Élites y cultura: ¿un divorcio sin solución?

Upload: zerumen

Post on 03-Jun-2018

219 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/12/2019 lites y Cultura: un divorcio sin solucin?

    1/5

  • 8/12/2019 lites y Cultura: un divorcio sin solucin?

    2/5

    lites y Cultura: un divorcio sin solucin?

    PedroPablo Alayza

    La relacin entre la lite nacional y la cultura es una historia de desencuentros.Difcilmente han coincidido los temas de inters pblico con los temas culturales, porlo que lo cultural quedaba reducido a una mera reflexin dentro de la burguesa local,una dinmica sin mayores alcances en el ambito ciudadano. Paralelamente a estasituacin contrasta el dinamismo de las manifestaciones populares que, lejos deesperar el apoyo de las instituciones o del Estado, ha desplegado su imaginarioinfluyendo en las manifestaciones contemporneas en el Per y los pases vecinos.

    La historia de la fundacin del Museo de la Nacin es elocuente. Creado pordecreto del general San Martn en los albores de la repblica, logr consolidarse casiun siglo ms tarde y tard algunas dcadas adicionales en convertirse en unainstitucin cientfica orientada a la investigacin, conservacin y difusin del

    patrimonio cultural de la nacin. En Mxico la realidad fue absolutamente distinta,all la lite local comprendi la utilidad del museo como una institucin gravitante enla construccin de la identidad de la naciente repblica, creando a su alrededor unequipo profesional dotado de los presupuestos necesarios.

    Para entender hasta qu punto los responsables de los museos mantenan a lainstitucin alejada de la ciudadana, he tomado la opinin de Gutirrez de Quintanilla,quien ejerca la direccin del Museo de la Nacin a inicios del siglo XX:El mundoentero condena el funesto error de que el vulgo torpe y grosero se instruye, civiliza yrefina contemplando de balde lo que no comprende [...] La instruccin es semilla quese pierde en tierra totalmente inculta [...] ellos ignorantes van a la escuela, pero anadie se le ocurre, ni en Europa ni en Amrica, mandarlos a los museos 1. El

    comentario es bastante elocuente sobre la falta de inters no nicamente polticode la lite ilustrada, en compartir su conocimiento con una masa popular.

    Coincidiendo con el auge de los movimientos nacionalistas en AmricaLatina, surgen nuevas voces que proponen la integracin de la cultura nativa alideario nacional, y es en esos aos que Jos Sabogal lidera el movimiento indigenistadesde la Escuela Nacional de Bellas Artes (1932-1943). En el tema de los museos lasfiguras de Luis Valcrcel y Julio C. Tello sern capitales para la fundacin del museomoderno en el Per. Despus de inaugurado el Museo de Arqueologa (1931) con lafachada de inspiracin en la cultura Tiahuanaco, que se encuentra en la avenidaAlfonso Ugarte, la direccin de dicho museo recay sobre Valcrcel. Luego de

    participar activamente en la creacin de instituciones cientficas en el Per y elextranjero, Tello inaugur el Museo Nacional de Antropologa y Arqueologa en1938. l es sin duda el primer muselogo peruano, su historia est ntimamente ligadaa los mltiples avatares de la creacin del Museo Nacional, pues fue el primero en

    plantearlo como un proyecto de alcance social y cientfico. Es importante destacar queel Indio Tello como el mismo se llamaba concibi el Museo como unainstitucin destinada a que los ciudadanos conocieran su pasado muy lejos de laopinin de Gutirrez de Quintanilla y valoraran su cultura con una filiacinidentitaria.

    Los estudios que realizara en los Estados Unidos y en Europa le permitieronvislumbrar la creacin de museos equivalentes aqu, con la finalidad de que los

    1Lumbreras, Luis Guillermo (1977). Tres fundaciones de un museo para el Per. En Cop,vol. VIII,n. 20, Lima, pp. 4-7.

  • 8/12/2019 lites y Cultura: un divorcio sin solucin?

