el puerto de babel: extranjeros y hegemonía cultural en el mazatlán decimonónico

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Tesis de historia sociocultural para obtener el grado de Mestría en Historia por la Universidad Autónoma de Sinaloa (México) en el año 2010.

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UNIVERSIDAD AUTNOMA DE SINALOAFACULTAD DE HISTORIA MAESTRA EN HISTORIA

El Puerto de Babel: Extranjeros y hegemona cultural en el Mazatln decimonnico.TESIS QUE PRESENTA

Lic. Roberto A. Mendieta VegaPARA OBTENER EL GRADO DE

MAESTRO (A) EN HISTORIA

DIRECTOR DE TESIS Dr. Arturo Lizrraga Hernndez.

CULIACN ROSALES, Enero del 2010.1

NDICE.AGRADECIMIENTOS 5 PRESENTACIN 7 INTRODUCCIN.. 12 Captulo I. CONSTRUCCIN TERICA PARA OBSERVAR EL PROBLEMA DE LA HEGEMONA CULTURAL EN UNA SOCIEDAD HISTORICA DETERMINADA. 1.1 1.2 1.3 1.4 1.5 1.6 El problema de la Ideologa y la superestructura en Marx. 24 Karel Kosk y la dialctica de la realidad en la Historia... 31 Antecedentes histricos del concepto de Hegemona...... 34 Antonio Gramsci y las dimensiones sociales de la Hegemona... 39 La hegemona y sus usos en la historia sociocultural. 46 Consideraciones sobre la Cultura de una sociedad determinada. 51

Captulo II. ANTECEDENTES SOBRE LA DOMINACIN Y LAS FORMACIONES CULTURALES EN EL SUR DE SINALOA. 2.1 2.2 2.3 2.4 Vestigios culturales de los indgenas totorames en el sur de Sinaloa...... 60 La colonizacin del Sur de Sinaloa.. 63 Las reformas borbnicas en el Sur de Sinaloa. 76 El movimiento de independencia en Sinaloa: nace una nueva Estructura poltica 78

Captulo III. LA INFLUENCIA EUROPEA EN LAS CIUDADES-PUERTO LATINOAMERICANAS EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX: UN ACERCAMIENTO DE HISTORIA COMPARADA. 3.1 3.2 Las ciudades-puerto y el comercio ilustrado 88 Paradigmas contemporneos en la historiografa sudamericana para el estudio de la inmigracin europea a Latinoamrica en el siglo XIX 90 3.3 Europa occidental en Latinoamrica en el siglo XIX; Romanticismo, Ilustracin y modernidad capitalista..1002

3.4

Contrabando e inmigrantes extranjeros en el Ro de la Plata y el mar Bermejo....................................................................... 113 Las ciudades-puerto de Valparaso en el siglo XIX.. 118 Ancdotas sobre la presencia alemanes en Latinoamrica durante el siglo XIX 124 Buenos Aires y la Feliz Experiencia a inicios del siglo XIX..... 129

3.5 3.6

3.7

Captulo IV. EL POBLAMIENTO DEL PUERTO DE MAZATLN Y LA FORMACIN DE LA HEGEMONA CULTURAL EXTRANJERA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX. 4.1 4.2 El puerto de Mazatln nace? o se hace?.............................................. 135 La influencia extranjera en el poblamiento del puerto de Mazatln: de la independencia a la mitad del siglo XIX.. 138 4.3 El comercio internacional capitalista y el poblamiento del puerto de Mazatln durante la primera mitad del siglo XIX. 146 4.4 4.5 4.6 Las primeras instituciones del Mazatln decimonnico 162 Las casas comerciales extranjeras en la primera mitad del siglo XIX 169 Algunas prcticas y representaciones culturales de la comunidad extranjera en Mazatln hacia 1840 177 4.7 Paisaje social de Mazatln y San Francisco en 1864... 182

Captulo V. CONSOLIDACIN DE LA HEGEMONA CULTURAL EXTRANJERA EN EL MAZATLN DE LA BELLE EPOQUE: 1880-1900. 5.1 La Belle Epoque mazatleca como concrecin del proceso de hegemona cultural extranjera.. 193 5.2 Los carnavales mazatlecos; escenario de las batallas culturales decimonnicas...................... 196 5.3 El discurso del Progreso; ciencia, tcnica e industria extranjera como garantes materiales de hegemona.. 211 5.4 La comunidad extranjera en Mazatln y la filantropa: funciones manifiestas y latentes en una sociedad decimonnica. 2403

5.5 La subjetividad del valor; consumo, propiedad y prestigio social en las clases dominantes 250 5.6 La retrica de la dominacin: la ciudad-puerto de Mazatln como un texto. 267 5.7 La representacin del extranjero occidental en la Literatura sobre el Mazatln decimonnico.. 302

Conclusiones de la investigacin.. 321

Fuentes consultadas... 324

4

Agradecimientos.

Al proyecto humanista que sobrevive pese a todo en la Universidad Autnoma de Sinaloa. A la Facultad de Ciencias Sociales UAS Mazatln y a la Maestra en Historia UAS Culiacn. A Conacyt. A todas las personas responsables de los archivos histricos consultados para esta investigacin.

Al Dr. Samuel Ojeda Gastlum y al Dr. Arturo Lizrraga Hernndez dos cientficos sociales cmplices de esta tesis.

A mi tribu; al Pelochitas, la Goyis, la Negra, la Carmela, el Beto, el Chucuch, la Mery, el Yoryik y el Hectora.

Al AmorMaz: La Big

A mis compaeros de viaje en la maestra, sobre todo a: la Nata, el Fer, el Luis, el Borbolla, el J.C.

A los Patasalada: a las Olas Altas, al Puerto Viejo, a la Tertulia, al Altazor, al Tutuya la familia Pardo Hernndeza mi compa el Davis.

Y a todos los hombres y mujeres que nadie nunca jams les compran sus pensamientos y su vida porque no los ponen en venta.

5

El hombre no tiene naturaleza, slo tiene historia. Jos Ortega y Gasset.

La historia no es ni hace nada. Quien es y hace es el hombre. Karl Marx.

6

Presentacin. La perspectiva de anlisis social e histrico del siglo XIX en Sinaloa que propongo para investigar la influencia de la inmigracin extranjera es de carcter sociocultural. Es un complemento y reinterpretacin de distintas investigaciones, libros, tesis, congresos, coloquios, de raz histrica, existentes sobre esta sociedad y estos actores pero que enfocan el periodo y la problemtica desde su filo e importancia econmica o poltica. El presente trabajo no ser por tanto una historia de las casas comerciales, ni de los inmigrantes extranjeros, sus lderes, o familias, ni de las lites, o la poltica en s, o de los intercambios ni de los montos, mercancas y caractersticas de la economa que impulsaban. Intentar ser una historia lo ms dialctica y total posible, sobre esos hombres y mujeres, sobre ese tiempo y ese espacio. Es por ello que propongo identificar, describir, explicar y comprender, la problemtica implcita entre la cultura que se identifican en una sociedad y su relacin con los grupos o clases dominantes y subordinados, teniendo tres objetivos generales de carcter terico: Describir, explicar y comprender cmo se ejerci la dominacin por medio de la cultura; Explicar su proceso de formacin y consolidacin a partir del concepto de hegemona; Describir y explicar los resultados que tuvo el proceso de dominacin en la sociedad de finales de ese siglo. Todo esto bajo la tesis histrica que sostiene que las estructuras de dominacin en una sociedad se modifican en relacin a las necesidades polticas y econmicas de una poca determinada. Mi hiptesis principal, que debe responder de forma tentativa a mi problema-pregunta de investigacin, Cmo se manifest la influencia econmica y poltica de los comerciantes extranjeros, en la formacin cultural del puerto de Mazatln durante el siglo XIX?, es la siguiente: Los comerciantes extranjeros, establecieron una hegemona cultural y social -prcticas culturales, creencias, valores, instituciones, representaciones, imaginarios- por medio de la cual reforzaron su poder econmico, poltico y su estatus social, influyendo con ello en la formacin cultural y hegemnica, del puerto de Mazatln durante el siglo XIX.7

Sirviendo de hiptesis secundarias pero complementarias, las siguientes: La hegemona en la sociedad del puerto de Mazatln durante el siglo XIX, fue un proceso de formacin cultural que tuvo su punto de consolidacin en las ltimas dcadas del siglo XIX; y por ltimo, Las prcticas culturales de los comerciantes extranjeros, como las representaciones teatrales, festividades, formas de entretenimiento y ocio, celebraciones, hbitos alimenticios, formas de

sociabilizacin, entre otras, fueron garantes simblicos de su hegemona econmica y cultural. Se advierte desde ahora que en esta tesis no se continuar con la apologa historiogrfica a los extranjeros que llegaron a Mazatln durante el siglo XIX. Nuestro objeto de estudio es la dimensin cultural que reviste la Hegemona y bajo que formas se expres en la clase dominantes del Mazatln decimonnico. Los que nos remite necesariamente al grupo extranjero afincado en el puerto. Es por ello que organizamos la investigacin en cinco captulos que tratan de temas al parecer dismiles, pero que intenta mostrar, a su manera, los hilos que tejen la red mental entre cultura y dominacin. En esta bsqueda fue necesario cuestionar al presente turstico restaurado del Centro Histrico del puerto, al pasado colonial en el noroeste mexicano, al poblamiento del puerto de Mazatln decimonnico, al capitalismo mercantilistas e industrial, a la ilustracin y al romanticismo, a los extranjeros que llegaron a poblar las pampas argentinas despoblndolas de indgenas. Todo con la finalidad de complejizar un poco ms el conocimiento del pasado y por tanto el presente de nuestra sociedad mexicana. El primer captulo, Construccin terica para observar la formacin cultural del Mazatln decimonnico, seala en grandes lneas la perspectiva terica propia del las investigaciones de las Ciencias Sociales, que gua la presente investigacin. Ah se definen los conceptos necesarios para entender la ideologa, hegemona, la cultura, las representaciones, la revolucin cultural, as como las lneas metodolgicas a seguir segn los modelos de anlisis social referido.

