folleto bases teoricas del marxismo y el anarquismo

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TALLER LIBERTARIO PRIMER MODULO DE FORMACIÓN: IDEOLOGIAS SOCIAL REVOLUCIONARIAS: EL MARXISMO Y EL ANARQUISMO

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Page 1: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

TALLER

LIBERTARIO

PRIMER MODULO DE

FORMACIÓN:

IDEOLOGIAS SOCIAL

REVOLUCIONARIAS:

EL MARXISMO Y

EL ANARQUISMO

Page 2: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

PRIMERA PARTE:

-Bases teóricas del

anarquismo

y el marxismo

Page 3: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

I

BASES TEÓRICAS DEL MARXISMO

LAS TRES FUENTES DEL MARXISMO

Marxismo se denominó al conjunto de ideas y teoría enunciadas por el alemán Karl Marx (1818-1883). Tiene sus

bases teóricas en la filosofía clásica alemana, la economía política inglesa, y el socialismo utópico francés.

-FILOSOFÍA CLÁSICA ALEMANA

Marx desarrolla su teoría filosófica materialista a partir de la crítica a la Filosofía Clásica Alemana de entonces,

cuyas principales figuras eran los filósofos alemanes Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770–1831),y Ludwig

Andreas Feuerbach (1804-1872).

CRÍTICA A HEGEL

Para Marx, Hegel representa el sumum del pensamiento burgués, aún así, hay que reconocer en Marx un gran

número de elementos hegelianos, tales como la idea de dialéctica y de trabajo. Pero, en general, considera a la

filosofía hegeliana como bastante reaccionaria, en cuanto que identifica: REALIDAD = RACIONALIDAD, según

Hegel:"Todo lo racional es real, y todo lo real es racional"

La segunda parte de la frase le pareció a Marx inadmisible, ya que afirmar eso significaba que también la

realidad social y política de su tiempo eran igualmente racionales. Una afirmación semejante no es más que

mera apología del presente, una justificación del orden establecido. A partir de tal afirmación se deduce, según

Marx, que toda posibilidad de cambio o transformación es irracional, porque todo lo que es real es racional, y,

por consiguiente, todo lo que todavía no es real, sino posible, es irracional. De ahí el carácter reaccionario de la

2ª parte de la frase. Por lo tanto, tal afirmación es insostenible, ya que la existencia del proletariado, clase

condenada a un tipo de vida casi animal, contradice la supuesta racionalidad de la realidad.

En otro orden de cosas, Marx critica la concepción hegeliana del saber y la filosofía. Hegel afirmaba que la

filosofía llegaba siempre demasiado tarde: en tanto que pensamiento del mundo aparece sólo cuando la

realidad ha cumplido su proceso de formación. Vendría a ser como "el búho de Minerva solamente alza su vuelo

en el ocaso". La filosofía es reducida por Hegel a interpretación, a teoría, a una visión de la realidad como

sistema perfectamente coherente. Para Marx, en cambio, este modo de entender la filosofía es ideológico

porque contribuye a perpetuar modelos ya establecidos, y contra Hegel afirma en su undécima tesis sobre

Feuerbach que: "Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos, de lo que se trata es

de cambiarlo"

Marx criticó el lado estático de la filosofía hegeliana, expresado en su concepción de sistema, pero, por otra

parte, aceptó su carácter dinámico adoptando el concepto de dialéctica. Recordemos que, según Hegel, la

realidad es dinámica y su fluir constante viene determinado por la lucha de contrarios, expresada en la triada

fichteana, y que comúnmente se ha atribuido a Hegel de tesis, antítesis y síntesis. Marx está de acuerdo con

Hegel en la concepción dialéctica de la realidad que se manifiesta en el diálogo constante entre contrarios como

el verdadero motor del cambio histórico.

Por último, Marx critica la concepción del Estado hegeliana en los siguientes términos:

a) Ningún Estado es una esencia necesaria o eterna, sino una manifestación perecedera de la historia; más aún,

la auténtica democracia pide la extinción del Estado, es decir, el autogobierno popular.

Page 4: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

b) El Estado no es la síntesis de nada, sino la división y la antítesis entre dirigentes y dirigidos.

c) No existe universalidad en el Estado, sino particularidad; no es la razón universal la que ilumina al gobernante,

sino la contingencia o la arbitrariedad, con frecuencia desastrosa para los destinos de los pueblos.

d) La misma Constitución no está por encima de las particularidades, sino que es una particularidad más al lado

de otras, sólo que favorable a los más fuertes (que no siempre son los más racionales)

e) Los principios que rigen la existencia de los Estados no son las exigencias de la sagrada razón, tal como

pretendía Hegel, sino las facticidades (Todo aquello que juzgamos que no puede ser cambiado) irracionales del

poder.

En resumen, la crítica de Marx a Hegel se centra en tres aspectos: el conservadurismo de la frase Todo lo

racional es real, todo lo real es racional; en el carácter meramente teórico de su filosofía; y en su concepción del

Estado.

CONTRA FEUERBACH

Marx critica el materialismo de Feuerbach. Si Hegel reduce la realidad a idea, Feuerbach, pensador

perteneciente a la izquierda hegeliana, reducirá la realidad a materia, o lo que es lo mismo, a Naturaleza, de la

que el hombre forma parte. Marx critica este materialismo por considerarlo mecanicista, es decir, por explicar la

naturaleza en términos de causa-efecto, reduciéndola a lo puramente objetivo, y por ende, al hombre, que pasa

a ser objeto sensible inserto en el curso natural, pero no sujeto. La única misión del hombre es la contemplación

de la naturaleza. Marx considera, en cambio, que el ser humano se define mejor como sujeto que a través de la

praxis transforma la realidad, considerada también por él también como materia, pero con connotaciones

diferentes.

Otro de los aspectos que Marx critica es la alienación religiosa. Dicha crítica se concreta en dos aspectos. El

primero es que Feuerbach, según Marx, no considera al hombre en su aspecto individual concreto, sino al

hombre en su máxima generalidad no concreta: la humanidad. El segundo consiste en la aseveración según la

cual la crítica que Feuerbach hace de la alienación religiosa es sólo un primer momento. Feuerbach no ha

proseguido la labor, no ha profundizado en el fenómeno de la alienación. Marx considera que a la base de toda

alienación son las condiciones económicas en las que se desenvuelve una sociedad. A Feuerbach le ha faltado

una comprensión histórica, genética y dialéctica del fenómeno de la alienación ya que, cuando se descubren las

condiciones y los procesos de alienación, se llega necesariamente a la conclusión de que es necesaria una

transformación de dichas condiciones estructurales (económicas) para superar la alienación. Feuerbach es un

filósofo teórico, mientras que Marx es teórico-práctico. Frente a la mera traducción filosófica del mundo de

Feuerbach, Marx se propone mundanizar la filosofía.

-ECONOMÍA POLÍTICA INGLESA

“La economía política clásica anterior a Marx surgió en Inglaterra, el país capitalista más desarrollado. Adam

Smith y David Ricardo, en sus investigaciones del régimen económico, sentaron las bases de la teoría del valor

por el trabajo Marx prosiguió su obra; demostró estrictamente esa teoría y la desarrolló consecuentemente;

mostró que el valor de toda mercancía está determinado por la cantidad de tiempo de trabajo socialmente

necesario invertido en su producción”.

“Allí donde los economistas burgueses veían relaciones entre objetos (cambio de una mercancía por otra),

Marx descubrió relaciones entre personas. El cambio de mercancías expresa el vínculo establecido a través del

mercado entre los productores aislados. El dinero, al unir indisolublemente en un todo único la vida económica

íntegra de los productores aislados, significa que este vínculo se hace cada vez más estrecho. El capital significa

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un desarrollo ulterior de este vínculo: la fuerza de trabajo del hombre se trasforma en mercancía. El obrero

asalariado vende su fuerza de trabajo al propietario de la tierra, de las fábricas, de los instrumentos de trabajo.

El obrero emplea una parte de la jornada de trabajo en cubrir el costo de su sustento y el de su familia (salario);

durante la otra parte de la jornada trabaja gratis, creando para el capitalista la plusvalía, fuente de las ganancias,

fuente de la riqueza de la clase capitalista” (Lenin).

CRÍTICA A LA ECONOMÍA POLÍTICA INGLESA

Adam Smith, Robert Malthus y David Ricardo son considerados los pensadores de la Economía Política Clásica.

En general tienen en común:

-La idea del mercado autoregulado por la ley de la oferta y la demanda.

-La defensa de la no intervención estatal en la economía.

-La reducción máxima de los gastos (improductivos) del Estado.

A pesar de que Marx utiliza muchas de las categorías básicas del análisis económico clásico: distribución de la

renta; teorías del valor en términos de trabajo; lo material como fuente de valor; distribución de la renta; clases

sociales, acumulación de capital; comportamiento de beneficios, etc., sin embargo, intenta hacer un análisis

basado en la evolución de la economía real y no en estructuras económicas hipotéticas como el trueque (Smith).

Marx trata la crítica de la economía política en dos momentos de su evolución intelectual: primero en los

"Manuscritos" (1844), una obra de juventud, y luego en su obra de madurez: El Capital (1867)

En general, la crítica a la economía política clásica en “Los Manuscritos” parte de su proyecto humanista de

emancipación y la lucha contra la alienación, desde esta perspectiva acusa a la economía política clásica, liberal

y burguesa de ser un mero instrumento ideológico para justificar la estructura capitalista, la alienación que de

ella resulta, de presentar al capitalismo como si fuese algo natural y sin historia y, por lo tanto, como la única

alternativa para el desarrollo de la humanidad. La economía clásica trata las relaciones entre los hombres como

relaciones entre cosas, ocultando por tanto la situación de explotación de unas clases sobre otras. Parte del

hecho de la propiedad privada aunque no lo explica, ni tampoco el fundamento de la división de trabajo y

capital, etc. Así las cosas, la economía política clásica no puede ser considerada una ciencia, sino una especie de

catecismo capitalista.

En su segundo periodo, Marx va más allá de la crítica humanista de los Manuscritos y afronta el análisis

económico desde una perspectiva más científica. Su teoría del valor (de uso y de cambio); el concepto de

plusvalía; el fetichismo de la mercancía; los análisis de la estructura económica en términos de modos de

producción, fuerzas de producción y relaciones de producción; la reducción a dos grandes clases sociales:

propietarios de los medios de producción y no propietarios, etc., son algunas de las categorías que pone en

juego Marx para explicar su análisis del capitalismo desde una crítica científica a la economía política clásica.

LA TEORÍA DE LA PLUSVALÍA

“La teoría de la plusvalía es la piedra angular de la teoría económica de Marx”.

