el sentido de la historia a la luz de la fe - documento completo

84
Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe , EL SENTIDO DE LA HISTORIA A LA LUZ DE LA FE Catequesis inicio curso 2013 PREFACIO El porqué de esta catequesis: 1 En la catequesis del año pasado, al comienzo del Año de la fe convocado por el Papa Benedicto XVI en el 50° aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, hablamos de los distintos movimientos: bíblico, litúrgico y patrístico que prepararon durante los siglos anteriores la reforma y la renovación del Concilio Vaticano II. Gracias al Concilio Vaticano II y a los Papas que han promovido su actuación, el Camino Neocatecumenal ha podido nacer y difundirse llevando la renovación del Concilio a las parroquias de muchas naciones, y a nuestra vida. A lo largo de esta catequesis, vista la importancia por conocer la Historia al fin de comprender los grandes eventos como el Concilio Vaticano II, he pensado preparar una catequesis sobre el "Sentido de la Historia a la luz de la fe", al finalizar el Año de la Fe. El Papa Juan Pablo II en 1991, en la jornada mundial en Czestochowa, delante del Santuario Mariano de Jasna Gora, después de la caída del muro de Berlín, que permitió a los jóvenes de la Iglesia perseguida de los países del Este el primer encuentro con los jóvenes de la Iglesia de Occidente, afirmó que la memoria tiene una importancia fundamental para el Cristiano: "No os olvidéis de las maravillas de Dios (cf. Sal 78, 7). Cuidad de no olvidaros del Señor (Dt 6, 12). El hombre está delante de Dios, permanece en su presencia mediante la acción de recordar. De tal modo, conserva las palabras y las maravillas de Dios, meditándolas en su corazón como María de Nazaret." Este Año de la fe ha sido marcado por muchas tribulaciones dentro de la Iglesia y por un hecho histórico: la renuncia del Papa Benedicto. El Papa Benedicto, en el último encuentro con los Párrocos y los Sacerdotes de la diócesis de Roma, quiso subrayar, como si de un testamento se tratara, la urgencia de llevar adelante la realización del Concilio Vaticano II. "Nuestra tarea, -dijo- precisamente en este "Año de la fe", es la de trabajar para que el verdadero Concilio, con la fuerza del Espíritu Santo, se realice y la Iglesia se renueve realmente. Confiemos en que el Señor nos ayude. Yo, retirado en mi oración, estaré siempre con vosotros, y juntos avanzamos con el Señor, con esta certeza: El Señor vence. Gracias." El Señor ha donado a la Iglesia al Papa Francisco, que desde el primer momento ha manifestado querer llevar adelante la renovación del Concilio Vaticano II. En cuanto cristianos, estamos llamados a tener una mirada profética que sepa interpretar la realidad de nuestro tiempo. Por eso hemos pensado que una catequesis sobre el "Sentido de la Historia a la luz de la Fe" nos pueda ayudar en esta misión. Al igual que los años anteriores, también este año quiero recordar que esta catequesis no pretende ser un tratado, ni un estudio exhaustivo del tema, sino que quiere presentar solamente algunos aspectos que nos puedan iluminar y estimular para una ulterior profundización.

Upload: felipegomescasseres

Post on 21-Oct-2015

33 views

Category:

Documents


5 download

TRANSCRIPT

Page 1: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe ,

EL SENTIDO DE LA HISTORIA A LA LUZ DE LA FE

Catequesis inicio curso 2013

PREFACIO

El porqué de esta catequesis: 1

En la catequesis del año pasado, al comienzo del Año de la fe convocado por el Papa Benedicto XVI en el 50° aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, hablamos de los distintos movimientos: bíblico, litúrgico y patrístico que prepararon durante los siglos anteriores la reforma y la renovación del Concilio Vaticano II. Gracias al Concilio Vaticano II y a los Papas que han promovido su actuación, el Camino Neocatecumenal ha podido nacer y difundirse llevando la renovación del Concilio a las parroquias de muchas naciones, y a nuestra vida. A lo largo de esta catequesis, vista la importancia por conocer la Historia al fin de comprender los grandes eventos como el Concilio Vaticano II, he pensado preparar una catequesis sobre el "Sentido de la Historia a la luz de la fe", al finalizar el Año de la Fe.

El Papa Juan Pablo II en 1991, en la jornada mundial en Czestochowa, delante del Santuario Mariano de Jasna Gora, después de la caída del muro de Berlín, que permitió a los jóvenes de la Iglesia perseguida de los países del Este el primer encuentro con los jóvenes de la Iglesia de Occidente, afirmó que la memoria tiene una importancia fundamental para el Cristiano:

"No os olvidéis de las maravillas de Dios (cf. Sal 78, 7). Cuidad de no olvidaros del Señor (Dt 6, 12). El hombre está delante de Dios, permanece en su presencia mediante la acción de recordar. De tal modo, conserva las palabras y las maravillas de Dios, meditándolas en su corazón como María de Nazaret."

Este Año de la fe ha sido marcado por muchas tribulaciones dentro de la Iglesia y por un hecho histórico: la renuncia del Papa Benedicto.El Papa Benedicto, en el último encuentro con los Párrocos y los Sacerdotes de la diócesis de Roma, quiso subrayar, como si de un testamento se tratara, la urgencia de llevar adelante la realización del Concilio Vaticano II.

"Nuestra tarea, -dijo- precisamente en este "Año de la fe", es la de trabajar para que el verdadero Concilio, con la fuerza del Espíritu Santo, se realice y la Iglesia se renueve realmente. Confiemos en que el Señor nos ayude. Yo, retirado en mi oración, estaré siempre con vosotros, y juntos avanzamos con el Señor, con esta certeza: El Señor vence. Gracias."

El Señor ha donado a la Iglesia al Papa Francisco, que desde el primer momento ha manifestado querer llevar adelante la renovación del Concilio Vaticano II.

En cuanto cristianos, estamos llamados a tener una mirada profética que sepa interpretar la realidad de nuestro tiempo. Por eso hemos pensado que una catequesis sobre el "Sentido de la Historia a la luz de la Fe" nos pueda ayudar en esta misión.

Al igual que los años anteriores, también este año quiero recordar que esta catequesis no pretende ser un tratado, ni un estudio exhaustivo del tema, sino que quiere presentar solamente algunos aspectos que nos puedan iluminar y estimular para una ulterior profundización.

La Revelación como Historia de salvación2

1 Con el fin de facilitar la lectura del texto, señalo que los párrafos sin sangría manifiestan algunas de mis observaciones personales, mientras que los textos con sangría son citas de autores diversos.2 FRANCISCO, Mente abierta, corazón creyente, Editorial claretiana, Madrid 2012, desde la página 105 a 108.

Page 2: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

2

El Papa Francisco, cuando era arzobispo de Buenos Aires, predicando una tanda de ejercicios espirituales, habló de la "Revelación como Historia de la salvación":

Nunca podremos explicarnos totalmente el misterioso designio de Dios, quien quiso manifestarse a lo largo de la historia. Un largo Camino en el cual los hombres fueron aprendiendo como niños con su padre, a encontrarse con el rostro de Dios. Cada revelación del Señor no era parcial: en sí misma, misteriosamente, contenía la totalidad del misterio de su designio salvífico... pero los hombres fuimos comprendiendo de a poco, parcialmente, debido a la dureza de nuestro corazón, la totalidad del misterio de Dios en Cristo.

Lo mismo sucede en nuestra historia personal: el Señor se revela "históricamente", en el insondable misterio de una persona que busca a Dios, se deja buscar por él, que lo rechaza, le huye... es decir, en el misterio histórico de nuestro andar en gracia y pecado.

El Señor "en muchas ocasiones y de diversas maneras" (Heb 1,1) se ha manifestado a los hombres. A lo largo de toda esa historia "el Señor continua manifestándose" (1 Sa 3,21).

Esta misma historia de la salvación tiene vigencia para nuestra actual vida cristiana, para nuestra pequeña-gran historia,3 "El aprender a releer nuestra vida según los hitos de la historia de salvación, nos ayudará a descubrir la revelación que se da en el anuncio evangélico que hemos recibido. Toda la manifestación de Dios apunta, siempre, a la epifanía de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

Decía más arriba que nuestra vida, si quiere entrar en la manifestación de Dios, ha de insertarse en esta historia y, más aún, ser releída a la luz de los hitos de esta historia. Allí alcanzará su total explicación y su máxima significación: todo es nuestro, es verdad, pero "nosotros de Cristo y Cristo de Dios".

San Ignacio, al final de los ejercicios, nos propone "traer a la memoria los beneficios recibidos de creación, redención y dones particulares, ponderando con mucho afecto cuánto ha hecho Dios nuestro Señor por mí y cuánto me ha dado de lo que tiene, y consecuentemente el mismo Señor desea dárseme en cuanto puede según su ordenación divina (EE 234). Es un trabajo de rastrear las huellas de Dios en mi vida, de ese Dios que quiere dárseme finalmente como herencia, que es mi herencia. Siguiendo el consejo de san Ignacio, podremos terminar la oración contemplando a Jesucristo, el Señor, a quien apuntaba toda la manifestación de la promesa, y —bajo la ternura de su mirada- releer nuestra vida, releer la vida de esta institución, sus vaivenes, dificultades, alegrías. 4

INTRODUCCIÓN

Para profundizar en el sentido de la Historia a la luz de la fe, utilizaré algunos escritos de algunos de los más famosos teólogos e historiadores de la Iglesia.

Trataremos algunos argumentos:

I: Del "no sentido de la Historia" en la antigua cultura greca y en las grandes religiones orientales.

3 "Y así se nos hace más firme la palabra de los profetas, a la cual hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el día y se levante en vuestros corazones el lucero de la mañana." (2Pe 1,19)4 Siguiendo el Deuteronomio (8,2-6): "Acuérdate de todo el camino que el Señor tu Dios te ha hecho andar durante estos cuarenta años en el desierto para humillarte, probarte y conocer lo que había en tu corazón: si ibas o no a guardar sus mandamientos. Te humilló, te hizo pasar hambre... No se gastó el vestido que llevabas ni se hincharon tus pies a lo largo de esos cuarenta años. Date cuenta, pues, de que Yahveh tu Dios te corregía como un hombre corrige a su hijo, y guarda los mandamientos de Yahveh tu Dios siguiendo sus caminos y temiéndole." Ibid, op. cit.

Page 3: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso ---- 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

3

II:Del "auténtico sentido de la Historia" iniciado con la irrupción de Dios en nuestra Historia humana: en la Revelación al pueblo de Israel, y en plenitud en la Encarnación del Hijo de Dios, Jesucristo, y en la Iglesia que continua la misión de Jesucristo en el tiempo, hasta su llegada.

III:Hablaremos de la "pérdida del sentido de la Historia a la luz de la fe" en la Iglesia, y de su progresiva secularización al pasar de una perspectiva trascendente a una perspectiva únicamente terrena.

IV:Luego hablaremos de las consecuencias negativas de esta "pérdida" para la vida cristiana. Propondremos algunos ejemplos.

V:Veremos también la "recuperación del sentido de la Historia a la luz de la fe" que se actuó en el Concilio Vaticano II.

VI:Después, en una especie de "Excursus Histórico" intentaré exponer, a vuelo de pájaro, algunas de las principales intervenciones del Espíritu Santo en la Historia de la Iglesia, que siempre la purifica y renueva para responder a los distintos desafíos del tiempo.

VII:Al final, después de una breve referencia a la recuperación del sentido de Historia en el Camino Neocatecumenal, gracias a una iniciación gradual y progresiva a la Fe, hablaremos de los Últimos tiempos (Apocalipsis) y del retorno del Señor en la Gloria (Parusía) precedido por el Juicio universal y seguido por la participación de los elegidos a la Gloria de Dios (la Jerusalén celeste).

Dada la multiplicidad de los argumentos y la escasez de tiempo tanto de preparación como de exposición, pido venia por las numerosas y grandes lagunas, que podrán ser colmadas por aquellos que tengan interés en hacerlo. Como siempre queda a disposición el texto escrito que se puede pedir en el Centro Neocatecumenal.

EL "NO SENTIDO DE LA HISTORIA" EN LA ANTIGÜEDAD

El mundo griego.

El Cardenal Jean Daniélou (1905-19749, uno de los más grandes teólogos del siglo pasado, en un libro suyo: "El Misterio de la Historia",5 escribe:

Las grandes religiones6 no cristianas afirman la existencia de un mundo eterno que se opone al mundo del tiempo. Estas ignoran el hecho de una irrupción del eterno en el tiempo, que viene a darle consistencia y a transformarlo en historia.

Eso es cierto para las antiguas doctrinas de Grecia, ya sea que se trate del mundo platónico de las ideas, ya del eterno retorno de los estoicos. Pero aquí haré referencia preferiblemente a las religiones vivas en la actualidad.

Le he pedido a un hermano, profesor de filosofía, unas aclaraciones sobre estos pocos párrafos de Daniélou, acerca del concepto de "Tiempo" en la cultura griega.

"Los Griegos no tienen el sentido de la historicidad en sentido moderno: eso está vinculado a la noción de tiempo. En efecto, el mundo griego piensa el tiempo como orden mensurable del movimiento. Así, para Platón el tiempo no es otra cosa sino la "imagen móvil de lo eterno", es decir, ti tiempo con su sucesión ordenada de días, meses, años, reproduce, en forma de mutación, el orden inmutable de la eternidad, que es lo que cuenta al fin y al cabo y tiene un valor paradigmático.

Relacionado con esta concepción es el concepto cíclico del mundo y de la vida del hombre (metempsicosis). El tiempo se mide por los movimientos de los astros, este nació con el cielo y, por eso, antes de la plasmación del mundo no existía tiempo alguno. Es lo eterno el paradigma inmutable del tiempo. También Aristóteles, aunque dé una

5 JEAN DANIÉLOU, El misterio de la Historia, ediciones Dinor, San Sebastián 1957.6 Ibid, p. 140.

Page 4: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

4

definición del tiempo como "número de la mutación según el antes y el después" mira siempre al eterno: el tiempo atañe a las realidades corruptibles, caracterizadas justamente por el movimiento.

Por tanto, los griegos, podríamos decir, no tuvieron un sentido preciso de la historia, la idea de progreso no les fue familiar, su visión de la historia era cíclica". 7

Las religiones primitivas:

En cuanto a las religiones primitivas, Mircea Eliade 8 subrayó "su insurrección en contra del tiempo concreto, su nostalgia de un retorno periódico al tiempo místico de los orígenes". La finalidad de los ritos religiosos es precisamente la de sustraerse a la degradación del tiempo profano, participando de la eternidad del tiempo primordial. Estos, pues, constituyen "una abolición del tiempo a través de la imitación de los arquetipos, y la repetición de los gestos paradigmáticos. Un sacrificio no solo reproduce exactamente el sacrificio inicial de un dios desde los orígenes, sino que se realiza en ese mismo momento mítico primordial".

De ahí que el evento en sí mismo no puede tener ninguna realidad y que la Historia no puede aportar nada válido. Es real solamente lo que se repite: "La realidad se adquiere sólo por repetición o por participación; todo lo que no tiene un modelo ejemplar está privado de sentido, es decir, carece de realidad". El logro de esta realidad consiste precisamente en la abolición del tiempo profano. "Ningún evento es irreversible, ninguna transformación es definitiva".

Las religiones de la India

En las religiones - mejor dicho, en las filosofías de la India - la devaluación del, tiempo es aún más acentuada, ya que se hable de las yugas (las cuatro eras cósmicas fue se persiguen cíclicamente, y volviendo siempre sobre sí mismas destruyen la irreversibilidad del tiempo), ya que se hable de la reencarnación, en la que el individuo, condenado a extinguir su karma (las consecuencias de las acciones cumplidas en la vida anterior), desea salir de la Historia para alcanzar el mokschia (la salvación), al igual que una gota que se pierde en el océano.

En este sentido la existencia del individuo es precaria, evanescente, ilusoria. "La Historia se manifiesta efímera y, en un cierto sentido, irreal. La existencia en el tiempo es, antológicamente, una inexistencia".

Resulta así que el problema ya no es, "como en las religiones primitivas, intentar regenerar el tiempo profano en las fuentes del tiempo primordial, sino salirse más bien del tiempo", de la Historia. La técnica hindú del yoga, así como las distintas formas de ascesis, no se conciben como instrumentos de perfección moral, sino como intentos de salirse del tiempo, a través de la toma de conciencia de su propia irrealidad y a través de un esfuerzo efectivo de éxtasis fuera del tiempo.

También aquí se trata de una perspectiva totalmente contraria a la que propone la revelación bíblica.

El Islam

Resulta aún más raro que las cosas estén de esta guisa también para el Islam que, de alguna manera, se relaciona con la revelación bíblica. Sin embargo es un hecho - y esto subraya muy bien el carácter regresivo que lo caracteriza.

Contribución a la catequesis de Don Pietro Gervasio, Profesor de Filosofía.8 MIRCEA ELIADE, (historiador de las Religiones y escritor rumano, 1907-1986), Le mythe de l'eternel retour, p. 11.

Page 5: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

5

En un artículo notable, Joakim Moubarac, ha demostrado que el concepto esencial del Islam era el del monoteísmo primitivo siempre en vías de corromperse y que profetas sucesivos, Abraham, Jesús, Mahoma, restituyen a su pureza originaria.

Aquí también el tiempo es pura degradación y se trata siempre de un retorno a una perfección primitiva. La consecuencia de eso es lo que Massignon 9 ha llamado instantaneismo: "el pensamiento musulmán ignora la duración continua y conoce solamente átomos del tiempo, instantes (ánát)".

Este concepto no está desprovisto de una parte de verdad. Este corresponde a un orden de la realidad que es el de la religión natural. Se trata de esa verdad de la cual los distintos paganisrnos conservan las huellas, aunque sea incluso a través de sus deformaciones.1°

EL "SENTIDO DE LA HISTORIA": LA REVELACIÓN

San Pablo en la Carta a los Gálatas escribe:

"Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva." (Ga 4,4)

Nosotros sabemos que este evento, que dará sentido a la Historia, es el fruto de un paciente -trabajo preparatorio de Dios con Su pueblo: Israel.

El Pueblo de Israel: Comienzo de la Historia de la Salvación:

El teólogo Giovanni Ancona, en un libro titulado "La plenitud del tiempo", escribe:' I

"La concepción global hebrea de la Historia comprende el comienzo de todo corno el producto de la actuación creadora de JHWH, el cual es, por consiguiente, el Señor del tiempo. Aquel que posee la vida sin fin, que no se acaba y no cambia, produce el tiempo y con éste todo lo que existe, el mundo.

