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0 UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA FACULTAD DE CIENCIAS ESCUELA DE BIOLOGÍA Evaluación de un cultivo de fresa (Fragaria x ananassa Duch.) afectado por manchas foliares ocasionadas por Mycosphaerella fragariae (Tul.) Lindau (anamorfo: Ramularia brunnea Peck.) CARACAS, VENEZUELA SEPTIEMBRE 2010 TRABAJO ESPECIAL DE GRADO Presentado ante la Ilustre Universidad Central de Venezuela, por el Br. Oscar E. Parraga V. Como requisito parcial para optar al título de Licenciado en Biología Tutora: MsC. Gunta Smits

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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE CIENCIAS ESCUELA DE BIOLOGÍA

Evaluación de un cultivo de fresa (Fragaria x ananassa Duch.) afectado por manchas foliares ocasionadas por

Mycosphaerella fragariae (Tul.) Lindau (anamorfo: Ramularia brunnea Peck.)

CARACAS, VENEZUELA

SEPTIEMBRE 2010

TRABAJO ESPECIAL DE GRADO

Presentado ante la Ilustre Universidad Central de Venezuela, por el Br. Oscar E. Parraga V. Como requisito parcial para optar al título de Licenciado en Biología

Tutora: MsC. Gunta Smits

1

DEL EXAME! PÚBLICO Y SOLEM!E DEL TRABAJO ESPECIAL DE GRADO DEL Br. OSCAR PARRAGA

Quienes suscribimos, miembros del jurado evaluador designado por el Consejo de la Escuela de Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela para examinar el Trabajo Especial de Grado del Br. Oscar Parraga, C.I: 18042093, titulado “Evaluación de un cultivo de fresa (Fragaria x ananassa Duch.) afectado por manchas foliares ocasionadas por Mycosphaerella fragariae (Tul.) Lindau (anamorfo: Ramularia brunnea Peck.)”, para optar al título de Licenciado en Biología, considerando que dicho trabajo cumple con los requisitos exigidos en los reglamentos respectivos lo consideramos APROBADO.

Para dar fe de ello se levanta la presente acta en Caracas, a los seis (6)

días del mes de septiembre del año 2010, dejando constar que la Prof. Gunta Smits actuó como coordinadora del jurado examinador.

___________________________ ______________________ Prof. Teresa Edith Vargas Prof. Octavio Carballo _______________________

Prof. Gunta Smits (Tutora)

2

Dedicado en general a todo

aquel que decide cuidar una

planta y en particular a mi

abuela, María Tereza

Heredia de Viez, quien me

enseñó a mí a quererlas.

3

AGRADECIMIE�TOS

A la familia Schmucke Kanzler por permitirme realizar este estudio en su cultivo de

fresas y por toda su buena disposición y amabilidad, y a Grecio González por ponerme en

contacto con ellos.

Al Laboratorio de Fitopatología del Instituto de Biología Experimental de la

Universidad Central de Venezuela y a la Profesora Gunta Smits por aceptarme como

tesista y por apoyarme en este proyecto.

A la profesora María Rodríguez y a los integrantes del Laboratorio de Productos

2aturales de la Escuela de Química, especialmente a Diana, Doris y Peggy; por

recibirme, guiarme y ayudarme con los análisis químicos.

Al profesor Freddy González Mujica del Laboratorio de Bioquímica del Instituto de

Medicina Experimental de la Facultad de Medicina, UCV, por permitirme estandarizar la

técnica de cuantificación de fenoles en su laboratorio y por facilitarme los reactivos para

ello.

A mis jurados: Teresa Edith Vargas, Octavio Carballo, María Rodríguez y Antonietta

Taddei por sus correcciones, críticas y sugerencias.

En general, a todos aquellos que, en mayor o menor medida, me ayudaron en la

concepción, ejecución o evaluación de esta tesis.

4

RESUME!

El cultivo de fresa se ha expandido por todo el mundo por su adaptabilidad y escasas

exigencias; sin embargo, es afectado por variadas enfermedades de origen fúngico. La más

frecuente es la mancha foliar común o mancha púrpura causada por Mycosphaerella

fragariae (Ramularia brunnea) que produce manchas redondeadas de color púrpura y

centro necrótico en todos los órganos vegetativos de la planta. El objetivo del presente

estudio fue registrar el avance de la mancha foliar común y la presencia de compuestos

fenólicos en un cultivo de fresa. Para esto se recolectaron muestras de fresa, cultivar

Camino Real, en la Colonia Tovar y se determinó la incidencia y severidad de la mancha

púrpura. Se prepararon cámaras húmedas y se extrajeron los compuestos fenólicos por

medio de un macerado en metanol. Éstos se analizaron por cromatografía en capa fina de

sílica gel y se cuantificaron por el método de Folin-Ciocalteau. Se presentaron los primeros

síntomas en la 5º semana del cultivo alcanzando la máxima incidencia (50-60%) en la 14º

y manteniéndose así hasta el final del estudio. La severidad promedio presentó valores

entre 2,55 y 5,21% lo que clasifica al cultivar como de baja susceptibilidad. Además de R.

brunnea se encontraron otros 9 patógenos foliares, destacándose por su frecuencia

Phyllosticta fragariicola, Alternaria alternata y Colletotrichum spp. La concentración de

fenoles aumentó con la severidad de la enfermedad, siendo significativamente mayor en

hojas con severidades mayores al 5% con respecto a hojas sanas, sin embargo no se

hallaron compuestos nuevos en la cromatografía como respuesta a la infección.

5

I!TRODUCCIÓ!

Historia

La fresa (Fragaria spp., Familia Rosaceae) es una hierba perenne de porte macollante

que se ha cultivado por sus pseudofrutos dulces y carnosos durante aproximadamente siete

siglos. Su distribución es cosmopolita, dominando originalmente los climas templados, aun

cuando hoy en día se ha extendido y naturalizado en las zonas tropicales. La primera

especie de este género en ser cultivada fue Fragaria vesca L., la cual era común en los

jardines franceses en el siglo XIV, esta especie está ampliamente distribuida en Europa,

Asia, América y África. En el siglo XVII se introduce en Europa la especie norteamericana

F. virginiana Mill., aunque ninguna de las dos anteriores demostró gran rendimiento

(Bailey, 1917). La nativa europea Fragaria moschata Weston era apreciada por su sabor

almizclado, pero su condición unisexual (desconocida para esta planta hasta el siglo XVIII)

llevó a la eliminación sistemática de las plantas masculinas de los jardines dada su aparente

“infertilidad”, dejando sólo las femeninas, las cuales sin polen disponible tampoco eran

capaces de fructificar (Darrow, 1966).

La introducción de la fresa silvestre de origen chileno, Fragaria chiloensis (L.) Mill., en

Francia, en el siglo XVIII marcó el nacimiento del tipo de fresa más cultivado hoy en día:

Fragaria x ananassa Duch., la cual resultó de la hibridización natural entre F. chiloensis y

F. virginiana, tomando el tamaño grande del fruto de la primera y el sabor y la cualidad

hermafrodita de la segunda. Esta cualidad era de gran importancia ya que la fresa grande

chilena es dioica y sólo llegaron a Europa ejemplares femeninos que difícilmente daban

frutos ya que F. chiloensis no es capaz de hibridizar con F. vesca (Everett, 1982). Fragaria

6

x ananassa es conocida como fresón, pine strawberry o frasier-ananas; nombres que se

refieren a la forma, sabor y aroma de los frutos, los cuales asemejan a los de la piña

(Darrow, 1966). Durante el siglo XX la selección artificial llevó a la producción de frutos

cada vez más grandes y firmes, y variedades resistentes a enfermedades (Janick, 2005).

Morfología

La planta es bajo porte, rara vez alcanzando los 20 cm sobre el nivel del suelo, es una

hierba de tallo reducido, hojas pecioladas dispuestas helicoidalmente, compuestas

trifoliadas, aunque también se encuentran simples. El tamaño de la hoja varía con la

especie y el cultivar, teniendo desde menos de 5 hasta 20 cm de longitud desde la base del

pecíolo hasta la punta del folíolo central; al igual que el resto de la planta, las hojas suelen

ser pubescentes, y la densidad de tricomas se puede usar para diferenciar especies y hasta

cultivares entre sí, los bordes de las láminas son dentados o crenados y la forma es

obovada (Darrow, 1966).