8

En el segundo captulo, Breve historia sobre las formaciones culturales en el sur de Sinaloa, se desarrolla una interpretacin histrica de las anteriores formas de dominacin cultural presentes el espacio social y cultural donde se asentar la ciudad y puerto de Mazatln, desde tiempos de la conquista espaola hasta el siglo XIX. Esto se eligi as, porque se considera que cualquier investigacin histrica contempornea debe explorara el pasado y el presente de su objeto de estudio para no caer en un abuso de la periodizacin en el conocimiento de las sociedades humanas pretritas, que fragmente y

descontextualice el anlisis de las sociedades sujetas a estudio, al punto de volver incomprensible el espacio y el tiempo delimitados por no contemplarlo dentro de un proceso de larga duracin, sujeto a los cambios y permanencias histricas que inician antes de la investigacin y terminan trascendindola inevitablemente. El captulo tercero, La influencia cultural europea en algunas ciudadespuerto de Amrica Latina en la primera mitad del siglo XIX; un acercamiento de historia comparada, pretende trascender el espacio de nuestro objeto de estudio, para ubicar su desarrollo en otras sociedades similares tanto en poblamiento, como en formas econmicas y culturales, que se desarrollaron en sincrona con la sociedad del puerto de Mazatln en el siglo XIX. A fin de cuentas se decide utilizar el mtodo de comparacin propio de la sociologa, para comprender cabalmente la singularidad histrica de Mazatln as como su pertenencia a un fenmeno histrico que lo trasciende al repetirse en varios puntos costeros de los mares Atlntico y Pacfico del sur del continente. El captulo cuarto, El poblamiento del puerto de Mazatln, y su formacin cultural durante la primera mitad del siglo XIX, da inicio temtico e histrico documental, al tema de la presente tesis. Aqu se dar una interpretacin histrica de la gnesis de la ciudad y puerto de Mazatln al alba del siglo XIX hasta la mitad de dicha centuria. El planteamiento general del captulo es que los comerciantes extranjeros fueron los pioneros y constructores materiales y de sentido, de la primera estructura institucional del puerto de Mazatln, siendo la Casa Comercial el centro rector de donde emanaban las prcticas y representaciones culturales hegemnicas, as como las relaciones sociales esenciales del Mazatln temprano.9

Y por ltimo, el captulo quinto, Consolidacin de la hegemona cultural extranjera en el Mazatln de la Belle Epoque, muestra las formas materiales e inmateriales que tom la hegemona extranjera, en el momento histrico ms alto de su dominio econmico, poltico y cultural en las ltimas tres dcadas del siglo XIX. Destacando la idea del progreso y la modernidad; la filantropa; las formas de sociabilidad de las lites; las funciones latentes del consumo, el lujo, el ocio, el prestigio; el Carnaval y su disciplinamiento cultural, la construccin social del paisaje y los discursos polticos de la arquitectura; terminando con un anlisis desde la idea de lo cotidiano, de tres obras literarias que se desarrollan en ese periodo histrico. Para lograr su comprobacin histrica, se utilizarn procedimientos para ordenar la actividad de investigacin siguen los lineamientos bsicos de la metodologa propuesta por la historia sociocultural. En base a la recoleccin de documentos y otras fuentes de la poca, como imgenes, literatura, peridicos, se disear una metodologa cualitativa para interpretar, criticar, comparar y comprender las fuentes recolectadas. Los mtodos particulares sern los que se desprendan de las teoras sociales seleccionadas para guiar la investigacin. Este diseo metodolgico se basar en una divisin en periodos de tiempo, que contemple las etapas

definitivas de poblamiento y formacin cultural del puerto de Mazatln. Estas se ubicarn a partir de las reformas borbnicas a finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, cuando empieza el declive del puerto al perder su posicin poltica ante Culiacn, la actual capital de estado, eso a nivel local, y a perder

importancia como puerto comercial en la regin y en el intercambio internacional. Esta periodizacin propuesta en el ndice y el diseo metodolgico, coincide con el auge y decadencia y de los comerciantes extranjeros en la regin, lo que nos permitir de igual manera periodizar la hegemona a partir de sus procesos de desarrollo, establecimiento y consolidacin.

10

Finalizar recordando que la presente tesis fue imaginada, investigada, construida y deconstruida entre el verano del 2007 y los primeros 10 das del 2010. En ese lapso de tiempo supo que su ms alta ambicin sera honrar aquella frase del mtico Braudel; Si alguien me reprocha que no he sabido ensamblar los elementos de este libro, espero que encontrar en l, por lo menos, piedras convenientemente cortadas, conforme a las reglas de nuestras canteras.

11

Introduccin. La inmigracin europea a Latinoamrica durante el siglo XIX, fue un proceso histrico que tuvo un impacto demogrfico, econmico, poltico y cultural equiparable a la conquista y colonizacin espaola del siglo XV. Las causas de este nuevo flujo migratorio de alcances mundiales, tiene su explicacin en las transformaciones experimentadas por las sociedades europeas surgidas de la revolucin industrial, del liberalismo poltico y econmico de las sociedades capitalistas modernas en formacin. As, desde el espacio de las relaciones econmicas, tecnolgicas y demogrficas, nos dice Maurice Doob, el sistema econmico surgido de la revolucin industrial en la Europa occidental se basa en dos rasgos propios de este periodo; el cambio y movimiento vertiginoso tanto en los medios y relaciones de produccin, como en los volmenes de las mismas y la variedad del comercio. As como en el surgimientos de condiciones excepcionales para el establecimiento de la sociedad capitalista tales como explosin demogrfica, avances cientficostecnolgicos, apertura de mercados, acumulacin de capital financiero y su inversin, aumento de la divisin del trabajo, entre otros. Todas estas circunstancias no se explican por obra natural, sino por el momento histrico particular iniciado en Europa occidental en 1775 y que cambiar despus de 18751. Por ello en aquellos das, migracin e

industrializacin fueron parte de una misma realidad, dos fenmenos paralelos detonantes a mediados del siglo XIX de las mayores migraciones humanas de la historia; el xodo rural a las ciudades, la migracin entre regiones, de ciudad en ciudad, la travesa de ocano a ocano. La ms documentada y memorable de ellas corrientes humanas por su nmero de participantes, nos dice por su parte Erick Hobsbawn, fue la que sucedi de 1846 a 1875 entre Europa y Amrica, la mayora con direccin hacia Estados Unidos.1

Maurice Doob, Estudio sobre el desarrollo del Capitalismo, SIGLO XXI, Mxico, 1977. pp. 305375.

12

Una consideracin sobre esas migraciones europeas es que el flujo no fue constante u homogneo tnica, cultural y socialmente, por ello distintos grupos humanos llegaron a regiones del continente atendiendo a caractersticas propias de cada pueblo. De 1846 a 1875 los alemanes, los habitantes de las islas inglesas y los escandinavos fueron los que ms migraron, siendo los pases receptores por excelencia Estados Unidos, Australia y Argentina. Estos flujos migratorios fueron en su mayora de gente rural. Sin embargo, estos inmigrantes europeos que llegaron a Amrica, no vena a suplir las migraciones esclavas africanas de anteriores periodos, ya que este vaco fue reservado para los inmigrantes asiticos y la poblacin indgena endgena, representantes del ms bajo reconocimiento por el mercado mundial capitalista y la cultura ilustrada de la poca. Otras de las causas de esta primera ola de migracin europea, dicen ambos autores, fueron el hambre y la sobre poblacin. Las ciudades, los puertos y las nuevas zonas industriales fueron los polos de atraccin de estos emigrantes, que junto con las personas de las clases altas que se movan por el mundo por ocio o en viajes de placer, conformaban un sujeto que con los cambios de esta poca modificaron usos y costumbres de sus antepasados, estado en un lugar y otro en menos tiempo.2 Al iniciarse este proceso migratorio extra continental, atrae dbiles contingentes hasta la primera mitad del siglo XIX alcanzando un carcter masivo en las ltimas dcadas decimonnicas;() atrajo para Amrica Latina y el Caribe entre 1821 y 1932 unos 20 millones de personas. Este monto no implica que todos los inmigrantes se radicaron en la regin, ya que muchos se regresaron; parte de la migracin extra continental estuvo compuesta por migrantes estacionales, y otros retornaron por diversos motivos.3

2 3

Erick Hobsbawn, La Era del capital, 1848-1875, CRITICA, Buenos Aires, 1998, pp. 30-79. Mario Margulis y Birgitta Leander, Migraciones hacia Amrica Latina y el Caribe. Contexto histrico e influencia cultural, en Leander, Birgitta. (Coord), Europa, Asia y frica en Amrica Latina y el Caribe: Migraciones "libres" en los siglos XIX y XX y sus efectos culturales, , Siglo XXIUNESCO, Mxico, 1989, p. 16.

13

En el periodo que va de 1854 a 1924 las reas geogrficas de donde provienen los europeos que emigran a Amrica Latina, son;() Espaa (28%), Portugal (11%), Italia (38%), Gran Bretaa, Francia (3%), Suiza, Alemania (3%), Suecia, Polonia y Rusia (3%), y en menor medida, de Yugoslavia, Dinamarca y Noruega4. Siendo los principales pases de destino en el periodo ya sealado, Argentina, Brasil, Uruguay, Cuba y Mxico.5

Este flujo hacia el continente no solo encierra

procesos econmicos y

demografas para las sociedades latinoamericanas, sino que a partir de este crisol de tnico, como se puede observar de los datos estadsticos anteriores, se gestan formas culturales heterogneas en los pueblos latinos debido a la inmigracin, que vendrn a influir en la construccin social de las nacionalidades pos coloniales en el continente durante el siglo XIX;Es comprensible entonces que los inmigrantes trataran, en la primera generacin, de cerrarse sobre s mismos, de formar colectividades, conservando, donde se poda, sus costumbres, su idioma, sus valores y creencias, su nostalgia y sus esperanzas, Su participacin en la nueva sociedad se redujo, en los primeros tiempos, a las relaciones derivadas de su actividad. Fueron las generaciones siguientes las que en la mayora de los casos, se integraron e influyeron gradualmente en la cultura del pas receptor.6

Un aspecto a considerar es que las olas migratorias fueron desiguales para los distintos pases de la regin, tanto en cantidad como en calidad, por as decirlo. Unas fueron masivas como en Sudamrica, otras menos como en Chile y otras minoritarias en el caso de Mxico. Entre los pases receptores de estos inmigrantes europeos, como se dijo, se encuentra Mxico. Su flujo migratorio tuvo caractersticas singulares en las distintas regiones del pas. Su temporalidad se puede decir, inicia pasada las luchas de Independencia de 1810, cuando varias regiones del pas se sumaron al intercambio comercial y cultural mundial, que podran fin a la hegemona espaola.4

Marcello Carmagnani, Las migraciones europeas en su rea de origen, en Leander, Birgitta. (Coord), Europa, Asiaop. cit., p. 136. 5 Magnus Mrner, Las migraciones europeas durante los siglos XIX y XX: algunas estadsticas, en Leander, Birgitta. (Coord), Europa, Asiaop. cit., p. 135. 6 Ibd., p. 21.

