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El teatro, el arte más completo de todas las arte: un recurso didáctico imprescindible para la enseñanza de la lengua Esta entrevista con Ernesto Caballero director del Centro Dramático Nacional (CDN) y así mismo director del espectáculo que se podrá ver hasta el 12 de febrero en el CDN Jardiel, un Escritor de Ida y Vuelta, también versión de Caballero sobre el clásico Un Marido de Ida y Vuelta de Enrique Jardiel Poncela (1939), tiene un interés especial, en tanto que el autor con verdad y generosidad, nos cuenta cómo afrontó en Montenegro la síntesis de las 3 Comedias bárbaras de Valle-Inclán y otros aspectos más personales como por ejemplo, que gracias a Fermín Cabal se dio cuenta que era dramaturgo, ya que hasta entonces, él sabía que era un hombre de teatro, pero no era consciente de ser dramaturgo. El dramaturgo nos abrió cariñosamente las puertas de su despacho en el CDN, por cierto, dicho sea de paso, con una amabilidad que sorprende en estos días en cargos de alta tensión. Nada más comenzar la entrevista nos confesó: “Si algo he aprendido del teatro es que todo es transitorio no hay nada fijo ni definitivo, todo es provisional, uno se tiene que reinventar cada día. Se mostró cercano, reflexivo y muy teatral “no sé si éste soy el que soy, pero desde luego tengo claro que éste que soy no es el que seré”. Lo cierto es que en su compañía el tiempo pasó volando y es que Ernesto tiene esa cualidad que tienen los actores de contagiarte con su energía, de entrar en el aquí y el ahora de la comunicación, capta tu atención y se hace escuchar: “Nunca publico hasta que no se estrena la obra, porque sigo cambiando esos textos hasta la última representación, incluso cuando hay una compañía interesada por ese texto, lo rescribo, porque ya no soy el mismo y me asusta que hagan la obra de otro”.

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El teatro, el arte más completo de todas las arte: un recurso didáctico imprescindible para la enseñanza de la lengua Esta entrevista con Ernesto Caballero director del Centro Dramático Nacional (CDN) y así mismo director del espectáculo que se podrá ver hasta el 12 de febrero en el CDN Jardiel, un Escritor de Ida y Vuelta, también versión de Caballero sobre el clásico Un Marido de Ida y Vuelta de Enrique Jardiel Poncela (1939), tiene un interés especial, en tanto que el autor con verdad y generosidad, nos cuenta cómo afrontó en Montenegro la síntesis de las 3 Comedias bárbaras de Valle-Inclán y otros aspectos más personales como por ejemplo, que gracias a Fermín Cabal se dio cuenta que era dramaturgo, ya que hasta entonces, él sabía que era un hombre de teatro, pero no era consciente de ser dramaturgo.

El dramaturgo nos abrió cariñosamente las puertas de su despacho en el CDN, por cierto, dicho sea de paso, con una amabilidad que sorprende en estos días en cargos de alta tensión. Nada más comenzar la entrevista nos confesó: “Si algo he aprendido del teatro es que todo es transitorio no hay nada fijo ni definitivo, todo es provisional, uno se tiene que reinventar cada día. Se mostró cercano, reflexivo y muy teatral “no sé si éste soy el que soy, pero desde luego tengo claro que éste que soy no es el que seré”. Lo cierto es que en su compañía el tiempo pasó volando y es que Ernesto tiene esa cualidad que tienen los actores de contagiarte con su energía, de entrar en el aquí y el ahora de la comunicación, capta tu atención y se hace escuchar:

“Nunca publico hasta que no se estrena la obra, porque sigo cambiando esos textos hasta la última representación, incluso cuando hay una compañía interesada por ese texto, lo rescribo, porque ya no soy el mismo y me asusta que hagan la obra de otro”.

En este sentido nos comenta que, para él “el proceso de reescritura o de escritura y de puesta en escena son dos momentos de una misma pulsión creadora”.

Me sorprendió su espontaneidad, porque solía verlo con frecuencia por los pasillos de la RESAD, entre clase y clase, en la biblioteca o en la cafetería, espacios en los que normalmente coincidíamos los alumnos y los profesores de las distintas disciplinas, y la verdad es que Ernesto siempre me pareció una persona bastante reservada, introvertida y/o tímido, pero cuando conectas con él, es como si lo conocieras de toda la vida.

Ernesto se define a sí mismo como como dramaturgo y nos lo explica como un niño hablando de su juego favorito:

“Estoy en el puente, justo en ese momento en el que la palabra, está pidiendo, reclamando, la mano de nieve, para convertirse en signo sensorial, en teatro, el puente entre la literatura y la escena”.

Moviendo las manos como un adolescente que desea encontrar las palabras mágicas para expresar lo que siente, continua diciendo:

“Y en ese puente, que es una zona protoescénica, yo me siento muy a gusto y desde ahí, he escrito muchas de mis obras. Ese lugar yo lo necesito para la creación escénica, tanto es así que muchas veces no soy consciente dónde comienza el uno y dónde comienza el otro”. Lo dice refiriéndose al puente entre Dramaturgo y director de escena.

Con la mirada iluminada y en ese ir y venir de su emocionado discurso sobre la fragilidad del proceso teatral - semejante al de la vida- hizo que lo que en principio era una entrevista se transformase en un encuentro vital y reflexivo sobre el teatro. Ernesto como dramaturgo es consciente del poder de las palabras en el teatro y en la vida: la palabra teatral tiene que ser sensorial y tiene que tener una imaginería, tiene que tener una potencialidad de acción” Me gusta mucho la parte de la entrevista en la que Ernesto reclama un nuevo posicionamiento dirigido en general a los creadores del teatro y dice: “No podemos seguir tan atomizados, ni trabajar en compartimentos estancos, ni pensar que los postdramáticos están en contra de los dramáticos, los dramáticos de los brechtianos, porque eso sí que le hace daño al teatro, al público, que en realidad lo que busca es sinceridad expresiva, que

alguien tenga algo que contar, que lo cuente honestamente, desde el sainete hasta el performance…”

Cada vez que puedo, comparto esta entrevista no solo con mis alumnos del Máster de Estudios Avanzados de Teatro, también con mis alumnos en el Grado de Maestros de Educación Primaria, porque muchas de estas reflexiones en torno al universo artístico teatral son extrapolables al ámbito de la enseñanza de la lengua. Y termino con una reflexión: Si el teatro como arte es el más completo de todas las artes, ¿no sería potencialmente el recurso didáctico más completo para la enseñanza de la lengua?

Nos vemos en el espejo.

@Maria_Gray_

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