el método biográfico

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DOCUMENTO DE TRABAJO El método biográfico Entendemos al método biográfico como la utilización sistemática de documentos que reflejan la vida de una persona, momentos especiales de ella o aspectos que se pretenden destacar. Las experiencias personales suelen reflejar tanto la vida como el contexto histórico social en el que la obra de esa persona cobra sentido. Las fuentes en el método biográfico En el método biográfico se utilizan diferentes fuentes: las biografías, las historias de vida, los relatos de viajes, las autobiografías, los diarios, las cartas. Estas fuentes conforman el género narrativo que es utilizado en las ciencias sociales, por ejemplo en la sociología y en la antropología como un método de investigación. Por otra parte, las vidas ejemplares, esto es, las vicisitudes o los conflictos, los límites del accionar de una persona, pueden ser estudiados en relación con el ambiente científico y cultural de la época, y con el significado que en esa época tuvo dicho ambiente. No se trata de meras descripciones, sino de interpretaciones o análisis del pensamiento y las acciones de los sujetos. ¿Por qué elegir el método biográfico? La elección de este método puede favorecer los enfoques interdisciplinarios y permite superar las visiones fragmentarias de la ciencia, la técnica o el arte. Las biografías recogen las experiencias vividas por una persona y sus sentimientos, pero fundamentalmente, la elección de los recuerdos, las maneras de interpretarlos, sus creencias y valores. En las biografías encontramos puntos de inflexión o hitos que permiten entender con mayor profundidad los contextos en que se inscribe esa vida. Reconstruyen el contexto de una época o de una comunidad científica o cultural desde la perspectiva interpretativa de las personas involucradas. En la escuela, el método biográfico se instala también con sentido de ejemplaridad y adquiere, por tanto, fuerza moral. En algunas ocasiones, la ejemplaridad se reconoce en el carácter de ruptura con el conocimiento de una época, el modo de pensar la ciencia o las expresiones artísticas. Desarrollar una explicación con este método no implica elegir como estrategia para trabajar en clase la lectura individual o el relato del docente; por el contrario, los trabajos en equipo, la conformación de redes para el intercambio o el análisis de información mediante trabajos grupales y discusiones, pueden ser maneras variadas de permitir la construcción del conocimiento. A continuación identificaremos diferentes utilizaciones del método en distintos campos disciplinares o áreas del conocimiento: la literatura, la historia y las ciencias experimentales. De esta manera podemos reconocer tanto en las ciencias sociales y humanas como en las experimentales, el aporte que al conocimiento brinda la elección del método. Seguramente, en la lectura de las autobiografías reconozcamos las marcas de la oralidad y el sentido con que el autor desde sus recuerdos elige aquello que le permite reconstruir su vida convirtiendo en pública su historia personal. La autobiografía en la literatura Muchos hombres y mujeres de las letras han escrito sus obras de ficción reflejando, más de una vez, sus experiencias personales, vivencias o modos de entender el mundo. Sin embargo, el hecho de no haberlas llamado autobiografías o identificarlas como tales no nos permite inscribirlas en este género. José Pedroni, poeta argentino, nacido en Gálvez, provincia de Santa Fe, escribió su autobiografía, a la manera de prólogo en su libro de poemas “La hoja voladora”, editado por Eudeba en 1961. Durante treinta y cinco