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En este primer momento, los extranjeros que llegaron a Mxico no lo hicieron como parte de una poltica estatal de colonizacin ni mucho menos en busca de mejores condiciones de vida en estas tierras. Llegaron como emisarios y representantes del comercio y la industria de sus pases de origen, como el fin de dominar los mercados locales y explotar los recursos naturales vrgenes que tena el pas. Este primer flujo migratorio formal en el Mxico independiente, se fue formando desde finales de la colonia por medio de la informacin que viajeros, cientficos y exploradores obtuvieron sobre la regin y entregaron a sus respectivos pases. No fueron, pues, invitados por el gobierno mexicano o expulsados por la miseria de sus pases. Eran extranjeros inmigrantes con capital econmico, cultural y poltico. Ese tipo de extranjero inmigrante se estableci en las regiones del pas ms acordes a sus fines. El noroeste mexicano fue uno de ellos, como tiempo despus lo seran las Californias. Unas dcadas despus, este flujo migratorio internacional fue eclipsado por la poltica federal de atraer inversiones e inmigrantes europeos como una medida paralela al desarrollo de la industria. Esto fue as, porque tanto los gobiernos liberales y conservadores conceban la inmigracin europea como una solucin al atraso econmico, social y poltico de la Nacin. Para 1842 el gobierno propuso como instrumento de su poltica de desarrollo industrial para el pas, la inmigracin extranjera como una solucin a la necesidad de poblar ciertas regiones y encauzar su desarrollo econmico;La inmigracin de gente de Europa y Norteamrica, debe ser fomentada para que se establezcan aqu, trayendo sus artes y sus ciencias. Estos beneficios, un gobierno independiente, escuelas libres, y el matrimonio con europeos y anglosajones, cambiarn el carcter del pueblo y lo harn ilustrado y prspero.7

7

Luz Mara Martnez Montiel, Inmigracin Europea y Asitica siglos XIX y XX, En Guillermo Bonfil Batalla (compilador), Simbiosis de culturas; los inmigrantes y su cultura en Mxico, CONACULTAFCE, Mxico, 1993, p. 246-247.

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Durante la independencia y despus en el periodo liberal-positivista, la influencia europea no desaparece como presencia sino solamente cambia su papel y su importancia. Para 1860 los grupos de extranjeros mayoritarios que residan en el pas, eran; 25 000 espaoles, 6 000 franceses, 9 000 alemanes, 6 000 ingleses y 100 norteamericanos,8 adems de algunos pocos italianos, belgas, suizos, libaneses, entre otros, con caracterstica netamente urbanas. Sin embargo, para la historiografa sobre la inmigracin extranjera a Mxico slo existen dos momentos importantes en este proceso, vinculados ambos a lo ocurrido en el centro de Mxico. El primero es en tiempos de la conquista y posterior colonia espaola, y el segundo, en el siglo XIX como producto de la poltica del gobierno del Gral. Porfirio Daz destinada a todos los europeos, estadounidenses y naciones occidentales ricas que pudieran interferir en el desarrollo econmico y humano del pas. Esta postura condiciona, segn nuestra tesis, el fenmeno durante el siglo XIX a polticas de gobierno (blanqueamiento de la poblacin o de desarrollo econmico e industrial de capital humano moderno, civilizado, etc.) menospreciando las migraciones libres o dirigidas por los gobiernos y sociedades europeas en expansin como Inglaterra o Alemania, esto es, demerita el factor del impulso del mercado internacional capitalistas industrial para explicar el hecho porque no intervena el gobierno mexicano en esta decisin. Esto claro, es una falacia, o por lo menos una reduccionismo del fenmeno migratoria extranjero a Mxico, ya que olvida los procesos migratorios que iniciaron con la independencia, y sobre todo, en las regiones costeras del noroeste mexicano y las Californias. Y el ejemplo de ello, como veremos en esta tesis es el puerto de Mazatln, Sinaloa, lugar fundado por el comercio internacional, poblada y edificada segn los intereses de este tipo de extranjeros inmigrantes que la historiografa nacional desdea o cuantims estudia como agentes de la inversin extranjera en la regin. Sin embargo, de este acontecimiento histrico-social surgen mltiples procesos8

Luz Mara Martnez Montiel, op. cit., p. 249.

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que influirn en la econmica, la poltica, la sociedad y cultura del Sinaloa decimonnico y perduran hasta inicios del siglo XXI. En este misma labor de comprender ms a profundidad el papel de los extranjeros en la formacin de la cultura nacional, nos dice Martnez Assad, que en los estudios histricos sobre las formas de organizacin de los inmigrantes extranjeros que llegaron a Mxico, destacan las diversas estrategias que estos grupos tnicos implementaron para mantener su cultura (identidad) en los procesos de interaccin con otras tnicas extranjeras o la propia poblacin mestiza e indgena del pas. Lo identificado a la fecha, es que la mayora de los inmigrantes occidentales de primera y segunda generacin, se mostraron reacios al contacto o simbiosis cultural en su estancia en Mxico. Es por ello que establecieron instituciones formales e informales que delimitaran la relacin e influencia cultural de otros grupos tnicos, estructurada en una organizacin social basada en la lengua materna, la familia, la endogamia, la alimentacin, nichos econmicos propios, espacios de sociabilidad y ocio, escuelas, espacios de beneficencia y ayuda para sus connacionales, etc. Otro factor de suma importancia que han arrojado estas investigaciones, es considerar que esos grupos tnicos extranjeros no fueron homogneos en su interior, o sea, no todos los miembros del grupo tuvieron la misma jerarqua, intereses o capital cultural y econmico. Por tanto, en un primer anlisis, el factor econmico como propietarios de capitales o inversionistas distinguieron a unos y otros miembros de un mismo grupo tnico.9 Es por esto que los grupos ms influyentes y con ms posibilidades de defender su cultura son los mejor posicionados en la estructura econmica del lugar establecido. O sea, los inmigrantes de tercera clase o pobres tendrn ms9

Se puede afirmar, entonces, que la estructura econmica tiene como base a las relaciones de parentesco. La relacin etnia-clase se manifiesta cotidianamente en las instituciones creadas para la reproduccin y unin del grupo. Debido a que la participacin en estas se restringe a las personas que puedan pagar sus cuotas, gran parte de los miembros del grupo quedan excluidos, por lo que su proceso d asimilacin a la sociedad receptora es ms rpido. Carlos Martnez Assad, De extranjeros a inmigrantes en Mxico, UNAM, Mxico, 2008, p. 28.

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necesidad de contacto cultural y subordinacin, incluso con otros grupos tnicos, que los llevarn a una fragilidad lingstica, alimentaria, etc. esto no suceder con sus paisanos ricos o miembros de las clases dominantes.10 Por lo dicho, es posible dar una respuesta tentativa a un cmulo de preguntas sobre estos grupos tnicos extranjeros que llegaron a Mxico durante el siglo XIX; Entre ellas, rescatamos algunas propuesta por Martnez Assad, por ejemplo: Qu pas con estos extranjeros durante el proceso de interaccin con la sociedad mexicana; Se integraron o nicamente se articularon a aquella sociedad? o Despus de varios aos se logr su asimilacin?11 Sin duda estas preguntas son aplicables al problema de los extranjeros en la sociedad sinaloense y mazatleca decimonnica. Pero para darle mayor veracidad histrica regional, es necesario sumar al problema cultural otra dimensin de importancia, la problemtica de la dominacin. Sabemos que el capital econmico as como su perteneca a las sociedades lderes en la industrializacin, la ciencia, la tecnologa y el capitalismo, derivaba en un poderoso capital social y cultural en los inmigrantes extranjeros de origen europeo. Esto no suceda, por ejemplo, con otro tipo de inmigrantes extranjeros como los asiticos. Esta superioridad econmica y cultural se manifest en acciones paternalistas o racismo hacia la mayora de la poblacin mestiza, ya no digamos con los indgenas. Era necesario civilizarlos, convertirlos, educarlos, baarlos, alimentarlo, sanarlos, imponiendo la cultura moderna, ilustrada, europea en sus vida cotidiana;

10

La ocupacin y el control de determinados niveles econmicos permitieron a los grupos tnicos no nacionales mantenerse econmica y socialmente diferenciados. Este control ha sido posible por las redes de relaciones que los grupos ha establecido entre su pas de origen y el receptor. Ibd., pp. 25-27. 11 Lo que nos sugiere con esto Martnez Assad, es contemplar el aspecto cultural de estos grupos en relacin a los nacionales, como el mestizo y el indgena, atendiendo al proceso mediante el cual un grupo tnico o minoritario pierde sus particularidades culturales y sus identidad como grupo para formar parte de otro mayor, y que la integracin consiste en un proceso de adaptacin recproca y de coexistencias entre poblaciones tnicamente diferenciadas. Ibd., p. 30.

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() los grupos de inmigrantes que logran llevar a una posicin dominante en la sociedad contarn con condiciones ptimas para la reproduccin de su cultura y, adems, esto les permitir convertir a su cultura en dominante. En cambio, los grupos ubicados como subalternos carecern de condiciones o medios para reproducir su etnicidad, esta se har en la clandestinidad, lo que propiciar an ms, su subordinacin y dominacin y conducir a la emergencia de conflictos tnicos.12

Esta perspectiva de interpretacin tico-cultural, creemos, no es aplicable totalmente a los inmigrantes extranjeros que llegaron a formar una sociedad en el puerto de Mazatln durante el siglo XIX. Y decimos lo anterior porque dichos grupos extranjeros no pretendan ser dominantes slo como una estrategia para reproducir su cultura y no perderla ante la de los otros grupos tnicos. Para esta tesis, como veremos a continuacin, la importancia de extender su cultura a los dems grupos tnicos fue para reforzar su dominacin econmica y poltica. Necesitaban que su dominacin directa por medio de la pistola fajada en la cintura, la compra de conciencias, las conspiraciones, el contrabando, los pronunciamientos, las traiciones, se reforzara simblicamente, se exteriorizara en su vida cotidiana, y no para defender una etnicidad en particular sino para

mantener su posicin de clase dirigente; para crear la hegemona, dira Gramsci.

12

Ibd., p. 35.

19

He aqu pues la ideologa de las clases, o de la clase dominante influyendo sobre las clases subordinadas, obrera y campesina, por varios canales, a travs de los cuales la clase dominante construye su propia influencia espiritual, su capacidad de plasmar en la conciencia de toda la colectividad, su hegemona. Antonio Gramsci.

20

Captulo I. Construccin terica para observar el problema de la hegemona cultural en una sociedad histrica determinada.

