escritos literarios y filosÓficos - leonardo da vinci

7/22/2019 ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS - Leonardo Da Vinci

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L E O N R D O DE VINCI

ESCRITOS

Literarios y filosóficosTRADUCCIÓN Y PROLOGO DE

T. CAMPO MORENO

¥

M AGU1LAR

EDITOR

MARQUES DE URQUIJO, 89

MADRID 1930



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Prólogo biográfico

E S P R O P I E D A D

I'lp. Yugues.— Plaza dei Coods Barajas, i.

Al recopilar datos acerca del inmortal Leonardo de Vinci, encontramos en una conocida enciclopedia la abundante reseña biográfica correspondien te, en la cual se estudiaal asojnbroso genio corno pintor exclusivamente, aunquese consigna que también fué «escultor, músico, poeta, arquitecto y sabio de primer orden». Aun sin más pormeno

res, bastaría la enumeración de estos títulos para comprender la grandeza del tálenlo de aquel artista, asombrode sus contemporáneos. Como escritor vamos a p resentarle en el presente libro, que contiene una respetuosa traducción de obras suyas no conocidas en nuestro país ydignas de la fama de Vinci en cuantas actividades practicó.

Digamos antes algo de la historia de su vida.Vio la luz Leonardo el año 1452, en Vinci, cerca de Flo

rencia. Fué hijo natural de un notario de aquella Señoría,llamado ser Piero, sin que se sepa el nombre de su madre. Algunos biógra fos le suponen, equivocadam ente, nacido de una familia noble del valle del Amo.

ber Piero educó a su hijo esme radame nte, y vio premiados sus desvelos con la capacidad sorprendente de aquelniño, que, sin maestros, aprendió gramática, aritméticay dibujo, pasando de unas a otras disciplinas con la inconstancia que fué característica de toda su vida.

Muy joven era aún cuando, acom pañánd ose de una lira,onaba cánticos que él mismo compon ía, o mejor dicho,provisaba. N o era ésta, sin embargo, su mayor afición,



PROLOGO BIOGRÁFICO

broso en quien el sabio predominaba sobre el artista inició desde el primer día de su estancia en Florencia sus estudios de mecánica, de hidráulica, de óptica, de geología,que no abandonó nunca, y en los guales resulta ser pre

cursor y muchas veces émulo de los Bacon, de los Lapla-ce y de los Cuvier. No era ajena a su talento ningun a ramadel saber humano. Poeta, a veces, cantaba admirablem ente y era un músico muy diestro. Bien formado, de rarahermosura , con sorprenden tes fuerza s físicas, era nadador infatigable, jinete meritísimo y maestro de armas avezado a todas las habilidades de la esgrima y la gimnasia.Pudiera creerse que la naturaleza tuvo empeño en reuniren él todas las cualidades del espíritu. La pintura sólo erapara él, entonces, un entretenimiento, y se dedicaba aaplicar al arte su espíritu inventivo. Persiguiendo la no vedad en los procedimientos, modelaba bocetos de las figu

ras que se proponía pintar, para estudiar el relieve en susmenores detalles; gracias a esto, su conocimiento de lasmedias tintas y de la gradación de tonos era prodigioso;pero, a juzgar por las obras de su juventud que han llegado hasta nosotros, la imitación textual, si así puede decirse, del natural era su más decidido propósito, y hasta algún tiempo después no estudió con extraña perspicacia yreprodujo con arte de consumado conocedor los efectos delas pasiones y de los afectos del alma por medio de la expresión del rostro.

De cuantas obras ejecutó Vinci durante su estancia en

Florencia, sólo tres: el ángel del Bautismo de Cristo, deVerrocchio (Academia florentina); la Cabeza de Medusa yla Adoración de los Reyes Magos (Galería de los Oficios),hemos podido conocer. Las demás que citan sus biógrafos,Neptuno guiando unos caballos marinos, pintado paraAntonio Segui; un cartón de gran tamaño, Adán y Eva,en el cual estaban interpretados con minuciosa exactitudtodos los detalles del paisaje, flores y animales; admirables retratos al carbón de Américo Vespucio y del cabecilla de bohemios Scaramuccio,se perdieron irremediable-

PRÓÍ.OGO BIOGRÁFICO

mente al parecer. Lo mismo lia ocurrido con la imagende la Virgen, propiedad del Papa demerite V/i, que fuévista por D'Aryenville en el Vaticano a, mediado s del si-alo XVIII, cuadro en el cual la imitación de la realidad

' era cosa extraordinaria, pues Vasari co nsigna q ue figuraba en él un jarrón con flores cubiertas de rocío, de talfrescura qu e parecían arran cadas a la naturaleza.

La curiosidad de Leonardo era insaciable: todo lo quepodía ser observado le paréela interesante. Concurría a losmercados y a las tabernas, acompañaba a los senlencia-

I dios en la hora del suplicio y reunía en su casa grupos dealdeanos,, a quienes o bligaba a b eber con exceso, y luegoles contaba cuentos jocosos, aprovechándose de su embriaguez para tomar apuntes de sus ges-tos y contorsiones. Asítuvieron origen esas cabezas tan expresivas y esas caricaturas, la mayor parte de las cuales han sido reproducidas

muchas ve ces por el grabado: aquéllas revelan profundoconocimiento del corazón humano; éstas son grotescas, ynada más. ,

Bobusto por naturaleza, podía Vinci atreverse a todaclase de fatigas y, de diversiones; se vela muy solicitadopor la alta sociedad florentina, que tanto b rilló en tiemp osde los primeros M ediéis. Su carácter simpático agradab aa todos; su ingenio, su animación, su liberalidad dejarontan bueno s recuerdos en Florencia, qu e el mismo Vasari,a pesar del rencor que le tenía por haber rivalizado canMiguel Ángel, hablaba de él así: «Tanto era su prestigioy tanto el encanto de su conversación, que en seguida seapoderab a de todas las voluntades. Sin poseer nada ysiendo poco trabajador, tuvo, siempre criados y caba llos,que le gustaban sobre todas las cosas, y una colección deanimales de todas clases que eran su distracción, y a losuales cuidaba con paciencia y cariño infinitos. Frecuen-emente, cuando pasaba por algún sitio donde se vendían

cab"™ 5 ' Vagaba por ellos el'precio que le pedían, los,sa-7ih'a* J la

¿aul

" con sus propias manos y les devolvía la

iioertad.» '



PROLOGO BIOGRÁFICO PRÓLOGO BIOGRÁFICO Vil

,4. pesar del enorme tálenlo de que tantas pruebas habíadado ya, no parece que disfrutara de mucho favor ton Lorenzo el Magnífico. Era más apreciado como ingeniero quecomo pintor, no obstante lo cual fué desechado su proyec

to' de canalización del Amo. Muy posible es que la vida deplaceres que llevaba, y también la multiplicación de susestudios, la inquietud de su carácter y su indiferencia hacia las cuestiones políticas y religiosas, que entonces apasionaban a la gente, impidieran a sus compatriotos apreciar su genio en lo mucho que valía. Tanto era así, queresolvió buscar m.ejor suerte fuera de su patria, y animado tal vez por los ofrecimientos de Ludovico, el Moro, qu e ise proponía erigir un monumento a la memoria de su padre, se fué a Milán el año U83, según unos, o U80, enopinión de otros. Por aquella época escribió a Ludovico elMoro la curiosa carta que se conserva en la Biblioteca

Ambrosiana, de Milán, y que fué publicada p or Amare tti.No puede decirse que tal carta sea un modelo de modestia; Leonardo compartía, al parecer, en este punto la opinión de los antiguos, que consideraban que aquella virtudera un vicio; fiero la nomenclatura, que en ella especificade sus estudios y sus investigaciones demue stra, hasta quéyunto atraían a aquel joven de veintiocho o treinta añoslos problemas científicos, aparte de los trabajos, de artey a pesar de las distracciones de su vida social. El artistase ofrecía principalmente como ingeniero de guerra. Fu é

ceptado su ofrecimiento, y de su primera entrevista conLudovico el Moro puede leerse en Vasari el muy curioso

relato siguiente:«Precedido por su extraordinaria fama, llegó Leonardo

a Milán, y fué presentado al duque Ludovico Sforza, sucesor de Juan Galeas. Al duque le gustaba mucho oír tocar la lira, por lo cual se presentó Leonardo con un instrumento construido por él mismo. Era una lira, casi todade plata, que tenía forma de cráneo de caballo, configuración extraña que daba a los sonidos más intensa vibracióny mayor sonoridad. En aquella ocasión quedó muy por en

cima de. todos los músicos convocad os para dejarse oír, yademás le juzgaron como el más hábil improvisador de suépoca. El duque, de spués de oírle, se quedó tan entusiasmado con su pericia, que le. colmó de elogios y de mimos.

Le encargó en el acto un cuadro de altar, La Natividadde Nuestro Señor, que el príncipe regaló al emperador encuanto estuvo terminado.)

La protección del lúbrico y pródigo duque de Milán fuélo que Leonardo esperaba, y los diez y seis^ o diez y ochoaños de su permanencia en la Italia Sup erior fueran lasmás felices y los más fecundos de su vida. Se acomodabamuy bien a sus ambiciones el fausto de una corte esplendorosa. Menos escrupuloso de lo que lo hubiera sido Miguel Ángel en análogas circunstancias, se prestó su pincel más de una vez a los licenciosos caprichos de su amo.Preparaba fiestas en las que él era el principal elemento,

y las bodas de Juan Galeas con Isabel de Ñapóles y delpropio duque co n Beatriz d e Este le ofrecieran oportunidades de desplegar todos los recursos d e su inventiva imaginación.

Tales distracciones no retrasaban sus estudios ni losquehaceres de otra clase que le encomendó el duque. Suprimer cuidado fué, al parecer, agrupar en torno suyoalgunos discípulos y organizar la Academia de Milán,cuya finalidad no se conoce bien hoy todavía. La creó, opor lo menos la reorganizó por completo, y le dio su nombre, como lo demuestra una frase de Vasari y un sello en

el que aparecen estas palabras; Leonardi Vinci Academia,sello del cual existe un grabado antiquísimo, hecho prp-oaotemente por el mismo m aestro, que Amoretti reprodujoal frente de su obra, y que representa uno de esos extrañosenredos de cuerda, una especie de nudo complicado queaparece con frecuencia en los dibujos de Vinci.

Se ignora la clase de los estudios que en aquella Aca.de-%a se cursaban, así como la importancia, de la misión

'm 6ndlla tenia su fundador. Escuela o corporación, pien-ifica, daba, al parecer, mucho trabajo a Leonardo, que,

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il PROLOGO BIOGRÁFICO

si liemos de juzgar por los numerosos manuscritos, quemás parecen preparativos en forma de notas para lecciones públicas que obras definitivamente redactadas, era elprofesor principal, si no el único.

Be ser, como se cree generalmen te, la mayoría de aquellos manuscritos destinados a la enseñanza , precisa seráreconocer que los estudios que se cursaban en la Academia d e Milán abarcaba n la casi totalidad de las cienciasque interesan a las bellas artes; es decir, según la opinión, repetidamente manifestada por el mismo Leonardo ,todo, exceptuando la Teología, la Filosofía y el Derecho.Probable es, por otra parte, que el Tratado de la Pintura,su obra más considera ble, la única publicada completa,constituyera el cuadro general de sus enseñanzas. Sus tratados especiales, perdidos unos, y otros cuyos manus.cri- ,los se conservan en parte en París, en Milán y en Lon

dres, estaban destinados a completar aquél, desarrollan- 'do los temas principales relacionados con el arte, del dibujo. Repetidamente habla el mismo Leonardo en su Tratado de la Pintura de las obras que había escrito o se proponía escribir. Allí menciona el Tratado de la luz y de lassombras, cuyo manuscrito ha llegado hasta nosotros, yque él empezó a escribir el 23 de abril d e W O. En U89 es taba redactando un Tratado del movimiento local, en elque se ocupaba de la quietud,, el movimiento, y la ponderación del cuerpo humano. Comenzó otra obra, que debíaser muy imp ortante, titulada De la teoría y de la práctica . Refiérese además a un Tratado de los movimientos del

hombre y a otro acerca de Las proporciones del cuerpohumano, en el cual indica las medidas de la cabeza (dieste manuscrito sólo queda un fragmento). Parece ser quele preocupaba mucho la idea de la armonía entre las distintas pa rtes del cuerpo, o proporción, corno él la llamaba. Se echa en cara a sí mismo no haber podido lograr laperfección d el arte, aunque la persiguió sin descjmso:

PRÓLOGO BIOGRÁFICO

Mirator veterum discipulus qu e memor,Deíuit una mihi symmetria p r i s ca ; peregiOuod potui. ¡Veniarn da mihi, posteri tas

Así dice su epitafio, compuesto por el poeta Platino Piat-lo cuando él vivía, y probablem ente por su encargo: «Admirador de los antiguos, y agradecido discípulo suyo, sólouna cosa me ha faltado: su conocimiento de las proporciones. Hice lo que pude. ¡Q ue la posteridad me perd one »

Además de los indicados, habla Vasari de un Tratadode perspectiva que constituía la introducción, de sus distintas o bras acerca de. la pintura, y del cual a segurabaBenvenuto Cellini que había poseído una copia.

En París, y con el profesor Marco Antonio de la Torre..estudió Anatomía Leonardo, que hasta acostumbraba ahacer de sus disecciones dibujos con lápiz rojo, que luego

retocaba a pluma. Ademá s redactab a las lecciones de sumaestro, desarrollándolas y comentándolas.

Todavía se cita un Tratado más: el de la Anatomía delcaballo, que compuso cuando trabajaba en la estatuaecuestre de Francisco Sforza, y que fué destruido al mismo tiempo que este hermoso monumento, cuando llegaronlos franceses.

El Tratado de la Pintura es una especie de enciclopediade las artes del dibujo; pero no es en esta obra ni en algunos voluminosos escritos donde se debe buscar a Leonardo completo. El libro no pasa de. ser un programa ylos manuscritos no han sido descifrados del todo, ni lo serán probablemente nunca. Afirmó Lucas Pacioli qu e Vinel era zurdo, y el examen Jle sus dibujos parece indicarque efectivamente los trazó con la mano izquierda. Asegúrase también que, aunque no fuera zurdo, acostumbrabaa escribir con dicha mano y empezando las líneas por laderecha, a estilo oriental, y al revés, por lo cual, para leer

que el escribía e ra preciso valerse de un espejo que. invirtiera los escritos. Como era hombre de secretos, de mis-

, de recetas, nacido cuando estaba la alquimia en



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PKftL&GO BIOGRÁFICO P ROLOGO' BIOGRÁFICO

lodo su auge, es posible que es-cribie.se así, sin ser zuráa,con el deseo de sustraer a la curiosidad y a la indiscreción ajenas sus inventos.

En el año 1490 se interrumpieron las obras de la catedralde Milán, a causa de los disentimientos que hubo entrelos arquitectos italianos y alemanes que las dirigían. Aquéllos querían que se adoptara el estilo del Renacimiento, yse veían apoyados por Ludovico el Moro y por la opiniónpública; los alemanes optaban por el arte gótico y la unidad-de estilo, y opinaban que el monum ento debía ser terminado con arreglo a los procedimientos seguidos hastaentonces. Renováronse, con motivo del coronam iento dela Cúpula de Milán, las violentas discusiones que se produjeron en tiem.po d e Hrunelleschi a causa de la ejecuciónde la cúpula de Santa María del Fiore. Las sesiones delCongreso de arquitectos convocado .por el duque eran mástormentosas cada vez. El 27 de junio de 1450 habían sidopresentados y rechazados cuatro proyectas; los milanes&sesperaban con impaciencia el resultado de las deliberaciones, que no se acababan nunca. Se nombró a Leonardoadjunto de los arquitectos rivales, y aunque no se sabeexactamen te la participación que le correspondió en la decisión adoptada, es de suponer que la alta, autoridad quele daban sus especiales conocimientos en matemá ticas aplicadas contribuyó a poner fin al debate.

Al mismo tiempo que intervenía en este asunto, ocupábase en importantes trabajos de hidráulica y realizaba losprimeros estudios del canal de la Martesa na, estudios que

no terminó hasta mucho después.Durante diez y seis años trabajó sin cesar en el gigan

tesco monumento que el duque de Milán quería erigir aFrancisco Sforza, y aún le quedaba tiempo para ejecutarvarios trabajos de escultura, bustos de. ancianos, imágenes de Cristo, de la Virgen y otras que sólo conocemos porlo que de ellas dice Lomazzo en su Tratado del arte de la

. pintura. Esta labor tan variada no interrumpió la obraprincipal, la estatua d e Sforza, q ue fué descubierta en

1493' poco después de la boda del duque de Milán con Beatriz de Este. Causó el monum ento admiración exlraordina-

tria pero a Leonardo le pareció siempre que era precisocorree/ir algún detalle, y cuando o currieron los sucesos de1499 no estaba fundida todavía. A los arcabucero s gascones de Luis XII les pareció muy divertido tomarla porblanco de sus disparos, y la hicieron pedazos.

La fatalidad parecía empeñada en destruir las obras: más imp ortantes de Leonardo de Vinci. Otra de ellas, el[fresco de la Cena, del Convento de Santa María de la Gra-I cia, de Milán, está destruida. Un documento citado porvAmoretti consigna que aún estaba pintando esta obra en; 1497, y probablemente la terminó aquel mismo año. Tra-fbajó en ella con un ardor y un entusiasmo que. no eranf frecuentes en él. Bandello cuenta que muchas veces vio a«Leonardo abandonar de pronto el modelado de la estatua

| ecuestre, a mediodía, durante los más intensos calares dela canícula, para ir a Santa María a terminar can dos otres pinceladas algún detalle de la Cena, como si de estemodo hallara alivio a sus preocupaciones. Otras veces sequedaba tan absorto, tan esclavo de su labor, que permanecía en ella desde por la mañana hasta por la noche, sin-acordarse de comer ni de nada.

Pasó el tiempo, y abruma ron al gran artista penalidades de todas clases, obligándole a salir de Milán. Lasobras que ejecutó no le enriquecieron, ni mucho menos;cuando la suerte le sonreía se daba vida de potentado ycompartía su dinero con amigos y discípulos. Era bueno.

Melzi le llama en sus cartas «buen amigo y padre excelente», pero carecía de esa dignidad de carácter y ese amor« la independen cia que aconsejan la previsión y el estoicismo. La carta que escribió al duque de Milán para participarle sus apuros es de una tristeza y una humildadconmovedoras.

Por^un documento de 26' de abril de 1499 le donó Luisn viñedo situado junto a la puerta de Vercellino. Pacoespués era expulsado de sus estados Ludovico el Moro,

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PROLOGO BIOGRÁFICO PRÓLOGO BIOGRÁFICO XHÍ

y Leonardo presenció la destrucción de l modelo de inonu-mmentó a Francisco Sforza y de las obras que pintó par&Wel palacio ducal, así como de las hermosas y admirables*construcciones del palacio de Galeas-San Severino. Al paMrecer no tenía mucho deseo de marcharse de la capital defla Lombardia; se consideraba afecto a la persona del príralcipe, fuese éste quien quisiera, y deseaba permanecer enlaquel lugar, donde ya tenía una propiedad y donde le hu-¡Mera gustado co ntinuar su obra.

Las dificultades que la guerra proporcionaba a Luis Xllno le permitieron probablem ente utilizar los conocim ientos'-del hombre a quien tanto había de apreciar poco después,'y Leonardo se marchó a Florencia con su discípulo Salai yIsu amigo el matemático Lucas Pacioli. Halló a sus ami-{.gos de Florencia trastornados por los desórdenes y las agitaciones qu e siguieron a la muerte de Savonaro ta. Fray*';

Bartolomé era monje en el convento de San Marcos; Lo-'tvenzo de Credi, desesperado por la muerte del reformador, :renunció a la pintura y guiso retirarse al hospital de San^lla María la Nueva para morir allí; Boticelli, viejo, pobre'-y amargado, no era ya el alegre camarada a quien cono-.¡ció veinte a ños antes. El Perugino fué el único d e sus an-itiguos amigos que no lomó parte alguna en los acontecí-1mientos que tuvieron por escenario a Florencia. Era des-;\de hacia mucho tiempo amigo de. Leonardo, y como él,sentía la mayor indiferencia hacia las cuestiones políticas .y religiosas.

En cu anto llegó a Florencia, Leo nardo reanudó sus es

tudios sobre la canalización del Amo, que él pretendía ha- icer navegab le desde Florencia hasta Pisa. Empezó proba- 1blemente en tonces el retrato de Monna Lisa del Gioconda,e hizo el de la bella Ginevra de Benci, ya retratada por iGhirlandajo en un fresco de Santa María, la Nueva.

Después de una perm anencia bastante larga en Floren- '.cía, entró Leonardo al servicio de César Borgia, que le 1nombró, en 1502 su arquitecto e ingeniero general. Se pasó itodo aquel año, casi, dibujando puertos, proyectando for- ¡

tiñcaciones, recorriendo la Bomaña y la Umbría en todossentidos, e 'hizo también un breve viaje a Boma. En en erode 1503 'estaba de regreso en Florencia, donde figuró entre los artistas designados para dar su opinión acerca delsitio donde había de colocarse el David de Miguel Ángel.En 150b recibió el encargo de decorar una de las paredesdel salón grande del Palacio Antiguo. Como tenía que pintar un asunto de la historia de Florencia, eligió un episodio de la batalla de Anghiari, qué ganaron sus compatriotas contra Piccinino. Enterado de que iba a ser competidor suyo en la orname ntación de aquella estancia M iguelÁngel, eligió intencionadam ente un asun to, de acción que

: le permitiera seguir a su temible rival en el propio terreno de éste. No queda traza alguna del cartón que hizopara ejecutar aquella pintura, que también ha desapare-

t cido. Sin term inarla, abando nó el trabajo, en el cual ocu

paba a numerosos pintores, y se supone que el brillanteéxito del cartón de Miguel Ángel La guerra de Pisa motivó su renuncia.

Begresó a Milán en agosto de 1506 y el mariscal Chau-moru, gobernador de Lombardia, nombrado por Luis XII,le dio pruebas de la más sincera amistad, qu& le. praf&íóhasta su muerte. El mariscal solipitó de la señoría de Florencia que permitiese a Leonardo prolongar la estancia asu lado, en Milán, porque le necesitaba durante una brevetemporada . La respuesta no debió de ser satisfactoria,pues en octubre siguiente insistió el mariscal, a quigncontestó el severo gonfalonero Soderini, secamente: «Dis

pénsenos Su Señoría que no concedamos el permiso, quenos solicita para Leonardo de Vinci, porque éste no se haportado como debía con la Bepública. Deseamos qm novuelva Su Señoría a pedirnos ese., permiso, porque no podemos prescindir del trabajo de aquél.» Salió Leonardo deMilán provisto de una ca rta de recomend ación del maris-cat'-para el gonfalonero, el cual no por ello dejó de. afearcivn101 SUS inexaciitudes, su desconfianza y hasta el anti-

P0 que había recibido para hacer un trabajo que no acá-

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XIV PROLOGO BIOGRÁFICO

baba. Ofendido el artista, visitó a sus amigos, completó laícantidad que le echaban en cara que hubiera recibido y imla llevó a Soderini, el cual no quiso recibirla.

Desde aquel momento sólo pensó Leonardo en marchar- j

se de la ciudad, donde—forzoso es reconocerlo—nunca É ¡estimaron en lo que valía, y sólo volvió una temporada Imuy breve en 1507 y otra en 1511, con motivo de un pleito,que tenía con un hermano suyo acerca de la herencia delun tío paterno, y en 15U, cuando iba a Roma con Julián/de Médicis, a la coronación de León X. A su regreso a Mi-;lán halló Vinci lo que más estimaba en este mund o: tran-quilidad y amigos. La Lombardía, destrozada por la gue-¡rra, renacía b ajo la sabia y justa administración del mariscal Chaumont y Juan Jacobo Trivulcio. Melzi recibió a-,Leonardo en su quinta de Vaprio, y poco después, en ami$-\tosa colaboración, pintaron ambos la gigantesca Virgen,.,}

cuya cabeza no mide menos de metro y cuarto, hoy des-\truida por el tiempo y por los soldados, pero cuyos restos'conservan todavía tanta ma jestad. Volvió a tener en torno Isuyo a sus discípulos, y el primer dinero que cobró tMcompartió, según dicen , con Salai, qu e deseaba dotar a su;hermana.

Llamado a Milán, principalmente para terminar el ca-nal de la Martesana , pudo dedicarse , bajo la amistosa pro-'tección de Carlos de Amboise, a sus aficiones científicas J i

a la persecución de sus quiméricas invenciones.Muchos son los trabajos científicos de Leonardo . Indicó

claramente o adivinó gran número de descubrimientos. De'},algunos pasajes de sus manusc ritos se deduce que conoció antes que Copérnico el 'movimiento de la tierra. Susobservaciones acerca de la circulación de la sangre, de lacapilaridad, del imán, de la refracción, del centelleo, ¿elas estrellas, de la luz de la luna, del flujo y el reflujo; sus Iestudios de fisiología, botánica y sobre todo de geología, Ien los cuales formuló, con tres siglos de anticipación y de ¡un modo muy exacto, las bases de una ciencia que se tie-íne por reciente, le colocan en la categoría de los más emi-

PKÓLOGO BIOGRÁFICO XV

nenies naturalistas de la escuela moderna. Inventó la cámara obscu ra y el higrómetro. Sus cono cimientos en matemáticas p uras, eran muy extensos, y se preocupó principalmente en aplicarlos a la industria. Llamaba a la mecánica «eí paraíso de las ciencias matemáticas)). Entresus dibujos los hay de máquina s para laminar el hierra,para tundir el paño, para hace r tornillos, sierras, cepillar,cavar fosos, sondar, arar utilizando el viento como fuerza motriz y, por último, su detalladísimo estudio del famoso cañón arcliitonitro (archilrueno), que demuestra quediscurrió emplear el vapor de agua como agente propulsor. Por todo lo dicho se ve que, como hombre de. ciencia,Leonardo debe ocupar un lugar eminente.

En 1507 fué nombrado pintor del rey por Luis XII. En

11511, la muerte le privó de un protector que era ademásun buen amigo: el mariscal de Chaumont.

Cuando en 1513 fué Leonardo a Roma con Julián de M édicis, el artista ca si había muerto, pero el hombre de cien-. cia se agigantaba en la plena conciencia de su valer. Aqu elmomento debía de ser solemne en la vida de Vinci; enfermo a causa del exceso de trabajo, unida, la enorrne cantidad de sus manu scritos a una labor constante, y diaria,debió aparecérsele como la obra más grande de su existencia. Una nota del Código Atlántico nos lo ¡sesenta en Belvedere, en el estudio que te. fué construido par orden delMagnífico, absorto en ejercicios nocturnos de matemáticas. Otra nota nos le deja ver en Monte Mario, ocupadoen buscar las señales de un pasad a remotísimo: de cuan

do el mar cubría toda la tierra sobre la cual había de surgir, andando el tiempo, Roma. El foso del castillo deSant'Angelo le proporcionó ocasión para algunas, observaciones de acústica; los jardines del Vaticano le ofrecenmateria de investigaciones zoológicas y botánicas y experimentos acerca del vuelo de las aves. El Hospital deioma le abrió sus puertas, y las notas anatómicas queU7'° aM í fon más extensas y más numerosas.

a pasión por el estudio, el misterioso modo de obrar de



XVI PHÜLOGO BIOGRÁFICOPRÓLOGO BIOGRÁFICO XVII

Leonardo, que ya le habían valido en Florencia las censuras de algunos' timoratos de Dios, entonces, en la última-1 época de su vida, despiertan en la sociedad roman a, ab-Msorta ante los esplendores del renacimiento pagano , cier-'¡to terror mezclado con, sospechas. Un tal Juan Tedesco, ce-,

loso de la simpatía de que daba constantes pru ebas Juliánde Médicis a Leonardo, encuentra terreno favorable paralsembrar maledicencias, y una, disensión perso nal termina Ien la persecución del sabio. Cierto día, cuando iba al UosApital para proseguir sus investigaciones, que a la mente jde la generalidad, envuelta todavía en las nieblas medioe- 'vales, le parecían actos de profanación, Leonardo se en-\contra con la prohibición terminante de entrar, dado por:iorden superior.

Fué un momento extraordinariamente triste; la mala in-<\tención se propagó y se hizo más profunda. ((Esto—dice%

Leonardo en uno de sus párrafos reveladores de desahijen- 1to—me impidió practicar la Anatomía, pues la reprobaba Iel Papa y también los del Hospital.»' En otra ca rta qué.Mparece una auto-defensa argu menta contra las sospechas' \con su propia vida, consagrada al estudio de la verdad.

Julián de Médicis le libró de lo peor; pero cuando, arras- ':trado por el amor d e una mujer, se fué a Sabaya ( ) de Ienero de 18(5), Leonardo se apresuró a salir de Ro ma,donde su ánimo padecía con un tremendo contraste. Este >fué el verdadero motivo de su alejamiento de la CiudajlEterna y no la próxima llegada de Miguel Ángel, comosupone Vasari, o un desacuerdo con León X acerca de un

cuadro, según otros.Entristecido el ánimo, al año siguiente se marchó Leo

nardo de Italia. En Amboise, en el castillo de Cloux, sufrió la parálisis de la mano derecha, y encaminó la actividad de su imaginación al estudio de la canalización deFrancia y a construir un palacio para Francisco I. Segúnse lee en el diario de Antonio de Beatis, el cardenal Ara-gona, que fué a visitar a Vinci. en 4511, le, encontró totalmente imposibilitado para pintar, y en medio de sus apun-

¡aciones anatómicas, de perspectiva e hidráulicas, aundesconocidas para el mundo : «infinidad de volúmenes, todos en lengua vulgar, que si salen a la luz serán proficuas

deleitosos» En aquellos últimos días ofuscó el espíritu

de Leonardo un desaliento m uy hondo. Rodeado de susdiscípulos y de algunos eclesiásticos, intentó el renacimiento de las ingenuas creencias de su niñez; pero la mueiiele sorprendió el 2 de mayo de 1519.

Las principales obras pictóricas de Leonardo son: LaCena (Milán), La Virgen en el regazo de ^anta Ana, San

.Juan Bautista, La Gioconda, Baco, La Virgen de las Ro-cas, el retrato de Lucrecia Crivelli (Museo del Louvre), LaVirgen de la Botella (en el Vaticano), la Cabeza de Medu

sa , la Adoración de los Reyes Magos (Galería de los. Oficios, de Florencia), La Virgen con el Niño y algunas más.Las restantes han sido extraviadas, y algunas que se leatribuyen son de dudosa autenticidad.

Tienen muchos eruditos a Leonardo de Vinci no sólocomo escritor de excepcionales méritos, sino como fautorde la pureza y del prestigio de l idioma italiano. Pensadory artífice de obras escritas, Leonardo dejó enorme cantidad de notas, de apuntes que no alcanzaron unidad y ple

nitud de organismo. Por su misma extensión hubo de quedar incompleto el plan del gran artista, y sus distintas partes en diferente estado de formación y madurez. Los milesde pliegos vincinnos diseminados por Europa—y hay quetener en cuenta los muchísimos que habrán sido destruí-dos o extraviados—no son más que reliquias del vastoPlan que apenas si se divisa en esos sobrios apuntes, en loscuales cita Leonardo a un supuesto oyente, volúmenes queescribió, pero que en realidad estaban'todavía formándose en sus notas o en gestación en su cerebro. Be esta ma-

m mmm ua m



X V I I I PROLOGO BIOGRÁFICOPRÓLOGO BIOGRÁFICO

XIX

iiera indica cuarenta libros de ¡hidráulica y ciento veinte}de estudios anatómicos, subdivididos por él y clasificados.

A pesar del distinto grado de realización de los escritos),y de sus frecuentes repeticiones—que revelan la constante]

preocupación de Leonardo por expresar con toda claridadsu pensamiento—, en el fragmentario material se vislum--bra su obra, que debió de ser, en el período más brillantedel renacimiento, lo que fué la divina comedia para smépoca trecentista. Por ejemplo, limitándonos a la anatomía, después de prometer al lector que «te será présenla-,da la cosmografía del mundo menor—o sea del cuerpo hu -.mano—con el mismo orden que a mí me presentó Tolomeoila del Universo en su Cosmografía, y para lograrlo dividiré aquél en miembros, como él divide la tierra en provincias, y diré la función de cada parte», termina Leonardo:«¡Ojalá me permitiese N uestro Autor d escribir el carácter

de los hombres y sus costum bres del mismo modo qu e describo su figura »

Existe una extraña analogía entre el sistema d e trabajoal cual tenía que someterse Leon ardo, al arrostrar el es- •tudio de los argume ntos más singulares y variados, parallegar a la «certidumbre que nace del conocimiento íntegro de todas aquellas partes, qu e cuando se hallan unidasconstituyen el todo», y el de Balzac, cuan do, describiendola fábula de la Comedia humana, resumía el método qua.siguió con una concisión perfectamente vinciana en suforma: «Como todas las cosas son causantes y causadas,auxiliares y auxiliadas, creo imposible co nocer las partessin conocer el todo, ni el todo sin conocer las partes.»

Ante estas palabras parece que se está oyendo a Leonardo explicar lo que fué el mayor trabajo de su imaginación,de su vida, en constantes alternativas entre las investigaciones de la naturaleza y las deducciones de la experieii-

' cia, pasando de los más leves fenómenos a los grandes problemas, a la síntesis de las fuerzas y de las leyes que rigen el mundo en la pradigiosa unidad de su organismo yde su existencia.

No es cosa que deba asombrarnos el hecho fíe qu e tal&smateriales, aquellas partículas del pensamien to que quedan en el desorden originado por su tumultuosa formación—desorden agravado por la sucesiva desmembraciónde alguno de los volúmene s de notas y dibujos que dejó el

gran artista-—, hayan sido considerados durante muchotiempo como el fruto de una imaginac ión extraña, inquieta; pero menos aún puede sorprendernos la leyenda rápidamente difundida de un Leonardo dedicado al cultivo delas ciencias ocultas y «principalmente de la Alquim ia»,como escribió Vasari: de un Leonardo cultivador de «oríes secretas». La leyenda contribuyó a justificar el secularabando no en que perman ecieron los escritos vincianos,que se tuvieron p or misteriosos, por la misma singularidad de la escritura al revés, comp licada co n abreviaturasy cifras, descomposiciones y agrupaciones de letras y de

palabras; por las deficiencias de la puntuación, tas en miendas, tachaduras y repeticiones que concurrían a dificultar su lectura y entorpecer su estudio.

Así las cosas, no podía pensarse que aquella inquietaimaginación, consagrad a a tan complejas investigaciones,abruma da po r los múltiples cuidados del ejercicio del arteen sus variados aspectos, dispusiera de tiempo y de desahogo para entregarse a preocupaciones de índole literaria; no podía pensarse que Leonardo se detuviera a reunirun material lingüístico y lexicológico, con fines diddsii-cos que pasaran d el propósito de un sencillo adiestramiento en el empleo de la lengua. Su propia au toridad parecía

convalidar tal restricción de propósitos en cuestiones deidioma,, al declarar: «yo no soy literata», y cuando, enpievisión d e los reparos que «algún presuntuoso» pudieraoponerle, se califica de «hombre iletrado».

or todo ello resulta razonable, por no decir discreto,reconocer que Leonardo fué un autodidacto que sólo daba

fin T*rf noia,s ^e índole lexicográfica la importancia y la

Td e ser u nos ejercicios puram ente personales.

V en día, pasada la primera impresión de sorpr&sa, y



XX PROLOGO BIOGRÁFICOPflÓ LO G O BTOGBA KI :0 XXI

hasta es posible que de desconfianza., que pu&de. inspirarel hecho de ver delinearse la figura de Leonardo como re suelto fautor de la lengua italiana, llega el caso de preguntarse si, en realidad, puede ser motivo de asombro imaginarle, sobre sus muchas ocupaciones, dedicado a la tarea de aportar una valiosa contribución a los dos instrumentos m ás esenciales para cualquier idiom a: el vocabulario y la gramática. El, que al más agudo sentido estético unía Un admirable temperamento de hombre de ciencia; él, que al mismo tiempo d e anatomizar el cuerpo humano—como nadie antes que él lo hizo, pues ya Lomazzodeclaraba que «ningún otro podía igualarle» en tales prácticas—sabía pasar del terreno an atómico a las consideraciones fisiológicas y psicológicas, y de los fenómenos secundarios en apariencia ascendía con firme visión a lasleyes generales de la naturaleza, ¿podía acaso, desintere

sarse de los medios que ésta le proporcionaba para formular su pensamiento con las luminosas propiedades dela palabra y la incisiva agilidad de la frasa? ¿No se entrevé una forma de complacen cia, c asi de gratitud, cuando dice: «poseo tantos vocablos en mi lengua materna, quecasi he de dolerme m ás de la buena inteligencia de las cosas que de la falta de palabras qu e me permitan expresarlos conceptos de mi mente»? Y si alcanzaba en su lenguamaterna la claridad y la precisión de las palabras, la sobriedad y la eficacia de las frases, ¿no había de ser espontáneo en él, irresistible, el altruista propósito, de procurarlas mismas dotes al patrimonio, común, mira constante,

casi podemos decir exclusiva, de sus actividades:-'La cuestión de si se debe o se puede atribuir a Lorenzo

el Magnífico la paternidad de la primera gramática italiana exige un momento de atención en lo que se relaciona con la intervención de Leonardo. No hay ya duda diqu e a Lorenzo el Magnífico corresponde el mérito de haber propugna do la necesidad de destruir las dificultadesde la erudición hu mana, levantando la voz en defensa delidioma del Dante con tra, los que se obstinaban en argüir

que debía haber hasta en liorna dos lenguas diferentes yseparadas. N o pudo, en efecto, mantener su opinión máseficazmente ni con mayor intuición de la verdad que escribiendo en los Comentarios a sus sonetos: «La lengua que

fué común, casi necesaria para lodo el mundo por la expansión del Imperio romano, era en su tiempo materna ynatural, aunq ue más esmeradam ente escritas con ciertasreglas y razones por los que alcanzaron honores y posición que por el vulgo, en general, y po r las turbas, populares.» Así escribía el Mag nífico para defen der, con el propio ejemplo de Roma, la lengua que llamaba «común atoda Italia», y este reconocimiento del idioma hablado enToscana como lengua nacional fué lo que inspiró a Mo-randi argumentos para sostener su opinión de que hubiera sido el Magnífico el autor de la «Gramática de Lorenzode Médicis», mencionada por Leonardo en una serie de re

cuerdos personales, identificada por el propio Morandi en,la breve Gramática florentina existente, según el inventa-%rio de U9S, en la biblioteca particular de los Médicis, y unacopia de la cual fué a parar en 1508 a la Biblioteca Vaticana.

Refiriéndose al Códice Trivulziano, la mayoría de cuyaspaginas está total o casi totalmente llena de listas de pa labras, colocadas en columna, sumando entre todas cuerea de ocho mil vocab los, con escasas repeticiones, opinael barón Enrique de Geymuller que aquellas nutridas co-umnas eran el fruto d e anotaciones que Leonardo hizo

al leer diferentes textos, ya religiosos, de Hidráulica., deGeografía o de Arte M ilitar, en los. cuales eligió los queyor impresión le producían o los que respondían mejor

« ciertas investigaciones suyas. Al analizar la colocaciónm V Vocablos hace notar que no es casual, pueA fácil-bras n^ advierte la correlación de sinónimos o de pala-rresn eJentic '0 opuesto, la agrupación de varias q ue co-un a m-

n ° " " mismo significado o a modificaciones de

ne<¡ o • f10 noción> expresivas de determinadas condicio-7eferentes q particularidades de analogía u ortográ-

...;:,, :„ . • s ::<-.•:.> ,»> -



XXII PROLOGO BIOGRÁFICOPRÓLOGO BIOGRÁFICO XXI i I

ficas. Y dice Geymuller: «No se trata de la simple forma-,ción de un vocabulario, ni del exam&n de cuestiones relacionadas solamente con la gramática italiana; lo que Leó-inardo se propuso fué algo más trascenden tal; sus mirasíeran más altas; encamináb anse a crear la filosofía demidioma, al conjunto de cuestiones que a él se refieren, olservando y estudiando las relaciones entre los sonidos yilas emociones del alma; entre la forma de las palabras,'^las ideas y los hechos, para desentrañ ar los secretos del ;{lenguaje, para enfrentarse con el misterioso, tema de luígerminación de las ideas, del desarrollo del pensamiento.»'f

Al erudito Morandi corresponde la gloria de haber aportado a este tema una no ticia importantísima: la de que en 'tiempo de Vinci no existía aún el vocabulario italiano, exceptuando un brev e trabajo de Luis Putei que quedó iné-\dito y fué extraviado por sil poca importancia, pero deis

cual se valió Leonardo para comenzar con su personalísi-mo estilo la formación de un vo cabulario verdadero y pro- '••pió de la lengua, pensado con rigor de métodos y de reglas,como no se había intentado hasta entonces por nadie. Estodesbarata e l argumen to principal de los que opinaban qu econ el material que reunió Leonardo sólo se proponía adiestrarse en el idioma para aprender y dominar, la. escrituracientífica.

Valiéndose de su memo ria, más que leyendo, cosechóVinci abundante material, en el que. no pasaba n de. trescientas las palabras tomadas del único y pobre trabajo dePulci. Morand i, ya menciona do en estas líneas, puso demanifiesto la bondad del sistema em pleado por L eonardo,extrayendo de su memoria, más que de los libros, la primera materia de la lengua toscana y más particularmenteflorentina, cuya esencia reconocía y proclamaba el Magnífico, común a toda Italia.

El deliberado propósito de construir un verdadero vocabulario italiano resalta claramente en los cuatro folios delCódice Trivulziano (12 y 13 anverso y reverso), que contienen cerca de trescientas palabras, colocadas en arden al

fabético de sus iniciales nada más, y todas ellas acompa-~ das de la correspondiente definición o explicadas pormedio de sinónimos.

Leonardo supo conserva r en sus escritas, la propiedad

de los vocablos, la exactitud de su empleo, la evidencia, desu significado, de todo lo cual se deriva lo conciso y lo se-

W¡uro de su fraseología.¿Quién puede creer, después d e la lectura de sus notas

acerca del corazón, que haya posibilidad de describir enforma más concisa, más exacta y al mismo tiempo eviden-

l te el maravilloso latido d e la vida que desde dicha viscera• irradia al cuerpo? ¿Quién no se queda asombrado, despuésMe leer sus notas referentes a la lengua, de la seguridad{narrativa con que pasa Leonardo d el terreno rigurosa-tmente anatómico al fisiológico y filológico, de la pro dua-l ción de los sonidos, para elevarse a las más complejas con-

'; sideraciones del lenguaje, a su continua evolución, quetres siglos después resumía Taine con frase que párese co -

'• piada de Leonardo: «Hay tantos estilos como siglos, naciones y grandes ingenios.» Leonardo dijo: «Los idiomas seextienden ha cia lo infinito porq ue • continuamente varíande siglo en siglo, de nación en nación, med iante la mezcla de los pueblos, y son mortales como todas las cosascreadas.»

Las obras de Leonardo, puramen te literarias, que pudieron ser recogidas después de su primitiva dispersión,fueron clasificadas con el mayor acierto posible por el doctor Edmundo Solni y agrupadas Fábulas, Alegorías, Pensamientos, Paisajes, Figuras, Profecías y Chanzas. Encste mismo orden las traducimos.

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F á b u l a s

I. LA INQUIETUD.—El tor rente ar ras t ró tanta t ier ra yt antas piedras hacia su cauce, que se vio obl igado acambiar de s i t io .

II . E L PAPEL Y LA TINTA.—Al verse e l papel man

chado por la obscura negrura de la t inta , se dol ió dee l lo ; la t inta le explicó qu e para que subsis t ieran laspalabras compuestas en é l era preciso conservar lat inta.

III. E L AGUA.—Hallándose e l agua en e l soberbiomar , que es su e lemento, se le antojó ascender sobreel a i re , y ayudada por e l e lemento fuego elevóse conver t ida en vapor sut i l como el a i re . Cuando es tuvo enlo a l to encont ró a i re más sut i l y f r ío , y fué abandonada por e l fuego; a l encogerse , l as chispi tas l íquidas

se unieron y se hic ieron más pesadas ; cayeron; la soberbia se trocó en fuga. El agua cayó desde el cielo,se la bebió la t i er ra seca, y encarcelada en ella m ucho t iempo, suf r ió la peni tencia de su pecado.

V . L A LLAMA Y LA CANDELA.—Las l lamas, despuése Per rnanecer un mes en e l horno de vidr io, a l ver

qu e se les acercaba una candela en su hermoso y reluciente candelero, se esforzaron en su deseo de acer-

• • • • • • • t n tmt m trr ,



LEONABDO DE VINCI

cáraele . Una de e l las , abandonando su di rección n Mtural y es t i rándose desde un t izo hueco en e l cual se lal imentaba, se sal ió por una rendi ja pequeña hacia ejHl ado opuesto y se confundió con la candela , que es tabacerca, y con la mayor glotoner ía y avidez la devorqfcas i has ta e l f in; quiso luego procurar la prolongación^de su vida, y en vano intentó volverse al horno de don»;de había sal ido, porque tuvo que mor i r y desaparecer ljunta con la candela. Al fin, entre l lantos y arrepen-Jt imientos , convi r t ióse en moles to humo, dejando a to- |das sus he rmanas con e sp l énd i da y l a rga v i da y be - |lleza.

V . LO S QUE SE HUMILLEN SERÁN EXALTADOS.—Ha-1l i ándose un poco de nieve adher ida a la c ima de una

peña s i tuada en lo más a l to de una a l t í s ima montaña.jconcent ró su imaginación, empezó a ref lexionar y dijoíp a r a s u s a d e n t r o s :

— ¿No me j uzga rán a l t ane r a y o rgu l l osa porque , ;s iendo como soy un ins igni f icante dracma de nieve, Ime haya s i tuado a tanta a l tura y tolere que toda esa 'cant idad de nieve que desde aquí puedo ver es té más']baja que yo? C i e r t ament e , mi pequenez no merece es ta ja l tura , porque bien sé , por tes t imonio de mi insigni-»]ficancia, lo qu e el sol hizo ayer a mis com pa ñe ras , que <en pocas horas quedaron derret idas por su calor , y í

es to les ocurr ió por haberse puesto más a l tas que lo;que les correspondía . Yo quiero hui r de la fur ia del*sol , descender , encont rar un s i t io apropiado a mi p o - 'bre can t i dad .

Y l anzándose hac i a aba j o empezó a cae r , rodan do jdesde la a l tura por encima de la ot ra nieve, y cuanto imás bajaba más crecía su cantidad; de ta l modo, queal terminar e l recorr ido sobre un col lado se vio n o Imen or qu e e l monteci l lo en que se apo yab a, y fué la ¡

ESCIUTOS LTTETiAltlOS Y MLOSÓPICOS •>

última que derri t ió el sol aquel est ío. Así , los que sehumi l lan son exal tados .

V I SOBRE E L MISMO TEMA.—La bola de nieve,cuan t o más rueda ba j ando de l a mont aña nevada ,

más mul t ipl ica su magni tud.

V i l . LA PIEDRA.—Una p i edra de he rmoso t amañoy recién descubier ta por e l agua es taba en un lugarelevado en donde terminaba un delei toso bosqueci l loy sobre un cami no pedregoso , en compañí a de h i e r bas y f lores adornadas con colores var iados , y veía lag r an can t i dad de p i edras que en e l mi smo cami no ha -

I bía co locad as. Sintió de seos d e dejarse caer al l í , diciéndo se a sí mis m a :

i —¿Qué hago yo aqu í con e s t a s h i e rbas? Qui e roI i rme a vivir en com pañ ía de esas herm ana s m ías .Y dejándose caer acabó su voluble car rera ent re las

I deseadas compañ eras . Ap ena s s e vio a l l í , empezó aI ser mal t ra tada por las ruedas de los car ros y los her ra-i dos pies de los cabal los y los cam inan tes . Uno s la;• cam biab an d e s i t io , ot ros la go lpe ab an ; a veces le• a r r ancaba n un ped azo ; o t ra s s e ve í a cub i e rt a de fan-í go o del est iércol de a lgún a nim al . Ins t int ivam ente

contemplaba e l s i t io que abandonó en aquel lugar depaz t ranqui la y sol i tar ia . Así les ocurre a los que de

jan su exis tencia a i s lada y contemplat iva para i r se avivir a la ciudad, entre gente sometida a infinitosmal es .

i V II I. L A NAVAJA DE AFEITAR.—Al salir un día a laI luz del sol k nava j a de e se mango que e s , a l mi smo

: iemP°> su vaina, advirt ió que el sol se reflejaba ensu cuerpo, y c o n e i | 0 s e e n orgu l l ec i ó , y vo l v i endo e lpensamiento a lo pasado empezó a deci rse a s í misma ;

nmm



UflÜNAfiftX) Díí VLNC ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS

—¿He de volver yo a esa t i enda de donde acaboide sal i r ? ¡ Es o sí qu e no ¡ Los dioses no que r r á n qüjgt an espléndida be l l eza ca iga en t anta v i l eza de áni-1m o j Buen a locura ser í a esa , que me l levar ía a rapar]l as barbas no enjabonadas de rúst icos vi l lanos y a eje-cutar operac iones mecánicas

¿Este cuerpo'mío en ta-f

les ejercicios ? ¡De n i n g ú n m o d o V o y a esconderme •'en a lgún s i t io ocul to y en é l pasaré mi v ida descans a ndo t r a nqu i l a m e n t e .

As í fué , y después de es ta r escondida unos meses , icu an do volvió un d ía al aire l ibre y sal ió la nava ja de ís u s c a c ha s , vio que se había conver t ido en una s i e r ra her rumbrosa y que e l espléndido sol no se re f l e ja ba en su superficie. Con inút i l arrepentimiento l loróen va no su i r reparable desg rac ia , d ic iéndo se :

—¡ Cu ánto mejor e ra e je rc it a r con e l barbero mi

sut i l í s imo f i lo perdido ¿Dónde es tá mi re luc iente superficie ? ¡ De seg uro l a ha consum ido l a moles ta y suc i a he r r um br e f

T a l les ocur re a los ingenios que t ruecan l a afctividad por el ocio, y que, a semejanza de la navaja deafe i t a r mencionada , p ie rden su aguda sut i l eza y Venes t ropeada su forma por e l moho de l a ignorancia .

I X . E L LIRIO.—El l i r io se puso en la ori l la delTesino, y la corriente se l levó a la ori l la y al l i r iojuntos .

X . E L NOGAL.—El nogal of rec ía en un camino l ar iqueza de sus frutos a los t r anseún t es , y los hombresle l apidaban.

X I . L A HIGUERA.—Como e s t a ba 3Ín fruto la higuera , no l a mi raba n a d i e ; deseosa de dar sus frutospara que l a e logiaran los hombres , és tos l a encorvaron y rompi e ron .

XII. L A PLANTA Y LOS PALOS. — Se qu eja ba la pla nta de l rodr igón seco y v ie jo que habían pues to juntoa ella y de los pa los secos que l a rodeaban. Aquél l am a n t e n í a de r e c ha ; é s t o s l a a m pa r a ba n c on t r a l a s m a l a s c om pa ñ í a s .

X II I. EL CEDRO Y LOS DEMÁS ÁRBOLES.—Ensoberbecido con su hermosura , e l cedro desdeñaba a losárboles que había a su a l rededor , y conver t ido en torre entre el los, el viento, que no se calmaba, le derr i^bó , de s a r r a i gá ndo l e .

X I V . L A CLEMÁTIDE.—Como no e s t a ba c on t e n t acon su se to , l a c lemát ide empezó a pasarse , con susramas , a l camino y a enredarse en e l se to inmedia to .Los caminantes l a des t rozaron.

X V. LA S MALAS COMPAñíAS ARRASTRAN A LOS BUE

NOS EN SU PROPIA PERDICIÓN.—La v id , envejec ida sobre un árbol v ie jo , cayó a l der rumbarse és te , y porhaber es tado en mala compañía perec ió con e l l a .

X V I . S O B R E EL MI S MO TEMA.—El sauce, con su

l a rga germinac ión, pre tendió crecer has ta verse mása l to que n ingún o t ro á rbol . Por haberse unido con unavid, que todos los años suf r í a una poda , se vio m u t i l ado é l t ambién.

X V I I . E L CEDRO.—Deseando e l cedro t ener en sucima un f ru to hermoso y grande , púsose a consegui r lo con todas sus fuerzas , y cuando e l fruto c rec ió , porculpa de és te hubo de inc l inarse l a a l t a y e rguida c imadel árbol .

X V III . E L MELOCOTONERO.-—Envidioso d e la g r a ncant idad de f ru tos que t enía su vec ino e l nogal , un

.. .;..,. ;•;• . •



b LEONARftO BE VINC1

melocotonero decidió compet i r con él , y se cargó <j|f ruta , has ta ta l punto qu e el peso de ésta lo tumt'"'desarraigado y roto, en e l suelo.

X I X . EL OLMO Y LA HIGUERA.—Estaba la higuera

cerca del olmo, y viendo que sus ramas carecían dif ruto y tenían e l a t revimiento de tapar e l sol a sus hilgos verdes , l e di jo , reprendiéndole :

1—-¡Oh, o l m o ¿N o te da ve rgüenza poner t e delarte de mí ? E spe ra , e spe ra que maduren mi s h i j os ,ya ve r ás dónde t e pones .

Maduraron los ta les hi jos , y a l ver los un grupo d¿soldados , para coger los higos , rompieron las ramaf ly es t ropearon el árbol , rompiéndole por todas partesJAl ver le tan des t rozado de t odos sus m i e m b r o s , 1$di j o e l o l mo:

— ¡ O h , h i g u e r a ¡ Cu án to mejor es n o tener h i josque verse por culpa de és tos en tan deplorable es tado J í

X X . LAS PLANTAS Y EL PERAL.—Viendo e l l aurely e l mir to que ta laban el peral , l e di jeron a voces:

— ¡ O h , p e r a l ¿Adonde v a s ? ¿Qué se ha hecho della soberbia qu e t en í a s cuando a d o r n a b a n t u s ramafllos f rutos maduros ? ¡ Ya n o nos ha r á som bra t u e s apesa c a b e l l e r a

Y el peral respondió :

—M e voy con e l ag r i cu l t o r queme cor t a , y me l le |vara a la t i enda de un magní f ico escul tor , que con siiarte me dará la forma del dios Júpi ter , en tanto q u « |tú es tás a punto de ver te desgajada y pelada de tujjr amas , que l os hombres , pa r a honra rme , pondránmi a l rededor .

X X I . L A RED.—La red, que solía coger los peceslfué cogida y arrastrada lejos por el furor de los m i » |m o* peces .

ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓflCOS 7

X X I I . L A MARIPOSA.—No con tenta la van a y vagabunda mar i posa con poder vo l a r cómodament e por

[ a i re y a t ra ída por la seductora l lam a de la vela ,qu i so volar en e l la , y su a legre movimiento fué causad e súbita desgracia , porque en aquel la luz se consu

mieron las sut i les a las , y la mísera mar iposa cayóabrasada a l pie del candelera . Después de mucho l lorar y ar repent i rse , y enjugando las lágr imas de susanegados ojos , l evantó la cara hacia lo a l to y d i j o :K ¡ Oh , pérfida luz ¡ A cuán t os com o a mí l e s ha b r ás hecho pasa r e l t i empo mi se r ab l ement e equ i voca dos Si yo también quer ía ver la luz , ¿no debí di st inguir la del sol de la fingida l lama del sucio sebo?

I XX II I. E L CASTAÑO Y LA HIGUERA.—Al ver el cas

taño a un hombre subido en la higuera , y atrayendo> hac ia s í l as ram as, de do nde ar r anc aba los frutos m aduros , l l evándoselos a la abier ta boca, en la cual los

'deshacía y los desgarraba con sus duros dientes , y sa-fcudía l a s l a rgas r amas , p roduc i endo t umul t uoso ru

mor, di jo :— ¡ O h , h i g u e r a ¡ Cuán t o menos o b l i gada que yo

I es tas a la naturaleza ¿ Ve s qué p ro t eg i dos h a d i spues to que es tén mis dulces hi jos , ves t idos en pr imer tér mino con una delgada camisa, sobre la cual l l evan ladura y for rada cascara , y no conforme con favorecer-

• me tanto haciendo res i s tente su a lbergue, ha puestoe n j e sp i nas agud as y abun dan t e s pa r a que no m eP ueda daña r l a mano de l hombre?

í J higuera y sus hi jos se echa ron a re í r , y cua nd o

I 3S a r

°n dÍ3

° ella

, l l r a ; el hombre e s t an i ngen i oso , que sabe em-si n f o s y piedras , echar abajo tus ramas, dejar te

u °*> y cua nd o és tos ha n caído al suelo, pi sotear o s n l o s pies o machacar los con piedra», de modo



LEONARDO DE V1NCI ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS

que salgan las cas tañas desgarradas y es t ropeadas disu armado refugio. En cambio, a mí me tocan hábifmente con las manos , y no como a t i , con palospiedras .

X X I V . L A ALHEÑA Y EL MIRLO.—Vióse moles tadala a lheña en sus f inas ramas cargadas de f rutos nuefvos por las punzantes uñas y e l pico de importuno mirflo , y se quejó a és te con lamentoso dolor , rogándolaque ya que le ar rebataba sus quer idos f rutos , no 1<|pr ivase, a l menos , de las hojas que la defendían dalos abrasadores rayos del sol y no descor tezase y desfnudara con sus agudas uñas su t ierna corteza. A est<^conteste e l mir lo en tono d e grosera repr ime nda :

—i Cál la te , re toño s i lves t re ¿N o sabes que la na^turaleza te obliga a producir estos frutos para que yeme a l i ment e? ¿No ves que e s t oy en e l mundo paralaprovechar es te manjar? ¿ 'No sabes , vi l lana, que cuan<ldo l legue el invierno próximo servi rás para alimentar}él fuego?

Escuchó el árbol con paciencia , pero no s in l l an to ,es tas palabras , y a l poco tiempo—el mi r l o hab í a s i d oc a z a d o co n una red y e l cazador cor taba unas rami-t a s pa r a hace r una j au l a donde ence r r a r l o— t ocó , enjtre otras, a las m ás del gad as de la fina alhe ña figurafent re los mimbres de la jaula , y a l verse causa de la

perdida l iber tad del mir lo, se a legraron mucho y 1<¡di j e ron :— ¡ O h , m i r l o Aquí nos t ienes , s in que aún nójS

ha ya con sum ido el fuego, como di j i s te . ¡ An tes he m o i j |de ver te pr i s ionero que tú a nosot ras quemadas

X X V . LA NUEZ Y EL CAMPANARIO.—Una nuez fuell levada por cierta corneja a lo al to de un campanario;]y gracias a una hendiduda en la cual cayó, vióse lfj

bre del mortífero pico del ave, y suplicó a la torre, porla gracia que Dios le había otorgado de ser tan a l ta ,tan grande, tan r ica en campanas de sonidos majes tuosos que la socorriese y que, ya que no pudo caer bajolas verdes ramas de su anciano padre y hal larse ent re

la t ierra vegetal cubierta de hojas secas, no la abandonara, pues ya que se l ibró del feroz pico de la fieracorneja y pudo hui r de ella, quer ía acabar su vida encualquier agujeri to.

Oyendo es tas palabras la pared del campanar io, tuvo lás t ima y se consideró obl igada a acoger a la nuez

H i e l s i t io donde había caído. Poco t i empo después•"comenzó ésta a abrirse y a echar raíces por entre las¡[junturas de las piedras, y a brotar y extender sus raimas fuera de su escondr i jo , has ta que, a poco, sa l iero n por encima del edificio, y las retorcidas raícesagr ie taron la pared, abr iéndola y expulsando a las viej as piedras de su ant iguo s i t io . Tarde e inút i lmentelloró la pared la causa de los perjuicios que sufría, puesabr iéndose en seguida, se der rumbaron gran par te desus componen t es .

X X V I. E L SAUCE Y LA CALABAZA.—El mísero sauce no podía disfrutar la satisfacción de ver cómo crecían sus f inas ramas has ta e l deseado grandor ni cómose enderezaban hacia e l c ie lo, por culpa de una vid" a lgunas plantas más que había cerca de é l ; s iem-

estaba desgajado, es t ropeado, roto. Recogiendo,concent rando todo su espí r i tu , abr ió con él de par

Par Jas puer tas de la imaginación. Y ref lexionan-n ^ e s a n t ement e , i nves t i gando e l mundo vege t a l pa -

. e r c o n qué planta le convenía a l iarse que noeces ita ra 1» - j j • ' v •n a c í ' j ayud a de su un i ón , acudió a su ímagi-in«j r epente e l recuerdo de la calabaza, y dejando caer t- J i i r i

todas sus ramas a causa de su a legr ía , l e

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10 LKONABDO I>E Y1NC1 ESCBÍTOS LITEKABIOS V ÍULOSÚÍICÜS 11

parec i ó que hab í a encon t r ado compañera pa r a reavlilzar su ans iado intento—ya que la calabaza e s má s aipropós i t o pa r a enreda r a l a s demás que pa r a que ÍMenreden— . Adopt ada e s t a de t e rmi nac i ón , l evan t ó sU |ramas a l c ie lo como s i esperase la l l egada de a lgúr i

ave ami ga que pud i e r a servirle de medi ador . Y vieri|fdo cerca de s í una ur raca, l e d i j o :

—¡ Oh , l indo pá jar o T e supl ico, por e l refugio queles t os d í a s por l a mañana encon t r a s t e en mi s r amascuando e l hambr i en t o , c rue l y r apaz ha l cón que r í a dejivora r t e ; por e l descanso que en mí t ambi én hailastejcuando tus a las neces i taban descansar , y por los gecés que ent re mis ramas disf rutas te cuando revoloteabas j ugando con t us compañeras , t e sup l i co que busiques a la calabaza y le pidas unas cuantas semi l las^

y le digas que cuando nazcan las t ra taré lo mismo ques i s e hub i e r an engendrado en mi s en t r añas . Dile t o d a sl as palabras que tengan los mismos efectos persuas i - | |vos , aunque a t i , maest ra de lenguajes , no es precistíenseñar te . S i lo haces , me complaceré en sos tener t Jnido en e l nacimiento de mis ramas, y en é l a todalt u f ami l i a , s i n que t engá i s que paga rme r en t a a l guna :

E n t onces l a u r r aca , después de conven i r nuevas con-¡diciones con el sauce, sobre todo la de que no permi- |t i ese permanecer en su t ronco ni ent re sus ramas a lculebras ni a garduñas , a lzó la cola , bajó la cabeza y,idejándose caer de la rama, conf ió su peso a las a las jEs t a s , agi tándose en e l a i re fugi t ivo, ya hacia aquíifya hacia e l ot ro lado, guiándose hábi lmente con eHt imón de su cola , l l evaron a la ur raca junto a una ca-'ll abaza , y s a l udándo l a e l ave con buenas pa l abras , leípidió las deseadas semi l las . Lléveselas a l sauce, quellas recibió con cara a legre , y arañando la ur raca lált i er ra próxima al árbol , plantó los granos con el pica | |a l rededor del sauce.

