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ÍNDICE
PRIMERA PARTE: Conocimientos válidos para todas las edades
1. Diferencias expresión oral y expresión escrita
2. ¿Cómo construir un buen texto?
2.1. La corrección
2.2. La adecuación
2.3. La coherencia
2.4. La cohesión y los conectores
3. El estilo
4. La puntuación del texto
5. Progresión temática
6. Figuras retóricas
7. ¿Cómo integrar información de otras fuentes?
8. Revisar el texto y presentarlo adecuadamente
SEGUNDA PARTE: Materiales por cursos:
-3º de ESO
El texto expositivo
La narración y la descripción
(Certámenes literarios: Ayuntamiento Pamplona, El Vedat)
La argumentación.
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PRIMERA PARTE: Conocimiento válidos para todos los
cursos
1. Diferencias entre la expresión oral y la expresión escrita
Para escribir un buen texto tenemos que partir de las diferencias intrínsecas que
distinguen al discurso oral del texto escrito.
Expresión escrita Expresión oral
Comunicación
diferida o
comunicación
inmediata
Diferida o mediata
Inmediata
Comunicación en
el espacio
No simultaneidad en el
espacio
Simultaneidad en el
espacio
Mensaje
permanente o
mensaje
evanescente
Texto escrito es
permanente
Texto oral es
evanescente
Canal visual o
canal auditivo
Visual
Auditivo
Signos no verbales Escasos Abundantes
Lengua
Uso cuidado
Uso más descuidado
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2. ¿Cómo construir un texto escrito correcto, adecuado, coherente y
cohesionado?
¿Qué significa «escribir bien»? En este sentido, es fácil encontrar serias
discrepancias.
Para algunos, es escandalosa la pobreza de vocabulario; para otros, la ortografía
deficiente; para otros la mala presentación. Pero lo cierto es que podemos estar
ante un texto perfectamente presentado, con una ortografía impecable y un
léxico correcto, y, sin embargo, muy poco afortunado en su conjunto.
Diremos que un texto es aceptable cuando, además de estar correctamente
escrito, está bien cohesionado, es coherente y responde adecuadamente a las
reglas sociocomunicativas. Es decir, son cuatro las propiedades de todo buen
texto: corrección, cohesión, coherencia y adecuación.
2.1. La corrección Un texto bien escrito tiene que atender las exigencias de la corrección: es decir,
debe respetar las reglas ortográficas, reproducir fielmente las palabras y atender
las reglas de la construcción sintáctica. Veamos un ejemplo de un texto
incorrecto:
“Los protagonistas Will, Henry y Larguirucho escapa una tras otra a que les
pongan la placa. Todo empieza en Winchester al final se salvan y su proyecto
es reunir a todos los que estan como ellos y cuando se junten revelarse contra
los invasores.”
En el texto anterior podemos encontrar las siguientes incorrecciones:
-Falta de concordancia en “escapa”, que debería ser “escapan”.
-La construcción “escapan a que” debería ser sustituida por “escapan de que”.
-Debe haber un punto o punto y coma tras “Winchester”.
-“Estan” debe llevar tilde: “Están”.
-“Revelarse”, está escrito incorrectamente. Debería ser “rebelarse”, porque
proviene de “rebeldía” y no de “revelación”.
-“Reverlarse a” debería ser sustituido por “rebelarse contra”.
2.2. La adecuación
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¿Te parecería adecuado dirigirte a un grupo de alumnos en los siguientes
términos?
“Actualmente tenemos en casa restricciones importantes y nuestros gastos
pecuniarios son exiguos, porque la coyuntura económica no permite grandes
dispendios”.
¿O que un conferenciante se dirigiera a su auditorio de esta manera?
“A ver, colegas, no podemos ir por ahí gastando lo que nos dé la gana, porque
la cosa está muy mal, y esto es así porque lo digo yo”.
Ambos textos son inadecuados, porque no se adaptan a la situación
comunicativa. La adecuación es una propiedad importante en el texto escrito.
Por tanto y para adecuarnos a cada situación, el emisor del mensaje tiene la
posibilidad de escoger entre dos registros de la lengua:
-Formal: utilizaremos un mayor abanico léxico de acuerdo con las
circunstancias del discurso. Puede tratarse de registros especializados,
como el científico-técnico.
-Informal: utilizar un registro informal no significa nunca utilizar un
lenguaje plagado de vulgarismos e incorrecciones. Simplemente se
caracteriza por la falta de planificación, la preferencia por las
estructuras simples y la expresividad del hablante.
Para conocer cuándo debemos utilizar los diferentes registros adecuados a cada
situación comunicativa tenemos que tener en cuenta los siguientes aspectos:
-La situación comunicativa: el momento, el lugar
-La intención del emisor: informar, expresar sus sentimientos,
contar una historia, persuadir…
-El receptor: un amigo, un desconocido, gente instruida o no, etc.
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2.3. La coherencia La coherencia, que es una de las partes del texto, se logra haciendo que todas las
partes del texto formen una unidad, es decir, que todos sus elementos estén en
relación con el tema principal.
Para conseguir un discurso coherente es conveniente dotarlo de una estructura
determinada. Así, aunque las estructuras de un texto pueden ser múltiples, la
mayoría de ellos organiza la información en tres partes diferenciadas:
-Introducción: se presenta el tema a tratar.
-Desarrollo: es la parte más amplia, en la se aborda el tema con
detalle, ofreciendo argumentos, ejemplos, gráficos…
-Conclusión: es la síntesis en dónde se recogen las principales
ideas tratadas.
Aunque la estructura principio-desarrollo-conclusión es las más común se
emplean muchas otras, que a menudo no son más que variaciones de esta. Por
otro lado, aunque aquí hablamos de la estructura general del texto, si este es
largo encontramos, a veces, que dentro de la estructura general hay otras
estructuras más simples.
Otros tipos de estructuras textuales son:
Estructura deductiva. En él la idea principal se expone al principio a modo
de sentencia que a continuación se defenderá. El desarrollo consiste en explicar
la idea principal o justificarla:
Los avances científicos son sumamente beneficiosos para la humanidad. En primer
lugar, porque permiten combatir numerosas enfermedades. Y, en segundo lugar,
porque hacen más cómoda nuestra existencia.
Estructura inductiva. En él la idea principal no aparece hasta el final, se
presenta como conclusión a lo dicho anteriormente, como consecuencia de todo
lo anterior. El desarrollo, por tanto, consiste en exponer argumentos simples
que tendrán como resultado la idea principal. Con esta estructura se asienta la
tesis principal de modo más firme pues queda exhibida como una consecuencia
inevitable:
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Los avances científicos permiten combatir numerosas enfermedades. Por otra parte,
hacen más cómoda nuestra existencia. Podemos concluir, pues, que el desarrollo de
la ciencia es sumamente beneficioso para la humanidad.
Estructura paralelística. Las ideas se presentan como independientes unas
de otras, no hay subordinación de unas ideas a otras sino mero
encadenamiento.
Los avances científicos permiten combatir numerosas enfermedades. Por otra parte,
hacen más cómoda nuestra existencia. Además, nos permiten soñar con un futuro en
el que el ser humano será dueño absoluto de su destino.
El uso de los párrafos
Conviene tener en cuenta una variable que hoy se considera
fundamental: la «legibilidad». Es decir, la consideración primordial del
receptor del texto, la preocupación por facilitarle la lectura, la comprensión
cabal de nuestro mensaje.
Es evidente, por ejemplo, que es más legible un texto con párrafos que
sin ellos, porque la articulación en párrafos permite al lector anticipar mejor
el contenido, acceder mejor a él.
Por tanto, los diversos contenidos se deben organizar a través de los
párrafos, que deben desarrollar una idea cada uno.
En cuanto a la extensión, no hay una longitud canónica del párrafo. Las
tendencias varían de unas épocas a otras, de unos autores a otros y también
de unos tipos de texto a otros. No hay más que comparar, por ejemplo, una
sentencia judicial, con párrafos larguísimos, farragosos con frecuencia, y
una noticia, compuesta de párrafos generalmente muy cortos.
Pueden servirnos, siempre teniendo en cuenta el criterio ya apuntado de
la legibilidad, los consejos de los manuales de estilo periodístico. Todos ellos
nos piden brevedad y recomiendan no pasar de 4 ó 5 frases, 100
palabras o 20 líneas. En todo caso y en caso de duda, optaremos por lo
breve antes que por lo extenso, pues casi seguro que su texto ganará en
claridad expositiva.
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2.4. La cohesión
La cohesión es la propiedad del texto según la cual se relacionan sus
diferentes partes o unidades.
Son muchos los elementos que dan cohesión a un texto, aquí los vamos a
separarlos entre elementos de cohesión morfológica y elementos de cohesión
léxico-semántica.
2.4.1 Cohesión morfológica
- Deixis. Es la referencia escrita a elementos del contexto. Son deícticas las
partículas del tipo yo, aquí y ahora, pues hacen referencia al contexto de la
enunciación (interlocutores, espacio y tiempo). Distinguimos según lo señalado
cuatro tipos de deixis:
- Deíxis personal. Se expresa A) con pronombres personales de 1ª y 2ª
persona (yo, mí, me, nosotros, nos…), y de 3ª pero solo cuando señalan a
una persona presente en el momento de la enunciación; con B) con
pronombres posesivos de 1ª y 2ª persona (mi, tú…); y C) con morfemas
verbales de 1ª y 2ª persona (quiero, quieres…).
- Deíxis temporal. Se expresa a través de adverbios y locuciones y sintagmas
adverbiales y a través de los morfemas verbales de tiempo (hoy, ayer, hace
poco, querías, querrás…).
- Deíxis espacial. Se expresa a través de adverbios de lugar, demostrativos y
verbos con significado locativo (aquí, allá, aquel, venid…).
