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Primera edición, Mayo de 2019I.S.B.N Nº 978-956-398-756-0

EditorLuis Rolando Rojas Morales

Colaboradores de ediciónEsteban Araya ArenasMartín Macías Barra

Diseño de cubiertaRosario Cobo

ImprentaOn demand

[email protected]

Patrocinadores

Las imágenes de portada corresponden al conjunto habitacional Población Arauco; bloques y departamento. Autor: Rosario Cobo, año 2018.

Se prohibe la reproducción total o parcial de este libro en Chile y en el extranjero sin autorización de los autores. Impreso en Chile. PROHIBIDA SU COMERCIALIZACIÓN

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.

DIMENSIÓN 1. / BARRIO SAN EUGENIO; HISTORIA, PATRIMONIO Y MEMORIA

LA ESTACIÓN CENTRAL Y EL SURGIMIENTO DE UN BARRIO. (UNA APROXIMACIÓN).Carlos Sottorff Neculhueque

CENTRAL DE LECHE “CHILE” (1935-1960): “DECIR LECHE ES DECIR RAZA Y ES DECIR SALUD”.Xaviera Salgado Ferrufino

LA QUE OTRORA FUERA LA CENTRAL DE LECHE SANTIAGO.Francisco Rodríguez Ledezma

CENTRO SOCIAL SINDICAL MOLINERA SAN CRISTÓBAL. MODELO DE LA RESISTENCIA SENCILLA.Orlando Acuña

BROTES DE LA INDUSTRIA. CINTURÓN DE HIERRO SANTIAGO; PUESTA EN VALOR DE LOS ELEMENTOS VERTICALES DEL SUR PONIENTE DE SANTIAGO.Camila Mancilla

A LA CANCHA Y A LA CASA. Arrian Pickett

DIMENSIÓN 2. / GESTIÓN Y PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

EMERGENCIA DEL PATRIMONIO HABITACIONAL MODERNO EN CHILE. MIRADAS DESDE LAS COMUNIDADES LOCALES, EL ESTADO Y EL SECTOR PRIVADO.Marco A. Valencia Palacios

RIELES CON MEMORIA: LA OPCIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO.Anastassia Nenadovich Yarur & Carlos Maillet Aránguiz

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PROYECTO SAN EUGENIO COLABORANTE. PROPUESTA DE PLANIFICACIÓN URBANA DESDE UN MODELO DE INTERVENCIÓN MIXTO.Luis Rolando Rojas Morales

PROPUESTA DE LINEAMIENTOS PARA INTERVENCIONES DE GESTIÓN PATRIMONIAL EN EL BARRIO OBRERO Y FERROVIARIO SAN EUGENIO DE LA COMUNA DE SANTIAGO DE CHILE.Martín Macías Barra

FUNDACIÓN CASAKANO EN EL BARRIO SAN EUGENIO.Esteban Araya Arenas

DIMENSIÓN 3. / INTERVENCIÓN SOSTENIBLE DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

MUSEO DE FERROCARRILES Y CENTRO DE EVENTOS EN EX MAESTRANZA SAN EUGENIO.Gabriel Díaz Riadi

PUESTA EN VALOR DEL MERCADO VEGA PONIENTE.Elisa Booth

CIRCUITO TURÍSTICO CULTURAL SANTIAGO INDUSTRIAL Y OBRERO. UNA PROPUESTA DE TURISMO CULTURAL BARRIAL SOSTENIBLE. Colectivo Rescata

PUESTA EN VALOR CINE SEPTIEMBRE.Catalina Peña Queralt

BIBLIOTECA Y SERVICIOS PÚBLICOS SAN VICENTE.Matías Espinoza M

PROYECTANDO SOBRE EDIFICACIONES PREEXISTENTES. LA EXPERIENCIA DEL TALLER DE INTERVENCIÓN SOSTENIBLE EN EL PATRIMONIO CULTURAL.Luis Rolando Rojas Morales

ESTACIÓN Z-E LA TERMINAL. PROPUESTA SEGUNDO LUGAR EN CONCURSO DE ARQUITECTURA CHC AÑO 2010.Gonzalo Osorio, José Acosta y Fernanda Aróstica

POLO DE DESARROLLO URBANO MAESTRANZA SAN EUGENIO. Ibori Mondino

PARTICIPANTES.

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INTRODUCCIÓN

El barrio San Eugenio, situado en las actuales comunas de Estación Central y San-tiago, comienza a tomar forma durante la pri-mera década de 1900, tras la construcción de talleres ferroviarios en una zona periférica de la entonces ciudad de Santiago de Chile. Debi-do a la presencia del ferrocarril en este sector, comenzaron a instalarse numerosas fábricas, muchas de las cuales edificaron conjuntos habitacionales dirigidos al personal obrero y administrativo que en ellas se desempeña-ba, como también, equipamiento social vincu-lado a esta emergente vida barrial fabril.

San Eugenio. Barrio, patrimonio y proyecto, da continuidad al libro publicado por el Co-lectivo Rescata en el año 2015, Entre rieles y chimeneas. Un recorrido por el barrio Obrero y Ferroviario San Eugenio, auto editado por Rescata y financiado mediante el Fondo Na-cional de Desarrollo Cultural y las Artes, para la impresión de un total de mil ejemplares los cuales fueron distribuidos de manera gratuita entre los vecinos y organizaciones del barrio, a la vez que a ciudadanos e instituciones vincu-ladas a la educación y el patrimonio cultural. El lanzamiento del libro se llevó a cabo el día viernes 24 de julio, en el auditorio del Museo Nacional Benjamín Vicuña Mackenna, asis-tiendo más de doscientas personas, entre las que se encontraban vecinos del barrio, miem-bros del Movimiento de pobladores UKAMAU, activistas y académicos.

Tras el lanzamiento del primer libro, conti-nuamos recibiendo artículos, resúmenes de in-vestigaciones y propuestas referidas al barrio Obrero y Ferroviario San Eugenio, los cuales complementan y amplían la visión interdisci-plinaria sobre este territorio, reuniendo a ar-tistas, historiadores, geógrafos, arquitectos y nuevos gestores sociales y culturales llegados recientemente al barrio, como la Fundación Casakano. El enfoque de este nuevo libro com-pilatorio, se centra en la generación de propues-tas que permitan dar sostenibilidad al patrimo-nio cultural, difundiendo aspectos específicos de su valor material e inmaterial y presentando ejemplos de intervenciones en el patrimonio desarrolladas todas bajo un enfoque sostenible,

Ubicación del Barrio San Eugenio en la ciudad de Santiago. Fuente: Colectivo Rescata.

SANTIAGO

P.A.C

ESTACIONCENTRAL

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en que se busca armonizar diversos procesos de desarrollo urbano y territorial.

En esta oportunidad, se abordan de manera consecutiva tres dimensiones del territorio; su historia y memoria, la gestión y prote-cción del legado cultural y la intervención sostenible del patrimonio edificado mediante propuestas de arquitectura. Como apertura, se presentan los trabajos de investigación histórica de Carlos Sottorff Neculhueque, Xaviera Salgado Ferrufino y Arrian Picket. Luego, profesionales como Carlos Maillet, Anastassia Nenadovich Yarur, Martín Ma-cías y Esteban Araya Arenas, abordan los conceptos de gestión, planificación urbana, turismo sustentable y gentrificación. Final-mente, Gabriel Díaz Riadi, Ibori Mondino, Orlando Acuña, Catalina Peña, Elisa Booth, Matías Espinoza y Colectivo Rescata, pre-sentan proyectos académicos de pregrado, titulación y profesionales, los cuales buscan reactivar el barrio desde el anteproyecto de arquitectura.

San Eugenio. Barrio, patrimonio y proyec-to, se diferencia de Entre rieles y chimeneas, profundizando en una visión a futuro sobre

el barrio, la cual se nos presenta como una oportunidad para abordar, pensar y propo-ner formas alternativas de desarrollo y ges-tión territorial, explorando nuevos modelos de intervención. En definitiva, ante el actual contexto vinculado a la herencia cultural; sin política pública de patrimonio cultural, una ley de monumentos insuficiente y obsoleta, un contexto de participación asociado a la plani-ficación territorial débil y aparente y escasos fondos de financiamiento focalizados en la recuperación y mantención del patrimonio edificado, la gestión aparece como una es una instancia creativa oportuna.

En esta publicación se presentan nuevos descubrimientos e interpretaciones sobre algunos hitos patrimoniales del barrio San Eugenio, ampliándose al sector San Vicente, ubicado al norte de la Avenida Antofagasta, como un territorio de más antigua data que comparte un origen e identidad común con San Eugenio, vinculado al ferrocarril y a la llegada de importantes congregaciones reli-giosas como los Padres Redentoristas. Se pre-sentan así, trabajos vinculados a hitos socia-les y arquitectónicos como la Vega Poniente y el edificio de la Gota de leche.

Estatua original de Juan Yarur hoy en el Museo de la Moda en comuna de Vitacura y proyecto habitacional social UKAMAU en etapa de construcción. Fuente: Rosario Cobo y Esteban Araya.

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DIMENSIÓN Nº1.BARRIO SAN EUGENIO; HISTORIA, PATRIMONIO Y

MEMORIA

Postal de la Población Arauco. Fuente: Camila Mancilla.

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LA ESTACIÓN CENTRAL Y EL SURGIMIENTO DE UN BARRIO. (UNA APROXIMACIÓN)

Carlos Sottorff Neculhueque

Hacia mediados del siglo XIX, el mun-do occidental observaba como el rol empresa-rial y el capitalismo triunfaban, y como efecto de ello, las sociedades se encontraban bajo un continuo y acelerado avance material (1). La etapa que va desde 1848 a 1870, fue el perio-do en donde el “mundo se hizo capitalista”, y como resultado de ello, un reducido grupo de países lograron convertirse en economías in-dustrializadas (2). A partir de la acumulación de capitales y la búsqueda de innovaciones técnicas, surgió lo que Marx denominó como el “logro supremo del capitalismo: el ferroca-rril” (3), como la combinación de los dos pro-ductos característicos de su época: el hierro y el carbón. Los viajes disminuyeron el tiempo de traslado y aumentó la comunicación entre diferentes puntos del planeta. A medida que se ampliaba el mercado mundial, se desarrollaban los medios de producción, de transportes y de comunicaciones. En términos cuantitativos, “el tercer cuarto del siglo XIX fue la primera época real del ferrocarril” (4), en dónde la dinámica del capitalismo sería capaz de atraer a “todas las na-ciones, aún las más bárbaras a la civilización” (5).

Bajo este contexto, la iniciativa privada logró materializar el anhelo de dotar a Chile de su primera línea férrea en la zona minera del Nor-te Chico en 1851. Más tarde, el interés privado combinado con el interés público se unieron para constituir una sociedad que dio como re-sultado la construcción y puesta en marcha del trayecto que unía a Valparaíso con Quillota, y que hacia 1863 conectaría el principal puerto de la república con su capital, Santiago.

Paralelamente, desde 1855 se iniciaban las obras del ferrocarril del sur. Fueron las nece-sidades por ubicar a Chile en el concierto in-ternacional de comercio, el objetivo que obligó, tanto a privados como al sector público, a me-jorar los sistemas de transportes y comunica-ciones. Las exigencias por situar los productos en el circuito económico global (principalmen-te mineros y agrícolas), motivó la necesidad de fomentar el crecimiento de la economía nacio-nal, en donde el progreso y la industria surgían como pilares fundamentales para concretizar aquel anhelo.

En este afán, el ferrocarril se presentaba como la viga maestra del desarrollo nacional (6), dentro del proceso de modernización impul-sado por la elite gobernante, como respuesta a las dinámicas exógenas provocadas por la economía internacional. Aunque es necesario apuntar que dicho fenómeno modernizador no se presentó como totalizante, su influencia fue acotada a ciertas actividades económicas, en especial en la minería, y no logró arrastrar y al-terar los sistemas tradicionales de producción y de relaciones sociales existentes en el país.

En este plano, la elite buscaba el progreso como una tarea de dimensiones nacionales, y ese interés se reflejó en palabras del Presidente Manuel Montt, que una vez lograda su elección en 1851, señaló: “la cuestión política ha con-cluido, el país [re]quiere… ocuparse en cosas serias, en ferrocarriles, en reformas; en una palabra, en interese materiales, que son lo únicos que hacen la felicidad de las naciones”

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(7).Para lograr el progreso, la elite nacional tuvo que considerar que la modernización del país iba de la mano con una mayor integración del territorio, lo cual sería posible combinan-do un desarrollo económico, mejorar la ad-ministración pública y un nuevo sistema de comunicaciones. De otra manera, alcanzar la modernidad no sería posible, de acuerdo a los parámetros de las naciones exitosas en su pasó a la industrialización (8).

Chile hacia finales del gobierno de Manuel Montt (1861), contó con una infraestructura de transportes y comunicaciones superior al de treinta años atrás (9), y en algunas ciuda-des aquello se hizo evidente, considerando este espíritu de modernidad y progreso. Tal fue el caso de Santiago, que desde la segunda mitad de la década de 1850 tuvo su primera estación de ferrocarriles, hecho que significó la paula-tina modificación de las relaciones urbanas, económicas y sociales en el área poniente de la ciudad. Los tipos de actividades realizadas alrededor del terminal ferroviario fueron de almacenaje, distribución y venta de productos agropecuarios, más actividades vinculadas con el servicio de transportes de carga y pasajeros, alojamientos, diversiones y alimentación. Pa-ralelamente, la empresa ferroviaria comenzó a levantar edificios vinculados a su actividad directamente como talleres, bodegas, casas de máquinas y viviendas para sus trabajadores (10). De esta forma, adyacente a la estación se desarrolló un nuevo polo económico y social, que cohabitó con la ciudad tradicional y con un entorno semirural, pero que fue configu-rando matices y características propias dado el tipo de actividades que en esa zona se esta-blecieron en la segunda mitad del siglo XIX.

Surgimiento del Barrio Estación Central

A partir de 1857, el sector denominado “boca de la Alameda” se vio alterado en su parsimo-

nia debido a la apertura y puesta en funciona-miento de la Estación Central de los Ferroca-rriles. Esta área, semirural que comúnmente era conocida como Chuchunco, no presentaba elementos de urbanidad ni progreso. El ferro-carril y sus actividades modificaron profunda y paulatinamente el paisaje y los ritmos de vida y de las relaciones económicas en aquel sector adyacente a Santiago. Cabe señalar que, desde la década de 1840 el Fisco había propi-ciado la ampliación del radio urbano hacia el norponiente de Santiago, en específico con el cambio de orientación del uso del suelo en ese lugar. Desde ese momento, los terrenos no se-rían vendidos por hectáreas para uso agríco-la, “sino por metros o varas cuadradas, dando paso a sitios o propiedades urbanas” (11). Al costado poniente, se encontraba una barriada pobre conocida por el nombre de Chuchunco, que surgió junto con la estación a finales de la década de 1850, y que era una de “las más peligrosas de toda la capital” (12). A propósito de ello, al parecer la inseguridad fue un matiz de largo aliento, no sólo de aquel lugar, sino en el entorno de la estación, ya que hacia princi-pios del siglo XX “grupos de borrachos mero-deaban alrededor de las casas de mal vivir que infestaban las callejuelas…” (13), según lo ex-pone claramente Alberto Romero en su obra, la viuda del conventillo.

Además de la inseguridad, otra característica que acompañó al sector adyacente fue la pobre-za y carencias de bienes materiales de los habi-tantes, en especial en la parte occidental de la estación. Estos, se situaron en aquel lugar por la cercanía a sus fuentes de ingreso, ya que la ac-tividad comercial del lugar estaba demandan-do mano de obra para diversos servicios. Estos trabajos, en su mayoría fueron temporales o no permanentes, pero abundantes, ya que les ayu-daba a las personas “a sobrevivir aunque con trabajos inciertos y mal pagados” (14). La gran mayoría arribó a la capital en busca de mejores oportunidades laborales, ya que introdujo as-

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pectos técnicos en la agricultura, o bien, por la culminación de las faenas de instalación de las nuevas líneas ferroviarias. El atractivo de San-tiago, muchas veces fue una aspiración más que una realidad, dada las duras condiciones de vida para los desposeídos y sus familias. A pesar de esto, las personas igualmente seguían instalando en este lugar, lo que con el paso de los años configuró “el más celebre arrabal popular de Santiago: el barrio estación” (14).

¿Pero en qué consistió este nuevo barrio? Con-siderando las palabras del higienista Adolfo Murillo para finales del siglo XIX, que los nue-vos barrios surgieron debido al movimiento comercial y el tráfico de ferrocarriles, obligaba a las autoridades a considerar “dentro de San-tiago la población Valdés y la de Chuchunco que circunda la Estación Central de los Ferro-carriles del Estado” (15). De acuerdo con De Ramón, en cuanto a la conceptualización del término población, se refiere a aquellas aglo-meraciones de personas de los estratos bajos

de la sociedad, y que se caracterizaron por la precariedad, miseria y ausencia de equipa-miento urbano (o edilidad) (16). Con base a esta apreciación, la población se distingió del centro tradicional por su homogeneidad, tanto desde su arquitectura y configuración, como también en sus tiempos de construcción. Son estos conjuntos “habitacionales” los responsa-bles de la expansión del radio urbano de la ca-pital en la segunda mitad del siglo XIX, y que se desarrollaron por la activa participación de pri-vados, que vieron en el alquiler, ya sea de terre-nos o viviendas, una pingüe actividad comercial.

El primero de estos centros habitaciones fue la barriada de Chuchunco, una población “brava”. No obstante, fueron las poblaciones de Ugarte y Echaurren las primeras en denominarse po-blaciones. El nacimiento en ambos casos se de-bió a la existencia de numerosos centros fabri-les en la zona, tanto en la Estación Central como en avenida Matucana. Todos estos centros ma-nufactureros fueron surgieron posterior a la

Fotografía del complejo Ferrocarril del Sur.Santiago. 1865. Fuente: fotos históricas de Chile.

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puesta en funciones del ferrocarril. Incluso,en lo que hoy es la avenida Exposición, funcionó la feria de animales Tattersal; tampoco se debe olvidar, que desde 1857, la empresa del ferro-carril del sur inauguró una línea de tranvías de sangre que conectaron la estación con el centro de Santiago. Fueron tranvías, coches de alquiler, carretas y hasta piños de ganado, “todo lo cual se confundía en una muchedum-bre abigarrada que constantemente copaba el espacio público existente en ese lugar” (18).

La población de Ugarte, el loteo de los terre-nos se remontan a 1862, y según los datos parece ser la primera, ubicándose al orien-te de la estación. Ugarte fue producto de la búsqueda de la obtención de beneficios de parte de privados, a través del alquiler. Déca-das más tarde, se levantaron las poblaciones Echaurren Valero, Valdés y San Vicente, que se

diferenciaron en cuanto al origen con la Ugar-te, debido a que estas surgieron por medio de proyectos de empresarios o industriales, hom-bres ricos, que mediante obras pías, fundacio-nes o testamentos, promovieron conjuntos ha-bitacionales para la clase baja sanas y dignas, reflejándose en ello las nuevas preocupaciones provenientes de la “cuestión social” (19). Parti-cular atención tuvo la población de San Vicente (1894), producto de la Casa de Talleres de San Vicente de Paul, que fue rotulada como “un barrio obrero digno”, pertinente a una nueva clase trabajadora y que tenía por finalidad que el trabajador alcanzara la felicidad (20). Esta nueva idea de “barrio obrero“ no pasó des-apercibida para la prensa, que no escatimó en elogios por el nuevo proyecto, ya que éste “Estaba próxima, también, a grandes cen-tros industriales y fundiciones, todo lo cual significaba para muchos de los futuros habi-

Estación Central de los FerrocarrilesSantiago, 1894.

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tantes de esta población la ventaja de vivir cerca de sus fuentes de trabajo. Pero su ver-dadera importancia consiste en la perfección de las casitas [sic] y en las comodidades que en ellas hallarán las familias obreras…” (21).

La presencia de estas poblaciones, es una muestra de la influencia que tuvo el ferrocarril en aquella zona de Santiago, y que su presencia fue un factor de cambio y transformaciones, que se diferenció del área central por el tipo de actividades que allí se desarrollaron, cada vez más modernas. A pesar de esto, se mantuvie-ron las conductas tradicionales de la clase baja nacional, que acompañadas de la inseguridad y la miseria, configuraron un paisaje variopin-to que distinguió, y hasta hoy es parte, del ba-rrio Estación Central.

El Barrio Estación Central hacia finales de siglo

Desde el momento en que la estación entró en funcionamiento, la actividad económica del sector fue en aumento, debido al impulso no-torio que significó la presencia del ferrocarril, que sumado al aumento demográfico del sector y a la paulatina instalación de centros manu-factureros y fabriles, generó un cuadro de gran movimiento, que incluso hoy en día, distinguió al barrio en distintas etapas del año.

En la segunda mitad del siglo XIX, fuera de la ya mencionada actividad ferrocarrilera, las actividades comerciales que se presenta-ron en el lugar fueron de variada índole, y se vieron impulsadas por el surgimiento de nue-vos hábitos y niveles de consumo (22). Desde el comercio al detalle, tanto en tiendas como en la calle, feria ganadera, cantinas, estable-cimientos de venta de comida y tabernas. Las edificaciones industriales del sector fueron fundiciones, fabricas de alimentos, barracas, industrias químicas, e incluso bancos. Estos últimos fueron necesarios, ya que se reque-

rían servicios financieros por el gran movi-miento comercial e industrial del sector (23).

Era común que en la plaza de los ferrocarri-les (actual plaza Argentina) se encontraran un sinnúmero de actividades y personas, carac-terística común de esta especie de Babel, que continuamente recibía oleadas migratorias desde el campo, como personas que se dirigían hacia allá con el objetivo de comprar o adquirir algún bien o servicio. Incluso, en su zona más oriente, hacia finales del siglo XIX se encon-traba en su apogeo el teatro Politeama (24).

A medida que la ciudad aumentaba en tamaño y población, el entorno de la estación se volvió más complejo y hasta caótico, esto porque la cantidad de vendedores callejeros, que pulula-ban de una lado para otro ofreciendo sus pro-ductos, se mezclaba con el arribo de los trenes, el aparcadero de los tranvías y un sinnúmero de carretones que llegaban de los aledaños a vender sus productos. Y cuando aparecie-ron los vehículos motorizados, comenzaron a aparecer los “tacos”. Incluso, no era extraño encontrar a mujeres vendiendo leche recién ordeñada de la vaca, o como en la novela de Romero, vendiendo fritangas del más variado tipo a los peatones que transitaban por la ca-lles.

Incluso, para los últimos años del siglo XIX, en el entorno de la Estación Central se desarrolla-ron manifestaciones o concentraciones de tipo político, que según las autoridades “tendían a incitar al pueblo a la revuelta y a alzarse contra las autoridades y el orden social” (25). Para la policía, los revoltosos tenían relación con las ideas anarquistas y socialistas, que continua-mente aparecían en los partes y documentos policiales. Ejemplo de ello, es que en mayo de 1903, se reunieron “unos 1.200 manifestantes en la plaza de la Estación Central de Ferroca-rriles donde hablaron varios oradores, entre ellos una mujer” (26).

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A modo de conclusión

A través de los años, este barrio ha mantenido su identidad, a pesar de la voracidad de la mo-dernidad que busca arrinconar a la Estación y su entorno alrededor de torres y edificios, cada más impersonales y fríos, que dejan de lado a causa de las decisiones políticas, el matiz ar-quitectónico y barrial que durante décadas este lugar mantuvo. Pero a pesar de ello, es po-sible seguir encontrando en sus calles y adya-cencias un fuerte carácter comercial de las más variadas índoles. No es extraño encontrar a la vendedora de sopaipillas (y hoy arrollados y empanadas), compartiendo espacio con res-toranes de comida rápida; la aparición, cada vez más común, de vendedores ambulantes extranjeros, que haciendo una rápida analo-gía, serían algo así como los recién llegados a la capital en la segunda mitad del siglo XIX, que para ganarse la vida, vendías cachivaches en las calles y a la salida o entrada de la es-tación.

Notas

(1) Hobsbawm, Eric. La era del capital , 1848-1875. Crítica. Buenos Aires. 2006. p. 13.(2) Ob., cit., p. 41. (3) Ob., cit., p. 45.(4) Hobsbawm. Ob., cit., p. 65. (5) Ortega, Luis. Chile en ruta al capitalismo. Cambio, euforia y depresión, 1850-1880. DIBAM-LOM. Santia-go. 2005. p. 29.(6) Hurtado Ruiz-Tagle, Carlos. Concentración de po-blación y desarrollo económico. El caso chileno. Uni-versidad de Chile. Instituto de Economía. Santiago. 1966. pp. 55-56.(7) Collier, Simon. Chile: la construcción de una re-pública, 1830-1865. Políticas e ideas. PUC. Segunda edición. Santiago. 2008. p. 37. El resaltado es nuestro. (8) Hobsbawm, Eric. Bandidos. Crítica. Barcelona. 2003. p. 35.(8) Ortega. Ob., cit., pp. 64-65. (9) Ortega. Ob., cit., p. 137.(11) De Ramón, Armando. Santiago de Chile (1541-1991). Historia de una sociedad urbana. Editorial Sud-americana. Santiago. 2000. pp. 139-141.(12) Ob., cit., pp. 143-144. La chacra de Chuchunco, de acuerdo con De Ramón, perteneció desde 1861 a los

herederos de Francisco de Borja Valdés Huidobro y a su esposa, Dolores Aldunate. (13) Romero, Alberto. La viuda del conventillo. Em-presa Editora Nacional Quimantú. Santiago. 1971. p. 21. (14) De Ramón. Ob., cit., p. 144.(15) Romero, Luis Alberto. ¿Qué hacer con los pobres? Elites y sectores populares en Santiago de Chile, 1840-1895. Ariadna Ediciones. Santiago. 2007. p. 38.(16) Romero, Luis Alberto. Ob., cit., p. 47. (17) De Ramón, Armando. Estudio de una periferia urbana. Santiago de Chile, 1850-1900. Revista Histo-ria nº 20. PUC. Santiago. 1985. pp. 199-294.(18) De Ramón. Santiago…, ob., cit., p. 183.(19) De Ramón. Estudio…, ob., cit.; Romero, Luis Al-berto. ob., cit., p.163. (20) De Ramón. Estudio…, ob., cit. (21) El Chileno. 18 de mayo de 1895. Citado en De Ra-món. Estudio…, ob., cit. (22) De Ramón. Santiago…, ob., cit., pp. 138-139.(23) Ob., cit., pp.163-164.(24) Ob., cit., p. 155.(25) De Ramón. Estudio…, ob., cit.(26) De Ramón. Santiago…, ob., cit., p. 194.

Si bien hoy, la influencia del ferrocarril en cuan-to a la configuración del entorno y sus activida-des no poseen la preponderancia de antes, para las personas que visitan aquel lugar, la estación sigue siendo un punto de referencia y encuentro. Hoy con el arribo de migrantes, tanto extranje-ros como nacionales, el barrio sigue (como ayer) poseyendo una identidad variopinta, además de lo caótico y desordenado del sector, que lo ha-cen único en cuanto a su característica de lugar de encuentro y reunión para miles de personas que cada día acuden a sus calles en busca de una solución a sus necesidades.

La Estación Central, y su entorno representa-ron ese encuentro entre lo tradicional y lo mo-derno, aquello que persiste a pesar de los años, y eso otro que cada día altera los estilos de vida de una sociedad en constante transformación. Aquí radica lo esencial, en cuanto a un lugar que aglutina y absorbe lo nuevo, para fundirse con lo antiguo y configurar un espacio único dentro de la capital nacional, el barrio Estación.

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Bibliografía

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De Ramón, Armando. Estudio de una periferia urbana. Santiago de Chile, 1850-1900. Revista Historia nº 20. PUC. Santiago. 1985.

De Ramón, Armando. Santiago de Chile (1541-1991). Histo-ria de una sociedad urbana. Editorial Sudamericana. San-tiago. 2000.

Hobsbawm, Eric. La era del capital , 1848-1875. Crítica. Buenos Aires. 2006.

Hobsbawm, Eric. Bandidos. Crítica. Barcelona. 2003.

Hurtado Ruiz-Tagle, Carlos. Concentración de población y desarrollo económico. El caso chileno. Universidad de Chile. Instituto de Economía. Santiago. 1966.

Ortega, Luis. Chile en ruta al capitalismo. Cambio, euforia y depresión, 1850-1880. DIBAM-LOM. Santiago. 2005.

Romero, Alberto. La viuda del conventillo. Empresa Editora Nacional Quimantú. Santiago. 1971.

Romero, Luis Alberto. ¿Qué hacer con los pobres? Elites y sectores populares en Santiago de Chile, 1840-1895. Ariadna Ediciones. Santiago. 2007.

Fotografía Estación Central de los Ferrocarriles. Santiago, 1894 (aproximadamente)Fuente: Fotos históricas de Chile.

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CENTRAL DE LECHE “CHILE” (1935-1960): “DECIR LECHE ES DECIR RAZA Y ES DECIR SALUD”

Xaviera Salgado Ferrufino

Hace más de medio siglo, era común ver vagones cisternas transitando por el Barrio San Eugenio hasta la Central de Leche. Allí, en la línea férrea que cruzaba la planta, los ope-rarios descargaban los cientos de litros proce-dentes de las cercanías de Santiago. Esta leche, tras ser sometida a un proceso de pasteuriza-ción, era envasada, sellada y llevada al andén de entrega para ser puesta cuidadosamente en camiones o carretones: queso, yogurt, mante-quilla, y por supuesto, botellas de vidrio col-madas de leche pasteurizada salían a diario para ser repartidas a escuelas y hogares de la capital.

A pesar de la significativa labor que desempeñó la planta durante veinticinco años, su historia es escasamente conocida, y salvo por investi-gaciones que desde la disciplina de la arquitec-tura y el urbanismo han subrayado el valor pa-trimonial de la Central (Ibarra, Bonomo, 2012) (Bonomo, Shakti, 2015) (Illanes, 2015), y otros que han dado cuenta del rol de la institución en las políticas de modernización y bienestar social (Carmona, 2008) (Illanes, 2010) (Agui-lera, Zuñiga, 2006), poco sabríamos hoy de este “experimento de industrialización estatal fallido” (Carmona, 2008).

La “Central de Leche Santiago” -más adelante “Central de Leche Chile S.A.”- fue una planta creada en 1935 con la finalidad de pasteurizar y distribuir leche en la capital. Fue la Caja del Seguro Obrero, socio principal, el que aportó cien mil acciones para su materialización, en conjunto con otros diez accionistas. En una

época marcada por el impulso a la industria y la cuestión social, la Central de Leche surge como una respuesta hacedera a ambas proble-máticas.

