enseñanzas del papa francisco no 5
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El domingo de la Divina Misericordia, el Papa dijo:
“Dejémonos envolver por la misericordia de Dios;
confiemos en su paciencia que siempre nos concede tiempo; tengamos el valor de volver a
su casa, de habitar en las heridas de su amor dejando
que Él nos ame, de encontrar su misericordia en los sacramentos”.
“Sentiremos su ternura, tan bella,
sentiremos su abrazo
y seremos también nosotros más capaces de
misericordia, de paciencia, de
perdón y de amor”.
“Qué hermosa es esta realidad de fe para
nuestra vida: la misericordia de
Dios. Un amor tan grande, tan profundo el que
Dios nos tiene, un amor que no
decae, que siempre aferra nuestra mano y nos
sostiene, nos levanta, nos
guía”.
“El apóstol Tomás experimenta precisamente esta misericordia de Dios,
que tiene un rostro concreto, el de Jesús, el de Jesús resucitado”.
“Tomás no se fía de lo que dicen los otros Apóstoles: ‘Hemos visto el Señor’; no le basta
la promesa de Jesús, que había anunciado: al tercer día resucitaré. Quiere ver, quiere meter su mano en la señal
de los clavos y del costado”.
“¿Cuál es la reacción de Jesús?”“la paciencia: Jesús
no abandona al terco Tomás en su
incredulidad; le da una semana
de tiempo, no le cierra la
puerta, espera”.
“Tomás reconoce su propia pobreza, la poca fe:
‘Señor mío y Dios mío’: con esta invocación simple,
pero llena de fe, responde a la paciencia de Jesús.”.
“Se deja envolver por la misericordia
divina, la ve ante sí, en
las heridas de las manos
y de los pies, en el costado abierto,
y recobra la confianza: es un hombre nuevo,
ya no es incrédulo sino creyente”.
“Pedro : tres veces reniega de Jesús precisamente cuando debía estar más
cerca de él; y cuando toca el fondo encuentra la
mirada de Jesús que, con paciencia, sin palabras, le dice:
‘Pedro, no tengas miedo de tu debilidad,
confía en mí’; y Pedro comprende, siente la mirada de amor de Jesús y
llora”.
“Qué hermosa es esta mirada
de Jesús – cuánta ternura –. Hermanos y
hermanas, no perdamos
nunca la confianza en la
paciente misericordia de
Dios”.
“El estilo de Dios: no es impaciente como nosotros,
que frecuentemente queremos todo y
enseguida, también con las
personas. Dios es paciente con nosotros porque nos
ama, y quien ama
comprende, espera, da confianza,
no abandona, no corta los puentes, sabe perdonar”.
“Dios nos espera siempre, aún cuando nos
hayamos alejado. Él no está nunca
lejos, y si volvemos a Él, está preparado
para abrazarnos”.
“La parábola del Padre misericordioso”,
“me impresiona porque me infunde siempre una gran esperanza”.
“Piensen en aquel hijo menor que estaba en la casa del Padre, era amado; y aun así quiere su parte de la herencia; y se
va, lo gasta todo, llega al nivel más bajo, muy lejos del Padre; y cuando ha tocado fondo, siente la nostalgia del calor de la
casa paterna y vuelve. ¿Y el Padre? ¿Había olvidado al Hijo?
No, nunca”.
“El padre, está allí, lo ve desde lejos,
lo estaba esperando cada día, cada
momento: ha estado siempre en su corazón como hijo, incluso cuando lo había
abandonado, incluso cuando había
dilapidado todo el patrimonio,
es decir su libertad”.
“El Padre con paciencia y amor, con esperanza y misericordia no había dejado ni un momento de pensar en él, y en cuanto lo ve, todavía lejano, corre a su encuentro y lo abraza con ternura, la ternura de Dios, sin
una palabra de reproche: Ha vuelto. Y esa es la alegría del padre. En ese abrazo al hijo
está toda esta alegría: ¡Ha vuelto! Dios siempre nos espera, no se
cansa”.
“Sin embargo, la paciencia de Dios debe encontrar en
nosotros la valentía de volver a Él,
sea cual sea el error, sea cual sea el
pecado que haya en nuestra vida”.
“Jesús invita a Tomás a meter su mano en las llagas de sus manos y de sus pies y en la
herida de su costado. También nosotros podemos entrar en las llagas
de Jesús, podemos tocarlo realmente; y esto ocurre cada vez que recibimos los
sacramentos”.
“Es precisamente en las heridas de Jesús que nosotros estamos seguros,
ahí se manifiesta el amor inmenso de su corazón”.