Germi na ron l a s s emi l l a s r áp i dament e , y con el e re-'rri'ento v desar rol lo de sus ramas comenzaron a ocu-

oar todas las del sauce y a ocultarle con sus enormes• \ j a belleza del sol y del cielo. Como si no basta

ra taAto daño, nacieron y crecieron luego las calaba

zas que por su propio peso incl inaron ha cia la t i er ralos ext remos de las t i ernas ramas, con ext rañas tor turas y moles t ias de és tas . Entonces , es t remeciéndose e lsauce e¡ incl inándose inút i lmen te para procurar d esembarazarse de las calabazas , pasó muchos días padeciendo este error, pues la l igazón buena y firme seoponía a sus propósi tos . Vio que pasaba e l viento, yencomendándose a é l , logró que soplara con más fuerza , con tanta que e l t ronco, vie jo y hueco, se par t ió endos has ta las ra íces , y caído en e l suelo en dos pedazos, l loróse en vanó a s í mismo, reconociendo que ha

bía nacido para no ser nunca dichoso.

I X X V I i . E L ÁGUILA.—Quiso un águi la bur larse deSun buho, y se es tuvo con las a las pegadas a l cuerpo,B:on lo cual e l hombre la cogió y la mató.

i X X V I I I . L A ARAÑA.—Cuando quer ía coger un a ara-| n a en sus fa l sas redes a una mosca, mur ió en e l lasi víc t ima d e un abejorro.

| X X I X . E L CANGREJO.—Hallábase bajo una piedrar C i?a n ,g r eí° Para coger a los peces que a l l í ent raban,v le go la crecida, con derrumbamiento de peñascos ,

| qu e al r o c i a r le aplas taron.

| * X X . E L ASNO Y EL HIELO.—Sobre el hielo de unt.r.~i Pr o ' u n do se quedó dormido un asno, que con eli calor cU i • • / i i i• L J - , SU cuerpo derritió l a capa conge l ada y s eI fiad °' s P e r t a n a - ° s e bajo e l agua y muriendo a h o -

r'tóíwS



12 LEONARDO »E VINCI HITOS UTaUÍUOS Y í lLÓSüíiCOS 13

X X X I . L A HORMIGA Y EL GRANO DE M IJO.— E ncontr ó la hormi ga un g r ano de mi jo, que al sent i rse ¿oígido por el la, le g r i t ó : /

— Si m e haces el favor de pe rmi t i rme que logré m i ld e s e o de ge rmi na r , te d a r é , en c a m b i o , c i e n g r a n o s

c o m o yo.Y así se hizo.

X X X I I . LA OSTRA, EL RATóN Y LA GATA.— £stabafla ostra con var ios peces en casa del pescador cjuejloJdesembarcó j un t o al mar, y rogó a un r a t ón que1 lalvolviese al a g u a . El r a t ón , que tenía el proposita delcomérsela , consiguió que se abr i e r a ; al morde r l a , la lost ra cer ró su c o n c h a y le p r e n d i ó la c a b e z a , sujetan-ido l é . V i no l uego la ga t a y le ma t ó .

XXXIIL EL HALCÓN Y EL PATO.—-No pod í a sopo r - Ita r el ha l cón la m a n e r a d e e sconder se del p a t o , que se ll e e scapaba s i empre de l an t e de él me t i éndose ba j o e l la g u a , y qu i so , a imi tación suya, segui r le ; pero se m o j ól a s p l umas y n o pudo sal i r del a g u a , en t an t o que elfpa t o , e l evándose en el a i re , se bur l aba del ha l cón , q u ese ahogaba .

X X X I V . L A OSTRA Y E L CANGREJO.—Cuando hay ' iluna l lena, la s os t ras se a b r e n del t odo , y al ver lo los |

cangrejos les echan den t ro a l guna p i edra u ot ra cosa, 1c o n lo cua l i mpi den que vue l van a cer rarse , y se las 1comen . E s t o les ocurre a los que a b r e n la boca pa r a Isoltar su secreto, pues son p r esa de l indiscreto oyente , f

X X X V . L o s TORDOS Y LA LECHUZA.—Mucho sea l egra ron los tordos al ver que el h o m b r e se a p o d e r a b a de la lechuza y la p r i v a b a de l iber tad a tándole lasp a t a s con fuer tes l igadura s . Pero la l echuza fué lue-

por medi o d e la l iga , causa de qu e lo s tordos perdiesen, no la l iber tad, s ino la mi sm a v i da .

Esta es la suerte que e spe ra a aquel los pueblos quereeocijan al ver qu e sus mayores p i e rden la l iber

ta d con lo cual pie rde n ellos el auxi l io y q u e d a n su

jetos al poder de su enem i go , de j ándose en sus m a n o sla l ibertad y has ta la vida.

X X X V I . L A MONA Y EL PAJARITO.—Halló u na mo

n a un nido de pajar i tos , y con la mayor a l egr í a se a p o deró de e l los ; pero como cas i todos podían y a volar,sólo consiguió qued arse con u n o , el má s p e q u e ñ o . Llen a de a legr ía y con el pajari l lo en la m a n o se fué asu refugio, y se p u s o a con t empl a r y a besa r a su p r e sa ; co n su en t r añab l e am or t an t o lo besó y le dio vuel ta s y le apretujó, que le qu i t ó la v i da . S épan l o lo s que ,

¡por no cas t igar a sus h i jos , ac aba n mal .

X XX V II . E L PERRO Y LA PULGA.—Dormía el perrosobre una pie l de ca rne ro , y al sentir una de sus pul -

( g as el olor de la sucia lana , creyó que en e l la podr íaf vivir mejor y más a cub i e r t o de las den t e l l adas y de, »as u ñ a s del can que a l i m e n t án d o s e de la s angre de

este,^ como has t a en t onces ; y sin pensa r l o más , aban dono al pe r ro . Ya me t i da en t r e la e spesa l ana , e mpe zó^ con m ucho t r aba j o a ver si pod í a pasa r has t a las

aices d e los pelos ; y después de muc hos sudo res tuvoviue convence r se de que era aque l l o empresa vana ,

I Porque los pel os e s t aba n tan e spesos que cas i se toca-n unos a otros y n o que daba s i ti o a l guno por d o n d e

m\P k p u c* i e s e c a t a r la . pie l . Así que, al c a b o dedel ° U e r z o y cansanc i o , qu i so regresar a l cue rpocisad TTOJ *>ero ^s t e s e h a l " 3 m a r c h a d o , y se vio pre-

' d espués de a r r epen t i r s e mucho y de llorara m a r g a m . n t e , a mor i rse de h a m b r e .

•



4 LEONARDO DE VINCI

X X X V I I I . E L RATóN, LA COMADREJA Y EL GATO.-^

Sitiado estaba el ratón en su reducida vivienda por leucomadreja, que con su vigilancia continua procurabasu muerte y le observaba por un agujerito. Aparecióla gata de pronto, cazó a la comadreja y se la comió

inmediatamente. El ratón, entonces, que había saeri>J|ficado a Júpiter algunas de sus provisiones, dio grá.3cias apresuradamente a su dios, y salió fuera de sülagujero para recuperar su perdida libertad; pero en e'ljacto le privaron de ella y de la vida los feroces di en te ^y uñas de la gata.

X X X I X . LA ARAñA Y EL RACIMO DE UVAS.—Como'J

se encontraba entre las uvas, la araña cazaba las mos-,|cas que acudían a alimentarse con el racimo; pero lie-]gó la época de la vendimia, y con las uvas fué pisada]

la araña.

X L . SOBRE EL MISMO TEMA.—Dio la araña co n u n;racimo de uvas que por su dulzura era muy visitado:por las abejas y por varias clases de moscas, y le pa-.jrecio que aquél sería un lugar muy cómodo para sus]asechanzas. Introdújose allí valiéndose de su hilo más ¡sutil, y apenas estuvo en su nuevo albergue, asomá-rbase todos los días por los intersticios que había entreigrano y grano , y asaltab a como un ladrón a los pobres Ianimales, que no se guardaban de ella porque no kjli

veían. Pas ado algún tiempo , el vend imiador cortó Iaqu el ra cim o como otros muc hos , en unión de los cua- ¡¡les fué pisado en el lagar. De esta manera fué el racimo trampa y engaño del engañador como lo había sidode las engañadas moscas.

XLI.—BOSQUEJO. — Fábu la de la lengua mor dida :por los dientes.

XLI I .— E L ALDEANO Y LA VIÑA.—Advirtiesndo ©1 al -

BSCBITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS 15

, j 0 provechoso que era para la vida tener apoyosla mantuvieran en alto, le puso muchos postes, y

cuanto cogió el fruto quitó los postes y la dejó caer

para hacer lumbre con los sustentáculos.

XLIII. LEYENDA DEL VINO Y DE MAHOMA

1

.—Vióseen la mesa de Mahoma, en una valiosa taza de oro,el divino licor de las uvas, el vino, y enorgullecido conhonra tanta, se dio a pensar en sentido contrario, diciéndose a sí mi smo :

—¿Qué s°y Y0** C^e qué me alegro yo? ¿No medoy cuenta de que estoy a punto de morir, de dejar laáurea habitación de esta taza y entrar en la horribley fétida caverna del cuerpo humano para convertirmede licor suave y oloroso en sucia y triste orina? ¡ Y,porsi fuera poco tanto daño, aun habré de permanecer

mucho tiempo en esos feos recipientes en compañíade esa otra apestosa y corrompida materia que salede las interioridades humanas

I Clamó al cielo pidie ndo venganza de aquellos ma-[les e implorando que tuviera fin tanta humillación, y¡¡que ya que aquel país producía las mejores uvas deI todo el mundo , n o fuesen, al meno s, conve rtidas enf vino.

entonces Júpiter dispuso que el vino bebido por

.ahorna s e le subiese a la cabeza y le privase del jui-C 1

° , a consecuencia de lo cual incurrió en tantos erro-¡ e s , que al volver en sí dio la ley de que ningún asiá-co bebiera vino. Y así quedaron libres las viñas y

su fruto.

(Al margen.)

F¡•L___"I n o> al entrar en el estómago, comienza a her-

1 TV Uctor ai fl.

u n i 8 r o » arábigo» e o r r« i p o » d » B. a la» nota» qu a hallara «1""al d»i l i b ro .



16LEONARDO DK VlüCl

üir y a deshincharse; su alma empieza a abandonar afflcuerpo y se dirige hacia el cielo; en el camino tropirn^

za con el cerebro culpable de la división de su seraempieza a contaminarle a enfurecerle como si le vomviese loco; le obliga a cometer irreparables torpezas mhasta a matar a sus amigos.

X L I V . BOSQUEJO.—El v i no consumi do por el be o^do , en el mi smo bebedor se venga .

' • ¡X L V . LA LLAMA Y EL CALDERO.—Un poco de lum-l

bre que en un ca rbonc i t o hab í a queda do en t r e la ti-'|bia ceniza , con la pocfi. ma t e r i a que le qued aba , e sca sa y p o b r e m e n t e se m a n t e n í a a sí m i s m a . C u a n d o la«minis t ra de la cocina », pa ra e jercer su o rd i na r i a y'jal iment ic ia profes ión, apareció a l l í , y, pues t os los le

ños en el hogar , con la pajuela ya r e suc i t ada , ya casimor t ec i na , p r end i ó una l lami ta ent re la bien dispuest a l eña , co l ocando el ca l de ro enc i ma , sin ot ra preocupac i ón , de a l l í conf iadamente se fué.

A n i m á n d o s e la l umbre en t onces con los s ecos le ñ os qué le hab í an pues t o enc i ma , com enzó a a scende r , i mpul sando al aire por las rendi jas que ent re losl eños hab í a , en r edándose a sí mis ma ent re e l los conjovial y bur l ón movi mi en t o .

A s o m á n d o s e po r en t r e lo s leños , en cuya s rendi jas

se h i zo agradab l es ven t anas , y lanzando re lucientes ,rutilantes l lami tas , n o t a rdó en desvanece r la obscur i d a d de la ce r r ada co c i na . Gozosas la s l lamas, ya crec i da s , b r o m e a b a n con el a i re , y r o d e á n d o l o y c a n t a n d o con dulce murm ul lo, crearon sonido s suav es . . .

S e an i mó más la l u m b r e con los leños secos que enel hogar ardían, y p r e n d i e n d o en e l los jugueteó, enred a n d o su s l lami tas por acá, p or acul lá , por los huecosq u e los leños dejab an ent re sí.

ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS 17

Y discurr iendo ent re e l los con paso a legre y gozoso,. •/ c r eciendo y apa rec i ó por los huec os super iores

j j o s leñ o s , convirtiéndolos en agradab l es ve n t anas ,

ora aquí, ora aculláVióse ya muy a l ta sobre la l eña , y t rocó el sosega

do y

t ranqui lo carácter en

h i n c h a d a e

i nsopor t ab l e so

berbia , obl igándose cas i a sí m i s m a a creer que pod í alanzar todo el super ior e lemen to sobre los pocos leños .

Ya empezaba a zumbar , l l enando de ch i spas y defulgores todo lo que h a b í a en t o rno al hogar; ya lasl l amas, grandes , se e rgu í an j un t as hac i a a r r i ba . . . cuando las más a l t ane r as t r opeza ron con el fondo de lacaldera que t en í an enc i ma .

X L V I . E L ESPEJO Y LA REINA (fragmento).—El e spe jo se vanag l o r i aba mu cho al tener dent ro de sí, refle

jada, la i m a g e n de la r e i n a ; pero cuando és t a se fuéquedóse el espejo. . .

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Alegorías

LA COGUJADA.—Es la cogujad a u n av e de la cualdicen que ¡ levándola a la cabecera de un enfermo in -

5dica s i és te ha de mor i r , en cuyo caso se vuelve de unvlado, se pone de espaldas y no le mira , o s i , por e lEcont rar io, segui rá con vida, y entonces no deja de miniarle, y hasta le l ibra de cualquier dolencia .

De la misma manera , e l amor a la vi r tud se niega a|ver las cosas malas o t r i s tes , permanece s iempre ent ref las honestas y vi r tuosas y v ive en los corazones am a-p i e s , como los pájaros en e l verde bosque sobre last ramas f lor idas . Aún demuest ra más amor en la adver-|sidad ° iu e en los t i empos prósperos , a l modo de la luz ,íque mas e sp l ende cuan t o más obscuro e s el si t io don-fde se encuent ra .

I U- ENVIDIA.—Dícese de l mi l ano que cuando en el

o ve que sus hi jos es tán demasiado gruesos , l es•picotea los costados y loa t iene s in com er .

¿ ,, ALEGRíA.—La a legr ía es condición propia delL ?

<jne con las más pequeñas cosas se a legra y can-

aciendo movimientos graciosos .

§¿Ua A S TEZA-—La t r i s teza es como el cuervo, que* v^ q u e eus hi jos recién nacidos son blanco*

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20 LEONARDO DE VINCIESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS 21

siente ta l dolor que se apar ta de e l los , los abandonalamentándolo t r i s temente , y no les da de comer mienft ras no ve que les nacen plumas negras .

V . P A Z . — S e cuenta del cas tor que cuando le pe í

s iguen, sabiendo que la causa de e l lo es la vi r tud d isu s medicinales tes t ículos , s i ve que no puede escpar , se det iene, y para que los cazadores le dejen t rar iqui lo , con sus agudos d i en t e s s e desprende aquellapar te de su cuerpo y se la deja a sus enemigos .

VI. IRA.—Del oso se asegura que cuando se acer- fca a las colmenas para qui tar les la miel a las a b e j a s |és t a s empi ezan a p i ca r l e , con l o cua l abandona ímmi e l pa r a vengar se ; y como qu i e r e t omar venganzade todas las que le pican, de ninguna se venga, y eti

cambio se pone rabioso y se t i ra a l suelo, agi tando injút i lmente patas y manos para defenderse de e l las .

V I I . MISERICORDIA O AGRADECIMIENTO.—La virtuc

del agradecimiento se encuent ra a l parecer , más qu^¡en ser a lguno, en las aves l lamadas abubi l las , que reJconociendo el benef ic io de la vida y de la nutrición qu€han r ec i b i do de su padre y de su madre , cuando verilque és tos es tán vie jos les hacen un nido, les a b r i g a ncon su cue rpo , les dan de comer , l e s a r r ancan con ellpico las plumas vie jas y feas , y con unas hierbas lej jdevuelven la vi s ta , de modo que recobren su prospejjridad.

VII I . AVARICIA.—El sap o se a l ime nta de tier ra y |s i empre e s t á fofo, porque no se h a r t a ; tanto es e l t e - |mor que siente de que l legue a fal tarle aquélla.

IX . INGRATITUD.—Las pa l omas se a semej an a l a |ingrat i tud, puesto que cuando han crecido lo bastantel

a n o neces i tar que les den el a l imento, empiezan apelear con su padre y no lo dejan has ta qu e le ahuyenta n ; luego le quitan a su compañera y l a hacensuya.

• X - CRUELDAD.—El bas i l i sco es tan cruel , que cuan do no consigue con su venenosa mirada matar a los'animales, la dirige a las hierbas y a los árboles, y los

¡ seca.

• X I . LIBERALIDAD.—Del águila se cuenta que no t ie-l ne nunca tanta ham bre q ue no deje par te de su presaI para las aves que la rodea n, las cuales , c om o no p ue-pden a l imentarse por s í mismas, t i enen que formar e l|.cortejo del águi la , porque a s í pueden comer .

I XI I . CASTIGO.—Cuando e l lobo se acerca cautelo-|sámente a a lgún redi l de ganado, y por casual idad t rompieza de modo de hacer ruido, se muerde la pata quePía t ropezado para cas t igar la por su equivocación.

í XIII . HALAGO O ADULACIÓN.—Canta t an du l cemen-P e Ja s i rena, que adormece a los mar ineros , y luegoI eube a sus navios y mata a los adormi lados navegantes .

X I V . PRUDENCIA.—Por natural impulso, l a hormi-

| ga se abas tece en e l verano para e l invierno, matandoI s semillas qU e r e C 0 g e p a r a qU e n o. vuelvan a brotarW a J l m entándose con el las . *

1 X V . INSENSATEZ.—E3 toro salvaje odia el colorí J° . y como los cazadores lo saben, vi s ten de rojo e lI. neo de un árbol, y el toro corre hacia él , furioso, yI , c ava los cuernos , después de lo cual los cazadoresI ' e ma t an .

••:• • .



22 LEONARDO DE VINCIESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS 5¿8

X V I . JUSTICIA.—Puede compararse l a v i r tud dejust icia con el rey de las abejas, que todo lo o rdena ;dispone con r a z ó n ; as í , a unas las e nv í a en bus c a d |f lores, otras a t rabajar , otras a luchar con las avispasot ras a sacar l a suc iedad y o t ras a acompañar y cóiitejar al rey, al cual , cuando es viejo y carece de alas]

l l evan sobre s í , y s i a lguna no cumple con sil obliga:c ión es cas t igada s in compas ión de n ingún género .

X V I I . VERDAD.—Aunque l as perdices se roban sushuevos unas a otras, los hi jos que de tales huevos n a |cen vuelven s iempre a l l ado de su verdadera madre .

X V I I I . FIDELIDAD O LEALTAD.—Las grul las son talf ieles, tan leales a su rey, que por la noche, cuando é lduerme, se s i túan a lgunas a l rededor de l prado par |

custodiarle de lejos y otras se pone n m á s c e r c a , cqluna p iedra cogida en l a pa ta l evantada cada una , dllmodo que s i l as venciese e l sueño caer ía l a piedraíhaciendo un ru ido que l as desper ta r í a , para que se i r jguiesen de nuevo; hay o t ras que has ta duermen ertorno a l rey , re levándose cada noche , a f in de que nc |llegue a faltarles él.

X I X . FALSEDAD.—Cuando ve l a zor ra a lgún grupode ur racas o de corne jas o de aves parec idas , se tumJ

ba en seguida en e l suelo con l a boca abier t a , de modofque, c r e ye ndo que e s t á m ue r t a , a c ud a n d i c ha s a ve s á |picotear la l a l engua , ocas ión que e l l a aprovecha pará |coger les l a cabeza ent re sus d ientes .

X X . MENTIRA.—El topo t i ene los o jos muy peque- iñ i tos y s i empre es tá ba jo t i e r ra , v iv iendo mient ras e s t áescondido, pues en cuanto sa le a l a luz muere , por-lque se mani f i es ta l a ment i ra .

XXI- TEMOR O COBARDÍA.—La l i ebre s i empre es tátemerosa, y las hojas qu e en o toño caen de los á rboles l a asus tan cons tantemente y cas i s i empre l a ponen

en fuga.

I X X I I . MAGNANIMIDAD.—£1 ha l c ón no c oge nunc a

^inás que pá jaros gordos , y antes se de jar í a mor i r quea l imentase con aves pequeñi tas o comer carne fét ida.

| X X I I I . VANAGLORIA. — Es te v ic io lo pade ce , má sique n ingún o t ro animal , e l pavo rea l , pues s i empre e s -| i á contemplando l a be l l eza de su cola , ex tendiéndolaf i en forma de rueda y l l amando la a tenc ión de los ani -írnales que le rodean con sus gri tos. Es éste el vicio másIpifícil de dominar .

I X X IV . CONSTANCIA.—Se par ece a la con stan cia el«fénix , que , deseando, por na tura leza , su renovación,Fe s constante e n m a n t e ne r l a s a b r a s a do r a s l l a m a s quefíe c ons um e n , pa r a r e na c e r luego de ent re sus cenizas .

X X V . INCONSTANCIA.—El ven ce jo opta por la inconstancia : s i empre es tá en mo vimie nto para no so -Por tar n i l a más mínima incomodidad.

X X V I . TEMPLANZA.—El camel lo es e l an imal másujunoso que exi s te ; es capaz de andar mi l mi l l as enu sca de una camel la , y s i es tuviera cons tantementeo n su madre o sus hermanas , no se acercar ía a el las,

Porque sabe dominarse muy bien .

X X V I I . INTEMPERANCIA. — Po r s u i n t e m pe r a nc i a ,Porque no sabe contenerse, por la af ición que t iene a

s doncel las, el unicornio olvida su ferocidad y su sal-Jismo ; de jan do a u n l ado cua lquier descon f ianza , se

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24 LEONARDO DE VINCI

acerca a la doncel la sentada y se duerme en su regáfzo , c i r cuns t anc i a que aprovechan l os cazadores parícoger le .

X X V I I I . HUMILDAD.—De l a humi l dad t i ene e x p e riencia suma el cordero, que se somete a todos los de*;

más an i ma l es , y cuando l os en t r egan como a l i ment o los enjaulados leones , pónense debajo de e l los comalo har ían con su propia madre , de t a l modo que varia»veces se ha vis to que los leones no quer ían matar los^

X X I X . SOBERBIA.—Por su al tanería y su soberbiaqui e r e e l ha l cón p r edomi nar y mandar sobre t odas lasdemás aves de rapiña, y como desea ser solo, se le ha™vis to a lgunas veces a tacar a l águi la , reina d e l a s a v e s ]

X X X . ABSTINENCIA.—El asn o s i lves t re , cuand o va la la fuente a beber y se encuent ra con el agua turbia,fpor mucha sed que tenga se abs t iene de beber y espe-ira a que e l agua se aclare .

X X X I . GULA.—Tan somet ido a la gula es tá e l bui tre, que ser ía capaz de andar mi l mi l las para comerseuna car roña. Por eso s igue a los e jérci tos .

X X X I I . CASTIDAD.—La tórtola no fal ta nunca a sucompañero, y s i uno de los dos muere, e l ot ro vive en

es tado de perpetua cas t idad y no se posa nunca enrama verde ni vuelve a beber agua clara .

X X X I I I . MODERACIÓN.—Gracias a su moderación,el armiño sólo come una vez a l día , y antes se deja coger por los cazadores que hui r a su enfangada cueva,para no macular su bel lo ropaje .

X X X I V . E L ÁGUILA. — Vu ela tan a l ta e l águi la


ndo es vie ja , que se le queman las plumas ; peronaturaleza permi te que recobre la juventud cayendo

n un p ° c o ^e a S u a - Si sus hi jos no pueden aguantara vista del sol, no les da de comer. ¡ No se acerq ue a

su nido el ave que no esté dispuesta a morir ¡ T é m a n la mucho los anim ales El la no les hace daño , a menos de ser provocada, y s iempre deja sobras de suspresas.

¡ XX X V . L A LUMERPA (1).—Nace es te pájaro en e lAsia Mayor, y bri l la tanto que desvanece su sombra .

I No pierde luz al morir y n un ca se le caen las plumas ;pero s i a lguna se le desprende, no vuelve a br i l l ar .

X X X V I . E L PELíCANO.—Este a v e quiere mucho a

¿•sus hi jos , y enco nt rándo selos u na vez muer tos p or u naf serpiente en el n ido , se clavó el pico en el corazón, loIrnojó con la sangre que de él caía como lluvia y así losvolvió a la vida.

X X X V I I . L A SALAMANDRA.—En el fuego afina lasalamandra su pie l . S ímbolo de la vi r tud, no t ienemiembros pas ivos (no padece) , y le t iene s in cuidadocualquier a l imento que no sea e l fuego, y en é l renueva a menudo su pie l .

X X X V I I I . E L CAMALEÓN.—Vive del aire y en élte persiguen todos los pájaros . Para ponerse más a sal vo vuela por encima de las nubes , y a l l í encuent ra una i r e tan sut i l , que no pueden sos tenerse en é l l as aves«ue le siguen.

A tanta a l tura sólo l legan aquel los a quienes e l c ie-° se l o p e r m i t e ; allí vuela e l camaleón.

Ave fabulosa.

« » .; -.




X X X I X . E L PEZ AIEPO. — Alepo no puede vivír¡fuera del agua.

XL. EL AVESTRUZ.—Este animal convierte el hierro]en alimento suyo y empolla los huevos con la vista

Para la milicia, alimento de capitanes.,

XLI. EL CISNE.—Es candido, sin mancha alguna;canta dulcemente al morirse, y su canto le acaba la]vida.

XLII. LA CIGÜEÑA.—Bebiendo agua salada, la ci-jgüeña aparta de sí las enfermedades; si su compañeracae en falta, la abandona, y cuando envejece, sus hi-ijos la amparan y la alimentan hasta que se muere.

XLIII. LA CIGARRA. Con su canto obliga a callaraal cuco; muere en el aceite y renace en el vinagre; $canta en la época del calor sofocante.

XLIV. EL BASILISCO.—Crueldad. Ha huido de todas las serpientes. En medio del camino lucha con élla comadreja y le mata.

X L V . — E L ÁSPID.—Lleva en los dientes la muerterepentina, y para no oír las seducciones se tapa los

oídos con la cola.

XLVI. E L DRAGÓN.-—Este sujeta las pata s al ele- afante, que se cae encima de él, y los dos se mueren. 1Al morir realiza su venganza.

XLVII. LA VÍBORA.—La particularidad de este rep- |til es que abre la boca y después aprieta los dientes y Imata a su marido. Luego los hijos que crecen en «w |cuerpo le desgarran el vientre y matan a su madre.

XLVIII. EL ESCORPIÓN.—La saliva que se escupe

en ayunas sobre un escorpión le mata, a semejanza de]a abstinencia de la garganta, que quita pronto y mata

las enfermedades que de ella dependen y abre el camino a la virtud.

XLI X. E L COCODRILO. •— Hipocres ía . Es te an im alcoge a un hombre y lo mata en seguida. Luego, después de matarlo, con voz afligida y muchas lágrimas,lo llora, y al terminar sus lamentaciones se lo come.Así hacen los hipócritas, a quienes por la cosa máspequeña se les llena de lágrimas el rostro, pero danpruebas de tener un corazón de tigre y se alegran delmal ajeno poniendo cara de compasión.

L. EL SAPO.—Huye el sapo de la luz del sol, y si

tiene que afrontarla, aunque sea a la fuerza, se deshincha tanto que esconde la cabe za por debajo par a

librarse de los rayos de aquél. Esto es lo que hacenlos enemigos de la virtud clara e ingenua : que no pue

den tenerla delante a la fuerza si no es con el almadeshinchada.

L I. LA ORUGA (si mboliza la virtud).—Mediante unestudio ejercitado, logra la oruga, con admirable'artificio y trabajo sutil, tejer en torno suyo su nueva resi

dencia, de donde sale luego con bellas y pintadas alas,con las cuales se eleva hacia el cielo.

LII. LA ARAÑA.—La araña echa de su cuerpo la ar

tificiosa y magistral tela, la cual corresponde al bene

ficio cogiéndole presas.

Lili. EL LEÓN.—Este animal, con su tonante rugid o , despierta a sus hijos al tercer día del nacimiento,



8LEONARDO DE VINCI 'ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS

9

abr iéndoles a todos los adormi lados sent idos , y tod$jlas fieras de la selva huyen.

Puédese comparar con los hi jos de la vi r tud, q u |mediante las voces de la a labanza se despier tan y c r | |cen en los es tudios honrados , que cada vez los elevajm á s , en tanto que los malos , a l oí r aquel gr i to , escífjpan, a le jándose de los vi r tuosos .

Además, e l l eón cubre sus huel las para que sus enéjmigos no se enteren de su marcha.

Convi ene a los capi tanes ocul tar su secreto para qu|e l enemigo no se entere de sus propósi tos .

L IV . L A TARÁNTULA.—La picad ura de la tarántulfmant iene a l hombre en sus propósi tos , es to es , enque pensaba a l s e r mord i do .

L V . BUHO O LECHUZA. — Estos ca stigan a los qújll es a tacan, pr ivándoles de la vida, que as í lo ha dis jpuesto la naturaleza para que se a l imenten.

L V I . E L ELEFANTE.—El enorme elefante posee \M

que pocas veces se encuent ra en e l hombre, es to es : iprobidad, prudencia , equidad y observancia de la re- il igión, puesto que cuando se renueva la luna v an al ir ío, y al l í , después de purificarse, lávanse solemnemen^Jte , y saludando as í a l planeta se vuelven a la se lva.

Cuando es t án enfe rmos , túmbanse de espaldas y |echan las hierbas hacia e l c ie lo, como si quisieran sa-1crificarse.

Entierran sus colmillos cuando se les caen de viejos. |De los dos colmi l los emplean uno para ext raer las raí-, jees , que son su a l imento, y conservan la punta del o t r opara pe l ea r . Cuando se ven a l canzados por l os cazado- |res y e l cansancio les r inde, golpéanse lo s colmillos 1hasta arrancárselos y con ellos se rescatan.

1 mentes y conocen e l pe l i g ro ; s i encuen t r anf , 0 i 0 y ex t r av i ado , amabl ement e l e gu í anup hombre soio y^ . ^ u _ ] U o ^ m .

did Cuando encuen t r an hue l l a s de hom-al camino p e r u ^ - .

intes de ver al que las ha dejado, temerosos deíguna asechanza, se paran, soplan, se las enseñan a

los demás elefantes , se forman en f i la y caminan caute losamente . . . i i

Siempre van en fi la : el más viejo delante y el quele s igue en edad el úl t imo, cer rando la formación. Sonmuy vergonzosos , no se ayuntan sino1 de no che y aescondidas , y después de ayuntarse no vuelven a sumanada s in lavarse antes en e l r ío . Las hembras noluchan nunca como los demás animales . De tan c lement es que son , nunca hacen daño vo l un t a r i ament e alos menos potentes . Cuando se encuent ran con un re

baño o grey de ovejas , l as apar tan con sus manos parano pisarlas. No hacen daño a nad i e más que cuando

• son provocados . S i caen en a lgún hoyo, los demás elefantes lo l lenan con ramas, t i er ras y piedras , a lzando

M fondo para que pueda sal i r fáci lmente e l que hacaído. Les asusta el gruñido es t r idente de los cerdos ,

echan a correr . No hacen daño con los pies más quesus enemigos . Les gustan mucho los r íos y s iempre

agan en torno de el los. Por su excesivo peso no pue -I nadar; comen piedras ; los t roncos de los árboles

al imento grat í s imo para e l l o s ; aborrecen a las rape ' a a s moscas les gusta su olor y se posan en el los,tr« J S e *an t e s> encogiendo la pie l , l as prenden en-

Cuand1"1 '^ 38 y k S m S t a n -más r> ° ~a n a a t r a v e s a r un río envían a sus hijosl a cor r t eU e ñ O S p r o b a r l a profundidad del cauce, y s iel aoiio e e s c°ntraria l a i n t e r rumpen pa r a que

Ef drangoón

se r

l l e v e

ña s con S? a n z a s°bre su cuerpo, les a ta las pier -cola y con las alas y las garras le ciñe las



3 LEONARDO DE VINCI

m

cost i l l as ; los degüel la con los d i e n t e s ; el elefarles cae encima; e l dragón revienta , y as í , a l jaqué l , s e venga de su enemi go . <ii ™

L V I I . E L DRAGÓN.—Los d r agones van s i empre j t 9tos y se enlazan, con la cabeza a l ta , para a t ravesar {•pan t anos , donde encuen t r an a l i ment o de su gus t o . M

r io se enlazaran as í , se ahogar ían. Eso hace la uniq |

LV II I. L A SERPIENTE. —E s te animal , grandís imacuando ve a lgún pájaro en e l a i re , aspi ra con tarjffuerza que a t rae a las aves has ta su boca.

Marco Régulo, cónsul del e jérci to romano, fué, Asu e jérci to , a tacado por uno de es tos animales y c|]derrotado. Muer ta aquel la serpiente con una máquimural , fué medida, y se vio que t en í a ciento vein>

cinco pies , o lo que es lo mismo, sesenta y cuat ro bi¡zas y media . Su cabeza sobresal ía de ent re todos 1árboles del bosque.

L I X . L A BOA.—Esta es una se rp i en t e g r ande , qtipor s í misma se enrosca a las patas de una vaca, dimodo q u e ésta no pueda mover se , y l uego mama s il eche has ta dejar la cas i seca. Un animal de és*os, e lt iempo del emperador Claudio, fué muer to en e l molt e Vat icano. En el cuerpo tenía un niño entero qu|s e hab í a t r agado .

L X . A L ALCE POR EL SUEÑO SE LE ALCANZA.— Es 4animal es or iginar io de la i s la de Escandínavia , y tiélne la forma de un caballo grande, del cual le diferenicia únicamente la mucha longi tud del cuepo y de laiorejas ; pace la hierba a l revés , porque t iene tan largÉjel labio super ior que, pas tando de ot ro modo, cubrilr ía la hierba. Sus piernas son de una pieza, por lájcua l , cuando qu i e r e dormi r , s e apoya en un á rbo l . Loflfcazadores , enterados del s i t io donde acostumbra a de

Kscnn'oa 1 1TI5RARJOS Y FILOSÓFICOS 31

r sicrran cas i todo el t ronco, y cuando el ani -j s e recuesta para dormir , cae a l suelo, y los caza

dores se apoderan de é l . Es inút i l pretens ión la de corle ¿e 0 t r a manera , pues cor r e con i nc r e í b l e ve l o

cidad.( L X . E L B I SO N TE CAUSA DAñOS AL H U I R . — N a c e es teanimal en Peonia; t i ene en e l cuel lo cr ines como lasdel cabal lo, y en todo lo demás del cuerpo se pareceal toro, menos en los cuernos , que es tán de ta l modo

rcaídos hacia adent ro, que no puede topar . Por es ta ra-' zón, no t iene más recurso que la huida, en la cual es-Iparce es t iércol durante cuat rocientas brazas de su re-l 'corrido, y es te es t iércol abrasa como el fuego cuanto

|;toca.

I LX1I. E L MURCIÉLAGO.—Este se vuelve más c iegoadonde más luz hay, y cuanto más mira a l sol , más s in•vista se queda. Como el vic io, que no puede es tar don-B e es té la vi r tud.

• LXIII , LA PERDIZ.—Suele conver t i r se es te pájaroI de hembra en macho y has ta se olvida de su pr imi t ivo

sexo. Por envidia , roba sus huevos a las demás, pero| ° s Pollos que de e l los nacen se van s iempre con su

•verdadera m a d r e .

^ L X I V . GOLONDRINAS.-^-Con la cel idonia dan vis tav a« madres a los políuelos que les nacen ciegos .

L-XV. E L ARMIÑO.—La moderación ref rena todos,s vic ios . E l armiño pref iere mor i r a ensuciarse .

^ L X V I . L E O N E S , LEOPARDOS, PANTERAS Y TIGRES.—

»odos ellos l levan las uñas envainadas , y no las desenvainan sino eobr® la presa o sobre «1 enemigo.

33



3LEONARDO DE VINCI

ESCRITOS LITERARIOS ¥ FILOSÓFICOS

L X V I I . LA LEONA.—Cuando la h e m b r a del 1 »def iende a sus hijos contra las m a n o s de los cazaflres , p a r a no a sus t a r se de las a rmas ba j a los ojosljsuelo, y así evi ta su fuga y que con e l la quedensioneros sus hijos.

L X V Í I I . E L LEÓN.—Este a n i m a l ta n terrible a i

da t eme t an t o como al es t répi to de los carros vacíey lo m i s m o al c a n t o del ga l l o ; le a t emor i za bastarver los , y en pavorosa espera mi r a su cres ta y se acb a r d a m u c h o c u a n d o se cubre la cara .

X 1X P ANT E R A DE ÁFRICA.—Tiene la fo rma de 1¡l eonas , pe ro sus p i e rnas son más a l tas , su cue rpo nid e l g a d o y más largo, y su pie l toda blanca con machas negras , como rose t a s ; todos los an i ma l es se o

l e i tan viéndolas , y s i empre e s t a r í an a su a l r ededor íno fuera por lo terrible de sus m i r a d a s ; así que, sajbi éndo l o , e sconden la ca r a y los an i ma l es que las r Jdeán se t ranqui l izan y se acercan para disf rutar mejajt anta bel leza, y entonces e l las cogen de p ron t o al malc e r c a n o y lo devoran en s egu i da . i

L X X . CAMELLOS.—Estos animales t ienen dos jolrobas , los ba t r i anos , y los á r a b e s , una; son muy v e |loces en las batal las y útilísimos pa r a l l eva r ca rgasP r o c e d e n con reglas y medi das e sc rupu l osament e obj

se rvadas , pues no se m u e v e n si les echan ca rga m a yojd e la a c o s t u m b r a d a , y si les ob l i gan a hace r más viajjes, p roceden de l m i s m o m o d o : se p a r a n en seguidíjy los mercade res t i enen qu e al iviar su carga.

IL X X I . E L TIGRE.—Nace en H i r c a n i a ; se p a r e c e

algo a la p a n t e r a por las m a n c h a s de su pie l , y es aniam al de e span t osa ve l oc i dad . El cazador , cuando e n- |cuen t r a a los hijos del t igre , se los roba , pone espejosj

e n el sitio donde e s t aban aqué l l os y r á p i d a m e n t e m o n -i a cabal lo y e c h a a correr . Al regresar el t igre hallalos espejos puestos en el suelo, y al ver su figura refle-iada en el los, cree que es tá viendo a sus h i j o s ; a r añaco n las zarpas , advier te el e n g a ñ o , y al pun t o , gu i ándose por el ol fa to, descubre al cazador , el cua l al ver

al tigre deja en el suelo uno de los cachor ros ; el padrelo coge y se lo lleva a su gua r i da ; después vue l ve enbusca del cazador , que repi te lo m i s m o de an t e s , has ta que puede emb arca r se .

L X X I I . C A T O P L E A S (1).—Procede de Et iopía , cer-tca de la fuente de la Cabeza Negra . Es a n i m a l no muyI grande, pe rezoso de t odos sus m i e m b r o s y con la ca-[beza ta n g r ande que le cues ta mu ch o t rabajo sos tenerla , de tal m o d o que s iempre es tá incl inado hacia elsuelo. Si no fuera así, ser ía un azo t e e span t oso pa r alos hombres , pues todos aquel los en quienes fi ja la mirada mueren en s egu i da .

| LXXI I 1 . E L BASILISCO. — Se cr ía en la provinciaIprenaica y no es más l a rgo de d o c e d e d o s . T i e n e entía cabeza un a m a n c h a b l a n c a a m o d o de d i a d e m a . Confsu s i lbido ahuyenta a las serpientes , a s emej anza depa sierpe, pero no se m u e v e con esfuerzo, aun que síp rgui do de medi o cue rpo a r r i ba . D í cese qu e h a b i e n d opuerto uno de el los de una l a n z a d a que le dio un ji-

|i e

' s u

v e n e n o se corr ió por la l anza , y no mur i ó elr ,. rnl : )re . pe ro sí el caba l l o . E s t ropea las mi eses , noP ° t ocándo l as , s i no co n soplar las solamente . Del mis-

° m° d o s eca la s h i e rbas y p a r t e las p i edras .

| f-XXlV. LA COMADREJA. — C u a n d o la comadre j aPuer ta con el n i d o del bas i l i sco, con el olor de su ori-

egun Plinto, Catoblepas, especie de serpiente.

34 LEONAÍtDO DE V1NC1ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS 3ñ



na bien esparcida le mata. Muchat vece» el aloJBesa orina mata igualmente a la comadreja.

L X X V . LA S CERASTAS. — Tie nen estos animaflcuatro cuernecillos móviles, y cuando quieren alíme»tarse se esconden bajo las hojas, dejando fuera únifljmente los cuernecillos y moviéndolos de modo que Ifl

pájaros se figuren que son unos gusanos pequeños <|Hestán jugando y se dejen caer rápidamente con la ifltención de comérselos. Entonces los rodean y se lc§tragan.

LXXVI. LA ANFISBENA.—Este reptil tiene dos <flbezas : una en su sitio y otra en la cola, como si flfuera bastante que echase veneno por un solo sitio.fl

LXXVII . E L YÁCULÓ (I).-^Se coloca sobre los a lboles y desde ellos se lanza como una flecha contra lf l

animales, los atraviesa y los mata.LXXVIII. EL ÁSPID.—La mordedura de este a n l

mal no tiene remedio, como no sea el de cortar inrrfljdiatamente la parte mordida. Tiene el pestífero áspfl^tal cariño a su compañera (siempre van juntos), cjflsi por su desgracia muere uno de ellos, el otro, con rapidez increíble, persigue al matador, y tanto empeñipone en la venganza, que vence todas las dificultaday atraviesa todos los ejércitos. Sólo le interesa castigaa su enemigo, y recorre cualquier espacio, y no se I

puede esquivar sino cruzando el mar en rapidísimahuida. Tiene los ojos dentro y orejas grandes. Se guijmás por el oído que por la vista.

LXXIX, EL ICNEUMÓN (2) .—ES este animal el moltal enemigo del áspid ; se cría en Egipto, y cuando | |

(1) P l i n t o : Sierpe v e n e n o s» .(2) Vulgarmente, topo de Faraón.

•crea de él algún áspid vase al lecho de fango del Nilo

I s e embarr a por compl eto ; lueg o se seca al sol y se

Ruelve a enfangar, y así sucesivamente tres o cuatro

Reces, hasta que queda cubierto de una especie de colaza. Después ataca al áspid o bien riñe con él, de

Ihodo de ganar tiempo para precipitársele a la gargan

t a y matarle.

I LXXX. EL COCODRILO.—Procede del Nilo, tiene•cuatro patas, daña lo mismo en la tierra que en ellagua. Ningún animal terrestre que no sea él careceIde lengua; muerde moviendo solamente la mandíbula superior ; crece hasta los cuarenta pies, tiene uñas,

•está provisto de una coraza de piel que soporta cual-Iquier clase de golpes ; de día está en tierra y de noche•en el agua. Alimentado con peces, se adormece en[la orilla del Nilo con la boca abierta, y el pájaro tro-

jlodites o reatino, que es pequeñísimo, se sube a su>oca, y saltando entre los dientes por dentro y por fue-i> picotea los residuos de su comida , y l impiándose

los con deleitosa voluptuosidad le excita a abrir toda la>oca, y así se queda dormido. Visto esto por un icneumón, se lanzó a aquella boca, agujereó el estómago y

la s tripas del cocodrilo y, por último, le mató.

LXXXI. EL DELFÍN.—La naturaleza ha d ado tanto

tendimiento a los animales, que no sólo conocen suCo rnodidad, sino también las incomodidades de susamigos, y así, el delfín "sabe cuánto vale el corte de

a s espinas que lleva en el lomo y lo blanda que es la^'Pa del cocodrilo, por lo cual, cuando luchan se pone

3aJo de él, le abre el vientre y de esta manera le| ^ata .

í^1 cocodrilo es terrible pa ra los que huyen de él yc°oardísimo con los que le cazan.

'. enter





LXXX11. E L H I P O P óTA MO . — E n cuanto se si,enfe rmo e l h i popó t amo va buscando l a s e sp i nas 0 1res iduos de cañas cor tadas donde las haya, y tanto ja

t a en e l las una vena que acaba por cor tar la . Sacada, <Ll a sangre que neces i ta , se mete en e l fango y eieatrjMsu her ida. Su forma es semejante a la del cabal lo, cj l

l a uña par t ida , l a cola torcida, dientes de jabal í y c|Hlio con cr ines ; l a pie l no puede escurr i rse s i no se r r j |j a ; se a l imenta de granos , y ent ra en lo s camposrevés , de modo que pa r ece que sale de el los.

LX XX III . E L IBIS. — Se parec e a la cigüeña,™cuando es tá enfermo se l lena e l buche de agua y e<jel pico se pone una lavat iva.

L X X X 1 V . L o s CIERVOS.—Cuando m u e r d e a esfBan i ma l es l a a r aña llamada fa lange, comen cangrejosas í se l ibran de aquel veneno.

L X X X V . LAGARTO.—Cuando lucha con las si<pes e l l agar to, come cicerbita (1) y qu ed a l ibre.

L X X X V I . G O L O N D R I N A S . — E s t a s aves devue l vela vista a sus hijos ciegos merced al jugo de la ce l |doni a .

L X X X V I I . L A COMADREJA.—Cuando caza ratonfles te animal , come antes ruda.

L X X X V II I. EL JABALÍ. — Cur a su s enfermedad^comi endo h i edra .

L X X X I X . L A SIERPE.—Cuando quiere renacer , s idesprende de la pie l vie ja , empezando por la cabezajCambia de pie l en un día y una noche.

(1) Sonchus oleraceus, d e L i n n e o .

X C I L A PANTERA.—Esta fiera, aun después de sa-arle las ent rañas , s igue luchando con los per ros y los

cazadores .

X C I . E L CAMALEÓN.—Como tom a s iemp re e l color

de los si t ios o cosas donde se para, muchas veces selo comen los e lefantes con las hojas don de se ha posado.

XC II. E L CUERVO. — De spu és de m ata r al cam aleón, el cuervo se purga con laurel .

XC1II. MAGNANIMIDAD.—El camal eón no caza s i nopájaros gordos , y antes se muere que comer carne queno huela bien.

tCIV. LA S GRULLAS.—Para que su rey no perezcacfalta de guardia , l as grul las se pasan la noche decentinela con una piedra en la pata.

Amor , temor y reverencia : es to puede escr ibi rse entres piedras de grulla.

fCV. E L JILGUERO.—Los j i lgueros dan plantas vegosas a sus hi jos enjaulados . Antes muer tos que fa l

tos de l ibertad.

asrit ^'A S P RECA U CIO N ES-—El gal*0 n o c a n t a s i n

•L , n. , la s a l a s t r e s veces ; e l papagayo , a l cam-xnow. Sltl°» no pone el pie "donde no haya pues t o p r e samente el p i c o .

qu e «'1 P A R A H A C E R L O BIEN.—La rama del nogal ,perfe .+ ^ s a c u c l ^ a y apaleada cuando su f ruto es táC u and o

a m e i k t e m a c ' u r o > e s e jemplo de aquel los quetíntno ^ c a b a n sus obras famosas son atacados de dis-

S m o d o s Por la envidia .5



38 LEONARDO DE V1NCI

X C V I Í I . S O B R E EL MI S MO TEMA.—El espino, injerí

to en buenos f ruta les , es como el qu e por sí no e st a Idispuesto a pract icar la vi r tud y con ayuda de un prjM Icep t o r da de sí útilísimas vi r tudes .

X 'CIX . E L LINO.—El l ino es tá des t inado a la mueJB

te y cor rupc i ón de los mor t a l e s : a la m u e r t e , por los»lazos y t r amp as que con él se p o n e n a los pájaros , ani-am a l e s y peces ; a la cor rupc i ón , po rque e n te las de lint»se envuelve a los mue r tos p ara en ter rar los y que erBellas se p u d r a n . El l ino no se d e s p r e n d e de sus talloíBhas t a que no e m p i e z a a mace ra r se y c o r r o m p e r s e ; e lto es lo que debe em pl ea r se pa r a o rname nt a r en ldBfunerales .

C FRAGMENTO.—El l ienzo de l ino que se t iene e l

l a m a n o d e n t r o de l agua cor r i en te , en el la deja su s u *ciedad.

Pensamientos

ACERCA DE LA CIENCIA

I. LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA.—Es preciso descr ibi rrimero la teor ía y l uego la práct ica .

; II. DE L ERROR DE L O S QUE EMPLEAN LA PRáCTICA SINf CONOCIMIENTO.—Los que se e n a m o r a n de la práct ica|sin ciencia a l g u n a so n como el pi loto que se m e t e eni un barco s in t imón ni brújula , en el cua l nun ca se s abe«adonde se va.

La práct ica debe const rui rse s iempre sobre la buenaI t e o n a ; de ella es la Perspectiva guía y pue r t a , y sin

es t a nada puede hace r se b i en cuando se trata de pin-[ tura .

[t PA R A N G ó N DEL PRÁCTICO.—El pintor que re t ra-I a valiéndose de la práct ica y del juic io de sus ojos,I ero sm fundament o , es como.el espejo, que imi ta to-| as cosas que se le ponen de l an t e sin saber por quéF 1 cómo.

• PREEMINENCIA DE LA TEORíA SOBRE , LA P RáCT IC L

i r ados .» c iencia es el cap i t án , y la teor ía son los sol-



4 LEONARDO DE VINCIESCRITOS LITERARIOS Y F ILOS ÓF ICOS 41

V . SOBRE EL MISMO TEMA.—Estudia p r i mero laciencia , y después con t i núa co n la práct ica , que de laciencia nace.

V I . CONSEJO AL PINTOR.—Tú, pintor , qu e deseas

poseer la mayor p r ác t i ca , ten e n t e n d i d o que si no laadquieres sobre la firme base de las cosas natura les ,tus obras te p roporc i ona rán poca ho nra y menos p ro vecho , y si lo haces b i en , p i n t a r ás mucho s y buenoscuadros y t endrás honores y gananc i as g r andes .

V I I . SOBRE EL MISMO TEMA.—Dice a q u í el adve r sario que no quiere tanta c iencia y qu e le bas t a la p r ác tica de re t ra tar la s cosas na t u r a l e s . A lo cua l r e spondoq u e no hay cosa m ás e n g a ñ o s a que la conf ianza ennuest ro propio juic io s in má s f u n d a m e n t o , como lo

demues t r a cons t an t ement e la expe r i enc i a enemi ga dea l qu i mi s t a s , n i g romant es y otros ingenios sencil los.

VIII. ACERCA DEL HECHO ANATóMICO DEL EXCESIVO

DESARROLLO DEL CRÁNEO EN LOS NIÑOS.—La naturalezaarregla antes la casa de la inte l igencia que la de losespíri tus vitales (1).

I X . DIFERENCIA ENTRE LA TEORíA Y LA P R á C TI C A . —

D e cómo la c iencia de los pesos es e q u i v o c a d a en lapráct ica .

La ciencia de los pesos es equ i vocada en su práct ica ,q u e en muchos s i t ios no es tá ni es posible poner la deacuerdo con aquel la c iencia , y e s t o obedece a los polo s de la ba l anza , m ed i an t e los cua l e s $e ob t i ene laciencia de los pesos . Ta les p olos , según lo s filósofosant iguos , fueron los polos puestos por la naturaleza

(1 ) E l p»o l50 .

en la linca m a t e m á t i c a , y e n a lgún s i t io en pun t os mat emát icos , puntos y l íneas qu e son incorpóreos , y la 'práctica lo s hace corpóreos porque as í lo exige la neces idad para sos tener el peso de la ba l anza co n los pesos que sobre e l la se ca l cu l an .

H e averiguado que aqu ellos filósofos se equ i voca b an en el cálculo de los pesos , y ta l equivocación nacíade que en g r an pa r t e de su c i enc i a empl ea ban po l oscorpóreos y en ot ra gran par te polos matem át icos , esdeci r , mentales o i ncorpóreos 2.

X . ESTERILIDAD DE LAS CIENCIAS SIN LA APLICACIóN

PRACTICA.— Todas la s c iencias que se r educen a pa l a b r as encuen t r an la muer t e ta n p ron t o como la v i da , ex cep t uada su parte m a n u a l , o sea la escr i tura , que esl a par te mecánica.

X I . SOBRE EL MISMO TEMA.—Huye del es tudio cuyaobra resul tante perece con el ope rador que la ejecuta.

XII. C O N S E J O S DE LEONARDO.—Cuando te apliques

a la Ciencia de los movimientos del agua, acué rda t ede p o n e r al pie de cad a p ropos i c i ón su ut i l idad par aque la tal c iencia no sea inúti l .

XI I I . LA DISTRIBUCIÓN DE SUS TRATADOS.—Si t ra tas

de abr i r un can al , hazlo co n

ar reglo al l ibro De las uti

lidades, y al p roba r l o , a lega la s p ropos i c iones demos t radas ; este es el o rden ve rdade ro , p ues si quis ieras de mostrar la ut i l idad de ca da proposición , neces i tar íasPara e l lo ins t rumentos nuevos y confundi r ías el ordentje cuarenta l ibros y t a m b i é n el de las figuraciones ; esde cir, t endr í a s que mezc l a r la práct ica con la teoría,que sería cosa confusa e i n t e r rumpi da .

X I V . V A L O R INTRíNSECO DE L SABER.—La adquis i-



4 LEONARDO DE V1NCI ESCRITOS LITERARIOS Y FILtíSüMCOS 43

ción de cualquier conocimiento es út i l para la inte l i - jgencia porque puede apar tar de és ta las cosas i ñutal e s y conse rva r l a s buenas . No se puede amar n i abor r ece r cosa a l guna s i n conoce r l a p r i merament e .

XV TENDENCIA N A TU R A L D EL H O MB R E A S A B ER . — IT odos l os hombres buenos desean , na t u r a l ment e , s a ber .

X V I . S A TI S F A C C I óN Q UE P R O D U C E LA C O N TEM P LA C I óN ' ;

DE LA NATURALEZA.—Los ambi c i osos que no se co n t en tan con el beneficio de la existencia ni de la belleza defimundo suf r en l a pen i t enc i a de qu e e l l os mi smos en- •t r i s tezcan su vida y no comprendan la ut i l idad ni ¡-m

bel leza del mundo.

X V I I . LEONA RDO CONTRA LOS QUE DESPRECIAN S U S |

OBRAS.—Sé que muchos d i r án que e s t e trabajo m í o e s ji nú t i l ; a s í p roceden aque l l os de qu i enes d i j o Demet r i o :que hacía tanto caso del viento que en su boca p r o " ¡Lducían las palabras como del que sal ía por la p a r t ^ | ¡de aba j o ; hombres que so l ament e desean l a r i queza ,corpora l , p r i vados por compl e t o de s ab i dur í a , a l i men- _to y r iqueza verdadera del espí r i tu , porque cuanto más idigna es e l a lma qu e e l cue rpo t an t o más d i gnas s o n ll as r iquezas de aquél la que las de és te . 1

A veces cuando veo a a l guno de e l l os con mi obra ;Jen la mano se me ocurre pensar s i i rán a l l evársela ,como l os monos , a l a s na r i ces , pa r a p r egun t a r l uego si<

es cosa de comer.

X V I I I . CONTRA LOS DESPRECIADORES DE LA CIEN-3

CÍA.—Acostumbraba a dec i r Demet r i o que no hay d i - jferencia ent re las palabras y las voces de los inexper-jtos ignorantes y los sonidos o es t répi tos producidos p ° r I

el vient re cuando es tá repleto de viento superf luo. Nolo decía sin mot i vo , pues t o que cons i de r aba que nohabía di ferencia en las par tes por donde el los expel íanla voz, ya fuese por ar r iba o por abajo, porque ambossit ios tenían igual valer e impor tancia .

X IX . REF LE XIO NES ACERCA DE LA ESTRUCTURA DEL

CUERPO HUMANO.—No creo que los hombres gruesos ,de ma l as cos t umbres y poca i n t e l i genc i a merezcantan bel lo ins t rumento ni t anta var iedad de mecanismoscomo l os hombres e specu l a t i vos y de t a l en t o g r ande ;sólo debían ser como un saco para recibi r e l a l imentoy expu lsar lo luego, pues , en verda d, no mere cen serconsiderados más que como un t ráns i to de la comida,y nada creo que tengan que ver con la especie humana, fuera de la voz y de la figura; todo lo demás es tandefectuoso como lo de las bes t ias .

X X . C O N TR A LO S H O MB R ES A Q U IEN ES S óL O I N TER E

SA LA VIDA MATERIAL.—He aq uí ot ros que no debíanl l amarse más que t ráns i tos de a l imento, productores deestiércol y l lenadores de letrinas, pues para el los no hayot ra cosa en e l mundo ni vi r tud a lguna en e l t rabajo.Cuando han l lenado la le t r ina no queda nada de e l los .

X X I . LOS DOS TERRENOS DEL CONOCIMIENTO.—El

conocimiento del t i empo pasado y de la s i tuación dela t ierra es adorno y nutrición de l a ment e humana .

X X I I . LA SABIDURÍA ES EL BIEN SUPREMO. — D ic eCornelio Ce lso : «El supremo bie n es la sab idu r ía ; e l^ a l supremo, e l dolor del cuerpo, porque es tamos compuestos de dos par tes ; es deci r , de a lma y de cuerpo,s iendo la pr imera la mejor y e l peor és te . La sabidu-r i a per tenece a la par te mejor , y e l mal supremo, a la

44



LEONARDO DE VINCI ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS 45

peor o pésima. Óptima cosa para el alma es la sabaduría y cosa pésima para el cuerpo el dolor. Por cor¡siguiente, así como el mal supremo es el dolor corp<jra l , la sab idur ía es el supr emo bien del al ma , es decífdel hombre cuerdo, y no hay cosa que se le pueccomparar.»

' IXXIII. V A L O R DE LA SABIDURíA EN LA V I D A . — A d - |

quiere en tu juventud elemento s que repar en los d á jños de tu vejez. Y si opinas que la vejez debe teñe»como alimento apropiado la sabiduría, arréglatelas e ntu juventud de tal modo que cuando llegues a la vejeano carezcas de ese alimento.

XXIV. G L O R I FI C A C I ó N DE LA C I E NC I A. —. . . desapa-™rece la fama del rico juntamente con su vida. Subsisíite la fama del tesoro, pero no del que lo poseyó. Muícho mayor es la gloria de las cualidades de los mortailes que la de sus tesoros. i

¡ Cuántos emp erador es y cuántos prínc ipes ha hab i-|do de los cuales no qued a ningún recu erd o Sólo bus-icaró n los territorios y las riquezas para dejar fama dejellos.

¡ Cuántos hu bo que vivieron en la pobreza de diñe-,ro par a enriquecerse de virtudes Más se le logra esteldeseo al virtuoso que al rico, porque la virtud vale más|

que la riqueza.¿ No comprendes que el tesoro por sí solo no ensal-a

za como la ciencia a quien lo acumula, cuando se halmuer to? La ciencia es siempre testimonio y trompe- |ta de su creador, porque es hija de quien la engendra,^y no hijastra, como el dinero.

X X V . D E C ó M O EN T O D O S LOS VIAJES SE PUEDE';

APRENDER.—La benévola naturaleza ha organizado las:

cosas de tal modo, que en cualquier parte del mundo

se encuentra algo que imitar.

XXVI. LA MISERIA DESGASTA LA SUTILEZA DEL IN

GENIO.—Del mismo modo que el hierro se oxida cuan

do no se le emplea en algo, y el agua se pudre con elfrío y se hiela, el ingenio que no se ejercita se des

gasta.

XXVII . EL ESTUDIO SIN GANA NO DA FRUTOS.—Asícomo es fastidiosa manera de alimentarse comer sinapetito, estudiar sin ganas estropea la memoria, que

no retiene nada de lo que recibe.

XXV III . SOBRE EL MISMO TEMA.—De la mi sm a ma

nera que comer sin ganas es peligroso para la salud,estudiar sin deseos desgasta la memoria, que no recuer

da nada de lo que aprende.

X X I X . PARA JUZGAR LAS PROPIAS OBRAS ES PRECISOVOLVER A EXAMINARLAS MUCHO T I E M PO D E SPU éS DE EJE

CUTADAS.—Así como el cuerpo, con gran tardanza motivada por la longitud de su movimiento, vuelve másPronto después del mayor choque, y el que tiene mo -V mientos continuados y breves goza de poca salud, así^ estudio de una misma materia hecho a intervalos

largos perfecciona el juicio, que juzga mejor sus erróo s . L0 mismo hace la mirada del pintor cuando laaparta de lo que está pintando.

X X X . ANT IQUIT AS SCECULI JUVENTUS MUNDI.—Sólol a verdad es hija del tiempo.

XXXI . G L O R I FI C A C I ó N DE LA VERDAD.—Vil ipend iaar ito la mentira, que si dijese cosas grandes de Dios



48 LEONARDO DE VINCIESCRITOS LITERARIOS FILOSÓFICOS 9



a rgument os deduc i dos de las r eg l a s buenas , qucHhijas de la expe r i enc i a , madre común de toda]ciencias y las a r t e s . | ^

Así , pues , si t ienes bien presentes los preceptcmmis reglas , podrás solamente con el cri terio rep'aHjuzgar y conocer todas la s cosas desproporc ionad»tu obra , t anto en pe r spec t i va como en figuras y flpormenores .

X X X V . L A LEY QUE GOBIERNA EL D E S E N V O L V í »

TO HISTÓRICO DE LA PINTURA Y DE LAS CIENCIAS.—CJBl a pintura va dec l i nando de e d a d en e d a d y perdHd o s e c u a n d o los pintores no r eproducen m ás queflsas ya hechas .

E l p i n t o r ha r á p i n t u r as medi anas si sólo reprojHot ras pinturas ; p e r o si e s t ud i a en el na t u r a l , da r á tJH

fruto, como p o d e m o s ver en los pintores que nfldespués de los r o m a n o s , que s i empre se cop i a ron iSm

a otros y de e d a d en eda d dejaron decaer su a r t e . jBtras de ellos vino G iotto , florentino, que habiendo»c i do en montes des ier tos , donde sólo vivían cabriBot ros animales por el est i lo, él , e s t ando destinadoBl a naturaleza a aque l a r t e , empezó a dibujar erijMpi edras la s act i tudes de las c a b r a s que tenía a su id a d o , y de e s t a manera fué p o c o a p o c o copiandqjfldos los an i ma l es que hab í a en el pa í s , por lo cuá l , 9

pues de muc ho es t ud i o , p rogresó , no h a s ta d o n d e *b í an p rogresado los maes t ros de su t i empo , s i no flque todos los que hubo has t a en t onces en muehosBJglos . Después vo l v i ó a decae r el a r t e , porque toBJi m i t a b a n lo ya p i n t ado , y así, de siglo en siglo fué 4 fmerec i endo , has t a t an t o que T o m á s , el florentino, Imado Masacc i o , demos t ró que los que t o m a b a n nmode l o cosa d i s t i n t a de l na t u r a l , maes t ro de m a e s t jse cansaban i nú t i l men t e .