- Deíxis textual o discursiva. Está a medio camino entre la deixis y la
anáfora/catáfora. Se emplea al referirnos a lo ya dicho o lo que va a decirse
y que forman parte también del contexto comunicativo, dentro de lo que
algunos autores llaman cotexto.
- Anáfora y catáfora. Son dos mecanismos mediante los cuales un elemento
del texto remite a otro que ha aparecido antes o va a aparecer después,
respectivamente. Ambos pueden ser desempeñados por diversas formas
gramaticales (él, aquel, lo…) o palabras con significado léxico pleno (En Me
encanta la mandarina, es mi fruta preferida, “fruta” establece una relación
anafórica con mandarina). Distinguimos tres tipos dependiendo del referente al
que aluden:
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- Correferencial: el referente es el mismo (Tengo la nota del examen pero no
lo he aprobado).
- De sentido: hay relación entre los elementos pero no hay
correferencialidad. (Ayer jugamos un partido y esta tarde echaremos otro).
- Cero o elíptica: uno de los dos términos referenciados está omitido (Tus
amigos siempre me invitan al partido, pero hoy __ no me han dicho nada).
- Elipsis. Es la omisión de un término o varios porque el contexto o el
cotexto son suficientes para suplir la información que estos
proporcionarían: La chica alta de la barra no deja de mirarte, yo creo que
le gustas [a ella].
2.4.2 Cohesión léxico-semántica
- Repetición o recurrencia léxica. Se le está dotando de unidad al texto
cuando se repite una palabra (u otra que comparte su lexema).
Un chico y una chica pequeños bajaban por la calle de Santo Domingo. Al
llegar al buzón, el chiquillo giró a la derecha y la niña siguió hacia la tienda
de chuches.
- Sinonimia. Igualmente se cohesiona un texto cuando, aunque los lexemas no
sean los mismos hay unidad semántica entre los términos.
Un chico y una chica pequeños bajaban por la calle de Santo Domingo. Al
llegar al buzón, el chiquillo giró a la derecha y la niña siguió hacia la tienda
de chuches.
- Antonimia. La relación de antonimia no tiene por qué ser total ni los
términos han de ser contrarios en todos los contextos, sino simplemente actuar
como tales en el texto, que el autor los sitúe como contrarios al estructurar el
texto.
Según lo que leí, los rubios tienen un número mayor de pelos en la cabeza;
los morenos, un menor; y los castaños estarían a medio camino.
- Hiperonimia. Del mismo modo que los anteriores, los juegos de hiperónimo-
hipónimo funcionan para dar cohesión al texto. Un hiperónimo es una palabra
cuyo significado incluye a otra, que llamamos hipónimo.
Se pasó la tarde junto al estanque de los anfibios; definitivamente, los
ajolotes eran sus preferidos.
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- Campos semánticos. Los campos semánticos los forman palabras de la
misma categoría gramatical que comparten semas (unidades de significado).
Así, “nieto”, “sobrino”, “padre” y “cuñado” comparten campo semántico. Las
palabras de un mismo campo semántico también proporcionan unidad al texto
pues mantienen el tema.
Los lunes atendía con mayor dedicación que los martes; los miércoles, con
menor que los martes, y así a lo largo de la semana perdía el interés de tal
manera que para el viernes solo escuchaba un monótono y molesto zumbido.
- Campos asociativos. Los campos asociativos son aún más generales y
abiertos y las componen palabras (no tienen por qué ser de la misma categoría)
asociadas por cualquier semejanza, connotación o emoción. Así, la palabra
“verano” puede despertar en la mente “jugar”, “vacaciones”, “relax”, “nadar”,
“chiringuito” o “camisa hawaiana”.
El VIH es el Virus de Inmunodeficiencia Humana, es como un microbio que
entra en el cuerpo y va destruyendo poco a poco los glóbulos blancos que son
las defensas de nuestro organismo. Después de varios años, ese virus causa
un síndrome o conjunto de enfermedades y problemas de salud, que
conocemos como SIDA.
Actividad
1. Analice la coherencia y cohesión de los siguientes textos
a) La agresión maligna no es instintiva sino que se aprende, se adquiere. Las semillas
de la violencia se siembran en los primeros años de la vida, se cultivan y desarrollan
durante la infancia y empiezan a dar sus frutos malignos en la adolescencia. Estas
simientes se nutren y crecen estimuladas por los ingredientes crueles del medio hasta
llegar a formar una parte inseparable del carácter del adulto. Los seres humanos
heredamos rasgos genéticos que influyen en nuestro carácter. Pero nuestros
complejos comportamientos desde el sadismo al altruismo, son el producto de un largo
proceso evolutivo condicionado por las fuerzas sociales y la cultura.
Rojas Marcos, Las semillas de la violencia
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b) No hay confrontación política sin teatro. La política, desde la antigüedad clásica,
tiene necesariamente una dimensión teatral y las campañas electorales de las
democracias contemporáneas son el gran espectáculo de unos actores depositarios
de lo que llamamos bien común o interés general. Siempre que se controlen los
excesos de la banalización y del ruido, una campaña electoral tiene la virtud de
representar abiertamente la pugna por el poder de acuerdo con unas reglas de juego
claras que todos aceptan. Frente a los que tienen a ver las campañas como algo
hueco y artificioso, los periodistas acostumbramos a presenciarlas como la ocasión de
oro para que los que tienen un proyecto político lo defiendan, se den a conocer y
puedan llegar a la gente. Que los políticos suban al escenario no es algo negativo, al
contrario. El teatro no es sinónimo de mentira aunque se sirva de los códigos de la
ficción y alguno malos actores pierdan el papel. Mediante el gran espectáculo de las
campaña, todos los candidatos tratan de transmitir la verdad de su compromiso
ideológico y personal con los ciudadanos. Si un político traspasa, es creíble y dice algo
con autenticidad en el momento adecuado, el público conectará con él.
Este libro es la narración por y desde dentro de cómo se construye un
candidato y cómo se hace una campaña electoral. Es una historia afortunada para sus
protagonistas, pues acaba en triunfo, como se sabe.
José Antich Valero, El efecto ZP (introducción)
c) No hay que ser un lince para entender que la ortografía romance representaba
necesariamente una ruptura clara con los paradigmas grecolatinos; ahora bien, que
hubiera dificultad en adaptarlos no quiere decir que fuera imposible, pues
precisamente por entonces la lengua vasca, tan alejada del tipo latino y románico,
comenzaba a escribirse con espléndidos resultados valiéndose de la grafía romance.
Si nos atenemos a esta comparación, se podría pensar, pues, que escribir romance
con grafía latina debió ser menos dificultoso, aunque tampoco hay que olvidar que la
proximidad entre latín y romance, por grande que haya sido siempre la distancia
cronológica, en absoluto contribuiría a clarificar las cosas, sino quizá más bien al
contrario. Es verdad, así mismo, que la variación romance mencionada venía
necesitando un freno regulador en ese momento histórico, pues la existencia de la
imprenta imponía, más o menos explícitamente, una regulación ortográfica. En efecto,
si bien sabido que en el Renacimiento, la Reforma y la imprenta marcaron la
verdadera emancipación de las lenguas vernáculas entendidas como lenguas de
cultura, y, también, que la imprenta coronaba y perpetuaba la estandarización de la
lengua, que ahora quedaba dispuesta para ser leída individualmente.
María Teresa Echenique ¿Cómo debería hablar Nebrija según su Gramática?
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3. Consejos de estilo
Cada uno escribimos a nuestra manera, y el modo de escribir de cada uno es
personal y difícil de imitar: predilección por ciertas palabras o estructuras,
longitud de las frases, etc. Sin embargo, a pesar de ser el estilo algo personal,
hay ciertos consejos que deben ser tenidos en cuenta.
3.1. Cohesión en el uso de las palabras
Con respecto al uso de las palabras vamos a ver algunos consejos útiles que nos
servirán para conseguir un texto más cohesionado, ágil y dinámico:
-Repetir sólo cuando sea preciso. En un escrito formal no literario, la
repetición de una palabra es preferible a la ambigüedad de un sinónimo poco
claro. Pero el sistema lingüístico dispone de mecanismos de sustitución como
los pronombres y ciertos adverbios («este», «ella», «allí») que conviene utilizar
con fluidez.
En este sentido, hay que tener cuidado con los llamados comodines o palabras
baúl. Así se recomienda evitar sustantivos como cosa, o verbos como hacer y
tener y realizar ejercicios de léxico para recordar otras palabras sustitutas. Pero
la cuestión es más compleja. Las palabras mencionadas se denominan
comodines porque sirven para casi todo. Ahora bien, hay muchas otras palabras
que en la actualidad se usan como comodines: tema, problema, asunto,
cuestión, realizar, plantear... Cualquiera de estas palabras, incluida la tan
denostada cosa, es válida como sustituta accidental de otro término más
preciso. El problema surge cuando se utiliza de modo reiterado, desplazando
además a otro vocablo más preciso, que es el que da calidad a nuestro discurso.
Para el fin de evitar repeticiones innecesarias nos serán útiles algunos
mecanismos de cohesión:
-Elipsis: omisión de una palabra que se sustituye por el contexto para evitar
repeticiones. Ej: (la chica)
A las seis de la tarde una chica vestida de forma extravagante se acercó a la
barra. (La chica) Se dirigió al camarero y le pidió un café bien caliente.
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-Sinonimia: sustitución de una palabra ya nombrada por sinónimos para evitar
repeticiones. Ej: la joven
A las seis de la tarde una chica vestida de forma extravagante se acercó a la
barra. La joven se dirigió al camarero y le pidió una café bien caliente.