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El método biográfico

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DOCUMENTO DE TRABAJO

El método biográfico Entendemos al método biográfico como la utilización sistemática de documentos que reflejan la vida de una persona, momentos especiales de ella o aspectos que se pretenden destacar. Las experiencias personales suelen reflejar tanto la vida como el contexto histórico social en el que la obra de esa persona cobra sentido. Las fuentes en el método biográfico En el método biográfico se utilizan diferentes fuentes: las biografías, las historias de vida, los relatos de viajes, las autobiografías, los diarios, las cartas. Estas fuentes conforman el género narrativo que es utilizado en las ciencias sociales, por ejemplo en la sociología y en la antropología como un método de investigación. Por otra parte, las vidas ejemplares, esto es, las vicisitudes o los conflictos, los límites del accionar de una persona, pueden ser estudiados en relación con el ambiente científico y cultural de la época, y con el significado que en esa época tuvo dicho ambiente. No se trata de meras descripciones, sino de interpretaciones o análisis del pensamiento y las acciones de los sujetos. ¿Por qué elegir el método biográfico? La elección de este método puede favorecer los enfoques interdisciplinarios y permite superar las visiones fragmentarias de la ciencia, la técnica o el arte. Las biografías recogen las experiencias vividas por una persona y sus sentimientos, pero fundamentalmente, la elección de los recuerdos, las maneras de interpretarlos, sus creencias y valores. En las biografías encontramos puntos de inflexión o hitos que permiten entender con mayor profundidad los contextos en que se inscribe esa vida. Reconstruyen el contexto de una época o de una comunidad científica o cultural desde la perspectiva interpretativa de las personas involucradas. En la escuela, el método biográfico se instala también con sentido de ejemplaridad y adquiere, por tanto, fuerza moral. En algunas ocasiones, la ejemplaridad se reconoce en el carácter de ruptura con el conocimiento de una época, el modo de pensar la ciencia o las expresiones artísticas. Desarrollar una explicación con este método no implica elegir como estrategia para trabajar en clase la lectura individual o el relato del docente; por el contrario, los trabajos en equipo, la conformación de redes para el intercambio o el análisis de información mediante trabajos grupales y discusiones, pueden ser maneras variadas de permitir la construcción del conocimiento. A continuación identificaremos diferentes utilizaciones del método en distintos campos disciplinares o áreas del conocimiento: la literatura, la historia y las ciencias experimentales. De esta manera podemos reconocer tanto en las ciencias sociales y humanas como en las experimentales, el aporte que al conocimiento brinda la elección del método. Seguramente, en la lectura de las autobiografías reconozcamos las marcas de la oralidad y el sentido con que el autor desde sus recuerdos elige aquello que le permite reconstruir su vida convirtiendo en pública su historia personal. La autobiografía en la literatura Muchos hombres y mujeres de las letras han escrito sus obras de ficción reflejando, más de una vez, sus experiencias personales, vivencias o modos de entender el mundo. Sin embargo, el hecho de no haberlas llamado autobiografías o identificarlas como tales no nos permite inscribirlas en este género. José Pedroni, poeta argentino, nacido en Gálvez, provincia de Santa Fe, escribió su autobiografía, a la manera de prólogo en su libro de poemas “La hoja voladora”, editado por Eudeba en 1961. Durante treinta y cinco

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años escribió poesías, mientras se desempeñaba como contador de una fábrica de arados en Esperanza. De modesto porte y semblante, en el pueblo decían que los versos los escribía su mujer. Transcribimos su poema “Piedras”

Piedras José Pedroni Porque soy contador Y de vulgares modos Y visto simplemente Y si miro una estrella O una flor, La miro como todos, “los versos no son de él –dice la gente-; se los escribe ella”. Así es, así es: Yo soy la inútil hiedra Enredada a tus pies. Azules, verdes, rojos, Tu los versos me das En cubitos de piedra De tus ojos. Yo los armo, no más.

El gran poeta chileno, Pablo Neruda, escribió un libro autobiográfico “Confieso que he vivido. Memorias” editado por Losada en 1974. En su biografía escribe su relación con grandes poetas como Gabriela Mistral, Rubén Darío, Federico García Lorca, Vicente Huidobro, Paul Eluard, César Vallejo, Rafael Alberti y también con pintores como el español Pablo Picasso y los mexicanos Diego Rivera, Rufino Tamayo y David Alvaro Siqueiros. Solamente tenía veinte años cuando escribió un maravilloso libro de poemas “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”. En su otro libro “Para nacer he nacido” editado por Brughera en 1980, transcribe el discurso que dio al recibir el Premio Nobel de Literatura en 1971. En el discurso expresa:

“…Y pienso que la poesía es una acción pasajera o solemne en que entran por parejas medidas la soledad y la solidaridad, el sentimiento y la acción, la intimidad de uno mismo, la intimidad del hombre y la secreta revelación de la naturaleza. Y pienso con no menor fe que todo está sostenido –el hombre y su sombra, el hombre y su actitud, el hombre y su poesía- en una comunidad cada vez más extensa, en un ejercicio que integrará para siempre en nosotros la realidad y los sueños, porque de tal manera los une y los confunde”.

