el festín del petróleo

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EL FESTÍN DEL PETRÓLEO (Resumen) “Jaime Galarza” Si he de mencionar la calamidad que afrontamos como país frente a la sombra de la era petrolera esta obra enumera y delita el conocimiento sobre el entendimiento de dicha odisea. Siendo 1972 nuestro petróleo era monopolizado principalmente por extranjeros y era explotado y comercializado por ellos, bajo la silenciosa mano amiga de gobiernos complacientes y sometidos, con el futuro de un desenlace con bien ajeno y nada bueno, reflejando aquella esquina donde solo existiría miseria con falsas visiones de esperanza. Nuestro país acoge a las compañías extranjeras y su capital, pero a diferencia de ellos que solo se basan en creaciones de refinerías en países productores y no piensa en criterio estatal pues no les conviene. Como vivo ejemplo se destacan empresas como: Texaco, Anglo y Gulf. La primera porque su desarrollo se basa con los productos que introduce en el país y las dos restantes porque son dueñas de las únicas refinerías del país. Texaco-Gulf aseguro una reserva recuperable de 850 millones de barriles en el Oriente Ecuatoriano. Con lo cual en 1973 la Compañía Texaco Gulf producirá y enviara a través del oleoducto Lago Agrio- Esmeraldas 400 mil barriles/d, la capacidad máxima del mismo esto significa que la empresa agotará los yacimientos en 6 años. Siendo en ese entonces el Gobierno del Dr. Velasco Ibarra, el Secretario de Finanzas junto con el Ministro de Fomento, accedieron una licencia petrolera de 4’500.000 hectáreas a favor de la llamada Minas y Petróleos S.A. que así vino a apoderarse de un territorio más grande que la provincia del Guayas. 1

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EL FESTÍN DEL PETRÓLEO (Resumen)“Jaime Galarza”

Si he de mencionar la calamidad que afrontamos como país frente a la sombra de la era petrolera esta obra enumera y delita el conocimiento sobre el entendimiento de dicha odisea. Siendo 1972 nuestro petróleo era monopolizado principalmente por extranjeros y era explotado y comercializado por ellos, bajo la silenciosa mano amiga de gobiernos complacientes y sometidos, con el futuro de un desenlace con bien ajeno y nada bueno, reflejando aquella esquina donde solo existiría miseria con falsas visiones de esperanza.

Nuestro país acoge a las compañías extranjeras y su capital, pero a diferencia de ellos que solo se basan en creaciones de refinerías en países productores y no piensa en criterio estatal pues no les

conviene.

Como vivo ejemplo se destacan empresas como: Texaco, Anglo y Gulf. La primera porque su desarrollo se basa con los productos que introduce en el país y las dos restantes porque son dueñas de las únicas refinerías del país.

Texaco-Gulf aseguro una reserva recuperable de 850 millones de barriles en el Oriente Ecuatoriano. Con lo cual en 1973 la Compañía Texaco Gulf producirá y enviara a través del oleoducto Lago Agrio- Esmeraldas 400 mil barriles/d, la capacidad máxima del mismo esto significa que la empresa agotará los yacimientos en 6 años.

Siendo en ese entonces el Gobierno del Dr. Velasco Ibarra, el Secretario de Finanzas junto con el Ministro de Fomento, accedieron una licencia petrolera de 4’500.000 hectáreas a favor de la llamada Minas y Petróleos S.A. que así vino a apoderarse de un territorio más grande que la provincia del Guayas.

Y es que duele mirar a los grandes monopolios, combatiendo baja y tenazmente por evitar que los países productores de crudo sean a la vez refinadores, agigantando sus ganancias y complicando la nacionalización de los yacimientos y plantas industriales.

Siendo ya muchas las oportunidades en busca de la liberación del país respecto de la importación de derivados y su carestía, se ha procesado y cultivado en los diversos gobiernos del Ecuador la conveniencia de instalar refinerías del Estado operadas directamente por él. Así los técnicos del Instituto Francés del Petróleo propusieron en 1968 la construcción de una refinería para el tratamiento de 20 mil barriles diarios, para lo cual había se hizo un préstamo rembolsable en siete años. Por esta y otras impertinencias, los franceses fueron despedidos del Ecuador. Más tarde se citó una puja para el diseño de la refinería estatal al financiarse por capitales extranjeros

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por el entonces ministro Arroyo. Concurrieron a la puja cuatro firmas norteamericanas: Kellog, Lumus, Flour y Universal Oil Products.