-Hiperonimia: sustitución de una palabra ya nombrada por otra de significado
más amplio para evitar repeticiones. Ej: la mujer
A las seis de la tarde una chica vestida de forma extravagante se acercó a la
barra. La mujer se dirigió al camarero y le pidió una café bien caliente.
-Sustitución pronominal: sustitución de un nombre ya nombrado por un
pronombre que lo sustituye para evitar repeticiones. Ej: le (sustituye a camarero)
A las seis de la tarde una chica vestida de forma extravagante se acercó a la
barra. La mujer se dirigió al camarero y le pidió una café bien caliente.
-La claridad y el rigor por encima del estilo. En un texto de carácter
expositivo-argumentativo, es previsible una cierta monotonía, es normal que
algunos términos aparezcan de forma repetitiva. En este caso, podría surgir la
tentación de enriquecer estilísticamente el texto recurriendo a variantes léxicas
poco precisas. Hay que descartar esta idea. La variación es deseable, pero
siempre deberá estar supeditada a la claridad, al rigor del vocabulario
específico.
-Evitar muletillas. En la lengua oral es explicable que se utilicen apoyos
lingüísticos carentes de significado, cuya única función es rellenar vacíos
provisionales, servir de punto de arranque para la formulación de nuevas ideas.
Estas expresiones no aportan nada, entorpecen la comprensión y, por ello,
deben evitarse en la lengua escrita. Nos referimos a fórmulas como las
siguientes: de alguna manera, en cualquier caso, desde el punto de vista de,
como, muy...
-Mejor la sencillez que la complejidad. Es preferible una expresión
sencilla y corta a una compleja y larga, porque facilita la lectura y la hace más
ágil. Hay una moda en algunos manuales de uso y en ciertas comunicaciones
oficiales que prefieren lo complicado, lo alargado, incluso hasta lo incorrecto.
Así, leemos términos como inicializar, visionar, influenciar. Como no tienen
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criterio, es probable que el lector inexpert0 interprete que estas expresiones
enriquecen los textos. Sin embargo, siempre será preferible usar iniciar, ver e
influir. Recuerda que con estas palabras largas solo conseguirás impresionar a
quien sabe menos que tú, no a quien sabe más.
Asimismo, es importante utilizar el menor número de palabras para expresar
una misma idea. Es mejor utilizar cinco vocablos que diez. De esta forma,
conseguiremos un texto más ágil y facilitaremos la lectura de la audiencia.
En este sentido, no debemos de abusar de los adverbios en «mente», que hacen
más rimbombante y complejo el discurso. A veces aportan un significado, un
matiz, pero las más sólo entorpecen el discurso. Así, expresiones como
generalmente, personalmente, normalmente, naturalmente, obviamente,
lógicamente, resultan prescindibles casi siempre. Por otro lado, incluso cuando
son necesarias, conviene alternarlas con otras formas equivalentes: quizá, en
lugar de posiblemente; con frecuencia, en vez de frecuentemente....
-Utilizar conectores. Un texto que responde a la intención de expresar con
claridad informaciones o argumentos relativos a un hecho, un fenómeno o un
proceso cumplirá mejor su misión si se utilizan correctamente marcadores
textuales. Nos referimos a todo un conjunto de expresiones que encabezan
párrafos, apartados u oraciones, y cuya misión es expresar la relación semántica
con el fragmento anterior (ejemplo, contraste, desarrollo, causa,
consecuencia...) o marcar el orden o estructura del contenido (por otra parte,
para terminar, en conclusión...).
Podemos destacar:
Indican Conectores
Orden
en primer lugar, por una parte, por un lado, en segundo lugar, por otra (parte), por otro (lado),
luego, después, a continuación por último, finalmente, en conclusión...
Causa porque, ya que, puesto que, con motivo de, a causa de, por...
Consecuencia así, así pues, por tanto, por consiguiente, por ello, de modo que, por esta razón, de ahí que...
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Contraste
pero, en cambio, por el contrario, desde otro punto de vista, sin embargo, no obstante, de todos modos/maneras, eso sí, ahora bien, aunque,
tampoco...
Suma o adición y, además, también, aparte, incluso, es más,
asimismo, más aún encima, igualmente, del mismo modo…
Aclaración o sea, es decir, esto es...
Resumen en resumen, en síntesis, en fin, en una palabra...
Explicación y ejemplo
por ejemplo, en concreto, es decir, o sea, esto es, mejor dicho, pongamos por caso…
-Consultar el diccionario. En muchos momentos del proceso de redacción
es conveniente consultar el diccionario para encontrar algún sustituto y también
para resolver dudas ortográficas. Ahora bien, se debe tener cuidado en la
selección de las palabras que nos ofrece el diccionario: el hecho de que una
palabra figure en él es garantía de que es correcta no de que su empleo sea
adecuado en todos los contextos. Si no se tiene seguridad, habrá que consultar
una fuente más experta: el profesor.
3.2 Cohesión en el uso de las frases
Entendemos por frase el periodo de un texto comprendido entre dos signos de
punto y seguido. A veces la frase está constituida por una oración simple, pero
casi siempre se trata de una oración compuesta, de extensión variable.
¿Cuál es el tamaño adecuado?
En la actualidad, todos los manuales de redacción recomiendan construir
oraciones cortas. Así, se habla de frases de entre 20 y 30 palabras, en unos
casos, de «oraciones cortas» con un máximo de dos subordinadas, en otros. En
todos los casos queda claro que se descartan las frases demasiado largas, esas en
las que se encadenan coordinadas y subordinadas en periodos que parecen no
tener fin.
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Así como hay personas que, cuando hablan, parecen incapaces de terminar, y
repiten y repiten el mismo mensaje, también hay escritores que son incapaces
de hacer un alto en su discurso, de poner un punto y seguido. Parece que temen
que, al poner el punto, se va a perder el sentido. Nada más lejos de la realidad.
Quien de verdad pierde el sentido es el lector, abrumado por lo extenso de la
frase. Veamos un ejemplo tomado de una carta al Director:
“Llevo bajando al estadio del Sadar con el coche desde hace unos veinte años, y
debido a que la falta de aparcamientos en los alrededores del campo de fútbol, ha
sido, es y me temo que seguirá siendo una de las asignaturas pendientes del club, del
ayuntamiento o de quien corresponda, durante este periodo he estacionado mi
vehículo algunas veces correctamente, y algunas otras veces incumpliendo alguna
normativa municipal, tal y como hacen muchos otros ciudadanos obligados por las
circunstancias y con la necesaria «complicidad» de los agentes municipales, que de
otro modo se verían desbordados por la situación.
Eso sí, siempre evitando que la situación de mi vehículo dificultara la libre
circulación tanto del resto de vehículos como de los peatones, así como los accesos a
los garajes, situaciones estas de obligado cumplimiento y que suelen ser respetadas
por la mayoría, puesto que lo contrario resultaría aún más caótico.
Así he funcionado durante todo este tiempo sin mayores incidencias, hasta que el
pasado domingo día 14 me encontré con la desagradable e inesperada sorpresa, de
que en el parabrisas del coche tenía un boletín de denuncia, sin que se diera ninguna
circunstancia especial o distinta a las ya aludidas de ocasiones anteriores, respecto
de la situación del vehículo, ya que tal y como aparece en el boletín el hecho
denunciado es: estacionar en zona señalizada como parada prohibida, sin
obstrucción, denunciante 498, infractor ausente (claro, estaba viendo el partido),
agente continúa el servicio.”
Los párrafos anteriores constan de 99, 51 y 94 palabras respectivamente. La
carta contiene otros tres párrafos, de extensión similar o superior. Y, lo mismo
que ellos, sin un solo punto y seguido. El problema de este autor es muy común
entre el alumnado: confunde o identifica párrafo con frase. El resultado, en este
caso, es un texto difícil de digerir.
¿Frase rimbombante o frase simple?
En lo tocante a la composición de las frases, ciertos escritores emplean frases
enormes e intricadas, quizá deslumbrados por el efecto que les causa el estilo
enrevesado de algunos autores de relumbrón; autores que, por otra parte, creen
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que son más recomendables las frases retorcidas, con muchos incisos, esas que
requieren casi una labor extenuante de investigación para seguirle la pista al
contenido.
Este modo de construir las frases suele implicar un peligro serio de cometer
auténticas barbaridades sintácticas, como fallos de concordancia o frases
inacabadas. Y no es por ignorancia del escritor, sino por despiste: el exceso de
complicación le ha hecho perder la perspectiva de la frase. Algo parecido le
ocurre al autor de este email cuya primera frase se reproduce a continuación:
“Aprovechando el inicio del nuevo año académico 1999/2000 –para el que, por
cierto, le deseo toda suerte de éxito tanto personales como profesionales– nos
complace remitirle la información de nuestros CURSOS DE OTOÑO que,
organizados por esta Fundación a través del Centro Asociado de UNED-Ávila, o en
colaboración con otras instituciones (Instituto de Arquitectura Juan de Herrera,
Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica de Madrid,...) y desarrollados
durante los meses de octubre y noviembre, pueden resultar de interés para usted o
para alguno de sus compañeros.”
La frase-párrafo anterior tiene 85 palabras y es muy mejorable. El exceso de
cortesía, la afición a los incisos y la voluntad de incluir todo el mensaje en una
sola frase son los responsables del mal resultado.
OCHO CONSEJOS PARA ESCRIBIR FRASES EFICIENTES
1. ¡Ten cuidado con las frases largas! Vigila las que tengan más de treinta
palabras. Comprueba que se lean fácilmente.
2. Elimina las palabras y los incisos irrelevantes. Quédate sólo con lo esencial.
3. Sitúa los incisos en la posición más oportuna: que no separen las palabras
que están relacionadas.
4. Busca el orden más sencillo de las palabras: sujeto, verbo y complementos.
Evita las combinaciones rebuscadas.
5. Coloca la información relevante en el sitio más importante de la frase: al
principio.