“El capital, creado por el trabajo del obrero, oprime al obrero, arruina a los pequeños propietarios y crea un

ejército de desocupados. En la industria, el triunfo de la gran producción se advierte en seguida, pero también

en la agricultura se observa ese mismo fenómeno, donde la superioridad de la gran agricultura capitalista es

acrecentada, aumenta el empleo de maquinaria, y la economía campesina, atrapada por el capital monetario,

languidece y se arruina bajo el peso de su técnica atrasada. En la agricultura la decadencia de la pequeña

producción asume otras formas, pero es un hecho indiscutible.

Page 6: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

Al azotar la pequeña producción, el capital lleva al aumento de la productividad del trabajo y a la creación de

una situación de monopolio para los consorcios de los grandes capitalistas. La misma producción va adquiriendo

cada vez más un carácter social -cientos de miles y millones de obreros ligados entre sí en un organismo

económico sistemático-, mientras que un puñado de capitalistas se apropia del producto de este trabajo

colectivo. Se intensifican la anarquía de la producción, las crisis, la carrera desesperada en busca de mercados, y

se vuelve más insegura la vida de las masas de la población.

Al aumentar la dependencia de los obreros hacia el capital, el sistema capitalista crea la gran fuerza del

trabajo conjunto.

Marx sigue el desarrollo del capitalismo desde los primeros gérmenes de la economía mercantil, desde el

simple trueque, hasta sus formas más elevadas, hasta la gran producción.

Y la experiencia de todos los países capitalistas, viejos y nuevos, demuestra claramente, año tras año, a un

número cada vez mayor de obreros, la veracidad de esta doctrina de Marx.

El capitalismo ha triunfado en el mundo entero, pero este triunfo no es más que el preludio del triunfo del

trabajo sobre el capital”.

-SOCIALISMO UTÓPICO FRANCÉS

El socialismo utópico surgió como una crítica al incipiente desarrollo de la sociedad industrial, cuya

consecuencia inmediata fue la aparición de una clase social: el proletariado, sometida a una jornada laboral de

más de doce horas diarias, en la que los niños no se salvaban de estas pésimas condiciones de vida. Saint-Simon,

Owen o Fourier propusieron soluciones de tipo utópico para resolver los problemas sociales. Pero, según Marx,

este tipo de soluciones son sólo un parche, lo primero que hay que hacer es conocer y considerar las

condiciones de la estructura económica que determinan la vida individual y social, para luego transformarla.

Marx sostiene que el socialismo científico se apoya en el conocimiento exhaustivo de la estructura económica

del capitalismo, estructura que determina la superestructura ideológica. Tal conocimiento permite proyectar

una transformación comunista de la sociedad.

“Cuando fue derrocado el feudalismo y surgió en el mundo la "libre" sociedad capitalista, en seguida se puso de

manifiesto que esa libertad representaba un nuevo sistema de opresión y explotación del pueblo trabajador.

Como reflejo de esa opresión y como protesta contra ella, aparecieron inmediatamente diversas doctrinas

socialistas. Sin embargo, el socialismo primitivo era un socialismo utópico. Criticaba la sociedad capitalista, la

condenaba, la maldecía, soñaba con su destrucción, imaginaba un régimen superior, y se esforzaba por hacer

que los ricos se convencieran de la inmoralidad de la explotación.

Pero el socialismo utópico no podía indicar una solución real. No podía explicar la verdadera naturaleza de la

esclavitud asalariada bajo el capitalismo, no podía descubrir las leyes del desarrollo capitalista, ni señalar qué

fuerza social está en condiciones de convertirse en creadora de una nueva sociedad.

Entretanto, las tormentosas revoluciones que en toda Europa, y especialmente en Francia, acompañaron la

caída del feudalismo, de la servidumbre, revelaban en forma cada vez más palpable que la base de todo

desarrollo y su fuerza motriz era la lucha de clases.

Ni una sola victoria de la libertad política sobre la clase feudal se logró sin una desesperada resistencia. Ni un

solo país capitalista se formó sobre una base más o menos libre o democrática, sin una lucha a muerte entre las

diversas clases de la sociedad capitalista.

El genio de Marx consiste en haber sido el primero en deducir de ello la conclusión que enseña la historia del

mundo y en aplicar consecuentemente esas lecciones. La conclusión a que llegó es la doctrina de la lucha de

clases”.

Page 7: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

CONCEPTOS Y CATEGORIAS DEL MARXISMO

LA ALIENACIÓN

La teoría marxista de la alienación considera que el trabajador, desde el punto de vista capitalista, no es una

persona en sí misma, sino una mano de obra que puede representarse en su equivalente económico: el

trabajador es una determinada cantidad de dinero, utilizable, como mano de obra, para la multiplicación del

mismo. Marx, quien fue fuertemente influido por la filosofía hegeliana, toma el término y lo aplica al

materialismo; en concreto a la explotación del proletariado y a las relaciones de propiedad privada.

Marx relaciona la alienación con la existencia de la propiedad privada y de la división antagónica del trabajo.

Entendida así, la alienación abarca toda la actividad humana, pues cada tipo de dicha actividad se convierte en

monopolio de un grupo aislado de personas, cuyo hacer es extraño a todos los demás miembros de la sociedad.

En posteriores obras clásicas suyas, Marx sustituye la categoría de alienación, por todo un sistema de conceptos,

entre los cuales la alienación también aparece como característica concreta de las relaciones de producción del

capitalismo.

El concepto marxista de alienación incluye cuatro componentes: En la sociedad capitalista, los trabajadores

están alienados de su actividad productiva. Los trabajadores no trabajan para sí mismos, para satisfacer sus

propias necesidades, sino que trabajan para unos capitalistas que les pagan un salario de subsistencia a cambio

del derecho a utilizarlos en lo que deseen. Trabajadores y capitalistas creen que el pago de un salario significa

que la actividad productiva pertenece al capitalista, por lo que los trabajadores están alienados respecto a su

actividad. Así, la actividad productiva se reduce únicamente a ganar el suficiente dinero para sobrevivir.

Los trabajadores están alienados no sólo respecto de las actividades productivas, sino también del objeto de

esas actividades: el producto (ya que éste no pertenece a los trabajadores y no pueden utilizarlo para satisfacer

sus necesidades primarias). El producto, como el proceso de producción, pertenece a los capitalistas, que

pueden usarlo como deseen, vendiéndolo generalmente para su beneficio. Así, los trabajadores no tienen una

percepción correcta de lo que producen, y menos aún en largas cadenas de producción.

En el capitalismo los trabajadores están alienados de sus compañeros de trabajo. El capitalismo destruye la

cooperación natural, produciendo una sensación de soledad. Por otro lado, el capitalista enfrenta a los

trabajadores entre sí para detectar cuál de ellos produce más, trabaja más rápidamente y agrada más al jefe,

generando hostilidad entre los compañeros de trabajo.

En la sociedad capitalista los trabajadores están alienados de su propio potencial humano. Los individuos cada

vez se realizan menos como seres humanos y quedan reducidos al papel de bestias de carga o máquinas

inhumanas. La conciencia se entumece, y el resultado es una masa de personas incapaces de expresar sus

capacidades específicamente humanas, una masa de trabajadores alienados.

FETICICHISMO DE LA MERCANCIA

El fetichismo de la mercancía es un concepto creado por Karl Marx en su obra El Capital que designa el

fenómeno social/psicológico donde, en una sociedad productora de mercancías, éstas aparentan tener una

voluntad independiente de sus productores.

El resultado del fetichismo es la apariencia de una relación directa entre las cosas y no entre las personas, lo

cual significa que las cosas (en este caso, las mercancías) asumirían el papel subjetivo que corresponde a las

personas (en este caso, los productores de mercancías).

En una sociedad productora de mercancías y servicios, el intercambio de las mismas es la única manera en que

los diferentes productores aislados se relacionan entre sí. De esta manera, el valor de las mercancías es

Page 8: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

determinado de manera independiente de los productores individuales, y cada productor debe producir su

mercancía en términos de la satisfacción de necesidades ajenas. De esto resulta que la mercancía misma (o el

mercado) parece determinar la voluntad del productor y no al revés.

Marx afirma que el fetichismo de la mercancía es algo intrínseco a las sociedades productoras de mercancías, ya

que en ellas el proceso de producción se autonomiza de la voluntad del ser humano.

El carácter misterioso de la forma mercancía estriba, por tanto, pura y simplemente, en que proyecta ante los

hombres el carácter social del trabajo de éstos como si fuese un carácter material de los propios productos de

su trabajo, un don natural social de estos objetos y como si, por tanto, la relación social que media entre los

productores y el trabajo colectivo de la sociedad fuese una relación social establecida entre los mismos objetos,

al margen de sus productores.

MODO DE PRODUCCION

En los escritos de Karl Marx y la teoría Marxista del materialismo histórico, un modo de producción (en alemán:

Produktionsweise) es una combinación particular de:

Fuerzas productivas: Incluyen la fuerza de trabajo humano y el conocimiento disponible a un nivel tecnológico

dado de los medios de producción (v. g. herramientas, equipamiento, edificios, tecnologías, materiales, y tierras

fértiles).

Relaciones de producción: Se refieren a las relaciones sociales y técnicas, las cuales incluyen la propiedad, el

poder y el control de las relaciones que gobiernan los recursos productivos de la sociedad, a veces codificados

como leyes, formas de cooperación y de asociación, relaciones entre las personas y los objetos de su trabajo, y

las relaciones entre las clases sociales.

El modo de producción da forma al modo en que se produce la distribución, la circulación y el consumo, todo lo

que constituye la esfera económica. Para entender el modo en que la riqueza es distribuida y consumida es

necesario saber cómo se produce.

Un modo de producción es para Marx históricamente distinguible porque constituye una totalidad orgánica, un

todo que se autorreproduce durante siglos o milenios más o menos en las mismas condiciones iniciales.

Realizando una determinada forma de plustrabajo social en un determinado sistema de relaciones de propiedad

las clases trabajadoras reproducen constantemente los fundamentos del orden social.

Las nuevas fuerzas productivas pueden entrar en conflicto con el modo de producción existente; Marx continúa

en el Prólogo citado:

Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en

contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto,

con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de

las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución

social. Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa

superestructura erigida sobre ella.

El término fue utilizado por primera vez en el libro, inédito en vida de los autores, La ideología alemana de Karl

Marx y Friedrich Engels.

Marx utilizó para sus análisis diversos modos de producción, y la literatura marxista suele reducirlos a modo de

esquema, la siguiente sucesión de modos de producción a través de la historia: Comunismo primitivo, Modo de

producción esclavista, Modo de producción asiático, Modo de producción feudal y Modo de producción

capitalista.

