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Jza.

EL VACÍO ES EL LLENO ABSOLUTO

La mayoría de las historias tienen un principio y un fin, por el contrario, esta es precisamente la historia que no encuentra ni su principio ni su fin. ¿Qué me motivó a escribirla? El no conformarme, el no comprender que hubo un Dios creador de todo. La religión no me da la respuesta y yo "quiero saber." La creación como principio de todo no debe existir por la sola razón de que no hay necesidad que exista. La realidad que nos rodea tiene su propia creación y la respuesta la tenemos entre nosotros. Vamos a acercarnos un poco a ella pero es de una comprensión tan difícil que nunca llegaremos a entenderla del todo. Para que nos hagamos una idea y nos vayamos situando, pensemos que dos granos de arroz a millones de kilómetros de distancia se están atrayendo y es una cuestión de tiempo el que estén juntos. Después de preguntarme durante muchos años por qué los planetas se atraen, una noche se me ocurrió una posible respuesta, una insignificancia, aunque ésta me abrió la puerta para encontrar una respuesta; el vacío es el lleno absoluto.

DESDE ELL ERROR… Para nosotros el vacío es la no existencia de materia y, por el contrario, para el vacío el estado de materia es simplemente un estado de menos lleno que el lleno absoluto. El vacío es el lleno absoluto. Lleno de energía en su estado más puro. La materia es un estado de energía inferior a la energía de vacío que es el estado máximo de energía. Tenemos un resultado palpable que podemos ver y notar: la gravedad. Los cuerpos se atraen y esto está provocado porque la energía de vacío empuja y presiona la materia intentando recuperar su lugar. Para ello, presiona la materia, presiona a

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estrellas y planetas intentando hacerlos desaparecer y convertir esa materia en energía pura, en energía de vacío. Así sucede, lo podemos ver en los agujeros negros donde la materia desaparece, donde su tiempo se detiene y pasa a formar parte del vacío que es, realmente, el lleno absoluto. Ese vacío que nos rodea hay ubicarlo; es la cuarta dimensión. Absolutamente intangible desde nuestras tres dimensiones pero absolutamente real en su propia dimensión. Nos rodea y nos empuja y quiere devolvernos a él, aplastándonos y haciéndonos pasar a través de las vías que nos comunican, los agujeros negros, destructores de materia y generadores de energía. En el vacío, la cuarta dimensión, el tiempo no transcurre igual que en nuestras tres dimensiones. El tiempo es tiempo para cada cosa, cada cosa tiene su propio tiempo y cuando algo desaparece, como sucede en los agujeros negros, su tiempo se detiene porque ha dejado de existir. Realmente no ha dejado de existir, se ha conectado con la cuarta dimensión, se ha convertido en vacío, en energía de vacío. Para entender la gravedad vamos a suponer un ejemplo. Imaginemos que tenemos en el espacio un metro cúbico de agua. Colocaremos unas bolas de cualquier material de densi-dad superior al agua y de diferentes volúmenes. Como no hay prácticamente gravedad, ahí donde dejemos las bolas permanecerán estáticas, ya que no hay flotabilidad porque dijimos que no hay gravedad. Ahora hemos de imaginar que esa cantidad de agua con las bolas dentro, la rodeamos de un plástico y creamos una esfera de agua, con dichas bolas en su interior y ubicadas en diferentes puntos. Esto, en definitiva, sería como una pecera de forma esférica. Ahora vamos a dar presión a la esfera por toda su parte exterior, al mismo tiempo y exactamente con la misma intensidad. Las bolas tenderán a agruparse de pequeñas a grandes y todas ellas hacia el centro justo de la esfera. Cuando estén allí, si la presión es muy fuerte, tenderán a aplastarse las unas contra las otras y

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formarán una sola bola de mayor volumen y perfectamente esférica. Esto es sólo un ejemplo ya que el universo no recibe presión de un perímetro exterior como en el caso de la esfera sino que es presionado por el vacío. Éste se encuentra en todas partes en nuestro espacio tridimensional, partes que no han sido ocupadas por energía. Hay que seguir con la gravedad, debemos profundizar más en ella y saber cómo funciona, ya que así comprenderemos mejor cómo funciona el universo. Para ello veamos otros ejemplos. "Son ejemplos que han nacido de un supuesto erróneo, si los comentamos es porque a pesar de su error pueden ayudarnos a ir comprendiendo la gravedad". Imaginemos que colocamos el planeta tierra y otro planeta de su mismo volumen, separados por cien kilómetros. Este segundo planeta es de un material mucho menos pesado como por ejemplo corcho o incluso es como una inmensa bola de ping pong, vacío por dentro, y su peso es mínimo, imaginemos cien kilos. Esto es imposible, pero es sólo un ejemplo y vamos a imaginarlo. Hay varias hipótesis. Una podría ser que la tierra, con su inmenso peso y gravedad, lo atraería. A primera vista parece ser lo más lógico. Otra podría ser que los dos planetas se desplazarán y chocarán justo en el centro del trayecto. Entender la gravedad como el resultado de una cuarta dimen-sión que nos rodea y nos aplasta, nos lleva a conclusiones erróneas. Claramente el ejemplo anterior es absurdo pero nos ayudará a entender la gravedad. El supuesto erróneo consiste en que el universo, el vacío, la energía de vacío, son los que presionan sobre los planetas, sobre cualquier estado de materia, y esta presión la producen proporcionalmente a su volumen, no a su masa. Según eso los dos planetas de igual volumen y masa diferente llegan al mismo tiempo a la mitad del trayecto donde chocan. De acuerdo con esto, la gravedad actuaría en función del volumen y no de la masa. No sería realmente una fuerza de

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atracción sino el resultado de una fuerza que la materia recibe del universo, de la energía de vacío. El vacío empuja, y por todas partes. Por eso, en el universo la figura geométrica por excelencia es la esfera, la única que tiene la misma distancia desde cualquier punto de su exterior con su centro. La esfera resulta de presionar un objeto conjuntamente por todas sus partes y con exacta fuerza, la suficiente para deformarlo hasta el punto de quedar totalmente esférico. Siguiendo con la errónea hipótesis de que es el volumen de los cuerpos y no la masa quien desplaza al vacío, a la energía de vacío, se nos pueden ocurrir otros ejemplos divertidos sobre la gravedad. Supongamos que hacemos un acuerdo con unos extraterres-tres y les vendemos la materia que se encuentra en el interior de la tierra. Ellos la perforarán con un tubo hasta su centro y empiezan a succionar vaciándola. Imaginemos que la vacían tanto que la dejan hueca por dentro y con el espesor de un papel de fumar. Imaginemos que ese papel es tan increíblemente resistente que no se deforma. La tierra permanece unida por el tubo a una nave carguera que la hace estarse estática, no se puede mover. En ese momento vamos en coche por una autopista a una buena velocidad y con buen tránsito de camiones, cada uno de ellos de cuarenta toneladas de peso. Estos extraterrestres han dejado la tierra tan vacía que la han reducido al peso de un kilo. Sólo en nuestra autopista se están desplazando en estos momentos miles de kilos. ¿Qué pasará entonces? Según hemos planteado la gravedad no pasará nada. No será así pero continuemos con la hipótesis, todo seguirá igual, la gravedad seguirá actuando igual. Si de repente se corta el tubo que nos une a la nave y nos mantiene estáticos, la tierra podría empezar a moverse, literal-mente, como si nos pusiéramos a correr sobre un tronco que flota en un río. La gravedad actúa contra toda la materia de un planeta, tanto la que se encuentra en su interior como en su exterior, siendo

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la que se encuentra en su parte exterior la que da más volumen, la que dobla más el universo, la que desplaza más el vacío. Esto provocaría que, dejando caer dos bolas de diferentes volúmenes, la más grande llegará primero al suelo, ya que por su mayor volumen ha apartando más volumen presionándolo y doblándolo más el espacio. La realidad es que en nuestro planeta dos bolas de diferentes pesos y volúmenes caen hacia el suelo a la misma velocidad, despreciando la fuerza de rozamiento. El vacío empuja y está en todas partes, no ocupa lugar en nuestras tres dimensiones y llena por completo la dimensión que nos rodea, omnipresente y siempre constante. El vacío es el lleno absoluto, está en todas partes y no ocupa lugar, está en todas partes y no requiere espacio, por eso, porque no requiere espacio, carece de tiempo. Forma la cuarta dimensión. La cuarta dimensión es el vacío. Veremos que el vacío se pliega en función de la masa y no del volumen. A mayor masa mayor energía, y es ésta la que provoca la gravedad. El vacío lucha por recuperar esa energía atrayéndola. Por recuperarla a ella, no al volumen donde ella estaba. Ese volumen al vacío le es indiferente. Lo que quiere es recuperar esa energía que él mismo generó para así, poco a poco, irse llenando. Pero para llegar a esta conclusión puede ser más fácil ayudarnos del supuesto de que el vacío quiere recuperar el lugar ocupado por la materia. Esto nos puede hace pensar erróneamente, que es el volumen del cuerpo el que pliega el espacio y no su masa.

LA MATERIA QUIERE DESAPARECER…

Cada vez que hablamos de cuarta dimensión nos confundimos un poco y nos suena a paranormal. Empecemos por decir que el nombre es contradictorio, ya que lo que llamamos cuarta dimensión es el vacío y precisamente se

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caracteriza por la ausencia de dimensión, pero seguiremos utilizando estas dos palabras. Imaginemos que tenemos un planeta grande. El universo empuja contra él por toda su superficie. La presión es peso por superficie. Toda la presión que el planeta soporta en su exterior se transmite a su interior, como si se tratase de unas esferas dentro de otras. Esto hace que las esferas que estén más próximas al centro del planeta soporten una presión por centímetro cuadrado mucho mayor que las que se encuentran más hacia el exterior. Esta presión es tan fuerte que puede provocar que la materia que en definitiva es energía, empiece a desaparecer. Desaparece del lugar donde se encuentra y pasa a ocupar el vacío. Es como si se produjese una explosión hacia dentro, una implosión. Esa materia se ha convertido en energía pura y ha desaparecido de nuestro espacio tridimensional pasando a formar parte del vacío. Energía en estado puro que ha pasado a la cuarta dimensión. La materia es energía, un estado de energía, y por cierto podríamos decir que es un estado bastante pobre. La materia está formada por átomos. Supongamos que tene-mos una piedra de un material cualquiera. La tenemos en nuestra mano, tiene un peso y un volumen bien determinado. Aparentemente, nadie diría que esta piedra está prácticamente vacía. Esta piedra está formada por átomos que se unen entre sí unos a otros y todos juntos dan forma a la piedra. Imaginemos que cogemos un átomo y lo aislamos. Hay un núcleo y unos electrones dando vueltas alrededor de éste. Imaginemos ahora que detenemos ese movimiento. Al medir el volumen del centro y sumarlo al volumen de sus electrones, la suma de éstos da como resultado un volumen muy inferior al del átomo. Luego, el átomo está práctica y aparentemente vacío. Si esto lo repetimos con su núcleo, nos encontramos con una situación similar, con lo cual llegamos nuevamente a la conclusión de que ese átomo parece vacío. Ese átomo divisible, si tanto lo dividiéramos, llegaría a un punto en que sería energía pura. Es lo mismo que hace la presión en ese planeta tan grande de antes. La presión hace

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algo parecido a la división del átomo pero al revés. Si empezamos a aplastar este átomo, es como si electrones, pro-tones y neutrones los fuésemos acercando cada vez más has-ta que llegásemos al punto de producir una fusión nuclear. Es como la unión de todos ellos. Todos ellos son energía, se sumarían sus energías. El aplastamiento es tal que llegaríamos a hacer que la energía que inicialmente la teníamos en estado de materia se convierta en energía pura. En este momento deja de ser materia. Para nosotros, en nuestro espacio tridimensional, ha dejado de existir, ha desaparecido. Esta materia ya transformada en energía pura ha pasado al vacío, ha sido desplazada a la cuarta dimensión. Por eso el vacío es el lleno absoluto. Lleno de energía. En una explosión atómica, en lugar de aplastar el átomo, lo que sucede es que se separa rompiendo sus órbitas, permitiendo así que esa energía liberada se expanda hacia fuera. En un agujero negro, debido a la presión, también se rompen las órbitas de las partículas, pero como la presión creada ejerce una fuerza superior a la fuerza de expansión de la propia reacción nuclear que se ha producido, esta energía no se expande hacia fuera, y produce una implosión. Una explosión hacia dentro. Esa implosión es lo suficientemente fuerte para romper la teórica membrana que nos separa del vacío, pasar a través de ella y llevarse toda la energía al vacío, a la cuarta dimensión. Cualquier conglomerado de materia, estrella o de cualquier tipo, no tiene por que poder llegar a convertirse en agujero negro. Este permanecerá estable, o sea, a volumen constante, en tanto en cuanto la presión que soporta se compense con la energía que se genera en su interior al desprenderse calor. El calor quiere dilatar y aumentar el volumen pero no lo consigue porque esta dilatación se compensa con la gravedad. Se podrá convertir en agujero negro si su masa es tal que esta relación de presión no esté compensada. A más masa mayor presión soporta, y esta presión que soporta en cada uno de los centímetros cuadrados de su exterior la transmite hacia su

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interior, generando un aumento de presión a medida que nos aproximemos al centro, punto de máxima presión. Si la presión es tan fuerte, la destrucción de átomos que se produce en su interior no puede liberar su energía al exterior produciéndose una implosión. En ese punto se dobla infinitamente el espacio tridimensional conectándose con la cuarta dimensión. Esto hace que todas las energías en forma de materia, luz etc., se sientan atraídas a ese punto. Están siendo atraídas ellas y el espacio por donde ellas se encuentran. Ahí, nuestro espacio tridimensional se pliega alargándose y estirándose hasta desaparecer haciéndose infinitamente pequeño en un punto. Es en ese punto donde se conecta con la cuarta dimensión. La súper presión creada por la acumulación de materia lleva a la formación del agujero negro. El agujero negro se empieza a formar en el centro de masa de la acumulación de materia. Su inicio es como la punta de un alfiler. El exceso de presión en el interior rompe la teórica membrana que nos separa del vacío. La súper presión lleva a que la materia se comprima tanto que empieza a desaparecer, desintegrándose, transformándose de materia en energía pura. El vacío es como si fuese el almacén de energía pura y éste se llena a través de los agujeros negros. Por eso un agujero negro es la vía que une nuestro espacio tridimensional con el vacío, y también es vía de estabilización del vacío en su generación de materia. Comentario que nos aproxima al big-bang. Entrando al interior del agujero negro, veremos que al rom-perse la imaginaria membrana que separa "espacio tridimensional" de "vacío", se ha provocado el pliegue del universo hasta un punto infinito, el cual desconecta del espacio tridimensional y conecta con el vacío. La luz no puede salir del agujero porque es el único camino que puede seguir; sería para ella, de intentarlo, como una mar-cha atrás. La luz y la materia se verán obligadas a recorrer ese camino, único sitio por donde podrán pasar, ya que éste se estrecha infinitamente hacia ese punto. El universo ha quedado

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ahí tan doblado que obliga a que pase "todo" a través de ese punto, desapareciendo de nuestro espacio tridimensional y entrando en el vacío. A medida que la materia va desapareciendo engullida por los agujeros negros, la tensión del vacío disminuye, pero proporcionalmente, aumenta su densidad. Así, la fuerza que el vacío realiza sobre nuestro espacio tridimensional en todo su proceso de creación y destrucción, también es constante. Si no fuese constante, sería como si existiera una tercera fuerza, una fuerza de rozamiento que iría debilitando y frenando, y esto implicaría su detención. Se frenaría y dejaría de ondear, de evolucionar. De esta manera el traspaso de energía del vacío a nuestro espacio tridimensional es infinito, ya que no se pierde energía. La energía se desplaza de la tercera a la cuarta dimensión y viceversa, en un balanceo que es en sí mismo una onda.

LA LUZ, UNA LÓGICA ERRÓNEA.

La luz, la teoría de la relatividad, que el tiempo se detiene a la velocidad de la luz, ¿confuso verdad? Según la teoría de la relatividad, si un cuerpo viajase a la velo-cidad de la luz, todos los objetos que se encuentren a su alrededor, independientemente de su propia velocidad y de sus trayectorias, verían a ese objeto desplazarse a la misma velocidad. La velocidad de la luz es de trescientos mil kilómetros por segundo. Cuesta entenderlo ya que parece imposible, puesto que si un objeto viaja hacia el que va a la velocidad de la luz, en sentido opuesto a éste, deberá medir la velocidad del mismo diferente de lo que la mediría otro que viajase en el mismo sentido. Si un coche va a trescientos un mil kilómetros por segundo y adelanta a otro que va a trescientos mil kilómetros por segundo, éste, aparentemente, sólo ha sido adelantado, y ni el tiempo deuno retrocede ni el del otro está detenido.

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La luz es una energía que se desplaza muy rápido por el espacio, teniendo su origen en una fuente de energía. No deberíamos confundir la velocidad de la luz con la de la imagen, ésta no tiene velocidad, es instante puro, instante cero, ya que nace y muere en el punto de llegada, nuestros ojos. Por eso podemos ver a la vez diferentes objetos que están a diferentes distancias de nosotros y los estamos viendo exacta-mente en el mismo instante. No estamos viendo la luz que se refleja de ellos y llega a nosotros, sino que los estamos viendo a ellos en el mismo instante. No es necesario que la luz transporte la imagen de un objeto hasta nuestros ojos. Si lo que estamos viendo es la imagen de los objetos transportada por la luz que reflejan, no podríamos ver varios objetos en el mismo instante, ya que el instante de origen de sus imágenes no coincidiría, viajando ellas a la velocidad de la luz que es fija para todos. Sus imágenes nos llegarían en diferente instante. Según esto, no se entiende cuando decimos que vemos planetas que ya no existen hace miles de años. Imaginemos que trazamos una ruta de un punto “A” á otro punto “B”. Es una ruta en línea recta. Hacemos circular un objeto de “A” á “B”, por ejemplo a cien kilómetros por hora. Todos los objetos que circulen alrededor de esta trayectoria, en sentido a favor o en contra, medirán muy claramente la velocidad de éste respecto a las suyas y serán claramente diferentes unas de otras. Ahora imaginemos que a este objeto le aumentamos su velocidad al doble. Pasa lo mismo. Luego, otra vez al doble, ídem. Si siguiéramos repitiendo esta operación, no costará mucho que el objeto viaje a la velocidad de la luz o mucho más. Si aumentamos la velocidad de este objeto infinitas veces, el tiempo que el objeto tardará en llegar de “A” á “B” será cero. Si el tiempo es cero y la velocidad es espacio por tiempo, su velocidad es cero. En ese momento, todos los objetos que circulan a su alrededor sí podrán ver a este objeto yendo a la misma velocidad, a velocidad cero.

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Este objeto ha ido de “A” á “B” en tiempo cero, ha recorrido espacio sin que transcurra tiempo. Que yendo muy rápido el tiempo se detiene, tan rápido como la velocidad de la luz, parece imposible. Que yendo más rápido que la velocidad de la luz sería como adelantarnos a nuestras propias imágenes, no se entiende, ya que cualquier luz emitida por un objeto en movimiento circulará a la velocidad de la luz más la velocidad del propio objeto. La velocidad como tal, unilateralmente no existe. Es un valor comparativo. Un radar mide la velocidad en función de su propia velocidad, ya sea cero si es un radar estático o más de cero si es dinámico.

... La luz sigue...

La luz... Parece sin volumen y sin embargo lo tiene. Portadora del mensaje de la imagen y en cambio, no es portadora de nada, sólo de ella misma. Generosa con todos los objetos, da parte de ella, sin ellos se esconde, cuando aparecen les da parte de sí misma, los colorea y los hace presentes y todo lo que ellos no quieran lo reparte, lo devuelve, va en busca de otros objetos que deseosos de recibir, la aceptan y en su aceptar la debilitan pero aun así se enriquece. La luz es energía en estado puro, aparentemente sin volumen pero no del todo, al menos no para el vacío. Para él sí tiene volumen, minúsculo para nosotros pero mayúsculo para él. Son primos hermanos. La luz es el descendiente más próximo del vacío en nuestro espacio tridimensional. Son tan amigos, son tan semejantes, que el vacío le da el salvoconducto para que viaje a través suyo. Le da la puerta de entrada y de salida. La puerta de entrada es su fuente de emisión, su fuente de energía, la de salida es el objeto en que impacta. Pero en el trayecto es ella misma quien se propaga apartando dulcemente al vacío, aunque éste, consciente, no la quiere echar y la deja pasar, le da el salvoconducto. Cuando la fuente de energía cesa, el rayo de luz ¿qué hace?

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- Sufre una inercia, pero no la suficiente como para resistir la atracción del vacío y desaparece. - Desaparece al instante porque su fuerza, al cesar la fuente que la origina, es inferior a la fuerza del vacío, por lo que desaparece instantáneamente. Que un haz de luz avance por sí mismo sin una fuente de ori-gen que lo empuje parece difícil de creer y, desde luego, cuando llega a nosotros, tanto si su fuente de origen existe o no, llega solo, sin imágenes del último objeto. Llega más debilitado por la energía que ha dejado al último objeto. Cuando nos impacta, nos da parte de él, permite que seamos vistos y se va. En principio, cuando la fuente de energía cesa, los haces de luz se paran y desaparecen porque el vacío los absorbe. Es como una máquina lanzando un hilo de manzanas por el espacio. Cuando deja de sacar manzanas, tenemos como una cuerda de manzanas que circula por el espacio, pero ya no hay una primera manzana que vaya saliendo y empuje la cuerda. En ese momento, es como si nos hubiésemos quedado sin motor. La cuerda de manzanas circula en punto muerto luchando contra la energía de vacío. Mientras su inercia sea superior a la energía de vacío, el gusano de manzanas avanza, pero va disminuyendo metro a metro su velocidad hasta que se para. Sufre el mismo efecto que el universo en expansión. La luz se salva de pasar a formar parte del vacío gracias a su velocidad, energía que recibe en origen. La luz avanza y cuando la fuente de energía cesa, se detiene. Pierde su velocidad y se para quedando estática, es energía en suspensión. Queda parada y debilitada porque ha perdido su única capacidad de escape, su velocidad. En ese momento, parada e indefensa, el vacío la devora. De momento, que quede el tema aquí, con esta idea, idea que iremos viendo cómo se desarrolla.

La luz parece venir... Cambio en la luz...

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Viaja de su propio agujero negro de partida a su propio agujero negro de llegada. De la fuente de energía a donde impacta. Cuando nace, crea su propio agujero negro que le permite entrar en el vacío. Circula a través de él, hasta que encuentra la deformación que el objeto (objeto de reflejo) ha creado en el vacío, sale y se conecta con ese objeto. Nace en nuestro espacio tridimensional, abre su puerta de entrada al vacío, su propio agujero negro, y se oculta. Su tiempo en ese instante no transcurre y nuevamente aparece en nuestro espacio tridimensional por la deformación que el objeto de reflejo ha creado en el vacío. Entra en el vacío y sale de él. ¡Ahora parece ser que el tiempo se detiene a la velocidad de la luz! O sea, que la luz llega del vacío. Es como un big-bang, nace del vacío, va de un punto a otro de nuestro espacio tridimensional, empalmando de agujero negro en agujero negro, que ella misma forma, abre y cierra.¿Nos aporta energía directamente del vacío o crea su propio camino en el vacío? En el vacío no hay posibilidad de camino, ya que no hay espa-cio, pero... ¿Cuándo la luz entra en él? ¿Se mezcla con él y luego sale o el vacío simplemente lee su salvoconducto y la rebota de nuevo al espacio tridimensional por el camino más corto? Ese camino es el equivalente a la línea recta en nuestro espacio tridimensional, o sea, el objeto que se encuentra justo delante de ella en el momento de su origen. El ejemplo de las manzanas es conveniente, quizás necesario para formar ideas, formar criterios, y así entender otras posibili-dades y juzgar uno mismo. Quizá con lo dicho, podría la luz ser portadora de la imagen y, como viaja a través del vacío, su tiempo sería el mismo para los tres haces de luz procedentes de tres objetos que estuvieran situados a diferentes distancias de nuestros ojos. Esto de haber encontrado un atajo la luz ha creado incerti-dumbre, ¿verdad? La luz es como el big-bang, forma parte de los grandes mis-terios. Comprenderla sería realmente aportar al saber, pero

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eso no es fácil, hay que pensar en abstracto y no hay que guiarse únicamente por lo que nuestros ojos pueden ver. La luz no se deja ver... Veremos al final del libro que el momento inicial de todo, el big-bang, es como luz que es empujada con demasiada intensidad, tanta que llega a romperse creándose materia.

...el camino de la luz...

Agujeros negros, la luz y el desvío que ésta sufre al paso por los mismos. Comprender la curvatura del espacio-tiempo. ¿Qué le ocurre al tiempo cuando se enfrenta a la materia, a la deformación que la materia que realiza en el espacio-tiempo? Un haz de luz desvía su trayectoria al aproximarse a un agujero negro. Esto es debido a que el agujero negro es una gran concentración de masa de mucha densidad y con una gran presión en su interior. Dicha masa provoca una deformación en el espacio y éste se pliega atraído por ese conglomerado de materia. Dicho conglomerado, cuanto más grande es, más lo ha plegado, más gravedad crea y atrayendo todo tipo de energías incluida la luz, tanto la que se le acerca como la que el mismo desprende. La luz busca seguir la línea recta, pero su camino nunca es recto, sigue las curvaturas que la materia provoca en el universo, en el espacio-tiempo. Si la luz mirase hacia atrás se vería a sí misma como una línea recta, en cambio va dando giros sin parar, recorriendo todo el universo. La luz pretende ser el sereno que enciende lámparas de gas. Sólo eso, iluminar los objetos que deforman el espacio tridimensional que es nuestro universo. Sale de su escondite cuando encuentra materia, deformando el lugar donde habita, el vacío. También podría la luz ser el guardián que el vacío tiene en nuestro espacio tridimensional. Éste la utiliza para detectarnos y así nos envía toda su fuerza para tragarnos y llevarnos a su dimensión haciéndose así más fuerte.

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La luz parte de su fuente de origen, se introduce en el vacío y rebota saliendo desde el objeto que encuentra. Circulando por el vacío su velocidad es cero, ya que el vacío carece de espacio y tiempo. La luz entra en el vacío formando su propio agujero negro, rebota y sale por el objeto (objeto de rebote). En función del punto de entrada y el de salida, determinará el tiempo que en nuestro espacio tridimensional tardará en ir de un punto a otro. La velocidad de la luz, constante, a sus trescientos mil kilómetros por segundo, no puede ser superior ni inferior ya que, si variase, como onda se vería obligada a dejar de existir. Tanto si aumentara como si disminuyera. Si una onda en un punto aumentara su velocidad, sería por-que las propias oscilaciones de la onda que preceden ese punto la empujarían por encima de su propia velocidad de propagación. Así cabalgarían sus oscilaciones y la obligarían a fragmentarse. No obstante, si disminuyera su velocidad sucedería lo mismo, ya que en ese mismo punto la onda frenaría las oscilaciones que la preceden, haciendo que esas oscilaciones que llegan fuesen las que cabalgan creando materia.

BIG-BANG.

Imaginemos el universo en expansión. Vamos a tomar no todo el universo sino una parte y luego extrapolaremos esta parte a todo él. En este trozo de universo tenemos una estrella que explota, podríamos compararlo a un big-bang aislado. Fragmentos salen despedidos y ya tenemos el universo en expansión. La gravedad actuará sobre estos fragmentos y tenderá a unirlos, los parará y tenderá a contraerlos y al igual que los granos de arroz, sólo es una cuestión de tiempo que estén juntos.

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La gravedad actúa sobre toda la materia y otras energías que circulan por el universo como la luz tendiendo a llevarlas todas ellas a un solo punto. Este punto no está predefinido, será el que resulte después de que todos los fragmentos atrayéndose se junten formando fragmentos mayores y así planetas, estrellas, etc. Algunos podrán explotar como las super-novas y otros se convertirán en agujeros negros. Así el universo, con paradas y arrancadas, busca la unión de la materia en un punto. Lo que el universo quiere, empujado por la energía de vacío, es desaparecer. Juntar toda la energía (materia, luz etc.) y formar un súper agujero negro para así desaparecer. Dejar de existir en nuestro espacio tridimensional y pasar a formar parte del vacío. El big-bang es anterior a este momento o posterior a él. Cuando por fin tenemos toda la materia alrededor de un inmen-so agujero negro, ésta dejará de existir. Desaparecerá y todos nosotros con él. Todo forma parte de ese vacío, de esa energía de vacío que escapa a nuestras tres dimensiones puesto que no ocupa lugar y carece de tiempo. Sin espacio, el tiempo es cero. Hay quietud. Hay calma, es el cosmos, orden de todas las cosas. Energía pura en su estado máximo. Se prepara el big-bang. Origen y comienzo de todo. El volcán de energía que dará origen al universo. El big-bang, erróneamente ha sido interpretado como la materia concentrada en un punto que explota. Es un punto que da origen a la energía, a la materia. Es como invertir un agujero negro. Ese punto de quietud es impresionante, el cosmos absoluto. Toda la energía ocupando el vacío por igual. Ese momento permanecerá así sin que su tiempo avance porque carece de él y sin que su espacio se termine porque no lo tiene. Aunque visto desde nuestro inexistente espacio tridimensional, habrá pasado sólo un instante. Un instante es un espacio de tiempo cero. El momento exacto de exterminio de la última gota de energía de cualquier tipo, materia u otras, coincidirá exactamente con el nacimiento de nueva energía en forma de materia u otras. El

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big-bang se está produciendo. El volcán entra en erupción y nos da energía. Irá soltando energía en forma de ondas generadoras de espacio-tiempo y materia y la pregunta es: ¿cuándo parará? Su paro está próximo. Esa energía convertida en materia en nuestro espacio tridimensional irá juntándose, formando galaxias y planetas y, con ellos, nuevos agujeros negros, generadores de energía de vacío y encargados de compensarla actuando como válvulas de llenado. El universo ya ha sido creado. La destrucción y la creación es la transformación de energía, del cosmos al caos para regresar en un instante al cosmos. Una vez producido el big-bang la materia se expande por el universo. Se forman planetas, galaxias, etc. y se forman también agujeros negros. Antes de que se forme el primer agujero negro, la constante de gravitación universal es máxima. Recordemos que los agujeros negros son destructores de materia, por consiguiente, a la que empiezan su trabajo, empiezan a reducir la cantidad total de materia, de energía, o sea, de deformación en el vacío. Así que esta deformación disminuye y su constante de gravitación universal va disminuyendo. Luego veremos que no disminuye. Hemos dicho que nuestro espacio tridimensional está com-puesto de periodos entre big-bang y big-bang. Al final de un periodo de estos nos encontramos con que en nuestro espacio tridimensional queda cada vez menos materia y la que queda va tendiendo a concentrarse más rápidamente en un punto. Punto que será a la vez punto y final, donde desaparecerá totalmente.Es en ese punto donde antes decíamos que hay quietud, que hay calma. El cosmos contra el caos. También el silencio antes de la tormenta. Llegando a este punto cada vez hay menos materia y por consiguiente, menos deformación del vacío. En el momento final de destrucción de materia la deformación del vacío será cero y por consiguiente, el lleno absoluto. Real y totalmente

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absoluto y por ello, por su absoluto lleno, en sí mismo insostenible. Es la onda en un extremo máximo, debe compensarse por lo que explota generando un nuevo big-bang. La explosión de energía debe producirse, el big-bang se pro-duce. El volcán vomita energía. Son nuevamente los agujeros negros que se producirán, los que detendrán ese volcán en erupción devolviendo el espacio tridimensional a la cuarta dimensión. Válvulas de llenado reguladoras del vacío. El punto de inicio de todo, el punto de inicio del big-bang, es un súper agujero negro pero del revés. Son los agujeros negros que se forman los encargados de taponar ese súper agujero negro invertido que va del vacío hacia el espacio tridimensional y así, taponándose se cierra. El big-bang ha terminado. Ahora sólo queda ir llenando el vacío. Es una cuestión de tiempo y los agujeros negros son como relojes de arena, lentos pero constantes.

... Y TODO ESTO, ¿POR QUÉ?...

Hemos ido y hemos vuelto. Esta es una historia que, como decíamos al principio, carece de un principio y un fin. En definitiva, el universo es destrucción y creación, pasar del caos al cosmos para volver al caos. Como nosotros, los seres humanos, que nos regimos por el bien y el mal, que creamos y destruimos y como especie en nuestro planeta somos transportadores de algo que nos hace diferentes al resto de materia. La inteligencia. En nuestra evolución vamos transportando también nuestra inteligencia hacia ese momento final de desaparición. Esta labor también la realizan otras especies que se encuentren en otros planetas y también las otras especies inferiores a nosotros que se encuentran en nuestro planeta. Todos vamos aportando nuestro granito de arena para sumar inteligencia, sumar saber, e intentar que esa inteligencia y ese saber se sumen formando un estado de inteligencia y saber comparable a la energía de vacío, energía pura, estado de inteligencia y

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saber puro, absoluto, que nos hace poder realmente comprender y participar de la creación sin desaparecer en el instante anterior de destrucción. Gustan estas palabras a los que creen en Dios. ¿Es quizá ésta la razón, el motivo que justifica la existencia de Dios, e incluso obliga a su necesidad de existir? ¿Es Dios el concepto de saber más inteligencia elevada a infi-nito? Todo tiene su necesidad de ser y, al principio del libro, decía-mos que Dios no existe simplemente porque no tiene necesidad existir. La materia no tiene necesidad de ser creada, por eso no necesitamos que Dios exista para crearla. Pero para que la materia exista, nazca, se transforme y finalmente se destruya, tampoco hay necesidad de que exista un tipo de materia que se agrupe de tal manera que cree seres capaces de razonar. Y no hablo sólo del ser humano, hablo de todo tipo de materia viva que tiene elgun tipo de inteligencia como sería una planta o un virus y en un grado mucho mayor, el ser humano. Y también todos los otros seres que puedan habitar por el espacio y que están dotados de cualidades así.El saber que se transmite y evoluciona no tiene necesidad de ser para que la materia se origine y se destruya. Todo lo que existe, existe porque tiene una razón de existir. La razón puede ser la necesidad de acumular conocimiento y al igual que la energía de vacío, evolucione hacia un estado puro, total y absoluto. Dios, no creador pero sí almacén puro de sabiduría. Inteligencia y saber en estado máximo. El volcán en erupción da energía y esa energía será materia inicialmente inorgánica. Esta energía por sí misma puede nacer y morir, crearse y destruirse. No necesita convertirse en materia orgánica, capaz de crear seres inteligentes. No necesita la intervención de la inteligencia para existir, por consiguiente, por qué existe la inteligencia si no hay necesidad de ello para la creación de la materia. Será que la materia inorgánica debe agruparse en forma de materia orgánica, formando entre sí seres capaces de generar

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inteligencia y conocimiento para acumularlo y transmitirlo en su evolución, contribuyendo a la creación de un estado mayor, un estado de inteligencia pura, un estado de saber puro para así, poder enfrentarse y comprender el momento final de todo y el nuevo origen. Esa creación que lleva a la destrucción es "sobrevivir a ella", es "formar su quinta dimensión", superior a todos nosotros, superior a toda energía, incluso a la energía de vacío y ser realmente un ser superior. Cada espacio de existencia de mundo tridimensional, de big-bang a big-bang, sirve para enriquecer más ese saber absoluto. La evolución del ser está en el saber, las limitaciones en el saber nos llevan a la extinción. Las posiciones fanáticas con sus doctrinas limitadoras, coartan a los pueblos, a las personas en su evolución. No hacen más que congelar el saber en un estado primitivo que sólo sirve para la conservación de un status creado por unos, aceptado por otros, pero que limita nuestra evolución llevándonos a la extinción por el simple hecho de no aportar sabiduría al saber. Religiones fanáticas, modos de vida estrictos, hacen que aceptemos un saber que nos viene dado, sin nada que aportar al mismo, sólo sirven para limitar nuestra felicidad. Es realmente con ella como aportaremos al ser. Si el ser es feliz, evoluciona y en su evolución aprende y aporta sabiduría al saber. La felicidad necesita de la libertad del ser para que exista y, con ella de la mano, salir de tantos caminos predefinidos por el hombre que sólo consiguen limitarla y hacernos retroceder.La felicidad del ser es el bien que lucha contra el mal, el cos-mos contra el caos. También ciertos argumentos religiosos que basados en grandes libros, han sido y son creídos por infinidad de personas. Han luchado y han muerto, han asesinado y asesi-nan y sólo defienden argumentos que no tienen ninguna base científica. Son creídos como si fuesen dogmas de fe.

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Los dogmas de fe dejémoslos para los que les gusta auto limitarse en el saber, congelarse en un punto y simplemente esperar su propia extinción. El saber nos libre de personas con tendencias religiosas extremas. Seguidores de religiones que creyéndose sabedoras de todo, no saben nada, excepto como limitarnos para así dominarnos y estancarnos en un punto, limitados de evolución. Las especies que no evolucionan están condenadas a la extinción. Estas religiones, en su fanática persecución del orden de las personas, parece que buscan nuestra extinción. Es una cuestión de tiempo que su extinción sea una realidad así como la de todos sus seguidores que, por no aportar al saber quedarán sólo en el recuerdo del olvido. Pasarán a la pequeña historia por haber sido una trabanquita al saber, una farsa. ¿Cómo pueden haber personas que crean que hay un dios creador de todo, señor de todos los señores, que apoya toda su existencia en mandar, premiar o castigar una especie llamada hombre?El universo es inmenso y el hombre diminuto. Seguro que hay especies mucho más inteligentes que nosotros. ¿No os parece un poco absurdo que los dioses de esas religiones basen toda la creación del universo en los pormenores de una especie llamada hombre? Quien quiera un dios que lo busque, pero que al menos pue-da salir de nuestras fronteras e ir a cualquier confín del universo con los mismos argumentos y creencias. Estos han de ser invariables, tienen que ser los mismos para todas las especies que puedan hallarse en cualquier sitio. Aprovechemos nuestro tiempo, nuestro espacio de vida. El final es seguro. El vacío es generoso ensu tiempo, pero imparable. El paro sería dejar de evolucionar y eso lleva a la extinción. Tengo que bautizar el espacio de vida entre big-bang y big--bang y no sé cómo llamarlo. Podría llamarlo periodo rebelde. Vivimos en un periodo rebelde. La rebeldía es una expresión

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del deseo de libertad. Libertad de pensamiento para así evolucionar. Sin libertad de pensamiento no evolucionamos, si no evolucionamos nos extinguiremos. Seguro. Y si nos extinguimos dejamos de contribuir al saber, que es el que ha de sobrevivir al momento final y pasar al siguiente periodo rebelde. De periodo rebelde en periodo rebelde, en una espiral ascen-dente que sólo puede llevar a algún sitio o a algo. La respuesta a esto es propiedad privada de cada uno. Que cada uno la busque si necesita de ella.

EL VACÍO NO PRESIONA SINO ATRAE NUESTRO ESPACIO TRIDIMENSIONAL.

Fácilmente podríamos caer en un malentendido al creer que el vacío ejerce una presión como la que un cuerpo recibe al hundirse en agua, una presión que va desde fuera hacia dentro. El vacío genera presión en toda la materia que hay en un cuerpo, tanto la que hay en su interior como en su exterior. Esta presión la realiza desde el mismo punto donde se encuentra cada partícula de materia. Quiere atraer, no presio-nar sino atraer cada partícula de materia. Esta la realiza justo donde se encuentra cada partícula. Como de manera independiente no lo consigue, lleva todas esas fuerzas realizadas sobre cada partícula al centro de masa del cuerpo, provocando que las partículas, unidas entre sí, tiendan hacia el centro de masa del cuerpo. El tender hacia el centro de masa del cuerpo es la gravedad. El tender hacia el centro de masa del universo es la búsqueda del colapso final, el big-crunch. La cuarta dimensión quiere llevarse para sí todo el espacio tridimensional. En el centro de masa del cuerpo hay más presión porque se ha sumado la presión que todas las partículas realizan empujadas hacia él por el vacío, la cuarta dimensión, que atrae partícula a partícula.