    3/5

    peruanos pudieran conocer su cultura. Se trataba de un proyecto educativo, vinculadodirectamente a la formacin acadmica, pero donde se tomara en cuenta su potencialeducativo a nivel popular. Tello vea que existan museos con importantes coleccionesde arte peruano en el extranjero y resultaba paradjico que el Per no tuvieraarticulada ninguna coleccin con fines didcticos. Fue la tenacidad de Tello y su

    prestigio internacional, junto con su rol de maestro universitario, lo que finalmenteempuj al Estado y a las autoridades nacionales a responder a su exigencia con lacreacin del primer museo nacional con las caractersticas propias de una institucincientfica.

    Los esfuerzos de Tello tras sus descubrimientos en Paracas2crearon una granexpectativa, al punto de que Nelson Rockefeller financi expediciones arqueolgicasconocidas como la famosa expedicin al Maran. Tambin financi la conservacinde los mantos Paracas en el recientemente inaugurado Museo Nacional. A la muertede Tello se complet el proyecto llevando un fardo que fue abierto en el Museo deHistoria Natural de Nueva York, durante el Congreso de Americanistas de 1949.

    En este caso podemos apreciar que tras la misin de Tello el apoyo para

    consolidar la conservacin e investigacin de una de las mayores riquezas del Per,no solo en trminos de valor econmico, sino en trminos estticos y culturales, vinode un personaje perteneciente a la lite de otro pas: los Estados Unidos. Actitud quecontrastaba con las carencias que pas Tello durante sus expediciones arqueolgicas,contando con los magros recursos de la Universidad de San Marcos y otrasinstituciones pblicas. No hubo apoyo de los lderes de las instituciones nacionales, niqu decir del mecenazgo, ausente en el mbito nacional en este periodo de gestacinde las instituciones culturales.

    Localmente, es cierto que no seguimos a menudo el ejemplo de los pasesvecinos, sin mencionar las realidades del hemisferio Norte. Mientras esto ocurra en ladcada de 1930 en el Per, las grandes ciudades de Amrica Latina como Ciudad deMxico, Buenos Aires y Ro de Janeiro contaban con infraestructuras culturales deimportancia promovidas por las ms altas autoridades y la lite econmica local:teatros, peras, museos... todos ellos, ncleos de cultura convencional con un fin dedivulgacin popular y contribuir as a la formacin cultural y educativa del ciudadano.

    En las dos dcadas siguientes (1940 y 1950), el ejemplo extraordinario ha sidoel de So Paulo, en vista de que la burguesa local, a travs de sus grandes fortunas,concert esfuerzos para crear dos instituciones de importancia continental: el Museode Arte Moderno (1946) y la Bienal de Sao Paulo (1951), creadas por el empresario

    paulista Ciccillo Matarazzo, con la intencin de insertar al pas en el contexto mundialcontemporneo, lo cual se logr con xito, manteniendo su vigencia hasta la fecha. El

    otro gran proyecto fue el Museo de Arte de Sao Paulo (MASP) que rene la coleccinms grande del hemisferio Sur de arte occidental. Este fue iniciativa de otroempresario paulista, Assis Chataeubriand, y del periodista e historiador italiano PietroMara Bardi. En vista de la oportunidad suscitada por la crisis de la posguerra, sereunieron los fondos y Bardi viaj a Europa a comprar obra europea en las grandescolecciones de occidente. El MASP fue fundado en 1947 y posteriormente, con elapoyo del Municipio de Sao Paulo, se construye un gran edificio (1968) como suactual sede en plena avenida Paulista, centro financiero y comercial de la ciudad. Enambos casos esos esfuerzos fueron concertados desde el lado privado, pblico y

    2

    Los descubrimientos se hicieron en 1927, ms de 400 fardos fueron excavados en la pennsula deParacas. Solo se abrieron 20 aos ms tarde en el Museo Nacional de Arqueologa por Tello y suequipo.

