estudios biblicos para celula e iglesia

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MISION PANAMERICANA DE COLOMBIA 2.012

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Page 1: Estudios Biblicos Para Celula e Iglesia

MISION PANAMERICANA DE COLOMBIA2.012

CONTENIDO

Page 2: Estudios Biblicos Para Celula e Iglesia

PAG.

INTRODUCCION ................................................................................... 3

LA PRESENCIA DE DIOS ....................................................................... 4

CUATRO LLAVES PARA MANIFESTAR SU PRESENCIA:LA HUMILDAD ..................................................................................... 6

CUATRO LLAVES PARA MANIFESTAR SU PRESENCIA:RENDICION TOTAL ............................................................................... 7

CUATRO LLAVES PARA MANIFESTAR SU PRESENCIA:CREER ................................................................................................ 9

CUATRO LLAVES PARA MANIFESTAR SU PRESENCIA:NO TOCAR SU GLORIA ......................................................................... 10

EL ESPIRITU SANTO ............................................................................. 12

TRES NIVELES DE COMUNION CON EL ESPIRITU SANTO .......................... 14

COMO RELACIONARNOS CON EL ESPIRITU SANTO ................................. 16

PRINCIPIOS PARA TENER UNA BUENA RELACION CONEL ESPIRITU SANTO: NO APAGAR AL ESPIRITU (Parte 1) ........................ 19

PRINCIPIOS PARA TENER UNA BUENA RELACION CONEL ESPIRITU SANTO: NO APAGAR AL ESPIRITU (Parte 2) ........................ 23

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Page 3: Estudios Biblicos Para Celula e Iglesia

INTRODUCCION

Hay un tema que no podemos ignorar pero tampoco debemos tomarlo a la ligera y es la Presencia de Dios. Hoy en día vemos cómo la iglesia está creciendo, cómo nuevos líderes se están levantando y cómo los jóvenes anhelan de una u otra manera servir a Dios. Pero no debemos desconocer los principios que implican la vida cristiana y el servir a Dios.

Mucho se escucha hablar acerca de la Presencia de Dios, pero poco se conoce de ella; es más, muchos no le dan la importancia para sus ministerios y para sus vidas. Por eso, como pastores de la Misión Panamericana de Colombia, queremos llevar a la iglesia a un nivel mayor de revelación y conocimiento de la Presencia y la realidad de Dios. Y en esta cartilla, encontrará principios fundamentales para tener la Presencia de Dios de manera real, y a la vez principios que nos llevaran a cultivar una relación más fuerte y estrecha con el Espíritu Santo, para así cuidar y mantener el fuego de su Presencia en cada uno de nosotros. Estamos convencidos, que estas enseñanzas son una poderosa herramienta que Dios puede usar para darnos la victoria, para traer un despertar de la iglesia a la búsqueda de Dios, y para que Su Presencia se manifieste y obre en cada líder, discípulo y familia de manera visible y genuina.

Consecuentes con la existencia de Dios, han existido siempre quienes procuran alcanzarlo. Los que procuran la Presencia de Dios trascienden al tiempo y a la cultura. Proceden de todo trasfondo imaginable. Vienen de cada época existente en el tiempo…desde Abraham el errante pastor, Moisés el tartamudo, y David el pastorcito que se convirtió en el gran rey de Israel. A medida que el desfile del tiempo continúa, aparecen más nombres: Madame Jeanne Guyon, Evan Roberts, William Seymour de la calle Azusa de la fama, hasta llegar al día de hoy. En realidad solo la historia podría decirnos los nombres de los decididos buscadores de Dios, pero ahí están. ¿Es usted uno de ellos? Dios desea ser atrapado, justamente por alguien cuya hambre de su Presencia excede su capacidad de alcanzarlo. El reto entonces, es vivir cada principio que en este material se enseña e ir por más, transmitiéndolo a nuestras familias, discípulos y amigos. ¿Por qué no lo intentamos y dejamos que el Espíritu Santo ministre nuestros corazones, y provoque en nosotros gran sed por la Presencia de Dios hoy?

Finalmente, afirmamos que hablar de la Presencia de Dios es muy complejo, y mucho se podría decir al respecto; es como tratar de sacar el agua del mar con las manos. Sin embargo, es lo que debemos procurarlo todos los días de nuestros días. Un predicador dijo en cierta ocasión: “Si tienes la Presencia de Dios lo tienes todo”.

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CHARLA Nº 1

LA PRESENCIA DE DIOSIsaías 61

INTRODUCCIÓN: El pasaje de Isaías nos revela, que para ejercer dominio y conquistar en el plano espiritual, necesitamos la Presencia de Dios sobre nosotros, es decir que, sin Su Espíritu y su Unción no avanzaremos ni un milímetro. Con Su Presencia viene la naturaleza, los atributos del propio Dios: Su gracia, misericordia, compasión, bondad, fuerza, etc. La Presencia de Dios es su gloria, su personalidad, sus atributos.

I. ¿QUÉ ES LA PRESENCIA DE DIOS?

1. Es el Poder de Dios operando en, sobre y a través de nuestras vidas: Es el mismo poder que creó los cielos y la tierra, que creó al hombre, que levantó a Cristo de los muertos, que traerá a Jesús desde la diestra de Dios hasta la tierra y que causará que todas las cosas sean hechas nuevas.

2. No es una emoción o una experiencia más para el alma, sino el propósito de nuestras vidas: Si queremos ser usados por Dios, su Presencia es indispensable, sin importar la posición en que estemos. Si queremos llevar a cabo el ministerio con éxito y lograr lo que Dios quiere que hagamos, necesitamos de su poder. La Presencia de Dios es obligatoria en nuestro servicio a Dios, sin ella no habrá crecimiento, ni bendición, ni victoria en el ministerio.

3. La Presencia de Dios es su Poder y su Unción: Tiene que ver con el accionar del Espíritu Santo en la Palabra de Dios. En el principio de la creación “la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: sea la luz; y fue la luz” (Gn 1:2-3). Notemos que aunque estuviera El Espíritu Santo recorriendo las aguas, no había orden, no había creación, era todo un caos; pero solo hasta que la Palabra de Dios es decretada, el Espíritu Santo acciona con su Poder y empieza a crear. Por lo tanto, se puede afirmar que, el Espíritu Santo sin la Palabra no opera, y la Palabra sin el Espíritu Santo tampoco es efectiva. El Espíritu Santo no ha hecho, no hace, ni hará nada por su propia cuenta (Juan 16:13-15; Efe 6:17). El Espíritu Santo sin la Palabra de Dios es inoperante en una vida, por lo tanto, Dios nos usará en la medida en que tenga conocimiento de la Palabra de Dios en nuestras vidas.

4. Es la habilidad de Dios sobre mi habilidad: Podemos sacar lo mejor de nosotros (usar nuestras habilidades), pero sin la Presencia de Dios, sin su unción, no sirve de nada. Nuestras habilidades pueden ser el conocimiento bíblico, el talento para ejecutar algún instrumento, para las danzas, la pintura, el dibujo, el enseñar, algún don, etc. Pero debemos entender, que por encima de nuestras habilidades, necesitamos la habilidad de Dios. Las habilidades solamente llegan al alma y es pasajero. Los que ministran en cualquier área, deben hacerlo en el poder del Espíritu para que los efectos causados en las demás personas sean duraderos y permanentes. (Hch 1:8; Jue 6:12-14).

II. ¿POR QUÉ NECESITAMOS LA PRESENCIA DE DIOS?

En la biblia muchos hombres y mujeres lograron cosas extraordinarias debido a que reconocieron lo vital de tener la Presencia de Dios en sus vidas por encima de todas las demás necesidades en sus vidas. De ellos podemos aprender algunas de las razones más importantes del por qué necesitamos la presencia de Dios:

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1. La Presencia de Dios hará posible el cumplimiento de los sueños y las promesas que Dios nos ha dado (ABRAHAM - Gen 21:1-7).

2. La Presencia de Dios hace que el terror divino esté sobre nuestros enemigos. Su presencia hará que el reino de las tinieblas tiemble (JACOB - Gen 35:2-3,5).

3. La Presencia de Dios trae sobre nuestras vidas: Sabiduría para prosperar, gracia y favor, sabiduría para administrar y gobernar, dignidad y autoridad (JOSÉ - Gen 39:2-4; 41:38-44).