• _ n e S to quiero deci r de e s t a s cosas ma t em át i cas• a q u e l l o s que so l ament e e s t ud i an en los au t o r es yI g n las obras de la na t u r a l eza son, con re lación al

rte sobr inos , no hijos, de tal na t u r a l eza , maes t r a de

| Duenos autores .• l u c h a es la estult icia de aquel los que censuran a

• e ne s e s t ud i an en la na t u r a leza , de j ando a un l ado•os autores , di scípulos de esa na t u r a l eza .

• ( X X V I . C O N T R A EL PRINCIPIO DE AUTORIDAD EN LA

«CÍA.—Muchos c r ee r án que pued en r ep l i ca rme ra -• a b l e m e n t e a l e g a n d o que mis demos t r ac i ones van• t r a la au t o r i dad de unos cuan t os hombres muy res-Babl es y con t r a su s juic ios inexper tos , sin t ene r en• n t a que mis juicios han n a c i d o de la s i mpl e y nue-• experiencia, que es maes t r a ve rdade ra .

BCXXVII. E L PARTIDARIO DE LA NATURALEZA Y EL

m LO ES DE LA AUTORIDAD DE LOS ESCRITORES.—Aun-

^U( orno ellos, no sup i ese a rgument a r con los au t o -• m u c h o más i mpor t an t e y más d i gna de leer es la• t e n e n c i a , m a e s t r a de sus maes t ros . A nd an aqué l losllenados y pomposos , ves t i dos y a d o r n a d o s , no conW obras, sino con las a j enas , y a mí no me concedenP mías. Si han de desprec i a rme a mí por inventar las ,

Í

l lanto más a el los, no i nven t o r es , p e ro sí t r ompe í e -r v recitadores de obras a j enas , ha brá que censurar

tJXXXVi l l . SUPERIORIDAD "DE L O S DESCUBRIDORES 5 E

P ClE *To SOBRE LO S COMENTADORES DE OBRAS AJENAS.—

l de ser j uzgados y no menos e s t i mados los h o m -i . 1Ilventores o intérpretes de la na t u r a l eza pa r a con

J or tibres si se les c o m p a r a con los p ropagand i s t a s• rtavoces de las obras de los d e m á s , c o m o al obje-

0 °c a do a n t e un e s p e j o c o m p a r a d o con su i magen

5 LEONARDO DE VINCI ESCRITOS LITERARIOS Y F ILOS ÓF ICOS 51



ref le jada en e l mismo espejo. E l uno, por s í salM

a l g o ; e l ot ro no es nad a. ¡ Gen te poc o obl igada | |na t u r a l eza , porque só l o son apa r i enc i a s de hornfvest idos , s in lo cual podr ían f igurar en los rebaño|a n i m a l e s

X X X í X . C O N TR A LO S HUMANISTAS.—Sé perfjmente que, por no ser yo l i t era to, habrá presuntuojBque c r ean poder censura rme con r azón , a l egando <Bsoy un hom bre i l e t r ado . ¡ Gen t e n ec i a ¿ Ignoran q *yo podr ía contes tar les como Mario contes tó a los ¡ 9t r ic ios romanos : «Los que se adornan con los esf iHzos ajenos, ¿no quieren reconocerme a mí los rníóJH

Dirán que por no ser 7/0 hom bre d e le t ras no pu^Bexpresar bien lo que pretendo deci r . No saben <JBmi s cosas son más pa r a deduc i das de l a experieraH

que de l a s pa l abras a j enas ; que l a expe r i enc i a n imaestra de los que escr iben bien, y que por maesHl a tomo y en todos los casos argumentaré con ellaM

X L . R E S P E TO D E LEO N A R D O H AC IA LO S I N V E N T O ^

ANTIGUOS.—De los c inco cuerpos regulares 3. AlgutHcomentar i s tas censuran a los inventores ant iguos <§_produjeron la gramát ica y ot ras c iencias , y se convijHt en en cabal leros cont ra los inventores muer tos , pf lque en vano que r r í an i nven t a r nada , a causa de l a p»reza y de la comodidad de los l ibros , y constantemej

t e esp eran reprend er con argum entos fa l sos a sus m a |t ros. * I

X L I . VALOR DE LA AUTORIDAD.—Quien d i s cu t e a . -gando au t o r i dad no empl ea e l i ngen i o , s i no l a i r j |mor i a .

X L I I , ESPONTANEIDAD DE LA CREACIóN ARTíSTICA

• E N T Í F I C A . — L as buen as l e t r a s nacen de un na t u r a l• u e n o ; por e l lo , como se ha de e logiar más la causaKue el e f ec t o , más a l aba rás a l buen na t u r a l de un ile-Rado que a l buen l i t era to s in natural idad.

I XLIII . ES TU D I O D E LA ANTIGüEDAD.—La imi tación

He lo ant iguo es más digna de a labanzas que lo m o-l e t n o .

I X L I V . NECESIDAD DE LA EXPERIENCIA Y DE LAS MA

T E M á T I C A S EN LAS CIENCIAS. — Nin gu na inv est iga ció n• íumana puede considerarse c iencia verdadera s i no[ ' se somete a las demost raciones matemát icas .

I Dirás que las c iencias que pr incipian y acaban enf la mente son cier tas , pero no sólo no te lo concedo,•BíIIO qu é l o n i ego , por muchas r azones ; l a p r i mera ,

•porque en los di scursos mentales no hay exper iencia ,Bsm la cual nada t iene cer teza propia .

X L V . L A EXPERIENCIA.—La sabidu r ía es hi ja de la

• exper i enc i a .

™ X L V I . LA EXPERIENCIA NO F A L L A ; Só LO FALLAN

NUESTROS JUICIOS AL PROMETER COSAS QUE NO ESTáN EN

SU PODER.—Equivocadamente s e que j an l os hombresj 6 'a expe r i enc i a , a l a cua l acusan , con muchos r e proches , de ser fa laz . Dejad t ranqui la a la exper iencia ,

K lamentad, en cambio, vuest ra ignorancia , que os l levac°n vuest ros vanos y es tól idos deseos a prometeros co -. . <iue no es tán en su poder , d ic iend o que la expe-

• ,IeHcia es fa laz . S in razón se quejan los hombres de ladocente expe r i enc i a , acusándo l a con p ruebas f a l aces

y em b u s t e r a s .

^LVII . NECESIDA D DE LA SUCE SIóN DEL EFECT O A LA

5 LEONARDO DE VlNCl ESCRITOS LITERARIOS X FILOSÓFICOS *J



ui

CAUSA ¿—-La experiencia no falla nunca ; sólo yerranvuestros juicios al prometerse de ella efectos tales queno son causa dos por nuestros experime ntos, po rq JBdado un principio, es necesario que lo que le siga s l

su verdadera consecuencia, si no hubiese obstáculoy si hay alguno, el efecto que debiera seguir a dictB

principio participaría más o menos de dicho impedjimentó, según que éste sea más o menos poderoso qufel mencionado principio.

XLVII I . LA EXACTITUD DE LAS MATEMáTICAS.—Ll

que censuran la suma exactitud de las matemáticascontentan con ilusiones, y nunca podrán acallar la»contradicciones de las ciencias sofísticas, con las cuajles se aprende una continua protesta.

XLIX. APLICABILIDAD GENERAL DE LAS MATEMáTI

C A S . — N O sólo se ha hallado proporción en los númJBros y las medidas, sino también en los sonidos, pesos»tiempos y lugares y en cualquier potencia existente/3

L. D E LAS CIENCIAS.—No exis te cer tid umb re d o n ó »no puede aplicarse alguna de las ciencias matemática»o de las relacionadas con las matemáticas.

LI . LEONARDO AL LECTOR.—No me lea el que n isea matemático según mis principios.

LIÍ. D E LA MECÁNICA.-Xa Mecánica es el paraís<Bde las ciencias matemáticas, pues con ella se logra em

fruto de éstas.

LUÍ. LA MECáNICA Y LA EXPERIENCIA. — Todos l c üinstrumentos deben ser hechos con experiencia.

LIV ARMONíA ENTRE LA EXPERIENCIA Y LA REFLé

XIÓN. — La expe rien cia, inté rpre te ent re la artificiosa

naturaleza y la especie humana, nos enseña lo que lanaturaleza realiza entre los mortales, obligada por la

necesidad, no pudiendo hacer otra cosa porque la reflexión, que es su guía, la obliga a obrar.

LV. LA DEDUCCIÓN,—No debe censurarse la exposición, en medio del orden del proceso de la ciencia,

de algunas reglas generales que se deducen de la con

clusión aludida.

LVI. Es PRECISO PASAR DE LO IGNORADO A LO CONOCIDO.—Para tener verdadero conocimiento del movimiento de los pájaros en el aire, hay que conocer primero los vientos, lo cual se logra mediante los movimientos del agua en sí misma, y esta ciencia sensible

será el escalón que nos permitirá llegar al conocimiento de los volátiles entre el aire y el viento.

LVII . LAS LEYES DE LA NATURALEZA PREDOMINAN

SOBRE LOS HECHOS.—No ha y en la na tura leza efecto

sin causa. Si conoces las causas, no necesitarás la ex

periencia.

LVIII. LA EXPERIENCIA ES FUNDAMENTO DE LA CIEN

CIA.—Acuérdate cuando hables de las aguas, de ar

gumentar primero con la experiencia y después con

'& razón.

LIX. SOBRE EL MISMO TEMA.—Te recuerdo que si

formulas tus proposiciones, alegar lo anteriormente

escrito como ejemplo y no como proposición sería muy

sencillo; di así: experiencia.

LX . INVESTIGANDO LOS E FE C T O S SE DESCUBREN LAS

6

54 LEONARDO DE VINCI ESCRITOS LITERARIOS Y F ILOS ÓF ICOS



CAUSAS.—Pero antes de segui r ade lante he de hacer.;exper imento, porque mi intención es a legar la exf™r iencia pr imero, y luego demost rar con razonarme™tos por qué ta l exper iencia se ve obligada a procedifasí .

Esta es la verdadera regla que han de tener preseLt e los invest igadores de los efectos naturales , pufiaunque la naturaleza comience por e l razonamiento Iacabe por la exper iencia , nosot ros neces i tamos hacallo cont rar io, es to es , comenzar, c o m o antes h e diehjf|por la exper iencia , y con el la inves t igar la razón.

L X I . E s PRECISO REPETIR LOS EXPERIMENTOS IRIANDO LAS CIRCUNSTANCIAS.—Antes de hacer regla g™neral de es te caso, exper iméntalo dos o t res veces , olíservando s i tus exper iencias producen los mismos eíeá

tos.

LX I I. E JE M PL O DE LA REGLA A N TERIO R.—Si se deja

caer uno con otro, al mismo tiempo, varios cuerpos dM.

igual peso y figura, los excesos de sus intervalos serám

iguales para todos ellos *. :,LEl exper imento de la anter ior conclus ión acerca def |

movimiento debe hacerse en es ta forma : t ómense d o |bol i tas de igual peso y t amaño y dé j e se l a s cae r desd imucha al tura , de modo que al sor tar ias se toquen una

a ot ra y e l exper imentador es té en e l suelo viendo s i la l caer , s iguen o no en contacto. Hágase e l experimetiato var ias veces para que no lo fa l see o lo impida»cualÉ |quier inconveniente y no resul te equivocada la p r u e b a »

LXIII . Es PRECISO LIMITAR LA RAZóN A LA EXPERIEN«

CÍA Y NO EXTENDERLA MÁS ALLÁ DE ÉSTA.—Cuanto máSM

se disminuye lo movible, más lo impulsa su motor, prwM

porcionalmen te según su disminución, hasta el infinito^

u adquiriendo constantemen te mayor velocidad de m o-tiimiento

5.

Pudiera ocurr i r que un átomo fuese tan veloz comola imaginación o como la vi s ta , que en un ins tante sal va la di s tancia que hay has ta la a l tura de las es t re l las ,y entonces su viaje sería infinito, porque lo que se puede disminui r inf ini tamente aumenta inf ini tamente envelocidad e inf ini to camino recorre (puesto que toda

cantidad continua es divisible por el infinito . E s t aopinión es tá condenada por la razón y cons i gu i en t e mente por la exper iencia .

De modo que vosot ros , inves t igadores , no os f ié i s delos autores que sólo por medio de la imaginación hanquer ido conver t i r se en intérpretes ent re la naturalezay el hom bre , s ino únic am ente de aquel los que ha nejerci tado su ingenio no con las señales de la natura

leza, s ino con los resul tados de su exper iencia . Y reconoceréis que las exper iencias engañan a los que noconocen su naturaleza, porque és ta , que parece la misma muchas veces , t i ene g r an va r i edad , como aqu í s edemuest ra .

L .X IV . A LOS QUE ASEGURAN QUE EL AGUA SE ENCUENTRA EN LA CIMA DE LOS MONTES, PORQUE EL MARESTÁ MÁS ALTO QUE LA TIERRA.—Si e l agua que brotapor las altas c imas de los montes procede del mar ,desde e l cual la impulsa su propio peso, por es tar másalto que los montes , ¿por qué puede esa par t ícula deagua e levarse a tanta a l tura y penet rar en la t i er ra a^osta d e tanta di f icul tad y tanto t iempo, y no le es pos ible a l res to del e lemento agua hacer ot ro tanto, yalúe conf ina con el a i re , que no puede of recer le res i s tencia , par a que se e levase e l todo a la mism a al tu rade la antedicha par te? Tú, que ta l invención discut i s t e , vuelve a aprender en la naturaleza que carece-

56 LEONARDO DE VINCI ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS 57



r ías de esas opiniones de las cuales has hecho abufdante provis ión, as í como del capi ta l del f ruto que pesees

L X V . LA PERSPECTIVA Y LAS MATEMáTICAS \—,

el es tudio de las causas y fundamentos naturales , :lu z deleita más a l os que l a con t empl an ; en t r e l a s L.

sas grandes de las matemát icas , l a cer teza de la d |mos t r ac i ón eleva más p r es t ament e e l i ngen i o de leinves t igadores .

La perspect iva debe ser , pues , antepuesta a todo,los t ra tados y discipl inas humanos, pues en su campjse compl ica la l ínea radiosa con los mot ivos de Xi

dis t intas demost raciones . En la perspect iva se hal laglor ia , no tanto de las matemát icas como de la Fíaca, que la ad orn an con sus f lores . ¡,,

Las sentencias de és tas , ampl iadas por e l análisisserán concretadas por mí con concluyente brevedad»,ent re lazando, según las condiciones del asunto, lógi |c a s y m a t e m á t i c a s d e m o s t r a c i o n e s ; d e d u c i e n d o leefectos a lgunas veces por las causas , y ot ras las causas por los efectos , y añadiendo a mis deducciones a l |gunas que no f iguran ent re aquél las ni de aquél las s isacan, s i e l Señor , luz de todas las cosas , se dignj¡iluminarme para t ra tar de la luz .

L X V I . E L CONOCIMIENTO TIENE SU ORIGEN EN éLSENTIMIENTO.—Todos nues t ros conoc i mi en t os comier|¡zan en los sent imientos .

L X V I I . CONSECUEN CIAS DEL PRINCIPIO ANT ERIO R.—.

Como el sent ido s i rve a l a lma y no el a lma al senti ld o , donde fal ta el sentido oficial del alnta fal ta en es távida la tota l idad de la mis ión de ese sent ido, come»ocurre con los mudos y los c iegos de nacimiento.

L X V I I I . E L TESTIMONIO DE LOS SENTIDOS Y EL CRI

TERIO DE LA VERDAD.—Si dices que e l hecho de ver impide la fi ja y suti l cogitación, mediante la cual se ahonda en las divinas c iencias , y que ese impedimento l levaal f i lósofo a privarse de ver, contestaré que los ojos,como señores de los sent idos , cumplen su deber im

pidiendo a los confusos y embusteros no ya la c iencia ,s ino los di scursos con los cuales s iempre, con grandesvoces y manot eos , d i s cu t en . L o mi smo deb i e r an ha^cer los oídos , que son los más moles tados , porque desear ían un acuerdo en que todos los sent idos intervi nieran. Y si algún fi lósofo se arranca los ojos paraqui tar e l impedimento a sus ref lexiones , piensa que semejante acto correspondió a su cerebo y a su modode discurrir , pues todo él fué locura. ¿N o podía acasocerrar los ojos cuando exper i ment aba aque l f r enes í ,

y man tener los cer ra dos ha s ta que se le pas ara la fur ia? ¡ Loco era e l hom bre , insensato su razo nam ientoy necio del todo ar rancarse los ojos

Di cen que e l conoc i mi en t o e s mecán i co cuando loproduce por la experiencia, y que ésta es científicacuando nace y acaba en la mente , y que és ta es semi-mecánica porque nace de la c iencia y acaba en lasope rac i ones manua l es .

A mí me parecen vanas y l lenas de er rores las c iencias que no proceden de la exper iencia , madre de todace r t i dumbre , y que no t e rmi nan en una expres i ón notoria, es decir , que su origen, su medio y su fin noPasan por ninguno de los c inco sent idos .

Y s i dudamos de las cosas que pasan por los sent i -^os> ¡ cuánt o m á s n o h e m o s de dudar de las cosas rebeldes a esos sent idos , como la ausencia de Dios , del^|rna y ot ras por e l es t i lo , que son s iempre mot ivo de^scusiones y d i s p u t a s

Realmente ocurre que s iempre cuando fa l tan razo-




nes se recurre a los gri tos, lo cual no sucede respectja las cosas c ier tas . Por eso di remos que donde se gr ita no hay c i enc i a ve rdade ra , poique la verdad no tifne más que una expres i ón que , apenas e s manifestaLda, destru ye el l i t igio par a siem pre ; y si ,1a discusiófflse renueva, es que la c iencia que la motiva es mentir.

y confusión y no ce r t i dumbre r enac i da . ,„Las ciencias verdaderas son aquel las que por media .

de la exper iencia han penet rado en los sent idos e imijJpuesto s i lencio a las lenguas de los a l tercadores ; quelno al imentan con ensueños a los que las es tudian, sindjque con ve rdades p r i mar i a s y con principios notorioáproceden suces i vament e y con ve rdade ra continuidaqjhasta el f in, como s e ve en l a s p r i meras ma t emát i cases t o e s , l a s de números y medi das , l l amadas aritm&Lt i ca y geometr ía , que t ra tan con suma verdad de lain

cant idades cont inuas y discont inuas ,En el las no puede af i rmarse que dos veces t res hagan más o menos de sei s , ni que la suma de los ángulos de un t r iángulo valga menos de dos ángulos rect o s ; cualquier objeción queda des t ruida con el s i lera .c ió , y los devotos de aquel la c iencia terminan en pazisus discusiones , cosa que no ocurre a los de las falacesjjciencias mentales .

Y s i se me arguye qué aquel las c iencias exactas y»not or i a s son una e spec i e de mecán i ca , pues t o que no'3pueden t e rmi na r más que manua l ment e , me ve r é en ell

caso de deci r lo mismo de todas las ar tes que pasan £_por las manos de los escul tores , l as cuales son del ge- ;Iñero de l d i bu j o , mi embro de l a p i n t u r a ; y la Astroloí-Jgía y las demás pasan por ope rac i ones manua l es que;han s i do an t e s ment a l e s , como sucede con l a pintu-i»xa , que exis te pr imero en la imaginación de quien lafejerce y n o puede ob t ene r su perfección «ino con lasjoperaciones m a n u a l e s .

Pe la cual pintura hemos de deci r , pr imeramente ,sU S pr incipios c ient í f icos y verdaderos : qué es cuerposombreado ; qué e s sombra p r i mi t i va y sombra de r i vada ; qué es luz, es decir , obscuridad, luz, color, cuerno , f igura , s i t io , separación, propincuidad, movimiento y quietud, todo lo cual sólo con la mente se es tudia ,

s in operaciones manuales . Esta es la c iencia de la pint u r a que pe rmanece en l a ment e de sus con t empl adores, de la cual nacen luego las operaciones , bas tantemás dignas que la antedicha contemplación o c iencia ,

L X Í X .SÍ MISMA.-

juicio.

ERRORES DE LA IMAGINACIóN ABANDONADA A

-Nada hay tan sujeto a er ror como nues t ro

L X X . SOBRE EL MISMO TEMA.—La mayor equ i vo

cación de los hombres es tá en sus opiniones .L X X I. CONTRA LA METAFÍSICA.-~Huye de los pre

ceptos de esos invest igadores cuyos razonamientos noestán conf i rmados por la exper iencia .

L X X I I . SUPERIORIDAD DE LO S ANIMALES CON RESP EC

TO AL HOMBRE.—El hombre t i ene mucho d i scur so , ensu mayor pa r t e , vano y e q u i v o c a d o ; los animales t ienen muy poco, pero út i l y c ier to. Más vale la cer tezaPequeña que la ment i ra grande.

LXXIII . D E L DICCIONARIO DE L E O N A R D O . —Si logis-

^ o •• hab l a dudosa . Sofisma: hab l a confusa . Teoría:C1encia sin práct ica .

L X X I V . . SUPERIORIDAD DE LA CIENCIA DE LA PINTURA

RESPECTO A LA FILOSOFÍA.-—La Pintura desarrolla lasSu Perficies, colores y figuras de todo lo creado por la




na t u r a l eza , . y la Filosofía pene t r a en los m i s m o s cuer*Bpo s considerando su s prop ias vi r tudes , pero no se s n

t isface co n l a ve rdad , como lo h a c e el pintor , qu e abarJBca en sí la p r i mera ve rdad de d ichos cue rpos , porque™la vista se equ i voca meno s .

L X X V . N o SE CONOCE LA ESENCIA DE LAS COSAS.HSINO SUS DEFECTOS.-—¿Qué es el e l e m e n t o ? No puedejBel hombre def ini r ninguna condición de los elementos,<flpero gran par te de los efectos de éstos so n notor ios 8.;M

L'XXVI. ¿POR QU é TIENE FORMA ESFéRICA EL ONJM

JUNTO DE AGUAS QUE RODEAN LA TIERRA?—La respuestaSes difícil, pero no por ello dejaré de exponer mi op i j lni ón . El agua, ves t ida por el a i re , desea, naturalmenJBt e , es tar unida a su esfera , po rque en tal si t io se priiBva de g r a v e d a d , y e s t a g r aved ad es d o b l e ; es decir,;»que el conjunco t iene la g r avedad con re lación al cen>í Bt ro de la esferoicidad de l a g u a ; si así no fuese, cons-ilt i tuiría solamente media esfera , que es la que es tá del¡Bcent ro hacia ar r iba 9. P e r o de es to no le es fácil al ,1i n g e n i o h u m a n o dar expl icación má s que d i c i e n d o »c o m o se dice del i m á n , que a t r ae el hier ro, que su po- 1der es una p rop i edad ocu l ta como hay m u c h a s , infijHni tas , en la na t u r a l eza .

L X X V I I . D E LA DIVISIBILIDAD HASTA EL INFINITO DE IUNA ABSTRACCIÓN MENTAL.— -Lo que es divis ible en ac - ición lo es t a m b i é n en p o t e n c i a ; p e r o no t odas la s can-St idades divis ibles en po t enc i a lo son en acción.

L X X V i n . NO ES POSIBLE ABARCAR LO INFINITO CON 1EL ENTENDIMIENTO.—<j Qu é es lo que no se puede da r , ; *y si se diese ,no exist ir ía ?• Es lo infinito, po rqu e si se'flp u d i e r a dar ser ía l imi tado y finito, puesto que lo q ue I

IL puede dar t iene l ími tes con las cosas qu e lo rodeanl o r sus ex t r emos , y no se p u e d e dar lo qu e no t ieneJér rninos .

I L X X 1 X . S O B R E EL MI S MO TEMA.—El movimiento

Ke la t ier ra cont ra la t i e r r a , go l peando en e l la , a pen as

•¡nueve la pa r t e go l peada .[ El agua pe r cu t i da por el agu a forma cí rculos a l rede-|dor de l si t io d e la p e r cus i ón .

Para dis tancia larga, la voz en el a i re .Más larga en el fuego .M ás la i magi nac i ón en el u n i v e r s o ; pero c o m o es

¡limitada, no se ex t i ende a lo infinito.

L X X X . L A FINALIDAD DE LAS COSAS EXCEDE DE LOS

LíMITES DE LA MENTE H U MA N A . — ¡ O h, e specu l ador de la3cosas No te envanezcas de conoce r l a s más que vul

garmente , por su mi sm a na t u r a l eza , por su disposición[ natural ; p e r o ¡ alégrate de conoce r lo s fines de a q u e

llas cosas que ha d i bu j ado tu i m a g i n a c i ó n

L X X X I . L o s ANTIGUOS SE PLANTEARON PROBLEMAS

^SOLUBLES.—Considera ahora , l ector , lo qu e podemoshamos de nues t ros an t epasados , que quis ieron definir'lúe son el a l m a y l a v i da , cosa i mpro bab l e , cu ando las*?ue ahora s abemos por expe r i enc i a y se p u e d e n c o n o -^er y demos t r a r claramente han pe rm anec i do i gnora das o c r e í das e r róneament e duran t e t an t os s i g l os . Los°)os que tan c l a r amen t e e j e r cen su mi s i ón han s ido,«asta en mi t iemp o, def inidos de una m i s m a m a n e r aPor infinitos autores, y a mí la expe r i enc i a m e enseñó^Ue so n mu y dist inta cosa.

L X X X II , LÍMITES PARA LA DEFINICIÓN DEL ALMA.—^nque el i ngen i o huma no i nven t a mu chas cosas , queOJ1 Variedad de i ns t rument os r e sp onden al m i s m o fin,



64 LEONARDO DE VINCIKSCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS G5



Si es tás solo, serás completamente dueño de t i , y St i enes un compañero nada más , s e r á s medi o dueñ<j|^Bt i mismo, y tanto menos cuanto mayor sea la indmcreción de t u p roced i mi en t o ; y s i t e acompaña milde uno caerás en la misma di f icul tad.

Si dices : «Lo haré a mi m a n e r a ; m e a p a r t a r é patja

ver mejor las,formas de las cosas naturales», t e comt es to que no podrás hacer eso porque te ser ía más d |fícil no pres tar a tención muy a menudo a sus chai-las, y como no es posible servir a dos señores, cumpfBrías mal tu mis ión de compañero y ser ía peor e l resuMt ado de tus invest igaciones ar t í s t icas .

S i repl icas : «Me apar taré tanto que no l legará a i f loído lo que digan, y me es torbarán», vuelvo a respol»der que t e t omarán por l oco ; pe ro , además , ¿n o v4 |que conduciéndote as í ser ía igual que s i es tuviesesolo ?

L X X X V . C O N S E J O A L O S PINTORES.—La imaginaBción del pintor debe se r como un espejo que camraHsu color por el de las cosas que refleja, y tantas son la»imágenes que la l l enan cuantas son las cosas que se lm

ponen de l an t e .

As í , pues , s ab i endo t ú , p i n t o r , que no puedes s^M

buen ar t i s ta s i no eres maest ro universal de reprodáBcir, por medio de tu ar te , todas las c i rcunstancias dé|l as hechuras que produce la naturaleza, y no sabrás r<H

produci r las s i no las ves y las re t ienes en la memor i |Hcuando sa l gas a l campo procura que t u imaginac iónse fije en varias cosas suces i vament e , obse rvando ahcflra es to, luego aquel lo, y reuniendo un haz de cosJHnotables y e legidas ent re las mejores .

No hagas como algunos p i n t o r es , que , cansada « 9fantas ía , abandonan el t rabajo y van a pasearse p j 9r ec r eo , conse rvando un cansanc i o de l a imaginación

aue le* impide ver y fi jarse en varias cosas, y hastacuchas veces , a l encon t r a r se con ami gos o par ientes

aue les saludan, parece que ni les ven ni les oyen nijes conocen, como s i no hubiese má s que a i re dondeellos están.

. L X X X V I . O T R O C O N SE J O . — L a i magi nac i ón de lpintor debe variar sus reflexiones tantas veces cuantas son las figuras de los objetos notables que t iene ala vista y retenerla s y anotar las y formular con sujeción a el las reglas, según el si t io, las circunstancias, laluz y la sombra.

L X X X V Í 1 . V I D A D EL P I N TO R F I LóS O F O EN LO S PU E

BLOS.—Al pintor le son necesa r i a s l a s ma t emát i cas correspondientes a la pintura , y e l a i s lamiento o carencia

de com pañe ros que no per ten ezca n a su es tudio , y cerebro var iable según la naturaleza de los objetos quetenga delante , y a le jado de ot ras preocupaciones .

Y s i se t ra ta de la def inic ión y contemplación de uncaso, como ocur r e cuando e l objeto impres iona, debeJuzgar cuál es la def inic ión más t rabajosa y cont inuarla has ta su mayor y más minuciosa c lar idad, volviendo lueg o a otras definicione s.

Ha de ser, sobre todo, su mente igual a la superfi-C1e del espejo que cam bia su color según los de los

°t>jetos que r e f l e j a ; sus compañeros ha n de consagrarse a estudios parecidas a los suyos, y si no los en-c ° n t r a r a , sírvase de s í mismo en sus contemplaciones ,^ ü e , después de todo, no podrá encont rar mejor ni másútil c o m p a m a .

L X X X V I I I . NECESIDAD DEL A N áL I SI S . — Sabemos•^rectamente que la vi s ta es una de las cosas más ve-

Ce s que exis ten; pero s i en un momento ve inf ini tas




cosas , no puede f i j a r se más que en una cada vez . IfH

gamos un e jemplo . Tú, l ec tor , ves d e u n a o j e a d a »papel escr i to , y en seguida t e das cuenta de que eracubier to de l e t ras , pero no d i s t ingues de pronto cujBson esas letras ni lo que quieren decir , por lo ¿ 9t i enes que mi rar l as pa labra por pa labra , verso por i M

so , s i deseas enterar t e de lo que d icen aquel l as l e t ra»como si te propones subir a lo más al to de un edifi»t endrás que i r esca lón por esca lón, o s i no , no p o d Bl legar arr iba.

Por eso te digo a t i lo que la naturaleza exige pa

ese arte : s i quieres tener idea exacta de las formasUl as cosas , empezarás por sus par t í culas y no pasará^Bl a segunda s i no has aprendido antes b ien y práctJMmente l a pr imera . Si no lo haces as í , perderás e l tiá

po y prolongarás e l es tudio . Recuerda que va le máfl j

di l igencia que l a pront i tud .

L X X X 1 X . C A R á C T E R D E L A S O BR A S D E L E O N A R D O *

Com e nz a da e n F l o r e nc i a , e n c a s a de Pe d r o d i r|H

ció Martelli 10, el día 22 de marzo de 1508, es esta u 9colecc ión s in orden, ext ra ída de muchas car tas cfl

yo he copiado, d i spues to a ordenar las y clasif icaraluego, según los asuntos de que t r a t a n ; pero creo < $ •antes de que t e rmine de hacerlo t e nd r é que repasBun a m ism a cosa va rias veces ; así que, lector , n o | Hc e ns u r e s , pues los asuntos son muchos y l a memolHno pu ede recordar los todos y dec i r : «De eso no 9cr ibo porque ya lo h ice antes .» Para no incurrir M

equivocac ión, ser í a prec i so que en cada caso que | Bquis ie ra agrupar sin repet ir lo, releyese todo lo ari'fBr ior , y más habiendo l a rgos in te rva los de una veJH

otra.

X C . SU INSACIABLE DESEO DE SABER.—No ruge t| J

l 0 cí m a r t e m pe s t uos o c ua ndo e l s e p t e n t r i ona l a qu i lón lo azota formando espumosas o las ent re Scila y•Caribdis ; n i e l St rombol i o e l Mongibe i lo , cuando l as•sulfurosas l l a m a s , r om p i e ndo v i o l e n t a m e n t e y a güe i tando el al to monte, fulminan hacia lo al to t ierra y

[piedras juntas con l as l l amas que v o m i t a n ; ni las ca-[vernas ardientes del Mongibei lo, al arrojar el mal con-[tenido elemento (fuego), lo l anzan a su región a t rope-[llando fur iosas los obs táculos que se in te rpongan en su[impetuosa i ra. . . Arrastrado po r mi ávido y vago de-(seo de ver l a enorme confus ión de l as var ias y ext rañas formas creadas por l a a r t i f i c iosa na tura leza , dan-

Ido vuel ta» a veces entre los umbrosos escol los, l leguéa l a ent rada de una enorme caverna , ante l a cua l—después de quedarme un ins tante es tupefac to porque

I desconocía aquel lo—, e ncorvé mis r íñon es , y cer rada

I l a cansad a ma no sob re una rodi l l a , rodeé m is o jos d eobscur idad con l a mano derecha pues ta sobre los ca í dos y cer rados párpados , y has ta inc l inándome hac iaaquí y hacia al lá, para ver si dist inguía algo al l í dentro, no pude lograr lo , porque l a densa obscur idad meJ° impedía , y a l cab o de a lgún t i em po desper tá ro nseer* m í, de pronto , dos cosas : t emor y deseo; t emor a' a a m e na z a do r a obs c u r i da d de a que l l a c a ve r na y de seo de ver si al l í dentro había algo prodigioso.



1

PensamientosACERCA DE LA NATURALEZA

I. PROEMIO.—Viendo que no podía encont rar asunto de mucha ut i l idad o delei te , porque los hombres quenacieron antes que yo aprovecharon todos los temasúti les y necesarios, haré como aquel que, a causa de

su pobreza, l legó a la feria el úl t imo, y no pudiendoproveerse de ot ra cosa, tomó las que ya los demás habían vis to y no quis ieron y desdeñaron por su escasovalor. ' '• '

E n es t a desprec i ada y r echazada mercanc í a , desecho«e muchos compradores , empl ea r é mi pobre d i ne ro , ycon el la, no por las grandes ciudades* sino por las aldeas humi ldes , i ré repar t iéndola y recogiendo la recompensa que merezca l o que yo haya da do .

II . NATURALEZA Y CIENCIA.—La naturaleza es tá repleta de r azonami en t os que no t uvo nunca l a expe riencia.

III. DIVERSA S LEYES NECESARIAS RIGEN LOS HECH OS^E LA NATURALEZA.—La neces id ad es mae st ra y tuto-r a de la naturaleza.

La neces idad es tema e i nven t o r a de l a na t u r a l eza ;e s f reno y regla e terna.

YO LEON RDO DE VINCIESCRITOS LITER RIOS Y FILOSÓFICOS 71



IV LA RELACIóN DE LOS EFECTOS CON EL VALOR og

SUS CAUSAS ES NECESARIA.—Todo cuerpo esférico M

superficie densa y resistente, impulsado por una /tfflBza determinada, hará tantos movimientos como Wm

rebotes al chocar con un plano fijo y sólido, comcjijBfuese lanzado suelto al aire

n.¡ Qué admir able es tu justicia, Motor Primitivo, qué

no has querido dejar a ninguna fuerza la distribucióríHla clase de sus efectos necesarios Cua ndo se trata ;|Huna fuerza que debe lanzar a cien brazas una cosa ir»pulsada por ella, si esta cosa tropieza con un obstágBlo en su camino, tú has dispuesto que la violencia delchoque produzca nuevos movimientos ; que merceífMrepetidos botes, realice el cuerpo lanzado todo el/$Mcorrido que debió hacer. Midiendo los diferentes saltos se ve que la suma de sus longitudes es igual á B

distancia que recorrería el objeto lanzado al aire 6 wla misma fuerza.

V. LAS LEYES DE LA NATURALEZA SON IMPRESCJ

TIBLES.—La naturaleza no quebranta sus leyes.

VI . S O B R E EL MISMO TEMA.—La naturaleza se |

obligada por sus propias leyes, que en ella existen^fusamente.

VIL EL EFECTO SIGUE, NECESARIAMENTE/A LASA.—Cuando cualquier cosa, causa de otra, p r o | |por su movimiento algún efecto, es necesario qu|movimiento del efecto corresponda al movimientola causa.

VIII. E L MILAGRO E S T á EN LA RELACIóN DEL EFEJ

CON LA CAUSA 12. (Estudio de la naturaleza de los o.fM

En esta parte, las figuras, los colores, todas las e | |

cies de los componentes del universo quedan reducida»a un punto; pero este punto ¡ es tan asombroso ...

¡ Adm ira ble y sorprende nte nece sidad, q ue obligascon tus leyes a todos los efectos a compartir rápidamente sus Causas

¡ Estos son milagros He escrito en tu Anatomía cómo en tan mínimo espejo puede la imagen visual reproducirse y reconstituirse en su tamaño.

IX . T O D A S LAS COSAS OBEDECEN A SUS PROPIAS LE

YES. —Ej e mpl o del ray o entre las nubes . ¡ Oh poderoso y ya animado instrumento de la artificiosa naturaleza Como no te sirven tus much as fuerzas, te conviene abandonar la tranquila existencia y obedecer lasleyes que Dios y el tiempo dictaron a la madre naturaleza.

¡ Cuánt as veces se ha visto a los despavoridos grupos de delfines o de atunes enormes huir de tu despiadado furor, y a ti, con el veloz estremecimiento de lasalas y de la poderosa cola, originar en el mar unatempestad repentina, con tremendos choques y hundimientos de navios, con olas grandísimas llenando'os cauce s descubiertos de temerosos y acob arda dosPeces

X. PASIVIDAD Y ACTIVIDAD. — Mu chas ve ce s se ve^rastrada una misma cosa por dos violencias : la necesidad y la fuerza. Cae el agua de lluvia y la tierra'a absorbe porque necesita humedad ; el sol la evapora luego, no por necesidad, sino en virtud de su poder.

XI . PREVENCIONES DE LA NATURALEZA EN LA CONFOR

MACIóN DEL CUERPO HUMANO.—Como los ojos son lasVe ntanas del alma, está siempre ésta temerosa de per-

72 LEONARDO DE VINSIBSCKITOS LITERARIOS I FILOSÓFICOS 78



der los , de ta l modo que cuando se les pone delalÉalguna cosa capaz de asus tar de pronto a l hombre, é| i[no acude con l a s manos a ampara r a l co r azón , ruérjBde la vida, ni a la cabeza, a lbergue del señor de ; Vmsentidos, ni a los oídos, ni al olfato, ni al gusto, a st e s que a l s en t i do a sus t ado ; y no bas t ándo l e cenjHlos ojos con sus cubier tas (párpados) , apretándoJBmucho, los vuelve hacia ot ra par te , y no t ranqui lo aújHlos protege con una mano, en tanto que con la o S ,extendida cont iene, rechaza e l motivo de su alarnJM

Pero hay más aún. La naturaleza ha dispuesto quelos ojos del hom bre se c ier ren por s í mism os, p ' Uque cuando no es tán protegidos durante e l sueño n o | jmoleste cosa a lguna.

XII . PROVIDENCIAUDA D DE LAS DILATACIONES Y cam

TRACCIONES DE LA PUPILA.— Las pupilas de los o9cambian de tamaño tantas veces cuantos son las t |Bnaciones de luz y de sombra de los objetos que affHella se ponen.

Para es te caso, l a naturaleza ha protegido a la VjBt u d v i s u a l : c u a n d o lé ofende e l exceso de luz , p u e jcont raer las pupi las , y cuando le moles tan los di$Hsos grados de obscur idad, las di la ta , como ocurre cjBl a boca y con la bolsa . Hace en es to la naturaleza «mo aquel que t iene demasiada luz en su habitaciótjM

cier ra media ventana, más o menos según le convaBga, y cuando se va haciendo de noche abre la veiiHna de par en par para ver mejor dent ro de la habíHc i ón . L a na tu r a l eza empl ea una ecuac i ón con t i nua « •el cont inuo atemperar e igualar mediante e l crecimiaBto o disminución de las pupi las , en proporción de IBaludidas c lar idad u obscur idad que haya ante los ojjfl

XII I . CONTR A LOS QUE PRETENDEN CORREGIR A L A : | H

TURALEZA.—El hecho de cor tar los pelos a las nar i -Ices es cosa que da r i s a . Hay nec i os que acos t umbran¡a realizarlo como s i creyesen que la naturaleza se había equivocado en a lguna cosa y tuviéramos que corregirla los hombres . Ha puesto dos agujeros en lasnarices, cada uno de los cuales es para la mitad de la

I anchura de la cañ a de los pulmo nes , por donde se ex-¡ hala e l a l i e n t o ; y s i no hubiera esos agujeros la bocaser ía suf ic iente para ese abundante a l iento. S i me decís ah or a: «¿Por qué ha dad o la natura leza na r icesa los animales , s i l es bas ta la boca para a lentar?», oscontestaré que las narices están eh su si t io para serusadas cuando es tá ocupada la boca en mast icar losalimentos.

X I V . AC E R C A DE L F E NóM E NO DE L I M P UL S O DE L AS

RAíCES .—Cuando e l árbol pierde la cor teza por a lgúnsitio, la naturaleza, atenta a remediar lo, di r ige a l lugar descor tezado mayor cant idad de savia nut r i t ivaque a los demás s i t ios , de modo que donde existió laraita trece la cor teza mucho más gruesa que en e l resto del árbol . Y es tan imp etuosa la c i rculación de di cha savia, que al llegar al si t io que necesita ayuda selevanta a lo a l to a modo de bote de pelota con var iasgerminaciones o borbol lones , como los del agua hi r i e n d o .

XV . SOBRE LA ESTRUCTURA DE LAS ALAS.—Los ti -jnones nacidos en los hombros que t ienen las a las de0 s pájaros son un hal lazgo de la ingeniosa naturalezaPara la comodidad de cer rar las en e l vuelo recto, como° e jecutan las aves muchas veces en sus furiosos rea r a dos , pues es más fácil en los vuelos furiosos p le-

8 a r una mínima parte del a la que e l a la entera .

* V l . AC E R C A DE L A DI S P OS I C I óN DE L AS HOJAS DE

74 LEONARDO DE V1NCI ESCRITOS LITERARIOS ¥ FILOSÓFICOS ¿O



LOS ÁRBOLES.—Ha co l ocado la na t u r a l eza la s hojas d«fl as úl t imas ramas a e rnuenos árooies de m o d o que lasexta hoja es te SoDre la p r i m e r a , y asi sucesivamentesi no se i n t e r rumpe la regla .

Lsto lo ha r ea l i zado por dos conven i enc i a s de lo8>$mismos árboles : la p r i mera , p orque nac i end o la ra»<

ma y el rruto del añ o s iguiente de la y e m a que haye n c i m a , en con t ac t o con el nac i mi en t o de la hoja , ela g u a que moja aque l l a r ama pueda descender parajjjnutrir d i c h a yema a i de t ene r se la s gotas e n la c ó n c a v ada d que orrece el nac i mi en t o de la hoja .

L a o t r a conven i enc i a es que nac i endo t a l e s r a m a sa l a ñ o s iguiente , la una no c u b r e a ia o t r a porque na|lcen vuel tas de c i nco modos las c i nco r am as .

X V I I . L E Y UNIVERSAL DE LAS C O SA S. — Ca da cosadesea na t u r a l ment e mant ene r se en su ser.

X V I I I . S O B R E EL MI S MO TEMA. — U n i v e r s a l m e n i B

t odas la s cosas desean mant ene r se en su m o d o a e serapo r lo cua l la corr iente de a g u a que se m u e v e aspir|Ba mant ene r su cur so s egún la po t enc i a de su causa.fWs i encuen t r a a l gún obs t ácu l o que se le o p o n g a , da fiíffl

l a longi tud del c o m e n z a d o c u r s o en un movimienfMci rcular y re torcido.

XIX. LAS COSAS QUE SE SABEN DE SU ESTADO NATI

RAL TIENDEN A VOLVER A ÉL. — T o d o s lo s elementójc u a n d o se hal lan fuera de su s i t io natu ral , aspi ra nvolver a é l ; p e r o má s que t odos los r e s t an t e s , el fueg|el agua y la t ier ra .

X X . L E Y D E L ES F U ER ZO MíNIMO.—Todos los pes |

procuran cae r a l cen t ro por el c a m i n o m á s cor to.

X X I . CADA PARTE DESEA ESTAR CON SU T O D O

Todas la s par te s t i enen in cl inación a un i r se a su t odopara huir de sus i m p e r f e c c io n e s ; el a l ma asp i r a a esta r con su cue rpo , porque sin lo s instrumentos orgánicos de tal c u e r p o n a d a p u e d e hacer ni sentir .

X X I I. RELACIÓN ESTRECHA.—Acércase el a m a d o a

la cosa am ada , como el s en t i mi en t o a la sensible , hasta unirse, con el la y formar u n a sola cosa.La obra es lo p r i mero que n a c e de tal u n i ó n . Si la

cosa amada es desprec i ab l e , el a m a n t e se vuelve desp r ec i ab l e t ambi én . Cuando la pa r t e un i da conv i ene a lque ha real izado la u n i ó n , le prod uce de lei te , sa t i s facción y placer .

C u a n d o la a m a n t e se reúne con el a m a d o , él des cansa ; cuando el peso que da coloca do, a l lí desc ansa .

Las cosas conocidas por m e d i o de nuest ra inte l igencia...

X X I I I . LEY DEL ESFUERZO MÍNIMO.—Todas las acciones naturales se real izan por el p roced i mi en t o másbreve.

X X I V . SOBRE LO MISMO.—Ninguna acción naturalpuede se r abrev i ada .

T odo ac t o na t u r a l es real izado por la na t u r a l eza del^odo más breve posible .

XXVi LA NATURALEZA ES INFINITAMENTE VARIABLE.—

ks ta n delei tosa la na t u r a l eza y tan cop i osa en sus v a cac i ones , que aun en t r e lo s árboles de una m i s m a e specie no se pued e encon t r a r uno que s e pa r ezca a otro,y no ya sólo los árboles , s ino sus r a m a s , su s hojas , sus|futos son diferentes ; no hay dos abso l u t am ent e í gua -es.

X X V I . C O N TR A LOS ALQUIMISTAS.—Los intérpretes

7 LKONAHDO 1M£ V1NC1 KSCIUTOS UXÜliAKIOS Y FtLOñOKlCOS 7 »



embusteros de la naturaleza af i rman que la plata üiüti íes s imiente común ae todos los metales , sin acoijaUse ae que la naturaleza vana la s seminas según la diíjfjyersidad de cosas que se propone ecnar a l mundo;™

X X V l i . M á S SOBRE LA VARIEDAD EN LA N TUR ÍJ

ZA.—Oí la naturaleza Hubiese íijaao una sola r e g i a J jr a la cualmaa ae los miembros , l as caras üe touos lóHhombres s e parecerían ae ta l rnoao que no poana|Bdis t ingui rse unos ae o t r o s ; pe ro na estaoiecmo ta l vanrieaaa en los mismos miemoros üe la cara , que auj

que tenga üictaüas reglas casi universales en cuanto.™su tamaño, no las observa en cua nto a su cauaadÉpor eso se puede dist inguir fácilmente a uno üe otro

X X V iI I . PRECEPTOS PARA LOS PINTORES. — D e b J |observar las meaiaas universales en cuanto a la loigitud ae las í iguras , pero no respecto a su grosor , pufjuna de las cosas lauaaoles y maravil losas que se ei$cuent ran ent re las ooras üe la naturaleza es que inr|guna ae es tas , en ninguna üe sus especies , hay un sol ídeta l le que se pa r ezca exac t ament e a o t ro ; as i , puefimitaoor üe la naturaleza, procura es tar a tento a la Virieüaü üe üel ineaciones .

X X I X . PRECEPTO, i—Defecto muy gr ande en lofmaest ros es la cos tumbre üe repet i r l as mismas actjjj

tuües en las inismas «historias» l), y muy proxim^unas a ot ras , como poner también s iempre las m i s m $ |bel lezas üe ros t ro, pues en e l natural nunca se encueátran repet idas ; t anto que si todas las bellezas üe igü$ |excelencia volvieran a la vida sumar i an mayor nuinélro de personas que exis ten en nuest ro s iglo, y como lal

(1) Conjunto de figuras.

[de nuestro siglo no se parecen exac t ament e a cua l qu i e rotra, la mismo tendr ía que suceder con las bel lezas .

X X X . H A Y HOMOGENEIDAD D E ESTRUCTURA EN LO S[SERES ANIMADOS .—Cosa fácil es , para quien conoce alí hombre, unlversal izar luego , pues to que todo s los ani -

• males ter res t res t i enen semejanzas , es deci r , poseenmúsculos y huesos , y sólo se diierencian en su t ama

ño y en su grosor , com o se demost ra rá en la Anato-

mía. E x i s t en t ambi én l os an i ma l es acuá t i cos , que sonde inf ini ta var iedad, acerca de los cuales no intentarépersuadir a los pintores de que deben formular reglas,pues varían casi hasta el infinito, como los animalesinsectos.

X X X I . CONCEPTO DE LA ENERGÍA.—ímpetu es la expres ión del movimiento t ras ladado del motor a l movido.

i oda impres ión esp era o desea ser perm ane nte .Que desea la permanencia es cosa que se demues

t ra mediante la impres ión producida por e l sol en lavista, que de él se resguarda, y con la del sonido queProduce e l badajo ai go l pea r l a campana .

Que la desea, se demuest ra con el s imulacro del movimiento (1) impreso al móvil .

X X X I I . LE Y UNIVERSAL.—Todas las acciones t ie

nen q u e e jerci tarse con el movimiento.

XXXIII. SOBRE LO MISMO.—£1 movimiento es cau-Sa de la vida.

X X X I V . D EF I N I C I óN DE LA F U E R Z A . — c Q u é e s la'Uerza ?

(l> í m p e t u .

üüm

h

78 LEONARDO DE VIWCI

F uerza es una vi r tud espi r i tual , un a po t enc i a in^SB

ESCRITOS LITERARIOS Y F ILOS ÓF ICOS 7»

diese hacer ins t rumentos en que se pud i e r a engendra r



sible que por violencia accidental exter ior es prodi|^Bd a por el movi mi en t o y colocada e infundida eirnjHcue rpos que es tán re t ra ídos en su empl eo na t u r a l (1),y que les da vida act iva de so rpr enden t e poder .

X X X V . S O B R E LO MISMO.—iQué es la fuerza?H

F uerza , d i go , es una potenc ia espi r i tual , incorpóréJMinvis ible , que en poco t i empo se p r o d u c e en los c i | Hpos que por a l guna v i o l enc ia ac c i den t a l se encuIIMt ran fuera de su ser y r eposo na t u r a l .

X X X V I . L A MATERIA ES INERTE.—Ninguna cosa wmsensible se m u e v e por sí m i s m a . Su movi m i en t o 1 | |p roducen o t r a s .

X X X V I I . L E Y D E LA TRANSMISIóN DEL M O V I M I E N I H

Y DE SU EQUIVALENCIA.—El í mpe t u es una virtud exÜ¡Md a por el movi mi en t o y t r ansmi t i da por el mot or a lequ e se m u e v e , lo cua l t i ene t an t o movi m i en t o cojjí mpe t u de v i da t iene.

X X X V I I I . P R I N C I P I O DE LA INERCIA.—Todo m c pmi en t o na t u r a l y con t i nuo a sp i r a a conse rva r su ciíso por la l ínea de su comi enzo , en t end i éndose que Mmo c o m i e n z o a cualquier lugar en que aqué l cambie

X X X I X . ORIG EN DE LA FUERZA.-—La fuerza es tá 'g e n d r a d a por la cares t ía y la a b u n d a n c i a ; es hija jmovi mi en t o material y sobr i na del movimiento eá¡ri tual , madre y or igen del p e s o . El p e s o es finito eáfe l ement os de a g u a y t ierra, y la fuerza es infinita, pofq u e co n el la se mov er ían inf ini tos mun dos si se f |

(1) La quietad.

ta l fuerza.La fuerza con el movi mi en t o ma t e r i a l , el peso y la

percusión son las cua t ro po t enc i a s acc i den t a l e s en quetodas la s obras de los h u m a n o s h a l l an su ser y sumuerte.

La fuerza t iene su origen en el movi mi en t o e sp i ri tual , que discurr iendo por los m i e m b r o s de los a n i m a les sensibles desarrolla su s m i e m b r o s , que una vezdesarrollados se acor t an y t i ran de los ne rv i os y tendones que a e l los es tán unidos , de lo cual resul ta lafuerza de los miembros h u m a n o s .

L a ca l i dad y la can t i dad de las fuerzas de un h o m bre podrán dar or igen a otra fuerza, que será tantomayor, p roporc i ona l ment e , cuan t o m á s a m p l i o sea elmovimiento de la una r e spec t o al de la ot ra .

X L . V A R I O S A S P EC TO S DE LA FUERZA.—La gravedad, la fuerza y el movi m i en t o acc i den t a l , j un t os conl a percusión, const i tuyen las cua t ro po t enc i a s con lascuales todas la s obras ev i den t es de los mor tales t i enensu exis tencia y su fin.

X L I . A L G O Má S DEL PRINCIPIO DE LA INERCIA.—

Todo movimiento espera su m a n t e n i m i e n t o , o de otror r iodo, todo cuerpo movido s igue moviéndose mient ras dura la i mpul s i ón de la po t enc i a de su motor .

XLII . MÁS AÚN.—Cada cua l mant i ene su ser viol e t a m e n t e . Si fuese posible dar un d i á m e t r o de a i rea esta esfera de la t ier ra , a s emej anza de un pozo que*a a t r avesa r a desde una a otra superficie, y por esePozo se dejara caer u n cue rpo p esado , a unqu e e s t eCu erpo quis iera detenerse en el cen t ro , se lo i mpe d i r í adurante m u c h o s a ñ o s su i mpul so .

8 UJONARDO Di£ V1NCI ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS 81

XLII1. ACERCA DE LA ARMONíA PITAGóRICA DE LAS é |



I»

U ai

FERAS CELESTES li .—¿Hace ru i do o no el roce de:,jflcielos ?

T o d o los sonidos se p r o d u c e n por la repercusión delai re en un cue rpo denso , y si es to ocurre ent re dos cuerapos pesa dos y . med i an t e el a i re que los rodea, es te rJH

es tal que c o n s u m e los cue rpos que lo sufren. De esiflpodr í a deduc i r se que al rozarse los c ie los , coma'JHhay aire entre el los, no d e b e n producir ruido.

Si el roce fuese cierto, en tantos siglos como hallq u e da n vuel tas los p l ane t a s se habr í an consufnidoiMl a inmensa velocidad qu e desar rol lan cada día, yj¡Mprodujeran a lgún sonido, és te no p o d r í a p r o p a g a r s eporque el son i do de la pe r cus i ón den t ro del a g u a calin o se oye, y m e n o s o n a d a se no t a r í a tratándose oHcue rpos densos ; más aún, el rozami en t o de dos cuéüpos pu l i ment ados no produce sonido, como tampó;lo tendr ía el rozami en t o de los c i e l o s ; y si los ciélno es t án pu l i ment a ros con su roce, segui rán sienjglobulosos y á spe ros , de m o d o qu e su con t ac t o no pu|d é ser con t i nuo , y s i endo así, engendra r í a el vac í o , qles s ab i do que no puede p roduc i r se en la naturaleza

Q u e d a , p u e s , p r o b a d o qu e él roce h a b r í a , consuifldo has t a el fin cada p l ane t a , y c o m o son más velocLpor el cen t ro qu e hac i a los po l os , más se c ons um i r j |por a q u é l que por és tos , y se acaba r í a el roce y cesaíjel sonido, y los bai lar ines se pa r a r í an , a m e n o s q

u n o de los c ie los t i rara hacia Or iente y el "otro hacfjel Septent r ión.

X L I V . LA LEY DE LA GRAVEDAD.—La t ierra es pls a d a en su esfera , y tanto más c u a n t o en e l e m e n |más l eve se hal le .

El fuego es leve en su esfera , y t an t o más c u a í |m á s p e s a d o sea el e l ement o en que se encuen t r e .

N i ngún e l ement o s i mpl e t i ene g r avedad ni l evedaden su propia esfera .

XLV. SOBRE LO MISMO.—El m o v i m i e n t o qu e realizan los cue rpos pesados hac i a el cuerpo c o m ú n noes por la neces i dad qu e t e n g a n de hal larse en tal cen

tro, ni por a t r acc i ón que ese cent ro e jerza , como lacalamita (1) pa r a a t r ae r hacia sí dicho peso.

X L V I . MÁS ACERCA DEL MISMO TEMA.—¿Por quéno pe rmanece el c u e r p o p e s a d o en su si t io?

—Porque no t iene res i s tencia .—¿Y hac i a dónde se di r ige?—Hacia el cent ro,—¿Por qué no en ot ro sent ido?—Porque el cue rpo pesado que no t iene res i s tencia

tiende a descender hac i a lo bajo por el c a m i n o másbreve, y lo más bajo es el cen t ro del m u n d o .— ¿ Y por qué acier ta a encontrarlo el cue rpo pesado

con tanta rapidez ?—Porque no ya como cue rpo i nsens i b l e (2) v a g a n

do antes en dis t intos sent idos .

X L V I I . ELOGIO DEL SOL.—Si ves a las estrel las sinrayos (3) (como ocurre c u a n d o se las mi r a por un agu-Jerito h e c h o con la p u n t a de una aguja muy fina yacercándolo al ojo t odo lo posible) , verás que son tan

Pequeñitas que no exis te cosa más p e q u e ñ a qu e el las,^ r ea l ment e la larga dis tancia las hace d i smi nu i r ra c i ona l ment e , aunque muchas de e l las sean muchís imasveces mayores que la estrel la, esto es , la t ier ra cone ' 'agua.

(1> Piedra Imán.(2) Como cuerpo sin vida ni movimiento propio.(3) Sin «gas {altas. radiación» qu » procedan d» la Yl»ta.

8 2 LEONARDO DE VIN I ESCRITOS LITERARIOS t FILOSÓII OS 8 3



Piensa ahora lo que parecer ía nuest ra es t re l la a tari,t a di s tancia y considera cuántas es t re l las se pondr íanen longi tud y la t i tud ent re esas es t re l las que es tán dise-minadas por e l t enebroso espacio.

No puedo menos de censurar a muchos de aquel losant iguos que decían que e l sol no tenía mayor tamaño

que el que podíamos ver . Ent re e l los es tá EpicurcfflMme figuro que dedujera tal afirmación de una luz colocada en nuest ro a i re , equidis tante del cent ro, IjKque no la ven no advier ten que disminuya su tamañoa n i nguna d i s t anc i a .

X L V I I I . C O N T I N ú A E L ELOGIO.—La explicación desu grandeza y sus c i rcunstancias la reservo P

a rl |

cuar to l ibro. Pero me sorprende mucho que Sócratescesurara semejante cuerno y que di jese qu e e ra corno

una p i edra encend i da . P oco pecó , c i e r t ament e , qu i enle castigó por tal error.

Quis iera tener p a l a b r a s crae me sirvieran para crit icar a los que pretenden alabar más la adoración a ]flh o m b r e s qu e a ese sol , sin ver en el universo cueriMd e mavor magni tud ni cual idades que é l . Su luz'jfflMmina a todos los cuerpos celes tes repar t idos en el.ufHver so . T odos l os án i mos proceden de é l , pues e l cáJKque t ienen los animales vivos , del ánimo viene, y;^Ph a y ningún ot ro calor ni lumbre en e l universo, c o | |

demost raré en e l l ibro cuar to.E s i ndudab l e aue l os que auisieron adorar a los hcfibres como a dioses , por e jemplo, a Júpi ter , SatuEfflMarte y ot ros por e l es t i lo , comet ieron un er ror rol

prande v i endo que , aunque e l hombre fuese t an errad e como nuestro mundo , pa r ece r í a como una estréfmínima aue hace e l efecto de un punto en e l univerffly más a l ver a aquel los hombres mor tales y pútrí4My corrupt ibles en sus sepul turas .

La Esfera y Marullo e l og i an , cómo o t ros muchos ,

al sol.

X L I X . CONTINÚA,.—Acaso vio Epicuro que la sombra de las columnas ,en las paredes cercanas tenía lamisma anchura del diámet ro ,de las columnas que la

producían, y s iendo la tota l idad de la sombra paralela del principio al f in, creyó que el sol también estuviera enfrente y paralelo, por lo cual no podía sermás grueso que aquel las columnas , y no advi r t ió quela disminución de la sombra tenía que ser imperceptible, por la mucha dis tancia a que se encont raba e l

sol. , . ' ,Si el sol fuese m á s pequeño q u e lá t ierra, las estre

l las de gran parte de nuest ro hemisfer io carecer ían deluz. (Cont ra Epicuro, que di jo que e l sol es tan grande

como lo vemos.)

L . CONTINÚA.—Dice Epicuro que e l sol es tan grande como le vemos, y como a l parecer mide un pie ,as í lo debem os creer ., Con siguientem ente , c ua nd o laluna obscurece al sol será porque és te no t iene e l t acaño,que aparenta , y s iendo la luna mertor que el sol ,t endr ía menos de un pie , y por consiguiente , cuandonuestro m u n d o la deja en sombra tendr ía un pie m e -

1 f tos un dedo; es deci r , que si el sol mide un pie y

nuestra t ier ra produce un a s o m b r a piramidal hacia laluna, es necesar io que sea mayor e l cue rpo l umi nosoCa usante de ta l pi rámide que e l cuerpo opaco que laproyecta .

LI. CONTINÚA.—¡Mide los soles que pueden ca-b er en su curso de veint icuat ro horas .. . De es t e modoe s fácil ver si, como Epicuro dice , e l sol es tan grandec°mo l e vemos , que , apa r en t ando un d i áme t ro de un

8 LEONARDO DE VINCI

p i e , y supon i endo aue pudiese c a b e r mil veces en ¡u

ESCRITOS LITEBAtUOS Y FILOSÓFICOS 85

ra yos calientes porque su or igen es caliente* y lo mis



cur so de veint icuat ro horas , recorrer ía en ese tiemMmil pies, o sea au i n i en t a s b r azas , es deci r , la sextapa r t e de una milla.

D e m a n e r a au e el sol, en t r e día y n o c h e , caminaríala sexta parte de una mi l la , o lo que es lo mismoJB

venerab l e ca r aco l ¡ sólo reco rrería vein ticinco brazasp o r h o r a

LII . D E M O S T R A C I ó N DE OU E EL SOL ES Cá"I IDO POR

NATURAiEZA Y NO POR CUALIDAD.—Dicen que el so l f Bes cál ido norone no t iene color de fuefro, s ino gueHam u c h o más b l a n c o y más c l a ro . A los aue esto diflHse les ouede repl icar au e c u a n d o el b ronce derreraBestá más cal iente tiene el mismo color del sol y cuJBd o no es tá ta n cal iente t iene color dé fuego.

L I O . SoRRE EL MISMO TEMA.—Demuéstrese a u J Bsol . po r na t u r a l eza , es c á l i do , y no frío, como quejBdicho.

El esneio cóncavo es tá frío al recibi r los r a vns lfueco, y los devue l ve más cal ientes aún que el mísjfueró .

La bo l a de vidrio Hena de acua fr'a desp i de ralt o m a d o s de la luz, más cal ientes oue la pronía I|l

De es tos dos experimentos se d e d u c e cine el cljjde los r avos p roduc i dos por el espeio o la bola dé';dr i o con aóua fr'a son cál idos por condición v no p |o ue la bola o el espeio lo s ean . Lo mismo sucede elel sol al nasar por esos c i w p o s , ca l en t ándo l os norlvi r tud. Po r es to se ha creído oue el sol no era cá l í |L o aue con los m i s m o s evnpn'-mpntos i nd i cados se :mues t r a es oue el sol es calidísimo ; romo siicedejl«->* evnerim.entos del espeio v de la bo l a , au e est»$}|frío» al cap t a r los r ayos de calor de l fuego, despi |

ino sucede con el sol, que siendo caliente refleja calorg r ande cuando pasa por los espejos fríos.

