertambienelproblemadelaobjetividadcon elpostuladodelaneutralidadetica(Wertfreiheit) quedebiallevar al cientffico social a separar sutrabajo deinvestigaci6n,quehabia de limitarsealos hechos establecidos cientifica-mente, de los juicios de valor, que pertenecen a otro dominio.Perosi esta separaci6nes relativamentefactibleen el nivelquecorrespondea laformulaci6ndeafirmacionesconcretas-al estudio dehechos puntuales-, no 10 es cuando setratade las perspectivas globales adoptadas por el historiador,donde laelecci6n del puntodevistase veclaramente afecta-dapor sus intereses y por suvisi6ndel mundo,con 10 cuallapretendida neutralidadseconvierteenunatrampa. En 10que respectaasucontribuci6npersonal ala historia, enlaobradeWeber encontramos, porunlado, unostrabajosso-bre la antigiiedad romana, fuertemente influidos por Momrn-sen, que nohan recibido demasiada atenci6n, y su estudio so-bre el papeldelareligionenel desarrolloecon6micoenLaetica protestante y el espfritu del capitalismo, un libro de1904-1905al cual afiadiriaen1920unaintroducci6nenquedefi-niael problemadequeseocupabacomoeldedilucidar lascircunstancias que explican la aparici6n en Occidente, ys610 enOccidente, deunos fen6menosculturales situados enuna linea dedesarrollo(... ) designificaci6n y validezuniver-sal. Ningunadeestas obras, sinembargo -por masque Laetica protestante hayadado lugar a unaabundantebibliogra-EI agotamientodelmodelo academico trad/clonal (1918-1939) 13fia de cornentarios, mayoritariamente crfticos->, ha tenidouna influencia realen la historiografia. donde el papel deWe-ber hasido mucho menos el de guia para la investigaci6n queel de proveedorde referenciasmetodo16gicas de cobertura,utilizadas deformamuy diversa. Porque si bien sirvi6 inicial-mentedefundamentoparaplanteamientosquesepresenta-bancomoopuestosalmarxismo, enlos afios sesentaapare-ci6, en contraste con la sociologia funcionalista de TalcottParsons, una izquierda weberianaquereivindicabaal pen-sador alemancomofundamentodeunasociologiahistoricadeizquierdas, mientrasqueErnst Noltehautilizadoel con-ceptode neutralidadetica comopretextoen su intentodedesculpabilizar a Alemania desupasado nazi.Enel terrenodelaantropologialarupturaconel evolu-cionismodatade 1896, cuandoFranzBoas (1858-1942) ata-c6losmetodoscomparativos e inici6 loscaminosdeunneo-positivismo sin generalizaciones, fuertemente influido porDilthey yporlos neokantianos, querecibiriael nombredeparticularismohistoricoy queestabacercanoal funciona-lismo. Perolas influencias renovadoras parten tarnbien eneste casodeDurkheimy deMarcelMauss (1872-1950), ins-piradoresdelosantropologosbritanicosquesostenian lane-cesidad deconsiderar globalmente lossistemas sociales, con-cebidos como un conjunto de elementos funcionalmenteinterdependientes. Asi, E. R. Radcliffe-Brown (1881-1955), quededaqueelpresentenohabiadeser interpretadoenterrni-nosdesugenesissinopor suestructurayfunciones, yBro-nislawMalinowski (1884-1942), quecombatiaexplicitamen-te las influencias del evolucionismo, deldifusionismo y delallamadaconcepci6nmaterialistadelahistoria, ypretendiacentrarse enla visi6ndel mundo delos indigenas,el alien todevida y realidadquerespiran y por el que viven. Enel te-rrenodelaarqueologiaestos planteamientos favorecieronelpasodel difusionismo,dedicadoa1 estudio deelementoscul-turales aislados de cualquier contexto, aun funcionalismoclaramenteinspiradoporlaantropologfa, al menoshastaelsalto hacia delante que represent6Gordon ChiJde. La in-14 La historia de los hombres: el siglo xxfluencia de la antropologia se manifest6 tambien en la econo-rnia, en la obra de Karl Polanyiy de sus disdpulos, de la cualhablaremos mas adelante.Pero el atague final a la ortodoxia academics de los histo-riadores procedi6 delos fil6sofos, guecontinuabanasi la ta-rea iniciada a finales del sigloXIXpor los neokantianos y porlafilosofiadela vida. Laactitudmasextremaenestete-rrenoserialadelaustro-britanicoKarl Poppergue, confun-diendoabusivamentelacondici6ndecienciaconlacapaci-dad de predecir, negaria a la historia todo valorcientffico, enunesfuerzogue teniamenos gue ver con laepistemologiagueconsuspreocupacionespolfticas anticomunistas(queleayudaron a realizarunabrillante carrera en la Inglaterra de laguerra fria). En posiciones parecidas, pero mas matizadas, es-taban CarlHempel y Patrick Gardiner que, si biensostenianguela historianocurnplia laexigenciacientificagueindicaguela explicaci6ndeunfen6menoconsisteensubsumirlobajoleyes0 bajounateoria, admitiangue las explicacionesde los historiadores usaban esguemas con una indicaci6nmas0 menosvaga delas leyes y condicionesinicialesgue seconsideranpertinentes, Frente a estavisi6ndeunascove-ring laws0 leyes inclusivas se situaba William Dray, guiendeciaguenohabia guehacer ni siguiera estetipodeconce-si6na unadisciplina guenoexplica, sinoguesolamente des-cribe. Mientras Arthur C. Danto afirmaba gue este debate erapuramente verbal y guela tarea de la historia, enultima ins-tancia, serfa siempre la deexplicar 10 guepas6ensumaravi-liosa variedad de detalies, sin tener gue recurrir a ninguna leygeneral, 10 gue hacia evidentemente inutiles las filosoffassubstantivas de la historia.La influencia de estos planteamientos filos6ficosse dejariasentirenalgunos historiadoresdel periodo, si bienlosmasimportantesdeellos,Croce y Collingwood, eranenrealidadhistoriadores y fil6sofos a medias, aunguemasrelevantesenesteterreno hibrido de su teorizaci6n, es decir, como filoso-fos de la historia, gue en los de la filosofia0 de la historia enconcreto.El agotamiento del modclo academicotradicional (19181939) 15Benedetto Croce (1866-1952) habia comenzado dentrodel campo de influencia del marxismo, como discfpulode La-briola, pero 10 abandon6 muy pronto, ya que,comodijo Mo-rnigliano, notenia ninguna intenci6n desubvertir unordensocial al quedebia su fortunay, enconsecuencia, la libertadpara estuc.Iiar 10quele gustaba. Enel momentacrucial delascensodeMussolini vot6enel senadoa favordedarleple-nospoderes, y mantuvo este apoyoincluso despues del asesi-nato de Mateotti. Solo se apart6 de esta postura en 1925, parapermanecer como cabezavisible de unaespeciede oposici6nliberal, no demasiadomilitanteytoler ada porlosfascistas.Partiendo depostulados neokantianos, y conalguna influen-cia delidealismo hegeliano, Croceelabor6 su doctrina deunhistoricismo absoluto queidentificaba filosoffa e historia. Detodaslas modalidades posibles de la historia consideraba quela mas elevada era la quedesign6 comohistoria etico-poliri-ca: lahistoriadelaraz6nhumanay desusideales, resol-viendo y unificando enella tanto la historia de la civilizaci6ncomoladel estado, Labasedel juiciohist6ricoerala exi-genciapractice: pormuyalejados queestuvieranloshechosguese estudian, suhistoriasiempreseracontemporanea, yaquelaconstruimosenfunci6ndenuestrasnecesidades y denuestros problemas actuales. Los requisitos practices quelaten bajocada juicio historico dan a toda la historia el carac-ter de "historiaconternporanea", por remotosenel tiempoque puedan parecer los hechos querefiere: la historia, en rea-lidad,esta en relaci6n con las necesidades actuales y con la si-tuaci6n presente en gue vibran estos hechos. ConCroce noshallamos enunterrenodeexperiencias vivenciales, sincau-salidady sinleyes.Nohayni siquieratiempo, sinofluir. Nitarnpocohayhistoria, sinotantas historiascomopuntos devista.Con Robin G. Collingwood (1889-1943), fil6sofoyar-queologo a tiempo parcial, especializado en el estudio de laBritannia romana, nos encontramos pr6ximos aCroce, dequien eraseguidor y amigo personal, pero conmaticesorigi-nales. En La idea de fa historia, queen la parte que lleg6 a es--...ft,.ft8tr1I!"~'.nt ' , ' ~I, .~"",) ; ,~e(Ioo,"),'~..t,)'...1....:.)I.)~ j~t!'.".\Ir~16 La historia de los hombres: el siglo xxcribir se presenta como una historia de la historiografiaacompafiadadereflexionessobretemascomoLairnagina-cion hist6rica0Lahistoria como"reactualizaci6n" ("re-enactment") de experiencia pasada, ataca el conceptodeunahistoriapositivista segunel modelodelascienciasnatu-rales, ya que latarea propia del historiador es lade penetrarenel pensamientodelos agentes cuyos actos estaestudian-do. Lahistoriasepareceala cienciapOl' el hechode quebuscaun conocimientorazonado, peronoseocupade10abstracto, sinode10 concreto;node10 universal, sinode10individual, yusa para hacerlola imaginaci6n hist6rica,conlaeualconstruyeexplicacionesa partirdelos datosais-lados. EI pasado noes directamente observable, sinoque elhistoriador ha de revivir el pasado en su propia mente.Cuandolee unas palabras escritas -undocumento0 unacr6nica-hade descubrir 10 quequeriadecirconaquellaspalabrasqui enlasescribio. S610 puede haber conocimientohist6rico de 10 que puede serrevivido enla mente delhisto-riador. Nobasta, sinembargo,con laernpatiaquenos hacecompararexperienciasdel pasado conlasnuestras, sinoquenecesitamosrevivirel pensamientoennosotros: Nopuedehaber historia decualquier otra cosa que no sea pensamiento -(. .. ). EIconocimientohist6ricotienecomo suobjetopropioel pensamiento: no lascosaspensadas, sino el acto misrnodepensar, Es precisamente en esta cuesti6n del re-enact-mentdondeCollingwoodvamasalla deDilthey 0deCro-ce, y habria podido suscitar reflexionesinteresantes por par-te de los historiadores, pero la verdad es que su libro,constantementereeditadoy frecuentementecitadoenIngla-terra, suele sermenospreciado POl' losfil6sofos -su primeraedici6n, aparecida p6stumamente, fuede hecho mutilada porel filosofoaquien Collingwoodhabia confiadola publica-ci6n- y pesea habersidoampliamenteleido por los histo-riadores,hainfluido muy poco ensupractica.Hijas tambiendel neokantismoy delafilosofiadelavidasonlas rnorfologias, que se basan en la idea deque 10 que nopuedealcanzarseenhistoriamediantelaformulaci6ndele-r[!,IEl agotamientodel modeloacademico tradicional (1918-1939) 17yes, sepuedeobtenermediantelacontemplaci6ny la com-paraci6n, deduciendo a partir deellas unas regularidades quesirven parafabricarpautasciclicasque permitenentenderelpasadoe incluso predecir el futuro.Oswald Spengler (1880-1936) public6 al final dela prime-raguerramundial unlibroespectacular