La historia chilena, una visión de la literatura latinoamericana contemporánea y el arte de la época son reconstruidos en su obra y a partir de su mirada. La autobiografía en la historia Son muchos los historiadores que escribieron sus biografías y nos permiten entender desde su mirada especializada un contexto vívido y singular. Otros hombres claves del pasado también relatan sus vidas y permiten comprender mejor ese pasado pleno de significados para el estudio de la época. Hemos elegido para este documento un historiador contemporáneo y un hombre clave del pasado argentino: Eric Hobsbawm y Manuel Belgrano. Eric Hobsbawm, el gran historiador inglés, nacido en 1917, fue profesor en diversas universidades inglesas y del mundo y es autor de una decena de libros de historia, entre ellos “La historia del siglo XX. 1914-1991” (Editorial Crítica, 2000). En este libro Hobsbawn describe al siglo XX como el más corto y el más cruel de la Historia, entre otras razones, por las guerras y el gran número de muertos en ellas. Fue testigo presencial de

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algunos de los acontecimientos más significativos y terribles del siglo. Siendo adolescente y viviendo en Berlín -capital de Alemania- pudo observar el crecimiento del nazismo y su asalto al poder, cuyas consecuencias le costaron a la humanidad más de 50 millones de muertos. Sus vivencias personales, sus relaciones con la vida académica de muchas ciudades del mundo, sus relaciones con intelectuales, personalidades de la cultura, el arte y la política están relatadas en su autobiografía “Años interesantes. Una vida en el siglo XX” de Editorial Crítica (2003). Posiblemente en las pocas líneas que citamos a continuación se sintetice una visión sobre el mundo que le tocó vivir:

“Para algunas personas de mi edad, vivir a lo largo del siglo XX supuso una lección increíblemente excepcional del impacto de las fuerzas históricas auténticas. En los treinta años siguientes a la Segunda Guerra Mundial, el mundo y los que iban a vivir en él cambiaron más rápida y fundamentalmente que en cualquier otro período de extensión similar de la historia de la humanidad. Los que tienen más o menos mi edad en unos cuantos países del hemisferio norte constituyen la primera generación de personas que han vivido realmente como adultos ese lanzamiento extraordinario del cohete del colectivo humano a unas órbitas de convulsión social y cultural sin precedentes, que el mundo experimenta en la actualidad. Somos la única generación que ha vivido el momento histórico en el que las normas y las convenciones, que hasta entonces habían mantenido unidos a los seres humanos en familias, comunidades y sociedades, dejaron de operar. Si alguien quiere saber cómo fue esa época, sólo nosotros se lo podemos contar. Si alguien cree que puede remontarse a aquellos días nosotros podemos confirmarle que no es posible.”(p. 376)

A continuación analizaremos de manera suscinta las enseñanzas que nos dejara Manuel Belgrano a partir de sus relatos autobiográficos. Manuel Belgrano (1770-1820) fue vocal de la Primera Junta y el creador de la Bandera Nacional. Cursó estudios en Buenos Aires y luego fue enviado por su padre a España para completarlos. Interesado tempranamente por el desarrollo de la economía, creía en la formación de los jóvenes en matemáticas, agricultura, industria, navegación, etc. Le confiaron responsabilidades militares durante las invasiones inglesas y en la lucha por la independencia luego de la Revolución de Mayo. En su memoria el 20 junio (día de su fallecimiento) se conmemora el Día de la Bandera. En su autobiografía escribió:

“Nada importa saber o no la vida de cierta clase de hombres que todos sus trabajos y afanes los han contraído a sí mismos, y ni un solo instante han concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual fuere, debe siempre presentarse, o para que sirva de ejemplo que se imite, o de una lección que retraiga de incidir en sus defectos. Se ha dicho, y dicho muy bien, "que el estudio de lo pasado enseña cómo debe manejarse el hombre en lo presente y porvenir"; porque desengañémonos, la base de nuestras operaciones siempre es la misma, aunque las circunstancias alguna vez la desfiguren.

Yo emprendo escribir mi vida publica -puede ser que mi amor propio acaso me alucine- con el objeto que sea útil a mis paisanos, y también con el de ponerme a cubierto de la maledicencia; porque el único premio a que aspiro por todos mis trabajos, después de lo que espero de la misericordia del Todopoderoso, es conservar el buen nombre que desde mis tiernos años logré en Europa con las gentes con quienes tuve el honor de tratar cuando contaba con una libertad indefinida, estaba entregado a mí mismo, a distancia de dos mil leguas de mis padres, y tenía cuanto necesitaba para satisfacer mis caprichos.”

