el gran libro de la historia de - pancracio celdran gomariz

8/15/2019 El Gran Libro de La Historia de - Pancracio Celdran Gomariz

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Historia de las cosas

Pancracio celdrán

Prólogo

El libro de Pancracio Celdrán, Historia de lacosas, tiene a su vez una historia singular, unidnada menos que a la de la televisión privada e

España.

Lo que hoy tiene el lector entre manos es una sumde casualidad y de mucho trabajo. Y es que l

historia de este libro se gesta en AntenaTelevisión, y se desarrolla más tarde en Antenade Radio. En 1989 se me encargó poner en marchTeletienda programa que entonces suponía unnovedad en la televisión española, y que requerí

por ello una buena dosis de imaginación. Todestaba por inventar. No era un trabajo fácil, pereran los tiempos del entusiasmo sin límites, darrimar el hombro allí donde hiciera falta, dcolaborar sin condiciones.


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Lo primero que busqué fue al mejoguionistadocumentalista posible, capaz dfacilitarme material sobre la historia o lacuriosidades que envolvían las cosas qu

pretendíamos vender, y que lográbamos vendebastante bien. Era necesario dotar de contenido un programa que de otra forma devendría en asuntárido. Me costaba trabajo ser ingenioso y origina

hablando semana tras semana de un cúmulo dcosas que iban desde el frigorífico a la hamacadesde la sandwichera al tostador, pasando por lbicicleta, por el vino y el jamón. A mi mesultaba difícil imaginar que se pudiera contar l

historia de esas cosas diarias, como el sofá o lartera. Y hablé con un erudito excepciona

Pancracio Celdrán, capaz de hablar de cualquiecosa de forma documentada, y de escribir sobr

os más complejos asuntos. No tardé en darmcuenta aunque ya sabía yo de su habilidad conocimiento de que Pancracio Celdrán era udocumentalista e investigador de raza, uverdadero conocedor de bibliotecas y archivo

donde espigaba curiosas y llamativas noticias e


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orno a cualquier cosa. No resultaba difícil, con sayuda, hablar de cualquier producto, y hablábamocon soltura de la historia de la silla o del teléfonodel mantel o la cuchara. Resultaba muy atractiv

para la audiencia, que así lo manifestaba con sulamadas.

Transcurridos algunos meses, trasladamos la ide

a Antena3 de Radio. De nuevo hablé coPancracio Celdrán para proponerle la adaptaciódel material al nuevo medio. Creamos una secciólamada Historia de las Cosas. Se aportaro

nuevos detalles, nuevas noticias, nuevas historia

Se convirtió en un programa verdaderamentatractivo, con gran seguimiento de audiencia, muy comentado. No tardaron en surgir fans dHistoria de las Cosas, que nos escribían demandaban copia de los guiones. No podíamoatender tales demandas, dado su número.

Desaparecida Antena3 de Radio, PancraciCeldrán tuvo la feliz idea de recopilar, de refund

odo aquel material para convertirlo en libro. As


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o que empezó siendo una serie de guiones parelevisión, y se reconvirtió más tarde en program

de radio, ha venido a dar, en su nuevo soporte, eibro.

Estoy convencido de que una vez leido quedaráorprendidos del origen de algunas cosa

entretenidos por el de otras; y alucinados por e

esto. Este libro, además de entretener, aumenta econocimiento de lo que nos rodea.

Miguel Angel Nieto

PresentaciónEl primer acercamiento encaminado a historiar eabigarrado mundo de las cosas tuvo lugar en uprograma de Antena3 Radio, hace ahora casi u

ustro. Se titulaba, como este libro: HISTORIA DLAS COSAS.

El texto que ofrecemos es básicamente aquéaunque la naturaleza del medio escrito haya tenid


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us exigencias, y haya naturalmente repercutido ea extensión de las entradas o capítulos.

El título es autoexpresivo al respecto de lo que no

proponemos, y aunque la palabra "cosa" no tienímites significativos concretos, dada su condició

de

palabra omnibus" como dicen los lingüistas siembargo todos aprehendemos en seguida significado y extensión, que no es otra que e

mundo, el universo todo. De hecho, ¿qué hay, qunos circunda, de qué nos rodeamos sino d

cosas...?

Pero las cosas de que hablamos aquí no socualesquiera cosas..., sino esas cosas útiles, frutde ideas geniales que ha tenido el hombre a l

argo de su existencia pensante, los pequeñonventos, a menudo fruto de la improvisación, da necesidad. De hecho, el hombre sólo s

encuentra con lo que en el fondo de verda

necesita... Tenemos un olfato especial para lo úti


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para descartar lo innecesario.

Del repertorio de cosas que aquí recogemos historiamos de forma no exhaustiva, ninguna ha

que no haya rendido al hombre un serviciextraordinario. Ninguna es supérflua. Piense eector en ellas, detenidamente, una por una, desda cama al biberón, pasando por el ataúd o lo

cosméticos, y convendrá con nosotros en qucuanto aquí recogemos merece, en el ánimo dehombre, un monumento.

Entre los cientos de sonetos que el Fénix de lo

ngenios dedicó a mujeres hermosas, capitaneaguerridos, hombres de estado, y sucesos dmportancia, no olvidó incluir un soneto a lonventores de las cosas: El Soneto CXXXIV de loncluidos por Gerardo Diego en la edición qu

este poeta hace de las Rimas del Gran Lope:

Halló Baco la parra provechosa,

Ceres el trigo, Glauco el hierro duro.


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Poética visión del mundo de las cosas, la quecoge el genial dramaturgo.

Visión muy particular del mundo de los objeto

Pero hace honor a una deuda que tenemos con euniverso anónimo, pequeño, de las cosas quusamos cada día, y que nos hacen la vida gratalevadera y próxima.

En las grandes visiones históricas del mundo, de lpresencia del hombre sobre la tierra, a veceperdemos de vista lo que más cerca tenemos: euniverso de los objetos, de las cosas con las qu

nos desenvolvemos en nuestro diario quehaceHablamos de lo divino y de lo humano, del cielo de la tierra, de la vida y de la muerte, del saber a belleza..., y entre tanta polvareda perdemos

don Beltrán. Es decir: hemos dado de lado, en eshistoriar el mundo, a lo que de verdad hace lhistoria de los días, la historia de las horas, en lcasa, en el campo, en el taller, en la soledad: lacosas nuestras de cada día. Decía Mark Twain qu

él conocía a muchos hombres que podrían vivir si


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una filosofía determinada, pero que les serímposible hacerlo sin sus botas ni su pipa...

Afirmación genial, de la que se desprende l

mportancia que tienen los objetos menudos, esoque pasan desapercibidos hasta que empieza notarse su ausencia.

Y eso es así porque el hombre no inventó

as cosas al azar, o sin propósito clarísimo. No haobjeto pequeño a nuestro alrededor que no tenguna historia amplia y una peripecia compleja en l

que a su hallazgo o invención se refiere. Despuéde todo, el hombre nunca ha buscado lo que no hentido como necesidad.

De mis tiempos de profesor de Histori

Comparada en la Universidad israelí del Negeven BeerSheva, guardo con particular cariño lanécdota de un alumno, Amit, quien me preguntProfesor, sabemos lo que hizo el hombre, ncluso por qué..., pero ignoramos a menudo cóm


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pudo hacerlo, de qué cosas se sirvió..., o cómo dicon las cosas que le facilitaron la vida..."

Tenía razón Amit. El 90% del tiempo del hombr

ranscurre en contacto con los pequeños objetoen el trato directo con las humildes cosas: ecuchillo, la cama, el armario, el anzuelo, lozapatos o la capa... ¿Quién se ocupa de esa

cosas? ¿Quién ha pensado en su historia? NadieParece que nadie ha escrito la Historia de laCosas. Por eso, en homenaje, y a modo dmodestísimo tributo a los objetos menudos quodean nuestra vida de comodidad, pensamos qu

conviene decir algo al respecto de ellas. Yconvenir con el filósofo que dijo: "Cosa es todaquello que tiene entidad, porque lo que no valcosa, no vale nada..."

Pancracio Celdrán Gomariz

El abrelatas

Resulta curioso, a la vez que chocante, observa


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Underwood estableció en la ciudad de NuevOrleans, en la Lousiana, la primera fábrica dconservas, no consideró importante crear unstrumento para abrir las latas, aconsejándos

ecurrir a cualquier objeto que se tuviera por casa

¿A qué podía deberse tan absurdo abandonoTenía cierta explicación. Las primeras latas d

conserva eran enormes, muy pesadas, de gruesaparedes de hierro. Sólo cuando se consiguió creaun envase más ligero, con reborde en la partuperior, hacia 1850, se pudo pensar en u

abrelatas. El primero fue idea de u

norteamericano muy curioso: Ezra J. Warner. Erun artilugio enorme, de gran volumen, cuya vistmpresionaba a cualquiera; era una mezcl

mecánica entre hoz y bayoneta, cuya gran hojcurva se introducía en el reborde de la lata y sdeslizaba sobre la periferia del envase, empleandalguna fuerza para ello. Entrañaba cierto peligru manejo, no sólo para quien lo manejaba, sin

para quienes observaban la operación. La gent

optó por ignorar tan peligroso invento, y prefiri


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eguir con sus sistemas caseros ya conocidoPensaban que era mejor quedarse sin comer morir en el intento.

La lata de conservas con llave fue inventada por eneoyorquino J.

