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Tres preocupaciones centrales recorren las |)áginas de este libro: por una parte, l a construcción d e un marco de entendi- miento que permita h i s t o r i / . a r e l presente, es decir, que posibi- lite concebir l a c o n t e m p o r a n e i d a d como un proceso. Por otra, la comprensión del régimen d e historicidad contemporáneo, (luc- licuíU- a l a |)icscnii/ac ion y a l a globaliclad. Por iildmo. el entendimiento d e l a naturaleza de este régi ,T,(>„ q u e h a impuesto la necesidad de reabrir las fronteras úv la disciplina de la h i s t o r i a e n dirección del presente. En este trabajo se ofrece una reflexión d e <onjimto sobre un campo que hemos denominado historia del tiempo pre- sente, con sus condiciones de posibilidad, contenidos, disposi- (ion transdisciplinar, métodos y principales dilemas. El autor es profesor titular y director del Departamento de Historia d e l a Facultad de C:iencias Sociales d e l a Universidad de los Andes. C o L F. C C, I ó N C. I C: I . o 1? A S I < COI.KCCIÓN C I C L O HÁSIC:() Historia del Tiempo Presente: hisloriügrafía, problemas y métodos Hugo Fa/io Vengoa r i P I U n i v e r s i d a d d e l'lJlos Andes

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  • Tres preocupaciones centrales recorren las |)ginas de este

    libro: por una parte, la construccin de un marco de entendi-

    miento que permita histori/.ar el presente, es decir, que posibi-

    lite concebir la contemporaneidad como un proceso. Por otra,

    la comprensin del rgimen de historicidad contemporneo,

    (luc- licuU- a la |)icscnii/ac ion y a la globaliclad. Por iildmo.

    el entendimiento de la naturaleza de este rgi,T,(> que ha

    impuesto la necesidad de reabrir las fronteras v la disciplina

    de la historia en direccin del presente.

    En este trabajo se ofrece una reflexin de

  • La historia del tiempo

    presente

  • COLECCIN CICLO BSICO

    El Ciclo Bsico de la Universidad de los Andes est conformado por una

    amplia oferta de asignaturas que representan el conocimiento fundamental

    de las diversas disciplinas que se cultivan en la Universidad. Esta coleccin

    pretende guardar la memoria de ese vasto campo de problemas, de temas y de

    enfoques, as como de su historia. Los autores de los libros que la conforman

    son los propios profesores, quienes ponen la experiencia de sus clases a

    disposicin del pblico lector.

    COMIT EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

    Decana de la Facultad de Artes y Literatura: Claudia MontUa; Decano de

    la Facultad de Ciencias Sociales: Cari Langebaek; Decano de la Facultad de

    Economa: Alejandro Gaviria; Editor General: Felipe Castaeda; Representante

    Profesores: Luis Quiroga; Vicerrector de Asuntos Acadmicos: Jos Rafael

    Toro; Vicerrectora de Asuntos Administrativos: Consuelo Carrillo; Vicerrector

    de Investigaciones: Jos Luis Villaveces.

    historia del tiempo

    presente: historiografa, problemas y mtodos

    Hugo Fazio

    nn Universidad de

    lU los Andes

  • Fazio Vengoa, Hugo Antonio, 1956-La historia del tiempo presente: historiografa, problemas y mtodos / Hugo Fazio. - Bogot: Universidad de los Andes, Ediciones Uniandes, 2010. 178 p. ; 15 X 21,5 cm. - (Coleccin CBU)

    ISBN 978-958-695-546-1

    I. Historiografa 2. Historia moderna - Metodologa 3. Historia moderna -Investigaciones I. Universidad de los Andes. Ediciones Uniandes II. Tt.

    CDD 907.2 SBUA

    Primera edicin: septiembre de 2010

    Hugo Fazio

    Universidad de los Andes

    Ediciones Uniandes Carrera 1" nm. 19-27, edificio AU 6, piso 2

    Bogot, D. C, Colombia Telfonos: 339 49 49 / 339 49 99, ext. 2133

    http://ediciones.uniandes.edu.co [email protected]

    ISBN: 978-958-695-546-1

    Correccin de estilo: Marcela Garzn Cubierta, diseo y diagramacin: Paula Iriarte

    Impresin; Nomos Impresores Diagonal 18 Bis nm. 41-17

    Telfono: 208 65 00 Bogot, D. C, Colombia

    Impreso en Colombia - Printed in Colombia

    Todos los derechos reservados. Esta publicacin no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperacin de informacin, en ninguna forma ni por ningn medio sea mecnico, fotoqumico, electrnico, magntico, electro-ptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso

    previo por escrito de la editorial.

    NDICE

    INTRODUCCION

    1. LOS CONTORNOS DE LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 23

    La historia del tiempo presente a la luz de otras

    nociones similares 27

    La historia, el tiempo y el presente 50

    2. LA CONTEMPORANEIDAD Y SU RELACIN CON EL TIEMPO 71

    El presente histrico 71

    Presente histrico y rgimen de historicidad 85

    El presente como conjuncin de experiencias

    y expectativas 101

    La modernidad mundo y el presente 107

    La memoria, la historia y el deber de memoria 114

    3. CONSTRUYENDO LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 123

    Los antecedentes 129

    La historia del tiempo presente:

    la historizacin del presente histrico 138

    4. EL LUGAR DE 1989 EN EL PRESENTE HISTRICO

    CONTEMPORNEO 149

    Buscando una respuesta en la historia 150

    La inmediatez de 1989 155

    Mil novecientos ochenta y nueve y la coyuntura histrica 159

    El lugar de 1989 en el presente histrico 163

    BIBLIOGRAFA 169

  • 9

    INTRODUCCION

    El texto que tiene el lector en sus manos es un trabajo que tiene

    como propsito fundamental ofrecer una visin de conjunto sobre un

    nuevo campo en el que se ha venido desarrollando la disciplina de

    la historia a lo largo de las ltimas dcadas: el de una historia que se

    interesa por el estudio del presente.

    La proyeccin que en la actualidad se advierte en direccin de este

    nuevo campo del conocimiento, no constituye una cuestin balad ni

    para la historia ni para las ciencias sociales en general, porque desde

    aquellas coyunturas decimonnicas en las que se dio inicio al proceso

    de profesionalizacin de la disciplina en el Viejo Continente, al estudio

    del presente, en general, le fue asignado un lugar bastante marginal

    en los programas acadmicos, con lo cual este campo qued princi-

    palmente en manos de otras disciplinas y, desde ese entonces, fuerte y

    persistente ha sido la desaprobacin cuando los nveles historiadores

    han querido incursionar en las vicisitudes de los problemas referidos

    a este marco temporal.

    Todava hoy en da sigue siendo bastante reducido el nmero de

    colegas que conoce o se interesa por los entretelones de las propuestas

    que en torno al presente se han ido tejiendo. Dentro del gremio

    todava es usual encontrar historiadores que expresan extraeza e

    incluso cierto desconcierto o malestar cuando escuchan hablar de una

    historia enfocada a comprender y a explicar el presente, circunstancia

    que demuestra que todava sigue siendo estrecha la filiacin que se

    establece entre este tipo de saber y el estudio del pasado.

    En lo personal, varias veces he experimentado cierta incompren-

    sin o descalificacin de mi trabajo por parte de algunos colegas,

    cuando estiman que mi abordaje de los temas contemporneos no

  • 10 LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    se diferencia del de los politlogos. Lo ms simptico resulta ser que

    tampoco los cientficos polticos me consideran un par suyo, porque

    juzgan, con cierto aire de superioridad, eso s, que mi trabajo no es

    equivalente al de ellos, porque es bsicamente histrico.

    Debo reconocer que esta ambigedad me divierte y ha sido un

    estmulo que me ha motivado a seguir adelante, porque la historia del

    tiempo presente que profeso la he ido concibiendo como una empresa

    que se ubica deliberadamente en un pliegue transdiciplinar, pues

    incluye numerosos elementos y experiencias provenientes de distintos

    saberes sociales. Sin embargo, es un enfoque histrico en su esencia

    misma, debido al lugar central que ocupa la comprensin de la condi-

    cin temporal de los fenmenos bajo observacin.

    No est de ms subrayar, empero, desde el comienzo mismo de

    este escrito, que es bastante equivocado considerar esta preocupacin

    histrica por el presente como el esfuerzo por constituir un nuevo

    campo dentro de los marcos de la disciplina, pues, en realidad las

    historias referidas al estudio de fenmenos coetneos tienen una anti-

    gedad tan extendida que se remontan a los orgenes mismos de este

    campo del saber y que, desde ese entonces, nunca han dejado de prac-

    ticarse. Lo que en realidad ha ocurrido y que nos permite hablar en

    la actualidad de un nuevo reverdecimiento de los estudios histricos

    sobre el presente, es que en un momento trascendental en el desa-

    rrollo de la disciplina, en medio de aquella coyuntura durante la cual

    sobrevino la profesionalizacin de este campo del conocimiento, la

    historia se preteriz, empez a ser entendida como un tipo de saber

    que se refera al estudio del pasado, pero no es en absoluto cierto

    que siempre haya estado referida de manera exclusiva a los sucesos,

    circunstancias y coyunturas ya consumados.

    Lo que comienza a ser hoy en da innegable es que en los ltimos

    tiempos ha ido germinando un conjunto de factores que le han dado

    mayor viscosidad al presente y que este cmulo de circunstancias ha

    empujado a que el inters por abrir las fronteras temporales habituales

    de la disciplina en direccin de los aos ms recientes est experimen-

    tando un inusitado crecimiento. Desde un punto de vista de la historio-

    grafa, se puede afirmar que esta nueva disposicin por abrir un campo

    INTRODUCCIN 11

    al presente dentro de los marcos de la historia comenz a materiali-

    zarse a partir de la segunda mitad de la dcada de los sesenta, momento

    durante el cual se empez a imponer un nuevo rgimen de historicidad.

    Uno de los testimonios ms preclaros de tal inters dentro de

    la produccin disciplinar, tuvo lugar con la publicacin del libro de

    Geoffrey Barraclough, Introducn a la historia contempornea, cuya

    primera edicin en ingls data de 1967. Este texto, no obstante su ttulo,

    que aparentemente sugiere semejanzas con narrativas bastante conven-

    cionales dentro de los marcos de la disciplina, en realidad, era una

    empresa intelectual muy innovadora para su poca, porque no consti-

    tua slo una presentacin de sucesos y situaciones cercanas temporal-

    mente al observador, sino que representaba el primer esfuerzo serio,

    sistemtico y slido del que tenga conocimiento, en el que un histo-

    riador se dedic a reflexionar sobre la contemporaneidad desde y en

    funcin del presente vivido. El texto tuvo una muy buena acogida por

    parte de los lectores, pero, lastimosamente, fue valorado primordial-

    mente como un libro sobre la historia internacional de los siglos xix y

    XX, pasndose por alto su propuesta de anlisis histrico del presente.

