?Existe una solucion para los problemas agricolas de los paises subdesarrollados?Author(s): Joseph Klatzmann and Dinorah GeveniniSource: Desarrollo Económico, Vol. 7, No. 25, Agricultura y Desarrollo (Apr. - Jun., 1967), pp.781-794Published by: Instituto de Desarrollo Económico y SocialStable URL: http://www.jstor.org/stable/3465601Accessed: 01/03/2010 12:54

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ZEXISTE UNA SOLUCI6N PARA LOS PROBLEMAS AGRICOLAS DE LOS PAISES SUBDESARROLLADOS?

JOSEPH KLATZMANN *

En los paises subdesarrollados2 no podemos concebir un crecimiento econ6mico rapido sin un fuerte aumento de la pro- duccion agricola. Aun en el mejor de los casos, el crecimiento insu- ficiente de la produccion agricola dara lugar a serias dificultades economicas. Tal lo que ocurre en la URSS en la actualidad.

Ahora bien, casi siempre la produccion agricola crece a ritmo muy insuficiente, hallandose a veces estancada. En cuanto a la produccion por habitante, en los casos mas favorables apenas pro- gresa, y en ciertos paises tiende a disminuir. Todos reconocen hoy que esas dificultades se refieren a la existencia de frenos del de- sarrollo, utilizando este ultimo termino en el sentido que le da

* Profesor del Institut National Agronomique de Paris. Director de Estudios en la :cole Pratique des Hautes Aetudes.

1 Los temas esenciales de este articulo se presentaron tambien en un articulo destinado a un nfumero especial de la revista Tiers-Monde, consagrado a los facto- res que frenan el desarrollo.

2 En la muy abundante literatura sobre el desarrollo se habla, segun los auto- res, de paises "subdesarrollados", paises "en vias de desarrollo" o paises del "Ter- eer Mundo". Ninguna de esas expresiones es realmente satisfactoria. Para que un pais pueda ser denominado subdesarrollado es necesario que existan, por 16gica, posibilidades de desarrollo. ,Podemos negarnos a ayudar al pueblo de una nacion muy pobre, en la cual las condiciones naturales desfavorables traban todo desarrollo diciendo que ese pais no es subdesarrollado, en el sentido estricto del termino?

Por otra parte, todos los paises pobres no estin aun, por desgracia, en vias de desarrollo. Los paises en vias de desarrollo son los Estados Unidos, Suecia, Francia, etcetera, y algunos escasos paises del Tercer Mundo.

En cuanto a la filtima expresi6n que evoca el "Tercer Estado" de la Francia de 1789, nos parece que la idea de que todos estos paises tienen intereses comunes frente a las naciones ricas implica una toma de posici6n politica... Ahora bien, no es indispensable que en este articulo tomemos posici6n al respecto. En definitiva, todos los paises de los que hablamos, sea que utilicemos una u otra de las expresiones citadas anteriormente, son paises pobres, en los cuales la renta media por habitante es muy baja. Pero como todavia no nos hemos acostumbrado a designar a estos paises con el termino de "paises pobres", utilizaremos en este articulo la expresi6n corriente de "paises subdesarrollados". Lo esencial es que el lector conozca nuestra opini6n al respecto.

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Francois Perroux: el cambio de estructuras mentales y de habitos sociales que se liga estrechamente al cambio de las instituciones. A este aspecto del problema limitaremos nuestros analisis.

Numerosos expertos se han abocado ya a estas cuestiones y ninguno ha encontrado "la" solucion. Por lo tanto, solo podemos abrigar la esperanza de desarrollar aqui cierto numero de refle- xiones, basadas -en la medida de lo posible- en algunas expe- riencias personales, y de aportar elementos a la discusion.

Examinaremos sucesivamente de que manera el comporta- miento del campesino tradicional, del gran propietario latifundis- ta y del gobernante pueden constituir trabas para el desarrollo de la agricultura. En la segunda parte trataremos de ver si existen medios para vencer las dificultades y si, en consecuencia, podemos ser optimistas en cuanto el porvenir de los paises subdesarrollados.

El campesino tradicional, el fellah de Africa del Norte, por ejemplo, sigue trabajando como sus antepasados y obtiene ren- dimientos sumamente mediocres. Es desolador ver en ciertas re- giones de que manera recursos escasisimos de agua, repartidos habilmente entre los agricultores segiun un complejo sistema, son desperdiciados luego hasta el extremo de que no aumentan casi nada los rendimientos.

