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EMTIERROSI EN EI INTERIOR DE LAS IGLESIAS DURANTE LOS PERIODOS COLONIAL Y REPUBLICAMO: EXCAVACIONES EM LA IGLECIA DE SAM ~ FRANSISCO DE CORO (VENEZUELA).
Alberta Zucchi
RESUMEN
Como parte de un proyecto mas amplio cuyo objetivo es el manejo de la muerte en Venezuela durante el perío
do 1500-1930, se llevaron a cabo excavaciones en la iglesia de San Francisco de Coro, Estado Falcan. Se sabe que
durante la mayor parte de este largo periodo las iglesias y los conventos fueron los únicos lugares de enterramien
to para los católicos de las colonias españolas del Nuevo Mundo. A pesar de que la mayoría de las iglesias colo
niales venezolanas han sido restauradas durante los últimos treinta años, no existía ninguna información sobre:
a) la disposición y características de los entierros ni sobre otras construcciones funerarias subterráneas, b) las
mortajas y urnas que se utilizaban, ni c) sobre los cambios que ocurrieron a lo largo de este largo período. El tra
bajo describe los resultados de esta investigación y trata de articularlos con los cambios que ocurrieron en el anejo
de la muerte en Venezuela.
ABSTRACT
As part of a larger project focused on the management of death in Venezuela during the period 1500 -1930,
excavations were undertaken in the church of San Francisco in Com, State of Falcon. It is known that during
most of this long period churches and convents were the only burial grounds for the Catholics of the Spanish
colonies of the New World. Although most of the Venezuelan colonial churches have been restored during the
past thirty years, no information was available regarding: a) the disposition and characteristics of the burials, or
on other underground funerary constructions, b) the shrouds and coffins that were used, and c) the changes that
took place during this long period of time. This paper describes the results of this research and tries to articulate
them with the changes that occurred in Venezuela regarding the management of death.
RESUME
Comme partie d'un projet plus grand donc l'objectif c'est le maniement de la mort ou Venezuela dans le per-
riode 1500-1930, on a fait de 'excavations à léglise de San Francisco de Coro, Etat Falcon. Ou connaît que pen
dant la plus part de cette longue période les églises et convents forent les seules endroits d'enterrement pour les
catholiques des colonies espagnoles du Nouveau Monde. Maigre que la plupart des églises coloniales vénézuéli
ennes ont été restaurées pendant les treinte dernières annés, il n 'y abatí aucune information sur: a) la disposi
tion et caractéristiques des enterrements et d'autres batimens funéraires subterranés, b) les suaires et urnes que
furent employés, nor sus c) les changements qu 'ont lieu pendant cette long période, Le travail décrit les résul
tats de cette recherche et essai les articulé aux changements qu 'ont au lieu dans le management de la morte au
Venezuela.
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Introducción
A partir del siglo XVI y con la implantación de un nuevo sistema religioso en América, el manejo de
la muerte quedó en manos del clero y las iglesias, los conventos, y luego sus cementerios anexos, se
convirtieron en los únicos lugares de enterramiento para los cristianos del Nuevo Mundo. A pesar de
esto, sin embargo, en algunos lugares del interior de Venezuela que no contaban con iglesia se
establecieron cementerios desligados de los sitios de culto (Zucchi 2001a, 2001b).
Una investigación iniciada en 1993 (Zucchi 1995, 1997, 2001a) cuyo objetivo era conocer el
manejo de la muerte en Venezuela durante el período comprendido entre 1500 y 1930, nos permitió
conocer las características y los cambios que se produjeron en la arquitectura funeraria venezolana no
ligada a las iglesias. Sin embargo, al concluir este proyecto aún teníamos escasa información sobre las
características de los entierros en el interior de las iglesias.