Osterhoudt, en 1866. Todos pensaron que era unvento milagroso. Hacía innecesario el abrelata

Sin embargo, no todas las fábricas de conservapodían adoptarlo. El abrelatas seguía siendo unvento pendiente. Invento que no tardó e

aparecer, tal como hoy lo conocemos, con su rued

cortante girando alrededor del reborde de la lataFue patentado en 1870 por el tambiénorteamericano William W. Lyman. Su éxito funstantáneo y fulgurante.

En 1925, la compañía californiana Star CaOpener perfeccionó el abrelatas de Lymaañadiendo una ruedecita dentada llamada "ruedalimentadora", que hacía girar el envase. Fue est

dea la que más tarde dio lugar al abrelata


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eléctrico, comercializado en diciembre de 1931.

El collar

El collar es uno de los símbolos más antiguos. Scírculo cerrado tenía relaciones estrechas con lMagia, ya que representaba los poderes del mundoculto. Ningún rey o sacerdote, ningún poderoshubo en la Antigüedad que no lo llevara alrededode su cuello, y aún hoy, entre los motivos externopara aludir al poder o la preeminencia social sencuentra este viejo objeto entre ornamentapolítico y suntuario.

Cuando el arqueólogo inglés Howard Cartedescubrió la tumba de Tutankamón, en el Valle dos Reyes, en 1922, todos quedaron asombrado

ante el collar que el faraón de la 18.a dinastí

ucía alrededor de su cuello tras los más de tremil trescientos años transcurridos: ciento sesenta eis placas de oro macizo cuyo diseño represent

a la diosabuitre Nekhbet sosteniendo entre su

garras un jeroglífico, que una vez descifrado s


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upo que decía lo siguiente, aludiendo al collaEste es el círculo del mando". De hecho, el colla

fue pieza clave en la orfebrería egipcia de haccuatro mil años, y nadie superó jamás la pericia

genio de aquellos orfebres a la hora de enfrentarscon este objeto delicado, al menos en la bellezdel diseño, combinación de los colores, variedade formas y riqueza de pedrerías y metales. Lo

collares egipcios, a menudo de cuatro vueltas, erapiezas coloristas. Sus colores preferidos eracuatro, combinados con el oro, la plata y lapiedras

emipreciosas: el amarillo, el verde, el rojo y eazul. Su conjunto era deslumbrante. Loembajadores de los pequeños reinos tributariodel faraón quedaban absortos y anonadadocontemplando el brillo cambiante del collar regioque surtía efectos casi hipnóticos sobre ellos. Locollares anchos fueron los más típicos de Egipto, ambién del mundo antiguo, en general. Sobre su

amplios aros se grababa un mundo lleno d

ímbolos: estrellas, flores, conchas, cabezas d


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halcón. Los había también más sencillos, ya que suso estaba generalizado tanto entre los hombrecomo entre las mujeres. Collares de cuentacollares de canutillos de pasta esmaltada azul,

de cuentas de jaspe, cornalina y lapislázuli, cous amuletos colgantes, sobresaliendo de entr

ellos el ojo del escarabajo sagrado, Horus.

Pero no sólo los egipcios, sino todos los pueblodel llamado Creciente Fértil, en torno al OrientMedio actual, dieron gran acogida y favor acollar.

Los asirios solían utilizar collares de cuentas dpiedras preciosas, como los hallados en lamponentes ruinas de Korsabad, y junto a ello

collares humildes de hueso de aceitunaaladrados. Y también el pueblo fenicio s

adornaba con collares de pasta esmaltadaeguramente importados de Egipto.

Los griegos, más austeros, limitaron el uso d

collares a las mujeres. Sin embargo, este puebl


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creó un nuevo tipo de collar: una serie de anillaformando cadena, con un anillo grande en forma dargolla, como el que utilizaron los pueblobárbaros: un aro alrededor del cuello, tanto par

hombres como para mujeres. Y en cuanto a loomanos, éstos heredaron el gusto etrusco

combinándolo con los collares griegos. Crearoasí una especie de collar intermedio en el que s

hacía sentir la influencia griega y también lbárbara.

Distinguieron dos modalidades: collares cadenas. Unos y otras solían ser de oro, con perla

pedrería que bajaban hasta la cintura en dos res vueltas.

De ellos, de estos collares y cadenas, pendía lbula", es decir: un amuleto contra cierto númer

de enfermedades comunes.

En la Edad Media europea no se utilizó el collahasta el siglo XII, en que las mujeres provenzale

de los medios cortesanos pusieron de moda l


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gargantilla de tela ajustada al cuello, y en la que scosía un hilo de pequeñas perlas. Más tarde, ya eel siglo XV se puso de moda lucir un collar sobrel escote, y no sobre el vestido, como había sid

el caso en siglos anteriores. Eran famosos locollares españoles, de filigrana de oro coesmaltes.

De la peripecia posterior de este antiquísimnvento cabe apuntar el hecho de que el collacomo los pendientes o el anillo, admiten escascapacidad de evolución, ya que nacieron con limitación inalterable de la anatomía humana.

Los Preservativos

El preservativo masculino data del siglo XVI, y snvención se atribuye al italiano Gabriel Fallopio

profesor de Anatomía de la Universidad de Paduao tenía fines anticonceptivos, sino el má

moderno de prevenir contagios venéreos, como ede la sífilis, enfermedad que hacía estragos a l

azón.


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Pero la idea de la contracepción es anterior a ldea del profiláctico. No se tuvo conciencia de qu

el coito podía ser una vía de entrada de lenfermedad hasta muy avanzado el siglo XV. Si

embargo, la necesidad de evitar el embarazo sdejó sentir en el mundo civilizado casi desde loalbores de la civilización.

Debemos decir, sin embargo, que el hombrprimitivo no relacionó el coito con la fecundaciónPero apenas se apercibió de ello, hizo cuanto pudpara regular la población manipulando lfertilidad femenina.

Entre los primeros intentos se encuentra el qudescribe un papiro egipcio de hace 3850 añodonde se explica cómo evitar el embarazo. Leceta era como sigue: "La mujer mezclará mie

con sosa y excremento de cocodrilo, todo lo cuaacompañará de sustancias gomosas, aplicándosuna dosis del producto en la entrada de la vaginapenetrando hasta donde se inicia la uña". E

emedio era bueno: olía de tan nauseabund


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manera que cualquier egipcio normal no osabacercarse. Pero bromas aparte, funcionaba emejunje.

Los chinos conocieron el diafragma, una especide DIU hecho a base de cáscaras de cítrico que lmujer tenía que introducirse en la vagina.

Siempre fue la mujer quien más sufrió en estasunto de la contracepción. Así, los camelleros deOriente Medio y Arabia, hace dos mil añontroducían piedrecitas, huesos de albérchigo, ncluso clavos de cobre en la vagina de la

camellas para evitar que quedaran embarazadas eos largos viajes. Ya el Padre de la MedicinaHipócrates, había recomendado a las mujerehacer lo mismo. De hecho, la costumbre entre lamujeres de vida alegre de introducir hilachas dela e hilos de pergamino en el útero, funcion

como anticonceptivo eficaz. Y

desde tiempo inmemorial se utilizó, al fin qu

comentamos, una serie de productos que iba desd


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Fue precisamente en esta prenda, el pijama, donde inspiraría la feminista neoyorquina de mediado

del XIX, Amelia Jenks Bloomer, a quieencantaban los pantalones, y decidió mostrarse e

público vistiendo uno de ellos: habían nacido lofamosos "bombachos" o "bloomers", verdaderbanderín de enganche, a partir de entonces, parodas las rebeldes feministas del mundo. Est

moda no hubiera triunfado de no haberse puesto dmoda la bicicleta, que destrozaba las faldas.

Una frase de la famosa innovadora resultprofética: "Señoras, no hay más ropa interior qu

a piel, cuanto se ponga sobre ella no debconvertirse en elemento discriminador de loexos".

Así fue cómo el camisón, el pijama, la "ropnterior" en general, fue sufriendo unransformación tal que terminó por convertirse

como comprobamos en la actualidad, en "ropexterior".


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La cama

Como es sabido, la geografía condiciona la viddel hombre, que no transcurre igual en un clim

frío que uno templado. Todo cuanto hace desarrolla, el hombre, está marcado por escircunstancia medioambiental.

En los lugares nórdicos, el hombre antiguo abrízanjas en el suelo, que luego rellenaba con cenizaodavía calientes, con lo que se procuraba calo

Allí dormía: era su cama, con una piel sobre ecuerpo. Y los pueblos germánicos se echaba

obre una especie de yacija improvisada dentro duna caja que llenaban de musgo seco, de hojas de heno.

Por lo general, las civilizaciones antigua

diferenciaron entre varios tipos de cama. Lahabía para dormir, para comer, o para velar a lodifuntos. Camas funerarias abundaron en el mundegipcio, y la arqueología nos ha mostrado su

bastidores de madera sujetos por tiras de cuer


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entrecruzadas.

Sin embargo, la cama de uso diario era muy altapor lo que se requería la ayuda de un taburete,

ncluso de una escalera, para acceder a ella. Eramuebles recargados, decorados con efigiealusivas a motivos mitológicos propios de aquellcultura (leones, esfinges, toros). Las cubría un

mosquitera que liberaba al durmiente de lomolestos mosquitos y otros insectos. Debemodecir que es la cama que más se parece a la actua

uestro lecho difiere poco de un modelo de camencontrado entre las pertenencias del faraó

Tutankamon. Y es que tal vez no exista mueble máconservador.

También el pueblo hebreo hizo uso de la cama. Eel libro del profeta Amos hay referencias a loicos de Jerusalén o de Samaria, descansand

plácidamente recostados sobre los lechos mientrabebían vino y seguían las voluptuosas evolucionede las danzarinas.


