enpeg la era de la discrepancia

Upload: blueberrryk

Post on 16-Oct-2015

347 views

Category:

Documents


18 download

TRANSCRIPT

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    1/237

    UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO200

    la era de la discrepanciathe age of discrepanciesarte y cultura visual en mxico art and visual culture in mexico 1968 - 199

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    2/237

    la era de la discrepanthe age of discrepancarte y cultura visual en mxico art and visual culture in mexico 19

    Con textos de /With essays by:Olivier Debroise, Tatiana Falcn, Pilar Garca de Germenos, VCuauhtmoc Medina, Lourdes Morales, Alejandro Navarrete Corts, lvaro Vzqu

    Editado por / Edited by Oli

    por los textos, sus autores.

    por el proyecto, Teratoma A. C.

    por la investigacin, Coordinacin de Difusin Cultural, Universidad Na-

    cional Autnoma de Mxico e Instituto de Investigaciones Estticas, UNAM

    por esta edicin, Direccin General de Publicaciones y Fomento Editorial

    de la UNAMy Editorial Turner-Mxico.

    Concepcin del proyecto/Project concept:

    Olivier Debroise y Cuauhtmoc Medina,

    Teratoma A. C.

    Investigacin/Research:Claudia lvarez Arozqueta, Irene Barajas, Vernica

    Gil, Vania Macas, Erika Madrigal Hernndez, Gabriel Monroy, Lourdes Mora-

    les, Alejandro Navarrete, Santiago Prez Garci.

    Ensayos cortos/Short entries: Irene Barajas, Olivier Debroise, Tatiana

    Falcn, Pilar Garca de Germenos, Vania Macas, Cuauhtmoc Medina,

    Gabriel Monroy, Lourdes Morales, Alejandro Navarrete Corts, James

    Oles, lvaro Vzquez Mantecn.

    Coordinacin editorial/Publication coordinators: Ana Laura Cu, Museo

    Universitario de Ciencias y Arte; Rodrigo Fernndez de Gortari, Turner.

    Correccin de la versin en espaol/Editing of the Spanish version:

    Paulina Bracho Gonzlez, Roco Chvez Plascencia, Mara Virginia Jaua, Jssi-

    ca Jurez y Ricardo Vins.

    Correccin de la versin en ingls/Editing of the English version:

    James Oles.

    Fotografa anloga y digital/Analog and digital photography:(a menos

    que se especifique lo contrario/unless otherwise specified): Irene Barajas.

    Diseo/Design:Claudia Rodrguez Borja.

    Asistentes de diseo/Design assistants:

    Eduardo Gonzlez y Gabriel Gonzlez.

    Traduccin/Translations:Jolle Rorive y Ricardo Vins; James Oles.

    La exposicin La era de la discrepancia. Arte y cultura visual en Mxico

    1968-1997 ha sido organizada por la Coordinacin de Difusin Cultural de

    la Universidad Nacional Autnoma de Mxico a travs de su Direccin Ge-

    neral de Artes Visuales, en coordinacin con el Instituto de Investigaciones

    Estticas y la Filmoteca de la UNAM. El proyecto es una iniciativa de Teratoma

    A. C. La organizacin del banco de datos depositado en el Instituto de Inves-

    tigaciones Estticas, fue realizada gracias al apoyo del Programa de Apoyo a

    Proyectos de Investigacin e Innovacin Tecnolgica (PAPIIT) de la Direccin

    General de Asuntos de Personal Acadmico (DGAPA) de la Universidad Na-

    cional Autnoma de Mxico, inscrito con el nmero IN404 706. El presente

    catlogo fue publicado por la Direccin General de Publicaciones y Fomento

    Editorial de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico y Editorial Turner-

    Mxico.

    Queda prohibido, salvo excepcin prevista por la ley, la reproduccin (elec-

    trnica, qumica, mecnica, ptica, de grabacin o de fotocopia), distribu-

    cin, comunicacin pblica y transformacin de cualquier de la parte de esta

    publicacin, incluyendo el diseo de la portada, sin la previa autorizacin de

    los titulares de la propiedad intelectual y de los editores.

    Los autores y editores de esta publicacin tuvieron cuidado en obtener por

    escrito el derecho de reproducir todas las imgenes y obras de arte; sin em-

    bargo, debido a la naturaleza de este catlogo y la proveniencia heterclita

    de estos documentos grficos, no siempre fue posible determinar quien es

    titular de su propiedad intelectual. En caso de no co nformidad, srvase comu-

    nicarse con los editores.

    El logotipo de este proyecto fu e diseada especialmente por Lance

    Wyman. The logo for this project was designed by Lance Wyman.

    MUSEO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS Y ARTE MUCACampus

    24 de febrero-30 de septiembre de 2007

    24 February-30 September 2007

    ISBN: XXXXXXXXXXX (UNAM)

    ISBN: XXXXXXXXXXX (Turner Mxico)

    la era de la discrepanciathe age of discrepanciesarte y cultura visual en mxico art and visual culture in mexico 1968 - 1997

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    3/237

    8 Presentaciones Presentations

    18 Genealoga de una exposicin

    25 Genealogy of an Exhibition

    Olivier Debroisey Cuauhtmoc Medina

    saln independiente independent salon

    34 La visualidad del 68

    37 Visualizing 1968

    lvaro Vzquez Mantecn

    40 Saln Independiente: una relectura

    49 The Saln Independiente: A New Reading

    Pilar Garca de Germenos

    58 Contracultura e ideologa en los inicios

    del cine mexicano en sper 8

    62 Ideology and Counterculture at the Dawn

    of Mexican Super 8 Cinema

    lvaro Vzquez Mantecn

    66Grfica del 68 / 68 Graphics68El Movimiento Estudiantil /

    The Student Movement70El Mural efmero / Ephemeral Mural

    72 Tlatelolco 74 Arte Otro 76 Helen Escobedo y el MUCA /

    Helen Escobedo at the MUCA78Saln Independiente 85Crisis y

    disolucin / Crisis and Dissolution86Superocheros

    mundo pnico panic world

    90 Pnico recuperado97 Recovering Panic

    Cuauhtmoc Medina

    104 Alejandro Jodorowsky: las Fbulas pnicas / Alejandro

    Jodorowsky: Panic Fables 106 Psicogramas 108 El Topo 109

    Alan Glass 110La montaa sagrada / The Holy Mountain 112

    Anticlmax / Robarte el arte 114Pedro Friedeberg 116 Zalathiel

    Vargas 118Sucesos para todos

    sistemas systems

    122 Sistemas (ms all del llamado geometrismo mexicano)

    128 Systems (Beyond So-Called Mexican Geometrism)

    Cuauhtmoc Medina

    134Vicente Rojo: Discos visuales / Visual D iscs 136Ulises Carrin:

    Poesa sistemtica / Systematic Poetry 138Kazuya Sakai: Jazz 141

    Vicente Rojo: Negaciones / Negations 142Manuel Felgurez: La

    mquina esttica / The Aesthetic Machine 144 Arnaldo Coen:

    Mutaciones / Mutations 146Hersa: Ambientes urbanos / Urban

    Environments

    mrgenes conceptuales conceptual margins

    150Publicando circuitos

    155 Publishing Circuits

    Cuauhtmoc Medina

    160 Del libro como estructura

    164 Of the Book as Structure

    Lourdes Morales

    168El corno emplumado / The Plumed Horn 170Felipe Ehrenberg:

    A Stroll in July 172Beau Geste Press 173Fluxshoe 174Ulises

    Carrin: El nuevo arte de hacer libros / The New Art of Making

    Books 179Martha Hellion: Postales de Holanda / Postcards from

    Holland 180Marcos Kurtycz: La muerte del impresor / Death of

    a Printmaker 182 Magali Lara: la artista-herona / The Female

    Artist as Hero 184Yani Pecanins: Humo / Smoke 186Ediciones

    La Cocina / El Archivero 189Lacre y Paso de peatones 190Brian

    Nissen: Cdice / Codex 191Jan Hendrix: Bitcora / Logbook

    estrategias urbanasurban strategies

    194 Los grupos: una reconsideracin

    197 Los Grupos: A Reconsideration

    lvaro Vzquez Mantecn

    200 El dandy kitsch

    204 A Kitsch Dandy

    Olivier Debroise

    208Tepito Arte Ac 210Fotgrafos Independientes / I ndependent

    Photographers 212Consejo Mexicano de Fotografa / Mexican

    Council of Photography 214 Infrarrealistas 216 X Bienal de

    Jvenes de Pars / Paris Youth Biennial X 218Suma 220Proceso

    Pentgono 222 Taller de Arte e Ideologa (TAI) 223 Germinal

    224 Mira 226 No Grupo: una guerrilla pardica / No Grupo: A

    Parodical Guerrilla 230Maro 232Taller de Investigacin Plstica

    (TIP) 233Espacio Escultrico 234Peyote y la Compaa:Tragodia

    Segunda 236Salones de Experimentacin / Experimental Salons

    239Lupe-Marilyn 240Atte. La Direccin

    ndiceTable of Contents

    insurgencias rebellions

    244Toledo insurgente

    250Insurgent Toledo

    Olivier Debroise

    256La guerrilla en Centroamrica / Central American Guerrillas

    258Francisco Toledo 260El experimento juchiteco / The Juchitn

    Experience 26219.09.85 07:19 am 264Neza, Tacubaya y anexas

    269Movimientos sociales / Social Movements 270Chiapas 1994

    272Maruch Sntiz Gmez

    la identidad como utopa identity as an utopia

    276Me quiero morir

    279 I Want to Die

    Olivier Debroise

    282La prod uccin simblica en Mxico durante los aos ochenta

    289 Symbolic Production in Mexico in the 1980s

    Alejandro Navarrete Corts

    296 Efmera modernidad / Ephemeral Modernity 300

    Autorretrato anatmico / Anatomical Self-Portrait a) Lourdes

    Grobet / Carla Rippey 302b) Pola Weiss 304c) Mnica Castillo /

    Carlos Arias 306d) Eugenia Vargas / Laura Gonzlez 308Tlacuilas

    y retrateras / Female Scribes and Portraitists 309Pedro Meyer:

    fotografo para recordar / I Photograph to Remember 310Adolfo

    Patio: Autorretrato en vida y muerte / Self-portrait in Life and

    Death 312Amor propio / Self-Esteem a) Armando Cristeto / Julio

    Galn / Gustavo Prado / Nahum B. Zenil 316Perdidos en Mxico

    / Lost in Mexico: Javier de la Garza / Enrique Guzmn / Julio

    Galn 321How to Read Splendors of Thirty Centuries 322De la

    malevolencia como una estrategia / Malevolence as a Strategy

    324La Border / The Frontera

    la expulsin del paraso expulsion from paradise

    328 Puntos de entrada: el arte mexicano se globaliza 1987-1992

    338Entry and Exit: A New Internationalization of Mexican Art

    1987-1992

    Olivier Debroise

    348Cuba en Mxico 350Juan Francisco Elso: Corazn de Amrica

    / Heart of America 352Michael Tracy: Sacrifice II 354Silvia Gruner:

