el via crucis - lourdes levy - abril 2015

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EL VÍA CRUCIS Franciscanos.org Aciprensa.com Wikipedia.org Dibujos Fano Lourdes Levy Cúa, Abril 2015 «..Se postró en tierra y empezó a orar diciendo: ¡Abba, Padre! Todo te es posible. Aparta de mí este cáliz, pero que no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú..» Marcos14:35 - 36

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Page 1: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

EL VÍA CRUCIS

Franciscanos.org

Aciprensa.com

Wikipedia.org

Dibujos Fano

Lourdes Levy

Cúa, Abril 2015

«..Se postró en tierra y empezó a orar diciendo: ¡Abba, Padre! Todo te es posible. Aparta de mí este cáliz, pero que no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú..»

Marcos14:35-36

Page 2: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Conocido también como «camino de la cruz», «estaciones de la cruz» y «vía dolorosa».

Hace referencia a los momentos vividos por Jesús desde el momento en que fue aprehendido

hasta su crucifixión y sepultura.

Es una devoción centrada en los episodios más notables de la Pasión, la cual, consta de 15

estaciones que se recorren caminando grupalmente, ya sea dentro del templo o por las

calles. En cada estación se hace oración, una lectura bíblica, reflexión y un canto.

La costumbre posiblemente comenzó en Jerusalén en ciertos lugares de la vía dolorosa,

pero la devoción como se conoce hoy en día, probablemente se deba a los Franciscanos, ya

que a ellos, se les concedió en 1342, la custodia de los lugares más preciados de la Tierra Santa.

El Viernes Santo de 1991, el Papa Juan Pablo II, añadió la estación Número 15 de la Resurrección.

El Vía Crucis

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Se inicia haciendo la señal de la Santa Cruz.

Luego se reza el Señor mío Jesucristo

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y

Redentor mío, por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo

corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las

ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y,

así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis,

por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para

enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida.

Amén.

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Pequé, pequé, Dios mío; piedad, Señor, piedad; si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad; si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

Por tus profundas llagas; piedad, Señor, piedad; si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad; si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

Por tus heridas crueles; piedad, Señor, piedad; si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad; si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

Oración inicialSeñor Jesucristo, tú nos has concedido

acompañarte, con María tu Madre, en los misterios de tu pasión, muerte y sepultura, para que te acompañemos también en tu resurrección; concédenos caminar contigo por los nuevos caminos del amor y de la

paz que nos has enseñado. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Page 5: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Primera EstaciónJesús sentenciado a muerte

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Llevaron a Jesús ante Pilato, quien no encontraba razones para

condenarlo, e incluso trató de liberarlo, pero, ante la presión del

pueblo que gritaba «¡Crucifícalo, crucifícalo!»

pronunció la sentencia y les entregó a Jesús, después de azotarlo.

Jesús por amor a nosotros soportó en silencio el abandono, la negación, la

flagelación, las vejaciones sin medida.

Page 6: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Hoy en día Jesús sigue siendo condenado a

muerte en el hambriento de un mundo donde hay comida para todos;

en el enfermo que no puede conseguir las

medicinas; en el anciano abandonado;

en los fetos destrozados; en

cualquier dolor ajeno ante el cual, nos

lavamos las manos en señal de indiferencia..

Permíteme, Señor, imitarte, uniéndome a Ti por el silencio cuando alguien me haga sufrir.

Ayúdame, Jesús, a tener fuerzas para quedarme junto a ti.

Cuántos temas para la reflexión nos ofrecen los padecimientos soportados por Jesús: abandono de los suyos, negación de Pedro, flagelación, corona de espinas, vejaciones y desprecios sin medida. Y todo por amor a nosotros,

por nuestra conversión y salvación.

Page 7: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Segunda EstaciónJesús carga con la cruz

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Los soldados luego de azotar y burlarse de Jesús, le pusieron de

nuevo sus ropas, le cargaron la cruz y salieron camino del Calvario. El peso de la misma es excesivo para las pocas fuerzas de Jesús,

no obstante, se abraza a ella, para cumplir la voluntad del Padre.

Oigamos la voz de Jesús que nos dice: «Si alguno quiere venir en pos de mí,

niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame».