Este acto creador no es debido a una fatalista necesidad, sino que se debe únicamente a su amor electivo. Con la creación JHWH da el ser al tiempo y califica así el comienzo de la Historia corno comienzo de un camino salvador. En este sentido, la creación manifiesta la vocación a la salvación, de todo lo que JHWH ha querido fuera de sí. Además, el mismo JHWH se hace garante de tal vocación, por el hecho que El se revela corno "el Dios de Israel [que] conduce la Historia de su pueblo y la Historia de los pueblos".

[Muchas veces en la Escritura, cuando Dios se revela, afirma: "Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de vuestros Padres].

Su morada es, pues, la Historia donde ejerce su dominio. Su morada terrena otra cosa no es sino un símbolo de su presencia en todo lugar y en cada momento de la Historia de su pueblo» JHWH, en otras palabras, acompaña a su pueblo y no le hace faltar de ninguna manera su presencia salvadora.

9 Luis Massignon: Orientalista francés, llamado por el Papa Pío XI "católico musulmán", 1883-1962.lo A ellas alude la Carta a los Romanos cuando nos dice que "los invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras" (Rm 1,20). Se trata de la revelación de Dios a través de la repetición del ciclo estacional en la que los Hechos de los Apóstoles nos dan a conocer el testimonio que Dios ha dado a los paganos (1-Ich 14,16).11G. ANCONA, "La pienezza del tempo", Cittadella editrice, Assisi 2011 p.42 ss.(2 «El tiempo es la dimensión fundamental de nuestro mundo y de la vida humana. El primer capítulo del Génesis describe la creación del mundo en siete días, y el marco de la semana no es simplemente un artificio literario que permite organizar mejor la descripción del acto creador. La semana, que en sí misma es también obra del Creador, revela una de las intenciones más fundamentales sobre la creación. Por expresarlo en pocas palabras, el mundo es tiempo, el universo es historia y la primera semana del universo contiene en germen el largo itinerario de nuestro

Page 6: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso —2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

6

Son muchos los textos de la Primera Alianza que atestiguan una lectura de los acontecimientos a la luz de la Fe. Es suficiente recordar los Libros Históricos, los Salmos (algunos de los cuales recuerdan la historia de las intervenciones de Dios para salvar a su pueblo) y los Libros Sapienciales. También los profetas, sobre todo el profeta Isaías, hacen una lectura de los acontecimientos pasados con una proyección hacia el cumplimiento en el futuro.

Entre los muchos textos que nos encontramos, quisiera señalar en el libro del Génesis, la interpretación que hace José de su vida a la luz de la Fe, cuando deja que los hermanos le reconozcan. El dice:

«Dios me ha enviado delante de vosotros a fin de aseguraron remanente en la tierra yconservaros la vida para magna. salvación. Así, pues, no me mandasteis vosotros acá (vendiéndome a los mercaderes egipcios), sino Dios».

"José —afirma Georges Huber, en su libro "El brazo de Dios" del cual hablaré más adelante, no habla como teólogo preocupado por presentar su pensamiento bajo una fórmula precisa, sino que se expresa como hombre de corazón, lleno de amor por los miembros de su familia, y como hombre penetrado hasta la médula de la idea de la trascendencia de Dios y de su soberanía absoluta sobre los hombres y los acontecimientos. Para tranquilizar a. sus hermanos culpables, José afirma el papel preponderante de la Causa primera incluso en el delito: Dios ha permitido el pecado para servirse de él en sus designios de salvación de Israel: ¡Felix culpa!"13

En el Camino, después del segundo escrutinio, estudiamos y celebramos las diversas "Etapas de la Historia de la Salvación" a través de las cuales Dios se ha revelado a su pueblo, preparándolo a la llegada de su Hijo, en quien se cumplirán todas las promesas.

Jesucristo: La plenitud del tiempo:

Giovanni Ancona sigue diciendo: "Sin embargo, el Comienzo [de la Historia de la Salvación empezada con el pueblo de Israel] recibe una iluminación mayor precisamente gracias al evento de Jesucristo, a la experiencia que hacen los discípulos de la plenitud del tiempo ya en acto. La Historia que ellos conocen, en efecto, asume su significado último y acabado precisamente en relación a Cristo Crucificado-Resucitado.

La comunidad de los discípulos de Cristo comprende así que ha sido constituida objeto del favor de Dios Padre (Cf. Ef 1., 3-14), que los ha pre-elegido desde siempre en su Hijo Jesús por un puro y eficaz acto de gracia.

El conjunto de los . testigos del Resucitado comprenden que han sido constituidos en una nueva comunidad, que adquiere consistencia sólo por la acción de Dios en Cristo y por la potencia del Espíritu de la resurrección, y que sólo Dios es el motivo por el cual se sienten queridos, amados y elegidos para siempre.14

Surge de ahí su confesión de fe acerca del origen creatural de la humanidad entera de Dios, el reconocimiento de que cuanto existe ha sido querido por Dios desde siempre, ya "antes de la creación del mundo" (Ef 1, 4) y que el futuro está en sus manos.

Dios, efectivamente, realiza en la plenitud del tiempo lo que desde siempre quiso y amó para ellos. En definitiva, en el horizonte del evento de la Pascua, los creyentes en Cristo

mundo, así como aquel, mucho más breve, de cada uno de sus habitantes» (J.L. SKA, L'esperienza del tempo nel libro della Genesi, en L. DAN [ed.], 11 tempo nella Bibbia, AdP, Roma 2009, pp. 39-40).13 GEORGES HUBER, El brazo de Dios, p.32ss (Internet); Dio é Signore della Storia, Ed. Massimo, Milano, 1982; GEORGES HUBER, Le bras de Dieu, Libr. Téqui, 82 Rue Bonaparte, 75006 Paris, p. 73 ss.I4 «En la elección de la comunidad se encuentra incluido objetivamente cada individuo. La comunidad, en efecto, no constituye una realidad abstracta, impersonal, corno si fuera una especia de superestructura "mítica", sino que la comunidad es una realidad sumamente personal y no vive al margen de las personas que la componen y que la hacen visible en la historia» (Ibid, p. 43, Nota 3).

Page 7: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la be

7

llegan a entender que el misterio de la llamada a la salvación desde el comienzo, no está dirigido a un único pueblo solamente, el de la Antigua Alianza, sino que es para todos; y lo es precisamente a través de la experiencia de Israel. La llamada salvadora, pues, para todos los pueblos de la tierra y todos están destinados a la plenitud de vida en Cristo Jesús.

La Iglesia: continuación de la obra de Cristo en el tiempo

Jesucristo antes de subir al cielo, transmite su poder a los apóstoles, unidos a Pedro, como signo de unidad y de comunión, y el día de Pentecostés, glorioso, desde el cielo, sentado a la derecha del Padre, envía al Espíritu Santo sobre los apóstoles reunidos en el cenáculo entorno a la Virgen María. Es el nacimiento de la Iglesia que, como Cuerpo de Cristo, animada por el Espíritu Santo, continúa en el tiempo la acción de Jesucristo mediante el Anuncio y la Escucha de la Palabra y la Celebración de la Eucaristía.

Los Hechos de los Apóstoles nos describen la vida de la primera comunidad cristiana: -Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones" (Hch 2,42ss). "La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos (Hch 4,32).

Encontramos aquí el eco y el inicio de la realización de la Palabra del Señor:

'Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.»'' (In 13,34).

"Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mi." Jn 17,22).

Estas palabras del Señor sobre el Amor mutuo y la Unidad, serán el tesoro precioso que la Iglesia intentará mantener vivo a lo largo de los siglos, hasta llegar a nuestros días, aunque sea de distintas maneras según las épocas, gracias a la presencia y a la obra del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo: el Agente trascendente en la Historia

El Padre Yves Congar, uno de los grandes padres del Concilio Vaticano 11, en un escrito 'sobre la Historia de la Iglesia, habla del Espíritu Santo, de Su presencia y acción constante en la Iglesia: 15

-El Espíritu Santo es el agente transcendente de todo lo que en la Historia se refiere a Dios. Hemos de reflexionar sobre el hecho de que Dios no realiza su diseño por medio de una sola misión, la del Verbo que se ha encarnado, sino que a esta se añade una segunda misión, la del Espíritu: a la Encarnación Redentora le sigue Pentecostés. La palabra que, quizás, caracteriza mejor al Espíritu de Pentecostés es "el Prometido", aquel que es -antes", aquel del cual recibimos nosotros la garantía, las arras, cuya plenitud está siempre más allá.

El Espíritu tiene en sí mismo algo de misterioso: revela su existencia por medio de sus efectos, pero no se revela a sí mismo, por lo que es difícil hablar de él.

El Espíritu Santo es el principio que realiza estas cosas específicas en el tiempo de la Iglesia, que puede caracterizarse como un tiempo sacramental en el que se unen, en un memorial activo celebrado día tras día, el pasado de la Palabra y de la Redención, su futuro escatológico y su presente de gracia. El Espíritu Santo habita en los justos, amigos de Dios, y en la Iglesia de Cristo, su Esposa.

15YVES CONGAR, Pneunatologie el theologie de l'histoire.

Page 8: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

8

Queremos aquí insistir sobre un segundo aspecto decisivo de la acción del Espíritu Santo, en cuanto que es desconocido más allá del Verbo: el aspecto según el cual el Espíritu actúa e impulsa sin cesar la realización de la obra de Cristo en el más allá, la novedad o el "todavía no" de la Historia.

Su papel es, como el de los profetas, el de llevar adelante la realización del Diseño de Dios en la Historia: la Historia, que es por definición sucesión de acontecimientos inéditos, es suceso que trae a la existencia aquello que aún no ha sucedido. Citamos con gozo en relación con esto el pasaje del discurso don el que Monseñor Hazim, metropolitano Ortodoxo de Lattaquié, abría la asamblea del Consejo Ecuménico de Upsala, en agosto de 1968:

"El Espíritu Santo es personalmente la novedad que actúa en el mundo. Sin él, Dios está lejano, Cristo en el pasado, el Evangelio es una letra muerta, la Iglesia una simple organizadora, la autoridad es dominio, la misión propaganda, y el culto es evocación.

Papa Francisco: el Espíritu Santo, ese "desconocido" y "la Memoria" : 16

También el Papa Francisco habla a menudo del Espíritu Santo. Cito solamente algunos pasajes de su homilía del 13 de mayo pasado:

"Me surge el decir: «el Espíritu Santo, este desconocido», cuando pienso en tantos que aún hoy «no saben explicar bien quién es el Espíritu Santo», y «dicen: "¡No sé qué hacer!" con él; o te dicen: "El Espíritu Santo es la paloma, el que nos da siete dones". De esta manera, el pobre Espíritu Santo que siempre como el último y no encuentra un buen lugar en nuestra vida».

«Recuerdo una ocasión, cuando era párroco en la parroquia del Patriarca San José, cuando durante la misa para los niños, el día de Pentecostés, hice esta pregunta: "¿Quién sabe quién es el Espíritu Santo?". Y todos los niños levantaron la mano». Uno de ellos respondió: "¡El paralítico!". Así como lo digo. El había escuchado "Paráclito" y había entendido "paralítico". Es así: el Espíritu Santo es siempre un poco el desconocido de nuestra fe.

Jesús dice a los apóstoles sobre el Espíritu Santo: "Os enviaré el Espíritu Santo: él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho". Pensemos en esto último: el Espíritu Santo el Dios, pero es Dios activo en nosotros, y que nos hace recordar. Dios que hace despertar la memoria.

El Espíritu Santo nos ayuda a hacer memoria. Y hacer memoria es tan importante porque «un cristiano sin memoria no es un verdadero cristiano: es un hombre o una mujer» prisionero del momento, que no tiene Historia. El Espíritu Santo nos lo enseña. La memoria que «nace del corazón es una gracia del Espíritu Santo». Así como también la memoria «de nuestras miserias, de nuestros pecados», la memoria «de nuestra esclavitud: el pecado nos hace esclavos. Recordar nuestra historia y cómo el Señor nos ha salvado, es algo hermoso. A esto impulsaba San Pablo cuando decía: "Mi gloria son mis pecados. Pero no me glorío de ellos: es la única gloria que tengo. Pero él, en su Cruz, me ha salvado"».

La memoria hace bien cuando unos es asaltado por la vanidad «y cree ser un poco el "premio Nobel" de la santidad» También la memoria nos hace bien: «recuerda de »dónde te he sacado: de detrás del rebaño. Tú estabas detrás, en el rebaño». La memoria es una gracia grande y «también la Iglesia tiene su memoria, la Pasión del Señor» aquella memoria que quita los pecados.

La Iglesia: no es una comunidad invisible, sino que tiene también un cuerpo17

16 Misa del Papa en Santa Marta, 13 mayo 2013, L'osservatore Romano, 13-14 mayo 2013.

Page 9: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

9

Hubert Jedin (1900-1980), un gran estudioso de la Historia de la Iglesia, escribió:

Esta Iglesia no es una comunidad invisible, como si fuera el conjunto de los "varios creyentes" o de los predestinados, sino una entidad visible, y por consiguiente entidad histórica, que no sólo posee un alma, el Espíritu Santo, sino también un cuerpo. Por eso hay que decir que el más profundo fundamento teológico para la posibilidad de concebir a la Iglesia como visible y, con todo, al mismo tiempo, trascendente, es la Encarnación, la encarnación de Dios en Cristo, por la cual el Dios invisible se hace hombre visible y como tal entra en la Historia, Jesucristo, Dios hecho hombre, en cuya persona las dos naturalezas se juntan, es el "centro teándrico" que se prolonga en la Iglesia. En este sentido ella es el Cristo que sigue viviendo.

Ella crece como un granito de mostaza; penetra en el mundo como su levadura; ella es edificada sobre una piedra viviente.

Ella presenta en lo humano lo divino. Debe, pues, partir de lo humano, de la Iglesia visible para buscar en ella lo divino.

Mas nosotros tenemos que dar todavía un paso adelante: en la Historia de la Iglesia, no solamente tiene cabida lo humano, sino también el pecado y la culpa de sus miembros.Sería una falsa apologética acallar estas cosas o incluso simplemente minimizarlas.•

Ha habido siempre malos curas y obispos, así como malos papas, pero ellos no han podido destruir a la Iglesia. Ella nunca se ha arruinado, ha atravesado unos periodos de estancamiento y de decadencia y ha salido siempre renovándose: reformada. Es característica de la imagen de la Iglesia peregrina, que sus pies estén cubiertos por el polvo de la tierra, que aparezca temporáneamente agotada, y que hasta enferme; sin embargo ella sigue avanzando siempre, se encuentra otra vez vigorosa, supera sus enfermedades, elimina los abusos morales y estructurales que perjudicaban su acción para la salvación del hombre.

Ella sigue siendo una Iglesia peregrina y en caso de necesidad se torna asimismo una Iglesia combatiente, pero no llegará a ser jamás - aquí en la tierra - una Iglesia triunfante. Una Historia de la Iglesia que quisiese arrojar solamente las luces, y dejar de lado las sombras, sería no verdadera y, además, monótona. Precisamente esto es el hecho estimulante, que en ella, como vio Agustín, combaten luz y tinieblas.18

A la luz de lo que acabamos de leer, con respecto a la santidad de la Iglesia, garantizada por la presencia y la acción siempre renovadora del Espíritu Santo, mas compuesta también por hombres pecadores, podemos comprender el gesto que el Papa Juan Pablo II quiso realizar en el Jubileo del año 2000, pidiendo perdón por las culpas de los cristianos a lo largo de la Historia.

Este hecho provocó un cierto escándalo en algunos católicos porque consideraban que ésta petición de perdón por los pecados de los católicos pondría en duda la santidad de la Iglesia, que como sabemos es al mismo tiempo Santa por la presencia indefectible del Espíritu Santo, y también pecadora, en cuanto compuesta por hombres pecadores. La Comisión teológica encargada por el Papa Juan Pablo II de explicar el sentido teológico del gesto de pedir perdón por los pecados de los cristianos a lo largo de la Historia, presidida por el Cardenal Ratzinger, 19 entre las distintas culpas de la Iglesia enumera las siguientes:

La división entre los cristianos:

17 HUBERT JEDIN, La Historia Eclesiástica es teología y es historia, Atlántida, Revista del pensamiento actual, vol. VI n°3, marzo-abril 1968.

Ibid., p.3 (131) ss.19 COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, Memoria y reconciliación: la Iglesia y las culpas del pasado, www.vatican.va.

Page 10: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

10

Las principales escisiones que durante el pasado milenio «han afectado a la túnica inconsútil de Cristo» 71 son el cisma entre las Iglesias de Oriente y de Occidente al comienzo de este milenio y, en Occidente, cuatro siglos más tarde, la laceración causada por aquellos acontecimientos «que reciben comúnmente el nombre de Reforma»

El uso de la violencia al servicio de la verdad:

«Otro capítulo doloroso sobre el que los hijos de la Iglesia deben volver con ánimo abierto al arrepentimiento está constituido por la aquiescencia manifestada, especialmente en algunos siglos, con métodos de intolerancia y hasta de violencia en el servicio a la verdad»

Relación entre Cristianos y Hebreos

Uno de los campos que requiere un examen de conciencia particular es la relación entre cristianos y hebreos. La relación de la Iglesia con el pueblo hebreo es diversa de la que comparte con cualquier otra religión. Y, sin embargo, «la historia de las relaciones entre hebreos y cristianos es una historia atormentada [...] En efecto, el balance de estas relaciones durante dos milenios ha sido más bien negativo». La hostilidad o la desconfianza de numerosos cristianos hacia los hebreos a lo largo del tiempo es un hecho histórico doloroso y es causa de profunda amargura para los cristianos conscientes del hecho de que «Jesús era descendiente de David."

Nuestra responsabilidad en los males de hoy

La cuestión inquietante que hay que plantear es en qué medida los creyentes mismos han sido responsables de estas formas de ateísmo, teórico y práctico. La Gaudium et spes responde con palabras cuidadosamente elegidas: «El ateísmo, considerado en su integridad, no es un fenómeno originario, sino más bien un fenómeno surgido de diferentes causas, entre las que se encuentra también una reacción crítica contra las religiones y , ciertamente, en no pocos países contra la religión cristiana. Por ello, en esta génesis del ateísmo puede corresponder a los creyentes una parte no pequeña, en la medida en que, por descuido en la educación para la fe, por una exposición falsificada de la doctrina, o también por los defectos de su vida religiosa, moral y social, puede decirse que han velado el verdadero rostro de Dios y de la religión, más que revelarlo».