    Al mismo tiempo, y sin que esto fuera un simple fruto del azar, la

    principal compilacin que buscaba retratar los contornos que estaba

    adoptando la disciplina en la dcada de los setenta del siglo pasado

    en torno a aquella corriente que en su momento se conoci como la

    Nueva Historia, incluy un par de sugestivos artculos, el primero del

    historiador Fierre Nora, el cual estaba dedicado a explorar la validez

    histrica del presente, y el otro, de Jacques Julliard, sobre la signifi-

    cacin histrica que comporta el acontecimiento, texto que ofreca

    tambin importantes indicaciones referidas al estudio de fenmenos

    de la actualidad.'

    Desde ese entonces hasta la fecha, esta disposicin por abrir las

    fronteras de la disciplina para incluir el presente ha ido en constante

    aumento. El volumen de trabajos de reflexin sobre este tpico es

    considerable en la actualidad y es llamativo tambin el hecho de que

    1. Jacques Le Goff y Fierre Nora (comps.), Faite l'histoire, Pars, Gallimard, 1974, tres volmenes.

  • 12 Ijl HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    en los albores del nuevo siglo se ha convertido en una preocupacin

    histrica que ha trascendido las escuelas nacionales de origen. En

    los distintos continentes se pueden encontrar grupos de trabajo inte-

    resados en esta historia. En Amrica Latina se ha ido consolidando

    una red latinoamericana que ha tenido como epicentro a docentes

    de la Universidad de la Repblica (Montevideo), y en Colombia un

    cierto liderazgo le ha correspondido al Departamento de Historia de

    la Universidad de los Andes, donde tempranamente se consolid un

    grupo de investigacin, inscrito en Colciencias (A-1), cuya denomina-

    cin es Historia del Tiempo Presente.

    Debe reconocerse igualmente que esta propuesta constituye un

    mbito de la disciplina histrica que a la fecha, y no obstante el inters

    en aumento, no ha sido explorado de manera suficiente. Sobre sus

    presupuestos epistemolgicos, sus mtodos y sus fronteras temporales

    todava se discute con gran entusiasmo. Incluso sobre su denomina-

    cin no existe el ms mnimo consenso: algunos la denominan historia

    del presente, otros prefieren el trmino de historia inmediata, historia

    vivida, historia actual, historia reciente, e incluso todava se sigue

    empleando la nocin ms convencional de historia contempornea.

    En lo que a m corresponde, desde hace ya unos buenos aos, me

    he sentido ms identificado con el rtulo que le dio cierta historiografa

    francesa, surgida a finales de los aos seteirta del siglo pasado, aunque

    difiera de modo sustancial en cuanto a su contenido. Las razones que

    me han llevado a preferir este ttulo y no otro, as como el sentido espe-

    cfico que le asigno a esta expresin y a su temporalidad, constituye el

    gran tema al que est dedicado este escrito. El lector tendr oportu-

    nidad de comprender sus coordenadas fundamentales un poco ms

    adelante. Por el momento, y para no dejar flotando en la atmsfera

    una idea sin mayor contenido, puedo decir simplemente que la fasci-

    nacin por el estudio histrico actual sobre el presente constituye una

    demostracin palmaria de que el mundo de ahora se encuentra frente

    a lo que podra denominarse una experimentacin moderna y contempo-

    rnea de la historicidad, cuyo centro nodal se sita en una pluralizacin

    de los registros espaciotemporales y que, dentro de estas coordenadas,

    el presente interviene como un puente que enlaza a todos ellos.

    INTRODUCCIN 13

    Si bien el inters inmediato que puede despertar la lectura de este

    trabajo es ms prximo a las preocupaciones intelectuales y profesio-

    nales de todas aquellas personas que se interesan por entender los

    problemas de la contemporaneidad (los comunicadores, los polit-

    logos, los socilogos, el pblico en general, etctera), el texto ha sido

    diseado pensando en ellos obviamente, pero sobre todo en los histo-

    riadores, porque creo firmemente que ste es un tema fundamental

    para todos los profesionales de la disciplina, con total independencia

    del perodo en que concentren su trabajo, y porque representa un tipo

    de reflexin muy til para las reformas curriculares que se emprendan

    en el futuro.

    El valor que encierra el estudio histrico del presente para la disci-

    plina en su conjunto obedece a que esta vertiente de la historia se ha

    convertido en uno de los campos ms dinmicos e innovadores en la

    materia, puesto que ha tenido que producir una reflexin madura,

    particularmente en lo que respecta a la renovacin en la produccin

    de las fuentes e imgenes, en el entendimiento del lugar del tiempo

    y del espacio en la historia, adems de ser una perspectiva que ha

    ensanchado el campo disciplinar a nuevas temticas y preocupaciones

    sociales.^ Tambin es un rea cuyo conocimiento es fundamental

    porque la comprensin de su contenido lleva a replantear muchos

    de los supuestos bsicos en los cuales ha descansado habitualmente

    la disciplina, adems del hecho de contener interesantes indicaciones

    sobre cmo llevar a cabo la interpenetracin o, mejor dicho, la compe-

    netracin entre la historia y las dems ciencias sociales.

    Otra preocupacin intelectual, que se encuentra en el trasfondo de

    este texto y que constituye otro motivo ms que me ha impulsado a escri-

    birlo, puede ser resumida en los siguientes trminos: no me cansar

    de insistir en la sorprendente dificultad que experimentan muchos

    analistas especializados en los temas contemporneos (socilogos, poli-

    tlogos, economistas, comunicadores, historiadores, expertos en rela-

    ciones internacionales, etctera) cuando tratan de exponer y explicar

    las coordenadas fundamentales de la contemporaneidad que nos ha

    2. Krzysztof Pomian, Sur l'histoire, Pars, Galliard, 1999, p. 378.

  • 14 LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    correspondido vivir e incluso cuando tienen que analizar un problema

    especfico en particular.

    Es tal la desazn y tantas las dificultades que continuamente

    experimentan, que se ha vuelto un lugar comn toparse con expre-

    siones tales como "el nuevo desorden mundial"' o con la insinuacin

    de que se viven tiempos borrascosos, tormentosos, indescifrables

    o simplemente inasibles. Otros no se cansan en buscar en muchos

    acontecimientos actuales el inicio de una "nueva poca", aun cuando

    siempre sean bastante endebles las bases sobre las que se pretenden

    construir dichos supuestos. Esta tesis se pregon hasta la saciedad

    cuando sobrevinieron los ataques a las Torres Gemelas y al edificio

    del Pentgono en septiembre de 2001^ y nuevamente volvi a ser

    repetida en un tono menor cuando el candidato Barak Chama lleg

    a la Presidencia de los Estados Unidos, para slo citar un par de ejem-

    plos recientes que todo lector seguramente recuerda. Sin embargo,

    los aos pasan, la historia profunda sigue su inminente cauce y se

    observa que las fosforescencias de estos eventos tempranamente

    comenzaron a extinguirse.

    El problema de fondo pareciera consistir en que, desde el momento

    en que se desvanecieron los rgidos guiones que gobernaban la poca

    de la Guerra Fra, los cuales eran fciles de comprender y permitan,

    adems, validar los respectivos puntos de vista en referentes "seguros",

    sencillos y precisos, la vida internacional se encontrara navegando sin

    rumbo o hubiera quedado "privada de sentido", tal como ha argumen-

    tado de manera brillante el politlogo Zaki Laidi.^Ha llegado a ser tan

    habitual este desconcierto que en esta turbacin parece haber cado

    Eric Hobsbavrai, un historiador muy sereno, ecunime y bastante

    esperanzador y seguro en muchas de sus observaciones, quien, en

    3. Tzvetan Todorov, El nuevo desorden mundial, Barcelona, Pennsula, 2003.

    4. A ttulo de ejemplo, puede verse el texto de James T. Patterson, que retoma un editorial de The New York Times en el que se afirmaba que esa fecha constitua "uno de esos momentos en los que la historia se desgarra y permite definir el mundo segn un antes y un despus". James T. Patterson, El^gante inquieto. Estados Unidos de Nixon a G. W. Bush, Barcelona, Crtica, 2006, p. 27.

    5. Zaki Laidi, El mundo sin sentido, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1996.

    INTRODUCCIN 15

    su esplndida Historia del siglo xx, hizo notar esta misma pesadumbre, cuando sostuvo:

    En las postrimeras de esta centuria ha sido posible, por primera vez,

    vislumbrar cmo puede ser un mundo en el que el pasado ha per-

    dido su funcin, incluido el pasado en el presente, en el que los viejos

    mapas que guiaban a los seres humanos, individual y colectivamente,

    por el trayecto de la vida ya no reproducen el paisaje en el que nos

    desplazamos y el ocano por el que navegamos."

    Quiz sea este tipo de angustias y de desconciertos que produce

    la falta de comprensin del mundo en el que la poblacin actual vive,

    uno de los factores que ayuda a entender el xito y la notoriedad que

    han alcanzado algunos sencillos textos, salpicados de errores, distor-

    siones y de simplificaciones, como los de Samuel Huntington' y de

    Francis Fukuyama," los cuales, debe reconocerse eso s, han tenido la

    enorme virtud de saber ofrecer unas visiones aparentemente claras y

    afirmativas sobre el mundo globalizado contemporneo.

    Todo parece indicar que, cuando los viejos referentes empiezan a

    desvanecerse, se requiere de nuevos asideros que eviten el vrtigo y la

    desorientacin que produce el voraginoso e incomprendido presente.

    Tal vez esta necesidad de seguridad sea lo que explique por qu estos

    textos se vuelven tan populares y sus ideas terminan nucleando las

    orientaciones polticas de muchos Estados, inclusive varios de los alta-

    mente desarrollados, tal como se impuso despus del 11 de septiembre

    de 2001, cuando no faltaron importantes voces pblicas que decla-

    raron a los cuatro vientos que se estaba asistiendo a un "choque de

    civilizaciones".

    Lo que ms sorprende es que el xito no se fundamenta en la

    contundencia y en la veracidad de .sus afirmaciones, sino en la super-

    ficialidad de sus enunciados, puesto que no requieren de mucha

    6 Eric Hobabawm, Historia del siglo xx, Barcelona, Crtica, 1997, p. 26.

    7, Samuel Huntington, El choque de las vilizaones, Barcelona, Paids, 1996.

