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EL HUMANISTA GIENNENSE DR. D. JUAN DE CÉSPEDES DÍAZ (1747-1823)
Por Juan Higueras Maldonado Consejero del I.E .G .
Resumen
Es un trabajo relativo a la vida del humanista giennense D. Juan de Céspedes Díaz (1747-1823); asimismo, también incluye una traducción y comentario literario sobre las dos únicas odas latinas, que se nos han conservado de toda su producción literaria desconocida.
A través de la amplia documentación incluida en las pruebas de legitimidad y limpieza de sangre (previas a su toma de posesión como ra
cionero en la S. I. Catedral de Jaén), pueden seguirse parcialmente sus pasos durante algunos años de su vida (1). Había nacido en Martos, un 18 de agosto del 1747, y al día siguiente lo bautizaron en la parroquia de Sta. María de la Villa, en dicha ciudad. Fueron sus padres don Bartolomé de Céspedes Paredes (natural de Jaén y bautizado en la parroquia de San Juan el 14 de abril de 1719) y doña Antonia Díaz Salvador García, natural de Martos y bautizada en Sta. María de la Villa el 1 de enero del 1723. Su desposorio y velación los efectuaron en la mencionada parroquia marteña, el11 de noviembre del 1742.
Por línea paterna, sus antepasados procedían de Ramales (obispado de Santander). Y eran «Nobles Cavalleros notorios Hijosdalgo, descendientes
(1) Archivo Histórico Diocesano. S. I. Catedral de Jaén, Sala V I, sección V, legajo 40 A. C a b a l l e r o V e n z a l á , Manuel: Diccionario Bio-bibliográfico del Santo Reino de Jaén, Instituto de Estudios Giennenses, Diputación Provincial de Jaén, 1986, II tom o, págs. 256, núm. 1.646.
Abstract
This is not only a work on a humanist from Jaén, called D. Juan de Céspedes Díaz (1747- 1823), but also an traduction and literary comment on his two latin odes, actually preserved from his total literary production.
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de las Casas Ilustres de sus Apellidos que radican en el esplicado Lugar de Ramales, y limpios de toda mala raza y Sectas reprovadas... Con los Oficios y Empleos Onorificos de los Cavalleros Nobles Hijosdalgo, en cuia quieta, pacifica posesion estubieron sin cosa en contrario... por el vinculo y Mayorazgo que fundo Antonio de Zespedes su abuelo paterno junto con Angela Gómez Gordon su muger... de limpia sangre, sin mezcla de Moros, Judios, Combersos, ni Penitenciados por el S. Oficio de la Inquisición ni otro competente Tribunal» (2).
Su padre don Bartolomé de Céspedes había ejercido de médico en Jaén (según testimonia el presbítero marteño don Juan Ruiz y Santo). Y un hermano suyo don Bernardo Jacinto de Céspedes figura avecindado en el pueblo de Porcuna (3).
Por todo ello parece que la familia paterna estuvo afincada —desde años atrás— en Jaén. Así lo prueba el hecho de que su abuelo don Francisco de Céspedes hubiese contraído matrimonio canónico y velaciones con doña María Paredes (natural de Martos), en la iglesia parroquial del Sagrario, el 30 de abril del 1708, ante el cura párroco don Antonio de Ulloa y Salto (4).
Por línea materna, tanto su propia madre como sus abuelos, don Juan Félix Díaz y doña Isabel García, eran marteños distinguidos, además de «cristianos viejos limpios de toda macula y raza de Moros, Judios, asi de los antiguos como de los nuevamente convertidos; y no descendientes de here- ges ni de otra mala casta ni generación; y que no han sido reconciliados, presos, ni penitenciados por el S. Oficio de la Inquisición, ni contrahido otra alguna infamia de hecho, ni de derecho, ni son descendientes de tales» (5).
Nuestro humanista efectuó sus estudios eclesiásticos en la Universidad de Baeza. También obtuvo una beca en el Sacromonte de Granada, para cursar en facultades mayores. En alguna de estas dos universidades (o tal vez en ambas) hubo de conseguir sus títulos académicos, pues ya en el curso 1795-96 figura como Rector de la universidad baezana; y posteriormente,
A .H .D ., leg. 40 A, fol. 45 vto. y 51 vto., 52 r. Ibidem, fol. 27 vto., y 45 r.Ibidem, fol. 59 vto.Ibidem, fol. 24 r.
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(3)(4)(5)
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en el curso 1801-2, aparece desempeñando la cátedra de moral, en la referida universidad (6).
En cuanto a sus cargos eclesiásticos, consta y se le denomina presbítero prior de la iglesia parroquial del Salvador, en la ciudad de Baeza. Más tarde, al hallarse vacante una de las raciones en la S. I. Catedral de Jaén por fallecimiento de su último poseedor don Manuel José Palomares, es propuesto y presentado para ocupar la misma, con fecha 18 de noviembre del 1807. Tal propuesta y presentación se formuló oficialmente ante el Dr. don Juan Francisco de Paula Castañedo, canónigo en la S.I. Catedral de Jaén, y vicario general del obispado por el obispo giennense don Fr. Diego Meló de Portugal (1795-1816). Se verificaba la misma en virtud de una Real Cédula, expedida por el Rey Carlos IV (1788-1808), en San Lorenzo del Escorial a 10 de noviembre del mismo año 1807, usando de su derecho de patronazgo para nombrar y presentar beneficios eclesiásticos en las iglesias de los reinos de España, a consecuencia del último concordato entre la Santa Sede y la Corona. La colación canónica le fue conferida con toda solemnidad y ante testigos, en la ya aludida fecha del 18 de noviembre del 1807 (7).
Posteriormente, y en conformidad con los estatutos de la S. I. Catedral giennense (que para admitir a alguien en la posesión de cualquier beneficio eclesiástico exigían un informe previo sobre legitimidad y limpieza de sangre en el candidato), el deán catedralicio —en nombre de todo el cabildo— Dr. don Gregorio González de Beltranilla comisiona el informe de dichas pruebas al racionero don Andrés Ansótegui (1 de diciembre de 1807) (8). Por fin, el comisionado señor Ansótegui, a 7 de enero del 1808, presenta oficialmente su informe favorable y asegura «que además de haver acreditado su legitimidad y limpieza de sangre, ha cumplido con todo lo demás que se pide, y necesita para que se estimen por bastantes las pruebas que se le han practicado, y por lo tanto es acreedor a que se le de la posesion que tiene solicitada» (9).