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El vacío querría atraer cada partícula donde se encuentre, sin necesidad de unirlas para así crear unas condiciones de presión que actúen sobre la materia desintegrándola y así haciéndola desaparecer. Cuanto más denso es un objeto, más partículas tiene, con lo que más fuerza recibe del vacío. Recibe mayor fuerza que querría hacerlo desaparecer. Al recibir más fuerza, tiene más gravedad con lo que pesa más. A la luz el vacío la absorbe en cualquier punto que se genere porque es una onda que se propaga en forma de onda abierta. Por el contrario, el vacío quiere romper las ondas de órbita cerrada alrededor de un punto. Éstas son las partículas más pequeñas que puedan existir. Rompiendo sus ondas, la partícula deja de existir como tal ya que deja de ser una onda de órbita cerrada y pasa a ser una onda de órbita abierta. Es la desintegración de la materia, la destrucción de las ondas que forman la materia. De esta forma pueden traspasar a la cuarta dimensión. Hemos de entender al vacío como su palabra dice que haga, vaciar. El vacío vacía el espacio tridimensional intentando llevarse toda la materia que éste tiene, llevársela a él para quedarse totalmente lleno. Lleno absolutamente. En su vaciar vacía todo, materia y también espacio y tiempo. En el último instante, la última partícula de energía lo dejará absolutamente lleno, cerrándose el último agujero negro. Se hace insostenible, por lo que explota generando un nuevo big-bang. El vacío, mientras detecta deformaciones en sí mismo provo-cadas por la materia o energía existente en el espacio tridimen-sional, sabrá que aún no está totalmente lleno. Cuando se llene completamente tendremos toda la energía concentrada en un punto. Esa energía es exactamente igual ya que si no lo fuese, si hubiera energías diferentes implicaría que el vacío no está totalmente lleno. El big-bang se va a producir, el llenado ya está casi concluido. En nuestro espacio tridimensional no queda prácticamente nada, el nuevo big-bang es inminente.

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Cuando la última gota de energía en nuestro espacio tridi-mensional haya sido absorbida, tendremos toda la energía en estado máximo, absoluto e igual, concentrada en el vacío. Toda la energía concentrada en el vacío, haciendo un lleno absoluto al elevar su densidad a infinito. Lo hace inestable por no poder compensarse. Esa inestabilidad le obliga a explotar produciéndose el big-bang. El vacío y nuestro espacio tridimensional se comportan como una onda balanceándose. El momento final de vida de nuestro espacio tridimensional implica que toda la materia, espacio y tiempo han pasado a for-mar parte del vacío. Es la onda en su punto mas alto, para compensarse debe explotar. Ahí, en ese punto no puede quedarse, la evolución continúa, la onda sigue conservando su condición necesaria de movimiento con lo que explota para compensarse generando un nuevo big-bang. DESIGUALDAD DEL UNIVERSO.

Si el vacío en su último instante es totalmente igual, es un absoluto cosmos. ¿Por qué da como resultado nuestro universo, una desigualdad en la ordenación de sus partículas, un caos? Se comprende su cambio, que ese estado de lleno absoluto no pueda sostenerse y de como resultado un big-bang, una erupción de materia, pero todo este proceso tendría que ser de una igualdad absoluta. Vamos a poner un ejemplo. Imaginemos que tenemos diez partidas de billar, todas ellas ordenadas en círculo compartiendo tapete y con la bola blanca en el centro. Imaginemos que disparando a la bola blanca con el taco puesto en vertical desde arriba, ésta se divide en diez bolas que impactan contra cada partida exactamente igual. El resultado es que se efectuarán diez partidas iguales y, si esto se repite, acabarán todas las bolas exactamente igual para cada partida.

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En el desarrollo del universo, si no introducimos una variable que nos lleve a la desigualdad, pasaría exactamente lo mismo. Sería un nacer y morir de energía siempre igual, sin cambios y sin que lleve a sitio alguno más que al punto de partida. Eso no es un camino. Un camino debe unir dos puntos, si los dos pun-tos son él mismo, ya no se recorre un camino y no hay evolu-ción. Necesitamos una variable que nos permita la desigualdad, sin ella no habría caos, o sea, universo. Dicha variable nace de la misma energía. Es la transformación de materia inorgánica en materia orgánica. Volvamos a las partidas de billar. Las bolas son la materia o energía. Éstas se van acomodando y transformando a medida que avanza la partida y esta acomodación y transformación es iguales para todas las partidas. En un momento dado y para todas las partidas por igual, esa materia inorgánica se empieza a agrupar de tal manera que da como resultado materia orgánica. Los elementos básicos de esta nueva materia son los mismos pero agrupados de diferente manera. En ese punto, una serie de bolas, las mismas en todas las partidas, se han convertido en materia orgánica, eso quiere decir, con capacidad de decisión propia. A partir de ese momento, cada partida tomará su propia trayectoria. El caos está servido. Ya tenemos la desorganización, absolutamente y por defecto, necesaria para la autoorganización del universo. Si el universo naciera organizado y siempre continuara organizado sin una variable, no necesitaría autoorganización. Al decir que la materia orgánica tiene "capacidad de decisión propia”, nos referimos a su aptitud para crear seres con capacidad de decisión propia. Podemos concluir que, siendo la materia orgánica la causante de la desigualdad y siendo ésta mucho más joven que la materia inorgánica, el universo debe ser bastante igual en todas sus direcciones. Cualquier parte del universo debe tener en estos momentos otra parte muy parecida para así conservar parte de su igualdad inicial. Dada a su juventud comparándola con la materia inorgánica, debiera haber una tierra parecida a

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la nuestra en otra parte del universo. Muy parecida dado que la juventud de esa materia orgánica es la misma que la nuestra, con lo que es de suponer que su evolución, aunque no exactamente ser igual, sí sería parecida. La materia orgánica poco a poco irá creando desigualdad pero, a juzgar por la que se observa desde la tierra, en el universo debe imperar aún la igualdad. La materia orgánica, creadora de seres inteligentes, es el principio de la recta final del universo. Aquí, en este punto, volvemos a la necesidad de la existencia de Dios.

LA DESIGUALDAD LLEVA A DIOS.

La desigualdad en el universo permite la creación de seres capaces de pensar por sí mismos y de crear un saber que se acumula. Un saber que se acumula es necesario para sobrevivir al big--bang porque, si no, cuando el big-crunch se produce dando como resultado otro big-bang, todo terminaría, dejando nuestro camino, el camino de todas las cosas, sin fin. No llevaría a nin-gún sitio. Todo camino tiene que llevar a algún sitio y la destrucción total es volver a la nada, que es lo mismo que teníamos en origen luego ya no es un camino. Lo único que puede sobrevivir al big-crunch es un ente supe-rior capaz de acumular el saber en su propia dimensión, sin que le afecte el big-cruch. El camino nos debería llevar a Dios. Cuanto más avanzamos, más saber se genera y más puro lo hacemos, más cerca de Él estamos pero nunca llegaremos al final del camino, ya que Dios es el saber y el saber es infinito. Nuestro final, nuestro fin, el fin que justifica que estemos aquí, es contribuir al saber de Dios. Para ello recorremos el camino y en nuestro recorrer contribuimos a su grandeza y pureza de Dios. Con esto intentamos comprender, de una manera quizás no planteada hasta ahora, cómo se origina el universo y cómo

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evoluciona, llegando a su destrucción para volver a renacer. En todo esto sigue mediando con su ayuda nuestra infatigable gravedad. Considerar al vacío, no como vacío sino como lleno absoluto, facilita la comprensión abstracta del universo. Nos ayuda a entender su origen y su final, su curvatura y el fenómeno de la gravedad, motor de todo el universo. Fenómeno entendido como una fuerza de atracción que el vacío realiza sobre cualquier tipo de energía.

¿QUÉ HACER?

Quizá el método utilizado, partiendo de supuestos erróneos, no guste y pueda crear confusión, pero pienso que permite avanzar en explicaciones. Este escrito no es el fruto de una reflexión resumida sino que él mismo se va componiendo de ideas que se tienen y escriben. Espero que lo dicho ayude en algo a la comprensión del uni-verso y a plantearnos quiénes somos y qué hacemos. Por qué estamos aquí y cuál es nuestro cometido. Ojalá todas las personas de la tierra, sean cuáles sean sus religiones, intentaran encontrar un común denominador en su pensamiento que les permita aproximarse los unos a los otros, en ese necesario caminar, en esa obligación de evolucionar a un saber más puro. En lugar de esto los hombres se enfrentan entre sí, utilizando las religiones como elementos diferenciadores de unos y otros y así crean bandos de lucha y destrucción. Para llegar al saber puro el ser debe ser libre. Libre para poder evolucionar. Con la libertad condicionada se ralentiza la evolución del ser, pudiendo llegar a congelarlo en un punto que sólo sirve para preservar un status creado por unos hombres. Ahí dejamos de evolucionar libremente y sólo nos queda esperar nuestra propia extinción. Es necesidad compartida por todo tipo de moléculas el orga-nizarse cada vez de manera más compleja, dando lugar a asociaciones aún más complejas que las anteriores. Esto

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sucede tanto a nivel químico como biológico. Esta necesidad es la misma esencia de la evolución. La mayoría de las personas vamos por la vida viviéndola día a día con rapidez y sin complicaciones, con los problemas que se nos plantean, solucionándolos para así obtener mayor bienestar. Nos levantamos, desayunamos, vamos a trabajar, hacemos todos nosotros todo aquello que creemos nos pueda aportar felicidad. Y está muy bien, porque es una manera muy suave y natural de aportar al saber y así se puede continuar, realizando todos y cada uno de nosotros nuestro cometido de aporte por el cual tenemos el privilegio de estar aquí. Pero si además de llevar esa vida de manera lo más feliz posible, nos preguntamos quiénes somos y porqué estamos aquí, seguro entre todos encontraremos más respuestas. Más que si nos limitamos a seguir la vida tan felices sin parar atención más que a nosotros mismos. Este sistema de vida es correcto, pero exactamente de igual y correcto que el que lleva cualquier animal irracional. Estos aportan al saber porque todas las especies en su vivir aportan ya que evolucionan pero aportan más lentamente. Nosotros, los humanos, que tenemos la capacidad de razonar, hemos de utilizarla también para enriquecernos de sabiduría, acelerando así esa evolución. Creo necesario resumir ya que el libro avanza y retrocede, partiendo de errores para llegar quizá, a hipótesis no demasiado improbables. Existe una razón por la que elegí mostrar mis ideas desde los errores y las idas y vueltas. Hasta que no conseguí entender que el vacío atrae cada partícula desde el sitio donde ella se encuentran y esa atracción se origina en la cuarta dimensión que es el vacío, tendiendo a unir la materia en nuestro espacio tridimensional originando la gravedad, me parecía que el vacío rodeaba la materia presionando de afuera hacia dentro. Ello me llevó a gran cantidad de errores que me hacían contradecir con los estudios realizados sobre la gravedad. He querido conservar estos errores porque forman parte del camino que me llevó a otras conclusiones.

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Intentaré sintetizar la vida del universo siguiendo un recorrido en forma de circunferencia, partiendo del instante previo al big-bang para volver exactamente al mismo sitio.

UN INSTANTE ANTES DEL BIG-BANG:

En este punto es donde realmente podemos decir que el vacío es el lleno absoluto. El vacío a tragado todo el espacio tridimensional. Todo, materia y otras energías, así como el espacio y el tiempo. El vacío ha recuperado todo lo que es suyo. No admite forma alguna que lo deforme. En su lugar, sin espacio ni tiempo, sin sitio pero en todas partes, se ha tragado todo lo que él mismo creó. Se ha llenado por completo elevando su densidad a infinito haciéndose en sí mismo insostenible ya que en ese punto la onda que balancea de espacio tridimensional a cuarta dimensión, se ha detenido. La onda debe continuar, la evolución debe seguir. La última partícula de energía que devora, aumenta infinita-mente su densidad forzándole a su explosión. Al big-bang.

EL BIG-BANG.

Punto que da origen a la materia y otras energías procedente de la energía acumulada en el vacío: la cuarta dimensión. La materia nace en un punto y se expande. En su expansión va creando su propio escenario; el espacio y el de tiempo. El punto que da origen a todo es un agujero negro invertido, el cual conecta la dimensión del vacío con nuestro espacio tridimensional. Este agujero negro invertido irá generando materia espacio y tiempo. Esto seguirá así hasta que en nuestro espacio tridimensional se formen agujeros negros que devuelvan materia (energía) al vacío, taponando así su salida y estabilizándolo. De esta forma el proceso de big-bang se habrá detenido. El vacío ha dejado de aportar energía y sólo resta esperar que se llene otra vez. Mientras el vacío que es la cuarta dimensión, aporta energía a

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nuestro espacio tridimensional, el big-bang se está produciendo. Este cesa en el momento que este proceso se invierte, siendo a través de los agujeros negros que el espacio tridimensional se descargará de energía aportándosela al vacío, a la cuarta dimensión. Así la onda se compensa y perpetua.

DESIGUALDAD DEL UNIVERSO

Una vez que en el espacio tridimensional el vacío, o sea, la cuarta dimensión, ha absorbido la última partícula de energía (materia), el vacío se ha quedado total y absolutamente lleno, por consiguiente, obligatoria y absolutamente igual. No admite desigualdad ya que, si tuviera energías diferentes, manifestaría no estar absolutamente lleno. Es el cosmos absoluto. El orden de todas las cosas. Esta igualdad implica que cuando se produce el big-bang, éste empezará a crear materia alrededor de un punto y esta materia es igual toda ella alrededor de él. Se producirá un crecimiento y expansión del universo absolutamente igual, ya que en ningún punto estamos aportando una variable que lleve a la desigualdad. En este proceso de crecimiento en el que impera la igualdad, se irán formando planetas, galaxias, etc., pero siempre respetándose la igualdad al origen. Esto querrá decir que todo fenómeno producido en un punto del universo tendrá sus equivalentes en todo el resto del universo. A partir del momento en que la materia inorgánica, por sí misma, empieza a agrupar partículas específicamente de manera que se forme materia orgánica, es cuando empieza la desigualdad del universo. Esto es debido a que la materia orgánica tiene capacidad de decisión propia. Quiero decir con esto, capaz de crear seres con capacidad de decisión propia. A partir de este momento la evolución del universo cambia y los hechos ya no son repetitivos. En cada punto del universo se pueden dar situaciones particulares que sólo se den ahí.

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Sin esta variable de desigualdad que es la materia orgánica, todos los periodos entre big-bang y big-bang serían exactamente iguales y por ello incongruentes. Serían periodos rebeldes consistentes en nacer y morir, nacer y morir y así hasta el infinito. Es un absurdo que no se justifica. La materia orgánica aparece en ese universo en expansión exactamente en el mismo instante, en todos aquellos puntos que guardan equivalencia. "Aparece en el mismo instante para todas las partidas de billar".

LA GRAVEDAD.

La gravedad es la fuerza que el vacío, la cuarta dimensión, ejerce sobre cualquier tipo de energía que se encuentra en nuestro espacio tridimensional. Esta fuerza es de atracción. El vacío atrae toda partícula de energía con una leve fuerza, queriendo tragársela. No ejerciendo fuerza suficiente sobre una sola partícula, la aspiración que realiza en cada una de ellas tiende a unirlas creándose un solo canal de aspiración que suma esas fuerzas y las aplica en un solo punto. Esa tendencia a unir las partículas es lo que genera la gravedad. Ese canal de aspiración, al unir la fuerza de suficientes partículas, se convertirá en un agujero negro, doblando ahí el universo, creando un camino por el que obliga a pasar todo: materia, espacio y tiempo. Cuando el big-bang ha finalizado tenemos el máximo de materia en nuestro espacio tridimensional. La materia pliega el espacio tridimensional Esto es debido a que el vacío (que careciendo de espacio lo ocupaba todo), debe apartarse de aquellos puntos donde en nuestro espacio tridimensional hay materia (energía). Al apartarse se dobla, se curva. Este hecho de apartarse, de curvarse, tensa al vacío creando una fuerza que la transmite a nuestro espacio tridimensional de manera constante. En el momento que ha finalizado el big-bang la energía en el vacío es mínima, por consiguiente, su densidad también pero, por el contrario, su deformación es máxima pues la materia

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que ha creado es máxima. A medida que los agujeros negros van llenando el vacío, eliminando energía de nuestro espacio tridimensional y transportándola al vacío, su densidad aumenta y, por consiguiente, su deformación disminuye proporcionalmente, con lo que se mantiene constante la fuerza que el vacío realiza. Esta fuerza se llama “fuerza leve”. Esta fuerza es una constante gravitacional y el resultado es que cada partícula es succionada hacia su interior, hacia el centro de masa del objeto. En ese querer desplazarse hacia el centro de masa las partículas tienden a unirse generando la gravedad. Por esto dos objetos separados tienden a unir sus centros de masa, porque es a través de ellos que el vacío los arrastra hacia él. "La gravedad es la atracción a la que están sometidas todas las ondas, atracción que les viene de la cuarta dimensión, del vacío. Esta atracción que deforma el espacio por el que se propagan y las quiere obliga a ingresar en el vacío". Los agujeros negros son puntos que en nuestro espacio tridi-mensional se conectan con la cuarta dimensión que es el vacío. La materia tiende a unirse por la fuerza de la gravedad. Al unirse, las fuerzas que todas y cada una de esas partículas reciben del vacío, se suman creando una gravedad más intensa. Si la densidad del conglomerado de materia es tal que la fuerza que sus partículas reciben del vacío crea en su interior una presión capaz de desintegrar la materia, exactamente en ese punto minúsculo de máxima presión se crea el agujero negro, punto de conexión con la cuarta dimensión. El agujero negro es destructor de materia y generador de energía. Generador de energía pura, que es la que ocupa el vacío. Esa energía pura que forma el vacío es una onda plana soporte de nuestro espacio tridimensional. Creado el punto de agujero negro es como si la membrana que separara nuestro espacio tridimensional de la cuarta dimensión se hubiera roto, y sólo se cerrará cuando haya tragado toda la materia que formó el agujero negro. De esta

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manera la densidad a un lado y otro de la teórica membrana siempre es igual. El final de todos los agujeros negros es un solo agujero negro que terminará con el universo en el big-crunch.

EXPANSIÓN Y CONTRACCIóN DEL UNIVERSO.

El origen del universo se conoce como el big-bang. Aparece energía que se convierte en materia que va siendo empujada por otra que sigue apareciendo, y este proceso continúa hasta que el big-bang cesa. En ese momento tenemos materia expandiéndose. El universo se está formando. En el instante en que se crea materia también se genera gravedad, y ésta empezará a actuar. Como su intención es siempre constante en unir materia, poco a poco la irá frenando hasta detenerla. Puesto que el universo no es igual en todas partes, este detener se irá produciendo en una absoluta desigualdad. La materia tenderá a unirse formando galaxias cada vez mayores, agujeros negros, etc., y todos juntos irán parando su expan-sión, uniéndose y dirigiéndose hacia un punto que es el centro de masa del universo. En un momento dado habrá partes del universo que se consi-derará ya están en contracción, mientras que otras aún estén en expansión. Es cuestión de tiempo que éstas también se paren e inicien su proceso de contracción. Todas esas partículas comparten su destino en una ejecución final; el big-crunch. EL GRAN APRETÓN. BIG-CRUNCH.

Podríamos decir "el gran apretón final". El universo en con-tracción se dirige todo él hacia un punto. Este punto no está determinado, es el centro de masa del universo y varía su posición a medida que la materia se le acerca. El final no es más que un último agujero negro, el cual engu-llirá la última partícula de materia y se cerrará, destruyendo el espacio y también el tiempo, convertido toda la energía

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desigual que teníamos en nuestro espacio tridimensional en energía igual y pura en el vacío. Nuestro espacio tridimensional habrá dejado de existir por no quedar onda alguna. Las ondas, al ondear generan espacio y tiempo lo que es energía. La cuarta dimensión se lleva todas las ondas engullendo todo el espacio tridimensional. El espacio tridimensional ha dejado de existir y el vacío está totalmente llenó. La última gota de energía de nuestro espacio tridimensional que este último agujero negro trague, lo hará explotar por disparar su densidad a un máximo infinito que le lleva forzosamente a descargarse dando origen a un nuevo big-bang. Tal como decíamos al principio del resumen, ya hemos cerrado el círculo. De big-bang en big-bang, disfrutando de nuestro periodo rebelde.

¿POR QUÉ ESTA CONFIGURACIÓN DEL UNIVERSO?

Seguimos un camino de creación que lleva a la destrucción total y este proceso es infinito. Toda la materia se crea y se destruye siguiendo un camino que no lleva a ningún sitio. Aparentemente. Todo lo que sucede, sucede porque hay alguna razón para que suceda. El camino que nos devuelve al mismo sitio no tiene razón de producirse. Esto obliga que en el recorrer de ese camino, se produzca algo que se acumule y pueda sobrevivir al momento final de destrucción. Sólo el conocimiento que es el saber puede sobrevivir al momento final. Que una acción haya sucedido sobrevive como suceso, aunque el sujeto del hecho ya no exista. Es esta acción la única que puede sobrevivir al momento final: "un saber que se va generando día a día y que se va acumulando". Este saber crea su propia quinta dimensión. El conocimiento es ilimitado, con lo que el proceso de big-bang en big-bang es infinito.

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El saber se acumula haciéndose cada vez más puro. Sobrevive y se almacena en su quinta dimensión. Puede ser Dios ese saber que se va acumulando. Acumular ese saber es la contribución a la pureza de Dios. Ese saber que se acumula es la generación de un ente superior y, en nuestra aportación, lo hacemos cada vez más sabio, lo hacemos cada vez más puro.

EL ORIGEN DE LA MATERIA. En la explicación de la historia del universo hemos completa-do el círculo, desde su origen hasta su destrucción para llegar nuevamente al origen. La energía acumulada en el vacío, cuando llega a su estado máximo, explota dando origen al universo, creando la materia, el espacio y el tiempo. Serán los agujeros negros los que devolverán el universo nuevamente al vacío, dejando de existir como materia y pasando a ser energía, reduciendo tanto el espacio como el tiempo a cero. Estos dejarán nuestro espacio tridimensional, la dimensión que ocupamos, reducida a nada. El círculo está completo pero aún no se entiende el paso de materia a energía y de energía a materia. El vacío detecta energía. La materia es energía. La energía son ondas. Cuanta más materia hay, más energía contiene porque más ondas encierra esa partícula y ondas, es lo que el vacío detecta. Las ondas son movimiento. El concepto más puro de energía sería considerar energía al movimiento, ya que es el movimiento en sí mismo el concepto, el hecho que puede crear espacio y tiempo a la vez. Todo movimiento lleva asociado espacio y tiempo y energía es espacio y tiempo a la vez luego movimiento.

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El movimiento más elemental es el movimiento de una onda, por eso consideraremos la energía como ondas. El big-bang es una onda, una súper onda que se fragmenta. El vacío detecta la energía y la quiere absorber. Detecta la energía porque ésta es ondas, ondas convertidas en materia que tienen su origen en el big-bang que él mismo las ha creado. El big-bang es la súper onda, el latigazo del vacío. Esa onda que se produce creando espacio tridimensional, tiene su soporte en las ondas comprimidas en el vacío. Toda la materia son ondas y esto es lo que el vacío detecta. El vacío quiere recuperar todas esas ondas y someterlas. Convertirlas en una onda plana que no se propague, sólo actuando como almacén de energía, soporte del espacio tri-dimensional. El espacio tridimensional y el vacío conservan la paridad, conservan la igualdad o equivalencia. El uno no podría existir sin el otro. Todo en el mundo funciona de esta manera, apoyándose en los opuestos, para que una cosa "sea" precisa de su contraria. El bien y el mal, calor y frío, ser o no ser. El universo es energía, toda la materia es energía y no sólo la materia. Esa energía son ondas. Todo lo que conocemos como energía son ondas. Se puede interpretar las ondas como "de longitud de onda abierta" aquellas que pueden propagarse abriéndose y expandiéndose infinitamente al carecer de masa. Cuando las ondas están sometidas a ciertas condiciones en su origen, pueden tener sus longitudes de onda cerradas, entonces tienen "masa” ya que dan lugar a cuerpos tangibles como los átomos que forman la materia. Todas ellas son ondas. Ondas que se propagan de una manera u otra, aunque esta onda en particular, con masa, lo haga en torno a un punto. La misma cantidad de energía que tenemos en nuestro espacio tridimensional la tenemos en el vacío. Es como un columpio, la onda se balancea de un lado al otro. Si no hubiera rozamiento este balanceo sería infinito. Cuando el columpio se encuentra completamente a la derecha o a la izquierda, en esos dos puntos, la energía es la misma. Uno de esos dos puntos es el universo en el instante de haber finalizado el big-

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bang y el otro punto es el momento final del universo, el big-crunch, en el cual el vacío se ha llenado por completo. El arco de circunferencia que le falta recorrer aún al columpio para dar la vuelta completa sería propiamente el big-bang. El paso de la energía contenida en el vacío a nuestro espacio tridimensional. Es exactamente el punto de inflexión de la onda que describe el columpio. Si las ondas ondean, o sea, se propagan balanceándose, es para compensarse. De lo contrario, la onda como tal no podría existir. El universo y el vacío hacen exactamente lo mismo. Se comportan como una onda y se compensan el uno al otro. Ambos forman la "onda' por excelencia. La parte de la onda que habita en el vacío es mucho más sim-ple, busca igualar todas las ondas que habitan en el espacio tridimensional. Las iguala y en ese momento se las queda para ir llenándose. Serán los agujeros negros las herramientas que el vacío utilizará para tal trabajo. Por el contrario, las ondas que habitan en nuestro espacio tri-dimensional, precisamente para poder ser compensadas por las del vacío, han de ser totalmente diferentes y desiguales, por consiguiente se han de expandir. Han de ir de un punto hacia fuera expandiéndose, mientras que las ondas que llenan el vacío van desde afuera a un punto. A ese punto se le llama singularidad, y es el fenómeno que se produce en el agujero negro. En ese punto las ondas entran por completo en el vacío. Allí ya no ondean, simplemente sirven de soporte a las ondas que todavía están en el espacio tridimensional. Entre nuestro espacio tridimensional y el vacío hay como una membrana imaginaria, que nos separa. A esa membrana la compararemos con la barra de hierro. Primero está doblada en un sentido y tiene toda la energía contenida para doblarse en sentido opuesto. Consideremos que no hay rozamiento. Se arqueará de derecha a izquierda y viceversa infinitamente, lo mismo hace el universo de big-bang en big-bang. Vamos a profundizar un poco más en cómo se produce la materia y relacionaremos esto con el origen del universo.

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Analizaremos las condiciones que se dan en su origen, que permiten que las ondas se conviertan en materia. Antes hemos considerado que la materia está formada por ondas de órbita cerrada, esto permite que la materia tenga masa. Una onda tiene una fuente de origen que la crea. Cualquier tipo de onda, si en su origen aumenta la intensidad que la genera, aumenta su número de oscilaciones, o sea, su frecuencia. Si tenemos una bombilla y le suministramos cada vez más electricidad iluminará más, hasta llegar al punto en que se funda. Si la energía de emisión que tenemos en origen es muy fuerte (tan fuerte como la que se produce en un agujero negro pero al revés, o sea, como en el big-bang) sucederá que esas ondas tendrán una fuerza desde el origen que las crea, que las hará mayores que su propia velocidad de propagación que es la manera que tiene la onda de compensar la fuerza que le da origen, la fuerza que hace que exista como onda. Sucediendo esto, las propias ondas se cabalgan unas con otras al ser empujadas desde el origen, obligando a que la onda se destruya y creando ondas de órbita cerrada muy pequeñas que contienen gran cantidad de energía, produciéndose así las partículas más pequeñas que darán origen a los futuros átomos. Esas partículas tan pequeñas son una onda de órbita cerrada y que no se propaga expandiéndose. Esta partícula se unirá a otras y así todas darán lugar a los átomos y éstos juntándose formarán toda la materia del universo. Todas las partículas así dispuestas tienen su propagación constante alrededor de un punto y la onda quiere ir a ese punto. Ese punto es una puerta que la conecta directamente con el vacío. El vacío atrae desde ese punto, pero la acción que el vacío realiza para atraer a la onda no es suficiente. Por eso la materia tiende a juntarse creándose gravedad. Al juntarse, las partículas suman las fuerzas de succión a las que están sometidas y sólo así podrán pasar a través de esa puerta.

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Esto es lo que sucede en los agujeros negros, ahí se ha juntado suficiente energía como para al ser atraída por el vacío, romper la teórica membrana que los separa, alargando y estirando el espacio tridimensional y obligándolo a pasar por ese punto. Volviendo al origen de creación de la materia, al big-bang, tenemos la membrana que separa vacío de espacio tridimensional ya casi totalmente tensada y a favor del vacío. El vacío está ganando y el partido casi a punto de finalizar. El resultado será que la membrana, la barra de hierro, está totalmente tensada, el espacio tridimensional está totalmente doblado, la densidad del vacío es máxima y éste está totalmente lleno. En ese momento la membrana no puede más. La barra de hierro, doblada al máximo, responde y se produce una primera onda. Ésta se corresponderá con la barra doblada del lado del vacío al punto cero, y el contravalor, o sea, su inercia, será el arco contrario. Como si fuese una onda transmitirá su inercia creando nuestro espacio tridimensional desde un punto, como yendo desde el centro de barra y perpendicular a ella, en línea recta. En ese punto que va de infinitamente pequeño a más, tenemos el origen del universo, se produce el big-bang. El universo, que había desaparecido por doblarse infinitamente, se comienza a desdoblar, por consiguiente, a aparecer. Nuevamente se está creando. Ese punto no es un punto cualquiera, es "el" punto, porque sólo hay ese punto. No hay más puntos posibles porque el espacio no ha sido todavía creado, con lo que ese punto es todo. Ese punto infinitamente pequeño es el pinchazo en la mem-brana que hemos nombrado. Inicialmente deja pasar la cantidad de energía infinitamente pequeña que su infinitamente pequeño tamaño permite. Aunque vale aclarar que su tamaño es realmente indiferente puesto que el concepto de espacio no existe, ya que nuestro espacio tridimensional aún no ha sido creado. Podría ser infinitamente pequeño o infinitamente

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grande, sería lo mismo porque el espacio real que ocupará será "0". Se está creando pero no ha sido concretado todavía. Una vez se produzca el pinchazo nacerá una onda. En ese instante sí que se crea espacio y también tiempo. Es esa misma onda, creciendo y propagándose como una burbuja que se hincha, la que crea espacio y tiempo. Sucede que esa burbuja inicial tendrá un tiempo de vida real-mente corto, ya que ella ha abierto la puerta, ha roto la membrana y, por ese agujero negro invertido, pasará toda la energía contenida en el vacío. Al producirse el pinchazo nace una primera onda que es en sí misma la membrana queriendo abrirse, como onda que es, y propagarse. Esto permitirá que el agujero se haga mayor y puedan salir nuevas ondas, éstas con una fuerza mucho más intensa que la primera. El agujero se abre permitiendo que salgan ondas más poderosas que las anteriores, empujándolas y cabalgándose con ellas, aumentando la frecuencia de la primera hasta un punto infinito que obliga, como única solución, a que la onda se rompa fragmentándose en ondas mucho más pequeñas de órbita cerrada. Ahí aparecen los primeros cuerpos con masa, son ondas propagándose en una órbita cerrada constante, tendiendo ya no a expandirse sino a contraerse hacia el centro de su órbita, punto de conexión con su origen que es el vacío, la cuarta dimensión. Este proceso de fragmentación de ondas se seguirá produciendo en sucesivas ondas a medida que el vacío se descargue de energía. "Podríamos interpretar que es sólo una primera onda la que se produce y fragmenta, no porque sea empujada por sucesivas ondas más fuertes que ella misma sino porque, esa onda inicial queriendo propagarse, lo intenta en un espacio todavía no creado. Por esto su velocidad de propagación es cero y se fragmenta al necesitar crear espacio, su propio espacio. Ambas interpretaciones aúnan en lo mismo". Estos centros de órbita son el equivalente al agujero de la membrana. La onda inicial abierta se ha convertido en muchas ondas de órbita cerrada, y el agujero que esta onda estaba for-

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mando también se ha dividido en muchos pequeños agujeros que se conectan, todos ellos, con el vacío. En el interior de cada partícula hay una mini puerta que conecta con el vacío, a través de ésta, atrae la onda que forma dicha partícula intentando recuperarla. Si consideramos que el tiempo es ilimitado tendríamos tiempo suficiente para que esa onda, vuelta a vuelta, cada vez se acercara más hacia su centro hasta desaparecer, (como materia en nuestro espacio tridimensional desaparecer). Más esto es imposible, el tiempo no sería suficiente. La vida del universo no es lo suficientemente larga para permitir que esto suceda. La presión generada en los agujeros negros es la que permite que esto se produzca. Cuando el vacío se haya quedado sin energía su densidad será mínima y el agujero creado máximo. Serán los agujeros negros que se formarán en nuestro espacio tridimensional, los que poco a poco irán cerrando el agujero que el big-bang dejó abierto, repitiéndose así nuevamente el ciclo. Este fenómeno que sufren las ondas procedentes del vacío, y que dan origen al big-bang sólo se puede producir en ese momento. La condición para que las ondas abiertas "sin masa” puedan pasar a ser ondas cerradas y tangibles (por consiguiente, para nosotros con masa), es que la fuente de origen suministre una energía tal que pueda elevar la onda a una velocidad superior a la de la luz. Es ante esta imposibilidad que la única alternativa de la onda es fragmentarse en mini ondas de órbita cerrada que contengan gran cantidad de energía. Todas esas mini órbitas, mini partículas, las más pequeñas existentes y que darán origen a todo el resto de las partículas por formarse, tienen en su centro una puerta de unión con el vacío. El vacío es un punto de densidad infinita que da origen al uni-verso. Superar la velocidad de la luz es imposible, ello implicaría que la energía necesaria para llegar a ese punto elevase la masa a infinito, y eso en nuestro espacio tridimensional es imposible aunque no así en el vacío. En el vacío se alcanza este punto de densidad infinita, de energía

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infinita, de masa infinita. El vacío alcanza ese punto aunque sea en un espacio de tiempo nulo, ya que el tiempo en ese momento ha dejado de existir. Es precisamente por haber dejado de existir nuestro espacio tridimensional que el espacio y tiempo ya no existen, permitiendo que en el vacío se alcance una densidad infinita. El vacío será una fuente de origen de energía que genere una onda capaz de propagarse a una velocidad superior a la de la luz. Como esto no es posible, esa onda sólo puede fragmentarse en mini ondas de órbita cerrada que se ubican en torno a un punto de conexión con el vacío. Cada punto de esos pliega mínimamente el espacio tridi-mensional. Cuando esos mini puntos se agrupan entre ellos creando grandes conglomerados de materia, suman su capacidad de plegar el vacío, deformándolo mucho más, pero no llegando a romper la imaginaria membrana hasta que la cantidad de partículas sea tal que en ese punto se pueda formar un agujero negro. El vacío se deforma ante la presencia de cualquier tipo de energía. Se deforma curvándose. Esto es así porque la materia, en cada una de sus mini partículas, tiene una mini puerta que conecta con el vacío, y es ese punto de unión el que provoca la deformación de éste. Por consiguiente, sólo será la energía dispuesta en partículas de órbita cerrada la que cumplirá esto. Las ondas que entendemos como tales, por ser abiertas, no deforman el vacío. La luz y otros tipos de ondas de órbita abierta no deforman el vacío. Es una cuestión mal entendida cuando se dice que ondas de órbita abierta, como la luz, no tienen masa pero sí gravedad y peso. Hay que entender que las ondas abiertas se propagan por un espacio que se deformó por la presencia de ondas de órbita cerrada, o sea, de materia. Las ondas abiertas, por sí mismas, no deforman el vacío pero si están afectadas por la gravedad, no exacta o directamente ellas sino el camino por el que circulan. Las ondas abiertas como la luz, están afectadas por la grave-dad pero no la provocan. Para provocar gravedad se tendrían que enroscar en torno a un punto de atracción y puerta con el

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vacío. Así tendrían masa y en consecuencia peso propio, ejercerían gravedad. La luz es energía y toda energía puede ser convertida en masa como lo demostró Einstein en su ecuación E=m x c2, pero este proceso que con un ejemplo a continuación explicaremos se hace imposible a la práctica en nuestro espacio tridimensional. Es un máximo teórico al que sólo se puede llegar en el big-bang fuente de origen de energía de densidad y masa infinitas. Las ondas abiertas como la luz son ondas sin masa, y eso es así pero no está correctamente explicado. Tendríamos que argüir que estas ondas no tienen peso propio. Masa es la cantidad de energía que posee un cuerpo; la luz tiene energía, por consiguiente, masa, no en cambio peso propio. Un rayo que impacta contra un árbol y lo rompe no tiene peso propio, pero es una fuerte concentración de energía que se transmite al árbol y lo rompe. Si es una concentración de energía debiéramos decir que tiene masa, aunque no así peso propio. Que la luz siga la deformación sufrida por su camino ante la proximidad de la materia, no quiere decir que pese. Para que algo tenga peso propio ha de generar gravedad, ser una onda de órbita cerrada conectada con el vacío. Cuando en la tierra hay una tormenta y se producen rayos, estos se dirigen hacia la tierra, no se escapan hacia el universo. Se dice que buscan masa. Es la masa de la tierra la que los atrae ya que ésta ha deformado debido a su gran concentración de energía, el espacio existente entre la tormenta y la tierra, obligando al rayo a dirigirse por esa deformación en el espacio-tiempo creada por la gran masa que es la tierra. Un rayo es una explosión de energía, cuando en el universo explota una estrella, lo hace en todas direcciones. Para que un rayo de luz pueda deformar el vacío tendríamos que someterlo a condiciones similares a las que se producen en el big-bang, las mismas condiciones que hay en un agujero negro invertido. Tendríamos que hacer en un rayo de luz lo mismo que hacemos en un rayo láser, ir cerrando el ángulo en

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que se propaga aumentando así su frecuencia. Imaginemos que tratamos a laonda como si fuera un abanico que cogemos por cada extremo abriéndolo y cerrándolo como si fuese una onda que se propaga. Imaginemos que una vez cerrado el abanico, en lugar de abrirlo, seguimos cerrándolo, haciendo que la onda se enrosque sobre sí misma. Si la velocidad a la que el abanico fuese cerrándose (aunque ya no cerrándose sino girando sobre su propio eje) llegase a la velocidad de la luz, en ese momento, no pudiendo alcanzarla, esa onda en sí misma se convertirá en una onda de órbita cerrada. Comenzará a romper, a taladrar la teórica membrana que la separa del vacío, siendo atraída y uniéndose a él. De esa onda que teníamos en forma de luz hemos obtenido materia. En tanto en cuanto el vacío no consiga llevársela, esa onda continuará siendo partícula, energía en forma de materia. En su primer estado no deformaba el vacío, en su segundo estado sí lo deforma. En su primer estado no deforma el vacío porque entra en él sin romper la imaginaria membrana que los separa. Las ondas propagándose en el vacío no tienen masa por ser de órbita abierta, y al no deformar el vacío, no son generadoras de gravedad, aunque sí reciben sus consecuencias. Estas ondas no deforman el vacío, son como él. Se propagan en nuestro espacio tridimensional pasando a través del vacío y éste no necesita recuperarlas porque ya son parte de él mismo. Podemos ahora ver por qué la luz debe tener una velocidad constante. No puede variar su velocidad, aumentando o dismi-nuyéndola, ya que si la cambiase, en cualquiera de los dos casos,como onda abierta, desaparecería. Si la luz aumenta su velocidad pasa lo ya explicado, se fragmenta en ondas de órbita cerrada creando masa. Si la luz disminuyera su velocidad la onda se rompería por el aumento de frecuencia sufrido. Serían, en este caso, las oscilaciones que van llegando las que aumenten su frecuencia, provocando lo mismo que si

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su velocidad aumentara. La onda se fragmentaría en mini ondas de órbita cerrada, tangibles para nosotros y por consiguiente, para "nosotros masa', mas para ellas simplemente seguirán siendo "ondas". Variaría nuestra medición de la velocidad de la luz si la tomá-ramos desde un punto externo a donde ella se encuentra, si la midiéramos desde el mismo en que está, veríamos que su velocidad sigue siendo constante. Realmente lo que ha variado no es la velocidad de la luz, ha variado el espacio por donde tiene que circular. El espacio y por consiguiente el tiempo son elásticos y esta elasticidad viene dada por la deformación que en el universo crea la materia. En un agujero negro la velocidad de la luz se hace "0" cuando la deformación en ese punto del universo se hace infinita y consecuentemente en ese punto el espacio es "0". Al ser el espacio "0" la luz se queda sin espacio que recorrer en ese punto, el espacio se ha terminado y por esto la luz se ha detenido. Ha pasado a entrar en el vacío, en la 4a dimensión. Vamos a explicar mejor con un ejemplo la idea de que el tiem-po y el espacio son elásticos. Antes no referimos a esta elasticidad llamándola tensión, y aunque lo hicimos considerando que los cuerpos apartan el vacío y lo tensan, ahora ya hemos visto que sucede lo contrario, el vacío succiona el espacio tridimensional exactamente donde hay masa. . Donde hay masa, por pequeña que sea, hay una mini puerta que se conecta con el vacío y así éste, desde ahí atrae. Entendamos que no atrae únicamente la materia. Lo que atrae es energía y energía son ondas. Ondas como energía es la capacidad de crear espacio y tiempo a la vez, o sea, movimiento. Por esto, cuando el vacío atrae desde cualquier partícula, atrae espacio y tiempo a la vez, y esto quiere decir nuestro espacio tridimensional, todo él. Cuanta más energía hay concentrada en un punto (más materia), con más fuerza atrae nuestro espacio y más lo pliega. Esta permanente

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atracción de la cuarta dimensión es la que origina una constante fuerza de gravedad llamada fuerza leve. Entendiendo que la atracción del vacío se produce de esta forma, podremos analizar la hipótesis que veremos continuación y que nos ayudará a comprender la elasticidad del espacio y del tiempo. Recordemos que el tiempo es una medición particular y cada cosa tiene su propio tiempo. Imaginemos que tenemos dos planetas separados cierta dis-tancia y nosotros nos encontramos entre ambos, en un punto tal que, uniendo nuestras distancias, formamos un triángulo. La distancia de nosotros a cualquiera de los dos planetas es la misma y ambos tienen exactamente la misma masa, sin estar afectados por ningún otro planeta. El tiempo que tardaremos en llegar a esos dos planetas, par-tiendo a la vez desde el punto en qué estábamos y viajando a la misma velocidad, es el mismo. Si ahora situamos un tercer planeta próximo a alguna de las trayectorias, que debemos recorrer, veríamos que los tiempos y espacios para cada trayectoria han cambiado. Cambian los tiempos y espacios que tardaríamos en recorrer las distancias, mas no pasaría lo mismo con un hipotético observador y medidor de los hechos, que viese la escena desde fuera. Al acercar el tercer planeta éste está aspirando el espacio y el tiempo, por consiguiente, los estira hacia él alargando tanto el tiempo como el espacio que debemos recorrer en nuestras tra-yectorias para llegar a los planetas. Las posiciones de los planetas continúan siendo casi las mismas, algo han variado por la atracción del tercer planeta pero, por proximidad, las trayectorias cambiaron proporcionalmente mucho más, alargándose en su espacio y con él en el tiempo necesario para ser recorridas. Las distancias para el imaginario ojo observador desde fuera de la escena continúan siendo las mismas. Por el contrario nosotros (sujetos de la acción) hemos visto nuestros tiempos y espacios alargarse como si fuesen elásticos. Podemos entender ahora que incrementando la masa de ese tercer planeta deformador de trayectorias, obtendríamos una

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deformación cada vez mayor. Si este incremento de masa lo lleváramos a infinito, la deformación también sería infinita, con lo que el origen del viaje y el final habrían sido el mismo , el universo se habría quedado sin espacio. Al hacerse la curvatura infinita, el espacio se habría eliminado. La elasticidad del espacio y del tiempo, el escenario curvo y flexible en el que ambas variables se mueven, es de muy difícil comprensión. Los seres humanos, al regirnos con bases tanto matemáticas como físicas y de una lógica contradictoria a esto, dificultamos su comprensión.

