elecciones y partidos políticos 1993

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Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa. División de Ciencias Sociales y Humanidades-Departamento de Sociología. Leonardo Valdéz Coordinador. Autores: Javier Santiago Castillo, Alejandro Toledo Patiño, Alba Teresa Estrada Castañon, Manuel Larrosa Haro, Óscar Barrera Ambriz, Pablo Vargas, María del Carmen Araya Jiménez, Lourdes C. Pacheco Ladrón de Guevara, Gustavo Ernesto Emmerich, Javier Arzuaga, Rosa Esther Beltrán, Efraín Poot Capetillo, Leticia Janet Paredes Guerrero, Ricardo de la Peña.

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  • Elecciones y Partidos Polticos en Mxico, 1993 LEONARDO V LDES Coordinador

  • Elecciones y Partidos Polticos en Mxico, 1993 LEONARDO V LDES Coordinador

    Casa atEta al tilmpo UNIVERSIDAD AUTONMA METROPOLITANA

    UNIDAD IZTAPALAPA

    DIVISiN DE CJENCIAS SOCIALES y HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGA

    (~b CENTRO DE ESTADSTICA E y IJOCUMENT ACiN ELECTORAL

  • UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA UNIDAD IZTAPALAPA

    I~ector General Dr. Julio Rubio Oca

    Secretaria General M. en C. Magdalena Fresn Orozco

    UNIDAD IZTAPALAPA

    Rector Dr. Jos Luis Gzquez Mateas

    Secretario Dr. Antoruo Aguilar Aguilar

    Director de la Divisin de Ciencias Sociales y Humanidades Mtro. Gregario Vidal Bonifaz

    Jefe del Departamento de Sociologfa Dr. Leonardo Valds Zurita

    COMITEDITORIAL DEL DEPARTAMENTO DE SOCIOLOG!A

    Dr. ngel Nebbia Diesing, Dr. Enrique de la Garza Toledo, Dr. Ricardo Espinoza Toledo, Miro. Miguel ngel Aguilar, Mtro. Manuel Gonzlez Navarro

    Coordinador del Comit Editorial Dr. Leonardo Valds Zurita

    Asistente Editorial Lic. Sara A. Galvn Chvez

    CENTRO DE EST AD!STlCA y DOCUMENTACJON ELECTORAL

    Ponada: Cuanoscuro. "Vigilando~ I Eloy Valtierra

    Universidad Autnoma Metropolitana Unidad lztapalapa, 1994

    ISBN 970-620-609-4

    Impreso y hecho en Mxico

  • NDICE

    Presentacin ....................................................................................................................................................................... 9

    Autores ............................................................................................................................................................................... 11

    Ittstituciones ....................................................................................................................................................................... 13

    Siglas ............................................................................................................................................................................. :..... 15

    l. El lugar de las elecciones en el rgimen poltico mexicano: a manera de ubicacin, Leonardo Valds Zurita .................................................................... , ...... "." .. " ...................... ,., ............... " ......... """", 19

    n, El salinismo y la disputa por el poder en las elecciones locales entre 1988 y 1992, Javier Santiago Castillo ,.,.""""".,., ................................................ , ....... """" ........... """ ....... "" .. ".,.""" ....... " ... ,, .. ,.", 27

    III. Las elecciones locales en 1993

    1. Baja California Sur: del sistema de partido nico al bipartidismo inestable, Alejandro Toledo Patio .................................................... " ............. , ..... """" ........... ,." ......................................... ,.... . 39

    2. Guerrero: transicin democrtica, obstculos y perspectivas, Alba Teresa Estrada Castan ........................... 53

    3. Quintana Roo, 1993: la oposicin que nunca ha ganado las elecciones de gobernador, Manuel Larrosa Haro ., ... """ ........... ,::.,." ... " ...... , ................................. ,""", ....... , ... """ ..... , ... """ ..... , .. ".", ............. ,.... 68

    4. Hidalgo: la consolidacin de las tendencias, sear Barrera Ambriz y Pablo Vargas .......................................... , 82

    5. San Luis Potos: una extraordinaria eleccin, Mara del Carmen Araya Jimnez .......................... ............... ........ 96

    6. Nayarit: las dimensiones de la participacin popular, Lourdes C. Paeheeo Ladrn de Guevara ......................... 114

    7, Estado de Mxico: recuperacin del PRI?, Gustavo Ernesto Emmerieh y Javier Arzuaga ................................... , 129

    8. Coahuila: la eficacia de solidaridad, Rosa Esther Beltrn ...................................................................................... 146

    9. Yucatn: la eleccin de un gobierno de corta duracin, Efrain Poot Capetillo y Le/ieia Janet Paredes Guerrero ,.", .. ,., ..................... , .. """""""""", ....... , .................................. , .. , .... ,."""., ." """, .... , 161

    10. Opinin pblica y procesos electorales en 1993, Ricardo de la Pea ........................................................... , .. : ..... 175

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  • PRESENTACIN

    El desarrollo del anlisis sobre los fenmenos y proce-sos polticos y sociales requiere del acopio sistemtico de informaciones relevantes. En Mxico durante largo tiempo las elecciones no fueron tema privilegiado de investigacin. Los politlogos mexicanos y extranjeros fijaron su atencin en diversos aspectos de los procesos polticos y del funcionamiento del sistema que no se encontraban vinculados con el simple hecho del voto. Esto era as, porque hasta la dcada de los ochenta en Mxico el voto y los procesos electorales tenan una im-portancia limitada sino es que simplemente simblica.

    Sin embargo, a partir de que se inici un importante proceso de reformas a los ordenamientos jurdico en materia electoral y de que se desarrollaron mayores ni-veles de competitividad entre los diversos contendien-tes; la reflexin y el anlisis cientfico sobre los procesos electorales en Mxico han despuntado. En ese marco la Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Iztapa-lapa, decidi establecer un Centro de Estadstica y Do-cumentacin Electoral cuyos objetivos bsicos consis-ten en el acopio y sistematizacin de la informacin electoral mexicana. As, el CEDE pone a disposicin de los investigadores y de los actores polticos mismos ese gran cmulo de informacin y documentacin especia-lizada. Simplemente por eso la UAM ha hecho ya unapor-te importante al desarrollo de los estudios electorales en nuestro pas.

    Como parte de su programa permanente de trabajo, el CEDE ha animado la realizacin de investigacin que tienen como centro temtico diversos aspectos de los procesos y la realidad electoral de Mxico. Hoy amigo lector tiene usted en sus manos uno de los productos de esos esfuerzos. En este volumen, que esperamos sea el primero. de una larga serie, encontrar trabajos de inves-tigadores de la UAM y de otras instituciones que dan cuenta, informan y analizan lo sucedido en el campo de las elecciones y los partidos polticos en Mxico durante el ao de 1993.

    El libro est organizado en cinco grandes apartados. Se inicia con un trabajo introductorio que pone en pers-pectiva el papel que han jugado las elecciones en el fun-cionamiento del rgimen poltico mexicano. Como el ttulo lo indica, se tra ta de un intento de ubicacin de esos

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    procesos en el marco de un complejo sistema de parti-dos que ha evolucionado significativamente durante los ltimos aos.

    En segundo lugar, tenemos un recuento de lo que fueron las contiendas electorales en los Estados de la Re-pblica durante los cuatro primeros aos del gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Como queda evidenciado, las elecciones locales fueron poco a poco, pero de mane-ra consistente, obteniendo cada vez ms importancia en la ecuacin de poder poltico del sistema mexicano.

    El tercer apartado de este libro, es quiz el ms im-portante por la cantidad de informacin que ofrece y por la variedad de puntos de anlisis que levanta. Es una co-leccin de nueve trabajos de investigacin que infor-man lo que fueron las elecciones para gobernadores de sendas entidades de la Repblica Mexicana. En cada ca-so la dinmica poltica propia del Estado marc caracte-rsticas especficas en la contienda y abri una impor-tante serie de conflictos y expectativas. Como el conjunto del libro, los trabajos dedicados a las elecciones loca-les de 1993, ofrecen abundante informacin, pero ade-ms una alternativa de explicacin que permite enten-der Cmo sucedieron los procesos eleccionarios en las entidades analizadas. Con este cmulo de informacin el lector podr elaborar su propia explicacin de los pro-cesos o bien criticar y profundizar lo que cada uno de los autores ofrece en estos textos. El conjunto de trabajos sobre elecciones locales termina con un interesante re-cuento de los estudios de opinin pblica vinculados con las elecciones que se realizaron durante el ao elec-toral de 1993. As, el lector cuenta tambin, con elemen-tos para poder allegarse otras fuentes de informacin complementarias a las ya expuestas en los trabajos co-rrespondientes.

    Es necesario destacar que cada uno de los artculos sobre las elecciones locales va acompaado de una serie de informaciones que con esmero y con dedicacin ela-boraron los jvenes estudiantes de la UAM que han rea-lizado su servicio social en el Centro de Estadstica y Do-cumentacin Electoral. Se trata de sntesis sistemticas de la legislacin poltica de los Estados, que abarcan as-pectos constitucionales y de las leyes electorales corres-pondientes. Se anexa tambin una sistematizacin de

  • informaciones electorales y sociales relevantes de cada uno de estos Estados. Se ofrece una estadstica electo ra l completa y f cil deconsultar,en forma d e grficas. Tam-bin g raficada aparece informacin sociodemogrfica relevan te para el anlisis y la comprensin del desen-volvimiento electoral de nuestro pas.

    El cuarto apa rtado de este libro est dedicado a los actores centra les de los procesos comiciales. 1993 fue un ao relevante en la vida d e los partidos polticos, pues todos ellos debieron designar a sus principales cand ida-tos para la contienda de 1994 y debieron iniciar los tra-bajos para organiza r y desarrollar sus campaas elec-to rales. Se prevea una contienda competida por ti) presidencia de la Repblica y por la conformacin de las C maras del Congreso de la Unin y desde el93 los par-tidosdieron muestras de los procedimientos para prepa-rar su participacin en esa contienda.

    Sin embargo, esa preparacin no estuvo exenta de las vicisitudes d e la vida interna d e las organizaciones po-lticas. Debates, conflictos, argumentaciones y muy di-versos interca mbios de opiniones y puntos de vista se evidenciaron en los ac tos partidarios de 1993. El ojo analtico y crtico de los autores, revela esos elementos y permite tambin entender los alcances y limitaciones de cada unode los partidos en la tan importante contien-da e lectoral de 1994. Estos trabajos se encuentran acom-paados por alg unos datos bsicos acerca de los parti-dos polticos tanto en trminos de sus logros electorales recientes como en e l terreno de sus estructuras organi-zativas, de sus publicaciones perid icas e incluso de los datos necesa rios para entrar en contacto con sus diri-gentes.

    AS, el lector cuenta con elementos para entender la vida interna de los partidos, pero tambin con informa-ciones para elaborarde manera ms rica y compleja una explicacin de su actuacin electoral e incluso de mane-ra directa con instrumentos para poder entrarencontac-to con las propias organizaciones.

    El quinto apartado y ltimo de este libro se refiere al sistema e lectoral. Qu pas con el s istema e lectoral me-xicano d urante 1993?, es la pregunta que anima el con-junto de trabajos que corresponde a este apartado. Se modifica ron alg unos ordenamientos constitucionales en lo que se llam la segunda reforma electoral del sexe-nio sa linis ta y en consecuencia tambin se modificaron nspectos releva ntes de la legislacin secundaria. Ambos procesos estn ampliamente documentados y analiza-dos en los traba jos correspondientes. Un aspecto rele-va nte de la reforma electoral del 93, el rgimen de gobierno de la principal entidad del pas, tambin se encuentra amplia mente analizado en este apartado.