PÉRDIDA PROGRESIVA DEL SENTIDO DE LA HISTORIA El

concepto de "Tiempo" y de "Historia" en San Agustín

"San Agustín en los últimos libros de las "Confesiones" descubre la dimensión subjetiva del tiempo.

Si para los Griegos, la historia es un ciclo repetitivo y por eso no tiene sentido preguntarse ni cuál es su significado, ni hacia dónde se dirige, para el cristianismo la historia tiene una dirección y un significado que Dios, desde la creación, le ha asignado. De este diseño divino, por caminos a menudo imperscrutables para los hombres, forman parte todos los eventos y no hay que dudar de la victoria final del bien y del futuro advenimiento de la Jerusalén celeste.

Aunque el mal está y estará siempre presente, el cristiano no debe desanimarse. La historia de la humanidad está regida por la Providencia divina, pero actualmente se encuentra dividida entre dos amores, amor hacia sí mismo "hasta llegar a la indiferencia hacia Dios", y amor de Dios "hasta la indiferencia hacia sí mismo". (La ciudad de Dios XIV, 28), a la plena libertad de sí mismo para los demás a la luz de Dios. Junto a la ciudad terrena, donde domina no contrastada la ley del amor a sí mismo hasta llegar al desprecio de Dios y del prójimo, surge otra ciudad en la tierra: la ciudad de Dios, cuya ley es el amor de dios y del prójimo hasta llegar al desprecio de sí mismo. Esta es la

Page 11: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

11

esposa de Cristo, la Iglesia cuya presencia determina y empuja la historia hacia su cumplimiento".20

Pérdida progresiva del Sentido de la Historia

"El iluminismo y en particular el idealismo retoman la concepción lineal cristiana de la historia, pero realizan en ella una drástica reducción, una "secularización" vaciando el cristianismo de la importancia de su dimensión histórica. Para la modernidad la idea de progreso es el motor de la historia.

Mas será sobre todo Hegel el que coloque en el centro de su sistema la historia e intente demostrar como a través de la misma el espíritu se auto realiza.

La historia es el lugar en el que lo Absoluto se realiza: pero lo Absoluto no es el Dios cristiano, sino la razón o espíritu humano, cuyas raíces cartesiano-ilurninistas siguen todavía bien presentes.

Desde esta perspectiva la religión es de alguna manera recuperada: ya no es negada o combatida fuertemente como en la Ilustración, sino generalmente revalorizada, sólo que con esta revalorización aparece de alguna manera también su definitivo acantonamiento como punto de vista a estas alturas irrelevante.

En efecto en Hegel la religión aparece en la cima del sistema, como uno de los momentos del espíritu absoluto (arte-religión-filosofía), en cuanto esta también, del mismo modo que el arte y la filosofía, capta lo verdadero, es decir la totalidad del espíritu". 21

Algunas causas de la pérdida del sentido de la Historia: Un individualismo superado

Otro importante estudioso de la Historia de la Iglesia, Henri-Irénée Marrou22 señala, entre las causas de la pérdida del sentido del sentido de la Historia a la luz de la Fe, el individualismo que ha caracterizado la espiritualidad cristiana desde el Concilio de Trento hasta al Concilio Vaticano II. En su libro sobre la "Teología de la Historia", editado en 1969, escribe:

Pero para quien entra en lo íntimo de la tradición cristiana se impone la tarea de iluminar las razones por las que esta verdad que ha sido encontrada con asombro haya podido ser olvidada y ocultada por tanto tiempo: no debe significar para él ningún oportunismo doctrinal.

El olvido de la auténtica teología de la Historia, el cual, reconozcámoslo, ha sido casi total, creo que puede explicarse partiendo del momento en el que se la reconoce como un corolario del individualismo religioso que ha marcado tan profundamente al cristianismo, que se ha vivido y comprendido así en nuestras sociedades occidentales durante las generaciones, o mejor dicho, durante los siglos, que nos han precedido. Se trata de aquel individualismo más o menos radical que surge hoy como una desviación muy grave del auténtico mensaje cristiano, tanto en el plano de las consecuencias prácticas que de ello se siguen, como en el doctrinal.

Debería prestarse atención a la redacción definitiva de la Constitución "Lumen Gentium", para comprender que el II Concilio Ecuménico del Vaticano ilumina la idea fundamental de que es necesario situar en el centro de la economía de la salvación la noción de Iglesia como comunidad, pueblo mesiánico de la nueva Alianza, porque «Dios no quiere santificar y salvar a los hombres de manera individual y sin relación alguna entre ellos, sino que quiere constituir con ellos un pueblo que le reconociese en la verdad y le sirviera fielmente», un pueblo que «se fundase en una unidad según el Espíritu, y no según la carne».

20 Nota de Don Pietro Gervasio.21 Nota de Don Pietro Gervasio.22 HENRI-IRÉNÉE MARROU, Teologia della Storia, Jaca Book 1969/2010, p. 54 ss.

Page 12: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

12

Cuántas anécdotas podrían engrandecer el dossier presentado por el P. de Lubac en la Introducción, en las que se ve reflejado en el espejo del adversario, que siempre deforma las cosas, aquel «puro y estrecho individualismo» (Hamelin) que se tenia como la esencia misma del cristianismo aquel del creyente que, de tú a tú con su Dios, puede pasar «con una rosa en la mano» (Giono) «una batalla invisible» (Ch. Morgan).

Volviendo al tema en cuestión y ateniéndonos a él, resulta evidente que insistir demasiado sobre el problema de la salvación personal, condice necesariamente a anular el de la Historia, quedando ésta reducida en adelante a la suma de los destinos individuales.

La Historia personal, a su vez, tendía a restringirse: piénsese en la desaparición casi total del sentido de responsabilidad colectiva, a aquellos extraños exámenes de conciencia que se encerraban en los sutiles problemas de la moral individual sin que nunca se subrayaran aquellos otros infinitamente más graves propuestos por la vida económica y política. A día de hoy, como es natural, no debemos preocuparnos de no exagerar en el sentido contrario: quizás es necesario decirlo con insistencia. No se trata de negar la autonomía de la persona humana a la que es necesario reconocer ciertos atributos de la mónada; todo hombre es ciertamente objeto de un amor singular por parte de su creador, aquel Absoluto personal.

Pero, desde otro punto de vista, es necesario ver y afirmar con decisión que la condición humana, y la cristiana no es una excepción, es la de una existencia colectiva, como ha querido subrayar San Agustín, cuando reencuentra el hombre hombre23 político de Aristóteles a través de la sabiduría histórica.

RECUPERACIÓN DEL "SENTIDO DE LA HISTORIA": EL CONCILIO VATICANO

II

Antes de adentrarme en el argumento, quisiera hacer presente un episodio sacado del libro "Dios es Señor de la Historia"24: que indica la mentalidad difundida en la cristiandad y también en muchos Pastores, como consecuencia de la pérdida del sentido de la Historia a la luz de la fe.

"Un prelado en un congreso internacional de enfermos y discapacitados, en una de las sesiones plenarias respondiendo al candente tema: ¿Tiene Dios alguna relación con la enfermedad? ¿Juega la enfermedad algún papel en los planes de la Providencia? Respondió:Dios es el creador de todo cuanto existe. Dios deja obrar a cada uno de los seres, una vez creados, según sus propias leyes. No interviene en sus actividades, salvo en caso excepcional, es decir, en el caso del milagro. Principio universal de la existencia y del dinamismo, Dios respeta la autonomía de las cosas y la libertad de los hombres.

Y el prelado puso en guardia a su auditorio contra «una concepción infantil que ha debilitado la fe de muchos y en particular de los enfermos, ante el problema del sufrimiento»; fuera de sus intervenciones milagrosas, Dios se abstiene de toda influencia sobre las vicisitudes humanas y sobre el desarrollo de la historia; solamente funcionan las leyes de la naturaleza y de la sicología.

Este episodio nos puede hacer entender cuál era la mentalidad generalizada en la Iglesia hasta el Concilio Vaticano II y, lamentablemente, todavía presente en muchos fieles y también en algunos pastores.

23 Ibid., p.56.24 GEORGES HUBER, Dio é Signore della Storia, Ed. Massimo, Milano, 1982; GEORGES HUBER, Le bras de Dieu, Libr. Téqui, 82 Rue Bonaparte, 75006 Paris.

Page 13: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

13

Será solamente con el Papa León XIII (1878-1903), que abre a los historiadores los Archivos Vaticanos, y al "movimiento histórico" surgido contemporáneamente al movimiento bíblico, al movimiento patristico y al movimiento litúrgico, cuando se recupere el sentido de la Historia a la luz de la fe, gracias al redescubrimiento de las raíces cristianas en la Iglesia primitiva y en los Padres, recuperación que será confirmada por el Concilio Vaticano II.

Los estudios históricos"

Battista Mondin, filósofo, pensador, teólogo e historiador, escribe:

"En la época de transición entre el Vaticano 1 y la primera guerra mundial, tiene lugar a grandes pasos el desarrollo de las disciplinas eclesiásticas que constituyen la corona y el soporte de la Teología. Este desarrollo tiene su inicio en el siglo XVIII e implica de manera particular la Historia de la Iglesia, la patrología, la medievalística, la arqueología y la filología.

La «tempestuosa especialización y difusión de Historia de la Iglesia» (Jedin) responde al «interés histórico» general que venía aumentando desde el último tercio del XIX hasta el siglo XX...

Lo que impulsó a los católicos a un renovado interés por la Historia y por los estudios históricos, fue la conciencia del papel fundamental que ocupa la Historia en relación con la Tradición, el cual constituye el vehículo que nos conduce al originario divino, la divina Revelación con toda su riqueza sacramental.

La Tradición es una totalidad orgánica que camina con la Historia y se enriquece con la Historia. La Tradición no es un momento, una etapa, una época particular de la Historia de la Iglesia, sino su entero recorrido. Esta «comprensión histórica» de la Tradición ha sido el potente inicio que ha dado impulso y ha favorecido, como ya se ha indicado, el desarrollo de todas las disciplinas históricas.

La "actualización" del Vaticano II

El sacerdote e historiador Padre Pietro Chiocchetta, en la última parte de su libro 26 titulado "L 'Aggiornamento del Vaticano II", escribe:

El misterio de la Iglesia ha sido reencontrado e incluido en el Vaticano II, en el más vasto contexto de la Historia salutis (Historia de la salvación)27 Es, esta una categoría fundamental y un principio inspirador permanente de la reflexión y del Magisterio conciliar".

De hecho, se recupera finalmente la perspectiva de la Historia spiritalis. Tras las partes esenciales de la concepción cristiana del mundo y de la vida, entre las que se encuentra el gran proceso de secularización iniciado con el humanismo, que, si bien se mostraba apropiado para hacer fecundo el pensamiento histórico, sin embargo «mundanizaba el plano de la salvación mediante el concepto de progreso de la razón y de la humanidad». Ante esto, el Vaticano II supone el rescate y la restitución de la perspectiva sapiencial de los Padres, especialmente de San Agustín, a la recta razón histórica (cuyo arco de apertura se describe en la Gaudium et spes, n. 5)".

Relación entre Historia de la Salvación e Historia universal del mundo

25 B. MONDIN, Storia della Teología, Vol. 4, Edizioni Studio Domenicano, 1997 pp.268-269.26I). CH1OCCHETTA, Teología e Storiografia della Chiesa, Ed. Studium, 1969.27 Ibid, p. 169-170.2 8Ibid., cf. Lumen gentium, c. 1, nn. 2-4; c. 2, nn. 9; 13; 17: 48; Dei Verbum, c. 1, c. 4; Gaudium el Spes,tutta laI parte; Ad_gentes, n. 1; senza contare gli accenni sparsi un po' dovunque.

Page 14: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

El Concilio defiende que el Espíritu de Dios está presente en toda la evolución de la humanidad. Dios llena el universo y son admirable providencia dirige el curso de los tiempos y renueva la faz del mundo, escenario de la Historia del hombre (cf. Gaudium et spes, n. 16).

La iniciativa de Dios se encuentra así inserta en la Historia concreta, asumiendo sus formas, aceptando sus contingencias e incluso sus límites, y sin embargo, sirviéndose de tal Historia concreta e íntimamente fecundad con su gracia omnipotente para hacer prevalecer en la humanidad la obra salvífica y restauradora de Cristo.

La Historia mundana universal y la Historia de la Iglesia están, por tanto, contenidas y son abrazadas por el soplo incorruptible del Espíritu de Cristo, y están incluidas en la Historia de la Salvación. Están por tanto dentro del sucederse de los «encuentros» secretos del hombre, no ya con los otros, sino con el Tú. Este encuentro es «diálogo», «alianza», «sinergia» (1 Cor. 3, 9; cf. Mystici Corporis, p. I), o contienda esencial entre la iniciativa amorosa de Dios, y los libres acuerdos o rechazos por parte del ser creado.

Por ello, la Historia de la Salvación, así como por un lado deja intacta la autonomía característica de las otras historias (cf. Gaudium et spes, n. 36), por otra parte las asume y explica su sentido a la luz de la fe: a la luz del misterio «pascual», tanto las grandes res gestae, como sobre todo las circunstancias ordinarias de la vida cuya síntesis es el misterio del Cuerpo y de la Sangre gloriosa de Cristo29.

El tiempo de la Iglesia se inicia con Pentecostés. El misterio de la Iglesia, en cuanto que es fruto del Verbo encarnado, y visto a la luz de los dos misterios principales de la fe católica, pertenece más propiamente al momento del Espíritu, comprendido como el que "lleva a plenitud" la economía salvífica en el pueblo de Dios (Lumen Gentium, n. 4). Es cierto que, en coherencia con la definición histórica, existencial, dinámica de la Iglesia, el Espíritu de Cristo se presenta como Espíritu de vida y de unidad; pero sobre todo como donante de carismas, y así en la variedad se promueve la unidad, y la variedad es para la unidad, sea bajo el perfil de la "institución", sea bajo el del "evento". Además, El se presenta como fuente de vitalidad, como fermento que inquieta cada «determinado orden de cosas» causado, como dirá Pío XII, por el letargo del espíritu, por la anemia de la voluntad, por el enfriamiento de los corazones', orientando a la Iglesia hacia la reforma, la renovación, la puesta al día: tensión escatológica hacia la edad perfecta del Cielo'.

Surge en esta exégesis conciliar de la Historia de la Iglesia la característica cualificación eclesial del tiempo de la salvación: la calificación misionera-ecuménica: «La Iglesia que vive en el tiempo es por su naturaleza misionera, y su propio origen deriva a partir de la misión del Hijo y de la misión del Espíritu Santo en ella según el plan de Dios Padre.

Y el periodo de la actividad misionera se sitúa entre la primera y la segunda venida de Cristo, en el que la iglesia, como la mies, será recogida de los cuatro vientos y constituida como Reino de Dios. «La actividad misionera no es ni más ni menos que la manifestación, es decir, la epifanía y la realización del plan divino en el mundo y en la Historia: con ella Dios, a través de la misión, realiza claramente la Historia de la salvación".

29 Cf. Z. ALSZEGHY, La teología della salvezza, relazione al Congresso internazionale di Teologia, p. 136 ss. e il mio articolo, Salvezza (storia della), in Dizionario Storico-Religioso, Studium, Roma 1966, p. 932.30 Pio XII, Discorsi e Radiomessaggi, MIL p. 472.31 y. CONGAR, studio, sez. III e IV.32 Ibid, p. 188.

1 4

Page 15: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso -- 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

15

El Vaticano 113, representa una "toma de conciencia" de sí misma para la Iglesia, con vistas a un «aggiornamento».

DIOS ES SEÑOR DE LA HISTORIA'

Traigo ahora a colación algunos episodios que pueden iluminarnos sobre el sentido de la Historia, vistos y vividos a la luz de la fe. Creo que el libro "Dios es el Señor de la historia", escrito en 1976 por un periodista francés radicado en la Tradición de la Iglesia y particularmente en Santo Tomás, puede ayudar a interpretar, a la luz de la fe, los hechos mediante los que el Señor nos habla en nuestra vida cotidiana.

He aquí algunos testimonios:

San Juan Crisóstomo: ¿Por qué Dios permite que suframos?35

San Juan Crisóstomo responde a la pregunta: ¿Por qué permite Dios que suframos sin venir inmediatamente en nuestra ayuda? ¿Por qué? Para obligarnos a recurrir a él sin cesar, a reclamar su apoyo, a buscar refugio cerca de él, a invocar perpetuamente su asistencia. He aquí lo que explica los dolores físicos, la escasez de los frutos de la tierra, el hambre; con todas estas calamidades, Dios nos muestra que dependemos enteramente de él y por las desgracias de los tiempos nos hace conquistar la herencia de la vida eterna.. Nosotros debemos dar gracias a Dios incluso por estos males, que son empleados por él como medios para la curación y salvación de nuestras almas».

Pío XII en un mensaje sobre la Providencia al término de la segunda guerra mundial

Esto es lo que enseñaba Pío XII en un mensaje sobre la Providencia radiodifundido el 29 de junio de 1941, en lo más álgido de la Segunda Guerra Mundial:

«Todos los hombres no son sino niños a los ojos de Dios, incluso los pensadores más profundos y los más experimentados conductores de pueblos. Ellos juzgan los acontecimientos con mirada temporal, del tiempo que pasa y desaparece sin retomo, en tanto que Dios los considera desde las alturas y desde el centro inmóvil de su eternidad. Los hombres tienen ante los ojos el estrecho panorama de unos cuantos años; Dios tiene ante él el panorama completo de todos los siglos. Los hombres pesan los acontecimientos humanos según sus causas próximas y sus efectos inmediatos; Dios los ve en sus causas más lejanas y profundas y los mide en sus más lejanos efectos.»

Y el Papa exhorta a los cristianos a dar crédito a Dios. ¿Y cómo? Dar crédito a Dios «es creer que nada en este mundo escapa a su Providencia, tanto en el orden general como en los detalles; que nada sucede, grande o pequeño, que no esté previsto, querido o permitido, y siempre dirigido por la Providencia a sus fines elevados y que en este mundo son siempre fines de amor hacia los hombres. Es creer que Dios puede permitir. a veces en este mundo, por un tiempo, el predominio del ateísmo y de la impiedad, dolorosos oscurecimientos del sentido de la justicia, violación de derechos, tormentos de personas inocentes, sin defensa y sin apoyo. Es creer que Dios deja así a veces abatirse sobre los individuos y sobre los pueblos pruebas cuyo instrumento es la malicia de los hombres, en un designo de justicia, para castigar los pecados, para purificar individuos y pueblos por las expiaciones de la vida presente y llamarlos así a El; pero es

3 3 "Ibid., pag.189 ss.