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Homero, en lo que a los griegos se refiere, cuentque entre su pueblo había una distinción entre lcama normal de uso nocturno, y la que se utilizabpara depositar al difunto antes del funeral. Lo

icos disponían de cama fija, situada en uhabitáculo de la casa. Estaban hechas de maderde haya o de arce, con patas torneadas, y todo emueble enriquecido con incrustaciones de oro

plata o marfil. Es de destacar la célebre cama dUlises en su palacio de Itaca, hecha sobre uronco de olivo gigante, enraizado en la tierra

Tenía la cama del héroe de la Odisea riquísimoadornos, correas de piel de toro teñida co

púrpura y salpicada toda ella de incrustaciones doro y marfil; sobre su somier, una especie denredijo de cuerdas, se extendía el colchón dplumas de ave.

También tenían camas portátiles para utilizar eviajes y excursiones, las demya, y una camlamada chamadys, especie de camastro hecho co

pieles, que se colocaba en la estancia principa

para tumbarse en ella mientras se recibía a lo


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amigos. Más que una cama era... un sofá cama. Egriego de pocos recursos económicos sconformaba con un armazón de madera a modo dcaja sobre el que se echaba el jergón de paja; est

caja no tenía lugar de emplazamiento fijo en lcasa, sino que a veces se depositaba en el huecexcavado en un ancho muro de carga.

En el Imperio persa, anterior a la era cristiana, lcama era objeto de una singular atención. Loicos tenían varios esclavos cuya función estribab

en hacerse cargo de su cuidado, hacerlaadornarlas con ricos cojines de pluma de ganso

impiar sus baldaquinos, disponer sobre ellas lafinas sedas y tapices a modo de sábanas y manta limpiarlas diariamente. Eran camas riquísima

adornadas con detalles de metales preciosos, elaboradas con ricas maderas como el ébano o ecerezo. Y en el palacio real de Susa, el armazón das camas era de plata, cuando no de oro macizo.

También Roma utilizó este mueble de maner

versátil. Sus camas fueron tan ricas como la


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griegas, y de parecida ostentación. El emperadoHeliogábalo, famoso por su glotonería, tenía eecho rodeado de viandas. Comía en su rica cam

de plata maciza, recostado sobre un colchón d

plumas que le cambiaban cada dos horas. Lcivilización romana hizo camas incluso de marfiPero claro, esa era la tónica entre las gentes de lclase adinerada y aristocrática. El pueblo dormí

obre yacijas, en el suelo. Sólo accedía a un lechcuando estaba enfermo, o cuando moría. Eran lacamas llamadas de "recuperación de la salud" o dos "difuntos".

Las camas de la Antigüedad eran de gran riquezornamental, lo que a menudo restaba comodidadSobre ellas se colocaba el "torus ", o colchón, que asentaba sobre una base de tiras de pie

entrecruzadas. La almohada era muy gruesa y altapues se dormía en una extraña posición demireclinamiento. No había sábanas, pero s

mantas: las tapetia. Todo quedaba cubierto por lcolcha de vivos colores. Al pie del lecho s

extendía una alfombra o toral.


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Los antiguos dormían con la cabecera de la cammirando al norte, por la supersticiosa creencia dque así se lograba una vida más larga. Los griegoaseguraban que si los pies daban a la puerta de l

habitación, o a la calle, el durmiente morirípronto.

En la Antigüedad, la cama no solo servía par

dormir sino que en ella se recibía, se comía. Pera siesta, inventada por los griegos y retomada poos latinos, se dormía en otro lugar: unos hueco

excavados en los muros, y cerrados con cortinade lino. Era aquí donde mejor se hacía el amor..

egún refiere cierta documentación histórica aespecto de los usos amorosos del mund

mediterráneo antiguo.

Hasta el siglo XV las camas europeas no tuvierocabezales, tal vez debido a la amplitud de lamismas. Eran unas estructuras fijas, de pesadísimarmazón.

Su uso se había extendido, y el grabador alemá


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Alberto Durero dice que en Bruselas se hospedó éen cierto mesón llamado Nassau, y junto a su camhabía otra cama ocupada por cincuenta personaAfortunadamente, para aquellas fechas se habí

abandonado ya la costumbre de dormir desnudoque había estado vigente a lo largo de toda la EdaMedia. El dormitorio, la alcoba, conoció entonceun lugar propio en el hogar: estaba adornado co

iras de lienzo a modo de cortinas, para proteger os durmientes de insectos y de miradas curiosas.

Estos pabellones adquirieron con el tiempo grabelleza: los famosos tapices, obras de arte qu

odavía podemos contemplar en los museos. Lcama pasó a ser pieza clave en el ajuar familiar, en torno a ella giraba la vida, el matrimonio, lenfermedad y la muerte. La madera empezó a dejaitio al hierro forjado, técnica en la quobresalieron los artesanos españoles, cuya

camas se vendían en toda Europa durante loiglos XVI y XVII.

Pocas innovaciones admitía un mueble como l


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cama, sencillo en su concepción.

Pero en 1851, en la Exposición Universal dLondres, las camas que se muestran a la curiosida

de los asistentes eran ya un producto totalmentmoderno. Sólo les falta una cosa: el colchón dmuelles, que se inventaría sólo veinte añodespués en los Estados Unidos.

De la cama actual el lector tiene la suficientexperiencia para que huelguen nuestras palabras.

La botella

La vasija de cuello largo y angosto que en loiempos modernos se ha llamado

botella", es muy antigua. Hace 3500 años ya la

utilizaba el pueblo egipcio.

Empezaron siendo de barro, y hacia el sigloantes de Cristo comenzaron a generalizarse las dvidrio, hechas mediante la técnica del soplado

Estos envases estuvieron al principio destinados


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contener perfumes, e incluso las lágrimas vertidapor los seres queridos. Las grandes, se utilizabapara envasar el vino egipcio que era muapetecido en Roma.

Los griegos llamaron, a estos recipientedelicados, de tan diverso uso, con la palabrampolla", o incluso "balsamario". Esto

ejemplares griegos al menos los que nos halegado eran un tanto diferentes a los egipcioenían pequeñas asas en forma de orejas. D

hecho, terminarían por parecerse más a las ánforaque a lo que hoy entendemos por botella.

El uso de la botella fue muy general en Roma. Euna pintura pompeyana del siglo I se ve claramentdibujada una botella de vidrio con un vaso que lirve de tapadera. Es casi igual que las d

hoy:pero tiene dos mil años.

Contrariamente a lo que pudiéramos pensaervían para contener agua, ya que el vino s

envasaba o presentaba en vasijas de distint


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material.

A lo largo de la Edad Media la botella conoció ufuerte declive. De hecho, la rudeza de los tiempo

as dificultades sobrevenidas tras el hundimientdel Imperio romano, no sólo cambiaron lacostumbres, sino que dificultaron el comercioTodo se tornó más tosco, incluido el transporte

una botella de vidrio no hubiera llegado muy lejoEl vidrio, material sumamente frágil, no erpráctico, y en el siglo X empezó a ser sustituidpor la botella de cuero: la bota. Esta industria, tanuestra en la actualidad, nació sin embargo e

nglaterra, hacia el año 1000. El vidrio se reservpara confeccionar con él pequeñas botellitas paricores raros y costosos perfumes y esencias.

También la madera fue material con el que sconfeccionó esta vasija en la Alemania del siglXV. A partir de esa fecha entró, este material, formar parte de la industria botellera..., comambién los metales. Sin embargo, nada podí

compararse al vidrio. Y volvió su uso. S


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mportaba el vidrio oriental por mercaderetalianos y aragoneses. Son numerosos lo

documentos renacentistas españoles que hablan deste comercio. Las casas reales, tanto castellan

como aragonesa, poseían un gusto muy refinadpor este tipo de envase o recipiente de vidrio, ncluso se nombró a un oficial de palacio cuy

cometido era el de conservar los almacenes reale

sus bodegas: se le llamó "boteller del reyupervisor del aparador de su real casa en Aragón en Castilla y Navarra. Las propiedades de

vidrio hicieron que fuera abandonándose lmadera, los metales, e incluso la arcilla com

elementos que pudieran estar en contacto con loicores.

Pero las botellas de cerámica tuvieron grapredicamento en el Oriente Medio.

Eran recipientes artísticos, muy hermosos, de grapanza esférica y cuello largo y cilíndrico quuego degenerarían en botellones chatos de cuell

corto, padres de la garrafa y abuelos del botijo. A


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aquel recipiente llamaron en Castilla la botella decampesino y del pastor.

Desde finales del siglo XVIII, la botella conoci

un nuevo uso, al cual tuvo que adaptarse tras sufralgunas variaciones: los ingleses consumían sodembotellada en sifones de cristal, recubiertos duna malla protectora para los casos no infrecuente

de que el recipiente estallara debido a la presiódel gas.

El fabricante de cristal de Bristol, Henry Rickettpatentó en 1821 un molde para fabricar botellas e

erie. Botellas de capacidad uniforme evidentemente de la misma forma. Ello permitía u vez estampar rótulos en relieve sobre el cristao que despertó el interés, ya que permitía a lo

fabricantes poder incorporar a la botella sumarcas comerciales. Fue uno de los hallazgos máevolucionarios dentro del mundo de la botella

aseguraba la producción en serie, cosa quucedió ya tarde, en 1904. Fue ese año cuando e

norteamericano Michel Owens, construyó un


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máquina capaz de fabricar botellas de formautomatizada. La factoría estaba ubicada en lciudad norteamericana de Toledo (Ohio).