6. No abuses de las construcciones pasivas, de las negaciones ni del estilo
nominal, pues oscurecen la prosa.
7. Deja actuar a los actores: que los protagonistas de la frase suban al
escenario, que actúen de sujeto y objeto gramaticales.
8. ¡No tengas pereza de revisar las frases! Tienes que elaborar la prosa, si
quieres que sea enérgica y que se entienda.
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Actividades:
1. Sustituye en cada oración la palabra “cosa” por otro término más preciso:
a) Resolver bien esa ecuación es una cosa difícil.
b) Ascender hasta la cumbre del Everest fue una cosa arriesgada.
c) Leer es la única cosa que me aparta las preocupaciones de la cabeza.
d) El estreno resultó espléndido, nunca había visto una cosa tan brillante.
e) Le golpeó con una cosa contundente.
f) En este armario meteremos todas las cosas de la cocina.
g) En esta bolsa van las cosas necesarias para arreglar una avería del coche.
h) La humildad es una cosa muy rara.
i) Por algunas cosas la enfermedad parece grave.
j) Tengo que comunicarte una cosa estupenda.
k) Se me ha metido una cosa en el ojo.
l) Se pelearon en mi presencia, fue una cosa muy desagradable.
m) Está recubierto de una cosa negra e inflamable.
n) No he ido por una serie de cosas que te contaré.
ñ) ¿Qué cosas son necesarias para preparar esta sopa?
o) Dicen que en la guerra llevó a cabo cosas heroicas.
p) Ha traído de su viaje muchas cosas para su familia.
q) El descubrimiento de América fue una cosa memorable.
- Realiza la misma actividad sustituyendo ahora el verbo “hacer”.
a) Ahora está haciendo un cuadro enorme.
b) Nos ha invitado a merendar porque hoy hace dieciocho años.
c) Me está haciendo un jersey.
d) El tratado de París se hizo en 1898.
e) Ya hemos hecho la mitad del camino.
f) Lo han hecho alcalde de su pueblo.
g) Han hecho un gran edificio en la plaza.
h) Hemos hecho una buena amistad.
i) Este árbol hace una sombra muy agradable.
j) Ahora le ha dado por hacer música.
k) Ha hecho un nuevo modelo de reloj y lo ha patentado.
l) Dios hizo el mundo de la nada.
m) Mi hermano está haciendo la carrera de farmacia.
n) Se le hacen arrugas en el rostro.
2. Sustituye la palabra en negrita por un hiperónimo:
a) Guarda tu abrigo en armario del fondo.
b) Aquí guardaba mi abuelo sus escopetas.
c) Compró un jamón muy caro en la charcutería de la esquina.
d) No nos han presentado pero creo que es un primo lejano mío.
[20]
e) Al fermentar el melocotón se obtiene un licor delicioso.
f) Usa la batidora para terminar antes.
g) Al operar al paciente descubrieron que tenía afectados los pulmones.
h) El autobús giró de nuevo a la derecha.
i) Colócalo allí junto al cactus.
j) Ha salido a comprar unos mocasines nuevos.
k). Ralla el pan con ese rallador.
3. Propón para los siguientes archisílabos términos más correctos:
*Es un futbolista internacionalizado.
*Esas entradas tan fuertes son muy lesionales
*Hay muchos factores obstaculizadores.
*Las formas antiguas son más resistenciales que las nuevas.
*La emigración es un elemento vehiculizador del intercambio cultural.
*La nueva reforma se ha basamentado en el último proyecto de ley.
*Lo ideal si sumarizamos los puntos principales es que no se pierda contenido.
*Se compartimentalizarán el espacio y los recursos disponibles.
*El presidente dice que se siente legitimizado para liderar a los suyos.
*Es una cuestión indiscutible que no se puede subjetivizar.
*Se ha inicializado el proceso que culminará en una reforma educativa.
4. Explica qué estructura sigue cada uno de estos textos:
a) El desarrollo de la tecnología ha sido sumamente beneficioso para el ser
humano. Entre los muchos beneficios que tiene destaca el hecho de que hace
nuestra vida más cómoda. Por ejemplo, la velocidad de un ordenador nos
permite resolver en un tiempo récord problemas matemáticos de gran dificultad.
b) El desarrollo de la tecnología ha sido sumamente beneficioso para el ser
humano. Por otro lado, las libertades y derechos sociales y políticos en la
actualidad suelen respetarse. Por todo ello, podemos afirmar sin temor a
equivocarnos que hoy se vive mejor que hace cien años.
5. Corrige la carta al director sobre el aparcamiento junto al Sadar para hacerla
más fácil de leer. Reduce el número de palabras por oración a otro más
razonable, recuerda los manuales de estilo recomiendan entre 20 y 30
palabras. (Está tres páginas atrás).
6. Corrige el email sobre los cursos de otoño para hacerlo más fácil de leer.
Reduce el número de palabras por oración a otro más razonable, recuerda los
manuales de estilo recomiendan entre 20 y 30 palabras. (Está dos páginas
atrás).
[21]
4. La puntuación del texto
Los signos de puntuación son imprescindibles para leer, entender o escribir
cualquier texto. Con ellos podemos señalar varias informaciones de la lengua
oral o hablada: las pausas (con el punto, la coma, el punto y coma, los dos
puntos y los puntos suspensivos), la entonación (signos de admiración e
interrogación), las aclaraciones (a través del guion o paréntesis) o, incluso,
enfatizar cierta información (mediante las comillas).
En las siguientes oraciones se emplean exactamente las mismas palabras pero
no tienen el mismo significado. En el primer caso, la chica sabe que tiene que
hacer solo la cama pequeña; en el segundo, no sabe cuál debe hacer.
4.1. La coma (,)
Es un signo de puntuación que indica una pausa breve dentro de una oración.
Además, sirve para construir correctamente una oración de cierta extensión. Se
utiliza en los siguientes casos:
[22]
4.2. El punto (.)
Es un signo de puntuación que señala la pausa que se da al final de un
enunciado. Después del punto, la primera letra debe escribirse,
obligatoriamente, en mayúscula.
Hay tres tipos de puntos:
El punto y otros signos de puntuación
-Comillas. Se coloca siempre el punto tras la
comilla de cierre.
Dice el refrán que “no es oro todo lo que
reluce”. Así que debo pensar bien mi decisión.
-Interrogación y exclamación. Nunca se
utiliza punto tras el signo de interrogación o
exclamación de cierre.
¿Qué quieres, Pablo?
Uso incorrecto del punto
-No se utiliza el punto final tras los títulos y
subtítulos de libros, capítulos…
La casa de Bernarda Alba es el último drama de
Lorca
-No debe colocarse para separar las unidades de
millares de las fechas, de las páginas o de los
números de teléfono.
1975, 2500 páginas, 948 654520
-No se usa el punto entre siglas, salvo cuando
esas siglas estén en una oración escrita en
mayúscula: El IPC de China se mantiene estable.
ASIENTOS RESERVADOS PARA LA A.M.P.A.
[23]
4.3. El punto y coma (;)
Es un signo de puntuación que marca una pausa superior a la coma e
inferior al punto.
4.4. Los dos puntos (:)
Es un signo de puntuación que marca una pausa breve y detiene el discurso
para llamar la atención sobre lo que viene a continuación.
4.5. Los puntos suspensivos (…)
Son únicamente tres. Señalan una interrupción de la oración o un final
impreciso. Si cierran un enunciado, se escribe mayúscula tras ellos (Si es eso
verdad… No, no quiero pensar mal); si continúan el enunciado, es escribe
minúscula (Creo que… venderé e iniciaré una nueva vida).
[24]
Los puntos suspensivos y otros signos de puntuación
-Punto, como, punto y coma y dos puntos. Nunca se coloca punto final tras los puntos
suspensivos; sí, coma, punto y coma y dos puntos.
Si te digo la verdad…, prefiero esperar.
Compré el pastel, los globos, los disfraces…; podemos preparar la fiesta.
Acepta su decisión…: es mejor esperar.
-Interrogación y exclamación. Los puntos suspensivos irán antes o después del signo de
interrogación o exclamación de cierre, en función de si el enunciado queda o no en suspense.
¡Espera a que…! Mejor no.
¿Contestará a mi correo?... Tengo mis dudas.
Actividades:
1. Señala los enunciados mal puntuados y corrígelos:
a) Le ruego señorita que me permita ayudarla.
b) Jesús quiere Coca-Cola, Javi, Nestea, y, Pedro, cerveza.
c) Tres por cuatro, doce.
d) La Excma Sra Dª Maricarmen Galindo abrirá el recital con unas palabras.
e) Me comería otro helado, si el profesor me dejase coger uno más.
f) Los alumnos que hayan sacado más nota, pueden salir antes.
g) La única asignatura que le gusta es: Deporte.
h) Los bailes populares las procesiones etc. perduran hasta nuestros días.
i) Los bailes tradicionales como la sevillana la jota o el chotis me interesan.
j) Jesús es simpático Guillermo antipático.
k) Estimado amigo te agradezco que me escribieses.
l) Antes todo parecía ir bien; sin embargo, ahora.
m) Donamos 2 kg de arroz y uno de macarrones.
n) En las ciudades vive mucha gente, en el campo poca.
[25]
ñ) Si lo hubiera sabido antes.
o) Si no tuviésemos tanto presupuesto, esto no saldría adelante
p) ¿Hay que llevar saco de dormir, almohada, esterilla, etc?
q) Te lo he dicho mil veces Joaquín tráete las zapatillas de deporte
r) Me traigo el Monopoly, porque Jesús quería jugar.
s) Toda la plantilla entrenó intensamente el mes previo al partido sin embargo
no jugaron como debieran.
t) Como dijo Dalí «De lo que se trata es de desacreditar la realidad».
u) La O.N.U. es la mayor organización internacional existente.