    Vuelo / Flight 356Gerardo Suter: Cdices 357Jimmie Durham:

    Corts y La Malinche 360La Quionera

    intemperieinclemency

    366 Espacios alternativos de los noventa

    372 Alternatives Spaces in the 1990s

    Vania Macas

    378 De la intemperie al estilo crtico

    381 The Critical State of Inclemency

    Cuauhtmoc Medina

    384 A propsito / On Purpose 386 El Saln d

    La toma del Balmori / Taking Over the Balmor

    perenne de un principio vulnerable / The Peren

    Vulnerable Principle 392El Taller de los viernes

    394In Situ 396Thomas Glassford: Guajes / Gour

    Smith: Fluxus 398Francis Als: The Collector 40

    Habana 1994 / V Havana Biennial 1994 402Tem

    Remakes 408Curare, Espacio Crtico para las A

    Orozco: Home Run 412Lesa natura y Acn 414

    lector / The Unlikely Reader 416Objetos anma

    Objects a) Claudia Fernndez / Melanie Smith / Y

    418b) Abraham Cruzvillegas / Damin Ortega

    Enrique Jeik 422d) Daniela Rossell / Miguel Ve

    426 APRIcalipsis 428 Museo Salinas 430 La Pa

    evolucin de las especies / The Evolution of th

    Carlos Amorales: Interior vs Exterior 435Minerv

    Vida Corp. 436Santiago Sierra 438Cuentos patri

    Tales

    ApndiceAppendix

    441 Sobre la reconstruccin de obras de ar te co

    443 On The Problems of Reconstructing Contem

    Tatiana Falcn

    446 ndice de ilustracionesList of Illustrations

    446 ndice onomstico Index

    000 AgradecimientosAcknowledgements

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    4/237

    AFAA Association Franaise dAction Artistique

    BAW/TAF Border Art Workshop/Taller de Arte Fronterizo

    BGP Beau Geste Press

    CAM Centro de Arte Moderno A. C. (Guadalajara)

    CCH Colegio de Ciencias y Humanidades, (UNAM)

    CENIDIAP Centro Nacional de I nvestigacin, Documentacin e Informacin de

    Artes Plsticas, (INBA)

    CEFOL Centro de Folclor

    CIDOC Centro Intercultu ral de Documentacin de Cuernavaca

    CIESAS Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa

    Social

    CMF Consejo Mexicano de Fotografa

    CNCA Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA)

    CNDPI Coordinacin Nacional de los Pueblos Indgenas (INI)

    CNH Consejo Nacional de Huelga

    COCEI Coalicin Obrero-Campesina-Estudiantil del Istmo

    CROM Confederacin Regional Obrera Mexicana

    CTM Confederacin de Trabajadores de Mxico

    CU Ciudad Universitaria

    CUEC Centro Universitario de Capacitacin Cinematogrfica, (UNAM)

    D.F. Distrito Federal

    DIAS Destruction in Art Symposium

    ENAP Escuela Nacional de Artes Plsticas, (UNAM)

    EZLN Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional

    FCE Fondo de Cultura Econmica

    FEMSA Fomento Econmico Mexicano, S.A. de C.V.

    FITAC Foro Internaci onal de Teora de Arte Contemporneo

    FONCA Fondo Nacional para la Cultura y las Artes

    GAM Galera de Arte Mexicano

    IAGO Instituto de Artes Grficas de Oaxaca

    ICA Institute of Contemporary Art

    IIE Instituto de Investigaciones Estticas, (UNAM)

    IMCINE Instituto Mexicano de Cinematografa

    INBA Instituto Nacional de Bellas Artes

    INI Instituto Nacional Indigenista

    La Esmeralda Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda,

    (INBA)

    LEAR Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios

    M-19 Movimiento 19 de abril (Colombia)

    MACG Museo de Arte Contemporneo lvar y Carmen Carrillo Gil, (INBA)

    MAM Museo de Arte Moderno (Ciudad de Mxico), (INBA)

    MoMA Museum of Modern Art (Nueva York)

    MUCA Museo Universitario de Ciencias y Arte, (UNAM)

    MUNAL Museo Nacional de Arte, (INBA)

    OMR Galera OMR

    PAC Patronato de Arte Contemporne o

    PAN Partido Accin Nacional

    PRI Partido Revolucionario Institucional

    PSUM Partido Socialista Unificado de Mxico

    SEMEFO Servicio Mdico Forense

    SEP Secretara de Educacin Pblica

    SHCP Secretara de Hacienda y Crdito Pblico

    SI Saln Independiente

    SITAC Simposio Internacional de Teora del Arte Contemporneo

    s/f sin fecha

    spi sin pie de imprenta

    SUTERM Sindicato nico de Trabajadores Electrici stas de la Repblica Mexicana

    STUNAM Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autnoma de

    Mxico

    TACO Taller de Arte y Comunicacin de la Perra Brava

    TAI Taller de Arte e Ideologa

    TIP Taller de Investigacin Plstica

    UAM Universidad Autnoma Metropolitana

    UIA Universidad Iberoamericana

    UNAM Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    URB Unidad Residencial Burocrtica

    El archivo documental y fotogrfico compilado para La era de la discrepan-ciase conserva en el Instituto de Investigaciones Estticas de la UNAM. Labibliografa completa de este proyecto puede ser consultada en el sitio deInternet: http://servidor.esteticas.unam.mx:16080/~discrepancia/

    Los ttulos de obras aparecen en cursivas, y en su lengua original, segui-dos, cuando es necesario, de una traduccin entre parntesis. Los nombresde exposiciones aparecen entre comillas; cuando nos referimos al catlogo dealguna exposicin, se indica en cursivas. En algunas ocasiones, los editoresproporcionan ttulos descriptivos de obras y documentos; estos aparecen enletras redondas. Los pies de ilustraciones con sus referencias completas, seencuentran en la Lista de ilustraciones, al final del libro.

    Los ensayos cortos fueron preparados colectivamente. La versin eningls de estos textos difiere en algunos casos del original en espaol. Loseditores agradecen a James Oles sus sugerencias y aportaciones a la versinen ingls de este libro.

    A vast archive of documentary and photographic material used for The Ageof Discrepanciesis housed at the Instituto de Investigaciones Estticas of theUNAM. The extended bibliography consulted for this project can be found online at: http://servidor.esteticas.unam.mx:16080/~discrepancia/

    The titles of artworks are given in the original language and in italics;they are followed, if necessary, by a translation in parentheses. Exhibitiontitles appear in quotation marks and document or catalogue titles in italics.In some cases, the editors have given descriptive titles to works or docu-ments; those appear in regular typeface. Complete caption information forall illustrations is found in the List of Illustrations. For reasons of design, thecaptions and List of Illustrations appear in Spanish only.

    The short entries were written collectively over a period of time. TheEnglish versions of all texts may differ slightly from the originals, as theywere adapted for non-Spanish speaking readers. The editors want to thankJames Oles for his contribution to the English version of this book.

    Abreviaciones Abbreviations

    Notas al lector Notes to the reader

    PresentacionesPresentations

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    5/237

    8

    El ltimo tercio del siglo XX ha sido considerado por los his-

    toriadores como una poca de confrontacin y crisis cons-

    tante, que anunci el preludio de un nuevo milenio en el que

    hasta el momento predomina la perplejidad y la zozobra.

    El ao de 1968 es considerado como un parteaguas en la historia

    reciente de la humanidad, pues en esa fecha se dio la irrupcin

    de la sociedad civil en diversos puntos del globo, sin importar el

    signo poltico de los gobiernos o los niveles de desarrollo econ-

    mico. Los 68, como los ha llamado Carlos Fuentes, fueron varios

    y uno slo: Berkeley, Pars, Praga, Mxico. Con los jvenes de las

    clases medias emergentes y universitarias como ariete, las socie-

    dades emprendieron la reivindicacin de sus demandas demo-

    crticas y confrontaron el autoritarismo de los regmenes de la

    posguerra, en algunos casos con funestas consecuencias.

    En nuestro 68, Mxico se preparaba para recibir a los atle-

    tas que participaran en la primera Olimpiada organizada por un

    pas subdesarrollado. Paradjicamente, en un mundo donde los

    actores sociales se encontraban cada vez ms enfrentados, se

    les llam Los juegos de la paz. Mientras tanto, en las calles segestaba el Movimiento Estudiantil cuyas demandas democrti-

    cas pondran en jaque a la autoridad y legitimidad del rgimen

    posrevolucionario.

    En consonancia con lo dicho aos antes por Diego Rivera, en

    el sentido de que el artista es siempre la expresin del pueblo

    dentro del cual trabaja, un grupo de creadores plsticos mexi-

    canos se inconformaron con la poltica de los organizadores de

    las actividades culturales paralelas a la Olimpiada y decidieron

    efectuar exposiciones artsticas independientes que no estuvie-

    ran sujetas a los criterios oficiales.

    ste es el acontecimiento que han decidido tomar como

    punto de partida los curadores de esta exposicin de exposicio-

    nes, una de las ms amplias y ambiciosas que se hayan llevado a

    cabo en nuestro pas hasta la fecha. A par tir de esa dcada, como

    las ondas expansivas del big bang, el arte visual mexicano entr

    en una etapa de permanente cuestionamiento de los valores ar-

    tsticos predominantes, cuyas secuelas han trascendido las fron-

    teras del nuevo milenio. Desde entonces, los artistas mexicanos

    han afirmado el derecho a discrepar de los cnones dictados por

    las instituciones oficiales, el mercado y los gustos convenciona-

    les predominantes, promovidos por las industrias culturales.

    Se trata de un periodo excepcional en la cultura mexicanaque hasta ahora no haba sido explorado de manera sistemtica

    y general por los estudiosos del arte mexicano. La muestra rene

    ms de trescientos objetos artsticos, entre pinturas, fotografas,

    esculturas, carteles, ilustraciones, cine, video y documentos,

    creados por ciento diecinueve artistas muchos de ellos forma-

    dos en la propia Universidad cuyas creaciones se exhiben cons-

    tantemente en los espacios pblicos de la institucin. Un ncleo

    importante de la obra seleccionada forma parte del acervo de

    arte contemporneo mexicano de la Universidad Nacional Aut-

    noma de Mxico, que cuenta con cerca de 1,500 piezas fechadas

    desde 1952 hasta el presente, lo que constituye el fondo pblico

    de producciones artsticas contemporneas en su amplitud, ms

    actualizado en nuestro pas.