La reproducción vegetativa es común, las plantas hijas se forman sobre estolones,

característica aprovechada por los productores de fresa para la obtención de materia prima

para el inicio del cultivo. La inflorescencia es determinada, tipo dicasio o pleocasio. Las

flores son hermafroditas en Fragaria x ananassa, aunque otras especies son dioicas, es

decir, presentan flores sólo masculinas o femeninas en cada individuo. La flor presenta

simetría radial, numerosos sépalos, 5 pétalos blancos y numerosos estambres y carpelos

libres. El fruto es tipo aquenio, aunque el receptáculo floral se desarrolla formando un

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pseudofruto carnoso y comestible, de forma cónica o acorazonada, color rojo y sabor dulce

o ligeramente ácido (Darrow, 1966).

Cultivo

La fresa es uno de los cultivos nativos de

zonas templadas con mayor adaptabilidad

desde el punto de vista agroecológico,

requiriendo terrenos soleados, bien drenados,

y no demasiado secos. Requiere buena

circulación de aire y se desarrolla mejor en

suelos ligeramente ácidos; por su importante

proporción de raíces superficiales sufre de forma muy temprana la pérdida de la humedad

del suelo, pudiendo disminuir la cosecha hasta en un 50% (Everett, 1982). El fotoperiodo

puede afectar la floración y el desarrollo de estolones, siendo esto es cada vez menos

común por la selección del carácter fotoindependiente de F. virginiana en las variedades de

cultivo. La industria está concentrada en los Estados Unidos (particularmente en el estado

de California), España (mayor exportador

de fresas del mundo, destacando la región

de Huelva con el 90% de la producción

española) Turquía e Italia (segundo

exportador de fresas del mundo).

Venezuela ocupa el 29° lugar en

Tabla I. Principales productores de fresas a nivel mundial para 2007. (FAOSTAT,

2010) País Producción (t)

1 Estados Unidos 1.148.530

2 España 263.900

3 Turquía 261.078

4 Méjico 207.485

5 Corea del Sur 203.227

6 Polonia 200.723

7 Egipto 200.254

8 Japón 193.000

9 Italia 155.583

10 Alemania 150.854

29 Venezuela 13.699

Tabla II. Superficie, producción y rendimiento de fresa, según entidad federal para 2007

(MAT, 2009).

Entidad federal

Superficie Cosechada

(ha)

Producción (t)

Rendimiento (kg/ha)

Aragua 204 5.415 26.545

Mérida 18 634 35.200

Miranda 57 285 5.000

Táchira 181 5.924 32.727

Trujillo 111 539 4.856

Vargas 52 903 17.365

Total 623 13.699 21989,26

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producción de fresas según estadísticas de la

Organización de las Naciones Unidas para la

Agricultura y la Alimentación (Tabla I)

(Janick, 2005; FAOSTAT, 2010).

La fresa se cultiva en Venezuela en la

región de Los Andes (Estados Táchira,

Mérida y Trujillo) y en la región central de

la Cordillera de la Costa (Aragua, Miranda y

Vargas), siendo los mayores productores los

estados Táchira y Aragua (Tabla II). Las estadísticas obtenidas del Ministerio del Poder

Popular para la Agricultura y Tierras (MAT, 2009) señalan que en los últimos 10 años la

producción de fresas ha ido en aumento (Tabla III).

Enfermedades

Los investigadores Kapytowski y Bojarska (2005) señalan que las mayores

restricciones en la producción de fresa en diversos países se deben a enfermedades

fúngicas, alcanzando entre un 15 y 95% de pérdidas en el rendimiento.

Entre las principales enfermedades fúngicas de esta planta se ubican la mancha foliar

común, causada por Mycosphaerella fragariae, el moho gris en los frutos, causado por

Botrytis cinerea, antracnosis de la raíz, fruto y/o corona por Colletotrichum acutatum,

podredumbre del fruto (Rhizopus stolonifer), quemadura de las hojas causada por

Diplocarpon earlianum (Marssonina fragariae), pudriciones de la raíz y la corona por

Tabla III. Área cosechada, producción y rendimiento del cultivo de fresa en

Venezuela entre 1997 y 2007.

Año Superficie Cosechada

(ha)

Producción (t)

Rendimiento (kg/ha)

1997 446 2.728 6122,90

1998 609 6.028 9898,60

1999 704 7.888 11209,07

2000 610 7.255 11894,96

2001 638 8.612 13503,37

2002 643 9.155 14230,50

2003 1.784 12.212 6846,08

2004 1.834 10.824 5901,85

2005 1.642 12.112 7376,37

2006 1.792 11.993 6692,52

2007 623 13.699 21989,26

9

Phytophthora fragariae y Phytophthora cactorum respectivamente, manchas foliares

(Gnomonia comari y Alternaria alternata), entre otras. Entre las enfermedades bacterianas

más importantes, aunque no la única, vale destacar la mancha angular o grasienta causada

por Xanthomonas fragariae.

Mycosphaerella fragariae (Tul.) Lindau (anamorfo: Ramularia brunnea Peck.) es un

ascomiceto que se desarrolla sobre los tallos, hojas (tanto en la lámina, como en el

pecíolo), sépalos y –en casos severos– aquenios de la fresa. Los primeros síntomas son

manchas redondeadas, de color purpúreo, que luego crecen, formándose un área necrótica

en el centro de la lesión. La infección suele comenzar en hojas jóvenes, pudiendo

permanecer latente en las lesiones mientras la hoja envejece. Cuando finalmente esporula,

las ascosporas o conidias son arrastradas por el agua de lluvia o riego a otras hojas donde

germinan, introduciendo el tubo germinativo por los estomas. El hongo requiere de un

período de incubación de unos 15 a 30 días antes de producir síntomas en las hojas

recientemente infectadas. Para el control de ésta y otras enfermedades foliares de fresa la

recomendación es la siembra de cultivares resistentes. (Dale y Fulton, 1957; Paulus, 1990).

El género Colletotrichum incluye, al menos, cuatro especies patogénicas a la planta de

fresa: C. acutatum Simmonds, C. gloeosporioides (Penz.) Penz. y Sacc., C. fragariae

Brooks y C. falcatum Went. Estas especies ocasionan manchas de bordes irregulares,

marrones o negras, en las hojas, pecíolos y estolones (excepto por C. acutatum, el cual es

un patógeno principalmente del fruto y no manifiesta síntomas en las hojas). En los frutos

causan lesiones hundidas, firmes y negras caracterizadas por la formación de masas de

esporas de color rosado o aspecto acuoso. Las esporas pueden ser lavadas hacia la corona o

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el hongo crecer en ese sentido causando su marchitamiento. El interior de la corona suele

adquirir entonces un característico color rojizo. La pudrición de la corona puede venir

acompañada por pudrición de la raíz. La esporulación ocurre entre 15 y 30°C y las conidias

son arrastradas por agua hacia nuevos hospedadores donde germinan a través de la

formación de apresorios (Smith, 1990; Maas, 2004).

Diplocarpon earlianum (Ell. & Ev.) Wolf (Anamorfo: Marssonina fragariae (Sacc.)

Kleb.) es un patógeno foliar (aunque también aparece en pecíolos, pedúnculos florales,

frutales y cálices) comúnmente asociado a M. fragariae. Se presenta como manchas

púrpuras de bordes irregulares, que al crecer se vuelven oscuras en el centro (lo cual las

diferencia de las causadas por Mycosphaerella), y posteriormente se ven rodeadas de

pequeños puntos negros brillantes, causados por los acérvulos del estado asexual del

hongo, al avanzar la infección las manchas coalescen y los bordes de la hojas se curvan

hacia arriba. El teleomorfo (estado sexual) es poco común en cultivos anuales, pero en

perennes se desarrollan las estructuras reproductivas sexuales (apotecios) durante el

invierno (Schubert, 1982).

Botrytis cinerea Pers.:Fr. (Teleomorfo: Botryotinia fuckeliana (de Bary) Whetzel) es la

principal fuente de pérdidas económicas en este cultivo ya que ataca directamente el fruto.

La infección suele darse durante la floración y el hongo permanece latente hasta la

maduración del fruto. Las lesiones, inicialmente pequeñas, pardas y firmes, se desarrollan

y crecen hasta que puede observarse el micelio y las esporas del hongo en la mayor parte

del fruto, estas son luego dispersadas por aire o agua. Si bien la infección se da en el

campo, las mayores consecuencias se observan en el transporte y almacenaje post-cosecha.

11

El ciclo usualmente presenta sólo la fase asexual (Botrytis cinerea) y una forma de

resistencia (esclerocio), pero este último puede germinar formando un apotecio, el cual

representa la forma de reproducción sexual (B. fuckeliana) que libera ascosporas para su

multiplicación (Elad y Williamson, 2007).

