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Enrique Pichon Riviere

1) Biografía de Enrique Pichon Rivière,Material extraido del libro Conversaciones con Enríque Pichón Rivière Sobre el Arte y la Locurade Vicente Zito Lema, Ediciones Cinco

2) El camino de Enrique Pichón Riviere: El desafío de la Psicología Socialpor Alfredo Grande y Gregorio Kazi

3) El ECRO de Pichon RivièreLic. Gladys Adamson

Psiquiatra y psicoanalista (1907-1977). Fue uno de los introductores del psicoanálisis en la Argentina, y uno de los fundadores de la APA, de la que luego tomó distancia para dedicarse a la construcción de una teoría social que interpreta al individuo como la resultante de su relación con objetos externos e internos. En este marco, fundó la Escuela de Psicología Social

1. Biografía (a).- Enrique Pichon Riviére nació en Suiza en 1907, y de muy pequeño vino a la Argentina. Su infancia transcurrió en el Chaco y en Corrientes, donde aprendió "el guaraní antes que el castellano", como él decía. Estudió medicina, psiquiatría y antropología, aunque abandonó estos últimos estudios para desarrollar su carrera como psiquiatra y psicoanalista, convirtiéndose en uno de los introductores del psicoanálisis en la Argentina.A comienzos de los '40 se convierte en uno de los fundadores de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Luego toma distancia de ella, para centrar su interés en la sociedad y la actividad grupal en el seno social, fundando la Escuela de Psicología social.Responsable de una renovación general de la psiquiatría, Pichon Riviére introdujo la psicoterapia grupal en el país (servicio que incorporó al Hospital Psiquiátrico cuando fue su director) y los test en la práctica de esa disciplina, impulsando también la psiquiatría infantil y adolescente. Incursionó en política, economía, deporte, ensayó hipótesis sobre mitos y costumbres de Buenos Aires, y se interesó especialmente por la creación artística estableciendo un territorio común entre la crítica literaria y la interpretación psicoanalítica de la obra como expresión de las patologías del autor.Líder y maestro, desde la cátedra y las conferencias dirigidas al público más amplio y diverso, se convirtió en referente obligado para más de una generación de psicoterapeutas, y formó decenas de investigadores en el campo de una teoría social que interpreta al individuo como la resultante de la relación entre él y los objetos internos y externos. 2. Autobiografía.- Señala Pichon Rivière que su vocación por las Ciencias del Hombre surgió de la tentativa de resolver el conflicto entre dos culturas: la europea, su cultura de origen, y la guaraní, de la que fue testigo desde los 4 años, cuando su familia emigra al Chaco, hasta los 18 años. "Se dio así en mí la incorporación, por cierto que no del todo discriminada, de dos modelos culturales casi opuestos. Mi interés por la observación de la realidad fue inicialmente de características precientíficas y, más exactamente, míticas y mágicas, adquiriendo una metodología científica a través de la tarea psiquiátrica" (7).En la cultura guaraní, la concepción del mundo es mágica y está regida por la culpa, y la "internalización de estas estructuras primitivas orientó mi interés hacia la desocultación de lo implícito, en la certeza de que tras todo pensamiento que sigue las leyes de la lógica formal, subyace un contenido que, a través de distintos procesos de simbolización, incluye siempre una

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relación con la muerte en una situación triangular" (8)."Ubicado en un contexto donde las relaciones causales eran encubiertas por la idea de la arbitrariedad del destino, mi vocación analítica surge como necesidad de esclarecimiento de los misterios familiares y de indagación de los motivos que regían la conducta de los grupos inmediato y mediato. Los misterios no esclarecidos en el plano de lo inmediato (lo que Freud llama "la novela familiar") y la explicación mágica de las relaciones entre el hombre y la naturaleza determinaron en mí la curiosidad, punto de partida de mi vocación por las Ciencias del Hombre"."Algo de lo mágico y lo mítico desaparecía entonces frente a la desocultación de ese orden subyacente pero explorable: el de la interrelación dialéctica entre el hombre y su medio" (8).El contacto de Pichon Rivière con el psicoanálisis es anterior a su ingreso a la Facultad de Medicina. En ella, Pichon Rivière toma contacto directo con la muerte, aún cuando su vocación es la lucha contra ella. "Allí se reforzó mi decisión de trabajar en el campo de la locura, que aún siendo una forma de muerte, puede resultar reversible" (9).Incursionando en la psiquiatría clínica, Pichon Rivière comprende a la conducta como una totalidad en evolución dialéctica donde se puede discernir un aspecto manifiesto y otro subyacente, lo que terminó orientándolo definitivamente hacia el psicoanálisis. De su contacto con los pacientes, concluye que "tras toda conducta "desviada" subyace una situación de conflicto, siendo la enfermedad la expresión de un fallido intento de adatpación al medio. En síntesis, que la enfermedad era un proceso comprensible" (9).La formación psicoanalítica de Pichon Rivière concluye con su análisis didáctico, realizado con el Dr. Garma, y por la lectura de la "Gradiva" de Freud, donde "tuve la vivencia de haber encontrado el camino que me permitiría lograr una síntesis, bajo el común denominador de los sueños y el pensamiento mágico, entre el arte y la psiquiatría" (10).Tratando pacientes psicóticos, se le hizo evidente la existencia de objetos internos, y de fantasías inconcientes como crónica interna de la realidad. El examen de este mundo interno llevó a Pichon Rivière a ampliar la idea de "relación de objeto" formulando la noción de vínculo, que sustituyó además, al concepto de instinto. Esta ruptura parcial con algunas ideas del psicoanálisis desembocó en la construcción de una Psicología Social. Al respecto, señala Pichon Rivière: "la trayectoria de mi tarea, que puede describirse como la indagación de la estructura y sentido de la conducta, en la que surgió el descubrimiento de su índole social, se configura como una praxis que se expresa en un esquema conceptual, referencial y operativo" (12), siendo la síntesis actual de esa indagación, la propuesta de una epistemología convergente.Pichon Rivière logra, según él mismo, una formulación más totalizadora de su esquema conceptual en sus escritos "Empleo del Tofranil en el tratamiento del grupo familiar" (1962), "Grupo operativo y teoría de la enfermedad única" (1965), e "Introducción a una nueva problemática para la psiquiatría" (1967). (a) Extractado de: "Ciencia explicada", Fascículos Diario Clarín, 1996, página 283/4.De padres franceses y nacido en Ginebra el 25 de Junio de 1907, Enrique Pichon Rivière llegó a los 3 años a Buenos Aires, para seguir viaje al Chaco Argentino, luego a Corrientes, donde su padre trata de trabajar el algodón con ningún éxito.

En este entorno selvático pasó los primeros años de su vida, entre los últimos malones de los Guaraníes y la imagen de su padre colgando sus mejores trajes europeos en un alambre al sol de la tarde. Primero aprendió a hablarfrancés, después guaraní y por ultimo el castellano. Por casualidad, en la escuela secundaria de Goya tiene su primer encuentro con la obra de Freud.

Concluidos sus estudios en Goya, provincia de Corrientes, es uno de los fundadores del Partido Socialista de Goya, y luego marcha a Rosario (1924) para estudiar medicina. Su primer trabajo en esa ciudad es como instructor de modales en un quilombo (prostíbulo), de prostitutas polacas.

De retorno en Goya por cuestiones de salud (la bohemia lo lleva a la neumonía), ahora prueba suerte en Buenos Aires, donde conoce y hace amistad con personalidades como Roberto Art, Conrado Nale Roxlo, y otros. Interesadopor la poesía lee con avidez a los poetas malditos franceses, Rimbaud y en especial por Isidoro Ducasse, Conde de Lautréamont sobre el cual desarrolló una profunda investigación e indagación de lo siniestro. Entre 1930 y 1931 trabaja como periodista en el diario Critica, realizando notas de arte y deporte.

En sus estudios de medicina ya desde temprano comprendió que "...toda la enseñanza era sobre cadaveres. Había allí una contradicción fundamental, un elegir -tal vez inconsciente- la muerte. Nos preparaban para los muertos, nopara los vivos." Inicia su práctica como psiquiatra en El Asilo de Torres, para oligofrénicos, cerca se Luján, provincia de Buenos Aires. Se muda a Buenos Aires donde trabaja en otro sanatorio para enfermos mentales y también trabajacomo periodista en el diario Critica (1936). Una vez recibido entra a trabajar en el Hospicio de la Merced (hoy, Neuropsiquiátrico José Tomás Borda) donde trabaja durante 15 años.

