es de lamentar que para el último periodo de la vida del apóstol no se disponga de otra fuente de...
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*EL ÚLTIMO VIAJE DE PABLO
Puntos a
tratar:
A
Roma
De
Jerusalé
n
Es de lamentar que para el último periodo de la vida del apóstol no se disponga de otra
fuente de información que Hch 20,1-28,31.
De Pablo sólo llegamos a saber que anunció un
viaje a Jerusalén (cf.
Rom 15,30-31)
Proyecto de nuevas
misiones en el Occidente
(Rom 15,23-24).
De Jerusalé
n
Lucas presenta una versión legendaria del apóstol, dándole la aureola de último testigo eclesial; su narración del viaje es
la crónica del camino de un mártir
Crítica a parte de la narración
lucana:
Lucas dispuso de buenas fuentes
los temores de los discípulos por la
seguridad el apóstol ante su
inminente visita a Jerusalén (Hch
21,4-6) no son más que un eco de la previsión personal de Pablo, quien había expresado miedo por la presumible hostilidad judía y el rechazo de la colecta (Rom 15,30-31)
la lista de nombres geográficos
el lugar de procedencia de sus acompañantes
queda confirmado por cuanto conocemos por otras fuentes, las cartas
paulinas o no
una delegación tan nu merosa, cuyos gastos debían pagarse también, demuestra no sólo la importan cia que Pablo concedía a la cuestión, sino además que debía tratarse de una suma muy considerable
El discurso de despedida,
pronunciado en Mileto (Hch 20,18-35), es cons trucción
lucanaSorprende, que Lucas no hable del motivo concreto del viaje: la entrega de la colecta que fue preocupación prin cipal durante el
viaje.
Lucas aludirá de pasada a ello, pero con
la intención de presentar a Pablo
como un buen judío en su discurso ante el procu rador Antonio Félix (Hch 24,17).
Es precisamente la mención de este oficial, y la de su sucesor Porcio Festo (Hch
24,27), el dato básico para establecer la cronología de este período. Aun que siga siendo controvertida, la
fecha más probable de la llegada de Porcio Fes to a Judea fue el año 60 d.C.
Cuando Pablo llega a Palestina, en las fiestas de Pentecostés del año 57 (Hch 21,15-17), la
situación social estaba ya muy enrarecida;
debido a los abusos de Félix
En tal situación son comprensibles tanto los
recelos de la co munidad judeocristiana,
al recibir al judío helenista,
cuya misión entre gentiles era un éxito (Hch 21,19-20a) y del que se decía estaba
apartando a los nuevos convertidos del
cumplimiento de la ley (Hch 21,21.28)
Pablo tuvo que buscar alojamiento
en ca sa de un chipriota (Hch
21,15)
No hay que acudir a las presuntas dificultades que la comunidad de Jerusa lén tendría para aceptar un
dinero de alguien de quien
desconfiaba
el silencio de Lucas al
respecto (Hch 24,17) no es
razón suficiente para
creer que Pablo fracasó en el intento
Para él la unidad se actualizaba, más que nada, en la solicitud del
amor y no en la prestación de ayuda
Es, probable que Pablo transigiera
en costear y acompañar a los
que habían hecho el voto de
nazireato (Hch 21,17-25); con ello Pablo se
mostra ba fiel a sí mismo y a su
misión.
No deja de ser irónico que quien
defendió la libertad de la ley fuera
apresado mientras cumplía con una
práctica legal y se viera acusado de
haber roto la norma que prohibía
introducir en el patio de Israel a los
griegos (Hch 21,27-36; 22,28-29)
la fidelidad consecuente a una de las más
importantes metas de la misión paulina, como era la demostración práctica de la universali dad del
evangelio y de la unidad fundamental de la Iglesia
compuesta de judíos y gentiles, dio lugar así a
este último encarcelamiento de Pablo
que fue sellado con el martirio
Referente al tiempo de su cautiverio en Jerusalén y Ce sarea, su traslado a Roma y su muerte, sólo se pueden conseguir unos datos fragmentarios e inseguros
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• el discurso de Pablo al pueblo (Hch 22,1-21), el proceso ante Félix (Hch 24,1-27; 25,14), Festo (Hch 25,1-12; 26,24-25.32) y Agripa (Hch 25,13-26,32) y los discursos del apóstol, así como la minuciosa descripción del naufragio (Hch 27,1-28,16).
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salé
n• el motín y la in tervención de los romanos, su traslado a Cesarea (Hch 23,23.31-35; 25,1.4.6.13), las acusaciones judías y la táctica dilatoria del procurador romano que retardó el proceso unos dos años (Hch 24,7), chantajeando al prisionero (Hch 24,26))—, la postura conciliadora respecto a sus acusadores del nuevo procurador y,la audaz apelación al César, provocado ad imperium
por
part
e d
e P
ab
lo • haciendo uso de su derecho de ciudadano romano (Hch 25,10.21; 26,31-32; 27,24; 28,19)
• la persecución con dujo al apóstol al corazón del imperio.