Defensas

La relación entre las plantas y sus patógenos es más complicada de lo que aparenta, las

plantas han desarrollado defensas físicas y químicas contra sus agresores, los cuales a su

vez desarrollan mecanismos para evadir dichas defensas. Cuando la defensa de la planta es

efectiva la enfermedad no se desarrolla, esto se denomina una relación incompatible. De lo

contrario, si el patógeno es capaz de infectar la planta, coexistir con ella, y desarrollar la

enfermedad, la relación se denomina compatible (Misaghi, 1982).

Entre las defensas químicas destaca el papel de los compuestos del metabolismo

fenilpropanoide, estos son generados principalmente por la vía del ácido shikímico, de la

cual derivan, entre otros productos, los aminoácidos aromáticos (fenilalanina, tirosina y

triptófano) y muchos alcaloides (Marcano y Hasegawa, 2002). Los llamados compuestos

fenólicos, que incluyen fenoles simples, cumarinas, flavonoides, taninos, lignanos y una

gran variedad de estructuras más; participan en procesos fisiológicos como reacciones de

óxido-reducción, lignificación, quelantes, protección contra rayos UV, reguladores de

crecimiento, entre otros. Muchos de ellos exhiben actividad antimicrobiana y fitotóxica y

producen la agregación o inactivación de enzimas, características que los incluyen en el

arsenal de defensas químicas de las plantas. Dada la gran variedad de compuestos fenólicos

12

que puede producir una planta y sus múltiples funciones es probable que su efecto

combinado, en vez de la acción de un compuesto específico, sea el responsable de la

inhibición de infecciones fúngicas en plantas resistentes (Misaghi, 1982; Latsague y Lara,

2003; Agrios, 2005; Treutter, 2005).

La presencia de compuestos fenólicos en fresa es bien conocida hoy en día (Määttä-

Riihinen y col., 2004; Seeram y col., 2006; Hernanz y col., 2007; Simirgiotis y col., 2009).

Los fenoles presentes en el fruto han sido intensamente investigados por su capacidad

antioxidante (Terry y col., 2004; Aavy y col. 2005;). Por ejemplo, se conoce que el

extracto metanólico de fresa (Fragaria vesca) y algunos polifenoles del mismo son capaces

de inhibir la enzima hialuronidasa, involucrada en procesos inflamatorios (Araujo y col.,

2002), en un estudio similar se pudo evidenciar que los fenoles de F. vesca poseen

actividad antiviral potenciada por sulfato ferroso (Morales y col., 2002). Por otra parte, el

papel de este tipo de compuestos en defensa es poco conocido, aún menos cuando se trata

de enfermedades de tipo foliar.

A!TECEDE!TES

Braun y Sutton (1988) usaron discos de hojas y estudios de campo para determinar la

prevalencia e infección de Botrytis cinerea en hojas de fresa (Fragaria x ananassa cv.

Redcoat), demostrando no sólo que éstas pueden servir como reservorio para la

enfermedad, sino que además el hongo puede estar en estado de latencia en hojas maduras

hasta que estén senescentes o mueran. Este estado de latencia duró hasta ocho meses en

13

algunas plantas. En las hojas jóvenes y viejas si se desarrolló la infección y producción de

conidias, aunque con mayor intensidad en las hojas jóvenes. La microflora superficial de la

hoja resultó el factor determinante en la inhibición del crecimiento en hojas maduras, ya

que al desinfectar las hojas se formaron conidias sin importar la edad foliar.

Wilson y col. (1990) probaron en invernadero la temperatura y tiempo de humedad

necesarios para la infección de Colletotrichum acutatum en frutos maduros y verdes de

fresa cv. Midway. Determinaron que la temperatura óptima se ubicaba entre 25 y 30°C y el

tiempo de humedad óptimo fue de trece horas. La incidencia fue generalmente más alta

para frutos maduros.

Zheng y Sutton (1994), trabajando tanto estudios de campo como en invernadero,

determinaron que Diplocarpon earlianum progresa con mayor intensidad en hojas mayores

de veintiún días en Fragaria x ananassa cv. Kent, y que el período de alta humedad

necesario para estimular la máxima esporulación debía ser mayor de veinte días, siendo la

mínima duración cinco horas, aunque variando con la temperatura y edad foliar. La

temperatura mínima necesaria para la máxima esporulación se ubicó alrededor de los 20°C.

Estudios realizados con hojas cortadas y colocadas en cámaras húmedas llevaron a

Carisse y Peyrachon (1999) a la conclusión de que la temperatura óptima para la

esporulación de Mycosphaerella fragariae es de 20°C, y que a temperaturas menores de

5°C y mayores a 35°C, el hongo deja de esporular. El número de esporas producidas varía

con el cultivar de fresa inoculado. Además, la esporulación no ocurre sin al menos

veinticuatro horas de alta humedad.

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Filippone y col. (1999) aislaron una fitoanticipina (compuesto de defensa constitutivo)

de naturaleza anfipática de hojas de Fragaria x ananassa cv. Chandler, la cual

denominaron fragarina y que poseía fuerte actividad antibacteriana (inhibiendo el

crecimiento de Clavibacter michiganensis, Pseudomonas syringae pv. gladiolii,

Pseudomonas corrugata y Erwinia carotovora) y antifúngica contra especies del género

Colletotrichum (C. fragariae, C. acutatum, C. gloeosporioides). Si bien no especifican su

estructura, revelan que posee un peso molecular de 316 D y que puede encontrarse

asociada a proteínas.

Leandro y col. (2001) describieron el proceso de esporulación de Colletotrichum

acutatum en hojas de fresa (cv. Tristar) que no mostraban síntoma alguno. Las conidias

germinan en las primeras tres horas luego de la inoculación y forman un apresorio en las

seis horas siguientes, sin embargo, la penetración no ocurre sino hasta siete días después.

Las hifas principales colapsan, no sin antes formar conidias secundarias, las cuales, junto

con los apresorios llevan a cabo la mayor parte de la infección.

En los Estados Aragua y Miranda se han hallado Colletotrichum gloeosporioides,

Cercospora sp. y Gnomonia comari como patógenos fúngicos dominantes y Xanthomonas

fragariae, Erwinia y Pseudomonas entre los bacterianos, en cultivos de fresa cultivares

Capitola y Fehr (Guevara y col., 2004).

Terry y col. (2004) hallaron una relación negativa entre la presencia de compuestos con

actividad antifúngica y la etapa del desarrollo del fruto de Fragaria x ananassa cv. Elsanta.

Al extraer los metabolitos secundarios del fruto y la flor en distintas etapas del desarrollo

15

descubrieron que el fruto verde, particularmente los aquenios, presentaba compuestos con

alta capacidad de inhibición del crecimiento de Botrytis cinerea y Cladosporium

cladosporioides, pero que al madurar los frutos estos compuestos desaparecían o perdían

actividad. Además, B. cinerea se desarrollaba más rápidamente en frutos maduros que en

verdes. Los compuestos detectados incluían fenoles y terpenoides.

Uselis y col. (2006) reportaron un promedio de incidencia de mancha foliar común

(Mycosphaerella fragariae) de entre 29 y 62% para dieciséis cultivares durante dos años

de estudios en campo, la intensidad de la infección varió entre 14 y 58 %. La incidencia de

ésta y otras enfermedades se relacionaba con el clima, siendo favorecida por la humedad y

bajas temperaturas, así como el florecimiento durante el período húmedo y la fructificación

tardía. No se evidenció relación entre la productividad y la resistencia de los cultivares.

Lanauskas y col. (2006) en un estudio sobre los métodos de fertilización, usando el

cultivar Honeoye, hallaron que la aplicación del fertilizante ecológico (aunque no definen

su composición ni origen) Biokal 01 disminuyó la incidencia de D. earlianum, pero no

tuvo efecto sobre la prevalencia e intensidad de M. fragariae. Sin embargo, deducen que la

diferencia se debe al tiempo de aplicación e infección: el fertilizante fue aplicado en plena

floración, siendo la infección por M. fragariae mucho más temprana. La infección por D.

earlianum suele ser posterior lo que indicaría que el fertilizante permitió la prevención de

la infección, pero sólo fue efectivo para D. earlianum porque ésta aún no había infectado la

planta.

16

Hukkanen y col. (2007) hallaron que con la adición de Benzotiadiazol, un análogo

funcional del ácido salicílico, aumentó la acumulación de compuestos fenólicos en hojas y

frutos de Fragaria x ananassa cv. Jonsok y la resistencia a la infección con Sphaerotheca

macularis, un patógeno foliar. La diferencia en la acumulación de fenoles no se mantuvo

en el tiempo en plantas no inoculadas, lo cual indica un posible papel de defensa de estos

compuestos.

OBJETIVOS

Objetivo general:

Registrar la evolución de manchas foliares causadas por Mycosphaerella fragariae y la

presencia de compuestos fenólicos foliares en un cultivo de Fragaria x ananassa cv.