Pero es necesario no ir demasiado lejos en la condena de ese campesino tradicional. Pese a su analfabetismo, realiza a me- nudo un calculo economico preciso. zSe objetar/a al fella.h que no use fertilizantes quimicos? En las condiciones en que se encuentra, los fertilizantes le costarian probablemente mas que el rendimien- to extra derivado de su uso. El fellah comprende, mas o menos confusamente, lo que los tecnicos ya conocen: que no se puede acrecentar economicamente la produccion agricola abocandose a la mejora de un solo factor. Para progresar es necesario realizar todas las reformas al mismo tiempo, es decir, trabajar mejor la tierra, emplear simientes seleccionadas, extender el uso de fer- tilizantes, etcetera... Pero c6mo podra hacer el fellah todo eso con sus recursos? Por consiguiente, no siempre es la ignorancia la causa de que no progrese.

De igual modo, si el fellah siembra poca cantidad por unidad de superficie, probablemente tiene razon en el fondo. Sembrar poco, es decir, reducir el volumen posible de las cosechas en un pais en que las condiciones climaticas son tales que se corre el riesgo de que no sean recolectadas es, en realidad, aplicar el cri- terio del minimo. El fellah actua como si conociera las reglas de la teoria del juego.

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,Y que podemos reprochar al agricultor no propietario, cuyo esfuerzo beneficiara, en gran parte, a aquel que posee la tierra que el trabaja?

No podemos tampoco reprochar al fellah que no vea mas que el presente y se niegue a ahorrar. S61o el presente cuenta para quien vive en la miseria. A un hombre hambriento no se le puede pedir que guarde grano para evitar tener mafiana ma's hambre que hoy.

Es esta una comprobacion trivial, por cierto, pero la imposi- bilidad de ahorrar y de invertir, en ciertos medios muy pobres, se manifiesta a veces bajo formas inesperadas, echando por tierra esfuerzos meritorios. En una pequefia region marroquf, los es- pecialistas habian llegado a la conclusion de que ciertos progresos en la avicultura, aparentemente bastante faciles de realizar, per- mitirian mejorar de manera apreciable la alimentacion de la po- blacion campesina. Se decidio entonces distribuir huevos para empollar, con el objeto de reemplazar progresivamente las gallinas locales por razas mas productivas. Como buenos psicologos, los tecnicos que habian tornado el asunto en sus manos estimaban que era necesario cobrar los huevos, en vez de cederlos gratuitamente. Se los vendio, por tanto, a 5 francos la pieza. Empero, acabaron por advertir que, desgraciadamente, gran parte de los huevos ven- didos a 5 francos se revendian a 10 francos en los mercados locales, como huevos de consumo.

Esos tecnicos, cuya buena voluntad era innegable, no habian llegado, por lo tanto, demasiado lejos en la comprension del com- portamiento del fellah. No creemos que este ultimo ignorara las posibilidades de mejorar la produccion avicola. Pero entre la cer- teza de ganar 5 francos inmediatamente y la posibilidad de obtener mucho ma's pasado cierto tiempo, al hombre hambriento y endeu- dado no le cabe ninguna duda. Puede esto parecer sorprendente, pero en la gente muy pobre encontramos siempre conductas "irra- cionales". Antes de la guerra, los habitantes de la Citie Jeanne d'Arc, en Paris, pagaban por semana alquileres que, en total, su- peraban los de los departamentos medios. Pero en el seno de esas familias miserables, el alquiler solo podia pagarse por sema- na. Hubiese sido imposible ahorrar dinero regularmente para pa- gar un alquiler trimestral.

De lo expuesto se puede inferir que el campesino tradicional es incapaz de salir por si mismo de su situacion. No puede tra- bajar mas porque esta mal nutrido y enfermo, y no puede invertir porque es pobre. Por lo tanto, la ayuda debe provenir del exterior.

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Pero esa ayuda por si sola no basta. Es necesario que exista en el campesino tradicional una adhesion al progreso, una aspi- racion a vivir mejor. Ahora bien, esta actitud espiritual esta lejos de ser comuin, aun cuando el campesino pueda ver a su alre- dedor las realizaciones de una agricultura moderna.

En ciertos casos, es el espiritu de la filosofia de la existencia

quien limita las necesidades. Cuando el experto occidental com- para las modestas ambiciones del negro africano con la carrera desenfrenada por los bienes inutiles en todos los medios america- nizados, se pregunta a menudo quien tiene razon. Pero sean cua- les fueren los fines de la existencia, podemos estar seguros de que todos deseamos, al menos, saciar nuestro hambre.