Pablo, en espera del juicio, entre tanto se juntara la documentación y se
presentaran sus acusadores, disfrutó de cierta libertad de movimientos en
régimen de libertad condicionada (Hch 28,16: custodia militaris\ cf. Tácito,
Anales 3,22)
Lucas parece olvidarse de la comu nidad
cristiana. Los hermanos que fueron a recibir al
apóstol a las afueras de Roma (Hch 28,15),
desaparecen inmediatamente.
La evangelización de los judíos romanos,
sin trabas (Hch 28,17.21-22), tiene
éxito y logra conversiones (Hch
28,24).Si se tiene en cuenta que Lucas no está interesado en personas,
sino en el progreso del evangelio, no causa tanta extrañeza que
interrumpa su relato aquí, cuando la ‘palabra’ está siendo
proclamada con toda libertad por el gran misio nero; con ello podía considerar completo su proyecto
editorial (Hch 1,8)
A Roma
Sobre el desenlace de esta cautividad y sobre la muerte de Pablo nada nos dicen las fuentes del NT. Parece que Lucas conocía el final trágico del apóstol (Hch 20,22-25; 21,10-14), pero lo calla intencionadamente, ya que no encajaba con su línea programática.
No podemos dudar de que
murió violentamente, y
en Roma
Lucas acaba su relato aludiendo a los dos
años de permanencia en Ro ma, durante los cuales predicaría el evangelio con toda libertad (Hch 28,30-
31)
Semejante afirmación, intencionada
teológicamente, no resuelve la cuestión his tórica, puesto que no puede deducirse de
ella un martirio inmediato
Si tenemos en cuenta que Pablo llegó a Jerusalén el año 57 y que pasó en Cesarea por lo menos dos años completos (Hch 24,27), tuvo que llegar a Roma entre
el año 60 y el 61.
Para reconstruir el tiempo que sigue hasta su muerte no tenemos más reme dio que acudir a
hipótesis.
Las fuentes además de indirectas, son escasas y no
concuerdan con Hch, cuyo autor no sólo ignora nuevas
actividades misioneras de Pablo en el Oriente, sino que parece
descartar las (Hch 19,22; 20,24-25.38)
Dos son las alternativas que presenta la investiga ción actual:
La cuestión decisiva radica en la valoración de las cartas pastorales
de haber sido escritas por el apóstol, habrían surgido
tras su prisión romana (Hch 28,16.30-31)
Ellas aportan datos sobre nuevos viajes de
Pablo por la región oriental del imperio
Desde Macedonia escribiría 1 Tim y Tit; de regreso a Éfeso (1 Tim 3,14) sería encarcelado
En Tróade fue (la prisión) más dura que la primera y acabaría
con su muerte (2 Tirh 1,8.16-17; 4,6-8)
Los argumentos contra la autenticidad paulina de las cartas pastorales son se rios y demasiado
claros.
• La distancia espiritual
1
• La distancia teológica
2
Las formas de consti tución y
tendencias de la
iglesia, apuntan
también a una época posterior
Se suele responder señalando la
normal evolución en Pablo, tanto a nivel teológico co
mo en el plano organizativo de
sus iglesias
Quienes consideran seudónimas estas cartas, adelanten la fecha de su martirio, y excluyan una segunda
prisión de Pablo en Roma
para éstos el proceso de Pablo sería
reanudado poco después de haber llegado a Roma; y
bajo Nerón, al comenzar los
sesenta, alcanzaría el martirio
Esta opinión olvida el testimonio de
Eusebio de Cesarea (263-3.39), quien, por vez primera,
habla de una segunda prisión
romana y específicamente men ciona que el
martirio de Pablo no tuvo lugar durante su primera estancia en Roma, descrita
por Lucas
el testimonio de Eusebio ha sido demasiadas veces puesto en duda;
además, el mismo Eusebio, por lo que se refiere a un segundo encarcelamiento
romano de Pablo, no parece tener información segura
la unión de las muertes de los dos apósto les se llevó a
cabo bajo influencias litúrgicas en la iglesia
romana de finales del primer siglo
los datos para la
fecha de la muerte
oscilan entre los años 63
y 67
siendo preferible la fecha más temprana.
La decapitación era la pena
capital habitual para ciudadanos
roma nos
Las llamadas cartas pastorales testimonian unas estruc turas comunitarias y unas preocupaciones teológicas diferentes a las de las gran des cartas; si las aceptásemos como auténticas cambiarían necesariamente la imagen de Pablo que aquí hemos ofrecido.