Este trabajo procura recoger dicha memoria, basándonos en la visión institucional de la empresa. Si bien el marco temporal contempla la primera década de vida de la planta, espera-mos que este ejercicio analítico sirva como una aproximación al tema, y permita dar cabida a nuevos enfoques e interrogantes sobre estudios de industrialización y trabajadores en Chile.

Esta investigación plantea por una parte, que la creación y desarrollo de la Central de Le-che asumió un rol central en las políticas de bienestar social asociadas al campo de la sa-lud y alimentación pensadas por el Estado para el conjunto de la población chilena. Por otra parte, este discurso benefactor se replicó a un nivel interno, puesto que la gerencia de la planta, incursionó en prácticas de gestión del trabajo de tipo control extensivo (1) que se estaban desarrollando en otras industrias del sector privado. Así, la “familia lechera” gozó de variados beneficios como la construcción de una población obrera, la entrega de productos lácteos, y la creación de espacios de educación, ocio, recreación y sociabilidad.

El problema de la Leche

Los albores del siglo XX trajeron consigo va-riadas y profundas transformaciones para la ciudad de Santiago de Chile (2). El significa-

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tivo crecimiento demográfico de la población chilena (3) promovió la relevanciade la urbe al mismo tiempo que esta tuvo que adaptarse para recibir a la masa de trabajadores -en su mayoría rurales- que arribaban a la capital. Eran los años donde las calles vieron circular a un nuevo sujeto: el trabajador fabril.

Como consecuencia inmediata, los sectores empresariales debieron afrontar problemas relacionados con la disponibilidad de recursos económicos y tecnología para poner en marcha su proyecto industrializador, pero también en lo relativo a la fijación y control de la fuerza de trabajo. La industria representó un espacio desconocido para el sujeto urbano, quien debió adaptarse a este nuevo sistema laboral y pro-ductivo. El trabajo manual y artesanal fue des-plazado por la producción en serie, y conceptos como tiempo y espacio debieron resignificarse con la inserción del cronómetro y la maquina-ria, desencadenando cambios tanto dentro, como fuera de las fábricas (4).

Pese a las expectativas, la era del capitalismo destruyó a fin de edificar (Sennet, 1982:55). El alza sostenida de los precios de alimentos y artículos de primera necesidad, elevadas tasas de mortalidad infantil (5), múltiples enferme-dades, pobreza extrema, precarias condicio-nes habitacionales, entre otras, hicieron que en el Chile de la cuestión social “nacer para vi-vir [fuese] claramente un privilegio (6)” que ni los mancomunados esfuerzos de las mutuales y las Sociedades de Socorros Mutuos, ni los del propio Estado, podían asegurar.

Las secuelas de la primera guerra mundial agravadas por el fin de la bonanza monoex-portadora, provocaron que un nuevo modelo productivo orientado “hacia dentro” surgiera como alternativa. El discurso de transformar a Chile en un “país industrial moderno y eficien-te” fue cobrando fuerza; por una parte daría el impulso necesario a la economía nacional, y

por otro permitiría mejorar las condiciones de vida del pueblo chileno (Ortega, 1992).

En consiguiente, el Estado se planteó cómo asumir el manejo de los problemas asociados a la salud e higiene pública, comenzando por la desnutrición infantil. Basado en el modelo de la familia nuclear y el binomio madre-hijo (Pemjean, 2011:108), la leche adquirió un rol preponderante en la alimentación chilena, y su consumo representó un verdadero problema para el Estado (Aguilera, Zúñiga, 2006). En-frentar este desafío no sólo implicaba contro-lar y dirigir la producción misma de la leche -y por ende una importante inversión económi-ca-, sino que también, un giro en las políticas del Estado hacia una labor netamente social (Carmona, 2008:100).

En este proceso de “medicalización de la socie-dad” (Bassa, Fuster, 2013) (Durán, 2012:15) el Estado halló en la élite médica higienista un excelente aliado. Ambos grupos, apostaron por proponer un modelo de sociedad en la cual el “trabajador moderno” se alzara como un ser civilizado, moralmente correcto, conocedor de la higiene y de lo saludable para él y su fami-lia. Se instaló la creencia de que el consumo de leche, como “producto de primera necesidad, sin el cual no es dable a nadie vivir” (8), ase-guraba a la madre e hijo un futuro alejado de la desnutrición, al mismo tiempo que propicia-ba el desarrollo de una mano de obra “fuerte y saludable”, apartada de los flagelos del alcohol que “denigra y envenena (en tanto que) la leche fortalece y dignifica” (9).

En 1935 la controvertida Ley de Pasteuriza-ción Obligatoria dio un fuerte impulso a la in-dustria lechera en el país y puso en el centro del debate urgencia de contar con una planta moderna que cumpliera con los estándares de pasteurización y abasteciera la demanda de consumo de la población.

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Fachada edificio Central de Leche, 1963. Fuente: Sección Fotografía Patrimonial, Museo Histórico Nacional.

Ese mismo año, comenzó su actividad la “Cen-tral de Leche Santiago S.A” ubicada en la zona sur poniente de Santiago, entre las calles Salas Errázuriz, Francisco Huneuus, San Alfonso y Conferencia. La edificación de la planta y su respectiva población, vinieron a consolidar la impronta de sector industrial obrero del barrio San Eugenio, sumándose a aquellas industrias ya existentes como la Maestranza San Eugenio, ex textil Yarur (1935) y la ex Fábrica de Sacos Almadena (1930).

Del bienestar de la nación, al bienestar de los trabajadores

El discurso de bienestar social que había mo-tivado la creación de la Central se replicó den-tro de la misma. Considerando la complejidad del trabajo lechero, es que la Gerencia General

veló por el bienestar de su personal a través de prácticas de gestión del trabajo de tipo control extensivo.

Una de las primeras medidas implementadas, fue la construcción en 1937 de una población ubicada frente a la planta a cargo de la Caja del Seguro Obrero. La obra de los arquitectos Secchi y Berlindis, fue pensada en el contex-to de una modernización social, urbana y re-sidencial (Ibarra, Bonomo, 2012:56), y se en-marcó en la tendencia por construir viviendas adyacentes a las industrias con la finalidad de atraer, retener, y fijar mano de obra (Sierra, 1990) (Venegas y Morales, 2014).

Esta población representó vanguardia para la época, pues en comparación a la vivienda po-pular, fue construida con elevados estándares habitacionales (10). Se edificaron un total de 108 viviendas entre departamentos y casas individuales fundamentadas en un diseño que permitiese la sociabilidad. Con este fin, se construyeron espacios comunes como plazas y comercios, que forjaron fuertes relaciones ve-cinales y territoriales (San Martín, 1992:34). Conjuntamente a esta iniciativa, la empresa estableció un Servicio Social encargado de realizar visitas a los hogares con el fin de de-tectar problemas y darles pronta solución. Se instaló también un Servicio Médico especial, y se dictaron cursos para los obreros analfa-betos. Se promovió la participación en activi-dades recreativas y deportivas; clubes de fút-bol rayuela, basquetbol, ciclismo y olimpiadas deportivas eran celebradas con la finalidad de promover el entretenimiento y el compañeris-mo. Las calles de San Eugenio se llenaron de música con la creación de una estudiantina de obreros, y una escuela de enseñanza musical para el personal y sus hijos bajo la dirección de un profesor del Conservatorio Nacional.

Para las mujeres -y muy acorde al discurso de la época- las actividades estuvieron orienta-

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das a la instrucción y cuidado de la vivienda. La empresa desarrolló cursos de economía doméstica para dueñas de casa y asesoras de hogar, dirigidas al mantenimiento del hogar, y el correcto consumo de leche, las que fueron catalogadas por la Gerencia como un “extraor-dinario éxito”.Los más pequeños también gozaron de estas iniciativas; la Central hizo entrega de raciones diarias de medio litro de leche a los hijos de los empleados y obreros menores de 15 años, y ge-neró espacios de recreación una liga deportiva infantil, excursiones al aire libre y paseos de veranos en la Colonia Marítima de Cartagena.

A través de estos beneficios, se buscó “retribuir” con momentos de ocio y esparcimiento a un “personal que no ha escatimado sacrificios para desarrollar su labor (…) que no conoce días feria-dos y que aún en altas horas de la noche mantie-ne su vigilancia y control sobre las Plantas” (11).

Alumnos de la Escuela Nocturna de obreros Fermín Vivaceta en su visita a la Central de Leche. Fuente: La voz del obrero, N° 4, septiembre 1935.

Con la finalidad de fomentar y educar sobre el consumo de leche, la empresa realizó una in-tensa labor a cargo de la sección de propagan-da: se desplegó publicidad en las calles, en los teatros de la capital se exhibió el film “La leche, fuente de vida”, se realizaron contribuciones a obras sociales, y sorteos de canjes de tapas de botellas por premios para el hogar. El año 1944, la gerencia encomendó al director de cine chileno Guillermo Yanquez la realización de un docu-mental que mostrara el proceso de pasteuriza-ción de la leche, así como las instalaciones y ade-lantos técnicos de la Central (ECRAN,1944:12). Para los niños, se desarrollaron programas de educación en escuelas, visitas guiadas a la planta, concursos y entrega de folletos.

Si bien en un comienzo la cruzada publicitaria se enfocó en transmitir un mensaje educativo con respecto a la pasteurización, posterior-mente se fue orientando a la promoción ma-siva de su consumo destacando sus múltiples

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beneficios. Mensajes como “Salud de los niños, felicidad de las madres”, “Alimento protector de la salud”, “La gordura en la leche demuestra Pureza y Calidad” o “Niños de hoy, hombres (sanos) del mañana” colmaron las páginas de las revistas y diarios de la época.

Finalmente, -y como parte de la estrategia hi-gienista- se ponen en funcionamiento los “Ba-res Lácteos”. Estos establecimientos abasteci-dos por la “Central de Leche”, se ubicaron en

Propaganda Central de Leche. Fuente: La voz del obrero, N°3, agosto de 1935.

lugares estratégicos de la capital con la finali-dad de promover el consumo de lácteos a bajo costo. La idea original del entonces Ministro de Salud Salvador Allende, apostó por reemplazar la conocida “cañita de vino tinto” por leche cho-colatada, queso, flanes, sémola, arroz con leche, helados y granizados (Illanes, 2010:333). Este proyecto gozó de gran popularidad, tanto así, que a comienzos de 1941 se discutió aumentar la cantidad de bares en Santiago y replicarlos en ciudades como Rancagua, Temuco y Valdivia.

Bar lácteo del Hogar Modelo Pedro Aguirre Cerda, 1941. Fuente: Defensa de la raza 1939-1941, Santiago, 1942.

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Conclusiones

El año 1960 la planta cierra definitivamente sus puertas producto de una evidente crisis econó-mica y el agotamiento de las relaciones entre la Central y los productores lecheros (Carmona, 2008:168). De esta manera, se da fin a la ten-tativa estatal por impulsar la modernización de la industria lechera nacional. Dicha situación, también afectó a otros espacios fabriles duran-te la segunda mitad del siglo XX, provocando la desindustrialización de múltiples barrios de Santiago (Illanes, 2015) -incluyendo San Euge-nio- y con ello la ruptura un sólido tejido social, que hoy busca recomponerse.

La “gran industria del Estado” (Illanes O., 2010:333), pensada para mejorar la nutrición y salud de la población, hoy irrumpe como un espacio de múltiples debates. El análisis de esta experiencia no sólo es útil para el estu-dio de las políticas económicas y de bienestar social a mediados del siglo XX, sino que tam-bién devela un caso particular en el ámbito de gestión del trabajo en una empresa estatal.

La gerencia de la Central de Leche desplegó estrategias de control extensivo que otras in-dustrias del sector privado del país desarrolla-ron con antelación: construcción de viviendas, servicios médicos, clubes de deportes, música, centros educacionales y espacios de ocio. Abrir los ojos a estos espacios de sociabilidad ubica-dos fuera de los márgenes de la industria, nos permite introducirnos en la vida privada de los obreros y sus familias, sus modos de habitar y de relacionarse con el territorio.

Finalmente, y tras el cierre definitivo de la planta, las botellas de vidrio que llevaban la inscripción “Central de Leche Chile S.A.” no retornaron a las mesas de los hogares chilenos, y hoy, los pabellones donde antiguamente hu-meaba la gran chimenea de “La Lechera” fue-ron reutilizados como centro educacional. Pese a este final, hoy los espacios industriales del barrio permanecen forjando el recuerdo imbo-rrable de los días de gloria de San Eugenio.

Notas

(1) El término “control extensivo hace referencia a lo que Jean Paul De Gaudemar denominó como “segundo ciclo de disciplinamiento” y cuya finalidad es intervenir, diseñar y manejar los espacios y tiempos del obrero y su familia fuera del espacio de trabajo.

(2) Sobre los cambios experimentados por la ciudad de Santiago véase: Cariola y Sunkel (1991), De Ramón y Groos (1985) y De Ramón (1985).

(3) La población de la ciudad de Santiago aumentó un 205% entre los años 1885 y 1930. Fuente: INE, “X Censo de po-blación”, 1930.

(4) Sobre transformaciones del mundo del trabajo consultar Coriat (2001), Hobsbawm (1987), Frederick Taylor (2010), y Thompson (1989).

(5) Desde 1915 hasta 1940 la mortalidad infantil se mantuvo por sobre las 200 defunciones por mil nacidos vivos. Fuente:

Instituto Nacional de Estadísticas Chile (INE).

(6) Illanes O., María Angélica (2010).

(7) Sesión Parlamentaria Ordinaria N° 83, 15 de septiembre de 1937, p.3541.

(8) Consigna, Santiago, 26 de octubre de 1940, p.6.

(9) La superficie promedio de los departamentos fue de 100m2, mientras que las casas de “gran calidad espacial” fueron diseñadas con una plaza interior que articulaba el espacio. Ambas construcciones utilizaron como material de fachada albañilería estucada y cubierta de zinc, “representando una excelente solución habitacional para sus ocupantes”. Fuente: Municipalidad de Santiago, Fichas de Conjuntos de Conservación Histórica, Asesoría Urbana, 2009.

(10) Central de Leche Chile S.A, “Memoria 1939-1941”, p.10.

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Fotografía Apoderados en la galería de los egresados. Fuente: Francisco Rodríguez

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LA QUE OTRORA FUERA LA CENTRAL DE LECHE SANTIAGO

Francisco Rodríguez Ledezma

Una historia añeja

La que otrora fuera la Central de Leche San-tiago, hoy liceo Industrial de la Construcción Víctor Bezanilla Salinas, dialoga, conversa y se sumerge en su historia que no termina y se proyecta en los actuales estudiantes y tra-bajadores del centro educativo, propiedad del Estado de Chile, administrado por la Cámara Chilena de la Construcción a través de su Cor-poración Educacional.

Las dependencias del liceo han seguido, en continuidad con su origen, un destino indus-trial que hoy forma a más de 500 jóvenes del área de la construcción. En su interior aún los rieles que hacían el camino a los carros que ingresaban y salían, son un recuerdo perma-nente de lo que somos: herederos del auge industrial del país, abastecedores de la rica leche pasteurizada, de la mantequilla y el yo-gur; hoy de estudiantes formados en la fragua de valores férreos como los rieles: honestos y trabajadores.

Desde 1960, fecha en que por 7.600 escudos el Fisco de Chile compra la ex central de Leche a sus dueños para destinarlas al Liceo Indus-trial N°1 de Santiago, hasta hoy, se sostiene con orgullo que el edificio sigue en su misma función, adaptada a las necesidades de un Chile que busca formar técnicos y que pone a su servicio más de 13.000 metros cuadrados para el estudio, la investigación y la práctica industrial.

Emerge un liceo

La solidez del liceo, cuyo origen es casi para-lelo al estreno de la Central de Leche en el año 1938 (La Central se fundó en 1935), tiene sus orígenes en la comuna Recoleta, calle Dávila Baeza, como la Primera Escuela de Artesanos del país. Su traslado a este edificio también lla-mado “El Coloso” de San Eugenio, significó dar uso de continuidad industrial, aprovechando cada metro para ubicar maquinarias, pañoles y patios de estudio y trabajo. La Central de Leche deja el espacio perfecto para un liceo de características técnicas, sus espacios así lo reclamaban.

Nueve han sido los directores, desde Dávila Baeza a San Alfonso. En ya casi 80 años de existencia, parece que el destino se esforzó para que la historia de ambas instituciones se juntaran, se fusionaran y pudieran un día con-tarse como una sola. Los gritos de guerra de sus estudiantes siempre llevan explícitos el ha-ber sido o actualmente ser reconocidos como “La Lechera”, a los nuevos integrantes se les in-duce en el respeto a la historia y su trayecto: de la leche al conocimiento. No puede haber unión más poética, más rica en contenido. Los direc-tores de nuestro liceo, reconocidos por su lide-razgo forjaron, al igual que sus edificios, unas comunidades sólidas, con egresados que ya son más de 15.000 y que aún siguen enviando a sus nietos al liceo que a ellos los formó. En esta di-námica humana de integración, de autonutri-ción, es que el liceo cuenta entre sus docentes a un número significativo de ex estudiantes: los

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mismos que un día entraban a nuestros subte-rráneos para escaparse de clases, hoy custodian celosos los más de 3.600 metros cuadrados de oscuridad y humedad, donde el mito y la histo-ria se pueden respirar apenas se baja hacia ellos.

El misterioso subterráneo del liceo

Así es, nuestro inmenso, lúgubre y misterioso subterráneo carga con la leyenda de que tiene pasillos que llegan hasta el “Camino Cintura”, que es la actual avenida Blanco Encalada. La imaginación es acá muy generosa pues no solo no se encuentran esos espacios sino que no hay mucho sentido en lo que se erige en la le-yenda. No obstante, al igual que el adagio que reza que “no creo en las brujas, pero de que las hay, las hay”, ruidos, cambios de mobiliario, gritos y otras cosas dicen los guardias que se escuchan en las noches de frío y soledad. Qui-zás qué secretos guardan estos subterráneos gigantes ¡que ya se los querría cualquier su-permercado de Santiago! Para nuestros estu-diantes y comunidades que visitan el liceo este espacio queda siempre en el misterio, algunos ni se atreven a bajar. Incluidos trabajadores que llevan más de 30 años en el liceo… ahí el mito va tomando forma y haciéndose realidad.

Las emblemáticas chimeneas

Tres chimeneas de más de 100 mt de altura, las que pueden ser vistas a dos km a la redonda, de macizo metal rellenas de concreto, son el ícono de todo el barrio, y son también nuestra imagen. Emplazadas en la zona antigua de la pasteurización, hoy son mudos testigos de las glorias de la Central de Leche, pero han se-guido siendo observadoras del crecimiento del sector: pero no del crecimiento en sentido puramente económico, sino del crecimiento o envejecimiento de las personas. Soportando cada terremoto, no se mueven ni dañan un ápice. Fundidos sus materiales para soportar mil años, se niegan a desaparecer y la anécdota

Fotografía estudiantes finalizando un taller de lider-azgo. Fuente: Francisco Rodríguez.

Fotografía Puesta en escena de la obra “Cantata a la Maestranza”. Fuente: Francisco Rodríguez.

Fotografía Cantata a la Maestranza, 2015Fuente: Francisco Rodríguez

Fotografía Patio central del establecimiento educa-cional. Fuente: Francisco Rodríguez

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Cada año peregrinan por el liceo las univer-sidades, a través de sus facultades de arqui-tectura, vienen sus alumnos con profesores a conocer al “Coloso”. También forman par-te de esta procesión empresas dedicadas al área de las Artes y el Cine. Recientemente el liceo fue escogido como un lugar “iniguala-ble” para recrear el Molino donde trabajaba Pablo Neruda, siendo de ese modo locación de la película que lleva por nombre el apelli-do del Bate. El patio central en un par de días se transformó del como solo el Séptimo Arte sabe hacerlo, se llenó de cámaras, luces, ac-tores nacionales e internacionales y más de 100 extras se sirvieron de este espacio para montar una parte de la película que terminó de rodarse en Europa.

La historia continúa

Sabemos que para nuestros estudiantes, profesores y trabajadores en general es todo un privilegio trabajar en este espacio con esta mística: sus talleres tienen espacios muy por sobre el promedio de otros liceos, gracias a la herencia de la Central de Leche. Entrar al liceo es vivir la experiencia de la industria, del tesón, del esfuerzo. El com-promiso y cariño de los viejos tercios son un modelo para las nuevas generaciones. Acá disciplina, trabajo y orden siguen siendo he-rramientas válidas para abrirse camino en la vida y crecer. El destino nos entregó este espacio privilegiado, nos legó su historia, la que hemos seguido hilvanando como liceo en este espacio por más de 50 años. Lleva-mos el doble de tiempo de lo que funcionó la Central, sin embargo el peso de la historia, ref lejada y heredada en su edificación, mar-có para siempre a todos los que pasamos por sus talleres y pasillos. Somos el liceo Indus-trial, pero siempre seremos la ex Central de Leche Santiago.

también la rodea: en los años noventa subió un par de trabajadores con el ánimo de demolerla: con un combo y un esmeril angular, trabaja-ron más de 10 horas y sólo lograron devastar no más de 20 cm… se aburrieron, bajaron y dejaron como testimonio del fracasado intento de demolición una escalera que “está inventa-riada y es propiedad del Fisco de Chile”.

El homenaje a la memoria y ferrocarriles La Maestranza San Eugenio, que son nuestros ve-cinos, fueron alguna vez centro de práctica de nuestros estudiantes. Estas historias también se encuentran. El año 2015, el liceo realizó su Primer Encuentro Cultural de Primavera, y para ello, dedicó una Cantata a los ferroviarios del país. Una tarde de sábado, fueron invita-dos las mesas barriales, juntas de vecinos y un puerta a puerta que permitió que, los interesa-dos, pudieran disfrutar de una tarde llena de melancolía y recuerdos, pues al son de los ins-trumentos y con una escenografía preparada por profesores y estudiantes, se repasaran las glorias de ferrocarriles.

Fueron más de dos meses de intensos prepa-rativos: idas y venidas a la maestranza de San Eugenio, cargar trozos de rieles, durmientes, placas de acero, cuadros añejos de trabajado-res: todo servía para ambientar la tarde en que viajaríamos al pasado. Los profesores querían ir a la maestranza y había una razón oculta: el tornamesa de las locomotoras. Los traba-jadores muy gentilmente accedían a que los profesores subieran y como niños, pudieran girar la tornamesa. Todo un espectáculo. Esta actividad cultural, hizo más consciente al liceo de su responsabilidad como depositario de la memoria, pues las faenas de Central de Leche no podían entenderse sin la cooperación de los carros de trocha angosta de ferrocarriles, y hoy no nos podemos comprender si no asu-mimos nuestra propia historia, una historia de leche, trenes y estudiantes.

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CENTRO SOCIAL SINDICAL MOLINERA SAN CRISTÓBAL. MODELO DE LA RESISTENCIA SENCILLA

Orlando Acuña

Para contextualizar al Centro So-cial Sindical Molinera San Cristóbal, debe-mos referirnos a la historia de la Industria Molinera San Cristóbal, empresa que fue fundada en el año 1916 y que debe su nom-bre actual a la ubicación inicial de sus ins-talaciones en las cercanías del Cerro San Cristóbal.

Por motivo del desplazamiento de los polos industriales y la nueva organización de la ciudad de Santiago, las industrias pesadas fueron reubicados en los nuevos límites de la periferia Santiaguina. Así, en el año 1940, el Molino San Cristóbal se ubicó definitiva-mente en Avenida Exposición N° 1657, a po-cos metros de la consolidada Maestranza de Ferrocarriles San Eugenio.

La historia del Centro Social Sindical se debe en gran parte, a una vinculación profunda entre trabajadores y empresa. En el contexto del sector industrial de San Eugenio, la vida laboral era también una vida política en la es-fera del barrio. En el año 1952, a pocos metros de la fábrica, en calle Melipilla Nº 1536, se construyó la sede social y sindical de los tra-bajadores, conformándose como un referente arquitectónico destacado entre los múltiples edificios de arquitectura moderna presentes hoy en el sector.

En términos del partido general y arquitec-tura, resaltan la forma de organización y aprovechamiento del espacio en el estrecho terreno en que se ubica -12 metros en el frente por 38 metros de fondo-. Destacan también-

Modelo 3D del edificio. Fuente: Orlando Acuña.

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El arquitecto Edgar Pinkas en sus años de infancia (costado derecho). Fuente: Familia Pinkas.

sus líneas simples y volúmenes puros: el edi-ficio se organiza en torno a un cuerpo frontal de oficinas, un segundo volumen abovedado tipo tambor ubicado al fondo del terreno y un tercer volúmen longitudinal conector elevado sobre pilares, el cual define un gran pasillo con dos jardines laterales. Hoy, en el edificio, aún se desarrollan acaloradas reuniones vin-culadas a la vida sindical.

El edificio fue proyectado por el arquitec-to chileno Edgar Pinkas Cortés, del cual, si bien se conoce muy poco. A través de información complementada por algunos registros conservados por su familia apor-tan interesantes datos de la vida personal y familiar. Es innegable su influencia social e innovación, la cual se plasma en los nume-

rosos reconocimientos que recibió en vida, entre los que destaca, haber sido Maestro de Honor por la Cámara Chilena de la Construc-ción.

En la edición del año 1953 del Diccionario Biográfico de Chile; se mencionan sus estu-dios en el Liceo de Antofagasta, Liceo de Apli-cación de Santiago y sus estudios de Arquitec-tura inicialmente en la Universidad Católica entre los años 1937 y 1939 y luego en la Uni-versidad de Chile, entre los años 1939 y 1942, dedicándose al ejercicio libre de la profesión a contar de 1946.

A través de los documentos, Pinkas resalta también como impulsor y urbanizador de la Población de los Empleados de FAMAE.

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Otro dato relevante, es su interés por la Ae-ronáutica, realizando estudios ingenieriles durante los albores de la década de 1950, -periodo previo al desarrollo del proyecto del Edificio Sindical San Cristóbal-. En base a estos antecedentes, es posible establecer una lectura y analogía interesante vinculada a la modernidad y post guerra; la solución estructural de la cubierta de la sala de reu-niones principal del edificio sindical, se ase-meja a la estructura de costillas y fuselajes de pieles metálicas remachadas de los aviones de la época, como el modelo Douglas DC3 de origen Norteamericano. Esta interesante estructura también se asemeja mucho a los hangares de mantenimiento aeronáutico, las cuales resuelven grandes luces mediante una particular trama estructural. La sencillez adquiere protagonismo al no ser construi-dos en metal sino en carpintería de madera y también, al delicado trabajo artesanal en el detalle de cortes angulares de unión para el encastre de piezas que componen la bóveda de cañon. Otro detalle de estas innovadoras soluciones son las lucarnas, dispuestas como aberturas entre las costillas de este “fuselaje” que las recubre, resultando formas y celdas romboidales, las cuales asemejan escotillas en una aeronave.

Aviones Douglas DC3 Dakota 1946, usados en la Segunda Guerra Mundial y posteriormente en la aviación civil, hangares aeronáuticos utilizados por Linea Aérea Nacional y corte del edificio. Fuente: Getspeedbird.com y Orlando Acuña.

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Imagenes interiores del edificio. Fuente: Orlando Acuña.

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Una segunda característica relevante que aparece tras el análisis arquitectónico de este edificio, son sus atributos Modernos; en el proyecto del Centro Social Sindical de La Molinera San Cristóbal, destaca la solución formal de volumetrías simples para la distri-bución del programa arquitectónico reque-rido. También, sus soluciones constructivas con materiales modernos, como el hormigón armado para materializar el total de 512 m2 construidos.

En el segundo nivel se encuentran las salas de biblioteca y ajedrez, así como una sala de billar y tenis de mesa las cuales son, fieles testigos del carácter recreativo en torno a la discusión social colectiva. Todo culmina con un altillo sobre el volumen de reuniones. El altillo media entre las jerarquías designadas y conecta desde la altura, la discusión con el análisis de las serias discusiones que se ce-lebran en el pleno, se define como un altillo eclesial, que otorga un aire sacro y grave a estos cargos de gran responsabilidad social para sus pares.

Imágenes interiores del edificio. Fuente: Orlando Acuña y Archivo I. M. de Santiago.

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BROTES DE LA INDUSTRIA. CINTURÓN DE HIERRO SANTIAGO; PUESTA EN VALOR DE LOS ELEMENTOS VERTICALES DEL SUR PONIENTE DE SANTIAGO

Camila Mancilla

aparecen deconstruyendo la forma del tronco, sin competir, consolidando otro lenguaje llamativo, pero complementado de la forma.

Justificación del tema

Reconociendo la problemática que presenta el sitio en cuanto a la poca capacidad de man-tener su memoria frente a grandes transfor-maciones en sus territorios, nace la idea de estudiar las chimeneas industriales de la zona periurbana del centro de Santiago en torno al ferrocarril. Espacio conocido como el cinturón de hierro. Se trata de un elemento destacable, de gran impronta en el paisaje, capaz de refor-zar la historia industrial del barrio frente a las nuevas transformaciones que se están llevan-do a cabo. En este ámbito, se origina un cues-tionamiento, sobre qué papel pueden jugar hoy estos elementos industriales en los nuevos procesos de reconversión urbana realizados en el barrio. Se entienden las chimeneas como un elemento no aislado de su matriz de funciona-miento; los subsuelos.

A partir de esto, se pretende analizar la impor-tancia histórica de estos elementos de patrimo-nio industrial, planteando la evolución de su significado, desde un elemento funcional a un elemento de arte público, lo cual se encuentra directamente relacionado con las transformacio-nes que ha tenido el territorio en el que se empla-za, en donde estas chimeneas se presentan como un testimonio que puede relacionar la historia del sector con estos nuevos procesos de cambio y reconversión de uso.

Las transformaciones urbanas que se han venido desarrollando en el cinturón de hie-rro en el Anillo de Interior de Santiago, han ge-nerado un rápido cambio en el paisaje urbano, provocando una creciente pérdida de la identi-dad y memoria fabril propia en el sector.

Este cambio, ha generado que hoy las chimeneas, -que antes se presentaban como hitos visuales predominantes en el paisaje-, se han visto opa-cadas entre los nuevos edificios construidos. Por otro lado, el desuso ha provocado su deterioro, situación que hoy se transforma en una amenaza para los programas actuales de estos edificios, tanto a nivel estructural como social.

Como ya sabemos, las chimeneas son un elemento arquitectónico del patrimonio in-dustrial. Un elemento de arte público debi-do a su singularidad y a la importante carga simbólica que lleva asociada. Por lo tanto, debemos pensar su intervención, como algo que no compita con el objeto, sino que lo en-riquezca. Es ahí donde aparece la metáfora de los brotes de hierro.