4. La Presencia de Dios hace que nuestras vidas, familias y ministerios se distingan y diferencien de otros. Nos hace únicos e inigualables. Solo la presencia de Dios hace que tengamos paz y descanso en nuestras vidas y es la que nos lleva a hacer grandes cosas. (MOISÉS - Ex 33:14-16).

5. La presencia de Dios hace que podamos conquistar todo aquello que nos proponemos en la vida (JOSUÉ - Jos 1:5)

6. La Presencia de Dios hace que podamos gobernar, liderar y ejercer autoridad. (DAVID - 2 Sam 6:12).

7. La Presencia de Dios hace que podamos caminar en lo sobrenatural y vivir una vida donde sucedan milagros (ELIAS - 1 Rey 17:1).

8. La Presencia de Dios trae una protección especial y sobrenatural a nuestras vidas, de tal manera que ningún dardo del maligno nos puede hacer daño. (JEREMÍAS - Jer 15:20-21).

9. La Presencia de Dios hará que podamos hacer en todo tiempo y en todo lugar la voluntad del Padre y cumplamos así su propósito (JESUS - Lc 4:18-19).

III. DE QUE MANERA PODEMOS TENER LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRAS VIDAS (Gen 35:1-3)

En la vida de Jacob y su familia encontramos tres cosas básicas que debemos hacer para que la Presencia de Dios descienda y permanezca sobre nosotros:

1. Quitar los ídolos: Significa el despojarnos de todo lo que roba el primer lugar a Dios. Quiere decir que Dios debe ser nuestra prioridad. Para ello debemos darle tiempo de calidad en intimidad y adoración (Apoc 2:4; Mat 6:33).

2. Santificarnos/Limpiarnos: Tiene que ver con un genuino arrepentimiento, la confesión de nuestros pecados y el apartarnos de toda maldad. Dios quiere una verdadera conversión. Solo así la sangre de Jesús nos puede limpiar (1 Jn 1:7-9; Pr 28:13).

3. Cambiar nuestros vestidos. Nos habla de un cambio de naturaleza. De acuerdo a Isaías 52:1 esa nueva naturaleza se refiere a ponernos:

El vestido de la oración: “Despierta, despierta, vístete de Poder”. (Jon 1:5-6; Mt 25:1-13; 26:40-41).

El vestido de la santidad: “Vístete tu ropa hermosa; oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo” (Apoc 7:13-14; 1Ts 4:3-7)

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CHARLA Nº 2CUATRO LLAVES PARA MANIFESTAR SU PRESENCIA

(Is 57:15; Sal 51: 17).

INTRODUCCION: Debemos entender que existe una diferencia entre la Omnipresencia de Dios y la Presencia manifiesta. La Omnipresencia de Dios se refiere al hecho de que Dios está en todas partes, está presente simultáneamente en todo lugar y en todo momento. Está con nosotros siempre, que nunca nos dejara y que nunca nos desamparará. Significa que Él está en este lugar ahora mismo. La Presencia Manifiesta de Dios se refiere al hecho de que Dios concentra la esencia misma de su Ser en lugar y momento dado, y cuando esto ocurre hay una fuerte sensación y conciencia de que Dios mismo ha entrado a nuestro cuarto, a nuestro devocional, a nuestra célula y a nuestro templo. Por alguna razón divina, Dios elige concentrar su Presencia o revelarse a sí mismo en un lugar más que otro, y en un tiempo más que en otro cualquiera. Veremos por tanto que hay cuatro llaves fundamentales para traer su presencia manifiesta a nuestras vidas, ministerios e iglesia.

LLAVE Nº 1: LA HUMILDAD (Isa 57:15; Sal 51: 17).

La primera demanda que el Espíritu Santo hace de nosotros para poder manifestar su Presencia, es la humildad. Los versículos anteriores, nos dicen que, Él hace estar su presencia con el quebrantado y humilde de Espíritu, y la biblia también enseña que por el contrario Él mira de lejos al altivo. (Stg 4:6). La humildad tiene que ver con:

1. Reconocer nuestra posición.2. Reconocer que él es todo y yo soy nada.3. Que lo más alto del hombre es basura con lo más bajo de Dios.4. Que sus pensamientos y caminos son más grandes que los nuestros.5. Que sin él nada podemos hacer.6. Que todo lo que somos y tenemos viene de Dios (Apoc 4:10-11).

Ser humilde significa por lo tanto, considerar a los demás superiores a nosotros (Fil 2:3). No es tener lastima de nosotros mismos, sino un corazón quebrado delante de Dios para reconocer nuestras debilidades y limitaciones y para apelar al favor y la gracia de Dios (Sal 51:1-17). Es saber quiénes somos en Cristo, sin jactarnos o deprimirnos.

Dios espera que nos humillemos ya que el humillarnos ante Dios vale más que cualquier trabajo, sacrificio y esfuerzo. Jesús es nuestro máximo ejemplo de humillación y humildad (Fil 2:5-9; Mt 26: 65-68). No debemos esperar que Dios nos humille, sino que, Él espera que eso sea decisión e iniciativa nuestra.

1. RESULTADOS QUE SE DAN CUANDO UNA PERSONA TOMA LA DECISIÓN DE HUMILLARSE:

a. Mueve el corazón y la mano de Dios para que evite el castigo y quite el juicio (1 Re 21: 27-29).

b. Dios nos sana y nos prospera (2 Cr 32: 24-30).

Hay un problema y es que la iglesia ha endurecido su corazón y no le hace mella la Palabra de Dios, pues cuando escucha su Palabra, no se humilla ante Dios ni dispone su corazón para cambiar. (2 Cr 34:22-27; Mt 23:11-12; 1 Pe 5:6; Sal 119:71).

Si en el éxito y la conquista logramos mantenernos humildes, Dios no retirara su Presencia. Todo el que desea fluir en la unción debe caminar en humildad, reconociendo siempre su dependencia total de Dios. ¡Humildad! Qué tremenda responsabilidad.

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CHARLA Nº 3

CUATRO LLAVES PARA MANIFESTAR SU PRESENCIA

INTRODUCCION: Lo segunda demanda que hace el Espíritu Santo, es que, si queremos Su Presencia, Él nos pide rendición total. En el versículo anterior, notamos con claridad, que la persona que quiere que Jesús se manifesté a él debe obedecerle. Debe tener una rendición total. Esta obediencia debe ser caracterizada por ser completa, inmediata y con sujeción, es decir, con actitudes correctas.

LLAVE Nº 2: RENDICIÓN TOTAL (Mar 8:34,35)

I. TODOS NACIMOS SIENDO PARTE DE DE UNA RAZA REBELDE

1. En el primer acto registrado en el tiempo y en el espacio vemos que Dios ejerció el control. Habló con autoridad y poder, trayendo luz, vida y orden a la oscuridad y el caos del universo (Gen 1:1-3). TODA, la creación, incluyendo, al principio, el primer hombre y la primera mujer, vivieron en una rendición feliz y sincera al soberano control y a la voluntad del Creador. Como resultado, todas sus necesidades eran satisfechas abundantemente, ellos cumplían el propósito para el que fueron creados, y existían en armonía con Dios y el uno con el otro.

2. Sin embargo, el primer indicio de rebeldía se encuentra en Génesis 3, cuando al hombre y a la mujer se les hizo la sugerencia de que podían estar a cargo de sus propias vidas, que no tenían que aceptar instrucciones de nadie más y que podían tener el control. De esta manera, el hombre y la mujer trataron de arrebatar el control de las manos de su creador soberano, un control que no les pertenecía. Resistieron a la voluntad de Dios e insistieron en compartir Su Trono. Desde ese momento hasta ahora, el hombre ha estado involucrado en una batalla por el control con su Creador.

3. Debemos por tanto entender, que Dios ejerce su control soberano sobre el universo porque Él es el único capaz de conducirlo. Él es el Creador, nosotros sus criaturas; Él es eterno, nosotros somos finitos; Él es Todopoderoso, nosotros no tenemos poder propio; Él es autónomo, independiente y tiene existencia propia; no necesita nada ni a nadie. Nosotros dependemos de Él para respirar. Dios es revelado en las Escrituras como Rey Soberano y absoluto de la creación. Esto significa que: Dios es Rey ahora y siempre. El reino de de Dios existe. Dios nunca ha sido destronado (Sal 10:16; 24:10; 47:2; 95:3-7; 135:5,6).