Page 9: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

CLASES SOCIALES

Para Karl Marx las clases sociales pueden entenderse de dos formas, sea como: 1) grupos de individuos que se

definen por una misma categorización de sus formas de relacionarse con los medios materiales de producción

(particularmente la forma de obtención de sus rentas), o 2) una conciencia de clase entendida como la creencia

en una comunidad de intereses entre un tipo específico de relaciones socioeconómicas. La doctrina marxista

intenta descubrir la objetividad de la existencia de las clases (clasificaciones) socialmente relevantes a través de

la formación de intereses subjetivos yuxtapuestos y en contraposición a otros grupos de intereses

comprendidos en forma similar.

Las clases sociales aparecen entonces como dualidades antagónicas en un contexto histórico de conflicto cuyo

eje central es el materialismo histórico. De ese enfrentamiento mediado por la historia surge la lucha de clases

que es la manifestación misma del conflicto de los intereses económicos de los individuos.

Marx destacó que, a diferencia de todas las anteriores sociedades de la historia de Occidente con múltiples

grupos de clases antagónicas, en la moderna sociedad capitalista la repartición desigual del capital se simplifica

en la formación de dos grandes clases caracterizadas por esta "distribución": el proletariado y la burguesía.

En el marxismo, el proletariado, como clase oprimida capaz de superar a la burguesía, debía de unirse contra

ésta para romper con su explotación. Siendo su negación dialéctica y sin haber generado dentro de sí nuevas

clases opresoras u oprimidas, se volvería el instrumento de la negación de la sociedad con clases. La condición

de su transformación en clase política era la superación de sus diferencias geográficas y culturales, y el

descubrimiento de su conciencia de clase para así superar la alienación.

"¡Proletarios de todos los países, uníos!" había sentenciado en la última página del Manifiesto Comunista.

Lograr superar su condición como grupo explotado llevaría a dos etapas finales en la evolución histórica de las

formas de producción occidentales (a diferencia del históricamente invariado modo de producción asiático).

Estas etapas son:

Socialismo: Persistencia de las clases sociales no poseedoras y representación política de su consciencia

mediante un partido político. Propiedad pública de la producción provisionalmente traspasada al Estado.

Distribución por función.

Comunismo: Abolición de la división del trabajo y el dinero. Colectivización total de la sociedad civil. Disolución

de cualquier forma de clase y absorción de las funciones colectivas del Estado. Distribución por necesidad.

DICTADURA DEL PROLETARIADO

La dictadura del proletariado es una concepción del poder constituyente dentro del marxismo, la cual actúa

como forma directamente antagónica al estado burgués, el cual es en esencia la dictadura de la burguesía. A

pesar de ser un común error, Marx nunca se refirió a ella como una forma de gobierno, sino como un concepto

del estado de derecho, hecho bajo el materialismo histórico y el concepto de lucha de clases. Entonces la

dictadura del proletariado es una transición revolucionaria entre el capitalismo y la sociedad comunista.

De acuerdo al marxismo, la existencia misma de cualquier tipo de Estado implica la dictadura de una clase social

sobre otra. De acuerdo a Karl Marx, en el régimen capitalista, incluso en las mayores condiciones de democracia

burguesa, existe una dictadura de la burguesía, en detrimento de los trabajadores y el conjunto del pueblo.

“Si en su lucha contra la burguesía, el proletariado se organiza hasta convertirse en clase; si después, gracias a

una revolución se convierte en la clase dominante y como clase dominante derriba por la fuerza el régimen

vigente de producción; hará desaparecer junto a estas relaciones de producción, las causas de los antagonismos

de clase, las clases mismas y por tanto, su papel como clase dominante” (El Manifiesto Comunista).

Page 10: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

Marx postula la necesidad de una revolución en la cual el proletariado se establezca como clase dominante, para

disolverse paulatinamente como tal, en la transición hacia una sociedad sin clases. La dictadura del proletariado

sería la etapa inmediatamente posterior a la toma del poder por parte de la clase obrera, en la que se crea un

Estado obrero, el cual, como todo estado, sería una dictadura de una clase sobre otra (en este caso, de las clases

trabajadoras sobre la burguesía).

Es importante diferenciar dos etapas en la historia de la concepción de la dictadura del proletariado.

Inicialmente, Marx y Friedrich Engels sólo hablaban de la toma del poder estatal por parte de la clase

trabajadora; sin embargo, tras la experiencia de la Comuna de París, concluyeron que para ejercer la Dictadura

del Proletariado, la clase obrera no podía simplemente llenar las estructuras estatales existentes, sino que debía

proceder a destruir el estado burgués y poner en pie un estado obrero basado en la organización colectiva

(Comunas o Consejos, en ruso "Soviets") de la clase obrera.

PARTIDO ÚNICO Y CENTRALISMO DEMOCRATICO

La teoría marxista justifica el unipartidismo de la siguiente forma: los partidos políticos son representantes de

los intereses, la mayoría de los cuales, en un sistema liberal, responden al poder económico y forman parte del

sistema (la superestructura) donde gane quien gane no existirán modificaciones sustanciales. Abolidas las

diferencias de clases no hay lugar para la pugna de intereses económicos propia del pluripartidismo. Sin

embargo, se hace necesaria una organización que sea capaz de formular políticas de Estado y manejar sus

riendas para asegurar el desarrollo del socialismo. Esta organización es el Partido único por ser única la clase

social existente y único el interés común de progreso.

Además, Lenin, partiendo de Marx y su concepción del partido, pretende ligar su concepto de centralismo

democrático a las formas organizativas de la Comuna de París.

El centralismo democrático es el modelo de organización y funcionamiento de los partidos y organizaciones

marxista-leninistas. La combinación de “centralismo” y “democracia” supone potenciar la disciplina consciente y

el sacrificio voluntario de la libertad en aras de la máxima eficacia. El centralismo democrático dice oponerse al

burocratismo y a otras formas de organización de tipo asamblearias o libertarias.

En la metodología del centralismo democrático las discusiones y decisiones fluyen de abajo a arriba y viceversa,

en un viaje de ida y vuelta entre el órgano inferior y el superior, sin lo cual el proceso queda incompleto.

Sus principales características –al menos en lo discursivo- son:

-Carácter electivo y revocable de todos los órganos de dirección de abajo a arriba.

-Rendición periódica de cuentas por los órganos de dirección ante quienes los eligieron y ante los órganos

superiores.

-Libertad de crítica y autocrítica dentro del partido.

-Estricta disciplina de partido, subordinación de la minoría a la mayoría.

-Las decisiones de los órganos superiores son vinculantes para los órganos inferiores.

-Trabajo y dirección colectivos, responsabilidad individual de cada participante en el proceso de

direccionamiento del Partido.

En formulaciones recientes que buscan persistir en dicha categoría conceptual como modelo organizativo, el

centralismo democrático equivale a “democracia interna”, “unidad de acción” y “dirección colectiva” agregando

como principio a la democracia.

Page 11: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

II

BASES TEÓRICAS DEL ANARQUISMO

TEORÍA ECONÓMICA DEL ANARQUISMO

El anarquismo, como filosofía social y como ideología, nace en la primera mitad del siglo XIX. Al igual que

muchos ideales políticos y doctrinas contemporáneos empieza a manifestarse como una teoría relativamente

coherente a los principios de la Revolución Francesa.

La obra de William Godwin, La Justicia Política, que para algunos es la primera exposición teórica del

Anarquismo, fue mayormente considerada como una réplica a la condena de Burke de la Revolución Francesa.

Godwin escribió su obra en el marco teórico del individualismo y del racionalismo unido a la Ilustración del siglo

XVII.

Además, Max Stirner, filósofo idealista de la generación de los jóvenes intelectuales de la Alemania de los años

1840 profundamente influenciados por Hegel, y que luego desarrollaron sus propias teorías mediante una crítica

sistemática de los aspectos más conservadores de la filosofía de Hegel, en relación al Estado y a la Religión, es

considerado erróneamente como precursor del anarquismo.

Stirner sostenía, en su principal obra, El Único y su Propiedad, que el individuo debía ser totalmente libre de

todos los lazos impuestos por la sociedad y de los convencionalismos morales. Godwin y Stirner sólo tenían en

común su ateísmo y la voluntad de desarrollar hasta sus consecuencias lógicas la creencia de que el individuo -

no el Estado o la Sociedad- es soberano. En su empeño por conseguir la autonomía completa del individuo,

ambos pusieron en evidencia la matriz individualista de su ideología.

EL surgimiento del anarquismo como ideología y práctica político social a partir de la segunda mitad del siglo XIX

está ligado al surgimiento de la propia clase proletaria y de allí que abrace el ideal máximo de una sociedad

socialista.

Ideológicamente, el anarquismo se inscribe en una de las corrientes teóricas y prácticas de la lucha social del

proletariado internacional, y por ello, desde sus inicios entró en conflicto frontal con el marxismo, cuyos

teóricos principales se empeñaron en mostrar al anarquismo como una ideología de los pequeños propietarios

rurales y de la pequeña burguesía (artesanado, etc.), es incluso como una ideología del lumpen proletariado. El

propio Marx trataba a Joseph Proudhon (fundador del anarquismo) como un pequeñoburgués y a Mijail Bakunin

(revolucionario teórico y práctico del anarquismo) como un desclasado.

Históricamente, el contingente anarquista en el movimiento popular ha estado principalmente en la clase

obrera y el campesinado pobre. Esto significa que lejos haber representado históricamente a la

pequeñoburguesa, el anarquismo en la lucha social ha sido siempre la ideología de las clases oprimidas y

explotadas dentro de las sociedades capitalistas y semifeudales.

El primero en asumir el término de “anarquista” fue Pierre Joseph Proudhon, quien proponía un tipo de

organización cooperativa apropiada a las necesidades económicas de este tipo de comunidad y, una sociedad de

seres iguales.

Proudhon propone una sociedad futura sin Estado donde la propiedad de los medios de producción pueda ser

individual o colectiva siempre que el intercambio de bienes y servicios represente montos equivalentes de

trabajo.

Page 12: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

A partir de este esquema se construiría la sociedad mutualista que funcionaría asociando de forma libre a los

productores en federaciones de industria que organicen la cooperación y reemplacen a los empleadores,

extiendan certificados de tiempo-trabajo y préstamos a sus miembros, se hagan cargo de los productos

finalizados, pacten servicios de policía, intercambien con otros grupos de comercio para su beneficio mutuo a

través de una federación central habilitando a sus miembros para utilizar su crédito, y asimismo asegurarlos

frente a las pérdidas.

El mutualismo está basado generalmente en la teoría del valor-trabajo que sostiene que cuando el trabajo o lo

que este produce es vendido, en intercambio, este debe recibir bienes y servicios que abarquen "el monto de

trabajo necesario para producir un artículo exactamente similar e igual utilidad".

Es así que el mutualismo llevará a Proudhon a defender, en el campo de la economía, la teoría de la creación del

valor mediante el intercambio y el trabajo invertido, por lo que recibió feroces críticas de Marx, quien aseguraba

que esta teoría era típica de un economista «pequeño burgués», simpatizante del tendero y del artesano que

comercian con sus propios productos.