    8. Francis Fukuyama, El fin de la historia y el ltimo hombre, Bogot, Planeta, 1992.

  • 16 LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    reflexin para convertirse en nuevos orientadores de las opiniones y de

    las acciones. Como, con gran acierto, ha escrito un historiador italiano,

    "la bsqueda de simplificaciones extremas constituye una reaccin a la

    desorientacin epistemolgica producida por la cultura de la diferencia

    que se ha difundido progresivamente a partir de los aos sesenta".'^

    En este sentido, considero que, si se ofrecen algunas herramientas

    conceptuales y analticas que permitan convertir a la historia en una

    propuesta de interpretacin y de explicacin de la contemporaneidad,

    un procedimiento tal puede servir para corregir este exceso de confu-

    sin que reina en la actualidad; para atacar la superficialidad argumen-

    tativa; hacer posible mirar al futuro con optimismo; y, ms importante

    an, desbloquear las compuertas del presente para su posible histori-

    zacin. Esto ltimo reviste, a mi modo de ver, la mayor importancia

    porque, si la vida internacional contempornea es imaginada como

    "sin sentido" o "borrascosa", no es porque lo sea, sino porque es tan

    bajo el nivel de historizacin del presente que no ha podido ser deco-

    dificado como un proceso ni han podido identificarse sus rasgos ms

    inmanentes.

    Ambos temas (la historia del tiempo presente y la historizacin

    del mundo que nos ha correspondido vivir, con su correspondiente

    genealoga), han sido un par de preocupaciones intelectuales que

    me han servido de compaeros de ruta por ms de una dcada. La

    primera vez que en m aflor esta inquietud intelectual ocurri de

    manera bastante indirecta. Trabajando sobre la transicin en los pases

    de la Europa centro-oriental, me sorprendi la frivolidad con la cual

    los politlogos, socilogos, economistas, etctera, analizaban el fin del

    comunismo y el establecimiento de la nueva sociedad.

    Una tesis que gozaba de gran unanimidad arrancaba del supuesto

    de que el proceso era el mismo por doquier, razn por la cual se presu-

    pona que las mismas recetas tenan que producir idnticos resultados.

    Una observacin rpida, pero fundamentada en un conocimiento

    histrico, sin embargo, demostraba que el Estado de derecho, la

    economa de mercado, la privatizacin o cualquier otra poltica con

    9. Agostino Giovagnoli, Staria e globazazzione. Bar, Laterza, 2005, p. vil.

    INTRODUCCIN 17

    carcter global que se aplicara en estos pases, produca resultados

    muy distintos en cada una de estas naciones.

    El entendimiento de este problema me llev a desarrollar una

    aproximacin histrica que tomara en cuenta las particularidades del

    sistema anterior y las peculiaridades de la transicin en cada caso en

    particular. A partir de estos lineamientos conclua, en dicha oportu-

    nidad, que, cuando el problema era visualizado desde este ngulo,

    se poda comprender con facilidad porque en algunas experiencias

    la reorganizacin social se realizaba a travs de un descentralizado

    mercado (la Repblica Checa), en otras el eje central gravitaba en

    torno al Estado (Hungra), etctera, e incluso esta perspectiva permita

    comprender por qu algunos Estados experimentaban transiciones

    pacficas mientras otros explotaban y se desangraban, tal como ocurri

    con Yugoslavia y la antigua Unin Sovitca.'"

    Posteriormente, hace poco ms de diez aos, tuve la oportu-

    nidad de publicar en la revista Historia Critica un artculo que llevaba

    por ttulo "La historia del tiempo presente: una historia en construc-

    cin". Esa fue la primera vez que intent exponer de manera ms

    o menos sistemtica algunas ideas, vagas todava, dira hoy, sobre

    el significado que comportaba esta historia. Por esos mismos aos,

    inaugur una ctedra en el pregrado de Historia de la Universidad

    de los Andes que portaba el mismo encabezado y ofreca un vistazo

    histrico a un buen nmero de asuntos contemporneos de alto

    inters para el pblico estudiantil. Despus, esta prctica docente

    fue presentada para los programas de posgrados de la Facultad de

    Ciencias Sociales de la mencionada universidad. Paralelamente, con

    unos cuantos colegas en el Departamento de Historia nos pusimos

    en la tarea de crear un grupo de investigacin sobre la historia del

    tiempo presente, y ese semillero de reflexin e investigacin perdura

    hasta el da de hoy. Con estos apoyos institucionales y acadmicos,

    las ideas que a continuacin se exponen sobre el presente pudieron

    seguirse desarrollando.

    10. Hugo Fazio Vengoa, "Hacia dnde va la Europa centro-oriental? Anlisis compa-rativo de la transicin en la Repblica Checa, Polonia y Hungra", en Anlisis Poltico, nm. 25, Santaf de Bogot, mayo-agosto de 1995.

  • 18 LA HISTORIA DF.L TIEMPO PRESENTE

    Si bien desde hace ya un par de lustros no he vuelto a publicar

    ningn escrito cuyo ttulo se le asemeje, el inters por esta historia

    nunca ha menguado. En investigaciones posteriores que tuve la fortuna

    de realizar sobre temas de la actualidad internacional me vi en la nece-

    sidad de volver recurrentemente sobre algunos de los elementos de

    esta historia. Tal como fue expuesto anteriormente, tal inters por

    seguir trabajando en la historia del tiempo presente se alimentaba de

    la preocupacin por acometer investigaciones no desde la perspectiva

    habitual de las relaciones internacionales o la politologa, sino desde

    un entendimiento histrico, debido al convencimiento de que la falta

    de historicidad del presente, de la cual los historiadores seguramente

    eran sus principales responsables, se haba alzado en uno de los princi-

    pales escollos que entorpecan la comprensin de los fenmenos que

    se desarrollan delante de nosotros. As ocurri, por ejemplo, cuando

    trabaj sobre ciertos acontecimientos contemporneos que me enfren-

    taron con la tarea de tener que reflexionar sobre el significado de estas

    situaciones para la comprensin de la contemporaneidad, o cuando

    quise definir los contornos temporales del presente que nos ha corres-

    pondido vivir o precisar los caracteres fundamentales del mundo

    contemporneo.

    Ahora bien. Que el dilogo se realice bsicamente con los histo-

    riadores no significa que ste sea un texto dedicado slo al gremio de

    profesionales de la disciplina. A mi modo de ver, si bien la historio-

    grafa expresa fundamentalmente la gama de desarrollos que tienen

    lugar dentro la disciplina histrica, constituye tambin un reflejo fiel

    de los grandes cambios sociales, as como de las transformaciones

    que en la actualidad se experimenta en la percepcin del tiempo, del

    espacio, de las coyunturas y de los acontecimientos. Desde este ngulo,

    se puede sostener que el anlisis historiogrfico puede ser utilizado

    como uno de los tantos recursos posibles para analizar el presente.

    Puede decirse tambin que, en esta oportunidad, har uso de la historia

    con el fin de delinear los contornos de un enfoque trasdisciplinario

    para el estudio de la contemporaneidad, perspectiva en la que concurre

    el acerbo construido por varias disciplinas sociales contemporneas.

    INTRODUCCIN 19

    Con la experiencia que he podido acumular sobre diferentes tpicos

    de esta peculiar manera de historiar, es que en el momento actual creo

    disponer de elementos relativamente slidos que permiten abordar de

    manera integral el sentido que comporta la historia del tiempo presente.

    Indudablemente, y que me disculpe el lector, en la elaboracin de este

    escrito he tenido que apoyarme en resultados parciales alcanzados en

    varias investigaciones previas, pero he procurado reducir al mnimo

    necesario las referencias a mi misma produccin.

    Esta es, por tanto, una primera sntesis que sirve de medio de

    aproximacin para el estudio del presente. Sin embargo, por ser este un

    tema que despierta tantas resistencias, suspicacias y debates y, adems,

    dado que no son todava muy slidos los desarrollos que a la fecha se

    han producido sobre este enfoque, debo reconocer que este texto no es

    otra cosa que una propuesta o una invitacin para avanzar en la va de la

    construccin de este campo, y de ninguna manera aspira a convertirse

    en un trabajo final que pretenda dar por cerrado este tema.

    El carcter todava germinal que le asigno a esta empresa obedece

    tambin al convencimiento de que, para conformar este campo, dos

    grandes problemas deben ser resueltos: el primero consiste en que se

    tiene que demostrar que la historia del tiempo presente es una actividad

    sostenible desde un punto de vista historiogrfico, y el segundo radica

    en la necesidad de comprobar que el presente pueda ser un objeto

    historizable. Los captulos que siguen a continuacin demostrarn al

    lector si estos problemas fueron resueltos de manera satisfactoria.

    Este escrito consta de cuatro partes: el primer captulo, que lleva

    por titulo "Los contornos de la historia del tiempo presente", est

    encaminado a ofrecer una presentacin bastante sucinta sobre los

    contenidos que comportan otras nociones similares al de historia del

    tiempo presente y a discutir sobre el lugar que ocupa el tiempo y el

    presente en la produccin histrica. A travs del contraste entre esta

    variabiUdad de propuestas se ir empezando a construir el enfoque

    que se ofrecer ms adelante.

    El segundo captulo, intitulado "La contemporaneidad y su rela-

    cin con el tiempo", se preocupa en lo fundamental por aquellas

    circunstancias de orden global que han participado en el nacimiento

  • 20 LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    de esta historia y que han volcado a las sociedades contemporneas en

    direccin de una nueva sensibilidad hacia el tiempo, en general, y, al

    presente, en particular.

    El tercero, que lleva por ttulo "Construyendo una historia del

    tiempo presente", constituye una sntesis sobre cmo se fue moldeando

    esta preocupacin por el presente entre los historiadores y ofrece,

    adems, la concepcin que he desarrollado sobre esta historia con

    algunos de sus antecedentes, propuestas, desarrollos historiogrficos

    y reflexiones metodolgicas.

    La principal razn que me llev a emprender este recorrido y a

    ubicar el enfoque dentro de las discusiones historiogrficas, consiste

    en que en el texto desarrollo una concepcin particular sobre esta

    historia, que en ningiin caso es la nica, pues sobre el particular se

    han elaborado otros tratamientos posibles. Un procedimiento tal sirve

    para que el lector pueda comprender los elementos novedosos que

    comporta esta propuesta, lo que le permitir evaluar la perdnencia

    de ella o mdamentar su preferencia por alguna otra.