21

En este captulo expondr un esquema general del enfoque terico-metodolgico, que iluminar los datos o fuentes histricos consultadas para esta investigacin. En el desarrollo del esquema intento mostrar ms que definiciones concretas de conceptos tericos, los autores y obras sobre los que se construy este enfoque metodolgico sociocultural. La intensin ltima es mostrar la perspectiva en la que se basa nuestra investigacin, al momento de abordar el problema de la hegemona como un objeto de estudio en las investigaciones sociales de una sociedad histrica determinada. Esto viene a complementar el uso de la hegemona como concepto en la historiografa regional, sumando a la lectura poltica y econmica del mismo, el aspecto simblico-cultural que hasta la fecha ha pasado desapercibido por la investigacin social e histrica producida en Sinaloa. En este sentido, se intenta dar un rompimiento en la interpretacin del siglo XIX, el cual se considera a nivel regional como eminentemente poltico y econmico, ignorando con ello las lgidas batallas culturales que se dieron en ese tiempo y como estas definiran de forma definitiva la formacin cultural sinaloense. Lo anterior tambin nos permitir proponer una lectura ms compleja y profunda de la formacin cultural en Sinaloa, as como los estudios que se identifican como socioculturales, al romper las cadenas que unen al concepto con las manifestaciones artsticas y su campo de accin; esto es, plantearemos la tesis que refiere a los aspectos simblicos-culturales una funcin de coadyuvante en el mantenimiento del poder de un grupo dominante sobre un territorio y una sociedad. Por ltimo, dir que esta construccin terico-conceptual se nutre de una reflexin contempornea desde distintas disciplinas de las ciencias sociales, como la historia, la sociologa, la antropologa, a partir de una perspectiva de anlisis social cercana al paradigma marxista, y que hace referencia al estudio de la cultura, sobre las formas no violentas mediante las cuales un grupo o clase dominante, controla sin coercin fsica directa las conductas e intereses de las clases subalternas o dominadas.22

1.1.

El problema de la Ideologa y la superestructura en Marx.

En su afn por estudiar cientficamente lo que llama el Modo de produccin capitalista, Carlos Marx (1818-1883) produce un modelo de pensamiento cientfico que marcar el desarrollo posterior de toda la historia del pensamiento occidentalizado, ya sea en Asia, frica o Amrica. La filosofa se renueva, la economa, la poltica, la ciencia, el ser humano mismo, y con ello el estudio de la historia. En su modelo abstracto, Marx propone que la nica forma de comprender la realidad y luego transformarla es analizando su desarrollo, sus cambios y permanencias en el tiempo. En toda su obra el dilogo principal con el anlisis del presente capitalista industrial europeo del siglo XIX y la filosofa de su tiempo, es secundado con datos, acontecimientos y personajes de la historia mundial. Para nuestra investigacin, es necesario considerar las premisas de las que parti Marx para observar los hechos histricos concretos, documentados registrados en partes de guerra, diarios, libros, manuales, actas, legislaciones- y que se alejan por completo de las formas anteriores de mirar el pasado de las sociedades desde Europa; esto es, la Historia ya no explicar el pasado a partir de los designios de la teologa, o por la manifestacin de un espritu o idea universal, tampoco se atribuir a la poltica, los reyes y guerreros los cambios drsticos sucedidos en el desarrollo histrico. Su propuesta invitaba a conocer el pasado a partir de mirar en l las formas en que los hombres y mujeres producan su vida y las relaciones que establecan para lograrlo. Esto era para l Materialismo,1313

relacionado con la actividad

En el Prlogo de la Contribucin a la crtica de la Economa Poltica publicado en 1859, el propio Marx explica cmo se form su pensamiento Materialista: Mis estudios profesionales eran los de Jurisprudencia, de la que, sin embargo, slo me preocup como disciplina secundaria, al lado de la Filosofa y la Historia. En 1842-43, siendo redactor de la "Rheinische Zeitung", me vi por vez primera en el trance difcil de tener que opinar acerca de los llamados intereses materiales. Los debates de la Dieta renana sobre la tala furtiva y la parcelacin de la propiedad del suelo, la polmica oficial mantenida entre el seor von Schaper, a la sazn gobernador de la proviricia renana, y la "Rheinische Zeitung" acerca de la situacin de los campesinos del Mosela, y, finalmente, los debates sobre el libre cambio y el proteccionismo, fue lo que me movi a ocuparme por vez primera de cuestiones econmicas. Por otra parte, en aquellos tiempos en que el buen deseo de marchar adelante superaba con mucho el conocimiento de la materia, la "Rheinische

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humana, muy lejano de las particularidades fsicas de la materia o lo que en la actualidad se conoce como consumismo. As de sencillo, as de complicado, as de peligroso para el mundo hasta entonces conocido y para la concepcin de la investigacin histrica;Las premisas de que partimos no son arbitrarias, no son dogmas, sino premisas reales, de las que slo es posible abstraerse en la imaginacin. Son los individuos reales, su accin y sus condiciones materiales de vida, tanto aquellas con que se han encontrado ya hechas, como las engendradas por su propia accin. Estas premisas pueden comprobarse, consiguientemente, por la va puramente emprica () Toda historiografa tiene necesariamente que partir de estos fundamentos naturales y de la modificacin que experimentan en el curso de la historia por la accin de los hombres.14

Pero esta realidad fundamental humana que tiene que ver con cmo se produce lo que se come y cmo se organizan los humanos para ello, hasta esos das se encontraba ignorada, o sobreentendida y subestimada por todo el pensamiento anterior. Desde la filosofa griega lo relevante de la existencia de los seres humanos eran sus pensamientos -el Logos-, sus representaciones ya sea en forma de mitos, dioses, leyes, filosofa; o sea, las Ideas por s mismas explicaban la existencia csmica, del mundo terrenal, de los hombres y mujeres y de la historia.

Zeitung" dejaba traslucir un eco del socialismo y del comunismo francs, teido de un tenue matiz filosfico. Yo me declar en contra de aquellas chapuceras, pero confesando al mismo tiempo redondamente, en una controversia con la "Allgemeine Zeitung" de Augsburgo, que mis estudios hasta entonces no me permitan aventurar ningn juicio acerca del contenido propiamente dicho de las tendencias francesas. Con tanto mayor deseo aprovech la ilusin de los gerentes de la "Rheinische Zeitung" quienes crean que suavizando la posicin del peridico iban a conseguir que se revocase la sentencia de muerte ya decretada contra l, para retirarme de la escena pblica a mi cuarto de estudio. Mi primer trabajo, emprendido para resolver las dudas que me asaltaban, fue una revisin crtica de la filosofa hegeliana del derecho, trabajo cuya introduccin vio la luz en 1844 en los "DeutschFranzsische Jahrbcher" , que se publicaban en Pars. Mi investigacin desembocaba en el resultado de que, tanto las relaciones jurdicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por s mismas ni por la llamada evolucin general del espritu humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel, siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de sociedad civil, y que la anatoma de la sociedad civil hay que buscarla en la Economa Poltica. Carlos Marx, Prlogo de la contribucin a la crtica de la Economa Poltica, en Obras escogidas; tomo I, Progreso, URSS, 1980, pp. 516-517. 14 Carlos Marx, Federico Engels, La Ideologa Alemana, Cap. I: Feuerbach: oposicin entre la concepcin materialista e idealista, Obrasop. cit., p.15.

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Sin embargo, bajo la concepcin materialista de la historia creada por Marx, esta premisa filosfica e historiogrfica idealista es negada de la misma forma que las figuras de los Reyes y Dios lo fueron por otros pensadores modernos. Ese empuje que desde el llamado Renacimiento europeo tenda a posicionar a los humanos como constructores de su propio conocimiento y destino, daba una dimensin nueva al pensamiento. Ellos seran ahora los productores directos de sus ideas, valores, representaciones, tradiciones y de su realidad material;Totalmente al contrario de lo que ocurre en la filosofa alemana, que desciende del cielo sobre la tierra, aqu se asciende de la tierra al cielo. Es decir, no se parte de lo que los hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco del hombre predicado, pensado, representado o imaginado, para llegar, arrancando de aqu, al hombre de carne y hueso; se parte del hombre que realmente acta y, arrancando de su proceso de vida real, se expone tambin el desarrollo de los reflejos ideolgicos y de los ecos de este proceso de vida. Tambin las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de los hombres son sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso empricamente registrable y ligado a condiciones materiales. La moral, la religin, la metafsica y cualquier otra ideologa y las formas de conciencia que a ellos correspondan pierden, as, la apariencia de su propia sustantividad. No tienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su produccin material y su trato material cambian tambin, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento.15

Este breve acercamiento a los fundamentos terico-sociales del modelo de Marx, nos sirve para comprender de mejor manera su pensamiento sobre el mundo simblico de los humanos, esto es, las representaciones, imaginarios, valores, creencias, tradiciones, ideologas, etc., con las cuales explican su existencia individual, colectiva y como especie en un momento determinado. Ser necesario ahora, mostrar aquel denostado y polmico modelo expuesto en el Prlogo (1859), como punto de partida para entender de una mejor manera el problema de la hegemona y como se convierte en un objeto de estudio en el curso de esta investigacin de tesis.

15

Ibd., p. 21.

25

Las dos cuartillas aproximadas a las que haremos referencia16 contienen la famosa imagen de la sociedad humana como un edificio, compuesto por una estructura (base econmica) y una superestructura (simblica), pero ms que conceptualizar formalmente cada una de ellas, el texto slo describe algunas de sus caractersticas exteriores, planteando por ello un razonamiento parcial sobre su interaccin en el mundo real;El resultado general a que llegu y que, una vez obtenido, sirvi de hilo conductor a mis estudios, puede resumirse as: en la produccin social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de produccin, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de produccin forma la estructura econmica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurdica y poltica y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de produccin de la vida material condiciona el proceso de la vida social, poltica y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia () Al cambiar la base econmica, se revoluciona, ms o menos rpidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones econmicas de produccin y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurdicas, polticas, religiosas, artsticas o filosficas, en una palabra, las formas ideolgicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo.17

Ahora

bien,

desde la

perspectiva

de nuestra

investigacin,

este

comportamiento estructural y superestructural de las sociedades no se presenta en el anlisis concreto del presente y del pasado de manera vertical, o condicionante. Esto es, ningn supuesto nivel es anterior o superior al otro, sino lo contrario, se interrelacionan siendo parte de una totalidad social18 que es la existencia misma de los seres humanos.