El tapón de corona y el decapsulado de hierrvinieron más tarde, inventos americanos tambiéndel ciudadano de Baltimore William Panter, quempezaron a enriquecerse con el invento

principios de nuestro siglo XX.La botella ha permanecido inalterable, en cuanto u formato general. Sin embargo, a mediados de

presente siglo, la aparición de nuevos materiale

como el plástico, amenaza con alterar su destinoAlgunos, los puristas, los románticos, los amantede la botella tradicional, se resisten a los avancede nuevas formas de envasado, y luchan contra lnnovación. La botella cuadrada ha sido una de la

modificaciones aceptables...; todos han visto eeste detalle la sombra de su enemigo principal: etetrabrik". Pero esa será otra historia.

La batuta


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Se cuenta del compositor Juan Bautista Lullymaestro de capilla del rey Luis XIV de Franciaque dirigiendo un concierto en palacio, en 1687, sdio un golpe en el dedo gordo del pie...al caérsel

a batuta. No sorprende que el percance fuera dgravedad. Las batutas de entonces medían dometros de largo y en vez de blandirse en el airecomo estamos acostumbrados a ver que se hac

hoy, se aporreaba con ella el suelo a fin dmantener el ritmo y llevar el compás. La herida demaestro Lully era de tal consideración que terminpor gangrenarse, y murió poco después. Fue lprimera víctima mortal de la batuta. Hubo otras.

A Lully no le gustaba utilizar, como también shacía en su tiempo, dos conchas a modo dcastañuelas, o un rollo de papel pautado con el qualgunos golpeaban el atril. De haberlo hechhubiera vivido más tiempo. Prefirió un sistema earriba descrito que a su vez era muy molesto parel público. Jean

acques Rousseau, filósofo francés del sigl


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XVIII, decía que escuchar música era tarea ingrataa que se oía más el bastón del director golpeand

el suelo o el atril para llevar el compás, que lmúsica misma. Para evitar este seri

nconveniente, algunos directores de orquestempezaron a dirigir con la mano, e incluso con lcabeza. Pero estos dos procedimientos movían apúblico a risa, ya que el director solía situarse d

espalda a los músicos, y mirando al auditorio.Sin embargo, la batuta existía ya, al parecer, desdel siglo XV. Se había utilizado en la capilla papaEra un tiempo en el que la música todavía no s

dividía en compases, por lo que era necesarilevarlo mediante un control externo para evitar l

desbandada rítmica. Una varita de madera servíperfectamente para orientar a los instrumentistaAsí lo confirma la pintura de la época. Hubo, siembargo, directores que no la utilizaron. Preferíaecurrir a sus trucos personales, siendo el má

utilizado el de dar patadas en el suelo, o palmoteacon las manos. Así aseguraban el mantenimient

del ritmo y el seguimiento del compás. Pero era u


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método cansado, que al cabo de algún tiempdejaba de tener resultado por agotamiento físicdel director. Además, se levantaba una enormpolvareda, y era a menudo necesario abrir puerta

ventanas para ventilar la sala de conciertos.

La batuta actual la empleó por primera vez ecompositor y director de orquesta alemán Car

María von Weber en la ciudad de Dresde, en uconcierto allí dirigido por él el año 1817. Epúblicó le criticó por ello. Pero fue imitado poos grandes músicos del momento. Feli

Mendelsshon se hizo un adepto de la batuta

dirigiendo con ella una tanda de conciertos en lciudad de Leipzig, en el año 1835. El, y L. Spohen 1820, fueron los apóstoles de este adminículpara dirigir la orquesta: la batuta, cuyo tamaño yoscilaba entre las quince y las treinta pulgadas. Yel compositor francés, H. Berlioz, en su libro IChefd"Orchestre, publicado en 1848, la alababenormemente.

Desde finales del siglo XVIII era el primer violí


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quien dirigía la orquesta, colocándose junto a lconcha del apuntador, de espalda a los músicoCon anterioridad a esto, el director había ocupadel centro de la orquesta, tocando con una mano e

clavicordio o el órgano, mientras con la otrdirigía a sus compañeros. Fue en 1876 cuando edirector se colocó por primera vez frente a sorquesta, dando la espalda al público en lo

festivales wagnerianos de Bayreuth.Y a partir de entonces la batuta ha brillado en lmano del director, desafiante, vigorosa, seguracomo una varita mágica de marfil contrastando co

el negro del ébano de su empuñadura. Así hvenido, desde entonces, dibujando en el aire lapiruetas misteriosas y arcanas de la música. Batíel aire como una espada...: de ahí su nombre.

La boina

En una pequeña escultura, procedente de Cerdeñaque se remonta a la Edad del Bronce, aparece u

hombre tocado con una boina. Es el más antigu


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Burgos, en sus puertas del siglo XVI, se reproducuna escena de romeros que cubren sus cabezas coboinas muy amplias sobre las que colocan lconcha del peregrino.

Hay constancia documental de que en el siglXVII, la boina o txapela, era ya la prenda mápopular en las tres provincias vascongadas, as

como en buena parte del reino de Navarra. Goyeproducía a menudo personajes con boina en eiglo XVIII y XIX, sobre todo en su Tauromaquia

Y se sabe que entre los guerrilleros que combatíaa los invasores franceses, la boina era prenda mu

popular.

Posteriormente, los generales carlistas lconvirtieron en una especie de símbolo, caso degeneral Tomás de Zumalacarregui, cuya esposPancracia le bordó más de una de aquellafamosas chapelaundi. Y en nuestro tiempodeportistas famosos, como el francés Lacostcontribuyeron a su popularidad utilizándola en s

actividad; y así, en las décadas de 1920 y 1930, l


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boina se impuso como prenda emblemática entros directores de cine de Hollywood.

Lo más curioso de esta singular prenda del tocad

masculino es que durante sus 4000 años de historino ha variado gran cosa en lo que a su uso formato se refiere.

La aspirina

En la Antigüedad griega, los médicoecomendaban a sus pacientes, para mitigar e

dolor de cabeza, un preparado de corteza de sauce

Para su obtención, se molía la corteza de la que sdesprendía el salicilato, polvo en cristales de saformados por el ácido. Sin embargo, aqueemedio tenía dos inconvenientes: irritaba e

estómago, y causaba a la larga una enfermeda

muy extendida en el mundo antiguo: lahemorroides.

Heredera de aquella receta es la Aspirina. Comes sabido, se encuentra de forma natural en e


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árbol citado, el sauce, y también en otras plantacomo la hierba ulmaria, o reina de los prados. Efarmacéutico francés Henri Leroux lo sabía cuanden 1829 extrajo de esa planta la "salicilina". Y e

854, el químico alsaciano Karl Frederich voGerhardt, descubrió el ácido acetilsalicílico: lAspirina, invento trascendental que sólo fuvalorado durante un corto periodo de tiempo

como veremos. El poder analgésico, y lcapacidad como antiinflamatorio de este remedinatural, lo convirtieron en uno de lomedicamentos más prestigiosos y solicitados de lHistoria.

Pero esto no fue siempre así. A mediados del siglpasado la Aspirina cayó en el olvido, y fue uhecho casual el que la sacó del ostracismo en eque se encontraba: en 1893 el químico alemán da Casa Bayer, Felix Hoffman, buscaba un remedi

efectivo contra la severa artritis que sufría spadre. Los fuertes dolores del viejo señoHoffman no encontraban calmante efectivo, por l

que su hijo recurrió a los antiguos medios ya ca


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olvidados a base de salicilina, y aplicó a su padruna fuerte dosis. Hizo efecto. A partir de aquellexperiencia, los químicos de la Bayer, eDüsseldorf, comprendieron enseguida la gra

utilidad del medicamento, y se decidieron producirlo utilizando la planta original que usó sempleado Hoffman: la ulmaria, cuyo nombrcientífico es el de Spiraea ulmaria, de dond

derivó luego el término "aspirina".El popular analgésico fue lanzado al mercado e899 en forma de polvos.

Todo el mundo hablaba de los "polvomilagrosos", de "los polvos mágicos", y de unfrase que, aunque nos parezca mal sonante, nadiene que ver con asuntos groseros: "echar polvo

para olvidar el dolor". Estas frases, quencontraron en seguida cauces de expresiódistintos a los médicos, se popularizaron. LAspirina se había convertido ya en el remedio poantonomasia, en la medicina más popular de todo

os tiempos.


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Pero la Aspirina en polvo era de preparaciómolesta. Así, en plena Primera Guerra Mundial, e

915, la Casa Bayer lanzó la Aspirina en tabletas

La marca era de propiedad alemana, y al final da gran guerra, pactado en Versalles en 1919, lo

aliados se quedaron con la patente de la Aspirincomo botín. Dos años después la Aspirina serí

proclamada "propiedad de toda la Humanidadpor lo que cualquiera podía proceder a sfabricación sin necesidad de pagar derechos.

El biberón

Curiosa historia, la del biberón... ! Aunque su uses muy antiguo, no estuvo demasiado generalizadoen parte porque la lactancia materna, o mediantnodrizas o amas de cría, gozó siempre de gra

predicamento.

El historiador alemán Karl Fuengling, de Coloniaposeyó una colección de biberones entre cuyapiezas más valiosas tenía más de mil en su


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anaqueles

mostraba con orgullo un biberón con más de tremil años de antigüedad.

El biberón es pues, muy antiguo. En la Romclásica existieron pequeños recipientes o vasijacon dos orificios, en cuyo interior se contenía lporción de leche que el lactante consumía en udía.

