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EL MOVIMIENTO OBRERO EN ESPAÑA 1.- El nacimiento del movimiento obrero en España: La venda en los ojos Economicismo. Corriente ideológica y política burguesa aparecida en el movimiento obrero y revolucionario europeo a lo largo del último tercio del siglo XIX en paralelo con el desarrollo del capitalismo monopolista y el imperialismoy que supone una concepción del marxismo que reduce la teoría revolucionaria de Marx al rango de una simple teoría económica desde la que interpretar el conjunto de las transformaciones sociales. El economicismo surge en el seno de los partidos marxistas y se caracteriza por situar frente a la tesis marxista de la lucha de clases como motor de la historia el desarrollo de las fuerzas productivas. La base material de la aparición de esta tendencia burguesa en el movimiento obrero es la misma aparición del imperialismo, la obtención de una fabulosas superganancias por parte de las burguesías monopolistas más poderosas que explotan no sólo a su propia clase obrera, sino a la de otros paísespermite la formación, en los países capitalistas más desarrollados, de una “aristocracia obrera”, es decir, un sector de la clase obrera que vive en mejores condiciones que el resto de la clase, separándose de ella. 2.- El proletariado como la clase obrera moderna surgida con la gran industria. “De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía no hay más que una verdaderamente revolucionaria: el proletariado. Las demás perecen y desaparecen con la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto genuino y peculiar. Y la burguesía no sólo

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Trabajo de Antropología

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EL MOVIMIENTO OBRERO EN ESPAÑA

1.- El nacimiento del movimiento obreroen España: La venda en los ojos

Economicismo. Corriente ideológica y política burguesa aparecida en elmovimiento obrero y revolucionario europeo a lo largo del últimotercio del siglo XIX –en paralelo con el desarrollo del capitalismomonopolista y el imperialismo– y que supone una concepción delmarxismo que reduce la teoría revolucionaria de Marx al rango de unasimple teoría económica desde la que interpretar el conjunto de lastransformaciones sociales. El economicismo surge en el seno de lospartidos marxistas y se caracteriza por situar frente a la tesismarxista de la lucha de clases como motor de la historia el desarrollode las fuerzas productivas. La base material de la aparición de estatendencia burguesa en el movimiento obrero es la misma aparición delimperialismo, la obtención de una fabulosas superganancias por partede las burguesías monopolistas más poderosas –que explotan no sólo asu propia clase obrera, sino a la de otros países– permite laformación, en los países capitalistas más desarrollados, de una“aristocracia obrera”, es decir, un sector de la clase obrera que viveen mejores condiciones que el resto de la clase, separándose de ella.

2.- El proletariado como la clase obrera moderna surgida con la granindustria. “De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesíano hay más que una verdaderamente revolucionaria: el proletariado. Lasdemás perecen y desaparecen con la gran industria; el proletariado, encambio, es su producto genuino y peculiar. Y la burguesía no sólo

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forja las armas que han de darle la muerte, sino que, además, pone enpie a los hombres llamados a manejarlas: estos hombres son losobreros, los proletarios. En la misma proporción en que se desarrollala burguesía, es decir, el capital, desarrollase también elproletariado, esa clase obrera moderna que sólo puede vivirencontrando trabajo y que sólo encuentra trabajo en la medida en queéste alimenta e incrementa el capital”. (Marx. El ManifiestoComunista)

TESIS

1.- Los dos rasgos característicos que desde sus orígenes dannaturaleza al movimiento obrero español son, por un lado, suextraordinaria combatividad, su radicalización y la enorme capacidadde desplegar su energía revolucionaria a cada ocasión que se lepresenta. Por el otro, y al mismo tiempo, el movimiento obrero españolnace desde el principio con “una venda en los ojos”. Es decir, sintener claridad ni conciencia acerca de cuáles son sus verdaderosenemigos, de quiénes son los principales explotadores y opresores alos que se enfrenta: las potencias imperialistas más fuertes en cadamomento.

Desde su nacimiento como fuerza organizada en el último tercio delsiglo XIX, el movimiento obrero español, tanto en lo sindical como enlo político, tanto en su vertiente marxista como en su vertienteanarquista adolecerá de una absoluta falta de claridad de la realidadpolítica y social a la que se enfrenta: nunca tendrá en cuenta quedesde mediados del siglo XVII España se ha convertido en terreno dediputa e influencia para las potencias extranjeras. Y que laintervención de las potencias imperialistas ha constituido en los dosúltimos siglos la fuente principal de opresión para nuestro país y deexplotación de nuestra clase. Salvo contadas excepciones, elmovimiento obrero y la izquierda española, para luchar contra eloscurantismo ha perseguido al cura, pero nunca se ha cuestionado elpoder del Vaticano sobre nosotros; en la lucha contra la explotaciónha ido contra el gran industrial o contra el pequeño patrono local,pero olvidándose de los grandes capitales franceses e ingleses en elsiglo pasado o de las multinacionales americanas o alemanas de ahora;contra la represión se ha combatido al guardia civil, al generalafricanista o al legionario, olvidando el papel de las fuerzas deintervención extranjera. ¿Por qué ocurre esto?

2.- El movimiento obrero marxista: entre el mimetismo y eleconomicismo. La traslación mecánica de la línea y los postulados delsocialismo europeo a España y una interpretación economicista delmarxismo son dos rasgos que encontramos en el mismo nacimiento delmovimiento obrero marxista en nuestro país.El 2 de mayo de 1879 se funda en Madrid el PSOE en torno a un grupo deobreros –predominantemente tipógrafos– e intelectuales. Frente a lascorrientes bakuninistas que se habían hecho dominantes en lafederación española de la Iª Internacional, y bajo la influencia delyerno de Marx, Paul Lafargue, el PSOE se adhiere desde el primermomento al marxismo, en plena batalla en aquellos momentos con elanarquismo por hacerse con la dirección del movimiento obrerointernacional. Sin embargo, desde sus inicios, el “marxismo” del PSOEestará marcado por dos rasgos fundamentales.

Por un lado, el mimetismo. Es decir, la traslación mecánica de lalínea, análisis y alternativas pensadas y diseñadas por Marx y la AITpara los países de capitalismo desarrollado (Alemania, Inglaterra,

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Francia,...), pero que no se corresponden con la realidad social ypolítica española. Hasta tal punto esto es así, que el programa delPSOE, redactado directamente por Pablo Iglesias, será, como él mismoreconoce, una traducción con ligeras adaptaciones del programa delPartido Obrero Francés. Pese a que la realidad de la Francia de 1880(lanzada a una acelerada expansión colonial por todo el mundo y conuna gran burguesía industrial y financiera en plena expansión a pesarde su derrota en la guerra franco-prusiana y el levantamientorevolucionario del proletariado parisino en la Comuna de París) notiene absolutamente nada que ver con la realidad de la España de esemismo período (con la renuncia definitiva de la gran burguesíabancaria y terrateniente a hacer su propia revolución, el inicio de sufusión con la aristocracia y las vísperas del desastre de 1898), elprograma de los socialistas españoles será un copia del de losfranceses. Desde sus inicios, el PSOE se reconoce como una simple“rama del socialismo europeo”. Las relaciones con los partidoseuropeos serán tan fluidas y estrechas que el PSOE tendrá en lossocialistas alemanes y franceses el modelo a seguir y, encorrespondencia con ello, las sociedades de capitalismo desarrolladode Alemania y Francia como el objetivo a conquistar por la claseobrera española. Fruto de esta traslación mecánica aparece un lastreque acompañará al movimiento obrero español prácticamente hastanuestros días: la ausencia de un pensamiento fuerte propio, capaz deintegrar el marxismo con la realidad concreta de nuestro país. Y conello, la tendencia a copiar y seguir mecánicamente modelos yalternativas surgidas y pensadas para realidades ajenas a la realidadespañola. Su consecuencia más nefasta será la desaparición de laopresión y la explotación imperialista que sufre la clase obreraespañola del horizonte de su pensamiento y de su lucha.

Por otro lado, y asociado con lo anterior, la principal corrientemarxista en el seno del movimiento obrero español (realmente la únicahasta 1921 con la fundación de Partido Comunista de España) tendrá –aligual que ocurrirá en el socialismo europeo a partir de 1880– unaacusada tendencia hacia el economicismo. A considerar el desarrollo delas fuerzas productivas como el principal –si no el único– criterio deavance, desarrollo y modernización de la sociedad española. Sin teneren cuenta ni partir que, precisamente, el atraso en el desarrollo delas fuerzas productivas en España está principalmente determinado porun factor político, de lucha de clases: la intervención imperialistasobre nosotros. A diferencia del propio Marx, que cada vez que hablade España pone en primer lugar la influencia de los acontecimientosmundiales y la intervención de las potencias extranjeras como una delas causas principales que explican el atraso español, para lossocialistas españoles el problema está en otro sitio: “El verdaderoprogreso descansa hoy, meta de la civilización burguesa, en ellibrecambio, impulsador de todas las energías hacia la concentracióncapitalista, madre del Socialismo que alborea en los horizontes delporvenir. El librecambio favorece la creación de los grandes centrosindustriales, el perfeccionamiento de los medios técnicos y la culturay la inteligencia de los obreros. No nos tendríamos por buenossocialistas si no empujáramos con todas nuestras fuerzas hacia latransformación de la sociedad, latente en el fondo de las grandescompañías y de los poderosos sindicatos” (Lucha de clases, órgano delPartido Socialista de Vizcaya. Noviembre de 1897).

3.- El movimiento obrero anarquista alcanza un arraigo y una fortalezaen España como en ningún otro lugar del mundo debido a la combinaciónpeculiar del carácter extraordinariamente combativo del proletariadoespañol con el atraso, la debilidad y la insuficiencia del desarrollocapitalista en nuestro país. Su dirección sobre la mitad del

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movimiento obrero, además de conducirlo a una lucha estéril, serápermanentemente un ejemplo insuperable de cómo no debe hacerse larevolución.¿Cómo se explica la persistencia y el arraigo del anarquismo en elmovimiento obrero español cuando en el resto del mundo habíaprácticamente desaparecido su influencia? Sus causas hay que buscarlasno en el pretendido “carácter individualista y contrario a ladisciplina” de los españoles, sino en el débil desarrollo delcapitalismo en España y, en particular, de la tardía aparición de lagran industria, localizada además geográficamente en unos pocoslugares (Vizcaya, Asturias y poco más).

Es el desarrollo de la gran industria, que concentra a un número cadavez mayor de obreros en gigantescas unidades de producción la que crealas condiciones necesarias –frente a la dispersión y el aislamientoque caracterizaba la anterior existencia de los obreros– para quesurja su unidad en torno a una teoría y una organizaciónrevolucionaria. Como dice Marx en el Manifiesto Comunista: “Losprogresos de la industria, que tienen por cauce automático yespontáneo a la burguesía, imponen, en vez del aislamiento de losobreros por la concurrencia, su unión revolucionaria por laorganización”.

El desarrollo económico y social de Barcelona y Andalucía, los dosbastiones históricos del anarquismo en España, será justamente elcontrario. En la primera, el desarrollo industrial, aunque amplio,estará limitado por la endeblez de los capitales en que se sustenta,sin conseguir superar a lo largo de todo el siglo XIX sucaracterística de pequeñas y medianas industrias y su incapacidad paraacometer la concentración orgánica del capital y la producciónnecesaria para dar paso a la gran industria. Con respecto a Andalucía,la cortedad y las limitaciones de la Desamortización de Mendizábalprovocaron la existencia de un inmenso ejército de proletariadoagrícola, de jornaleros sin tierra a los que el deficiente desarrolloindustrial del país era incapaz de dar ocupación. Como consecuencia deello, la mentalidad propia proveniente de los artesanos y delcampesinado se mantendrá a lo largo del tiempo entre amplios sectoresde la clase obrera española, convirtiéndose en un caldo de cultivoidóneo para la ideología individualista propia del anarquismo. Lascondiciones de existencia propias de estos sectores de la clase obreralos hacían propicios a hacer suya cualquier doctrina radical quemantuviera viva la esperanza de que aún podían recobrar su antiguaposición en la sociedad, restableciendo –aunque fuera bajo nuevasformas– sus antiguos modos de vida: el trabajo en el taller nosometido al dictado del patrón o en la parcela de tierra propia de lasque el Estado los había despojado. Patrón y Estado se convierten asíen los enemigos a los que hay que destruir, valiéndose de cualquiermedio para ello.Dotados de una combatividad tan grande como su ceguera –Barcelona esla ciudad que en la historia moderna ha conocido más levantamientosobreros y más enfrentamientos armados en barricadas–, los anarquistasdesviaron permanentemente las energías y la actividad de las masasobreras que los seguían hacia una lucha estéril, sin perspectivas devictoria, atacando, en lugar de las causas profundas y reales de laopresión y la explotación, a sus representantes más inmediatos yvisibles: el patrón, el cura o el guardia civil. Como dice Engels enel apéndice al libro de Marx La España revolucionaria, al comentar larevolución de 1873 y el cantonalismo propiciado por los anarquistas:“En cuanto se enfrentaron con una situación revolucionaria seria, losbakuninistas se vieron obligados a echar por la borda todo el programaque hasta entonces habían mantenido (...) Lo único que ha quedado en

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pie de los llamados principios de la anarquía, de la federación librede grupos independientes, etc., ha sido la dispersión sin tasa y sinsentido de los medios revolucionarios de lucha, que permitió alGobierno dominar una ciudad tras otra con un puñado de tropas y sinencontrar apenas resistencia (...) En una palabra, los bakuninistasespañoles nos han dado un ejemplo insuperable de cómo no debe hacerseuna revolución”.

4.- La influencia exterior en los orígenes del movimiento obreroespañol. Algunas hipótesis de trabajo. No es posible entender losinicios de la organización política y sindical del movimiento obrerode nuestro país sin hacer referencia a la importante influencia quedesde el exterior llegó a nuestro país en forma de tramasorganizativas internacionales, de teoría y de cuadros. El médicosocialista cubano de origen francés Paul Lafargue –yerno de Marx– y elanarquista italiano Fanelli serán quienes organicen y tutelen,respectivamente, la organización del PSOE y de la Federación españolade la AIT, de la que surgirían posteriormente la FAI y la CNT.Exiliado a España tras la derrota de la Comuna de Paris, Lafargue esencargado por el Consejo Central de la AIT de reorganizar su secciónespañola, dominada completamente por los bakuninistas. Fruto de sutrabajo de propaganda y organización, 8 años después es un elementoclave en la fundación del PSOE. Será a través de él como llegará elpensamiento de Marx a los socialistas españoles, pero de una formacompletamente distorsionada. Concibiendo, por ejemplo, el marxismo –según él mismo dice en uno de sus escritos– como “un nuevo método deinterpretación de la historia” o afirmando que “el determinismoeconómico es una nueva herramienta puesta por Marx a disposición delos socialistas para establecer un poco de orden en el desorden de loshechos históricos, que los historiadores y los filósofos han sidoincapaces de clasificar y de explicar”. Todo ello, además, formuladodesde un desprecio a la teoría y un empirismo absolutos: “desde elpunto de vista práctico, es de importancia secundaria que las teoríasy las hipótesis sean correctas, siempre que nos conduzcan a resultadosque están de acuerdo con los hechos”.El anarquista Fanelli, por su parte, discípulo de Bakunin, desde sullegada a España se dedica a conspirar en el seno de la secciónespañola de la AIT para dirigirla hacia las tesis anarquistas. Deambos –tanto de Lafargue como de Fanelli– es reconocida su indudablemilitancia en la masonería. Algo habitual a partir de la segunda mitaddel siglo XIX, en la que una importante zona de la masonería europeaejerció, con respecto a la elitista porción del proletariado queinició en sus logias, una influencia relevante. Ante una nueva fuerzasocial emergente (el proletariado), la influencia masónica –con todoel ascendiente que le otorgaba su tradición liberal y revolucionariade lucha contra el Antiguo Régimen– será uno de los vehículosprincipales de intervención de la burguesía y de las grandes potenciasen el seno del incipiente movimiento obrero.

Hasta el punto de que dentro de él, la secreta Fraternidadinternacional creada, en 1864 en Florencia, por Bakunin, responderá ensus formas organizativas a los principios clásicos de la organizaciónmasónica. Estos son algunos de los puntos fundamentales de suprograma:

"La sociedad internacional revolucionaria se constituirá en dosorganizaciones diferentes: familia internacional propiamente dicha ylas familias nacionales (...). La familia internacional. Únicamentecompuesta por hermanos internacionales, tanto honorarios como activos,ella será la clave de bóveda (...). El candidato es preciso que estéconvencido de que no podrá servir mejor que compartiendo nuestros

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trabajos, y que sepa que, al ocupar un puesto entre nosotros,contraerá con respecto a nosotros el mismo compromiso solemne quenosotros contraemos respecto a él (...). Debe comprender que unaasociación cuyos fines son revolucionarios debe necesariamenteformarse como sociedad secreta, y que toda sociedad secreta en interésde la causa a la que sirve y de la eficacia de su acción, así como enel de la seguridad de cada uno de sus miembros, debe someterse a unafuerte disciplina, (...) Al entrar entre nosotros, el nuevo hermanodeberá comprometerse solemnemente a considerar su deber hacia estasociedad como su primer deber, concediendo como su segunda obligaciónsu atención a cada miembro de la sociedad, su hermano”.Todavía está por establecerse con exactitud los límites de laintervención de las potencias extranjeras sobre el movimiento obreroespañol así como la influencia precisa que ésta ha tenido en lahistórica ceguera del movimiento obrero ante el problema de ladominación imperialista. Pero de que esta intervención ha jugado unpapel de primer orden no cabe ninguna duda.