quesehizorapida-mente famoso: La decadencia de Occidente (Der Untergangdes Abendlandesi. Era una obraquese nutriadelasinfluen-cias ideologicasdeunas corrientes irracionalistasaut6ctonas,como el Nietzsche deleterno retorno0 el vitalismodeDil-they, pero tarnbiendelasdeWagner, deHaeckel0 del Ibsencriticodelosvaloresburgueses. Spengler, que habiafracasa-doensuintento por presentar unatesis doctoral y hacerca-rrerauniversitaria y se tuvoque contentar condedicarsea laensefianza secundaria, acab6dejando estetrabajo y march6 aMunichen1911paradedicarsea escribir. EI primerresulta-dofueeste libro enque ofreda una visi6n global de las ochograndes civilizaciones mundiales de lahistoriaparallegar aestablecer lasreglasqueanunciaban ladecadenciadelauni-ca culturaexistenteen sutiempo. Spengler distingue entreciencia e historia, deacuerdo con laformadeaproximarseasuobjeto. La cienciausaleyes; lahistoria, laintuicion, Alamorfologiadelascienciasdelanaturaleza, queestablecere-lacionescausales y descubreleyes, oponela morfologiade lahistoria, que usa comometodos de trabajola conternpla-cion, la comparaci6n, la certezainterior inmediata, la justaimaginaci6n de los sentidos. Afin de sobreponerse aloserrores que engendra el espiritu departido, la contemplaci6ndelhistoriador se dirige a un horizonte demilenios, desde unpuntodevistaestelar. Desdealli contemplalacoexistencia yla continuidad delas culturas, cada una de las cuales es un fe-n6menocerradosobresf mismo, peculiare irrepetible, peroque muestra una evoluci6n que noses posible comparar mor-fol6gicamente con la deotras y nosda, con ello, la claveparacomprender el presente. Este juego decornparaciones leper-mitia predecir el futuro y anunciar la inmediata crisisdeOc-cidente, que los nazis entendieron comoun presagio del18 La bistoria de los hombresel siglo xxtriunfo de su nuevoorden -dehechosulibroacababaanunciandolas ultimas victorias del dineroy laproximallegadadel cesarismo-,si bienmasadelante secansarondeeste profetadedesastres, demasiadoconservador para sinto-nizar plenamente con el nazismo, que en1933 decia que la ci-vilizacionblancaestabaamenazadapordos grandes revolu-ciones hostiles, la lucha de clases yla lucha de razas, yanunciabadesastresinminentesparalarazablanca, si nosereavivabael espirituguerrero, "prusiano", queseralapo-tenciageneradorade las nuevas fuerzas. Noimportaque,como diriaTroeltsch, Ladecadenciade Occidenteestuvierabasada en bibliograffa secundaria, y llena de datos falsos, deafirmaciones fantasticasy deanalogiasequivocadas. Uno delos espectaculos masrepetidosdurante el siglo xx enel terre-nodelasciencias socialesy delacultura hasidojustamenteel del exito obtenido por recetas simplistas, facilesde utilizar,que respondena lasinquietudesdel momento, peroquenodeberian haber resistido unanalisis critico racional. Spengler,queescribiasulibroenlostiemposdelacrisisfinal del po-derimperial aleman -lostiempos deladerrota, larevolu-ciony el nacimiento de la respuesta nazi-, ofrecia una visionculturalistadela historiaquecualquiera podriamanejarconel objetodebuscarrespuestasa susangustias. Arrebataba lahistoria a losprofesionales -comodiriaOrtegay Gasset enel prologo de la edicion espanola: No basta, pues, con la his-toriade los historiadores-- y la entregaba al hombre comunparaquepudierahacersus propiasespeculacionesydescu-brimientos.Si Spengler fueel morfologodemoda enel periodo entrelas dos guerras mundiales, Arnold J. Toynbee (1889-1975),pese a haber comenzado a publicar anteriormente, 10 fuedes-puesdelasegunda, cuandose Ie llegoaconsiderar el histo-riador masgrande del mundo y vio como su inmenso Estudiode la bistoria, quese lelasobre todo encompendios, eracele-bradocomola obramas grande de historia que jamas sehaya escrito. Hoy, encambio, estajustamente olvidadoy sehaconvertido el mismoenunobjeto deestudio, que nos i n ~El agotamiento del modeloacademico tradzdonal (19181939) 19vita a averiguar como pudo producirse unengafiointelectualdetalmagnitud.Toynbee pertenecia a una familiaque tuvo que hacer fren-tea una situacion economica diflcil, al volverse locoel padredel historiador, quepermaneceriatreintaafios encerradoenunmanicomio. Secasoen1913con unamujer deunafami-lia rica e influyente, dequien tuvo querecibir a menudo ayu-daeconornica, yconsiguiolibrarsedeluchar enlaprimeraguerra mundial. Su carrera universitaria como especialista enel estudiodelahistoriaantiguanofuemuyduraderay tuvoqueganarse la vida como director deestudios del Institute ofInternational Affairs, dondepublicabaanualmenteunvolu-mendeSumario de los asuntosinternacionales, enuntrabajoqueIe dejaba losmeses deveranolibresparaescribir, inspi-randoseenalgunamedidaenSpengler, el mastodonticoEs-tudiodela bistoria, que aparecioen docevohimenes entre1934y 1961(mientrastantosumujer, cansadadeel y desuinsensata obra, se fugaba con un fraile dominicoveinteafios masjovenque ella).En sumagnum opus -que hasido descrito como unin-mensa poema teologico en prosa- Toynbee mostraba todoel cursodelahistoria humana enunasucesiondeveintinue-vesociedades 0 civilizaciones, quenacencomoconse-cuenciadeunosestimulos, delanecesidaddesuperarunosfactoresadversosquesuscitan una respuesta por parte deloshombresque losexperimentan, a menosqueseandetal du-rezaquefrenenlarespuesta 0 laaborten. Hay veintiunaci-vilizaciones plenamente realizadas, tres abortadas ycincofrenadas. Losprotagonistasrealesdeestosprocesos, sinem-bargo, nosonlascolectividadesqueestanincluidasenestascivilizaciones, sino algunos individuos excepcionales ype-quefias minorias creadorasquehallanunoscaminosquelosotros seguiran por mimesis0 imitacion. Elindividuo creadorseretiradel mundopararecibir suiluminacionpersonal yvuelveparaensefiara losotros (sanPablo, Buda, Mahoma,Dante, Maquiavelo, etc.). Cuando las sociedades se estancan,las minoriasdejan de ser creadoras para convertirse endomi-..ft,.~t'. 'j , , "~(Jo~oooooo()(")\)a.'....."" ,.,\;.}.'...e~20 La bistoriade los hombres: el siglo xxnantes, ypierdenla adhesioncolectiva. Necesitanentoncesreemplazar la persuasi6n por lacoercion y losantiguosdisci-pulosseconvierrenenunproletariadorefractario. Contraelimperiouniversal consolidadoporlaminoriadominante, elproletariadointernocreaunaiglesiauniversal. Lospueblosvecinos, quemientrassubsistia el impulso creador sentian suinfluencia, se vuelven hostiles. Asi se prepara, desdedentro ydesde fuera, el hundimientodelimperio y secrean lascondi-ciones que haran nacer una nueva sociedad.Esteesquemasimplista nosolohapodidoreducirseauncompendio, sino ineluso a unastablas esquematicas donde serepresentanlasveintinuevecivilizacionesy seidentificanlosmomentosquecorrespondenacadafase yacadaelementodesuciclo -imperiouniversal, Iglesiauniversal, proletaria-dointerno, etc. Conestemecanismo lainvestigacion histori-ca se hace practicamente innecesaria, masalia del esfuerzo deidentificaci6nquesenecesitaparasituarcadarnornentodelpasado, 0 del presente, enel cajoncillocorrespondiente.Su construccinn misma llevaria a Toynbee a buscar la solu-cionde los problemas del mundo actual en el establecimientodeunnuevo imperiouniversalqueduranteunosanospensoque podia tener a Hitler como nuevo Augusto. Despuesde lasegunda guerra mundial, con losnorteamericanos asumiendoelliderazgo del mundo libre, Toynbee conseguiria un granexito en Norteamerica (un hecho harto paradojico, ya que per-sonalmente menospreciaba alos barbaros norteamerica-nos). Enlos EstadosUnidossuobra, difundidaenun com-pendiodeunsolovolumen -unasintesishechaporDavidSomervell de la que se vendieron 130.000 ejemplares en el pri-mer an0--, se convertiriaen el evangelioqueanunciabalanuevaeray que Ie proporciono unafamaque sirvio paraali-mentar su progresiva megalomania. Hasta que los propiosnorteamericanossecansaronde escucharlamismacanci6n,que no habia sabido transformar para adaptarla a lostiernposde la guerra fria. Por masque Spengler y Toynbee seanautores que ningunhistoriadortoma hoyenserio, suinfluencianoha desapare-El agotamiento del modeloacademico tradidonal (1918-1939) 21cido enalgunos circulosde la sociologia historica,como enelgrupo de sociologos y politologos civilizacionistas que se li-mitan a recuperar el modelo de las viejasmorfologias y no pa-recen tener otra preocupacion que la deconstruir grandeses-quemas para interpretar el pasado yhacer previsiones defuturo, sinmolestarseeninvestigarlarealidaddel presente.Sinembargo, lavisi6ndelacienciahistoricadel periodode entreguerras quepodemos obtener desdelaperspectivade lafilosofiadelahistoria, quenos muestraunadisciplinades concertada y endecadencia, nocorresponde a larealidad.Los filosofospodiannegar lavalidezcientificadelahistoria,pero noinfluian con ello masque enuna pequefia minoria dehistoriadores. Lospoliticos necesitaban que se escribiese, porun lado, un tipo de historia nacional que justificase susplanteamientosyreivindicaciones: algoqueresultaba de es-pecial importanciaenuna Europaque, despuesde la prime-raguerramundial, habia vistograndescambiosdefronterasquehabriandeir acompafiadosporel reforzamientodelasconcienciasde las nuevas naciones. Tarnbien necesitaban, porotrolado, queseredactaranlibros detextoqueayudasenaensefiar en la escuela los valores sociales preconizados por lasclases dirigentes. Estesegundo problemaeradeordengene-ral, pero resultaria especialmente urgente enlospaisesdorni-nados por el fascismo.En Alemania la derrota enla primera guerra mundial sus-cito por parte de las autoridades deWeimar unintento dere-novar laensefianzadelahistoria, superando el ultranaciona-lismo conservador de la etapa imperial. Muypocos histo-riadores acadernicos, y pocos docentes, dieronapoyoaestapostura, demanera que laensefianza dela historia se rnantu-voen10 esencial sinmodificaciones,salvo elafiadidoque in-troduciaenlosmanualesescolares laversi6ndelosmilitaresque sostenianque elejercitoaleman nohabia sido derrotadoenel campo debatalla, sino como consecuencia delapuna-ladapar laespaldadelasubversioninterior. 