La autobiografía en las ciencias experimentales En el campo de las ciencias experimentales, también encontramos reflexiones autobiográficas y biografías de científicos que rememoran sus trabajos, sus inquietudes, que plantean interrogantes y desafíos, dando cuenta de sus búsquedas. Luis Federico Leloir (1906-1987) fue Premio Nobel de Química en 1970. Nació en París de padres argentinos que estaban residiendo en Francia durante una temporada. Regresó al país a los dos años de edad y estudió medicina. Luego de egresado dedicó dos años a la actividad clínica, abandonando ésta por la investigación científica en el campo de la bioquímica. Fue fundamental su relación con Bernardo Houssay

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(Premio Nobel de Medicina en 1947) quién lo guió en sus inicios en la investigación científica. Completó su formación en el exterior fundamentalmente en Inglaterra y los Estados Unidos. Su principal línea de trabajo fue la del metabolismo de los Hidratos de Carbono. En su autobiografía comenta:

“Han pasado unos cincuenta años desde que me dediqué a la investigación. He presenciado el maravilloso desarrollo de la bioquímica y el haber contribuido a él, aunque en forma modesta, es para mi un motivo de placer. No sé cómo ocurrió que seguí una carrera científica. No era una tradición familiar ya que mis padres y hermanos estaban principalmente interesados en las actividades rurales. Mi padre se graduó como abogado pero no ejerció la profesión. En nuestra casa siempre hubo muchos libros de los más variados temas y tuve la oportunidad de adquirir información sobre los fenómenos naturales. Supongo que el factor más importante en la determinación de mi futuro fue el recibir un grupo de genes que dieron las habilidades negativas y positivas requeridas. Entre las habilidades negativas podría mencionar que mi oído musical era muy pobre y por lo tanto no podía ser un compositor ni un músico. En la mayoría de los deportes era mediocre, por lo tanto esa actividad no me atraía demasiado. Mi falta de habilidad para la oratoria me cerró las puertas a la política y al derecho. Creo que no podía ser buen médico porque nunca estaba seguro del diagnóstico o del tratamiento. Estas condiciones negativas estaban acompañadas presumiblemente de otras no tan negativas: gran curiosidad por entender los fenómenos naturales, capacidad de trabajo normal o ligeramente subnormal, una inteligencia corriente y una excelente capacidad para trabajar en equipo. Lo más importante probablemente fue la oportunidad de pasar mis días en el laboratorio y efectuar muchos experimentos. La mayoría fracasaron, pero algunos tuvieron éxito, debido sólo a la buena suerte o al hecho de haber cometido el error adecuado .Casi han transcurrido cincuenta años desde que comencé a investigar. Fueron años de trabajo bastante duro pero con momentos agradables. La investigación posee muchos aspectos que la transforman en una aventura atractiva. Hay también aspectos humanos dignos de mencionar. Algunos de los períodos más placenteros de mi carrera fueron aquellos en los cuales trabajé con personas inteligentes y entusiastas, con buen sentido del humor. La discusión de los problemas de investigación con ellas, fue siempre una experiencia muy estimulante. La parte menos agradable de la investigación, el trabajo de rutina que acompaña a la mayoría de los experimentos, está compensada por los aspectos interesantes, que incluyen conocer y a veces ganar la amistad de personas intelectualmente superiores, provenientes de diferentes partes del mundo. El balance es claramente positivo.”