    La estructura de La era de la discrepanciaconsiste en nueve

    secciones y un espacio documental donde se ofrece al pblico la

    informacin contextual necesaria para una mejor comprensin

    de las obras. En el presente catlogo se incluyen los ilustrativos

    ensayos de Olivier Debroise, curador de la exposicin, a lado de

    Pilar Garca de Germenos, Cuauhtmoc Medina y lvaro Vsquez,

    entre otros colaboradores. Estos textos constituyen sin duda un

    valioso material de consulta para gozar a plenitud este viaje por

    los momentos ms trascendentes del arte mexicano contempo-

    rneo.

    Dada la riqueza y pluralidad de formas de expresin arts-

    tica que se desarrollaron en el periodo de referencia, el diseo

    museogrfico ha planteado mltiples retos interdisciplinarios.

    Destaca, por ejemplo, el esfuerzo para reconstruir e integrar en

    la exposicin obras efmeras o destruidas. Estas rplicasfueron

    realizadas con el apoyo de los propios artistas, lo que constituyeuna experiencia indita en el mbito museogrfico mexicano.

    El ttulo de la exposicin est inspirado en la expresin del

    rector Javier Barros Sierra en 1970, a unos meses de concluir su

    rectorado, durante la graduacin de alumnos en la Facultad de

    Arquitectura: Viva la discrepancia!. Con esta declaracin de j-

    bilo, Barros Sierra condens muy bien el espr itu de la poca, que

    habra de definir los tiempos venideros en todos los mbitos de

    la vida poltica, social y cultural de la nacin mexicana, y que se

    ha convertido en divisa primordial y necesaria en todos los espa-

    cios de nuestro quehacer universitario.

    La discrepancia poltica, esttica e ideolgica, la disensin

    no violenta, razonada y civilizada, se revelan como una constan-

    te legtima y saludable frente a cualquier afn autori tario, pues el

    artista debe ser siempre un crtico de la realidad en la que surge

    y, al mismo tiempo, debe ser autocrtico de sus propios mto-

    dos y fines. El arte, las ciencias y las humanidades son sin duda

    el campo propicio para que las sociedades puedan analizarse,

    cuestionarse y ser capaces de corregirse a s mismas; de desmon-

    tar las tentaciones autoritarias que amenazan perennemente a

    las sociedades que se quieren libres.

    Por ello, en los espacios acadmicos y artsticos de la Uni-

    versidad Nacional se seguir impulsando el nimo innovador,discrepante, inteligente e imaginativo, que forma parte del es-

    pritu universitario que permea todas las actividades de nuestra

    Mxima Casa de Estudios.

    Juan Ramn de la Fuente

    Rector

    Historians have described the last third of the twentieth century

    as a time of constant confrontations and crises, the threshold of

    a new millennium still marked by uncertainty and fear. The year

    1968 is seen as a watershed in the recent history of humanity,

    since it marked the powerful emergence of civil society in dif-

    ferent parts of the world, regardless of the political position of

    the government or the precise level of economic development.

    The 68s,as Carlos Fuentes has called these events, were several

    and the same: Berkeley, Paris, Prague, Mexico. Led by younger

    members of the emerging middle-class and university sectors,

    different societies began to call for democratic reforms, and con-

    fronted the authoritarianism of post-war regimes, in some cases

    with tragic consequences.

    In our own 68, M exico was preparing to receive the athletic

    teams that would participate in the first Olympic Games ever or-

    ganized by an underdeveloped country. They had been named

    The Games of Peace,quite a paradox in a world where varied

    social groups were increasingly engaged in confrontation. In the

    meantime, a Student Movement had taken over the streets ofthe capital; their demands for democracy challenged the author-

    ity and legitimacy of the post-revolutionary regime.

    Diego Rivera once said that the artist is always an expres-

    sion of the people within which he works. In consonance with

    these words, a group of Mexican visual artists, dissatisfied with

    the policies of the organizers of the cultural activities that ac-

    companied the Olympics, resolved to produce independent ar-

    tistic exhibitions that would not be subject to official criteria.

    This event was the starting point chosen by the curators of

    this exhibition about exhibitions,one of the most wide-ranging

    and ambitious museum projects ever carried out in our country.

    From the late 1960s on, like the waves of energy that radiated

    out after the Big Bang, Mexican visual art entered a period where

    the dominant artistic values were subject to constant interroga-

    tion, with consequences that have crossed over into the new mil-

    lennium. From that time onwards, Mexican artists affirmed their

    right to dissent from the canons dictated by official institutions,

    by the market, and by conventional tastes guided by cultural in-

    dustries.

    This exceptional period in our countrys cultural history had

    not been systematically explored in a general manner by Mexican

    art historians. To correct this, the exhibition brings together overthree hundred works of art, including paintings, photographs,

    sculptures, posters, illustrations, films, videos, and documents, cre-

    ated by one hundred and nineteen artists many of whom studied

    at this University, and whose work has been frequently exhibited

    in this institutions public spaces. An important group of works be-

    longs to Universidad Nacional Autnoma de Mxicos permanent

    collection of modern and contemporary Mexican art, which in-

    cludes almost 1,500 objects dating from 1952 to today. This is our

    countrys most up-to-date public collection of the varied forms of

    Mexican art of the second half of the twentieth century.

    The structure of The Age of Discrepancies

    sections, and a documentary space, where visito

    contextual information needed for a better unde

    works of ar t on display. This catalogue includes e

    says by Olivier Debroise who coordinated the exh

    low curators Pilar Garca de Germenos, Cuauhtm

    lvaro Vzquez, among other authors. These te

    a valuable reference, and allow one to better en

    through some of the most transcendental mom

    contemporary art.

    To accommodate the wealth and diversity o

    pressions produced during the period covered b

    the curators and installation designers faced m

    plinary challenges. Among them we should high

    reconstructing ephemeral or destroyed works,

    them into the exhibition. These replicashave be

    with the collaborative support of the original

    quent experience in the history of Mexican art e

    The exhibition title was inspired by a phrase by Javier Barros Sierra, the Rector of the Universit

    a few months before finishing his term, at a grad

    ny for architecture students: Long live discrepan

    bilant statement, Barros Sierra perfectly captured

    times, which would define future events in all sph

    social, cultural, and political life, becoming a basi

    motto that guides all the spaces and tasks of the

    Political, aesthetic and ideological dissent. N

    soned and civilized disagreement. These form a

    gitimate block that opposes authoritarianism, f

    always be critical of the society in which they

    same time conduct a self-critique about their

    and goals. Art, science and the humanities are ce

    appropriate ways for societies to analyze thems

    themselves, and find ways to transform themse

    the authoritarian temptations that constitute a

    to societies that wish to be free.

    For all of these reasons, the artistic and aca

    the Universidad Nacional will continue to supp

    tive, dissenting, intelligent, and imaginative drive

    of the spirit of the University, that are essential

    in our Mxima Casa de Estudios.

    Juan Ram

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    6/237

    10

    Esta exposicin en realidad, esta exposicin de exposiciones-

    cubre un aspecto poco o mal atendido hasta ahora: el carcterdiscrepante, la disensin en la cultura visual, consideradas sus

    muy di

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    7/237

    12

    La era de la discrepancia es un proyecto que indica cun ne-

    cesaria es la relacin entre investigacin y actividad cultural de la

    Universidad. La importancia de este proyecto no radica slo en

    el resultado de montar una buena exhibicin, hecho estimulante

    en s mismo pero pasajero, sino que es una suerte de reto que la

    UNAMha aceptado para poner remedio a la falta de investigacin

    y documentacin sobre el arte de la ltima parte del siglo XX en

    Mxico. En correspondencia con el origen universitario de la ini-

    ciativa, La era de la discrepancia tiene su centro en la generacin

    e intercambio de conocimiento.

    Los motivos del proyecto no se limitan a un apasionamiento

    por el periodo contemporneo, ni al hecho de que lo s curadores

    que lo produjeron hayan tenido un apoyo notable para dedicarle

    varios aos de su labor, un lujo poco usual en un contexto donde

    frecuentemente se asume que la museografa es mera cuestinde gusto. Detrs de esta exhibicin hay un importante proceso

    acadmico: una buena parte de los debates y conceptos que la

    articulan surgieron en seminarios de posgrado en la Facultad

    de Filosofa y Letras, y la muy significativa conjunto/cantidad

    de imgenes y documentos que el proyecto ha recopilado est

    destinada a convertirse en un banco de informacin pblico con

    sede en nuestro instituto. En otras palabras, la intencin de la

    muestra es seducir a historiadores, crticos, periodistas y al p-

    blico en general a ampliar la investigacin sobre el arte del fin

    del siglo XXen Mxico, a fin de que se produzcan muchas otras

    monografas, exhibiciones, crticas y artculos, sin pretender que

    esta muestra cierre y complete el debate.

    Una vez que el banco de informacin de La era de la discre-

    panciaest en pleno funcionamiento, pasar a integrarse como

    un nuevo recurso a los muchos acervos y colecciones con los que

    el Instituto facilita la investigacin sobre arte mexicano, tanto a

    sus acadmicos como a los estudiosos de todo el mundo.

    Finalmente, debido al nfasis que el Instituto pone en de-

    sarrollar cotidianamente una cultura de la preservacin del le-

    gado cultural, es especialmente significativa para nosotros la

    importancia que en este proyecto revistieron la restauracin

    y la investigacin de los procesos de produccin artstica. La

    participacin del Laboratorio de Diagnstico de Obras de Arte

    del Instituto al conducir no slo desde el punto de vista prc-

    tico, sino como proceso de produccin de conocimientos pormedio de la reconstruccin histrica las reconstrucciones de

    obras destruidas que se exhiben en La era de la discrepancia

    es una muestra de la compleja sinergia que se ha venido dando

    en Mxico entre las tareas de la historia del arte, y la teora y la

    prctica de la restauracin.

    Dra. Mara Teresa Uriarte

    Directora

    Instituto de Investigaciones Estticas

    The Age of Discrepanciesis a project that reveals just how es-

    sential the relationship between research and cultural activities

    is to the University. The project is important not only because it

    has led to a fine exhibition, one that is stimulating but tempo-

    rary, but because the UNAMtook on the challenge to correct a

    serious lack of research and documentation on artistic practice

    Mexico in the last decades of the twentieth century. The Age

    of Discrepancies, true to its academic origins, is fundamentally

    centered on the generation and exchange of knowledge.