En el Hospicio de la Merced uno de sus primeros trabajos es el de organizar grupos de enfermeros e instruirlos en el trato del paciente ; pues en esos momentos uno de los principales problemas era el maltrato que por desconocimiento impartían los enfermeros a los pacientes. En estas circunstancias desarrolla la técnica del "Grupo

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Operativo", "...en esos grupos discutía con los enfermeros los diferentes casos que había, se trataba así de darles un panorama general de la psiquiatría. El aprendizaje de los enfermeros fue sorprendente. Ellos tenían acumulada gran experiencia, dado que casi todos, habían trabajado años en el Hospicio. Su dificultad era que no podíanconceptualizar; entonces, esa experiencia no les servía para nada...". Las condiciones mejoraron grandemente.Debido a un prolongado paro de enfermeros, debió capacitar a los enfermos que mejor se encontraban para ocupar este rol; "...Por ultimo estos internos mejoraban ostensiblemente su salud mental. Tenían una nueva adaptacióndinámica a la sociedad, especialmente porque se sentían útiles..." Las posturas reaccionarias de otros profesionales y la intención de destruir su trabajo lo llevaron a renunciar, no sin llevarse las vivencias que luego darían coherencia asus proyectos. De esta praxis surgen estas reflexiones: "...Existe en nuestra sociedad, un aparato de dominación destinado, en ultima instancia, a perpetuar las relaciones de producción; vale decir relaciones de explotación. Esteaparato de dominación tiene sus cuadros en psiquiatras, psicólogos, y otros trabajadores del campo de la salud, que vehiculizan, precisamente, una posición jerárquica, dilemática y no dilemática de la conducta. Son líderes de laresistencia a l cambio, condicionantes de la cronicidad del paciente, al que tratan como un sujeto equivocado desde un punto de vista racional. Estos agentes correctores, cuya ideología y personalidad autocrática les impide incluir, unaproblemática dialéctica en el vinculo terapéutico, establecen con sus pacientes relaciones jerárquicas en las que se reproduce el par dominador - dominado. Se incapacitan, así , para comprometerse, también ellos como agentes -sujeto de la tarea correctora..."

Junto a Garma, Carcano y Rascovsky fundan en 1940 la Asociación Psicoanalítica Argentina (A.P.A.)

Progresivamente va interesándose por la actividad de los grupos en la sociedad hasta dejar la concepción del psicoanálisis ortodoxo por el desarrollo de un nuevo enfoque epistemológico que lo llevará a la Psicología Social.Migración de la que da cuenta en su libro "Del psicoanálisis a la psicología social" en el que concibe a la Psicología Social como una democratización del Psicoanálisis.

Esta tendencia de la Psicología Social tiene como objeto "el estudio del desarrollo y transformación de una realidad dialéctica entre formación o estructura social y la fantasía inconsciente del sujeto, asentada sobre sus relaciones denecesidad"(E.P.R.). Establece al grupo como campo "en el que se dará la indagación del interjuego entre lo psicosocial (grupo interno) y lo sociodinámico (grupo externo), a través de la observación de los mecanismos deasunción y adjudicación de roles" (E.P.R.). Establece que la praxis es para el operador social la que mantendrá las coincidencias entre las representaciones y la realidad. De la praxis surge en concepto de Operatividad que representa lo que para otros Sistemas Conceptuales sería el criterio de Verdad. "...si enfrentamos una situaciónsocial concreta, no nos interesa solo que la interpretación sea exacta, sino fundamentalmente , nos interesa la adecuación en términos de operación. Es decir, de la posibilidad de promover una modificación creativa o adaptativa según un criterio de adaptación activa a la realidad."( E.P.R.).

Dentro de su producción conceptual cuestiona el tradicional enfoque en psiquiatría basada en el par contradictorio salud - enfermedad, por el de adaptación pasiva - adaptación pasiva, desplazando el centro de la problemática a lacapacidad transformadora de una realidad dada que posee el ser humano ante las exigencias del medio. Y nos doce: "...El sujeto es "sano" en la medida que aprehende la realidad en una perspectiva integradora y tiene capacidad paratransformar esa realidad transformándose, a la vez, él mismo." "...El sujeto esta activamente adaptado en la medida que mantiene un interjuego dialéctico con el medio y no una relación rígida, pasiva, estereotipada." Rivière toma comoaportes para desarrollar E.C.R.O. de la Psicología Social, conceptualizaciones de Freud, Melanie Klein, y G. H. Mead desde la perspectiva intrapsiquica y a Kurt Lewin desde metodología para investigar en grupos a través de la investigación activa. Además de los ya citados también forman parte importante del E.C.R.O. pichoniano los siguientes conceptos: mundo interno, cono invertido, vectores del cono, grupo operativo, etc.

PSICOANALISIS Teoría a la que Pichon Rivière adhirió durante muchos años y cuya ortodoxia criticó en algunos aspectos, señalando que: a) el antropocentrismo de Freud le impidió a éste desarrollar un enfoque dialéctico, y b) su planteo instintivista y su desconocimiento de la dimensión ecológica le impidieron, asimismo, formularse algo que ya había vislumbrado, a saber, que toda psicología es, en sentido estricto, social (43). 1. Concepto pichoniano.- Pichon Rivière cuenta su historia con el psicoanálisis, indicando que en base a los datos que obtuvo sobre la estructura y características de la conducta tratando a sus pacientes, y orientado por el estudio de las obras de Freud, comenzó su formación psicoanalítica que culminó, años más tarde, en su análisis didáctico con el Dr. Garma.Señala asimismo que por entonces, "por la lectura del trabajo de Freud sobre "La Gradiva" de Jensen tuve la vivencia de

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haber encontrado el camino que permitiría lograr una síntesis, bajo el común denominador de los sueños y el pensamiento mágico, entre el arte y la psiquiatría" (10).A partir del tratamiento de psicóticos, Pichon Rivière formula su teoría del vínculo en sustitución de la teoría freudiana instintivista, lo que conducía necesariamente a definir a la psicología, en un sentido estricto, como psicología social (11).Pichon Rivière reconoce a Freud el haber intuído esta última formulación, que el creador del psicoanálisis plantea en "Psicología de las masas y análisis del Yo". Sin embargo, un análisis más detallado del mencionado artículo reveló a Pichon Rivière que, si bien Freud alcanzó por momentos una visión integral del problema de la interrelación hombre-sociedad, no pudo desprenderse sin embargo, de una visión antropocéntrica que le impidió desarrollar un enfoque dialéctico. Además, "pese a percibir la falacia de la oposición dilemática entre psicología individual y psicología colectiva, su apego a la "mitología" del psicoanálisis, la teoría instintivista y el desconocimiento de la dimensión ecológica le impidieron formularse lo vislumbrado, esto es, que 'toda psicología, en un sentido estricto, es social'" (42-43).Podemos sintetizar el análisis de Pichon Rivière sobre la "Psicología de las masas y análisis del Yo" en los términos siguientes.Freud comienza refiriéndose a las relaciones del individuo con sus padres, hermanos, médico, etc., que bien pueden considerarse fenómenos sociales. Estos entrarían en oposición con aquellos denominados por Freud narcisistas. En este punto, Pichon Rivière refiere que, de acuerdo a los planteos de M. Klein, se trata de relaciones externas que han sido internalizadas (los 'vínculos internos' de Pichon Rivière) y que reproducen en el yo las relaciones grupales o 'ecológicas'. Tales estructuras vinculares se configuran en base a experiencias precocísimas, irreductibles a un mero instinto.Este conjunto de relaciones internalizadas "en permanente interacción y sufriendo la actividad de mecanismos o técnicas defensivas constituye el 'grupo interno', con sus relaciones, contenido de la fantasía inconciente" (42).Todo esto fue efectivamente vislumbrado por Freud, pero, sin embargo, no pudo desarrollarlo debido a que, como fue señalado, su posición antropocéntrica e instintivista le impidió desplazar su atención de un ser individual a merced de sus instintos, hacia un ser social cuyo psiquismo se organiza ante todo vincularmente (42).Ya fuera de la ortodoxia freudiana, del esquema conceptual de Pichon Rivière forman parte también los planteos de Melanie Klein acerca de las posiciones esquizoparanoide y depresiva, entendidas como configuraciones de objetos, ansiedades básicas y defensas.

El camino de Enrique Pichón Riviere: El desafío de la Psicología Social

por Alfredo Grande y Gregorio Kazi

¿Por qué sostenemos la necesidad de transmitir la Psicología Social en la Universidad Popular de las Madresde Plaza de Mayo?.La imaginacion utópica y la concreción de sueños libertarios, sostenidos en el marco histórico social por las Madres, nos desafio a relanzar juntos un proyecto práctico conceptual transformador.