Mas que la ausencia de necesidades, constituye entonces un freno para el desarrollo la resignacion del campesino tradicional. Un dia preguntamos a un fellah marroqui, por medio de un inter- prete, que porvenir prevefa el para sus hijos. Su respuesta fue mas o menos la siguiente: "Si nos dejan seguiremos aqui; si el propietario nos echa, nos iremos". Este hombre solo deseaba que su situacion no se agravara. Observaba el progreso a su alrededor, pero no lo crefa destinado a el ni aun a sus hijos.

Sin duda no era aquel un caso excepcional. Se requiere mu- cho tiempo para que se realice la toma de conciencia causante de aspiraciones nuevas. Despues de todo, muchos campesinos franceses ancianos no han superado todavia ese estado y se re- signan a vivir en la miseria. Y si proclaman reivindicaciones, estas son en el fondo muy limitadas.

Aunque la ausencia de aspiraciones del campesino tradicional constituye un factor que paraliza el desarrollo de la agricultura, las consecuencias del regimen de la gran propiedad latifundista son bastante mas graves aun. El drama reside en que nadie tiene interes por la inversion agricola en todo pais domihado por ella. Para el locatario o el aparcero se hace evidente, como hemos indi- cado antes, que el costo psicologico del ahorro es muy elevado, en tanto que el producto de la inversion debe reintegrarse en gran medida al propietario. ZQue motivacion efectiva puede tener el aparcero para plantar a/rboles frutales, si debera dejarlos gratui- tamente al propietario el dia en que sea echado de sus tierras?

La ausencia de interes por la inversion en la agricultura es tambien real, si bien menos evidente, en el caso del propietario. ,Acaso existe razon para que este gaste dinero en realizar in- versiones en sus propiedades cuando puede ganar mucho mas especulando con los terrenos de las ciudades, o simplemente pres-

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tando dinero con tasas de interes usurario a sus aparceros? Pero, podria objetarse, ya que existen medios de obtener beneficios mu- cho mas facilmente que invirtiendo en la agricultura, ,por que mantiene el hacendado sus tierras? La respuesta es de todos co- nocida: por el prestigio social y por el poder que da la posesion de la tierra.

El propietario latifundista, entonces, tendera a no efectuar sino las pocas inversiones necesarias para mantener el nivel de la produccion. En algunos casos, por otra parte, va a ser incapaz de hacer mas que eso, puesto que los gastos suntuarios absorben todos sus ingresos. En otros, el ahorro no incidiria para nada en el mejoramiento de la agricultura.

Asi se crea una mentalidad tal que lleva a menospreciar la explotacion de la tierra en la misma medida en que se aprecia su posesion. Un profesor de agronomia iranio decidio valorizar una propiedad que habia adquirido por herencia. Obtuvo re- sultados excelentes en lo referente a la tecnica, lo cual no impidio a sus amigos pensar que era incapaz de hacer fructificar sus ca- pitales. La propiedad agricola mejor dirigida no puede reportar, en efecto, tanto beneficio como el prestamo a corto plazo, segiin las tasas de interes local.

Ahora bien, esos propietarios latifundistas a quienes no inte- resa hacer progresar la agricultura, disponen generalmente del poder politico. Cuando no son ellos mismos quienes conducen el gobierno, el control que mantienen sobre este es poderoso. Su oposicion a las reformas se funda en dos clases de argumentos: "Esta situacion no cambiara mientras nosotros existamos", o bien: "Si damos un dedo, pronto tendriamos que dar el brazo".

Si a pesar de ello los gobernantes intentan realizar reformas, estas tenderan, en definitiva, a beneficiar en gran parte a los propietarios latifundistas. Mucho antes de la reforma agraria, el gobierno iranio habia decidido desarrollar el credito para ayu- dar a los pequefios campesinos. Confirieronse fondos a una insti- tucion creada a tal efecto; pero no se otorgaban creditos, por supuesto, sino a aquellos que ofrecian garantias eficientes. Ahora bien, Zen un pueblo quien puede ofrecer esas garantias fuera del propietario del pueblo? La institucion del credito agricola per- mitio asi a los propietarios latifundistas disponer de sumas su- plementarias, conseguidas a bajo interes, para hacer prestamos a corto plazo a sus aparceros.

Pero los gobiernos de los paises del Tercer Mundo no emanan siempre de la gran propiedad latifundista, y sin embargo, no por

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ello se solucionan los problemas, ya que la buena voluntad no es suficiente.

