el nuevo ajedrez politico

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REVISTA POLTICA COLOmbIANA

Las organizaciones partidistas en la Colombia de hoy

Julio - Septiembre / 2010

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Julio - Septiembre / 2010 - N 5 DIRECTOR juLio cSar turbay quintero SUBDIRECTOR roberto PabLo HoyoS botero EDITOR juan fernando Londoo oSorio CONSEJO EDITORIAL HuMberto de La caLLe LoMbana iVn duque eScobar carLoS HoLgun Sardi fernando jordn fLrez franciSco LeaL buitrago nStor HuMberto Martnez Mara eMMa Meja rodrigo noguera jaVier Sann CONSEJO ACADMICO INTERNACIONAL bruce M. bagLey ana Mara bejarano fernando carriLLo MaLcoLM deaS danieL Pcaut Pedro MedeLLnSECRETARIA PRIVADA DE LA CgR Lina SiniSterra DIRECTORA OFICINA COMUNICACIONES Y PUBLICACIONES MariSoL CORRECCIN Y EDICIN jaiMe

COMIT ACADMICO gLoria Mara borrero LVaro forero aLejandra garca aLejandro gaViria andrS Meja Vergnaud MarceLa Prieto botero aLfredo rangeL nataLia SPringer jaVier torreS eLiSabetH ungar aLejo VargaS VeLSquez

rojaS izquierdo Viana SaLdarriaga PREPARACIN EDITORIAL oficina de coMunicacioneS y PubLicacioneS de La cgr DISEO Y DIAgRAMACIN dedoSendoS Ltda. FOTOgRAFA juan fernando PLazaS ASISTENTE EDITORIAL juan PabLo otoya aLbino ASISTENTE DE PRODUCCIN dgar ceLy IMPRESIN iMPrenta nacionaL COORDINADORA DE MERCADEO juana cadaVid VirVieScaS www.reViStaPoLiticacoLoMbiana.coMLas opiniones expresadas por los autores son de su exclusiva responsabilidad.

Carrera 10 N 17 - 18, piso 19, Bogot, D. C. PBX 353 73 00 Exts.: 4210 - 3941 Opiniones, comentarios o sugerencias, enviarlas al correo electrnico [email protected] Julio - Septiembre 1 Impreso en Colombia - Printed in Colombia

/ 2010

ISSN 2145 - 7891

REVISTA POLTICA COLOmbIAnA EN ESta EdIcIN:El NuEvo ajEdrEz PoltIco

PartIdoS PoltIcoS: mS, mENoS o mEjorES? Juan Fernando LondooEl dESarrollo dE la dEmocracIa

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ImPortaNcIa dE loS PartIdoS PoltIcoS Para Marcela Prieto Botero

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El fraudE y la INfIltracIN mafIoSa EN la PoltIca colombIaNa Pedro Santana Rodrguez QuINES SoN laS orgaNIzacIoNES PartIdIStaS EN la colombIa dE hoy? Clara Roco Rodrguez dE ParaS, coNtrol SocIal y otroS Andrs Felipe Ortega GmezImPEdImENtoS Para la dEmocracIa

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fragmENtacIN dIScurSIva EN El PartIdo coNSErvador: lEoPardoS y laurEaNIStaS Andrs Felipe Agudelo GonzlezINvItado ESPEcIal

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la rEforma PoltIca EN amrIca latINa duraNtE la tErcEra ola dEmocrtIca: EvolucIN, actualIdad, tENdENcIaS y EfEctoS Daniel Zovatto amrIca latINa: PartIdoS, ElEccIoNES y dEmocracIa Juan Rial El dErEcho al dESarrollodESdE la PErSPEctIva

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vISIN INtErNacIoNal

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rEflEXIoNES

Claudia del Pilar Mojica MartnezgEStIN PblIca

dE loS dErEchoS humaNoS

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PoltIca PblIca dE dESarrollo EcoNmIco Mariella Barragn Beltrn

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PartIdoS SlIdoS Para uNa dEmocracIa fuErtE.La democracia colombiana est llena de paradojas. Al tiempo que gozamos de instituciones fuertes tenemos que enfrentar de manera reiterada los embates de diferentes enemigos que desde la ilegalidad buscan controlar o influenciar el poder poltico. En la presente edicin de la Revista Poltica Colombiana ofrecemos una amplia mirada acerca del estado actual y el futuro de nuestras organizaciones polticas, donde la mayor parte de los analistas sealan la necesidad de que Colombia cuente con un sistema de partidos depurado y legtimo. Coincidimos plenamente con este propsito. Los partidos deben estar al servicio de los ciudadanos, al3

servicio de las mayoras honradas y al servicio de causas honestas; si esto no se consigue siempre habr razones para que la opinin pblica tenga el bajo aprecio que hoy registra por los partidos y por el Congreso de la Repblica. Necesitamos partidos slidos y transparentes como condicin necesaria para gozar de una democracia fuerte y legitima, capaz de enfrentar y resolver los enormes problemas y dificultades que aquejan a la gente, especialmente la ms necesitada de respuestas efectivas por parte del Estado. En su anlisis, nuestro Editor Juan Fernando Londoo, experto en temas de gobernaJulio - Septiembre / 2010

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bilidad democrtica en Colombia y Amrica Latina, plantea la necesidad de pensar ms en la calidad de los partidos polticos que en la cantidad de los mismos. Para el autor, es necesario mejorar la institucionalidad de los partidos y seala algunos elementos que permitiran avanzar en conseguir partidos ms fuertes, empezando por la reforma del sistema de financiamiento poltico. Contina la nmina de contribuciones con el artculo de Marcela Prieto, directora del Instituto de Ciencia Poltica, quien conjuga la reflexin terica sobre la importancia de los partidos polticos para el buen funcionamiento del sistema democrtico y la evaluacin de la situacin de los partidos en el caso especfico de Colombia para terminar con recomendaciones en torno a la necesidad de que los partidos sean verdaderas organizaciones que representen los intereses de la poblacin. Los fenmenos de fraude e infiltracin mafiosa en los partidos se analizan con profundidad en el artculo del prestigioso analista Pedro Santana, Presidente de la Corporacin Viva la Ciudadana, quien durante muchos

aos ha seguido la situacin de la poltica colombiana y presenta aqu su llamado de alarma con respecto al hecho de que fenmenos como la parapoltica no hayan sido desterrados de la vida nacional. Por un lado, muchos protagonistas de este escndalo continan activos pero bajo investigacin, y peor an, los factores que facilitan la infiltracin continan presentes en nuestro marco legal y normativo tales como el sistema de financiamiento y las listas abiertos. Clara Roco Rodrguez, investigadora con amplia trayectoria en el anlisis de los partidos polticos realiza una diseccin en torno a los partidos actualmente existentes. Resalta que el multipartidismo slo ha emergido realmente despus del ao 2002 en un escenario en el cual conviven los partidos histricos con nuevas fuerzas, muchas de ellas surgidas de disidencias del seno de las colectividades tradicionales, otras que emergen de fuerzas sociales en busca de representacin y tambin aquellas que se estructuran gracias a sus vnculos con la ilegalidad. El anlisis entre las formas de la ilegalidad y los partidos se profundiza en el artculo del

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profesor de la Universidad del Rosario, Andrs Felipe Ortega, quien se refiere a la captura del Estado como una forma de control poltico y social por parte del paramilitarismo que combinado con el uso de la violencia genera nuevos ordenes sociales de corte autoritario en una redefinicin de la democracia local. El anlisis concerniente a los partidos polticos en Colombia termina con un interesante estudio de corte histrico sobre el partido conservador a cargo del estudiante de la Maestra en Ciencia Poltica, Andrs Felipe Agudelo. En su investigacin se demuestra cmo los enfrentamientos ideolgicos entre dos grupos del partido conservador, Los Leopardos y Laureano Gmez llevaron a una fractura organizativa del partido que lo mantuvo alejado del poder durante varios lustros. Para entender lo que est sucediendo en materia de reforma de los partidos en Amrica Latina, contamos en esta edicin con el mayor experto en este tpico, Daniel Zovatto, Director Regional para Amrica Latina del Instituto Internacional para la Democracia y

la Asistencia Electoral Internacional (IDEA). En su estudio, Zovatto muestra cuales son las ms importantes tendencias de reforma de la legislacin sobre partidos en la regin en el contexto de los procesos de reforma poltica. El anlisis del director de IDEA se publicar en dos partes: una primera, centrada en el tema de partidos que aparece en nuestra versin impresa y una segunda, ms extensa con anlisis relativos a la reforma electoral y los mecanismos de democracia electrnica en nuestra versin electrnica. Zovatto finaliza su anlisis con una serie de recomendaciones que resultan de la mayor importancia para el momento actual del pas. Cerramos nuestro tema central con una revisin de la actual situacin latinoamericana a cargo de Juan Rial, experto y consultor de organismos internacionales. El artculo nos recuerda cmo las olas de reforma suelen ser la respuesta que los pases de la regin dan a cambios ms profundos en sus estructuras socioeconmicas. La incapacidad de los partidos facilita la emergencia de lderes que se destacan por sus capacidades comunicativas y que representan, incluso con contradicciones, el discurso antipoltico y antipartidario.