    The reasons for the success of this project are not limited to

    the curatorspassionate interest in the contemporary period, nor

    to the support they received in order to devote several years to

    their research, an unusual luxury in a context where all too often

    museum displays are considered mere questions of taste. Behind

    this exhibition lies an important academic process: many of theconcepts and debates discussed in this volume were first explored

    in graduate seminars in the UNAMs departments of philosophy and

    literature, and a significant number of the images and documents

    collected by the project will form part of a public archive housed

    at the Instituto de Investigaciones Estticas ( IIE). In other words,

    the exhibition has been designed to encourage historians, critics,

    journalists, and the public in general to broaden their research on

    Mexican art of the late twentieth century, leading to many other

    monographs, exhibitions, critical essays and articles: the current

    show can hardly be considered the end of the debate.

    Once The Age of Discrepanciesarchive bec

    ational, it will join the wealth of archives and col

    held by the IIE, facilitating research projects on

    members of the IIEas well as by scholars from ac

    Finally, given the tremendous emphasis th

    on developing frameworks to ensure the preser

    servation of our cultural heritage, it is especiall

    us that this project has placed such importance

    and on the investigation of the techniques beh

    ductions. The participation of the Institutos Labo

    nstico de Obras de Arte, an advanced conserv

    in reconstructing lost works so that they could b

    Age of Discrepancies, has been more than just p

    of a process of generating new forms of inform

    forts reveal a complex synergy that has been emico, joining the field of art history with conserva

    practice.

    Dr. Mar

    Instituto de Investigac

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    8/237

    14

    For Museo Universitario de Ciencias y Arte, in Ciudad Universi-

    tartia Campus, The Age of Discrepancies: Art and Visual Culture

    in Mexico, 1968-1997 means not only a recovery of this institu-

    tions past, but also its new mission as a contemporary museum,

    not in terms of subject-matter or work exhibited therein, but in

    the sense of the orientation of its particular labors as a museum

    of the XXI century.

    For the first time in our countrys history, curators Olivier De-

    broise, Cuauhtmoc Medina, lvaro Vzquez, and Pilar Garca

    have applied certain criteria to formulate the exhibitions thesis.

    This museological approachbacked by a group of art students

    from UNAMs schools of Philosophy and History, and another

    group from Teratomaoffers a totally random composition ofnine thematic tribesin order to make a critical appraisal of a sig-

    nificant and complex period in our recent visual history which,

    up to now, had not been approached as a whole.

    Instead of tracing the path of plastic currents developed be-

    tween 1968 y 1994, curators have highlighted various moments

    in which artists coming from several generations and different

    cultural backgrounds proposed alternative models for artistic

    practices, usually disagreeing with the ways of traditional art.

    Featuring 350 pieces and 1,000 documents, that in most

    cases were unavailable for research, we present MUCAs Saln

    Independiente exhibitions, films and ephemeral actions by Ale-

    jandro Jodorowsky, contemporary political photography devel-

    opments, the participation of Mexican artists in Fluxus, and the

    groups movements political actions. Also included are oscilla-

    tions between folksong and rock as ways for expressing youths

    dissent, the pictorial battles carried out during the 1980s, and

    the appearance of neo-conceptual variants in the 1990s.

    Although admittedly revisionist, The Age of Discrepancies

    is an exhibition that deliberately has kept as far as possible from

    the notion of a blockbuster show. Historical strength is not based

    on criticssanctions about esthetic values or the worth of certain

    works, but on a serious academic-curatorial labor that has beendeveloped for several years, using mostly primary documentary

    sources and oral history. In our context there are few exhibition

    projects that open the gate for future research; in the instance of

    The Age of Discrepancies, its thorough academic and field re-

    search was awarded a grant by UNAMs Technological Innovation

    and Research Program, to create a documentary data bank at the

    IIE (8,000 documents and 16,000 images from files belonging to

    artists, collectors, curators, galleries, and cultural centers, as well

    as 100 hours of recorded interviews with 50 leading personali-

    ties from the cultural scene). The curatorial efforts have also pro-

    duced this book, which is bound to become a m

    reference.

    Other outstanding project features include

    structions carried out by the ar tists themselves,

    of the Art Laboratory at the Esthetic Research Ins

    inally ephemeral pieces have been resurrected

    they have become integrated to MUCAs perma

    Helen Escobedos White Corridor, Marta PalausAm

    co, 1970; Hersas Ambiente circular, 1973; and P

    by Grupo Proceso Pentgono.

    As it can be inferred from the newness of th

    project, in terms of period analysis and composi

    sidad Nacional Autnoma de Mxico is interestenew ways to interpret and analyze Mexican art

    a hypothetical genealogy for present-day conte

    offering new points of departure for f uture resea

    Strictly speaking The Age of Discrepanciesis

    project; nonetheless we acknowledge the perm

    of the department of UNAMCultural Extension Co

    invaluable tutorship of IIE, Cuauhtmoc Medinas

    Tatiana Falcns work reconstruction, and the co

    book-catalogue, not forgetting Rita Eders va

    tions. Another basic contribution to the project

    TVUNAMand Filmoteca UNAM.

    This unprecedented review of three primor

    the Mexican art scene was also made feasible th

    ing generosity of many sponsors, who have con

    Universitys efforts to study and disseminate thi

    can visual arts. To all these persons and instituti

    our hear-felt thanks.

    Gra

    DirectUniversidad Nacional Autn

    Con La era de la discrepancia. Arte y cultura visual en Mxico,

    1968-1997el Museo Universitario de Ciencias y Arte en el cam-

    pusde ciudad Universitaria, recupera su pasado, pero tambin

    aborda su nueva misin como un museo contemporneo, no

    tanto en virtud de los temas o de la obra que exhibe, sino, par-

    ticularmente, con la visin de su peculiar quehacer musestico a

    la luz de siglo XXI.

    De este modo, la curadura a cargo de Olivier Debroise, Cuauh-

    tmoc Medina, lvaro Vzquez y Pilar Garca, formula esquemas

    inditos en nuestro pas para plantear la tesis de la exposicin. La

    propuesta museolgica apoyada por un grupo de estudiantes

    de arte de la Facultad de Filosofa e Historia de la propia UNAM, y

    otro de Teratoma ofrece una disposicin totalmente aleatoriade nueve tribustemticas para revisar, desde la mirada crtica,

    un periodo complejo y significativo de nuestra reciente historia

    visual, que hasta el momento no ha sido abordado en su con-

    junto.

    As, en vez de abarcar un recorrido de las corrientes plsticas

    que se desarrollaron entre 1968 y 1994, los curadores destacan

    diversos momentos en que artistas, de diversas generaciones y

    provenientes de distintos horizontes culturales, se plantean mo-

    delos alternativos de las prcticas artsticas, la mayora de las ve-

    ces, en desacuerdo con los usos tradicionales del arte,

    Con 350 piezas y mil documentos, en muchos de los casos

    hasta hoy inaccesibles al la investigacin, salen a escena las

    exposiciones del Saln Independiente, verificadas en el propio

    MUCA campus, las pelculas y acciones efmeras de Alejandro Jo-

    dorowsky, el desarrollo de la fotografa poltica contempornea,

    la participacin de artistas mexicanos en Fluxus, y las acciones

    polticas de los grupos; sin faltar las oscilaciones de lo folklrico

    y el rock como formas de disidencia juvenil, las batallas pictri-

    cas de la dcada de los ochenta y la emergencia de una variante

    neoconceptual en los aos noventa.

    A pesar de su carcter revisionista, La era de la discrepan-

    ciaes una muestra que se aleja con toda intencin de cualquiersemejanza con una exhibicin blockbuster. La contundencia de

    su historia no proviene de valores estticos o piezas sanciona-

    dos por la crtica, sino de la seriedad de un trabajo acadmico-

    curatorial desarrollado durante varios aos, principalmente con

    base a fuentes primarias documentales e historia oral. Adems,

    en nuestro medio muy pocos son los proyectos de exposicin

    que abren puerta a futuras investigaciones; en el caso de la Era

    de la discrepancia, su exhaustiva investigacin acadmica y de

    campo obtuvo la beca del Programa de Apoyos a Proyectos de

    Investigacin e Innovacin Tecnolgica de la UNAM, destinada a

    la formacin de un fondo documental que ser depositado en el

    Instituto de Investigaciones Estticas ( IIE)(ocho mil documentos

    y 16,000 imgenes de archivos de artistas, coleccionistas, curado-

    res, galeras y centros culturales, y la recopilacin de cien horas

    de entrevistas a 50 protagonistas de la escena cultural). El trabajo

    curatorial tambin dio a luz al libro que hoy tiene el lector en sus

    manos y que habr de ser consulta historiogrfica obligada.

    Dentro del proyecto, cabe destacar las reconstrucciones por

    los propios artistas que, bajo la supervisin del Laboratorio de

    Arte del Instituto de Investigaciones Estticas, harn renacer cin-

    co obras, en su momento efmeras, y que pasarn a formar parte

    del acervo del MUAC: Corredor Blancode Helen Escobedo, Am-

    biente alqumico, 1970 de Marta Palau; Ambiente circular, 1973de Hersa; y Pentgono, 1977 del grupo Proceso Pentgono.

    Una propuesta museolgica tan novedosa en el mbito mu-

    sestico, tanto por el anlisis del periodo en cuestin como por

    los distintos componentes del proyecto y sus subproductos,

    pone de manifiesto el inters de la Universidad Nacional Aut-

    noma de Mxico por impulsar nuevas vas de interpretacin y

    anlisis de la plstica mexicana, al tiempo de ofr ecer una genea-

    loga hipottica de el arte contemporneo actual, que brindar

    nuevos puntos de partida para futuras investigaciones.

    Aunque en estricto sentido La era de la discrepanciano es

    un proyecto colegiado, s hay que reconocer que para su con-

    figuracin, al permanente inters de la propia Coordinacin de

    Difusin Cultural de la UNAM, se ha sumado la invaluable tutora

    del IIE, a travs de la co-curadura de Cuauhtmoc Medina, la re-

    construccin de obra supervisada por Tatiana Falcn del Labora-

    torio y la coedicin de este libro-catalogo, sin olvidar las valiosas

    observaciones de la destacada investigadora Rita Eder. De igual

    modo, la concurrencia de TV UNAMy de la Filmoteca de la UNAM

    han sido fundamentales en la conformacin del proyecto.

    No se puede dejar de reconocer que esta revisin indita del

    panorama de tres dcadas primordiales de la escena visual mexi-

    cana, ha sido posible en virtud de la confianza y generosidad demltiples copatrocinadores, que se han sumado a la voluntad

    de la Universidad para contribuir al estudio y difusin de esta

    parcela de la historia cultural mexicana. Reciban estas personas

    e instituciones, el testimonio de nuestro agradecimiento.