Camino Real.

Objetivos específicos:

Determinar la incidencia y severidad de manchas foliares causadas por Mycosphaerella

fragariae en un cultivo de Fragaria x ananassa cv. Camino Real ubicado en la Colonia

Tovar, Edo. Aragua.

Determinar la variedad de compuestos fenólicos presentes en las hojas de fresa y sus

variaciones ante la presencia del patógeno.

Cuantificar lo fenoles presentes en hojas de fresa a lo largo del cultivo.

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MATERIALES Y MÉTODOS

Cultivo y recolección de muestras

Las plantas de fresa (Fragaria x ananassa cv. Camino Real) fueron cultivadas en la

Colonia Tovar, Municipio Tovar del Estado Aragua, a una altura aproximada de 1800

m.s.n.m. y a temperaturas de entre 17 y 24°C. Fueron regadas dos veces por semana. La

fertilización se llevó a cabo cada 15 días con abono orgánico foliar hasta el desarrollo de

los estolones con unas dos plántulas por estolón. Estas fueron trasplantadas y se cambió el

ferilizante por N:P:K 8:8:7 inicialmente y al alcanzar el tamaño adulto, 20:20:20.

El cultivo se inició las primeras semanas de septiembre de 2009. Luego de

aproximadamente un mes, tiempo en el cual se establecieron las plantas, se colectaron

entre 60 y 120 hojas al azar directamente del cultivo para ser evaluadas en el laboratorio.

En la Tabla IV se especifican los muestreos y las pruebas realizadas a cada lote de

muestras.

Tabla IV. Toma de muestras y análisis realizados a cada lote. Fecha del muestreo

Semana desde el inicio del cultivo

Evaluación realizada

11/Oct/2009 4 Evaluación general del cultivo. Determinación de patógenos.

10/Nov/2009 9 Determinación de patógenos, incidencia y severidad de manchas foliares.

30/Nov/2009 12 Determinación de patógenos, incidencia y severidad de manchas foliares, cuantificación de fenoles.

16/Dic/2009 14 Determinación de patógenos, incidencia y severidad de manchas foliares, cuantificación de fenoles.

23/Ene/2010 19 Determinación de patógenos, incidencia y severidad de manchas foliares, cuantificación de fenoles.

4/Feb/2010 21 Incidencia y severidad de manchas foliares, cuantificación de fenoles.

23/Feb/2010 24 Determinación de patógenos, incidencia y severidad de manchas foliares, cuantificación de fenoles.

13/Mar/2010 26 Incidencia y severidad de manchas foliares, cuantificación de fenoles.

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Cuantificación de incidencia y severidad de manchas foliares causadas por

Mycosphaerella fragariae.

La incidencia de manchas foliares se cuantificó contando el número de hojas colectadas

con dicho síntoma. Se tomaron en cuenta sólo las hojas que presentaban la mancha

característica de infección por M. fragariae: bordes morados y centros necróticos

grisáceos. Las hojas que presentaban síntomas de infección se compararon con las escalas

diagramáticas de Mazaro y col. (2006), para infecciones leves, y Delhomez y col. (1995),

para las infecciones más graves (Figura 1), para determinar la severidad de la enfermedad

en cada folíolo, luego de lo cual se totalizaron y promediaron para obtener la severidad de

Figura 1. Escalas diagramáticas usadas para la determinación de la severidad de la infección por M. fragariae. Der. Escala de Mazaro y col. (2006); Izq. Escala de Delhomez y

col. (1995).

19

toda la muestra según la ecuación:

Smuestra= Σ ni×Si

N

Donde Si es cada uno de los niveles de severidad (en porcentaje del área foliar afectada),

ni es el número de folíolos que presentaron la severidad i y N es el número total de folíolos

evaluados.

Identificación de los patógenos usando cámaras húmedas

Para determinar los patógenos de naturaleza fúngica presentes en las muestras se

tomaron entre 3 y 10 folíolos de distintas plantas y se lavaron en una solución acuosa de

cloro al 10%, luego se colocaron en cámaras húmedas (cápsulas de Petri con papel de filtro

humedecido con agua destilada estéril) por al menos una semana. Las muestras fueron

examinadas a diario en el microscopio óptico para observar el crecimiento y esporulación

de los patógenos.

Extracción compuestos fenólicos foliares

El resto de la muestra, una vez evaluada la severidad e incidencia de las manchas

foliares se secó a temperatura ambiente y se clasificó según el área foliar afectada en 5 ó 6

categorías: S0 (hojas sanas); S0,1; S0,5; S2,5; S10 y S20. Luego de esto se pulverizaron las

hojas secas, se pesaron y se maceraron en metanol absoluto durante 48 horas, luego de las

cuales se separó el extracto metanólico y se almacenó. Esta extracción se repitió una vez

más luego de lo cual se descartó el material vegetal y se mezcló el metanol de ambas

extracciones.

20

Cuantificación de compuestos fenólicos presentes en el extracto

La cuantificación de los fenoles totales se realizó usando el reactivo de Folin-

Ciocalteau, modificando la metodología descrita en Gutiérrez y col. (2008): 50 µl de

muestra, 250 µl de reactivo de Folin-Ciocalteau (ácido fosfomolíbdico y fosfotúngstico o

H3PMo12O40 y H3PW12O40) y 450 µl de agua se mezclaron, se dejaron reaccionar durante 5

minutos adicionando luego 250 µl de carbonato de sodio (Na2CO3) 20% p/v. Luego se

incubó la mezcla por 30 minutos a 25°C para permitir el desarrollo del color (el reactivo de

Folin, originalmente amarillo, vira al azul en presencia de compuestos reductores) y se

leyó la absorbancia a 760 nm. El método de Folin-Ciocalteau se basa en la capacidad del

fosfomolibdato y fosfotungstato de reaccionar con los compuestos fenólicos de todo tipo

formando complejos fosfomolíbdico-fosfotúngsticos. La reducción de estos complejos a

pH básico los convierte en óxidos cromógenos azules (Mo8O23 y W8O23) siendo el color

proporcional al número de grupos hidroxilo del compuesto fenólico. Por esta última razón

se usa como patrón el ácido gálico (C6H2(OH)3COOH o ácido 3,4,5-trihidroxibenzoico) ya

que éste presenta tres grupos hidroxilo en el anillo aromático.

El contenido de fenoles totales se calculó usando una curva de calibración de ácido

gálico, por lo cual los resultados se presentan en unidades equivalentes de ácido gálico por

gramo de peso seco foliar. La curva de calibración se elaboró usando una solución patrón

de 50 µg/ml. Ésta se sirvió en alícuotas de 25; 50; 75; 100 y 150 µl generando una curva de

1,25; 2,5; 3,75; 5 y 7,5 µg de ácido gálico en cada cubeta de espectrofotometría. Una vez

ajustada la curva se generó la ecuación correspondiente para el ajuste de las unidades de

absorbancia en equivalentes de ácido gálico.

21

En la Figura 2 se presenta la curva de calibración de ácido gálico con la correspondiente

ecuación. Esta presenta un buen ajuste y fue usada parta la conversión de todos los datos

generados en el análisis de los extractos metanólicos foliares.

Separación cromatográfica de los compuestos presentes en el extracto metanólico

El análisis cualitativo de los compuestos presentes en los extractos foliares se realizó

por medio de una cromatografía en capa fina de sílica gel. Para esto se colocaron 10 gotas

de extracto metanólico a 1,5 cm de la base de la placa de cromatografía de sílica gel G-25

de 20x20 cm usando capilares de vidrio. Se desarrollaron cromatografías en dos sistemas

de solventes: el primero, según la metodología de Terry y col. (2004), conformado por una

mezcla hexano: acetato de etilo: metanol (60:40:1) se dejó correr durante

aproximadamente una hora. Luego de secar, la placa fue analizada en luz visible, UV de

onda larga (365nm) y UV de onda corta (254nm) y posteriormente rociada con ácido

sulfúrico y vainillina y calentada a

110 °C durante 5 a 10 minutos en

una plancha de calentamiento para

producir la aparición de manchas

donde los reactivos encontrasen

compuestos fenólicos o terpenoides.

En el caso de los compuestos

fenólicos la reacción se basa en la

condensación o sustitución del Figura 2. Curva de calibración de ácido gálico

para la determinación de fenoles por el método de Folin-Ciocalteau.

22

grupo aldehído de la vainillina en el anillo aromático dando un producto de condensación

entre rosado y rojo (Salunkhe y col., 1990; Shahidi y Naczk, 2003). Para la segunda

cromatografía se modificó el sistema de la primera para aumentar la polaridad; de acuerdo

a esto se usó una mezcla hexano: acetato de etilo (3:7) y se desarrolló el cromatograma en

una placa de menor tamaño durante media hora para luego rociar con anisaldehído y

calentar durante 5 minutos. Este reactivo, al igual que la vainillina, es un revelador de

amplio espectro ante el cual los compuestos fenólicos aparecen con tonalidades rojizas

hasta anaranjadas (Wagner y Bladt, 2001).

