el niño de desaparecido

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EL NIÑO DESAPARECIDO Había una vez unos niños que salieron en la noche de Halloween. Llegaron a un edificio abandonado, al lado del cementerio, y entraron. Allí vieron telarañas, animales, calabazas y esqueletos. De repente, apareció un hombre para asustarlos. Los niños salieron corriendo, mientras huían, un niño se tropezó, el hombre lo agarró arrastrándole y lo metió en una habitación oscura. La habitación era un desván de la casa del secuestrador. Más tarde, los demás niños fueron a buscarlo. Los chicos fueron a tocar a una casa y se dieron cuenta de que era el mismo hombre malvado. Después se metieron en la casa de ese hombre por una ventana sin hacer ruido. Como estaba tan oscuro no veían nada. Luego llegaron al desván y el chico no estaba. Pidieron ayuda a los padres, pero no les creyeron. Finalmente, se metieron otra vez en la casa, ahora si estaba el chaval secuestrado y también el secuestrador. Los niños y el hombre hicieron un trato. El trato consistía en no entrar en ese edificio; los niños lo prometieron y el hombre soltó al niño. Por fin, todo volvió a la normalidad y fueron felices y comieron perdices.

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Page 1: El Niño de Desaparecido

EL NIÑO DESAPARECIDO

Había una vez unos niños que salieron en la noche de Halloween.

Llegaron a un edificio abandonado, al lado del cementerio, y entraron. Allí

vieron telarañas, animales, calabazas y esqueletos. De repente, apareció un

hombre para asustarlos. Los niños salieron corriendo, mientras huían, un niño

se tropezó, el hombre lo agarró arrastrándole y lo metió en una habitación

oscura. La habitación era un desván de la casa del secuestrador.

Más tarde, los demás niños fueron a buscarlo. Los chicos fueron a tocar a

una casa y se dieron cuenta de que era el mismo hombre malvado. Después se

metieron en la casa de ese hombre por una ventana sin hacer ruido. Como

estaba tan oscuro no veían nada. Luego llegaron al desván y el chico no

estaba. Pidieron ayuda a los padres, pero no les creyeron.

Finalmente, se metieron otra vez en la casa, ahora si estaba el chaval

secuestrado y también el secuestrador. Los niños y el hombre hicieron un trato.

El trato consistía en no entrar en ese edificio; los niños lo prometieron y el

hombre soltó al niño. Por fin, todo volvió a la normalidad y fueron felices y

comieron perdices.

ELIÁN MÁRQUEZ ROMERO – 6º TERQUE