16

En palabras del propio Marx, estas ideas fueron detonadas por su revisin crtica de la filosofa hegeliana del Derecho. Este trabajo es parte de los Manuscritos Econmicos y Filosficos de 1884, conocida como la obra del Joven filsofo Marx. 17 Carlos Marx, Prlogo de laop. cit., pp. 517-518. 18 Como referencia a esta idea de totalidad social, lo que se conoce como marxismo estructuralista desarrollado por Louis Althusser en la segunda mitad del siglo XX, atribuye al concepto de Modo de produccin en la obra de Marx este sentido; as, al identificar el modo de produccin se

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Extenderemos esta idea a un sealamiento contenido en el primer libro de El Capital, sobre el papel determinante de la estructura econmica en el desarrollo de las sociedades histricas, esto con fin de mostrar el complejo problema de interaccin entre los factores econmicos, polticos e ideolgicos en una sociedad. Ante una crtica publicada en un diario german-estadounidense sobre el modelo Estructura-Superestructura desarrollado en el Prlogo de 1859, el cual segn la publicacin slo sera aplicable para el mundo moderno, pero no para el Clsico Griego o Romano, donde dominaba la Poltica, o la Edad Media monrquica dirigido por la supremaca de la religin catlica, Marx escribi lo siguiente;En primer trmino, es sorprendente que haya quien guste suponer que alguna persona ignora esos archiconocidos lugares comunes sobre la Edad Media y el mundo antiguo. Lo indiscutible es que ni la Edad Media pudo vivir de catolicismo ni el mundo antiguo de poltica. Es, a la inversa, el modo y manera en que la primera y el segundo se ganaban la vida, lo que explica por qu en un caso la poltica y en otro el catolicismo desempearon el papel protagnico. Por lo dems, basta con conocer someramente la historia de la repblica romana, por ejemplo, para saber que la historia de la propiedad de la tierra constituye su historia secreta. Ya Don Quijote, por otra parte, hubo de expiar el error de imaginar que la caballera andante era igualmente compatible con todas las formas econmicas de la sociedad.19

Lo que se dice aqu tiene que ver con las estructuras sociales, que dominan en un momento determinado el desarrollo y mantenimiento (equilibrio dira el funcionalismo sociolgico) de un modo de produccin conceptualizado como una totalidad social, como ya se mencion. Estas estructuras que forman el modo de produccin, seran segn el marxismo estructuralista Althusseriano, tres; econmica, jurdico-poltica e ideolgica.

determinara tanto la estructura material como a la superestructura simblica de una totalidad social, o sea, de una sociedad determinada. Marta Harnecker, El Capital: conceptos fundamentales (Lapius y Ostrovitianov, Manual de Economa Poltica), Siglo XXI, Argentina, 1971, p. 15. 19 Carlos Marx, El Capital, Vol. I (El proceso de produccin de Capital), Siglo XXI, Argentina, 1999, p. 99.

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Una idea muy similar a lo anterior sostiene el compaero intelectual y discpulo de Marx, Federico Engels en una carta escrita en 1890 a Joseph Bloch;() Segn la concepcin materialista de la historia, el factor que en ltima instancia determina la historia es la produccin y la reproduccin de la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca ms que esto. Si alguien lo tergiversa diciendo que el factor econmico es el nico determinante, convertir aquella tesis en una frase vacua, abstracta, absurda. La situacin econmica es la base, pero los diversos factores de la superestructura que sobre ella se levanta --las formas polticas de la lucha de clases y sus resultados, las Constituciones que, despus de ganada una batalla, redacta la clase triunfante, etc., las formas jurdicas, e incluso los reflejos de todas estas luchas reales en el cerebro de los participantes, las teoras polticas, jurdicas, filosficas, las ideas religiosas y el desarrollo ulterior de stas hasta convertirlas en un sistema de dogmas-- ejercen tambin su influencia sobre el curso de las luchas histricas y determinan, predominantemente en muchos casos, su forma. Es un juego mutuo de acciones y reacciones entre todos estos factores, en el que, a travs de toda la muchedumbre infinita de casualidades (es decir, de cosas y acaecimientos cuya trabazn interna es tan remota o tan difcil de probar, que podemos considerarla como inexistente, no hacer caso de ella), acaba siempre imponindose como necesidad el movimiento econmico. De otro modo, aplicar la teora a una poca histrica cualquiera sera ms fcil que 20 resolver una simple ecuacin de primer grado.

Sintetizando lo desarrollado en las ltimas pginas y que servir para guiar la presente tesis, diremos que; en una sociedad determinada las relaciones que los hombres y mujeres establecen con el fin de reproducir su vida biolgica (estructura material), pueden ser influidas por la poltica o la filosofa (superestructuras), o viceversa. Esto ser primordial al momento de identificar y explicar cul estructura, en qu periodos y de qu forma, utilizan los grupos

dominantes para mantener su hegemona sobre las clases subalternas. En el siglo XX el modelo social de estructura-superestructura ser retomada por parte del marxismo occidental, como mencionaremos a continuacin para dos casos especficos; Antonio Gramsci y posteriormente por la historiografa social inglesa. Esta reinterpretacin de la teora y metodologa marxista para el anlisis de la sociedad capitalista, se puede decir, surge de la crisis dogmtica y de estancamiento revolucionario ocurrida en la teora marxista despus del triunfo de20

Carlos Marx, Federico Engels, Obrasop. cit., p. 378.

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la Revolucin rusa de 1917, y se ha identificado en los trabajos de Lukcs, Korsch, de la Escuela de Frankfurt, de Lefevbre, Sartre, Kosk, Della Volpe, Althusser. En estos autores el marxismo, por as decirlo, retorna a su vientre, es decir la filosofa.21 Pero antes, tenderemos otros puentes que nos permitan seguir vinculando los conceptos de hegemona y cultura, por medio de las propuestas filosficas del checo Karel Kosk (1926-2003) sobre el problema de la realidad como algo concreto o pseudoconcreto y como esto debe considerarse al momento de hacer investigacin histrica. 1.2. Karel Kosk y la dialctica de la realidad en la Historia.

Intentando ubicar el estudio de la hegemona cultural en el pensamiento y la accin humana, se considerar la reflexin epistemolgica propuesta por Karel Kosk sobre el mundo de lo concreto y de la pseudoconcrecin y su relacin con la Historia. Para ilustrar en un primer momento esta problemtica, recurriremos al siguiente planteamiento dado por el autor en su magna obra Dialctica de lo concreto;Un poltico aparece durante su vida a los ojos de los contemporneos como un gran poltico. Despus de su muerte se demuestra que era slo un poltico mediocre, y que su supuesta grandeza no era ms que una ilusin de su tiempo. Qu es lo que era el hecho histrico? La ilusin que dio una apariencia de grandeza y cre la historia, o la verdad, que se ha manifestado slo ms tarde y que en el momento decisivo no exista como accin y realidad? El historiador debe ocuparse de los acontecimientos tal y como se desarrollaron efectivamente. Pero qu significa esto? La historia es realmente la historia de la conciencia humana, la historia de cmo los hombres han cobrado conciencia de su tiempo y de los hechos que han sucedido; o bien es la historia de cmo las cosas han ocurrido realmente y hubieron de reflejarse en la conciencia humana? Surge aqu un doble peligro: describir los hechos histricos tal y como debieron ocurrir, esto es, racionalizar y hacer lgica la historia, o narrar acrticamente los hechos sin valorarlos, lo que equivale a abandonar el carcter fundamental de la labor cientfica, a saber: la distincin de los esencial y lo accesorio21

En Gramsci tiene en este contexto un lugar nico, como en muchos otros, pero el punto de referencia de su crtica fue tambin la filosofa (Croce), no la Economa Poltica. Gran Therborn, Surgimiento del Marxismo socio-cientfico y problemas del anlisis de las clases, en Calos Maya Amabia (comp.), Marxismo crtico, crtica del marxismo, Universidad Autnoma de Sinaloa, Mxico, 1987, p. 101.

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como sentido objetivo de los hechos. La existencia misma de la ciencia depende de la posibilidad de hacer esa distincin. Sin ella no habra ciencia.22

No es nuestra intencin dar una respuesta ante la profundidad de las preguntas planteadas en el prrafo anterior. Sin embargo, tomaremos el riesgo de de identificar afinidades entre nuestra problemtica de la hegemona cultural como objeto de estudio y el conocimiento concreto de la historia. Entonces diremos que los hechos sociales del presente o del pasado son la cifra de la realidad. No son transparentes en el sentido dado por el positivismo al documento histrico. Los hechos histricos representan un problema cuyo sentido debe revelar la ciencia. Pero por qu la Ciencia? No basta con hurgar bajo las faldas de la historia hasta encontrar en el agujero ms profundo de los archivos nacionales el divino documento que avale nuestra investigacin? No basta con retar a duelo a la historia en lugar (espacio) y fecha (tiempo) anunciada en la portada de nuestro texto final? No basta con la narracin cronolgica de dicho desafo apegada a la crtica del documento para inaugurar la historia? Desde la perspectiva de esta tesis no es suficiente, debido a que el conocimiento fenomenolgico slo muestra un nivel externo de la realidad histrica sujeta a conocimiento;El conocimiento de la realidad histrica es un proceso de asimilacin terica o crtica, de interpretacin y valoracin de los hechos; en ese proceso es imprescindible para el conocimiento objetivo de los hechos la actividad del hombre, del cientfico () el mtodo cientfico es el medio gracias al cual se descifran los hechos ()23

Esto se asimila a la frase de Marx, la cual sostiene que toda ciencia estara de ms si la forma de manifestarse las cosas y la esencia de estas coincidiesen directamente, lo que remite a las problemticas principales de esta investigacin, como expondremos ms adelante en este captulo; o sea, la falsa conciencia de22 23

Karel Kosk, Dialctica de lo concreto, Grijalbo, Mxico, 1967, pp. 67-68. Ibd., p. 67.

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los hombres respecto a los sucesos histricos presentes o pasados, en otras palabras el problema de la ideologa, las representaciones y la hegemona. Sobre esto insiste Kosk;El historiador que considere la falsa conciencia como un fenmeno accesorio o casual, o que la elimine como una mentira o falsedad que nada tiene que ver con la historia, tergiversar la historia misma. Mientras que la Ilustracin elimina de la historia la falsa conciencia, y presenta la historia de esa conciencia como una historia de los errores que no se habran cometido si los hombres hubiesen sido ms perspicaces y los soberanos ms sabios, la ideologa romntica, por el contrario, considera verdadera la falsa conciencia, porque slo ella ha tenido eficacia, efecto e influencia prctica, y por tanto, slo ella es la realidad histrica.24

En este mismo sentido, se dir que la realidad la cosa misma, en el discurso filosfico de Kosk- presente como pasada, no se manifiesta inmediatamente al conocimiento humano. Para captarla hay que hacer un rodeo. Por ello el pensamiento dialctico distingue entre representacin y concepto de las cosas (objeto, hecho, prctica, realidad), y estas no deben considerarse solamente como problemas epistemolgicos o acadmicos, sino como dos cualidades de la praxis humana, o lo que es lo mismo, de la historia de las sociedades humanas;En la relacin prctica-utilitaria con las cosas, en la cual la realidad se manifiesta como un mundo de medios, fines, instrumentos, exigencias y esfuerzos para satisfacerla, el individuo en situacin se crea sus propias representaciones de las cosas y elabora todo un sistema correlativo de conceptos con el que capta y fija el aspecto fenomnico de la realidad. Sin embargo la existencia real y las formas fenomnicas de la realidad que se reproducen inmediatamente en la mente de quienes despliegan una praxis histrica determinada, como conjunto de representaciones o categoras del pensamiento ordinario que slo por un hbito brbaro se consideran conceptos- son distintas y con frecuencia absolutamente contradictorias respecto de la ley del fenmeno, de la estructura de la cosa, 25 o del ncleo interno esencial y su concepto correspondiente.