'Delaguerralos estudiantes alemanes han de retener que se ha perdido, noparcausadelosgenerales, erigidos bienal contrarioenhe-22 La bistoria de los hombres: el siglo xxroes, sinopar lospoliticos, los dernocratasy lossocialistas.Almismotiempocomenzabaaaparecer unnuevogrupodehistoriadores, sociologos yfolkloristas que proponian unaVolksgechichtequereconstruialavidacotidianadel pue-blocomun, perodeunpuebloentendidoenterrninosderaza, queestabadestinadoasustituirel conceptodena-cion.EI mundo acadernico aleman fueincapaz deasociarse a lastransformaciones culturalesdelaepocadeWeimar, quehi-cieron deBerlin lacapital delas vanguardias mundiales, por-queescogioreflejarel pesimismodeladerrotadel viejoor-denprusiano, del cual saldria una obra como ladeSpengler,peroqueinspirabatambienlabrillanteevocaciondelacul-tura delfinal de la Edad Media que escribio un holandes edu-cadoenAlemania, JohanHuizinga(1872-1945). El otoiio dela EdadMediaenlazabaarte, literatura, religiosidad y formasde vida, alamanerade Burckhardt, en uncuadrobienes-tructurado, quecorrespondiaasuvisionde lacomplejidadde unoshechos historicos quedependiandeunamultitudcasi siempredesconocidade condicionesbiologicasy psico-logicas, perturbadasadernas parotras circunstanciasinde-pendientes de elias, que llevaban al historiador a resumirtodoestecomplejoenuna interpretacion quetrabaja conti-nuamenteconcienmil incognitas, grandescomplejos sinso-lucien, noenvirtuddel experimentoy del calculo, sinoporsuexperienciadelaviday suconocimientopersonal deloshombres.Encontrasteconlasreticenciasque estoshombresmani-festaron ante la cultura y la politica deWeimar hayque situarla buenaacogida quedieronal regimennazi. De loshistoria-do res seha podidodecir quese mostraronespecialmentedispuestosa ofrecer suapoyo al Fuhrer, al Tercer Reich, alarevoluci6nnacionalsocialistayalos planes de conquistadeEuropa, no tanto por oportunismo como por conviccion,Fueronmuchos los que se sumaron auna vision racista yvolkisch dela historia y no dudaron enimplicarse enel es-tudio de la cuestion judia. Un medievalista deprestigio in-El agotamiento del modelo academico tradicional (19181939) 23ternacionalcomo Percy Ernst Schramm(1894-1970)se man-tuvohastaelfinalladodeHitlery en 1963public6unavi-si6nelogiosay humanadel Fuhrer, olvidandoporcompIetola vertientecriminaldelnazismo. Se salvaron dela ignominiageneral buenapartede los judios, obligados adejar el paiscomo consecuencia de las leyes raciales, comoHajoHoll-born, Felix Gilbert0Hans Baron, que prosiguieron sucarre-ra enNorteamerica. Y haycasos aun mascornplejos, como elde Ernst Hartwig Kantorowicz, que acabo dejando Alemaniapor el hecho de ser de origen judie, pese a que se sentia muycercano ideologicamente al regimennazi.EnItaliaelfascismocontoal principioconlaactitudto-lerante de doshistoriadores detanto prestigio como eran Be-nedettoCroceyGioacchinoVolpe. Ysi bienCroce, comohemos dicho, se aparto de el tempranamente, Volpe, que du-ranteunosafiosse limit6a laactividad acadernica, y que pa-trocin6 a disdpulos de tanta categoria como Cantimori 0Chabod, escribio en1932para la Enciclopedia Italiana un lar-goarticulode historiadel fascismoqueen 1934se reeditocomo libroyse convirti6en lahistoriaoficial del partido.Enlasuniversidadesbritanicaspredominariaenlos afiosde entreguerras un academicismoensimismadocuya Figuramas representativa era sir Lewis Namier (1888-1960), unjudie polaco nacionalizado (se llamaba realmente LudwikBernsztajnvel Niernirowski), historiador de la politica quesolo llego a completar obras menores. Era de un escepticismoconservador, desconfiado ante las ideas e inclinado a escudri-fiarlos motivos personales de los individuos, 10 quesevioagudizado a consecuencia de su interes por el psicoanalisis, Asu lado otras figurasmenorescomo John H.Clapham(1873-1946), un historiador delaeconorniaquemenospreciaba lateoria yse interesaba por la pura ysimple cuantificacion.Pero el inmovilismode las universidades tradicionalesseriacontrarrestadoenestecasopor el dinamisrnoinnovador delos creadoresdelasnuevastendenciasdehistoriaeconomicay social, de las que hablaremos masadelante.Unacoexistenciasemejantede inmovilismoacadernicoefill..tt,.ttttt)'"ln()tflo()'3eoe()()Uo~'".-e) .)1t'"vIitI24 La historiade los hombres:el siglo xxinicio de las nuevas tendencias reformadoras se dada enFrancia en losafios entre lasdosguerras mundiales:la epocaenque Henri Berr llevoadelante el gran proyecto innovadordeL'evolutiondeI'humanite, dela fundaci6ndeAnnales,de la que hablaremos tambien despues, y de la influencia ejer-cidaporelgranhistoriadorbelgaHenri Pirenne. Peseasuimponancia polltica, los grupos deextrema derecha nohalla-rian aqui, adiferenciade10 quehabiasucedidoenItaliayAIemania,interpretesdesusprogramasenel mundoacade-micoy habriande recurriraaficionadosdedudosacompe-tencia como JacquesBainville 0 Pierre Gaxotte. .Nosucederia10 mismocon otromovimiento -0mejor idicho,conotra serie de movimientos- dereforma y decam-bio:los de los historiadores que, pensando que sutrabajo ha-biade servir para entender ese mundo nuevo en el que vivian,sepercatabandeque nolesserviael tipodehistoriaqueseocupaba s610 delosreyes, losministrosy losgenerales: solodelasclasesdirigentes. Deahi lapreocupacionporescribiruna nuevahistoriaecon6micaysocialqueseocupasedeaquelloqueafectabaalasvidas de todos (y deahf tambienqueentoncesse empiecea descubrira lasrnujerescomosu-jetoactivodela historia), Merece la pena, por ello, estudiar-los por separado, porque si bien coincidieron en el tiempo desutrabajoconlos historiadoresdelosque hemos estado ha-blando, sus objetivosy susperspectivasdefuturoeranmuydistintas.2LAHISTORIA ECON6MICA Y SOCIALAI hablar dehistoria econ6mica y social, enterrninos genera-les, nosreferimos al conjunto derespuestas que se die ron a [ainsatisfacci6n por el viejo modelo dehistoria limitado a la ac-tividadpolitica, yde maneratangencial alaaltacultura,que se ocupaba sobre todo de la actuaci6n de las minorias di-rigentes. Estas respuestas tenian en comunla voluntad deintegrar enel relato losdatosreferidosa laactividadecono-mica -altrabajo, lasubsistencia, laproducciony los inter-cambios- y el prop6sitodeocuparse del conjuntodelaso-ciedad. Sin embargo, masalia deloselementoscomunesquecompartian, estascorrientessiguieroncursosdistintossegunlos paisesy las escue1as.En GranBretafiaexistiauna tradicionprogresistaligadaal movimiento fabiano, que inspire la obra histories deauto-rescomo Sidney y Beatrice Webb,que escribieron una his to-riadel sindicalismobritanicoyungrantrabajosobre El go-biernolocal ingles, comolos Hammond, que estudiaronlahistoria de lostrabajadores entresvolurnenes dedicados, res-pectivamente, altrabajadorrural, al urbanoy alespecializa-do,o como G. D.H. Cole, que publico una historia de la gen-tecorriente, The common people. Incluso desde una tradici6nliberal unhombrecomoG. M. Trevelyan(1876-1962) escri-bi6unaHistoriasocial deInglaterra, en cuya introducci6ndicequeesnecesario haceruna historiadelavida cotidianade los hombres del pasado, 10quepara el incluia las relacioneshumanasy econ6micasde lasdiversas clases entresi, el ca-racter de la familiay de la vida en el hogar, las condiciones deltrabajo y del ocio, laactituddel hombreante fa naturalezayla cultura decada edad tal como nacio deestascondicionesgeneralesdevida y tom6 formasconstantementecambiantes26 La bistoriade los hombres:el siglo xxenlareligion, la literatura y lamusica, laarquitectura, elsa- Iber y el pensamiento.La linea detransforrnacion masirnportante seria la que seconcretoenlos aiiosveintecomoresultadodel impulsore-novador dado desde la London School of Economics, dondeEileen Power (1889-1940) ensefiaba historia economica y tra-bajabaenasociacioncon R. H. Tawney(1880-1962), queseocupabatambiende los cursos paralos trabajadores de laWorkers Educational Associationyqueescribiounavisionanti-weberiana de La religiony el ascensodel capitalismo(1926).El tipodeestudio dela historiaque propugnaba Tawney,unsocialists cristiano, estaba inspirado por las incertidurn-bres deun os tiempos decrisisy por una voluntad dereformasocial: Si la sociedad hadecontrolar sudestino, larazon hadedominar al azar y una direccion consciente hade liberar lavida humana dela tirania dela naturaleza y delas locuras delhombre, la primera condicion es una percepcion adecuada delosmaterialesquehayquemanejary delasfuerzas quehande domarse. El historiador sirve, ensuhumildenivel, paraesta finalidad nada despreciable. Su objeto es entender elmundoa sualrededor, unmundocuyoscomponentescultu-rales ycuyos movimientos dinarnicos han recibido su irn-prontay direcciondecondicionesque laexperienciadeunasola vida humana noalcanza a interpretar. Para esta tarea deentender el presente y controlar lasfuerzasquedan formaalfuturoseprecisabael tipode cienciadela sociedadquesequeriaalcanzara traves de la historiaeconomica y social.Otros, sinembargo, recurririan a este tipo dehistoria rno-vidos por lamismainquietud, peroconunafinalidadmuydistinta, como M. 1. Rostovtzeff (1870-1952), que habia emi-gradedeRusiaen 1918 yqueen 1926publicounavaliosaHistoriasocial yeconomica del Imperioromano, marcada porunasdudasquetienensuorigenenel miedo a larevolucion,Rostovtzeff analizaba el ascenso y la ruina del imperio enter-minos delasalianzasy losenfrentamientosde clase: influi-do porel choquede la revolucionrusa -hadichoMomi-La bistoria economica y social 27gliano-, creyo haber descubierto el secreto deladecadenciade Rorna enel conflicto entre burguesia y campesinos, y aca-baba suobradiciendoquelaevoluciondel mundoantiguoes paranosotros unaleccionyun aviso. Nuestraciviliza-cion -aiiadia- noperdurarasinoacondiciondenoser lacivilizacion de unasola clase, sinolacivilizacion delas rna-sas. Una afirmacion que parecia lIevarle al terreno enque sesituaban, enestos rnismos aiios, Eileen Power0 Tawney, peroqueteniaunsentidomuydistinto,comodemuestran laspa-labras finales de su libro: Pero la ultima interrogacion se alzacomounfantasmasiemprepresentey contra elcual nosirveningun exorcismo: ~ E s posible extender a lasclases inferioresunacivilizacion superior sin degradar su contenido y diluir sucalidadhastahacerla desaparecer por completo? ~ N o estacondenada toda civilizacion a decaerjusto cuando empiece apenetrar entre las masas?. En 1941 publico una segundaobra dearnbicion parecida, suHistoria social y economica delmundohelenistico, dondemuestralos factores internos quedebilitaronlas soeiedades helenisncas y facilitaronladomi-nacion romana, y recapitula todo el proceso como otro me-Iancolicoejemploenlahistoriadelahumanidaddelaanti-nomia defuerzas creativasydestructivasenunmismogranpueblo.Es tambien este el memento de la fundacionde laEcono-mic historysociety(1926), quecornenzariaapublicardein-mediato la Economic historyreview. De todos estos estimulosnaceria una profunda renovacion dela historia que est ariaenel origendelaeclosion, despuesdelasegundaguerramun-dial, del grupo deloslIamados historiadoresmarxistas brita-nicos, que, ensupreocupacionporhacerunanalisis criticodelcapitalismo, trataronde convertirestahistoriasocial enunahistoriadelasociedad, para formularloenlosterminosqueempleaEric Hobsbawm. Laimportanciade susaporta-cionesjustifica, sinembargo, quehablemos de elias porse-parado.Enel casodeFrancia existia tarnbienenel origen unatra-dicionavanzada, la de lahistoriasocialistainspiradapor~fittitfitttn~~o(tit)()oeooooa(I"ttl\\IT.f1historiaeconomica y socia! 