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Con estos aportes intelectuales seguramente el pas podr avanzar en una reflexin necesaria para ayudar a tener un sistema de partidos ms transparente, ms cercano a la ciudadana y ms centrado en la discusin de los grandes problemas nacionales. Si los partidos se transforman tambin cambiar la calidad del proceso poltico y los resultados de las polticas pblicas. Como es tradicin, nuestra edicin se complementa con distintos aportes que contribuyen a echar una mirada sobre otros tpicos de inters del pas. En esta ocasin tenemos dos contribuciones relacionadas con aspectos sobre los cuales no ponemos suficiente atencin. Claudia del Pilar Mojica analiza el derecho al desarrollo desde la perspectiva de los derechos humanos, y profundiza en la interrelacin entre los derechos sociales que suelen ser entendidos de manera puramente formal y las polticas de desarrollo que no siempre estn conectadas con los primeros. La Secretaria de Desarrollo Econmico de Bogot, Mariella Barragn, hace un anlisis de la poltica de competitividad del Distrito aportando luces sobre la manera cmo las

ciudades deben enfrentar hoy el reto de competir en escenarios globales. En esta forma, consideramos que la Revista Poltica Colombiana sigue aportando al anlisis de los ms importantes problemas polticos del pas y cualificando la discusin y deliberacin democrtica en Colombia. Dado que esta ser la ltima edicin que se publique bajo mi direccin espero que la revista haya conseguido sus objetivos para que el pas cuente con mayores elementos de anlisis en torno a sus polticas pblicas. Desde la Contralora General de la Repblica somos conscientes de que los problemas del pas requieren un grado cada vez mayor de cualificacin en sus diagnsticos y en las interpretaciones de los mismos. Muchos de los problemas que hemos encontrado en estos aos tienen su origen ms all de las situaciones tcnicas y halla sus races en desajustes polticos de muy distinta ndole. Una mejor comprensin de los problemas polticos y de su impacto sobre el engranaje del Estado ayudar a que identifiquemos respuestas ms realistas y soluciones ms sos-

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tenibles. Ha resultado muy satisfactorio para nosotros trabajar de la mano con un consejo editorial, un comit acadmico y un consejo internacional de las ms altas calidades profesionales y acadmicas. Esperamos que este esfuerzo analtico contine y se consolide para que el pas siga contando con las luces y los anlisis de investigadores y expertos, tanto nacionales como internacionales. Confiamos en que la Revista Poltica Colombiana se consolide como un referente para el trabajo de intelectuales y polticos empeados en construir una mejor Colombia.

coNtralor gENEral dE la r EPblIca

julIo cSar turbay QuINtEro

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PARTIDOS POLTICOS: MS, MENOS O MEJORES?8

Juan Fernando Londoo

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Juan Fernando londoo o.

Editor de la Revista Poltica Colombiana

La insatisfaccin colombiana con la forma de hacer poltica es evidente. De manera reiterativa las encuestas muestran el desprestigio de las instituciones centrales de la democracia representativa: los partidos polticos y el Congreso de la Repblica. Para buscar solucionar esta situacin, el pas ha intentado responder con sucesivas iniciativas de reforma. A diferencia de otros pases, donde las condiciones pueden parecer similares -al menos en la intensidad con que los ciudadanos desean los cambios- pero los actores partidistas no desean hacer reformas o son incapaces de tramitarlas, en Colombia es comn que cada gobierno tenga su propia propuesta de modificaciones constitucionales y dedique parte importante de su capital a tratar de sacar adelante su propia reforma poltica. Luego de los esfuerzos realizados, en particular a partir de la Constitucin de 1991 y las posteriores reformas polticas de 2003 y 2009n la situacin sigue siendo insatisfactoria, pese a lo mucho que ha cambiado el marco constitucional. Las reformas realizadas han sido importantes y han tenido efectos significativos sobre el sistema de partidos, sin embargo, las mismas no han logrado modificar la percep9

cin que los ciudadanos tienen de la poltica, bsicamente porque las reformas no han atacado el problema central de la poltica colombiana: el carcter puramente individual del proceso electoral. El hecho medular de la poltica colombiana es que la eleccin depende bsicamente del esfuerzo individual del candidato y ninguna de las reformas realizadas hasta ahora afecta esta caracterstica esencial. A diferencia de lo que ocurre normalmente, en Colombia no son los partidos los que escogen los candidatos, sino los candidatos los que escogen partidos. Como consecuencia de esta caracterstica central, en la actualidad los miembros de los partidos son casi exclusivamente aquellos que han resultado elegidos, en desmedro de cualquier otro tipo de representacin social o de cualquier capacidad de agenciar intereses colectivos y, por ende, actuar en defensa de verdaderos bienes pblicos. De esta manera, los partidos en cabeza de sus representantes electos agencian intereses particulares y tienen muy poca capacidad de decidir en torno a la provisin de bienes pblicos. Los partidos son, como se ha dicho reiteradamente, una suma de maquinarias electorales.Julio - Septiembre / 2010

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En El procEso dE sEr ElEgido, Elpartido Es un simplE EspEctador puEs ninguno dE los ElEmEntos nEcEsarios para consEguir El cargo sE dEriva dE la accin colEctiva.

Esta situacin tiene su raz en el hecho fundamental de que, para ser elegido, el candidato debe conseguir los recursos que financien su campaa, construir su propia organizacin electoral, tener sedes propias para adelantar reuniones y contar, incluso, con su propia plataforma programtica. Todo eso hace que la eleccin sea resultado del esfuerzo personal. En el proceso de ser elegido, el partido es un simple espectador pues ninguno de los elementos necesarios para conseguir el cargo se deriva de la accin colectiva. Por esta razn hay que enfatizarlo- en Colombia no son los partidos los que escogen candidatos, como suele ser natural, sino los candidatos los que escogen el partido que ms les conviene para tramitar susFoto de archivo.

aspiraciones. De esta caracterstica del sistema se deriva que resulte tan fcil y tan atractivo cambiar de partido, prctica que ni siquiera pudo ser modificada con la reforma constitucional de 2003 que prohiba el transfuguismo. No slo la reforma de 2003 autoriz el cambio de partido, sino que la subsiguiente tambin lo hizo y mientras el personalismo persista es previsible que las prximas reformas hagan algo similar. El marco constitucional termina adaptndose a la realidad de las necesidades electorales. Mientras los partidos no posean capacidades, que incluye mayores recursos financieros, para ser protagonistas activos de los procesos electorales y movilizar ellos directamente al electorado, no pasarn de ser unas marcas que los candidatos usan para tramitar sus aspiraciones. Los cambios introducidos se han orientado a mejorar la competencia poltica, para ello el elemento central de los diagnsticos ha sido el elemento cuantitativo. En 1991 los constituyentes buscaron terminar el bipartidismo que se consideraba que ahogaba el sistema pol-

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Foto de archivo.

tico colombiano y no permita el surgimiento de alternativas: dos partidos eran muy pocos para la diversidad y complejidad del pas. En sentido contrario, para el 2003 la reforma busc reducir el nmero de partidos, dado que la apertura de espacios haba conllevado un surgimiento exagerado de expresiones partidistas: demasiados partidos no permitan ordenar ni expresar la complejidad del pas. Ni en 1991 ni en el 2003 fue posible modificar el proceso de eleccin individual de los representantes. Los diagnsticos y planteamientos de las reformas eran vlidos pero incompletos. En ningn momento se consider el problema de la relacin individual del candidato con los ciudadanos y la necesidad de conseguir y usar recursos de forma personal para sacar adelante una aspiracin electoral. La reforma pendiente y necesaria para Colombia es aquella que modifique la gestin individual de los recursos de poder poltico y avance en forma gradual hacia una accin poltica colectiva,11

en cabeza de los partidos y no de sus miembros individuales. Lo que necesita Colombia no son ms, ni menos, sino mejores partidos. Este ensayo argumentar, entonces, que el reto de la democracia en Colombia consiste en dotar a los partidos polticos de instrumentos reales para ser los protagonistas de los procesos electorales y lograr que la eleccin dependa ms de la accin y el prestigio del partido que de la accin individual. Para ello, haremos un repaso histrico del proceso de reformas y posteriormente intentaremos delinear algunos planteamientos de ndole propositiva sobre cmo avanzar para conseguir mejores partidos.

La ConstituCin deL 91: aCabar Con eL bipartidismo La Constitucin de 1991 redise el conjunto del Estado colombiano y la nueva arquitectuJulio - Septiembre / 2010

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ra institucional afect de mltiples maneras a los partidos polticos. Para mencionar un solo ejemplo, la descentralizacin que el nuevo orden constitucional produjo fue un mecanismo claro para modificar la estructura tradicional de los partidos permitiendo que el poder fluyera no slo de arriba hacia abajo, sino tambin desde lo local. Gracias a ello, tomaron ms relevancia departamentos y municipios y fruto de la reconfiguracin del poder territorial surgieron nuevas expresiones polticas independientes, muchas de ellas por fuera de los dos partidos tradicionales. Para mencionar un ejemplo reciente, el partido verde es la expresin de una nueva forma de entender y hacer la poltica que fue posible gracias al esquema de descentralizacin, cuyos principales protagonistas son los ex alcaldes de ciudades capitales que adquirieron gran relevancia nacional. Sera posible hacer una revisin de las mltiples formas en las que la constitucin de 1991 impact a los partidos polticos, pero es necesario centrarse exclusivamente en lo que de forma deliberada intentaban lograr frente a esos partidos. Para los constituyentes de 1991 el principal problema del sistema poltico colombiano radicaba en el control que los dos partidos tradicionales ejercan sobre el acceso y uso de los recursos del Estado. Esta situacin era producto de los pactos con que el Frente Nacional haba buscado frenar la violencia bipartidista: un reparto de los cargos pblicos casi en forma exclusiva y milimtrica para liberales y conservadores. La consecuencia de este pacto haba sido un cierre de la democracia que impeda que nuevas expresiones polticas y demandas ciudadanas se expresaran por las vas institucionales. A su vez, la falta de canales institucionales para expresar las demandas terminabaJulio - Septiembre / 201012

alimentando las acciones ilegales de grupos violentos que desafiaban al Estado. El propsito central del nuevo esquema constitucional consista en abrir el sistema poltico permitiendo que nuevas expresiones entraran en la arena poltica. De esta forma y bajo el amparo de la concepcin de democracia participativa, el proceso electoral se abri a la formacin de nuevos partidos, al reconocimiento de movimientos polticos y a la entrada en competencia de grupos significativos de ciudadanos. El fcil ingreso a la competencia poltica y electoral, en la concepcin del momento, hara que las nuevas expresiones fueran desplazando a los partidos polticos tradicionales y, especialmente, deslegitimara cualquier expresin antisistema. Adems de facilitar la formacin y entrada en competencia de nuevos actores electorales, una reforma especfica tuvo gran impacto en las consecuencias reales de las reformas: la adopcin de la circunscripcin nacional para el Senado de la Repblica. El propsito de esta circunscripcin era que movimientos nuevos y con pocas ataduras a las maquinarias regionales pudieran captar votos en todo el pas, en otro intento por superar las maquinarias que desde los dos partidos controlaban el acceso al poder. Las decisiones de los constituyentes partieron de un diagnstico institucional correcto pero incompleto y por esta razn generaron efectos imprevistos en el impacto que las normas tuvieron sobre los partidos polticos. En primer lugar, los partidos tradicionales, pese a su longevidad y al control que tenan sobre el aparato del Estado, no eran organizaciones cohesionadas ni institucionalizadas, por el contrario, se trataba de or-