“Tal vez alguno de nosotros puede pensar: mi pecado es tan grande, mi lejanía de Dios es como la del hijo menor de la parábola, mi
incredulidad es como la de Tomás; no tengo las agallas para volver, para pensar que Dios pueda acogerme y que me esté esperando
precisamente a mí. Pero Dios te espera precisamente a ti,
te pide sólo el valor de regresar a Él”.
“En ocasiones durante mi ministerio pastoral
me han repetido: ‘Padre, tengo muchos
pecados’; y la invitación que he
hecho siempre es: ‘No temas, ve con Él, te está esperando,
Él hará todo’”.
“Cuántas propuestas mundanas sentimos a nuestro alrededor.
Dejémonos sin embargo aferrar por la propuesta de Dios, la suya es una caricia de amor. Para Dios no somos números,
somos importantes, es más somos lo más importante que tiene; aún siendo pecadores, somos lo
que más le importa”.
“Jesús cargó con la vergüenza de Adán, con la desnudez de
su pecado para lavar nuestro pecado: sus
llagas nos han curado”.
“Acuérdense de lo de san Pablo:
¿De qué me puedo enorgullecer sino de mis debilidades, de
mi pobreza? Precisamente
sintiendo mi pecado, mirando mi pecado,
yo puedo ver y encontrar la
misericordia de Dios, su amor, e ir hacia Él
para recibir su perdón”.
“Durante mi vida he visto muchas veces el rostro misericordioso de Dios,
su paciencia; he visto también en muchas
personas la determinación de entrar en
las llagas de Jesús, diciéndole: Señor estoy aquí, acepta mi
pobreza, esconde en tus llagas mi pecado,
lávalo con tu sangre”.
El 10 de abril en la Plaza San Pedro el Papa dijo:
“A quien nos pide dar cuenta de la esperanza que hay en nosotros, mostremósle a Cristo
Resucitado y hagámoslo con el anuncio de la Palabra, pero sobre todo con nuestra vida de
resucitados.
“Mostremos la alegría de ser hijos de Dios,
que nos da la libertad de vivir en Cristo, que es la verdadera libertad, la de la esclavitud del mal,
del pecado y de la muerte!”.
“Con la resurrección de Jesús sucede algo absolutamente nuevo: somos liberados de la
esclavitud del pecado y nos convertimos en hijos de Dios,
somos engendrados a una nueva vida. ¿Cuándo ocurre esto? En el Sacramento del
Bautismo”.
“El Espíritu que hemos recibido en el bautismo nos enseña, nos empuja a
llamar a Dios ‘Padre’ o mejor. ‘Abbà’ que significa ‘papá’.
Así es nuestro Dios: es un papá para nosotros.”
“Este es el don más grande que recibimos del Misterio Pascual de Jesús.
Dios nos trata como hijos, nos comprende,
nos perdona, nos abraza, nos ama aun cuando nos
equivocamos”,
“La relación filial con Dios es un tesoro que no debe permanecer escondido en un rincón de nuestras vidas, sino que debe crecer y ser alimentado con la
escucha de la Palabra de Dios, la oración,
la participación en los sacramentos, sobre todo la Penitencia y la Eucaristía y
la caridad”.
“¡Podemos vivir como hijos! Esta es nuestra dignidad,
tenemos dignidad de hijos. Comportémonos como verdaderos hijos. Esto significa que cada
día tenemos que dejar que Cristo nos transforme ...significa tratar de vivir como
cristianos, tratar de seguirle, incluso si vemos nuestras
limitaciones y nuestras debilidades”,
“No caer en la tentación de dejar de lado a Dios para ponernos a nosotros mismos en el centro.
Al contrario, sólo comportándonos como hijos de Dios,
sin desanimarnos por las caídas, sintiendo que nos ama nuestra vida será nueva,
inspirada por la serenidad y la alegría. ¡Dios es nuestra fuerza! ¡Dios es nuestra
esperanza!”.
“Nosotros somos los primeros que tienen que mantenerse firmes en esta
esperanza y ser un signo visible, claro y brillante
para todos. El Señor resucitado es la esperanza que
no falla, que no defrauda”.
“¿Cuántas veces en nuestra vida las esperanzas se desvanecen? ¿Cuántas
veces las expectativas de nuestros corazones no se hacen realidad?”.
“La esperanza de los cristianos es fuerte, segura, arraigada en esta tierra, donde Dios nos ha llamado a caminar, y está abierta a la eternidad, porque está fundada en Dios, que es siempre fiel... ”
“Ser cristiano no se reduce a seguir unas órdenes: quiere decir
estar en Cristo, pensar, actuar y amar como Él, es dejar que él tome
posesión de nuestra vida
y la cambie, la transforme,
para liberarla de la oscuridad del mal
del pecado”
“Miremos a la patria celestial y así
tendremos una nueva luz y más
fuerza en nuestras tareas
y esfuerzos diarios. Es un valioso
servicio que tenemos que prestar a este
mundo nuestro que a menudo ya no es
capaz de levantar la mirada hacia arriba,
hacia Dios”.
