fondos para servir · la primera recolección 8 un arte olvidado 13 ... que distribuyó durante el...
TRANSCRIPT
Edgardo D. Iuorno
FONDOS PARA SERVIR
El arte de pedir para dar y las posibilidades
de la recolección adventista
FONDOSPARA
SERVIREl Arte de Pedir Para Dar, y las Posibilidades de la Recolección
Adventista
Edgardo D. luorno
DESCUBRA EDICIONESParaná, Entre Ríos
2015
FONDOS PARA SERVIR
PREFACIO
Los adventistas de hace medio siglo no eran ni muchos
ni pudientes, sin embargo esas limitaciones no los apocaban a la
hora de ponerse metas elevadas. Una de las iniciativas que mejor
expresaban el sentir de una iglesia audaz y llena de fe era la
Recolección, por medio de la cual obtenían recursos financieros
para la obra solidaria de la iglesia.
Esta tarea excedía el hecho de pedir para dar, o el de
obtener fondos para el servicio humanitario. Era una santa
excusa que permitía dar a conocer la obra y el mensaje de la
iglesia ante el público en general. También resultaba en una
abundante fuente de contactos, y en la oportunidad de esparcir
gran cantidad de publicaciones misioneras.
Al conocer la historia de estos dirigentes entusiastas y
laicos que abrazaban con pasión los desafíos de la iglesia
podremos explorar la esencia de la religión verdadera e
inspirarnos al continuar la obra aún no terminada.
2
FONDOS PARA SERVIR
ÍNDICE
Se Inicia la Recolección Adventista 5
La Primera Recolección 8
Un Arte Olvidado 13
Una Ciega Recolecta en el Casino 18
Recolectando y Predicando Apenas Bautizado 22
Un Cristo Vivo en el Mundo 24
Objetivos y Metas en la Recolección 25
Materiales de Apoyo 27
Campeones Dan su Testimonio 29
Un Nino Entusiasta 38
Recolección con Alcancías 40
La Ruta de los Grandes Éxitos 41
La Organización de la Campaña de la Recolección 49
La Recolección y la Visitación 55
La Mayor Campaña Para Ganar Almas 57
Nuestra Mayor Campaña Para Reunir Fondos 58
Nuestra Mayor Campaña De Distribución
De Publicaciones 613
FONDOS PARA SERVIR
Nuestra Campana Más Corta 62
Recolección y Plantación de Iglesias 66
¡Trescientos Mil Cruceiros! 68
Avances Continuos en la Recolección 72
Una Buena Donación 76
Otros Grandes Éxitos 77
La Recolección en el Norte argentino 85
“Nuestro Blanco no fue el Dinero” 88
Un Recolector Incansable 92
De 200 A 20.000 92
Resultados Mayores 93
Epílogo 95
Suplemento Fotográfico 99
4
FONDOS PARA SERVIR
Se Inicia la Recolección Adventista
La recolección consiste en una colecta anual que los
adventistas solían hacer al público en general. La misma se
inició gracias a una de tantas casualidades providenciales. Jasper
Wayne, que vivía en Iowa, inició el programa en 1903 cuando
erróneamente recibió publicaciones adventistas y las comenzó a
distribuir a cambio de una donación destinada a las misiones.
En menos de una hora que había dispuesto de
prácticamente toda su suministro de signos y había recibido más
de cuatro dólares para las misiones. Su primer contacto le dio
quince centavos, pero cuando una mujer más tarde dio
veinticinco centavos, decidió sugerir esto como donación
mínima. En un par de días Wayne había recaudado la buena
suma de veintiséis dólares. Estaba tan animado por esta
experiencia, inmediatamente ordenó 400 ejemplares de revistas
que distribuyó durante el resto del año. El entusiasmo de Jasper
5
FONDOS PARA SERVIR
Wayne abrió un camino para la obtención de fondos para
las necesidades de la misión.
Algunos pensaban que no era correcto "mendigar dinero
de los gentiles" para apoyar la obra adventista. Pero Wayne no
iba a quedarse quieto. Mientras asistía al campamento de
Nebraska reunida en 1904 le dijo a su experiencia para muchos,
incluyendo AT Robinson, el presidente de la conferencia. Por su
experiencia personal en África y Australia, Robinson sabía de las
grandes necesidades de los campos misioneros. El pastor
Robinson persuadió Wayne de compartir su método con todos
los campistas durante una de las reuniones generales. W.C.
White, estaba entre los presentes, fue cautivado por la idea pidió
que Wayne escribiera su experiencia a su madre, Elena de
White. Con el fuerte respaldo de la mensajera del Señor el
programa pronto recibió aceptación oficial.
En 1908 el Comité Ejecutivo de la Asociación General,
recomendó que todas las iglesias adoptaran el programa,
6
FONDOS PARA SERVIR
llamado "Harvest " (Cosecha), que iba a tener lugar durante la
última semana de Noviembre. La denominación publicó
números especiales de Signs of the Times y otras revistas
misioneras para su distribución en las campañas, dejándolas en
agradecimiento a cada donante.
A principios de la década de 1960 el programa
Ingathering (Recolección), como se lo llamó a partir de 1942,
había recaudado 136 millones dólares, aplicado a una amplia
variedad de proyectos en todo el mundo, incluyendo América
del Norte.
En la década de 1980, sin embargo, la práctica de buscar
donaciones del público se redujo, en parte porque las personas
se sentían incómodas pidiendo dinero y también por
la creciente preocupación por la seguridad de los jóvenes
quienes desempeñaban un papel importante en el programa.
7
FONDOS PARA SERVIR
La Primera Recolección
La última semana de noviembre fue designada
oficialmente como el tiempo para este esfuerzo conjunto;
400.000 copias de una revista misionera fueron impresas para su
distribución. Estas eran presentadas ante la persona contactada
junto con una breve descripción de la obra adventista que se
estaba llevando a cabo en otras tierras y una invitación para
ayudar en la financiación de estas actividades. Los fondos
recaudados en esta primera campaña superaron los gastos por
30.000 y permitieron a la Junta de Misiones Extranjeras
despachar veinticinco nuevos misioneros en el extranjero. Este
éxito convenció a los líderes de la iglesia de fomentar el método
de Wayne en una campaña anual.
El número especial de la revista utilizada para la solicitud
fue reemplazado sucesivamente por revistas con artículos que
describían la obra evangelística adventista en todo el mundo.
Estos números especiales informaban la obra evangelizadora,
8
FONDOS PARA SERVIR
médica, y de asistencia social. Los primeros años también
incluyeron un artículo doctrinal, tales como la importancia de la
gran imagen del sueño de Nabucodonosor de Daniel 2.
Poco a poco la una semana originalmente asignada para la
Recolección se fue alargando hasta varios meses, hasta que en
1922 la Asociación General consideró necesario establecer un
límite de seis semanas. Año tras año los fondos colectados
fueron en aumento; en 1927 más de $ 5.250.000 se recibieron
para adelantar avanzar en las misiones adventistas.
No fue de extrañar que algunos tendieran a olvidar que
el propósito original de Jasper Wayne no había sido únicamente
conseguir dinero, sino fundamentalmente llamar la atención al
mensaje distintivo adventista. En un esfuerzo por recuperar este
propósito evangelístico, los líderes de la iglesia en 1930
recomendaron que un folleto de contenido doctrinal
acompañara la habitual revista de la Recolección.
En realidad fue sólo durante los primeros años que la
9
FONDOS PARA SERVIR
totalidad recolección se dedicó a las misiones adventistas en el
extranjero. La primera ruptura en este patrón implicó el uso de
algunos de los fondos recaudados para alcanzar poblaciones de
inmigrantes en América. La breve recesión posterior a la Primera
Guerra Mundial llevó a la asignación de fondos adicionales para
financiar el trabajo en Estados Unidos, y esta tendencia se
incrementó considerablemente durante la Gran Depresión de la
década de 1930.
Al igual que el resto de los programas misioneros
adventistas, las campañas de recolección pronto se diseminaron
en todos los países en los que los adventistas tenían desarrollado
un trabajo organizado. Hubo, por supuesto, adaptaciones
locales. Algunas regiones hicieron hincapié en el trabajo
educativo o médico hecho a nivel local, mientras que otros
hicieron hincapié en las necesidades de los menos afortunados
y pobres.
10
FONDOS PARA SERVIR
Se hicieron esfuerzos para involucrar a casi todos los
miembros de la iglesia. Los más tímidos podrían participar en
coros, los más audaces salían de casa en casa; y los enfermos y
ancianos podrían solicitar ayuda por correo. Los alumnos de las
escuelas adventistas también se dispersaban en el vecindario de
sus colegios con sus alcancías de Recolección.
Además de rescatar a ex adventistas y ganar a nuevos
miembros rastreo sus primeros contactos con la iglesia a otra
importante contribución del programa estuvo en la gran
cantidad de fondos económicos puestos a disposición del trabajo
denominacional. Más de 136 millones dólares se recibieron
durante los primeros cincuenta y cinco años después de la
adopción oficial de la idea de Jasper Wayne. El total recibido
durante 1975 superó ocho millones de dólares, sólo en América
del Norte.
Los cambios socioculturales, sin embargo, dejaron casi
en el olvido este movimiento misionero adventista. Es probable
11
FONDOS PARA SERVIR
que los prejuicios nacieran más de las nuevas generaciones de
miembros de la iglesia que de los nuevos donantes potenciales.
En tal caso, lo peor no sería la pérdida del dinero que provenía
de la Recolección sino la pérdida de los contactos misioneros
que acompañaban este esfuerzo y la difusión de la obra
adventista entre el público en general.
Asimismo el declive de la Recolección desacostumbró a
la feligresía a ponerse metas elevadas, alcanzarlas o superarlas, y
subir la exigencia el año siguiente. Dado que cuando uno se
esfuerza por el Señor la fe crece, este valor espiritual también
resultaría disminuido.
Estas historias de fe y esfuerzo, no obstante, merecen ser
recuperadas en beneficio de los que afrontamos los grandes
desafíos de este tiempo. A continuación presentamos algunas de
ellas, de manera que notemos las posibilidades de una iglesia
entusiasmada, movilizada, y en contacto directo con las personas
comunes que le rodean.
12
FONDOS PARA SERVIR
Un Arte Olvidado
Un testimonio destaca la entrevista con un señor
industrial a quien en otra oportunidad se le había obsequiado
un número de Vida Feliz. Al presentarle el informe de la obra
filantrópica y pedírsele un donativo, respondió: ‘Estamos
pasando por un período muy crítico en la industria, pero
convencido de la importancia de la obra que ustedes realizan, le
daré mi donativo; además deseo suscribirme a la revista Vida
Féliz. En lo futuro eliminaré todas las donaciones, pero la Obra
Adventista siempre recibirá mi aporte’. La recolección era la
santa excusa para vincularse con gente pudiente, comerciantes y
empresarios, haciéndoles llegar las publicaciones adventistas y
pidiendo la colaboración para diferentes proyectos asistenciales.
El hermano Valentín Bao, director misionero de la
Iglesia de Flores, declaraba que “la recolección ha resultado de
estímulo y ánimo para todos. Particularmente nunca he sentido
tanto gozo, no sólo por haber participado en la campaña sino
13
FONDOS PARA SERVIR
por el entusiasmo y espíritu de colaboración puesto de
manifiesto por todos los miembros. Esperamos el año próximo
hacer un esfuerzo por duplicar lo alcanzado”.
Las nociones de esfuerzo y superar objetivos eran
permanentes en los informes adventistas de inicios de los 60. La
hermandad abrazaba desafíos, los alcanzaba, y se gozaba en esos
logros, cual hacía crecer la fe de la iglesia en plantearse mayores
objetivos. Esta especie de círculo virtuoso de la obra es digno de
ser recuperado, no solamente porque estimula la misión sino
porque desarrolla a la iglesia.