RESULTADOS

El cultivo de fresas en La Colonia Tovar se da en extensiones relativamente pequeñas

de terreno, con una inclinación más o menos pronunciada (por la geografía del sitio) al aire

libre, rara vez en viveros. Estas condiciones, además de una frecuente fertilización y

desmalezamiento son más que adecuadas para este cultivo; sin embargo, durante el período

de establecimiento y desarrollo del mismo, y por lo tanto durante el estudio, se dio una

fuerte sequía en la zona y en todo el país lo que llevó a la utilización de riego artificial

durante el período de estudio y la posibilidad de deficiencias hídricas en las plantas al ser

éste mucho más limitado que las lluvias que se darían normalmente en esa época del año.

A pesar de ello el cultivo de fresas no presentó problemas evidentes en su morfología, ni

síntomas de desecación. Las hojas maduras, completamente expandidas, tenían una

coloración opaca, verde oscura, y un tamaño superior a los 15 cm entre la base del pecíolo

23

y la punta del folíolo central. Si bien la mayoría de las hojas muestreadas fueron

trifoliadas, se observaron algunas tetrafoliadas, sin diferencias obvias en la incidencia y

severidad de manchas foliares entre éstas y las normales. Aquellas hojas que no

presentaron síntomas se clasificaron como S0, es decir, 0% de área foliar afectada por

manchas foliares. El avance de la mancha foliar causada por Mycosphaerella fragariae se

inició con pequeñas manchas púrpuras que en muchos casos no poseían ni siquiera el

característico centro necrótico, en su fase inicial una o dos de estas diminutas lesiones no

cubren ni siquiera el 1% del área foliar (Mazaro y col., 2006), por lo que se clasificaron

como S0,1 aquellos folíolos en la etapa inicial en los que se presentaban una o dos

manchas de menos de un milímetro de diámetro, sin el centro necrótico o con éste apenas

diferenciándose y S0,5 cuando presentaban entre dos y cinco manchas con el centro bien

diferenciado. No se observó una preferencia en la zona del folíolo en que se inició la

aparición de los síntomas, siendo éstos tanto en los bordes, como hacia la base y en ambos

lados, sin embargo, siempre se observaron los primeros síntomas en el haz, aunque en

casos severos se observaron manchas en el envés de la hoja. Posteriormente se observaba

un mayor número de lesiones, muchas veces observándose claramente como éstas crecían

en mayor proporción longitudinalmente a través de las hendiduras ocasionadas por las

nervaduras de las hojas, esto pudo deberse al crecimiento del hongo en el tejido subyacente

o bien a la dispersión de conidios por el agua de riego y el desplazamiento de esta última a

través de las hendiduras de las nervaduras. Con el avance de la infección se observó una

concentración de las lesiones hacia el nervio central y las venas secundarias. Si bien este

fue el patrón más común no se observaba en todas las infecciones siendo también comunes

infecciones localizadas, con un gran número de lesiones un área más o menos restringida

24

del folíolo, por ejemplo en un extremo. En ambos tipos se observaban lesiones

concrescentes en los casos de mayor severidad, es decir 10 y 20% del área foliar afectada.

Según el porcentaje del área foliar cubierta por manchas se definieron, además de las antes

mencionadas, las categorías S2,5; S10 y S20. No se observó una severidad mayor al 20%

en las muestras tomadas (Figura 3).

Patógenos asociados a manchas foliares en fresa

El patógeno más comúnmente hallado en las plantas de fresa examinadas, fue, como era

de esperarse, Ramularia brunnea; sin embargo, se hallaron una serie de hongos

patogénicos y algunos saprófitos oportunistas en, y alrededor de, las lesiones. No pudo

observarse la forma perfecta de R. brunnea: Mycosphaerella fragariae.

Entre los patógenos fúngicos hallados se identificaron, de mayor a menor frecuencia:

Phyllosticta fragariicola Roberge ex Desm., Alternaria alternata (Fr.:Fr.) Keissler,

Colletotrichum falcatum Went, C. fragariae Brooks, Fusarium oxysporum f.sp. fragariae

Winks & Williams, Pestalotia sp., Gloeosporium fragariae Arnaud, Rhizopus stolonifer

(Ehrenb.) Lind. y Penicillium sp. Entre los saprófitos se encontraron Cladosporium sp. y

Volutella sp.

El principal patógeno hallado: Ramularia brunnea Peck, se caracterizó por presentar

conidios ubicados en conidióforos, estos últimos escasamente diferenciados del resto del

micelio. Las esporas fueron bicelulares, de forma alargada, siendo varias veces más largas

que anchas, hialinas y septadas, los bordes muy lisos y los extremos ligeramente agudos

25

Fig

ura

3. P

rogr

esió

n d

e la

man

cha

foli

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omú

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ausa

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por

Myco

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anas

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asta

20%

(la

may

or

seve

rid

ad o

bser

vad

a).

26

(Figura 4a). Externamente y con poco aumento sólo podía observarse una masa de micelio

extendido sobre la epidermis, por lo que fue absolutamente necesaria la observación de

todas las muestras bajo el microscopio para determinar la presencia del patógeno. El estado

perfecto de R. brunnea, M. fragariae, pertenece al phylum Ascomycota, orden Dothideales

ya que, entre otras cosas, los lóculos del peritecio carecen de hifas estériles y abren a través

de un poro apical (Agrios, 2005).

En contraste con el anterior, Phyllosticta fragariicola Roberge ex Desm.

(Deuteromycetos) mostraba un claro signo visible en la lupa estereoscópica: pequeños

puntos de color oscuro en los alrededores de manchas o leves necrosis, éstos fueron

formados por los picnidios del hongo, el cual forma estas estructuras especializadas para la

reproducción. Los picnidios son cuerpos esféricos coronados por una pequeña abertura u

ostiolo, éste último permite la liberación de las esporas, las cuales son unicelulares, de un

tamaño extremadamente pequeño, forma esférica y se liberan concatenadas formando un

“cirro”, similar a una nube o humo (Figura 4b). Éste último carácter permitió una clara

identificación del género Phyllosticta.

Alternaria alternata (Fr.:Fr.) Keissler (Deuteromycetes) se caracterizó por sus esporas

pluricelulares, muriformes, concatenadas y pardas. La estructura del conidio es muy

característica: una célula pequeña a manera de pie y entre tres y seis células más grandes

ubicadas unas sobre otras dando una forma ovalada a todo el conjunto, la espora presenta

divisiones tanto longitudinales como transversales (Figura 4c). Las esporas son

comúnmente dispersadas por el aire, así como por agua. Las enfermedades causadas por

Alternaria spp. suelen presentarse como manchas foliares y necrosis aunque también

27

pueden afectar el tallo, fruto, tubérculos y la muerte de plántulas. Sus hospedadores

incluyen papas, cucurbitáceas (pepino, melón, calabacín, etc.), tomates, cebollas entre

muchos otros. Las manchas foliares suelen ser oscurecimientos del tejido, numerosas,

concéntricas y concrescentes. La infección suele iniciar en las hojas inferiores senescentes,

muchas veces causando la marchitez total de la hoja, clorosis y/o su posterior caída.

Además, Alternaria puede causar infecciones post-cosecha de muchos frutos (Agrios,

2005).

La presencia de Colletotrichum falcatum Went se evidenció por la setas oscuras

irrumpiendo del tejido foliar, estas setas, septadas, abundantes en algunos casos, escasas en

otros, son un carácter diagnóstico del género Colletotrichum y se observaron tanto en C.

falcatum como en C. fragariae. Los conidios de esta especie son unicelulares, con un

denso contenido citoplasmático y de forma falcada, es decir curvada y aguda en ambos

extremos (Figura 4d). Colletotrichum fragariae Brooks se caracterizó por presentar las

típicas setas oscuras del género y conidias en forma alargada con uno o ambos extremos

redondeados. Colletotrichum es un género de hongos Deuteromycetos, es decir su

reproducción es asexual y no se ha confirmado un estado sexual (aunque para la especie C.

gloeosporioides, también hallada en fresa, se describe como teleomorfo a Glomerella

cingulata (Stonem.) Spauld. & Schrenk). Entre los síntomas que los caracterizan están la

marchitez de las hojas y posteriormente de toda la corona, así como la característica

pigmentación rojiza de los tejidos.