34 G. HUBER, Dio é Signore della Storia, Ed. Massimo, Milano, 1982, p.7 ss. ; G. HUBER, Le bras de Dieu, Libr. Téqui, Paris, 1975.35 Ibid., p. 55.

Page 16: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

16

creer, al mismo tiempo, que esta justicia es siempre, en este mundo, una justicia paternal, inspirada y dominada por el amor. Por dura que pueda parecer la mano del Cirujano divino... cuando hace penetrar el acero en la carne viva siempre guiada y empujada por el amor; es únicamente el verdadero bien de los individuos y de los pueblos lo que la hace intervenir tan dolorosamente. Es creer, en fin, que las pruebas, en toda su acuidad, como el triunfo del mal, no durarán aquí abajo sino un cierto tiempo y nada más.36

Papa Pablo VI: El drama de nuestra época: una Nueva Idolatría:37 Así

el Papa Pablo VI veía "el drama de nuestra época":

«Hoy, el espíritu de las gentes está saturado de conocimientos concretos, tanto empíricos como científicos. Solamente se interesa por las cosas útiles, las máquinas, por ejemplo, o por las cosas banales, como el placer. Se diría que no les falta nada: el mundo de la economía y del placer, el mundo experimental y sensible, el mundo de lo que suele denominarse las verdaderas realidades, las realidades tangibles y mensurables por la experiencia, y esto les basta. Ni desean ni necesitan ahondar en el mundo de lo invisible, de lo trascendente, del misterio, en busca de aquello que podría llenar su vida interior, vida que, por otra parte, no existe para ellos».

Aparte de que desvía el espíritu de las regiones del saber superior, la mentalidad positiva lleva al hombre a una especie de embriaguez. Fomenta en él un orgullo basto, el orgullo del hombre que piensa bastarse a sí mismo y que, desde la altura de su presunción, desprecia la fe y la plegaria.

Es así como el positivismo contamina a los cristianos, seglares y religiosos, y a través de ellos penetra en la Iglesia.

Se comprende de este modo que ofuscados por estos hombres que el cardenal Jean Daniélou llamaba «asesinos de la fe» y Pablo VI «homicidas espirituales», legiones de cristianos se resistan a aceptar la doctrina de la Providencia tal como aparece en la Sagrada Escritura y como la elaboraron aquellos conocedores de la Biblia que fueron, por ejemplo, San Agustín y Santo Tomás de Aquino. A juicio de algunos, tal doctrina no sería moderna, ni estaría de acuerdo con los progresos de la ciencia y, en fin, repugnaría a la mentalidad moderna.

Adherirse de todo corazón a la doctrina de la Providencia significa hoy exponerse a la conmiseración, si es que no a las ironías de los espíritus que se creen al día y pretenden marchar en el sentido de la historia... Pensar así, a los ojos de muchos, sería parecerse al propietario de un vasto dominio rural que se obstinase en mantener métodos de trabajo anteriores a la mecanización de la agricultura.

Creemos, por el contrario, que tal actitud y, sobre todo, el espectáculo de la confusión de tantos cristianos que ignoran la reconfortante doctrina de la Providencia deben llevarnos a una actitud opuesta: profundizar en la doctrina de siempre y descubrir mejor su solidez y fecundidad para nuestra vida de cristianos comprometidos.38

Papa Juan Pablo II — La Historia: un camino hacia el Padre39

36 Ibid., p. 62.37 Ibid, p. 19-20.38 Ibid, p.20.39 G. HUBER, Dio é Signore della Storia, Ed. Massimo, Milano, 142 p.7 ss. ; G. HUBER, Le bras de Dieu, Libr. Téqui, Paris, 1975.

Page 17: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso -- 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

17

Hablando a la comunidad china de Manila en Filipinas, el 18 de febrero de 1981, el Papa Juan Pablo II invitó a sus oyentes, probados en su fe, (cuando tuvieron que huir de la persecución en la China Continental) a considerar los acontecimientos, por así decirlo, con los ojos mismos de Dios:

«Abrid vuestros ojos y vuestros espíritus a Dios, el cual, en su providencia, dirige todos los eventos y realiza sus planes en todo lo que acontece. De los sufrimientos del hombre como también de sus debilidades y de sus errores hace brotar nuevos florecimientos».Y los planes de Dios incluyen hasta los delitos. Él sabe utilizarlos y sacar unas ventajas desconocidas para nosotros, pero bien conocidas por Él.

Y en la Audiencia general del 30 de diciembre de 1981 ofrece, quizá, una de las páginas más incisivas sobre el Señorío universal de Dios,

«Reflexionemos, ante todo, sobre el tiempo que pasa, que se va inexorablemente, y se lleva consigo nuestras breves existencias. Jesús, con su palabra divina, nos quita la angustia del vacío insensato y nos dice que en la curva gigantesca y misteriosa del tiempo toda la historia humana se reduce únicamente a un retorno a la casa del Padre, un retorno a la patria; y por esto, también cada una de las existencias forma parte de este inmenso retorno. Nacer significa comenzar el camino hacia el Padre; vivir significa recorrer, cada día, cada hora, un tramo de camino en el retorno a la propia casa».

Algunos cristianos rechazan incluso cualquier alusión a la Providencia. Obsesionados literalmente por el pensamiento de la libertad, rechazan como inconciliable con la autonomía del hombre la intervención eficaz de Dios en los asuntos humanos.

El Concilio Vaticano II y el misterio de la Historia 4°

La Constitución pastoral sobre «La Iglesia en el mundo actual», habla de un misterio de la Historia humana, que sólo puede comprenderse con la fe.

Este misterio reside en la «compenetración (aquí) de la ciudad terrestre y de la ciudad celeste». El Concilio señala así una presencia secreta, que no se puede comprender si se abandona la razón a sus propias fuerzas, sino únicamente con la fe. Esta realidad misteriosa, es la «ciudad celeste» escondida en la «ciudad terrestre». De alguna manera, podríamos decir, como la divinidad de Cristo estaba oculta bajo su humanidad. Es el reino de Dios que se desarrolla de modo secreto en los reinos terrestres, en las dictaduras y en las repúblicas. En virtud de esta compenetración de lo divino y lo humano, de lo eterno y de los temporal, «la Iglesia viaja con la humanidad y comparte la suerte terrestre del mundo».

Pero ella no viaja como un viajero que, por respeto a la libertad de pensamiento de sus compañeros, se abstuviera de hablar de asuntos religiosos en sus conversaciones. La Iglesia viaja con la humanidad esforzándose por impregnarla del Espíritu cristiano: «La Iglesia es como la levadura, o como el alma de la sociedad humana llamada a ser renovada en Cristo y transformada en familia de Dios» (Gaudium et Spes, n. 40).

Quisiera añadir un testimonio reciente extraído de una lectura a la luz de la fe de los acontecimientos más terribles.

El cardenal de Bolonia, Monseñor Carlo Caffarra, tras el terremoto que acaba de devastar muchas iglesias, casas, edificios públicos, escribió a sus fieles: 4 1

40 Ibid, p. 186.41 CARDINAL CAFFARRA, Arcivescovo di Bologna, Alle comunita ecclesiali e alle popolazione colpite dal sisma, Bologna 27 maggio 2012, Solennitá di Pentecoste.

Page 18: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

18

"Debo confesaros que, viendo vuestros lugares devastados, me ha venido a menudo a la cabeza una página del Evangelio, en la que se habla de una torre del templo que, al desplomarse, había matado a dieciocho personas. Escuchad lo que Jesús comenta al respecto: «Aquello dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran los más culpables de entre todos los habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y si no os convertís, pereceréis todos de la misma manera» (Lc 13, 4-5).

Queridos, estas palabras de Jesús nos ayudan a todos sin excepción, no solo a vosotros, a una comprensión profunda de todo lo sucedido. Evitemos pensar que existe una relación directa y precisa entre calamidad y culpa. Esto mismo se colige de otro episodio evangélico narrado por Juan (cfr. Jn 9,3). Así, la imagen de la tragedia que os ha golpeado, es una invitación dirigida a todos, sin excepción, a convertirnos.

Pero, ¿cuál es más en concreto el contenido de esta invitación dirigida con un lenguaje tan dramático? Un primer contenido es el siguiente: no perdamos nunca la conciencia de nuestra frágil condición creatural. La cultura en que vivimos ha hecho de todo para oscurecer el conocimiento de esta cuestión. Quien viva en esta oscuridad, que venga a nuestras tierras, se detenga un instante a mirar las ruinas, y así no tardará en comprender que aquel que ha enseñado al hombre a considerarse a sí mismo como su propio señor, lo ha engañado trágicamente.

Un segundo contenido es el siguiente: la grave tragedia que habéis padecido nos invita a todos, sin excepción, a discernir sabiamente entre los bienes que pasan y los bienes que permanecen y que no pueden ser destruidos por terremoto alguno. Observándoos, he visto muchas expresiones de mutua bondad, de ayuda recíproca, de compasión mutua, de preocupación por la suerte de los más débiles: niños, ancianos, enfermos. En una palabra: la caridad se ha fortalecido. Ya habéis comprendido lo que vale de manera absoluta y lo que sólo vale relativamente. La conversión a la que se nos invita consiste en un verdadero cambio en nuestros criterios de valoración.

Un tercer contenido, que es el más importante, es el siguiente: volvamos al Señor con profundidad de fe, y «no llamamos más dios al trabajo de nuestras manos» (Os 14,4)".

MISIÓN DE LOS CRISTIANOS EN LA HISTORIA ACTUAL

Exponemos ahora algunas consideraciones sobre nuestra misión como cristianos en la historia actual. Estas consideraciones están tomadas del libro del historiador Marrou:

El Tiempo de la Iglesia: tiempo de crecimiento y de espera del retorno del Señor42

Este tiempo, ante todo, es un tiempo de espera en el que se atisba el retorno del Señor.

Este tiempo de la Iglesia es el de un crecimiento misterioso, el de una lenta maduración. De hecho, el Reino de los cielos es como un grano de Mostaza Negra (Brassica nigra), el más pequeño de las semillas, el cual, una vez sembrado, germina y crece hasta convertirse en un árbol al que vienen a resguardarse los pájaros del cielo. O también, es como aquella semilla que un hombre ha esparcido en tierra y que, duerma o vele, noche y día, germina y despunta primero como hierba y luego como espiga, hasta llegar a ser espiga llena de grano. También se compara el Reino de Dios con aquel campo, que es el mundo, donde crecen uno al lado del otro el grano bueno y la cizaña y se les deja crecer hasta que llega el tiempo de los segadores. Por último, es aquella pequeña parte de levadura que la masa crezca, lista para dar panes grandes.

El Tiempo de la Iglesia: Tiempo de misión43

42 HENRI-IRENEE MARROU Marrou, Op cit., p. 70.

Page 19: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso -- 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

19

Un primer deber que, a pesar de ser evidente por sí mismo, se ha dejado que pierda su sabor de manera muy profunda en nuestros ambientes desde antiguo cristianos: la primera nota del tiempo de la Iglesia es el ser tiempo de misión. Es el tiempo de la Nueva Alianza, «el año de misericordia de Yahweh» anunciado por el profeta Isaías (61,2),

Todo el tiempo que transcurre entre las dos Parusías, las dos venidas del Señor, es aquel en el que Dios hace madurar los frutos de la Historia: los Santos. Es el tiempo de la paciencia de Dios (2 Pe 3,9; cfr. 2 Mac 6,14)44, de la misericordia de Dios (Enarr. in Ps., 32, n, 1, 10), la dilación concedida a los hombres para que puedan beneficiarse de la salvación ofrecida, aquella salvación ya adquirida, a la que sin embargo falta que los hombres la hagan propia.

Es el tiempo en el Dios se adquiere un pueblo elegido, el tiempo de la «convocación»: tal es el sentido propio del hebreo Qahal, que el griego ha traducido por ecclesia, y que corresponde a nuestro «iglesia».

San Juan Crisóstomo, en uno de sus sermones, afirmaba que el tiempo de la Iglesia es el tiempo que hace falta para que la familia de los hijos de Dios se siente toda completa a la mesa suntuosa y espléndida del Padre de familia (In Spir. fidei, 10; PG, 51, 299). Y es sencillo creer lo que de esto resulta para nosotros, porque a fin de cuentas Dios, que puede todo y no necesita de nadie, nos pide nada menos que ser «cooperadores» suyos (1 Ts 3,2; Jr. 1 Cor 3,9), trabajando con él y para él.

El Tiempo de la Iglesia: Tiempo del Kerygma — de la evangelización.

En primera instancia, por tanto, el tiempo de la Iglesia aparece para nosotros como Tiempo del kerygma, de la proclamación de la Buena Noticia. ¿Quién, habiéndola recibido, es capaz de quedarse ahí sin sentir la necesidad de gritarla desde los tejados, de proclamarla frente a los hombres, para que esta felicidad sea también la de nuestros hermanos?

43 HENRI-IRENEE MARROU, Op. cit , p. 129 ss.44

Traigo aquí a colación algunos párrafos de la homilía del Papa Francisco sobre la paciencia de Dios:"No existe un protocolo de la acción de Dios en nuestra vida, pero podemos estar seguros de que, tarde o temprano, interviene «a su modo». Por ello no podemos dejarnos llevar por la impaciencia o por el escepticismo, porque cuando nos desanimamos y «decidimos bajar de la cruz, lo hacemos siempre cinco minutos antes de la revelación».Dios camina siempre con nosotros y esto es seguro. Desde el primer momento de la creación —ha explicado- el Señor se involucró con nosotros. No ha creado el mundo, le hombre y la mujer, y lo ha dejado. Nos ha creado a su imagen y semejanza.""Esta cercanía del Señor es un signo de su amor: él nos ama tanto que ha querido caminar con nosotros. La vida es un camino que Él ha querido recorrer junto a nosotros. Y siempre el Señor entra en nuestra vida y nos ayuda a andar adelante. Pero cuando el Señor viene, no siempre lo hace de la misma manera. No existe un protocolo de la acción de Dios en nuestra vida. Una vez lo hace de una manera, y en otra ocasión lo hace distinto. Pero lo hace siempre. Siempre se da este encuentro en nosotros y el Señor.""El Señor sigue siempre su modo de entrar en nuestra vida. Muchas veces lo hace tan lentamente que corremos el peligro de perder un poco la paciencia: "¿Pero, Señor, cuándo? Y rezamos y rezamos, pero no llega su intervención en nuestra vida"."El Señor se toma su tiempo —ha continuado el Pontífice-. Pero también, en esta relación con nosotros, tiene mucha paciencia. No sólo nosotros tenemos que tener paciencia. Él la tiene y nos espera. Nos espera hasta el final de la vida, como al buen ladrón que al final reconoció a Dios.En la vida, algunas veces, las cosas llegan a ser muy oscuras. Y sentimos ganas, si estamos en dificultad, de bajar de la cruz. Y éste es el momento preciso: la noche es más oscura cuando el alba se acerca. Siempre cuando bajamos de la cruz, lo hacemos cinco minutos antes de que venga la revelación, Es el momento de la impaciencia más grande. Aquí nos ayuda la enseñanza de Jesús que «en la cruz sentía que lo desafiábamos: "¡baja!, ¡ven!"». Se requiere «paciencia hasta el final, porque El tiene paciencia con nosotros». El entra siempre. El se implica con nosotros. Pero lo hace a su manera y cuando piensa que es mejor; sólo nos dice lo que dijo a Abraham: "Camina en mi presencia y se perfecto, se irreprensible": es precisamente la palabra justa".(Homilía del Papa Francisco en la Misa del 28 de Junio en Santa Marta).

Page 20: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

2 0

Es, por tanto, el tiempo de la evangelización, de la misión en el sentido más inmediato de la palabra.

¿No será según este orden solemne como el Señor nos deja la última línea del Evangelio de Mateo: «Id, pues, y enseñad a todas las gentes...» (Mt 28,19)?

Habría mucho que decir sobre la buena fe del cristiano medio que, para asumir este precepto, descansa en los organismos especializados, en los técnicos profesionales de la «misión», como si «la propagación de la fe» no fuese para cada uno de nosotros un deber inmediato, cotidiano y universal, cuya responsabilidad no puede pedirse a otros (comprendiendo bien que esto no pretende poner en discusión el carácter claramente indispensable de los "misioneros" en el sentido tradicional de la palabra).

No pensaban así nuestros padres en la fe, que consideraban a la Iglesia como esencialmente misionera.

Por citar un testimonio, remito a Eusebio de Cesarea, que en su Historia eclesiástica, a propósito del inicio del siglo segundo, escribe:

"En aquel tiempo, mucho de entre los cristianos sentían su alma, afectada por el Verbo divino, llena de un amor ardiente por la perfección. Comenzaban siguiendo el consejo del Salvador, distribuyendo sus bienes a los pobres; después, abandonando su patria, partían a realizar la misión de evangelistas [evangelizadores] con la ambición de predicar la Palabra de la fe a aquellos que no la habían escuchado aún, y de transmitir los libros de los Evangelios divinos. Se contentaban con poner los fundamentos de la fe en los pueblos extranjeros, después establecían otros pastores y les confiaban el cuidado de cultivar a aquellos a quienes habían conducido a la fe. Después de esto, partían de nuevo hacia otros países y naciones con la gracia y el auxilio de Dios".

Relación entre el Cristianismo y las religiones no cristianas

Más allá del deber que todo cristiano tiene de evangelizar tanto mediante el testimonio como mediante el anuncio del kerygma, aparece hoy ante el cristiano el problema de cómo relacionarse con las otras religiones, debido a la inmigración de pueblos de otras culturas y religiones.

Como ya hemos visto en las últimas Catequesis de inicio de curso, los Padres del Concilio Vaticano II han publicado tras Declaraciones Conciliares: la "Nostra Aetate", sobre la relación entre los cristianos y las otras religiones, hacia los musulmanes, y sobre todo hacia los hebreos, el pueblo elegido.

Otra Declaración Conciliar: "Dignitatis Humanae", en relación con el derecho de la persona y de las comunidades a la libertad social y civil en materia de religión.

Jean Daniélou, en previsión del fenómeno de la inmigración y, por tanto, del encuentro entre personas de diversas culturas y religiones, en el libro antes citado ofrece algunas indicaciones para los cristianos.

"Cuando estudiamos las grandes religiones no cristianas: El Hinduismo, el Islamismo o el Confucianismo, nos encontramos con un problema que no nos es dado esquivar: el de la confrontación de estas religiones con el cristianismo. En este capítulo quisiéramos abordar la cuestión tan decisiva. Así pues, está bien determinado el tema. No se trata de precisar en qué consisten esas religiones, ni de hacer una exposición del cristianismo tal cual es en sí mismo, sino de ver cómo podemos representarnos su relación con las demás religiones.