29positivista -l'histoire historisame- de Seignobos. Suconferencia de1903, Metodo historico y ciencia social, fueunautenttcomanifiestocontralahistoriaevenementielle.preocupadatansolopor losacontecimientospuntuales, a lacualcontraponfaunestudioquetuvieraencuenta lascausassociales deestosacontecimientos.En esta misma linea seguiria Ernest Labrousse (1895-1988), disdpulodeAulardy deAftalion. Deunafamiliadeartesanos de tradicion republicana, Labrousse fue unhombrecomprometido politicamente: trabajo en la redaccion deI;Humanite, fue primero socialista y despues miembro del par-tido comunista, que abandono en1925; reingreso en el parti-do socialista en 1938yrnilito en el durantela resistencia.Leyoprimerounatesisdehistoriaeconornicaenlafacultadde Derecho, Esquisse du mouvement des prix et des reoenus enFrance auXVIIIesiecle (1933), seguida, en1944, porsuobramasimportante, presentadacomotesisenla facultaddeLe-tras, Lacrise de l' economic francaise II la finde l'AncienRegi-meet au debut delaRevolution. Con ella Labroussenosola-mente iluminaba la genesis de la Revolucion, sino queproponiaunmetodoparapasardelosdatosecon6micosdeque teniamos evidencia cuantitativa serial-sobre todo los delos preeios y dela produccion- al analisisdelas repercusio-nes quetenianlasfluctuaciones econornicas, atravesdelasrentasydelossalarios, sobrelasdiversasclasesdelasocie-dad.Una preocupacion parecida por establecer unos funda-mentos que permitieranescribir unahistoriaqueayudaseaentender losproblemasde loshombresdesu tiempo inspirea los promotoresdeunanuevarevistadehistoria. EI 15deenero de 1929 comenzaba a publicarse en Paris Annalesd'bistoireeconomiqueet sociale, dirigidaporLucienFebvre(1878-1956)y Marc Bloch(1886-1944), dos profesoresdelaUniversidaddeEstrasburgo, dondelosdos sesentiancomoexiliados, demodoquelucharonincansablemente paratras-ladarsea Paris. Losprincipiosqueexponian losdosdirecto-resdelarevistaibanenla lineadepotenciar el campodela28 La hi,'o,;, ddo' homb",,,I'i,lo xx t -'- _Jean jaures (1859-1914), profesor de filosofiay buen conoce- ,dor delpensamiento aleman, que habfallegado al socialismodesde el republicanismoburgues: un luchador por la paz,asesinadoen1914 por unfanaticodeextremaderecha(queseriaabsueltoporlos jueces franceses yqueencontrarialamuerteenIbizadurantelaguerracivilespanola). J aures seenfrentoalos presuntosherederos de Marxycombatiosu 'economicismoprimario. En1894pronunciabaenParfsunaconferenciasobreIdealismoymaterialismoenla concep-cion delahistoriadondesostenfaque, si bienlas fuerzaseconornicas sonel motor delcambio historico, la direccion enqueestesemuevevienedeterminadapor laaspiracionper-durabledel hombrealajusticia, quees10queexplicaque Iexistaprogresoenterminos quenopuedenreducirsesola-mente al crecimientoeconomico. Larespuestaortodoxaaestas ideas la daria Paul Lafargue enuna replica pronunciadaalrededor deenero del 1895, en la linea deuneconomicismoelemental: Somoscomunistasporqueestamosconvencidosde quelasfuerzas economicas de laproduccion capitalistallevanfatalmentea la sociedad hacia el comunismo, 10 que,paradojicamente, acababaconduciendoleaposieiones tran-quilizadoramentereformistas, acordesconlasqueadoptarialasocialdemocraciaalemanaaprincipiosdel sigloXX (si lasfuerzasdela historia ibana resolver fatalmenteel problema, que preocuparse dehacer la revolucionr).En el terrenodelapractica historiograficaelpensamien-todeJ aures semanifiestaensuHistoriasocialistadelare- Iuolucion francesa (1901-1904), una obra excepcional, queanaliza el trasfondoeconomico de la revoluci6n y10 rela-cionaconlos enfrentamientos de dasecon unafinura quenoseencontraraenmuchosafios enlahistoriografiamar-xista ortodoxa. ComodiriaLabrousse: ]aures ha sido elprimerhistoriadorsocial de larevolucionfrancesaalarna- ineradenuestraepoca,Socialista, como jaures, era Francois Simiand (1873-1935), economista y sociologo quededicouna especialaten-ciona los problemas rnetodologicos, combatiendo la historiaIi..'ffi!;f: ,;, eee

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)0 La hi"o,i, d, 10' homb,.", ,I'iglo xx Ihistoria econ6mica y social, deabrirsea lasotras ciencias so- ,ciales y.deromper loscompartimentosespecializadosdelos'historiadores que trabajaban enperiodos 0 tematicasconere- ,tos. ,Dehecho Annalesrecogia ellegadodetodounconjunto,'detendenciasdelasciencias sociales francesas, como la geo-Igratia humanadeVidal delaBlache, lasociologiadeDurk-(heim y, en el terreno especifico de la historia, el de Henri Benr(1863-1954), desuRevue de syntbese y delacolecci6n L:evo-[lution de l'bumanite, sin olvidar el delhistoriador belga Hen- fri Pirenne(1862-1935), de quienFebvrereseiiabaentusias-:madoLesvillesdumoyena"ge, essai d' histoire economiqueet fsoaale (1927),que anticipaba las ideas que el propio Pirenne rformul6ensuultimaobra,publicadap6stumamente, Maho-,met etCharlemagne(1937). ILa influencia de la geografia sera muy importante en fFebvre, como 10muestra el hecho de que dosde sus libros es- Itendedicadosa temasrelacionadosconella -La terre eti' e- lvolutionhumaine y LeRhin. Histoire, mytbesetrealites-:-, y ,tambienenBloch, perodeotraforma, ya quesuestudiode ~la historia rural francesa se ocupa masdelas relacionesentretloshombresque delasque se establecen entre estes y el me- rdio. Laotra influenciadecisivaenamboshistoriadoresseria tladeunHenri Berr a quien Febvre atribuia el meritodeha-bersidoquienapartir de 1900introduceenlaciudaddeClioel caballode Troya del cual todoshemossalido, histo-riadores innovadores de Franciaeinclusode otros lados. ~Tambienseria importantelasintoniade estos dos hombresrconlaevoluci6nmundialdelascorrienteshistoriograficas, y ,muyenespecial conel tipodehistoriaque se hadaenAle- rmania. iConviene combatir, en cambio, los mitos, alimentados'por el propio Febvre, que pretendenpresentarloscomo per- ~sonasal margendel sistema establecido, quetuvieronque li- rbrar un combate heroico contra la ortodoxia dominante. rLejos de ello, los fundadores de larevistaerandosj6venes ~ .profesores quehabianheche, yseguirianhaciendo, carrera fLa his/ariaecon6mica y social 3Ibajolaprotecci6nde los grandespatrones quedominabanla enseiianza.Loscriteriosmetodo16gicosdeAnnates eraninicialmentebastante imprecisos. Lospropios directores tenian discrepan-cias entreS1. Febvresequejabaa AlbertThomasdequenoeralaclasede revistavivaqueel hubieraquerido, y atri-billa, al menosenparte, laculpaaBloch: rni codirector esmuy historiador y muy erudite. A el le interesaba mas la his-toriacultural y religiosa que ladela econornia, que erael te-rrenoqueBloch exploraba con masseriedad. Inicialmente larevistano tuvomuchoexito, Habianconseguidode 300a350 subscriptores, cuando necesitaban 800 para sobrevivir, 10queexplicaquesu tirada, quehabiacomenzadosiendode2500 ejemplares en1929, bajase hasta1.000 en1933.Los dosdirectores triunfarian personalmente al conseguirsutrasladoaParis -Febvreal Collegede FranceyBloch,como profesor de historia econ6mica, a la Sorbona- enunosafios enque publicaron susgrandeslibrosy establecieron sureputaci6n; perc larevista notenia el empuje que habian es-perado. FebvresequejabaaBlochen1938dequeeraabu-rrida, quehabra perdido influencia y que eradeunconfer-mismoacadernicodecentro-izquierda, mientrasqueBlochreivindicabasuseriedad. Durantedos afios, de1939 a1941,modificariasunombre -Annatesd'bistoiresociale-, mien-tras lasdiscrepanciasentrelosinteresesintelectualesdesusdos fundadores se hadan cada vez mas evidentes, hastaculminar enla reseiia deLa societe feodaleque Febvre publi-caria en1941, que hasidocalificadacomodeunaperfidiadisimulada, donde reprochaba a Bloch su sociologismo abs-tracto -su preocupaci6n por analizar los grupos sociales- yel hecho que el individuo haya estado ausente casi deltodo.La crisis se produciria, sin embargo, por causas externas yde manera hartodrarnatica, despuesdelaextrafiaderrotade Francia por losalemanes, en1940,cuandolosdosdirec-tores sehallabanseparados -Bloch, victimade lapersecu-ci6ndelos judios, sobreviviadificilmenteenla Franciano,.f'1'')~f"t{), ~' f ~ " , 'i ~ )~ , '' ~ , , 'ooQ()(){)\);J\1Ii'\i).."Ita.. "..:*'ee1#It. ~I,, ~ ."x32 La historia de los hombres:el sig!o xx 'ocupada, donde escribi6 L'etrange dejaite-, mien"., FebVYelipermanecfa enParis. Que enestas condiciones Febvre opta-]se por continuar publicando larevistabajo laocupacion a l e . ~ ,mana, primero con el mismo nombre quelievaba desde1939"perofigurandoel comoiinicodirector -eljudioBloch n o ~ .habria sido aceptado por la censura-, y despues con el nomJbredeMelangesd'histoire sociale (1942-1944)y sinmenci6nfdedirector, se comprende que provocara el rechazo y el ma-ilestar de Bloch, al cual sucornpafierocriticabaesta actitud~negativacomo una desercion que daria una victoria masallenemigo. Blochacaboaceptandolo,e incluso publico enellatconel pseud6nimodeFougeres, mientras, despuesdehaber!fracasadoensusintentos portrasladarseconsufamiliaa lostEstadosUnidos, escribia10quehabriade convertirseensu1Apologie pour l'bistoire, a lavezqueseuniaa la resistencia. fComo consecuencia de estaactividad seria detenido, tortura-l doy asesinadopor losalemanesenLyonel 16dejuniodel i1944. rLoquehemos explicadohastaahoraes, sinembargo, la I,prehistoria de Annales, su mito fundacional. Si Annales~hubiera acabado sutrayectoria en1944 sulugar enestelibra,nohabria pasado deuna breve y modesta referencia. Lahis- rtoriareal delaescuelacomienzaenlaposguerraconel as-lcensopersonal deFebvre, convertidoenunpersonajeclavede la cultura oficial, que interviene entodos los comites y lasItcomisiones de lavida cientificafrancesa, enlaUNESCO,etc. En 1946sereemprende la publicaciondelarevista, conFebvre comounicodirector yrebautizadaAnnales. Eeono-Imies, Societes, Civilisations, unadenominacionque seman- ;tendra hasta 1993. El hecho mas irnportante para el futuro de rla escuela se produce en1947, cuando Febvre y el cornite de idireccion al completo de Annales,se instalan enla VI seccion fde la Ecole Pratique desHautes Etudes, creada con la ayuda !de laFundacio1} Rockefeller (y transformada en1975 enEco- IIe desHautesEtudes enSciencesSociales), conlacolabora-ciondeCharles Moraze y deFernand Braudel, que sirven depuente hacialas fundaciones norteamericanas que les pro-La historiaecon6mica y socia! 