Pero su teoría le llevará sobre todo a analizar el mecanismo mismo de la regeneración permanente de la

desigualdad. De hecho, si el salario-valor depende de la cantidad de trabajo producido, el intercambio no se da

según las necesidades, sino según la igualdad de los valores.

De esta forma, Proudhon acaba defendiendo la economía monetaria y la pequeña propiedad: al defender la

autonomía y la creatividad de los trabajadores, exaltaba al propio tiempo sus distintas capacidades: en cambio

su modo de producción debía servir precisamente para liberarlos del peso opresor y parasitario del Estado y del

monopolio económico.

Durante un tiempo, los proudhonianos tuvieron cierta influencia en el movimiento socialista francés y en la

Primera Internacional Socialista, fundada en 1864, un año antes de la muerte de Proudhon.

SURGIMIENTO DE LAS IDEAS DE BAKUNIN

Luego de Proudhon, la principal figura en el desarrollo de las ideas anarquistas fue el ruso Miguel Bakunin,

revolucionario y teórico que participó directamente en diversas insurrecciones y conspiraciones por lo que

purgó cárcel diversas prisiones de Europa.

La influencia de Bakunin fue grande en Suiza, donde por algún tiempo, estuvo instalado el centro de su liga

anarquista internacional; y en particular entre los relojeros del Jura, a los cuales había alentado en su iniciativa

de oposición a la influencia de Marx en la Primera Internacional. Los relojeros del Jura resumieron las virtudes

del ideal proudhoniano. Un compatriota de Bakunin, el príncipe Pedro Kropotkin, escribió en sus Memorias, que

los relojeros del Jura lo convirtieron finalmente al Anarquismo.

Bakunin trató de ganar influencia en Italia, pero tuvo mayor audiencia entre los obreros de las ciudades de las

provincias norte-centro que entre los campesinos pobres del sur. En España sin embargo, el emisario italiano de

Bakunin, Fanelli, dio a conocer con éxito el ideario anarquista no solamente entre los obreros sino inclusive

entre los campesinos. El interés de Bakunin, por los campesinos más pobres, no tenía como objetivo excluir

otros grupos potencialmente revolucionarios. En ciertas ocasiones parece que Bakunin comparte el criterio de

Marx según el cual los obreros industriales deben situarse en la vanguardia de la acción revolucionaria -por lo

menos en los países occidentales- y consideraba la huelga como táctica revolucionaria. Pero Bakunin se oponía

al criterio exclusivo de Marx que acentuaba el concepto de clase obrera organizada, por considerar que esta

actitud ignoraba las posibilidades revolucionarias de otros grupos, y porque además le parecía que ello

entrañaba una nueva “dominación de clase” sobre las masas, el campesinado y el lumpenproletariado.

Page 13: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

A diferencia de Proudhon, Bakunin se oponía a la posesión personal de la propiedad de la tierra o a las pequeñas

industrias que él consideraba como la ideología burguesa del individualismo. En lugar de ello propugnaba una

forma de colectivismo:

“Pienso que la libertad debe establecerse por sí misma en el mundo por la organización espontánea del trabajo

y la propiedad colectiva mediante asociaciones de productores libremente organizados y federados por

regiones”… (La Comuna de París y la noción de Estado. Bakunin).

CRITICA BAKUNINISTA AL MUTUALISMO

El anarquista colectivista Mijaíl Bakunin fue un firme crítico del mutualismo proudhoniano afirmando "cuan

ridículas son las ideas de los individualistas de... los mutualista proudhonianos que conciben la sociedad como

resultado de la libertad de contrato de las personas absolutamente independientes el uno del otro y entrar en

relaciones mutuas sólo por el convenio elaborado entre los hombres. Como si estos hombres han descendido

del cielo, trayendo con ellos discurso, voluntad, el pensamiento original, y como si se tratara de algo ajeno a la

tierra, es decir, cualquier cosa que tiene origen social."

COLECTIVISMO Y SINDICALISMO

El sindicalismo fue igualmente influido por el pensamiento de Bakunin, mucho más militante y anarquista

colectivista. Pero a medida que el sindicalismo se desarrolla no siempre éste estará vinculado al pensamiento

anarquista. Fueron muchos los anarquistas que emitieron reservas en cuanto a su participación en el

sindicalismo.

Los anarquistas que no aceptaban el sindicalismo tendían, hacia finales del siglo XIX, a abrazar la doctrina del

comunismo anarquista.

Bakunin que, como Proudhon, rechaza el comunismo por considerarlo vinculado a un autoritarismo jacobino

(piensa, sobre todo, en los seguidores de Babeuf, en Cabet y en Blanqui), es colectivista porque cree

indispensable mantener el principio: «De cada uno según su capacidad; a cada uno según sus méritos». Supone

que el olvido de esta norma no sólo implicaría una injusticia para con los mejores trabajadores sino también una

drástica disminución del producto social.

Según la fórmula colectivista, la tierra y los instrumentos de producción deben ser comunes, pero el fruto del

trabajo debe ser repartido en proporción al esfuerzo y la calidad del trabajo de cada uno. De esta manera,

aunque bajo modalidades un tanto diversas, se conserva el régimen del salariado.

DEBATE ENTRE COLECTIVISTAS Y ANARCOCOMUNISTAS

La discusión entre anarquistas colectivistas y comunistas libertarios tuvo lugar principalmente a finales del siglo

XIX. Las dos grandes diferencias con el comunismo libertario son:

Los comunistas libertarios defienden la consigna "de cada uno según su capacidad, a cada uno según su

necesidad", lo cual discrepa con los colectivistas que proponen la retribución según el mérito.

Los comunistas libertarios proponen que la federación de estas asociaciones gestione la economía de forma

democrática, que recauden lo producido y luego lo redistribuya según las necesidades de los individuos.

Además, esta confederación fijaría determinadas pautas sobre la forma de producción y de trabajo. Los

anarquistas colectivistas, en cambio, propone dar mayor autonomía a las asociaciones.

Page 14: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

Ante estas discusiones, la mayoría de anarquistas, viendo que les conducía a un callejón sin salida, optaron por

denominarse "anarquistas sin adjetivos": optaron por la síntesis y tendieron a converger en la lucha del día a

día.

CRITICA ANARCOCOMUNISTA AL COLECTIVISMO

El colectivismo, que adoptaron luego como meta inmediata los socialdemócratas y que el Estado bolchevique

pretende haber implantado (aunque no es difícil ver que allí, por una parte, no hay real correspondencia entre

esfuerzo o mérito y salario, y por otra no hay verdadera propiedad social de los medios de producción) fue

objeto pronto de agudas críticas en el seno de los grupos anarquistas. Surgió así dentro de la ideología

anarquista el tercer momento, que es el del comunismo cuyo principal (aunque no el primer) representante fue

el teórico ruso Pedro Kropotkin. Esta doctrina económica se impuso sobre todo a partir de la década del ochenta

en Francia (en Italia ya desde el setenta, en España sólo después del novecientos).

Su punto de partida es: «De cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades».

Los anarco-comunistas aspiran a suprimir por completo cualquier forma de salariado. No sólo la tierra y los

medios de producción deben ser comunes, según ellos, sino también el producto. El criterio de distribución está

dado por las necesidades reales de cada miembro de la sociedad.

Refutando a los colectivistas que consideran imprescindible para la justicia que cada trabajador reciba una parte

del producto proporcional a su propio y personal esfuerzo, los comunistas responden, por boca de Kropotkin:

cualquier producto, cualquier bien económico es, en realidad, fruto de la cooperación de todos los trabajadores,

tanto del propio país como del extranjero, tanto del presente como del pasado. ¿Cómo se podrá medir y

segregar en la gran masa de la riqueza social la parte que corresponde al esfuerzo y a la inteligencia de cada

uno? ¿Acaso el mayor esfuerzo y la mayor inteligencia hubiera podido crear sola y sin ningún auxilio una parte,

siquiera ínfima, de aquella riqueza social? Por otro lado, cuando se trata de valorar el trabajo de cada uno de

acuerdo con el costo social de la formación del trabajador (como quieren no sólo Ricardo y Marx, sino también

los anarcocolectivistas), los anarco-comunistas preguntan: ¿Cómo calcular los gastos de producción de la fuerza

laboral sin tener en cuenta que tal vez un buen obrero cuesta a la sociedad más que un artesano o que un

profesional, dado el alto número de hijos de obreros muertos por anemia y otras enfermedades «sociales»?

Las discusiones entre colectivistas y comunistas dentro del campo del anarquismo dominaron las dos últimas

décadas del siglo pasado y aun la primera del presente.

Como resultado de ellas surgieron algunas posiciones menos rígidas.

El italiano Enrico Malatesta, militante activo entre los años 1870 y 1920 asociaba los conceptos kropotkinianos

sobre la propiedad comunal con una confianza marxista en la fuerza política organizada de la clase obrera. Hasta

cierto punto, Malatesta dedujo de ambos conceptos la creencia en una futura sociedad socialista históricamente

determinada. Posteriormente reconoció que había sido demasiado marxista y demasiado kropotkiniano (véase

Vernon Richards. Enrique Malatesta: su Vida y sus Ideas, 209-10).

Malatesta, sin dejar de considerar al comunismo como la forma ideal de organización económica de una

sociedad sin Estado, adopta una actitud muy abierta frente a todas las demás propuestas (mutualismo,

cooperativismo, colectivismo, etc.) y se pronuncia por el experimento en este terreno.

Malatesta simpatizaba con la experiencia anarcosindicalista italiana que inspiraba con el ejemplo francés,

ganaba influencia entre los obreros ferroviarios, los metalúrgicos y los de la construcción en las ciudades del

norte, poco antes de la Primera Guerra Mundial; aunque difería lo suficiente de los sindicalistas para tratar de

reactivar el movimiento anarquista durante los años 1913-14.

El programa de la sintetista FAI italiana es Il programma anarchico de 1919 escrito por Malatesta. Malatesta

también participó en los eventos conocidos como Biennio rosso en los cuales los trabajadores en el norte del

Page 15: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

país, en parte inspirados por la Revolución de Octubre (1917) de Rusia, se tomaron las fábricas y establecieron

consejos obreros.

El cubano-español Tárrida de Mármol, seguido entre otros por Max Nettlau y por Ricardo Mella (en su última

época), defiende simplemente un «anarquismo sin adjetivos».