El primer peligro estriba en que se de a la industria y en particular a la industria pesada, demasiada prioridad. Por supues- to, no hay crecimiento y desarrollo economicos sin industriali- zacion. Pero ello no debe llevar a descuidar completamente la agricultura.

Ahora bien, demasiados dirigentes de los paises del Tercer Mundo no piensan sino en la industria, secreto del poderio de las naciones ricas. Y todos desean, al margen de la importancia eco- nomica del pais que dirigen, crear "su" aceria, "su" fabrica de fertilizantes, etcetera. En este clima se tiende cada vez mas a des- preciar a la agricultura, y este menosprecio se irradia poco a poco a las masas. En todos los niveles, los cuadros quieren ocuparse de cualquier cosa menos de la agricultura. El mismo fenomeno se produce, aunque por diferentes razones, en las naciones industriali- zadas: para un joven, no tiene mucho valor el interes por la agri- cultura, sobre todo cuando se abren ante el carreras tan atrayentes y prestigiadas en el campo de la electronica y de otras industrias importantes.

Aun en el caso de que los gobiernos deseen hacer algo por la agricultura, cederan a menudo a la atraccion de lo espectacular y darafn prioridad a la construccion de grandes diques. Pero en un pais donde las tasas de interes elevadas determinan una notable preferencia perfectamente justificada por el presente, la reali- zacion de inversiones que solo daran sus frutos en diez o quince anos se vuelve problematica.

Los dirigentes no veran tampoco la necesidad de coordinar las diferentes medidas, tendientes a que los efectos de las inver- siones no corran el riesgo de ser nulos o casi nulos. Cuando se construye un dique, no deben descuidarse las medidas por tomar simultaneamente para que los agricultores esten en condiciones de utilizar con eficacia el agua, apenas dispongan de ella. No debe creerse que algunas medidas limitadas, tales como la difusion del pequefio material agricola, lo resuelven todo. La creencia en la solucion milagrosa que por si sola pondra fin a todos los pro- blemas puede causar mucho danfo.

En las condiciones que hemos descrito, todo concurre a fre- nar el desarrollo de la difusion de la agricultura y tambien la accion sobre los agricultores. Los gobernantes no acuerdan los creditos necesarios. Y si lo hacen, en medio de un clima psico- 16gico en el cual la agricultura es menospreciada, dificilmente

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encontraran hombres dispuestos a trabajar en los pueblos. Se corre, por lo tanto, el riesgo de efectuar una seleccion de efectos contrarios a los buscados.

El problema de la difusion de la agricultura tiene una impor- tancia capital, como lo demuestra, por otra parte, el ejemplo israeli, que comentaremos posteriormente. No hay progreso agri- cola sin un esfuerzo directo de vulgarizacion entre los propios campesinos. El mejor de los ministros y los directores de admi- nistracion mas competentes fracasaran seguramente en sus es- fuerzos por hacer progresar la agricultura en su pals, si no tienen a su disposicion vulgarizadores de base capaces de actuar de ma- nera eficaz sobre los agricultores. Vale la pena entonces insistir acerca de las cualidades que se deben exigir a estos hombres cuyo papel es tan importante en el desarrollo economico de los paises subdesarrollados.

Ante todo, el vulgarizador de base debe ser competente, para que sus consejos sean siempre acertados. Un error de su parte lo descalificara frente a los campesinos durante mucho tiempo, y detendra todo progreso. Por supuesto, debe ser asimismo honesto y buen organizador. Si se ocupa de la cooperativa local, debera dis- tribuir simientes seleccionadas que sean realmente de buena cali- dad y proporcionarlas en tiempo a los agricultores. En un pueblo marroquf hemos visto agricultores hostiles al empleo de simientes seleccionadas porque las que habian utilizado minoraron los ren- dimientos. No se pudo establecer con certeza si ese resultado se debia a un engano respecto de la calidad de las semillas, a un simple retraso en el aprovisionamiento o al empleo de las se- millas no acompalnado por otros progresos tecnicos. Pero lo cierto fue que los agricultores de ese pueblo se habian vuelto, por largo tiempo, refractarios al progreso.

Por ultimo, el vulgarizador de base debe dar prueba de grandes cualidades humanas, para lograr hacerse respetar e im- ponerse, sin tener que utilizar metodos dictatoriales ineficaces.

Competencia tecnica, espiritu de organizacion, honestidad, buenas relaciones humanas, son exigencias que se le hacen a un hombre que no esta bien pago y a quien, en cierta medida, no se valora.