    En la ltima parte se ofrece un prototipo de trabajo en historia del

    tiempo presente. El tema escogido consiste en esbozar un bosquejo que

    permita valorar el impacto que puedan contener ciertos fenmenos

    histricos actuales en la determinacin de nuestra contemporaneidad.

    El ejemplo que en esta ocasin se ha querido ofrecer es el de la cada

    del Muro de Berln. La inclusin de este ejercicio obedece, adems, a

    que el tratamiento de esta problemtica ofrece ciertas herramientas

    que permiten situar los contornos temporales en los que trascurre este

    tipo de historia, aparte de precisar elementos que se deben tener en

    cuenta cuando se trabaja a partir de esta perspectiva. Aprovecho la

    oportunidad para sealar que tal ejercicio explicativo incluye muchas

    reflexiones que desarrollar en los captulos previos de este libro.

    Deliberadamente algunas de esas consideraciones no fueron omitidas

    y se tom la decisin de no remitir con mltiples referencias a los

    captulos anteriores, porque un proceder tal habra invalidado la

    posibilidad de entender este ejercicio como una unidad, no podra

    comprenderse por s solo y obligara al lector a estar recurrentemente

    volviendo la vista atrs.

    INTRODUCCIN 21

    Para concluir esta introduccin quiero expresar los correspon-

    dientes agradecimientos a todas aquellas personas e instituciones que

    (licieron posible la realizacin de esta tarea. Mi primer reconocimiento

    es a la Universidad de los Andes, centro universitario donde reina un

    inigualable clima intelectual para adelantar las labores intelectuales

    e investigativas, y a Cari Langebaek y Alvaro Camacho, quienes, de mltiples maneras, siempre han confiado en mi trabajo investigativo.

    Mis colegas y el personal administrativo del Departamento de Historia

    ocupan un lugar especial en mis agradecimientos, porque en conjunto

    hemos podido crear un clima muy sano y fecundo para el trabajo inte-lectual. Sin sus apoyos y comprensiones, me encontrara en serias difi-

    cultades a la hora de tener que armonizar las labores administrativas,

    las docentes y las investigativas. No puedo dejar de mencionar a mis

    estudiantes, quienes, en ms de una ocasin tuvieron que padecer

    mis reflexiones, mientras iba madurando y ordenando mis ideas.

    Tambin me encuentro en una deuda muy grande con todos aquellos

    historiadores y cientficos sociales, a quienes no tuve la oportunidad

    de conocer personalmente, pero de los cuales tanto he aprendido a

    travs de sus escritos. Sin este contacto ni una lnea hubiera podido

    ser escrita. Dedico este libro a mi familia (mi esposa Julieta y mis hijas

    Antonella, Luciana y Daniela), porque este libro fue escrito durante

    nuestra estada en la bella Florencia y, sin duda, el hecho de poder estar

    todos nuevamente juntos, en una ciudad que invita a la contemplacin

    y que es una poderosa fuente de inspiracin, cre un inusual clima de

    paz, armona y alegra cuando me sentaba a escribir. De ms est decir que las omisiones, errores o equivocaciones son nicamente mas y a nadie ms comprometen.

    Florencia, diciembre del 2009 y enero del 2010

  • 23

    1 LOS CONTORNOS

    DE LA HISTORL\ DEL TIEMPO PRESENTE

    A primera vista podra parecer que con la historia del tiempo

    presente se podra estar repitiendo el mismo error en el que han incu-

    rrido otras tendencias historiogrficas o corrientes intelectuales en las

    ciencias sociales durante las ltimas dcadas: el gusto por la moda.

    Ocurre tantas veces en la academia que una idea o una perspectiva

    son exaltadas como elementos de novedad con el nico fin de suscitar

    la adhesin entusiasta de los dems profesionales. Si bien conductas

    de este tipo rpidamente dejan de despertar simpatas, el momento de

    fulgor queda presente.

    Sobre el particular puede ser recordado un interesante libro escrito

    hace ya un par de dcadas por Herv Coutau-Bgarie," en el cual el

    entonces joven politlogo realizaba una valoracin de la "escuela"

    de los Armales en trminos de estrategia, procedimiento que lo llev a

    concluir que esta importante corriente historiogrfica no haba plan-

    teado nada nuevo, que no haba entraado ninguna revolucin en el

    conocimiento histrico; en realidad, el gran mrito de los precursores

    fue haber sabido disponer de una adecuada estrategia programtica

    en el momento apropiado.

    Ocurre tambin de modo habitual que muchas de las propuestas

    presuntamente novedosas terminan por ser tan voltiles como

    efmeras. Una vez pasada la euforia inicial, sus rastros se esfuman con

    la misma celeridad, sus fosforescencias se extinguen sin dejar rastro

    11. Herv Coutau-Bgarie, Lephnomene nouvelk histoire: grandeuret dcadence de l'cole des Anales, Pars, Econmica, 1989.

  • 24 Ij^ HISTORIA DKL TIEMPO PRESENTE

    alguno. Claro est que el mentor seguir reservndose para s la consi-

    guiente notoriedad y su nombre aparecer citado por mucho tiempo,

    aunque slo sea para ser criticado.

    De acuerdo con este parecer, y con el conocimiento que se ha

    acopiado sobre la perspectiva histrica que aqu nos interesa, as como

    de las otras propuestas afines, se puede afirmar que con la historia del

    tiempo presente no se ha cado en una situacin de este gnero. No

    representa una moda ni constituye el capricho intelectual de un puado

    de historiadores en busca de reconocimiento. Sus ya treinta largos aos

    de existencia institucional en Francia, sus numerosas publicaciones y

    debates en diferentes pases, as lo acreditan. Ha logrado sobrevivir a

    todo tipo de embates y, con el correr del tiempo, ha ido afinando de

    manera pausada sus propuestas metodolgicas y epistemolgicas.

    Su xito, perdurabilidad y madurez obedecen, adems, a que

    representa una corriente intelectual que ha logrado convertirse en una

    propuesta historiogrfica que, sin duda, gracias a los modernos medios

    tecnolgicos y al despliegue de la globalizacin intensificada actual,

    ha podido trascender los marcos nacionales de origen y tornarse una

    corriente de pensamiento con gravitacin mundial, con aceptacin y

    con desarrollos en los diferentes confines del planeta. Su reputacin,

    por ltimo, obedece tambin a que el inters por el estudio histrico

    del presente ha encontrado su razn de ser en esa doble hermenutica,

    de la que tanto ha hablado Anthony Giddens en alusin al conjunto de

    las ciencias sociales, es decir, aquel proceso complementario de traduc-

    cin y de interpretacin que le asigna una preponderancia al presente,

    con lo cual este ltimo ha terminado por convertirse en un registro que

    predomina en las experiencias e impone una relectura del pasado y

    determina el tipo de expectativas que despierta el futuro.*^

    La expansin de la historia del tiempo presente a partir de su ncleo

    en direccin de pases en los ms distintos continentes, confirma una

    de las tesis que subyace a este escrito: la historizacin del presente se

    ha convertido en una necesidad social de primer orden, porque, tal

    12. Anthony Giddens, Soal Theory and Modern Soology, Stanford, Stanford Univcrsity Press, 1987.

    LOS CONTORNOS DE LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 25

    como se sostena en las pginas introductorias de este ensayo investi-

    gativo, se ha vuelto una tarea prioritaria entender el presente como

    un proceso, porque slo una perspectiva histrica permite discernir

    los caracteres fundamentales de la contemporaneidad y, a partir de las

    herramientas que facilita esta comprensin, pueden ser reconstruidos

    los puntos de referencia que le restituyan su inteligibilidad al mundo

    que nos ha correspondido vivir.

    De esta manera, la necesidad de explicar el presente representa una

    muestra bastante concluyeme de la condin de contemporaneidad por la

    que atraviesan en la actualidad los ms variados pueblos del mundo.

    A esta mencionada necesidad de entendimiento del hoy se le puede

    sacar tambin otra arista: la historia del tiempo presente constituye a

    sil manera un intento de trascendencia de dicha condicin porque

    representa una manera global de afrontar el estudio de la contempora-

    neidad, enfoque en torno al cual se puede reunir todo el acervo que en

    esta temtica ha construido el conjunto de las ciencias sociales.

    Pero ni siquiera en estos problemas, que se ubican en la esfera del

    conocimiento social, se agota el asunto: la accesibilidad al entendimiento

    de la densidad histrica del presente se ha vuelto una tarea de primer

    orden porque la an fragmentaria informacin disponible sugiere que

    las sociedades contemporneas, independientemente de sus niveles u

    opciones de desarrollo, han venido reconfigurando su relacin con

    el tiempo, se han adentrado en otro rgimen de historicidad, al decir de

    Franf OS Hartog, el cual se caracteriza, en sus rasgos fundamentales,

    por una mayor ascendencia y densidad del presente por sobre los otros

    registros temporales.

    Este asunto se encuentra bastante bien documentado en el caso

    de los pases occidentales. Importantes intelectuales contemporneos

    han venido sugiriendo slidas indicaciones en este sentido y sobre

    varios de ellos, y sus respectivas proposiciones, se tendr ocasin de

    hacer referencia en las pginas siguientes. Lo llamativo, sin embargo,

    es que el conocimiento que se tiene de lo que est ocurriendo en

    tras latitudes parece acreditar la misma idea. A ttulo de ejemplo, se

    puede recordar al sinlogo Jean Chesneaux, quien ha sostenido que,

    a diferencia del perodo comunista cuando las autoridades chinas

  • 26 LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    manejaban una concepcin de tiempo en forma de espiral, cuya dial-

    ctica determinaba la "direccionalidad" del movimiento, desde que

    se dio inicio a las reformas de Deng Xiaoping, a finales de los aos

    setenta, se ha ido imponiendo un proyecto de sociedad que reposa en

    el tiempo corto del beneficio y en la celeridad de la circulacin de la

    mercanca, con lo cual la construccin de futuro tiende a retrotraerse

    a un dilatado presente, desprovisto de cualquier sentido distinto del

    que le imprime el ritmo con que funciona el mercado.''

    Segn tales presupuestos y antecedentes, en ste y en el siguiente

    captulo se realizar una digresin preliminar sobre el sentido que

    encierra el concepto de 'historia del tiempo presente' y sobre la

    estrecha relacin que mantiene con ese tipo de transformaciones que

    experimentan las sociedades contemporneas, con totd independencia

    de sus niveles u opciones de desarrollo, aun cuando, desde luego, en

    unas de ellas esta tendencia se exprese de modo ms contundente que

    en otras. La mundialidad de estas transformaciones obedece a que la

    experimentacin del presente es consecuencia del advenimiento de

    un nuevo tipo de modernidad la cual, a diferencia de la anterior, no ha

    quedado inicialmente confinada a una regin en particular, pues slo

    se puede realizar en el teatro de la globadad.