Es por esto que Kosk nos invita a considerar el conjunto de los fenmenos que llenan la atmsfera comn de la vida humana, y que con su regularidad, inmediatez y evidencia penetra en la conciencia de los individuos asumiendo un

24 25

Karel Kosk, Dialcticaop. cit., p. 68. Ibd., pp. 25-26.

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aspecto independiente y natural, formando el mundo de la pseudoconcrecin. A l pertenecen: El mundo de los fenmenos externos, que se desarrollan en la superficie de los procesos realmente esenciales; El mundo del traficar y el manipular, es decir, de la praxis fetichizada de los hombres que no coincide con la praxis crtica y revolucionaria de la humanidad; El mundo de las representaciones comunes, que son una proyeccin de los fenmenos externos en la conciencia de los hombres, producto de la prctica fetichizada y forma ideolgica de su movimiento; El mundo de los objetos fijados, que dan la impresin de ser condiciones naturales, y no son inmediatamente reconocidos como resultado de la actividad social de los hombres. Entonces, Esta tesis sostiene que la hegemona como proceso de extensin y aceptacin inconsciente de los intereses polticos, econmicos y culturales de un grupo humano dominante sobre otros grupos humanos subalternos, es parte del llamado mundo de la pseudoconcrecin distinguido por el pensamiento filosfico de Kosk. Veremos ahora, las formas en que entenderemos la hegemona como concepto til en el estudio de las sociedades humanas durante el siglo XX, y como se ha manifestado algunas de sus caractersticas en la historia del pensamiento humano. 1.3. Antecedentes histricos del concepto de Hegemona.

Las sociedades y cultura aristocrtica-esclavista de la antigua Grecia, lograron por medio de la reflexin filosfica una serie de ideas y conceptos sobre el funcionamiento real de la polis, as como su deber ser. Uno de esos conceptos es el de persuasin, que la Escuela Sofista utiliza y crea como prctica de la aret poltica,26 como una forma de establecer los acuerdos sociales entre la clase dirigente y el pueblo, estabilizando de esta forma las relaciones econmicas y de clase.26

Segn Aristteles Aret es un trmino relativo nunca absoluto, que hace referencia a la virtud, eficacia de alguna cosa, o accin. En este caso la poltica. En el siglo V a. c. los sofistas se decan maestros ambulantes de la aret del orador pblico y de la poltica. William K. C. Guthrie, Los filsofos griegos, FCE, Mxico, 1987, p. 14.

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Los sofistas27 afirmaban que la aret poltica implica el lograr mediante el discurso racional, que una cosa no solo sea justa sino que tambin lo parezca. Para ello, los sofistas buscan la persuasin en sus discpulos ya que cuando uno est persuadido de que tal cosa es lo mejor para la polis, sern ms fcil el persuadir tambin a los dems. Protgoras afirmaba que el sabio hombre superior en virtud- es quien logra imponer de modo persuasivo las mejores ideas para el gobierno de la ciudad. Esta idea de la persuasin, nos puede servir para conocer una de las formas matrices que las sociedades europeas occidentales, herederas directas de la cultura helnica implementan para justificar la dominacin de las ideas e intereses del grupo gobernante y su diseminacin a los grupos dominados. Para extender a sociedades ms cercanas en tiempo y espacio la idea de persuasin, evocaremos al modelo de anlisis de la sociedad industrial capitalista moderna creado a fines del siglo XIX, por el economista y socilogo estadounidense Thorstein Veblen. En su teora sobre la clase ociosa, seala John Patrick Diggins, se destaca un aspecto a considerar sobre la emulacin social que se acerca al posterior desarrollo del concepto gramsciano de hegemona, aunque lo desarrolla como un concepto sociolgico, no revolucionario, como lo pens el politlogo italiano. As, para Veblen, una forma esencial del control no coercitivo de una clase sobre otra, se explica por lo que llama emulacin;Al tratar las ideas culturales reinantes como los fundamentos inconscientes de la vida social, Veblen estaba anticipando un tema que descubrira despus Antonio Gramsci: el fenmeno de la hegemona. El problema de la hegemona reside en explicar cmo toda una sociedad llega a estar dominada por los valores de una parte, y por qu el hombre consciente as que lo dominen otros, fenmeno que resulta especialmente desconcertante porque significa el sometimiento del hombre ante las ideas y no ante el27

Aunque reconocida como escuela, los sofistas (Protgoras, Gorgias, Hipias, Prdico, Trasmaco, Critias y Calicles) no tena una identidad nica. As, lo que a Gorgias le interesaba del lenguaje era su capacidad para influir en el alma provocando sentimientos y haciendo cambiar las opiniones. La palabra es capaz de persuadir y de engaar. Y si Protgoras contrapona an la persuasin a la violencia, Gorgias interpreta el poder de la palabra como una forma de violencia ante la cual estn indefensos quienes son arrebatados por ella. Toms Calvo Martnez, De los sofistas a Platn: poltica y pensamiento, 1995, p. 96.

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poder y la coercin. En suma, si por la fuerza no, cmo se legitima la clase dominante?.28

La respuesta a esta pregunta, continua Diggins, Veblen la encuentra en un razonamiento sociolgico sobre el fenmeno de la influencia, la capacidad para persuadir mediante la tendencia a la emulacin. El fenmeno del poder, la capacidad para mandar por miedo a la violencia, cede su lugar a este espejo social invertido. Segn este anlisis de los determinantes sociales del comportamiento econmico, la imitacin funciona para la clase dominante, como un amortiguador de los efectos de la alienacin y la explotacin en un sistema de dominacin, con lo cual integra al trabajador, al nativo, al subalterno a la cultura del capitalismo. En este mismo camino de ubicar algunos antecedentes del concepto gramsciano, recordaremos que comprender las races materiales de las ideas de los seres humanos, superar los obstculos epistemolgicos que los prejuicios tendan a la realidad, desenmascarar el rostro verdadero tras la mascarada de los dolos, fueron fundamentales para explicar la influencia que la iglesia mediante el discurso religioso y posteriormente escolstico, tuvo en la interpretacin de la realidad individual, social y csmica del Medioevo europeo. As, en 1602, el empirista ingls Francis Bacon desarrolla la teora de los dola en su libro Novum Organum. Como hombre de espritu cientfico, advierte en este texto filosfico a los hombres y mujeres de su tiempo, sobre los obstculos epistemolgicos que se oponen al conocimiento de la naturaleza y sus problemas;Los dolos y las nociones falsas que han invadido ya la humana inteligencia, echando en ella hondas races, ocupan la inteligencia de tal suerte, que la verdad slo puede encontrar a ella difcil acceso; y no slo esto: sino que, obtenido el acceso, esas falsas nociones, concurrirn a la restauracin de las ciencias, y suscitarn a dicha obra obstculos mil, a menos que, prevenidos los hombres, se pongan en guardia contra ellos, en los lmites de lo posible.29

28 29

John Patrick Diggins, Thorstein Veblen; terico de la clase ociosa, FCE, Mxico, 2003, p. 222. Francis Bacon, Novum Organum, Libro primero; aforismo sobre la interpretacin de la naturaleza y el reino del hombre, versin digitalizada (pdf), Espaa, 1903.

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El desenmascarar a los dolos y las formas en que se manifiestan contribuiran a la interpretacin de la naturaleza fuera de las nociones de divinidad propias del mundo escolstico. Sin embargo y a diferencia de lo que posteriormente hara Marx, el barn Francis Bacn fue incapaz de identificar las formas materiales que producan a los Idolas, es por ello que su teora era idealista al pensarlos como entidades metafsicas que el ser humano creaba en su razonamiento desviado;Los dolos de la tribu tienen su fundamento en la misma naturaleza del hombre, y en la tribu o el gnero humano. Se afirma errneamente que el sentido humano es la medida de las cosas; muy al contrario, todas las percepciones, tanto de los sentidos como del espritu, tienen ms relacin con nosotros que con la naturaleza. El entendimiento humano es con respecto a las cosas, como un espejo infiel, que, recibiendo sus rayos, mezcla su propia naturaleza a la de ellos, y de esta suerte los desva y corrompe.30

Segn Bacon, los dolas funcionaban como nociones del sentido comn, como prejuicios o como parte del inconsciente individual y colectivo; eran, pues, generados por la pasin y la ignorancia humana;El espritu humano, una vez que lo han reducido ciertas ideas, ya sea por su encanto, ya por el imperio de la tradicin y de la fe que se les presta, se ve obligado a ceder a esas ideas ponindose de acuerdo con ellas; y aunque las pruebas que desmienten esas ideas sean muy numerosas y concluyentes, el espritu o las olvida, o las desprecia, o por una distincin las aparta y rechaza, no sin grave dao; pero preciso le es conservar inclume toda la autoridad de sus queridos prejuicios.31

Estas preguntas y sus respuestas posibles fueron planteadas por pensamientos renacentistas en un contexto social e histrico particular, como lo fue la llamada Edad Media europea, el llamad Antiguo Rgimen en aquellas sociedades. Con lo anterior queremos afirmar de nuevo que la problemtica de la hegemona que Gramsci resumen en las primeras dcadas del siglo XX, no es por tanto un tema exclusivamente de ciencia poltica o de revolucionarios comunistas.

30 31

Ibd. Ibd.

35

De vuelta al siglo XIX, Carlos Marx, testigo, juez y parte de la modernidad europea, libr una de sus ms clebres batallas en el terreno de la filosofa contra esa nube de palabras que impeda observar de manera directa la realidad de la Alemania de antao; esa deconstruccin y posterior negacin del pensamiento alemn idealista en que se form el Joven Marx, se resumen en un texto clave para comprender esta problemtica en un momento histrico determinado; La ideologa Alemana.32 Como en muchos otros casos, Marx no ofrece una definicin de Ideologa, no es necesario ya que en el desarrollo del mismo texto nos ofrece una serie de ejemplos y observacin para comprender como se manifiesta ese concepto en la realidad social y reflexiva de su tiempo. Como indica el venezolano Ludovico Silva,33 ser con Marx peor despus de publicada dicha obra en el ao de 1932, cuando se identifique al concepto de Ideologa como una falsa conciencia, como la punta de lanza reflexiva entre la realidad y su representacin en el pensamiento de los humanos. Sin embargo, este desdoblamiento del mundo, Marx lo contina en gran parte de la crtica hecha por Ludwing Feuerbach a la religin cristiana, registrado en el manuscrito conocido como Tesis sobre Feuerbach,34 donde se esboza sintticamente la crtica al materialismo contemplativo que precede al dialcticocientfico creado por el mismo Marx y Engels. En la cuarta Tesis se expone la esencia de su concepcin de la Ideologa, al criticar la negacin feuerbachiana de la idea de dios y la religin;Feuerbach arranca de la autoenajenacin religiosa, del desdoblamiento del mundo en un mundo religioso, imaginario y otro real. Su cometido consiste en disolver el mundo religioso, reducindolo a su base terrenal. No advierte, que despus de realizada esta labor, queda por hacer lo principal. En efecto, el que la base real se separe de s misma y se plasme en las32 33

Carlos Marx, Federico Engels, La Ideologa Alemanaop. cit., p.15. Armando Cassigoli, Carlos Villagrn, La ideologa en los textos; antologa I, Marcha, Mxico, 1982. 34 Marx escribe Sobre Feuerbach -ttulo original de las hojas que contenan las ahora llamadas Tesis- en 1845, como mucha de su obra no fueron creadas con el afn de exponerlas pblicamente, sino ms bien eran registro de sus reflexiones sobre temas diversos. Pero en 1888 Engels las publica, sealando en el prefacio al libro Ludwing Feuerbach, que ellas representan el primer documento donde se muestran las races de la nueva concepcin del mundo propuesta por el socialismo cientfico.