Page 21: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

2 1

Creemos que es éste un problema de suma importancia en nuestros días. De todas partes ponen a nuestra disposición tanto libros corno revistas las obras maestras de la religión hindú, del Islam o de Israel. Por otra parte cada día nos vemos obligados a codearnos con representantes de esas religiones. Sea que leamos libros o que tratemos con personas, la verdad es que no pocas veces nos llama la atención la alta calidad religiosa que en ellos encontrarnos. Y esto no tiene lugar sin que nuestro interior y en torno a nosotros se produzca una cierta turbación.

En punto a esto se dan dos actitudes falsas.

1 Considerar las religiones no cristianas solo groseras supersticiones

La primera es la de aquellos que no ven en las religiones no cristianas más que groseras supersticiones o especulaciones sin alcance alguno. Deber nuestro es hacer justicia de los valores religiosos que en ella se hallan: "La Iglesia, ha escrito Pío XII en la Encíclica Evangelii praecones, jamás ha tratado con desprecio las doctrinas de los paganos; no ha hecho más que liberarlas de sus errores". No tenemos en manera alguna necesidad de despreciar las religiones no cristiana para mostrar la grandeza del cristianismo. Muy al contrario, tanto más grande aparecerá ésta a nuestros ojos cuanto hayamos dado todo su valor a las realidades a las que supera él.

2 Todas las religiones son buenas e iguales

Pero se da también otra actitud, y más perjudicial que aquella. Hoy en día vernos por doquier que se pone en cuarentena o se minimiza la trascendencia del cristianismo, y que se ponen en duda las fronteras que lo separan de las demás religiones."

Unos lo hacen depender de "una tradición religiosa" de la que a fin de cuentas no sería más que una de tantas ramas, y no la más importante a ciencia cierta.

Otros no ven en él más que un momento de la evolución religiosa de la humanidad, momento que tiene su origen en otras formas religiosas anteriores y que acaso sea por su parte destinado a ceder su puesto a otras religiones en el futuro.

Ya en otra línea de pensamiento opinan algunos que los dogmas son de importancia secundaria, y que en todas las religiones se puede llegar a la única realidad que es la "experiencia espiritar. Otros finalmente, en presencia del materialismo que trata de arrastrarlo todo, nos llegarán a decir que es preciso abandonar las diferencias que nos separan para aunar las "fuerzas espirituales" en un esfuerzo mancomunad.

Concepciones todas éstas que para nosotros son inaceptables. Y sin embargo nos las encontramos en nuestro derredor; a veces se llegan hasta nuestro interior y no sabernos cómo oponernos a ellas. Es por consiguiente de importancia vital el plantear con toda claridad el problema, y, aun haciendo justicia a las religiones paganas, ver en qué las supera el Cristianismo.

La diferencia entre las distintas religiones y el cristianismo"

Y pasamos ahora a otra afirmación, a saber que sólo esta acción de Dios puede salvar al hombre, es decir, que no hay salvación más que en Jesucristo. Es lo que desconoce una de las posiciones sincretistas que hemos enumerado antes, la de aquellos que creen que las místicas de todas las religiones coinciden hasta identificarse. La amplitud de esta concepción seduce a no pocos espíritus, que la oponen a la intransigencia cristiana. Pero al afirmar que las místicas de todas las religiones son semejantes, se viene a decir que lo que salva es el esfuerzo ascético de desprendimiento y de unión con Dios y no la eficacia

45 JEAN DANIELOU, Op. cit., p.149-153.

Page 22: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

2 2

de la cruz de Jesucristo. Una vez más nos encontramos en presencia de una oposición de lo más radical.

No se trata de manera alguna de menospreciar los ejemplos de vida interior y de desprendimiento con que nos encontramos en las religiones no cristianas.

La China nos aporta con la doctrina de Confucio reglas admirables de prudencia para las relaciones entre los hombres. La India nos ofrece el ejemplo de un pueblo que ha visto siempre en la ascesis y en la contemplación su más elevado ideal. Y es imposible leer a sus maestros, desde el autor de la Bhaghavatgita hasta Aurobindo, sin experimentar el sentimiento de la irrealidad de los bienes terrenos y de la soberana realidad del mundo invisible. Se comprende pues que, en nuestro moderno Occidente, que jamás se ha preocupado de otra cosa que de captar las energías del cosmos, y al que ha comunicado el marxismo la ilusión de que es posible transformar al hombre por el mero hecho de cambiar sus condiciones materiales de existencia, la sabiduría de la India ejerza un inmenso atractivo en las almas sedientas de silencio y de interioridad.

Pero todo esto supone que el hombre puede llegar a Dios por sus propias fuerzas. Ahora bien esto es precisamente lo que niega radicalmente el cristianismo.

Y podríamos presentar la misma oposición bajo forma diferente, diciendo que la diferencia que media entre el cristianismo y las religiones no cristianas puede equipararse a la que media entre el héroe y el santo. No hay duda de que son algo admirable los esfuerzos a los que se entregan los ascetas de la India. Representan cuanto de más grande puede darse en un orden humano.

Pero los santos son algo muy diferente. A menudo son seres humanamente muy débiles e incapaces. Y sin embargo emprenden cosas difíciles que se hallan muy por encima de las fuerzas del hombre, pero lo hacen apoyándose siempre en la fuerza de Dios. Tales eran los mártires de los primeros siglos. Tal un Juan de Brébeuf que se declaraba incapaz de pincharse el dedo con una aguja, y que marchaba a evangelizar a los Iroqueses sabiendo que se exponía a los peores suplicios. De ahí que pueda el santo seguir siendo humilde incluso en las acciones más difíciles. De ahí también que puedan ser considerados el martirio y la santidad como pruebas de la divinidad del cristianismo.

Relación de ambivalencia entre la Ciudad de Dios y la ciudad terrestre"

Más allá de lo que se refiere a la relación entre los cristianos y las personas de otras culturas y religiones, el historiador Marrou nos habla de la relación entre la historia de la salvación y la historia profana.

A la vez que tiene lugar el progreso de la Ciudad de Dios, ella es testigo de la descomposición de la ciudad del mal. No es este simplemente un dato inerte situado al inicio de la Historia como un elemento de la condición humana tras la caída. Constituye, por así decirlo, una dinámica del pecado que impulsa siempre más allá su propia ruina.

Una lectura detenida del Antiguo revela un esquema análogo: la caída, Caín, Lamec y su violencia, la corrupción que desemboca en el diluvio y después Babel; y todo comienza de nuevo. Hay un descender, una degradación con la que se pone de manifiesto la explicación gradual de las consecuencias del pecado: una especie de siniestra y oscura fecundidad del mal.

Tocamos, en este punto, uno de los motivos esenciales y uno de los aspectos más profundos de nuestra doctrina, iluminada de manera especial por san Agustín47. No era suficiente con

46 HENRI-IRÉNÉE MARROU, Op. cit., p.88.

Page 23: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

2 3

distinguir entre las dos ciudades y su confrontación, sino que era necesario precisar también sus mutuas relaciones corno de hecho nos aparecen en la experiencia histórica. Relaciones complejas, «porque en este mundo las dos ciudades están intrincadas entre ellas [como los palos de mimbre de un canasto] y en profunda confusión [como en una emulsión química], hasta que el Juicio final las separe» (Civ. Dei, 1, 35). Así está formulado de manera acertada en la célebre expresión que San Agustín ha retomado tantas veces. Y muy justamente: esta noción de mezcla inseparable es precisamente uno de los principales fundamentos de la Teología Cristiana de la Historia y se deduce naturalmente de la parábola evangélica de la cizaña y del buen grano (y para su explicación), sobre la que salí Agustín vuelve a menudo tanto en su polémica contra los Donatistas coma después contra los Pelagianos, así como también en su predicación más cercana dirigida a los fieles de Hipona.

En el campo del padre de familia -este campo es el mundo en que se desarrolla nuestra historia- crecen juntos el grano bueno, es decir los hijos del Reino, y la hierba envenenada, los hijos del Maligno, mezclados de un modo tan inseparable, que los mismos ángeles del Señor no se arriesgarían a empuñar la hoz por el temor a arrancar al mismo tiempo el trigo en pleno crecimiento. Para que ambos puedan ser separados definitivamente es necesario esperar al día de la cosecha cósmica, a la plenitud del tiempo de la Historia.

No cuesta mucho mensurar las consecuencias prácticas de esta doctrina: el que la comprenda en su totalidad no podrá ya hacerse una imagen «maniquea» del mundo, como suele decirse, donde estarían por una parte los buenos, el partido de Dios, y por la otra los malos: los primeros confiados en el Reino, los otros ya condenados. El límite que separa ambas ciudades es prácticamente indistinguible a nuestros ojos: cuántas veces san Agustín ha vuelto en su predicación sobre este punto.

Releamos, por ejemplo, el magnífico Sermón en el que san Agustín se dirige a sus fieles de esta manera:

«Vosotros sois el grano, las espigas, el trigo de Cristo. Interrogad vuestra conciencia: si estáis entre el trigo, orad para perseverar hasta el final; si os encontráis divididos entre el trigo y la cizaña, disponeos a transformaros... el enemigo ha sembrado la cizaña por todas partes: laicos, clérigos, obispos, cónyuges, religiosos, religiosas; no ha dejado nada que no haya sido afectado». Sería una aplicación caricaturesca de nuestra teología, una deformación grotesca, confundir la Historia de la Ciudad de Dios, que siempre permanece invisible a nuestros ojos. con aquello que es accesible a nuestro conocimiento de la Historia de la Iglesia visible.

Nuestra doctrina de la ambivalencia encuentra aquí un campo de aplicación particularmente fecundo. Por una parte es verdad que la Iglesia es el pueblo de los «santos llamados» (nosotros lo hemos expresado como «llamados a ser santos») y el Espíritu que la asiste con su presencia hará que prevalezca sobre las potencias del Hades. Por otra parte, no es menos cierto que aparece, cuando se la juzga empíricamente, compuesta sobre todo por pecadores y por carnales, por no hablar de los ignorantes cuya buena voluntad se revela al final estéril por falta de competencia técnica, tan poco diestros que fallan el blanco, sólo hábiles para dejar escapar la ocasión histórica...48

BREVE EXCURSUS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA

Haremos ahora un breve excursus de la Historia de la Iglesia desde el inicio hasta hoy, obviamente, a grandes rasgos.

47 Ibid. p. 99.48 Ibid, p.100-101.

Page 24: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

2 4

Sólo haré presentes algunos periodos en lo que se ve con claridad la intervención del Espíritu Santo guiando y renovando constantemente a su Iglesia, suscitando nuevos Carismas y Santos.

En esta brevísima exposición no me referiré a los hechos más negativos, llevados a cabo por los miembros de la Iglesia católica en ciertas épocas de la Historia.

Además de las culpas de los Pastores y los fieles, por las que Juan Pablo II, como antes hemos dicho, ha pedido perdón en el Jubileo del año 2000, en los últimos decenios ha tenido lugar una nueva reinterpretación de los hechos más discutidos de la Historia de la Iglesia. De este modo, se han iluminado los falsos mitos difundidos por los opositores de la Iglesia, como la leyenda negra, sobre todo en relación con las Cruzadas y la Inquisición.

El que quiera profundizar sobre este asunto, pueda hacerlo a través de estos libros que cito aquí: 49

Esta numerosa producción de investigaciones y publicaciones sobre la Historia de la Iglesia, realizadas por católicos, es índice de la importancia que tiene el redescubrir los acontecimientos de la Historia en el contexto de su tiempo, más allá de ideologías instrumentales.

PRINCIPALES INTERVENCIONES DEL ESPÍRITU SANTO EN LA HISTORIA DE

LA IGLESIA COMO RESPUESTA A LOS DESAFÍOS DEL TIEMPO

Al comienzo de su libro: "Historia de la Iglesia", Alfred Läpple50, escribe:

Entre la Ascensión del Señor y su retorno en el último día, sucede este poco de la Historia de la Iglesia, que abarca ya unos 2000 años, y cuyo final aún no se percibe.

Cristo, en su Iglesia, se ha confiado a la fe, al espíritu de sacrificio, a la gozosa donación, pero también se ha • expuesto al error, a la ebriedad del dominio, al pecado y a la aversión de los hombres.

Cualquier página de la Historia de la Iglesia está escrita con los caracteres negros del pecado con los que los hombres tratan de contener la omnipontencia de Dios. El pecado, si bien no consigue impedir el afirmarse del reino de Dios, sí es cierto que lo obstaculiza seriamente.

Se remonta a Agustín este dicho: la Iglesia prosigue sin oposición su peregrinación hasta el fin de las cosas, entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios.

El presente libro considera y ve la Historia de la Iglesia a partir del misterio de Cristo, , siempre vivo y actuante.

IGLESIA PRIMITIVA: PERSECUCIÓN Y DIFUSIÓN.

El nacimiento de la primera comunidad cristiana en el tiempo de los apóstoles, como se nos describe en los Hechos de los Apóstoles, en las cartas de san Pablo, de san Pedro, de san Juan, se caracteriza por la presencia activa del Señor Jesucristo, que ha prometido estar presente hasta el fin del mundo. Por esto la primera comunidad de Jerusalén, y después en las que de ella fueron naciendo, compartían la misma suerte de su Señor: la persecución.

Si, por una parte, la persecución provoca la expansión del cristianismo por todo el imperio romano hasta Roma, por otra ayuda a los cristianos a vivir una intensa relación con el Señor y entre ellos. Muchos de ellos testimoniarán la fe en Jesucristo hasta el martirio.

49 LuiGi NEGRI, False accuse alla chiesa, Editrice PM, Casale Monferrato 1997.Gracias al historiador Hubert Jedin, ha nacido la colección "Historia de la Iglesia", editada por Jaka Book, y promovida por Comunión y Liberación.JEAN DUMONT, II Vangelo nelle Americhe, dalla barbarie olla civiltá, Editrice Effedieffe, Milano 1992.Cito también el libro de ANGELA PELLICCIARI, Martin Lutero, Editrice Cantagalli, Siena 2012. De la misma autora, existen varios libros sobre la reinterpretación del Resurgimiento en Italia.50 ALFRED LÁPPLE, Storia della Chiesa, Elle Di Ci, Torino 1982, p.

Page 25: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

25

Es en este tiempo, en los primeros tres siglos de la vida de la Iglesia, en el que Dios suscita primero a los Padres Apostólicos [aquellos que han conocido personalmente a los Apóstoles], y después a los Padres de la Iglesia, que ayudan a las comunidades cristianas a mantener vivo el Espíritu de Jesucristo. Entre ellos recordarnos a Ignacio, obispo de Antioquía +107; a Policarpo, obispo de Esmirna +156; a Justino, filósofo y apologeta cristiano +165; a Ireneo, obispo de Lyon +202; y a Cipriano, obispo de Cartago +258.

LA ÉPOCA CONSTANTINIANA

Con el Edicto de tolerancia de Milán, en el 313, Constantino abre para la religión cristiana el camino hacia la libertad. Al mismo tiempo, sin embargo, entrega la Iglesia al Estado y su favor.

Si la Iglesia perseguida se encontraba amenazada por la oposición de los emperadores, la Iglesia imperial lo fue por causa de su favor, cesaropapismo: Iglesia por gracia del Emperador. Con el emperador Teodosio I, en el 391, el cristianismo se convierte en la Religión del Estado.

Los cuatro Primeros Concilios Imperiales:

En este periodo, la Iglesia profundiza en la Revelación de Dios sobre la Santísima Trinidad. Los concilios son convocados por el emperador, considerado corno el elemento de la unidad del imperio, con una autoridad superior a los Obispos y al Obispo de Roma.

El concilio de Nicea (19 de junio - 25 de julio del 325), convocado para clarificar la controversia arriana. Arrio sostenía la inferioridad y la dependencia del Hijo de Dios hecho hombre respecto del Padre, y afirmaba que el Hijo es creado, que tiene un principio y deriva de la nada.

Esta afirmación de Arrío, que puede hoy parecernos secundaria en importancia, revestía una importancia capital en el tiempo de la Iglesia naciente. De hecho, si el Hijo de Dios era inferior al Padre, significaba en la práctica que el Papa, en calidad de Vicario de Jesucristo en la tierra, debía someterse al Emperador, que a su vez representaba a Dios Padre sobre la tierra. Puede así comprenderse el motivo por el que los primeros Concilios en defensa de la ortodoxia cristiana fueron convocados por los Emperadores y no por los Papas.

El concilio de Constantinopla (381), que reconoce la divinidad del Espíritu Santo. Se formula aquí el "Credo Niceno-constantinopolitano", que explicita mejor que el más antiguo "Credo Apostólico" -considerado de origen apostólico- la divinidad de las Tres Personas de la Santísima Trinidad, como respuesta a las herejías surgidas en los primeros siglos de la vida de la Iglesia. Ambas versiones del Credo, que han permanecido hasta hoy, constituyen la síntesis de los principales misterios de nuestra fe.

El Concilio de Éfeso (431), en el que la Virgen María es reconocida como Madre de Dios, definiendo el papel de María según la tradición frente a lo que afirmaba Nestorio.

El Concilio imperial de Calcedonia (451), que define las dos naturalezas, divina y humana, en la única persona divina de Jesucristo, frente a la controversia del Monofisismo.

También en estos momentos de dificultad, momentos de verdadera lucha por mantener la ortodoxia de la tradición que se remonta a los apóstoles, Dios suscita grandes Santos y Doctores: en oriente San Atanasio el Grande +373, valiente y tenaz defensor de la ortodoxia de la fe cristológica ante Arrío y sus seguidores. San Basilio el Grande +379, el cual, debido a las dos reglas religiosas que escribió, fue llamado Padre del monaquismo griego. Sa Gregorio Nacianceno, +390, quien por su claridad en la exposición de la doctrina en Italia, recibió el título honorífico de "El Teólogo". San Juan Crisóstomo, +407, ilustre predicador, del que conocemos las catequesis para los catecúmenos y la preparación para el bautismo, a quien depusieron y exiliaron por causa de su franqueza.

Page 26: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

2 6

En Occidente, mientras el Oriente cristiano se ocupaba de los problemas cristológicos y trinitarios, Dios suscita cuatro grandes Padres Latinos de la Iglesia, especialmente abiertos hacia los problemas prácticos de pastoral relativos a la vida cristiana y a la ciencia bíblica.

San Ambrosio, +397, pastor incansable y valiente, que condujo a Aurelio Agustín a la Iglesia católica, y que obligó al emperador Teodosio a hacer penitencia pública.