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    Otro elemento central del sistema electo ral que se desa-rrollo durante el 93 y que fue obje to de importantes po-lmicas en ese momento, fuc el padrn electoral. El am-bicioso proyecto de dotar a cada ciudadano mexicano con una credencia l con fotogra fa para votar, fue objeto de mltiples debates, crticas e incluso a labanzas. El tra-bajo dedicado a este captulo tambin ofrece una gran cantidad de informacin y aporta elementos crticos para evaluar la eficacia con la que se reali z el padrn electoral utilizado en las e lecciones federales de 1994. Finalmente, e l libro termina con una cronologa de las actividades del Instituto Federal Electoral d urante el ao preparatorio de la eleccin presidencial de 1994. Es-ta cronologa permite ubica r 105 momentos y lasdecisio-nes re levantes en la preparacin del proceso comicial.

    El conjunto de investigadores que aportaron su es-fuerzo en la conformacin de este libro comparte una preocupacin cientfi ca que va le la pena explicitar. To-dos ellos considera n que las e lecciones son un objeto de investigacin relevan te yestd n di~pllestos a ofrecer a las comunidades acadmica y poltica, e incluso a la opi-nin pblica nacional e internacional, elementos que nos permitan a todos entender ms caba lmente el fun-cionamiento del sistema electoral mexicano, la partici-pacin de los actores y el desenvolvimiento de los pro-cesos mediante los cuales los ciudadanos deciden quines los representan }' quines los gobiernan. Las mujeres y 105 hombres que colaboran en este libro son cientficos socia les comprometidos, cada uno a su manera, con el desarrollo de la democracia en Mxico. Por eso estn dispuestos a conocer las crticas, las observaciones e in-cluso a recibir los aportes que cualquier lector desee realiza r. El directorio de colaborad ores incluye infor-macin de las instituciones para poder con tac"ta rlos.

    El Centro de Estadstica y Documentacin Electoral es un programa conjunto del Area d e Procesos Politi-cos, del Departamento de Sociologa y de la Divisin de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Izta-palapa de la UAM. Diversas personas, adems de los au-tores, apoya ron la realizacin de este libro: estudiantes que aportaron esfuerzo para obtener y s istematiza r in-formacin, persona l administrativo que permiti orga-nizar la rea lizacin del libro y finalmente funcionarios univers itarios que han apoyado permanentemente los trabajos del Centro y en consecuencia la real izacin de esta obra. Finalmente es necesa rio remarcar que este libro es una coedicin del Centro de Estadstica y Docu-mentacin Electoral y el Depa rta mento de Sociologa de la Unidad lzta lapapa de la UAM . A todos quienes han co-laboradoen la investigacin y en la rea lizacin del libro, muchas gracias.

    Lt!OIUlrdo Va/d; Zurita

  • AUTORES

    Arwaga Magnoni, Javier. Maestro en Ciencias Sociales, por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Socia-les, sede Mxico. Profesor investigador del Centro de la Facultad de Ciencias Polticas y Administracin Pblica de la Universidad Autnoma del Estado de Mxico.

    Amya Jimnez, Mara del Carmen. Maestra por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede Mxico, candidato a Doctora en Ciencia Poltica en la FCPyS de la UNAM.

    Barrera Ambriz sear. Egresado de la Licenciatura de Ciencia Poltica de la Universid~d Autnoma Metropo-litana Iztapalapa. Pertenece al Area de Procesos Polti-cos y colabora en el CEDE.

    Becerra Chvez, Pablo Javier. Profesor en la Universidad Autnoma Metropolitana Iztapalapa, Departamento de Sociologa, rea de Procesos Polticos, CEDE. Beltrn, Rosa Esther. Coordinacin de Posgradose Inves-tigacin, Universidad Autnoma de Coahuila.

    Emmerich, Custavo Ernesto. Doctor en Ciencia Poltica por la FCPYS, UNAM. Profesor en la Universidad Autno-ma Metropolitana Iztapalapa, Departamento de Socio-loga, Area de Procesos Polticos, CEDE.

    Espinoza Toledo, Ricardo. Doctor de Estado en Ciencia Po-ltica por la Universidad de Pars I. Profesor en la Uni-versidad Autnoma M"tropolitana Iztapalapa, Depar-tamento de Sociologa, Area de Procesos Polticos, CEDE.

    Estrda, Alba Teresa. Investigadora del Centro de Inves-tigaciones Interdisciplinarias y Humanidades,ClIH, UNAM.

    Conzlez Madrid, Miguel. Profesor en la Universidad Autnoma lIJetropolitana Iztapalapa, Departamento de Sociologa, Area de Procesos Polticos, CEDE.

    Larrosa Haro, Manuel. Profesor en la Universidad Aut-noma Metropolitana Iztapalapa, Departamento de So-ciologa, rea de Procesos Polticos, CEDE.

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    Pacheco Ladrn de G., Lourdes Consuelo. Investigadora de la Universidad Autnoma de Nayarit.

    Paredes Cuerrero, Letieia Janet. Universidad Autnoma de Yucatn.

    Pea de la, Ricardo. Socilogo. Director general del Gabi-nete de Estudios de Opinin, S.e.

    Peschard, Jacque/ine. Maestra en Ciencia Poltica, por la FCrys, UNAM. Investigadora del Centro de Estudios So-ciolgicos, El Colegio de Mxico.

    PootCapetillo, Efran Erie. elR, Universidad Autnoma de Yucatn.

    Reyes del Campillo, Juan. Profesor en la Universidad Autnoma Metropolitana Xochimilco, Departamento de Poltica y Cultura, rea Gestin Estatal y Sistema Poltico.

    Reynoso, Vctor Manuel. Candidato a Doctor en Ciencias Sociales, por El Colegio de Mxico. Investigador en El Colegio de Puebla.

    Santiago Castillo, Javier. Profesor en la Universidad Au-tnoma Me\ropolitana Iztapalapa, Departamento de Sociologa, Area de Procesos 'Polticos, CEDE.

    Toledo Patio, Alejandro. Profesor en la Universidad Autnoma ~etropolitana Iztapalapa, Departamento de Economa, Area de Economa y Poltica.

    Vargas Conzlez, Pablo Elas. Universidad Autnoma de Hidalgo.

    Valds Vega, Ma. Eugenia. Doctora en Ciencia Poltica por la FCPYS, UNAM. Profesora en la Universidad Autno-ma Metropolitana Iztapalapa, Departamento de Socio-loga, rea de Procesos Polticos, CEDE. Valdz Zurita, Leonardo. Doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de Mxico. Actualmente es Jefe del Departa-mento de So,ciologa de la Universidad Metropolitana [ztapalapa. Area de Procesos Polticos, CEDE.

  • INSTITUCIONES

    Uni vers idad Autnoma Metropolitana , Unidad lzta-pa lapa:

    CIoDE, Centro de Estad s tica V Documentacin Electo-ra l. Av. Michoacn y La Pursima, Col. Vicentina, lz-tapa lapa, Mxico, D.F., c.P. 09340. Cubculo L-2-8. Tel. (5) 724-49-31. Fa x (5) 724-48-74.

    Departamento de Sociologa de la uAM-Iztapa lapa. Av . Mi choacn y La Pursima, Col. Vicentina, rzta-pa lapa, Mxico, D.F., c.P. 09340. Cubculo H-1Ol. Te \. (5) 724-47-88. Fa x (5) 724-47-89.

    Departamento de Economa de la uAM-Iztapalapa. Av. Michoacn }' La Purs ima, Col. Vicentina, lz tapa-lapa, Mxico, D.F., c. P. 09340. Cubculo H-Oll. Te\. (5) 724-47-68.

    Universidad Autnoma del Estado de Mxi co. Facul-tad de Ciencias Polticas y Administracin Pblica . Ciu-dad Universitaria, Cerro Coatepec, Toluca, Estado de Mx ico, c.P. 50000. Te\. (72) 15-04-94 Y (72) 13-16-07.

    Universidad Autnoma de Coahuila. Boulevard Venus-tiano Carranza esq. Gonzlez Lobo, Co\. Repblica, c.P. 25280 Saltillo, Coahuila. Tel (841) 16-74-55, ]5-24-45.

    Universidad Naciona l Autnoma de Mxico. CIll-I, Cen-tro d e Investigaciones Interdisciplinarias y Humanida-des. Torre II de Humanidades, 40. piso, Ciudad Univer-

    13

    sitaria , Mxico, D.F., c.P. 045] 0. Tel. (5) 623-00-28 Y 30. Fax (5) 616-29-88.

    Universidad Autnoma de Nayarit. Ciudad de la Cul-tura, Amado Nervo, c.P. 63190, Tepic, Nayarit. Tel. (321 ) 4-19-07.

    Gabinete de Estudios de Opinin Pbl ica. Bonampak No. 52, 1er. piso, Col. Independencia, c.P. 03630.

    El Colegio de Mxico. Centro de Estudios Sociolgicos, Camino al Ajusco No. 20, Co\. Pedrega l de Santa Te-resa, c. P. 01000. Tel. (5) 645-59-55, ext. 4095. Fax (5) 645-04-64 .

    Universidad Autnoma de Yucatn . Calle 60X57 No. 49] -A,edificioCentra l Universitario, c.P. 97000, Mrida, Yucatn . Tel. (99) 24-80-00, 24-91-10. Fax (99) 28-25-57.

    Universidad Autnoma Metropolitana, Unid ad Xochi-milco, Departamento de Poltica y Cultura, rea Ges-tin Estatal y Sistema Poltico. Cal zada del Hueso 1100, Col. Vi lla Quietud, c.P. 04660. Te\. (5) 724-51-10 723-54-37. Fax (5) 653-24-52.

    El Colegio de Puebla. 4 poniente 7] 9, c.P. 72000, Pueb la, Puebla . Tel. (22) 32-69-81.

    Universidad Autnoma de Hidalgo. Carretera Pachuca-Tulancingo, c.P. 42081, Mxico. Tel. y Fax (771) 317-93.

  • JIGLAS

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    ABOCiacin Catlica Mexicana Asociacin Cvica Nacional Revolucionaria Alianza Democrtica CoahuileNe Asamblea para la Defensa del Sufragio Efectivo Asamblea de Representantes del Distrito Federal Accin Socialista Unificada Bur de InvestigaciOl'll!8 de Mercados, S.A. de C.Y. Cmara Nacional de Comercio Comit de Accin y Unificacin Obrero-Campesino Independiente Consejo Coordinador Empresarial Comits Distritales ElectoraIes Centro Estatal de Consulta del Padrn Electoral Centro de Estadistica y Documentacin Electoral Comisin Estatal Electoral Cansejo Estatal Electoral Comit Ejecutivo Naciona:. Centro de Estudios Polticos, Econmicos y SociaIes

    COII'~t Estatal de Trabajadores Intelectuales .. Con-Jsln Il'ederal Electoral Consejo General Comits Municipales ElectoraIes Comit Nacionaf de Auscultacin y Consulta Comit Nacional de Auscultacin y Organizacin Confederacin Nacional Catr.pesina Comisi6n Nacional de Vigil.aru:iz Comit de Organizacin y Consulta Coalici6n Obrero Campesino Estudiantil del Istmo Cdigo Federal de Instituciooell Y Procedimieruos Electorales Consejo Mexicano de Ciencias Sociales Comit Nacional de Supervisin y Evaluacin

    15

    COPARMEX Confederacin Patronal de la Repblica

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    !.POP?ll Ley de Otganizaciones PoIlticas y Procesos

    MAS MDC

    MIL"C

    Elec-iorzles Mov:inento al Sociallsmo Mesas D'.:rectivas de Casillas Movimier,to Independ.:ente O:-ganizado Movimiento Revolucionario del PueI'Ilo Movimiento Revindicador del Pario Comuniste