(6) Ibidem, fol. 31 r. y 32 vto. Á l v a r e z , M .a Encarnación: «La Universidad de Baeza y su tiempo (1538-1824)», Jaén, Instituto de Estudios Giennenses, separata del Boletín del I.E.G ., núms. 27-28 (enero-junio, 1961), págs. 239 y 277.
(7) Existe cierta contradicción en lo relativo a tales fechas. En ese mismo folio 3 r. se escribe que su nombramiento fue otorgado mediante un Breve Pontificio (con fecha 6 de diciembre del 1785), inserto en otra anterior Real cédula, a 29 de enero del 1786. ¿Fueron —acaso— las circunstancias políticas a finales del reinado de Carlos III (1716-1788) las que retrasaron o impidieron la ejecución de este primitivo nombramiento?
(8) Ibidem, fols. 7-8 y 56-58..(9) Ibidem, fol. 64 vto.
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Con suma rapidez, al día siguiente, viernes, por la tarde (a la hora canónica de completas) y con toda solemnidad, tras reconocer el cabildo como «bien hechas, conclusas y acabadas» las anteriores pruebas de legitimidad y limpieza de sangre, y previo el juram ento de guardar los Estatutos Capitulares, se posesionó el racionero electo don Juan de Céspedes de su otorgada Ración en la S. I. Catedral. Le fue conferida por el canónigo Chantre don Luis Javier de Garma ante el deán señor González de Beltranilla y la casi totalidad de los capitulares giennenses. Como testigos seglares del acto constan los vecinos de Jaén don Blas de Raya, don Ignacio Poyatos y don José Garre (10).
Su actividad y participación en las tareas capitulares pueden seguirse un poco a través de las Actas del cabildo giennense. De inmediato se le asignó a la residencia en la catedral de Baeza (11), en cuyas Actas Capitulares aparece ya, a partir del 9 de abril del 1808. En esta residencia, además de cumplir con sus obligaciones corales y de asistencia a los cabildos, desempeñó también cargos como visitador de niños expósitos (en compañía del arcediano de Úbeda, don Tomás Laguna), puntador del coro, contador mayor y visitador de enfermos (en compañía del canónigo don Mariano Rubín de Ceballos), etc. (12).
En la ciudad beaciense permaneció hasta que, en cabildo del 11 de marzo (lunes) del 1816, «se presentó la asignación del racionero Dn. Juan de Zes- pedes a la residencia de Jaén, y se acordó, se hagan las notificaciones que previene por decreto del Cavildo de Jaén en sede vacante» (13).
(10) Ibidem, fol. 65 y Actas Capitulares (Sala VI), año 1808, fols. 4 vto. y 5 r.(11) Actas Capitulares de Jaén, 1808 (12 enero/22 marzo), fol. 6 vto. y 43 vto. Téngase
en cuenta que el cabildo giennense era (y continúa siendo) uno solo, pero dividido en dos residencias distintas, correspondientes a sus dos catedrales, la de Baeza y la de Jaén.
(12) Actas Capitulares de Baeza; 9 y 29 de abril, 23 de julio, 11 y 18 de noviembre, 22 de diciembre del 1808; 21 de enero, 25 de febrero, 7 y 16 de julio, 11 de agosto, 3 y 13 de noviembre, 22 de diciembre del 1809; 20 de enero, 10 y 23 de febrero, 23 de marzo, 4 y 22 de mayo, 28 de septiembre, 3 y 26 de octubre, 7, 22 y 28 de diciembre del 1810; 22 y 26 de enero, 6 de julio, 6 de septiembre, 23 de diciembre del 1811: 27 de febrero, 2 y 22 de mayo, 5 y 24 de octubre, 23 de diciembre del 1812; 22 y 26 de marzo, 18, 22 y 29 de octubre, 23 de diciembre del 1813.
Agradezco a don Juan Antonio Salcedo Gámez la ayuda prestada en la consulta de estas Actas Capitulares de Baeza.
(13) Actas Capitulares de Baeza, 11 de marzo de 1816. Efectivamente, por esas fechas, la m itra giennense estaba vacante desde el 14 de enero del 1816, por fallecimiento de su obispo don Fr. Diego Meló de Portugal (1795-1816). M o n t i j a n o C h ic a , Juan: Historia de la diócesis de Jaén y sus obispos, Jaén, Instituto de Estudios Giennenses, 1986, pág. 175.
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En las Actas Capitulares de Jaén no consta el antedicho traslado ni tampoco figura en ninguna actividad. Tal vez vino ya jubilado al cabildo giennense (por estas fechas casi cumplía los setenta años), o por razones de salud no pudo colaborar en sus funciones habituales. Lo único que aparece es su fallecimiento. Había ocurrido a las ocho de la noche del viernes, día 8 de agosto del año 1823. Al siguiente día, en cabildo extraordinario, se comunicaba la triste noticia a los capitulares asistentes «y oido por dichos S.S. puestos en pie dijeron un responso por su Alma, y concluido acordaron que el entierro se haga en la tarde de hoy despues de la Salve, para lo que el Sr. Presidente dará las disposiciones necesarias, que se escriba a los S.S. de la residencia de Baeza y al Iltmo. Cabildo de la Santa Iglesia de Sevilla» (14).
Sus compañeros prebendados de Baeza —mediante oficio del 9 de agosto— se dirigen al cabildo giennense en contestación al aviso que éstos les habían enviado sobre la muerte del racionero don Juan de Céspedes (15).
* * *
Desgraciadamente no hemos podido hallar dato alguno relativo a su formación humanística. Sin embargo, hemos tenido la suerte de que se nos hayan conservado dos Poemas Latinos, prueba suficiente y elocuente de su cultura clásica. Ambos —como a continuación diremos— vienen insertos en dos obras poéticas del prolífico poeta neoclásico giennense don Diego Antonio Coello de Portugal y García del Castillo (1774-1840) (16).