San Agustín, +430, quien tras una borrascosa juventud, y ya treintañero, recibió el bautismo la noche de Pascua del 387 de manos de Ambrosio, obispo de Milán. Desde el 395 fue Obispo de Hipona, infatigable en la actividad pastoral, en la defensa de la ortodoxia católica y en la ciencia teológica.

San Jerónimo, +419, docto conocedor de diversas lenguas y experto en ciencias bíblicas, así como agudo y temido polemista. La mayor obra de su vida de literato es la traducción de la Biblia del hebreo y del griego al latín: la "Vulgata".

San Gregorio Magno, +604, que vive entre el final de la era cristiana antigua y el inicio de la medieval. Elegido Papa en el 590, su solicitud principal fue el reordenamiento de la liturgia romana. De él toma nombre el Canto Gregoriano, y en su tiempo sucede la conversión de los Germanos.

En Oriente: monaquismo Oriental

Como más arriba hemos esbozado, con el edicto de Milán en el 313 queda asegurada la plena libertad de fe y de culto para la religión cristiana. En el 321 la Iglesia será reconocida como un ente de derecho público, y por tanto con la capacidad de recibir la herencia y muchos privilegios de parte de los emperadores. Este hecho determina la entrada de masas de paganos que la Iglesia trata de evangelizar partiendo de su religiosidad natural, lo que conlleva también que de manera inevitable las costumbres y las tradiciones del paganismo entren en la Iglesia.

"Ahora el cristianismo" no es simplemente tolerado, sino colmado de privilegios por parte del poder civil. El pueblo se convierte en masa, aunque a menudo de modo superficial. Los grandes se hacen cristianos más por imitar al emperador que por convicción personal. Muchos eclesiásticos hacen carrera y también muchos obispos están más interesados de agradar al poder público que a Dios.

"Desde que la Iglesia tiene emperadores cristianos, ha crecido en potencia y riqueza, pero ha disminuido en fuerza moral".

Como reacción a la mundanización de la Iglesia nace, primero en Palestina y en Egipto y después en Occidente, la vida monástica, en la que poder vivir la auténtica vida cristiana en la comunión con Dios y con los hermanos.

"En este contexto la fuga del mundo aparece como la mejor condición para acceder a la vida de perfección. Esta vida se concreta tanto en el rechazo del pecado como en la renuncia a los bienes de la creación, con la práctica de los consejos evangélicos, para crecer con mayor facilidad en la gracia de Dios, y ser de mayor utilidad en orden al crecimiento del cuerpo místico".

Su presencia constituirá un baluarte de defensa contra los demonios que quieren atacar a los cristianos en las ciudades.

Eremitas: San Antonio Abad

5I MICHEL LEMONNIER O.P.„Storia della Chiesa, Edizioni San Gaetano, Vicenza, 1981p.147 ss.

Page 27: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

2 7

San Antonio Abad, hacia los 20 años, impresionado por las palabras dirigidas por Jesús al joven rico: -Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo, y después ven y sígueme" (Mt 19, 21), lo deja todo y se retira a vivir en el desierto. San Antonio tenía siempre junto a sí algún discípulo, y ejercía sobre él aquella paternidad espiritual característica de la vida consagrada a Dios.

Los grupos de AnacoretasPoco a poco los eremitas se fueron organizando en una vida en común: habitualmente cada uno vive, trabaja y medita en la propia celda, pero todos se reúnen para la oración en común (este es el inicio del oficio monástico), ya sea cada día en las horas fijadas, o cada semana para la solemne liturgia del sábado y del domingo.

El Cenobismo (vida común) de San PacomioCon Pacomio aparece un nuevo tipo de monacato que, por reacción, no pone ya el acento en la soledad, sino en la "vida común", y como consecuencia, en la obediencia. Para Pacomio es fundamental la comunión de los monjes, todos bajo la guía de la Palabra de Dios y del Abad.

En Occidente - San Benito: "Padre de Europa"

Durante la invasión de los bárbaros, y en medio de las crueldades y de la corrupción moral que vienen a continuación, los Obispos y los Monjes del siglo quinto supusieron una acción benéfica.

La regla de San Benito establece que los monjes vivan en común una misma forma de vida, bajo un único superior, el Abad, que representa a Cristo.

San Benito da comienzo al surgimiento del monasterio de Monte Cassino, que se convierte en el padre de centenares de monasterios esparcidos por toda Europa: Italia, Suiza, Alemania, Francia y Gran Bretaña.

Mientras el monacato oriental se dedicaba casi exclusivamente a la oración, Benito sitúa la vida religiosa bajo el lema: "ora et labora".

El punto de partida y la meta de toda la vida monástica es la gloria de Dios. A la opus Dei, bajo la forma de funciones religiosas y de la oración coral en común, es necesario darle una indiscutible precedencia. "La oración coral es el alma de la vida religiosa".

"Los monjes van cada día a trabajar, talan, plantan, unifican, abren carreteras, construyen casas, puentes, defensas. Los monasterios desarrollan así una potente vida económica y proveen para sí, para los colonos, que siempre en un gran número se reúnen en torno a los monasterios, para los pobres, para todos. Agricultura, industria, comercio, florecen a través de la red de los conventos benedictinos. Al mismo tiempo, los monasterios son el centro de la vida civil, al enseñar con el ejemplo a trabajar, proveer y ahorrar. La igualdad entre latinos y germanos, cumplida en la comunidad del monasterio, es una exhortación para las poblaciones. Los monasterios son también centro de vida cultural. Cuentan con biblioteca y escuela: abierta a todos, y especialmente frecuentada por los que aspiran a cargos o al sacerdocio. Junto a la escuela tienen hospicios, hospitales y casas de recuperación. Por todo ello, la civilización europea que se está formando durante estos siglos, es deudora en gran parte a la obra continua y eficaz de los monasterios benedictinos" 52.

FRANCESCO MORONI, Corso di storia, Volume quattro, Editrice Sei Torino 1959.

Page 28: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

2 8

LA REFORMA DE CLUNY 53

Para comprender la Reforma de la Abadía de Cluny, es necesario tener presente que en el Siglo VIII tiene lugar la fundación del Estado de la Iglesia.

Los Papas, como Obispos de Roma, desde el edicto de Milán (313) eran poseedores mediante donaciones y herencias de grandes parcelas de terreno, especialmente en la zona central de Italia, territorios que eran denominados como "Patrimonium Petri".

Tras la victoria sobre los Longobardos (paz de Pavía 756), Pipino, rey de los Francos, entregó a San Pedro y a la Iglesia otras posesiones, haciendo posible la soberanía política del Papa en la Italia central.

Con la coronación de Carlo Magno, comienza a delinearse la unidad y el orden de vida en Occidente, conocido corno Medievo Cristiano. Esto marca el nacimiento de Europa. Papas y Emperadores se sentían llamados a actuar juntos en la religión y en la línea política. A partir de esta división entre poderes espirituales y materiales, se desarrolló una tensión que provocó las luchas de rivalidad entre el Emperador y el Papa54.

La Abadía de Cluny

Surge en este contexto el movimiento de reforma de Cluny.

Cluny un monasterio situado en la Borgogna, fundado en el 910 por el duque Guillermo de Aquitania, fue el punto de partida de un movimiento revolucionario en relación con las concepciones de entonces. Sostenía la plena libertad e independencia de la Iglesia frente los poderes mundanos, y rechazaba decididamente toda injerencia de los laicos en la asignación de los oficios eclesiásticos. Propugnaba también la independencia del obispo, que se sometía sólo al Papa.Con la elección de un monje de Cluny, Hildebrando, que toma el nombre de Papa Gregorio VII, la reforma inicial de los monasterios se extiende a la reforma de la Iglesia universal. Sostenía, en nombre de la esencia y de la misión de la Iglesia, la exigencia de su completa libertad frente a cualquier influencia no eclesiástica. De manera especial en lo relativo a la asignación de los oficios y de la elección de los obispos. Esto conducirá a tremendas luchas por las investiduras55.

Bernardo de Claraval (+1153)

A partir de la inicial reforma monástica, la Abadía de Cluny se convierte poco a poco en un gran centro de cultura y de comercio. La riqueza abunda, pero disminuye la vida espiritual de los monjes.

Es este el momento en que el Señor suscita a Bernardo de Claraval, que junto con otros 30 jóvenes procedentes de familias aristocráticas, dejan sus familias y sus riquezas para fundar un nuevo monasterio en Citeaux, recuperando el sentido de la pobreza evangélica y del celo misionero del Evangelio. En poco tiempo los monasterios Cistercienses se difunden por toda Europa.

SAN FRANCISCO DE Asís Y SANTO DOMINGO DE GUZMAN56

A partir de la mitad del siglo XII, el sur de Francia fue agitado por profundas inquietudes religiosas. Las ciudades de Albi y de Lyon eran los centros de una renovación revolucionaria... La Iglesia, durante el siglo anterior, se había hecho rica, demasiado rica. Contra la Iglesia rica surgieron los Cátaros, "puros", que querían abstenerse de toda

53 ALFRED LAPPLE, Op.cit., p.63 SS.54 Ibid., p. 66.55 Ibid, p. 85.56 ALFRED LAPPLE, Op. cit., pp. 96-98.

Page 29: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso -- 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

29

contaminación mundana visible (renuncia al matrimonio, a la familia y a las propiedades). Su contraseña era: ¡Volvamos a la simplicidad de Jesús! Debido a que los cátaros vivían principalmente en la ciudad de Albi, fueron llamados "Albigenses".

En Lyon, un mercader rico, Pedro Valdés, había repartido sus bienes y había comenzado a leer y a explicar con ardiente corazón la Sagrada Escritura. A la contraseña: Retorno a la pobreza de Jesús, añadía: ¡Retorno a la Sagrada Escritura! Los valdenses fueron el inicio de un grandioso movimiento bíblico medieval.

Las pretensiones de los Albigenses y de los Valdenses se hacían cada vez más grandes. Se rechazó la encarnación de Dios, la resurrección, el purgatorio, la veneración de los santos y las indulgencias. Y al tiempo que se repudiaba a la Iglesia visible y su predicación, se llegaba a ser fanático de una nueva "Iglesia del Espíritu". Estas corrientes revolucionarias combatían también el juramento, el servicio militar y la pena de muerte.

En vano se trató de convertir a estos herejes con predicación e instrucciones.

Debido a que Albigenses y Valdenses se iban haciendo cada vez más radicales y a que iba creciendo cada vez más el número de sus seguidores, Inocencia III dirigió en el 1209 una verdadera cruzada contra los herejes, «peores que los sarracenos». La guerra contra los Albigenses (1209-1229) se desarrolló con indescriptible crueldad. Familias masacradas, montones de ruinas de pueblos y ciudades humeantes. Es inconcebible que los cristianos pudieran enfurecerse con tanta crueldad contra otros cristianos con el pretexto de defender a la verdadera Iglesia.

En este contexto Dios llama a Francisco para socorrer y renovar la Iglesia.

Francisco, nacido en 1182, había encontrado a Cristo, el Señor. Mientras rezaba en la ruinosa capilla de san Damián, en los alrededores de su pueblo, escuchó la voz de Cristo desde la cruz: "Francisco, ve y repara mi casa, que como ves, amenaza ruina".

Francisco fue tocado por el amor de Cristo. Y no quiso perder nunca a este Jesús de su corazón.

Desde entonces fue el Evangelio, y nada más que el Evangelio, la regla de su vida. Quiso ser estimado como el «más pequeño entre los hermanos» (Mt 25, 40), por lo que dio el nombre de "Hermanos menores" a la comunidad de 12 hombres que se le unieron.

El Papa Inocencia III, tras haber superado muchas dudas, otorgó en 1210 al joven Francisco la aprobación oral de su sencilla regla.

Francisco de Asís fue la respuesta viviente a los inquietantes problemas de su tiempo. Él, de manera amable, condujo hacia la Iglesia aquel movimiento de pobreza que fue siempre para él un impulso inspirador, y pudo la pobreza voluntaria al servicio de la pastoral y de la caridad, que veía a Jesús necesitado en los semejantes que sufren.

Durante el resto de su vida permaneció como diácono. No se consideró digno de ser ordenado sacerdote. Arrastraba por su simplicidad, por su amor a Cristo, por su alegría cordial y por su abierto amor a la naturaleza.

"La influencia de Francisco57 fue y es una gran guía. Él ha encamado un estilo nuevo de vida cristiana, afirmando el primado del testimonio y del buen ejemplo en relación con la predicación, y renovando el espíritu misionero (la incredulidad deber ser combatida con el amor y no con la fuerza) «predicando más bien que luchando» (abandonando el estilo de la «cruzada»). Esta renovación se extendió al pueblo por medio de la «tercera orden», formada por miles y miles de cristianos que no podían entrar en un convento, por lo que se agrupaban en fraternidades laicas, unidas a la Orden, para vivir su espiritualidad.

57 MICHEL LENIONNIEl. Op. city, 33,249-250.

Page 30: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

3 0

Escribe Tomás de Celano: «Francisco fue enviado por Dios en un momento en el que la doctrina evangélica estaba casi olvidada en todas partes, para mostrar la locura de la sabiduría humana y con su locura llevar a los hombres a la sabiduría de Dios».

Santo Domingo de Guzmán

Casi al mismo tiempo surge en Francia la Orden dominica, llamada así por causa de su fundador, Domingo58.En 1203, y después durante los años 1205-1206, Domingo acompaña a su obispo durante largos viajes hasta Escandinavia. Estos viajes le hacen tocar con la mano la miseria espiritual del pueblo, casi abandonado al error y a la inmoralidad por causa de la pobreza espiritual del clero y el método, muy poco evangélico, seguido en la predicación por los misioneros enviados en su ayuda,

En Montpellier, durante el transcurso de un encuentro con los legados enviados por el Papa para combatir la herejía albigense, los cuales estaban desanimados por el completo fracaso, Domingo siente resonar en sí el lema de su obispo: «trabajar con mayor ardor que nunca por la predicación, dejando aparte cualquier otro empeño; para cerrar la boca de los malvados, vivir lo que se enseña, según el ejemplo del Buen maestro, presentarse en la humildad, caminar a pie sin oro ni plata; en una palabra imitar en todo la forma de vida de los apóstoles».

En Toulouse, con la aprobación del Obispo y junto a sus primeros seguidores, abre el primer convento en el que fija un programa: estudio en profundidad de la Palabra de Dios, meditada y vivida; predicación incansable al servicio de todos, en especial de los pobres, lo cuales no viven solo de pan, sino también de la verdad.

En 1217, Domingo distribuye los primeros hermanos por varios países de Europa, encomendándoles como base de su actividad las universidades de Paris (teología) y de Bolonia (derecho eclesiástico). A quienes le acusaban de imprudencia (lbs hermanos son sólo dieciséis!) Domingo les respondía: "¡Sé lo que hago! Cuando el grano se conserva almacenado se corrompe; pero fructifica cuando se siembre". Muere el 6 de agosto de 1221, agotado por las fatigas apostólicas. Al final del siglo, los conventos son 557, y se encuentran dispersos por toda Europa y en Tierra Santa.Escribe Catalina de Siena: «Verdaderamente Domingo y Francisco son dos columnas de la santa Iglesia: Francisco con la pobreza que le caracterizo, y Domingo con la sabiduría».

DEL S.XV AL CONCILIO VATICANO II

Desde el final del siglo XV: Impulso misionero y Decadencia de la vida Monástica

Al final del siglo XV tiene lugar el descubrimiento de América. Junto a los colonizadores, España y Portugal envían a los mejores misioneros para llevar el Evangelio, la buena noticia a sus habitantes. Sobre esto, sugiero un libro de Jean Dumont: una investigación histórica que hace tabla rasa respecto de las ideas preconcebidas, los prejuicios, las leyendas, y que conduce - ateniéndose solamente a los hechos contrastados- al desmantelamiento de la leyenda negra anticatólica y antiespañola59.

Mientras tenía Jugar el impulso misionero de evangelización de las nuevas tierras, sobre todo por parte de Franciscanos y Dominicos, se sufría también una grave decadencia de la vida cristiana y monástica.

58 Nacido en Caleruega, en Castilla la vieja (1170), Domingo de Guzmán estudia teología en la escuela de Palencia, y tras ser ordenado sacerdote entra en el capítulo de la catedral de Osma.59 JEAN DUMONT, 11 Vangelo nelle Americhe. Dalla barbarie alla civiltá. Editricel Effedieffe, Milano 1992.

Page 31: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

3 1

En los monasterios femeninos ingresaban mujeres aristocráticas, que llevaban consigo una dote abundante, y también sirvientas, llamadas "hermanas conversas", que les servían. Las salas de acogida de los conventos se convertían con facilidad en salones de grandes señores, en un ambiente mundano.

Este es el tiempo en el que el Dios suscita a Santa Teresa de Ávila, la cual, encontrándose ya en el convento de la Encarnación desde hacia algunos años, con cuarenta y siete años, se siente llamada por Dios a reformar el propio convento de San José para vivir una vida de comunión fraterna y de pobreza en comunión con Dios. A pesar de su avanzada edad, recorrerá parte de España para fundar nuevos conventos reformados.

Junto a ella, Dios suscita a San Juan de la Cruz, quien la apoya y sostiene en la reforma, incluyendo la rama masculina de los Carmelitas.

El grito de la Reforma"

De región en región se iba levantando cada vez con más fuerza la llamada a una reformatio in capite et in membris, a una reforma de la Iglesia en su cabeza y en sus miembros.

Valdenses y Albigenses, así como las fundaciones de órdenes religiosas por parte de Francisco de Asís y de Santo Domingo, eran signo palpable del deseo ardiente de una Iglesia purificada.

Wiclif y Hus llamaron con fuerza a las puertas de una Iglesia necesitada de Reforma. En repetidas ocasiones, tanto los emperadores alemanes como las asambleas germánicas habían dirigido a Roma su catálogo de lamentos de la nación alemana. También aparecía en el orden del día de numerosos concilios como punto programático la reforma de la Iglesia. En Constanza se había quedado en hacer del concilio una institución permanente para la reforma de la Iglesia. Podría convocarse cada diez años, representando una especie de parlamento ante el Papa y la curia.

Concilio de Pisa (1409), Concilio de Costanza (1414-1418), Concilio de Ferrara-Firenze (1438-1442) Concilio V de Letrán (1512-1517).

Aquí y allí se delineaban también indicios de una reforma interna, como en la reforma de las órdenes en España y en Italia. Pero en general, la «reforma» quedó como una exigencia sólo sobre el papel. En todo el Siglo XV, más allá de estos esbozos, no se dio un paso adelante en la reforma de la Iglesia. La Iglesia caminaba por el camino de las ocasiones perdidas.