El cinturón del Santiago industrial, desde las profundidades de las estructuras que conciben el ferrocarril, engranan importantes elementos de hierro, los cuales atraviesan la dimensión urbana de Santiago residencial con pequeños brotes que parecen haber quedado estáticos en el tiempo. Desde la raíz (los subsuelos), apa-recen de forma tosca y compleja, para luego tomar fuerza y emerger como un tronco, el que se mantiene erguido y noble. Luego, las ramas

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¿Qué es?

Se trata de una colección de postales que repre-sentan gráficamente los vestigios industriales de los elementos verticales del Cinturón de Hierro, en diversas situaciones singulares en que, se contraponen el pasado con el presen-tante generan cuestionamiento. La colección de postales constará de un primer conjunto del sector sur poniente, para luego ir conforman-do la colección completa con los barrios ubica-dos al norte y al oriente del cinturón.

Las postales, al igual que los elementos en al-tura, son elementos en desuso y que forman parte de una memoria que generó repercusión social. Las postales fueron un soporte de co-municación en el siglo XIX, el cual enriqueció afectivamente a muchas familias chilenas en búsqueda de acercarse a quienes se encontra-ban lejos. Hoy, debido a la velocidad de los cru-ces de información se presenta como un medio obsoleto y en riesgo de desaparecer.

Collage y metáfora

Las siguientes representaciones digitales han sido producidas combinando técnicas de representación 3D, fotografías, archivos de diarios y publicaciones varias. Estas han sido yuxtapuestas en distintos planos, con los elementos verticales como protagonistas, in-tentando deconstruir el imaginario de estas ruinas, e insertandolas en contextos incomo-dos, imposibles o simplemente situaciones propuestas. Las imágenes buscan comenzar el cuestionamiento del papel que pueden jugar hoy estos elementos industriales en los nuevos procesos de reconversión urbana, sus posibi-lidades para puesta en valor y la necesidad de observarlos como elementos a proteger.

POSTAL 2. Entramado de luz desde la imagen del pasado

Valor Arquitectónico/Constructivo: el zó-calo de la central de leche como centro in-terpretativo. Junto al subsuelo son parte de la identidad de una época.

Valor identitario: parte de la identidad de una época y hoy sigue siendo del paisaje de los barrios circundantes.

Valor Político: hitos en la configuración de los sindicato obreros y la fuerza de tra-bajo.

POSTAL 1. Desde el brote a la raíz

Valor Arquitectónico/Constructivo: el zócalo de la central de leche como centro interpretativo. Este subsuelo es parte de la identidad de una época.

Valor identitario: parte de la identidad de una época y que hoy sigue siendo parte del paisaje de los barrios circundantes.

Valor Histórico: vestigios del paso histó-rico en el cual el país comienza a desa-rrollar un avance hacia proceso de indus-trialización y modernización.

El proyecto visual de puerta en valor “Brotes de la industria” se enmarca en un proyecto del Taller Patrimonio y Ciudad (2016), profesores Dino Bozzi, Daniela Serra y Francisco Prado, el cual forma parte del Magíster en Patrimonio Cultural UC.

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A LA CANCHA Y A LA CASA

Arrian Pickett

Desde hace ya varios años me he mantenido en la observación de la ciudad y el país bajo la mirada que me sugiere la tarea auto impuesta de avanzar y construir temas en torno al rescate de la memoria deportiva en Chile. Esto motivados en la institución que formamos por el nulo rescate que se hizo so-bre la historia de nuestro deporte durante el Bicentenario de la república en 2010.

Chile es el único país en América en el que no existe además un museo deportivo. Es decir es el único país en América en el que la histo-ria de sus deportes no son considerados por quienes dirigen la cultura y las hoy llamadas industrias culturales, parte integrante del pa-trimonio cultural de la nación.

Inicialmente en nuestro trabajo en la funda-ción, habíamos abordado la conmemoración, es decir la vinculación histórica con el hecho deportivo, con el proyecto Bronce 62.

Estamos muy de acuerdo en que el nombre que damos a las cosas es clave para poder construir un modo de ser y de actuar. En este sentido homenajeamos no el tercer lugar en el campeonato mundial, sino que la victoria de la final por el bronce, que además de ello, fue con-seguida frente al campeón olímpico y finalista de la Copa Europa, en el minuto 90. Cosa que en otras latitudes seria de sobra divulgado y cono-cido, sin embargo entre nosotros no es así.

Desde esta primera vinculación histórica, rápidamente dirigimos esfuerzos a plasmar

la mirada en la que viene a ser la vinculación geográfica del deporte y para ello apuntamos directamente a los barrios. El club de barrio es la primera manifestación del habitar en comunidad la ciudad y en épocas pasadas también los campos. La fiesta de barrio abre puertas a todos los vecinos e invita a partici-par del juego como hermosa construcción de un presente.

En el afán de que la competencia deportiva prospere, los clubes necesitan obviamente de un contrario, de un otro, un rival. Sin embar-go es de vital trascendencia el modo en que se plantea esta vinculación. Por ejemplo, en la competencia de barrios que desde la edad me-dia se realiza en la ciudad de Siena, en Italia. Cada barrio es amigo de todos los demás y es rival solo de uno. Así, de esta forma, no im-porta quien gane la competencia. Gane quien gane, la fiesta es cada vez de la ciudad toda.

Con el objetivo de contar o narrar la historia deportiva se vuelva muy dinámico y muy vivo, es decir, que se vuelva de convocatoria cívica o ciudadana y con estas grandes ganas de ha-cer pues, nos lanzamos en búsqueda y llega-mos a los que en un principio consideramos nuestros “primeros” clubes deportivos de ba-rrio. Algunos de gran historia deportiva y la mayoría hoy ya solo con personas mayores en sus quehaceres.

Construyeron su propia vinculación con los demás y entre ellos mismos estos clubes, co-menzó a ser para mí en especial sujeto de es-

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tudio. En especial tratando de visualizar lo que paso luego a llamarse para nosotros la vinculación universal. Es decir como la re-plicabilidad aparece de una manera activa en la generación de las instituciones y los entornos sociales que paso a paso van cons-truyendo.

Es decir, la vinculación universal y su poten-cia formal plantean abiertamente el concepto creativo de la versión anual en lo que hacemos.

En Santiago los clubes de barrio en muchas zonas o comunas están en retirada y se es-tán imponiendo las cadenas de gimnasios con una invitación a hacer un deporte que es estático y mezquino. Con el que la actividad física toma una actitud ensimismaste, es en sí solitaria, es en ella y desde ella, con esta tipo de actividad no se está integrando nada con respecto al entorno. Así, en esa hora o par de horas sin entregar ni recibir, asistimos a un aislamiento del individuo. Un individuo que no es solidario, que no se involucra, que no

participa, que solo consume y declara con esto también un estatus social al que pertene-ce. Este individuo en rigor, no hace deporte.

Gimnasios y ligas privadas son puntos desde donde este sistema que hoy tenemos se acer-ca a nosotros y nos ofrece actividad física sin ofrecernos hacer deporte, sin hacer club, sin hacer actividad social, sin hacer sociedad en última instancia.

Consumir actividad física y renunciar al de-porte es otro frente, como tantos otros en los que quienes hoy acumulan riqueza no propor-cionan ni expresan solidaridad alguna. Desde este segmento solo se propone y se vuelve a proponer consumo, esta especie de colonia que se ha establecido entre unos habitantes de la ciudad, para con otros.

Paradojalmente, los mismos clubes de prime-ra división ya no son clubes, son empresas, las famosas sociedades anónimas deportivas profesionales SADP.

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Pues bien, ante este marco y en este campo de acción existente y dado que, desde el prin-cipio nos plantamos el desafío de la belleza, -de incluir en lo que hagamos formas de arte, es decir vamos a hacer deporte pero también vamos a hacer arte-. Esto nos dejó en un esta-do de deber inventar el cómo hacerlo. ¿Cómo vamos a llegar a la comunidad con nuestro mensaje?.

¿Cómo logramos ubicarnos como un puente entre el mundo del deporte y el mundo de la cultura? Esa respuesta llegó con la experiencia, al dar-nos cuenta que existe a su vez otro pequeño universo de personas que busca también ha-cerlo, ya sea editando un libro o un documen-tal por ejemplo. Estas dos citadas formas pre-tenden llegar a un universo de espectadores y llevarle una noticia, una buena noticia y esto es lo que creemos es lo digno de celebrar y transformar en lenguaje de formular proyec-tos, las buenas noticias.

Hay otros temas en los que se está dando también una batalla, claramente los temas de patrimonio nos atañen. En ellos queremos ir insertándonos luego de lo ya citado con res-pecto a lo acontecido con lo que nos convoca, ocho años atrás.

El deporte es integrador por definición. La experiencia y el estudio nos han llevado a proponer diversos modos de hacer de la Fun-dación Ceacheí, con muchas otras ideas que esperan su momento y los vínculos justos con las personas justas.

Para comenzar a trabajar, como decía, nos plantéanos esta premisa: “el arte es lo que hace la diferencia”.

Ahora bien, no darse cuenta que nuestra so-ciedad chilena comenzó a cambiar en térmi-

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tos últimos días, el campo de acción poética.

Uno declarador de lo hecho y el otro declara-dor de lo porvenir.

En diversas conversaciones sostenidas du-rante estos años con amistades y no amis-tades, por lo demás, constantemente en las páginas de la prensa se repite el tema de los recursos escasos destinados al deporte ya sea por el Estado y/o privados. Según nosotros, los recursos y sus flujos de apoyo cambiaran el día en que hayan pasado ya dos generacio-nes de visitantes al Museo Deportivo y todo lo que esto implica. Otro dato duro, es el hecho de la enorme identificación de la gente para lo referente a lo cultural y patrimonial con la historia. Durante las jornadas del Día del Patrimonio es por lejos el museo más visita-do el Museo de Historia Nacional. Solo basta sumar y multiplicar para obtener lo que tanto anhelamos un montón de románticos.

Sin embargo, es sabido como con gran rapi-dez la sociedad pierde interés por lo atingen-te. Con gran rapidez deja de prestar atención a lo que le es propio por las distracciones de lo inmediato y lo banal.

La habilidad y la originalidad con respecto a cómo ir construyendo cada paso fundacional y cada nueva persona o personas conocidas en el camino es a nuestro entender lo que hace la diferencia. Aquí es por tanto donde declaramos el desarrollo de nuestro campo de acción poética.

El barrio San Eugenio de la comuna de San-tiago, tiene curiosamente su mayor polo de desarrollo deportivo en otra comuna, la de Estación Central. Ahora bien, este polo de desarrollo ya no existe, ni esa otra comuna existía cuando el Estadio San Eugenio y la cancha de la Federación Ferroviaria esta-ban en su apogeo. Este punto en particular y

nos radicales, es ubicarse en la vereda pasiva de la sociedad, en la vereda del consumismo, de la que ya nos percatamos que existe. Ve-mos en la posibilidad de construir deporte y no consumirlo nuestro aporte al servicio de este gran, gran cambio en ciernes y queremos construir deporte como decía, al servicio de la sociedad. De construir y de hacer una perma-nencia, de hacer algo que no sea desechable, y no individualista como tenemos creciendo a nuestro alrededor.

Hacer fútbol, hacer música, hacer fotografía, hacer celebración, hacer acto artístico, son las propuestas que nos han nacido al ser in-vitados a distintas instancias como la de este libro.

Nos guste o no nos guste el mundo del fútbol, es una industria y una industria con peso cul-tural, lo que diga un deportista el domingo después de un partido es seguido por millo-nes de personas el día lunes. Esta “caracterís-tica” es un espacio que no se ha desarrollado a conciencia, es parte de lo que no se ha hecho y es un espacio pertinente donde la inclusión y la integración, han de ser proclamadas para todos y por todos.

El punto que vemos en esto no es lo que pasa, sino lo que hacemos con lo que pasa y no es incluso lo que se hace, sino lo que hacemos que pase.

Llegados a este punto de nuestro discurso, -que claramente nace de los años de trabajo en el objetivo y no por una madrugada idea-, ya tenemos y atesoramos dos campos de ac-ción y de desarrollo de proyectos. Los que se nos perfilan claramente hoy, al momento de recibir la invitación a sumarnos al libro.

Primeramente y este si presente desde hace unos años, el campo de acción museográfico y luego, este si de una forma más propia de es-

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la observación y desarrollo de estos puntos, se enmarcan en el campo de acción poética. Las lugaridades que los barrios se van dando a sí mismos en el diálogo que las institucio-nes van desarrollando con sus habitantes. El modo en que las instituciones les hablan a sus vecinos y concretamente cómo las fachadas de sus recintos y sedes proclaman su existen-cia en la ciudad.

En este punto me encontraba de preciso al enterarme de la demolición del ingreso a la antigua Cancha de football Nº 2 por la cons-trucción de un nuevo grupo de edificios del programa de vivienda social del Estado y lo que significaría la destrucción además de las boleterías y del letrero que las coronó durante décadas. Así entonces, el campo museográfi-co y el poético me convergieron en una misma acción. Su rescate inmediato.

Su rescate inmediato y la convergencia de ambos modos es el siguiente paso a fundar. Un desafío mayor pero abordable con la misma imaginación a la que los clubes se dan la tarea para obtener sus mayores victorias. El lugar.

Como arquitecto y ciudadano, la construcción del lugar es un tema que me convoca abier-tamente, aunque sé que es prácticamente un imposible. Fundar un lugar en la ciudad para desarrollar poéticamente una relación país, -en un país en el que los gestores de los te-mas llamados a vincular poéticamente no se consideran ni siquiera partícipes de algo en común-, es la nueva tarea, que a partir de hoy será el hilo conductor constante, evocador de historia, geografía, museografía, poesía, de-porte y cultura, se declare a partir de lo que un objeto puede llegar a fundar.

Todas las imágenes propiedad de Arrian Pickett y Diario La Hora.

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Intervención en Población Central de Leche, estudiantes de arquitectura Universidad Pedro de Valdivia, año 2013. Profesor Luis rolando Rojas. Fuente: Luis Rolando Rojas M.

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DIMENSIÓN Nº2.GESTIÓN Y PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

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EMERGENCIA DEL PATRIMONIO HABITACIONAL MODERNO EN CHILE. MIRADAS DESDE LAS COMUNIDADES LOCALES, EL ESTADO Y EL SECTOR PRIVADO

Marco A. Valencia Palacios

ción del patrimonio urbano”, para llegar a las nuevas tipologías del patrimonio a escala ba-rrial y habitacional. Esta ampliación del con-cepto y de los registros patrimoniales ha lleva-do consigo, a su vez, un aumento de los actores sociales vinculados a la acción patrimonial. Un ámbito que históricamente fue competencia exclusiva de Estado, hoy asoma como un cam-po de acción de múltiples “sujetos patrimonia-les”, entre ellos la sociedad civil y el mercado.

Luego, el artículo se concentra en las percep-ciones que los diversos actores sociales tienen sobre el impacto de las declaratorias de zonas típicas de barrios tradicionales en el Gran Santiago. Se exponen y analizan sintéticamen-te las visiones desde las propias comunidades locales, a partir de los relatos de activistas pa-trimoniales e integrantes de los quipos profe-sionales responsables de las declaratorias. A su vez se analiza la visión de profesionales del sector público vinculados al quehacer patri-monial, tanto del ámbito local como ministe-rial. Finalmente, se aprecia la visión que tiene el sector privado, en particular la Cámara Chi-lena de la Construcción y agentes inmobilia-rios privados. La información utilizada para el análisis de los discursos de los actores socia-les, se produjo mediante análisis documental y a través de entrevistas semiestructuradas a in-formantes calificados según perfiles definidos. El análisis corresponde a una sistematización a modo de síntesis y conclusiones principales.Finalmente, el artículo interroga acerca de la existencia de un probable proceso de gentri-ficación en las zonas estudiadas. Para ello da

Introducción

El artículo da cuenta sucintamente de una parte de los resultados de investigación del proyecto Fondecyt Iniciación 2015: Estu-dio comparativo de estrategias de puesta en valor de conjuntos habitacionales modernos en Santiago de Chile. Las declaratorias de zonas típicas, como respuesta a la amenaza inmobiliaria privada. Análisis de casos en el Gran Santiago (1).

Este artículo pretende caracterizar las dimen-siones del impacto que las recientes declarato-rias patrimoniales en barrios tradicionales del gran Santiago. Estas implicancias se abordan desde los diversos actores sociales que inciden en el campo de lo patrimonial: comunidades, sector público y sector privado. Para ello se revisan las diversas visiones que tienen di-chos actores, respecto de las recientes decla-ratorias de Zonas Típicas y Pintorescas, figura legal contenida en la Ley de Monumentos Na-cionales, (Ley MINEDUC, 17.288), cuyo fin es salvaguardar áreas que presentan valores his-tóricos, estéticos y arquitectónicos. Los casos de estudio corresponden a siete barrios (2) de-clarados o en proceso de declaratoria pertene-cientes a dos comunas del Gran Santiago.

En una primera parte, el texto centra su preo-cupación en la emergencia de nuevos registros patrimoniales que se alejan de la tradición mo-numentalista de lo patrimonial. En primer tér-mino, se detalla brevemente la ampliación del concepto de patrimonio a través de la “inven-

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puestos” (Coulomb et alt, 2016, p.397). Esta diversificación de sujetos patrimoniales está probablemente unida a la propia ampliación de la conceptualización y registros de lo que la sociedad contemporánea ha entendido por lo patrimonial.

Es particularmente significativo al respecto, la ampliación de los registros patrimoniales, que han transitado desde la valoración tradicio-nal del monumento a nuevas y complejas es-calas de valoración pues, como lo ha señalado Choay, el dominio de lo patrimonial ya no se limita a los edificios individuales, incluye con-juntos de edificios, y tejidos urbanos: manza-nas, barrios, aldeas y hasta ciudades comple-tas (Choay, 2014:18). Parece ser que la noción de patrimonio urbano ha sido clave respecto a la configuración de un campo complejo de in-tereses sobre las cada vez más amplias áreas consideradas dignas de preservación. Para Choay, la invención del “patrimonio urbano”, ocurrida a comienzos del siglo XX y atribuible a la inventiva del italiano Gustavo Giovanoni (3), es relevante en este cambio de nuestras concepciones patrimoniales, pues se les otor-ga simultáneamente a los conjuntos urbanos antiguos un valor de uso y un valor museal, integrándolos en una concepción general de la ordenación territorial. Para Choay este pa-trimonio urbano “adquiere su sentido y su va-lor no en tanto que objeto autónomo (…) sino como elemento y como parte de una doctrina general de urbanización” (Choay, 2014, p.174). Es así como, una ciudad histórica, constituye en sí un monumento, pero es al mismo tiem-po un tejido viviente. Por ello, para Giovano-ni, todo fragmento urbano antiguo, debe estar integrado en un plan de ordenamiento territo-rial. Por ello, su valor de uso está legitimado tanto técnicamente por un trabajo de articu-lación con las normativas de intervención del ente planificador, como por las condicionantes del mundo de la vida que emergen desde la po-blación. Esta articulación entre Estado y socie-

cuenta resumidamente de las principales con-clusiones del estudio del comportamiento del mercado habitacional en cinco zonas típicas, considerando los promedios de oferta de pre-cio de venta y arriendo de departamentos den-tro de las zonas protegidas y las áreas inme-diatamente colindantes, durante cinco años, dos años antes y dos años después de la decla-ratoria. Estos antecedentes se complementan con parte de la información cuantitativa arro-jada del estudio de población de cinco barrios patrimoniales mediante encuesta a una mues-tra representativa de residentes. Se consideran sucintamente algunas variables pertinentes para abordar la problemática de la gentrifica-ción: caracterización socioeconómica de las fa-milias, seguimiento de la oferta inmobiliaria, cambios de uso en el sector y otras.

Patrimonio urbano: Un concepto en expansión

En las últimas décadas, la gestión de varias ciudades en América Latina ha puesto especial énfasis en la llamada recuperación de centros históricos mediante diversas políticas de con-servación, planes de manejo o normativas de regulación de usos y edificación, acciones de rehabilitación de la infraestructura urbana, y del parque habitacional, mejoramiento de es-pacios públicos y de la imagen urbana (Cou-lomb et alt, 2016, p. 397). Este proceso ha es-tado comandado, en términos generales, por la acción del Estado, en el entendido que sobre esta institución recae el deber de preservar y administrar los bienes del pasado que repre-sentan la fuente de riqueza de la memoria e identidad colectiva de la nación.

Sin embargo, en los últimos años, a esta ta-rea de resguardo y gestión del patrimonio “se han ido incorporando progresivamente dis-tintos sectores sociales, constituyéndose así un universo de sujetos patrimoniales cada vez más diversos y no pocas veces contra-

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teria patrimonial ya no queda circunscrito al papel del Estado. Tanto el mercado como la sociedad civil en los últimos años han desple-gado discursos y prácticas en el campo patri-monial, enriqueciendo el debate y la heteroge-neidad de visones.

Para el caso chileno, se ha señalado que, desde la década de 2000, conflictos vinculados a la construcción de proyectos urbanos en barrios tradicionales, gatillaron la formación de orga-nizaciones ciudadanas que asumen una oposi-ción a dichos proyectos modernizadores (Duc-ci, 2004). Dentro de las estrategias utilizadas por las comunidades, desde fines de la década pasada, ha estado el recurrir a la solicitud de declaratoria de zona típica, como resistencia a diversas amenazas modernizadoras (Valencia, 2016, 2017), “para luego abrir un horizonte de acción en torno a la difusión y recuperación del patrimonio tangible e intangible presente en los barrios” (Rojas, 2014). Tanto en la fase de amenaza y de conflicto, como la de reac-ción-resistencia y luego la gestión y sustenta-bilidad de las áreas declaradas; se presentan una gama variada de actores sociales involu-crados. En el presente texto, nos abocaremos a reconocer el impacto de los procesos de decla-ratorias en barrios tradicionales de Santiago, desde la perspectiva de los actores del mundo inmobiliario privado; el Estado en sus diver-sas institucionalidades (Patrimonial, Sector Vivienda y Urbanismo, y Gobierno Local) y de las comunidades (activista patrimoniales y vecinos). Interesa del rol que les ha tocado cumplir en las diversas controversias que han generado estos procesos, así como las visiones y conceptualizaciones en torno al patrimonio y su gestión.

Cabe señalar que durante el año recién pasado (2017) este fenómeno de creciente preocupa-ción social por el patrimonio ha generado una reacción por parte de los actores involucrados. En el caso del Estado ha dictado el Reglamen-

dad permite en teoría entender al monumento no aislado del contexto en que se inserta ni del conjunto de edificaciones que lo contiene. Sin embargo, para Giovanonni, estas condiciones no excluyen a los conjuntos urbanos antiguos de los mismos procedimientos de preservación y restauración de los definidos para los monu-mentos tradicionales. Esto se traduce para los fragmentos urbanos antiguos en el deber de respetar su escala y su morfología y respetar la estructura de lotes y circulación original. Vale mencionar que, durante el siglo XX, el princi-pal promotor de las acciones de resguardo del patrimonio urbano ha sido, como se ha dicho, para el patrimonio en general, el Estado.

La investigación urbana ha acompañado este proceso de construcción del patrimonio urba-no estudiando el devenir del accionar estatal en esta materia, centrando su análisis en la gene-ración y articulación de cuerpos legales, la crea-ción y consolidación de una institucionalidad patrimonial nacional y las formas de gestión o financiamiento (Coulomb et alt, 2016, p.398).

Sin embargo, la producción del patrimonio urbano refiere a la complejidad propia de los procesos de producción y reproducción del es-pacio urbano, y, por tanto, no solo involucra la acción del Estado, sino que también una diver-sidad de actores, intereses y visiones. Parece pertinente entonces “llevar a cabo análisis que den cuenta de los sistemas de actores sociales y de los procesos políticos que de-terminan, regulan y conducen sus dinámicas sociales, económicas, culturales y espaciales. “ (Coulomb et alt. P.398). Para el caso de los centros históricos, Coulomb ha afirmado que la trasformación del concepto de patrimonio urbano se inscribe dentro de los procesos de cambio de las relaciones entre el Estado y la sociedad, entre capital y la sociedad, y entre capital y el Estado.

Ante este nuevo escenario, el accionar en ma-

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nidad frente a amenazas asociadas a diversos procesos modernizadores que pueden generar un impacto no deseado en los territorios. En este sentido entre las organizaciones de defen-sa patrimonial se manifiesta un sentido crítico respecto de las configuraciones urbanas ge-neradas por el urbanismo neoliberal, consi-derando que estas prácticas institucionales y financieras de producción del espacio atentan contra la escala e identidad de sus barrios.

En los casos de estudio, los procesos moder-nizadores que amenazan la identidad local corresponden al desarrollo de proyectos in-mobiliarios en altura, obras de infraestructura vial para transporte público (metro y TranSan-tiago) y modificaciones en los marcos regula-torios de usos de suelo y ordenamiento terri-torial, en particular, los cambios en los Planes Reguladores Comunales (PRC). Sobre este úl-timo aspecto, vale decir que los activistas pa-trimoniales manifiestan una desconfianza en el accionar de la institucionalidad municipal en materia de planificación urbana, pues con-sideran que las sucesivas reformas a los PRCs han favorecido la penetración de los intereses inmobiliarios especulativos en los territorios, sobre todo mediante la flexibilización de la normativa de alturas y coeficientes construc-tibilidad. (López, 2012).

Los valores resguardados corresponden a la mantención de la escala de barrio, la protec-ción de los espacios públicos y áreas verdes, el resguardo de edificaciones significativas en el barrio y la mantención de la memoria social contenida en los habitantes originales. En este sentido, es compartida la idea de que los va-lores identitarios del barrio corresponden a valores de uso, resistiéndose a la idea de que esos bienes tangibles e intangibles puedan ser sujeto de valor de cambio. Les preocupa, por un lado, la intención del mercado inmobilia-rio de capturar las externalidades positivas asociadas a la ubicación central y dotación de

to sobre Zonas Típicas o Pintorescas de la ley 17.288; el sector privado, representado en la Cámara Chilena de la Construcción, ha ge-nerado el documento “Hacia una gestión sus-tentable del patrimonio”; las organizaciones patrimoniales, representadas en la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales ha desarrollado su sexto congreso y a escala lo-cal, la Municipalidad de Ñuñoa ha generado el documento “Propuesta de una política muni-cipal para el patrimonio comunal”; del mismo modo las organizaciones barriales de Ñuñoa, han reaccionado conformando la Red Ñuñowe. En el año 2018, la Contraloría General de Re-publica ha detenido la tramitación de declara-toria de Zona Típica de barrio Yungay Norte y Barrio Suárez Mujica. Esta paralización reali-zada en el marco de la asunción de un gobier-no de orientación derechista y neoliberal, se ha realizado argumentando criterios de corte administrativo. Ello ha generado las legítimas sospechas del movimiento patrimonialista, que ha organizado durante el otoño de 2018, la campaña “Más Zonas Típicas, más patrimonio para Chile”.

El patrimonio habitacional según las comunidades locales

Para reconocer estas miradas en el ámbito na-cional, el estudio planteó la generación, siste-matización y análisis de información obtenida de informantes calificados de perfil represen-tantes vecinales y profesionales del equipo técnico autor de las declaratorias y agentes del sector público y privado relacionados con el patrimonio urbano.

En términos sintéticos, se pueden señalar, pri-meramente, algunos aspectos principales de la percepción de los activistas patrimoniales y de los vecinos de los siete barrios estudiados.

Se reconoce que la activación de acciones patri-moniales responde a una reacción de la comu-

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activaciones patrimoniales han logrado conso-lidar la valoración de una tradición moderna de construcción del espacio residencial, que se caracteriza por su alta calidad constructiva, su diseño residencial integrador, la genero-sa espacialidad pública, la presencia de áreas verdes, la presencia de elementos estéticos y compositivos de las vanguardias artísticas y la prevalencia de la escala humana. Estos atribu-tos presentes en la tradición moderna no se lo-gran apreciar en las nuevas formas de produc-ción del espacio residencial contemporáneo, carente de espacios de integración y precario en materia de espacialidad pública. (Valencia, 2017).

Para reconocer las metodologías de investiga-ción desplegadas por las comunidades, para puesta en valor del patrimonio habitacional en los casos de barrios tradicionales en San-tiago, se realizó una sistematización de siete documentos “Expedientes técnicos para la ob-tención de declaratorias de Zona Típicas” en casos de barrios modernos de tradición obrera y de clase media de las comunas de Santiago y Ñuñoa. A su vez, se genera información, me-diante la sistematización de entrevistas es-tructuradas a informantes calificados de perfil representante vecinal y miembro del equipo técnico autor de las declaratorias.

La información obtenida de ambos procedi-mientos permitió tener un panorama general de los enfoques metodológicos y conceptuales que subyacen en las operaciones de activación patrimonial generadas por las organizaciones de activistas vecinales.

En primer término, se puede señalar que todas las experiencias estudiadas tensionan y am-plían la definición tradicional de patrimonio que caracteriza el accionar del Estado. Esta visión, mayormente centrada en la valoraciónobjetual de bienes monumentales, general-mente producidos por las elites o el Estado, es

equipamientos y áreas verdes que sus barrios poseen. Por otra parte, también existe preo-cupación respecto a la transformación de sus valores intangibles como activos económicos, es decir, que se haga uso de los componentes identitarios y culturales como dispositivos de distinción espacial para el marketing inmobi-liario.

Otro aspecto común a los relatos de vecinos y profesionales de los equipos técnicos es que la activación patrimonial es una reacción de las comunidades al abandono progresivo por par-te del Estado, de los barrios obreros y de las grandes unidades vecinales para empleados. Esta sensación de desprotección, se asocia con la desaparición de la arquitectura institucional que sostenía los conjuntos: Las Corporaciones Habitacionales de mediados del siglo pasado y la estructura organizacional vinculada al mun-do del trabajo (Cajas de Previsión Empleados, Sindicatos). (Valencia, 2016).

Para el caso de las zonas típicas con fuerte componente de barrios obreros (Yungay, Matta Sur y San Eugenio), el proceso desindustriali-zación y la retirada de las redes de promoción social y territorial del estado desarrollista, desde los años ’80, ha generado una acelera-da obsolescencia de la condición material del barrio, manifiesto en un acelerado deterioro de sus instalaciones fabriles y del tejido habi-tacional. Para el caso de las unidades vecinales (Villa Frei, Villa Olímpica y EMPART-Salva-dor), el abandono se expresó en la desaparición de las cajas de Previsión de Empleados (1979), responsables de la mantención y gestión de los conjuntos. (Gertosio, 2016).