CRITICA ANARCOCOMUNISTA AL MUTUALISMO

Una de las áreas de desacuerdo entre mutualistas y anarquistas comunistas viene de la defensa del dinero de

parte de Proudhon para compensar a los individuos por su trabajo. Piotr Kropotkin, al igual que otros

anarcocomunistas, abogó por la abolición del trabajo salariado y cuestionó "¿cómo puede esta nueva forma de

salario, la nota de trabajo, ser aprobada por los que admiten que las casas, los campos, las fábricas ya no son

propiedad privada, que pertenecen a la comuna o la nación?". Kropotkin creía que un sistema de salarios de

cualquier forma, administrados por los Bancos del Pueblo o por las asociaciones de trabajadores a través de

cheques de trabajo es una forma de coacción.

TEORÍA SOCIAL Y REVOLUCIONARIA DEL ANARQUISMO

LA LUCHA DE CLASES

Los anarquistas fueron quizás quienes se mantuvieron más cercanos a la concepción original -la de Maquiavelo-

acerca del problema. Desde este punto de vista, la lucha de clases es, en general, lo que determina las formas

políticas de una sociedad y, desde un punto de vista “revolucionario”, la lucha del pueblo contra toda opresión

en general y el Estado en particular.

Lo anterior no se debe confundir con estancamiento ideológico. En realidad esta visión ha dado origen a un rico

desarrollo del análisis. Según tanto el anarquismo como otras percepciones cercanas -por ejemplo, el

liberalismo libertario- tanto las clases como las luchas entre ellas no se originan solo o principalmente en

factores económicos sino también en otros, principal entre los cuales es el poder.

Sigue entonces que puede haber una “constelación” de clases o sectores sociales que se apoderen o conquisten

el poder a fin de dominar otras. Es alrededor de esas clases gobernantes -aquellas que detentan el poder- que

se forman -y debido al “derecho de conquista” - los privilegios plutocráticos, gerontocrátas y burocráticos en

general (La Anarquia según Bakunin, Edición a cargo de Sam Dolgoff). Principal entre esos privilegios esta de la

explotación económica. Parafraseando, se podría decir que ser oprimido es ser explotado, pero -y crucialmente-

no se puede ser explotado si no se es oprimido.

Así pues, el anarquismo habla de "clases revolucionarias", incluyendo a los obreros, artesanos, los campesinos y

lo que Marx llamaba Lumpemproletariado (El Príncipe Anarquista, Estudio biográfico de Piotr Kropotkin, por

George Woodcock e Iván Avakumovic). Por otro lado también en otros textos se habla de dos clases: la mayoría

conformada por los que producen y una minoría reaccionaria conformada por los que viven del trabajo de los

productores y que además gobiernan.

Se puede observar entonces que la “lucha de clases” anarquista se basa principalmente contra el poder político

organizado, es decir, contra el Estado. Si se elimina este, se habrá eliminado el mecanismo que perpetua la

opresión y explotación. Proudhon lo pone así: “Todos los gobiernos de hecho, cualesquiera que sean sus

motivos o reservas, están reducidos a la una o la otra de estas dos fórmulas: Subordinación de la autoridad a la

libertad, o subordinación de la libertad a la autoridad.” (Proudhon, “Principio Federativo”).

AUTOGESTION

Page 16: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

Es la gestión cooperativa de una asociación, en la que participan todos sus integrantes de forma libre e

igualitaria y con independencia de factores externos a la misma. La autogestión tiene dos objetivos principales:

promover la participación en una actividad de los implicados de la misma, sin delegar en otras personas y sin

relaciones de autoridad entre los participantes (Lo público y la autogestión: defensa y avance, del Grupo

Anarquista Albatros, en http://malaga.cnt.es/spip.php?article846); y también alejarse de las ayudas que

pudieran dar o recibir sectores enemigos a la asociación autogestionada, siendo así independientes de cualquier

factor político o económico externo. Esto último es el motivo principal que empuja a muchas organizaciones

anarquistas de todo tipo (sindicatos, escuelas, librerías e incluso grupos de música) a llevar a la práctica la

autogestión organizándose de tal modo que sean totalmente independientes de cualquier organización política

o económica.

Así, la construcción de la nueva sociedad se realizará la edificación, sobre la base del federalismo y la

autogestión de la producción en general. En las comunas o colectividades federadas se garantizará la libertad de

los individuos y su desarrollo en cuanto que cada uno pueda hallar los medios necesarios para el progreso en sus

diversas facultades y en su ocupación laboral.

Asimismo, otras características de este tipo de organización social, y del asociacionismo anarquista en general,

son la IGUALDAD y la SOLIDARIDAD y AYUDA MUTUA, elementos básicos para el establecimiento y desarrollo de

la anarquía. Su importancia en el pensamiento anarquista es amplísima y, además, componen la base social de

la doctrina.

OBJETIVO BÁSICO DEL SOCIALISMO: LA LIBERTAD

Las bases teóricas de la ideología anarquista se establecen en torno a la búsqueda de libertad, entendido éste

como el derecho del individuo a ser dueño de su propia vida, es decir, la total autonomía de decisión del

individuo. Esta libertad conduce al rechazo de cualquier autoridad, ya sea política, religiosa o moral, hecho que

queda reflejado en la famosa frase “ni Dios ni amo”.

Mijail Bakunin: «No soy verdaderamente libre más que cuando todos los seres humanos que me rodean,

hombres y mujeres, son igualmente libres. La libertad de otro, lejos de ser un límite o la negación de mi libertad,

es al contrario su condición necesaria y su confirmación. No me hago libre verdaderamente más que por la

libertad de los otros, de suerte que cuanto más numerosos son los hombres libres que me rodean y más vasta

es su libertad, más extensa, más profunda y más amplia se vuelve la mía» (Dios y el Estado, Bakunin).

De aquí se deriva el carácter autogestionario de la construcción de la nueva sociedad en el proceso de la

búsqueda de la libertad, como plantea el anarquismo.

“Exigimos es la proclamación nuevamente del gran principio de la Revolución francesa: que cada ser humano

pueda poseer los medios materiales y morales para poder desarrollar así su humanidad, un principio que, en

nuestra opinión, debe ser traducido en el siguiente problema: Organizar la sociedad de tal manera que cada

individuo, hombre o mujer, pueda hallar, al entrar en la vida, medios aproximadamente equivalentes para el

desarrollo de sus diversas facultades y de su ocupación laboral. Y organizar dicha sociedad de tal forma que

haga imposible la explotación de algún trabajador, lo cual permitirá a cada individuo disfrutar de la riqueza

social, la cual, en realidad sólo se produce por el trabajo colectivo; pero sólo para disfrutarla en cuanto él

contribuya directamente hacia la creación de dicha riqueza” (Socialismo sin Estado: Anarquismo, por Bakunin).

EL PRINCIPIO ANTIAUTORITARIO

Se expresa mediante el antiteísmo (negación de Dios –Si dios existe, el hombre es esclavo; ahora bien, el

hombre puede y debe ser libre: por consiguiente, dios no existe– Bakunin, p. 120), el anticlericalismo (negación

Page 17: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

de la Iglesia como fuente de dominio y estamento de opresión moral) y, en general, con la aceptación de que el

poder político corrompe.

Otro rasgo característico del anarquismo, que tiene que ver con su concepción evolutiva de la historia, es el

papel que confieren a las minorías conscientes (vanguardia) que sirven de motor movilizador. Éstas son las que

activan al pueblo con su ejemplo y le hacen avanzar. Un ejemplo de “vanguardia” es la Alianza de la Democracia

Social creada por el teórico libertario Mijaíl Bakunin (Sobre la disciplina revolucionaria. Néstor Makhno).

TÁCTICA CORRECTA DE LA REVOLUCIÓN SOCIAL

En una revolución social, en todo opuesta diametralmente a una revolución política, los individuos apenas y

cuentan, mientras que la acción espontánea de las masas lo es todo. Todo lo que los individuos pueden hacer es

clarificar, propagar, y desarrollar las ideas que corresponden al instinto popular, y, cosa aun más importante,

contribuir con sus esfuerzos incesantes a la organización revolucionaria del poder natural de las masas. Pero

nada más que eso; el resto sólo podrá hacerlo el propio pueblo. Cualquier otro método llevaría a la dictadura

política, al resurgimiento del Estado, de los privilegios, de las desigualdades, y de todas las opresiones estatales;

es decir, llevaría de una forma indirecta, aunque lógica al restablecimiento de la esclavitud política, económica y

social de las masas populares.

¿Qué busca el pueblo? “El fin de sus necesidades, el fin de la pobreza, y la satisfacción plena de todos sus

requerimientos materiales mediante el trabajo colectivo, igual y obligatorio para todos, y luego, como el final de

la dominación, y como la organización libre de las vidas de las personas conforme a sus necesidades -no desde la

cima hacia abajo, como lo tenemos en el Estado, sino de abajo a arriba, una organización formada por el pueblo

mismo, independiente de gobiernos y parlamentos, una unión libre en asociaciones de trabajadores agrícolas y

de fábrica, en comunas, regiones, y naciones, y finalmente, en el futuro más remoto; la hermandad humana

universal, que triunfa por sobre las ruinas de todos los Estados”.

EL sistema social resultante de la revolución social libertaria no será sino la república como una comuna, la

república como una federación, una república genuinamente socialista y popular -el sistema del Anarquismo.

Esta es la política de la Revolución Social, que apunta a la abolición del Estado, y la económica, que libera

totalmente las organizaciones de la gente, una organización de abajo hacia arriba, mediante una federación.

... No habrá ninguna posibilidad de la existencia de un gobierno político, ya que este gobierno será

transformado en una administración simple de asuntos comunes.

EL FEDERALISMO

En la concepción de Proudhon, “la sociedad libertaria del futuro debía estar dotada de una doble estructura: la

económica, constituida por la federación de asociaciones obreras de autogestión, y la administrativa, formada

por la federación de asociaciones obreras de autogestión, y la administrativa, formada por la federación de

comunas. Sólo faltaba coronar y articular el edificio con una institución de gran alcance, que pudiera extenderse

al mundo entero: El Federalismo”.

Al final de su vida Proudhon prefiere incluso llamarse federalista que anarquista.

En su obra “El Principio Federativo”, señala que “la centralización de una sociedad de hombres libres (…)

consiste en un contrato que los une. La unidad social (…) es producto de la libre adhesión de los ciudadanos (…).

Para que una nación se manifieste en su unidad, es preciso que dicha unidad esté centralizada (…) en todas sus

funciones y facultades; es necesario que la centralización se efectúe desde abajo hacia arriba, de la

circunferencia al centro, y que todas las funciones sean independientes entre sí y se gobiernen por sí mismas.

Cuanto más se multipliquen los centros, tanto más fuerte será la centralización”.