I
En el Jaén de comienzos del siglo XIX constituyó un auténtico acontecimiento religioso y social la conversión al cristianismo de una joven mora mahometana por nombre Zabdía Bensabé (17). Había llegado a esta ciudad entre el séquito del obispo don Andrés Esteban y Gómez (1816-1831), cuando éste fue trasladado desde la diócesis de Ceuta a la de Jaén. Tras un período de catequización, fue bautizada, entre una especial solemnidad,
(14) Actas Capitulares de Jaén, 1823, fols. 77 vto. y 78.(15) Actas Capitulares de Jaén, 12 de agosto de 1823, fol. 78 vto.(16) C a b a l l e r o V e n z a l á , M.: Op. cit., II núms., 1802 y 1804, pág. 280.(17) Una conversión idéntica (también con solemne bautismo) había ocurrido —el año
anterior, 1816— en la S. I. Catedral de Cádiz, en la persona de su hermana mayor Orcaya Bensabé, hijas de Jameto Bensabé y Fátima Benasú (cf. El Triunfo de la Gracia, nota 2).
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en la S. I. Catedral giennense por el mencionado obispo, en presencia de todo el cabildo catedralicio, con el templo adornado de magníficas colgaduras y masiva asistencia de espectadores, llegados incluso desde los pueblos cercanos a la capital (18).
Fue amadrinada por la infanta doña María Francisca de Asís, esposa del infante don Carlos. Ésta, ya que no podía asistir personalmente al bautismo, se hizo representar por la Marquesa del Cadimo (19). En el mismo acto se le dio a Zabdía el sacramento de la confirmación, y acto seguido (durante una misa celebrada en la capilla del Santo Rostro) la nueva cristiana recibió también la sagrada comunión. Era el 23 de marzo del 1817.
Para sumarse literariamente a tan fausto acontecimiento y en recuerdo del mismo, el poeta don Diego Antonio Coello de Portugal compuso —en «solos cinco días», según él mismo advierte (en nota final), pidiendo disculpas a los lectores por los defectos que advirtiesen— un largo poema épico bajo el título EL TRIUNFO de la G RACIA en la CO NVERSIÓ N de ZABD IA BENSABÉ, mora la más obstinada en la creencia de su falsa ley... Dedicado a la Serenísima Señora Infanta Doña M A R IA FRANCISCA DE ASÍS, Augusta Esposa del Serenísimo Sr. Infante Don CARLOS... Por don Manuel María de Doblas, Impresor de la Dignidad Episcopal (20).
Al final del mismo, en las páginas 37-39, inserta Coello de Portugal el siguiente epígrafe:
(18) El cabildo de Jaén había recibido un oficio del obispo, en el cual le comunicaba que una Real Orden de 24 de febrero del 1817 le anunció que S. A. D .a M .a Francisca de Asís, esposa del infante D. Carlos, se había dignado «tener en la pila» a la mora Zabdía, en el bautismo del próximo 23. El cabildo se sumó a tal acontecimiento y, por lo mismo, acuerda que «el Sr. Deán dé quantas disposiciones estime combenientes al intento y se conteste a S. I. según corresponde». Actas Capitulares de Jaén, 15 de marzo del 1817, fol. 40 vto.
(19) El título fue otorgado, el 24 de mayo del 1713 (con el vizcondado previo de A talaya), a D. Alonso de Gámiz y Cerón, caballero de Calatrava. A t ie n z a , Julio (de): Nobiliario Español, M adrid, Aguilar, 1959, 2 .a edic., pág. 821.
Por el año 1817 ostentaba el título doña María del M ar Puche y Medina, fundadora de la Herm andad de la virgen del M ar, en Almería. T a p ia G a r r i d o , José Ángel: Almería, p iedra a piedra, Vitoria, 1970, pág. 494. Agradezco este dato a doña María Artés, Bibliotecaria en el Campus Universitario de Jaén, pero actualmente destinada a la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras, en la Universidad de Granada.
Desde 1957 ha heredado el título don Fernando de Almansa y Moreno Barreda, vizconde del Castillo de Almansa.
(20) Jaén, Instituto de Estudios Giennenses (Biblioteca y Centro Documental de Temas y Autores Giennenses) D-3.681/19.
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3
II.6
III.10
IV.14
V.18
VI.22
VII.26
VIII.30
AL INTENTO
Compuso el Sr. don Juan Céspedes, Prebendado de esta Sta. Iglesia Catedral
la siguiente oda.
O Deus nullum statuens perire, (A)Omnibus prestans media ad salutem, (B) Perdere ex horrens nisi nominatos (C)
Perditionis.
Signa das nobis bonitatis altae,Sedulo quaerens, humeris reducens Mauram ab errantem ñuvio salubri
Purificandam.
Dicet haec: cives qui habitatis istic Nolo me fuscam reputetis, aestu (D) Decoloratam, regione natam
Solis iniqui.
Causa sed major facinus paternum Fecit obscurum bene preparatum Spiritum summi manibus tonantis,
Oreque fussum.
Nigra sum certe; magis inde pulcram Me meus duxit procus in cubile,Duxit in cellam meri, et ordinavit (E)
Sanctus amorem.
Lota jam, rugis maculis rejectis,Pristini erroris tenebris propulsis,Digna jam possum talamum potentis
Regis adire.
Insuper magni Caroli patrini Me pia in christo genuit voluntas;Sponsa sunt Christi, Carolique magni
Filia in ipso.
Rebus his tantis celebris Mariae Conjugis magnum decus applicate;Sordidum sacro caput elevantis
Fonte lavatum.
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IX. Hanc refert haeres titulo in Cadimi 34 Faemina illustris genere, et marito,
Quam simul binae sociant avorum Sanguine clarae.
X. Pastor Andreas tumulans vetustam (F)38 Me, ex aqua, et verbis dedit innovari,
Et gregi miscens niveo recepit Gaudia pastor.
XI. Te decent Hymni, Deus, et Sionis (G)42 Accola in caelis stupeat silendo,
Sive laudando caro dicat omnis Quod venit a te.
(A) Deus mortem non fecit nec laetatur in perditione vivorum.
Impii autem manibus, et verbis accercierunt illa, Sapientiae. c. 1.