2. Los signos de puntuación son usados como herramienta para numerosos
chistes y textos cómicos. Este es uno de ellos: «Cuentan de un señor que, con
algo de malicia, dejó al morir el siguiente testamento: “Dejo mis bienes a mi
sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al
sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo”. Ante
el desconcierto generado por el simpático difunto, el albacea reunió a los
mencionados y les pidió que puntuasen el texto a voluntad, pues él, de otro
modo, no podía disponer cabalmente». Tu tarea es puntuar el texto de cuatro
formas distintas para que la herencia la puedan disfrutar, o bien, el sobrino
Juan; o bien, el hermano Luis; o bien, el sastre; o bien, los jesuitas. (Puedes
usar también los signos de exclamación e interrogación).
[26]
5. Progresión temática
A la hora de redactar un texto es necesario que la información avance, es decir,
que por cada paso que demos en el plano gráfico, estemos dando un paso en el
contenido semántico. Cada oración debe aportar información nueva.
Cuando hablamos de progresión informativa, hablamos de tema y rema: el tema
es lo que se presenta como información conocida y el rema, aquello que se
predica del tema y que se presenta como información nueva.
Distinguimos tres modos de hacer avanzar la información:
-Progresión de tema constante. Tenemos un único tema al que añadimos
distintos remas sucesivos. Hacer deporte es sano. [Hacer deporte] Libera el estrés
acumulado a lo largo del día y despeja la cabeza para el ejercicio mental. Si no fuese
por el deporte me costaría mucho más trabajar a gusto.
-Progresión lineal. Distintos temas se van concatenando, de modo que el
rema de una proposición pasa a ser tema (información conocida) al que se le
añade un nuevo rema. Ayer me fui al cine. También estaba allí [en el cine] Antonio.
No lo veía [a Antonio] desde la fiesta de mi primo Luis, de la que [la fiesta] él ni se
acordaba.
-Progresión de temas derivados. Es una variante de las dos anteriores. El
primer tema es constante, pero se puede descomponerse en partes (por ello se le
conoce como hipertema), y son estas partes las que funcionan como tema a lo
largo del texto. Tres son los dramas más conocidos de Lorca: Bodas de sangre,
que conjuga con asombroso lirismo el amor y la muerte; Yerma, que trata la
frustración de la mujer que no puede ser madre; y La casa de Bernarda Alba,
que denuncia el ambiente opresivo en que vive la mujer de principios de siglo.
[27]
6. Tipos y usos de las figuras retóricas
Las figuras retóricas tienen como objeto embellecer el texto, hacerlo más
elevado y atractivo al público, pero, a menudo, pretenden facilitar su
comprensión. Esto no es baladí pues en el autor poco experto suele suceder que,
al intentar darle estatus literario a su escrito, lo que consigue es que sea ilegible
por el elevado número de figuras encadenadas.
Vamos a repasar algunas de las figuras más empleadas.
6.1 La metáfora (y la alegoría y el símil)
La metáfora es un recurso que permite relacionar mentalmente dos objetos a
través de la sustitución o la yuxtaposición. A través del proceso metafórico
proyectamos cualidades de un concepto (dominio fuente) en otro (dominio
destino o meta), a través de cierta conexión o analogía entre ambos que podía
ser ya intuida. El dominio meta lo representa el término real (aquel que
describimos mediante la metáfora, el que sí existe); el dominio fuente, el
término imaginario (al que acudimos para construir la metáfora).
En “Blancos algodones surcando el cielo” (dominio fuente) Nubes (dominio destino o meta),
proyectamos las cualidades de ‘blanco’ y ‘esponjoso’ del término imaginario “algodón” sobre el
término real “nube”.
En una metáfora pueden o no aparecer explícitamente los dos dominios.
Dependiendo de la relación sintáctica entre los dominios distinguimos:
- Metáfora pura. Es la que omite el término real: Está en la flor de la vida
(juventud); Su luna de pergamino preciosa tocando viene (pandero) – García Lorca;
La dulce boca que a gustar convida, un humor entre perlas destilado (dientes) –
Garcilaso.
- Metáfora simple o impura. Tiene la estructura «[Término real] es
[Término imaginario]»: Tus dientes son perlas; Tus ojos son dos luceros; Tus labios
son rubíes.
- Metáfora aposicional. Tiene la estructura «[Término real], [Término
imaginario]»: Tus dientes, perlas de tu boca; Tus ojos, dos luceros.
- Metáfora de complemento preposicional del nombre. Tiene la
estructura «[Término real] de [Término imaginario]» o «[Término
[28]
imaginario] de [Término real]»: El jinete se acercaba tocando el tambor del llano
(el llano es un tambor que el jinete al galopar toca) – Lorca.
La metáfora es uno de los recursos más usados, se emplea en textos literarios,
discursos políticos y periodísticos, en publicidad… pero sobre todo en nuestra
vida diaria: el tiempo es oro; eso me levantó el ánimo; llegar al fondo del
asunto; es un pozo de sabiduría…
Si encadenamos una serie sucesiva de metáforas entre las que existe una
relación entre sus respectivos dominios fuente y dominios meta estamos ante
una alegoría. Por ejemplo, cuando Dante cuenta en La Divina Comedia que
estando en mitad de un camino se pierde en una selva oscura y le asaltan tres
fieras, pretende decir que estando en mitad de su vida perdido en cuestiones
morales le asaltaron distintas tentaciones relacionadas con cada una de las
fieras. Se crea así un enorme dominio fuente del que se extraen distintas
implicaciones.
La diferencia entre la metáfora y el símil está en que, mientras que la metáfora
establece una comparación implícita, el símil sienta una comparación explícita a
través de los adverbios “como”, “tal como” o “cual”: Sus ojos son brillantes como
piedras preciosas.
6.2 La metonimia
La metonimia es también una figura muy frecuente. Consiste en nombrar una
realidad por el término de otra con la que guarda cierta relación de causa o
dependencia: Es un Ribera del Duero del 2013; He comido tres platos. Esta
relación entre realidades puede ser muy diversa y da nombre a distintos tipos de
metonimia:
- La causa por el efecto. Le hizo daño tanto sol (sustituimos el efecto del sol –
el calor– por el propio sol, que es la causa). O el efecto por la causa. Mañana
me caso con mi dulce felicidad (sustituimos la causa de la felicidad –la mujer–
por lo que provoca –felicidad–).
- Continente por contenido. Tomar una copa; Fumarse una pipa. O
contenido por continente. Pásame la sal, por favor (salero).
- La cosa por su origen. Se tomó un jerez.
- Autor por obra. El Picasso se vendió por medio millón de euros.
[29]
La diferencia entre metonimia y metáfora está en el tipo de relación entre las
realidades. Mientras que en la metáfora la relación es formal, de semejanza
entre cualidades de los términos (p. ej., lo esponjoso de las nubes y el algodón),
en la metonimia la relación es lógica y no formal.
6.3 La sinécdoque
Es otra figura de sustitución muy similar a la metonimia y a veces difícil de
distinguir. Son tan cercanas que muchos autores prefieren considerarla un tipo
de metonimia. En esta ocasión la relación no es de causa o de dependencia, sino
entre la parte y el todo de una realidad:
- La parte por el todo (pars pro toto). Tiene 300 cabezas de ganado.
Heredero al trono. Pidió la mano a su novia.
- El todo por la parte (totum pro parte). Todo el mundo lo dice. Madrid
entero se alzó contra el invasor. Francia ha marcado gol.
6.4 Paradoja, oxímoron y antítesis
La paradoja es un juego verbal basado en la asociación de dos ideas que en
apariencia son contradictorias, pero que encierran un significado oculto sin
contradicción alguna. Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero
porque no muero.
El oxímoron se basa en la yuxtaposición de dos conceptos contrarios que crean
una contradicción. Un muerto viviente. En la ardiente oscuridad.
La antítesis consiste en oponer próximas dos ideas empleando palabras de
significado contrario y, normalmente, usando una estructura similar. A mis
soledades voy / de mis soledades vengo […] / donde vivo y donde muero […] /
ni estoy bien ni mal conmigo – Lope.
Las tres figuras llaman la atención sobre el contenido con mucha fuerza por lo
que la idea queda grabada en el lector con mayor eficacia que diciéndolo de
modo más simple
6.5 Asíndeton y polisíndeton
[30]
Son figuras retóricas que juegan deliberadamente con el uso no natural de las
conjunciones: mientras que el asíndeton las omite, el polisíndeton emplea
conjunciones no necesarias. La famosa frase de Julio César Vini, vidi, vici es un
ejemplo de asíndeton; mientras que serían ejemplo de polisíndeton estos versos
de Juan Ramón: Hay un palacio y un río y / un lado y un puente viejo, / y
fuentes con musgo y yerba / alta y silencio… un silencio. Mientras que el
asíndeton agiliza el ritmo y genera sensación de movimiento y fuerza, el
polisíndeton disminuye el ritmo y enfatiza las palabras para lograr una
expresión más intensa.
6.6 Otras figuras interesantes
Aliteración. Es una figura fónica frecuentísima que se basa en la repetición de
sonidos similares o iguales a lo largo de una cadena fónica. Sonaban suaves sus
sabias palabras. Mi mamá me mima. Son muy frecuentes en trabalenguas:
Tres tristes tigres comen trigo en un trigal.
Calambur. Es una figura que se basa en la distinta segmentación de la cadena
fónica, se reagrupan los sonidos en distintas palabras sin romper su orden. Son
muy empleados en usos lúdicos del lenguaje como adivinanzas o chistes: Oro
parece, plata no es.
Hipérbaton. El hipérbaton es una figura sintáctica que consiste en alterar el
orden lógico de la oración. Del salón en el ángulo oscuro / de su dueña tal vez
olvidada / silenciosa y cubierta de polvo / veíase el arpa – Bécquer.