    Graciela de la Torre

    Directora general de Artes Visuales

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Agosto 2006

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    9/237

    Atacan a la Universidporque discrepam

    Viva la discrepancia queel espritu de la universid

    Viva la discrepan

    que es lo mejor para servJavier Barro

    1. Pedro Meyer, Javier Barros Sierra, rector de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico al encabezarla manifestacin en defensa de la autonoma universitaria, 1 de agosto de 1968.

    They attack the University because we differ. Long livediscrepancy, for it is the spirit of the University. Longlive discrepa ncy, because it allows us to ser ve.

    Javier Barros Sierra

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    10/237

    18

    Hace ya diez aos, a mediados de los aos noventa, se hizo cla-

    ro que el arte mexicano ya no poda estar confinado en losestrechos lmites de lo nacional. No bastaba con afirmar que

    un determinado estilo haba sido sustituido por otro, y menos

    an avalar el mito de que una forma cosmopolita y refinada del

    neoconceptual haba sustituido una especie de kitsch localista

    llamado neomexicanismo.1Las costumbres de representacin

    haban sido desbordadas, y las obras producidas en los primeros

    aos de la dcada an no haban sido domesticadas para servir a

    los intereses del Estado-Nacin.

    La adopcin de prcticas no tradicionales derivaba, ms que

    de una conviccin, de una duda general acerca de qu podra ser

    artsticamente posible en un pas perifrico, cuyas genealogas cul-

    turales y construcciones histricas ya no servan para comprender

    un presente que se imbricaba con el mainstream. La situacin del

    arte local haba sido radicalmente transformada al cesar el aisla-

    miento que, desde los aos cuarenta, haba condenado al arte del

    pas a concebirse desde adentro y ser percibido desde afuera

    como proceso subsidiario (o ignorante y refractario) del arte de los

    centros hegemnicos de Estados Unidos y Europa. En el campo

    de las artes plsticas, la globalizacin de los noventa fue percibida

    con una intensidad difcilmente comparable a la de otras esferas

    culturales: una creciente circulacin de crticos, curadores, promo-

    tores, patrocinadores, coleccionistas y, desde luego, de artistas, atravs de una red cada vez ms amplia de bienales internacionales

    y ferias localizadas, en muchas ocasiones, en pases dependien-

    tes. Los discursos crticos y las condiciones de mercado, ponan en

    evidencia que los centros hegemnicoshaban entrado en crisis.

    Los agentes ya no se definan por una ideologa que, tanto aqu

    como all, opona lo cosmopolitaa lo nacional, e identificaba lo

    localcon un herosmo provinciano, sino que asuman una inte-

    raccin necesaria en los nuevos circuitos.

    Uno de los aspectos ms importantes de ese cambio fue

    el modo en que artistas empezaron a operar desde fines de los

    aos ochenta, y fueron invitados a trabajar fuera de Mxico sin la

    precondicin otrora inevitable de una visibilidad local y la ben-dicin de las autoridades culturales del pas. Rubn Ortiz Torres,

    por ejemplo, quien viva en Los Angeles desde 1990, expuso en

    Nueva York en Trade Routes (Rutas de comercio), en el New

    Museum, en el otoo de 1993. Simultneamente, Gabriel Orozco

    instalado en Nueva York, tambin desde 1990 fue invitado por

    Lynn Zelevansky al programa Projects, del Museum of Modern

    Art (MoMA) dedicado a artistas emergentes, present La DS en

    la galera Chantal Crousel en Pars, y la polmica Caja de zapa-

    tosvacaen la Bienal de Venecia. Fue tambin el primero de su

    generacin en conseguir una revisin exhaustiva de su trabajo,

    curada por Catherine de Zeghers en The Kanaal Art Foundation

    de Kortrijk, en Blgica, en 1995. Ese mismo ao, Miguel Caldern

    ingres a los veintiseis aos, y con slo dos exposiciones en su

    currculum al establode la galera neoyorquina Andrea Rosen.

    Asimismo, despus de participar en numerosas bienales y colec-

    tivas internacionales, Francis Als tuvo una primera muestra in-

    dividual en ACME, en Santa Monica, California y, en 1997, una pre-

    sentacin significativa en la muestra Antechamber organizada

    por Catherine Lampert en la Whitechapel Gallery de Londres. La

    versin 1994 del festival binacional InSITE, en la regin de San

    Diego y Tijuana, fue igualmente determinante al mostrar a varios

    de los artistas jvenes de la Ciudad de Mxico, en particular amiembros del espacio independiente Temstocles 44, como con-

    traparte de artistas internacionales como Allan Kaprow o Dennis

    Oppenheim. En otro registro, la fotgrafa tzotzil de los Altos de

    Chiapas, Maruch Sntiz, adquiri notoriedad a partir de su pre-

    sentacin en la primera Bienal de Johannesburgo, en 1995.

    De cada lado del Atlntico uno en Londres, el otro en la

    Ciudad de Mxico observbamos con curiosidad estos mo-

    vimientos que interpelaban nuestra responsabilidad como

    crticos y curadores, sobre todo por la forma en que el proce-

    so de incorporacin de estos y otros artistas se entreteja con

    una serie de interpretaciones de la cultura en Mxico. En al-

    gunos casos, no existan dudas: Rubn Ortiz Torres trabajaba

    con la materia misma del malentendido cultural (la pelcula

    Fronterilandiade 1995, que realiz junto con el historiador

    del cine Jesse Lerner, por ejemplo); pero otros eran ms am-

    biguos, y propiciaban tergiversaciones que nos resultaban

    inquietantes. No podamos desconocer que el avance del

    mercado y el debate artstico global depende de operacio-

    nes que involucran el lugar comn y los estereotipos. Era evi-

    dente, por slo dar un ejemplo, que el impacto meditico del

    levantamiento Zapatista hizo factible la difusin de las fotos

    de Maruch Sntiz, que si bien haban sido creadas al margen

    del conflicto, planteaban una subversin de las formas de re-

    presentacin tnica hasta entonces prevalecientes en la foto-

    grafa mexicana. Nos exasperaba asimismo la vaguedad con

    la que se invocaba (cuando se recordaba) el modelo de los

    Grupos de los aos setenta como antecedente exclusivo de

    una variante de lo neo-conceptual. Ms problemtico por-

    que interpelaba nuestra conciencia como historiadores erael modo en que la carrera de Gabriel Orozco a nivel global

    estaba empaada por deformaciones histricas, producto de

    la falta de informacin sobre el arte moderno y movimien-

    tos de vanguardia en pases perifricos, y de la pretensin de

    crticos de retener la centralidad del discurso sobre el arte.

    El ejemplo ms preocupante (por la importancia que sus tex-

    tos tenan para nosotros en otros campos) fueron los dislates

    histricos del artculo de Benjamin Buchloh en el catlogo

    de la retrospectiva de Orozco en la Kanaal Art Foundation,

    en el que, entre otras cosas, atribua significados polticos a

    la obra de Jos Guadalupe Posada, con el argumento de que

    sus calaveras eran una reaccin crtica ante el rgimen de

    Victoriano Huerta, cuando el grabador haba muerto un mes

    antes del golpe de Huerta.2

    Este es slo un caso de las distorsiones que nos obligaron a

    aceptar una leccin: era evidente que la insercin en el territorio

    globalizado involucrara una renegociacin de las genealogas

    perifricas, y una revisin de nuestra historia. Involucrados como

    estbamos en intentos de recomposicin de la escena artstica

    local desde posturas de independencia y oposicin y cercanos,

    en ello, a la decisin de muchos artistas de no hacerle ms caso

    a instituciones que, de manera evidente, se haban vuelto obso-letas nos vimos forzados a dar explicaciones y a contribuir en la

    construccin de las mitologas en torno a un movimientoque pa-

    reca haber surgido de la nada, y de un da para el otro. Contra lo

    que hubiramos ingenuamente esperado, en lugar de debilitar la

    historia nacional del artey su sistema cerrado, el nuevo circuito

    produca una mitologa local fundada en la historia instantnea.

    La amnesia institucionalizada

    Como muchos de los artistas en los primeros aos noventa, que-

    ramos marcar la mayor distancia posible frente al caudillismo

    cultural local, y emplebamos referencias de u

    arte internacional para comprender la creacin

    Marcel Duchamp y Joseph Beuys, Yves Klein, Ro

    Robert Morris y, muy ocasionalmente, artistas la

    como Lygia Clark o Helio Oiticica. Nunca, en ese

    lo menos, se aluda a los territorios abiertos desd

    los aos sesenta por Mathias Goeritz, Felipe Ehre

    cobedo, Alejandro Jodorowsky, Marcos Kurtycz

    aun cuando varios de estos artistas seguan prod

    maestros en escuelas de arte o talleres independ

    en la historia cultural reciente, del que ramos e

    vctimas y cmplices, era un rasgo caracterstico

    Por un lado, sealaba un quiebre en la filiacin d

    tes del nuevo circuito cultural. Por otro lado, se

    la ausencia de referentes pblicos sobre el proc

    cal, la ausencia de colecciones y/o publicacione

    que dieran sentido a una narrativa.

    Como lo revel el anacronismo de la repres

    ca que acompa a la muestra Mxico: Esplensiglos organizada por el Consejo Nacional para

    Artes (CNCA) en el Metropolitan Museum en 199

    en el canon que Fernando Gamboa haba creado

    cuenta, haba una similitud entre la imagen de e

    fabricaba el gobierno mexicano y los prejuicio

    del mainstreaminteresados en algunos de los art

    limitacin cronolgica al mexicanismo de pregu

    sicin de todo lo producido a partir de 1960. El p

    estaba marginado de la historia a tal grado que p

    ocurrido nunca.

