el retablo de las maravillas

24
Literatic El retablo de las maravillas de Miguel de Cervantes Versión libre para leer y representar

Upload: migue-fernangez

Post on 12-Mar-2016

218 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Literatic: Retablo, versión libre para leer y representar.

TRANSCRIPT

Page 1: El retablo de las maravillas

Literatic

El retablo de las maravillas

de

Miguel de Cervantes

Versión libre para leer y representar

Page 2: El retablo de las maravillas

Página 2

Page 3: El retablo de las maravillas

Página 3

Literatic

presenta

El retablo de las ma-ravillas

de

Miguel de Cervantes

Materiales:

- Cuadernillo para leer - CD para ver

Page 4: El retablo de las maravillas

Página 4

Sobre la obra

El Retablo de las Maravillas es una chiste popular hecho entremés. Está basado en un conocido motivo popular: el truhán que logra engañar a una víctima mediante la muestra de un objeto maravilloso, que sólo pue-den observar aquellos que sean hijos legítimos y cristianos viejos. Aunque el argumento tiene un recorrido amplio en literatura -desde El conde Lucanor hasta Andersen-, trata un tema, siempre de actualidad: cómo las personas ven lo que quieren ver o al menos hacen que lo ven con tal de no quedar en evidencia, de obtener algo a cambio, de plegarse al poder (o de mantener-lo), de adular, y otros intereses variados que siempre han corrompido la mirada del ser humano.

Las víctimas del engaño, en este caso, son un grupo de villanos ri-cos: el alcalde , el gobernador, el secretario y sus familias. Cervantes, con la gracia de su prosa y la ironía de su ingenio, hace vencer a los pícaros sobre la vanidad y prepotencia de los gobernantes. ¡Cuántos políticos de ahora mis-mo no presumen, como estos personajes, de un pasado impoluto con tal de participar de las “glorias” del poder!

En este motivo popular, el astuto Chanfalla, convierte en títeres a los espectadores villanos -los alcaldes y sus familiares- a los cuales va mo-viendo como corderillos , haciéndoles ver visiones, consecuencias de sus de-seos de ser cristianos viejos y de su obsesión de ser hijos legítimos y, de esta manera, empiezan anhelando ver y terminan viendo.

Page 5: El retablo de las maravillas

Página 5

ESCENA 1 Salen Chanfalla y La Chirinos (mujer de Chanfalla)

Chanfalla No te olvides, Chirinos, de mis advertencias sobre este nuevo engaño para que salga per-fecto y todos se lo crean.

Chirinos No te preocupes Chanfalla, que tengo muy buena memoria, más que un elefante, así que seguro que no te fallaré. Pero dime algo que no entiendo: ¿de qué nos sirve el Rabelín ese que has llamado? ¿no podemos los dos solos llevar a cabo es-ta empresa?

Chanfalla Lo necesitamos más que al pan, para tocar la música en los intermedios y en el tiempo que tarden en salir los personajes del Retablo de las Maravillas.

Chirinos Maravilla será si no nos apedrean por culpa de Rabelín; porque a un tío tan "pringao" no lo he visto en todos los días de mi vida.

El retablo de las maravillas

Page 6: El retablo de las maravillas

Página 6

ESCENA 2 Entra el Rabelín

Rabelín ¿Hay que hacer algo en este pueblo, señor au-tor? Que ya me muero porque vuesa merced vea que no soy una carga.

Chirinos Mira que es chico el Rabelín. Cuatro cuerpos del suyo no hacen ni un tercio del mío, ¡cómo vas a ser una carga! Como no seaís más mú-sico que grande sois, apañados estamos.

Rabelín Eso es verdad: que soy tan chico que sólo me han dado una parte en la obra

Chanfalla Si os han de dar la parte a medida del cuerpo, casi será invisible. (Se va el Rabelín)

Chirinos, poco a poco, ya llegamos al pueblo, y éstos que aquí vienen deben de ser sin du-da, el Gobernador y los Alcaldes. Vamos a su encuentro, hagámosle la pelota y démosle coba; pero sin pasarse.