No cal ienta la luz del sol , s ino su calor natural .

L I V . P R O P A G A C I óN DE LOS RAYOS EN EL ES P A C I O . —

Atraviesan los rayos solares las frías regiones del airey no c a m b i a n de naturaleza; a t raviesan vidr ios l lenos de agua fría y no modi f ican su c o n d i c i ó n ; p a s a npor cualquier cosa t rasparente y es lo m i s m o que sientrasen por ot ras capas de a i re .

LV. ACERCA DE SI LAS ESTRELLAS RECIBEN LUZ DEL

SOL O LA TIENEN PROPIA.—Dicen (los escri tores) que lasestrellas tienen luz p rop i a , y a l egan que si V e n u s oMercurio no la t uv i e r an suya , cuando se i n t e rponenent re nuest ras miradas y el sol, le obscurecer ían tantocuanto lé cubr ieran para nuest ros ojos . Y es to no escierto, porque se ha demos t r ado que una cosa obscura puesta delante de una i l u m i n a d a se ve compl e t a mente r o d e a d a de fulgores laterales de lo que excedeue la l umi nosa , y resul ta por es to invis ible . Como sedemues t r a cuando se ve el sol por en t r e las r a m a s deos árboles sin hojas y a larga dis tancia , que las ra-

"las no ocul tan a nuest ra vi s ta par te a lguna del sol .L o mi smo ocur r e con los menc i onados p l ane t a s , que

au nque por sí mi smos ca r ezcan de luz, no ocul tan, co -

1110 queda d i cho , pa r t e a l guna del sol a nues t r a s mi radas,

Segunda p rueba . D i cen que en la n o c h e las es t re-a s pa r ecen l umi nos í s i mas cuan t o más a l t a s e s t án , y

9Ue s ¡ n o tuviesen luz p rop i a , la s o m b r a de la t ierra,a í mterponerse ésta entre el las y el sol , las ecl ipsar ía

n o le ver ían ni serían vistas por el cuerpo solar . Los^üe tal af i rman no han ref lexionado en que la sombra

8




pi ramidal de la luna no l lega a cubr i r l as muchas :'e8.t re l las que a lcanza, pues la pi rámide se reduce tanto,que ocupa poquís imo espacio en e l cuerpo de la es t rel la , y todo lo demás s igue i luminado por e l sol .

L V I . L A TIERRA ES UNA ESTRELLA.—En tu discur

so t ienes que reconocer.que la tierra es una estrella cas i parecida a la luna, y as í demost rarás la importanc i a de nues t ro mundo .

Y as í harás una enumeración de los tamaños demuchas es t re l las , según los autores .

LV11 . L A TIERRA ERILLA EN EL U N I V E R S O . — ^ ^ H

rra es una estrel la. Me dia nte la esfera de agu a que engran parte la cubre, y que recoge la imagen del sol ,r e sp l andece en e l un i ve r so de l mi smo modo quej^Bdemás planetas , y demuest ra que e l la es es t re l la también.

LVII1. O R D E N D E LA D E M O ST R A C Ió N D E Q UE L ^ ^ H

RRA ES UNA ESTRELLA. — En pr ime r lugar , de f i n*J |ojos.

L uego demues t r a cómo e l pa rpadeo de alguna¡||Bt rel las se debe a nuestra vista y por qué dicho pardeo es mayor en unas que en ot ras , y que los í |de las estrel las proceden de nuestros ojos. Di queparpadeo de las es t re l las se real izase , como pareceiel las, t a l pa rpadeo apa ren t e s ea t an ampl i o cornjmismo cuerpo de la es t re l la , y s iendo és ta mayoríl a t i er ra , t a l movimiento, hecho en un instante»)plicaría e l grandor de dicha es t re l la ; después derjlt ra que la superficie del aire en los confines del fuef"la superficie del fuego en sus l ímites son aquellaaque a l penetrar los rayos solares l levan las irnáglide los cuerpos celes tes , grandes en su orto y su ojj|y pequeñas cuando se hal lan en medio del c ie lo.

L l X . LA TIERRA LES PARECE UNA ESTRELLA A LOSQUE ESTÁN LEJOS.—Mi l ibro se consagra a demost rarque el Océano y los ot ros mares hacen, mediante e l solcuya luz ref le jan, que br i l le nuest ro mundo del mismomodo que la luna, y a los que la vean desde m uy le

jos les parecerá una estrel la.L X . LA TIERRA NO ES EL CENTRQ DEL UNIVERSO.—

La tierra no está en el centro del círculo del sol ni enmedio del mundo, s ino ent re sus compañeros unidosa e l la . Al que es tuviese en la luna cuando és ta y e lsol se encuent ran debajo de nosot ros , es ta t i er ra , conel elem entó de l agu a, le parecería ot ra luna y har íael mismo p a p e l q u e la luna para con nosot ros .

L X I . EN TIEMPOS REMOTOS LA TIERRA BRILLABA MÁSINTENSAMENTE.—Al hacer oficio de luna, la t ierra haperdido mucho de su esplendor ant iguo en nuest ro hemisfer io, por sumergi rse en e l agua, como se demuestra en el l ibro cuarto : Del mundo y el agua.

L XII . A C E R C A DE LA NATURALEZA DE LA LUNA.

' • N i n g ú n cuerpo levís imo es opaco.¿- Nin gun o má s leve pue de estar bajo ot ro me nos

eve.•>• ¿Tiene o no t iene la luna lugar ent re sus e le

mentos?i si no t iene sitio especial , como la t ierra, entre sus

Cementos , ¿por qué no cae a l cent ro de los nuest ros?^ no es tá en med io de sus e leme ntos y no cae, es

"U e es más leve que ot ros e lementos .y s i es más leve que ot ros e lementos , ¿por qué es

¿}Jdá y ño s e t r anspa ren t a ?

> X I 1 I . AC ER CA DE LA GRAVEDAD DE LA LUNA.—Nin-

*J cuerpo denso es más leve que e l a i re .u n t a d a la demost ración de que la par te de la luna


_ X V . EL CALOR COMO PRINCIPIO DE VIDA.—El Ca



que r e s p l a nde c e e s a gua qu e refleja el cuerpo del solmediante l a luz que de é l rec ibe , como s i t a l agua jLrec iese de ondas , lo cua l demost rar í a l a pequenez delas t ro cuyo br i l lo es muy semejante a l de l so l , procedeahora demost rar s i l a luna es cuerpo grave o l eve ,puesto que si fuese grave, reconociendo que de la t ier ra para a r r iba a cada grado de a l tura aumentan losgrados de levedad—es decir , que el agua es menospesa da qu e l a t i e r ra , y e l a i re meno s pes ado que elagua, y el fuego que el aire, y así sucesivamente—,parece que t eniendo l a luna dens idad como la t i ene ,t endr ía gravedad, y , t en iendo gravedad, e l espac iodonde se encuent ra no podr ía sos tener la , y por cons i guiente se ver ía obl igada a descender hacia el centro

del universo y conjuntarse con la tierra y, si no ella,caer ían por lo menos sus aguas , despojándola de este

elemento, y caerían hacia el centro, dejando a la luna,con su ausencia, s in bri l lo, por todo lo cual , con arreglo a los dictados de la razón, es evidente que la lunaes tá ves t ida con sus e lementos , es dec i r , con agua , airey fuego, y por consiguiente, en sí y por sí se sosti&ne en aquel espac io como nues t ra t i e r ra con los suy°s

en es te o t ro espac io , y lo mismo hacen l as cosas g?a'ves en sus e lementos que o t ras cosas semejantes e

los nues t ros . , j |

L X I V . LOS MUNDOS GRAVITAN EN EL SENO DE ¡ iPROPIOS ELEMENTOS.—Lo roj izo o yema del huevojMen medio de su a lbumen, s in caer en n ingún sent í a 0,

y es más leve, o más pesado, o igual que el alburia 11

Si fuera más leve debería surgir sobre todo el al bü

m e n , p a r a no detenerse hasta t ropezar con la cásefl1

del huevo; s i fuese más pesado, t endr ía que caffH

s iendo igual , lo mismo podr ía es ta r en uno o e n ,1 » "de los ext remos o en medio . ü

lor origina él movimiento de lo húmedo, y e l f r ío lo¡det iene, como puede verse en las regiones fr ías, que¡det ienen las nubes en al aire.I Donde hay v ida hay calor; donde hay ca lor v i t a ll a y m ov i m i e n t o de hum or e s .

L X V I . LA TIERRA ES UN SER GRANDE VIVIEN TE.—

[Nada nace en s i t io que no t enga v ida sens i t iva , vegetativa y r a c i o n a l : nacen l as p lumas en e l cuerpo delias aves , y todos los años se cambian; nacen los pellos en los anim ales , y m ud an todos los años , excep to[en algunos si t ios, como los pelos del bigote de los leo-[nes, de los gatos y sus semejantes; nace la hierba en[los prad os y las hojas e n los árbo les, y to dos los añ osse renuevan en gran pa r t e ; as í , pues , podem os dec i rque la t ierra posee vida ve geta t iva, qu e su carne es lat ierra y sus huesos los dist intos órdenes de agrupaciones de p iedras con l as cua les se forman las mo ntanas ; sus terni l las, las to ba s; su sang re, los v ene rosQe ag ua ; e l l ago de sangre que rod ea a l corazón, e lmar Oc é a no ; s u a l i e n t o y el crecer y decrecer de lasangre en los pulsos, es en la tierra el flujo y reflujo"el mar , y e l ca lor de l ánima de l mundo, e l fuego in-tundido en l a t i e r ra , y l a res idencia de l a lma vegetaba , los fuegos que en d iversos lugares de l a t i e r ra bro-tai* en baño s y en minas de azuf re , y en volc anes co -

I ^ el Mo ngibe l lo, de Sici l ia y otros.

L X V I I . COMP ARACIóN DEL HOMBRE CON EL MUNDO .

J^INCIPIO DEL TRATADO DEL AGUA.—Los ant iguos l l ama-a n a l hombre «e l mundo menor» , y en rea l idad esafricación e s m uy a p r op i a da , pue s t o que e l hom br e" a compues to de t i e r ra , a i re , agua y fuego, y e l cuer -

de l a t i e r ra , t ambién. Si e l hombre t i ene huesos que

90 LEON RDO E VlNCI

sostienen el a r m a z ó n de su ca rne , el m u n d o tiene t l Bñ as que sus tentan la t i e r r a ; sí el hombre t i ene <°"¡M

ESCRITOS LITER RIOS Y FILOSÓFICOS 91

¡sámente des t i nada a ser l íquido vi ta l de la áv i da t ie-y la causa que la hace c i rcular por sus ramifica-



un lago de s angre en la cual crecen y decrecen losp u l m o n e s al a l en t a r , el cuerpo de la t ierra t iene un m mO c é a n o que también crece y meng ua cad a se i s hofjB'con el a l iento del m u n d o ; si de d i cho l ago de s'ara^Bse der ivan venas que van ramif icándose por el cuéraH

h u m a n o , de pa r ec i da m anera el mar Océano llen JJHc u e r p o de la t ierra de infinitos vene ros de a g u a , FjMrt a n en el cue rpo de la t ierra los nervios , y no los tíejBp o r q u e los nervios fueron cread os p ara el movimi&jBto , y como el m u n d o es de una es ter i l idad perfecta , a»;t i ene que mover se y n o neces i ta n ervios . E n todo 'm

d e m á s la s emej anza es no t ab l e .

L X V Í I I . E L AGUA.-—El cue rpo de la t ier ra , a J Hmej anza del de los an i ma l es , e s t á entretejido de ramM

ficaciones de ven as, unida s un as a

ot ras y

f o r m a | ^ |p a r a la nut r ic ión y vivificación de la t ierra y susc h u r a s . '••*

L X I X . E L AGUA ES LA SANGRE Y LA LINFA DEI, _DO.—El agua que surge de los m o n t e s es la sanlq u e los mant i ene v i vos , y ya perforándolos o atraysándo l os con sus vene ros , la na t u r a l eza , auxiliariisus seres vivos , procúrala en a b u n d a n c i a p a r a r e | |diar la falta de la l infa perdida, a s emej anza del sitgol peado en el c u e r p o h u m a n o , en el cual se ve, ral

ced a un auxi l io semejan te , m ul t ipl icarse la sangbajo la pie l a m o d o de h i nchazón pa r a p rovee r al lúld a ñ a d o (por la pe r cus i ón) ; así, la vid p o d a d a e r i |mayor a l t u r a env í a su savia desde la s ú l t i mas raiLal lugar cor tado, y de r r amada aqué l l a , n o deja de á|Idi r has ta el fin de su vida.

L X X . S O B R E EL M I S M O TEMA.—El agua e s t á $f

; venas cont ra el cur só na t u r a l de las cosas pesada s(precisamente la m i s m a que o rdena la c i rculacióníps h u m o r e s en toda c lase de cue rpos de an i ma l es .

X I . E L AGUA SOBRE LOS MONTES.—El agua, hu-

ital de la máq ui na t e r re s t r e , med i an t e su calortiiral se m u e v e .

L A X I I . TRANSFOR MACION ES ORIGINADAS POR EL

GUA.l—El a g u a es la conduc t o r a de la na t u r a l eza .

LXXIII . LAS VIBRACIONES DE LA TIERRA.—Las co-

rientes subterráneas de a g u a , as í c o m o las que hayntre el aire y la t i e r r a , consumen y profundizan con-inuamente el l echo de su cauce .

ha t ier ra ar ras t rada por los ríos se deposi ta en la

iltima parte de su cur so , o b i en la t ier ra a r ras t ra da'nr otras corrientes de ríos se depos i t a en las úl t imas'artes ba j a s de su recorr ido.

D o n d e a b u n d a el aeua du l ce , en la superficie del^ar, es prodigio mani f ies to la formación de una islaQ"e Quedará descubier ta m ás pronto o más t a rde , se-8Ur> sea m a y o r o m e n o r la can t i dad de aima que surja.

Tal isla se forma por la can t i dad de t ierra o acop i o^e oiedras que h a c e el agua duran t e su curso subte-r'ráneo. H

L X X I V . AM PLI AS TRANSFORMACIONES EN LO PASA-0 Y EN LO PORVENIR.—Las orillas del ma r van g a n a n -0 ter reno cont inuamente hacia el m e d i o del mar.*- °s. escollos o p romont or i os del ma r se d e r r u m b a nSe desgas t an con t i nuament e .'-os medi t e r r áneos pondrán su s fondos en el aire y

0 | ° r e se rva r án el c a u c e p a r a el río m a y o r qu e en él


?1 Océc en el cuale ponga, y que correrá hacia el océano,


¿o desde que la maravillosa forma de éste pesc ado



verterá sus aguas con las de todos los ríos que le acorrí.pañen.

LXXV. EL AGUA EN LOS RíOS.—Ent re la s podé^sas causas de los daño s terrestres, creo que los

con su s ruinosas inundaciones son la principal. Ncel fuego, como algunos opinan, porque el fuegomina su vorágine allí donde se le acaba el alimerEl movimiento de l agua, mantenido por la incliná<jde lo s valles, tambi én termina y muere con el úllimHdesnivel del valle ; pero el fuego se produce por l a f Hmentación, y el movimiento de l agua hacia los sra|más bajos. La alimentación del fuego está desurfy as í hace el daño desunido y separado, y muerefuego donde ya no tiene con qué alimentarse. Laclinación de los valles es seguida, y seguido se p |duce el daño por el ruinoso curso del r ío, hasta q^en compañía de sus valles acaba en el ma r , univesal profundidad y único descanso de la s peregriáfaguas de los ríos.

Pero ¿e n qué lengua, con qué palabras podré expr|sar y decir la s nefandas ruinas, los increíbles derruíbamientos, la inexorab le reprocidad prod ucida porinundaciones de los soberbios ríos ? ¿ Cómo lo dirlNo m e siento capa z p ara ta l expresión, pero a caso c |la ayuda que m e presta la experiencia me ingenie pj

referir la manera d e hacer daño de los ríos desborldos , contra los cuales n o vale ningún reme diomano. ,

L X X V I . ACERCA DE UNA CONCHA F ó S I L . — Úi

tiempo, veloz depredador de las cosas creada s ¡ Cuáijtos reyes, cuántos pueblos has deshecho ¡ Cuán$cambios de estado y cuántos acontecimientos h an o¿ |

murió en los cavernosos y retorcidos subterráneos delmonte ... Destruido por el tiempo, yaces a hora e neste lugar ce rra do. ¡ Con tu s descarnados y desnudos

huesos has servido de armazón y sostén al monte quetenías encima

L X X V I I . BASTA UNA SEñAL PEQUEñA PARA RECONS

TRUIR TODO EL PASADO W.—Como las cosas son más antiguas que las letras, no es sorprendente que en núes-'tros días no apare zcan escritos acerca de la ocupaciónde muchas tierras por los mares, y si hubo algún es crito, las guerras, lo s incendios, la s inundaciones, loscambios de idioma y d e leyes h a n destruido todo loantiguo; pero a nosotros nos basta el testimonio delas cosas que nacieron en aquellas aguas s alada s y quese encuentran hoy en lo s altos montes, lejos de losmares de entonces.

L X X V I I I . D E L DILUVIO Y DE LAS CONCHAS MARI

NAS.—Si dices que las conch as fósiles que en los confines de Italia, lejanos del m ar , se ven a tanta alturaen nuestro tiempo, están allí porque allí la s dejó el diluvio, te contestaré que creyendo tú que las aguas deldiluvio subieron siete codos por encima de l monte másalto—como escribió el que pudo medirlo—, esas conchas que siempre están cerca del lecho de los mares

debieron quedar encima de los montes y no a tan pocaa ' tura sobre su base y todas a una misma altura porcapas.

i si dices que estando aquellas conchas cansadas^ e verse cerca del lecho del m ar , y al ver qu e subíaac¡uel fondo a tanta altura, la s conchas se salieron de®u primitivo sitio y siguieron con la crecida de las agua shasta donde m á s alto subieron, he de contestar que


«iendo las conchas animales tan tardas en sus monjmientos como las babosas , fuera del agua—y ta l v«L

ESCRITOS LITERARIOS FILOSÓFICOS 9

AMIMALES.—A los que ta l opinan debe respondérselesque si existe esa influencia (1) no podrían encontrarse



más t a rdas porque no pueden nada r y has t a hacen <lflsurco donde se apoyan—caminarían d i a r i ament e trá¡o cua t ro b r azas . As í , pues , con e se modo de avanzljno hub i e r an i do desde e l mar Adr i ano has t a Monfáfr ra to , de L ombard í a , que son unas dosc i en t a s cineue|§

t a mi l las de dis tancia , en cuarenta días .Y si replicas que las olas se las l levaron, ten en cuera™

t a que las conchas , por su grosor , no se sos t ienen malque sobre e l fondo ; y s i no me concedes tampoco estila

reconoce al menos que debieron quedarse en la cirrt«de los montes más al tos y en los lagos que entre los; ;montes se encier ran, como e l l ago de Lar io o de Calm o , y el Mayor, y el de Fiésole, y el de Perusa, y o t roparec i dos .

S i af i rmas que las conchas son ar ras t radas por lajjta

olas cua nd o es tán vacías y mu er tas , t e di ré que n ies taban muy le jos las vivas del s i t io por donde se hffll i aban las muer tas , y que en aquel las montañas se erílcont raron todas las vivas que hoy conocemos y t ienesu s cascaras apa readas y e s t án en una h i l e r a dondlno apa rece n i nguna de l a s muer t a s , y un poco malal to es tá e l s i t io donde echaban las oblas a todas láji |muer t a s con sus conchas s epa radas ce r ca de donde lafivivas caían a l mar , a gran profundidad. S i las c o n ¡ |chas hub i e r an s i do a r r a s t r adas por e l revuel to Diluavio, e s t a r í an mezc l adas s epa radament e unas de otrajl

entre e l fuego y no por grupos ordenados en e l suelocomo en nuest ro t iempo se ve.

L X X X I X . A LOS QUE DICEN QUE LAS CONCHAS ESTAr|lEN UN ESPACIO EXTENSO Y NACIERON LEJOS DE LOS M ^L

RES POR LA NATURALEZA DEL LUGAR Y DE LOS CIELOS»QUE DISPONEN £ INFLUYEN EN LA CREACIÓN DE DICH05J

en una misma l ínea más que animales de las mismasespecie y edad, y no vie jos y jóvenes juntos , y no unoscon su cubierta y otros sin el la, y no unos rotos y otrosenteros , y no unos l lenos de arena del mar y res tos menudos o grandes de ot ras conchas dent ro de sus con

chas enteras , que a l l í se quedaron abier tas , y no lasbocas de los cangrejos sin el resto del cuerpo, y noconchas de ot ras especies pegadas a e l las , en forma deanimales que sobre e l las se movieran, pues todavíaquedan huel las de su paso por encima de la cascara y aconsumi da como l a madera por la c a r c o m a ; n o h a b r í aentre el las huesos y dientes de pescados, de los cualesunos parecen saetas y ot ros lenguas de serpiente , y nohabr ía tantos miembros de animales reunidos s i no hubieran sido arroiadbs al l í , al lecho del mar.

No sé las hubiera l levado la inundación, porque lascosas más pesadas que e l agua no pueden f lotar , y noestar ían tan a l tas s in i r nadando has ta a l l í sobre lasaguas , cosa imposible por su pesantez.

En los val les adonde no l lega la sa lada agua del marno se ven conchas fósiles, como l o p rueba ev i den t e mente el extenso valle del A r n o , desde la Gonfol ina,Peña de an t i guo un i da a l mont e A l bano , en forma d eal t í s imo dique, qu e con t en í a embalsado a dicho río,"e manera que antes de ver ter sus aguas en e l mar ,^ e es taba más a l lá de su base, formaba dos lagos

grandes : A p r i m e r o de ellos en donde hoy florece laC11 'dad de F lorencia , con Prato y P is toia , y e l monteLíbano cont inuaba el dique has ta donde hoy es tá s i mado Serraval le . Por encima del val le del Arno has ta^rézzo se formaba ot ro lago, que en e l anteriormente

'*) De los astro» para crear anímale fusile


mencionado ver t ía sus aguas , cer rado cerca de dond«íhoy se ve Girona, y ocupaba todo el val le super ior en |

ESCRITOS LITERARIOS ' F ILOS ÓF ICOS V4

se l leva todas las cosas movedizas qiie en é l encuent ra ,



u n a extensión de cua ren t a millas de longitud. Este/ ival le recibió en su fondo toda la t i er ra que ar ras t raronlas aguas de aquel la inundación, y aun se la ve a con| |s iderable a l tura en la fa lda de Prado Magno, dónelos r íos no la han consumido. Ent re aquella t ierra aparecen todavía las huel las de los tor rentes que por allípasa ron y que ba j aban desde e l a l t o mont e de Prad<S¡Magno, y en esos barrancos no exis te ves t igio a lguno I;de conchas ni de arenas del mar . Este lago se unía corael de Perusa.

S e encuen t r a g r an can t i dad de conchas en l a s des?embocaduras de los r íos , aunque en ta les s i t ios no soíjl as aguas tan saladas , pues se mezclan con las aguaj ídulces qu e van al mar . Hay señales de es to en los s i |t íos por donde ant iguamente ver t ían sus r íos en e l mal

Adr i ano l os mont es Apen i nos , l os cua l e s , en muchafpar t e s , t i enen gran can t i dad de conchas , y l o mi smoel azulado ter reno del mar que todas las piedras quejde al l í se sacan, es tán l lenos de conchas .

Lo mismo se sabe que ocurr ía con el A r n o , cuandqfcaía desde la peña de la Gonfol ina a l mar , que no él Je n c o n t r a b a muy por de bajo de e l la , pues en aquel los "t i empos supe raba , la e levación de San Miniato a l T e - | |deseo , porque en la mayor a l tura de aquél se ven laffor i l las l l enas de conchas y de os t ras dent ro de sus pal

r e de s . No l legaron las conchas a l Val le de Nievole por |¡que no subían has ta a l l í l as aguas dulces del A r n p .Las conchas no sal ieron del mar por e l Di luvio, po}É

que las aguas que hacia la t i er ra iban, aunque a r ras* |t raban a los mares hacia la t i er ra , eran las que perca?t í an en su fondo, pues e l agua que viene de la t i er ra ; |t i ene más velocidad que la del mar , y por consiguierete más fuerza, y penet ra eri e l la y remueve el fondo #j|

como l a s menc i onadas conchas y o t r a s cosas pa r ec i das ,y cuando el agua que viene de la t ier ra es más turbiaque la del mar , t anto más poderosa y pesada que és ta

se vuelve.¡ No adv i e r t o , pues , man era de que pu edan es t a r

ta les conchas ent re la t i er ra no habiendo nacido al l íS i me hablas del río Era (1) , que pasa por Francia ,

y en e l crecimiento del mar (2) cubre más de ochentami l las de ter reno, porque es s i t io muy l lano y é l marsube cerca de veinte brazas y las conchas l legan has tadicha l lanura , apartada dichas ochenta mi l las del mar ,te diría que el f lujo y reflujo de nuestros mares Mediter ráneos no alcanzan tanto, pues en Genova no crecenada , en Venec i a poco y en África poco , y donde pocosube poca t ier ra ocupa.

L X X X . R E F U T AC I óN A L OS QUE DI CE N QU E LAS CONCHAS FUERON TRANSPORTADAS A MUCHAS JORNADAS DEDISTANCIA DE LOS MARES A CAUSA DEL DILUVIO, QUE LOSHIZO CRECER TANTO QUE SUPERARON TALES ALTURAS.—Digo que el Di luvio no pudo ar ras t rar a los montes lascosas nacidas eii los mares , s i e l mar , ya crecido, nohubiese producido inundaciones has ta dichas a l turas , yes te crecimiento no puede exis t i r porque se quedar ía

el mar vacío.Dirás : «El agu a l lenar ía el hueco.» Pe ro ya hem os

convenido en que lo que pesa no puede sos tenerse sobre lo que no pesa, de lo cual se deduce la precis iónde que aquel las inundaciones fueran producidas porlas l luvias , y s iendo as í , todas esas aguas corren haciael" ma r y no el ma r hac ia las mo ntañ as , y si va n al

(I) Loire.(') Flujo o marea alta.


mar empujan a las conchas hacia e l fondo, y no lat

ESCRITOS LITERARIOS Y F ILOS ÓF ICOS

nadas por e l mar cuando se abr ió e l Est recho de Gi-



arras t ran hacia s í .Argumentarás : «El mar creció con las aguas llb¡s|

das y l levó las conchas a aquellas a l turas .» Peroqueda cons i gnado que l a s cosas más pesadas quejlMagua no f lotan sobre e l la , s ino que permanecen en sfl

fondo, del cual no se apar tan s ino a causa de la pjjfljcusión de las olas.

Dices que las olas las l levaron a aquellos al tos jlg a r e s ; pe ro noso t ros hemos demos t r ado que a ur¡profundidad grande las ondas se mueven en sent ic^cont rar io, es to, es , hacia e l fondo, y no como por é lc ima , lo cual se pru eba con la turbiedad de los irires en los si t ios removidos cerca de su lecho.

Las cosas más leves que e l agua muévense a l rnjjmo t iempo que las olas y quedan en e l s i t io más a l |

del l ími te de la onda más a l ta ; l as Cosas más pesj¡¡das s e mueven cuando e l agua l a s i mpul sa con s |olas en la superficie y en su fondo. De estas dos co|c lus iones , que en lugar opor tuno serán demostradplenamente , deducimos que las ondas superf ic ia lesp u e d e n arrastrar consigo conchas , por ser és tas m$pesadas que e l agua.

Aunque el Di luvio las hubiese l levado a trescientlo cuat rocientas mi l las de dis tancia de los mares , lo hábr í a hecho a r r a s t r ándo l as confund i das co n ot ras c l a s |y amont onadas ; pe ro hoy vemos a t a l d i s t anc i a l¿íost ras juntas y las conchas y los peces de t inta y lidemás fós i les que aparecen reunidos , agrupados y tpdos muer tos , y las conchas sol i tar ias di s tantes unasot ras , como en e l l echo del mar las vemos todos 1 9días.

Y si encont ramos juntas las os t ras de gran tamaíHJent re las cuales se ven bas tantes que aún t ienen laS|valvas unidas , es to quiere deci r que fueron abandojjj

braltar.En las montañas de Parma y de P iacenza vese la

multitud de conchas y de corales carcomidos , pegadosa las piedras , y de los cuales , cuando yo es taba haciendo el cabal lo de Mi lán (1), me l levaron a mi ta

l ler unos campesinos un saco grande con los que ha bían encont rado en aquel s i t io , y ent re e l los había a lgunos que se conservaban en su buen es tado pr imitivo.

Enterrados bajo las profundas canteras de piedra ,hal lábanse los maderos de las vigas labradas , ya ennegrecidas , que fueron encont radas en mi t iempo enCast i l lo F lorent ino, y és tas , en s i t io tan hondo, es taban desde antes que e l fango del r ío que e l Arno habíaechado al mar que las cubr ía fuese abandonado a tanta al tura y que las l lanuras del Casent ino rebajarantanto su ter reno cont inuamente desalojado de a l l í .

S i af i rmas que ta les conchas fueron creadas y secrean constantemente en lugares parecidos por la naturaleza del si t io y de los cielos, que en el lo influye,has de saber que esa opinión no corresponde a cerebros que discurran bien, porque en aquél las se señala n los años de su crecimiento, en su superficie, y lashay pequeñas y g r andes , y s i n a l i men t o no c r ece r í an ys in movimiento no se a l imentar ían, y as í no podr íanmoverse .

L X X X I . LOS FÓSILES REVELAN EN SU PASADO UNAVIDA ANÁLOGA A LA DEL PRESENTE.—En la s faldas de losMontes , ent re uno y ot ro lado, se descubren aún huecas de lombrices que cuando aquél las no es taban secas caminaban por a l l í .

(I) La estatua ecuestre de Francisco Sforza.

100 LEONARDO DÉ VINCI

Como todos los fangos mar inos , aquél los cont ienentodavía conchas que es tán pet r i f icadas juntamente c 'S


Ljjar mul t ipl icaba los montones de arena y de fangoarrastrados por los ríos cercanos y que el mar derra-



el fango.Hay es tul t ic ia y s impl ic idad en los que suponen qye

t a les animales fuesen l levados por e l Di luvio a sitfftdis tantes de los mares .

Otro grupo de ignorantes af i rma que la naturalezao el cielo los crearon en aquellos si t ios por influjo' |Hl es t ia l , porque allí no hab í a huesos de peces creeicf»durante mucho t iempo, pues en la superf ic ie de lli

conchas y de las babosas no es fáci l calcular los añMo los meses de su vida, del mismo modo que en i Bcue rnos de los bueyes o de los carneros y en las r a r »

ficaciones de las pla nta s qu e no fueron corta da s nunca por ningún s i t io .

Y hab i endo demos t r ado mediante tales indiciosalarga duración de su vida, habrá que reconocer M

aquel los animales no viven s in poder moverse pgbuscar e l sus tento, y no se nota en el los que tuvier$con qué penet rar en la t i er ra y en las piedras ciorifapa recen ence r r ados .

Pero ¿de qué modo ser ía posible hal lar en un calcol grande los res tos y par tes de ot ras muchas c íasde conchas s i no se l a s hub i e r an echado enc i ma dipues de muer to, en e l l echo del mar , l as ondas , contantas ot ras cosas no pesadas que e l mar echó at ierra ?

¿Cómo habr í a t an t os r e s tos y conchas en t e r as e n ifalda y falda de piedra s i l as que había sobre la playfno hub i e r an e s t ado r ecub i e r t a s por la a r e n a arroiaMpor el mar, que luego se fué petrificando?

Si e l antes dicho Di luvio las hubiera l levado a t a f ls i t ios desde e l mar , se encont rar ían las conchas en IBl ímite de una sola falda y no en los de varias. Débeseademás con t a r l a s i nve rnadas de l os años en que el

[rfió e n s u •'ecno- ^ s ' Pansas oponer que fueron ot rosdiluvios los que produjeron aquellas vert ientes y l levaron a su interior las conchas, sería preciso que afirmaras t amb i én que hab í a ocur r i do una i nundac i óncada año.

Y si piensas decir que fué la inundación la que l levóesas conchas a cientos de millas fuera del mar, no olvides que no puede ocurrir tal cosa, puesto que fuéocasionado por la l luvia, y, naturalmente, las l luviasimpulsan a los ríos y a todo lo que l levan hacia el mary no ar ras t ran hac ia los mo ntes las cosas muer ta s q uehay en el fondo de los mares.

Y s i di jeras que la inundación l legó con sus aguasencima de los montes , t en en cuenta que e l movimiento del mar fué tan lento al avanzar contra la corriente

de los ríos, que no hubiera podido sostener a flote,sobre s í , unas cosas más pesadas que e l agua, y s i l assos tuvo, a l bajar su nivel hubiera ido dejándolas dise-nrmadas por dist intos si t ios.

Pero ¿qué di remos de los corales que hacia Monte-fer ra to, en Lombardía , se encuent ran constantemente ,carcomidos , adheridos a los arrecifes y descubiertosPor las corrientes de los ríos? Dichos arrecifes estáncubiertos de moluscos , de fami l ias de os t ras , que yasabemos que no se mueven y que están pegadas conü

na de sus conchas a la peña y abren la ot ra para a l i mentarse de animaluchos que nadan en e l agua, y queCeyendo que van a encont rar buen al imento se con-Vl«rten en cebo del molusco.

N.o se encu ent ran pet r i f icadas arenas y a lgas m ar in as'Untas, Poroue la s ñipas aue hav ent re las arenas se en -

^ORen. El Po las deja al descubierto todos los días ena s ruinas de sus r iberas .

102 LEONARDO DE VINCI ESCRITOS LITERARIOS FILOSÓFICOS IOS

L X X X I I . L A S CONCHAS EN LOS M ONT E S .—Tal J Bdigas que la s conchas que se hal lan en los mont es sM

I m u n d o ; y si as í sucedió, ser ía porq ue la lluvia fué uni versal y cubr ió tod a nue st ra t i er ra con figura e s f é r i ca ;



produc t o de la na t u r a l eza me di an t e la s constelacionescon ló cual af i rmar ías que hay constelación que ' JHp r o d u c e de dis t intos tama ños y de di ferente e dad y especie en un mismo sitio.

¿ C ó m o m e p r esen t a r ás la a r ena co nge l ada por "jHp a s (1) de dis t intas a l turas del mon t e , s i endo allí Udi ferentes mot ivos arena ar ras t rada de varios paísesp o r la corr iente de los r íos , pues la a r e n a no es otracosa que t rozos de p i edra q ue h a n p e r d i d o su s aristasa fuerza de revoluciones y de golpes y ca í das que j »fren en la corr iente del a g u a que a tal sitio la lleva?

(Cómo just ificarás el g r and í s i mo número de hojasde var ias especies congeladas (2) que aparecen e n jrocas a l tas del m o n t e , y las a lgas , hierbas mar inas ,que a l l í yacen mezc l adas con conchas y a r ena ? Tam

b i én puedes ver en las a l turas toda c lase de cosas Utrincadas j un t o con cangre jos mar i nos des ped aza |di spersos y confund i dos co n las conchas .

L X X X I I I . A C E R C A DE LA ESTRATIFICACIóN G E Q í I

CA Y CONTRA EL DILUVIO. — P or la s c a p a s de concidescubier tas puede deci rse que la t ier ra , por desd ise sumergió bajo el mar para formar su p r i mer suel<?«y luego el Di luvio hizo el s egundo .

L XXXIV. DUDA.— P resén t ase , al l legar aquí, ,{]Hd u d a , y es la de si el Di luvio ocurr ido en tiempoiM

lasP el

N o é fué universal o n o , y nos pa r ece q ue no , pr azones que cons i gna remos . Vemos e n la Biblia cjDiluvio duró cuarenta días y cua ren t a noches , sieflMla l luvia continua y universal , y que las a g u a s sé ¡Mvarón sei s codos por e n c i m a del m o n t e m ás altoijH

1) Estratificada y unida a las rocas.(2) Fosilizadas e Incrustadas.

[pero la superficie esférica t iene to das sus par tes equi distantes del cen t ro de su esfera, por lo cual.eri talescircunstancias era i mpos i b l e que el agua se moviese s ino bajaba su niveL D e m o s t r a d o que no pod í a habe r

'movimiento, ¿cómo desapa rec i ó t oda aque l l a agua? Y¡s i desapareció, ¿como p u d o m o v e r s e si no iba hacia• arriba ? No hay r azones na t u r a l e s que lo exp l i quen ,I po r lo cua l t enem os que cae r en la duda, recurr i r a lauxilio de a l gún mi l agro o suponer que el agua fuéevaporada por el calor del sol.

L X X X V . C ó M O S E Rá E L FIN DE LA EXISTENCIA DEL

MUNDO 15. — Q u e d a r á el e l ement o acuá t i co ence r r ad oentre lo s a l tos diques de los ríos y se verá el ma r entre la e leva da t ier ra ; el a i re c i rcunda nte , qu é t iene que

envolver y c i rcunscr ibi r la ab l and ada máqu i na t e r r e stre (1), será d e mu y reduc ido espesor , s i tu ado ent re elagua y e l e l ement o de l fuego y p r i vado de l agua nece saria. Los ríos perderán sus a g u a s ; la fértil tierra noproducirá leves frondas ni se ve r án lo s camp os ador nados con p l an t a s r e caye n t es ; lo s anim ales , fa ltos dehierba fresca con que a l i ment a r se , se m o r i r á n ; c a r e cerán de cebo leo nes , lobos y ot ros animales que vi-v«n de la r ap i ña , y los hom bres , después de muchosr emedi os , t endrán que r enunc i a r a la v i da y se acaba ra la gene rac i ón h um ana .

A b a n d o n a d a de e s t e mod o la fértil y fructífera tie-rra> se qued a rá á r i da y estéri l , y después , a causa delencerrado h u m o r del agua (encerrada en sus ent rañas) ,°bservará a l go de su crecimiento (2) , has ta que; l l egado

'' ) El cuerpo esférico de la tierra, reblandecido por la », aguas áb-s i d a s .

<> Continuará produciendo vida y forma».

102 LEONARDO DE VINCI ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS IOS

L X X X I Í . L A S CONCHAS EN LOS M O N T E S . — T a p : J Hdigas que las conchas que se hal lan en los montes J H

I mu ndo ; y s i as í sucedió; ser ía porque la lluvia fué un i versal y cubr ió toda nuest ra t i er ra con f igura esfér ica;



producto de la naturaleza mediante las constelacionHIcon lo cual af i rmar ías que hay constelación que jjwproduce de dis t intos tamaños y de di ferente edad y jfBpecie en un mismo sitio.

¿Cómo me p r esen t a r ás l a a r ena conge l ada por ' JM

pas (1) de dis t intas a l turas del monte , s iendo al l í jJHdi ferentes mot ivos arena ar ras t rada de var ios paísMpor la corriente de los ríos, pues la arena no es ó|Hcosa que t rozos de piedra que han perdido sus ar i s tasa fuerza de revoluciones y de golpes y caídas que J Bfren en la corriente del agua que a tal si t io la lleyjH

¿Cómo jus t i f icarás e l grandís imo número de hojasde var ias especies congeladas (2) que aparecen en Urocas a l tas del monte , y las a lgas , hierbas mariti^Bque al l í yacen mezcladas con conchas y arena? T a U

bien puedes ver en las a l turas toda clase'de cosas | Strincadas junto con cangrejos mar inos despedazadJMdispersos y confundidos con las conchas .

LXXXIÍ I. ACE RCA DE LA ESTRATIFICACIóN G E O L O T B

CA Y CONTRA EL DILUVIO. — P or las c a p a s de conc |Mdescubier tas puede deci rse que la t i er ra , por desdlHse sumergió bajo e l mar para formar su pr imer sue|By luego el Di luvio hizo e l segundo.

L X X X IV . DUDA.—Preséntase , a l l legar aquí , ujHduda, y es la de si el Diluvio ocurrido en tiempo jjHNoé fué universal o no, y nos parece que no, por ¡M

r azones que cons i gna remos . Vemos en la Biblia qu lBDiluvio duró cuarenta días y cuarenta noches , sier i$|l a l luvia cont inu a y universal , y que las aguas se e lvarón sei s codos por encima del monte más altoijflM

(1) Estratificada y unida a las rocas.(2) Fosilizadas e incrustada».

[pero la superficie esférica t iene todas sus partes equidistantes del cen tro de su, esfera, po r lo cua l eii talesci rcunstancias era imposible que e l agua se moviese sino bajaba su n i ve l . Demos t r ado que no pod í a habe r

I movimiento, ¿cómo desapa rec i ó t oda aque l l a agua? YI s i desapareció, ¿como pudo moverse s i no iba haciaarriba ? No hay razone s naturales que lo expl ique n,

. por lo cua l tenemos que caer en la duda, recurr i r a lauxil io de algún milagro o suponer que el agua fuéevaporada por el calor del sol .

L X X X V . CÓMO SERÁ é L FIN DE LA EXISTENCIA DELMUNDO 15. — Que dará e l e l ement o acuá t i co ence r r adoentre los al tos diques de los ríos y se verá el ma r ent re la e levada t ier ra ; e l a i re c i rcundante , que t iene que

envolver y c i rcunscr ibi r l a ablandada máquina ter restre (1), será de muy reducido espesor, si tuado entré elagua y el e lemento del fuego y pr ivado del agua necesaria. Los ríos pe rde rán sus ag uas ; la fért il t ierra noproduci rá leves f rondas ni se verán los campos adornados con plantas recayentes ; los animales , fa l tos dehierba f resca con que a l imentarse , se mor i rán; carecerán de cebo leones , lobos y ot ros animales que vi -ven de la r a p i ñ a , ty l os hombres , después de muchost e medios , t endrán que renunciar a la vida y se acabara l a gene rac i ón h um ana .

Abandonada de es te modo la fér t i l y f ruct í fera t ie-r r a , se quedará ár ida y es tér i l , y después , a causa delencerrado h u m o r del agua (encerrada en sus ent rañas) ,observará a lgo de su crecimiento (2) , has ta que; l l egado

'*) El cuerpo esférico de la tierra, reblandecido por la s, aguas áb-s i d a s . •

® Continuará príiduoisiida vida y íonnaj.


r elte :<

ej.-aire frío- y sutil, se vea ob l i ga da a t e r m i na r ]


Ljjima del hom br e s e pa r a da de él, y más en los m ov i -



/er-

••a LA' 3011

con-o in

e l e m e n t o del fuego. Su superficie entonces se ¿|tira en ceniza, y as í da r á fin la. ¿naturaleza terresti

L X X X V Í . LA TIERRA SUMERGIDA EN EL AGUA.í>

LARGA .CONSUMACIÓN DE LAS MONTAÑ AS;—Perpetúe:

los si t ios profundos de l fondo del mar, y todo let rar io ocurre con las c i m a s de las m o n t a ñ a s . Esdiea que la tierra se volverá esférica, y al quedarp l e t a m e n t e c ub i e r t a por las aguas será i nha b i t a

L X X X V I I . LOS FENÓMENOS ORGÁNICOS' E INQ^H

MICOS SE RIGEN POR LEYES MECÁNICAS .—La ci enci a ijfltrumental o de las m á q u i n a s es nobi l í s ima y utilísí^Bsobre todas las de m á s , pue s t o qu e m e r c e d a ella toJH

los c ue r pos a n i m a dos qu e t i enen movimiento reah||Hsus d i s t in tas operac iones . Los .movimientos se origil^B

e n su centro de g r a ve da d , qu e es tá s i tuado en e L a Mdio ent re pesos des iguales , lo cua l ocas iona escaselBa b u n d a n c i a de m ús c u l o s (1) y exi s tenc ia r

••.r>

y c on t r a pa l a nc a s .

L X X X V Í I I . POSIBILIDADES HUMANAS DE IMI TAR;

MEDIO DE LAS MÁQUINAS A LAS AVES VOLADORAS.—Ellfjaro es i n s t r um e n t o qu e a c t úa po r l eyes matemátí |§y entre las pos ib i l idades del hom br e e s t á la cíe p¡

imi ta r co n todos sus m ov i m i e n t o s , a unq ue no con tai»to poder ; só lo a lcanza la pos ib i l idad de manteneraM

equi l ibr io . Así, pues , d i remos que tal i n s t r um e n t o espue s t o por los h o m b r e s no c a r e c e más que del ánfdel pávaro,. la cua l t i ene que ser una imi tac ión deprri'a del hom br e .

E l á n i m a de los m i e m b r o s de las a ve s obedecerájor , sin d u d a , a sus ne c e s i da de s de lo que lo barí

(1) Desequilibrio de las fuarz*s nsrviona».

Imientüs de a lgunos cas i impercept ib les equi l ibr ios ;- p e -| r 0 puesto que vemos a las aves rea l i zar gran var iedad¡perceptible de movimientos , , podernos juzgar; en vir-¡tud de semejante exper ienc ia , que las muy sensibles¡pueden ser a dve r t i da s por, la in te l igencia del hom br e ,[y que és te podrá proveer ampl iamente a la des t rucc ión[de aquel i n s t r um e n t o , al c ua l ha c onve r t i do en á n i m a[y guía.

L X X X I X . R E C U E R D O S QUE ACUDíAN A ' L A ' I M A G I N A

CIóN DE VlNCI AL ESCRIBIR ACERCA'DEL VUELO, DEL MILA-¡NO.—Parece que sea mi des t ino es to de escribir tan repet idamente acerca del m i l a no , pue s el pr imer recuer do de mi infanc ia , me pa r e c e , es que ha l l á ndom e yo enla cun a se acercó a ini un m i l a n o , me a b r i ó la b o c a consu cola y me golpeó co n ella muchas veces , .en el in te rior de los l abios . ,

X.C. PO R' QUé LOS PáJAROS PEQUEñíTO.S NO VUELAN A

GRANDES ALTURAS NI LAS AVES GRANDES LES GUSTA VOLAR BAJAS.—Obedece,, esto, a la c i rcuns tanc ia de que lospajari tos, como no t i e ne n p l um a s , no pueden sostenerse en,la inmensa f r i a ldad de , las a l t u r a s m a yor e s dela i r e , en las cua les v iven los bui t res , las águi las y otrasaves de g r a n t a m a ño muy p l u m a d a s y cubier t as de diversas c lases de p l um a s .

Además , , los pajari í los, con sus débi les, senci l las ys, J«les a r m a s p u e d e n sostenerse en el aire bajo, quee s denso, y no lo lograrían en las a l t u r a s , donde esSlltil y resiste poco.

. XCI PROCUREMOS, NUESTRA VIDA CON LA MUERTE DE

°TROS.—En toda cosa muer ta subs i s t e a lgo de v i da in a s i b l e , qu e r e un i da al e s t óm a go de los v ivos recupe-a vida sens ib le e in te lec tua l .

106 LEONARDO D E VINCI

X C I Í . E L C U ER P O DE LOS ANIMALES MUE RE Y R E I I M

CE CONTINUAMENTE.—El c u e r p o d e cua l qu i e r se r qu e se


X C V I . LA EXISTENCIA DE LA MUERTE Y DEL DOLOR¡EN EL MUNDO.—Parece que la na t u r a l eza h a s ido con



nut r e , si n cesa r m uere y sin cesar ren ace, porque ela l i ment o no pued e en t r a r má s que en aquellos sitiosd o n d e el a l imento anter ior se ha c o n s u m i d o , y si s e I Bc o n s u m i d o , ya no t iene vida, ya no exis te , y si nc¿«B

l e proporciona a l imento igual a l desapa rec i do , le falta a la vida su valor , y si se le re t i ra el a l imento desa p a r e c e de l t odo la v i da . P e ro si se le da t an t o comopi e rde duran t e el día, r enace la exis tencia en la i jma p roporc i ón , a s emej anza de la luz c u a n d o se l a ; $ ^ |m e n t a con el jugo que neces i ta , y p a r a que luzca; j | Hcesa r debe p roporc i oná r se l e r áp i dament e por abajo 1$q u e por a r r i ba co nsume y m u e r e , convirtiéndose J Bbril lante luz en t enebroso hu mo, y tal muer t e es c | f lt i nua cuan t o continuo sea el h u m o , y la continuiJMde ta l h u m o es igual a la del a l i m e n t o . A c a d a i n s t i B

t e muere y r enace la luz a m e d i d a que se la al imenJB

X C i í I . C I R C U LA C I óN DE LA MATERIA.—El h o m b r á H

los animales son t ráns i to y conduc t o de a l i ment os , Bpul t u r a de an i ma l es , a l be rgue de muer tos , funda de < wr rupc i ón , p u e s se p rocuran la v i da medi an t e la muefBajena.

X C I V . S O B R E EL MI S MO TEMA.—Mira la luz y c $ H

s idera su be l leza . P a r pad ea y mí r a l a ; lo que de ejHves no exis t ía an tes , y lo que antes exis t ía ya no esjJB

¿ Q u i é n es el que lo r ehace si el hacedor m uere craHt i nuament e ?

X C V . MÁS ACERCA DEL MISMO ASUNTO 1 6.—AnaJMgoras . T o d a s la s cosas p roceden de t odas la s c o s a jcada cosa se convier te en cada cosa , y t odas la s c o i Hvue l ven a ser cada cosa , porque lo que const i tuye | He l ement os e s t á hecho con e sos e l ement os mi smo s . I

I muchos o pa r a muc hos an i ma l es , an t e s ma dras t r aI cruel, que m a d r e , y pa r a a l gunos , n o mad ras t r a , s i nomadre compas i va .

X C V Í I . S O B R E EL MI S MO TEMA.—¿Por qué no dispuso la na t u r a l eza que no v i v ie se cad a an i ma l a cos tade la muer t e de ot ro?

La naturaleza, indecisa y complaciéndose en crear| y p roduci r con t i nua ment e v i das y fo rmas , porque sabe

que so n a u m e n t o de su mater ia ter res t re , es m ás espontánea y r áp i da p a r a c r ea r que el t i empo pa ra consumir ; pero ha d i spues t o que m uchos an i ma l es se sirvan de a li ment o unos a ot ros , y no sien do esto suficiente para su s deseos , l anza a veces c ier tos vapores pestilentes y envene nados sobre la s agrupac i ones y mul t i plicaciones d e an i ma l es , y más aún sobre las de loshombres , que aum ent an cons i de r ab l em ent e porqu e n ose los com en o t ros an i ma l es , y supr i mi das la s causas ,desaparecen lo s efectos.

Lo cual quiere deci r que es ta t i er ra procura aca barc-on su ex i s tenc i a cua ndo desea la con t i nua mul t i p l ica ro n de Sus hab i t an t e s .

Por tu o r d e n a d a y demos t r ada r azón , lo s efectosSuelen pa r ece r se a sus c a u s a s : los an i ma l es so n e jemplo de la v i da del m u n d o .

X C V I H . D E S E O S DE DESHACERSE EN LAS COSAS YEM LAS PERSONAS.—La e spe ranza y el deseo de r epa garse y de volver al pr imer caso (1) procede del m i s -J^o mo do que las mar ip osas respecto a la luz , y e l hornee que con sus con t i nuos deseos y con tinu as fiestases pera la nueva p r i mavera y el nuevo es t í o , y el mes

'*) Al estado primitivo anterior al nacimiento.


venidero, y e l año nuevo, pareeiéndole que lo quesea l lega s iempre demasiado tarde. ¡No se da euentjl

ESCRITOS LITERARIOS X F ILOS ÓF ICOS 109

£1 sent ido del ol fa to se ve obl igado por la neces idada concurrir a dicho j u i c i o ; e l t acto pasa por las per fo



de qu e lo que es tá deseando es su propio aniquilalmi en t o I 9

Pe ro este des eo es la qu inta esen cia, el espíri tu t illos e lementos , que, a l verse encerrado en e l a lma d e |

cuerpo humano, desea s iempre volver a su mandara™r io. Y has de saber que es te mismo deseo es la quint i lesencia compañera de la naturaleza, y que e l homraMes un mode l o de l mundo .

Y el hombre incurre en la suma insensatez de trabájjar siempre para no trabajar, y se le va la vida espálrando disf rutar los bienes con tanto trabajo adqui r idos*

X C I X . Lo s SENTIDOS Y EL ALMA.—El a l m a residíBal parecer , en la par te juzgadora (1) , l a cual parece J8Bhal le en e l s i t io donde concurren todos los sentiddjM

l l amado sent ido común (2) , y no es tá toda e l la repartijlda por todo el cuerpo, como han c r e í do muchos , s i r i | |toda en ese s i t io , pues to que s i es tuviese toda en todojy toda en cada par te no sería necesario el instrumentalde los sent idos concurrentes todos a un mismo lugarflantes bien, bas tar ía que los ojos real izasen la mis iónde su sentido en su superficie y no enviaran por el cáfimino de los nervios ópt icos la imagen de las cosasque ven al sent ido, pues e l a lma, por la antedicha rawzón, podría percibirla en la superficie de los ojos. Y,

del mismo modo, a l sent ido de oído le bas tar ía qüéJJsonara la voz en la cóncava porosidad del hueso p M |dregoso, que es tá dent ro de las orejas , y no se real iza-"r ía ot ro t ráns i to desde dicho hueso a l s en t i do comúnd o n d e aquélla se aboca, para concurr i r a l juic io c«jjm ú n .

(1) In te lec to .(2) Cerebro .

radas cuerdas (1) , y es conducido a aquel sent ido, cu-I yas cuerdas se esparcen con infinitas ramificaciones porla piel que rodea a los miembros corpóreos y a lasvisceras.

Las cuerdas perforadas l levan la orden y e l sent i miento de los miembros oficiales (2), y estas cuerdas ymiembros ent re los músculos y las cos t i l l as ordenan aés tas e l movimiento, s iendo obedecidos , y es ta obediencia la efectúan desh i nchándose , pues t o que a l des hincharse se acor ta la longi tud, ar ras t rando a los ner vios (3), los cuales, entretej idos en las part ículas de losmiembros y penet rando has ta e l ext remo de los dedos ,líevan a l sent ido los efectos de su contacto.

Los nervios y los músculos obedecen a las cuerdascorno soldad os a- su con duc tor, y las cue rda s sirven al

sent ido común como los conduc t o r es a l os cap i t anes ;así, pues , l as junturas de los huesos obedecen a losnervios, los nervios a los músculos, los músculos a lascuerdas y las cuerdas a l sent ido común, que es e l as iento del alm a, y la •mem oria, su prov isión, y la sensibil idad, su refrendaria.

C. M E C A N I SM O D E L A SENSACIóN.—El s en t i do comúnf s e l que juzga las cosas que le presentan los demássentidos.

E l s en t i do común actúa mediante las cosas que lePresentan los c inco sent idos .Estos actúan mediante los objetos ; los objetos en-

Vlan su imagen a los c inco sent idos , de los cuales pa-Sa n a la sensibi l idad o percepción, y de és ta a l sent ido

(1) Nervios.(2) Músculos.(3) Te n d o n e s .

Í1Ü LEONARDO DE VINCI

común; exami nados por é s t e , pasan a J a memor i a , efila cua l , s egún su po t enc i a , pe rmanecen más o merlán

ESCRITOS LITERARIOS 1 F ILOS ÓF ICOS I U

da de la voluntad y del deseo del sent ido común, a semejanza de los oficiales distribuidos por un señor en



t i empo .

Los c inco sent idos son es tos : ver , oí r , palpar , gustaíffljy oler.

Los ant iguos especuladores dedujeron que esa par

t e del juic io concedida a i hombre proceüe de un inst rumento a i cual concurren ios ot ros c inco, mediantela sensibi l idad, y a ta l ins t rumento le l l amaron serjjfLdo común, y creían que es taba s i tuado en medio de ' ¡a lcabeza . L e l l amaban sen t i do común so l ament e pbfflque es juez común de los ot ros c inco senados , es to esjde la vista, el oído, el tacto, el gusto y el ol íalo. ¿ajasen t i do común ac t úa medi an t e l a sensioilidad, que estácolocada ent re é l y los sent íaos . La sensibi l idad obrMmerced a las imágenes c íe las cosas que has ta e l la llevan los instrumentos Superficiales, es decir , ios sentffll

dos que es tán ent re las cosas exter iores y la sensibí.fjlidad, y , aná l ogament e , l os s en t i dos ac t úan medi&nHlos objetos . Las imágenes de las cosas c i rcunstantes pansan a ios sentidos, los cuales las trasladan a la s e i Hbi l idad o percepción, y és ta a l sent ido común, de É Hdonde se fi jan en la memoria, en la cual permaníjBcen más o menos t i empo , según sea la importanciájHel valor de la cosa de que se trata.

El sent ido más rápido en e í cumpl imiento de su rífjMsión es el de la vista, que es el más cercano al si t io aw&

la sensibil idad. Los ojos son superiores y jefes pr>uHcipales de los demás sent idos , y sólo de e l lo habla iMm o s , p r esc i nd i endo de l os demás pa r a no a l a rga r 4Masun t o .

C I. Los MOVIMIENTOS AUTOMÁTICOS.—La naturaj|Hza ha dado a l hombre músculos of ic ia les , t ractores dJBlos nervios , que pueden mover los miembros a medí-J

var ias provincias y c iudades , ios cuales obedecen y representan en sus s i t ios la voluntad de dicho señor . E loficial que en un solo caso haya obedecido mejor lasórdenes de su señor , hará luego, por s í mismo, en igual

caso, cosas que no se apa r t a r án de la voluntad de di ch o señor.Así se ve no pocas veces a los dedos , que apren

diendo con la mayor obed i enc i a , en un • i ns t rumen t o ,las cosas que les ordena el juicio, después de aprend i da s tocarán e l ins t rumento s in que ese juic io se cuidede el lo. '.:•.

L os músculos que mueven l a s p i e rnas , ¿no r ea l i zansu mis ión s in que e l hombre lo s epa?

CU. LOS NERVIOS ACTÚAN MUCHAS VECES POR SÍ MISMOS SIN QUE SE LO MANDEN LOS DEMÁS OFICIALES DELALMA.¡—Esto se adv i e r t e c l a r ament e , p ues t o que vemosa los paralí t icos, a los frioleros y a los ateridos moversus t rémulos miembros , as í como la cabeza y las manos, s in contar con el ánima, la cual , con todo su poder , no logrará evi tar que ta les miembros t iemblen.Lo mismo ocurre con los epi lépt icos y con los miembros cor tados , como los rabos de lagar to.

CIII. EL HOMBRE TIENDE A REPRODUCIRSE A SÍ MISMO

EN SUS PROPIAS OBRAS.—Defecto grande en los pintoreses e l de repet i r l as mismas act i tudes , l as mismas f iguras y colocación de los paños en un mismo cuadro yhacer la mayor ía de las cosas parecidas a las de sumaes t ro . E s t o me ha p roduc i do admi rac i ón muchasyeces , porque he conocido algunos que parece que sehubieran re t ra tado al natural en todas sus f iguras . EneUas se ven las act i tudes y los modales de su autor .

LEONARDO DE VINCI

Sí éste es pronto en el hablar y en los ademahesjsus f iguras tendrán parecida l igereza; s i e l maest ro es ;

ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSOFIC05 118

sí mismo y ver en qué par te de su cuerpo se di ferencia mucho o poco del que hemos dicho digno de a labanza , y enterado de es to, procure , a fuerza de es tu



devo t o , l o mi smo pa rece r án las figuras que pinte, con'lel cuello torcido ; si el maestro es incapaz, se le asern¿Bj arán sus f iguras , representando la pereza re t ra tada delnatural ; s i es desproporcionado, lo serán también susfiguras, y si es tonto, en sus cuadros lo revelará ara-p ' iamente , pues serán opuestos a las deducciones y dist ra ídos de lo que ha cen : unas f iguras m irarán a unl a do , ot ras a ot ro, como s i es tuvieran soñando. De es tamanera los detal les de la pintura corresponden a losdel pintor .

H a b i e n d o e s t u d i a d o .muchas veces la causa de tal; |defecto, opino que es cosa de creer que e l a lma querige y gob i e rna cada cuerpo es la que forma nuestrojuic io antes de que sea realmente juic io nuest ro. Así ,p u e s , ha organizado la cara entera del hombre corríjáM

l e ha pare cido q ue es tar ía b ien : con las nar ices larga s , cor t a s o cha t a s ; ha determinado t ambi én su es t a tura , y es tanta la inf luencia de semejante juiciiMque mueve los brazos del pintor y le obl iga a copiarsea s í mismo, pues cree ta l espí r i tu que as í es como h&iMde pintarse los hombres , y que se equivocan los que»los hacen de ot ro modo. S i encuent ra a lguno que $ # •parezca a su cuerpo, a l que dicho espí r i tu ha formaiPdo , le a m a , se enamora de é l , y es ta es la razón de qugjm u c h o s se enamoren y tomen mujer que se les parelc e , como los hi jos que de e l los nacen se parecen a süi^ rogen i l o r es . ,™

C I V . E L INSTINTO NATURAL DEL HOMBRE LE LLEVA A]

BUSCARSE A SÍ MISMO EN LAS COSAS Y EN LOS OTROS S'ffllRES.—El pintor debe hacer sus f iguras guiándose por |l as reglas de un cuerpo na t u r a l que , gene ra l ment e , seaide p roporc i ones l audab l es ; además , debe medi r se a?

dio, no incurrir en la s "figuras qu e pinte en las mi sm asdiferencias que haya en su persona.

Has de saber que se neces i ta luchar tenazmente cont ra esos defectos , pues to que han nacido con el juic io,

•cerque e l a lma, maest ra de tu cuerpo, es la que hacrmado tu propio juicio y gustosa se delei ta en las

obras que se parecen a la que e l la hizo a l componersu cuerpo. A es to se debe que no haya mujer tan fea—a menos de ser monstruosa—que no encuen t r e a l gúnamant e .

Así , pues , no te olvides de es tudiar las def ic ienciasque haya en tu persona, y guárdate de reproduci r lasen las f i guras qué compongas .

C V . C O N S E J O A L O S PINTORES.—El pintor que tengalas manos groseras las hará iguales en sus cuadros , ylo mismo le ocurrirá con cualquier miembro, s i no selo imp ide e l es tudio. Por con siguiente , tú , pintor , f íj ate bien en lo más feo que tengas en tu persona y estudíalo m u c h o , puesto que si eres bestial , tus figuraslo serán tam bién y s in ingenio, y , sem ejante men te , todolo bueno y lo malo que haya en t i se reproduci rá entus figuras.

C V I . SOBRÉ EL MISMO TEMA.—Suele suceder que esnuestro juic io e l que mueve la mano al crear los contornos de las figuras en varios aspectos hasta que lesatisfacen, porque el juicio es una de las potencias denuestra a l m a , con la cual compone es ta la forma delcuerpo en que habi ta , según su voluntad, de modo quesi t ene r que c r ea r con l a s manos un cue rpo humano ,cop i a e spon t áneament e el suyo, e l que e l la inventó, y


de el lo resul ta que los que se enamoran ponen su arrJMen cosas que se les parecen.


sino por l íneas tor tuosas y ref le jas , y son muchas lasveces que los más remotos parecen más próximos queJos más ce r canos , med i an t e e l cu r so de d i chas e spe



C V I I . NATURALEZA DE LOS S E N T I D O S . — C u a t r o s f lla s potencias : memo ria , inte l igencia , juicio y d e s e a

Las dos pr imeras son racionales y las ot ras sensuales .De los mismos sentidos, los de la vista, oído y olfato

son de poca prohibición; no as í e l t acto y e l gust^SBEl olfato l leva consigo el gusto en los perros y otrojí)

animales glotones .