    NI'!' Nava Partido PoIltico 0lR.-LM Organizacin de Izquierda

    pAJS PAN PA.W

    Revolucionaria-Unea de Masas Organizaciones no Gubernamentales Partido Amplio ele Izquierda Socliilisla Partido Accin Nacio:al Partidlo Autntico de la RevoLucil". Mexicana

  • !'CM Partido Comunista Mexicano PRT Partido Revoluciona rio de los Trabajadores POM Partido Demcrata Mexicano PSD Partido Social Demcrata PEA Poblacin Econmicamente Activa PST Partido Socialista de los Trabajadores PECE Pacto para la Estabilidad la Competitividad PSUM Partido Socialista Unificado de Mxico

    y el Empleo PT Partido del Trabajo PEM Partido Ecologista Mexicano PVEM Partido Verde Ecologista de Mxico PEMEX Petrleos Mexicanos RFE Registro Federal de Electores rr-CRN Partido del Frente Cardenista de SARH Secretara de Agricultura y Recursos

    Reconstruccin Nacional Hidrulicos PFD Partido del Foro Democrtico SNTE Sindicato Nacional de Trabajadores de li rr-RAP Partido del Frente Revolucionario de Educacin

    Accin Patritica 55 Secretara de Sa lud PIB Producto lnterno Bruto 5TPS Secretara d el Trabajo y Previsin Social I'M Partidos Minoritarios TABAMEX Tabacos Mexicanos PMS Partido Mexicano Socialista TECE Tribunal Estatal de lo Contencioso PMT Partido Mexicano de los Trabajadores Electoral POCM Partido Obrero Campesino TEE Tribunal Estatal Electoral PPE Partidos Polticos Estatales TLC Tratado de Libre Comercio PPL Partidos Polticos Locales TRIFEl Tribuna Federal Electoral rrN Partidos Polticos Nacionales UAEM Universidad Autnoma del Estado de

    Partido del Pueblo Nayarita Mxico / PPN PPR Partido Patri tico Revolucionario UAM Universidad Autnoma Metropolitana I'PS Partido Popular Socialista uoc Unin Democrtica Coahuilense PRO Partido de la Revolucin Democrtica UNAM Universidad Naciona l Autnoma de rRI Partido Revolucionario Institucional Mxico rROCAMPO Programa de Apoyos Directos al Campo UNO Unin Nacional Opositora PRONASOL Programa Nacional de Solidaridad UNS Unin Nacional Sinarquista PR5 Partido de la Revolucin Socialista UI' Unidad Popular

    16

  • 1. EL LUGAR DE LAS ELECCIONES EN EL RGIMEN POLTICO MEXICANO: A MANERA DE UBICACIN

  • 1. EL LUGAR DE LAS ELECCIONES EN EL RGIMEN POLTICO MEXICANO: A MANERA DE UBlCAC1~ LEOl\.A.RDO V/\LDS lLRITA WM- !zfapalapa

    L 0:-' (on lici ... ,s h,Hl "id,) un fenmeno regular e inin-terru mp ido en J\.1r:x ico. De.-.;d e la e lecc i n prC'si -de ll (l;1 d e J-n 4, ("1 rgimen po litco mexc,Ulo ha i1 sislidn pUlltll.illnwn le, cnd;=: ~;C- i lOS, il b rerdi7.i'Jcin de pr (!('c:~o~ comicil les par,l n ::nO't.'a r su p UO.'I d E> be; m-'s illl port,lnte~ en b ... Jeml)( r ;.}( id . ., re"l lI H:'lltt" cxbk~ "tt('s. En d ltl fo .. los (iud .1danos L" "n t' lI l il pvs ibi lid .h.:1 re.,) de (~ v dllo r e l estJd n di:..> Ir:t nac/ .'H .V con ello .. (1t-'eid ir si 1,1:-' polliGt5 .. lp licJdas deben ~OJ1 l i n lld r n Se r llh,d f i (Lui~ Reyna ----cad l uno por :-,("parrldu-' d t~ 1-:1"1.\ a 1 no fu E' e l de I;IS respecl vas jo rnad as (> lt .. ,: tor.11(:"s: se ubic, ,1 1 p

  • Leol1ardo Va/ds Zurita

    estas temticas. En todo caso, se puede aventurar con algunas hiptesis generales. Las elecciones en Mxico han serv ido como canal de comunicacin entre gober-nados y gobernantes a causa de ciertas peculiaridades del rgimen poltico. La campaa electoral-sobre todo la presidencial- sirve para que "la nacin" conozca al candid ato del partido que siempre gana las elecciones. En este sentido, se establece un canal de comunicacin que va de la cspide d e la clase poltica hacia la sociedad en su conjunto. Es esta quiz una de las principales funciones de las e lecciones mexicanas. Por ello, la cam-paa del candidato del PRI es un even to de la mayor importancia an cuando no existan contrincantes: e l objetivo es dar a conocer a quien seguramente ser e l prximo presidente, gobernador, senador o diputado.'

    Durante la campaa, el candidato establece contacto con los grupos polticos loca les y en esa medida se crea un flujo de co municacin entre la clase poltica nacional. Los mtines y grandes concentraciones ms que estable-cer contacto entre el candidato y la poblacin, sirven para mostrar la capacidad organizativa y de movilizacin de los grupos polticos locales. Son estas, desde una perspectiva hipottica, las especificidades de las elec-ciones mexicanas como espacio de comunicacin entre gobernados y gobernantes.

    Enfocadas como medio de evaluacin de las polticas pblicas, las e lecciones mexicanas tambin permiten rea li zar algn ejercicio hipottico. Resulta evidente que la eva luacin de las polticas pblicas por parte de la poblacin es efectiva s lo en los sistemas en los que la alternancia en el poder es una posibilidad real. Esta condicin hasta ahora no se hacumplidoen Mxico. Por eso nuestro sistema ha sido clasificado como uno de partido hegemnico y no como de partid o predominan-te, vase Sartori [1980: 277-285J.

    Sin embargo, esan posible intentar alguna hiptesis explicativa en este terreno. Tomemos los resultados de la encuesta que public el peridico Los Angeles Times luego de las elecciones federales de 1991;' segn esos datos, por el PRI votaron el 41.4% de los entrevistados, por el PAN el 10%, por eli'RD el 6.1 'lo, por otros partidos

    Cuadro 1

    Tabulaciones cruzadas Intencin manifiesta de voto por variables indicadas

    el 2.2% Y 10.1% de los entrevistados no contest la pregunta. Si se eliminan estos ltimos, la asignacin de preferencias electorales de los entrevis tados queda as: el PRI con 69.3%, el PAN con 16.7%, el PRD con 10.3% y otros con 3.7%.

    La encuesta incluy un conjunto de preguntas que normalmente se consideran cuando se investiga sobre la forma en que los entrevistados eva lan las polticas realizadas por la administracin pblica. Se pregunt en general cmo siente usted que van las cosas en Mxico?; cmo dira usted que se encuentra en este momento la economa mexicana ?; cul es su opinin sobre la forma en que Carlos Salinas realiza su trabajo como presidente?; cul es su opinin sobre la manera en que Ca rlos Salinas dirige la economa d el pas? El cuad ro 1 muestra la tabulacin cruzada de las intencio-nes declaradas de voto y las opiniones vertidas por los entrevistados en las variables an tes sei.a ladas.

    Como se puede observar, algunas de las variables de opinin parecen favorecer las intenciones de voto para los distintos partidos. Queda claro que para el PRI es alentador que los entrevistados consideren que la eco-noma est fuerte; mientras que, s i los encuestados tienen una opinin negativa sobre el desempeo presi-dencial, las intenciones de voto por el PRI descienden significativamente. Las intenciones de voto a favor del PAN, en cambio, no parecen permeadas por las opiniones ciudadanas sobre los temas planteados. Con el ['RD sucede algo diferente: es muy popular entre los que tienen una opinin nega tiva acerca del desempeo del presidente Salinas.

    Los datos anteriores, permiten suponer que las in-tenciones de voto en Mxico, corresponden al modelo segn el cual los comicios son un espacio de eva lu acin popular de las polticas pblicas? La respuesta no pue-de ser pos itiva, pues a pesar de las apariencias antes sealadas, e l anlisis estadstico de correlacin entre las variables obliga a plantear una hiptesis alternativa. El cuadro 2 muestra los ndices de correlacin entre las preferencias electorales de los entrevistados y las varia-bles evaluativas antes mencionadas.

    Cmo van las cosas en Mxico?

    Situacin de la economa mexicana

    Opinin sobre Carlos Salinas como presidente

    Opini6n sobre Carlos Salinas dirige la ecolloma

    vot N Bien Mal Fuerte Dbil

    "1

  • "

    , 1

    , .

    .

    1 ;

    El lugar de fas elecciones en el rgimen poltico mexicano: a manera d(' JlbirQcilI

    Cuadro 2

    Correlacin lineal Intencin manifiesta de voto y variables indicadas

    Opinin sobre cmo van las

    cosas en Mxico

    Estado de la economa en Mxico

    Opini6n sobre Carlos Salinas

    como presidente

    Opinin sobre Carlos Salinas en

    economa Simpata por

    el partido

    Voto rRJ Voto PAN Voto PRO

    .113 -.003 -.133

    Futntt: mismA que el cuadro 1.

    .101 -.070 -.054

    El cuadro 2 incluye una variable ms: la simpa tia por lo, partidos polticos. Esta variable explica ms eficien -temente, en trminos estadsticos, la variacin de las p",f\,rencias electorales de los entrevistados. Qu quiere ~decir?,algo muy sencillo: los ciudadanos mexicanos como los de otros pases) deciden sus preferenciaselec-to rales ms en funcin de sus identificaciones poJitico-p . rtidarias, que de acuerdo con las evaluaciones que los mismos realizan sobre la situacin, las polticas pbli-Col!! Y I!l desempeo mismo de las principales autorida-d del pas. Por ello se puede afirmar que la eficacia de las elf'CCones como medio de evaluacin de las polticas pblicas es ms bien nulo.

    Se ha argumentado que la filente fundamental de legitimacin de los gobiernos mexicanos se encontr en esferas de la vida social ajenas a los comicios durante largo tiempo. El triunfo revolucionario, el control pol-tico dejas masas y el impulso gubernamental al creci-n--.iento E'{'()nmico han sido los casos mejor explorados [Loaeza, 1985: 13[. No obstante, es necesario reconocer ~ue an con limitaciones, los procesos electorales inin-terrumpidos durante un largo periodo, tambin han Qct,pado un lugar en lo que se podra denominar " la cuacin de origen " de la legitimidad del rgimen mexi-cano; ecuacin en la que los elementos antes sealados ::,.e inclu yen. indiscutiblemente, a partir de los aos se-tenta, e-l peso relativo de los comicios en esa ecuacin se ha acrecentado.

    En cierto sentido, las elecciones y, sobre todo su re-gularidad, ha servido para que se realice sistemticamen-te la rotacin interna de la lite gobernante. El reajuste sexenal de los cuadros dirigentes del rgimen, ha sido

    o de los ingredientes de la estabilidad poltica del pas, .len virtud de cada eleccin, se abre el espacio pro-picio .. para que los miembros de la lite busquen y encuentren

    nuevos acomodos polticos. Segn el interesante anli-sis de Jacqueline Peschard sobre la historia del 1'"1,

    las elecciones no constituan un camino para elegir gobernantes, pero si lo eran para mantener actua-lizadas las ambiciones de movilidad politica, para refrendar el pacto poltico con los lideres de las organizaciones de masas enclavadas en el partido y con las fuerzas y poderes locales y regionales, para premiar lea ltades y castigar errores o indis-

    21

    .265 -.059 -.333

    .255 -.022 -.304

    .886

    .886

    .910

    ciplinas; en suma, para mantener lubricadas las redes del control poltico [1990: 214).