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ganizaciones con mltiples disputas internas. Estos conflictos carecan de canales institucionales para ser resueltos y el nico factor que contena la dispersin eran los lmites de las circunscripciones territoriales. Lmites que fueron destruidos con la circunscripcin nacional para el Senado. El resultado que el marco constitucional produjo no fue tanto la aparicin de nuevas formas de expresin poltica que disputaran el poder a los partidos tradicionales como una fragmentacin interna de liberales y conservadores que multiplic el nmero formal de partidos que entraban en la competencia electoral. La mayor parte de los partidos que aparecieron durante los noventa eran derivaciones de los partidos tradicionales cuyos lderes, por motivos de oportunidad y conveniencia poltica, consideraron ms rentable y provechoso tener partido propio. Proliferaron partidos, s, pero no nuevos partidos sino apndices de los tra-

dicionales, familias partidarias como se conocieron en su momento. Al mismo tiempo esta proliferacin ahog la posibilidad de expresiones nuevas realmente diferenciadas de las dems. En el tumulto de nuevos partidos no era fcil diferenciar cules eran realmente nuevos y culesn expresiones recicladas de la poltica tradicional. Peor an, el nuevo esquema constitucional reforz el carcter personalista de la poltica colombiana que se haba abierto paso desde el Frente Nacional. Vale la pena recordar que los pactos para compartir el poder entre liberales y conservadores durante el Frente Nacional generaron una gran competencia interna y una creciente personalizacin de la actividad electoral ante la prdida de relevancia de los programas partidarios. La reforma constitucional del 91 termin premiando las pequeas votaciones individuales al mantener la frmula electoral de cuocientes combinado con unaFoto de archivo.

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circunscripcin enorme, de 100 curules, en una votacin promedio de 10 millones de votantes; como consecuencia, el sistema destruy todo incentivo para la asociacin poltica. En la lgica de la maximizacin de los esfuerzos, los candidatos descubrieron que pequeas votaciones competitivas resultaban ms eficientes que las votaciones grandes. Los partidos que crearon la circunscripcin nacional, al no entender la complejidad de las reformas electorales fueron vctimas de su propio invento. El M19 y el Movimiento de Salvacin Nacional, protagonistas de la Constituyente, desaparecieron ante la fuerza de la que se denomin operacin avispa, que no era otra cosa que esa bsqueda de pequeas votaciones para conseguir curules.Foto de archivo.

las organizacionEs partidariassE convirtiEron En simplEs ElEctoral. EspEctadorEs dEl procEso

FuE claro EntoncEs

quE no Eran los partidos los quE Escogan candidatos sino los partido quE ms lEs conviniEra. candidatos los quE Escogan El

Las votaciones individuales se fueron reduciendo y las estructuras territoriales se fueron destruyendo para generar un sistema extremadamente individualizado y competitivo. El punto central de este nuevo esquema consista en un evidente epicentro del poder de eleccin hacia los candidatos mismos. Los candidatos controlaban la conformacin de las listas, pues inscriban su candidatura en una lista propia que era avalada por el partido, algn partido, o en muchos casos ni siquiera esto, pues los candidatos fcilmente llegaron a crear sus propios partidos y, al mismo tiempo, participar e incluso ser directivos de los partidos tradicionales. As pues, el candidato se autoproclamaba, organizaba su propia lista, conformaba sus propios equipos de campaa, defina su plataforma programtica y por ltimo y quiz ms importante an, gestionaban los recursos financieros para su eleccin. Las organizaciones partidarias se convirtieron en simples espectadores del proceso electoral. Fue claro entonces que no eran los partidos los que escogan candidatos sino los candidatos los que escogan el partido que ms les conviniera. Un efecto perverso adicional de la reforma de 1991 fue el incremento del costo de las cam-

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paas polticas. Dado que stas se financiaban individualmente, la circunscripcin nacional multiplic de forma exorbitante los gastos logsticos de las campaas. Peor an, la posibilidad de establecer alianzas por fuera de los lmites de las circunscripciones departamentales gener un mecanismo perverso de financiamiento de listas de apoyo. Mediante este mecanismo un Senador obtena el apoyo de varias listas a la Cmara de Representantes de diferentes regiones pero tena que ayudar a subvencionar el costo de las campaas que reforzaban su aspiracin. Esta nueva dinmica gener un escenario propicio para la infiltracin permanente de fuerzas ilegales en la actividad poltica. Luego de los fallidos intentos del Cartel de Medelln en los ochenta para llegar a la poltica directamente (Pablo Escobar en el Congreso y Carlos Lehder creando un movimiento poltico propio) los nuevos capos (Cartel de Cali) optaron por la infiltracin de altas esferas del Estado justo mediante el financiamiento de campaas polticas. Posteriormente, el paramilitarismo aprovech tambin la desestructuracin partidista para conseguir influenciar las elecciones de 2002 y 2006 con mecanismos incluso ms complejos que la mera financiacin de polticos. La reforma poLtiCa de 2003: menos es mejor En el ao 2002 los efectos destructivos de la fragmentacin partidista haban alcanzado su punto ms alto. El nmero de partidos haba llegado a 72 y el nmero de listas alcanz 323 inscritas para el Senado. Los partidos tradicionales haban visto reducida su capacidad de elegir parlamentarios a menos de la mitad de sus15

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promedios histricos. Adicionalmente, dado que los partidos no controlaban el proceso de seleccin de sus candidatos, tampoco podan controlar su comportamiento en el Congreso. Durante el gobierno de Ernesto Samper, el Partido Conservador haba declarado la oposicin, pero eso no impidi que un sector de ese partido continuara apoyando al Gobierno; una situacin peor afront el Partido Liberal cuando el gobierno de Andrs Pastrana conform una coalicin con una gran parte de ese partido. Finalmente, el gobierno de Alvaro Uribe tambin garantiz sus mayoras gracias a la cooptacin de casi la mitad de los congresistas que haban sido elegidos en las listas liberales. Adems de la indisciplina partidaria, o transfuguismo, otro factor result muy importante para mostrar el grado de fragmentacin de los partidos, la permanente rotacin de los congresistas. Dado el carcter individual de la eleccin, los candidatos empezaron a hacer acuerdos para compartirJulio - Septiembre / 2010

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los periodos con sus apoyos. Esta prctica condujo a la circulacin permanente de congresistas y expuso a quienes hacan uso de estos pactos a una constante presin, incluso judicial, por parte de quienes haban sido incluidos en la lista y esperaban su turno de llegar al Congreso. La perdida de capacidad de los partidos, y la presin contra los parlamentarios electos por parte de los miembros de las listas, hizo posible avanzar en una reforma poltica que se vena planeando desde el gobierno de Ernesto Samper y posteriormente haba sido discutida tambin en el gobierno de Andrs Pastrana. El gobierno de Alvaro Uribe tuvo poco inters en fortalecer los partidos e incluso durante un famoso discurso en la instalacin del Foro Interamericano de Partidos en Cartagena en el ao 2003 lleg a manifestar que la democracia no necesitaba de partidos . La agenda del primer gobierno de Uribe se centraba en tratar de sacar adelante un referendo que finalmente no logr ser aprobado debido a que las preguntas no alcanzaron el umbral requerido. Paralelamente, un acuerdo partidista en el Congreso permiti la aprobacin de una reforma constitucional que se enfocaba principalmente hacia mejorar la disciplina partidista. ... la rEForma no modiFic El tEmacEntral dE la rElacin EntrE El rEcursos FinanciEros, dE organizacin y dE programa siguiEron En manos dE los candidatos y por tanto Estos siguiEron siEndo quiEnEs sElEccionaban El partido quE ms lEs convEnia para tramitar sus aspiracionEs. candidato y El partido puEsto quE los

La reforma poltica de 2003 consagr las listas nicas por partido, remplazando la prctica existente de permitir mltiples listas por cada partido. Igualmente consagr el rgimen de bancadas mediante el cual quien resultara electo a nombre de un partido tendra que seguir las instrucciones de esa colectividad so pena de ser sancionado incluso con la prdida del voto y la expulsin del partido. La reforma poltica modific la frmula electoral e introdujo la cifra repartidora como un mecanismo central para conseguir la agrupacin de candidaturas y con ello fortalecer los partidos. En esta misma direccin se incorpor el umbral para que aquellos partidos con votaciones menores al 2% perdieran sus personeras jurdicas. En pocas palabras, la reforma busc reducir el nmero de partidos y mejorar la disciplina interna de los mismos. Las reformas introducidas fueron importantes y ayudaron a reorganizar las fuerzas polticas en un momento de transicin de las identidades partidarias dada la aparicin de una nueva fuerza (partido de la U) creado para promover la reeleccin del Presidente Uribe. Sin embargo, de nuevo, la reforma no modific el tema central de la relacin entre el candidato y el partido puesto que los recursos financieros, de organizacin y de programa siguieron en manos de los candidatos y por tanto estos siguieron siendo quienes seleccionaban el partido que ms les convenia para tramitar sus aspiraciones. El Acto legislativo 01 de 2003 introdujo una clusula transitoria que permita que quienes haban sido elegidos en nombre de un partido en el ao 2002 se inscribieran en otro sin incurrir en doble militancia. La existencia paralela de un proceso de reeleccin presidencial gene16

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r la aparicin de un nuevo partido, denominado partido social de unidad nacional, pero ms conocido como partido de la U, en clara referencia al candidato presidente, Alvaro Uribe. La reforma poltica condujo a la reorganizacin partidista dado que el nuevo esquema castigaba fuertemente las aventuras electorales personales, pero fue la reeleccin presidencial la que gui la direccin de las nuevas agrupaciones polticas. El citado partido de la U se convirti en la primera fuerza electoral para el Congreso de 2006 gracias a que recogi los sectores independientes que apoyaban al Presidente y los sectores liberales que haban migrado hacia el uribismo. El partido conservador logr reagruparse exitosamente y volver a sus promedios histricos. Los dems partidos se reorganizaron principalmente en torno a las disputas regionales, as, por ejemplo, Cambio Radical pas de ser una pequea fuerza a lograr ser el quinto partido gracias a que consigui recoger lideres polticos uribistas que por diferencias locales no conseguan estar en el partido de la U. El liberalismo pas a ser la tercera fuerza electoral y se recompuso con algunos lderes progresistas y con polticos regionales que tomaron distancia con respecto a lderes liberales que se pasaron a las toldas uribistas. Una nueva fuerza de izquierda, el Polo Democrtico Alternativo, consigui reagrupar expresiones independientes crticas y mltiples grupos de oposicin enFoto de archivo.