Para veneer todas esas dificultades se requiere, por cierto, mucho tiempo. A partir del primer plan quinquenal, la URSS ha hecho un gigantesco esfuerzo por acelerar el crecimiento economi- co y alcanzar lo mas rapidamente posible a los paises industriali- zados. Se ha reprochado a los sovieticos la prioridad dada a la

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inversion sobre el consumo, a la inversion en la industria pesada con antelacion a la ligera, y dentro de la industria pesada, sobre el esfuerzo belico.

Sin embargo, ,que hemos podido verificar en 1941, cuando la URSS fue invadida por el ejercito de un pais altamente indus- trializado? A pesar de todos los esfuerzos realizados, el ejercito sovietico carecia de material. Los tanques eran menos numero- sos que los del adversario, a menudo de un modelo ya superado, y los conducian hombres sin experiencia 3. Quince afios de duros esfuerzos no habian bastado para conjurar el enorme retraso eco- nomico del que habian partido.

No hay que hacerse, por lo tanto, demasiadas ilusiones sobre la rapida actualizacion de los progresos posibles: los verdaderos milagros son raros en este dominio. Durante un reciente coloquio franco-egipcio, hemos preguntado a los economistas llegados de Egipto cuales eran, seguin su opinion, los factores que posibilitaron los progresos realizados. Y eso mientras en otros paises del Ter- cer Mundo, colocados en condiciones bastante semejantes, la eco- nomia y en particular la agricultura, estan estancandas 4. Fue Jac- ques Berque quien nos respondio recordando las circunstancias historicas que permitieron la iniciacion del desarrollo de Egipto, hace ya casi un siglo.

No obstante, de nada sirve lamentarse sobre el tiempo re- querido por la evolucion. En principio es necesario crear las con- diciones del crecimiento economico, haciendo desaparecer las prin- cipales trabas del desarrollo. De lo dicho anteriormente se des- prende que, en muchos paises del Tercer Mundo, una revolucion politica verdadera implica necesariamente un cambio -bastante profundo en muchos casos- de las instituciones.

Sin esas transformaciones fundamentales, toda tentativa de reforma corre el peligro de estar condenada al fracaso. Un dia oimos exponer a Andre Phillip las modalidades de aplicacion de la legislacion que limita las tasas de interes en la India. ,Quien fue el encargado de hacer respetar la ley en cada pueblo? Por supuesto, el notable del pueblo. L,Y quien era el notable del pue- blo sino el hombre mas rico, es decir, el usurero?

Un pais del Tercer Mundo que quiera asegurar su desarrollo economico necesita un gobierno que suprima el regimen de la gran propiedad latifundista, que transforme el espiritu de las

3 Vease La Russie en guerre, tomo I, de Alexander Verth.

4 No queremos decir con esto que el problema del crecimiento de la producci6n agricola en Egipto este resuelto.

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masas dandoles confianza en el porvenir, haciendolas sentirse

participes en una obra comunin, de la cual seran beneficiarias (la lucha contra la corrupcion puede ser, desde este punto de vista, un elemento decisivo), que otorgue a la agricultura una prioridad suficiente y que logre hacer de ella una actividad valorada.

Es decir que, en un pais que necesita la revolucion politica no basta realizar cualquiera de sus variantes. Debe existir ya en el el tipo de cuadros que tenga las cualidades indispensables. Y no puede pedirse a la FAO y a las otras organizaciones interna- cionales que formen cuadros revolucionarios.

/.Realmente era necesario hablar de revolucion politica a pro- posito de las interrupciones en el desarrollo de la agricultura? Pensamos que si; en muchos casos, el paso previo indispensable para el desarrollo de la agricultura, es decir, de la principal acti- vidad economica en la mayor parte de los paises del Tercer Mun- do, consiste en un cambio fundamental de las instituciones.

Pero la condicion previa es simplemente eso: una condicion previa. Despues deben resolverse todos los problemas. Sabe- mos hoy que no basta con realizar una reforma agraria y que, a menudo, esta redunda en un descenso de la produccion. Co6mo elegir entre los diversos tipos de explotacion posibles cuando se carece de medios para encuadrar todas las explotaciones y cuan- do los campesinos pierden todo entusiasmo por el trabajo apenas entran a formar parte de una explotacion colectiva? ,Co6mo hacer progresar la agricultura cuando se es consciente de la necesidad de actuar en todos los dominios a la vez, cuando se sabe, por ejemplo, que las simientes seleccionadas no resultaran utiles a menos que se eleven los habitos culturales y que los fertilizantes sean mas abundantes? Co6mo resistir, cuando se dispone de me- dios insuficientes, al "prorrateo" destinado a complacer a todos?