33porcionan financiaci6n. Los hombres de Annales hallaranaqui su territorio natural deensefianza y de proyeccion, En elcurso de 1948 dan clase en la Ecole Febvre, Moraze, La-brousse, Braudel, Leroi-Gourhan, Lefebvre, Levi-Strauss,etc. Con los afiosse sumaran a elios Raymond Aron, Barthes,Bourdieu, Derrida, LeGoff, Le RoyLadurie, Taton, PierreVilar, etc.Enestosafios laescueladeAnnales definesusprincipiosa travesde la publicaci6n de los dostextos can6nicos que sonApologie pour l'bistoireoumetier d'bistorien, unmanuscritoincompletoqueMarcBlochhabiaelaboradoenlos afios dela guerra y que apareceraen1949en una edicion prepara-da por Lucien Febvre -un texto mal comprendido entonces,ya que se 10 confunde conun manual demetodo-i-, y la com-pilaciondeensayos deFebvrequese publica en1953con eltitulo deCombats pour l'histoire. Dos textos que hancautiva-doa los lectores demasdeuna generacion por susmeritos li-terarios -por frases comoaqueliaenqueBlochafirmaqueel buen historiador se parece al ogro de la leyenda; alli don-dehuele la carne humana sabequees dondese encuentra supresa-, 0 por la exaltacion liricadealgunosdelosensayosde losCombats deFebvre, como Vivir la historia, unacon-ferenciade 1941enquehaceladefinicionmascornpletadesuspropuestas.Unas propuestas que comienzan por la condena dela eru-dici6nesterily deunahistoriaestrictamente politicaquees-tablecelos hechos historicosvaliendosede textos. Yquehacen, encontraposici6naestanegacion, tres afirmaciones.La primera, unadefinicionde lahistoria comoel estudiocientificamente elaborado de las diversasactividadesy las di-versas creacionesdeloshombresdeotrostiempos: una vi-si6nt6pica quereservala calificacionde cientificosparalos metodos deinvestigaciony la niegaa susresultados.Ensegundo lugar, ladescripciondel tipodehistoriaconel que se pretende reemplazar a la dedicada exclusivamente alapolitica, quenoesunahistoriaeconomics y social -pesea que eraenestosterrninosquesedefinia inicialmente lare-34 La bistoria de los hombres: el siglo xxvista-,porque laeconomia nomereceunaposiciondepri-vilegioy social noquiere decir nada, sinoque debia ser untipo de historia querelacionase todos los diversos aspectos dela vidadelhombre, sin ninguna jerarquizacion, basandose enunaimagendel caracter totaldel hombrequetiene bastantequever conlafilosofiadelavida alemana, yqueFebvrequiere justificar conuna explicacion nebulosa que habla de lahistoria comode la armenia que, perpetuayespontanea-mente, seestableceentodaslasepocas entrelas divers asysincronicascondiciones deexistencia de loshombres: condi-ciones morales, condiciones tecnicas, condiciones espiritua-les. Esdecir, una licencia para mezclarlotodoalegremente,sinreglasni prioridades.Finalmente, y enel nivelmas bajo, la afirrnacion de la ne-cesidadderelacionar lahistoria conlascienciassocialescer-canasy demodernizar susmetodos detrabajo,rompiendo lalimitacion que implicaba la dedicacion exclusiva al documen-toescrito. Unplanteamientoenqueno habianadanuevo,pero queen el casodeFebvre servia para proponer la substi-tucion de la teoria por los metodos concretos y puntuales, to-mandolos elementos de interpretacion teorica que fuerannecesariosdelasdisciplinassociales cercanas. Todoelloex-presado conuna retorica sugestiva, pero conunascaracteris-ticasglobalesdeanti-metodoquenohabrian llevado ala es-cuela muy lejos, tal vez a su disolucion en literatura esti-mulante, si nohubiera sidopor las aportaciones de Labrousseyde Braudel, que le devolvieronel contenidode historiaeconornica ysocial que habia querido darle Marc Bloch.Lacanonizacion de la persona y de la retorica deBraudelha llevado a quese olvide 10 que ha significado laaportaciondeErnest Labrousse, queafiadioal bagaje deAnnales lahe-rencia deSimiand, el rigor del trabajo en el terrenode la his-toriaeconomics(queBlochnohabiaacabadodedominar yqueaFebvreni siquieraleinteresaba) a lavezquealgunoselementos de la tradicion marxista. Esta aportacion seconcretariaenunadelasobrasmasserias quelaescuela haproducido enestosafios, la Histoire economique et sociale deIJr,1r,ffr,.I~I~!lr~ILa historia economica y social 35la France, conuntexto introductorio enque Labrousse dice,contradiciendo especificamente al Febvre de1941, est a his-toria economica y socialsitua conpleno derecho el acento enla economia, que es la que 10 pone todoenmovimiento.La toma del poder universitario despues de1945 por par-te de Febvre y de su equipo fueuna condicion necesaria paraexplicar elascensodeAnnales enFrancia;perosi laescuelahubierapermanecidoenel marcodeindefinicionenquelahabiadejadoFebvre,suexpansionuniversal habria sidoim-posible. Esevidentequeestadebeasociarsesobretodoa lapersona y la obra deFernand Braude! (1902-1985).Braudel,que ensefioenArgelia durante unosanos y mar-chodespuesal Brasil, en1935, conLevy-Strauss y Monbeig,paraayudar a poner enfuncionamiento la facultaddeLetrasde la Universidad de Sao Paulo, fue, segun su esposa, un hom-bre sin maestros, que trabajo aisladamente hasta queconocioa Febvre, en unmomenta en que su tesis ya estaba muy avan-zada. Su estudio sobre el Mediterraneo en la epoca de FelipeII10 habiacomenzadoen1923comountrabajodehistoriapoliticatradicional, elaboradoesencialmenteconlosfondosdocumentales de Simancas y de los archivos italianos, pero sefue transformando a medida que el propio Braudel se abria alas preocupaciones delahistoriaeconomica. Fuedevueltadel Brasil, hacia noviembre de1937, cuando conocio a Febvreen el barcoque10 llevabaaEuropay establecioconelunafirmeamistad. Hacia1939, nos diceel mismo, la tesisesta-ba fijada en sus lineas generales. Laredactode hecho en loscinco afios (1940-1945)que paso en uncampo de prisionerosaleman, valiendosedesuextraordinariamemoria, y fueen-tonces, haciaabril del 1944, cuando planteo por vez primerala formulaquearticularia sulibro: unahistoriainrnovildelmarco geografico;una historia profundade losmovimientosde conjunto; una historia de losacontecimientos.La Mediterraneeet lemondemediterraneena l'epoque dePhilippe IIseleyocomotesisen 1947y sepublico, enunaprimeraversion, en 1949(enunasegunda, corregidayau-mentada, en1966). Braudel explicaba enel prologo los prin-..ft..8~~..oo(')oe(I...ooeo(Ia~!rf'iIi!.'., ,;';.'",! .;,G1.1.')6 Lah"ton'a d, 10' homh",.. ,I'i,lo xx !----, ' 1 ~ ~ .J" UaUli:t avanzauoen f1944enunacartaa suesposa: Lapnmera[parte] tratade ~ ' _unahistoriacasi inm6vil, lahistoriadel hombreensusrela- ~ 'ciones conel medio que le rodea (... ). Por encima de esta his- itoriainm6vil sealza una historia deritmo lento C..) que no- tsotros llamariamos de buena gana, si esta expresi6n no thubiesesidodesviadadesuverdaderosentido, unahistoria rsocial, la historia de losgrupos y las agrupaciones C..). Final- .mente, latercera parte, ladelahistoriatradicional0, si que-remos, ladelahistoria cortada, noa lamedidadel hombre, Isino alamedidadel individuo, lahistoriade los aconteci. 'mientos C..). Hemos llegadoasi a unadescomposici6ndelahistoria por pisos. 0, si sequiere, a ladistinci6n, dentrodeltiernpo de la historia, deuntiempo geografico, deuntiemposocial y deuntiempo individual. He aqui, por fin, la formu-lamagicaqueuniaa Vidal delaBlacheconDurkheime in-clusoconSeignobos: la formula que permitia poner orden enlas propuestas deFebvre.Las trespiezas que integraban el edificio estaban bien tra-bajadas enLa Mediterranee. Laprimera nosdaba una visi6ndeconjunto del Mediterraneo llena desugerencias atractivas.Lasegunda, Destinoscolectivosy movimientosdeconjun.to, estudiaba laeconomia -primando tal vezenexceso losintercambiosenunmundoqueeraesencialmente agrario-,losestados, lassociedades(unasextrafiassociedadesdondesolo hay nobles, burgueses y bandidos), lascivilizaciones ylas formas delaguerra, conunarecepirulaciofinal quein-tentaba ligar todosesoscomponentesenterrninosderitmosy coyunturas. Latercera, Los acontecimientos, lapolitica ylos hombres, respondia a 10 que habria sido una tesis de his-toria politics tradicional. Era est a una formulaatractiva, quele permitiaa Braudel depositar losdiversos materiales enunesquemaordenado, pero10quesiempreseha discutidoesque La Mediterranee hayaconseguido fundir estoselementosenunaexplicaci6n global. Suscriticossostienenquenohayningiin hiloconductor que vaya desde el espacio y el climaaLsacontecimientos politicoscotidianos, y acusan a Brau-La his/aria economica y social 37del de haberse limit adoa amontonar ordenadamente susma-teriales.Braudel desarrollaraposteriormentesuf6rmulametodo-Iogica.ToqueAlainGuerreauhallamadosumotordetrestiempos, en algunos de los Ecritssurl'histoire. Los viejoshistoriadores, nosdice, solo sabian verel tiempo corto, el rit-mobreve dela historia delos acontecimientos. Esnecesario,encambio, analizar las realidadessociales, todaslas formasampliasdelavidacolectiva, laseconomias, lasinstituciones,las arquitecturassociales, laspropiascivilizaciones, enespe-cial estas. El problemaesquetodasestas realidadestienenritmosdiversos: hayunosciclosecon6micos, unacoyunturasocialy