El hermano Daniel González, de la Iglesia de Palermo,
alentaba a los miembros con su ejemplo, logrando así que la
iglesia realizara un buen trabajo. El reunió la suma mayor entre
los hermanos laicos de la asociación, y decía: “Este año he
tenido más de cien entrevistas en relación con la campaña. Lo
más admirable es la manera como me ayudó Dios a recolectar $
10.045,00 pesos. Algunos donantes me recomendaron visitar a
14
FONDOS PARA SERVIR
dos personas a quienes no tenía planes de ver, y como resultado
de esas visitas conseguí más de $ 3.500,00. Me siento feliz de ha
ber comprobado la ayuda tan evidente de Dios. Espero la
próxima campaña con deseos de recolectar el doble”. Como se
nota, el contagio provenía de pastores a miembros y de los
mismos miembros entre sí.
El hermano Lipton Block, siendo un dinámico director
misionero de la Iglesia de los Polvorines, contaba lo siguiente:
“Al visitar a un proveedor de mi fábrica y presentarle la obra
filantrópica que realizan los adventistas me dió una
contribución de varios miles de pesos y me preguntó si era
suficiente; le agradecí su buena voluntad y pienso para el año
próximo pedirle el doble. Ya estoy haciendo planes para 1960.
Visitaré a mayor cantidad de comerciantes voy a cooperar con
mil pesos’. Espero con la ayuda de Dios realizar mejor trabajo
en la siguiente campaña”. La misión y la recolección estaban
unidas, porque una era la excusa para la otra!
15
FONDOS PARA SERVIR
Alfredo Biaggi, miembro de Iglesia de Florida, nos
cuenta de su visita a un señor, y que al solicitarle una donación
se sonrió y me dijo: “Hace pocas noches los ladrones entraron
en mi casa y mientras los miraba sin poder hacer nada se
llevaron de la caja fuerte $ 50.000,00 que allí tenía. Ahora
viene usted a solicitar dinero, pero le daré le con gusto, porque
los adventistas realizan una obra extraordinaria”. Biaggi
culmina su testimonio diciendo: “Creo que la Recolección ha
sido inspirada por Dios, y me siento contento de haber
participado en esta bendita tarea. Espero el año próximo hacer
nuevamente mi parte para reunir fondos y llevar almas sinceras
a los pies de Jesús”.
Los adventistas eran muy conocidos por su obra, pero
esa obra se promovía de la mejor de las maneras: la visita
personal. Aunque hoy los medios virtuales y de comunicación
tienen su importancia, jamás reemplazarán la calidez y la
efectividad de la visita personal.
16
FONDOS PARA SERVIR
El hermano Francisco Spadavecchia, miembro de la
Iglesia de Valentín Alsina, resultó ser el “héroe” de la
campaña. Era un hombre sencillo, que no sabía leer ni escribir,
pero de un empuje extraordinario. “Visité en total 300
personas. Ocupé 28 talonarios y extendí 280 recibos. Pedía a
los donantes que me hicieran el favor de llenarlo, pues no sé
escribir”. Nadie se excusaba de participar. La misión tenía
protagonistas de todo lugar y condición, pero con la misma
pasión de extender promover y extender el mensaje adventista
por todos los medios posibles.
17
FONDOS PARA SERVIR
Una Ciega Recolecta en el Casino
El pastor Santiago Bernhardt, antiguo departamental de
la Misión de Cuyo, relató de la hermana Mercedes Tello, muy
apreciada miembro de la Iglesia de Mendoza.
Desafortunadamente sin vista, vio en las tinieblas luz. Antes de
iniciarse la campaña de la Recolección en la Misión de Cuyo, y
como era de costumbre en las iglesias, se fijaron blancos
individuales a los miembros. Cuando los hermanos salieron con
entusiasmo para recolectar con los informes, o con las ya
tradicionales alcancías callejeras, nuestra hermana. Mercedes
decidió pedir ayuda en un lugar poco habitual: el casino!
Hizo llegar al gerente del casino una nota escrita, firmada
y sellada, de parte de la Misión, donde se exponía el motivo de
la recolección. Esta nota pasó al Ministerio de Hacienda de la
provincia para su visación. De antemano, solicitó al pastor Isaías
Ramos que le hiciera confeccionar una alcancía bastante grande.
18
FONDOS PARA SERVIR
La Junta Misionera de su iglesia le había propuesto juntar cien
pesos. “¡Cien pesos! Pero sentí que podía y debía hacer mucho
más, aunque al entrar en el casino, ya tenía más de $ 500,00
recolectados entre mis amistades”. Así que Mercedes decidió
proponerse ni más ni menos que 30000 pesos!
“Junto a dos hermanas jóvenes de la iglesia, pedimos en
oración al Señor para que tocara los corazones de los hombres
que fluían al casino. Fue tal el éxito y la alegría nuestra, que no
sentimos el cansancio ni el sueño, a pesar de haber estado en el
casino desde las 20 hasta las 2.30. de la madrugada”, contaba la
hermana Tello.
Al llegar a la casa del hermano Belarmino Torres,
tesorero de la Misión, a contar el dinero recaudado la alegría y
satisfacción fueron aún mayores, porque había alcanzado la
suma de $ 4.000. Un buen policía las custodió hasta llegar a la
casa.
19
FONDOS PARA SERVIR
Las noches siguientes el numeroso público que afluía al
casino, donó a la Obra Filantrópica y Asistencia Social
Adventista la suma de $ 30.000,00, el blanco ideal que se había
propuesto Mercedes, lo cual obtuvo a lo largo de un mes, yendo
5 noches a la semana.
Agradecida por este logro de fe, la hermana Tello
contaba estar “muy agradecida a mi Señor Jesús, por su ayuda y
misericordia. Y a mis hermanos quiero decirles que
todos podemos trabajar en la viña del Señor cuando queremos
colaborar en esta obra tan noble, que sin duda los mismos
ángeles quisieran hacer, pero no les está permitido, sino a
nosotros seres finitos, en quienes el Padre se complace.
Tengamos más fe y confianza en Dios, que él nos hará fuertes y
consagrados”.
Relatos como estos dejan ver el sentir de la iglesia hace
más de medio siglo. Fe-metas-esfuerzo hasta alcanzarlas-
testimonios de gratitud a Dios por su ayuda-metas mayores a ser
20
FONDOS PARA SERVIR
alcanzadas. Tal era la secuencia de un círculo virtuoso que se
experimentaba en muchas iglesias.
Además se animaba a que todos participaran, ancianos,
niños, sanos y discapacitados.
La iglesia actualmente promueve la masiva participación
de todos por medio de la distribución anual de millones de
libros, inspirados en la orden profética de esparcirlos como
“hojas de otoño”. Pero debe reconocerse que la fe es exigida
mucho más cuando se establecen blancos concretos para cada
miembro e iglesia, y se estimula a alcanzarlos.
Aunque en la actualidad colocar blancos pueda provocar
rechazo en algunas personas, bien propuestos y definidos
pueden resultar en las mismas bendiciones pasadas. Una iglesia
que avanza debe tener fe para trazar metas y esfuerzo para
alcanzarlas. Esto también es parte del discipulado cristiano.
21
FONDOS PARA SERVIR
Recolectando y Predicando Apenas Bautizado
Benito S. Ferrando, director de Colportaje de la Misión
del Norte, comentó que un estudiante interrumpió sus estudios
para colportar un año completo. La junta de la misión lo
destinó a la ciudad de Salta (Argentina) donde el pastor
Aeschlimann daba comienzo a un ciclo de conferencias.
Trabajando con El Conflicto de los Siglos llegó a una casa
donde lo atendió un señor que se interesó en el libro, pero que
no pudo comprar la obra en ese momento. Siendo que este
material se presta para comentarios espirituales, continuaron
conversando sobre el particular. Antes de despedirse, el joven
colportor le ofreció la Biblia, que gustosamente adquirió el
visitado, pues no la conocía no obstante ser un sincero creyente.
La situación fué bien aprovechada por el colportor
invitándolo a las conferencias que se dictaban en la ciudad. El
hombre asistió y desde ese primer momento no dejó de
concurrir a las reuniones sucesivas. Fue instruido y luego
22
FONDOS PARA SERVIR
bautizado con la más absoluta convicción, no obstante que en su
hogar tenía cubiertas las paredes con más de quince imágenes de
santos, cada uno de los cuales, según él, le había ayudado en
alguna forma. El amor por la verdad lo llevó a trabajar por los
suyos hasta ganar a siete de sus hijos mayores. Esta conquista no
lo dejó satisfecho, sino que en la próxima campaña de
Recolección salió casa por casa interesando así a otras personas,
de las cuales se unieron a la iglesia diez almas más. Como si esto
fuera poco, dos de sus hijos terminaron trabajando en la obra,
mediante la cual, él conoció la verdadera iglesia.
23
FONDOS PARA SERVIR
Un Cristo Vivo en el Mundo
La campaña tuvo un propósito doble: (1) Proporcionar
fondos para el programa médico, eduacional, social y
evangelístico de la iglesia, que trajera alivio y elevara a la
humanidad para encontrar un Cristo vivo al mundo, y (2) Hacer
contactos misioneros en los hogares, entregando revistas
misioneros y de difusión de la obra adventista, y ofreciendo la
oportunidad de inscribirse en un curso bíblico por
correspondencia.
Los recolectores explicaban el deseo adventista de seguir
el ejemplo de Jesucristo, que pasó haciendo bienes, sanando a
los enfermos, enseñando a la gente, y predicando el evangelio.
En América del Norte se utilizaban cantidades cada vez mayores
de fondos para servicios comunitarios que aliviaran emergencias
sin distinción de raza, credo ni color. Los fondos enviados a
países de ultramar estimularon muchos proyectos, tales como
24
FONDOS PARA SERVIR
clínicas, dispensarios, leprosarios, escuelas y misiones para los
grandes poblaciones.
Al mismo tiempo, alrededor de un tercio del total de
fondos recaudados en las campañas de recolección era aportado
por donantes en los países de ultramar. En muchos de estos
países se concretaron proyectos significativos con dichos fondos.
Por ejemplo, en China varios hospitales se establecieron con
fondos recaudados a nivel local. Los fondos recaudados en esta
campaña comprenden sólo alrededor del 7 por ciento del costo
total de la obra en todo el mundo de SDA, el otro 93 por ciento
provenía de los diezmos y las ofrendas de los miembros
adventistas.
Objetivos y Metas en la Recolección
El programa de la Recolección en general fue promovido
por el Departamento de Actividades Laicas, apuntando a la
total participación de los miembros, una cobertura total del
territorio, la búsqueda de las personas interesadas en el
25
FONDOS PARA SERVIR
Evangelio, ofrendas crecientes, y el seguimiento de los
interesados que generara el movimiento. De alguna manera la
Recolección, más que un fin en sí misma, era el disparador de la
movilización misionera de la iglesia, o la excusa para visitar
personas y hablarles de la obra adventista. A su vez, este
testimonio espiritual e institucional reforzaba el compromiso
laico con la organización de la iglesia.
Durante los primeros años no se establecieron objetivos
financieros específicos. En 1915 se alentó a los miembros a
fijarse metas individuales voluntarias en cuanto a la cantidad
total recaudada. El principio de un objetivo individual se
recomendó a todas los divisiones del campo mundial, y en 1934
se recomendó que las conferencias asignasen metas de
recolección para cada iglesia. A partir de 1948 se promovía la
escuela bíblica por correspondencia y el cupón de inscripción a
la misma se convirtió en un elemento habitual en las revistas de
la Campaña.
26
FONDOS PARA SERVIR
Materiales de Apoyo
La campaña se restringió a un máximo de seis semanas
canalizada por diversos métodos, tales como visitas a lugares
comerciales y hogares, conjuntos musicales que llamaran la
atención, villancicos de Navidad y correspondencia solicitando
donacines. El Departamento de Actividades Laicas presentaba
sugerencias diversos enfoques de recolección, así como ejemplos
de cartas que enviar a los amigos. Se imprimían prospectos para
contactos en negocios, alcancías de recolección de la calle con
una etiqueta distintiva, credenciales emitidas por la conferencia;
e insignias usados por los voluntarios.