Cuando en 1512 se inauguró el V Concilio de Letrán, se esperaba que finalmente tuviera lugar la tan esperada reforma de la Iglesia. En su predicación de apertura, el general de los Agustinos, Egidio de Viterbo, dijo: «Los hombres han de ser reformados a partir de los sagrado, y no lo sagrado mediante los hombres». Sin embargo, la reforma fue insuficiente. El 16 de marzo de 1517 se clausuró el Concilio de Letrán, y el 31 de octubre del mismo año, Martín Lutero publicaría sus 95 tesis.

La reforma protestante

Lutero6

A diferencia de las reformas de la iglesia que siempre la purifican y la rejuvenecen infundiéndole nueva vitalidad, la reforma de Lutero rompe los lazos con la Iglesia.

Lutero tuvo, sin duda, una gran personalidad religiosa, como queda demostrado por su capacidad de reunir a su alrededor tanto a las instituciones como a muchos otros hombres, no sólo de entre sus contemporáneos. Pero aquello que nació con él no puede ser definido como

60 ALFRED LAPPLE, Op. cit., p.113.61 LUIGI NEGRI, False accuse alla chiesa, Editrice PM, Casale Monferrato 1997, pp. 38 ss.

Page 32: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

3 2

una profundización, un desarrollo, una reinterpretación en el sentido moderno de la original identidad cristiana. Él creó una cosa nueva.

La reforma es una reducción, según el sentido moderno, de la fe católica, en cuanto que la modernidad es, precisamente, la afirmación de la centralidad del sujeto humano así como es, prescindiendo de la pertenencia a la venida de Cristo presente en la Iglesia. Para Lutero, el problema está en cómo el hombre individual puede llegar a la tranquilidad de conciencia y sentirse salvado. Para él es prioritario y fundamental el aspecto subjetivo y sentimental del bienestar personal: de la pertenencia si pasa a la reinterpretación. El sujeto que ocupa el centro del interés de Lutero es el individuo que no existe para una pertenencia, sino más bien en sí y para sí en su inmediatez.

Cristo, a la medida de la interpretación del individuo

La experiencia de fe de Lutero ha dado cuerpo a un sujeto que prescinde de la Iglesia. Más aún, haciendo propia la oposición individuo-comunidad, destruye la Iglesia entera corno mera institución que, impidiendo al individuo la relación directa con Cristo, obstaculiza su maduración.

Para Lutero, el individuo está llamado a vivir una relación directa con Cristo. Como la Iglesia se sitúa entre él y Cristo con una serie artificial de estructuras, siendo además moralmente débil, el individuo debe rechazarla.

El escándalo suscitado en Lutero por la inmoralidad de los clérigos que encontró en Roma, o por aquellos que predicaban las indulgencias, responde a un esquema muy pobre: si se vive mal una realidad justa, esto significa que no es justa; es un rechazo moralista de la Iglesia y del pueblo, juzgado como degeneración y contaminación de Cristo. Para Lutero, la relación con Cristo, de hecho, es el nexo inmediato y directo del individuo a través de un objeto que no puede cambiar: la Palabra escrita. La experiencia de la fe, para Lutero, es la interpretación que el sujeto hace del objeto "Palabra", de la cual puede derivar, en el sujeto, el sentimiento de ser salvado, o bien puede no derivar nada.

Se rechaza, pues, la Iglesia. Durante 1500 años, la Escritura, fijada por la primera generación cristiana, no había sido el instrumento privilegiado de relación con Cristo (tal instrumento era la vida del pueble de Dios, la Iglesia), sino un punto de referencia obligado para tener un conocimiento exacto de Cristo. Para Lutero, desaparecido el pueblo, permanece la Palabra.

Según la tradición, la vida de la Iglesia se introduce en la venida de Cristo a través de su propia estructura sacramental. Con la Reforma no queda nada de los Sacramentos: son todos eliminados o, al menos, concebidos como pura conmemoración (la Santa Cena protestante se comprende en este sentido). La misma historicidad de Cristo es puesta en segundo plano frente a la Palabra. Cristo, de hecho, es importante por la Palabra que nos ha dejado, por los mandamientos que nos ha dado, pero no es un acontecimiento en el que se pueda participar. De este modo, se reescribe todo el patrimonio de la catolicidad. Este cambio ya estaba presente en la experiencia de Lutero, aunque será en la historia de la Reforma donde se desenvolverá poco a poco este embrión de reducción subjetivista y sentimental de la fe: el contexto sacramental de la iglesia es sustituido por la relación inmediata y directa con la Palabra. La experiencia religiosa se transforma totalmente. Pierde su sentido la sacramentalidad de la Iglesia. según la cual el acontecimiento de Cristo permanece en el mundo, no a través de una palabra escrita, sino a través del ministerio de la Iglesia; es decir, a través de una unidad no reducible a la carne y a la sangre, sino al lugar de la presencia de Cristo, que no puede ser eliminada por los errores y por los pecados de aquellos que viven en ella. Esta reducción tiene lugar en un marco de

Page 33: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

rígida predestinación. De hecho, el que sitúa al hombre dentro o fuera de la salvación, concediéndole el sentimiento de estar salvado o negándoselo, es Dios mismo, que elige solo a algunos, porque no quiere la salvación de todos.

La postura católica afirmaba que Cristo es Dios que se comunica para la salvación de todo hombre; a él es posible adherirse mediante la voluntad del individuo. En Lutero, el criterio queda completamente al revés: hay un Dios que, de manera caprichosa, del conjunto de una masa destinada a la perdición porque es pecadora, predestina a algunos a la salvación y a otros a la condenación (Calvino hablará de «arbitrariedad divina»). Dios puede elegir al malvado para salvarlo a pesar de su maldad, y puede condenar al bueno. Se trata, en pocas palabras, de una imagen de un Dios que actúa contra el hombre de modo totalmente arbitrario.

¿Escisión de la comunidad de la Iglesia? 62

Partiendo de una inicial cuestión de conciencia, la cosa se fue convirtiendo cada vez más en un asunto de príncipes y de sus juristas, los cuales intervinieron con medidas jurídicas y administrativas. Lutero no solicitó ni admitió la formación de una nueva confesión. Entre sus teólogos destacó especialmente Melanchton (1497-1560) quien precisó en forma teológica las ideas de su amigo Lutero en sus «Loci communes» y en su «Confessio Augustana». La estabilización (¿o tergiversación?) de los intentos de Lutero fue claramente expresada en la conmemoración que Melanchton mantuvo el 22 de febrero d 1546 sobre su difunto amigo. Celebró a Lutero como "gubernator Ecclesiae", como "gobernador de la Iglesia", atribuyéndole una función nunca pretendida por él mismo. A partir de este momento se encuentran frente a frente dos modos diversos de interpretar la Escritura, dos confesiones cristianas. La comunidad de la Iglesia y de la fe queda dividida. Desde la paz religiosa de Augusta (1555) las «Iglesias» vivieron una al lado de otra.

La Contrarreforma: el Concilio de Trento

Aunque Martín Lutero en 1518 y en 1520, y en las dietas de Nuremberg de 1523 y 1524, apelara a un libre concilio cristiano, la instancia de un concilio no se realizó.

En 1539 Lutero, en su escrito: «Los concilios y la Iglesia» apeló una vez más al concilio, que para él era la boca de la santa Iglesia. Lutero daba a conocer además que estaba dispuesto a ceder en «grandes cuestiones», si se reunía un concilio verdaderamente libre. ¿Era aún posible la unión?

Después de superar no pocos obstáculos, y tras grandes demoras en el tiempo, condicionado por las situaciones políticas en Europa, el concilio fue finalmente inaugurado el 13 de diciembre de 1545 en Trento.

Tras discutir por el orden del día (al emperador le interesaba la cuestión de la reforma, al Papalas cuestiones de la fe), las discusiones teológicas se concentraron en torno a tres temas:

Escritura y tradición (IV sesión)

Pecado original y justificación (V y VI sesiones)

Doctrina de los siete sacramentos (sesiones VII, XIII, XIV, XXI-XX1V).

El decreto sobre la justificación, discutido y concluido en la VI sesión el 13 de enero de 1547, es un trabajo teológico magistral, sobre el cual el historiador de la Iglesia Evangélica Adolfo von Harnack llegó a decir: «Si el decreto tridentino sobre la justificación hubiera sido escrito antes, no habría sido necesaria la llegada de Lutero».

62 ALFRED LAPPLE, Op. cit., p. 1 17.

3 3

Page 34: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

3 4

También sobre los problemas de la reforma interna de la Iglesia (erección de seminarios para la formación de futuros sacerdotes, prohibición de acumular oficios, imposición de deberes y tareas pastorales a los sacerdotes y obispos, reforma de las comunidades de clausura, nuevo ordenamiento del derecho matrimonial eclesiástico, etc.) se tomaron decisiones normativas en el concilio de Trento. La clausura del concilio tuvo lugar el 4 de diciembre de 1563.

Fueron publicadas, por encargo del Concilio y de los Papas:

1564 La profesión de la fe tridentina.

1566 El Catechismus romanus (para uso de los párrocos).

1568 El breviario reformado.

1570 El Missale romanum.

1590 (1592) la Vulgata (traducción latina de la Biblia).

Sin embargo, el concilio de Trento, al que durante muy poco tiempo (de octubre de 1551 a mayo de 1552) asistieron los invitados protestantes alemanes, no pudo cerrar el abismo que se había abierto dentro de la cristiandad. «No dividió donde aún no había divisiones. Contrapuso la renovación católica a la reforma protestante. No se limitó a restaurar el Medievo, sino que modernizó constitución y pastoral. Trento fue un acto de reflexión y de renovación de sí mismo» (Hubert Jedin).

Carlos Borromeo

El Concilio de Trento fue llevado adelante por Pío 1V, que se sirvió de la preciosa contribución de su sobrino Carlos Borromeo, hecho cardenal y secretario de estado con 21 años, y nombrado arzobispo de Milán a los 22.

Carlos Borromeo, (1538-1584), puso los cimientos del célebre "Catecismo del Concilio de Trento", funda el primer seminario de Milán y se dedica a la reforma de la Curia, 1 cual recibe de él una impronta decididamente eclesiástica y sacerdotal, que había faltado en la época de los papas del renacimiento. Con Felipe Neri y las nuevas órdenes religiosas, Carlos Borromeo, en Roma, es el alma de la reforma católica, el que prepara la elección de los grandes papas que tomarían las grandes decisiones del Concilio, Pío V, Pablo II_

Ignacio de Loyola y los Jesuitas

La "Compañía de Jesús" nace en París el 15 de agosto de 1534, creada por siete amigos que, en el santuario de Montmartre, hicieron los votos de pobreza y de castidad, así como la promesa de llevar a cabo una cruzada espiritual en Jerusalén para convertir a los mahometanos, o bien, si esto no era posible, recalar en Roma para ponerse a disposición del Papa. En 1540 la institución fue aprobada por Paolo III como orden de clérigos y de hermanos laicos, dependientes directamente de su Padre general y del Papa (con voto especial de obediencia y de servicio a la sede apostólica). El objetivo de sus vidas era la predicación, la confesión, la enseñanza, la promoción de centros de estudio al servicio de la fe y las obras de caridad. «La compañía de Jesús» se presenta todavía hoy como una milicia espiritual al servicio de la Iglesia en todos los campos en los que se libra su batalla. "Omnia ad majorem Dei gloriam - todo para mayor gloria de Dios», dice el lema que resume los fines de la Orden.

El fundador es Ignacio de Loyola (1491-1556), caballero español del país vasco. Para resumir su personalidad, podría decirse que se caracterizó por la preocupación constante por cumplir en todo la voluntad de Dios. Donde mejor puede comprenderse a Ignacio es

Page 35: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

3 5

en el libro de los «Ejercicios espirituales» que, según un célebre dicho de Francisco de Sales, ha producido más santos que palabras contiene.

La nueva Orden tuvo un desarrollo muy rápido, dedicándose en particular a llevar a cabo la reforma tridentina (Pedro Canisio es el artífice del retorno a la Iglesia católica de muchos cristianos de Baviera, de Renania, de Bohemia y de Polonia), así como la actividad misionera (Francisco Xavier fue el «apóstol» de Asia oriental y de Japón).

La orden de los Jesuitas, que se puso de modo especial a disposición del Papa, fue requerida desde su origen para tareas importantes y muy difíciles en los países de misión, así como en los países europeos golpeados por el cisma de la fe. Pedro Canisio (+1597), que fue el primer jesuita alemán, se esforzó por restablecer en Alemania y en Austria la unidad e la fe («segundo apóstol de Alemania»). La historia de la Iglesia en la época moderna se encuentra inseparablemente unida con la orden de los jesuitas, fundada por Ignacio, orden que aún hoy se encuentra a la cabeza de todas las órdenes religiosas. Claros y directivos son los principios religiosos según los cuales Ignacio vivió:

«El hombre ha sido creado para alabar a Dios, nuestro Señor, para mostrarle respeto y para servirlo; y para, mediante esto, poder salvar el alma.

Las demás cosas terrenas han sido creadas al servicio del hombre, para ayudarle a alcanzar su fin, para el que ha sido creado. De aquí deriva que el hombre debe usar de las cosas sólo en cuanto que le ayudan a alcanzar su fin, y debe dejarlas en la medida en que lo obstaculizan».

Época de santos

La renovación interna de la Iglesia se hizo visible en la vida de muchos santos de aquel tiempo, que se esforzaron seriamente por practicar una unión más íntima con Cristo, el amor a la Iglesia y el celo apostólico:

Juan de Dios (+ 1550), fundador de los «Hermanos Hospitalarios», Francisco Xavier (+ 1552), jesuita, misionero en el extremo oriente,Ignacio de Loyola (+ 1556), fundador de la orden de los Jesuitas, Teresa de Ávila (+ 1582), reformadora de la orden de los Carmelitas,

Carlos Borromeo (+1584), arzobispo de Milán,Luis Gonzaga (+ 1591), jesuita, patrón de los jóvenes estudiantes,Juan de la Cruz (t 1591), renovador de la orden del Carmelo,Felipe Neri (+ 1595), fundador de los «Oratorios»,Pedro Canisio (+ 1597), jesuita, misionero en Alemania y en Austria,Fidel de Sigmaringa (+ 1622), primer mártir de la orden de los capuchinos,Francisco de Sales (+ 1622), obispo de Ginebra,Maria Ward (+ 1645), fundadora de las «damas inglesas»,Vicente de Paul (+ 1660), fundador de los Señores de la Misión o Lazaristas y

cofundador de las «Hijas de la caridad»,

Margarita María de Alacoque (+ 1690), promotora de la devoción al Sagrado Corazón de

Jesús.

El concilio Vaticano II: las nuevas realidades eclesiales

Con el papa León XIII se inicia un proceso de respuesta al mundo moderno, que poco a poco, como hemos visto el año pasado, conduce a la renovación del Concilio Vaticano II.

Ya hemos hablado en los últimos años del movimiento bíblico, litúrgico, patristico y también histórico que, redescubriendo las Raíces de la Fe, también en el pueblo elegido de Israel, han llevado a toda la Iglesia la recuperación de la Palabra de Dios (Constitución Dei Verbum), una

Page 36: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

3 6

Liturgia más participada por parte de los fieles (Constitución Sacrosanctum Concilium) y el redescubrimiento de la Iglesia como Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo (Constitución Lumen Gentium): a partir de estas fuentes se irradia la Luz de Cristo en todos los campos de la vida (Constitución Gaudium et Spes). Si tenemos ocasión en el futuro hablaremos también de los 9 Decretos relativos a la vida de la Iglesia).

Los últimos Papas suscitados por el Espíritu Santo han sido llamados a responder a los retos de las dos guerras mundiales, el Papa Pio XI, el Papa Benedicto XV, el Papa Pío X11 y los Papas del Concilio: Juan XXIII, Pablo VI, que lleva a su realización el Concilio y sufre por actualización en la Iglesia, el breve pontificado del Papa Luciani, Juan Pablo I, y el gran Papa Juan Pablo II, que será pronto canonizado junto con Juan XXIII. También el Papa Benedicto XVI y el actual Papa Francisco, que se proponen llevar adelante la reforma del Concilio Vaticano II.

Este breve recorrido por la historia de la Iglesia nos muestra que, a pesar de lo muchos pecados de sus miembros, el Espíritu Santo suscita constantemente en la iglesia fuerzas de renovación que permiten llevar el Evangelio, la Buena Noticia en cada generación, hasta los confines de la tierra.

REDESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LA HISTORIA EN EL CAMINO

NEOCATECUMENALEl objetivo de esta catequesis, al final del Año de la Fe, igual que las de los inicios de curso de los años anteriores, es confirmar a la luz de la Revelación, de la Tradición y del Magisterio, todo cuanto el Señor nos ha dado a través del Camino Neocatecumenal.Ya desde las catequesis iniciales, antes de recibir de manos del Obispo la Biblia, hemos sido iniciados a poner nuestra vida bajo la luz de la palabra de Dios. Cuando nuestros catequistas, Kiko y Carmen, y a continuación todos los demás, nos han dicho que Abraham somos nosotros, que el Éxodo habla de nosotros, que Jesucristo es el nuevo Moisés que nos sacaría de nuestras esclavitudes y nos llevaría a la tierra prometida de los hijos de Dios, nos han sido dadas las claves de interpretación de la Escritura.

Como ha quedado sintetizado en los Estatutos del Camino Neocatecumenal:El kerigma preparado por Dios a través de la historia de la salvación (Abraham, Éxodo, etc.): se dan las claves hermenéuticas necesarias para la escucha y la comprensión de la Sagrada Escritura: ver en Jesucristo el cumplimiento de las Escrituras y poner los hechos de la propia historia bajo la luz de la Palabra.

En el primer periodo del pre-catecumenado, hemos sido introducidos en el lenguaje bíblico, un lenguaje histórico, no moralista, y en las celebraciones semanales de la Palabra de Dios y de la Eucaristía hemos experimentado que la Palabra de Dios es viva, es luz para nuestros pasos, porque nos da el discernimiento sobre la voluntad de Dios en los acontecimientos de cada día.

Durante el primer periodo del Catecumenado, hemos profundizado y celebrado en comunidad, las diversas Etapas de la historia de la salvación. Más adelante, hemos sido iniciados en el conocimiento de las principales figuras bíblicas referidas a Jesucristo.

Sobre todo, a través de las celebraciones en las diversas etapas del Camino Neocatecumenal, sostenidos por la fuerza de los sacramentos, Eucaristía y celebraciones penitenciales, hemos aprendido a abandonarnos a la voluntad de Dios, también en los momentos más difíciles de enfermedades, de problemas familiares, y lo hemos visto en nuestros hermanos, en el momento de su paso de este mundo al Padre.