    En ciertas coyuntu ras las elecciones han servido como espacio de expresin de grupos sociales, as como de situaciones polticas particulares. La probada eficacia electoral del PAN en el distrito 18 del estado de Mxico, ha servido como cana] de expresin de los sectores me-dios, que son mayona en esa demarcacin. Otros ejem-plos existen en ese sentido. Por su lado, las particulari-dades de la contienda presidencial de 1976, mostr los rasgos bsicos de una situacin poltica particular. La candidatura priista nica a la presidencia en ese ao, no fue un hecho fortuito; evidenci el agotamiento de un formato poltico extremadamente cerrado. Formato iden-tificado por Molinar como la cu lminacin de la etapa clsica del sistema hegemnico mexicano [1991: 81 [.

    Una caracterstica importante de las elecciones mexicanas ha sido el constante cambio en las leyes que las han regulado. Desde los afIas seten ta, casi cada eleccin federal ha sido antecedida por lo menos de alguna reforma de la ley secundaria y,en muchos casos, se han modificado )os artculos constitucionales relati-vos. La movilidad legislativa en materia electoral, por su parte, muestra una de las caractersticas centrales del rgimen poltico mexicano: su alto grado de institu-ciona lizacin. Esta caracterstica ha influido en la deter-minacin del papel que han jugado en el pasado. v juegan en el presente, las elecciones mexicanas. Final-mente, quienes han gobernado y gobiernan al pas han debido, y deben, salvar de una u otra manera el obst-culo de as urnas. Para hacerlo han con tado, y cuentan, con el apoyo de un poderoso partido de gobiemo -

  • Leonardo Valds Zurita

    El sexenio 1982-1988 se desarroll en medio de cons-tantese importantes debates acerca de la limpieza de los ,"amidas mexicanos. Por los efectos de la crisis econmi-ca - y tambin por la existencia de otros elementos de la vida poltica local-, el calendario de elecciones del go-bierno de Miguel de la Madrid se complic significati-vamente. Durante el primer ao, el PR' perdi frente al

    PA~ las elecciones municipales en las capitales de San Luis Potos, Guanajuato y Durango. En Chihuahua, el partido blanquiazul triunf en los siete municipios ms poblados, entre ellos la capital y la fronteriza Ciudad }urez.H En ese primer ao de gobierno, tambin se in-cluye la eleccin del gobernador de Baja California, don-de el PR' gan, pero no logr evitar que se pusiera en en-tredicho la limpieza de su victoria. Durante el segundo ao se realizaron elecciones para renovar 484 ayunta-mientos y ocho congresos locales. Esos comicios sirvie-ron para que el PRl demostrara una vez ms su capaci-dad de triunfo: arras con 467 presidencias municipales y con una holgada mayora en todos los congresos que se renovaron; sin embargo, las acusaciones de fraude electoral no dejaron de presentarse.

    Entre noviembre de 1984 y diciembre de 1985, se realizaron elecciones federales para renovar la Cmara de Diputados y se eligieron 7 gobernadores, 685 presi-dentes municipales y9 congresos locales. Esta tempora-da electoral abri muy diversas expectativas. Eran, en efecto, las primeras elecciones federales de la crisis y estaban en peligro gubernaturas en las que el PAN apa-reca como fuerte contendiente. La poltica de austeri-dad no haba producido an efectos como para que el grueso de la poblacin advirtiera alguna mejora. Luego de un decrecimiento de 4.2% del P'B en 1983, esa variable macroeconmica creci 3.6% en 1984 y 2.6% en 1985. El personal ocupado en la industria manufacturera -uno de los indicadores de empleo ms significativos- de-creci2.4%en 1982, 9.5%en 1983y 1.1%en 1984; en 1985 mostr una ligera recuperacin de 2.3ft,. Los precios al consumidor, indicador de la inflacin, moderaron su crecimiento .. pero ste continu siendo elevado: 80.8% en 1983, 60.1%en 1984 y61.1% en 1985. Mientras tanto, los salarios mnimos aumentaron en menor medida: 44.2% en 1983,56.7% en 1984 y 54% en 1985. De modo que el poder adquisitivo de la poblacin sufri una cada trascendental.

    El propio presidente De la Madrid, argumenta Cor-nelius, ayud a que crecieran las expectativas electora-les. Su nuevo estilo de gobernar y el nfa~is puesto en la modernizacin y renovacin moral del sistema poltico alimentaron esas expectativas {1987: 26]. El ao electo-ral empez con malos augurios: en diciembre de 1984 hubo comicios en Coahuila, y la inconformidad por la realizacin de supuestos fraudes llev a enfrentamientos violentos entre la poblacin y las fuerzas pblicas en Monclova y Piedras "'egras. Despus, la atencin se centr en los estados de Sonora y Nuevo Len, donde la eleccin para gobernador sera simultnea con los co-micios federales.

    Las expectativas resultaron infundadas, por lo me-nos, en trminos de los resultados sorprendentemente favorables que obtuvo el PRL Ese partido triunf en 289 de los 300 distritos uninominalcs federales, en las siete

    22

    contiendas por gubernaturas y se llev 98% de las alcaldas en disputa. Adems, el PR' recuper 21 muni-cipios que se encontraban en poder de la oposicin. Pero las acusaciones de fraude electoral no se hicieron espe-rar. Fueron especialmente importantes por las manifes-taciones de apoyo que lograron en Nuevo Len, donde el candidato panista reclamaba para s el triunfo en la contienda por la gubernatura. Ell'AK slo logr afianzar su presencia en Chihuahua, gan 4 de las 10 diputacio-nes federales que le corresponden a ese estado y alcanz 38% de la votacin total. El resto de las once derrotas del PRI significaron victorias para el PARM en dos distritos de Tamaulipas y, para el ['A~ en un distrito de cada uno de los siguientes estados: Durango, Guanajuato, Mxico, Michoacn y Sonora.

    Cornelius explic la sorprendente victoria prista desarrollando una interesante hiptesis sobre ciertas diferencias en el seno de la lite poltica mexicana. Su argumento fue el siguiente:

    No existe un factor nico para explicar la forma en la que el gobierno manej las elecciones de julio de 1985. :--Jo obstante, la mayor parte de los factores que intervinieron se encuentran profundamente relacionados con la crisis econmica del pas y con su efecto en la lite poltica mexicana. El manejo de las elecciones de 1985 demuestra que no existe slo una diferencia de "estilo" entre los tecncra-tas de alto nivel que ahora controlan el gobierno mexicano y los polticos de carrera que controlan el PRJ; existe tambin un conflicto bsico de intere-ses entre esos dos segmentos de la lite gobernan-te. Los jefes del partido y sus lugartenientes en los pueblos mexicanos, en los barrios pobres de las ciudades, en las agrupaciones sindicales y en otras organizaciones de masas, han perdido quiz su capacidad para influir en la definicin de las pol-ticas pblicas y de las prioridades nacionales, pero no han perdido su capacidad para organizar y ejecutar fraudes electorales {Cornelius, 1987: 301.

    El conflicto entre intereses de los segmentos de la lite gobernante mexicana se evidenci, en trminos diferentes a los planteados por Cornelius, conforme el sexenio se acercaba a su fin. Un grupo de polticos se manifest en contra de la orientacin de las polticas pblicas del gobierno de Miguel de la Madrid. Cuauh-tmoc Crdenas, Porfirio Muoz Ledo e Ifigenia Mart-nez conformaron la llamada Corriente Democrtica del PR', que ms adelante sera protagonista principal de la contienda de 1988. A partir de 1986, este grupo se empe-z a conformar y salieron a la luz pblica sus opiniones. La dinmica interna del PRI llev al desprendimiento de la Corriente Democrtica y a la postulacin de Crdenas como candidato presidencial opositor. No obstante, el descontento en las filas del partido gubernamental no se reflej en los resultados obtenidos en la segunda mitad del sexenio de Miguel de la Madrid.

    Durante 1986 se realizaron elecciones en 15 estados de la Repblica, en 12 de ellos se eligieron gobernado-res. El PRI, de acuerdo con la costumbre, gan en todas y en cada una de esas contiendas. Sin embargo, los con-

  • El lugar de las eleccioIJes en el rgimen poltico mexicano: a 11U11lCrll de ubicacin

    flictos no se dejaron esperar. El ms importante de ellos se desarroll en las elecciones de julio de 1986 en Chihuahua. En esa oportunidad fueron elegidos gober-nador, diputados locales y presidentes municipales en el estado norteo. De nuevo el PAN se estableci como el ms fuerte adversario del partido gubernamental. La tctica del PAN incluy la huelga de hambre de uno de sus ms prominentes lderes, Luis H. Alvarez ---en ese entonces, presidente municipal de la ciudad deChihua-hua-, la toma de oficinas gubernamentales, el bloqueo de carreteras y puentes internacionales, paros empresa-riales, desplegados en la prensa y una gran cantidad de manifestaciones y mtines. Los panistas alegaban frau-de electoral en su contra. El Colegio Electoral de Chi-huahua argumento que ese partido no haba aportado pruebas suficientes para fundamentar sus demandas y le reconoci el triunfo en un solo municipio: Nuevo Casas Grandes. Al candidato del PRI para la gubernatura se le adjudicaron 59.2% de los votos emitidos.

    El conflicto traspas las fronteras de Chihuahua y protestas similares sedesarrollaron en Durango,Sinaloa, Zacatecas, Puebla y Tamaulipas, estados en los que tambin se eligieron gobernadores en 1986. Un impor-tante grupo de intelectuales mexicanos intervino y soli-cit que se investigaran las supuestas irregularidades del proceso electoral en Chihuahua. El caso lleg a la Comisin de Derechos Humanos de la OEA, ante la cual el PAN present su denuncia. Nada afect, sin embargo, el resultado oficial de esos comicios.

    El panorama en 1987 fue radicalmente distinto. Se realizaron elecciones en ocho estados de la Repblica; en siete de ellos se renov el poder ejecutivo local. El estado de Mxico fue el nico donde se presentaron algunos problemas para el partido gubernamental. Como parte de su estrategia de unidad, los partidos de izquierda realizaron en ese estado un proceso de elec-cin primaria de su candidato para gobernador y logra-ron que tres partidos con registro y una organizacin local---1 Meyer y Reyna ( 1989: 305) enfati.f.an la L'St;'\bilidad polilir.l mexicanacomohechosingularen Am rica Latina. Par;'\ Mclx mald y Ruhl (1 98Q: 501. el quc los prcsidentes ml:!XicanO!' terminen ~u mandato represen ta un hecho poco usua l pn L

  • Leollardo Va/ds Zurita

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  • lI. EL SALINISMO y LA DISPUTA POR EL PODER EN LAS ELECCIONES LOCALES ENTRE 1988 1992

  • 11. EL SALINISMO y LA DISPUTA POR EL PODER EN LAS ELECCIONES LOCALES ENTRE 1988Y 1992

    JAVIER SANTIAGO CASTILLO* UAM-Iztapalapa

    L OS objetivos de este trabajo son: proporcionar in-formacin sobre el complejo y abigarrado mapa de las elecciones locales mexicanas de fi nes de 1988 a 1992, y acercarnos a los momentos polticos ms importantes, de conflicto electoral local, que han reper-cutido en la poltica nacional.

    Este trabajo contiene un apartado sobre anteceden-tes; otro, sobre los procesos electorales de fines de 1988 a 1991, y el siguiente sobre el ao de 1992.