(B) Deus vult omnes homines salvos fieri. 1. ad Timot. v. 4, cap. 2.
(C) Nemo perit nisi filius perditionis, ut scriptura impleatur: Joannis 17 v. 12.
(D) Nolite me considerare quod fusca sim, quia decoloravit me sol. Canticorum. c. 1.
Nigra sum, sed fermosa, ideo dilexit me res, et introduxit in cubiculum suum; ibidem.
(E) Introduxit me in cellam vinariam ordinavit in me charitatem. c. 2. v. 4.
(F) Consepulti ei per Bautismum, in mortem ad Romanos, c. 2. v.4.
(G) Te decet himnus Deus in Sion. Psalmo 64. in Hebreo: tibis laus silet Deus in Sion.
Hasta aquí la transcripción con sus notas originales, insertas por Coello de Portugal.
* * *
TRADUCIMOS dicha oda así:
I. Oh Dios, que a ninguno le decretas su perdición, (A)
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que a todos les garantizas medios para su salvación, (B) que temes perder a alguien, salvo a los denominados (C)
hijos de la perdición.
II. Señales nos das a nosotros de tu bondad insigne, buscándola de todo corazón, conduciéndola sobre tus hombros, para que esa mora extraviada pueda en el río de la salvación
purificarse.
III. Exclamará ésta: ¡Oh ciudadanos, los que habitáis ahí!No quiero que me consideréis morena, sino descolorida por el estío y por haber nacido en una región (D)
de sol ardiente.
IV. Pero, ante todo, hubo una causa mayor: una hazañadel Padre logró transform ar lo oscuro en bien preparado, gracias a la efusión del Espíritu del Sumo Hacedor, sobre mis manos
y mi rosto desplegado.
V. Morena soy, ciertamente; por esto, más bella me ha conducido mi amado al interior de su morada; me ha conducido al interior de su bodega de vinos puros,y ha ordenado (E)
el Dios Santo nuestro amor.
VI. Lavada ya, las arrugas y las manchas retiradas, del prístino error las tinieblas expulsadas, dignamente ya puedo al tálamo del poderoso
rey allegarme.
VII. Por añadidura, la piadosa benevolencia del gran Carlos, como padrino, en Cristo me ha engendrado. Esposa soy de Cristo, y de Carlos el grande también
hija soy en Aquél mismo.
VIII. A estas realidades tan importantes añadid el gran honor [hacia mí] de su ilustre esposa María: mi sórdida cabeza la ha sacado
de la sagrada fuente lavada.
IX. A ella la representa la heredera del título de [Marquesa] del Cadimo, una mujer ilustre por su linaje y por su marido,
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a la cual simutáneamente se asocian [otras] dos [mujeres] preclaras
por la sangre de sus antepasados.
X. El pastor Andrés, sepultándome, ha conseguido que yo, vetusta, (F)haya sido renovada gracias al agua, y a sus palabras.De esta manera, al unirme a su nivea grey, ha recibido
su gozo el pastor.
XI. A ti se te deben las alabanzas, oh Dios. Que los habitantes de Sión (G) queden estupefactos en los cielos, guardando silencio,o bien, loándote, exclamen diciendo que el ser humano todo
camina hacia ti.
* * *
COMENTARIO
Como fácilmente se aprecia por su contenido, nos hallamos ante una composición poética realizada y motivada —si no por encargo— al menos a impulsos del acontecimiento histórico ante la conversión de una joven marroquí.
El poeta utiliza la estrofa sáfica latina (la más usada por Horacio, después de la alcaica), que estaba compuesta de tres versos endecasílabos sáfi- cos, coronados por un adónico (dáctilo más troqueo o espondeo) (21).
Estructuralmente podemos dividir toda la composición en tres partes bien definidas: Una primera, introductoria, que comprende las dos estrofas sáficas iniciales. Una segunda, expositiva, con todo el texto conceptual del poema: las estrofas tercera y siguientes hasta la décima, inclusive. Por último, una estrofa final, como colofón conclusivo y triunfal.
En la primera estrofa observamos el fuerte patetismo del apostrofe «O
(21) Esta estrofa ha sido también bastante querida por nuestros poetas romances, pasando la métrica cuantitativa latina a la acentuativa en tres endecasílabos (con acento en la sílaba cuarta, sexta u octava y décima), más un pentasílabo (con acento en la primera y cuarta sílabas).
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Deus» (v. 1), con morfema de nominativo, en vez del vocativo «dee», que en realidad no se había usado antes del cristianismo, pero sí más tarde (a partir del siglo m de nuestra era), pese a que constituye una morfología enojosa y fácil para construcciones desconcertantes. Resalta —además— la antítesis «nullum/ómnibus» entre el paralelismo de las oraciones participiales «statuens/prestans/nom inatos» (al principio del segundo hemistiquio, tras la cesura del primer endecasílabo; al final del hemistiquio, antes de la cesura, y al final absoluto del segundo endecasílabo), así como la aliteración escalonada «perire/prestans/perdere/perditionis» y la combinación en poliptoton de estos dos últimos vocablos.
La segunda estrofa introductoria culmina el apostrofe iniciado en la anterior, así como el paralelismo participial de «quaerens/reducens» (v. 6).
El contenido conceptual de todo el poema se desarrolla desde la estrofa tercera hasta la décima, según ya anticipábamos. Constituye una amplia personificación de la protagonista (la musulmana Zabdía Bensabé), en la cual se dirige retóricamente a los ciudadanos giennenses para narrarles —con un latín bíblico del Cantar de los Cantares, 1 y 2, 4 y con una acertada alegoría— el cambio transcendental operado en su espíritu. El verbo compuesto «reputetis» (en lugar de uno simple, seguramente por razones métricas) puntualiza al epíteto «fuscam», con una epexégesis de disjunción, paralelismo y rima: «aestu decolorátám, regione nátám» (v. 10-11).
La estrofa cuarta explica el cambio espiritual de ese oscuro color de su alma: Ha sido obra del Dios Omnipotente a través del Espíritu Santo. Estilísticamente el poeta lo expresa mediante la similicadencia de cinco vocablos: «paternum /obscurum /preparatum Spiritum/fussum» (v. 14-6), y la fuerte anástrofe del «sed» en el v. 13.