4. Desde el comienzo Dios puso en acción un plan ideado en la eternidad pasada para restaurar al hombre y llevarlo de nuevo al lugar de rendición a Su Control. Aunque Dios hubiera podido obligar al hombre a rendirse, Él ha optado primero por buscarlo y ganarse su corazón. Él quiere que el hombre se rinda voluntariamente (Fil 2:10-11).

II. ¿QUÉ SIGNIFICA RENDIRNOS TOTALMENTE A DIOS? (Mar 8:34,35; Lc 14:26,27)

1. Es mucho más que la decisión de haberle entregado la vida a Cristo. Esta decisión no es el final de la historia sino más bien el comienzo de toda una vida de rendición a Dios.

2. Significa el poder decir continuamente: No al yo y Sí a Dios. Es decirle a Dios: “Aquí estoy, me rindo; Tú estás a cargo; te pertenezco; Tu dispones de mí”.

3. Implica el haber rendido al Señor todas las áreas de nuestra vida. Permitir que Dios lo controle absolutamente todo.

4. Es comprender que todo le pertenece a Dios: mi dinero, mi familia, mi cuerpo, mi tiempo, etc.

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5. Significa que le demos a Dios todo cuanto somos: nuestros derechos, reputación, deseos, planes futuros, etc. Debemos entregarnos para toda la vida, y luego, día a día, momento a momento, decisión a decisión.

6. Significa también que nos ofrezcamos a Dios como un sacrificio vivo (Rom 12:1).

III. LOS TERMINOS DE LA RENDICION A CRISTO (Exo 21:1,2; 5,6)

1. Rendirnos a Dios se resume en dos palabras: “Ser esclavos”. Un esclavo es “un ser humano propiedad de otro y absolutamente sujeto a la voluntad de esa otra persona.”

2. La rendición a la voluntad de Dios es una marca o evidencia del que verdaderamente se ha convertido. Los términos de nuestra rendición al Señor Jesús no son negociables y son incondicionales. El Señor nos pide que le rindamos todo durante toda la vida. (Mat 7:21)

3. Significa que nos convirtamos en esclavos del Señor (Exo 21:1,2; 5,6): En el griego, “esclavo” es doulos; sin embargo, en el Nuevo Testamento se cambió esa palabra por el término “siervo” que en griego es diakono. Un siervo se define como una persona empleada para prestar servicios para otra. En cambio esclavo es un ser humano propiedad de otro y absolutamente sujeto a la voluntad de esa otra persona (Lucas 1:38).

IV. CÓMO PODEMOS RENDIRNOS TOTALMENTE AL SEÑOR

1. Uno de los desafíos de la rendición es que no sabemos lo que os espera, ni lo que Dios nos pedirá hacer. Es como si Dios nos hiciera firmar un contrato completamente en blanco y nos pidiera que lo firmemos en la línea de abajo, para luego Él después, rellenarlo con los detalles. Y aunque esto suena como algo arriesgado, Dios simplemente quiere que confiemos plenamente en su amor, fidelidad e inmensa sabiduría (Rom 12:2).

2. Para una rendición total debemos hacer básicamente tres cosas:a. Negarnos a nosotros mismos: lo cual significa que renunciemos a toda

seguridad terrenal, a la seguridad que obtenemos en las posesiones o comodidades. Nuestra verdadera seguridad debe ser Dios mismo.

b. Tomar la cruz: se refiere a un compromiso total y genuino con el Señor y el estar dispuestos a sacrificar todos nuestros deseos carnales y renunciar a todo lo que nos impide relacionarnos con Él (Heb 12:1).

c. Seguir a Jesús: lo cual implica el poner nuestra mirada en el Señor, evitando toda clase de distracciones. Que lleguemos a ser como Él (Heb 12:2).

ORACION DE ENTREGA

Señor te doy todos mis planes y propósitos, todos mis deseos, esperanzas y ambiciones, y acepto Tu voluntad para mi vida. Entrego mi ser, mi vida, mi todo, completamente a Ti, para ser tuyo para siempre. Entrego a Tu cuidado todas mis amistades; todas las personas a quienes amo han de ocupar un segundo lugar en mi corazón. Lléname ahora y séllame con Tu Espíritu. Obra toda Tu voluntad en mi vida a cualquier costo, porque para mí el vivir es Cristo.

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CHARLA Nº 4

CUATRO LLAVES PARA MANIFESTAR SU PRESENCIA

INTRODUCCION: Para lograr manifestar el poder y la unción de Dios, lo tercero que Dios demanda es, creer, es decir, tener fe. Por medio de la fe se mueve la mano de Dios a nuestro favor, es la fe, lo que activa la unción de Dios que rompe todo yugo (Isa 10:27).

LLAVE Nº 3: CREER (Juan 11:40)

En Juan 11 encontramos lo siguiente:

1. Marta y María eran discípulas de Jesús, y cuando su hermano Lázaro estaba muriendo acudieron a Jesús (Ver 3). Esto lo podemos relacionar con el orar. Aquí encontramos el nivel de la omnipresencia de Dios, pues ellas sabían que Dios estaba con ellas en ese momento, pero aún Él no había manifestado su Poder para sanar a Lázaro.

2. Jesús vino por la petición de Marta y María (Presencia manifiesta). Pero según Marta y María, Jesús había llegado tarde porque Lázaro había fallecido hace algunos días y lo habían sepultado. Muchas veces Dios calla o se distancia referente a alguna circunstancia por la que estamos pasando, porque tiene algún propósito, ya sea, formar nuestro carácter, mostrarnos algo de él, etc.

3. Marta no creía ni siquiera en lo que ella decía o pedía (Ver 22-25). Marta tenía fe en el pasado, o fe para el futuro, pero no fe para el presente. Debemos entender que la fe es para el presente, para el ahora. Marta confundió la fe con la esperanza (Hbc 2:4). La fe que tenemos ayer no nos sirve para vivir hoy, día a día debemos vivir por fe, día a día debemos alimentarla.

4. Jesús exhorto a Marta y a María a tener fe (Ver 40). Mando quitar la piedra. Para creer muchas veces tenemos que quitar piedras en nosotros que impiden que creamos. (He 12:1-2). Marta se opuso a que quitaran la piedra, uso la lógica y el razonamiento humano. La fe va por encima de la lógica y el razonamiento humano.

COMO DESARROLLAR LA FE (Mar 5:25-34)

1. Conocer a Dios a través de su palabra: La Biblia dice que la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios. (Rom 10:17). Veamos dos ejemplos de esto: “Y terminada la travesía, vinieron de tierra de Genesaret. Cuando le CONOCIERON los hombres de aquel lugar, enviaron noticia por toda aquella tierra alrededor, y trajeron a Él todos los enfermos; y les rogaba que solamente les dejase tocar solamente el borde de su manto; y todos los que le tocaron, quedaron sanos” (Mt 14:34-36). Aquí vemos algo muy interesante que dice: “cuando le conocieron”. En otra versión dice, cundo tuvieron conocimiento de Él. Es decir, que cuando oyeron hablar de Jesús, la fe vino a sus corazones y esta fe activó el poder de Dios para ser sanados. Lo mismo le sucedió a la mujer que padecía el flujo de sangre, quien tuvo la capacidad de creer al escuchar de Jesús (Mr 5:25-34). Así mismo, si nosotros creemos en Dios, veremos su gloria, su poder siendo activado a favor nuestro y seremos salvos, sanos y libres.

2. Confesar: La mujer con el flujo de sangre decía: “si tocare tan solamente su manto, seré salva…”. (Mar 5:25-34). Vemos que como resultado recibió su milagro. La fe se desata por medio de la confesión, esta es el puente entre el mundo espiritual y el mundo físico.

3. Actuar: La fe es actuar en la Palabra de Dios. La mujer que tenía el flujo de sangre, no solamente oyó, sino que actuó en esa palabra. La fe sin una acción correspondiente es muerte; tener fe sin obras de nada sirve. Para activar la presencia de Dios, su gloria, su poder, su unción en nuestra vida es necesario que vivamos una vida de fe. Esta mujer tuvo que caminar y acercarse a Jesús; no fue suficiente con confiar, sino que también tuvo que ir y tocar el manto de Jesús. Para actuar es fundamental renunciar al temor ya que este paraliza nuestro actuar.