Como la lactancia materna terminaba tardeambién el uso del biberón se prolongaba durant

más tiempo de lo que hoy nos parece normaAlgunos se resistían a dejarlo, y eran por elllamados "mamotretos", cuya etimología e

claramente la de "apegados al pecho, o colgados a teta". Los niños a los que se destetaba tard

ecibían ese nombre, y a menudo, para consolarledel pecho perdido, se les ponía en la boca unetina de ubre de vaca desecada llamada

mamadera", o un chupete.


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En la Edad Media se utilizaron unos vasitos dbarro que colgaban del cuello del lactante, y ecuyo interior había una cantidad de leche con licode azúcar. Se conservan algunos ejemplare

curiosos de este artilugio, procedentes del siglXIV, en forma de barrilitos con dos asas por laque pasaba un cordón.

Los biberones antiguos tenían, en algunas partedel Mediterráneo, la forma de un botijito dorificios muy estrechos. Parece que tanto el botijcomo el biberón tuvieron un origen similar.

Hasta el siglo XVIII, el biberón o tetina estabformado por una tira de tela de algodón enrolladauno de cuyos extremos se mojaba o empapaba ea leche contenida en el interior de un recipiente

mientras el otro extremo, que el bebé se llevaba a boca y succionaba, asomaba al exterior por otr

orificio muy angosto.

A mediados del siglo XVI, Enrique II de Franci

dio un impulso importante al biberón. Creó l


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fábrica de Saint Porchaire, donde se fabricarobiberones que alcanzaron la consideración dobras de arte. Eran ejemplares de cerámica o dporcelana finísima, decorados con todo tipo d

filigranas y lindezas. En el Louvre se conserva uprecioso biberón llamado "de Enrique II".

En tiempos de Miguel de Cervantes, en los siglo

XVI y XVII, había en Castilla biberones desponja, y también de cuero remojado. Pero el máeficaz estaba todavía hecho con ubre de vaca. Ebiberón de goma, así como el chupete, nempezarían a utilizarse hasta el siglo pasado.

Un sistema de lactancia muy popular fue la botellde cristal con pezón de goma; también lolamados modelo Darbot, que adaptaban al cuell

de cualquier vaso un tapón de madera de boatravesado por un canal en espiral, en cuya partuperior había un tubito de marfil que se coronab

con un pezón de corcho.

El ataúd


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Los enterramientos más antiguos conocidos, en loque se procedía de una forma ceremoniamanipulándose al muerto, datan del cuarto mileniantes de Cristo.

Hacia aquel tiempo, los sumerios amortajaban ya us difuntos, metiéndolos en cestos dejuncorenzados. Y los textos antiguos dicen que l

hacían "movidos por el temor".El temor es una de las claves para entender estnvento del ataúd, que no es sino un intento d

hacer imposible el retorno del muerto. Así, n

orprende que la mayoría de los ritos y ceremoniafunerarios tengan un origen común: el horror anta eventualidad de que el espíritu del fallecid

pudiera regresar al lugar donde había transcurridu existencia. Ya el hombre primitivo había puestodo su celo cuidando al máximo los detalleemeroso de que cualquier error u omisión en e

desarrollo de las pompas fúnebres pudiera luegperturbar la paz de los vivos.


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En los pueblos noreuropeos se tomaba medidacon los difuntos: se ataba el cuerpo después ddecapitarlo y de amputarle los pies. Así pensabaque evitarían el que los muertos persiguieran a lo

vivos.

A ese temor ancestral obedece, asimismo, lcostumbre entre los pueblos mediterráneo

antiguos de enterrar a los seres queridos lejos depoblado. Se pretendía engañar al difunto. Evitabaasí que pudiera regresar al poblado. Para mejoasegurar este punto, daban varias vueltas por loalrededores para despistar al muerto.

En muchas culturas antiguas se solía sacar ecadáver por la parte trasera de la casa, e incluse llegaba a abrir un boquete en la pared por e

que se sacaba el cuerpo del fallecido, orificio quera tapado inmediatamente después del entierroDe aquella manera el difunto no sería nunca capade volver a su antiguo hogar.

El ataúd tiene su origen en estos antiguos temore


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Es cierto que la costumbre de enterrar al difuntbajo metro y medio de tierra podía ser suficientpero para mayor seguridad se tomó la precaucióde encerrarlo en una caja de madera, y clavar l

apa. Los arqueólogos aseguran que el número dclavos que se ponía era a menudo exagerado. Y ncontentos con estas precauciones, se cegaba lentrada de la tumba, o se la cubría con un

pesadísima losa, origen de la lápida.Aunque el Cristianismo, y anteriormente lradición judía, veía con buenos ojos la visita a lo

cementerios, la mayoría de los pueblos antiguo

amás osaban acercarse al lugar del eterno reposoen parte por un temor irracional a ser arrastradoal mundo de ultratumba.

El temor a la muerte fue el origen del luto. En lradición occidental se representó siempre con e

color negro. Era una forma de mantenersvigilantes durante los primeros meseconsiderados los más peligrosos. Con el luto s

pretendía evitar que el alma del muerto penetrar


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en el cuerpo de los familiares vivos: era un intentde borrar la propia imagen para despistar al almen pena.

Tras el fallecimiento del marido, la viuda llorabdesconsoladamente sobre su ataúd, y tras eplancto" se revestía de un largo velo negro. No l

hacía por respeto al difunto, sino por miedo a

espíritu merodeador del esposo. El velo era unmáscara o disfraz protector. Entre algunos puebloprimitivos, el luto se expresa mediante el coloblanco, embadurnándose con yeso todo el cuerpo.

Pretendían disfrazarse de espíritus, desorientandasí a los posibles intrusos del mundo del más allá

En la antigua Roma se enterraba a los difuntos aatardecer, guiados por un propósito muy concreto

despistar al muerto. Llevaban antorchas, y cuandlegaban al cementerio ya había anochecido deodo. Asociaban el fuego con la muerte: de hechoa palabra "funeral" viene de la voz latina "funus

que significa "tea encendida".


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Todos estos pueblos introducían los cuerpos en uataúd, palabra de origen árabe que significa cajaEn cuanto a la voz de origen griego, "sarcófagocuyo significado etimológico es el de "comedor d

carne", remite a un mundo distinto al nuestro, yque aunque la palabra es griega, el uso dearcófago pertenece al pueblo egipcio, que n

creía en la vuelta de los muertos, por esta

convencidos de que éstos continuaban su vidnormal instalados en el otro lado de lconsciencia. Ningún pueblo de la Historia hconcedido a la muerte una mayor trascendenciaPor eso, para ellos, el sarcófago, la muerte, e

enterramiento, no eran sino el principio de unvida definitiva.

Hoy, nuestra sensibilidad ha cambiado tanto aespecto, que contemplamos otras formas y otra

posibilidades para deshacernos de los restomortales. Como si tanto la vida como la muerthubieran perdido la solemnidad que tuvo antaño.

La baraja


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o se sabe dónde ni cuando se inventó la barajaaunque hay un convencimiento unánime de qupudo haber sido en China, donde hacia el año 112el emperador S'eunHo distraía a sus numerosa

concubinas con los naipes, dado lo avanzado de sedad. Sin embargo parece que ya existía en aquepaís en el siglo X.

Otras fuentes aseguran ser invento hindú: la esposde un maharajá la inventó para combatir lprofunda melancolía de su esposo. Y no falta quieenga a los egipcios por inventores de la baraja.

Como hemos dicho, su origen es incierto, y haacerca de su invención más de una leyenda.

El primer uso que se hizo de los naipes no fuúdicro, sino mágico: se empleaban las cartas e

as artes adivinatorias como medio para ver efuturo, en una especie de juego sagrado, dcarácter simbólico litúrgico.

Todo en torno a la baraja es confuso y nebuloso


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Tampoco sabemos la fecha de su invención, ni emomento en el que fuera introducida en Europa. Se sabe que Carlos V el Sabio, rey de Francia e

el siglo XIV, dedicaba muchas horas a la baraja

haciendo solitarios interminables para llenar socio enfermizo y combatir sus profundadepresiones. Sin embargo lo más probable es qufueran los musulmanes españoles quienes en e

iglo XIII popularizaran el juego de los naipes. Enombre mismo parece tener cierta vinculación coese pueblo. La baraja sarracena del Sur de Italiecibía el nombre de naib, de donde se especul

que procede el término castellano "naipe". Pero

ampoco en esto ahay seguridad, ya que otropiensan que la palabra proviene de otra lenguemítica distinta: el hebreo, en cuya lengua naibignifica brujería. Y para complicar más las cosa

en el plano etimológico, hay quien afirma provenel nombre

naipes" de las iniciales de Nicolás Papín, a quiealgunos creen su inventor.


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Sea como fuere, la baraja estaba ya muy extendiden la Edad Media. Se elaboraban con el mismmaterial que los códices, pergamino, vitela, etcPero su triunfo tuvo lugar con la invención de l

mprenta a mediados del siglo XV.

¿Cuántas cartas tenía la baraja antigua? La barajmágica tenía 22 en la Edad Media; sin embargo, e

el siglo XIV empieza a combinarse con la barajoriental de 56 naipes, con lo que el mazo de cartaesultante tenía 78 piezas. Con una baraja asugaban en Italia al juego conocido como il taroco

Más tarde, los franceses, en tiempos de Carlos V

a finales del siglo XIV, redujeron el número dnaipes a 52 figuras, dando a cada palo los nombre símbolos de las cartas europeas. En el poem

francés de El rey Meliadus, de 1330, apareceepresentados algunos naipes, como el dos d

bastos, o el cuatro de oros. Y se sabe, que en lFrancia del siglo XIII se utilizaba el reverso de lonaipes para escribir en ellos los mensajes de lafiestas de sociedad.