La siguiente estrofa —la quinta— destaca (en primera y última posición del endecasílabo) la antítesis entre «nigra/pulcram» (v. 17); de igual manera, la derivación cacófona «me meus» (v. 18) y la geminación «duxit» (v. 18-19), en una auténtica paráfrasis del capítulo primero y segundo del Cantar de los Cantares, conforme el propio autor señala en su correspondiente nota, al pie de página.
La indicada antítesis se intensifica ahora con el «Lota jam » inicial del v. 21; asimismo, con el «digna jam» del v. 23, en perfecto paralelo que a continuación completan fonéticamente los sonidos finales en -is de los posteriores vocablos: «rugis maculis rejectis... potentis regis» (v. 22-24).
Canta el poeta —en la estrofa VII— las secuelas espirituales del sacra-
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mentó del bautismo: esposa de Cristo e hija espiritual del padrino, el infante D. Carlos. Estilísticamente señalamos la prevalencia del vocalismo en palatal cerrada («insuper magni Caroli patrini...» v. 25-28), y además la geminación en polítoton «Caroli/Christo/Christi» (v. 25-27).
Como obligado complemento de este padrinazgo, se elogia a la madrina en la estrofa posterior, mediante el epíteto «celebris» (v. 29), en contraste con «sordidum» (v. 31) —aplicado a la persona de la bautizanda—, el metafórico «lavatum» (v. 32) y el llamativo apostrofe del verbo «applica- te» (v. 30). También aquí, de nuevo, aparecen los finales similicadentes en -is («his tantis celebris»...) (v. 29-31).
Por pura lógica enumerativa, se dedican las dos estrofas siguientes a los otros dos personajes con protagonismo en el bautismo: la Marquesa del Cadimo, y el obispo oficiante.
Aquélla es enaltecida por haber aceptado la representación de la infanta doña M .a Francisca de Asís (que no podía asistir personalmente), y además por el ilustre linaje suyo, por el de su marido y por el de sus hijas. Merece destacarse la anástrofe de la preposición «in» (v. 33), y la variación «gene- re/sanguine» (v. 35-36).
Por último, el obispo don Andrés, como buen «Pastor» (el tropo metafórico lo repite al principio y al final de esta décima estrofa, v. 37 y 40), ha obtenido el gozo de ver aumentada su grey espiritual con una nueva cristiana. Parafraseando, con todo acierto, la atrevida metáfora de S. Pablo acerca del bautismo (22), utiliza los vocablos «tumulans vetustam/innova- ri» (v. 37-38) para contraponer la muerte sepulcral de lo vetusto frente alo nuevo, renacido del bautismo.
La estrofa final constituye un verdadero cántico de acción de gracias a Dios, tomado casi literalmente del comienzo del Salmo 64,2 (como asimismo se cita al pie de página). También ahora —como vimos ya en el primer verso— se repite el uso del nominativo «Deus» (v. 41), en lugar del morfema de vocativo. Merecen destacarse la sinécdoque del singular colectivo «accola» (v. 42), la construcción acumulada «stupeat» (v. 42) y la antítesis paradójica «silendo sive laudando» (v. 42-43). El epifonema del final del último endecasílabo y adónico resume una idea que S. Agustín habría
(22) Don Juan de Céspedes la cita a pie de página. Es la frase «Consepulti ei per Baptis- m um ...». Rom. 6, 4, es decir: «Con Él hemos sido sepultados por el bautism o... vivamos una
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tomado, muy probablemente, del Antiguo Testamento (23). Es una construcción propia del latín vulgar la utilizada en «Quod» más indicativo, frente a la clásica del infinitivo completivo.
Al tratarse de un tema religioso, obviamente el léxico abunda en el del latín cristiano: «Deus» (v. 1, 41), «perire, perdere, perditionis» (v. 1, 3-4), «ñuvio salubri purificandam» (v. 7-8), «paternum» (v. 13), «spiritum sum- mi tonantis» (v. 15), «pulcram» (v. 17), «sanctus» (v. 20), «Iota» (v. 21), «potentis regis» (v. 23-24), «Christo genuit» (v. 26), «sacro fonte» (v. 31-32), «pastor tumulans ex aqua et verbis... gregi» (v. 37-40), «caelis» (v. 42), «caro» (v. 43).
También observamos algunos helenismos («humerus cc&noo v. 6; «flu- vio» <(pA.úco, v. 7; «aestus» <áí0co, v. 10; «talamum» <0á>.anoo, v. 23: «Christo» <xpioTÓa, v. 26-27; «hymni» >C(ivoo, v. 41) y en particular, la circunlocución «summi Tonantis» muy potenciada por los sonidos a l te rantes en 5 y en vocales extremas de timbre palatal y velar i/u (v. 15-16).
Nuestro humanista Dr. Céspedes muestra una cierta predilección por el uso de formas participiales, al estilo de los griegos: «statuens/prestans/ex horrens/quaerens... reducens/ab errantem /purificandam (v. 8), decolora- tam... natam /preparatum /tonantis... fussum/rejectis... propulsis (v. 21-22), elevantis (v. 31)/tum ulans... miscens (v. 37-39), silendo sive laudando» (v. 42-43).
Otro estilema preferido lo constituye la adición oportuna y expresiva de epítetos tales como «bonitatis altae» (v. 5), «fluvio salubri» (v. 7), «fus- cam... decoloratam... solis iniqui» (v. 10-12), «summi tonantis» (v. 15), «ni- gra... pulcram» (v. 17), «pristini erroris» (v. 22), «potentis Regis» (v. 23-4), «magni Caroli» (v. 25 y 27), «pia... voluntas» (v. 26), «celebris M ariae... sordidum sacro caput... fonte» (v. 31-32), «illustris... clarae» (v. 34-36), «vetustam» (v. 37), y finalmente el epíteto metafórico «gregi... niveo» (v. 39).
Hemos observado la extraña separación del correspondiente prefijo en los vocablos compuestos «ex horrens/ab errantem» (v. 3 y 7), así como también algunas grafías incorrectas (tal vez por hipercultismo): «pulcram» v. 17, «talamum» v. 23; «faemina» v. 34. Asimismo, en los diptongos, generalmente escribe las dos vocales («altae... quaerens... haec... aestu» v. 5-10),
(23) «Veniet omnis caro ut adoret coram facie mea». Isaías 66, 23; Salm. 85, 9; Zacarías 14, 16..