    De acuerdo con la experiencia que sobre el particular se dispone,

    se reconoce que tres procedimientos pueden ser utilizados con el fin de

    acometer una aproximacin al significado ms profundo que comporta

    la nocin de 'historia del tiempo presente'. El primero es mediante un

    ejercicio relacional, que sea comparativo, es decir que opere un contraste

    que revele las similitudes y las diferencias que guarda esta historia con

    otros trminos similares, y que a su manera sea croise,'* es decir, que

    permita determinar ciertas caractersticas que se desprenden de los

    puntos de encuentro entre los enfoques subyacentes a esta variedad de

    historias. El segundo se lleva a cabo por medio de la descomposicin

    analtica del concepto en sus tres palabras constitutivas la historia,

    13. Jean Chesneaux, Habiter le temps, Pars, Bayard, 1996, p. 108. 14. Michael Werner y Bnedicte Zimmermann, "Penser l'histoire croise: entre

    cmpirie et rflexivit", en Armales. Histoire et Sciences Sociales, nm. 1, 2003.

    LOS CONTORNOS DE LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 27

    el tiempo y el presente y la explicacin oportuna de sus contenidos

    V de sus imprescindibles relaciones. El tercero y ltimo consiste en

    establecer la correlacin que existe, o que puede hallarse, entre esta

    novedosa preocupacin historiogrfica con ciertas propiedades que

    caracterizan a todas las sociedades en los inicios de este nuevo siglo.

    De modo particular, en este captulo se expondrn los dos primeros

    procedimientos, con sus consabidos resultados, y se diferir en lo

    Ivindamental la explicacin del tercero para el captulo siguiente.

    I A HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE A LA LUZ

    DE OTRAS NOCIONES SIMILARES

    A primera vista, el ejercido que se realizar a continuacin puede

    parecer un tpico pasatiempo intelectual bastante estril, ya que el

    procedimiento consistir en pasar revista sobre el contenido que

    encierran aquellos conceptos, que, a veces, son identificados con el

    de la historia del tiempo presente, que pueden ser entendidos como

    sinnimos o como variaciones en una menor o mayor escala de un

    mismo registro. No creo, sin embargo, que esta labor sea un ejercicio

    improductivo.

    Por lo general, el adjetivo que acompaa a estos distintos enfoques

    histricos no es un asunto inocente, no est exento de valoraciones,

    concepciones o de propsitos.'^ Que recuerde el lector la inmensa

    carga de sentido que comporta la nocin de Edad Media o la centra-

    lidad del clculo internacional cristiano que se utiliza habitualmente

    como fundamento organizador de la cronologa, para slo citar

    un par de casos. En efecto, el ttulo que se le otorgue a un perodo

    brinda mucha informacin sobre el tipo de historia que se quiere

    confeccionar, sobre sus contenidos, sus fronteras temporales, de los

    elementos que quieren ser destacados, as como de las concepciones

    que a ellos subyacen; en fin, una periodizacin dice mucho sobre el

    significado que se le asigna a la historia, en su doble acepcin, como

    proceso y como conocimiento.

    l.*). Vase, Jack Goody, IIfurto della storia, Miln, Felo-inelli, 2008.

  • 28 lA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    No cabe duda de que, a ms de uno, la primera nocin que se

    le viene a la mente cuando escucha hablar de historia del tiempo

    presente es el de 'historia contempornea', toda vez que ste es un

    trmino de uso muy extendido, con un largo historial por fuera de

    las fronteras de la disciplina. Con seguridad, no es ninguna exagera-

    cin sostener que a lo largo de su vida, toda persona, en ms de una

    ocasin, se ha topado con esta expresin. Se puede recordar simple-

    mente el hecho de que el trmino es de uso habitual en los programas

    escolares y universitarios y es empleado, por lo general, para designar

    la etapa ltima, la ms actual, de la historia universal.

    En la tradicin histrica que se ha heredado de la experiencia

    europea, la gran historia universal ha sido dividida de modo general

    en tres grandes perodos: el antiguo, el medieval y el moderno;

    empero, desde el siglo xix, por factores muy particulares, que sern

    comentados en su oportunidad, de lo moderno se fue desligando

    un subperodo (el contemporneo), el cual, a veces, ha tenido vida

    propia, pero, las ms de las veces ha seguido asociado a la anterior,

    bajo la frmula convencional en los currculos acadmicos de la

    historia moderna y contempornea.

    Aun cuando en la actualidad estamos muy acostumbrados a esta

    periodizacin, conviene recordar que el ltimo de estos subperodos,

    el referido a la etapa contempornea, si bien era reconocido como

    tal, de hecho, fue incorporado en los programas acadmicos en una

    fecha muy posterior. La primera ctedra de historia contempornea

    fue introducida en la universidad itahana a inicio de los aos sesenta,"*

    y aos similares se manejan para otros pases. En Francia, slo a partir

    de 1962 los programas de enseanza de la historia comenzaron a

    abordar el perodo de la Segunda Guerra Mundial. En Espaa, la situa-

    cin en ese entonces, era, obviamente, mucho peor. El franquismo

    hizo valer todo el peso de su autoridad, autoexcluy su rgimen

    del estudio histrico y slo a partir de 1967 permiti que la historia

    contempornea se extendiera hasta la Guerra Civil espaola, conflicto

    que, como bien se sabe, tuvo lugar en el segundo lustro de la dcada

    16. Claudio Pavone, Prima leone di storia contempornea. Bar, Laterza, 2008, p. 8.

    LOS CONTORNOS DE LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 29

    de los treinta. O sea, en la Espaa franquista lo contemporneo se

    entenda como un perodo que se clausuraba antes del advenimiento

    del prolongado rgimen poltico entonces en curso. Qu poda saber

    un joven espaol sobre la historia nacional en los ltimos cuarenta

    aos? Probablemente nada distinto al discurso que el mismo rgimen

    quera producir sobre s mismo.

    Merece una mencin especial el caso sovitico, porque a primera

    \ista podra parecer que la antigua Unin Sovitica era un pas donde

    se presuma oa periodizacin de la historia, a partir de las forma-

    ciones sociales, que desde la primitiva avanzara hasta el comunismo a

    travs de una serie de etapas, y que la historia se extenda hasta la actua-

    lidad ms contigua. Es decir, era una historia que se prolongaba desde

    el pasado ms remoto hasta la inmediatez ms cercana. Varios factores

    participaban de este particular entendimiento de la historia. Por una

    parte, en ello intervena el papel que el ideal comunista desempeaba

    en la concepcin predominante. De acuerdo con la presuncin de

    (]ue la sovitica era una sociedad que en la dcada de los aos setenta

    haba alcanzado el socialismo desarrollado, representaba el cometido

    ms logrado del "socialismo real" y estaba iniciando el trnsito hacia

    el comunismo, los contemporanestas se encontraban en la obligacin

    de documentar el proceso de creacin del nuevo orden social y traba-

    jaban, de esa manera, sobre la inmediatez, e incluso sobre la proyec-

    cin de sta hacia el porvenir.

    Por otra parte, en la apertura histrica en direccin del presente

    intervena el monopolio que ejerca aquella particular concepcin

    oficial del marxismo, que arrancaba del supuesto de que este pensa-

    miento representaba un saber cientfico que haba descubierto las

    leyes fundamentales del desarrollo social. Como este materialismo

    histrico era una ciencia que se haba construido sobre la base de

    una argumentacin histrica, se infera entonces que la historia era

    la nica ciencia social posible. La sociologa, la politologa, e incluso

    muchas reas de la antropologa, no existan por s solas, sino que eran

    subcampos de la ciencia histrica "marxistizada". De ah, entonces,

    H'e la historia ltima tuviera que ocuparse tambin del estudio de los

    tenmenos de la contemporaneidad.

  • 30 LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    Exista, empero, un importante matiz que a su manera terminaba

    relativizando la proyeccin de la historia en direccin del presente.

    Desde la dcada de los veinte se impuso la idea de que lo contem-

    porneo era equivalente a la actuacin del Partido Comunista. Esta

    circunstancia lleva a sostener que, ms all del discurso, en la prc-

    tica, el anUsis histrico en cuanto tal tena una frontera de finaliza-

    cin: el ao 1917. A partir de ese momento en adelante, el desarrollo

    social era la historia del partido gobernante, con sus congresos, reso-

    luciones, etctera. O sea, la contemporaneidad terminaba siendo un

    campo vedado para la investigacin y aquellos cientficos sociales que

    quisieran aventurarse en sus meandros, tenan que basar sus anlisis en

    los lineamientos polticos fundamentales que emanaban de la organi-

    zacin gobernante. En sntesis, ms all de la apariencia, en los hechos,

    tampoco en este caso exista una genuina historia sobre el presente.

    De modo habitual se reconoce el inicio de la historia contempo-

    rnea en un acontecimiento al cual se le asigna el rango de evento

    fundador o fundamentador de la respectiva contemporaneidad. En lo

    que atae a las fronteras temporales que de manera usual establecen

    los especialistas, se pueden distinguir dos tipos de aproximaciones

    bsicas: unos entienden la etapa contempornea en un sentido extenso

    y otros en uno estrecho.'^ En el primer caso, esta historia representa

    un perodo que se extiende a lo largo de los dos ltimos siglos."* En el

    segundo, se le reconoce una temporalidad ms acotada y se identifica

    preferentemente con el ltimo siglo, pero se observan casos en que

    dichas fronteras se acortan an ms.'' A la sazn sobre el particular

    no existe el ms mnimo consenso. An se observan casos en los que

    el origen de la historia contempornea mundial es retrotrado hasta la

    Revolucin Francesa de 1789 o hasta los sucesos de 1815, aun cuando

    cada vez es ms habitual encontrar que otros acontecimientos ocurridos

    17. Scipione Guarracino, Le et della Storia. I concetti di Antico, Medievale, Mondemo e Contemporneo, Miln, Bruno Mondadori, 2001, pp. 257-289.

    18. Vase, Asa Briggs y Patricia Clavin, Historia contempornea de Europa 1789-1989, Barcelona, Crtica, 2000.

    19. Mauriccia Salvati, "II novecento", en Claudio Pavone, Novecento. I tempi della storia, Roma, Donzelli, 2008.

    LOS CONTORNOS DE I.A HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 31

    con posterioridad (v. gr., la Primera Guerra Mundial) a los primeros

    son elevados al rango de eventos germinales del respectivo perodo.