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En España, fue en la Corona de Aragón, hacia eiglo XIII, donde hay constancia de que se jugaba a "gresca", juego que daría lugar a la actual

brisca". Estuvo perseguido por las autoridades yque se le consideraba juego propio de fulleros ufianes. De hecho, las disposiciones en su contron tan antiguas como los mismos naipes. Ya en e

año 969 el emperador chino Mu Tsung denuncia euso de los naipes, atribuyéndoles las desgracias du pueblo. Pero las prohibiciones no tenían efecto

El pueblo volvía a jugar de manera clandestinaPor eso, cuando Juan I de Castilla, en 1387, l

prohíbe, la baraja sigue su curso ascendente en egusto y aprecio del pueblo. Tampoco las restantenaciones europeas tuvieron mejor suerte.

La Iglesia toleró el juego. De hecho, fue un monjel primero en escribir un libro donde recogicuanto se sabía al respecto de las cartas, en 1377 concluía diciendo: "...es un pasatiempnocente..". Y a lo largo del siglo XVI mucho

clérigos editaban mazos de naipes en los qu


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mprimían versículos de la Biblia junto a lafiguras de la baraja, con gran escándalo de loprotestantes, que aseguraban ser la baraja, "eibro sagrado de Satanás...". También el cardena

Mazarino, preceptor de Luis XIV de Franciaenseñaba Geografía e Historia a su regio alumnutilizando los naipes, en los que iba insertandounto a las figuras y símbolos de la baraja, texto

alusivos a la disciplina que impartía.La baraja ha corrido muy distintas suertes. E

765 se utilizaba en las universidadenorteamericanas, como la de Pennsylvania, par

pagar los derechos de tuition, o admisión a claseY en el París revolucionario se utilizaron lonaipes como cartilla de racionamiento. Más tardeos naipes fueron el primer papel moned

canadiense, hasta 1865, utilizándose para pagar ladeudas de guerra.

A partir del siglo XVIII, y hasta nuestros días, lbaraja ha conocido un desarrollo extraordinario

Los casinos, y los mil juegos moderno


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elacionados con ella, la han convertido en unespecie de "pieza mayor del juego", donde brillael "póquer", el blackjack y el bridge, mientras epueblo llano se entretenía con "las siete y media

el "tute" y el "cinquillo", todos ellos juegos couna extraordinaria historia detrás.

La bicicleta

Es muy posible que los antiguos ya hubierapensado en la bicicleta hace miles de años. En eobelisco de Luxor que hoy se alza en una plazparisina, uno de los jeroglíficos muestra a u

hombre a horcajadas sobre una barra horizontamontada sobre dos ruedas. ¿Su fecha...? ¡el añ300 antes de Cristo... !

Otro pueblo mediooriental, el babilonio, incluy

entre los motivos decorativos de sus bajorelieveun artilugio que claramente recuerda nuestrvehículo. Y posteriormente, ya en el Renacimienteuropeo, en la catedral de cierta ciudad inglesa d

Buckinghamshire, un querubín hace el ademán d


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montar una bicicleta: era el año 1580.

Sin embargo, no fue hasta el siglo XVII, en 1645cuando el francés Jean Théson rodó en l

ocalidad de Fontainebleau con un armatoste quél mismo impulsaba con los pies. Era ya unbicicleta. La idea se había materializado de unmanera práctica.

Posteriormente, en vísperas de la RevolucióFrancesa, M.Blanchard y M.

Masurier construyeron un vehículo plenament

econocible como tal. La descripción de estbicicleta se encuentra en el Journal de Paris, d779, y se llama al invento con el nombre d

velocipedes, o "pies ligeros". A los reyes dFrancia, Luis XVI y María Antonieta, les gust

anto la idea que patrocinaron el invento, animanda sus impulsores a seguir adelante. Blanchard Mesurier, mecánico y físico respectivamente, shabían servido de las ideas que un siglo ante

había tenido Jacques Ozanam, ilustre matemático


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quien su médico había recomendado construir lque se llamó en su tiempo "la carroza mecánicaque no era otra cosa que un triciclo cuyas ruedaraseras se accionaban mediante una especie d

berbiquí que giraba a modo de un molinillo.

Pero toda aquella familia de locos cacharros deiglo XVIII no merecen todavía el nombre d

bicicleta", ya que solían contar con más de douedas. La verdadera bicicleta aparecería en eiglo XIX. Así, en 1818, el barón Karl von Draingenió una "máquina de correr" que se patent

con el nombre de vélocipède, y que la gent

conoció bajo el nombre popular de "draisiana". Eestrambótico aristócrata se había inspirado en econde de Sivrac, quien en 1690

e había montado sobre un armatoste con ruedas, e había lanzado, a horcajadas sobre semejant

máquina, cuesta abajo, con gran risa de locircundantes y escándalo de la nobleza. Tanto ladraisianas, como el esperpéntico cacharro de

conde de Sivrac, se impulsaban con los pies, y


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maniobraba de costado. El propósito era evitaque las damas tuvieran que enseñar las piernacon lo que se acallaban las voces críticas que shabían alzado en contra de un vehículo que segú

ellos atentaba a la moral pública de manerpeligrosa.

Aunque la draisiana había estado equipada co

dirección giratoria, ésta no era un verdadermanillar. El manillar fue inventado en 1817, y lopedales en 1839.

La primera bicicleta completa echó a rodar e

840. Era la del inglés Kirkpatrik MacMillan. Ycasi medio siglo después, otro inglés, John StarleKemp, construyó lo que llamó rover safety. Kemfue el padre de la industria de la bicicleta. E

885 había creado la bicicleta "rover", rápidacómoda, de fácil manejo, mucho mejor que la du tío James. Era ya la bicicleta moderna, con su

dos ruedas del mismo tamaño, transmisión dcadena y engranaje, pedales, bielas, cuadr

omboidal y conducción directa con horquill


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impio, se perfumaba y teñía. Las barbas secortaban de forma simétrica, comenzando en la

mandíbulas y descendiendo en rizos adornadohasta el pecho. Cuando la naturaleza no l

permitía, se recurría a los postizos, ya que lbarba era indicativa de una situación social dpoder y preeminencia. Tan importante era lucir unbarba dignificada y esculpida que incluso la

mujeres de la corte, en el mundo egipcio antiguoucían hermosas barbas postizas de cabello naturaen las ceremonias importantes.

¿De qué medios se valieron aquellos peluquero

primitivos para hacer tales primores barberiles...De un artilugio revolucionario en su tiempo, quellos mismos inventaron: la barra de hierrcaliente, antecesor de la tenacilla. Junto a estnstrumento, contaron con una colección de peine

de todo tamaño y formato, de navajas, de cepillo de espejos.

En la Antigüedad, el peinado tenía que ver con l

clase social a la que se pertenecía. La norma era e


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circunstancia social. Entre los celtas el pelo largndicaba distinción, y el pelo corto servidumbre

castigo. En Esparta se obligaba a los jóvenes levarlo corto, mientras que los adultos podía

levarlo largo. Los musulmanes pusieron de modafeitarse la cabeza como muestra de sometimienta Dios, aunque se dejaban crecer un mechón, modo de larga y estrecha trenza, por el que segú

decían y creían ellos el ángel del Señor pudierasirles para llevarles al Paraiso de Alá. De ahparece que proviene la expresión de "salvarse poos pelos".

En el año 303 antes de Cristo los griegomonopolizaron el arte y negocio de la peluqueríen Roma. Su gremio fue de los primeros que sformaron en la Historia, y el más poderoso de siempo. Impusieron el cabello oscuro, en contr

del tradicional "pelo dorado a lo divino". Latino empezó a tomar auge. Cónsules y senadore

matronas y damas de la vida social romanaecurrían a todo tipo de tinturas para ennegrecer s

cabellera. Hubo numerosas recetas, entre las qu


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destacaron las siguientes:"Cáscara de castañhervida, mezclada con un cocimiento de puerrocon cuyo preparado se embadurnaba la cabeza". Enaturalista e historiador del mundo antiguo, Plinio

ecomendaba disimular las canas con una pasthecha de lombrices de tierra trituradas, y ciertplanta napolitana. Pero a veces, a consecuencia dextraños potingues, se caía el cabello, y er

necesario disimular la calvicie con un ungüento darándanos y grasa de oso. Y si esto fallaba..iempre quedaba la posibilidad de la peluca.

Dicen los historiadores de la vida cotidiana que e

peine fue uno de los primeros inventos del hombreSe peinaba el "homo sapiens" en el Neolítico, y hlegado hasta nosotros gran variedad de peines d

aquella lejana edad, y de la edad de los metaleiguiente. Tras el peine..., se inventó la peluca

Porque hay pocos terrores tan antiguos como eque provocaba la calvicie.

Se sabe que hace cuatro mil años egipcios

babilonios usaban lociones y tónicos capilare


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Sin embargo, los ingredientes que entraban formar parte de ciertos procedimientos para eeñido, terminaban dejando calvo a más de uno.

Entonces el único remedio era la peluca, piezmportante en todas las épocas.

En las cabezas de algunas momias de Egipto se hencontrado pelucas ceremoniales: no convenía quel difunto hiciera su viaje final con la cabezmonda.