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BOLETÍN DEL INSTITUTO
DE ESTUDIOS GIENNENSES
pero otras veces incomprensiblemente las monoptonga: «prestans» v. 2, «pre- paratum» v. 14.
Señalemos, por último, que para las u /i consontanizadas prefiere las grafías menos clásicas, v /j: «fluvio» v. 7, «cives» v. 9, «major» V. 13, «or- dinavit» v. 19, «jam ... rejectis» v. 21-23, «voluntas» v. 26, «conjugis... ele- vantis... lavatum» v. 30-32, «avorum» v. 35, «vetustam... verbis... innovari... niveo» v. 37-39, «sive... venit» v. 43-44.
Como error simplemente tipográfico debe ser considerado el «sunt» del v. 27, referido a una primera persona singular (la nueva cristiana Zabdía Bensabé), pero con morfema desinencial de una tercera persona plural, por claro error material —según acabamos de advertir—.
II
Con el propósito de festejar el restablecimiento del rey de España don Fernando VIII (1808-1833) en su trono, tras su regreso de Francia en 1814, se celebraron diversos actos en la ciudad de Jaén. Fueron recopilados y editados en el libro Descripción /d e las Plausibles Fiestas/ con que esta M uy Noble y Leal C iudad,/ E l Iltmo. Sr. Obispo de esta Diócesis,/ E l Venerable Cabildo de la Santa Iglesia/ Catedral, las Autoridades todas, diferentes corpora-/dones, gremios, y personal de todas clases han solem/nizado el fausto dia de nuestro adorado Soberano/ el Sr. D. FERNAND O VII, y su restitución al augusto trono de sus /progenitores... Fue impreso en Jaén, por don Manuel de Doblas, en 1814..
En sus páginas 76-80 se recoge otro POEMA LA TINO, compuesto por el prebendado giennense don Juan de Céspedes «en loor del fausto dia de nuestro augusto Monarca, y el júbilo general que con tan plausible motivo reynaba en los tiernos corazones de los reales habitantes de esta Capital» (24).
JUBILUS GIENNII
I. Musa quid sentis? novitas rapit nos:Dexterae excelsi est opus explicatum;
3 Cernimus: moles cecidit superba Napoleonis.
(24) Agradezco a mi estimado amigo don Enrique Toral Peñaranda su amabilidad por enviarme la xerocopia del referido poema, sacada del ejemplar que él posee en su biblioteca particular.
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II.6
III.10
IV.14
V.18
VI.22
VII.26
VIII.30
IX.34
X.38
Iam giganteis penitus rejectis Ausibus; misso rebulone magno Insulae tractus brevis obtinere
Terra quiescit.
Et magis nostros rutilans Iberos lux juvat, tristes hilares redendo, Quaeque sub duro jacuere Gallo
Corda fovendo.
Nuper advenías precio redemptus Sanguinis tanti, prece restitutus Semper instanti, sua Ferdinandus
Regna revisit.
Ceu pater natos miserans gementes, ¡Heu dolet! siccat lachrymas benignus; Et nothos fervet super inquietos,
Ultio justa.
Alter Abrahamus pater est fidelis Gentis, et curat recutita nostros Corda, non tantum manufactura carnis
Signa referre (1).
Filium carnis notat insequentem (2) Spiritu natum: sinit haud nocere;Ejicit matrem, simulet pudenda
Matre creatos.
Quanta comportet bona Ferdinandus, Hesperus discas: chaos institutum Iam diu Gallis repetita nostris
Fuñera tentat.
Disipat nequam solio paterno Insidens virtus; metus, et ruina Insimul Sontes capiunt; Mucroni
Subjiciuntur.
Tu Giennensis populus magister Jure juratae fidei potenti Principi, exultas: (3) cadit ut rebellis
Vindice dextra.
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BOLETÍN DEL INSTITUTO
DE ESTUDIOS GIENNENSES
XI. Signa das demum quibus'incitetur 42 Provido exemplo tepidus novator;
Plausus, et mimus manifesta ponunt Gaudia Cordis.
XII. Civitas Regni Caput ipsa sancti 46 Vive, pro Regis petitura vita
Plurima: ut Regem timeat Colatque Mundus uterque.
(1) Circuncisi estis circuncisione non manufacta, ad Colo senses. Cap. 2.11.
(2) Quemadmodum is qui secundum carnem natus erat persequeba- tur eum qui secundum spiritum, ita et nunc: sed quid dicit scriptura: ejice ancillam et filium ejus. Ad Galatas C. 4. V. 29 et 30.
(3) Laetabitur justus cum viderit vindictam. Psalm. 57, 11.
TRADUCCIÓN
El propio autor realizó una suya propia, que inserta a continuación del texto latino. Dice así:
Versión libre de la anterior Oda latina por el autor de esta memoria en los siguientes
SAPHICOS
I. ¿Qué novedad ó Musa nos transporta?Soberbia mole del poder del Corzo Desplomóse, y la obra del Excelso
Vemos patente:
II. Sus gigantes proyectos desechados A una pequeña isla le conduceSu orgullosa ambición, y en paz descansa
La tierra toda:
III. Una brillante luz hoy se apareceEn la Iberia feliz, que alegra al triste,Y exalta al corazón que gimió opreso
Por el tirano.
IV. Esta antorcha es Fernando, que regresa
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VI.
VII.
VIII.
IX.
X.
XI.
XII.
De mucha sangre á costa rescatado,Y con tantos anhelos atraído
A ver sus Reynos:
Como á Padre benigno le enternece El llanto de sus hijos, los consuela:Mas á aquellos espúreos y malignos
Luego castiga:
Y qual otro Abraham de gentes fieles Es padre, pero quiere que sus hijos Mucho más que la carne, circunciden
Sus corazones:
Vé con dolor que algunos son impuros,Que afligen á los Iberos leales,Mas de tal deshonor la causa aleja
Con todos ellos:
¿Y cuántos bienes vemos en su arribo?El libertino caos que afligió a Francia,Y á nuestra cara Iberia amenazaba
Desaparece:
Desde el magestuoso patrio trono El nublado disipa, y sus autores El condigno castigo sienten luego
De terror llenos.