Desde 1961 se enviaban paquetes a cada pastor con la
información pertinente sobre la organización y los métodos de
campaña para el uso exclusivo de los líderes de la iglesia.
En 1963 una película que narraba el trabajo médico
entre los caníbales de Nueva Guinea, fue lanzado para la
27
FONDOS PARA SERVIR
promoción de la campaña. Además el Departamento de
Comunicación preparó materiales de publicidad para darlos a
conocer en comunicados de prensa. Se añadieron además
diapositivas, cintas de audio para las radios, etc.
La Participación de los Jóvenes
Los jóvenes fueron protagonistas fundamentales de la
Recolección. Visitaban cada casa de su vecindario pidiendo
colaboración y cantaban en las plazas o esquinas comerciales. Se
alentaba a que cada institución educativa participara, pero cada
estudiante se anotaba de manera voluntaria. Cuando terminaba
una jornada de Recolección los estudiantes volvían
entusiasmados, enriquecidos con la experiencia, y con una
mayor perspectiva de lo que significaba el servicio cristiano. Por
otra parte era una de las maneras más directas de fomentar las
vocaciones misioneras.
28
FONDOS PARA SERVIR
Campeones Dan su Testimonio
El pastor Antonio Cabrera, director de Actividad
Misionera de la Asociación Bonaerense, relataba que el año
1959 se inició entre espesos nubarrones que amenazaban el
éxito de la campaña de la Recolección. Mucho se hablaba de
crisis y austeridad, y el dinero perdía su poder adquisitivo en
forma alarmante a causa de la galopante inflación argentina.
Todo esto sumado a la gran incertidumbre eran hechos que
atentaban contra “nuestra gran campaña misionera”, tal como se
denominaba a la Recolección.
Los dirigentes se esforzaron por desterrar el pesimismo
de la mente y luego con todo entusiasmo salieron a promover el
trabajo alentados por el lema: “Con Dios no hay crisis y para la
Recolección no hay austeridad”. Obreros y hermanos iniciaron
la tarea poniendo un interés y esfuerzo digno de mencionar.
29
FONDOS PARA SERVIR
“A medida que transcurrían los días nos alegraban las
noticias alentadoras recibidas del frente de lucha. Sólo se
necesitaron tres semanas de intenso trabajo para alcanzar el
blanco fijado por la Unión Austral, que era de $ 250.000,00”,
cuenta Cabrera. Se siguió trabajando con un entusiasmo
desbordante, y al finalizar la quinta semana, sintieron el
inmenso gozo de haber sobrepasado el blanco ideal de
$400.000,00. Así continuó la campaña hasta ver coronados los
esfuerzos con un éxito sin precedientes alcanzado en la
Asociación Bonaerense: medio millón de pesos argentinos!
“Podríamos escribir muchos capítulos interesantes de
hechos e incidentes recogidos a través de los días dedicados a
esta magnífica tarea”, declaraba el pastor Cabrera. Muchos
obreros silenciosos fueron protagonistas de esta meta
conquistada en la populosa Buenos Aires.
Para estimular la campaña la asociación había fijado
varios premios, siendo el mayor para los hermanos que
recolectaran $ 4.000,00 como mínimo, y para la iglesia que
30
FONDOS PARA SERVIR
alcanzara el mayor porcentaje por miembro bautizado. Aunque
todas las iglesias realizaron un excelente trabajo, la dinámica
Iglesia de Flores logró el primer puesto como fruto de un
extraordinario trabajo. No tenían pastor que dirigiera la iglesia,
pero los hermanos se organizaron y comenzaron la tarea con un
entusiasmo sin límites. ¡Todos al trabajo! fue la consigna en
Flores, y todos realizaron su parte.
Se destacó un grupo de jóvenes llenos de celo misionero
que decidieron salir todos los domingos de mañana a visitar casa
por casa cierto sector de la ciudad. Volvían reflejando una
enorme satisfacción por haber reunido una buena cantidad de
dinero y tenido oportunidad de dar el mensaje a muchas
familias. Esperaban con ansias cada domingo para volver a salir,
y así cumplieron una tarea extraordinaria, digna de ser imitada.
Estas salidas continuas fueron la clave del éxito alcanzado;
obtuvieron un promedio por miembro bautizado de $ 320,00
pesos.
31
FONDOS PARA SERVIR
La Iglesia de Flores ostentó así con satisfacción el puesto
de campeona en la Asociación. Aquí tenemos un ejemplo de lo
que se puede hacer cuando todos los miembros cumplen su
parte, aunque no tengan pastor que los dirija, como era el caso
de Flores en aquel momento.
El veterano hermano Donato Sabino, anciano de la
iglesia campeona, refería que “este año, como muchos otros,
realicé mi campaña, pero esta vez contagiado por el celo
misionero de los miembros de la iglesia. Visité a muchas
personas, pero deseo destacar la entrevista que tuve con un
señor industrial a quien en otra oportunidad le había
obsequiado una revista. Cuando fui a presentarle el informe de
la obra filantrópica y pedirle un donativo, me dijo: ‘Estamos
pasando por un período muy crítico en la industria, pero
convencido de la importancia de la obra que ustedes realizan, le
daré mi donativo; además deseo suscribirme a la revista Vida
Feliz. En lo futuro eliminaré todas las donaciones, pero la Obra
Adventista siempre recibirá mi aporte' ”.
32
FONDOS PARA SERVIR
El hermanoValentín Bao, director misionero de la iglesia
de Flores, comentaba que “este año la recolección ha resultado
de estímulo y ánimo para todos. Particularmente nunca he
sentido tanto gozo, no sólo por haber participado en la campaña
sino por el entusiasmo y espíritu de colaboración puesto de
manifiesto por todos los miembros. Esperamos el año próximo
hacer un esfuerzo por duplicar lo alcanzado”.
El pastor Cabrera añadía el testimonio de los hermanos
que habían alcanzado el premio mayor por haber recolecto un
mínimo de $4.000,00. Daniel González, el entusiasta director
misionero de la Iglesia de Palermo, alentaba a los miembros con
su ejemplo, logrando así que la iglesia realizara un buen trabajo.
El reunió la suma mayor entre los hermanos laicos de la
Asociación. El hermano González en 1959 declaró: “Este año he
tenido más de cien entrevistas en relación con la campaña. Lo
más admirable es la manera como me ayudó Dios a recolectar $
10.045,00. Algunos donantes me recomendaron visitar algunas
personas que no tenía planes de contactar, y como resultado de
33
FONDOS PARA SERVIR
esas visitas conseguí más de $ 3.500,00. Me siento feliz de haber
comprobado la ayuda tan evidente de Dios. Espero la próxima
campaña con deseos de recolectar el doble”.
Luis Simón, miembro de la Iglesia de La Plata, contaba:
“Visité las mismas personas que el año anterior, sin embargo mis
dos jefes inmediatos no quisieron colaborar. Así dentro de la
compañía donde trabajo todo parecía haber fracasado, cuando
Dios me iluminó para que intentara conseguir sendas entrevistas
con el presidente y vicepresidente de la compañía. Se me
concedieron las audiencias solicitadas, y llegada la hora
señalada, me recibieron con mucha amabilidad. Cuando les
presenté él informe de nuestra obra, me preguntaron : “¿Con
cuánto se conforma Ud.?’ ‘De un peso para arriba, le respondí'.
Ellos se sonrieron, y para gran sorpresa mía cada uno me dio
un billete de $ 1.000,00. Quedaron tan bien impresionados de
nuestra obra que ahora reciben con mucho interés la revista
Señales de los Tiempos”.
34
FONDOS PARA SERVIR
Como se aprecia en la experiencia del hermano
Simón, muchos recolectores tenían una cartera de
donantes a los cuales visitaban cada año. Esto les daba la
oportunidad de consolidar los vínculos y suscribirlos para
las revistas de la iglesia.
Lipton Block, un dinámico director misionero de la
Iglesia de los Polvorines, por su parte testificó que “al visitar a
un proveedor de mi fábrica y presentarle la obra filantrópica que
realizan los adventistas me dio una contribución de varios miles
de pesos y me preguntó si era suficiente; le agradecí su buena
voluntad y pienso para el año próximo pedirle el doble. Ya estoy
haciendo planes para 1960. Visitaré a mayor cantidad de
comerciantes y confío en que Dios me ayudará a reunir fondos
para su obra”.
Por su parte Mario Conci, miembro de la Iglesia de
Flores, fue un colportor y entusiasta recolector, que cada año
realizaba un buen trabajo. En 1959 reunió más de $7.000,00, y
esperaba el año siguiente superar la cifra.
35
FONDOS PARA SERVIR
Rizzieri Ghirardi, miembro de la iglesia de Palermo
sumaba su relato de esta manera: “Al comienzo de la campaña
me siento cohibido y con algo de temor, pero recuerdo que el
apóstol Pablo dijo: ‘No me avergüenzo del Evangelio’; esto me
da ánimo y comienzo la Recolección, que me hace pasar
momentos muy felices. Al visitar a un activo militante de la
Acción Católica me donó mil pesos. Esto me sirvió de mucho
estímulo. Espero con la ayuda de Dios realizar mejor trabajo en
la siguiente campaña”.
Por último, Francisco Spadavecchia, miembro de la
Iglesia de Valentín Alsina resultó ser el “héroe” de la campaña
de 1959. Era un hermano sencillo, que no sabía leer ni escribir y
sin embargo cumplió una tarea extraordinaria. “Visité en total
unas 300 personas. Ocupé 28 talonarios, y extendí 280 recibos,
que pedía a los donantes que hicieran el favor de llenar, pues yo
no sé escribir.
36
FONDOS PARA SERVIR
"Cierto día visité a un radiólogo y al hablarle de nuestra
obra, dijo: ‘Si necesitan un aparato de Rayos X yo se lo daría a
un precio muy conveniente, pues aprecio la obra que realizan’.
Informé a los dirigentes de la obra, quienes se pusieron en
relación con este señor y adquirieron el aparato para ser
utilizado en la nueva Clínica de Buenos Aires. El costo de dicho
aparato es muy elevado pero lo consiguieron en $ 130.000,00
ahorrando así a la obra muchos miles de pesos. Además
recolecté $ 7.250.00. Creo que para el año próximo me será más
fácil la tarea, y espero alcanzar el doble”.
Así desfilaban los campeones de la recolección de 1959.
Puede apreciarse el deseo que tenían de contar con una nueva
oportunidad para realizar una tarea mayor. “Ojalá que todos nos
sintamos con deseos de imitar a estos valientes hermanos, y que
en la próxima campaña sean muchos más los que cooperen en la
difusión del Evangelio”, alentaba el pastor Cabrera.
37
FONDOS PARA SERVIR
Un Nino Entusiasta
El pastor Erwin Hise, a cargo de la Iglesia de Bahía
Blanca, Argentina, refería que “una semana después de
hacernos cargo de la Iglesia de Bahía Blanca iniciamos la
tradicional campaña de la Recolección. No faltó entusiasmo
entre los hermanos. Especialmente los recién convertidos
manifestaron un ardiente deseo de trabajar para el Señor y su
causa”.
La Asociación Bonaerense les había fijado un blanco
ideal de $24.000.00 pesos pero con la ayuda de Dios y la
cooperación de todos los miembros a las cuatro semanas habían
alcanzado 32 mil pesos.
La familia Hoffmann, integrada por los padres y una hija
de trece años, todos nuevos en la fe adventista, recolectó más de
cinco mil pesos. Más mérito le da a esto el hecho de que era la
primera vez que recolectaban.