CHARLA Nº 5

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CUATRO LLAVES PARA MANIFESTAR SU PRESENCIA

INTRODUCCION: Mientras que las tres llaves anteriores (humildad, rendición total y fe) evidencian nuestra confianza a Dios. Esta cuarta llave hace posible que Dios confíe su Presencia en nosotros. Dios confía su unción y poder en una vida y en una iglesia que le da gloria por los milagros, las sanidades, la prosperidad, la salvación, las conquistas etc. Nunca le podemos robar la gloria a Dios, porque el día que lo hagamos, perderemos la gracia que viene con El. (Dt 8:11-18)

LLAVE Nº 4: NO TOCAR SU GLORIA (Isa 42:8)

1. QUE SIGNIFICA DAR GLORIA A DIOS

El dar gloria a Dios tiene que ver con el reconocer que Dios es el ÚNICO de crear o hacer cosas maravillosas e imposibles. Como por ejemplo: La vida, el hombre, el amor, la salud etc. La gente se ha dado a la tarea de atribuirle "la gloria de Dios" a otras cosas. Por ejemplo, dicen que el hombre salió del mono y no de la mano de Dios; que la sanidad te la dio la pastilla y el médico y no Dios. Un ejemplo poderoso del dar gloria a Dios, está en la historia del cruce del mar rojo (Ex 14:1-4). En este pasaje encontramos por lo menos cuatro razones para darle gloria a Dios:

a. Dios es intencional (v. 1-2): La palabra intención significa la determinación de la voluntad hacia un fin concreto, pensamiento de hacer alguna cosa. Dios había determinado encerrar al pueblo entre el Mar Rojo, algunas montañas y el ejército del faraón. Estaba pensando realizar una tremenda hazaña a favor de su pueblo. Si Dios permite el encierro en nosotros, es porque realizará una tremenda hazaña en nuestras vidas, pero primero quiere examinar nuestro corazón y quitar todas aquellas actitudes incorrectas y perfeccionar nuestro carácter, por lo tanto hay que ser pacientes y confiar en él. Cada situación el Señor la permite porque tiene un fin concreto, está planeando hacer algo, pero no es a nuestra manera sino a la suya. Debemos entender que sus ideas y pensamientos son mejores que los nuestros. (Is 55:8-9). Y aunque no entendamos lo que esté sucediendo, debemos darle gloria y reconocer que todo lo que está sucediendo es con un propósito, y es para nuestro bien. (Rm 8:28).

b. Dios conoce las maquinaciones del diablo (v. 3): El rey Faraón, quien en la Biblia representa a Satanás, creyó que tenia las de ganar pues dijo “encerrados están” otra posible traducción es “perdidos están” en el desierto. Y su plan fue aprovechar el estado de vulnerabilidad en que se encontraban los israelitas para atacarlos y matarlos a todos. Debemos entender que el poder del enemigo es limitado ya que no todo lo sabe, no todo lo puede y no está en todas partes. Mientras que Dios está por nosotros, y su poder es sin límites pues es Todopoderoso, es Omnisciente y Omnipotente.

c. Dios reina y tiene el control (v. 4): Dios había creado una estrategia de antemano para liberar a Israel, endurecería el corazón de faraón de tal modo que haría que sus ejércitos los persiguieran a los israelitas y es allí donde les daría la estocada final. Cuando entendemos el Señorío y Reinado de Dios, nuestra forma de vivir y de asumir las circunstancias tiene que cambiar. Por tanto, vemos que:

Dios Reina y esta es una verdad universal y absoluta, la cual trasciende culturas, edades, naciones y reinos, épocas y galaxias enteras.

Dios Reina y nadie puede cambiar esa realidad, él es soberano de todo y nadie lo puede destronar.

Dios reina sobre todo carne, sobre todo reino, sobre lo bueno y lo malo, sobre toda circunstancia; sobre la salud y la enfermedad, la riqueza y la pobreza, la fortaleza y la debilidad. Sobre toda adversidad y problema.

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d. Dios quiere traer una bendición y victoria mayor a nuestras vidas (v. 4b): Dios se glorificaría en faraón y todo su ejército, quería dar a conocer su poderío y así manifestar que él es el único Dios en toda la tierra y el universo. De igual manera, cuando nosotros estemos pasando por circunstancias difíciles y sintamos el peso del enemigo en contra nuestra, debemos recordar que Dios sigue reinando, sigue teniendo el control, se quiere glorificar y a su vez traer una conquista mayor hacia mi vida.

2. ¿POR QUE NO DEBEMOS TOCAR SU GLORIA?

Porque Dios es el único merecedor de toda la Gloria. No exista nadie más a quién debamos rendirle sumo honor y Gloria. Y algo más importante que debemos saber es que Dios no comparte con nadie Su Gloria, simplemente porque es de ÉL. (Isaías 42:8). Nuestro Dios no dará a otro Su Gloria, no la compartirá con nada ni con nadie, pues solo le corresponde a ÉL. Hay muchas personas que no le dan la Gloria a Dios en sus vidas, sino que envaneciéndose sus corazones, vienen a errar en la vanidad de sus mentes y no le dan a Dios lo que es de Dios, sino que simplemente se lo guardan para sí. Existen otras personas que se guardan un poquito de la Gloria que no les corresponde. Esto no debe ser así. ¿Hasta cuando tomaremos lo que es de nuestro Señor?. Su Gloria no la debemos tocar, sólo se la debemos de entregar. ¿Quiénes somos nosotros para merecer alguna cosa? ¿Acaso podemos impresionar a Dios? A Dios no le impresionamos en lo más mínimo, a Él no le impresiona lo bueno que somos como cristianos, ni lo hermoso que cantamos, o lo espectacular que tocamos algún instrumento, o lo extraordinario de nuestras charlas y predicas. (Salmos 147: 10-11).

El apóstol Pablo declaró lo siguiente: “el que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Cor 1:31), pues Él debe ser nuestra gloria siempre (Sal 3:3).Todo cuanto hagamos debe ser para la Gloria de Dios. Si cantamos, si dirigimos las alabanzas, si tocamos un instrumento de música, si predicamos, si profetizamos, si enseñamos, si servimos, TODO sea para darle gloria a Él (1 Corintios 10: 31).

En todo lo que somos y hacemos, démosle siempre la gloria y el reconocimiento a nuestro Señor y Dios Todopoderoso (1 Pedro 5: 11). No nos quedemos con ningún tipo de gloria, sino que dirijámosla a quién la merece debidamente, con todo temor de Dios, y con todo reconocimiento de corazón, de que todo es por Su gracia y por Su amor, y que todo le pertenece a Él, a nuestro Dios (1 Crónicas 29: 11).

CHARLA Nº 6

EL ESPIRITU SANTO

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INTRODUCCION: Para tener una vida y un liderazgo de bendición, de prosperidad y de ir hacia adelante conquistando necesitamos aprender a tener comunión con el Espíritu Santo, debemos reconocer que nos encontramos en la era del Espíritu Santo y nunca vamos a tener éxito en el ministerio si no reconocemos su obra. Estamos necesitando de lo sobrenatural, de cosas que vayan más allá de lo natural, para así mostrar un evangelio de Poder.

Lamentablemente hoy en día encontramos en nuestras congregaciones y células personas que les cuesta llevar una vida devocional genuina, a otros les cuesta vivir en santidad y dejar ciertos pecados, también encontramos lideres que andan en fracaso quejándose en conflictos y con problemas. Si hay algo que vamos a necesitar como cristianos y líderes para salir adelante es Su Presencia, la clave de todo está en aprender a tener comunión con el Espíritu Santo, pues el poder de Dios se manifiesta en personas que saben tener amistad con el Espíritu Santo.

Mantener una genuina relación con el Espíritu Santo, es importante porque si no lo hacemos no podemos tener su Presencia o luego de tenerla, la podemos perder fácilmente. Cuando amamos a alguien, procuramos cuidar nuestra relación con esa persona; y si realmente la amas, no la hieres en lo que conoces que puede ser herido. Cuando realmente le amas, te interesas por conocerle más a fondo y conocer sus gustos, su carácter, su temperamento, sus características y cualidades. Por lo tanto, en nuestra relación con el Espíritu Santo debemos cuidarla con fervor.