Page 18: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

“El sistema federativo es lo opuesto a la centralización gubernamental. La autoridad y la libertad, dos principios

en perpetua lucha, están condenados a transigir la una con la otra”. (Daniel Guerin)

Proudhon: “La federación resuelve todas las dificultades que se presentan para lograr una armonía entre

libertad y autoridad. La revolución Francesa estableció las premisas de un orden nuevo, cuyo secreto posee su

heredera, la clase trabajadora. ¿En qué consiste ese este orden nuevo? En la unión de todos los pueblos dentro

de una ‘confederación de confederaciones’. Esta expresión no es caprichosa, por cuanto una confederación

universal sería demasiado vasta; es menester coligar grandes conjuntos”.

Bakunin desarrolla y profundiza las ideas de Proudhon sobre el federalismo:

“Cuando desaparezca el maldito poder estatal que obliga a las personas, asociaciones, comunas, provincias y

regiones a vivir juntas, todas estarán ligadas mucho más estrechamente y constituirán una unidad mucho más

viva, más real, más poderosa que la que se ven hoy forzadas a formar bajo la presión del Estado, que aplasta a

todos por igual”. Los autoritarios “confunden siempre (…) la unidad formal, dogmática y gubernamental con la

unidad viva y real, que sólo puede ser resultado del libérrimo desarrollo de todas las individualidades y

colectividades, así como de la alianza federativa y absolutamente voluntaria (…) de las asociaciones obreras en

comunas, de estas en regiones, y de las regiones en naciones”.

Bakunin insiste en la necesidad de un ente intermediario que sirva de vínculo entre la comuna y el organismo

federativo nacional: La provincia, o región, constituida por la libre federación de comunas autónomas. No debe

pensarse que el federalismo conduce al aislamiento, al egoísmo. La solidaridad es inseparable de la libertad”.

Bakunin considera que únicamente el socialismo puede aportar contenido revolucionario al federalismo.

INTERNACIONALISMO PROLETARIO

El principio federalista conduce al internacionalismo, es decir, a la organización federativa de las naciones “en la

más grande y fraterna unión internacional de los hombres”. Pero advierte que esto es únicamente posible en un

socialismo nacido del federalismo internacionalista y revolucionario: “Ningún Estado centralista, burocrático y,

por ende, militar, aun cuando se llame república, podrá entrar sinceramente en una confederación

internacional. Por su constitución, que nunca dejará de ser una negación franca o disimulada de la libertad

interna, tal Estado sería necesariamente una permanente declaración de guerra, una amenaza contra la

existencia de los países vecinos”.

El verdadero internacionalismo descansa sobre la autodeterminación y su corolario, el derecho de secesión.

“Toda persona, toda asociación, toda comuna, toda provincia, toda región, toda nación, tiene el derecho

absoluto de disponer de sí misma, de asociarse o no, de aliarse con quien quiera y de romper sus alianzas sin

consideración por los supuestos derechos históricos ni por las conveniencias de sus vecinos”, añade

Bakunin a los conceptos de Proudhon. “De todos los derechos políticos, el primero y más importante es el

derecho de unirse y separarse libremente; sin él, la confederación sería siempre sólo una centralización

disfrazada”.

El federalismo conduce a sus fundadores a prever proféticamente el problema de la supresión del colonialismo.

Al establecer una distinción entre unidad “conquistadora” y unidad “racional”, Proudhon advierte que “todo

organismo que rebase sus justos límites y trate de invadir o anexarse otros, pierde en fuerza lo que gana en

superficie, y tiende a su disolución”. Cuanto más amplíe una comuna *léase nación+ su población y su territorio,

tanto más se acercará a la tiranía y, finalmente, al derrumbe.

LA SOCIEDAD

Page 19: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

La Sociedad, que todos los pensadores anarquistas distinguen cuidadosamente del Estado, es para ellos una

realidad natural, tan natural por lo menos como el lenguaje. No es el fruto de un pacto o de un contrato. No es,

por consiguiente, algo contingente, accidental, fortuito.

El Estado, por el contrario, representa una degradación de esa realidad natural y originaria. Se lo puede definir

como la organización jerárquica y coactiva de la sociedad. Supone siempre una división permanente y rígida

entre gobernantes y gobernados.

Esta división se relaciona obviamente con la división de clases y, en tal sentido, implica el nacimiento de la

propiedad privada.

El marxismo coincide, en líneas generales, con esta última tesis. Pero un grave problema se plantea a este

propósito y la solución del mismo vuelve a dividir a marxistas y anarquistas.

Para los primeros la propiedad privada y la aparición de las clases sociales da origen al poder político y al Estado.

Este no es sino el órgano o el instrumento con que la clase dominante asegura sus privilegios y salvaguarda su

propiedad. El poder político resulta así una consecuencia del poder económico. Éste surge primero y engendra a

aquél. Hay, por tanto, una relación lineal y unidireccional entre ambos: poder económico (sociedad de clases)

poder político (Estado).

Para los anarquistas, en cambio, es cierto que el Estado es el órgano de la clase dominante y que el poder

económico genera el poder político, pero éste no es sino un momento del proceso genético: también es verdad

que la clase dominante es órgano del Estado y que el poder político genera el poder económico.

La raíz de todas las diferencias entre el marxismo y el anarquismo en lo referente a la idea de la sociedad, del

Estado, de la revolución, se encuentra precisamente aquí.

Los anarquistas saben (desde Proudhon y Bakunin) que una revolución que pretenda acabar con las diferencias

de clase sin acabar al mismo tiempo (y no más tarde) con el poder político y la fuerza del Estado está

inevitablemente condenada no sólo a consolidar el Estado y a atribuirle la totalidad de los derechos, sino

también a engendrar una nueva sociedad de clases y una nueva clase dominante.

ESTADO Y GOBIERNO

Por ello, el principal centro de los ataques del anarquismo es el Estado porque este representa la máxima

concentración del poder. La sociedad está dividida esencialmente por obra del Estado; los hombres se

encuentran alienados y no pueden vivir una vida plenamente humana gracias, ante todo, a tal concentración del

poder.

La existencia del poder es algo natural en la sociedad: cada individuo y cada grupo natural dispone de un poder

más o menos grande, según sus disposiciones físicas e intelectuales. Tales diferencias no son nunca, por sí

mismas, demasiado notables. En términos generales puede decirse que la vida social tiende a hacerlas

equivalentes. En ningún caso el exceso de poder del que naturalmente dispone un individuo o un grupo natural

basta para establecer un dominio sobre la sociedad y sobre los demás hombres considerados en conjunto.

Lejos de ser, pues, una entidad universal, imparcial, anónima, el Estado es la expresión máxima de los intereses

de ciertos individuos y de ciertas clases. Lejos de ser la más perfecta encarnación del Espíritu, es la negación

misma de todo, Espíritu, pues nace de la cobardía y se nutre de los más mezquinos intereses.

BUROCRACIA Y PARLAMENTARISMO

La crítica del Estado asume una forma particular en la crítica de la burocracia. Y ésta es sin duda la forma más

accesible al público no anarquista, al ciudadano común y ajeno a cualquier ideología política de los grandes

Page 20: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

centros urbanos e industriales. Por otra parte, también han sometido a crítica a la burocracia muchos

pensadores liberales y hasta algunos marxistas. Así, De Tocqueville concuerda con Kropotkin en el análisis de la

burocracia francesa.

La burocracia nace del Estado y puede decirse que se desarrolla con él. No hay Estado sin burocracia y ésta

extiende sus funciones a medida que el Estado se hace más Estado, es decir, a medida que éste se hace más

centralista y autoritario.

En primer lugar, los pensadores anarquistas suelen señalar la irracionalidad de la estructura burocrática;

después, su naturaleza mecánicamente opresiva; y, en fin, su carácter antieconómico.

Durante el Antiguo Régimen, si el viento derribaba un árbol en un camino público -observa Kropotkin-, no se lo

podía retirar y vender sin hacer cinco o seis trámites; con la Tercera República es preciso intercambiar no menos

de cincuenta documentos. El Estado genera así una burocracia de miles de funcionarios y gasta en pagarlos

miles de millones. Pero al mismo tiempo prohíbe a los campesinos unirse entre sí para solucionar sus problemas

comunes. Tales observaciones de Kropotkin cobran cada día mayor vigencia, ya que la burocracia crece y se

multiplica de año en año, al mismo tiempo que resulta más ineficaz y parasitaria (La Ideología Anarquista. Ángel

Cappelletti).

Los anarquistas se han opuesto siempre a la democracia representativa y al parlamentarismo porque consideran

que toda delegación del poder por parte del pueblo lleva infaliblemente a la constitución de un poder separado

y dirigido contra el pueblo.

En el antiparlamentarismo coincidieron, durante un tiempo, con los bolcheviques y los marxistas

revolucionarios. Más allá de las posiciones de éstos, que se oponían a la democracia indirecta y a los comicios

democráticos porque aspiraban simplemente a imponer la dictadura del proletariado (esto es, la dictadura del

partido), los anarquista propusieron siempre como única alternativa la democracia directa. Sólo la democracia

directa (en forma de consejos, soviets, asambleas comunales, etc.), es democracia auténtica y merece el

nombre (lamentablemente degradado) de democracia popular.

LA ABOLICIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL DERECHO DE HERENCIA

“La única cosa que, en nuestra opinión, el Estado puede y debería hacer es modificar poco a poco la ley de

herencia para llegar cuanto antes a su completa abolición. Aquella ley es puramente una creación del Estado, y

una de las condiciones de existencia misma del Estado autoritario y divino, y ella puede y debería ser suprimida

por la libertad en el Estado. En otras palabras, el Estado debería disolverse en una sociedad libremente

organizada de acuerdo con los principios de justicia. El derecho de herencia, en nuestra opinión, debiera

suprimirse, ya que mientras exista perdurará la desigualdad económica hereditaria, no la desigualdad natural de

los individuos, sino la desigualdad artificial de clases -y ello siempre engendrará la desigualdad hereditaria en el

desarrollo y la formación de las mentes, y cuya continuación sería la fuente y la consagración de todas las

desigualdades políticas y sociales. La tarea de la justicia es establecer la igualdad para cada uno, pues aquella

igualdad dependerá de la organización económica y política de la sociedad- una igualdad con la que cada uno va

a comenzar su vida, y por la que cada uno, dirigido en su propia naturaleza, será el producto de sus propios

esfuerzos. En nuestra opinión, la propiedad de los difuntos debería acumularse a los fondos sociales para la

instrucción y la educación de los niños de ambos sexos, que incluye la manutención de ellos desde su

nacimiento hasta que alcancen la mayoría de edad”. (Socialismo sin Estado: Anarquismo. Bakunin)

BANCARROTA DEL SOCIALISMO ESTATALISTA

“La consecución de esta tarea desde luego tomará cientos de años de desarrollo. Pero la historia ya la ha traído

ante nosotros y de aquí en adelante no podemos hacer caso omiso a ella sin condenarnos a declarar nuestra

Page 21: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

total impotencia. Nos apresuramos en agregar aquí que enérgicamente rechazamos cualquier tentativa de

organización social que no admitía la libertad más amplia tanto de los individuos como de las organizaciones, o

que requiera la instauración de cualquier régimen de poder. En nombre de la libertad, la cual reconocemos

como fundamento único y único principio creativo de la organización, económica o política, protestaremos

contra todo aquello que remotamente pueda parecerse al Comunismo Estatatista, o al Socialismo Estatatista”.