    Si, como puede observarse, la periodizacin de la historia contem-

    pornea mundial es un asunto complicado, el problema se torna an

    ms enredado cuando se tiene en cuenta que las escuelas histricas

    nacionales generalmente no se interesan mucho en discutir las fron-

    teras cronolgicas de los perodos antiguos, pero que otra es la actitud

    predominante cuando el asunto consiste en determinar los orgenes

    de la respectiva contemporaneidad nacional. En estos casos, la regla

    general es que el origen de este perodo proceda de un acontecimiento

    nacional, al cual se le asigna una alta significacin. Tal fue el caso de la

    revolucin rusa de octubre de 1917 en la historia sovitica, la conforma-

    cin de los Estados nacionales hacia 1880 en varios pases de Amrica

    Latina o la unificacin nacional en los casos italiano y alemn.

    Si el origen es, por tanto, un fenmeno muy voltil y variable, el

    momento de finalizacin de la historia contempornea es an ms

    caprichoso, tal como se ha podido observar en los casos citados de

    Italia, Francia y Espaa. Sin embargo, se puede afirmar que, por lo

    general, tiende a predominar la tendencia de prolongar esta historia

    hasta un pasado no muy reciente, como, por ejemplo, la Segunda

    Guerra Mundial. As ocurre con aquellos autores que tienen una

    concepcin amplia de la historia contempornea, tal como lo

    ha expuesto Scipione Garracino en el libro antes citado sobre los

    perodos en la historia. Ahora bien, cuando la contemporaneidad se

    define en un sentido estrecho, con un origen ms tardo, entonces,

    lo habitual es que se prolongue hasta un acontecimiento que pueda

    simbolizar la representacin de finalizacin del respectivo perodo,

    como, en efecto, ha ocurrido con la mayor parte de las sntesis hist-

    ricas sobre el siglo xx, que le han asignado esta funcin a la cada del

    Muro de Berin en 1989.

    De lo anterior se puede inferir que es muy poco habitual que

    los historiadores reconozcan que la historia contempornea pueda

    prolongarse hasta la actualidad ms inmediata. Es decir, un rasgo

    consustancial a la mayor parte de las historias contemporneas, inde-

    pendientemente de si son nacionales, continentales o mundiales.

  • 32 HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    extensas o estrechas, es que no se estiran hasta la coyuntura ms actual.

    Pareciera que la contemporaneidad slo puede tener sentido en la

    historia universal si se le reconoce un final, y se nunca puede ubicarse

    en la inmediatez del observador.

    Seguramente esta proclividad por admitir la existencia de un

    momento de finalizacin en la historia contempornea obedece a dos

    tipos de factores: por una parte, a la suposicin de que el papel del

    acontecimiento en la historia consiste en su capacidad para cerrar

    un determinado captulo. De ah que ningn perodo en la historia

    pueda quedar a la deriva y que no pueda haber ningn intervalo que

    no se encuentre mediado por un par de grandes acontecimientos, que

    precisen su origen y su final, respectivamente. Por otra, en esta actitud

    interviene tambin el hecho de que todava es fuerte la presuncin

    de que la historia trata sobre el pasado y que es competencia de otras

    disciplinas sociales ocuparse de los temas relativos al presente.

    Tal costumbre es muy curiosa porque se quebranta el significado

    ms profundo del trmino contemporneo que es el de referirse a un

    momento durante el cual coexisten el observador con aquello que se

    encuentra en observacin. Es decir, tal como se entiende en la lite-

    ratura especializada, la historia contempornea no es una historia

    coetnea, no es simultnea, sincrnica y compartida por el obser-

    vador. En realidad, en cualquiera de sus acepciones, la contempornea

    es una historia que se refiere a un pasado ms o menos reciente, en

    cuanto versa sobre el postrer perodo de la historia universal, y tiene

    como caracterstica adicional el hecho de encontrarse cancelado.

    Es extrao el entendimiento de esta historia, porque se contra-

    viene un principio fundamental del concepto como es el hecho de

    que la caracterstica intrnseca de lo contemporneo consiste en ser

    un trmino relacional cuyo sentido siempre tiene que comportar una

    referencia a una temporalidad sincrnica. Ese algo relacional, en este

    caso, no debera ser nada distinto a la contemporaneidad misma del

    observador, pero, como se advierte, ello es precisamente lo que se

    encuentra ausente. La contravencin de este principio fundamental

    de lo contemporneo lleva a que se presuponga algo que puede sonar

    tan extrao como es el hecho de que personajes como Napolen

    LOS CONTORNOS DE lA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 33

    Bonaparte o Lenin terminen siendo contemporneos de quienes vivimos en los inicios del siglo xxi.

    De esta manera, se puede sostener que la historia contempornea

    indica de modo usual un perodo que cubre aquellas dcadas que se

    proyectan desde un determinado momento no muy lejano en el

    tiempo anterior dentro del gran curso de la historia universal hasta

    un pasado relativamente reciente. Como no es coetnea, es decir, como

    no se desenvuelve hasta la actualidad misma del observador o de una

    sociedad que reconoce en ella una parte sustancial de su desarrollo,

    se puede inferir que la principal particularidad que singulariza a esta

    historia no es ninguna propiedad intrnseca que se desprenda de su

    misma naturaleza ni de su relacin con el observador, si no que es el

    simple hecho de aludir a la fase ms reciente de un desarrollo hist-

    rico-plurisecular. Es, por tanto, una nocin que se utiliza para designar

    un perodo histrico que se encuentra en proximidad con el presente,

    pero que, de ningn modo, es presente.

    El significado habitual que se le da a este trmino proviene del

    hecho de que el elemento relacional de la contemporaneidad no

    deriva de la experiencia de sincrona sino de la diacrona, es decir,

    es un perodo que se encuentra inscrito dentro de una prolongada

    secuencia que del pasado se prolonga hacia el presente, y, en ese

    sentido, su dimensin temporal sigue inserta dentro de una perspec-

    tiva secuencial de un progreso lineal que proviene de un pasado (de

    la antigedad), ms o menos lejano, que se va aproximando a nuestra

    realidad ms cercana (pasando por el Medievo y la poca moderna),

    pero sin presuponer ninguna forma nueva ni ningn contenido nove-

    doso para la interpretacin de la historia. Su contenido relacional se

    desprende del vnculo que mantiene con perodos precedentes, pero

    no del hecho de aludir a la simultaneidad con respecto al observador.

    De tal modo que, si se procediera de manera analtica a desvin-

    cular la historia contempornea de la historia universal, lugar donde

    parece encontrar su verdadera razn de ser, se obtendra un fragmento

    de historia carente por completo de significado o de valor. Esta inde-

    terminacin es lo que explica que, a diferencia de los otros perodos

    de la historia universal, para los cuales existen relativos consensos

  • 34 LA HISTORIA DEL TI;MPO PRESENTE

    sobre las fronteras cronolgicas y sobre sus contenidos mnimos, en

    la historia contempornea estos lmites sean variables, que se correla-

    cionen directamente con el tipo de historia que se quiera destacar o

    con el lugar desde el cual se organiza la respectiva narrativa, y que est

    desprovisto de sentido intrnseco.

    El carcter indeterminado que comporta este concepto puede ser

    observado tambin desde otro ngulo. El contenido bsico que encierra

    esta historia slo es entendible como la etapa ltima dentro de una

    secuencia de perodos, porque la misma idea de 'contemporaneidad'

    no es un tipo de concepto que se refiera exclusivamente a una deter-

    minada actualidad, puesto que su propiedad o su identidad de tiempo

    puede ser identificada en distintas coyunturas presentes o pasadas.

    Conforme a lo anterior, se puede sealar que, a lo largo del desa-

    rrollo histrico, han existido contemporaneidades o simultaneidades

    histricas que no compartan un mismo registro de tiempo, pero que se

    expresaban simultneamente. Eran experiencias contemporneas en

    el sentido de que coexistan desde un punto de vista cronolgico, aun

    cuando no compartieran el mismo itinerario ni hubiera conciencia de

    coetaneidad. El sentido intrnseco de la historia contempornea, de

    este modo, no procede de su naturaleza misma y, desde este ngulo,

    no brinda ningn tipo de detalle especfico sobre el perodo que

    presuntamente recubre.

    O para decirlo en otros trminos, la historia contempornea se

    utiliza para designar un perodo histrico, pero que, como carece de

    caractersticas que le confieran un valor intrnseco, se ha convertido

    en una expresin que ha ido perdiendo la cualidad de coetaneidad y

    de contemporaneidad y ha terminado por limitarse a consistir en la

    etapa ms actualizada de la historia moderna o del largo desarrollo de

    la humanidad. Por este motivo, es usual encontrar en los programas

    acadmicos expresiones que renen en un mismo paquete a la historia

    moderna con la contempornea, donde la segunda no es ms que la

    prolongacin ms actualizada de la primera.

    Veamos a continuacin otro concepto que tambin, a su manera,

    guarda cierta relacin con la condicin presente: 'la historia moderna'.

    En la concepcin predominante de historia universal, la historia referida

    LOS CONTORNOS DE LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 35

    al perodo moderno ocupa un lugar mucho ms concreto y especfico que

    la anterior De acuerdo con la tradicin interpretativa que se ha forjado

    a partir de la experiencia histrica europea, el trmino es empleado

    usualmente para designar aquel perodo que sobrevino luego del fin

    del Medievo y que se habra iniciado con el Renacimiento italiano o los

    "descubrimientos" geogrficos. Aunque suene a tautologa, la historia

    moderna se refiere en s a aquellos siglos durante los cuales se fueron

    forjando los fundamentos que hicieron posible el surgimiento de las

    sociedades modernas, es decir, cuando comenz a adquirir consistencia la

    modernidad, a travs de variados impulsos y procesos de modernizacin

    econmica, poltica y social, etctera.

    Es esta correlacin que se establece entre el perodo en cuestin

    con la idea de modernidad lo que convierte a la historia moderna en

    un momento muy particular en el desarrollo histrico. Se refiere a un

    perodo histrico con fronteras ms o menos establecidas y comporta,

    adems, un contenido preciso que no es otro que el surgimiento y la

    consolidacin de los ambientes institucionales modernos.