ESCENA 3 Salen el Gobernador y Benito Repollo, al-calde y Pedro Capacho, secretario del Ayuntamiento

Chanfalla Beso a vuesas mercedes las manos: ¿quién de vuesas mercedes es el Gobernador de este pueblo?

Gobernador Yo soy el Gobernador; ¿qué es lo que que-réis, buen hombre?

Page 7: El retablo de las maravillas

Página 7

Chanfalla De tener yo dos dedos de luces me hubiera dado cuenta, que esa peripatética y anchu-rosa presencia no podía ser de otro que del dignísimo Gobernador de este honrado pue-blo de las Algarrobillas.

Chirinos Saludos para usted, la señora y sus hijos, si es que el señor Gobernador los tiene.

Capacho No es casado el señor Gobernador.

Chirinos Para cuando lo sea; que no se perderá na-da.

Gobernador Y bien, ¿qué es lo que queréis, hombre hon-rado?

Chirinos

Benito

Honrados sean los días que viva vuesa merced, que así nos honra. Así como, la en-cina da bellotas; el pero, peras; la parra, uvas, el honrado da honra, sin poder hacer otra cosa. Esto si es un razonamiento impotente cice-ronianco, sin quitar ni poner un tanto.

Capacho

Benito

Imponente Ciceroniano quiso decir el señor alcalde Benito Repollo. Siempre quiero decir lo que es mejor, lo que pasa es que la mayoría de las veces no acierto; en fin, buen hombre, ¿qué queréis?

Chanfalla

Gobernador

Yo, señores míos, soy Montiel, el que trae el Retablo de las Maravillas. Y ¿qué quiere decir Retablo de las Maravi-llas?

Page 8: El retablo de las maravillas

Página 8

Chanfalla

Retablo de las maravillas quiere decir una función de teatro en la que se enseñan y muestran cosas maravillosas. Fue fabricado y compuesto por el famoso sabio Tontone-lo con tales conjuros, astros y estrellas, que nadie puede ver las cosas que en él se muestran, sino es un cristiano decente, au-téntico o, y esto es lo más importante, ha si-do procreado y engendrado por sus padres de legítimo matrimonio. Asi que el que no sea hijo legítimo de su pa-dre y de su madre, ni cristiano honrado y vie-jo, que se despida de ver las cosas extraordi-narias y maravillosas que se ven y oyen en mi retablo.

Benito

Chirinos

Benito

Gobernador

Me doy cuenta de que cada día se ven en el mundo cosas nuevas. Y ¿era Tontonelo el mago que compuso el retablo?

Tontonelo se llamaba, efectivamente, nacido en la ciudad de Tontonela; hombre de quien hay fama que le llegaba la barba a la cintura. Sí, la mayor parte de los hombres de grandes barbas son sabiondos. Señor Benito Repollo, yo ordeno, si está de acuerdo, que esta noche se case la señora Teresa Castrada, su hija, de quien yo soy pa-drino, y, en regocijo de la fiesta, quiero que el señor Montiel muestre en vuestra casa su Retablo de las Maravillas.

Page 9: El retablo de las maravillas

Página 9

Chirinos

Benito Capacho Benito Capacho Chanfalla

La única pega que hay es que, si no se nos paga primero nuestro trabajo, las figuras se darán el piro, y no las verán ¡Estaría bueno que entrara esta noche todo el pueblo en ca-sa del señor Benito Repollo, para ver el Retablo gratis, y mañana, cuando quisié-semos hacer la función en el pueblo, no hu-biese un alma que le viese! No, señores; no, señores: primero nos han de pagar. Señora autora, aquí no os ha de pa-gar ningún Antoño ni ninguna Antonia; noso-tros os pagaremos más que nadie.! Aquí, hermana, no aguardamos a que nadie pague por nosotros. ¡Hay que ver, señor Benito Repollo, que no da una en el blanco! No dice la señora autora que pague ninguna Antona, sino que le pa-guen por adelantado. Mirad, escribano Pedro Capacho, decidle a éstos que me hablen a derechas, que yo solo entiendo a la gente llana; vos, que sois leído, escribido y estudiado, podéis entender esa palabrería mejor que yo. ¿Estaréis de acuerdo señor autor con que os dé por adelantado media docena de duca-dos y nos comprometamos a que no entre gente del pueblo esta noche en mi casa? Estoy de acuerdo; yo me fío de vuesa mer-ced y de su palabra.