... LA ÚLTIMA DESIGUALDAD...

Démonos cuenta que si dejamos el tema aquí no se compren-den ciertos fenómenos de la desigualdad del universo. Ésta la atribuimos a la materia orgánica pero ¿cómo llegamos a tener diferentes materias o elementos? Diferentes elementos serán necesarios para formar diferentes materias. Las partículas iniciales, fruto de la fragmentación de la onda, serán lo más simples posible y todas, por defecto, iguales. Podríamos pensar en el universo creciendo y llenándose de partículas todas iguales. Esto no es así. Primero porque lo vemos, segundo porque dos partículas exactamente iguales que chocan, nace una tercera partícula diferente a ellas dos. Si esta segunda partícula diferente choca con cualquiera de las dos primeras, tenemos una tercera partícula diferente y así sucesivamente. Si hacemos esta reacción alrededor de un punto, veremos que éste se irá extendiendo y haciéndose cada vez más complejo, tanto como queramos, pero siempre conservará una igualdad con el origen. El universo se expandirá y crecerá formando agrupaciones de partículas como estrellas, galaxias etc., pero siempre tendrá como mínimo una paridad que le permita la igualdad con el origen. Podríamos también pensar que las primeras partículas creadas se expandirán a una velocidad constante en la

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creación de espacio, con lo cual nunca llegarán a tocarse entre sí, nunca darán lugar a otro tipo de partículas. Esto no es así ya que en el momento que sé crean partículas se crea espacio y tiempo, y la gravedad, comienza a actuar frenando esas partículas, obligándolas al choque. Tenemos un universo en expansión que crece. Crece pero en igualdad. Hemos explicado el por qué de la primera desigualdad. La segunda, ya explicada, radica en la formación de materia orgánica. Ésta aparece en un momento dado gracias a la unión de partículas de una manera concreta. Dicha primera unión también ha de tener su paridad, como mínimo, en dos partes del universo. En el mismo instante, en dos partes o más del universo, se producirá una unión de partículas tal que creará materia orgánica. La materia orgánica es la única capaz de crear seres con capacidad de decisión propia, así, a partir de ese momento, el universo deja de crecer teniendo que conservar forzosamente su igualdad al origen. En cualquier punto podrán suceder hechos que pasen ahí y sólo ahí. La desigualdad ha sido creada. La lucha del vacío será devol-ver toda la energía repartida desigualmente a la absoluta igual-dad. Démonos cuenta que según esto, es necesario que haya materia orgánica, como mínimo, en alguna otra parte del universo y es de suponer que también en esa otra parte se habrán creado condiciones de vida similares a las nuestras. Esperemos que, poco a poco, también estas preguntas tengan respuesta... ... Si observamos el universo podemos determinar su edad aproximada y también podemos ver que la materia orgánica es muy reciente respecto a dicha edad, por consiguiente, su evolución también es bastante corta, con lo cual también podemos deducir que otro u otros puntos de universo que nos compensan, o sea, que tuvieron su momento de aparición de materia orgánica exactamente coincidente con el nuestro, dada nuestra corta vida, deben ser bastante iguales. Probablemente hay otra tierra por este universo muy parecida a la nuestra…

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LA http://saber.la/SÚPER ENERGEA. LA QUINTA DIMENSIÓN...

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La llamo súper energía porque es la única capaz de auto generarse, de aumentar por sí misma no respetando la paridad. Hasta ahora hemos analizado la energía inanimada, una cantidad de energía concreta que va cambiando. Se transforma permanentemente paseándose entre dos estadios, de la dimensión del vacío al lleno y viceversa, conservando siempre su igualdad en la paridad y cantidad total de energía en un punto u otro. Es su paridad la que la hace estable, pero si no fuese por la súper energía que se crea, su estabilidad también la haría estática, y ser estático es no evolucionar y la no-evolución implica la extinción. Nuestro mundo, compuesto por espacio tridimensional y vacío, es una cantidad concreta de energía que se desplaza, que se mueve cambiando de un lado a otro, aparentemente sin senti-do. Pero como ya hemos dicho en otras ocasiones, nada sucede por nada. El cambio de nacer y morir, la infinita repetición de nacer y morir, de big-bang en big-bang disfrutando de nuestro periodo rebelde, sucede por algo. Esto lo vamos a analizar ahora trasladándonos a un nuevo mundo, entrando en la quinta dimensión. Dimensión necesaria y a su vez soporte de cualquier otra dimensión. Soporte, pero en este caso no en igualdad. Ahora tenemos un diferencial energético. Tendremos que ver de qué tipo de energía estamos hablando para entender este diferencial energético que se produce. Entendamos que el diferencial energético es necesario para una real evolución, ya que es el diferencial positivo el que lleva todo el sistema hacia algún sitio. Es el que arrastra todo el sistema. El sistema da un beneficio, ya no hay paridad, hay un excedente. La energía que se transforma nuevamente en energía pasando del lleno al vacío, nos da como resultado un beneficio energético, la súper energía que es la que, por ser el diferencial positivo, destruye la paridad y permite avanzar.

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“... En el recorrer del camino se genera un saber que se va acumulando...". El sistema energético que hemos nombrado a lo largo del libro posee una igualdad que lo hace estable. Esa igualdad, basada en la materia y la antimateria que se compensan y ondean en su propio baile, lo hace estable, pero ese ondear ha de servir para algo más que estabilización. Por fin uno menos uno no es cero, y uno más uno no es dos, es dos más una ecuación de suma. Uno más uno es dos más el ejercicio del saber que es en sí mismo la suma. Ese diferencial que relaciona un “1” con otro “1”, es el que los suma para que resulte “2.” Ese es el diferencial que vamos a analizar. Nuestro mundo es el resultado de un latigazo. Lo compara-mos a un látigo porque en ambos se da la circunstancia de que, al descargar toda su energía, se quedan sin espacio que recorrer y como onda mueren. Mientras ondeamos actuamos independientemente y, cuando dejamos de ondear, por un instante nos conectamos con el puño que blande el látigo, transmitimos lo que hemos aprendido, el beneficio del saber, "el diferencial positivo que alimenta la quinta dimensión”. La quinta dimensión es un sistema energético abierto. Sobrevive y evoluciona por sí mismo sin necesidad de recibir energía del exterior que lo mantenga. No sólo eso sino que, además de mantenerse, evoluciona, suma. Suma más cantidad de súper energía, o sea, de saber, de evolución cuya esencia es movimiento. En todos los sistemas energéticos la energía no se destruye ni desaparece, sólo se transforma. El sistema que forma la súper energía, la energía del saber, es el único que por sí mismo aumenta alimentándose de lo que él mismo es; Saber. Así se hace cada vez más fuerte. Es un sistema energético abierto en constante crecimiento. El sólo hecho de existir y tener actividad lo hace evolucionar." ... Un saber que evoluciona y se hace cada vez más puro..."

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La quinta dimensión, soporte de todas las otras, tiene en sus brazos mundos como el nuestro, compuestos todos ellos por espacios dimensionales y vacío. El vacío actúa como soporte del espacio dimensional y, la quinta dimensión (súper energía, dimensión del saber) como soporte de todos y de ella misma. Forman un todo autónomo que se alimenta de sí mismo para evolucionar en su grandeza y pureza. De ser lo contrario sería estable, estático, y eso lleva a la extinción por su falta de evolución. Igual que el vacío latiguea una vez lleno generando el espacio tridimensional, la quinta dimensión también lo hace generando una cantidad finita de energía que será un nuevo mundo autó-nomo, conectando y desconectándose con la quinta dimensión entre big-bang y big-bang (momento de contacto y transmisión de saber). Cada vez que uno de los brazos de la quinta dimensión cam-bia de estado (de vacío a dimensional) transmite a la quinta dimensión un diferencial de energía que llamamos súper energía. Éste permite que la quinta dimensión se mueva y en su movimiento evolucione. Ya hemos explicado que energía es también capacidad de movimiento y movimiento es evolución."...Sólo un saber que en su saber evoluciona, haciéndose cada vez más sabio, haciéndose cada vez más puro..."

El saber se alimenta de sí mismo auto generándose, utilizando su propio evolucionar como combustible de su evolución. "¡El saber y sus brazos! Como látigos, sus brazos se mueven y también se compensan, todos ellos empujan a la quinta dimensión que es en sí misma un saber que se acumula". El saber, en cada brazo, con su movimiento de dimensional vacío, latido a latido, aporta el diferencial positivo de energía. Él forma la súper energía que se deriva, mas no por ello disminuye la cantidad de energía inicial que lo creó. Son energías diferentes, ambas tienen el común denominador en cuanto a su necesidad de moverse. Pero una de estas energías, la que forma nuestro espacio tridimensional, es

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movimiento puro y la otra, la que forma la quinta dimensión, es saber puro, también con su necesidad de movimiento para conservar así su propia evolución. La quinta dimensión se alimenta del saber que se genera en cada uno de sus mundos sin restarles por ello energía. En cada brazo un mundo, ¡no estamos solos!, es evidente. En cada mundo diferentes seres. Diferentes universos de diferentes seres. Considerar el sistema como un todo es verlo como una fábri-ca de energía. Debemos ver la energía en sus tres estados fundamentales, la fábrica la procesará hasta depurarla. El estado más elemental de energía (ya en otro párrafo nos referíamos a él como el más pobre) es el estado de la materia. La materia es un tipo de onda de órbita cerrada y dominada, sometida por la gravedad. Su cualidad más importante es la de servir de soporte allí donde se genere el saber, no soporte para compensarse sino como tal, como estructura física. En este mismo estado (aunque en un grado de pobreza infe-rior) estarían las ondas de órbita abierta como la luz. Este estado de energía forma los diferentes mundos que cuelgan de la quinta dimensión, uno de ellos el nuestro. El segundo estado de energía ya no es considerar las ondas como ondas sino como esencia de lo que "es" una onda, o sea, "movimiento". Movimiento es evolución. El tercer estado de energía es considerar ese movimiento que evoluciona como un saber que se genera. Es la energía convertida en saber puro, en super energía. Este saber puro forma su propia dimensión: "la quinta dimensión". El saber, la quinta dimensión, y todas las que cuelgan de ella, forman un sistema energético que por sí mismo evoluciona. No es una simple cantidad de energía que se transforma, es una cantidad de súper energía que por sí sola aumenta alimentándose de ella misma. La quinta dimensión evoluciona porque se enriquece más y más de un saber que le viene dado de los mundos dimensionales que cuelgan de ella. De esta manera evoluciona. Evolucionar es dejar de ser estático, de ser igual, y

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para ello la quinta dimensión ha de moverse, moverse es movimiento y movimiento es energía. El movimiento, sin coste energético, genera un saber que también es energía, es la súper energía. Súper energía que también evoluciona y se acumula, creando un beneficio energético que se utilizará para generar un nuevo mundo. El movimiento es el común denominador de todos los estados de energía y juntos forman un sistema. Un sistema energético que, combinado entre sí, se hace autónomo y capaz de auto generarse, de crecer sin necesidad de aporte. El saber, la súper energía, es la única que sin necesidad de aporte de energía es capaz de evolucionar. Es un sistema energético que crece y se reproduce alimentándose de sí mismo. En él no hay espacio ni tiempo. Éstos son escenarios, mundos que él mismo crea para que le aporten saber. El saber crea mundos para que, como si de teatros se tratara, le aporten saber. El saber se alimenta del saber creado en sus propios mundos. Ese saber, cuando ha acumulado una nueva cantidad de saber (nueva y suficiente), latiguea y crea una onda, una acumulación de saber que es esencia de movimiento; genera una onda que es evolución en sí misma, esencia de saber. El saber latiguea, un sólo latigazo para cada mundo dimensio-nal. Es el puño que coge el látigo y lo mueve. El saber, desde su quinta dimensión, latiguea con uno de sus brazos y crea un nuevo mundo. Ese látigo, cargado de energía, ondea creando un nuevo mundo. A partir de ese momento, ese nuevo mundo es una cantidad de energía ya autónoma que, a su vez, también ondea de lleno hacia el vacío y viceversa. Uno de esos mundos es nuestro universo, una cantidad finita de energía que en un momento dado fue creada por el saber. El saber latigueó y lo creó, y para que pudiéramos tener movi-miento propio nos dotó de espacio y tiempo, y ahora gozamos de un espacio tridimensional, escenario de nuestra propia exis-tencia. También nos dotó de lo contrario, del vacío, para que ambos balanceen infinitamente de espacio tridimensional a

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vacío y viceversa. De big-bang en big-bang conservando infinitamente su condición de movimiento. "...de big-bang en big-bang, en una espiral ascendente que sólo puede llevar a un sitio...". Para entender el pasaje de saber a materia debemos establecer qué es una onda sin masa. Por ejemplo la luz. La luz se mueve pero no tiene masa. ¿Cómo algo sin masa puede moverse? Aparentemente algo sin masa no existe. Si no existe no puede moverse, y más aún en el vacío. Pero si en cambio decimos que es una onda sin masa, aparece como una idea. No diríamos que una onda sin masa tiene más existencia que una idea o un pensamiento. Esa onda sin masa, es sólo movimiento. Esa onda es puro movimiento, no necesita masa. Ya hemos explicado cómo se pasa de ondas de órbita abierta a ondas de órbita cerrada, creándose así masa. Las ondas de órbita abierta carecen de masa, son como una idea y pasan a convertirse en materia. Idea, la suma de ideas es El Saber, fuente y origen de todo. La súper energía. El propio saber en crecimiento es una onda, una onda que aumenta, un saber que evoluciona. Esa infinita evolución es una onda sin masa que se mueve y forma el saber. Cada mundo un teatro, generando un saber, para que El Saber, como único espectador, pueda alimentarse. Alimentarse es alimentar la quinta dimensión, que no es más que todo el saber acumulado, o sea "todo", incluyéndonos nosotros. Esta compleja trinidad formada por La Quinta Dimensión, El Saber y el saber, forman un equipo complejo. Tienen que ser tres, ya que ahí radica su perfección, la prima exactitud del tres, su relativa perfección es la que obliga a su existencia.Ese saber es la súper energía que, a diferencia de la que forma nuestro espacio tridimensional, por sí misma y por el solo hecho de existir, aumenta. ¿Podéis imaginar una onda que, una vez generada, cada vez fuese más rápido? Eso hace la súper energía. Ella misma, el súper mundo que forma, almacén de todos los mundos, igual

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que ellos está en expansión pero, a diferencia de los mundos tridimensionales, no termina en una gran contracción para empezar una nueva expansión. Esto ocurre en nuestros mundos tridimensionales porque es el momento necesario de formar parte, por un instante de la quinta dimensión. Es el momento de la transmisión de toda la información que forma el saber que va hacia ella. Ahí radica nuestra eternidad, en la participación de esa infinita expansión. La súper energía que forma la quinta dimensión únicamente se expande, no necesita contraerse en un momento dado para transmitir su saber a nadie. Ella misma es el saber acumulado, origen de todo. "De saber a evolución, de evolución a capacidad de movi-miento, de capacidad de movimiento a ondas, de ondas a materia'. A medida que el ente superior, la súper energía, se carga del saber de los mundos que ella misma ha creado, cuando acumula una cantidad de saber suficiente, latiguea nuevamente creando una onda, se desprende de una parte de ella misma en ese momento autónoma y con capacidad autónoma para gobernarse, para evolucionar autónomamente. Por eso es una onda, porque para evolucionar ha de ser movimiento puro y sólo éste es la esencia de la evolución. El movimiento, la esencia del movimiento, es una onda sin masa pues no la necesita. En el big-bang tridimensional la onda inicial que se formaba se fragmentaba en mini ondas de órbita cerrada debido a la fuerza del vacío. Por ella ser una cantidad infinita de energía, podía crear una onda que sobrepasase su propia velocidad. La onda inicial se obliga a auto fragmentarse, creando la materia y también el escenario: el espacio y el tiempo. Esa cantidad de energía de la que se ha desprendido el saber, inicialmente conectada a éste, compartía con él la quinta dimensión en la cual no existe el espacio ni el tiempo, ya que ellos están mezclados con el mismo saber que se ha ido acumulando. Al éste desprenderse de una parte de sí mismo, esta parte ha dejado de formar parte de la quinta dimensión y

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en su propia necesidad de dimensionar, de existir, se ve obligado a crear su propia dimensión. Si no lo hiciera, no podría moverse, y si no se moviera, se extinguiría. Él mismo es energía pura, capacidad de movimiento, y para conservar esto y así evolucionar, (condición necesaria para él) crea su propia dimensión, una de ellas la nuestra. En ese momento, ese saber autónomo balancea de su propia dimensión a su vacío inicial, de manera infinita y generando un nuevo saber que transmite a la quinta dimensión cada vez que se conecta con ella, justo entre cada big-crunch y big-bang. Así el ente superior se lleva el saber que se ha acumulado (beneficio energético, por otra parte innecesario) para que la energía qué sigue ahí genere infinitamente más saber y simplemente continúe en una infinita existencia. Todo este proceso energético se repite en todos los estadios. Los seres que vienen al mundo, a nuestro mundo, lo hacen para reproducirse, para aportar nuevos seres. Esa reproducción es en sí misma la evolución. Los nuevos mundos dimensionales que la súper energía (el saber) va creando, sirven para acumular más saber y contribuir así a la reproducción de nuevos mundos. La diferencia es que en el aparecer de nuevos mundos no es necesario que desaparezcan los antiguos, conservarán la energía, ya que estos nuevos mundos son creados con el beneficio energético en forma de saber. Entre todas las anteriores energías ya existentes, se han ido generando y acumulando estos mundos en la quinta dimensión. Si la aparición de un nuevo mundo conllevara la desaparición de otro o de una cantidad de energía equivalente a él, ya estaríamos en la paridad. No habría beneficio energético y por consiguiente, sería quedarnos estáticos en un punto carentes de evolución. La evolución es una condición necesaria de la energía y de la súper energía. Así la quinta dimensión sobrevive y permanentemente evolu-ciona, y todos sus mundos, como motores de esta evolución, permiten que se reproduzca.

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Quizá ahora pueda realmente dar el círculo por cerrado. Ahora puedo decir que doy mi visión del universo por termina-da.

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Epílogo

Querría dar una conclusión final a mi libro, poder decirle a los lectores cómo y por qué se me ocurrieron estas ideas. Si son una recopilación de ideas escritas siguiendo un propósito o si han ido apareciendo a medida que iba escribiendo el libro. Supongo que los que hayan leído lo hasta aquí escrito se pre-guntarán por mí. Si hay un científico, un filósofo o simplemente una persona cargada de imaginación. La curiosidad por los temas que se tratan en este libro me vino aproximadamente cuando estudiaba 2 de BUP a los 16 años. Fue entonces cuando escribí mis primeras ideas, las cuales no presentaban más que preguntas faltas de respuestas. Recuerdo una de ellas, la llamé "Teoría del calor volumen", presentándosela a mi profesora de física. A lo largo de los años me fui dando cuenta que, en definitiva, las mismas preguntas que yo me hacía todo el mundo se las hacía, y que las diferentes explicaciones que se me presentaban no me complacían. Sobre todo las de índole religiosa, que me han parecido siempre de lo más manipuladoras. Intentando encontrar mi propia respuesta, quise hurgar en nuestro mundo para encontrar algo que mis ojos viesen y no pudiera comprender, algo que aparentemente no tuviera explicación. Me pareció que la gravedad era una fuerza misteriosa que actuaba sobre todo, pero no conseguía comprenderla. Me pre-

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guntaba: ¿cómo es posible que los planetas se atraigan? Si entre los planetas no hay absolutamente nada... ¿cómo se atraen? La respuesta, cada vez que preguntaba, era muy sencilla: por la gravedad. Pero, ¿y qué es la gravedad? Una noche, aproximadamente en marzo de 2.001, se me ocu-rrió interpretar la gravedad como si de otra dimensión que nos rodea se tratara. Pensé que esa dimensión nos estaba aplastando permanentemente intentando hacernos desaparecer para llevarnos a formar parte de ella. Ahí es cuando por primera vez me encuentro con una idea que parece puede tener algo de verosimilitud. Estamos rodeados por algo indetectable para nosotros y que nos aplasta. Estamos ocupando un lugar que le pertenece a otra dimensión y ésta quiere recuperarlo. Esta dimensión ocupa lo que es nuestro vacío, y quiere recuperar el espacio que estamos ocupando llevándonos a él. Esto me llevó a conclusiones interesantes y divertidas a la vez, aunque me basé en un gran error. El volumen no era la causa de que esa cuarta dimensión nos quisiese aplastar. La propia exposición de mis ideas y no una idea preconcebida, me fue revelando errores en mi explicación, situaciones que se hacían imposibles, aunque ellas me sirvieron para acercarme a lo que creí podría ser una explicación. Una vez llegué a la conclusión de que no es el volumen sino la cantidad de energía que encierra un cuerpo, la que provoca la gravedad. Me fue mucho más fácil comprender la curvatura del espacio y el origen del universo. Me alegré mucho cuando en ese momento empecé a contrastar mis ideas con las de científicos internacionalmente reconocidos, y me di cuenta que no diferían tanto de las mías. El error evidente cometido al principio del libro me resultaba incómodo de conservar. Podría fácilmente haberlo destruido y recomenzar. Pero consideré que si ese error nació de mi errónea idea original y que ésta fue la qué me permitió, desarrollándola, llegar a donde había llegado, quizá conservar

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los errores sería bueno para que también los lectores llegaran a comprender lo mismo. Conservando el error inicial y desarrollando ideas fui llegando a nuevas conclusiones que, como ya he dicho, parecían algo más coherentes o, cuando menos, más parecidas a lo que científicos han escrito. Este solo hecho, para mí, ya lo considero un gran éxito. En ningún momento he pretendido inventar ninguna teoría ni atribuirme nada en absoluto. Sólo he escrito mis ideas, no por ello queriendo afirmar que son las únicas ni las primeras que se tienen al respecto, ni tan siquiera que sean lógicas, correctas o ciertas.

En el escribir del libro hay una pregunta que me persigue: ¿por qué nos creamos y destruimos sin motivo aparente más que en el nacer y el morir en una repetición infinita? Esta pregunta me aparecía permanentemente sin respuesta alguna que darle. Mi propia evolución en el libro la empiezo a tener cuando comienzo a plantearme el origen de la materia, dándome cuenta que todo lo que somos son ondas. La materia no es más que ondas dispuestas de una manera y, ciertas ondas, como la luz, son diferentes por estar dispuestas de otra. Decimos que unas tienen masa y las otras no. Esto me llevó a muchas conclusiones y posibilidades sobre el concepto de masa y el de energía. La masa es la cantidad de energía que posee un cuerpo y la energía es la cantidad de ondas que posee dicho cuerpo. La materia viene de la disposición concreta que se le da a las ondas, encerrándolas en torno a un punto de atracción. Esto no se puede conseguir desde nuestro espacio tridimensional, pero sí se puede conseguir si la energía que generan estas ondas proviene del vacío. En él hay acumulada una cantidad suficiente de energía que es capaz al liberarse (big-bang), de generar una onda con posibilidades teóricas de superar la velocidad de la luz. Como es imposible superar esa velocidad, la onda se fragmenta en mini ondas con una gran concentración de energía. Estas mini ondas son las partículas

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más pequeñas que existen y, agrupándose entre ellas, dan lugar a todos los otros tipos de agrupaciones de partículas. Desde la idea de cómo se crea la materia partiendo de las ondas llegué a la conclusión de que es en ellas donde tenemos la explicación, el origen de todo. ¿Y qué son las ondas? Aparentemente las ondas, si decimos que no tienen masa, no acabamos dé ver clara su existencia. Son movimiento y movi-miento es evolución, saber. Por fin conseguí encontrar una explicación a todo. Por fin conseguí encontrar el eslabón que me faltaba para comprender el por qué de ése nacer y morir sin justificación aparente. Entendí que una onda es algo inexistente, que es más una idea que una realidad, de ahí llegué a la conclusión de que una onda, por su carencia de masa, es más una idea. Y el conjunto de ideas es el saber, y luego es éste el que, en su existencia, se propaga acumulándose y creciendo. La evolución obliga a la autogeneración, es el saber que se acumula el que evoluciona. Interesante en el libro es la idea de las desigualdades, la materia orgánica como generadora de seres con capacidad de decisión propia. Esto permite la desigualdad. Esto mismo hace al saber que se acumula, permite que haya una desigualdad creándose un excedente energético que posibilita que haya cambio, o sea, movimiento, y, por consiguiente, evolución. En ese capítulo el ser humano tiene un gran protagonismo. Somos generadores de saber en un grado muy alto, en la fábrica de las mejores máquinas, aunque no tenemos por qué ser las únicas y no sabemos si las otras pueden ser mejores o peores. Cada noche que escribía llegaba a un nuevo final del libro y, cada vez que volvía a pensar en ello, volvía a escribir. Supongo y espero estar ahora escribiendo las últimas palabras de mi libro. Puede que encuentre alguna editorial que lo crea interesante y llegue a publicarlo algún día, o puede ser que no, en cuyo caso, me quedará sólo la satisfacción de haberlo escrito.

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Creí que ya había acabado, que no continuaría escribiendo y nuevamente así me veo. Hay una información que me es reciente que me obliga a plantear otra visión del nacer y morir de nuestro universo. Adelanto que creo puede conjugarse con lo dicho hasta ahora. La información es que al parecer el universo se está expan-diendo "en aceleración". Las galaxias se están separando unas de otras cada vez a mayor velocidad.

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Este hecho no se opone radicalmente al planteamiento hecho hasta ahora, pero de ser así nos obliga a cambiar ciertos aspectos. Antes de empezar debemos ser algo escépticos en cuanto a la idea de que el universo se expande en aceleración. El universo es tan grande que podría haber una parte del mismo que fuese atraída hacia otra parte, de mucha mayor masa y de momento indetectable para nosotros. Pero vamos a suponer que las mediciones son correctas y que el universo se está expandiendo cada vez a mayor velocidad. En este caso, el momento final de vida de nuestro universo será diferente. No tendremos un big-crunch. Aparentemente el universo se expandirá infinitamente. Esta parece una teoría con gran apoyo aunque no la creo así. Vamos a intentar analizar la idea de que el vacío es el causante de la gravedad dando origen y fin al universo, con el agregado de que éste se expande en aceleración. Si nos remontamos al origen del universo (big-bang) en él tenemos el origen de todo. Esta materia que se crea y se expande proviene del vacío, y éste quiere recuperarla, tal como ya hemos explicado. Interpretar que para recuperarla la irá acercando cada vez más hacia el punto que la originó, parece ser lo más claro, pero también cabría otra interpretación. Si el vacío ocupa la cuarta dimensión, está en todas las partes no ocupadas por nuestro espacio tridimensional. Siendo así, nos envuelve. Si esta energía de vacío nos envuelve, habrá mucha más de ella en lo que sería el entorno del universo que en su punto de origen. Su punto de origen está conectado con el entorno. Recordad que el espacio y el tiempo son parámetros de nuestro espacio tridimensional, pero no del vacío. El universo en expansión obliga a que éste tenga extremos, aunque después de ellos no exista nada, ni espacio ni tiempo. Si después de los confines del universo acaba nuestra dimen-sión y comienza la cuarta dimensión, la dimensión del vacío, desde ese envoltorio ésta puede aspirar nuestro espacio tridimensional cada vez más y con más fuerza, provocando que la aceleración aumente. El envoltorio del universo es todo

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él como un agujero negro de densidad infinita al carecer de espacio lo que obliga a que la velocidad de cualquier cuerpo que se le acerque, aumente infinitamente intentando aproximarse. Cualquier punto de materia está ejerciendo gravedad por estar conectado con el vacío, y también éste desde el exterior del universo está ejerciendo gravedad. Si la fuerza inicial es suficiente para permitir impulsar la mate-ria con una velocidad que escape del campo gravitatorio inicial, esta materia podrá pasar al campo gravitacional negativo que ejerce el mismo vacío desde el exterior del universo. Pudiendo esto ser así, el final del universo no podrá ser un agujero negro. El universo debe nacer y morir como hemos explicado. Para poder desaparecer y pasar a formar parte del vacío, de esa energía de vacío, nuestro espacio tridimensional ha de llegar a ser como la misma energía de vacío. Para que pueda suceder esto, el vacío, desde el exterior, irá acelerando cada vez más la expansión del universo hasta la velocidad de la luz. Límite inalcanzable para nuestro espacio tridimensional, en el cual todo se convierte en energía pura. Todo se convierte en ondas de órbita abierta que pueden mezclarse con el vacío. En ese momento, ese extremo del universo está dejando de expandirse y pasa a formar parte del vacío. La materia va llegando a ese punto, aunque no exactamente la materia sino todo nuestro espacio tridimensional, estirándose va llegando a ese punto en el que espacio tridimensional y cuarta dimensión se mezclan. Esto implica forzosamente que, si bien todo el universo está en expansión, puesto que el espacio tridimensional que va ocu-pando el extremo está desapareciendo, realmente todo el universo está menguando en su propia huida hacia fuera. El universo ya sea en sus extremos o comprimido en un punto desaparece en contacto con la cuarta dimensión. El final de este proceso no es necesariamente un big-crunch, pero puede comparársele ya que es el vacío quien va ganando

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cada vez más terreno en nuestro espacio tridimensional hasta absorberlo del todo. Sucediendo esto se prepara un nuevo big-bang. El universo no se está expandiendo, sino que está menguando a la velocidad de la luz. La teoría del universo, con una expansión en aceleración, me ha obligado a esta reinterpretación y también me obliga a plan-tear argumentos en contra de la misma que dejen nuestro uni-verso como lo teníamos. Una idea en contra podría ser que la materia en expansión nace a una velocidad máxima en el big-bang y poco a poco va frenándose, tal como a lo largo del libro hemos explicado. Sucede que los estudios del universo parecen revelar que las galaxias se separan cada vez a más velocidad, y esto puede ser así pero quizá no exactamente así. Las primeras partículas creadas y que viajan expandiéndose, formando lo que sería el exterior de nuestro universo, no sólo se están desplazando sino que, además, están estirando el espacio-tiempo que dejan detrás de sí. Están estirando nuestro espacio tridimensional. En las mediciones que hacemos de las galaxias, hemos de tener en cuenta que se hallan flotando en un espacio tridimensional en crecimiento, lo cual nos puede falsear las mediciones de velocidades. Recordemos que en el universo nuestro escenario está formado por el espacio-tiempo y éste es elástico. En estos momentos podríamos encontrarnos con que el uni-verso en su extremo ya se está contrayendo mientras que en partes más próximas al origen aún se está expandiendo. No intentemos justificar el universo en contracción en su extremo y a la vez en expansión acelerada en partes más internas, ya que nos confunde. Pensemos en un universo en expansión e imaginemos que sus galaxias van a velocidad constante (esto la gravedad no lo permitiría).

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Siendo así, midiendo estas velocidades, al estar el espacio tri-dimensional expandiéndose, parecería que las galaxias se están separando, cada vez a mayor velocidad. La elasticidad del espacio-tiempo, del mundo tridimensional en que vivimos, puede confundir las mediciones que del mismo hacemos. Me resulta más fácil comprender el universo en un nacer y morir de expansión a contracción que en una expansión cons-tante. La expansión en aceleración interpretada en líneas anteriores podría ser aceptada, pero la expansión constante en aceleración y llevada al infinito, no creo. Ahondaría en lo mismo interpretar ese infinito como el vacío. De ser así, ambas interpretaciones vendrían a decir lo mismo, lo ya dicho, cuando el espacio tridimensional se conecta con el vacío, desaparece, ya sea menguando o expandiéndose. Si bien el término infinito es aceptable en el vacío, en nuestro mundo tridimensional no cabe más que en teoría. Las velocidades en nuestro espacio tridimensional están limi-tadas por la velocidad de la luz. Un universo en infinita expan-sión acelerada obligará a que ésta llegue a la imposible velocidad de la luz, lo cual implicaría su desaparición o la creación de otro universo con unos parámetros de espacio-tiempo diferentes a los del nuestro.

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OTRA NUEVA PARTE DEL LIBRO…

Espero tener tiempo para acabar este libro y también tiempo para que alguien lo lea por que el tiempo realmente se acaba. Nuestro final, nuestro final tanto a nivel de individuo como final a nivel de especie. El final de nuestro espacio tridimensional llamado big-crunch también es uno de nuestros finales aunque no es al que nos vamos a referir ahora. Nuestra propia evolución amenaza nuestra especie, no tanto nuestra evolución técnica que lleva a la sobreexplotación de nuestros recursos, si no nuestra evolución intelectual. Nuestro final, nuestro apocalipsis como especie estoy refiriéndome, y también nuestro final como individuo, que es todo lo contrario, ya que es nuestro final como individuo el que permite que perduremos infinitamente dejando nuestro legado. Como ya se ha dicho, todo lo que es, es por que ondea. Ondear es en si mismo la capacidad de crear espacio tiempo, o sea energía. Todas las ondas que forman nuestro espacio tridimensional, a su vez se compensan con la onda plana existente en el vacío, en la cuarta dimensión, soporte de nuestro espacio tridimensional. Es esta compensación la que crea la onda, es la propia existencia de la onda. De esta manera ondeamos, existimos y somos así un escenario generador de un saber que se acumula ayudando a formar la quinta dimensión. Nuestro mundo tridimensional, nuestro universo, a su vez también ondea con todos los universos paralelos que cuelgan de la quinta dimensión. Todos ellos ondean generando un saber que se acumula. Cuando en la quinta dimensión se genera una cantidad de información en forma de saber, nueva

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y suficiente, se desprende de dicha cantidad generando un nuevo mundo que estabiliza el desequilibrio que se había ido creando. En ese instante hay paridad, hay estabilidad. Será el nuevo saber que se va generando el que destruye esa paridad, ese equilibrio, permitiendo que se genere un excedente energético que desequilibra permitiendo que se ondee y así se genera un nuevo mundo. Como vemos, todo se compensa. Todo ondea. De esta amalgama de ondas tenemos el privilegio de participar. Hemos de analizar cual es nuestro papel y que consecuencias tiene, para así averiguar qué somos y qué hacemos y sobre todo como individuo, cual es nuestro final. Esto último es lo que realmente preocupa a las personas. Nuestra muerte, no como especie sino como individuo. Nuestro miedo a morir se hace patente en toda nuestra historia y las respuestas planteadas en la mayoría de los casos, no han sido otra cosa que manipulación y deseo de poder. Aquí religiones y sectas tienen su mayor protagonismo. Si hiciéramos una encuesta y preguntáramos que es la muerte, nos encontraríamos con un variado abanico de respuestas. Si las tuviéramos que agrupar en dos conjuntos, los llamaríamos: -Nuestro mayor miedo. -Nuestra mayor ignorancia. Es curioso que algo que ignoramos de tan increíble manera, nos produzca a la vez tanto miedo cuando no lo conocemos, pero es así. Lo mejor es no pensar en ello, aunque podríamos plantear que quizá no tiene por que darnos tanto miedo.

Nuestro mayor miedo, nuestra mayor ignorancia…La muerte.

Para analizar la muerte que tanto nos espanta, tendríamos que analizar primero que es la vida a la que tanto nos aferramos al igual que se aferraría el pato Donald a que no apagáramos el televisor.

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El querido pato Donald es un buen ejemplo. ¿Por qué Disney crea a Donald? Lo mas lógico es que lo crea para satisfacción de él mismo y de todos los que lo pudiéramos ver. Lo crea y lo desarrolla , haciéndolo popular y divertido. Le da vida propia, puesto que le dota de personalidad y carácter. Su personaje se comporta como individuo, siendo su propio evolucionar el combustible de su propia evolución. El personaje evoluciona a medida que se crea. En un momento dado, cuando el personaje deja de evolucionar, aparece la necesidad de que se cree un nuevo personaje con capacidad de seguir evolucionando. Así el autor crea otro personaje de caricatura el cual también tendrá carácter y personalidad, con la posibilidad de evolucionar. Aunque no se volvieran a dibujar historias de Donald no querría decir que hubiera muerto, lo seguiríamos teniendo, su legado permanece. El legado de una persona existe justo en el momento en que la persona deja de existir. Es el legado el que marca la continuación entre la vida y la muerte. El legado de hoy es la justificación de la creación de ayer. El legado de Donald, ya que es una criatura creada por el hombre, es un legado terrenal. Vamos a intentar analizar cual es el legado del ser humano, pero para que este análisis sea entero, lo analizaremos en un escenario superior. Este escenario superior, es la quinta dimensión. Es ahí donde se acumula todo el saber. La quinta dimensión como ya hemos dicho, es el saber que se genera en todos los mundos paralelos que cuelgan de ella, creándola así como almacén de saber acumulado. Vamos a comparar a esa quinta dimensión como una inmensa onda que avanza como si de una anaconda se tratara. Nuestro cometido en esa onda puede hacernos ver nuestra existencia y también el por qué de nuestra eternidad. ¿Qué somos para esa inmensa onda? Esa es la gran pregunta. ¿Qué somos y cómo afectamos o influimos a esa anda?