    Basta recorrer los museos mexicanos para

    poco tiempo despus de 1968, la produccin c

    fue sistemticamente desdeada por el colecc

    en Mxico. No es fcil precisar si sta fue u na deci

    o una suma de evasivas de la burocracia cultura

    que la produccin artstica que inici con la form

    Independiente, no encaj en las polticas cultur

    do acostumbrado a la escenificacin museolgic

    La crisis de la llamada Ruptura de fines de los a

    mediados de los aos sesenta (el ltimo moment

    aunque no siempre de manera sistemtica, en la

    museos),4haba abierto un campo frtil a la disidlismo, luego que los artistas desdearn, al calor

    Estudiantil, la estructura de exhibicin oficial, par

    nera colectiva en espacios alternativos. El resu

    cuido institucionalizado: el Estado opt por deja

    y, por aadidura, retir del debate pblico lo pro

    de 1950. A partir de ese momento, la narrativa lo

    paz de formular un criterio historiogrfico que re

    mento inmanente a la ideologa de un Estado-Na

    la perpetua y neurtica oscilacin entre supues

    apertura y cerrazna la cultura occidental.5

    Genealoga de una exposicin

    Olivier Debroise y Cuauhtmoc Medina

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    11/237

    20

    Las obras que ingresaron a las colecciones nacionales es-

    pordicamente y sin sistema a partir de 1970-1972, fueron ge-

    neralmente donadas por particulares, sobre todo, artistas el

    caso ms sonado, el de la coleccin de obras reunidas por Ru-

    fino Tamayo, para la fundacin del museo que lleva su nombre,

    en 1982, rara vez por corporaciones, y menos an mediante

    un proyecto acadmico de largo alcance.6Los salones anuales

    o bienales (creados en 1957), fueron hasta finales de los aos

    ochenta, el nico mecanismo de adquisicin de obras contem-

    porneas con lo que implicaba: el Estado se haca de una o

    dos obras al ao, con frecuencia poco representativas de la pro-

    duccin general, y stas, adems, solan ser lo que en francs

    se llaman machines de salon, es decir, realizadas ex profesopara

    competir dentro de un marco esttico especfico (sobra decirlo,

    en los setenta mexicanos, se trataba casi exclusivamente de pin-

    tura, y de pintura abstracta).7Por lo dems, esas y otras adquisi-

    ciones (como las que recaba la Secretara de Hacienda a travs

    del mecanismo de pago en especie) no eran parte usual de las

    colecciones permanentes, relegadas en bodegas, se quedaronhistricamente en el olvido. Habra que preguntarse si esta po-

    ltica se debi como se afirma una y otra vez a una verdadera

    carencia de recursos econmicos, o ms bien a una soterrada

    decisin de ejercer lo que podramos llamar represin tole-

    rante: hacer creer a los artistas y los agentes culturales que los

    acompaan, que las autoridades culturales se preocupan por la

    creacin artstica, aunque condenando las prcticas alternas

    a lo efmero y la invisibilidad en una multitud de exhibiciones

    y concursos, cancelando al mismo tiempo su oportunidad de

    adquirir significacin permanente. El caso ms evidente de esta

    ambigedad fue la creacin, en 1978, de la Seccin Anual de Ex-

    perimentacin del Saln Nacional de Artes Plsticas del INBA8:

    sta, a diferencia de las secciones de pintura, grfica e, inclusive,

    fotografa, no era galardonada con un premio de adquisicin,

    sino que, despus de filtrar proyectos en el papel, se otorgaba a

    los artistas o asociaciones artsticas becas de produccin para

    la realizacin de obras cuya breve vida terminaba invariable-

    mente en el bote de la basura.

    Cmo se escribe la historia de lo que fue mantenido al mar-

    gen de la historia? Cmo entender el desvanecimiento de un mo-

    mento cultural y las posibilidades que abre su rescate pblico?

    Ante el descuido institucionalizado del periodo, era necesa-rio plantear una exhibicin que operara como activacin y socia-

    lizacin de la memoria. El inters acadmico en el mbito arts-

    tico no es neutral: la apata de los historiadores de arte del pas

    que, a diferencia de otros lugares alrededor del mundo, no consi-

    deraban lo contemporneocomo terreno de investigacin, era

    en gran medida resultado del desdn de las instituciones y del

    mercado hacia las obras, y de la falta de circulacin de debates.9

    Haba llegado el momento, pues, de servirsede los cambios

    del ya referido ascenso del arte contemporneo en la escena

    internacional, para intentar una reconstitucin de esta histo-

    ria perdida.10Nuestra tarea tena que ser a la vez acadmica y

    emocional: debamos fomentar la investigacin sobre el periodo

    (empezar a ordenar archivos de artistas, de crticos, musegra-

    fos y curadores, etc.); era necesario, a la vez, sacar a la luz obras

    olvidadas en desvanes, empolvadas en bodegas de galeras, y

    conseguir las pocas fotos rasgadas que alguien tom por azar

    de un performance, para mostrar que en esas construcciones

    efmeras o en el encuentro inesperado de una patrulla policaca

    con un contingente de artistas en la calle, se alojaba una frgil

    energa que era imprescindible capturar. Expulsadas de la cul-

    tura nacionalestas obras y esas historias deban ser convocadas

    desde otra orilla de los deseos y saberes sociales.

    No ramos los nicos en reclamarlo, si bien por lo general el

    afn de revisar el pasado artstico reciente ha venido ms de los

    artistas que han contribuido a esta historia, que de la academia

    o la investigacin institucional.11Que la energa de investigacin

    est del lado de los productores artsticos mismos, habla del

    abismo que existe entre la academia y su supuesto referente.

    Bajo el amparo de la Universidad Nacional Autnoma deMxico (UNAM) y, sobre todo, en las instalaciones del Museo Uni-

    versitario de Ciencias y Artes ( MUCACampus), que fue a finales de

    los sesenta, el semillero de muchas de las propuestas artsticas

    que permean este proyecto, esta exposicin se plantea como

    un proyecto de produccin de conocimiento: crear una exhibi-

    cin y una publicacin panormica (que el lector tiene ahora en

    sus manos), pero tambin una infraestructura: formar un archivo

    de documentos, imgenes y entrevistas videograbadas. Ese ma-

    terial, organizado como una base de datos, estar alojado en el

    Instituto de Investigaciones Estticas de la UNAM, y ser puesto a

    la disposicin de investigadores a finales de 2007. Asimismo, la

    exhibicin pretende ser el esbozo abiertamente polmico de un

    posible museo de arte contemporneo en Mxico.

    Ciertos momentos decisivos de esta historia no podan ser

    expuestos, simplemente porque las obras haban sido destrui-

    das. En lugar de reemplazar la experiencia de esas obras por

    documentacin, optamos por llevar a cabo una suerte de falsi-

    ficacin cientfica: con rplicas de algunas piezas elaboradas en

    colaboracin con los artistas por una restauradora profesional,

    Tatiana Falcn, quien ha emprendido esta tarea como una for ma

    de investigacin de las prcticas y tcnicas del arte contempor-

    neo.12A su vez, esas rplicas se incorporan al acervo del MuseoUniversitario de Arte Contemporneo (MUAC), en construccin

    actualmente en el campus de la UNAM. Se pretende as instaurar

    de modo abierto, un proceso comn de representacin histrica

    en los museos, que ilustran perodos extensos de la obra artstica

    (el constructivismo ruso, los ready madesde Marcel Duchamp,

    momentos de Fluxus y del arte conceptual) mediante recons-

    trucciones museogrficas. Se trata de hacer presente lo que slo

    era memoria acadmica un principio que ya subyaca a la re-

    construccin del Museo del Eco de Mathias Goeritz que la UNAM

    ha llevado a cabo recientemente.

    Entre dos crisis: guin de la exposicin

    Si bien hemos buscado hacer un relato enfocado y marcado por

    discontinuidades, este proyecto s propone lneas generales que

    definen no slo nuestra periodizacin, sino las tendencias hist-

    ricas a las que hemos asignado un mayor sentido. Exponer estos

    argumentos subyacentes es tambin la oportunidad para sea-

    lar el sentido de las unidades en que hemos dividido el periodo.

    Despus de largos debates (en los que involucramos a

    Carlos Monsivis y a Rita Eder, adems de escuchar a muchos

    artistas, crticos, directores de museos, galeristas, promotores

    y curadores) decidimos iniciar esta muestra en 1968. Con toda

    conciencia, tomamos el riesgo de caer en un lugar comn de

    los cambios culturales y choques polticos, con la conviccin de

    que el Movimiento Estudiantil y la masacre del 2 de octubre en

    Tlatelolco (doce das antes de la inauguracin de la XIXOlimpia-

    da) precipitaron un cambio de las dinmicas artsticas. La crisis

    cultural que se produjo alrededor del Movimiento Estudiantil

    marca la emergencia de una tendencia a las agrupaciones ar-

    tsticas, nica manera de sobrevivir en un clima de intolerancia,represin o simple indiferencia, que se prolonga por lo menos

    hasta mediados de los aos ochenta. Con el grupo Arte Otro

    (en que participaron Hersa y Sebastin) y la fundacin del Sa-

    ln Independiente como organizacin de oposicin al aparato

    cultural del rgimen que traslada al campo artstico los meca-

    nismos de toma de decisin y las aspiraciones de autogestin

    de los Comits de Huelga estudiantiles, se abre una sucesin de

    agrupaciones independientes que definiran en gran medida el

    final del siglo: desde los Grupos y las editoriales marginales de

    libros de artista de los aos setenta a la fundacin del Saln des

    Aztecas, Temstocles 44, Curare o La Panadera en los noventa.

    Este proceso del sector independiente ha sido uno de los te-

    mas centrales de nuestra investigacin. La intervencin cultural

    de empresas privadas, desde galeras hasta corporaciones que

    crearon sus propios museos y colecciones, no est en el centro

    de esta narrativa, simplemente porque sta no es una historia

    de los mecanismos de difusin, sino de las producciones y de

    los instrumentos de difusin creados por los propios artistas y

    sus aliadoscrticos, curadores y promotores que proyectaron

    estas discrepancias afirmndolas como promesas de cambio

    cultural y poltico.

    Tomar el 68 como punto de partida significaba abordar elarte y la cultura de una poca definida por una crisis. 1968 marca

    el violento final de una etapa de relativa tolerancia a la experi-

    mentacin cultural de las clases medias intelectuales mexicanas

    que no ponan en cuestin la hegemona del antiguo rgimen,

    y a las que se les concedieron libertades extraordinarias en

    comparacin al resto de la poblacin. De hecho, adems de la

    persecucin poltica misma, la crisis de 1968 marc el inicio de

    una etapa de represin cultural, centrada especialmente en las

    manifestaciones de contracultura juvenil que el rgimen identi-

    fic con el desafo de los estudiantes al autoritarismo. De ah que

    la contracultura juvenil, y en especial el rock, ha

    rados y operaron de un modo ms o menos sub

    muy entrados los ochenta.

    La primera seccin de la exposicin se articu

    ln Independiente, aunque incluye asimismo a

    tos precursores, como el grupo Arte Otro, de Seb

    las exposiciones de punta organizadas por Helen

    MUCAy otras prcticas culturales relacionadas co

    Estudiantil del 68, en particular el muy olvidado

    cine sper 8 como forma artstica independiente

    Como contrapunto a las obras innovadoras

    pendiente, cremos til poner el acento en tres co

    actuaron ms o menos en paralelo a fines de los

    pios de los setenta. As la segunda seccin de la

    dedicada a formas de la contracultura que, hast

    eran consideradas formas artsticas, en particu

    bude creadores que gravitaba en torno al Mov

    del dramaturgo, actor y cineasta chileno Alejand

    Adems de las obras teatrales, los cmics y las perowsky, presentamos esculturas, pinturas, dibujo

    de artistas que trabajaron a su lado, o perteneca

    influencia. Cabe notar que varios artistas de esta

    tonces consolidados en particular, Felipe Ehre

    Felgurez tambin aparecen en otras partes de

    Como contraparte racionalista a la idea prec

    aos sesenta como mero desborde dionisiaco,

    do repensar, en la tercera seccin, Sistemas, bu

    produccin geomtrica y experimental del per

    hiptesis estructuralistas, sistemas combinatorio

    nes poticas.