Tal propuesta se inscribe en la cultura ético política construída, de manera continua, por las Madres en tanto valores antagónicos a la perversidad de los actores de la hegemonía cristalizada en distintos estratos de poder. Visualizamos que otro de los eslabones del proceso de reproducción alienada de un modelo social productor de sufrimiento lo aportan los dispositivos institucionales de transmisión académica (Escuela, Universidad, Foros, etc.). Allí también se disciplina a los sujetos histórico sociales, bajo el proceso de vigilancia-castigo-control social, para que se adapten pasivamente a las normas patológicas que legitiman a la sociedad de la violencia, la explotación y exclusión de vastos sectores colectivos. Tal programa hegemónico no es posible sin mutilar las referencias histórico sociales de los sujetos, destituir a la memoria construída junto al otro, abolir la solidaridad amenazando con eternas y reeditadas impunidades con las que se unge a los torturadores de los que son tipificados como "distintos". La retracción del sujeto al individualismo extremo pontificándose la indiferencia hacia el otro, es uno de los efectos del terrorismo económico que surge de la ideología neoliberal encarnada en el Estado argentino. Ello es un correlato evidente del Terrorismo de Estado genocida.

Estas cuestiones fundamentales nos guiaron a la decisión de retrabajar con énfasis el legado vivo de Enrique Pichón Riviere, quien fuera pionero de la Psicología Social tanto en nuestro país como en el mundo. La afirmación individualista-competitiva de la existencia a través del consumir consumo ("consumo,soy") es enfrentada por aprender a transformar en lo grupal. Cada miembro de un grupo es pertinente en función al otro semejante con el que se comunica e intercambia buscando des-alienarse. La construcción pichoniana se apoya en el método dialéctico materialista y su realización práctico conceptual tiene como eje la interacción de los sujetos orientada al cambio social planificado. Ello es un objetivo primario para cualquiera que no haya claudicado de la vida dado que, como bien lo señalara Enrique Pichón Riviere, "lo morbígeno es la sociedad". Para posibilitar tal aspiración es necesario rebelarse contra los paradigmas científicos hegemónicos que

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imponen un "pensamiento único" construyendo una epistemología convergente en tanto producción científica correlativa al ejercicio operativo de prácticas de liberación. Si partimos de este esquema conceptual referencial y operativo ya no es aplicable la disociación entre los saberes, los discursos y las prácticas.

El compromiso con la tarea grupal incluye de forma central la gestación de la conciencia crítica del sujeto social que se transforma transformando el mundo en el que está inserto. Esta propuesta supone siempre al sujeto "en situación", indicando que tal dimensión, escamoteada por la ciencia funcional a la hegemonia, es fundante de la existencia humana, dado que todo ser es esencialmente un ser social. Reconocido este principio, nuestra atención se desliza hacia la sociedad que habitamos, su devenir histórico, cultural, político, económico, sus dinamismos de producción, intercambio, distribución y consumo. Sin simplificar la complejidad de tales dinamismos y su incidencia m{ultiple en la subjetividad no es posible desmentir que la sociedad capitalista destroza todo aquello no asimilable a la fetichización de la mercancía, la acumulación de plusvalor, la sustracción del lucro, transmutando la vitalidad del ser social en la fatalización del individuo aislado. En tal contexto interpretamos a la Psicología Social como promotora de agentes de cambio cuya pertinencia se efectúa en la transformación profunda de la esterotipía, la adaptación pasiva de los sujetos a todo aquello que impide el desarrollo pleno de la existencia, los obstáculos a la creatividad en cuanto expresión emancipatoria del sujeto. El proceso creador en el contexto grupal apuntala el movimiento no individual de ejercicio concreto y cotidiano de la innovación crítica permanente. Trabajar con rigor lo instituyente en el sujeto histórico social, en los vínculos, en los grupos, en las instituciones y en lo social podrá abrirnos nuevos interrogantes y vías de materialización de un viejo sueño: forjar las transformaciones necesarias de las que advenga el Nuevo Hombre.

La Universidad Popular de las Madres instala lo que se supone imposible: articular con coherencia el hacer, el decir, el pensar y el sentir en el ascenso de lo siniestro a lo maravilloso.|

Alfredo Grande y Gregorio KaziCoordinadores de la Escuela de Psicología Social

El ECRO de Pichon RivièreLic. Gladys Adamson

IntroducciónContexto de descubrimientoEl ECRO de Enrique Pichón RivièreMétodo dialécticoConcepción del sujetoConcepto de Vínculo

Introducción

Enrique Pichón Rivière es un suizo nacido en Ginebra a comienzos de siglo, en un 25 de junio de1907. Emigra a la Argentina con su familia en 1910 cuando tiene apenas tres años. Se desconocen las causas de la emigración de esta familia compuesta por Alfonso Pichón y Josefina de la Rivière y cinco hijos más. Las razones de la emigración familiar se suelen adjudicar a historias que conforman el misterio de la familia Pichón Rivière (1) pero coincide con un momento histórico en que el Gobierno argentino fomentaba la inmigración de europeos al país, dándoles toda clase de facilidades incluso otorgándoseles tierras, como fue en el caso de la familia Pichón Rivière: el Estado les otorgó tierras en el Chaco, zona boscosa y tropical apta para el desarrollo del algodón.

El hecho es que el pequeño Enrique se encuentra con el desafío de pertenecer a una familia culta propia del racionalismo francés proveniente de la burguesía del sur de Francia. Sus padres eran de avanzada, promulgaban ideas socialistas y eran admiradores de los poetas malditos de su época (Rimbaud y Baudelaire). Esta familia vive en un contexto salvaje de cultura guaraní con una fuerte impronta mágico animista como toda cultura criolla latinoamericana.

Esta situación donde E. Pichon Rivière debe articular dos universos tan diferentes lo marca para siempre. Ya adulto, como profesional e intelectual de su época siempre intentará articular diferentes campos problemáticos. Como estudiante de

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medicina problematiza su saber a partir de las modernas concepciones acerca de lo psicosomático. Estudiando Psiquiatría incluye en ella todos los desafíos de la Psiquiatría Dinámica, como Psiquiatra articula todos los desarrollos del Psicoanálisis y como Psicoanalista insta a sus colegas a trabajar en el Hospital, el Hospicio, con la psicosis etc.

Desde la Provincia de Corrientes donde vive, arriba a Buenos Aires, capital de la Argentina en 1926, a los 19 años. Buenos Aires como metrópolis de una modernidad periférica (2) lo fascina. Vive en el centro de la ciudad, convive y participa activamente del movimiento de los intelectuales de vanguardia de su época.

En este sentido podemos decir que Enrique Pichón Rivière es un pensador moderno que pertenece al grupo de intelectuales vanguardistas de nuestro país de principio de siglo. A esta generación pertenecieron, con todas sus diferencias estéticas y políticas, Jorge Luis Borges, Roberto Arlt, los hermanos Tuñón, Victoria Ocampo etc. algunos con ideologías mas burguesas y otros socialistas pero todos tenían en común su condición de vanguardistas.

El espectro de intereses de Pichón Rivière es amplio, no solo se interesa por la vanguardia del conocimiento científico y técnico, sino también artístico fundamentalmente plástico y literario. Es un critico de arte sumamente agudo, admirador del surrealismo, de Picasso e investigador de la obra del Conde de Lautremont precursor del dadaísmo y del movimiento surrealista.

Como profesional es absoluto pionero en la introducción en el campo "psi" argentino de la Psiquiatría Dinámica, el Psicoanálisis, es fundador de la APA (Asociación Psicoanalítica Argentina), posibilita el psicoanálisis de niños, de la psicosis, la investigación de enfermedades psicosomáticas, el psicoanálisis de grupo, el Análisis Institucional, el Trabajo Comunitario.

Enrique Pichón Riviere fue mucho mas que un Profesional especializado. Su actividad pionera y su producción teórica ha influido en el pensamiento científico y cultural de la Argentina.

En 1977 se festejaron los "primeros setenta años del maestro" y el público que colmó el teatro era por demás heterogéneo. Subieron al escenario a homenajearlo psiquiatras, psicoanalistas, psicodramatistas, psicólogos, comentaristas de deportes, historiadores, antropólogos, actores, dramaturgos, artistas plásticos, poetas del tango, músicos, recibió cartas de felicitación de todas partes del mundo. A pesar de la heterogeneidad todos reconocían en Enrique Pichón Rivière a su maestro. (3)

También sabíamos de alguna manera que ese cumpleaños era una despedida y efectivamente a los pocos días fallecía, el 16 de julio de 1977.