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Esa inmensa anaconda que ondea, está formada toda ella por células con capacidad de contraerse y estirarse variando así su posición y permitiendo el movimiento. Al ser humano y a todos los seres vivos, los podríamos comparar con esas células. Cada ser una célula, cada célula formada por el recuerdo del saber que es la propia existencia que tuvo cada individuo en su mundo, y que en el momento en que dejo de existir, transmitió ese saber a la quinta dimensión, aportándole saber que es para ella energía, su energía particular que permite a la quinta dimensión así también tener movimiento. De esta manera, nuestra existencia que se transmite a la quinta dimensión, le da energía para que avance, para que se mueva. Su movimiento no tiene nada que lo detenga. Permanecerá en la infinita existencia de la onda y nosotros con ella. La onda no tiene nada que la frene. Cualquier empuje que recibe de cualquier nueva célula que se le suma, le sirve para ir mas rápida, para tener mas movimiento. Si entendemos que el resultado de nuestra vida, sea mayor o menor, permanecerá eterno en un movimiento sin fin, podemos concluir que el fin de nuestra vida no tiene que preocuparnos ya que siempre permaneceremos en forma de aportación de saber a la quinta dimensión que se traduce en energía. Siempre permaneceremos y formaremos parte de una energía, nunca dejaremos de existir. Dejar de existir como individuos en nuestro espacio tridimensional, no implica desaparecer. Simplemente finalizar una etapa para dar paso a otra. Esta aportación de saber que recibe esta onda, la quinta dimensión, es la que le da energía para que ondee. Gracias a la aportación de saber de todas las células que forman parte de la onda, ésta es capaz de crear una nueva cantidad de energía en forma de saber de la cual se desprenderá creando así un nuevo universo paralelo, creador de nuevos seres que a su vez también le aportarán saber enriqueciendo así la onda. De esta manera, cada uno de nosotros se transmite a los nuevos mundos, formando parte de su creación, formando

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parte de ellos mismos, volviendo así nuevamente a la quinta dimensión participando infinitamente de una constante evolución. Al igual que la naturaleza tiene su circulo de la vida, en el cual los animales mueren para formar parte de otros animales y estos a su vez , la energía de nuestro espacio tridimensional en forma de saber también tiene su círculo de vida. Sobrevive pasando a la quinta dimensión para así contribuir a la creación de nuevos mundos asegurando así su continuidad. Simplemente no morimos, pasamos a formar parte de una realidad diferente. Nuestro legado empuja la onda y permite que se reproduzca. Participamos de su propia reproducción, luego continuamos. Seguimos en la onda. La onda sólo admite nuevos pasajeros. El que sube ya nunca baja. Sigue y contribuye a su reproducción en la creación de nuevos mundos generadores de nuevos seres con capacidad de decisión propia y así capacidad de aportar nuevo saber. Los antiguos seres de un mundo, permanecen en la existencia de seres de nuevos mundos. Todos los seres son causa y efecto de todos los mundos. Cada nuevo mundo se enriquece de todos los seres que han existido anteriormente. El final de nuestra vida es el principio de una nueva en la que el espacio y el tiempo no existen. Todo continua, todo sigue y nosotros con ello. No tiene que asustarnos ese cambio, ya que precisamente por ser un cambio lleva consigo la idea de continuidad, evolución y permanencia. Hemos estado hablando del cambio como individuo, la muerte. Ahora hablaremos del cambio como especie. Tampoco debería de preocupar al individuo el cambio del cual hablaremos a continuación, aunque por ser mas catastrofista puede parecernos terrible. Me refiero al final como especie. Nuestro apocalipsis. Antes decía que nuestra evolución intelectual amenaza nuestra especie.

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Pensemos que algo es y existe en tanto en cuanto tiene movimiento y evolución. El quedarse estático, carente de evolución implica la extinción. Todos los individuos y también todas las especies, en el momento en que dejan de aportar, simplemente desaparecen. Como individuos mueren y como especie desaparecen ya que la evolución de otras los hace desaparecer. Si el ser humano deja de evolucionar, deja de crear nuevo saber que se acumula, simplemente será una cuestión de tiempo que este planeta se convierta en el planeta de los simios, y los seres humanos como mucho seremos sus mascotas. Nuestro aporte y con ello nuestra posibilidad de continuidad, quedaría reducido a dar satisfacción o servir de alimento a otra especie que su evolución supere a la nuestra. Es necesaria la evolución de la especia para perpetuar su continuidad. El aporte de saber y con ello la evolución de una especie, puede detenerse por dos motivos: Uno seria el ya dicho. Simplemente se ralentiza su evolución con respecto a otras especies. Esto lo vemos en la naturaleza y es la esencia de la evolución. Unas especies desaparecen para dar paso a otras. El otro motivo es todo lo contrario. Sería el dejar de aportar, el dejar de generar saber por simplemente llegar a saberlo todo. En el momento en que el ser humano sea capaz de dar respuesta a preguntas que están por encima de nuestro conocimiento, desafiando a nuestro espacio y tiempo, en ese momento cualquier aspecto terrenal de nosotros mismos será banal y carente de aporte. Nuestra propia existencia como especie ya no se justifica. Cualquier cosa que el ser humano siga haciendo ya no representará aporte, con lo que la evolución se habrá detenido. En este caso nuestro parar ha sido no por dejar de evolucionar sino por llegar al máximo de nuestra posible evolución. Este final es conocer las verdades absolutas, las verdades superiores por llamarlas de alguna manera.

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En el momento que el ser humano pueda saber, plantearse y llevar a cabo acciones que permitan desplazarnos por nuestro espacio-tiempo desafiando las leyes físicas que rigen nuestro universo, en ese momento dominaremos nuestro propio escenario. Dominaremos el espacio y el tiempo. Tener la capacidad de generar espacio y tiempo es la idea básica de ondear, de generar energía. Energía es la capacidad de crear espacio y tiempo. Dominar el espacio y el tiempo es dominar la energía. En ese momento, cualquier aporte de saber de nuestra existencia ya no resulta ni anecdótico. Simplemente nuestra evolución se ha detenido. Dominar el espacio y el tiempo es algo aparentemente tan sencillo como superar la velocidad de la luz. La velocidad de la luz marca un máximo teórico en nuestro universo en el cual estamos encerrados y no podemos escapar. Escapar de este máximo teórico, implicaría desplazarnos en el tiempo. Poder viajar en el tiempo dentro de nuestro espacio tridimensional y también viajar saliendo de nuestro universo desplazándonos a otros universos paralelos que cuelgan de la quinta dimensión. Nuestra evolución habrá llegado a su fin por pasar ser y formar parte de la quinta dimensión. Tendríamos la posibilidad de escapar de nuestros propios limites y no a través de nuestro final como individuo, si no a través de nuestro máximo evolutivo pasando a formar parte de la quinta dimensión. No podemos predecir cuando esto se producirá, si bien Einsten levantó la bandera de salida. Ahora ya corremos en una dirección. Es el sueño de todos los seres humanos y a ello vamos. Nosotros mismos con el beneplácito de la quinta dimensión, buscamos nuestra propia extinción como especie. Nuestra aniquilación como especie ya hemos dicho se producirá por saberlo todo, con lo que nosotros mismos sin darnos cuenta detendremos esa evolución, y la única manera es extinguiéndonos y desaparecer para volver a renacer como especie.

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La quinta dimensión se beneficia de nosotros en tanto en cuanto le aportamos. Así le somos útiles. Aportarle el conocimiento superior que es ella misma, no es mas que conocerla perfectamente y eso no le es necesario. En ese caso nuestra única opción es retroceder. Reempezar y desde atrás volver a evolucionar. Podemos estar muy cerca de alcanzar conocimientos que nos acerquen mucho a la situación planteada los cuales están haciendo temblar nuestra continuidad como especie y esto como individuos no lo notamos, pero todo el ecosistema que forma el ser humano y el planeta tierra si lo nota y responde. El planeta tierra y todos sus individuos en una interacción total están respondiendo a estos efectos y los resultados de ello pueden ser las situaciones catastrofistas a las que nos podemos enfrentar como el efecto calentamiento de la tierra así como el oscurecimiento de la misma. Estos primos hermanos trabajando juntos nos llevaran al cambio climático impidiendo la vida humana en nuestro planeta. La tierra se convertirá en un escenario imposible de habitar para nosotros. El planeta tierra cambiará y nosotros desapareceremos con ese cambio para renacer en lo que será el amanecer de una nueva especie. La futura existencia de una especie igual a la nuestra, dependerá de la casualidad y el azar futuro que lleve a la aparición de nueva materia orgánica que en su nueva situación medioambiental pueda evolucionar de igual manera a nosotros dando lugar así a una especie igual a la nuestra, aunque esto no tiene por que ser así. Nuestro final por llegar a un conocimiento absoluto es cuando menos un hecho glorioso. Habremos desaparecido por ser capaces de evolucionar a un grado tal que nos permita entrar en la quinta dimensión por una puerta que no es la habitual. No es que la quinta dimensión nos quiera tener encerrados en una jaula formada por nuestro espacio-tiempo. La quinta dimensión ya nos hace participes de ella misma individuo a individuo en nuestro aporte de saber, y el momento en que morimos es el paso a la eternidad, el formar íntegramente parte de ella.

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Lo que conseguimos evolucionando a ese punto es desafiar a la quinta dimensión queriendo pasar en vida a formar parte de ella. Eso sería lo mismo que pretender ser huéspedes eternamente de un individuo al cual no se le aporta nada, sólo parasitarlo indefinidamente. Llegar al final de nuestra existencia como especie, a nuestro apocalipsis, gracias a alcanzar nuestro máximo de evolución es cuando menos, como decía antes glorioso. Es un final feliz comparable a un renacer. Otra cosa es llegar a nuestro final no por lo dicho, si no por ser tan patanes que estando muy lejos del final planteado, destruyamos nuestro planeta por el mal uso que del mismo hacemos. Einsten cuando abrió la caja de pandora y nos dijo que E=mxV2 nos comunicó el saber para poder ser dueños de nuestro final y poder escoger nuestra propia ejecución. Utilizando bien esa ecuación podemos llegar al conocimiento absoluto, pero utilizándola mal nos podemos quedar muy distantes del mismo si por ejemplo provocamos una guerra mundial con armamento atómico que lleve a nuestra propia exterminación. Ahí tendremos que decir “bravo por el ser humano.” También tendremos que decir lo mismo si llevamos al limite nuestro planeta provocando un cambio climático que nos extermine como especie. Nuevamente “bravo por el ser humano.”

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Es julio del 2.007 y espero ya poder decir que doy este escrito por acabado. No sé qué hacer con él, porque cada vez que lo releo lo modifico. Quizá guardarlo y olvidarlo sería lo mejor, estos temas parece que no interesan a nadie. Para los que no me conocen quiero decirles que mis estudios de física se limitan a los adquiridos en la enseñanza general básica y que mi documentación para escribir este libro ha sido ninguna con lo que no hacer mucho caso de lo dicho. Vale decir a favor de lo escrito que Hawking llego a la conclusión de que en los agujeros negros se perdía parte del universo, perdiéndose totalmente la energía contenida en esta parte. Parte de la comunidad científica durante treinta años estuvo en contra pero no podían arre batir estos argumentos. Las matemáticas de Hawking eran irrefutables. Hizo falta que éste treinta años después concluyera que en los agujeros negros se perdía la energía pero no la información. Esta información era enviada a partes del universo donde no existían agujeros negros. En mi planteo, la información de lo que son las cosas no la considero, la materia inorgánica en este sentido me es indiferente

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centrándome en la materia orgánica y su capacidad de crear seres capaces de razonar. Es el conocimiento que permite la razón el único que me ha parecido relevante llamándolo a este “El Saber”. Es el saber el que debe perdurar. Pensar que esta información o saber es enviada a otras partes del universo en las que no hay agujeros negros no difiere mucho de pensar que este saber generado en nuestra tercera dimensión es recuperado y enviado a la quinta dimensión utilizando para ello la transmisión de energía de la tercera a la cuarta dimensión a través de los agujeros negros.El solo hecho de mencionar a Hawking en este libro me da pavor ya que sólo se de él lo que en algunos programas televisivos he visto, pero en cualquier caso he querido escribir mi idea de lo que es el universo, su creación y la propia existencia de todo sin por ello pretender más que escribir mis ideas, ni como las primeras ni como las únicas.Siempre me ha producido un gran rechazo el uso que el ser humano, a través de las religiones ha hecho de la idea de qué es Dios y de la creación. En este libro he pretendido negar la existencia de Dios para luego afirmarla. Para mí Dios es la quinta dimensión. Es la energía en forma de saber que se acumula formando la quinta dimensión. Un saber que se genera en los mundos tridimensionales que cuelgan de ella. Ella crea los mundos dimensionales que se desprenden de ella y ella misma se alimenta del saber que en ellos se crea. Ambos son causa y efecto, creadores ambos y ambos creados. La energía es movimiento y la esencia del movimiento es evolución. Para que haya evolución ésta ha de ser positiva. Si el aporte de energía es positivo, hay evolución. Esto implica que nuestra actitud ha de ser positiva para transmitir en nuestra existencia una energía positiva a la quinta dimensión. Una actitud positiva, sana y natural es lo que se espera del ser humano. Muchas religiones en su afán por dominar el ser humano, intentan decirnos y obligarnos de cómo debe de ser esa actitud.Para plantear la creación, plantean un dios creador, señor de todos los señores, con una forma no muy definida de lo que es,

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y eso sí, con unos seres hechos a su imagen y semejanza tales como ángeles, demonios, mesías o profetar etc., encargados de hacer llegar su mensaje al hombre.Utilizan la idea de la creación y de Dios mismo como arma de dominación del ser humano. Si a esta arma le damos forma humana, la hacemos mucho más eficaz. Es el arma perfecta. De esta manera se domina al ser humano, enfrentando a las personas entre ellas por lo que realmente se diferencian, su religión. No es su raza o sus orígenes, ni su poder económico o su lengua, es su religión lo que los hace diferentes y por lo que deben enfrentarse. Este enfrentamiento es utilizado por los poderosos en su interés y seguirles en ese enfrentamiento no es más que seguirles el juego en su carrera de ansia de poder. Los motivos que llevan a los individuos poderosos a actuar así son diferentes. A unos les mueve simplemente el dinero. A otros, los individuos realmente más importantes y peligrosos, les motiva el ser diferentes al resto de los humanos, el sentirse superiores por dominar a las masas, el creerse portadores de un mensaje, el sentirse elegidos por Dios para preservar su voluntad en la tierra.Esa sensación de poder es mucho más placentera que la que da por ejemplo el solo hacho de amasar dinero. Cuando alguien sale a una plaza pública y miles de seguidores le aclaman por ser portador del mensaje divino, siente realmente la sensación de poder. Una vez la prueban, se vician absolutamente de esa sensación, haciéndose adictos a ella y sólo queriendo más y más.Que el ser humano se libere de esto será prácticamente imposible. Existe desde el principio y siempre lo tendremos. Para que este tipo de religiones tengan estos efectos, los dioses de las mismas han de ser superiores a nosotros y así creadores de todo. De esta manera son dignos de que les tengamos devoción, adoración y obediencia. Los adoramos por ser superiores al ser humano. Los adoramos a ellos y a sus enviados. A estos también los adoramos y por ser enviados del ser superior, hay que creer lo que digan y rendirles obediencia.

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Las personas que han intentado transmitir un mensaje de cómo tiene que ser nuestra conducta de tal manera que lleve a una mejor convivencia y entendimiento, en definitiva a que las personas sean más felices, realizan una labor muy positiva. Todo lo otro es lo ya dicho. Para que alguien pueda ponerse en la situación de explicar y decir cómo debería de ser nuestra actitud y conducta, debe estar motivado por unos sentimientos puramente de bondad y amor al prójimo. Si lo que prevalece en el que se pone en la peligrosa situación de transmitir mensaje o voluntad divina de cualquier índole es otro tipo de sentimientos o intenciones, tenemos simplemente un pequeño o gran dictador, mejor dicho, un verdadero demonio. Hacer llegar a las personas la Fe en algo superior y creador, es una posición en la que muchas personas se han puesto, unos dicen que el mensaje divino les ha llegado directamente de la divinidad, y otros se han limitado a transmitir ese mensaje que les ha llegado de otros como ellos. Parece que el ser humano necesita de esas personas a juzgar por la cantidad que de los mismos siempre ha habido. Si es una evidencia que la humanidad a diferencia de la naturaleza, necesitamos de esto, debemos aceptarlo. El ser humano necesita que le den una explicación a aquello que desconoce y que le angustia. Si la labor de estos mensajeros, en este sentido tranquilizan al ser humano, independientemente de cuanto transmitan de verdad o no, su labor podría decirse que buena. Si se exceden en sus atribuciones, ya no movidos por la bondad y amor al prójimo, si no motivados por deseos personales de otro tipo tales como los ya comentados, estos individuos se convierten en terriblemente peligrosos para la humanidad, haciéndola retroceder en su pensamiento, así como limitando terriblemente su felicidad, y como ya hemos dicho, para que los seres evolucionen deben ser felices, y la felicidad de estos necesita de su libertad para que pueda existir.

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En todo este barullo de ideas, de mesías y de dioses, no me cabe en mi lógica de pensamiento atribuir mérito alguno mas que a Einsten. A mí parecer, ha sido el único que ha aportado algo de lo que puede emanar respuesta a todo. Ante su ecuación E=mxe2 me quedo como los simios de la película 2001 una odisea del espacio delante del monolito.Este quiere representar todo el saber, lo que con este hagan, eso ya es cosa de los monos.Esta compleja ecuación puede dar la explicación a todo.Imagino a Einsten dándose un montón de quebraderos de cabeza para llegar a ella. Debió de llenar innumerables hojas de matemáticas, interminables series de igualdades para intentar explicar matemáticamente ese mensaje que tenía muy claro dentro de él, pero dificilísimo de hacerlo entender.Las ondas son energía, estas ondean y se expanden. Toda onda se expande alrededor de un punto lo cual implica que estas se expanden en función de la onda precedente, al igual que hacen las ondas en el agua cuando por ejemplo arrojamos una piedra a un estanco. Al ser una expansión creciente, matemáticamente, esta expansión forma una ecuación que aumenta con el cuadrado.En el agua, las ondas se transmiten a una velocidad en función de la densidad del agua. En el espacio, la densidad de este nos da como velocidad de propagación la velocidad de la luz. La luz es lo que puede propagarse a mayor velocidad por el espacio al ser esta una onda de orbita abierta.Por tanto, será la velocidad de la luz la que se tendrá que considerar en la ecuación, y esta será elevada al cuadrado ya que la expansión de la onda que genera, aumenta en función del cuadrado.Esta velocidad de propagación que aumenta con el cuadrado, es la que hay que multiplicar por algo para que entre ambos nos de el máximo de energía que puede haber.Einsten ya nos dijo que es la masa ese factor a multiplicar, y quiero entenderlo pero no sé cómo. Masa es la cantidad de

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energía que posee un cuerpo. Es por consiguiente la cantidad de ondas que posee. Estas ondas en el espacio tridimensional, tienen su equivalente en el vacío. Están en forma de ondas comprimidas en el vacío. Ahí son soporte de energía de su equivalente en el espacio tridimensional. Antimateria y materia. A ambos lados de esta ecuación tenemos una igualdad. La antimateria es la energía comprimida en el vacío equivalente a esa misma cantidad de energía expandiéndose en el espacio tridimensional. Esa energía que ondea en el espacio tridimensional, lo hace en forma de ondas cerradas que ondean hacia su interior en busca de conectarse con el vacío, o bien lo hacen expandiéndose hacia su exterior queriendo llegar a mezclarse con el vacío.Tenemos una igualdad. Energía es igual a energía. Materia es igual a antimateria. Toda la energía contenida en el universo, ya sea en forma de ondas de órbita cerrada que componen la materia o en formas de ondas de órbita abierta como la luz, todas tienen su equivalente de energía en el vacío en forma de onda plana que no se propaga, sólo sirve de soporte del espacio tridimensional. Esta equivalencia se conserva tanto para todo el universo como para una parte de él. Cualquier trozo de materia que podamos sostener en una mano, nosotros mismos también, tiene su equivalente en el vacío. El vacío, la cuarta dimensión como almacén de toda la antimateria. La igualdad debe persistir. ¿Qué es lo que diferencia un lado y el otro de la igualdad? En el lugar de la antimateria, no hay espacio, es el vacío, la cuarta dimensión. Por contra, en el otro lado de la igualdad, el espacio tridimensional, sí hay espacio. En un lado hay espacio y en el otro no. Con el espacio se introducen la variable del tiempo y por consiguiente velocidad.Si toda la energía que hay comprimida en el vacío, equivale a la del espacio tridimensional en el cual hay espacio y tiempo, la velocidad máxima para recorrerlo tendrá que ser igual a la del vacío, igual o equivalente. Esta será cero ó infinito. Cualquier cantidad de energía que tenemos en el vacío en forma de antimateria, equivaldrá en el espacio tridimensional a “algo”

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que multiplicado por la velocidad a la que se pueda propagar, que como ya hemos dicho es la velocidad de la luz, y esta ha de ser al cuadrado.Ese algo que acabo de mencionar, es lo que no consigo entender. Ese algo es la masa, pero cómo definirlo…Ojala estuviera aquí Einsten para explicármelo.Por diferencia, ese algo, es la diferencia entre toda la energía y su capacidad de propagación.Para poder entender esta complicada ecuación, habrá que incorporar algo misterioso que supongo debe de ser la gravedad. El efecto de la gravedad diferencia el estado de el vacío como antimateria del espacio tridimensional.La gravedad de un cuerpo viene dada por su masa, y da como resultado un peso. El peso de un cuerpo, será por tanto la relación de atracción que se ejerce entre ese cuerpo y otro con el que se compare. Será la masa de ambos la que determinará su gravedad.Si imaginamos que todo el universo son dos cuerpos, toda la energía de ambos estaría condicionada por el peso de uno y otro para con uno y otro multiplicado por la velocidad para unirse, colapsarse un cuerpo contra el otro y finalmente desaparecer engullidos por el vacio.Intuyo que la ecuación de Einsten de E=mxe2 va por estos acertijos, pero no consigo entender más. Puede ser que lo deje aquí como en tantas otras ocasiones me ha pasado o puede ser que continúe en otro momento de inspiración. Ya veremos…Creo que la esencia de la idea ya ha estado expuesta. Continuar sin mayores conocimientos se me hace imposible. Por otro lado no es mi propósito llegar a entender la ecuación de Einsten. Me basta con creer que esta tiene sus orígenes en la equivalencia entre materia y antimateria, entre espacio tridimensional y vacio.Es un poco la idea básica en torno a la cual gira mi libro y con eso ya me conformo.Es curioso que la velocidad de la luz que interviene en la ecuación sea 300.000 Kmxs. Realmente no tengo ni idea de

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por qué, pero si tuviera que ponerle una cifra, creo que esta debería empezar por tres. Es el tres el de trinidad. El tres simboliza la perfección. Es el tres de espacio tridimensional, este está compuesto por tres planos, expandiéndose en las tres direcciones, se ocupa todo el espacio tridimensional. Creo debe de ser el tres el número que encabece esa cifra. El resto de ceros, no sé cómo se llega a ellos.La luz, el vacio, la gravedad etc., etc. Desde el principio del libro hablando de ellos y sin llegar a entenderlos.Quiero realmente poder decir que aquí en este punto, marzo del 2009 dejo de escribir. Aquí, mi libro, incompleto e inacabado, está llegando a su final. Comprender la realidad que nos rodea es una labor tan difícil que creo que nunca llegaremos a comprenderla del todo. Esta es precisamente la historia que no encuentra ni su principio ni su fin.

Hablando de tantos temas siempre me dejo alguno, un nuevo pensamiento lleva a una nueva idea, y quien sabe, quizás otro capítulo que forma parte de un sin terminar, escusa y a la vez pretexto de mi insomnio.Pensando y releyendo lo escrito una y otra vez durante este agosto del 2009, me pregunto qué es la correcta actuación del ser humano. El Ser, si es feliz evoluciona. Para ello ha de ser libre, esto ya está dicho. Pero nuevamente aparecen dudas o interpretaciones que nos llevan sin poder evitarlo a debates morales y religiosos.El ser humano, el ser humano y el no humano, todos los seres inteligentes con conciencia de sí mismos, tienen capacidad de elección. Pueden hacer una cosa u otra, La primera podríamos decir que es el bien y su opuesta sería el mal. El bien y el mal existen y podemos elegirlos libremente. Si esta capacidad de decisión existe es precisamente porque los distingue, el bien es diferente del mal aunque no sepamos cual es uno y cual es otro.

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Hecer el bien es estimular la sinergia positiva, permitiendo que la evolución que en definitiva es una onda progrese más, con lo que es de suponer que hacer el bien es lo mejor.Todo lo que sucede, sucede por algo y para algo. Si sucede que podemos elegir entre hacer el bien o el mal, aunque no sepamos cual es uno y cual es otro, por fuerza las consecuencias de escoger uno u otro han de ser diferentes.Yo creo que el bien, por alimentar la sinergia positiva, es la opción que más aporta a la evolución, y si es esta la tabla de medición que hemos de considerar como la principal, hacer el bien es mejor. No puede ser que hacer el bien o hacer el mal tenga en nosotros mismos y en nuestro futuro las mismas consecuencias, independientemente si sabemos qué es el bien y el mal.Hacer el bien por consiguiente debe ser la pauta de conducta a seguir. El ser humano que haga el bien será premiado, o si no es premiado, la consecuencias de sus actos serán más valoradas, tendrán las consecuencias de sus actos, valga la redundancia, unas consecuencias mayores.El gran debate es establecer qué es el bien y qué es el mal.Mi opinión es que para que el ser humano haga el bien, debe buscarlo en sus reacciones más primitivas e instintivas.El ser nace, crece, se reproduce y muere, y además el humano aprende muchísimas cosas. Respetar este destino, por otro lado común a cualquier especie, parece que debiera ser lo más lógico para definir el bien. La controversia aparece a la hora de definir qué es hacer el bien y qué es hacer el mal. Ahí nuevamente las religiones nos aparecen como grandes protagonistas. ¿Qué buscan realmente las religiones? Hacer el bien o dominar a las masas.Es difícil de concluir esta pregunta, pero voy a intentar defender un poco el postulado primero.De las grandes religiones que tenemos, quizás la que más ha evolucionado o se ha adaptado sea la católica. Esta ha intentado adaptarse más a la sociedad, sobre todo a la que le es más propia, que es la sociedad occidental. Es bonito ver

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como en casi cualquier parte del mundo hay una monjita o una hermana ayudando en labores de enseñanza, enfermería etc. Personas que dedican su vida al prójimo, a ayudarlo sin esperar nada a cambio. Estas personas que forman parte de la religión católica, son sin duda buenas y ejemplares. El párroco de una iglesia que con toda su buena voluntad y sin búsqueda alguna de beneficio propio, cada domingo sermonea a sus feligreses con los mensajes tradicionales católicos tales como amor al prójimo, la familia, respeto a los mayores etc., este hombre sin duda hace el bien.Ambos grupos sociales hacen el bien, a ambos les une la religión. Para poder realizar lo que ambos hacen, podríamos decir que no necesitan de la religión. Ayudar como misioneros al prójimo o predicar valores morales como el respeto a la familia o el amor al prójimo, no es patrimonio de nadie ni de nada.Sucede que a ambos grupos para realizar lo que hacen, necesitan algo más que sentir amor a prójimo. Necesitan sentir amor por algo superior, algo que adorar, rendir devoción y respeto.Los curas necesitan que exista un ser superior para que las personas crean en él, y así se congreguen en la iglesia a oír las palabras que quiere decirles.Si el cura fuese simplemente un predicador sin un credo detrás que lo avale, las iglesias simplemente estarían vacías.Si por otro lado pensamos que las personas necesitan creer en algo más. Si gracias a los dogmas de fe, las preguntas que más nos podrían atormentar, quedan respondidas, siendo así nos quedamos más tranquilos y en una vida más feliz. La felicidad es necesaria como tantas veces hemos dicho para la evolución, por lo que podemos concluir que la religión es favorable y positiva para el ser humano. El aspecto absolutamente racional concluiría que la religión es innecesaria. El ser humano puede ser igualmente bueno y feliz llegando a las conclusiones de cómo hacerlo por sí mismo. Es difícil contradecir esto, pero el ser humano es racional y también inseguro. Somos lo suficientemente inteligentes como

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para plantearnos ciertas cuestiones pero no lo somos para hallar las respuestas. Por eso necesitamos las religiones y sus dogmas de fe.Coincidiendo con lo dicho y en el actual nivel de inteligencia y percepción del ser humano, las religiones, buenas o no, parecen necesarias.La religión hindú es básicamente espiritual. Se centra más en el individuo que en la masa.El individuo es en su aislamiento donde encuentra la felicidad. Conseguir liberarse de todo compromiso terrenal, conseguir liberarte hasta de tus propios pensamientos, lleva a la felicidad máxima.En ese punto, el ser humano se hace autónomo e independiente de todo lo que le rodea, pudiendo saborear el estado máximo de felicidad, entendiendo que la felicidad máxima es un estado de independencia absoluta y desconexión con el entorno y hasta de uno mismo. Parece lógico que liberarte de todo compromiso así como de toda sensación de lo que te rodea lleva a un estado de meditación que te permite saborear una relajación tal, la cual puede ser muy positiva para relajar tu mente y dejarla descansar. Buscar ascender en esos niveles de relajación mental hasta conseguir llegar a un nivel de desconexión absoluta y llegar a Dios, me parece parecido a justificar la muerte como medio para conseguir la felicidad absoluta. La real desconexión de la realidad que te rodea es dejar de formar parte de ella.Sobre la religión judía no puedo opinar, fácilmente opinar algo en contra de la religión judía puede querer ser interpretado como antisemita, con lo que la posibilidad de expresión termina ahí.La religión musulmana es mucho más joven. La existencia de su profeta, lo que hizo y dijo, lo tenemos por su proximidad en el tiempo mucho más actualizado.Las normas de conducta que Mahoma transmite resultan ser de una lógica y eficacia en muchos casos ejemplar. Nada que ver con interpretaciones erróneas del Corán que llevan a caos y confusión.

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Como un premonitor, advierte a la población para acontecimientos y situaciones que ésta se encontrará muchos siglos después de la muerte del Profeta. Precisamente esta capacidad de premonición, esta inteligencia del profeta, según los musulmanes le fue posible porque fue Alá quien habló en voz de Mahoma. Eso forma parte de la religión musulmana y creerlo o no es un acto individual de cada uno.La realidad es que El Profeta aconseja de manera ejemplar a los que les escuchan. Sus consejos, ya sean por inspiración divina o por extrema inteligencia, previenen al ser humano, ayudándolo a ser más feliz.Esto es parecido a la actuación favorable que hace el cura de una iglesia pregonando la bondad y amor al prójimo que comentábamos. Ambos son buenos y positivos, el mensaje de Mahoma es muy extenso, lleno de normas y preceptos. El común denominador de las religiones es que todas necesitan de un ser superior al que los devotos rindan devoción y adoración. El solo mensaje no es suficiente, el contenido del mensaje por si solo es insuficiente. Es necesario que este mensaje, además, proceda de un ser superior.Es lógico. Si no fuese así, podría interpretarse como unos buenos consejos, unas buenas normas pero no irían más allá. Si por el contrario ese mismo mensaje es de un ser superior, aunque sea a través de un portavoz, llega al oyente de otra manera y se convierte en religión.La cuestión está planteada y respondida. Nuevamente cada uno debe sacar sus propias conclusiones.Yo no negaré nunca la existencia de un dios, ya sea de una u otra religión. Quizás es el mismo dios que se manifiesta a unos de una manera y a otros de otra.Como he dicho no negaré la existencia de ningún dios, tampoco la afirmaré, simplemente planteo hipótesis.Son las religiones lo que une a las personas, lo que une a los pueblos. Es la religión la verdadera unión, no la del territorio, ni la raza, ni el lenguaje ni el nivel social. Es la religión que

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tenemos la que nos hace estar representados en un sitio u otro. Es también la religión a demás de lo que más une, lo que más nos separa, permitiendo formar los bandos de lucha y enfrentamiento. La mayor parte de las guerras se liberan entre bandos que procesan credos diferentes. No es que un bando intente someter al otro a su religión, simplemente es una manera de agruparse. No es una guerra religiosa, se hace uso de la religión para ir a la guerra.Religión, estado y poder han viajado muchas veces de la mano, con lo que a la hora de analizar estos temas es importante no olvidarlo.Podemos caer fácilmente en ser participes del mal uso que los gobiernos hacen de la religión. El que la necesite y crea, que haga uso. Simplemente hay que intentar que sea el individuo el que haga uso de la religión y nunca que sea la religión como herramienta la que haga uso del individuo.Pensemos que un chico y una chica nacidos en una isla desierta , carecen de religión.Nacerán, crecerán, se reproducirán y morirán. Todo ello sin conocer religión alguna. La necesidad de religión les vendrá cuando sean muchos y necesiten respuestas a ciertas preguntas y bandos definidos con los que poder enfrentarse y solucionar sus conflictos.

FIN.

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Jza.

EL VACÍO ES EL LLENO ABSOLUTO

La mayoría de las historias tienen un principio y un fin, por el contrario, esta es precisamente la historia que no encuentra ni su principio ni su fin.

¿Qué me motivó a escribirla? El no conformarme, el no comprender que hubo un Dios creador de todo. La religión no me da la respuesta y yo "quiero saber."

La creación como principio de todo no debe existir por la sola razón de que no hay necesidad que exista. La realidad que nos rodea tiene su propia creación y la respuesta la tenemos entre nosotros. Vamos a acercarnos un poco a ella pero es de una comprensión tan difícil que nunca llegaremos a entenderla del todo.

Para que nos hagamos una idea y nos vayamos situando, pensemos que dos granos de arroz a millones de kilómetros de distancia se están atrayendo y es una cuestión de tiempo el que estén juntos.

Después de preguntarme durante muchos años por qué los planetas se atraen, una noche se me ocurrió una posible respuesta, una insignificancia, aunque ésta me abrió la puerta para encontrar una respuesta; el vacío es el lleno absoluto.

DESDE ELL ERROR… Para nosotros el vacío es la no existencia de materia y, por el contrario, para el vacío el estado de materia es simplemente un estado de menos lleno que el lleno absoluto. El vacío es el lleno absoluto. Lleno de energía en su estado más puro. La materia es un estado de energía inferior a la energía de vacío que es el estado máximo de energía.

Tenemos un resultado palpable que podemos ver y notar: la gravedad. Los cuerpos se atraen y esto está provocado porque la energía de vacío empuja y presiona la materia intentando recuperar su lugar. Para ello, presiona la materia, presiona a estrellas y planetas intentando hacerlos desaparecer y convertir esa materia en energía pura, en energía de vacío. Así sucede, lo podemos ver en los agujeros negros donde la materia desaparece, donde su tiempo se detiene y pasa a formar parte del vacío que es, realmente, el lleno absoluto.

Ese vacío que nos rodea hay ubicarlo; es la cuarta dimensión. Absolutamente intangible desde nuestras tres dimensiones pero absolutamente real en su propia dimensión. Nos rodea y nos empuja y quiere devolvernos a él, aplastándonos y haciéndonos pasar a través de las vías que nos comunican, los agujeros negros, destructores de materia y generadores de energía.

En el vacío, la cuarta dimensión, el tiempo no transcurre igual que en nuestras tres dimensiones. El tiempo es tiempo para cada cosa, cada cosa tiene su propio tiempo y cuando algo desaparece, como sucede en los agujeros negros, su tiempo se detiene porque ha dejado de existir. Realmente no ha dejado de existir, se ha conectado con la cuarta dimensión, se ha convertido en vacío, en energía de vacío.

Para entender la gravedad vamos a suponer un ejemplo. Imaginemos que tenemos en el espacio un metro cúbico de agua. Colocaremos unas bolas de cualquier material de densidad superior al agua y de diferentes volúmenes. Como no hay prácticamente gravedad, ahí donde dejemos las bolas permanecerán estáticas, ya que no hay flotabilidad porque dijimos que no hay gravedad. Ahora hemos de imaginar que esa cantidad de agua con las bolas dentro, la rodeamos de un plástico y creamos una esfera de agua, con dichas bolas en su interior y ubicadas en diferentes puntos. Esto, en definitiva, sería como una pecera de forma esférica. Ahora vamos a dar presión a la esfera por toda su parte exterior, al mismo tiempo y exactamente con la misma intensidad. Las bolas tenderán a agruparse de pequeñas a grandes y todas ellas hacia el centro justo de la esfera. Cuando estén allí, si la presión es muy fuerte, tenderán a aplastarse las unas contra las otras y formarán una sola bola de mayor volumen y perfectamente esférica.

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Esto es sólo un ejemplo ya que el universo no recibe presión de un perímetro exterior como en el caso de la esfera sino que es presionado por el vacío. Éste se encuentra en todas partes en nuestro espacio tridimensional, partes que no han sido ocupadas por energía.

Hay que seguir con la gravedad, debemos profundizar más en ella y saber cómo funciona, ya que así comprenderemos mejor cómo funciona el universo. Para ello veamos otros ejemplos. "Son ejemplos que han nacido de un supuesto erróneo, si los comentamos es porque a pesar de su error pueden ayudarnos a ir comprendiendo la gravedad".

Imaginemos que colocamos el planeta tierra y otro planeta de su mismo volumen, separados por cien kilómetros. Este segundo planeta es de un material mucho menos pesado como por ejemplo corcho o incluso es como una inmensa bola de ping pong, vacío por dentro, y su peso es mínimo, imaginemos cien kilos. Esto es imposible, pero es sólo un ejemplo y vamos a imaginarlo.

Hay varias hipótesis. Una podría ser que la tierra, con su inmenso peso y gravedad, lo atraería. A primera vista parece ser lo más lógico. Otra podría ser que los dos planetas se desplazarán y chocarán justo en el centro del trayecto.

Entender la gravedad como el resultado de una cuarta dimensión que nos rodea y nos aplasta, nos lleva a conclusiones erróneas. Claramente el ejemplo anterior es absurdo pero nos ayudará a entender la gravedad.

El supuesto erróneo consiste en que el universo, el vacío, la energía de vacío, son los que presionan sobre los planetas, sobre cualquier estado de materia, y esta presión la producen proporcionalmente a su volumen, no a su masa. Según eso los dos planetas de igual volumen y masa diferente llegan al mismo tiempo a la mitad del trayecto donde chocan.

De acuerdo con esto, la gravedad actuaría en función del volumen y no de la masa. No sería realmente una fuerza de atracción sino el resultado de una fuerza que la materia recibe del universo, de la energía de vacío.

El vacío empuja, y por todas partes. Por eso, en el universo la figura geométrica por excelencia es la esfera, la única que tiene la misma distancia desde cualquier punto de su exterior con su centro. La esfera resulta de presionar un objeto conjuntamente por todas sus partes y con exacta fuerza, la suficiente para deformarlo hasta el punto de quedar totalmente esférico.

Siguiendo con la errónea hipótesis de que es el volumen de los cuerpos y no la masa quien desplaza al vacío, a la energía de vacío, se nos pueden ocurrir otros ejemplos divertidos sobre la gravedad.

Supongamos que hacemos un acuerdo con unos extraterrestres y les vendemos la materia que se encuentra en el interior de la tierra. Ellos la perforarán con un tubo hasta su centro y empiezan a succionar vaciándola. Imaginemos que la vacían tanto que la dejan hueca por dentro y con el espesor de un papel de fumar. Imaginemos que ese papel es tan increíblemente resistente que no se deforma. La tierra permanece unida por el tubo a una nave carguera que la hace estarse estática, no se puede mover.

En ese momento vamos en coche por una autopista a una buena velocidad y con buen tránsito de camiones, cada uno de ellos de cuarenta toneladas de peso. Estos extraterrestres han dejado la tierra tan vacía que la han reducido al peso de un kilo. Sólo en nuestra autopista se están desplazando en estos momentos miles de kilos. ¿Qué pasará entonces?

Según hemos planteado la gravedad no pasará nada. No será así pero continuemos con la hipótesis, todo seguirá igual, la gravedad seguirá actuando igual.

Si de repente se corta el tubo que nos une a la nave y nos mantiene estáticos, la tierra podría empezar a moverse, literalmente, como si nos pusiéramos a correr sobre un tronco que flota en un río.