torno a una visin crtica y distinta a la del gobierno Uribe. Junto a estas cinco fuerzas aparecieron expresiones menores que se encargaron de recoger aspiraciones regionales y expresiones ligadas al fenmeno que descubri la faceta oculta de los partidos en Colombia: la parapoltica. HaCia una nueva reforma La reforma poltica de 2003 trat de reorganizar los partidos, pero no afect el hecho esencial del carcter individual de las aspiraciones polticas. Por esta razn, la reagrupacin que tuvo lugar con posterioridad a ella gener nuevas fuerzas constituidas principalmente sobre clculos personales y rivalidades regionales (con excepcin especial del Polo Democrtico Alternativo que tuvo motivacin ms ideolgica). Dado que la reforma dej de lado el problema de la eleccin personal, muy pronto se mostr la insuficiencia de la misma. Las investigaciones del proceso de justicia y paz, condujeron a la revelacin de los profundos vnculos entre la clase dirigente y las organizaciones paramilitares. La obligacin de contar la verdad so pena de perder los beneficios, establecida por la Corte Constitucional en su revisin de la ley, abri las puertas a un cataclismo poltico: la investigacin de una tercera parte del Congreso de la Repblica por

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alianzas e incluso pactos formales (como el famoso Acuerdo de Ralito) para sellar la cercana entre los grupos polticos y los jefes paramilitares. Las investigaciones an continan, pero hasta ahora es claro que la relacin entre poltica y paramilitarismo fue provechosa de doble va: por una parte, los grupos de autodefensa lograron apoyo poltico para su expansin y por otra, los polticos consiguieron proteccin para su actividad, coercin para los electores (incluso con la creacin de crculos electorales para maximizar la votacin) y desgraciadamente llegaron hasta el asesinato de opositores. Todo esto ocurri sin que los partidos hicieran nada para impedir estas alianzas. La respuesta institucional fue la elaboracin de una nueva reforma que introdujo la responsabilidad poltica de los partidos en la conformacin de las listas e incorpor castigos para las organizaciones que consiguieran cargos de eleccin popular mediante alianzas de diferente tipo con grupos ilegales o mediante el uso de mtodos fraudulentos. Nuevamente, la resJulio - Septiembre / 2010

puesta institucional afectaba la institucionalidad partidaria y no la forma como se reproduce el capital poltico. Durante dos aos, la discusin de la reforma poltica que fue finalmente aprobada en el 2009 gir principalmente no en torno a la bondad de sus contenidos sino sobre el alcance de sus efectos. La oposicin vio en la reforma la oportunidad de quebrar las mayoras parlamentarias del uribismo buscando que los castigos, principalmente la llamada silla vaca, tuviesen efectos inmediatos o incluso retroactivos. El gobierno, a su vez, busc sacar adelante una reforma que contemplara castigos futuros y no afectara as su gobernabilidad. La discusin sobre la silla vaca opac el contenido de la reforma. Dicho castigo buscaba que la curul ocupada por alguien con investigaciones por nexos con organizaciones criminales no fuera remplazada. Por supuesto, los efectos de esta norma en un ambiente plagado por denuncias, amenazas e investigaciones eran demasiado importantes, pero la reforma sigui sin tocar el punto central del problema18

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de los partidos polticos en Colombia: el carcter personal de la eleccin. Ni la constitucin de 1991 ni las posteriores reformas de 2003 y 2009 han modificado el asunto central de la vida partidista en Colombia, que la reproduccin del capital poltico y por tanto la posibilidad de ser elegido depende de la accin individual y no de la gestin partidista. En la reforma de 2003 se busc cerrar las listas para que la eleccin dependiera del partido, pero una visin incompleta de una reforma poltica de este tipo, hace que dicha propuesta haya sido inviable e incluso inconveniente. Inviable porque si el orden de la lista es el determinante de la eleccin no tienen sentido los esfuerzos individuales para ser elegido, pero si el partido no est en condiciones de garantizar la democracia interna y la gestin de la campaa, no es viable que los polticos aprueben una reforma de este tipo. Pero tampoco es bueno cerrar las listas y pasar de un esquema extremadamente abierto a un esquema para el cual los partidos no estn preparados y del que es probable que los efectos perversos superen sus

bondades, en ese sentido cerrar las listas resultaba una reforma inconveniente. eL reto: mejores partidos El desafo de los partidos en Colombia ya no tiene que ver con su nmero sino con su calidad. Un sistema multipartidista slido y estable puede construirse con base en las normas actuales de incentivos electorales para la agrupacin va cifra repartidora y castigos a las aventuras electorales por la va del umbral. El enfoque de la nueva generacin de reformas tiene que centrarse en la calidad de los partidos y no en su cantidad. La calidad de los partidos polticos tiene que ver con sus caractersticas institucionales y de ellas la ms relevante se relaciona con su capacidad para seleccionar y elegir candidatos. Los partidos son ante todo organizaciones electorales para llevar candidatos y propuestas al poder, pero cuando los partidos no cuentan con los recursos estructurales para promover desde la institucionalidad la aspiracin de susFoto de archivo.

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candidatos, el partido pasa a ser un espectador de la contienda electoral y se torna en una simple etiqueta para tramitar aspiraciones personales. Sin capacidad de elegir tampoco tiene capacidad de reclutar. Los partidos colombianos, incluso aquellos que se precian de historias centenarias, tienen una institucionalidad dbil. Adems de ser etiquetas en el momento electoral, los partidos son organizaciones principalmente parlamentarias. Carecen de organizaciones sociales que garanticen visiones ms all de los clculos electorales y de centros de estudio que ayuden en el anlisis y formulacin de propuestas que le ofrezcan sentido a la intencin de gobernar. Los partidos terminan representando los intereses de quienes resultaron elegidos e incapaces de defender la provisin de bienes pblicos. De ah su crisis de legitimidad, su forma de operacin lleva a buscar respuestas privadas, pero la sociedad busca respuestas colectivas en temas crticos como servicios pblicos, derechos sociales y seguridad ciudadana, para solo mencionar unos ejemplos donde la respuesta del poltico insatisface las aspiraciones populares. Para que los partidos sean los protagonistas reales de la vida poltica, deben controlar o al menos tener injerencia significativa en los recursos que permiten ser elegido. El control de las listas es un avance importante, pero la facilidad de moverse de un partido a otro en forma recurrente hace que la norma sea claramente insuficiente. Los otros elementos importantes deben rebalancearse en favor del partido, estos son como mnimo el financiamiento, el programa y la organizacin de campaa. En la actualidad los candidatos deben recolectar el dinero necesario para financiar su campaa; slo para la eleccin presidencial el pas cuenta con un esquema que permite que el canJulio - Septiembre / 2010

didato reciba anticipos para la campaa. Los efectos del actual esquema de financiamiento son mltiples y todos ellos nocivos. En primer lugar, como ya se ilustr, hace fcil la relacin entre los candidatos y los dineros de origen ilegal; en segundo lugar, fomenta el incremento de los costos generales de la campaa, dado que la competencia es entre mltiples individuos pese a la reduccin de los partidos; en tercer lugar, hace que el representante electo privilegie sus intereses personales sobre las consideraciones partidistas; cuarto, genera una distorsionada relacin entre candidatos y donantes que termina degenerando en redes de corrupcin mediante las cuales quienes resultan elegidos devuelven, con contratos publicos, los favores de quienes ayudaron a costearlos. Por ltimo, el esquema afecta gravemente la equidad en la competencia poltica por cuanto slo quienes tienen acceso a recursos para su financiamiento individual logran competir. En la actualidad el Estado colombiano dedica recursos importantes para el financiamiento electoral. Por concepto de reposicin de votos el presupuesto nacional contempla aproximadamente 71 mil millones de pesos para elecciones parlamentarias de 2010 y se calcula alrededor de 82 mil millones para las elecciones territoriales en 2011. El problema radica en que dado que es un dinero que se entrega con mucha posterioridad al proceso electoral mismo, esta cifra no influye directamente en la calidad del proceso poltico. Transformar este gasto en una inversin previa a las elecciones modificara significativamente la calidad del proceso poltico en Colombia, tal como qued autorizado en la reforma poltica de 2009. Un esquema de financiamiento previo, en cabeza de los partidos polticos modificara radicalmente la relacin entre el candidato y el partido.20

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Obviamente, no basta con darle recursos a los partidos, es necesario redisear el esquema de financiamiento para evitar tener una multiplicacin del gasto. Esto debe incluir, por ejemplo, que slo los partidos puedan pautar en los medios de comunicacin y que las pautas en televisin sean gratuitas, tal como se ha aprobado en varios pases de Amrica Latina recientemente. Con estas normas se reducira el gasto electoral y se controlara mejor cualquier desviacin. Si los partidos controlan la mayor parte del financiamiento electoral se vern obligados a contar con estructuras ms profesionales y permanentes para el diseo de campaas. Estas estructuras son la base de una organizacin partidaria ms all de las fuerzas parlamentarias y con ello de la necesidad de unas reglas de juego ms claras y transparentes. Combinadas, las normas y las estructuras, ayudan a modernizar los partidos. Con esa estructura el partido podra proveer el segundo elemento bsico de una campaa poltica: la organizacin. El ltimo elemento que el partido debera aportar es el programa, el cual es la base del21

mensaje durante la campaa. Partidos ms programticos son fundamentales para una mejor discusin y control de las polticas pblicas y para la gestin de acuerdos intertemporales como base de las polticas pblicas, pero ello requiere que los programas sean bsicos durante el proceso electoral. Para conseguir partidos ms programticos se requiere que cuenten con organizaciones especializadas como centros de estudio que suministren los insumos concernientes al anlisis, propuestas y evaluacin de las polticas pblicas. Esto generara una poltica ms moderna, centrada en los problemas colectivos y no en los intereses individuales. En conclusin, si los partidos cuentan con recursos financieros, organizativos y programticos, se puede modificar el balance entre el partido y el candidato an con listas preferenciales tal como establece el actual marco constitucional. Modificar esa relacin entre partidos y candidatos es el reto central para la construccin de organizaciones polticas modernas. El desafo no est en tener ms o menos partidos, sino en tener mejores partidos.Julio - Septiembre / 2010