Page 8: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Jesús sigue soportando el peso del dolor de los condenados por la falta de amor, de salud, de justicia, de atención, de esperanza,

porque Él, nunca nos deja solos en el sufrimiento.

Que yo comprenda,

Señor, el valor de la cruz, de mis

pequeñas cruces de cada día,

de mis achaques, de mis dolencias,

de mi soledad. Dame convertir

en ofrenda amorosa,

en reparación por mi vida y en

apostolado por mis hermanos,

mi cruz de cada día.

Page 9: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Tercera EstaciónJesús cae por primera vez

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Nuestro Salvador, agotadas las fuerzas por la sangre perdida en la

flagelación, debilitado por los sufrimientos físicos y morales,

en ayunas y sin haber dormido, apenas pudo dar algunos pasos y

pronto cayó bajo el peso de la cruz. Se sucedieron los golpes e

imprecaciones de los soldados, las risas y expectación del público.

Jesús, con toda la fuerza de su voluntad, logró levantarse para

seguir su camino.

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Jesús sigue cayendo empobrecido a nuestro lado y no lo vemos, porque estamos distraídos, evadidos, dormidos, sumidos en nuestros intereses,

sin prestar atención al prójimo.

El peso de la cruz nos hace tomar conciencia del peso de nuestros

pecados, infidelidades, ingratitudes..

Por otra parte, Jesús, que nos invita a cargar

con nuestra cruz y seguirle,

nos enseña aquí que también nosotros

podemos caer, y que hemos de

comprender a los que caen; y que ninguno

debe quedarse postrado ante su caída.

Todos hemos de levantarnos con humildad y confianza buscando su ayuda y perdón.

Page 11: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Cuarta EstaciónJesús se encuentra con su madre

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

En su camino al Calvario, Jesús es seguido por María. Sus miradas se encuentran.

La de la Madre que ve al Hijo destrozado. La de Jesús que ve a María triste y afligida, y en cada uno de ellos, el dolor se hace mayor al contemplar

el dolor del otro, pero a la vez, ambos se sienten

consolados y confortados por el amor y la compasión

que se transmiten.

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Y el dolor de María sigue estando en cada madre que tiene su corazón herido por la muerte de su hijo a causa de enfermedades, accidentes,

drogas, peleas, venganzas, inseguridad..

Esta es sin duda una de las escenas más conmovedoras del Vía Crucis, porque aquí se añaden, al cúmulo de motivos

de dolor ya presentes, la

aflicción de los afectos compartidos

de una madre y un hijo.

María acompaña a Jesús en su sacrificio

y va asumiendo su misión

de corredentora.María, déjame estar contigo acompañándote y

ayúdame a parecerme cada día más a ti.

Page 13: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Quinta EstaciónJesús es ayudado por el Cireneo

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Temerosos los soldados de que la víctima sucumbiese antes de hora, obligaron a Simón de

Cirene, quien venía del campo y pasaba por allí, a que tomara la

cruz sobre sus hombros y la llevara detrás de Jesús.

Tal vez Simón tomó la cruz de mala gana y a la fuerza, pero

luego, movido por el ejemplo de Cristo y tocado por la gracia, la

abrazó con resignación y amor y fue para él y sus hijos el origen

de su conversión.

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El rostro de Jesús se alegra cuando recibe la ayuda de una iglesia cirenea, la cual movida por el espíritu, soporta la carga de tantos crucificados por

sus necesidades.

El Cireneo ha venido a ser como la imagen

viviente de los discípulos de Jesús, que toman su cruz y le siguen. Además, el

ejemplo de Simón nos invita a llevar los unos las cargas de los otros, como enseña

San Pablo. En los que más

sufren hemos de ver a Cristo cargado con la cruz que requiere

nuestra ayuda amorosa y

desinteresada.

Dios mío, ayúdame a ser generoso y servicial. En mi casa, en la escuela y en todo lugar para así parecerme

al Cireneo y ayudar a tu Hijo a cargar la cruz.

Page 15: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Sexta EstaciónLa Verónica enjuga el rostro de Jesús

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Jesús va camino al Calvario, con el rostro desfigurado

por el sufrimiento, la sangre, los salivazos, el

polvo, el sudor.. Entonces, Verónica, una

mujer del pueblo, se abrió paso entre la

muchedumbre con un lienzo con el que limpió piadosamente su rostro.