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La gravedad actúa contra toda la materia de un planeta, tanto la que se encuentra en su interior como en su exterior, siendo la que se encuentra en su parte exterior la que da más volumen, la que dobla más el universo, la que desplaza más el vacío. Esto provocaría que, dejando caer dos bolas de diferentes volúmenes, la más grande llegará primero al suelo, ya que por su mayor volumen ha apartando más volumen presionándolo y doblándolo más el espacio.

La realidad es que en nuestro planeta dos bolas de diferentes pesos y volúmenes caen hacia el suelo a la misma velocidad, despreciando la fuerza de rozamiento.

El vacío empuja y está en todas partes, no ocupa lugar en nuestras tres dimensiones y llena por completo la dimensión que nos rodea, omnipresente y siempre constante. El vacío es el lleno absoluto, está en todas partes y no ocupa lugar, está en todas partes y no requiere espacio, por eso, porque no requiere espacio, carece de tiempo. Forma la cuarta dimensión. La cuarta dimensión es el vacío.

Veremos que el vacío se pliega en función de la masa y no del volumen. A mayor masa mayor energía, y es ésta la que provoca la gravedad. El vacío lucha por recuperar esa energía atrayéndola. Por recuperarla a ella, no al volumen donde ella estaba. Ese volumen al vacío le es indiferente. Lo que quiere es recuperar esa energía que él mismo generó para así, poco a poco, irse llenando. Pero para llegar a esta conclusión puede ser más fácil ayudarnos del supuesto de que el vacío quiere recuperar el lugar ocupado por la materia. Esto nos puede hace pensar erróneamente, que es el volumen del cuerpo el que pliega el espacio y no su masa. LA MATERIA QUIERE DESAPARECER…

Cada vez que hablamos de cuarta dimensión nos confundimos un poco y nos suena a paranormal. Empecemos por decir que el nombre es contradictorio, ya que lo que llamamos cuarta dimensión es el vacío y precisamente se caracteriza por la ausencia de dimensión, pero seguiremos utilizando estas dos palabras.

Imaginemos que tenemos un planeta grande. El universo empuja contra él por toda su superficie. La presión es peso por superficie. Toda la presión que el planeta soporta en su exterior se transmite a su interior, como si se tratase de unas esferas dentro de otras. Esto hace que las esferas que estén más próximas al centro del planeta soporten una presión por centímetro cuadrado mucho mayor que las que se encuentran más hacia el exterior. Esta presión es tan fuerte que puede provocar que la materia que en definitiva es energía, empiece a desaparecer. Desaparece del lugar donde se encuentra y pasa a ocupar el vacío. Es como si se produjese una explosión hacia dentro, una implosión. Esa materia se ha convertido en energía pura y ha desaparecido de nuestro espacio tridimensional pasando a formar parte del vacío. Energía en estado puro que ha pasado a la cuarta dimensión.

La materia es energía, un estado de energía, y por cierto podríamos decir que es un estado bastante pobre.

La materia está formada por átomos. Supongamos que tenemos una piedra de un material cualquiera. La tenemos en nuestra mano, tiene un peso y un volumen bien determinado. Aparentemente, nadie diría que esta piedra está prácticamente vacía. Esta piedra está formada por átomos que se unen entre sí unos a otros y todos juntos dan forma a la piedra. Imaginemos que cogemos un átomo y lo aislamos. Hay un núcleo y unos electrones dando vueltas alrededor de éste. Imaginemos ahora que detenemos ese movimiento. Al medir el volumen del centro y sumarlo al volumen de sus electrones, la suma de éstos da como resultado un volumen muy inferior al del átomo. Luego, el átomo está práctica y aparentemente vacío. Si esto lo repetimos con su núcleo, nos encontramos con una situación similar, con lo cual llegamos nuevamente a la conclusión de que ese átomo parece vacío.

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Ese átomo divisible, si tanto lo dividiéramos, llegaría a un punto en que sería energía pura. Es lo mismo que hace la presión en ese planeta tan grande de antes. La presión hace algo parecido a la división del átomo pero al revés. Si empezamos a aplastar este átomo, es como si electrones, pro-tones y neutrones los fuésemos acercando cada vez más hasta que llegásemos al punto de producir una fusión nuclear. Es como la unión de todos ellos. Todos ellos son energía, se sumarían sus energías. El aplastamiento es tal que llegaríamos a hacer que la energía que inicialmente la teníamos en estado de materia se convierta en energía pura. En este momento deja de ser materia. Para nosotros, en nuestro espacio tridimensional, ha dejado de existir, ha desaparecido. Esta materia ya transformada en energía pura ha pasado al vacío, ha sido desplazada a la cuarta dimensión. Por eso el vacío es el lleno absoluto. Lleno de energía.

En una explosión atómica, en lugar de aplastar el átomo, lo que sucede es que se separa rompiendo sus órbitas, permitiendo así que esa energía liberada se expanda hacia fuera.

En un agujero negro, debido a la presión, también se rompen las órbitas de las partículas, pero como la presión creada ejerce una fuerza superior a la fuerza de expansión de la propia reacción nuclear que se ha producido, esta energía no se expande hacia fuera, y produce una implosión. Una explosión hacia dentro. Esa implosión es lo suficientemente fuerte para romper la teórica membrana que nos separa del vacío, pasar a través de ella y llevarse toda la energía al vacío, a la cuarta dimensión.

Cualquier conglomerado de materia, estrella o de cualquier tipo, no tiene por que poder llegar a convertirse en agujero negro. Este permanecerá estable, o sea, a volumen constante, en tanto en cuanto la presión que soporta se compense con la energía que se genera en su interior al desprenderse calor. El calor quiere dilatar y aumentar el volumen pero no lo consigue porque esta dilatación se compensa con la gravedad. Se podrá convertir en agujero negro si su masa es tal que esta relación de presión no esté compensada. A más masa mayor presión soporta, y esta presión que soporta en cada uno de los centímetros cuadrados de su exterior la transmite hacia su interior, generando un aumento de presión a medida que nos aproximemos al centro, punto de máxima pre-sión.

Si la presión es tan fuerte, la destrucción de átomos que se produce en su interior no puede liberar su energía al exterior produciéndose una implosión. En ese punto se dobla infinitamente el espacio tridimensional conectándose con la cuarta dimensión. Esto hace que todas las energías en forma de materia, luz etc., se sientan atraídas a ese punto. Están siendo atraídas ellas y el espacio por donde ellas se encuentran. Ahí, nuestro espacio tridimensional se pliega alargándose y estirándose hasta desaparecer haciéndose infinitamente pequeño en un punto. Es en ese punto donde se conecta con la cuarta dimensión.

La súper presión creada por la acumulación de materia lleva a la formación del agujero negro. El agujero negro se empieza a formar en el centro de masa de la acumulación de materia. Su inicio es como la punta de un alfiler. El exceso de presión en el interior rompe la teórica membrana que nos separa del vacío.

La súper presión lleva a que la materia se comprima tanto que empieza a desaparecer, desintegrándose, transformándose de materia en energía pura. El vacío es como si fuese el almacén de energía pura y éste se llena a través de los agujeros negros.

Por eso un agujero negro es la vía que une nuestro espacio tridimensional con el vacío, y también es vía de estabilización del vacío en su generación de materia. Comentario que nos aproxima al big-bang.

Entrando al interior del agujero negro, veremos que al romperse la imaginaria membrana que separa "espacio tridimensional" de "vacío", se ha provocado el pliegue del universo hasta un punto infinito, el cual desconecta del espacio tridimensional y conecta con el vacío.

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La luz no puede salir del agujero porque es el único camino que puede seguir; sería para ella, de intentarlo, como una marcha atrás. La luz y la materia se verán obligadas a recorrer ese camino, único sitio por donde podrán pasar, ya que éste se estrecha infinitamente hacia ese punto. El universo ha quedado ahí tan doblado que obliga a que pase "todo" a través de ese punto, desapareciendo de nuestro espacio tridimensional y entrando en el vacío.

A medida que la materia va desapareciendo engullida por los agujeros negros, la tensión del vacío disminuye, pero proporcionalmente, aumenta su densidad. Así, la fuerza que el vacío realiza sobre nuestro espacio tridimensional en todo su proceso de creación y destrucción, también es constante. Si no fuese constante, sería como si existiera una tercera fuerza, una fuerza de rozamiento que iría debilitando y frenando, y esto implicaría su detención. Se frenaría y dejaría de ondear, de evolucionar. De esta manera el traspaso de energía del vacío a nuestro espacio tridimensional es infinito, ya que no se pierde energía. La energía se desplaza de la tercera a la cuarta dimensión y viceversa, en un balanceo que es en sí mismo una onda.

LA LUZ, UNA LÓGICA ERRÓNEA.

La luz, la teoría de la relatividad, que el tiempo se detiene a la velocidad de la luz, ¿confuso verdad? Según la teoría de la relatividad, si un cuerpo viajase a la velocidad de la luz, todos los objetos que se encuentren a su alrededor, independientemente de su propia velocidad y de sus trayectorias, verían a ese objeto desplazarse a la misma velocidad.

La velocidad de la luz es de trescientos mil kilómetros por segundo. Cuesta entenderlo ya que parece imposible, puesto que si un objeto viaja hacia el que va a la velocidad de la luz, en sen tido opuesto a éste, deberá medir la velocidad del mismo diferente de lo que la mediría otro que viajase en el mismo sentido.

Si un coche va a trescientos un mil kilómetros por segundo y adelanta a otro que va a trescientos mil kilómetros por segundo, éste, aparentemente, sólo ha sido adelantado, y ni el tiempo deuno retrocede ni el del otro está detenido.

La luz es una energía que se desplaza muy rápido por el espacio, teniendo su origen en una fuente de energía. No deberíamos confundir la velocidad de la luz con la de la imagen, ésta no tiene velocidad, es instante puro, instante cero, ya que nace y muere en el punto de llegada, nuestros ojos. Por eso podemos ver a la vez diferentes objetos que están a diferentes distancias de nosotros y los estamos viendo exactamente en el mismo instante. No estamos viendo la luz que se refleja de ellos y llega a nosotros, sino que los estamos viendo a ellos en el mismo instante.

No es necesario que la luz transporte la imagen de un objeto hasta nuestros ojos. Si lo que estamos viendo es la imagen de los objetos transportada por la luz que reflejan, no podríamos ver varios objetos en el mismo instante, ya que el instante de origen de sus imágenes no coincidiría, viajando ellas a la velocidad de la luz que es fija para todos. Sus imágenes nos llegarían en diferente instante. Según esto, no se entiende cuando decimos que vemos planetas que ya no existen hace miles de años.

Imaginemos que trazamos una ruta de un punto “A” á otro punto “B”. Es una ruta en línea recta. Hacemos circular un objeto de “A” á “B”, por ejemplo a cien kilómetros por hora. Todos los objetos que circulen alrededor de esta trayectoria, en sentido a favor o en contra, medirán muy claramente la velocidad de éste respecto a las suyas y serán claramente diferentes unas de otras.

Ahora imaginemos que a este objeto le aumentamos su velocidad al doble. Pasa lo mismo. Luego, otra vez al doble, ídem. Si siguiéramos repitiendo esta operación, no costará mucho que el objeto viaje a la velocidad de la luz o mucho más. Si aumentamos la velocidad de este objeto infinitas veces, el tiempo que el objeto tardará en llegar de “A” á “B” será cero. Si el tiempo es cero y la velocidad es espacio por tiempo, su velocidad es cero. En ese momento, todos los objetos que circulan a su alrededor sí podrán ver a este objeto yendo a la misma velocidad, a velocidad cero.

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Este objeto ha ido de “A” á “B” en tiempo cero, ha recorrido espacio sin que transcurra tiempo.

Que yendo muy rápido el tiempo se detiene, tan rápido como la velocidad de la luz, parece imposible. Que yendo más rápido que la velocidad de la luz sería como adelantarnos a nuestras propias imágenes, no se entiende, ya que cualquier luz emitida por un objeto en movimiento circulará a la velocidad de la luz más la velocidad del propio objeto.

La velocidad como tal, unilateralmente no existe. Es un valor comparativo. Un radar mide la velocidad en función de su propia velocidad, ya sea cero si es un radar estático o más de cero si es dinámico.

... La luz sigue...

La luz... Parece sin volumen y sin embargo lo tiene. Portadora del mensaje de la imagen y en cambio, no es portadora de nada, sólo de ella misma. Generosa con todos los objetos, da parte de ella, sin ellos se esconde, cuando aparecen les da parte de sí misma, los colorea y los hace presentes y todo lo que ellos no quieran lo reparte, lo devuelve, va en busca de otros objetos que deseosos de recibir, la aceptan y en su aceptar la debilitan pero aun así se enriquece.

La luz es energía en estado puro, aparentemente sin volumen pero no del todo, al menos no para el vacío. Para él sí tiene volumen, minúsculo para nosotros pero mayúsculo para él. Son primos hermanos. La luz es el descendiente más próximo del vacío en nuestro espacio tridimensional. Son tan amigos, son tan semejantes, que el vacío le da el salvoconducto para que viaje a través suyo. Le da la puerta de entrada y de salida. La puerta de entrada es su fuente de emisión, su fuente de energía, la de salida es el objeto en que impacta. Pero en el trayecto es ella misma quien se propaga apartando dulcemente al vacío, aunque éste, consciente, no la quiere echar y la deja pasar, le da el salvoconducto.

Cuando la fuente de energía cesa, el rayo de luz ¿qué hace?

- Sufre una inercia, pero no la suficiente como para resistir la atracción del vacío y desaparece. - Desaparece al instante porque su fuerza, al cesar la fuente que la origina, es inferior a la fuerza del vacío, por lo que desaparece instantáneamente.

Que un haz de luz avance por sí mismo sin una fuente de origen que lo empuje parece difícil de creer y, desde luego, cuando llega a nosotros, tanto si su fuente de origen existe o no, llega solo, sin imágenes del último objeto. Llega más debilitado por la energía que ha dejado al último objeto. Cuando nos impacta, nos da parte de él, permite que seamos vistos y se va.

En principio, cuando la fuente de energía cesa, los haces de luz se paran y desaparecen porque el vacío los absorbe. Es como una máquina lanzando un hilo de manzanas por el espacio. Cuando deja de sacar manzanas, tenemos como una cuerda de manzanas que circula por el espacio, pero ya no hay una primera manzana que vaya saliendo y empuje la cuerda. En ese momento, es como si nos hubiésemos quedado sin motor. La cuerda de manzanas circula en punto muerto luchando contra la energía de vacío. Mientras su inercia sea superior a la energía de vacío, el gusano de manzanas avanza, pero va disminuyendo metro a metro su velocidad hasta que se para. Sufre el mismo efecto que el universo en expansión.

La luz se salva de pasar a formar parte del vacío gracias a su velocidad, energía que recibe en origen. La luz avanza y cuando la fuente de energía cesa, se detiene. Pierde su velocidad y se para quedando estática, es energía en suspensión. Queda parada y debilitada porque ha perdido su única capacidad de escape, su velocidad. En ese momento, parada e indefensa, el vacío la devora. De momento, que quede el tema aquí, con esta idea, idea que iremos viendo cómo se desarrolla.

La luz parece venir... Cambio en la luz...

Viaja de su propio agujero negro de partida a su propio agujero negro de llegada. De la fuente de energía a donde impacta. Cuando nace, crea su propio agujero negro que le permite entrar en el vacío. Circula a través de él, hasta que encuentra la deformación que el objeto (objeto de reflejo) ha creado en el vacío, sale y se conecta con ese objeto.

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Nace en nuestro espacio tridimensional, abre su puerta de entrada al vacío, su propio agujero negro, y se oculta. Su tiempo en ese instante no transcurre y nuevamente aparece en nuestro espacio tridimensional por la deformación que el objeto de reflejo ha creado en el vacío. Entra en el vacío y sale de él.

¡Ahora parece ser que el tiempo se detiene a la velocidad de la luz! O sea, que la luz llega del vacío. Es como un big-bang, nace del vacío, va de un punto a otro de nuestro espacio tridimensional, empalmando de agujero negro en agujero negro, que ella misma forma, abre y cierra.

¿Nos aporta energía directamente del vacío o crea su propio camino en el vacío? En el vacío no hay posibilidad de camino, ya que no hay espacio, pero... ¿Cuándo la luz entra en él? ¿Se mezcla con él y luego sale o el vacío simplemente lee su salvoconducto y la rebota de nuevo al espacio tridimensional por el camino más corto? Ese camino es el equivalente a la línea recta en nuestro espacio tridimensional, o sea, el objeto que se encuentra justo delante de ella en el momento de su origen.

El ejemplo de las manzanas es conveniente, quizás necesario para formar ideas, formar criterios, y así entender otras posibilidades y juzgar uno mismo.

Quizá con lo dicho, podría la luz ser portadora de la imagen y, como viaja a través del vacío, su tiempo sería el mismo para los tres haces de luz procedentes de tres objetos que estuvieran situados a diferentes distancias de nuestros ojos.

Esto de haber encontrado un atajo la luz ha creado incertidumbre, ¿verdad? La luz es como el big-bang, forma parte de los grandes misterios. Comprenderla sería realmente aportar al saber, pero eso no es fácil, hay que pensar en abstracto y no hay que guiarse únicamente por lo que nuestros ojos pueden ver. La luz no se deja ver...

Veremos al final del libro que el momento inicial de todo, el big-bang, es como luz que es empujada con demasiada intensidad, tanta que llega a romperse creándose materia.

...el camino de la luz...

Agujeros negros, la luz y el desvío que ésta sufre al paso por los mismos. Comprender la curvatura del espacio-tiempo. ¿Qué le ocurre al tiempo cuando se enfrenta a la materia, a la deformación que la materia que realiza en el espacio-tiempo?

Un haz de luz desvía su trayectoria al aproximarse a un agujero negro. Esto es debido a que el agujero negro es una gran concentración de masa de mucha densidad y con una gran presión en su interior. Dicha masa provoca una deformación en el espacio y éste se pliega atraído por ese conglomerado de materia. Dicho conglomerado, cuanto más grande es, más lo ha plegado, más gravedad crea y atrayendo todo tipo de energías incluida la luz, tanto la que se le acerca como la que el mismo desprende.

La luz busca seguir la línea recta, pero su camino nunca es recto, sigue las curvaturas que la materia provoca en el universo, en el espacio-tiempo. Si la luz mirase hacia atrás se vería a sí misma como una línea recta, en cambio va dando giros sin parar, recorriendo todo el universo. La luz pretende ser el sereno que enciende lámparas de gas. Sólo eso, iluminar los objetos que deforman el espacio tridimensional que es nuestro universo. Sale de su escondite cuando encuentra materia, deformando el lugar donde habita, el vacío.

También podría la luz ser el guardián que el vacío tiene en nuestro espacio tridimensional. Éste la utiliza para detectarnos y así nos envía toda su fuerza para tragarnos y llevarnos a su dimensión haciéndose así más fuerte.

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La luz parte de su fuente de origen, se introduce en el vacío y rebota saliendo desde el objeto que encuentra. Circulando por el vacío su velocidad es cero, ya que el vacío carece de espacio y tiempo. La luz entra en el vacío formando su propio agujero negro, rebota y sale por el objeto (objeto de rebote). En función del punto de entrada y el de salida, determinará el tiempo que en nuestro espacio tridimensional tardará en ir de un punto a otro. La velocidad de la luz, constante, a sus trescientos mil kilómetros por segundo, no puede ser superior ni inferior ya que, si variase, como onda se vería obligada a dejar de existir. Tanto si aumentara como si disminuyera.

Si una onda en un punto aumentara su velocidad, sería porque las propias oscilaciones de la onda que preceden ese punto la empujarían por encima de su propia velocidad de propagación. Así cabalgarían sus oscilaciones y la obligarían a fragmentarse.

No obstante, si disminuyera su velocidad sucedería lo mismo, ya que en ese mismo punto la onda frenaría las oscilaciones que la preceden, haciendo que esas oscilaciones que llegan fuesen las que cabalgan creando materia. BIG-BANG.

Imaginemos el universo en expansión. Vamos a tomar no todo el universo sino una parte y luego extrapolaremos esta parte a todo él. En este trozo de universo tenemos una estrella que explota, podríamos compararlo a un big-bang aislado. Fragmentos salen despedidos y ya tenemos el universo en expansión. La gravedad actuará sobre estos fragmentos y tenderá a unirlos, los parará y tenderá a contraerlos y al igual que los granos de arroz, sólo es una cuestión de tiempo que estén juntos.

La gravedad actúa sobre toda la materia y otras energías que circulan por el universo como la luz tendiendo a llevarlas todas ellas a un solo punto. Este punto no está predefinido, será el que resulte después de que todos los fragmentos atrayéndose se junten formando fragmentos mayores y así planetas, estrellas, etc. Algunos podrán explotar como las super-novas y otros se convertirán en agujeros negros.

Así el universo, con paradas y arrancadas, busca la unión de la materia en un punto. Lo que el universo quiere, empujado por la energía de vacío, es desaparecer. Juntar toda la energía (materia, luz etc.) y formar un súper agujero negro para así desaparecer. Dejar de existir en nuestro espacio tridimensional y pasar a formar parte del vacío.

El big-bang es anterior a este momento o posterior a él. Cuando por fin tenemos toda la materia alrededor de un inmenso agujero negro, ésta dejará de existir. Desaparecerá y todos nosotros con él. Todo forma parte de ese vacío, de esa energía de vacío que escapa a nuestras tres dimensiones puesto que no ocupa lugar y carece de tiempo. Sin espacio, el tiempo es cero. Hay quietud. Hay calma, es el cosmos, orden de todas las cosas. Energía pura en su estado máximo. Se prepara el big-bang. Origen y comienzo de todo. El volcán de energía que dará origen al universo.

El big-bang, erróneamente ha sido interpretado como la materia concentrada en un punto que explota. Es un punto que da origen a la energía, a la materia. Es como invertir un agujero negro.

Ese punto de quietud es impresionante, el cosmos absoluto. Toda la energía ocupando el vacío por igual. Ese momento permanecerá así sin que su tiempo avance porque carece de él y sin que su espacio se termine porque no lo tiene. Aunque visto desde nuestro inexistente espacio tridimensional, habrá pasado sólo un instante. Un instante es un espacio de tiempo cero.

El momento exacto de exterminio de la última gota de energía de cualquier tipo, materia u otras, coincidirá exactamente con el nacimiento de nueva energía en forma de materia u otras. El big-bang se está produciendo. El volcán entra en erupción y nos da energía. Irá soltando energía en forma de ondas generadoras de espacio-tiempo y materia y la pregunta es: ¿cuándo parará? Su paro está próximo. Esa energía convertida en materia en nuestro espacio tridimensional irá juntándose, formando galaxias y planetas y, con ellos, nuevos agujeros negros, generadores de energía de vacío y encargados de compensarla actuando como válvulas de llenado. El universo ya ha sido creado. La destrucción y la creación es la transformación de energía, del cosmos al caos para regresar en un instante al cosmos.

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Una vez producido el big-bang la materia se expande por el universo. Se forman planetas, galaxias, etc. y se forman también agujeros negros.

Antes de que se forme el primer agujero negro, la constante de gravitación universal es máxima. Recordemos que los agujeros negros son destructores de materia, por consiguiente, a la que empiezan su trabajo, empiezan a reducir la cantidad total de materia, de energía, o sea, de deformación en el vacío. Así que esta deformación disminuye y su constante de gravitación universal va disminuyendo. Luego veremos que no disminuye.

Hemos dicho que nuestro espacio tridimensional está compuesto de periodos entre big-bang y big-bang. Al final de un periodo de estos nos encontramos con que en nuestro espacio tridimensional queda cada vez menos materia y la que queda va tendiendo a concentrarse más rápidamente en un punto. Punto que será a la vez punto y final, donde desaparecerá totalmente.

Es en ese punto donde antes decíamos que hay quietud, que hay calma. El cosmos contra el caos. También el silencio antes de la tormenta.

Llegando a este punto cada vez hay menos materia y por consiguiente, menos deformación del vacío. En el momento final de destrucción de materia la deformación del vacío será cero y por consiguiente, el lleno absoluto. Real y totalmente absoluto y por ello, por su absoluto lleno, en sí mismo insostenible. Es la onda en un extremo máximo, debe compensarse por lo que explota generando un nuevo big-bang.

La explosión de energía debe producirse, el big-bang se produce. El volcán vomita energía. Son nuevamente los agujeros negros que se producirán, los que detendrán ese volcán en erupción devolviendo el espacio tridimensional a la cuarta dimensión. Válvulas de llenado reguladoras del vacío.

El punto de inicio de todo, el punto de inicio del big-bang, es un súper agujero negro pero del revés. Son los agujeros negros que se forman los encargados de taponar ese súper agujero negro invertido que va del vacío hacia el espacio tridimensional y así, taponándose se cierra. El big-bang ha terminado.

Ahora sólo queda ir llenando el vacío. Es una cuestión de tiempo y los agujeros negros son como relojes de arena, lentos pero constantes.

... Y TODO ESTO, ¿POR QUÉ?...

Hemos ido y hemos vuelto. Esta es una historia que, como decíamos al principio, carece de un principio y un fin.

En definitiva, el universo es destrucción y creación, pasar del caos al cosmos para volver al caos. Como nosotros, los seres humanos, que nos regimos por el bien y el mal, que creamos y destruimos y como especie en nuestro planeta somos transportadores de algo que nos hace diferentes al resto de materia. La inteligencia.

En nuestra evolución vamos transportando también nuestra inteligencia hacia ese momento final de desaparición. Esta labor también la realizan otras especies que se encuentren en otros planetas y también las otras especies inferiores a nosotros que se encuentran en nuestro planeta. Todos vamos aportando nuestro granito de arena para sumar inteligencia, sumar saber, e intentar que esa inteligencia y ese saber se sumen formando un estado de inteligencia y saber comparable a la energía de vacío, energía pura, estado de inteligencia y saber puro, absoluto, que nos hace poder realmente comprender y participar de la creación sin desaparecer en el instante anterior de destrucción.

Gustan estas palabras a los que creen en Dios.

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¿Es quizá ésta la razón, el motivo que justifica la existencia de Dios, e incluso obliga a su necesidad de existir?

¿Es Dios el concepto de saber más inteligencia elevada a infinito? Todo tiene su necesidad de ser y, al principio del libro, decíamos que Dios no existe simplemente porque no tiene necesidad existir.

La materia no tiene necesidad de ser creada, por eso no necesitamos que Dios exista para crearla. Pero para que la materia exista, nazca, se transforme y finalmente se destruya, tampoco hay necesidad de que exista un tipo de materia que se agrupe de tal manera que cree seres capaces de razonar. Y no hablo sólo del ser humano, hablo de todo tipo de materia viva que tiene elgun tipo de inteligencia como sería una planta o un virus y en un grado mucho mayor, el ser humano. Y también todos los otros seres que puedan habitar por el espacio y que están dotados de cualidades así.El saber que se transmite y evoluciona no tiene necesidad de ser para que la materia se origine y se destruya. Todo lo que existe, existe porque tiene una razón de existir. La razón puede ser la necesidad de acumular conocimiento y al igual que la energía de vacío, evolucione hacia un estado puro, total y absoluto. Dios, no creador pero sí almacén puro de sabiduría. Inteligencia y saber en estado máximo.

El volcán en erupción da energía y esa energía será materia inicialmente inorgánica. Esta energía por sí misma puede nacer y morir, crearse y destruirse. No necesita convertirse en materia orgánica, capaz de crear seres inteligentes. No necesita la intervención de la inteligencia para existir, por consiguiente, por qué existe la inteligencia si no hay necesidad de ello para la creación de la materia. Será que la materia inorgánica debe agruparse en forma de materia orgánica, formando entre sí seres capaces de generar inteligencia y conocimiento para acumularlo y transmitirlo en su evolución, contribuyendo a la creación de un estado mayor, un estado de inteligencia pura, un estado de saber puro para así, poder enfrentarse y comprender el momento final de todo y el nuevo origen. Esa creación que lleva a la destrucción es "sobrevivir a ella", es "formar su quinta dimensión", superior a todos nosotros, superior a toda energía, incluso a la energía de vacío y ser realmente un ser superior.

Cada espacio de existencia de mundo tridimensional, de big-bang a big-bang, sirve para enriquecer más ese saber absoluto.

La evolución del ser está en el saber, las limitaciones en el saber nos llevan a la extinción.

Las posiciones fanáticas con sus doctrinas limitadoras, coartan a los pueblos, a las personas en su evolución. No hacen más que congelar el saber en un estado primitivo que sólo sirve para la conservación de un status creado por unos, aceptado por otros, pero que limita nuestra evolución llevándonos a la extinción por el simple hecho de no aportar sabiduría al saber.

Religiones fanáticas, modos de vida estrictos, hacen que aceptemos un saber que nos viene dado, sin nada que aportar al mismo, sólo sirven para limitar nuestra felicidad. Es realmente con ella como aportaremos al ser. Si el ser es feliz, evoluciona y en su evolución aprende y aporta sabiduría al saber.

La felicidad necesita de la libertad del ser para que exista y, con ella de la mano, salir de tantos caminos predefinidos por el hombre que sólo consiguen limitarla y hacernos retroceder.La felicidad del ser es el bien que lucha contra el mal, el cosmos contra el caos.

También ciertos argumentos religiosos que basados en grandes libros, han sido y son creídos por infinidad de personas. Han luchado y han muerto, han asesinado y asesinan y sólo defienden argumentos que no tienen ninguna base científica. Son creídos como si fuesen dogmas de fe.

Los dogmas de fe dejémoslos para los que les gusta auto limitarse en el saber, congelarse en un punto y simplemente esperar su propia extinción.

El saber nos libre de personas con tendencias religiosas extremas. Seguidores de religiones que creyéndose sabedoras de todo, no saben nada, excepto como limitarnos para así dominarnos y

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estancarnos en un punto, limitados de evolución. Las especies que no evolucionan están condenadas a la extinción.

Estas religiones, en su fanática persecución del orden de las personas, parece que buscan nuestra extinción.

Es una cuestión de tiempo que su extinción sea una realidad así como la de todos sus seguidores que, por no aportar al saber quedarán sólo en el recuerdo del olvido. Pasarán a la pequeña historia por haber sido una trabanquita al saber, una farsa.

¿Cómo pueden haber personas que crean que hay un dios creador de todo, señor de todos los señores, que apoya toda su existencia en mandar, premiar o castigar una especie llamada hombre?

El universo es inmenso y el hombre diminuto. Seguro que hay especies mucho más inteligentes que nosotros. ¿No os parece un poco absurdo que los dioses de esas religiones basen toda la creación del universo en los pormenores de una especie llamada hombre?

Quien quiera un dios que lo busque, pero que al menos pueda salir de nuestras fronteras e ir a cualquier confín del universo con los mismos argumentos y creencias. Estos han de ser invariables, tienen que ser los mismos para todas las especies que puedan hallarse en cualquier sitio.

Aprovechemos nuestro tiempo, nuestro espacio de vida. El final es seguro. El vacío es generoso ensu tiempo, pero imparable. El paro sería dejar de evolucionar y eso lleva a la extinción.

Tengo que bautizar el espacio de vida entre big-bang y big-bang y no sé cómo llamarlo. Podría llamarlo periodo rebelde. Vivimos en un periodo rebelde. La rebeldía es una expresión del deseo de libertad. Libertad de pensamiento para así evolucionar. Sin libertad de pensamiento no evolucionamos, si no evolucionamos nos extinguiremos. Seguro. Y si nos extinguimos dejamos de contribuir al saber, que es el que ha de sobrevivir al momento final y pasar al siguiente periodo rebelde.

De periodo rebelde en periodo rebelde, en una espiral ascendente que sólo puede llevar a algún sitio o a algo.

La respuesta a esto es propiedad privada de cada uno. Que cada uno la busque si necesita de ella.

EL VACÍO NO PRESIONA SINO ATRAE NUESTRO ESPACIO TRIDIMENSIONAL.

Fácilmente podríamos caer en un malentendido al creer que el vacío ejerce una presión como la que un cuerpo recibe al hundirse en agua, una presión que va desde fuera hacia dentro.

El vacío genera presión en toda la materia que hay en un cuerpo, tanto la que hay en su interior como en su exterior. Esta presión la realiza desde el mismo punto donde se encuentra cada partícula de materia. Quiere atraer, no presionar sino atraer cada partícula de materia. Esta la realiza justo donde se encuentra cada partícula. Como de manera independiente no lo consigue, lleva todas esas fuerzas realizadas sobre cada partícula al centro de masa del cuerpo, provocando que las partículas, unidas entre sí, tiendan hacia el centro de masa del cuerpo.

El tender hacia el centro de masa del cuerpo es la gravedad. El tender hacia el centro de masa del universo es la búsqueda del colapso final, el big-crunch. La cuarta dimensión quiere llevarse para sí todo el espacio tridimensional. En el centro de masa del cuerpo hay más presión porque se ha sumado la presión que todas las partículas realizan empujadas hacia él por el vacío, la cuarta dimensión, que atrae partícula a partícula.

El vacío querría atraer cada partícula donde se encuentre, sin necesidad de unirlas para así crear unas condiciones de presión que actúen sobre la materia desintegrándola y así haciéndola desaparecer. Cuanto más denso es un objeto, más partículas tiene, con lo que más fuerza recibe del vacío. Recibe mayor fuerza que querría hacerlo desaparecer. Al recibir más fuerza, tiene más gravedad con lo que pesa más.

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A la luz el vacío la absorbe en cualquier punto que se genere porque es una onda que se propaga en forma de onda abierta. Por el contrario, el vacío quiere romper las ondas de órbita cerrada alrededor de un punto. Éstas son las partículas más pequeñas que puedan existir. Rompiendo sus ondas, la partícula deja de existir como tal ya que deja de ser una onda de órbita cerrada y pasa a ser una onda de órbita abierta. Es la desintegración de la materia, la destrucción de las ondas que forman la materia. De esta forma pueden traspasar a la cuarta dimensión.

Hemos de entender al vacío como su palabra dice que haga, vaciar. El vacío vacía el espacio tridimensional intentando llevarse toda la materia que éste tiene, llevársela a él para quedarse totalmente lleno. Lleno absolutamente. En su vaciar vacía todo, materia y también espacio y tiempo. En el último instante, la última partícula de energía lo dejará absolutamente lleno, cerrándose el último agujero negro. Se hace insostenible, por lo que explota generando un nuevo big-bang.

El vacío, mientras detecta deformaciones en sí mismo provocadas por la materia o energía existente en el espacio tridimensional, sabrá que aún no está totalmente lleno.

Cuando se llene completamente tendremos toda la energía concentrada en un punto.

Esa energía es exactamente igual ya que si no lo fuese, si hubiera energías diferentes implicaría que el vacío no está totalmente lleno.

El big-bang se va a producir, el llenado ya está casi concluido. En nuestro espacio tridimensional no queda prácticamente nada, el nuevo big-bang es inminente.

Cuando la última gota de energía en nuestro espacio tridimensional haya sido absorbida, tendremos toda la energía en estado máximo, absoluto e igual, concentrada en el vacío. Toda la energía concentrada en el vacío, haciendo un lleno absoluto al elevar su densidad a infinito. Lo hace inestable por no poder compensarse. Esa inestabilidad le obliga a explotar produciéndose el big-bang.

El vacío y nuestro espacio tridimensional se comportan como una onda balanceándose.

El momento final de vida de nuestro espacio tridimensional implica que toda la materia, espacio y tiempo han pasado a formar parte del vacío. Es la onda en su punto mas alto, para compensarse debe explotar. Ahí, en ese punto no puede quedarse, la evolución continúa, la onda sigue conservando su condición necesaria de movimiento con lo que explota para compensarse generando un nuevo big-bang. DESIGUALDAD DEL UNIVERSO.

Si el vacío en su último instante es totalmente igual, es un absoluto cosmos. ¿Por qué da como resultado nuestro universo, una desigualdad en la ordenación de sus partículas, un caos? Se comprende su cambio, que ese estado de lleno absoluto no pueda sostenerse y de como resultado un big-bang, una erupción de materia, pero todo este proceso tendría que ser de una igualdad absoluta.

Vamos a poner un ejemplo. Imaginemos que tenemos diez partidas de billar, todas ellas ordenadas en círculo compartiendo tapete y con la bola blanca en el centro. Imaginemos que disparando a la bola blanca con el taco puesto en vertical desde arriba, ésta se divide en diez bolas que impactan contra cada partida exactamente igual. El resultado es que se efectuarán diez partidas iguales y, si esto se repite, acabarán todas las bolas exactamente igual para cada partida.

En el desarrollo del universo, si no introducimos una variable que nos lleve a la desigualdad, pasaría exactamente lo mismo. Sería un nacer y morir de energía siempre igual, sin cambios y sin que lleve a sitio alguno más que al punto de partida. Eso no es un camino. Un camino debe unir dos puntos, si los dos puntos son él mismo, ya no se recorre un camino y no hay evolución. Necesitamos una variable que nos permita la desigualdad, sin ella no habría caos, o sea, universo. Dicha variable nace de la misma energía. Es la transformación de materia inorgánica en materia orgánica.

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Volvamos a las partidas de billar. Las bolas son la materia o energía. Éstas se van acomodando y transformando a medida que avanza la partida y esta acomodación y transformación es iguales para todas las partidas. En un momento dado y para todas las partidas por igual, esa materia inorgánica se empieza a agrupar de tal manera que da como resultado materia orgánica. Los elementos básicos de esta nueva materia son los mismos pero agrupados de diferente manera.

En ese punto, una serie de bolas, las mismas en todas las partidas, se han convertido en materia orgánica, eso quiere decir, con capacidad de decisión propia. A partir de ese momento, cada partida tomará su propia trayectoria. El caos está servido. Ya tenemos la desorganización, absolutamente y por defecto, necesaria para la autoorganización del universo. Si el universo naciera organizado y siempre continuara organizado sin una variable, no necesitaría autoorganización.

Al decir que la materia orgánica tiene "capacidad de decisión propia”, nos referimos a su aptitud para crear seres con capacidad de decisión propia.

Podemos concluir que, siendo la materia orgánica la causante de la desigualdad y siendo ésta mucho más joven que la materia inorgánica, el universo debe ser bastante igual en todas sus direcciones. Cualquier parte del universo debe tener en estos momentos otra parte muy parecida para así conservar parte de su igualdad inicial. Dada a su juventud comparándola con la materia inorgánica, debiera haber una tierra parecida a la nuestra en otra parte del universo. Muy parecida dado que la juventud de esa materia orgánica es la misma que la nuestra, con lo que es de suponer que su evolución, aunque no exactamente ser igual, sí sería parecida.

La materia orgánica poco a poco irá creando desigualdad pero, a juzgar por la que se observa desde la tierra, en el universo debe imperar aún la igualdad.

La materia orgánica, creadora de seres inteligentes, es el principio de la recta final del universo. Aquí, en este punto, volvemos a la necesidad de la existencia de Dios.

LA DESIGUALDAD LLEVA A DIOS.

La desigualdad en el universo permite la creación de seres capaces de pensar por sí mismos y de crear un saber que se acumula.

Un saber que se acumula es necesario para sobrevivir al big-bang porque, si no, cuando el big-crunch se produce dando como resultado otro big-bang, todo terminaría, dejando nuestro camino, el camino de todas las cosas, sin fin. No llevaría a ningún sitio. Todo camino tiene que llevar a algún sitio y la destrucción total es volver a la nada, que es lo mismo que teníamos en origen luego ya no es un camino.

Lo único que puede sobrevivir al big-crunch es un ente superior capaz de acumular el saber en su propia dimensión, sin que le afecte el big-cruch.

El camino nos debería llevar a Dios. Cuanto más avanzamos, más saber se genera y más puro lo hacemos, más cerca de Él estamos pero nunca llegaremos al final del camino, ya que Dios es el saber y el saber es infinito.

Nuestro final, nuestro fin, el fin que justifica que estemos aquí, es contribuir al saber de Dios. Para ello recorremos el camino y en nuestro recorrer contribuimos a su grandeza y pureza de Dios.

Con esto intentamos comprender, de una manera quizás no planteada hasta ahora, cómo se origina el universo y cómo evoluciona, llegando a su destrucción para volver a renacer. En todo esto sigue mediando con su ayuda nuestra infatigable gravedad.