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LA IMPORTANCIA DE NUESTROS PARTIDOS POLTICOS PARA EL DESARROLLO DE LA DEMOCRACIA

Marcela Prieto Botero

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MARCELA PRIETO BOTERO

Directora del Instituto de Ciencia Poltica Miembro del Comit Acadmico de la Revista Poltica Colombiana

Realizar una aproximacin al tema de los partidos polticos en Colombia implica reflexionar sobre la importancia que revisten estas instituciones en el desarrollo de la democracia. En esta medida, en este artculo se har una breve exposicin sobre la importancia de los partidos polticos para la consolidacin de los regmenes democrticos y, a paso seguido, se expondrn algunas iniciativas del caso colombiano que han intentado fortalecer a estas instituciones para que superen su limitado papel de asociaciones electorales, y logren articularse como verdaderos elementos de representacin de los inters de la poblacin. La importancia de Los partidos poLticos en Las democracias La definicin ms universalmente aceptada de partidos polticos es la de instituciones encargadas de agrupar las preferencias polticas de una sociedad para construir el inters general . As, autores como David Easton plantean que los partidos polticos son canales de transmisin hacia los poderes pblicos de las demandas de la poblacin, mediante los cuales se decide que polticas pblicas deben efectuarse para garantizar la convivencia pacfica y el progreso social.23

La funcin de los partidos, por lo tanto, es transformar las distintas preferencias de los ciudadanos en plataformas programticas donde las diferentes dimensiones de lo pblico se agrupen y se traten en forma ms o menos coherente. En este proceso, los partidos reducen las dimensiones de la decisin colectiva a una dimensin izquierda a derecha, facilitando que las decisiones colectivas sean transitivas, y por tanto, estables. En dicho proceso, los partidos polticos apelan a ideologas universales e imaginarios colectivos en el proceso de representacin y construccin del inters general. Sin embargo, en la prctica se ha visto que este no siempre es el caso. De hecho, muchos crticos de los partidos polticos, empezando por Madison en Los Documentos Federales, consideran que los partidos no slo no facilitan la agrupacin de intereses individuales, sino que adems se constituyen en un escollo a la construccin del inters colectivo. El que esto suceda, sin embargo, depender de las reglas electorales y del sistema de gobierno que determine los incentivos de los polticos a representar intereses ms o menos generales. Si partimos de la base de que luego de duros y sangrientos esfuerzos encaminados hacia el desarrollo poltico en Latinoamrica, hemosJulio - Septiembre / 2010

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optado por instaurar sistemas polticos democrticos presidencialistas, ser interesante evaluar hasta dnde esa opcin se est aplicando adecuadamente. El panorama poltico actual en nuestro hemisferio nos muestra una gran crisis en el sistema de partidos. El surgimiento de liderazgos unipersonales de corte populista, y por qu no decirlo, autoritario, sin fundamento ideolgico claro y sin una organizacin poltica estructurada que los respalde, nos lleva a asegurar que algo est funcionado mal. Los partidos polticos efectivamente no estn cumpliendo con su tarea de ser instituciones encargadas de agrupar las preferencias polticas de una sociedad, y menos aun han podido consolidarse como los motores para la construccin de polticas pblicas encaminadas a satisfacer las necesidades de la mayora de la poblacin.Julio - Septiembre / 2010

A pesar de lo anterior, los partidos polticos deben constituirse en el pilar fundamental para un adecuado funcionamiento de la democracia, sistema poltico que debe defenderse por encima de cualquier otro existente. Sera un gran error desconocerlo, puesto que es el nico sistema existente que defiende los principios de la libertad derecho fundamental para la pacificacin y justa convivencia de nuestra civilizacin. Por lo tanto, cualquier esfuerzo que se haga encaminado a fortalecer los partidos polticos en nuestros pases es poco, si tenemos en cuenta que sin ellos rpidamente caeremos en el abismo. Populismos unipersonales como el de Hugo Chvez en Venezuela, o el de su discpulo Evo Morales en Bolivia, sin mencionar el dao que evidentemente hizo a la democracia del Per un personaje como Alberto Fujimori, son muestra de un evidente e inadecuado funcionamiento de los partidos polticos en nuestro hemisferio.24

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en La bsqueda deL tesoro perdido En la bsqueda del fortalecimiento de los partidos polticos para que efectivamente sirvan de recopiladores de preferencias conducentes a propiciar el bien general, hay que tener ciertos aspectos bien claros. Los partidos deben ser instituciones slidas, es decir organizaciones estructuradas que no slo funcionen en pocas preelectorales. Los partidos, a diferencia de las personas, perduran en el tiempo. El perodo de un individuo en el poder en un sistema democrtico donde se lleven a cabo elecciones con periodicidad, es finito, tiene fecha de expiracin. La de un partido no. Partiendo de esa base los partidos deben constituirse en el mbito a travs del cual los polticos puedan tener la posibilidad de llegar al poder, es decir, el partido debe ser un ente que le d nombre, despierte confianza en la ciudadana y reputacin al individuo que quiera representarlo. Es aqu donde el juego de balances y contrapesos empieza a funcionar. En la medida en que el partido le ofrezca una infraestructura slida que lo respalde y que a su vez genere confianza entre la poblacin, el poltico no slo se ver en la obligacin de hacer una buena labor encaminada a propiciar polticas pblicas de largo plazo que propendan al bienestar general, sino que tambin se sienta con la responsabilidad de responder ante los miembros de su partido. De lo contrario, no slo el votante no lo reelegir, sino que los dems polticos que forman parte de dicho partido y que estn en la fila india hacia el poder lo vetarn, crendose as un crculo virtuoso de balances y contrapesos. Aqu surge la segunda caracterstica necesaria para que un sistema de partidos funcione25

adecuadamente: las normas electorales tanto externas como internas. Esto se logra con una profunda reforma del sistema electoral, con el robustecimiento de los mecanismos anticorrupcin, la facilitacin de los instrumentos de participacin ciudadana, la regulacin del acceso a los recursos financieros en campaas electorales y el reconocimiento de los derechos de oposicin poltica. En materia electoral, es fundamental crear mecanismos conducentes a la concentracin de fuerzas, con listas nicas y cerradas, distribucin de curules utilizando sistemas como el de la cifra repartidora, utilizando umbrales, voto preferente, castigo a la doble militancia, entre otras. Dicho esto, hay mecanismos que en la prctica han demostrado ser muy eficaces para disciplinar a los polticos y garantizar que el votante pueda premiar o castigar directamente a sus gobernantes. Una de estas reglas electorales es la reeleccin, la cual curiosamente se asocia ms con las personas que con los partidos . La importancia de la reeleccin como mecanismo para disciplinar a los polticos se asocia con la reputacin. La idea es que el votante elige a un determinado poltico con la expectativa de que cumpla unas promesas de campaa. El poltico a su vez cumple con las promesas de campaa ante la expectativa de ser reelegido, aunque estas sean distintas de sus verdaderas convicciones. Por tanto, el ciudadano reelige a quien haya construido una reputacin de gobierno . A nivel interno, es fundamental que los partidos establezcan mecanismos democrticos para elegir al candidato que representar al partido en determinada contienda electoral. La capacidad de los partidos para disciplinar a sus integrantes depende del control que stos tengan obre el futuro poltico de sus miembros. Entre los instrumentos ms importantes estnJulio - Septiembre / 2010

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el poder de nominar candidatos, controlar el acceso al financiamiento y la posibilidad de sanciones, incluyendo en algunos casos la revocatoria del mandato. La importancia de La ideoLoga y eL camino hacia La gobernabiLidad Los partidos polticos adems de funcionar como mecanismos de agrupacin de intereses, tambin son necesarios para gobernar. Cuando se tienen que tomar decisiones en cuerpos colegiados como en los congresos o los parlamentos, se hace necesario conformar coaliciones . Las decisiones en este caso se deben tomar colectivamente, es decir, con el consentimiento de otras personas y no de manera individual. Conformar alianzas para votar iniciativas en parlamentos o congresos tienen altos costos de transaccin. En especial, porque verificar los acuerdos entre los miembros de la coalicin suele ser una tarea dispendiosa. Estos altos costos de transaccin crean incentivos para que las coaliciones no sean coyunturales, sino ms bien estables y de largo plazo. Por lo tanto la conformacin de partidos polticos resulta ser una forma efectiva de economizar costos de transaccin en la toma de decisiones en cuerpos colegiados. No obstante lo anterior, es oportuno mencionar la importancia de la ideologa como agente aglutinador, pues la ideologa va ntimamente ligada a la conformacin de partidos polticos, ya que gracias a ella las coaliciones son ms proclives a mantenerse. En vez de consultar cada uno de los intereses que tienen los miembros de un partido sobre los distintos temas de la agenda pblica, la existencia de una ideologa y plataforma programtica permite adoptarJulio - Septiembre / 2010

decisiones racionales y relativamente satisfactorias para los miembros del partido . eL caso coLombiano Uno de los principales propsitos de la Constitucin de 1991 fue el de pasar de una democracia representativa a una democracia participativa. Este cambio obedeci a una coyuntura en la historia colombiana muy particular, donde se acababa de firmar un acuerdo de amnista con el movimiento guerrillero M-19 y por primera vez en la historia una organizacin de dicha proveniencia participara en unas elecciones como movimiento poltico formal. La razn de pasar a un sistema participativo, por lo tanto, obedeca al inters que se cre por abrirles las puertas a diferentes vertientes polticas para participar activamente en la democracia a travs de partidos o movimientos polticos y acabar con el tradicional bipartidismo hasta ese momento existente. Pero hubo un gran error en las reglas electorales. El error radic en que las normas para poder formar un partido o movimiento poltico fueron muy laxas. Es decir, en Colombia se paso de tener prcticamente dos partidos polticos a tener 76. Por obvias razones se empez a degenerar el sistema hasta tal punto que llev a que se crearan partidos casi unipersonales, pero no slo eso, se lleg a niveles incalculables de ingobernabilidad. Es importante recordar en este punto, que uno de los principios bsicos de los sistemas presidencialistas se basa en el balance de poder entre el ejecutivo y el legislativo. Aqu se evidencia cmo los costos de transaccin a la hora de buscar ese balance de poder entre las dos ramas del poder pblico se vieron menoscabados, pues ante tal atomizacin de26