38
FONDOS PARA SERVIR
El que se destacó como un verdadero campeón fue un
jovencito que acaba de cumplir doce años de edad, y era recién
bautizado: Orlando Paladini, quien con dedicación y mucha
constancia recorrió las calles de la ciudad golpeando de puerta
en puerta. Así logró reunir la suma de $1.800.00. “Más de una
vez Orlando se olvidó del almuerzo en su entusiasmo por
trabajar, no para recibir un premio, sino para agradar a Dios,
cuya obra ama de corazón. Este es un buen ejemplo de lo que
pueden hacer los niños cuando su corazón está lleno del amor
de Dios”, contaba Hise.
Para el buen éxito de la campaña el pastor dividió la
iglesia en departamentos de adultos, jóvenes, intermediarios y
primarios. Sobresalieron los intermediarios y los primarios como
dignos ejemplos de ser imitados. “Ojalá que este entusiasmo y
dedicación dure siempre en nuestros hermanos y contribuya a la
ganancia de muchas almas”, terminaba el pastor Hise”.
39
FONDOS PARA SERVIR
Recolección con Alcancías
El Depto. de Actividad Misionera de la Asociación
Bonaerense, dirigido por el pastor Antonio C. Cabrera, lanzó la
idea de recolectar con alcancías en las calles céntricas de Buenos
Aires, por las que circulan muchos miles de personas. Las
iglesias recibieron favorablemente este plan y enviaron a
recolectar a sus jóvenes y algunos adultos desbordantes de
entusiasmo. El resultado sobrepasó muchas veces las esperanzas
más optimistas. En resumen, catorce iglesias enviaron 206
miembros que utilizaron 290 alcancías y recolectaron
$128.829,00. Se destacaron las iglesias de Palermo y Florida, con
$44.644,55 y $32.- 034,95 respectivamente. Considerando el
promedio de dinero obtenido por alcancía, se destacaron las
iglesias de Avellaneda y Liniers, con $ 586 y $ 517,00 respec
tivamente.
40
FONDOS PARA SERVIR
La Ruta de los Grandes Éxitos
El pastor Antonio Cabrera comentaba que en 1960
habían asistido al deslumbrante amanecer de los grandes éxitos
en la Asociación Bonaerense. Calificó como sensacional la
campaña de la Recolección. Iniciaron la tarea alentados por las
promesas divinas y haciendo propias las palabras del salmista
que dice: “En Dios haremos proezas”.
Seguros de realizar verdaderas proezas se propusieron el
extraordinario blanco de un millón de pesos, 12 mil dólares en
ese entonces, una cifra nunca antes ni siquiera imaginada. El
blanco fijado por la unión y división era de $ 350.000, pero el
del campo casi triplicaba esa cantidad.
“Teníamos a nuestro favor el valor de enfrentar el
desafío, amparados en la segura dirección de Dios y en el
enorme potencial que significan los hermanos laicos
41
FONDOS PARA SERVIR
debidamente organizados y decididos a realizar una hazaña
digna de los tiempos de tantas maravillas”, declaraba Cabrera.
Resultó ser una tarea difícil querer destacar nombres de
hermanos o iglesias, ya que muchos colaboraron en una manera
encomiable. Sin embargo, como ejemplo de todo lo realizado,
comentaban que en 1960 todas las iglesias sobrepasaron en
mucho los blancos propuestos y varias los alcanzaron en la
primera semana de trabajo. El primer puesto, tomando en
cuenta el promedio por miembro, le correspondió a la Iglesia de
Tandil, con S515 per cápita. Trabajaron denodadamente todos
los hermanos dirigidos por el valiente colportor y anciano de la
iglesia, Isidro Monzón.
La Iglesia de Flores reeditando hazañas anteriores, realizó
otra magnífica campaña y estuvo a punto de conquistar la
vanguardia. Comodoro Rivadavia, la iglesia más austral de la
asociación, desde la desolada y lejana Patagonia argentina, hizo
llegar la voz de triunfo y victoria. En una sola semana alcanzaron
42
FONDOS PARA SERVIR
el blanco y continuaron trabajando con tanto entusiasmo que
llegaron a ocupar el tercer puesto tomando en cuenta el
promedio por miembro.
La Iglesia de Palermo, en una acometida de valor se
lanzó a la tarea de derribar blancos y enarbolar la bandera del
éxito muy alto. Impulsados por el ejemplo del propio director
misionero de la iglesia, alcanzaron una cifra récord, superior aun
a la alcanzada por algunas misiones: llegaron casi a los $ 200.000
pesos.
Acto seguido el pastor Cabrera citaba el testimonio de
algunos miembros, que por haber sobrepasado los $ 5.000
fueron considerados “campeones” de la asociación. “Los tres
“jefes”, llamados así por haber recolectado una suma superior a
los $ 20.000 cada uno, fueron los valientes hermanos Daniel
González, Edgar Sittner y Rizzieri Ghirardi (los tres de Palermo).
43
FONDOS PARA SERVIR
Realizaron un trabajo extraordinario. El hermano
González luchó con un espíritu admirable, salió con las
alcancías, visitó a muchos personalmente y escribió cartas
solicitando donaciones a firmas de importancia. Todo esto
unido a su gran dedicación y esfuerzo, dio como resultado que
fuera él quien recolectara la cifra mayor alcanzada por miembro
laico alguno en este campo: llegó a los $ 22.209.
El hermano Ghirardi comentó: “Fui a visitar a una gran
fábrica (por primera vez se iba a recolectar allí) y pedí hablar con
el gerente, pero la secretaria me informó que estaba ausente, e
insistió en que le dijera el motivo de mi visita. Le presenté a ella
el informe de nuestras actividades y quedó tan bien
impresionada que entregó su contribución. Luego, al volver el
gerente, la misma secretaria se encargó de hacerle el pedido y
recibió otra buena donación que entregó al hermano Ghirardi.
El Hno. Sittner, el tercero de los “jefes”, 'sugería a las
personas que visitaba la cantidad que esperaba de ellos y para
gran sorpresa todos respondieron con gusto y satisfacción.
44
FONDOS PARA SERVIR
Como se ve la técnica que se empleaba era muy similar a
la del colportaje. La diferencia estaba en el destino de la suma
solicitada, pero el método era similar al de los mensajeros de la
página impresa. De hecho, como ya se ha notado, los
colportores solían liderar la campaña en sus iglesias, capacitando
a los hermanos laicos.
El hermano Lino Alonso, miembro de la Iglesia de Los
Polvorines relató que en 1960 al visitar a las personas abordó en
forma directa el tema religioso y ellos dieron con liberalidad. A
cada uno de los 25 donantes visitados junto a su “socio”, otro
campeón de Los Polvorines, Lipton Block, enviaban por un año
y por cuenta de ellos la revista Vida Feliz.
El veterano recolector Alfredo Biaggi relataba: “La
recolección es para mí motivo de mucho gozo, porque por ese
medio podemos hablar a la gente de la verdad preciosa que
tanto amamos. Muchas personas me dijeron: ‘ya lo estábamos
45
FONDOS PARA SERVIR
esperando y tenemos nuestra donación guardada’. Amo esta
tarea y con la ayuda de Dios espero salir todos los años ” .
Por su parte la hermana Corina Rhys testificaba que el
éxito de la Iglesia de Comodoro Rivadavia se debió a la ayuda de
Dios, y luego a un grupo que estuvo resuelto a trabajar. A cada
persona sin excepción, incluyendo a los niños, se les fijó un
blanco, recibieron el material y salieron a trabajar con todo
entusiasmo. “Los niños nos dieron una gratísima sorpresa”,
declaró la hermana.
A su vez Héctor Franco, un niño de la iglesia de Trelew
(Chubut), se constituyó en el primer menor que sobrepasó los $
5.000. “Confiamos en que otros niños valientes surgirán en la
próxima campaña”, desafiaba Cabrera.
Cabrera asimismo exaltaba el valor del método de las
alcancías, “que llevadas por pies diligentes, sostenidas por
hábiles manos y presentadas por rostros sonrientes, recorrieron
las calles céntricas de Buenos Aires y La Plata”.
46
FONDOS PARA SERVIR
En 1960 salieron 206 miembros, pertenecientes a catorce
iglesias, utilizaron 250 alcancías y recolectaron 128.829 pesos.
Daniel González llenó nueve alcancías y recolectó así $ 5.800.00.
Elba Cammarata, con seis alcancías alcanzó $ 4.250.00. Más que
el dinero que juntó esta hermana, era motivo de alegría ver el
entusiasmo con que “Beba”, como la llamaban, trabajaba, casi
sin descanso y hasta altas horas de la noche. Terminó la
campaña con los pies ampollados de tanto caminar, pero
soñando con la próxima campaña.
También se destacó la hermana Carmen Navallo, a sus
69 años de edad. Los primeros días en que se los autorizó a salir
con las alcancías, esta hermana estaba muy enferma en cama.
Sentía muchos deseos de salir a recolectar, así que oró
fervientemente a Dios pidiendo que la sanara de su enfermedad.
Al sentir alivio de sus dolencias y aún con pocas fuerzas salió
con su alcancía, y en menos de cuatro horas llenó su
alcancía, pidió otra vacía y también la trajo llena de dinero.
Tanta era su alegría que se olvidó de su enfermedad. Tuvo
47
FONDOS PARA SERVIR
algunos incidentes sumamente animadores. Esta señora
esperaba con ansias la próxima campaña.
“Dios se manifestó en manera clara en nuestro trabajo y
los hermanos respondieron en gran número y con todo interés y
entusiasmo al llamado de la hora. Iniciamos la Campaña de
1960 alentados por las palabras del salmista: “En Dios haremos
proezas”, y la finalizamos diciendo: “En Dios hemos realizado
proezas”, se gozaba A. Cabrera.
48
FONDOS PARA SERVIR
La Organización de la Campaña de la Recolección
El pastor Juan Riffel, director de Actividad Misionera de
la División Sudamericana, analizaba las cifras alcanzadas en la
Recolección Anual de 1960. Las cinco uniones y los veintisiete
campos de la división, sin distinción alguna, realizaron esfuerzos
titánicos durante esa jornada. Ya por algunos años se venían
haciendo proezas y la bendición de Dios los acompañaba
maravillosamente; pero ningún otro esfuerzo fue tan admirable
como el de 1960.
Los directores de la campaña planearon la tarea en tal
forma que las iglesias fueron debidamente atendidas con el
envío de los materiales, con estímulo y la debida orientación.
Los obreros, ancianos y directores de actividad misionera de las
iglesias movieron la gran maquinaria de una campaña como
ésta. La feligresía respondió entusiasmada, razón por la cual se
lograron las cifras récord que los alegraban. La hermandad,
siempre lista, se hizo presente y, gracias al Señor, alrededor del
49
FONDOS PARA SERVIR
75% de la misma tomó parte activa. “Muchas gracias, queridos
hermanos. Dios los bendecirá por esta demostración de interés y
amor por su causa”, agradecía Riffel.
En 1960 sobrepasaron el total recolectado en el año
1959 en un 28%. Con un blanco básico para 1960 de $
1.059.045,45 oro uruguayo, alcanzaron $ 1.581.802,47. Esto es
$ 522.757,02 más que el blanco básico de 1959.
En ese contexto la Unión Austral, en un tremendo
esfuerzo y muy bien organizada, alcanzó 62% más. La Unión Sur
Brasileña, que trabajó con entusiasmo en un gran territorio,
llegó a recolectar Cr$ 11.049.307,70, que significó 33% más que
el año anterior. Y la Unión Incaica, siempre inquieta y con
grandes aspiraciones, quedó en segundo lugar en lo que al total
de lo recolectado se refiere.
Las otras uniones también hicieron grandes esfuerzos. La
Unión Norte Brasileña mostró lo que un campo pequeño puede
hacer cuando se agiganta:¡55 % más que el año anterior! La
50
FONDOS PARA SERVIR
Unión Este Brasileña tuvo algunos inconvenientes, pero hizo 27
% más, la cantidad de Cr$ 3.736.998,60.