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Contexto de descubrimiento

Siendo un psiquiatra y psicoanalista en el hospicio de Las Mercedes de Buenos Aires, Enrique Pichón Rivière descubre que el código, el sentido de los delirios y síntomas psicóticos de sus pacientes puede hallarlos en la estructura familiar. O sea que la clave de las significaciones especificas de ese paciente lo posee la familia, esa estructura que trasciende la individualidad y que tiene efectos de constitución sobre la misma.

E. Pichon Rivière descubre un nuevo campo de indagación, conceptualización e intervención que trasciende el discurso del paciente. Se plantea así un pasaje del Psicoanálisis a la Psicología Social. E. Pichón Rivière descubre un nuevo continente pero no en el sentido de territorio a poseer y cercar, lugar donde

quedarse a vivir, sino como lugar de producción. Para él los conceptos teóricos son conceptos instrumentales para aprehender la realidad e incidir sobre ella. Es un concepto similar a lo que planteará años después Michel Foucault en relación a la teoría como "caja de herramientas".

Esto lo lleva a plantear que más allá del campo específico del Psicoanálisis está la Psicología Social como ámbito de indagación de esas tramas vinculares

que trascendiendo la subjetividad crean condiciones para su producción.

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El ECRO de Enrique Pichón Rivière

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Luego de dos décadas donde a lo largo de su obra se visualiza la progresiva elaboración de su posición teórica en 1960 E. Pichón Rivière enuncia explícitamente su Esquema Conceptual Referencial y Operativo publicando innumerables artículos en tres volúmenes que se denominan: "Del Psicoanálisis a la Psicología Social" y como subtítulos "La Psiquiatría, una nueva problemática", "El Proceso Grupal" y "El Proceso creador" Mas adelante publicará "Psicología de la vida cotidiana". Y la ultima producción articulada de su ECRO la hará 1976 en "Conversaciones con Enrique Pichón Rivière" de Vicente Zito Lema.

Tomaremos fundamentalmente ésta, una de sus últimas producciones. Allí, en el Cap. VI E. Pichón Rivière dice: "Defino al ECRO como un conjunto organizado de conceptos generales, teóricos, referidos a un sector de lo real, a un determinado universo de discurso, que permiten una aproximación instrumental al objeto particular (concreto). El método dialéctico fundamenta este ECRO y su particular dialéctica."

Con respecto a su Psicología social sostiene "La psicología social que postulamos tiene como objeto el estudio del desarrollo y transformación de una realidad dialéctica entre formación o estructura social y la fantasía inconsciente del sujeto, asentada sobre sus relaciones de necesidad".

O sea el objeto de su Psicología Social es dar cuenta cómo la estructura social deviene fantasía inconsciente. Indaga sobre los procesos de constitución de la subjetividad a partir de la macroestructura social.

El ECRO pichoniano está conformado por tres grandes campos disciplinares que son las Ciencias Sociales, el Psicoanálisis y la Psicología Social. Estas tres disciplinas constituyen las tres principales apoyaturas de su marco conceptual.

Ello hace a la condición de interdiciplinariedad de su Psicología Social. Toma del Psicoanálisis su concepto de inconsciente, su concepto de deseo que retraduce como necesidad, no en el sentido psicoanalítico sino como esa necesidad que se transforma a partir de la practica social que Marx plantea en "La ideología alemana". El psicoanálisis le permite pensar la eficacia de las identificaciones vinculares inconscientes en la constitución del esquema referencial subjetivo que opera como ese "conjunto de experiencias, conocimientos y afectos con los que el individuo piensa y hace" y que le permite operar en el mundo (que nunca es El mundo sino ese campo, en términos de P. Bourdie o cultura particular en el que está socialmente posicionado). El psicoanálisis también le posibilita una comprensión acabada de las vicisitudes subjetivas en los procesos de cambio.

Las ciencias sociales le aportan esa concepción macro que le permite pensar al sujeto situado y sitiado en una relación instituido - instituyente en la estructura social y la cultura a la que pertenece.

De la Psicología Social toma fundamentalmente las concepciones de George Mead y en relación a los aspectos teórico - técnicos de la dinámica grupal a Kurt Lewin y sus continuadores como Lippit y Wight.

Como todo lo que plantea Pichón Rivière desde su concepción dialéctica este ECRO es un sistema abierto no solamente al dialogo con otras producciones teóricas sino también, abierto a la praxis.

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Método dialéctico

Enrique Pichón Rivière adhiere al método dialéctico en su concepción del devenir de la naturaleza, la sociedad y el conocimiento como un proceso contradictorio y de cambios que implican irreversibilidad a través de saltos cualitativos.

Si tenemos en cuenta su concepción del sujeto E. P. Rivière lo concibe no en una relación armónica con su realidad social sino en una permanente relación mutuamente transformante con el mundo. Su "implacable interjuego" implica una inevitable transformación del mundo, fundamentalmente vincular y social, para el logro de sus deseos y propósitos, logro que a su vez tendrá efectos de transformación del sujeto. Esto conlleva a pensar la relación sujeto - mundo como una relación conflictiva y contradictoria.

De allí su valoración de la Praxis. La Praxis es lo que permite a su ECRO permanecer como sistema abierto a progresivas ratificaciones y rectificaciones. La praxis es la que valida el modelo teórico. Sostiene que la praxis es la que permite ajustar el modelo teórico, el esquema conceptual a la realidad. Dice E. Pichón Rivière: la praxis "Introduce la inteligibilidad dialéctica en las relaciones sociales y restablece la coincidencia entre representaciones y realidad"

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Concepción del sujeto

Este ECRO pichoniano concibe al sujeto como partiendo de una ineludible condición de sujeto social, en un implacable interjuego entre el hombre y el mundo. E. Pichón Rivière plantea que "El sujeto no es solo un sujeto relacionado, es un sujeto producido. No hay nada en él que no sea la resultante de la interacción entre individuos, grupos y clases".

Esto significa que el sujeto nace con una carencia fundamental que es la ausencia de todo paquete instintivo que lo fije y lo ligue con certeza a su hábitat. Esto hace que el campo simbólico sea el ineludible campo de constitución de la subjetividad.

Berger y Lukmann son dos sociólogos de la corriente del Interaccionismo simbólico que plantean que el hombre ocupa una posición peculiar dentro del reino animal de los mamíferos superiores. El hombre no posee ambiente especifico de su especie, la relación del hombre con su ambiente se caracteriza por su apertura al mundo. Los instintos del hombre si se la compara con la de los mamíferos superiores es subdesarrollada. Sus impulsos son inespecíficos y carentes de dirección.

La subjetividad se constituye entonces en el campo del otro. El otro como ser social esta ineludiblemente en el horizonte de toda experiencia humana. Aquí es fundamental el concepto de vínculo como esa estructura compleja multidimensional que alberga sistemas de pensamientos, afectos y modelos de acción, maneras de pensar, sentir y hacer con el otro que constituyen las primeras apoyaturas del sujeto y las primeras estructuras identificatorias que darán comienzo a la realidad psíquica del infante. No solo la trama vincular que lo alberga es condición de sobrevida de este ser que nace prematuro, incapaz de sobrevivir sin la asistencia del otro social sino que la trama vincular es apoyatura ineludible para la confirmación de nuestra identidad. Sin la presencia del otro se devela la fragilidad sobre la que esta constituido el reconocimiento de la mismidad y la identidad del sujeto. Esto lo conocen bien los que implementan las celdas de castigo que suelen desbastar a sus enemigos a través de la privación de estímulos, sensibles y por ausencia de todo contacto humano. Aislados del mundo tendemos a derrumbarnos.

El sujeto de la Psicología Social de Enrique Pichon Rivière es ese sujeto descentrado, intersubjetivo, que produce en el encuentro o desencuentro con el otro. Producción en una condición de descentrado de sí. (4)

Cuando E. Pichon Rivière piensa al sujeto lo hace en términos de "sistema abierto" (en rigor no hay nada que no sea pensado por él en termino de sistema abierto: el individuo, los grupos, las instituciones, las sociedades, el ECRO). En relación al sujeto se trata de un sistema que no es autónomo en sí mismo, se trata de un sistema incompleto que "hace sistema con el mundo".

Es un sujeto situado y sitiado que está contextualizado. No es una abstracción. Es un sujeto histórico. No se trata de El hombre o La sociedad. Es un sujeto situado y sitiado en el sentido que su subjetividad es configurada en un espacio y un momento histórico social específico que le otorga todo un universo de posibilidades pero le significa a su vez una cierta clausura de las posibilidades de representación simbólica.