Así, la posición del PSOE con respecto a la guerra de Cuba que en unprincipio criticaba la actuación del Gobierno por ser responsable dela inminente pérdida de “territorios que debieron ser fundamento depoderío y grandeza comercial inmensa”, dará un giro radical tras laasistencia de Pablo Iglesias al congreso de la Internacional de 1896.A partir de entonces y al parecer por las presiones ejercidas por ladelegación francesa , el PSOE pasará a exigir la paz inmediata y acualquier precio, lo que en definitiva no significaba otra cosa quepedir el abandono de Cuba, Puerto Rico y Filipinas a su suerte, que noera otra que caer en manos de Washington.

Por su parte, es imposible no establecer la relación directa dealgunos de los actos más sonados del terrorismo anarquista con lasnecesidades en la política exterior de las grandes potencias enrelación a España. Así, el asesinato de Cánovas –el único dirigenteque parecía capaz de evitar la pérdida de las colonias y que habíarepetido que España defendería Cuba “hasta el último soldado y laúltima peseta”– a manos de un anarquista italiano inducido yfinanciado por un masón puertorriqueño afincado en Francia. O, 16 añosdespués, en 1912, el asesinato de Canalejas, el jefe de gobiernoliberal que intentó modernizar al ejército y mantuvo la políticaafricanista de sus antecesores para evitar que la hegemonía francesaen Marruecos fuese total.

2.-Antecedentes históricos delmovimiento obrero en España

Al comenzar el siglo XIX, España era un país económicamente atrasadorespecto a otros Estados europeos; las relaciones feudales eran aúnpredominantes. Con la guerra de independencia contra Napoleón, en1808, se abrió en nuestro país el período de las revolucionesburguesas. Esas revoluciones, que conmovieron a España a lo largo delsiglo XIX, tenían como objetivo fundamental el cambio de lasrelaciones feudales, el establecimiento de la dominación burguesa. Lasguerras civiles, los pronunciamientos militares y golpes de Estado, elconstante tejer y destejer constituciones y alternar de períodos

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liberales y reaccionarios, los destronamientos y cambios de dinastía,eran expresiones de esa lucha. A diferencia de Francia, donde laburguesía combatió contra el feudalismo hasta la destrucciónrevolucionaria del Poder político feudal, en España la lucha noadquirió un carácter radical y se tradujo en un compromiso. Al lado deuna burguesía débil y pusilánime, actuaba una casta feudal que, sihistóricamente caduca, conservaba suficiente vitalidad para imponer susello a la vida política, económica y social de nuestro país. Junto aeste factor objetivo de la correlación de fuerzas entre la burguesía yla aristocracia feudal, en la conclusión de este compromiso influyópoderosamente la aparición en las barricadas de la Revolución de 1868y más tarde en la I República de una fuerza nueva: la clase obrera.Así se llegó a la formación del bloque terrateniente-burgués, base delsistema político y económico en que se apoyó la restauraciónmonárquica en 1874, y que duró hasta la proclamación de la Repúblicaen 1931. Con las leyes desamortizadoras de 1835, la burguesía asestóun serio golpe al poder feudal de la Iglesia, pero no destruyó lapropiedad latifundista de la aristocracia. Sin embargo, ladesamortización fue elpunto de arranque del capitalismo moderno en España. En la década del40 al 50 del siglo XIX, la técnica manufacturera fue dejando su puestoa la máquina; las manufacturas se convertían en fábricas. Este procesofue particularmente rápido en la industria textil de Cataluña. Almismo tiempo se levantaron factorías metalúrgicas y algunas empresasde construcción de maquinaria en Barcelona, Valencia, Málaga, Asturiasy Santander; se sentaron las bases de la industria siderometalúrgicaen el País Vasco; inicióse el desarrollo de la red ferroviariaespañola; surgieron compañías de seguros y Bancos; el capital bancariocomenzó a desempeñar un papel cada vez más importante. Esta revoluciónindustrial iniciada en España y la existencia de ricos yacimientosmineros apenas explotados despertaron el interés del capitalextranjero, que se concentró fundamentalmente en la industriaextractiva y en la construcción de ferrocarriles. Se destacó, a partirde ese momento, como otra de las particularidades del desarrollocapitalista de España, la tendencia de la burguesía española afacilitar la penetración del capital extranjero, con desdén u olvidode los intereses nacionales. La desamortización puso en venta, almismo tiempo que las tierras de la Iglesia, tierras comunales y depropios, cuyo usufructo había constituido el principal medio de vidade grandes masas campesinas. La burguesía española, lejos de dar latierra a los campesinos, les despojó de ella. Con este acto se privabade un aliado importantísimo para la lucha contra la reacción feudal.(...) La desamortización provocó el éxodo de los campesinos hacia laszonas mineras e industriales y fue, por ello, un factor impulsor delaumento numérico del proletariado. El crecimiento de la clase obrera ysu concentración dio origen, en la década del 40 al 50, a un hecho deextraordinaria importancia: el surgimiento de Asociaciones Obreras,que fueron el primer paso hacia el movimiento obrero organizado enEspaña.La primera de ellas fue la Asociación de Tejedores a Mano, fundada en1840, en Barcelona, por el obrero tejedor José Munts. En 1854, estaasociación se unificó con otras similares de Cataluña en la primerafederación de Sociedades Obreras, que adoptó el título de Unión deClases.Los intentos del Gobierno y de la burguesía, tendentes a impedir eldesarrollo del movimiento societario obrero, fueron inútiles. A lasuspensión de la Unión de Clases, respondió el proletariado deBarcelona, el 2 de julio de 1855, con una huelga general, en la queparticiparon más de 40.000 obreros, y que fue la primera que registrala historia de nuestro país. Al mismo tiempo que surgían las primerassociedades obreras de defensa, empezaron a extenderse por España las

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ideas del socialismo utópico: en Andalucía y Madrid, las de Fourier;las de Cabet, en Cataluña. Los primeros difusores de las doctrinas deFourier fueron Joaquín Abreu, Sixto Cámara y Fernando Garrido, elcual, en 1846, fundó en Madrid una revista, «La Atracción», primerapublicación socialista de España. Entre los adeptos más destacados delas doctrinas de Cabet, figuraron Aldón Terradas y Monturiol, quienesen 1847 editaron en Barcelona el semanario socialista «LaFraternidad», en cuyas páginas se publicó la conocida obra de Cabet«Viaje al caria». Sin embargo, las organizaciones obreras constituidaspara la defensa de los intereses económicos de los trabajadores noabarcaban más que un aspecto de su lucha y de sus crecientesaspiraciones. En el frente político, la clase obrera y los asalariadosen general luchaban bajo una bandera que no era la suya; actuaban bajola influencia ideológica de la burguesía.Para intervenir en la lucha política como una clase independiente, elproletariado necesitaba tener una ideología auténticamenterevolucionaria que, científicamente, mostrase su misión histórica comoenterrador del capitalismo y de toda forma de explotación del hombrepor el hombre. Esta ideología no podía ser la de los socialistasutópicos, los cuales no comprendían las leyes que determinan eldesarrollo de la sociedad ni podían, por tanto, indicar el camino dela liberación del proletariado de la esclavitud capitalista. Estoscriticaban a la sociedad capitalista, pero se limitaban a ofrecersoluciones ideales, que, si estimables por la intención, eranprácticamente irrealizables. La aparición en la arena política,coincidiendo con la revolución de 1848, del socialismo científico,cuya esencia fue expuesta en el «Manifiesto del Partido Comunista» deMarx y Engels, dotó a la clase obrera de la ideología que necesitabapara convertirse en una fuerza política decisiva.El marxismo daba a los trabajadores una concepción del mundo coherentey científica, inconciliable con toda superstición; demostraba que elrégimen burgués, como los que le antecedieron en el curso de lahistoria, es sólo un régimen transitorio, un paso hacia un nuevosistema social más elevado, el comunismo. Esta doctrina se abríacamino en la conciencia de los trabajadores; se extendía por el mundo,despertando a la lucha a las masas oprimidas y explotadas; setransformaba en una fuerza material indestructible; sentaba las basesde la revolución proletaria.El «Manifiesto del Partido Comunista» fue traducido al español ypublicado en 1872 en el periódico «La Emancipación» de Madrid,dirigido por José Mesa, y encontró amplio eco en los núcleos másavanzados de la clase obrera y de la intelectualidad, desplazando lasideas del socialismo utópico, hasta entonces en boga.En 1864 se fundó en Londres la Asociación Internacional de losTrabajadores, cuyos estatutos generales se asentaban sobre las teoríasmarxistas del «Manifiesto del Partido Comunista». La primeraorganización española de la Asociación Internacional de losTrabajadores se fundó en Madrid el 21 de diciembre de 1868, después dela visita del diputado italiano José Fanelli, enviado para dar aconocer en nuestro país los objetivos de la Primera Internacional. Loshombres que integraron el grupo inicial fueron, entre otros, AngelMora, Anselmo Lorenzo, Francisco Oliva, Manuel Cano, Enrique Simancasy Francisco Mora. Este grupo puede considerarse como el iniciador delmovimiento político proletario español. Algo más tarde, se constituíaen Barcelona otro grupo de internacionalistas y, en junio de 1870, secelebraba en esta última ciudad el congreso de los partidarios de laInternacional, que fue el primer Congreso Nacional de la clase obreraespañola. En él se constituyó la Federación Regional Española de laPrimera Internacional. Un nuevo sentimiento se desarrollaba en laconciencia de las masas explotadas: el de la solidaridad proletaria.La clase obrera española ya no se sentía aislada detrás de los

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Pirineos, sino integrada en el gran movimiento del proletariadointernacional.El desarrollo del movimiento obrero no transcurrió en Españallanamente, sino con una intensa lucha interna, que tuvo su expresiónprincipal en el choque entre el socialismo y el anarquismo. Refutadastodas las teorías socialistas anteriores por la irrebatible lógicamarxista que el desarrollo capitalista confirmaba cada día, las viejasideas pequeño-burguesas del periodo artesanal se resistían adesaparecer.Apoyándose en esas ideas, el anarquista ruso Miguel Bakunin organizó,en el seno mismo de la Internacional, la lucha contra el marxismo,utilizando para ello una fraseología demagógica en la que destacabacomo dogma básico el de la «liquidación social», que debía consistiren un golpe fulminante que destruyera a la vez el capitalismo y elEstado para levantar sobre sus escombros la «anarquía jurídica ypolítica». Siguiendo las instrucciones de Bakunin, Fanelli, al mismotiempo que ayudó a constituir las secciones de la Internacional enEspaña, introdujo en ellas la manzana de la discordia, creando en suinterior grupos secretos bakuninistas. El primero, fundado enBarcelona a mediados de 1869, se transformó rápidamente en el centrode propaganda anarquista en el país. Estos grupos fieles a laInternacional y apoderarse de los puestos dirigentes de la FederaciónRegional Española. Pero no hay que buscar en estos hechos las causasprincipales de la influencia del anarquismo entre la clase obrera ylos campesinos españoles, ni menos atribuir esa influencia al supuesto«poder de captación» del anarquista italiano Fanelli, o al presunto«individualismo español». Las causas son eminentemente económicas ysociales, y la perpetuación en España de las ideas anarquistas, cuandoéstas no ejercían ya influencia en ninguno de los países capitalistasmás avanzados, tiene su causa fundamental en el lento desarrolloindustrial del país. En el periodo de desarrollo industrial, cuandolas máquinas desplazan la pequeña producción artesanal y elcapitalismo desaloja a los campesinos de sus parcelas de tierra,cientos de miles de artesanos y de pequeños propietarios ya no puedenseguir viviendo como antes, se ven obligados a ir a trabajar a lafábrica, a ganar un salario, a convertirse en proletarios. Lamentalidad de estos hombres, sin embargo, no es proletaria, espequeño-burguesa. El desarrollo rápido de la gran industria vamodificando esta mentalidad. En cambio, un desarrollo industrial lentoy débil, y la multiplicidad de pequeñas fábricas y talleres, como erael caso de España, contribuyen a hacer perdurar ese modo de pensar. Elartesano o el campesino convertido en proletario en estas condiciones,son propensos a aceptar cualquier doctrina que les permita mantener laesperanza de que aún pueden recobrar su antigua posición, restablecersus antiguos modos de vida, trabajar en su taller artesanal o en suparcela de tierra. Odian la fábrica que les arruinó; odian al Estadoque les despojó de las tierras que eran su sustento. Su rebeldía nacede su empobrecimiento. Su origen de clase, su individualismo, es elterreno abonado en el que prende fácilmente la semilla de las ideaspequeño-burguesas anarquistas. Las teorías anarquistas no arrancan delconocimiento de las leyes objetivas del desarrollo social sino deprincipios abstractos, como la «libertad», la «igualdad» y la«justicia»: conceptos genéricos y eclécticos, que admiten toda clasede interpretaciones, en dependencia de quiénes son los encargados deaplicarlos. De aquí que en la lucha por esa revolución social a queaspiran, los anarquistas desvíen la energía y la actividad de lasmasas que siguen sus inspiraciones hacia una lucha estéril, sinperspectivas de victoria, atacando no las causas del régimen injustoque ellos quisieran suprimir, sino los efectos exteriores y visiblesde esas causas. En nuestro país, la vida patentizó la inanidad deestas tesis anarquistas. Con su intervención en el movimiento

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cantonalista de 1873, los anarquistas dieron un ejemplo insuperable,según la conocida frase de Engels, «de cómo no debe hacerse larevolución». En el curso de aquellos sucesos, todos los principiosanarquistas se vinieron al suelo al choque con la realidad. Losanarquistas infringieron primero el dogma del abstencionismoelectoral; luego, el de la abstención en revoluciones que nopersiguieran la inmediata emancipación proletaria, puesto queparticiparon en un movimiento, como el cantonalista, de carácterburgués; seguidamente le tocó el turno al dogma de la abolición delEstado, pues en vez de abolirlo en los cantones donde triunfaron,levantaron en cada uno de ellos un pequeño Estado y participaronincluso en las Juntas gubernamentales de los cantones. El anarquismoen España –descontando la abnegación y espíritu de sacrificio de lasmasas obreras y campesinas que creían en él apasionadamente, que lesacrificaban la libertad y la vida–, ha sido una escuela de derrotas.Después de 1911, en que se constituyó la Confederación Nacional delTrabajo (CNT), y durante algún tiempo, el movimientoanarcosindicalista recibió en sus filas a lo más combativo de losobreros y campesinos, que, por reacción contra el oportunismosocialdemócrata, se orientaban hacia los anarquistas. En luchashuelguísticas de envergadura nacional, fracasadas todas a pesar de lacombatividad obrera, el anarquismo demostró, repetidas veces, que nisus principios ni su táctica hacen avanzar un solo paso a las masastrabajadoras en el camino de su emancipación. Pese a la indudableinfluencia que el anarquismo alcanzó en España en aquellos momentosiniciales del movimiento obrero organizado, queda en pie un hecho queno puede ser negado por nadie: las primeras asociaciones obreras detipo internacionalista, independientes de los partidos burgueses, seconstituyeron en España, por la propia voluntad y decisión de lostrabajadores, inspirándose en los principios del marxismo, en losprincipios del comunismo, expuestos por Marx y Engels en el«Manifiesto del Partido Comunista».Estas ideas fueron las que impulsaron la constitución del PartidoSocialista Obrero Español (PSOE) y de la organización sindical obrera,la Unión General de Trabajadores (UGT).El Partido Socialista fuefundado en mayo de 1879 por un grupo de internacionalistasarbitrariamente expulsados por los bakuninistas de la FederaciónEspañola de la Internacional. Con la fundación del Partido Socialista,como partido independiente de la clase obrera, el proletariado españoliniciaba un nuevo camino. A la iniciativa de los socialistas se debela creación de la UGT, en agosto de 1888. Su primer secretario fueAntonio García Quejido, más tarde fundador del Partido Comunista deEspaña y uno de sus primeros secretarios generales.El grupo fundador del Partido Socialista estaba compuesto de obrerosen los que desde el primer momento predominó una tendencia economista,sindicalista. A pesar de sus propósitos de constituir una organizaciónpolítica sobre la base de los principios marxistas su escasa formaciónteórica les llevaba a concentrarse exclusivamente en lasreivindicaciones prácticas, inmediatas, y a despreciar aspectos tanfundamentales para un partido marxista como los de la educaciónsocialista de los trabajadores, la orientación de la lucha de la claseobrera hacia el derrocamiento del régimen capitalista, la toma delPoder por el proletariado y el paso al socialismo.El menosprecio hacia el problema fundamental de toda revolución, latoma del Poder; la tendencia a conciliar los intereses delproletariado con los de la burguesía, constituyeron la fuente deloportunismo del Partido Socialista.Otra debilidad del Partido Socialista, desde su período inicial hastanuestros días, ha sido la incomprensión de que los campesinos son unade las fuerzas fundamentales de la revolución democrática española yel aliado esencial de la clase obrera. El Partido Socialista

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desconoció el problema nacional, negó el derecho de los pueblos a laautodeterminación y dejó así la dirección del movimiento nacional deCataluña, Euzkadi y Galicia a merced de la burguesía.En el último tercio del siglo XIX, el capitalismo entró en su etapaimperialista. En la guerra hispano-norteamericana de 1898 –que fue laprimera guerra imperialista–, España perdió sus últimas posesiones enel Mar Caribe y en el Pacífico y, con ellas, sus principales mercadosexteriores. La guerra puso de relieve la podredumbre y la senilidaddel régimen monárquico y agudizó todas las contradicciones de lasociedad española. La pérdida de las colonias y de los beneficioscoloniales llevó a la burguesía y a los terratenientes a intensificarla explotación de la clase obrera y la expoliación de los campesinosen España misma. En Cataluña y Euskadi se recrudeció el movimientonacionalista. La burguesía nacional exigía del Gobierno centralconcesiones que le permitieran resarcirse de la pérdida de losmercados exteriores. La monarquía intentó frenar y desviar laoposición creciente de la burguesía, acentuando su políticaimperialista en Marruecos; pero las consecuencias desastrosas de estasaventuras coloniales impulsaron la lucha popular antimonárquica. Conel comienzo del imperialismo, terminaba para el movimiento obreroespañol la etapa de desarrollo relativamente pacifico iniciada despuésde la Restauración; se anunciaba un período de grandes luchas, quehacían más necesaria aún la existencia de un partido obrerorevolucionario, armado de la ideología marxista. Pero el PartidoSocialista, lejos de evolucionar en ese sentido, fue perdiendo sucarácter de clase y deslizándose, cada vez más acusadamente, aloportunismo. A ello contribuyó, en no escasa medida, el papelpreponderante que un grupo de intelectuales liberales pasó adesempeñar en la dirección del Partido Socialista. Y a medida que seafirmaban estas tendencias reformistas, y como reacción a su abandonode las posiciones de clase, comenzó a perfilarse en el seno delPartido Socialista Obrero Español un ala revolucionaria, que más tardehabría de ser núcleo constitutivo del Partido Comunista de España. Laprimera guerra mundial (1914-1918) fue el estallido de lascontradicciones del imperialismo, la expresión violenta de la crisisgeneral del capitalismo. En ella se valoraron los quilatesrevolucionarios de los partidos socialistas. Con la excepción delPartido Bolchevique, dirigido por Lenin, todos los partidos de la IIInternacional, arrastrados por la mayoría de sus dirigentes, secolocaron al servicio de su burguesía, respaldando con su complicidadabierta la terrible matanza en la que el imperialismo sacrificabamillones de vidas humanas. Por el camino del abandono de lasposiciones internacionalistas proletarias marcharon también loslíderes reformistas del PSOE, que muy pronto se colocaron al lado dela «Entente» anglo-francesa. Para España, la primera guerra mundialsignificó enriquecimiento de un puñado de industriales, denegociantes, de magnates financieros, pero, al mismo tiempo, carestíay privaciones para el pueblo. En las ciudades escaseaban el pan, elcarbón, el azúcar, el arroz, el aceite; España no estaba en guerra,pero los precios de los artículos de consumo popular aumentaron másque en Francia. Esta situación empujó a las masas laboriosas a lalucha. En el verano de 1916 se produjo una huelga ferroviaria queencontró el apoyo de todo el proletariado español; en diciembre,conoció España una huelga general de protesta contra la carestía. Lalucha fue adquiriendo un carácter cada vez más político. En 1917existía ya en España una situación revolucionaria. El crecimiento delas fuerzas productivas durante los años de guerra y la exacerbaciónde las contradicciones en el seno de la sociedad española, cuyodesarrollo era frenado por la existencia de supervivencias feudales,ponían sobre el tapete de manera apremiante la realización de larevolución democrático-burguesa. Las condiciones objetivas para tal

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revolución habían madurado; pero faltó un partido capaz de dirigir lalucha de las masas y de conducir a éstas a la victoria.En agosto de 1917, la clase obrera española llevó a cabo una huelgageneral revolucionaria. En Asturias y Vizcaya ésta tuvo carácter deinsurrección armada. A pesar del heroísmo de los trabajadores, elmovimiento, que pudo ser decisivo para el desarrollo democrático deEspaña, fracasó por la actitud de los partidos burgueses –que dejaronen la estacada a la clase obrera– y por la incapacidad de la direccióndel Partido Socialista, el cual había supeditado la lucha de la claseobrera al juego político de la burguesía liberal y no hizo nada paraincorporar a las masas campesinas a esa lucha. La derrota delmovimiento revolucionario de agosto de 1917 mostró a la clase obreraespañola que el Partido Socialista no era el Partido que podía dirigirsu lucha. ¿Qué tipo de partido hacía falta para llevar a la claseobrera a la victoria? La respuesta llegó con la nueva de la granRevolución Socialista triunfante en Rusia: en octubre de 1917, bajo ladirección del Partido Bolchevique, los obreros y los campesinos rusosderrocaron el Poder de los capitalistas y de los terratenientes yproclamaron la República Socialista Soviética, inaugurando una nuevaera en la Historia. La Revolución Socialista de Octubre galvanizó lasenergías revolucionarias del pueblo español, especialmente de la claseobrera y de los campesinos. La reacción española, que después de haberaplastado sangrientamente el movimiento revolucionario de agosto creíahaberse asegurado un largo período de paz, tuvo que enfrentarse denuevo con un movimiento obrero templado en la lucha y estimulado porel ejemplo ruso, y con unos campesinos que querían marchar por elcamino de octubre. Las fuerzas terratenientes y burguesas, aterradaspor la pujanza y la rapidez con que prendían en las masas las ideas dela Revolución de Octubre, buscaban el apoyo de la reaccióninternacional y se adherían a los planes de ésta, tendentes a aplastara la joven república proletaria. En 1918, cuando la reacciónimperialista organizó la intervención armada contra el País Soviético,el Gobierno francés recabó la colaboración de España en el bloqueocontra el primer Estado proletario. Al conocerse esta noticia enEspaña, las masas trabajadoras se levantaron en un movimientoimpresionante que hizo retroceder al Gobierno. En Barcelona yValencia, el pueblo asaltó los consulados franceses y dio fuego a losdocumentos que encontró en ellos. Los sindicatos obreros tomaronrápidamente posición en defensa del País Soviético. El II Congreso dela Confederación Nacional del Trabajo, celebrado en diciembre de 1919,decidió que los obreros de las fábricas de armas y municiones senegasen a fabricar materiales destinados a la lucha contra el EjércitoRojo y asumió la obligación de declarar la huelga general en caso deque el Gobierno tratase de enviar tropas a Rusia. A su vez, el IVCongreso Nacional de Obreros Agricultores y Similares (FederaciónNacional de Agricultores), anarcosindicalista, celebrado en Valenciaen diciembre de 1918, acordó, por unanimidad, «felicitar a loscampesinos rusos por haber llevado a la práctica nuestro lema: Latierra para los que la trabajan», y aprobó lo siguiente: «loscampesinos españoles deben declarar la huelga general si el Gobiernoespañol intenta intervenir en el movimiento revolucionario ruso.» Elsindicato metalúrgico de Vizcaya exigió del Gobierno «levantar elbloqueo a Rusia y restablecer las relaciones comerciales con el Paísde los Soviets». En su Conferencia de la primavera de 1919, el PSOE sepronunció contra toda clase de intervenciones en Rusia y por la huelgageneral en caso de que tal intervención tuviera lugar. El CongresoAgrario de la UGT de Andalucía y Extremadura acordó, en 1920, expresar«su simpatía a la República Rusa de los Soviets y exigir sureconocimiento por el Gobierno español». Toda la España del trabajomontaba la guardia para defender al joven País Soviético,desarrollando luchas de envergadura nacional, que ataban las manos al

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Gobierno y le impedían participar en la cruzada imperialista contra elEstado proletario. Después de la Revolución de Octubre se produjeronen toda España grandes huelgas y manifestaciones de masas, quellegaron a repercutir en los cuarteles, dando lugar a sucesos como lasublevación del Cuartel de Artillería del Carmen, de Zaragoza. Lacrisis del régimen se acentuó y la situación de la Monarquía era tanprecaria, que en la noche del 21 de mayo de 1918, la llamada «nochetrágica», el rey amenazó a los dirigentes de los partidos monárquicoscon abandonar el trono si no eran capaces de contener el movimientorevolucionario de las masas. El centro de gravedad de la política delpaís, entre 1918 y 1923, se trasladó a Barcelona, donde residían elcuartel general de las Juntas Militares de Defensa, la influyenteFederación Patronal y la mayor concentración proletaria de laPenínsula. En marzo de 1919 estalló la huelga de los obreros yempleados de la compañía extranjera la «Canadiense», con lo que seprivaba de fluido eléctrico a muchas fábricas de Cataluña y separalizaba la vida industrial de la ciudad. Ante la firmeza de lostrabajadores, el Gobierno se vio obligado a satisfacer sus demandas;pero la Federación Patronal, apoyada por las Juntas de Defensa, negósea ello, provocando la réplica inmediata de la clase obrera. El 24 demarzo se declaró la huelga general, que fue total en Barcelona y otrasciudades catalanas, y se extendió a otras provincias. El 26 de marzose proclamó el estado de sitio en Barcelona, Valencia y La Coruña. Enrespuesta a la implantación de la censura militar a las publicacionesobreras, los obreros implantaron su propia censura, aplicándola a losperiódicos burgueses y a los documentos oficiales. La huelga terminócon una victoria obrera. Bajo la presión de los trabajadores, queluchaban en toda España, el 3 de abril de 1919 era promulgada pordecreto la jornada de 8 horas. En agosto de 1919, la burguesíacatalana inició una serie de «lock-outs» (cierre de fábricas,talleres, etc. por parte de la empresa como respuesta a una situaciónde Huelga) para impedir la aplicación de la jornada de 8 horas. El 19de agosto, solamente en Barcelona, quedaban en la calle 15.000albañiles, 6.000 carpinteros, 30.000 obreros textiles. Una violentarepresión se abatió sobre los obreros. Bandas de forajidos, a sueldode la patronal y de la policía, asesinaban en las calles de Barcelonaa los obreros revolucionarios. Los anarcosindicalistas, en lugar deresponder al terror policiaco con la movilización de las masas, leopusieron la violencia individual. En esta desigual lucha fueroncayendo centenares de trabajadores.Para ayudar al movimiento obrero catalán hubiera sido preciso un granmovimiento solidario, que nadie podía encabezar mejor que la UGT,dirigida por los socialistas; pero esto no se produjo, a pesar de quela clase obrera de Madrid y de otras regiones lo exigía. Faltabacoordinación en la lucha. No existía unidad de acción.Las derrotas de una parte de la clase obrera dirigida por losanarcosindicalistas dejaban impasibles a los dirigentes socialistas dela UGT. Y, a la inversa, la mayor parte de los movimientos y huelgasorganizados por la UGT no eran secundados en general más que por laparte más consciente de los trabajadores anarcosindicalistas. Laburguesía y el Gobierno podían golpear a unos y a otros por separado.En esta situación, el gran esfuerzo de la clase obrera resultabaestéril. La creación de un partido de la clase obrera, de nuevo tipo,aparecía cada vez más como una necesidad del propio desarrollo de lalucha. No era ésta, sin embargo, tarea fácil. La fidelidad de lostrabajadores socialistas y anarquistas a los principios y a lasorganizaciones en que habían despertado a la lucha los manteníasujetos a concepciones políticas sobrepasadas, por las que habíanluchado honrada y abnegadamente. La creación de la III Internacional,en marzo de 1919, fue una ayuda inapreciable para orientar elmovimiento revolucionario en todos los países. La Internacional

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Comunista venía a soldar los vínculos entre los trabajadores, quehabían sido rotos por la política chovinista de los líderesoportunistas de la II Internacional durante la primera guerra mundial.La Internacional Comunista, fundada por Lenin, reunió y unificó entorno a las banderas del marxismo-leninismo a las fuerzas másrevolucionarias del movimiento obrero internacional. La creación de laInternacional Comunista fue una victoria del marxismo-leninismo sobreel reformismo y ejerció un gran poder de atracción sobre elproletariado de nuestro país. En el Partido Socialista y en laFederación de Juventudes Socialistas se produjo un amplio movimientode adhesión a la Internacional Comunista. En el año 1919 se constituyóen Madrid un Comité Nacional de los Partidarios de la IIIInternacional en el que participaban personalidades socialistas delmás alto prestigio. Mientras tanto, la CNT decidió en su segundoCongreso, celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid, en diciembrede 1919, adherirse a la Internacional Comunista y a la InternacionalSindical Roja, aunque años después, bajo la presión de los gruposespecíficos anarquistas, abandonase el camino emprendido. Sin laRevolución Socialista de Octubre de 1917, sin la creación de la IIIInternacional, la clase obrera y los campesinos españoles habríancontinuado aún mucho tiempo su lucha, sin una perspectiva clara yconcreta, faltos de horizontes revolucionarios adonde dirigirse. Laadhesión de las masas obreras de la ciudad y del campo a la IIIInternacional tuvo su más alta expresión en la creación del PartidoComunista de España, en abril de 1920. (Historia del PCE. 1960)realizaron una labor disgregadora y antisocialista en el interior delas organizaciones de la Internacional y sobre ellos recae laresponsabilidad de la división del movimiento obrero, al que causarondesde el primer momento de su actuación graves daños. Abusando de labuena fe de los trabajadores, a los que ocultaban los verdaderos finesde la actividad bakuninista, consiguieron alistar en sus grupossecretos incluso a los hombres más honestos y más

3.- El Sindicato

1. Introducción2. Antecedentes del sindicalismo3. ¿Qué es un Sindicato?4. Los Objetivos de los Sindicatos5. Principios del sindicalismo6. Naturaleza de la Unidad y Pluralidad del Derecho Sindical7. Concepción de la Unidad y Pluralidad Sindical

INTRODUCCIÓN

I.- ORIGEN DEL SINDICATO: 1

El origen de la palabra viene de Grecia. El de la idea viene de muchomás acá. (síndico) es un término que empleaban los griegos paradenominar al que defiende a alguien en un juicio; protector. En Atenasen particular se llamó síndicos a una comisión de cinco oradorespúblicos encargados de defender las leyes antiguas contra lasinnovaciones. Y ya más adelante, se utilizó la palabra síndico convalor adjetivo para denominar aquello que afectaba a la comunidad o que

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era comunitario. La palabra está formada por el prefijo (syn), quesignifica "con", más díke) = justicia, de la misma familia que(díkaios) = justo y otros. Es decir que a partir del origen griegopodemos entender claramente el concepto de síndicos y sindicaturas,pero no el de sindicalistas y sindicatos.

No es esa la etimología de sindicato, aunque de ahí procede también. Locurioso es que le vaya como anillo al dedo al actual concepto españolde sindicatos, que hemos heredado de la C.N.S. (Confederación Nacionalde Sindicatos).El régimen nacionalsindicalista, en 1938 prohibió los sindicatos y ensu lugar y con su mismo nombre construyó la C.N.S., a la que estabanafiliados de oficio todos los trabajadores por el hecho de serlo: esdecir que esa Organización Sindical era cualquier cosa menos unaconfederación de sindicatos, como mentía su nombre. Y por si fuerapoco, tenía la virtud de la verticalidad: trabajadores y empresariosformaban parte del mismo sindicato, porque pertenecían al mismo sector.A lo que más se parecía era a una sindicatura del trabajo formada porsíndicos laborales, que intervenían de oficio en todo aquello quetuviera que ver con el derecho al trabajo.Esta especie de cuerpo de síndicos de los trabajadores estaba formadopor cerca de treinta mil funcionarios, que se costeaban con las cuotasque se le descontaban de la nómina a todo trabajador. Esta sindicaturalaboral tenía un apéndice judicial denominado Magistratura del trabajo.Es decir que toda la llamada Organización Sindical respondería casimilimétricamente al concepto original griego, en el que hubiesecorrespondido a la institución el nombre de sindicatura, y el desíndicos a los que trabajaban en ella; pero de ninguna manera el desindicatos.¿Qué es, pues, un sindicato? El concepto moderno de sindicato nacióentre los patronos: para evitar hacerse la competencia en los precios,se sindicaron formando una asociación que gestionaba la colocación enel mercado de sus productos, de manera que todos cobraran al mismoprecio. Lo más parecido a esos sindicatos son nuestras cooperativasAgrícolas. Los trabajadores tuvieron que aprender de los empresarios.Estaban malvendiendo su trabajo por competir entre ellos. Decidieron,pues, agruparse en sindicatos que vendían mano de obra en vez de trigoo carbón. Consiguieron mejorar muchísimo el precio del trabajo, esdecir los salarios. Hay que señalar que el gran enemigo del sindicatono era el patrón, sino el trabajador no sindicado o los otrossindicatos del mismo sector.______________________________________

1.- La Hoz Tirado, Ricardo, 1976.- Derecho Colectivo de Trabajo.

II.- ANTECEDENTES DEL SINDICALISMO:

El sindicalismo, se origina con la revolución industrial en el últimotercio del0siglooXVIII, dando lugar a que la máquina sustituya altrabajador manual, cuando la fábrica ocupa el lugar de taller, cuandola gran industria suplanta a la economía del artesanado y laproducción de mercado local, se transforma en producción para elmercado mundial.La introducción de la máquina, produce grandes ganancias a losindustriales, obtenidas a costa del sufrimiento del nacienteproletariado de las fábricas, la fatiga excesiva, la insuficiencia enla alimentación, la disciplina imperante, etc. Que debían de soportarlos operarios. Tanto la moralidad, la higiene, la seguridad, salud, no

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causaban ninguna preocupación al empresario, incluso le regateaba elsalario a obrero. Además, las mujeres y niños eran explotados sinmisericordia, se les destinaban los trabajos más duros y humillantes,exponiendo con ello, sus vidas. En esta época, el trabajador era unaverdadera penuria, un sufrimiento para el trabajador. Es así como eloperario se convierte en esclavo de la máquina y el trabajo del hombrese hace menos valorizado.Con la REVOLUCION INDUSTRIAL, se produjo una radical transformaciónque se operó en e campo de la industria en Inglaterra, en el últimotercio del siglo XVIII, porque fue la invención de la máquina y suincidencia productora, lo que produjo la verdadera revoluciónindustrial.Para los trabajadores el Estado les era opositor, más importante yprimordial que tiene el obrero para transformarse en fuerza a la quele asiste un poder, es la unión, es la posibilidad de asociarse, endensa de sus intereses laborales y esto era justamente a lo que seoponía el gobierno al no permitir dichas asociaciones.Así las cosas, el obrero estaba librado a su suerte, incluso si seenfermaba, situación muy común, al no poder trabajar no cobraba y erarápidamente reemplazado por otro trabajador, que esperaba unaoportunidad en ese sentido.La revolución industrial, se ubica por el año 1775 y unos añosdespués, en 1789 se produce la Revolución Francesa, la cualreivindicaría os derechos del hombre. Pero se produce una situaciónparadójica, se cree que dado que el hombre es libre, no debeagruparse, ni formar coaliciones de obreros. Pues ello atenta contrala libertad en general y en contra de la libertad de trabajo enparticular. Es así, como en la Declaración de los Derechos del Hombrey la ley Chapalier de 1791, se imponen sanciones a todos aquellos queconstituyen asociaciones de artesanos, obreros o jornaleros.Dada la situación planteada y la imposibilidad legal de que lostrabajadores se agrupen en densa de sus intereses, optan por iniciarel movimiento en la clandestinidad, recogiéndose el sentido societariode los gremios.Sin embargo, ya entrado el siglo XIX, las masas obreras con susmovimientos clandestinos y su ideario sindicalista, comienzan aexpresarse en diversas formas, que en un principio se manifestó enforma de huelga con características de motín, posteriormente se da lasimple coalición de obreros de una misma fábrica, o diferentes. Laúltima etapa se concreta con la formación de sociedades deresistencia, con objetivos de imponer por coacción moral o física alresto de los trabajadores, al paro colectivo de la especialidadlaboral, que culminan con la auténtica aparición delsindicalismo0que0se0Presenta con una estructura más evolucionada, conuna rigurosa diversificación de oficios e industrias, frente a laestructura social imperante y que busca un lugar legalmente en elconjunto económico-social de su época.El sindicalismo en este período, existía de hecho pero no de derecho ysu aptitud estaba dirigida a obtener esa conquista y es a la que seorientaba la masa trabajadora.

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III.- ¿QUÉ ES UN SINDICATO?: 2

Es la asociación de trabajadores constituida para unirse íntimamentecon el objeto de defender sus derechos laborales y la conquista denuevos. Se fundamenta, pues, en la unidad monolítica de lostrabajadores ante necesidades comunes de clase explotada. El sindicatoes la expresión más legítima de la clase obrera organizada, la quegracias a su unidad, organización y constancia en la lucha haconseguido derechos que, de otro modo, no hubiera sido posible. Poresa razón, los sindicatos son ardorosamente combatidos por lospatrones explotadores y gobiernos antidemocráticos, habiendo tenidonecesidad de intensificar las luchas extremadas con huelgas y parosgenerales, para que se les reconozca mínimas conquistas, muchas vecesescamoteadas por intervención de los organismos estatalesparcializados con los intereses patronales, que tratan por todos losmedios de desconocer el derecho de reunión o asociación, normados pornuestra Constitución Política.También se puede definir el Sindicato como la organización continua y

permanente creada por los trabajadores para protegerse en su trabajo,mejorando las condiciones del mismo mediante convenios colectivosrefrendados por las Autoridades Administrativas del Ministerio deTrabajo. En esta situación será más factible conseguir mejoría en lascondiciones de trabajo y de vida; sirviendo también para que lostrabajadores expresen sus puntos de vista sobre problemas que atañen atoda la colectividad.

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2.- Diccionario Jurídico de Derecho Laboral, editora ARA 1983.

IV.- LOS OBJETIVOS DE LOS SINDICATOS:

Los objetivos son los logros que buscan alcanzar los sindicatos, pararesponder a las necesidades de quienes forman parte de él. Losobjetivos dejan muy claro cuáles son las finalidades para las que fuecreada la organización sindical .Aunque cada organización sindicalpuede tener objetivos muy variados, existen cinco de ellos que siemprele dan razón de ser a todo sindicato. Estos objetivos orientan todaacción de las organizaciones sindicales en su lucha por dignificar lascondiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras.Estos cinco objetivos son:1. Un salario justo

Los sindicatos buscan que quienes trabajan tengan un salario adecuadoy digno, que les permita cubrir sus necesidades y las de sus familiasen alimentación, salud, vivienda, educación, vestido y recreación.2. Mejores condiciones de trabajo.

Las condiciones de trabajo son un complemento indispensable delsalario. Las trabajadoras y los trabajadores tienen el derecho a quelas condiciones en que laboran no les afecten ni física nimentalmente.Todos los sindicatos deben buscar que las personas afiliadas disfrutende condiciones laborales que no les afecten en su salud y dignidad.Por ejemplo, los sindicatos luchan por jornadas de trabajo justas yadecuadas al tipo de labor que se realiza, por descansos y vacaciones

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oportunas, por implementos de protección cuando las tareas queejecutan las personas así lo requieran.

En una fábrica de ropa también el sindicato lucha por asientosadecuados y confortables, por aire fresco, por buena iluminación, porservicios sanitarios limpios, en buen estado y en cantidad suficiente,por agua potable, en fin, por todas las condiciones que hagan a lastrabajadoras y trabajadores personas dignas.3. Empleo estable para toda persona

No basta con tener trabajo, es importante que el empleo sea estable,regulado por leyes que protejan contra despidos injustos,principalmente cuando el trabajador y la trabajadora han entregado lomejor de sus años y toda su experiencia para el desarrollo de suempresa y de su país .Las mujeres han sufrido tradicionalmente muchosproblemas con el empleo.Por un lado, les cuesta más conseguirlo y, por otro, generalmente seles asignan los puestos más mal pagados o se les paga menos salarioque a los varones por ejecutar las mismas labores. Es de unos añospara acá que se está dando una creciente incorporación de la mujer enlas distintas ramas de la economía. Para ellas el sindicato tiene comoobjetivo garantizar que su incorporación laboral no se dé en formadesventajosa y que se respeten y promuevan los derechos de sucondición particular.4. Mejoramiento de las reivindicaciones sociales y económicas

Para proteger y garantizar el mejoramiento de los sectores laborales,es necesario crear leyes y luchar para que éstas se cumplan. Por estarazón el sindicalismo constantemente busca que los Estados promulguenleyes y decretos que garanticen la continuidad de sus conquistas y elmejoramiento social y económico de las personas trabajadoras. Para quelas leyes se respeten y se cumplan, es necesario que todas laspersonas trabajadoras y estén unidos y organizados.5. La permanente democratización: El respeto a los Derechos Humanos

es una de las luchas más importantes que los trabajadores puedenrealizar desde sus organizaciones sindicales. El reconocimiento de losderechos de libre asociación, de pensamiento y de expresión implicaluchar por la democratización de sus países. También es importante quelos sindicatos participen en la vida política de las naciones, paravigilar y supervisar que los gobiernos sean justos en sus políticaseconómicas y sociales.Es importante que los trabajadores y trabajadoras participen y ejerzancontrol sobre aquellas decisiones que les afectan directa oindirectamente, tanto a nivel de la sociedad y del Estado, comotambién al interior de sus mismas organizaciones. Así, la lucha por lademocratización también debe darse dentro de los sindicatos. Sólopracticando la democracia a lo interno de las organizaciones sefortalecerán las bases democráticas de la sociedad entera. Esto esespecialmente importante para las trabajadoras y los jóvenes. Es muyimportante promover y posibilitar la participación directa de lasmujeres y jóvenes dentro de la organización sindical; el estímulo aesta participación democrática como delegadas, afiliadas, o formandoparte de las directivas, garantiza que las decisiones del sindicatocorrespondan a un mayor grado de consenso.

V.- PRINCIPIOS DEL SINDICALISMO: 3

Si usted así lo cree, mencione los que a su juicio sean másimportantes. Los principios son las reglas fundamentales que orientan

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el comportamiento de las organizaciones. Si se rompen o no se cumplen,la organización pierde su identidad y se debilita; entonces, cada vezle es más difícil lograr sus objetivos. De esa forma, pierdecredibilidad ante los trabajadores y trabajadoras y ante la sociedad.Existen al menos 9 principios fundamentales que todo sindicato ysindica-lista deben respetar. Podemos enunciarlos de la siguientemanera:El sindicato debe ser:

Libre Independiente Democrático Participativo Unitario Responsable Realista Solidario

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3.- Internet.- www.monografias.com.- origen de la sindicación en masa

VI.- Naturaleza de la Unidad y Pluralidad del Derecho Sindical4

Después de todo lo expuesto es conveniente referirnos a la existenciade dos corrientes contrapuestas que aparecen en la doctrina y en lalegislación y que también tiene que ver con la libertad desindicación, que como principio jurídico y social reconocido por todaslas legislaciones, aún de aquellas, que a fuerza de limitaciones lohan restringido considerablemente.

Un sistema se caracteriza por admitir la completa libertad para laconstitución de “asociaciones de trabajadores” Sindicatos; por estesistema se admite el pluralismo sindical y la ley reconoce la igualdadde todos los sindicatos, otorgándoles los mismos derechos yobligaciones mediante el cumplimiento de ciertos requisitos que la leyprevé como la inscripción en el registro correspondiente.

El otro sistema se limita en realidad a la sola aceptación de unsindicato en representación de los trabajadores para velar así por susderechos e intereses, este sistema es también concebido como lasindicación única.

El sistema de sindicación única rige generalmente en aquellos países,en que la intervención estatal absorbe las distintas actividadespolíticas, económicas y sociales, imponiendo en materia sindical laorganización corporativa, con una finalidad económica nacional. Estafue la característica del sistema italiano durante la vigencia delrégimen fascista hasta 1945 y rige en Portugal y España.

El régimen de la sindicación única no debe entenderse que consiste enla existencia de un solo sindicato que agrupe a toda la actividadprofesional del país, sino que admite, que en cada región geográfica oen toda industria o empresa, sólo puede haber una asociaciónprofesional o Sindicato, a cuyo cargo esté la representación deltrabajador y la defensa de los intereses colectivos. También dentrodel sistema de unidad sindical pueden incluirse aquellos regímenes queaun cuando proclaman la libertad de formar y constituirse a un

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sindicato de una misma actividad por existir una pluralidad sindical,acuerdan la representación laboral y el derecho de negociacióncolectiva.El Sistema pluralista, admite la existencia de varios sindicatos encada región, industria o empresa, pues la constitución de ellos debesurgir de la voluntad de los miembros de cada grupo profesional,poniendo así en función el principio de la Libertad Sindical en todasu extensión, mediante el cual el trabajador, o el empleador puedenpertenecer a la asociación de su elección.

En cambio el sistema de sindicación única el individuo debe adherirsesolo al sindicato reconocido por la ley, y aún cuando se admita laexistencia de otros sindicatos, resulta que dadas las reducidasactividades que pueden desempeñar en la práctica, la vida sindical esabsorbida por aquella que ha sido investida de personalidad gremial.

Se critica al sistema pluralista, indicándose que resulta difícil ladefensa de los intereses profesional cuando existen varios sindicatos,puesto que la acción de éstos se divide y se encara a veces condiferente criterio. Pero esta es una cuestión de conveniencia y ajenaal principio de libertad de negociación. No es al estado al que lecorresponde dirigir el movimiento sindical, sino a los propiosinteresados, quienes deben decidir la unidad por decisión propia.

También se objeta al sistema pluralista la dificultad de determinar elsindicato que debe llevar a cabo la concertación de negociacionescolectivas, especialmente las convenciones colectivas de trabajo,cuyos efectos se extienden posteriormente a toda actividad. Esteinconveniente suele ser salvado, sin embargo, mediante la creación deorganismos, en que los distintos sindicatos tengan representación obien reconociendo al estado la facultad de valorar la mayorrepresentación que inviste a uno de ellos, otorgando algunos cargos alas minorías.Cuando se atribuye al Estado la facultad de determinar al sindicato“más representativo”, debe entenderse que esa facultad no puede usarsearbitrariamente, sino que debe sujetarse a la comprobación de laexistencia de ciertos elementos de carácter objetivo, de modo de nodejar al estado una apreciación que pueda ser hecha teniendo en vistafinalidades que no sean exclusivamente sindicales.

Por otra parte, cuando menos en la organización política de lasociedad, el principio mayoritario ha sido desplazado por el principiode la representación proporcional y esta institución parece másnecesaria en la sociedad profesional que en la política.

Krotoschin5 en su “Tratado Práctico del derecho del trabajo”, explicaque en concepto en sí de organización más representativa correspondea una necesidad intrínseca del movimiento sindical moderno y es,precisamente, una consecuencia del principio de libre asociación.Gracias a este, el número de los sindicatos es precisamente ilimitado.Se entiende que la distribución de los trabajadores entre variasuniones encierra el peligro de una dispersión de las fuerzas socialesque representan, en detrimento de la finalidad del movimiento: oponeral capitalismo concentrado un grupo de trabajadores igualmenteconcentrado.

Al mismo tiempo, una organización obrera disgregada pierde valor comoelemento de mediación frente a los Poderes Públicos. La unión solosignifica fuerza cuando realmente vence la desunión. Ello no quiere

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decir que la agrupación de los trabajadores debe realizarse enorganizaciones únicas (para cada profesión, industria, etc).

La meta de un movimiento sindical unido no se cumple forzosamentemediante una organización única. Es posible que la organización tiendaa la unicidad, por la decisión y el i pulso espontáneo de los propiostrabajadores, los que ven la unicidad el mejor método para alcanzarsus fines. En este caso, la misma unicidad puede realizarse endistintos grados. Puede ser que se mantenga cierta variedad ydiversidad de organización en el primer grado y también en el segundo(federaciones), y que solo se unifique en el tercer grado. O bien quetodavía se constituyan varias confederaciones, pero que éstas a su vezse junten en una sola agrupación central. Pero la unicidad tambiénpodría realizarse ya, en grados inferiores.

El principio de libre agremiación, en el terreno especifico de laasociación profesional - dice KROTOSCHIN- permite que por un lado laformación libre y espontánea de tantas organizaciones como la voluntadde los interesados quieran crear, pero por otro lado admite también sucoordinación y unión en cualquier escalón de pirámide, y como se havisto, hasta hace aconsejable tal concentración, en interés de lamejor consecución de los fines sindicales.

Agrega Krotoschin, que la misma estructura gradual de las asociacionesprofesionales tiene a ese fin. Sobre todo, la mayor concentraciónposible es adecuada y necesaria tratándose de negociaciones colectivascon la otra parte, o de la participación de un procedimiento deconciliación y arbitraje, con el objeto de establecer nuevascondiciones de trabajo sobre una base colectiva, o de la colaboraciónque se preste a los poderes, públicos o a la parte social opuesta,siempre que se trate de cuestiones que afecten el interés de laprofesión, industria (empresa) o rama de actividades enteras; encambio el principio de agremiación libre se opone a que estaconcentración y unificación se consiga mediante medidas coactivas, encualquier grado de la organización que ello fuere.El problema consiste en conciliar el principio de libertad sindicalcon la necesidad mencionada, de que determinadas ocasiones las partessociales se presenten en la formas más concentrada posible, sin acudira medidas coactivas que alteran aquel principio.Para salir de esta dificultad dice Krotoschin, se ha creado yreconocido el concepto de organización más representativa. Esteconcepto consiste en que en determinadas oportunidades de la índolemencionada, se faculta a una sola organización profesional(sindicato,federación o confederación), o bien simultáneamente a varias de ellas,para representar a la totalidad de los miembros de determinadaempresa, industria, etc, como efecto para todas las otrasorganizaciones de una competencia igual pero de menor capacidad derepresentación, “sin afectar los derechos de estas últimas en lodemás”. “La organización más representativa”, se concibe solo junto aotras organizaciones menos representativas. El propio concepto de“organización más representativa”, es pues un término correlativo alprincipio de la libertad sindical.

Para que pueda definirse la o las organizaciones más representativasdebe ser posible la concurrencia de varias organizaciones conprincipalmente iguales derechos e iguales probabilidades de éxito encuanto a la calificación de tal: Por otro lado esta calificación sehace para un fin determinado, en que la mayor capacidad derepresentación sea deseable o necesaria y no como implicante de una

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cualidad que diferencia las organizaciones más representativas de lasotras en todos los sentidos y en todas las oportunidades derepresentación de los intereses de los trabajadores. La restricción alprincipio de igualdad es solo relativa, material y temporalmente y nolo menoscaba o altera de modo sustancial, sino que adecua suaplicación a las necesidades en forma proporcionada a los fines delmovimiento sindical.

La existencia de varios sindicatos en una misma línea de trabajo creóel problema de saber a cuál de ellos debía concederse larepresentación de los intereses gremiales. El pluralismo sindical setransformo de esta manera en un fenómeno delicado que pareció en elprimer momento compromete a la libertad sindical si la representación,si la representación del interés de categoría era reconocida unos y noa otros.

Dicho otorgamiento, según las soluciones del derecho positivo, selleva a cabo:

a) Mediante una elección realizada con el objeto de conferirdicho poder. Este sistema es el seguido por el derechoamericano.

b) Mediante una declaración de la autoridad, la cual después derevisar diversas circunstancias, se pronuncia sobre el cualrepresenta, del modo más autentico e incontrovertible. Estaúltima es la solución más corriente y seguramente también, lamás rudimentaria. Por este procedimiento se llega a proclamarsin necesidad de elección, el cual es “la organización másrepresentativa” y por eso mismo, la titular de los poderes queconfiere el mandato.

Cuando se decide que la organización más representativa es la quepuede intervenir mediante elección, no se hace otra cosa que aplicar ala organización de trabajo, el régimen democrático tal como se aplicaen la constitución política.

El concepto de una organización más representativa da en primertérmino una solución práctica y simple al problema del pluralismosindical, se basa en los principios de la democracia y finalmente enel principio mayoritario en que dice fundarse, es conocido en elderecho privado.

PEREZ BOTIJA6, sostiene que “desmesurado privilegio entraña eleufemismo de sindicato representativo, mediante esta calificación seotorga a determinadas entidades plenitud de funciones y participarexcluyendo a otras, en representación de interés laborales anteorganismos públicos. El legislador, dice que cierto sector de ladoctrina francesa, confiere un trato preferencial, destruyendo laigualdad entre asociaciones, comprendiendo el reclutamiento deafiliados y aun la vida misma de los sindicatos que no gozan deaquella condición. Se ha discutido el concepto. Una resolución deltribunal de justicia Internacional lo caracteriza por el número deadheridos, y otros pueden determinarla: importancia de lascotizaciones, antigüedad de la agrupación y los convenios yanegociados, las condiciones en que se efectúa la afiliación; los deorden patriótico y los de carácter político – social”

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4.- Angelats, José Espanda, EDDILI, 1988.- Derecho de Trabajo

5.- Krotoschin.- Tratado Práctico del dercho de Trabajo.- Tomo II págs. 629.

VII.- CONCEPCION DE LA UNIDAD Y PLURALIDAD SINDICAL:

* Pluralidad Sindical.- Aparece como el resultado de la libertadsindical y permite la multiplicidad de asociaciones profesionales osindicatos, debido a que no pueden exigirse sin menoscabar la libertadsindical, la adhesión unánime de todos los trabajadores a undeterminado sindicato.

Aquí se respeta el derecho de asociación, reconoce al trabajador comotodo ser humano el derecho de formar parte de cualquier sindicato,siempre y cuando no contravenga el bien común.

* Unicidad Sindical.- Se entiende como limitación legal para formar unsolo sindicato por cada actividad y en cada territorio según existalibertad de afiliación o la agremiación forzada.

Como fundamento se considera que con la existencia de un solosindicato los trabajadores se encuentran más cohesionados evitandodiscrepancias con otros sindicatos si los hubiere, un solo sindicatopermite una negociación más eficaz con el empleador por cuanto secontribuye en un interlocutor válido frente a la Empresa empleadora.

4.-SINDICALISMO EN EL SIGLO XX

La llegada al poder de Miguel Primo de Rivera en 1923, mediante ungolpe de Estado, acrecienta las protestas obreras, tanto entre losugetistas como entre los cenetistas. Estas protestas resultan en unadisolución de los segundos (que eligen el enfrentamiento con el nuevorégimen) y un languidecimiento de los primeros. La muerte de PabloIglesias, en 1925, deja la responsabilidad de UGT en manos deIndalecio Prieto, Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero, tresfiguras claves del socialismo español en los años venideros tras lacaída de la dictadura de Primo de Rivera, en 1930. Por aquellasfechas, UGT contaba con casi 300.000 afiliados y se producía ladecisiva incorporación de los campesinos a la lucha sindical.

La caída de la dictadura y la instauración de la II República abre enel Sindicato la vieja polémica sobre la conveniencia o no departicipar con los partidos republicanos en coaliciones políticas. Enese sentido, Francisco Largo Caballero se pronuncia, en principio, afavor de la participación e Indalecio Prieto asiste, a títulopersonal, en San Sebastián, a la firma de un pacto por el que seperfila la coalición republicano-socialista que resultaría vencedoraen las grandes ciudades en las elecciones del 12 de abril de 1931.

Julián Besteiro no es partidario de implicar a UGT en la política y sedistancia de las posturas de sus correligionarios Prieto y LargoCaballero. Esta decisión cuesta a Besteiro el ser desplazado por LargoCaballero en la dirección del PSOE en el Congreso de 1932 y también su

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salida de la Comisión Ejecutiva del Sindicato al año siguiente, alganar las tesis de Largo Caballero en una reunión del Comité Nacional.Con él dejan la Ejecutiva Saborit y Trifón Gómez. Víctima de laimpaciencia y la decepción por las limitaciones que impone la víaparlamentaria, Largo Caballero se pronuncia partidario de una toma depoder mediante la acción revolucionaria. No es ajena a esta toma deposición de Largo Caballero su experiencia en el Gobierno comoMinistro de Trabajo.

En 1934 la situación empeora, con un Gobierno de derechas dispuesto air recortando las mejoras sociales conseguidas por los trabajadores enla anterior legislatura, y que se emplea a fondo contra cualquierprotesta laboral. Se convoca una huelga general que prende en casitodo el país, particularmente en Asturias, donde la Alianza Obrera(UGT y CNT) se hace con las riendas y se crea una situaciónrevolucionaria que el Gobierno reprime causando numerosas víctimas ypracticando un sinfín de detenciones.

La polarización de las fuerzas políticas y sociales facilita lacreación del Frente Popular, coalición de los partidos de izquierda,que ganará las elecciones de febrero de 1936. Pocos meses despuésempezará la Guerra Civil al sublevarse el General Franco contra laRepública, y con la Guerra Civil se inicia un período deextraordinario esfuerzo para el Movimiento sindical, que se veobligado a renunciar a muchas de las actividades propias de susOrganizaciones en aras de la defensa de la legitimidad nacional. En elumbral del conflicto, UGT contaba en sus filas con cerca de un millóny medio de afiliados, que debían compaginar la doble tarea de combatiren todos los frentes y asegurar la continuidad de la producciónindustrial y agrícola en la retaguardia.

Los años de la guerra son años de crisis y desgaste dentro delMovimiento sindical, debido, en parte, a las distintas posturaspolíticas que coexisten en su seno. En septiembre de 1937 la ComisiónEjecutiva de UGT expulsa a nueve Federaciones Nacionales que estándescontentas con su gestión (entre ellas, la Federación del "gloriosoSindicato Minero Asturiano", de la que era Secretario General RamónGonzález Peña, Presidente del PSOE); antes de adoptar esta decisión,la Comisión Ejecutiva había suspendido en sus derechos a la Federaciónde las Artes Blancas de Madrid, una de las de más brillante historialrevolucionario.

En los años de la dictadura, UGT se dedica, desde su sede de Toulouse,a parar, con el apoyo de la CIOSL (Confederación Internacional deOrganizaciones Sindicales Libres, a la que pertenece y de la que esmiembro fundador), el reconocimiento internacional de los "sindicatosverticales" creados por el régimen franquista, a conseguir apoyo ysolidaridad de los trabajadores de otras tierras para los esfuerzos delos españoles en sus acciones de protesta o conatos de huelga y a darpublicidad a estos hechos.

También será tarea importante la de propagar en el exterior lainformación sobre actos de represión del Gobierno franquista. Endiciembre de 1959, con motivo de la visita a España del entoncespresidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, UGT edita en Toulouseuna carta de los presos políticos españoles al mandatarionorteamericano. En el periodo que abarca de 1944 hasta 1973, UGTcelebra 12 Congresos en el exilio.

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Mientras tanto, en el interior del país se suceden los intentos demantener algún núcleo de acción, que terminan casi siempre en sudisolución por la policía. Así ocurre en el año 1942. En 1944 se eligeuna Comisión Ejecutiva provisional, presidida por Gómez Egde, cuyosmiembros son detenidos al año siguiente, con solicitud de penas demuerte y treinta años para los dirigentes regionales. Se elige unanueva Ejecutiva que preside Eduardo Villegas. En 1946 muere en ParísLargo Caballero. En ese mismo año se celebra el II Congreso de UGT enel exilio y en medio de una gran tensión se informa de la muerte devarios compañeros encargados de tareas de organización y enlace con elinterior, así como de la captura y muerte de algunos delegados a esteCongreso.

En Madrid son procesados y condenados los miembros de la segundaEjecutiva, que preside Villegas. En el año 1947 UGT llama a la huelgaen el País Vasco contra los bajos salarios y contra la dictadurafranquista. El resultado de éstas y otras acciones es difícil deevaluar por falta de datos que contrasten la información proporcionadapor los interesados, pero las cárceles se llenaban con cada acción, yello es significativo. En 1951 un comando franquista asalta y destruyelas oficinas de UGT en Toulouse y en 1953 Tomás Centeno, presidente deUGT, muere torturado en los sótanos de la Dirección General deSeguridad de Madrid.

A mediados de los cincuenta, y más concretamente entre 1956 y 1958,son convocadas en España varias huelgas, que se saldan con nuevasoleadas de detenciones y torturas. Esta tónica continúa en lasiguiente década y se extiende también hasta la misma fecha de lamuerte de Franco. Pero, para entonces, ya está todo en marcha para elregreso.

En abril de 1976, entre los días 15 y 18, UGT celebra su XXX Congresoen Madrid, aún en la ilegalidad. El acontecimiento se celebró en elmismo restaurante madrileño del barrio de Cuatro Caminos en el que secelebrara en 1932 el último Congreso del Sindicato en España (elXVII). En su discurso a los asistentes, el entonces secretario generalNicolás Redondo propugnó la ruptura política y sindical con elGobierno de aquel momento, el primero de la monarquía, presidido porArias Navarro.

Mientras tanto, en España había nacido, a mediados de los cincuenta,otro movimiento sindical, Comisiones Obreras, surgido de la meranecesidad organizativa y reivindicativa de los trabajadores. Para lanueva generación de trabajadores españoles UGT sólo era un recuerdo desus padres o de luchas sindicales pasadas. Con su inusitada táctica deinfiltrar el aparato sindical del Gobierno, Comisiones Obreras habíalogrado poco antes de la muerte de Franco colocar sus hombres en casitodos los llamados jurados de empresa. No es por ello extraño que elGobierno que estaba haciendo de puente para una liquidación delfranquismo y el paso a la democracia mirara con recelo al nuevoSindicato.

1977 fue un año rico en acontecimientos para el mundo sindicalespañol. Las principales centrales sindicales actuaban abiertamente yel Gobierno hacía la vista gorda, mientras en el Parlamento sediscutía un Decreto-Ley de Relaciones Sindicales. No sería, sinembargo, hasta que Nicolás Redondo, encabezando una delegaciónsindical española, ocupara en la LXII Conferencia Internacional de laOIT el lugar que cuatro décadas antes había pertenecido a FranciscoLargo Caballero que los Sindicatos quedaron "de facto" legalizados en

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España. Eso ocurría a fines de junio de 1977, tres meses después deque fuera legalizado el PCE (Partido Comunista de España). A partir deese momento, comienza la pugna por la hegemonía sindical, que esemismo año se ponen a preparar elecciones en diversas empresas.

Tras la legalización de las Centrales sindicales Nicolás Redondoanuncia, en julio de 1977, que se han repartido 700.000 carnets de UGTy cuentan con 500.000 afiliados que cotizan. Diez años después, enoctubre de 1987, UGT tenía más de 660.000 afiliados en toda España. Alfinalizar el año 2000, eran más de 750.000 los afiliados-cotizantes.

Las primeras desavenencias serias de UGT con el Gobierno socialistadatan de 1985, cuando es aprobado el decreto-ley de reforma de laSeguridad Social (siendo Ministro de Economía y Hacienda Miguel Boyer)y son recortadas las pensiones. Carlos Solchaga, que reemplazó a Boyeren el cargo en julio del 85, se convertiría con el tiempo en la bestianegra de los ugetistas. No es ningún secreto que, desde los despachosdel PSOE, en el año 85, se andaba buscando sucesor a Redondo en laSecretaría General del Sindicato. Sin embargo, el XXXIV Congreso deUGT, celebrado entre el 2 y 6 de abril de 1986, no dejó transpirar lastensiones existentes entre unos y otros (era año de eleccionesgenerales) y el informe de gestión de la Comisión Ejecutiva Confederalfue aprobado por unanimidad.

Después de las elecciones generales, que dan de nuevo la victoria alPSOE, las relaciones de UGT con el Partido sufren altibajos, hastadesembocar, en 1987, en una cadena de dimisiones en el Partido y en elSindicato provocada por el debate en el Parlamento de los Presupuestosde 1988.

En octubre de 1986 se entregan a UGT 6.074 millones de pesetas enconcepto de devolución del Patrimonio Sindical incautado al fin de laGuerra Civil, con arreglo a un inventario elaborado por el Gobierno.Previamente, en septiembre del mismo año, UGT había recibido 4.144millones.

Las diferencias entre UGT y el Gobierno se recrudecieron ante eldebate del proyecto de Ley de Presupuestos para 1988, en lo que serefiere a salarios, pensiones y desempleo. Se produjeron entonces unacadena de dimisiones. El primero fue Nicolás Redondo, que votó encontra del proyecto de Ley. A partir de ese momento se sucedieron lasdimisiones de sus escaños en el Congreso y Senado de sindicalistaselegidos en las listas socialistas, como la del propio SecretarioGeneral de UGT, Nicolás Redondo, y del Secretario de Organización,Antón Saracíbar. A éstas siguieron las dimisiones de Emilio Castro,Secretario de Acción Institucional, y en octubre de 1987 CándidoMéndez, Secretario General de UGT en Andalucía, hace lo propio en elParlamento Andaluz. Juan Cuenca, senador socialista y Secretario deFormación en UGT-Granada, es expulsado de la Ejecutiva del Sindicatopor votar a favor de la ley de reforma de las pensiones, JuanMazarrasa, responsable confederal de la Unión de Técnicos y Cuadros deUGT, y José Luis Corcuera, Secretario confederal de AcciónReivindicativa, abandonaron sus puestos en el sindicato en beneficiodel Partido, al igual que Justo Zambrana dimite de la Secretaría deRelaciones Institucionales de la Comisión Ejecutiva de UGT paradedicarse al Partido y conservar su escaño. Así las cosas, UGTcaminaba hacia la celebración de su Centenario en un clima deincertidumbre en cuanto a su eterno debate sobre la relaciónSindicato-Partido y con dos crisis concretas en sus Federaciones deMetal y de Minería.

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La crisis en la Federación de Minería coleaba desde enero de 1986,cuando se llegó a la disolución del SOMA-UGT porque, según decía elsecretario general de la Federación, Antón Saavedra, "el SOMA recibeórdenes de arriba". En septiembre del 87, durante la reunión delComité de la Federación Estatal, se lanzaron desde este Sindicatoataques al PSOE y dos diputados socialistas fueron declarados"personae non gratae" por los asistentes. En cuanto al Metal, estabantodavía recientes las heridas provocadas en la Federación por elantagonismo entre los partidarios del hasta entonces SecretarioGeneral Antonio Puerta (inhabilitado en su cargo con toda laEjecutiva) y del candidato a la misma Secretaría Manuel FernándezLópez "Lito".

En este convulso año de 1988 UGT conmemoraba sus primeros cien años devida. En palabras del entonces secretario general del Sindicato,Nicolás Redondo, “UGT conoció todos los avatares de la propiaevolución histórica de España en dicho lapso de tiempo, un períodocuajado de conflictos de todo género, especialmente sociales, en quela clase trabajadora ha tenido que luchar muy duramente: primero, parapoder organizarse, saliendo de su postración y venciendo para ello lasprohibiciones y trabas que impedían el derecho mismo de sindicación,hasta lograr su reconocimiento, y después, para ir conquistando, pocoa poco, condiciones de vida y de trabajo más dignas, más humanas, conlas que superar aquellas escandalosas situaciones de miseria,explotación e indefensión de las que partía. En este duro procesorecorrido por el Movimiento Obrero, UGT es una pieza clave, un factoresencial, al haber constituido el primer núcleo de Organizaciónconsistente de los trabajadores de nuestro país...”.

Por resolución de la Comisión Ejecutiva Confederal se crea a finalesde 1987 la Comisión Permanente del Centenario, integrada por algunosmiembros de la CEC y por representantes de la Unión Regional de Madridy de las Federaciones Estatales de Industria, con el fin de coordinarlas actividades que se desarrollarían ese año. Uno de los primerosactos fue la presentación el 8 de marzo del sello conmemorativo delcentenario, de un valor de 20 pesetas, en los salones de la central deCorreos de Madrid. El 18 de abril, el Ateneo de Madrid sería elescenario de presentación del Patronato del Primer Centenario de UGTcuyo presidente de honor fue Ramón Rubial Cavia y presidente ejecutivoel entonces secretario general de UGT, Nicolás Redondo, al queasistirían en sus funciones 13 miembros, tanto del PSOE como delSindicato. Entre los múltiples actos culturales, deportivos y socialesrealizados por toda la Organización a lo ancho y largo de toda lageografía española, cabe destacar la inauguración, el 28 de junio, dela Escuela de Formación Sindical “Julián Besteiro” en Madrid.

Pero el acto cumbre fue sin duda la Fiesta del 1º de Mayo, en la Casade Campo de Madrid, que duró cuatro días. Fue una fiesta deconfraternización de sindicalistas y socialistas como se apreció en ladelegación del PSOE encabezada por Ramón Rubial, presidente del PSOE,y los miembros de la Ejecutiva socialista Carmen García Bloise,Enrique Múgica y Francisco Fernández Marugán. Comisiones Obreras envióuna representación encabezada por su secretario general, AntonioGutiérrez, además de Agustín Moreno y Julián Ariza. El Gobiernosocialista estuvo representado por los ministros de Trabajo ySeguridad Social, Manuel Chaves; de Interior, José Barrionuevo, yJavier Solana, de Cultura.

En su discurso Nicolás Redondo exigió al Gobierno que prestase unamayor atención a los sectores más desfavorecidos, parados,

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asalariados, pensionistas, y quienes han llevado la parte más dura dela recuperación económica. Recordó que el Gobierno tiene una deuda contodos los sectores que le han apoyado: dar un giro social a supolítica y esto es posible porque a situación económica lo permite.Más adelante señalaba que “no se va a hacer una política de progresosin contar con nosotros” y se adentró en referencias a las difícilesrelaciones entre el Sindicato y el Partido que han tenido “altibajos yenfrentamientos, pero que no deben dramatizarse”. “Queremos relacionesfraternales, pero determinando la acción sindical nosotros”. Serefirió a las movilizaciones que se estaban efectuando en distintossectores tendiendo un puente al Gobierno para que negociase.

Pero la ausencia en este 1º de Mayo del presidente del Gobierno,Felipe González, atisbaba la ruptura entre el Gobierno socialista y elSindicato, que implicaría también a las relaciones Sindicato-PSOE. Lasdesavenencias entre UGT y el PSOE originaron un acercamientoprogresivo entre los dos Sindicatos mayoritarios. El año 1988 fue elde la unidad de acción UGT-CCOO, a través de la Propuesta SindicalPrioritaria, y el de la Plataforma Sindical Unitaria, en la quetrabajaron comisiones técnicas de ambos sindicatos. También ese fue elaño de la denuncia de UGT a la Organización Internacional del Trabajo(OIT) contra el Gobierno por los acuerdos Administración-UniónDemocrática de Pensionistas (UDP) y el de la primera huelga general(14 de diciembre) desde 1934. Esa huelga de 24 horas paralizó el paísy contó con el apoyo de aproximadamente ocho millones de trabajadores.La siguiente huelga general de 24 horas y cierta enjundia (hubo otrasde menor duración, como la del 28 de mayo de 1992) tuvo lugar el 27 deenero de 1994, cuando pararon un 90% de los trabajadores según losSindicatos y tan sólo un 30% según los empresarios.

Así las cosas, se acercaba el día de la jubilación del hombre quedurante 18 años había conducido a UGT desde la clandestinidad alpuesto de Sindicato mayoritario del país en la década de los ochenta.A sus 66 años, Nicolás Redondo decidió que en el 36 CongresoConfederal no se presentaría a la reelección.

El 36 Congreso Confederal de UGT se celebró del 7 al 10 de abril de1994 entre insultos de los afectados por la crisis de la PSV en elexterior y apagones y llamamientos a la unidad en el interior delPalacio Municipal de Congresos del Campo de las Naciones de Madrid.Estos llamamientos de Nicolás Redondo a la unidad interna delSindicato estaban más que justificados, pues hasta el último momentono se despejó la incógnita sobre la posible presentación de dos listaspara la sucesión del Secretario General saliente, una encabezada porCándido Méndez (UGT-Andalucía) y la otra por Manuel Fernández "Lito"(UGT-Metal), que en el último momento anunció que no se presentaría,dejando así el paso libre a Cándido Méndez, que tuvo el apoyo del 75%de los votos, frente a la abstención del otro 25%. Redondo no habíasido capaz de imponer su autoridad arbitral para lograr un consenso enla pugna abierta por la sucesión y eso habría de pagarlo el Sindicatounos meses más tarde cuando la decisión de la Ejecutiva Confederal decesar en sus funciones a tres disidentes de ese órgano directivo (JoséLuis Daza, Secretario de Acción Sindical; Gustavo Gardey, Secretariode Acción Social, y la vocal Dionisia Muñoz) y la posteriordesautorización por el Comité Confederal desembocaba, el 25 de febrerode 1995, en la convocatoria de un Congreso extraordinario, para el 29de abril siguiente, en el que se elegiría un nuevo Secretario General,permaneciendo en funciones hasta dicha fecha Cándido Méndez.

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En ese Congreso extraordinario sería reelegido Cándido Méndez por 431votos frente a los 369 obtenidos por Manuel Fernández "Lito", que sípresentó su candidatura en esta ocasión. La participación fueabsoluta, sin votos nulos ni en blanco. La presentación de doscandidaturas en el Congreso planteó una situación insólita a losochocientos delegados asistentes, quienes por primera vez en lahistoria del centenario Sindicato, se veían obligados a elegir entredos posibles secretarios generales.

Posteriormente, del 11 al 14 de marzo de 1998 se realizó el 37Congreso Confederal (último de los realizados hasta ahora, ya que eltrigésimo octavo tendrá lugar en Marzo de 2002). Este Congreso sedesarrolló bajo el lema “UGT por las 35 horas. Empleo y Solidaridad” yen él fue reelegido (con el 86'01% de los votos) como secretariogeneral, Cándido Méndez.

El 20 de abril, UGT y Comisiones Obreras comienzan las movilizacionesa favor de la semana laboral de las 35 horas y una mejora en laprotección a los parados. El acto más importante se celebró en Madridcon una concentración estatal de delegados, con el lema "Por el empleoy la solidaridad". El 3 de diciembre culminan con grandesmanifestaciones en todas las Comunidades Autónomas un proceso demovilizaciones contra la política económica del Gobierno del PP,iniciadas el 3 de noviembre.

En el año 1999 las concentraciones unitarias de UGT y ComisionesObreras, a favor de mejoras económicas y sociales para losdesempleados, tuvieron su exponente más significativo en laconcentración del 16 de diciembre ante el Congreso de los Diputados.Esta movilización formó parte de la campaña "Más subsidio, másempleo", que ambos Sindicatos desarrollaron en el conjunto del paíspara reclamar derechos y solidaridad con las personas en paro.

El 24 de enero de 2000 inicia su andadura la Unión de Profesionales yTrabajadores Autónomos (UPTA), vinculada a UGT, y que agrupa acomerciantes, titulados y operarios, con lo que se cumple un mandatodel 37 Congreso Confederal, en el que se decidió la necesidad deaglutinar al mundo excesivamente disperso de los autónomos.

Ese mismo mes, en concreto el día 26, Cándido Méndez presenta a loscuadros de UGT la campaña "Garantía para todos, de empleo yprotección", en un acto sindical celebrado en la sede de UGT enMadrid. Esta campaña tuvo como objetivo trasladar al conjunto de losafiliados al sindicato, a los trabajadores y a la opinión pública engeneral la valoración de UGT sobre la primera legislatura del PP ydifundir las propuestas del Sindicato para mejorar el empleo y laprotección social. Se suceden manifestaciones contra los “globossonda” que lanza el Ejecutivo. Así, el 10 de febrero se inician lasmovilizaciones contra el Reglamento de Fundaciones SanitariasPúblicas, que culminarán con una gran manifestación que convocó parael día 28 de ese mes, la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública.

El 1 de junio se inicia el Diálogo Social propuesto por el presidentedel Gobierno, José María Aznar, a empresarios y Sindicatos, en torno asiete mesas: la adaptación del acuerdo para la estabilidad del empleo;la renovación del Pacto de Toledo; la reforma del servicio público deempleo; la mejora en la prevención de riesgos laborales; la extensióndel trabajo a tiempo parcial; el desarrollo de las políticas activas yla nueva Formación Profesional.

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El 13 de diciembre, UGT y CC.OO. convocaron movilizaciones en 42 delas principales ciudades del país, para dar un impulso al DiálogoSocial, iniciado entre Sindicatos, empresarios y Gobierno en el mes dejunio, ante el bloqueo y las interferencias del Gobierno en el mismo.El lema de las manifestaciones fue “Por un trabajo digno y seguro.Salarios suficientes y mejora de la protección social”.

El 14 de diciembre, los empleados públicos secundan una huelga generalconvocada por los Sindicatos de la Función Pública para exigir que elGobierno no aplique la subida salarial para 2001 del 2%, cuando lainflación de 2000 estuvo en el 4,1%, por el derecho a la negociacióncolectiva, por la cláusula de revisión salarial, por un empleo públicode calidad, por los salarios, contra la movilidad geográfica impuesta,contra la tasa de reposición, por unos servicios públicos estables,profesionales y de calidad.

4.1.-La CNT durante el franquismo. Clandestinidady exilio (1939-1975).

ÁNGEL HERRERÍNSiglo XXI, Madrid, 2004, 468 págs.En enero de 1986, Enrique Marco le dedicaba a su amigo José Pastor unode sus libros sobre la clandestinidad libertaria, definiéndolo como«Una página del antifranquismo español que no reflejará la HistoriaOficial de España». No le faltaba razón a quien fuera secretariogeneral de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en 1946 y 1947,luego preso y torturado. Esta Historia oficial, redactada primero porjerarcas y acólitos del franquismo interesados en apagar todadisidencia a sus ideas, rectificada después por quienes, buscando eleslabón perdido que legitimase su protagonismo en la nueva esferapública, pilotaron la transición democrática, condenó al olvido todaresistencia y oposición libertarias. Una página de la historia deEspaña que Ángel Herrerín presenta ahora con todo detalle, prolongandola alternativa que testimoniosde viejos militantes, como el de Marco, abrieran contra laoficialidad. La CNT durante el franquismo es un trabajo de brillantefactura donde el autor nos presenta la trayectoria del sindicato,dentro y fuera de España, desde la derrota en la Guerra Civil hasta lamuerte del dictador. Para la elaboración de este «relato general»,esta «narración» (p. ix-x), como la define quien fuera director de latesis doctoral que le sirve de boceto, Herrerín habría dispuesto de unvasto material documental que él mismo prolonga, creando nuevasfuentes. Fondos de archivo diseminados por el mundo (Madrid,Barcelona, Amsterdam, México, por citar algunos) completados con laspalabras que viejos protagonistas legaran al autor en sucesivasentrevistas. Manejo y presentación de unas fuentes que merecen ya unaprimera consideración, a todas luces positiva. Porque es de encomio lalabor realizada por el joven investigador, luego doctor. En primerlugar, por recoger la voz de estos militantes, en muchos casos últimaoportunidad de grabar su visión sobre época tan oscura de nuestrahistoria más reciente. Después, por presentar de forma clara todo elmaterial recogido en una descripción comentada que consigue elincreíble esfuerzo de desenredar esta madeja sin cuenta que es elanarcosindicalismo de posguerra. Ideología y acción plagadas decomités clandestinos, reuniones secretas, decisiones contradictorias,actuaciones desesperadas, infiltrados y confidentes, persecuciones ysentencias (todavía hoy custodiadas en depósitos inaccesibles). Latrayectoria histórica del sindicato es dividida en cuatro periodos,hilvanados en narración sincrónica y rematados con un capítulo deinterpretación y análisis de los procesos identificados durante la

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misma. El primero de los periodos, la inmediata posguerra, concluye en1945 con la escisión confederal entre los sectores posibilista yortodoxo del exilio, y de éste último con la organización quepermanece en el interior. Herida ideológica que no cicatrizará hastala reunificación de 1961, en un gesto más aparente que real. Elsegundo periodo incluye la época «dorada» de máxima actividadclandestina en España. Espejismo de alianzas políticas que apenasdurará un par de años, entre 1945 y 1947, donde los comités dirigentesdel interior se esfuerzan por buscar una salida al franquismo de lamano de otras organizaciones opositoras o disidentes. Esfuerzo deresultado nulo pero de gran impacto para el conjunto del movimientolibertario, por el abismo abierto con respecto a los principiosclásicos. Actividades que se esfuman a principios de los cincuenta,abriendo un «desierto» y un «eclipse» del que se ocupa el tercero deestos capítulos temáticos. Finalizando la secuencia, se presenta unúltimo periodo que abarca desde la reunificación hasta el «ocaso» delrégimen dictatorial, y con él, de un movimiento continuamenterepresaliado, dividido y ahora extrañado. Herrerín logra en estadescripción minuciosa desentrañar aspectos de la historia de la CNTclandestina y exiliada hasta ahora confusos, o al menos no debidamentetransitados: los casos, contados pero reales, de entrismo deconfederales en los sindicatos verticales, y su repercusión en laorganización; los planteamientos de la militancia exiliada noresidente en Francia (con especial atención a los núcleos de México eInglaterra); el proceso de formulación ideológica una vez consumada laescisión, desde la toma de posturas en las reuniones orgánicas hastala edición de órganos de prensa sectoriales y enfrentados; los cambiosen los modos de acción política de los comités del interior en lasconversaciones y alianzas con republicanos y monárquicos, desde lareivindicación irrenunciable de la República hasta la propuesta delplebiscito para un escenario pos-franquista; las motivaciones de estasclaudicaciones y otras renuncias de militantes que presencian cómo ladictadura se perpetúa y su organización se hunde; etc. Mención apartemerece la rigurosidad con que establece, rectificando propuestas deotros autores, la relación de miembros, actividades y periodos deexistencia de los comités nacionales del interior, limitados por larepresión draconiana que sobre ellos se emplea, y que es analizadaaquí de forma exhaustiva, cuantitativa y comparada. Todo ello en unmarco teórico que se propone el estudio de las culturas políticasenfrentadas dentro de la familia libertaria, y que permiteinnovaciones tales como el análisis de la movilización de la memoriapor uno y otro sector para la legitimación de planteamientos yposiciones hegemónicas. En este estudio del declive delanarcosindicalismo en España, el autor identifica tres principiosclásicos de explicación: uno externo, la represión; otro, que podemosdenominar orgánico, como es el enfrentamiento dentro de la CNT; yotro, ya interno, dado por la auto-imposición de anclajes ideológicosque dificultan la referencia a nuevas realidades sociales y desactivanla movilización. Lugares tópicos de la escasa literatura especializadaque Herrerín quiere vincular con el propio «devenir» de laorganización en esta «historia política» de la CNT. Propuesta, sinembargo, difícilmente aplicada por lo impreciso de su enunciado, quedesemboca en la utilización de las explicaciones al uso como hipótesiscentrales de la investigación, añadiendo otras nuevas como la falta derelevo generacional facilitada por la represión o la carencia de unaorganización exterior fuerte que, como al Partido Comunista, leayudase a superar los continuos embates. Conclusiones que, sinsubvertir la interpretación general del ocaso, la completan, aportandonuevos contenidos y enfoques. Innovaciones estas que merecen diversaconsideración. Para ello, baste la crítica de su presencia (oausencia) en el análisis del funcionamiento interno de la organización

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clandestina, cuestión donde se detiene profusamente el autor y dedonde derivan importante conclusiones. En cuanto a los comités,extremadamente ilustrador es el estudio del Comité Nacional caído enla razzia de 1961: más del 90% de los 44 dirigentes caídos eranmayores de edad en 1936.Estudio de edad (también aplicado en la tesis doctoral para el periodode l939-1952 y aquí sorprendentemente omitido) que refrenda la crudaausencia de relevo generacional; carencia que empuja la toma dedecisiones desesperadas para frenar la absorción de la juventudmovilizable por otras organizaciones. En cuanto a la estructuraconfederal, Herrerín reitera la permanencia del esquema federal deingreso y participación de los tiempos de la legalidad pero deja almargen cambios sustanciales tales como la relevancia decisiva de unasecretaría general y un Comité Nacional antes casi simbólicos, o lastransformaciones internas de una estructura cada vez más política ymenos sindical. En cuanto a la militancia, es interesante ydocumentado su estudio, pero escasas las innovaciones de análisis,repitiendo una continua diferenciación entre dirigentes, militantes yafiliados que supone la aplicación de categorías cuando menoscuestionables para periodos de clandestinidad. Para terminar estarecesión, queremos discutir alguna de las conclusiones de estesoberbio trabajo. El capítulo final, donde se aborda la cuestióncentral de las culturas políticas enfrentadas dentro de la familialibertaria mediante el análisis de contenidos ideológicos, gestión dela memoria colectiva y espacios de sociabilidad,arroja algunasafirmaciones que recaban nuestra crítica. La primera de ellas serefiere al coyunturalismo identificado por el autor como problemairresuelto de la renovación ideológica que intenta el sectorposibilista (p. 338-339). Circunstancialismo, como preferimosdefinirlo nosotros, que expresa la preocupación constante por unaevaluación sincera de la situación presente y una adaptaciónconsecuente con las circunstancias históricas que le rodean, y quepensamos debe interpretarse, no como salida pasajera que imposibilitauna renovación real, sino como principio ideológico básico de laalternativa posibilista. Principios y alternativa que conectan conheterodoxias pasadas (Peiró, Pestaña, y otros) y que ahora chocan,como advierte el autor, con el miedo a romper con unas siglas y unosreferentes históricos de gran densidad simbólica (p. 416) que actúancomo auténtica barrera para la emancipación posibilista.El segundo comentario también se refiere a las conclusiones sobre estesector. Por cómo se expresa en el texto, la atención primordial a losproblemas concretos que atañen a los trabajadores, defendida por loscomités del interior frente a la utopía arcaizante del sector ortodoxodel exilio, podría identificarse con la defensa clásica de la libertadpersonal que la organización libertaria viene exigiendo, desde susformas más pretéritas, en asuntos de cultura, minorías, sexualidad, orepresión personal (p. 418-419). Por el contrario, nosotros pensamosque existen diferencias fundamentales. Mientras que la defensa clásicase hallaba inmersa en un discurso cuya finalidad y meta última era larevolución total y totalizadora, la defensa actual ya no participa deesos presupuestos, dejando en suspenso esta emancipación general paraactivar principios de movilización más inmediatos y radicalmentedistintos, como las libertades políticas o los derechos ciudadanosanulados por el franquismo. Ángel Herrerín ha concluido un dilatadoproceso de investigación de resultados más que sobresalientes. Procesocuya fase previa fue la presentación de su tesis doctoral. Desde sudefensa en la Facultad de Geografía e Historia de la UNED en 2002,Herrerín ha ido presentando algunos de sus extractos y conclusiones enlas revistas de Historia más prestigiosas (Ayer, Historia Social,Historia y Política). Ahora publica una versión corregida y ampliadade este trabajo fuera del ámbito académico, brindándonos la

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oportunidad de conocer una parte silenciada de la historia política deeste país, y creando con ello un nuevo espacio para la confrontaciónreflexiva con nuestro pasado colectivo más inmediato y más trágico.Esfuerzo que no agota sus posibilidades. Como comenta Nigel Townson enla magna obra que editara sobre el republicanismo español1, esteprimer acercamiento a «la historia de cualquier movimiento político»,«el que puede catalogarse como tratamiento desde el ángulo de lasideologías y las instituciones», es necesario completarlo con lahistoria desde abajo, relacionándola con el contexto y susignificación, insertando sus análisis «en realidades más amplias decarácter socio-económico y cultural».

Política y Sociedad, 2005, Vol. 42 Núm. 2: 211-213 2111 El republicanismo en España (1830-1977). Alianza, Madrid, 1994, p. 19. Lacursiva en el original.Eduardo Romanos La CNT durante el franquismo. Clandestinidad y exilio (1939-1975)212 Política y Sociedad, 2005,Vol. 42 Núm. 2: 211-213Política y Sociedad, 2005, Vol. 42 Núm. 2: 211-213

4.2.-CCOO es el primer sindicato del país ennúmero de afiliados y delegados sindicales.

De la posguerra a la legalización

Al finalizar la guerra civil provocada por el alzamiento militar de1936 se instaura en España una dictadura de carácter fascista que semantiene en el poder durante casi 40 años. Se prohíben los partidospolíticos y se disuelven los sindicatos, y sus militantes sonencarcelados, fusilados y perseguidos. Al mismo tiempo se crean losSindicatos Verticales, de afiliación obligatoria tanto paraempresarios como para trabajadores, dirigidos por la patronal y losjerarcas del régimen.

En este marco represivo, los intentos de reconstruir lasorganizaciones obreras fracasan y el movimiento sindical obreroespañol desaparece prácticamente de la escena social.

1947, el inicio de una nueva etapa

En 1947 se realiza la primera huelga bajo el franquismo, en la queparticiparon 40.000 metalúrgicos en Vizcaya. Este hecho marca elrenacer de un nuevo movimiento obrero que, desde entonces, no dejaríade crecer en potencia y fuerza.

Otra fecha histórica fue la del año 1951, con huelgas ymanifestaciones en Barcelona, Madrid y País Vasco.

Los 50, nacen las primeras CCOO

En esas primeras luchas y otras que siguieron, fueron jugando un papelimportante nuevas formas organizativas: en muchos lugares lostrabajadores empiezan a nombrar comisiones de los hombres y mujeresmás combativos que asumen la representación y tratan de negociarmejoras con la patronal.

Esas primeras Comisiones Obreras espontáneas, que fueron impulsadaspor el Partido Comunista de España (PCE), movimientos cristianosobreros y otros colectivos opuestos al régimen franquista, que nacen ymueren con cada conflicto, son las primeras CCOO que con este u otrosnombres hacen su aparición. La historia de CCOO ha comenzado. Es laetapa de CCOO como movimiento espontáneo.

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Una de las primeras Comisiones Obreras que con tal nombre se recuerdaes la formada en Asturias en la mina La Camocha (Gijón), en el año1957, con ocasión de una huelga.

Los 60, CCOO se transforma de movimiento espontáneo en movimientoorganizado

Es en 1964 cuando podemos decir que las CCOO inician su andadura comomovimiento organizado, logrando la permanencia y la coordinación, engran medida, del movimiento obrero español bajo el franquismo.

Las elecciones sindicales de 1966, en las que CCOO logra un grantriunfo, supusieron un duro golpe al sindicato vertical y permitieronla consolidación de CCOO como movimiento organizado. La primeraReunión General de las CCOO del Estado tiene lugar en junio de 1967,en Madrid.

En este año, CCOO pasa de movimiento semilegal a ser perseguidosistemáticamente (el Tribunal Supremo, en noviembre de 1967, lasdeclara subversivas e ilícitas). La represión contra CCOO es brutal:de 9.000 condenados entre 1963 y 1977 por el Tribunal de Orden Público(TOP), que sustituyó a los Tribunales Militares como instrumentorepresor, una inmensa mayoría eran militantes de CCOO

En el año 1968 Marcelino Camacho, Julián Ariza y otros dirigentessindicales son encarcelados y procesados por su pertenencia a CCOO

El auge del movimiento obrero es respondido por el régimen declarandosucesivos estados de excepción, destacando el de 1969 y el de 1970-71,que provocan numerosas detenciones y torturas a dirigentes obreros.Destaca la detención y condena a largos años de prisión de laCoordinadora Nacional de CCOO (el llamado Proceso 1001) que, aunquedificulta las movilizaciones, no impide que a partir de 1973 losconflictos colectivos, los paros y las huelgas se suceden en numerosasempresas y sectores de todo el Estado, y que CCOO se consolide yfortalezca como organización.

CCOO se transforma en Central Sindical

El 20 de noviembre de 1975 con la muerte de Franco se acelera elproceso democrático, comienza la Transición, en la que las estructurasde la dictadura y sus leyes fueron desapareciendo en la medida que lapresión popular se acentuaba. En lo sindical, se caracteriza porintroducir todo tipo de trabas a la consolidación de CCOO y favorecerla dispersión sindical, en un esfuerzo por evitar la unidad sindical.Mientras se perseguía a CCOO, una delegación del PSOE, con FeIipeGonzález y Nicolás Redondo a la cabeza, se entrevistaban con ManuelFraga (Ministro del Interior, 1975-76).

El Secretariado de la Coordinadora General de CCOO decidió celebrar laAsamblea General de CCOO en Madrid, en la que estaba previsto queparticiparan 2.000 delegados de toda España. Se realizó la peticiónoficial a las autoridades gubernativas, para los días 27, 28 y 29 dejunio de 1976. El gobierno la prohibió.

El 15 de abril UGT había celebrado su XXX Congreso, tolerado por lasautoridades; mientras tanto, Marcelino Camacho estaba otra vez enprisión.

Prohibida la Asamblea de Madrid, la dirección de CCOO celebraclandestinamente la Asamblea en Barcelona el día 11 de julio del mismoaño en la que, constatada la imposibilidad de crear un sindicatounitario, se decide el paso de movimiento a organización sindical y lacreación de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras.

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Las resoluciones de la Asamblea de Barcelona dieron comienzo a la 3ªetapa de CCOO que culminó, en junio de 1978, con el primer congresoconfederal de CCOO

En la Asamblea se eligió por primera vez en CCOO una direcciónestable, siendo nombrado secretario general Marcelino Camacho.

En septiembre de 1976 se formó la Coordinadora de OrganizacionesSindicales (COS) constituida por CCOO, USO y UGT que convocó el parogeneral del 12 de noviembre por las libertades. Su duración fueefímera y se disolvió tras la salida de UGT.

CCOO adopta una estructura sectorial y territorial. Durante el otoñode 1976 y los primeros meses de 1977, CCOO va constituyendo lossindicatos de nacionalidad y regionales, mediante un procesoasambleario. Las coordinadoras generales de rama se convierten en elembrión de las federaciones estatales.

La multitudinaria participación en el funeral de los abogadoslaboralistas de la calle Atocha de Madrid, militantes de CCOO y delPartido Comunista de España, asesinados por un grupo terrorista deextrema derecha, fue el detonante de la legalización de CCOO y delPCE.

El 27 de abril de 1977, después de la legalización de los partidospolíticos, son legalizados los sindicatos y se cierra una larga etapade represión; así nace legal y jurídicamente la Confederación Sindicalde Comisiones Obreras, que celebra su primer Congreso en junio de1978, siendo elegido secretario general Marcelino Camacho, que semantiene en el cargo hasta 1987.

El mes de octubre de 1977, las principales formaciones políticasfirman los Pactos de la Moncloa con el apoyo de CCOO

En 1978 se celebran las primeras elecciones sindicales democráticas,que son ganadas por CCOO En la actualidad CCOO continúa siendo elsindicato mayoritario.

Negociaciones y Acuerdos

La victoria electoral de UCD en 1979 abre paso a una ofensivagubernamental contra los sindicatos, imponiendo una revisión salarialpor decreto, presentando un proyecto de Estatuto de los Trabajadoresen las Cortes y anunciando un proyecto de ley de huelga. Mientras queel 11 de julio CCOO convocó una amplia movilización en contra de estasmedidas, en la que participaron más de 2,5 millones de trabajadores,UGT y la patronal CEOE alcanzaban el Acuerdo Básico Interconfederal(ABI), cuyos contenidos se plasmarían en el Estatuto de losTrabajadores que finalmente se aprobó.

Tras el ABI, en enero de 1980, UGT y CEOE firmaron el Acuerdo MarcoInterconfederal (AMI). En junio de 1981 CCOO, junto al Gobierno y losfirmantes del anterior pacto firma el Acuerdo Nacional sobre Empleo(ANE).

Tras la llegada del gobierno del PSOE se firma el Acuerdo Económico ySocial (AES) en octubre de 1984, pero sin la firma de CCOO porentender que era insolidario. De hecho, durante su desarrollo entre1985 y 1986 se iniciaron las políticas de precarización del empleo, alo que hubo que sumar la ley de “recorte” de pensiones de 1985.

Las grandes movilizaciones

A partir de 1985 la interrupción de los acuerdos centrales significóla organización de grandes conflictos, como las huelgas generales de1985, 1988, 1992 y 1994 contra la política económica y laboral delgobierno socialista:

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El 20 de junio de 1985, CCOO convoca un paro general - contra lareforma de las pensiones que fue seguido por más de 4 millones detrabajadores.

Por otro lado, se produce el relevo en la Secretaría general de CCOOsiendo elegido Antonio Gutiérrez Vegara al frente del sindicato en elIV Congreso celebrado a finales de 1987.

El 14 de diciembre de 1988 CCOO y UGT paralizan España con una huelgageneral contra la política económica del Gobierno y por la retirada delos “contratos basura” para los jóvenes, la recuperación salarial, elincremento de la cobertura a los parados y el aumento de las pensionesmínimas, que consigue la retirada del Plan de Empleo Juvenil.

El 14-D, como se conoció este paro general, facilitó la dinámica deunidad de acción entre CCOO y UGT, siendo la consecuencia mássignificativa la Propuesta Sindical Prioritaria elaboradaconjuntamente en 1989. La unidad de acción facilitó también el ingresode CCOO en la Confederación Europea de Sindicatos (CES) en diciembrede 1990.

El 28 de mayo de 1992 se realiza un paro general de media jornada“contra el decretazo del Gobierno”, que recortaba drásticamente lasprestaciones del seguro de paro y profundizaba la desregularización dederechos y la precarización del empleo.

La reforma de 1994 acentúa aún más las medidas del “decretazo”,desencadenando la huelga general del 27 de enero de 1994. Esto noimpide que este año se alcancen acuerdos puntuales con el Gobiernosobre revalorización de pensiones, retribuciones de empleados públicoso sobre empleo rural.

El 20 de junio de 2002, CCOO y UGT convocaron una huelga generalcontra el decretazo que abarataba el despido, eliminaba subsidiosagrarios y fomentaba la precariedad laboral, aprobado por el gobiernode José María Aznar, consiguiendo su retirada en su casi totalidad.

Un nuevo diálogo social (1995-2000)

A mediados de los 90 se inauguran nuevos marcos de diálogo social.Así, se ponen en marcha medidas legislativas producto de lanegociación con los agentes sociales, como la Ley de Prevención deRiesgos Laborales y el Acuerdo para el Empleo y la Protección SocialAgraria. También en 1996 se establece el Sistema Extrajudicial deSolución de Conflictos (SIMA), que es renovado en 2001.

No obstante, el primer gran acuerdo fue el denominado Pacto de Toledosuscrito por los partidos políticos en 1995 sobre desarrollo,consolidación y racionalización del sistema de Seguridad Social, querecogía muchas de las propuestas realizadas por CCOO, al que siguió elllamado Pacto sobre Pensiones, que no contó con apoyo de la patronal.

En 1997 los sindicatos y empresarios alcanzan un acuerdo, asumidoposteriormente por el Gobierno, que modificaba en sentido positivo lareforma de 1994.

Sin embargo, la aprobación por el gobierno del PP, con la oposiciónsindical, de la Ley de Extranjería en diciembre de 2000 supone ungolpe al nuevo diálogo social. La reforma laboral de 2001, un claroapoyo a las posiciones de la patronal CEOE, acentúa la crisis deldiálogo social, aunque en abril de 2001 el Gobierno, la CEOE y CCOO,ya con José María Fidalgo como secretario general elegido en el VIICongreso confederal en 2000, revisan el pacto sobre pensiones de 1996.

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4.3.-Sindicato Español Universitario

Bandera del SEU

1. Introducción2. La Segunda República3. El SEU durante el Franquismo4. De la muerte de Franco a nuestro días5. Referencias6. Bibliografía

INTRODUCCION

I.- EL SINDICATO ESPAÑOL UNIVERSITARIO(SEU):

Es una organización sindical estudiantil de carácter corporativista,similar a las vinculadas a los partidos fascistas en Italia y Rumania,creada durante la Segunda República Española por Falange impulsada porsu líder, José Antonio Primo de Rivera,[1] de quien tomó la máxima deque "hay que convertir la universidad en un organismo vivo deformación total".

II.-LA SEGUNDA REPÚBLICA:

Oficialmente se inscribió como organización en 1935, siendo supresentación el día 20 de enero, declarando su intención de sersindicato único de los estudiantes universitarios con "vocación de unauniversidad imperial". Antes de finalizar el año el número deafiliados era de algo más de 5.000 (uno de cada seis universitarios).El gobierno republicano prohibió sus actividades en Marzo de 1936. Enlos momentos previos al inicio de la Guerra Civil en julio de 1936, elSEU mantuvo graves enfrentamientos con el sindicato universitario dela izquierda republicana, la Federación Universitaria Escolar (FUE),produciéndose disturbios en algunas universidades e incluso muertos,como Matías Montero.[2]

Como parte de la Falange, el SEU participó en los movimientos previosal golpe de Estado que dio lugar a la Guerra Civil en la órbita de lossublevados, en un momento en el que contaba, a un año y medio de sufundación, con más de 9.000 afiliados, uno de cada tres estudiantes deEspaña.

Durante la guerra, buena parte de sus integrantes pasaron a formarparte como oficiales del ejército franquista con el grado de Alférezprovisional. El resto que no fueron nombrados oficiales nutrieronbuena parte de la primera línea de combate de Falange en los distintosfrentes en los que combatió en la guerra, por lo que fue amplio elnúmero de bajas. Al finalizar el conflicto fueron también numerososlos miembros del SEU que se integraron en la División Azul.

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III.-EL SEU DURANTE EL FRANQUISMO:

El franquismo resolvió por decreto de 23 de septiembre de 1939 que elSEU sería la única organización estudiantil legal, disolviendo todaslas demás y obligando a otros movimientos juveniles de apoyo alrégimen a integrarse, como la Agrupación Escolar Tradicionalista y laFederación de Estudiantes Católicos. Mediante la Ley de OrdenaciónUniversitaria[3] de 29 de julio de 1943 se reconoció al SEU sucondición de "órgano universitario" tanto en la Universidad como enlas distintas facultades (a excepción de las Escuelas Técnicas), y laobligatoriedad de afiliación al mismo para quienes quisieran acceder ala formación superior, así como obtener becas.

El SEU nunca consiguió la necesaria penetración en la universidad comopara poder ejercer el papel de control que tenía asignado. Losmovimientos estudiantiles ilegales a partir de mediados de la décadade 1950 resultaron ser más poderosos dentro de los espacioseducativos. Por otra parte, el propio régimen, al igual que hizo enparte con Falange Española de las JONS, no le ofreció un papelrelevante fuera de la estructura del Movimiento Nacional, y nisiquiera permitió que sus cuadros participasen en el Consejo deEducación del Estado. El SEU estuvo orgánicamente subordinado alFrente de Juventudes y reducido a un aparato burocrático que realizabameras funciones de tipo asistencial. Todo ello unido a que algunosdirigentes del SEU empezaron a cuestionar por diferentes motivosdiversos aspectos de la política española (En 1954 se llegó a disolverviolentamente por la policía una manifestación del SEU[4] ) llevó a sudisolución por decreto el 5 de abril de 1965 y la prohibiciónespecífica de afiliación de los jóvenes universitarios en asociaciónjuvenil alguna que no fuera la Organización Juvenil Española. Uno delos últimos dirigentes del sindicato fue Rodolfo Martín Villa, queejerció la jefatura nacional del mismo hasta 1964.

IV.-DE LA MUERTE DE FRANCO A NUESTROS DÍAS:

Desaparecido de la vida universitaria en los últimos años delfranquismo, en 1977, tras la recuperación de las siglas históricas deFalange por el grupo liderado por Raimundo Fernández-Cuesta, el SEU sereorganiza en el seno del partido recuperando su actividad. Lasposteriores escisiones falangistas dieron lugar a diversasagrupaciones que del mismo modo reivindican el uso de las siglashistóricas del sindicato, que ha logrado mantener una cierta presenciaen algunas universidades, sobre todo de Madrid.

Referencias

1. ↑ José Antonio y el movimiento estudiantil. Jeroni M. Mas Rigo. 20062. ↑ Sobre la muerte de Matías Montero, estudiante del SEU3. ↑ Ley de Ordenación Universitaria de de 29 de Julio de 1943.4. ↑ José Alsina. La disidencia falangista y el "grupo de Burgos".5. ↑ Biografía de Martín Villa en "Biografías y Vidas".

Bibliografía

Miguel Ángel Ruiz Carnicer. El SEU 1939-1965. La socialización políticade la juventud universitaria en el franquismo. Edit. Siglo XXI. Madrid,1996.

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5.- EL MOVIMIENTO OBRERO ESPAÑOL ENEXTREMADURA EN LOS SIGLOS XIX Y XX

1.- SIGLO XIX:

Durante el primer tercio del siglo XIX, más de la mitad de las tierrascultivables de España las tenían en señorío, o dominio económicofeudal, la aristocracia y la Iglesia. Sólo una porción muy pequeñaestaba en manos de los campesinos. Pero la desamortización iba alevantar grandes esperanzas entre los más pobres, que llegaron a creerque iba a darse un verdadero reparto de tierras entre los mismos. Nadamás lejos de la realidad, pues, las tierras desarmotizadas pasaron amanos de aquellos que tenían medios y capital para adquirirlas enpública subasta. De esta forma, la inmensa mayoría de las tierraspasaron a manos privadas, incluso las tierras comunales de losayuntamientos, que tenían ese carácter desde los tiempos de laReconquista.

En definitiva, la vieja oligarquía rural de la aristocracia habíacedido paso, a finales del siglo XIX, a una nueva oligarquíasemiburquesa con más poder político y económico; y a los siervosemancipados los sucedieron los braceros y jornaleros.

En pocas palabras: se originó un vasto proletario agrícola cuyo mayoranhelo pasó a ser el reparto de tierras.

Las esperanzas que muchos campesinos habían depositado en ladesamortización se vinieron abajo.

La situación económica de la mayoría de los campesinos de EXTREMADURAempeoró.

El profundo desequilibrio en la distribución de la riqueza hará quelos obreros agrícolas exterioricen su malestar mediante ataques a lapropiedad como: la tala de árboles, incendios de cosechas, invasión defincas, etc. Todo ello ponía en duda el “sacrosanto” derecho depropiedad burgués.

Se daban ya ciertas condiciones para que surgiera un incipientemovimiento obrero en la región, dirigido por varias sociedades detrabajadores con influencias anarquistas, pero sin una ideologíadefinida. Se movían ante el principio de que “la tierra pertenece aquien la trabaja”.

A esta primera fase de revueltas y protestas campesinas correspondenlos periodos 1854-1856 (bienio progresista) y 1868-1874 (sexeniodemocrático).

Con el clima de libertades que supone la Constitución de 1869, se vefavorecido el movimiento asociativo, movimiento que se relaciona conla A.I.T. (1ª Internacional).

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Con la Restauración, en 1874, comienza una etapa de represión de lassociedades obreras y un largo letargo que durará hasta 1887. En esteaño, se aprueba la Ley de Asociaciones, que permitirá la emergenciadefinitiva del movimiento obrero. Surgen las “Sociedades deResistencia” y las “Sociedades de Socorros Mutuos”, con más fuerza enla provincia de Badajoz que en la de Cáceres.

2.- SIGLO XX:

En 1900 nace en la ciudad de Badajoz la sociedad “La Germinal Obrera”,que en 1901 organiza la primera huelga de jornaleros, reivindicandouna reducción de la jornada de trabajo, que en el campo era de “sol asol” o de “luz a luz”, y a un aumento de los salario. Querían ganar 10reales por día. La huelga se extendió también al término de Torre deMiguel Sesmero. Duró dos semanas. Finalmente intervino el GobernadorCivil, mediando en el conflicto. Patronos y jornaleros se pusieron deacuerdo y la huelga finalizó. Se inauguraba una nueva etapa demovimiento obrero en nuestra región.

Entre 1900 y 1902 se constituyeron asociaciones de obreros del campoen 33 pueblos de la provincia de Badajoz. En Cáceres no se constituyóninguna en ese periodo.

En abril de 1902 se celebra en Torre de Miguel Sesmero el primercongreso provincial de obreros Agrícolas. Asisten representantes de 21pueblos. Entre los acuerdos más importantes sobresale el de lucharpara abolir el trabajo a destajo.

Ese mismo año, al comenzar la temporada de la siega, las sociedades deobreros agrícolas intentan llevar a la práctica la abolición deltrabajo a destajo. Se producen movilizaciones en Torre de MiguelSesmero, Olivenza, Montijo y Badajoz. En esta última ciudad se danimportantes enfrentamientos entre trabajadores y fuerzas del orden(Guardia Civil), con el resultado de un obrero muerto y más de ciendetenidos. Se declara el estado de guerra en la ciudad, “la Germinal”es clausurada y su junta directiva encarcelada.

En marzo de 1903 se celebra el segundo Congreso en Torre de MiguelSesmero.

En 1910, Pablo Iglesias recorre Extremadura.

Entre 1918 y 1920 se constituyen la mayor parte de la Sociedadesobreras de la región. A las de los obreros agrícolas se unen ahoraotras como las de albañiles, carpinteros, etc.

En 1921, la UGT contaba en Extremadura con un total de 171 sociedadesy más de 22000 afiliados. A partir de ese año se generalizan los“Centros Obreros”, que poco después se convierten en las “Casas delPueblo”. Que englobaban a asociaciones de diversos oficios.

Ya desde principios de siglo se celebra la fiesta del 1º de Mayo.

Con la llegada de la dictadura de Primo de Rivera se persigue aanarquistas y comunistas y se tolera a los socialistas. El movimientoobrero entra en una etapa de crisis.

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Con la llegada de la II República, el movimiento sindical enExtremadura está conformado en torno a la CNT y a la UGT. La primera,de inspiración anarquista, tiene incidencia en algunos pueblos de laprovincia de Cáceres y en Villanueva de la Serena (Badajoz). A la UGTpertenecen los socialistas y comunistas extremeños, y susorganizaciones estarán entre las más importantes del país.

En diciembre de 1931, la CNT dirige ocupaciones de fincas en Madrigalde la Vera, Talayuela, Navalmoral de la Mata y otros pueblos de laprovincia de Cáceres. En ese mismo mes, la FNTT-UGT (FederaciónNacional de Trabajadores de Tierra, de UGT) convocan una huelgageneral en el campo de la provincia de Badajoz, contra lo queconsideraban complicidad del Gobernador Civil y la Guardia Civil conlos propietarios y caciques. Téngase en cuenta que para los campesinospobres y los jornaleros extremeños, la II República suponía nuevamentela esperanza en la tan ansiada reforma agraria y el reparto detierras. Téngase en cuenta también, que en estas tres décadas delsiglo XX, la situación económica y social de los obreros, lejos demejorar, había empeorado notablemente. Es en este contexto de miseriay escasez en el que hay que situar la convocatoria de esta huelgageneral en el campo y los tristes sucesos que acontecieron en laprovincia de Badajoz:

- El 31 de diciembre de 1931 se habían convocadomanifestaciones en distintos pueblos de la provincia deBadajoz, como apoyo a la huelga general y a lasreivindicaciones de los obreros agrícolas. Estasmanifestaciones fueron prohibidas por el Gobernador. Pesea no tener los permisos, se decidió hacerlas. EnCastilblanco, acudió la Guardia Civil en defensa de lasautoridades. Disolvieron la manifestación entre las oce ylas doce de la mañana, haciendo unos de las armas de fuegoy dando muerte a un manifestante. Entonces se produjo unespasmo e cólera popular y los campesinos se lanzaroncontra los guardias, asesinándolos sin piedad con hoces,piedras y palos,

- Como respuesta a estos hechos, las manifestaciones que secelebraron el 1 de enero de 1932 fueron disueltas por lafuerza de las armas con un balance de un muerto en Feria,dos en Zalamea de la Serena y tres en Salvaleón.

El viejo caciquismo rural no se había desarraigado en Extremadura trasla proclamación de la II República, y esto no lo comprendían lostrabajadores agrícolas que habían puesto todas sus esperanzas en elvoto del 12 de abril. Para ello, la República no había venido para quesiguieran mandando los “señoritos y civiles”.

Poco después, en marzo de 1932, el Gobierno empezó a debatir la tanesperada Ley de Bases de Reforma Agraria, que sería aprobada ypublicada, por fin, en septiembre de ese año.

Pero, todas las cláusulas estaban acotadas por demasiados requisitos,por lo que la reforma no iba a aplicarse en gran escala, como eranecesario. Además, esta Ley sería revisada en 1935 por la coalición

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derechista de Alejandro Lerroux (Jefe del partido radical) y la CEDA(partido católico - líder: Jose María Gíl Robles), para reducir elámbito de su acción. Ante esta situación, los trabajadores agrícolasextremeños estaban decididos a ocupar la tierra a toda costa. Elconflicto estalló en marzo de 1936. Tras las elecciones del 16 defebrero de ese año, los miles de campesinos y jornaleros que habíanvotado al Frente popular en Extremadura, consideraban que el ritmo dela reforma agraria era demasiado lento. El crecimiento de la tasa deparo se había hecho insoportable. El hambre física se agudizó y latensión entre jornaleros y grandes y medianos propietarios crecióenormemente.

Ya durante la campaña electoral muchos parados habían ingresado en laFNTT.UGT. Tras las elecciones se afiliaron verdaderas masas detrabajadores a esta Federación.

Mejor organizados, a primeros de marzo, los campesinos ocuparon un parde grandes latifundios y el 25 de marzo de 1936, por fin, más de60.000 campesinos y jornaleros, bajo la dirección de la FNTT ocuparonen la provincia de Badajoz unas 3.000 fincas a las cinco de la mañanay, a grito de “Viva la República”, se pusieron a arar.

Fueron enviadas tropas a todos los tajos, pero los campesinos nodieron marcha atrás. Las tropas fueron retiradas.

En un solo día se habían ocupado y repartido más tierras que desde laaprobación en 1931 de la Ley de Bases de Reforma Agraria.

Pero, los terratenientes y caciques rurales no iban a cruzarse debrazos. Unieron sus fuerzas y dinero en apoyo de los generalesafricanistas que el 17 y 18 de julio se levantaban en Marruecos contrael Gobierno legítimo de España. La lucha entre dos clases socialesproseguiría en guerra civil. Y, en Extremadura, al menos, en aquellaguerra fratricida se jugaban dos principios opuestos sobre la posesióny distribución de la tierra.

En nuestra región, hasta 1936, habían surgido otras muchasorganizaciones obreras (zapateros, carpinteros, albañiles, etc.), peroel eje del movimiento obrero extremeño siempre giró en torno a loscampesinos y jornaleros y al problema de la tierra.

Desde 1939 a 1975, el movimiento obrero en Extremadura, fue muy débil.Pero, ¿acaso no existió una oposición al franquismo en la regióndurante la dictadura? .La hubo ya desde los primeros años cuarenta,pero a nivel de opinión –reprimida-, pero carecía de organización,carecía de personal político de dirección, pues los hombres y mujeresmás significados de los partidos de izquierda, los dirigentes obreros,intelectuales, etc., habían sido pasados por las armas, encarcelados oexiliados.

Durante el franquismo, en los pueblos extremeños hubo miembros dediversos partidos y sindicatos, pero sin conexión entre sí, sin la másmínima organización. Socialistas, anarquistas y republicanos noresurgen de las cenizas de la guerra civil. Solo una fuerza política,los comunistas, no pierden el horizonte y se reorganizan lentamente en

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las cárceles, en los campos de concentración y en algunas ciudades ypueblos de la región.

En esta larga etapa, solo tiene lugar una huelga que pueda ser llamadacomo tal, la realizada por unos 150 trabajadores de la construcción enla empresa “solana”, que construía las acequias de las Vegas Bajas.Pedían un aumento de 4 a 6 pesetas por metro lineal de trabajo, cosaque consiguieron tras parar durante unos días.

3.- UN SINDICALISMO DE NUEVO TIPO:

El 20 de noviembre de 1975 desaparecía la figura del General Franco yse inicia la transición hacia la democracia. Todo va a cambiar ennuestro país. También el movimiento obrero. Pero, ya desde 1959-1960surgen en todas la geografía española nuevas formas de hacersindicalismo. Se trata de “Comisiones” espontáneas que nacen en lasminas y en las fábricas para hacer frente a un problema concreto delos trabajadores. Cuando el problema se soluciona, las “comisiones”desaparecen.

En Extremadura surgen a finales de los años sesenta las primeras“comisiones”. Como no podía ser de otra manera, aquí nacen esas“comisiones” en el medio rural. Se trata de grupos de jornaleros quese reúnen para hablar del salario a recibir en las campañas derecogida de la aceituna y vendimia, y de la jornada. En el año 1970 seforma una “comisión de jornaleros” en Helechal para solicitar a losempresarios agrarios de la zona una disminución de una hora en lajornada de recogida de la aceituna de molino. Ante la negativa de lospatronos, los jornaleros más jóvenes deciden ir a la huelga. Formanpiquetes que impiden a los demás ir a trabajar. Una semana despuéshabían conseguido sus objetivos: la jornada de ocho horas, con mediahora de descanso para comer.

Desde entonces ha llovido mucho. Veinte años después los sindicatosCC.OO. y UGT están plenamente implantados en todos los sectores de laproducción en Extremadura. Son sindicatos de clase que organizan enfederaciones a los jornaleros, albañiles, metalúrgicos, panaderos, elcomercio, el textil, transportistas, maestros, sanitarios,administraciones públicas, etc.

Sin sindicatos reivindicativos y de clase, unitarios, democráticos,independientes, internacionalistas, participativos y de masas. Sonsindicatos de nuevo tipo, cuya esencia principal es la solidaridad yla lucha por los derechos de los trabajadores.

Desde 1977, el sindicalismo de clase extremeño ha practicado unsindicalismo de resistencia en los primeros años, un sindicalismo denegociación y de presión, hasta llegar hoy a ser sindicatos dealternativas, sin olvidar todos los demás principios y métodos.

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Los momentos más álgidos del movimiento obrero extremeño en estos añosde democracia han sido:

- La huelga de la construcción en la provincia de Badajoz en1978, que duró cerca de dos meses.

- Las movilizaciones de jornaleros en 1984 y 1987 contra elsistema de subsidio agrario y de las “peonadas”.

- Las movilizaciones del profesorado en 1988, por la mejorade la calidad de la enseñanza y por la homologaciónretributiva.

- La huelga general del 14-D; la más grande movilización enla historia del movimiento obrero extremeño.

- La PSP = Propuesta Sindical Prioritaria de Extremadura.

Bibliografía.

Cardalliaguet, Marcelino: “Historia de Extremadura”, UniversitasEditorial, Badajoz 1988.

Varios autores: Tomo IV de “Historia de Extremadura”, UniversitasEditorial, Badajoz 1985.

Vila, Justos:”Extremadura -la guerra Civil”, Universitas Editorial, 2ªEdición. Badajoz 1984.

Rafael Borrella Román

Francisco Javier Borrella Román

4º curso de Antropología

Mayo 2009