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nubes como reino independiente, slo puede explicarse por el propio desgarramiento y la contradiccin de esta base terrenal consigo misma. Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es comprender esta en su contradiccin y luego revolucionarla prcticamente eliminando la contradiccin. Por consiguiente, despus de descubrir y ver en la familia terrenal el secreto de la familia sagrada hay que criticar tericamente y revolucionar prcticamente aquella.35

Ahora pasaremos a considerar los alcances y lecturas propuestos para nuestro concepto de hegemona, segn las teorizaciones del italiano Antonio Gramsci as como el uso que posteriormente le da la historiografa moderna inglesa en la segunda mitad del siglo XX. 1.4. Antonio Gramsci y las dimensiones sociales de la Hegemona.

En las antpodas del anlisis de las sociedades y desarrollando las ideas revolucionarias de Marx sobre la enajenacin, la superestructura ideolgica, la conciencia de la clase, y de Lenin principalmente, la dictadura del proletariado, el marxista italiano Antonio Gramsci puso el acento en la importancia de las cuestiones ideolgicas en la construccin de la dominacin de una clase sobre otra, esto es, dirigi la atencin desde las contradicciones econmicas, y en la lucha por la toma del poder poltico de forma directa hacia el problema cultural de por qu medios y formas la clase capitalista dirigente logra que sus intereses sean aceptados como inters de toda la sociedad. As, toda su obra est enfocada a entender por qu la Revolucin socialista no prende en la conciencia y las acciones de los hombres y mujeres proletarios italianos primeramente, y posteriormente del mundo. A Gramsci poco le importaba la ciencia social, la historia acadmica, la investigacin social, la filosofa o la moderna politologa. Por tanto, no dar una aplicacin en Gramsci basada en interpretaciones flexibles y concretas, modelos, definicin conceptual o metodologa del propio Gramsci sobre el estudio del concepto de hegemona, porque el autor nunca lleg

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Carlos Marx, Tesis sobre Feuerbach, en Carlos Marx, Federico Engels, Obras escogidas; tomo I, Progreso, URSS, 1980, p. 8.

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a hacerlo; muri siete das despus de salir de prisin provisional en una clnica italiana donde convaleca en 1937. En principio diremos que la palabra hegemona ha tenido una connotacin militar. La hegemona alude al predominio y liderazgo del hegemon, del conductor o gua militar, del que va a la cabeza. Y, por extensin, se suele identificar la hegemona con el primado de un estado sobre otros en las relaciones internacionales o con la dominacin de una clase o grupo social sobre otros en el interior de las naciones. Habitualmente se habla de la hegemona militar de una nacin en tal o cual perodo histrico, de la hegemona (en sentido amplio) de los Estados Unidos de Norteamrica en el actual concierto de las naciones, de la hegemona de la burguesa en el capitalismo o de la hegemona de tal o cual partido poltico a tenor de los resultados electorales en las democracias representativas, e incluso de la hegemona de un equipo de futbol sobre los dems de su pas en un lapso de tiempo determinado. Todos estos usos de la palabra hegemona connotan la idea de superioridad material sobre otros: primaca, primado, preeminencia o dominio. Este uso del trmino conlleva inevitablemente la idea de poder-dominio, en primera instancia poltica, en ltima instancia militar, aunque no siempre y necesariamente militar;La hegemona en Gramsci tiene muchas formas y niveles. Describe el movimiento de lo econmico-corporativo a lo poltico; de lo particular a lo universal, ejemplificado por Gramsci en su contraste entre lo particular, como entenda Guicciardini, y la voluntad colectiva encarnada en el nuevo prncipe de Maquiavelo. Hegemona tambin significa la formacin progresiva de alianzas centradas alrededor de un grupo social dado.36

Ahora bien, considerando otras propuestas de especialistas en el pensamiento de Gramsci, el argentino Nestor Kohan seala que el problema de la hegemona surge al considerar que el advenimiento de la revolucin socialista no36

Benedetto Fontana, El problema del sujeto histrico: Hegemona y Poltica en Gramsci, en Dora Kanoussi (comp.), Los estudios gramscianos hoy, Benemrita Universidad Autnoma de Puebla/International Gramsci Society/ Plaza y Valds, Mxico, 1998, p. 61.

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se dara slo a partir de condiciones econmicas dadas, sino que era necesario que con ellas se diera un cambio moral y cultural del proletariado. Entonces la hegemona se piensa como un proceso de dominacin no violento que solo puede ser elaborada por accin de la burguesa como clase fundamental en el sistema capitalista. Esta hegemona se presenta bajo la forma de un sistema, en el cual el vrtice lo ocupa la filosofa y se articula hacia los sectores populares por medio del sentido comn y la cultura popular. Estos tres mbitos del sistema hegemnico son campo de debate y confrontacin entre el campo dominante y los sectores populares;La hegemona es un proceso que expresa la conciencia y los valores organizados prcticamente por significados especficos y dominantes en un proceso social vivido de manera contradictoria, incompleta y hasta muchas veces difusa. En una palabra, la hegemona de un grupo social equivale a la cultura que ese grupo logr generalizar para otros segmentos sociales. La hegemona es idntica a la cultura pero es algo ms que la cultura porque adems incluye necesariamente una distribucin especfica de poder, jerarqua y de influencia.37

Teniendo estas interpretaciones de especialistas en el pensamiento de Gramsci y sobre todo en el problema de la hegemona, expondremos algunas de las ideas del italiano contenidas en las cientos de hojas de Los Cuadernos de la Crcel,38 donde se muestran las nociones principales para comprender el uso terico y prctico dicho concepto, y poder convertirlo para nuestro fines en objeto de estudio para una sociedad histrica determinada. En el anlisis de la sociedad capitalista despus de la depresin econmica de 1929, Gramsci nos muestra como la hegemona se relaciona con un grupo o clase que detenta la violencia directa y a la vez dirige a la sociedad por medio de la ideologa, o sea, defiende su posicin de poder de dos formas;37

Nstor Kohan, Gramsci y Marx: Hegemona y poder en la teoria marxista, Ctedra Libre Antonio Gramsci, Universidad de Buenos Aires, 2003, En internet, http://www.amauta.lahaine.org 38 Los 32 Cuadernos de crcel, de complejas 2.848 pginas, no fueron destinadas para ser publicadas, contienen reflexiones y apuntes elaborados durante su reclusin, iniciados el 8 de febrero de 1929, fueron definitivamente interrumpidas en agosto de 1935 a causa de la gravedad de su salud. Fueron enumerados, sin tener en cuenta su cronologa, por su cuada Tatiana Schucht que, junto con Piero Sraffa, logr sustraerlos de las inspecciones policacas y entregarlas al banquero Raffaele Mattioli, secreto financiador de las redacciones de Gramsci, el cual las confi en Mosc a Palmiro Togliatti y a los otros dirigentes comunistas italianos.

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El aspecto de la crisis moderna que es lamentado como oleada de materialismo est vinculado a los que se llama crisis de identidad. Si la clase dominante ha perdido el consenso, o sea, si no es ya dirigente, sino nicamente dominante, detentora de la pura fuerza coercitiva, esto significa precisamente que las grandes masas se han apartado de las ideologas tradicionales, no creen ya en lo que antes crean, etctera.39

Segn lo anterior, dirigencia, consenso, dominacin, ideologa, son categoras que se contienen en el concepto de Hegemona. Al realizarla la clase -o grupo dominante dentro de una clase- lograr extender su ideologa hacia los dems grupos y clases sociales, esto es, crea un consenso sobre su necesidad de gobernar-dirigir, y como esto lo hace en representacin y para el bien comn, aunque en realidad esto no sea cierto. Esto tambin representa una distincin en cuanto la dominacin directa, ya sea por parte del aparato judicial polica, hasta militares- como del legislativo por medio de leyes-. Por otra parte, un ejemplo de cmo se organiza la estructura ideolgica de una clase dominante , o sea las instituciones y medios objetivos que justifiquen, mantengan, defiendan y desarrollen una percepcin social un frente terico e ideolgico, dira Gramsci- que venga a sustentar la hegemona en una sociedad, se encuentra en los peridicos;La parte ms importante y ms dinmica de ste es la prensa en general: casas editoras (que tienen un programa implcito y explcito y que se apoyan en una determinada corriente), peridicos polticos, revistas de todo gnero, cientficas, literarias, filolgicas, de divulgacin, etctera, peridicos diversos hasta los boletines parroquiales () la prensa es la parte ms dinmica de esta estructura ideolgica, pero no la nica: todo aquello que influye o puede influir en la opinin pblica directa o indirectamente le pertenece: las bibliotecas, las escuelas, los crculos y clubes de distinto tipo, hasta la arquitectura, la disposicin de las calles y los nombres de stas. No se explicara la posicin conservada por la Iglesia en la sociedad moderna, si no se conocieran los esfuerzos prolongados y pacientes que realiza para desarrollar continuamente su seccin particular de esta estructura material de la ideologa. Semejante estudio, hecho seriamente, tendra cierta importancia: adems de dar un modelo viviente de tal estructura, habituara a un clculo ms cauto y exacto de las fuerzas actuales de la sociedad. Qu puede oponerse, por parte de una clase39

Antonio Gramsci, Cuadernos de la Crcel (Edicin crtica del Instituto Gramsci a cargo de Valentino Gerratana: trad. Ana Mara Palos), ERA-BUAP, Mxico, 1999, p. 37.