    La cuarta seccin, Mrgenes conceptuales

    desarrollo del arte conceptual durante y despu

    cmo, en el caso particular de Mxico, estas ini

    ron ligadas a la bsqueda de nuevos lenguajes

    ciones polticas en las postrimeras del 68, desde

    nes de Felipe Ehrenberg y Martha Hellion con la

    de Fluxus a principios de los setenta, el exilio de U

    msterdam y su articulacin de la produccin de

    y la construccin de circuitos culturales como m

    derantes de activismo artstico, que se expand

    finales de los setenta.La cultura de los aos setenta revela una fr

    escritores del grupo de Octavio Paz, que abando

    ms la experimentacin a favor de una vueltaa

    diversa y catica bsqueda de un arte y cul tura d

    abarca lo mismo a los Grupos, que la identifica

    actores sociales en la fotografa documental, y la

    expresiones de identidad sexual y de gnero. Es

    conclusa por una nueva visualidad de izquierda

    de las unidades que abarca esta exposicin. La

    Estrategias urbanas, busca por lo tanto demos

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    12/237

    22

    meno de los Grupos debe verse como un fenmeno dividido y

    complejo, donde compiten, por un lado, el sueo de un nuevo

    tipo de intervencin poltica urbana, y el despunte de prcticas

    culturales que resisten a la visin instrumental y partidista del

    campo poltico. Ese quiebre entre un arte subordinado a la pol-

    tica de masas y un arte que interacta con representaciones de

    grupos sociales, ser decisivo en los aos subsecuentes.

    Es en ese sentido que hemos querido enfatizar en la sexta

    seccin, Insurgencias el rol de la fotografa documental de los

    setenta y ochenta como la forma ms consistente por la que se

    hizo presente un nuevo imaginario de oposicin social y pol-

    tica, y que se desplaza de la exaltacin de las luchas armadas

    regionales, particularmente en Centroamrica, a la formulacin

    de un inventario de agentes sociales que fotgrafos, cineastas y

    videoastas se abocan, antes que cualquier otros, en distinguir.

    Insurgenciasfor mula que estos medios se constituyeron en el

    campo de una batalla por la asercin de nuevas subjetividades

    polticas y afectivas. En ese sentido, nos pareci crucial destacar

    la activacin cultural que se fragu en torno a las luchas de Ju-chitn y la actividad de Francisco Toledo, como un fermento de-

    cisivo en una rearticulacin de cultura y poltica a fines del siglo

    veinte en Mxico.

    Uno de nuestros principales empeos fue revisar la repre-

    sentacin convencional del arte de los ochenta en Mxico en

    realidad, un periodo que se extiende de 1985 a 1993 o 1994,

    para alejarlo decisivamente de una interpretacin tmida de la

    posmodernidad que se cobij en la crtica de ar te dominante por

    aquellos aos. En lugar de lamentar la existencia del llamado neo-

    mexicanismo, o de revisar la pintura historicista dominante en la

    Ciudad de Mxico, consideramos esa dcada como el momento

    de despliegue pblico de una variedad de discursos sobre la iden-

    tidad que atraviesan tanto a la esttica gay y femenina, como la

    reivindicacin poscolonial de una constelacin cultural america-

    na. Los aos ochenta que nos interesan son aquellos que desafan

    la normalidady redefinen lo polticopara alejarlo del modelo

    partidario, proletario y gremial de la izquierda, que an estaba vi-

    gente en el imaginario de los Grupos de finales de los setenta.

    En la sptima seccin, La identidad como utopa, procu-

    ramos marcar distancia frente a la nocin de neomexicanismo

    para contemplar a los ochenta como la mise en uvrede pro-

    cedimientos de politizacin cultural, que no slo asuman quelo personal es poltico, sino que instauraban a la diferencia como

    proyecto de liberacin. El rol de las artes como medio de ela-

    boracin de esa poltica (muy en la vanguardia con respecto al

    discurso intelectual en Mxico, fuera de algunas esferas prctica-

    mente undergroundcomo el psicoanlisis y la antipsiquiatra13)

    fue mucho ms decisivo que l o que se suele admitir.

    Asumimos finalmente que, tras el temblor de 1985 que afec-

    t catastrficamente a buena parte de la Ciudad de Mxico, estas

    bsquedas coincidieron en una intensa crtica a los discursos de

    modernizacin. En la medida en que la modernidad y la mo-

    dernizacin vendran a convertirse en el supuesto valor com-

    partido de los diversos agentes polticos y sociales en Mxico

    durante el periodo de la supuesta transicin democrtica, y la

    piedra de toque del discurso de los cambios introducidos por las

    elites locales con particular intensidad tras el traumtico fraude

    electoral de 1988 que elev al poder a Carlos Salinas de Gortari,

    nos enfocamos a mostrar el modo en que las prcticas artsticas

    del fin de siglo marcaron una distancia reprobatoria frente a los

    discursos del universalismo cultural, la racionalidad prctica y la

    normatividad del capitalismo.

    Construimos esa crtica al discurso modernizador en dos mo-

    mentos. Primero, en la oc tava seccin, La expulsin del paraso,

    nos propusimos registrar el modo en que, por un breve periodo,

    operaron en Mxico una serie de artistas tanto nacionales como

    extranjeros que marcados por los discursos poscoloniales de

    autores como James Clifford u Homi Bhabha cuestionaron la

    legitimidad y el universalismo de la cultur a occidental y, por con-

    siguiente, del mainstreamamericano y europeo.

    Finalmente, con la ltima seccin, Intemperie cuyo t-tulo quiz crptico, es una simple referencia al impulso de una

    nueva generacin de artistas a realizar in situobras desprotegi-

    das buscamos destacar el carcter improvisado y no-institucio-

    nalizado de las prcticas, y el pensamiento del arte emergente

    de inicios de los noventa. Si hemos hecho nfasis en la obra tem-

    prana de varios artistas que se volvieron centrales, no fue slo

    por intencin genealgica, sino para realzar el modo tentativo e

    indeterminado de definir sus prcticas en un momento en que

    el arte contemporneo no slo era insignificante para los discur-

    sos culturales dominantes, sino que deba resolverse a partir del

    escepticismo. Fue precisamente la necesidad de salir al paso a la

    falta de coordenadas y seguridades de lo artstico lo que permi-

    ti a los artistas que operaban en Mxico en los noventa aban-

    donar los obstculos locales que impedan la participacin en

    los circuitos globales: los remanentes de expresin personal, las

    jerarquas de alta cultura, la nocin de imagen y la confusin

    crtica en defender la especificidad de los medios.

    Ciertamente, al escoger este momento como nuestro final

    queramos cierta simetra: como iniciamos con una crisis, el final

    natural de la muestra deba ser el ominoso1994, que empez

    con una guerrilla que desafi el imaginario guevarista del subcon-

    tinente, con una forma creativa de resistencia tnica al capitalismoglobal el levantamiento zapatista en Chiapas y concluy en un

    desastre econmico y poltico, salpicado por los asesinatos suce-

    sivos de un candidato presidencial y un Secretario General del PRI,

    y la realizacin de las primeras elecciones presidenciales definidas

    por la utilizacin programtica y reaccionaria del miedo.

    Sin embargo, y a diferencia de 1968, 1994 no fue acompa-

    ado de una cultura artstica simultnea a los acontecimientos.

    Hubo que esperar, de hecho, varios meses, cuando no un par de

    aos, para ver explotar en el arte los efectos colatero-culturales

    de esta crisis. La creacin de La Panadera, en marzo de 1994,

    como refugio de un grupo de artistas aterrados ante una po-

    sible prdida del futuro, no refleja un cambio notable de los

    mtodos de produccin artstica, aunque anuncia una creciente

    inmediatez en el modo en que el arte abordara la descompo-

    sicin, la violencia y la ambigedad tica.14No es sino entrado

    1995, que aparecen obras y artistas directamente ocupados de

    acusar recibo, en sus tcticas artsticas y sus obras, del derrumbe

    posterior al llamado error de diciembre. De ah nuestra decisin

    de prolongar el relato tres aos: mostrar el modo en que la crisis

    general de 1994 redefini las prcticas artsticas en Mxico re-

    quera abarcar por lo menos hasta 1997. Para entonces, los artis-

    tas haban desarrollado medios para confrontar la cacofona de

    la globalizacin, enlazando la parodia al descrdito del rgimen

    mexicano que haba impulsado una modernizacin fallida, y la

    crnica puntual de la violencia. Por lo dems, tambin en 1997,

    coincidirn el ascenso electoral de la oposicin tanto en el legis-

    lativo, como el gobierno de la Ciudad de Mxico, y un ajuste muy

    significativo de las instituciones musesticas locales, que lleva a

    curadores que haban tenido una relacin con el arte reciente adirigir varios de los museos estatales.

    El desacuerdo ese placer

    En su ttulo, esta muestra remite directamente a uno de los ges-

    tos ms notables de la historia poltica mexicana: la declaracin

    del rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, que a poco ms de

    un ao de la matanza de Tlatelolco proclamaba: Viva la dis-

    crepancia!15Tras desafiar a la presidencia de la repblica para

    defender el derecho de manifestacin democrtica y la autono-

    ma universitaria durante las batallas del Movimiento de 1968,

    Barros Sierra propuso la visin de una nueva repblica, basada

    en una relacin indita entre autoridad y sociedad que, en lugar

    de temer el desacuerdo, lo volvi par te orgnica de la funcin de

    una universidad autnoma, y le dio sentido a la

    cracia. Opuesta a toda visin hegemnica de cu

    Barros Sierra nos pareca la ms apropiada para d

    donde, a pesar del desprecio del establishment,

    culturales optaron por el disenso creativo con un

    fcilmente comparable a otro sector de la cultura

    Este recorrido por la produccin artstica y

    tres ltimas dcadas del rgimen emanado d

    mexicana(una muestra, pues, del arte en la era

    do) deba renunciar a la hipocresa de los valores

    serenidad, universalidad y erudicin en que suele

    privilegios la historia profesional. Estamos plenam

    tes que este relato deja de lado, trata demasiad

    e incluso aborda tendenciosamente, una multit

    obras de artistas y sectores culturales enteros. Q

    que la mayor parte de esas omisiones o sesgos no

    rivan de la ignorancia, sino que simple y llaname

    juicio. Nos cuesta tanto trabajo entender a quien

    hay una verdad, como el que cree que todas latienen un valor equivalente. En efecto, no todo n

    esta muestra responde a la persuasin de que la

    deseo suelen expresarse de modo exaltado y con

    propuestas incompatibles, extremistas y emocio

    la asepsia del trmino medio. En ese sentido, e

    fue haciendo de principio a fin, gracias a un ent

    A nadie debe sorprender que nuestro punto de

    recomendaba Baudelaire, eminentemente excl

    as se abren horizontes, y que nuestra visin de

    tienda como crticaslo en la medida en que

    parcial y poltica.16

    Ciudad Universitaria, 1ero de sept

    Notas

    1. Vanse las reacciones, en momentos distintos, de Kurt Hollander Rela-

    ciones objetuales en el arte contemporneo, en As est la cosa. Instalac in y

    arte objeto en Amrica Latina, Mxico, Centro Cultural/Arte Contemporneo,

    Fundacin Cultural Televisa, 1997, pp. 12-13, y Abraham Cruzvillegas, Trata-

    do de libre comeren Yo y mi circunstancia. Movilidad en el arte contempor-

    neo mexicano, Museo de Bellas Artes, Montreal, Canad, 2000, reimpreso enRound de sombra, CNCA, Mxico, 2006.

    2. Benjamin Buchloh, Refuse and refuge, Gabriel Orozco, Kortrijk, The Kana-

    al Art Foundation, 1993, p. 38-51.

    3. Goeritz falleci en 1990, pero Escobedo, Ehrenberg y Kurtycz exponan

    continuamente al lado de los ms jvenes (Manifiesta, X-Teresa Arte Actual,

    1993, y los festivales InSITE, entre otros); Ehrenberg diriga un taller de libros

    de artistas en Los Talleres de Coyoacn, etc.

    4. Proceso que, por otro lado, slo qued fijado en el imaginario histrico en

    1988, con la muestra impulsada por Sylvia Pandolfi en el Museo Carrillo Gil y

    el Museo Biblioteca Pape de Monclova, Ruptura 1952-1965 .

    5. Jorge Alberto Manrique articul esta visin pendular de lo nacional y lo

    cosmopolitacomo operador ideolgico de la historia cultural del siglo vein-

    te: El proceso de las artes 1910-1970, en Daniel Cosio Vil

    General de Mxico (1976), 2. Ed. Mxico, El Colegio de M

    1359.

    6. No tratamos aqu los casos de instituciones privadas,

    Cultural Televisa a travs del Centro Cultural/Arte Contem

    seos de Monterrey desde 1977, que si bien contribuyeronconsiderable, al desarrollo de la escena artstica en los oc

    de los noventa, se regan por mecanismos de adquisici

    do, marcados por los gustos personales de los patrocina

    en varias ocasiones recurrieron a curadores, notablemen

    los jurados de sus salones y bienales (Premio MARCOy Bi

    patrocinada por el grupo FEMSA).

    7. El escndalo que produjo el pintor Enrique Guzmn e

    Pintura 1978, al descolgar la obra ganadora de Marta Zam

    intentar tirarla desde el segundo piso del Palacio de Bella

    momento en que un primer jurado haba renunciado desp

    (sin xito) las regulaciones de la convocatoria, es un epis

    esta dictaduradel gusto esttico que ejerci el INBAhasta

  • 5/27/2018 ENPEG La Era de La Discrepancia

    13/237

    24

    Genealogy of an Exhibition

    Olivier Debroise and Cuauhtmoc Medina

    In the mid-1990s, already more than a decade ago, it became

    clear that Mexican artcoul d no longer be confined to the nar-row limits of the national.It wasnt enough to say that one style

    had been replaced by another, or to support the myth that a re-

    fined cosmopolitan neo-conceptualism had substituted a local

    kitsch called neo-Mexicanism.1The very ways of representing

    things had been overwhelmed by new forces and the work pro-

    duced at the start of that decade had still not been domesticated

    to serve the interests of the Nation-State.

    The adoption of non-traditional practices in Mexico had less

    to do with principle than with a general unrest about what was

    artistically possible in a culturally-rich but economically-poor

    country, whose art histories and other cultural genealogies had

    long seemed useless compared to those of the mainstream.

    The feeling of isolation that had long condemned Mexican art

    to the periphery since the 1940s, making it appearto outside

    critics but also to Mexicansthat their art was subsidiary, reflec-

    tive or even ignorant of what was going on in the hegemonic

    centers of art, was eroding. Indeed, in the 1990s, the local art

    world was increasingly and radically transformed by globaliza-

    tion, experienced with an intensity far above that felt in other

    cultural fields, like music or theater, mainly due to the increased

    circulation of critics, curators, promoters, patrons, and of course,

    artists in an ever wider network of international biennials and artfairs, in both rich and dependent countries. The shifts in critical

    discourse and market forces revealed that the centers were in cri-

    sis, while here and elsewhere, the scene was no longer governed

    by an ideology that opposed cosmopolitanto national,or that

    equated the localwith some kind of provincial heroics, but that

    now assumed that global interaction was necessary in these new

    circuits of exchange.

    One of the most important signs of change was the way that

    artists who began working i n the late 1980s were suddenly being

    invited to exhibit outside of Mexico without first having achieved

    local prominence, much less the approbation of

    tural authorities. Rubn Ortiz Torres, for exampleto Los Angeles to study in 1990, showed in New

    Routes, a 1993 show at the New Museum fo

    Art. At the same time, Gabriel Orozco, who had

    New York since 1990, was invited by Lynn Zeleva

    work for the Museum of Modern Arts Projects

    featured emerging artists. Also in 1993, he show

    DSat the Chantal Crousel Gallery in Paris, and the

    at the Venice Biennial. Orozco was also the first o

    to achieve an exhaustive overview of his work, in

    erine de Zeghers did for the Kanaal Art Founda

    Belgium, in 1995. And that same year, Miguel Ca

    years old and with just two exhibitions on his

    vited to join Andrea Rosens New York gallery. M

    participating in several biennials and internatio

    Francis Als was given his first solo show at ACME

    ca, and in 1997, was a key par ticipant in Antech

    bition organized by Catherine Lampert for Lond

    pel Gallery. The 1994 version of the bi-national ar

    InSITE, a collaboration between institutions in

    Tijuana, featured several young artists from Mex

    ticular members of an independent space called

    who showed alongside international stars like ADennis Oppenheim. On another level altogethe

    tographer from the Chiapas highlands, Maruch S

    international presence after her participation in

    nesburg Biennial.

    From either side of the Atlanticone based

    the other in Mexico Citywe observed these ev

    osity: they challenged our responsibility as criti

    above all because of the way the international s

    and other artists was linked to specific readings

    ture. In some cases, things were quite clear: Rub

    diados de los noventa (independientemente de ciertas iniciativas de directo-

    res de museos, en particular de Sylvia Pandolfi cuando asumi la direccin

    del Museo Carrillo Gil).

    8. En adelante, nos referimos a este evento como Saln de Experimenta-

    cin.

    9. A manera de comparacin, muchos historiadores del arte en Argentina,

    Brasil y Chile, han trabajado el periodo que se extiende entre 1960 y 1990,

    debido en gran parte a un a necesidad de recuperar la memoriadespus de

    la cada de las dictaduras en estos pases, que implic una bsqueda de reen-

    contrar las genealogas. Esto se vio, muy particularmente, en la exposicin

    curada por Mari Carmen Ramrez y Hctor Olea en el Museum of Fine Arts de

    Houston en 2005, Inverted Utopias, de la que el periodo mexicano fue prcti-

    camente excluido, en gran parte por esa misma falta de historiografa local.

    10. Este movimiento ascendente culmin en 2002 con la organizacin de

    varias exposiciones de arte contemporneo mexicano en diversas partes del

    mundo, y la incorporacin de varios de los artistas de los noventa mexicanos

    al mercado global (adems de los ya mencionados Melanie Smith, Thomas

    Glassford, Teresa Margolles, Santiago Sierra, Damin Ortega, Carlos Amora-

    les, entre muchos otros).

    11. La lista es necesariamente incompleta: Maris Bustamante y Mnica Ma-

    yer han hecho mucho por rescatar la memoria del performance en Mxico,

    en tanto Martha Hellion y Patricia Sloane en varias exhibiciones realizadasen los ltimos aos, se han echado a cuestas la tarea de revisar la historia

    de Ulises Carrin y Marcos Kurtycz. Ms recientemente, Sol Henaro, desde la

    Celda Contempornea de la Universidad del Claustro de Sor Juana, expuso

    retrospectivamente entre 2004 y 2006 a algunos de estos olvidados: Mel-

    quades Herrera, Guillermo Santamarina o Felipe Ehrenberg. Los artistas de

    los aos noventa se plantearon en varias ocasiones apuntalar una genealo-

    ga local: Eduardo Abaroa, en su tesis de maestra en la ENAP, Bitcora artstica:

    aspectos y condiciones del arte joven contemporneo de los noventa ; Abraham

    Cruzvillegas, Yishai Jusidman, desde las pginas de crtica de arte que han

    producido, Vicente Razo y Mariana Botey apoyndose en Alejandro Jodo-

    rowsky y Juan Jos Gurrola, etc. Yoshua Okn, de La Panadera, se ha ocupa-

    do muy exitosamente de editar su propia historia. A pesar de la importante

    plantilla de investigadores en historia y teora del arte en el INBAy las univer-

    sidades pblicas, los esfuerzos acadmicos sobre este periodo brillan por su

    ausencia, salvo, claro est, los ensayos incluidos en Issa Ma. Benitez Dueas

    (coordinadora), Hacia otra historia del arte en Mxico, tomo IV: Disolvencias.

    (1960-2000),Mxico, CNCA-Curare, 2004.

    12. Vase el Apndice, p. 440.

    13. La importancia de una escuela lacaniana de psicoanlisis, que arrib con

    mucho peso a Mxico a partir del golpe militar en Argentina en 1976 fue fun-

    damental en la formacin de artistas y crticos que abrazaron el feminismo;

    de la misma manera que las visitas a Mxico de David Cooper y Felix Guattari

    en 1981 y 1982, al abrigo de los seguidores de Ivan Illich en Cuernavaca, inci-

    dieron en la politizacin de activistas, escritores y artistas gays.

    14. tala Schmelz, Los inicios rebeldesen Alex Dorfsman y Yoshua O