I. ¿CÓMO ES EL ESPÍRITU SANTO?

El Espíritu Santo es Dios, su naturaleza es divina pero también es una persona y como tal piensa, tiene sentimientos, tiene voluntad y actúa, tiene derechos y deberes. Jesús ha revelado al Padre por medio de su vida y de sus enseñanzas. El Espíritu Santo fue enviado por Dios para que este revelase a Cristo (Juan 16:14), por lo tanto, toma de las Escrituras para revelar a Cristo, y hacer resplandecer no solamente sus enseñanzas, sino también su personalidad. Es cierto que la Biblia no describe claramente la personalidad del Espíritu Santo, sino que solo revela sus obras. Pero notemos que su función no era glorificarse a sí mismo, sino glorificar al Hijo.

Ya que en la Biblia en el Espíritu Santo nunca fue descrito en forma física, no podemos hablar de su apariencia, sino solamente de su característica que obra en nuestro corazón. Hay una parte de la Biblia que describe al Espíritu Santo en forma física, cuando Jesús fue bautizado, el Espíritu de Dios descendió sobre él en forma de paloma, y esto se debe para dar a entender su generosa personalidad.

Pablo hace referencia a la personalidad del Espíritu Santo de esta manera: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” (Ef. 4:30). Debido a que el Espíritu Santo vive la vida de Cristo en cada cristiano, se asocia no solamente con nuestra fe, sino también con nuestros actos. En Efesios 4:31 Pablo hace mención de malos actos que entristecen al Espíritu Santo de la siguiente forma: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”. En el siguiente versículo, el apóstol describe los actos que son características de la personalidad del Espíritu Santo: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Nuestro Señor Jesús describió al Espíritu Santo como el Espíritu de Verdad, lo cual nos permite saber que en el Espíritu Santo abunda la verdad, y su misión es guiarnos hacia toda verdad, esto es una parte de su personalidad. El Espíritu también es conocido como el Espíritu de la Sabiduría, el Espíritu del entendimiento y como el Espíritu de juicio. Por lo tanto, debemos resplandecer a través de la comunión personal con Él, que impartirá su carácter en nosotros.Ahora, volviendo al libro de Juan 14, podemos notar que Jesús nos prometió que estaría con nosotros, dentro de nosotros y sobre nosotros para siempre. Entonces podemos destacar que hay tres niveles de comunión con el Espíritu Santo.

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CHARLA Nº 7

TRES NIVELES DE COMUNION CON EL ESPIRITU SANTO

INTRODUCCION: Debemos entender que el Espíritu Santo obra como soplo (pneuma) de Dios. El viento se usa para describir al Espíritu Santo, pues el viento no se ve, pero se siente; el viento puede ser poderoso, pero también suave. Se halla en cualquier tiempo y en cualquier parten del planeta. Esto significa que el Espíritu Santo obra según el propósito de

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Dios en todo el universo. Con la venida del Espíritu Santo Jesús dejó de tener esa limitación física que le impedía estar en varios lugares al mismo tiempo. Gracias a la obra del Espíritu Santo, Jesús comenzó a obrar en todo lugar y en todo momento.

I. EL ESPÍRITU SANTO ESTÁ CON NOSOTROS

Génesis 2:7 dice: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente”. De aquí podemos deducir que Adán fue un ser viviente por la obra del Espíritu y que el primer contacto con quien tuvo fue precisamente con el Espíritu Santo. En Ezequiel 37:9-10 encontramos que todo un ejército cobró vida después de que el Espíritu Santo soplara vida en miles de huesos que estaban en un valle. En Juan 3:8 Jesús enseña que para entrar en la dimensión del Reino de los Cielos es necesario el nuevo nacimiento y esto requiere que el Espíritu Santo sople vida en nosotros, que su influencia poderosa penetre nuestra vida.

Estos pasajes sin duda alguna nos indican que para una nueva vida, para resucitar, para conquistar necesitamos el soplo del Espíritu Santo, no lo podemos hacer solos, pues de lo contrario nos fatigaremos. Cuando Adán fue creado por Dios, fue formado primero y luego vino el soplo de vida. Jesús cuando resucita y se les aparece a todos sus discípulos sopla y les dice recibid el Espíritu Santo. De aquí podemos deducir que para comenzar una nueva vida, una nueva etapa se requiere de dos cosas: Formar y soplar. El nacimiento es el principio de la formación, y la formación sin el soplo del Espíritu no es suficiente. El profeta dijo que no era con fuerza, ni con ejército sino con Su Santo Espíritu. Con el Espíritu Santo todo es más fácil, pues se trata de hacer las cosas con la ayuda del Espíritu Santo.

Los apóstoles siempre esperaban enfrentarse con muchos problemas y persecuciones; sin embargo, se sintieron seguros con la presencia de Cristo. Nuestro Salvador había calmado cada tormenta, dio de comer a la multitud cuando estaban desamparados y echó fuera a los demonios cuando los discípulos no podían. El había sido su Guía infalible y su Maestro. Ahora se sentían como huérfanos desamparados. Para aliviarles la tristeza profunda de su pronta partida, nuestro Señor les dio las palabras consoladoras que encontramos en Juan, capítulos 14-16. Fue en este tiempo que les dio la promesa de otro Consolador (Juan 16:7).

La palabra griega por consolador es "parakletos" que significa: "llamado al lado de uno; en ayuda de uno". El Espíritu Santo como Consolador es nuestro ayudador, consejero y abogado. En 1 Juan 2:1, se menciona a Cristo como nuestro "parakletos" (abogado). En Juan 14:16, Cristo dijo que enviaría "otro" Consolador. La palabra griega por "otro" es "allos" que significa "otro de la misma clase". El Espíritu Santo es entonces (como Cristo) una persona Divina quien nos cuida en la ausencia física de Cristo. Siendo omnisciente, el Espíritu Santo puede enseñarnos la voluntad de Dios. Siendo omnipotente, el Espíritu Santo nos sostiene en el mundo (1 Juan 4:4). Nos ama de la misma manera que Cristo y mantiene comunión con nosotros (Romanos 15:30, 2 Corintios 13:14). El Espíritu Santo está para ayudarnos a llevar las cargas, darnos fuerza, valor y denuedo (Mt 11:29-30). Muchas veces como líderes nos enfrentamos a cargas que a veces se tornan algo difíciles de llevar: financieras, familiares, y ministeriales. La idea es caminar con Dios, hacer el ministerio no para Dios, sino con Dios. Y como resultado, será todo más fácil de conquistar.

II. EL ESPÍRITU SANTO ESTA DENTRO DE NOSOTROS

Una vez que recibimos a Jesucristo como nuestro Salvador personal somos purificados por su sangre, y quedamos de este modo sin manchas para que el Espíritu Santo obre e nosotros. Entonces, podemos estar seguros de que el propósito de Dios se llavera a cabo exitosamente, pues su poder transformador esta dentro de nosotros. En Ezequiel 36:25-28 el profeta revela un nuevo pacto de Dios para son su pueblo. En el pasado, Israel estuvo sujeto a los mandamientos de Dios, los cuales tenían que ser obedecidos. Pero el Señor haría algo nuevo a partir de ese momento; los limpiaría y pondría en ellos un nuevo corazón dispuesto

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a andar en los caminos del Señor. Esto se lograría únicamente con el derramamiento del Espíritu Santo en cada una de las personas, ya que Él se manifestaría a través de sus vidas. Esta profecía fue cumplida cuando Jesús envió al Espíritu Santo a sus discípulos.

En Romanos 8:14-16, encontramos que cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón, el Espíritu Santo automáticamente viene a morar en nosotros, para guiarnos, para traer identidad a nuestras vidas (pues Él da testimonio de que somos hijos de Dios, es decir trae la revelación de la verdadera paternidad de Dios a nuestras vidas) para ayudarnos a tener una verdadera y genuina relación con nuestro Padre Celestial.