Los entierros en el interior de las iglesias
Desde comienzos del siglo I, cuando los emperadores romanos iniciaron la persecución de los cris
tianos, sus cementerios se hicieron subterráneos en las catacumbas, que también eran los lugares en
donde se llevaban a cabo las ceremonias del culto. En el siglo IV, una vez finalizadas las persecuciones
con la paz de Constantino, se comenzaron a edificar iglesias a las que se llevaron las reliquias de los
mártires que estaban depositadas en las catacumbas (Zaneza 1943). A partir del siglo V se comenzó a
enterrar en el interior de las iglesias a los obispos, y en sus atrios y pórticos a los emperadores y reyes.
Para el siglo VI la costumbre de sepultar en las iglesias ya se había extendido, por lo que reyes, abades
y personas que habían muerto en olor de santidad comenzaron a ser enterradas en su interior.
Animado por el fervor religioso, el resto de los fieles también comenzó a solicitar que sus restos des
cansaran cerca de las reliquias de los mártires, y esto hizo que la costumbre se extendiera a todos los
fieles, una costumbre que para el silo IX ya se había generalizado en todo el mundo cristiano (Zaneza
1943).
Al comienzo solo se enterraba en las iglesias parroquiales, pero a medida que el número de
éstas y de conventos aumentaba, también se inhumó en los patios de los claustros. Generalmente la
gente seleccionaba su propia iglesia parroquial como lugar de enterramiento, aunque por diversas
razones (Ej.: particulares intereses religiosos, devoción a un determinado santo, pertenencia a una
cofradía, etc.) también podía seleccionar un templo diferente (Zucchi 2001a; 2002).
Pocos años después de que esta costumbre se había generalizado, tanto las autoridades reli
giosas como la propia monarquía se percataron de sus consecuencias, ya que tanto el temor a las epi
demias como la fetidez que despedían los cadáveres, reducían considerablemente la asistencia de los
fieles a las ceremonias religiosas. Por ello, en 1442 el Concilio de Vaison como los posteriores dis
pusieron que solo se enterrara en las exedras de las iglesias, no obstante a pesar de ello, la costumbre
se mantuvo.
En España fue solamente en 1804 cuando una cédula de Carlos IV pudo finalmente poner fin
a esta práctica. En Venezuela, las Constituciones Sinodales de 1698 ordenaron que se establecieran los
cementeros anexos a las iglesias, pero a pesar de que esta disposición fue acatada, los entierros en el
interior de las iglesias continuaron, y fue solamente a partir de 1873 cuando en el país se inició el ver-
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dadero proceso de secularización de la muerte, que esta práctica comenzó a declinar. No obstante,
como se verá más adelante, en algunos lugares esta costumbre continuó hasta las primeras décadas
del siglo XX (Zucchi 2001b).
Características de los entierros en el interior de la iglesias
La información general indica que para organizar los entierros en las iglesias, el área interior se
dividía en tramos que se extendían desde el presbiterio hasta el vestíbulo de la entrada y a cada uno
se le asignaba un precio. El primero de estos tramos, ubicado a los pies del presbiterio estaba destina
do al clero, mientras que el costo de los demás decrecía a medida que se alejaban del altar mayor. Los
niños se enterraban en las naves laterales, mientras que los esclavos y la gente de escasos recursos se
sepultaba en los tramos más alejados, cercanos ai vestíbulo. Ocasionalmente, tanto en las iglesias
españolas como americanas se construyeron nichos funerarios en las paredes situadas detrás del Altar
Mayor (Peña Obregón, Jardines Macías y Garit Sánchez 1987), mientras que en otras se construyeron
criptas subterráneas para uso individual y / o familiar. La investigación que se llevó a cabo en la igle
sia de San Francisco de Coro (Estado Falcón) nos permitió obtener información adicional sobre diver
sos aspectos de los enterramientos en las iglesias (Figure 1).
Originalmente esta iglesia perteneció al convento franciscano Nuestra Señora de la Salceda (actu
al Museo Arquídiocesano Lucas Guillermo Castillo) probablemente fundado a finales del siglo XVI.