Fusarium oxysporum f.sp. fragariae Winks & Williams. Como su nombre lo dice, las

especies del género Fusarium (Deuteromycetos) se caracterizan por tener esporas de forma

28

fusiforme o falcada, pero mucho más grandes que la de C. falcatum y además se pueden

observar septos transversales entre las células del conidio (Figura 4e). La reproducción de

esta especie ocurre sólo por medio de estas esporas asexuales, aunque para otras especies

de Fusarium se conocen formas de reproducción sexual. Este hongo es común en el suelo y

suele ser un problema grave para muchos cultivos, para los cuales la formae specialis es

específica. El hongo suele causar la muerte de la planta por marchitez vascular, es decir, el

crecimiento del hongo en el xilema causa la pérdida de la conductividad xilemática y con

ella el marchitamiento (Agrios, 2005).

Pestalotia sp. Este hongo se caracterizó por la forma de las esporas, las cuales estaban

formadas por tres o cuatro células de color oscuro, en los extremos del conidio se pudieron

observar apéndices celulares alargados e incoloros, tres en un extremo y uno en el otro

(Figura 4f).

Los conidios de Gloeosporium fragariae Arnaud eran pequeños, alargados, unicelulares

y hialinos y se ubicaban en un acérvulo (Figura 4g).

El micelio de Rhizopus stolonifer (Ehrenb.) Lind. fue visible a simple vista y fácilmente

reconocible por sus esporas oscuras, éstas, observadas al microscopio eran igualmente

distintivas: unicelulares, oscuras, esféricas y ubicadas en un conidióforo largo, oscuro y

ensanchado en el extremo terminal en el que se insertaban las esporas (Figura 4h). Este

hongo pertenece al orden Mucorales de la clase Zygomycetos, del phylum Zygomycota, lo

que le confiere la característica de reproducirse sexualmente a través de la fusión de

gametos estructuralmente similares formando una zigospora. El hongo causa la pudrición

29

de muchos frutos, incluida la fresa, siendo un problema en el tratamiento post-cosecha de

varios productos vegetales (Agrios, 2005).

Penicillium sp. (Deuteromycetes) se caracterizó por sus esporas concatenadas y su

característica estructura reproductiva con conidióforos alargados, erectos y ramificados,

simétrica o asimétricamente, a aproximadamente un tercio de su extremo y culminados por

una cadena de conidios ovoides, generalmente coloreados, que según Alexopoulos y Mims

(1979) pueden ser azulados, verdosos o amarillos. Este hongo es responsable de buena

parte de las pérdidas post-cosecha de muchos frutos, generando inicialmente lesiones

hundidas decoloradas que posteriormente crecen y se cubren con el micelio blanco del

hongo que al esporular torna al color verde o azul; esta última característica les da el

nombre de pudriciones por mohos azules o verdes a aquellas causadas por Penicillium.

Además de lo anterior este género de hongos es conocido por la producción de una gran

variedad de toxinas (Agrios, 2005).

Incidencia y severidad de manchas foliares

Al inicio del cultivo no pudo observarse síntomas de la presencia de ninguno de los

hongos previamente mencionados. Se evidenciaron las primeras manchas foliares en la

visita de la semana 9 (10/11/09) en la cual se pudo determinar que ya el 25% de las

muestreas presentaban manchas foliares. La incidencia fue aumentando con el avance del

cultivo; sin embargo, rápidamente se estabilizó en un nivel relativamente alto, como se

muestra en la Figura 5. Más de la mitad de la muestra mostró síntomas consistentes con

Mycosphaerella fragariae entre finales de noviembre hasta el final del estudio a mediados

30

Figura 4. Patógenos foliares hallados en F. x ananassa cv. Camino Real. (a) Ramularia brunnea

(500X). (b) Phyllosticta fragariicola (125X). (c) Alternaria alternata (500X). (d) Colletotrichum

falcatum (125X).

cc

aa bb

dd

31

Figura 4 (Continuación). Patógenos foliares hallados en F. x ananassa cv. Camino Real. (e) Fusarium oxysporum (500X). (f) Pestalotia sp. (500X). (g) Gloeosporium fragariae (312,5X). (h)

Rhizopus stolonifer (500X).

ee

hh gg

ff

32

de marzo (semanas 12 a 26 desde el inicio del cultivo), en este período la incidencia se

presentó entre un mínimo de 50% (30/11/09, semana 12) y un máximo de 59% (23/1/10,

semana 19), sin variar más de 6% entre un muestreo y otro.

La severidad promedio se mantuvo en niveles considerablemente bajos (<10%)

presentando un mínimo de 2,55% del área foliar afectada por manchas foliares (23/2/10,

semana 24) y un máximo de 5,21% (23/1/10, semana 19). Si bien se evidenciaron niveles

de severidad de hasta el 20% del área foliar, en términos generales el mayor porcentaje de

los individuos manifestaron una severidad baja (Tabla V, en negritas). En el caso de la

mayoría de las muestras individuales (16/12/09; 4/2/10; 23/2/10 y 13/3/10, semanas 14; 21;

24 y 26 respectivamente), la severidad era menor al 1%, es decir, en cada muestreo la

Figura 5. Incidencia de manchas foliares en el tiempo de cultivo.

33

mitad o más de las hojas tomadas presentaban entre 0,1 y 0,5% del área foliar cubierta por

manchas, siendo las hojas con síntomas más graves la minoría.

Separación de compuestos foliares

En la cromatografía en capa fina del extracto metanólico de hojas de Fragaria x

ananassa se hallaron, al menos, catorce compuestos diferentes separados por el sistema de

solventes hexano: acetato de etilo: metanol (60:40:1). A simple vista y sin necesidad de

revelado alguno pudieron observarse siete compuestos por su característica coloración

(Tabla VI; VIS, Figura 6a). Bajo luz ultravioleta de onda corta (254 nm) se hallaron cinco

compuestos, uno de los cuales, de naturaleza

escasamente polar y que corrió con el frente

del solvente dando un Rf=1, no fue detectable

en el rango visible. En luz ultravioleta de

onda larga (365 nm) se hallaron siete

compuestos, la mayoría de ellos observados

previamente, excepto un compuesto de

naturaleza bastante polar hallado cerca del

Tabla VI. Rfs y Detección de compuestos presentes en el extracto metanólico de F. x

ananassa.

Rf VIS UV254 UV365 Vainillina/H2SO4

1,00 X X

0,96 X X X X

0,93 X X X

0,90 X X X

0,82 X X X

0,72 X

0,65 X X

0,53 X

0,37 X

0,20 X

0,14 X

0,10 X

0,06 X X X X

0,00 X X X

Tabla V. Severidad por la infección con M. fragariae y porcentaje de la muestra que mostraba dicha severidad. En la columna final severidad promedio.

Semana

Porcentaje del área foliar afectada Severidad Promedio

0,1 0,5 2,5 10 20

Porcentaje de la muestra que presentaba dicha severidad

14 33,33 16,67 22,22 27,78 0,00 3,45

19 12,80 24,64 26,54 27,96 8,06 5,21

21 32,50 23,75 16,88 20,63 6,25 3,89

24 39,22 26,47 16,67 15,69 1,96 2,55

26 39,74 15,38 24,36 20,51 0,00 2,78

34

origen (Rf=0,10). Sin embargo fue el reactivo de Vainillina/ácido sulfúrico el que permitió

la observación de la mayor cantidad de compuestos en el extracto con un total de once

compuestos observados, incluyendo varios compuestos de polaridad alta que no habían

podido ser detectados por ningún otro medio (Rf=0,53; 0,37; 0,20; 0,14).

Todos los compuestos antes mencionados fueron encontrados por igual en plantas

enfermas y sanas, generalmente siendo las manchas observadas en plantas sanas más

tenues. Éste fue un posible indicativo de una menor concentración de productos

metabólicos en las hojas de plantas sanas.

La mayoría de los compuestos detectados presentaba una respuesta ante el reactivo de

vainillina más parecida a la de los compuestos terpenoides, es decir, coloraciones moradas,

además de que escasos compuestos presentaban fluorescencia ante la luz UV

(característica común entre compuestos fenólicos); sin embargo, se pudo detectar, cerca del

origen (Rf=0,06), una banda de color rojizo. Es por esto que se desarrolló otra

cromatografía en el sistema de solventes hexano: acetato de etilo (3:7), el cual posee una

mayor polaridad permitiendo un mayor desplazamiento de esta banda y, de ser posible, la

separación de los compuestos presentes en dicha sección. En este análisis se pudieron

observar dos manchas (Rf=0,38 y 0,48) (Figura 6b y c), una de las cuales sólo era

observable bajo luz UV de onda larga (Rf=0,48). La otra reaccionó con anisaldehído,

presentando una coloración naranja, la cual es común para flavonoides y otros compuestos

fenólicos en presencia de este revelador (Wagner y Bladt, 2001). El resto de los

compuestos observados en el cromatograma anterior, se desplazó junto con, o cerca del

35

Figura 6. Cromatografía de los compuestos presentes en el extracto metanólico de hojas de F. x

ananassa. (a) Sistema hexano: acetato de etilo: metanol (60:40:1) revelador: vainillina /H2SO4. (b) Sistema hexano: acetato de etilo (3:7) revelado con anisaldehído. (c) cromatografía vista en (b) bajo luz UV (365 nm)

cc bb

SS00 SS00,,11 SS00,,55 SS22,,55 SS1100

aa

36

frente del solvente (Rf=0,96 y 1), según se pudo observar, ya que con anisaldehído estos

presentaron coloraciones azuladas y moradas.