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partidos prcticamente en organizaciones electorales unipersonales, las relaciones entre el gobierno y el Congreso se volvieron muy difciles de manejar, porque la posibilidad de crear coaliciones para aprobar cualquier proyecto de ley sala muy costosa y, en ltimas, se crearon unos incentivos negativos encaminados hacia la corrupcin en su ms pura esencia. La reforma poLtica 2003 Ante este panorama despus de sancionada la Constitucin del 91, y dentro de las tradicionales corrientes reformistas caractersticas de la dirigencia poltica colombiana, se iniciaron varios intentos de reforma al ordenamiento poltico, en algunas ocasiones iniciativas promovidas por el ejecutivo y en otras pocas por el legislativo . Para el ao 2003 ya se haban realizado nueve intentos fallidos de reformas polticas, en medio de un ambiente de tensiones entre el legislativo y el ejecutivo por hacer reformas estructurales, y cada uno a su manera, a la Constitucin Nacional, y de sta especficamente el sistema electoral, herramienta a travs de la cual se obtiene y se conserva el poder. Finalmente se logra aprobar en el Congreso el Acto Legislativo 01 de 2003 , conocido como Reforma Poltica 2003, el cual surge como producto del consenso entre el Partido Liberal y el Partido Conservador con el apoyo de los denominados independientes y algunos congresistas uribistas. Como elemento particular se destaca que mientras la Reforma Poltica 2003 se tramitaba en el Congreso, paralelamente el gobierno del presidente lvaro Uribe hacia campaa para impulsar un Referendo a travs del cual se perseguan objetivos similares a los de esta reforma.27

Los principales objetivos del Acto Legislativo 01 de 2003 fueron: el fortalecimiento de los partidos; la modernizacin y racionalizacin del sistema electoral; la reestructuracin del Congreso, y la moralizacin de la poltica. En razn de estos se puede afirmar que la Reforma 2003 avanza en muchos aspectos, pero mantiene algunas de las condiciones preexistentes en el funcionamiento de las corporaciones y los partidos, es una reforma que modifica primordialmente elementos del sistema electoral e incluye tambin mecanismos para regular la accin legislativa. En la tabla 1 se consignan sus principales elementos agrupados por bloques temticos:

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mecanismos mecanismos para meJorar eL para meJorar eL funcionamiento deL funcionamiento LegisLatiVo de Los partidos

eLementos deL acto LegisLatiVo 01 de 2003 reforma poLtica Listas nicas por partido. Umbrales electorales: 2% del total de votos validos para el senado o en sumatoria de cmara de representantes. Voto Preferente opcional para el partido o para el elector. Cifra repartidora como frmula de conversin de votos en escaos. Porcentaje mnimo de votos para obtener y/o mantener la personera jurdica. Prohibicin de la doble militancia: No se puede pertenecer a un partido de carcter nacional y a otro regional. No se puede participar en dos consultas internas. Realizacin de consultas internas para elegir candidatos. Normas sobre financiacin de partidos y campaas. Aumento de recursos y sanciones por violacin de topes. Ley de Bancadas (Ley 974 de 2005) Prohibicin de hacer las votaciones en periodos diferentes a los anunciados.

mecanismos para meJorar eL funcionamiento deL LegisLatiVo

Creacin de comisiones de conciliacin.

Sobre las autoridades electorales. Voto electrnico. Valoracin del voto en blanco. Carcter institucional de autoridades electas y prohibicin de cualquier autoridad para ser elegida a ms de un cargo pblico si los periodos coinciden en el tiempo.28

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otros eLementos

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La aplicacin de estas nuevas reglas de juego dio sus primeros frutos el 22 de marzo de 2006 cuando se llevaron a cabo las elecciones parlamentarias. As pues, se paso de tener 76 partidos o movimientos polticos a tener 11 en el Senado de los cuales cinco forman parte de coaliciones favorables al gobierno y representan 61 de las 100 curules existentes. En la Cmara de Representantes, por su parte, se redujo a 22 partidos de los cuales 99 curules de 164 forman parte de la coalicin gubernamental. En el 2010 se evidenci el segundo impacto de esta Reforma, finalmente el Senado quedo integrado por ocho partidos polticos, de los cuales cuatro, que agrupan a 75 de los 102 senador, forman parte de la coalicin del nuevo gobierno. En lo que respecta a la Cmara de Representantes, solo 14 partidos logran obtener representacin y estn en miras de consolidarse las fuerzas polticas respecto a su posicin frente al Gobierno. Se podra afirmar, entonces, que la Reforma Poltica 2003 ha desempeado un papel importante en la reinstitucionalizacin de la poltica porque implica una redefinicin de las relaciones entre el ejecutivo y el legislativo, ya que el nuevo presidente, Juan Manuel Santos, ya no tendr que manejar sus relaciones con los parlamentarios de manera individual, sino con las bancadas. As mismo, se facilitar la profesionalizacin de la poltica, pues los partidos sern la puerta de entrada y de salida para cualquiera que quiera hacer parte de las instituciones democrticas. En este mismo orden de ideas, se permitir aumentar los niveles de gobernabilidad y generar transparencia en las relaciones entre el Congreso y el gobierno. Se pasar de un sistema de mayoras construidas para cada proyecto, a un sistema de mayoras construidas con anticipacin dentro de un go29

bierno de coalicin dentro de un sistema claramente multipartidista. La Ley de bancadas Teniendo en cuenta el antecedente de la aprobacin de la Reforma Poltica 2003, en agosto del mismo ao se radica un proyecto de ley (066 de Senado y 075 de Cmara) que buscaba reglamentar el funcionamiento de los partidos polticos en el Congreso y al interior de las mismas colectividades, tambin conocido como ley de bancadas. Este proyecto de ley fue aprobado en julio de 2005 y se constituye como un Rgimen de Bancadas, que tiene los siguientes objetivos principales: reglamentar los cambios constitucionales contenidos en la reforma poltica de 2003, sobre el funcionamiento del legislativo y de los partidos polticos; fortalecer la funcin legislativa y el desarrollo del control poltico que debe ejercer el Congreso; fortalecer los partidos o movimientos polticos, tanto al interior como por fuera del Congreso, a travs del establecimiento de bancadas o grupos congresuales, y generar mayores niveles de corresponsabilidad entre la actuacin individual de cada congresista, su respectiva colectividad poltica y la ciudadana. Luego de que la ley entrara en vigencia, los partidos polticos se dieron a la tarea de incluir dentro de sus estatutos y reglamentos internos de funcionamiento artculos que promovieran el cumplimiento de la ley de bancadas a cabalidad. No obstante, pese a que la aprobacin de la norma significa un avance importante en materia de consolidacin y fortalecimiento de los partidos polticos en el pas, la aplicacin de la ley no ha sido tan rigurosa como se esperara.Julio - Septiembre / 2010

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En el anlisis de la aplicacin de esta ley, cabe resaltar ciertos elementos y vacos que no fueron tenidos en cuenta, o que se han dejado al margen de la debida implementacin de la norma. Algunos de ellos son: El desarrollo de una cultura poltica y una

cuestionarse sobre la necesidad de establecer un sistema de control que permita velar por el cumplimiento adecuado de esta ley. Transfuguismo. El transfuguismo ha sido

conciencia de partido. Pese a ser un principio consagrado no slo en la ley, sino en los estatutos internos de los partidos, los miembros de las colectividades polticas no lo cumplen. de la ley. Si bien es cierto que cada partido y movimiento poltico es autnomo, la normatividad no hace explcito establecer un tipo de control o una tipologa de sanciones al interior de cada colectividad, o incluso en el mismo Congreso, que garantice un mayor cumplimiento tanto del reglamento interno de los partidos, como de la ley de bancadas. En esa medida, cabe30

La aplicacin de controles en el desarrollo

uno de los elementos que mayores obstculos ha suscitado para el desarrollo de las bancadas en el Congreso. En este sentido, la Corte Constitucional declar inexequible el artculo 20 de la ley de bancadas, que autorizaba por una sola vez que los representantes a la Cmara elegidos para 2002-2006 pudieran afiliarse a movimientos o partidos diferentes a los que avalaron sus candidaturas. No obstante, con la implementacin la Reforma Poltica 2003, se abri un perodo de gracia que permiti el transfuguismo en el Legislativo, amparado en la creacin de nuevas agrupaciones de congresistas y de nuevos partidos polticos, con miras a las elecciones de 2006. Por su parte, con la promulgacin de la Reforma Poltica de 2009 (Acto

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Legislativo 001 de 2009), tambin se abri otro perodo de gracia que permiti que varios senadores y representantes cambiaran de partido poltico para las elecciones de 2010. Justamente, las implicaciones polticas de modificar la normatividad en cada perodo electoral y las implicaciones del transfuguismo en la conformacin de coaliciones verdaderamente cohesionadas, son situaciones que deben entrar al debate no slo del anlisis sobre la aplicacin de la ley de bancadas, sino tambin en el anlisis del impacto que han tenido las reformas polticas en la configuracin del sistema de partidos polticos con el que actualmente cuenta Colombia. Finalmente, y luego de la promulgacin de la Reforma poltica de 2009, uno de los elementos que entran en la discusin de la importancia de configurar un sistema de partidos slido es la incidencia del voto nominal y pblico en la disciplina legislativa de las bancadas y en el desarrollo del proceso legislativo en el Congreso de la Repblica. As, la obligatoriedad del voto nominal y pblico que le imprimi la Reforma Poltica de 2009 a la dinmica de aprobacin de leyes en el Congreso de la Repblica, constituye un gran avance en trminos de la responsabilidad que cada congresista tiene no slo frente a los postulados ideolgicos y programticos de la colectividad poltica de la que hace parte, sino tambin frente al conjunto de ciudadanos que representa. En este sentido, la implementacin del voto nominal y pblico en la dinmica congresual tiene tambin una gran incidencia en la consolidacin de la actuacin de bancadas en el Legislativo. Lo anterior permite, adems, que en el mediano y el largo plazo, cada vez ms los partidos y movimientos polticos generen, promuevan31

...La Corte ConstituCionaL deCLar inexequibLe eL artCuLo 20 de La Ley de banCadas, que autorizaba por unasoLa vez que Los representantes a La pudieran afiLiarse a movimientos o partidos diferentes a Los que avaLaron sus Candidaturas.