La edificación ha tenido una vida accidentada debido a diversas destrucciones, reconstrucciones y
modificaciones. La evidencia documental indica las siguientes fechas en la historia de esta construc
ción colonial (Tabla 1). Las excavaciones y sondeos que se llevaron a cabo en esta construcción colo
nial se pueden apreciar en la figura 1 y permitieron: a) identificar dos pisos ocupacionales y dos
estratos, cada uno de los cuales corresponde a un determinado período, b) ubicar entierros primarios
y secundarios, osarios de mampostería y criptas subterráneas, y c) recuperar material cultural
perteneciente a los siglos XV al XIX.
El Piso I (Fig. 2), es la superficie ocupacional más antigua de la iglesia, es de tierra compacta oca
sionalmente cubierta con argamasa, que aparentemente representa el piso de la primera iglesia de una
sola nave construida entre 1613-1617. Dado que este piso descansa sobre tierra arqueológicamente
estéril, se concluyó que durante el período 1617 -1720, la iglesia no fue utilizada como cementerio.
Esta primera construcción aparentemente fue destruida o dañada severamente como le sucedió al
resto de la ciudad, tanto por la gran tormenta que se produjo en 1681 (Arcaya 1995: 75), como por la
incursión de Christopher Mingss en 1695 (Haring 1939:101).
Debido a lo anterior en 1720 la iglesia fue reconstruida. Esta segunda construcción también
era de una sola nave que tenía entre 7 y 7.50 m de ancho y estaba adosada a la crujía occidental del
convento. La presencia y características del Estrato 1 y de los materiales arqueológicos que contenía
permitieron establecer diversos hecho importantes: a) que el piso de esta segunda construcción fue
elevado unos 40 a 60 cm por encima del Piso 1. b) La presencia de materiales cerámicos de los siglos
XVI y XVII indica que la tierra fue extraída de algún lugar cercano, c) La presencia de abundantes
ladrillos adobes y tejas fragmentadas ( Fig. 2) sugiere que estos desechos correspondan tanto a la
destrucción de la anterior edificación, como al proceso constructivo de la nueva, d) El hallazgo de
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restos de un piso de baldosas cerámicas cuadradas (Fig. 3) indica que esta segunda construcción tenía
este tipo de piso, e) Tanto el hallazgo de 8 entierros secundarios (5 directos individuales, 2 directos
múltiples y 1 individual en urna) como la información documental, indican que a partir de la segun
da década del siglo XVIII, la iglesia comenzó a ser utilizada como cementerio, f) Durante el período
1720 1791-95 las fosas destinadas a los entierros solo tenían unos 50 a 60 cm de profundidad.
Entre 1791 y 1795, cuando la iglesia se convirtió en una estructura de tres naves y el piso fue
levantado de nuevo con la tierra que integra del Estrato 2. Lamentablemente una gran parte de este
estrato fue removida durante la última restauración de la iglesia por lo que ha sido imposible conocer
las características de muchos de los elementos, estructuras y materiales correspondientes al período
1791-95-1920). A pesar de ello, sin embargo, la evidencia arqueológica nos ha permitido llegar a cier
tas conclusiones sobre la etapa más reciente de la iglesia: a) El único entierro primario directo fue
encontrado en el área que debía corresponder al primer tramo (destinado a los miembros del clero),
y por sus características aparentemente debió corresponder a uno de los monjes franciscanos, una con
clusión que parece estar apoyada por la presencia de una delgada línea negra que lo bordeaba y que
aparentemente, fue dejada por la descomposición del hábito que le sirvió como mortaja, b) El hecho
de que los dos únicos entierros secundarios correspondientes al Estrato 2, estuvieran en urna de
madera parece confirmar la idea (Zucchi 1991) de que a partir de la segunda mitad del siglo XVIII el
uso de urnas de madera comenzó a popularizarse, c) Durante el siglo XIX la tipología de las urnas
-osarios comenzó a diversificarse y modernizarse mediante la aplicación de adornos, utilización de
forros interiores de metal o tela, y el uso de cerraduras, asas y adornos metálicos, d) El hallazgo y car
acterísticas de tres osarios de manipostería (Fig. 4) indica que la antigüedad de este tipo de construc
ción subterránea corresponde al período que se extiende entre la segunda mitad del siglo XIX y la
segunda década del XX. e) En la iglesia de San Francisco existen dos criptas subterráneas (Fig. 5 y 6)
construidas por familias pudientes de la ciudad, cuya posición cronológica corresponde al siglo XIX.