Cuantificación de compuestos fenólicos por medio del método de Folin-Ciocalteau

La concentración de compuestos fenólicos en las hojas de Fragaria x ananassa Duch.

aumenta con la severidad de la enfermedad (Figura 7), sin embargo la correlación entre

ambos no es demasiado alta. Si bien la tendencia es al ascenso en la concentración de

fenoles foliares, la diferencia entre hojas sanas y enfermas sólo resulta significativa si éstas

últimas presentan más del 2,5% de su área cubierta por manchas patogénicas. Esto se

confirmó por medio de una prueba t de Student la cual sólo arrojó diferencias significativas

para los niveles de severidad 5, 10 y 20%. Vale destacar que las concentraciones de fenoles

foliares, como era de esperarse, variaron mucho a lo largo del cultivo; sin embargo, la

tendencia del aumento en su concentración con respecto a la severidad siempre se

Figura 7. Concentración de fenoles foliares vs. Severidad de manchas foliares en F. x

ananassa.

37

mantuvo, a pesar de

que las magnitudes

en las

concentraciones de

fenoles difirieron

mucho entre un

muestreo y otro.

Al comparar la

concentración de

fenoles entre hojas de plantas sanas y enfermas, fructificadas o no (Figura 8) se pudo

observar que la presencia del fruto en pleno desarrollo no altera la cantidad de compuestos

fenólicos en la hoja ya que no se observaron diferencias entre hojas sanas de plantas con o

sin frutos, de la misma manera las plantas afectadas por manchas foliares tuvieron siempre

la misma concentración de compuestos fenólicos sin diferencia aparente con respecto a la

presencia de frutos en la macolla. Tampoco se hallaron diferencias cualitativas en los

cromatogramas de plantas fructificadas o no, presentando siempre los mismos compuestos

mencionados anteriormente.

DISCUSIÓ!

La dinámica de la aparición de enfermedades, su desarrollo y control son influenciadas

por una gran variedad de factores ambientales, y biológicos tanto del hospedador como del

Figura 8. Contenido de fenoles foliares con respecto a severidad y fructificación. FS: Planta fructificada sana, FE: planta

fructificada enferma.

0

100

200

300

400

500

600

0 0,1 0,51 2,5 10 F S F E

S e ve ridad

Co

nte

nid

o d

e f

en

ole

s (

Eq

uiv

ale

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s d

e

ác

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áli

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/g p

es

o s

ec

o)

38

parásito. El caso de los patógenos foliares es particularmente especial ya que la hoja es

posiblemente el órgano metabólicamente más activo, lo cual implica una serie de factores

bióticos a tomar en consideración. Sin embargo el estudio de la patología de semillas,

frutos y flores suele tomar prevalencia ya que, en la mayoría de los casos, estos órganos

son el producto de interés y la fuente de ingreso que se lleva directamente al mercado.

Los estudios de patógenos en fresa (Fragaria spp.) son múltiples y muy variados y el

hecho de que una de las enfermedades más comunes, la mancha foliar ocasionada por

Mycosphaerella fragariae, sea de naturaleza foliar lo hace un caso de interés para estudiar

la influencia de estos patógenos en el desempeño y productividad final, así como en

aspectos metabólicos de una planta de ciclo corto y bastante adaptable a condiciones

meteorológicas y edáficas variadas.

En el trabajo de Delhomez y col. (2005) se separaron 23 genotipos –17 cultivares y 6

selecciones– de fresa en base a su susceptibilidad a Mycosphaerella fragariae, medida de

acuerdo a la progresión de la enfermedad y a la máxima severidad observada. De acuerdo a

estos parámetros, el cultivar Camino Real, usado en este estudio, puede caracterizarse

como de susceptibilidad baja, ya que su máxima severidad se mantuvo por debajo de 30%

del área foliar afectada (el máximo observado fue de 20%) y el tiempo necesario para

alcanzar dicha severidad superó, por mucho, los 30 días (sólo se observaron hojas con 20%

de severidad después de 19 semanas o 173 días). De los 23 genotipos analizados por

Delhomez y col. sólo 5 pertenecían a esta categoría, lo que describe la dominancia de este

patógeno en el cultivo de fresa; aunque hay que destacar que las variedades generalmente

recomendadas para Quebec, en donde se realizó dicho estudio, no contemplaban la

39

resistencia a enfermedades. En el trabajo recomiendan retomar la selección de cultivares

resistentes para evitar la propagación de M. fragariae.

A pesar de caracterizarse como un cultivar de baja susceptibilidad, Camino Real

mantiene una incidencia de más del 50% de manchas foliares a lo largo de su cultivo (a

pesar de presentar mantenimiento y nutrición constantes) esta aparente incongruencia

podría explicarse por el mantenimiento de este cultivo en el mismo sitio a lo largo de

varios años. En el estudio de Lugauskas y col. (2003) determinaron que las plantas de fresa

(Fragaria magna Thuill, en su caso) cultivadas siempre en el mismo sitio se mostraron

cada vez más susceptibles a enfermedades y menos productivas, tanto en número de

plántulas por estolón, número de inflorescencias por planta como en peso del fruto. En los

sitios donde se cultivaron las fresas continuamente (como en La Colonia Tovar, donde la

rotación de cultivos es poco frecuente) se halló una acumulación de patógenos en el suelo,

y de toxinas producidas por hongos de los géneros Penicillium y Fusarium (ambos

hallados en este estudio). La rotación del cultivo con gramíneas presentó una leve mejoría

en el estudio citado.

Otro aspecto a tomar en consideración es la baja precipitación observada durante el

período de estudio. En los seis meses en que se realizaron los muestreos no hubo

precipitaciones, esto tal vez no permitió al patógeno desarrollarse por falta de una mayor

humedad ambiental. Hay que recordar el estudio de Carisse y Peyrachon (1999) –ya citado

entre los antecedentes– en el que concluyen que se requieren al menos 48 horas de

humedad relativa alta para la esporulación de M. fragariae, al menos en cámaras húmedas.

En otro trabajo Carisse y col. (2000) demostraron que en hojas no desprendidas se requirió

40

al menos doce horas de humedad alta para la aparición de síntomas. En ambos estudios se

promedia la temperatura óptima para la infección alrededor de los 25°C y se considera nula

a los 35°C. En el presente estudio no sólo se observó una baja precipitación, sino que los

cielos despejados y la cercanía al suelo pudieron producir un aumento en la temperatura

alrededor de las hojas lo cual podría explicar la baja severidad observada. Por esto se

recomienda continuar el estudio con una comparación de los resultados en época de

lluvias, determinando así la respuesta del hongo ante una humedad atmosférica mayor y,

de haberlas, las diferencias en incidencia y severidad.

La remoción de las hojas enfermas, así como las muertas al inicio de la primavera

produjo un reducción significativa (de hasta el 90%) de los daños por M. fragariae en un

estudio realizado por Schmid y col. (2005) en Suiza. Lo que realza la importancia de los

métodos culturales simples y económicos en el control de este tipo de enfermedades.

Algunos de los géneros de hongos mencionados en este estudio como patógenos foliares

han sido identificados como patógenos del fruto de esta y otras plantas. Colletotrichum,

Penicillium y Rhizopus stolonifer fueron identificados por Fraire y col. (2003) como

patógenos post-cosecha de fresa, mientras que Alternaria, Cladosporium y Fusarium

fueron identificados como saprofíticos por medio de inoculaciones en material sano y

observación de síntomas. En el mismo estudio indican que, si bien Botrytis suele ser el

principal problema post-cosecha en el manejo de fresa, la ausencia de refrigeración puede

permitir el desarrollo de los hongos antes mencionados y otros de menor importancia, y

que en temperatura ambiente la pudrición por R. stolonifer es la más frecuente. El género

Pestalotia también está reportado como patógeno del fruto de fresa, particularmente P.