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Concepto de Vínculo

El ser humano nace en una trama vincular que en el mejor de los casos, se halla aguardando su llegada con un nombre para él y un cúmulo de expectativas y deseos.

Las tramas vinculares humanas son las que sostienen nuestro proceso de socialización, nuestro prolongado proceso de socialización o de endoculturación.(5)

El otro polo del contexto de constitución de esta subjetividad corresponde para Enrique Pichón Rivière al mundo moderno. El mundo moderno se caracteriza por su condición de cambio, por su precariedad de sentido según Cornelius Castoriadis lo que hace que este "magma" de significaciones que constituye el mundo social en determinado momento histórico varíe.

Es en esta sociedad marcada por el cambio que el ser humano debe construir un marco referencial, un "aparato para pensar la realidad" que le permita posicionarse y pertenecer a un campo simbólico propio de su cultura y la subcultura en la que esta inserto.

Este esquema referencial, este "aparato para pensar" nos permite percibir, distinguir, sentir, organizar y operar en la

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realidad. A partir de un largo proceso de identificaciones con rasgos de las estructuras vinculares en las cuales estamos inmersos construimos, este esquema referencial que nos estabiliza una cierta manera de concebir al mundo que de no ser así, emergería en su condición de desmesura, inabarcabilidad y caos.

La característica de la modernidad es el cambio y con ello la inevitable modificación del marco referencial con el cual percibimos nuestra realidad. Esto hace que Pichón Rivière visualice el sujeto en una permanente interrelación dialéctica con el mundo, única condición para que este sujeto pueda construir una lectura adecuada de su realidad. La perdida de esta interrelación dialéctica hace que el marco referencial, la manera de percibir, discriminar y operar con el mundo se vuelva anacrónica y con ello se pierda la posibilidad de una interrelación mutuamente transformante con el medio. La clausura sobre los propios referentes favorece el deslizamiento de viejos fantasmas sobre las relaciones sociales del presente. La modernidad como momento histórico social hace que sea ineludible para el sujeto, como condición de salud el mantener un marco referencial articulado de manera flexible, permeable y con posibilidades de que sea sostén de su interrelación dialéctica hombre mundo.

En esta sociedad concebida como "magma" de significaciones sociales, E. Pichon Rivière distingue diferentes ámbitos. Los denomina Psicosocial (que corresponde al individuo), Socio dinámico (Grupos) Institucional y Comunitario. Estos ámbitos nos permiten visualizar no solamente los escenarios en los que el proceso de socialización se institucionaliza con el objetivo de producir las subjetividades que la habrán de reproducir sino que nos permiten comprender las distintas lógicas y por lo tanto las distintas metodologías, técnicas y dispositivos de intervención en el momento de operar sobre ellas.

Los ámbitos son concebidos como interdependientes como los grandes mediadores de la macro estructura social, en la constitución de la subjetividad. El vinculo o las tramas vinculares en las cuales el sujeto esta inmerso nunca es un elemento aislado siempre están concebidos como articulación de esos sucesivos ámbitos grupales institucionales y sociales.

Es a partir de estas conceptualizaciones donde aparece E. Pichón Rivière en su condición de genio, anticipando problemáticas en la década del sesenta que solo a partir de los 80 aparecen como hegemónicas en el campo intelectual de las Ciencias Sociales. En los años 60 E. Pichón Rivière planteaba que debemos pensar a la subjetividad en su condición de moderna y a la sociedad como estructura en permanente cambio tendiente a la fragmentación de las significaciones sociales. (6) Por ello plantea que así como necesitamos un esquema conceptual, un sistema de ideas que guíen nuestra acción en el mundo necesitamos que este sistema de ideas, este aparato para pensar opere también como un sistema abierto que permita su modificación. Es la interrelación dialéctica mutuamente transformaste con el medio lo que guiará la ratificación o rectificación del marco referencial subjetivo. Pero E. Pichón Rivière no concibe a las modificaciones del esquema referencial como una renuncia sino como las modificaciones necesarias para una adaptación activa a la realidad y para que ante los cambios en el contexto los deseos y proyectos sigan siendo posibles.

Todo esquema referencial es inevitablemente propio de una cultura en un momento histórico-social determinado. Somos siempre emisarios y emergentes de la sociedad que nos vio nacer. Todo esquema referencial es a la vez producción social y producción individual. Se construye a través de los vínculos humanos y logra a su vez que nos constituyamos en subjetividades que reproducimos y transformamos la sociedad en que vivimos.

La idea de transformación también es un núcleo fuerte de este pensador. No se trata de describir o explicar la realidad sino transformarla. Transformación que implicara también transformarse.

Enrique Pichón Rivière nos sitúa frente al desafío de pensarnos como sujetos signados por el cambio insertos en una sociedad que también se modifica permanentemente y que actualmente ha sido definida como "contexto de turbulencia" (Mario Robirosa). Ello nos obliga a pensar al sujeto y a la sociedad en condiciones de creación y mutabilidad. E. Pichón Rivière rescata así nuestra condiciones de creadores. Porque no concibe ningún sistema como cerrado y producido "para siempre" porque todos los sistemas, el sujeto, los grupos, las instituciones, los marcos teóricos, su ECRO están abiertos a la producción de las innovaciones a las cuales inexorablemente nos va a someter la sociedad desde su condición de modernidad.

Notas

1) Enrique Pichón Rivière le agradaba relacionar la causa de emigración de sus padres al "misterio familiar" de su propia familia que fue un secreto hasta sus 6 o 7 años de vida y era el hecho que sus 5 hermanos, eran medios hermanos ya que su padre había enviudado y se había casado con su cuñada, hermana de su esposa fallecida y ella era la madre de Enrique, su único hijo.

(2) Beatriz Sarlo: "Una modernidad periférica: Buenos Aires 1920 y 1930" Ed. Nueva Visión

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(3) Angel Fiasché dijo "Sus discípulos no están cortados con la misma tijera".

Ello es una prueba de su rol de maestro, de transmisor de un ECRO

específico pero desde una actitud fuertemente motivante de la creación y no de la repetición.

(4) Federico Moura fue el líder estético y cantante de Virus una de las bandas pop mas importante de la década del ochenta. Murió de sida, joven, en diciembre de 1988. Dijo: "Creo que la gente a veces se desespera por buscar la identidad y la identidad no se busca, te trasciende. Vos fluis y ahí la identidad aparece sola. Cuando uno se impone esa cosa de buscar la identidad, se autolimita, se encierra dentro de uno mismo y surgen los miedos, el miedo a pensar, el miedo a fantasear"

(5) Sostiene Junger Gergen que debido a los cambios propios de la modernidad la socialización no acaba nunca.

(6) E. Pichon Rivière describe al mundo moderno a través de la metáfora de la

Feria de Diversiones con muchos kioscos con diversas lógicas de juego.

Bibliografía

E. Pichon Rivière: Obras completas. Nueva Visión

P. Berger y T. Lukmann: "La construcción social de la realidad" Ed. Tusquets

P. Bourdie y L. J. D. Wacquant: "Respuestas" Ed. Grijalbo

C. Castoriadis: "Los dominios del hombre: las encrucijadas del laberinto" Gedisa

J. Gergen: "El Yo saturado" Paidos

M. Robirosa: "La Organización Comunitaria" Editado por CENOC. Secretaría de Desarrollo Social de la Nación.

“La conducta de los sujetos es un emergente y la determina un interjuego de causas internas y externas, causas históricas y actuales. Es por esto que Pichón nos habla de una “Pluralidad causal” de múltiples factores que se articulan en la determinación e una estructura de comportamiento”.

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Nos habla del Factor Fenotípico ; constitución de lo subjetivo, fundante del vínculo, desde la vida intrauterina y lo determina un contexto social, vínculos e historia

Nos habla del Factor Filogenético: lo que se transmite biológicamente, lo heredado o patrimonio de la especie que también contiene factores sociales.

También nos habla de que las conductas no son rígidas , que se puede modificar lo hereditario, o lo transmitido biológicamente. Poseen nivel de adaptabilidad, aprendizaje, educabilidad, plasticidad y que pueden generar nuevas conductas.

Pichon establece que el sujeto es un ser de necesidades.

Que trae consigo un mundo interno. Con matrices de aprendizajes innatas y adquiridas en los distintos grupos en los cuales se vincula el sujeto.

Aparece entonces una relación compleja de vínculos internos – externos.