    ANTECEDENTES

    El inesperado ao de 1988

    El desprendimiento de la Corriente Democrtica del PRI, en 1987, se dio por razones polticas e ideolgicas: la implantacin del modelo econmico neoliberal durante el gobierno de Miguel de la Madrid y la designacin de Carlos Salinas de Cortari como candidato del PRI a la presidencia de la repblica, a quien se vea como un continuador de la poltica de su antecesor, y en conse-cuencia, limitaba la participacin de otros grupos den-tro delPRI (M uoz Ledo, 1988: 22).

    Algunas de las consecuencias inmediatas ms im-portantes de las elecciones de 1988 fueron: la prdida de legitimidad del rgimen, las fisuras en la "familia revo-lucionaria", el fracaso del voto corporativo, la presencia electora l de un ncleo ciudadano vido de ser tomado en cuenta, el fortalecimiento del Partido de Accin Nacional, el nacimiento del Partido de la Revolucin Democrtica y el resurgimiento de un presidencialismo exacerbado.

    Las repercusiones de la eleccin de 1988 sobre el sistema de partidos es el aspecto que ms nos interesa para este trabajo; porque el aumento del nivel de com-petencia en las elecciones locales tiene una relacin directa con el crecimiento de la influencia regional que alcanzaron el PAN y el PRD.

    Agradezco su colaboracin para recopilar informacin a Manuel Larrosa, sca r Barrcrl y Marcos GonzJez.

    27

    Definicin de la estrategia

    Las elecciones locales fueron durante los tres primeros aos del gobierno de Salinas el espacio fundamental en el cual se aplic la estrategia electoral, que tendra su primera culminacin en la recuperacin del voto priista en las elecciones federales de 1991.

    Por otro lado, el PRONASOL se utiliz para recuperar credibilidad ante los sectores ms golpeados por la cri-sis, y no slo para atenuar los rasgos ms evidentes de la pobreza con subsidios selectivos. La atencin de las necesidades de esos sectores marginados fue acompa-ada por la construccin de un compromiso de voto para el PRI-

    Las elecciones locales han tenido una funcionalidad mltiple para el rgimen: como un mecanismo de forta-lecimiento de la imagen presidencial; como un espacio de desgaste del partido considerado ms peligroso: el PRD; llevan los partidos pequeos, nueva mente, al con-trol gubernamental, y entorpecer cualquier posibilidad de alianza opositora. El elemento inesperado de este proceso fue el crecimiento de la competencia electoral en el nivel local, del cua l fueron los principales benefi-ciarios el PAN y el PRD.

    La realizacin regular de elecciones haban sido un elemento importante para la legitimidad del rgimen, pero ya no podan ser efectuadas de la misma manera por el nuevo gobierno; era necesario hacerlas crebles, aunque aceptar todos los triunfos de una oposicin beligerante poda traer consigo una espiral d e derrotas imprevisibles.

    Durante muchos aos, las repercusiones polticas de las elecciones locales no salieron del mbito regional, salvo excepciones. A partir de principios del decenio de los ochenta esa tendencia se modific. A ello contribuy la actividad del PAN y de organizaciones y movimientos loca les - principalmente del norte del pas-, en las elecciones locales de 1982 y 1985 en Sonora, y en Chihua-hua en 1983 y 1986.

    Pero el punto que marc un giro definitivo en el com-portamiento electoral local fueron las elecciones de 1988. Es durante el sexenio de Salinas de Cortari cuando las elecciones locales se han convertido en verdaderos

  • la";,, SRllt;ago Castillo

    espacios de competencia electoral, mas no de competi-tividad ; \' en muchas ocasiones, en vE"rdaderasconfron-tacionespolticas, que se han vuelto asuntos de inters nacional y, en algunos ('asos, hasta inlt>rnacional. Las elecciones locales son un l,rrrlJD poltico t"n disputa .

    Si a la disputa e1e

  • El salillislllo y /11 di:;;pula por el poder en/as eleccio/les /(h' (/Ie~ [' ,lIre 1989 y 1992

    Por otro lado, se celebraron elecciones locales en ocho entidades federati vas: Ba ja Ca liforni a Sur (de diputa-dos y ayuntamientos), Qu intana Roo (de diputados y ayuntamientos ), \Iaya rit (de d iputados y ay untam ien -tos), San Lu is Poto:, (de diput

  • Javier SantiJlgo Castillo

    si estos acuerdos con el PAN son explcitos, pero hay indicios de que, cuando menos, se dan acuerdos impl-citos, en funcin del cogobierno prevaleciente entre el PRI y el PAN en esta ltima entidad. Tambin se modifi-caron las leyes electorales con el fin de hacer coinci-dir las fechas de realizacin de la mayor parte de los comicios.

    El nmero de elecciones de gobernador en el cuarto ao de gobierno es importante; en este caso, se realiza-ron once, mientras que en los tres aos anteriores slo fueron siete. A lo anterior hay que agregar que la seleccin de los candidatos a gobernador consolida el poder del presidente en tumo.

    La primera eleccin

    En Jalisco se realizaron las elecciones (de gobernador, diputados y ayuntamientos) el 9 de febrero; ste es un estado de importancia electoral, pues su padrn ocupa el cuarto lugar de la repblica y sus votantes son mayoritariamente priistas segn los resultados oficia-les. El padrn para estas elecciones locales fue de 2443 313 ciudadanos; en el registro de electores se inscribieron prcticamente 97% de los posibles votan-tes. Esto, segn la informacin oficial, pues el PAN y el PRO denunciaron el "rasurado" del padrn; el PAN calcu-l en 20% a los ciudadanos que quedaron fuera del em-padronamiento (Exclsior, 4 de febrero de 1992).

    Antes de las elecciones, el PRI se mostraba confiado y el presidente de ese partido en la entidad consideraba que slo en cinco o seis municipios caba la posibilidad de perder. Los resultados finales no confirmaron su optimismo, pues si bien la "aplanadora" funcion en las elecciones a diputados, en el caso de los municipios no fue as. La oposicin conquist 18 presidencias munici-pales, algo ms del triple de lo que el PRI pens perder. ElPAN gan 15; el PARM, 2; Y el PRO, 1.

    El PRI conquist 106 municipios y las 20 diputaciones de mayora relativa. Las diputaciones de representa-cin proporcional se distribuyeron de la siguiente ma-nera: el PRI, 4; el PAN, 7; el PRO, 2, Y el PFCRN, 1.

    Segn datos oficiales, la eleccin estuvo marcada por un elevado abstencionismo: 52%. Del total de votos con-tabilizados (1 280 888), al PRI correspondi 59.5%; al PAN, 31.5%, Y al PRO, 3.6% (LA Jornada, 17 de febrero de 1992).

    El PAN inici movilizaciones y una marcha a la ciudad de Mxico demandando la anulacin de los resultados en tres distritos electorales (14, 17 Y 20) Y en diez municipios. El PRO impugn los resultados deCihuatln y Zacoalco de Torres. Las movilizaciones no lograron mayor resultado.

    Las .elecciones de julio Durante este mes se realizaron elecciones en Campeche (de diputados locales), Chihuahua (de gobernador, di-putados y ayuntamientos) y Michoacn (de gobernador y diputados). La primera de ellas no representaba ma-yor preocupacin para los mandos priistas. En cambio, las otras dos s, pues la presencia del PAN en Chihuahua y la del PRO en Michoacn resultaban innegables y po-dan perderlas.

    30

    Las elecciones en Campeche se realizaron el5 de ju-lio. En este estado el padrn fue 233 218 ciudadanos, aunque slo votaron 93 756. El abstencionismo lleg a 59.7 por ciento.

    En esta entidad tradicionalmente priista, la oposicin prcticamente no exista; pero, como consecuencia de las divisiones sufridas por el PRI, se beneficiaron princi-palmente el PARM y el PRO, aunque la oposicin, particu-larmente el PRO, tuvo dificultades internas para la selec-cin de sus candidatos, lo que seguramente disminuy su presencia electoral.

    El PPS Y el PRO denunciaron hostigamiento durante las campaas de sus candidatos y protestaron por los resul-tados electorales, pues los consideraron fraudulentos.

    A pesar del relativo fortalecimiento, de la oposicin, el partido oficial obtuvo las 21 diputaciones de mayora relativa y 3 de representacin proporcional; el PARM obtuvo 3 de representacin proporcional; el PRO, 2, Y 1 el PFCRN.

    En Chihuahua fueron registrados los siguientes can-didatos a gobernador: Jess Macias por el pRI, en alianz: con el PFCRN; Francisco Barrio por el PAN; Jaime Gare Chvez por la alianza PRD-PPS, y Rubn Aguilar por 1 alianza PARM-pf.

    Las condiciones para un probable triunfo panista es-taban dadas: un candidato del PRI impuesto, un padrn confiable-que el PAN aval-, un candidato, Francisco Barrio, con arraigo y carisma y una organizacin parti-dista capaz de defender el voto de sus partidarios.

    En Chihuahua votaron 70% de los ciudadanos en posibilidad de hacerlo. Esto, en definitiva, fue un factor que jug a favor del PAN.

    Accin Nacional gan la gubernatura, 11 diputados de mayora, 5 de representacin proporcional y 11 mu-nicipios. El PRI obtuvo 7 diputados de mayora relativa, 4 de representacin proporcional y 56 municipios. El PRO Y el PARM obtuvieron 1 diputado de representacir proporcional cada uno.

    La eleccin de Michoacn tens la situacin poltica porque esta eleccin se convirti en el momento dt medir fuerzas entre el gobierno y el PRO; durante cuatrc aos se haba. realizado una campaa publicitaria con-tra el PRO, presentndolo como violento, pero, sobre todo, como maximalista e intransigente.

    El PRI tuvo sus primeras dificultades en la seleccin del candidato Eduardo ViIlaseor, que no era un polti-co con arraigo dentro de la clase poltica local. Pero si era un candidato que satisfaca el perfil del proyecto "moder-nizador" del salinismo de renovacin de la vieja clase poltica.

    Por el PRO fue postuiado Cristbal Arias Sols, que fu. secretario general de Gobierno durante la gestin d Cuauhtmoc Crdenas, senador y actualmente diputa do federal.

    Eduardo ViIlaseor, candidato del PRI, fue declarado triunfador por la Comisin Estatal Electoral y, poste-riormente, por el Colegio Electoral, formado por el Con-greso saliente. Tal hecho trajo como consecuencia una serie de acciones de resistencia civil organizadas por el PRO que abarcaron "plantones" en Palacio de Gobierno, frente al Congreso, una marcha de mujeres al D.F. y ocupaciones de presidencias municipales.

  • El salillislI10 y la disl",ta por el poder ('11105 e/recioll cs local('s !'IIlrl' 1989 y J992

    Todas las acciones para ev itar que Villaseor tomara posesin del cargo no tu vieron resultado. En la declara-cin de gobernador clecto tuvo un papel relevante la diputacin panista, pues su presidente, Javier Blanco Snchez, era a la vez presid ente del Colegio Electoral, aunque al final la diputacin panista se abstuvo.

    Eduardo Villaseilor fu e d eclarado gobernador e lecto con 13 votos, 12 d e l PRI y 1 d e l prco" . EI15 d e septiembre tom posesin como gobernador constitucional d e l esta -do de Michoacn. Las acciones de resistencia civil au-mentaron . L,a demand a d el I'RIJ se centr en ex ig ir que Eduardo Villaseor se fu e ra y se convocara a e lecciones extraordinarias. El plantea miento hecho por e ll'RO en la Comisin Permanente d e l Congreso de la Unin para que la peticin de declara r inexistentes los poderes del es-tado de Michoacn se turnara a l Senado fue rechazada .