Cmara eLegidos para 2002-2006

y realicen un seguimiento juicioso de los postulados programticos que quieren desarrollar y defender, y menos de acuerdo con las coyunturas electorales y polticas a las que se ven enfrentados. La reforma poLtica 2009 A menos de cinco aos de ser aprobados el Acto Legislativo 01 de 2003 y el Acto Legislativo 02 de 2004, se emprende nuevamente en el Congreso una cruzada por aprobar dos proyectos de ley a travs de los cuales se busca reformar parte de los contenidos de estos dos actos legislativos, en los cuales muchos de sus artculos no fueron siquiera normativizados. Los antecedentes de esta reforma se enmarcan en el contexto poltico luego de la eleccin de 2006, donde un nmero significativo de congresistas fue vinculado a investigaciones judiciales por presuntos nexos con grupos ilegales, fenmeno que ha sido denominado como parapoltica. Esta situacin no slo ocasion que cerca del 30% de los congresistas electos no pudieran continuar con el periodo por el que fueron elegidos, sino que a su vez reforz los problemasJulio - Septiembre / 2010

rado por el Proyecto de Fortalecimiento Democrtico de Pnud-Idea, el gobierno nacional present un nuevo proyecto de reforma poltica, que finaliz con la aprobacin del Acto Legislativo 01 de 2009. Los principales objetivos de esta reforma, la nmero 28 en los 18 aos que lleva de instituida la Constitucin del 91, fueron de un lado, evitar la financiacin, infiltracin y participacin de actores al margen de la ley en la poltica nacional, y de otro, responsabilizar a los partidos polticos por sus actuaciones. Las principales medidas dirigidas a los partidos y movimientos polticos consistieron en:Foto de archivo.

de legitimidad y representacin del Congreso con sus electores. Intentando que la parapoltica tuviera un efecto mayor en el rgano legislativo, fue radicado en el 2008 un proyecto de reforma poltica que inclua medidas como la conocida silla vaca, sin embargo, restando un debate para terminar el trmite legislativo la iniciativa fue archivada por el Congreso, decisin reforzada por una fuerte presin del gobierno central. Aun con el resultado fallido de la reforma el gobierno mantuvo la disposicin para convocar una Comisin de Ajuste Institucional conformada por una serie de especialistas en temas polticos y constitucionales, con el objeto de realizar un diagnstico del sistema poltico colombiano y desarrollar una serie de propuestas para su fortalecimiento. Tomando algunas de las consideraciones del documento entregado por la Comisin y de otros ejercicios similares realizados por organizaciones de la sociedad civil, como el lideJulio - Septiembre / 2010

1) organizacin democrtica basada en los principios de transparencia, objetividad, moralidad, equidad de gnero, y el deber de presentar y divulgar sus programas polticos. 2) Se autorizan las consultas interpartidistas, cuyos resultados debern ser de obligatorio cumplimiento. 3) Responsabilidad de los partidos y movimientos polticos por toda violacin o contravencin a las normas que rigen su organizacin, funcionamiento o financiacin, as como tambin por avalar candidatos elegidos en cargos o Corporaciones Pblicas de eleccin popular, quienes hayan sido o fueren condenados durante el ejercicio del cargo al cual se aval mediante sentencia ejecutoriada en Colombia o en el exterior por delitos relacionados con la vinculacin a grupos armados ilegales y actividades del narcotrfico o de delitos contra los mecanismos de participacin democrtica o de lesa humanidad. 4) Se incrementa a un 3% el umbral tanto para mantener la personera jurdica de partidos y movimientos polticos, como para partici32

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par en la en la asignacin de escaos en el Congreso de la Repblica. 5) Cualquier integrante de corporacin pblica que decida participar en las siguientes elecciones por un partido distinto al que se encuentra inscrito deber renunciar al menos con 12 meses de anterioridad . 6) Los partidos polticos perdern definitivamente la curul slo en caso de que se produzca una sentencia condenatoria por los delitos anteriormente mencionados. En caso de que la corporacin quede reducida a menos de la mitad de sus miembros se llamar a nuevas elecciones. Son muchas las crticas que se formularon al texto final de la reforma, la mayora de stas sostienen que el texto no responde a los objetivos por los cuales fue inicialmente creado y no logra la depuracin de la clase poltica que actualmente se encuentra legislando en el Congreso. As, una reforma que buscaba depurar un Congreso acusado de vnculos con actores ilegales, en el cual son ms de 87 los congresistas investigados y de estos 36 los detenidos, no posee ningn carcter retroactivo ni sancionar las prcticas en las que incurrieron los congresistas y candidatos para las elecciones del 2006. Otra de las grandes crticas a la reforma es que, se facilita para ciertos casos la doble militancia y el transfuguismo. As lo han considerado algunos de sus detractores cuando hacen referencia a la posibilidad que da la reforma de realizar consultas interpartidistas y con esto permitir coaliciones en las elecciones; adems, por segunda vez para una eleccin al Congreso, en virtud de uno de los pargrafos transitorios, permite a los candidatos presentarse bajo el aval de una colectivi33

dad distinta a la que pertenecan en el momento de expedida la reforma. a manera de concLusin Aunque queda por verse qu tan exitosa va a ser la dinmica bajo las nuevas reglas de juego, o qu tan estrictas van a ser las sanciones para quienes no apliquen dichas reglas, lo claro es que ya hubo un primer gran avance y fue la reduccin sustancial del nmero de partidos o movimientos polticos en la democracia colombiana. Siguiendo en este mismo orden de ideas, cuando tenemos partidos polticos institucionalizados, que van ms all de lo puramente electoral, y sirven de infraestructura para el desarrollo de polticas pblicas integrales, adecuadas y encaminadas a proyectos de largo plazo basadas en ideologas claras donde hayan posiciones comunes frente a los temas econmicos, sociaFoto de archivo.

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les, de responsabilidad estatal, de manejo de la seguridad nacional, de justicia, entre otros, podremos por fin decir que logramos consolidar un sistema democrtico verdaderamente integral y en busca del bienestar de la mayora de la poblacin. As el objetivo deber ser alcanzar un crculo virtuoso de acceso al poder, en el cual los partidos polticos deben constituirse en el mbito a travs del cual los polticos puedan tener la posibilidad de llegar al poder; ser entes que despierten confianza en la ciudadana y le den reputacin al poltico; adems de estar en posibilidad de ofrecer una estructura slida a sus integrantes. Por su parte, el poltico se ver obligado a hacer una buena labor y se sentir con la responsabilidad de responder ante los miembros de su partido. En caso de no cumplirse este ciclo el votante no lo reelegir y los dems integrantes del partido que estn en la fila india lo vetarn. Finalmente, vale la pena puntualizar que en este proceso, tambin ser fundamental el desarrollo de un ejercicio de educacin en democracia para la ciudadana, pues sta es la principal depositaria de la soberana, es decir, la que tiene la facultad de votar y elegir a sus representantes y gobernantes. Por lo tanto, siendo de suma

importancia el rol de la ciudadana a la hora de ejercer control sobre la gestin de sus gobernantes, sta debe aprender a exigirles a sus representantes responsabilidad en su accin pblica, adems de comprender los postulados programticos que stos defienden y procuran en el Legislativo. propuestas para una reforma poLtica integraL Como producto de las continuas deliberaciones que el Instituto de Ciencia Poltica ha llevado a cabo con otras organizaciones de la sociedad civil, interesadas en contribuir a travs de un debate argumentado sobre los temas de reforma poltica, consideramos necesario tener en cuenta una serie de propuestas las cuales debern tener como punto de partida las siguientes consideraciones: 1. Los esfuerzos de la reforma deben orientarse a la realizacin de los valores y principios fundantes de la constitucin de 1991. 2. Los procesos de la reforma deben estar encaminados a fortalecer la prevencin y el castigo de la infiltracin de la criminalidad en la poltica, y lograr que los ciudadanos en todo el territorio nacional puedan ejercer sus derechos polticos en condiciones de libertad e igualdad. 3. Conscientes de que la normatividad por s sola no soluciona los graves problemas que amenazan nuestra democracia, consideramos que cualquier intento de reforma debe trascender el marco legal para generar acciones integrales, adoptadas por los Partidos y Movimientos Polticos, que contribuyan a travs del un trabajo pedaggico y de cultura poltica a ampliar la capacidad34

Los esfuerzos de La reforma debenorientarse a La reaLizaCin de Los vaLores y prinCipios fundantes de La ConstituCin de

1991.