  • 8/12/2019 lites y Cultura: un divorcio sin solucin?

    4/5

    nacional, con el objetivo de darle a la ciudadana unos espacios culturales de altonivel.

    Es lamentable que hasta la fecha no se haya realizado una concertacinequivalente de voluntades en nuestro medio. Lo cierto es que no existe una polticaque incentive el mecenazgo ni tampoco una legislacin adecuada para que el sector

    privado haga aportes sustantivos, as como tampoco contamos con un Estado conestructura y fondos que puedan responder a las aspiraciones culturales naturales quefluyen de nuestra propia cultura.

    A pesar de este desalentador escenario, s hay ejemplos admirables en el Persimilares a lo expuesto a escala latinoamericana guardando las distancias, comoel Museo de Arte de Lima, el cual se crea a instancias del Patronato de las Artes y enel que se concert la voluntad pblica y municipal para la sesin en uso del edificio(1954) y la gran coleccin de la familia Prado3, con la que el Museo de Arte de Limaabre sus puertas al pblico en 1961. A lo largo de los aos, se ha generado un buentrabajo de gestin en torno a la institucin que ha permitido su funcionamiento demodo ininterrumpido y hoy, en pleno proceso de remodelacin. Otro ejemplo

    importante es el del Museo Larco que empieza sus funciones en 1927, en la Haciendade Chicln4, que luego fue trasladado al Fundo Cueva en Pueblo Libre, donde seencuentra en la actualidad. Tanto el Museo Larco como el Museo de Arte de Lima, alo largo de los aos, han implementado modelos de gestin que han permitidoadministrar las colecciones adecuadamente y generar los recursos para sumantenimiento, as como un equipo profesional que asegura la investigacin para elfuturo.

    Un ejemplo de lo opuesto es el proyecto del Museo de Arte Contemporneoque nace hace ms de cuarenta aos como el Instituto de Arte Contemporneo (IAC),que tuvo una presencia gravitante a partir de la dcada de 1960. Sin embargo, laconstruccin de su sede en Barranco no ha logrado concretarse por diversas razones.En mi opinin, al carecer el proyecto desde sus inicios de un alcance social, la

    propuesta no se articul con los distintos estamentos que configuran la trama social.Los grupos que lideran la escena cultural a travs de los diversos patronatos tienenxito o no debido a los modelos de gestin que utilizan. Aquellos que enfocan lainstitucin musestica como un proyecto de alcance mayor al de una coleccin

    privada, suelen tener xito. Estos lderes, que estn a la cabeza de las principalesempresas y las principales instituciones sociales, tienen el poder de cambiar el statuquo cultural positivamente, y solo en algunos casos funciona.

    Definitivamente, el cuidado en la formacin y difusin de las manifestacionesculturales propias de la lite en el Per est muy lejos de los estndares

    latinoamericanos. El abandono y la decadencia del Museo fundado por Tello es unabuena muestra. Si hacemos un recorrido por las instituciones oficiales de formacinartstica encontraremos un escenario desolador, el Conservatorio Nacional, lasEscuelas de Artes Escnicas (danza, teatro) o la escuela Nacional de Bellas Artes vande la mano con las lamentables condiciones en las que sobreviven los elencosnacionales y la nica orquesta sinfnica nacional. Esta apata y desdn por laformacin artstica en las disciplinas propias de los patrones de la lite contrastadramticamente con la vitalidad de las manifestaciones populares. Es acaso quequienes han liderado los destinos econmicos y polticos del Per han tenido y tienen

    3

    La Memoria Prado fue una coleccin de arte peruano reunida, por Javier Pardo, en la residenciafamiliar de Chorrillos, en 1937.4En el valle de Chicama, cerca de Trujillo.

  • 8/12/2019 lites y Cultura: un divorcio sin solucin?

    5/5

    an presente las lamentables expresiones del director del Museo Nacional a iniciosdel siglo XX, citadas lneas arriba?