Considerar al vacío, no como vacío sino como lleno absoluto, facilita la comprensión abstracta del universo. Nos ayuda a entender su origen y su final, su curvatura y el fenómeno de la gravedad, motor de todo el universo. Fenómeno entendido como una fuerza de atracción que el vacío realiza sobre cualquier tipo de energía.

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¿QUÉ HACER?

Quizá el método utilizado, partiendo de supuestos erróneos, no guste y pueda crear confusión, pero pienso que permite avanzar en explicaciones. Este escrito no es el fruto de una reflexión resumida sino que él mismo se va componiendo de ideas que se tienen y escriben.

Espero que lo dicho ayude en algo a la comprensión del universo y a plantearnos quiénes somos y qué hacemos. Por qué estamos aquí y cuál es nuestro cometido. Ojalá todas las personas de la tierra, sean cuáles sean sus religiones, intentaran encontrar un común denominador en su pensamiento que les permita aproximarse los unos a los otros, en ese necesario caminar, en esa obligación de evolucionar a un saber más puro. En lugar de esto los hombres se enfrentan entre sí, utilizando las religiones como elementos diferenciadores de unos y otros y así crean bandos de lucha y destrucción.

Para llegar al saber puro el ser debe ser libre. Libre para poder evolucionar. Con la libertad condicionada se ralentiza la evolución del ser, pudiendo llegar a congelarlo en un punto que sólo sirve para preservar un status creado por unos hombres. Ahí dejamos de evolucionar libremente y sólo nos queda esperar nuestra propia extinción.

Es necesidad compartida por todo tipo de moléculas el organizarse cada vez de manera más compleja, dando lugar a asociaciones aún más complejas que las anteriores. Esto sucede tanto a nivel químico como biológico. Esta necesidad es la misma esencia de la evolución.

La mayoría de las personas vamos por la vida viviéndola día a día con rapidez y sin complicaciones, con los problemas que se nos plantean, solucionándolos para así obtener mayor bienestar. Nos levantamos, desayunamos, vamos a trabajar, hacemos todos nosotros todo aquello que creemos nos pueda aportar felicidad. Y está muy bien, porque es una manera muy suave y natural de aportar al saber y así se puede continuar, realizando todos y cada uno de nosotros nuestro cometido de aporte por el cual tenemos el privilegio de estar aquí.

Pero si además de llevar esa vida de manera lo más feliz posible, nos preguntamos quiénes somos y porqué estamos aquí, seguro entre todos encontraremos más respuestas. Más que si nos limitamos a seguir la vida tan felices sin parar atención más que a nosotros mismos. Este sistema de vida es correcto, pero exactamente de igual y correcto que el que lleva cualquier animal irracional. Estos aportan al saber porque todas las especies en su vivir aportan ya que evolucionan pero aportan más lentamente. Nosotros, los humanos, que tenemos la capacidad de razonar, hemos de utilizarla también para enriquecernos de sabiduría, acelerando así esa evolución.

Creo necesario resumir ya que el libro avanza y retrocede, partiendo de errores para llegar quizá, a hipótesis no demasiado improbables. Existe una razón por la que elegí mostrar mis ideas desde los errores y las idas y vueltas. Hasta que no conseguí entender que el vacío atrae cada partícula desde el sitio donde ella se encuentran y esa atracción se origina en la cuarta dimensión que es el vacío, tendiendo a unir la materia en nuestro espacio tridimensional originando la gravedad, me parecía que el vacío rodeaba la materia presionando de afuera hacia dentro. Ello me llevó a gran cantidad de errores que me hacían contradecir con los estudios realizados sobre la gravedad. He querido conservar estos errores porque forman parte del camino que me llevó a otras conclusiones.

Intentaré sintetizar la vida del universo siguiendo un recorrido en forma de circunferencia, partiendo del instante previo al big-bang para volver exactamente al mismo sitio.

UN INSTANTE ANTES DEL BIG-BANG:

En este punto es donde realmente podemos decir que el vacío es el lleno absoluto.

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El vacío a tragado todo el espacio tridimensional. Todo, materia y otras energías, así como el espacio y el tiempo. El vacío ha recuperado todo lo que es suyo. No admite forma alguna que lo deforme. En su lugar, sin espacio ni tiempo, sin sitio pero en todas partes, se ha tragado todo lo que él mismo creó. Se ha llenado por completo elevando su densidad a infinito haciéndose en sí mismo insostenible ya que en ese punto la onda que balancea de espacio tridimensional a cuarta dimensión, se ha detenido. La onda debe continuar, la evolución debe seguir.

La última partícula de energía que devora, aumenta infinitamente su densidad forzándole a su explosión. Al big-bang.

EL BIG-BANG.

Punto que da origen a la materia y otras energías procedente de la energía acumulada en el vacío: la cuarta dimensión.

La materia nace en un punto y se expande. En su expansión va creando su propio escenario; el espacio y el de tiempo.

El punto que da origen a todo es un agujero negro invertido, el cual conecta la dimensión del vacío con nuestro espacio tridimensional. Este agujero negro invertido irá generando materia espacio y tiempo.

Esto seguirá así hasta que en nuestro espacio tridimensional se formen agujeros negros que devuelvan materia (energía) al vacío, taponando así su salida y estabilizándolo. De esta forma el pro-ceso de big-bang se habrá detenido. El vacío ha dejado de aportar energía y sólo resta esperar que se llene otra vez. Mientras el vacío que es la cuarta dimensión, aporta energía a nuestro espacio tridimensional, el big-bang se está produciendo. Este cesa en el momento que este proceso se invierte, siendo a través de los agujeros negros que el espacio tridimensional se descargará de energía aportándosela al vacío, a la cuarta dimensión. Así la onda se compensa y perpetua.

DESIGUALDAD DEL UNIVERSO

Una vez que en el espacio tridimensional el vacío, o sea, la cuarta dimensión, ha absorbido la última partícula de energía (materia), el vacío se ha quedado total y absolutamente lleno, por consiguiente, obligatoria y absolutamente igual. No admite desigualdad ya que, si tuviera energías diferentes, manifestaría no estar absolutamente lleno. Es el cosmos absoluto. El orden de todas las cosas.

Esta igualdad implica que cuando se produce el big-bang, éste empezará a crear materia alrededor de un punto y esta materia es igual toda ella alrededor de él. Se producirá un crecimiento y expansión del universo absolutamente igual, ya que en ningún punto estamos aportando una variable que lleve a la desigualdad.

En este proceso de crecimiento en el que impera la igualdad, se irán formando planetas, galaxias, etc., pero siempre respetándose la igualdad al origen. Esto querrá decir que todo fenómeno producido en un punto del universo tendrá sus equivalentes en todo el resto del universo.

A partir del momento en que la materia inorgánica, por sí misma, empieza a agrupar partículas específicamente de manera que se forme materia orgánica, es cuando empieza la desigualdad del universo. Esto es debido a que la materia orgánica tiene capacidad de decisión propia. Quiero decir con esto, capaz de crear seres con capacidad de decisión propia.

A partir de este momento la evolución del universo cambia y los hechos ya no son repetitivos. En cada punto del universo se pueden dar situaciones particulares que sólo se den ahí.

Sin esta variable de desigualdad que es la materia orgánica, todos los periodos entre big-bang y big-bang serían exactamente iguales y por ello incongruentes. Serían periodos rebeldes consistentes en nacer y morir, nacer y morir y así hasta el infinito. Es un absurdo que no se justifica.

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La materia orgánica aparece en ese universo en expansión exactamente en el mismo instante, en todos aquellos puntos que guardan equivalencia. "Aparece en el mismo instante para todas las partidas de billar".

LA GRAVEDAD.

La gravedad es la fuerza que el vacío, la cuarta dimensión, ejerce sobre cualquier tipo de energía que se encuentra en nuestro espacio tridimensional. Esta fuerza es de atracción. El vacío atrae toda partícula de energía con una leve fuerza, queriendo tragársela. No ejerciendo fuerza suficiente sobre una sola partícula, la aspiración que realiza en cada una de ellas tiende a unirlas creándose un solo canal de aspiración que suma esas fuerzas y las aplica en un solo punto. Esa tendencia a unir las partículas es lo que genera la gravedad.

Ese canal de aspiración, al unir la fuerza de suficientes partículas, se convertirá en un agujero negro, doblando ahí el universo, creando un camino por el que obliga a pasar todo: materia, espacio y tiempo.

Cuando el big-bang ha finalizado tenemos el máximo de materia en nuestro espacio tridimensional. La materia pliega el espacio tridimensional Esto es debido a que el vacío (que careciendo de espacio lo ocupaba todo), debe apartarse de aquellos puntos donde en nuestro espacio tridimensional hay materia (energía). Al apartarse se dobla, se curva. Este hecho de apartarse, de curvarse, tensa al vacío creando una fuerza que la transmite a nuestro espacio tridimensional de manera constante.

En el momento que ha finalizado el big-bang la energía en el vacío es mínima, por consiguiente, su densidad también pero, por el contrario, su deformación es máxima pues la materia que ha creado es máxima. A medida que los agujeros negros van llenando el vacío, eliminando energía de nuestro espacio tridimensional y transportándola al vacío, su densidad aumenta y, por consiguiente, su deformación disminuye proporcionalmente, con lo que se mantiene constante la fuerza que el vacío realiza. Esta fuerza se llama “fuerza leve”.

Esta fuerza es una constante gravitacional y el resultado es que cada partícula es succionada hacia su interior, hacia el centro de masa del objeto. En ese querer desplazarse hacia el centro de masa las partículas tienden a unirse generando la gravedad. Por esto dos objetos separados tienden a unir sus centros de masa, porque es a través de ellos que el vacío los arrastra hacia él.

"La gravedad es la atracción a la que están sometidas todas las ondas, atracción que les viene de la cuarta dimensión, del vacío. Esta atracción que deforma el espacio por el que se propagan y las quiere obliga a ingresar en el vacío".

Los agujeros negros son puntos que en nuestro espacio tridimensional se conectan con la cuarta dimensión que es el vacío.

La materia tiende a unirse por la fuerza de la gravedad. Al unirse, las fuerzas que todas y cada una de esas partículas reciben del vacío, se suman creando una gravedad más intensa. Si la densidad del conglomerado de materia es tal que la fuerza que sus partículas reciben del vacío crea en su interior una presión capaz de desintegrar la materia, exactamente en ese punto minúsculo de máxima presión se crea el agujero negro, punto de conexión con la cuarta dimensión.

El agujero negro es destructor de materia y generador de energía. Generador de energía pura, que es la que ocupa el vacío. Esa energía pura que forma el vacío es una onda plana soporte de nuestro espacio tridimensional.

Creado el punto de agujero negro es como si la membrana que separara nuestro espacio tridimensional de la cuarta dimensión se hubiera roto, y sólo se cerrará cuando haya tragado toda la materia que formó el agujero negro. De esta manera la densidad a un lado y otro de la teórica

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membrana siempre es igual. El final de todos los agujeros negros es un solo agujero negro que terminará con el universo en el big-crunch.

EXPANSIÓN Y CONTRACCIóN DEL UNIVERSO.

El origen del universo se conoce como el big-bang. Aparece energía que se convierte en materia que va siendo empujada por otra que sigue apareciendo, y este proceso continúa hasta que el big-bang cesa. En ese momento tenemos materia expandiéndose. El universo se está formando. En el instante en que se crea materia también se genera gravedad, y ésta empezará a actuar. Como su intención es siempre constante en unir materia, poco a poco la irá frenando hasta detenerla. Puesto que el universo no es igual en todas partes, este detener se irá produciendo en una absoluta desigualdad. La materia tenderá a unirse formando galaxias cada vez mayores, agujeros negros, etc., y todos juntos irán parando su expansión, uniéndose y dirigiéndose hacia un punto que es el centro de masa del universo.

En un momento dado habrá partes del universo que se considerará ya están en contracción, mientras que otras aún estén en expansión. Es cuestión de tiempo que éstas también se paren e inicien su proceso de contracción. Todas esas partículas comparten su destino en una ejecución final; el big-crunch. EL GRAN APRETÓN. BIG-CRUNCH.

Podríamos decir "el gran apretón final". El universo en contracción se dirige todo él hacia un punto. Este punto no está determinado, es el centro de masa del universo y varía su posición a medida que la materia se le acerca.

El final no es más que un último agujero negro, el cual engullirá la última partícula de materia y se cerrará, destruyendo el espacio y también el tiempo, convertido toda la energía desigual que teníamos en nuestro espacio tridimensional en energía igual y pura en el vacío.

Nuestro espacio tridimensional habrá dejado de existir por no quedar onda alguna. Las ondas, al ondear generan espacio y tiempo lo que es energía. La cuarta dimensión se lleva todas las ondas engullendo todo el espacio tridimensional.

El espacio tridimensional ha dejado de existir y el vacío está totalmente llenó. La última gota de energía de nuestro espacio tridimensional que este último agujero negro trague, lo hará explotar por disparar su densidad a un máximo infinito que le lleva forzosamente a descargarse dando origen a un nuevo big-bang.

Tal como decíamos al principio del resumen, ya hemos cerrado el círculo. De big-bang en big-bang, disfrutando de nuestro periodo rebelde.

¿POR QUÉ ESTA CONFIGURACIÓN DEL UNIVERSO?

Seguimos un camino de creación que lleva a la destrucción total y este proceso es infinito. Toda la materia se crea y se destruye siguiendo un camino que no lleva a ningún sitio. Aparentemente. Todo lo que sucede, sucede porque hay alguna razón para que suceda.

El camino que nos devuelve al mismo sitio no tiene razón de producirse. Esto obliga que en el recorrer de ese camino, se produzca algo que se acumule y pueda sobrevivir al momento final de destrucción.

Sólo el conocimiento que es el saber puede sobrevivir al momento final. Que una acción haya sucedido sobrevive como suceso, aunque el sujeto del hecho ya no exista. Es esta acción la única que puede sobrevivir al momento final: "un saber que se va generando día a día y que se va acumulando". Este saber crea su propia quinta dimensión. El conocimiento es ilimitado, con lo que el proceso de big-bang en big-bang es infinito.

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El saber se acumula haciéndose cada vez más puro. Sobrevive y se almacena en su quinta dimensión. Puede ser Dios ese saber que se va acumulando. Acumular ese saber es la contribución a la pureza de Dios.

Ese saber que se acumula es la generación de un ente superior y, en nuestra aportación, lo hacemos cada vez más sabio, lo hacemos cada vez más puro.

EL ORIGEN DE LA MATERIA. En la explicación de la historia del universo hemos completado el círculo, desde su origen hasta su destrucción para llegar nuevamente al origen.

La energía acumulada en el vacío, cuando llega a su estado máximo, explota dando origen al universo, creando la materia, el espacio y el tiempo. Serán los agujeros negros los que devolverán el universo nuevamente al vacío, dejando de existir como materia y pasando a ser energía, reduciendo tanto el espacio como el tiempo a cero. Estos dejarán nuestro espacio tridimensional, la dimensión que ocupamos, reducida a nada.

El círculo está completo pero aún no se entiende el paso de materia a energía y de energía a materia.

El vacío detecta energía. La materia es energía. La energía son ondas. Cuanta más materia hay, más energía contiene porque más ondas encierra esa partícula y ondas, es lo que el vacío detecta. Las ondas son movimiento. El concepto más puro de energía sería considerar energía al movimiento, ya que es el movimiento en sí mismo el concepto, el hecho que puede crear espacio y tiempo a la vez. Todo movimiento lleva asociado espacio y tiempo y energía es espacio y tiempo a la vez luego movimiento.

El movimiento más elemental es el movimiento de una onda, por eso consideraremos la energía como ondas.

El big-bang es una onda, una súper onda que se fragmenta. El vacío detecta la energía y la quiere absorber. Detecta la energía porque ésta es ondas, ondas convertidas en materia que tienen su origen en el big-bang que él mismo las ha creado. El big-bang es la súper onda, el latigazo del vacío. Esa onda que se produce creando espacio tridimensional, tiene su soporte en las ondas comprimidas en el vacío.

Toda la materia son ondas y esto es lo que el vacío detecta. El vacío quiere recuperar todas esas ondas y someterlas. Convertirlas en una onda plana que no se propague, sólo actuando como almacén de energía, soporte del espacio tridimensional. El espacio tridimensional y el vacío conservan la paridad, conservan la igualdad o equivalencia. El uno no podría existir sin el otro. Todo en el mundo funciona de esta manera, apoyándose en los opuestos, para que una cosa "sea" precisa de su contraria. El bien y el mal, calor y frío, ser o no ser.

El universo es energía, toda la materia es energía y no sólo la materia. Esa energía son ondas. Todo lo que conocemos como energía son ondas.

Se puede interpretar las ondas como "de longitud de onda abierta" aquellas que pueden propagarse abriéndose y expandiéndose infinitamente al carecer de masa.

Cuando las ondas están sometidas a ciertas condiciones en su origen, pueden tener sus longitudes de onda cerradas, entonces tienen "masa” ya que dan lugar a cuerpos tangibles como los átomos que forman la materia. Todas ellas son ondas. Ondas que se propagan de una manera u otra, aunque esta onda en particular, con masa, lo haga en torno a un punto.

La misma cantidad de energía que tenemos en nuestro espacio tridimensional la tenemos en el vacío. Es como un columpio, la onda se balancea de un lado al otro. Si no hubiera rozamiento este balanceo sería infinito. Cuando el columpio se encuentra completamente a la derecha o a la

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izquierda, en esos dos puntos, la energía es la misma. Uno de esos dos puntos es el universo en el instante de haber finalizado el big-bang y el otro punto es el momento final del universo, el big-crunch, en el cual el vacío se ha llenado por completo. El arco de circunferencia que le falta recorrer aún al columpio para dar la vuelta completa sería propiamente el big-bang. El paso de la energía con-tenida en el vacío a nuestro espacio tridimensional. Es exactamente el punto de inflexión de la onda que describe el columpio.

Si las ondas ondean, o sea, se propagan balanceándose, es para compensarse. De lo contrario, la onda como tal no podría existir. El universo y el vacío hacen exactamente lo mismo. Se comportan como una onda y se compensan el uno al otro. Ambos forman la "onda' por excelencia.

La parte de la onda que habita en el vacío es mucho más simple, busca igualar todas las ondas que habitan en el espacio tridimensional. Las iguala y en ese momento se las queda para ir llenándose. Serán los agujeros negros las herramientas que el vacío utilizará para tal trabajo.

Por el contrario, las ondas que habitan en nuestro espacio tridimensional, precisamente para poder ser compensadas por las del vacío, han de ser totalmente diferentes y desiguales, por consiguiente se han de expandir. Han de ir de un punto hacia fuera expandiéndose, mientras que las ondas que llenan el vacío van desde afuera a un punto. A ese punto se le llama singularidad, y es el fenómeno que se produce en el agujero negro. En ese punto las ondas entran por completo en el vacío. Allí ya no ondean, simplemente sirven de soporte a las ondas que todavía están en el espacio tridimensional.

Entre nuestro espacio tridimensional y el vacío hay como una membrana imaginaria, que nos separa.

A esa membrana la compararemos con la barra de hierro. Primero está doblada en un sentido y tie-ne toda la energía contenida para doblarse en sentido opuesto. Consideremos que no hay rozamiento. Se arqueará de derecha a izquierda y viceversa infinitamente, lo mismo hace el universo de big-bang en big-bang.

Vamos a profundizar un poco más en cómo se produce la materia y relacionaremos esto con el origen del universo. Analizaremos las condiciones que se dan en su origen, que permiten que las ondas se conviertan en materia. Antes hemos considerado que la materia está formada por ondas de órbita cerrada, esto permite que la materia tenga masa.

Una onda tiene una fuente de origen que la crea. Cualquier tipo de onda, si en su origen aumenta la intensidad que la genera, aumenta su número de oscilaciones, o sea, su frecuencia. Si tenemos una bombilla y le suministramos cada vez más electricidad iluminará más, hasta llegar al punto en que se funda.

Si la energía de emisión que tenemos en origen es muy fuerte (tan fuerte como la que se produce en un agujero negro pero al revés, o sea, como en el big-bang) sucederá que esas ondas tendrán una fuerza desde el origen que las crea, que las hará mayores que su propia velocidad de propagación que es la manera que tiene la onda de compensar la fuerza que le da origen, la fuerza que hace que exista como onda.

Sucediendo esto, las propias ondas se cabalgan unas con otras al ser empujadas desde el origen, obligando a que la onda se destruya y creando ondas de órbita cerrada muy pequeñas que contienen gran cantidad de energía, produciéndose así las partículas más pequeñas que darán origen a los futuros átomos.

Esas partículas tan pequeñas son una onda de órbita cerrada y que no se propaga expandiéndose. Esta partícula se unirá a otras y así todas darán lugar a los átomos y éstos juntándose formarán toda la materia del universo.

Todas las partículas así dispuestas tienen su propagación constante alrededor de un punto y la onda quiere ir a ese punto. Ese punto es una puerta que la conecta directamente con el vacío. El vacío atrae desde ese punto, pero la acción que el vacío realiza para atraer a la onda no es

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suficiente. Por eso la materia tiende a juntarse creándose gravedad. Al juntarse, las partículas suman las fuerzas de succión a las que están sometidas y sólo así podrán pasar a través de esa puerta.

Esto es lo que sucede en los agujeros negros, ahí se ha juntado suficiente energía como para al ser atraída por el vacío, romper la teórica membrana que los separa, alargando y estirando el espacio tridimensional y obligándolo a pasar por ese punto.

Volviendo al origen de creación de la materia, al big-bang, tenemos la membrana que separa vacío de espacio tridimensional ya casi totalmente tensada y a favor del vacío. El vacío está ganando y el partido casi a punto de finalizar. El resultado será que la membrana, la barra de hierro, está totalmente tensada, el espacio tridimensional está totalmente doblado, la densidad del vacío es máxima y éste está totalmente lleno.

En ese momento la membrana no puede más. La barra de hierro, doblada al máximo, responde y se produce una primera onda. Ésta se corresponderá con la barra doblada del lado del vacío al punto cero, y el contravalor, o sea, su inercia, será el arco contrario. Como si fuese una onda transmitirá su inercia creando nuestro espacio tridimensional desde un punto, como yendo desde el centro de barra y perpendicular a ella, en línea recta. En ese punto que va de infinitamente pequeño a más, tenemos el origen del universo, se produce el big-bang. El universo, que había desaparecido por doblarse infinitamente, se comienza a desdoblar, por consiguiente, a aparecer. Nuevamente se está creando.

Ese punto no es un punto cualquiera, es "el" punto, porque sólo hay ese punto. No hay más puntos posibles porque el espacio no ha sido todavía creado, con lo que ese punto es todo.

Ese punto infinitamente pequeño es el pinchazo en la membrana que hemos nombrado. Inicialmente deja pasar la cantidad de energía infinitamente pequeña que su infinitamente pequeño tamaño permite. Aunque vale aclarar que su tamaño es realmente indiferente puesto que el concepto de espacio no existe, ya que nuestro espacio tridimensional aún no ha sido creado. Podría ser infinitamente pequeño o infinitamente grande, sería lo mismo porque el espacio real que ocupará será "0". Se está creando pero no ha sido concretado todavía.

Una vez se produzca el pinchazo nacerá una onda. En ese instante sí que se crea espacio y también tiempo. Es esa misma onda, creciendo y propagándose como una burbuja que se hincha, la que crea espacio y tiempo.

Sucede que esa burbuja inicial tendrá un tiempo de vida realmente corto, ya que ella ha abierto la puerta, ha roto la membrana y, por ese agujero negro invertido, pasará toda la energía contenida en el vacío.

Al producirse el pinchazo nace una primera onda que es en sí misma la membrana queriendo abrirse, como onda que es, y propagarse. Esto permitirá que el agujero se haga mayor y puedan salir nuevas ondas, éstas con una fuerza mucho más intensa que la primera. El agujero se abre permitiendo que salgan ondas más poderosas que las anteriores, empujándolas y cabalgándose con ellas, aumentando la frecuencia de la primera hasta un punto infinito que obliga, como única solución, a que la onda se rompa fragmentándose en ondas mucho más pequeñas de órbita cerrada.

Ahí aparecen los primeros cuerpos con masa, son ondas propagándose en una órbita cerrada constante, tendiendo ya no a expandirse sino a contraerse hacia el centro de su órbita, punto de conexión con su origen que es el vacío, la cuarta dimensión. Este proceso de fragmentación de ondas se seguirá produciendo en sucesivas ondas a medida que el vacío se descargue de energía.

"Podríamos interpretar que es sólo una primera onda la que se produce y fragmenta, no porque sea empujada por sucesivas ondas más fuertes que ella misma sino porque, esa onda inicial queriendo propagarse, lo intenta en un espacio todavía no creado. Por esto su velocidad de propagación es cero y se fragmenta al necesitar crear espacio, su propio espacio. Ambas interpretaciones aúnan en lo mismo". Estos centros de órbita son el equivalente al agujero de la membrana. La onda inicial abierta se ha convertido en muchas ondas de órbita cerrada, y el agujero que esta onda estaba formando también se ha dividido en muchos pequeños agujeros que se conectan, todos ellos, con el vacío.

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En el interior de cada partícula hay una mini puerta que conecta con el vacío, a través de ésta, atrae la onda que forma dicha partícula intentando recuperarla.

Si consideramos que el tiempo es ilimitado tendríamos tiempo suficiente para que esa onda, vuelta a vuelta, cada vez se acercara más hacia su centro hasta desaparecer, (como materia en nuestro espacio tridimensional desaparecer). Más esto es imposible, el tiempo no sería suficiente. La vida del universo no es lo suficientemente larga para permitir que esto suceda. La presión generada en los agujeros negros es la que permite que esto se produzca.

Cuando el vacío se haya quedado sin energía su densidad será mínima y el agujero creado máximo. Serán los agujeros negros que se formarán en nuestro espacio tridimensional, los que poco a poco irán cerrando el agujero que el big-bang dejó abierto, repitiéndose así nuevamente el ciclo.

Este fenómeno que sufren las ondas procedentes del vacío, y que dan origen al big-bang sólo se puede producir en ese momento. La condición para que las ondas abiertas "sin masa” puedan pasar a ser ondas cerradas y tangibles (por consiguiente, para nosotros con masa), es que la fuente de origen suministre una energía tal que pueda elevar la onda a una velocidad superior a la de la luz. Es ante esta imposibilidad que la única alternativa de la onda es fragmentarse en mini ondas de órbita cerrada que contengan gran cantidad de energía. Todas esas mini órbitas, mini partículas, las más pequeñas existentes y que darán origen a todo el resto de las partículas por formarse, tienen en su centro una puerta de unión con el vacío.

El vacío es un punto de densidad infinita que da origen al universo. Superar la velocidad de la luz es imposible, ello implicaría que la energía necesaria para llegar a ese punto elevase la masa a infinito, y eso en nuestro espacio tridimensional es imposible aunque no así en el vacío. En el vacío se alcanza este punto de densidad infinita, de energía infinita, de masa infinita. El vacío alcanza ese punto aunque sea en un espacio de tiempo nulo, ya que el tiempo en ese momento ha dejado de existir. Es precisamente por haber dejado de existir nuestro espacio tridimensional que el espacio y tiempo ya no existen, permitiendo que en el vacío se alcance una densidad infinita. El vacío será una fuente de origen de energía que genere una onda capaz de propagarse a una velocidad superior a la de la luz. Como esto no es posible, esa onda sólo puede fragmentarse en mini ondas de órbita cerrada que se ubican en torno a un punto de conexión con el vacío. Cada punto de esos pliega mínimamente el espacio tridimensional. Cuando esos mini puntos se agrupan entre ellos creando grandes conglomerados de materia, suman su capacidad de plegar el vacío, deformándolo mucho más, pero no llegando a romper la imaginaria membrana hasta que la cantidad de partículas sea tal que en ese punto se pueda formar un agujero negro.

El vacío se deforma ante la presencia de cualquier tipo de energía. Se deforma curvándose. Esto es así porque la materia, en cada una de sus mini partículas, tiene una mini puerta que conecta con el vacío, y es ese punto de unión el que provoca la deformación de éste. Por consiguiente, sólo será la energía dispuesta en partículas de órbita cerrada la que cumplirá esto. Las ondas que entendemos como tales, por ser abiertas, no deforman el vacío. La luz y otros tipos de ondas de órbita abierta no deforman el vacío.

Es una cuestión mal entendida cuando se dice que ondas de órbita abierta, como la luz, no tienen masa pero sí gravedad y peso. Hay que entender que las ondas abiertas se propagan por un espacio que se deformó por la presencia de ondas de órbita cerrada, o sea, de materia. Las ondas abiertas, por sí mismas, no deforman el vacío pero si están afectadas por la gravedad, no exacta o directamente ellas sino el camino por el que circulan.

Las ondas abiertas como la luz, están afectadas por la gravedad pero no la provocan. Para provocar gravedad se tendrían que enroscar en torno a un punto de atracción y puerta con el vacío. Así tendrían masa y en consecuencia peso propio, ejercerían gravedad.

La luz es energía y toda energía puede ser convertida en masa como lo demostró Einstein en su ecuación E=m x c2, pero este proceso que con un ejemplo a continuación explicaremos se hace imposible a la práctica en nuestro espacio tridimensional. Es un máximo teórico al que sólo se puede llegar en el big-bang fuente de origen de energía de densidad y masa infinitas.

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Las ondas abiertas como la luz son ondas sin masa, y eso es así pero no está correctamente explicado. Tendríamos que argüir que estas ondas no tienen peso propio.

Masa es la cantidad de energía que posee un cuerpo; la luz tiene energía, por consiguiente, masa, no en cambio peso propio. Un rayo que impacta contra un árbol y lo rompe no tiene peso propio, pero es una fuerte concentración de energía que se transmite al árbol y lo rompe. Si es una concentración de energía debiéramos decir que tiene masa, aunque no así peso propio. Que la luz siga la deformación sufrida por su camino ante la proximidad de la materia, no quiere decir que pese. Para que algo tenga peso propio ha de generar gravedad, ser una onda de órbita cerrada conectada con el vacío.

Cuando en la tierra hay una tormenta y se producen rayos, estos se dirigen hacia la tierra, no se escapan hacia el universo. Se dice que buscan masa. Es la masa de la tierra la que los atrae ya que ésta ha deformado debido a su gran concentración de energía, el espacio existente entre la tormenta y la tierra, obligando al rayo a dirigirse por esa deformación en el espacio-tiempo creada por la gran masa que es la tierra. Un rayo es una explosión de energía, cuando en el universo explota una estrella, lo hace en todas direcciones.

Para que un rayo de luz pueda deformar el vacío tendríamos que someterlo a condiciones similares a las que se producen en el big-bang, las mismas condiciones que hay en un agujero negro invertido. Tendríamos que hacer en un rayo de luz lo mismo que hacemos en un rayo láser, ir cerrando el ángulo en que se propaga aumentando así su frecuencia. Imaginemos que tratamos a la onda como si fuera un abanico que cogemos por cada extremo abriéndolo y cerrándolo como si fuese una onda que se propaga. Imaginemos que una vez cerrado el abanico, en lugar de abrirlo, seguimos cerrándolo, haciendo que la onda se enrosque sobre sí misma. Si la velocidad a la que el abanico fuese cerrándose (aunque ya no cerrándose sino girando sobre su propio eje) llegase a la velocidad de la luz, en ese momento, no pudiendo alcanzarla, esa onda en sí misma se convertirá en una onda de órbita cerrada. Comenzará a romper, a taladrar la teórica membrana que la separa del vacío, siendo atraída y uniéndose a él.

De esa onda que teníamos en forma de luz hemos obtenido materia. En tanto en cuanto el vacío no consiga llevársela, esa onda continuará siendo partícula, energía en forma de materia. En su primer estado no deformaba el vacío, en su segundo estado sí lo deforma.

En su primer estado no deforma el vacío porque entra en él sin romper la imaginaria membrana que los separa. Las ondas propagándose en el vacío no tienen masa por ser de órbita abierta, y al no deformar el vacío, no son generadoras de gravedad, aunque sí reciben sus consecuencias.

Estas ondas no deforman el vacío, son como él. Se propagan en nuestro espacio tridimensional pasando a través del vacío y éste no necesita recuperarlas porque ya son parte de él mismo.

Podemos ahora ver por qué la luz debe tener una velocidad constante. No puede variar su velocidad, aumentando o disminuyéndola, ya que si la cambiase, en cualquiera de los dos casos, como onda abierta, desaparecería. Si la luz aumenta su velocidad pasa lo ya explicado, se fragmenta en ondas de órbita cerrada creando masa. Si la luz disminuyera su velocidad la onda se rompería por el aumento de frecuencia sufrido. Serían, en este caso, las oscilaciones que van llegando las que aumenten su frecuencia, provocando lo mismo que si su velocidad aumentara. La onda se fragmentaría en mini ondas de órbita cerrada, tangibles para nosotros y por consiguiente, para "nosotros masa', mas para ellas simplemente seguirán siendo "ondas".

Variaría nuestra medición de la velocidad de la luz si la tomáramos desde un punto externo a donde ella se encuentra, si la midiéramos desde el mismo en que está, veríamos que su velocidad sigue siendo constante. Realmente lo que ha variado no es la velocidad de la luz, ha variado el espacio por donde tiene que circular. El espacio y por consiguiente el tiempo son elásticos y esta elasticidad viene dada por la deformación que en el universo crea la materia.

En un agujero negro la velocidad de la luz se hace "0" cuando la deformación en ese punto del universo se hace infinita y consecuentemente en ese punto el espacio es "0". Al ser el espacio "0" la

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luz se queda sin espacio que recorrer en ese punto, el espacio se ha terminado y por esto la luz se ha detenido. Ha pasado a entrar en el vacío, en la 4a dimensión.

Vamos a explicar mejor con un ejemplo la idea de que el tiempo y el espacio son elásticos. Antes no referimos a esta elasticidad llamándola tensión, y aunque lo hicimos considerando que los cuerpos apartan el vacío y lo tensan, ahora ya hemos visto que sucede lo contrario, el vacío succiona el espacio tridimensional exactamente donde hay masa. .

Donde hay masa, por pequeña que sea, hay una mini puerta que se conecta con el vacío y así éste, desde ahí atrae. Entendamos que no atrae únicamente la materia. Lo que atrae es energía y energía son ondas. Ondas como energía es la capacidad de crear espacio y tiempo a la vez, o sea, movimiento. Por esto, cuando el vacío atrae desde cualquier partícula, atrae espacio y tiempo a la vez, y esto quiere decir nuestro espacio tridimensional, todo él. Cuanta más energía hay concentrada en un punto (más materia), con más fuerza atrae nuestro espacio y más lo pliega. Esta permanente atracción de la cuarta dimensión es la que origina una constante fuerza de gravedad llamada fuerza leve.

Entendiendo que la atracción del vacío se produce de esta forma, podremos analizar la hipótesis que veremos continuación y que nos ayudará a comprender la elasticidad del espacio y del tiempo. Recordemos que el tiempo es una medición particular y cada cosa tiene su propio tiempo.

Imaginemos que tenemos dos planetas separados cierta distancia y nosotros nos encontramos entre ambos, en un punto tal que, uniendo nuestras distancias, formamos un triángulo. La distancia de nosotros a cualquiera de los dos planetas es la misma y ambos tienen exactamente la misma masa, sin estar afectados por ningún otro planeta.

El tiempo que tardaremos en llegar a esos dos planetas, partiendo a la vez desde el punto en qué estábamos y viajando a la misma velocidad, es el mismo.

Si ahora situamos un tercer planeta próximo a alguna de las trayectorias, que debemos recorrer, veríamos que los tiempos y espacios para cada trayectoria han cambiado. Cambian los tiempos y espacios que tardaríamos en recorrer las distancias, mas no pasaría lo mismo con un hipotético observador y medidor de los hechos, que viese la escena desde fuera. Al acercar el tercer planeta éste está aspirando el espacio y el tiempo, por consiguiente, los estira hacia él alargando tanto el tiempo como el espacio que debemos recorrer en nuestras trayectorias para llegar a los planetas. Las posiciones de los planetas continúan siendo casi las mismas, algo han variado por la atracción del tercer planeta pero, por proximidad, las trayectorias cambiaron proporcionalmente mucho más, alargándose en su espacio y con él en el tiempo necesario para ser recorridas.

Las distancias para el imaginario ojo observador desde fuera de la escena continúan siendo las mismas. Por el contrario nosotros (sujetos de la acción) hemos visto nuestros tiempos y espacios alargarse como si fuesen elásticos.

Podemos entender ahora que incrementando la masa de ese tercer planeta deformador de trayectorias, obtendríamos una deformación cada vez mayor. Si este incremento de masa lo lle-váramos a infinito, la deformación también sería infinita, con lo que el origen del viaje y el final habrían sido el mismo , el universo se habría quedado sin espacio. Al hacerse la curvatura infinita, el espacio se habría eliminado.

La elasticidad del espacio y del tiempo, el escenario curvo y flexible en el que ambas variables se mueven, es de muy difícil comprensión. Los seres humanos, al regirnos con bases tanto matemáticas como físicas y de una lógica contradictoria a esto, dificultamos su comprensión.

... LA ÚLTIMA DESIGUALDAD...

Démonos cuenta que si dejamos el tema aquí no se comprenden ciertos fenómenos de la desigualdad del universo. Ésta la atribuimos a la materia orgánica pero ¿cómo llegamos a tener diferentes materias o elementos?

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Diferentes elementos serán necesarios para formar diferentes materias. Las partículas iniciales, fruto de la fragmentación de la onda, serán lo más simples posible y todas, por defecto, iguales.

Podríamos pensar en el universo creciendo y llenándose de partículas todas iguales. Esto no es así. Primero porque lo vemos, segundo porque dos partículas exactamente iguales que chocan, nace una tercera partícula diferente a ellas dos. Si esta segunda partícula diferente choca con cualquiera de las dos primeras, tenemos una tercera partícula diferente y así sucesivamente.

Si hacemos esta reacción alrededor de un punto, veremos que éste se irá extendiendo y haciéndose cada vez más complejo, tanto como queramos, pero siempre conservará una igualdad con el origen. El universo se expandirá y crecerá formando agrupaciones de partículas como estrellas, galaxias etc., pero siempre tendrá como mínimo una paridad que le permita la igualdad con el origen.

Podríamos también pensar que las primeras partículas creadas se expandirán a una velocidad constante en la creación de espacio, con lo cual nunca llegarán a tocarse entre sí, nunca darán lugar a otro tipo de partículas. Esto no es así ya que en el momento que sé crean partículas se crea espacio y tiempo, y la gravedad, comienza a actuar frenando esas partículas, obligándolas al choque. Tenemos un universo en expansión que crece. Crece pero en igualdad. Hemos explicado el por qué de la primera desigualdad. La segunda, ya explicada, radica en la formación de materia orgánica. Ésta aparece en un momento dado gracias a la unión de partículas de una manera concreta. Dicha primera unión también ha de tener su paridad, como mínimo, en dos partes del universo. En el mismo instante, en dos partes o más del universo, se producirá una unión de partículas tal que creará mate-ria orgánica. La materia orgánica es la única capaz de crear seres con capacidad de decisión propia, así, a partir de ese momento, el universo deja de crecer teniendo que conservar forzosamente su igualdad al origen.

En cualquier punto podrán suceder hechos que pasen ahí y sólo ahí. La desigualdad ha sido creada. La lucha del vacío será devolver toda la energía repartida desigualmente a la absoluta igualdad.

Démonos cuenta que según esto, es necesario que haya materia orgánica, como mínimo, en alguna otra parte del universo y es de suponer que también en esa otra parte se habrán creado condiciones de vida similares a las nuestras. Esperemos que, poco a poco, también estas preguntas tengan respuesta...

... Si observamos el universo podemos determinar su edad aproximada y también podemos ver que la materia orgánica es muy reciente respecto a dicha edad, por consiguiente, su evolución también es bastante corta, con lo cual también podemos deducir que otro u otros puntos de universo que nos compensan, o sea, que tuvieron su momento de aparición de materia orgánica exactamente coincidente con el nuestro, dada nuestra corta vida, deben ser bastante iguales. Probablemente hay otra tierra por este universo muy parecida a la nuestra…

LA SÚPER ENERGEA. LA QUINTA DIMENSIÓN...

La llamo súper energía porque es la única capaz de auto generarse, de aumentar por sí misma no respetando la paridad.