III. EL ESPÍRITU SANTO SOBRE NOSOTROS

En el evangelio de Lucas vemos que Cristo respondió al deseo de sus discípulos al decirles que recibirán un poder más importante que el político que aspiraban poseer. Los discípulos recibirían poder para ser testigos, el cual no tendría límites geográficos. Este poder fue otorgado cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos. Estamos hablando de un poder para revolucionar que nos hace ser efectivos y eficaces. El propósito de este revestimiento es para que podamos llevar a cabo con gran efectividad la gran comisión. En Lucas 4: 18-19 encontramos las razones del por qué y para qué de esta llenura del Espíritu Santo y revestimiento de Poder:

1. Para anunciar el evangelio: “Para dar buenas nuevas a los pobres”2. Traer sanidad interior: “sanar a los quebrantados de corazón”3. Traer liberación, romper maldiciones y ataduras: “pregonar libertad a los

cautivos”4. Traer sanidad: “vista a los ciegos”5. Traer liberación de opresiones: “poner en libertad a los oprimidos”6. Traer esperanza y dirección para su pueblo: “predicar el año agradable del

Señor”

Esta experiencia del Espíritu Santo en sus distintos niveles, no solamente nos permitirá gozar de una buena comunión personal con Él, sino también nos enseñara a trabajar junto a Él. El Espíritu Santo es una persona y, por lo tanto, es fundamental que lo conozcamos en una forma personal.

CHARLA Nº 8

COMO RELACIONARNOS CON EL ESPIRITU SANTO

INTRODUCCION: Hay un nivel espiritual más alto que conquistar, y esto se logra únicamente por medio de la comunión personal con el Espíritu Santo. ¿Cómo logramos eso? Existen cuatro pasos para fortalecer la amistad con El Espíritu de Dios,

PASO Nº 1: APRENDER A ELOGIARLO

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Para tener comunión con una persona, es primordial estar juntos, y esto requiere tiempo. Debemos transmitir nuestros sentimientos, nuestros conocimientos y las aspiraciones que guardamos en nuestro corazón por medio del lenguaje. En otras palabras, la comunión requiere expresión.

Así como en una relación de pareja, es fundamental que el afecto y el cariño que un cónyuge siente por el otro sea expresado, si deseamos tener comunión con el Espíritu Santo debemos aprender como elogiarlo, adorarlo, darle gracias y amarlo. Debemos darle la bienvenida a su Presencia, y expresar nuestro amor por Él. Sin hacer esto, no podemos tener comunión con el Espíritu Santo.

En Hechos 13:2 podemos notar que el Espíritu Santo da una instrucción clara a la iglesia la cual consistió en que apartaran a Saulo y Bernabé para la obra misionera. Es texto nos deja claro que el Espíritu Santo es el que llama a los hombres para la cosecha, lo cual quiere decir que Él es el Señor de la cosecha. Por tanto, la Iglesia debe reconocer al Espíritu como el Señor de la cosecha y otorgarle todo el reconocimiento, honra, admiración y elogio que Él es digno de recibir.

PASO Nº 2: SIENDO FIELES Y OBEDIENTES

No debemos olvidar que es fundamental estar en constante comunión con el Espíritu Santo. Cuando dos o tres personas se reúnen para formar una sociedad, es de vital importancia que cuenten con un contacto mutuo y permanente. No solamente tienen que estar en contacto, sino que también tienen que cooperar para lograr de esa forma las ganancias esperadas, ya que el objetivo de una sociedad es ganar dinero (Amós 3:3).

Si mantenemos la comunión con el Espíritu Santo, Él se encargará de traer las finanzas, las multitudes, los milagros, la gracia y todo el amor que necesitemos. El Espíritu Santo es quien nos da a conocer los planes y estrategias para cada aspecto de nuestras vidas.

Por ejemplo, el apóstol Pablo, era una persona guiada plenamente por el Espíritu Santo (Hch 16:6-7), y por esa razón logró establecer muchas iglesias y predicar el evangelio a miles de personas. Todo lo que hizo se debió a la guianza del Espíritu Santo, Él era el que la daba las estrategias, el que le indicaba a Pablo con quién debía viajar y hacia donde debía viajar. Pablo aprendió a aferrarse no de sus estrategias, sino de la comunión con el Espíritu para alcanzar el éxito.

Tenemos que aprender a esperar en Él, a oírlo y más aún a obedecerlo. Por lo tanto, todo creyente que aspire al éxito debe saber que el Espíritu Santo es su líder, y por eso, debe tratarlo con más respeto y confianza que a sus amigos, tratarlo con reverencia, no ignorarlo; debe tenerlo en cuenta en todas nuestras cosas y serle fiel.

PASO Nº 3: APRENDIENDO A MOVERNOS EN EL ESPÍRITU

Para lograr el éxito en nuestras vidas es primordial que aprendamos a movernos en el Espíritu Santo. Él es el canal por el que fluye el amor, la gracia y el poder de Dios, Él es el que toma nuestras oraciones y las presenta ante Dios.

Sin unción, nuestras oraciones pueden ser severamente perjudicadas. Pero nadie puede interrumpir el sistema de transporte del Espíritu Santo. Entonces ¿Cuál es el secreto para no perder nuestras esperanzas en Dios? La respuesta es depender del Espíritu Santo, que llena nuestros corazones con el amor de Dios (Romanos 5:5).

El movernos en el Espíritu de Dios requiere una vida de fe y dependencia en el Espíritu Santo, ni siquiera Jesús se atrevió a hacer el ministerio sin depender completamente del Espíritu Santo.

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En Lucas 4:16-21, encontramos que Jesús desde el inicio de su ministerio hasta su ascensión siempre se movió en el Poder del Espíritu Santo. Nuestro Señor impactó y marcó la historia, hizo grandes milagros, sanó enfermos, liberó a personas de la maldad, resucitó muertos, sus enseñanzas transformaron a miles de personas; por obediencia sufrió el flagelo de la cruz, muriendo en ella y derramando toda su sangre. Pero resucitó al tercer día, todo porque siempre dependió del Espíritu Santo, siempre se movió en la dimensión del Espíritu.

Ahora nos toca a nosotros, su iglesia, la responsabilidad de seguir sus pisadas y de continuar lo que Él comenzó. La gente que hace historia somos nosotros, por lo cual debemos dar continuidad a lo que Jesús inició. Pero es necesario comprender el sentir del corazón de Dios, ya que esto nos hace entender de que es nuestro turno para crecer y multiplicarnos y caminar en la dimensión en la que camino Jesús: En lo sobrenatural.

¿Cómo logramos movernos en el Espíritu Santo?

a. Se requiere un cambio de naturaleza: Un cambio en nuestra manera de pensar y de vivir. Jesús cambió su naturaleza cuando vino el Espíritu Santo en su bautismo; pasó de caminar en una dimensión natural para caminar en la dimensión de lo sobrenatural.

No podemos pretender que el Espíritu Santo se mueva según nuestras tradiciones, formas de pensar, cultura, estilos de vida, no podemos cuadricularlo a nuestro estilo de liderar y de hacer el ministerio.

Somos nosotros los que tenemos que movernos a su manera y estilo de hacer las cosas, pero esto implica destruir y quebrantar moldes que impiden el crecimiento y la multiplicación en todas las áreas ya sean en las finanzas, en el ministerio, en nuestra manera de buscar a Dios. Entonces el problema no está en Dios sino en nosotros.

b. Se requiere un quebrantamiento, se requiere morir (Jn12:24): Para tener este grado de comunión de movernos en el Espíritu Santo y caminar en lo sobrenatural se necesita quebrantar todo nuestro ser (desprendimiento total a un estilo de vida). Una persona quebrantada se puede comunicar con Dios de una manera sobrenatural, hablar un lenguaje fe y no la lógica, y puede conquistar lo que quiera. No necesita dinero para hacer negocios ni tiempo para lograr cualquier meta, sino conocer el corazón de Dios.

PASO Nº 4: MANTENIENDO LA UNIDAD CON EL ESPIRITU SANTO

Estamos sujetos al Espíritu cuando recibimos a Jesús como nuestro Salvador personal. A partir de ese momento dejamos de ser seres individuales e independientes, pues nada nos separará de Él (1Cor 6:19). Tenemos que estar conscientes de que el Espíritu Santo forma parte de lo más íntimo en nuestro corazón, y de que somos uno con Él.

El Espíritu de Dios es alguien que nos anhela para Él (Stg 4:4-6). No nos quiere compartir con el mundo, sino para Él. Dios claramente nos habla en las escrituras y nos dice que Su Espíritu nos anhela celosamente, pero ¿qué anhelamos nosotros? ¿Procuramos más las cosas de este mundo que estar con ÉL?

Por otro lado, es fundamental que Dios llegue a ser lo primero en nuestras vidas. El Espíritu de Dios quiere estar con nosotros en todo momento: Ser nuestro Consolador en los momentos de tristeza, nuestro guía cuando no sabemos qué hacer, nuestro consejero para seamos sabios, darnos la provisión que Jesús ganó para nosotros para que así nada nos falte. Él quiere ser Todo en todo.