Sin embargo, se aprecia que el proceso de de-claratoria ha impulsado acciones de activación patrimonial que han aumentado la valoración positiva de los habitantes activos del barrio, mejorando la autoestima y la participación colectiva. En este sentido, se plantea que las

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miento de información del paisaje natural, en particular de especies presentes en los par-ques, plazas y áreas verdes.

En tercer término, los procedimientos de pro-ducción de información realizadas por los acti-vistas patrimoniales consideran la utilización de metodologías participativas. En todos los casos estudiados se plantea la necesidad de re-conocer en las visiones y acciones de los veci-nos el elemento clave en la valoración del lugar. Esto se traduce, por ejemplo, en la realización de mapeos colectivos, talleres de historia local, jornadas de sensibilización colectivas, rutas patrimoniales colectivas y otras.

El rol del sector público ante el patrimonio habitacional. ¿Tradición o innovación?

En el caso de los agentes públicos existe una visión compartida en cuanto que se está ante un fenómeno reciente de reconceptualización del concepto de patrimonio y de una amplia-ción de los registros patrimoniales. Se estima una fecha de origen hace diez años, coincidien-do con las declaratorias de zona típica de Po-blación Sub oficiales de Caballería en Ñuñoa (2009) y Barrio Yungay en Santiago (2009). Se reconoce además que este renovado interés por lo patrimonial está asociado a las comu-nidades de barrios tradicionales, que han de-sarrollado diversas estrategias de acción para poner en valor y proteger los elementos simbó-licos y materiales de su entorno, que constitu-yen los pilares de su construcción identitaria.

Un aspecto central respecto de esta preocupa-ción y malestar de los vecinos han sido las con-secuencias de las políticas de repoblamiento de áreas centrales. El estudio describe mediante revisión monográfica y de datos secundarios, el impacto de las políticas de repoblamiento desarrolladas mediante la aplicación del Sub-sidio y el Programa de Renovación Urbana de MINVU en dos comunas del Gran Santiago.

considerada insuficiente por los activistas pa-trimoniales comunitarios, dado que no permi-te operacionalizar repertorios patrimoniales diversos asociados con las identidades locales, la memoria social y los valores intangibles del barrio. (Rojas, 2015).

En segundo lugar, esta mirada mayormente compleja del repertorio patrimonial, obliga a los equipos de activistas patrimoniales a ge-nerar metodologías de investigación-acción de origen interdisciplinar, que permitan po-ner en valor los bienes culturales desde una óptica multidimensional. En este sentido, el sector valorizado es interpretado como paisaje cultural, dado que su puesta en valor es ope-racionalizada en distintas capas de análisis, interrelacionadas entre sí. Donde los valores tangibles (arquitectónicos, estéticos, urbanos) se conjugan con los valores intangibles (me-moria social, identidad local, modos de vida). (ver Rojas, 2015).

Esta mirada polisémica del territorio se tradu-ce en la generación de levantamientos arqui-tectónicos y urbanos que ponen en valor los elementos estéticos, proyectuales, morfológi-cos y constructivos que poseen determinados elementos de los barrios patrimonializados. Otra dimensión relevante la constituye la his-toria del lugar, concentrando su análisis fun-damentalmente en la relación entre el desarro-llo de la comunidad y su entorno construido. Del mismo modo, esta micro-historia se pone en relación con los procesos históricos estruc-turales que inciden en la realidad local.

La dimensiones sociológicas y antropológicas también son abordadas por los estudios de los expedientes, fundamentalmente mediante el levantamiento de información respecto a la caracterización de la población del barrio y al reconocimiento de los usos, percepciones y va-loraciones de la comunidad respecto al lugar. También en algunos casos se realiza levanta-

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diversos procesos modernizadores del ur-banismo neoliberal: desarrollo inmobiliario privado de alta densidad y altura, moderniza-ción de gran infraestructura vial y otros.

Para los agentes del sector público este fenó-meno creciente de patrimonialización ha ten-sionado las estructuras institucionales, nor-mativas y los marcos de acción del Estado y el gobierno local frente al tema patrimonial. Desde el punto de vista institucional, se ha planteado el patrimonio como un eje central de la Política Nacional de Desarrollo Urbano del MINVU y se han creado políticas y de-partamentos patrimoniales en los municipios (Sub-Departamento de Patrimonio de la IM de Santiago y la Política de Patrimonio de la IM Ñuñoa). También se plantea un giro de la vi-sión del Consejo de Monumentos Nacionales, desde una mirada monumentalista del patri-monio a una más centrada en el patrimonio comunitario, con prioridad en zonas típicas, sitios de memoria y patrimonio ferroviario.

Desde la dimensión normativa se han gene-rado nuevos cuerpos legales, como la promul-gación del “Reglamento de Zonas Típicas”; el dictamen nº 4000 de Contraloría, respecto de incorporar las áreas patrimoniales al Sistema de Impacto Ambiental; y las sucesivas modi-ficaciones a los Planes Reguladores Comuna-les en las comunas en que las organizaciones vecinales han denunciado los costes asociados a las políticas de repoblamiento y renovación urbana. Respecto a los marcos de acción se reconocen procesos de aprendizaje en cuanto a un nuevo trato con comunidades y vecinos más empoderados, conscientes y técnicamente capacitados en relación con las problemáticas de su entorno.

Miradas desde el sector inmobiliario a las zonas típicas.

Existe una percepción negativa del sector

Se reconoce que la permisividad de los planes reguladores en las décadas de 1990 y 2000, potenciaron un modelo de desarrollo inmobi-liario privado, que privilegió la maximización del uso de suelo mediante proyecto residen-ciales altamente densificados y en altura, que superaron, en muchos casos, los 30 pisos.(ver López, 2012) Esta forma de crecimiento del parque habitacional, si bien revirtió la pérdi-da de población en ambas comunas, atrayendo nuevos habitantes, significó un deterioro de la calidad de vida de los residentes de barrios tra-dicionales de las respectivas comunas. Desde fines de la década de 2000, la reacción de las comunidades de estos barrios ante los impac-tos de este modelo de modernización neolibe-ral, se caracterizó por una defensa y puesta en valor del patrimonio y la identidad local, re-curriendo a la figura legal de zona típica como una estrategia de defensa ante el violento desa-rrollo inmobiliario. Esta presión de la sociedad civil organizada ha hecho que los gobiernos locales de Ñuñoa y Santiago desde la década de 2010 hayan debido dar un giro respecto al modelo de desarrollo imperante, reconociendo la importancia y el valor de salvaguardar el pa-trimonio barrial en sus comunas. Este nuevo trato, se ha expresado en sucesivas modifica-ciones a los Planes Reguladores Comunales, estableciendo zonas de mayor regulación res-pecto a las densidades, alturas y coeficientes de constructibilidad, de manera de garantizar la protección de los barrios tradicionales. La modificación del PRC el año 2015, en el sector Matta en el caso de Santiago y la modificación del PRC de 2016, en las zonas norte y oriente de Ñuñoa, son ilustrativas al respecto.

Respecto del aumento de las solicitudes de de-claración de Zonas Típicas y Pintorescas (re-gularmente se declaraban un promedio de 20 por año, hoy 50), se consideran una reacción de las comunidades por proteger los valores asociados a la escala barrial y al modo de vida vecinal frente a las amenazas generadas por

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Ahora bien, es pertinente preguntarse por los efectos concretos en materia de oferta habi-tacional en las zonas estudiadas, y del mismo modo, reconocer si es posible identificar posi-bles procesos de gentrificación producto de la patrimonilización de los barrios tradicionales estudiados.

¿Cuál ha sido el efecto de las recientes declaratorias patrimoniales en el com-portamiento del mercado habitacional?

La investigación realiza un estudio del com-portamiento del mercado habitacional en cin-co zonas típicas, considerando los promedios de oferta de precio de venta y arriendo de de-partamentos dentro de las zonas protegidas y las áreas inmediatamente colindantes, duran-te cinco años, dos años antes y dos años des-pués de la declaratoria. Los resultados arrojan un incremento constante de los valores de las zonas patrimoniales y del buffer, en el período siguiente de la declaratoria. Esto permite ase-gurar que no existe un deterioro de las zonas asociadas al proceso de patrimonialización. Por el contrario, el comportamiento de la ofer-ta indica una valorización tanto del área pro-tegida como del sector contiguo. Sin embargo, este incremento no puede ser atribuido exclu-sivamente a la patrimonialización del sector ya que el incremento de la plusvalía coincide con el alza general del valor de mt2 en las dos co-munas que contienen a las áreas declaras, San-tiago y Ñuñoa. Además, se reconocen para el caso de Ñuñoa el impacto de nuevas estaciones de metro en los bordes de las zonas típicas. De todas formas, las zonas típicas presentan un alza constante y significativa de precios, lo que permite suponer alguna incidencia del proce-so patrimonializador en el comportamiento de la oferta inmobiliaria. La escasez de suelo y la baja constructibilidad, unida a los atributos dados a estos sectores por una demanda habi-tacional emergente, explican el fenómeno.

privado inmobiliario respecto de la política patrimonial del Estado. (CCHC, 2017) Para los privados la duplicidad normativa, la falta incentivos financieros a los propietarios de inmuebles y una dispersión de los organismos públicos encargados del tema patrimonial (Fe-rrada, 2014); (Carrasco, 2015), generan un te-rreno complejo para la inversión privada.

Esto redunda, en términos generales, en un deterioro de inmuebles y zonas patrimoniali-zadas. Sin embargo, esta percepción se matiza cuando se analizan las recientes declaratorias de zonas típicas. Reconocen un aumento cre-ciente del fenómeno. Esto lo atribuyen a polí-ticas reactivas por parte de comunidades que ven amenazados sus entornos barriales tra-dicionales por los desarrollos habitacionales densificados en altura. En cuanto al impacto, lo reconocen como heterogéneo, por un lado, existe la visión de que la zona típica, al restrin-gir los procesos de edificación, frena la inver-sión privada, y esto, junto al escaso financia-miento estatal, termina por generar abandono y deterioro de los inmuebles y del sector. Sin embargo, la opinión cambia respecto de las recientes declaratorias, ya que se sostiene que, en algunos casos, los barrios declarados zonas típicas, son atractivos para la demanda habi-tacional de ciertos grupos. Este interés por algunos de estos barrios patrimoniales unido al marco a la restricción de los coeficientes de constructibilidad genera escases, y, por tanto, alza de valores de suelo. Además, se sostiene que las declaraciones de barrios tradicionales contribuyen a otorgar distinción e identidad a estos sectores, transformándose en barrios atractivos, en que la oferta de bienes cultu-rares y de ocio, junto con la escala barrial, se constituyen en el objetivo de un segmento im-portante de la nueva demanda habitacional de las ciudades chilenas. Por ello, no descartan incluso la presencia de procesos gentrificado-res en dichos territorios.

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argumentar que estas alzas responden ex-clusivamente a la patrimonialización del sec-tor, ya que existen otras variables incidentes: aumento general de precios en las comunas, estaciones de metro. También se reconoce en la mayoría de las zonas, el arribo reciente, no masivo de un nuevo perfil de residente de ma-yor poder adquisitivo, que llega atraído por la oferta cultural de ocio y la escala barrial de los sectores. No se aprecia una expulsión masiva de residentes de escasos recursos, aunque se mencionan casos puntuales en algunas zonas típicas, no hay información que respalde ha-blar de desplazamientos significativos. Res-pecto a cambios de programación y nuevos equipamientos de ocio, cultura y gastronomía se aprecian con claridad solo en zonas especí-ficas del barrio Yungay. Por tanto, no es posible afirmar que se está ante un proceso de gentrifi-cación clásicamente entendido, en ninguno de los casos estudiados. Yungay es el barrio que presenta la mayor cantidad de indicadores, sin embargo, su condición de mixtura social y la permanente llegada de población vulnerable, lo aleja de la definición clásica de barrio gen-trificado.

El autor del artículo es el investigador responsable del pro-yecto que contó con financiamiento del CONICYT, para los años 2015-2017. El equipo de profesionales estuvo integra-do por Raúl Olguín, Cecilia Muñoz, Rodrigo Gertosio, Ra-fael Grau y Leonardo Cortés.

(1) Barrios Yungay (2009) , Matta Sur (2016) y San Euge-nio para el caso de la comuna de Santiago; y barrios Villa Olímpica (2016) , Villa Frei (2015) , EMPART- Salvador (2010) y Suarez Mujica (2017) , para la comuna de Ñuñoa. En paréntesis año de la declaratoria de zona típica, por el MINEDUC.

(3) Giovanoni (1873-1947), fue Ingeniero y catedrático de Historia de la Arquitectura italiano, considerado uno de los padres de la restauración moderna.

¿Es posible hablar de proceso de gentri-ficación en las áreas recientemente de-claradas patrimoniales?

De acuerdo a la percepción de los informantes calificados, no es posible afirmar con certeza de que se está ante un proceso de gentrificación producto de la patrimonialización. Sin embar-go, es reconocido el hecho de que ha habido un aumento de los valores de las propiedades y de la renta en las zonas declaradas. Ello no ha generado procesos evidentes de expulsión de residentes, sin embargo, es una preocupación importante de las organizaciones. Es también un efecto claro la revalorización simbólica de los barrios tras la obtención de las declarato-rias, lo que genera un efecto de reconocimiento por distinción, que puede atraer nuevos perfi-les de residentes, así como nuevos programas e inversión inmobiliaria.

Estos antecedentes preceptúales se comple-mentan con información cuali-cuantitativa que se generara en la segunda etapa del estudio: variables de caracterización socioeconómica de las familias, seguimiento de la oferta inmobilia-ria, cambios de uso en el sector y otros.

Mediante el análisis de la percepción de in-formantes calificados, la aplicación de una encuesta a residentes y un estudio del com-portamiento del mercado habitacional en cinco zonas típicas, se analizan un conjunto de atributos que indican un posible proceso gentrificador: comportamiento del mercado habitacional al alza, arribo de habitantes con mayor poder adquisitivo, desplazamiento de población vulnerable y presencia de nuevos programas culturales y de ocio.

El análisis de las variables arroja que existe un aumento significativo de los valores de venta y arriendo de inmuebles en todas las zonas estudiadas, tras las declaratorias patrimo-niales, sin embargo, no es posible con certeza

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Collage vida cultural del barrio patrimonial San Eugenio. Fuente: vecinos barrio San Eugenio mediante las redes sociales.

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El patrimonio está vivo, no es simplemente una declaración de ideas y principios. A través de este artículo, se reflexiona respecto a este concepto, tomando como punto de partida la importancia que tiene el patrimonio sobre el contexto en que se encuentra y la identidad que otorga no solo al lugar, sino a sus habitantes por medio de la historia y el enfoque en la incidencia del cambio climático como política pública. Analizaremos la Maestranza San Eugenio, antiguo instalación es-tación ferroviaria como referente principal junto con los barrios que la rodean.

Introducción

El patrimonio se entiende como la herencia vinculada a la historia del lugar, reconociendo su propia cultura y preexistencia, como un an-tepasado que perdura en el tiempo y que tras-ciende por generaciones. Conceptualmente, este patrimonio se reconoce como un objeto, pero con el tiempo, se ha logrado apreciar sus verdaderos valores los cuales repercuten en la sociedad contemporánea.

Contexto

Las ciudades y particularmente su Patrimonio en desuso, son responsables soli-darios y sensitivos del cambio climático me-diante el desarrollo de sus áreas urbanas es-tratégicas. Estos elementos pueden contribuir a que las consecuencias del cambio climático tengan mínimas consecuencias, tomando me-didas adecuadas. Las ciudades y sus paisajes pueden aportar en la mitigación, el incremento de la resiliencia y la respuesta a los distintos schocks del cambio climático. Existen hoy en día diversas herramientas y estratégicas para abordar éste desafío, integrando el diseño ur-bano, la zonificación, el uso del suelo en los masterplan adaptados a estos desafíos.

De esta manera, con la implementación de me-didas pertinentes en materia de regulaciones y opciones de financiamiento, vemos la posi-bilidad de un cambio de las ciudades. En ese sentido, vemos la recuperación de patrimonio industrial, como un testeo de modelo de desa-rrollo urbano en post del cambio climático.

Resumen

RIELES CON MEMORIA: LA OPCIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Anastassia Nenadovich Yarur & Carlos Maillet Aránguiz

2016 Croquis Tornamesa, Maestranza San Eugenio (c). Anastassia Nenadovich Yarur

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Cuando hablamos de renovación, ésta se ex-presa como el revivir de una entidad por medio de aspectos que no dañen su valor histórico, sino más bien, que le permitan conformarse como parte del contexto. Por consiguiente, se busca determinar espacios en la ciudad que a pesar de su olvido, logren renacer como patri-monio vivo, como agente climático y de susten-tabilidad.

Muchas ciudades otorgan gran importancia a lo moldeado por sus antepasados. Gracias a los patrimonios que se nos han heredado, he-mos sido capaces de conocer los lugares que nos vinculan a las personas que los habitaban, permitiéndonos conocer el contexto tanto en términos sociales, culturales, económicos y geográficos en el que han sido concebidos. Nos hablan de una identidad, tan propia del lugar y que quizás sin ellos no seriamos ca-paces de conocer. Muchas veces estos pasan desapercibidos, ya que las nuevas generacio-nes habitualmente, han perdido el sentido de pertenencia. Es ahí cuando nace la pregunta de cómo los podemos hacer propios al tiempo que estamos viviendo. Esta identidad ha podi-do perdurar cuando el patrimonio pasa a ser de las personas que lo habitan tanto como de agentes exteriores, los cuales también deseen aprender y conocer a través de ellos: una eco-nomía naranja (1).

En ese orden de ideas, existen barrios los cua-les gran parte de su transcendencia proviene de lo preexistente. Es el caso del Barrio San Eugenio, el cual destaca por la suma de pa-trimonio arquitectónico que aún alberga. Su identidad única ha permanecido gracias al continuo vivir de sus habitantes y su rica ar-quitectura. Cuando nuevos habitantes llegan a formar parte de este histórico barrio, tienden a no visualizar sus inicios, su preexistencia. Cobran mucho sentido, las palabras de Fidel Sepúlveda, cuando señala que “el lugar es me-moria construida” ii. Este artículo acusa la

Hoy en día, no valoramos al patrimonio tan solo por su aspecto, antigüedad o singulari-dad, sino que también, por la puesta en valor del capital humano que lo constituye. El arqui-tecto Daniel Libeskind respecto a la memoria que le atañe al patrimonio, señala: “creo que la memoria es la dimensión fundamental de la arquitectura. No es para nada sólo una nota al pie... para mí la memoria es el prin-cipio rector. La memoria es lo que prepara el escenario para conectar el pasado con el presente y el futuro ... Creo que es una parte intrínseca de la arquitectura, la parte princi-pal, porque sin saber dónde hemos estado, no tenemos idea de hacia dónde vamos, no tene-mos ninguna orientación” i. Esto nos lleva a comprender que el valor patrimonial recae en su significado más que por su forma, y su ge-neratriz puede ser muy útil en el sentido de un cambio climático que redunde en una sociedad más resiliente.

Un patrimonio significativo es aquel cuyo valor se otorga bajo un nivel ético donde las interrogantes recaen en la toma de decisio-nes con respecto a cómo enfrentarse a estas memorias del lugar y su incidencia en la eco-nomía ecológica. Se pueden identificar dos formas de acercamiento al renacimiento de éstas supra estructuras, una de ellas es en-frentarse a un patrimonio de forma restrin-gida, reviviendo una imagen del pasado que no logra interactuar con el contexto socio climático y la sociedad actual. Muchas veces puede tener un desenlace positivo, pero en otras ocasiones, puede seguir sin ser valori-zado por falta de sentimiento de pertenencia por parte de la comunidad. La otra manera es que al momento de reinventarse la ciudad, ésta tiene la necesidad de abarcar áreas que contemplan los patrimonios con el objetivo de que sean propios del crecimiento susten-table que se genera en su entorno, potencián-dolos, así para que cobren vida y dejen de ser solo un recuerdo.

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gran interrogante de cómo se le puede devolver la memoria e identidad al lugar, para hacerlas propias de las nuevas y futuras generaciones, otorgándoles así, un sentimiento de pertenen-cia.

Hoy en día un área estratégica del anillo peri-céntrico de Santiago, son los terrenos en desu-so y su patrimonio industrial, entendidos como pieza clave para la vitalización e integrar cam-bio climático con recuperación patrimonial. La resiliencia de las ciudades se encuentra de la mano con la gestión de los monumentos, en el sentido de difundir y proteger estos hitos como áreas de “futura protección”, especialmente dedicadas a la implementación de estrategias y redes de acompañamiento urbano esenciales para los cascos históricos.

La estrategia financiera, tanto de instituciones públicas como privadas podría estar ligada a la exención tributaria si se implementan desa-rrollos los cuales favorezcan el rescate y la pre-servación en virtud de los impactos del cambio climático. La baja emisión del desarrollo urba-no y los análisis de trabajos que coexistan con la resiliencia del patrimonio, pertinencia de su uso y modelo de gestión, son un factor clave para combatir los efectos negativos que sufren climáticamente nuestras ciudades.

Presentamos el caso del Barrio San Eugenio, como un ícono estratégico de resiliencia en áreas pericéntricas con alta influencia de pa-trimonio declarado y no declarado, el cual tie-

ne un buffer de acción sobre el casco histórico de la ciudad.

Desde los principios del siglo XX, Santiago sur-poniente se configuró de tal manera que los espacios productivos estuvieran vincula-dos a conjuntos de viviendas. Las empresas durante años estuvieron activas, formaron los diferentes barrios, otorgándole diferentes fun-cionalidades dentro de la ciudad, pasando a ser parte importante de la vida de sus habitan-

1973 Fotografía aérea barrio sur-poniente. Fuente: Ilustre Municipalidad de Santiago.

2016 Barrio San Eugenio (marcado en rojo) en referencia al crecimiento de Santiago y el Anillo interior. Se puede ver como siempre fue un punto estratégico en relación con el sector sur poniente. (c) Anastassia Nenadovich Yarur.

(1) La Economía Naranja; es el conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual. Según John Howkins, especialista en “industrias creativas”, afirmaba que la ‘economía creativa’ comprende los sectores en los que el valor de los bienes y servicios se fundamenta en la propiedad intelectual.

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brindar equipamiento de salud, cultura y edu-cación para configurar una vida de barrio in-tegrada.

El barrio, se caracterizaba por tener gran can-tidad de trabajo para toda la comunidad. Exis-tían tres focos importantes de trabajo: la ex maestranza, la ex fábrica Yarur y la ex leche-ría, sólo la fábrica Yarur ofrecía tres turnos de 2000 personas lo que les permitía llevar una vida de barrio que hasta el día de hoy perdu-ra. Finalmente la caída de las fábricas llevo a la comunidad a tener que búscar nuevas opor-tunidades viviendo el pulso del barrio sólo los fines de semana.

La Maestranza San Eugenio es una espacio ferroviario de aproximadamente 43 hectáreas que se encuentra entre las comunas de Esta-ción Central y Santiago. Las edificaciones que corresponden a las dos casas de máquinas, taller, dos tornamesas, chimenea industrial y la bodega tanto norte como sur, fueron de-clarados Monumento Nacional de Chile en la categoría de Zona Típica (Área urbana como monumento) y Monumento Histórico por el Decreto Exento nº2050 el 23 de Octubre de año 2007. El terreno de la Maestranza en re-lación al proyecto del Anillo Interior, es con-siderado como un punto que da continuidad al espacio público conformado por el parque

tes junto con entregarles una identidad propia que hasta el día de hoy puede reconocerse.

El Barrio San Eugenio es conocido como el barrio ferroviario y obrero de Santiago, éste comenzó a tomar forma a finales del siglo XIX con la construcción de la Maestranza por par-te de la Empresa de Ferrocarriles del Estado. Sus primeros residentes, al poniente del Club hípico, fueron familias que llegaron a la capi-tal desde el campo y los centros salitreros en busca de mejores oportunidades de vida. Es ahí donde se comenzaron a gestar, en torno a las líneas del tren, las primeras poblaciones. La congregación de Misioneros Redentoristas que se encontraban ubicado en estos terrenos desde 1876, cumplieron una importante la-bor social de otorgarle abrigo, alimentación y atendiendo las necesidades espirituales de los nuevos habitantes. Fue en esta época, cuan-do construyeron su iglesia en estilo neogótico frances en la zona norte de San Eugenio.

Con los avances a lo largo de las décadas y la industrialización del país, el barrio fue con-solidando su vocación obrera dando pie a que muchas fábricas se instalaran en el sector para aprovechar la mano de obra presente en su en-torno.

Uno de los primeros conjuntos obreros que se establecieron fue la población El Mirador, habitada principalmente por trabajadores fe-rroviarios. Luego empezaron a establecerse barrios en torno a las diversas fábricas como lo eran las empresas de textiles, fábricas de le-che y sacos. Estas generaron enormes fuentes de trabajo y dieron origen a importantes con-juntos de viviendas de buena calidad. Entre los conjuntos de viviendas que más destacan del Barrio San Eugenio se encuentran la Po-blación San Eugenio (1933), Población El Riel (1935), Colectivos San Eugenio (1937), Pobla-ción Pedro Montt o Yarur (1938) y Población Arauco (1945), las cuales ponían el acento en

2016 Viviendas y Plaza Barrio Yarur(c) Anastassia Nenadovich Yarur.

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adyacente al cauce del Zanjón de la Aguada, además de integrar y articular el sector sur po-niente con el resto de la ciudad, como un cen-tro capaz de generar un importante proceso de renovación urbana.

El desarrollo inmobiliario en esta zona va de la mano con la evolución industrial, dando ori-gen a viviendas y equipamiento. Cercano a la Estación se puede apreciar una gran diversi-dad de edificios de mediana altura excepto por los que se encuentran en zonas de viviendas, -dado el tamaño del predio y las edificaciones de vivienda colectiva existente-. El diseño ur-bano original seguía el modelo de la ciudad jar-dín. Las viviendas se caracterizaban por tener una plaza central pensada para los habitantes de cada conjunto. Si bien hoy en día, algunas de ellas han sido cerradas otras se mantienen como áreas verdes para el sector.

A pesar del desuso de la mayoría de las infraes-tructuras a causa del proceso de desindustria-lización, en la actualidad podemos ver que las edificaciones aún se conservan en pie, algunas en mejor estado que otras, lo que mantiene la-tente la memoria, lo que hace de este barrio un testimonio vivo de la historia de los procesos sociales relacionados al período de Industria-lización e implementación del Estado de Bien-estar en Chile.

La Maestranza fue una de las estaciones más importantes de la época en la cual había cons-tante movimiento tanto hacia ella como hacia el resto de Santiago. No solo destacaba por su quehacer sino por las oportunidades de tra-bajo que creó. En este sector se comenzaron a generar viviendas cerca de los lugares de trabajo, algo muy característico del barrio. Muchas fábricas se ubicaron cerca de la maes-tranza gracias a su estratégica posición junto a la nueva idea de poder “vivir cerca de donde se trabaja”. Era tal la cercanía, que los obreros podían caminar hasta sus trabajos, esto dado

1973 Operaria trabajando, Yarur Manufacturas Chilenas de Algodón. Miguel Rubio, Museo Histórico Nacional.

a las distancia acotadas, -a diferencia de hoy, que vivimos lejos del trabajo, lo que requiere más tiempo de movilización-.

Transformación de un espacio: desafío del cambio climático

Hoy en día la maestranza se encuentra sin uso. Su perímetro está prácticamente perdido utili-

zándose meramente como zona de estaciona-miento y acopio. Todas las máquinas y edifica-ciones están abandonadas, olvidadas a merced de la corrosión, dormidas en el tiempo sin poder vincularse al barrio que tanto entrega-ron. En su interior se pueden encontrar trenes abandonados de importantes empresas Nor-teamericanas, fiel recuerdo de una época de industrialización, importante a nivel mundial. El proceso de desindustrialización en Santiago tiene como principal consecuencia territorial, el abandono de infraestructuras de gran mag-nitud. Se puede apreciar el patrimonio indus-trial y como sus procesos de cambio afectaron a los habitantes de estos barrios y con ello su identidad. Estos procesos no solo afectaban a las edificaciones en sí, sino que también a la temática social del barrio. Dada su centrali-zación, ubicación estratégica, y conectividad, estos terrenos pasaron a llamar la atención del

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mercado inmobiliario en busca de transformar estos espacios en beneficios unilaterales, olvi-dando a las personas que lo rodeaban, gene-rando la principal vértebra del cambio climáti-co: el desuso insostenible.

Mediante la memoria y vivencias de los habi-tantes que reconocen una búsqueda de vin-culación con los efectos de una ciudad que requiere resiliencia, se logran apreciar estas preexistencias desde una perspectiva local, evitando verlos como vacíos dentro de Santia-go, olvidados y degradados por la obsolescen-cia.

Al recorrer las calles del barrio, se puede apre-ciar la huella de esa época, ver los conjun-tos de viviendas y sus vibrantes fachadas continuas que albergaron a familias obreras, sentarse en las pequeñas plazas donde era el punto de encuentro y centro de la vida en comunidad,

2016 Patrimonio e Hitos Barrio San Eugenio.(c) Anastassia Nenadovich Yarur. Miguel Rubio, Museo Histórico Nacional.

los comercios locales y sencillos que ofrecían distintos servicios a sus habitantes. “Se res-pira allí, la historia de los miles de hombres y mujeres que con su trabajo aportaron al progreso de este territorio y que sus actuales residentes, muchos antiguos funcionarios de la Empresa de Ferrocarriles, se esmeran por mantener viva en la memoria” iii.

La memoria es fundamental para la cons-trucción de la identidad. Es un relato que se va escribiendo de manera colectiva y que gracias a ella, se transmiten los conocimien-tos heredados por la comunidad permitiendo a las personas ser parte de la historia de un lugar. Conocer un espacio implica también, familiarizarse con su historia tanto en ám-bitos espaciales como sociales e históricos. Para que la identidad tenga un valor en la ac-tualidad, tiene que ser más que solo un rela-to, tiene que vivirse y ser puesta en práctica.

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Actualmente, sus habitantes reconocen las lí-neas del tren como una frontera determinan-te. Es importante poder reconocer la historia y arquitectura desde la ingeniería ferroviaria. Es posible identificar un recorrido histórico, sociológico y patrimonial en este territorio, uno de los más importantes en el paso hacia la modernidad de la capital en el siglo XX y que hoy, no se encuentra al alcance de todos.