El Señor, en gratitud, le dejó grabada en él

su Santa Faz.

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El rostro de Jesús está en el rostro de los pobres. Secar su sudor y su sangre, debe ser nuestra vocación.

Una letrilla tradicional de esta sexta estación dice: «Imita la compasión, de

Verónica y su manto, si de Cristo el rostro santo,

quieres en tu corazón». Nosotros podemos repetir hoy el gesto de la Verónica en el rostro de Cristo que se nos hace presente en

tantos hermanos nuestros que comparten de diversas

maneras la pasión del Señor, quien nos recuerda: «Lo que hagáis con uno de

estos, mis pequeños, conmigo lo hacéis».

Dios mío, así como la Verónica se acercó con tu Hijo, yo también quiero hacerlo con mis

hermanos.

Page 17: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Séptima EstaciónJesús cae por segunda vez

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Jesús había tomado de nuevo la cruz y con ella a cuestas llegó a la

cima de la empinada calle que daba a una de las puertas de la

ciudad. Allí, extenuado, sin fuerzas, cayó por segunda vez

bajo el peso de la cruz. Faltaba poco para llegar al sitio

en que tenía que ser crucificado, y Jesús, empeñado en llevar a

cabo hasta la meta los planes de Dios, aún logró reunir fuerzas,

levantarse y proseguir su camino.

Page 18: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Y Jesús sigue cayendo cada día con el pobre, con el hambriento, con el enfermo, con el drogadicto, con el desnudo, con el preso..

Este paso nos muestra lo frágil que es la condición humana, aun cuando la

aliente el mejor espíritu, y que no han de

desmoralizarnos las flaquezas ni las caídas

cuando seguimos a Cristo cargados con nuestra cruz.

Jesús, no se siente derrotado ni abandona su cometido. Para Él no es tan grave el

caer como el no levantarse. Pensemos cuántas son las personas que se sienten

derrotadas y sin ánimos para reemprender el seguimiento de Cristo, y que la ayuda de

una mano amiga podría sacarlas de su postración.

Jesús, ayúdame a levantarme igual que tú, para poder seguir adelante en mi

camino hacia ti.

Page 19: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Octava EstaciónJesús consuela a las mujeres de Jerusalén

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Mientras muchos espectadores se divertían e insultaban a Jesús, algunas

mujeres, desafiando las leyes que lo prohibían, tuvieron el valor de

seguirlo, llorando y lamentando la suerte del divino Condenado.

Jesús, volviéndose a ellas les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí;

llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos».

Page 20: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Jesús, sin duda, agradeció los buenos sentimientos

de aquellas mujeres, y movido del amor a las

mismas, quiso orientar la nobleza de sus corazones

hacia lo más necesario y urgente:

la conversión suya y la de sus hijos.

Jesús nos enseña a establecer la escala de los valores divinos en nuestra vida y nos da una lección

sobre el santo temor de Dios.

Jesús es el consuelo de tantas mujeres sin rostro, que día a día, sufren maltrato y discriminación; de las que viven en la pobreza y marginación.

Dios mío, ayúdame a tener el corazón tan grande como el de tu Hijo Jesús,

para ayudar siempre a mis hermanos.

Page 21: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Novena EstaciónJesús cae por tercera vez

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Una vez llegado al Calvario, en la cercanía inmediata del punto en que iba a ser crucificado, Jesús cayó por tercera vez, exhausto y sin arrestos ya para levantarse. Las condiciones en que venía y la continua subida lo

habían dejado sin aliento. Había mantenido su decisión de

seguir los planes de Dios, y así había alcanzado, aunque con un total

agotamiento, los pies del altar en que había de ser inmolado.

Page 22: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Jesús sigue cayendo en los hermanos que son tirados y pisoteados por las estructuras, intereses y poderes que oprimen y empobrecen.