    EI 6 de octubre, Eduardo Villaseor solicit licencia por un ao del cargo d e gobernador y el Congreso local nombr en su lugar (l A tl sencio Chvez. Despus d e es-tO,ell'RDretirsus "plJntones", pero mantuvo la d eman-da de que se convocara a e lecciones extraordina rias.

    La solicitud de li cencia d e Eduardo Villaseor fue una maniobra jurdica para impedir la convocatoria de elecciones extraordinarias, p orque d artculo S4 d e la ConstihlCin del cstild.O de Michoacn es cla ro y slo cuando se d la falta absoluta del gobernador constitu-ci onal durante los dos p rim eros aos de su ejercicio el Congreso o, en su caso, la Comisin Permanente " nom-brar en escrutinio secreto y por mayora absoluta de votos un gobernador inte rino; y al mismo tiempo expe-dir la convocatoria d e e lecc iones para gobe rnador sustituto que termine e l pe riodo cons titucional ".

    En 1993 Eduardo Villa seo r volvi a solicitar licen-cia. Cuando se cumpla n los d os aos, seguramente el Congreso nombrar el gobernador sustituto para que termine el periodo respecti vo y no se convocar a elec-ciones extraordinarias .

    La distribucin d e las diputaciones qued a l final de la siguiente manera : d e las de mayora relativa, 17 fueron para el r lu y 1 pa ra e l PR D; de las plurinominales, 1 para el "RI, 8 para el PR D, 2 para el PFCRN y 1 para e l PA N.

    Las elecciones de agosto

    EI2 de agosto se juntaron un nmero importante de elec-ciones locales: en Zacatecas (de gobernador, diputados y ayuntamientos), Baja Califo rnia (de diputados y ayunta-mientos), Durango (de gobernador diputados y ayun-tamientos), Oaxaca (de gobernador y diputados) y Vera-cruz (de gobernador y diputados). De stas, las de Durango y Baja California representaban riesgo de de-rrotas para el PRl. En el primer caso, debido a la ali anza entre el PAr< y el PRD y en el segundo porque seran las primeras elecciones estatales que no estaran en manos de un gobierno priista.

    En los casos de Oaxaca, Ve racruz y Zacatecas, se con-sideraba queel partido oficial notendra mayores proble-mas; pe ro la situacin no fue as. En los dos prime ros ca-sos, los candidatos a gobernador del PRO modificaron el tranquilo panorama. En Zacatecas, la novedad fue la inesperada insurgencia municipal, que se manifest con vigor.

    '\1

    En Duri\ngo, el candidato a gobernador de la a lia nza entre el PAN y el PRO, Rod olfo Elizondo Torres, se puede calificar como un candidato hi st rico del panisn1 o. Es-ta alianza caus preocupacin en los crculos ofi cia les, sobre tod o en caso de que ganase, por la repercusin po-ltica que tendra en las elecciones presidenciales de 1994.

    El candida to por el 1'1

  • Javier Santiago Castillo

    del PRO denunciaron" el 'rasurado' del padrn electoral, la induccin del voto por los funcionarios de casilla, la imposibilidad de garantizar el secreto del voto ciudada-no, el cambio de ltima hora de casillas electorales, los desayunos de los 'promotores del voto' del PRI, los ca-rruseles, la intimidacin policiaca y la manipulacin de los organismos electorales fueron hechos persistentes". Las denuncias no tuvieron eco.

    En el caso de las diputaciones, el PRI se llev las 21 de mayora relativa; las 10 de representacin proporcional se distribuyeron de la siguiente manera: PRD, 4; PAN, 3; PPS, 1; PARM, 1, Y PFCRN, l.

    En Aguascalientes el candidato del PRI fue Otto Granados Roldn; el del PAN, Gerardo Raygoza Rosales, y el del PRD, Humberto Reyes Daz, antiguo dirigente ferrocarrilero, pero renunci a su candidatura ante la cEEel4 de julio, declarando que lo hada porque no haba obtenido apoyo en la direccin estatal del PRO. Por su parte, este partido expres que la renuncia de su candi-dato se deba a que haba sido cooptado por el gobierno, porque sta haba sucedido despus de sostener una entrevista con Carlos Salinas de Gortari el 2 de julio, durante su visita a la ciudad de Aguascalientes (L1 lornada, 6 de julio de 1992).

    El PRI gan la gubernatura; el PAN, el PRo,el PPS, el PARM y el PFCRN obtuvieron un diputado de representacin proporcional cada uno.

    En Zacateca s, el PRI lanz como candidato a Arturo Romo Gutirrez; el PAN, a Jos Ramn Padilla; el PRO, a Jaime Enrquez Felix, y el PFeRN, a Teresa Lira.

    Lo sorprendente en esta entidad fue, que si bien en lo referente a la gubernatura no hubo impugnaciones fundamentales, en el nivel municipal s se dieron. La oposicin demostr un crecimiento en ciertos munici-pios y realiz movilizaciones importantes. Aunque al final no se le reconoci ningn triunfo, demostr que puede consolidarse en un estado considerado tradicio-nalmente priista.

    El PAN ocup los ayuntamientos de Tabasco y Caitas de Felipe Pescador. El PRO, los de Villa Garda, Noria de los ngeles, Luis Moya y Nieves; el Frente Democrtico Zacatecano -formado por el PPS, el PARM y el PT-, el de Genaro Codina. A pesar de la resistencia civil, el PRI ter-min con las 56 presidencias municipales, pero tuvo que aceptar la presencia de miembros de la oposicin en los ayuntamientos.

    Las 15 diputaciones de mayora relativa fueron otor-gadas al PRI; de las de representacin proporcional, 3 co-rrespondieron al PAN, 2 al PRO y 1 al PT. La diputacin asignada all'T se debi a la anulacin de 6 casillas por el Colegio Electoral, lo que le rest votos al PRO y permiti que el PT la obtuviera por la aplicacin del resto mayor (L1]ornada, 31 de agosto de 1992).

    \leracruz es una entidad muy importante polticamen-te, sobre todo porque se le considera una reserva electo-ral priista y el nmero de sus electores es el tercero ms grande del pas. El candidato del PRI a gobernador fue Patricio Chirinos, y el PFeRN apoy esta candidatura.

    Chirinos no era el mejor candidato para una entidad muy compleja y con una clase poltica con poder local, as como por el deficiente papel que haba tenido como secretario de Desarrollo Urbano y Ecologa. Por parte de

    32

    la oposicin, el PRO busc una alianza electoral en torno a Heberto Castillo, figura de presencia nacional que poda atraer a los votantes no miembros de los partidos. La poltica de alianza no se concret por diversas razo-nes, y el PAN, el PPS y el PARM no la aceptaron.

    Los otros candidatos a gobernador fueron: Leopoldo Reyes Vzquez del PAN; Heli Herrera del PPS, y Santiago Ramrez Crdenas del PARM.

    El PAN Y el PRDen particular denunciaron un sinnme-ro de irregularidades cometidas antes y despus de la eleccin, pues aparecieron las ms aejas frmulas de fraude "premoderno", Al PRI se le adjudicaron en Ve-racruz los 24 distritos de mayora relativa y 4 de repre-sentacin proporcional. El reparto de las diputaciones plurinominales entre el resto de los partidos qued como sigue: PRD, 6; PAN, 2; PPS, 2, Y PFCRN, 2.

    Octubre negro

    En el mes de octubre se produjeron acontecimientos que perfilaron una situacin conflictiva para el gobierno: la solicitud de licencia en la gubernatura de Eduardo Villaseor; la salida del PAN de los miembros Partido del Foro Doctrinario; la renuncia de Gonzalo Martinez Corbal como candidato a gobernador constitucional, por la presin del Frente Antirreleccionista Nacional en una reunin inusitada, previa al informe presidencial, Salinas de Gortari defini aspectos de la poltica interna frente a gobernadores, diputados, senadores, presiden-tes de los congresos locales y la accin del PRI; doa Concepcin Calvillo, viuda de Nava reinici la marcha de la dignidad, demandando el restablecimiento del Estado de derecho y una legislacin electoral imparcial para San Luis Potos; Salinas de Gortari anunci que no promovera ninguna reforma constitucional que propi-ciase la reeleccin presidencial.

    Las elecciones de noviembre

    En este mes se realizaron elecciones en cinco estados: Sinaloa (de gobernador, diputados y ayuntamientos), Tamaulipas (de gobernador, diputados y ayuntamien-tos), Puebla (de gobernador), Oaxaca (de ayuntamien-tos) y Tlaxcala (de gobernador). .

    De las cuatro entidades donde se realizaron eleccio-nes para gobernador, dos presentaron dificultades al partido oficial: Tamaulipas y Sinaloa.

    En la primera entidad, el PRI postul a Manuel Cavazos Lerma; la alianza PRJ}-PAN, a Jorge Crdenas Gonzlez; el PPS, a Clara Meja Guajardo; el PARM, a Gilberto Ortiz Medina; el PFCRN, a Juana Garda Palomares.

    Diversos factores influyeron en la fortaleza de la candidatura de Jorge Crdenas Gonzlez, postulado por una alianza entre el PAN y el PRD, Algunos deben bus-carse en el pasado reciente, en no ms de un un decenio, pues Tamaulipas era la base electoral ms importante del PARM, y en 1988 el FDN obtuvo 30.15% de la votacin; lo anterior, acompaado de una tendencia a la disminu-cin de la votacin del PRI, que en 1980 obtuvo 77.25%, yen 1989,58.96% (Alvarado, 1992: 47y 55); otro aspecto fue el desmantelamiento del quinismo, que dej resen-timientos y fuerzas sociales sin control oficial; no pode-

  • El salinismo y la disputa por el poder en las elecciolles locales elltre 1989 y 1992

    mos dejar de lado la fractura que caus al PARM la can-didatura del Jorge Crdenas Gonzlez. Todos estos ingredientes crearon una candidatura con posibilida-des de disputar el triunfo.

    La preocupacin en los crculos oficiales fue eviden-te, confirmada por la denuncia presentada ante el Con-greso estatal por el PARM, su antiguo partido, contra Jor-ge Crdenas, por malos manejos mientras fu e presiden-te municipal de Matamoros.

    Las complicacin de la situacin poltica del pas oblig al PRI a no avanzar en el intento de bloquear la candidatura de la a lianza PAN-PRO; pero la pe ticin de su candidato Manuel Cavazos Lerma al Congreso de que esperase hasta la conclusin de las elecciones para proceder contra Jorge Crdenas hizo que el riesgo de en-carcelamiento estuviera pendiendo como una espada de Damocles.

    Las elecciones se le complicaron al gobierno porque las alianzas fu eron ms all de la de gobernador. En Ciudad Madero, el ex diputado federal priista Alfre-do Pliego Aldano fue lanzado como candidato a la pre-sidencia municipa l por la alianza PRD-PAN . El PRO regis-tr como candidatos a ex priis tas en cinco municipios: Llera, Villagrn, Soto la Marina, Bustamante y Mn-dez. El PAN lo hizo en ocho municipios: Hidalgo, Jim-nez, Gemes, Victoria, Villa de Casas, Mainero, Xicotn-catl y Ocampo.

    Las elecciones fueron conflictivas, generaron actos violentos y hubo gran cantidad d e detenidos. La deci-sin del candidato de la alianza PR[}-PAN de no continuar las protestas se dio despus de regresar de la ci ud ad de Mxico y haberse entrevis tado con el secre tario de Go-bernacin. Su re tiro alej la posibilidad de continuar las denuncias d e irregularidades cometidas durante las elecciones en Tamaulipas (Proceso, nm. 838, 23 de no-viembre de 1992).