Tú, Ciudad de Jaén que das lecciones De obediencia y respeto al Soberano,Que juraste tan fiel, ves su caida
Con sumo gozo.
Haces demostración de tus aplausos Para aterrar á incautos novadores,Y en públicos festejos manifiestas
Tu heroico pecho.
Ilustre Capital del Reyno santo Vive para rogar, prospére el Cielo De Fernando el Reynado, y ambos mundos
Le reverencien.
Nos permitimos nosotros realizar otra traducción menos libre que la
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de su autor (y por lo tanto más ceñida al texto latino original), si bien acomodándonos a las pautas de aquélla.
I. ¡Oh Musa! ¿Qué sensación es la que experimentas?Una novedad nos arrebata a nosotros: la obra de la diestra del Excelso nos ha salvado:Lo vemos patente: se ha desplomado la mole soberbia de Napoleón.
II. Ya sus gigantescos proyectos totalmente desechados y el gran nebulón alejado, lo conducen a ocupar una isla pequeña.
La tierra en paz reposa.
III. Y en efecto, una rutilante luz generosamente a nuestros iberos asiste, a quienes estaban tristes en joviales transformándolos, y a los corazones opresos bajo la tiranía del Galo
protegiendo.
IV. Tras su reciente llegada (a costa de tanta sangre rescatado, entre anhelos siempre apremiantes restablecido), Fernando sus
reinos de nuevo ha visitado.
V. Cual padre que se compadece ante el llanto de sus hijos, también él ¡ay! se duele, y seca sus lágrimas benigno.Sin embargo se excita contra los espúreos perturbadores
en venganza justa.
VI. Cual otro Abraham es padre de gentes fieles, pero quiere que se circunciden nuestros corazones, y no sólo que se exterioricen los manuales
signos de la carne.
VIL Observa él que los hijos de la carne persiguen a los hijos del espíritu: no permite que los dañen.Expulsa a la madre, odia a los
de vergonzosa madre nacidos.
VIII. ¡Que el Hesperio llegue a saber cuántos bienes nos arriba Fernando! El caos que durante largo tiempo
a los Galos afligió, entre los nuestros sus asesinatos
repetir intenta.
IX. Disipa el mal su talento, en el solio paterno instalado. El miedo y la ruina simultáneamente sus culpas obtienen: bajo su espada
se someten.
X. ¡Tú, pueblo de Jaén, que das lecciones de juram entada fidelidad a tu poderoso Príncipe, saltas de gozo, al ver cómo cae el rebelde ante su
vengadora diestra!
XI. Muestras das —finalmente—, por cuyo conducto se ahuyenten, gracias a tu próvido ejemplo, los incautos novadores.Tus aplausos y tus festejos ponen de manifiesto
los gozos de tu corazón.
XII. ¡Ilustre capital del reino santo! Vive para (en pro de tu Rey) pedir vida muy dilatada:Que al Rey teman y reverencien
ambos mundos.
COMENTARIO
También estos versos latinos (al igual que en la anterior composición poética) son fruto de patriotismo espontáneo —o sugerido— ante un acontecimiento histórico: la restauración de Fernando VII «el Deseado» en su trono de España (1814)..
De igual modo, vuelve a utilizar la estrofa sáfica en este nuevo poema, cuya estructura puede dividirse en tres partes: La primera (desarrollada en dos estrofas iniciales) expone el hecho histórico sobre el derrumbamiento del imperio de Napoleón (I-II).
La segunda parte (desde la estrofa III a la IX) desarrolla fundamentalmente dos ideas: el regreso de Fernando VII (estrofas III-IV) y su actitud política de favor hacia sus fieles realistas y de castigo contra sus enemigos liberales (V-IX).
La tercera y última parte constituye un epílogo triunfal, en el que (mediante tres estrofas: X-XII) se exalta al pueblo de Jaén por su «juram enta
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da fidelidad» al monarca, y se le insta —en su condición de capital del Santo Reino— para que continúe rogando por la vida del rey.
El patetismo de la interrogación retórica, con la que se inicia la primera estrofa, se apoya luego en la concisión de una sintaxis yuxtapositiva prolongada en estas dos primeras estrofas introductorias. El presente de duración con plural sociativo («cernimus» v. 3) se opone al perfecto de objetividad («cecidit»), situado estratégicamente entre la «moles» y su epíteto «super- ba» (v. 3). En otro aspecto (también comentable) nos parece que existe un cierto paralelismo en cuanto a la resolución sobrenatural que el poeta humanista da a la situación surgida en estas dos composiciones: en el Triunfo de la Gracia la conversión de la musulmana Zabdía es atribuida al «Spiri- tum summi tonantis» (v. 15); en ésta, el desastre de la caída napoleónica se debe a la «dexterae excelsi» (v. 2).
En el epíteto «giganteis» (v. 5) de la segunda estrofa, el alargamiento métrico de la sílaba «-te-» (en la cesura del endecasílabo) busca la rima con el «rejectis» final del verso, encabalgado al siguiente «ausibus». Es muy significativa, por otro lado, la paradoja que establece entre el calificativo «magno» (v. 6), con el que se define al «nebulone», y el «brevis» (v. 7) para definir y describir la «pequeña» isla de Santa Elena, en donde fue confinado y murió desterrado el «gran» Napoleón.
El adónico «térra quiescit» (v. 8) es un epifonema bastante elocuente de todo el contenido conceptual de ambas estrofas.
La segunda parte de la oda comienza con el matiz confirmatorio de la conjunción «Et» (v. 9), en posición primera explosiva, para resaltar que la caída de Napoleón obtuvo la venida de nuestro rey Fernando, cual nueva «lux» (v. 10) restauradora. Las inmediatas secuelas de este hecho se representan a través de dos frases similicadentes «tristes hilares redendo»/«cor- da fovendo» (v. 10, 11) y la prolepsis de «quaeque» (v. 11). Merecen destacarse, además, el encabalgamiento poético de «Iberos lux juvat» (v. 9-10) y los nuevos acertados epítetos «rutilans... tristes hilares... duro» (v. 9-11).