Hasta ahora hemos analizado la energía inanimada, una cantidad de energía concreta que va cambiando. Se transforma permanentemente paseándose entre dos estadios, de la dimensión del vacío al lleno y viceversa, conservando siempre su igualdad en la paridad y cantidad total de energía en un punto u otro. Es su paridad la que la hace estable, pero si no fuese por la súper energía que se crea, su estabilidad también la haría estática, y ser estático es no evolucionar y la no-evolución implica la extinción. Nuestro mundo, compuesto por espacio tridimensional y vacío, es una cantidad concreta de energía que se desplaza, que se mueve cambiando de un lado a otro, aparentemente sin sentido. Pero como ya hemos dicho en otras ocasiones, nada sucede por nada.

El cambio de nacer y morir, la infinita repetición de nacer y morir, de big-bang en big-bang disfrutando de nuestro periodo rebelde, sucede por algo. Esto lo vamos a analizar ahora trasla-

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dándonos a un nuevo mundo, entrando en la quinta dimensión. Dimensión necesaria y a su vez soporte de cualquier otra dimensión.

Soporte, pero en este caso no en igualdad. Ahora tenemos un diferencial energético. Tendremos que ver de qué tipo de energía estamos hablando para entender este diferencial energético que se produce.

Entendamos que el diferencial energético es necesario para una real evolución, ya que es el diferencial positivo el que lleva todo el sistema hacia algún sitio. Es el que arrastra todo el sistema.

El sistema da un beneficio, ya no hay paridad, hay un excedente. La energía que se transforma nuevamente en energía pasando del lleno al vacío, nos da como resultado un beneficio energético, la súper energía que es la que, por ser el diferencial positivo, destruye la paridad y permite avanzar. “... En el recorrer del camino se genera un saber que se va acumulando...".

El sistema energético que hemos nombrado a lo largo del libro posee una igualdad que lo hace estable. Esa igualdad, basada en la materia y la antimateria que se compensan y ondean en su propio baile, lo hace estable, pero ese ondear ha de servir para algo más que estabilización.

Por fin uno menos uno no es cero, y uno más uno no es dos, es dos más una ecuación de suma. Uno más uno es dos más el ejercicio del saber que es en sí mismo la suma. Ese diferencial que relaciona un “1” con otro “1”, es el que los suma para que resulte “2.” Ese es el diferencial que vamos a analizar.

Nuestro mundo es el resultado de un latigazo. Lo comparamos a un látigo porque en ambos se da la circunstancia de que, al descargar toda su energía, se quedan sin espacio que recorrer y como onda mueren.

Mientras ondeamos actuamos independientemente y, cuando dejamos de ondear, por un instante nos conectamos con el puño que blande el látigo, transmitimos lo que hemos aprendido, el beneficio del saber, "el diferencial positivo que alimenta la quinta dimensión”.

La quinta dimensión es un sistema energético abierto. Sobrevive y evoluciona por sí mismo sin necesidad de recibir energía del exterior que lo mantenga. No sólo eso sino que, además de mantenerse, evoluciona, suma. Suma más cantidad de súper energía, o sea, de saber, de evolución cuya esencia es movimiento.

En todos los sistemas energéticos la energía no se destruye ni desaparece, sólo se transforma. El sistema que forma la súper energía, la energía del saber, es el único que por sí mismo aumenta alimentándose de lo que él mismo es; Saber. Así se hace cada vez más fuerte. Es un sistema energético abierto en constante crecimiento. El sólo hecho de existir y tener actividad lo hace evolucionar.

" ... Un saber que evoluciona y se hace cada vez más puro..." La quinta dimensión, soporte de todas las otras, tiene en sus brazos mundos como el nuestro, compuestos todos ellos por espacios dimensionales y vacío. El vacío actúa como soporte del espacio dimensional y, la quinta dimensión (súper energía, dimensión del saber) como soporte de todos y de ella misma. Forman un todo autónomo que se alimenta de sí mismo para evolucionar en su grandeza y pureza. De ser lo contrario sería estable, estático, y eso lleva a la extinción por su falta de evolu-ción.

Igual que el vacío latiguea una vez lleno generando el espacio tridimensional, la quinta dimensión también lo hace generando una cantidad finita de energía que será un nuevo mundo autónomo, conectando y desconectándose con la quinta dimensión entre big-bang y big-bang (momento de contacto y transmisión de saber).

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Cada vez que uno de los brazos de la quinta dimensión cambia de estado (de vacío a dimensional) transmite a la quinta dimensión un diferencial de energía que llamamos súper energía. Éste permite que la quinta dimensión se mueva y en su movimiento evolucione. Ya hemos explicado que energía es también capacidad de movimiento y movimiento es evolución."...Sólo un saber que en su saber evoluciona, haciéndose cada vez más sabio, haciéndose cada vez más puro..."

El saber se alimenta de sí mismo auto generándose, utilizando su propio evolucionar como combustible de su evolución.

"¡El saber y sus brazos! Como látigos, sus brazos se mueven y también se compensan, todos ellos empujan a la quinta dimensión que es en sí misma un saber que se acumula".

El saber, en cada brazo, con su movimiento de dimensional vacío, latido a latido, aporta el diferencial positivo de energía. Él forma la súper energía que se deriva, mas no por ello disminuye la cantidad de energía inicial que lo creó. Son energías diferentes, ambas tienen el común denominador en cuanto a su necesidad de moverse. Pero una de estas energías, la que forma nuestro espacio tridimensional, es movimiento puro y la otra, la que forma la quinta dimensión, es saber puro, también con su necesidad de movimiento para conservar así su propia evolución.

La quinta dimensión se alimenta del saber que se genera en cada uno de sus mundos sin restarles por ello energía.

En cada brazo un mundo, ¡no estamos solos!, es evidente. En cada mundo diferentes seres. Diferentes universos de diferentes seres.

Considerar el sistema como un todo es verlo como una fábrica de energía. Debemos ver la energía en sus tres estados fundamentales, la fábrica la procesará hasta depurarla.

El estado más elemental de energía (ya en otro párrafo nos referíamos a él como el más pobre) es el estado de la materia. La materia es un tipo de onda de órbita cerrada y dominada, sometida por la gravedad. Su cualidad más importante es la de servir de soporte allí donde se genere el saber, no soporte para compensarse sino como tal, como estructura física.

En este mismo estado (aunque en un grado de pobreza inferior) estarían las ondas de órbita abierta como la luz. Este estado de energía forma los diferentes mundos que cuelgan de la quinta dimensión, uno de ellos el nuestro.

El segundo estado de energía ya no es considerar las ondas como ondas sino como esencia de lo que "es" una onda, o sea, "movimiento". Movimiento es evolución.

El tercer estado de energía es considerar ese movimiento que evoluciona como un saber que se genera. Es la energía convertida en saber puro, en super energía. Este saber puro forma su propia dimensión: "la quinta dimensión".

El saber, la quinta dimensión, y todas las que cuelgan de ella, forman un sistema energético que por sí mismo evoluciona. No es una simple cantidad de energía que se transforma, es una can tidad de súper energía que por sí sola aumenta alimentándose de ella misma.

La quinta dimensión evoluciona porque se enriquece más y más de un saber que le viene dado de los mundos dimensionales que cuelgan de ella. De esta manera evoluciona. Evolucionar es dejar de ser estático, de ser igual, y para ello la quinta dimensión ha de moverse, moverse es movimiento y movimiento es energía. El movimiento, sin coste energético, genera un saber que también es energía, es la súper energía. Súper energía que también evoluciona y se acumula, creando un beneficio energético que se utilizará para generar un nuevo mundo. El movimiento es el común denominador de todos los estados de energía y juntos forman un sistema. Un sistema energético que, combinado entre sí, se hace autónomo y capaz de auto generarse, de crecer sin necesidad de aporte.

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El saber, la súper energía, es la única que sin necesidad de aporte de energía es capaz de evolucionar. Es un sistema energético que crece y se reproduce alimentándose de sí mismo. En él no hay espacio ni tiempo. Éstos son escenarios, mundos que él mismo crea para que le aporten saber.

El saber crea mundos para que, como si de teatros se tratara, le aporten saber. El saber se alimenta del saber creado en sus propios mundos. Ese saber, cuando ha acumulado una nueva cantidad de saber (nueva y suficiente), latiguea y crea una onda, una acumulación de saber que es esencia de movimiento; genera una onda que es evolución en sí misma, esencia de saber.

El saber latiguea, un sólo latigazo para cada mundo dimensional. Es el puño que coge el látigo y lo mueve.

El saber, desde su quinta dimensión, latiguea con uno de sus brazos y crea un nuevo mundo. Ese látigo, cargado de energía, ondea creando un nuevo mundo. A partir de ese momento, ese nuevo mundo es una cantidad de energía ya autónoma que, a su vez, también ondea de lleno hacia el vacío y viceversa.

Uno de esos mundos es nuestro universo, una cantidad finita de energía que en un momento dado fue creada por el saber. El saber latigueó y lo creó, y para que pudiéramos tener movimiento propio nos dotó de espacio y tiempo, y ahora gozamos de un espacio tridimensional, escenario de nuestra propia existencia. También nos dotó de lo contrario, del vacío, para que ambos balanceen infinitamente de espacio tridimensional a vacío y viceversa. De big-bang en big-bang conservando infinitamente su condición de movimiento.

"...de big-bang en big-bang, en una espiral ascendente que sólo puede llevar a un sitio...". Para entender el pasaje de saber a materia debemos establecer qué es una onda sin masa. Por ejemplo la luz.

La luz se mueve pero no tiene masa. ¿Cómo algo sin masa puede moverse? Aparentemente algo sin masa no existe. Si no existe no puede moverse, y más aún en el vacío. Pero si en cambio decimos que es una onda sin masa, aparece como una idea.

No diríamos que una onda sin masa tiene más existencia que una idea o un pensamiento. Esa onda sin masa, es sólo movimiento. Esa onda es puro movimiento, no necesita masa.

Ya hemos explicado cómo se pasa de ondas de órbita abierta a ondas de órbita cerrada, creándose así masa. Las ondas de órbita abierta carecen de masa, son como una idea y pasan a convertirse en materia.

Idea, la suma de ideas es El Saber, fuente y origen de todo. La súper energía. El propio saber en crecimiento es una onda, una onda que aumenta, un saber que evoluciona. Esa infinita evolución es una onda sin masa que se mueve y forma el saber.

Cada mundo un teatro, generando un saber, para que El Saber, como único espectador, pueda alimentarse. Alimentarse es alimentar la quinta dimensión, que no es más que todo el saber acumulado, o sea "todo", incluyéndonos nosotros. Esta compleja trinidad formada por La Quinta Dimensión, El Saber y el saber, forman un equipo complejo. Tienen que ser tres, ya que ahí radica su perfección, la prima exactitud del tres, su relativa perfección es la que obliga a su existencia.

Ese saber es la súper energía que, a diferencia de la que forma nuestro espacio tridimensional, por sí misma y por el solo hecho de existir, aumenta.

¿Podéis imaginar una onda que, una vez generada, cada vez fuese más rápido? Eso hace la súper energía. Ella misma, el súper mundo que forma, almacén de todos los mundos, igual que ellos está en expansión pero, a diferencia de los mundos tridimensionales, no termina en una gran contracción para empezar una nueva expansión. Esto ocurre en nuestros mundos tridimensionales porque es el momento necesario de formar parte, por un instante de la quinta dimensión. Es el momento de la

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transmisión de toda la información que forma el saber que va hacia ella. Ahí radica nuestra eternidad, en la participación de esa infinita expansión.

La súper energía que forma la quinta dimensión únicamente se expande, no necesita contraerse en un momento dado para transmitir su saber a nadie. Ella misma es el saber acumulado, origen de todo.

"De saber a evolución, de evolución a capacidad de movimiento, de capacidad de movimiento a ondas, de ondas a materia'.

A medida que el ente superior, la súper energía, se carga del saber de los mundos que ella misma ha creado, cuando acumula una cantidad de saber suficiente, latiguea nuevamente creando una onda, se desprende de una parte de ella misma en ese momento autónoma y con capacidad autónoma para gobernarse, para evolucionar autónomamente. Por eso es una onda, porque para evolucionar ha de ser movimiento puro y sólo éste es la esencia de la evolución. El movimiento, la esencia del movimiento, es una onda sin masa pues no la necesita.

En el big-bang tridimensional la onda inicial que se formaba se fragmentaba en mini ondas de órbita cerrada debido a la fuerza del vacío. Por ella ser una cantidad infinita de energía, podía crear una onda que sobrepasase su propia velocidad. La onda inicial se obliga a auto fragmentarse, creando la materia y también el escenario: el espacio y el tiempo.

Esa cantidad de energía de la que se ha desprendido el saber, inicialmente conectada a éste, compartía con él la quinta dimensión en la cual no existe el espacio ni el tiempo, ya que ellos están mezclados con el mismo saber que se ha ido acumulando. Al éste desprenderse de una parte de sí mismo, esta parte ha dejado de formar parte de la quinta dimensión y en su propia necesidad de dimensionar, de existir, se ve obligado a crear su propia dimensión. Si no lo hiciera, no podría moverse, y si no se moviera, se extinguiría. Él mismo es energía pura, capacidad de movimiento, y para conservar esto y así evolucionar, (condición necesaria para él) crea su propia dimensión, una de ellas la nuestra. En ese momento, ese saber autónomo balancea de su propia dimensión a su vacío inicial, de manera infinita y generando un nuevo saber que transmite a la quinta dimensión cada vez que se conecta con ella, justo entre cada big-crunch y big-bang. Así el ente superior se lleva el saber que se ha acumulado (beneficio energético, por otra parte innecesario) para que la energía qué sigue ahí genere infinitamente más saber y simplemente continúe en una infinita existencia.

Todo este proceso energético se repite en todos los estadios. Los seres que vienen al mundo, a nuestro mundo, lo hacen para reproducirse, para aportar nuevos seres. Esa reproducción es en sí misma la evolución. Los nuevos mundos dimensionales que la súper energía (el saber) va creando, sirven para acumular más saber y contribuir así a la reproducción de nuevos mundos.

La diferencia es que en el aparecer de nuevos mundos no es necesario que desaparezcan los antiguos, conservarán la energía, ya que estos nuevos mundos son creados con el beneficio energé-tico en forma de saber. Entre todas las anteriores energías ya existentes, se han ido generando y acumulando estos mundos en la quinta dimensión.

Si la aparición de un nuevo mundo conllevara la desaparición de otro o de una cantidad de energía equivalente a él, ya estaríamos en la paridad. No habría beneficio energético y por consiguiente, sería quedarnos estáticos en un punto carentes de evolución. La evolución es una condición necesaria de la energía y de la súper energía.

Así la quinta dimensión sobrevive y permanentemente evoluciona, y todos sus mundos, como motores de esta evolución, permiten que se reproduzca.

Quizá ahora pueda realmente dar el círculo por cerrado. Ahora puedo decir que doy mi visión del universo por terminada.

Epílogo

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Querría dar una conclusión final a mi libro, poder decirle a los lectores cómo y por qué se me ocurrieron estas ideas. Si son una recopilación de ideas escritas siguiendo un propósito o si han ido apareciendo a medida que iba escribiendo el libro.

Supongo que los que hayan leído lo hasta aquí escrito se preguntarán por mí. Si hay un científico, un filósofo o simplemente una persona cargada de imaginación.

La curiosidad por los temas que se tratan en este libro me vino aproximadamente cuando estudiaba 2 de BUP a los 16 años. Fue entonces cuando escribí mis primeras ideas, las cuales no presentaban más que preguntas faltas de respuestas.

Recuerdo una de ellas, la llamé "Teoría del calor volumen", presentándosela a mi profesora de física.

A lo largo de los años me fui dando cuenta que, en definitiva, las mismas preguntas que yo me hacía todo el mundo se las hacía, y que las diferentes explicaciones que se me presentaban no me complacían. Sobre todo las de índole religiosa, que me han parecido siempre de lo más manipuladoras.

Intentando encontrar mi propia respuesta, quise hurgar en nuestro mundo para encontrar algo que mis ojos viesen y no pudiera comprender, algo que aparentemente no tuviera explicación.

Me pareció que la gravedad era una fuerza misteriosa que actuaba sobre todo, pero no conseguía comprenderla. Me preguntaba: ¿cómo es posible que los planetas se atraigan? Si entre los planetas no hay absolutamente nada... ¿cómo se atraen?

La respuesta, cada vez que preguntaba, era muy sencilla: por la gravedad. Pero, ¿y qué es la gravedad?

Una noche, aproximadamente en marzo de 2.001, se me ocurrió interpretar la gravedad como si de otra dimensión que nos rodea se tratara. Pensé que esa dimensión nos estaba aplastando permanentemente intentando hacernos desaparecer para llevarnos a formar parte de ella. Ahí es cuando por primera vez me encuentro con una idea que parece puede tener algo de verosimilitud.

Estamos rodeados por algo indetectable para nosotros y que nos aplasta. Estamos ocupando un lugar que le pertenece a otra dimensión y ésta quiere recuperarlo. Esta dimensión ocupa lo que es nuestro vacío, y quiere recuperar el espacio que estamos ocupando llevándonos a él.

Esto me llevó a conclusiones interesantes y divertidas a la vez, aunque me basé en un gran error. El volumen no era la causa de que esa cuarta dimensión nos quisiese aplastar. La propia exposición de mis ideas y no una idea preconcebida, me fue revelando errores en mi explicación, situaciones que se hacían imposibles, aunque ellas me sirvieron para acercarme a lo que creí podría ser una explicación.

Una vez llegué a la conclusión de que no es el volumen sino la cantidad de energía que encierra un cuerpo, la que provoca la gravedad. Me fue mucho más fácil comprender la curvatura del espacio y el origen del universo. Me alegré mucho cuando en ese momento empecé a contrastar mis ideas con las de científicos internacionalmente reconocidos, y me di cuenta que no diferían tanto de las mías. El error evidente cometido al principio del libro me resultaba incómodo de conservar. Podría fácilmente haberlo destruido y recomenzar. Pero consideré que si ese error nació de mi errónea idea original y que ésta fue la qué me permitió, desarrollándola, llegar a donde había llegado, quizá conservar los errores sería bueno para que también los lectores llegaran a comprender lo mismo.

Conservando el error inicial y desarrollando ideas fui llegando a nuevas conclusiones que, como ya he dicho, parecían algo más coherentes o, cuando menos, más parecidas a lo que científicos han escrito. Este solo hecho, para mí, ya lo considero un gran éxito. En ningún momento he pretendido inventar ninguna teoría ni atribuirme nada en absoluto. Sólo he escrito mis ideas, no por ello

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queriendo afirmar que son las únicas ni las primeras que se tienen al respecto, ni tan siquiera que sean lógicas, correctas o ciertas.

En el escribir del libro hay una pregunta que me persigue: ¿por qué nos creamos y destruimos sin motivo aparente más que en el nacer y el morir en una repetición infinita? Esta pregunta me aparecía permanentemente sin respuesta alguna que darle.

Mi propia evolución en el libro la empiezo a tener cuando comienzo a plantearme el origen de la materia, dándome cuenta que todo lo que somos son ondas.

La materia no es más que ondas dispuestas de una manera y, ciertas ondas, como la luz, son diferentes por estar dispuestas de otra. Decimos que unas tienen masa y las otras no. Esto me llevó a muchas conclusiones y posibilidades sobre el concepto de masa y el de energía.

La masa es la cantidad de energía que posee un cuerpo y la energía es la cantidad de ondas que posee dicho cuerpo. La materia viene de la disposición concreta que se le da a las ondas, encerrándolas en torno a un punto de atracción. Esto no se puede conseguir desde nuestro espacio tridimensional, pero sí se puede conseguir si la energía que generan estas ondas proviene del vacío. En él hay acumulada una cantidad suficiente de energía que es capaz al liberarse (big-bang), de generar una onda con posibilidades teóricas de superar la velocidad de la luz. Como es imposible superar esa velocidad, la onda se fragmenta en mini ondas con una gran concentración de energía. Estas mini ondas son las partículas más pequeñas que existen y, agrupándose entre ellas, dan lugar a todos los otros tipos de agrupaciones de partículas.

Desde la idea de cómo se crea la materia partiendo de las ondas llegué a la conclusión de que es en ellas donde tenemos la explicación, el origen de todo. ¿Y qué son las ondas?

Aparentemente las ondas, si decimos que no tienen masa, no acabamos dé ver clara su existencia. Son movimiento y movimiento es evolución, saber.

Por fin conseguí encontrar una explicación a todo. Por fin conseguí encontrar el eslabón que me faltaba para comprender el por qué de ése nacer y morir sin justificación aparente.

Entendí que una onda es algo inexistente, que es más una idea que una realidad, de ahí llegué a la conclusión de que una onda, por su carencia de masa, es más una idea. Y el conjunto de ideas es el saber, y luego es éste el que, en su existencia, se propaga acumulándose y creciendo.

La evolución obliga a la autogeneración, es el saber que se acumula el que evoluciona.

Interesante en el libro es la idea de las desigualdades, la materia orgánica como generadora de seres con capacidad de decisión propia. Esto permite la desigualdad. Esto mismo hace al saber que se acumula, permite que haya una desigualdad creándose un excedente energético que posibilita que haya cambio, o sea, movimiento, y, por consiguiente, evolución.

En ese capítulo el ser humano tiene un gran protagonismo. Somos generadores de saber en un grado muy alto, en la fábrica de las mejores máquinas, aunque no tenemos por qué ser las únicas y no sabemos si las otras pueden ser mejores o peores.

Cada noche que escribía llegaba a un nuevo final del libro y, cada vez que volvía a pensar en ello, volvía a escribir. Supongo y espero estar ahora escribiendo las últimas palabras de mi libro. Puede que encuentre alguna editorial que lo crea interesante y llegue a publicarlo algún día, o puede ser que no, en cuyo caso, me quedará sólo la satisfacción de haberlo escrito.

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Creí que ya había acabado, que no continuaría escribiendo y nuevamente así me veo.

Hay una información que me es reciente que me obliga a plantear otra visión del nacer y morir de nuestro universo. Adelanto que creo puede conjugarse con lo dicho hasta ahora.

La información es que al parecer el universo se está expandiendo "en aceleración". Las galaxias se están separando unas de otras cada vez a mayor velocidad.

Este hecho no se opone radicalmente al planteamiento hecho hasta ahora, pero de ser así nos obliga a cambiar ciertos aspectos. Antes de empezar debemos ser algo escépticos en cuanto a la idea de que el universo se expande en aceleración. El universo es tan grande que podría haber una parte del mismo que fuese atraída hacia otra parte, de mucha mayor masa y de momento inde-tectable para nosotros.

Pero vamos a suponer que las mediciones son correctas y que el universo se está expandiendo cada vez a mayor velocidad.

En este caso, el momento final de vida de nuestro universo será diferente. No tendremos un big-crunch. Aparentemente el universo se expandirá infinitamente.

Esta parece una teoría con gran apoyo aunque no la creo así. Vamos a intentar analizar la idea de que el vacío es el causante de la gravedad dando origen y fin al universo, con el agregado de que éste se expande en aceleración.

Si nos remontamos al origen del universo (big-bang) en él tenemos el origen de todo. Esta materia que se crea y se expande proviene del vacío, y éste quiere recuperarla, tal como ya hemos explicado. Interpretar que para recuperarla la irá acercando cada vez más hacia el punto que la originó, parece ser lo más claro, pero también cabría otra interpretación.

Si el vacío ocupa la cuarta dimensión, está en todas las partes no ocupadas por nuestro espacio tridimensional. Siendo así, nos envuelve. Si esta energía de vacío nos envuelve, habrá mucha más de ella en lo que sería el entorno del universo que en su punto de origen. Su punto de origen está conectado con el entorno. Recordad que el espacio y el tiempo son parámetros de nuestro espacio tridimensional, pero no del vacío.

El universo en expansión obliga a que éste tenga extremos, aunque después de ellos no exista nada, ni espacio ni tiempo.

Si después de los confines del universo acaba nuestra dimensión y comienza la cuarta dimensión, la dimensión del vacío, desde ese envoltorio ésta puede aspirar nuestro espacio tridimensional cada vez más y con más fuerza, provocando que la aceleración aumente. El envoltorio del universo es todo él como un agujero negro de densidad infinita al carecer de espacio lo que obliga a que la velocidad de cualquier cuerpo que se le acerque, aumente infinitamente intentando aproximarse.

Cualquier punto de materia está ejerciendo gravedad por estar conectado con el vacío, y también éste desde el exterior del universo está ejerciendo gravedad.

Si la fuerza inicial es suficiente para permitir impulsar la materia con una velocidad que escape del campo gravitatorio inicial, esta materia podrá pasar al campo gravitacional negativo que ejerce el mismo vacío desde el exterior del universo.

Pudiendo esto ser así, el final del universo no podrá ser un agujero negro.

El universo debe nacer y morir como hemos explicado. Para poder desaparecer y pasar a formar parte del vacío, de esa energía de vacío, nuestro espacio tridimensional ha de llegar a ser como la misma energía de vacío. Para que pueda suceder esto, el vacío, desde el exterior, irá acelerando cada vez más la expansión del universo hasta la velocidad de la luz. Límite inalcanzable para nuestro espacio tridimensional, en el cual todo se convierte en energía pura. Todo se convierte en ondas de órbita abierta que pueden

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mezclarse con el vacío. En ese momento, ese extremo del universo está dejando de expandirse y pasa a formar parte del vacío.

La materia va llegando a ese punto, aunque no exactamente la materia sino todo nuestro espacio tridimensional, estirándose va llegando a ese punto en el que espacio tridimensional y cuarta dimensión se mezclan.

Esto implica forzosamente que, si bien todo el universo está en expansión, puesto que el espacio tridimensional que va ocupando el extremo está desapareciendo, realmente todo el universo está menguando en su propia huida hacia fuera.

El universo ya sea en sus extremos o comprimido en un punto desaparece en contacto con la cuarta dimensión.

El final de este proceso no es necesariamente un big-crunch, pero puede comparársele ya que es el vacío quien va ganando cada vez más terreno en nuestro espacio tridimensional hasta absorberlo del todo.

Sucediendo esto se prepara un nuevo big-bang. El universo no se está expandiendo, sino que está menguando a la velocidad de la luz.

La teoría del universo, con una expansión en aceleración, me ha obligado a esta reinterpretación y también me obliga a plantear argumentos en contra de la misma que dejen nuestro universo como lo teníamos.

Una idea en contra podría ser que la materia en expansión nace a una velocidad máxima en el big-bang y poco a poco va frenándose, tal como a lo largo del libro hemos explicado.

Sucede que los estudios del universo parecen revelar que las galaxias se separan cada vez a más velocidad, y esto puede ser así pero quizá no exactamente así.

Las primeras partículas creadas y que viajan expandiéndose, formando lo que sería el exterior de nuestro universo, no sólo se están desplazando sino que, además, están estirando el espacio-tiempo que dejan detrás de sí. Están estirando nuestro espacio tridimensional.

En las mediciones que hacemos de las galaxias, hemos de tener en cuenta que se hallan flotando en un espacio tridimensional en crecimiento, lo cual nos puede falsear las mediciones de veloci-dades.

Recordemos que en el universo nuestro escenario está formado por el espacio-tiempo y éste es elástico.

En estos momentos podríamos encontrarnos con que el universo en su extremo ya se está contrayendo mientras que en partes más próximas al origen aún se está expandiendo.

No intentemos justificar el universo en contracción en su extremo y a la vez en expansión acelerada en partes más internas, ya que nos confunde.

Pensemos en un universo en expansión e imaginemos que sus galaxias van a velocidad constante (esto la gravedad no lo permitiría).

Siendo así, midiendo estas velocidades, al estar el espacio tridimensional expandiéndose, parecería que las galaxias se están separando, cada vez a mayor velocidad.

La elasticidad del espacio-tiempo, del mundo tridimensional en que vivimos, puede confundir las mediciones que del mismo hacemos. Me resulta más fácil comprender el universo en un nacer y morir de expansión a contracción que en una expansión constante.

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La expansión en aceleración interpretada en líneas anteriores podría ser aceptada, pero la expansión constante en aceleración y llevada al infinito, no creo. Ahondaría en lo mismo interpretar ese infinito como el vacío. De ser así, ambas interpretaciones vendrían a decir lo mismo, lo ya dicho, cuando el espacio tridimensional se conecta con el vacío, desaparece, ya sea menguando o expandiéndose.

Si bien el término infinito es aceptable en el vacío, en nuestro mundo tridimensional no cabe más que en teoría.

Las velocidades en nuestro espacio tridimensional están limitadas por la velocidad de la luz. Un universo en infinita expansión acelerada obligará a que ésta llegue a la imposible velocidad de la luz, lo cual implicaría su desaparición o la creación de otro universo con unos parámetros de espacio-tiempo diferentes a los del nuestro.

OTRA NUEVA PARTE DEL LIBRO…

Espero tener tiempo para acabar este libro y también tiempo para que alguien lo lea por que el tiempo realmente se acaba.

Nuestro final, nuestro final tanto a nivel de individuo como final a nivel de especie. El final de nuestro espacio tridimensional llamado big-crunch también es uno de nuestros finales aunque no es al que nos vamos a referir ahora.

Nuestra propia evolución amenaza nuestra especie, no tanto nuestra evolución técnica que lleva a la sobreexplotación de nuestros recursos, si no nuestra evolución intelectual.

Nuestro final, nuestro apocalipsis como especie estoy refiriéndome, y también nuestro final como individuo, que es todo lo contrario, ya que es nuestro final como individuo el que permite que perduremos infinitamente dejando nuestro legado.

Como ya se ha dicho, todo lo que es, es por que ondea. Ondear es en si mismo la capacidad de crear espacio tiempo, o sea energía.

Todas las ondas que forman nuestro espacio tridimensional, a su vez se compensan con la onda plana existente en el vacío, en la cuarta dimensión, soporte de nuestro espacio tridimensional. Es esta compensación la que crea la onda, es la propia existencia de la onda.

De esta manera ondeamos, existimos y somos así un escenario generador de un saber que se acumula ayudando a formar la quinta dimensión.

Nuestro mundo tridimensional, nuestro universo, a su vez también ondea con todos los universos paralelos que cuelgan de la quinta dimensión. Todos ellos ondean generando un saber que se acumula. Cuando en la quinta dimensión se genera una cantidad de información en forma de saber, nueva y suficiente, se desprende de dicha cantidad generando un nuevo mundo que estabiliza el desequilibrio que se había ido creando. En ese instante hay paridad, hay estabilidad. Será el nuevo saber que se va generando el que destruye esa paridad, ese equilibrio, permitiendo que se genere un excedente energético que desequilibra permitiendo que se ondee y así se genera un nuevo mundo. Como vemos, todo se compensa. Todo ondea. De esta amalgama de ondas tenemos el privilegio de participar. Hemos de analizar cual es nuestro papel y que consecuencias tiene, para así averiguar qué somos y qué hacemos y sobre todo como individuo, cual es nuestro final.

Esto último es lo que realmente preocupa a las personas. Nuestra muerte, no como especie sino como individuo. Nuestro miedo a morir se hace patente en toda nuestra historia y las respuestas planteadas en la mayoría de los casos, no han sido otra cosa que manipulación y deseo de poder. Aquí religiones y sectas tienen su mayor protagonismo. Si hiciéramos una encuesta y preguntáramos que es la muerte, nos encontraríamos con un variado abanico de respuestas. Si las tuviéramos que agrupar en dos conjuntos, los llamaríamos: -Nuestro mayor miedo.

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-Nuestra mayor ignorancia.

Es curioso que algo que ignoramos de tan increíble manera, nos produzca a la vez tanto miedo cuando no lo conocemos, pero es así. Lo mejor es no pensar en ello, aunque podríamos plantear que quizá no tiene por que darnos tanto miedo.

Nuestro mayor miedo, nuestra mayor ignorancia…La muerte.

Para analizar la muerte que tanto nos espanta, tendríamos que analizar primero que es la vida a la que tanto nos aferramos al igual que se aferraría el pato Donald a que no apagáramos el televisor. El querido pato Donald es un buen ejemplo. ¿Por qué Disney crea a Donald? Lo mas lógico es que lo crea para satisfacción de él mismo y de todos los que lo pudiéramos ver.

Lo crea y lo desarrolla , haciéndolo popular y divertido. Le da vida propia, puesto que le dota de personalidad y carácter. Su personaje se comporta como individuo, siendo su propio evolucionar el combustible de su propia evolución. El personaje evoluciona a medida que se crea.

En un momento dado, cuando el personaje deja de evolucionar, aparece la necesidad de que se cree un nuevo personaje con capacidad de seguir evolucionando. Así el autor crea otro personaje de caricatura el cual también tendrá carácter y personalidad, con la posibilidad de evolucionar.

Aunque no se volvieran a dibujar historias de Donald no querría decir que hubiera muerto, lo seguiríamos teniendo, su legado permanece.

El legado de una persona existe justo en el momento en que la persona deja de existir. Es el legado el que marca la continuación entre la vida y la muerte. El legado de hoy es la justificación de la creación de ayer.

El legado de Donald, ya que es una criatura creada por el hombre, es un legado terrenal. Vamos a intentar analizar cual es el legado del ser humano, pero para que este análisis sea entero, lo analizaremos en un escenario superior. Este escenario superior, es la quinta dimensión. Es ahí donde se acumula todo el saber. La quinta dimensión como ya hemos dicho, es el saber que se genera en todos los mundos paralelos que cuelgan de ella, creándola así como almacén de saber acumulado.

Vamos a comparar a esa quinta dimensión como una inmensa onda que avanza como si de una anaconda se tratara. Nuestro cometido en esa onda puede hacernos ver nuestra existencia y también el por qué de nuestra eternidad.

¿Qué somos para esa inmensa onda? Esa es la gran pregunta. ¿Qué somos y cómo afectamos o influimos a esa anda?

Esa inmensa anaconda que ondea, está formada toda ella por células con capacidad de contraerse y estirarse variando así su posición y permitiendo el movimiento.

Al ser humano y a todos los seres vivos, los podríamos comparar con esas células. Cada ser una célula, cada célula formada por el recuerdo del saber que es la propia existencia que tuvo cada individuo en su mundo, y que en el momento en que dejo de existir, transmitió ese saber a la quinta dimensión, aportándole saber que es para ella energía, su energía particular que permite a la quinta dimensión así también tener movimiento.

De esta manera, nuestra existencia que se transmite a la quinta dimensión, le da energía para que avance, para que se mueva. Su movimiento no tiene nada que lo detenga. Permanecerá en la infinita existencia de la onda y nosotros con ella. La onda no tiene nada que la frene. Cualquier empuje que recibe de cualquier nueva célula que se le suma, le sirve para ir mas rápida, para tener mas movimiento. Si entendemos que el resultado de nuestra vida, sea mayor o menor, permanecerá eterno en un movimiento sin fin, podemos concluir que el fin de nuestra vida no tiene que preocuparnos ya que siempre permaneceremos en forma de aportación de saber a la quinta dimensión que se traduce en energía. Siempre permaneceremos y formaremos parte de una energía, nunca dejaremos de existir.

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Dejar de existir como individuos en nuestro espacio tridimensional, no implica desaparecer. Simplemente finalizar una etapa para dar paso a otra.

Esta aportación de saber que recibe esta onda, la quinta dimensión, es la que le da energía para que ondee. Gracias a la aportación de saber de todas las células que forman parte de la onda, ésta es capaz de crear una nueva cantidad de energía en forma de saber de la cual se desprenderá creando así un nuevo universo paralelo, creador de nuevos seres que a su vez también le aportarán saber enriqueciendo así la onda.

De esta manera, cada uno de nosotros se transmite a los nuevos mundos, formando parte de su creación, formando parte de ellos mismos, volviendo así nuevamente a la quinta dimensión participando infinitamente de una constante evolución. Al igual que la naturaleza tiene su circulo de la vida, en el cual los animales mueren para formar parte de otros animales y estos a su vez , la energía de nuestro espacio tridimensional en forma de saber también tiene su círculo de vida. Sobrevive pasando a la quinta dimensión para así contribuir a la creación de nuevos mundos asegurando así su continuidad.

Simplemente no morimos, pasamos a formar parte de una realidad diferente.

Nuestro legado empuja la onda y permite que se reproduzca. Participamos de su propia reproducción, luego continuamos. Seguimos en la onda. La onda sólo admite nuevos pasajeros. El que sube ya nunca baja. Sigue y contribuye a su reproducción en la creación de nuevos mundos generadores de nuevos seres con capacidad de decisión propia y así capacidad de aportar nuevo saber. Los antiguos seres de un mundo, permanecen en la existencia de seres de nuevos mundos. Todos los seres son causa y efecto de todos los mundos. Cada nuevo mundo se enriquece de todos los seres que han existido anteriormente.

El final de nuestra vida es el principio de una nueva en la que el espacio y el tiempo no existen. Todo continua, todo sigue y nosotros con ello. No tiene que asustarnos ese cambio, ya que precisamente por ser un cambio lleva consigo la idea de continuidad, evolución y permanencia.

Hemos estado hablando del cambio como individuo, la muerte. Ahora hablaremos del cambio como especie.

Tampoco debería de preocupar al individuo el cambio del cual hablaremos a continuación, aunque por ser mas catastrofista puede parecernos terrible. Me refiero al final como especie. Nuestro apocalipsis.

Antes decía que nuestra evolución intelectual amenaza nuestra especie. Pensemos que algo es y existe en tanto en cuanto tiene movimiento y evolución. El quedarse estático, carente de evolución implica la extinción.

Todos los individuos y también todas las especies, en el momento en que dejan de aportar, simplemente desaparecen. Como individuos mueren y como especie desaparecen ya que la evolución de otras los hace desaparecer.

Si el ser humano deja de evolucionar, deja de crear nuevo saber que se acumula, simplemente será una cuestión de tiempo que este planeta se convierta en el planeta de los simios, y los seres humanos como mucho seremos sus mascotas.

Nuestro aporte y con ello nuestra posibilidad de continuidad, quedaría reducido a dar satisfacción o servir de alimento a otra especie que su evolución supere a la nuestra.

Es necesaria la evolución de la especia para perpetuar su continuidad. El aporte de saber y con ello la evolución de una especie, puede detenerse por dos motivos: Uno seria el ya dicho. Simplemente se ralentiza su evolución con respecto a otras especies. Esto lo

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vemos en la naturaleza y es la esencia de la evolución. Unas especies desaparecen para dar paso a otras.

El otro motivo es todo lo contrario. Sería el dejar de aportar, el dejar de generar saber por simplemente llegar a saberlo todo.

En el momento en que el ser humano sea capaz de dar respuesta a preguntas que están por encima de nuestro conocimiento, desafiando a nuestro espacio y tiempo, en ese momento cualquier aspecto terrenal de nosotros mismos será banal y carente de aporte. Nuestra propia existencia como especie ya no se justifica.

Cualquier cosa que el ser humano siga haciendo ya no representará aporte, con lo que la evolución se habrá detenido. En este caso nuestro parar ha sido no por dejar de evolucionar sino por llegar al máximo de nuestra posible evolución. Este final es conocer las verdades absolutas, las verdades superiores por llamarlas de alguna manera.

En el momento que el ser humano pueda saber, plantearse y llevar a cabo acciones que permitan desplazarnos por nuestro espacio-tiempo desafiando las leyes físicas que rigen nuestro universo, en ese momento dominaremos nuestro propio escenario. Dominaremos el espacio y el tiempo.

Tener la capacidad de generar espacio y tiempo es la idea básica de ondear, de generar energía. Energía es la capacidad de crear espacio y tiempo. Dominar el espacio y el tiempo es dominar la energía. En ese momento, cualquier aporte de saber de nuestra existencia ya no resulta ni anecdótico. Simplemente nuestra evolución se ha detenido.

Dominar el espacio y el tiempo es algo aparentemente tan sencillo como superar la velocidad de la luz.

La velocidad de la luz marca un máximo teórico en nuestro universo en el cual estamos encerrados y no podemos escapar.

Escapar de este máximo teórico, implicaría desplazarnos en el tiempo. Poder viajar en el tiempo dentro de nuestro espacio tridimensional y también viajar saliendo de nuestro universo desplazándonos a otros universos paralelos que cuelgan de la quinta dimensión.

Nuestra evolución habrá llegado a su fin por pasar ser y formar parte de la quinta dimensión. Tendríamos la posibilidad de escapar de nuestros propios limites y no a través de nuestro final como individuo, si no a través de nuestro máximo evolutivo pasando a formar parte de la quinta dimensión. No podemos predecir cuando esto se producirá, si bien Einsten levantó la bandera de salida.