Para atenuar la impresion de pesimismo que quiza se des- prenda de la enumeracion de esas dificultades -a las que no pre- tendemos dar una solucion milagrosa- nos esforzaremos, final- mente, por extraer las ensefianzas de un ejemplo que ha consti- tuido un exito, el de la agricultura israeli.

No tenemos la intencion de hablar aqui de los intelectuales que habitan en los kibboutzim: los paises del Tercer Mundo no haran progresar su agricultura por la mera accion de sus doctores en filosofia. Pero interesa a esos paises un aspecto menos cono- cido de la experiencia agricola israeli.

Gran cantidad de agricultores israelies, principalmente en los mochavim (pueblos cooperativos), eran, hace pocos afios, pe-

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quenos artesanos y comerciantes en las ciudades de paises que pertenecen indiscutiblemente al Tercer Mundo. Algunos, como los yemenitas, vivian casi como en los tiempos biblicos. Otros estaban todavia menos evolucionados. Por ejemplo, los habitantes de las montafias del Atlas marroqui. Fuera del hecho de que no tenian conocimientos agricolas (inconveniente segun algunos, ven- taja segun otros), estos hombres se hallaban en el mismo nivel de desarrollo economico que los otros habitantes de los paises en los cuales vivian. Pocos afnos bastaron para que gran cantidad de ellos se transformara en muy buenos agricultores que practican una agricultura moderna comparable, por sus resultados econo- micos, a la de los paises avanzados de Europa occidental 5.

ZCo6mo pudo realizarse tan rapidamente esa transformacion que contradice las consideraciones algo pesimistas expuestas antes sobre el factor tiempo? Aparte de ciertos elementos especificos de la poblacion israeli 6 citaremos, sobre todo: la importancia de las inversiones (condicion necesaria) y la intensidad del esfuerzo de difusion.

En un pais en que el agua es el factor productivo esencial, no puede instalarse a un agricultor en un sitio sin proveerlo al mismo tiempo de agua, lo cual exige a menudo grandes inver- siones. Pero luego es necesario que el nuevo agricultor, oriundo de un pais subdesarrollado, aprenda a utilizar esa agua, al mismo tiempo que todas las tecnicas de una agricultura moderna. En- tonces pueden verificarse los efectos inesperados de una difusi6n muy intensa. Con cuatro consejeros, en un pueblo de sesenta a ochenta familias, se hace superar a los inmigrantes muchos siglos en menos de diez afios. Pero que esos consejeros existan, que se hallaran tantos hombres para vivir en los pueblos en con- tacto con los agricultores, se debe en gran medida a que en Israel la agricultura no es poco estimada ni menospreciada. Ha- lamos, entonces, una condicion enunciada anteriormente. Todos los factores estan relacionados.

Pero Zen que medida puede interesar esto a paises que ca- recen en absoluto de la posibilidad de hacer lo que Israel hizo, tanto en lo que concierne al volumen de las inversiones como a la intensidad del esfuerzo de difusion de la agricultura?

s La proporci6n de fracasos ha sido, por supuesto, apreciable: para el peque- fio artesano instalado de golpe en un pueblo, es dificil resistir a la tentaci6n de emigrar a las grandes ciudades.

6 Debemos reconocer que estos elementos han jugado, no obstante, un papel muy importante.

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Responderemos, en principio, que todos los paises no se en- cuentran, en cuanto al volumen de las inversiones que deben efec- tuarse, en condiciones tan desfavorables como Israel: afluencia de inmigrantes, importancia de los trabajos de irrigacion nece- sarios, etcetera. No obstante, no creemos que sea posible hacer progresar la agricultura de un pais sin un enorme esfuerzo de in- version. ,Quien podra sostener que es factible en cualquier terre- no economico, realizar un rapido crecimiento sin inversiones? Co- mo la utilizacion de potencial humano solo resuelve este problema parcialmente, la alternativa es: resignarse a dejar a los paises subdesarrollados en su situacion actual, resign/andose a que pron- to aparezca el hambre anunciada por Rene Dumont, o acrecentar, en proporciones enormes, la ayuda de las naciones ricas a las naciones pobres. Estamos convencidos, por nuestra parte, de que dentro de veinte afnos los niveles actuales de ayuda a los paises subdesarrollados, que hacen vanagloriarse a los paises ricos, pa- receran ridiculamente escasos.