41

longisetula Guba, el cual es frecuente en Egipto. Este hongo causa lesiones en el fruto,

pérdida de sólidos solubles y es capaz de infectar otros frutales importantes como guayaba

(Psidium guajava L., Myrtaceae), duraznos (Prunus persica (L.) Batsch y P. armeniaca L.,

Rosaceae) y tomate (Lycopersicon esculentum Mill., Solanaceae), lo que lo convierte en un

posible problema de amplio rango (Embaby, 2007). En cuanto al género Phyllosticta, P.

ampelicida infecta hojas de vid, siendo un problema importante, ya que éstas manchas

preceden la infección del fruto causando la llamada pudrición negra de la uva. En las

lesiones foliares causadas por este hongo se pueden observar los pequeños picnidios

oscuros, típicos de Phyllosticta y también observados en este estudio (Agrios, 2005).

De la enfermedades estrictamente vegetativas, las antracnosis causadas por

Colletotrichum spp. son un problema creciente en el manejo de la fresa ya que la

aplicación de fungicidas no siempre es adecuada y los cultivares resistentes son escasos. Si

bien existe una búsqueda activa y constante de cultivares resistentes ésta es difícil por los

múltiples patógenos causantes de esta enfermedad y su propia variabilidad inter e

intraespecífica (Lewers y col., 2007).

Por su parte, Alternaria alternata es conocida por la producción de toxinas, muchas de

ellas específicas y otras de espectro mucho más amplio. La Tentoxina, que causa clorosis

en muchas especies y posterior muerte en plantas con más de un tercio del área foliar

afectada, interviene con el metabolismo primario inhibiendo la fosforilación oxidativa y

con el secundario inhibiendo las polifenol oxidasas (esto aumenta su virulencia), además

del desarrollo de los cloroplastos (Agrios, 2005). Entre las toxinas específicas de A.

alternata se encuentra la Toxina AF, la cual es específica para fresa (Fragaria grandiflora

42

Ehrh.) causando necrosis y fuga de electrolitos en el tejido foliar, posiblemente a través de

permeabilización de la membrana plasmática. Esta toxina está relacionada con las etapas

tempranas de la infección y de la invasión de las hifas del hongo (Maekawa y col., 1984;

Yamamoto y col., 1984).

La infección con Fusarium oxysporum f. sp. fragariae es el principal problema de este

cultivo en Japón, donde no existen cultivares resistentes ni fungicidas eficaces para el

control de Fusarium. Sin embargo, la infección, que causa muerte de toda la planta por

marchitamiento vascular, es atenuada por la colonización de la raíz por micorrizas

arbusculares, lo cual plantea una posibilidad de control biológico (Matsubara y col., 2004).

Dado que algunos de estos patógenos pueden afectar el fruto o pasar a ser graves

problemas como infecciones sistémicas, su presencia lleva a considerar un cuidadoso

estudio y seguimiento en nuestro país, ya que el avance de las infecciones y la selección de

cepas resistentes a fungicidas pueden aumentar su virulencia.

Respecto al aumento de compuestos fenólicos, éste se ha relacionado previamente con

etapas tempranas de infecciones por hongos foliares, así como con la susceptibilidad del

hospedador. Un caso bien estudiado es del durazno (Prunus persica (L.) Batsch) afectado

por cenicilla (Sphaeroteca pannosa (Wallr.) Lev. var. persicae Wor.), para el cual se ha

comprobado la acumulación de fenoles, así como el aumento en la actividad de enzimas

relacionadas a su síntesis y transformación (Fenilalanina amonio-liasa y polifenoloxidasa)

en las primeras veinticuatro horas de infección, correlacionadas además con la resistencia

de los cultivares estudiados (Hernández y col., 2002).

43

Entre los mecanismos de defensa desarrollados ante la invasión de patógenos en los

tejidos está presente la producción de especies reactivas de oxígeno –comúnmente

conocidas como ROS por el inglés: Reactive Oxygen Species–, las cuales resultan un arma

de doble filo al causar daños en las membranas tanto de los patógenos como del

hospedador. Cualquiera que sea su papel, el equilibrio de estas formas de oxígeno en los

tejidos suele ser un punto clave en los procesos de patogenicidad y resistencia. Al respecto,

el estudio de Ehsani-Moghaddam y col. (2006) demuestra un aumento en la actividad

superóxido dismutasa en plántulas de fresa dos días después de la inoculación con

Mycosphaerella fragariae. Se utilizaron para este ensayo tres cultivares: “Joliette”

(resistente), “Honeoye” (parcialmente resistente) y “Kent” (susceptible), de los cuales los

dos primeros presentaron niveles de actividad enzimática significativamente mayores que

los del cultivar susceptible así como síntesis de nuevas formas de superóxido dismutasas

como respuesta a la infección. El estudio demuestra la importancia de los procesos

oxidativos en la patogenia de M. fragariae en fresa, la cual adosada a la comprobada

actividad antioxidante de los compuestos fenólicos, podría explicar los aumentos en la

concentración de fenoles observados en el presente trabajo, los cuales fueron

significativamente mayores para plantas con infecciones severas (S≥5% de área foliar) en

las cuales la respuesta dada por superóxido dismutasas podría resultar insuficiente.

El aumento en la presión de oxígeno es otro factor capaz de ocasionar cambios en la

concentración de fenoles en fresa durante el almacenamiento post-cosecha de frutos de F. x

ananassa cv. Allstar (Zheng y col., 2007). Si bien en el estudio citado no se observaron

diferencias significativas en el contenido de fenoles totales, pudo observarse aumentos en

44

ciertos fenoles como el ácido elágico y aumentos y disminuciones en las distintas

antocianinas presentes.

La ausencia de compuestos nuevos en la cromatografía en capa fina tampoco es una

sorpresa. Según la revisión de Grayer y Kokubun (2001) no suelen observarse fitoalexinas

(compuestos sintetizados de novo como respuesta al ataque de un patógeno) en toda la

subfamilia Rosoideae, a la cual pertenece la fresa, aunque las contadas excepciones

reportadas incluyen dos compuestos escasamente caracterizados en raíces de fresa

(cultivares Surecrop y Stelemaster), los cuales están relacionados con la resistencia a

Phytophthora fragariae (Mussel y Staples, 1971). Por esto se puede decir que ningún

compuestos foliar puede usarse como marcador de la infección en esta planta, sin embargo

la cuantificación de fenoles permite distinguir plantas severemente afectadas y podría

fungir como indicador de susceptibilidad entre los cultivares así como la enzima

superóxido dismutasa citada previamente. Ya que se halló que estos compuestos están

relacionados directa o indirectamente a la respuesta de la planta ante este patógeno, se

sugiere comparar el contenido de fenoles, en términos de concentración en plantas sanas y

enfermas, de haber correlación entre el contenido de fenoles y la susceptibilidad podría

usarse esta característica para clasificar cultivares incluso sin necesidad de infección.

Además se sugiere el estudio a fondo de los compuestos, así como su identificación usando

técnicas como Resonancia Magnética Nuclear o Espectroscopía de Masas para así poder

identificar los compuestos mayoritarios y poder medir sus cambios individuales, pudiendo

así detectar un marcador bioquímico único par el proceso patológico.

45

CO!CLUSIO!ES

• La mancha foliar causada por Mycosphaerella fragariae sobre fresa, cultivar Camino

Real, alcanzó una incidencia máxima de casi 60% durante el período de estudio.

• La severidad promedio mantuvo niveles de entre 2,55 y 5,21% y la máxima fue de 20%

del área foliar afectada. Por esto puede caracterizarse al cultivar Camino Real como de

“susceptibilidad baja”.

• Se encontraron 10 hongos patogénicos en el tejido foliar, siendo los más frecuentes

Ramularia brunnea, Phyllosticta fragariicola y Alternaria alternata. Además se

hallaron Colletotrichum falcatum, C. fragariae, Fusarium oxysporum f.sp. fragariae,

Pestalotia sp., Gloeosporium fragariae, Rhizopus stolonifer y Penicillium sp.

• Entre los hongos saprófitos se encontraron Cladosporium sp. y Volutella sp.

• Entre los hongos encontrados se hallaron patógenos del fruto como Rhizopus stolonifer

y Pestalotia sp.

• La concentración de compuestos fenólicos foliares aumentó con la severidad de los

síntomas, aunque la diferencia sólo fue significativa en caso de que la infección

presentara una severidad igual o superior al 5% del área foliar afectada.

• Se hallaron hasta catorce compuestos en el extracto metanólico de hojas de fresa, cuya

presencia no se vio afectada por la infección, esto concuerda con la bibliografía previa

que reporta sólo un caso de fitoalexinas en fresa, siendo éste en tejido radical.

46

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