C V I I l . P R O B LEMA D E LO S S U E ñ O S . — ¿ P o r q u é p e n Hbe la vi s ta más exactamente las cosas en sueños qU#|la imagin ación c uan do es tam os despier tos ?

C Í X . J U I C I O S INCONSCIENTES. — La pupi la del oifjBc u a n d o s e halla al aire, con toda c lase de movim.ientojldel sol , var ía de aspecto y de tamaño (1) .

E n cada g r ado dé magni t ud , una mi sma cosa VÍSOT

se presentará de dis t intos tamaños aunque, a veces , lacomparac i ón con l a s cosas que l a r odean no permitídist inguir los cambios de una sola que se mire .

C X , ER R O R ES D E LO S SENTIDOS.—A la distancia di

bida, y con los debidos medios , los ojos se equivacljmenos en su of ic io que cualquier ot ro sent ido, porql»sólo ven las l íneas rectas que componen la pi ráf f l |d e d e 2), que se const i tuye en base del objeto y la Hef|

a los oíos, como m e prononEro demos t r a r . ..Pero los oídos se equivocan mucho en cuanto a l m

t ío v dis tancia de sus obiet ivos , porque las especies |Ln o llegan a el los por l íneas rectas, como a los ojo$|

(1) Bé dilata o se contrae.(2) Formada po r los rayos luminosos.3> Goda» sonora».

cies, aunque l a voz del eco sólo por l íneas rectas serelaciona con aquel sent ido.

El ol fa to menos acier ta e l s i t io donde se produceun olor; pero el gusto y el tacto sólo al tocar el objeto

perciben su contacto.

C X I . ACERCA DEL TIEMPO.—Aunque el t iempo figura ent re las cant idades cont inuas , por ser invis ible ys in cuerpo no cae íntegramente bajo la potencia geométrica que lo divida en figuras y cuerpos de infinitavar iedad, como constantemente se observa en las cosas visibles y corpóreas , s ino que sólo con sus pr imeros pr incipios concuerda, es to es , con el punto y conla l ínea; e l punto en e l t i empo puede ser equiparado

al instante, y la l ínea se asemeja a la longitud de unacant idad de un t iempo, y as í como los puntos son pr incipio y fin de dicha l ínea, así son los instantes término y comienzo de cualquier espacio de t iempo dado,y si la l ínea es divisible por el infinito, no es ajeno atal división el espacio de t iempo, y si las partes divididas de la l ínea son proporcionales ent re s í , t ambiénlo son las par tes del t i empo.

C X I I . C O N C EP T O D EL T I E M P O . — E s c r i b e la cal idadde l t i empo sepa radament e de l a geomét r i ca .

C X II I. CONCEPTO DE LA NADA.—El meno r pun t o na tural es mayor au e t odos l os pun t os ma t emát i cos , c c -*no se demuestra recordando que el punto natural esuna cant idad cont inua y todas las cant idades cont i nuas son divisibles hasta el infinito, y el cunto m a t e mático no es divis ible porque no es cant idad.


T oda can t i dad con t i nua i n t e l ec t ua l ment e e s d iv t t íble hasta el infinito.

Ent re las grandezas de las cosas que nos rodean, j B



exis tencia de la Nada t iene e l pr incipado. Su misiJBalcanza a las cosas que no exis ten y su esencia rejMde junto a l t i empo, ent re lo pretér i to y lo futuro, fjHque posea nada de lo presente .

Las par tes de la Nada son iguales a su todo, comoel todo a las partes y lo divisible a lo indivisiblej^Bmismo resul tado produce su divis ión que su multipfMcación, y a l sumar la o a l res tar la , como se d e m u e n Hpor los ari tméticos con su décima cifra, representanMde la Nada. Su potestad no l lega a las cosas de la r »turaleza.

Lo que l lamamos Nada sólo se encuent ra en el tiempo y en las palabra s : en e l t i emp o, en t re lo p r e t á Bto y lo futuro, s in poseer nada del presente ; en las $T

l abras , ent re las cosas que se dicen y no son o son mposibles .En el t i empo res ide la Nada ent re lo pretér i to y 1

futuro, s in poseer par te a lguna de lo presente , y eralnaturaleza ent re las cosas i mpos i b l e s . De modo q u |como queda dicho, no t iene ser , pues to que dohfíexis te la Nada se produce e l vacío.

A C E R C A D E L A M O R A L

1. LOS ESTUDIOS DE LEONARDO. — Y o d e sc u b ro alos hombres e l or igen de la pr imera y acaso la segunda razón de su existencia.

II . PROEMIO DE SU ANATOMÍA.—Tú, qu e af irm as qu ees mejor ver practicar la anatomía que examinar ta lesdibujos, estarías en lo cierto si fuese posible ver todaslas cosas que en los dibujos aparecen en una sola figura , en la cual , con todo tu ingenio, sólo puedes ver yenterar te de a lgunas venas , en tanto que para saber deel las c ier ta y completamente , he tenido yo que desbaratar más de d i ez cue rpos humanos , des t ruyendo t o dos l os demás mi embros , consumi endo en pequeñ í s i mas par t ículas toda la carne que a l rededor de dichasvenas había , s in ensangrentar las más que con el impercept ible ensangrentamiento de las venas capi lares .^o bas ta un cuerpo solo para tanto t iempo, y era pre

ci so proceder suces ivamente en var ios cuerpos has ta'°grar e l completo conocimiento, y yo lo repet í dos veces para observar las diferencias.

"i t ienes afición a el lo, tal vez te la impida el estómago, y si éste no, acaso te estorbe el miedo de estarei 1 las horas de la noche en compañía de unos cuerpos descuar t izados y despel le jados , de ta l modo que<a espanto ver los . Y s i tampoco cato te lo impide, pue-

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Toda cant idad cont inua inte lectualmente es divis i .ble hasta el infinito.

Ent re las grandezas de las cosas que nos rodean, Ja



exis tencia de la Nada t iene e l pr incipado. Su mis iónalcanza a las cosas que no exis ten y su esencia reside junto a l t i empo, ent re lo pretér i to y lo futuro, I Hque posea nada de lo presente .

Las par tes de la Nada son iguales a su todo, comoel todo a las partes y lo divisible a lo indivisible; elmismo resul tado produce su divis ión que su mul t ipl i -cación, y a l sumar la o a l res tar la , como se demuest rapor los ari tméticos con su décima cifra, representantede la Nada. Su potestad no l lega a las cosas de la naturaleza.

Lo que l lamamos Nada sólo se encuent ra en e l t i empo y en las palabras : en e l t i empo, ent re lo pretér i to y lo futuro, sin poseer nada del presente ; en las jm

l abras , ent re las cosas que se dicen y no son o son ' j jH 'posibles .En el t i empo res ide la Nada ent re lo pretér i to yJH

futuro, s in poseer par te a lguna de lo presente , y en'1 '»naturaleza ent re las cosas imposibles . De modo qujSjcomo queda dicho, no t iene ser , pues to que donVexis te la Nada se produce e l vacío.

ACERCA DE LA MORAL

I. LOS ESTUDIOS DE LEONARDO. — Y o d es cu b ro alos hombres e l or igen de la pr imera y acaso la segunda razón de su existencia.

II . P R O E M I O DE SU A N A T O M í A . — T ú , q u e afirmas que

es mejor ver pract icar la ana tom ía qu e exam inar ta lesdibujos, estarías en lo cierto si fuese posible ver todaslas cosas que en los dibujos aparecen en una sola figura , en la cual , con todo tu ingenio, sólo puedes ver yenterar te de a lgunas venas , en tanto que para saber de«Has c i e r t a y comp l e t ament e , he t en i do yo que desba ratar más de diez cuerpos humanos, des t ruyendo todos l os demás mi embros , consumi endo en pequeñ í s i mas par t ículas toda la carne que a l rededor de dichasVenas había , s in ensangrentar las más que con el impercept ible ensangrentamiento de las venas capi lares .No bas ta un cuerpo solo para tanto t iempo, y era pre

ci so proceder suces ivamente en var ios cuerpos has talograr e l completo conocimiento, y yo lo repet í dos veces pa ra observ ar las diferencia s.

Si t ienes afición a el lo, tal vez te la impida el estómago, y si éste no, acaso te estorbe el miedo de estarl-ft las horas de la noche en compañía de unos cuerdos descuar t izados y despel le jados , de ta l modo queUa espanto ver los . Y s i tampoco es to te lo impide, pue-

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118 LEONARDO . DE YINCI

de ocurrir que te fal te el d ibujo b ien hecho correspojffldiente a tal caso.

ESCRITOS LITÉBABIOS Y FILOSÓFICOS 119

como sea, es cosa divina ; así , pues, déjala que v iva¿n su obra y a su gus to f no quieras que tu i ra o tu mal



Pero s i t i enes e l d ibujo y no l e acompaña la pe«Mpec t i va , y s i l e acompaña és ta y carece de l orden dela demostración geomét r i ca y e l de l cá lculo de , l J9fuerzas y valor de los músculos, acaso te fal te la pM

ciencia y r io seas di l igente.De s i he t enido yo todo eso o no lo he tenido, losc iento ve in te l ibros que he compues to darán fe . Para 'hacer lo no m e ha n e s t o r ba do la avaricia ni la ne gUgencia , s ino só lo l a fa l t a de t i empo. Vale .

III. P A S O DE LA ANATOMíA A LA éTICA.—Así, p ú »

aquí , en doce figuras enteras t e será presentada l a CjJMmograf ía de l mundo menor ( i ) con e l mismo orqlMque me la enseñó a mí Tolomeo en su CosrnográmMPor t anto , d iv id i ré aquél l a por miembros , como é l d 9

vidió el todo en provincias ; y luego diré la misiónilHcada par te , poniéndote ante los o jos l a expl i cac ión detoda la figura y el valor de l hombre en cuanto a l rr¡Mvimiento loca l mediante sus d i s t in tas par tes .

¡ As í permi t i e ra N ues t ro Autor que yo pudiese de|Mni r l a na tura leza de los hombres y sus cos tumbres l j | |

mismo que descr be su p e r s o n a

IV . CONSECUENCIAS éTICAS QUE SE DERIVAN DE i i H

ESTUDIOS ANATÓMICOS.—Tú, hom br e , que c ons i de r a sen es te es fuerzo mío l as obras admirables de l a

natUMraleza, s i te parece que es cosa nefanda destruir la»piensa que es nefandísima la de privar de la vida mhombre , y s i opinas que su compos ic ión es un artificitfmaravi l loso , p iensa que no va le nada comparada colel alma, que en tal edif icio habi ta, y, cier tamente, sea

(1) La estructura de l hombre.

da d destruyan una v ida , pues , c i e r t amente , e l que nola aprecia no l a merece .

Tan a d i sgus to se separa (e l a lma) de l cuerpo, quecreo que su i ianto y su dolor no carecen de motivo.

V . EL MÉTODO EXPERIMENTAL Y SUS CONSECUENCIASEN EL PROCEDER HUMANO.—Estas regias son para queaprendas a d i s t ingui r lo verdadero de lo falso, pues asíes como los hombres se proponen cosas pos ib les y conmás moderac ión y para que no te cubras de ignorancia, lo cual influir ía en que al no conseguir tu objetote desesperaras y te pusieras t r is te.

V I . LÍMITES FIJADOS POR Í-EONARDO A LA CIENCIA.—Cóm o pe r m a ne c e n m uc hos , m e d i a n t e c i e r t o s a pa r a t o s ,

bajo el a g u a ; c óm o y po r qué no escr ibo mi maneracíe permanecer debajo de l agua , donde puedo es ta r s incomer . No publ ico nada de es to n i lo d ivulgo, en v i s t a de l mal carác ter de los hombres , los cua les cometer ían los asesinatos en el fondo de los mares, rompiendo e l fondo de los buque s y sumergiénd olos con losnombres que en el los hub i e r a . Aunque e ns e ño o t r o s ,es tos no son pe l igrosos , pues sobre e l agua só lo aparece el extremo de l a caña por medio de l a cua l respi ran , colocada sobre o t ras cañas o sobre un c o r c ho .

VII . CONTRA, LA NIGROMANCIA.—Entre la s ocurrenc ias humanas debe ser t achada de es tu l t í s ima l a queProcura la c r e du l i da d de l a Ni g r om a nc i a , he r m a na dela Alquimia , par idora de cosas senc i l l as y na tura les ,Porque no or ig ina cosa a lguna que no se l e parezca ,e s dec i r , que no sea una b o b a d a .

No ocur re Jo mismo con l a Alquimia , que es sumi-4s tradora de productos s imples de l a na tura leza , cosa


que no puede real izar és ta porque carece de instrumenátos orgánicos con los cuales pueda actuar , como lojhace e l hombre medi an t e l a s manos , con l a s cualepf


gencia humana res i s t i r ía a sus dañinas fuerzas . Lostesoros escondidos y las gemas ocul tas en e l seno dela t ier ra se descubr i r ían para é l . Viajar ía l l evado por



w

fabr ica vidr io, e tc .P e ro l a N i gromanc i a , e s t anda r t e o ve rdade ra ba|9

dera ondeante , agi tada por e l viento, es guía de necjjWmuchedumbres que de con t i nuo a t e s t i guan con ladriffldos los infinitos efectos de tal arte, y van l lenando lJll ibros , af i rmando que los encantamientos y los espiaMtus t rabajan y hablan s in lengua y s in ins t rumentos or gánicos, a fal ta de los cuales no es posible hablar misopor tar pesos enormes, y producen tormentas y HUMvias , y convier ten a los hombres en gatos , en loboáSHen ot ros animales , aunque los más animales son los qu« |tales cosas afirman.

S i la ta l Nigromancia exis t iera , como creen los Htos de inte l igencia , podr ía af i rmarse que no habría'JM

l a t i er ra cosa a lguna que val iese tanto como el la tf^Hservi r y para per judicar a los hombres , pues s i fuéfBcier to que con ta l ar te se tuviera poder para altera||Ht ranqui la serenidad del a i re , convi r t iéndola en apMfr iencia nocturna, y produci r re lámpagos y vientos , cont ruenos espantosos y rayos que se des l izaran en la oWcuridad, y para destruir los edificios más al tos ccfflvientos impetuosos , y ta lar los bosques y golpear a I Iejérci tos con los árboles desar raigados , destruyénqmlos y a ter rándolos , y además de todo es to, pr ivando lfflper judicia les tormentas a los agr icul tores del premi»de su t rabajo, ¿qué guerra podr ía hacerse que tarjMcas t igase a l enemigo, pr ivándole has ta de sus coJHchas? ¿Qué comba t es mar í t i mos se l i b r a r í an que | Udieran compararse con los que entablara quien dis |Msiese de los vientos y des t ruyera y hundiese cualquierf lota? No hay duda de que e l dueño de tan tremend| |poder ser ía e l amo de los pueblos , y ninguna inte l l^ |

los aires, de oriente a occidente, y a todos los puntosmás le janos del universo. . .

P e ro ¿para qué he de ex t ende rme más? ¿Qué cosa

puede haber que no se haga con semejante ar t i f ic io?Ninguna, excepto la de l ibrarse de la muer te . Y s i escier ta , ¿por qué no se queda ent re los hombres , quetanto lo desean, ya que nada t iene que ver con deidada l guna?

Sé que hay infinitos de el los que para satisfacer undeseo ser ían capaces de des t rui r a Dios y a todo el uni verso.

Y si no se quedó ent re los hombres , s iéndoles tannecesar ia , l a Nigromancia , es porque no exis t ió nunca ni puede exis t i r j amás en par te a lguna, según la

definición del espíri tu, que es invisible en el cuerpo, yent re los e lementos no hay cosas i ncorpóreas , porquedonde no hay cuerpo está el vacío, y el vacío no sepresenta ent re los e lementos , porque pronto lo l lenarían éstos.

V I I I . D E LOS ESPÍRITUS.—Hemos dicho acerca deesto que la definición del espíri tu es a s í : una po t encia unida a l cuerpo, porque és te no puede regi rse porsí mi smo n i tomar ninguna clase de movimiento local .

Si afirmas que por sí mismo se rige, te diré que esoüo es posible ent re los e lementos , pues s i e l espí r i tu esuna cant idad incorpórea, esa cant idad se l lama vacío,y e l vacío no exis te er i l a naturaleza, y suponiendo quevis t iese , pronto le l l enar ían las ruinas del propio e lemento en que e l vacío se or iginase.

Por consiguiente, de la definición del peso, que dice :(<La g r avedad es una po t enc i a acc i den t a l c r eada por


algún elemento arrastrado o impulsado hacia o t r ó | |dedúcese que ningún elemento pesa en e mismo el$¡mentó, pero sí en el superior, que es rnás leve, corrí

ESCRITOS LITERARIOS ¥ FILOSÓFICOS 123

X. ACERCA DE si EL ESPíRITU, AL TOMAR CUERPO EN

EL AIRE, PUEDE O NO MOVERSE.—ES imposible que el espíritu infundido en una cantidad de aire pueda mover



se ve en una parte de agua, que no es más pesada 1Mmás leve que la demás agua, pero si se la echa al arMjadquiere gravedad, y corno ese peso no puede sos|Hnerse por sí mismo, le es necesario derrumbarse, y así

cae en el agua en el sitio que quedó vacío de dkháagua. Lo mismo ocurriría con el espíritu al hallarsa|entre los elementos, que continuamente originarían v acíos de tal elemento donde aquél se hallase, por lo cÚHsería necesaria su continua escapada hacia el cielo efcuanto saliera de entre esos elementos.

IX . ACERCA DE SI EL ESPíRITU TIENE CUERPO Etf

LOS ELEMENTOS.—Hemos demostrado que el espíno puede estar por sí solo entre los elementos sin ci

po , ni por sí mismo puede moverse voluntanameino siendo hacia arriba. Ahora diremos cómo tomaicuerpo del aire semejante espíritu tiene que infumse en aquel aire, porque si estuviese unido (mezclacon él, se tropezaría con dos inconvenientes, es deque aligeraría, haría más leve dicha cantidad de acon lo cual subiría a lo alto y no permanecería erel aire más pesado; además, esparcida en éste la 'tud espiritual, se disgrega, modifica su naturalezaa consecuencia de esto pierde su primitiva virtud.

Añádase el tercer inconveniente,"el de que tal otidad de aire tomada del espíritu y sometida a la$jnetración de los vientos, que desunen y desgarran a

tinuamente las partes unidas de aquel aire, revolví-dolas y volteándolas en el otro aire. Por consiguienel espíritu infundido en ese aire quedaría destrozadesgarrado, roto en el despedazamiento del aire encual estuvo infundido.1

raí

nx-

se en ese mismo aire, y esto está ya expuesto en elpasaje que dice : «El espíri tu aligera la ca nti dad delaire en la cual se infunde.» Por consiguiente, ese aireascenderá por encima del otro, y el movimiento será

producido ppr su levedad y no por impulso voluntariodel espíritu, y si dicho aire se encuentra con el viento,será impuls ado por éste y no por el espíri tu infund idoen él.

XI . A C ER C A DE SI EL ESPíRITU PUEDE HABLAR O NO.—

Al tratar de s,i el espíritu puede o no puede hablar, esnecesario ante todo definir lo que es la voz y cómo seproduce. Diremos, pues : La voz es el movimiento del

aire al rozar con un cuerpo denso, o de un cuerpo den

so al rozar con el aire que es lo mismo). El roce de/o denso con lo raro condensa a éste y ofrece resisten

cia, y entonces lo raro Veloz y lo raro lento se conden

san por su contacto y producen sonidos y hasta gran

dísimo estrépito. El sonido, o por mejor decir, el murmullo, lo origina lo raro, que se mueve en lo raro suavemente, como la llama, generadora de sonidos en elaire, y el estrépito grandísimo lo producen lo enrarecido con lo enrarecido cuando el más veloz de los dospenetra en lo enrarecido movible, como la llama defuego que sale de la bombarda y percute en el aire, lomismo que la llama que sale de las nubes y percuteel aire al engendrar los relámpagos.

Diremos, por consiguiente, que el espíritu no puedeengendrar voz sin que haya movimiento de aire, y corno no tiene aire no puede expulsarlo de sí mismo, ysi no lo tiene y quiere agitar aquel en el cual está infundido, es necesario que el espíritu se multiplique, y


no puede mul t i p l i ca r se no t en i endo c an t i dad , por 1¿|cuar ta razón, que dice : «Nada r a ro se m u e v e si noit i ene lugar es table que le facilite el movi mi en t o , y máafaún t en i endo que mover se el e l ement o en el elemento, ' ,

ESCRITOS LITERARIOS Y F ILOS ÓF ICOS 125

X I V . EST UDI OS ACERCA DE LA FISONOMíA.—No m e

ocuparé ex t ensament e de la fa laz F isonomía y Qui ro manc i a , p o r q u e en ello no hay ve rdad a l guna , lo cual



q u e no se m u e v e por sí, s ino por efusión unifo rme del;cen t ro de la cosa efundida, com o ocurre con las efwponjas cuando la s opr i mi mos con la m a n o , que estátii

bajo el agua y el a g u a se e s c a p a , se efunde de ella&'lhacia todas par tes con igual m ovim iento por las reitíidijas de la m a n o q u e la opr ime.»

¿ T i e n e voz a r t i cu l ada el espí r i tu? ¿Puede se r oídfB¿Qué es oír y v e r ? Las o n d a s de la voz va n por e} |

a i r e , c o m o la s i mágenes de los objetos van a los ojoJM

X I I . S O B R E EL M IS M O T E M A . — ¡ O h , matemát ica¡Hac l a r ad es e er ror

El espíri tu no t iene voz, porque don de hay voz haffl

c u e r p o , y d o n d e hay cue rpo hay ocupac i ón de situMlo cual impide a los ojos ver las cosas s i tuadas al otrOT,lado de tal s i t i o ; por consiguiente , dicho cuerpo l ení|lpor sí todo el a i re c i rcund ante , es deci r , con su image|H

X II I. MÁS SOBRE LO MISMO.—No puede habe r v f ld o n d e no ex i s te movi m i en t o o pe r cus i ón del aire ; donHde no hay i ns t rument o no puede habe r instrumerfj^Bi ncorpóreo . S i endo así, los espí r i tus n o p u e d e n teñe»ni voz, ni forma, ni fuerza, y si t omaran cue rpo no p<>|Bdrían pene t r a r ni ent rar d ond e es tuviesen la s puer tas

ce r r adas .Si alguien dijese : «Por e a i r e congregado y restríjtJH

gido por el espí r i tu toma és te cuerpos de var ias formas,>|ly medi an t e t a l e s i ns t rument os hab l a y se m u e v e coralfuerza», yo r e s p o n d e r é : « D o n d e no hay nervios njflhuesos no pu ed e exist ir fuerza activa en n i ngún movajMmi en t o r ea l i zado por los espí r i tus corporeizados .»

se demuest ra con el h e c h o de que ta les quime ras carecen de bas e científica.

Consis ten en ver qu e los detal les de las caras revelan en pa r t e la na t u r a l eza de los h o m b r e s , su s vicios,

su temperamento ; pero en la c a r a hay que tener enc u e n t a :

a Los detal les que s e p a r a n la s meji l las de los labios de la b o c a , y la nar iz de sus ventani l las , y lasórbitas de los ojos e stán a la v i s t a cuando se t ra ta dehombres r i sueños o a l egres con f r ecuenc i a ; los queapenas t ienen ta les señales son homb res ded i cados al a medi tación.

b) Los que t ienen las facciones de la ca r a con mucho rel ieve o muy profundas so n homb res bes t ia l e s e

i r acundos , poco r azonab l es .c Los que t i enen muy ma rcada s la s ar rugas s i tuadas entre la s cejas son i r acundos .

d) Y los qu e t i enen las ar rugas t ransversales de lafrente m uy a c u s a d a s so n h o m b r e s que t i enen muc haslamentaciones ocul tas o mani f ies tas .

A s í se puede dec ir de o t r a s muchas pa r t e s .P e r o ¿ d e la m a n o ? Au nqu e encon t r a r as numeros í

simos ejércitos muertos a cuchi l lo en el mi sm o i ns t ante , no hal lar ías una a r ruga de la mano i gua l en unnombre que en ot ro, y lo m i s m o en un naufragio.

X V . C O N TR A LO S INVESTIGADORES DEL MOVIMIENTO

PERFECTO.—El a g u a qu e por el río corre es a t r a í da oe x p u l s a d a , o se m u e v e por sí m i s m a . Si es a t r a í da ,^ejor di ré , l l amada, ¿quién la l l ama? Si es expu l sada ,f qu i én la e x p u l s a ? Si se muev e por sí m i s m a , d e m u e s tra con ello tener intel igencia, cosa que en los cuerpos


q u e c a m b i a n dé fo rma cons t an t ement e n o ex i s te , p | Sque ta les cuerpos n o t ienen concien cia .

ESCRITOS LITERARIOS t FILOSÓFICOS 27

Jud, cosa \ que lograrás tanto má s fáci lmente cuantomás te gua rdes de los físicos (m édicos), po rqu e suscomposiciones son u na especie de A l q u i m i a , de la cual



X V I . MÁS DE LO MISMO.—El agua , por sí misiílBno t iene es tabi l idad y no se m u e v e si no descienda™

E l agua no se det iene por sí m i s m a si no es tá cjflt enida.

X V I I . SOBRE EL MISMO TEM A.—¡ O h, i n v e s t i g a d

re s del movi m i en t o con t i n uo ¡ Cuán t os d i s eños inijrajl es habéis hecho en vuest ra invest igación Podéis j u i |t a ros con los buscadores de oro. '

X V I I I . ADVERTENCIA.—No se desea s abe r lo inrrpfsible.

X I X . C O N TR A LAS CIENCIAS OCU LTA S.—¡ Q u i e r e ' ^ B

cer mi lagros Co n m e n o s que los d e m á s h o m b r e s l j Ht r anqu i l os , los que a sp i r an a enr iquecerse en un dff.vi v i r án mucho tiempo en la mayor pob reza , como §H

r re y ocur r i r á e t e rnament e a los a l qu i mi s t a s , a l o sqf lt r a t an de p roduc i r oro y p l a t a y a los ingenieros qf j

p r e t e n d e n que el agua muer t a se dé v i da mot ora | ] 9m i s m a , co n movimiento con t i nuo , y a los muchos'JMtul tos nigromantes y hechiceros .

X X . C O N TR A LO S M éD I C O S. — S e el ige a alguniShombres pa r a cura r en f e rmedades que les son dese |

noc i das .

X X I . CONTINÚA.—Todos los homb res de sean h*

cer dinero para dárselo a los m é d i c o s , destructores JHvidas .

Por consiguiente , t i enen que ser ricos.

X X I I . CONTINÚA.—Ingeníate pa r a conse rva r la ffl

no hay m e n o r n ú m e r o de l ibros que de Medi c i na .

X X I I I . F U N C I ó N DEL DOLOR EN LA VIDA A N I MA L. —

En los movi mi en t os de l h o m b r e , la na t u r a l eza h a pues

to delante todas aquel las par tes que al ser go l peadas leproducen dolor , como ocurre con los fustes de las piernas, la frente y la n a r i z ; y lo hizo as í paia la mejorconservación del hombre , pues t o que si no es tuviesedispuesto que sufriera tales do lores e n e sos mi embros ,los muchos golpes que és tos recibi r ían ha br ía n de ser,ele s eguro , causa de su des t rucción.

X X I V . PO R QUé NO SIENTEN DOLOR LAS P LA N TA S . —

Si la na t u r a l eza ha o r d e n a d o la s mo l es t i as en los se

res vegetat ivos co n movi mi en t o (en los animales) , par aconservar les los que con d i cho movi mi en t o podr í an des gastarse y e s t ropea r se , e n cambi o r e spec t o de los seres vegetativos sin movi m i en t o ( á rbol es y p l an t a s ) queno t ienen que go l pea r se , ni se les pone de l an t e nad a ,no s ienten moles t ia , ya que n o es necesa r i a , y por es toaunque se r o m p a n no sufren dolor como los an i ma l es .

X X V . INFLUENCIA DE LA S PASIONES EN LA CONSER

VACIóN DE LA VIDA.—La lujuria es c a u s a de la gene ra ción.

La gula es m a n t e n i m i e n t o dé la vida.El miedo o el t emor es p ro l ongac i ón de la vida.El dolor es lo qu e salva a los mi embros .

X X V I . V A L O R Y MIEDO.—Así como el valor es pe-'Sro p a r a l a v i da , el m i e d o es ga r an t í a de ésta.

X X V I I . E L C U ER P O ES EL ES P EJ O DEL ALMA. — El


que desee ve r cómo vive el alma en el cuerpo, obseijHcómo emplea ese misr o cuerpo su cotidiana há b i l»ción, es decir, que si está desordenada y revuelta, r #

ESCRITOS ¡LITERARIOS Y i'ILOSÓUCOS 129

] a fuga del tiempo, culpándole de exceso de rapidez,

y sin darse cuenta de que es de suficiente paso; labuena memoria que la naturaleza nos ha dado hace

que todas la s cosas que pasaron hace mu cho tiempo



vuelto estará el cuerpo regido por su alma.

XXVIII . INDEPENDENCIA DE L ALMA RESP ECTO A I

MATERIA CORPÓREA.—El alma no puede corromporse 9la corrupción de l cuerpo, pero hace lo mismo qud^Bviento, causa de los sonidos de l órgano, qu e si estnMpe a un tubo n o resulta bien el efecto a causa del vatí^B

XXIX. LA MEMORIA.—Todo daño se recuerda ccfldisgusto menos el daño supremo, es decir, la muerte,que mata el recuerdo juntamente con la vida.

' • IX X X . E L ESPÍRITU ES DOMINADOR.—Nuestro c i p

po está sometido al cielo y el cielo está sometido

espíritu. , . _

XXX I . RAZÓN Y SENTIDO.—Los sentidos son terrijHtres y la razón está fuera de ellos cuando contemplH

XXXII . SENTIMIENTO Y MARTIRIO. — ¿Dónde hiflmás sentimiento? En los mártires, grandes mártiraH

XXXIII . LA VIRTUD ES EL VERDADERO RíEN DE i j BHOMBRES.—No se pretenda riqueza de la que puffiHperderse ; la virtud es nuestro verdadero bien, y el njf l

jor premio de quienes la poseen ; no les abandonajMmenos de que pierdan también la vida ; lo s vestid¿MHlas riquezas externas le mantienen en constante ternoHy frecuentemente dejan burlado a su poseedor cuan<j|las pierde.

X X X I V . L A BREVEDAD DEL TIEMPO ES UNA ILUSIóN

DE LA MENTE.—Sin razón se lamentan lo s hombres Cf

nos parezcan presentes aún .

X X X V . I L U SI O N E S DE LA MENTE Y DE LOS SENTI

DOS.—Nuest ro entendimiento no juzga las cosas hechas a diferentes distancias de tiempo en sus debidas

y propias distanc ias, porque bast antes cosas ocurridasmuchos años atrás parecen propincuas e inmediatas alo presente, y muchas cosas próximas parecen anti

guas, como la antigüedad de nuestra juventud; así lesocurre a los ojos con las cosas distantes, que cuandoestán iluminadas por el sol parecen m u y cercanas alos ojos, y, én cambio, muchas cosas próximas parecen distantes.

X X X V I . L A MEDIDA DEL TIEMPO.—No nos faltanmaneras de repartir ni de mentir nue stros míseros día s,que aún debe agradarnos no malgastar ni pasar envano si n algún motivo de elogio y sin dejar, recuerdode uno mismo en la memoria de los demá s mor tales,para q ue nuestro míser o pa so no transcurra e n vano.

XX XVII . LA VIDA VIRTUOSA.—La edad que vuela)

transcurre calladamente y engaña a los demás ; nada

uay más veloz que lo s años, y e l que siembra la virtud,

hombradía recoge.

XXXVIII . EP IGRAM A.—¡Oh , durmiente ¿Qué esei sueño? El sueño tiene semejanza con la muerte. ¿Por^ué n o haces ahora de manera qu e después d e muer

to parezca que estás perfe ctamente vivo, ya que viviendo por medio del sueño te asemejas a los pobres

Puerros?

130 LEONARDO DE VINO.

X X X I X . E L INSTANTE ES FUGAZ.-—El agua • q u e ' *cas del río es la últ ima de la que se fué y la primeijde la que l lega. Así es e l t i empo presente .


Tales censores se cal lan que ese es e l modo de conocer al creador de tantas maravil las y que esa es la manera de amar mucho a su Inventor . Porque, en real i dad, e l amor grande nace del per fecto conocimiento



X L . N O B LEZA D EL TRABAJO.—La vida bien empiada es larga.

X L I. L A VIDA LABORIOSA.—Así como un d í a bielempleado faci l i t a un sueño t ranqui lo, una vida eipleada bien proporciona un t ranqui lo morir.

X L i l. E L TIEMPO DESTRUCTOR.—¡ O h , tie m po , coiiísumidor de las cosas . ¡ Oh , env i d i osa an t i güedad ÍMdest ruyes todq, consu mes todas las cosas , con los djílros dientes de la vejez , dándoles muer te poco a poctíl

E l e n a , cuando se miraba a l espejo, a l ver las man. chitas arrugas de su cara, producidas por la vejez, l lora

y pensó para s í por qué había s ido raptada dos veces¡ Oh , t i empo, consumid or de todas las cosas ¡ 01»envidiosa ant igüedad, por la cual todas las cosas sójjjc o n s u m i d a s , ' ""

XLÍ Í I . ACE RCA DE LOS QUE CRITICAN,A LOS QUE m

BUJAN EN LAS FIESTAS Y A QUIENES ESTUDIAN LAS O B R A |

DE DlOS.—Entre e l número de los es tul tos hay eiertfgrupo l lamado de «hipócr i tas) ) , que continuamenie esjtudian la manera de engañarse a s í mismos y a los d<£Lm á s , pero más a los demás que a s í mis inos , aunquw

en real idad más se engañan el los que lo que engañaffla los ot ros . Son los que reprenden a los pintores qiílfestudian los días de fiesta todo aquel lo que correspbiflde al perfecto conocimiento de todas las figuras e r e »das por la naturaleza y sol íc i tamente se ingenian par^|adqui r i r dicho conocimiento has ta donde les sea pó isible.

de la cosa que se ama, y s i no la conoces , poco o nadapodrás amarla, y si la quieres por el bien que de el laesperas y no por su mucha virtud, haces como e l pe

rro, que menea l a cola y hace fiestas irguiéndose anteel que puede dar le un hueso. Pero s i conociese la vi r tud de aquel hombre le querr ía mucho más, s i t a l vi r tud estuviese en su propósito.

X L I V . PLEGARIA.—Te obedezco, Señor , en pr imerlugar , por e l amor que lógicamente debo consagrar te ,y en segu ndo , porque s abes acor tar o prolongar la vidade los hombres .

X L V . ORACIóN.—¡ Tú , oh Dios , nos vende s todoslos bienes a l precio de nuest ras f a t i g a s ¡

X L V I . C O N TR A LO S MALOS RELIGIOSOS.—Muchos

ponen t ienda para engañar a la necia mul t i tud, y s ia lguno descubre sus engaños , l e cas t igan.

XLVI I. MÁS DE LO MISMO.—Frailes fariseos, santos quieren l lamarse;

X.LVIIÍ . T O D O ESTÁ DICHO.—No puede escr ibi rsefiada en busca de a lgo nuevo.

X L I X . COMP ARACIóN DE LA PACIENCIA.—La pac i ent a responde a las injur ias del mismo modo que losPaños a l f r ío , pues to que s i mul t ipl icas tus paños contarme a la mult iplicación del frío, este frío no te m o -

132 LEONARDO DE ViNCI

l es lará . Análogamente , l a paciencia crece ante las in¿jurias grandes , y as í és tas no pueden ofender tu per¿Sarniento.


tengan ante e l las , admirados , los hombres para contemplar sus perfecciones.

LII . SENTENCIAS, REFRANES Y SíMBO LOS.



L . C O N SE J O S A L O S ORADORES.—Las pa labr as q u e

no agradan al oído del oyente , l e producen tedio o desa g r a do . ' Muchas veces verás , en prueba de es to, audi tores que bostezan mucho. Así , pues , tú que hablasante los hombres , de quienes esperas benevolencia ,cuando veas e se p rod i g i o de desagrado abreviaf^Bchar la o cambia de asunto. S i no lo haces as í , en v i ldel deseado favor sólo adqui r i rás odio y enemis tades ,

Y si quieres ver a alguien satisfecho sin oírle hablar,c a m b i a d e tema va r i a s veces , cambi ando de razoraHmientos , y cuando le veas que es tá a tento, que no bosteza ni arruga las cejas o hace algo por el est i lo, puedes es tar seguro de que aquel lo que hablas es lo q H

más l e ag r ada .

L I . C O N SE J O , PO B RE Z A Y JUICIO.—He aqu í una cojMque cuanto más se la neces i ta más se niega : e l cdMsejo, que s iempre lo escuchan de mala gana los q Smás lo neces i tan, es deci r , los ignorantes .

H e aquí ot ra cosa que cuanto más se la teme y lhuye de e l la , más se aproxima : l a pobreza, que c u | Hto más quieras a le jar te de e l ia , más mísero te haráJHmás s in descanso.

Cuando una obra es pareja con el juic io que de ellase forma, no es buena señal para dicho j u i c i o ; cuanJBl a obra le supera , pés ima señal , como sucede en } 9que se asom bran de haber lo h echo tan bien ; y cuáiMdo el juicio supera a la obra es señal perfecta si se n Hta de un joven, pues en tal disposición será un trabajMdor excelente s in duda, pero produci rá pocas obras.En cambio, és tas serán de cal idad, y harán que se deffl

Nada hay más t emi b l e que l a ma l a f ama .La mala fama es consecuencia de los vic ios .

* * *

Comparación : Un jar rón, crudo, roto, se puede ar reglar ; coc ido, no .

* * *E l vac í o nace cuando muere l a e spe ranza .

* * *

No s iempre lo bel lo es bueno. . . En es te er ror incur ren los oradores br i l lantes , que no dicen ningunasentencia.

El que quiere ser r ico en un día es ahorcado en unaño.

Para la ingrat i tud es f rági l e l recuerdo de los beneficios recibidos.

* »- *Reprende a tu amigo a solas y elogíale en públ ico.

* * •

Quien teme al pel igro no perece en é l .* * *

Igual es e l daño que no me per judica que e l bien° Ue no me aprovecha .* * #

Quien ofende a ot ro no es tá seguro.* * *

No mientas sobre cosas pasadas .* * •

13 4 LEONABDO DE VINCI

La es tul t ic ia es e l escudo de la ment i ra , como la

desvergüenza lo es de la pobreza.

Donde hay l i be r t ad no hay r eg l a s .


No se puede poseer mayor o menor señor ío que e lde s í mismo.

* * *Qui en p i ensa poco ye r r a mucho .



* * *

Una cosa que cuanto más la neces i tamos la es t i

mamos menos es e l consejo.* * *

Harás muy mal s i e logias y peor s i censuras lascosas que no ent iendas bien.

* » *

Se te helarán las palabras en la boca y harás gelat ina de Mongibello (nieve).

L a amenaza e s e l a rma de l amenazado .

* * «Pide consejo a quien se corr i ja bien a s í mismo. I

La jus t ic ia exige poder , inte l igencia y voluntad, y *«asemeja a l rey de las aves .

* * * 'm

El que no cas t iga e l mal , inci ta a cometer lo.

* * *

Al que coja la culebra por e l rabo, le morderá e lU-

Al que cava la fosa se le der rumba és ta encirrMuH* * *

El que no ref rene su voluptuosidad puede juntócon los animales .

* * *

Más fácilmente se contesta al principio que al f in.

No hay consejo más leal que e l que se da en los bar cos que es tán en pel igro.

* * *Tema el perjuicio el que se guíe del consejo de los

jóvenes.

(No puede haber bel leza y ut i l idad? Eso se ve enlas fortalezas y en los hombres.

* * *

El que no teme sufre muchos per juic ios y se ar repiente a veces.

S i tuvieras e l cuerpo como la vi r tud, no cabr ías ene l mundo .

* * *Donde ent ra la ventura , l a envidia pone asedio y la

a t aca ; cuando se marcha de j a do l o r y a r r epen t i mi en t o .* * *

Las bel lezas y las fealdades parecen mayores cuan

do se compara a las unas con las ot ras .* * #

Pocas veces se cae e l que anda bien.* * *

¡ Oh , pobreza hum an a ¡ De cuá ntas cosas te hace sRelava p o r d i n e r o

* # *


Muy per juidic ia l es que la opinión se adelante a laobra.

* * *L o mismo va l e hab l a r b i en de un ma l vado que mal


El árbol se venga con su caída del que lo cor ta .* « *

La hiedra t iene larga vida. -



de un hombre bueno .* * *

La verdad logra que la ment i ra a tormente a las Ie |

guas embus t e r as . * * *El que no aprecia la vida, no la merece.

* * *

Las cosas bel las cuando son mor tales pasan y;duran .

Con la fama al brazo huye el cansancio cas i a,cond i das .

* * *

El oro en barras se afina en el fuego.

Lanzadera : t anto he de moverme, que la te la q |da r á t e rmi nada .

T odos l os en t ue r t os pueden endereza r se .* * *

Con poca cosa s e p roduce daño g r ande .

Con las pruebas se conoce el oro fino.* * *

Según sea e l golpe será la huel la .

* * *

El muro se le cae encima al que lo descalza .* *

* * *

Para e l t ra idor , l a muer te es vida, porque s i se valede ot ros medios no logra que le crean.

* * *Cons t anc i a : no e l que comi enza , s i no e l que pe r

severa.* # #

Los obstáculos no me es t o rban .El rigor vence todos los obstáculos.No se vuelve atrás quien fía en su estrel la.

L i l i . L A VERDAD.—El fuego des t ruye la ment i ra , esdecir , los sof i smas, y res t i tuye la verdad, ahuyentan

do las t inieblas .El fuego debe ser considerado como consumi dor detodos los sof i smas, descubr idor y demost rador de verdades , porque es luz que ahuyenta la obscur idad, ocul tadora de toda esencia .

El fuego destruye todos los sofismas, es decir , elengaño, y sólo mant iene la verdad, es to es , e l oro.

Al f in , l a verdad no puede ocul tarse; es inút i l l as imulación.

La s imulación queda f rus t rada ante los jueces .La ment i ra se pone careta .Nada se oculta bajo el sol .E l fuego es empleado por la verdad, pues des t ruye

sofismas y embustes y las caretas de la falsedad y lament i ra , que ocul tan lo verdadero.

L IV . L o s BUENOS HECHOS.—Antes p r i vado de movimiento que cansado de gozar , pr imero le fa l tara e lmovimiento que e l goce.

138 LEONARDO DE VINC1

Ant es muer t e que c a n s a n c i o . No me ha r t o de sdfflvi r ; no me sacio de gozar.

No tocias las obras m e cansan .M a n o s en las cuales caen como n i eve ducados y pf

ESCRITOS LITERARIOS X FILOSÓFICOS 139

A p e n a s a p a r e c e la v i r t ud , engendra la env i d ia hac i ael la . Antes habrá cuerpo sin s o m b r a que vi r tud sin envidia.



dras preciosas no se c a n s a n de servir ; p e r o ta l serviciosólo tiende a su ut i l idad y no a nues t ro p ropos i t o . Así?;m e lo o rdena la Na t u r a l eza , n a t u r a l men t e .

L V . L A INGRATITUD.—El l eño a l i ment a el fuego que;l e consume .

Cuando sa l e el sol, que desvanece la s t inieblas paraítodos , tú a p a g a s la luz que las desvanec í a pa r a ti par-|t i cu l a rment e , con ar reglo a tu neces i dad y comodi dad .

L V J . LA ENVIDIA.—La envidia ofende con la tenlBbrosa infamia, es to es, con la difamación que espaf|Bta a la virtud.

L a env i d i a se r epresen t a hac i endo la higa hacia e l |

cielo, porque si pud i ese empl ea r í a su fuerza cont f»Di os . P í n t a l a con la ca r e t a en la ca r a hac i endo señaJBde agrado ; pínta la ofendida a la vista de p a l m a s y ollflvos , p í n t a l a la oreja a t ravesada de mi r t o y de lauréHpara expresa r que el t r iunfo y la ve rdad la mortihcanJMP on muchos r ayos s a l i endo de su boca , pa r a signiñcMHsus ma l as pa l abras . Haz l a de l gada y s eca , porques iempre es tá en cons t an t e des f a l l ec i mi en t o ; ponle €*•corazón enca rnado de una s e rp i en te h i n chada . P on l eun carcaj y flechas de l engua , porque a m e n u d o ofer|Md e con e l las . P ínta le una pie l de l eopa rdo , po r aquellocíe que es te animal , po r env i d i a , m a t a al ieón engañárj|Hdo l é . P o n l e en la m a n o un jar rón l leno de flores quees t é t ambi én Heno de escorpiones y de s apos y otrClMbi chos venenosos . P on í a caba l gando en la Muer te ,porque la env i d i a , si no m u e r e , n u n c a se d e s m a y a ;píntale la s b r i das ca rgadas de a r m a s d i ve r s a s, p o r q ü e |t odas so n i ns t rument os de la muer t e .

L V I I . L A FAMA.—La F a m a s u b e al c ie lo porque lascosas meritorias so n gratas a D i o s ; la infamia ha derepresentarse de a r r i ba a aba j o , porque t odos sus ac

tos so n cont rar ios a Dios y h a c i a el infierno se e n d e rezan.

L a F a m a hay que p i n t a r l a con t o d o el cuerpo l lenode lenguas en vez de p l u m a s , y con figura de ave.

L V I I I . PLACER Y DOLOR.—Si el P lacer es tá con elDesagrado , hay que representar los con un mi smo t ronco , pues nunca se h a ll a n s e p a r a d o s ; se los pinta rá vol viéndose la e spa l da , pues so n con t r a r i os uno a otro,pero c on el mi smo cue rpo , t oda vez que t i enen el mi s

mo or igen, puesto q ue la base de l placer son el c a n s a n cio y el desagrado , y el or igen de l desagrado son losplaceres lascivos y va r i ados . P i n t ad l e 'con la c a ñ a enl a mano de r echa , caña hueca y sin res i s tencia , cuyo sp i nchazos so n venenosos . Colócanse la s c a ñ a s en I os-cana para sos tener los lechos , con lo cua l se da a ent ender que en éstos se h a c e n lo s sueños vanos y s e consume gran par te de la vida ; que allí se p i e rde m uch ot iempo út i l , como el de las m a ñ a n a s , c u a n d o la m e n te está fresca y d e s c a n s a d a y el cue rpo ap t o pa r a r eco

ge r nuevo cansanc i o ; a l l í se

disf rutan much os place res vanos y se i m a g i n a n con la ment e cosas i mpos i bles y aquellos placeres de l cue rpo que a veces soncausa de que se p i e rda la v i da . Por es to se p o n e n lascañas como sostén.

L I X INFERIORIDAD FISIOLóGICA DEL HOMBRE. — He

obse rvado en la compos i c i ón de l c u e r p o h u m a n o que,


como en todas las de los animales, tiene los más obtusos y groseros sentidos; así está compuesto de instrumentos que carecen de ingeniosidad y de lugares in-icapaces para recoger la función de los sentidos.

ESCRITOS UTKBABIOS ¥ FILOSÓFICOS» 4

rosos), y ta l cosa sólo ocurre entre los animales rapaces, como en la especie leonina, leopardos, panteras,IODOS, gatos y otros por el estilo, que algunas veces se



En la especie leonina he visto que el sentido del olfato ocupa parte de la substancia del cerebro y bajapor las narices, receptáculo apropiado para el sentido|

del olfato que penetra por entre gran número de bolsas;

cartilaginosas, con muchos conductos que van a paraíijal antedicho cerebro. Los ojos de la especie leoninatienen por receptáculo gran parte de la cabeza, y losnervios ópticos se unen inmediatamente al cerebro. Enlos hombres ocurre lo contrario, porque la caja de losojos es sólo una parte pequeña de la cabeza, y los neíslvios ópticos son delgados, largos y débiles, y por su dejlbilidad ven poco de día y menos de noche, en tant^Mque los antes mencionados animales ven más de nojH

che que de día, y la prueba de ello está en que ro b adde noche y duermen de día, lo mismo que las avdjmnocturnas.

LX. Su INFERIORIDAD ÉTICA 17.—Ya que has desctiMto al rey de los animales—mejor diría yo al rey de láfflbestias, de las cuales eres tú la mayor—•, ¿por qu é ncflle has matado para que luego pudieran darte sus hiffljos a beneficio de tus tragaderas, con las cuales haSJHintentado convertirte en sepultura de todos los anJ|Mmales ?

Mucho más diría si se me permitiese decir la verdaqsHPero no nos salgamos de las cosas humanas diciendouna infamia tremenda que no ocurre entre los animales terrestres, ya que entre ellos no los hay que comana otros de su misma especie, si no es por carencia decerebro, de cordura (pocos entre ellos y sus madres,como entre los hombres, aunque no sean tan nume-

comen a sus hijos.i^ero tú, además de los hijos, te comes al padre, a

la madre, al hermano, a los amigos, y como aún no

te basta, vas a cazar por las otras islas, cogiendo a losaemás hombres, y a éstos, medio desnudos de testículos, los haces engordar y te ios tragas. Pero ¿no produce la naturaleza simples (vegetales) en cantidad suficiente para que te sacies? Y si no te basta con lossimples, ¿no puedes hacer con su mezcla infinitoscompuestos, según escribió Platina y los demás autores de guia?

LXí. CLASIFICACIóN DE L E O N A R D O . — Hombre. Ladescripción del hombre comprende a los que casi son

tie su misma espe cie, co mo zambo s, monos y otros parecidos, que son muchos.

LXII. E L HOMBRE COMO ANIMAL. — EL anda r delhombre. El modo de andar del hombre es por el estilo del andar universal de los animales de cuatro pies,Puesto que así como éstos mueven sus pies cruzados,a la manera del trote del caballo, así el hombre mue-ye sus cuatro miembros en cruz; esto es, si adelantae* pie derecho para andar, a delanta al mismo tiempoe ' brazo izquierdo, y así sucesivamente.

LXIII. DE LOS ANIMALES AL HOMBRE HAY UN T R á N -siTo L E N T O . — H a y que hacer un tratado especial con ladescripción de los movimientos de los animales deCt¡atro pies, entre los cuales se encuentra el hombre,^ e también en su infancia and a en cuatro píes.

L.XIV. LA EVOLUCIóN DE LA M O D A . — A l g u n o s días




144 LEONARDO DE VINCÍ

l i ras y c inco sueldos; un gorro, una l i ra ; c intas , agu.j e t as . . . una l i ra .

L X V I . LEO N A R D O A NA LIZAD OR D EL H O M B R E. — To

Si yo le enviaba a Lorenzo a pedi r le t rabajo, é l seenfurecía , dic iendo que no quer ía tantos maest ros porencima dé é l y que su t rabajo era para e l guardarropade Vuecencia . Pasaron dos meses y s iguió lo mismo,v un día enco nt ré a Juan Nicolás , el del gu ardar ropa ,



dos los males que hay y que hubo puestos en obra poréste no bastarían a sat isfacer los deseos de su almai n i cua . Aun d i spon i endo de mucho t i empo , no podr í ayo descr ibi ros la naturaleza del hombre.

L X V 1 I . FRAGME NTO DE UNA CARTA A JULIá N DE M é-

DICIS 19. — T a n t o me he a l egrad o , ílustrísimo Señorm í o , de la deseada adquis ic ión de vuest ra salud, quecas i se ha a le jado de mí mi enfermedad. Pero s ientomucho no haber podido sat i s facer los deseos de Vuecencia a causa de la maldad de aquel a lemán embust e ro , por quien no dejé de hacer cosa que pudiera agradar le , en mi opinión. Y, además, le invi té a vivi r con

migo, porque as í ver ía yo a todas horas su t rabajo y lecorregi r ía fáci lmente los er rores en que incurr iera , yademás aprender ía la lengua i ta l iana para poder expresarse fáci lmente s in neces idad de intérprete , y le

di s iempre, antes de t iempo, su dinero. Luego pidiómode l os , b i en t e rmi nados , de madera , como lo s queél había de hacer de hier ro, y quer ía l l evárselos & jmt i er ra . Yo me negué, dic iendo que le dar ía dibujadosla al tura, la anchura y el espesor, además de la figurade lo que tenía que hacer , y por es to quedamos diS'

gustados .La segunda cosa fué que se hizo ot ra t i enda, y to*'n o , e ins t rumentos , y a l l í dormía y t rabajaba p a r a

otros ; luego se iba a dibujar con los Suizos de la G u ar 'd i a , donde hay tanta gente desocupada, en lo cual leS

ganaba a todos . Las más de las veces se iba con doo t res de e l los , con escopetas , a matar pájaros para 1°9

vejes tor ios , y aquel lo duraba has ta la tarde.

y le pregunté s i e l tudesco había acabado la labor para11 Magní f ico, y m e di jo qu e no hab ía n ad a de e l lo ,

núes sólo le habían dado a l impiar dos escopetas . Máslarde, cuando le mandé l lamar , dejó la t i enda y perdió mucho t iempo en hacer ot ro torno y l imas y ot rasHerramientas para torni l los , y hacía mol inetes para retorcer seda, escondiéndolos cuando alguno de los míosent raba, dic iéndole mi l blasfemias y vi tuper ios , de ta lmodo que nadie en mi casa quer ía volver a ent rar .

Al f in he aver iguado que ese maldi to Juan de losespejos es e l que lo ha hecho todo, por dos razones :pr imera, porque dice que mi l legada le ha qui tado laconver sac i ón de Vues t r a S eñor í a . . . Y segunda , porquedice que le conviene la es tancia de esos hombres . . .para hacer los espejos . Y es to me ha demost rado que,además de enemis tar le conmigo, le ha obl igado a vender todo lo suyo y a dejar le su t ienda, donde t rabajacon muchos obre ros hac i endo espe j os bas t an t e s pa r aenviarlos a las ferias.

L X V I I I . ¿CON QUÉ CONFIANZA PUEDEN ESPERAR ENEL PREMIO DÉ SU VIRTUD LOS MÍSEROS ESTUDIOSOS?—En es te caso sé que adqui r i ré no pocos enemigos , puesto que nadie creerá lo que yo pueda deci r de é l , porque son pocos aquel los a quienes sus vic ios desagradan, pues sólo desagradan a los hombre sopuestos pornaturaleza a ta les vic ios .

Muchos odian a sus padres y renuncian a la amis tadde lo» qu e censur an su» defectos , y no quieren ver c jem -

r fo1

*.•»

146 LEONARDO DE VINfil

píos contrarios a éstos ni recibir consejo humano'IMguno .

S i encont rái s a lguno vi r tuoso y bueno, no le a le jé i sde vuest ro lado; honradle , para que no tenga que i r sey refugiarse en los eremitorios, en las espeluncas -m


to, he l legado a es ta conclus ión : mal es que sean enemigos, pero peor si son amigos.

L X X . FRAGM ENTO DE UNA CARTA. — Conozco unoque por haberse promet ido de mí cosas menos que de



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* • ' «

otros parajes soli tarios para l ibrarse de vuestros engaños ; si hal lá i s a lguno d e és tos hono rable , pu es éllMson vuestros dioses terrenales y merecen que les eri jáises ta tua.

Pero también os advier to que no os comáis sus imágene s, com o en algun a regió n de la India ocurre aún";1'que cuando l a s i mágenes obran a l gún mi l agro , s e gún el los , los sacerdotes las par ten en pedazos (s i sJHde madera) y se los dan a todos los del pueblo, no »Hremuneración. Cada cual raspa un t rozo para echarlas raspaduras en lo pr imero que come, y as í t i enenpor acto de fe e l de haberse comido a su santo creyendo que éste los l ibrará luego de todos los peligros zo.

¿ Qu é te pare ce, h om bre, de esa especie tuya ? ¿ Erestan sabio como te figuras ? ¿ Son és tas cosas qu e debanhacer los hombres?

L X I X . DI á L OG O E NT RE E L C E R EB R O Y E L E S P í R I »

QUE EN ÉL VIVÍA.—El cual espí r i tu vuelve a encont raral cerebro de donde había sal ido; en voz a l ta le d u Hes t a s pa l abras : « ¡Oh , f e l i z , ven t u roso e sp í r i t u ¿)SHdónde sal i s te?» Mal de mi grado, tengo bien r.onociaMa es te hombre. Es un refugio de vi l lanías , es un veJM

dadero mont ón de i ngra t i t udes enormes , en compañíade todos los vicios.

P e r o ¿a qué he de cansa rme con pa l abras? L os rpIfByores pecados sólo en él se hallan. Y si entre ellos s«<;|encuen t r a slguno que posea c ier ta bondad, del mismo.fi modo que yo ¡será t ra tado por los hombres . Y, en e f e ^

bidas, a l quedar f rus t rado su presuntuoso deseó ha intentado qui tarme todos mis amigos , y viendo que erandiscretos y no accedían l igeramente a su pretensión, meamenazó d i c i endo que en cuan t o encuen t r e de qué acusadme me pr ivará de mis bienhechores . Por es to se lodigo a Vueseñor ía , para que cuando aquél quiera sembrar sus acostumbrados escándalos , no hal le e l t er renopropicio para recibi r l as ideas y los hechos de su malacondición. Que cuando intente valerse de Vueseñor íacomo ins t rumento de su malvada e inicua condición,vea frustrados sus propósitos.

http://mismo.fi/

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A C E R C A D E L A R T E

Defensa de la pintura contra las artes liberales.

I. PROEMIO.—Con just ificadas razones se duele laP intura de ser excluida del número de las ar tes l iberales, s iendo as í que es verdadera hi ja de la naturalezay se realiza con el sentido más digno (1).

E qu i voca damen t e , ¡ oh , e sc r i t o r es , l a habé i s de j a do fuera del grupo de ar tes l iberales , pues to que no

sólo a las obras de la naturaleza se dedica, sino a otrasinfinitas que no fueron creadas por la naturaleza.

II . ¿P O R QUé NO FIGURA ENTRE LAS CIENCIAS LA PIN

TURA?—Como los escr i tores no han tenido not ic ia dela c iencia de la P intura , no han podido describir susgrados y par tes , y aun el la misma no se mani f ies ta consus fines (obras art íst icas) en las palabras, habiendoPermanecido, a causa de la ignorancia , det rás de di chas ciencias, sin que, a pesar de el lo, carezca de sudivinidad.

R ea l ment e , no han de j ado de ennob l ece r l a s i n m o -"Vc", pues por s í misma se ennoblece, s in e l auxi l io de'as demás l enguas , de l mi smo modo que l o hacen l a sej-celentes obras de la naturaleza.

Si los pintores no la han descr i to y considerado como

' ) La vista.

12


ciencia, no es culpa de la Pintura, que no por el lo esmenos noble , pues to que hay pocos pintores que hagan profesión de las letras, a causa de que su vida rioes suf ic iente para entender aquél la .


Entre ta les c iencias es la pr imera la P intura . Estano la aprenden aquel los a quienes la naturaleza noconcede ta l apt i tud, como pasa con l a s ma t emát i cas ,de las cuales tanto aprende el di scípulo como le lee



¿Hemos de deci r , por tanto, que no exis tan las cual idades de las hierbas , piedras y plantas porque no las

hayan conoc i do l os hombres? C i e r t ament e que no ;pero af i rmaremos que esas hierbas s iguen s iendo, por s ímismas, nobles , s in que a e l lo cont r ibuyan las lenguasni las le t ras humanas .

III. LA PINTUR A ES UNA CIENCIA UNIVERSAL. - ^ H

ciencia más úti l es aquella cuyo fruto es más umversalmente entendido, y por lo cont rar io, l a ciencia esmenos ú t i l cuando es menos comuni cab l e su frutqM

Las obras de la P intura son entendidas por todas lasgeneraciones del Universo, porque es tán somet idas í

la virtud visiva y no penetran por el oído al sentidocomún, de l mi smo modo que pasan por l a v i s t a . JAsí , pues , l a P intura no neces i ta intérpretes de va

r ios idiomas, como ocurre con las le t ras , y complaceen el acto a la especie humana, como s i se trataslMcosas producidas por la naturaleza. Y no sólo a " $Hpecie humana, s ino también a los demás animalesrl 1Mmo se ha demost rado con un cuadro, re t ra to de un pa 'dre de familia, al cual acariciaban sus hij i tos que,sMes t aban en 'mant i l l a s , y l o mi smo hac í an e l perro mgato de la casa, lo cual era un espectáculo sorprefl '

den t e .

IV. LA PINTURA NO SE PUEDE DIVULGAR.—Las c f l

cias imitables son de tal condición, que en el las los cWcípulos igualan al autor y dan igualmente su fruto.',«Bl as c iencias út i les a los imi tadores , pero no de tanexcelencia como aquel las que no se pueden dejar (

herenc i a como l a s demás ma t e r i a s .

e l maest ro; no se copia , como se hace con las le t ras ,en las cuales tanto vale la copia como el or iginal ; no

se e s t ampa , como lo hace la escultura, en la cual lomismo es , en cuanto a cal idad de la obra , e l or iginalque la reproducción ; no t iene infinitos hijos, como ocur re con los l ibros impresos . Ella so l a pe rmanece noble ; ella sola honra a su autor; s igue s iendo preciosay únicai y no t iene hijos iguales a el la. Esta singular idad la hace más excelente que aquellas que en todaspar tes son pub l i cadas .

¿ N o v e m o s ¡a los grandes reyes de Or ien te que vanocultos con un velo y cubier tos , porque creen que disminuiría su fama s i exhibieran o divulgaran su pre

sencia? ¿No vernos los cuadros que representan a laDivina Deidad cubier tos cont inuamente con te las de a l t í s imos precios? Cuando los descubren, se celebranantes grandes solemnidades ecles iás t icas , con cantosde sones diversos , y a l descubr i r las , l a inmensa muchedumbre que a ta les actos concurre se echa a l suelo i nmed i a t amen t e , adora ndo a l a image n y r ezandoa lo que ta l pintura representa , para recobrar la per dida salud o para lograr la sa lvación eterna, como s ital Idea estuviese al l í presente y viva.

Esto no sucede con ninguna ot ra c iencia , ni en ot raclase de obras humanas . Y s i dices que e l lo no es virtud del pintor , sino de Jo cop iado , contes taré que enest e caso l a ment e humana podr í a s a t i s f ace r se quedándose cada uno en la cama, en vez de i r a si t ios fat igosos y peligrosos, en pe regr i nac i ón , como se ve a diar io.

P e ro s i de t odas maneras s e ce l ebran con t i nuamente ta les peregr inaciones , ¿quién las organiza s in nece-


s idad? Seguro que di rás que es esa imagen, que nopueden hacer todas las escr i turas que pudieran descr i bir la efigie y, por consiguiente, ia ídea representada. De lo cual se deduce que a esa Idea ie agrada tal


bre de hombre var ía según los países , pero la f igurano cambi a más que cuando muere .

S i me decís : «La poesía es más e terna», os contestaré que más e terna es la obra de un calderero, puesel t i empo la conserva más que las vuest ras y las nues



pintura y quiere a quien ía adora y reverencia , tancomplacida de ser adorada más en e l la que en ot rafigura copiada de el la, y así concede gracias y da salud, según creen los que a ta les lugares concurreri™

V . CÓMO SE ADELANTA LA PINTURA A TODAS LAS DEMÁS OBRAS HUMANAS, POR LA SUTIL ESPECULACIÓN PROPIA.—Los ojos, a los cuales se l lama ventanas del alma, son la vía pr incipal por donde el sent ido comúnpuede más abundante y magní f icamente percibi r l asinfinitas obras de ia naturaleza, y los oídos son el segundo, que se ennoblece por las cosas re la tadas ypreviamente vis tas por los ojos .