Finalmente, Arroyo adjudico la licitación a la UOP, no sin antes revelar que Four había intento cobrar 93 millones de sucres al Estado por asesoramiento en la construcción de su refinería; sin dar condiciones adjuntas como costo, plazo, garantías y sin que se hubiese previamente fijado el lugar donde se construiría la refinería, el gobierno formalizo el contrato a favor de UOP, para la construcción de una refinería de 30 mil barriles diarios en circunstancias en que la producción para 1974 será de 500 mil barriles diarios, aproximadamente.

Es muy importante subrayar que áreas contratadas como la exploración son justamente muy ricas en el Ecuador y nunca se ha pagado un solo centavo, pero existía la obligación de pagar 200 mil sucres durante el periodo exploratorio y 500 mil durante el periodo de explotación, computados anualmente, por el derecho de utilizar agua, madera y otros materiales de construcción que las compañías encuentran en las aéreas contratada.

Se anota que se tendría privilegios del 10% del petróleo exportado para el gobierno ecuatoriano; esto nunca sucedió, se fijaba el precio al galón del petróleo; el que siempre estaba al 50% del verdadero precio de venta. Nuestras autoridades de minas nunca trataron de conocer a qué precio se vendía el petróleo.

Al realizar una intensa revisión de los libro de contabilidad se detectó un sigilo de utilidades por cerca de 60 millones de sucres, cometido por la Anglo. El fiscalizador del gobierno fue más modesto: el fraude ascendía según él a 25 millones, dichos resultados de los dos estudios fueron evaluados por Ministerio del Tesoro y sin mínima decencia ni alguna explicación se dicta que solo son 350 mil sucres.

Se puede simplificar todos los términos económicos bajo el cual hemos caído con solo recordar que las 7 compañías engloban en 1969 un capital conjunto superior a los 41.000 millones de dólares capital equivalente a un billón de sucres. Esta suma superó al Presupuesto del Estado ecuatoriano en más de 50 veces. Todo esto logró que el país se mantenga en una dependencia de los monopolios petroleros y de sus gobiernos.

Debido a que donde quiera se asientan las empresas petroleras, surgen los bancos a los que están asociados, en esos años el país ve como se extienden los bancos extranjeros que tradicionalmente financian las operaciones de las compañías. Los rótulos que asoman por doquier del First National City, del Bank of América, del banco de Londres y del Banco Holandés, rótulos que anuncian la presencia de estas formidables bombas de succión del ahorro nacional, que invierten parte de sus utilidades en el desarrollo de un capitalismo dependiente y asociado.

Puesto que la burguesía ecuatoriana, en esas condiciones de completa dependencia que tendrá bajo el imperio del petróleo, conformara un capitalismo ávido de lucro, frio, despiadado, mucho más de lo que fuera nunca en el país. El especulador será el símbolo del capitalismo. El especulador que obtiene concesiones petroleras para traspasarlas a los extranjeros. Todo esto solo nos guía a una dependencia cada vez mayor respecto de los capitales imperialistas con las que terminara por confundirse.

Las regalías del petróleo lo que significaba el porcentaje de barriles a favor del estado serán entre el 6 y el 7% de la producción, la regalía por el gas que se extraiga a la par del petróleo, se fija en

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5%. En esas condiciones, nada bueno se pudo esperar para los ecuatorianos, la presencia masiva de empresas y capitales extranjeras, que hicieron más dura y más dramática la vida nacional.

AL ver la realidad que demuestran los riesgos imperialistas de la riqueza que genere el petróleo no servirá a los intereses de la nación ni del pueblo mientras existan los grupos oligárquicos, devoradores de dólares petroleros.

El desarrollo petrolero se supone que debe genere riqueza nacional y social, hace falta que sea de propiedad social y nacional, que los ingresos que produjo tenía que ir a manos de un Estado de nuevo tipo, ni verdugo, ni tutor de las masas.

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