Riffel creía que la campaña de 1961 depararía un
glorioso triunfo para el pueblo de Dios. Los blancos fijados por
las uniones para 1961 eran sorprendentes, y ni siquiera soñaban
con cantidades tales pocos años antes. Estaban andando a la par
de las posibilidades y las necesidades. Los directores, junto con
la hermandad, afrontaban la realidad de los tiempos en que
vivían y sabían que les quedaba poco tiempo de libertad; que “la
noche viene”, que las profecías estaban cumpliéndose. Riffel
citaba los primeros versículos del capítulo 60 de Isaías:
“Levántate ... la gloria de Jehová ha nacido sobre ti . . . tinieblas
cubrirán la tierra . . . sobre ti será vista su gloria, y andarán las
gentes a tu luz . . . traerán oro e incienso, y publicarán alabanza
a Jehová . . . para traer sus hijos de lejos, su oro y su plata con
ellos”.
51
FONDOS PARA SERVIR
Esta iglesia con una conciencia profético misionera bien
clara esperaba la culminación de las profecías con un gran
triunfo final, la suprema meta de la feliz campaña de la
Recolección que reunía fondos y ganaba almas. Se reconocía
este desafío y se lo afrontaba. “ Estamos seguros que esta vez
colaborará un mayor número de hermanos”, se aventuraba
Riffel.
Lo cierto es que en 1960 se recolectaron $ 1.581.- 802,47
pesos uruguayos. Comparado con el blanco fijado para ese año,
hubo un aumento de $ 268.832,33 uruguayos. “Esto es un
motivo de esfuerzo. Significa algo que hay que alcanzar. Es a la
vez una expresión de fe en el porvenir y en Dios”, decía el pastor
Riffel.
El dirigente citado recomendaba que esta tarea no se
prolongara más de dos meses en los campos, y de dos a tres
semanas en las iglesias. Cuando se la organizaba debidamente, y
cuando todos participaban, es decir, los administradores de los
52
FONDOS PARA SERVIR
campos, de las instituciones, todos los obreros y empleados y
toda la hermandad, por lo general no había por qué prolongarla
más de la cuenta.
La fecha oficial era entre los meses de enero a marzo. Por
ciertos motivos algunos campos trabajaban en períodos
posteriores al tiempo fijado oficialmente. Pero esto llegaba a ser
un estorbo para el evangelismo. Las campañas evangelísticas
comenzaban entonces demasiado tarde y por ende con menores
posibilidades de éxito. El segundo año de evangelismo
voluntario se iniciaría en el mes de abril; de modo que todo el
mundo debía madrugar con la Recolección.
Fue importante fijar fechas para empezar y para
terminar, y no estirar la campaña por meses y más meses. En
1960 hubo campos que recolectaron hasta el mes de septiembre.
Esto se consideró un grave error a ser corregido, y cuanto antes
tanto mejor. “Dios . . . está listo para conmover el corazón de los
hombres mundanos, aun de los idólatras, para que den de su
abundancia para el sostén de la obra; y Dios hará esto tan
53
FONDOS PARA SERVIR
pronto como sus hijos aprendan a acercarse a estos hombres
sabiamente y a llamar la atención a lo que es su privilegio hacer”
(Servicio Cristiano, pág. 209), recordaba Riffel.
“El tiempo es corto y nuestras fuerzas deben organizarse para ha
cer una obra más amplia” (Id., pág. 92).
54
FONDOS PARA SERVIR
La Recolección y la Visitación
El pastor Juan Riffel denominaba a la Recolección lisa y
llanamente como “nuestra mayor campaña de visitas”. Animaba
a los hermanos a no olvidar que Cristo fue el misionero ideal.
Citaba a Elena de White, quien escribía que “los obreros se
sorprenderán cuando vean los sencillos métodos que usaba
Cristo en sus tareas misioneras” (Evangelism, pág. 118). La
sierva del Señor hace una pregunta e inmediatamente da la
respuesta a la misma: “¿Cómo puede terminarse la obra del
tercer ángel? Terminará por esfuerzos personales y perseverantes
en las visitas hechas a las personas en sus hogares” (Wel- Jare
Ministry, pág. 97).
Mediante la campaña de la Recolección se realizaban
cientos de miles de contactos en Sudamérica, y en el mundo
entero se visitaban, para solicitarles un donativo, a multitudes de
personas. Toda esa gente tenía así una oportunidad espléndida
de oír hablar de la esperanza adventista. Al mismo tiempo era
55
FONDOS PARA SERVIR
una ocasión magnífica para lograr que la entrevista fuera seguida
de otras visitas para instruir al donante en las verdades bíblicas.
Riffel razonaba que en el antiguo Israel, antes de que
Dios llamara a su pueblo del cautiverio, Moisés organizó una
campaña de visitas a los vecinos para pedirles dinero. Esta
experiencia se halla registrada en Éxodo 11: 2, 3. Sólo los
métodos de trabajo del Misionero por excelencia, Cristo Jesús,
darán el éxito deseado. El visitaba al pueblo en sus hogares
como quien deseaba su bien. Les mostraba simpatía, ministraba
sus necesidades, ganaba su confianza y entonces les decía:
“Síganme”. Citaba que “Nuestro Salvador iba de casa en casa
sanando a los enfermos, consolando a los que lloraban, calman
do a los afligidos y hablando palabras de paz” (Obreros
Evangélicos, pág. 196). Alentaba a la iglesia a imitar al Salvador
en esta buena obra, transformando la Recolección en una
campaña de visitas misioneras; visitas que inicien una amistad
que cosechara hermanos en Cristo.
56
FONDOS PARA SERVIR
La Mayor Campaña Para Ganar Almas
Por doquier, la Recolección ganaba almas. Se decía que
ganar almas fue su verdadero propósito. Podrían mencionarse
muchos casos de personas ganadas por el contacto directo o por
medio de la lectura de alguna publicación entregada, pero sobre
todo, la Recolección realizó una obra grande al aportar los
fondos recogidos a la construcción de colegios, sanatorios, y
demás instituciones que contribuirían a la predicación del
mensaje. Los jóvenes que se preparaban en nuestros colegios
salían a los campos misioneros a propagar el Evangelio, y los
sanatorios son visitados por personas que quizá nunca asistirían
a una conferencia evangelizadora, y que de esa manera escuchan
el mensaje adventista. La Recolección fue una campaña grande
para amonestar personas, levantar instituciones, templos, etc. Se
ganaban almas de manera directa e indirecta.
57
FONDOS PARA SERVIR
“Transformemos, pues, esta campaña en una verdadera
actividad ganadora de almas; haremos así justamente lo que se
espera que ella logre: alcanzar a los incrédulos”, instaba Riffel.
Nuestra Mayor Campaña Para Reunir Fondos
“Durante años nos ha preocupado la pregunta: ¿Cómo
podremos reunir fondos suficientes para el sostén de las
misiones que el Señor ha abierto ante nosotros? . . . Uno de los
nuevos planes para alcanzar a los incrédulos es la campaña de la
Recolección Anual en favor de las misiones” (Servicio Cristiano,
pág. 93).
Riffel creía que esta directiva inspirada fue una de las
mayores bendiciones que el Señor derramó sobre su pueblo
remanente, pues, desde entonces y por unos cincuenta años,
grandes sumas de dinero fluyeron a la tesorería de Dios. Por otra
parte, este método conquistó a cientos de miles de amigos y
simpatizantes del adventismo, y se esperaba que alguna vez
58
FONDOS PARA SERVIR
terminaran uniéndose a la iglesia. Mientras tanto, año tras año
iban invirtiendo sus bienes en los nobles proyectos de la obra
filantrópico-social adventista.
Ante los que ponían en duda la conveniencia de recibir
donativos de los incrédulos se les contestaba con la siguiente cita
inspirada “¿quién es el verdadero dueño de nuestro mundo? ¿A
quién pertenecen sus casas y tierras, y sus tesoros de oro y plata?’
Dios tiene abundancia de recursos en esta tierra, y ha colocado
sus bienes en las manos de todos, tanto de los obedientes como
de los desobedientes. Está listo para conmover los corazones de
los hombres mundanos, aun de los idólatras, para que den de su
abundancia para el sostén de su obra; y Dios hará esto tan
pronto como su pueblo aprenda a aproximarse a estos hombres
sabiamente y a llamar su atención a aquello que es su privilegio
hacer. El Señor conmueve aun los corazones de reyes y
gobernantes en favor de su pueblo” (Id., págs. 93, 94).
59
FONDOS PARA SERVIR
Así es como la campaña de la Recolección se fue
transformando en una tarea misionero-financiera, puesto que
mientras se visitaba a la gente, se le presentaba un informe lleno
de datos, se le hablana de esperanza, a algunos se los inscribía en
la Escuela Radiopostal y a todos se les pedía una colaboración.
Esta forma de recolectar obró maravillas, pues la gente daba con
mayor placer y eran muchos los donativos que ingresan así. “En
la división hemos recibido por este medio más de 16 millones de
pesos argentinos, lo cual es un aporte tremendo hecho a la causa
del Maestro”, se alegraba Riffel.
Si por alguna razón nos viéramos obligados a suspender
esta campaña, nuestro presupuesto se reduciría notablemente,
amonestaba el dirigente sudamericano. Tanto es así que de cada
tres escuelas que funcionaban subvencionadas por los fondos
recogidos en la Recolección, podrían permanecer abiertas sólo
dos. De cada tres proyectos financiados por ella, podrían
terminar sólo dos, y las instituciones se verían reducidas a las
dos terceras partes. Esto significaba que alrededor del 33 por
60
FONDOS PARA SERVIR
ciento de las inversiones en esta fase de la obra provino de la
Recolección Anual.
“Vale la pena salir a solicitar dinero al público. Cuanto
más, tanto mejor, pues así visitamos a más personas para darles a
la vez el mensaje. Capacitémonos para hacer de esta jornada que
tenemos por delante la mayor de todas. Levantémonos como un
solo hombre y como una iglesia unida y consagrada, y por la
gracia de Dios terminemos la campaña en una semana”, pedía
Riffel.
Nuestra Mayor Campaña De Distribución De Publicaciones
La Recolección diseminaba miles de folletos y revistas.
“Si hay una obra más importante que otra, es la de llevar
nuestras publicaciones a la gente, guiándola así en el estudio de
la Escritura. La obra misionera que se hace introduciendo
nuestras publicaciones entre las familias, conversando y orando
con ellas y por ellas, es una obra buena” (Id., pág. 78).
61
FONDOS PARA SERVIR
Durante la recolección de 1960, la querida hermandad
de Sudamérica distribuyó más de un millón de ejemplares de
informes llenos de datos interesantes y notas gráficas de la obra.
Un folleto lleno del mensaje se obsequió, a la vez que
radioguías, Vida Feliz, Juventud y otras publicaciones,
seguramente impresionaron los corazones de muchos y fueron
semillas de un nuevo nacimiento para gloria de Dios.
Sí, la Recolección fue un medio para distribuir nuestras
publicaciones y fue aprovechado debidamente.
Nuestra Campaña Más Corta
Otro beneficio que destacaba Riffel era lo breve de este
esfuerzo. “Quizá nunca antes se oyó decir que la Recolección
fuera nuestra campaña misionera más corta. Pero ahora, a la
altura del tiempo en que vivimos, es necesario que la llamemos
“La Campaña de una Semana de Recolección”, y quizá, dentro
de muy poco tiempo, aunque ya lo es para algunas iglesias, la
62
FONDOS PARA SERVIR
llamaremos: “La Campana de un Día de Recolección”, es decir
que se hará en forma relámpago”.
Riffel pretendía acortar los tiempos de la Recolección.
“Gracias a Dios porque estamos terminando con las campañas
largas y tediosas durante las cuales, por muchas semanas, los
directores tenían que rogar sábado tras sábado desde los
púlpitos, a proseguir un poco más, a fin de alcanzar los blancos.