Los griegos fueron partidarios de la peluca, y lo

omanos mucho más..., al considerar la calviciuna deformidad física. Resulta curiosa la anécdotque cuenta Tito Livio acerca de Aníbal, el generacartaginés, que utilizaba peluca cuando querípasar desapercibido entre sus tropas. Y

emperadores romanos calvos prematuros comDomiciano, llevaron siempre en su equipaje uncolección de pelucas de uso personal. Y en lRoma del siglo II, la libertina Mesalina recorrí

os tugurios romanos medio oculta en una enorm


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peluca. Las mujeres de vida alegre recurrían a lopeinados exóticos como reclamo sexual, y lapelucas tenían relación con el erotismo. Faustinamujer del emperador Marco Aurelio, tenía gra

número de ellas. Incluso las estatuas ddivinidades y héroes se adornaban con estoocados capilares. Cuando triunfó el Cristianismo

San Jerónimo escribió: "¡Lástima de mujere

cristianas, que con ayuda de cabellos ajenoconstruyen sobre sus cabezas edificios postizos.

. !"

Pero el postizo triunfaría también en la EdaMedia: las trenzas largas de las doncellas erafabricadas por expertos peluqueros con el pelo da propia destinataria. Y también lo llevaron lo

hombres.

Durante el Renacimiento volvió a llevarse ecabello suelto: surgió la moda del "pelo vistoque asomaba por debajo de las tocas de las dama

en forma de copetes ondulados. El tocado empez


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a formar parte del peinado. Se usó y abusó dpostizos y pelucas, y comenzó lo que los críticode las costumbres de los siglos XVI al XVIlamaron "las aberraciones capilares".

Con la Revolución Francesa, Europa empezó peinarse a lo "Brutus", a semejanza del personajhistórico que acabó con César: Pelo corto. Y haci

830e volvió al llamado look espartano: pelo corto

barba rasurada con patillas a los lados, para lohombres. Las mujeres adoptaron una estética rura

pelo largo recogido.

A principios del siglo XX reapareció el pelo cortcon ondas lisas de bordes claros, preparando lfamosa moda "a lo Pompadour", y preconizand

os famosos estilos que luego se conocieron coos nombres de "peinado a lo paje", y "a lo chico

Todo estaba presidido por melenas lisas covolumen..., que hicieron necesario volver al us

del moño o del postizo para elaborar los peinado


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doloroso.

La civilización egipcia prefaraónica, hace más deis mil años, utilizaba ya navajas de afeita

primero de oro macizo, y luego de cobre. Coellas la nobleza se rapaba la cabeza, para colocaobre sus calvas abrillantadas elaboradas peluca

Los sacerdotes se afeitaban todo el cuerpo cad

res días.En la Edad del Hierro europea, los guerreros eraenterrados con su espada y con su navaja dafeitar. Y los romanos preclásicos de tiempos d

Tarquinio el Soberbio ya contaban con barberíapúblicas donde eran cuidadosamente afeitadohace más de dos mil quinientos años.

El historiador Diodoro, del siglo II antes d

Cristo, en la descripción que hace del pueblo galdice que se rasuraban los carrillos y se arreglabaus enormes bigotes. Y Tito Livio asegura, poc

después, que en Roma el afeitado era cos

corriente, a pesar de que entre algunos sectores d


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a sociedad se consideraba tal práctica como cospropia de los griegos o de hombres afeminadoPero el afeitado se asentó de forma definitiva, ncluso se prestigió, cuando el general Escipión e

Africano decidió hacerlo todos los días. Y el actde afeitarse por vez primera llegó a revestmportancia social, como si de una ceremonia dniciación se tratase. De hecho, la depositi

barbae, como se denominaba a aquella ceremoniae celebraba con un gran banquete al que asistíaamigos y allegados, y que era precedido por eacto de cortar, el tonsor (barbero) una porción da primera barba del joven, vello que era ofrecid

en primicia a la divinidad, y que más tarde sguardaba en

cajitas de oro, plata o cristal, según la riqueza da familia en cuestión.

Entre los romanos, la barba nunca gozó de grapredicamento, hasta que el emperadohispanoromano Adriano, la puso de moda. Adrian

e dejó una abundante barba para ocultar tras ell


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ciertas cicatrices de nacimiento que le afeaban eostro. En la Roma cristianizada, los clérigo

dejaron crecer sus barbas como símbolo dabiduría. Pero tras el Cisma de Oriente, la iglesi

de Roma decidió recomendar el afeitado, pardistinguirse de los griegos. El papa León III safeitó públicamente para mostrar sus diferenciacon el patriarca de Constantinopla

comportamiento que hizo oficial el papa GregoriVI, quien llegó a amenazar con la confiscación dbienes a aquellos clérigos que no se mostraraante sus fieles bien afeitados.

Durante la Edad Media se perfeccionó una navajde afeitar de hierro. Y

cuando los españoles llegaron a América pudieroconstatar que también los amerindios se afeitabanutilizando para ello unas conchas de molusco que modo de pinza servía para quitarse los pelos uno uno, y los unos a los otros, mientras charlaban.

La navaja de afeitar de acero tardaría todavía e


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écnicas. En 1903 lograron

vender 151 maquinillas y 168 hojas de afeitar. Erpoca cosa, pero al año siguiente se produjo e

milagro en las ventas: noventa mil maquinillas más de doce millones de hojas de afeitar. A pesade éxito tan fulminante, Gillette estaba contrariadporque algunos utilizaban dos veces las hojas d

afeitar que él recomendaba para un solo uso.Cuando en 1928 se inventó la máquina de afeitaeléctrica por el coronel Jacob Schick, el principidel fin para la hoja de afeitar y la rudimentari

maquinilla del señor Gillette estaba en marcha. Lmáquina de afeitar eléctrica se puso a la venta e931, y al año siguiente, de inesperada forma

moría Gillette. Era su final, y el final de una épocpara el afeitado.

El bicarbonato

¿Quién no ha experimentado alguna vez el malesta problemas de una mala digestión? Nadie. Si


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embargo, la frecuencia de este trastorno es homuy inferior a lo que fuera en otras épocas. Así, ehombre primitivo, debido a su dieta en alimentocrudos, padecía gravísimas indigestiones

rastornos gástricos que a menudo acababan con svida. No sorprende, pues, que uno de los priMeroobjetivos de la Medicina antigua fuera paliar taerribles estragos.

De hecho, entre los primeros documentos médicohallados, en escritura cuneiforme, sobre tablillade barro cocido, se da fe de cuán abundante era eproblema entre los asirios y sumerios de hace má

de cinco mil años.

Los primeros antiácidos, remedio contra lndigestión o acidez de estómago, se elaboraron

base de sustancias alcalinas. Con anterioridad este hallazgo empírico, los médicos del mundantiguo recomendaron consumir hojas de mentpiperita, o leche. En ausencia de esas sustanciaos carbonatos podían paliar el problema. Se sabí

a que estos remedios inhibían la producción d


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pepsina, poderoso componente del jugo gástricoculpable de la irritación de las mucosas deestómago.

Entre los sumerios, lo frecuente era recetabicarbonato de sodio, remedio casero que se hvenido utilizando desde la Antigüedad, y siemprde manera eFicaz. Así fue al menos hasta el añ

873, en que apareció la llamada "leche dmagnesia Phillips", invento de un químicaficionado norteamericano, Charles Phillipfabricante de velas y cirios de iglesia. El curiospersonaje combinaba para la obtención de s

famosa "leche" un antiácido en polvo y lmagnesia laxante. Suponía un verdadero evolucionario logro, ya que sus efectos positivo

eran casi automáticos: tomado en dosis pequeñacalmaba las molestias estomacales. Así fue comel reinado de la leche de magnesia del señoPhillips llegó indiscutido hasta el año 1931, eque otro compatriota suyo descubrió eAlkaSeltzer, cuyas pastillas servían para todo: l

gripe, el dolor de cabeza, los mareos, la acidez d


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estómago..., e incluso se dijo que podía dar nuevobríos a la masculinidad decaída.

Con anterioridad a ambos inventos, el francé

Valentín Rose había descubierto en 1801, ebicarbonato de sosa. Rose dió con ellobservando que muchas aguas minerales, como lade Vichy, donde él acudía, eran ricas en ácid

carbónico. No tardó Rose en constatar que aquéera un producto indicado como antiácido, y quademás tenía virtudes tonificantes que si ncuraban la enfermedad, al menos paliaban suefectos negativos, reconstituyendo la lozaní

perdida, y devolviendo la vitalidad.

Pero como hemos dicho antes, fueron loAlkaSeltzer los que se llevaron el gato al agua eel primer tercio de nuestro siglo. Entre locomponentes del revolucionario hallazgo estabambién la Aspirina. El producto llegó a oidos de

director de los laboratorios Miles, Hub BeardsleyEl personaje en cuestión sufría grave

ndigestiones debido a la gula, por lo que decidi


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levar consigo las famosas tabletas en un cruceroY en las tabletas encontró la solución a sproblema, por lo que se convirtió en el apóstol denuevo producto, propagándolo en campaña

publicitarias masivas, de modo que ya en 1933 eantiácido en cuestión era conocido y utilizado poodo el mundo. Su popularidad fue en aumentoobre todo a partir de 1970, en que se retiró de s

fórmula uno de los ingredientes: la Aspirina.Entre los nuevos ingredientes químicos de loantiacidos, como el aluminio, el bismuto, efosfato, el magnesio y el calcio..., uno queda, l

eche en polvo, que sigue utilizándose comelemento componente de la fórmula nada menoque desde la Antigüedad.

El papel higiénico

El papel higiénico, eufemismo que sirvió parnombrar su innoble destino, fue inventado en loEstados Unidos en 1857 por Joseph Cayetty. Per

ardó en generalizarse su uso, cosa que hizo e


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Francia algunas décadas más tarde, donde se lconsideró como refinamiento al alcance de todaas fortunas.