Hipérbole. Es una figura de pensamiento, no sintáctica como el hipérbaton.
Consiste en enunciar una exageración de la realidad que se expone hasta hacerla
irreal. Su función es llamar la atención sobre la idea que se hiperboliza. Por tu
amor me duele el aire, el corazón y hasta el sombrero – Lorca. Te lo he dicho
mil veces. Eres más corto que la sombra de una bellota.
Pleonasmo. Es una figura que añade elementos innecesarios y redundantes a
una expresión. Con ello se logra un enunciado más enfático y expresivo o con
[31]
mayor claridad: Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de
horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandos
– Horacio Quiroga. Lo vi con mis propios ojos. ¡Cállate la boca!
Ironía. Es una figura retórica en la que la voz del narrador se desdobla. Por un
lado tenemos lo que en efecto dice y, por otra, lo que pretende decir.
Generalmente, se emplea para expresar lo contrario de lo que se dice, pero es
ironía simplemente expresar algo diferente de lo que se dice. Salió de la cárcel
con tanta honra, que le acompañaron doscientos cardenales; salvo que a
ninguno llamaban eminencia – Quevedo (No salió con honra, sino apaleado:
juego de palabras con dos significados de cardenal). En la lengua oral suele ir
acompañada de una entonación distinta. Pero, qué avispado eres (cuando, por
ejemplo, un amigo dice una obviedad).
Lítotes. Es una figura que consiste en afirmar una realidad a través de la
negación de su opuesto: Pues, no me parece una mala idea (es una buena idea).
No pocas veces le habían dicho que se comportase. Con la lítotes se enfatiza la
expresión atenuando las implicaciones negativas que se puedan extraer de ella:
Es poco amable de su parte ese comentario (es un comentario grosero o
antipático).
Retruécano. Es una figura sintáctica y de sentido que consiste en
reestructurar en orden inverso una oración –con lo que pueden cambiar las
relaciones sintácticas– para darle un sentido opuesto. Se genera así un efecto de
antítesis. Los loros dicen lo que saben, pero no saben lo que dicen. Hay que
trabajar para vivir, no vivir para trabajar A menudo no son las palabras las
que se reordenan sino las cadenas fónicas, los sonidos, dando lugar a
confusiones simpáticas: No es lo mismo pásame la pinza que písame la panza.
Quiasmo. Es similar al retruécano, sin embargo lo que se invierte es la
estructura sintáctica formando una estructura que llamamos “en cruz”; por
ejemplo, si teníamos un SN + SV, en la segunda oración tenemos un SV + SN.
Ya no sé si daros exilio o muerte daros.
[32]
Paralelismo. Dentro de la misma familia que el quiasmo, esta figura consiste
en dos o más grupos de palabras con la misma estructura sintáctica. Y la carne
que tienta con sus frescos racimos / y la tumba que aguarda con sus fúnebres
ramos - Rubén Darío. Volverán las oscuras golondrinas / en tu balcón sus
nidos a colgar [...] Volverán las tupidas madreselvas / de tu jardín las tapias a
escalar – G. A. Bécquer.
Anadiplosis, epanadiplosis, epanalepsis, anáfora y epifora. Todas ellas
son figuras de repetición, juegan con el énfasis que genera una palabra cuando
es repetida en distintas posiciones del párrafo, la oración o el verso.
- Anadiplosis. Repetición de una palabra al final de un grupo de palabras y al
comienzo del siguiente: Mal te perdonarán a ti las horas; / las horas, que
limando están los días, / los días, que royendo están los años – Góngora.
- Epanadiplosis. Repetición de una palabra al comienzo y final de la misma
oración: Silencio de la noche, doloroso silencio – Rubén Darío. Verde que te
quiero verde – García Lorca.
- Epanalepsis. Repetición de una palabra al comienzo de un grupo y al final del
siguiente (lugares opuestos a los de la anadiplosis): Riñeron los dos hermanos /
y de tal suerte riñeron / que fuera Caín el vivo / a no haberlo sido el muerto –
Romancero.
- Anáfora. Repetición de una misma palabra al comienzo de distintos grupos:
Sueña el rico en su riqueza, / que más cuidados le ofrece; / sueña el pobre que
padece / su miseria y su pobreza; / sueña el que a medrar empieza, / sueña el
que afana y pretende, / sueña el que agravia y ofende, / y en el mundo, en
conclusión, / todos sueñan lo que son – Calderón.
- Epífora. Repetición de una misma palabra al final de distintos grupos: No
digáis que la muerte huele a nada, / que la ausencia de amor huele a nada, /
que la ausencia del aire, de la sombra huelen a nada – Aleixandre. Nacen de
padres ladrones, críanse con ladrones, estudian para ladrones y, finalmente,
salen con ser ladrones corrientes y molientes a todo ruedo – Cervantes.
Actividades
1. Encuentra al menos tres figuras retóricas en anuncios de publicidad o de
concienciación social –pueden ser verbales o gráficos– y explícalas.
[33]
2. Añade un ejemplo de diez de las figuras retóricas vistas en clase. Intenta que sean de tu propia cosecha. Quiébrate un poco la cabeza, no me vengas con el típico “las perlas de tu boca”.
3. ¿Qué figuras retóricas hay en estos fragmentos? Si encuentras más de una indícalo también.
a) Amor es un fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una deleitable dolencia, un alegre tormento, una fiera herida, una blanda muerte – Fernando de Rojas.
b) El diamante de una estrella / ha rayado el hondo cielo / pájaro de luz quiere / escapar del universo / y huye del enorme nido / donde estaba prisionero / sin saber que lleva atada / una cadena al cuello – García Lorca.
c) En el silencio solo se escuchaba / un susurro de abejas que sonaba – Garcilaso.
d) Con dados ganan condados – Góngora.
e) Claras horas de la mañana / en que mil clarines de oro / dicen la divina diana: / Salve al celeste sol sonoro – Rubén Darío.
f) Vivo, respiro, siento, muero lento.
g) Un no sé qué que queda balbuciendo – San Juan de la Cruz.
h) Antes que lo que fue en tu edad dorada / oro, lilio, clavel, cristal luciente, / no sólo en plata o viola troncada / se vuelva, mas tú y ello juntamente / en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada – Góngora.
i) Érase una vez un hombre a una nariz pegado – Góngora.
j) ¿Has leído a Shakespeare?
k) El mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres no más que meros actores – Shakespeare.
l) Hay que ponerse las pilas.
m) Blanco por dentro, verde por fuera; si quieres que te lo diga, espera.
n) Si no vives como piensas, acabarás pensando como vives.
ñ) Salid todos afuera.
o) El prado y valle y gruta y río y fuente / responden a su canto entristecido – Fernando de Herrera.
p) Mañana le abriremos, respondía / para lo mismo responder mañana – Lope.
q) Última amarra, cruje en ti mi ansiedad última – Neruda.
r) Salió volando por los aires.
s) Tienes un corazón tan grande, que no te cabe en el pecho.
t) Allí arriba en aquel cerro / hay un lindo naranjel / que lo cría un pobre ciego, / pobre ciego que no ve – Romancero.
[35]
7. ¿Cómo integrar información de otras fuentes?
En un trabajo monográfico, por sencillas que sean sus pretensiones, suele ser
imprescindible el manejo de documentación, sobre todo escrita. La complejidad,
la dificultad de esa documentación dependerá del alcance del encargo: su
extensión, el grado de profundización que se demande...
En la actualidad, la existencia de documentación no es casi nunca un problema.
Al contrario, el problema nos viene de la sobreabundancia de documentación,
en los soportes más variados: escritos, internet, televisión, vídeo... Tenemos
muchísima información a nuestro alcance, pero lo difícil es enseñar y asimilar
eficazmente criterios para su búsqueda, selección y tratamiento.
A continuación se explican algunos criterios para el manejo de la información:
-Honradez intelectual en el manejo de las fuentes. Es algo que debe quedar
perfectamente claro desde un principio cuando se encarga un trabajo. Nadie
tiene derecho a apropiarse del pensamiento de los demás, cualquiera que sea el
canal por el que se difunda. Así pues, una tarea que corresponde enseñar a todos
los docentes, mucho mejor si se hace de forma coordinada, es el sistema de cita
de las fuentes.
Si en un trabajo citas un fragmento de un autor debes indicarlo a continuación
entre paréntesis junto al año de publicación del texto y el número de la página.
Si citases una frase de la página 7 de La colmena de Cela (en una edición de 1955),
habrías de decir “Doña Rosa va y viene por entre las mesas del Café, tropezando a los
clientes con su tremendo trasero” (Cela, 1955: 7). Y en el apartado de bibliografía,
habría de aparecer referenciada La colmena.
-Toma sistemática de notas personales durante el proceso de lectura. No
se trata de hacer un resumen, sin más. Se trata de anotar, lo más
sistemáticamente posible, ideas, apartados del texto que se está leyendo, de
modo que la lectura sea lo más provechosa posible en la fase siguiente.
-La integración de nueva información en un texto dado: hay una
actividad de escritura característica, aunque no exclusiva, de este tipo de textos,
[36]
que consiste en la integración de una información dada en el borrador que ya
está redactado. No es una tarea fácil, puesto que el texto de partida ya estaba
cerrado, aunque fuera de modo provisional. Y puede darse el caso de que, si no
se tiene cuidado, el resultado sea chocante, defectuoso.
La integración exige una reelaboración, una recomposición de elementos
sintácticos, de puntuación, de nexos oracionales, de elementos de referencia
(pronombres, sinónimos...), que no es fácil. En estos casos es particularmente
recomendable el seguir el «proceso»: primero tengo la garantía de que el
contenido está correctamente integrado, de que la información está clara. Luego
atiendo las exigencias lingüísticas y, finalmente, si procede, las estilísticas.