una historia particularmente lenta delas civilizacio-nes. Por debajo, maslenta todavia que la historia delas ci-vilizaciones, casiinmovil, unahistoriadeloshombresenre-lacionconla tierraque los sostiene y nutre.La muerte de Lucien Febvre en195611evo a Braude! a di-rigir, no solamentela revista--Les Annales continuent,dira al comienzo del primer numero de 1957, asumiendopersonalmentelaresponsabilidad-, sinoel ambiciosopro-grama deexpansionacademica que se habia creado entornoa esta, Habranombresnuevosquedominensuspaginasenestosafios -Franc;ois Crouzet, Pierre Chaunu, Ruggiero Ro-mano, GeorgesDuby, etc. Sontarnbienestos losmomentosen que Annales comienza a ser leida fueradelambito francesy enque lospostuladosdelaescuela serecibenenlosEsta-dosUnidoscomo una refrescante alternativa a los riesgos delmarxismo: Annales es radical enel estilo, pero acadernica enlaforma yconservadorades de un puntode vista politico;toealascuestionesdehistoriaeconomica y social sinriesgosdecontagio marxista,y cuenta como garantia conunequipode excomunistas reconvertidos como Emmanuel LeRoy La-durie -hijode un ministrode Petain que pasopersonal-mente por unaetapadefervienteestalinismoantesdever laluzdela verdad-0 Francois Furet. .Sonlosafios deunapogeoqueen1968 se verapotencia-do porla crisis de launiversidad, percqueseraal mismo38La historia de los hombres: el siglo xxtiempo, paradojicamente, el final de laetapade Braudel, ytambiendela vidade Annales comorepresentantedelahis-toria economics ysocial. Enel numero de mayo-junio de1969Braudel anunciaqueAnnales cambiade pielyqueahoraserarevitalizada por j6venesdirectores. Loque hapa-sadoenrealidadhasidoungolpedeestado, el de losanti-guoscomunistasconvertidosenanticomunistas, diraMarcFerro, que han procedido a defenestrar al viejo maestro. Algoque es facil decomprobar, ya que, aunque su nombre se man-tengacomomiembrodeunte6ricocomitede redacci6n,Braudel no volveraa publicar en la revista. Loshombres queahoraredactan los articulosdoctrinales, queaparecena me-nudocomo presentacionesdemimerosrnonograficos -algoa 10queseoponiantantoFevbrecomoBraudel, quejamaslos toleraronensurevista-,son AndreBurguiere, FrancoisFuret, Le Roy Ladurie, Jacques Revel, etc.La defenestracion de Braudel no se produjo a conse-euenciade diferencias' politicas, sinodel rechazoasus me-todos. Braudel queriamantener elrigordesu programaglo-balizador yestole habia lievado a criticar duramente lostrabajos de investigaci6n de Le Roy Ladurie 0 de Furet.Mas adelante, fuera yade larevista, criticariacon mas du-reza aunlafrivolidadyel cultode lamodade sus suceso-res, que Ie corresponderianolvidandose deel enlosmuchosafiosqueIequedabandevida. Enocasionde lamuertedeBraudel, Annalesse limiteaunanecrologfa -enquesere-conocian las discrepancias y se afirmaba que sus crfticaseran injustas- y a unsupuestonumerodehomenajedondepracticamenteno sehablaba del viejomaestro. Serfa nece-sarioque pasasenunos afios paraquehubieseunarecupe-racionpostmortemde Braudel por sus mismos defenestra-dores, queharianahorasuhagiograffa, euandoya nohablande temersurespuesta.sera en estosafios post annalisticos euando Braudel rea-licesusegundaobramagna, donde adoptatambienunaes-tructura trinitaria, como en la Miditerranee, perc que esta vezno tiene nada que ver conlos ritmos del tiernpo, 10 cualrI,ItII,~1It~ .f',rtLa historia econ6mica y social 39muestra que se trata ante tododeunartificio constructivo deestilo, teorizado a posteriori.Civilizaci6n material economicy capitalismo, siglos XV-XVIII, aparecidoen 1979, no es propiamente una obradeinvestigacion, sino una suma de lecturas conlas cuales seconstruyeun edificiodeelucubraci6nte6rica, querepiteelesquematrinitario, perodondelospisoscorrespondenaho-raaformas distintasdeactividadeconomics. Enel escal6ninferior esta lacivilizaci6n material0 vidamaterial, queescapa al mercado: unainfraeconomla (... ) de la autosu-ficiencia, del intercambiodelosproductos y losservicios enunradiomuycorto. Enel segundoplano, el delaecono-rnia propiamente dicha, est atodala actividadligadaal in-tercambiomercantil querespetalas reglas de lacompeten-cia perfecta, de la transparencia y laregularidad. Por encimahay untercer piso, una zona oscura dondeactua el juegodelas jerarquias socialmente activas, del monopolio y delprivilegio, quefalseanel intercambioigual y operan en cir-cuitos ycalculos queignoranlos hombres comunes. Estees, para Braudel, el capitalismo verdadero, que se puederastrearenlahistoriadesdelaantigiiedad, quepasapor loscomerciantes de Genovadel siglo XVI y los de AmsterdamdelsigloXVIII yconduceenlineadirectahastalasmultina-cionalesdel sigloxx.Lanaturalezaartificiosadeeste esquemalarevelael he-cho deque enuna primera versiondeesta misma obra, Civi-lisationmaterielle etcapitalisme, XVe-XVIIIesiecle, delacualsolo se public6 el primer volumen, apareciera el mismo textoqueformadael primer volumende laediciondefinitivade1979, pero con un titulo binario que respondia a una teoriza-cion diferente y conuna introduccion teorica donde el ni-vel mas bajo se describia como una "vida material" hecha derutin as, de herencias, de conquistas muyantiguas. La vidaagricola, por ejemplo, ampliamente prioritaria atraves delmundoenteroantesdel sigloXVIII, einclusomas alia. En1979 Braudel se limitada a cambiar el titulo y las paginas ini-dalesdeteorizaci6ndeesteprimervolumen, queahorato-fI8..(IeJft8(9ooo3ooQ()o\)oo~\I'"~trj"La historiaeconomicay social 4 Iinvestigar la historia del capitalismo, 0 para entenderlo comosistema, 10 revel a laescasainfluencia ejercida por estelibro.Todo esto, sinembargo, formapartedela historiaperso-nal deBraude! y noya de la de Annales. LarevistadeFebvrey Bloch, de Braudel y Labrousse, se habia acabado en1968y,a partirdeestafecha, habiacomenzadounasegundaetapaquedurariahastalosafios ochenta: ladel crecimiento, apo-geoydecadenciadela llamadanouvellehistoire, queha-bria decontraponerse, Iogicamente, a la vieja que se en terra-baconBrandel. De ella hablaremosmasadelante.En los Estados Unidos, donde, como en otros lados, el vie-jo consenso establecidoantes dela guerra se vinoabajodes-pues de1918, apareci6 en estosmomentos la que seria una desus aportaciones historiograficas mas originales, con la obra delos llamados new historians 0 historiadores progresistas,que no tenianmasantecedente valido quela obra deTurner.La ruptura con el mito del objetivismo la protagonizarian CarlBecker (1873-1945) y Charles A. Beard (1874-1948), influidospor el economicismo elemental de Edwin R. A. Seligman, quesostenia que el factor econ6mico ha sidode la mayor impor-tancia en la historia y, mas adelante, por la sociologia del co-nocimiento de Karl Mannheim con su tesis de la deterrnina-ci6nsocial del conocimiento. Beard, miembrodeuna ricaeinfluyente familiadeIndiana -10que le permiti6 conocer eltrasfondode la politica ensu propia casa-, public6 en1913una obra provocadora, Unainterpretacion economica de laconstitucion de los Estados Unidos, donde, leyendo los escritosde los padres fundadores, ponia al descubierto la importan-cia queestos dabana losproblemasdeinteresesy mostrabaque pensaban en la constituci6n como enundocumento eco-n6mico que garantizase, como habia escrito Madison, la pro-tecci6ndela diversidad en las facuItadesde los hombresdela cual proceden losderechosde propiedad. EI movimientoen favorde la constituci6n habria sido promovido por miem-bros de las clases elevadas que habian visto sus intereses afec-tados desfavorablemente por la forma enque se habia llegadoala independeneia y que veian este texto, que no habia sido nir!,I40 Lahistoriade los hombres: el siglo xxrmariaunaestructura masdecididamenteternaria. Peroaun- [quemantenia el textodedicadoaestudiar lavida material If---enlanuevaedici6nllevael titulodeLasestructurasde10 .cotidiano---, habia cambiado el concepto de 10 que queria re-presernarcon esteterrnino, definidoahoracomolaactivi- I,dadelemental debasequesehallapor doquiery queesde 'unvolumensencillamentefantastico... Estainfraeconomia, f-estaotramitadinformal delaactividadeconornica: ladela .autosuficiencia, del intercambiodeproductosy serviciosenunradiomuy corto. SucedequeBraudel hadescubiertolaeconornfasumergida -enPrato, dondehacianreunionesde estudiolos braudelianos, era inevitable tal descubri-miento,ya que eraunodeloscentros dela economia sumer-gidaenItalia- y ahoraaplica el concepto, modernizado, alintercambioapenas disimuIado, alos servicios cambiadosdirectamente, al llamado trabajo negro, adernasde a las nu-merosas formasde! trabajodornestico y del "bricolage".En las conversacionesdeChateauvallon,celebradaspocoantesdemorir (el28 denoviembre de1985), Braude! -queenestos ultimosafios trabajaba enelproyecto inacabadodeunahistoriadeFranciadiferente, vistaenlalarga duracion,de Ia que s610 escribi6 10 que se hapublicado p6stumamentecomo L:identite de fa France (1986)- retomara el tema de ladivisi6nde la vida material entrespisos, deuna manera quemostraba claramente su caracter impreciso, al decir:Para rniel mercado es el ecuador; al sur del ecuador estael hemisfe-riosur, es decir, el intercambio y el trueque;y es por encimadel ecuador, enel hemisferio norte, dondese hallael capita-lismo. EI hemisferio sur, es decir, el piso del trueque, es 10quesedenominaenItalial' economiasommersa; si esta realidadnoes exacta, la construcci6n que he presentado se hunde porsi sola. Mostrara, depaso, su menosprecio por la teoria eco-n6mica: No digoquenohaya lefdo a los grandes econornis-tas,pero no siempre los tomo muy enserio(. .. ) Unhistoria-dor(... ) no sedejallevarpor lasteoriasdeloseconomistas,ni tans610 por las viejas historias sobre la oferta y lademan-da. Que el esquema braudeliano fuera de poea utiIidad paraIr.' .'.'".',.'