En muchos lugares esto ya es historia antigua, y se ha entrado en
una nueva era de buena organización, progreso, prontitud y
colaboración, lo cual hace que se trabaje sin temor y con
entusiasmo, terminando muchas veces la campaña en un día o a
lo sumo, en una semana”. Es evidente que el entusiasmo no era
el mismo en todos los lugares, pero en donde había ánimo se
acortaban los tiempos y los blancos se alcanzaban antes.
Muchas iglesias y grupos organizados progresaron
suficientemente en el planeamiento de su campaña como para
llegar a terminarla en menos tiempo. También varias
instituciones, colegios, lo habían logrado. “¿No quisiera Ud.,
63
FONDOS PARA SERVIR
hermano, que su iglesia también lo haga? ¿Por qué no? Unos
pocos podrían seguir trabajando si fuese necesario, pero la
mayoría de los miembros debiera salir en un tiempo fijo para
que, entre dos sábados, como máximo, uno para iniciar la
campaña y otro para anunciar el triunfo, la terminen”, pedía el
pastor Riffel. “En vista de que hay premura en hacer grandes
cosas para el Señor, por cuanto nos esperan otros trabajos
misioneros que deben realizarse durante el año, invitamos a los
hermanos a terminar la campaña en una semana”, terminaba el
dirigente.
Pero este gran movimiento, como todos los de la iglesia,
se basaba en el compromiso individual de cada creyente. Ante la
pregunta: “¿Y mi parte en ella, cuál es?” Hace bien, hermano, en
hacerse esta pregunta, pues todos tenemos el deber de colaborar
en una tarea que gana almas y que repercute tan favorablemente
sobre la obra y el pueblo”, decía el líder misionero.
64
FONDOS PARA SERVIR
Para 1961 se decidió poner frente a todos los hermanos
de Sudamérica un blanco que a más de ser un desafío, era un
privilegio y una excelente oportunidad de mostrar el amor a
Dios y a su obra. Este blanco era bien elevado.
En 1960 lucharon por recolectar “veinticinco por ciento
más que en la jornada anterior” y gracias a la buena voluntad y
el espíritu misionero de los hermanos, el blanco fue sobrepasado
con holgura, llegando a más del veintiocho por ciento. También
se propuesieron alcanzar la meta de que a lo menos el sesenta y
cinco por ciento de la feligresía tomase parte activa en la
campaña y, gracias a Dios, llegaron muy cerca de ello.
“Para este año (1961), un ideal grande y un desafío
tremendo están frente a nosotros. ¿Qué haremos? ¿Nos
levantaremos todos para salir en el nombre del Señor y
emprender una campaña gigantesca que sobrepase a todas las
demás? ¡Sí, hagámoslo!”, instaba Riffel.
65
FONDOS PARA SERVIR
La iglesia en Sudamérica no se conformaba con una
participación circunstancial de sus miembros, sino que apuntaba
a la movilización de la mayor parte de ellos. El compromiso era
alto, teniendo en cuenta el informe del 60 % movilizado en la
Recolección. De esa manera se percibe una iglesia menos
numerosa que la actual pero probablemente más comprometida
en menos tareas que realizar.
Recolección y Plantación de Iglesias
El programa de recolección suscitó un interés
extraordinario en los hermanos Nurse y Knight, miembros de la
Iglesia de Government Hill, de la isla de Barbados (Antillas
menores). Comenzaron a trabajar con entusiasmo e inscribieron
a muchas personas en la Escuela Radiopostal. Una señora
insistió en que estudiaran la Biblia con ella. Fijaron el día y la
hora para iniciar los estudios. Estos dos hermanos se
sorprendieron cuando, la noche convenida, encontraron a una
cantidad de visitas. Como la casa era pequeña, celebraron la
66
FONDOS PARA SERVIR
reunión afuera. Había 87 personas presentes.! Con ayuda de un
proyector dieron un buen estudio. Las reuniones continuaron
cada viernes de noche con una buena asistencia. Organizaron
pronto una escuela sabática filial con 24 miembros. Otras
personas pidieron estudios, de modo que en dos lugares ini
ciaron estudios bíblicos, con una asistencia de 35 alumnos.
Como resultado de las reuniones de la escuela sabática filial,
siete personas decidieron guardar el sábado y asistir a la iglesia.
El pastor del distrito armó una tienda en ese lugar para atender
el interés creciente, y dictó conferencias durante tres meses, en
procura de una abundante cosecha en esa región de la isla de
Barbados.
67
FONDOS PARA SERVIR
¡Trescientos Mil Cruceiros!
El pastor Juan Riffel con el pastor C. E. Guenther,
tuvieron el grato privilegio de visitar la Misión Central
Amazonas, y fueron sorprendidos con una feliz noticia. Sólo
pocos días antes, los pastores Marcos Eduardo Gutiérrez y R. W.
Taylor, presidente y director de Actividad Misionera de la
Misión respectivamente, habían recibido una donación de
trescientos mil cruzeiros para la recolección (unos mil
quinientos dólares y 112.500 pesos argentinos de aquel
entonces). Hasta donde se sabe ésta fue la mayor donación
recibida por la División para los fondos de la Recolección.
La foto adjunta muestra los
La obra podía esperar recibir donaciones abultadas en la
zona amazónica por la vasta obra social y evangélica que
efectuaba: la labor de las lanchas, el hospital, las escuelas, las
sociedades de Dorcas, el buen testimonio de nuestra feligresía,
68
FONDOS PARA SERVIR
etc. Todo esto impresionó favorablemente al público y preparó
el espíritu y la voluntad para contribuir a su mantenimiento.
En 1959 este campo reunió la cantidad de 250.000 cruzeiros. La
campaña de 1960 produjo 490.000, y en la de 1961 esperaban
alcanzar más de 800.000 cruzeiros.
No olvidando que este territorio no era muy privilegiado
en lo que a riquezas se refiere y que abundaba en gente
necesitada, fue sorprendente el éxito logrado. Este se debe en
gran medida a la buena organización, el debido estímulo y el
haber asignado un blanco a cada iglesia, clase de la escuela
sabática y miembro de la misma.
Durante el viaje que hicieron en la lancha Luzeiro IV
encontraron que los hermanos del interior recorrían con sus
canoas los ríos Paraná, Madera, Mutuca y otros, visitando a sus
vecinos para solicitarles un dinero. Muchos ya habían alcanzado
sus blancos. A la iglesia del Leprosario también se le asignó su
blanco. Los hermanos que la componen, en su terrible
69
FONDOS PARA SERVIR
desgracia, pues algunos no tienen manos, otros sin pies, otros
ciegos y sin manos ni pies, dieron ejemplo digno a muchos otros
más privilegiados y que viven en mejores circunstancias,
alcanzando la cantidad asignada!
Se inició la campaña en fecha temprana del año porque
la misión esperaba comenzar durante el mes de abril su campaña
evangélica, tanto la de los ministros como la de los obreros
voluntarios, para alcanzar las 450 almas que, por la gracia del
Señor, esperaban ganar para Cristo y su iglesia durante el
segundo año del Plan de Evangelismo Voluntario, cuando los
pastores y hermanos trabajarían mancomunados para lograr una
gran cosecha para Dios.
La parte que correspondía a los obreros voluntarios en
esta cruzada fue sustancial; ellos, debidamente asesorados por
sus dirigentes y la bendición de Dios, esperaban ganar 135
personas.
70
FONDOS PARA SERVIR
Esta inmensa extensión del Amazonas, con sus muchos
problemas sociales, sus diversas necesidades y a la vez sus
grandes posibilidades, necesitó muchas manos y corazones que
se extiendieron abiertos hacia ella, ofreciendo oraciones,
medios, hijos, etc.
71
FONDOS PARA SERVIR
Avances Continuos en la Recolección
El pastor Adán Mayer, director de Actividad Misionera
de la Unión Austral, calificaba como extraordinaria la campaña
de Recolección en la Unión Austral. “Podemos ver con sano
orgullo el progreso obtenido año tras año. Con humildad
reconocemos que en primer lugar debemos el éxito a Dios,
quien obró por medio de sus hijos fieles para impresionar
favorablemente a aquellos a quienes les dio riquezas materiales
para que dieran con generosidad”.
También destacaba la actuación y la buena voluntad de
todos los obreros y los miembros de iglesia, quienes trabajaron
armoniosamente con alegría y consagración hasta lograr los
objetivos propuestos.
Citaba a Elena de White, quien escribió que “El secreto
de vuestro éxito en la obra de Dios se hallará en el obrar
armonioso de vuestro pueblo. Debe haber acción concertada de
72
FONDOS PARA SERVIR
cada miembro del cuerpo de Cristo, que debe hacer su parte en
la causa de Dios, de acuerdo a la capacidad que Dios le ha dado.
Hemos de avanzar juntos contra los obstáculos y dificultades,
hombro a hombro y unidos de corazón” (Servicio Cristiano, pág.
41).
Resaltaba además que el éxito de una campaña es
siempre proporcional a los preparativos y a la cuidadosa
organización realizada previamente. Campañas cortas y
concentradas son las que dan mayores resultados. “En nuestra
unión, durante años hemos recolectado empleando un solo
método: el de las donaciones. Pero ahora hemos introducido la
recolección con alcancías, y los resultados fueron
sorprendentes”. En 1960 en la Asociación Bonaerense se
comenzó con este nuevo método y en pocos días de trabajo se
recolectaron $ 128.000,00. En 1961 en algunas tardes y noches
de trabajo se alcanzó la suma de 6. 405.000,00. “Esperamos que
el año próximo otros campos usen eficazmente este nuevo y
73
FONDOS PARA SERVIR
extraordinario método para recolectar grandes sum as de
dinero para el avance de la causa de Dios”, animaba Mayer.
Dentro de los muchos incidentes misioneros ocurridos
en 1961, relataba que un hermano de la Iglesia de Morón,
Buenos Aires, al salir a recolectar entre sus amistades, pasó por
el centro de la ciudad y vio a un mendigo pidiendo limosna.
Nuestro hermano se le acercó, le entregó un informe de la
Recolección y le habló de nuestra obra; al terminar, el mendigo
le dijo lo siguiente: “Mire, yo también quiero dar mi parte para
una obra tan buena”. Y le dió $ 100,00. A la tarde, cuando
nuestro hermano regresó, pasó por el lugar donde estaba este
mendigo quien le contó lo siguiente: “Después que Ud. se fue,
vino una señora bien vestida y se paró para observarme. Luego
de un buen rato se acercó, abrió su cartera y me dio $ 100,00”.
El mendigo, sorprendido, le dijo a nuestro hermano: “Nunca
recibí una donación tan grande en mi vida; lo que pasa es que
esta mañana di $ 100,00 para la obra de Dios y Dios me los
devolvió”.
74
FONDOS PARA SERVIR
En 1961 se habían recibido de nuestros amigos las
mayores donaciones. Una firma dio $ 20.000,00 y otra
18.000,00. “En la marcha ascendente de la Recolección de estos
últimos años, podemos informar que en la campaña de 1956
llegamos al primer millón de pesos, o sea $ 1.002.593,- 62; en el
año 1957 a $ 1.236.896,41; en 1958 a $ 1.410.678,32; en 1959
a $2.050.301,74; en 1960 a $3.115.- 417,92 y en el 1961 a la
bonita suma de $4.586.391,26. Según los registros que
poseemos en la uUnión, pasaron 40 años hasta poder alcanzar el
primer millón”.
Las perspectivas para 1962 eran muy buenas; con una
hermandad preparada y siempre lista para cooperar en las
campañas misioneras. También se reconocía que los amigos
donantes eran cada año más generosos para apoyar la causa de
Dios. “El material preparado para la próxima campaña es
excelente, de manera que esperamos con la ayuda de Dios
hacerla muy exitosa”, anticipaba el pastor Mayer.
75
FONDOS PARA SERVIR
Una Buena Donación
Generoso Mato vendió hace muchos años el libro El
Consejero Médico a un amigo, quien por la aplicación de unos
tratamientos allí expuestos, salvó la vida de su hijo. Tiempo
después este hermano, por motivo de la Recolección Anual,
visitó a su antiguo amigo, el cual se extrañó de verlo después de
tanto tiempo sin noticias de él. Las puertas estaban abiertas.