Incluso habla de sujeto – objeto. Es la proyección del propio sujeto a su mundo exterior.

Estas necesidades para que sean satisfechas deben estar acompañadas de una adaptación activa a la realidad. Caso contrario su conducta se encontrará estereotipada.

Cuando estudia al sujeto configurado en el contexto histórico social. Desde este enfoque totalizador la conducta la define como estructura, como sistema dialéctico y significativo en permanente interacción, intentando resolver desde esa perspectiva las antinomias mente-cuerpo, individuo-sociedad, organismo-medio. La inclusión dialéctica conduce a ampliar la definición de conducta, entendiéndola no sólo como una estructura, sino como estructurante, como unidad múltiple o sistema de interacción como concepto de interacción dialéctica la noción de modificación mutua, de interrelación intrasistémica (el mundo interno del sujeto) e intersistémica (relación del mundo interno con el mundo externo).

Para la teoría pichoneana la conducta es “totalidad en evolución dialéctica” gestalt – gestaltung es decir estructura – estructurando. Sistema en movimiento a partir de contradicciones.

Esta estructura de comportamiento tiene en cada uno de nosotros, en cada sujeto en particular, “condiciones de producción “ actuales o históricas.

Las experiencias que se plantean en el aquí y ahora, las exigencias en nuestra adaptación son la que las determinan. Siendo esta determinación una multideterminación.

La definición de estructura como unidad múltiple, como sistema remite en la enunciación de los principios que rigen la configuración de esa estructura, ya sea patológica o normal. Estos principios son:

Principio de policausalidad

Principio de pluralidad fenoménica

Principio de continuidad genética y funcional

Principio de movilidad de las estructuras.

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Martín Stortoni

Op. Psicólogo Social

Enrique Pichon-Riviere(El Proceso Grupal - 1970)

La observación e indagación de los aspectos de la enfermedad mental o conducta desviada, inherentes a la tarea psiquiátrica, permiten a partir del descubrimiento de elementos genéticos, evolutivos y estructurales alcanzar una comprensión de la conducta humana como una totalidad en evolución dialéctica. Es decir, que tras los signos de una conducta “anormal”, “desviada”, “enferma”, subyace una situación de conflicto de la que la enfermedad emerge como un intento fallido de resolución.

Desde un enfoque totalizador definimos la conducta como estructura, como sistema dialéctico y significativo en permanente interacción, intentando resolver desde esa perspectiva las antinomias mente cuerpo, individuo-sociedad, organismo-medio. (Lagache. La inclusión de la dialéctica nos conduce a ampliar la definición de conducta, entendiéndola no sólo como estructura, sino como estructurante, como unidad múltiple o sistema de interacción, introduciéndose como concepto de interacción dialéctica la noción de modificación mutua, de interrelación intra sistémica (el mundo interno del sujeto) e ínter sistémica (el mundo externo del sujeto. Entendemos por relación ínter sistémica aquella que se da en el ámbito del yo del sujeto, en el que los objetos y los vínculos internalizados configuran un mundo interno , una dimensión intrasubjetiva en la cual interactúan configurando un mundo interno. Este sistema no es cerrado, sino que por mecanismos de proyección e introyección se relacionan con el mundo exterior. A ésta forma de relación la denominamos ínter sistémica. En este sentido hablamos de resolución de antinomias que han obstaculizado, como situaciones dilemáticas, el desarrollo de la reflexión psicológica en el contexto de las ciencias del hombre.

Desde la vertiente de la psiquiatría hablamos de conducta normal y patológica, incluyendo así otro par conceptual: salud-enfermedad, al que definimos como adaptación pasiva o activa a la realidad. Con el término adaptación nos referimos a la adecuación o inadecuación, coherencia o incoherencia, de la respuesta a las exigencias del medio, a la conexión operativa o inoperante del sujeto con la realidad. Es decir, que los criterios de salud y enfermedad, de normalidad y anormalidad, no son absolutos sino situacionales y relativos. Definida la conducta a partir del estructuralismo genético, como un “intento de respuesta coherente y significativa”, podemos enunciar el postulado básico de nuestra teoría de la enfermedad mental: toda respuesta “inadecuada”, toda conducta “desviada” es la resultante de una lectura distorsionada de la realidad. Es decir, la enfermedad implica una perturbación del proceso de aprendizaje de la realidad, un déficit en el circuito de la comunicación, procesos estos (aprendizaje y comunicación) que se realimentan mutuamente.

Desde este punto de vista entendemos que el sujeto es sano en la medida en que aprehende la realidad en una perspectiva integradora, en sucesivas tentativas de totalización, y tiene capacidad para transformarla modificándose, a su vez, él mismo. El sujeto es sano en la medida en que mantiene un interjuego dialéctico en el medio y no una relación pasiva, rígida y estereotipada. La salud mental consiste, como lo hemos dicho, en un aprendizaje de la realidad a través del enfrentamiento, manejo y solución integradora de los conflictos. Podemos decir también que consiste en una relación, o mejor dicho en una aptitud sintetizadora y totalizante, en la resolución de las antinomias que surgen en su relación con la realidad.

Hemos definido la estructura como unidad múltiple, como sistema; esto nos remite a la enunciación de los principios que rigen la configuración de esa estructura, ya sea patológica o normal. Estos principios son:

1. Principio de policausalidad

2. Principio de pluralidad fenoménica

3. Principio de continuidad genética y funcional

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4. Principio de movilidad de las estructuras.

Agregamos a esto tres nociones que nos permitirán comprender la configuración de una estructura. Son las nociones de rol, vínculo y portavoz.

1) Principio de policausalidad

Ya en el campo específico de la conducta desviada, podemos decir que en la génesis de las neurosis y psicosis nos encontramos con la pluralidad causal, una ecuación etiológica compuesta por varios elementos que se van articulando sucesiva y evolutivamente, a los que Freud llamó series complementarias. En este proceso dinámico y configuracional interviene en primer término el factor constitucional. En este factor, enunciado por Freud, distingo: a) elementos genético, hereditarios, lo genotípico, o genético en sentido estricto. Y b) lo fenotípico, es decir aquellos elementos resultantes del contexto social que se manifiestan en un código biológico. Queremos decir que el feto sufre la influencia del medio social aun en el aparente resguardo de su vida intrauterina, por medio de las modificaciones del medio materno. A través de esas modificaciones impactan el desarrollo del feto las distintas alternativas de la relación de sus padres, la presencia o ausencia del padre, los conflictos del grupo familiar, sus vicisitudes de orden económico, situaciones de peligro individual o social, etc. Todo esto causa un monto de ansiedad en la madre que se traduce en el feto en alteraciones metabólicas, sanguíneas, etc. Así, lo fenotípico y lo genotípico se articulan en la vida intrauterina para la estructuración del factor constitucional.

Una vez nacido el niño, el factor constitucional interactúa con el impacto de la presencia del niño en el grupo familiar, las características que con dicha presencia adquiere la constelación familiar, los vínculos positivos o negativos que en esa situación triangular (padre-madre-hijo) se establecen. Estas primeras vivencias y experiencias se articulan con lo constitucional, lo que Freud denominó factor disposicional.

Desde el nacimiento y durante el proceso de desarrollo, el niño padece en su relación con el medio permanente exigencias de adaptación. Se dan situaciones de conflicto entre sus necesidades y tendencias y las exigencias del medio. Surge así la angustia como señal de alarma ante el peligro que engendra la situación conflictiva. Si esta situación es elaborada, es decir, si el conflicto se resuelve en una solución integradora, el proceso de aprendizaje de la realidad continua su desarrollo normal. Pero si el sujeto no puede elaborar su angustia ante el conflicto y la controla y reprime por medio de técnicas defensivas, que por su rigidez tendrán el carácter de mecanismos de defensa estereotipadas, el conflicto no se resuelve sino que se elude y queda en forma latente como punto disposicional, con un estancamiento de los procesos de aprendizaje y comunicación (lo que Freud denominó de fijación de la libido).

Un factor actual o desencadenante, y con esto aludimos a un determinado monto de privación, una pérdida o privación, una frustración o sufrimiento, determinará una inhibición del aprendizaje y las consecuentes regresión al punto disposicional y recurrencia a las técnicas de control de la angustia (posición pato plástica o instrumental) por medio de las cuales el sujeto intentará desprenderse de la situación de sufrimiento.