    Hasta aqu la argumentacin va bien, pero ms de uno tendr

    en la mente la siguiente pregunta: pero dnde est el vnculo entre

    esta historia y el presente? Pues bien, se puede responder a este inte-

    rrogante de la siguiente manera: como la modernidad representa un

    proceso con vocacin universal que an no ha decantado, puesto que,

    segn varias concepciones que mantienen latentes la inspiracin en

    las legendarias teoras de la modernizacin,^" todava buena parte de

    la humanidad se encontrara frente al desafo de asumir la realizacin

    de los ambientes institucionales modernos, se puede inferir de ello

    que la moderna sera una historia que se prolongara hasta la contem-

    poraneidad ms inmediata. Al constituir un proceso en desarrollo, es

    decir, como su contenido an no ha concluido, esta historia comporta,

    entonces, un contenido de presente y puede ser utilizada como sin-

    nimo de la historia del tiempo presente, o de cualquier otro concepto

    anlogo que aluda a la actualidad.

    20. Jean Philippe Peemans, Le dveloppement des peuples face la modernisation du miDilr. Les thories du dveloppement face aux histoires du dveloppement ''ret dans la seconde "imtt du XXeme siecle, Louvain La Neiive, Academia Bruylant, 2002.

  • 36 LA HISTORIA DF.L TIEMPO PRESENTE

    Adems de lo anterior, otro argumento refuerza la correlacin

    entre la historia moderna con la condicin presente: de acuerdo con su

    etimologa, constituye un concepto que puede ser identificado con el

    estudio del presente, dado que moderno "es un adjetivo que deriva del

    adverbio latino modo, que significa ahora e indica el tiempo presenta.

    Historia moderna significa literalmente historia del ahora".'-*'

    Si bien cuando se le analiza desde este ngulo es una nocin que se

    refiere al presente y podra ser intercambiable con historia del tiempo

    presente, la pertinencia de su utilizacin se ve malograda porque,

    como sostiene el recin citado historiador, moderno es un trmino que

    comporta una alta carga valorativa. A diferencia de la historia contem-

    pornea, cuya utilidad consiste en que constata una identidad de

    tiempo a la que supuestamente alude la poca contempornea

    (aunque, en realidad, como se tuvo ocasin de sealar, se no ha sido

    el caso), lo moderno es un concepto que comporta un valor, porque

    se refiere al desarrollo de la modernidad y ello presupone que todo

    colectivo que pretenda ser merecedor de dicho ttulo debe abocarse a

    la construccin de un determinado tipo de sociedad.

    De la premisa anterior se desprende un problema que encierra

    una gran ambigedad, cuya solucin se ha vuelto prcticamente un

    imposible: si cierta literatura sociolgica, antropolgica y econmica

    ha venido insistiendo en que lo moderno es un estadio que ha comen-

    zado a ser superado por parte de las naciones ms avanzadas, razn

    por la cual se ha vuelto usual que se les defina con nuevos calificativos

    muy variados, todos los cuales comportan la idea de una trascendencia

    de lo moderno (v. gr., posmodernas, posindustriales, posnacionales,

    etctera), en otras sociedades, que son la mayora y que, hoy por hoy,

    siguen representando a la mayor parte de la poblacin del planeta, la

    condicin de lo moderno todava se mantiene como una posibilidad

    en el horizonte.

    Conforme a lo anterior, es bien curioso cmo han cambiado los

    trminos que usualmente se emplean para designar a estos pases.

    Antes se les calificaba como subdesarrollados, en razn del atraso y

    21. Giuseppe Galasso, Prima lezione di storia moderna, Bar, Laterza, 2008, p. 4.

    LOS CONTORNOS DE LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 37

    de su "incapacidad" para superar las malformaciones de su desa-

    rrollo. Hoy por hoy se popularizan eufemismos de gran belleza ret-

    rica, aunque de escasa utilidad analtica: se les distingue como pases

    emergentes, es decir, seran sociedades que, por fin, se encontraran en

    proceso de estar accediendo a la condicin de lo moderno. Es pocas

    palabras, la literatura especializada tiende a destacar que estas ltimas

    son sociedades en vas de modernizarse, de lo cual se puede concluir

    que en este caso siguen inscritas dentro de los marcos de una historia

    moderna. Pero entonces dnde se ubican las primeras que seran tan

    modernas que ya habran dejado atrs ese ciclo.

    En torno a este punto se encuentra una divergencia de fondo entre

    la idea de lo contemporneo y de lo moderno, y sus respectivas histo-

    rias. A diferencia del primero, que es un intervalo de tiempo que ms

    que bien representa a toda la humanidad, el segundo carece de ese

    grado de universalidad, pues sera un perodo histrico cuya validez

    para unos se realizara en una poca, para otros en otros siglos y, quiz,

    no faltarn pases a los que nunca se les pueda llegar a caracterizar en

    esos trminos.

    Equivocado sera pretender hacer extensible la condicin de

    moderno de una experiencia histrica particular a todo el planeta,

    ms an cuando importantes pensadores contemporneos han venido

    insistiendo, con justa razn, en que Occidente se ha apropiado de la

    I iqueza y de la diversidad histrica del mundo y que no se puede extra-

    polar mecnicamente su itinerario a los dems.^^ sntesis, se puede

    concluir que ni la historia moderna ni la contempornea son en los

    hechos equiparables al estudio de la actualidad y, como tendr ocasin

    de precisar, muy distantes se encuentran del sentido que le asignar al

    concepto de la historia del tiempo presente.

    La historia inmediata representa otro registro de historia que

    comporta ciertas similitudes y semblanzas con la del tiempo presente.

    Como lo indica su misma denominacin, es una historia referida al

    estudio de fenmenos muy prximos al tiempo en el que tiene lugar la

    observacin. Desde que se popularizara este trmino, hacia la dcada de

    22. Jack Goody, p. cit.

  • 38 LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    los setenta del siglo pasado,^' la historia inmediata fue pensada como

    una construccin que guarda muchas similitudes y comparte varios

    presupuestos con el periodismo investigativo. En Francia, uno de sus

    grandes impulsores fue Jean Lacouture, quien inaugur una coleccin

    de libros en una importante casa editorial de ese pas, bajo la rbrica

    de la historia inmediata. Esta serie estaba conformada por una colec-

    cin de textos que se ocupaba de acontecimientos muy recientes, de la

    biografa de grandes personajes que an se encontraban con vida y de

    estudios de temas internacionales de gran actualidad, entre los que se

    destacan trabajos, de alta factura, como el de Andr Fontaine^'' sobre

    la Guerra Fra y el de Fran^ois Fejt sobre las "democracias populares"

    en la Europa centro-oriental.^' Al igual que el periodismo investiga-

    tivo, a la historia inmediata se le asignaba como funcin el desarrollo

    de grandes destrezas y habilidades en la reconstruccin del entramado

    de aquellos grandes acontecimientos que se sucedan en presencia

    directa o mediata del observador.

    De modo ms reciente, esta historia ha recibido nuevos impulsos

    acadmicos luego de que conformara un grupo de investigacin en

    historia inmediata en la Universidad de Toulouse-Le Mirail, bajo la

    direccin de Jean-Fran?ois Soulet, grupo que se ha encargado de la

    publicacin de una revista y de varios textos,^" en los cuales sus autores

    utilizan indistintamente el concepto de historia inmediata, reciente,

    actual y del tiempo presente, llegando, incluso, a presentar a esta

    ltima como un componente o como una actividad equivalente a las

    anteriores.

    Sin pretender entrar en la polmica de si la historia inmediata

    es un tipo de anlisis idntico, semejante o distinto de la historia del

    tiempo presente, puedo decir que, segn mi parecer, la inmediata,

    por su misma definicin, se ubica en un registro diferente, porque se

    23. Jean Lacouture, "L'histoire immdiate", en Jacques Le Goff, La nauveUe histoire, Bruselas, Editions Complexes, 1988.

    24. Andr Fontaine, Histoire de la guerre froide, Pars, Fayard, 1967.

    25. Franfois Fejt, Histoire des dmocraties populaires, Pars, Seuil, 1968. 26. Jean-Frangois Soulet, L'histoire immdiate. Historiographie, sources et mthodes Pars,

    Armand Golin, 2009.

    LOS CONTORNOS DE LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 39

    ocupa del estudio de eventos y situaciones que ocurren en completa

    sincrona con el ob.servador. Por su naturaleza, es un tipo de enfoque

    que queda parcialmente privado de densidad o de profundidad

    temporal y tiende a disociar la actualidad ms inmediata de la cadencia

    temporal de los fenmenos bajo observacin. Tampoco parece apro-

    piada porque desde su denominacin misma no aade nada de espe-

    cial significacin al estudio de la contemporaneidad, que ya no est

    presente en el periodismo investigativo. Los principales exponentes de

    esta corriente, adems, ayudan a confundir an ms las cosas cuando

    identifican la historia inmediata con el estudio del "pasado cercano".

    En sntesis, se puede sostener que muchos anlisis politolgicos, antro-

    polgicos o periodsticos pueden concordar perfectamente con esta

    pretensin y no por ello se les va a calificar como estudios histricos

    sobre el presente.

    A la historia rdente har simplemente una breve mencin, pero

    no me explayar mayormente sobre su contenido, porque, si bien se

    encuentra en proximidad temporal con la historia del tiempo presente,

    en cuanto se interesa por situaciones ocurridas hace muy poco tiempo,

    mantiene diferencias tan de fondo con la anterior, que la similitud no es

    ms que una simple apariencia: la reciente se preocupa por fenmenos

    concluidos hace poco y deja en suspenso a la actualidad ms inme-

    diata; tampoco proporciona detalles sobre las particularidades de su

    propuesta; descuida una reflexin fundamental como es la delimitacin

    de la frontera que distingue lo reciente de lo inmediato y el presente del

    pasado, incluido el reciente; por ltimo, no presupone ninguna indica-

    cin sobre el significado temporal de los fenmenos estudiados.

    La historia del presente es otro trmino que se ha utilizado de modo

    bastante corriente para referirse a los estudios histricos que se inte-

    resan por la contemporaneidad. La reconstruccin de las claves bsicas

    de esta historia es un asunto un poco ms complicado, porque sobre

    ella ha corrido mucha tinta, y porque un buen nmero de autores se

    refieren a ella, pero difieren en cuanto al significado que le atribuyen.

    En una perspectiva de mediana duracin, se observa que algunos espe-

    cialistas han asociado esta historia con la proyeccin ms actualizada

    de la historia contempornea; otros, como es el caso de Fierre Chaunu,

  • 40 lA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    la han querido encuadrar a partir de sus fronteras cronolgicas, que se

    extenderan, ms o menos, a lo largo de los ltimos cincuenta aos,"

    mientras que un tercer grupo ha preferido vincularla con la historia

    que se desarrolla en el lapso de una vida humana.