En el momento en el que dejemos de estar conscientes de que el Espíritu Santo está con nosotros, nuestro liderazgo y ministerio se tornara insignificante. No se aceptará ningún fruto del hombre carnal de los lugares celestiales, se aceptará únicamente el fruto producido

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por el Espíritu Santo. Por lo tanto, es importante que mantengamos una comunión permanente con Él. Solo así nuestros frutos no serán en vano y perdurarán para siempre, ya que tales frutos serán los producidos por ÉL.

CHARLA Nº 9

PRINCIPIOS PARA TENER UNA BUENA RELACIÓN CON ÉL ESPIRITU SANTO (Parte 1)

INTRODUCCION: Como todos sabemos que uno de los símbolos del Espíritu Santo es (Fuego) Todos necesitamos mantener el fuego ardiendo, como lo dice la palabra del Señor. Una de las maneras de mantener el fuego ardiendo es: Manteniendo al Espíritu Santo contento en nuestra vida. La Biblia dice: ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Corintios 3:16). Veremos algunos principios básicos para que el fuego del Espíritu Santo arda en nuestro interior permanentemente.

I. NO APAGAR AL ESPÍRITU SANTO: (1 Ts 5:19; 2 Tm 1:6; Lv 6:12-13)

La Biblia afirma que el Espíritu Santo mora en nosotros, y por lo tanto, dentro de nosotros habita “el fuego de su presencia.” Y este es el fuego, que no debe de dejar que se apague, sino que hay que mantenerlo prendido.

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En Levíticos 6:12 dice: “Y el fuego encendido sobre el altar, no se apagara”. La primer vez que la palabra altar aparece en la Biblia es en Génesis 8:20 en donde Noé construyo un altar para Dios. La palabra altar está registrada 354 veces en todos los 66 libros de la Biblia. En el Antiguo Testamento se registran 331 veces, y en el Nuevo Testamento se registran 23.

Estos son los nombres de algunos hombres que levantaron un altar para Dios:

1. Noé (Gn 8:20)2. Abraham (Gn 12:7)3. Isaac (Gn 26:25)4. Jacob (Gn 33:20)5. Moisés (Gn 17:15)

Uno de los problemas que enfrentan los cristianos modernos de hoy en día, es que no buscan levantar un altar para Dios. Si la Biblia dice que nosotros somos Templo de Dios, y que el Espíritu Santo mora en nosotros entonces hay necesidad de levantar un altar para Dios, dentro de nosotros (Salmos 26:6).

Volviendo a Levítico 6:12, éste pasaje bíblico nos da luz de cómo mantener el fuego encendido en el altar, o sea en nuestras vidas. Estos versículos nos muestran un gran secreto en la vida del creyente. Dice que el fuego no se apagará sino que el sacerdote pondrá en él leños cada mañana. En el templo existía un lugar que era llamado el Lugar Santo donde se debía encontrar constantemente la llama encendida. La misma era un simbolismo de la presencia de Dios en el lugar. Por lo tanto, Los sacerdotes debían mantener la llama encendida en su diario vivir, en el diario vivir del templo. En la vida constante y cotidiana del Templo, jamás debía apagarse ésta llama. Además, el sacerdote debía vestirse de una manera especial, así como sacar las cenizas. Por lo cual, debemos mantener la llama encendida y la clave en la vida del cristiano para lograrlo, consiste en: Sacar las cenizas.

A fin de mantener el fuego encendido en nuestro corazón y la llama encendida en nuestra vida, lo primero que debemos hacer es sacar las cenizas. En todo lugar que hubo fuego nos encontramos con cenizas. A la mañana antes de avivar el fuego, el sacerdote debía retirarlas porque las cenizas ponían en peligro la vigencia de la llama.

El Espíritu Santo, el don de Dios, es ese fuego que habita en nuestro interior, y permanece en nuestro diario vivir. Muchas veces tenemos cenizas en errar al blanco, cenizas de la historia, leños que se convirtieron en cenizas y que no son más que una carga para tratar de apagar el fuego en nuestro diario vivir. Algunas de esas cenizas pueden ser:

Recuerdos de momentos fructíferos del ministerio y de la unción. Recuerdos sentimentales. Recuerdos familiares o de pareja. Recuerdos de excelentes tiempos del pasado. Recuerdos de las victorias y de las angustias. Historias pasada de diferentes situaciones.

El gran secreto en la vida cristiana es mantener el fuego encendido, no apagar al Espíritu Santo. Este fuego deber ser nuestra íntima relación con Dios y nuestro constante deseo de manifestar el don que Dios nos regaló en nuestro diario vivir. Por lo tanto es nuestra la responsabilidad del equilibrio, es nuestra la responsabilidad de mantener la llama encendida.

Para lograr mantener el fuego de Dios constante en nuestro interior, debemos hacer dos cosas básicamente:

a. Sacar las cenizas: Cuando uno amontona cenizas en su vida espiritual tiene la posibilidad de que esa llama, ese fuego interno que uno tiene se vaya apagando y llega un momento en que nada se puede escuchar de parte de Dios, y uno comienza

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a andar en tinieblas con lo que esto significa. Como vemos, lo primero que uno debe hacer es sacar las cenizas. ¿Es trabajoso? ¡Claro que sí! El sacerdote todas las mañanas se cambiaba la ropa porque, la ceniza ensucia. Se ponía otra ropa, ropa de trabajo, sacaba las cenizas y luego se volvía a vestir con el ropaje para presentarse ante el fuego del Dios viviente y ponerle nuevos leños a la vida.

b. Acercar nuevos leños. Los sacerdotes hacían esto cada mañana muy temprano. Después del rocío de toda una noche de frío, este era un tiempo muy crítico para el fuego, pues lo que quedaba era solo unas pequeñas brasas. Por eso era importante que en ese momento que el sacerdote retirará las cenizas y agregara otros leños. Si el sacerdote dejaba pasar mucho tiempo, lo que sucedía era que cuando fuera a renovar el fuego, lo encontraría apagado. El sacerdote, cada mañana arrimaba la leña. Es fácil cuando la leña está al ladito del fuego. Sin embargo, ¿Qué pasa cuando con cinco grados bajo cero tienes que salir a buscar la leña a unos 50 mts o 100 mts y cortar la leña para traerla?

En nuestro caso cada uno debía cuidar su propio altar y para ello no solo hay que sacar las cenizas y actuar para eliminar las cenizas de la angustia, de la historia y de las situaciones; también hay que ir a buscar leños que puedan hacer que se avive nuestro corazón y se llene. Esto puede lograrse al: Congregarnos fielmente en la Iglesia, orando a Dios, predicando su Palabra, teniendo compañerismo con otros creyentes, etc.

El apóstol Pablo le dice a Timoteo que era su responsabilidad avivar el fuego. Avivar denota un mantener plenamente encendida una llama. Nos muestra cómo el hombre puede quedar extinguido por su propio descuido, así que por más que hagamos parte de la familia de Dios tal vez lleguemos a no escuchar más la voz de Dios. Para poder mantener esa llama encendida en nuestra propia vida, lo primero que debemos hacer no es ponerle más fuego, sino sacar las cenizas. Nuestra responsabilidad es avivar el fuego, quitar las cenizas y acercar cada día el fuego a nuestra vida para luego sí poner los nuevos leños.

El poner leños al fuego de nuestro corazón, al don que Dios puso en nuestras vidas, es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe mansedumbre y templanza (Gal 5:22-23). Por lo tanto, el fruto del Espíritu Santo debe ser nuestro objetivo. Si éste es nuestro objetivo, el fuego permanecerá y la luz de Dios iluminará siempre nuestro andar. Las manifestaciones del fruto del Espíritu son cualidades personales, actitudes y modos de ser que son características de Dios, del carácter de Cristo las cuales deben ser evidenciadas en nuestras vidas.

Cuando somos obedientes al andar por el Espíritu, les ponemos leños al fuego del don de Dios a nuestra vida todos los días y nos parecemos cada vez más a Cristo en la medida en que estos frutos empiezan a aparecer.