-Garantizar una discriminación clara entre lo tomado de las fuentes
y las aportaciones personales. Cuando se hacen citas literales, el asunto
está resuelto. Ahora bien, es también cierto que, en los procesos de elaboración
de trabajos, en este proceso de aprendizaje, quien lo lleva a cabo va creciendo
intelectualmente, va enriqueciendo su pensamiento, va, en parte, haciendo
suyas ideas de otros. Y es también cierto que, en estas situaciones, puede no
resultar fácil diferenciar las ideas propias de las ajenas.
Por otro lado, tampoco es recomendable que, como consecuencia de una actitud
extremadamente meticulosa, un trabajo escolar esté plagado de citas, de
entrecomillados, de notas a pie de página. La solución está en tener claro el
criterio de no apropiación. Aparte de las citas específicas, hay otras formas de
declarar la procedencia de las ideas, que conviene recordar.
-Incluir un apartado específico de bibliografía ordenado alfabéticamente.
Incluso cuando no se hayan utilizado apenas fuentes, es bueno adquirir pronto
el hábito y aprender el modo de citarlas.
Son diversos los modos de enumerar la bibliografía y dependen de escuelas y
campos de trabajos. Quizá uno de los más universales sea el estilo de referencias
Harvard, que podríamos reproducir sintéticamente así:
APELLIDO, N. (año) “Título del artículo entrecomillado, si procede”, en
Título de la obra en cursiva. Ciudad de edición, Nombre de la Editorial.
[37]
Si se está consultando una fuente en Internet hay que añadir la fecha de
consulta. Lo que sí es imprescindible es que haya unidad en un trabajo en el
modo de citar, referenciar y enumerar la bibliografía.
Actividades
1. Escoge cinco libros cualesquiera, copia una cita de cada uno de ello y cítalos
con sus correctas referencias. Luego añádelas a una lista de bibliografía.
[38]
8. La revisión del texto
Algo que caracteriza al buen escritor frente al escritor poco competente es que el
primero revisa a fondo sus producciones.
8.1. ¿Cuándo revisar?
En realidad, revisamos constantemente, a medida que vamos escribiendo,
cuando hemos completado una unidad parcial: frase, párrafo, apartado... Ahora
bien, una vez que se tiene un plan de texto relativamente sólido, no es
recomendable obsesionarse permanentemente con la revisión. Lo que está
comprobado que hace la mayor parte de los escritores competentes es
desarrollar su texto, redactar sin demasiado preocupación por la forma. Es el
momento de decir lo que se quiere decir, de recoger las ideas. Y, una vez que
esta parte del proceso está cumplida, una vez que estamos seguros de que se ha
formulado el contenido, es cuando conviene empezar con la revisión a fondo.
La justificación de esta forma de proceder es sencilla. Escribir bien exige
atender muchos frentes y, si se pretende resolver simultáneamente todos los
problemas, es probable que el escritor se bloquee. Por lo tanto, es mucho mejor
ir resolviendo problemas parciales, uno a uno.
8.2. ¿Qué revisar?
Si, como se ha dicho en la primera parte, un buen escrito debe atender las
exigencias de corrección, cohesión, coherencia y adecuación, la revisión tendrá
que tener en cuenta estas propiedades para detectar posibles deficiencias y
solucionarlas.
El error más habitual de revisión suele ser centrarse exclusivamente en
cuestiones de corrección ortográfica y morfosintáctica. Hay que tener en cuenta
que, en el proceso de elaboración del borrador, solemos escribir deprisa, porque
nos interesa atrapar el contenido, que es en ese momento nuestra principal
preocupación. Por ello es fácil cometer errores de cohesión: repeticiones
innecesarias, pérdida del referente, ausencia de conectores. Incluso es posible
[39]
que haya saltos, elipsis que puedan convertir el texto en incoherente para la
mayor parte de los posibles lectores.
Por otro lado, tiene una gran importancia la revisión tomando como criterio las
exigencias del género textual seleccionado y, en general, las derivadas de las
circunstancias sociocomunicativas en las que el texto se va a insertar: papel que
se asume, tipo de receptor y relación que se tiene con él, intención
comunicativa...
8.3. Algunas herramientas que facilitan la revisión del texto
Además de las meras consignas del profesor, es muy útil contar con una rúbrica
que refleje que aspectos tendrá en cuenta el docente a la hora de evaluar el texto
final.
Contar con una rúbrica permite focalizar la observación del escrito, encontrar
más fácilmente los defectos. Puede tratarse de guías de carácter general, válidas
para cualquier texto, o bien guías específicamente pensadas para un tipo de
trabajo dado. En cualquier caso, contar con una plantilla será siempre
recomendable, por muy sencilla que sea.
8.4. ¿Qué hacer después de la revisión?
La revisión no es un acto simple que se inicia y se termina cuando se aplican las
decisiones oportunas. Su auténtica rentabilidad surge cuando se aplica de modo
sistemático y recursivo, hasta que el producto resulta satisfactorio. Es decir, la
revisión nos puede llevar a modificaciones superficiales, de carácter ortográfico
o léxico, por ejemplo. Pero también nos puede conducir a desarrollar más un
apartado, lo cual quizá exija una nueva búsqueda de ideas y, tal vez, una
reestructuración del plan inicial. Obviamente, una vez que se apliquen estas
decisiones, tendremos que volver a revisar, y revisar..., hasta que estemos
plenamente satisfechos.
[40]
Reglas de presentación para TODOS los textos escritos
Para facilitar el trabajo a alumnos y profesores, todos los cursos de secundaria
adoptarán (a no ser que se diga explícitamente lo contrario) las siguientes reglas
de presentación:
-Tipografía: Times New Roman (tamaño: 12; interlineado: 1,5)
-La primera página se reservará para la portada del trabajo, que deberá
presentar los siguientes apartados: título del trabajo, nombre y apellidos del
autor, asignatura.
-El trabajo se entregará impreso (si es posible a doble cara). Los folios deberán
estar grapados o encuadernados.
[41]
SEGUNDA PARTE: Conocimientos propios de 3º ESO
1. El texto expositivo
Consiste en aportar información o un conocimiento global sobre un tema, de
forma ordenada y precisa. El texto expositivo, por tanto, tiene una intención
didáctica. Por ello, pretende ser objetivo y claro, siendo consciente de que su
público puede no ser experto en lo expuesto.
Aunque no son procedimientos exclusivos del texto expositivo, en él abundan
las definiciones, clasificaciones, comparaciones, ejemplificaciones y
descripciones.
Características
- Objetividad: nunca aparece la opinión del autor. Por eso, se utilizan
oraciones enunciativas con el verbo en tercera persona y en modo
indicativo.
- Claridad: el texto deber ser comprensible para el destinatario. De ahí
que exista una presentación ordenada de las ideas, un léxico preciso y
variado (tecnicismos o palabras específicas de una determinada ciencia
u oficio) y una sintaxis correcta.
- Documentación: se recurre a ejemplos, datos, cifras y esquemas, y
biografía para subrayar la claridad y la intención de instruir al lector.
Clasificación
En función del contenido que presentan y del tipo de público al que se dirigen,
distinguimos dos tipos de textos expositivos:
Contenido Público
Exposición divulgativa
Información clara y objetiva sobre un tema de interés
general
Público amplio y no especializado
Exposición
especializada
Información científica
o técnica
Público minoritario
con conocimientos previos sobre tema
[42]
Estructura
Los textos expositivos presentan tres partes bien diferenciadas, para que la
información resulte coherente y clara:
-Introducción: presentación del tema.
-Desarrollo: aportación de datos para explicar el tema. Es la parte más
extensa.
-Conclusión: síntesis de las ideas expuestas en el desarrollo.
Actividad
1. Deberás realizar un trabajo de investigación relacionado con las materias
que se estudian en el colegio. Lo notificarán al profesor, que les dará la
aprobación o reorientará el enfoque.
Céntrate en especial en darle una correcta estructura. Para ello dibújala en un
borrador, añadiendo en cada parte las ideas principales que vas a redactar en
ellas. Habrás de entregar también este borrador.
Aprovecha que en tu cabeza está clara la estructura que vas a seguir para
añadir los conectores pertinentes. Si no recuerdas los tipos de conectores y
para qué sirve cada uno échales un vistazo en el punto 3 de la primera parte.
(Extensión: 5-10 caras).
2. Realiza un texto expositivo sobre un tema de tu interés –cuanto más cómodo
te sientas en él más fácil te resultará–. El tema puede ser desde la expansión
del inglés a través de la red hasta los videojuegos de rol: trata de encontrar uno
de tu interés. Presta atención a la coherencia y cohesión del texto. Fíjate en la
estructura y une las distintas ideas con los conectores apropiados. Intenta que
haya al menos un conector aditivo, otro de causa/consecuencia y otro de
contraste. De nuevo, trabaja con un borrador en el que distingas las partes y
las ideas principales que vas a exponer en cada una; entrega el borrador junto
a tu redacción (Extensión 500-750 palabras).
[43]
2. La narración literaria
Los textos literarios tienen una función estética, que queda patente en el uso del
lenguaje y en el empleo de figuras literarias. Uno de los principales géneros
literarios es la narración, que está especialmente centrado en contar historias.
Tanto en la novela como el cuento, principales subgéneros del género narrativo,
tienen un objetivo principal: hacer “avanzar” la historia. Esto es, crear la
sensación en el lector de que determinados acontecimientos se suceden en el
tiempo. Sin embargo, si un relato solo tuviera acción, las historias quedarían a
medio dibujar. Es necesaria también la descripción, que pretende “dibujar”
personajes, ambientes, lugares. Con la incorporación de pasajes descriptivos
conseguimos que la historia gane en verosimilitud.