De esta manera recorrimos autobiografías que desde diferentes campos nos permiten identificar movimientos literarios, procesos de investigación, momentos históricos, etc. La amplitud de las relaciones que establezcamos a partir de ellas tiene las limitaciones de los tiempos y los espacios escolares, sin embargo, es posible que podamos dar cuenta con pasión del significado que tuvieron la vida de las mujeres y los hombres en distintos momentos claves del desarrollo de la humanidad. A continuación, analizaremos otras de las fuentes que se utilizan en este método: las cartas o diarios de los viajeros. Las cartas de viajes Los relatos de los viajeros, inscriptos en el método biográfico han permitido reconocer los procesos de descubrimiento, las apreciaciones y las maneras de pensar tanto de una época como la de aquellos que fueron avanzados en su tiempo. Se destacan en esos relatos los de Charles Darwin quien recorrió gran parte del planeta como naturalista en el velero “Beagle”. Charles Darwin (1809-1882) nació en una familia de muy buena posición económica. Su abuelo materno era un importante fabricante de porcelana. Su abuelo paterno y su padre eran médicos. Su abuelo Erasmus fue un importante científico de la época. Charles inició los estudios de medicina en la Universidad de Cambridge, abandonándolos pronto. Su padre le recomendó entonces que hiciera estudios de teología para dedicarse a la vida eclesiástica. Mientras realizaba dichos estudios, se entusiasmó con las ciencias naturales, influido por dos profesores de la universidad. Se graduó en Cambridge donde obtuvo el título de Bachiller en Artes. A los 22 años de edad, y dados sus conocimientos en ciencias naturales, le ofrecieron embarcarse en el “Beagle”, barco que iba a realizar un relevamiento comercial, geográfico y científico del hemisferio sur. Ese viaje duró cinco años y le permitió a Darwin

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recoger un material en plantas, animales y rocas que luego fue la base con que elaboró sus teorías sobre la evolución de las especies, las cuales revolucionaron la ciencia del siglo XIX, y que tuvieron y tienen influencia decisiva hasta nuestros días. Sus impresiones de aquel viaje fueron transcriptas en un libro, que es clásico en este tipo de literatura “Viaje de un naturalista alrededor del mundo” de 1860. En ese libro de viajes Darwin describe minuciosamente el ambiente geográfico y natural de las regiones que visitó. Hay varios capítulos dedicados al territorio de nuestro país. Bajando en una embarcación por el Río Paraná escribe:

“El Paraná esta llenó de islas destruidas y renovadas constantemente. El capitán del barco recuerda haber visto desaparecer algunas de las mayores, formarse otras luego y cubrirse de rica vegetación. Estas islas se componen de arena barrosa, sin el más pequeño guijarro; en la época de mis viajes, su superficie estaba a unos cuatro pies sobre el nivel del agua, pero se inundan durante los desbordamientos periódicos del río. Todas presentan el mismo carácter; están cubiertas por numerosos sauces y algunos otros árboles unidos por una gran variedad de plantas trepadoras, lo cual forma una espesura impenetrable. Estas espesura sirven de refugio a los capibaras y jaguares. El temor de encontrar a este último animal destruye todo el encanto que habría en pasear por estos bosques. Las frondosas márgenes de los grandes ríos parecen ser el retiro favorito de los jaguares. Sin embargo, se me ha dicho que al Sur de la Plata frecuentan los cañaverales que rodean a los lagos vayan donde fueren, parecen tener necesidad de agua… (Falconier) afirma que junto a la desembocadura del Plata hay muchos jaguares que se alimentan de peces, y testigos dignos de fe me han confirmado este aserto.”

Finalmente, identificamos las biografías como parte integrante también de las fuentes que se utilizan en este método. Las razones de la elección de cada una de ellas por su autor, es parte de las enseñanzas que podemos relevar. Las biografías Marta Samatán, abogada, profesora universitaria y escritora, nació en Santa Fe. En 1965 la editorial Eudeba publicó su obra “Autodidactos”. En ese libro Samatán desarrolló la vida de cinco figuras clave del mundo de la educación, la ciencia y la literatura que tenían algo en común: habían aprendido sin maestros. La selección de la autora recayó en Domingo Faustino Sarmiento, Benjamín Franklin, Juana Paula Manso, Florentino Ameghino y Gabriela Mistral. Biografías descriptas con el objeto de mostrar la tenacidad y la inteligencia de quienes a pesar de las situaciones más adversas lograron construir páginas imborrables en la historia de la humanidad. Entendemos que las enseñanzas de las biografías trascienden las obras de los hombres y mujeres de la época, nos permiten entender las ciencias y las conquistas de los científicos para lograr esas mejores comprensiones, dotan de humanidad a sus obras, y le dan nuevo sentido a la enseñanza.

Edith Litwin

Edith Litwin es Doctora en Educación por la Universidad de Buenos Aires, Profesora Titular Plenaria de la cátedra Fundamentos de Tecnología Educativa de la Facultad de Filosofía y Letras –UBA- y Directora del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación.