el mural no6
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Sexta Edición de El mural, desde la Universidad del Norte, en Barranquilla, Colombia.TRANSCRIPT
Habemus “Presidente”
Para nadie fue una sorpresa el hecho de que el candidato Santos sa-
liera electo presidente de la república en segunda vuelta, ante un
desvencijado Antanas Mockus, venido a menos de la misma forma en
que una ola desaparece en una playa. Pero no fue sorpresa, porque
en Colombia no hay nada mas predecible que el accionar de las ma-
quinarias políticas. Todos sabíamos que el presidente sería San-
tos...incluso si llegara a ganar Mockus.
Ahora duele ver a los seguidores del partido verde pensando en qué
falló, si estaban tan bien en el Facebook y el twitter lo tenían colma-
do de mensajes positivos para el candidato académico. No se expli-
can cómo pudo fallar la intervención de actores e intelectuales que
apoyaban de modo frentero al matemático, como si éste representara
un verdadero cambio a los problemas que aquejan a nuestro país y
que se agravaron tras los últimos 8 años.
Pero lo más doloroso, además de ver electo una persona sobre la que
pesan muchas acusaciones por corrupción (caso contrataciones no li-
citadas del ministerio de defensa), violación a los derechos humanos
(más de 2000 denuncias por los llamados falsos positivos )y conspi-
ración (caso de asocio con grupos paramilitares para derrocar al en-
tonces presidente Samper) fue la prepotencia con que el ganador se
declaraba presidente electo de aquellos que lo apoyaron, así como de
aquellos que no lo hicieron. Como insinuando que “A quien no quie-
re caldo…”
Resta saber qué habrá de suceder en el país en los años venideros.
Los 4 o quizás 8 que vaya a mandar el presidente que acaba de obte-
ner la votación más alta registrada en la historia del país. Aquel que
propone continuar con lo hecho hasta el momento, pero mejor…
Aquel que con temeridad dijo que quien no se retracta es un imbécil.
Quizás el país no alcanzó a entenderé estas palabras y no alcanzó a
retractarse de su elección.
Habemus Presidente. Pero de las chimeneas del estado no brota
humo blanco.
El Editor.
UNO El Mural Órgano informativo de publicación quincenal Junio - Julio de 2010 Año 1, No. 6
Siempre las buenas noticias son las que más
sorprenden a los colombianos, quizás por lo
escasas que son, y también por la forma en
que llegan en la mayoría de los casos, en el
momento indicado, el día preciso y en la
hora adecuada; favoreciendo directamente a
determinadas personas o sectores del país.
Así llegó la noticia de la tan anhelada libe-
ración del general de la Policía Luis Men-
dieta, quien llevaba secuestrado 12 años en
poder de las Farc, y otros suboficiales de esa
Institución.
Esta buena noticia llegó nada más y nada menos que un domin-
go, día de descanso; y claro, después de una semana de tensio-
nes futbolísticas, de escapadas del trabajo para ver partidos a
medio día. Un domingo representa el éxtasis del tiempo dispo-
nible para descansar y, sobretodo en este tiempo de mundial,
para disfrutar de un buen partido sin ningún recelo; y ese do-
mingo, 13 de Junio, jugaba uno grande, tal vez hoy en día el fa-
vorito, Alemania.
El partido afortunadamente estaba programado ese domingo,
porque de ser un día de semana al medio día muchas personas
se habrían perdido la oportunidad de ver la goleada del equipo
australiano, planeada estratégicamente por los alemanes. Bue-
no, también hubieran perdido la posibilidad de ver en directo la
aparatosa buena noticia del rescate a Mendieta y los otros 3 po-
licías de los cuales poco se habla.
En el momento en que los colombianos se entretenían viendo el
juego de futbol con más goles hasta la fecha en la copa del
mundo que llevaba entre otras cosas 2 goles muy bien hechos
por Podolski y Klose a favor de Alemania, un extra en noticias,
sucumbió en los televisores conectados con canales locales, pa-
ra derrumbar la calma y tranquilidad que vivían hasta el mo-
mento los colombianos, quienes esperaban noticia de muertos,
secuestro y cosas por el estilo, pero para sorpresa de todos, se
trataba de una buena noticia.
Al principio era una noticia un poco confusa, algo como que
Uribe, el Presidente de la República, en un consejo comunal en
Quibdó, anunciaba el rescate de 2 miembros de la policía nacio-
nal que estaban secuestrados por las Farc, 2 que después termi-
naron siendo 4, en hora buena para el país y las familias de los
respectivos policías, pero propio de una noticia que buscaba
mantener la expectativa, como si se tratara de una publicidad
muy bien elaborada.
Poco se supo del operativo. Los noticieros prometían más infor-
mación después del encuentro deportivo. Enseguida empezó el
segundo tiempo del partido: 2 goles más que completaron los 4
con los que ganó el equipo Alemán, los cuales se celebraron en
Colombia mientras el aire de expectativa seguía expandiéndose
como consecuencia del uso mediático que se había hecho a la
otra buena noticia.
Terminó el partido y como era tan poca la información del otro
hecho, los colombianos ansiaban más, y los medios se lo die-
ron. Tal como lo prometieron los periodistas de la transmisión
del partido, ahora tenían detalles sobre el lugar, los nombres de
los liberados, del operativo y, claro, la exclusiva en vivo del
Presidente, quien llamaba a las esposas o madre de los rescata-
dos y lanzaba al aire la conversación telefónica “abierta” para
que oyera el mundo entero.
De esa forma, nos enteramos de esta buena noticia que tantas
alegrías ha traído al país. La “operación camaleón”, que no po-
demos negar fue muy exitosa, cambió de color al mejor estilo
de un camaleón, por el uso que hicieron de ella.
Otra vez queda demostrado que en este gobierno el fin sí justifi-
ca los medios, y bueno, una noticia positiva como esta no podía
quedarse atrás.
Por ello los colombianos tenemos el deber y la obligación de
felicitar al Ejercito por tan impecable operación, pero también a
nuestro Presidente y su más proclive sucesor, por el excelente
manejo que hicieron de ella. Aquí el camaleón logró disfrazar
no sus colores sino una buena noticia, por una buena campaña
publicitaria.
Una buena noticia. Por Estela Guevara S.
“Cuando un escritor prepara un manuscrito so-
bre un tema que no entiende, su trabajo sólo
será comprendido por los lectores que conocen
más que él sobre ese tema”.
1ª Ley de Whittington sobre Comunicación.
Nunca un debate electoral fue tan interesan-
te en Colombia, y tampoco tan predecible.
Antes de la primera vuelta, las encuestas y
los ánimos anunciaban empate técnico entre
el candidato de la ola verde Antanas Moc-
kus y el representante del uribismo más pu-
ro Juan Manuel Santos. El país parecía di-
vidido frente a dos opciones que parecían
más: renovación o continuismo, educación o
desarrollismo, cultura ciudadana o politi-
quería.
Pero ese día todas las perspectivas cambiaron. Por las razones que
fueran, Santos se trepó en los registros electorales y de allí no fue
posible bajarlo. Ni siquiera de las desafortunadas encuestas.
En contraste, la campaña minoritaria apeló a una andanada de pu-
blicidad viral, para concretar la que era su apuesta definitiva: pre-
servar los 3 millones de votos de la primera vuelta y lograr que ca-
da uno de esos electores consiguiera dos más (un abstencionista y
un santista) para sumar 9 millones. Suficientes para barrer a su
opositor, de haberlo logrado.
Era interesante que en vez de las adhesiones de los políticos de to-
dos los pelambres que se movieron en la otra campaña, y que
según el Presidente electo fueron responsables de la victoria con-
tundente, el Partido Verde procurara el voto cualificado de los que
piensan o actúan de manera distinta. Allí estaban, por ejemplo, los
actores y actrices más reconocidos de la televisión colombiana, ad-
virtiéndonos que no todo estaba perdido, y que, como ellos, debía-
mos buscar por cielo y tierra nacional, a los otros dos.
El problema es que los intelectuales no ponen votos, como tampo-
co lo hacen los artistas. De los primeros (que son muy pocos en
Colombia) nos gusta la manera como se aferran a sus convicciones
y se apartan de la corriente, y de los segundos (que son los más),
los papeles que interpretan para ponerle entretención a las noches
agobiadas por el largo trajín. Pero nada más. A ninguno de ellos les
reconocemos liderazgos ni ascendencias electoreras, entre otras co-
sas porque no tenemos claro si el discurso es el de la persona o el
personaje.
Los políticos, en cambio, desplegaron una campaña de cacicazgos
que puso a pensar al país no sobre esa estrategia de vieja data, que
debería estar superada en una democracia moderna como la que
pretendemos ser, sino en la conveniencia o no de los “pines” de las
adhesiones que Santos recibió. El gran aceite formal de esta ma-
quinaria, para no hablar de los ilegales, fue la amenaza: si ganaba
el otro, se perdería el poder, la burocracia, la seguridad democráti-
ca, familias en acción…
Lo que paso el domingo, en consecuencia, es que el país político,
pragmático por tradición y naturaleza, salió a votar en masa, con
lluvia y con futbol incluidos, fieles a la tradición o al miedo; y el
otro, el que no dependía de aparatajes burocráticos ni subvenciones
estatales, cuando mucho ejerció su derecho al “blanco activo” ante
la ausencia de liderazgos que conmovieran su voluntad. Ese otro
país, en definitiva, se quedó soñando que algún día lo logrará.
Algún día lo lograremos Alberto Martínez M.
Idea original de: Liliana Acevedo Callejas
¡Santos reelectos, Batman!! ...La trilogía Uribe, tiene otro actor…
Banderilla
Jesús Arroyave,
Director de Departamento
Jennie Peña,
Coordinadora de Programa
Daniel Aguilar
Editor El Muro
Participaron en Éste Número
Estela Guevara
Kell Pozo,
Alberto Martínez
Alejandro Ángel
Óscar Tobón
Libardo Barros
Roxana Buitrago
Liliana Acevedo Callejas
Andre´s F. Arias.
Me despierto, aun siento en mi cabeza el sonido de
la música y conversaciones de la noche anterior, pe-
ro no reconozco el lugar en el que me encuentro, me
pregunto cómo he llegado a este lugar que no me es
familiar, me froto los ojos y mientras me paso la len-
gua por los labios aun puedo sentir el sabor a vino, la
noche fue larga y con la noche vinieron muchas bo-
tellas que venían e iban aquella noche de vino y ter-
tulias.
Busco mi celular, pero no lo encuentro no está en mi
bolsillo, miro hacia todos lados es un cuarto blanco, alcanzo a ver una
mesa de noche y en ella se encuentra mi celular, hay por lo menos 20
llamadas perdidas de Amélie, claro se preguntaran quien es ella, mi
novia habíamos salido juntos pero no recuerdo si se fue antes o des-
pués del lugar en donde estábamos, ella es una gran mujer, ha sido la
única que ha logrado amarrar a este andariego. El problema es que his-
toria se estará formando en su cabeza, luego de llamar más de 15 ve-
ces y yo no contestarle, creo que tendré que inventar una excelente
historia.
Podría contarles la historia de cómo conocí al amor de mi vida, pero
eso mejor lo dejo para otra ocasión en este momento no es relevante si
ella es molesta conmigo o no, lo que realmente interesa es donde es-
toy… quizás este donde algún amigo pero no reconozco ninguna foto-
grafía, hay demasiadas fotografías de rostros extraños.
Me he dispuesto a salir del cuarto, me encuentro fuera del cuarto en un
pasillo que está lleno de relojes a ambos lados, cada uno con horas dis-
tintas y cada uno andando a distintas velocidades, jamás creería cierto,
dicho lugar pero estoy aquí y lo siento muy real.
Quizás este en esos lugares mágicos de los que hablan los libros o las
revistas de las agencias de viajes, en fin cualquiera que sea este lugar
necesito salir de él y llamar a mi familia que quizás este llamando a
los hospitales, la policía o la morgue, la morgue ¿y si he muerto y esto
es la muerte? Ya ando pensando más de la cuenta, quizás la puerta que
se encuentra al final del pasillo sea la salida del lugar.
Camino hacia esa puerta que quizás me saque de este lugar tan extraño
e increíble, como es extraño el que yo llegara a él y aun más increíble
que no lo recuerde, cada vez que camino hacia la puerta siento que es-
ta se encuentra mucho más lejos y por más que corra, jamás la alcan-
zare.
Por fin logro llegar a ella abro y me encuentro con unas escaleras que
empiezo a bajar, después de por lo menos 15 minutos bajando las di-
chosas escaleras, me detengo en lo que parece ser el primer piso, abro
la puerta mientras creo que he salido a la calle, pero para mi sorpresa
he vuelto a esa habitación blanca en la cual se podía oler el aroma a ci-
garrillo y a vino con el que me levante, me froto los ojos y aun sigue
ahí es el cuarto en el que me desperté.
Si ustedes que leen esta historia les parece inaudito, díganmelo a mí,
fue una de las experiencias mas extrañas que jamás olvidare, me detu-
ve un instante y me senté en el borde de la cama a analizar un poco la
situación, miro a mi alrededor y me doy cuenta que las fotos de las pa-
redes esta vez son mías.
Estoy aturdido y a la vez siento pánico, en ese momento escuchó un
sonido ensordecedor y la voz de una mujer, diciéndome “despierta,
Daniel, despierta, llegaras tarde”. En este momento me doy cuenta de
que estaba soñando, todo era un sueño, me froto los ojos y veo que
quien me despierta es Amélie, aun siento el sabor del vino en mi boca
y tengo un dolor de cabeza como si me taladraran la cabeza.
Es increíble lo que puedes soñar luego de haber tomado unas cuantas
copas de vino la noche anterior y como ese sueño puede ser tan real
como para dejarte aturdido y hacerte sentir demasiadas sensaciones a
la vez.
A la otra noche Por Andrés Felipe Arias Palma
El Mural De esos “libros” y “autores”
Por Daniel Aguilar
Cada vez que paso por alguna librería, mu-
chas veces sin importar la calidad la mis-
ma, gasto horas y horas contemplando infi-
nidad de libros, muchas veces sin importar
la calidad de los mismos. Me gustan, parti-
cularmente, los de historia. Aquellos volú-
menes gordos de títulos más insoportables
que un discurso de Germán Vargas Lleras y
que prometen, con absoluto descaro, ser un
ladrillazo para el lector común. Me gustan,
porque amo la historia. Desde el Imperio Romano hasta nuestros
días, la historia me despierta una pasión de la cual dan cuenta mis
estudiantes, a quienes bombardeo desalmadamente con grandes do-
sis de información en cada clase, lo que me permite contextualizar
los temas de que hablo.
También me encantan los libros de cocina. Y me encantan, porque
sus imágenes prometen deliciosos platillos que desearía conjurar,
pero que mis habilidades culinarias, así como mi bolsillo, no lo per-
miten. Aclaro que la referencia económica se debe al costo exorbi-
tante de los textos en cuestión.
He de confesar, también, que soy un amante de la literatura fantás-
tica, particularmente de lo que tenga que ver con el Rey Arturo y
con vampiros. Lo sé. Quizás algunos de mis lectores cuestionen
mis gustos literarios, pero reto a que tire la primera piedra aquel
que no tenga un gusto vergonzante...(tic-toc, tic-toc)...Eso imaginé.
Sin embargo, hay una cosa que no soporto. Los libros de supera-
ción personal. Estanterías llenas de libros escritos por Walter Rizo,
Paulo Coelho y otros, quienes deben contar en los sótanos de sus
mansiones, con cientos de esclavos que escriben para ellos. No me
explico de qué otra manera podría una persona escribir tantos li-
bros. Lo peor de todo no es que ellos escriban de modo industrial,
sino que la literatura que esgrimen es un total atentado contra la
humanidad, para mí equiparable con los campos de concentración,
el secuestro, los falsos positivos y el asesinato estético que signi-
ficó el surgimiento de la “bota e' campana” de los años sesentas.
Me pregunto ¿quién envistió a Rizo, Coelho y otros “autores” con
el don de la verdad absoluta sobre las cosas y la vida del hombre?
¿Acaso reciben dictados divinos por las noches? ¿Tienen algún in-
filtrado en el cuerpo de ángeles, que les da información confiden-
cial? ¿Me pregunto qué pensarán los psicólogos de estos pseudoli-
teratopsicosociópatas con carisma?
A pesar de mi odio profundo por estos señores y sus producciones
bibliográficas, he de aceptar que, a pesar de no creer en su fórmula
para la felicidad absoluta, sí han dado con la fórmula para volverse
ricos. Estos sujetos han sabido explotar, al máximo las carencias
emocionales de cientos de millones de personas con baja autoesti-
ma, quienes encuentran, en sus páginas, guía para la vida.
Por lo anterior, he tomado la determinación de escribir un libro de
ayuda personal, cuyo título, en honor de una banda de Punk de Me-
dellín, será el siguiente: ¡No te desanimes..mátate!!. El texto apun-
tará a exacerbar las carencias de los lectores, meter el dedo en la
llaga, dirían otros, a fin de que se sacudan y piensen por sí mismos.
Por tal motivo, el primer capítulo girará en torno a la inseguridad,
como obstáculo para lograr nuestras metas y se titulara: “Si crees
no poder, quítate del camino, que los que vienen atrás sí pueden”.
El segundo capítulo apuntará al establecimiento de prioridades para
la vida y llevará por título: “Si te sientes mal contigo misma, deja
de gastar plata en estos libros y ahorra para la cirugía”, el cual se
basará en la sabiduría popular, resumida en aquel dicho que reza
“no hay mujer fea, sino pobre”. El tercer capítulo, en respuesta a un
famoso libro llamado “¿quién se llevó mi queso?” será titulado: “si
das papaya, se te llevan el queso”, el cual abrirá el debate sobre la
necesidad de dejar de ser tan tarambanas, como dirían las viejas
abuelas cachacas, refiriéndose al avispamiento necesario para vivir
en la sociedad moderna.
Debido a que la idea del libro está en construcción, pues al parecer
la musa anda bajita de autoestima y no ha querido visitarme, se re-
ciben aportes, en cuanto a posibles capítulos y su abordaje. Agra-
dezco de antemano sus colaboraciones y prometo dar crédito a ellas
en MI libro.
Cordialmente,
Daniel.
TWO
Si estas vacaciones lo aburren más que
a un pescado en un tetero, le tenemos la
solución...
Consulte las ediciones anteriores en
nuestra página:
http://issuu.com/el_mural
Mejor aún, mándenos sus textos origi-
nales, fotos, comentarios, dedicatorias,
declaraciones, etc., al correo:
Sea parte de este proyecto…!Todos, ab-
solutamente todos, pueden serlo!!!
“Los escritores preparados sin comprensión del te-
ma deben fracasar en el primer objetivo de la comu-
nicación: el de informar a los no informados”.
Corolario a la 1ª Ley de Whittington sobre Comunicación.
“Soy el amo de mi destino, y el capitán de
mi alma”, dijo el poeta ingles, William Er-
nest Henley, en su más famoso escrito In-
victus. La posición de Henley es muy alen-
tadora, sin embargo, la historia en general,
y en particular los recientes eventos del 20
de Junio de este año (2010) crean mucha
incertidumbre sobre esta afirmación. Des-
pués de todo, ¿Cómo puede pensarse due-
ño de su destino, un pueblo cuyos gritos
por un cambio son opacados por las manio-
bras, manipulaciones y artimañas de aquellos que desean perpe-
tuarse en el poder?
Después de ver cómo las puertas a un cambio se cerraban de ma-
nera abrupta; y cómo el pequeño rayito de luz verde esperanza,
que me llenó de emoción durante estas elecciones, se desvanecía
ante el grito Unísono y Ultrajador de la Unión de tiranos que nue-
vamente habían Usurpado el poder; no me quedó mas remedio
que preguntarme si los colombianos somos demasiado brutos pa-
ra tomar el timón de nuestra propia historia, o si nuestra desafor-
tunada situación podría explicarse desde los presupuestos del fa-
talismo. No, no me refiero al fatalismo melodramático de “todo
va a salir mal”, “¿Por qué siempre llueve sobre mí?” o “Cuando
algo muy bueno me pase, de seguro me muero a los 5 minutos”.
Me refiero más bien a la doctrina filosófica que considera que la
mayoría de las situaciones y los eventos que se desarrollan en el
universo, están “predeterminados”, y que ninguna cantidad de es-
fuerzo humano puede cambiar el más mínimo detalle. Es un po-
co como la noción que presenta Borges en La biblioteca de Ba-
bel; en este breve relato, el autor Argentino hace alusión a un
universo en el cual cambian las formas, pero la esencia permane-
ce inmutable; y, por mucho que aquellos que transitan por la bi-
blioteca intenten alterar el diseño y el orden de los textos, cual-
quier esfuerzo es fútil e intranscendente.
Algo parecido sucede con el ser humano y la historia; la historia
tiende a girar en círculos, y la humanidad está destinada a vivir
en un estado de perpetuo de De ´javu. Por ejemplo, algunos com-
pararían la explosión del Sida en los años 80 con la peste negra a
finales de la edad media; otros al 11 de septiembre con el ataque
a Pearl Harbour; la crisis global del 2007 con la Gran Depresión
de 1938. En fin, la historia esta llena de episodios que no hacen
más que repetirse.
Sin embargo, más allá de episodios tan alejados el uno del otro,
como los mencionados anteriormente, cabe resaltar más bien
aquellas situaciones en las cuales un pueblo está “condenado”, a
vivir la misma situación, una situación que parece perpetuarse,
ciclo tras ciclo, aún cuando la posibilidad de un nuevo comienzo
se asoma. Algo así como el Macondo que pinta Gabito en Cien
años de soledad, cada generación es una nueva, pero la situación
nunca cambia.
Bastante hemos escuchado decir que un pueblo que no conoce su
historia está condenado a repetirla. Sin embargo, los resultados
que se vieron en las urnas de votación de todo el país, ese gris do-
mingo, 20 de Junio del 2010. La visión de como la re-
encarnación del tirano que supuestamente teníamos ganas de
cambiar, se levantó triunfante, “por elección del pueblo” – aun-
que en Colombia es difícil percibir la diferencia entre elección y
intimidación - , al ver este resultado, aun después de que, durante
el periodo previo, se había sentido un ligero aire de cambio podr-
ía sostener que al emitir esta famosa frase, Napoleón sobreestimo
el poder o quizá la voluntad de los pueblos, y del hombre mismo,
de escapar a esta suerte. O quién sabe, tal vez, sólo tal vez, nues-
tra voluntad es completamente impotente ante los factores que
predeterminan nuestra historia, y que la condenan a repetirse una
y otra vez, factores al poder del universo, y más bien cercanos a
la omnipotencia de aquellos que controlan nuestro destino, de
manera a veces sutil, y a veces extremadamente violenta.
¿Qué somos entonces los colombianos? ; ¿Será que somos vic-
timas de las circunstancias, impotentes ante el gran destino al que
está condenado nuestro país? ; O, ¿Somos los ineptos capitanes
de nuestro propio destino, repitiendo la misma historia una y otra
vez, sólo porque somos incapaces de aprender de nuestros erro-
res? ; O quizás, tal vez somos algo en el medio, como el “hombre
libre” de Bertrand Russell, autónomo pero impotente. Sí, la últi-
ma suena más como nosotros, los hijos de una democracia inútil
que no hace más que entregarnos a la tiranía. En realidad, no hay
forma de saber con certeza que es lo que nos lleva al círculo vi-
cioso y nocivo que es nuestra historia. Por ahora lo único que po-
demos decir es, ¡Santos condenados, Batman! ¡Nos tocaron 4
años más de Un mismo cuento!
Soy el amo de mi elección, y el capitán de mi democracia… ¿o no? Por Liliana Acevedo Callejas
Hablando con el Viejo Muelle
Una soleada mañana de domingo,
mientras paseaba por la deteriorada
estructura del viejo muelle de puerto
Colombia, oí una lastimera voz, que
muy quedamente me decía: oiga usted
joven, así como me ve, de corroído por
la inclemencia del tiempo, que nunca
pasa en vano, quiero decirle que yo le
di esplendor a estas tierras, pues barcos
de gran calado y de todas partes del
mundo, trajeron el progreso a esta costa caribe; siéntese sobre
mí y le contaré con lujos de detalles mi historia, a lo cuál yo ac-
cedí sin mi miramientos, pues pensé cumplamos el deseo de es-
te gran moribundo.
Entonces el viejo muelle me dijo: mi padre fue el ilustre ingenie-
ro cubano francisco Javier Cisneros, quién me comenzó a cons-
truir en 1883, por encargo del entonces presidente Rafael Núñez.
-Después de esto el muelle al sentir el golpear del fuerte oleaje
del mar, calla un momento y me dice:”cada golpe que me da el
mar, siento un deterioro mayor en mi estructura”.
Yo respeto su silencio, pues su dolor es grande, y después de
unos minutos le pregunto ¿quién ayudo al señor Cisneros a cons-
truirte?, a lo cuál el respondió tú estás muy joven para saberlo,
pero en mi construcción intervinieron muchos jóvenes, que igual
que tú tenían grandes ilusiones; para darme inicio estos jóvenes
usaron pino traído del Canadá, y el recubierto de acero fue traído
de Bélgica, como veraz fui elaborado para soportar las embesti-
das de este bravo mar. También llegaron holandeses, italianos,
alemanes, árabes, dejando en mí la huella de su tierra natal.
El muelle vuelve a silenciarse y yo me levanto para seguir cami-
nando por su ya vencida estructura, mirando bien para no ir a dar
un mal paso, y lanzó entonces una pregunta al aire,¿oye mi viejo
amigo, cuéntame cuando comenzaste a ser usado en esta costa
caribe?, y el al principio dijo tratando de espantar ese Alzhei-
mer ,producto del olvido al cuál ha sido sometido durante tanto
tiempo, y con un dejo melancólico respondió: mi llegada defini-
tiva a este mundo, fue en 1893 después de 10 largos años de
construcción
Cuando arribaron a mí los primeros barcos, sus tripulantes mara-
villados conmigo decían que habían llegado al muelle más largo
del mundo, a pesar de lo mal trecho y herido qué estoy, pues
cuando inicié contaba con un kilómetro y medio de estructura.
Como verás, muchacho, fui llamado el rey de los puertos del
mundo, yo era entonces feliz, hasta aquel año fatídico en 1933
cuando el entonces presidente Alfonso López Pumarejo, decidió
no usarme más, dejándome lleno de recuerdos , una gran nostal-
gia y soledad; y desde entonces me pregunto ¿qué hice para me-
recer esta suerte., después de haberle servido tanto a mi país?
Yo le dije entonces amigo no estés triste, yo sé que los grandes
como tu no pasan en la vida, sin pena, ni gloria, y el con un ge-
mido de lastimoso llanto me dijo: mírame, casi mocho por así de-
cirlo, pues el día 9 de marzo del dos mil ocho el mar cerceno,
parte de mi cuerpo, dejándome en este estado tan lamentable.
Ante tanto dolor no pude más y me levanté y le dije: recuerda
amigo los grandes siempre mueren de pie.
Texto y Fotografía Por Óscar Tobón
El Mural Argumentos Materiales de Por Qué
No Renuncio a Ser Estudiante Por Kell Pozo.
Estábamos en una reunión las asistentes de
un proyecto en Salud Sexual y Reproducti-
va coordinando acciones, eventos, finan-
ciación, haciendo cuentas alegres como
suelen hacerlo quienes sueñan con la posi-
bilidad de la platica con buenos fines y
medios, mediadores y demás.
A medida que pasaba el tiempo iba sintien-
do como se llenaba mi vejiga, pero insistía
en seguir destrozando celdas de Excel y cifras y nombres, cargos y
atrasos con ese afán característicos de “asistentes eficientes” para ter-
minar en el circulo de la resignación de que los recursos al final no
alcanzan para todo. (Dios quiera que no sea así)
Sentí que iba a explotar y salí corriendo al baño, fui escaleras abajo,
entre el bloque D y el E. Seguí la mano de una estudiante que ingre-
saba a una puerta y vi muy rápidamente el icono de la niña con faldi-
ta de todo W.C o baño (me pregunto por qué todas las niñas del icono
que señalan la puerta de un baño usan vestido y es que acaso no usa-
mos shorts o jeans. Sin contar con que todas están rapadas acaso no
somos pelinegra, peliteñidas, oxigenas, pelilargas, pelimedias o peli-
peladas).
Cuando logro estar del todo adentro me choco con una pared de un
color que no logro clasificar entre sapote o guayaba, rosado o carmesí
(aún no doy) y veo la espectacularización de mi insignificante pero
glorioso y redentor, hacer chichí.
Una butaca redonda, cinco baños y un cuarto de bodega para los
utensilios que la señora de Aseo Colba debe usar para la limpieza, un
espejo con fino (no delgado) marco plateado, dispensadores de jabón
empotrado en la pared, una caneca empotrada en el mesón de los la-
vamanos y estos empotrados también (pensé que yo también termi-
naría empotrada) y una tubería al mejor estilo de las discotecas con
extractores y ruidos.
Monté una película: Estaba en la casa de gran hermano, la de Big
Brother Mexican las cámaras captaban mis gestos de asombro y de
extrañeza al ver la magna obra de ese lugar para la satisfacción de ne-
cesidades básicas. Fui camino al camerino de American Idol las
cámaras, mis fans y la opinión pública captando una famosa chichia-
gente. Hubo una interrupción en mi película, transmisión de un con-
sejo comunal.
Entonces volví en sí, o sea en mí y caí en la cuenta que no tengo na-
da de super star, ni de Pop Star, ni de North Star. De repente, recordé
que soy asistente en un proyecto y que mi letargo me había llevado al
olvido de mi afán.
En pleno show, asumí el rol que siempre preferiré: seguir siendo estu-
diante. Ese rol del que siempre se está aprendiendo y se vive al
máximo el tiempo en el campus, con la libertad que es verse de verás
en un baño: ojeras, cabello, manchas, pintura, latonería. Eso me salvó
y me devolvió las ganas de hacer chichi.
TROIS
“Un experto es el que sabe más y más sobre menos
y menos, hasta que sabe absolutamente todo acerca
de nada”.
Definición de Weber sobre la experticia..
Si hay algo no gestionable en la vida es la
cultura. Si hay algo que no se puede pla-
nificar porque en principio obedece no a
lo que planeamos sino a la riqueza y es-
pontaneidad de la vida de cada uno de
nosotros, como pueblo y como individuos,
es justamente la cultura… Entonces, lo
primero que quiero plantear es que
hablar de gestión cultural es algo muy
delicado porque una de las formas de ma-
tar la cultura puede ser planificarla, pro-
gramarla, gestionarla. (J.M Barbero)
En la Región Caribe no se ha terminado de comprender
los alcances que tiene la cultura como expresión que
brota desde todos los ámbitos de la realidad. Se le toma
como ornamento, como objeto para la entretención de
nativos y extranjeros; o en su defecto, como curiosidad
folclórica a la cual le terminarían sobrando juiciosas
consideraciones que expliquen las búsquedas, propues-
tas, motivaciones y resonancias ocultas en cada una de
sus manifestaciones.
Pero eso, los asuntos de la cultura continuarán siendo
un problema al dejarlos en manos de gobiernos locales
tan poco acertados a la hora de implementar políticas
culturales que valoren el sentido de las manifestaciones
locales, sobre todo en pueblos tan oprimidos y envuel-
tos en altos niveles de violencia e impunidad. En esos
lugares, la política parece detenida en el tiempo; por
eso, a quienes la ejercen poco les importa dar cuenta de
lo hacen o dejan de hacer. Entonces ¿qué se puede es-
perar en espacios donde se ha eliminado el devenir
histórico de la realidad? Y sobre todo el diálogo respe-
tuoso sobre temas que merecen un conocimiento espe-
cializado para el planteamiento de soluciones más inte-
ligentes y procedimientos que hagan de la cultura patri-
monio de todos. ¿Queda mucho o poco que hacer allí?
En otro sentido, el quehacer cultural de los llamados
“pueblos pujantes” resulta pobre y desolador, por lo
amañado y carente de iniciativas. Causa malestar ver
cómo los dineros públicos se gastan en: carreras de ca-
ballos, riñas de gallos, ferias, reinados o una que otra
competencia deportiva. ¡Ah, pocos los pueblos con
proyectos culturales eficaces!
Es sabido que los ciudadanos más esclarecidos buscan
y promueven una cultura relevante a través de: teatro,
títeres, artes pláticas, cine, radio, promoción de la lec-
toescritura, tradición oral (décimas, trovas, piquería,
cuentos, etc.), historia y cultura local, cocina tradicio-
nal, peinados, manualidades y artesanías, entre muchas
otras. En la calidad de los eventos culturales de cada
pueblo se refleja el grado de conocimiento y preocupa-
ción de sus ciudadanos por brindarse a sí mismos una
vida que no puede prescindir de la expresión estética
local, nacional y universal.
Es cierto, que a las expresiones culturales cuando se les
considera como catarsis social, como drenaje de los
problemas más sentidos de la comunidad, adquieren
otra dimensión. Al ser tomadas como catalizadoras del
sentir de un pueblo sirven como medio de análisis en
torno a sus inquietudes y necesidades. Ello porque es
en las expresiones culturas donde se hallan solapados
sueños, esperanzas y logros; necesidades, traumas y te-
mores de un grupo humano. Es por eso que debe ser
ocupación y preocupación de los gobiernos locales el
abrir y facilitar espacios con mejores propuestas cultu-
rales; las cuales, seguramente redundarán en la calidad
de vida de cada público.
En contra de lo que muchos “gestores culturales” han
pretendido originar, en la gestión cultural no se aceptan
los dirigismos ni las premoniciones a ultranza. Sí se
aprecian las aperturas de espacios y los acompaña-
mientos para que las expresiones estéticas individuales
y colectivas de las comunidades afloren y se socialicen
con los menores inconvenientes posibles.
Tampoco es válido aquello de que todo lo que hace el
ser humano es cultura, porque bastaría estar vivo para
ser cultos. Sobre el particular dos importantes pensado-
res han expresado: La cultura es ante todo una elabo-
ración consciente. Es un reglamento. O presupone un
reglamento (Wittgenstein). La cultura no es saber enci-
clopédico: es organización, disciplina del yo interior,
apoderamiento de la personalidad propia, conquista de
superior conciencia por la cual se llega a comprender
el valor histórico que uno tiene, su función en la vida,
sus derechos y deberes (A. Gramsci).
Bemoles De La Cultura Local Por: Libardo Barros
¿Qué les pasó a las Mujeres en
las Elecciones al Congreso de
la Republica 2010-2014?
Por Roxana Buitrago
Aparte de 4 votaciones significativas obtenidas por
cuatro mujeres que sobrepasaron los 100.000 votos,
la participación de las mujeres para esta elección par-
lamentaria fue insignificante. La situación llegó a ser
tan desesperada que una candidata prometió desnu-
darse con tal de ser elegida (sic).
Pero ello era previsible, ante un panorama en el que
sólo 551 eran mujeres de los 2.335 candidatos que as-
piraron a una curul en las listas presentadas por los
partidos y movimientos políticos. De los datos arroja-
dos por la Registraduría Nacional del Estado Civil
(que no son divididos por género) se elaboró un pe-
queño listado en el que analizó cuantas mujeres fue-
ron pre asignadas de curul por partido para Senado
2010-2014. Por el Partido Liberal, de 17 curules/3
son mujeres; Conservador 22/5; Cambio Radical
8/1; PIN 9/1; Partido de la U 28/5; Polo 8/1; Verde
5/1; MIRA 2/1; lo anterior señala una participación
femenina promedio por partido del 12.2%. La baja
participación femenina demuestra lo difícil que es
hacerse elegir en un país donde las condiciones para
lograr un cargo de elección popular para una mujer
son adversas.
Primera condición adversa: La ley de cuotas que
busca la equidad de género en Colombia aún no ha
sido aprobada para cargos de elección popular. El ac-
ceso de las mujeres a este tipo de corporaciones es
dejado al libre albedrío de la sociedad colombiana,
que se caracteriza por ser machista, y a los partidos
tradicionales que excluyen a las mujeres de estos pro-
cesos. Por ejemplo, para las “elecciones del 2006, 12
de 16 partidos políticos incluyeron en sus listas en
menos de un 30% de candidatas al congreso. Y para
estas elecciones de 2010 la participación promedio
fue del 22%. Además, sólo en tres partidos existe
destinación formal de presupuestos para el tema de
género (Liberal, Mira y Conservador). En ninguno
este supera el 4%”.
Ésta ley que esta próxima a cumplir 10 años sólo se
limita a que la cuota sea para cargos de libre nombra-
mientos y remoción. En ella se establece que las mu-
jeres deben ocupar por lo menos un 30%, la cual se
intentó modificar con la pasada reforma política a un
50% y fue hundida la propuesta. Si se quiere verda-
dera paridad y equidad de género que contribuya al
fortalecimiento de nuestra democracia esto debe ver-
se reflejado también en la representación política. Lo
que es más, la ley de cuotas para cargos de elección
popular de ser aprobada debe enfatizar el hecho de
que no es suficiente con que las mujeres conformen
las listas en un porcentaje ojalá más alto que un 30%,
sino que también se garantice que sean elegidas en
ese mismo porcentaje.