Queremos decir que el sujeto, por una pérdida real o fantaseada de un vínculo, por una amenaza de frustración o sufrimiento, se inhibe y detiene parcialmente su proceso de apropiación o aprendizaje de la realidad. Detiene parcialmente su progreso y recurre a mecanismos en ese momento operativos, aun cuando no lo son totalmente, ya que el conflicto no está resuelto sino eludido. Esto configurará una pauta de reacción que si se estereotipa da lugar a un punto de fijación. El grado de inadecuación del mecanismo arcaico (que en el momento del desarrollo al que se regresa resultó operativo) y la intensidad de la estereotipia de su empleo nos dará un índice del grado de desviación de las normas que padece el sujeto y de las características de su adaptación (activa o pasiva) a la realidad. Por todo esto, podemos decir con Freud: “Cada sujeto hace la neurosis que puede y no la que quiere".

La neurosis o psicosis se desencadena cuando el factor disposicional se conjuga con el conflicto actual. Cuando el monto de lo disposicional es muy elevado, un conflicto actual, por escasa que sea su intensidad, es suficiente para desencadenar la enfermedad. Por eso hablamos de la complementariedad de los factores intervinientes.

Nos interesa señalar que los conceptos de constitución y disposición son de naturaleza psicobiológica. Con eso queremos insistir en que la teoría psicoanalítica de las neurosis y psicosis no postula. Como equivocadamente se afirma en cierta literatura psiquiátrica, la

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psicogénesis de las neurosis y psicosis, ya que esto implicaría una parcialidad de la unidad psicofísica. Estos tres tipos de factores mencionados se intrincan en la configuración de las neurosis y psicosis. La enunciación de esta ecuación etiológica permite superar una concepción mecanicista que establece una estéril antítesis entre lo exógeno y lo endógeno. Freud sostiene que la correlación entre lo endógeno y lo exógeno debe ser comprendida como la complementariedad entre disposición y destino. Por nuestra parte queremos señalar que los psiquiatras llamados "clásicos", al insistir en los factores endógenos de causación, escotomizan entre otras cosas el monto de privación o conflicto actual, que al hacer impacto en un umbral variable en cada sujeto completa el aspecto pluridimensional de las neurosis y psicosis.

2) Principio de pluralidad fenoménica

Este principio se funda en la consolidación de tres dimensiones fenoménicas o áreas de expresión de la conducta. Cada área es el ámbito proyectivo en que el sujeto ubica sus vínculos en un interjuego de mundo interno y contexto exterior mediante procesos de internalización y externalización. En este interjuego el cuerpo resulta un área intermedia e intermediaria. Cada una de estas áreas -mente, cuerpo y mundo externo - tiene un código expresivo que le es propio.

Por ser el hombre una totalidad-totalizante (Sarte), su conducta comprometerá siempre, aunque en grados diferentes , las tres áreas de expresión. Hablamos de grados de compromiso de áreas en el sentido de que la depositación de los objetos con los que el sujeto establece vínculos es situacionalmente más significativa en el área que aparece como predominante. Por la fantasía inconsciente, el self (representación del yo) organiza proyecciones de objetos y vínculos en tres áreas a las que llamaremos dimensiones proyectivas. Como consecuencia de esas proyecciones el sujeto expresará fenoménicamente, a través de distintos signos, en la mente ,en el cuerpo y en el mundo sus relaciones vinculares. Es decir, que en este sistema de signos que es la conducta, la aparición de signos en un ámbito determinado es un emergente significativo que nos remite a las relaciones vinculares del sujeto, a su manera de percibir la realidad y a la modalidad particular de adaptarse a ella. Es decir, a la modalidad particular de resolver sus conflictos. Estas modalidades configuran lo que llamaremos la estructura de carácter del sujeto. La conducta es significativa, es un sistema de signos en el que se articulan significantes y significados., por lo cual se hace comprensible y modificable terapéuticamente. Los aspectos fenoménicos de la conducta, expresados en distintos ámbitos temporoespaciales, son la resultante de la relación de sujeto, depositante, “lo depositado”, con su valencia positiva o negativa, y la ubicación de los vínculos y objetos en un ámbito perceptual simbólico : el área. El sujeto proyecta vínculos y objetos y actúa lo proyectado. Por eso, sólo la interacción dialéctica del sujeto con el contexto permitirá una rectificación, una experiencia discriminatoria y por ende correctora de su lectura de la realidad . El diagnóstico de la enfermedad se establece en función del predominio de una de las áreas por una multiplicidad sintomática, aunque el análisis estratigráfico nos muestra en cada situación el compromiso y existencia de las tres áreas.

Queremos señalar sin embargo que la mente opera por el self a través de mecanismos de proyección e introyección, como estrategia de esa ubicación, en los distintos ámbitos proyectivos , de los vínculos buenos o malos en un clima de divalencia y con la finalidad de preservar lo bueno y controlar lo malo. Por esa depositación es que las áreas adquieren para el sujeto una significatividad particular en relación con la valencia positiva o negativa de lo depositado.

En la divalencia, el yo, el objeto y el vínculo - estructura esta última que incluye al yo, al objeto y a la relación dialéctica entre ambos - están escindidos y la tarea defensiva consiste en mantenerlos en esa escisión ,ya que si lo bueno y lo malo se reunieran en el mismo objeto, el sujeto caería en una depresión , con su secuela de dolor y culpa, en una situación de ambivalencia. El yo elaborará también una estrategia para reunir los aspectos buenos y malos en un objeto (integración ).

Postulamos sobre la base de estos conceptos una nosografía genética, estructural y funcional en términos de localización de los vínculos (bueno y malo ) en las tres áreas mente –cuerpo- mundo externo con todas las variables que de esa ecuación puedan surgir.

Ejemplificando, podemos decir que el sujeto fóbico proyectará y actuará el objeto bueno y el objeto malo en el área del mundo exterior . Por esa depositación se comportará evitativamente , es decir, presentará conductas de fugas como frente a un ataque exterior y sentirá, por ejemplo , angustia en los espacios cerrados (claustrofobia ) o en los espacios abiertos (agorafobia ) en los que se siente a merced del perseguidor.

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En la esquizofrenia el objeto perseguidor (vínculo malo) puede estar proyectado en el área tres (mundo externo ) y el bueno en el área de la mente, caracterizándose así la esquizofrenia paranoide con una retracción de la realidad exterior y un encierro autístico y narcisista del sujeto. En el alejamiento del mundo externo, para evitar el objeto malo, se refuerza la privación que mencionamos como factor desencadenante.

3) Principio de continuidad genética y funcional

Con este principio postulamos la existencia de un núcleo patogenético central de naturaleza depresiva del que todas las formas clínicas resultarían tentativas de desprendimiento. Estas tentativas se instrumentarían a través de las técnicas defensivas características de la posición esquizoparanoide descripta por Melanie Klein a la que denomino patoplástica o instrumental . Es decir, que podríamos hablar de una única enfermedad con un núcleo patogenético depresivo y una instrumentación que tiene como mecanismo central la escisión o splitting del yo ,del objeto y de los vínculos del yo con los objetos . A partir de esa escisión o splitting el sujeto recurre a las otras técnicas de la, posición esquizoparanoide: la proyección (ubicación fuera del sujeto de los objetos internos ) , la introyección (pasaje fantaseado al interior del sujeto de los objetos tanto internos como externos, la idealización, etc. La alternancia e intrincación de la posición depresiva y la esquizoparanoide configura una continuidad subyacente a los distintos aspectos fenoménicos característicos de los diversos cuadros clínicos.

Consideramos en la enfermedad mental una génesis y una secuencia vinculada a situaciones depresivas, de pérdida, de privación ,de dolor que son vividas como catástrofe interna en un clima de ambivalencia y culpa en el que el sujeto padece por sentir que odia y ama simultáneamente al mismo objeto, a la vez que es también amado y odiado por ese objeto, a la vez que es también amado y odiado por ese objeto. Es decir, que en la relación con ese objeto pueden existir experiencias gratificantes (vínculo bueno) o frustrantes (vínculo malo).

Estas pautas tiene su antecedente en dos situaciones incluidas en el desarrollo infantil normal. Con el nacimiento el niño sufre la primera pérdida de la relación simbiótica con su madre (pérdida del seno materno ) y queda librado a las exigencias del medio externo en un estado de dependencia total . en esta situación , en la que vivirá experiencias gratificantes surgidas de la satisfacción de deseos y necesidades y experiencias frustrantes, estructurará sus vínculos positivos y negativos de acuerdo con la cualidad de la experiencia en cuya configuración intervienen ya fantasías inconscientes.