La otra conclusion es que la formacion y la transformacion de los hombres pueden ser considerablemente aceleradas, siem- pre que se disponga de un niumero suficiente de cuadros locales. En este punto tambien sera indispensable una ampliacion de la ayuda de los paises ricos a los paises pobres. Pero, adem/as pode- mos concluir que es necesaria la concentracion de los esfuerzos. Si no se puede hacer progresar en forma inmediata toda la agri- cultura de un pais, que se haga progresar cuando menos una re- gion, reuniendo en esa region los capitales y los cuadros. Reco- nozcamos, sin embargo, que esta concentraci6n del esfuerzo es a menudo politicamente irrealizable.

Sean cuales fueren las ensefianzas que se extraigan de la experiencia israeli, no podremos impedir que muchos la consi- deren un ejemplo muy particular. Pero existe otro ejemplo que muestra el exito alcanzable, cuando se reunen ciertas condiciones favorables: el ejemplo de la agricultura tailandesa.

Aparentemente la produccion agricola progresa favorable- mente en Tailandia, por las siguientes razones 7:

a) la prioridad conferida a la agricultura por el gobierno: creditos presupuestarios importantes y crecientes; asignacion de una parte considerable de la ayuda exterior en la agricultura;

b) existencia de minorias nacionales y de una administracion

T Segun un articulo de la sefiora E. Betout-Masse, a aparecer en un cuaderno pr6ximo de Tiers Monde. Por supuesto, es necesario tener en cuenta, en el analisis de la economia tailandesa, otras condiciones propias de ese pais.

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bien estructurada, explicable porque el pals nunca ha sido colo- nizado y, por consiguiente, no ha conocido el periodo de desor- ganizacion que acompana casi inevitablemente el pasaje a la in- dependencia;

c) existencia de una infraestructura comercial, gracias a la accion de la minoria china;

d) voluntad cLe progreso, apertura de espiritu y dinamismo en los agricultores debido a las condiciones generales favorables a la agricultura.

Por lo tanto, no hay que desesperar sobre el futuro de los paises subdesarrollados. Solucionado el problema de las institu- ciones (lo que evidentemente concierne a los paises mismos), si se acrecienta en gran medida la ayuda de las naciones ricas a las naciones pobres y si esa ayuda es destinada en proporcion su- ficiente a la agricultura, se reunira gran parte de las condiciones del desarrollo economico.

Pero, ,cual puede ser el papel del economista en este asunto? Lo expresado anteriormente muestra claramente, segun espera- mos, que un economista que no sea mas que economista no tiene gran cosa que hacer en los paises subdesarrollados, al menos por el momento.

Traduccion de Dinorah Gevenini.

ELEMENTOS DE BIBLIOGRAFfA EN IDIOMA FRANCtS

1. Revistas

La revista trimestral Tiers Monde, del Institut d'P.tude du Developpement fco- nomique et Social de la Universidad de Paris, publicada por la Presses Universitaires de France, analiza todos los problemas de los paises subdesarrollados y presenta notas bibliograficas detalladas. Tiers Monde publica igualmente jitudes y una "Co- llection" que comprende actualmente casi veinte obras.

Otra revista referida a los problemas del desarrollo es Ddveloppement et Civili- zation, publicada por el Institut de Recherche et de Formation en vue du Devoleppe- ment Harmonise (IRFED).

2. Obras generales sobre el desarrollo.

FRANgOIS PERROUX: "Theorie du progres 6conomique. Trois outils d'analyse pour 1'4tude du sous developpement". Cahiers del ISEA, serie F, n0 I, Paris, 1955.

RAYMOND BARRE: "Le developpement economique, analyse et politique". Cahiers del ISEA, serie F, n9 II, Paris, 1958.

PAUL BAIROCH: Revolution industrielle et sous-ddveloppement. Collection Deve- loppement economique. SEDES, Paris, 1963.

RENi GENDARME: La pauvret6 des nations. Cujas, Paris, 1963. CHARLES PROU y JEAN GARDELLE: Etablissement des programmes en 6conomie sous-

developpde. Collection Statistique et Programmes economiques. Dunod, Paris, 1964.

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YVES LACOSTE: Geographie du sous-developpement. Collection Magellan. Presses Universitaires de France, Paris, 1965.

JACQUES AUSTRUY: Le scandale du developpement. Ed. Marcel Riviere et Cie. Paris, 1965.