Era natural que un artículo de aquella naturalezconociera graciosas anécdotas. Se cuenta qucuando los zares de Rusia visitaron París en 1901un funcionario del Departamento de Exteriore

galo, llevado de su celo por hacer bien las cosas, de su natural deseo de agradar a sus jefes, ordenmprimir el escudo del zar en el papel higiénic

que los ilustres huéspedes iban a autilizaAfortunadamente tan grave indiscreción fu

abortada a tiempo.

El papel higiénico había tenido ya cierto auge eos mercados americanos, a pesar de que e

primero en ser comercializado no obtuvo grandeventas debido al desenfoque que se le dió en spublicidad, y porque se empaquetó en hojandividuales. Además, el público estab

acostumbrado y mentalizado a utilizar la prens

para aquellos menesteres innombrables.


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de equipamientos..., todo lo cual favoreció lmplantación del nuevo producto: el rollo de pape

higiénico que los hermanos Scott vendían epequeños paquetes, envueltos en un atractiv

formato para desviar las miradas y locomentarios irónicos. No se hablaba de cosalguna que pudiera recordar el destino del artículen cuestión, sino que se decía que estaba destinad

a ser utilizado en las habitaciones más pequeñitade la casa, que era como eufemísticamente saludía al water. Para prestigiar el producto

e habló de él como del Waldorf Tissue, y má

arde Scott tissue. Le acompañaba el reclampublicitario, o slogan "suave como lino viejo". Siembargo, el producto llegaría a introducirsdespués de muchos tropiezos. No era fácenfrentarse al público con un mensaje adecuado

o se tardó en caer en la cuenta de que lo mejoera llamar a las cosas por su nombre, aunque dmanera inteligente. ¿Cómo conseguirlo...? Se pusen boca de una niña la siguiente frase: "En casa d

mi amiguita Leslie tienen una cosa preciosa


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mamá, pero su papel higiénico lastima...". Y coanuncio tan anodino se multiplicaron las ventas, eproducto remontó el vuelo, y se introdujo en todaas casas..., hasta hoy.

El pañuelo

Por curioso que pueda resultar, para lo último que utilizó el pañuelo fue para sonarse las narices.

En efecto, su primer uso fue para limpiarse eudor de la frente y de la cara, por lo que loomanos llamaron a esta prendafacilia, en plura

porque siempre se llevaba más de uno. También sutilizó en la Antigüedad como vendas de primermano, e incluso como cartera donde guardaprovisionalmente cosas de valor.

Cuenta Eusebio de Cesarea, en su Historieclesiástica, que el othone de los griegos servíanto de pañuelo como de servilleta. Y e

hispanolatino Quintiliano habla del candiduudarium, pañuelo que podía servir para ocultar e


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ostro, o para protegerse con él del sol, comhacía Nerón en los espectáculos circenses. Otruso que tuvo en la Roma clásica fue parprotegerse la garganta a fin de preservar la voz

evitar ronqueras y resfriados..., uso que todohemos conocido cuando en las noches frías noprotegemos del relente.

El pañuelo tenía valor simbólico en fiestas espectáculos. Así nació la costumbre, hoy taaurina, de airear los pañuelos al viento par

expresar agrado. También sirvió como distintivocial que caracterizaba a las clases elevadas. E

vulgo no poseía pañuelo, y se contentaba coagitar al viento una parte de la toga. Por eso cuentel delicado poeta latino Catulo que en la sociedaomana de su tiempo regalar un pañuelo era gest

muy valorado..., sobre todo si era un pañuelo dcalidad y nombradía..., como los que se fabricabaen una ciudad hispana: Setabis, la valencianátiva.

Los romanos no se sonaban las narices con e


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consagrado en el teatro, era utilizado por loactores, que lo requerían para representar laragedias, enjugándose con él las simuladaágrimas; sin él, este género dramático resultab

an falto de algo como la comedia sin abanico.

Hasta el siglo XVIII el tamaño del pañuelo no ermportante, ni su color, ni siquiera su forma. Tod

ervía. Fue la antojadiza esposa del rey francéLuis XVI, María Antonieta, quien dictaminó quodos los pañuelos debían ser cuadrados, como lo

que el emperador Aureliano del siglo III impuso eRoma a los asistentes al circo y al teatro.

En 1844 llegó a Madrid una nueva moda francesaa del pañuelo llamado à lafleur de Marie, quoda persona elegante, sin importar su sexo, debílevar en la mano. Fue ese pañuelo el que serví

de pretexto a las damas cuando querían dar entender a los despistados acompañantes su interéhacia ellos...

dejándolos caer al suelo de manera displicent


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antas veces cuantas juzgara ella que el mozo ecuestión merecía la pena. De esa costumbre se dijaquello: "tan buen partido es el mozo que recogíhasta veinte pañuelos en una tarde". Esto

pañuelos à lafleur de Marie estaban decoradoprofusamente con motivos florales y de aves deparaíso. Unos versos festivos de principios dnuestro siglo aluden a esa moda:

De levantar pañuelos por todo el Rastro le duele mi manolo el espinazo; y yo le digo: "¿no tiengracia...? hay hombres que amor lleva a lfarmacia..."

Las palomitas de maíz

Cuando los españoles llegaron a las tierraamericanas por ellos descubiertas, fuero

ecibidos por indios que les ofrecían, en muestrde bienvenida, collares hechos con palomitas dmaíz. Y algo más tarde, en 1510, Hernán Cortés us hombres se asombraron en la ciudad d

México de unos extraños amuletos que lo


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acerdotes aztecas llevaban en sus ceremoniaAquellos amuletos estaban formados por sartas dpalomitas de maíz.

o debe sorprendernos, ya que, como es bieabido, el maíz es una gramínea oriunda d

aquellas tierras, y uno de los primeros vegetaleen ser domesticados por el hombre, junto al trigo

a cebada. Los amerindios lo han consumido desdhace seís mil años, y conocían numerosas manerade cocinarlo. Por ejemplo, sabían que no todos logranos de maíz estallan en la sartén, dependía da cantidad de agua que contuvieran dentro: e

maíz ha de tener un 14% de agua para que bajo loefectos del calor ésta se expanda y se evaporeprovocando el estallido, convirtiéndose en esmasa blanca y esponjosa que son las flores dmaíz, o palomitas. Los amerindios conocíagualmente la diferencia entre el maíz dulce, qu

ha de consumirse enseguida, y el maíz durodestinado a la molienda. Sólo el maíz indio, unmezcla de ambos, servía para hacer palomita

alimento que preparaban de tres maneras: s


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de utensilios eléctricos caseros, la nueva tostadorde maíz es el más ligero de todos: los niñopueden tostar palomitas todo el día sin el menopeligro ni daño en la mesa ni el salón...". Poc

después, la depresión económica americana qulevó a muchos a la miseria, potenció el consum

del humilde grano de maíz, y él maíz tostadepresentó una salida en los presupuesto

familiares menguados. A su popularidacontribuyó también un hecho ajeno al maíz mismoa costumbre de entretener la tensión que el cin

provocaba ingiriendo los espectadores grandecantidades de palomitas de maíz. No había cin

americano que no tuviera en la antesala svendedor de este popular alimento. Fue en el cindonde las palomitas de maíz alcanzaron suniveles de consumo más altos, y su consagración

Tanto era así que en los comienzos decinematógrafo se llamaba a las salas dexhibiciones popcorn saloons, o salones dpalomitas de maíz.

La olla a presión


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Una noche de abril de 1682, en los salones de lRoyal Society de Londres tuvo lugar una curioscena: los alimentos servidos habían sido cocidoen una olla a presión, la primera de la Historia. S

nventor, Denis Papin, uno de los pioneros de lenergía del vapor, presentaba de aquellespectacular y efectista manera su prodigiosistema. Previamente, y durante tres años, habí

estado el físico francés alabando las virtudes de solla express. Decía que la carne de vaca más viej más dura podía convertirse, cocida en su olla, e

carne tierna y sabrosa, como la de la más selecternera.

Papin llamó a su máquina "digestor a vapor". Srataba de un recipiente de hierro colado dotado d

válvula de seguridad y tapadera ajustada, con lque se potenciaba la presión interior, elevando epunto de ebullición hasta alcanzar los 120 gradocentígrados, con lo que el tiempo requerido para lcocción se reducía en un 25%. Todos coincidieronaquella noche, en que la olla del señor Papin n

ólo reducía el tiempo de cocción, sino que n


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perdían los alimentos su sabor y poder nutritivo.

Papin publicó un folleto con las instrucciones coas que hoy estamos familiarizados cuand

adquirimos un artilugio nuevo. En aquel libritdaba instrucciones al respecto de cómo manejar eaparato, y cuánto tiempo se requería para cocediversos alimentos; incluía también un recetario d

platos que podían ser preparados con su "digestode vapor", desde el cordero cocido a los mádelicados postres, pudines e incluso ponchepasando por las judías estofadas, el conejo o laanguilas.

El arquitecto inglés Christopher Wren, que habíasistido a la peculiar cena, alabó el invento, corroboró cuanto había afirmado Papin al respectde sus ventajas y bondades. Pero nada pudo evitaque esta primera olla a presión fracasara. El grapúblico abominaba de "la comida científicacomo se dio en denominar a la así elaborada, y a hora de la verdad nadie estaba dispuesto a hace

experimentos con su estómago. Además, se dio e


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presión volvió a captar el interés. Comenzaron perfeccionarse distintos modelos que fueroapareciendo, de tipo experimental. Ollas a presióde tamaño razonable, fabricadas en aluminio

partir de 1905. Estos nuevos utensilios son loprecedentes directos de la actual olla express.

En 1927,

el gran libro de la historia de - pancracio celdran gomariz

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