Los textos narrativos están formados por los siguientes elementos: el narrador,
los acontecimientos, los personajes y el espacio y el tiempo.
[44]
3. La descripción
Tradicionalmente se ha definido la descripción como “la pintura hecha con
palabras”. No cabe duda, que en un descripción se muestra cómo es una
determinada realidad: el ambiente de una celebración, una personaje, un
paisaje, un edificio, un lugar, un objeto…
Sin embargo, nos vamos a encontrar con diversos tipos de descripciones según:
- El objeto o asunto descrito:
-Una persona: la podemos describir según sus rasgos físicos (prosopografía);
sus cualidades psicológicas y morales (etopeya); sus rasgos físicos y
psicológicos (retrato); o según sus rasgos físicos y/o morales de forma
exagerada, hasta ridiculizarlos (caricatura).
-Un animal
-Un objeto
-Un proceso temporal (cronografía)
-Un paisaje (topografía)
- El tiempo
- Descripción estática: la realidad se describe inmovilizada, como si estuviera
fuera del paso del tiempo. El autor describe lo que ve desde un sitio, de
manera estática, como si no sufriera el paso del tiempo.
- Descripción dinámica: el objeto descrito o la voz descriptora están
sometidos al paso del tiempo. Se describe una realidad en movimiento, que
está sujeta al transcurso del tiempo: los rasgos descritos varían, se mueven y
se transforman, la luz incide sobre ellos de manera distinta o al menos de
manera distinta es la percepción de quien describe.
- La intención del autor
Teniendo en cuenta estas dos características diferenciaremos una descripción
objetiva de una descripción subjetiva.
Descripción objetiva Descripción subjetiva
Da una imagen
real de lo descrito
Interpreta la realidad
[45]
Tiende a ser exhaustiva, es decir, que no
deja ningún aspecto sin tratar
Implica la selección de aquellos datos
que el autor quiere destacar
Sus elementos están ordenados (por
ejemplo: definición, estructura, utilidad…;
de arriba abajo; desde fuera hacia
adentro)
El orden es algo más libre
Suele estar escrito en tercera persona Se describe en tercera y también en
primera persona
El léxico es denotativo, tiene un
significado inequívoco, y no hay espacio
para las valoraciones y las opiniones. Esto
afecta especialmente a los adjetivos, que
serán de carácter descriptivo.
El léxico es connotativo, es decir,
cargado de valoraciones. Esto afecta
especialmente a los adjetivos.
Aparecen verbos que significan estado
(estar, existir, presentar…)
Junto a los verbos que significan estado,
aparecen verbos de percepción (oír,
ver, notar, percibir…)
El tiempo verbal más frecuente es el
presente de indicativo
El tiempo verbal predominante es el
presente o el pretérito imperfecto de
indicativo
Predominan oraciones enunciativas Se utilizan figuras literarias.
Principalmente el símil, la personificación
y la metáfora
Los rasgos lingüísticos que predominan en una descripción son los siguientes:
-Predomina el sintagma nominal sobre el verbal.
-Abundan los adjetivos, aposiciones, complementos preposicionales y
subordinadas adjetivas.
-Se emplean enumeraciones.
-Aparecen más oraciones copulativas que en otros tipos de texto.
-Los tiempos más usados son el pretérito imperfecto y el presente.
-Las frases suelen ser breves, y la sintaxis, sencilla.
-Son frecuentes las oraciones coordinadas y las yuxtapuestas.
[46]
Actividades
1. Identifica los rasgos propios de la
descripción objetiva que se dan en el
texto sobre la catedral de Oviedo.
2. Indica qué elementos aportan
subjetividad al texto de Leopoldo Alas,
«Clarín».
3. Descripción de un lugar.
Selecciona una imagen de un paisaje o
lugar que aparezca en el libro de
lengua e intenta hacer una descripción
subjetiva.
Con la misma imagen realiza después
una descripción objetiva.
Extensión: 300-350 palabras cada una
de las descripciones.
4. Realiza una descripción estática del
elemento que quieras: un libro, una
habitación, una calle, la ciudad…
Somete ese objeto al paso del tiempo
para realizar una descripción dinámica
Extensión: 200-300 palabras.
5. Escribe un relato en la que intentes
jugar al máximo con las posibilidades
que ofrece el tiempo en la narración:
desorden, anticipaciones, elipsis,
sumarios, etc. Extensión: 1-3 caras.
[47]
6. Escribe un relato en la que intentes jugar al máximo con las posibilidades
que ofrece el espacio en la narración: confusiones, superposiciones,
paralelismos, etc. Extensión: 1-3 caras.
7. Escribe un relato corto. Para ello deberá predominar la narración, aunque
incluyendo algunos pasajes descriptivos que sirvan para contextualizar el
ambiente y los personajes. Intenta sacar el máximo juego de todos los
elementos estudiados, aprende a jugar con ellos: ¿qué gano si empiezo la
narración por el final?, ¿cuál es la relación entre cada uno de mis personajes?,
¿qué consigo con un narrador en primera o tercera persona?... (Extensión: 10-
20 caras).
CONCURSOS LITERARIOS A LOS QUE PODÉIS PRESENTAROS - Concurso literario para jóvenes (Ayuntamiento de Pamplona)
Dos modalidades: Poesía y Narración breve (2 folios mínimo y 5 de máximo,
mecanografiados por una sola cara y a doble espacio).
- Certamen literario (El Vedat)
Categoría general. Extensión: 3 a 5 caras.
[48]
3. El texto argumentativo
El texto argumentativo es aquel en el que el emisor trata de convencer al
receptor de una tesis que defiende a lo largo del texto. Para ello se recurre a
ejemplos reales, datos objetivos y hechos científicos, experiencias personales y
colectivas, estadísticas, citas de autoridad, etc.
Las estructuras empleadas son múltiples, aunque de nuevo lo más común es una
estructura deductiva o inductiva o sus derivados. Recordemos:
- Deductivo: se parte de la tesis y se van desgranando los argumentos que se deducen
de la afirmación.
- Inductivo: se parte de los argumentos, cuya suma llevan a inducir una tesis
ineludible.
- Si combinamos las dos y abrimos y concluimos con la tesis obtendremos un texto
con una estructura de marco: tesis – argumentos – conclusión (tesis).
- Otra opción es inducir de cada argumento la tesis, con lo que aparecerá varias veces a
lo largo del texto y quedará más reforzada. Llamamos a esta estructura reiterativa.
Desde el punto de vista lingüístico el texto argumentativo presenta:
- Párrafos amplios.
- Predominio de la oración compuesta (causales, consecutivas, temporales, etc.).
- El tiempo más utilizado es el presente, pues es más intemporal y sentencioso:
Sin cultura el ser humano no es humano.
- Aparecen conjunciones que no enlazan oraciones sino párrafos (en primer lugar,
no obstante, sin embargo, por tanto, es decir, desde otro punto de vista, en
conclusión, etc.).
- Si el tema lo requiere, el léxico es técnico.
- Pueden aparecer interrogaciones retóricas y exclamaciones.
Actividad
1. Deberás crear un blog personal en el que cada semana incluirás una breve reflexión ensayística de tema libre. En clase leeremos algunos de ellos. Recuerda que el blog tiene sus propias normas de estilo y que una entrada demasiado larga raras veces es leída, por ello intenta mantenerte entre las 500 y 1000. Intenta emplear los marcadores discursivos oportunos. Intenta emplear los recursos que han sido mencionados en clase. Procura que los temas sean de tu interés, que sea algo de lo que disfrutes hablado con tus amigos, pues te resultará mucho más ameno escribir. Solo por si no se te ocurre ninguno aquí te damos alguna idea general en la que puedes
[49]
profundizar hasta encontrar tu tema (recuerda que tu postura puede ser tanto a favor como en contra):
- La moda de los youtubers - El calentamiento global - La violencia en los videojuegos - La inmigración - La crisis del Ébola en África y las repatriaciones - El homeschooling - Son necesarias las humanidades en el siglo XXI - Por qué o por qué no trabajar desde casa - La privacidad en las redes sociales y similares: facebook, twitter, instagram… - Extremistas islámicos - El español como lengua global: ¿se empobrece o se enriquece? - El abuso del alcohol - Animales en peligro de extinción - Uso de centrales nucleares - Ventajas y desventajas de una moneda común - Las performances y los happening como arte - El futuro del arte en el siglo XXI - La sobresaturación de información en Internet - …
2. Escribe un texto argumentativo de tema libre o sobre alguno de los temas del
ejercicio anterior con las siguientes pautas: - Su estructura ha de ser deductiva - Ha de tener al menos dos conectores (¡no conjunciones!), dos de ejemplo o explicación y tres de orden. - Ha de tener al menos una cita de autoridad
3. Escribe un texto argumentativo de tema libre o sobre alguno de los temas del ejercicio 1 con las siguientes pautas:
- Su estructura ha de ser inductiva - Ha de tener al menos tres conectores aditivos - Ha de incluir al menos una de estas figuras: ironía, hipérbole o metáfora
4. Escribe un texto argumentativo de tema libre o sobre alguno de los temas propuestos en el ejercicio 1 con las siguientes pautas:
- Su estructura ha de ser reiterativa - Usa al menos 4 conectores, de los cuales uno al menos ha de ser de contraste. - Ha de tener al menos una cita de autoridad, y que suene natural, no se trata de incrustar citas solo por incluirlas.
5. Escribe un texto argumentativo de tema libre y elige la estructura que mejor encaje para el propósito del texto que, como en todo texto argumentativo, será el de convencer a tus lectores de que tu punto de vista es el más acertado. Además sigue las siguientes pautas:
- El texto ha de incluir una cita de una autoridad en el tema - Ha de incluir al menos una metáfora y una hipérbole