Al final de la Audiencia el Papa dijo: “Rezo por las víctimas y expreso mi
cercanía a las poblaciones golpeadas por esta catástrofe.
Recemos por todos estos hermanos y hermanas nuestros de Irán”
Por el aniversario de los 50 años de la Encíclica “Pacem in Teris” del Beato Juan
XXIII dijo:“Que este aniversario "sea un incentivo
para comprometerse siempre más en promover la reconciliación y la paz a
todos los niveles".
El 12 de abril a la Pontificia comisión Bíblica dijo:
“La Palabra de Dios precede a la Biblia y la sobrepasa. Por eso el centro de
nuestra fe no es solamente un libro, sino una historia de salvación y sobre todo
una persona, Jesucristo, la Palabra de Dios que se hizo carne”.
“La vida y la misión de la Iglesia se fundan sobre la Palabra de Dios, que es
el alma de la teología y, a la vez, la inspiradora de la existencia
cristiana”.
“Las Sagradas Escrituras son el testimonio escrito
de la Palabra divina, el memorial canónico que atestigua el
acontecimiento de la Revelación”
“El horizonte de la Palabra divina abraza las Escrituras y se extiende más allá de
ellas, es necesaria la presencia constante del
Espíritu Santo que ‘guía a toda la verdad’”.
“Es necesario situarse en la corriente de la
gran Tradición que, con la ayuda del Espíritu
Santo y la guía del Magisterio,
ha reconocido los escritos canónicos como Palabra dirigida por Dios
a su pueblo y no ha cesado nunca de
meditarlos y descubrir su riqueza inagotable”
“La Sagrada Escritura es Palabra de Dios en cuanto se le ha dado forma escrita bajo la
inspiración del Espíritu Santo; en cambio la sagrada Tradición
transmite integralmente la Palabra de Dios,
confiada por Cristo Señor y por el Espíritu
Santo a los apóstoles, a sus sucesores, para
que éstos, iluminados por el Espíritu de
verdad, con su predicación la conserven con
fidelidad, la expliquen y la difundan”
“Por tanto, la interpretación de la Biblia no puede ser solamente una labor
científica individual, sino que siempre debe ser confrontada, insertada y autenticada con la tradición
viva de la Iglesia”.
“Esta norma es decisiva para precisar la relación correcta y recíproca entre la
exegesis y el Magisterio de la Iglesia. Los textos inspirados por Dios han sido
confiados a la Comunidad de los creyentes,
a la Iglesia de Cristo para alimentar la fe
y guiar a la vida de caridad”
“Que el Señor nos salve de las fantasías
del triunfalismo, porque el
triunfalismo no es cristiano, no es del
Señor. El camino del Señor es el camino de cada día, en la presencia
de Dios”
“El tiempo es el mensajero de Dios: Dios nos salva a través del tiempo, no
del momento. A veces hace milagros, pero en la vida
común, nos salva con el tiempo”, nos salva “en la historia”, en la “historia personal” de
cada uno.”
“El Señor no se comporta como un hada con su varita mágica, sino que por el
contrario, da la gracia, y dice –tal y como decía a aquellos quienes sanaba-:
‘Camina en tu vida, da testimonio de todo lo que el Señor hace con nosotros”.
“Una gran tentación que anida en la vida cristiana,
es el triunfalismo que es una tentación que también los apóstoles tuvieron”.
“La tuvo Pedro, cuando asegura solemnemente
que no negará a su Señor. O el pueblo, después de participar en la
multiplicación de los panes. El triunfalismo que los hizo decir: no es
del Señor.”
“Él entró en la Tierra humilde: hizo su vida por 30 años, creció como un niño
normal, tuvo la prueba del trabajo,
y finalmente de la Cruz. Y al final,
resucitó”.
“Por tanto, el Señor enseña que en la vida no todo es mágico, que el triunfalismo no es cristiano.
Porque la vida está hecha de una normalidad vivida con Cristo, y cada
día”.
“Esta es la gracia que tenemos que pedir.
La de la perseverancia. Ser perseverantes en el camino del Señor,
hasta el final, todos los días”,
En twitter:“Ser cristianos no se reduce a seguir los mandamientos, sino a dejar que Cristo
tome posesión de nuestra vida y la transforme”.
En twitter:“Si nos comportamos como hijos de Dios, sintiéndonos amados por Él, nuestra vida
será nueva, colmada de serenidad y gozo".
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Que Dios te llene de bendiciones. Y que permanezcamos unidos en el
amor a Jesús.
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