(Socialismo sin Estado: Anarquismo. Bakunin)

Bakunin: "Libertad sin Socialismo es privilegio e injusticia y Socialismo sin libertad es esclavitud y brutalidad”

DESTRUCCIÓN DEL PODER POLÍTICO

“Es necesario suprimir completamente, en principio y de hecho, todo aquello que llaman el poder político; pues,

mientras que el poder político exista, habrá gobernantes y gobernados, amos y esclavos, explotadores y

explotados. Una vez suprimido, el poder político debería ser substituído por la organización de las fuerzas

productivas y el servicio económico”. (Socialismo sin Estado: Anarquismo. Bakunin)

“No obstante el enorme desarrollo de los estados modernos -un desarrollo que en su fase última, de forma

bastante lógica, reduce el Estado a una absurdidad-, se hace evidente que los días del Estado y el principio

Estatal están contados. Ya podemos ver el advenimiento de la total emancipación de las masas trabajadoras y su

libre organización social, libre de la intervención gubernamental, formada por la asociación económica de las

personas y dejando de lado todas las viejas fronteras Estatales y las distinciones nacionales, fundamentado ello

sólo en el trabajo productivo, el trabajo humanizado; poseyendo un interés común a pesar de su diversidad”.

(Socialismo sin Estado: Anarquismo. Bakunin)

LA REVOLUCIÓN: ¿POLÍTICA O SOCIAL?

La existencia de una sociedad sin clases está inescindiblemente vinculada, para el anarquismo, con la abolición

del Estado. Por tal razón, el criterio para discernir la autenticidad de una revolución está dado por la real y

efectiva liquidación del poder político y del aparato estatal desde el mismo instante en que la revolución se

produce. Los anarquistas no han compartido jamás la teoría marxista del Estado como superestructura que

caería de por sí, como fruto maduro, cuando se instaurara el comunismo y desaparecieran los últimos vestigios

de la sociedad de clase. Afirmar, como Engels, que en un remoto futuro el Estado será relegado al Museo de

Antigüedades les parece una actitud singularmente evasiva e irrealista. Esto no quiere decir, sin embargo, que

para ellos el Estado pueda y deba abolirse al día siguiente de la revolución. Ningún pensador anarquista ha

defendido tal idea, y contra ella se pronunciaron con claridad tanto Kropotkin como Malatesta. Pero ningún

pensador anarquista ha dejado tampoco de insistir en la exigencia de iniciar la liquidación del Estado junto con y

no después de la demolición de la estructura clasista de la sociedad.

La revolución es entendida por los anarquistas no como conquista del Estado sino como supresión del mismo.

Desde un punto de vista positivo, muchos teóricos del anarquismo, como Bakunin y Kropotkin, la conciben

simplemente como la toma de posesión de campos, fábricas y talleres (de la tierra y los medios de producción)

por parte de los productores. Lo cual no excluye, para ellos, la necesidad de defender con las armas esta

expropiación o, por mejor decir, esta restitución de toda la riqueza a quienes son sus legítimos dueños, puesto

que la han creado. Quienes no apelan a la idea de la revolución, como es el caso de Proudhon y sus discípulos,

confían de todas maneras en la acción mutualista de los productores, que ha de conducir de por sí a una

autogestión integral y a la liquidación de la idea misma de la propiedad y del Estado.

ACCIÓN DIRECTA, AUTONOMIA Y AUTOORGANIZACION

Page 22: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

La acción directa o medida de acción directa es la realización autoorganizada de una iniciativa individual o

grupal, enfocada en dar respuestas puntuales a situaciones concretas, o para la creación de condiciones más

favorables, usando los medios disponibles. Básicamente toda acción organizada directamente por los

interesados es directa, en contraste con las acciones indirectas, como son las acciones mediadas, por ejemplo, la

representación o delegación política. Mediante la acción directa como principio anarquista, se busca que las

personas obtengan poder de decisión y organización directo sobre su vida y la ausencia de gobierno obligatorio

o planificación central. Sostiene que los seres individuales y colectivos de forma autónoma, es decir

desarrollando por su propia cuenta (directamente) su potencial de determinación, asociación, etc., carecen de la

necesidad de factores de dirección externa. (Del Socialismo Utópico al Anarquismo. García Moriyón, Félix).

Este método y teoría es directo en el sentido que busca inmediatamente resolver las carencias percibidas, en

oposición a tácticas indirectas como la elección de representantes que prometen solucionar esos problemas a

largo plazo. La acción directa va entrelazada con la intención de practicar directamente la autoorganización, por

ende estando en contradicción de la acción intermediada de los representantes del Estado.

No se puede confundir acción directa con acción violenta. La acción violenta es la que se realiza por medio de la

violencia física, es decir, no necesariamente la acción directa es a modo violento. Tampoco debe ser confundido

con la propaganda por el hecho, que es tan solo una de las formas que puede tomar la acción directa (Acción

Directa y Sindicalismo. Una etnografía de combate, Beltrán Roca).

Los medios usados pueden ir de las huelgas al sabotaje, bloqueos de vías de comunicación terrestre, resistencia

pasiva, ocupación de lugares de trabajo, boicots, o métodos innovadores tales como la acción poética y acciones

de mayor continuidad como establecer centros sociales o fundaciones, crear empresas autogestionadas,

contraeconomía, entre otros proyectos. Este tipo de acciones son, con frecuencia, una forma de desobediencia

civil. (Del Socialismo Utópico al Anarquismo. García Moriyón, Félix).

La Autonomía se basa en la creencia de que el individuo es soberano de sí mismo y, por tanto, el único

capacitado para tomar las decisiones que a él conciernen. De este modo las relaciones sociales deben

desarrollarse por pactos voluntarios entre individuos libres, no dejando en manos de terceros el control de las

riendas de su propia vida y dotando a la persona del derecho moral de autogobernarse y de la responsabilidad

sobre sí misma. Por lo expuesto, este principio entra en contradicción con la jerarquía, la autoridad y cualquier

concepto de soberanía que implique la sumisión individual a reglas que no hayan sido voluntariamente

aceptadas (Del Socialismo Utópico al Anarquismo. García Moriyón, Félix).

EL MATERIALISMO DIALÉCTICO DE BAKUNIN

El revolucionario y teórico ruso Mijail Bakunin consideraba el desarrollo gradual del mundo material

perfectamente concebible por la experiencia del hombre gracias a la lógica y la mente, en su opinión consistía

en un movimiento natural desde lo simple a lo compuesto, desde lo inferior a lo superior. En cambio, el sistema

de los idealistas era para él lo opuesto, la completa inversión de cualquier experiencia humana y del sentido

común.

La base del conocimiento y de la condición necesaria para el entendimiento entre los hombres solo podía estar

en la experiencia y en la observación.

Para él, los metafísicos seguirían un camino muy diferente, no admitirían que el pensamiento y la ciencia sean

manifestaciones de la vida natural y social y se empecinarían en levantar un ideal conforme a su propio

pensamiento y a su imperfecta concepción de la ciencia. Por metafísicos, Bakunin entendía a los hegelianos, a

los positivistas y a todos los que habían convertido a la ciencia en una diosa; en general, a aquellos que habían

levantando un ideal de organización social en el que querían encasillar a toda costa a las generaciones futuras.

Page 23: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

Los idealistas, cegados por el fantasma divino, se negarían a emprender un camino desde lo inferior a lo

superior, desde la materia hasta el ser pensante, y comenzarían por la perfección absoluta hasta caer en el

mundo material o imperfección absoluta.

Para Bakunin, todos estos autores han ido buscando la vida en ese misterio “Ser Divino, eterno, perfecto,

infinito” para encontrar únicamente el tormento y la muerte.

El resumen de la teología es para el anarquista ruso la frase de Tertuliano, y de todos los sinceros creyentes,

"creo porque es absurdo", con la que cesaría toda discusión entre la sinrazón de la fe y la razón científica.

Para Bakunin, el idealismo religioso o filosófico (interpretación más o menos libre uno del otro) era la bandera

de la fuerza bruta, de la explotación material desvergonzada. Por el contrario, tal y como entendía el

materialismo, éste posibilitaba la igualdad económica y la justicia social y constituía la más alta expresión

idealista, de libertad y de fraternidad, de las masas oprimidas. Por lo tanto, los auténticos idealistas no eran los

de la abstracción que ponían su atención en el cielo, sino los de la tierra y la vida.

El idealismo teórico o divino, para el autor de Dios y el Estado, por mucho espíritu y buena voluntad que le

mueva, y por mucho que se presente al servicio de la humanidad, suponía la renuncia a la lógica, a la razón y a la

ciencia. Bakunin consideró que lo que movía a los idealistas era un poderoso motivo de índole moral, el pensar

que sus creencias eran esenciales para la grandeza y dignidad del hombre; al mismo tiempo, creyeron que lo

contrario, las teorías materialistas, reducían al hombre al nivel de la bestia. El gigante ruso sostenía lo contrario,

que a partir del materialismo, de la totalidad del mundo real, se llega lógicamente a la verdadera idealización, a

lo que consideraba la humanización o completa emancipación de la sociedad.

Bakunin insistirá en la divergencia entre las escuelas materialista e idealista. El materialismo partía de la

animalidad para llegar a la humanidad, el idealismo comienza en la divinidad y acaba condenando a la

humanidad a una animalidad perpetua.

En otras palabras, el materialismo persigue los más altos pensamientos y aspiraciones, la realización de la

libertad. Frente a los idealistas, que deducen todos los hechos históricos del desarrollo de las ideas, y a los

marxistas, que ven en la historia y en las manifestaciones más ideales de la vida el reflejo o el resultado

inevitable del desarrollo de los fenómenos económicos, Bakunin se alineaba con estos últimos inicialmente.

Recordaba, para el caso, a Proudhon, el cual afirmaba que el ideal no es sino la flor, cuyas raíces están

enterradas en las condiciones materiales de la existencia. La humanidad sería la negación acumulativa del

principio animal en el hombre, y es esa negación, tan natural como racional, lo que da lugar al ideal, el mundo

de las convicciones intelectuales y morales, el mundo de las ideas. Para el anarquista ruso, materialismo y

ateísmo eran la misma cosa y ambos constituían la base de la verdad. Las cosas más grandes y bellas -la libertad,

la justicia, la humanidad, la belleza, la verdad- son reivindicables para la realidad, ya no pueden estar más

tiempo suspendidas de un cielo que las robó de la tierra. Es necesario desprenderlas de un carácter místico y

divino, negar que sean simplemente una esperanza celestial, y reclamarlas para el mundo físico y social.