En la etapa final de la elección, los catequistas, dentro de sus limitadas posibilidades, junto con el párroco o el presbítero que les acompaña, han valorado quién estaba suficientemente iluminado sobre la propia historia para poder renovar solemnemente ante el Obispo, las promesas bautismales. Todo según la tradición del Catecumenado de la Iglesia primitiva, donde los catecúmenos que

Page 37: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

3 7

recibían el bautismo, los neófitos, eran llamados los iluminados, fotozomenoi: iluminados sobre la propia historia a la luz de la fe.Lo más importante es que al descubrir el sentido de la historia, al descubrir que somos el cuerpo vivo de Cristo, descubrimos también el culto espiritual en la vida. La ruptura entre fe y vida denunciada por el Concilio, que era también causa del ateísmo, es superada, igual que la división entre sagrado y profano, al descubrir que en la Liturgia, aunque la ciertamente la celebramos aquí, participamos del Cielo con todos los santos, lo cual se prolonga en la vida de cada día. Como dice san Pablo: «Ofreced vuestros cuerpos como sacrificio espiritual».

También nosotros asistimos a este milagro; a medida que se avanza por el camino de la comunión con Jesucristo y con los hermanos, se descubre el amor de Dios, su misericordia, su fidelidad desde los primeros días de la propia vida. De tal modo que incluso los propios pecados o las tragedias de la infancia son iluminadas por el amor de Dios, que las transforma en gracia, descubriendo que también gracias a ellas el Señor se ha servido para darse a conocer y para llamamos más cerca de sí, para encomendarnos la misión de anunciadores y testigos de su Amor en el mundo de hoy.

EL APOCALIPSIS

El Apocalipsis, o revelación, nos da la clave de interpretación de este tiempo intermedio, de este "Hoy" inaugurado por la resurrección de Jesucristo y que termina con su retorno. Un tiempo de combate y de lucha entre el dragón y el Ángel, entre el dragón y la mujer, entre el dragón y los descendientes de la mujer, los cristianos.

En una de las últimas etapas del camino, todos los hermanos de la comunidad, en pequeños grupos, escrutan y después celebran el libro del Apocalipsis.

"El Apocalipsis, palabra griega que significa revelación, es un libro muy importante, porque en él se hace una Teología de la historia. Toda la historia es teológica, también la nuestra. Porque toda ella es fundamentalmente: "Historia de Salvación", dado que hay una voluntad salvífica de Dios para cada hombre (I Tm 2, 4): "todo contribuye para el bien de los que aman a Dios" (Rm 8, 28). Es difícil ver a Dios actuante en la Historia cuando es adversa o llena de sufrimiento y angustia. El Apocalipsis nos da una clave hermenéutica para saber interpretar los acontecimientos que suceden en nuestra época y los eventos que hacen oscura nuestra misma vida.

¿Qué dice? He aquí algunas pinceladas:

El mundo parece ir mal, pero esto es lo que parece, porque hay un secreto profundo en todo lo malo que sucede, y está en hecho de que Dios es infinitamente misericordioso, no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva (paciencia de Dios).

Es posible que el mundo vaya aún peor, debido a la acción del demonio, y debido a que Dio es infinitamente misericordioso y paciente. Pero, dice el Apocalipsis, no hay que desanimarse porque Dios sabe sacar el bien del mal (historia de José).

Él volverá y encadenará al Leviatán, la serpiente antigua, el demonio, Satanás, el dragón, el falso profeta y la Bestia.

La Iglesia, los cristianos que son ciudadanos de la Jerusalén celeste, deben llevar con paciencia la Historia en la que viven, viendo en todo la misericordia de Cristo, y tienen la misión de ayudar a Dios a salvar a la humanidad en la espera de que Cristo vuelva glorioso del cielo.

En los últimos años, Kiko ha puesto música al texto del Apocalipsis, capítulo 12: "Apareció en el cielo una mujer vestida del sol". Al introducir este canto nos ha explicado la lucha del dragón, de la

Page 38: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

38

serpiente contra la mujer y contra el niño que de Ella nacería, Jesucristo. Mientras el niño es llevado al cielo, la serpiente, precipitada desde el cielo a la tierra, persigue a los seguidores del Angel.

Todos somos testigos de esta lucha constante que sucede en cada uno de nosotros y también fuera de nosotros, en la sociedad actual. Todos conocernos las obras del demonio, que parece reinar en el mundo: las guerras, tantos muertos, tantos heridos, tanta gente dispersa por no hablar de los infiernos de la droga, del sexo, de las violaciones, y muchos otros dramas. Algunos autores, como Vladimir Solov'ëv, han hablado ya el siglo pasado del Anticristo y de tiempos duros para la Iglesia y para los cristianos.

Esto dice el Catecismo de la Iglesia Católica:

La última prueba de la Iglesia

675 Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba .final que sacudirá la fe de numerosos creyentes. La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra desvelará el "Misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne676 Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico: incluso en su forma mitigada, la Iglesia ha rechazado esta falsificación del Reino futuro con el nombre de milenarismo, sobre todo bajo la forma política de un mesianismo secularizado, "intrínsecamente perverso".

677 La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección. El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia enforma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal que hará descender desde el cielo a su Esposa. El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa

Por falta de tiempo durante la preparación, cito solamente la conclusión de un libro de DONATIEN MOLLAT sobre el Apocalipsis, que me parece bastante accesible para todos63. No quisiera dejar de citar el texto de Ugo Vanni, probablemente más conocido, por si alguien está interesado".

El Apocalipsis, libro de la esperanza

El Apocalipsis se podría titular «El libro de la esperanza»: de la esperanza humana, y de la esperanza cristiana y divina.

Juan, que la había contemplado por gracia divina, hace aparecer ante nosotros, al término de nuestra historia, la radiante visión de la nueva Jerusalén, la del mundo recreado, la de las bodas eternas en la venida del Señor y de la humanidad reunida en la gloria que es la misma gloria de Dios.

El vidente de Patmos ha contemplado y percibido el misterio de por venir humano en la luz de Dios. O mejor, Dios se lo ha hecho descubrir, desvelándole aquello que permanece oculto para los hombres: los hombres: el futuro extraordinario que nos reserva: llegar a ser sus hijos, creaturas regeneradas por su amor y destinadas por él a volver a su amor.

63 DONATIEN MOLLAT, L'Apocalisse, una lettura per oggi, Ed. Borla, Cittá di Castello 1985.64 UGO VANNI, Apocalisse, Ed. Queriniana, Brescia 1970.

Page 39: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

3 9

El gran mensaje del Evangelio es que ya poseemos la vida eterna: «Quien cree en mi, quien come mi carne, quien me sigue... tiene la vida eterna». Todo, por tanto, nos ha sido ya dado. Pero es necesario esperar a que el velo caiga, porque todo nos ha sido dado en la fe y bajo un velo: «Aún no se ha manifestado lo que seremos», escribe Juan en su primera carta. «Mirad qué amor más grande nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues lo somos», insiste Juan. «Pero aún no se ha manifestado lo que seremos» (1 Jn 1, 3).

Y sin embargo, lo somos ya. A los ojos de la fe somos ya seres llenos de la gloria de Dios. En la segunda carta a los Corintios, Pablo habla de un proceder «de gloria en gloria». Somos, por tanto, hombres del futuro y del presente: Juan nos lo hace comprender en sus visiones a lo largo de todo el Apocalipsis.

Los 144.000 marcados con el sello siguen al Cordero. Los siervos de Dios cantan el cántico de Moisés porque han atravesado el mar. Ellos son los que nosotros seremos mañana, ¡y que ya somos hoy! Nosotros somos este pueblo en camino y que ya ha llegado a su destino.

Es la paradoja cristiana, el misterio que llevamos en nosotros. Como revelación desvelada por el Apocalipsis, que sostiene el dinamismo de Juan. Un mensaje llevado a los cristianos inmersos en la persecución, en la prueba, en la angustia, en las dificultades, en las luchas por la fe; un reclamo hacia el por venir; una invitación a mirar lejos.

Nuestra condición de cristianos es la de todos los demás hombres. Tenemos el deber imperativo de compartir la condición humana. Y cada uno de nosotros tiene sus propios sufrimientos, lágrimas, tristezas, pruebas...

Pero nos ha sido dada la gracia de poseer esta fe durante la vida, esta presencia actual de Jesucristo que es certeza de la victoria obtenida, conocimiento de ser de los marcados con un sello eterno, garantía y señal de ser amados.

Todas estas riquezas que el Apocalipsis nos ha descubierto no deben quedar guardadas solo para nosotros mismos; no tenemos derecho de hacer esto. Somos ciertamente privilegiados porque la gracia del cristiano es la de poseer esta luz. Pero precisamente por ello debemos ser portadores de esta esperanza en el mundo.

La humanidad avanza vacilante, y busca caminos en todas las direcciones. La Palabra de Dios ilumina su camino, y nosotros poseemos esta luz y esta palabra. Nosotros sabemos qué sentido tienen las angustias y los sufrimientos de la vida. Nosotros conocemos lo que sin saberlo buscan todos los hombres nuestros hermanos, junto con nosotros. Y no tenemos el derecho de retener para nosotros la esperanza y la fe, de guardar para nosotros esta palabra, de apropiarnos en exclusiva de la fuerza secreta de este Amor que transforma la vida. Es un don que ha de ser comunicado.

Al final de esta lectura del Apocalipsis, tomada en su conjunto, hemos de reflexionar sobre semejante responsabilidad. A nosotros, más que a muchos otros, se nos ha revelado la realidad más profunda. Y este es el sentido del Apocalipsis, pero no solo para nosotros.

Dios derrama su luz a través de otros hombres, a través de nosotros.

Me parece que es necesario meditar largamente sobre esta grave responsabilidad que pesa sobre nuestras espaldas, y recibir esta luz con gran amor fraternal. En la comunidad humana, nosotros somos los embajadores de esta esperanza. Dios no nos dirige esta palabra solo para nosotros: a través de nosotros lo dirige a los hermanos.

Page 40: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

4 0

La Jerusalén CelesteLa entrada del hombre en la eternidad"

Quisiera concluir esta catequesis con un texto del teólogo italiano-alemán Romano Guardini, que

nos invita a mirar la meta final de nuestra Historia personal y de la Historia de la humanidad entera.

"Lo que Pablo y Juan dicen de la existencia cristiana se funda en la relación «el hombre en Cristo - Cristo en el hombre».

A través de la muerte y la resurrección, Cristo ha pasado a un nuevo estado - «el Señor es Espíritu» (2Co 3, 17) dice Pablo.

Así, sin resquebrajar a consistencia de la forma humana, sin debilitar la interioridad de la vida humana, ni tocar la dignidad de la persona, Cristo puede estar «en» el creyente: como forma que lo modela; como potencia que lo compenetra y lo guía; como apoyo gracias al cual vive. En cada cristiano se renueva, según las premisas y la naturaleza de su personalidad, la vida de Cristo.

Es siempre Cristo quien vive en él; pero precisamente en virtud de esto, es el hombre quien realiza libremente ahora su verdadera humanidad. Es el Espíritu Santo el que establece esta relación. La primera vez en Pentecostés, cuando por su medio los discípulos, dubitativos y perdidos, llegaron a ser cristianos y apóstoles; y desde aquel momento continuamente, a través de la fe y el bautismo.

Así, el creyente adquiere la realidad viviente de Cristo y, sobre ello, habría aún muchísimo que decir. Este es lo que nos importa: entrando en comunión con Cristo, el creyente es admitido por su media en la relación de Cristo mismo con el Padre.La meta de todo camino humano es el Padre. No hay otra, en ella se cumple todo. Pero la vía para llegar al Padre no es visible. Porque el Padre no es sólo la máxima potencia creativa, o la sabiduría que todo lo gobierna, corno se intuye desde la sensibilidad religiosa natural: el Padre está escondido en su esencia. Es el Dios desconocido que sólo llegamos a conocer en el momento en que él se nos desvela, y esto sucede en Cristo. Por su medio llegamos al conocimiento del Padre, cuando Cristo se revela como su Hijo.En el orden de las cosas o en la naturaleza del hombre, no hay un camino al Padre, ni sería posible que lo hubiera sin Cristo, porque no se trata de una relación entre cosas, sino entre personas. En el fondo, es gracias a la encarnación por los que entre nosotros hay Uno llamado «Jesucristo»; hombre como nosotros, y por tanto capaz de realizar nuestra vida llevándola a plenitud; Dios como ningún otro, es por tanto capaz de introducirnos en el espacio reservado.En la tierra, todo esto aparece como inicio, lucha, búsqueda. Está escondido, debe ser creído y salvaguardado contra el intento de usurpación que la realidad opera. Pero ya se ha comenzado verdaderamente el camino que lleva al más allá. La eternidad de la que se ha hablado, está puesta en la individualidad y al mismo tiempo en la unidad, en el respeto y en amor recíproco del Padre y del Hijo; aquella grandeza, profundidad y santa interioridad, aquel saber el uno del otro y ser el uno para el otro es la patria prometida. A ella aspira el hombre. Es la eternidad.

Hemos disertado largamente sobre la eternidad cristiana, y sin embargo todo queda aún indefinido e incompleto. En realidad el problema es muy sencillo.

Se escucha con frecuencia que el cristianismo disminuye al hombre, desprecia el cuerpo, desacredita al mundo, relega al creyente a un aislamiento espiritual y religioso, sustrayéndole sus obras y a sus acciones. No se comprende cómo ha podido nacer ni cómo ha podido

65 ROMANO GUARDINI, Le cose ultime, Ed. Vita e pensiero, Milano, II Ed. 1997, pag.106 ss.

Page 41: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

4 1

conservarse un dogma tan falso, porque en ningún otro lugar como en el mensaje cristiano se atribuye tanta grandeza al hombre, ninguna otra doctrina toma el mundo con tanta seriedad, y nunca como por medio de Cristo las cosas creadas, que existen en la temporalidad, se elevan tan resueltamente hacia Dios y son por él asumidas. Y todo esto de un modo que no tiene nada de mito ni de fábula, sino con una seriedad divina de la cual es garante el destino de Cristo.

Page 42: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

4 2

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

El Sentido de la Historia a la luz de la Fe..........................................................................................................1

Prefacio ................................................................................................................................................................1

El porqué de esta catequesis.................................................................................................................................................................................................................................1

La Revelación como Historia de salvación ...........................................................................................................1

Introducción.........................................................................................................................................................

El "no sentido de la Historia" en la Antigüedad....................................................................................................3

El mundo griego. ...................................................................................................................................................3

Las religiones primitivas: ......................................................................................................................................4

Las religiones de la India.....................................................................................................................................

El Islam .................................................................................................................................................................4

El "sentido de la Historia": la revelación ............................................................................................................

El Pueblo de Israel: Comienzo de la Historia de la Salvación: .............................................................................5

Jesucristo: La plenitud del tiempo:......................................................................................................................

La Iglesia: continuación de la obra de Cristo en el tiempo..................................................................................

El Espíritu Santo: el Agente trascendente en la Historia.......................................................................................7

Papa Francisco: el Espíritu Santo, ese "desconocido" y "la Memoria":..............................................................

La Iglesia: no es una comunidad invisible, sino que tiene también un cuerpo....................................................

Pérdida progresiva del sentido de la Historia......................................................................................................10

El concepto de "Tiempo" y de "Historia" en San Agustín...................................................................................10

Pérdida progresiva del Sentido de la Historia....................................................................................................11

Algunas causas de la pérdida del sentido de la Historia: Un individualismo superado.....................................11

Recuperación del "sentido de la historia": El Concilio Vaticano II....................................................................12

Los estudios históricos.........................................................................................................................................13

La "actualización" del Vaticano II ......................................................................................................................13

Relación entre Historia de la Salvación e Historia universal del mundo.............................................................13

Dios es Señor de la Historia.................................................................................................................................15

San Juan Crisóstomo: ¿Por qué Dios permite que suframos?............................................................................15

Pío XII en un mensaje sobre la Providencia al término de la segunda guerra mundial.....................................15

Papa Pablo VI: El drama de nuestra época: una Nueva Idolatría........................................................................16

Papa Juan Pablo II — La Historia: un camino hacia el Padre............................................................................16

El Concilio Vaticano II y el misterio de la Historia ..........................................................................................17

MISIÓN DE LOS CRISTIANOS EN LA HISTORIA ACTUAL...........................................................................................................18

El Tiempo de la Iglesia: tiempo de crecimiento y de espera del retorno del Señor...........................................18

El Tiempo de la Iglesia: Tiempo de misión........................................................................................................18

El Tiempo de la Iglesia: Tiempo del Kerygma — de la evangelización............................................................19

Relación entre el Cristianismo y las religiones no cristianas.............................................................................20

Page 43: El Sentido de La Historia a La Luz de La Fe - Documento Completo

4 3

Convivencia Inicio de Curso — 2013 El sentido de la Historia a la luz de la Fe

La diferencia entre las distintas religiones y el cristianismo..............................................................................................21

Relación de ambivalencia entre la Ciudad de Dios y la ciudad terrestre............................................................................22

BREVE EXCURSUS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA...............................................................................................23

PRINCIPALES INTERVENCIONES DEL ESPÍRITU SANTO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA COMO RESPUESTA ALOS DESAFÍOS DEL TIEMPO........................................................................................................................................24

IGLESIA PRIMITIVA: PERSECUCIÓN Y DIFUSIÓN..................................................................................................24

LA ÉPOCA CONSTANTINIANA....................................................................................................................................25

En Oriente: monaquismo Oriental......................................................................................................................................26

En Occidente - San Benito: "Padre de Europa"..................................................................................................................27

LA REFORMA DE CLUNY .............................................................................................................................................28

La Abadía de Cluny............................................................................................................................................................28

SAN FRANCISCO DE Asís Y SANTO DOMINGO DE GUZMÁN. ...........................................................................28

Santo Domingo de Guzmán................................................................................................................................................30

Desde el final del siglo XV: Impulso misionero y Decadencia de la vida Monástica .......................................................30

El grito de la Reforma.........................................................................................................................................................31

La reforma protestante........................................................................................................................................................31

Lutero..................................................................................................................................................................................31

Cristo, en la medida de la interpretación del individuo......................................................................................................32

La Contrarreforma: el Concilio de Trento..........................................................................................................................33

El concilio Vaticano II: las nuevas realidades eclesiales....................................................................................................35

REDESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LA HISTORIA EN EL CAMINO NEOCATECUMENAL....................36

EL APOCALIPSIS.............................................................................................................................................................37

La Jerusalén Celeste ...........................................................................................................................................................40