Se debería responder a esta problemática por medio de intervenciones que tengan como in-tención, establecer una continuidad coherente con la identidad preexistente del barrio. Por medio, por ejemplo, de diferentes programas y usos de los espacios, basados en el concepto de la autoproducción, generando un responsa-bilidad con el clima, con la economía naranja y la sustentabilidad de la geografía. Para eso, es necesario repuntar y remontar a través de la propia historia del barrio, llevando el patri-

monio y la memoria a sus habitantes para que lo sientan tan suyo como sus antepasados. Se espera generar que la comuna sea un foco de interés no sólo a nivel barrial sino para todos los usuarios que muestran interés en temas culturales. Existe la necesidad de reconocer y valorar estos espacios, evitar que sean objeto de proyectos que no responda de forma per-tinente a su historia. Es un lugar que entrega muchas oportunidades y que se deberían tra-bajar para conservar y difundir parte funda-mental de su memoria, devolviéndosela a los habitantes.

El reconocimiento y la valoración del patrimo-nio por parte del municipio permite la genera-ción de condiciones que busquen potenciar un desarrollo armónico con la preexistencia ba-rrial, actuando así el patrimonio físico y la me-moria, como la base desde la cual se proyecta el futuro del barrio. El Colectivo Rescata, equi-

2016 Plano Barrio San Eugenio. Desindustrialización para fines del año 1990.(c) Anastassia Nenadovich Yarur.Miguel Rubio, Museo Histórico Nacional.

2016 Plano Barrio San Eugenio con sus patrimonios y barrios.(c) Anastassia Nenadovich YarurMiguel Rubio, Museo Histórico Nacional.

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po interdisciplinario en busca de la conserva-ción y difusión de patrimonio cultural chileno tanto tangible como intangible, señala que al solo proteger el patrimonio no es suficiente, es necesario pensar en una renovación para el barrio. Entenderlo como una oportunidad de desarrollo más que como un problema, una potencialidad en donde se puede llegar a beneficios no solo a nivel barrial sino que también para el resto de la ciudad. Una de sus principales características, y que lo hacen un punto estratégico son su centralidad y co-nectividad junto con terrenos a gran escala, lo que permite una potencial renovación que beneficie a los residentes cercanos y lejanos. Se trata de devolver al lugar su funcionalidad y condición de zona de producción desde un nuevo punto de vista por medio de diferentes programas y usos de los espacios.

Los vecinos del barrio han dado a conocer su vi-sión con respecto a que buscan en el desarrollo de su barrio teniendo a la función residencial como factor más importante a conservar. Así también, evitar la aparición de bodegas y talle-res que fragmenten el sector residencial como ha ocurrido en otros barrios. También evitar la llegada de grandes empresas que acaben con los negocios locales, los que son característicos del sector, generan puntos de encuentros, cumplen una función económica y de autosuficiencia, siendo parte de la esencia del barrio.

“Ojalá ir más allá de los centros culturales (…) apuntar hacia una renovación que mantenga el uso residencial, que es muy importante en el barrio y en la escala industrial buscar usos mixtos que entreguen servicios a estas áreas residenciales. En ciertos sectores donde ya

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no existen patrimonio, ni físico ni intangible, hay manzanas que ya están abandonadas o son puros talleres, ahí se pueden hacer cosas. Lo importante es no olvidar el origen de estos barrios” iv.

Se trata de un patrimonio ubicado en un punto estratégico del anillo, unificando la comuna de Estación Central, Santiago Cen-tro y Pedro Aguirre Cerda, como un vértice articulador, además de encontrarse junto al zanjón de la aguada y el nuevo parque que lo acompaña. Una manera de potenciar el barrio abarcando el patrimonio de forma que consolide este punto dinámico creando un área de interés “unificadora”, que se de-finía como un espacio social y cultural pa-trimonial. Para esto, la Maestranza de San Eugenio tiene que ser reconocida y acogida

Collage Barrio y Memoria en torno a la Maestranza (c) Anastassia Nenadovich Yarur.

por el Parque del Zanjón de la Aguada e in-corporada como parte de su programa a en su extremo poniente, en el cual se pueden otorgar actividades representativas y de in-terés barrial que hagan memoria a su pre-existencia, crear espacio público en base a su propia historia.

El patrimonio es necesario porque represen-ta a la historia. En la medida que el patri-monio es permanente y que transciende en el tiempo, esa sociedad potenciar y generar identidad. El legado que ha dejado la maes-tranza nos permite leer un momento impor-tante en la historia del barrio San Eugenio y su patrimonio, a medida que este pase a formar parte del presente siendo un valioso archivo cultural de su preexistencia.

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“‘Y pienso que el concepto de patrimonio cul-tural recibe en parte su sentido, precisamente, del hecho de que da cuenta de ese trabajo de hacer el mundo y por lo tanto de esa forma de traspasar la realidad y poder hacerse cargo del tiempo presente’. O sea, el hacerse cargo del pasado significa una acción, una demora, una energía, un trabajo, una dedicación sobre ese presente pero que tiene que ver con elementos del pasado y que permiten esa trascendencia. Si en esa operación de hacer la realidad ocurre la identidad ahí se entiende ese sentido” v.

El patrimonio es un elemento vivo porque no está constituido simplemente por obje-tos e inmuebles, sino que por el valor que la gente otorga a esos elementos. Por lo mismo, el patrimonio está en constante desarrollo y crecimiento y es un factor vivaz frente a los efectos requeridos de la resiliencia urbana.

2016 Croquis trenes abandonados en la Maestranza San Eugenio. (c) Anastassia Nenadovich Yarur.Miguel Rubio, Museo Histórico Nacional.

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v Mario Ferrada. Panel Crítico coloquio Regional: “El Pa-trimonio ¿Bien común o bien de mercado?” (2016). Auditó-rium Facultad de Arquitectura, Universidad de Valparaíso, Chile.

vi Fidel Sepúlveda. “Patrimonio, identidad, tradición y creatividad”, Editorial Centro de Investigaciones Diego Ba-rras Arana. (2010). Santiago, Chile.

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ix Biblioteca Nacional de Chile, Memoria Chilena, Bibliote-ca Nacional de Chile.

x DIBAM, Direccion de Bibliotecas, Archivos y Museos.

xi Umberto Bonomo (Doctor Arquitecto y académico UC), Macarena Ibarra (Doctora historiadora y académica UC),

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PROYECTO SAN EUGENIO COLABORANTE. PROPUESTA DE PLANIFICACIÓN URBANA DESDE UN MODELO DE INTERVENCIÓN MIXTO

Luis Rolando Rojas Morales

rrollar y activar las zonas centrales, así como fomentar la recuperación de la identidad de los territorios en proceso de deterioro se conside-ran relevantes. El potenciamiento de las redes sociales existentes en los barrios, permite ha-cer frente a procesos de reconfiguración de cla-se en el espacio urbano como la gentrificación, la cual suele emerger en lugares centrales, con infraestructura obsoleta, suelos de bajo precio y alta calidad arquitectónica.

Propuesta de intervención y gestión territorial

San Eugenio colaborante, -como una pla-taforma de acción para la interacción de dis-tintos actores comprometidos con el desa-rrollo social y urbano-, plantea un modelo de intervención mixto, el cual nace frente a la necesidad de generar y reconocer iniciativas las cuales consideran vectores distintos a los tradicionales para la intervención territorial.

La visión y construcción colectiva de acuer-dos relativos al uso y tratamiento de los bienes culturales patrimoniales ha sido una instancia relevante en los últimos cincuenta años, a los cuales las intervenciones propuestas en el pre-sente plan se inscriben. Entre los documentos fruto de reuniones y congresos que aportan al proceso de reconocimiento y protección del patrimonio industrial destacan, inicialmente y a un nivel general la Carta de Venecia (1964) y luego a un nivel específico, la Carta de Nizhny Tagil del año 2003. Así también, el promover la generación de instancias de desarrollo terri-

El barrio, como sumatoria de la ar-quitectura construida a lo largo del tiempo en un determinado espacio físico de la ciudad y con un relato común, invita a las instituciones, los arquitectos y urbanistas, a pensar en nue-vas estrategias que permitan generar mayores grados de compatibilidad e integración entre el medio construido y sus habitantes. La incor-poración de instancias no materiales como la participación ciudadana resulta fundamental para un éxito de estos procesos.

El proyecto San Eugenio Colaborante (2020-2030), es una propuesta teórica experimental de planificación para el desarrollo territorial en base al patrimonio cultural arquitectóni-co del barrio histórico San Eugenio, ubicado en la zona sur poniente del área central de la ciudad de Santiago. Aborda la recuperación de inmuebles e infraestructura industrial obsole-ta, equipamiento social y espacios públicos a través de una propuesta de gestión que consi-dera a la comunidad como pieza fundamental del proceso. En este sentido, la propuesta in-corpora directamente a organizaciones locales en el plan de gestión para la recuperación y reactivación del barrio. En definitiva, se pro-pone un modelo de intervención mixto, en que se articulan acciones de abajo hacia arriba (co-munidad organizada) y de arriba hacia debajo (organismos públicos).

Es importante mencionar, que la ciudad de Santiago continúa intermitentemente con el proceso de expansión iniciado en la década de 1970. Es por esto que las acciones para desa-

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torial endógeno, es parte de las recomendacio-nes de organizaciones supranacionales tales como la OCDE, que en su documento Ciudades Competitivas en la Economía Global (2006), declara que los procesos de desarrollo son más efectivos cuando surgen como iniciativas al in-terior de los propios territorios.

A nivel internacional, una serie de recomenda-ciones argumentan la pertinencia de creación de planes de gestión patrimonial desde los gobiernos locales. La más destacada es la De-claración de Lima (2007), orientada a la ges-tión en torno a la recuperación de los centros históricos. El Documento, declara que las po-líticas públicas nacionales deben tener como objetivo humanizar la ciudad, fomentando y controlando técnicas urbanas de planificación flexible y estratégica aplicadas a la gestión de las áreas históricas en su vía de recuperación. Así también, reconoce a los municipios como la instancia idónea para orientar un desarrollo urbano integral, a la vez que innovar en torno a los modelos de intervención.

Desde 2013, la recuperación y uso del lega-do cultural se ha definido como un elemento importante, considerado dentro de la Política pública relativa al desarrollo urbano en Chile. En el documento Política Nacional de De-sarrollo Urbano, Ciudades Sustentables y Calidad de Vida (2013), se reconoce “la res-ponsabilidad del Estado y de los ciudadanos respecto del resguardo, mantención, puesta en valor y difusión del patrimonio cultural, en tanto bien social que beneficia a los ciuda-danos” (2013:21). Así también, se manifiestan en este documento otras consideraciones ta-les como; el aumento de los recursos públicos para la salvaguarda del patrimonio cultural y consideraciones culturales en el diseño de los espacios públicos de estas áreas. En materia de participación ciudadana, la misma política lla-ma a “considerar la participación ciudadana como el derecho de las personas a involucrar-

se en la construcción del lugar que habitan (…) La institucionalidad debe garantizar dicha dimensión fundamental del desarrollo urba-no sustentable” (2013:26).

La capacidad de las organizaciones locales para constituirse en agentes de desarrollo activo efectivo en los territorios, ha sido de-mostrada en un sinnúmero de casos asocia-dos a barrios históricos con o sin protección patrimonial formal en la ciudad de Santiago de Chile (Rojas, 2013), iniciativas las cuales involucran importantes niveles de participa-ción ciudadana (Arnstein, 1969). San Eugenio colaborante (2020- 2030) considera además, el fortalecimiento de las capacidades de ges-tión de los residentes y sus distintas organi-zaciones, de manera que el proceso de gestión permita que en un futuro, puedan enfrentar de manera autónoma la gestión de nuevos proyectos de mayor complejidad, necesarios para la conservación y activación del entorno patrimonial en que habitan.

Imagen 1. Patrimonialización propuesta Nacional y exis-tente local. Fuente: propia, 2018.

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Imagen 3. Intervención del Cine Septiembre. Fuente: propia, 2018.

Imagen 2. Intervención Corporación Santiago Watt. Fuente: propia, 2018.

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Proyectos detonantes

Los proyectos detonantes se asocian a tres li-neamientos de intervención, los cuales abor-dan diversas dimensiones del territorio.

Lineamiento Nº 1; operar en base a preexis-tencias: recuperación del patrimonio cultural arquitectónico, potenciando usos existentes y reciclando edificios en abandono o subutiliza-dos, entre los que se incluye el espacio público del barrio.

Lineamiento Nº 2; desarrollo social y hu- mano: potenciamiento de usos culturales vinculados a la difusión de la cultura local y el desarrollo humano y social tales como una nueva biblioteca y archivo del barrio, Centro deportivo comunitario, Museo de la indus-trialización y centro de adultos mayores.

Se considera el reconocimiento de las organi-zaciones existentes en el territorio, incorpo-rándolas como un agente de gestión y explo-tación de los proyectos propuestos. Además, se espera que de manera participativa definan una bateria de proyectos viculados a seguri-dad ciudadana, cultura, deporte, espacio pú-blico, entre otros.Lineamiento Nº 3; desarro-

Imagen 5, 6 y 7. Huertos urbanos de línea y de punto. Fuente: propia, 2018 autor.Imagen 4. Museo Ferroviario ex Maestranza San

Eugenio. Fuente: propia, 2018 autor.

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llo económico: generación de instancias para el desarrollo económico del territorio tales como un centro comercial y una incubadora de negocios relacionados a microempresas locales.

Para el desarrollo de estos tres lineamientos se definieron seis proyectos detonantes, los cuales son; (a) la Corporación Mutual San-tiago Watt como Centro del adulto mayor, (b) rediseño del espacio público en vías estraté-gicas (c) Cine Septiembre como una incuba-dora de emprendimientos de tipo artesanal y

micro empresas locales (d) Sede del sindicato de Molineros San Cristóbal como Biblioteca y Archivo histórico del barrio (e) ex Estadio Fe-rroviario San Eugenio como un Centro depor-tivo comunitario y (f) Maestranza San Euge-nio como Parque Urbano, Museo Ferroviario y centro comercial.

Finalmente, como parte de la propuesta se es-bozan algunos criterios de intervención para los cinco edificios a intervenir, en base a los atributos patrimoniales de cada uno de ellos detenta.

Referencias

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Imagen 9. Plan de gestión mediante Modelo de intervención mixto. Fuente: propia, 2018.

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Imágenes 10 y 11. Actores vinculados a los distintos proyectos. Fuente: propia, 2018 autor.

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PROPUESTA DE LINEAMIENTOS PARA INTERVENCIONES DE GESTIÓN PATRI-MONIAL EN EL BARRIO OBRERO Y FERROVIARIO SAN EUGENIO DE LA COMUNA DE SANTIAGO DE CHILE

Martín Macías Barra

Introducción

La actividad industrial en Chile tiene su im-pulso a fines de la primera mitad del siglo XIX, siendo potenciada con el inicio de la actividad ferroviaria, nacida gracias a las necesidades de extracción, producción y exportación mi-nera (1). Con ello, este tipo de actividad logró consolidarse como la principal en el país en la época. El rol de los ferrocarriles fue funda-mental para masificar la industria nacional, mejorando la conectividad entre los diversos sectores de Santiago, materializándose con la construcción del primer ferrocarril entre la re-

El presente artículo propone una se-rie de lineamientos de carácter práctico que tienen como objetivo orientar la constitución de planes o propuestas de intervención en los hitos considerados patrimoniales del Barrio Obrero y Ferroviario San Eugenio, con un enfoque participativo y comunitario. Estos lineamientos se confeccionaron a partir de la historia del barrio y de sus hitos y elementos patrimoniales, su aporte a la historia de la actividad industrial chilena y a los trabajos realizados directamente con los habitantes y dirigentes del Barrio mismo, donde ellos definieron su visión sobre el patrimonio y la forma en que debería gestionarse; asimismo, identificaron problemas relacionados con el mal manejo de los espacios públicos locales que pueden afectar negativamente dicha labor, involucrando la gestión tanto legislativa, por la Ley 17.288 sobre Monumentos Nacionales, como de las autoridades a partir principalmen-te de las municipalidades de Estación Central y Santiago por sus Planes Reguladores Comu-nales. Se profundizó en la matiz material del patrimonio, para relacionarse con el contexto de puesta en valor del patrimonio industrial local, siendo la manifestación predominante del barrio.

Fotografía exterior de la Central de Leche.Fuente: Colectivo Rescata.

El presente artículo corresponde al traba-jo de práctica profesional efectuado por el autor en el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile, año 2013. Profesor Guía: Walter Imilán. Profesional a cargo: Carmina Arcos.

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gión y Copiapó en 1851, terminando su función hasta 1858, y cinco años más tarde con la cons-trucción de la línea con Valparaíso.

La actividad ferroviaria se consolidó en la ca-pital con la construcción del Ferrocarril de Circunvalación de Santiago por parte de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, EFE, a fines del siglo XIX, siendo el eje vertebral del paisaje y las actividades industriales y masifi-cando la industrialización y urbanización de la ciudad de Santiago (2). Se extendió entre Ma-pocho, Ñuñoa, Alameda y la ciudad alusiva, extendiéndose 13 kilómetros aproximadamen-te. Durante su construcción se logró establecer la Primera Estación Central, debiendo reubi-car sus estructuras metálicas en un espacio más amplio, lográndose con la Construcción de la Maestranza San Eugenio en 1890 a ma-nos de EFE, y más adelante uno de los barrios industriales más importantes en Santiago: el Barrio Obrero y Ferroviario San Eugenio (3).

Este barrio, ubicado entre las comunas de Es-tación Central y Santiago, se consolidó como uno de los hitos más importantes de la activi-dad industrial tanto de la región como del país, gracias al fomento de la misma Maestranza de esta actividad, logrando su expansión y con-solidación, conformando un paisaje industrial distintivo que conformó el territorio simbólico de sus obreros. Su origen se remonta a la Ley de Habitaciones de los Obreros de 1906, naciendo las primeras poblaciones que le dan origen, siendo la primera en construirse y entregarse a sus obreros la Población San Eugenio en 1911 y la última la población Arauco en 1945.

Ya con la caída de la actividad industrial en los 80’, las industrias comienzan a ser abandona-das y quedan sólo como un vestigio de lo que Santiago alguna vez fue. El mismo barrio co-mienza a sufrir un proceso de deterioro debido a la expropiación de tierras a manos de EFE, propiciando el derrumbe de las casas y las

mismas industrias para la implementación de proyectos inmobiliarios en la actualidad. No obstante lo anterior, hay un fenómeno que se está masificando: los movimientos de respues-ta comunitarios ante estos eventos, por parte de los residentes actuales, de defensa y puesta en valor de su barrio y el legado que mantiene su memoria e historia (4).

Considerando el contexto actual de puesta en valor, urge definir lineamientos que per-mitan definir mecanismos de intervención que ayuden a su debida protección, con el fin de armonizarse con los demás ámbitos que comprenden las políticas públicas y privadas para el desarrollo territorial y que por ello no se considere un obstáculo para el desarrollo y crecimiento económicos. Para ello, en palabras de Ibarra y Bonomo (2012), hay que tener en cuenta “La importancia de recuperar los anti-guos espacios que mantienen vigente y enalte-cen la memoria obrera, por lo que no se puede disociar. Los modos de vida asociados a los respectivos modos productivos de la actividad industrial (ferroviaria en el caso), debe recupe-rarse a través de una clara articulación de esos espacios físicos con el patrimonio intangible que les dio vida” (5).

Para un mayor entendimiento de cómo llevar-los a cabo, hay que aclarar que los lineamientos en sí son un conjunto unido de proposiciones para orientar los mecanismos de intervención, a partir de ideas base que ayuden a poner en valor y proteger a los barrios con potencial pa-trimonial, que permiten definir su identidad y otorgar su carácter simbólico.

El presente artículo buscará llegar a una apro-ximación aplicada al Barrio Obrero San Euge-nio sobre los conceptos que definen su patri-monio, para proponer ideas que puedan servir para futuras intervenciones en su patrimonio con carácter participativo directo, acorde a la realidad local pero sin ignorar los cimien-

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-Al Poniente, por Exposición, por los alrede-dores de la Estación Central de Santiago y la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE).

Problemática

El Barrio San Eugenio posee un imaginario actual de defensa por el patrimonio (6), mate-rializándose a partir de diversas actividades culturales y sociales desarrolladas por sus ha-bitantes, materializándose en la Declaratoria de Zona Típica para proteger su patrimonio (7). No obstante lo anterior, hay un conflicto generado a raíz de esta declaratoria, identifi-cándose 2 matices:

-La primera guarda relación con el grupo de residentes que está a favor, reunidos en tor-

tos que le dieron origen, pretendiendo ser una guía para los organismos que lo intervengan.

Delimitación

El Barrio Obrero y Ferroviario San Eugenio, se emplaza entre las comunas de Estación Central y Santiago, al sur poniente. Sus límites, como se puede apreciar en el mapa 1, son los siguientes:

-Al Norte, por Avenida B. Encalada, cerca de la Población Ferroviaria.-Al Sur, por Centenario, en la Maestranza San Eugenio (Estación Central), incluyendo su sec-tor sur, y la Ex-industria Textil Yarur-Machasa. Colinda con la Comuna de Pedro Aguirre Cerda. -Al Oriente, por el sector ubicado en las cerca-nías y en el mismo Club Hípico.

Mapa 1: Límites del Barrio Obrero y Ferroviario San Eugenio. Autor, año 2013.

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no principalmente al “Colectivo Rescata” y la ONG “Vecinos Barrio San Eugenio” (en el últi-mo caso, cuya representante es Wilma Varela). Se afirma que al declararse Zona Típica se pro-tegerá al barrio, en especial para hacer frente a la demolición de casas debido a expropiaciones de terrenos para proyectos inmobiliarios, con-llevando a una consecuente protección legal, incidiendo en los Planes Reguladores Comu-nales de las comunas delimitantes.

- La segunda matiz, se conforma por los resi-dentes que se oponen, procediendo de las po-blaciones Arauco, Nueva San Eugenio I, Nueva San Eugenio II, Pedro Montt y Yarur. Este gru-po, comandado por la Junta de Vecinos “Fran-cisco Bascuñán Guerrero”, argumentan que el sector ya tiene una delimitación de Zona de Conservación Histórica, desde Marzo de 2012 (8), por lo que no creen necesaria una mayor intervención, con lo que al aprobarse esta de-claratoria “no podrían arreglar sus fachadas ni intervenir sus propiedades, además de afectar la realización de las actividades relacionadas con el comercio” (9).

Metodología

La metodología empleada en la práctica, cons-ta de tres etapas:Primera etapaSe llevó a cabo una recopilación bibliográfica acerca de la historia de la actividad industrial en Santiago y del Barrio respectivo, al igual que los elementos y atributos que definen su patrimonio, así como una mirada teórica sobre elementos que servirán para los lineamientos de intervención, al igual que las convenciones internacionales que tratan sobre el patrimonio industrial y sus lineamientos para intervenir los elementos considerados patrimoniales; se buscó problematizar entre el aspecto material e inmaterial para ver su verdadera importan-cia como elemento que determina la identidad e historia de los grupos sociales.

También se incorporó la declaratoria de Monu-mento Histórico de la Maestranza San Euge-nio, el expediente técnico de la propuesta de declaratoria de Zona Típica del Barrio llevado a cabo por la ONG “Vecinos Barrio San Eu-genio” y el Colectivo “Rescata”, la respuesta de tal declaratoria por parte de Patricia Mera y los concejales de la Comuna de Santiago, y los recursos bibliográficos y electrónicos perti-nentes que den cuenta del estado del barrio. De la misma manera, se llevó a cabo una revisión del marco legal adecuado para las temáticas tratadas en el presente artículo.

Segunda etapa

Consistió en la proposición de una superficie concreta a intervenir, identificando sus atribu-tos y elementos patrimoniales, conjuntamente con las amenazas y presiones que evidencien estado de vulnerabilidad. Para este fin, se em-pleó el formulario establecido por el Consejo Nacional de Conservación y Restauración, CNCR, en su versión más actualizada (10), y asimismo se efectuó un trabajo cartográfico para espacializarlos, usando el SIG (Sistema de Información Geográfica) ARCGIS Versión 9.3. Se efectuaron salidas a terreno al Barrio, con el fin de recabar la información necesaria de su estado, de sus instalaciones industriales (en especial las consideradas patrimoniales) y las demás edificaciones, usando el recurso fo-tográfico.

Tercera etapa

Esta última etapa consistió en trabajos direc-tamente vinculados con los dirigentes y veci-nos del Barrio San Eugenio. Esta etapa se divi-dió en dos sub-etapas.

La primera consistió en un trabajo con actores clave del barrio, efectuándoseles una entre-vista semi-estructurada, con el fin de recabar información contextualizada sobre conflictos,

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intereses, oportunidades en las que se puede invertir en el patrimonio y debilidades que lo puedan afectar al igual que a los habitantes.

Estas personas se escogieron por su conoci-miento del barrio, su contexto social, los pro-blemas y conflictos que deben enfrentar los vecinos (incluso entre sí) y lo que ellos desean que se haga en él. Dichas personas fueron:

-Luis Tapia, Presidente del grupo de socios del Club Deportivo Ferroviarios. Se optó por esco-gerlo al tener un conocimiento sobre el Estadio Ferroviario Hugo Arqueros, uno de los princi-pales hitos patrimoniales del barrio.

-Doris González Lemunao, vocera de Movi-miento de Pobladores UKAMAU. Se eligió al considerarse una integrante reciente del ba-rrio, todo esto por participar directamente en un proyecto habitacional ganado por subsidio por el movimiento respectivo, construyéndose en el sector norte de los terrenos de la Maes-tranza San Eugenio.

-Wilma Varela, presidenta de la ONG “Vecinos Barrio San Eugenio”. Se escogió por su valio-sa información sobre la historia del barrio, al igual que de los elementos que lo identifican como tal. Además, ella está a cargo de la ONG alusiva y de las diversas actividades sociales alusivas a la protección del patrimonio barrial, de carácter comunitario y asociativo, desta-cándose el Grupo “Colectivo Rescata”.

La segunda sub-etapa consiste en la realiza-ción de un taller de cartografía participativa en coordinación con los representantes de la ONG “Vecinos Barrio San Eugenio” y los actores cla-ve citados anteriormente, el cual se realizó en las dependencias de Pedro Marchant, vecino del mismo barrio. En la instancia, participa-ron, además de Pedro, Wilma Varela y su mari-do, Alejandro Ortega y Luis Tapia. Se trataron en el taller temas alusivos con el patrimonio,

abordando el número de hitos considerados patrimonio por ellos y su estado material-funcional. En segundo lugar, se trató sobre los límites del Barrio, tanto histórico como actual. En tercer lugar, se trabajó sobre los problemas que ocurren en su entorno y afectan la convi-vencia, tanto en sus prácticas sociales como en la puesta en valor y la protección del patrimo-nio local, siendo tanto internos como externos. Por último, se abordó el tema de infraestructu-ra que deseen intervenir y proteger.

Resultados

Primera parte: Entrevistas a dirigentes.

A partir de los relatos obtenidos por los actores clave, se abordaron tres temáticas: la primera, guarda relación con el deterioro del patrimo-nio local; la segunda, con los conflictos y agen-tes generadores de los mismos, y la tercera, con sus propias propuestas para intervenir en el barrio.

A modo general y respecto a la primera temáti-ca, los entrevistados destacan como problema principal el deterioro que ha sufrido el patri-monio barrial por parte de las autoridades lo-cales, así como la política habitacional vigente que afecta negativamente el entorno del barrio al no construir ciudad integrada y participati-vamente. Se destaca como hecho importante el proyecto inmobiliario privado que buscaba implementarse en los terrenos del Estadio Fe-rroviario, después del incendio sufrido el año 2012, señalado por Luis Tapia.Al hablar de la segunda temática, Doris González enfatiza el déficit habitacional del barrio como uno de los principales conflictos, criticando la labor del Servicio de Vivienda y Construcciones, ex-poniendo que “no ve con buenos ojos que los ‘pobladores’ se hagan cargo de sus propios pro-yectos”(11). Wilma destaca los conflictos liga-dos a la Declaratoria de Zona Típica del barrio, debido a sus detractores y defensores, y en la

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falta de compromiso en los asuntos concer-nientes a la gestión barrial (manejo de basura, seguridad, etc.).

Por último, referente a las propuestas que tie-nen para proteger el barrio, todos abogan por una mayor participación de los residentes, ya que consideran que la organización social es clave para que las personas se concienticen so-bre la importancia de defenderlo. En este caso, ellos desean una construcción de Barrio, bajo las temáticas de sus intereses. En el caso de Luis, desea un nuevo complejo deportivo para recuperar la cultura deportiva de sus habitan-tes y consolidarla como actividad social. En el caso particular de Doris, sugiere una mayor dotación de colegios a los ya existentes, áreas verdes, consultorios y otros equipamientos. Wilma, por su parte, aboga por una partici-pación más activa de los residentes del barrio en los temas relacionados con el patrimonio y otros relacionados con la vida cotidiana, a tra-vés de las actividades sociales y culturales que ofrece.

Segunda parte: cartografías generadas.

Al hablar, en primera instancia, de los elemen-tos considerados patrimoniales identificados por los participantes, se puede constatar una cantidad considerable, con 34 hitos y, tal como lo evidencia el mapa 2, presentan un patrón de concentración en el sur poniente del área de trabajo, en las avenidas Bascuñán Guerrero y General Rondizzoni, destacando la Maestran-za San Eugenio, El Estadio Hugo Arqueros, las tornamesas y taller de trenes, la ex-fábrica de sacos Almaneda y el Colectivo Hermanos Ca-rrera, y un patrón similar al sur oriente, con-centrando la Ex-Industria Textil Yarur, el Ex-Cine Septiembre y la Población Pedro Montt. Una mención especial se le puede dar a la Co-misión del Partido Comunista (PC) hecha en-tre los años 1976 a 1977, mejor conocida como “La Ratonera” (12) , donde se produjo la desa-

parición de siete dirigentes en plena dictadura militar. En la tabla 1, se enumera el listado de hitos identificados.

Respecto al estado de presencia, se destaca una importante presencia de hitos patrimo-niales vigentes al día de hoy, cuya concentra-ción, al observar el mapa 3, se da a lo largo de las avenidas San Alfonso y el Mirador. Hay casos, como el Club de Rayuela “El Riel” y el Estadio Hugo Arqueros que en la actualidad no están vigentes, considerándose como hitos desaparecidos.Al consultar a los participantes sobre zonas en peligro de desaparecer, se en-marca el área que comprende el Estadio Hugo Arqueros, los terrenos de la Maestranza San Eugenio y la Población El Riel, en contorno amarillo como se puede observar en el mapa 4, debido principalmente a la instauración de

Tabla 1: Enumeración de los hitos patrimoniales del Barrio, identificados por los participantes. Autor, año 2013.