Page 10: El retablo de las maravillas

Página 10

Capacho Pues venga conmigo. Le daré el dinero y así verá la casa para la función.

Chanfalla

Vamos; y no olviden las características y cualidades que han de tener los que vengan a ver el maravilloso retablo.

Benito estoy seguro de mi padre y tengo cuatro generaciones de cristiano viejo y rancio so-bre mi linaje: ¡Fíjese si veré con gran tran-quilidad el Retablo!

Gobernador

Chirinos

Todos lo veremos, según voy escuchando, señores. ¡Dios lo haga!

ESCENA 4 Salen Pedro Capacho, Chanfalla y Benito

Gobernador Señora autora, le confieso que yo hago mis pinitos de poeta, y me gusta el mundo del espectáculo y el teatro.

Chirinos Seguro que escribe y no firma con su nom-bre, dígame vuesa merced, por su vida: ¿cómo es su apodo? ¿cómo le llaman?

Capacho Todos lo pensamos ver, señor Benito Repo-llo. Porque ninguno nos chupamos el dedo No nacimos aquí en las malvas, Vamos, au-tor, y manos a la obra; que Pedro Capacho me llamo y soy hijo de Antón Capacho y de Juana Macha; de eso podéis estar seguros y podré ponerme cara a cara y de pie de-lante del referido Retablo.

Page 11: El retablo de las maravillas

Página 11

Gobernador A mí, señora autora, me llaman el licenciado Gomecillos.

Chirinos ¡Válgame Dios! Ya me suena, y he leído algu-nos de sus versos.

ESCENA 5 Entra Chanfalla. Sale el Gobernador. (Por la decha)

Chanfalla

(Entra izq) Señores, vengan vuesas mercedes, que todo está a punto, y no falta más que comenzar.

Chirinos ¿Está ya el dinero en la buchaca?

Chanfalla Y bien guardado, entre las telas del corazón.

Chirinos He sabido, Chanfalla, que el Gobernador es poeta.

Chanfalla ¿Poeta? ¡Bendito sea Dios! Pues entonces dale por engañado, porque todos los que se llaman poetas son tontos del culo, es-tán hechos a pegotes; son gente descuidada y nada maliciosa, que se lo creen todo. (Se asoma Benito)

Benito Vamos, autor; que se me van los pies por ver esas maravillas.

Se van todos. Telón

Page 12: El retablo de las maravillas

Página 12

Juana Castrada

Aquí te puedes sentar, Teresa Repolla ami-ga, que tendremos el retablo enfrente; ya sa-bes las condiciones que han de tener los espectadores del retablo, no te pierdas nada, que si no ves, sería una gran desgra-cia.

Teresa Repollo

Ya lo sé, Juana Castrada: tienes que ser hija legítima de tus padres y cristiana. Tú me co-noces, soy tu prima, no te digo más. ¡Tan cierto como el cielo que yo veré todo aquello que el retablo muestra! ¡Por la gloria de mi madre, que me sacaran los mismos ojos de la cara, si no lo pudiera ver! ¡Bonita soy yo para eso!

J.Castrada Cálmate, prima; que viene toda la gente .

ESCENA 7 Entran el Gobernador, Benito Repollo, Pe-dro Capacho, el autor y la autora, y el mú-sico.

Chanfalla Siéntense todos. (Todos se agachan) El reta-blo ha de estar detrás del telón, y la autora también, y aquí el músico. (se va izq)

Benito ¿Músico es ése? Metedlo también detrás del telón; que, al no verle, tampoco lo oiré.