Jesús agota sus facultades físicas y psíquicas en el

cumplimiento de la voluntad del Padre, hasta

llegar a la meta y desplomarse. Nos enseña

que hemos de seguirle con la cruz a cuestas por más

caídas que se produzcan y hasta entregarnos en las

manos del Padre, vacíos de nosotros mismos y

dispuestos a beber el cáliz que también nosotros

hemos de beber. Por otra parte, la escena nos invita a recapacitar sobre el peso y la gravedad de los pecados,

que hundieron a Cristo.

Gracias, mi buen Jesús, porque te levantaste y así me salvaste.

Ayúdame a mí a levantarme cada vez que me caiga.

Page 23: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Décima EstaciónJesús es despojado de

sus vestiduras

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

En el Calvario y antes de ser crucificado, le dieron a beber vino con mirra; era una costumbre judía para amortiguar el dolor. Jesús lo probo,

como gesto de cortesía, pero no quiso beberlo; prefería mantener la plena

lucidez y conciencia en los momentos supremos de su sacrificio. Por otra parte, los soldados despojaron a Jesús, sin cuidado ni delicadeza

alguna, de sus ropas, incluidas las que estaban pegadas en la carne viva, y, después de la crucifixión, se las

repartieron.

Page 24: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Jesús desposeído, desnudo, despreciado, se acerca a dar calor a los desabrigados. Es modelo de vida, no un maniquí disfrazado.

La ropa almacenada podría abrigar a toda la humanidad.

Para Jesús fue sin duda muy doloroso ser así

despojado de sus propios vestidos y ver a qué manos iban a parar. Y especialmente para su

Madre, allí presente, hubo de ser en extremo triste verse privada de

aquellas prendas, tal vez labradas por sus

manos con maternal solicitud, y que ella

habría guardado como recuerdo del Hijo querido.

Gracias, mi buen Jesús, gracias por querer salvarme.

Page 25: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Undécima EstaciónJesús es clavado en la cruz

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Había llegado el momento de la crucifixión, y Jesús fue fijado en la

cruz con cuatro clavos de hierro que le taladraban las manos y los pies.

Levantaron la cruz en alto y el cuerpo de Cristo quedó pendiente

de los clavos y apoyado en un saliente que había a mitad del palo vertical. En la parte superior de este palo, encima de su cabeza, pusieron el título «Jesús el Nazareno, el Rey

de los judíos». También crucificaron con él a dos ladrones, uno a su

derecha y el otro a su izquierda.

Page 26: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Jesús mío, así como perdonaste en la cruz, también perdóname a mí.

El poder y el pecado taladraron sus manos. El poder y el pecado siguen hoy en día, crucificando a los pueblos.

El suplicio de la cruz, además de ser infame, propio de esclavos criminales yfacinerosos, era extremadamente doloroso, que movía la compasión en quien lo contemplara y tuviese nobles sentimientos. Siempre ha sido difícil entender la

locura de la cruz, necedad para el mundo y salvación para el cristiano.

Page 27: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Doceava EstaciónJesús muere en la cruz

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Fueron tres horas de agonía para Jesús y de altísimas enseñanzas para nosotros. Muchos de los presentes, se desataron en ultrajes y escarnios contra el Crucificado. Poco después

ocurrió el episodio del buen ladrón, a quien dijo Jesús: «Hoy estarás

conmigo en el paraíso». También al ver a su Madre junto a la cruz y con ella a Juan, dijo a su Madre «Mujer,

ahí tienes a tu hijo»; luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre»; y desde aquella hora, el discípulo la

acogió en su casa.

Page 28: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Jesús sigue muriendo injustamente y torturado en cada hermano abatido por el hambre, los vicios, el fanatismo, la violencia y la inseguridad.

«Tengo sed». Tomó el vinagre que le acercaron, y añadió: «Todo está cumplido» «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»

e inclinando la cabeza, falleció.

Mi buen Jesús, viniste al mundo a salvarnos y lo has logrado. Con tu muerte en la cruz, con tu obediencia a tu Padre, nos has abierto las puertas del cielo.

Gracias, mi buen Jesús, gracias. Ahora ayúdame para que yo me gane el Cielo.