Si vosot ros , hi s tor iógrafos , poetas u ot ros ma t emát i cos , no vieseis las cosas con los ojos, mal podríaisdescr ibi r las luego mediante la e sc r i t u r a ; y si tú, poeta , representaras una his tor ia con la descr ipción p °r

medio de la pluma y e l pintor con el pincel , l a haráéste más fácilmente satisfactoria y menos difíci l de

comprender . S i l l amas a la pintura poesía muda, e

pintor podrá decir que la poesía es pintura sin vista-Ahora b i en ; dime : ¿ Qué fal ta es más perjudicial ||ffl|ceguera o la mudez? S i e l poeta es l ibre , como el P

in'

tor , para idear sus invenciones , sus obras no satisfa'cen a l os hombres t an t o como l a s p i n t u r as , porque £

l a poesía a lcanza a representar por medio de las Pa"l abras , formas, hechos y lugares , e l pintor consig u

con el mismo parecido de las formas reproducir'3 '

Dime : {Qué es lo que más se aproxima al hom bre,nombre de ta l o la f igura del mismo hombre ? E l n°

tras, pe ro en cambio es de poca imaginación, y la pintura hecha sobre cobre , con colores de pintar cr i s ta l ,

ruede s e r mucho más e t e rna .Por e l ar te podemos ser nosot ros considerados comonietos de Dios. La Poesía se extiende hasta la fi losofía moral y la Pintura hasta la fi losofía natural; siaquél la descr ibe las operaciones de la mente , és ta conla mente real iza movimientos ; s i aquél la asus ta a lospueblos con ficciones infernales, ésta, con los mismosmedios de acción, consigue lo mismo. Dispóngase e lpoeta a describir una belleza, una fiereza, una cosafea y nefanda, monst ruosa, a l mismo t iempo que elpintor ; hágalo a su manera , corno se le antoje , cambiando las formas, de modo de superar a l pintor . . . ¿Nohabéis vi s to pinturas tan exactamente iguales a l or igi nal verdadero que engañaron a los hombres y a losanima les ?

V I . L A PINTURA CREA LA REALIDAD.—La m i s m a p r o -Porción hay ent re lo imaginado y lo efect ivo como ent re la sombra y e l cue rpo que l a p roduce ; l a mi smaproporción que ent re la Poesía y la P intura , porque la"oesía pone las cosas en la imaginación con las le t ras ,y

la P intu ra las presenta re alme nte a l t ravés de la vist a , por medio de la cual recibe la imaginación la imagen de lo pin tado , lo mis mo qu e s i fuese natura l . L a•oesía da la impres ión s in ese parecido, y no l legaa la percepción por e l camino de la vi r tud vis iva, como'* P i n t u r a .

REPRESENTACIÓN Y DESCRIPCIÓN.—La P i n t u r a

154 LEONARDO DE V1NCI

presenta a los sent idos las obras de la naturaleza, co¿mayor ve rdad y ce r t eza que l a s pa l abras o l a s l e t r a»pero las le t ras representan las palabras con más ver*dad que la P intura . Af i rmamos, s in embargo, que e|más admirable la c iencia que representa las obras dé


y reproduc e con may or verd ad qu e e l poeta las f iguras de las obras de la naturaleza. Mucho má s d i gnasson las obras de la naturaleza que las palabras , queson obra del hombre, porque la misma proporción hayent re las obras de los hombres y las de la naturaleza



l a naturaleza que la que reproduce las obras del opé-írador , es deci r , de los hombres , que son las palabrái¡¡como la Poesía y otras parecidas que pasan por la l é ' | |

gua.

VI I I . EXCELENCIA DE LA VISTA.—La vis ta , por n mdio de la cual se reflejan las bellezas del universo para'sus con t emp l adores , e s , cosa ta n excelente , que quienconsiente su pérdida se pr iva de la percepción de t ó | | |das las obras de la naturaleza, con cuya contemplación el a lma es tá sat i s fecha en la humana cárcel , me™§¡ced a los ojos, con los cuales ve todas las variadas Cmsas de la naturaleza. ,,,_.

Quien los pierde deja a su a lma en una cárcel obs'fcura , donde la abandona la esperanza de volver a ' |Hel sol , luz de todo el m un do . ¡ Cuá ntos son los que tifinen horror a las t inieblas aunque duren poco (Qü«Sser ía de e l los s i l es acompañara la obscur idad t oda , «9vi da?

C i e r t ament e , no hay nadie que no quis iera perdel ;el oído o el olfato antes que la vista. La pérdida deloído equivale a la de todas las c iencias que t ienen s|¡|expres i ón en la palabra , y a ello se res ignar ían mucbos con ta l de no renunciar a las bel lezas del mundo,que consis ten en la superficie de los cuerpos tanto ac*cidentales (producto del ar te) como naturales, refleja->.das en los ojos del hombre.

' I X . E L PINTOK VA DIRECTAMENTE A LA NATURALEZA.—-'

La P intura s i rve a sent idos más dignos que la Poesía ,

que ent re los hombres y Dios . Así , pues , es más digno imi tar las cosas de la naturaleza, que son verdaderas imágenes de hechos , que imi tar con palabras los

hechos y las palabras de los hombres .Si tú, poeta, con tu sencil la profesión, quieres des

cribir las obras de la naturaleza, f ingiendo diversos lugares y formas de var ias cosas , t e verás superado porel pintor en una pro porción d e poder inf ini ta ; pero s iquieres adornar te con las demás ciencias , apar te de laPoesía , no te per tenecen és tas , as í l a Ast rología , l aRetór ica , l a Teología , l a F i losof ía , l a Geometr ía , l aAri tmét ica y ot ras parecidas . Entonces dejas de serpoeta y te convier tes en ot ra cosa; ya no eres e l hom

bre de qu i en hab l amos . ¿N o comprendes que s i t e di riges a la naturaleza vas con medios científicos, creados por otros sobre los afectos de la naturaleza? Elpintor , solo, por s í mismo, s in ayuda de cosas per tenecientes a las demás ciencias u ot ros medios , real izainmediatamente la imi tación de esas obras de la naturaleza.

Merced a la P intura se acercan los amantes a lasimágenes de la cosa a m a d a ; con el la se ponen en movimiento los pueblos , con votos de fervor , en busca delas imágenes de los Dioses ; pero no para ver las obrasde los poetas , que representan con palabras a los mismos Dioses . Con el la se engaña a los animales . Vi youna pintura que engañaba a un perro, por ser un re t raj o muy pa rec i do de su amo, al cua l hac í a muchasf ies tas e l can, y también he vis to perros que ladraban5' quer ían mo rder a ot ros per ro s pinta dos , as í com o


u n m o n o qu e hacía inf ini tas monadas ante ot ro monop i n t a d o . H e vis to golondr inas que vo l aban y se posa»b a n en unos h ier ros pintado s que sobresal ían de las iventanas de un edificio.

X . PODER EXPRESIVO DE LA PINTURA.—La imagina


ciencia. T u l engua se ve r á e s t o rbada por la sed y tucuerpo por el sueño y el h a m b r e , a n t e s de que descr i bas con p a l a b r a s el c u a d r o que en un ins tante reproduce el p i n t o r . En la obra de éste sólo fal ta el a l m aJe la s cosas f ingidas, pero cad a cue rpo t iene la inte



ción n o ve tan b i en como los ojos, por que éstos recirb e n la i m a g e n de los objetos y la t r a s l adan a la peffl

cepc i ón , desde la cual van al s en t i do común, que lase x a m i n a . Pero la imaginación no se sale de d i cho sent ido común s i no pa r a ir a la m e m o r ia , d o n d e se detien e y m u e r e si la cosa imaginada no es de g r an valerEn es te caso se encuen t r a la P oes í a en la m e n t e o iriijp|Hginación de poe t a que r epresen t a la s mi smas cosas queel pintor y con f icciones pretende equipararse a él,",a u n q u e lo cierto es que se q u e d a m u y d i s t an t e , como'1 hace poco de j amos demos t r ado . As í , p u e s , en el casó/de ta l ficción diremos con certeza que la proporción,?

en t r e la c iencia de la P intura y la P oes í a es la mismat 1q u e hay en t r e el c u e r p o y la s o m b r a qu e de él se deri-',}va y aun m a y o r , puesto que la sombra de l cuerpo p5*$ne t r a por los ojos has ta el s en t i do común, en tantijaqu e la descr ipción de dicho cue rpo n o en t r a por tal( |sent ido, s ino que n a c e en los ojos tene broso s (en el ce r ebro o s en t i do común) , j Cuán ta di ferencia hay paralos ojos tenebrosos ent re imaginar la luz y verla deh e c h o d o n d e no hay t inieblas

Si tú , poeta , q uieres representar una batal la sangr ienta , en la cua l se confundan con el a i re obscuro y 't enebroso el h u m o de las esp ant osa s ar ma s m ortífe-¡v|r a s , el e speso po l vo que en t u rb i a el a m b i e n t e y la p a - E9vorosa fuga de los infelices asu s tados ante la horrible:»m u e r t e , no p o d r á s hacerlo tan bien como el pintor» jjp o r q u e tu ' pluma se consum e an t es de que descr ibas elcon j un t o aquel qué el p i n t o r r eproduce merced a »$¡¡

gridad de la pa r t e que se p u e d e ver en un solo aspecto. L a rgo y abur r i d í s i mo habr í a de ser p a r a la P oes í a

describir todos lo s movi mi en t os de los que intervienenen t al guerra y las pa r t e s de sus m i e m b r o s y de sus ornamentos que la p i n t u r a acabad a , b r eve y e x a c t a m e n te, te pone de l an t e , y en tal man i fes tación sólo fa lta elruido de las m á q u i n a s de guerra , la s voces de los espantados vencedores y lo s gri tos y l ament os de los vencidos, detal les que t a m p o c o el poeta puede of recer a lsentido de l o í do . La P i n t u r a , pues , es más d i gna quela Poesía, porqiie sirve a un sent ido mejor .

El verdadero oficio de l poe t a es fingir palabras degente que h a b l a y se r e s p o n d e , y e s t o es lo ún i co que

ofrece al s en t i do de l o ído com o lo na t u r a l , porque sonen sí p a l a b r a s naturales c r e a d a s por la voz h u m a n a .En todo lo d e m á s , p r e d o m i n a el pintor. M u c h a s másson, si n c o m p a r a c i ó n , la s va r i edades que a b a r c a laPintura que las que a b a r c a n la s pa l abras , porqu e elpintor está en condiciones de hace r infinitas cosa s queno p u e d e n ser expresadas con pa l abras porque no existen vocablos apropiados . ¿N o ves, si el pintor quierere producir animales o demoni os en el infierno, concuánta a b u n d a n c i a de invención discurre?

Ya me ha ocurr ido a m í pintar un c u a d r o que repre-Sentaba una cosa divina, y c o m p r a d o por el adoradorCe ella quiso qui tar le la r epresen t ac i ón de tal de i dadPara poder besa r l a sin e sc rúpu l o . A l c a b o , la conc i en-C1a p u d o m á s que los suspi ros y l a lujuria, y se vio obl i gado a l levársela de cas a. <; Pu ed es tú , poeta , descr ibi rUll a belleza si n r epresen t ac i ones de cosas vivas y des-


per tar en el h o m b r e co n el la tales deseos ? A u n q u e digas : «Yo desc r i bo el infierno o e l pa r a í so y otras delic ias o mot i vos de e span t o» , el pintor te ganará s iemp r e , porque pondrá an t e tu s ojos cosas que en silencioexpresen ta les del ic ias o te e span t en y te i nduzcan ahui r . Impres iona antes a los sent idos la Pintura que la


nació ciego y no puede pe r c i b i r por el oído, porquenunca tuvo not ic ia de el lo, q ué es la belleza de a l gunascosas. Le q u e d a el o í do , con el cua l so l ament e oye]as voces y las conver sac i ones hum ana s , en las cualesse comprenden los n o m b r e s de t odas la s cosas a las



P oes í a , y si a r g u m e n t a s que, por m e d i o de las palabr a s , haces re í r o llorar a un p u e b l o , te diré que no

eres tú qu i en lo consigue : es el o r ador , es la risa. Unpintor hizo un c u a d r o que t odo el que lo veía bostez a b a i n m e d i a t a m e n t e , y t an t o duraban los bostezoscuan t o se m i r a b a la p i n t u r a , que r epresen t aba una persona bos t ezando .

Ot ros han pin tado actos lúbr icos que i nc i t aban a imitar les a qu i enes los veían, cosa que no es tá al alcancede la P oes í a . Y si descr ibes la figura de a lgún Dios , nologrará ta l escr i tura la mi sma vene rac i ón que la Ideap i n t ada , porque an t e la p i n t u r a se ha r án muchos vo

to s y rezos y acud i r án a contem plar la va r ias generaciones de dis t intas provincias , y en los ma res orientale s se supl icará el socorro a tal p i n t u r a , pe ro no a la escri tura.

¿Habrá qu i en no qu i e r a pe rde r el oído, el olfato yel tacto antes que la vis ta? El que p i e rde la vista sq u e d a c o m o si le e c h a r a n de l m u n d o , t o d a vez que y *n o lo ve ni ve n i nguna cosa . U na v i da así es hermanad e la muer t e .

XI . IMPORTANCIA DE LOS OJOS EN LA VIDA AN IM AL ."Más per judica a los an i ma l es la pé rd i da de la vistaq u e la del o í do , po r muc has r azones ; la p r i mera , pPr 'que medi an t e la vis ta encuent ra el a l i ment o con que fjjnut re , necesar io a t odos lo s an i ma l es , y s egunda , p° 'q u e con la vista se c o m p r e n d e la belleza de las cosa-c r e a d a s , y má s aún de las que i nducen al a m o r , G I <*do.

que se ha d a d o su n o m b r e . Sin s abe r e sos nomb res sepuede vivi r dichoso, como viven los sordos de nac i

miento y los m u d o s , que con el dibujo, que es más apropósito para los m u d o s , se delei tan.

X I I , LA PINTURA ES UNA POESÍA MUDA.—¿Qué poe ta, po r m e d i o de las p a l a b r a s , podría poner t e an t e losojos, ¡ oh a m a n t e , la verdadera ef igie del ser a m a d o ,como lo h a c e n los p i n t o r es? ¿Quién te p r esen t a r á lugares de r íos , bosq ues , val les y c a m p i ñ a s que te recuerden tu s pasada s a l egr ía s con más ve rdad que lospintores ?

Dirás que «la P i n t u r a es una P oes í a mu da por sí,

si no hay quien diga o h a b l e po r ella lo que r epresenta». P e ro ¿n o ves que tu l ibro está en peor s i tuación?Aunque t enga un h o m b r e qu e h a b l e por él, no se venada de l asunto de que se h a b l a , como se ve r á el qu ehabla en las p i n t u r as , que, si se a jus tan perfectam ente a los actos con sus detal les mentales , serán comprend i das como si hab l a r an .

X II I . MÁS ACERCA DE LA PINTURA Y DE LA POESÍA.—La P i n t u r a es una P oes í a que se ve y no se oye, y la"oesía es una P i n t u r a que se oye y no se ve. As í, pues ,es

ta s do s P oes í a s , es decir , estas do s P i n t u r as , hanenrabiado los sent idos po r m e d i o de los cuales t i enen^ e pene t r a r en el inte lecto. Porque si una y otra sonPinturas , deben pasar al s en t i do común por el sent idoíflás nob l e , que es la vis ta , y si a m b a s so n poesía ,

'•'•en pene t r a r po r el s en t i do menos nob l e , que es el

fí


Entregaremos, pues , l a pintura a l juic io de los s | |dos , y la poesía será juzgada por los ciegos de nacimiento ; y s i l a pintura es tá hecha con los movimientos aprop iados a los accidentes men tales qu e las f igu--ras expe r i ment an en cada caso , e l so rdo-mudo coial

ESOtlTOS LITEíUKIOS Y i¡'iLÜSOílCüS 161

y con amb as s e pued en p r esen t a r mucha s cos t um bresmorales , como l o h i zo Ape l es con su Calumnia

D e' la Pintu ra, c om o sirve a la vista, que es el sent ido más noble , resul ta una proporción armónica, comode m a c h a * y va r i adas voces r eun i das a un mi smo t i em



prenderá s in duda las act i tudes e intenciones de lasfiguras, pero el ciego no entenderá nunca las cosas que

presente e l poeta y que no podrán honrar a su poesía ,puesto que a sus par tes nobles corresponde expresarlos gestos y los detal les de los asuntos y lugares adornados y delei tosos , con t ransparentes aguas , en las cuálles se ven los verdegueantes fondos de su corriente, juguetear las ondas en los prados ent re las menuaMarenas y las hierbas que con el las se mezclan, así comolos escurridizos peces, y otras descripciones por el est i lo que lo mismo dar ía decí rselas a una piedra que mun ciego de nac i mi en t o , pues nunca vio és te cosa á »

guna de las que const i tuyen la bel leza de es te m undo ,es decir , la luz, la obscuridad, los colores, los cuerpos,las figuras, los si t ios, los movimientos, la proximidad,agi tación y quietud, que son los diez ornamentos deJMnaturaleza.

L os sordos , por haber perdido el sent ido menos ifflble, h a n perdido con él t ambién él hab l a , porque élque , nun ca oyó hablar nun ca podrá apre nder ningúni d i oma , pero conocerán bien todos los detal les que hayf'en el cuerpo humano mejor que uno que hab l e y oigÍ|jy del mismo modo entenderán las obras de los pint'OTJres y lo que representan, con tal que las figuras sean,a p r o p i a d a s . \M

X I V . C O N T I N U A C I ó N . — La P intura es un a PoesMmuda, y la Poesía una P intura c iega; una y ot ra i"11™t an a la naturaleza en la medida de sus posibi l idades"

po resul ta un conjunto armónico que agrada a l s ent ido del oído, de ta l modo que los oyentes se quedan

con ext raordinar ia admiración cas i semivivos . Peromucho más consiguen las proporcionadas bel lezas deun ros t ro angel ical reproducido por la pintura , de cuya proporcional idad resul ta un concier to armónico quesi rve a la vi s ta a l mismo t iempo que lo hace la músi ca a l oído. Y s i se presenta es ta armonía de bel lezasal enamorado de aquel la de quien fueron copiadas ,no hay duda de que se queda rá pasmado de admi ra ción y con una a legr ía incomparable , super ior a la quepuedan proporcionar le ios demás sent idos .

Pero de la Poesía—que tenga que a lcanzar a reproducir una belleza perfecta, con la descripción especialde cada uno de los deta l les de que se compone en laP intura la antedicha armonía—no resul ta mayor gracia que la que produci r ían en música var ias voces cantando cada una por su lado a dis t intos t i e m pos , dem o d o qu e no const i tuyesen concier to a l g u n o ; como s iquis iéramos presentar un ros t ro par te por par te , cubriendo cada vez la que ya se hubiese enseñado, presentación con la cual e l olvido nos impedi r ía componer ninguna proporción de armonía , porque los ojos

no las abarcan con su poder vi s ivo todas a un mismot iempo.

Lo mismo ocurre con las bel lezas de cualquier cosaimitadas por el poeta, que por ser sus detal les dichossepa radament e no r ecoge l a memor i a n i nguna a rmoní a .

X V . LA PINTURA SE OFRECE A LA VISTA COMPLETA


EN TODO MOMENTO.—La P intu ra inm ediata se te p r e .senta del modo para el cual la creó su autor, y produceal sent ido máximo e l mismo placer que podr ía proporcionar le a lguna cosa creada por la naturaleza. ÉMes te caso, e l poeta que envía las mismas cosas a l sen


armonía que con suave concento agrada a l sent ido,de la misma manera que lo hace la proporcional idadde var ias voces a l sent ido del oído, que es menos digno que la vi s ta , porque todo cuanto en é l nace en é lmuere, y es tan rápido en e l mor i r como en el nacer .



t ido común por la vía del oído (sent ido menor) no daa la vista mayor placer que si se oyera contar alguna

cosa.Mira ahora la diferencia que hay de oír contar du

r an t e mucho t iempo una cosa que agrada a la vi s ta ,andando el t i empo, o ver la con la pront i tud con quese ven las cosas naturales . Y aunque las obras de lospoetas sean le ídas con largos intervalos de t iempo, hayfrecuentes ocas iones en que no se las ent iende yiffl

preciso formular a lgunos comentar ios acerca de e l las .resul tando muy pocas veces que los comentar i s tas ent iendan la idea del poeta, de cuyas obras los lectores,por fa l ta de t iempo, sólo leen una par te pequeña . '; §9cambio, las obras de los pintores son inmediatamentecomprend i das por qu i enes las ven.

X V I . CONTINÚA.—La P intura te presenta de pronto su esencia en la facultad visiva y por el propio JfflM

dio por donde la percepción recibe los objetos naturales, y aun e n e l mis mo t ie mp o en q ue se forma la armóni ca p roporc i ona l i dad de l a s pa r t e s que co-aponenel conjunto que sat i s face al sent ido. La Poesía descrt-be l o mi smo, pe ro por medi o menos digno que la viM

ta, el cual medio^ conduce a la percepción de la ini^*gen de l as cosas menc i onad as más confusament e y maS

l entamente de lo que lo hace la vi s ta , verdadero medí 0

de t ráns i to ent re e l objeto y su percepción, que inmed i a t ament e se entera con exact i tud de la verdadera superficie y de las figuras de aquello que se le present3

delante , de lo cual nace dicha proporcional idad |

Es to no puede ocurr i r en e l sent ido de la vi s ta , porquesi presentas a los ojos una bel leza humana const i tuida

por proporcional idades de miembros bel los , tales, b e l lezas no son tan mor tales ni se di s ipan tan prontocomo la música , s ino que subsis ten mucho t iempo y tede j an ve r l a s y con t empl a r l a s ; y no se r enuevan , comola música , en fuerza de sonar , ni t e inspi ran aburr i miento, s ino que te enamoran y son causa de que todos los sent idos deseen poseer las a l mismo t iempo quela vista, qu e has t a parece que quieran compet i r conel la . Parece que la boca la quis iera para s í ; el oídose complace en escuchar sus bel lezas ; e l t acto desear ía

palpar la con todos sus poros y la nar iz aspi rar e l a i reque sin cesar aspira el la.Pero e l t i empo des t ruye en pocos años la bel leza de

semejante armonía , lo cual no sucede con la bel lezacopiada por e l pintor , que e l t i empo la conserva largam ente ; y la vi s ta , en cuan to a su mis ión, di sf rutaverdadero placer contemplando a la bel leza pintada,como lo disf rutar ía viéndola v i v a ; fáltale el tacto, delcual s e conv i e r t e en he rmano mayor a l mi smo t i empo ,que , como habrá tenido su propósi to, no impide a larazón que admire la divina bel leza. En es te caso, l a

pintura copiada de aquél la la sus t i tuye en gran par te ,sus t i tución que no puede real izar la descr ipción del•poeta , que en es te caso pretende equipararse a l pintor , y no advier te que sus palabras a l mencionar los"niembros de aquel la bel leza lo hacen separadas porel t i empo unas de ot ras , dejando que inter rumpa el ol vido, y s epa ra l a s p roporc i ones que no puede enume-


rar s in mucha prol i j idad, y a l no poder nombrar las nol e es posible componer la armónica proporcional idadque es tá formada de divinas proporciones . Por es tarazón, en e l mismo tiempo que se contempla una bel leza pintada no puede ofrecerse una belleza descri ta,


Aquí contes ta és te y cede a las anter iores razones;pero dice que é l supera a l pintor porque hace hablary reflexionar a los ho mb res co n divers as ficciones, en]as cuales inventa cosas qu e no existen y qu e les exci tana tomar las armas, o que puede descr ibi r é l c ie lo, l ases t re l las , l a naturaleza, l as ar tes y todo lo demás. A



y comete un pecado cont ra la naturaleza todo aquelque quiere int roduci r por el oído lo que debe entrar

por los ojos. Üejad que pase la Música y no queráisque ent re también la c iencia de la P intura , verdaderai mi t adora de las formas naturales de todas las cosas .

¿Quién te inci ta , ¡oh hombre í, a abandonar tuspropias habi taciones de la c iudad, a separar te de par ientes y amigos y a caminar por s i t ios campest res , pormont es y por valles, más que la natural belleza delmundo, de la cual , pensándolo bien, sólo con la vi s tadisf rutas? S i en semejante caso pretende el poeta l lamarse también pintor , ¿por qué no pref ieres la desc r i pc i ón de esos lugares por e l poeta y te quedas en

casa sin sufrir el t remendo calor del sol? ¿No seríaes to más cómodo y menos cansado, ya que lo har íasal fresco, sin moverte y sin peligro de enfermar ?./§Hmalo es que el ánima no podría disfrutar del beneficiode la vi s ta , ventana de su habi tación; no podr ía recibir la imagen de los si t ios a l e g r e s ; no podr ía ver los

umbrosos val les regados por los amenos r íos serpea*teantes ; no podr ía ver las var iadas f lores que con *uS

colores l levan armonías a la vi s ta , ni todas las dema 8

cosas que ante los ojos pueden presentarse . Pero s u npintor, en los crudos y fríos días del invierno, te ponedelante los mismos paisajes pintados , y ot ros en Io3

cuales te hayas recreado; s i puedes ver te junto a W

guna fuente , ena mo rad o y con tu am ad a ent re los f lo*ridos prados, bajo la suave sombra de los verdeante*árboles , ¿no te agradará todo el lo más que escuchar Ia

descr ipción que haga el poeta?

lo cual se repl ica que nin gun a d e las cosas d e las cuales habla corresponde a su propia confes ión, pues s iquiere hablar y perorar , l e ganará e l orador; si t rataele Ast rolog ía , se le roba a l as t rólo go; s i de F i losofía ,al filósofo, porque, eri real idad, la Poesía no t iene sederropia , ni l a merece más que como un mercader acoplador de mercancías fabr icadas por di ferentes ar tesanos.

C uándo e l poeta deja de expresar con palabras loque en la naturaleza son hechos , no iguala a l pintor ,porque si , dejando la figuración, describe las palabrasadornadas y persuas ivas de aquel a quien pretende ha

cer hablar , se convier te en orador , y ya no es poeta , nipintor, y si habla del cielo se hace astrónomo, y fi lósofo y teólogo cuando habla de las cosas de la naturaleza y de D i o s ; pero si volviera a hacer la descripción de algo, emularía al pintor si pudiese satisfacer ala vis ta con sus palabras como e l pintor con sus obras .

Pero la deidad de lá c iencia de la P intura consideralas obras, así humanas como d i v i nas , cuando es t án de -armiñadas en su superficie, es decir , con la l ínea delimitación de los cuerpos que di r ige al escultor en la

Perfección de sus es ta tuas . Con su pr incipio, que es e ldibujo, enseña al arquitecto a conseguir que sus edificios s ean agradables a la vi s ta , y lo mismo a los practicantes de dist intos oficios, a los constructores de jabones , a los or í f ices , t e jedores , bordadores ; ha descubierto caracteres con los cuales se expresan los diversos idiomas; ha dado sus c i f ras a los ar i tmét icos , ha

13

1OT LEONARDO DE VINCI

e n s e ñ a d o la representación de los cuerpos a los peó-metras , a los perspect ivi s tas , a los as t rólogos , maqui -nis tas e ingenieros .

X V I I . LA CIENCIA DE LA AST ROL OG íA NACE EN LA vfflTA PORQUE MEDIANTE ÉSTA ES ENGENDRADA.—No hay en


tura—me refiero a la Ast rología matemát ica , no a lafantást ica, falaz (¡ y pe rd ón en m e los que a costa delos tontos viven de e l l a ) .

Dice el poeta que descr ibe una cosa que representaotra llena de a legor ías . E l pintor contes ta que t ieneque hacer lo mismo, y en es te sent ido también él es



l a Ast rología par te a lguna que no corresponda a l f l

misión de las l íneas visuales y de la Perspect iva, hijade la P intura , pues e l pintor es quien, por las neces i dades de su ar te , ha producido la Perspect iva, yiifflMpuede hacerse s in l íneas , ent re las cuales se incluyentodas las var iadas figuras de los cuerpos engendradospor la naturaleza, sin las cuales el arte del geómetraes c iego.

Aunque e l geómet r a r educe t odas l a s superficies cjBcundadas por l íneas a la fisrura del cuadrado y todoslos cuerpos a la figura del cubo, y la Aritmética realizal o mi smo con sus r a í ces cúb i ca y cuadrada , ninq-ima

de dichas dos c iencias a lcanza más que a la not ic iade la cant idad cont inua y discont inua, pero no ' v Htan de la calidad, que es la belleza de las obras 4 « Hna t u r a l eza y adorno de l mundo .

X V I I I . HAB L A E L POE T A C ON E L P I NT OR . — Dice elpoe t a crae su c iencia es invención y medida, y es to esel sencil lo cuerpo de la Poesía : invención de asuOTsBmt-dida de los versos, que luego revisto con todas lá 's

ciencias . A es to contes ta e l pintor que los mismos:J|M

pernos hene la c iencia de la P intura , es deci r , invlMción y medida : invención del asunto q u e h a de cof) l |y medida en las cosas pintadas para que no hava ^

eS

proporc ión e n e l las ; pero é l no se visíe con las otra»c i enc i a s , aúneme és tas se vi s tan con la P intura c 0

gran pa r t e , como l a As t ro l og í a , que no puede b a c | | |nada s i n l a P e r spec t i va , miembro pr incipal de la P l i r

poeta. Y si el , po eta di ce qu e excita a los hom bre s el

amor , que es cosa pr incipal de las especies de todosios animales, el pintor, tiene e l poder de hace? lo mism o, tantb más cuan t o que pone an t e e l amant e l a p ro pia efigie de la cosa amada, y é l , con f recuencia , besándola y a b r a z á n d o l a , hace lo que no har ía con lasmismas bel lezas presentadas por e l escr i tor , y tantomás supera a l ingenio de los demás hombres , que induce a amar y enamorarse de pinturas que no representan mujer viva ninguna.

Si el poeta sirve a los sentidos por la vía del oído,el pintor lo hace por la de la vi s ta , que es sent ido másdigno. Sólo pido a ambos una cosa : que un buen pintor pinte una batal la furiosa y que el poeta describaot ra igual , y puestos ambos en públ ico juntos , veránlos espectadores ante cuál de e l los se det iene más gente , dónde son má s numerosos l os que con t empl an susobras, a cuál de éstas se t r ibutan más e logios y cuálcompl ace m á s . De f i jo que la P intura , que es , con mucho, más út i l y más bel la , agradará más . Poned elnombre de Dios escr i to en a lguna par te , y enfrente suimagen pintada, y veréis a cuál de los dos hacen más

reverencias. La Pintura abarca todas las figuras de lanaturaleza, de las cuales no tenéis vosot ros más que'os nombres , que no son universales como las formas.Si vosotros poseéis los efectos de las manifestaciones,nosot ros tenemos la mani fes tación de los efectos .

Escójase un poeta que descr iba las bel lezas de una'nujer a su enamorado ; búsquese un pintor que las co-


p i e , y veréis hacia dónde se incl ina más e l enamoradojuzgador . La prueba de las cosas debiera permi t i rciertamente, a la experiencia dar el fal lo. Habéis incluido a la P intura ent re las ar tes m e c á n i c a s ; puesbien, si los pintores supieran elogiar sus propias obrasen los escr i tos , como lo hacéis vosot ros , dudo que le

descripción\\ que es para c iegos . D am e cosas que yojueda ver y palpar y no las que, sólo pueda oí r , y nocensures mis preferencias porque me haya puesto tuobra debajo del codo mient ras tengo con las dos manos la del pintor , presentándosela a mis ojos , porque



dierais tan feo calificativo. Si la l lamáis mecánica porque se real iza con las manos , y las manos representanlo qu e discurre la fantas ía, vo sotros, pint ores , dibujáismanua l ment e con l a p l uma lo que en vuestro ingeniose halla. Y si le l lamáis mecánica porque se hace porl a r ecompensa , ¿quién incurre en tal error roas quevosot ros? Leéis en los Estudios , ¿y no vais al del quemej or os r ecompensa? ¿Hacé i s a l go que no sea paraa l canza r un p r emi o? No digo esto por censurar talesprocederes , porque todo esfuerzo espera su recompensa . Así podrá deci r un poeta : «Voy a hacer una fantas ía que representará una cosa grande.» Lo mismo

puede hacer e l pintor , como lo hizo Apeles a l pintarLa Calumnia

XI X. R E S P U E S T A DE L R E Y M AT íAS A UN P OE T A QUE

COMPETÍA CON UN PINTOR.—Llevaba un poeta, el día delcumpleaños del rey Mat ías , una obra que había escr i to en a labanza del día en que aqué l nac i ó pa r a biendel mundo, y un pintor enseñó al rey un re t ra to de sua m a d a ; en el mismo ins tante e l rey cerró el libro delpoeta y se volvió hacia la pintura, en la cual f i jo sus

mi radas con l a mayor an i mac i ón .Ento nces , e l poeta , mu y enojad o, di jo : «] Oh , reyL e e , lee , y verás una cosa de mayor sus tancia <3U

u n a pintura muda.»El rey, viendo que le afeaban que mirara cosas r"1?'

da s , di jo : «¡Cal la , oh poeta , que no sabes lo que oees Esta pintura sati s face a un sent ido mejor que

las ma nos , por s í mism as, h an o ptad o por servi r a unsentido mejor que e l del oído. Por mí juzgo que ent re

la ciencia del pintor y la del poeta hay la misma diferencia que entre los sentidos a los cuales s i rven.»¿No sabes que nues t r a a l ma es t á compues t a de a r

monías y que la armonía no se produce más que enmomentos en que la proporcional idad de los objetos secleja ver u oír? (1). ¿No, vés que e n tu cienc ia no existeproporc i ona l i dad p roduc i da en un mi smo i ns t an t e , an tes bien, de una par te nace ot ra suces ivamente , y las iguiente no nace mientras no muere la anter ior?

»Por eso juzgo que tu invención es muy inferior aia del pintor, sólo porque en el la no existe proporcional idad armónica. No sat i s face a la mente del que oyeo del que mira , como lo hacen las bel l í s imas faccionesque const i tuyen la divina bel leza de esa cara que veoante mí , y que todas juntas , a l mismo t iempo, me producen tanto placer con su divina proporción que nocreo que haya en e l mundo cosa hecha por l os hombres que pueda producirlo mayor.))

X X . SUBLIMIDAD BEL MUNDO VISIBLE.—No es insensatez, si a uno le preguntan qué le parece prefer ible :

vivi r en cont inuas t inieblas o perder e l oído, contestar que antes prefiere quedarse sin oído y sin olfatoque perder la vista.

Quien se queda s in vis ta pierde las bel lezas del inundo , con todas las formas bel las de las cosas creadas ,

(1) La armonía exige contemporaneidad de su» componente».

170 LEONARDO DE VINCI ESCRITOS LITERARIOS } FILOSÓFICOS 171

y el sordo no pierde más que el sonido que produceel movimiento del aire percutido, que es cosa insignificante en el mundo. Afirmas que la ciencia es rnásnoble cuanto más digno es su objeto, y que por estovale más una fingida maquinación de la esencia deDios que la representación de una cosa menos digna.

sordos, diremos que la Pintura vale más que la Poesía porque aiecta a sentido mejor y más noble que laroesia, nobleza que está demostrada por ser triple queia de los otros tres sentidos , ya que es preferible perder el oído, el olfato y el tacto a perder ei sentido de

;a vista.



A eso responderemos que la Pintura, que sólo abarca

las obras de Dios, es más digna que la Poesía, quesólo alcanza las falaces ficciones de las obras humanas.

XXI. A R G U M E N T A C I ó N DEL POETA CONTRA EL PIN

TOR.—Dices , pintor, que tu arte es adorado; pero note atribuyes a ti mismo el mérito, sino a las cosas quecon la pintura se representan.

Y el pintor responde : «í ú, poeta, que tambié n tehaces imitador, ¿por qué no reproduces con tus palabras más cosas que las letras que encierran tus pa

labras, para que sean adoradas?»La naturaleza ha favorecido más al pintor que al

poeta, y, merecidamente, las obras del favorecido deben ser más estimadas que las de quienes no gozantal favor.

Así, pues, alabemos al que con palabras complaceal oído y al que con la pintura satisface el agrado de

ver ; pero menos al de las pala bra s, que son accidentales y creadas por autor menos importante que el delas obras de la naturaleza que el pintor imita. La cuál

naturaleza está determinada entre las figuras de sU

superficie.

XXII . CONCL USIó N DEL DIáLOGO ENTRE EL POETA Y

EL PINTOR.—Puesto que hemos convenido en que Ia

Poesía tiene el mayor agrado de comprensión para 1°ciegos y a la Pintura le ocurre lo mismo respecto a *'

Porque quien pierde la vista, pierde la contempla

ción de las bellezas del universo y se queda como unnombre a quien hubieran metido vivo en una sepui-Lura donde hubiese vida y movimiento.

¿INo ves que los ojos abarcan las bellezas de todo elmundo? Son los dueños de la Astrologiá; hacen laCosmografía; aconsejan y corrigen a todas las artesaumanas ; llevan al hombre a distintas partes del mundo ; son principes de las matemáticas; sus conocimientos son exactos; miden la altura y el grandor de¡as estrellas ; predicen lo futuro medi ant e la observación de dichas estrellas; han engendrado la Arquitec

tura y la Perspec tiva y la divina Fmt ur a. ¡ Üh, co sa excelentísima sobre todas las demás cosas creadas poriJios ¿Qué alabanzas podrán expresar tu mérito?¿Qué pueblos, qué idiomas podrán describir tus verdaderas funciones?

Son las ventanas del cuerpo humano por donde elalma contempla y disfruta la belleza del mundo; porellos se conforma el alma con una cárcel humana ysin ellos esta cárcel es su tormento; gracias a ellos ladestreza humana ha descubierto el fuego, mediante el

cual recuperan lo que antes les arrebató la obscuridad. Ellos han adornado a la naturaleza con la Agricultura y con deleitosos jardines.

Pero ¿qué falta hace que me extienda en tan altoy tan largo discurso? ¿Qué cosa existe que no se hagaPor ellos ? Llevan a los hombr es de Orient e a Oc cidente ; han descubierto la navegación, y superan a la na-

172 LEONARDO, DE VINCI

, turaleza en el h e c h o de que los s imples naturales (1)son finitos, y las obras en que Jos ojos guían a las nía-'nos so n inf ini tas , como lo demues t r a el pintor en lainfinita figuración de infinitas formas de animales , hier ba s , árboles y lugares .

ESCRITOS LITERARIOS FILOSÓFICOS 173

como la Pintura satisface al s en t i do de la vista, t ienemás mér i to que la Mús i ca , qu e sólo satisface al oído.

Es más nob l e lo que t iene más eternidad; así, pues ,ja Música, que va c o n s u m i é n d o s e a m e d i d a qu e nace ,es menos mer i tor ia que la P i n t u r a , qu e con los colores de pintor sobre vidr io se hace e t e rna .



X X I I I . LA M ú S I C A DEBE LLAMARSE HERMANA MENOR

DE LA PINTURA.—La Mús i ca no p u e d e ser denomi nadade o t ro modo qu e h e r m a n a de la P i n t u r a , pues t o quees servidora del oído, sent ido segundo de la víala, gproduce a rmoní a por la conjunción de sus componer.tes proporcionales , t rabajados al m i s m o t i e m p o y obligados a nace r y a mor i r en uno o más t i empos armónicos , t i empos qu e c i r cundan la p roporc i ona l i dad cíel os mi embros de que cons t a d i cha a rmoní a , del misrtílm o d o que lo hace la l ínea c i rcunferencial (2) respecte?a los m i e m b r o s con los cua l e s se e n g e n d r a la belleih u m a n a .

La P intura sobresale y domi na r e spec t o a la Música porque no se ex t i ngue i nmedi a t amen t e después d |su c r eac i ón como la desven t u r ada Mús i ca , s i no q u |s igue exis t iendo y ofrece como vivo lo que en reaíffdad sólo t iene un a superficie.

¡Oh, c iencia maravi l losa ¡ T ú conservas vivas lascaducas bel lezas de los mor t a l e s , qu e d u r a n más quelas obras de la na t u r a l eza , modi f i cadas con t i nuamente por el t i e m p o que las l leva a la deb i da ve j ez E s

una c i enc i a qu e t i ene con la divina naturaleza la mis

ma relación qu e exis te ent re las obras de una y otra,y por eso es adorada .

X X I V . P I N TU R A Y M ú S I C A . — Más mer i tor io esaquel lo qu e c o m p l a c e a un sent ido mejor ; así, pues,

(1) Las variedades minerales, vegetales y animales.(2) El contorno.

C ons i dé r ase como de mayor excelencia aquel lo que

cont iene en sí mayor un i ve r sa l i dad y va r i edad de cosas ; así, p u e s , la p i n t u r a debe an t eponer se a t odas lasobras , porque contiene todas las fo rmas qu e exis teny las que no exis ten en la na t u r a l eza , y es d i g n a de serensa l zada y e x a l t a d a más que la Mús i ca , qu e sólo comprende la voz.

Con aquél la se h a c e n i m á g e n e s de los D i o s e s ; entorno a ella se p r ac t i ca el cul to divino, que se a d o r n aco n la Música, servidora de e l l a ; se da cop i a a losamant es del objeto de sus a m o r e s , se c o n s e r v a n las be llezas que por c a u s a de su or igen y del t i e m p o son fugaces ; podemos t ene r las i m á g e n e s de los hombresfamosos . Y si me dices : «La M ú s i c a se hace e t e rnasólo con,escr ibi r la», te di ré yo que lo m i s m o h a c e m o snosot ros aquí co n las le t ras .

D e modo que si p o n e s la Mús i ca en t r e las a r t e s liberales , o pones é s t a y qui tas aquél las .

Y si a ñ a d e s : «Los hombres vi les la hacen)) , lo mi s mo e s t ropea la Mús i ca qu i en no la s abe .

Y si agregas : «Las c iencias no m e c á n i c a s son lasment a l e s» , yo r e sponderé que la P i n t u r a es m e n t a l , y

que , as í c o m o la Mús i ca y la Geomet r í a exami nan lasProporciones de las can t i dades con t i nuas y la A r i t m é tica de las discont inuas , aquél la considera todas lascan t i dades y la ca l i dad de las p roporc i ones de sombra ,de luz y de dis tancia en su pe r spec t i va .

X X V . H A B LA EL M ú S I C O CON EL PINTOR .—Dic e el

l

i / 4 LEONARDO DE VINCI

músico que su c iencia debe ser equiparada con 1& d¿lpintor , porque const i tuye un cuerpo de muchos miembros , cuya g r ac i a t oda con t empl a el espectador en tan-tos t iempos armónicos como son ios en que e i ia nace ymuere, y con ta les t i empos divier te graciosamente ala l m a qu e res ide en e l cuerpo del que ia contempla.


El poeta no puede f i jar con las palabras la verdadera f igura de los miembros de que se compone el conjunto, como e l pintor qu e los pone a la vista con todaia verdad posible en la naturaleza. Al poeta le ocurrelo mismo que al músico que canta sólo un canto compuesto de cuat ro cantores , y canta pr imero el canto (1) ,



El pintor contes ta , y dice que el cuerpo ror rnado por

l os mi embros humanos no p roduce p l ace r en l os íien>pos armónicos en que dicha bel leza haya de nacefl^jmori r , s ino que lo hace permanentemente duran t e miajachís imos años , y es tanta su excelencia , que conservaviva la armonía de los proporcionados miembros , cosaque la naturaleza, con todo su poder , no es capaz deconservar .

¡ Cuá ntas pintura s han con serva do la ima gen de unabelleza divina que el t iempo o la muerte destruyeron.*resul tando as í más laudable la obra dei pintor que la

de su maest ra ia naturaleza Si tú, ¡ oh músico í, dicesque la P intura es mecánica porque se hace con ei ejercicio de las manos , l a Música se hace con ia boca»pero no por e l sent ido del gusto, como ia mano quepinta no lo verifica por el sentido del tacto.

Menos val iosas son las palabras que los hechos .¿Acaso t ú , e sc r i t o r , no cop i as con t u mano , descría;,biendo lo que es tá en tu mente , como lo hace e l pín-í,tor?

X X V I , C ON C L U S I óN DE L DE B AT E E NT R E E L PoEfiBEL PINTOR Y EL MÚSICO. •— i ant a di ferencia hay ertcuanto a la representación de las cosas corpóreas , eMt re e l pintor y e l poeta , como ent re ios cuerpos desmembrados y los unidos , porque el poeta , a i descr ibí 1

l a bel leza o la fealdad de cualquier cuerpo, lo preserifjjt a mi embro por mi embro , en t i empos d i s t i n t os , y e*pintor lo enseña todo de una vez.

luego el tenor, y a seguida el contral to, y luego el bajo,

con lo cual no resul ta la gracia de la proporcional idadarmónica que se encier ra en t iempos armónicos . E lpoeta , al reproduci r un ros t ro bel lo, lo presenta facción por facción, y de es te modo nunca quedaréis sat isfechos de tal belleza, que sólo consiste en la divinaproporcional idad de las mencionadas facciones reuni das, que sólo juntas y a l mismo t iempo const i tuyen ladivina armonía del conjunto de miembros que f recuentemente pr ivan de la l iber tad que tenía a l que nolos ve.

L a Mús i ca t ambi én p roduce en su t i empo a rmóni colas suaves melodías compuestas por sus var ias voces ,de cuya divis ión armónica se ve pr ivado el poeta , yaunque la Poesía ent ra por e l sentido auditivo a lasede del juicio, así como la Música, e l poeta no puededescr ibi r l a armonía de la Música porque no t iene medios de deci r a l mismo t iempo cosas dis t intas , comol a p roporc i ona l i dad a rmóni ca de l a P i n t u r a , compues ta a un mismo t iempo de dis t intas par tes , cuya dulzura se percibe a l mismo t iempo, tanto conjunta comopar t i cu l a rment e . Con j un t ament e en cuan t o a l en t end i

miento de la composición, y en par t icular en cuantoal entendimiento de los componentes que const i tuyenel todo ; por todo el lo, el poeta, en lo que se refiere a lafiguración de l a s cosas corpóreas , s e queda muy de -

(1) Hoy •» aift, soprano.


tras del pintor , y respecto de las cosas invis ibles , det rás del músico.

Pero s i e l poeta pide pres tada la ayuda de las demás c iencias , podrá presentarse en las fer ias como losdemás mercaderes por tadores de diversas cosas hechas por var ios inventores , y es to lo hace cuando le


El pintor y la Pintura

I. VASTE DAD DEL CAMPO DE LA PINTURA.—Todo lo

que es vi s ible es tá connumerado en la c iencia de laP intura .



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Ji*

prestan otras ciencias, como las del orador, del f i lóso

fo , del astrólogo, del cosmógrafo y otros por el est i lo,cuyos conocimientos nada t ienen que ver con los dm

poeta . De modo que és te es un mediador que agrupaa dis t intas personas para lograr la conclus ión de unmercado, y s i queréis aver iguar e l of ic io propio delpoeta , veréi s que no es ot ro que e l de un agrupado];,,.de cosas robadas a diversas c iencias , con las cualeshace un compuesto fa laz , y s i lo prefer í s dicho máshones t ament e , un compues t o f i ng i do . E n e s t a librefunción, e l poeta se ha equiparado al pintor , que es 1&| par te más débi l de la P intura .

X X V I I . C A U SA DE LA INFERIORIDAD EN QUE SE TIEMH

A LA PINTURA.—Para reproduci r palabras , l a Poesía supera a la P intura , y para reproduci r hechos , l a P intura supera a la Poesía , y la misma proporción que hayent re los hechos y las palabras exis te ent re la P inturay la Poesía , porque los hechos son cosas de los ojos ylas pal ab ras de los oídos ; así , los sentid os humanoses tán ent re s í en la misma relación que sus objetos ent re s í t ambién. De es to deduzco que la P intura es su

perior a la Poesía ; pero por no saber sus practicantesexponer las razones , ha es tado mucho t iempo s in abogados , pues e l la no habla , aunque por s í misma pre 'senta y termina los hechos , mient ras que la Poesíaacaba en palabras , con las cuales , orgul losa , a s í misma se a l aba .

II . ORIGEN DE LA P I N T U R A . — L a primera pintura fuésólo una l ínea que c i rcundaba la sombra del hombreproyectada por e l sol en las paredes .

I I I . E L PINTOR ES SEñOR DE TODA CLASE DE GENTE Y

DE TODAS LAS COSAS.—Si e l pintor quiere ver bellezas que l e enamoren , e s muy dueño de c r ea r l a s ; s iquiere ver cosas monst ruosas que espanten, o que seanbufonescas y r i s ibles , o verdaderamente lamentables ,es señor y dios de el las, y si quiere crear lugares y des ier tos , s i t ios umbrosos u obscuros en tiempo de ca

lor , los inventa , y los mismos lugares calurosos enépoca de frío. Si desea valles, si quiere ver desde a l t a s c i mas de rnon t aña3 una ex t ens i ón g r ande de campo, y luego de és ta pretende ver e l hor izonte del mar ,es señor , dueño de hacer lo, como si quiere ver los alto s montes desdé los profundos val les , o desde los a l tes montes los val les profundos y las playas . En efecto,o.uanto exis te en e l mundo por esencia , f recuencia oimagina ción, , lo posee é l , pr imer o en la mente y luego en las manos , y es ta l l a excelencia de és tas , que

en e l mi smo t i empo c r ean una a rmoní a de p roporc i o nes de una sola mirada, como lo hacen las cosas .

IV. LA PINTURA ES UNA SEGUNDA CREACIóN.—El que

censure a la P intura , censura a la Naturaleza, pues laobra del pintor representa las de dicha naturaleza, yPor ello, el ta l censor carece de sent imiento.



182 LEONARDO DE VXNC1

Por lo tanto, tú , pintor , que no t ienes reglas patahui r .de las censuras de los intel igentes, insiste en cop i a r todo lo que hagas del natural y no desdeñes e l estudio, como lo hacen los ganadores .

X IV . LA PINTURA ES UN DISCURSO EN F I G U R A S.— L O S


t intos maest ros , y que as í se pract ica de pr i sa y se adquieren buenos hábi tos . A eso se responde que ta leshábi tos ser ían buenos s iempre que las copias se h icieran de buenas composiciones y de maest ros es tudiosos, y como és tos son tan escasos que apenas seencuentran unos pocos , es lo más seguro copiar de las

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hombres y l a s pa l abras son hechos , y t ú , p i n t o r , si riosabes hacer tus figuras, te pareces al orador qúefi™sabe combi na r sus pa l abras .

X V . ORDEN DEL ESTUDIO.—Los j óvenes depinaprender , pr imero, Perspect iva ; luego, las medidas detodas las cosas ; luego, cíe mano de un buen riiaeá|^Baprender los buenos detal les ; luego, del natural , paraconf i rmar l o que hayan aprend i do ; l uego , de rnaíiode dis t intos maest ros , y por úl t imo acostumbrars«M|t rabajar y a pract icar e l ar te .

X V I . SOBRE EL MISMO T E M A . — D i g o qu e prirrAgB

deben aprender los miembros y las expres iones , y áffflbada ta l enseñanza se debe continuar con los ¿*¡Uden t es que ocurren a los hombres , y en tercer lugaí>componer l os a sun t os , cuyo e s t ud i o debe hacerseí | |9natural , con los detal les correspondientes a cada casPiy pensar en e l los por las cal les , plazas y campiñas , Janotar los con ligeros apun tes ; es decir , que p ara r epresentar una cabeza se haga una O , y para un br3 '

zo, una l ínea recta doblada, y lo mismo para las p i e fñas y el busto, y luego, al volver a casa, dibujar 0

todo ello con su forma perfec ta.Dice e l adversar io que para l legar a adqui r i r p r »c '

t i ca y hacer bas tantes obras es mejor que los pr imerot iempos del es tudio se empleen en copiar var ias coi*1'posiciones hechas en papel o en las paredes por C"8'

cosas naturales que de ma l i n t e rp r e t adas , y acos t umbra r se ma l , porque e l que puede bebe r en e l manan t i a l no debe hace r l o en e l vaso .

X V I I . M OD O DE APRENDER BIEN A COLOCAR LA S F I GU

RAS EN LOS CUADROS.—Cuando hayas aprend i do bas tante Perspectiva y s epas de memor i a t odas las pa r tes y cuerpos de las cosas , ocúpate f recuentemente , a lir de paseo, en ver y considerar las acti tudes de loshombres cuando hab l an , cuando se e s fue r zan , cuandose ríen o cuando pe l ean unos con o t ros , qué cosas ha cen y cuáles hacen los c i rcunstantes , los que los sepa-

ran o los espectadores de ta les cosas , y toma brevenota de ello en t u cuade rn i t o . E s t e cuade rn i t o debesllevarlo s iempre cont igo, y ha dé ser de papel en queno tengas que borrar, sino susti tuir los viejos con losnuevos , pues no son cosas que se puedan borrar, y aque hay que cop i a r l a s ap r esuradament e , s i endo t an t a slas infinitas formas y los actos de las cosas, que laniemoria no es capaz de re tener las , por lo cual ut i l i zarás aquél los (apuntes) como autores y maest ros tuyos.

X V I I I . HA Y QUE ESTUDIAR HASTA AL DESPERTAR Y

APíTES DE DORMIR, A OBSCURAS.—Conmigo mi smo he exper imentado que es de mucha ut i l idad cuando nos hadarnos én la cama, a obscuras , trabajar con la intel igencia , repi t iendo los l ineamentos superf ic ia les de las%uras e s t ud i adas an t e r i o rment e u o t r a s cosas no t a -

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b l e s , c om pr e nd i da s por su t i l especulac ión. Es cosal a uda b l e y út i l af i rmarse las c os a s en la m e m o r i a , |

X I X . M O D O DE AUMENTAR Y DESPERTAR EL INGENIO

PARA VARIAS INVENCIONES.—No de jaré de poner entrees tos preceptos una n u e v a m a n e r a de e s pe c u l a r que,

X X I I . P R OG R E S O I NDE FI NIDO DEL AR T E . — C u a n d o]a obra supera al juicio de su a u t o r , poc o ga na é s t e ;pero cuando ocur re a la inversa , y el juicio s upe r a a laobra , és ta mejora cont inuamente , a m e n o s que la a va ricia lo i m p i da .



aunque parezca ins igni f i cante y casi r is ible, no por

e so es menos ú t i l para desper ta r en el ingenio variasideas , y es que c u a n d o m i r a s una pa r e d e ns uc i a da porva r i a s m a nc ha s o p i e d r a s de var ias c lases , si t ienes queinventar a lgún s i t io , en d i c ha pa r e d pod r á s ver semejanzas de d i s t in tos pa i sa jes , adornados de montañas ,r íos , peñascos , á rboles , l l anuras , va l l es y col lados ded i s t i n t a s f o r m a s ; t a m b i é n pod r á s ver dist intas batallas, y ac t i tudes rápidas de f iguras, expresiones de fisonom í a e x t r a ña s , y t rajes e infini tas cosas qu e puedesrecoger ín tegras y en bue na f o r m a . Oc u r r e co n dichas

p a r e d e s y p i e d r a s c om o con los sonidos de las camp a n a s , en cuyos toques puedes perc ib i r todos los nombres y voc a b l o s qu e i m a g i ne s .

Y o he visto ya n u b e s y m a n c h a s de las p a r e d e s quem e han i n s p i r a do bue na s i de a s de var ios asuntos , ya que l l a s m a nc ha s , aun c a r e c i e ndo de per fecc ión, ena l gunos a s pe c t o s no de j a ba n de t ener la en su posiciónu otros detal les.

X X . L A VIVIENDA DEL PINTOR.—Las e s t a nc i a s o hab i t a c i one s pe que ña s a v i va n el i nge n i o , y las

grandeslo desvían .

X X I . LA IDEA Y LA PRÁCTICA DEL ARTE.—J P o b r e ¿e

aquel maes t ro cuya obra se a de l a n t a a su ju ic io , y ° e

que se e nde r e z a a la perfección del a r t e , y c u y a s obrflq u e d a n s u p e r a d a s por su j u i c i o

X X I V . P R E C E P T OS AC ER C A DE LA PINTURA.—Procu

ra, pintor , ejecutar tu s ob r a s de m o d o qu e a t ra igan alos espec tadores y que éstos se de tengan ante e l l as ad mirados y c om pl a c i dos ; p e r o no los a t ra igas para ahu yentar los , como lo h a c e el aire con los que du r a n t e lanoche sa l t an del l e c ho de s nudos pa r a ver si el t i e m poe s t á nub l a do o s e r e no , e i nm e d i a t a m e n t e , a huye n t a dospo r el frío, se vue l ve n a la c a m a de donde a n t e s sal ieron. Haz, por lo c on t r a r i o , tu s ob r a s a la m a n e r a deese aire que en t i e m po c a l u r o s o s a c a a los h o m b r e s dell echo y los re t i ene , de le i t ados , para tomar el fresco es t ival . No p r e t e nda s ser p r á c t i c o a n t e s que doc t o , ni

que la avar ic ia venza a la gloria en tal a r t e m e r e c i da m e n t e adqu i r i da .

¿N o ves que e n t r e la s hum a na s be l l e z a s un rostrobel l ís imo, y no los r i cos adornos , de t i ene a los v ianda n t e s ? T e d igo es to a ti, que con oro y o t ras r iquezas adornas tu s figuras. ¿No ve s c óm o p i e r de n e xc e lencia las be l l ezas de la j uve n t ud a c a u s a de los e xc e sivos y demas iado f inos adornos? ¿N o has visto a lasm ont a ñe s a s a b r i ga da s con sus b u r d o s y pob r e s pa ños ,que parecen más bel las q ue las que l l evan t antas r ique

zas?No e m p l e e s los r e bus c a dos t oc a dos de c a be z a en loscuales* para los c e r e b r os hue r os , un so lo cabel lo másmdinado a un l a do que a o t ro representa para su due ño una vergüe nza , po rque cree que todos los c i rcunstantes , a b a n d o n a n d o su s p r e oc upa c i one s , s ó l o pe ns a rá n y s ó l o ha b l a r á n de aquel lo . Es tos t a l es t i enen s iem-


pre por consejeros a l espejo y a l peine, y su enemigocapi ta l es e l viento, que a lborota sus acicalados cabellos.

-Haz, pues , que en las cabezas que pintes juguetee elviento con los cabellos en torno a rostros juveniles,adornándolos con sus graciosas revuel tas , y no los pon


den figurar los luminosos, ni l íneas reflejas, ni cuerposlúcidos, como espejos o cosas parecidas , de br i l lo , ni

sblas , ni t i empos obscuros , ni ot ras muchas-cosasqúte no digo por no aburr i r .

LJO que t iene la escul tura es qu e res i s te más la acción del t i empo, aunque t iene res i s tencia parecida ala pintura hecha sobre cobre grueso esmal tado de blan



gas como los de aquel los que los embadurnan de cola

y se ponen el ros t ro como s i es tuviese vidr iado. . . Ljilcuras humanas y progres ivas para las que no hay navegantes suficientes que traigan de los lugares deOriente las gomas arábigas con las cuales se consigueque el viento no al tere la igualdad de sus cabel leras ,que es lo que más van invest igando todavía . . .

Parangón de la Pintura con la Escultura. |

I. Como trabajo tanto en Escul tura como e n P i n t í $ |ra, y hago las dos en el mismo g r ado , me parecéj^^Bpuedo con e scasa i mpugnac i ón op i na r cuá l cíe ambaj»requiere mayor ta lento y cuál es má s difícil y más p©í|§fecta . P r imero, la Escul tura es tá somet ida a cierta¥$^Be e s , es decir , a las de lo al to, y la Pintura l leva coñSJ-|go luz y sombra, y la luz y la sombra son la importan*?cía de la Escul tura . E l escul tor se ve ayudado pcfeflBnaturaleza, por e l re l ieve que é l mismo hace, y e l p in "tor, por arte accidental , lo hace en los si t ios donde ló"

gicamente lo har ía la naturaleza. E l escul tor no puedf í .diversificarse en las varias clases de colores de las p^á

sas ; la Pintu ra rio falla en pa rte alg una . La s perspéO ,t ivas de los escul tores no pa r ecen ve rd ade ras ; l a s delos pintores parecen a centenas de mi l las más a l lá delcuadro. La perspect iva aérea es tá le jos en sus obras |no pu ede n f igurar los cuerpo s t ranspa rentes ; no PufJ¡

co yypintado sobre és te con colores de esmal te , después "de lo cual se pon e nuev am ente a l fuego par a q uecuezcá. Esta c lase de pintura , por su e ternidad, ganaa la escul tura . Puede argüi rse que donde haya un defecto no se puede r emedi a r . E s un a rgument o pobrees ^ qu e intenta demos t r a r que una i r r emedi ab l e faltadeí mem oria h aga desme recer la obra . Y o di ré que e lingenio de maes t ro que comet e e sos e r ro r es e s muchoraás. difíci l dé arreg lar qu e la obra es trop ead a por é l .Sabemos perfectamente que e l pintor práct ico y buenono incurrirá en semejantes er rores , s ino que, guiándo

se por buenas reglas , i rá levantando un poco cada vezy l levará su obra por buen camino. Además, e l escul tor trabaja en t ierra o en cera, y puede quitar y poner,y cuando t iene su obra terminada se echa fáci lmente a lb ronce , siendo ésta la últ ima operación y la de efectomás permanente de la Escul tura , toda vez que las queson sólo de mármol es tán más expuestas a la des t rucción quedas de b ronce .

Así , pues , l a pintura que se hace sobre b ronce , enla cual se puede, con los métodos del ar te , qui tar yponer , es parecida a l bronce, pues cuando se hace lapr imera obra , de cera , aún se puede añadi r y qui tar .Si la escul tura en bronce es e terna, l a pintura en co-ore con colores de vidr iar es e ternís ima; s i e l broncePermanece negro y sucio, el cobre es tá l l eno de var iados y l indos colores . S i hablaras de la p i n t u r a hechasobre tal la, 'diría, muy satisfecho de dar mi opinión

:l


ace rca de ella y de la Escul tura : «La P intura es másjbe l l a y de mayor f an t a s í a , y más abundan t e ; l a Esculjtura es más duradera , y es to es lo único que t iene.»,

Con poco t rabajo real iza la Escul tura lo que en P lt u r a parece cosa de m i lagro : ¡ que pare zcan paip ai /las cosas impalpables , de re l ieve las cosas plana»;••¡Sl e janas las pró xim as En efecto, la P intura es tá íéiox-


como s i l e hub i ese nevado enc i ma ; con t oda l a hab i tación sucia , l l ena de polvo y pedazos de piedra .

Todo lo cont rar io le pasa a l pintor—y hab l o de p i n tores y escul tores excelentes—, puesto que con todacomodidad se s ienta ante su obra , bien ves t ido, y mueve e l l evís imo pincel por tador de los colores . Se adorna con las ves t iduras que le agradan; su habi tación



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nada de inf ini tas especulaciones a las cuales no llegal a Escul tu ra . / ufl

II . La Escul tura no es c iencia , s ino ar te mecanlMen grado super la t ivo, porque produce sudores y canfl

sancio corporal al que en el la trabaja, al cual le baJfl

conocer las medidas de los miembros y la c lase de rrj

vimientos y reposos; y as í acaba en s í misma presdlHt ando a la vi s ta lo que es , s in causar la admiración d ¿ |qui en l a con t empl a , como la causa la P intura , que JlBuna superf ic ie plana 3' a fuerza de ciencia ofrece cáJM

pinas vas t í s imas con hor izontes le janos .