En ese estadio de su desarrollo que abarca los seis primeros meses de vida, el sujeto recurre por primera vez, y con la finalidad de ordenar su universo para lograr una discriminación de sus emociones y percepciones al ya mencionado mecanismo de escisión ; relacionándose así ,a partir del splitting con lo que vivencia como dos objetos, uno totalmente bueno, gratificante, al que ama y por el que es amado , y otro totalmente bueno ,gratificante ,al que ama y por el que es amado, y otro totalmente malo , frustrante ,peligroso y persecutorio , al que odia y por el que se siente odiado. Esta escisión y relación del yo con dos objetos de valencias opuestas se denomina divalencia y es característica de la posición esquizoparanoide.

La ansiedad dominante en esta situación es la ansiedad paranoide o miedo al ataque del perseguidor que es tanto mayor cuanto mayor haya sido el monto de hostilidad de la que el sujeto se ha librado proyectándola en el objeto interno y frustrante

Con el proceso fisiológico de maduración y el manejo operativo de las ansiedades, el yo del niño logra una mayor integración entrando así en una nueva fase a la que M. Klein denominó posición depresiva del desarrollo (entre los seis meses y el año de vida ). Hay un proceso de cambio con una organización integrativa de las percepciones .El sujeto reconoce al objeto total . No lo escinde, no lo divide, se relaciona con él como totalidad. Esto se da cuando el niño comienza a reconocer a su madre no en forma parcial (pecho, voz ,calor ,olor) Por el desarrollo de la memoria y de la capacidad integrativa establece con el objeto vínculos 4 vías , es decir, que ama y se siente amado y odia y se siente odiado por el mismo objeto, en el que descubre reunidas posibilidades de gratificación y frustración. De la misma manera reconoce dentro de sí sentimientos de amor y gratitud coexistiendo con hostilidad y agresión . esto provoca el sentimiento de ambivalencia con el temor a la pérdida del objeto amado y sentimiento de culpa por miedo a que los impulsos hostiles pueden dañar a dicho objeto.

La ambivalencia paraliza al sujeto que tiene en ese momento como único recurso defensivo , la inhibición que lo conducirá a la regresión y disociación. Todo esto configurará una pauta estereotipada de reacción que emerge (a la que se regresa ) en el proceso del enfermar a partir del conflicto actual o desencadenante.

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Así, ante la situación de sufrimiento, característica de la depresión, surge la posibilidad de sufrimiento de una nueva regresión a otra posición anterior operativa o instrumental que permite el control de la ansiedad. El sujeto sale de la inhibición y del conflicto de ambivalencia por una nueva disociación y la ansiedad paranoide (miedo al ataque) reemplaza a la culpa (miedo a la pérdida).

Las neurosis son técnicas defensivas contra las ansiedades básicas. Dichas técnicas son las más logradas y cercanas a lo normal y si bien resultan intentos fallidos de adaptación se encuentran más alejadas de la situación depresiva patogenética. Las psicosis son también intentos de manejo de las ansiedades básicas pero menos exitosas que las neurosis, es decir, con un mayor grado de desviación de la norma de salud. Lo mismo sucede en las psicopatías , las perversiones se manifiestan como formas complejas de elaboración de las ansiedades básicas y su mecanismo general se centra alrededor del apaciguamiento del perseguidor (objeto malo). El crimen (también incluido en este cuadro ) constituye la tentativa de aniquilar la fuente de ansiedad proyectada en el mundo externo. Cuando esta fuente es ubicada en el propio sujeto se configura la conducta suicida.

El fracaso de la elaboración del sufrimiento de la posición depresiva acarrea en forma inevitable el predominio de defensas que implican el bloqueo de las emociones y de la actividad de la fantasía. Estas defensas estereotipadas impiden sobre todo cierto grado de autoconocimiento o insight necesario para una adaptación positiva a la realidad. Es decir, que el bloqueo del afecto de la fantasía y del pensamiento que se observa en los distintos cuadros clínicos determina una conexión empobrecida con la realidad y una dificultad real de modificarla y de modificarse a sí mismo en este interjuego dialéctico que es para nosotros un criterio de salud.

En cuanto a la situación depresiva, tomada como hilo conductor a través del proceso del enfermar y del proceso terapéutico consideramos la existencia de cinco formas características a las que denominamos : a) protodepresión , surgida de la pérdida que el niño vivencia al abandonar el claustro materno ; b) posición depresiva del desarrollo , señalada por la situación de duelo o pérdidas (destete ), conflicto de ambivalencia por una integración del yo y del objeto, culpa y tentativa de elaboración; c) depresión de comienzo o desencadenante. Es el período prodrómico de toda enfermedad mental y emerge ante una situación de frustración o pérdida; d) depresión regresional, la que implica la regresión a los puntos disposicionales anteriores, característicos de la posición depresiva infantil y su elaboración fallida; e) depresión iatrógena. Denominamos así a la que se produce cuando en el proceso corrector se intenta la integración de las partes del yo del paciente, es decir, cuando la tarea consiste en el pasaje de la estereotipia de los mecanismos de la posición esquizoparanoide a un momento depresivo en el que el sujeto puede lograr una integración tanto del yo como del objeto y de la estructura vincular que los incluye. Adquiere así lo que llamamos insight o capacidad de autognosis, lo que le permite elaborar un proyecto con la inclusión de la muerte como situación propia y concreta. Esto significa enfrentar los problemas existenciales y el logro de una adaptación activa a la realidad con un estilo propio y una propia ideología de vida. Pero el momento depresivo de integración y la autognosis implica sufrimiento, por eso dice Rickman que “ no hay curación sin lágrimas”, pero agregamos que este sufrimiento es operativo.

La operación psicoterapéutica o proceso corrector consiste en última instancia en un proceso de aprendizaje de la realidad y de reparación de la red de comunicación disponible para el sujeto. Es la confrontación que implica la experiencia correctora cuando el sujeto puede integrarse, en una situación de sufrimiento tolerable por la discriminación de los miedos básicos, lo que determina un manejo más adecuado de las técnicas del yo en la tarea de preservación de lo bueno y control de lo malo .¿En qué consiste esa confrontación ?.En este proceso en el que el sujeto adjudicará al terapeuta distintos roles según sus modelos internos (transferencia ). En este proceso de adjudicación se hará manifiesta su distorsión en la lectura de la realidad .Estos roles no serán actuados, sino retraducidos (interpretados ) en una conceptualización o hipótesis acerca del acontecer inconsciente de su paciente. La respuesta del sujeto será retomada en ese diálogo como emergente ,como signo que nos remite nuevamente a ese diálogo como emergente, como signo que nos permite comprender y cooperar con él en la modificación de su percepción del mundo y las formas de su adaptación a la realidad.

Hemos enunciado cuatro principio que rigen, a nuestro juicio, la configuración de toda estructura patológica o normal. Me referiré ahora al mencionado en último término.

4) Principio de movilidad e las estructuras

Manejar este concepto implica situarse ante el paciente con un esquema referencial plástico, que permita comprender que las estructuras son instrumentales y situacionales en cada aquí y ahora del proceso de interacción; que las modalidades o técnicas del manejo de las ansiedades básicas, con su localización de objetos y vínculos en las distintas áreas, son modificables según los

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procesos de interacción en los cuales se compromete el sujeto. Esta afirmación tiene importantes implicaciones en lo que se refiere a la labor diagnóstica.

Retomando lo enunciado al referirnos al principio de pluralidad fenoménica, podemos afirmar que un análisis secuencial de la sintomatología de un paciente os muestra que el sujeto, en diversas situaciones, presenta distintas defensas, distintas técnicas de manejo de sus ansiedades, con una variable ubicación de sus vínculos en las distintas áreas, en la permanente tarea de preservar lo bueno y controlar lo malo. Como ya lo hemos dicho, existiría un único núcleo patogenético, de naturaleza depresiva, y una instrumentación que tiene como mecanismo central la escisión del yo, de los objetos y de los vínculos, y que se complementa con el repertorio de técnicas defensivas de la posición esquizoparanoide. El hecho de que todos los cuadros clínicos aparezcan desde esta perspectiva como tentativas de desprendimiento de ese núcleo patogenético nos permite postular, teóricamente, lo que resulta un dato de observación clínica: la movilidad de las estructuras y su naturaleza situacional. Así como por el análisis secuencial podemos advertir dicha movilidad, el análisis estratigráfico nos revela el grado de compromiso de la áreas, o sea el monto y calidad de la disposición que hace el sujeto en cada área. Tenemos así un área involucrada en primer término por la multiplicidad sintomática, lo que orienta el diagnóstico situacional y estructura, a la vez que podemos observar el grado de compromiso (siempre en términos de depositación) de las otras dos áreas, lo que nos permitirá establecer el pronóstico.