La IV estrofa describe la llegada del rey español por medio de vocablos (preferentemente participiales) similicadentes y parónimos, al final de hemistiquio o de verso: «adventans/ redemptus/ restitutus/ Ferdinandus/ tan ti/ instanti/ precio/ prece» (v. 13-15). Son destacables, asimismo, las sinécdoques del colectivo «sanguinis tanti» y, en especial, «prece semper instanti» que alude con claridad al cariñoso denominativo «EL D ESEADO», con que el pueblo llamaba a Fernando VIL
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La actitud paternal y compasiva del Rey (estrofas V-IX) para con sus fieles partidarios se nos muestra no sólo en la interjección patética «¡Heu dolet!» (v. 18), sino más aún en el paralelo comparativo con el patriarca Abrahán (v. 21), y particularmente en todo el léxico afectivo: «pater natos miserans gementes/ siccat lachrymas benignus/ spiritu natum» (v. 17-26).
Con todo ello contrasta la actitud enérgica, sin atisbos de compasión ni perdón (muy acorde con un rey absolutista cual Fernando VII) en contra de sus enemigos políticos, a quienes califica de «bastardos perturbadores» (v. 19). En esta misma línea de actitud acre se mantiene el léxico: «fervet/ ultio justa» (v. 19-20), «filium carnis/ ejicit matrem, simulet pudenda ma- tre creatos/ nequam / metus et ruina... sontes capiunt; mucroni subjiciun- tur» (v. 25-36).
La enumeración «pater/ filium/ matrem» (v. 17, 25 y 26) se acrece más, gracias a las sinécdoques del «filium carnis» y «spiritu natum» (v. 25-26), el poliptoton, «m atrem / matre» (v. 27-28), y la circunlocución «pudenda matre creatos» (v. 27-28).
Los beneficios logrados por la restauración de Fernando VII en el trono real se describen a lo largo de las estrofas VIII y IX.
La optación del verso 30 (junto con la metonimia de «Hesperus») se especifica en el «chaos» causado por Napoleón en Francia y repetido en España. La antítesis resulta obvia: frente a los «fuñera» del galo Napoleón resaltan, en claro contraste, los «bona» del hispano Fernando (v. 29 y 32).
La última parte del poema se cierra con tres estrofas: X-XII. La primera de ellas es un apostrofe muy prosopopéyico, en el cual se personifica al pueblo de Jaén como vasallo modélico en fidelidad al rey, y solidario con éste en su «vindice dextra» (v. 40). Tal actitud vengadora intenta el poeta humanista suavizarla y justificarla un poco a través de una cita bíblica del salmo 57, 11, en el que los justos se alegran al ver que Yahvé premia a los buenos y hace justicia en el mundo, castigando a unos jueces israelitas injustos. La anástrofe de «ut» (claramente por razones métricas) aparece un tanto forzada. Sin embargo, la epexegesis con que se titula al pueblo giennense «magister jure juratae fidei» (v. 37-38) —obsérvese además la expresiva adnominación etimológica «jure juratae»— tal vez no deba estimarse hiperbólica, habida cuenta de los criterios políticos en nuestra ciudad durante aquellos momentos históricos.
La siguiente estrofa recalca —una vez más— la ejemplaridad de Jaén en su apoyo realista, expresada públicamente con «plausus et mimus» (v. 43). Parece oportuno destacar, junto al paralelismo sintáctico-estilístico del
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v. 42, el contraste de la sinécdoque y de los respectivos calificativos: adjetivo más sustantivo, y singular colectivo por plural. De igual manera, resaltamos la personificación de la ciudad, valiéndose de los vocablos «gaudia cordis» (v. 44).
La oda finaliza en una eufórica exclamación deprecativa a favor de la supervivencia del monarca. Para no repetir el nombre de Jaén el autor acude —en apostrofe— a la variación perifrástica más tradicional y conocida: «capital del Santo Reino». El valor enfático de «ipsa» sobresale aún más por su cacofonía ante «sancti» (v. 45). Señalemos las figuras etimológicas en poliptoton escalonado «Regni/ Regis/ Regem/ vive/ vita» (v. 45-47), y, de forma particular, el quiasmo «Regem timeat colatque mundus uterque» (con similicadencia de la enclítica), muy adecuado a la ideología contemporánea del absolutismo monárquico, y con clara alusión al imperio español en las colonias de América, quienes precisamente declararon su independencia a lo largo de estos años (1810-1825).
Como extranjerismos léxicos únicamente hemos valorado los helenismos «Musa» < inoOoa, v. 1, «giganteis» < y íy aa , V. 5, «Iberos» < ”I(k|p, v. 9, «lachrymas» <5áxpU |ia, v. 18, «nothos» < vóOoa, v. 19, «corda» < xa p8ía, v. 23, «matrem» <(j,iíTTlP> v- 27-28, «Hesperus/ chaos» <E o- n sp o o /x áo a , v. 30, «mimus» <ní|j,oo, v. 43.
Como hebraísmos y romanismos latinizados aparecen «Napoleonis» v. 4, «gallo» v. 11, 31, «Ferdinandus» v. 15 29, «Abrahamus» v. 21, «Gien- nensis» v. 37.
En el aspecto gráfico es necesario advertir que nunca monoptonga los diptongos, y prefiere las grafías menos clásicas v /j para las semiconsonantes consonantizadas U /i: «Jubilus/ novitas» v. 1, «rejectis/ brevis» v. 5, 7, «juvat»/ jacuere/ fovendo» v. 10-12, «adventans/ revisit» v. 13, 16, «fer- vet/ justa» v. 17-18, «ejicit» v. 27, «subjiciuntur» v. 36, «provido... novator» v. 42, «civitas/ vive/ vita» v. 45-46.
Pueden ser consideradas como grafías incorrectas, hipercultas o meros errores tipográficos, las siguientes: «redendo» v. 10 en lugar de reddendo, «lachrymas» v. 18 por lacrimas, «tentat» por temptat, y sobre todas el incomprensible «nostros» en el v. 22, que por el contexto sólo puede referirse y concordar con el neutro «corda» del siguiente v. 23.
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