~.4e;42 La his/ariade los hombres: el siglo xxelaborado ni votado por la mayoria, como una garantia de de-fensadelapropiedadprivadacontra elposibleasaltodelasmayorias populares. Becker, autor de unestudiosobre lasideas delos ilustrados -The heavenlycity of theeighteenthcentury philosophers (1932)-, influyo sobre todoconsudis-curso presidencial de1931 en la American Historical Associa-tionCadaunosupropiohistoriador(>---, peroel gobiernohamovido despues toda la artilleria de la Academia de la Risto-riaparadar apoyoa susreivindicacionesdeunainterpreta-ci6nnacionalistaultra, amenazandoconestablecer unacen-sura de los librosde texto auton6micos. El propio ministrodelInterior, Mayor Oreja,debelador del nacionalismo vasco,hallegado a implicar a la Guardia Civil, demanera equivocapero no inocente, al animarla a contribuir a la historia de Es-pana paraquenola vuelvana deformar losquenocreen enella.Dejandoa unladoelcasoespafiol, quetieneunacrono-logiapropia, condicionada por la an6mala supervivencia del,franquismo, enlamayor partedel mundooccidentallasguerrasdela historia se agravaronnotablementeconmotivodela guerra fria.ConocemosbienelcasodelosEstadosUnidosdondeelconflicto en el terreno de la ensefianzade la historia se habiamanifestado ya en los anos treinta, cuando los libros detextode historia americana que no fuesende un patrioterismo con-servadorerandenunciados, prohibidos0quemados. ComodecianlasDaughtersoftheColonialWarseraintolerablequese quisiera dar al nino un punto de vista objetivo, en lu-gar deensefiarleamericanismoreal (. .. ): "mi paisconraz6no sin ella". Estees el punto de vista quequeremos queadop-tennuestroshijos. Nopodemos permitirquese les ensefieaserobjetivos y a quese formenellos mismossusopiniones.A principiosdelosafios cuarenta laNational AssociationofManufacturers tenia 6.840 centinelas locales dedicados aLas guerras de la bistoria 9Imantener limpia la ensefianza delpeligro querepresentaba elascenso del colectivismo,Todo esto empalideci6 ante 10 queocurriria despues de lasegunda guerra mundial, al estallar la guerra fria, que tuvocomo consecuenciaquesepromoviesenalternativasal mar-xismo en Occidente, y contribuy6, por reacci6n, a consoli-dar la fosilizaci6n dogrnaticadelospaises del llamadoso-cialismo real. En los Estados Unidos los valores delrelativismo que habian defendido los historiadores progresis-tas comoBeardyBecker fueron atacados de manerafuri-bunda. Habiaquevolveral mito dela objetividad y trans-mitir aquellapartedelosviejosvalores moralesquepareciaadecuada para los nuevos tiempos.Nunca ha habido una aso-ciaci6n tan estrecha entre los historiadores y el poder como laque se estableci6 enestosafios. Historiadores acadernicos deprestigio trabajaron para el gobierno -algunos en cargos im-portantes como Schlesinger, Kennan 0 Rostow-, primero enla OSS, despuesen la CIA, enel Departamento deEstado 0eninstitucionescontroladas por estes.La desclasificaci6ndedocumentosoficialeshapermitidodescubrir hastaquepunto la evoluci6ndelascienciassocia-les en losEstadosUnidosdurante losafios delaguerra friaestuvo condicionada por la financiaci6n concedida por el De-partamentodeDefensa, por laCIAy poralgunasfundacio-nes conservadoras, demaneraquese hapodidollegar a es-cribir que contra 10 que se piensa habitualmente, la ofensivaideo16gica hasidotanimportante para la estrategiade la se-guridad nacional delos EstadosUnidosdesde1945 comolabomba atomica.En centros de estudio financiados por las instituciones delgobierno, como el CENIS del Massachusets Institute ofTechnology, investigadorescomoCliffordGeertztrabajabanalladode halconescomoWalt Rostow -quedabatam-bien clases sobre fundamentosdecontrainsurgencia en la es-cuela deguerra delejercitonorteamericano enFort Bragg-,ode hombres que han sidocalificados como terroristas pro-fesionales, comoLucien Pye, inspiradordela estupida ma-8ft"@t~~~n()o~ loQoo()',',"..... .,o, ; ;aQ\)Q"Q\I~.,..fi.;92 La bistoriade los hombres: el sigio xxsacrequeimplic6laeliminaci6ndel regimenneutralistadeSukarnoenIndonesia, conuncostedecentenaresdemilesde vidas humanas. En esta n6mina habria que incluir tambiena liberales supuestamente independientes como Isaiah Berlin,quecolaborabaconpoliticos comoBundy,Alsopy Bohlen,animandoles a proseguir la guerra de Vietnam, y querecibio,en compensaci6n, cantidades importantes de dinero delaFundaci6nFordparaelWolfsonCollege deOxford, enelque estaba implicado personalmente.A loshistoriadores les tocabaahora nosolamente defen-der losvaloressocialesestablecidos, queerala funci6nquehabian realizadotradicionalmente, sino abrir la sociedad nor-teamericana al nuevo papel de protagonista en la escenamundial quehabiaasumidosupais, tradicionalmenteaisla-cionista, introduciendo cursos de civilizaci6n occidental enlauniversidad0 inventandounarevoluci6natlanticaqueenlazabalas historiasdeAmericadel Nortey dela Europaoccidental (anunciandodealgiin modola OTAN). Tarnbienera necesario impulsar estudios sobre Asia0 sobre Rusia paraatender las necesidades de informaci6n del gobierno(sera unhistoriador como Kennan quien, basandose en su conoci-miento hist6rico, rnarcara lasgran des lineas de la politicanorteamericana hacia la URSS). El caso mas evidente de estaconexi6n entre historia y politica es posiblemente el de los so-vietologos 0 krernlinologos, comose los llamaba, uncampoque tuvo un crecimiento espectacular despues del lanzamien-todel primersatelite sovietico, gracias alasayudas quesedestinaronainvestigarlahistoriarusa, peroque estabaso-metido a controlesestrictos:el Centro deInvestigaci6n Rusade la Universidad de Harvard, por ejemplo, tenia un conveniocon el FBI, queobligaba a que los autores que pubIicasen enlarevistaProblemasdel comunismofueseninvestigados per-sonalmente, porrazones deseguridad. Ladoblefunci6n delos investigadores en este campo se puede ver en casos comoel de Richard Pipes, profesor ernerito de historia rusa en Har-vard, autordeobras generalessobre larevoluci6nrusa, queasociabaesta actividaddehistoriadorconladedirectorde~ ~ ' ' ' ' ',LeIS guerras de la bistoria 93asuntos sovieticos y de la Europa del este del National Secu-rity Council y que fueunodelosinspiradores delanuevaguerra fria de Reagan. AI hundirse la Uni6nSovietica, un Pi-pes que parece irritado por que se ha quedado sin enemigo acombatir, se dedicaa reemplazarlopor el est adodel bienes-tar, manifestando su miedo ante el hecho que aunque la san-. tidad de la propiedad ya no esta amenazada por la hostilidaddirecta decomunistasy socialistas,puede serminadaporelestado del bienestar.Elclima dela guerrafriaexplicatambien laimportanciaquealcanzaronenlos Estados Unidos los cultivadores dela llamada sociologiahistories, queusaban modelos socio-l6gicos esquematicos parainterpretar los hechos hist6ricos-10quenoexcluiaqueacornpafiasenestosplanteamientoste6ricos simplistas con un trabajo de busqueda factualde unaconsiderable importancia-, yque han dedicadola mayorpartedesusinvestigaciones auntipodeestudios sobreel- conflicto social queestabanclaramente destinadosa ensefiara evitarlo 0, al menos, a contenerlo. Se explicaasf quebuenaparte de las obrasquepublicaron tuvierancomoobjeto cen-tral la revueltay larevoluci6n, comose puede ver enlosca-sos de Barrington Moore, jr. (Thesocial origins of democracyand dictatorship, 1967; Injustice:thesocial bases of obedienceand revolt, 1978),deCharles Tilly (Frommobilizationtore-volution, 1967;ThecontentiousFrench, 1986; Lasrevolucio-nes europeas, 1993; Popular contention in Great Britain, 1758-1834, 1995, etc.) 0 de Theda Skocpol (States and socialrevolution, 1979; Social revolutions in the modern world,1994), pormencionarunos pocos ejemplos representativos.Hubotambienunaactuaci6nrepresiva. Si enel nivel delos Iibrosdetextonosencontramosconunaseriedecruza-das localescontra los libros subversivos -un informeen-cargado por las Daughters of the American Revolution de-nunciaba170 libros por contenerexpresiones consideradasprocomunistas, como la que sostenia que la democracia es laforma degobiernoenqueel poder soberano estaenmanosdel pueblocolectivamente>>--, enlaenseiianzasuperior se94 La bistoriade los hombres: el siglo xxprodujo una depuraci6nconcentenares dedespidos,en laquecolaboraronmuchosdelosmiembrosdelapropiapro-fesi6n, que se aseguraban depaso su promoci6n. Tenemos asicasos comoel de Daniel Boorstin, queseprest6de buenaganaadarnombresyconsigui6prosperarensucarrera,que podrfan contraponerse a otros, como el deMoses Finley,que no quisodenunciar y tuvo que abandonar la universidadnorteamericana y rehacer sucarrera enInglaterra, 0como elcaso parad6jico de Ernst H. Kantorowicz (1865-1993), unnazi que habia luchado enlos cuerpos libres despuesde laprimeraguerramundial, autor de unagranbiograffade Fe-derico II queeraunelogiodel caudillismoy quesepublicoexhibiendoenlascubiertasunaesvastica. KantorowiczdejolaensefianzaenlaUniversidaddeFrankfurten1935, por laoposici6nque losestudiantesmanifestabananteunprofesorjudio, pero sigui6 cobrandosusueldo y permaneci6 tranqui-lamente en Berlin hasta el verano de1938, cuando acept6 unainvitaci6n para ensefiar en Oxfordymarch6 despues alaUniversidaddeCalifornia, donderechaz6, en1950, hacer eljuramento de lealtad que se exigiaa los profesores norteame-ricanos, alegando que representaba una amenaza ala libertadacadernica. Dej6masadelanteCalifornia parapasaral Insti-tutodeEstudios AvanzadosdePrinceton y public6 entoncessuobra masconocida, Losdos cuerpos del rey (1957).Esteclima contribuy6aqueseelaboraseuna visi6ndelpasado de los Estados Unidoscomo una historia deconsen-so, basada enlasdoctrinasdel excepcionalismo norteame-ricano y del "destine manifiesto",y enel mito delaconquis-ta triunfante del oeste, que ornitia cualquier menci6n sobreraza, esclavitud, conquista de los pueblos nativos y restriccio-nes opresoras sobre muchos grupos marginalizados, inclu-yendolasmujeres. Unavisi6nqueseabsteniadecriticar alos robber barons creadoresderiqueza, y que celebraba elrnilagroque habia engendradounanaci6nsinclases, respec-todela cuallos planteamientos del marxismo erantotalmen- .te irrelevantes. Por su partela teoria de la modernizaci6nsostenia que estemilagro podia repetirse en los paises subde-Las ,guerras de la historia 95sarrollados, si est os segulanlas mismas f6rmulas sociales ypoliticas. Se volvia, a la vez, a la doctrina de la objetividad, alrechazo de la ideologia -es decir, de las ideas de los'otros- y dela construcci6n social.En 1949el presidente delaAmericanHistorical Associa-tion declaraba: No nospodemos permitir no ser ortodoxosyexhortaba a loshistoriadores