La clave para que el fruto del Espíritu se manifieste en nuestras vidas, consiste en sacar las cenizas y poner leños nuevos. A continuación, hablaremos de las cenizas y los leños en relación con las manifestaciones del fruto del Espíritu:

FRUTO CENIZAS LEÑOS

AMOR

El odio, la amargura, el rencor, no perdonar, el temor, los celos, el

egoísmo, relaciones por conveniencia o comodidad

Perdón, el sacrificio y la misericordia, el estar para el

otro.

GOZOEl pasado, la tristeza, la depresión, el desagradecimiento, la derrota, la decepción, el engaño, el desaliento

La esperanza, una visión y misión en mi vida, el

optimismo, el agradecimiento diario (no es un sentimiento

sino una actitud).20

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PAZ

La división de pensamientos, la confusión, la necesidad de controlarlo todo, la tiranía,

sentirnos victimas, envidias.

La reconciliación (con Dios y mis hermanos), sometimiento

responsable, escuchar.

PACIENCIAAfán, el arrebato, el desenfreno, la autogratificación, el desespero, el

enojo, malgenio.

Vivir en humildad (poner los pensamientos de Dios por

encima de los míos), obediencia, agradecimiento.

BONDAD

Centrarnos en nosotros mismos, pensamientos de maldad, menor resistencia o esfuerzo, la idea de

amenaza y castigo

Elegir mantener el corazón puro, fijar mi mirada en

preocuparme en el beneficio de otros, el ser integro, el

dejar de ser doble e inconstante, dejar el

emocionalismo.

BENIGNIDAD

La acidez, la religiosidad, el legalismo y el fanatismo, relaciones basadas en lo que yo creo y no en lo que las personas son, orgullo,

soberbia, impulso basado en formalidades.

La misericordia y la gracia, la generosidad sin esperar nada

a cambio.

FE

La distracción, la duda, la incredulidad, el vacilar, inseguridad,

temor, el estar enfocado en mi mismo, el que mis sentimientos me

gobiernen, asentimiento mental, apatía

Las promesas de Dios en mi vida, la confianza, acción,

perseverancia.

MANSEDUMBRE

La rigidez, el ser áspero, intolerante, explosivos, arrogancia, autoritarismo, resentimiento por la

crítica, venganza.

La flexibilidad, aceptar y declararme educable, calma,

el servicio.

TEMPLANZA

La autoindulgencia, permisividad, los extremos, fanatismo o

escepticismo, idolatría, codicia, gobierno de los deseos carnales.

Dominio propio, equilibrio, integridad, darle al Señor cada una de mis cargas y

debilidades que él las gobierne.

Es posible mantener el fuego encendido en nuestras vidas, es posible mantener una relación con Dios firme y permanente, es posible caminar en El Espíritu Santo y manifestar su fruto en nuestras vidas, hay que elegir sacar las cenizas de nuestras vidas constantemente, pues ellas matan el fuego que Dios pone en nuestras vidas. Además, también debemos salir a buscar los leños que te van a permitir que cada uno de estos frutos sea una constante en tu vida.

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CHARLA Nº 10

PRINCIPIOS PARA TENER UNA BUENA RELACIÓN CON ÉL ESPIRITU SANTO (Parte 2)

INTRODUCCIÓN: Siguiendo con este tema, hemos visto que una de las responsabilidades que tenemos como cristianos es la de No Apagar al Espíritu Santo, es decir, el mantener ardiendo siempre el fuego de la presencia de Dios en nuestras vidas. Veremos el segundo y tercer aspecto de nuestra comunión con el Espíritu Santo que debemos evitar.

2. NO CONTRISTAR AL ESPÍRITU (Efe 4:30)

a. El hecho de que el Espíritu Santo pueda ser contristado es una prueba muy clara de Su personalidad, ya que sólo una persona puede ser “contristada”. Por otro lado, se revela la estrecha conexión que hay entre el Espíritu Santo y el creyente; puesto que al llegar a ser contristado con nuestros pecados e imperfecciones, demuestra que Él tiene un interés tierno y afectuoso en nosotros, Él siente el mismo interés profundo por nosotros que el interés que siente un padre cariñoso por un amado hijo.

b. Contristar es la palabra griega “lupeo”, que significa: tristeza, causar dolor, afligir, entristecer. Nosotros como creyentes, con nuestros actos, podemos hacer que el Espíritu Santo se aflija, se entristezca, y además, podemos causarle dolor. Y cuando Él está contristado en nosotros, automáticamente afecta todo nuestro ser y toda nuestra vida.

c. La diferencia entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es que el Espíritu Santo es más sensible. Por esto, Él es más susceptible a ser entristecido.

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d. Efesios 4:30 nos dice que no debemos “contristar” al Espíritu. De acuerdo al contexto del pasaje, podemos “contristar” al Espíritu al vivir como paganos (4:17-19), al no oponer resistencia a nuestra naturaleza de pecado (4:22-24), al mentir (4:25), al airarnos (4:26-27), al robar (4:28), al maldecir (4:29), al amargarnos (4:31), al no perdonar (4:32), al cometer inmoralidad sexual (5:3-5).

e. En un sentido general, se “Contrista” al Espíritu al actuar de manera pecaminosa, ya sea de pensamiento y hechos, o solamente de pensamiento. (Gal 5:16-26).

3. NO RESISTIR AL ESPÍRITU (Hch 7:51; Sal 95: 7-10)

a. Resistir en el idioma hebreo es: amád, y en el Griego es: antipipto lo cual significa: Un oponente, oponerse, luchar contra; prevalecer contra; pleitear; reñir; alegar; altercar; sostener una controversia; contraste; interponerse.

b. Un típico ejemplo de ser un oponente al Espíritu Santo, aunque se trataba de un caso debido a la ignorancia e inconsciencia, era Saulo quien más tarde se llamaría Pablo (Hch 8:1-3).

c. Consciente o inconsciente en grado menor o mayor como cristianos también podernos ser hallados culpables de resistir al Espíritu Santo. Veamos algunas maneras de cómo resistir al Espíritu Santo:

LA OBSTINACIÓN (Hechos 7:51): Es ser duros de cerviz, lo cual significa: Obstinado; riguroso; difícil; recio; severo, dura cosa. Cerviz significa: el cuello o la nuca; inclinarse hacia abajo y se refiere a la voluntad humana. Entonces la obstinación, o la falta de doblarse, inclinarse, o agacharse ante la soberanía y cabeza de Dios en medio de las situaciones y circunstancias favorables o desfavorables de la vida cotidiana genera una “forma de resistencia u oposición” a la guianza del Espíritu Santo (Isa 63:10; Sal 78:40).

RESISTIRNOS A LA VERDAD DE DIOS (Hch 7:57): El Espíritu Santo es el gran guía, Él nos conduce siempre a toda la verdad de acuerdo al Plan Maestro del Padre. Son muchas las ocasiones en que a pesar de estar en la iglesia, se busca obstruir el sentido del oído para no escuchar la Palabra de Dios. Por ejemplo, cuando uno se distrae y desvía su pensamiento en sus negocios, intereses a la hora de la predicación. Esta es una forma de cuando alguien cierra sus oídos para que no penetre la Palabra de Dios, e incluso, en ocasiones, en el camino o en casa, hablan y hablan, arremeten y se enojan contra el expositor de la Palabra de Dios. ¿Cómo se llama esto? Resistir al Espíritu Santo que vino a tocar ciertas anomalías del corazón a través de la voz del Predicador.

Cuando Dios llama al ministerio o involucrarse en la iglesia (Dios pone o despierta una inquietud en el ser interno) y si no se responde, se está resistiendo, oponiéndose, o luchando contra el Espíritu Santo.

Al ir en contra o no apoyar los planes y propósitos que Dios tiene con la Iglesia (Visión, Estrategias, Programas, etc).

También resistimos al Espíritu Santo cuando en Su trato personal con nosotros Él nos lleva a hacer ciertas cosas. Por ejemplo:

Puede estar conduciéndonos a reconciliarnos con alguien. Pedir perdón, incluso aún cuando no somos los culpables. Cuando el Espíritu pone el impulso de hablarle a alguien de Cristo. De ayudar a alguien de una manera económica. Prestar ayuda física de alguna manera. De asistir o participar en algunas actividades de la iglesia.

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El no hacerlo nos conduce a resistir al Espíritu Santo, pues Él es quien conduce a Toda la Verdad que procede de la Perfecta Voluntad del Padre.

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