Tema: El extractivismo, trampa mortal en el desarrollo económico de un país.

“A juicio del BID, cuanto más rico sea un país en recursos naturales, más lento será su desarrollo y mayores sus desigualdades internas” (Gudynas, 2009c).

Los Estados con ideologías extractivistas están “condenados” voluntariamente a ser subdesarrollados, debido a que cuentan con gran cantidad de recursos naturales (petróleo y minería son los más productivos) y gran porcentaje de éstos los exportan. Los Estados incursionaron la idea ficticia de recursos renovables, haciendo pensar de que no acabaran nunca; ésta idea más pronto de lo pensado llegará a su fin, debido a que la tasa de extracción es mucho más alta que la tasa ecológica de renovación de los recursos, a este paso recursos renovables o no renovables se perderán. Los frutos obtenidos por los recursos explotados son monopolizados por ciertas autoridades del Estado y más por las empresas extranjeras que son quienes adquieren la mayor cantidad de esta materia prima y la procesan. El caso del Ecuador es que explota sus abundantes recursos (especialmente petróleo) y no los procesa, sino que importa los productos elaborados generados con su propia materia prima.

El extractivismo genera grandes exportaciones de bienes, en el Estado genera la concentración de las riquezas producidas en ciertas autoridades o en un cierto poder político. En la ideología extractivista, en éste ámbito del manejo de riquezas, aquellos quienes las manejan tienden a apoyar al consumo de importaciones y no al progreso local desarrollando fuentes de industrialización, tienen un pensamiento egoísta realizando sus negocios con las empresas internacionales que apoyan (prácticamente controlan) la explotación de los recursos locales y se benefician de esto. “Grandes beneficiarias de estas actividades son las empresas transnacionales, a las que se les reconoce el “mérito” de haberse arriesgado a explorar y explotar los recursos en mención.” (Acosta, p93, p94).

Los daños socioambientales provocados por la explotación a los territorios y comunidades son irreversibles, se llegaría a pensar que la culpa la tienen las mismas poblaciones aledañas a los sitios de extracción de recursos naturales, actualmente existen varias organizaciones que luchan contra el daño de la naturaleza, mas no contra el beneficio sostenible, ecológico y económico que produce el extractivismo, además existen un problema con la oferta de empleos en las actividades de explotación petrolera y minera, que son las más representativas, la razón es que no existen las condiciones y características tecnológicas para un avance social y laboral.

Para una salida de la acumulación de recursos, aparece el neoextractivismo que plantea que los países no son pobres económicamente por ser ricos en recursos

naturales, sino por no manejar el desarrollo de estos. Para llevar a cabo lo mencionado el neoextractivismo propone un mayor acceso y control por parte del Estado sobre la explotación de los recursos naturales y los beneficios que su extracción produce. “además, parte de esos recursos financian importantes y masivos programas sociales, con lo que se aseguran nuevas fuentes de legitimación social. Y de esta manera el extractivismo asoma como indispensable para combatir la pobreza y promover el desarrollo.” (Acosta, p.101)

El extractivismo ha sido causante de muchos problemas socioambientales y económicos para nuestro y muchos países subdesarrollados, ya es tiempo de acabar con la explotación y no deteriorar más a la Naturaleza, vivir en armonía con ella. Para conseguir una solución se debe empezar minimizando al parásito del extractivismo y no seguir expandiendo y profundizando su modelo económico, “lo que se quiere es construir economías sustentables, es decir, diversificadas en productos y mercados, industrializadas y terciarizadas con capacidad de generación de empleo de calidad, equitativas, respetuosas de las culturas y de la Naturaleza.” (Acosta, p.115).

Más que una salida, el Sumak Kawsay ó Buen Vivir es un modelo socio-biocéntrico para el desarrollo productivista de la economía, y en esencia de un país subdesarrollado, el buen vivir plantea la idea de tomar sólo lo necesario de la Naturaleza, que es lo contrario al extractivismo que incentiva la acumulación de recursos, empobreciendo y subdesarrollando a un Estado.