III . No encu ent ro ent re la P int ura y la Escul turaotra diferencia que la de que el escultor realiza su ófM

con más cansancio de su cuerpo que e l pintor , y¡j¡Hpintor hace las suyas con mayor esfuerzo de la mentalque el escultor.

Demuést rase que es to es c ier to con el hecho de c f lel escul tor , para e jecutar sus obras , t i ene que h a c « | |esfuerzos con los brazos y desgastar a golpes e l maí |

mol o la piedra que haya elegido has ta qui tar lo q

u

^ |sobra de la f igura que dent ro del mármol o la piedfwse cont iene, real izando un ejercic io mecánico acornp^íinado con f recuencia de sudor copioso, que a l meZ'j,ciarse con el polvo se convier te en fango, con la caramanchada y l l eno t odo de l po l vo de l mármol , que pa*r ece un panadero , y cub i e r t o de e scamas de mármol ^

está l l ena de l i ndos cuadros , y l i mpi a ; l e acompañan

muchas veces músicos o lectores de var iadas y bel lasobras , que, como no hay es t répi to de mar t i l l azos uot ro ruido confuso, pueden ser oídos muy a gusto.

IV . No hay com para ción ent re e l ingenio, e l ar t i ficio y el discurso de la Pintura y el de la Escultura, ala cual no es torba la perspect iva, a causa de las condiciones de la mater ia y no del ar t i s ta .

Si el escultor dice que no puede r eponer l a ma t e r ia desprendida de más de su obra , como puede ha

cer lo e l pintor , contes taré que e l que demasiado qui ta ,poco ent iende, y no es maest ro. Porque, s i conoce bienl a s medi das , no quitará lo que no d e b e ; as í , pues* diremos que es te defecto es del t rabajador , no de la materia.

P e r o n o m e .refiero a es ta c lase de escul tores , que noson maes t ros , s i no e s t ropeadores de mármol .

Los maest ros no se f ían de lo que la vista les dice,porque s i empre engaña , como se demues t r a en e l i n tento de dividi r una l ínea en dos par tes iguales cal

culando con la vi s ta nada m á s , y s iempre se equivocael que pretende hacer lo, por lo cual los buenos juzgadores temen constantemente a l er ror , cosa que no lessucede a los ignorantes ; y por eso, conocidas las medidas d e todas las larguezas , y todos los grosores , yt odas l a s anchuras de los m i e m b r o s , guiánse por el las


cons t an t ement e , y de e se modo no qu i t an má s qu e lodeb i do .

La ciencia de la Pintura es de maravil loso art if icioy de aguda e specu l ac i ón , cond i c i ones ambas de quécarece la Escultura, por ser de brevísimo discurso.,; '

Al escultor que afirma que su ciencia es más duradera que la de la P intura responderé que ta l duración


sa del aire interpuesto entre los objetos y los o j o s ; lasnieblas , por ent re las cuales penet ran di f íc i lmente lasimágenes de los objetos; la l luvia, que deja ver trasde s í l as nubes , los montes y los val les ; e l polvo, entre el cual y al través del cual se ve a los combatientes que lo han levantado ; e l humo, más o menos denso ; presenta a los peces jugu etean do b ajo la superfi



/

depende de la mater ia en que t rabaja , y no del escul

tor , y que no debe envanecerse con el lo , s ino dejar todal a glor ia a la naturaleza, creadora de los mater ia les queél t rabaja .

V . La P intu ra exige may or discurso men tal y t pne mayor art if icio y maravi l la que la Escul tura , p'illa necesidad obliga a la mente del pintor a transió:marse en la propia mente de la naturaleza y a ser ií)t érprete ent re la naturaleza y e l ar te , comentando ctmaquél la las causas de sus mani fes taciones , obl igada por

sus leyes : cóm o la man era c on qu e las imágenes dellos objetos que hay en torno de los ojos concurren cOfflverdaderas copias a la pupi la ; cuáles , ent re var ios opríj e tos de igual tamaño, parecen mayores a los ojos;cuáles , ent re colores iguales , son más o menos obscuros o más o menos c laros , y , ent re ot ras cosas igual me nte bajas , cuál parece má s o me nos baja , o de la9que es tán puestas a la misma al tura , cuál lo es tá maso menos , y de los objetos iguales colocados a diversasdis tancias , por qué parecen menos vis ibles unos queotros.

Este ar te abarca y encier ra en s í todas las cosas vi s ibles , lo cual no lo puede alcanzar la pobre Escul tura ; esto es, los colores d e toda s el las y sus reducciones ; copia las cosas t ranspa rentes , y e l escul tor sólopresenta las naturales , s in ar t i f ic io a lguno; e l pintorf igura var ias di s tancias con var iedad de colores , a caU'

cie del agua, y el fondo de é s t a ; l a s pu l i ment adas p i e -clrecil las de muchos colores, posadas sobre las lavadasarenas del fondo de los r íos y rodeadas de hierbas ondulantes bajo la superficie del agua ; las estrellas a dist intas a l turas , por encima de nosot ros , y ot ros innumerables efectos que la E scu l t u r a no consigue.

V I . CONCLUSIÓN.-—Carece la Escul tura de la bel leza de los colores ; carece de la perspect iva de é s t o s ;carece de la perspect iva y confusión de términos de lascosas le janas , ya que sólo puede dar idea de los tér

mi nos de l a s cosas ce r canas ; no representa e l a i re interpuesto ent re la vi s ta y las cosas remotas , ocupandomás dichas cosas , como las figuras veladas que dejanver la carne desnuda bajo los velos que la cubren, nipintará la menuda arena dé var ios colores bajo la superf ic ie del agua t ransparente .



Paisajes y fiemas

[Vi

•>,*

Los paisajes.

I . U N EFECTO DE NUBES EN EL LAGO M A Y O R . - 4 - U í

a ver esa mul t ipl icación de a i re (1), y ya encima deMilán, hacia e l l ago Mayor , vi una nube en forma degrand í s i ma mont aña , l l ena de e scamas encend i das ,porque los rayos del sol , que ya es taba en e l hor izonte ,pon i éndo l o enca rnado , l a teñían de su color . Aquel la

nube at ra ía a todas las nubéculas que había a su a l rededor , y no sólo no se movió de su s i t io , s ino que conservó en su c ima la luz del sol has ta hora y media después de haberse hecho de noche ; t anta era su grandeza. Dos horas después de anochecer produjo tan fuerte viento, qu e fu é cosa ext raordinar ia e inaudi ta .

II . A S C E N S I ó N A L MONTE R O S A 21. — El color azul

que vemos en e l a i re no es el color propio de és te , s inoque e s t á p roduc i do por una humedad cá l i da evapora da en pequeñís imos e impalpables á tomos, que l levatras sí la percusión de los rayos solares y se vuelve luminosa bajo la obscur idad de las inmensas t inieblasde la región del fuego que la cubre por encima.

Puede ver es to, como lo vi yo, todo el q u e suba a l

(1) Condensaolón de nubes en la atmósfera.

• •• •^ •¡ ¡• •• •^^


Momboso (1), cúspide de los A l p e s que s epa ran F rancia de Ital ia, y m o n t a ñ a en cuya base nac en los cú'á§¡t ro ríos que r iegan en cuatro sent idos opuestos a todaE uropa . N i nguna mont aña t i ene su base a t a n t a altura .

E s t a se yergue tan a l t a , que cas i atraviesa la s nube s , y pocas veces nieva en e l l a ; sólo cae granizo en'


l a t i e r r a ; y vis to desde a l ta mar pare ce azul , po rqueen su s o n d a s se ve reflejado el a i re azul .

V I. L A VEGETACIÓN DE UNA COLINA.—Las h i e rbas yl as plantas serán de color tanto más pá l i do cuan t o másár ido y fal to de h u m e d a d sea el t e r r eno , y el ter renoes más pobre de h u m e d a d y má s á r i do cuando es t á



'••V*'

/

v e r a n o , c u a n d o la s nubes e s t án más a l tas , y dicho gra

nizo se conse rva de tal m o d o , que si no fuese po r lor a r a m e n t e que desc i enden o se e l evan la s nubes , cosaq u e no sucede dos veces en una edad , hab r í a una cant idad al t í s ima de hie lo escalonado por el g r an i zo . Enel mes de jul io lo vi g r and í s i mo, y vi que el a i re qi^ehabía sobre mí e s t aba obscuro y el sol que caía sobrtól a m o n t a ñ a era bas t an t e más l umi noso alií que en l a | |l l anuras bajas , porque el espesor de l a i re qu e ent re é|ty la c i m a de la m o n t a ñ a se interponía era menor .

BOSQUEJO.—Describe los paisajes con viento,con agua , a la sal ida y a la pues t a del sol.

I V . OTRO.—Describe el viento ter res t re y el maiMt i m o . Desc r i be la l luvia.

V. DISTINT AS COLORACIONES DEL MAR. — El mar on

dul an t e no t iene s iempre el mismo color . Para quienlo ve desde t ierra firme, es de color obscuro, tanto rnaSobscuro cuanto más se ace r ca al hor izonte , y en él ¿e

ven algunos puntos c laros o br i l lantes que se mueven '

con lent i tud, a modo de ovejas blancas ent re los rebarños de g a n a d o m a y o r . Al que ve el mar desde al tam a r le pa r ece azu l . Visto desde la t ier ra parece obsr'c u r ó , p o r q u e en sus o n d a s se refleja la obscur i dad de

(1) Monte Eosa .

sobre la s p e ñ a s que fo rman los m o n t e s . Los árbolesserán tanto más p e q u e ñ o s y de l gados cuan t o m ás cerca estén a la c i m a de los m o n t e s , y el t e r r eno es t a m bién más pobre cuan t o más se ace r ca a d i cha c i ma , ymás feraz cuanto m ás p r ó x i m o se encuen t r e a la concav i dad de los valles.

Así , pues , pintor , debes presentar en las cifas de losm o n t e s la s p i edras de que se componen , cub i e r t a s engran pa r t e de t ier ra y de h i e rbas que a l l í nacen, pequeñas , de l gadas y en su mayor í a pá l i das y secas porca renc i a de h u m e d a d ; la t ier ra arenosa y p o b r e se ha

de ver por en t r e la s descolor idas hie rbas , y las r aqu í t icas plantas crecidas y enve j ec i das , en su m í n i m ograndor , co n cor tas y duras ramif icaciones y con pocashojas , de j ando ver g r an pa r t e de las e n m o h e c i d a s yáridas r a í ces mezc l adas con las c a p a s de las rocas ylas grietas de las moho sas e scamas nac i das en los t roncos es t ropeados por los h o m b r e s y los vientos ; p rocur a r ás que en muchos s i t ios se v e a n la s p iedras sobre sal iendo en los a l tos monte s , cubier ta s de suti l y pál ida capa de m o h o , y de j ando ver en a lgunos s i t ios suverdade ro color por la pe r cus i ón de los fulgores delc ie lo , cuyo paso se ve e s t o rbado a veces , no sin venganza de ta les peñascos .

C u a n t o más desc i endas hac i a la s ra íces de los m o n tes, m ás vigorosos y a b u n d a n t e s en r a m a s y follaje se rá n lo s á rbo l es , y su ve rdor , y su ve rdor , tan va r i adoc o m o lo son las especies que fo rmen aque l b osque , las

• • • • •


ramif icaciones de las cuales son de dist intas clases yespesores de ramas y de hojas , y de di ferentes formasy al turas , a lgunos con apretado ramaje , como los cÉpreses ; ot ros con ramas esparcidas y di la tables , comolas encinas , los cas taños y a lgunos semejantes ; var ioscon hojas p eque ñi tas ; «ot ros con pocas hojas , com o elene bro , e l plá ta no y a lgunos m ás ; unos árboles , co

VI I I . , CÓMO SE DEBE REPRESENTAR LA TEMPESTAD.—Si quieres pintar bien una tempestad, examina y dispon bien todos los detal les cuando el viento, soplandosobre la superficie del mar y de la t ierra, remueve yarras t ra consigo todo lo que no está firme, en l a marea universal .

Para representar bien la tormenta harás ante todo



1

/

mo nacieron, separados por espacios de dis t intas di mensiones , y ot ros juntos s in separación alguna. >

V IL D E L M O D O DE REPRESENTAR LA NOCHE.—Lt>

que es tá enteramente pr ivado de luz es tá a obscurasdel todo. Como esto es lo que le ocurre a la nochej||Hquieres pintar un cuadro que sea de noche, harás jJH

haya en é l una hoguera grande y todas las cosas qü'£es tén cerca de la lumbre tengan el mismo color queésta , porque lo más próximo a un objeto par t ic ipa desu naturaleza. Y pintando el fuego de color rojo, to

das las cosas i luminadas por él serán rojizas, y lasmás le janas tendrán el color negro de la noche. L 9

figuras que aparezcan entre t i y el fuego ha i : cíe serobscuras como l a noche , no tendrán la c lar idad dela lumbre ; las que estén a los lados han de ser medioobscuras y medio roj izas , y las que se vean más aliadel fuego es tarán i luminadas con luz roj iza sobre forifdo negro .

En cuanto a las act i tudes , cuida que los que esténcerca de la hoguera pongan sus manos o sus capas pro

tegiéndoles cont ra e l exces ivo calor , y con la cara vúéfcjt a hacia ot ro lado, como apar tándose de é l , los rnaSapar t ados . P ondrás muchos co l ocando sus manos amodo de visera para l ibrar a sus ojos de la excesivaluz.

unas nubes desga r r adas , r o t a s , que cami nan en l a d i

r ecc i ón de l v i en t o , acompañadas de una polvaredaarenosa levantada del lecho del mar , y ramas y hojasarras t radas por la fuerza del viento fur ioso a lzándoseen el a i re con ot ras muchas cosas no pesadas .

Los árboles y las hierbas , doblados hacia e l suelo,cas i parece que quieren segui r la marcha del viento,con las ramas re torcidas fuera de su di rección natural , co n las hojas revuel tas y ar regladas de nuevo. Loshombres que a l l í se encuent ren, unos caídos y ot rosenredados en sus ropas , ent re e l polvo, cas i es tarán

desconocidos , y los que permanezcan en pie , abrazados a algún á rbo l , para que no los ar ras t re e l viento.Otros se l levarán las manos a los ojos , cegados por e lpolvo, con las ropas y los cabel los agi tándose en lam i s m a dirección del a i re . E l mar , a lborotado y tempestuoso, es tará l leno de remol inos y de espuma ent re lasal tas olas , y e l viento l levará la espuma más leve,como si fuese densa y revuel ta niebla . Los navios quehaya en e l mar nada pueden hacer con sus velas rotas ,cuyos j i rones ondearán al viento en c o m p a ñ í a d e a l-p;ún t rozo de cue rda . Varios palos ra tos , caídos , a t ra

vesados sobre e l barco ent re las olas tempestuosas , yalgunos hombres i r r i tando y sos teniéndose en lo quequeda de l ba r co . P ondrás t ambi én unas nubes i mpul sadas por e l impetuoso viento, chocando con las a l tas c imas de la montaña, formando remol inos a semejanza de las aguas en t re los escol los í viento es pan-

1*

198 LEONARDO DE VINO

toso , por la obscur idad que producen el polvo, la nie-'bla y las densas nubes .

I X . M O D O DE FIGURAR UNA B ATALLA.—Pon, primero , el humo de la art i l lería, confundido en el aire conel polvo levantado por e l movimiento de los cabal losy de los combat ientes . Y para representar esa confu

- r»A'

ESCRITOS LITERARIOS F ILOS ÓF ICOS 199

cillas, menos deben ve r se , an t e s b i en , e s t a r án más a l tas y esparcidas y serán menos densas , y a l cont rar io,cuan t o más ce r ca apa rezcan se r án más r educ i das y másespesas .

El a i re es tará l leno de saetas en dis t intas di recciones ,sub i endo unas , descendiendo ot ras , en l ínea planaot ras , y l a s ba l a s de l a s e scope t as i r án acompañadasde a lgo de humo que se verá t ras e l las .



4

s ión, procederás a s í : e l polvo, como cosa terrestre y

pesada, aunque por su levedad se mezcla con el a i re ,no por eso deja de caer por s í mismo, y lo que mássube es la par te más leve, aunque menos vis ible , quepar ece casi del m ism o color del aire ; el hum o que seconfunde con el a i re polvor iento, cuanto más ascienda a c ier ta a l tura , parecerá una nube obscura , yfjMverá en la c ima antes e l humo que el polvo.

El humo se pintará de color un poco azul , y e l pol vo tendrá su color ; por el lado de donde viene la luzparecerá esa mezcla de a i re , humo y polvo mucho más

iluminada que por el lado opuesto. Los combatientes,",que se encuent ren en medio de esa polvareda seránmenos vis ibles y, por consiguiente , menos se verán lasdi ferencias que haya ent re sus luces y sus sombras .

Harás rojizos los rostros, las personas, el aire y losescopeteros , as í como lo que hava junto a éstos, y dicho color i rá esfumándose a medida que se a le je de lacausa au e lo produce. Las figuras que haya entre elespectador y la luz, si están lejos, aparecerán obscuras sobre fondo c laro, y sus piernas se verán menos ámedi da que vayan e s t ando más ce r ca de l suele , porquwa tan poca a l tura e l polvo es más denso y más abundan t e .

S i pintas cabal los corr iendo fuera del tumul to, pon 5-les u n a s nubéculas de polvo a tanta dis tancia unas o

e

ot ras como puede haber ent re los sal tos de un cabal lo. ,y cuanto más le jos es tén de dicho cabal los esas nube-

Las pr imeras f iguras es tarán polvor ientas , con loscabellos, las cejas y todos los si t ios planos de su cuerpo cubier tos de polvo. P intarás a los vencedores cor r iendo, con el cabello y todas las cosas leves a l viento , con las cejas bajas y adelantando los miembroscont rar ios ; es to es , que s i t i enen adelantado el pie derecho, que avance también el brazo del ot ro lado. S ipones a alguno caído, pinta las señales de que hubiera resbalado en e l polvo conver t ido en fango ensangrentado, y a l rededor de la semi l iquidez de la t i er ra

apa rece r án impresas las huel las de los hombres y loscabal los que por a l l í hayan pasado.P ondrás a l gún caba l l o a r r a s t r ando e l cue rpo muer t o

de su j inete, y detrás de él las huellas de haberlo l levado sobre e l polvo y e l fango; pondrás a los vencidospál idos , con el ent recejo a l to y la carne que hay sobre las cejas con abundantes ar rugas de af l icción. Lasfauces de la nar iz tendrán también algunas ar rugas enforma de a r co , empezando en ellas pa r a t e rmi na r enel pr incipio de los ojos ; l as nar ices levantadas , que escomo p roducen t a l e s a r ru gas ; l os lab i os a rquead os ,

dejando ver los dientes de ar r iba . La boca, abier ta , enact i tud de exhalar lamentaciones . Una de las manos ,escudando los a temorizados ojos con las palmas vuel tas hacia e l enemigo. Pondrás a ot ros luchadores conl a boca ce r r ada y huyendo ; habrá mucha c l a se de a r m a s entre los pies de los combat ientes , como escudos

LEONARDO BE VINC1.

ro tos , l anzas , e spadas pa r t i das y ot ras cosas semejan..1

t es . P i n t a r ás a l gunos muer t os , unos medi o cub i e r t os de,pol vo ; o t ros mezc l ándose el po l vo con la s angre quebro t a de las he r i das , conver t i da en f ango ro j o ; desdelos cuerpos , unos regueros tor tuosos de s angre de supropio color correrán has ta caer a l po l v o ; p i n t a r áso t ros mor i bundos apre t ando los dientes y con los ojosen b l anco , los puños ce r r ados y el cue rpo y las pier- $

ESCRITOS L ITERARIOS Y F ILOS ÓF ICOS 201

cabal los . Y no pintes n ingú n s i t io l l ano má s que la shuellas l lenas de s angre .

X . REPRESENTACIóN DE L DILUVIO.—El a i re es tabaobscuro a c a u s a de la densa l luvia , la cual , bajandoobl i cuament e , somet i da a la di rección t ransversal delvi en t o , f o rmaba ondas en el a i r e como las que vemosque forma el p o l v o ; só l o va r i aban en que al t r avés de



ña s r e t o r c i éndose . P uede habe r en el conjunto algúnh o m b r e d e s a r m a d o y d e r r i b a d o por el e n e m i g o , luc h a n d o a mord i scos y a r añazos pa r a tomar terríble,

venganza ; a lgún cabal lo veloz corr iendo con las c¡r|í¡®nes al viento por en t r e los enemi gos y c a u s a n d o mu-¡:chos daños con las p a t a s ; a l g ú n h o m b r e m u t i l a d o *ca í do en t ier ra , cubr iéndose con su escudo mientrafí

' un enem i go i nc l i nado hac i a él se esfuerza po r m atarle.

P o d r í a s e ver en el cuad ro much os hom bres caídosí'

en mont ón sobre un caba l l o muer t o ; a l gunos de lófflvencedores suspender la l u c h a y des tacarse de la rp'i-ffic h e d u m b r e , l i m p i á n d o s e con a m b a s m a n o s los ojos ¡Hnl as mej i l las manchados de b a r r o producido por las lá-Ügr i mas desprend i das de sus ojos y m e z c l a d a s con el lpolvo ; las e scuadras de socor ro e spe ranzadas y des%|,conf iadas , con la s cejas ang ulosas y haciendo sombra, , ,a su s ojos con las man os pa r a m i r a r en t r e la densa jSlconfusa obscur idad, a tentos a las ó rdenes de su capi t án , y al m i s m o t i e m p o al cap i t án con el bas t ón le- ,

vantado y di r igido hacia el l uga r con t r a r i o adonde seencuen t r a el socorro, indicando a és tos la pa r t e dondeescasean los h o m b r e s ; a lgunos cabal los corr iendo entr e la s aguas de un río, r emovi éndo l as y enturbiando-11la s a su a l r ededor con o n d a s de e s p u m a y de a g u a re-m o v i d a que s a l p i can el a i re y entre la s p a t a s de lo* ,

l a i nundac i ón fo rmaban r ayas la s gotas de a g u a alcae r . Su color era el del fuego pro duc ido por los rayosque hend í an o desga r r aban la s nubes , cu yos r e l ámpagos abr ían los g r andes ab i smos de los i n u n d a d o s valles, y al abr i r l os de j aban ver las c o p a s de los árbolesi nc l i nadas . Ve í ase a N e p t u n o con su t r idente en medio d e las a g u a s y a Eolo r o d e a n d o con sus vientos muchos á rbo l es desa r r a i gados , confund i dos co n las revuel tas aguas .

El hor izonte , en t odo el hemisfer io, es ta ba turbio y

e n c e n d i d o por el fulgor de los cont inuo s ra yos .Veíanse h o m b r e s y pá j a ros ocupando t o t a l ment e losárboles grandes que q u e d a b a n a l descubier to ent re lasdi l a t adas ondas que fo rmaban m ont añ as c i r cundan te s de g r andes ab i smos .

X I . CONTINUACIÓN. — V e í a s e el ambiente obscuroy nebu l oso azo t ado por las corr ientes de dist intosvientos y envue l t o en con t i nua l luv ia m ezc l ada congran i zo , los cua l e s , ya allí, ya acul lá , ar ras t raban in finitas ramas de los desgajados á rbo l es , mezc l adas con

inf ini tas hojas . Al rededor se veían árbo les ant igu osa r r ancados de ra íz y d e s p e d a z a d o s po t el furor delvi en t o . Ve í ase el d e r r u m b a m i e n t o de los m o n t e s , yapr i vados de su b a s e por la corr iente de los r íos , cay e n d o en los mismos ríos y c e r r a n d o su s val les , y aes tos r íos , crecidos , que i n u n d a b a n y sumerg í an m udísimas t ier ras con sus hab i t an t e s .

2 2 LEONARDO DE VINCI

Aún se hub i e r a pod i do %rer, agrup adas en l a cimade los montes , muchas especies de animales asus tadosy domi nados , por ú l t i mo , domés t i cament e , en compañía de hombres fugit ivos y de mujeres con sus hijos.Las aguas que cubr ían los campos l levaban en su superf ic ie mesas , camas, barcos y ot ras cosas hechas porneces i dad y por miedo a la muer te , en las cuales había


por la cólera div ina. ¡ Cuán tos lam entos se o ían¡ v-uautas pcisonas espantauas se iaiu.aoari aesue iosaaeurfcs i veíanse las granaes ramas ae la encinag i aaue , ca rgauas ae nou i Di es , arrasuauas por la lunaa e ios ' impetuosos vientos .

IViucnas eran las barcas que habían volcado y mu-c n a s las q u e , hauariaose enteras o en peuazos , ibancargauas ae gente que se esrorzaba por lograr su sal



jéi

mujeres , hombres con sus hi jos , confundidos , l amentándose y l lorando, espantados por la fur ia del viento,que removía las aguas de ar r iba a abajo, juntas conlos que en el las murieron ahogados . N i nguna cosa ha | |b ía más leve que el agua que no es tuviese cubier ta dedist intos animales, los cuales, dando tregua a sus ihs-j i ; :t intos , es taban juntos en medrosa agrupación. Había/ ,ent re e l los lobos , zorros , serpientes y muchos más detodas c lases que huían de la muer te . Todas las olas,rechazadas por las or i l l as , forcejeaban con és tas , gol peándo l as con d i ve r sos cue rpos sumerg i dos , cuyos gólr

pes ma t aban a l os que aún e s t aban v i vos .H u b i e r a s podido ve r a l gunas agrupac i ones de hom

bres que a mano a rmada de f end í an l os r educ i dos sitiosque les quedaban cont ra los leones , lobos y ot ros ani ma l es r apaces que en e l l os buscaban l a sa l vac i ón^¡ Cuán tos ruidos espan tosos se oían en e l obscuro am biente conmovido por la fur ia de los t ruenos y de losrayos ,por el los lanzados, que en el aire retumbabanyfulminando cuanto se oponía a su paso ¡ A cuántoshub i e r as v i s t o t apándose con l a s p rop i as manos los

oídos para esquivar los t remendos ruidos que producían en e l t enebroso ambiente la fur ia de los vientosmezclada con la l luvia , los t ruenos del c ie lo y la viP?j||leneia de los rayos

A otros no les bastaba cerrar los ojos y se poníanambas manos , una sobre o t r a , enc i ma de e l l os parano ver la ter r ible matanza hecha en e l género humano ¡

vación, con. actituaes y movi mi en t os aoiorosos queanunc i aban una muer t e e span t osa . O t ros , desespe ra dos , se qui taban la viaa porque no poaian sopor tart an t o aolor. Algunos ae es tos se lanzaban al agua desde los al tos escollos ; ot ros se opr imían la garganta consus propias manos; és tos cogían a sus lujos y rápi damente ios ar rojaban vivos ; aquel los se her ían con susprop i as a rmas o s e su i c i daban ; o t ros , dejándose caerde roanias , se encornenaaDan a Ui os . ¡ Cuan t as maaresiioraoan a sus hi jos abogados , teniéndolos en e l rega

zo , y a lzando los brazos a l c ie lo, con imprecacionesque eran a lar idos , desal iaban la ira de los diosesOtras , con las manos juntas y los dedos ent re lazadosse ios mordían, y con sangr ientas dentel ladas los devoraban, doblánaose has ta tocar con el pecho las rodi llas, a causa de su inmenso e insopor table dolor .

Ve í anse l os r ebaños de an i ma l es , como caba l l os ,bueyes , cabras , ovejas , ya cercados por e l agua, que sehabían quedado, como en una i s la , en las a l tas c imasde las montañas , res t regándose unos cont ra ot ros y en t ab l ando enconadas l uchas en t r e s í, de los cuales mo

r ían muchos por escasez de a l imentación.Las aves se posaban ya en los hombres y en los ani

males por no encont rar e l más pequeño espacio de t ier ra que no es tuviese ocupado por seres vivientes . Yael hambre, minis t ra de la muer te , había pr ivado de lavida a gran par te de ios animales , cuando los cuerpos

HESaHHHMHHBflBBM B H H B H I

2 4 LEONARDO DE VINCI ESCRITOS LITERARIOS ¥ FILOSÓFICOSm

muer tos , ya a l igerados , ascendían desde e l fondo delas aguas y surgían por arr iba. Y bajo las alborotadasondas, sobre las cuales forcejeaban unos con otros, ycomo bolas l lenas de aire, sal ían detrás del s i t io donde habían s ido impulsadas y se conver t í an en basede d ichos muer tos . Sobre aquel l as maldic iones se ve íae l a i re l l eno de densas nubes d iv id idas por los serpen

mantenerse a f lo te , montañas pobladas de hombres ,mujeres y animales , r ayos de l as nubes que a lumbranlas cosas.

Figúrese en pr imer t é rmino l a c ima de una montaña abrupta con a lgunos va l l es a l rededor de su base , ya los lados de el la la corteza del terreno levantándosecon l as ra ic i l l as de l a maleza y desprendiéndose de



1 i

teantes movimientos de los furiosos rayos del cielo*']que i luminaban aquí y a l l á l as obscuras t in ieblas .L os movimientos del aire se ven a merced de los

movimientos de l polvo que levantan l as pa tas de I03cabal los , más rápidas para l l enar e l vac ío que de jaba™e n e l a i r e que oc upa ba n c ua n t o m á s r á p i da m e n t e e s c a paba e l caba l lo de d icho a i re .

Cr e e r á s que pue de s c e ns u r a r m e que ha ya represeaBt ado e l camino recorrido en el aire por los movimieii«Stos del viento, porque el viento no se ve en el aireljPero t e d i ré que no los movimientos de l v iento , sind|

los de las cosas que arrastra consigo, es sólo lo que selve en e l a i re .

Obscur idad, v iento , t empes tad en e l mar , diluviode agua , bosques incendiados , l luvia , r ayos de l cifHlo , t e r r e m o t os , de r r um ba m i e n t o de m on t a ña s , demolWlción de c i uda de s .

Vientos ver t ig inosos que g i ran como torbe l l inos , l le - |vándose ramas de á rbol y has ta hombres .

Ramas desgajadas por e l v iento , a r reba tadas por és te \con la gente que en el las se refugiaba.

Arboles par t idos , cargados de personas .Barcos despedazados que se es t re l l an cont ra los a r re-cifes.

Rebaños , granizo , rayos , v ientos ver t ig inosos .Gente encaramada a los á rboles que no puede sos

t enerse , á rboles y escol los , tor res , montañas l l enas degente , barcos , mesas , a r t esas y o t ros instrumentos pa r a '

gran parte de las piedras que la r o d e a n ; ru inosa ca ídade t a l der rumbamiento que en l a v io lenc ia de su ba jada va golpeando y desenter rando l as ra íces re torc idasy l l enas de protuberancias de los á rboles grandes , der r ibándolas una sobre o t ra . Las montañas , a l desmoronarse , descubren sus gr ie tas profundas , causadas porlos t e r remotos de épocas pasadas , y l a base de l asmontañas se ve re forzada en gran par te y cubier t a conlos restos de los arbustos caídos desde la al ta cima dedichas montañas , que es tán mezclados con fango, ra í ces , ramas de á rbol , hojas enter radas en d icho fango

y piedras .Las ru inas de a lgunos montes han descendido a l a

profundidad de algunos val les y se convierten en dique de l agua rebosante de sus r íos , y ese d ique , yaroto, se desl iza con enormes olas, las mayores de lascuales chocan con l as mura l l a* de l as c iudades y l asvillas de aquel valle. Y las ruinas de los al tos edif iciosde t a les c iudades l evantan a l caer gran p o l v a r e d a ; elagua asc iende como e l humo y en confusas nubes corre hacia la l luvia descendente.

Pero e l agua rebosante va dando vuel t as por e l ab i s m o , que l a enc ier ra dent ro de s í , y con remol inos ver tiginosos va golpeando en d iversos obje tos y sa lp icando su fangosa espuma, para caer luego, sa lp icando ene l a i re e l agua sacudida . Las ondas c i rculares que salen del punto de l a percus ión caminan con su impul so de t ravés sobre e l movimiento de l a» o t ra» ondas

BEÜHHHHHHMBBBHBI


c i rculares , que cont ra e l l as avanzan, y después de,/efectuada la percusión sal tan otra vez al aire sm desVjjprenderse de su base .

Cuando sa ie e l agua de t a l ab i smo se ve a l as deshechas ondas extenderse hac ia l a sa l ida , pasada l a cuá l , - ,cayendo o descendiendo en e l a i re , adquieren peso ymovimiento impetuoso, y con e l los , penet rando en l a ;


olas de l mar cae por de lante de su base , golpeándolay re f regándola con sus g lóbulos , y su roce desmenuzaen par t í culas pequeñí s imas e l agua descendente , que ,convi r t i éndose en n iebla densa , se mezcla con l a corr iente de) v iento a modo de hum o e nvo l ve n t e , de r e voluc ión de nubes , en l as cua les se convier t e a l fm.Pero l a l luvia que desc iende , a l se r combat ida y gol



t í

/

percut ida agua , l a abren y l l egan fur iosamente has ta ;e l fondo, de donde rebotan de nuevo hac ia l a super- :

f i c ie de l abi smo, acompañadas de l a i re que con ellasse sumergió y permanece en l a sa l ida , mezclando conl a espuma t rozos de madera y o t ras cosas más l eves ;que e l agua , en torno a l as cua les se in ic ian l as ondas ,que van crec iendo en c í rculo a medida que adquierer j |movimiento , y es te movimiento l as hace t anto más baíffij as cuanto mayor va s i endo su base , y as í se ve cómose desvanecen. Pero s i l as ondas chocan con var ios o]Hj e tos , r e t roceden hac ia l as ondas s iguientes , o b s e r v a n ^

do e l c rec imiento l a misma curva que había adqui r idoa l comenzar su movimiento .

La l luvia, al caer desde las nubes, es del mismo c|Hlor de és tas , es dec i r , de su par te sombr ía , mient ra»;no penetran en el la los rayos del sol , pues si así fue| |r a , l a l luvia t endr ía menos obscur idad que l a nubáfflEl gran peso de l derrumbamiento máximo de l as a l t as montañas o de los grandes edi f i c ios , a l caer , gol 'pear ía los grandes abi smos de agua , que sa l t a r í a encant idades cons iderables por e l a i re , subiendo de modo

cont rar io a como se produce e l movimiento pereusoí ; 'del agua, es decir , s iendo el ángulo de reflexión iguala l ángulo de inc idencia .

De ent re l as cosas que ar ras t re l a cor r i ente se apa í 'taran hacia la ori l la opuesta las pesadas y de mayort amaño. Los remol inos de agua son t anto más velocescuanto más cerca es tán de su cent ro . La cres ta de ¿a8

peada por e l v iento , se hace ra ra o densa , según seaia rareza o la dens idad de l v iento , y por eso se or ig i na en e l ambiente una inundación de d iafanidades producida por e l descenso de l a l luvia que es tá cerca delos ojos que la ven. Las olas del mar que azotan laobl i cuidad de l as montañas que l as l imi tan serán es pumosas a l avanzar cont ra e l dorso de t a les montañas , y a l re t roceder se encont rarán con o t ras o las queavanzan y que luego, con gran es t répi to y gran inundac ión, vue lven a l mar de donde sa l i e ron. Impul sa dos por e l c rec imiento de l a inundación, hac ia l as c i

m a s de l a s m on t a ña s p r óx i m a s s e ve í a n m uc hos hom bres y animales d iversos .

Olas de l mar de l Piombino, todas de agua espum os a .

A g u a q u e s a l p i c a ; v i e n t o s de l P i om b i no ; r e m o l i nosde v iento y de l luvia mezclados con ramas de á rboles ;chapuzones de agua que caen en l as barcas 22.

XII . L A ISLA DE C H I P R E . — D es de l as p layas mer i dionales de la Cil icia se ve hacia el austral la bel la

i s l a de Chipre , que fué re ino de l a d iosa Venus . Muchos , a t ra ídos por su be l l eza , han des t rozado sus n a ves cont ra los escol los c i rcundados de ver t ig inosas ondas . La be l l eza de aquel suave monte inc i t a a los vagabundos navegantes a recrearse en su f lor ido verdor ,al pasar por el cual el aire l lena la is la y la parte delm a r que l a r ode a de s ua ve s c o l o r e s . .. ¡ O h ¡ C u a n -


t a s naves s e han hund i do al lí y a ¡O h ¡Cuántosbarc os se ha n des troza do en aquellos arrecifes All í .s e podr í an ve r muchos , r o t os , med i o s epu l t ados en laarena, unos enseñando la proa, ot ros la popa, és tos e lfondo, aquél los los cos tados . Ha de parecer aquel louna especie de Juicio final en que resuciten los naviosmuer tos , pues son tantos los que hay al l í , que cubren,



toda la playa septent r ional . Al pasar ent re e l los losvientos de Aqui lón producen di ferentes sonidos pavorosos .

El viaje a OrienteDIVISIÓN DEL LIBRO 23

Predicación y persuasión de la fe —La repentina inunda-ción hasta su fin —La destrucción de la ciudad —Muertey desaparición del pueblo —^Expulsión del predicador y suliberación y benevolencia —Daríos qu e hizo —Hallazgo delprofeta —Su profecía —Inundación de las partes bajas deErminia (Armenia) occidental cuyo desagüe se hacía porla cortadura del monte Tauro —El nuevo profeta (enseña)

aquella destrucción hecha por sus designios.

PRIMERA CARTA

DESCRIPCIÓN DEL MONTE TAURO Y DEL RIO EUFRATES

Al Diodiario (1) de Soria (2), lugarteniente del sagrad o

Sultán de Babilonia.

L a nueva desgrac i a acaec i da en es tas nuest ras regiones septent r ionales , que es toy seguro de que no sólo

a t i , sino al universo entero aterroriza, te será dichasuces i vament e por o rden , en t e r ándo t e primero del efecto y luego de la causa.

Hallándome yo en e s t a pa r t e de E rmi n i a , ocupán-

(1) Especie d» gob»r»»dor d»l p»l»cio.(2) Slri».

M H m • B B H H H H H B B H H H H H I

•


dome con amor y sol ic i tud en la misión que me encomendaste , y a l comenzar por los s i t ios que me parecían mejor para nuest ro prqpósi to, ent ré en la c iudadde Cal indra (3) , próxima a nuest ros conf ines .

Esta ciudad se halla si tuada en las ori l las de aquellapar te del monte Tauro que divide a l Eufrates y miraa los cuernos del monte grande por e l poniente .

Dichos cuernos son tan a l tos que parece que l legan

do, ya a largado, ya par t ido en dos o t res f ragmentos ,ya u n i d o , y a veces se pierde de vista y luego se levuelve a ver.

S E G U N D A C A R T A



v

al cielo y que no haya en toda la t ierra cosa más al taque su c ima, que recibe los rayos del sol de orientecuat ro horas antes de amanecen y como es de piedrabl anqu í s i ma , r e sp l andece mucho y p r es t a a aquelloserminios (armemos) e l mismo servicio que la luz dela luna en la obscur idad. Por su mucha al tura , pasade la mayor e levación de las nubes cuat ro mi l las en)l ínea recta . Acuel la c ima se ve desde una extensióngrande del occidente , i luminada por e l sol después d^|ponerse és te has ta una tercera par te de la noche, y es

la misma que cuando es t ábamos j un t os c r e í m os , ent i empo sereno, que ser ía un cometa y nos parecía enmedi o de l a obscur i dad de l a noche que cambi aba d$Vforma, par t iéndose en dos o t res f ragmentos , unas vere e s ; a largándose ó acor tándose, ot ras . Esto ocurnlcuando las nubes en e l hor izonte del c ie lo se interponen ent re dicha montaña y e l sol , y como interceptanlos rayos solares , l a luz del monte queda inter rumpidapor var ios espacios nubosos , y por es to parece de f igi i "ra var iable en su esplendor.

Como la c ima de la montaña resplandece durantela mi tad o la tercera par te de la noche, les parece « n

cometa a los que la ven desde poniente en cuanto anochece, y antes de que amanezca, a los de levante .

Dicho cometa , con su f igura var iable , es ya redon-

(3) La medioeval Kelindrdh.

FIGURA DEL MONTE TAURUS

No soy , ¡ oh D eod ar i o , merecedor d e que m e t a ches de perezoso, como parece que dan a entender tusreprensiones ; pero el desenf r enado amor , consecuencia de los beneficios que de t i he recibido, es lo queme obliga con la mayor solici tud a buscar, a investigar di l igentemente la causa de tan ext raordinar io efecto , y para e l lo he neces i tado t iempo. Ahora, para dejarte bien sat i s fecho acerca de la causa de efecto tan

sorprendente , es necesar io que te descr iba la forma delsitio, y luego verás el efecto, con lo cual me figuro quequedarás compl ac i do .

No te quejes , ¡ oh Diodar io , de mi tardanza en contes tar a tus impacientes preguntas , porque es tas cosas ,de las cuales quieres que te informe, son de ta l naturaleza que no se pueden expresar bien s in disponer det i empo bas t an t e ; mucho más porque , deseando exponer la causa de tan sorprendente efecto, es preciso descr ibi r de buena manera la naturaleza del lugar , mediante la cual podrás tú luego, con faci l idad, quedarcomplacido en la indicada invest igación.

Dejaré a un lado la descripción de la forma del AsiaMenor y qué mares o qué tierras son los que terminan la forma dé su extensión, porque sé que la dil igencia y la solici tud de tus estudios no te han dejadoignorar tales da tos , y voy a decir la ve rda de ra figura

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SHMHfS

218 LEONARDO BÉ VTNCI ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS 213

del monte Taurus , que es e l causante de la sorprendente y per judicia l maravi l la .

Este monte Tauro es e l que, según muchos , const i t uye l a c i ma de l mont e Cáucaso ; pe ro que r i endo enterarme bien he hablado con algunos de los que vi ven más a l lá del mar Caspio, y me dicen que aunquesus montes t ienen el mismo nombre, son de mayor a l tura ; s in em bar go, confirman que aquél es e l verda

ilena de manant ia les muy bel los , de r íos y campos fér t i l es y abundantes en toda c lase de bienes , más aúnen la par te q ue mira a l med iodía ; pero en c uan to seasciende a una a l tura de t res mi l las , se empieza a encont rar se lvas de grandes abetos , pinos , hayas y ot rosárboles sem ejantes ; pasa dos és tos , en un espacio deot ras t res mi l las , hay praderas con abundantes pas tos ,y todo lo demás, has ta e l nacimiento de l mont e T au



i 0i

II•

dero monte Cáucaso, porque en idioma escí t ico, Cáucaso s igni f ica a l tura grande. Y, realmente , no hay not ic ia de que en Or iente ni en Occidente exis ta un monte de tanta a l tura , y la prueba de es to es que los habi tantes de los países si tuados a Poniente de él ven losrayos del sol que i luminan, durante la cuar ta par te dela noche más larga, un t rozo de su c ima, y lo mismoocurre en los países que es tán a Or iente .

Cualidad y cantidad del monte Taurus

La sombra de la c ima del Taurus es tan a l ta , quecuando a mediados de junio e l sol es tá a mediodía , susombra a lcanza has ta e l pr incipio de la Sarmacia (Dio lo que es lo mismo, doce jornadas , y a mediados dediciembre l lega has ta los montes Hiperbóreos , que esv i a j e de un mes , hac i a l a T ramont ana . La par te opuesta a l viento es tá l l ena de nubes y nieblas , poroue elviento que se abre a l chocar con la peña, a l ot ro ladode és ta vuelve a cer rarse , y de es ta manera l leva cons igo las nubes de todas par tes y las deia al chocar. Ysiemnre carece de percusión de ravos por la multitudde nubes que recoge; as í que la peña es tá des t rozaday l lena de ruinas .

En su base es tá habi tada por pueblos r iquís imos v

1) Región que s «ti»nd« «1 E. del Tanat, hasta • mar Caiplo.

rus , son nieves e ternas que nunca desaparecen y l leganhasta una a l tura de cerca de catorce mi l las en junto.Desde el nacimiento del Taurus has ta la a l tura de unami l la no pasan nubes nunca, con lo cual tenemos quince millas que están a cerca de cinco de al tura en l ínearecta, y a otro tanto aprox i madament e encon t r amos l acima de los cuernos del Taurus , en los cuales , de lami tad hacia ar r iba , empieza a haber a i re que cal ienta, y no se nota el soplo del viento ni hay cosa a lgunoque pueda vivi r mucho. Al l í no nace nada, sa lvo al

gunas aves de rapiña que anidan en las gr ie tas a l tasdel Taurus y bajan más abajo que las nubes a buscarsus presas en los herbosos montes . Aquél es todo depiedra , es deci r , desde las nubes hacia ar r iba , de unapiedra blanquís ima, y a la a l ta c ima no se puede i r acausa de lo abrupto y pel igroso de la subida.

T E R C E R A C A R T A

Como yo me he regoci jado cont igo en las car tas ,muchas veces , de tu próspera for tuna, sé ahora que,romo amigo, te cont r i s tarás conmigo de la mísera s i tuación en que me hal lo, a causa de que en es tos úl t imos días han s ido tantos mis afanes , t emores , pel i gros y per juic ios ent re es tos miserables a ldeanos , que

16 .

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J i

214 LEONARDO DE V1NCI ESCRITOS LITERABIOS Y FILOSÓFICOS 215

t en í amos env i d i a de los muer tos . No creo, realmenteque porque los e lementos con su separación hayan deshecho el gran caos , malgas ten su fuerza y hasta sufur ia en hacer a los hombres , tanto daño como en nos ot ros se ha vis to y exper imentado, has ta e l punto deque no puedo imaginar que pueda haber sui r imientomayor que e l que hemos padecido por espacio de diezhor a s .

Sé que mis desgrac i a s t e apena rán , que r i do ami go ,t a n t o como yo me alegro en mis car tas de tu bien.

FR GMENTO

Veí ase gen t e que con g r an apresurami en t o ca rgaba ,en dis t intas c lases de naves , vi tual las preparadas rá p i dament e por neces i dad .



V

Primero nos vimos asal tados y combat idos por e lí mpe t u y la furia de los vientos, y a esto se unió lacaída de grandes montañas de nieve, que l lenaron todos estos valles y asolaron gran parte de nuestra ciudad. No sat i s fecha con elio nuestra desgracia, t rajo repent inas inundaciones de agua que anegaron toda lapar te baja de es ta c iudad ; a es to se anadio usía lluviarepent ina y una tempestad asoladora de agua, arena,fango y piedras mezcladas con ra íces , malezas y':*»mas desgajadas de var ios árboles , todo el lo arcaatrado

por el aire y bajando hacia nosotros. Por últ imo, unincendio que parecía producido, no por veinte , s inopor diez mi l demonios , que abrasó y des t ruyó toda es taregión y que dura todavía .

Los pocos que nos hemos salvado nos hal lamos ént a l es tado de abat imiento y de temor , que, como tontos, apenas nos a t revemos a hablar unos con ot rbs .Abandonadas t odas nues t r a s p r eocupac i ones , estamosjuntos, reunidos en las ruinas de una iglesia, confundidos hombres y mujeres , chicos y grandes , a modo derebaño de cabras . Los vecinos nos han socorr ido pPr

compasión con algunas vi tual las . Eran enemigos nuest ros , y a no ser por su ayuda, hubiéramos muer to deh a m b r e .

¡ Ya ves cuál es nuest ra s i tuación Pue s todos estosmal es no son nada comparados con l os que ños a m e 'nazan pa r a den t ro de poco t i empo .

El bri l lo de las olas no se veía en aquellos si t ios,donde se ref le jaba la tenebrosa l luvia con sus nubes .

Pero donde los re lámpagos producidos por los rayosdel cielo refulgían se Veían tantos bri l los reflejadoscuantas eran las olas que abarcaban los ojos de losci rcunstantes .

Tanto crecía e l número de ref le jos de los re lámpagos producidos por los rayos en las aguas cuanto crecía la di s tancia a los ojos que los miraban, como sedemues t r a en la descr ipción de los esplendores de la

l una . Tanto disminuía dicho número de ref le jos cuantomás cerca es taban de los ojos que los veían, como sedemuest ra en la def inic ión del esplendor de la luna yde nuestro horizonte marít imo, cuando el sol refleja,sus rayos y nuestros ojos, al recibir tales reflejos, están lejos de dicho mar .

, . , ' ( . )¡ • • W ^ ^ H H H n H H H I



V

Las figuras

I. LA PINTURA EXPRESIVA.—La pin tur a o las figuraspintadas deben es tar hechas de ta l modo que quieneslas miren puedan conocer con faci l idad, por sus act i t ude s , e l es tado de ánimo en que se hal lan. S i t i enesque figurar a un hombre de b i en hab l ando , pon cu i dado en que sus act i tudes correspondan a palabrasbondadosas , y , del mismo modo, s i t i enes que pintar

u n h o m b r e bes t ia l , ponle en acti tud de fiereza, agitando los brazos cont ra su oyente , y la cabeza y e l pechomás ade l an t ados que l os p i e s , acompañados de l a smanos de l locutor, a semejanza del mudo que viendoa dos que hablan, aunque es té pr ivado del oído, ent iende el mot ivo de su disputa por sus movimientos ysus act i tudes .

Yo he vis to en F lorencia un sordo accidental quecuando se le hablaba con voz fuer te no entendía , yhablándole baj i to , cas i s in que se percibiese la voz, lo

comprendía toldo, por e l movimiento de los labios . P o déis deci r : ¿acaso n o mue ven los labios los que h ablan a l to como los que hablan bajo? Y s i los doslos mueven, ¿no se les entenderá lo mismo a uno quea ot ro? Dejo que contes te la exper iencia . Haz hablara uno primero en voz baja y luego muy alta, y fí jateen ' sus labios .

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II . ADVER TENC IA PARA EL PINTOR.—Fíjate bien porla calle, al anochece r , cuando h a c e mal t i e m p o , en lasca ras de los h o m b r e s y de las muj e r es . ¡ C uán t a g r acia y cuán t a du l zura hay en e l l a s

III. LA PINTURA DEBE REVELAR LAS PASIONES DE LA

FIGURA PINTADA.—El buen p i n t o r ha de p i n t a r do s co-,sas pr incipales , que son: los h o m b r e s y su e s t ado de

figura que no apa rezca en act i tud qu e exprese la pa

sión de su a l ma .E s más e logiable la figura que con su act i tud expre

sa mejor la pas i ón de su a l m a .

VIL VARIEDAD INFINITA DE LA EXPRESIóN DE LOS

SENTIMIENTOS.—Tantas son las dis t intas act i tudes delos hombres como las i mpres i ones qu e p a s a n por su



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V

á n i m o . Lo p r i m e r o es f ác i l ; lo seg und o, difícil , porq u e es preciso representar lo co n ges tos y act i tudes del os mi embros , y es to hay que aprender l o de los mudos ,q ue los hacen me j or qu e n i n g u n a otra c lase de hom-;;bres.

IV . LOS MUDOS SON MAESTROS DE LOS PINTORES.—Las figuras de los hombres t i enen ac t i t udes adecuadas*a stis ac t os , de m a n e r a que, v i éndo l as , se s abe lo quéi|aquél los dicen o p i ensan . La s aprenderá b i en el queí

imite los movi mi en t os de los m u d o s , qu e h a b l a n c o n |l a s manos , con los ojos, con las cejas y con t odo su' |cue rpo , cuando qu i e r en expresa r su e s t ado de ánimo. ; ,

N o os riáis de mí si os p r o p o n g o un p r ecep t o r sinl engua pa r a que os e n s e ñ e un ar te que él desconoce , Ipues mejor os e n s e ñ a r é co n h e c h o s qu e otros con pa-U;l abras . No despreciéi s mi consejo, porque el los sonmaes t ros de act i tudes y en t i enden de lejos lo qué uno ;h a b l a c u a n d o a c o m o d a los m o v i m i e n to s de las manosa la pa l abra .

V . EL MÉRITO DE LA PINTURA ESTÁ EN LA CÓRRELA-;CiÓN DE LA TRAZA CON EL SIGNIFICADO.—Has de hacer,las figuras en tal acritud que sea suficiente para expresa r qu e aquél la t i ene ta l disposic ión de á n i m o . m

n o es así, tu a r t e no es l audab l e .

VI. CONTINUACIóN.—No es m e r e c e d o ra de e logio la

m e n t e , y c a d a una de és tas agi ta más o m e n o s a loshombres s egún su m a y o r o menor i n t ens i dad y segúnl a edad de e l los , pues en el m i s m o c a s o las expre san de di ferente modo los viejos que los jóvenes .

V I I I . LA EDAD DEL HOMBRE.—Cómo se debe r epre sentar la e d a d del h o m b r e , es deci r , su infancia , ni ñez, adolescencia , juventud ,vejez y dec r ep i t ud .

Los vie jos deben dibujarse co n t o rpes y lentos movi mi en t os , p i e rnas dob l adas por las rodi l las cuando es

t án pa r ados , los pies Separados , los hombros ca í dos ,la cabeza incl inada y los b r azos no ex t end i dos del t odo .

Las mujeres en act i tud avergonzada se han de represen t a r con las p i e rnas j un t a s y a p r e t a d a s un a cont raot ra , los brazos cruzados y la cabeza ba j a e i nc l i nada a

un lado.Las vie jas se pintarán co n figuras osadas, en act i tu

des de r ab i a , corno las furias infernales, qu e d e b e n pa recer más l igeras en la c a b e z a y en los b r azos que enl as piernas .

L os n i ños pequeños , en act i tudes di l igentes y a tur d i das cuando es t án sen t ados , y si e s t án de pie, t ímidos y mi edosos .

IX . CÓMO SE REPRESENTA A UNO QUE HABLA ENTREVARIAS PERSONAS.—Para imi tar al que deseas qu e a p a r ezca hab l ando en un g r u p o de va r i a s pe r sonas has de


t ener en cuenta e l asunto de que se suponga que ha- ;.bla y acomodar sus act i tudes a lo que a ta l asunto corres pon da ; es decir , si el asunto es persuas ivo, con.ademanes a propósi to; s i es exposi t ivo, por di ferentesrazones , e l que habla tendrá cogidos con los dedos dela mano derecha uno de los de la izquierda y los dosmeñiques doblados , y la cabeza f rente a l grupo, la boca un poco abier ta , que parezca que habla , y s i es tá


sopla e l bocado de p a n ; el de más al lá se inclina paraver a l que es tá hablando, y se pondrá la mano sobrelos ojos para hacer les sombra; e l ot ro se echa haciaatrás del que se inclina, y ve al orador por entre lapared y e l incl inado.

X I . CÓMO SE DEBE HACER UNA FIGURA AIRADA.—A la figura airada la pondrás cogiendo a otro por el



Mi

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sentad o, que a pare nte ergui rse un p oco con la cabeza ;hacia adelante , y s i es tá de pie , con la cabeza y e l pe cho incl inados hacia e l grupo.

El grupo es tará cal lado y a tento, mirando al orador,,a la car a, en ac ti tud de ad mir ació n ; algun os viejos,/ 'asombrados de lo que oyen, tendrán las comisuras de;:los labios caídas , con muchas ar rugas en las mejillas jjla s ce ias , levantadas por e l punto de su unión, forajmando a r rugas en l a f r en t e ; a l gunos , s en t ados , conla s m.anos cruza das sujetando un a rodi l la ; ot ros , con

l as piernas cruzadas y una mano encima de la cual sejapoye el codo, y sobre és te e l barbudo mentón de urUviejo incl inado.

X . NO TAS ACERCA DE LA COM POSICIóN DEL C E N á C U LO 24 . — U n o , que beb í a , deja la taza en su sitio y vuel»,';ve la cabeza hacia e l que habla .

Otro cruza las manos, y con las cejas rígidas se vuelve hacia su compañero; ot ro, con las manos abier tas ,enseña las palmas de las dos , encobe los hombros has-t a las oreias y pone boca de asombro.

Otro habla a l oído del au e está a su lado, y el quele escucha se incl ina hacia é l , t endiendo el oído, ycon un cuchi l lo en una mano y en la ot ra e l pan a m e dio r>artir. Otro, a l volverse llevando en l a mano uncuchi l lo , der r iba una taza sobre la mesa.

Es t e , pues t a s l a s manos sobre l a mesa , mi r a ; aque l

cabel lo y torciéndole la cabeza cont ra e l suelo, conuna rodi l la apoyada en e l cos tado del caído y e l brazo derecho levantado, con el puño en a l t o ; tendrá e lpelo er izado, las cejas bajas y ar rugadas , los dientesapretados y ar rugados los ext remos de la boca; e lcuel lo hinchado y l leno de ar rugas , por es tar incl inadohacia e l enemigo.

X I I . CÓMO SE REPRESENTA A UN DESESPERADO.—Aldesesperado le pintarás con un cuchi l lo , desgarradassus ves t iduras con las uñas , con una de las cualesagrandará su her ida, con los pies separados , l as pier nas a lgo dobladas , todo el cuerpo incl inado hacia e lsuelo y con el cabel lo ar rancado y esparcido.

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U n éíé^níe fan tás t icoP R I M E R A C A R T A

La negra cara , a primera vis ta , es horr ible , espantosa , y más aún los ojos , hundidos y encarnados , queaparecen bajo las cejas obscuras y pavorosas , que harían nublarse el cielo y temblar la t ierra.

Creedme. No hay hombre tan f iero que a l l í donde

él dirigía sus encendidos ojos no sintiera deseos deicner alas para hui r , pues e l mismo Lucifer del infiern o parecería tener un rostro ange l i ca l comparado conaqué l . La na r i z a r r emangada , con enormes ven t anas ,de las cuales sal ían muchas y largas cerdas , y debajode és tas la ar rugada boca de labios gruesos , en e l extremo de los cuales había pelos , a es t i lo de los bigotesde los ga t o s , y los dientes amar i l los . Camina sobre loscuerpos de los hombres a cabal lo, con el dorso de los'tries hacia arriba.

' Disgu stado por la larga esp era , convier te su i ra enfuror y empi eza a me t e r se en t r e l a muchedumbre , dando con sus pies , movidos por las poderosas piernas ,Patadas q ue lanzan a los hombres por el aire, y losnacen caer sobre los ot ros hombres como una espesagran i zada . Muchos fueron los que a l mor i r sembraronla muer te , y tanta crueldad duró has ta que e l polvo

4 LEONARDO DE VINCI

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que los pies levantaban, a l ascender por e l a i re , obl i gó a aquella furia infernal a retroceder. Nosotros con- 't i nuamos huyendo .

| Cuá ntas c lases de a taques fueron em plead os cont ra aquel la endemoniada fur ia , para la cual de nadavalía cualquier ofensiva ¡ Pob re gente No os s i rvenlas for ta lezas inexpugnables , ni l as a l tas mural las dela c iudad, ni que seáis muchos , ni vues t ras casas y

S E G U N D A C A R T A

Querido Benedicto de Pertarti

Al caer e l feroz gigante a causa de lo ensangrentado y fangoso del suelo, pareció que se hubiera caído



I i. I>

vuest ros palacios ; no os ha qu eda do m ás que los reducidos agujeros o cuevas subter ráneas , como s i fue-,ra i s gr i l los grandes o animales por e l est i lo, j Buscadla salvación en la fuga

¡ Cuán tos infel ices pa dre s y ma dres se vieron pri-ivados de sus hi jos j Cu ánta s míseras mujeres se qué-,,daron s in sus com pañ eros ¡ De veras , de veras , quer ido Benedicto, creo que desde que fué creado e l mundo no se ha visto una lamentación, un l lanto publicó,, ' ; .producidos por ter ror semejante

Rea l ment e en e s t e caso l a e spec i e humana t i ene queenvidiar a ot ras generaciones de an i ma l es , t oda vfflBque si el águila vence por su fiereza a todas las demásaves , a l menos no son vencidas por la rapidez del vuelo , en la cual las golondr inas escapan, por su veloci da d, d e la rapiñ a de o tras aves ; los delfines, con suprecipi tada huida, se salvan de las bal lenas y de loscacha l o t e s g r an des ; pe ro pa r a noso t ros , ¡ i n f e l i ces ,no hay escapator ia que valga, puesto que e l gigante ,andando despac i o , s e ade l an t a sobradament e a l a ca r rera de los más rápidos corceles . No sé qué deci r Wqué hace r , y has t a me pa r ece que voy nadando por suenorme ga rgan t a y que me auedo confusament e muer to y sepul tado en su grandís imo vient re .

una mont aña , conmovi endo l a campi ña como con unt e r r emot o y e span t ando a l mi smo i n f e rna l P l u t ón . Acausa del t remendo golpe se quedó en la t i er ra l i anaun poco atontado, y en seguida la gente , creyendo quehab í a muer t o porque l e hub i e r a a l canzado a l guna f l e cha , r eg r esó en g r an muchedumbre y a gu i sa de hor^mi gas que cor r í an apresuradament e por e l cue rpo de lcaído gigante , y des l izándose por sus ampl ios miembros l e l ace r aban con numerosas he r i das .

El gigante, al recobrar sus fuerzas y verse casi cubier to por la muchedumbre, notó en seguida e l escozorde los pinchazos , l anzó un bramido que parecía unt rueno espantoso, apoyó una mano en el suelo, y levantando el pavoroso ros t ro, se l l evó una de sus manos a la cabeza, que hal ló poblada de hombres afer rados a sus cabel los , como s i fuesen esos animalespequeñís imos que ent re e l pelo suelen nacer , por locual , sacudiendo la cabeza, ar rojó por e l a i re a loshombres , que caye ron como cae e l g r an i zo cuandohace mucho viento, y mur ieron gran número de e l losaplas tados por los pies de los que corr ían, pi soteándo

los. Otros , agarrándose a los cabel los del gigante yprocurando ocul tarse ent re e l los , se parecían a los mar ineros cuando hay tormenta y t repan por las cuerdaspara ar r iar las velas .

H H H H H I


FRAGMENTOS

¿Not ic ias de las cosas de Levante? Has de saberque en e l mes de junio apa rec i ó un g i gan t e que ve nía del des ier to de Libia . . . A semejanza de hormigas ,corriendo fur iosas . . . ar r iba , por e l árbol der r ibado por


P adece rán l os hombres t an c rue l en f e rmedad , quecon las propias uñas se desgarrarán las carnes : serála roña.

Se verá que los árboles se quedan s in hojas y quelos r íos det ienen su corr iente .

El agua del mar se a lzará sobre las a l tas c imas delas montañas hacia e l c ie lo, y volverá a caer sobre lasviviendas de los hombres , es deci r , por medio de las



k

h

el hacha del inf lexible campesino.Aque l g i gan t e hab í a nac i do en e l monte A t a l an t e(At la s) ; era un h éroe ; tuvo que conte nder c on egipcios y árabes , medas y persas, y vivía en el mar delas bal lenas , de los cachalotes y de las naves .

Temiendo por su vida, Marte se refugió bajo la si l lade Júpiter

Con la t remenda caída pareció que se es t remecía laprovincia entera .

Las profecías e

los animales racionales

I. PROFECÍA.—Se verá a la especie leonina abrirla t i er ra con sus garras provis tas de uñas y esconderseen las cuevas que haga junto con ot ros animales ael la somet idos .