Ahora ya corremos en una dirección. Es el sueño de todos los seres humanos y a ello vamos. Nosotros mismos con el beneplácito de la quinta dimensión, buscamos nuestra propia extinción como especie.

Nuestra aniquilación como especie ya hemos dicho se producirá por saberlo todo, con lo que nosotros mismos sin darnos cuenta detendremos esa evolución, y la única manera es extinguiéndonos y desaparecer para volver a renacer como especie.

La quinta dimensión se beneficia de nosotros en tanto en cuanto le aportamos. Así le somos útiles. Aportarle el conocimiento superior que es ella misma, no es mas que conocerla perfectamente y eso no le es necesario. En ese caso nuestra única opción es retroceder. Reempezar y desde atrás volver a evolucionar.

Podemos estar muy cerca de alcanzar conocimientos que nos acerquen mucho a la situación planteada los cuales están haciendo temblar nuestra continuidad como especie y esto como individuos no lo notamos, pero todo el ecosistema que forma el ser humano y el planeta tierra si lo nota y responde. El planeta tierra y todos sus individuos en una interacción total están respondiendo a estos efectos y los resultados de ello pueden ser las situaciones catastrofistas a las que nos podemos enfrentar como el efecto calentamiento de la tierra así como el oscurecimiento de la misma. Estos primos

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hermanos trabajando juntos nos llevaran al cambio climático impidiendo la vida humana en nuestro planeta. La tierra se convertirá en un escenario imposible de habitar para nosotros. El planeta tierra cambiará y nosotros desapareceremos con ese cambio para renacer en lo que será el amanecer de una nueva especie.

La futura existencia de una especie igual a la nuestra, dependerá de la casualidad y el azar futuro que lleve a la aparición de nueva materia orgánica que en su nueva situación medioambiental pueda evolucionar de igual manera a nosotros dando lugar así a una especie igual a la nuestra, aunque esto no tiene por que ser así.

Nuestro final por llegar a un conocimiento absoluto es cuando menos un hecho glorioso. Habremos desaparecido por ser capaces de evolucionar a un grado tal que nos permita entrar en la quinta dimensión por una puerta que no es la habitual. No es que la quinta dimensión nos quiera tener encerrados en una jaula formada por nuestro espacio-tiempo. La quinta dimensión ya nos hace participes de ella misma individuo a individuo en nuestro aporte de saber, y el momento en que morimos es el paso a la eternidad, el formar íntegramente parte de ella.

Lo que conseguimos evolucionando a ese punto es desafiar a la quinta dimensión queriendo pasar en vida a formar parte de ella. Eso sería lo mismo que pretender ser huéspedes eternamente de un individuo al cual no se le aporta nada, sólo parasitarlo indefinidamente. Llegar al final de nuestra existencia como especie, a nuestro apocalipsis, gracias a alcanzar nuestro máximo de evolución es cuando menos, como decía antes glorioso. Es un final feliz comparable a un renacer. Otra cosa es llegar a nuestro final no por lo dicho, si no por ser tan patanes que estando muy lejos del final planteado, destruyamos nuestro planeta por el mal uso que del mismo hacemos. Einsten cuando abrió la caja de pandora y nos dijo que E=mxV2 nos comunicó el saber para poder ser dueños de nuestro final y poder escoger nuestra propia ejecución.

Utilizando bien esa ecuación podemos llegar al conocimiento absoluto, pero utilizándola mal nos podemos quedar muy distantes del mismo si por ejemplo provocamos una guerra mundial con armamento atómico que lleve a nuestra propia exterminación.

Ahí tendremos que decir “bravo por el ser humano.” También tendremos que decir lo mismo si llevamos al limite nuestro planeta provocando un cambio climático que nos extermine como especie. Nuevamente “bravo por el ser humano.”

Es julio del 2.007 y espero ya poder decir que doy este escrito por acabado. No sé qué hacer con él, porque cada vez que lo releo lo modifico. Quizá guardarlo y olvidarlo sería lo mejor, estos temas parece que no interesan a nadie. Para los que no me conocen quiero decirles que mis estudios de física se limitan a los adquiridos en la enseñanza general básica y que mi documentación para escribir este libro ha sido ninguna con lo que no hacer mucho caso de lo dicho. Vale decir a favor de lo escrito que Hawking llego a la conclusión de que en los agujeros negros se perdía parte del universo, perdiéndose totalmente la energía contenida en esta parte. Parte de la comunidad científica durante treinta años estuvo en contra pero no podían arre batir estos argumentos. Las matemáticas de Hawking eran irrefutables. Hizo falta que éste treinta años después concluyera que en los agujeros negros se perdía la energía pero no la información. Esta información era enviada a partes del universo donde no existían agujeros negros. En mi planteo, la información de lo que son las cosas no la considero, la materia inorgánica en este sentido me es indiferente centrándome en la materia orgánica y su capacidad de crear seres capaces de razonar. Es el conocimiento que permite la razón el único que me ha parecido relevante llamándolo a este “El Saber”. Es el saber el que debe perdurar. Pensar que esta información o saber es enviada a otras partes del universo en las que no hay agujeros negros no difiere mucho de pensar que este saber generado en nuestra tercera dimensión es recuperado y enviado a la quinta dimensión utilizando para ello la transmisión de energía de la tercera a la cuarta dimensión a través de los agujeros negros.

El solo hecho de mencionar a Hawking en este libro me da pavor ya que sólo se de él lo que en algunos programas televisivos he visto, pero en cualquier caso he querido escribir mi idea de lo que es el universo, su creación y la propia existencia de todo sin por ello pretender más que escribir mis ideas, ni como las primeras ni como las únicas.

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Siempre me ha producido un gran rechazo el uso que el ser humano, a través de las religiones ha hecho de la idea de qué es Dios y de la creación. En este libro he pretendido negar la existencia de Dios para luego afirmarla. Para mí Dios es la quinta dimensión. Es la energía en forma de saber que se acumula formando la quinta dimensión. Un saber que se genera en los mundos tridimensionales que cuelgan de ella.

Ella crea los mundos dimensionales que se desprenden de ella y ella misma se alimenta del saber que en ellos se crea. Ambos son causa y efecto, creadores ambos y ambos creados.

La energía es movimiento y la esencia del movimiento es evolución. Para que haya evolución ésta ha de ser positiva. Si el aporte de energía es positivo, hay evolución. Esto implica que nuestra actitud ha de ser positiva para transmitir en nuestra existencia una energía positiva a la quinta dimensión. Una actitud positiva, sana y natural es lo que se espera del ser humano. Muchas religiones en su afán por dominar el ser humano, intentan decirnos y obligarnos de cómo debe de ser esa actitud.

Para plantear la creación, plantean un dios creador, señor de todos los señores, con una forma no muy definida de lo que es, y eso sí, con unos seres hechos a su imagen y semejanza tales como ángeles, demonios, mesías o profetar etc., encargados de hacer llegar su mensaje al hombre.

Utilizan la idea de la creación y de Dios mismo como arma de dominación del ser humano. Si a esta arma le damos forma humana, la hacemos mucho más eficaz. Es el arma perfecta. De esta manera se domina al ser humano, enfrentando a las personas entre ellas por lo que realmente se diferencian, su religión. No es su raza o sus orígenes, ni su poder económico o su lengua, es su religión lo que los hace diferentes y por lo que deben enfrentarse. Este enfrentamiento es utilizado por los poderosos en su interés y seguirles en ese enfrentamiento no es más que seguirles el juego en su carrera de ansia de poder.

Los motivos que llevan a los individuos poderosos a actuar así son diferentes. A unos les mueve simplemente el dinero. A otros, los individuos realmente más importantes y peligrosos, les motiva el ser diferentes al resto de los humanos, el sentirse superiores por dominar a las masas, el creerse portadores de un mensaje, el sentirse elegidos por Dios para preservar su voluntad en la tierra.Esa sensación de poder es mucho más placentera que la que da por ejemplo el solo hacho de amasar dinero.

Cuando alguien sale a una plaza pública y miles de seguidores le aclaman por ser portador del mensaje divino, siente realmente la sensación de poder. Una vez la prueban, se vician absolutamente de esa sensación, haciéndose adictos a ella y sólo queriendo más y más.

Que el ser humano se libere de esto será prácticamente imposible. Existe desde el principio y siempre lo tendremos.

Para que este tipo de religiones tengan estos efectos, los dioses de las mismas han de ser superiores a nosotros y así creadores de todo. De esta manera son dignos de que les tengamos devoción, adoración y obediencia. Los adoramos por ser superiores al ser humano. Los adoramos a ellos y a sus enviados. A estos también los adoramos y por ser enviados del ser superior, hay que creer lo que digan y rendirles obediencia.

Las personas que han intentado transmitir un mensaje de cómo tiene que ser nuestra conducta de tal manera que lleve a una mejor convivencia y entendimiento, en definitiva a que las personas sean más felices, realizan una labor muy positiva. Todo lo otro es lo ya dicho.

Para que alguien pueda ponerse en la situación de explicar y decir cómo debería de ser nuestra actitud y conducta, debe estar motivado por unos sentimientos puramente de bondad y amor al prójimo. Si lo que prevalece en el que se pone en la peligrosa situación de transmitir mensaje o

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voluntad divina de cualquier índole es otro tipo de sentimientos o intenciones, tenemos simplemente un pequeño o gran dictador, mejor dicho, un verdadero demonio.

Hacer llegar a las personas la Fe en algo superior y creador, es una posición en la que muchas personas se han puesto, unos dicen que el mensaje divino les ha llegado directamente de la divinidad, y otros se han limitado a transmitir ese mensaje que les ha llegado de otros como ellos. Parece que el ser humano necesita de esas personas a juzgar por la cantidad que de los mismos siempre ha habido. Si es una evidencia que la humanidad a diferencia de la naturaleza, necesitamos de esto, debemos aceptarlo. El ser humano necesita que le den una explicación a aquello que desconoce y que le angustia. Si la labor de estos mensajeros, en este sentido tranquilizan al ser humano, independientemente de cuanto transmitan de verdad o no, su labor podría decirse que buena. Si se exceden en sus atribuciones, ya no movidos por la bondad y amor al prójimo, si no motivados por deseos personales de otro tipo tales como los ya comentados, estos individuos se convierten en terriblemente peligrosos para la humanidad, haciéndola retroceder en su pensamiento, así como limitando terriblemente su felicidad, y como ya hemos dicho, para que los seres evolucionen deben ser felices, y la felicidad de estos necesita de su libertad para que pueda existir.

En todo este barullo de ideas, de mesías y de dioses, no me cabe en mi lógica de pensamiento atribuir mérito alguno mas que a Einsten. A mí parecer, ha sido el único que ha aportado algo de lo que puede emanar respuesta a todo. Ante su ecuación E=mxe2 me quedo como los simios de la película 2001 una odisea del espacio delante del monolito.

Este quiere representar todo el saber, lo que con este hagan, eso ya es cosa de los monos.Esta compleja ecuación puede dar la explicación a todo.

Imagino a Einsten dándose un montón de quebraderos de cabeza para llegar a ella. Debió de llenar innumerables hojas de matemáticas, interminables series de igualdades para intentar explicar matemáticamente ese mensaje que tenía muy claro dentro de él, pero dificilísimo de hacerlo entender.

Las ondas son energía, estas ondean y se expanden. Toda onda se expande alrededor de un punto lo cual implica que estas se expanden en función de la onda precedente, al igual que hacen las ondas en el agua cuando por ejemplo arrojamos una piedra a un estanco. Al ser una expansión creciente, matemáticamente, esta expansión forma una ecuación que aumenta con el cuadrado.

En el agua, las ondas se transmiten a una velocidad en función de la densidad del agua. En el espacio, la densidad de este nos da como velocidad de propagación la velocidad de la luz. La luz es lo que puede propagarse a mayor velocidad por el espacio al ser esta una onda de orbita abierta.

Por tanto, será la velocidad de la luz la que se tendrá que considerar en la ecuación, y esta será elevada al cuadrado ya que la expansión de la onda que genera, aumenta en función del cuadrado.

Esta velocidad de propagación que aumenta con el cuadrado, es la que hay que multiplicar por algo para que entre ambos nos de el máximo de energía que puede haber.

Einsten ya nos dijo que es la masa ese factor a multiplicar, y quiero entenderlo pero no sé cómo. Masa es la cantidad de energía que posee un cuerpo. Es por consiguiente la cantidad de ondas que posee. Estas ondas en el espacio tridimensional, tienen su equivalente en el vacío. Están en forma de ondas comprimidas en el vacío. Ahí son soporte de energía de su equivalente en el espacio tridimensional. Antimateria y materia. A ambos lados de esta ecuación tenemos una igualdad. La antimateria es la energía comprimida en el vacío equivalente a esa misma cantidad de energía expandiéndose en el espacio tridimensional. Esa energía que ondea en el espacio tridimensional, lo hace en forma de ondas cerradas que ondean hacia su interior en busca de conectarse con el vacío, o bien lo hacen expandiéndose hacia su exterior queriendo llegar a mezclarse con el vacío.

Tenemos una igualdad. Energía es igual a energía. Materia es igual a antimateria. Toda la energía contenida en el universo, ya sea en forma de ondas de órbita cerrada que componen la materia o en formas de ondas de órbita abierta como la luz, todas tienen su equivalente de energía en el vacío en

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forma de onda plana que no se propaga, sólo sirve de soporte del espacio tridimensional. Esta equivalencia se conserva tanto para todo el universo como para una parte de él. Cualquier trozo de materia que podamos sostener en una mano, nosotros mismos también, tiene su equivalente en el vacío. El vacío, la cuarta dimensión como almacén de toda la antimateria. La igualdad debe persistir. ¿Qué es lo que diferencia un lado y el otro de la igualdad? En el lugar de la antimateria, no hay espacio, es el vacío, la cuarta dimensión. Por contra, en el otro lado de la igualdad, el espacio tridimensional, sí hay espacio. En un lado hay espacio y en el otro no. Con el espacio se introducen la variable del tiempo y por consiguiente velocidad.

Si toda la energía que hay comprimida en el vacío, equivale a la del espacio tridimensional en el cual hay espacio y tiempo, la velocidad máxima para recorrerlo tendrá que ser igual a la del vacío, igual o equivalente. Esta será cero ó infinito. Cualquier cantidad de energía que tenemos en el vacío en forma de antimateria, equivaldrá en el espacio tridimensional a “algo” que multiplicado por la velocidad a la que se pueda propagar, que como ya hemos dicho es la velocidad de la luz, y esta ha de ser al cuadrado.

Ese algo que acabo de mencionar, es lo que no consigo entender. Ese algo es la masa, pero cómo definirlo…Ojala estuviera aquí Einsten para explicármelo.

Por diferencia, ese algo, es la diferencia entre toda la energía y su capacidad de propagación.Para poder entender esta complicada ecuación, habrá que incorporar algo misterioso que supongo debe de ser la gravedad. El efecto de la gravedad diferencia el estado de el vacío como antimateria del espacio tridimensional.

La gravedad de un cuerpo viene dada por su masa, y da como resultado un peso. El peso de un cuerpo, será por tanto la relación de atracción que se ejerce entre ese cuerpo y otro con el que se compare. Será la masa de ambos la que determinará su gravedad.

Si imaginamos que todo el universo son dos cuerpos, toda la energía de ambos estaría condicionada por el peso de uno y otro para con uno y otro multiplicado por la velocidad para unirse, colapsarse un cuerpo contra el otro y finalmente desaparecer engullidos por el vacio.

Intuyo que la ecuación de Einsten de E=mxe2 va por estos acertijos, pero no consigo entender más. Puede ser que lo deje aquí como en tantas otras ocasiones me ha pasado o puede ser que continúe en otro momento de inspiración. Ya veremos…

Creo que la esencia de la idea ya ha estado expuesta. Continuar sin mayores conocimientos se me hace imposible. Por otro lado no es mi propósito llegar a entender la ecuación de Einsten. Me basta con creer que esta tiene sus orígenes en la equivalencia entre materia y antimateria, entre espacio tridimensional y vacio.

Es un poco la idea básica en torno a la cual gira mi libro y con eso ya me conformo.Es curioso que la velocidad de la luz que interviene en la ecuación sea 300.000 Kmxs. Realmente no tengo ni idea de por qué, pero si tuviera que ponerle una cifra, creo que esta debería empezar por tres. Es el tres el de trinidad. El tres simboliza la perfección. Es el tres de espacio tridimensional, este está compuesto por tres planos, expandiéndose en las tres direcciones, se ocupa todo el espacio tridimensional. Creo debe de ser el tres el número que encabece esa cifra. El resto de ceros, no sé cómo se llega a ellos.

La luz, el vacio, la gravedad etc., etc. Desde el principio del libro hablando de ellos y sin llegar a entenderlos.Quiero realmente poder decir que aquí en este punto, marzo del 2009 dejo de escribir. Aquí, mi libro, incompleto e inacabado, está llegando a su final. Comprender la realidad que nos rodea es una labor tan difícil que creo que nunca llegaremos a comprenderla del todo. Esta es precisamente la historia que no encuentra ni su principio ni su fin.

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Hablando de tantos temas siempre me dejo alguno, un nuevo pensamiento lleva a una nueva idea, y quien sabe, quizás otro capítulo que forma parte de un sin terminar, escusa y a la vez pretexto de mi insomnio.

Pensando y releyendo lo escrito una y otra vez durante este agosto del 2009, me pregunto qué es la correcta actuación del ser humano. El Ser, si es feliz evoluciona. Para ello ha de ser libre, esto ya está dicho. Pero nuevamente aparecen dudas o interpretaciones que nos llevan sin poder evitarlo a debates morales y religiosos.

El ser humano, el ser humano y el no humano, todos los seres inteligentes con conciencia de sí mismos, tienen capacidad de elección. Pueden hacer una cosa u otra, La primera podríamos decir que es el bien y su opuesta sería el mal. El bien y el mal existen y podemos elegirlos libremente. Si esta capacidad de decisión existe es precisamente porque los distingue, el bien es diferente del mal aunque no sepamos cual es uno y cual es otro.

Hecer el bien es estimular la sinergia positiva, permitiendo que la evolución que en definitiva es una onda progrese más, con lo que es de suponer que hacer el bien es lo mejor.

Todo lo que sucede, sucede por algo y para algo. Si sucede que podemos elegir entre hacer el bien o el mal, aunque no sepamos cúal es uno y cúal es otro, por fuerza las consecuencias de escoger uno u otro han de ser diferentes.

Yo creo que el bien, por alimentar la sinergia positiva, es la opción que más aporta a la evolución, y si es esta la tabla de medición que hemos de considerar como la principal, hacer el bien es mejor. No puede ser que hacer el bien o hacer el mal tenga en nosotros mismos y en nuestro futuro las mismas consecuencias, independientemente si sabemos qué es el bien y el mal.

Hacer el bien por consiguiente debe ser la pauta de conducta a seguir. El ser humano que haga el bien será premiado, o si no es premiado, la consecuencias de sus actos serán más valoradas, tendrán las consecuencias de sus actos, valga la redundancia, unas consecuencias mayores.El gran debate es establecer qué es el bien y qué es el mal.

Mi opinión es que para que el ser humano haga el bien, debe buscarlo en sus reacciones más primitivas e instintivas.

El ser nace, crece, se reproduce y muere, y además el humano aprende muchísimas cosas. Respetar este destino, por otro lado común a cualquier especie, parece que debiera ser lo más lógico para definir el bien. La controversia aparece a la hora de definir qué es hacer el bien y qué es hacer el mal. Ahí nuevamente las religiones nos aparecen como grandes protagonistas.

¿Qué buscan realmente las religiones? Hacer el bien o dominar a las masas.Es difícil de concluir esta pregunta, pero voy a intentar defender un poco el postulado primero.

De las grandes religiones que tenemos, quizás la que más ha evolucionado o se ha adaptado sea la católica. Esta ha intentado adaptarse más a la sociedad, sobre todo a la que le es más propia, que es la sociedad occidental. Es bonito ver como en casi cualquier parte del mundo hay una monjita o una hermana ayudando en labores de enseñanza, enfermería etc. Personas que dedican su vida al prójimo, a ayudarlo sin esperar nada a cambio. Estas personas que forman parte de la religión católica, son sin duda buenas y ejemplares.

El párroco de una iglesia que con toda su buena voluntad y sin búsqueda alguna de beneficio propio, cada domingo sermonea a sus feligreses con los mensajes tradicionales católicos tales como amor al prójimo, la familia, respeto a los mayores etc., este hombre sin duda hace el bien.

Ambos grupos sociales hacen el bien, a ambos les une la religión. Para poder realizar lo que ambos hacen, podríamos decir que no necesitan de la religión. Ayudar como misioneros al prójimo o predicar valores morales como el respeto a la familia o el amor al prójimo, no es patrimonio de nadie ni de nada.Sucede que a ambos grupos para realizar lo que hacen, necesitan algo más que sentir amor a prójimo. Necesitan sentir amor por algo superior, algo que adorar, rendir devoción y respeto.

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Los curas necesitan que exista un ser superior para que las personas crean en él, y así se congreguen en la iglesia a oír las palabras que quiere decirles.

Si el cura fuese simplemente un predicador sin un credo detrás que lo avale, las iglesias simplemente estarían vacías.

Si por otro lado pensamos que las personas necesitan creer en algo más. Si gracias a los dogmas de fe, las preguntas que más nos podrían atormentar, quedan respondidas, siendo así nos quedamos más tranquilos y en una vida más feliz. La felicidad es necesaria como tantas veces hemos dicho para la evolución, por lo que podemos concluir que la religión es favorable y positiva para el ser humano. El aspecto absolutamente racional concluiría que la religión es innecesaria. El ser humano puede ser igualmente bueno y feliz llegando a las conclusiones de cómo hacerlo por sí mismo. Es difícil contradecir esto, pero el ser humano es racional y también inseguro. Somos lo suficientemente inteligentes como para plantearnos ciertas cuestiones pero no lo somos para hallar las respuestas. Por eso necesitamos las religiones y sus dogmas de fe.

Coincidiendo con lo dicho y en el actual nivel de inteligencia y percepción del ser humano, las religiones, buenas o no, parecen necesarias.

La religión hindú es básicamente espiritual. Se centra más en el individuo que en la masa.El individuo es en su aislamiento donde encuentra la felicidad. Conseguir liberarse de todo compromiso terrenal, conseguir liberarte hasta de tus propios pensamientos, lleva a la felicidad máxima.

En ese punto, el ser humano se hace autónomo e independiente de todo lo que le rodea, pudiendo saborear el estado máximo de felicidad, entendiendo que la felicidad máxima es un estado de independencia absoluta y desconexión con el entorno y hasta de uno mismo. Parece lógico que liberarte de todo compromiso así como de toda sensación de lo que te rodea lleva a un estado de meditación que te permite saborear una relajación tal, la cual puede ser muy positiva para relajar tu mente y dejarla descansar.

Buscar ascender en esos niveles de relajación mental hasta conseguir llegar a un nivel de desconexión absoluta y llegar a Dios, me parece parecido a justificar la muerte como medio para conseguir la felicidad absoluta. La real desconexión de la realidad que te rodea es dejar de formar parte de ella.

Sobre la religión judía no puedo opinar, fácilmente opinar algo en contra de la religión judía puede querer ser interpretado como antisemita, con lo que la posibilidad de expresión termina ahí.La religión musulmana es mucho más joven. La existencia de su profeta, lo que hizo y dijo, lo tenemos por su proximidad en el tiempo mucho más actualizado.

Las normas de conducta que Mahoma transmite resultan ser de una lógica y eficacia en muchos casos ejemplar. Nada que ver con interpretaciones erróneas del Corán que llevan a caos y confusión.Como un premonitor, advierte a la población para acontecimientos y situaciones que ésta se encontrará muchos siglos después de la muerte del Profeta. Precisamente esta capacidad de premonición, esta inteligencia del profeta, según los musulmanes le fue posible porque fue Alá quien habló en voz de Mahoma.

Eso forma parte de la religión musulmana y creerlo o no es un acto individual de cada uno.La realidad es que El Profeta aconseja de manera ejemplar a los que les escuchan. Sus consejos, ya sean por inspiración divina o por extrema inteligencia, previenen al ser humano, ayudándolo a ser más feliz.

Esto es parecido a la actuación favorable que hace el cura de una iglesia pregonando la bondad y amor al prójimo que comentábamos. Ambos son buenos y positivos, el mensaje de Mahoma es muy extenso, lleno de normas y preceptos. El común denominador de las religiones es que todas necesitan de un ser superior al que los devotos rindan devoción y adoración. El solo mensaje no es suficiente, el contenido del mensaje por si solo es insuficiente. Es necesario que este mensaje, además, proceda de un ser superior.

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Es lógico. Si no fuese así, podría interpretarse como unos buenos consejos, unas buenas normas pero no irían más allá. Si por el contrario ese mismo mensaje es de un ser superior, aunque sea a través de un portavoz, llega al oyente de otra manera y se convierte en religión.

La cuestión está planteada y respondida. Nuevamente cada uno debe sacar sus propias conclusiones.

Yo no negaré nunca la existencia de un dios, ya sea de una u otra religión. Quizás es el mismo dios que se manifiesta a unos de una manera y a otros de otra.

Como he dicho no negaré la existencia de ningún dios, tampoco la afirmaré, simplemente planteo hipótesis.

Son las religiones lo que une a las personas, lo que une a los pueblos. Es la religión la verdadera unión, no la del territorio, ni la raza, ni el lenguaje ni el nivel social. Es la religión que tenemos la que nos hace estar representados en un sitio u otro.

Es también la religión a demás de lo que más une, lo que más nos separa, permitiendo formar los bandos de lucha y enfrentamiento. La mayor parte de las guerras se liberan entre bandos que procesan credos diferentes. No es que un bando intente someter al otro a su religión, simplemente es una manera de agruparse. No es una guerra religiosa, se hace uso de la religión para ir a la guerra.Religión, estado y poder han viajado muchas veces de la mano, con lo que a la hora de analizar estos temas es importante no olvidarlo.

Podemos caer fácilmente en ser participes del mal uso que los gobiernos hacen de la religión. El que la necesite y crea, que haga uso. Simplemente hay que intentar que sea el individuo el que haga uso de la religión y nunca que sea la religión como herramienta la que haga uso del individuo.

Pensemos que un chico y una chica nacidos en una isla desierta, carecen de religión.Nacerán, crecerán, se reproducirán y morirán. Todo ello sin conocer religión alguna. La necesidad de religión les vendrá cuando sean muchos y la necesiten de tener respuestas a ciertas preguntas, se obliguen a crear bandos bien definidos con los que poder enfrentarse y solucionar sus conflictos.

Todos y todo siempre éramos, somos y seremos…

Una cantidad de energía finita y cuantificable se descarga. Su condición espacio-temporal la hace dimensionar. Es un tiempo y un espacio concreto y finito. Es la energía del saber, energía de todas las almas, la que se acumula en la quinta dimensión, la dimensión del saber.

Cuando se añade nueva cantidad de seber, nueva y suficiente, se genera un nuevo espacio tridimensional como el nuestro, este es paralelo a los ya existentes, un nuevo escenario generador de nuevo saber. Todos juntos aportando saber a la quinta dimensión.

Ese saber que se acumula y que todos los seres vivos poseen es su alma. Esta sobrevive al momento final del ser acumulándose en la quinta dimensión, dimensión del saber.

Los seres y las cosas son esa energía inicial que se ha generado que simplemente se transforma en la fabricación de nuevos seres y nuevas cosas, pero la energía es la misma, sólo cambia su estado, el soporte que ella misma adopta. Lo único que se aporta como nuevo es la generación de la superenergía, el saber que se acumula, las almas de todos los seres vivos.

Somos todos y todo la misma energía que inicialmente se genera en el Big Bang, todos nos pertenecemos unos a otros y todo a todo. El espacio tridimensional visto como un ser, nace, se desarrolla, se transforma y finalmente desaparece para volver a su vez también a renacer en un nuevo espacio tridimensional a su vez generador de nuevo saber. Así ondea y evoluciona. Todos y todo somos en origen la misma energía y en nuestro final también. En el entretiempo, el espacio de vida de nuestro espacio tridimensional, todos y todo somos simplemente las formas diferentes de seres y cosas que la energía inicial adopta. La misma energía en diferentes ordenaciones de ondas.

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La muerte de un ser es sólo el final de una forma adoptada de una cantidad de energía perteneciente al total de energía inicial, la cual continua en su cambio de formas y estados.

Éramos, somos y seremos, todos y todos lo mismo. Tenemos conciencia de nuestra existencia y como ser vivo individual y ajeno al resto de energía, con un principio y un fin. En cambio somos ajenos al hecho de que pertenecemos desde el principio y hasta el fin a esa cantidad de energía creada en el big bang y que se compensa con su equivalente energético en el vacío, la cuarta dimensión.

De la tercera a la cuarta dimensión balanceándose y en ese balancear de ondas se genera un saber que se acumula formando la quinta dimensión, la dimensión del saber, almacén de todas las almas, alma de todo.

La quinta dimensión es el descanso de todas las almas, la superenergía que en nuestra existencia como individuos hemos generado, a configurado nuestra alma y esta se acumula y preserva en la quinta dimensión. Dimensión de todas las almas, dimensión de la superenergía.

Tenemos conciencia de nosotros mismos porque notamos y percibimos nuestro cuerpo y esto nos distingue como individuo y es lo que nos hace tener conciencia de nuestra existencia. En cambio, nuestra verdadera y más importante existencia, no es la que representa nuestro cuerpo si no el alma que ese cuerpo como herramienta genera en su periodo de existencia como cuerpo que forma una persona. Su cuerpo es la utilización de una cantidad de energía del total de energía inicialmente creada, que cuando termina su vida simplemente esa energía sigue perteneciendo por igual que antes y en igual cantidad al total de energía inicialmente creada.

El cuerpo que representa la persona, con su carácter y personalidad desaparece, pero por el contrario, el verdadero ser que emana de ese cuerpo se inmortaliza Es su alma que se ha creado, toda la energía del saber o superenergía que ese cuerpo ha generado en su periodo de existencia y que pasa a formar parte de la quinta dimensión. El aporte de nueva energía a esta dimensión propiciará la aparición de nuevos espacios tridimensionales en los que se producirá la misma situación.

Si tuviéramos conciencia de la existencia de nuestra alma de igual manera que de nuestro cuerpo, veríamos y entenderíamos la muerte de muy diferente manera. Nuestra verdadera existencia radica en la generación de un alma, el cuerpo con su personalidad y carácter es la herramienta que se utiliza para generar ese saber, ese alma que se suma a todas las almas de todos los seres vivos y que forman la quinta dimensión. Si queremos llamar Dios a la quinta dimensión creo que podemos hacerlo, es la idea más lógica que seme ocurre para definir qué es Dios.

Si recordamos que nuestro espacio tridimensional es una cantidad de energía contenida en un espacio inexistente de densidad infinita, es una onda plana que no se propaga, no genera ni espacio ni tiempo, pero ese estado es solo un instante desde el punto de vista del tiempo existente. Cuando toda la energía del espacio tridimensional se comprima en el ultimo agujero negro, todo lo que quede del espacio tridimensional desaparecerá y el agujero negro final desaparecerá engulléndose a sí mismo y en ese instante en el vacío, la cuarta dimensión, se elevará su densidad a infinito y se producirá el big bang. La onda plana se fragmenta generando su propio espacio y tiempo. Esas ondas que se crean que combinadas entre sí generan todo tipo de cuerpos y materias, se expanden generando el espacio tridimensional, esas ondas son todas la misma cantidad de energía de su principio a su fin. De big bang en big bang son la misma energía que un en un momento dado se desprendió la quinta dimensión y que ahora ondea en si misma de su propio espacio tridimensional a su vacio y así sucesivamente.

LA BONDAD DEL TONTO…

Somos herramientas fabricadas para algo y ese algo es la generación de un saber que se acumula y conforma nuestra alma.

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Ese alma se forma por el uso que de las virtudes humanas y no del que de las cualidades hacemos. Son las personas que anteponen sus virtudes a sus cualidades las que gracias al saber que generan tienen los actos de su vida mayor repercusión en la quinta dimensión, almacén de almas, cuna del saber. Pero no es la bondad del tonto o del ingenuo la que más se premia. Esa bondad es muy instintiva o irracional. En la naturaleza todos los seres vivos irracionales se les presupone bondad infinita y aun que tienen su sitio en la quinta dimensión, carece de relevancia.

Es la bondad acompañada de la inteligencia la que es premiada. Eso es porque la inteligencia es un don que se tiene que puede utilizarse bien o mal, serán las virtudes del individuo las que determinaran esto. A más inteligencia y más bondad mas generación de saber. Si la quinta dimensión es el almacén de las almas, la casa de Dios, más cerca de Él están.

¿Son entonces los menos inteligentes premiados en este sentido en menor manera? Simplemente sus actos trascienden menos a la quinta dimensión con lo que puede interpretarse así. Como he dicho los animales irracionales también tienen su sitio en la quinta dimensión pero su relevancia es menor. La energía utiliza los individuos como herramientas para seguir su camino, la energía se utiliza y se reutiliza en la generación de nuevos seres con lo que la oportunidad siempre vuelve y todos participamos finalmente de todo.

Todos somos herramientas, las mejores y las peores y además todas distintas para favorecer en la variedad el enriquecimiento de la quinta dimensión.

Lo importante es que todos trascendemos a la quinta dimensión y que a todos la oportunidad se nos repite.

Recordemos que somos una herramienta, el individuo es una herramienta. Somos un cuerpo que a lo largo de su vida utiliza una cantidad de energía en forma de materia que se va transformando dando lugar a la vida del individuo y esa transformación llega a su fin con la muerte del individuo, pero no así la energía que en ese periodo de tiempo se ha utilizado. Esa sigue ahí dispuesta a seguir su ciclo en la creación de nuevas cosas y nuevos seres. La forma de la materia que utilizamos en el transcurso de nuestra vida cambia pero la cantidad de energía que esa cantidad de materia ha sido a lo largo de la vida del individuo permanece y es igual siendo utilizada y devuelta al sistema energético para que siga haciéndose uso de ella en la continuidad de vida del universo. Todos y todo somos y son los unos de los otros. Todos formamos parte del todo.

La cantidad de energía que es nuestro cuerpo, las ondas que encierra y que son utilizadas para la formación de materia que es nuestro cuerpo, es reutilizada y sólo de ella permanecerá el saber que se genera y que conforma el alma.

De nuestra alma no tenemos conciencia. Descubrirlo y ver que existe es ascender como individuo. Personajes importantes han logrado estadios muy altos al respecto, Santa Teresa de Jesús así lo hizo, ella utilizo la bondad y el amor al prójimo para conseguirlo. Cada uno por ser libre y feliz utiliza su método, eso forma parte de nuestra capacidad de elección.

Buscar a Dios es un camino difícil, El es la quinta dimensión y está conectado directamente con nosotros, con nuestro verdadero nosotros, nuestra alma. La quinta dimensión es la unión de todas las almas. Cada alma no es creada por Dios si no que participa de la creación de Dios.

Tener un lugar más cerca de Dios será haber participado en mayor medida de su propia creación.Todos nacemos y morimos y la energía que a lo largo de nuestra vida hemos tomado y hemos devuelto es nuevamente utilizada en la creación de nuevos seres, nuevas herramientas fabricadas a partir de materia preexistente, la energía. La reutilización de esa energía es su resurrección, es la continuación en la generación de más almas generadoras de más saber.

Es la bondad del individuo la que más relevancia consigue en la quinta dimensión, pero la bondad de los seres irracionales es máxima y en cambio su inteligencia es puramente intuitiva. Este necesita aumentar su inteligencia, dejar de ser un ser instintivo y pasar a ser un ser racional. Esto le permitirá escoger y discernir entre el bien y el mal. Cuanto más inteligente es el ser, más se aleja del ser

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instintivo y poco inteligente que es el irracional, adquiriendo más capacidad de elegir hacer el bien y hacerlo por voluntad propia, no porque le sea innato.Inteligencia y bondad se deben el uno al otro.

La creación entendida en la mayoría de los credos creo se entiende de manera inversa. La máxima creación no es la creación del mundo terrenal, de todas las cosas y todos los seres. La máxima creación es la creación de Dios.

La energía que es el individuo conforma su cuerpo a lo largo de su vida y genera su alma. Es ese alma la que participa de la creación de la quinta dimensión, es la que participa de la creación de Dios.

Verlo al revés es atribuir un protagonismo a los individuos no a sus almas, estas no pertenecen al individuo.

El alma del individuo no es suya, el individuo como herramienta la va generando, pero no es suya, es de Dios y es así por que desde que se empieza a generar empieza a formar parte de Dios.

Verlo al revés es atribuir al individuo, a la herramienta que es el individuo, cualidades superiores a aquellas por lo que ha sido fabricado. La fabricación de individuos pretende conseguir individuos que generen el máximo de saber, por eso serán los más inteligentes y los que utilizando su bondad, más saber conseguirán generar. Sus actos más relevancia tendrán en la quinta dimensión.

Tanta inteligencia nos permite hasta tener conciencia de nosotros mismos y esto nos lleva al error de pensar que nuestro verdadero Yo es nuestro cuerpo, nuestra existencia como individuo y no en cambio el alma que el individuo como herramienta es capaz de generar a lo largo de su existencia.

Toda esta interpretación no es radicalmente opuesta al realizada por la mayoría de religiones. El planteamiento es otro, pero el resultado no es tan diferente.

Mi religión es la católica y haciendo las correcciones o adaptaciones a mi planteo no veo en esencia se diferencien tanto, y creo las otras religiones también serán así.

La manera como se transmita el mensaje, puede parecer diferente, pero si la esencia del mansaje, lo que realmente se pretende de este es lo mismo, podemos concluir que no diferencian tanto.Probablemente unos individuo llamados profetas han coincidido muchos en ideas generales y han coincidido que para que estas lleguen a los individuos de manera más fácil y asequible al nivel medio de capacidad intelectual, las adaptaciones son necesarias.

La Biblia es una metáfora, pero tiene claro lo que pretende. Eso lo veo claro y no lo veo tan distinto de lo escrito. El invertir la creación de Dios, no como la creación de El mismo si no como la creación que El realiza, puede ser necesaria para que una simple opinión o mensaje adquiera connotación de religión y doctrina.

Los individuos escucharan los buenos consejos o ideas que se tengan con mayor o menos atención, pero no las seguirán si estas no les vienen dadas por un ser superior o en representación de un ser superior y para que ese ser sea superior ha de ser creador.

Así el creador y no el creado puede ser digno de devoción y adoración, obediencia y respeto.A mi modo de ver esta adaptación se hace necesaria para la existencia de la religión y está claro que la religión es necesaria en la sociedad. No tanto para decirnos lo que debemos de hacer, eso ha de formar parte de la libre elección de cada uno, si no para dar respuestas a aquellas preguntas que tanto nos hacemos y que su falta de respuesta tanto nos angustia.

Las religiones dan esas respuestas a los individuos. La religiones son por tanto necesarias.Para poder conciliar esta inversión interpretativa, la religión Católica que es mi religión, incorpora un misterio que resulta incomprensible y que yo lo veo como la confirmación de lo expuesto anteriormente. El misterio es el de la Santísima Trinidad. Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres distintos un solo dios verdadero. El Padre es claramente Dios, es la quinta dimensión, almacén del saber,

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reposo de las almas. El hijo es Jesucristo, el cuerpo que forma al individuo, herramienta que genera su alma, el Espíritu Santo es el alma de Jesucristo. Son tres distintos, pero el dios es sólo uno. Son todos creadores y creados por ellos mismos.

Creo yo que esta compleja idea que la Iglesia Católica percibe, se hace de una gran dificultad explicarla lleva al misterio de la Santísima Trinidad.

Visto así y hasta aquí, el misterio de la Santísima Trinidad entre el Padre, el Hijo, Jesús, y su alma, se puede dar con cualquier alma, la de Jesús y la de cualquier otra alma creada. ¿Por qué es Jesús el elegido? Se individualiza en la figura de Jesucristo diciendo que Dios es Cristo, es Jesucristo el que juntamente con su alma y su padre forman la Santísima Trinidad. Ese protagonismo se le atribuye sólo a Jesucristo, no a todas las almas que han existido. Esto es complicado, cuesta de entender, hay que dejarlo más al dogma. Creer, tener Fe, es cuestión de cada uno. Yo lo que noto es que cuanto más escribo mi libro, más necesidad de creer tengo. He intentado hacer un planteo todo lo posiblemente racional, lo más lógico y cuanto más avanzo más necesidad de creer tengo.

FIN.

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