    Al PR l se le reconocieron triunfos en la gubernatura, en 40 municipios y en 18 diputaciones de mayora relativa y 2 de representacin proporcional; al PAN, 2 pre-sidencias municipales, 1 d iputacin d e mayora y 2 de representacin proporcional;a l PRO, 1 presidencia muni-cipal (en a lianza con el PAN, en Ciudad Madero) y 1 di-putacin de representacin proporcional ; al PARM y el !'FCRN se les otorg 1 diputacin de representacin pro-porcional a cada uno.

    En el caso deSinaloa (8 de noviembre), el PRI present la candidatura de Renato Vega Alvarado en alianza con el "FcRN;el PAN, la de Emilio Goicochea; el PRD, la de Juan N. Guerra; e l p"s, la de Roberto Cruz Flores y el pARM, la de Jos Mara Flix Valdez.

    Dichas elecciones fueron conflicti vas. Slo se recono-ci el triunfo del PAN en el distrito con cabecera en Escuinapa en las elecciones de diputado de mayora relativa , y la presidencia muncipal de esa misma ciu-dad. EII'AN inici la denuncia de irregularidades sea-lando la ex is tencia de cuando menos 100 000 credencia-les de elector fal sas y mayor nmero de boletas despus de la e leccin que las recibidas a l inicio d e la votacin (Proceso, nm. 838, 23 de noviembre de 1992).

    Un caso especial de resistencia civil fue el de la can-didata del!'AN a la alca lda de Culiacn, Mercedes Mu-rillo, que realiz un prolongado "plantn" en deman-

    33

    da de que se reconociera su triunfo, pero tuvo que desistir por falta de apoyo de la direccin nacional de su partido.

    Las diputaciones de representacin proporcional se asignaron as: 1 para el PRI, 13 para el pA'" y 2 pa ra el I'lm. Las presidencias municipales se repa rtie ron del s ig uiente modo: 17 para el pRI y 1 para el "AN.

    En Puebla se realiza ron elecciones de gobernador, d iputados y presidentes muni cipales (el 8 de noviem-bre). El pRl lanzcomocandidatoa Manuel Bartlett Daz, en alianza con el PFCR:'\!; e l l'AN, l Ricardo Vi lla Esca le-ra; el PRD, l Antonio Tenorio Adame; el PPS, a Jess An-tonio Carlos Hernndez, y e l PARM, a Ernesto Cruz Quintas.

    La eleccin de gobernado r en el estado de Puebla no present una s ituacin de conflicto importante para el rgimen. El PAN, la organizacin opositora ms consoli-dada, slo represent algn peligro en la ca pita l del estado, por la candidatura de Jorge Ocejo Moreno -ex presidente de la Coparmex- a la presidencia munici-pal. Al parecer; el PRI sigui el dicho popu la r -"para que la cua apriete debe ser del mismo pa lo" - allanzM como cand idato para e l mismo cargo, al empresario de la radio Rafael Caedo Sentez.

    El pRI gan la gubernatura y las 22 diputaciones de mayora rela tiva. Los diputados de representacin pro-porcional se as ignaron de la s iguiente manera : PAf\:, 4; PRO, 1; PPS, 1, Y PFCRN, 1. Lo municipios asignados al PRI fueron 203; al PAN, 4; al PRO, 5; al PPS, 1, V alI'FCRN, 3 y un consejo municipal. ..

    Las elecciones municipales en Oaxaca , e l 8 de no-viembre, presentaron diversos grados de conflicto; los de ms elevado tono se dieron en el Is tmo, do nde 1" COCEI haba acrecentado su influencia.

    Los conflictos poste lecto rales llevaron a la anula cin de las elecciones en 15 municipios, y l

  • Javier Santiago Castillo

    aumentar su eficiencia electoral. A pesar d e esta situa-cin, es probable que el PRO estuviera en la disputa real de algunas presidencias municipa les.

    No obstante las conversaciones sostenidas por el PRO con el gobierno con el objetivo de convocar a elecciones extraordinarias para gobernador, la tensin poltica en el estado no disminuy ante la proximidad de las muni-cipales.

    Puestos de eleccin popular disputados en elecciones locales 1988

    Tipo de eleccin

    Entidad Fecha de Gober- Munid- Diputados eleccin nador pios MR RP

    Jalisco 4 de dic. 1 124 20 14 Guanajuato 4 de dic. 46 18 12 San Luis Potos 4 de dic. 56 Zacatecas 4 de dic. 56

    Puestos de eleccin popular disputados en elecciones locales 1989

    Entidad

    Baja California Campeche Chihuahua Michoacn ZilCatecas Durango Oaxaca Veracruz Aguascalientes Sinaloa Tla xcala Puebla Tamaulipas Guerrero Michoacn

    , ,

    Fecha de elecpn

    2 de jul. 2 de jul. 2 de jul. 2 de jul. 2 de jul.

    12 de jul. 6 de ago. 3 de sep. 1 de oct.

    15 de oct. 19 de nov. 26 de nov. 26 de nov. 3 de die. 3 de dic.

    Tipo de eleccin

    Gober- Munici- Diputados nador pios MR RP

    1 4 15 4 21 7

    67 18 la 18 6 15 6

    39 15 la 570 18 6

    24 16 9 12 4

    18 23 9 9 6

    217 22 7 43 19 6 75 24 12

    113

    34

    Los conflictos postelectora les se agud izaron, pues al PRD, en 1989 despus de ganar 52 presidencias munici-pales, se le reconocieron en esta eleccin slo 39; al PRI, 67; al PAN, 5, Y al PARM y al PFC RN 1 a cada uno.

    El PRO perdi municipios importantes que goberna-ba: Morea, LzaroCrdenas, Ptzcuaro, J iquilpan, Mara-vato, Los Reyes y Zacapu, todos ellos cabeceras distri-tales; el PA N, Zamora y Sahuayo.

    Puestos de eleccin popular disputados en elecciones locales 1990

    Tipo de eleccin

    Entidad Fecha de Gober- Munici- Diputados eleccin nada r pias MR RP

    Hidalgo 21 de ene. 15 5 Baja California

    Sur 4 de febo 4 15 5 Quintana Roo 4 de mar. 7 13 5 Nayarit 6 de jun. 20 16 8 San Luis Potos 5 deago. 11 9 Caahuila 28 de oc!. 38 Hidalgo 11 de nov. 84 Estado de

    M~xice 11 de nov. 121 34 23 Yucatn 25 de nov. 106 15 la

    Puestos de eleccin popular disputados en elecciones locales 1991

    Tipo de e leccin

    Entidad Fecha de Gober- Munici- Diputados eleccin nador pies MR RP

    Morelos 17 de mar. 1 33 12 6 Nuevo Len 7 de ju!. 26 14 San Luis Potos 18 de ago. 1 Campeche 18 de ago. 1 Colima 18 de ago. 1 la 12 7 Guanajuato 18 de ago. 1 18 12

    Quer~taro 18 de ago. 1 18 14 7 Sonora 18 de ago. 1 70 18 9 Coahuila 18 de ago. 15 6 Chiapas 18 de ago. 109 - 15 6' Nuevo Len la de nov. 1 51 Veracruz la de nov. 207 Tabasco 17 de nov. 17 17 8 TIaxcala 17 de nov. 44 Campeche 24 de nov. 9 San Luis Potosi 1 de dic. 56 Guanajuato 1 de dic . 46

    Se redujo el nmero de legisladores de representacin propor-cional.

    .

  • El salinismo y la disputa por el poder en las elecciones locales cnlre 1989 y 1992

    Puestos d e eleccin popular disputados en elecciones locales 1992

    Tipo de eleccin

    Entidad Fecha de Gober* Munici-Diputados

    eleccin nador pius MR RP

    Jalisco 9 de fch. 124 20 14 Campeche 5 de ul. 21 9' Chihuahua 12 de ul. 1 67 18 lO Michoacn 12 de ul. 1 18 12 Baja California 2 de lgO. 4 15 4 Durango 2 de ago. 1 39 15 10 Veracruz 2 de lgO. 1 24 16 Oaxaca 2 de ago. 1 21 10 Aguascalientes 2 de ago. 1 11 18 7 Zacatecas 2 de ago. 1 56 15 6 Sinaloa 8 de nov. , 18 23 16 , Tamaulipas 8 de nov. 1 43 19 7 Puebla R de no\'. 1 217 22 7 OaXJCl 8 de nov. 570 Tlaxcala 15 de nov. 1 9 6 Michoacn 8 de die. 113

    "Se aument 2 por ,1Cucrdo del colegio electoral.

    Bibliografa Alvarado Mendo;:a. Arturo (1992), "Una de,ada dt, pi..'ltica y

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    California, .\1fxico, Grijalbo. Unrodvt'xit(lso (1993), Crupo p,1rl

  • III. LAS ELECCIONES LOCALES EN 1993

  • 1. BAJA CALIFORNIA SUR: DEL SISTEMA DE PARTIDO NICO AL BIPARTIDISMO INESTABLE ALEJANDRO TOLEDO PATIO U4M-lztapalapa

    BAJA CALIFORNIA NORTE

    OCEM~O PAcl;= lCO

    15 DISTRITOS ELECTORALES LOCALES

    5 MUNICIPTOS Comond tvlulege La Paz Los Cabos Loreto

    Baja Californi,\ Suc uno de Jos dos cstJdos ms j-vcne5 de la Repblica lVlexicana, inaugur el7 de febrero el calendario electoral de 1993. En los inicios de un afio en el que se comenzaron a velar l;:ls arm

  • Alejandro Toledo Patio

    votos emitidos. En contraste con esta hegemona en descanso, el Partido Accin Nacional experiment un ascenso notable en el electorado, elevando su peso re-lativo-todavanuloen 1975-a 3.9% en 1981 ya 12.3% en 1987.

    Si seconsideran otros procesos electorales, la tenden-cia se confirma. En las elecciones de diputados de mayora relativa de 1987 y 1990, el PRI disminuy el peso de su votacin de 78.5% a 57.6% y el PAN lo incremen-t de l3.0 a 29.7%. En las elecciones municipales de esos mismos aos, el PRI baj de 77.7 a 60.7%, en tanto que el PAN elev sus ndices del 14.0 a 31.4%. (vase el cuadro 1). Como una constante que acompaa a esta doble tendencia, cabe agregar que a lo largo de los l-timos dos decenios el peso de los partidos de izquier-da (incluidos para el caso el PPS yel PFCRN) se mantuvo en un rango que oscil entre 4 y 5% del electorado.'

    No obstante su decreciente fuerza electoral, en el Congreso local elegido en 1990 el PRI tuvo los votos suficientes como para conquistar sin dificultades la totalidad de los 15 escaos de mayora relativa, mien-tras que el PAN gan 3 curules de representacin propor-cional y el resto de los partidos no alcanzaron suficiente votacin para acceder al reparto de las 3 restantes. En las elecciones municipales de ese mismo ao, el PRI obtu-vo las 4 presidencias en juego, as como 49 de las 54 regid uras.

    Partiendo de estos datos-por dems ilustrativos del monopolio del poder poltico en la entidad- no pocos analistas compartieron la idea de que en su primera contienda electoral de 1993 el PRI no tendra mayores problemas para derrotar a la oposicin (Granados, 1993: l3). En tal sentido, resulta til considerar los fac-tores que, contradiciendo tales predicciones, llevaron a que el PAN, manteniendo su dinmico crecimiento elec-toral, diera fin a ese monopolio en los poderes legislati-vo y municipal, adems de reclamar inicialmente su triunfo en la disputa por el poder ejecutivo.

    Dos rdenes de factores contribuyen a explicar la explosin en el crecimiento del voto opositor el pasado 7 de febrero de 1993.