Saldrán de la t i er ra animales ves t idos de t inieblas ,que con asombrosos asal tos a tacarán a la generaciónh u m a n a , y a feroces mordiscos y anegada en sangrel a devora r án .

Además, pasará por e l a i re la nefanda especie volá t i l , que ar ras t rará a los hombres y a los animales ,en los cuales se cebará dando grandes gr i tos y l lenando su vient re de roja sangre .

Se Verá salir la sangre por las desga r r adas ca rnes yregar las par tes superf ic ia les de los hombres .

nubes .Se verá a los mayores árboles del bosque ar ras t rados por la furia de los vientos de oriente a occidente,es decir , por el mar.

Los hombres echarán al a i re sus propias vi tual las ,e s dec i r , s embrando .

• I I . D E LOS NIñOS QUE EST áN SU J E T O S, E N FA J A D O S.—

¡ Oh , c i udad ma r i n a Ve o en ti a t us c i udadan os , a s íh e m b r a s como machos , fuer temente a tados brazos yp i e rnas , atados por gente qu e no en t enderá nues t ro

lenguaje , y sólo podréis desahogar vuest ros dolores yla i perdid a l iber tad m edia nte lacr im oso llanto, suspi ros y lamentaciones para vosot ros mismos, pues quienes os sujetan no os entenderán ni vosot ros los entenderéis .

III . D E LAS CRIATURAS QUE MAMAN.—Muchos F ranciscos , Domingos y Beni tos comerán lo que antes , ymuy ce r ca , han comi do o t ros , y pasa r án muchos meses an t e s de que puedan hab l a r .

I V . LOS QUE DUERMEN SOBRE LAS PLUMAS DE LASAVES.—Muchos serán los que, olvidando su exis tencia y su nombre, es tarán como muer tos sobre los despojos de ot ros muer tos .

V . LOS QUE ESCRIBEN CARTAS DE UN PAÍS A OTRO.—


Habl a r án l os hombres de r emot í s i mos pa í ses unos conotros, y se contes tarán.

V I . LA S PROSTITUTAS CASADAS.—Se verá a los padres entregar a sus hijas a la lujuria de los hombres y,premiar las y abandonar toda la vigi lancia anter iorcuando se casen .

L A S DOTES DE LAS M U CH A CH A S .—A s í

n


m o v e r s e ; v e r á n én la obscur idad grandes esplendores .¡ Oh , a sombro de l a e spec i e huma na ¿Qué f renes í t ear ras t ra? Hablarás con los animales de todas c lases yel los cont igo en lenguaje humano. Te verás caer desdegrandes a l turas s in sufr i r daño alguno. Te acompañarán los tor rentes .



VIL ' como lajuventud femenina no podía antes defenderse de la lur í ;juria y la rapacidad de los varones, ni con la vigilancia, ;de los padres ni con la fortaleza de los muros, llegará'ífun t iempo en que sea preciso que los padres y par ien*tes de las muchachas paguen grandes cant idades a los ,que qu i e r an dormi r con el las, aunque sean r i cas , nolibles y bell ísimas.

Esto revela que la naturaleza quiere ext ingui r la e|Hpec i e humana como cosa i nú t i l pa r a e l mundo y estraM

gadora de todas las cosas creadas .VIII. Los QUE APAGAN LA LUZ CUANDO SE VAN A M

CAMA.—Muchos, por expulsar con demasiada pr i sa el'í;al iento, pierden la vi s ta , y después , todas las sensáSciones .

I X . L o s SUEÑOS.—Andarán los hombres s in rnlfflverse , hablarán con quien no es té a l l í y oi rán a quienno hab l a .

X . MÁS DE LOS SUEÑOS.—Les parecerá a los hombres que ven en e l c ie lo nuevas ruinas y les pareceráque se levantan en e l las volando y que en e l las huyen,con terror, de las l lamas qu e del cielo bajan ; oiránhablar a los animales de cualquier especie en lenguaje humano ; correrán por cualquier par te del mundo s in

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X I . DE LA SOMBRA QUE SE MUEVE CON EL HOMBRE.—Se verán formas y f iguras de hombres y de animalesque segu i r án a d i chos an i ma l es u hombres adondequiera que vayan, y e l movimiento del uno i rá acompañado del movimiento de la ot ra ; pero parecerá cosaadmirable los di s t intos tamaños que van mudando lasspmbras .

X I I . LA S SOMBRAS QUE HACE EL HOMBRE, DE NOCHE,A LA LUZ.—Aparecerán figuras grandísimas con form a h u m a n a , q u e cuanto más te acerques a e l las más

i r án ach i cando su mi sma magni t ud .

X I I I . LA SOMBRA DEL SOL Y DEL REFLEJO EN EL AGUAAL MISMO TIEMPO.—Veréis muchas veces que un hombre se convier te en t res y que todos le acompañan, ya veces , uno, e l más c ier to, l e abandona.

X I V . LOS IDIOMAS DE DISTINTOS PUEB LOS.— Llegará a ta l punto la generación humana que no entenderán unos lo que ot ros hablen; es deci r un a lemán conun turco.

X V . LOS SOLDADOS A CABALLO. — M uc ho s se rá nvis tos l levados por grandes animales en veloz car reraa la ruina de su vida o a su rapidís ima muer te . Por e laire y por el suelo se verán animales de di ferentes co-

17

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23 LEONARDO DE VINO

lores l l evando fur iosamente a los h o m b r e s a pe rde r lavida.

X V I . L o s SEGADORES.—Habrá m u c h o s que a v a n zarán unos cont ra ot ros l levando en la m a n o el cort an t e h i e r r o ; éstos no se harán en t r e sí m á s d a ñ o queel de l cansanc i o , p orque cuando u n o a v a n c e , el otrore t rocederá el mi smo espac i o . P e ro ¡ p o b r e del que semet a en t r e e l l os , porque acaba rá despedazado


X X I I I . L A TRILLA.—Los hombres ma l t r a t a r án c rue l m e n t e a lo q u e es c a u s a de su v i da : tr i l larán la mies .

' X X I V . L o s JUGADORES.—Las pie les de los a n i m a les exci tarán a los h o m b r e s a a b a n d o n a r su si lencio yproferir grandes gri tos y blasfemias : las pe l o t a s d ejuego.

X X V . E L SONIDO DE LA ZAMPONA.—El viento que



ií

vil

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X V I I . Lo s ZAPADORES.—Muchos s e r án lo s que , ,desol lando a su m a d r e , le e c h a r á n su pie l encima : losll ab r adores de la t ierra.

X V I I I . L A SIEMBRA.—Entonces, la mayor pa r t e d e |l os hombres que q u e d e n vivos echarán fuera de s u scasas la s vituallas que t en í an gua rdad as , de j ándo l ascomo presa l ibre a las aves y anim ales ter res t res , s i n |cu i da r se d e e l las para nad a.

X I X . L A S TIERRAS LABRADAS.—Se verá vol tear lajt i er ra , quedando lo de ar r iba abajo, y mi r a r al hemis-1fer io opuesto, y descubr i r las guar idas de ferocísimos;;an i ma l es .

X X . L o s ZAPATEROS.—Los homb res ve r án compl a - -cidos cómo se deshacen y se r o m p e n sus obras .

X X I . L A SIEGA DE LA HIERBA.—Se ext ingui rán in numerab l es v i das y se formarán sobre la t ier ra innumerables agujeros .

X X I I . D E L GRANO Y OTRAS SEMILLAS.—Echarán

los hombres fuera de sus propias casas la s vituallasque ded i caban a sus tentar su vida.

p a s e por las pie les de los an i ma l es ob l i ga r á a saltar :la zampona es lo que les h a c e dar sal tos .

X X V I . L o s DADOS.—Veréis huesos de m u e r t o m o viéndose velozmente y resolviendo la suer te de qu i enlos mueve : los dados .

X X V I I . G O L P E A D O S Y AZOTADOS.—Los h o m b r e s seesconderán ba j o la corteza de las descor tezada s hier

bas, y allí, g r i t ando , se m ar t i r iza r án a sí m i s m o s congrandes gr i tos .

X X V I I I . LA S LENGUAS DE CERDO Y DE TERNERA EN

LAS TRIPAS.—¡ Q ué co sa m ás sucia ver a un an i ma lc o n la l engua en el cu l o de o t r o

X X I X . L o QUE HA DE VENIR DE ORIENTE.—Vendránde Oriente t inieblas que cubr i rán de obscur i dad el c ielo de Ital ia.

X X X . L O S BARBEROS.—Todos lo s homb res hu i r ánal Áfr ica .

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Las profec ías de los an imales



i r rac iona les

I. ARRASTRAN L AS B OM B AR DAS. —L o s bueyes son engran par te causa de la des t rucción de las c iudades , ytambién los cabal los y los búfalos .

II . BUEYES QUE SE COMEN.—Comerán a l amo de lasposes iones y a sus mismos t rabajadores .

III. LOS BURROS APALEADOS.—¡Oh, na tu ra le za d es c u i d a d a £ Por qu é eres tan parcia l q ue te por tas conalgunos de tus hi jos como madre piadosa y con ot roscomo cruel madras t ra? Veo a tus hi jos ent regados ala servidumbre de ot ros s in benef ic io a lguno, y , en vezde remunerar les los benef ic ios que hacen, se les pagacon grandís imos mar t i r ios y consumen s iempre su vidaen benef ic io de su mar t i r izador .

IV . D E LOS ASNOS.—Las mu cha s fa t igas les serán

pagadas con hambre , s ed , mol es t i a s , mazadas , p i n chazos , blasfemias y ruindades .

V . LAS CAMPANILLAS QUE LAS MULAS LLEVAN JUNTOA LAS OREJAS.—Se oi rán en muchos s i t ios de Europains t rumentos de dis t intos tamaños que produci rán ar -

34

LEONARDO DE VINCI


monías, con grandísimo cansancio de quien más decerca las oye.

V I . LOS MULOS QUE LLEVAN GRANDES CANTIDADES DEPLATA Y DE ORO.—Muchos tesoros y grandes riquezashabrá junto a los animales de cuatro pies, que los llevarán a diversos lugares.

VII . Los CABRITOS.—Volverá el tiempo de Hero-

des, porque los inocentes hijitos serán arrebatados a

Y

se esconderán ellos y sus hijos y sus vituallas en el interior de obscuras cavernas, y en ellas, lugares tene

brosos, se alimentarán durante muchos meses, sin verluz alguna, ni natural ni artificial.

XIII. LA S MOSCAS Y OTROS INSECTOS.—Saldrán loshombres de su sepultura convertidos en aves, y asal

tarán a los demás hombres, quitándoles el alimento desus propios senos y de su mesa: las moscas.



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sus nodrizas y morirán de tremendas heridas a manode los hombres.

VIII. LAS OVEJAS, CABRAS, VACAS Y OTROS ANáLO- .GOS.—A muchísimas les serán quitados sus hijos pe-,queños para degollarlos y descuatizarlos cruelmente. .

IX. LAS GATAS QUE SE COMEN LOS RATONES. — En

vosotras, ciudades africanas, se verá que vuestros na- ;

tivos serán descuartizados en su propia casa por crue-vilísirnos y rapaces animales de vuestro mismo país.

X. LAS ABEJAS QUE PRODUCEN LA CERA DE LAS CAN- 'DÉLAS.—Serán ahogados los que dan la luz para el -iculto divino.

Y los qu e pacen la hierba harán de noche, día ssebo.

X I . LA S ABEJAS.—-A otros muchos se les privará de

sus municiones y su alimento, y por gente insensataserán sumergidos o aneg ados . ¡O h, justicia de Dios¿Por qué no te despiertas para ver cómo maltratan alos que tú creaste?

XII . LAS HORMIGAS.—Son muchos los pueblos que

XIV. L o s MOCHUELOS O BUHOS CON QUE SE CAZA

CON TRAMPA.—Perecerán muchos con la cabeza rota y

se les saldrán los ojos de la cabeza en gran parte, por

culpa de unos animales pavorosos salidos de la obs

curidad.

XV. LAS CULEBRAS QUE LLEVAN LAS C I G ü E ñ A S . — S e

verá por el espacio, a gran altura, larguísimas sierpes

luchando con aves.

XVI. Los PESCADOS COCIDOS.—Los animales del

agua morirán en agua hirviente.

XVII. LOS PECES QUE SE COMEN NONNATOS.—Infini

tas generaciones se perderán por la muerte de sus ma

yores.

XVIII. LOS MOLUSCOS ARROJADOS POR EL MAR, QUE

SE PUDREN DENTRO DE SUS CONCHAS Y CARACOLES.—

¡ Cuántos será n los que, por haber m uerto , se pudr iránen su propia vivienda, llenando el sitio que les rodea

de fétido olor

XIX. LOS HUEVOS QUE, POR SER COMIDOS, NO PUE-

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DEN PRODUCIR SUS POLLUELOS.proh i b i do nacer

| A cuán tos les es tará

X X . LAS URRACAS Y LOS ESTORNINOS.—Los q ue se

conf ían viviendo cerca de e l los , que serán muchedumbre , mor i rán todos de muer te espantosa, y se verá asus padres , sus madres y sus fami l ias devorados ymuer tos por crueles animales .

X X I . LA S ABEJAS.—Viven en g r andes agrupac i o

LAS DE LOS ARBOLES



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V

nes ; l as ahogan para qui tar les la miel . Muchos y grandís imos pueblos serán ahogados en sus propias casas .

I. LA S NUECES, ACEITUNAS, BELLOTAS, CASTAÑAS YOTROS SEMEJANTES.—Muchos hi jos serán ar rebatadosde los propios brazos de sus madres a fuerza de palos ,t i rados a l suelo y después desgarrados .

II . LA S NUECES GOLPEADAS.—Los que mejor lo hayan hecho serán los más apaleados , y sus hi jos , ar rebatados , descor tezados o despel le jados y rotos , y t r i turados sus huesos .

III. LAS ACEITUNAS QUE CAEN DE LOS OLIVOS NOS DANACEITE, QUE PRODUCE LUZ.—Caerá violentamente a l suelo el que nos da al imento y luz.

IV . L A LEÑA QUE SE QUEMA.—Los árboles y los arbustos de los grandes bosques se conver t i rán en ceniza .

V . LOS ÁRBOLES QUE NUTREN A LOS INJERTOS.—Severá a padres y madres dar más ayuda a sus hi jas t rosque a los propios hijos.


LAS DE LAS COSAS MATERIALES

I

VII. LAS PLUMAS EN LOS LECHOS.—Los animales

volátiles sostendrán a los hombres en sus propias plum a s .

VI II . E L PEINE DEL TELAR.—Muchas veces una cosadesunida produce estrecha unión. Así es el peine, hecho de cañas separadas que une los hilos de la seda.

IX. E L HILANDERO DE SEDA.—Se oirán los gritos dedolor, los fuertes chillidos, las roncas y encendidas vo



ii

I. LAS SUELAS DE LOS ZAPATOS QUE SON DE BUEY.—

Se verá en gran parte del país a la gente, caminandosobre piel de animales grandes.

II. LAS CRIBAS HECHAS CON PIEL DE ANIMALES.—Se

verá pasar el alimento de los animales al través de supiel, por todas partes excepto por la boca, y penetrarpor la parte opuesta para llegar hasta el suelo.

III. Los FAROLES.—Los feroces cuernos de potentestoros protegerán la luz nocturna contra la impetuosafuria del viento.

IV. SOBRE EL MISMO TEMA.—Los bueyes, con suscuernos, protegerán al fuego contra la muerte : los faroles.

V. LOS MANGOS DE LOS CUCHILLOS HECHOS CONCUERNOS DE CORDERO.—En los cuernos de los animales

se verán cortantes hierros con los cuales se quita lavida a muchos de la raza de aquéllos.

V I . LOS ARCOS HECHOS CON CUERNOS DE BUEY-—Muchos serán los que a causa de los cuernos de bueymorirán de dolorosa muerte.

ces de los que son desnudados con tormentos y quepor último se que dan sin movimiento y desnudo s :esto es por culpa del motor, que todo lo envuelve.

X. EL LINO QUE SIRVE PARA EL CUIDADO DE LA GEN

T E . —R e v e re n c ia d o s y honrados serán, y con respeto yamor oídos sus consejos, aquellos que antes hubieransido atados, desgarrados, martirizados con muchos ydistintos golpes.

X I . E L MANGO DE LA SEGUR.—Los bosques criarán

hijos que serán caus a de su muer te : el man go del

hacha.

XII. E L PALO, QUE ESTÁ MUERTO.—El movimientode los muertos obligará a huir con dolor, llanto y gri

tos a muchos vivos.

XIII. TRAMPAS Y LAZOS.—Muchos muertos se agi

tarán furiosos y cogerán y atarán a los vivos para entregárselos a sus enemigos, próxima ya su muerte ydestrucción. (

XIV. EL MOVIMIENTO DEL AGUA QUE ARRASTRA LALEÑA MUERTA.—Se moverán los cuerpos sin alma por sí

24

LEONARDO DE VINCI

mismos y l levarán consigo innumerables generacionesde muer tos , qui tando sus r iquezas a los vivos que lesrodeen .

X V . CARROS Y NAVES.—Se verá a los muertos l leva r a los vivos : los car ros y los barcos en diferentessitios.

XVI . LA S CAJAS QUE CONTIENEN MUCHOS TESOROS —Se hallarán dentro de los nogales y de otros árboles,

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ANDANDO EN ZUECOS. — Ha brá t an t o f ango , que l oshombres caminarán sobre los árboles de su país .

X X I . L o s ODRES.—-Las cabras l levarán el vino a laciudad.

X X I I . E L QUITASOL.—La percusión de la esfera delsol será tal que quien crea que la ocul ta quedará ocul

to por el la.



t esoros considerables bien escondidos y cus todiados .

X V I I . - L A NAVEGACIÓN.—Se verá a los árboles delos grandes bosques del Taurus y del S inaí , del Ape-nino y del Atlante, deslizarse por el aire de oriente aoccidente , de aqui lón a med iodía , l l evando gran '.mult i tud de hombres .

¡ Cuántos votos ¡ Cuánto s muer tos j Cuán tas se

parac iones de amigos y de par ientes ¡ Y cuántos deellos no volverán a ver su región, ni su patria, y morirán s in sepul tura con los huesos esparcidos por di ferentes par tes del mundo.

X V II I. LA NAVEGACIÓN. — H ab rá fuertes viento s,merced a los cuales las cosas de or iente se harán occidentales , y las del mediodía , mezcladas en gran parte con el curso de los vientos, los acompañarán a l e j a nos mares .

X I X . LAS NAVES QUE SE ANEGAN.—Se verán grandís imos cuerpos s in vida l levar fur iosamente muchedumbres de hombres a la pérdida de su exis tencia .

X X . Lo s ANIMALES QUE CAMINAN POR LAS TIERRA3

II

I . PIED RAS QUE SE CONVIERTEN EN ARGAMASA, CON LA

CUAL SE HACEN LOS MUROS DE LAS PRISIONES.—Muchosque han s ido deshechos por e l fuego antes de ahorapr i va r án de l a l i be r t ad a muchos hombres .

II . E L RE FLEJO DE LAS MURALLAS DE LA CIUDAD ENEL AGUA DE SUS FOSOS.—Se verán las a l tas mural las dela c iudad, boca abajo, en sus fosos .

III. L o s HORNOS.—A muchos se les qui tará e l pande la boca : a los hornos .

IV . MÁS ACERCA DE LOS HORNOS.—A los que se embocan por mano ajena le será qui tado de la boca e la l i ment o : e l horno .

V . E L METER Y SACAR EL PAN EN LA BOCA DEL HOR

N O .— E n todas las c iudades , t i er ras , cas t i l los y casas severá que e l deseo de comer impele a qui tar e l propioal imento de la boca de ot ro que no puede defenderse . .

VI . Lo s HORNOS DE LADRILLOS Y ARGAMASA.—Por


úl t i mo , la t ier ra se pondrá ro j a al encenderse var ioshornos , y las p i edras se conver t i r án en cenizas .

VI L LAS ARMAS OFENSIVAS.—Las obras hu mana sson causa de su muer t e : e s p a d a s y lanzas .

VIII. EL HIERRO SALIDO DE DEBAJO DE LA TIERRA ESTá

MUERTO Y CON ÉL SE HACEN LAS ARMAS QUE MATAN A TAN

TOS HOMBRES.—Los muer t os s a l d r án de debajo de lat ierra y con sus f ieros movimientos echarán de l m u n d o

LOS BOSQUES, PARA COCER CON ELLAS LA CARNE DE LASBESTIAS.'—Las g r andes p i edras de los mont es echa rántanto fuego qu e q u e m a r á n la leña de m u c h o s y g r andís imos bosques y muchas f ieras selvát icas y domés t icas.

X I V . L A YESCA.—Con p i edra y con hier ro se ha r ánvisibles cosas qu e an t e s no se veían.



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a i nnumerab l es c r i a t u r as humanas .

I X . L A S ESPADAS Y LAS LANZAS NO HACEN DAÑO PORSi SOLAS A NADIE.—Los que por sí m i s m o s son pacíficos y no o f enden , se volverán espantosos y feroces medi an t e la m a l a c o m p a ñ í a , y qui tarán cruel í s imamentela vida a m u c h a g e n t e ; aú n ma t a r í an más si no defendieran a ios amenazados unos cue rpos sin a l m a sal idos de las cuevas : las corazas de hier ro.

X . LAS ESTRELLAS DE LAS ESPUELAS.—Mediante lasestrel las serán los hombres ve l oc í s i mos , como cualquier an i ma l ve l oz .

X I . E L FUEGO DE LAS BOMBARDAS.—¡Cuántos edif ic ios quedarán en ru i nas por causa de l fuego

XIL LAS BOMBARDAS QUE SALEN DE LOS FOSOS.—

S a l drá de debajo de la t ierra quien con espantosos gr i

tos a turdi rá a los que es tén a su a l r ededor , y con sua l i en t o ma t a r á a los h o m b r e s y des t rui rá c iudades ycasti l los.

X I I I . LA PIEDRA DEL FUSIL DESPIDE FUEGO QUE CONSUME TODAS LAS CARGAS DE LEÑA CON QUE SE DESHACEN

X V . Lo s METALES.—Saldrá de la obscura y t ene brosa cueva qu i en i n funda a t o d o el géne ro humanograndes afanes y le p o n g a en pel igro de muer t e .

P roporc i ona rá de l e i t e a m u c h o s de sus par t idar ios ,p e r o el que no lo sea mor i rá ent re t rabajos y ca l ami da de s .

Cometerá inf ini tas t ra ic iones , lo c u a l a u m e n t a r á yper suad i r á a t odos los hombres pa r a los a ses i na t os , losl a t rocinios y las perf idias ; infundi rá sospechas a sus

par t i da r i os ; p r i va r á de su e s t ado a las c i udades libres ; apesadumbra rá a los h o m b r e s co n muchos a r t i ficios, engaños y t ra ic iones .

¡ O h, a n i m a l m o n s t r u o s o ¡ Cuá nto mejor ser ía p aral os hombres que te volvieras al i n f i e rno Por ti se q u e d an sin árboles los bosques y p i e rden la vida infinitosan i ma l es .

X V I . E L DINERO Y EL ORO.—Saldrá de los cave rnosos subter ráneos quien obl igará a suda r y a cansa r sea todos los pueb l os del mu nd o, haciéndo les suf ri r afa

ne s , ans i edades y sudores por consegui r su a y u d a .

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ESCRITOS LITEBABIOS Y FILOSÓFICOS 245

LAS DE LAS CEREMONIAS

cer su ar te muchos se pondrán r iquís imas ves t iduras ,que pa r ece r án e s t a r hechas a modo de de l an t a l e s .

V II I . LOS SACERDOTES QUE TIENEN LA HOSTIA DENTRODE SU CUERPO.—Casi todos los tabernáculos donde sehal la e l Corpus Dómino se verán entonces caminarpor s í mismos por los diversos caminos del mundo.

IX . Lo s FRAILES CQNFESQRES.:— La s de sg ra ci ad asmujeres i rán, por su propia voluntad, a revelar a los



I. LOS MUERTOS QUE SE VAN A ENTERRAR.—La gente senci l la l l evará muchas luces para a lumbrar en suviaje a los que han perdido la facul tad de ver .

I I . OF I C I OS , F UNE R AL E S , P R OC E S I ONE S , L UC E S , C AM

PANAS Y ACOMPAÑAMIENTO.—Se t r ibutarán a los homr|bres grandes honras , s in que se enteren.

III. E L DÍA DE LOS MUERTOS.—¡ C uá nt os se rán iffi

que l loren a sus antepasados muer tos , l l evándoles lufijees I

I V . EL LLANTO EN VlERNES SANTO.—En t odas laSnaciones de Europa l lorará e l gran sacerdote la muerte de un solo hombre que pereció en Or iente .

V . L o s CRISTIANOS.—Muchos que t ienen fe en elHijo levantan templos con el nombre de la Madre .

VI 1. E L TURÍBULO DEL INCIENSO.— Algunos, co n v est iduras blancas , i rán amenazando con metal y con fuego, mediante movimientos ar rogantes , a quienes no lesh a c e n daño a l guno .

V I I . LO S SACERDOTES QUE DICEN MISA.—Para ejer

hombres todas sus lujur ias y los actos vergonzosos ysecret í s imos.

X . LA PINTURA DE LOS SANTOS ADORADOS.—Hablarán los hombres a los hombres cosas que no s i en t an ;tendrán los ojos abier tos y no verán; les hablarán s inob t ene r respuesta ; pedirán favor a los que no los oyeny encenderán luces para quien es tá c iego.

X I . L A ESCULTURA.—¡ A y d e mí , qu e veo al Salvador crucificado otra vez

X I I . CRUCIFIJOS VENDIDOS.—Nuevamente veo vendido y crucificado a Cristo y martirizados a sus santos.

X I I I . LA RELIGIÓN DE LOS FRAILES QUE VIVEN PARASUS SANTOS MUERTOS HACE MUCHO TIEMPO. —L os quemurieron hace mi l años pagarán los gas tos de muchosque es tán vivos .

X I V . L A VENTA DEL PARAíSO.—Infinitas multitudes

venderán públ icamente y pací f icamente cosas de grandís imo valor s in permiso de su dueño y s in que nuncahayan es t ado en su poder; pero acerca de e l lo noproveerá la jus t ic ia humana.

18

w m I H n i H H H i


X V . IO S FRAILES QUE, GASTANDO PALABRAS, RECIBEN GRANDES RIQUEZAS Y OTORGAN EL PARAÍSO. — Las}monedas invi s ib les harán t r iunfar a muchos de los quelas venden.

XV I. LAS IGLESIAS Y LAS HABITACIONES DE LOS FRAI-

LES.—Muchos serán los que abandonarán los e je rc i cios y las fat igas y la pobreza en el vivir y en el ves

t i r para i r se a habi t a r ent re r iquezas y en medio detr iunfales edif icios, manifestando que tal es el medio

LAS DE LAS COSTUMBRES

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JIV

de hacerse amigo de Dios .

I. LA MUDANZA DE TODO S LOS S ANT OS . — M u c h o sa ba ndona r á n s u s p r op i a s ha b i t a c i one s , y l l e va ndo c on sigo sus r iquezas se i rán a vivir a otros países.

I I . Lo s HOMBRES QUE DUERMEN EN TABLAS DE áR

BOL.—Los hombres dormi rán y comerán y v iv i rán ent re los á rboles nac idos en los bosques y en e l campo.

I I I . GOLP EAR LA CAMA PARA VOLVER A HACE RLA.—

Ha br á hom br e s t a n de s a g r a de c i dos que a l que l e s déa l be r gue s i n c ob r a r l e s na da l e a b r um a r á n a pa l o s , det a l modo que gran par te de lo que t i enen dent ro sesa ldrá de su s i t io y dará vuel t as por su cuerpo.

I V . L o s M éD I C O S Q U E D U E RM E N D E L O S E N F E R M O S.—

Habrá hombres t an miserables que t endrán por favor

que o t ros t r iunfen de sus males o de l a pérdida de suverdadera r iqueza , es dec i r , l a sa lud .

V . E L COMÚN.—Un m e z qu i no s e rá bu r l ona m e n t eadulado, y los aduladores serán s i empre los que engañen y roben y has ta ases inen a l mezquin .o .



H H H H H U B H H H H H H H H B H H H H H M H H H H H H B H H H I H H H I

LAS DE LAS COSAS FILOSÓFICAS

ESCEITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS 251

de l os cue rpos an i mados pasa r án por los de ot ros ani male s ; es deci r , las casas de shab i tadas p asa rán a pedazos por las casas habi tadas , pres tándoles ut i l idad yl levándose consigo sus per juic ios ; de ot ro modo: lavida del hombre se mant iene con lo que come, y es tose l leva consigo la par te del hombre que es tá muer ta .

VI I L A VIDA DE LOS HOMBRES QU E TODOS LO S AñOS

CAMBIEN DE CARNE.—Los hombres pasa r án muer t os porsus propias t r ipas .



11

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I . E L AVARO. — Ha brá mu cho s que pers ig an tena zmente , con todo es tudio y sol ic i tud, aquel lo que s ienv,pre les asus tó, por no conocer su maldad.

II . LO S HOMBRES QUE CUANTO MÁS ENVEJECEN MÁSAVAROS SE VUELVEN, CUANDO HABIENDO DE VIVIR POCO,'DEBIERAN TENER LIBERALIDAD.—Se verá a los hombres quienes se cree de mayor exper iencia y juic io que,cuan t o menos neces i t an l a s cosas , más áv i dament e lasbuscan y las rebuscan.

III. E L AFÁN DE RIQUEZAS.—Los hombres pe r segu i r án l o que más t emen; e s dec i r , s e r án mi se r ab l es porno quedarse en la miser ia .

I V . L A S COSAS QUE SE COMEN Y QUE ANTES SE MATAN.—Será muer to por e l los e l que los a l imenta y mart i r i zado con desp i adada muer t e .

V . LA BOCA D EL HOMBRE E S SEPULTURA.—Saldrán

grandes ruidos de la sepul tura de aquel los que hanperecido de muer te ruin y violenta .

V I . E L ALIMENTO QUE HA SIDO ANIMADO.—Muchos

V III . LA CRUELDAD DEL HOMBRE.—Habrá sobre lat ier ra animales que constantemente lucharán ent re s í ,p roduc i éndose daños g r and í s i mos y a veces ma t ándose mut uament e .

S u m a l d a d no tendrá f in; por sus enfurecidos miembros caerán a t i er ra muchos árboles de los grandesbosques de l un i ve r so ; cuando hayan comi do , su mayo r deseo será matar , exci tar , cansar y pelear con cual quier cosa animada. A causa de su desmesurada soberbia querrán subi r has ta e l c ie lo, pero l a enorme pe sadez de sus mi embros l e s mant endrá aba j o . No que dará en la t i er ra ni en e l agua cosa a lguna que no seaperseguida, removida o es t ropeada por e l los y las deunos países l levadas a otros. Su cuerpo servirá de sepul tura y t ráns i to a todos los cuerpos animados muertos por ellos.

¡ O h , m u n d o ¿Por Qué no te decides a lanzar lospor las al tas grietas de tus abismos y de tus concavi

da de s , pa r a no enseñar más a l c ie lo tan cruel y despiadado mons t ruo?

I X . L A LECTURA DE BUENOS LIBROS.—¡ Fe lic es aq u e l los que pongan oído atento a las palabras de losmuer to s Leer las bue nas obras es real izar las .




Llegará a ocurr i r que no se conozca la di ferencia quehay ent re los colores , y todos parecerán negros .

X X I V . E L FUEGO.—Nacerá muy pequeño a l p r i n cipio, pero no tardará en crecer ; no prefer i rá a ninguna cosa creada, de modo que con su poder cas i todoestará en condiciones de transformar su ser en otro.

X X V . E L ESPEJO CóNCAVO ENCIENDE EL FUEGO CONEL CUAL SE CALIENTA EL HORNO QUE TIENE AL FONDO, Agudezas



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H

QUE ESTÁ BAJO SU CIELO.—Los r ayos so l a r es encenderán fuego en la t i er ra , y con es te fuego se quemará loque hay bajo e l c ie lo, y rechazado por su entorpeci miento, volverá hacia abajo.

X X V I . HUELLA.—Subsiste e l movi mi en t o que se para a l movi mi en t o de l o movi do .

X X V I I . L o s PLANETAS.—Muchos animales ter res

t res y acuát icos ascenderán has ta las es t re l las : los planetas .

X X V I I I . E L CONSEJO. — El m ás ne ces ario pa raquien lo neces i te será desconocido, es deci r , despreciado.

X X I X . E L MIEDO A LA P O B R E Z A . — L a cosa mala yespan t osa i nsp i r a r á t an t o (temor a los hombres que,como insensatos , creyendo que huyen de e l la , coope

r a r án apresuradament e con sus desmesuradas fue r zas .

X X X . L A MENTIRA.—-Todas las cosas que en invierno se esconden bajo la nieve se quedan descubier tas y vis ibles en verano. Dícese es to por la ment i ra ,que no puede es tar ocul ta .

I. D E UN FRAILE A UN MERCADER.—Los h e r m a n o smenores acos t umbran en de t e rmi nadas épocas a obse r -var c ier ta cuaresma suya, durante la cual no comencarne en sus conven t os ; pe ro en v i a j e , como v i vende l imosna, es tán autor izados para comer lo que lespongan delante . Por es to, a l detenerse en uno de di chos via jes un par de ta les hermanos en una hoster ía ,

con cier to mercader , y sentados a la misma mesa, enla cual , a causa de la pobreza de la hostería sólo fuéservido un pol lo cocido, e l mercader , viendo que aquel lo era poco para él , se dirigió a los frai les y les d i j o :

—Si no recuerdo mal , us tedes en es tos días no comen en sus conven t os n i nguna c l a se de ca rne .

A lo cual se vieron obligados los frai les, por su regla y s in pensar lo más , a contes tar que era c ier to, porlo cual el mercader sat isfizo sus deseos y se comió elpol lo, y los f ra i les se conformaron como pudieron.

Después de aque l l a comi da marchá ronse l os comensales y s iguieron su camino en compañía . Al cabo deun ra to de andar se encont raron con un r ío bas tante ancho y profundo. Iban los t res a pie—los frailes, por supobreza , y el otro, por ava r i c i a— , y fué necesar io queuno de los f ra i les , que es taba descalzo, pasara sobre

256 LEONARDO DE Vl'NCI

l os hombros al m e r c a d e r, por lo c u a l , d a n d o el frailesus s anda l i a s al mercade r pa r a que se las g u a r d a r a , seechó a cues t a s a aque l hombre .

Ocurr ió luego que al l legar el fraile al cen t ro de l río,se acordó de su regla , y de t en i éndose como San Crist óba l , alzó la cabeza hac i a el que le a b r u m a b a con sup e s o y dijo :

—Dime : ¿ l levas a lgún dinero ?

—¡Claro -—contestó el i n t e r rogado— . ¿C ómo quer í as , si no, que a n d u v i e s e n a mi a l r ededor los d e m á s


t u agua bend i t a , con la c u a l me has es t rop eado cas imis pinturas .

III. D E UN ARTESANO A UN SEÑOR.—Yendo un ar tes a n o co n frecuencia a visi tar a u n s eñor si n tener na daqu e ped i r l e , el señor le p r egun t ó qué que r í a . Le dijoe l p r egun t ado que iba allí pa r a t ene r u n a satisfacciónq u e él no conseg ui r ía , p ues to que veía a h o m b r e s más

poderosos , como suele hacer la gen t e de l p u e b l o , y elseñor no p o d í a ver s ino gente m ás h u m i l d e , por lo cual de



m e r c a d e r e s ?— ¡ Ay de mí —exclamó el f ra ile—. N uest ra regla

nos prohibe l levar dinero encima.Y dicho es to, le tiró a l agua .E l mercade r comprend i ó que aque l l a b roma era ven

g a n z a de lo del a l m u e r z o , y r i sueño, t ranqui lo, perop o n i é n d o s e e n c a r n a d o de ve rgüenza , la sopor tó.

l i . D E UN PINTOR A UN SACERDOTE.—Iba un sacer

dote por su pa r roqu i a en S á b a d o S a n t o , e c h a n d o , se - •gú n es cos t umbre , agua bend i t a en las casas , cuan dodio con la de un pintor , y a l e c h a r el agua moj ó a lg u n a s de las p i n t u r as , por lo c u a l el pintor , volviendo- , .se hacia él i n c o m o d a d o , le dijo que por qué h a b í a he - ;cho aquel lo y le hab í a moj ado su s obras , a lo cua l elsacerdote di jo que era c o s t u m b r e y ob l i gaci ón su ya ;que hac í a b i en , y que quien ha ce bien d ebe e sperarb i en y medi o , pues así lo p romet ió D i os , y que port o d o el bien que se hac í a en la T i e r r a le paga r í an c i en

to al lá arriba.E spe ró el pintor a que saliese el o t r o ; se a s o m ó al a ven t ana y le echó enc i ma un c u b o g r a n d e de agua ,dic iéndole :

—Ahí t i enes cómo te pag o c i en t o por uno , s egún d ij iste que ocurriría con el bien que me has h e c h o con

los poderosos carecen aquellas sat isfaccio nes.

IV . BUENA CONTESTACIóN DE UN PITAGóRICO. — Que

r i endo u n o demos t r a r , con la au t o r i dad de P i t ágoras ,que hab í a e s t ado en el mu ndo o t r a s veces , y v i endoque ot ro no le de j aba acaba r su r azonami en t o , le d i j o :

—E n p r u e b a de que he e s t ado otras veces , te diréque r ecue rdo que tú eras mol inero.

E n t onces el ot ro, s int iéndose cr i t i cado por e s t a s p a

l abras , di jo que todo aquel lo era c ier to y que gracias at a l indicación recordaba que su con t r ad i c t o r era el bur ro que l levaba la s ca rgas de ha r i na .

V . RESPUESTA DE UN PINTOR. — P r e g u n t a r o n a unpintor por qué, haciendo figuras tan bellas que e r ancosa sin vida, t enía hi jos tan feos. El pintor contes tóq u e la s p i n t u r as la s hac í a de día y los hijos de noche .

V I . UN AMIGO A UN MALDICIENTE.—Dejó uno de t ra

tar con c ier to am igo suyo porq ue és te sol ía habla r lem a l de sus ami gos . U n día, el a m i g o a b a n d o n a d o , d ol i éndose con el ot ro, y después de muc has que j as , lerogó que dijese qué razón le h a b í a obligado a r e n u n ciar a su ami s t ad , a lo cual res pondió el otro :

—No quiero t ra tar m á s ; con t i go porque te quiero


bi en , y si h a b l a s ma l de mí con ot ros , és tos , como yo,p e n s a r á n mal de ti porque le s h a b l a s ma l de mí , q uesoy ami go t u y o ; de m o d o que de j ando de vernos p arecerá que somos enemi gos , y a u n q u e m e mal t ra tes ,como a c o s t u m b r a s , no te censura r án t a n t o com o si siguiera nuest ra amis tad.

V IL D I C H O DE UN ENFERMO.— Hallábase un enfer

m o in articulo mortis, y al oír que l l a m a b a n a la puert a , p r egun t ó a un o de sus cr iados quién er a e l qu e a p o

d o a e s t e a rma . ¿ P or qu é n o te desa t a s , ya que t ieneslas manos l ibres , y r ecuperas la l iber tad?

A lo cual contes tó el otro :—Eso no se te ha ocurr ido a t i, porque es cosa vieja.Al verse reprendido, repl icó el p r i mero :—Te lo he dicho porque es toy enterado de que sa

bes tan pocas cosas , que creí que h a s t a las má s vul gares te pa r ece r í an nuevas .

XI. BURLA A UN JACTANCIOSO.—Disputaba u n o jact ándose de s abe r m uchos y muy l indos juegos , y otro



V

r r eaba la pue r t a , y le dijeron que una mujer qu e sel l amaba la s eñora Buena . El enfermo levantó los brazos, dando g r ac i a s a Dios en voz a l t a , y o rdenó al criad o qu e dejara ent rar en s egu i da a la que l l amaba pa r aque pud i e r a él, an t e s de mor i r s e , ver una mujer b uena ,y a que duran t e su v i da no hab ía vis to ning una .

VI I I . DICHO DE UN DORMILÓN.—Le di jeron a un oq u e se l evan t a r a de la c a m a , p u e s ya había sal ido elsol, y r e spond i ó :

—Si yo tuviese que hacer tantos via jes y t a n t a s cosas como él, ya me habr í a l evan t ado t a m b i é n ; perocomo t e n g o que a n d a r m uy p o c o , no quiero sal i r del a cama.

I X . ARGUCIA.—-Viendo a una muj e r pa r ad a que seofrecía c ier to individuo, después de exami na r la tarjet a di jo mirando su l anza :

—¡ Ay de m í ¡ Este t rabajado r es dem as i ado ch i co

p a r a una t i enda tan g r a n d e

X . R E S P U E S T A A U N CHISTE.—Al ver a uno que llev a b a al cos t ado un a e s p a d a m uy g r a n d e , le dijo unchusco :

— ¡ P obrec i l i o Y a h a c e tiempo que te veo a m a r r a

de los c i rcunstantes le dijo :—Yo sé un o que obl igará a qui tarse las b r a g a s a

qui en yo quiera .El jactancioso, que no las tenía, porfió :— ¡ A qu e no [ A que no consigues que yo m e las

qui te ¡ Te apues t o un par de m e d i a s E l qu e p ropuso el juego aceptó la apues t a , se p rocu

ró var ios pares de b r a g a s y se los echó por enc i mad e la cabeza al que a p o s t a b a la s m e d i a s , con lo cualg a n ó la porf ía .

XII. R E S P U E S T A A OTRO CHISTE.—Dijo un o a c ier toconoc i do suyo :

—Se te ha c a m b i a d o el color de los ojos : los t ienesd e un color m u y raro.

El otro le r e spond i ó que aque l l o le suced í a con frecuenc i a .

—Pero tú no te has fijado.

—<*Y c u á n d o te sucede?—contestó el ot ro.—Siempre que ven mis ojos esa ca r a tan rara quet i enes tú, por lo violento del desagrado , pa l i decen y sep o n e n de un color muy raro.

X I I I . REPETICIóN.—Dijo uno a otro :

260 LEON R O E VINCI

—Tienes los ojos de un color muy ra ro .Y el a l ud i do le contes tó :—E s po r que e s t oy v i e ndo esa c a r a t uya tan ra ra .

X I V . UN A FRASE.—Afirmaba uno que su pa í s produc í a las c os a s m ás e x t r a ña s de l m u n d o . Y otro lecontes tó :

—Con haber nac ido a l l í demues t ras que es cierto

lo que es tás d ic iendo, p ues no hay r a r e z a m a yor quela fealdad de tu pe r s ona .

SHHHHHBHBBBBHBHBHHBBHHHHPBHHBBBIHBBHBSi


X V I I . MU Y ASTUTO.—Caminaban de n o c h e por unc a m i n o d u d o s o do s h o m b r e s , y el que iba dela nte dejóe s c a pa r una ventos idad es t repi tosa , por lo c ua l le dijos u c om pa ñe r o :

—Ahora m e c onve nz o de que me quieres .— ¿ P o r q u é ?—Porque me das la correggia (1) pa r a que no me se

p a r e de ti ni me p ierda .

XV I I I CONT ESTAC IóN DE UN. JOVEN A UN VIEJ O. — Un

vie jo desprec iaba públ icamente a un joven, a f i rman



X V . AGUDEZA DE UN CURA.—Estaba una l a va ndop a ñ o s , y a c a us a de l fr ío tenía los p ies muy e nc a r na dos . Pa s ó c e r c a de ella un c u r a , y le p r e gun t ó , a dm i r a do , a qué se debía aquel color t an e n c e n d i d o , a lo;cual contes tó la mujer en el ac to que ocurría aque l lopo r que t e n í a los p ies ba jo la l u m b r e . Entonces el cura ,e c h a n d o m a n o al m i e m b r o a c a us a de l c ua l era sacer - |

do t e y no m on j a , se acercó a la mujer , y con voz dulceIy persuas iva le r ogó que h ic iese el favor de e nc e nde r l ee n su fuego aquel l a can dela .

X V I . AGUDEZA.—Yendo a Moderna uno, tuvo quepagar c inco sue ldos de lira de i m pue s t o por su pe r s o n a , y al pa ga r l o s p r o r r um p i ó en e xc l a m a c i one s de adm i r a c i ón , que a t ra je ron muc hos cur iosos . Preguntadopor éstos qué m o t i va ba t a n t o a s om br o , r e s pond i óM a s o :

— ¿ P u e s no he de a s o m b r a r m e ? De modo que h o m bre entero paga so lamente c inco sue ldos de l i ra, y enFlorencia yo , sólo po r m e t e r el ¿ . . . t u v e que pagardiez ducados de oro, y a qu í m e t o el c... y el c.. . y tod o lo d e m á s por tan modesto t r ibuto . ¡Dios sa lvé yc ons e r ve a es ta c iudad y a qu i e n la gob i e r na

d o a u d a z m e n t e que no le t e m í a , y el joven le r e s pon d ió que su a va nz a da e da d er a p a r a él mejor escudo quel a l engua o la fuerza.

XIX. AGUDEZA.

cruz doble .-Por qué t i enen los húnga r os la

(1) Juego cíe p a l a b r a s Imposible de t r a d u c i r , p u e s correggia t i e n e doss i g n i f i c a d o s : c o r r e a y pedo.

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Notas

1. La leyenda que aquí refiere Leonardo carece de fun



í

damento histórico y debe de proceder, probablemente, delTratado de las cosas más sorprendentes y más notablesque hay en todo el mundo, extractadas y coleccionadas enel presente compend io por el valentísimo caballero espuela de oro, Juan de Mandavilla. Milán, 1480.

2. Las profundas o bservaciones contenidas en este pasaje fueron sugeridas a Leonardo por las contradiccionese incertidumbres que rodeaban a la mecánica en los tiempos ant iguos. La palanca de Arqulmedes, que no era unapalanca sólida, sino una línea geométrica, sólo podía procurar a los investigadores resultados matemáticos y abstractos ; más adelante, los antiguos fundieron y confundieron incautamente los datos de la aritmética con los dela experiencia, haciendo así más agudo el contraste entrelo ideal y lo real, que no logró arreglar la ciencia romana.Vinci> percibiendo claramente una ciencia intérprete y legisladora de la naturaleza, afirma en este sitio el propósito de corregir, merced a la investigación crítica, las cifras discordantes de los textos antiguos.

3. El pasaje que aquí- se relata procede de la s espléndidas páginas de Leonardo contra la hipótesis fllolaico-

platónica, que asignaba respectivamente las figuras decada uno de los cinco poliedros regulares (figuras mundanas) a los elementos de tierra, agua, aire, fuego y universo.

& En sus lentas y fatigosas investigaciones acerca dela caída de los cuerpos pesados, no llega Leonardo a ladeterminación de la ley de los espacios proporcionales al

• • W H P H H M

264 L E O N A R D O DE V I N C I E S C R I T O S L I T E R A R I O S Y F I L O S Ó F I C O S 265

cuadrado de los tiempos, que inmortalizó a Galileo Galilei.El, principio aquí consignado es que el peso que cae estásometido a una fuerza de aceleración constante que influyeen que el aumento de distancia entre los pesos descendente s sea igual y proporcionado al tiempo de la caída.

5. Este concepto acerca de las palabras semejantes, ext ra ído de la mecánica aristotélica, tiene su certeza afirmad a por Vinci en sus l ími tes naturales : «Si una fuerzat ranspor ta un cuerpo en determinado t iempo a una distancia determinada, la misma fuerza tra nsp orta rá la mi

ta d de dicho cuerpo en el mismo tiempo • a doble distancia, o lo que es igual , t rasladará, la. mitad de, dicho cuerpoa la misma distancia en la mitad de tiempo.» (Manuscrito

su propia figura, así como los efectos de la más ampliaatracción que tiene recogido el elemento líquido alrededordel centro de la t ierra.

10. Pedro del Braccio Martelli, mencionado ya en otrolugar por Vinci, no sólo fué un ciudadano de extraordinaria integridad, sino un matemático insigne, motivo fundamental para que se aficionase a él Leonardo. A principiosdel siglo XVI, aunque enfermo corporalmente, si hemos decreer a Poccianti, compuso las siguientes ob r a s : Libriquattuor in Mathematicas disciplinas, Epitolw plures et

elegantes, Epigrammata non pauca et acutissima, que, ext raviadas durante el saqueo de Roma (1527), nos han pri



F. folio 26 v.°) Lo que Leonardo combate en el fragmento LXII es la arbitraria extensión de la ley más allá detoda experiencia y de toda posibil idad natural; es la \ umdencia ingénita en ciertas mentes inquietas a dar formametafísica a las leyes físicas y aplicar la vacua abstracción del Vocablo infinito a la naturaleza que se manifiestaen el espacio y en el tiempo finito.

6. Este fragmento ha sido completamente aclarado por

Ravaisson con la substitución de la palabra /rafe por lade fructo, que está realmente en el manuscri to.7. Leonardo tradujo este pasaje, palabra por palabra,

de la Perspectiva de JOAN PECCKHAM, fallecido en 1922.8. Según la doctrina aristotél ica,, a la mente h u m a n a

le era dado conocer la naturaleza de los cuatro elementos:t ierra, agua, aire y fuego, resultantes de las diversas combinaciones de lo grave con lo leve, lo húmedo con lo seco,principios componentes de la múltiple variedad de las cosas. Leonardo niega aquí la posibilidad de conocer la naturaleza de dichos elementos que constituyen la realidadexterna, como en otro lugar Códice Atlántico, folio 79 r.°)

negó, a imitación de sú contemporáneo Nicolás Cusano,la posibilidad de llegar al conocimiento de los elementosprimitivos en general.

9. Aquí aparecen profundamente entrevistos los efectosdé esa cohesión intermolecular que influye en que la gotí-ta de agua adquiera forma esférica en torno al centro de

vado de un nuevo ejemplo de la influencia que tuvo Leonardo de Vinci sobre algunos matemáticos de su tiempo.

11. La ley que aquí sienta Leonardo es la misma queGalileo formulaba en sú Dialoghi delle scienze nuove: aldescender un cuerpo de varias maneras, desviado por laoblicuidad de sus saltos, llega al mismo punto en que hubiera caído si no hubiese encontrad o obstáculos. «Todo movimiento hecho con la fuerza—escribe con su estilo límpido y conciso Vinci—hará su recorrido conforme a la pro

porción que exista entre la cosa que se mueve y la que lamueve, y. si encuentra oposición resistente, dará fin a lalongitud de su obligado recorrido con un movimiento circula r o por otros varios, rebotes y saltos que, computado eltiempo y el recorrido, resultará lo mismo que si se hubiera realizado éste sin tropiezo alguno.»

12. Leonardo acepta en este fragmento el principio dequ e la visión se verifica en el interior del ojo, en un puntoindivisible y matemático. Más adelante, con los progresosde su s investigaciones ópticas, alcanzó la razonable convicción de la existencia de una superficie sensible a la luzy a los colores, es decir, lo que llamam os «retina». G ran

diosa conclusión a la cual le llevó un a serie de descubrimientos no menos grandiosos, coleccionados en el manuscrito D y dispersos en los manuscri tos F, K y E.

13. El origen de las noticias acerca de las ideas de Pi-tágoras referentes a la armonía de las esferas debe atr i buirse, en últ imo análisis, al De Cosío, de Aristóteles (Li-

266 LEONARDO DE VINO

bro II, cap. IX). Sin embargo, Vinci procede con independencia de los argumentos peripatéticos. Según la filosofíapi tagórica, todo cuerpo que se mueve rápidamente produce un sonido; los cuerpos celestes, en su eterno movimiento , también producen una serie de sonidos cuya intensidadvaría según la distancia. Los intervalos de los astros corresponden, según los pitagóricos, a los intervalos de lossonidos en la octava.

14. La tentat iva de canal izar el Arno para beneficiar

toda la l lanura de Empoli y sus contornos, sugerida porLucas Fancelli, lleva a Vinci desde el terreno puramentepráct ico a los más arduos problemas de hidrául ica y de

•

ESCRITOS LITERARIOS V F ILOS ÓF ICOS 67

dueirse la altura de los montes a consecuencia del desmoronamiento del terreno, producido por el agua. La primer a hipótesis fué examinada y rechazada por Aristóteles;ambas son expuestas en este fragmento por Vinci.

16. Según ANAXáGORAS, todas las cosas del mundo estáaformadas por un conjunto de componentes de la mismanaturaleza que el todo; estos principios se hal lan repartidos por todas partes y son siempre iguales a sí mismos yentran en la composición de todos los seres inorgánicos y

orgánicos.17. Las noticias acerca de estas costumbres de los sal-

Tajes han sido tomadas del Tratado de las cosas más sor



gieología. El peñón de la Gonfolina, que está entre Signay Montelupo, constituía antiguamente un dique que separaba dos extensos lagos, llenos, uno de agua salada, y elotro de agua dulce. -Según Juan Villani (fallecido en 1348),lejos aún de toda idea de dinámica terrestre, la mano próvida del hombre destruyó aquel dique para dejar paso li bre al r ío ; Leonardo veía en el lento trabajo del agua lacausa del beneficioso efecto. Elevadas y fecundas son lasdeducciones que Vinci supo extraer de semejantes hechos;

pero las pueriles creencias de su tiempo estaban tan arraigadas en el alma de los investigadores, que todavía dossiglos después, ANTONIO VAIXISNIEKI, considerado como elpadre de la moderna ciencia geológica, sabe bastante menos que aquél en cuanto a la existencia de las conchas fósiles y a la mecánica de las transformaciones terrestres.

15. El problema del fin de la vida en el mund o preocupaba, como puede verse en los fragmentos LXXXVII yLXXXVIII, a Leonardo de Vinci; pero lo más admirablees que éste, s in recurrir a una voluntad extramundana,considera el desenvolvimiento final de los seres como consecuencia natural del trabajo sucesivo de las fuerzas físicas. Dos consecuencias opuestas podrían deducirse de lalenta y continua t ransformación de la superficie terrestre:al correr de los siglos las aguas se encontrarán encerradasen el fondo de abismos sin fin, abiertos por el trabajo delos ríos, que profundizan su propio lecho; al correr de lossiglos el agua cercará por todas partes a la tierra, al re -

prendentes y más notables q ue hay en todo el mundo, porMANDAVILLA, Milán 1480, «y si están gordos se los comenen seguida, y si están delgados los hacen engordar»,

18. El códice en el cual se halla este fragmento contiene , casi exclusivamente, notas acerca del tratado De la luzy de la sombra. El caballo de que se habla aquí es el modelo para la estatua ecuestre "de Francisco Sforza. JaimeAndrés, a cuya casa va Leona rdo a cenar con su discípulo Jaime, es Andrés de Ferrara, gran conocedor de Vitru-bio y arquitecto de altos vuelos, que murió asesinado pororde n del general T rivulzio el 15 de m ayo de 1500. Marcoses Marcos de Oggiono, pintor y discípulo de Vinci. Galeaz-zo Sanseverino, en casa del cual dirige Leona rdo aquellajusta que siguió siendo siempre famosa en Milán (26 deenero de 1491), es el capitán a quien Ludovico el Moroconfiara su propio ejército en el funesto año de 1499 y profundo conocedor del arte militar. Agustín de Pavía estámencionado junto con Leonardo de Vinci en la carta queBartolomé Calco, secretario de Sforza, dirige al Refrendario de Pavía con motivo de las bodas de Ludovico con Beatr iz de Este, y de Ana, hermana del duque Galeazzo, conAlfonso de Este, para reclamar el regreso de los artistasaue se enco ntrab an en aquella ciudad (8 de diciembre de1490). Por último, Juan Antonio es el ar t is ta Juan Antonio Boltraffio, otro de los discípulos de Leonardo en Milán. El fragmento íntegro es, casi sin duda,un memorialde indemnización de daños y gastos.

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268 LEONARDO DE VINCI ESCRITOS LITERARIOS Y FILOSÓFICOS 269"

19; E s t e f r a g m e n t o es i m p o r t a n t í s i m o p a r a la b iograf í ad e L e o n a r d o , p a r t i c u l a r m e n t e en lo que c o r r e s p o n d e a losaños 'de 1513 a 1515. E l Maestro Juan de los Espejos y losd e m á s a q u i e n e s a q u í se r e c u e r d a v a g a m e n t e so n operarios o m e c á n i c o s a l e m a n e s , c u y o t r a b a j o u t i l i z a b a Vinelp a r a e j e c u t a r su s n u m e r o s o s d i b u j o s de a p a r a t o s , comopor e j emplo el m e m o r a b l e t o r n o o v a l a d o ( v é a s e el Códice

Atlántico, folio 121 r.°).

20. No se p u e d e n e g a r , como i n c a u t a m e n t e lo h a c e

RíCHTER, la pos ib i l idad de tal c o s t u m b r e e n t r e lo s h a b i t a n t e s de la I n d i a , d a d o el es cas o cono-cimiento qu e t e n e mos de las prácticas s u p e r s t i c i o s a s p o p u l a r e s , s u j e t a s a.

: ?-. q u e se e n c u e n t r a en el m a n u s c r i t o L, y la n o t a que , lea c o m p a ñ a : « h e c h a en el mar del P i o m b i n o (año 1502)».

23. La cues t ión del v i a j e de L e o n a r d o a O r i e n t e , p l a n t e a d a por RICUTER en la Zeitscrift für bildende Kunst (Vie-na, 1881) y examinada a fondo por DOUGLAS FRESHFIELD enlo s Proceedings of the Roijal Geographical Society (Lond r e s , 1884) , puede decirse que no e s t á r e s u e l t a , ni s iqu ier a f o r m u l a d a en sus v e r d a d e r o s t é r m i n o s . Si, por un l ado ,la División del libro s u g i e r e la i d e a de una n a r r a c i ó n f a n

t á s t i c a , a u n q u e p a r e z c a h e c h a con la e s m e r a d a e x a c t i t u dhistórica y geográf i ca p rop ias de l g e n i o de L e o n a r d o , q u e d a s i e m p r e por e x p l i c a r el o r i g e n de d e t e r m i n a d a s n o t i



lo s m ás a l tos principios de las r e l ig iones as i á t i cas . Per om á s p r o b a b l e es, y más n a t u r a l al m i s m o t i e m p o , que al a s p a l a b r a s como todavía en algunas regiones de la In-

dia, se ref iera Vinci a. la s n o t i c i a s qué e m p e z a b a n a d i fund i r s e en E u r o p a a p r i n c i p i o s de l s iglo XVI acerca de las-c o s t u m b r e s de los pueblos a m e r i c a n o s ; y en es te caso sus,p a l a b r a s t e n d r í a n más de un a l u m i n o s a c o n f i rm a c i ó n enl a s de FRAZER The golden bough a study in comparativa

religión, L o n d r e s 1890, vol . II , págs. 79-81) y en las de:

ACOSTA Natural and moral history of the Indies, LondresÍ880, vol. II, págs. 356-360).

21. El n o m b r e de Mombos o lo e m p l e a FLABIO BIONDORoma ristaurata ed Italia illustrata, V e n e c i a 1542, p á g i

n a 165) p a r a i n d i c a r el g r u p o del M o n t e R o s a : « L o s c u a tro r íos qu e r i e g a n en c u a t r o s e n t i d o s c o n t r a r i o s t o d a Eur o p a s o n : el R ó d a n o a M e d i o d í a y el R h i n a T r a m o n t a n a , el D a n u b i o o D a n o y á a Greco (Nordes te ) y el P o a Lev a n t e , » La o b s e r v a c i ó n a c e r c a de la c a í d a del g r a n i z o y lam á s i m p o r t a n t e y más en c o n t r a d i c c i ó n con las i d e a s d|Ja q u e l t i e m p o , de la m a y o r o b s c u r i d a d del cielo a g r a n al-1t u r a , conf i rmad a t r es sig los des p ués por D E SAUSSURE yHUMBOLDT, i n d u c e n a c r e e r que L e o n a r d o de Vinc i r ea l i z a b a a s c e n s i o n e s de más de t r es mil m e t r o s de a l t u r a .

22,, Las d e s c r i p c i o n e s de Leo nard o r e fi é r ens e gene ra l m e n t e a f e n ó m e n o s por él o b s e r v a d o s . A p r o p ó s i t o del p a s a j e «ondas de l .mar del P i o m b i n o , t o d a s de a g u a e s p u m o sa», r e c u é r d e s e el d ibu jo de una ola c u b i e r t a de e s p u m a .

c ias , la r a z ó n de c i e r tos bos quejos , g ros eros y a g u d o s a lm i s m o t i e m p o , que r e t r a t a n h o m b r e s y c o s a s a s i á t i c o s ; els en t ido de c i e r t a s expres iones m u y v a g a s a c e r c a de p e r s o n a j e s y c o s t u m b r e s o r i e n t a l e s , que b r o t a n i n e s p e r a d a m e n te en los m a n u s c r i t o s c o m o r e c u e r d o s de cos as v i s t as , pues t a s como e j emplos de p r i n c i p i o s de p e r s p e c t i v a o de m>,d r á u l i c a . La m i s m a r e f e r e n c i a de l e s p l e n d o r n o c t u r n o delT a u r u s p u e d e d e c i r s e que es, más que una cop ia de losLibros Meteorológicos, de ARISTóTELES, una rect i f icación

del t ex to a r i s to t é l i co hecha con a r g u m e n t o s e x t r a í d o s delconocimien to d i r ec to de aquel los lugares .

24. Si se co mp ara es t a es pec ie de boce to del Cenáculo

con la o b r a t e r m i n a d a , se e n c o n t r a r á f á c i l m e n t e a l g u n o sde lo s e l e m e n t o s de la p r i m e r a , s e g u n d a y ter ce ra f igurasd e s c r i t a s en la p r i me ra f igura de la d i e s t r a de J e s ú s (SanJ u a n ) y en la p r i m e r a ( S a n t i a g o el M a y o r ) y en la c u a r t a(San Mateo) de la i z q u i e r d a . E l ar t i f icio de l c u c h i l l o ; elg r u p o de l h o m b r e qu e h a b l a y el que le e s c u c h a ; el d e tal le de la t aza ca ída , se, e n c u e n t r a n en la a c t i t u d de latercera f igura de la d e r e c h a del S a l v a d o r (San P e d r o ) , enla de las dos úl t im as f iguras de la i z q u i e r d a (San T a d e o

y San S i m ó n ) y en la de J u d a s . El h o m b r e qu e p o n e lasmauos en la m e s a y m i r a es, con toda ev idenc ia , el a p ó s to l San B a r t o l o m é de la p i n t u r a . La pen úl t im a f igura , al a i zqu ierda (San t i ago el M e n o r ) , c o n s e r v a a l g u n o s d e t a l les sal ientes die las ú l t i m a s l í n e a s de l f r a g m e n t o .



Í N D I C E



Páginas

Pró log o biográfico IF ábu l as 1Al egor í a s 19Pens amie ntos acerca de la c iencia 39Pen sam iento s acerca de la naturaleza 69P ensami en t os ace rca de l a mora l 117

Pensamientos acerca del ar te 149Paisajes y figuras .. . 193El viaje a Orie nte 209Las figuras 217Un g i gan t e fantástico 223Las profecías de los anim ales i r racionales 233Las profec ías de los árbo les 237Las profecías de las cosas materiales 238Las profecías de las cerem onias 244Las profecías de las costum bres 247Las profecías de casos que no puede haber en la

Naturaleza 249Las profecía s de las cosa s filosóficas 250A g u d e z a s 2 5 5Not as 263

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