Chanfalla No tiene vuesa merced razón, señor alcalde Repollo, de meterse con el músico, que en verdad es muy buen cristiano e hijo de buena familia.

Gobernador ¡Dos cualidades necesarias para ser buen músico!

ESCENA 6 Salen Juana Castrada y Teresa Repolla,

Page 13: El retablo de las maravillas

Página 13

Benito De buena familia puede que sí, pero de ser buen músico, seguro que no.

Rabelín ¡Eso serán los bellacos que vienen a tocar delante de usted. ..!

Benito ¡Pues, por Dios, que hemos visto aquí sonar a otros músicos mejores!

Gobernador Cálmense y quede todo en paz, señor Rabel y señor Alcalde, que será mejor; y el señor Montiel comience su obra.

Benito

Capacho

ESCENA 8 Chanfalla

Pocas cosas trae este autor para un retablo tan maravilloso como dice que trae. Todo debe de ser de maravillas.

¡Atención, señores siéntense, que comienzo! ¡Oh tú, quienquiera que fuiste, que fabricaste este retablo con tan maravillosa magia pota-gia , que alcanzó renombre de las Maravillas por la virtud que en él se encierra, te conjuro, apremio y mando que muestres a estos se-ñores algunas de tus maravillosas maravillas. (Pausa) (Música)

Ya veo que has otorgado mi petición, pues por aquella parte asoma la figura del valentí-simo Sansón, abrazado con las columnas del templo, para derribarlo y vengarse de sus enemigos. ¡Quietol, valeroso caballero; pára-te, por la gracia de Dios Padre! ¡No hagas un desaguisado, derribando el templo y nos cojas aquí debajo y hagas papilla a tanta y tan noble gente como aquí se ha juntado!

Page 14: El retablo de las maravillas

Página 14

Capacho ¿Ves algo, Benito?

Benito Pues, ¿no lo voy a ver? ¿Tengo yo los ojos en la nuca?

Gobernador ESCENA 9

[Aparte] Esto es milagroso: yo a Sansón lo veo ahora, lo mismo que veo al Gran Turco; y eso que yo soy de verdad hijo legítimo y cristiano viejo.

(Música)

Chirinos

¡Resguardaros, todos, que sale del Retablo un toro con unos cuernos que dan susto mi-rarlos! ¡Protéjanse todos; protéjanse todos; Dios nos libre, Dios nos libre!

Chanfalla ¡Agáchense todos, agáchense todos! ¡Eje toro, eje toro, eje

Échanse todos y alborótanse

Benito El diablo lleva en el cuerpo el torillo; sus par-tes tiene negras y bravas; si no me tiendo, me lleva volando. Señor autor, haga, si puede, que no salgan figuras que nos alboroten; y no lo digo por mí, sino por estas muchachas, que no les ha que-dado gota de sangre en el cuerpo, de la fero-cidad del toro.

Benito ¡Tenga cuidado conmigo! ¡Qué estaría bueno que en lugar de venir a disfrutar, quedásemos todos aplastados! ¡Estese quieto, señor San-són, que se lo pedimos nosotros que somos buenos!

Page 15: El retablo de las maravillas

Página 15

J. Castrada Ya lo creo padre! No me repongo del susto en tres días; ya me veía entre sus cuernos, que los tiene agudos y afilados como un cuchillo.

Gobernador [Aparte] Vaya, vaya: que todos ven lo que yo no veo; así que tendré que decir que también yo lo veo, por mi propia honra.

ESCENA 10 (Música)

Chirinos Esa manada de ratones que allá va descien-de por línea directa de los que se criaron en el Arca de Noé; los hay blancos, amarillentos, con lunares y azules; y, al fin y al cabo todos son ratones.

J. Castrada ¡Jesús!, ¡Ay de mí! ¡Cogedme, que me tiro por la ventana! ¿Ratones? ¡Desdichada! Ami-ga, apriétate las faldas, y cuida que no te muerdan; ¡y anda que son pocos! ¡Por la glo-ria de mi abuela, que pasan del millar!

T. Repolla ¡Qué desdichada soy, que se me cuelan por las faldas; un ratón morenico me tiene cogida de una rodilla.!¡Socorro, por Dios, que alguien me ayude!

Benito ESCENA 11

Menos mal que tengo bien ajustados los pan-talones y así no entran los ratones, por pe-queños que sean. (Música)

Chanfalla

Esta agua, que con tanta prisa se deja des-colgar de las nubes, es de la fuente que da origen y principio al río Jordán. Toda mujer a quien tocare en el rostro, se le volverá como de plata bruñida, y a los hombres se les vol-verán las barbas como de oro.

Page 16: El retablo de las maravillas

Página 16

J. Castrada ¿Oyes, amiga? Descubre el rostro, para que veas lo importante. ¡Oh, qué agua tan sabro-sa! Cúbrase, padre, no se moje.

Benito Por las espaldas me ha calado el agua hasta la canal maestra.

Capacho Yo estoy más seco que un esparto.

Gobernador ESCENA 12

[Aparte] ¿Qué diablos puede ser esto, que a mi no me ha tocado una gota, y todos estos se ahogan? ¿Y si fuese yo un bastardo entre tan-tos legítimos?

( Se escucha la música)

Benito Que se calle el músico; si no, voto a Dios que me voy sin ver más figuras. ¡Que se lleve el diablo al músico por malísimo, y tocar sin ton ni son!

Rabelín Señor alcalde, no se mosquee conmigo que yo toco como Dios me ha enseñado.

Benito ¿Dios te ha enseñado, sabandija? ¡Métete tras la manta; si no, por Dios que te tiro este banco!

Rabelín El diablo creo que me ha traído a este pueblo.

Capacho Fresca es el agua del santo río Jordán; y, aun-que me cubrí lo que pude, todavía me alcanzó un poco en los bigotes, y apostaré que los ten-go rubios como un oro.

Benito ESCENA 13

Cincuenta veces más rubio que el oro. (Música)

Page 17: El retablo de las maravillas

Página 17

Chirinos Allá van hasta dos docenas de leones ham-brientos y de osos colmeneros; todo el mun-do se guarde; que, aunque son fantásticos, os pueden dar un buen susto, que tienen las fuer-zas de Hércules y las garras como espadas.

Benito ¡Esto nos envía Tontonelo! ¡Son leones y dra-gones! Señor autor, o hace usted que salgan figuras más pacíficas, o aquí nos ponemos a ver otras cosas ; y usted se va con Dios y, no pare más en este pueblo ni un momento.

J. Castrada Por favor, Señor Benito Repollo, deje que salgan osos y leones, hágalo por nosotras, y nos dará una gran alegría.

Benito Vaya, hija, ¿antes te espantabas de los ratones, y ahora me pides osos y leones?

J. Castrada ESCENA14

Todo lo nuevo me gusta, señor padre. (Música)

Chirinos Mirad, esa doncella, que ahora se aparece, tan guapa y tan compuesta. Es Herodías, cuyo baile alcanzó como premio la cabeza del Precur-sor de la vida. Si hay quien la ayude a bailar, ve-rán maravillas.

Benito ¡Ésta sí, que es figura hermosa, apacible y relu-ciente! ¡La madre que la parió, y cómo se mue-ve la muchacha!

Pedro Capacho, tú que sabes tocar las casta-ñuelas, ayúdala, y será la fiesta de cuatro capas.

Capacho

Eso me gusta, tío Benito Repollo. Allá voy.

Page 18: El retablo de las maravillas

Página 18

Tocan el Chiqui-Chiqui

Benito ¡Toma mi abuelo, sí es antiguo el baile del Chiqui-Chiqui!

Ea, Pedro, dele caña a esa tía buena.

ESCENA 15 Suena una trompeta, y entra un solda-do

Furrier ¿Quién es aquí el señor Gobernador?

Gobernador Yo soy. ¿Qué manda vuesa merced?

Furrier Que inmediatamente mande preparar alojamiento para treinta hombres de armas que llegarán aquí dentro de media hora o antes, que ya oigo las trompetas; adiós.

ESCENA 16 Vase el Furier

Benito Yo apostaré que a toda esa tropa los envía el sabio Tontonelo.

Chanfalla No, seguro que no; que ésta es una compa-ñía de caballería que estaba alojada a dos leguas de aquí.

Benito Ahora que voy conociendo bien a Tontone-lo, sé que vos y él sois unos grandísimos bellacos, incluido el músico; así que os ordeno que mandéis a Tontonelo que no se atreva a enviar a estos soldados, si no le haré dar doscientos azotes en las espaldas.

Chanfalla ¡Señor Alcalde, le digo que a esos solda-dos no los envía Tontonelo!

Page 19: El retablo de las maravillas

Página 19

Benito Digo que los envía Tontonelo, como ha envía do las otras sabandijas que yo he visto. ( (Música)

No toques más, pesadilla de músico, o te romperé la cabeza.

ESCENA 17 Vuelve el furrier.

Furrier Ea, ¿está ya preparado el alojamiento? Que ya están los caballos en el pueblo.

Benito ¿Qué se ha salido con la suya Tontonelo? ¡Pues yo te juro, autor de humos y de embe-lecos, que me lo habéis de pagar!

Chanfalla Sois testigos de que me amenaza el Alcalde.

Chirinos

ESCENA 18

Son testigos que el Alcalde cree que a los soldados los manda el sabio Tontonelo y no Su Majestad . (Se van Chirinos y Chanfalla)

Benito Atontoneleada seas tú, y reza a Dios todopo-deroso.

Gobernador Yo creo que verdaderamente estos hombres de armas son de verdad y no de cachondeo.

Furrier ¿De cachondeo dice, señor Gobernador? ¿Está en sus cabales?

Benito

Bien pueden ser atontonelados: como esas cosas que hemos visto aquí. Por vida del au-tor, que haga salir otra vez a la doncella He-rodías, para que vea este señor lo que nunca ha visto; quizá así conseguiremos que se va-ya rápido de este pueblo.

Page 20: El retablo de las maravillas

Página 20

Chanfalla Bien dicho, mirad que aquí vuelve, y ha-ce señas a su bailador para que de nuevo la ayude.

Capacho Por mí no quedará, eso es seguro. (Suena la música , se va Chanfalla)

Benito Eso es, sobrino; cánsala, cánsala; vueltas y más vueltas; ¡vive Dios, que es un azogue la muchacha! ¡Al hoyo, al hoyo! ¡A ello, a ello!

Furrier ¿Está loca esta gente? ¿Qué diablos de don-cella es ésta, y qué baile, y qué Tontonelo? (Se para la música)

Capacho ¿Entonces, no ve a la doncella Herodías el señor capitán?

Furrier ¿Qué diablos de doncella tengo de ver?

ESCENA 19

(Sale Chanfalla)

Capacho Basta: el capitán es un confeso y un bastar-do ¡es uno de ellos ,es uno!

Gobernador ¡Uno de ellos, uno de ellos!

Benito ¡De ellos es, de ellos el señor capitán; de ellos es!

Furrier ¡Soy de la mala puta que los parió a todos; y, por Dios, que si echo mano a la espada, que los hago salir por las ventanas, que no por la puerta!

Capacho Basta: ¡es uno de ellos, de ellos es!

Benito Basta: ¡de ellos es, pues no ve nada!

Page 21: El retablo de las maravillas

Página 21

Furrier Me cago en tus muelas. Chusma canalla: si otra vez me dicen que soy de ellos, no les dejaré hueso sano.

Benito Nunca los confesos ni los bastardos fueron valientes; y por eso no podemos dejar de de-cir: ¡de ellos es, de ellos es!

Furrier ¡Os vais a enterar, pandilla de catetos. Cuer-po de Dios con los villanos! ¡Esperad!

Con el garrote persigue y pega a todos

Dos escenas más, sin texto. 1ª el furrier persigue de derecha a iz-quierda y viceversa a todos los personajes. 2ª aparecen en el cen-tro Rabelin y Benito, miran al frente y dándose la espalda caminan hacia las salidas, vuelven andando hacia atrás y tropiezan en el centro, gritan y Benito le arrea a Rabelín y salen por la izq. Entran Chirinos y Chanfalla

Chirinos El diablo ha tocado la trompeta y han llega-do los hombres de armas; parece que los llamaron con campanilla.

Chanfalla ¡Nos ha salido bien el engaño! La virtud del retablo se queda en su punto, y mañana lo podemos mostrar al pueblo; y nosotros mis-mos podemos cantar el triunfo de esta bata-lla, diciendo: ¡vivan Chirinos y Chanfalla!

FIN

Page 22: El retablo de las maravillas

Estos materiales de lectura son una propuesta para la ac-ción: la acción de leer. La lectura es una actividad intensa, que vuelve a dar vida al texto que recrea el lector en su mente y en su corazón. Aquí no encontrarás preguntas , ni cuestionarios, ni in-vestigaciones que deben ser cumplimentadas para completar la lectura. Nada más lectura, y nada menos. Re-crear un texto nos permite leer desde perspectivas muy diversas. Una de ellas es la que nos presenta el autor, pero no es la única. El lector también interactúa con el texto y aporta a la lec-tura su experiencia, sus emociones, su forma personal de ser y entender, sus sentimientos, su vida. Esto nos abre nuevos caminos a la hora de enfrentarnos con el texto que vamos a leer. Se puede, y se debe, leer de mu-chas maneras y con distintas finalidades, y de entre todas noso-tros elegimos la más divertida, la más viva. Apostamos por las más lúdicas y emotivas, aquellas que acerquen de modo más vivo la palabra escrita al lector, verdadero protagonista de estos textos. Hagamos una lectura creativa donde el texto se lea y se relea, se reviva de formas diferentes, porque diferentes son los lectores y las circunstancias de cada lectura, y de cada momento de nuestra vida. Recreemos espacios nuevos (¿leer en el mismo sitio y rodea-do de los mismos objetos?), aportemos nuestras propias emocio-nes (¿es un drama o una broma?) y, sobre todo, disfrutemos al leer. Los miembros de este proyecto de innovación pedagógica queremos dar las gracias a todos los profesores que pusieron voz a los textos de nuestro “Club de los lectores vivos”, embrión de esta publicación. El cariño y la emoción que entonces nos regala-ron, anima ahora nuestro trabajo. Y sobre todo, queremos dar las gracias a los cientos de alumnos que a lo largo de estos años han participado en estas lecturas, su ilusión y su capacidad para mara-villarse es ahora la nuestra. Así mismo, los miembros de este proyecto de innovación pedagógica no queremos dar las gracias a SGAE, CEDRO y de-más organizaciones filantrópicas defensoras de las artes y de las letras, sin cuya alargada sombra nuestro trabajo hubiera sido más fácil.

Página 22

Page 23: El retablo de las maravillas

Esta obre está pensada para ser representada. Nosotros lo hemos hecho.

Página 23

Page 24: El retablo de las maravillas

Literatic

El retablo de las maravillas

de

Miguel de Cervantes

Literatic es un proyecto para

elaborar materiales de lectura para la ESO, presentados de una forma atractiva y

motivadora, que se desarrolla en el IES “Torre del Prado” en la experiencia “El club de los lectores vivos”.

El objetivo del proyecto es realizar la adaptación de textos clásicos al lenguaje actual teniendo

en cuenta las capacidades e intereses de los alumnos a los que se dirigen y

utilizando las herramientas que nos ofrecen

las TIC.