“Dinero no te voy a dar, pero pide la mercadería que quieras” —
le dijo. En resumen, en los primeros días de junio se acercó un
camión al comercio “La Montañesa”, de Montevideo, para
retirar mercaderías por un valor de dos mil pesos uruguayos. En
la Recolección los hermanos utilizaban todos los medios para
hacer fluir los recursos a las arcas de la obra, a fin de reunir los
medios necesarios para promover la predicación del mensaje
final para el mundo.
76
FONDOS PARA SERVIR
Otros Grandes Éxitos
El pastor Antonio Cabrera comentaba que bajo la
dirección de Dios, la eficiente colaboración de los obreros y el
esforzado trabajo de un número creciente de hermanos, se había
iniciado una marcha sin precedentes en la historia de la
Asociación Bonaerense. En el transcurso de 1960, 189 almas
fueron preparadas por los valientes “ 120 de Hoy” y añadidas a la
iglesia por medio del bautismo.
Las escuelas sabáticas estaban despertando ante las
perspectivas magníficas que ofrecían las filiales, y se notaba un
entusiasmo extraordinario en algunas iglesias. La iglesia de
Avellaneda contaba con diez escuelas sabáticas filiales; la de
Lomas de Zamora con siete; la de Valentín Alsina con tres en
pleno funcionamiento, y varias por iniciar. “Ya comenzamos a
gustar los frutos de esta labor y esperamos ver a muchas almas
rescatadas por este maravilloso medio que tan poco estamos
77
FONDOS PARA SERVIR
utilizando”. Con el tiempo esas filiales llegaron a ser iglesias y
cabeceras de sus propios distritos misioneros.
En la tradicional campaña de la Recolección es donde
los resultados hablaban con un lenguaje sorprendente. Tomaron
como lema las palabras del gran misionero Guillermo Carey, que
dice: “Esperad grandes cosas de D ios, intentad hacer
grandes cosas para Dios”. “Pusimos nuestra vista en Dios y
nos lanzamos a la Recolección más extraordinaria de la historia”,
contaba Cabrera.
El blanco fijado por la unión y división, que aceptaron
gustosos, era de $ 700.000 pesos. “Nosotros en prueba de fe y
plena confianza en la entusiasta hermandad, nos propusimos
alcanzar un millón y medio, cifra no soñada aún. Así quedó ante
el campo un desafío que parecía gigante, pero que arremetieron
con valentía y entusiasmo.
78
FONDOS PARA SERVIR
Los días transcurrían en medio de esforzado trabajo, el
blanco tan distante al principio comenzó a verse posible poco a
poco. El conjunto de miembros de la Iglesia de los Polvorines,
Buenos Aires se destacaron. Estos hermanos ayudaron a que la
iglesia saliera campeona en la Recolección de la Asociación
Bonaerense, con un promedio de $ 699.00 pesos por
miembro.
Pasaron algunos días y ya repetíamos la frase: “Somos
millonarios”; continuamos un poco más y con profunda
emoción exclamaron finalmente: “Llegamos al millón y medio”.
Nuestro blanco estaba alcanzado, y los corazones rebosantes de
agradecimiento a Dios y a los valientes hermanos y obreros.
¿Debíamos quedarse satisfechos? ¡Nunca! Para concluir
gloriosamente iniciaron la etapa final con una fuerte dosis de
entusiasmo y colocaron la bandera de la victoria bien clavada en
$ 1.756.000. El blanco sobrepasado en más de un millón de
pesos. “¡Oh Dios, digno eres de recibir toda alabanza!” Así
concluyeron una campaña extraordinaria en sus resultados tanto
79
FONDOS PARA SERVIR
materiales como espirituales, al enterarse del interés manifestado
por algunos donantes que comenzaron a recibir estudios
bíblicos.
“Veamos ahora algunos detalles de tan extraordinario
triunfo. Hace sólo dos años considerábamos campeones a los
hermanos que alcanzaran un mínimo de $ 10.000 y unos pocos
llegaron a esa cifra. En la campaña del año 1960 elevamos a $
20.000 la cantidad a alcanzar para lograr el premio establecido
para los campeones, y tres hermanos sintieron la satisfacción de
sobrepasar esa cifra”.
En la campaña de 1961 de la Iglesia de Palermo, Daniel
González sobrepasó los $ 40.000, récord absoluto en la
recolección de un hermano laico, la hermana María Holzman
llegó a los $ 23.000, y el hermano Ghirardi recolectó $ 21.000.
De la Iglesia de Florida, el Hno. Alfredo Biaggi
sobrepasó los $ 20.000, y de la Iglesia de Los Polvorines el Hno.
Lipton Block llegó a los $ 26.000. Estos hermanos mencionados
80
FONDOS PARA SERVIR
tenían sus ocupaciones que les absorbían todo el tiempo
disponible, pero hicieron tiempo para recolectar.
Al organizar la labor de las iglesias, fijaban los blancos
tomando en cuenta el número de hermanos bautizados, y
consideraban como iglesia “campeona” la que alcanzaba el
mayor promedio por miembro. Este año le cupo el honor de
encabezar la lista de iglesias de la asociación a la de Los
Polvorines, que como ya se mencionó obtuvo el elevado
promedio de $ 699 por cada miembro bautizado; siguió
Comodoro Rivadavia con $ 679, y en tercer lugar Palermo con $
663. Las demás iglesias mejoraron en mucho el promedio
obtenido el año anterior; todas se esforzaron admirablemente, y
recibieron fervorosas felicitaciones.
Ante en el comienzo de una nueva campaña, confiaban
plenamente en la dirección de Dios esperando realizar aún
mayores obras, sabiendo que contaban con un ejército de
hermanos laicos listos a cooperar en forma admirable.
81
FONDOS PARA SERVIR
Y en 1962 se avanzó más aún. La exitosa campaña de la
Recolección pasó a la historia como la más grande de todas las
campañas. El blanco de 5.000.000,00 de pesos argentinos fue
sobrepasado por mucho, gracias a Dios y a los campos, pues
alcanzaron la suma de $ 5.777.107, $ 1.190.715,75 más que el
año 1961, lo que significó un aumento de 27%.
Fue notable el progreso que realizaron algunos campos
en esta última campaña. El sur de Chile alcanzó 62% de
aumento. Con un pequeño esfuerzo más, se pondría a la par con
Chile Norte, donde hay centros muy buenos y promisorios para
recolectar mucho.
Se reconocía la tarea del pastor José Riffel, quien supo
organizar debidamente la campaña, y a los obreros, quienes
cooperaron casi en su totalidad. “¡Adelante Chile Sur! estamos
seguros de que este año hará otra hazaña aún mayor”, animaba
el pastor Mayer.
82
FONDOS PARA SERVIR
Los otros tres campos destacados fueron la Asociación
Central con un 41%; la Misión del Norte con 33% y la
Asociación Bonaerense con un 32%. Felicitaban calurosamente
a los directores, los pastores Walter Weiss, Atilio Giannelli y
Antonio Cabrera por esta magnífica campaña.
El campo que llevó la delantera en recolectar con
alcancías, es la Asociación Bonaerense. En 1962 realizó una
campaña asombrosa. Utilizaron 1.320 alcancías, participaron
640 hermanos y alcanzaron $ 820.502. En tres lugares
recolectaron con alcancías: en el Gran Buenos Aires, Mar del
Plata y Bahía Blanca.
Se hizo una mención especial por su espléndida campaña
a las iglesias de Mar del Plata y Palermo. El blanco de la primera
era de $ 37.200 y alcanzó $ 158.414, y la segunda recolectó $
420.771 en esta exitosa campaña, o sea, si la queremos comparar
con las Misiones Patagónica, Cuyo y Paraguaya, recolectó más
que cualquiera de ellas.
83
FONDOS PARA SERVIR
También se mencionó a las personas que más
recolectaron con alcancías: Juan Costes, de la Iglesia de Lomas
de Zamora, que llenó 20 alcancías con un total de $ 21.059, y la
hermana L. de Giorgietta, de la Iglesia de Mar del Plata, que
llenó 19 alcancías y alcanzó $ 18.829.
“Es halagador ver a nuestros hermanos laicos, que tienen
que luchar por el sostén de cada día, y sin embargo dedicaron
horas y gastaron dinero en viajes, todo por amor a la gran causa
de Dios”, encomiaba Mayer. “Deseamos expresar a todos los que
participaron en esta campaña nuestro más profundo agradeci
miento por la franca cooperación y el éxito alcanzado en esta
campaña. Que Dios bendiga esta ofrenda, a los donantes y a los
recolectores y que en el reino de los cielos podamos ver los
frutos de todos nuestros esfuerzos”.
84
FONDOS PARA SERVIR
La Recolección en el Norte argentino
El pastor Atilio Giannelli relataba que la Recolección de
1962 fue todo un éxito en la Misión del Norte (Argentina).
Llegaron a los $ 690.000.00 pesos, mientras que el año pasado
sólo alcanzaron $ 490.000.00. “Sea loado el nombre de Dios por
este triunfo en medio de la crisis financiera reinante; no
dejamos sin reconocer al mismo tiempo la labor tesonera de
toda la hermandad, a la que mucho agradecemos”, decía el líder
misionero.
Algunos hechos dignos de señalar que contribuyeron
decididamente a lograr el 41% más que el año anterior, según
Giannelli, radicaron en que un porcentaje mayor de hermanos
tomó parte en la campaña con todo entusiasmo, decididos a
mayores realizaciones que nunca antes. Algunas iglesias
colaboraron casi al cien por ciento de los miembros. Segundo,
un trabajo tesonero y acabado sin escatimar esfuerzo ni
sacrificio, como por ejemplo, la Iglesia de Picada Libertad que
85
FONDOS PARA SERVIR
incluía al Instituto J. B. Alberdi. Los hermanos allí recorrieron
once pueblos y villas, dejando además parejas de recolectores a
lo largo del camino para que trabajaran en pleno campo,
levantándolas de regreso y llegando tarde en la noche a sus casas
llenos de gozo trayendo sus “gavillas”. El director misionero de
la iglesia, el profesor Carlos Morales, escribió que “otra
de las cosas agradables que debemos mencionar en el trabajo de
la Recolección 1962, es la labor unida de hermanos y alumnos,
mezclándose la experiencia de los mayores al dinamismo y
entusiasmo de los jóvenes. La consagración, la unión, la
organización, el espíritu misionero de cada joven y hermano,
dieron como resultado el aumento del 115% respecto al año
anterior”. Estos hermanos abarcaron un tramo de 100
kilómetros en la ruta 14 de Misiones recolectando en pueblos,
villas y campiñas. Aceptaron el consejo: “Esfuérzate y sé
valiente”, y Dios los premió”, decía Giannelli.
Tercero, los niños, especialmente en algunas iglesias,
tomaron parte muy activa que contribuyó al logro de tan
86
FONDOS PARA SERVIR
magnífica campaña en este campo norteño. Según el testimonio
del secretario misionero de la Iglesia de Resistencia, la
colaboración entusiasta de los niños, fue lo que a dicha iglesia
ayudó visiblemente a conseguir una marca del 85% más que en
1961.
Cuarto, la firme determinación tanto de parte de los
misioneros como de los hermanos de obtener donaciones
mayores y recolectar más que nunca para una obra tan digna,
favoreció mucho la obtención de los resultados señalados. Tanto
es así que por primera vez se consiguió una donación de $
20.000,00 por los misioneros, y algunos hermanos llegaron a
recolectar igual suma durante la campaña.
“Seguramente que nos alegramos y damos gracias a Dios
por los halagüeños resultados en esta campaña misionera, y
deseamos que el Cielo nos ayude a obtener mayores éxitos en el
futuro. Así debe ser, porque “la senda de los justos es como la
luz de la aurora” hasta que venga el día de la total brillantez de la
87
FONDOS PARA SERVIR
presencia de Jesucristo. Dios bendiga todos los impresos
distribuidos, las palabras pronunciadas, los fondos recogidos, a
cada hermano que participó y a cada donante que contribuyó en
bien de la causa que tanto amamos”, concluía en su informe el
dirigente.