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innovadora, a este complejo formidable de trincheras y fortificaciones de la clase dominante? 40

Adems de su relacin con la ideologa, Gramsci desprenda en no pocas ocasiones la vinculacin de la hegemona con la idea de superestructura. Esto sucede en la nota titulada Rotary Club y Masonera, en donde refiere el modelo fordista aplicado en los Estados Unidos antes de la crisis del 29, donde los altos salarios pagados a los trabajadores servan como formas de control y de adaptacin al nuevo tipo de vida industrial capitalista, estando por ello poco desarrolladas otras formas de consenso que tuvieran su origen en la superestructura;En Amrica, la racionalizacin ha determinado la necesidad de elaborar un nuevo tipo humano, conforme al nuevo tipo de trabajo y de proceso productivo: hasta ahora esa elaboracin est slo en la fase inicial y por ello (aparentemente) idlica. Es an la fase de adaptacin psicofsica a la nueva estructura industrial, buscada a travs de los altos salarios; no se verific todava (antes de la crisis de 1929), salvo espordicamente quizs, ningn florecimiento "superestructural"; vale decir, no est planteada an la cuestin fundamental de la hegemona.41

Entonces, si por el concepto de superestructura entendemos de manera general, el mundo simblico, el sistema cultural, o la simple y llana idea de cultura, las ltimas lneas de esta cita nos refieren a que el problema de la hegemona florece justamente en ese nivel de la experiencia humana. Otra forma en que Gramsci piensa las relaciones hegemnicas se presentan en una de las anotaciones iniciales a lo que se conoce como su estudio crtico a la filosofa de Benedetto Croce, donde sugiere que estas son de carcter activo, o sea, establecen vnculos recprocos entre los grupos dominantes y subalternos en cualquier nivel de interaccin social. Esto lo seala tomando como ejemplo las teoras y prcticas pedaggicas modernas, donde el alumno y el maestro a la vez que ensean aprenden y viceversa.

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Antonio Gramsci, Cuadernos de la Crcelop. cit., p. 55. Antonio Gramsci, Notas sobre Maquiavelo, sobre Poltica y el Estado Moderno, En el portal web de la Ctedra Gramsci de la Escuela de cuadros del Partido Comunista Argentino (www.gramsci.org.ar) 2005.

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De igual forma, ah deja en evidencia que su concepcin y aplicacin del concepto de hegemona no se limitan a grupos humanos o a clases sociales, sino que se extiende hasta las relaciones entre pases y civilizaciones;() Pero la relacin pedaggica no puede ser reducida a relaciones especficamente "escolares" por las cuales las nuevas generaciones entren en contacto con las viejas y aprehendan sus experiencias y valores histricamente necesarios, "madurando" y desarrollando una personalidad propia, histrica y culturalmente superior. Esta relacin existe en toda la sociedad en su conjunto y existe para cada individuo respecto de los otros individuos; entre capas intelectuales y no intelectuales; entre gobernantes y gobernados; entre lites y adherentes; entre dirigentes y dirigidos; entre vanguardias y cuerpos de ejrcito. Cada relacin de "hegemona" es necesariamente una relacin pedaggica y se verifica no slo en el interior de una nacin, entre las diversas fuerzas que la componen, sino en todo el campo internacional, entre complejos de civilizaciones nacionales y continentales.42

Pero sin duda, en su teora del anlisis poltico es en donde se relaciona y se identifica ms el concepto de hegemona en su obra. Encontramos en las notas que Gramsci dedica para exponer la metodologa para hacer el anlisis de las situaciones y las correlaciones de fuerzas, un modelo explicativo donde distingue momento o grados en que se manifiestan las mismas. Estos niveles de observacin permiten a su vez, diferenciar entre estructura material objetiva y superestructura que en Gramsci forman el Bloque Histrico.43 Estos niveles son tres y se relacionan totalmente, se interpenetran y se extienden a niveles nacionales o internacionales; correlaciones de fuerzas sociales, polticas y militares. Siendo el segundo nivel, de las correlaciones polticas, donde se genera la hegemona de un grupo dominante sobre los grupos subalternos;Un momento ulterior es la correlacin de las fuerzas polticas, esto es: la estimacin del grado de homogeneidad, de autoconciencia y de organizacin alcanzado por los varios grupos sociales. Este momento puede analizarse a su vez distinguiendo en l varios grados que42

Antonio Gramsci, El materialismo histrico y la filosofa de Benedetto Croce, Ctedra Gramsci de la Escuela de cuadros del Partido Comunista Argentino, versin electrnica: www.gramsci.org.ar 43 Hay que recordar que Gramsci ubica la ideologa en la superestructura y a su vez distingue en la misma una estructura material propia, es por ello que utiliza el sentido plural en su conceptualizacin, o sea, superestructuras.

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corresponden a los diversos momentos de la conciencia poltica colectiva tal como se han manifestado hasta ahora en la historia. El primero y ms elemental es el econmico-corporativo: un comerciante siente que debe ser solidario con otro comerciante, un fabricante con otro fabricante, etc., pero el comerciante no se siente an solidario con el fabricante; o sea: se siente la unidad homognea y el deber de organizarla, la unidad del grupo profesional, pero todava no la del grupo social ms amplio. Un segundo momento es aquel en el cual se conquista la conciencia de la solidaridad de intereses de todos los miembros del grupo social, pero todava en el terreno meramente econmico. Ya en este momento se plantea la cuestin del Estado, pero slo en el sentido de aspirar a conseguir una igualdad jurdico-poltica con los grupos dominantes () Un tercer momento es aquel en el cual se llega a la conciencia de que los mismos intereses corporativos propios, en su desarrollo actual y futuro, superan el ambiente corporativo, de grupo meramente econmico, y pueden y deben convertirse en los intereses de otros grupos subordinados. Esta es la fase ms estrictamente poltica, la cual indica el paso claro de la estructura a la esfera de las superestructuras complejas; es la fase en la cual las ideologas antes germinadas se hacen "partido", chocan y entran en lucha, hasta que una sola de ellas, o, por lo menos, una sola combinacin de ellas, tiende a prevalecer, a imponerse, a difundirse por toda el rea social, determinando, adems de la unidad de los fines econmicos y polticos, tambin la unidad intelectual y moral, planteando todas las cuestiones en torno a las cuales hierve la lucha no ya en un plano corporativo, sino en un plano "universal", y creando as la hegemona de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados.44

Este es para Gramsci el proceso de formacin de la hegemona para el anlisis poltico, o sea, considerando la existencia de un sistema social y poltico estructurado, con partidos, actividades econmicas, clases sociales, etc. En el tiempo y el espacio de nuestra investigacin, o sea, en el Mazatln decimonnico, esas condiciones sociales no existen, sin embargo, nos es muy til lo expuesto por Gramsci porque muestra dos factores previos a toda conformacin de la hegemona; la existencia de un grupo social solidario y las tres dimensiones econmica, poltica y filosfica-cultural- necesarias para concretar la hegemona. El grupo deber ser homogneo, autoconsciente y organizado, para estar preparado primeramente para defender sus intereses primarios econmicos, llevndolos despus a segundo nivel poltico-corporativo que implica extenderlo a los otros grupos sociales. Es entonces cuando la unidad cultural, filosfica, moral, otorga el nivel de aceptacin general a los intereses de ese grupo o clase, o sea,44

Ibd.

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se vuelven universales las interpretaciones del mundo los smbolos, la culturaque justifican su poder o superioridad, y como dice Gramsci en la ltima lnea de la cita anterior: creado as la hegemona de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados. Por tanto, Gramsci nos dice que la hegemona no es econmica o poltica solamente, sino tambin cultural-filosfica-moral. Cualquier grupo humano que pretenda dominar, sin esclavitud, sin uso de la fuerza policial o militar, a otros grupos humanos para salvaguardar sus intereses debe considerar las tres dimensiones que forman la hegemona. Ahora veremos cmo estos usos del concepto de hegemona en su creador original Gramsci, han sido utilizados para el anlisis histrico concreto por los historiadores marxistas en la segunda mitad del siglo XX, en las prcticas simblicas que establecen el poder y autoridad de una clase sobre otras, y como se manifiesta por medio de los smbolos socialmente compartidos. 1.5. La hegemona y sus usos en la historia sociocultural. En la segunda mitad del siglo XX, la historia social inglesa de raz marxista rescata y redefine la idea de Hegemona en E.P. Thompson, la cual desarrolla despus de terminada su obra cumbre sobre la formacin de la clase obrera en Inglaterra en el siglo XIX. Esta surge del desarrollo siguiente de ese trabajo que, contrario a lo que se pueda creer, no va hacia un periodo posterior de la experiencia social de esa clase obrera, sino en las bases que la formaron en el siglo XVIII. En esta sociedad en donde la lucha de clases es vigente, pero la conciencia e identidad de clase no, siguiendo a Thompson, la tensin social era entre patricios (nobleza) y plebeyos (trabajadores pobres), tensin en la clase dominante cre un orden hegemnico para reproducir el orden social y sobreponerse a las continuar revueltas sociales. As, el autor entenda la Hegemona no en trminos de consenso social;() la hegemona no conlleva aceptacin alguna de un paternalismo de la baja nobleza por parte de los pobres, ni segn en los trminos de aquella ni en los de su propia imagen (la hegemona) no impide el resentimiento o incluso los actos subrpticos de protesta o venganza pero evita la rebelin 44

declarada (para la nobleza) la insubordinacin de los pobres era un estorbo, no una amenaza. El estado de la poltica y de la arquitectura, la retrica de la nobleza y sus artes decorativas, todo pareca proclamar la estabilidad, confianza en s mismo, habilidad para superar las amenazas a su hegemona (as) las estructuras ms amplias de poder y autoridad, y las relaciones con estas se consideraban tan inevitables e irreversibles como la tierra y el cielo.45

Las formas de realizar la hegemona as como sus procesos y relaciones en esta sociedad, se daban de forma sbita pero efectiva ms all de la poltica y la ley, cuya actividad cotidiana administraban. Thompson las asimila con la metfora del teatro pblico, segn Harvey J. Kaye. En este escenario la nobleza alejada del mundo real inmediato, neutralizaba la rebelin general que desestabilizara al sistema por medio de una serie de acciones econmicas a favor de la plebe, que dignificara su imagen, su magnanimidad y su utilizacin social y generosa de su insultante riqueza;Su representacin no dependa de actuaciones diarias ni regulares, sino de intervenciones dramticas ocasionales; el buey asado, los premios ofrecidos por alguna carrera u otro deporte, la donacin generosa para la caridad en tiempos de escases.46

Eugene Genovese reafirma este mantenimiento de las relaciones sociales asimtricas que estabilizaban los privilegios y la dominacin de la nobleza sobre el pueblo llano, en su investigacin sobre la relacin entre amos y esclavos, hermanndole anteriormente;() la hegemona supone lucha de clases y no tiene sentido separarla de ellano tiene nada en comn