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Mapa 2: Espacialización de los hitos patrimoniales del Barrio. Autor, año 2013.Mapa 3: Estado de vigencia de los hitos patrimoniales del Barrio. Autor, año 2013.Mapa 4: Zonificación de áreas en peligro de desaparecer. Autor, año 2013.Mapa 5: Límites consultados del Barrio San Eugenio. Autor, año 2013.

futuros proyectos inmobiliarios.

Al aludir de los límites del barrio, se logró ob-tener un límite histórico y uno actual, con una gran semejanza entre ambos, con la diferencia de que el límite histórico no abarca la Maes-tranza san Eugenio, como puede apreciarse en el mapa 5.

Mencionando las amenazas que afectan a la convivencia y al patrimonio del sector, se identificaron 7 amenazas espacializadas en el

mapa 6, siendo los siguientes:

-Drogadicción, en la avenida El Mirador.-Ruidos molestos por talleres mecánicos en Bascuñán Guerrero, y por camiones y buses en San Dionisio y Las Azucenas Respectivamente.-Parqueadero municipal en las inmediaciones del Estadio Hugo Arqueros, siendo además foco de basurales.- Inmigración entre las calles Santa Margarita, Manuel de Amat y Gaspar de la Barrera.-Expropiaciones desde la calle Santa Margarita

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Mapa 6: Amenazas catastradas en el barrio. Autor, año 2013.

hasta la avenida San Alfonso, implicando la de-molición de casas para proyectos inmobiliarios.

Finalmente, las propuestas de intervención patrimonial consultadas se basan en con-servación y reutilización de las edificaciones tradicionales. Entre las destacadas son la res-tauración de los adoquines de las avenidas An-tofagasta y San Alfonso y los rieles dentro de la respectiva maestranza. También se desea la implementación de centros culturales, prin-cipalmente en la casa en la que habitó Héctor Pavez (13), músico folclórico residente del ba-rrio. Finalmente, se desea la restauración del Estadio Hugo Arqueros a un complejo deporti-vo. La espacialización de estas propuestas está en el mapa 7.

Propuesta de lineamientos

A partir de los trabajos en terreno y de carácter participativo en el transcurso de la práctica, se ha podido generar la siguiente propuesta de li-neamientos de gestión patrimonial del Barrio San Eugenio, siendo los siguientes:

Mapa 7: Propuestas de intervención patrimonial en el barrio. Autor, año 2013.

1) Vincular el patrimonio con los habitantes: Sin duda una labor compleja debido al con-flicto presente en el barrio respecto a la Zona Típica, aun cuando tengan como punto común el abordar la protección de lo que ellos consi-deran patrimonio. Por ello, la tarea consiste en algo más que concientizar a las personas sobre la importancia del patrimonio en el barrio; se trata más bien de reconocer la existencia de elementos que definen su patrimonio, y que se puede gestionar a partir de una acción comu-nitaria integradora que incentive una puestaen valor del patrimonio, tal como Prats lo expone (14). En este sentido, no hay que forzar a los re-sidentes a reconocer estos elementos y menos su importancia, sino que llegar a consenso so-bre la importancia del patrimonio y los discur-sos sobre las necesidades básicas que requiere el barrio, sin ser un obstáculo para fomentar el progreso de este barrio sino como un elemento que permite llegar a él.

2) Generar instancias de participación y con-sulta ciudadanas directas para lograr una intervención vinculante: Esta labor debe lle-varse a cabo por las autoridades competentes

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que gestionen el patrimonio, para vincular a los residentes con una gestión conjunta de su patrimonio. Lo importante es que no se vea esta gestión como una mera conservación de las estructuras tangibles, puesto que es una construcción social (15).

3) Generar instancias de mediación de conflic-tos: Está claro que al momento de planificar cualquier espacio, siempre se presentarán con-flictos ya que se presentan los diversos intere-ses para este fin. Se debe principalmente a las diferencias que se producen en la percepción que los distintos actores tienen del espacio, al atribuírsele su valor simbólico desde diversas perspectivas y cuya representación alusiva se traduce en los mapas e imágenes mentales, recorridos, construcciones y otros generados (16). De allí que las necesidades de planificar-los, con los elementos que los distintos grupos sociales consideren importantes para su iden-tidad y funcionalidad, difieran entre sí, puesto que dependerán del contexto en donde se es-tablezcan y por el cual surjan y se mantengan, siendo desde el mismo patrimonio hasta servi-cios básicos como alcantarillado, agua potable, vivienda, etc.

4) Identificar conjuntamente sitios potenciales para una correcta recuperación y reutilización de estructuras patrimoniales que sirvan para establecer espacios de integración comuni-taria: Es importante trabajar conjuntamente entre los residentes y las autoridades locales y sectoriales vinculadas al patrimonio, para identificar los elementos con potencial con el fin de gestar una reutilización de las estruc-turas y espacios patrimoniales asignándoles actividades similares a las asignadas como función primaria, para contribuir con su recu-peración. En otras palabras, se deberán iden-tificar conjuntamente qué estructuras deben salvarse, reutilizarse, reubicarse o conservar-se, para su posterior vinculación a las propues-tas de intervención patrimonial.

5) Instaurar otras actividades para potenciar el comercio local: En relación con el punto anterior, el Barrio presenta elementos patri-moniales y estructurales suficientes para ins-taurar otras actividades que permitan su re-utilización y consecuentemente contribuyan con la puesta en valor del patrimonio para suprotección. Un ejemplo que podría servir es la reactivación del comercio local, siendo negocios de pinturas, esculturas que plasmen las edificaciones más importantes del sector, recuerdos, etc., con el fin de fomentar la in-tegración de sus residentes a actividades que generen recursos para ellos mismos y para el desarrollo local.

Conclusiones

El Barrio Obrero y Ferroviario San Eugenio posee elementos patrimoniales, lo que deter-minaron la definición de los límites de la Ciu-dad Moderna de Santiago a partir de la acti-vidad industrial, constituyéndose como un referente, siendo la Maestranza homónima su principal representante regional y urbano. Sin embargo, y debido a las políticas actuales liga-das a la intervención patrimonial y sobre todo a las actuales políticas urbanas empeñadas en expandir la oferta inmobiliaria, no se ha esta-blecido ni considerado una intervención que fomente la recuperación y reutilización de los espacios y elementos que se establezcan como patrimoniales, con el respeto a su historia y al entorno en el que se desenvuelven sus residen-tes, abordando el patrimonio sólo bajo una mi-rada general o cuyo aporte sólo repercuta a ni-vel nacional, sin un enfoque local interventor.

pares, aún hay personas que quieren defen-der el valor inherente de este patrimonio que fundamenta la identidad local y, con ello, los imaginarios colectivos sobre su defensa. Para ello, es necesaria una vinculación real entre

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las autoridades competentes y los residentes, a través de la integración de sus diversos dis-cursos, contribuyendo a la exaltación de la his-toria local de estos espacios, lo que al final de cuentas es importante para entender la histo-ria e identidad en toda la Ciudad de Santiago.

Sin duda es una tarea compleja por el contexto en el que se encuentra, por lo que hay que em-pezar desde ya a involucrar y vincular a todos los actores clave para planificar y gestionar el patrimonio bajo una mirada participativa e in-tegrada, involucrando directamente la mirada de estos actores y los residentes de los espacios que posean estos elementos, ya que al final son actores que construyen, transforman y conso-lidan el patrimonio y permiten definir su di-námica, y con ello contribuyen a la dinámica inherente del territorio.

Vista aérea de la Subestación Mirador y Población Yarur. año 2018.Fuente: Yuri Mallea.

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Referencias

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(2) Pizzi, M; Valenzuela, M.P. y Benavides, J. (2010). El Patrimonio Arquitectónico Industrial en torno al ex Ferrocarril de Circunvalación de Santiago. Testimonio del desarrollo industrial manufacturero en el siglo XX. Editorial Universitaria. Santiago de Chile. ISBN: 9789561120914.

(3) Si bien se considera como uno de los barrios más importantes en su tipo, no hay que olvidar que la construcción del Ferrocarril de Circunvalación dio origen a más barrios idénticos, destacándose los Barrios Matta Sur y Mapocho. Para mayor información, revisar Pizzi, M; Valenzuela, M.P. y Benavides, J. (2010). El Patrimonio Arquitectónico Industrial en torno al ex Ferrocarril de Circunvalación de Santiago. Testimonio del desarrollo industrial manufacturero en el siglo XX. Editorial Universitaria. Santiago de Chile. ISBN: 9789561120914.

(4) Ibíd.

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(7) Cabe destacar la labor de la ONG “Vecinos Barrio San Eugenio” y el Grupo “Colectivo Rescata” para proponer esta declaratoria.

(8) Diario Oficial de la República de Chile (2012). “Promulga Modificación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago”. N°40.209, Santiago, 10 de Marzo, Cuerpo I-5.

(9) Cooperativa online (2013). “Los barrios que no quieren ser ‘zona típica’ en Santiago”. [http://www.cooperativa.cl/noticias/cultura/patrimonio/los-barrios-que-no-quieren-ser-zona-tipica-en-santiago/2013-08-27/163430.html]. Publicado el martes 27 de Agosto de 2013. Fecha y hora de visita: 23 de Septiembre de 2013, 11:03 horas.

(10) Correspondiente al año 2009, tiempo en el que se efectuó la respectiva práctica profesional.

(11) 26 de Noviembre de 2013, 13:23 horas [Comunicación personal].

(12) El Periodista (2005). “La otra casa de piedra”. [ h t t p : // w w w . e l c o m e r c i o . c o m / m u n d o / C h i l e -de sapa r ic ion-P i no chet- c omu n i s t a s -per se c uc ion-ejecucion_0_1015698580.html]. Publicado el Viernes 30 de Septiembre de 2005. Fecha y hora de visita: 2 de Noviembre de 2013, 12:30 horas.

(13) Héctor Pavez Casanova (1 de Diciembre de 1932-14 de Julio de 1975), alias “el indio”, fue un reconocido folclorista nacional, responsable del rescate e investigación de la música tradicional chilena, en especial la chilota, y su masificación por el territorio nacional. Fue uno de los pioneros de la Nueva Canción Chilena. Link: http://es.wikipedia.org/wiki/H%C3%A9ctor_Pavez

(14) Prats, L. (2005). Concepto y gestión del patrimonio local. Cuadernos de Antropología Social, Volumen N° 21 (2005). Cultura y Patrimonio. Perspectivas contemporáneas en la investigación y la gestión. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras. Coordinación: Alicia Martín y Mónica Rotman.

(15) Homobono, J.I. (2012). Del Patrimonio Cultural al Industrial: Una Mirada Socioantropológica. Universidad del País Vasco. [En Línea]. Disponible en [http://www.ankulegi.org/wp-content/uploads/2012/03/1203Homobono-Martinez.pdf]

(16) Boira, J. (1987). La vivencia del espacio urbano. La creación de imágenes en la relación hombre-ciudad. Cuadernos de Geografía, N°41, pp. 93-106, Universitat de Valencia. [En línea]. Disponible en [http://www.uv.es/cuadernosgeo/CG41_093_106.pdf]

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FUNDACIÓN CASAKANO EN EL BARRIO SAN EUGENIO

Esteban Araya Arenas

tranza San Eugenio, que fue un recinto ferro-viario, declarado Monumento Nacional de Chile, en la categoría de Zona Típica, mediante el Decreto Exento Nº 2050, del Consejo de Mo-numentos Nacionales el 23 de octubre del año 2007, en donde se emplazó por el año 1920 la primera población obrera para los funciona-rios de Ferrocarriles del Estado, otorgándole un acervo cultural y patrimonial asociado a la historia ferroviaria de nuestro país, y que la fundación Casakano desea relevar y destacar.

Este nuevo barrio “Maestranza”, constituirá sin duda la principal fuente de captación de alumnos y usuarios para nuestro proyecto que estará abierto a la comunidad para entregar los beneficios que posee y entrega un deporte como el Judo, sumando a ello, la multicultu-ralidad existente en el sector, dado que se ha transformado también en un asentamiento para inmigrantes de diferentes países, dando lugar a una natural interacción y proceso de inclusión social.

Efecto transformador del Judo

El deporte es sin duda uno de los mecanismos de integración más eficientes para lograr re-sultados positivos en nuestros jóvenes que se encuentran en riesgo social. En conjunto con políticas de inserción juvenil podemos hacer la diferencia y provocar el cambio a través del Judo, como ya se ha concretado con jóvenes de distintas áreas vulnerables de la Región Me-tropolitana, por los profesores a cargo de lle-var el área técnica de la fundación.

Fundación Casakano es un proyec-to social cultural y deportivo que tiene como principal objetivo, ayudar y proteger a niños en riesgo social a través del deporte, siendo el Judo como disciplina olímpica, la herramienta que permita colaborar en la educación y proce-so formativo de los jóvenes de Estación Central y barrios contiguos a la antigua maestranza de San Eugenio, dándoles orientación y objetivos en la búsqueda de su integración social y desa-rrollo humano en un marco solidario, median-te un equipo de apoyo multidisciplinario.

Conformado por judokas con formación profe-sional y destacada incursión a nivel nacional, internacional y olímpico, que darán apoyo y sentido a la práctica del judo como filosofía de vida, transformando la existencia de los alum-nos de Casakano y con ello, llevarlos a ser ac-tores que aporten positivamente a la sociedad.

Gracias al apoyo del Servicio de Vivienda y Urbanización de la Región Metropolitana, concretaremos los objetivos, al contar con un espacio estratégico por su ubicación en la co-muna de Estación Central, en calle Ramón Su-bercaseaux #3320 y sus terrenos ubicados al poniente hasta el #3380, la antigua Población El Riel (construida en 1935), mediante la en-trega en comodato de los inmuebles que viabi-licen la concreción y mantención en el tiempo del proyecto y fines asociados. Terrenos que serán colindantes a una nueva urbanización de viviendas sociales impulsadas por Serviu, mediante la ejecución de un Plan Maestro, em-plazado en el sector aledaño a la antigua Maes-

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La UNESCO declaró el judo como el mejor de-porte inicial formativo para niños y jóvenes de 4 a 21 años, ya que permite una educación físi-ca integral, potenciando, por medio del cono-cimiento de este deporte, todas sus posibilida-des motrices (ubicación espacial, perspectiva, lateralidad, lanzar, tirar, empujar, arrastrarse, saltar, rodar, caer, coordinación conjunta e in-dependiente de ambas manos y pies, etc.) y de relación con las demás personas, haciendo uso del juego y la lucha como elemento integrador-dinamizador e introduciendo la iniciación técnico-táctico-deportiva de forma adaptada; además de buscar un acondicionamiento físico general, idóneo que incida favorablemente en el comportamiento y autocontrol de los jóve-nes.

Asimismo, el Comité Olímpico Internacional (COI), lo considera el deporte más completo y que promueve valores como la amistad, la par-ticipación, el respeto y el esfuerzo por mejorar.

Nuestro proyecto no es solamente deportivo, es social y cultural a través de un conjunto de actividades asociadas. Formar un espacio de acogida para jóvenes que estén dispuestos a hacer la diferencia, cambiar el rumbo de sus vidas y optar por una disciplina que los lleve a apreciar lo importante del respeto y valores en general. El Judo promueve una serie de valores que nacen del espacio social donde se practica, el “Dojo”, lugar en el que se aprende un deporte de contacto que descarga en el practicante una serie de emociones distintas a otros deportes, se aprecia la voluntad y no rendirse ante la adversi-dad, sumado al desarrollo físico y psico-social. Queremos construir una base para dar apoyo a quienes necesitan más y tienen menos. Un club deportivo de Judo, al alero de una Fundación, dedicada a los jóvenes en riesgo social que es-tén dispuestos al cambio.

Vista del dojo construido en los terrenos contiguos a la casa .Fuente: Casakano.

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Proporcionar alternativas al uso de la violencia a través del deporte

Canalizar la energía que embarga a nuestros jóvenes marginados de manera distinta, al vincularlos en un espacio de igualdad de con-diciones (en el tatami del Dojo) con jóvenes de diversas realidades sociales y culturales.

Enseñar un deporte distinto que promueve la amistad y prosperidad mutua de sus prac-ticantes en un ambiente solidario y de respe-to. Ser pioneros en una nueva estrategia para combatir la violencia juvenil y el bullying es-colar, al promover la seguridad y revaloración de la autoestima individual de los jóvenes, me-diante el desarrollo físico, mental y espiritual y finalmente, entregar a la comunidad deportis-tas y no dejar que los consuma la delincuencia. Entregar valores tal como disciplina, respeto, perseverancia, lealtad, honorabilidad, puntua-lidad, superación entre otros.

Modelo de Fundación Nuestro proyecto pretende a través del club solicitante constituir una Fundación para resguardar los intereses fundacionales del proyecto y dar forma a Casakano, como la im-pulsora de la creación de un establecimiento educacional con reconocimiento oficial del Ministerio de Educación, “Escuela Casakano”, en un espacio-parque, que albergará un Dojo (lugar de práctica y aprendizaje) emplazado de manera visible a la comunidad, rodeado de la naturaleza, para entregar no sólo un lugar don-de practicar el judo, sino además un espacio de belleza estética donde se desarrollen jardines, senderos, estanque de agua biodepurado con peces, huertos orgánicos en diferentes lugares para que sean cultivados por los alumnos de Casakano, como parte de su proceso formati-vo, apoyo paradocente a la educación formal mediante exámenes libres, permitiéndoles al final de su periodo escolar, egresar de la edu-

cación media como cinturones negros de Judo 1er Dan, lo que les permitirá contar con una herramienta de sustento económico mediante la enseñanza de lo aprendido en base al Judo, transformándose a sí mismos, afectando ade-más positivamente sus entornos y la sociedad. Finalmente, modular la experiencia y replicar-la en otras regiones del país.

Junto a lo anterior, está la dimensión depor-tiva del Proyecto, que se plasmará en la crea-ción del Club Deportivo Casakano y Fundación Casakano, buscará formar personas deportis-tas y judokas campeones que puedan llegar al alto rendimiento, que logren incursiones y resultados a nivel nacional, internacional y olímpico, replicando modelos aplicados exito-samente en otros países como Brasil e Italia.

Labor de limpieza sede Casakano y vista de la casa restaurada.

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San Eugenio como memorial a los trabaja-dores del cordón industrial y Ferroviario.

Para la Fundación Casakano es de absoluta relevancia el pasado histórico que posee el en-torno donde se emplaza el proyecto. La larga data que posee el barrio, como espacio obrero, que tiene una fuerte organización social hasta el día de hoy con una identidad propia que ha sido resguardada en el tiempo por los actores principales de esta historia, los vecinos de San Eugenio, grupo social organizado que llegó a tener una identidad marcada por el desarrollo industrial de la zona y que ha delineado una historia común entre sus pobladores, uniendo distintas industrias como la Central Lechera, la textil Yarur, entre otros, han conformado el lugar ideal para proyectar la Fundación Casa-kano para entregar a la comunidad un espacio de desarrollo para su nueva juventud. Creemos que es necesario poder contribuir a la memo-ria del barrio San Eugenio elaborando dos lí-neas principales de trabajo.

El primero hace relación a crear un espa-cio, una “Sala de Exposiciones” de muestra constante de fotografías de la historia de fe-rrocarriles en Chile, la historia del barrio en general y el mundo obrero y social. Además de una pequeña biblioteca de la Fundación

que contenga entre sus ejemplares todo lo referente al barrio en general y su historia.

Buscamos una red con Bibliotren o Bibliometro para tener en lo posible dentro del terreno un va-gón con características similares al que existía en la Biblioteca Nacional. De esta manera cree-mos poder entregar un servicio más a la comuni-dad aportando cultura, educación y deporte.

Un memorial

Consideramos de vital importancia sumarse a la ya existente Zona Típica, declarada a una parte de la antigua maestranza, contribuyendo con un memorial al barrio de Ferrocarriles del Estado a través del uso de durmientes encon-trados en la demolida población el Riel, para di-señar y producir un frontis construido con estas maderas, de esta forma establecer un homenaje a la historia del ferrocarril chileno, de su vie-ja maestranza. “Unir Rieles”, en su ausencia es descubrir los durmientes, elementos transver-sales al eje de la vía que sirven para mantener unidos y a la vez a una distancia fija (galga o trocha) a los dos carriles (rieles) que conforman la vía, así como mantenerlos unidos al balasto, trasmitiendo el peso del material rodante al ba-lasto y, por intermedio de éste, al suelo.Hoy ya no se construyen, en su mayoría, dur-

Esquema distribución de recintos y espacios. Fuente: Casakano.

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mientes de madera. Actualmente casi todos han sido reemplazados por durmientes de hormigón. Los durmientes de madera quedan apilados esperando ser llevados a otros sitios, requeridos por artesanos en su mayoría. Sin embargo dentro de ellos subyace un pasado de mucho esfuerzo que tuvo como finalidad unir Chile de norte a sur, llevando bienes de un lado a otro, trasladando a un país entero, que mu-chas veces vio en el tren su única posibilidad de movilidad social, trayendo migraciones de chilenos desde sus extremos buscando mejo-res condiciones de vida. El ferrocarril fue un aporte al desarrollo de la industria chilena y además un medio social transversal de trans-porte interprovincial y regional.

Es por la historia del barrio San Eugenio y en especial al barrio obrero de ferrocarri-les que vemos una oportunidad de generar un rescate a su memoria y la de toda esa so-ciedad que habitó ese espacio conformando uno de los barrios obreros más importantes de la capital, en el cual es indispensable con-

servar y potenciar con obras concretas en apoyo a su comunidad para impulsar la que puede ser un barrio emergente para la cul-tura y un paradigma del desarrollo comuni-tario con sentido de identidad y pertenencia.

Final

Fundación Casakano está abierto a la comu-nidad a partir del 2018 para implementar di-versos proyectos asociados al desarrollo co-munitario en el sector, queremos que nuestro proyecto sea emblemático para la comunidad y actuemos en conjunto con organizaciones sociales comunales y de barrio para darle un nuevo aire al Barrio San Eugenio, ser parte ac-tiva de nuestro entorno y proteger al patrimo-nio cultural que es herencia de todos. Con la nueva estación de metro a pocos minutos cree-mos que estaremos más cercanos para atraer personas de otras comunas a ser parte de nues-tro proyecto, de esta manera dar a conocer y acrecentar nuestro proyecto Social - Educativo - Cultural - Deportivo, en el barrio.

Escenas de la vida social y cultural de Casakano en el año 2019. Fuente: Casakano.

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El Corredor Patrimonial San Eugenio es un proyecto de intervención patrimonial que tiene como objetivo construir un espacio público alternativo el cual logre transformarse en un soporte a las iniciativas comunitarias para la rehabilitación y mejoramiento ambiental del barrio, como un proceso que genere un impacto concreto en los ámbitos del soporte inmate-rial como son el desarrollo social y humano de sus habitantes. Destaca la adquisición y utilización de una serie de solares estratégicos para la generación del corredor continuo, el cual se presenta como una propuesta alternativa de ocupación del interior de la tradicional manzana de damero. El corazón del proyecto está representado por el reciclaje del antiguo Cine Septiembre, inmueble patrimonial propio del paisaje urbano asociado a la vida de barrio de las diversas poblaciones obreras del sector.

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DIMENSIÓN Nº3.INTERVENCIÓN SOSTENIBLE DEL PATRIMONIO

ARQUITECTÓNICO

Se proponen una serie de programas que permiten por un lado, reforzar las actividades comunitarias y por otro, dar espacio a una serie de iniciativas tendientes a la recuperación del patrimonio cultural tangible del sector. Destaca así, el poder albergar como parte del reciclaje del viejo cine, una escuela taller de oficios patrimoniales, un museo de la historia de la industrialización en Chile, oficinas y bodegas para organizaciones locales, salas de capacitación, un cine al aire libre y una sala de exposiciones. Como programas incorporados al corredor patrimonial destacan, un punto verde de reciclaje, una cooperativa de bicicletas, una incubadora pyme cultural, una feria artesanal y huertos urbanos, a la vez que pequeños proyectos inmobiliarios para la generación de proyectos de rehabilitación patrimonial de vivienda dirigidos a grupos de la tercera edad y familias jóvenes.

Equipo: Luis Rolando Rojas & Christian Reigada P.

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Casa de máquinas de la MSE.Fuente: Gabriel Díaz R.

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MUSEO FERROCARRILES Y CENTRO DE EVENTO EN EX MAESTRANZA SAN EUGENIO

Gabriel Díaz Riadi

La presente propuesta busca reutilizar los inmuebles de la ex Maestranza de Ferroca-rriles San Eugenio, actualmente abandonada y alejada de sus actividades originales, dejando parte importante de una gran infraestructura sin uso alguno. Tomando en cuenta su ubica-ción clave dentro de la ciudad, -en el anillo in-terior de Santiago-, y el gran valor patrimonial que poseen sus instalaciones, se propone ma-terializar un museo ferroviario que rescate la memoria del enclave industrial dando lugar a eventos culturales de mediana escala.

El proyecto se ubica en las casas de trenes, -lu-gares de guardado y mantención de locomoto-ras- y plantea la incorporación de un recorrido aéreo a través de las estructuras existentes, el cual permita apreciar los trenes en exposición, desde diferentes ángulos además de facilitar el acceso a cada uno de los ejemplares. También, se plantea aprovechar su espacio central en la presentación de espectáculos culturales para los visitantes y las comunidades de entorno.

Casas de máquina de la Maestranza San Eugenio. Fuente: Google Earth.

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Plantas de arquitectura y cubierta tornamesa.Fuente: Gabriel Díaz R.

Cortes de arquitectura tornamesa. Fuente: Gabriel Díaz R.

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Imagen 3D, interior tornamesa. Fuente: Gabriel Díaz R.

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Imagenes 3D y modelo digital de tornamesa intervenida.Fuente: Gabriel Díaz R.

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Anteproyecto realizado en el contexto de un taller de ejercitación, en la Pontificia Universidad Católica de Chile, año 2011.

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PUESTA EN VALOR MERCADO LA VEGA PONIENTE

Elisa Booth

El proyecto para la Puesta en valor del Mercado Vega Poniente, nace a partir de una investigación sobre espacios de convergencia urbana. La investigación se centra así, en el Mercado Vega Poniente, situado en la comuna de Santiago, en el barrio Obrero y Ferroviario San Vicente, inmediatamente al norte de San Eugenio.

Caso

Los mercados son lugares en que transita un número importante de personas en la búsque-da de bienes y servicios, por tanto, son consi-derados espacios relevantes de convergencia urbana. Existen distintos tipos de mercados, algunos destinados tan solo a la venta de ali-mentos cocinados, otros a la venta de pescado, a la comercialización de objetos, entre muchos otros. Entre los años 1872 y 1926 se edificaron los principales mercados de la Región Metro-politana: Matadero Franklin, Vega Central, Mercado Central y Vega Poniente. Hoy, dentro de la ciudad destacan puntos importantes de comercio y transacción de bienes como el Mer-cado Central, Feria Lo Valledor y Vega Central, los cuales hoy poseen un importante atractivo turístico.

Lugar

La Vega Poniente es un mercado importante para nuestra ciudad, dado que abastece con sus productos, -desde sus orígenes-, a la zona sur poniente de la comuna de Santiago. Se em-plaza en el cordón industrial que se desarrolló

a fines del siglo XIX y principios de siglo XX, producto del potencial económico y productivo que experimentó la ciudad en aquella época, poseyendo hoy, un rol dentro de la ciudad de-bido a su historia, contribuyendo a la confor-mación de la identidad del barrio San Vicente. Debido a su localización, se destacó en lo coti-diano como un lugar en que el tren transitaba a diario a través de sus patios interiores.

Hoy en día, se reconoce como un inmueble de conservación histórica (ICH) protegido por el plan regulador comunal, sin embargo, el edi-ficio principal, -destinado a la administración y ubicado en el acceso norte-, se encuentra en un mal estado de conservación. Otra caracte-rística importante de este lugar, es que se con-sidera como “El Mercado de las Hierbas”, ya que es el lugar en que se envasan un porcentaje importante de las hierbas medicinales que se comercializan en Chile.

En el ámbito funcional, la Vega Poniente, po-see un limitado espacio de carga y descarga, lo cual con el tiempo, ha significado que se apo-dere del espacio público: veredas y calles han sido transformadas en zonas de maniobras y transito de vehículos pesados. Además, par-te del comercio mayorista y minorista se ha desplazado a las viviendas obreras aledañas, transformándolas en bodegas de almacena-miento.

Es así como se establecen las dos principales características del lugar; ser un sobreviviente al proceso de desindustrialización que afecta a

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Vega Poniente hacia el año 2008.Fuente: Luis Rojas Morales.

los barrios del sur poniente de la ciudad y por otro, tener las características de un espacio de convergencia urbana, interacción y encuentro social.

Tema

Se entiende que el patrimonio arquitectónico son estructuras que deben prevalecer para mantener la memoria viva de la ciudad y las comunidades. En el marco de este tipo de pa-trimonio, existe en el lugar, solo un edificio con alto valor arquitectónico ubicado en la calle Maquinista Escobar (acceso norte). Posee un estilo arquitectónico ecléctico, con mínimas reminiscencias barrocas y cuyo material pre-dominante es la albañilería y el adobe. Se con-cibe que este lugar posee un valor humano, en donde las personas interactúan, se encuentran y comparten.

Los sentidos

Los sentidos son el mecanismo fisiológico de la percepción, nos permiten comprender lo que

está a nuestro alrededor, generando una de-terminada idea de atmósfera. Entendemos por atmósfera aquello que hace que un espacio sea percibido diferente a otro y es que los sentidos están presentes en cualquier experiencia de tipo arquitectónica experimentada por un individuo.

Es indudable que al ingresar a cualquier mer-cado, nuestros sentidos se pondrán inmedian-tamente en alerta, debido al constante revuelo y movimiento de personas, colores y olores de frutas, verduras y productos. Aplicando esta observación a la Vega Poniente, es posible dis-tinguir cuatro tipologías de productos entre-mezclados (frutas, verduras, carnes, pescados, abarrotes y hierbas). A partir de esto, se propo-ne reorganizar los usos; primero, establecien-do cuatro zonas de venta y por último, asocian-do a cada zona un sentido y producto de venta, para potenciar la experiencia en el interior del recinto. Se decidió investigar cada uno de los sentidos y cómo estos se estimularán en el interior de cada sector. De esa investigación y análisis espacial y sensorial, se vincularán más tarde los sentidos con distintas zonas de venta.

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Al confluir todos los sentidos se identifica uno nuevo propio del mercado. Este aparece cuan-do los otros cinco convergen en el interior del recinto. ¿Qué es lo que nos hace comprar en un puesto por sobre otro?, ¿Por qué elegimos ese puesto de frutas, siendo que el de al lado vende exactamente lo mismo?. A partir de esto, se recalca que el mercado es una experiencia sensorial, es su capacidad de ser recorrido y vivido, tanto por las personas que lo habitan, como por su atmósfera.

Es así como se define y entiende, que cuando los cinco sentidos están en alerta, se desarrolla un sexto sentido, propio del mercado, que es la experiencia de la intuición dado por el reco-rrer, el deambular.

Por otro lado, se entiende que la gran proble-mática estructural de cualquier mercado es poder generar una cubierta que pueda salvar la luz necesaria para desarrollar la actividad de venta y compra con mínimas interrupcio-nes. A partir de esta conclusión, se definen dos variables para desarrollar una cubierta que lo-gre ecualizar la luz en el interior y dar cuenta de los seis sentidos descritos con anterioridad. La primera variable es “N”, como el número de capas que permeabilizará la luz en el interior, generando así, espacios iluminados por sobre otros, dependiendo de la necesidad espacial y “H”, como la altura de suelo a cielo. Aquella generará distintas sensaciones espaciales de acuerdo a la zonificación que se propondrá. El vínculo entre “N” y “H” darán cuenta de cada una de las zonas descritas. Estas cualidades en la propuesta varían para poder generar las sensaciones espaciales de acuerdo a la distri-bución del programa.

Croquis interior de la nave principal propuesta.Fuente: Raimundo Aspillaga Quesney.

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Proyecto

El proyecto se encausa a partir del estudio de la medida del puesto de venta tipo existente en la Vega Poniente.

Es aquí, en donde se entiende que el puesto mas pequeño corresponde a la medida de 1.2 x 1.2 mt y el puesto de mayor área, a 7 x 7 mt. A partir de esa conclusión, se propone un mó-dulo de 3.5 x 3.5 mt, el cual pueda responder a la necesidad del puesto más pequeño y de igual forma, al puesto de mayor tamaño.

Se desarrolló una estructura soportante, a partir de un núcleo, el cual sostiene módulos colgantes que filtran la luz y dan cuenta de cada uno de los sentidos propuestos. Estos módulos colgantes, poseen la medida de 3,5 x 3,5 mt relativa a la medida del puesto de ven-ta. La estructura se replica en el terreno y sólo se modifica, es decir, cambia su medida, en el momento que se encuentra con el edificio pa-trimonial en el ingreso principal.

El partido general, se define a partir de tres estrategias básicas; la primera es conservar y restaurar el edificio patrimonial (fachada nor-te, calle maquinista Escobar) para preservar la memoria del lugar. La segunda es reorganizar el suelo, para otorgar un nuevo orden al acto del deambular, guiado por los sentidos y por último, reformular la cubierta, como un ele-mento clave que permitirá ecualizar (filtrar y controlar) la luz, para poner en alerta los sen-tidos.

Maquette, elevación principal, planta y corte de arquitectura del anteproyecto. Fuente: Elisa Booth.

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CIRCUITO TURÍSTICO CULTURAL SANTIAGO INDUSTRIAL Y OBRERO. UNA PROPUESTA DE TURISMO CULTURAL BARRIAL SOSTENIBLE

Colectivo Rescata

Los barrios Los Carmelitas (comuna de Independencia), San Eugenio (comunas Santiago y Estación Central) y San Bernardo Ferroviario (comuna de San Bernardo), ini-cialmente conectados por el Ferrocarril, son poseedores de un rico patrimonio industrial y obrero. En el presente texto se describe una propuesta de turismo cultural para su difu-sión y activación, en el marco de acciones que tienen como objetivo beneficiar directamen-te a sus habitantes. Inicialmente se describe brevemente el valor patrimonial de cada uno de estos tres sectores, luego se aborda el con-cepto de “turismo cultural”. Finalmente, se explican las características del proyecto, iden-tificando sus particularidades y alcances en relación con la gestión sostenible del patrimo-nio cultural.

El sector de Los Carmelitas, al norte del Río Mapocho, representa un sinfín de valores patrimoniales vinculados a lo histórico (La Chimba, órdenes religiosas, desarrollo de po-líticas públicas de carácter sanitario y comer-cio de tradición familiar), lo arquitectónico a través de edificios representativos de diversas tipologías arquitectónicas y estilos como el neogótico, neocolonial, Art Decó y Moder-no, en tipologías de arquitectura sanitaria, religiosa e industrial y finalmente, el valor sociocultural, mediante numerosas prácticas recreativas y fiestas religiosas que persisten en el barrio, la multiculturalidad aportada por los procesos de inmigración y temáticas relativas a derechos humanos (CNCA, 2015).En el extremo sur de la ciudad, asociada a

la historia de la comunidad ferroviaria de la comuna de San Bernardo, se encuentra la vida de cientos de trabajadores, -muchos de ellos hoy con vida-, los cuales en el presente participan en organizaciones como la Corpo-ración Maestranza, el Comité de Defensa Pa-trimonio Histórico MCSB, Corporación Cerro Chena, Movimiento de Acción Ciudadana San Bernardo, El Andén del Recuerdo, y muchas otras, que definen su valor social, transfor-mándose al mismo tiempo, en una plataforma para la conservación del valor arquitectónico presente en el patrimonio de este territorio. Estas organizaciones luchan por reivindicar un espacio en que fueron armadas un total de cinco locomotoras y al que se vinculaban im-portantes equipos de fútbol tales como Maes-tranza Central, Bielas, Frenos, entre otros. En ámbitos de la memoria, son recordados per-manentemente por esta comunidad, los once Ferroviarios detenidos al interior de la MCSB y ejecutados en el Cerro Chena, en octubre de 1973 (Rescata, 2016).

Por otra parte, del barrio San Eugenio desta-ca su valor urbano, como caso emblemático de desarrollo de ciudad, en donde la industria relacionada al ferrocarril promovió la crea-ción de entornos urbanos modernos, trans-formándose en escenario propicio para un importante proceso de experimentación en la trama urbana, llevado a cabo a través de espacios públicos y sistemas residenciales no-vedosos y radicales para la época (Bonomo & Feuerhake, 2015). El valor arquitectónico del barrio se encuentra representado en una va-

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riedad de tipologías y estilos arquitectónicos presentes en numerosas obras de arquitectu-ra industrial, conjuntos de vivienda y equipa-miento social; destacan numerosos ejempla-res de arquitectura del Movimiento Moderno y el Art Decó en una diversidad de innovado-ras tipologías y uso de técnicas constructivas. Dentro de los valores intangibles presentes, se torna relevante y primordial, reconocer su va-lor histórico, social y cultural, vinculado a una vida de barrio que persiste en el sector (Res-cata, 2015).

El Turismo Cultural Barrial Sostenible como instrumento para el desarrollo

En la bibliografía relativa al turismo cultu-ral se destaca como un aspecto relevante, su potencial para revertir procesos de deterioro físico de los territorios y sitios patrimoniales. Esto se lograría mediante la obtención de re-cursos económicos que pueden ser utilizados para financiar procesos de difusión, restau-ración, reconstrucción y reciclaje de edificios con valor patrimonial. A continuación se des-criben algunos criterios básicos aplicados al turismo y su relación con el patrimonio cultu-ral, a partir de distintos documentos de cons-trucción colectiva.

En la Carta Internacional sobre Turismo Cultural (1999), se destaca la capacidad del turismo para generar intercambio cultural y desarrollo cuando se gestiona adecuadamen-te. El documento promueve que tanto el sig-nificado de los bienes patrimoniales como su necesidad de conservación, sea asumida y co-municada, no solo por la comunidad anfitrio-na de un destino turístico patrimonial, sino que también, por los visitantes.

El objetivo del Turismo Cultural es “…aportar beneficios a la comunidad anfitriona y pro-porcionar importantes medios y motivacio-nes para cuidar y mantener su patrimonio y

sus tradiciones vivas” (ICOMOS, 1999, p2). Así, por medio de esta carta, se proponen seis principios de actuación los cuales consideran en primer lugar, una adecuada interpretación del bien cultural por parte de los visitantes y anfitriones, el desarrollo de una gestión sos-tenible del patrimonio para las actuales y fu-turas generaciones, planificación del turismo a realizar en los sitios con patrimonio, planifi-cación turística la cual incorpore a las comu-nidades anfitrionas en su diseño, actividades turísticas que benefician a la comunidad an-fitriona y finalmente, la disminución del im-pacto de los visitantes del sitio patrimonial.

En los Principios de La Valeta, para la salva-guardia y gestión de las Poblaciones y áreas urbanas históricas (2011), se declara que im-pacto del turismo en el territorio debe consi-derarse previamente para su regulación. A su vez, el turismo no debe interferir en la vida cotidiana de los residentes del lugar.

Según el Informe mundial sobre la cultura para el desarrollo urbano sostenible (2016), resulta fundamental elaborar estrategias y proyectos de turismo, inclusivo y sostenible, evitando una gestión turística que suponga la mercantilización del patrimonio urbano, la pérdida de su autenticidad y desatención de las necesidades de la población local. Para esto, se recomienda atenuar las externalida-des negativas propias de la intervención del patrimonio cultural urbano, tales como el congelamiento de los sitios patrimoniales y la gentrificación (UNESCO, 2016). También destacan en este ámbito, la mercantilización del patrimonio y la sobreexplotación turís-tica o turistificación, -todas consecuencias de la inexistencia de una forma de turismo sostenible-.

En torno a investigaciones referidas al im-pacto de los circuitos turísticos y la patri-monialización en zonas históricas urbanas,

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Imagen 2. Plano de Santiago con los tres territorios. Fuente: propia, año 2017.

debe destacarse la exploración desarrollada en 2017 sobre la Población obrera León XIII, barrio Bellavista en la comuna de Providen-cia, en que el movimiento patrimonial desa-rrollado al interior del barrio entre los años 1997 y 2016, logró detener la construcción de proyectos inmobiliarios y patrimonializar por la vía jurídica parte del barrio, (categoría de zona típica por la Ley N° 17.288). De esta manera Inzulza & Leal (2017), registran una serie cambios en los usos de suelo y mutacio-nes dentro de las viviendas, no visibles desde el exterior.

En el centro de la ciudad de Santiago, se de-sarrolla constantemente un tipo de turismo de bajo impacto. Se trata de una oferta tu-rística urbana la cual se remite solo a un tipo de turismo tradicional enfocado en el casco histórico fundacional y extensiones como los barrios Yungay, Lastarria y Bellas Artes, los mercados históricos, cementerios y algunos parques urbanos, llevados a cabo principal-mente por organizaciones sin fines de lucro, colectivos y municipios. Dentro de los proyec-tos turísticos vinculados directamente con usuarios comerciales de los lugares visitados, destacan los recorridos de “picadas” tradicio-nales, los cuales se enfocan en el ámbito culi-nario de barrios como La Chimba y el Merca-do Franklin principalmente.

Finalmente, conviene mencionar la visión de Quintana & Román (2012), quienes califican la oferta turística existente en Santiago, por debajo de los estándares de calidad de las po-tencias turísticas regionales. Según sus argu-mentos, esto se debe principalmente a la falta de formación de profesionales en temáticas patrimoniales, existiendo hoy como guías de los recorridos turísticos, individuos que ac-túan como meros descriptores de la ciudad o porciones de ella.

Imagen 1. Imagen promocional. Fuente: propia, año 2017.

Imagen 3. Lanzamiento de Engranajes de la memoria, San Bernardo. Fuente: propia, 2016.

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Proyectando un Circuito turístico aso-ciado a los barrios Los Carmelitas, San Eugenio y San Bernardo

El crecimiento de la ciudad de Santiago en torno a la actividad industrial, se ha realizado a través de la línea del ferrocarril. En conse-cuencia, alrededor del antiguo Ferrocarril de norte a sur, existe una importante patrimo-nio cultural industrial-obrero y memoria, en torno a barrios conformados por industrias, viviendas y espacios públicos que han estado vinculados a la producción de bienes y servi-cios.

El turismo es un importante instrumento para el desarrollo económico de territorios que se encuentran en procesos de obsoles-cencia y deterioro, como son los paisajes in-

dustriales y barrios obreros. La problemáti-ca radica en que los barrios Los Carmelitas, San Eugenio y San Bernardo Ferroviario, han sido abordados, desde la gestión cultural y el mundo académico, hasta ahora no incorpo-rando a los rubros del comercio, gastronomía y artesanía patrimonial barrial, no existiendo por tanto, instancias que aborden la herencia cultural como instrumento para la puesta en valor del entorno barrial y el desarrollo local.

En los procesos de activación turístico-cul-tural, la participación de la comunidad es fundamental, por lo que promover acciones de asociación entre actores comunitarios, a la vez que brindar capacitación tanto a las or-ganizaciones como a los guías de recorridos, es una gestión necesaria y relevante en estos tres territorios de altos valores patrimoniales

Imagen 4, 5 y 6. Guía patrimonial, polera promocional y poster patrimonial, productos que forman parte del proyecto. Fuente: propia, 2018.

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históricos, sociales, urbanos y arquitectónicos.

Un aspecto relevante del proyecto de turismo barrial Circuito Santiago Industrial y Obrero, desarrollado por la organización cultural Co-lectivo Rescata, es que busca establecer una lectura e interpretación común a tres barrios ubicados en la zona sur, centro y centro-norte de la Región Metropolitana, conectados ori-ginalmente por el ferrocarril. Dentro del pro-yecto se contempla el recorrido y promoción, desde el espacio público, de zonas extensas de conservación histórica (ZCH) (Ley general de urbanismo y construcciones), como la de San Eugenio, monumentos históricos (MH) diver-sos como la ex Cervecería Ebner, Instituto de Higiene, Iglesia y convento del Buen Pastor, Maestranza San Eugenio y Maestranza San Bernardo. Así mismo, importantes inmuebles de conservación histórica (ICH), más una se-rie de hitos no patrimonializados, que en con-junto con las comunidades locales dan senti-do a cada uno de estos tres territorios.

El Circuito también permite dar continuidad al trabajo de investigación, integración con organizaciones sociales-ciudadanas y patri-monialización realizado por los miembros del Colectivo Rescata desde el año 2011; barrio Obrero y Ferroviario San Eugenio entre 2011 y 2015, San Bernardo Ferroviario entre 2014 y 2016 y Los Carmelitas, en el año 2015, pro-yectos realizados en base a la inversión de re-cursos propios, investigaciones académicas, a la vez que artículos publicados en revistas na-cionales e internacionales, Fondos de cultura como FONDART años 2013 y 2015, FDNR año 2015 y consultorías para organismos públicos vinculados a la cultura en Chile (CNCA, 2015).

Recursos como los libros Engranajes de la me-moria, puesta en valor del patrimonio de la Maestranza Central de San Bernardo (2016), Entre rieles y chimeneas, un recorrido por el patrimonio del barrio obrero y ferroviario

Imágenes 7 y 8. Barrio Los Carmelitas y ex Cer-vecería Ebner en Avenida Independencia. Fuente: Colectivo Rescata.

San Eugenio (2015), y el estudio Servicio de asesoría y elaboración de diagnóstico para futuro diseño del Plan de Manejo de Zonas Pa-trimoniales Protegidas Zona de Conservación Histórica Barrio Los Carmelitas (2015), son insumos clave para la elaboración de los rela-tos de cada uno de los recorridos. El colectivo Rescata desde el año 2012 ha podido realizar un sinnúmero de rutas patrimoniales partici-pativas como parte de los proyectos ejecutados anteriormente en estos tres territorios.

El proyecto se estructura en dos etapas. Una primera de planificación, años 2017 a 2018 y una segunda etapa de implementación, a financiarse con fondos públicos y público-privados entre los años 2019 y 2021. Es im-portante señalar, que el proyecto ha obtenido financiamiento FONDART 2019 para su mar-cha, en el mes de junio del mismo año.

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Imagen 9. Afiche rutas patrimonial en barrios Los Carmelitas. Fuente: Colectivo Rescata, 2015.

Una vez iniciada la segunda etapa del proyec-to, se da inicio al proceso de generación de recorridos interbarriales, impresión de una guía patrimonial y un poster-mapa turístico patrimonial, entre otros productos, todos de distribución gratuita para las comunidades. Los recorridos patrimoniales se estructuran en dos tramos, el primero denominado El barrio obrero ferroviario: San Bernardo-San Eugenio, y el tramo 2; Higienismo y vivienda obrera: San Eugenio-Los Carmelitas. En es-tos recorridos se integran producción artesa-nal, gastronomía cultural nacional/migrante y el comercio de barrio representado en ver-dulerías, cervecerías, moterías, entre muchos otros, tradicionales de cada barrio.

En cada uno de los recorridos proyectados, se destacan los valores patrimoniales tangibles e intangibles de los barrios, edificios y espacios

abiertos, referencias a personajes del pasado y del presente de cada uno de los territorios. se in-tegra una visión de interpretación del pasado del barrio en relación al presente y al futuro. Así, al igual que en la serie de rutas patrimoniales desa-rrolladas con anterioridad, se incorporan como parte del equipo relator, a historiadores, soció-logos, arquitectos y urbanistas, algunos de los cuales han sido originarios de estos territorios.

Referencias

Bonomo, U. & Fauerhake, Sch. (2015). Experimen-tacio-nes formales y tensiones urbanas. El barrio industrial San Eugenio, Santiago 1899 -1945. En Engranajes de la me-moria, puesta en valor del patrimonio de la Maestranza Central de San Bernardo. Santiago, Chile.

Brundtland, H. (1987). Nuestro Futuro Común. Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo de la ONU. Co-misión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo.

CNCA (2015). Servicio de asesoría y elaboración de diag-nóstico para futuro diseño del Plan de Manejo de Zonas Patrimoniales Protegidas “Zona de Conservación Históri-ca Barrio Los Carmelitas”, de la comuna de Independen-cia, Región Metropolitana. Santiago, Chile.

ICOMOS (2011). Principios de La Valeta, para la salva-guardia y gestión de las Poblaciones y áreas urbanas his-tóricas. Comité internacional de ciudades y Poblaciones Históricas [en línea]. Disponible en: https://www.icomos.org/charters/CIVVIH%20Principios%20de%20La%20Valeta.pdf

ICOMOS (1999). Carta Internacional Sobre Turismo Cul-tural. La Gestión del Turismo en los sitios con Patrimonio Significativo. 12ª Asamblea General en México, octubre de 1999 [en línea]. Disponible en: http://www.internatio-nal.icomos.org/charters/tourism_sp.pdf

Inzulza J., Leal, M. (2017). Movimientos Patrimoniales y sus efectos en la estructura urbana: La Zona Típica en la

En el diseño de este proyecto cultural, han participado desde 2016, la historiadora Catherine Valenzuela Mar-chant y el arquitecto Luis Rolando Rojas Morales, entre otros colaboradores como la socióloga Constanza Contre-ras, la historiadora María Carvajal y el periodista Andrés Barroso.

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Población León XIII en la Comuna de Providencia. Fonde-cyt de Iniciación N° 11140181“Diseño cívico resiliente en la ciudad intermedia frente a procesos de gentrificación y reconstrucción. Estudio de barrios históricos en Talca, Chile”.Ley General de Urbanismo y Construcciones. Dis-ponible en http://www.minvu.cl

Ley de Monumentos Nacionales 17.288. Disponible en http://www.uta.cl/masma/patri_edu/PDF/LeyMonu-mentos.PDF

Quintana, F. & Román, V. (2012). Situación entre la oferta y demanda turística en Santiago de Chile. En Patrimonio Turístico en Iberoamérica. Experiencias de investigación,

desarrollo e innovación. Santiago: IPT-U. Central de Chile.

Rescata (2015). Entre rieles y chimeneas, un recorrido por el patrimonio del barrio obrero y ferroviario San Eugenio. Santiago, Chile.

Rescata (2016). Engranajes de la memoria, puesta en valor del patrimonio de la Maestranza Central de San Bernardo. Santiago, Chile.

UNESCO, (2016). Cultura Futuro Urbano. Resumen In-forme Mundial sobre la cultura para el desarrollo urbano sostenible. [en línea]. Disponible en http://www.unesco.org/open-access/terms-use-ccbysa-sp

Imagen 10. Infografía general del proyecto. Fuente: Colectivo Rescata.

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PUESTA EN VALOR CINE SEPTIEMBRE

Catalina Peña Queralt

El ex Cine Septiembre, se encuentra ubicado en la calle San Dionisio N° 2565, ba-rrio San Eugenio, comuna de Santiago. Fue proyectado en 1950 por el Arquitecto Jorge Vi-dal Vargas y hoy pertenece al Grupo industrial Norte Sur Ltda. El edificio, protegido por el Plan regulador de la comuna de Santiago como un Inmueble de conservación histórica (ICH), posee triple altura y consta de un total de 995 m2 construidos. Con el tiempo ha sufrido al-gunas modificaciones menores, encontrándo-se hoy, en un estado regular de conservación.

Dentro de sus valores patrimoniales cuentan, el valor urbano, el cual se refiere al cine como parte de un conjunto de inmuebles con alto valor patrimonial dentro del barrio obrero y ferroviario. Se trata de un edificio con una presencia urbana destacada por su ubicación en esquina y triple altura. Su valor arquitec-tónico radica en su arquitectura ecléctica fun-cionalista, propia del arquitecto Jorge Vidal, al igual que otras obras en la ciudad, también protegidas como ICH en el centro de Santia-go.

El Cine Septiembre se vincula a un aconte-cimiento histórico relevante de la historia na-cional; la migración campo-ciudad, producto de la industrialización del país y la llegada del ferrocarril a la ciudad de Santiago. Es im-portante mencionar que el edificio, a lo largo de su historia, se vinculó a la Industria tex-til Yarur-Machasa, lo cual define un aspecto importante de su valor patrimonial histórico. Su característica como equipamiento para el Escalas de aproximación ex Cine septiembre.

Fuente: Catalina Peña Q.

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barrio obrero San Eugenio define su valor so-cial. Hoy es identificado y valorado como una herencia importante por la comunidad. Así también, organizaciones barriales hoy bus-can adquirir el inmueble para la creación de un centro cultural, iniciativa que se encuentra apoyada por la ONG de vecinos del barrio.

Otro valor patrimonial relevante vinculado al cine, es el cultural. El cine, es símbolo de la democratización de la cultura en Chile, medio por el cual se promovieron valores de tipo socioculturales, educacionales y de es-

parcimiento para la comunidad. Fue uno de los primeros cines a color de este sector de la ciudad. De esta manera, es representativo del equipamiento de teatros y cines insertos en barrios habitacionales obreros de Santiago.

La propuesta para la Puesta en valor del Cine Septiembre consiste en transformarlo en un Centro cultural abierto a la comunidad, el cual considerará dentro de su programa, un-auditórium y cine, una cineteca, talleres, sala de grabación, administración y zonas de es-parcimiento.

Nota: otras obras del arquitecto Jorge Vidal (I.C.A 518) en la comuna de Santiago, son los edificios ubicados en las esquinas de San Antonio N° 371 y Merced N° 784, diseñados junto a Sergio Montene-gro D´H. Ambos edificios poseen 11 y 14 pisos res-pectivamente, y generan una unidad, enmarcando la tradicional calle Merced hacia la el oriente y la cordillera. Estos edificios se encuentran protegidos como Inmuebles de conservación histórica (ICH) por el Plan regulador comunal de Santiago.

Edificios ubicados en calle Merced con San Antonio, Santiago. Fuente: Catalina Peña Q.

Desarrollo histórico del edificio. Fuente: Catalina Peña Q.

La presente propuesta fue desarrollada en el marco del Taller V, año 2016, de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Artes Visuales, UNIACC. Profesores Luis Rolando Rojas Morales y Sandra Sellers C.

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Ideas principales de la propuesta:

Arquitectura; considera la restauración del Cine Septiembre, recuperación del progra-ma original del inmueble y utilización de la cubierta del edificio mediante un Crescendo Arquitectónico.

Urbano; cableado público subterráneo en el entorno del inmueble y nivelación de la calle y vereda para disminuir la velocidad vehicular en calle San Dionisio y pasaje Las Flores. Se propone también, una fusión predial previa-para aumentar la superficie edificable.

El sonido es perceptible por todos los sentidos del ser humano, dando a la música el carácter de lenguaje universal, tranformándola en un medio por el cual se democratiza la cultura. Se trata de algo traducible a todas las mani-festaciones artísticas y racionales del hombre y la naturaleza. Así también, la música en su aspecto más racional, es “matemática pura”.

El Crescendo Arquitectónico, considera una cubierta verde habitable la cual podrá ser uti-lizada como un escenario al aire libre, Piano que se define como una intervención gradual y sutil con un programa flexible. Otro concep-to incorporado es el Forte o subsuelo resguar-dado, donde se encontrará la mayor parte del programa propuesto, como cineteca, talleres de danza y música y estudio de grabación. Fi-nalmente, Legato, referido a suelos que han de sucederse sin interrupción entre ellos.

Esquemas criterios de intervención propuestos. Fuente: Catalina Peña Q.

Maqueta de la propuesta arquitectónica y planta de arquitectura edificio nivel 1. Fuente: Catalina Peña Q.

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BIBLIOTECA Y SERVICIOS PÚBLICOS SAN VICENTE

Matías Espinoza M.

El proyecto Biblioteca y Servicios Públicos San Vicente, es una propuesta de puesta en valor del edificio patrimonial Gota de Leche, inserto al interior de la Población Gabriel González Videla, actual zona de con-servación histórica del barrio San Vicente, comuna de Santiago. Se busca mantener los usos actuales del edificio, como jardín infan-til y centro de salud, complementándolos con nuevos programas municipales dirigidos a la comunidad.

Las Gotas de Leche nacen como una iniciati-va del Patronato Nacional de la Infancia, una institución privada de protección para niños y sus madres que dio origen a una serie de “templos de salud y de paz” distribuidas por la ciudad. Fue creada durante el gobierno del Presidente Ramón Barros Luco (1910-1915), para la promoción del consumo de leche y for-talecimiento del vínculo entre madre e hijos, surgiendo como parte de ideas higienistasy

sociales provenientes desde Francia. La sede del barrio San Vicente se inaugura a inicios de la década de 1900, y se encuentra ubicada en el número 1031 de la calle Conferencia, en el corazón del barrio ferroviario como un impo-nente referente del higienismo de inicios del siglo XX en Chile.

Tras finalizar la Primera Guerra Mundial, nuevos aires arquitectónicos rodeaban al continente americano. Es así como el nuevo lenguaje arquitectónico racionalista, pro-veniente desde Europa y caracterizado por plantas funcionales, volúmenes puros y su-perficies limpias sin ornamento, comienza a masificarse en los nuevos edificios e infraes-tructura pública y privada de la ciudad. Hoy, el edificio Gota de Leche se presenta como un importante referente de este tipo de arquitec-tura en el sector sur-poniente de la comuna de Santiago, poseyendo importantes valores his-tóricos, urbanos, arquitectónicos y sociales.

Imagen 1. Edificio Gota de leche. Fotografía: Rosario Cobo.

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Imagen 2. Plano de emplazamiento Gota de Leche, 1935. Fuente: Archivo I. M. de Santiago.Imagen 3. Plano de instalaciones sanitarias primer y segundo nivel Gota de Leche. Fuente: Archivo Técnico Aguas Andinas.Imagen 4. Fotografía de fachada de acceso. Fuente: Matías Espinoza.

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Los criterios de intervención patrimonial considerados en el proyecto son los siguien-tes;

a) Mantener la imagen figurativa original del edificio patrimonial. Para esto se propone que las ampliaciones no sobresalgan por sobre la altura máxima y el perímetro general del edi-ficio. Con esto se logra realzar sus fachadas, y mantener su altura, propia de la población en que se inserta. Esto también genera una sensación de apertura espacial en los espacios públicos adyacentes a proponer.

b) Con el fin de albergar el nuevo programa (de 560 m2 en total), se propone un volumen único y soterrado, funcional y racional, ins-crito dentro de una trama regular que respeta los ejes originales de la edificación existente. Con la finalidad de mejorar las condiciones de habitabilidad de los nuevos espacios, se incor-poran patios de luz. Uno central como conti-nuidad del existente en el centro del edificio patrimonial y otro a partir del espacio resi-dual en la zona exterior sur.

c) Como acceso al nuevo volumen, se propone construir una depresión, la cual, también se convierte en un anfiteatro y acceso al nuevo volumen de biblioteca y servicios. A este espa-cio, se accede mediante un espacio de ingreso aterrazado con gradas y gradones de perma-nencia. Cuenta también con una rampa de acceso universal dotada de una arboleda cen-tral continua, amable para los recurrentes. Como parte de la propuesta se considera la expropiación de los terrenos ubicados al po-niente de la Gota de Leche hoy en desuso, esto con la finalidad de generar un espacio público continuo al interior de la población.

Imágenes 5 y 6. Vista vuelo de pajaro y esquema de la propuesta. Fente: Matías Espinoza, 2017.

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Imágenes 7 y 8. Plantas y cortes de arquitectura propuesta.Fuente: Matías Espinoza, 2017.

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La presente propuesta fue desarrollada en el marco del Taller VII, año 2017, de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Artes Visuales, UNIACC. Profesor Luis Rolando Rojas Morales.

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Imágenes 9, 10, 11 y 12. Elevaciones e imágenes 3D interiores y exteriores Biblioteca y Servicios Públicos San Vicente. Fuente: Matías Espinoza.

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PROYECTANDO SOBRE EL PASADO INDUSTRIAL. LA EXPERIENCIA DEL TALLER DE INTERVENCIÓN SOSTENIBLE EN EL PATRIMONIO CULTURAL

Luis Rolando Rojas Morales

de Valparaíso, ex Cárcel de Punta Arenas, Pa-lacio Pereira, Reconversión de la ex Refinería San Ignacio, Paseo del Mar en Valparaíso, ex Sombrerería Girardi, Museo Ruinas de Huan-

En los últimos años, ha crecido en nuestra sociedad el interés por proteger y po-ner en valor un tipo de patrimonio urbano de carácter no monumental, cotidiano y barrial. Esta tendencia en Santiago de Chile se mani-fiesta en las iniciativas ciudadanas de patrimo-nialización de barrios como Matta-sur, Yun-gay, Suárez Mujica, San Eugenio, Matta-Viel y Huemul, en muchos de los cuales se hacen presentes hitos arquitectónicos como edifi-cios y conjuntos representativos del pasado industrial y obrero de la ciudad de Santiago. El interés social en la protección y correcto uso del patrimonio cultural, ha motivado en el sector público acciones para responder a estos nuevos desafíos; destacan la patrimonializa-ción nacional y local, la creación de unidades y subdirecciones de patrimonio al interior de los municipios y la generación de concursos de arquitectura para la realización de obras pú-blicas asociadas a inmuebles históricos rele-vantes.