Segunda condición adversa: Las mujeres en Colom-
bia están desanimadas para participar en política.
Hubo, esta vez, cuatro excepciones, Gilma Jimenez
por el Partido Verde; Dilian Francisca Toro del Parti-
do de la U; Olga Suarez Mira del Partido Conserva-
dor y Arleth Casado por el Partido Liberal. Fueron
grandes protagonistas, por haber logrado votaciones
que pasaron los 100.000 votos. Sus casos se pueden
explicar porque dos de las cuatro recién elegidas se-
nadoras gozan de lazos estrechos con familiares que
han sido investigados y procesados por parapolítica,
es decir que son caudales políticos heredados, por lo
cual no sorprende su elección. Esto nos deja con
sólo dos mujeres que si han trabajado por necesida-
des y temas claros que defienden a los más vulnera-
bles como es el caso de Gilma Jiménez quien se
abanderado de los derechos de los niños y la directo-
ra de la bancada de mujeres en el senado Dilian Fran-
cisca Toro.
Tercera condición adversa: Las experiencias de las
mujeres congresistas elegidas al senado y a la cáma-
ra de representantes no son motivadoras, para las mu-
jeres que aspiren a estos cargos. Para que sus ponen-
cias de proyectos de ley sean aprobados tiene que ir
amalgamados con los grandes temas de la coyuntura
nacional, los cuales son dominados por los hombres,
ej: el referendo, temas económicos. Sólo así tienen
posibilidades de que sus propuestas pasen por los de-
bates. Lo que es más, la congresista debe contar con
un caudal político heredado de un familiar que fue
congresista y transfiera las relaciones de poder exis-
tentes.
De lo contrario, si hay mujeres que tienen agendas
progresistas con intenciones de realmente pasar pro-
yectos de equidad que dignifiquen la participación de
la mujer en la arena política, o mejor aún que traba-
jen por los derechos de la mujer y por dignificación
de su condición, tales como Gina Parody, Cecilia
López, Marta Lucía Ramírez, como unos ejemplos,
es muy probable que sean maltratadas o que su paso
por el congreso sea breve.
! NO SEA USTED DE LOS QUE VE LOS TOROS DESDE LA BARRERA..PARTICIPE EN
EL MURAL !!
Si nuestro periódico le parece un ladrillo, el que deje de serlo depende completamente de usted y su partici-
pación en los siguientes números. Esperamos su colaboración.
HA LLEGADO USTED AL FINAL DE
ESTA EDICIÓN. LO ESPERAMOS
EN NUESTRO PRÓXIMO NÚME-
RO...Ojalá como escritor.
Usted ¿Pasión o talento?
Por Alejandro Ángel
Hay un genio, pongamos el de Aladino, que
te da a escoger: talento o pasión, da igual pa-
ra qué. ¿Qué preferirías?
Ya tengo un punto de vista y es muy sencillo,
para alcanzar metas, para triunfar hay que te-
ner una dosis de talento mezclada con mucha
pasión. SIMPLE. Sin complicaciones.
Lo que pasa es que una cosa es tener talento
y otra tener pasión y no necesariamente la
una va al lado de la otra. Es decir, puedes te-
ner talento como el que más en un área, pero
no ser apasionado. ERROR. También puedes
ser súper apasionado de un tema pero no tener talento para el mismo.
ERROR. Entonces toca buscar como sea el equilibrio entre talento y
pasión.
Pero y si el genio de la lámpara se pone pesado y te dice que o escoges
sólo una de las dos o se va con su lámpara pa’ otro lado. Si pudieras ser
talentoso o ser apasionado, ¿Cuál escogerías?
Piensa, tienes 30 segundos, 29, 28, 27… Time Over. ¿Tu respuesta es?
Bueno, vale. Esto no es un Chat… Pero piensa, piensa, piensa...
Respondo por mí. ¿Talento? no sé si pedirlo, creo que lo tengo para
según qué áreas, es decir no me pidas que patee un balón como Ronal-
dinho, ni que pinte como Picasso, ni que sepa de informática como Gui-
llermo Puertas y estoy seguro que una canción de Juanes con mi voz es
casi sacrilegio pero de que tengo mis talentos los tengo. Por otro lado la
pasión, ese interés por desarrollar una idea de principio a fin, de meterle
ganas, energía poder, interés, confianza y mil adjetivos más si que es
una fuerza que siento que tengo de mi lado, que creo que es la mejor
elección, que creo que es lo que quiero para mí.
Si me toca escoger, definitivamente, ME QUEDO CON LA PASIÓN,
prefiero no tener los dones del talento innato, pero sí contar con una
fuerza que me permita no dejar todo en el aire porque el simple talento,
por sí mismo, no consigue nada y eso es algo de lo que algunas perso-
nas deberían concientizarse. A más de uno he conocido, que se centra
en sus supuestas o reales capacidades pero que no potencia la pasión
hacia esas habilidades y termina cumpliendo con su papel y ya está, o a
veces ni eso.
Una mezcla 50/50 seguro sería la idónea, pero a veces hay que mojarse
y tomar partido…
Entonces en el hipotético caso de tener que escoger una de las dos qué
preferirías: ¿ser apasionado o ser talentoso?