Page 29: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Décimo Tercera EstaciónJesús es bajado de la cruz

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Para que los cadáveres no quedaran en la cruz al día siguiente, que era un

sábado; los soldados quebraron las piernas de los ladrones, y a Jesús, que

ya había muerto, le atravesaron el costado con una lanza. José de

Arimatea y Nicodemo, discípulos de Jesús, con el permiso de Pilato y

ayudados por otros discípulos del Maestro, se acercaron a la cruz,

desclavaron cuidadosamente las manos y los pies y lo descolgaron.

Al pie de la cruz estaba la Madre, quien recibió en sus brazos y puso en su

regazo, el cuerpo sin vida de su Hijo.

Page 30: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Cada día, el cielo se viste de luto y María y Dios Padre, lloran por la muerte de sus hijos caídos por la guerra, por los accidentes, por la maldad humana.

Escena conmovedora, imagen de amor y de dolor, expresión de la piedad y ternura de una Madre que contempla, siente y llora las llagas de su Hijo

martirizado. Una lanza había atravesado el costado de Cristo, y la espada que anunciara Simeón, acabó de atravesar el alma de María.

María, tú te convertiste en mi Madre desde la cruz. Jesús nos ha querido hacer ese regalo. Ayúdame a estar muy cerca de ti y de tu hijo toda mi vida.

Page 31: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Décimo Cuarta EstaciónJesús es colocado en el sepulcro

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

José de Arimatea y Nicodemo tomaron el cuerpo, lo

envolvieron en una sábana limpia que José había compradoy lo llevaron a un sepulcro nuevo

que José había cavado para sí mismo. Mientras los varones procedían a la sepultura de

Cristo, las mujeres que solían acompañarlo y su Madre,

observaban. Hicieron rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro, y después regresaron

todos a Jerusalén.

Page 32: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Y desde entonces, Dios lo convirtió en sagrario de Luz de Vida para todos.

Con la sepultura de Jesús el corazón de su Madre quedaba sumido en tinieblas de tristeza y soledad. Pero en medio de esas tinieblas, brillaba la esperanza de

que su Hijo resucitaría, como Él mismo había dicho. En todas las situaciones humanas, la fe en la resurrección es el consuelo más firme y profundo que

podemos tener. Cristo ha convertido la muerte, en lugar de mera transición.

Tú vivirás siempre en el Cielo, en el Sagrario y en nuestro corazón. Ayúdame, mi buen Jesús, a resucitar contigo cada día, y a vivir con la alegría de la resurrección.

Page 33: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Décimo Quinta EstaciónJesús resucita de entre los muertos

Te adoramos, ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

* Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé;

ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión

y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste

y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús. ¡Sea por siempre bendita y alabada!

Pasado el sábado, María Magdalena y otras mujeres

fueron temprano al sepulcro. Llegadas allí, observaron que

la piedra había sido removida. Entraron y no hallaron el

cuerpo del Señor, pero vieron a un ángel que les dijo:

«Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí». Poco después

llegaron Pedro y Juan, quienes comprobaron lo que les habían dicho las mujeres.

Page 34: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

En los planes salvíficos de Dios, la pasión y muerte de Jesús no tenían como meta y destino el sepulcro, sino la resurrección, en la que definitivamente la

vida vence a la muerte, la gracia al pecado, el amor al odio.

Pronto comenzaron las apariciones de Jesús resucitado: la primera a su Madre; luego, a la Magdalena, a Simón Pedro, a los discípulos de Emaús, al grupo de los apóstoles reunidos y así durante cuarenta días. Nadie presenció el momento de la resurrección, pero fueron muchos los que, siendo testigos presenciales de la

muerte y sepultura del Señor, después lo vieron y trataron resucitado.

Page 35: EL VIA CRUCIS - LOURDES LEVY - ABRIL 2015

Como enseña San Pablo, la resurrección de Cristo es

nuestra resurrección, y si hemos resucitado con

Cristo, hemos de vivir según la nueva condición de hijos de Dios que hemos recibido

en el bautismo.

Oración Señor Jesucristo, colma nuestros corazones

con la luz de tu Espíritu Santo, para que, siguiéndote en tu último camino, sepamos

cuál es el precio de nuestra redención y seamos dignos de participar en los frutos

de tu pasión, muerte y resurrección. Tú que vives y reinas

por los siglos de los siglos. Amén. [Juan Pablo II]