Los concursos de arquitectura han sido una instancia mediante la cual, empresas privadas y organismos del sector público exploran alter-nativas para el diseño y concreción de nuevos proyectos, más aún, cuando las obras se de-sarrollarán asociadas a una preexistencia ar-quitectónica patrimonial, dando cuenta de la complejidad presente en el uso y reutilización del patrimonio cultural mediante nuevos pro-yectos de arquitectura. Ejemplo de esto, son los concursos Centro Cultural Estación Mapo-cho, Edificio Anexo Museo Histórico Nacional, Centro Cultural Gabriela Mistral, ex Cárcel

Reciclajes ex Sombrerería Girardi, ex Fábrica Textil Yarur y Museo del Desierto de Atacama. Fuente: Tidy arquitectos, S. López e Ignacio Volante.

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chaca y posterior Plan Maestro Parque Cultu-ral en el mismo sitio.

Entre los documentos internacionales vincu-lados al tratamiento del patrimonio industrial que aportan al proceso de reconocimiento y protección del legado cultural industrial des-tacan, la Carta de Venecia (1964) y luego, a un nivel específico la Carta de Nizhny Tagil, la cual lo define como “restos de la cultura indus-trial que poseen un valor histórico, tecnológi-co, social, arquitectónico o científico”, se trata de “edificios y maquinarias, talleres, molinos y fábricas, minas y sitios para procesar y refi-nar, almacenes y depósitos” (Carta de Nizhny Tagil, 2003). Luego, en el documento Princi-pios de Dublín (2011), se le otorga especial im-portancia a la documentación y comprensión de estructuras, sitios, áreas y paisajes del pa-trimonio industrial, promueve asegurar una eficaz protección, conservación y mantención de las mismas y finalmente, promueve la di-fusión de sus distintas dimensiones y valores patrimoniales.

Debido a la extensión de las infraestructuras vinculadas a la producción, magnitud de los espacios y robustez de sus estructuras, el pa-trimonio industrial permite albergar usos de gran diversidad, como grandes bibliotecas, ferias, centros culturales y expositivos. Des-tacan a nivel internacional, el Centro Cultural Matadero Madrid, sedes de la CaixaForum en Madrid y Barcelona, el Tate Modern Art Gallery y Roundhouse en Londres, entre muchos otros.

En el mes de septiembre del año 2018 se desa-rrolló en Chile el XVII Congreso TICCIH sobre patrimonio industrial Entendiendo el pasado, haciendo el futuro sostenible. Este evento, que convocó a innumerables profesionales vincu-lados a la recuperación y puesta en valor del patrimonio, pone de manifiesto la vigencia de las ideas sobre intervención sostenible del pa-trimonio industrial. La Carta UNESCO / UIA

Imágenes 4, 5 y 6. Sedes de la CaixaForum en Ma-drid y Barcelona y Centro Cultural Matadero en Ma-drid. Fuente: Autor.

de la formación en arquitectura, aprobada en Tokio en el año 2011, considera que “la arqui-tectura, la calidad de las construcciones y su inserción armoniosa en el entorno natural y construido, así como el patrimonio cultural, tanto individual como colectivo, son cuestio-nes de interés público”, siendo ámbitos que deben ser considerados por los educadores para preparar nuevos arquitectos. Tanto por el

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interés de las comunidades por la protección y cuidado del patrimonio cultural como por el desafío que significa para los futuros arquitec-tos las operaciones de ampliación y reciclaje de edificios patrimoniales en base a obras de arquitectura contemporánea, es que los cursos de formación de nivel pregrado en torno a esta temática se consideran relevantes.

El Taller de arquitectura sobre Intervención sostenible del patrimonio cultural, se desa-rrolla desde el año 2016 en los niveles de for-

mación entre V y VII semestre de la carrera de Arquitectura en la Universidad UNIACC en Santiago de Chile, abordando a lo largo del curso, la generación de anteproyectos de ar-quitectura para la recuperación de distintos inmuebles en la ciudad de Santiago, como las bodegas de Chucre Manzur, el sector urbano de las calles Ruiz de Gamboa con Fernando Manterola en Providencia, los teatros Viel y Novedades, el Teatro de San Bernardo, Taller de Herrería de la Maestranza San Bernardo y el Gimnasio Ferroviario en la misma comuna.

Imágenes 7 y 8. Proyecto académico para las bodegas de Chucre Manzur, comuna de Providencia. Fuente: alumna Paz Leal.

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Si bien diversos inmuebles de la Región Me-tropolitana han sido tomados como objeto de estudio por parte del Taller, desde 2016, el foco principal del curso se ha centrado en edificios industriales del sector Obrero y Ferroviario San Eugenio.

La identificación del patrimonio indus-trial, Obrero y Ferroviario como proce-so dinámico

El barrio obrero y ferroviario San Eugenio se ubica en la zona sur poniente de Santiago de Chile, se trata de un sector de la ciudad que co-mienza a urbanizarse en la primera década del Siglo XX, tras la construcción de la Maestran-za de Ferrocarriles San Eugenio. Hoy, el barrio cuenta con protección patrimonial local como zona de conservación histórica (ZCH) y con algunos inmuebles de conservación histórica (ICH) (Ley de urbanismo y construcciones).Con respecto a una protección nacional, cuen-ta con Monumentos históricos (MH) y una Zona típica (ZT) (Ley 17.288).

Numerosas investigaciones han identificado y catalogado el patrimonio del barrio San Euge-nio, destacando Pizzi (2010), en El Patrimo-nio Arquitectónico Industrial en Torno al Ex Ferrocarril de Circunvalación de Santiago. Testimonio del desarrollo industrial manu-facturero en el siglo XX, la Tesis de Rodolfo Arriagada; Los atributos patrimoniales del barrio obrero surponiente como catalizado-res en sus procesos de reconversión postin-dustrial (2011), el estudio Memoria explicati-va estudio modificación al PRC sector 6 Club Hípico-Parque O’Higgins (2010), y Entre rie-les y chimeneas, un recorrido por el barrio Obrero y Ferroviario San Eugenio (2015), entre muchos otros, que ponen de manifiesto el valor de inmuebles específicos ya sea para fundamentar su protección, promoción turís-tica cultural y uso social.

El proceso de reconocimiento de las edificacio-nes del territorio, ha permitido a lo largo de los años, identificar nuevos edificios que poseen un atractivo singular desde un punto de vis-

Imágenes 9 a 13 y 14 a 19. Proyecto académico para la Subestación Eléctrica San Cristóbal, comuna de Reco-leta. Reconocimiento del inmueble e imágenes de la propuesta. Fuente: alumno José Miguel Aguirre.

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ta arquitectónico, social, urbano o económico. En éste proceso han participado organismos públicos, organizaciones, la comunidad local y la comunidad académica que recurrentemente considera a este territorio como objeto de es-tudio. De esta manera, a través del Taller de patrimonio, ha sido posible profundizar en la investigación de nuevos hitos como el Sindi-cato de Molineros San Cristóbal, el Cine Sep-tiembre, Sede de la Corporación Mutual San-tiago Watt, Bodegas de la calle Rondizzonni y la Subestación Eléctrica El Mirador.

Con el paso de los años y como parte del desa-rrollo natural del sector, edificios representa-tivos del pasado obrero del barrio San Eugenio

Imágenes 23 y 24. Intervención en Subestación Eléctrica El Mirador. Fuente: Carla Oyarzún y Yuri Mallea.

han sido demolidos y modificados para alber-gar nuevos usos. Destaca el reciclaje de la ex fábrica Textil Yarur-Machasa, como un centro de televisión y la ex Fábrica Central de Leche como Liceo Industrial. Dentro de los casos menos felices, cuenta el ex Tintorería Yarur-Machasa, cuya imagen original moderna-bru-talista fue alterada por sus actuales ocupantes, quienes le dieron uso como centro de distribu-ción de una cadena de retail nacional.

Metodología utilizada para el desarro-llo del taller

El Taller de Intervención sostenible en el pa-trimonio tiene como objetivo, introducir a los

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(Marziano, 2003), como son originalidad, di-ferenciación, reversibilidad, compatibilidad matérica (o estructural), mínima interven-ción, entre otros, los cuales son posibles de lle-var a intervenciones de arquitectura preexis-tente mediante reciclajes y ampliaciones de estos inmuebles, como parte de procesos para su recuperación y puesta en valor.

Un punto central de este proceso, lo constitu-yen la definición de los valores patrimoniales del edificio en estudio. Se trata de valores, de orden histórico, urbano, arquitectónico o so-cial, y determinan los aspectos principales por los que un determinado inmueble mere-ce ser conservado. Así también, estos atribu-tos materiales e inmateriales, permiten a los alumnos, plantear criterios de intervención los cuales velen por la conservación de los distin-tos valores, haciendo sostenible la interven-ción arquitectónica propuesta, aportando a la construcción de pasiajes urbanos hirtóricos (UNESCO, 2013).

Finalmente, conviene indicar que en lo actitu-dinal, el ejercicio busca resaltar la importan-cia del rol del arquitecto en la sociedad, con-cientizando a los futuros profesionales sobre la necesidad de cuidado y puesta en valor de edificios patrimoniales que son parte de la his-toria de grupos específicos. Paralelamente, el curso considera las disposiciones del progra-ma entregado por la dirección de la escuela de arquitectura UNIACC.

El cierre del Taller se lleva a cabo mediante la exposición de las propuestas ante profe-sionales invitados, -vinculados al patrimonio cultural y externos a la universidad-, la que se presenta como instancia de mejora en sus ca-pacidades de construcción y comunicación del discurso arquitectónico.

alumnos en el desarrollo de metodologías para la intervención de inmuebles de carácter patri-monial, desarrollando anteproyectos de arqui-tectura. En lo específico, busca introducir al estudiante en los conceptos teóricos y estado del arte concerniente al patrimonio cultural y su intervención sostenible; estudio histórico, identificación de valores patrimoniales en edi-ficios históricos, realizar un diagnóstico terri-torial para definir programas y proyectos que contribuyan a un desarrollo armónico barrial, definición de criterios de intervención que per-mitan un uso sostenible de los inmuebles pa-trimoniales estudiados, la resolución espacial y planimétrica del programa arquitectónico, propuesta estructural y de lenguaje en con-secuencia con las disposiciones del programa entregado por la dirección de la escuela de ar-quitectura.

La metodología proyectual implementada en la primera parte del curso, contempla el de-sarrollo de un análisis que va desde lo general a lo particular, en que cobra valor el estudio urbano-territorial y de los agentes-actores vin-culados a cada uno de los inmuebles en estu-dio. Posteriormente, reduciendo la escala, los alumnos realizan un análisis que contempla el ámbito histórico, planimétrico, usuarios actuales y estado de conservación del edificio para la definición de un proyecto de interven-ción que tenga como objetivo, reactivar social y económicamente territorios como San Euge-nio, que actualmente reciben un menor benefi-cio por parte de las políticas públicas, así como menor inversión por parte del sector privado.Dentro de los contenidos teóricos entregados como parte del desarrollo del taller se encuen-tran el concepto de patrimonio, principales cartas y acuerdos internacionales, normativa patrimonial de Chile y los principios de inter-vención del estilo de la Restauración Crítica

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Imágenes 25 y 26. Modelos finales, intervención de Estación Subeléctrica El Mirador y Gimnasio Ferroviario alumnos Carla Oyarzún y Roberto Vilches. Fotografías del autor.

Referencias

Arriagada, Rodolfo (2011). Los atributos patrimoniales del barrio obrero surponiente como catalizadores en sus procesos de reconversión postindustrial, Tesis presentada a la Escuela de Arquitectura y al Instituto de Estudios Urbanos para optar al título de Arquitecto y al grado de CARTA DE NIZHNY TAGIL SOBRE EL PATRIMONIO INDUSTRIAL, Rusia, Julio de 2003.

Carta de Venecia (1964). CARTA INTERNACIONAL SOBRE LA CONSERVACION Y LA RESTAURACION DE MONUMENTOS Y SITIOS. II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos, Venecia 1964.

Comité Internacional para la Conservación (2011). Los Principios de Dublín. Conservación de sitios, estructuras, áreas y paisajes.

Gobierno de Chile. Hacia una nueva política urbana en Chile, documento borrador 27-11-2012. Recuperado de: http://politicaurbana.minvu.cl/wp-content/uploads/2012/11/Borrador_PNUD_27112012.pdf (Consultado al 20 de diciembre de 2012).

Ley de Monumentos Nacionales 17.288. Disponible en http://www.uta.cl/masma/patri_edu/PDF/LeyMonumentos.PDF (consultado el 17 de Noviembre de 2012)

Ley y Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC). Disponible en: http://www.minvu.cl

Marziano, S. (2003). La cuarta dimensión en arquitectura. Teoría e historia de la restauración. Santiago, Chile: Arqvitempo.

Municipalidad de Santiago (2010). Memoria explicativa estudio modificación al PRC sector 6 Club Hípico– Parque O`Higgins. Santiago, Chile. Dirección URL: http://seia.sea.gob.cl/archivos/memoria_explicativa_CH_noviembre.pdf

Pizzi, M., Valenzuela, B., Paz, M. & Benavides, J. (2010). El Patrimonio Arquitectónico Industrial en Torno al Ex Ferrocarril de Circunvalación de Santiago. Testimonio del desarrollo industrial manufacturero en el siglo XX. Santiago: Editorial Universitaria.

UNESCO & UIA (2011). Carta UNESCO / UIA de la for- mación en arquitectura, Tokio.

UNESCO (2013). Nueva vida a las ciudades históricas: el planteamiento de los paisajes urbanos históricos. Documento.

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ESTACIÓN Z-E LA TERMINAL. PROPUESTA SEGUNDO LUGAR EN CONCURSO DE ARQUITECTURA CHC AÑO 2010

Gonzalo Osorio, José Acosta y Fernanda Aróstica

El concurso de Arquitectura CHC se realizó el año 2010 con el objetivo de plantear soluciones para la construcción de equipa-mientos sanitarios en los lugares de catástro-fe asociados al terremoto del 27 de febrero del mismo año. Basados en el olvido y en aquellos vestigios que quedan en el imaginario después de una catástrofe, es que tomamos la decisión de proponer y proyectar sobre la Maestranza de Ferrocarriles de San Rosendo, VIII Región de Chile, con el fin de contribuir y potenciar la identidad del territorio y la ciudad.

La propuesta busca responder a un uso pú-blico diario, a la vez que transformarse en un lugar de abastecimientos en caso de catástro-fes. La Maestranza está compuesta por edifi-cios preexistentes como; la tornamesa, -como pieza principal del complejo-, en la cual se ge-nerará un lugar de esparcimiento constituido por piscinas de agua fría y caliente, saunas, salas de masajes y un restaurante. Se espera que ante una situación de catástrofe, el agua de las piscinas será purificada y reutilizada como abastecimiento, y el restaurante como equipamiento de servicio alimenticio. La car-bonera, otro elemento destacado del conjun-to, es de vital importancia para el proyecto ya que abastece la red de servicios sanitarios, duchas y baños públicos en todo momento.

El edificio maestranza se piensa como un lu-gar multiuso en lo cotidiano, transformándo-se en un albergue en tiempos de catástrofe. La antigua administración se utiliza como administración general del parque y la Plaza

estación Z-E y la terminal, como un almace-namiento de provisiones. Se propone la cons-trucción de una nueva estación terminal para San Rosendo. Entre los intersticios de los edi-ficios se generará una gran plaza pública, la cual se activa mediante la utilización de los vagones cargados programáticamente con el equipamiento de baños y ducha solicitado, los cuales se movilizarán a través de un circuito de rieles existentes en el lugar, permitiendo el desplazamiento y aumento de servicios, en situación de emergencias que pueden ocurrir en otros lugares, generando el epicentro de organización abastecimiento y soporte sani-tario.

Revisar esta propuesta resulta oportuno,para comprender el potencial de uso del patrimo-nio ferroviario mueble e inmueble, de depó-sitos y maestranzas a lo largo de nuestro país.

Maestranza de San Rosendo. Fuente: Raúl Melo B.

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POLO DE DESARROLLO URBANO MSE

Ibori Mondino

Esta investigación, desarrollada en el año 2016, tuvo como objetivo analizar aspectos urbanos en relación a la puesta en valor y recuperación del sector de la ex Maes-tranza San Eugenio, vinculada al desarrollo industrial de Chile y urbano de Santiago sur poniente, que hoy se encuentra en un eviden-te estado de obsolescencia y deterioro. Este sector, se caracteriza por sus barrios obreros, cuyos habitantes demandan ser protegidos ante el inminente desarrollo inmobiliario. Sin embargo, hasta el momento la falta de nuevos desarrollos, conectividad y la carencia de espacios públicos en esta parte de la ciudad, conlleva a un constante y lento desgaste que no poseer una función específica en el contex-to metropolitano.

La ex Maestranza San Eugenio, posee hoy la oportunidad de generar un importante cam-bio urbano, propiciando el desarrollo de las comunas de Estación Central, Santiago Cen-tro y Pedro Aguirre Cerda en base a alojar es-pacios culturales, de ocio, recreación y espar-cimiento, además de áreas verdes y espacios públicos, centros laborales, educacionales y de comercios y servicios para la comunidad. Logrando paralelamente la puesta en valor del Patrimonio Ferroviario y su consecuente integración con el contexto urbano.

¿De qué forma podría materializarse esta aspiración?

Entendiendo a la Ex Maestranza San Eugenio como un territorio unitario, se propone un

cambio en el uso histórico funcional opera-tivo del terreno como espacio de mantención de trenes para constituir un nuevo centro urbano estratégico. Este potenciamiento de sectores históricamente devaluados del sur poniente de Santiago, puede ser posible me-diante un modelo de gestión en función al uso de suelo y su zonificación, para incentivar el desarrollo urbano sostenible y el desarrollo de obras de arquitectura que busquen relacio-narse, -no competir-, con las zonas declara-das patrimoniales.

La propuesta proviene de los siguientes mar-cos teóricos los cuales se declaran a continua-ción:

TERRAIN VAGUE (Ignasi de Solà-Morales, «Territorios») Similitud al español con «Te-rreno» y «Vago» Cápsulas atemporales y sin una función actual. DROSSCAPES (Jeffreys Nesbitt, «Postindustrial landscapes - as ur-ban interventions») «Dross» se utiliza en el idioma anglosajón para definir las impure-zas encontradas en los metales en las fun-diciones. En éste contexto, aplica para definir el contexto urbano de las abandonadas insta-laciones industriales y ferroviarias en desuso como «Drossscapes» Lo que en español, podría traducirse como paisajes impuros y ACUPUN-TURA URBANA (Jaime Lerner, «Acupuntura urbana»). El término acupuntura proviene de la medicina China, que utiliza agujas insertadas en puntos específicos en el cuerpo para lograr efectos beneficiosos para la salud, asimilándolo al trabajo de urbanistas sobre la ciudad.

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¿Qué es un polo de desarrollo urbano?

Un Polo de desarrollo urbano es una zona donde a través de inversión, equipamiento, empleo, población, tecnología y calidad de vida, se propicia la satisfacción de necesida-des urbanas. Para esto, el Polo de desarrollo urbano busca dar espacio a los programas culturales, educacionales, habitacionales, co-merciales, empresariales - laborales - corpo-rativos y recreacionales.

Se busca, a partir de un programa mixto de usos, recuperar la relación entre los actos de circular, trabajar y recreacionales. Así, para esta intervención, se plantea un enfoque ba-sado en las necesidades contemporáneas a partir de los siguientes tres conceptos: com-pactado, conectado y coordinado: el objetivo es desarrollar un polo urbano económica-mente dinámico, salubre y de bajas emisiones de polución (emisión de gases tóxicos de los vehículos e industrias por combustión y polvo levantado por transporte).

Regeneración urbana

Una vez comprendidos los factores relevan-tes de historia, identidad y las posibilidades de puesta en valor de patrimonio existente. Podemos poner en práctica la acupuntura ur-bana y la regeneración urbana. Surge la pre-gunta respecto a ¿en qué casos aplicaría la regeneración para el caso de estudio?. La acu-puntura urbana se enfoca en zonas deteriora-das dentro de la ciudad, sectores específicos, que al ser intervenidos mediante operaciones sencillas podrían generar una reactivación en cadena de gran parte de su contexto. En muchos casos, las intervenciones son transi-torias e influidas por la participación y cola-boración comunitaria. En cambio, la regene-ración urbana se clasifica dentro de un ámbito más extenso, influyen políticas de Estado que potencian su interés de recuperación. Según

Imégenes 1, 2, 3 y 4. Programa, Modelo de gestión y Mapa de actores involucrados en el proyecto. Imagen 5. Zonificación. Fuente: Ibori Mondino 2016, UDLA.

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las problemáticas de este sector en base a su deterioro, se planifican estrategias de inter-vención, para incentivar el desarrollo del sec-tor, como por ejemplo a través del transporte público, la vivienda, el comercio, servicios, educación, trabajo, espacios públicos, áreas verdes, aspectos ambientales, sociales, entre muchos otros.

El desarrollo inmobiliario es trascendental para el desarrollo de la ciudad, dado que gene-ra empleo y permite renovar barrios centrales deprimidos. Como ejemplo, el conjunto de vi-viendas UKAMAU, se torna relevante como densificación de áreas centrales mediante proyectos en este caso, de vivienda social.

Fito-remediación

La Fito-remediación es un concepto aplica-do a los procesos de descontaminación de los suelos, depuración de aguas residuales o

la limpieza del aire. Es un concepto que co-mienza a ser utilizado activamente para la re-cuperación de terrenos donde existían fábri-cas, industrias metalúrgicas o mineras y que hoy se encuentran en alto estado de deterioro. Permite así, descontaminar dichos entornos a través de plantas y árboles que se alimentan básicamente de metales pesados, consideran-do a estos organismos como factores de cam-bio y renovación.

Propuesta arquitectónica

Dentro de las posibilidades que ofrece este nuevo polo de desarrollo, se propone la cons-trucción de una Mediateca Intercomunal, que se situaría en un punto estratégico del terreno de la ex Maestranza. De esta manera, la me-diateca ofrecerá la posibilidad de educarse en forma autodidacta, mediante medios impre-sos, audiovisuales y participativos, como el coworking.

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PARTICIPANTES

Luis Rolando Rojas Morales. Arquitecto Universidad Central de Chile, Magister en Desarrollo Urbano IEUT UC, Diplomado en Patrimonio Cultural UC y Diplomado en Gerencia Pública CSP U. de Chile. Ha sido Coordinador del Diplomado de patrimonio UC (2015), ganador de Fondart (2015 y 2019), obtenido premios en concursos de arquitectura y publicado artículos en revistas nacionales e internacionales relacionadas con las temáticas de patrimonio cultural y desarrollo sostenible. Actualmente se desarrolla como asesor en es-tudios territoriales y como profesor del Taller de Patrimonio entre 2016 y 2019, Escuela de Arquitectura UNIACC. Director de Colectivo Rescata.

Esteban Araya Arenas. Licenciado en Artes U.C., Postítulo Cine Documental U. de Chile. Es profesor de Judo IND, CER (Centro de Entrenamiento Regional), profesor de Judo del Comité Paralímpico Chileno y Socio Fundador de Casakano.

Martín Macías Barra. Geógrafo Universidad de Chile. Ha participado en proyectos FONDART y otros ligados a gestión patrimonial y cultural, prestando apoyo a labores de investigación y realizando asesorías, incorporando metodologías participativas para vincular a la comunidad en dichos proyectos. Asimismo, ha colaborado en la publicación de los libros Entre rieles y chimeneas. Un recorrido por el barrio Obrero y Fe-rroviario San Eugenio y Manual para financiamiento municipal. Fondos de Gestión Municipal, conformando parte del equipo de trabajo en ambos casos. Integrante de Colectivo Rescata. Carlos Sottorff Neculhueque. Profesor de historia y Geografía Universidad de Playa Ancha, Magister en Historia, mención historia de América, Universidad de Santiago de Chile, actualmente estudiante del progra-ma de Doctorado en la Universidad de Santiago de Chile. Becario Universidad de Santiago de Chile.

Xaviera Salgado Ferrufino. Licenciada en Historia y Profesora de Historia y Ciencias Sociales por la Uni-versidad Austral de Chile. Actualmente se desempeña como tesista del programa de magíster en Historia, mención Historia de Chile, en la Universidad de Santiago de Chile y como ayudante de investigación del proyecto Fondecyt Nº1140185.

Carlos Maillet Aránguiz. Arquitecto, Master en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural UANDES. Ac-tual Director del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. Ha sido Director de Patrimonio de la Ilustre Mu-nicipalidad de Santiago y Docente Escuela Arquitectura Universidad del Desarrollo. También ha sido asesor en materias patrimoniales en el Ministerio de Obras Públicas de Chile. Actualmente tiene su propio Estudio de Arquitectura en el cual desarrolla proyectos de diseño, decoración, construcción y teóricos relativos a la restauración, reciclaje y la investigación de la Crítica Arquitectónica.

Francisco Rodríguez Ledezma. Profesor y Director del Liceo técnico profesional Victor Bezanilla Salinas, Perteneciente a la Corporación Educacional de la Construcción, Cámara Chilena de la Construción.

Elisa Booth Werner. Arquitecto Universidad del Desarrollo. Diplomado BIM Arquitectura PUC. Ha sido ayudante de diversos ramos teóricos como estructura, física y arte. Actualmente participa en proyectos de vivienda en extensión en la oficina BL Arquitectos.

Gabriel Díaz Riadi. Arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile (2013), obteniendo Distinción Máxima y Premio a la Excelencia Académica. Cuenta con un amplio conocimiento de Tecnologías BIM (Buil-ding Information Modeling). Se ha desempeñado profesionalmente desarrollando proyectos de arquitectura y docencia ligado al uso de BIM. En 2016 funda GAALGO Arquitectos, oficina de Arquitectura y Asesorías BIM, desarrollando proyectos de diversa escala y asesorando a otras empresas en la implementación de esta metodología de trabajo.

Rosario Cobo. Artista visual. Licenciada en Artes visuales PUC, Chile. Licenciada en Cine documental, U. de Chile, Maestría Artes visuales mención Arte urbano UNAM, México.

Ibori Mauricio Mondino Ramos. Arquitecto chileno e italiano titulado por la Universidad de Las Améri-cas en el año 2016. Ha colaborado en instituciones como MINVU (DITEC), BEFCO y TM4 Arquitectos.

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Marco A. Valencia Palacios. Doctor en Arquitectura y Patrimonio por la Universidad de Sevilla, España. Licenciado en Historia y licenciado en Sociología por la Universidad de Chile. DEA en el área de Composición Arquitectónica e investigador y académico del Centro de Estudios Arquitectónicos, Urbanos y del Paisaje, CEAUP, de la Universidad Central, Chile. Actualmente es investigador Fondecyt. Ha publicado, como editor y co-autor, los libros: Santiago. Memoria, imaginarios y cotidianos (Ed. U. Central, 2008), Dimensiones Urba-nas II (Ed. U. Central, 2008), Vectores de residencia (Ed. Quimantú / U. Central, 2015), Neoliberalismo, sus-tentabilidad y ciudadanía (Ed. Quimantú / U. Central, 2015) y Estéticas de la participación (Ed. Quimantú / U. Central, 2016), Proyecto, obra y comunidad. Arquitectura habitacional moderna en Santiago de Chile. (Ed. LOM, 2017) entre otros. Docente Programa Magister en Arquitectura Contemporánea, FAUP, Universidad Central. Docente Escuela de Arquitectura USACH y FAUP, U. Central. Actualmente es codirector de la revista Diseño Urbano y Paisaje de la UCEN y miembro del Colaboratorio Territorial CEAUP.

Camila Mancilla. Arquitecta por la facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Austral de Chile. Realizó posteriormente una doble titulación en la misma materia en la Universidad Técnica de München, Alemania. Como proyecto de titulo de la carrera realizó un memorial en Isla Dawson, obteniendo distinción máxima. Posteriormente realizó un Magister en Patrimonio Cultural en la UC, desarrollando su tesis sobre la importancia del patrimonio de la percepción. Actualmente es asistente en el equipo de patrimonio y cuidad del magister en patrimonio cultural y paralelamente trabaja en proyectos de gestión cultural, arquitectura y trabaja temas como la arquitectura, naturaleza y vida moderna, a través de propuestas visuales utilizando la técnica del collage. Su última serie “un vuelo vernáculo” se encuentró en itinerancia en la Región de Magalla-nes durante el año 2018.

Catalina Peña Queralt. Estudiante de arquitectura Universidad UNIACC, especializada como Modelador y Coordinador BIM, labor que realiza en IDOM desde 2017 - Actualidad, actualmente trabajando en la mode-lación de la Ampliación del Aeropuerto Arturo Merino Benítez.

Anastassia Nenadovich Yarur. Estudiante de la carrera de Arquitectura en la Universidad del DesarrolloSantiago, Chile.

Matías Espinoza Muñoz. Egresado de Arquitectura, Universidad UNIACC, 2017. Encargado de Proyectos, EGIS Nueva Vivienda, 2011. Dibujante Arquitectónico, Expresión Gráfica en Patrimonio, ReStudio, 2012. Dibujante de Arquitectura y Obras Civiles, AIEP, de la Universidad Andrés Bello, 2010. Dibujante Arquitec-tónico, Coordinación de Proyectos en Retail, Espaciocorp, 2014. Dibujante Arquitectónico, Coordinación de Proyectos para Consultorías en Arquitectura Pública, Crisosto Smith Arqtos Ltda. 2015.

Arrian Picket. Arquitecto UCV, Trabaja en deporte y cultura a partir del Cincuentenario Mundial 1962. (Bronce ´62). Forma junto Eduardo García la Fundación Ceacheí - Museo de la Memoria Deportiva. Ha colaborado con Museo de Arte Contemporáneo, Goethe Institut, Instituto Italiano di Cultura, Tour y Museo Selección Chilena. Con Roberto Rabi formula; Festival de Concursos “Una forma de vida” y con Karen Pazán; Proyecto Cancha o Copa Unión, torneo cultural-deportivo con CDs migrantes. (I Bienal de Arte Contextual “Territorios Migrantes de Santiago”, Fundación Vicente Huidobro).

Gonzalo Osorio. Arquitecto titulado en la Universidad Central de Chile y Socio fundador de Taller NN Arquitectura.

José Acosta. Arquitecto titulado en la Universidad Central de Chile.

Fernanda Oróstica. Arquitecto titulado en la Universidad Central de Chile.

Agradecimientos: Jacqueline Pinkas-Zepeda, Juan Luis Ramirez, Rodrigo Alejandro Cruz, Nicolás Fernán-dez Gurruchaga, Familia Pinkas, Yuri Mallea y Diego Rodríguez Zúñiga.

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