    El primero tiene que ver con el impacto peculiar que sobre la entidad tiene la apertura comercial de los ltimos aos. Conforme las fronteras nacionales se fue-ron abriendo a la importacin de bienes de consumo, el principal factor de dnamismo econmico sudcalifor-niano --el ser precisamente "zona (comercial) libre"-comenz a venirse abajo: la afluencia de turistas nacio-nalesen busca de la llamada "fayuca" disminuy,arras-trando consigo la quiebra de comercios y la generacin de desempleo (Guilln, 1990: 20). La apertura comercial afect as al soporte institucional conel que, como pecu-liar "ventaja comparativa", haba contado la entidad, particularmente su ciudad capital: el puerto de La Paz.

    La economa de la entidad experimenta una desace-leracin de los ritmos de actividad comercial y turstica que no alcanza a ser contrarrestada por las divisas y empleos de la agricultura de exportacin, la cual enfren-ta lmites severos para su crecimiento dada la escasez de agua, particularmente en el centro-norte de la entidad. En cuanto al arribo de turismo internacional, fuente fundamental de divisas, los ltimos aos resultan des-

    40

    favorables debido a la recesin en Estados Unidos y a que la crisis del golfo Prsico, especialmente durante el invierno de 1992, redujo an ms el flujo turstico, en su mayor parte proveniente del suroeste estadunidense.

    Interactuando con la crisis econmica -

  • Baja California SI/r: del sistema del partido Illico al biparfidsmo inestable

    terrera -iniciada con el gobierno de Hugo Ce rvantes ~l Ro (1964-1970)- se consignaba que haba sido preeidente del Tribunal Superior de justicia , secretario ,....,..al de Gobierno, presidente de la Comisin Estatal Electoral, senador de la repblica y subsecretario de Organizacin del cEN del PRI. Antesdesu postulacin co-mo candidato a gobernador, se desempeaba como d i-puladofederal en la LV Legislatura (Toledo y Larrosa, 1993: 12).

    ha inconformidad con la postulacin de Mercado no sehizoesperar. El2 de octubre la disidencia p riista -de cuadros medios para abajo- consti tu y el Frente Cvi-co Sudcalifornianos que aglutin intempestivamente a todo tipo de orga nizaciones socia les y ciudadanos 4Moyrn, 1993: 29). El da 3 de octubre, la inconformidad irrumpi en manifestaciones cal lejeras espontneas en faYor del general jos Antonio Va ldi via.

    Pese)al respaldo popular, este ltimo mantuvo la disciplina partidista y decli n encabezar e l movimiento opositor. Su lugar fue ocupado por uno de sus seguido-res, Cris6foro Sa lid o Almada, de 63 aos, agricu ltor, egresado en leyes por la Universidad Autnoma de Guadalajara y que haba sido diputado federal suplente en la XLVI Legislatura, adems de presidente de la Cmara de Comercio de La Pa z y secretario genera l de la Federacin Estatal de la Pequea Propiedad (Toledo y Larrosa, 1993: 12-13). . Este arquetipo del empresario agrcola del noroeste del pas se revel como un carismtico lder que enarbo-laba un duro di scurso oposicionista, centrado en la situacin de deterioro econmico que aquejaba a la entidad y en la denuncia de la ineficiencia y corrupcin gubernamentales. El 8 de nov iembre, la Convencin panista lo postul como candid ato a gobernador. junto con l abandonaron el PRI Adn Ruffo Velarde (prom i-nente miembro de la comunidad empresaria l pacea, presidente de la Cmara de Co mercio local y p rimo del gobernadoractual de Baja Ca lifornia)y An tonio Martnez Crdoba (directivo estatal de la Fundacin Cambio XXI), ambos postulados por el PA:.J como candidatos a presidentes municipales de La Paz y Comond, respec-tivamente.

    LA CRECIENTE OLA OPOSITORA

    Para enfrentar el cisma, e l PRJ haba reordenado sus fi las procediendo a efectuar cambios en la d ireccin del Comit Ejecutivo Estatal, mediante el remplazo en la presidencia de jorge lvarez Gmez (proclive en la s cercanas del destape a la candidatura de Antonio Manrquez) por Antonio Ortega Sa lgado, figura del equipo de Mercado. En los primeros das de 1993, frente ala debilidad y "fa lta de cohesin" que manifies tan las campaas electorales de los candjdatos del partido oficial, el sinaloense Mario Nieb la Alvarez es comisio-nado para asumir la coordinacin regional del PRl en la entidad. Asimismo, en un tono triunfalista que intenta salir al paso de las dudas que afloran sobre su tr iunfo en el centro de la repblica, e l candidato Mercado Romero -en conferencia de prensa efectuada el 8 de enero en la ciudad de Mxico-desestima la importancia de la opo-

    41

    sicin interna en su partido declara que bsicamente: "los inconformes con los ca ndidatos no ll egan a mil" y que la oposicin "slo puede aspirar a contar con di-putados plurinomina les, pero no a ganar ningu na posi-cin de mayora relat iva" (Exclsor, 1 de septiembre de 1993: 36).

    El21 de enero, el PAN sufri un revs que, al parecer, no tuvo un efecto significativo en el nimo de los votan-tes de la oposicin, pero que vendra a desempear un papel central en los acontecimientos polticos futuros: jaimeTuchmann, candidato panista a diputado porelll distrito de La Paz, rompi con s u partido, denunci a la direccin estatal por realizar malos manejos econmi-cos y postular como ca ndidatos a advenedizos, y de paso renuncia a su candidatura. Mientras que los me-dios de com uni cacin dieron amplia difusin a la carta pblica de Tuchmann, la Comisin Estata l Electoral consider extempornea s u renuncia a la ca ndidatura. Se trataba de una jugada poltica des tinada inicia lmente a despejar e l camino para el triunfo de la cand idatu ra del priista Enrique Ortega Romero (para quien estaba destinada la presidencia del Congreso) y que - pese a no alcanzar ese objetivo- resulta trascendenta l en el curso del conflicto postelectoral.

    A 1 acercarse los com icios del? de febrero, observado-res politicos oficia listas de la capi ta l de la repblica reconocan que, a l menasen el municipio deComond, el PAI'\ d

  • Alejandro Toledo Pa/io

    preferencias del electorado en torno al PRI y al PAN (los cuales se llevan casi 98% de los votos) hace que los restantes partidos contendientes no alcancen el mnimo de sufragios requeridos para mantener o ganar su regis-tro. En este sentido inmediato, se podra afirmar que la entidad sudcalifomiana brinc el pasado 7 de febrero de un orden poltico de partido nico a uno de bipartidismo puro.

    Baja California Sur se incorpora as a la lista de enti-dades que ms han avanzado en la ruptura del sistema de partido hegemnico, originndose una situacin indita en la de por s cambiante realidad poltica nacio-nal: un ejecutivo que tendr que convivir con la oposi-cin en el poder en la mayora de los municipios (que agrupan a ms de 70% de la ciudadana) y lidiar con un Congreso dividido por la mitad entre dos partidos. Una de las ltimas entidades federativas de la repblica que se convirti en estado (contrastando especialmente con Quintana Roo) se encuentra desde esta perspectiva entre las primeras en lo referente al avance de la transi-cin poltico-electoral.'

    VOTO DIFERENCIADO Y FRAUDE CONCERTADO El principal aspecto sobre el que recae el anlisis y dis-cusin de estas elecciones tiene que ver con el resulta-do oficial de la votacin para gobernador. El punto es si en realidad gan el candidato del PRI, o el candidato del PAN fue despojado del triunfo. La fuente de duda es evi-dente: una notoria diferencia entre la votacin obtenida por ambos partidos segn el tipo de eleccin. Mientras que en los comicios municipales el PAN atrajo a 52.07% del electorado (el PRI , 43.11%) Y en los de diputados de mayora a 47.70% (el PRI, 47.68%), en la eleccin de go-bernador los votos panistas arrojan apenas un porcenta-je de 45.88 (mientras que los votos priistas se elevan a 50.87%). Comparando un par de cifras absolutas, la mag-nitud de la brecha es claramente apreciada: en las urnas de presidencias municipales las boletas cruzadas en favor del PAN sumaron 51 777, Y las del PRI, 42 870; en las urnas de gobernador los votos emitidos en favor deam-bos partidos fueron, respectivamente, 45,006 (una baja de 6 771) Y 49 900 (un alza de 7030).

    Ante lo que en un primer momento fue calificado como "ilgico resultado", el Comit Ejecutivo de Ac-cin Nacional envi a su equipo electoral a la entidad, mientras que la direccin estatal reclamaba el triunfo en la gubernatura llamando a la ciudadana a "enfrentar el fraude". El 12 de febrero, el Comit Ejecutivo panista reconoci sorpresivamente la derrota de su candidato en la contienda por la gubernatura. Al da siguiente, la direccin estatal del partido rechaz dicho reconoci-miento y anunci una lucha ciudadana contra el fraude, si bien admitiendo no contar con elementos suficientes para demostrar el triunfo de Salido Almada. El 14 de febrero la Comisin Estatal Electoral proporcion los primeros resultados oficia les. Tres das despus, y lue-go de que el da anterior se hubiese entrevistado con la direccin nacional panista, Salido Almada reconoci que difcilmente se podra "limpiar" la eleccin y, por

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    1 ende, llegara l a asumir la gubernatura. Tambin anun- 1, ci que la resistencia civil contra el fraude sera de "baja JI: intensidad" (La amada, 18 de febrero de 1993: 5) .

    Con respecto a la cuestin de si hubo voto diferen- , ciado o fraude, algunos analistas consideraron en su I momento que lo que prevaleci fue el peso del voto dife-renciado, observable desde comicios anteriores (Rodr-guez, 1993: 1), mientras que otros se inclinan por estimar que hubo fraude, descartando la hiptesis del voto dife-renciado, dadas la cultura poltica y la lgica de com-petencia partidista prevaleciente en el pas (Garrido, 1993: 14).

    Aunque no se puede afirmar que las elecciones en Baja California Sur hayan sido limpias, ello no quiere decir que el voto diferenciado no fuera una opcin real en porciones del electorado. Resulta precipitado descar-tar, a priori, que se haya podido emitir un voto de tal naturaleza que pueda explicar parte de la brecha entre los votos panistas de una y otra eleccin'

    Una explicacin -por lo dems, endeble- de dicha brecha la sostiene el PRI en un documento de balance; segn ste el voto diferenciado obedeci a que su candi-dato a gobernador contaba con mejor imagen que la de sus candidatos a diputados y presidentes municipales perdedores:

    ... gran parte de la ciudadana no vot por partido, sino por candidato. Esto explica por qu un buen candidato a gobernador por el PRI recuper votos que algunos aspirantes a diputados o presidentes municipales perdieron. El PAN, por su parte, que no tena un candidato fuerte a la g ubernatura, per-di sufragios [Berdejo, 1993: 34J.

    Ciertamente, parte del electorado otorg su voto en fa -vor de candidatos y no de partidos, pero si se toma en cuenta que la candidatura de Mercado marc el inicio del cisma en la clase poltica y la ciudadana y, adems . se considera que la personalidad que concentr la fuer-za del movimiento opositor es la de Crisforo Salido, esta explicacin del swing no parece convincente.

    En todo caso, las razones del voto diferenciado pu-dieron haber obedecido, ms que a la dudosa "fortale-za" del candidato priista, a una especie de temor de segmentos del electorado de hacer llegar al poder ejecu-tivo estatal a un candidato de la oposicin en condicio-nes en que, dada la difcil situacin econmica de la entidad, resulta particularmente importante mantener nexos fluidos con el centro de la repblica. Se tratara de un voto diferenciado que, en cierto modo, confirmara la cultura poltica del presidencialismo mexicano entre electores que optan por una alternativa asentada en el contrapeso de los poderes municipal, legislativo yeje-cutivo. Esto ltimo podra ser una explicacin c