“Nuestro Blanco no fue el Dinero”
El pastor Milton Gerber, de la Iglesia de Melo, Uruguay,
aseguraba que “nuestro blanco no fue el dinero. Antes que los
pesos teníamos dos blancos y propósitos que deseábamos
alcanzar: en primer lugar que el mayor número de hermanos
colaborara en la campaña de la Recolección. Repetimos en
forma insistente que el éxito de la campaña estaría en
proporción directa al porcentaje de hermanos que trabajaran en
ella”.
Para hacer real y visible este hecho, se hizo un cuadro
con los nombres de todos los hermanos, y en el cuadro se pintó
88
FONDOS PARA SERVIR
la insignia de O.F.A.S.A., pero con una pequeña diferencia: la
llama de la antorcha estaba prendiendo al mundo. En este
cuadro, la hermandad podía ir viendo cuántos colaboraban en la
campaña y cuánto había hecho cada uno. Frente a cada nombre
había casillas que representaban diez pesos uruguayos cada una;
de esta manera se veía quiénes iban primero, porque cada casilla
se pintaba de rojo. También ayudaba a ver quiénes no habían
tomado parte en la Recolección.
Junto a esto había una especie de termómetro donde se
podía ver el porcentaje de los hermanos que colaboraban. Al
terminar, el termómetro marcaba que el 78,8 % de los
hermanos había colaborado en la campaña.
Aunque este enfoque podría ser considerado
vergonzante, de alguna manera, porque dejaba expuesto al que
no colaboraba, de alguna manera refleja el alto compromiso que
había en los dirigentes y en buena parte de la hermandad
89
FONDOS PARA SERVIR
respecto a este y otros desafíos de la iglesia. Casi como que el
que no participaba era visto como un hereje!
El segundo blanco fue que todos los habitantes de Melo
tuvieran de alguna manera una oportunidad de colaborar con
O.F.A.S.A. Para ello se hizo propaganda por radio. Los
hermanos pidieron donativos a sus amistades. Luego se tomaron
distintos barrios, recorridos casa por casa. Junto con este trabajo
se lanzó la campaña con alcancías. Un valiente grupo de
jóvenes y niños se apostó en los principales centros de
aglomeración y por las calles y plazas pidiendo colaboración. Fue
interesante oír de algunos comerciantes palabras de elogio por la
manera en que se estaba haciendo la campaña. Decían que para
este tiempo de crisis era bueno darles la oportunidad a todos,
porque quien no podía dar mucho daba lo que podía.
Entre los niños que recolectaron con alcancías se
destacaron los hermanitos Enrique y Robert Costa, quienes
alcanzaron la suma de $ 200,00 pesos uruguayos. El segundo de
90
FONDOS PARA SERVIR
ellos hoy en día es secretario ministerial asociado de la iglesia
mundial.
Entre los hermanos se destacaron Olga Texeira y Dorila
de Rodríguez con 328,00 y 308,00 respectivamente.
Con la presencia del pastor Adán Mayer, entonces director de
Actividad Misionera de la Unión, se hizo la entrega de los
premios a quienes habían recolectado más. Destacamos en esa
oportunidad que el éxito de la campaña había sido proporcional
a la colaboración de la hermandad. La misión había fijado un
blanco de 425,00, pero la iglesia trabajó sin blanco de pesos, y
en cambio con un blanco de colaboración y de territorio
trabajado y esto dio como resultado que se recolectara la suma
de $2.015,00, cuatro veces más de lo que la misión había fijado
como objetivo.
91
FONDOS PARA SERVIR
Un Recolector Incansable
El hermano R. B. Sheets a los 74 años de edad, aún era
un recolector incansable y valiente. En su última campaña
alcanzó la excelente suma de 5.427,75 dólares (algo más de 7
00.000 pesos argentinos de ese entonces). Y en los últimos
cuatro años llegó a un total de más de 21.000 dólares. Este fiel
miembro de iglesia en Norteamérica fue un ejemplo de lo que
todos podemos hacer, dentro de nuestras circunstancias y del
valor relativo de las monedas de los países en que vivimos.
De 200 A 20.000
En el interior del estado de Río de Janeiro se visitó por
segunda vez a un comerciante portugués. El primer año de la
Recolección había entregado 200 cruzeiros. Cuando se
presentaron a verlo por segunda vez aumentó su donación. Una
vez más explicaron brevemente la obra y con gran audiacia y fe le
sugirieron 200.000 cruzeiros. Tranquilamente se sentó y llenó la
92
FONDOS PARA SERVIR
tarjeta con la suma mencionada, entregándo en la mano dos
grandes paquetes con 100 mil cruceiros cada uno, o sea un valor
de más o menos 600 dólares. Agradecidos sus visitantes se
despidieron con una corta oración. Esta donación fue una de las
mayores que hemos obtenido en el Brasil, de una sola persona,
contaba Santiago Schmidt.
Resultados Mayores
Para Enrique Collins La debida organización en
cualquier actividad promovida siempre da excelentes
dividendos. También es un hecho e cuando se trata de una tarea
na en la que la hermandad debe participar en forma colectiva la
promoción optimista, entusiasta y llena de confianza asegura la
conquista del blanco propuesto, no importa que éste sea
elevado.
“Nos propusimos lanzar en Montevideo la campaña de la
Recolecto con alcancías, del 12 al 24 enero. Con suficiente
93
FONDOS PARA SERVIR
antelación hicimos los preparativos necesarios, y una buena
cantidad de hermanos recorrían las calles montevideanas con
sus alcancías. Cuando concluyó la campaña, nos emocionamos
con un gran sentimiento gratitud a Dios por los sorprendentes
resultados logrados. Habíamos sobrepasado los 40.000,00. Si se
toma en cuenta que en la campaña anterior con esfuerzo se
lograron solamente $ 25.000,00 resalta aún más el triunfo de
1962.
Se destacaron los hermanos Ana de Pizzolanti, de la
Iglesia Central, $ 1.927,95; Elia de Da Silva, de Las Acacias, $
1.605,90; Carmen de Furnari, de la Central, $1.205,19; y José
Reyes, de El Prado, $ 1.175,45. En todo lugar y situación Dios
abre las puertas a los que van a la gente donde está, y enternece
los corazones en favor de su obra.
94
FONDOS PARA SERVIR
Epílogo
El día de hoy, poco antes de escribir las palabras finales
de este libro, entré a un comercio y vi una de las alcancías verdes
con las que se recolecta hoy en día. Por supuesto dejé mi
contribución, así como salía por los negocios de mi barrio con
mis hijos durante la campaña escolar de Recolección años atrás.
La Recolección adventista parece resistirse al olvido. Desde ese
rincón silencioso del local comercial que visité, no obstante, es
un testimonio acerca de lo impersonal y apocado de este
ministerio en los días actuales, en comparación con la energía,
audacia y cooperación masiva de las campañas estudiadas hace
más de medio siglo.
La historia de la Recolección es la historia de una iglesia
de fe, comprometida, permeable a los desafíos que sus dirigentes
ponían por delante, comprometida con su organización y
orgullosa de la misma. No se trataba de pedir dinero, sino del
arte de pedir para dar, lo cual abría un abanico de posibilidades
95
FONDOS PARA SERVIR
misioneras y espirituales que se renovaban cada año. Como un
reguero de pólvora, y de la manera más natural posible, de
persona a persona, se difundía la obra adventista y se marcaba
presencia cada año en el territorio de cada congregación, a la vez
que se recuperaban miembros, se ganaban nuevos feligreses y se
distribuían cientos de miles de publicaciones.
El adventismo actual conserva la conciencia de la
importancia de la distribución masiva de publicaciones, o libros
misioneros. Millones se distribuyen cada año, y en algunas
localidades se cubren todas las casas con materiales misioneros
todos los años. Esta siembra es de valor, pero rememorando la
costumbre recolectora que hemos estudiado uno podría
preguntarse si la mera distribución de libros no resulta hasta
cierto punto insuficiente. Cuando el contacto personal es
profundo, cuando hay diálogo, y cuando se presenta al público
la iglesia, su obra, apelando a sus emociones solidarias, es
probable que el material obsequiado rinda mejor fruto. Tal
96
FONDOS PARA SERVIR
como ensena la parábola, tirar semillas por donde sea, sin
preparar el terreno un poco, no sirve de mucho.
Si los adventistas pretendemos recuperar la musculatura
misionera del pasado debemos unir filas. Esto se logrará cuando
los dirigentes escuchemos más a los laicos, y cuando los laicos se
enfrasquen menos en los quehaceres y pormenores de la iglesia
local, y las necesidades de sus miembros. Hay un mundo al que
darse a conocer, un mundo con recursos humanos y materiales
que explorar. Cuando el adventismo esté en el ojo de la
tormenta, aquellos que han conocido la realidad de las cosas
podrán decidir mejor quien es quien en el gran conflicto, y
muchos de ellos tomarán parte en el pueblo remanente. Esto
será posible, lógicamente, si son abordados a la manera de
antaño. Lo virtual nunca reemplazará lo humano.
Asimismo las mayores realizaciones en el reino de Dios
no ocurren por inercia sino al plantearse desafíos concretos,
uniendo a la iglesia detrás de ese objetivo. Una iglesia que tenga
97
FONDOS PARA SERVIR
alergia a las metas y al esfuerzo que conlleve conquistarlas no
puede sino aspirar a la supervivencia, en el mejor de los casos. El
peligro de caer en un mero resultadismo empresarial no debiera
opacar la importancia de los altos ideales que tengamos como
cuerpo. Debemos multiplicar lo que hemos recibido mientras
esperamos el regreso del Señor. La espera productiva es la mejor
preparación para el mundo nuevo.
98
FONDOS PARA SERVIR
Suplemento Fotográfico
Niños y adultos depositaban sus contribuciones en las alcancías
Hermanos de Los Polvorines, iglesia campeona en una campaña.
99
FONDOS PARA SERVIR
Hermanos Alfredo Biaggi y Rizzieri Ghiradi, campeones de la recolección en Buenos Aires
Hermanos María Holzam y Daniel González, también campeones de la recolección en la Asociación Bonaerense
100
FONDOS PARA SERVIR
Hermana Mercedes Tello, pese a ser no vidente recolectó 30 mil pesos en el casino de Mendoza. Abajo entrega su alcancía al
pastor Santiago Bernhardt, director de Actividad Misionera enCuyo.
101
FONDOS PARA SERVIR
102
FONDOS PARA SERVIR
Hermanos campeones de la recolección en la Asociación Bonaerense. Sentados, de izquierda a derecha: Donato Sabino, Luis Simón y Francisco Spadavecchia. De pie: Daniel Gonzalez,
Rizzieri Ghirardi, Valentín Bao y Alfredo Biaggi
Orlando Paladini, esforzado niño recolector
103
FONDOS PARA SERVIR
Hermanos que recolectaron en las calles céntricas de Buenos Aires y La Plata
Hermanos de la iglesia de Tandil, promedio más alto pormiembro en la Recolección de 1960
104
FONDOS PARA SERVIR
Hermana Corina de Rhys, campeona en Comodoro Rivadavia.
Recolectando con alcancías en las calles céntricas de BuenosAires105
FONDOS PARA SERVIR
Hermano Juan Costes, de la iglesia de Lomas de Zamora, quien llenó 20 alcancías recolectando
Algunas de las 1321 alcancías que se llenaron en Buenos Aires con la Recolección.
106
FONDOS PARA SERVIR
Recuento del dinero recolectado
Niños recolectores en Resistencia, Chaco
107
FONDOS PARA SERVIR
Hermanos de Picada Libertad, Misiones, a punto de salir a recolectar a las localidades vecinas
108