norteamericanos a abandonarsu tradicional pluralidaddeobjetivosy devaloresy acep-tar una amplia medida de regimentaci6n, porque unaguerra total, seacaliente0fda, movilizaatodoel mundoyllama a cada uno a asumir su parte. El historiador no esta maslibre deestaobligaci6nque el fisico.La actuaci6npoliticay propagandistanorteamericanaseextenderia tambiena Europa, dondeserealizaba sobretodoa traves del CongresoporlaLibertaddelaCultura(CCF),unainstituci6n dirigida bajo mana por la CIA y dotada de re-cursos abundantes, procedentes en gran medida del PlanMarshall -recursosquepasabana menudoa travesdefun-daciones, reales 0 inventadas, para disimular su origen-, quetenia en el patronato a personajes como Benedetto Croce (re-emplazado a sumuerte por Salvador deMadariaga), Jaspers,Maritain, etc., y quefinanciabapublicacionescomo Preuues,en Francia(creadacomounantidoteaLes tempsmodernesde Sartre), Encounter enGranBretafia(bajoladirecci6ndeIrvingKristol yStephenSpender), Cuadernos (dirigidoporun personajetanturbiocomo JulianGorkfn), Tempopresen-te(creado enItalia contra Moravia), y otras publicaciones se-mejantesenAustralia, laIndiay J ap6n, pensadascomopla-taformas para apoyar a izquierdas alternativas y hacerllegar la influencia norteamericana a ungran mimero de inte-lectuales dediversospaises.Tambien la altacultura experimento losefectos de esta si-tuaci6n. Los pintoresabandonaronel realismocomprometi-dodel frentepopular que queria hacer llegar el arte a las rna-sas, en favordel expresionismo abstracto, y pasaron a usar unlenguaje que s610 entenderian las rninorias intelectuales avan-zadas. Hoysabemos, ademas, quelaoperaci6nform6parte"....Ito~8f)no{)~~ ' )QoC)()o()U(J~Q~~Q..,.I:I96La historiade los hombres:el siglo xxde las batallas culturales de la CIA. Unhombre como NelsonRockefeller, presidente del MOMA deNueva York, defendsel expresionismoabstractocomoel artedelalibreempresa.Contaban, adernas, con una figura carismatica, JacksonPo-llock, nacidoenWyoming, que podiapasar poruna especie ,de cowboy, quenoteniainfluenciaseuropeasni habiaestu rdiadoenHarvardy que, comobuenartistaautenticamenrenorteamericano, eraungranbebedor. Sehizouna campafisparadifundira est ospintores, consiguiendoquelosrnuseosnorteamericanos, ensumayor partedependientesdel patro.]-cinioprivado, los comprasen, yayudasenadifundirlospor],todo el mundo, enexposiciones0 conprestamos -todoellafinanciadoporlaCIAyconun arnplioapoyodel MOMA.Un hombre comoAlfredBarr, director del MOMAdesde1929 hasta1943, convencfa a Henry Luce para que cambiasela politica editorial deTime-Life y noatacase al nuevo arte, .porque eranecesario protegerlo a fin deque no fueracritics-docomo enla URSS, ya que eraempresa artistica libre: en .agostode 1949 Life dedic6 laspaginas centralesdelarevistaa Pollock. A algunosdelosmejoresartistasestasituacionde Irevolucionarios pagados por la burguesia acabo desequili-brandolos -Franz Kline murio alcoholizado yRothko seabrio las venas- pero otros, como Paul Burlin, aceptabanel. juego y sostenian que la pintura moderna es el baluarte de laexpresioncreativaindividual, lejos delaizquierdapolitics ydesuhermana desangre, la derecha. .En los departamentosuniversitarios deingles, dondeseestudianla lengua y la literatura, se abandono cualquier con-sideracion delcontexto social y de la historia, y la NuevaCrI-ricadecidio examinar unicarnente lostextos. LosprofesoresI'serefugiaronenunestudioelitista, separadodelaspreocu-paciones delmundoreal, para defenderse delosataquesqueles podianlanzar tantodes de laderechacomodesdelaiz.quierda. En el campode las cienciassocialessedejarondelado la preocupaci6n por la estructura declases 0 por ladis-tribuci6ndelariqueza. LaNational ScienceFoundationre-comendaba a los que pedian ayudas para la investigaci6n queLas gtterras de la bistoria 97se olvidasendelosmovimientosdereformay delasactivi-dades relacionadas conel bienestar social. Y las fundacionesprivadaseran todavia masescrupulosas y evitaban, por ejern-plo, cualquier investigaci6nsobrerelacionesraciales.Enel terrenodelahistoriaestos afiosdetranquilidadvi-giladaseacabaronconlacrisis delosafiossesentayconlaaparici6ndelanuevaizquierda, perolaluchano ces6nicon el final de la guerra fria. Los debates se renovaroncuandoen 1990elpresidenteBushlanz6un planparame-jorar losniveles educativos delosestudiantesnorteamerica-nos que incluia, entresus objetivos, el de conocer las di-versas herencias culturales de esta nacion. La comisionencargadadefijar unosobjetivosnacionales( 'i'iI128 La historia de los hombres: el siglo xxLos setenta y losprirneros ochenta serian losafios deglo-riadelosnouveaux, quefundabannuevascoleccionesdelibrosdehistoriadestinadas al granpublicoy seconvertianen autores deexito que aparedan en la television, escribianenlosperiodicosy revistasdegrandifusion, y conseguian10quenohabianpodido lograr los viejosmaestros: sertraduci-dosy reconocidosenel extranjero, y enespecial enlosEsta-dosUnidos,que acogiandebuena gana una teo riadetalanteinnovador, e incluso aparentemente progresista, pero vacuna-dacontra elmarxismo queimpregnabaa lanuevaizquierdalocal, y quehabrfadeservirparareanimarunahistoriaaca-dernicademasiadooxidada. UnosEstadosUnidosdonde losmedievalistas de Annalesfueron recibidos comoautenticasvedettes: Cantor noshaexplicado el casode Le Roy-Ladurie,queen 1980dabaunaconferenciaenNuevaYork, leyendouna traducci6n inglesa con unacento frances impenetrabley enunascondicionesenlasque, habiendofalladolamega-fonia, solo10 oianquienessesentabanenlasprimerasfilas.Noimportaba: alto, rubio, delgado, atractivo, unaestreilagala,10 que interesaba noeran suscomentariossobre la so-ciedadmedieval, sinosupresencia carismatica. Estosuce-dia al mismo tiempo que la NewYork Review ofBooks recibialas traducciones de loslibros de LeGoffconelogiosentu-siasticos. Eraevidentequelosnouveauxsabiancornuni-car, sabian vender susideas. Perotambien 10 era, paradoii-camente, queenel contextonorteamericanorepresentabaninclusounainspiracionprogresista, esdecir, todo10 contra-riode 10 que significaban enFrancia.En medio desu gloria aparente, y dela realidad deun po-derqueaiinhoyconservan -peronoloslectores, quehanidoabandonandolos-s-, los nouveauxse veriansorprendi-dos, a losveinteanosdesurupturacon Braudel, por lareovueltacontraellos de unanuevageneraci6nquernenospre-ciaba la superficialidad de sus realizaciones. Un nuevomanifiesto, Histoireet sciencessociales. Untournant criti-que?, publicado en Annales en1988, denunciaba que el des-pedazamientode la historia que Nora habfa saludadoconEl giro cultural 129tantaalegria enlosmomentosfundacionales delanouvelle. histoire, reflejabatambienel eclecticismodeunaproduc-ci6nabundanteperoanarquica, Comolaesterilidadde lanouvelle histoireresultabaevidente al cabodetantosafios-la escuela no habia producido en este tiernpo nada que pu-dieracompararse a losgrandeslibrosdeLabrousse, Braudel'0Vilar-, unanueva generaci6n comenz6labusqueda deotros enfoquesmetodo16gicos. Esesto10 quedenominabanel tournantcritique, que no dio lugara unnuevoplantea-mientometodologico colectivo, sino que acabaria conducien-do a quelafragmentaci6ny ladispersi6naumentasen. Alosdiez anosde haber publicado suanalisisdelahistoria a tro-zos el nuevo librodeFrancois Dosse sobre las ciencias hu-manas -Lempire du sens-mostrabael panoramade unahistoriaquesedispersabaenlasmas diversastendencias: lahistoria narrativa inspirada enla obra filosofica de Ricoeur, lapluralizaci6n de las temporalidades... Es verdad que nose tratadeescuelas, sinomasbiendetendenciasqueenmu-chosaspectossesobreponen, peroel resultadofinal de estanuevaetapadecarnbioparece ser, enmuchoscasos, unpre-dominiode laespeculaci6nfilosofica ysociol6gica, que dapiea numerososensayosdeteorizaci6n, peronoa unagranobrade investigaci6n histories que se pueda tomar como mo-delo.Enmediodeestadispersi6nhayalgunasvoces quepre-tenden reflexionar seriamente sobre los caminos a tomar,como Bernard Lepetit yGerard Noiriel, Bernard Lepetit(muerto en1996), criticaba el positivismo polvoriento de laetapalabroussiano-braudelianadeAnnalesy todaviamas lavacuidad del relativisrno de la nouvelle histoire, A partir deaqui, con un lexico donde resuenan a la vez Foucault y Bour-dieu, proponia salidassupuestamentepragmaticasconundiscursornetodologicodernasiadoret6rico y confusoque in-vocabaa Marc Bloch, trataba derecuperar a Labrousse y pre-tendiaincorporar al mismo tiempolainmediatez que pro-porcionan los metodos de la rnicrohistoria para construir unahistoria-ciencia social, muy cercana a lasociologia, queanali-130 La bistoria de los hombres: el siglo xxzarialasociedadcomo unacategoriadelapractica social.GerardNoiriel, quepartede unarecuperaciondelMarcBlochde la Apologie pourl'bistoire, hahechounareflexioncriticasobreladenominadacrisisdelahistoria, enbuscadesoluciones pragmaticas, ytiene un interes muyespecialcomo cultivador y teorico de la historia contemporanea -de-satendidapor las dos generaciones analisticasanteriores,tal vezporqueestudiamaterias que obliganal compromisopoliticoexplkito--quelos historiadores nopuedenseguireludiendo, porque los problemas deque se ocupa son losqueenestosmomentosest anenel centromismodelaatenciondel publico y delos medios decomunicacion. Lo masimpor-tante deNoiriel es que no se limita a reflexiones teoricas abs-tractas, comohacencon tanta frecuencia los post-nouve-aux, sinoqueincluyesusplanteamientosenestudiossobretern as especialmente comprometidos, como el derecho deasi-10 enFrancia0 losorigenesdel regimendeVichy.Mientrastanto, 10quequedadelosnouveauxsededi-ca, dice Antoine Prost, a refinados juegos de erudicion y a ex-perimentaciones ludicas que nointeresan casi a nadie, salvo auna comunidad queamenaza conconvertirse enun club deautocelebracion mutua, integradopor cultivadores de untipodehistoriaque harenunciadoa deciralgosobrenues-tros problemas actuales. Pasada la gloria deunos afios en losque estuvieron demoda, loshistoriadores franceses -a dife-rencia de10queocurreconlosfilosofos 0 lossociologos delmismopais, vendedoresafortunadosdemercandas no siem-pre enbuen estado-- tienen hoy una escasa influencia en lascorrientes dela ciencia historic