    Ninguna de estas definiciones usuales puede ser valorada como

    satisfactoria: la primera, por las ambigedades ya sealadas que

    comporta la nocin de 'historia contempornea': cmo puede ser

    su etapa ms actualizada cuando a la historia contempornea se le ha

    impuesto un acontecimiento que marca su respectivo final?, o cundo

    la historia contempornea se refiere a un pasado cercano?; la segunda

    tampoco es pertinente, porque es completamente arbitraria y conven-

    cional la atribucin de una extensin de medio siglo. La tercera,

    que alude a la duracin de la vida humana, es igualmente ambigua

    porque deja en la indefinicin el perodo al cual se refiere, ms an en

    empos como los que actualmente corren, cuando la expectativa de la

    vida humana ronda los ochenta aos. Si se define por la extensin de

    la vida humana, entonces la historia del siglo xx de Eric Hobsbawm

    que atraviesa buena parte de la vida del autor, tendra que ser conce-

    bida como una historia del presente, lo que indudablemente no es.

    Su carcter ambiguo puede ser observado si nos preguntamos cules

    seran las fronteras cronolgicas de un joven historiador que se inte-

    rese por el presente, veinte o veincinco aos? En este caso, un acon-

    tecimiento como la cada del Muro de Berln, ocurrida hace poco ms

    de veinte aos, que es un elemento fundamental en el presente vivido

    por Eric Hobsbawm, sera un suceso pasado para el novel aprendiz.

    Difcil es entender el sentido de la historia del presente cuando uno se

    mete en semejante embrollo.

    Si las formas tradicionales son poco adecuadas, no se puede decir

    lo mismo de importantes reflexiones que han aparecido en la ltima

    dcada o dcada y media. Hace ya un par de lustros, el historiador

    britnico Timothy Garton Ash public un interesante libro bajo el

    rtulo de historia del presente. Sostena en esa oportunidad, que esta

    27. Fierre Chaunu, El rechazo de la vida. Anlisis histrico del presente, Madrid, Espasa-Calpe, 1978, p. 34.

    LOS CONTORNOS DE lA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 41

    e

    historia est constituida por trminos contradictorios, porque, por

    definicin, .ste es un tipo de conocimiento que trata del pasado. Sin

    embargo, se arriesgaba a emplear la expresin de historia del presente

    porque consideraba que "ha aumentado lo que es posible saber poco

    despus de los hechos y ha disminuido lo que se puede .saber mucho

    despus". De acuerdo con su parecer, la historia del presente es una

    prctica donde convergen el periodismo, la historia y la literatura y es

    lina historia que se define por la subjetividad del historiador y por su

    implicacin directa en los eventos histricos contemporneos.^** En un

    trabajo, publicado un lustro despus, el mencionado analista brind

    una interesante observacin sobre el carcter inconcluso que comporta

    ste tipo de historia y las interactividades que se establecen entre el

    autor, la obra y el lector en el desarrollo de ella, cuando sostuvo:

    Cualquiera que escriba "historia del presente" sabe que sta deber ser

    revisada a la luz de los acontecimientos. Dado que las cosas cambian

    constantemente, la experiencia de leer un libro de este tipo puede

    resultar menos satisfactoria que, pongamos por caso, ponerse cmodo

    y leer unos anales de la Roma clsica, pero tambin puede ser ms inte-

    resante, puesto que an es posible cambiar las cosas. Cuando usted lea

    el libro, sabr ms elementos de esta historia que yo en el momento de

    escribirla, ya sea porque tiene un conocimiento particular de alguna

    de las mltiples reas de la poltica mundial en torno a las que hablo,

    ya sea por el mero hecho de conocer lo que haya pasado entre un

    momento y otro. Y, vitalmente, su propia voz poltica ser parte de la

    historia que se est desarrollando. Usted influir en el resultado, y por

    tanto en el modo en que los historiadores del futuro escriban sobre

    nuestro tiempo. Cuando lee detenidamente los anales de Roma clsica,

    est leyendo historia; aqu, est tambin escribindola.'*

    28. Timothy Garton Ash, Historia del presente. Ensayos, retratos y crnicas de la Europa de 90, Barcelona, Tusquets, 2000, p. 14 y Ifi.

    29. Timothy Garton Ash, Mundo libre. Euro/>a y Estados Unidos ante la crisis de Occidente, Barcelona, Tusquets, 200.5, p. 14.

  • 42 LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    Otro historiador que, en los inicios del nuevo siglo, tambin ha

    mostrado inters por reflexionar sobre este tipo de historia es Julio

    Arstegui, quien, en el 2004, public un valioso ensayo conceptual y

    terico sobre la naturaleza y el desarrollo de la historia del presente.

    El ttulo mismo del libro comporta, de entrada, uno de sus principales

    aportes porque considera que hablar de la historia vivida no es un

    mero recurso literario; es un reclamo frente a la historia heredada, es

    decir, es la historia de la conciencia "formada a partir de la experiencia

    de nuestro propio actuar". Pginas ms adelante ofrece las claves de su

    concepcin sobre esta historia, cuando afirma:

    La historia del presente es primordialmente la historia experimentada

    frente a la tradicional historia recibida [...] los lmites temporales de

    la historia del presente son el resultado de una decisin social, materiali-

    zada por un proyecto intelectual concreto, ligada al fenmeno genera-

    cional y a la delimitacin de la coetaneidad y, en su aspecto ms tcnico,

    a la posibilidad de captar un tiempo histrico homogneo a partir de

    un cambio significativo [cursivas en el original]

    Vale la pena retomar esta argumentacin puesto que el hecho de

    razonar en trminos de historia vivida constituye una premisa impor-

    tante en la comprensin de la contemporaneidad, porque implica

    dar un paso en la direccin de la antropologizacin de la nocin de

    'tiempo', pues, desde este punto de vista, no se est presuponiendo que

    el presente sea un intervalo temporal que se despliegue linealmente a lo

    largo de una cronologa, sino que constituye una invitacin a pensar el

    presente como un movimiento simtrico, coetneo (temporal) y sincr-

    nico (espaciotemporal) en la vida de los individuos y de las sociedades.

    Con las tesis propuestas por este par de historiadores, se puede

    asegurar que la reflexin sobre el contenido de la historia referida al

    estudio de la actualidad ha alcanzado un grado elevado de sofisticacin

    y, como se ver, en varios aspectos sus planteamientos se encuentran

    30. Julio Arstegui, La historia vivida. Sobre la historia del presente, Madrid, Alianza, 2004, p. 12 y 27.

    LOS CONTORNOS DE LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE 43

    en proximidad con la concepcin que sobre la historia del tiempo

    presente se desarrollar ms adelante.

    Como corolario de esta apretada sntesis sobre las similitudes y

    diferencias que encierra esta pluralidad de enfoques sobre la historia

    que, de manera directa o indirecta, procuran explicar el presente y la

    actualidad, me detendr brevemente en el trmino y en los orgenes

    institucionales de aquella corriente que ha entrado en la historiografa

    mundial contempornea bajo el rtulo de historia del tiempo presente.

    A diferencia de las propuestas anteriores, las cuales, en su mayora,

    fueron el fruto de los intereses, las preferencias temticas y las preocupa-

    ciones acadmicas e intelectuales de historiadores y cientficos sociales

    individuales, la historia del tiempo presente naci como una empresa

    acadmica institucional, que porta adems un indistinguible sello

    flanees, aun cuando debe reconocerse que contemporneamente se

    expresaba un inters similar por sentar bases para el estudio del presente

    en otros pases europeos. As, por ejemplo, en 1986 se cre el Institu of

    Contemporary British History en Londres" y pocos aos antes se esta-

    bleci el Institu fur Zeitgeschichte, con sede en Munich.'^ En ninguno

    de estos dos liltimos casos, empero, las iniciativas institucionales alcan-

    zaron la visibilidad y repercusin que cosecharon los primeros.

    Quiz un elemento que ayuda a entender el dbil desarrollo

    alcanzado por la historia del tiempo presente en este par de pases,

    obedezca a circunstancias nacionales bien especficas y al lugar parti-

    cular que le ha correspondido a la historia. Uno de estos factores

    guarda relacin con el tipo de conciencia histrica que ha germi-

    nado en los tiempos modernos. En el caso britnico se observa que

    la historia de este pas ha carecido en pocas recientes de algn tipo

    de acontecimiento con una magnitud de impacto capaz de promover

    la emergencia de una conciencia de que a partir de ese momento se

    estaba ingresando en un registro de tiempo completamente nuevo.

    31. Mireille Gazere, "Une histoire du temps prsent en Grande-Bretagne", en Vingtienu; Siecle, vo\. 18, nm. 1, 1988, pp. 131-132.

    32. Miguel G. de Capelln, "Orgenes y significado de la Zeitgeschichte: concepto, m.stitucionalizacin y fuente", en C. Navajas Zubelda (din). Actas del II Simposio de listoria Actual, Logroo, Instituto de Estudios Riojanos, 2000.

  • 44 LA HISTORIA DEL TIEMPO PRESENTE

    Incluso, situaciones trascendentales como el declive del imperio

    fue un proceso tan lento, que, aunque traumtico, no tuvo la capa-

    cidad de engendrar una conciencia de que se estaba entrando en

    un perodo nuevo. Adems, una breve revisin de la historiografa

    britnica demuestra que ni siquiera un fenmeno tan vasto como

    la ilustracin se tradujo en el desarrollo de un imaginario sobre la

    contemporaneidad como el inicio de un tiempo indito.

    Este tiempo nuevo, el famoso Zeitgdst, fue, por el contrario, un

    fenmeno bien acendrado en la Alemania decimonnica, que se

    expres en un marcado inters y en una preocupacin deliberada por

    entender la contemporaneidad, tal como ha quedado patentemente

    expresado en sus variados desarrollos historiogrficos. Sin embargo,

    la convulsionada historia nacional durante la primera mitad del siglo

    XX se convirti en un tipo de situacin que inhibi subsiguiente-

    mente la posibilidad de mantener el desarrollo de historias referidas

    al presente, las cuales quedaron, por lo dems, encapsuladas dentro

    del problema nacionalsociaHsta. Una situacin similar a la alemana

    tuvo lugar en Italia, pas donde tambin hubo un marcada devocin

    por comprender la contemporaneidad decimonnica y de inicios del

    siglo XX, tendencia de la cual Benedetto Croce^^ fue uno de sus prin-

    cipales exponentes y divulgadores, pero que, en la segunda mitad del

    pasado siglo, qued circunscrita al problema fascista.

    La situacin historiogrfica de estos dos pases demuestra que

    las traumticas experiencias nacionales, pueden intervenir como

    factores inhibidores que durante largo tiempo aleja a los historia-

    dore