Esta obra se completa con un importante anexo de an,lisis bibliografico redac- tado por GUY CAIRE.

CELSO FURTADO: Developpement et sous-developpement. Colec. Themis. Presses Universitaires de France, Paris, 1966.

3. Obras sobre el problema del desarrollo de la agricultura. Las obras consagradas esencialmente a los problemas agricolas son menos

numerosas. Citaremos, en principio, un nfimero especial de la revista Economie Rurale:

"Problemes de developpement agricole". Economie Rurale, nQ 41, julio-septiem- bre de 1959.

Entre las numerosas obras del profesor Rene Dumont citaremos: RENE DUMONT: Terres vivantes. Plon, 1961. L'Afrique Noire est mal partie. Edi-

tions du Seuil, Collection Politique, Paris, 1966. RENA DUMONT y BERNARD ROSIER: Nous allons a la famine. Editions du Seuil.

Collection Esprit "Frontiere ouverte", Paris, 1966. Por otra parte, las consideraciones sobre Israel que figuran en el presente

articulo se extraj eron de la obra: JOSEPH KLATZMANN: Les enseignements de l'experience israelienne. Collection

Tiers-Monde. Presses Universitaires de France, Paris, 1963.

Finalmente, existen numerosos articulos consagrados a los problemas del desa- rrollo de la agricultura (por ejemplo, el articulo de N. R. BADOUIN sobre "La contri- bution de l'agriculture a la mise en oeuvre du developpement economique", apa- recido en Progres et Agriculture", Cahiers del ISEA, serie AG, Supl. n9 122, Paris, 1962.

RESUMEN

El autor de este articulo sostiene que es imposible planear el desarro- llo de los paises subdesarrollados sin mejorar previamente el nivel de la

producci6n agricola. Diversos son los factores que tornan dificil el cre- cimiento agricola de los mismos: 1) la adopcion de tecnicas de produc- ci6n modernas es impracticable para el campesino tradicional, ya que su estado cronico de miseria lo obliga a producir con miras a una ganancia inmediata, sin poder efectuar inversiones que le reportarian mayores ga- nancias a largo plazo. Por lo demas, el sistema de la propiedad rural no constituye un incentivo para el campesino, pues trabaja la tierra que no

posee; 2) el propietario latifundista tiende, por su parte, a no incrementar la actividad agricola, porque suelen vivir de los creditos a los campesinos y de la usura; 3) los gobiernos surgidos del sistema latifundista no se preo- cupan por el desarrollo de la agricultura, y cuando lo hacen benefician por lo general a los grandes propietarios rurales.

La complejidad del problema impide abocarse a la reforma de uno solo de sus aspectos y, por lo tanto, requiere una solucion integral que abarque desde los elementos tecnicos hasta los humanos y politicos. En este sentido, es fundamental la accion de los tecnicos encargados de difundir el plan agricola entre los campesinos, quienes deberan ser capaces de resolver los problemas de estos ultimos y organizar la produccion local.

Por todo ello, si bien una revolucion politica es un paso previo para el desarrollo economico, por si sola no podra resolver tales problemas. Es necesario que los paises ricos aumenten su ayud!a crediticia y tecnica al mu'ndo subdesarrollado.

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JOSEPH KLATZMANN

SUMMARY

The author of the present paper considers that it's impossible to draw incremental plans for underdevelopped countries without a previous im- provement of the agricultural production. Different causes turn difficult the agricultural growth of such countries: 1) the adoption of modern tec- nics of production are impracticable for the traditional peasant, because his chronic state of misery obliges him to produce only for immediate gains, having no possibility to make investments in order to obtain greater be- nefits at long-term. Besides, the system of rural property is no incentive for the peasant, for he is working a land that he doesn't own; 2) the large estate owner has a tendency to neglect agricultural activities because he usually lives on usury and credits on beha&f of the pleasants; 3) The go- vernments issued from the large estate system also have no interest in de- velopping agriculture, and when they do they benefit the aforementio- ned large estate owners.

The complexity of the problem prevents a reform of only one of its aspects and, therefore, requires an integral solution that comprises its technical elements as well as the human and political ones. That's why is fundamental the intervention of technical experts that should divulge the agricultural plan among the peasants, and which must be capable of solving the latter's problems and organizing as well the local production.

Although a political revolution is a previous step for economical de- velopment, it can't solve by itse'f all those problems. It becomes necessary that rich countries should increase their finantial and technical aid to underdevelopped countries.

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