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Foto de archivo.

tcnica de las instituciones democrticas, a combatir las mafias y la criminalidad. 4. La reforma tiene que permitir un funcionamiento ms eficaz de las instituciones democrticas, en especial de los partidos polticos, de tal forma que contribuya a los esfuerzos de desarrollo del pas y logre as fortalecer la legitimidad de las mismas y garantizar el equilibrio de poderes. Basados en estas cuatro premisas formulamos las siguientes propuestas en lo que refiere al rgimen de partidos polticos y de campaas: 1. Financiacin de campaas a los partidos y/o movimientos y no a los candidatos: La financiacin de campaas electorales canalizada a travs de los partidos y movimientos polticos es un requisito sine qua non para garantizar el manejo adecuado de los recursos de las campaas polticas, ya que es el nico mecanismo que permite hacer un control estatal efectivo de las35

cuentas y recursos destinados para tal fin. Slo mediante esta canalizacin es posible verificar que las reglas preestablecidas para el financiamiento se cumplan debidamente y, en caso contrario, establecer las sanciones correspondientes a estas mismas colectividades. No obstante, para lograr que los recursos sean canalizados a travs de los partidos o movimientos polticos, es preciso que se desarrollen procesos de fortalecimiento institucional partidistas, que permitan a estas organizaciones tener mayor control sobre los candidatos a quienes avalan y sus campaas electorales. Para ello es fundamental que los partidos cuenten con rganos de auditora efectivos, que se encarguen de monitorear el financiamiento de las campaas y representar al partido ante la organizacin electoral (con la acreditacin que ordena el decreto 2207 de 2003).Julio - Septiembre / 2010

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Para lograr este fortalecimiento institucional es importante que no slo se haga un seguimiento de la financiacin de campaas electorales, sino tambin de los recursos pblicos destinados a los gastos de funcionamiento de los partidos y movimientos polticos, los cuales son manejados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) a travs del Fondo de Financiacin de Partidos y Campaas Polticas. Para hacer un control efectivo en materia de financiamiento es indispensable que el CNE cuente con un rgano tcnico con capacidad para auditar y hacer un seguimiento juicioso de las cuentas de cada partido (gastos de campaas y funcionamiento), con la posibilidad de establecer y hacer efectivas las sanciones que se deriven del incumplimiento de las normas. 2. Financiacin preponderantemente estatal de campaas polticas: Con el fin de pro-

mover el fortalecimiento de los partidos y la transparencia de las campaas electorales, es conveniente que se mantenga el carcter mixto de la financiacin de las mismas, para lo cual el ICP propone que el 60% de los recursos provengan de los fondos pblicos y el 40% restantes de los aportes privados. Ante el temor de la penetracin de dineros ilcitos en las campaas polticas, dados los acontecimientos que se han presentado en el pas en los ltimos aos, se hace necesario que una mayor proporcin de la financiacin de campaas provenga de fuentes pblicas, con lo cual se otorga un monto de recursos a los partidos y movimientos que garantizan su participacin en condiciones equitativas en los procesos electorales. As, es posible blindar, al menos en parte, la capacidad de influencia de los actores ilegales en los comicios electorales.Foto de archivo.

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De igual manera, a medida que aumenta el aporte estatal a las campaas electorales, es necesario que se incrementen tambin los controles y el monitoreo del gasto, as como el establecimiento de sanciones efectivas para los partidos que presenten irregularidades o violen los topes mximos establecidos por parte del CNE. Esto, con el objetivo de evitar que se formen organizaciones polticas con el propsito nico de captar recursos pblicos y desviarlos hacia otras actividades. Por otro lado, debe haber un espacio significativo para la participacin del sector privado y la ciudadana en la financiacin de las campaas electorales ya que, por un lado, estos aportes constituyen un canal para la expresin de intereses vlidos existentes en una sociedad democrtica y, por otra parte, es necesario disear mecanismos institucionales que permitan el ingreso de recursos provenientes de actividades lcitas del sector privado a la contienda poltica, con una visin de largo plazo que supere los efectos de la coyuntura actual. 3. Sistema de anticipos para campaas electorales: Dado que las normas existentes en materia de financiacin no permiten un adecuado control de los gastos de las campaas electorales, el ICP considera que el mejor sistema de financiacin es la reposicin de votos, dado que el Estado financia nicamente a los candidatos o partidos que tuvieron un xito en sus respectivas campaas. Por otra parte, el sistema de anticipos se ve con precaucin debido a que en el contexto normativo actual podra promover la creacin de organizaciones dedicadas a la captacin de recursos pblicos, adems de generar un37

desgaste del rgano electoral en trminos administrativos. No obstante, los anticipos para las campaas electorales pueden ser un mecanismo que promueva la equidad en la contienda electoral, pues si se cumplen una serie de requisitos previos, como la consolidacin de un sistema de partidos, esta figura puede tener efectos positivos al otorgar garantas a los partidos y movimientos, particularmente a las terceras fuerzas. Es importante adems que se formule claramente el criterio orientador de dichos anticipos, es decir, el mtodo que se usar para decidir cunto dinero se otorga a cada partido o movimiento poltico. Para ello, se propone tener en cuenta el modelo chileno, en el cul los partidos reciben una cantidad de dinero de acuerdo a la votacin que obtuvieron en las elecciones anteriores para el mismo cargo y los nuevos partidos reciben un monto similar al que recibe el partido que obtuvo la menor cantidad de votos. Dentro de este sistema de anticipos, hay que tener en cuenta, al igual que en la reposicin de votos, el tipo de cargo al que se aspira (circunscripcin nacional presidencia y Senado y regional Asambleas, Concejos, Gobernaciones y Alcaldas) y los topes mximos exigidos para cada campaa electoral. 4. Los partidos polticos deben rendir cuentas a la ciudadana peridicamente sobre sus finanzas y sus actuaciones: La rendicin de cuentas de los partidos y movimientos polticos debe enfocarse en dos puntos especficos: por un lado, debe haber una clara identificacin de las fuentes de financiacin y la forma en que se distribuyeron los recursos haciendo especial nfasis, si es el caso,Julio - Septiembre / 2010

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en las empresas o entes privados que influyeron en la financiacin. Por otra parte, el partido debe presentar informes regulados por el CNE- sobre sus decisiones en materia normativa y sus actuaciones como bancada en cada una de las corporaciones o cargos en los que participa, justificando adems su postura en cada uno de los casos. sta rendicin de cuentas debe ser dialgica, es decir, debe contemplar mecanismos de dilogo entre los electores y el partido, que permita la retroalimentacin. En razn de lo anterior es importante organizar audiencias y utilizar herramientas tecnolgicas para tener un contacto ms cercano. 5. Sanciones por dar avales a candidatos que resulten condenados por delitos relacionados con promocin, pertenencia o financiacin de grupos ilegales o de narcotrfico: respecto a estas medidas, el ICP propone considerar sanciones que pasen por la devolucin de los recursos estatales entregados al partido para la financiacin de la campaa electoral (proporcionalmente al nmero de candidatos condenados), la prdida definitiva de la curul y el retiro de la personera jurdica en caso de que la mayora de los miembros del partido o movimiento en el congreso haya sido condenada (50% + 1 de los congresistas del partido). El apoyo de la figura de la silla vaca se deriva de la consideracin de que se trata de una figura con un alto contenido simblico en trminos de depuracin del Congreso de la Repblica y los partidos, considerando adems que se trata de una coyuntura extraordinaria. 6. Avanzar en mecanismos de democratizacin interna de los partidos: a pesar de que el gobierno debe fomentar medidas queJulio - Septiembre / 2010

permiten la democratizacin interna de los partidos y movimientos polticos (consultas internas, espacios de concertacin, etc.), no es adecuado regular minuciosamente el tema, ya que puede crear distorsiones en el sistema partidista y eliminar la capacidad de auto-regulacin de los partidos, que redunde en su captura por parte del Estado.

Notas1. Mencionando algunos ejemplos, durante el gobierno de Samper se cit a una Comisin de Estudios de la Reforma de los Partidos, en la administracin Pastrana se realizaron 4 propuestas entre ellas un referendo para revocar el Congreso y en el inicio de la primera administracin de lvaro Uribe se intent la reduccin del Congreso a una sola Cmara y se llev a cabo un referendo popular. 2. Algunos autores afirman que la reforma slo fue posible por la presin del ejecutivo de modificar temas competentes a los legisladores a travs de referendo. Esta puja entre las ramas presiono al Congreso para aprobar la reforma y con esto hacer una demostracin de su capacidad para auto reformarse. En palabras de Roberto Camacho, Representante a la Cmara: el referendo es un punto de honor para el presidente Uribe y la reforma es un punto de honor para el Congreso. Es nuestra oportunidad de auto-reformarnos. 3. 4. Estas reglas aplicarn a partir de 2014. Este artculo inclua un pargrafo transitorio en virtud del cual se autorizaba por vez nica a los miembros de los Cuerpos Colegiados de eleccin popular, o a quienes hubieren renunciado a su curul con anterioridad a la vigencia del Acto Legislativo, para inscribirse en un partido distinto al que los aval, sin renunciar a la curul o incurrir en doble militancia.

BibliografaEpstein, L. Political Parties in Western Democracies. New Brunswick, NJ, Transaction Publishers. 1979; Katz, R.S.A. Theory

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EL FRAUDE Y LA INFILTRACIN MAFIOSA EN LA POLTICA COLOMBIANAPedro Santana Rodrguez

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pEDRO SANTANA RODRGUEZ

Director de la Revista Foro y Presidente de la Corporacin Viva la Ciudadana.

Los graves problemas relacionados con las elecciones recientes han sido advertidos desde hace muchos aos en Colombia. En el ao de 1995 poco antes que estallara el llamado proceso ocho mil, es decir, la investigacin judicial que puso al desnudo la relacin entre los carteles de la droga y los partidos y las campaas polticas, una Comisin que estudi la necesidad de una reforma poltica puso el dedo en la llaga de los principales problemas que aquejan, desde entonces, a la sociedad poltica y a la precaria institucionalidad que existe en el pas tanto para su funcionamiento como para su regulacin y control.1 En sntesis, todos estos informes llaman la atencin sobre un conjunto de problemas trascendentales que no han sido tenidos en consideracin de manera adecuada en las dos reformas polticas que han sido aprobadas durante estos aos. En primer lugar hay serios problemas en materia de financiamiento de las campaas polticas. La in1

filtracin del narcotrfico y de las mafias ligadas con dicho poder como el paramilitarismo, han sido mltiples. En las recientes elecciones diversos actores de la sociedad civil, como la Misin de Observacin Electoral, MOE, advirtieron sobre las cantidades de dinero que estaban circulando para la compra de votos. Esta compra de votos ha ido evolucionando de manera perversa. Ahora se compra principalmente a lderes locales y sectoriales que controlan un determinado nmero de votos. La compra ahora es colectiva. Los lderes reclaman su derecho a recibir ms que la reposicin que el Estado le garantiza a los partidos por el nmero de votos obtenidos. Tambin la Defensora del Pueblo advirti sobre las cantidades de dinero que estaban circulando para la compra de votos. Los hechos posteriores vienen demostrando que la compra fue masiva y nada ha pasado hasta ahora. Con relacin a este tema se pre