Si numerosos teólogos y metafísicos acusan a los materialistas de no poder reconocer las virtudes, Bakunin

reclama una definición distinta para el término "materia". Consideraba que los primeros pensadores, seducidos

por lo sagrado, tenían todavía un gran margen de sinsentido y error de cara a acercarse a la verdad; es por eso

que llamaron "espíritu" a todo lo que consideraban fuerza, movimiento, vida o inteligencia y a todo lo demás, a

lo que no cupiera en su abstracción del mundo real, lo denominaron "materia". Ambos conceptos serían

ficticios, producto de la especulación de pensadores ingenuos de épocas pasadas.

Bakunin sostenía que la materia era la totalidad del mundo real, desde los cuerpos orgánicos más simples hasta

la estructura y el funcionamiento del cerebro de los más grandes genios: los sentimientos más sublimes, los

pensamientos más grandes, los actos más heroicos y de autosacrificio, los deberes y los derechos, la renuncia al

bienestar o al egoísmo, así como las manifestaciones de la vida orgánica, las propiedades y acciones químicas, la

electricidad, la luz, el calor o la gravedad natural de los cuerpos. Todo sería producto de una evolución dentro

de esa totalidad del mundo físico.

Page 24: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

Pero Bakunin dejaba bien claro que su teoría no era una especie de panteísmo, esa totalidad no sería una

sustancia absoluta ni eternamente creativa, sino el continuo resultado de la concurrencia de una infinita serie

de acciones y reacciones, una transformación incesante de los seres reales que nacen y perecen en el seno de

esa infinitud.

La deducción de Bakunin era que, si lo material es cuanto acontece en el mundo real y lo ideal es producto de la

actividad cerebral del ser humano, y si tenemos en cuenta que el cerebro es una organización de orden

material, lo primero no excluye a lo segundo, sino que lo incluye. La paradoja para el anarquista es que los

materialistas, en la práctica, se muestran más idealistas que los propios idealistas. El desarrollo implicaría una

negación del punto de partida, por eso los materialistas parten de la materia para desembocar en la idea. Los

materialistas desean el progreso, la consecución de los más altos ideales humanos, los idealistas quedarían

frenados por la constante invocación de "espectros sangrientos" y mantendrían a la humanidad en el lodazal. En

el siglo XXI, estas reflexiones constituyen todavía la gran paradoja en que se encuentra gran parte de la

humanidad, no creo que nadie pueda acusar fácilmente a Bakunin de falta de lucidez en su afán de potenciar el

mundo físico y social.

Bakunin funda su defensa de la libertad humana en su concepción del materialismo, muy influida ésta por

Feuerbach. Para este autor, la teología debía convertirse en antropología y en ciencia "filosófica", la única vía

para aclarar los "misterios" teológicos y para demostrar que se trata de "creencia en fantasmas". Para

Feuerbach, las entidades trascendentes no son más que supuestos de los conceptos humanos, la capacidad del

hombre para pensar seres infinitos no demuestra la existencia efectiva de universales filosóficos o religiosos. El

ser humano crea sus dioses a su imagen y semejanza, invirtiendo la conocida fábula judeo-cristiana, y lo hace

acorde a sus necesidades, deseos y angustias. Por lo tanto, es el hombre el que crea a la deidad, y lo hace

proyectando en ella algunas de sus mejores cualidades, pero el "producto" acababa volviéndose ajeno al ser

humano, poseyendo "vida propia" y terminaba por dominar a su "creador".

Esta dominación podía resolverse, según Feuerbach, gracias a la actuación de la propia conciencia humana

(Marx y Bakunin insistirán en el plano de lo real y en lo social como camino de liberación). Es interesante la

afirmación del filósofo alemán de que las religiones no deben ser simplemente criticadas, también

comprendidas, ya que son producto de la intimidad y autenticidad de cada una de las culturas.

Por lo tanto, para comprender la historia y el hombre, es necesario esa conversión de la teología en

antropología. Es obvio que esta concepción conduce al ateísmo, pero un ateísmo que no parte de la naturaleza

sino que es el resultado de una realidad histórica. El afán anarquista por acabar con la religión, algo obvio por

otra parte para una completa liberación, pero algo complicado a mi manera de ver las cosas dadas las

tendencias del ser humano y su complejidad existencial, merece ser revisado estudiando a Feuerbach. Según mi

opinión, en lugar de una mera "abolición" de lo religioso, hablaría más bien de una exhaustiva labor de

sustitución, discriminación y enriquecimiento gracias a la filosofía, a la ciencia y a una ética y una razón con más

horizonte. Ardua labor, por supuesto, que no requiere respuestas fáciles.

Según Feuerbach, es necesaria la crítica a la religión y el estudio de su origen, tanto psicológico como histórico,

pero el alemán afirma que el ateísmo resultante no consiste en la simple eliminación de lo religioso, sino el

estado en que el hombre llega a la conciencia de su limitación y también de su poder. La limitación sería dada

por la conciencia de su inmersión en la Naturaleza; el poder, por el conocimiento de ese mismo estado, por la

liberación final de lo trascendente. No es extraño que Feuerbach influyera también en Stirner, aunque el autor

de El único y su propiedad concluirán de manera muy diferente al criticar el concepto de humanidad (otra causa

ideal, otro absoluto) como una de las grandes abstracciones que piden el sacrificio del individuo. Se le

reprochará a Stirner, precisamente, que su superación de "lo sagrado" se establece negando sin más las

representaciones sin atender al contenido real de esas representaciones, por lo que su filosofía no puede ser

calificada de materialista. Los materialistas se esforzarán en buscar la causa real que hace que el hombre esté

sumido en la esclavitud. El ateísmo de Feuerbach está lleno de idealismo ético y supone una negación de la

divinidad, pero acaparando de alguna manera el contenido de las creencias.

Page 25: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

Con la asimilación del contenido "espiritual" de las creencias, y por la afirmación de la plena conciencia del

poder y de la limitación del hombre, podría decirse que el pensamiento de Feuerbach acaba convirtiéndose en

una especie de "culto a la humanidad". Muchos le consideran el padre del humanismo ateo contemporáneo,

rasgos de identidad de las ideas libertarias. Puede decirse que Feuerbach, a través de Bakunin, proporcionó al

menos la base de una línea ideológica que seguiría en gran medida el anarquismo: la idea de Dios es ficticia,

reúne las cualidades esenciales del ser humano proyectadas (razón, sentimiento, voluntad...) y su existencia

supone para el hombre una absoluta alienación, subordinación e incluso ser reducido prácticamente a la nada,

por lo que es necesaria la destrucción de esa idea ficticia.

Bakunin comenzaría su obra Dios y el Estado formulando una de las grandes preguntas de la filosofía: "¿Quiénes

tienen razón, los idealistas o los materialistas?" Aunque el anarquista ruso continuaría tomando partido

tajantemente por el materialismo, es decir, afirmando que el mundo material precede al del pensamiento y los

hechos estarían antes que las ideas, más tarde trataría de suavizar tan categórica posición y mostraría la

necesidad de analizar el mundo de las ideas en aras de una perfección moral y social. El determinismo que,

supuestamente, supondrían las condiciones materiales de existencia puede ir paralelo a la incidencia de

aspectos ideológicos y culturales, tal y como han sostenido autores posteriores a Marx y Bakunin. Si el

materialismo determinista, en el que insistió en numerosas ocasiones el ruso, y la existencia de rígidas leyes

mecánicas en la naturaleza, con su negación de los actos libres de la voluntad, se nos pueden hacer demasiado

antipáticos, se puede aceptar la influencia de su visión en los aspectos sociales. ¿Hay alguien que pueda negar la

gran determinación del medio en los actos del individuo? Allí donde se da la educación, la higiene, el bienestar

económico o la posibilidad del desarrollo moral y cultural, resulta más complicado encontrar desequilibrio,

violencia o apatía. Naturalmente, la complejidad del individuo y de la existencia sigue haciendo imposible

obtener todas las respuestas. Los factores, de una u otra índole, que inciden sobre un ser capaz de modificar su

entorno convierten en imposible obtener todas las respuestas a priori.

Una vez expuestos los fundamentos ideológicos del anarquismo, quizá sea el momento de concebir una

definición que sepa transmitir la esencia de esta doctrina y su trascendencia histórica. Ésta podría ser la que

sigue:

- El anarquismo es una tendencia política enmarcada dentro del pensamiento y la tradición socialista, y del

movimiento obrero que surge y se desarrolla durante los siglos XIX y XX (y se prolonga hasta la actualidad).

- Se caracteriza por su especial énfasis en la crítica al Estado y la autoridad en general, y por la defensa de la

libertad como una necesidad del ser humano.

- Configura un modo de organización social marcado por la solidaridad, el apoyo mutuo y el igualitarismo, en el

cual los individuos se asocian contractualmente, y practican la autogestión y la colectivización de la propiedad.

BIBLIOGRAFIA SUGERIDA

Nicolás Maquiavelo: Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio

Rousseau: "Discursos sobre el origen y la desigualdad entre los hombres"

¿Qué es la Propiedad? P.J.Proudhon

Page 26: Folleto Bases Teoricas Del Marxismo y El Anarquismo

El principio federativo. P.J.Proudhon

Crítica al Marxismo. Mijail Bakunin

Dios y el Estado. Mijail Bakunin

Socialismo sin Estado: Anarquismo. Mijail Bakunin

Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana. F. Engels

Anti-Duhring. F. Engels

Manuscritos económico-filosóficos. Karl Marx

La Guerra Civil en Francia. Karl Marx

Manifiesto Comunista. Karl Marx y Frederick Engels

El Estado y la Revolución. V.I. Lenin

¿Qué hacer?. V.I. Lenin

Materialismo y Empiriocriticismo. V.I. Lenin

Cuatro Tesis Filosóficas. Mao Tse-Tung

Sobre la disciplina revolucionaria. Néstor Makhno

Félix García Moriyon, Del socialismo utópico al anarquismo

La Ideología Anarquista. Angel J. Cappelletti

El anarquismo. Daniel Guérin

Socialismo de Estado y anarquismo: en qué coinciden y en qué difieren. Benjamín Tucker

Acción Directa y Sindicalismo. Una etnografía de combate. Beltrán Roca.

Teoría política del anarquismo April Carter http://www.kclibertaria.comyr.com/lpdf/l223.pdf

El materialismo de Bakunin o el verdadero idealismo http://www.acracia.org/Acracia/El_materialismo_de_Bakunin.html

Lo público y la autogestión: defensa y avance, del Grupo Anarquista Albatros, http://malaga.cnt.es/spip.php?article846