f) Las fechas que aparecen en las lápidas de mármol que fueron removidas durante la última restau
ración indican que a pesar de que las leyes promulgadas 1873, establecían que los únicos lugares de
enterramiento eran los cementerios públicos, en algunos lugares del interior la costumbre de enterrar
en el interior de las iglesias continuó hasta las primeras décadas del siglo XX. g) Llama la atención que
en la iglesia solo se encontrara un entierro primario. La única explicación que se puede ofrecer por el
momento es que debido a su escasa profundidad, los restos correspondientes a los dos estratos hubier
an sido exhumados e inmediatamente inhumados de nuevo como entierros secundarios, antes de que
comenzaran los trabajos que se hicieron ente 1720 y 1791-5. h) El hallazgo de restos de niños en los
entierros secundarios en la nave central sugiere que para los entierros secundarios no se respetaba la
zonificación que se seguía para los entierros primarios (naves laterales), i) La tipología del material
cerámico encontrado indica que durante los siglos XVI y XVII la población de Coro utilizaba mayóli
ca europea y americana así como alfarería indígena, mientras que durante los siglos XVIII y XIX la
mayólica fue sustituida por loza inglesa y holandesa, mientras que la alfarería indígena fue sustitui
da por cerámica criolla de manufactura local que aún conserva algunos rasgos indígenas.
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2002. Recuperando el Pasado: Arqueología e Historia documental de la
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Tabla 1. CRONOLOGÍA DE LAS INTERVENCIONES DE LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO DE CORO, EDO.
FALCON
* 1613-1617 Primera construcción documentada de la iglesia y del convento anexo. Esta primera edi
ficación probablemente de bajareque con techo de palma debió sufrir graves daños como consecuen
cia de la gran tormenta que asoló a la ciudad en 1681 y luego por la invasión inglesa de 1695
(González Batista 1994: 26).
* 1720 Se inició la reconstrucción de la edificación que debía ser de cal, piedra y ladrillo, aunque final
mente "se decidió hacer una nueva iglesia de adobes" (González Batista 1994: 27).
* 1791-1795 La iglesia sufrió una modificación radical que la convirtió en una estructura de tres naves
(Vázquez y Briceño 1989; Solestudios 1997:1; González Batista 1994: 27; Gasparini 1994). No obstante
siguió conservando sus características coloniales hasta 1883
* 1903-1906 La iglesia fue nuevamente fue intervenida convirtiéndose en la estructura de estilo
neogótico que existe en la actualidad. Se desconocen otros detalles de esta intervención.
* 1987-1994 Se lleva a cabo una nueva intervención que lamentablemente elimina una capa de tierra
superficial de unos 60 a 65 cm, que contenía los restos humanos y arqueológicos correspondientes a la
segunda mitad del siglo XIX y a las dos primeras décadas del siglo XX.
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Figura 1: Plano de la iglesia y de las excavaciones y Sondeos.
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Figura 2. El Piso 1 con los escombros y entierros depositados sobre el.
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Figura 3: Restos de/ piso de baldosas cuadradas correspondiente a la iglesia construida en 1720.
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Tipología de las urnas - Osarios de madera. Siglos XVII - XX
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Figura 5: La cripta 1
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Figura 6: La cripta 2.
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